shirley jackson -siete tipos de ambigüedad

Upload: jb-bueno

Post on 22-Jul-2015

52 views

Category:

Documents


8 download

TRANSCRIPT

Siete tipos de ambigedadShirley Jackson

Ttulo original Seven Types of Ambiguity 1943, Shirley Jackson Edhasa, Primera Edicin, Octubre 1991 ISBN 84-350-1123-2

Siete tipos de ambigedadLA PLANTA STANO DE LA LIBRERIA PARECA ENORME: A ambos lados, se extendan largas filas de libros que se perdan en la penumbra, con los volmenes alineados en altas estanteras a lo largo de las paredes o apilados en el suelo. Al pie de la escalera de caracol que descenda desde la tienda, pequea y ordenada, de la planta superior, el se- flor Harris propietario y dependiente de la librera tena un pequeo escritorio repleto de catlogos, iluminado por una nica lmpara llena de polvo que colgaba del techo. Esa misma lmpara serva para iluminar las estanteras que se apelotonaban en torno al escritorio; ms all, entre las repisas abarrotadas de volmenes, haba otras lmparas polvorientas colgadas del techo que se encendan tirando de un cordn y que los propios clientes se encargaban de apagar antes de volver a tientas hasta el escritorio del seor Harris, pagar los libros que se queran llevar y dejar que se los envolvieran. El seor Harris, quien conoca la ubicacin de cualquier ttulo o autor en el stano abarrotado, tena en aquel momento un cliente, un muchacho de unos dieciocho aos que estaba al fondo de la gran sala, justo debajo de una de las lmparas, hojeando un libro que haba escogido de un estante. En el stano haca fro y tanto el seor Harris como el muchacho llevaban puesto el abrigo. De vez en cuando, el seor Harris se levantaba del escritorio para echar una magra paletada de carbn a una pequea estufa de hierro colocada en la curva de la escalera. Salvo cuando se levantaba el seor Harris o el chico se mova para devolver un libro al estante y sacar otro, la sala estaba en completa calma y los libros permanecan silenciosos bajo la luz mortecina. Entonces, el sonido de una puerta al abrirse interrumpi el silencio. Era la puerta de la calle de la pequea tienda donde el seor Harris tena expuestos los grandes xitos y los libros de arte. El seor Harris y el muchacho escucharon el murmullo de unas voces y, a continuacin, oyeron a la muchacha que se encargaba de la tienda, indicando: Por la escalera. El seor Harris est abajo. El seor Harris se incorpor y rode el pie de la escalera de caracol, encendiendo otra de las lmparas para que el nuevo cliente pudiera ver dnde pona los pies. El muchacho devolvi el libro al estante y se qued con la mano en el lomo, sin dejar de prestar atencin. Cuando el seor Harris vio que quien descenda los peldaos era una mujer, se apart educadamente y avis: Cuidado con el ltimo escaln. Hay uno ms de los que cree la gente. La mujer termin de bajar con cautela y se qued mirando a su alrededor. Mientras, un hombre apareci en la curva de la escalera, agachando la cabeza para no rozar con el sombrero el techo, demasiado bajo para l. Cuidado con el ltimo peldao le avis la mujer con una voz suave y clara. El hombre lleg a su lado y alz la cabeza para mirar a su alrededor como haba hecho ella. Cuntos libros tiene usted aqu coment. El seor Harris puso su sonrisa profesional y pregunt: Puedo ayudarles? La mujer mir al hombre y ste titube un momento antes de declarar: Queremos comprar algunos libros. Ms bien bastantes. Hizo un amplio gesto con la mano y aadi: Colecciones de libros. Bien, si son libros lo que busca... murmur el seor Harris, y sonri de nuevo. Tal vez la seora quiera sentarse aqu... Desanduvo sus pasos hasta el escritorio, seguido de la mujer, y el hombre cerr la marcha caminando intranquilo entre las estanteras de libros, con las manos pegadas a los costados como si temiera romper algo. El seor Harris ofreci la silla del escritorio a la mujer y luego se sent en una esquina del mueble, apartando una pila de catlogos.

Es un lugar muy interesante coment la mujer con la misma voz suave que haba utilizado antes. Era de mediana edad e iba bien vestida; todas sus ropas eran bastante nuevas, pero sencillas y muy adecuadas para su edad y su aire de timidez. El hombre era corpulento y de aspecto vigoroso, con el rostro colorado por el fro y unas manos grandes que sostenan con gesto nervioso un par de guantes de lana. Nos gustara comprarle algunos libros insisti el hombre. Algunos buenos libros. Busca alguno en concreto? se interes el seor Harris. El hombre se ri estruendosamente, pero con cierta turbacin. A decir verdad confes, s que voy a parecerle un poco estpido, pero no s mucho de libros y cosas as. En el gran stano silencioso, su voz pareca un eco, despus de los suaves susurros de su esposa y del seor Harris. Esperbamos que usted podra guiamos dijo a continuacin. Nada de esa basura que publican hoy da. Algo como... carraspe, como Dickens. Dickens asinti el seor Harris. Cuando era chico, le algo de Dickens. Eso es lo que queremos: buenos libros, como sos. El hombre alz la vista cuando el muchacho, que haba estado hasta entonces revolviendo los libros, se acerc al grupo. Me gustara volver a leer a Dickens afirm el hombretn. Seor Harris... murmur en voz baja el muchacho. S, seor Clark? El seor Harris se volvi hacia el muchacho. Este se acerc an ms al escritorio, como si no quisiera interrumpir al librero y a sus clientes. Me gustara echar otra ojeada al Empson dijo. El seor Harris se volvi hacia el armario de puertas acristaladas que tena detrs del escritorio y seleccion un libro. Aqu lo tienes dijo. A este paso, lo habrs ledo entero antes de que lo compres. Dirigi una sonrisa al hombretn y a su esposa y coment: Algn da entrar, me comprar el libro, y a m me va a dar algo de la sorpresa. El muchacho se volvi de espaldas, con el libro en la mano, y el hombretn se inclin hacia el seor Harris. Creo que querra dos colecciones; grandes, como la de Dickens le dijo. Y, luego, un par de colecciones ms pequeas. Y un ejemplar de Jane Eyre apunt su esposa con aquella voz tan dulce. Me encant cuando la le explic al seor Harris. Les puedo encontrar una bonita coleccin de obras de las hermanas Bront asinti el seor Harris. Bellamente encuadernada. S, quiero que se vean bonitos intervino el hombre, pero que sean fuertes, para leerlos. Voy a leerme otra vez todas las obras de Dickens. El muchacho regres al escritorio y le entreg el libro al seor Harris. Sigue parecindome bien declar. Aqu lo tienes cuando quieras respondi el seor Harris, devolviendo el volumen al armario. Es un ejemplar bastante raro. Supongo que seguir aqu algn tiempo ms mur el chico. Cmo se titula ese libro? inquiri el hombretn, curioso. Siete tipos de ambigedad respondi el muchacho. Es una obra excelente. Buen ttulo para un libro coment el hombretn al seor Harris. Vaya chico tan espabilado, leyendo libros con ttulos como se... Es una obra excelente repiti el muchacho. Yo tambin estoy tratando de comprar libros explic el hombretn al muchacho. Quiero recuperar algunos que he perdido. Dickens. Siempre me han gustado sus obras. Meredith tambin es bueno apunt el muchacho. Ha probado alguna vez a leer algo de Meredith? Meredith repiti el hombretn. Vayamos a ver algunos de sus libros dijo al seor Harris. Me gustara escoger un poco.

Puedo acompaar al seor? pregunt el muchacho al seor Harris. Yo tengo que volver de todos modos por mi gorra. Ir con el joven a hojear los libros, querida dijo el hombre a su esposa. T qudate aqu y no cojas fro. De acuerdo asinti el seor Harris. El chico sabe dnde estn los libros tan bien como yo coment al hombretn. El muchacho emprendi la marcha por el pasillo entre las estanteras y el hombretn le sigui, caminando con el mismo cuidado que antes y tratando de no tocar nada. Dejaron atrs la lmpara an encendida bajo la cual haban quedado la gorra y los guantes del chico y ste encendi otra luz un poco ms adelante. El seor Harris guarda la mayora de sus colecciones por aqu indic---. Vamos a ver qu encontramos. Se acuclill ante los aparadores de libros y pas los dedos con suavidad por el lomo de las filas de volmenes. Piensa gastarse mucho dinero? pregunt. Estoy dispuesto a pagar una suma razonable por los libros que tengo pensados respondi el hombretn, y roz el libro que tena delante con la yema de un dedo, experimentalmente. Ciento cincuenta, doscientos dlares como mucho. El chico le mir y se ech a rer. Con eso tiene para bastantes buenos libros. En mi vida haba visto tantos untos confes el hombre. Nunca pens que llegara el da en que entrara en una librera y comprara todos los libros que siempre he querido leer. Ha de ser una sensacin estupenda. Nunca he tenido oportunidad de leer mucho continu el hombre. Entr en el taller mecnico donde trabajaba mi padre cuando era mucho ms joven que t y no he dejado de trabajar desde entonces. Ahora, de pronto, me encuentro con un poco ms de dinero que antes y mi mujer y yo hemos decidido que nos gustara tener unas cuantas cosas que siempre hemos deseado. Su esposa estaba interesada en las hermanas Bront. Aqu hay una coleccin muy buena. El hombre se agach a mirar los libros que indicaba el muchacho. No s mucho de estas cosas. Parecen bonitos, todos iguales. Cul es la coleccin de al lado? Carlyle dijo el muchacho. Puede olvidarlos. No son de los que usted busca. Meredith est bien. Y Thackeray. Creo que le gustar Thackeray; es un gran escritor. El hombre cogi uno de los volmenes que le tenda el muchacho y lo abri con cuidado, utilizando slo dos de cada una de sus manazas. ste me parece bien dijo. Los anotar se ofreci el muchacho, y sac un lpiz y un bloc de notas del bolsillo de la chaqueta. Las Bront apunt, Dickens, Meredith, Thackeray. El muchacho pas la mano por cada una de las colecciones conforme iba anotndolas. El hombretn frunci el entrecejo. Tengo que llevarme otra ms murmur. Con stas no acabo de llenar la estantera que he comprado para ponerlas. Jane Austen sugiri el muchacho. A su esposa le gustar. T has ledo todos esos libros? quiso saber el hombre. La mayora asinti el chico. El hombre permaneci callado un minuto y aadi: Yo nunca he tenido muchas ocasiones de leer nada, empezando a trabajar tan temprano. Tengo mucho que recuperar. Se lo va a pasar muy bien dijo el muchacho. Ese libro que tenias hace un rato... Qu clase de libro era? Era un ensayo de esttica explic el chico. Sobre literatura. Es muy difcil de encontrar. Hace mucho que quiero comprarlo, pero no tengo el dinero.

Vas a la universidad? S. Aqu veo uno que me gustara leer otra vez indic el hombre. Mark Twain. Le un par de libros suyos cuando era un cro. Pero supongo que ya tengo suficiente para empezar. Se incorpor. El chico tambin, sonriendo. Va a tener que leer mucho... Me gusta leer. De veras, me gusta mucho afirm el hombre, y dio media vuelta, volviendo sobre sus pasos hasta el escritorio del seor Harris. El muchacho apag las lmparas y le sigui, haciendo una pausa para recoger los guantes y la gorra. Cuando el hombretn lleg ante el escritorio, le dijo a su esposa: Vaya chico tan listo. Se conoce los libros de maravilla. Has escogido lo que quieres? pregunt ella. El chico tiene una lista. Se volvi al seor Harris y continu: Es toda una experiencia encontrar a un chico al que le gustan tanto los libros. Cuando yo tena su edad, ya llevaba cuatro o cinco aos trabajando. El muchacho lleg con la hoja de papel en la mano. Con esto tendr suficiente por un tiempo dijo al seor Harris. El librero repas la lista y asinti. Esos libros de Thackeray son una coleccin estupenda declar. El muchacho se haba puesto la gorra y estaba al pie de la escalera. Espero que los disfrute dijo al hombretn. Ya volver a echarle otro vistazo a ese Empson, seor Harris. Procurar tenerlo por aqu para ti contest el librero. Pero no puedo prometrtelo, entiendes? Contar con que sigue ah respondi el chico. Gracias, hijo dijo el hombretn cuando el muchacho empez a subir la escalera. Te agradezco que me hayas ayudado. No es nada murmur el muchacho. Vaya chico tan listo insisti el hombretn, vuelto hacia el seor Harris. Tiene un gran futuro, con una educacin as. Es un muchacho agradable asinti el seor Harris. Y, desde luego, desea muchsimo ese libro. Usted cree que lo comprar algn da? pregunt el hombre. Lo dudo respondi el seor Harris. Si me anota su nombre y direccin, preparar la factura. El seor Harris empez a anotar el precio de los libros, copiando la pulcra nota del muchacho. Cuando el hombretn hubo escrito el nombre y la direccin, se qued unos momentos tamborileando con los dedos sobre el escritorio y luego dijo: Puedo echarle otro vistazo a ese libro? El Empson? pregunt el seor Harris, levantando la vista. Ese que interesaba tanto al muchacho. El seor Harris se volvi hacia el armario acristalado que tena a su espalda y sac el libro. El hombretn lo sostuvo con delicadeza, como haba hecho con los anteriores, y frunci el ceo cuando pas las pginas. Despus, dej el libro sobre el escritorio del seor Harris. Si l no va a comprarlo dijo entonces, le parece bien que lo ponga con el resto? El librero alz los ojos de los nmeros por unos instantes y, a continuacin, anot el libro en la lista. Sum rpidamente, escribi la suma y arrastr el papel sobre el escritorio hacia el hombretn. Mientras ste comprobaba las cifras, el seor Harris se volvi a la mujer y le dijo: Su esposo ha adquirido un montn de lecturas muy agradables. Me alegro de orlo contest ella. Hace mucho tiempo que lo desebamos.

El hombretn cont cuidadosamente el dinero y entreg los billetes al seor Harris. El librero guard el dinero en el cajn superior del escritorio y dijo: Si le parece bien, le podemos mandar el pedido a finales de semana. Estupendo asinti el hombre. Lista, querida? La mujer se incorpor y el hombre se apart para dejarla pasar delante. El seor Harris cerr la marcha y, al llegar a la escalera, se detuvo y dijo a la mujer: Cuidado con el escaln. La pareja empez a subir la escalera y el seor Harris se qued mirndoles hasta que desaparecieron. Despus, apag la lmpara llena de polvo que colgaba del techo y volvi a su escritorio.

Shirley Jackson