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SHAREI HAGUILGULIM
El portal de las LAS RUEDAS DEL ALMA #8
Tercera reencarnacion de Cain Reparando el !NESHAMA"
Cáin-Kóraj
Kóraj vino a reparar el rúaj de Cáin y a propósito lo dejé hasta el final, ya que este caso representa
una reencarnación que no cumplió con su misión y, por tanto, necesita regresar una vez más.
Analizaremos paso a paso.
Kóraj era primo de Moshé y, en el momento que fue nombrado su otro primo Elitzafán hijo de
Uziel, como el príncipe de la familia de Keat, de la tribu de Leví, se incon-formó por haber sido
ignorado, ya que por sucesión familiar —era mayor que Elitzafán— le correspondía ese cargo. Esto
despertó en él celos y envidia hacia sus primos mayores Moshé y Aharón, por lo que inició una
rebelión dentro del pueblo de Israel hasta llegar a exigir el puesto de Sumo Sacerdote que había
recibido Aharón, argumentando que era más digno que él. Moshé, por su parte, intentó rebajarse
e ir hacia Kóraj y a las carpas de los rebeldes, con tal de que Kóraj superara la envidia y no
cometiera un grave error. Pero eso no ayudó hasta que dijo Moshé: “Hagamos una prueba.
Presentemos como ofrenda a Dios una pala de incienso y Él elegirá al verdadero sumo sacerdote. Y
para los malvados que incitaron esto, se abrirá la tierra y se los tragará”. Esta historia terminó con
la elección de Aharón y con la muerte de Kóraj y sus seguidores, que fueron tragados por la tierra.
Como dije al principio, este caso es una falla en la reparación, ya que Kóraj vino a reparar el rúaj
de Cáin, que representa los sentimientos. En esa ocasión fueron los celos y la envidia que Cáin
sintió al preferir Dios a Hébel. Por esto, en esta vida, Kóraj viene con una alta dosis de celos y
envidia, que es liberada al ver a su primo Moshé gozando de una mayor cercanía a Dios que él.
Esta escena, preparada por Dios, equivalía a la que enfrentó en su vida pasada y en la cual falló.
Esta vez tenía que superarla. De haberlo logrado, aclaran nuestros Sabios, Kóraj habría alcanzado
un nivel muy alto, casi como el de Moshé, ya que espiritualmente eran hermanos también en ese
nivel, pero al fallar de nuevo, se provocó el mal y la amargura para sí mismo, y perdió la vida.
Explica el Arizal (y otros comentaristas) que lo anterior está insinuado en un juego de números y
letras, de la siguiente forma: en el salmo de Tehilim (Salmo 92:1), escrito por Moshé (y recopilado
por David HaMélej), leemos Mizmor shir leyom haShabat, cuyas iniciales en hebreo forman la
palabra LeMoshé, que significa “salmo escrito por Moshé”. En ese salmo insinúa Moshé la
grandeza de Kóraj, cuando afirma sobre él Tzadik katamar ifraj, que es la frase que alude a todo
gran justo, ya que se le compara con la palmera porque contiene muchísimas bendiciones. De su
fruto (el dátil), se dice la bendición de aetz, por su miel, shehakol; por su palmito, hadamá; por sus
palmas, Sucá, y lulav. Así como la palmera, el tzadik, está lleno de bendiciones.
En hebreo, las letras finales de esta frase forman la palabra Kóraj, para insinuar así, dice el Arizal,
el aprecio y el reconocimiento al gran nivel espiritual que tenía Kóraj, el cual equivalía
potencialmente al de Moshé. Por eso, si tomamos el nombre completo de Moshé con su apellido
—en esa época no se usaban apellidos como los de hoy, sino las expresiones “hijo de…” o “nieto
de…”—, y el de Kóraj con su ascendencia, las iniciales de ambos contienen el mismo valor
numérico, lo que insinúa que en su inicio, es decir, potencialmente, ambos eran iguales. Además,
el total de ese valor numérico, que es de 240, forma en hebreo la palabra “altura” y volteando las
letras forman la palabra “amargura”, lo que señala que esa potencia, bien aprovechada, nos lleva
hasta lo más alto, como en el caso de Moshé. Pero al no aprovecharla bien causa amargura, como
en el caso de Kóraj.
Éste es el motivo por el que Moshé se dirige a él como “hijo de Leví” y no como “Kóraj”, ya que
también Moshé es descendiente de Leví, para insinuar así la relación fraternal que había entre
ellos, pues ambos son descendientes de Leví.
Kóraj no trabaja sobre su defecto de los celos y empieza a difamar a Moshé; en una de sus peores
difamaciones lo culpó de ser orgulloso, y en una peor aún, lo acusó de sostener relaciones con
mujeres casadas.
La verdad es que nunca entendí por qué eligió Kóraj estas acusaciones
y no otras. Pero al entender ahora que Kóraj es la reencarnación de Cáin, las cosas quedan claras.
Ya que Hébel era orgulloso, como mencionamos, Kóraj sigue culpando a Moshé (Hébel) de lo
mismo, queriendo decir: “Tampoco tú reparaste” y la acusación de tomar la mujer del prójimo
tiene su origen en el propio defecto de Koraj en su vida pasada, como indican nuestros Sabios con
la regla: Kol aposel bemumó posel (Kidushín 70a), “El que difama al otro expresa en verdad su
propio defecto”.
Al ver Moshé que Kóraj no está reparando al alma de Cáin, entiende que la misión de su
“hermano” terminó y, por tanto, su final consistirá en ser tragado por la tierra, no sólo porque
cuando fue Cáin, quiso ser el dueño de toda la tierra, sino porque la Torá aclara que cuando él
asesinó a Hébel, la tierra abrió su boca y tragó la sangre de Hébel, pero esta vez lo tragaría a él.
Además, la Guemará relata que se escuchaban los gritos de Kóraj y sus seguidores desde el fondo
de la tierra clamando a Dios. Esto se asemeja a lo que reclamó Dios a Cáin: “Las voces de las
sangres de tu hermano claman a Mí desde el fondo de la tierra” (Bereshit 4:10).
Mucho tiempo me quedé con la duda de quién fue quien vino a realizar la misión de Kóraj y
finalizar la reparación de Cáin, hasta que, con la ayuda de Dios, leí en el libro del Ben Ish Jay,
Aderet Eliahu, parashat Kóraj, en nombre de Rabí Jaim Vital, que Kóraj reencarnó en el profeta
Shemuel, y esta frase me abrió un camino de investigación en otros libros. Aquí les presento un
resumen.
Rabí Eliézer sostiene (en una discusión que sostiene con Rabí Akivá) que, aunque Kóraj bajó al
Sheol (por decirlo así, el sótano número 6 en el infierno) tiene oportunidad de volver a reparar.
Rabí Eliézer se basó en el versículo que pronunció Janá, la madre del profeta Shemuel en su
cántico para agradecer a Dios por el nacimiento de su hijo: Hashem Morid Sheol Vayaal, “Dios baja
a algunos al Sheol y después les da permiso de subir” (Shemuel 2:6). No es casual que Rabí Eliézer
basara la reparación de Kóraj en un versículo dicho sobre el profeta Shemuel, ya que éste vino a
repararlo. Y si resumimos la vida del profeta Shemuel, veremos la increíble reparación.
En primer lugar, fue el servidor del sumo sacerdote Elí. Si agregamos aquí lo que vi escrito en
nombre del libro Shemen Tov (pág. 148), que Elí era la reencarnación de Aharón HaCohén (como
ampliaremos en el capítulo correspondiente), resulta que Kóraj, quien envidió el puesto de Aharón
(ya que quiso ser el sumo sacerdote), terminó como su sirviente, para reparar así los celos y la
envidia de Cáin y de Kóraj.
Además, ahora había que reparar también el acto de hacer pecar a los demás que causó Kóraj
yendo de carpa en carpa para difamar a Moshé y provocando en el pueblo dudas sobre sus
palabras y sus leyes. Para reparar eso, el profeta Shemuel fue el único líder del pueblo de Israel
que no tuvo hogar, ya que pasó toda su vida recorriendo las ciudades y aldeas, también yendo de
casa en casa ofreciendo su ayuda espiritual, y reparando así la actitud negativa de Kóraj.
Para “cerrar el círculo”, dijimos al principio que Lémej fue quien mató a Cáin accidentalmente y el
que ya profetizó que reencarnaría en tres personas, cuyas iniciales formaban la palabra Yucam.
Entendemos ahora por qué el profeta Shemuel temía muchísimo que el rey Shaúl lo matara, a tal
grado que tuvo que ungir al Rey David a escondidas, pues Lémej reencarnó en el primer rey de
Israel, Shaúl, cuyo nombre en hebreo forma las mismas palabras: Lémej = Mélej. Y ya que Lémej
mató a Cáin, Shemuel temía que el rey Shaúl (Lémej) volviera a matarlo a él, pues, al fin y al cabo,
era Cáin.
Vemos en este caso cómo una persona que logra reparar su alma alcanza la grandeza perdida, y la
grandeza que Kóraj perdió como el gran líder que pudo ser para el pueblo de Israel fue
recuperada, mediante su reparación, como Shemuel. Fue debido a eso que el Rey David escribió
en Tehilim: Moshé veAharón…uShmuel… (Salmo 99). Explican nuestros Sabios que en este salmo
el Rey David coloca en la misma categoría a Moshé, a Aharón y al profeta Shemuel. Es una
insinuación más que el potencial mal aprovechado de Kóraj fue realizado por Shemuel.
En la imagen vemos:
La tumba del profeta Shemuel.
El lugar hoy en día es sagrado para tres religiones monoteístas.
Bendiciones a todos aquellos que nos apoyan y nos alientan con sus comentarios, ME GUSTA, y
comparten a los demas...
Todo lo mejor para todos
SHALOM UBRAJOT
ATTE: J. Isaac.