SESIOR 8.a EXTRAO,RDIRARfA, El MIERCOLES 3 DE DIC. 1952

(Sesión de 11.15 a 12.47 horas )

PRESIDENCIA ¡DEL SEROR TAPIA

INDICE GENERAL DE LA SESION

l. -Sumario del Debate. H.-Sumario de Docpmentos.

111. -Actas de las Sesiones Anteriores. IV.-Documentos de la Cuenta.

V. -Texto del Debate .•

l. - SUMARIO DEL DEBATE

1 . --Se califica la urgencia de un proyecto de ley.

2. -El señor Tapia, Presidente, y los señores Rivas, Campos, don Enrique; Layola, Silva Carvallo, Echavarri y Castro rin­den homenaje a la 'Prensa' con motivo de la celebración en Santiago del Pri­m,er Congreso Mundial de Periodistas.

11. - SUMARIO DE DOCUMENTOS 1.-Oficio de S. E. el Presidente de la Re­

pública en que hace presente la urgen­cia para el proyecto de ley que suple­menta diversos item del Presupuesto vi­gente.

2. -Oficio del SenadQ en que manifiesta que ha aprobado las observaciones for­muiadas por S. E. el Presidente de la República al proyecto que legisla sobre 'el ejercicio de la profesión de médico­radiólogo.

3 . -Presentació~.

1I1. - ACTAS DE LAS SESIONES ANTERIORES

Las actas de las sesiones 2.a, 3.a, 4.a, 5.a,

9.a, celebradas el martes 25 de noviembre, de 16.15 a 18.43, y de 20 a 21.30 horas; y en miércoles 26 de noviembre de 15 a 16, de 16.15 a 19.15 horas y de 20 a 21.29 horas. se decla­raron aprobadas por un 'h3iber merecido ob­servaciones.

IV. - DOCUMENTOS DE LA CUENTA

N.o l.-OFICIO DE S. E. EL PRESIDENTE . DE LA REPUBLICA

"N.O 3,606.- Santiago. 2 de diciembre de 1952.

Tengo el honor de poner en conocimiento de V. E. que, en uso de la facultad que me confiere el artículo 46 de la Constitución Po­lítica del Estado. he resuelto hacer presente la urgencia para el despacho del siguiente proyecto de ley:

El que suplementa diversos ítem del Pre­supuesto vigente, (Mensaje N.O 33. de 17 de septiembre del año en curso, del Ministe-rio de Hacienda). .

Saluda . atentamente a V. E. (FdosJ: Carlos Ibáñez del Campo.- Guillermo del Pedregal.

N.o 2.-0FICIO DEL SENADO.

"N.O 1.385.-Santiago, 2 de diciembre de 1952.

El Senado ha tenido a bien aprobar las observaciones formuladas por S. E. el Pre­sidente de la República al proyecto de ley que legisla sobre los médicos radiólogos.

Tengo el honor de decirlo a V. E. en con­testación a vuestro' oficio N.O 2.402, de 30 de octubre del presente año.

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Devuelvo los antecedentes respectivos. Dios guarde a V. E. - (Fdos.): Salvador

Allende, Luis Vergara.

N.e 3.-PRES~ACION. \_~.

De don Francisco Reyes Santana, en que solicita de la llonorable Cámara tenga a bien insistir en la aprobación del proyecto de ley que le concede beneticios, y que ha sido observadO' por el Ejecutivo.

V. - TEXTO DEL DEBATE

-Se abrió la sesión, a las 11 horas 15 mi-nutos. ,

El señor TAPIA (Presidente).- in el nom­bre de Dios, se abre la sesión.

Las actas 2.a, 3.a, 4.a, 5.a y 6.a quedan aprobadas por nO' haber merecido observa­ciones.

Se va a dar la Cuenta.

El Secretario da cuenta de los asuntos lle­gados a Secretaria.

El señor TAPIA (Presidente).- Terminada la Cuenta. •

1.-CALIFICACION DE URGENCIA.

El señor TAPIA (Presidente).- El Ejecu­tivo ha resuelto hacer presente la urgencia para el despacho del proyecto que suplementa diversos item del presupuesto vigente.

Si le parece a la Sala;' se calificará de sim­pIe la urgencia.

Acordado.

2.-HOMENAJE A LA PRENSA CON MOTIVO DE LA CELEBRACION EN SANTIAGO DEL PRIMER CONGRESO MUNDIAL DE PERIODISTAS.

El señor TAPIA (Presidente).- Entrando al objetO' de 131 presente sesión, corresponde rendir homenaje a la prensa, con motivo de la celebración del Primer CDngreso Mundial de Periodistas, que se realiza en Santiago de Chile.

Honorable Cámara, la enorme importancia que la labor periOdística ha adquirido d,entro de la sociabilidad moderna, justifica amplia­mente la .sesión que hoy celebra esta Hono­rable Corporación, por feliz' iniciativa de uno de nuestros colegas, en homenaje a los tra­bajadores de la prensa, que se reúnen en nuestra capital en un magno torneo.

Es honroso para Chile que el Comité Orga­nÍZador de este Primer Congreso Mundial (le Periodistru¡ haya obtenido que este acto se realice en nuesn:D país, por lo que este comité

merece la congratulación de los Poderes Pú­blicos.

Es difícil, Honorable Cámara, delimitar con absoluta precisión el campo en que se desen­vuelve el periodismo y seííalar con entera exactitud los elementos humanos que ID ejer­cen, pDrque, muchas veces, destacados inte­lectuales, pensadores y escr:itores hacen tam­bién periodismo, a.demás de prDducir Dbras de filosofía, ge literatura, de ensayo y de otra índole. En este mísmD Primer Congreso Mun­dial de Petiodistas, vl'mos que participan destacados intelectuales de viejos países de Europa y de I\uestras jóvenes Repúblicas americanas.

Creo interpretar el sentIr de toda la Ho­norable Corporación al expresar nuestro más cordial saludo a los distinguidos delegados ex­tranjeros que visitan nuestro pais, para labo­rar en este Congreso en bien de esta impor~ tante actividad humana.

No paqría terminar estas palabras sin se­ñalar- el papel histórico que han cumplido la prensa yel periodismo en (ü avance de la hu­manidad. Es efectivo lo afirmado por un HUE­

tre pensador en orden a que, antes' de loo grandes acontecimi-entos sociales y de los cambios hondos que se producen en la hu~ manidad, ha habido gran profusión de p'ubJi­caciones, de periódicos y de obras escritas er. torno a toda clase de problemas púbrico.;: y, en general, de interés para la colectividad.

Es así como poco antes de aquel trascen~ dental acontecimiento que dió vida a todo un sistema jurídico, político y social en el mun­do, que fué la gran Revolueión Francesa, pen­sadores como D'Alamb-ert, Diderot y otros, práctit:amente durante treinta años, de 1750 a 17'SO, concibieron y dieron a luz una tras­cendental e importante publicación que, co­mo los Honorables DiputadOS saben, se llámó "La Enciclopedia", y que es la precursora de las publicaciones modernas, del tipo de revis­ta, que comentan Y abordan los más impor­tantes problemas humanos; como e,~ el caso de los "Cuadernos Americanos", quP se edi­tan en México.

En el fragor mismo de aquel memorable . acontecimiento, tenemos la figura simpática

e idealista de un Camilo Desmoulins, perio­dista actuante en los días de la Revolución, y la de uno de sus líderes más connotados, que' fué conocido, entre otras actividades, por su periódico "El Amigo del Pueblo". Este, como sabemos, fue Marat, que luchó también en este carácter de periodista, además de tribuno, por lo que él estimaba era lo más justo en aquellos históricos días.

Serían numerosos los ejemplos que se po­drían dar de este periodismo de lucha que. en realidad, no fué prof-esional. Hoy existe el periodismo profesional, sin que por ello tampoco se haya abandonado la lucha y el interés de muchos de los hombres de pren-

SESION B.a EXTRAORDINARIA, EN MIERCOLES 8 DE DICIEMBRE DE 1952 333

sa por abordar, con elevación, los altos pro­blemas públicos, con el objeto de buscarles la solución más adecuada y 'conveniente para la colectividad.

En este breve recuento histórico de ejemplos de trascendentales campañas superiores del periodismo, cabe haoer resaltar, también, aquella publicación admirable de "L'Aurore", d.; París, que Georges Clemenceau, su Redac­tor Jefe, tituló "J'acuse", y que era una car­ta abierta del gran escritor Emilio ZOla, di­rigada al Primer Ministro francés de la épo­'ca, en la que pedía que se hiciera justicia en el famoso caso "Dreyfus", y que apareció el 13 de enero de 1898. Todos sabemos que este noblé y alto ejemplo de periodismo logró ple­no éxito y que se hizo amplia justicia en un caso en qlle, lamentablemen.te, se había co­metido un error.

Como un aporte a estas nobles e importantes labores, nuestro país tiene, también, una res­petable hoja de vida. Y es así como aquel ilustre sacerdote que se llamó Camilo Renrí­quez fundó, en los albores de nuestra Inde­pendencia, el periódico "La Aurora de Chi­le", cuyo primer número apareció el 13 d'e febrero de 1812.

No desconocemos que, antes, en otros paí­ses de la América Latina, como Perú, Argen­tina y Ecuador, se habían publicado ya al­gunos periódicos, para tratar probIemas de interés público, nacional e internacional; pe­ro queremos hacer resaltar la labor de nues­tro periodismo, un tanto romántico y de lu­cha en sus primeros años, precisamente co­mo un aporte g~neroso, y no como un gesto egoísta, a las labores comunes del periodis­mo continental.

Por otra parte, dentro de nuestro amplio criterio de haber dado cabida al pensamien­to, viniere de donde viniera, y de haber da-, do, también. en nuestro querido suelo, hogar a ilustres pensadores de otras tierras, tenemos el ejemplo de que, asimismo, en los primeros años de nuestra vida republicana, se editó "El Semanario Republicano", fundado por un li­terato. hijo de un país hermano nuestro, el ilustre guawmalteco don Antonio José de Iri­sarrí.

Ya formada la República, en nuestras lti­'chas cívicas, en nuestra inquietud intelectual, en nuestro afán por expresar la verdad y la justicia, debemo;3 Iecordar la gran figura de José Victorino loastarria, que es~ribió en "El Crepúsculo", en "El Siglo" y en la revista "Santiago", y ;J. aquel otro notable intelectual nuestro, José .Joaquín Vallejo, conocido con el familiar y apreciarlo nombre de "Jotabeche", que colaboró en "El Semanari'J", fundado en 1842, y en otras importantes publicaciones.

Y, gracias a esa recordada tradición nuestra de hospitalidad y de amplitud de criterio has

ta rebat1eron a nJlestros propios periodistas, escritores ilustres del pueblo argentino, que tuvieron una cordial acogida en nuestra prensa. Me refiero a Domingo Faustino Sar­miento, a Bartolomé Mitre y a Juan BautiSta Alberdi.

Sería largo hacer la historia de nuestro pe­riodismo de lucha, impregnado del romanti­cismo europeo de mediados del siglO pasado, y también sería muy largo hablar de nues­tra pl'ensa, que ha llenad(} una función muy importante en nuestra vida ciudadana. Por sobre las pasiones del momento, por sobre las , distintas opiniones políticas, debemos reco­nocer que todos los rotativos que aparecen en esta RepÚblica y que ya tienen su tradición, han cumplido, cada cual desde sus distintos puntos de vista, una digna misión informati­va en el país.

Por eso, señores Diputados es justa la rea­lización de esta sesión que la unanimidad de la Honorable Cámara- acordó.

Ya dentro del profesionalismo periodístico y sin que se haya abandonado aquel antiguo sabor, un tanto soñador y de lucha por altos ideales, este importante gremio, representando a los dos hemisferios de la tierra, se reúne en nuestra Capital para tratar, en congreso mundial, sus más urgentes problemas. Ha­N~mos votos por que este congreso se reali­ce con el mejor de los éxitos.

Al Parlamento Nacional le ha correspondi­do, dentro de sus recursos y atribuciones, co­laborar en todo lo que ha podido a la reali­zación de este torneo. Esperamos que después de adoptadas sus valiosas resoluciones, la prensa y los periodistas seguirán cumplien­do con la alta finalidad que, en el fondo, también envuelve una labor epucativa, que es paralela a la del magisterio. Así como los maestros educan a la niñez y a la juventud para preparar un pais mejor, los periodistas, a su manera, están educando a la opinión pública a través de la orientación que dan sus' informaciones. Y por eso es tan delicada es­ta función de la prensa y el periodismo. Por­que así como un mal sistema de enseñanza o un mal magisterio pueden producir un per­juicio ,enorme al educar mal a la niñez y a la juventUd, un errado () falso periodismo pue­de hacer daño enorme a un país, al educar mal a la opinión pública.

Por eso, nOs asiste profunda fe de que, de' este torneo, habrán de sacarse conclusio~ que tiendan a elevar cada vez más la fun­ción periodística, con el objeto de desterrar totalmente de ella publicaCiones sin base se­ria o informaciones calumnosas o injuriosas, porque, cuando ya entra la calumnia o la in­juria en una publicación, se está desvirtuan­do la alta finalidad del periodismo.

No dudamos de que así lo habrán de com­prender todos los delegados a este Primer

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Congreso Mundi~l de Periodistas y que sus deliberaciones estarán presididas por un afán de verdad y de justicia. Así no habrá el me­nor temor de que en todos los países que ellos representan sean respetados ampliamente, y pueda, de este modo, ser una realidad el principio de libertad de prensa.

Termino, pues, señores, realzando el pro­fundo significado que tiene para nuestro país el hecho de que, ;)n su capital, se reali­ce este Primer Congreso Mundial de Perio­distas, reiterando nuestras congratulaciones a sus organizadores, que obtuvieron para Chi­le el honor de que fuera la sede de este im­portante torneo internacional, y por cuyo éxito formulamos nuevamente nuestros más sinceros votos.

-Aplausos en la Sala, en' tribunas y gale­rías.

El señor TAPIA (Presidente). - Tiene la palabra el Honorable señor Rivas.

El s'eñor RIVAS.- La nación entera, Hono­rable Cámara, está hoy de pie recibiendo a los delegados de la prensa de tod.o el mundo que llegan a nuestra tierra trayéndonos el saludo de sus diarios, el cariño de sus pueblos, el afecto de sus Gobiernos. .

En cada hogar periodístico de Chile hay fé y optimismo por el buen éxito de esta jorna­da de trabajo, c'omprensión, armonía, cultu· ra e ilustración.

El lazo más poderoso, más fuerte, que re­presenta mejor la sensibilidad, de los pueblos, es, indiscutiblemente, la pr,ensa, pues a travé~ de ella se unen los hombres, se unen los pue­blos, para hac'er triunfar sus ideas, para ha­cer r-ealidad sus -esperanzas.

En el corazón de todos los chilenos brota el cariño hacia estos emisarios de la libertad de prensa, la libertad de opinión, la libertad de pensami-ento y la lib-ertad de la pluma, en todas sus manifestaciones id;eológicas. Y es que en Chile, cuando se habla de prensa se habla de libertad.

La prensa de ChHe, siempre libre y honesta, es severa para juzgar y prudente para infor­mar; constructiva y modeladora de civismo; pero, . por sobre todas. las cosas, libre para opinar.

¡Con cuánto orgullo Chile puede señalar su prensa! La más libr,e de América. La más digna del continent,e.

La prensa chilena no acepta tutelaje de nadie y para nad,ie.

La prensa de Chile no tiene plumarios, sino periodistas -roeporteros y redactores- todos patriotas, libres, y ca:d,a uno, desde su angula, enfoca los problemas nacionales como los ve, como lo", siente y como quiere sOluci<;marlos.

La pr'ensa de Chile, religiosa o at,ea, prole­taria o capitalista, d·erechista o izquierdista, capta la opinión pública, desde su círculo, y lucha .por un afán de superación nacional, por hacer realidad las aspiracIones de su patria,

por un Chile grande y libre" :d,onde desarrollar su idea,rio político, social o' económico.

Con cuanto orgullo podemos decir los pe­riodistas que Chile no ha aceptado jamás el vasallaje de su prensa, y cuando alguien, en días olvidados de su historia, h1\. pretendido mancillarla,/ ella se ha erguido ufana, maciza y poderosa, en baluarte de :la libertad y la pu­reza, y. ha prefeddo cerrar sus puertas antes que aceptar la impOSición de la fuerza d,e una tiranía.

Nuestra prensa defiende y protege al que produce, ampara y colabora con los qu-e hac-en la riqueza nacional, pero está ale~ta al lado de los que sufren y tienen ansias de mejores días, mayor bienestar y sed de justicia social.

Así se da solidez al fervor patriótico de to­d.os nuestros conciudadano.!!.

Una prof,esión que no mueve al diálogo es una profesión estéril. Profesión no quiere de­cir siempr·e patente de trabajo, y ninguna de el1as levanta más apasionadas c'Ontroversias que la de periodista.

Hay quienes la ensalzan y quienes le denb gran, quienes reconoc-en al p-eriodista toda clase de méritos y quienes lo miran en menos. Y, sin embargo, para ser verdad'ero periodista se requiere un desarrollado espíritu de renun­ciación personal, una honradez acrisolad,a pa­r~ poder sustraerse a cualquiera influencia de orden material o afectivo y, por sobre todo ,ello, un elevado sentido de servicio a la co­lectividad.

La profesión de periodista exij e cada día más preparación a los qw~ se dedican a ella. porque cada d.ía el público 1:ec'tor exige más y más a los diarios.

Reporteros o eg'critores periOdísticos deben saber adaptarse a su trabajo para hacer una labor impersonal, sin perder su personalidad Deben tener la habilid.ad para obt-ener la in­formaeión necesaria, veraz, interpretarla y darla a conocer en períodos de tiempp que cada día se acortan más. Deben tener el po­der de captaCión, necesario para seguir inin­terrumpid,amente el incesante proc-eso de educac'ión práctica. Deben estar en condicio­nes para poder adaptarse al progreso que se .etl{rper1mental en cualquier campo de la activi­dad humana. Deben d'esarrollar puntos de vista int'ernacionales, sin p-erder la conciencia de los 1ntereses de su propia patria, Y,' más que todo eso, deb-en poseer un idealismo y un equilibrio espiritual que les ayude a mante­ner el entusiasmo y elevación de principio;; d;e esta profesión -en que cada día se sufre el choque continuo de lru¡ debilidades de los hombres y también de las instituciones hu­manas.

Se habla mucho de la opinión pública. Pe­ro la opinión pública es un ente, una abs­tracción, cuya única expresión permanente y cotidiana son los periódieos que, en realidad, la forman, la orientan y deben su fracaso o su buen éxito al favor que hallen en el pú-

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blico que tratan de interpretar, Mientras ma- Alfredo Guillermo Bravo, en "La Estrella" t 'd d d l t á.s repre de Valparaíso,

yor sea la 'can l a e ·ec ore~ y m ~ 1 Para todos ellos, que supieron luchar, que sentiva la calid.ad, de estos, mas grande sera la importancia de un diario como medio de supieron hacer periodismo en Chile, que im­'expresión y divulgación del sentir de las ma- primieron rumbo a la prensa nacional, va-

ya este recuerdo preñado de gratlt1,ld que el sítS y de las elites, , 1 h h .. t rm dio Cuando se discutían las enmiendas de la pueblo chi eno ace ay, por mI In e e •

desde esta alta tribuna de la nacIón. Constitución de los Estados Unidos de Nor- y al rendir este sincero y caluroso home-teamérica, que son conocidas como "Declar.a- naje a la prensa mundial, no puedo sllen. ción de Derechos", dijo Jefferson en su dLS- ciar un hecho real de la prensa chilena, que' curso memorable; "Siendo la base de nuestro es digno de ser divulgado entre. todos los pe­Gobierno la opinión del pueblo, nuestro pri- riodistas asistentes a este gran torneo, para mer obJetivo debe ser conservar tal derecho; que sea dado a conocer en todas las nacio­y si yo debiera decidir entre que tuviéramos nes amigas concurrentes a este Congreso de ún Gobierno sin diarios o diarios sin Gobier- la Prensa. no, no dudaría un momento en preferir lo Chile tiene el honor de poseer el órgaI\O último". periodístico más antiguo de habla castellana

Es que el periOdismo en el mundo mo,(];erno en el mundo, el cual se ha publicado ininte­es la base del ejercicio de uno de los más sa- rrumpidamente durante 125 años: "El Mer­grados derechos d.el hombre: la libertad de curio" de Valparaíso, cuyo facsímil del pri­pensamiento, y a los periodistas corresponde ~er ejemplar he hecho llegar a cada asls­la tarea de salvaguardar celosamente ese, tente de esta Honorable Cámara. derecho, para que los países vivan en un am- Fué fundado el 12 de septiembre de 1827; biente de libertad, profund,amente respetada nació casi conjuntamente con la. República, desde arriba y orgullosamente mantenida por ese eminente hombre público dori _Pedro desde abajo. Félix Vicuña. Este diario, en sus 125 anos de

Poseído de la más inmensa gratitud, al ha- existencia, encierra en sus páginas toda la blar de la -prensa chilena, no puedo silen- hlstbria de Chile, y, ¿por qué no <lecirlo?, ciar el nombre de aquellos hombres que otro- toda la historia de América, en todos sus as­ra dieron todo lo que eran por prestigiar, le- pectos, políticos, sociales, comerciales e in­vantar y hacer respetable a la prensa de dustriales. Sus páginas son un enorme ba­Chile. gaje de experiencia y conocimientos que na·

Ellos dieron forma, macicez y velocidad a die debe ignorar. nuestro periodismo, agilidad a sus p·ensa. y también, Honorable Cámara, tiene este mientas, e infundieron confianza en la opi- diario otro hecho concreto y real que debe nión pÚblica nacional. saberlo el país.

Camilo Henríquez, en "La Aurora de Chi- Es dirigido por don Joaquín Lepeley, el más le";antiguO Di,rector de diario de Chile, con 50

Andrés Bello, en "El Araucano"; años de fecunda labor periodística continua-Domingo Faustino Sarmiento, en "El Pro- da. en la misma casa.

greso"; En este día solemne para la prensa de Galvarino Gallarda Font, en "El Ferroca- Chile, he querido destacar estos dos hech~s

rril"; que merecen identificarse con el homenaJe Enrique Delpiano, en "El Chileno"; que rendimos hoya la prensa, frente al Con Miguel León Prado, en "El Porvenir"; greso Mundial que se realiza en nuestra ca Isidoro Errázuriz, en "El Mercurio" de Val- pital. . .

paraíso; Por estas razones; en nombre de los DlpU-Ramón Rivas Ramírez, en "La Mañana"; tados radicales, es para mí un significativo Guillermo Rivera Cotapos, en "El Día"; honor y una profunda satisfacción dar la Fernando Silva Maqueira, en "La Unión" bienvenida a los periOdistas que, desde leja-

'tie ValparaÍso; nos o cercanos países, han venido a reunirse Eliodoro Yáñez, en "La Nación"; en nuestra patria para discutir los proble-Agustín Edwards Mac-Clure, en "El Mer- mas fundamentales de nuestra profesión.

curio" de Santiago; Con emoción de compañero de labores y Aurelio Lamas, en "El Sur", de Concepción; con orgullo de parlamentario ehileno, saludo Rafael Luis Gumucio, en "El Diario Ilus- . calurosamente a estos embajadores del pe-

trado"; riodismo mundial, representantes genuinos Augusto Ovalle Castillo, en "El lmparciar'; de esa legión de hombres que en el mundo Carlos Silva Vildósola, en "Las Ultimas entero se exponen a todos los peligros para

Noticias"; Alberto Walker, en "El Austral" de .Temu··

satisfacer la insaciable curiosidad de los lec­tores, que forman la avanzada de los ejér­citos de la libertad, porque combater: en el ca;

Alberto Brandán, en Iquique;

Carlos Aníbal Vial, en Antofagasta; _

"El

"El

Tarapacá" de frente de los espíritus, y a quienes esta enco· mendada la conservación de la más preciada

Mercurio" de conquista del hombre: la prensa, expresión suprema de la libertad de pensar, y de la

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que dijo Rodó: "Cada día más identificada con la vida compleja de la sociedad, pero en forma necesariamente somera y cambiante, la prensa diaria ha de ser como la sombra del cuerpo social; verdadera y fiel como la sombra, y, como la sombra, leve y pasajera".

Y, Honorable Cámara, al rendir este ho­menaje a la Prensa mundial, no puedo silell­ciar en estos instantes el tributo que tam­bién se ,merecen los hombres que, secunda­riamente, trabajan en los diarios de todo el mundo: a los fotógrafos, que, momento a momento, a través de la retina de sus "lElÍ­cas", hacen noticias; a los linotipistas, a los compaginadores, a los tituleros, a los correc­tores de pruebas, a todos aquellos que, sudo-­rosos y agotados, cuando vosotros descan­sáis en vuestros hogares, están en los talle­res dando forma a la noticia y presentación' a las publicaciones, para hacerlas circular al día siguiente de mano en mano, de hogar en hogar, pregonando el nombre de los diarios y sus informaciones.

No puedo terminar estas palabras sin rendir un justo homenaje a esos muchachos que también forman parte del conglomerado de la prensa: a los suplementeros del mun. do, a los "canillitas" de mi patria que re­corren las calles, vocingleramente, anuncian­do el nombre de los diarios y llevando no­ticias, felices para muchQS, tristes y doloro­sas para otros. A todos ellos, rindo un ho­menaje cordial en estos momentos.

-Aplausos en la Sala. El señor RIVAS. - señores Delegados: Es nuestro anhelo que cuando volváis a

vuestras patrias, os llevéis bien grabado en ,lo más profundo de vuestros corazones que en Chile, el último rincón del mundo, existe la prensa más libre y poderosa, más veraz y ecuánime, que sabe informar y orientar a su pueblo.

He dicho. -Aplausos en la Sala El señor TAPIA (Presidente). - Tiene la

palabra el Honorable señor Campos, don Enrique.

El señor CAMPOS (don Enrique). - Señor Presidente, Honorable Cámara:

Ha llegado hasta 'este regazo de la gran cordillera, hasta este escalón de vida surgi_ do del mar infinito, la humana y más jerár­quica representación de la prensa del mun_ do. Embajadores genuinos de populosos paí­ses, de viejas culturas, de diferentes razas, lenguas y credos, han venido a fundirse en la corMal convivencia chilena, para modelar los sólidos y claros principios en que debe basarse el periodismo. universal.

Es un legítimo or.gullo para nosotros, que haya sido nuestro querido Santiago elegido como sede de tan magno y trascendental torneo. Y .. digo que es orgullo, y no vana_ gloria, porque del espíritu de sus viejos ado-

bes, como de la gigantesca, estructura de sus' últimos alardes, surge sin mengua la noble tradición libertaria que fué y que es el clL ma constante en que se ha desenvuelto la vida ciudadana. Sabemos" por eso, que el Congreso Mundial de Periodistas" altiva ex. preSión de la libertad de prensa, que so­lemnemente se inaugurara ayer en nuestro Salón de Honor, guarda fiel concordancia con la' esencia íntima que animara a nues-· tra historia, con el espíritu que informa nuestras leyes, y con la conciencia 'democrá. tica que ha cuajado en €~l corazón del pue. blo. Por esas razones, señor Presidente, las deliberaciones del Congreso Mundial de Pe­riodistas han de ser seguidas con ansiedad por todos, y sus ponencias y resoluciones surgirán en un ambiente de plena libertad que es la única orientación Que los chilenos impondremos a sus deliberaciones, como la manifestación más cabal del alma ciudada­na.

Es necesario adentrarse en las gloriosas páginas de nuestra historia, para ver cómo los pensamientos y los llechos va,n forman.. do, desde los primeros instantes de nuestra vida independiente, la estructura, hoy día vigorosa del periodismo nacional. .

El 20 de julio de 1769, nacía en la ciudad de Valdivia, Camilo Henríquez, el Padre del periodismo chileno.

Nevado de su vocación, ingresó en Lima en el Convento de San Camilo, más conoci_ do con el nombre de la Buena Muerte. Su espíritu inquieto, se impregnó de las rutL lantes doctrinas y grandes ideas del siglo de la ilustración. Atraído por el movimiento revolucionario, llegó a Santiago, donde puso su pluma al servicio de la noble causa, con el pseudónimo de Quirino Lemáchez. Sus es­critos, verdaderas arengas libertarias, no te. nían, sin embargo, la difusión deseada, por falta de medios para imprimir. Fué enton_ ces cuando el Gobierno a sus instancias, ad_ quirió los materiales para la primera im~ prenta, que llegó a Chile en noviembre de '1811, a bordo de la fragata "Galloway".

Es el 13 de febrero de 1812 la fecha me" morable que marca la primera etapa del periodismo chileno. Bajo la dirección del Fraile de la Buena Muerte, hacía su apari­ción el primer periódico nacional, "La Auro­ra de Chile". Su propio nombre parecía que hubiese juntado del corazón de los patriotas, todas las luces de su fe inquebrantable y se hubiesen reunido en un solo y luminoso haz, que con sus resplandores de amanecida anunciaba ya el claro destino de la Patria naciente.

Toda el alma . de Camilo Henríquez pare­cía volcarse en su primer artículo, en el cual expresaba: ''Está ya en nuestro poder el grande; el precioso instrumento de la ilustración universal: la imprenta. Los sa-

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nos principios, el conocimiento de nuestros eternos derechos, las verdades sólidas y úti­les, van a difundirse entre todas las clases del Estado".

Este esforzado sembrador de libertades, este íncansable paladín de la independen­cia' este heroico sacerdote chileno que unía a Dios y a su Patria en el vértice punzante de su pluma, en un supremo anhelo de li­bertad, murió como los predestinados, co­mo los héroes y como los redentores: en un triste olvido. ¡Oh paradoja del destino! ¡No hubo un diario siquiera de aquella época que se preocupara de dar cuenta de su muer­te! Sólo el vieja cañón del cerro Santa Lu­cia, como .si quisiera asociarse a un viejo compañero de lucha que abandonaba las lineas de cOlllbate, llevó en las vibraciones de su estampido la congoja de la Patria que perdía con Camilo Henríquez, el Fraile de la Buena Muerte, al iluminado apóstol del periodismo nacional. .

Preceden a "La Áurora" fugaces y peque­ños periódicos que, con rimbombantes fr~­.ses, al estilo de la época, escandalizan con las ideas revolucionarias· de los teorizantes franceses. Desde las columnas del "Moni­tor Araucano", "El Semanario Republica­no", "El Duende" o "La Gaceta Ministe­rial", toman vuelo las encendidas palabras de Martínez de Rosas, Juan Egaña, Irizarri, y otr.os paladines que, con su prédica, van plasmandO en el alma popular el deseo fer­voroso de la independencia nacional: El desastre de Rancagua reduce a pavesas es­tos nobles intentos de 'los patriotas, que de­ben huir en su mayoría más allá de las fron­teras.

Con el renacer de la Patria nueva, la pren­sa adquiere un nuevo sentido. La indepen­dencia se ha ganado en los campos de ba­talla; su misión es ahora contribuír a la organización del Estado y al afianzamiento de las instituciones republicanas. Los pro­blemas del Gobierno se debaten en la are­na de los diarios. Estanqueros, filopolistas, liberales, federalistas, pelucones se trenzan en enconadas polémicas desde las páginas del "Valdiviano Federal", "El Araucano", "El ;Mercurio de Valparaíso", "El Intérpre­te", que van naciendo, viviendo y muriendo al nervioso compás de la vida política. En las elecciones presidenciales de 1841, cator­ce periódicos circulaban para enfocar desde distintos ángulos l¡¡. realidad nacional.

Es desde las columnas de "El Progreso" que se manifiesta el pensamiento audaz, culto e idéalista de una generación que ten­drá extraordinaria gravitación en las letras y en las inquietudes de la joven república. Este vigoroso movimiento político y literario del 42, recluta en sus filas a ingenios como Lastarria, idealistas como Bilbao, satíricos como José Joaquín VallejO, teóricos como Manuel Antonio Matta, escritores como Jus-

to y Domingo Arteaga Alemparte, Manuel Blanco Cuartín, Benjamín Vicuña Mackenna, Juan de la Cruz Donoso, que animaron con su talento y con su inquietud renovadora las pá­ginas más brillantes de nuestro diarismo del siglo pasado. "El Progreso", "El Corsa­rio", "La Tribuna", "El Ferrocarril", "La Li­bertad Electoral", "La Voz de Chile", "El Tamaya", "El Alfa de Talca", etcétera. , son los despositarios de estos espíritus pri­vilegiados que han dejado huella tan hon­da en la formación cultural de este país.

Podríamos decir que, a partir de esta épo­ca, el periodismo va adquiriendo una con­ciencia mayor de sus fines específicos, sin abandonar por ello su permanente vigilan­cia en el campo doctrinario, pero abarcan" do un mayor ámbito en el panorama de la información y de la cultura. La limitación

-de un discurso. me impide el homenaje me-recido a tantos nombres ilustres, que ilumi­naron con SllS luces las postrimerías del Si­glo XIX y los primeros años del Siglo XX.

La prensa chilena contemporánea cuenta con positivas valores intelectuales que, por sú cultura, sensibilidad y vocación, son dig­nos herederos de esas grandes figuras del pasado, dinamizadas por los aportes de la técnica moderna, que se ha puesto al ser­vicio de la representación y de la difusión de las ideas. En ellos se destacan hombres cuya vida pública se ha desarrollado, no só­lo bajo' el aspecto periodistico, sino que sir­viendo los superiores intereses de la nación desde. el Parlamento o desde cargos de res­ponsabilidad funcionaria.

Nuestros grandes diarios, avalados por una honrosa tradición, inspirados en un hondo sentido nacional y apoyadas por la confianza de la opinión pública, cumplen con su alto ministerio, trayéndonos cada día en la sintesis de' sus columnas, el com­plejo cuadro de la vida en sus expresiones más representativas. De la plana superficie del papel van surgiendo, en sus formas más diversas, desde las más altas notas de la cultura y de la ciencia hasta los má,s nimios pormenores de lo cotidiano. SUs páginas son generosas y están dispuestas siempre a al­bergar las coláboraciones espontáneas, sin exigirles más, muchas veces, que represen­ten una auténtica vibración espiritual, un sentido anhelo colectivo o un problema de dimensión profundamente humana.

Podemos decir con verdad que los diarios chilenos interpretan fielmente la conciencia nacional. Por ello, es que nuestro pueblo admira y protege a su prensa, y la siente como verdadero alimento espiritual, tan ne­cesaria a su existencia, como la satisfacción de las más imperiosas apetencias materia­les.

Es necesario destacar que este ámbito de difusión cultural se promueve con gran vi­gor todo a 10 largo del territorio, donde el

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periodismo provinciano realiza su abnegada labor. recogiendo y difundiendo los anhelos de millones de I chilenos. .

No menos de setecientos diarios, periódi­cos, revistas y magazines hacen está patrió­tica tarea, ocuPando en sus actividades al­rededor de 15.000 personas que, desde las salas . de redacción, desde los taIl~res donde tabletean las linotipias o sumidos 'en el vér­tigo de las grandes prensas, trabajan en es­ta noble misión del periodismo.

Prestigiadas organizaciones g r e m i ales agrupan a estos servidores de la prensa rea­lizando una encomiable labor de defensa de sus afiliados y. propendiendo al logro de su superación profesional.

Interpretando un sentimiento público, el Parlamento chileno ha otorgado a los perio­distas la más completa legislación de pre­visión I que les reporta los beneficios de la jubilación, montepío, seguro de vida, aten­ción médica, etcétera. La Oaja Nacional de Empleados Públicos y Periodistas, cuenta actualmente con 12.000 imponentes de la prensa que gozan del amparo de una de las legislaciones más avanzadas del mundo.

Una de las características que, con distin­to pero permanente acento, se señalan a tra. vés de toda nuestra vida independiente, es la preocupación de nuestros gobernantes y legisladores de otorgar a la prensa y a los que ejercen tan alto ministerio, las máximas garantías legales para el pleno desenvolvi­miento de su misión.

Junto con el nacimiento de la República. a la llegada de la primera imprenta, en me·­dio del alborozo de la funda~ión de los pri­meros periódicos, los patriotas, al estructu. rar los Poderes del Estado, se preocuparon primordialmente de sancionar en los textos legales y constitucionales la libertad de im­prenta y el derecho inviolable a la libre di­fusión y' expresión de las ideas. Garantiza­ban de este modo la libertad de prensa na .. cida, las más de las veces, para proponer ideas audaces y renovadoras, o para criticar acerbamente a esos mismos gobiernos. .

Ya en el reglamento constitucional pro­visiona~ de 1802, dictado bajo el autocrático Gobierno de José Miguel Carrera, se esta­blece que "la imprenta gozará de una liber_ tad legal, sin imponerle otra limitación que el respeto a la religión, las costumbres, y el honor de los ciudadanos" . Asimismo, la Constitución de O'Higgins, de 1818, dispone que "todo hombre tiene libertad para publi­car sus ideas y examinar los objetos que es· tán a su alcanlle".

"En ningún caso ni circunstancias, sean cuales fueren, se establecerán en Chile las instituciones inquisitoriales". Dice la Cons­titución de 1822: "Dios me ayude si la cum_ plo y si no me lo demande", juraba enfá­tico y solemne el Director Supremo.

Aún más allá va la Constitución de 1823; al declarar en su artículo 262 que "la impren­ta ~erá libre, protegida y premiada", y al proclamar "su facultad 'de manifestar de un modo fundado las virtudes cívicas y de­fectos de los funcionarios <en ejercicio".

Así entendieron los primeros dirigentes de este país la alta misión de la prensa y sus ¡;agrados derechos. Al mismo tiempo pun. tualizaron que sus abusos y desbordes serían calificados y sancionados judicialmente,

Las Constituciones de 1828, y de 1833, y la de, 1925, que actualmente nos rige, reafir. man, igualmente estos prinCipios y garanti. zan a todos los habitantes de la República, sin distinción de credos, razas ni doctrinas, su derechó inviolable a manifestar, libremente, y sin censura previa.., sus opiniones.

Estos han sido y son nuestros textos cons­titucionales, informados todos ellos del es. píritu de amparar este saltrado derecho de la libertad de imprenta. Nuestro Parlamen. to ha sido, siguiendo nuestra más honrosa. tradición, el más celoso defensor de estos postulados, porque entiende que son el úni. co camino c,le superación y perfeceionamien-­to de las, ihstituciones democráticas,

En el breve espacio de un discurso no me ha sido posible rese:fil!ar más que los grandes l'asgos del periodismo nacional; pero, guia. do por un imperativo de conciencia que emá~ na precisamente del 'conocimiento de su his. toria y de sus hombres, debemos ratificar, desde esta alta tribuna, la absoluta fe en nuestra prensa, y expresar que sabemos que su prédica constante ha de seguir abriendo un surco de fecundas germinaciones.

Señor Presidente: quiero hacer llegar. co­mo chileno, a los esclarecidos 'periodistas que nos honran con su vista, el ferviente deseo de que, libr~mente r~corran nuestros pue­blos y ciudades, se adentren en nuestra vi­da, juzguen la solidez y hondura de nuestros principios democráticos, en la seguridad de que, tras la modestia de nuestra apariencia material, sabrán encontrar el temple de una raza altiva y vigorosa, decidida a laborar en p;:¡,z por la conquista de sus grandes deBti. nos.

Como Parlamentario, deseo expresar nues­tra profunda complacencia por la feliz inL ciativa que ha tenido el Círculo de Periodis. tas de Santiago, que demuestra con ello el espíritu de superación que anima a sus como ponentes, y agregar enfáticamente que vemos en la prensa libre uno de los factores pri­mordiales de la preservación del régimen de. mocrático y que, por ello, estaremos siempre atentos a velar por los intereses de la pren. sa y propenderemos con nuestras leyes Il. su desarrollo y perfeccionamiento.

Finalmente; señor Presidente, como libe. ral y en nombre de dos Diputados del Par-

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tido, debo manifestar que me siento plena­mente reafirmado en mis principios al ver cómo, del imperio de la libertad de expre­sión, hija predilecta de nuestros visionarios antecedentes, ha nacido vigorosa, orientado­ra, culta y vigilante, esta prensa libre del mundo, esta prensa que hoy, bajo los plie­gues de nuestra bandera, reafirma jubilosa sus vitales postulados.

He dicho. -Aplausos en la SaJa, en tribunas y ~a.

JerÍas. El señor TAPIA (Presidente). - Tiene la

palabra el Honorable señor Loyola. El señor LOYOLA. - señor Presidente:' El Partido Conservador Tradicionalista,

que tiene por cimiento una doctrina edifi­cada sobre la sólida base de su adhesión in. quebrantable a las grandes Ilbertades huma­nas, no podía estar auseIlte en este home. naje parlamentario al Congreso Mundial de la Prensa, que se efectúa en nuestra capi­tal y reúne a las expresiones más auténticas de un periodismo que debe y necesita des. envolverse sin más limitación que la dicta­da por los principios de su ética profesio. nal.

Ha deseado mi partido que la voz de .sus parlamentarios pidiera, primero, que la Cá. mara de Diputados reciba en un acto es. ;Jecial a periodJsta.s de 181 naejones demo­cráticas que desean estudiar, fraternalmente, los variados aspectos de sus problemas P¡;o. fesionales y proclamar, con fu~rte acento, sus anhelos deniantener la intangibilidad del concepto . de la libertad de prensa, por cuyo afianzamiento lucharon los constructo. res de nuestra República.

Nuestro partido, que nació a la existencia con esa República, que forjó su doctrina en los moldes de la democracia sobre los cua. les vació Chile su organizáción política; que compartió afanes e inquietudes en de­fensa de las libertades. públicas, comparte ahora las inquietudes, y los ideales de los periodistas reunidos en esta tierra que se enorgullece de tener incorporado a su patrL monio democrático esa libertad de prensa que es bien inapreciable para el desenvolvL ' miento de todos los atributlls inherentes a la persona humana.

En nuestras filas hubo Siempre periodistas que libraron grandes luchas por su ideal doc­trinario y por encima de todo lucharon por su ideal. Por una prensa libre, patriótica­mente orientada, dentro de !a cual el hom­bre de diario pudiera reflejar su pensamien­to sin deformaciones. Manuel Antonio Tocor­nal, Ramón Sotomayor Valdés, Rómulo Man­diola, Zorobabel Rodríguez, Abdón Cifuentes, Manuel Blanco Quartin, Enrique Delpiano, Joat}uín Díaz Garcés, Ricardo Salas, Rafael Luis Gumucio, Carlos $ilva Vildósola, Rafael

Egañlt, Clemente Díaz, Jenaro.Prieto, Máximo Lira, Pedro Belisario Gálvez, fueron políticOS y periodistas entre muchos hombres denues­tras filas que animaron a las co}umnas de 1a­prensa e hicieron de ésta un conductor de sus ideas de patria y democracia.

En esa enumeración faltan' mu.chos nom:" bres, seguramente, porque he mencionado a los que ya están definitivamente ausentes e incorporados a la historia de nuestra colecti­vidad como ejemplo de constancia y de abne­gación doctrinaria.

Muchos sacerdotes ligadOS a nosotros por un común ideario cristiano, fuefon también altas expresiones del periodismo combativo, que nunca ha cesado de luchar entre nosotros, para que nunca se vean amenazadas nues­tras libertades de prensa. El ilustré> religioso y ardoroso revolucionario que fuera Fray Ca­milo Henríquez, el padre de nuestro periodis­mo, tuvo en el sacerdocio a continuadores de su obra y de su €jemplo entre los cuales fi­gura una extensa lista, y de la cual pueden extraerse algunos nombres, de los que están más presentes en nuestro reCl18rdo: elPre­bendado don Luis Campino Larraín, Director que fuera de "El Porvenir"; el Arzobispo don Crescente Errázuriz, fundador de "El Estan­darte Católico"; el Prebendado don, Rodolfo , Vergara, editorialista de "El Independiente"; el Obispo don Rafael Edwards, también Di-· rector de "El Porvenir"; el Obispo Monseñor Guillermo Cárter Gallo, fundador de "El AmI­go del País", uno de los más. viejos periódicos chilenos; el Prebendado, don Esteban Muñoz Donoso, editorialista de "El Estandarte Cató­lico"; el Presbítero don Ramón Merino Benf­tez, Director de "La Unión de Santiago", y, más adelante y hasta nuestros ,días, Monse­ñor Carlos Casanueva, fundador de "El Dia­rio Popular", en 1908, y don Luis Arturo Pé~ rez, Director de "La Unión", de Santiago.

En esta rápida mención de nombtes figu­ran historiadores, escritores de prestigio -na­cional y exterior, pero que fueron en una par­te importante de sus vida-s fundamentalmen· te periOdistas, esto es, que inspiraron o fun­daron diarios o periódicos de importancia y que a lo largo de toda su existencia nunca dejaron de defender con tenacidad insobor­nable, y hasta con violencia, ese atributo va­lioso que es la libertad de expresión, la libre difusión de las ideas.

Señor Presidente: Al hacer indicación de nombres sólo me hl:\ guiado el propósito de señalar a los delegados extranjeros que la Ji­bertad de prensa, en toda su amplitUd, ha si­do siempre imperativo categórico de nuestras luchas o de nuestros valores más representa­tivos. Con firmeza defendimos antes y defen­deremos más tarde el libre acceso del perio­dista a las fuentes de noticias, y nos opon­dremos a cuanta medida que quiera desnatu­ralizar la misión de la prensa o desvirtuar sus

340 CAMARA DE DIPUTADOS,

derechos a ser el reflejo fiel y honrado de los anhelos y las esperanzas de la opinión ciuda­dana.

El Partido Conservador TradlctonaUsta me ha encargado la misión honrosa' de saludar a los señores delegados y d~cir cuánto aprecia­mos los ideales y las aspiracIones que forman parte de la pauta de deliberaciones de la asamblea que ayer fué inaugurada en San­tiago. Quier:; decir, a hombres del Viejo y del Nuevo Mundo y de cercanos o lejanos países, que su posición frente a esta libertad, de an­tes, de ahora y de siempre, no tendrá varia­ciones y que nuestros representantes en todas partes no sólo defenderán a los diarios de me- . didas que coarten sus derechos, sino de deter­minaciones que les entraben o interfieran su desenvolvimiento. Porque todos sabéis, seño­res, que la libertad de prensa no sólo es atro­pellada cuando se clausuran o empastelan las

'imprentas, sIno también cuando se tiende en torno a los diarios o revistas un cerco de per­secuciones económicas destinadas a ahogar las voces independientes privándolas de papel o de otros elementos substanciales para po­der salir a la publicidad.

El Congreso Mundial de la Prensa se rea­liza bajo grandes auspicios y bajo grandes augurios. Háce pocos dlas, el 22 de nOVIem­bre, pudo recordarse la llegada a Valparaíso, en una fecha análoga de 1811, de los elemen­tos substanciales para la aparición de "La Aurora de Chile", el primer periódico chile­no. Ciento cuarenta y un años más tarde, Hegan a esta capital periodistas de todas las lenguas, que son expresiones vivas de los an­helos de libertad de prensa, a comprobar que los elementos mecánicos que trajeron en 1811, Mateo Arnaldo Hoewell, no sólo sirvieron pa­ra una época, sino que se convirtieron, sim­bólicamente, en la base de sustentación de lo que todos vosotros, periodistas chilenos y ami­gos, pediréis hoy y siempre: una libertad am­plia para informar, una libertad amplia para opinar; una libertad amplia para construir un mundó libre, una democracia auténtica dentro de la cual los individuos disfruten de todos los derechos, al igual que están obliga­dos a cumplir todos los deberes.

-APLAUSOS EN LA SALA, EN TRIBU­NAS Y GALERIAS.

El señor SILVA CARV ALLO.- Pido la pa­labra, señor Presidente.

El señor TAPIA (Presidente).- Un momen­to, señor Diputado. • Si le parece a la Honorable Cámara, se prorrogaría la hora de término de la sesión, I

si fuera neéesario, para que puedan pronun­ciar sus discursos todos los señores Diputa' dos que van a usar de la palabra.

Acordado. Tiene la palabra el Honorable señor Silva

carvallo. ': ,1'1/'!

El señor SILVA CARVALLO.- En nombre del Partido Conservador, doy la bienvenida a los periodistas que se han reunido en nues­tra capital, con el fin de celebrar un Con­greso Mundial, que esperamos habrá de te­ner gran importancia y vasta trascendencia.

Como todos los Partidos democráticos chi­lenos, el nuestro cree en la libertad de ex­presión y mantiene y defiende, en su pro­grama doctrinario y en su acción pÚblica y privada, la libertad de prensa. La conside­ra un derecho fundamental de la democra­cia, un atributo esencial de la personalidad humana y un factor indispensable para el progreso moral y material de los, pueblos.

Chile es un país de libertad. Salvo breves y dolorosos eclipses, la historia política de Chile demuestra que las libertades públicas han sido siempre respetadas. Gracias a este respeto por la dignidad del hombre y a la protección legítima de 10 que el hombre ha sido capaz de crear, en los campos de la ma­teria y del espíritu, nuestro país ha podido alcanzar los altos niveles intelectuales, polí­ticos, culturales y sociales que le son reco­nocidos por las demás naciones.

Desde las primeras Constituciones y Re­glamentos, los Padres de la Patria consagra­ron la libertad de expresión como uno de los requisitos esenciales de la ciudadanía y de la nacionalidad. Tal concepto se ha man­tenido vigent~ en todas las evoluciones su­fridas por nuestro Derecho Constitucional. Las innovaciones necesarias introducidas en' el correr del tiempo en 10 social, lo econó­mico o lo político, jamás han tocado el ám­bito de la libertad de expresión, que sólo tiene limitadones cuando invade el campo del delito. .

Así es como expresa este concepto el No 3 del artículo 10 de la actual Constitución Política del Estado:

"La Constitución asegura a todos los ha­bitantes de la Repúbllca:

La libertad de emitir, sin censura previa, sus opiniones, de palabra o por escrito, por me 'dio de la prensa o en cualqUiera otra for­ma, sin perjuiciO de responder de los delitos y abusos que se cometan en el ejercicio de esta libertad en la forma y casos determi­nados por la ley".

Este concepto ha sido iI!.C~rporado al De­recho Público Internacional. Es moral y le­galmente obligatorio para todos los paises miembros de la. Organización de las Nacio­nes Unidas, pues él figura, con caracteres indelebles, en la Declaración de los Derechos del Hombre, que es U~l pacto de honor que firmaron y respetan la inmensa mayoría de la comunidad de las naciones libres deJ mundo. La importancia de este derecho a la libertad de expresión, Y, particularmente, al que se ejercita por medio de la prensa, ha sido corroborada repetidas veces en 1'1 co­misiones, consejos y, asambleas de las Na-

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ciones Unidas. En una de esas asambleas, se expresó textualmente· que "la libertad de expresión es la piedra angular de todas las demás libertades estabelcidas en la Car­ta de los Derechos del Hombre, y una de las más importantes entre todas aquellas a cuya protección se consagran las Naciones Unidas".

Pero el hombre jamás ha podido afirmar todavía que ha terminado el proceso de su perfección, ni· que se han detenido las fuer­zas obscuras que quieren someter o aniqui­lar su espíritu. Por eso, en pleno siglo XX, en el siglo de las comunicaciones vertigino­sas y del conocimiento simultáneo de los sucesos, vemos que hay pueblas enteros que Ignoran lo que ocurre en el resto del mun­do. Millones y millones de seres humanos carecen de noticIas de lo que pasa fuera de las fronteras de sus paises, y, aún, de sus vecindades más InmedIatas. Una cortina de sIlencio los rodea. Son impenetrables desde el exterior y desde el interior. En ellos se ha establecido un régimen político que es­tima que la prensa es una función del Es­tado, que los periodIstas son agentes distri­buidores de la verdad oficial, y que los pue­blos denen saber solamente aquello qUe con­viene al interés político del Estado. Son es­tos problemas los regímenes que purgan pe­riódicamente a los Intelectuales; escritores, periodistas y artistas que se apartaron de la línea oficial.

A! amparo de este sistema, se ha logrado aislar de la comunidad internacional a mi­llones de hombres y mujeres, que no pueden juzgar ni Siquiera el estado de servidumbre en que viven, porque se les priva de la com­paración con sus. semejantes, que es uno ae los elementos indispensables· del juicio. Su conciencia y su pensamiento están dirigidos por el grupo de los que tienen en sus ma­nos todas las armas del poder. El pensa­miento dirigido por el Estado es una de las peores tiranías que ha conocido la historia. y es, acaso, la causa principal de los odio~ y desconfianzas que amenazan nuevamen­te el destino de la humanidad. A su ampa­ro, se fomentan las rivalidades entre los pue-' bIas, se les mantiene en la. ignorancia del progreso alcanzado por los demás, se les do¡sifica lo que deben saber y se les oculta 10· que no conviene al Estado. Asi se crea una . humanidad mansa y pacién~e y apta para creer en los mitos más absurdos. Así se ciegan las fuentes del conocimiento, y se ptiva al hombre de las facultades de apro­bar o criticar, de juzgar y de discernir, so­bre las ideas que pueden influír. en su des­tino.

No podría decirse que esos regímenes ame­nazan la' libertad de la prensa. Sencilla~ mente, la han suprimido. La función de la. prensa, como expresión. de la opinión públi­ca, ha desaparecido para convertirse en un instrumentq,. de propaganda y de coacción

espiritual al servicio del Estado, del mismo modo que todas las demás manifestaciones de la cultura, del arte y del pensamiento.

No es ésta la situación en los países de­mocráticos. Pero la constante Vigilancia que la democracia debe mantener en resguardo de sus instituciones fundamentales, exige que ella se extienda también a los derechos de la prensa.

Se achacan a la prensa y a la función pe­riodística defectos que quie'ren presentarse como específiCOS de su régimen actual de li­bertad y quisieran algunos corregirlos por el peligroso camino de los control. y de las intervenciones. Los requerimientos económi­cos de la hora actual hacen que el Estado intervenga en sus abastecimientos materia­les, y algunos Gobiernos, valiéndose de esta necesidad, la han aprovechado para entre­garlos a l'l prensa adicta, a sus propósitos, y para eliminar a la prensa de oposición. Los problemas económicos y sociales de quie­nes trabajan en la: prensa, sirve también a algunos para hacer distinciones insosteni­bles entre. "libertad rie prensa", "empresa periodística" y "periodista", como si la exis' tencia de alguno, de estos elementos de la libertad de expresión pudiese ser posible sin la existencia de los otros.

La prensa libre y los medios actuales de difusión del conocimiento en elflmundo tie­nen, indudablemente, muchos defectos y muchas limitaciones. Pero ellas no ~on in­herentes a su régimen de libertad, sino a las imperfecciones que debilitan todas las ins­tituciones humanas. Serían infinitamentp peores si la porción más numerosa de la hu· manidad !',areciera de la prensa en su for­ma actual. Son infinitamente mayores sus virtudes, que ~us defectos. La multiplicidad de los diarios y de los demás medios de di­fusión del conocimiento, la variedad de las agencias internacionales de información, la capacidad riel periodista para escribir en los diarios que interpreten sus propias ideas, y para refutar las Que se expresan en otros de. ideologías distintas, es precisamente lo que permite que todos los días, en las más opues­tas latitudes del mundo libre. ,,1 hombre debata sus problemas, sus necesidades, sus sueños y sus esperanzas.

y la democracia debe Vigilar continua­mente porque así sea, potque así ~ontinúe siendo. Debe velar que los conflictos del tra­bajo no se conviertan en armas contra la li­bertad. Debe cuidar que las medidas de m­tervención económica del Estado no se con­viertan en instrumentos discriminatorios pa­ra suprimir la libertad de la prensa. Debe ve­lar por que no se invoquen sus defectos y sus lamentab~es excesos para desconocer sus virtudes y los inmensos servicios Que presta a la cultura y al progreso del mundo.

Es un honor para' nuestro país que este Congreso se celebre entre nosotros. Han acu'"

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dido a él periodistas e intelectuales de Eu­ropa, América y otros continentes. El pe­riodismo chileno recibirá. el inapreciable be­neficio de conocerlos personalmente, y de escuchar sus experiencias en. ese oficio deli­cado y trascendente de interpretar la opi-

,nión pública. Ellos, por su parts, podrán llevar a suos

pueblas la imagen de nuestro país, y cono­cerán sus costumbres, su pueblo, sus insti­ituciones democráticas. V esperamos que será profundamente grato para muchos de ellos compll't.bar que, en esta parte del mun­do. la prensa ha sido y es un factor pode­r<>so en la cultura ~fvlea. y el progreso mo­ral Y, material de Chlle.

Podrán comprobar Ñ1mblén que gracias a su prensa, Chile vibra con todas las inquie­tudes y problemas del mundo, y que gracias a su 'prensa, nuestro pais puede decir, sin jactancia, que nada de lo humano le e:;; ex­traño.

-APLAUSOS EN LA SALA Y EN TRIBU­NAS.

El señor TAPIA (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Echevarri. . El señor ECHA V ARR!. - El Partido Agra­

no se congratula de verdad, por la reunión en la capital de Chile, de' este Congreso .de Periodistas.

La democracia sólo es posible con una prensa que traduzca el cotidiano palpitar de la opinión pública.

No sólo una prensa Ubre; si no, más que eso, una pren~a libérrima.

Las instituciones de jerarquía democrática s~l,o sor; ~osibles con el respaldo de la opi­mon publlca traducida por su vocero más auténtico: la prensa,

Es honroso y satisfactorio para los' chile­nos, albergar en estos instantes en su ciu­dad capital, a los distinguidos y autorizados personeros de un pOder que tiene en sus di­rectivas la más alta misión cual es la de ' anticiparse a la cristalizació¡{ de los destinos de 10S pueblos.

En estos instantes que viv~la humanidad, sin discrepancia de opiniones puede afir­marse que todos los más altos ideales que pueda sustentar el hombre están fuertemen­te vinculados a la libertad de prensa.

Repito, pues, que, en nombre de mi par­tido, ofrezco la más auspiciosa congratula­ción a todos los integrantes de este Con­greso Mundial.

-APLAUSOS EN LA SALA Y EN TRIBU­NAS.

El señor TAPIA (Presidente}.- Tiene la palabra el Honorable señor Castro.

El señor CASTRO.- Señor Presidente, Ho­norable Cámara, hay dos cosas en mi exis­tenpia que yo puedo perfectamente entendeI y afirmar, y que nunca he pOdido explicar con elocuencia ni con exactitud.

Cuando estudiaba las humanidades en un colegio congregacionista, el profesor de Cas­tellano siempre me tarjaba la zeta de mi' nombre y argüía, en base a puntos irrefuta­bles de la gramática, que mi nombre había de escribirse con "ese". Y yo no podía ex­plicar al profesor por ,qué, también desde mi punto 'de vista gramatical, lo escribia con zeta, y no podía hacerlo, porque para en­frentarme a la fría e inexorable pedagogía del profesor, yo sólo poseia una explicación sentimental. "Señor, cuando niño, yo apren­dí a escribir mi nombre. Mi madre me tomó la mano y fué delineándolo con zeta, porque el Rey Mago. según ella, se escribía con ze­ta, y en las Sagradas Escrituras figura es­crito de tal manera".

Alguna vez me han preguntado qué es un periodista, y yo no he podida decir" porque considero que el periodista es un artista. Nunca me he atrevido a contar la razón por la que siempre he visto en el periodista a una. especie de hermano de inquietud litera­ria, de nerviosismo creador. Tal vez sería, Honorsble Presidente, porque allá, en el si­lencioso rincón de mi pueblo, yo le conoel el rostro al, periOdismo junto al fatigoso tra­quetear de una prensa qUe tenía que hacer enorme esfuerzo para sacar su cuota diaria de impresión, y le conoci el rostro a este periOdismo junt~ a un poeta, maravilloso poeta de mi tierra, magnífico poeta del ha­bla castellana, que se llamaba Osear CMtro zúñiga. ,

Yo vi a Osear escribir su >'Responso a García Larca"; le vi darle forma a los más bellos romances de la poesía castellana, en los que se mezclaban las bellas metáforas que sólo la imaginación del poeta podía atrapar, con el traqueteo heroico de la mo­desta prensa que daba forma a la a.ctualidad del pueblo para salir disparada al aire pue­blerino en la estridente voz de los suplemen­teros,

Siempre me ha parecido que la poesía, que el artista. en fin, están emparentados cerca­namente al periodista y al luchador.

Por eso yo qUisiera contarles ahora a lO1}

delegados de España, a los delegados de todos los uaíses del habla castellana, que este poe­ta, que' seguramente ellos conocían a través de las expresiones de la poesía de América española, aparte de su valiosa pro~licción li­teraria, ostentaba otro titulo, también, de un valor inapreciable: el título de director de un periódico de provincia y por ende, de lu­chador que plasmara una 'conciencia doctrina ria.

Los periodistas tienen perfile" claros, de ar­tista y de luchador.

Oscar era una especie de árbol que en ca­da instante iba floreciendo en imágenes ma­ravillosas y podía transformarse en una eo­,¡¡a sutil y etérea para entender, por ejem­plo, el lenguaje del viento, el telegrafiar de

SESION B.a EXTRAORDINARIA, EN MIERCOLES 3 DE DWIEMBRE DE 1952 343

los astros, el mensaje de los ríos, el lengüetear de los océanos; pero, a la inversa también, euando había que luchar, restallaba su copla para condenar al traidor o para herir al

bertad de prensa en América. Con gusto ad­hiero al homenaje y al recuerdo.

Yo os quiero significar que también la pren sa a su debido tiempo, fué una válvula de es­cape de los explotados y oprimidos y la ~e- ' jor bandera que esgrimieron los dirigentes del proletariadó, para llegar a las masas y darles fisonomía y proyección a las ideas nue­vas. Deseo nombrar aquí y recordar a un hombre a quien admiro: no importa que vos-

tránsfuga. . Su responso por García Lorca es uno de los

más oeHos roznances de la poesía castellana; pero, al mismo tiempo, trae en su' fondo la palabra dura y quemante del que quiere he-. :rir al contrincante en ideas políticas.

Dice Oscar, y vosotros lo sabéis ieñores De­legados del habla castellana:

"Llevaba el día en el cinto. COffiQ.. un alfanje de plata, y en el arzón de la silla, una guitarra gitana.

Romances de luces nuevas se abrían en su garganta. Los ayes del cante jando lo lamían como llamas. Cuando soltaba su copla cantaba toda España".

y no hace falta más: ahí se advierten, por un lado, el perfil del artista y, por el otro, t!l del luchador.

No se precisa decir qUién mató a García Lorca ni por qué. Basta sólo oír al poeta que escribía al lado de la prensa de provincia pa­l'a sacar desde el fondo del corazón la más dura blasfemia para condenar a quienes lo mataron.

Señores, a mi me parece que el periodista es uno de los más abnegados y eficientes sol­dados de las libertades.

No hace falta, tampoco, que el hombre de la prensa lleve en su pecho el letrero, la ca­lificación del grupo pplitico al que pertenece; sólo se necesita que transmita y comente la noticia.

otros o cualquiera interpretéis el argumento , como teñido de algún color político. Lo que

sé es que este hombre, en las luchas del pro­letariado chileno, ocupa un puesto de van­guardia y es el creador, sin duda, de esta prensa proletaria que cada día está luchando por sus reivindicaciones.

Fué a comienzos del siglo. Ese pájaro blanco de alas tremendas que iba del océano

, a la cordillera, que es el salitre, empezó a vo­lar por el destino de Chile y entonces, en me­dio de este alto aleteo, hubo un hombre que trajo una prensa, y consiguió una caja de ti­pos, y convidó al camarada Gutiérrez, y con­vidó al camarada González, y dijo al cama­rada Bustamante:. Usted, camarada, tiene que darle una razón a su destino. Venga aquí, a parar tipos". Y vino el camarada Gutié­rrez, y vino el camarada Bustamante; y la pampa, todo este pájaro inconmensurable, de­t.uvo su vuelo para impulsar la hoja comba­tivlit que, a través de la historia del prole­tadado chileno, lanzó a circular Luis Emilio Recabarren, á quien recuerdo, entre tantos nombres que se han dado, con la emoció,n de un luchador que encuentra en la existen­cia de este- hombre una clara fuente para be­ber su ejemplo.

Ya lo han dicho quieutjd brillantemente me han antecedido en el uso de la palabra: a medida que se ha veaido puliendo la demo­cracia americana, el periodista ha sido una ' especie de obrero de cantera, puliendo la pie­dra hasta brindarle al mundo, a la Humani­dad entera, esta fisonomía maravillosa de la libertad y la democracia americanas.

-Aplausos en la Sala, en tribunas y gale­rías.

Yo os quisiera hacer una petición, señores congresales.

Ya os he hablado del olor de la tinta de imprenta. Ya os he hablado de los tipos y os he hablado de la prensa. Yo quisiera que me dierais por un instante esta calidad im­pagable de miembro de vuestro Congreso. Os lo pido para, a la vez, hacer una solicitación a vosotros ... Un día fué Camilo Henriquez, el brillante

"Fraile de la Buena Muerte", que además de ser periodista, constituía también un motivo

. poético para cántarle a él y a la libertad de América.

Alguien ha querido discutir que el perio­dista no es un artista. Ahi está Camilo Hen­ríquez, el artista de la libertad y del coraje. Podría' estar prostemado ante el crUCifijo y en ese instante la sublime' paz y la serenidad de su presencia eran un mensaje de lucha por la libertad de Chile y de ,América.

Vosotros podéis recordar a otros cuantos que a su debido tiempo y en la medida de iOucapacidad impulsaron la prensa y la 11-

-Aplausos en Tribunas y Galerías. El señor CASTRO.- Vosotros sois arqUi­

tectos de la humanidad; vosotros sois los ar­tífices del destino de la civilización; vosotros, en vuestros pulsos, tenéis la responsabilidad de ir moldeando la humanidad entera. Por eso os quiero hacer una petición. Id a vues­tras máquinas de escribir; id al telégrafO; id al teléfono; id al viento y gritad en la mon­taña; id a vuestras agencias noticiosas y transmitíd, os lo suplico, una palabra: ¡Paz! Decid 'a los cuatro puntos cardinales esta pa­labra: ¡Paz! ¡Que os oigan en América; que os oigan en Europa; que os oigan en Asia! ¡Ah, amigos periodistas, id allá a la suavi.

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344 CAMARA DE DIPUTADOS

dad de los estanques sureño/¡ y traed la su­tileza del agua; id a los volcanes y traed los metales de sus erupciones para que expreséis y meditéis esta palabra: ¡Paz!

Muchos de vosotros estuvisteis en la gue­rra pasada; conocisteis las esquirlas de las granadas cuando se adentran y traen silen­cio de muerte a los niños, a las mujeres y a los padres. Vosotros traéis en vuestras pupi­las el terror del espectáculo de las bpcas que nunca más pOdrán hablar. Entonces, amigos congresales, id, por favor, a las cumbres de la cordillera y decidle al viento que lleve es· ta palabra: ¡Paz! Id, por favor, amigos míos, por todos los litorales del mundo, para que los océanos enteros, a medida que se estre­llen contra las rocas y se bifurquen en miles y miles de gotas de espuma, transmitan' es­ta palabra: ¡Paz!

-Aplausos en Tribunas y Galerías. . El señor CASTRO.- ¡Trabajad pór la paz,

periodistas del mundo! ¡Que nunca más la boca de los cañones vuelva a vomitar metra­lla! / Amigos míos, que los muertos caídos en los surcos de Europa, de Rusia, de Asia, de Afri­ca y de América, se transformen en simien­tes, para que, con la ayuda de vosotros, em­piece a germinar de estos surcos un tallo grande, cristalino y transparente, que al fi­nal se bifurque en una rosa blanca: la rosa de la paz.

Esto os pido. Y si mi petición no es des­usada, os ruego que la consideréis en vuestro Congreso. Y sabed, si así lo consideráis, que aquí en Chile, un hombre que. en este ins­tante os habla como parlamentario. de los trabajadores de Chile, que habla en repre­sentación de organizaciones políticas respe-

,tables, como el Partido Socialista, como la Falange Nacional, como el Partido Democrá- \ tico del Pueblo y como la Unión Nacional In­dependiente, se queda agradeciéndoos, con las manos llenas de gratitUd y con el cora­zón pleno de serenidad, porque ha aportado un grano de arena, en esta gran batalla por la paz, la tranquilidad y el progreso del mun­do.

-Aplausos en la Sala, Tribunas y Galerías. El señor CASTRO.- Ahora, Honorable se­

ñor Presidente, ya os he contado }?or qué

cuando me preguntan qué es el periodista, yo digo: Es un artista. Perdonadme, enton­ces, si mañana, ya sea' en este hemiciclo o en la calle, en la tribuna o en la imprenta, cuando me pregunten: "¿Por qué su nombre lo escribe usted con Z y no con S?", yo di­ga: "Por una razón tan valedera como ésta, de que mi madre me tomó la mano y lo es­cribió con Z, y que es tan poderosa como aquella otra que, trayéndome las palabra~ desde el fondo de 'mi espíritu, me hace de­cir: "El periodista es un artista".

Nada más, señor Presidente. -Aplausos en la Sala, en Tribunas y Ga­

lerías. El señor TAPIA (Presidente). - Tiene la

palabra el Honorable ~eñor Aldunate. don Raúl.

El señor ALDUNATE (don RaúI).- En bri­llantes términos se ha rendido un homena­je y se ha saludado a los colegas periodistas

. que, desde distintas partes del mundo, se han reunido en Santiago, ciudad de la li­bertad.

En esta oportunldaO, y creyendo interpre­tar también el pen8amlento de la Mesa d~ esta . Honorable Corporación, p'ensamiento que lo es también, seguramente, de todos mis Honorables colegas, deseo dar una bienveni­da muy espécial a un colega periodista y parlamentario, Vicepresidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados de Francia: :al Honorable señor don Jorge Riond.

Ante este COlega periodista y parlamenta:' río que ha llegado hasta nuestra patria, quie­ro testimoniar el afecto y la admiración que tenemos por el Parlamento de Francia y por la Francia entera, como cuna de libertad y de democracia.

Era cuanto deseaba manifestar, señor Pre-sidente. -.~

-Apláusos en la Sala. El señor TAPIA (Presidente). - Por ha­

berse cumplido el objetivo expresado en· la citación, se levanta la sesión.

-Se levantó la sesión a las 12 horas 46 mi­nutos.

CRISOLOGO VENÉGAS SALAS, J efe de la Redacción de Sesiones.