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SEMIOTICA Y COMUNICACION SOCIAL EN IBEROAMERICA El Consejo Editorial de nuestra revista ha, querido darle continuidad a la reflexión iniciada en el número anterior, en relación a la teoría de la comunicación. En efecto, en la edición 22 que ahora, ponemos en manos de nuestros lectores, efectuamos una, evaluación crítica del desarrollo alcanzado por la semiótica aplicada a los procesos de comunicación social en América Latina y España. Ciertamente, la Semiótica ha ocupado un importante lugar en el intento por abordar, con instrumentos de análisis más precisos, procesos de comunicación que se hacen cada día más complejos y que demandan de enfoques multidisciplinarios. No obstante, como Lorenzo Vilches en uno de los ensayos centrales que articulan esta edición, la vin- culación entre Comunicación y Semiótica ha estado marcada por encuentros y desencuentros, por distanciamientos y acercamientos, por fascinaciones, que -en no pocos casos- revelaban, por un hado, tendencias a la autosatisfacción teoricista y, por el otro, temores o posturas dogmáticas que atribuían a la Semiótica una cualidad, de cienciaal servicio de la dominación y el orden, establecido. Pocas veces se ha producido, con tanta claridad, polarizaciones de este tipo. Pero más allá de estas actitudes, alcolocarnos en una línea de reflexión en torno a las matrices, enfoques y consideraciones desde las cuales se ha ido estableciendo esta relación, hemos querido sumarnos a la tarea de pensar y construir una teoría de la comunicación que sólo puede articularse y alcanzar sentido científico y social reconociendo los aportes y apoyos que le pueden ser rendidos desde las otras ciencias sociales. Los ensavos,' que ahora presentamos corresponden a cuatro experiencias nacionales que por su diversidad pueden dar cuenta de los modos en que se produjo y se produce este encuentro entre Semiótica, y comunicación Social. Dichos ensayos pretenden descubrir en qué medida esta relación constituyó una epistemología de análisis. Los trabajos presentados corresponden a Armando Silva (Colombia), Adrián Gimate (México), Lorenzo Vilches (España.), Oscar Quezada (Perú). Todos ellos destacados investigadores y reconocidos profesionales. A lo anterior debe agregarse las valiosas reflexiones efectuadas por Desiderio Blanco y Raúl Bendezú (Perú) quienes intentan una globalización a modo de síntesis en base a las experiencias latinoamericanas seleccionadas y colocan algunas premisas interesantes con la pertinencia de la relación Semiótica - Comunicación. Las reflexiones contenidas en, esta edición de nuestra revista pretenden ser solo un punto de partida para estudios más valiosos que ya reclama el desarrollo actual de la Comunicación Social América Latina. Saber, por ejemplo, el cómo se ha abordado la Semiótica en cada país y en qué áreas de la comunicación ha tenido mayores aplicaciones, puede repelar experiencias que podrían ser de enorme utilidad en el esfuerzo por construir una teoría de la Comunicación. La edición No. 22 se completa con otros ensayos igualmente relevantes. En la sección, ENSEÑANZA la destacada investigadora argentina Susana Velleggia expone, con el rigor a que nos tiene acostumbrados, algunas consideraciones teóricas sobre el Video en la Educación Popular (un, enfoque comunicacional En INVESTIGACION` presentamos los aportes de otros dos destacados colaboradores de FELAFACS., Robert White señala los factores sociales, y políticos en el desarrollo de la, ética de la comunicación y Rosa María Alfaro asume el tema de la participación en la comunicación popular. Finalmente, Max Tello en ENTERVISTA se encarga de abordar a un conocido productor de 1a televisión peruana y los introduce en el tema de las innovaciones tecnológicas, fuentes económicas, públicos, programación y comercialización, desarrolladas por el Canal 5 del Perú- Panamericana Televisión).

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Page 1: SEMIOTICA Y COMUNICACION SOCIAL EN IBEROAMERICA fileEn efecto, en la edición 22 que ahora, ponemos en manos de nuestros lectores, efectuamos una, evaluación crítica del desarrollo

SEMIOTICA YCOMUNICACIONSOCIAL ENIBEROAMERICA

El Consejo Editorial de nuestra revista ha, querido darle continuidad a la reflexión iniciada en el númeroanterior, en relación a la teoría de la comunicación. En efecto, en la edición 22 que ahora, ponemos enmanos de nuestros lectores, efectuamos una, evaluación crítica del desarrollo alcanzado por la semióticaaplicada a los procesos de comunicación social en América Latina y España.Ciertamente, la Semiótica ha ocupado un importante lugar en el intento por abordar, con instrumentos deanálisis más precisos, procesos de comunicación que se hacen cada día más complejos y que demandan deenfoques multidisciplinarios.No obstante, como Lorenzo Vilches en uno de los ensayos centrales que articulan esta edición, la vin-culación entre Comunicación y Semiótica ha estado marcada por encuentros y desencuentros, pordistanciamientos y acercamientos, por fascinaciones, que -en no pocos casos- revelaban, por un hado,tendencias a la autosatisfacción teoricista y, por el otro, temores o posturas dogmáticas que atribuían a laSemiótica una cualidad, de cienciaal servicio de la dominación y el orden, establecido.Pocas veces se ha producido, con tanta claridad, polarizaciones de este tipo.Pero más allá de estas actitudes, alcolocarnos en una línea de reflexión en torno a las matrices, enfoques yconsideraciones desde las cuales se ha ido estableciendo esta relación, hemos querido sumarnos a la tareade pensar y construir una teoría de la comunicación que sólo puede articularse y alcanzar sentido científico ysocial reconociendo los aportes y apoyos que le pueden ser rendidos desde las otras ciencias sociales.Los ensavos,' que ahora presentamos corresponden a cuatro experiencias nacionales que por su diversidadpueden dar cuenta de los modos en que se produjo y se produce este encuentro entre Semiótica, ycomunicación Social. Dichos ensayos pretenden descubrir en qué medida esta relación constituyó unaepistemología de análisis. Los trabajos presentados corresponden a Armando Silva (Colombia), AdriánGimate (México), Lorenzo Vilches (España.), Oscar Quezada (Perú). Todos ellos destacadosinvestigadores y reconocidos profesionales.A lo anterior debe agregarse las valiosas reflexiones efectuadas por Desiderio Blanco y Raúl Bendezú (Perú)quienes intentan una globalización a modo de síntesis en base a las experiencias latinoamericanasseleccionadas y colocan algunas premisas interesantes con la pertinencia de la relación Semiótica -Comunicación.Las reflexiones contenidas en, esta edición de nuestra revista pretenden ser solo un punto de partida paraestudios más valiosos que ya reclama el desarrollo actual de la Comunicación Social América Latina. Saber,por ejemplo, el cómo se ha abordado la Semiótica en cada país y en qué áreas de la comunicación ha tenidomayores aplicaciones, puede repelar experiencias que podrían ser de enorme utilidad en el esfuerzo porconstruir una teoría de la Comunicación.La edición No. 22 se completa con otros ensayos igualmente relevantes. En la sección, ENSEÑANZA ladestacada investigadora argentina Susana Velleggia expone, con el rigor a que nos tiene acostumbrados,algunas consideraciones teóricas sobre el Video en la Educación Popular (un, enfoque comunicacional EnINVESTIGACION` presentamos los aportes de otros dos destacados colaboradores de FELAFACS., RobertWhite señala los factores sociales, y políticos en el desarrollo de la, ética de la comunicación y Rosa MaríaAlfaro asume el tema de la participación en la comunicación popular. Finalmente, Max Tello enENTERVISTA se encarga de abordar a un conocido productor de 1a televisión peruana ylos introduce en el tema de las innovaciones tecnológicas, fuentes económicas, públicos, programación ycomercialización, desarrolladas por el Canal 5 del Perú- Panamericana Televisión).

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ALGO MAS QUE BUENA VECINDAD ENTRE SEMIÓTICA Y COMUNICACION DE MASAS

LORENZO VILCHES

1. CRISIS Y RENOVACIONTEORICA EN AMBASDISCIPLINAS

En los años sesenta cuando la semiótica comienza en Europa su época de divulgación Y expansión másimportante, la comunicación de masas ya está inventada. La publicidad y la televisión irrumpen con granfuerza en esos años para reinventar los mass media convirtiéndolos en una gran industria y en polosprivilegiados de la estrategia comunicativa del poder. Parecía natural entonces que la semiótica terminara ocomenzara por ocuparse de los medios de comunicación. Si Mc Luhan había introducido la publicidad dentrode la universidad, Barthes y Eco filtraban las connotaciones y los códigos en las páginas de los semanarios yrevistas del corazón. Las relaciones entre la comunicación de masas y la semiótica han sido siempre las deuna pareja mal avenida, con encuentros fugaces y distanciaimentos prolongados, con fascinacionesrecíprocas e intolerantes descalificaciones globales.Tres son las etapas más importantes que se podrían distinguir en estos casi treinta años de fronterasdisciplinares. En un primer momento, sociólogos y comunicólogos de origen o derivación cibernética ofuncionalista atacaron fuertemente a la semiótica cuando ésta comenzó a ocuparse de algunos fenómenosde la cultura massmediática.Mientras en Italia un conservadurismo recalcitrante acusaba a U, Eco de papagallísmo cultural, en otros laresse la acusaba de excesivo verbalismo frente a métodos más seguros y directamente constatables, dededicarse a los juegos de lenguaje mientras los sociólogo, ellos sí se ocupaban de la "realidad". Y cómoconoce un sociólogo la realidad , preguntaba ingenuamente los semióticos. Si la realidad se podía cuantificary exhibir en estadísticas, ¿no eran los diferenciales y las campanas de Gaus también un lenguaje?,En un segundo momento, con el fin de la década prodigiosa y del fervor estructuralista, junto con el declivede Dios, de las ideologías, de los partidos comunistas, se dice también que la semiótica ya no está de moda(lo que para algunos sabios de la cultura en España quería decir -Barthes ya no está de moda-). Peroestarnos en los años del desencanto y Europa entera se prepara para entrar en las post-modernidad.Entonces la semiótica ya ha entrado en un proceso menos ambicioso y maximalista más seccional, menosidealista incluso menos ingenuamente materialista, pero apartándose de, su origen exclusivamentelingüístico y preocupándose por una gramática de la cultura, es decir, por el estudio e oblictos y procesosconcretos que se dan en lo social, la etnonictodología, la filosofía del lenguaje y la pragmática de origenanglosajón terminan por completar el panorama renovado de una semiótica hasta ese momento muydominada por la escuela semiolingüística gremiasiana. LLegamos a los ochenta, tercer tiempo, y la recíprocaindiferencia y distanciamiento teórico institucional entre semióticos y comunicólogos ha comenzado aprometer tiempos mejores. Se participa en seminarios conjuntos, se escribe en las mismas revistas y hastase investigan objetos comunes en forma interdisciplinaria.

En términos generales, podemos decir que la época actual es el fruto de una respectiva toma de concienciadespués de una honrosa autocrítica del pasado. La sociología, consciente de sus propias limitaciones alcircunscribirse al modelo tradicional basado en la teoría de la información y en la pobreza e ineficacia de losmétodos exclusivamente cuantitativos. La semiótica, dispuesta a enfrentarse con realidades socialesconcretas y a no confundir epistemología con abstracción y, en cierto modo obligada (si quiere ser unaciencia y no sólo una filosofía) a medirse con objetos concretos, Si bien se puede estar de acuerdo concuando afirma que la semiótica como la física nuclear, es indiferente a la utilización que se pudiera hacer deella (Greimas 1,983), tampoco un semiótico atento a los comienzos sociales y culturales debería olvidar,como lo ha señalado hace ya tiempo R. Merton y Th. Kulin, que la ciencia no es neutral porque su desarrollono es autónomo. Si la ciencia no es autónoma ni neutral, tampoco lo pueden ser sus usos y aplicaciones,sus metodologías y sus técnicas y estrategias.

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2. LA CRITICA, DEPARADIGMAS YMODELOS

La crítica de paradigmas y, modelos. Los modelos lingüísticos tradicionales de la semiótica la otra gransemiótica no lingüística de S. Peirce, es prácticamente desconocida en España) se revelaninadecuados para afrontar con productividad el fenómeno de las comunicaciones de masa y pronto sepercibe la necesidad de readecuar los instrumentos de análisis pasando previamente, por un examen críticode los paradigmas establecidos. Pero otro tanto sucede en el campo de la sociología en donde los métodostradicionales de análisis de los medios se ponen también en cuestión, A mi entender sólo será posible elencuentro eficaz de ambos campos cuando tanto uno como otro hayan llevado a cabo tina profundareflexión epistemológica al mismo tiempo que se ponen en común las metodologías exitosas y comprobadas.Personalmente estoy convencido de que tanto la semiótica como la comunicación de masas estándestinadas a entenderse en el futuro, y que por ello la reflexión interna ya ha comenzado hace un tiempo.Comenzando por la sociología de la comunicación se puede decir que en estos últimos años se hancuestionado con una cierta insistencia dos de los modelos más importantes de análisis de la comunicaciónde masas, En primer lugar, la influencia de los estudios sobre los efectos de la comunicación masiva esinnegable. Pero ésta ha quedado aprisionada durante años sin que hubiera avanzado un milímetro. Entercer lugar, cuando se habla de la enunciación entendida como "la estructura no lingüística (referencial)sub-entendida por la comunicación lingüística (con lo que se puede hablar de situación comunicativa, o decontexto psico-sociológico") si bien está más cerca de una preocupación por los aspectos. sociales de lacomunicación, al distinguir en forma dogmática (como Casetti 1986, refiriéndose a la estrategia entre film yespectador) entre autor y lector teórico y entre autor y lector empírico, se vuelven a encerrar los aspectosconcretos de la comunicación en una pura estrategia discursiva de comunicación (Vilches 1984)

Una posible vía de apertura frente a lo anterior involucra tres tipos de respuesta respectivas a las trescuestiones planteadas:- Respecto al primer problema podemos afirmar que existen modalidades de comunicación en el interior delas comunicaciones de masas que permiten la participación del receptor empírico en el momento de laproducción de los textos massmediáticos (el video interactivo, la televisión interactiva por cable, etc.),- Respecto al segundo problema, que no se puede considerar la enunciación solamente como una -instanciade mediación", como lugar de actualización de las estructuras semio-narrativas virtuales, sino como lugar deuna selección de marcas y huellas (indicios según la terminología de Peirce específicas de textos y génerosposibles, es decir, de códigos y reglas físicas y sociales de producción de objetos (rutinas de producción,tecnología). - Finalmente, frente a la tercera cuestión que existe una situación comunicativa capaz demodificar la estructura de los textos de la comunicación de masas como es el caso de programas de radio otelevisión que dialogan con el espectador. Esto significa que el sujeto empírico de la recepción comunicativano es sólo un Espectador Modelo, sino que tanto el "cuerpo" como el tiempo de ese espectador lo conviertenen una instancia real y efectiva bajo ciertas condiciones de producción, En general, la interactividad produci-da por la introducción de las nuevas tecnologías en los ámbitos de la información y la comunicación puedellegar a relativizar incluso nociones canónicas como Autor, obra, texto, etc. Piénsese en los productosactuales de la inteligencia artificial, los sistemas expertos, los bancos interactivos de imágenes.

3. UNA VEA DE SINTESISCRITICA Y DEENCUENTROPRODUCTIVO

Si se desea superar el histórico desencuentro entre la semiótica y la comunicación de masas no se debeintentar amalgamar en una sola disciplina algo que por su propio objeto reclama la participación de diversasciencias y técnicas. Pero en relación con la colaboración entre los dos campos que nos ocupan, pensamos

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que se deben tener en cuenta tres factores que condicionan tanto a las investigaciones semióticas como alas sociológicas.En primer lugar, la rigidez de las técnicas de análisis de uno y otro lado. En el análisis de contenido, porejemplo, cuando se trata de controlar la frecuencia de términos o valoraciones respecto a ciertas categorías,los términos claves y las categorías de valoración se establecen ya en la fase preparatoria de lainvestigación. Estas técnicas, si producen investigaciones con resultados precisos, estandarizados y contro-lables, no aportan grandes novedades. Incluso no aportan tampoco elementos de juicio para criticar lascategorías utilizadas. Pero algo semejante sucede en ciertos campos de aplicación práctica de lametodología semiótica cuando se utiliza de forma mecánica la teoría greimasiana sobre objetos publicitarios,periodísticos, literarios, pictóricos, etc. Lo que menos importa allí es el objeto concreto de análisis dado queel estudioso debe limitarse a usar aplicadamente el cuadrado lógico o la relación entre estructuras. Y comopasa en estos casos, todos los trabajos llegan a lo mismo, al reforzar un método dogmático y aplicarlo sinimaginación produciendo resultados banales. Un segundo factor de esterilidad es el atomismo de ciertosanálisis. El de contenido tiende a trabajar sobre las unidades que conforman los mensajes olvidandoolímpicamente la relación de esas micro-unidades con las estructuras discursivas. En el campo semiótico,ocurre lo mismo cuando se aplican métodos taxonómicos o formalizaciones micro-analíticas de dudososresultados prácticos.

Un tercer factor que dificulta el diálogo entre ambas disciplinas es la contradicción entre descripción yconceptualización. Aquí encontramos la profunda diferencia entre el método semiótico y el análisis decontenido. Para el semiótico, y aquí radica el concepto de investigación, la noción de signo, de sistema designos, de texto y de discurso le permite trabajar con los instrumentos y técnicas expresivas y por otra partecon las estructuras conceptuales que comunican los objetos o mensajes estudiados con grandes dicotomíasculturales. Para ser más explícitos, los partidos políticos deberían entender que no sirve de nada encargarestudios de control del tiempo de los políticos en la pantalla de televisión cuando no pueden controlar cómose manipula la información implícita, o cómo se tematizan las noticias, o las reglas retórico-perceptivas queprovocan el interés visual, y que a la larga producen más efectos comunicativos que la simple cantidad detiempo de presencia. No sirve de gran cosa cuantificar cuando no se sabe controlar el modo en quetelevisión organiza su discurso en relación con las instituciones políticas, con los líderes de opinión, con losespectadores. El semiótico, por su parte, está obligado a desconfiar de la evidencia de la descripciónobjetiva de los objetos o fenómenos sociales y tiende a indagar el sistema implícito que da sentido, orden yprincipio de legibilidad a un fenómeno comunicativo.Los actuales estudios semióticos más productivos en el área de las comunicaciones son precisamente losque se plantean la cuestión de las estrategias de manipulación y de la desconstrucción ideológica de lossistemas sociales en clave semántica como pragmática (desde los aspectos narrativos y míticos hasta lospersuasivos). Así como la lingüística ya no trabaja con frases sino con textos, la semiótica se interesa por lasestructuras textuales no exclusivamente lingüísticas. Los textos (unidades de segmentación de lo social y locultural en el sentido de Lotman) para la semiótica pueden ser los discursos políticos, los films, la fotonovelay el videoclip. A partir del trabajo con aportes del análisis de contenido y del análisis cuantitativo y automáticode estos textos el semiótico puede dar cuenta de lo social y de la forma en que el discurso del poder, porejemplo, narrativiza las formas, transforma en propuestas estéticas decisiones ideológicas o simula laapropiación cultural a través de la multiplicación de las redes y stock de información. El semiótico deberíaexplicar cómo y de qué manera los medios de comunicación actual tienen por función reducir el concepto deinformación y comunicación a la seducción autoreferencial del sistema político sin caer necesariamente enapocaliptismos genéricos. Los lenguajes cotidianos, las imágenes artificiales, los textos audiovisuales in-teractivos, las estrategias de mercado cultural, las modalidades de comunicación tecnológica, etc.,representan también los aspectos simbólicos del nuevo empuje cultural de las sociedades avanzadas. Enesta nueva revolución de tipo tecnológico, las propiedades semióticas prevalecen sobre la materialidad delos mensajes en una sociedad que ya ha sido bautizada como post-materialista. Un semiótico no puedeaceptar sin más la evidencia de que un mensaje (como creen muchos comunicólogos aún) tiene por funcióncomunicar (como tampoco un diario tiene por misión principal dar noticias) porque esto significaría reducir lacomunicación de masas a un paradigma automático. Al contrario, el mensaje no se da en una situación

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estructurada y predefinida de comunicación sino que es él mismo quien crea la situación comunicativaponiendo en acto diversas estrategias. Es durante el proceso comunicativo cuando se establecen lascategorías de quién habla a quién, con qué autoridad y con qué presupuestos; es en el acto pragmático dela comunicación cuando se realizan las estrategias y modalidades manipulatorias del hacer saber (discursoinformativo o pedagógico), hacer creer (discurso publicitario o propagandístico) o del hacer hacer (discursopolítico o moral).U vía de encuentro para el futuro entre la semiótica y la comunicación de masas dependerá de la medida enque ambos campos puedan definir con precisión sus teorías en relación al objeto de conocimiento queconstituye el fenómeno de sus investigaciones e intereses. Pero también a la luz de las demandas socialesy culturales que ya aparecen en el horizonte del 2000.

4. ACTUALIDAD DE LA IVESTIGACION EN ESPAÑA

Desde una óptica ahora más descriptiva se podría decir que en España la intervención de la semiótica en elcampo de la comunicación ha sido desigual, inestable y muchas veces superficial. Podemos decir que se hadado una semiótica blanda y una semiótica dura. El primer caso correspondería a los estudios y trabajoscaracterizados por una doble actitud: a) de tipo "estacional", es decir, una relación dependiente de oleadasde factores ambientales como el "estar a la moda"; b) de tipo "analgésico", donde la semiótica sirve en undeterminado momento como alibi teórico y científico allí donde se carece de una reflexión o tradición seriasobre el propio objeto de conocimiento (por ejemplo, el caso de la crítica literaria en las facultades de Letraso el caso de nuevas disciplinas en el marco de Ciencias de la Información (publicidad, historia de lacomunicación, etc.). El caso de una semiótica "dura", en cambio, es más bien escaso en España,entendiendo por tal una tradición científica bien acuñada institucionalmente (como en Francia) e inde-pendiente de la lingüística o de los estudios de Hispanismo.Pero en términos generales se puede decir que la situación comienza a cambiar. A partir de los añosochenta algunos estudiosos de semiótica llegan a la conclusión de que, dadas una serie de circunstanciasconcretas y determinantes en España, el papel de los investigadores de semiótica en el campo de lascomunicaciones de masas debe ser el de mediar entre la teoría "dura- y las aplicaciones empíricas. Estecarácter instrumental de la semiótica al mismo tiempo que asegura una base epistemológica sólida y puestaal día, permitirá moverse dentro de los campos disciplinarios o tradiciones metodológicas distintas con ciertaflexibilidad y, en un cierto sentido, dialogar con todas las escuelas. Queda por supuesto siempre laposibilidad y el riesgo del eclecticismo, pero esta toma de conciencia pragmática se ha revelado productivatambién desde el punto de vista teórico. Ha permitido que la semiótica se consolide académicamente, lacreación de instrumentos metodológicos para la investigación de campo e incluso dialogar en un terrenoespecífico con la sociología, la pedagogía atenta a los fenómenos de la comunicación y la filología deseosade abrir sus objetos de análisis a los lenguajes de los medios audiovisuales.En mi opinión, en España se pueden distinguir dos líneas importantes y originales de investigación en elcampo de la comunicación: una semiótica del discurso social y una semiótica visual. 4.1 La semiótica deldiscurso social o sociosemiótica pretende estudiar el proceso por el cual los mass media han llegado a seruna parte integral de la sociedad y la cultura. De allí la necesidad de construir un marco teórico para lanoción de discurso como una instancia productiva de los textos massmediáticos y de las accionescomunicativas. La teoría del discurso abre las puertas a las investigaciones sobre tipologías de discursos(político, periodístico, publicitario) que vinculan las formas y espacios sociales. El concepto de discurso socialse origina como una retórica de las formas del discurso en algunas investigaciones sobre el discursoelectoral, por ejemplo, que analiza objetos precisos como posters, panfletos, campañas de prensa en latransición española. Estos trabajos permiten afrontar en forma directa la ideología desde una aproximaciónformal menos atenta a los contenidos que a las formas del discurso, tendiendo un puente entre el análisis decontenido y la semiótica influenciada por el análisis estructural de la narración. Incluso allí donde el corpusno es específicamente político (como en Imbert 1982, un consultorio sentimental radiofónico, por ejemplo) elmétodo permite relevar al interior de la noción de discurso social de la construcción de un sujeto de la acciónprivada (el ama de casa). Estas perspectivas permiten delinear con nitidez uno de los problemas claves de lacomunicación de masas: la categoría de lo público y la categoría de lo privado dentro del discurso social. Las

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referencias teóricas indirectas eficazmente asimiladas de un Habermas, Freud, Greimas, y en un sentidomás concreto Baudrillard, permiten consolidar investigaciones capaces de afrontar dos problemasimportantes de nuestra cultura: por una parte, el hecho de que los mass media producen la realidad (y no ala inversa como quería el ingenuo e interesado realismo ultraliberal) y que en ellos se condensa tanto larealidad empírica como el imaginario colectivo. Por otra parte, los nuevos objetos sociales que aparecen conlas nuevas tecnologías y el profundo cambio socio-político que se opera en las sociedades avanzadas obli-gan a replantearse las estrategias de los sujetos sociales (donde las acciones son cada vez menosideológicas y más administrativas) publicaciones en las investigaciones y el área de la semiótica del discursosocial de los años 80 en España se caracteriza consecuentemente por una atención sistemática al trabajoempírico dentro de los medios (televisión, prensa, radio) al mismo tiempo que se revisan las teorías de lacomunicación y se siguen con atención las sociologías críticas y las teorías más avanzadas en el campoperiodístico.Existen algunos momentos que se podrían considerar como definidores y programáticos de una política deacercamiento teórico entre la semiótica y la comunicación de masas. Aparte del estudio pionero de Moragas(1976) podríamos citar algunos textos hitos:

Abril Gonzalo y Lozano Jorge (1979): "Notas desde la semiocracia para una teoría alternativa de losmedios". Un texto influenciado por J. L. Baudrillard y P. Fabri en donde se recogen los puntos de vistacríticos hacia el paradigma de Lasweli.Perez Tomero J. M. (1981): Por una sociosemiótica de los discursos de la comunicación de masas". Unartículo en cierto modo programático en cuya propuesta principal se trata de definir y formular unasemiótica de la comunicación de masas entregada a la tarea de definir la especificidad de los fenómenosestudiados al mismo tiempo que trata de construir una geografía de los posibles discursos sociales.Imbert Gerard (1986): Métodos de análisis de la prensa, una obra colectiva dirigida por este autor que re-coge los textos e intervenciones de diferentes semióticos y sociólogos invitados para analizar la prensa dereferencia dominante desde diferentes perspectivas. Allí se examinan algunos problemas comunes talescomo la insuficiencia del análisis institucional desvinculado del análisis del discurso que no tenga encuenta el funcionamiento simbólico de la comunicación social, la necesidad de abrir la semiótica al campode lo social, la necesidad también de volver operativo el análisis lingüístico aplicado, el aporte de lapragmática, etc.Perez Tomero J. M. y Lorenzo Vilches (1983): Semiótica de la comunicación de masas, un número espe-cial de la revista Analisi que publica una encuesta y un balance de los principales estudiosos de semióticainteresados en el fenómeno de las comunicaciones y una serie de artículos representativos de las dife-rentes tendencias teóricas del momento. Coordinado y presentado por los autores citados, esta publi-cación representa un hito importante en el trabajo de clarificación y definición epistemológica y meto-dológica de campos diversos donde las fronteras entre una disciplina o ciencia no siempre son fáciles dediscernir ni son necesariamente percibidas en forma unánime por todos.

Las líneas de investigación que se van perfilando van, en todo caso, más allá de declaracionesprogramáticas y en los últimos años van apareciendo tesis y publicaciones que demuestran la efectividad delas decisiones teórico prácticas asumidas en un cierto momento. Así, por ejemplo, en "Análisis Moda¡ de losDiscursos sobre el terrorismo en la Prensa" (M. Rodirgo 1986) se pueden encontrar los grandes trazos de lainvestigación socio-semiótica que sintetizan a su vez los logros de una tesis doctoral sobre el tema. Lainvestigación arranca de un análisis de contenido de las noticias sobre actos terroristas en los periódicosespañoles, definiendo los conceptos de grupo terrorista y acto terrorista a través de los discursos militar, po-lítico, jurídico y patológico, las etiquetas de los discursos, las estrategias argumentativas y la teoría de laenunciación y de las modalidades.Los análisis sobre la prensa escrita han originado (en general, mejora la conceptualización en este campomás que en otros) interesantes ejemplos de interdisciplinariedad. Uno de ellos, una serie de trabajos sobreEl País coordinado por J. Vida] Beneyto y G. Imbert (1986) en donde se afrontan con rigor e imaginacióntemas como la prensa de referencia dominante y la producción de la realidad, el análisis del espacio cultural,el estudio del género "Opinión", el análisis formal de la estructura del periódico y las estrategias de

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producción de la imagen y titulares, etc. En la misma línea se podrían también inscribir los trabajos basadosen análisis comparado de noticias en diferentes periódicos (M. Fontcuberta y T. Velazquez, 1984).4.2 El campo de la semiótica visual y de la comunicación audiovisual ha sido probablemente uno de los másatractivos para analistas y aficionados, desde aquél remoto análisis barthiano sobre las Pastas Panzani.Aunque el rigor, coherencia y especificidad, así como continuidad en los trabajos han tenido desigualfortuna.Si bien el cine, los comics, la televisión, la fotografía, el diseño y la publicidad aparecen a primera vista comoterrenos fecundos para la incursión de métodos estructurales y semióticos en un primer momento, en unsegundo tiempo, una vez comprobada la exigencia de prescindir de metodologías lingüísticas, se ha tenidoque hacer un trabajo más lento de readecuación global de las bases teóricas de la investigaci6n sobre laimagen. Tampoco se ha de desconocer el impulso que ha significado también la aparición de las nuevastecnologías que están revolucionando los campos perceptivos y cognoscitivos de los observadores. ,La confluencia de la renovación en los estudios de la semiótica de la imagen y de las teorías de lacomunicación ha contribuido a la formación de metodologías y aplicaciones al campo de los audiovisualesmucho más precisas en la definición de sus objetos, mucho más acertadas en la consecución delacercamiento entre los microanálisis y los contextos socio-culturales, macro de producción y recepción,programación y acceso de los destinatarios. Se ha comenzado a trabajar en una síntesis originada a partirde la competencia estética, preguntándose por las estrategias de producción que constituyen a los textosaudiovisuales y a los sistemas de interpretación y actualización de los receptores. Se ha tratado así deconjugar dialécticamente la individualidad de algunos productos (cinematográficos, televisivos, fotográficos)y la generalización de las reglas de las que forman parte. Esto ha dado pie, por lo menos metodológicamen-te a una original síntesis teórica entre una perspectiva pragmática que conjuga el aspecto generativo yjerárquico (relación entre micro y macro estructuras), y una perspectiva más estructuralista. Además laaproximación pragmática a los géneros audiovisuales permite incluir al observador-receptor como hipótesisinterpretativa, como cooperador y elemento activo de las estrategias perceptivo-narrativas.La dimensión pragmática de la semiótica ha permitido ampliar los estudios sobre objetos hasta ahora pocoexplorados como el diseño, el video o el humor en la prensa escrita (J. Ruiz Collantes, 1984) e incluso hapermitido a estudiosos provenientes de la literatura aproximarse a la imagen fílmica desde presupuestosespecíficamente visuales como espacio de organización del discurso textual (Talens J., 1986 y J. M.Company, 1987), o afrontar el estudio de la imagen electrónica como nuevo espacio del sentido (S. Zun-zunegui, 1984).Pero uno de los sectores más abandonados no sólo por la semiótica visual sino también por la comunicaciónde masas ha sido el de la imagen informativa, especialmente de la prensa y de la televisión. Por ello, se hainiciado un trabajo de síntesis entre los tradicionales análisis de contenido y él análisis de las estrategiasdiscursivas en tomo a la prensa y la televisión (Vilches, 1983, 1987, 1988). En estos trabajos se ha podidoplasmar en análisis cuantitativos modalidades de análisis teórico para analizar la influencia de los periódicosa lo largo de algunos años sobre la imagen social de un acontecimiento. Al mismo tiempo, se tratan de poneren juego, analizando las estructuras de la manipulación de la información televisiva, el análisis de las teoríasactuales del periodismo (agenda setting, rutinas de producción, concepto de tematización) influenciadas porla sociología del conocimiento con la teoría semiótica a través de la aplicación a diversos corpus deinformativos. En estos trabajos se trata de responder también a un doble empeño: por una parte, preparar yanalizar el material informativo en forma cuantitativa para extraer resultados típicamente semióticos tales co-mo la identificación de las estrategias de comunicación en los discursos de los mass media. Por otro,construir elementos metodológicos provenientes de la sociología, la psicología experimenta¡, la retórica y lasemiótica con el fin de establecer nuevas categorías de conceptualización de los mass media.El interés por los efectos simbólicos de los medios lleva también a algunos semióticos a afrontar desde elpsicoanálisis la recepción fílmica así como de series televisivas (Requena J. 1985), el análisis de laentrevista televisiva, la serialidad y la repetición, etc. En el terreno de las condiciones materiales de larepresentación de las imágenes tales como la historia, soportes y maquinarias, efectos sobre la percepción,tecnologías de la visión, etc., se evidencia también un nuevo interés por examinarlos desde la significaciónsemiótica (R. Gubem, 1987).

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Finalmente, queda todavía un terreno de amplias posibilidades de encuentro para la comunicación de masasy la semiótica: el de las tecnologías avanzadas de la imagen. La incorporación de la tecnología de punta enel campo de los audiovisuales está provocando un interés preciso de la reflexión semiótica sobre laproducción informática y la inteligencia artificial. Aquí se abre un vasto territorio de investigaciones para elfuturo cuyas implicaciones para la semiótica se pueden sintetizar en los siguientes puntos:- El ordenador introduce la instantaneidad de la visión al proponer virtualmente infinitos puntos de vista sobreun objeto.- La imagen deja de ser un objeto sometido a modificaciones de posición relativa en un mundo físico y pasaa expresar cambios absolutos.- La posición del sujeto observador y receptor entra en crisis. Al contrario de como la concebía laconvergencia renacimental de la perspectiva, el centro de la mirada no está ocupada por un sujeto (el ojo fijodel observador) sino por el lenguaje.La interrelación de la semiótica, la comunicación de masas y la inteligencia artificial puede desembocar enestrategias comunes en las investigaciones, capaces de afrontar los efectos culturales de la introducción delas nuevas tecnologías en el campo del conocimiento (educación, formación), de la percepción social delentorno, de la apropiación cultura] de las nuevas tecnologías, de la alternativa entre viejos y nuevos mediosde comunicación (correo electrónico, video teléfono, teletexto, pantallas interactivas, etc.). Esta perspectivaexigirá la puesta en común de las investigaciones sobre los lenguajes, sobre los sistemas de la visión y larevolución de problemas (tarea principal de la inteligencia artificial) en el campo de las decisiones políticas demacro comunicación como en el de las programaciones para los nuevos medios.

5. LAS INSTITUCIONES

En España existen tres facultades de Ciencias de la Información estatales (Madrid, Barcelona, Bilbao) y unaprivada (Pamplona). La presencia de la semiótica en estos ámbitos es desigual y en algunos casos existesólo una vinculación personal de un profesor con su asignatura o con la investigación pero no con undepartamento o unidad docente.La Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Autónoma de Barcelona tiene probablemente elmayor índice de consolidación de los estudios y trabajos de semiótica aplicada al campo de la comunicación.Con una de las bibliotecas mejor dotadas de Europa en libros y revistas especializadas, cuenta con unaasignatura bajo el nombre específico de Semiótica de la Comunicación de Masas en su actual plan deestudios de Licenciatura así como una asignatura de Teoría de la Imagen basada primordialmente enmetodologías semióticas. En los cursos de post-grado se imparten seminarios de socio-semiótica y semióticavisual en ocasiones con profesores invitados de otras universidades europeas y, en algún caso de EstadosUnidos. Las buenas y asiduas relaciones con profesores de semiótica en el extranjero permite un ciertointercambio de ideas y la organización de seminarios sobre temas específicos.

Sin embargo, la tradicional tacañería española en materia de becas y subvenciones para la investigación enciencias sociales afecta directamente sobre un campo donde los trabajos empíricos y teóricos se debenhacer en forma individual y con el aporte de los propios interesados. Con todo, se han podido llevar a caboinvestigaciones patrocinadas por organismos institucionales tales como Ayuntamientos o algún ministeriosobre temas como inseguridad ciudadana, comunicación local o imagen del tema de la droga en los mediosde comunicación, imagen de empresa institucional, etc, Pero se está lejos aún de una planificación y de unapoyo sostenido decidido por las instituciones como es el caso de Italia o, sobre todo, Francia. Junto a lasFacultades de Ciencias de la Información existen otras instituciones universitarias que permiten elintercambio internacional y seminarios anuales. Así, en Valencia se ha creado el Instituto de Cine y Radio-Televisión dependiente de la Universidad de esa ciudad por un grupo de profesores provenientes en sutotalidad del campo de la literatura y que se ocupan principalmente del discurso cinematográfico y televisivo.Por su parte, algunos profesores de Periodismo de la Facultad de Barcelona han creado junto con laUniversidad de Granada un Instituto de Semiótica y Comunicación que se ocupa de organizar cursos deverano y pretende impulsar el intercambio internacional de profesores y alumnos.

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El panorama de publicaciones especializadas en semiótica es más bien magro aunque si se miran laspublicaciones de comunicación también escasas, se comprende que no es allí donde se puede medir elinterés social que, sin embargo, parece existir en los estudios originados por ambos campos. Entre lasrevistas de semiótica, Estudios Semióticos perteneciente a la Asociación de Estudios Semióticos deBarcelona que ha dedicado muchas páginas a temas de comunicación de masas. Otra revista, de origenmás bien literario pero que se ocupa con asiduidad de los discursos de comunicación es Eutopías, creadapor el Instituto de Cine y Radio Televisión de la U. de Valencia. Una publicación ya conocida en el panoramainternacional de la comunicación es Analisi que, aunque no se especializa en temas semióticos ha dedicadotambién una atención preferencial a estas metodologías, como ya se indicó más atrás, y que ahora ha vueltoa publicarse después de algunos años de silencio. Un caso análogo de género de publicación es Revista deCiencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid. Finalmente, Contracampo es unarevista de cine pero con una gran parte de estudios críticos afrontados desde la perspectiva semiótica.Completan el terreno institucional no universitario las asociaciones nacionales o regionales y española desemiótica. La Asociación Española de Semiótica realiza cada dos años un congreso nacional que suelereunir unos doscientos participantes y donde la exposición de trabajos sobre comunicación se puedeconsiderar importante dado que estos responden a trabajos de equipo con una cierta frecuencia, Ademásexisten en diversas regiones asociaciones de carácter local entre las cuales las más activas son las deBarcelona, Oviedo y Valencia. Actualmente se está preparando el IV Congreso Internacional de Semióticacuya sede será conjuntamente en Barcelona y 9n la francesa ciudad de Perpifian en 1989 y están previstasalgunas mesas redondas y sesiones de trabajo sobre la recíproca colaboración entre semiótica ycomunicación.

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LA TELEVISION: DE LA IMPORTACIONA LA PRODUCCIONMax Tello

Cuando la crítica académica a la programación televisiva es ya un lugar común que nos cuesta repetir, losempresarios comienzan a empujar el carro de la programación nacional. Se trato quizás de una premisa devalor? No, industriales y académicos son concientes de la efectividad de un buen programa local, delreconocimiento que provoca, del premio que otorga el público. Programación nacional, transmisión encadena, opción agresiva frente a las NTC, son algunos de los temas que en esta entrevista de Max Tellotoca Manuel Delgado Parker, Presidente Ejecutivo de Panamericana Televisión la mayor cadena de tele-visión del Perú, eje de un conglomerado de empresas de radio y, TV que los hermanos Delgado Parkerdirigen desde una moderno perspectiva industrial. Entre líneas descubriremos que el énfasis en laproducción local es el camino de los fuertes y un reto para la disponibilidad financiera en mercados de altacompetencia y limitados recursos.

Dr. Delgado, ¿cuál es la dimensión, de la red de Panamericana Televisión en términos de estaciones y,retransmisoras?

Nosotros estamos operando con 12 filiales que son plantas grandes con capacidad de emitir y producirprogramación y comerciales propios y 103 repetidoras, sistemas de repetición que amplían a nuevos puebloslas señales de esas 12 filiales o repiten las terminales de las microondas que llevan la señal desde Lima. Detal forma que nosotros constituimos la única red comercial que transmite simultáneamente 20 horas a todo elpaís, nuestros compatriotas de Puno están viendo exactamente lo mismo que nuestros compatriotas de SanIsidro, al mismo tiempo, simultáneamente y con la misma calidad.

¿Cual es su cobertura?

Simultánea y a nivel nacional, lo que es fundamental e importante para efecto de la participación de latelevisión en la información, y nosotros tenemos un promedio de cuatro horas diarias de programasinformativos.

¿Desde cuándo alcanzan esta cobertura nacional?

El nivel nacional lo alcanzamos hace casi veinte años con un sistema de operación en diferido con brevesnoticieros locales-, pero la simultaneidad la logramos a raíz de un convenio con ENTEL PERU,(EmpresaNacional de Telecomunicaciones del Perú) para usar lo que ellos llaman su back up de microondas, que nousan, y nosotros nos informamos que tenían un back up y le planteamos un alquiler anual. Hicimos unconvenio con ENTEL en el que ellos pidieron que se permitiera, el acceso de otro canal y por supuestonosotros aceptamos sin ningún inconveniente, motivando la adquisición de un bidiplex por parte nuestra parapoder ingresar en un momento dado junto con otro canal, esto permite que Canal 4 también use lasmicroondas. Ellos usan este sistema por diferentes partes y creo que lo usan en el norte. Nosotros sí lousamos para toda la red. La simultaneidad comienza en el año 80 con este convenio con ENTEL, bastanteinteresante porque ENTEL usa una sección -no utilizada en la microondas, su back up, de modo tal quecuando su sistema normal falla nosotros estamos en la obligación de dejar de usar el back up para que ellosusen el sistema en donde está la televisión y sigan dando el servicio normal al público usuario de lascomunicaciones. El país se está beneficiando largamente con una simultaneidad que creo es interesante ymuy importante para crear un concepto de integración nacional necesaria.

Si pasara revista a las innovaciones tecnológicas que ha realizado Panamericana Televisión a nivel de losprocesos de transmisión en los últimos cuatro años, ¿cuales serían las más notorias?

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Nosotros a partir del año 82 instalamos la red completa, -prácticamente renovamos la que teníamos yampliamos la red completa; un plan ambicioso que nos ha llevado a una posición pionera, porque nuestrainversión hasido muy grande y nos permite cubrir localidades cuyo alcance muchas veces no es cubierto con lo que losanunciadores pagan en las tarifas publicitarias.Pero hablando de la técnica, nosotros en Lima tenemos un desarrollo realmente importante, una planta de60 kilowatts que alimenta el sistema de polarización circular, es justamente la antena que permite enviar unadoble señal, una horizontal y otra vertical, de forma tal que estas señales tienen la capacidad de evitar lasfamosas sombras de la televisión o las dobles imágenes que generan los edificios o las zonascongestionadas de edificaciones muy grandes. A esta potente planta de Lima se le adicionó seis repetidoraspara el área de la gran Lima, de forma tal que nosotros llegamos a Comas con repetidoras, porque Comases un triángulo que ingresa entre dos faldas de los cerros y no permite que la señal de televisión ingrese,hacemos lo mismo en La Planicie, en la zona de Villa, en la parte baja del litoral norte de lima, Ancón,Huaral. El mayor desarrollo lo tenemos en la polarización circular, que creo que son muy pocas enSudamérica, hay una similar en Brasil y otra en Venezuela.

En términos de tecnología de producción, ¿qué otras innovaciones se han producido en los últimos años?

Panamericana posee un equipamiento bastante avanzado y amplio, que nos permite, plantear un desarrollofuerte y masivo de la producción nacional, Tenemos una implementación de 8 máquinas de una pulgada, ydos centrales que permiten la emisión de varias islas conectadas a las máquinas de una pulgada, y eltrabajo acelerado en la postproducción; estamos ingresando también al standard de Super VHS, la mediapulgada, que tambi1n es un standard profesional. Estamos yendo a dos standards básicos una pulgada, quees la calidad de exportación, y super VHS que es el standard comercial. Se está dejando de usar las 3/4 depulgada-, ha quedado entre las dos calidades y precios: la de una pulgada, de alto precio, y la super VHS debajo precio y buena calidad, que cada día está, produciendo mejor equipo.

Hace dos años Panamericana tenía el proyecto de televisión por cable, ¿qué pasó con este proyecto?

El proyecto se mantiene en lo que se llamaría la etapa de experimentación. El Perú tiene -una condición muyespecial y complicada, está de espaldas a los satélites que llevan la información de la línea ecuatorial para elárea doméstica norteamericana, que es donde están todos los satélites de entretenimiento e información.Esos satélites están dirigidos hacia el norte y para recepcionarlos tendríamos que poner pantallas muygrandes. Se están haciendo los cálculos a fin de poder evaluar con, más detalle. Por otra parte está el hechode que la implementación del sistema de cable supondría la importación de mucho equipo y todos sabemosque en las actuales circunstancias, respecto a la moneda extranjera, hacer una industria o un serviciobasado en importación no es una cosa muy recomendable.El cable es un medio que definitivamente viene al país, pero no es el momento. Puede ser quién sabe elpróximo año, cuando las circunstancias cambien o mejore fundamentalmente el problema de las divisas. Esun tema de alta tecnología porque nuestro proceso se daría sobre la base de ocho señales recepcionadasdel exterior y una gama de servicios a un limitado número de personas. No se trata de un medio masivo, sinode un servicio selectivo.

Mucho se esta hablando respecto a la preocupación de los broadcasters frente a la recepción directa.¿Ustedes no tienen tal preocupación?

Esta es la gran preocupación a nivel mundial; pero siempre fue una preocupación porque tiene en otrasépocas circunstancias parecidas, por ejemplo cuando la onda corta estaba de moda la gente escuchabamuchísimo onda corta, quién no sabía dónde estaba la sintonía de la BBC de Londres, La Voz de América oVoz de Berlín. Esto era un hecho, una realidad frente a la radio local. Sin embargo la radio local tuvo losingredientes y los conceptos de programación propia para hacer frente a una supuesta competencia queviene de fuera con una programación universal o de tipo internacional. Siempre el operador o el editor local

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tendrá su defensa sobre la base de los contenidos locales. Yo no creo que se constituya un problemacompetitivo, creo que nosotros como país con capacidad de producción deberíamos estar pensando enestos sistemas para que nuestro producto peruano ingrese a una dimensión internacional, esa sí debería sernuestra gran preocupación; una preocupación al revés, del uso del sistema antes que de tener a lapenetración del sistema.

¿Cuál es el principal anunciante televisivo del país, el Estado o el Sector Privado?

El Sector Privado. El Estado tiene campañas que son de las empresas del Estado (de bienes y servicios)que necesitan de publicidad para vender ya que están dentro del campo competitivo. Generalmente estasempresas no son monopólicas y están obligadas a ofertar sus productos. Hay otras campañas del Estadoque son de servicio público o de orientación ciudadana, pero largamente la publicidad privada es la quepermite la financiación de los medios electrónicos que viven exclusivamente de la publicidad. No es el casode los medios impresos que tienen doble financiación.

Parece ser que Canal 5 está especializando su publicidad y programación en los sectores populares. ¿Hayuna suerte de especialización respecto a los públicos dentro de los canales de televisión?

Bueno sí. Yo diría que si uno aspira a ser un medio masivo y dentro de los medios masivos ser el primero,tiene que dirigirse al público popular; manteniendo el criterio popular de aquello que agrade a la granmayoría del público y que no constituya una ofensa o un rechazo o un criterio de mal gusto, conservando loslineamientos ligados al buen gusto y al decoro. Repito, no hay forma de tener el primer lugar sin contar conla aceptación, en primer lugar, de la clase popular. Panamericana en este momento tiene un desarrollo derating fuerte. A lo largo de los últimos seis meses, hemos ocupado el primer lugar en Lima con casi un 80o/osobre el siguiente canal que es Canal 9. "24 Horas" -nuestro noticiero de la noche- alcanzó 33.3 o/o de ratingen las últimas semanas, y quien le sigue tiene 19 o/o (en Lima), por supuesto que si hacemos nuestraproyección a nivel nacional nuestra posición con respecto al siguiente es prácticamente de 5 a 1 en sintonía,allí comienza a funcionar la cadena y este concepto de la transmisión simultánea y de las 100 retransmisorasoperando en simultáneo, porque la única forma de sumar un rating es cuando la transmisión es de estamanera. Entonces, lógicamente, estamos sobre los tres millones de personas, producto del desarrollo de lacadena y el crecimiento progresivo del número de hogares con televisión en provincias.

¿Cuales son los criterios que tienen ustedes para seleccionar la programación?

La mecánica viene manejada a través de una junta de programación, nosotros tenemos una empresa que esProducciones Panamericana que nos suministra en forma exclusiva la programación. Es una empresa detipo complementario de Panamericana Televisión; el corazón de esta empresa es la creación de laprogramación. Tiene una Junta de Programación donde se hace un análisis de los niveles competitivos y delos esquemas competitivos de los demás canales. Programar en Lima es difícil porque hay siete canales detelevisión, no es fácil y lógicamente requiere de una investigación bastante profunda. Esta junta de pro-gramación está amparada por una información de marketing y preanálisis de todos los programas que leofrecen; el preanálisis incluye un pretest y una serie de esquemas de chequeo previo antes de comprar elprograma; involucra también todo el aspecto vinculado a la programación nacional. Nosotros, como ustedsabe, tenemos una exitosa tira cómica a las 8:00 pm. que gana audiencia todos los días. El lunes "ElJefecito", los martes "Yo Mismo Soy", el miércoles "Risas y Salsas", el jueves Papá Chuiman, el viernesLaGran Revista y el sábado "Risas y Salsas", que son seis programas cómicos que luchan contra una novelanacional, as¡ se encontraron dos nacionales y los cómicos superaron a los dramáticos por primera vez en lahistoria de la radio y televisión en nuestro país. La comicidad pudo más que el esquema dramático de latelenovela "Paloma".

¿Cuál es el porcentaje de programación propia de Panamericana Televisión?

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Panamericana produce en este momento cerca del 48 o/o de su transmisión al aire, que son 20 horasdiarias. Este porcentaje incluye programación viva y noticieros.En una época nos superó el Canal 11 sobre la base de programación en vivo de panel periodístico. Pero fuesolo un momento. Más que programas vivos eran paneles periodísticos, por lo tanto no influía la participaciónartística sino básicamente la participación de grupos de opinión.

¿Existe algún flujo de comercialización externa para los programas cómicos como Papa Chuiman y Risas ySalsas? ¿Hay algún proyecto de exportación?.

Tenemos algunos proyectos, pero en general la programación cómica de éxito en un país es difícil decomercializar en el exterior porque la comicidad está basada en situaciones de cierta actualidad local que notienen mayor significación en el extranjero, que no es entendida fuera. Una situación cómica o una caricaturadel diputado Olivera no tiene ninguna significación en Los Angeles o Puerto Rico, ellos no conocen alpersonaje ubicado dentro de una comicidad local. En este sentido la comicidad corre en todo campo decosas, no solo en el de los políticos.

No ocurre lo mismo con las telenovelas.

Así es. El caso de las novelas es el de un género más universal, es realmente un género universal.

¿Es esto lo que explica el éxito de Carmín en Europa?

Sí, tuvo éxito en Italia, estuvo en una cadena italiana y funcionó bastante bien, no se transmitió todocompleto sino sólo la primera parte, era muy simpático ver a nuestros actores hablando perfectamente elitaliano.

¿Qué proyectos tienen respecto a exportación de programación o ampliación de la programación nacional?

Nosotros creemos que la televisión tiene su verdadera ubicación como actividad cuando ingresa al campo dela producción. La televisión que retransmite, programas que se hacen en otros sitios es un sistema derepetición de otras televisoras.La televisión propiamente dicha es aquella que dentro de nuestro criterio tiene capacidad de producir en supaís un producto nacional y que su objetivo fundamental sea tener éxito local. Logrando el éxito local sepuede pensar lógicamente en un proyecto de exportación, pero el objetivo fundamental es el éxito local. Estádemostrado en una línea de producción de muchos años, que una buena producción nacional barre ensintonía frente a cualquier programa extranjero. Quiere decir que lo nacional tiene un premio de aceptacióndel público frente a cualquier programa extranjero.

¿Cómo podría sintetizar su actual política de programación?

Nosotros sentimos que como país invertimos demasiado en adquisición de programas. Nosotros tendríamosque seguir la misma línea de la industria nacional y el Estado debería ser consecuente con las normas quese han establecido en la industria nacional en general aplicándolas al concepto de la televisión comoindustria del entretenimiento, en forma tal que nosotros en lugar de adquirir tanta producción exteriordeberíamos fabricarla acá. Vamos a pasar una difícil épocade transición. Debemos fabricar aquí una importante proporción de nuestra programación, no la totalidad,también tenemos que tener una puerta abierta a la producción extranjera que significa criterios de nivelescompetitivos a nuestra producción y además es una ventana abierta a la actualidad de la producción de todoel mundo. Pero sí deberíamos tener en forma clara y definida un buen porcentaje de producción nacional ypretender contentar a nuestro público con esa calidad.Generar fuerza de producción local y en todo caso ser exportadores y no sólo importadores de televisión,romper el esquema de una situación abusiva que es la importación frente a la producción nacional; en este

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momento la producción importada está liberada versus una producción nacional que esta sujeta a un ritmoinflacionario muy fuerte. Dentro de esta circunstancia los canales obviamente buscansu salida en la importación de programas, pero deberían orientarse hacia una mayor programación nacional,lo cual se puede hacer perfectamente, incluso por aquellos canales que no tienen infraestructura o equipos,porque hay suficientes compañías de organización independiente.

¿Cómo calificaría la actual coyuntura para la industria de la televisión?

La televisión no escapa de la situación general del país. La televisión es un medio de expresión como lodefine nuestra Constitución; la televisión y la radio están sujetas a las circunstancias políticas. Por ejemplo;la televisión en tanto medio de expresión tiene la necesidad de tomar actitudes precisas frente al terrorismo,debe manejar su información, no debe constituirse en un caja de resonancia de los actos terroristas. Unterrorista necesita para el éxito de dos bases: una bomba y una cámara de televisión; se trata de quitarle unpoco de cámara de televisión, cosa que los diarios también deberían hacer, La difícil situación económicaafecta a la televisión porque afecta a la industria y al comercio de los que la televisión se financia. La te-levisión es afectada como el país mismo, es partícipe de la realidad del país. No es un ente aislado.Fuera de esa situación general del país, la televisión necesita una actualización de su reglamentación. Hayun artículo en la Ley 19020 que habla de un 60 o/o de producción nacional, sin embargo ese artículo no sepone en ejecución hace doce años porque no ha sido reglamentado. Como éste, hay otros artículos, vemosentonces que hay una dejadez y una falta de actualización de la Ley 19020 que si bien es una ley que fuedada durante la dictadura de Velasco, también es cierto que cuando entró el Presidente Belaúnde sacó co-mo 25 artículos de esa ley y la puso dentro del concepto constitucional. Es entonces una ley constitucional, ala que le falta reglamentación. Yo diría que estos son los dos problemas principales: la televisión corre lascircunstancias políticas y económicas del país; y la televisión y la radiodifusión en general requiere que suley sea actualizada, que se redefinan algunos campos, básicamente el que se refiere a la promoción de laproducción nacional.

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¿PARTICIPACIÓN PARA QUE?UN ENFOQUE POLÍTICO DE LA PARTICIPACION ENCOMUNICACIÓN POPULAR.

Rosa María Alfaro

Hablar de políticas comunicacionales siempre ha sido unatarea poco motivadora, especialmente cuando el enfoque sedetiene a diagnosticar lo que está ocurriendo en el ámbito delos gobiernos y los sistemas sociales. Lugar común de lasrepeticiones interminables, que oficializan absolutizando elproblema del poder,estas temáticas han formalizado el modode acercarse a comprender la conflictividad sociocultural ypolítica que la comunicación es capaz de articular. Intentaréproblematizar esta óptica desde la experiencia concreta delponer en acción la competencia académica, en aquellacotidianeidad oscura y compleja de las prácticas sociales ylos intentos por hacer participar a quienes no siemprequerían hacerlo, porque aún no le encontraban sentido. Perolos conocimientos que adquirimos no dilucidaban la acción,mas bien nos amordazaban de cierta inutilidad.Enganchados en convenciones alejadas de la ambivalenterealidad social nos lanzamos a otras lógicas que nosabíamos cómo comprender, menos aún conducir. Sinembargo fuimos aprendiendo entre tanteos, conflictos yerrores, generando entonces nuevas reflexiones, in-novadores discernimientos para afrontar la significativavinculación entre comunicación y política, pero esta vez

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abordándola desde los sujetos sociales y susdiscontinuidades políticas.

1. DE NUESTRA HISTORIA Y SUS MÚLTIPLES ENREDOS

Las experiencias y las formulaciones teóricas de lacomunicación popular en nuestros países, se han venidocomprometiendo de manera creciente con la participación delos receptores o destinatarios y de los profesionalestrabajadores de los medios en las acciones y en los diseñosde alternativas comunicacionales. Tanto así que cuandopensamos en ella, inmediatamente nos surgen imágenes delpueblo o de los periodistas hablando y decidiendo por susmicros, manejando consolas y cámaras de video,redactando o tomando fotografías, discutiendo lasorientaciones en asambleas, vendiendo sus periódicos, esdecir... pura participación. Así ésta se instaló definitivamenteen la concepción del nuevo modelo comunicacional apropugnar.Sin embargo, dos intenciones casi opuestas se enfilan eneste sobredimensionamiento de la participación. La quepretende democratizar la comunicación como lucha políticaalternativa al sistema comercial, masivo y transnacional, depor sí negativo. Y aquella otra que propone la revaloraciónde la palabra del oprimido, como punto de partida de losprocesos educativos que liberarían su conciencia. El énfasisde la primera se sitúa en el nivel macrosocial de laspropuestas políticas, donde lo transformable está en elreordenamiento de la propiedad y el modo transnacional de

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producir cultura hegemónica. Allí se deben gestar losgrandes virajes que permitirían la participación, para un"después", cuando se haya conquistado el poder. Mientrasque la segunda se ha venido definiendo en la prácticaconcreta de los procesos microsociales donde lo educativose convierte en cualidad intrínseca del quehacercomunicacional, en la que el proyecto político está aún en lapenumbra, pues los sujetos sociales, entendidos comomovimientos y organizaciones se desarrollan hacia unaambigua utopía que en los últimos años ha tomado elnombre de protagonismo popular. Y allí y "ahora", en lospequeños grupos y experiencias se va conquistando lanueva democracia, en un desenfrenado activismo "repleto"de compromiso con el pueblo.Dos paradigmas se esbozan así, el político y el educativopopular. Que si bien su origen viene del modo de entender lalucha social, o mejor dicho de las estrategias del cambio quenuestras sociedades requieren, se han trasladado ydesarrollado específicamente hacia el campo comunicativo.Aunque sus matrices más remotas se insertan en laspugnas entre ilustrados y románticos adquieren un rostroparticular en la complejidad política y culturallatinoamericana, a raíz de los nuevos y contradictoriosactores sociales, quienes desquiciaron los viejos esquemasde interpretación y acción. Ese salto hacia el ámbitocomunicacional, mecánicamente, ocasionó no pocosresbalones, al abandonar su relación con lo social. Porque,curiosa y contradictoriamente es allí donde ambastendencias se unen, en esa "creencia" de que laparticipación a suscitar, ahora o después, debe ser

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estrictamente comunicacional. Ocurre entonces que prácticapolítica y comunicacional se disocian peligrosamente, lomismo que la cultural masiva censurada de la realidadsocial, se separa de la alternativa, sea esta macrosocial o deeducación popular. Al perder ambas su vinculación con ladensidad socio cultural y política de la realidad, la nuevacomunicación a gestar deja casi intacta y de lado aquellacapacidad de convocatoria y goce popular que lascomunicaciones masivas generan y que curiosamente sí seasientan y definen entre las identidades y los conflictosfrustrados y postergados de los sujetos populares. Mientraslas polémicas y mesas redondas insisten en la necesidad departicipación de la sociedad civil y la política en lacomunicación. Y los otros van construyendo experiencias"horizontales" de comunicación grupal o local,lamentablemente reñidas con el entretenimiento. Sinembargo los supuestos beneficiarios de ambas propuestas,los oprimidos y explotados, entregan todo su corazón,interés y placer a la comunicación cuestionada. Le piden loque la política no les puede otorgar. En medio de un granintercambio entre la vida y la comunicación van definiendosus identidades, contestando sus grandes y pequeñaspreguntas sobre el país y sobre sí mismos, satisfaciendo consueños y finales felices, entre lágrimas y carcajadas, el grandesconcierto que nos ha tocado vivir hoy, procesando así demanera distorsionada la esperanza. ¿Qué nos ha estadoocurriendo entonces? ¿Qué sentido tiene realmente laparticipación? Es indispensable que nos interroguemossobre lo que estamos pensando y aplicando ¿desde dóndeestamos analizando y proyectando la participación? ¿Cuál

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es su relación con la vida cotidiana y el conflictosociocultural? ¿qué tiene ésta que ver con la nueva sociedady qué lugar le corresponde entonces al dominado en lacomunicación? ¿por qué suele suceder que a mayorracionalidad política, menor empatía con las clasespopulares?

1.1 Los usos comunicacionales de la participación

La educación popular, desde Paulo Freire y sus seguidoresaportó definiciones fundamentales a la personalidad de lacomunicación popular.(2) En primer lugar se fue percibiendoque las transformaciones sociales tenían que verdirectamente con los sujetos oprimidos, principales víctimasde la injusticia y la violencia social. Que a ellos lescorrespondía la liberación. Que la experiencia de vida y latoma de conciencia aportaban a la fundación de un nuevosaber. Mas aún, que sin su compromiso ideológico no habíarevolución ni reforma posible. Su participación era entoncesestratégicamente fundamental, especialmente en lo que serefería a la educación de su conciencia, como paso previo aotros compromisos. De esta manera, dimos un salto teórico,práctico, necesario y de gran riqueza, aunque terriblementearriesgado. Pues transitamos demasiado rápido de lo macroa lo micro, de lo objetivo a lo subjetivo, de la abstracción almundo concreto, de las estructuras a los sujetos, de las van-guardias a las bases, de la acción social a la ideológica, dela acción política a la educativa y de los espacios"netamente" políticos a los de la vida integral y humana de

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los sectores populares. Movimiento pendular nosuficientemente procesado, ni discutido políticamente. A elloañadimos que esa propuesta iluminó nuestro quehacer en elmundo cercano de los pueblos y fundamentó o explicónuestros desengaños partidarios ante formulaciones ymétodos políticos que no empataban con la vida de la gente.Se produjo entonces un cierto "deslumbramiento", ante lanueva perspectiva, que nos sedujo sin haber profundizadomucho sobre el significado de la conversión acontecida.(3)La comunicación popular se enroló en esa misma propuesta,desligándose de la alfabetización. Desde el teatro, lasfilminas, las fotografías, los boletines y periódicos murales,la radio local, los folletos, era posible plantear unacomunicación para grupos pequeños, donde la finalidadcentral era comunicativa, pero entroncada en la educaciónpopular. La definición del comunicador era la delvehiculizador de la liberación ideológica del pueblo. Elquehacer previo a la transformación global del sistema socialera posible, no había que esperar la revolución. Esta quedópor lo tanto postergada, lejos de la preocupación política. Laparticipación se percibía por lo tanto como expresión ycondición de esa comunicación educativa. El quehaceractivo y consciente del oprimido en su proceso de transfor-mación ideológica y comunitaria posibilitaría quetrascendiera su rol de víctima. Pero, la relación entre estaactividad liberadora que comprometía a los intelectuales conel pueblo y aquella otra, la de los grandes cambios y lasluchas políticas, no se fundaba y esclarecía, ambaspermanecían como dimensiones intocadas, paralelas, casialternativas. No se lograban interconectar. De un lado la

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participación educativa carecía de un sentido macrosocial ypolítico, sin embargo enriquecía y complejizaba la actividadpolítica y daba rostro y expresión a las mayorías silenciosasy pasivas. Humanización y esperanza aportadas por elpueblo, que aún hoy no es comprendida por la dimensiónpolítica oficial, por no estar incluida en su lucha por el poder.Mientras tanto, los años setenta dieron a luz a unos ochenta,donde proliferaron los centros de comunicación y educaciónpopular. Lamentablemente los procesos ocurridosperturbaron "la vigencia" del modelo, salvo algunasexperiencias. El salto pendular poco digerido, el activismorutinario, la institucionalización formal, la desvinculación conel quehacer político, la fragmentación de la relación con elpueblo a partir de "los proyectos”,(4) la poca discusión ysistematización teórica, entre otros factores, fueronmarchitando el espíritu creativo inicial y mostraron la granausencia del programa político que se pensaba gestar. Lamisma definición de la comunicación popular no permitía sunacimiento. Ocurrió entonces, que la concientización y laparticipación se fueron reduciendo a prácticas metodo-lógicas y formales que mezclaban viejas y nuevasconcepciones. El decantamiento no se produjo. Entoncescíclicamente repetimos el esquematismo racionalista, laconciencia realista objetiva, la separación entre vidacotidiana y experiencia educativa, entre el placer y elaprender y entre la acción social y la política, volviendo ainstalarse en muchas de las experiencias latinoamericanasde comunicación. Así la participación se desvestía en lapráctica de sentido renovador, de mito y vitalidad, de utopíapolítica.

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Otras tendencias llegan a considerar la participación en lacomunicación desde definiciones más político-partidarias: laformación del poder popular, dando voz a las mayoríassilenciosas. Dicha aproximación, sin embargo usó elconcepto de democracia popular para diferenciarla de laburguesa. Se convirtió en condición y efecto político de laotra verdad objetiva que había que pregonar. Pero allí elsujeto estaba ignorado, no importaban sus procesoseducativos, ni sus espacios subjetivos, ni las identidadesculturales, ni sus necesidades comunicacionales. Laparticipación era metáfora de la nueva sociedad igualitaria,había que relevarla y hasta forzarla para demostrar suvigencia y destacar la divergencia en oposición al sistema. Ycomo se debía portar la verdad, entonces se privilegiaba aldirigente político popular, cuya finalidad estaba en elesclarecimiento. Los hombres y mujeres humildes del pueblodebían también participar, pero para demostrar la trágicarealidad social, constituyéndose como objeto y parte de unargumento político. Las propuestas de los profesionales dela comunicación especialmente de los periodistas deizquierda se acoplaron en el mismo sentido. Influyeron endestacar la importancia de la participación opuesta a laempresa capitalista de información, pero desde unaperspectiva gremial de lucha contra los propietarios de losmedios de comunicación. Presionaban por obtener ellos unrol democratizador, manifestando poco interés por la par-ticipación de lectores y consumidores, es decir del mundo"no profesional".

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Los medios masivos comerciales, la radio, la prensa y latelevisión no son tampoco ajenos a la participación. Más aúnla utilizan con eficacia, entre aplausos, premios ycongratulaciones. La participación se ha convertido enelemento motivador de audiencias, lo que garantiza mejoresganancias, movilizando inversiones en publicidad. Losmismos noticieros, para ganar "ratings" privilegian lapresencia y la tragedia del actor popular, en imágenes yvoces dramáticas, hasta morbosas, asociando así lademocracia a la información y el espectáculo. Pero, aunquetodos sabemos que ésta sólo aparece en algunos momentosdel proceso comunicacional, no podemos negar que elpueblo y sus litigios hacen noticia y están hoy presentes enel espacio masivo, con mucha fuerza y vitalidad. Laentrevista, el concurso, la opinión pública de encuestados, ladisertación del experto o profesional las llamadastelefónicas, las cartas, las imágenes, inundan nuestra coti-dianeidad a pesar que la conducción, la selección y laorientación no son pertinentes a una ideología de laparticipación. Constituye básicamente una demostración yun gancho para la recepción, aunque para el que ve, lee oescucha esta participación constituye un valor, que lepermite saber y ser más. Se mira, se compara y puedeanalizar diversas propuestas. Significa reconocimiento,constatación, empatía, modo de estar presente en la vidanacional. Algunos medios van inclusive más allá. Construyensu identidad competitiva sobre la misma participación queofrecen, dando cabida a los sentimientos, opiniones y gocespopulares. Este avasallante crecimiento de la participaciónnos plantea nuevos retos. No basta recalcar la diferencia,

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significa una urgencia de convertirla en una práctica y en uncontenido democratizador, querido y buscado, porque dabeneficios y transforma, haciendo posible la comunicación,en una vida social y política nuevas.La participación por lo tanto admite múltiples sentidos. Sucontenido liberador depende de sus intenciones y métodoscomo del modo cómo se incorpora a la vida subjetiva yobjetiva de sus destinatarios. Las muchas experienciasmotivaron aprendizajes, que se definieron entre saltosteóricos, abandonos y postergaciones políticas que noshicieron perder perspectivas. La propia conflictividad social ypolítica nos impedía la seguridad y la profundización.Carentes de tiempo, dinero y ánimo, en medio de tantaactividad afirmativa, no pudimos problematizar, investigar ysistematizar. Por ello al concretarla en términoscomunicacionales la instrumentalizamos y achatamos, sintomar en cuenta su vinculación con la otra democraciamacro social y con la conflictividad cultural y política en queel pueblo de nuestros países está sumido.

1.2 La participación popular como fetiche

En el mundo de los educadores y comunicadores populares,la participación es por lo tanto casi un ritual y una fe, significay garantiza la liberación, no puede faltar. En ella seconcentra toda una significación ideológica que la explica yla realiza. Pero consecuente con sus deficiencias conceptua-les, se privilegia solamente la denuncia y el sociodramarevelador. Nuestros programas radiales se llenaron de voces

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populares, lo que definía su carácter participativo y popular.Las reivindicaciones y las luchas, los testimonios y losrostros de los oprimidos en periódicos y boletines,justificaban y hasta reemplazaban su intención liberadora. Siel pueblo participaba o en otros casos si solo aparecía ya setrataba de "la comunicación popular".De las experiencias locales se transitó a las masivas con elmismo esquema. El pueblo tenía que participar. Se convirtióasí en rutina y hábito, como un ejercicio matinal. Poco seescuchaba lo que decían y por qué lo hacían, menos aún seles permitía transformar esa comunicación popular. Y allíperdimos al sujeto, no supimos recibir sus perspectivas, suslenguajes, sus modos de percibir la realidad, de esperar laliberación, de construir sus prácticas comunicacionalescotidianas. Recogíamos lo textual, pero no desde dónde sedecía y con qué intencionalidad. La dinámica productiva nosinsensibilizó. Ni nosotros, tampoco ellos, nos enriquecimoscon la famosa participación.Un sin número de flechitas funcionales explicaban yorganizaban nuestra práctica democrática alternativa, dondelo horizontal era la clave interpretativa de su sentidotransformador, por fuera de la relación con el movimientopopular y sus conflictos. Lo negado era la verticalidad, seacual, fuera y adónde apuntase. Ignorábamos o tratábamosde olvidar que la complejidad social y cultural ha hecho másborrosa la diferencia entre las clases, las culturas, lo urbanoy lo rural, lo masivo y lo popular. Y que el propio pueblo esya partícipe en la formación de una cultura de masashegemonizada por la burguesía o los estados, noprecisamente horizontal, que unas prácticas participativas no

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podían cambiar tan fácilmente una relación social tanarraigada. Contradictoriamente, nuestra identidad tampocose asumía. ¿Quiénes somos, para qué estamos? ¿cuál esnuestro lugar en la participación? ¿o es sólo para el pueblo,el "buen salvaje", la "masa atrasada," que debe avanzar?¿nosotros no necesitamos la democracia? Fetiche entonces¿para quién? ¿de qué lado estamos? ¿del sacerdote queexorciza? Pero el que hoy día lo podamos plantear así contoda su crudeza, es señal de redenciones mutuas que ya seinician, tejiendo la esperanza.

1.3 El conflictivo ejercicio de la palabra popular

Hacer uso de La Palabra pública significa una ruptura llenade complejidad. Aquella que tiene valor social y simbólico. Laque se explicita como manifestación de una voluntad deejercerla, con sentido y continuidad. Hablamos de lacapacidad para convertir lo que se aprendió en laexperiencia cotidiana, en mensaje y vitalidad social que secomparte con otros, en aquellos ámbitos que no son propios,que todavía no se poseen. Más aún si esa palabracontribuye a la formación del "nosotros popular" de esaidentidad colectiva que dialoga y disputa con las otras clasese institucionalidades sociales del país, construyendo lasbases de una propuesta. La dificultad de aceptar ser paraotros, conquistando nuevos espacios para sí, entonces setiñe de una utopía que transita entre el modelo y el sueño deotra realidad humana y política, alejándose de la praxis"pragmatista" que calcula y obtiene beneficios. Es por lo

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tanto subversiva y complicada, supone otra significatividad.Si no lo entendemos así, la perspectiva y el adónde vamoscon tanta participación, se tornan vacíos, carentes desentido. Durante mucho tiempo hemos pensado en ella demanera ingenua y formal. No podemos sin embargo negarque esa inocencia expresaba un nuevo descubrimiento deuna fuerza vital, aquel que conecta el compromiso político delos comunicadores con las relaciones humanas dignas yconcretas. Al revalorar la palabra popular, el saber en queestá inserta, su capacidad y competencia cultural, develába-mos interpelando la frialdad manipuladora y abstracta de lasactividades políticas proselitistas, que buscabandesesperadamente en el pueblo nuevos militantes, midiendoinfluencias, capturando pequeños y grandes poderes, enmedio de un gran desencuentro entre sujetos populares ypartidos políticos.(5)La experiencia y el análisis nos demuestran que esta palabraestá significativamente conflictuada. En primer lugar porquelos discursos "hegemónicos" populares no existen comotales. La multiplicidad de opiniones e interpretaciones que segestan al interior de los movimientos sociales, sin aceptarseni vincularse entre los diversos sectores y organizacionesque los procesan, el divorcio entre discurso y práctica, lafragmentación en que se encuentra sumida la palabraconforme a diversas y hasta contradictorias prácticassociales, provoca trabas en su proceso de producción ydificulta la posibilidad de una coherencia discursiva querequeriría toda presencia pública en la sociedad políticaoficial. Más aún en una realidad tan cambiante como lanuestra, cuando la lógica del momento, ante tanto aconte-

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cimiento inesperado, supera la posibilidad de enfrentarorgánica y consistentemente una estrategia.

Culturalmente la palabra del pueblo se encuentra encerraday enredada por los modos de comprender la vida y por lapropia lógica de la cotidianeidad, en relación a losacontecimientos, en un continuo diálogo y evolución. De unlado está el mundo familiar, el del trabajo, el barrio, comoespacios propios, que incluyen prácticas y relacionessociales que les son cercanas y les compete. Allí se valora lapalabra, aunque jerarquizadamente. Desde el dirigente, elvarón, el ama de casa y el niño, cada, uno en su espaciosocial de protagonismo, requieren y ejercitan la palabra,imperativamente, como parte de la misma condición humanay sus procesos de socialización .Frente a este mundo de "adentro", del "nosotros" más local yparcializado, están los otros, los "ellos" del mundo de"afuera". Allí la palabra se reprime y subvalora con los"extraños" sobreestimados, en la misma acción deempequeñecerse. Por lo tanto la experiencia cotidiana no selegitima, no vale para ser comunicada, definiéndoseentonces relaciones de subalternidad con respecto a ellos,desde su devaluada palabra. La dominación vive dentro delos sujetos, no es una exterioridad. La palabra de otros seconvierte entonces en una norma y en una censura porquecontiene, el valor social simbólico por excelencia, definiendolas interrelaciones entre lo de "afuera" y lo de "adentro", esdecir involucrando a las propias dirigencias populares y asus bases en el uso de lo público, y de su propio mundointerno jerarquizado.

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La misma dirección política interna se constituye en un ordenque traba el ejercicio de la palabra de las bases o de susdirigentes intermedios, más cerca al mundo del vecindario yla familia que del municipio, el estado, de los partidos, lospatrones o capataces y los instruidos. Contradictoriamenteesta perturbación no sólo es producido por las condiciones,los métodos y las prácticas constitutivas del accionar políticosino por la delegación que las mismas bases le otorgan asus dirigentes. En la figura de la representación letransfieren su palabra, se desprenden de ella, se quedan sinpoder. Los líderes son elegidos porque hablan mejor, sabránasí defender y construir una eficacia para obtener "algo" delmundo exterior. Resulta ser más un arma o instrumentotáctico que una propuesta política democratizadora.¿Dónde estamos los comunicadores populares y quéestamos haciendo con esa palabra? ¿Cómo la estamoscomprendiendo? Durante mucho tiempo hemos reducido oborrado su conflictividad cultural, social y política, latomábamos sólo como voces y mensajes de los oprimidos,que hay que difundir o utilizar para denunciar. Pero que pasóinteriormente con quienes participaron. ¿Se produjoautovaloración alguna en profundidad? ¿Frente a quiénes?¿Ante nosotros quizá? ¿Qué sucedió luego en el pueblo, laasamblea, la familia, la actividad comunal? ¿Se conectaronambas dimensiones de la comunicación?Sin embargo los pobladores, los obreros, los campesinos,las mujeres y los jóvenes sienten la tensión entre unapalabra que al entregarse se humilla, pero que es propia ytrasluce y dignifica la experiencia de tantos años de muchahistoria y actividad. En una especie de conciencia dramática

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que sabe de su conflictividad pero que también anhela poderhablar bien. Sentimientos contradictorios explicitados entantas demandas por talleres y capacitaciones de locución yoratoria, o de comunicación en general para aprender ahablar. Como también se manifiesta en esa espontaneidadpor llamar y escribir a las radios, por participar de losnoticieros de televisión asegurándose la difusión de suverdad, aunque sólo sea parcial.El ejercicio de la palabra popular conlleva una profundapugna entre realidad y utopía, entre autoritarismo ydemocracia, la que es imposible de recoger procesando susdesenlaces, con sólo abrir el micro o entrevistar.Aquí la comprensión instrumental de los medios no nossirve, se trata mas bien de instalarse en el conflicto,"empujando" y apoyando las propias resoluciones delpueblo.

1.4 ¿Sujetos u organización? ¿Quiénes son losprotagonistas?

Añadiendo al listado de nuestras incomprensiones, noslamentamos de haber confundido sujeto con organización,en los dos sentidos. Unos porque al vincularnos con lossujetos concretos, las personas individuales y colectivas,supusimos que allí estaba implícita la organización y no fueasí. Otros porque sólo pensaron en la organización y allísubsumieron a los seres humanos, borrando las múltiplescaracterísticas del rostro, la vida y el habla popular cayendoen la estandarización y el estereotipo. Por debajo de esta

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ambigüedad nos trabajaba la oposiciónindividuo-colectividad, como también la de unaespontaneidad vital frente a lo orgánico formal"concebido",(6) negándose mutuamente. Pero los sujetos noson sólo individuos, sino también solidaridades naturales,espontáneas y construcciones colectivas, forjadas porvoluntad, las que también significan distanciamientos,tensiones y enfrentamientos. La organización estácompuesta también de sujetos, donde tienen cabida lasexpectativas individuales las demandas de reconocimiento,los efectos, como los apetitos caudillescos, y otros nonombrados. Nos importa por lo tanto comenzar subrayandola no contradicción sino la complementareidad entre ambasdimensiones, enfatizando sobre su continuidad,interconectada por la identidad y el devenir de los procesossociales. Sin embargo ambas dimensiones se diferencian.Cuando hablamos de sujetos aludimos a la vida corriente delos integrantes del pueblo. Aquella inserta en lo cotidiano yen los acontecimientos grandes y pequeños, la que sepractica en múltiples espacios de comunicación, incluyendolos medios masivos. Allí la realidad, la lucha por sobrevivir,el goce placentero, el encuentro vital, la ayuda mutua entreamigos y vecinos, las peleas o resentimientos ante ladesigualdad interna, forman parte de toda complejidad,donde está presente la experiencia vivida como huellasasentadas en la memoria, donde los hábitos, ritos ycostumbres del presente se repiten y recrean, dando lugar ala resistencia, hecha de burla e indignación ante el opresor,donde también la esperanza y el sueño se imbricaninfluyéndose mutuamente, tocándose constantemente con la

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utopía aunque fuese sólo de costado. Pero donde tambiénse procesan los engaños, las humillaciones y vergüenzas del"ser menos", alimentando la impotencia política.Mientras que la organización supone una voluntad políticacomún formalizada, para conseguir algo, para conducirse así mismos, pero sobre todo para relacionarse con los de"afuera" y captar beneficios, practicando de manera orgánicatácticas de conquista y de defensa. Allí se construye una otraidentidad, pragmática y forzada concientemente, pero que vadefiniendo un embrión político hecho de decisiones yactividades de interlocución con otros sujetos del mismopueblo y frente a las otras clases. Lo cual obliga a crear unorden interno donde se construyen normas propias,igualdades, acciones democráticas que van configurandonuevos modos de vivir en sociedad.Allí la asamblea es el momento cumbre deificado,especialmente la de base. El que no asiste es subvalorado.Y quien no cumple lo acordado es sometido a sanciones, avoces tan rígidas que llegan a la incomprensión y lacrueldad. Interpretar de una manera u otra tal o cual decisiónes motivo de discusión y posteriores enfrentamientos. Lasdirectivas "se bajan" o destronan cuando éstas falsean outilizan esa voluntad colectiva para beneficio propio. Laigualdad da seguridad y fe. Por ello tanta discusión interna,prolongando sesiones que perturban las condicionesmínimas de una buena asistencia. Las formas deautogobierno están allí, pero poderosamente influidas por laautoridad externa, frente a la cual hay que diseñarrespuestas que signifiquen beneficios. Es el espacio dedefinición de las tensiones políticas y del futuro de la

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organización. Y en ese sentido allí se deliberan las bases deuna nueva democracia.Si bien entre la vida espontánea de los sujetos y laorganización representativa existen niveles primarios decontinuidad. Sin embargo es bastante común percibir masbien el desencuentro en muchas organizaciones. Opera allíel énfasis en lo formal, utilitario y coyuntural ante lasinstituciones externas.Se eligen y definen dirigentes para "gestionar" pararelacionarse con el mundo de "afuera", allí se concentra yexplica la representación. La cual origina entonces ladebilidad de su función interna, como instancia decomunicación vital y de construcción de la democracia hacia"adentro", fundando una increíble paradoja. Mirada desde lademocracia burguesa, por comparación, la organización esuna innovación revolucionaria. Pero, analizada desde sucoherencia interna, surgen sentidos aparentementecontradictorios, que no hemos sabido percibir y comprender.Por ello la asistencia a asambleas es deficiente, en términoscuantitativos y cualitativos de participación. La formalidadcampea, en la manera de conducirlas y en el lenguaje"adoptado" del político. Dura larguísimas horas, ocurrenpeleas y se especta el fracaso de algunas dirigencias. Se haconvertido en una obligación, reñida con el sentimiento y eldeseo. Hasta el miedo tiene lugar. La acusación nocomprende cómo la exigencia puede fracturar la vidapersonal y familiar de sus miembros.Pero donde las debilidades son aún mayores, por lo menosen el Perú, es en los procesos de vinculación entreorganizaciones. En los últimos años los proyectos de

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centralización, tan importantes a una definición política y alproceso de unidad popular, levantan problemas serios encuanto a su construcción democrática y mística interna,ahondándose los abismos entre dirigencia y base yesquematizando su desarrollo. La compartimentalización enque se encuentra el movimiento popular es aún muyprofunda. Una práctica política forzada y desde "arriba"fomentando la articulación, pintará un escenario de cartónmuy sencillo de ser destruido o incendiado. En ese sentidolas organizaciones de mujeres han aportado alcuestionamiento de esta empobrecedora tendencia.Sin embargo cuando dirigentes y bases se refieren a suorganización la defienden y alaban, con gran entusiasmo, lacolocan en su "deber ser", argumentan sobre suimportancia, destacan las conquistas conseguidas, leentregan todo su afecto, pues constituye parte de suidentidad, obtenida con su esfuerzo. Esta incompatibilidadentre discurso y práctica, habla de una terca esperanza en elvalor de la representación y la autonomía popular colec-tivizada. La que se enchufa con la vida cotidiana y laparticipación espontánea reprimida en el silencio, sólocuando los conflictos superan la formalidad y ocurre eldesencanto. Entonces las peleas, los insultos, las nuevaselecciones, las marchas y protestas permiten que laorganización se alimente, y se recicle, o se divida ydesvanezca su fuerza de continuidad y cambio.Curiosamente, sociólogos, políticos, comunicadores yeducadores priorizan y subliman esa concepción orgánica yformal del colectivo, vaciándolo de conflicto, de suobjetividad social y de mito político, destacando allí sólo la

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figura del dirigente como la máxima expresión de esaformalización autoritaria. Se ha reforzado así ladiscontinuidad entre vida social y protagonismo político,entre discurso y práctica, entre personas y colectividades,entre lo objetivo y lo subjetivo, entre la afectividad y la razón,y entre lo real y el deseo de superarlo. Nuestra propuestahoy es que ambas dimensiones no pueden desligarse,porque en esa cópula está su capacidad de transformación.

1.5 Las vinculaciones entre lo masivo y lo popular

La idea de pensar y practicar en la realidad social utilizandopara ello categorías opuestas e irreconciliables que batallanentre sí, perjudican nuestro modo de acercarnos al actorpopular, e impiden que lo asumamos en sus procesossociales y educativos. Pues cambiar no significa siemprepasar de un estado a otro, tachando lo anterior. Lenegaríamos su sustancia histórica evolutiva. Como tambiénestaríamos impidiendo que lo bueno, lo conquistado, lotransformado en la lucha por convivir en lo negado, serecupere y signifique avance y transformación, útil a la nuevasociedad a fundar. Y no es que estemos contra las rupturassociales, sino que éstas deben formar parte del proceso decrecimiento de los sujetos, sin fomentar su destrucción.Aunque a nivel estructural y macrosocial estas rupturas osubversiones sean necesarias. Otra es la dimensión, dedistinto nivel, del actor popular. Lamentablemente la guerracontra el sistema se ha entendido como batalla encarnizadaentre personas, hasta tal punto que el campesino mata a su

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hermano porque no quiere tomar las armas contra el ene-migo burgués. Terrible confusión que ha pervertido elsentido humano de lo político. Nunca una revolución, ya seapacífica o violenta deberá imponer, obligar y desquiciar alsujeto protagónico del cambio. El continuum del sujeto y susorganizaciones debe estructurar su modo de participar ytransformarse, empatándose con el sistema social a innovar,aportando a él. La ruptura debe sentirse necesaria, que elpueblo vaya con ella. Ese será el único camino que garanticesu participación en la conducción de los cambios sociales.Aquí está una de las claves de la relación entre actor ycambio social, entre pueblo e intelectuales, entreorganizaciones y partidos, entre sujetos populares y laeducación o la comunicación popular.En esa misma línea lo masivo se ha satanizado, es elmaleficio capitalista que debe combatirse, casi erradicarse.El pueblo que lo consume sólo puede ser alienado, casi unenemigo o un traidor a su clase. La única alternativa queentonces surge es la de la comunicación artesanal y local,que se endiosa y sobrevalora, mientras se esperanpasivamente los grandes cambios sociales. Pero felizmentela propia práctica ha sido y es más rica que nuestros viejosdiscursos y sistematizaciones. Las oportunidades deingresar a los medios masivos surgieron sin ningunaprevisión, especialmente en la radio y en alguna prensaperiodística, (diarios, y revistas) coincidentes con una ciertaevolución de la izquierda hacia los escenarios políticoslegalizados de la democracia burguesa. Entonces se valorólo masivo, aunque asumido como la otra información que

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había que aprovechar de difundir, sin encontrarle su sentidoestratégico y popular.Surgieron así dos peligrosos equívocos. El primero queidentifica la comunicación popular con el espacio local,excluyendo al pueblo de su responsabilidad para con lasociedad, en términos de la lucha pública y de la formaciónde una opinión política popular. El segundo que identifica lacultura y la comunicación popular reñida con la masiva,vírgenes del contagio comercial. Allí no estaría lo popular.Se ignoran así ingenuamente, los recorridos de la formaciónde la cultura, de masas en el país, que se forjaron en estesiglo y ya tienen décadas de funcionamiento,comprometiendo en ellas los gustos y placeres de lospueblos y sus necesidades de representación cultural másvital y cotidiana.(7) Estamos ante el proceso de construcciónde la hegemonía cultural, conseguida en complicidad con lossujetos populares, y por la captación de las demandas ymodos de ser de las masas, hecha por las clasesproductoras. Y según cada país y sus conflictividadesculturales y sociales esta amplia y homogénea cultura hasido erosionada y conectada con las frustraciones políticas,con los procesos de postergación de lo nacional y lainstalación precaria y desviada de la modernidad. Allí estánhablando de ello aquellas experiencias masivas, como laradio folklórica, que surgió por presión de "abajo" hacia"arriba", donde cantantes y folkloristas se resistieron a lacultura transnacional y posibilitaron definiciones culturalespopulares en la conformación, aún incipiente pero existentedel germen de una cultura nacional.(8) Cultura masiva desdela cual se ingresó a la vida pública usando contradictoria-

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mente algunas y escasas técnicas de la modernidad,emparentadas con la edición disquera y radial casi artesanal.La comunicación masiva tuvo y sigue manteniendo vigenciapopular. Pero su respuesta mediada, distorsiona y satisfacedesviada y parcialmente al sujeto popular. Sin embargo se leacerca y sabe tomar contacto, lo conduce recuperando susnecesidades de reconocimiento en la vida macrosocial, y ensus experiencias afectivas más individuales. Lo orientaseductora y procesalmente, como nosotros no lo sabemoshacer, no estoy planteando lo masivo como modelo. Por elcontrario, sólo quiero destacar que la participación tiene quesignificar diálogo, cercanía e intercambio, sólo así seráposible que la comunicación popular contribuya a latransformación social, haciendo del proyecto político una re-lación vital y organizada. La conformación de una nuevacultura, debe partir de su existencia actual, tan conflictuada,pero impregnada de riqueza. Será fundamental que se vayaedificando y recreando con la propia participación de losactores sociales prioritarios.En una nueva propuesta lo masivo popular, no puedemantenerse al margen de lo local y de las organizaciones.Se trata más bien de vincular y asumir la transformaciónestratégica, interconectando ambas formaciones sociales,tan potencialmente útiles al cambio social.

2. LOS NUEVOS SIGNIFICADOS DE LA PARTICIPACIÓNPOPULAR EN LA COMUNICACIÓN Y EN LA VIDASOCIAL

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2.1 Construyendo una nueva práctica profesional

La experiencia nos ha ayudado a madurar. Aquella quevenimos practicando en los pueblos desde hace siete años,dos informalmente, cinco en una institución formada pornosotros mismos: La Asociación de ComunicadoresSociales "CALANDRIA". Todos somos comunicadores, lamayoría profesionales egresados de la Universidad de Lima,otros de origen popular formados en la experiencia y lavocación por comunicar, como las locutoras, lascorresponsales, las actrices y las organizaciones con las quevenimos trabajando. La inyección inicial fue fruto de unaenvidiable casualidad. Nos solicitaron dictar un curso paramujeres de un mercado, para que aprendieran a hablar porsus parlantes y se entusiasmaron en participar de la di-rectiva. De los primeros tanteos que más bien fueronmanotazos, surgió la empatía: el relato popular, que nohemos abandonado hasta hoy, cuando ya van cinco años delprograma radial NUESTRA VIDA en el aire, se convirtió entabla de salvación y factor de aprendizaje permanente. Lasmujeres cuentan dramáticamente sus vidas, sus noticias, seríen y reconstruyen la esperanza, aceptando lo educativo, nodivorciado del placer de hablar y de escucharse en el contar.Del parlante al medio masivo, comenzamos con el programasemanal, ahora es diario y durante una hora, que ya resultapequeña.De la comunicación de base, transitamos hacia la pública,para luego volver al mundo de la organización y la localidad,sin abandonar lo masivo, sino más bien utilizándolo en su

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capacidad motivacional y orientadora, como instancia demediación social, pero que admite la intervención directa deldestinatario. Ambos niveles fueron integrándose, venciendonuestras mutuas resistencias. Primero, porque las mujeresde los pueblos no admitían que un programa radial pudiesellegar a una comunidad y enseñar algo útil a las personas ysus organizaciones.Sólo estaba para entretener y educar desde un centroemisor, a pesar de admitir y destacar constante mente lasdiferencias entre NUESTRA VIDA y la programacióncomercial. Del lado nuestro porque más sabíamos producirque enseñar. Estar en los pueblos era todo un trajín, al queno estábamos acostumbrados, a pesar del romanticismopopular que nos embriagaba. Comenzamos formando en lainstitución un área distinta a la de la producción, que lallamamos "distrital". Durante casi dos años batallamos porintegrarnos a la vida de dos organizaciones sumamenteamplias y desarticuladas: el vaso de leche y los comedorespopulares, asumiendo así una perspectiva de organizaciónterritorial, frente o conforme a una estructuración política delestado, en los gobiernos locales, magnificando sin querer lacapacidad política de los municipios sobre la vida popular ydel país. Así estábamos en todas partes y en ninguna.Asistíamos a asambleas priorizando la organización popular,sin comprometernos a fondo con ninguna. Mientras que larespuesta a las demandas individuales y colectivasespontáneas se trabajaban más en el programa radial. Losalcaldes izquierdistas se fueron(9) y se desbarató el proyectodistrital. Las organizaciones ya sin apoyo se vieron obligadasa crecer, fundando centrales por zonas y departamentos,

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cuestionando la inclusión de todo el movimiento femenino enlos distritos y sus municipios, asumiendo en la práctica suindependencia pero también comprendiendo la debilidad delaparato estatal y la importancia del gobierno central. Seprepararon para una interlocución mayor.(10) Las instanciasde centralización se involucraron rápida y abruptamente enuna lucha política directa peleando por su reconocimientolegal y defendiendo su autonomía como organización frentea un estado corporativo que les plantea subsumirse en lasesferas de control de los órganos gubernamentales.Fue allí que nos dimos cuenta que esa estructura, territorialde la institución ya no tenía sentido, la que correspondíacuriosamente a un ordenamiento informativo: lascorresponsalías y noticias de todo lugar. Sin pretenderlohabíamos trabajado con lo que queríamos negar; lacoyuntura y el espacio político oficial empataba y ocultabalos residuos del paradigma informativo. Pues como diceJesús Martín Barbero, "más que con muros las ideas nosaprisionan con su inercia, y de ella no nos liberamosfugándonos... sino recreándolas"." Saltó entonces la careta ynos envolvió la necesidad de cambiar. Esta vez el sujetosocial debía redefinir su lugar primordial en la estructuraorganizativa de la institución.Se creó entonces el Área de Trabajo con las OrganizacionesPopulares, como instancia eje, la que permitía unir lo socialcon lo comunicativo, por encima de la preponderancia de losmedios, más bien sometiéndolos. Cuatro sub-áreas laintegran según las organizaciones: Vaso de Leche,Comedores, Vecinal y Trabajadores (mercados, ambulantesy domésticas). Las otras áreas, investigación, los de-

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partamentos de radio, video, medios artesanales ydocumentación, deberán enrolarse fundamentalmente haciael trabajo medular con las organizaciones, entendidas comototalidad espontánea y orgánica. Sin embargo una dobleactuación se aplica a todas las instancias, la de relación conel espacio masivo, donde las competencias culturales y polí-ticas van más allá del ámbito organizativo y lo com-plementan.Desde mucho antes veníamos afinando nuestraspropuestas educativas, en el acompañamiento, en lasreuniones y los talleres de dramatización de comunicación yliderazgo y de producción de medios artesanales o masivos.Así fuimos edificando una propuesta comunicacional másintegral orientada a que las organizaciones se doten de unacapacidad de conducción de sus relacionescomunicacionales internas y externas, en lo orgánico en lassecretarías de prensa y propaganda o equipos de comuni-cación; en lo ideológico en la comprensión de la importanciade la comunicación para el desarrollo político del pueblo; enlo democrático gestando independencia y participación; en locultural valorando su capacidad y riqueza cultural eincentivando la creatividad de bases y dirigentes, dehombres y mujeres, de adultos, jóvenes y niños. Las reflexio-nes que continúan son el resultado del proceso vivido, quehoy día nos acerca más a la interrelación entrecomunicación y política.

2.2 Comunicadores y no sólo productores

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Un planteamiento difusionista necesita productores, es decirtécnicos, y dominadores del lenguaje de los medios, concreatividad y brillante eficacia, pero centrados en laconfección de resultados. Entonces fabricar productos es supertinencia fundamental. Allí comienza y acaba suresponsabilidad profesional. Es el fin o la meta, como un ejemás de esa maquinaria de la industria cultural, por incipienteque ésta sea, donde el receptor es sólo entendido comoreacción de efectos de consumo, ante los textospresentados.La comunicación supone la existencia de un otro con quiennos relacionamos mediáticamente. Se trata de elaborarproductos que sustenten, conlleven y favorezcan unavinculación real y simbólica, donde comunicadores ycomunicados se involucren actuando el diálogo y laintercomunicación, con un destino valorativo ytransformador. El interés se centra en los procesoscomunicacionales y educativos que se gestan y no en lacalidad intrínseca de lo ofertado, ya sea como contenido ocomo estética del productor. Pero a su vez los textoscomunicativos deberían recuperar lo mejor de cadainstancia, buscando y provocando la relación. Se trata deconfeccionarlos para que sean usados, gozados yreflexionados, durante la emisión y más allá de ella.Entonces su pertinencia es relacional, en movimiento. No essu perfección estática, sino la que plantea la apropiación y eluso social liberador. No se pretende la confección deproductos malos, sino de apostar a otra bondad o calidad,con intereses exteriores al instrumento. Más aún, estosproductos deben expresar las dinámicas y los conflictos

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populares, en sus lenguajes y expresividades y desde allígenerar otras creaciones e influencias en los sujetos y susmovimientos sociales, entendidas como empatías integralesde cambio. Los destinatarios cobran entonces un papelfundamental. La investigación sobre temáticas pasa a unsegundo lugar, indispensable, pero complementaria. Se tratade conocerlos para comprenderlos, para identificar su vidacotidiana, sus logros e identidades, sus conflictos ynecesidades individuales y colectivas, el modo cómo seinvolucran en la vida nacional; y de allí pensar en nuestrasrespuestas y qué ofrecer. Desde ese momento ya la produc-ción es parte de una relación comunicativa y no impera lalógica de una eficacia productiva, sea del tipo que fuera(derecha o izquierda).Pero también los medios pueden servir para relacionar aunos grupos con otros. El comunicador debe favorecer lacercanía, el intercambio, la formación de una identidad másamplia, respetando la pluralidad. Vehiculizador de diálogossus propuestas deben asociarse a la comunicación queocurre en la vida familiar entre paisanos y vecinos, dondetiene sitio preferencial el afecto y la amistad paraenriquecerse con ellos, al interior del propio medio y en otrosespacios. Como también posibilitar la articulación simbólica yconcreta entre organizaciones. De la misma manera debeaportar a la crítica y a la gestación de alternativas en elcampo de la actuación macro social.Escuchar y responder son las dinámicas que le competen alnuevo comunicador, las que se efectúan en las relacionesque posibilita la comunicación masiva como en la otrapopular, donde la palabra y la relación es directa, frente a

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frente, sin recurrir a los medios. Lo cual exige undescentramiento de lo técnico, para asumirlo comoherramienta de trabajo, capaz de ser mediación simbólica detransformación. Pero también está la relación humana y elcompromiso como alimento y diseño comunicacional.

2.3 ¿Adónde se dirige la participación?

La definición del comunicador como promotor y gestor derelaciones actuantes y vivas, nos permite ahora sí pensar laconexión entre comunicación y vida social. Esa riqueza leproporciona su valor estratégico. Cuando se hacecomunicación se está directamente en las dinámicas yconflictos sociales, en la construcción de las identidadesculturales, en las pugnas y las sumisiones políticas conrespecto a las culturas hegemónicas, en las relaciones quese establecen y las que se ignoran, en las esperanzas quese fabrican entre los sueños y los placeres "evasivos" delentretenimiento, en las propuestas alternativas que se tejeny se construyen real y simbólicamente.Pero esta compenetración con la vida social no podemosentenderla exclusivamente como los mensajes a tratar,entendidos como textos o discursos, sino como relacionesque gestamos, a través de los géneros que utilizamos, de lasvinculaciones que provocamos en el nivel expresivo, de losmodos de hablar, en la comprensión y consideración del queescucha, lee o ve, en la suspicacia que tengamos paraentender y satisfacer sus demandas educativas, en lasactividades que construimos fuera del medio, en las

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valoraciones que propugnamos, en cómo moldeamos juntos,una comunicación para cada organización, en el clima quecreamos, en los sentimientos que dejamos pasar, en laspropuestas integrales que formulamos, donde los temas nose “especializan”, sino donde se dan cita los relatos que elpueblo le hace al pueblo para crecer, con nuestra ayuda ymediación, construyendo su propia interpretación ideológicay política.El objetivo de la participación, entonces, ¿dónde está? ¿enla comunicación o en la vida cotidiana de los sujetos y susorganizaciones? ¿en un lindo o correcto programa radial operiódico mural, donde hay mucha participación o en elmodo cómo se va edificando la democracia y la místicapopular en las organizaciones?Es importante evaluar el proceso de compromiso de lasseñoras o los jóvenes comprometidos con nuestrosproyectos comunicacionales. ¿Qué sucede con ellos cuando"llegan a participar" al espacio de la comunicación, ya seamasiva o local? ¿cómo lo están comprendiendo? ¿no seráque estamos construyendo un paradisíaco "aparte"comunicacional? Los procesos de producción horizontal quecreamos, donde reina el respeto por la palabra popular, quéles significa? La dialogicidad que propugnamos, hastaforzamos, para borrar los abismos y las distancias sociales,realmente se producen? Lo que allí se vive, los lazosafectivos que se fundan, donde todos nos escuchamos,impregnados del espíritu de igualdad ¿qué repercusionestienen en sus vidas y organizaciones?. Cuando vuelven a lacasa y el autoritarismo del marido las agrede, cuando en lavida comunitaria los jóvenes no tienen lugar, cuando en la

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organización los dirigentes y las vanguardias políticas,continúan manteniendo la verticalidad presionando en lasrelaciones con sus bases, cuando en los comparendos conel Estado se otorga todo el poder al gobernante. ¿Cuál esentonces la capacidad de transformación de esa felicidadparticipativa de la comunicación popular, tal como lo hemosvenido pensando? Si bien no podemos medir los procesosde cambio social como si fuesen fórmulas químicas omatemáticas, tampoco podemos evadir la pregunta sobre¿dónde va tanta participación? Se trata entonces de sabercuán profundas son las metamorfosis que nuestras prácticaseducativas provocan en los sujetos populares, individuales ycolectivos? ¿o será que estamos sobredimensionando lacapacidad de la actividad educativa, en sí misma? ¿Acaso lacomplejidad de la vida, las orientaciones de los procesossociales no son las verdaderamente importantes? ¿Nuestrafunción no estaría más bien en apoyar a esas definicionespor fuera de la comunicación? ¿Se trata entonces de evaluarla validez de la participación por la transformación que obtie-ne de los sujetos, quienes luego van a aplicar lo aprendidoen las prácticas sociales?¿No estaremos interrogándonos desde la misma matriz quequeremos negar? ¿Acaso la comunicación debe tener unpoder sobre las conciencias para revolucionarlas? ¿Noestaremos nuevamente sobredimensionándola como el lugarpreferencial donde la gente se educa, allí donde estamosnosotros, los comunicadores populares? ¿Qué pasa con susvidas cotidianas, con la complejidad de la vida social, con eldesorden cultural de la ciudad, con los sueños, lascomplicaciones...? Los procesos de producción deben estar

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en relación directa con los culturales y los sociales. Como noimporta tanto la cualidad "correcta" del mensaje, tampoco loes el buen proceso educativo comunicacional, sino lacompenetración entre vida social, comunicación yeducación, allí la transformación se ubica a pesar queperdamos la visibilidad de su eficacia.El objetivo está entonces en el cambio de la sociedad peropor acción, voluntad y decisión de los sujetos socialesinsertos en ella, donde la comunicación tiene un papelcohesionador y de potencialización pública y orgánicaimportante. Nos interesa por lo tanto el poder que se vaconstruyendo, la DEMOCRACIA popular que se vagestando, la Unidad a la que se va confluyendo, donde lacomunicación tiene un lugar estratégico porque comprometelas relaciones sociales y la subjetividad social, y actúa comomodelo y camino de comprensión de la nueva sociedad afundar.Esta gran meta, ubicada en la convergencia entrecomunicación y vida social se manifiesta en cuatroperspectivas de orientación, de direccionalidad de laparticipación: la de apoyar la construcción de la democraciacomo nuevo orden popular donde se respete la pluralidad,pero se construya participativamente el nuevo sujeto político.La definición como sujetos culturales protagónicos, desdedonde se habla y se produce cultura. La palabra, comodiscurso en formación, donde se posibilite una opinión deconjunto, como también el diseño de alternativas. La místicacomo búsqueda de utopías posibles e imposibles, donde sefabrica la esperanza, dialogando con la viabilidad.

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2.4 La comunicación en las organizaciones populares: logrosy necesidades

La vinculación entre los procesos comunicativos y lossocioculturales y políticos, nos llevan necesariamente almundo de la organización popular y lo que allí estáocurriendo, para ubicar así nuestro quehacer. Lugarfundamental, donde conviven sujeto y voluntad políticacolectiva, formalizada ante la sociedad. En ella secondensan reproducciones del orden social, como tambiénaportes al cambio, embriones de un nuevo orden social.Comenzaremos por definir sus logros, para luego destacarsuscintamente sus problemas y necesidades. Hablamosdesde las organizaciones de mujeres mal llamadas"funcionales" y algunas vecinales. Aunque últimamente nosinfluyen las irregulares organizaciones de ambulantes ymercados, en esta somera descripción de un diagnósticoapurado.Las organizaciones han conquistado un lugar en lasociedad. Por resistencia y defensa o por tomar un lugar,apropiándose de lo anteriormente prohibido para el pueblo.Los sectores populares han recurrido a la organización comocolectivo ordenado de igualdad y eficacia. No sólo hanactuado, sino también hablado, se han hecho presentes enla escena social y política nacional. Se han transformado a símismos, de ser tratados como MASA, identidad y lugarasignado al pueblo por la comunicación y la políticahegemónica, a constituirse como ORGANIZACIONPOPULAR, por voluntad propia, pero en interacción con el

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entorno social, entre apoyos y agresiones. Así han obligadoa cambiar los términos de la interlocución con el Estado y lasotras clases. Ni masa, ni individuos, es más que ello, puesse autodefine en su existencia y su comunicabilidad, comono manejable, sino mas bien pragmáticamente protagónica,bordeando las conformaciones de una autonomía popular,de un reconocimiento y una fe en su propia capacidad paragobernarse, aunque esta conciencia esté aprisionada enproblemas e indefiniciones. Y en ese sentido, la multiplicidadde organizaciones ha obligado a cuestionar el estereotipostandarizador, donde diferentes actores sociales y unsinnúmero de procesos políticos y comunicacionalesplantean una complejidad, que nos obligan a diferenciar yllamar por nombres precisos a LAS ORGANIZACIONESPOPULARES. Frente al concepto generalizador de"ciudadano" se superpone otro, que es el de pertenencia auna o varias organizaciones, como una "otra" definición de laidentidad política, donde las prácticas de elección, decuestionamientos, bajadas de directivas corruptas, accionescomunales, solidaridades, edifican un modo distinto de serdemocrático en el país, de mayor riqueza que la otorgadapor la vía electoral y oficial. Y así a la organización se leama, se oculta sus defectos, para resaltarla como propia yvislumbrar sus posibilidades de crecimiento. Pero no todo esdiferencia frente al orden burgués, sino que ambas prácticase identidades 'se relacionan entre sí, lo cual nos lleva almundo interno de la organización, donde los logros positivosmencionados se entremezclan con otros que de algunamanera reproducen el llamado orden establecido,generándose confusiones, rutinizando formalidades,

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institucionalizando incomunicaciones que cuestionan sucapacidad de erigirse como un nuevo orden socialalternativo.Así tenemos verticalidades entre dirigencias y bases, quereflejan distancias y desigualdades entre unos y otros.Líderes pensados hacia afuera y no al "adentro" de laorganización. La comunicación interna no preocupa, esespontánea y por lo tanto no se puede corregir, "es así". Lapalabra es concebida por su eficacia y no por las relacionesque provoca. Las secretarías de prensa y propaganda, here-dadas de la prensa sindical, no funcionan, constituyen uncargo formal que rellenar para una sola persona, sin equipo,"un premio consuelo para aquellos dirigentes que no tienenbuena correlación de fuerzas". Las pocas experiencias derevitalización de ese aparato orgánico de la comunicación,tienden a "especializarse" al estilo de una célula profesional,tan independiente, tan avocada a la confección de productoscomunicacionales, que se aíslan, sin complicarse con elmundo de las relaciones entre los miembros de lasorganizaciones, perdiendo así su capacidad detransformación. Las pugnas, desprecios y discontinuidadesculturales también tienen lugar. La procedencia campesina yla tradición andina son subvaloradas, no merecen un lugaren la dirigencia. En el mismo campo aparecen conflictosculturales vehículizados por los modelos organizativos.Porque las organizaciones de base -cooperativas,comunidades- poseen enormes dificultades para asimilar yasumir las técnicas" de conducción de las organizacionesgremiales. Organizaciones que han sido concebidas con una

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lógica urbano-occidental," especialmente cuando se trata deinstancias nacionales.La construcción de la unidad popular también adolece deproblemas. De un lado están las centralizaciones, cuyasvinculaciones son débiles hilos que unen a bases conrepresentaciones más federativas y amplias. ¿Cuántasveces las dirigentes intermedias que acceden a otrosámbitos, que participan en asambleas y eventos, nocomunican lo decidido y aprendido a sus bases, no relatan,ni traspasan la experiencia porque en la misma definición deser dirigente está ya implícita la ausencia de información?. Elproceso de desarraigo que ocurre en los dirigentes queacceden a otras instancias dirigenciales, de gran tensión ycomplejidad, se va produciendo en medio de alejamientos ycambios culturales que los disocian de sus bases. Y quédecir de la fragmentación del movimiento popular, entre unay otra organización. Una carencia de comunicación que lospolíticos aprovechan para sustituirla con discursos unitariosabstractos y con la creación forzada de grandes y ampliosfrentes supuestamente orgánicos, representativos ynacionales. Los medios de comunicación que se utilizan, seasumen entre creaciones, como también repitiendo moldesno populares. La permanencia no es su signo. Se utilizan devez en cuando, cuando la coyuntura lo exige. Se usan paraque hablen los dirigentes, quienes se erigen casi como suspropietarios. Sirven más para afirmar la palabra de unos quepara pensarlos en función a otros a quienes solo hay queconvocar sin escuchar y compartir la palabra. La lucha porsobrevivir, avanzar y conquistar un espacio real, más quesimbólico en la sociedad, ha forjado en el pueblo un espíritu

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pragmático impresionante. Un espíritu táctico frente algobernante, al poderoso y a la organización social, que le hapermitido construir una sabiduría en la respuesta. La lógicadel momento oportuno para decir esto o lo otro ha venidoenmarcando su palabra, que mirada desde fuera esoportunista, pero desde dentro es única opción para vivir yavanzar, en un país donde el Estado no dio nada, sino másbien ignoró y despreció a las clases populares y a las clasesmedias.Esa desconfianza ensombrece los sentimientos deautonomía de cierta marginalidad política estratégica. Eldiscurso popular está aprisionado en ese pragmatismo,fomentando su fragmentación. No es una opinión deconjunto, sino que se define por parcialidades, conforme alas circunstancias. Y aunque las constantes históricas y laexperiencia vivida, podrían ser evaluadas y sistematizadas,porque hay matrices implícitas de reflexión, no se interesanpor asumir tal tarea. Por ello dialogar con la sociedad essiempre una necesidad urgente del momento, no una acciónpermanente, y armónica. Y qué decir de las diferencias entreuna y otra organización, entre la base y las dirigencias... Estediscurso que denuncia, pero que también propone y querequeriría de un saber organizado, no sólo es inexistente,sino que aún no se ve su necesidad, existe poca motivaciónpara asumirla.La expresividad popular así se reprime. No hay valoraciónde la palabra popular. El dirigente copia al político. Elhombre no deja hablar a la mujer y ésta se subestima. Losadultos no toman en cuenta las opiniones y demandas de losjóvenes. Se formaliza la palabra táctica, para poder

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conseguir beneficios, la cultura popular se enraíza en la vidacotidiana, pero no es susceptible de manifestarse en laacción política, interna y externa de la organización. Elentretenimiento, el goce, la subjetividad social se realiza enla comunicación comercial, pero no en la de la organización.Se entrega a otras y allí encuentra la representación culturaly hasta política, de carácter "nacional". Mientras que supropia comunicación protagonizada se queda en el mundode la localidad.Pero no podemos negar los avances, repletos deirregularidades, donde la gestación de lo alternativo concretoestá aún demasiado trabado. Sin embargo, allí en medio detanto problema y frustración, el propio pueblo percibe suidentidad orgánica, aunque en pequeño, y la defiende conorgullo. Y cuando se comprueba la traición o la inmoralidadsurge una indignación tan profunda, que nos habla de lo queestá hecha, de intuición en la esperanza cuya experiencia esmás utopía que realidad, posibilitando su continuidad. Y enel término de los plazos largos se notan las dinámicas decambio, combatiendo nuestros desánimos, repensando conmenos compulsión las etapas históricas que requiere laconstitución del sujeto político popular.Comprometidos con esa fuerza y esa intuición, debemosentender la comunicación en ese sentido, hacia un después,pero ayudando a transformar el ahora. Se trata entonces deaportar a construir la democracia interna, de favorecer lasvinculaciones y respetos, de promover el saberse escuchar.Como comunicadores tendremos que aportar a laconstrucción de instancias orgánicas de la comunicaci6n,sean secretarías de prensa y propaganda u otras, diseñando

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con ellos nuevas formas de procesar la voluntad política,vitalizando la asamblea y el encuentro comunal.El manejo de medios debe comprometer a los dirigentes ybases como instancias de acercamiento y mediacióneducativa. La cultura propia debe ir definiéndose en suaccionar y orientación propia. Poco a poco descubriremos laimportancia de la comunicación para la creación de lademocracia popular, pero también para el diálogo con otrasorganizaciones y en el espacio público del país. Larecreación constante del entusiasmo y la mística internaunida a la organicidad son las nuevas pertinencias de lacomunicación popular al interior de las organizaciones,donde se van haciendo los nuevos protagonistas políticos denuestras sociedades tan complejas y tan marcadas por lainjusticia y la violencia.

2.5 LA VIGENCIA DE LO MASIVO Y LAREDEFINICION DEL RECEPTOR

Reconociendo la importancia de la organización, los sujetospopulares no se agotan en ella. Están las preocupacionesindividuales y las familiares, están las amistades y losparentescos que a veces suelen cubrir todo el territorionacional y las diferencias laborales y hasta culturales. Estánlos espacios masivos que nos competen. Lo nacional, lopopular, incluye la organicidad y el orden ' pero también eldesorden y el capital cultural.14 Las pugnas sociales y lasculturales, como las definiciones y complicidades seconstruyen en los espacios simbólicos colectivos de toda lanación y más allá de ella, frente y contra la

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transnacionalidad, ante las posibles propuestaslatinoamericanistas. Allí también se construye la identidad yel discurso popular.Abandonar el medio masivo para después de los grandescambios sería entregar la construcción de las culturas y lasideologías populares a las relaciones y los capitalesculturales que construye la comunicaci6n de masas. De otrolado, cómo imaginar el cambio social sólo desde laperspectiva localista, del micromundo de la organización.Los medios masivos ya están incorporados en la vida de lasgentes, en las definiciones sociales y políticas, no podemosvolver a las propuestas utópicas de las sociedades aisladas,de islas felices donde todo se resuelve. Ya las relaciones ylas estructuras sociales son una tupida red de vinculacionesentre los mismo y los macromundos, más aún, ladespolitización que plantea el entretenimiento no es tal.Los programas de humor son canales de expresión de la irapopular, al ridiculizar lo político. La música habla de lasidentidades culturales en formación, donde lo propio y loajeno se confunden entre apropiaciones y pocas creaciones.Los melodramas (las telenovelas) responden a grandespreguntas sobre las otras clases y sobre las propias, enre-dando lo social en una estructura y una relación sentimentalde sentido.Por ello ambas comunicaciones deberían ser com-plementarias. Una debería motivar a la otra y viceversa; elpropio pueblo abordando la gran aventura histórica deconstruir su propia identidad, de encontrar su utopía, deintercambiar sus esfuerzos, de acercarse a hablarse,comprenderse y exigirse. Allí en lo masivo se legitimaría su

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presencia, la que daría cuenta de sus procesos sociales yculturales contribuyendo a ellos. Es un lugar donde se po-drían definir competencias mayores. El pueblo no es sólo "miorganizaci6n". La responsabilidad del país tiene que ver concada una y con todas esas organizaciones. Y también conlos individuos, con el mundo personal y familiar. Lasubversión integral de la vida social a través y con el favorde la comunicación.En este entendimiento ya tiene sentido la participaciónpopular en los procesos de producción. No es sólo pornuestra generosidad, sino porque de esa manera sepreparan a crecer en el ámbito nacional y a fortalecer la vidade la organización popular. Gradualmente aprenderán adominar el proceso de construir su palabra, de configurar elrelato, de manejar y recrear los lenguajes, de saber dirigirsea otros y generar una opinión popular, de vincularse entre losdiversos sujetos populares. Los géneros y formatos quepromuevan esa participación, las expresividades, los temasy problemas, los discursos espontáneos, deberán orientarsea que el pueblo construya esa relación y esa mística que lovan transformando en protagónico, no sólo de lacomunicación sino en su ubicación y actividad en la vidasocial y política. Y esto cuesta, no es sencillo. Quienestrabajamos en la comunicación popular debemos entenderlacomo una grande y fatigosa empresa que se hace conautocrítica, reflexión, creatividad y participación y a más lar-gos plazos.En el espacio masivo, la organización se valora pú-blicamente, se legitima como factor social en unión conotros. Pero también los sujetos populares pueden ser

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dignificados por sí mismos como personas individuales ycolectivas. Entonces la participación no sólo abarca losprocesos de producción sino se define y toma en cuenta aldestinatario individual y colectivo, desde su rol deRECEPTOR. Porque no se trata solamente de hacerloparticipar, sería imposible que todos los consumidores lohicieran, sino que la misma acción de emitir y escuchar tra-baje una continuidad comunicacional, en una permanenciacotidiana, asumiendo el reto de la competencia con otraspropuestas comunicacionales.

Entonces importa conocer a nuestro destinatario, desde suindividualidad social, en su vida cotidiana, sus demandas ydeseos comunicativos, sus conflictos afectivos y familiares,sus historias y las opacidades en la que se encuentra, lasnecesidades sociales, la supervivencia, los modos deexpresar y de contar, los niveles de encuentro y dedesencuentro entre las organizaciones populares y su vidapersonal.Para tomar en cuenta al receptor en un sentido democráticono sólo requerimos establecer una relaci6n con él, sinodefinir una valoración teórica del lugar que ocupa en elproceso comunicacional. Definitivamente no es un sujetovacío, ni un recipiente por llenar, tampoco un simplemecanismo de respuesta al estímulo o la estructura depoder del texto comunicacional, constituye una instanciasociocultural de producción de sentido de distinta naturalezaque el emisor, porque interpreta, se apropia, colectiviza yusa lo que los medios le ofrecen. Mediante la interiorizaciónsubjetiva y las dinámicas de socialización, va construyendo

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sueños, opiniones, críticas y goces diversos, sólo yjuntamente con "otros", considerados como "suyos". Así seorienta y ubica en la vida social, se involucra en el procesocomunicacional, iniciado por los productores de los medios.En ese sentido no conforma una autonomía, sino realiza unaactividad de construcción discursiva, de carácter relativo(mediatizada). Pero tampoco es sólo receptor, es un actorindividual y colectivo de una o varias parcialidades delentorno social. Su consistencia no es s6lo mediática. En lavida cotidiana, la familia, la historia vivida, las tradiciones ylos sentidos comunes heredados, las relacionescomunicacionales directas, los espacios sociales deencuentro, las luchas y las conquistas sociales obtenidas,las relaciones con el poder como contratos hechos desumisiones y negociaciones, sus organizaciones de defensao acción, y las instituciones más cercanas, van construyendotoda una experiencia y una identidad, desde la que se ve, selee y escucha. Actividad que no es tomada en cuenta entoda su integridad por el emisor, sino en esa su capacidadde captación mercantil y "epidérmica" de los rasgos cul-turales y sociales de su público. Los receptores son asíinterpelados por los medios, motivados, seducidos, pero enmedio de una relación, entre sujetos, hecho de acuerdos yempatías que el antropólogo mexicano Jorge Gonzálesllama "frentes culturales",6 como también de desencuentrosy distanciamientos conflictivos originando resistencia ydesencantos. Y como sustenta María Cristina Mata en suinvestigación sobre las radios populares en Córdova,Argentina, "los usuarios son básicamente demandantes y esa raíz de sus demandas que entrará en el discurso

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radiofónico la idea del conflicto entre las partes y que lasemisoras se convertirán en mediadoras...". Lo cual significade hecho la negación de una definición del receptor comosujeto absolutamente independiente. Está ubicado y sujetoal proceso de mediación del consumo cotidiano,rutinariamente compensador y gratificante. Pero tampocopodemos negarle su carácter de productor.Nuestra propuesta se ubica en dos niveles. En primer lugarel cambio de protagonistas de la mediación: Pueblo conpueblo. Intelectuales con sujetos populares, sociedad civil yEstado. Por lo tanto el carácter empresarial de lacomunicación debe ser cambiado o sometido a esta nuevainstancia de producción cultural simbólica.Y el segundo que apunta a la reestructuración del modo deejercer y construir la mediación, donde interpelación ydemanda sean transformadas en creación colectiva conjuntaútil a la liberación colectiva nacional, a la humanizaciónsolidaria de nuestra sociedad y a la gestación de una nuevademocracia. El receptor entonces transitaría de esaimportancia relativa que hoy tiene y que nadie reconoce,porque sus prácticas de construcción de sentido estánenturbiadas por los procesos de mediación dirigidos ydeformados por otros intereses y donde lo que él produce notiene relevancia significativa a la definición del capitalcultural.

2.6 EL ROL DEL COMUNICADOR Y LASMUTUAS TRANSFORMACIONES

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La actitud y el proyecto educativo es un compromiso y unacreencia activa en la capacidad de transformación del sujetopopular, más que en la brillantez o eficacia de nuestrosmétodos, aunque también son gravitantes. Se desarrolla enlas acciones de acompañamiento de la vida cotidiana y delas múltiples actividades de las organizaciones, los talleres oeventos que se programen con ese fin, constituyenmomentos del proceso, construido con los propiosdestinatarios. Por ello la importancia de ir desarrollando lospropios diagnósticos comunicacionales, en vinculación conlos sociales, de estar evaluando alternativas de cambio,donde se entremezclen las relaciones directas y las que sonintermediadas por producciones en medios de co-municación. Es decir todo un compartir que define unproceso continuo, que va precisando la ruta de unaestrategia comunicacional, colindante con lo social.Pero sólo cuando las transformaciones son mutuas, cuandolos comunicadores y los sujetos populares se enriquecencon la participación es que está cobra sentido. Porqueambos nos constituimos como sujetos, las acciones dediseñar, producir, comunicar y educar van construyendonuevas relaciones, van redefiniendo al comunicador, quiense convierte también en sujeto de aprendizajes. Porque allíse va gestando el nuevo profesional orgánico a su pueblo yporque el compromiso es también productor de nuevossaberes. El contacto con las clases populares transforma aprofesionales e intelectuales. Siendo fundamental en esenivel el interés por la investigación y la sistematización.Respetando la seriedad del análisis se requiere construirnuevos paradigmas que orientando su funcionamiento no

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constituyan un aparte superpuesto, sino que surjan de lamisma definición de la participación. Investigación que a suvez sea confrontada con los modos tradicionales de producirel conocimiento. Porque reforzar la organización popular esparte del quehacer de construir los nuevos hombres y lanueva sociedad, incluido el trabajo intelectual.

2.7 LAS POLITICASCOMUNICACIONALES Y SU DESENCUENTRO CON LO POPULAR

Es sintomático que las políticas comunicacionales, para hoyo para después, las que se definen como oposición o comoplanteamiento de alternativas, casi no toman en cuenta a lacomunicación popular. Los debates se concentran aún en elsistema de propiedad, en la tensión estado-empresaprivada, entre sistemas estructurales de producción nacionaly los modelos transnacionales, entre plataformas de nuevoscontenidos a tratar y la circulación y distribución de éstos. Lainteracción entre ambas dimensiones es una tareaineludible. Las organizaciones populares, los diversosactores sociales, y sus procesos de construcción ydesarrollo, como también los receptores, sus vidascotidianas, sus demandas y conflictos culturales debenincorporarse a la definición de las políticascomunicacionales. Más aún deben confrontarse con ellas, yviceversa. Requerimos por lo tanto de una reelaboración delos sentidos y los lugares que hemos venido otorgándole a lopolítico. Como también la comunicación popular debíafavorecer la unidad y la democracia popular procesando suacercamiento al nivel macrosocial y a la forja de su

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protagonismo político, con todo lo que eso significa paramodificar, innovar y convertir. Al fin y, al cabo se trata depreguntarnos: ¿quiénes y para quiénes definimos un cambiocomunicacional y político? ¿Dónde debe estar el ejeestratégico de la elaboración de una nueva hegemonía?¿Cuál es el lugar del oprimido en esas políticas que hoy tan-to nos preocupan?. Indefectiblemente, son dos mundos queintegrar, dos cúmulos de experiencias por conectarse ytransformar mutuamente, donde intelectuales y pueblo nosólo se vinculen formalmente, sino, -porqué no decirlo-,sentimental y apasionadamente, para superar con emoción yacción la compartamentalización en que todos nosencontramos, especialmente en el Perú donde las relacionessociales, las luchas y las deserciones políticas, como lasdefiniciones culturales, se han movido tanto que nopodemos continuar afirmando el mismo quehacer político"oficial" que deambula entre las elecciones y lascorrelaciones de fuerza. Como dice Néstor García Canclini:estos espacios clásicos deben reformularse si reconocemosel cambio (o el quiebre) de las relaciones tradicionales entreEstado, partidos, hegemonía, entre lo social y lo político.Digámoslo directamente: por el agotamiento de una historiade mediaciones y desencuentros entre la cultura cotidianade los sectores populares y las estructuras de poder".8 Co-mo también importa recrear la relación entre podereslocales, centrales, federaciones nacionales, es decir entrelas organizaciones y las esferas políticas tan desgastadas eineficientes en sociedades tancomplejas como las nuestras. El punto central de discusiónestá en el reconocimiento de la complejidad e integralidad

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del nuevo quehacer político. Y que en el nivel más pequeñode la vida de la familia, el barrio, la asamblea... de lossectores populares hay una experiencia positiva querecuperar, para las grandes dimensiones, como también haymuchas otras que precisan de cambio o corrección, dondedebemos estar también presentes. El sentido común de lospolíticos tradicionales ha trabajado una oposición dicotómicaentre lo micro y lo macro. Se nos exige que comunicadores yeducadores populares dejemos el compromiso concretopara incorporarnos a un nivel "mayor" de superación política.Si bien reconocen la importancia de la comunicaciónpopular, la minimizan considerándola un estado. "inferior"que debe ser trascendido. Aquí está el problema. Laexperiencia, la reflexión y la investigación, acompañadas,nos dicen hoy que un proyecto político innovador se fundaintegrando ambos niveles, no es dable que aún se les man-tenga tercamente paralelos.

Notas.

1.MARTIN BÁRBERO, Jesús. "De los medios a las me-diaciones". Gustavo Gil¡. México, 1987. págs. 14 al 21,

2.Desde "La pedagogía del oprimido" y otras obras dePaulo Freire, muchos autores como Mario Kaplún, DanielPrieto, Fernando Reyes Matta, Valerio Fuenzalida ymuchos otros más, han sido influidos en esa perspectiva.

3.Muchos denominan a este momento como "basismopopulista", el que sin embargo sigue existiendo en al-gunas experiencias.

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4.Se trata de los proyectos financiados, que obligan adefinir en exceso los objetivos, los plazos y las fina-lizaciones de las prácticas de comunicación popular.

5.Como lo afirma Juan Carlos Portantiero, comentando aARICO, en "Socialismo y política en América Latina(notas para una revisión)" en %Qué significa hacerpolítica. DESCO, 1982. Lima.

6. Interesante oposición entre "lo concebido y lo vivido",recuperado por MICHELE y ARMAND MATTELARV' en sulibro "Pensar sobre los medios", para explicar las rupturasepistemológicas implícitas en las formas de entender y hacerla relación entre comunicación e interpretación social.7. MARTIN BARBERO, Jesús. Op. cit. págs. 164 a la 189.S.ALFARO MORENO, Rosa María. "Potencial de la

radiodifusión sonora para la alfabetización. Un enfoquecultural". Ministerio de Educación, Universidad de Lima,1985.

9. Porque los alcaldes izquierdistas perdieron la mayoría demunicipios en las elecciones municipales de 1986.

10. El alcalde de Lima nuevo quiso desconocer a las orga-nizaciones surgidas durante la gestión anterior, de iz-quierda. De otro lado la voluntad y fuerza política delPresidente de la República, hizo notar la dependencia delgobierno municipal de su mandato. Desde ese momentose emprendió una lucha contra el alcalde, recurriendoconstantemente a la intermediación efectiva de AlanGarcía. ,

11. MARTIN BARBERO, Jesús. "Euforia tecnológica ymalestar en la teoría" en la revista Dia-logos, de la

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comunicación", No. 20 de FELAFACS. Lima, 1988. Pág.7.

12. ILLA, Centro de Educación y Comunicación. "Diag-nóstico de la organización gremial campesina (nacio-nal-regional-local)". Mimeo. Documento presentado alTaller de comunicación popular de CEAAL. Lima, junio de1988. Págs. 6 y 7.

13.ILLA, Op. Cit. pág. 4 ..................14. En el sentido que lo usa Néstor García Canclini (si-

guiendo a P. Bourdicu) en su obra "Las culturas popularesen el capitalismo". Nueva imagen y en muchos otrosartículos sobre el tema.

15. TELLEZ PERALTA, Rubén. "Los espacios : sociales deencuentro de los migrantes provincianos en la capital. Unaperspectiva comunicacional. Tesis de Bachillerato.Universidad de Lima. 1988.

16. GONZALES, Jorge A. "Cultura(s)". Universidad deColima. Universidad Autónoma Metropolitana. México,1986.

17. MATA, María Cristina. "Radios y públicos populares"."Dia-logos, de la Comunicación". FELAFACS. No. 19.Pág. 67.

18. GARCIA CANCLINI, Néstor. %De qué estamoshablando cuando hablamos de lo popular en "Co-municación y culturas populares en Latinoamérica".FELAFACS. Gustavo Gil. México, 1987. Pág. 37.

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SEMIÓTICA Y COMUNICACION. CORRELACIONES

DESIDERIO BLANCO LOPEZ

RAUL BENDEZU UNTIVEROS

1. PRESENTACION

El presente número de DIA-LOGOS de la Comunicación ofrece al lector cuatro estudios sobre las relacionesde la Semiótica y la Comunicación Social en los países de Hispanoamérica. En ellos se puede observar unaserie de coincidencias y divergencias.Los autores de los cuatro trabajos coinciden en señalar que Semiótica y Comunicación Social han sido hastael presente ciencias mal avenidas. Se han buscado unas veces y se han rechazado otras tarifas,vislumbrándose en algunos casos horizontes de encuentro hacia el futuro. Si las Ciencias de laComunicación han acudido en algún momento a la Semiótica ha sido como remedio a su orfandad teórica,ya que las Ciencias de la Comunicación se encuentran en la confluencia de diversas ciencias sociales sinque ninguna se erija en ciencia centralizadora e integradora.La aparición de la Semiótica hizo creer en la posibilidad de dar a la Comunicación Social un eje organizadory estructurante de su dispersión epistemiológica. Sin embargo, 0. Quezada observa muy acertadamente quela Semiótica se encuentra en pleno corazón de la Comunicación Social, ya que lo que la Comunicaciónproduce y circula es nada menos que el objeto central de la Semiótica: la significación.

En este sentido, la Semiótica se encuentra de lleno con la Comunicación y la obliga a reflexionar sobre símisma, otorgándole el nivel epistemológico que le faltaba.Las razones que han generado estos desencuentros se hallan en la dispersión metodológica de las Cienciasde la Comunicación por una parte, y por la otra en la vocación inmanentista de la Semiótica y la aplicaciónmecánica de modelos por parte de los aplicadores de teorías importadas. Le ha faltado a la Semióticaatender a las estructuras textuales en un principio y posteriormente integrar los ámbitos contextuales. En lamedida de su propia evolución, la Semiótica ha ido recorriendo el camino de un aprendizaje social hastadesarrollarse una verdadera sociosemiótica en su mismo sello y sin perder rigor en sus postuladosteórico-metodológicos.Tanto la Semiótica como la Comunicación Social son vistas como proyecto (A. Girriate-WeIsli) que apunta asu realizaci6n. En esa medida, ambas están recorriendo caminos de aprendizaje y se estáncomplementando con nuevos aportes y enriquecimientos. En este camino se corre el riesgo del eclecticismo(L. Vilches) pero los mutuos apoyos permitirán mediar entre la teoría "dura- y las aplicaciones empíricas. LasFacultades o Escuelas de Comunicación Social han dado desigual atención a la Semiótica en sus planes deestudio. Se pasa de una simple asignatura informativa a un post-grado íntegramente dedicado a laformación de especialistas en Semiótica de la Comunicación Visual (Nacional de Bogotá). Generalmente, lascarreras de Comunicación tienden a la formación de profesionales de los medios y no de científicos sociales,razón que insiste en dejar de lado a la semiótica en el curriculum integral de la Facultad. La demanda detrabajo se impone sobre la necesidad social, y de esta forma, las Facultades de Comunicación pagan sutributo al imperio de los medios. El trabajo de 0. Quezada deja en claro la patética situación en que seencuentra la Semiótica en las Facultades de Comunicación del Perú, incluso en una universidad como la delima, en la que la Semiótica aparece privilegiada en cierta manera por el tesón de un reducido número deinvestigadores. En general, la Semiótica ha quedado reducida a algunas asignaturas ubicadas a lo largo delcurriculum, con una finalidad formativa pero sin mayores influencias en la configuración de la carrera delcomunicador social. En otros casos (Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad Xochimilco) la he-terogeneidad de postulados introducidos en los diferentes módulos pedagógicos dispersa la eficacia de losteóricos aplicados (A. Gimate-Welsh).

La Semiótica ha ido cambiando de importancia según la evolución que han tenido las mismas Facultades deComunicación: de una facultad humanista se ha pasado a una ideológica y de denuncia, y después a otra

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estructuralista y crítica del estructuralismo para terminar en una facultad de tipo culturalista (A. Silva). LaSemiótica se introducido en la Comunicación durante la segunda etapa y se consolida durante la cuarta,pasada la moda de la semiótica.Desde el momento en que la Semiótica se ocupa de la significación su presencia no puede estar ausente delas Facultades de Comunicación si es que quieren guardar una mínima coherencia con su campo deformación (10. Quezada). La carrera de comunicación social prepara al futuro constructor de significaciones,le atribuye competencias específicas y requiere aclararle el objeto de sus manipulaciones. Desde estaperspectiva, la Comunicación necesitará siempre de la Semiótica para lograr una formación profesionalsólida de sus destinatarios. En esta situación, son pocas las personas que se han dedicado en nuestrocontinente a la investigación semiótica relacionada con el campo de la comunicación social. Los autores seesfuerzan por inventariar los trabajos que se han realizado en este campo y apenas resulta tina docena deinvestigadores dedicados a dicha labor. Sin embargo, hay síntomas de que la Semiótica va atrayendo anuevos espíritus preocupados por ese importante objeto que es la significación. El segundo CongresoLatinoamericano de Semiótica, celebrado en Rosario (Argentina) a fines de 1987. dejó buena evidencia deesta tendencia. Así mismo, la formación de algunas Asociaciones Nacionales de Semiótica apuntan en elmismo sentido, la Semiótica se abrirá paso de todas formas porque su objeto de estudio así lo exige y nopodrá ser relegada en los marcos de tina cultura que se esfuerza por producir cada vez nuevos sistemas designificación. En tal sentido, tampoco la Comunicación podrá desligarse fácilmente de la Semiótica. Puescomo se ha dicho anteriormente, la Comunicación produce y circula significaciones (0. Quezada.). Otrosíntoma de la religación que existe entre semiótica y comunicación es el espacio que en las revistas decomunicación se les asigna a las investigaciones semióticas.

Es una constante de los cuatro estudios que la Semiótica ha aportado a la Comunicación Social coherenciae Integración. Desde el nombre de Ciencias de la Comunicación con el que muchas de las Facultades yEscuelas se denominan observamos la dispersión teórica. No existe una ciencia de la comunicación. Sonmuchas las que concurren al estudio de este fenómeno tan singular. Pero no existe ninguna como laSemiótica que logre integrar sus contenidos. Y puede hacerlo precisamente porque su objeto de estudio sonlos sistemas de significación con cualquier materia significante que se produzca y bajo cualquier estructuradiscursiva que aparezca. La Semiótica ha logrado, pues, integrar ese gran campo disperso de las cienciasde la comunicación en tomo a un centro dinamizador. Como señala 0. Quezada, las facultades preparan undestinatario para convertirlo en un destinador cuyo destinatario es el gran público receptor, el "ciudadanoanónimo" de la calle o del hogar. La Semiótica ha introducido rigor teórico allí donde había dispersión cientí-fica y superficialidad metodológica. El mayor aporte del funcionalismo sociológico estuvo constituido por elanálisis de contenido. Sin embargo, este análisis no lograba penetrar la superficie textual y sus resultados seIimitaban al censo de los ternas tratados por el discurso. Algunos de los estudios que componen estenúmero proponen todavía una conciliación entre análisis de contenido y semiótica. Sin embargo, muy pocoes lo que este maridaje podría proporcionar a la ciencia social. Se trataría de un híbrido -más inoperante queel método original. El análisis semiótico no necesita partir del análisis de contenido para ser eficaz necesitaplantearse con rigor desde el primer momento y seguir su modelo analítico en forma creativa y no mecánica.Los eclecticismos metodológicos nunca han dado buen resultado y no es de esperar que el nuevoeclecticismo lo produzca, La Semiótica con su propia evolución teórica y metodológica es capaz de asegurarlos instrumentos de análisis que la comunicación social necesita. En la evolución de la Semiótica se incluyela atención a las condiciones de producción y de consumo de la significación y de los discursos que laproducen. Entendiendo que las condiciones de producción y de consumo están marcadas en los textos quecontienen la significación y que es necesario reconstruirlas a partir de tales marcas discursivas y textuales siqueremos llegar a analizarlas.

2. EN TORNO A LOSCAMPOS DE ESTUDIOPRIVILEGIADOS

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La preocupación general que subyace en la investigación semiótica sobre la comunicación social en lospaíses latinoamericanos presentados, es la exploración de los universos simbólicos como componentesfundamentales de todo proceso comunicativo.Con diferentes matices en la construcción del objeto de conocimiento, pero con un plano homogéneo:desentrañar el sentido y la capacidad simbólica de los procesos de comunicación humana (A.Gimate-Welsh), o desde otro ángulo, la explicación de procesos complejos de producción de sentido, derecepción, de persuasión y de estrategias estético-ideológicas implicadas por la comunicación y que laacercan a la realidad de la comunicación (L. Vilches), o al incidir en la dimensión cultural, el redescubrimientode la cultura como factor desde donde y para la cual se produce la teoría (A. Silva), y en un sentido másrestringido que sostiene a la Comunicación como producción de sentido que no se reduce a la meratransmisión de información (0. Quezada).Diversos campos que marcan en el fondo no sólo de dispersión de la semiótica, sino la dispersión de loscampos implicados respectivamente por el problema comunicativo. Es conocida la tendencia de losfenómenos comunicativos a abarcar todos los campos de la actividad humana, desde lo biológico hasta loestrictamente simbólico.Entonces, la dispersión de la comunicación afecta directamente a la dispersión de la Semiótica.Respectivamente como lo hemos señalado, a las dimensiones de intercambio simbólico(sociología, antropología y lingüística). Sociología de los intercambios comunicativos y de las condiciones enlasque estos se definen; antropología cultural que incide en la conformación de bienes culturalesmanifestados a través de los procesos de comunicación; y la articulación de sentido en un uni versosemiótico-semántico específico(Lingüística y semiótica estructural de proyección científica rigurosa). Todo ello marca lastendencias y desviaciones a las citales el encuentro semiótica - comunicación social ha dado lugar. Ahorapasemos a la reseña de los campos explorados en los respectivos países que aquí se dan cita.

2.1 LA CULTURA COMO LUGAR DE ENCUENTRO: EL TRABAJO COLOMBIANO

Como señala Armando Silva, el lugar en el cual parece confluir el interés de los investigadores colombianosen materia de semiótica y comunicación social es la cultura. Esta aparece trabajada según tres direccionesteóricas según tina teoría del signo y los síni,bolos, según el análisis textual y según las prácticas sociales deinterpretación de la cultura, que incluye el trabajo en tomo a la construcción de sentido por los sectorespopulares. Estas tres direcciones de hacer teoría semótica en Colombia van a estar desplegadas condiferente intensidad de acuerdo a la actividad particular de las distintas Instituciones dedicadas a laenseñanza y difusión de conocimientos sobre comunicación, y que por cierto la asumen como parte cons-tituyente en sus materias de enseñanza e investigación. Ya en el campo estricto de la comunicación,Armando Silva nos resume los objetos de análisis que según dichas orientaciones van a tomar atenciónpreferencia] en Colombia:a) Interés en los medios: estudio de los medios o la cultura como signos y símbolos; estudio de las condicio-nes de emisión y recepción de los mensajes al recoger propuestas de la pragmática social; y el estudio delos símbolos culturales o los medios como pactos de emisión-recepción según las mediaciones.b) Interés en los usos de recepción de mensajes: con lo que se acerca el trabajo hacia el nivel pragmáticoy/o de funcionalización cultural de la comunicación social en las comunidades culturales.e) Interés por comprender la alternidad de los procesos de comunicación: perspectiva específicamente cul-turalista, que trasciende los problemas de hegemonía de la producción.

2.2 El ESTUDIO DE LASFORMACIONES SIMBOLICOIDEOLOGICAS: El CASOMEXICANO

La exposición de Adrián Gimate-WeIsh se despliega fundamentalmente en torno a la localización de losestudios y la materia semiótica en las Escuelas y Facultades de comunicación mexicana. En tal sentido,

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presenta un exhaustivo panorama sobre la estructura curricular y la adecuación a las necesidades socialesde la región así como a los avances teóricos en el campo de la comunicación. Al pormenorizar estaproblemática el autor concluye diciendo que tanto la Semiótica como la comunicación son un "proyecto" enMéxico, pues en ambas no se ha llegado a precisar el objeto de estudio.

Al interior de esta imprecisión en la definición del objeto de estudio a ser tratado semióticamente en México,Gimate-WeIsh propone la incorporación necesaria de los contextos discursivos, esto es, de los ambientessociales donde se producen y consumen los textos de la comunicación social, postulando la necesidad delcomplemento teórico que tome a las formaciones simbólico-ideológicas como sistemas organizados y quevan a instaurar el sentido a los signos. Así estos sistemas constituirán mediadores entre el hombre y sumundo circundante para producir signos. En todo esto será imprescindible definir inicialmente las condi-ciones de funcionamiento (autónomas o dependientes; lógicas u ontológicas) de dichas organizaciones.

La función social de la producción semiótica se destaca en alto relieve a lo largo de la escritura del autor. Nopuede haber reflexión Semiótica que esté separada de la dimensión social que la sostiene. Definitivamente,esto es un punto fundamental en todo acercamiento contemporáneo no sólo a los sistemas semióticos, sinoa los sistemas comunicativos. No olvidemos los modos en que todos los investigadores de la comunicaciónsocial postulan y exigen el trabajo de la comunicación desde y en lo social. Inscripción que puede aparecerclaramente manifestada o implícita en un juego de valores constante.

Si se acepta la incorporación de los contextos socio-simbólicos de los textos en tanto teoría semióticaelegida como marco de reflexión, postulando que toda teoría semiótica tiene como labor fundamentalexplicitar las condiciones de funcionamiento de la producción del sentido social, toda teoría deberá hacerexplícitos los siguientes niveles de competencia siguiendo lo planteado por el autor:

a) El conocimiento de las leyes estructurales del acto semiótico: esto es, la explicación de la forma semióticaen la que se define la producción del sentido social.b) El conocimiento general del mundo o formaciones ideológicas que corresponden a una formación social:he aquí la necesidad de explorar exhaustivamente la situación comunicativa de los mensajes comunicados,lo que nos acerca al problema de los contextos discursivos, pero más exactamente a la elaboración de un"mapa" pormenorizado de producciones Semióticas.e) El conocimiento particular de los contextos discursivos que sirven de referente el epistémico: estamos yaen la exigencia específica de una teorización sobre los contextos discursivos que serán el plano de lossignificados socioculturales que hacen posible la constitución de formas de conocimiento semiótico sobre elentorno viviente del sujeto, esto es, la instauración de lo vivido.Con esto el autor señala que en tales condiciones la teoría Semiótica podrá apoyar a otras disciplinas que seocupan de la sociedad y la cultura, y específicamente de la comunicación. Lo cual presupone que antes deacercarnos al estudio semiótico de la comunicación será imprescindible perfilar las posibilidades de la teoríasemiótica elegida para ser llevada al campo de la comunicación.

2.3 COMUNICACION YSIGNIFICACION: LAINVESTIGACION PERUANA

Una primera idea que plantea Oscar Quezada y que caracteriza a la investigación Semiótica en el Perú esaquella que coloca la teorización de la comunicación social bajo, la égida no de la información, sino de lasignificación. La claridad de la exposición de Oscar Quezada para presentar el campo de investigaciónperuano, así como para discutir algunos problemas de método nos acercan a una visión rigurosa y or-denadora de la comunicación desde la Semiótica.Esto se completa con el postulado que parece fundamentar el hacer semiótico en el Perú, la comunicacióncomo encabalgamiento real de sistemas y procesos de significación, como producción de sentido que no sereduce a la sola transmisión de información.

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Al entrar al punto denominado "hitos fronterizos" el autor advierte que "el mismo gesto que perfila lapertinencia de la semiótica respecto a la comunicación social es el que traza sus límites". Lógica deinterdefinición que plantea la necesidad de la correlación comunicación social y semiótica en términos de susrespectivos lugares de especificidad, esto es, lo comunicado. Así, estaremos siguiendo a Oscar Quezadacuando señala que el objeto de estudio son todas las formas discursivas que se pueden dar y se dan en elflujo de la comunicación social, lo que el autor explica como 'la práctica cotidiana de contar, de narrar",puesta en escena por los medios de comunicación social. De este modo aparece con mayor claridad el lugarcomunicativo al cual la semiótica deberá responder. Sin lugar a dudas notamos un esfuerzo por acercar unadefinición rigurosa de la problemática implicada, resultado debido a la actitud asumida por los investigadoresperuanos. En este contexto el pensamiento más gravitante es el de la Escuela de París de A.J. Greimas ysus colaboradores, especialmente en la línea trazada por Desiderio Blanco para la semiótica de lacomunicación peruana.El campo privilegiado por los semióticos peruanos es el análisis del discurso. El discurso como simulacro desituaciones sociales y como sistema organizado de significaciones articuladas y articuladoras del sentidosocial. la semiótica discursiva, más específicamente, la comunicación social en términos de discurso es elcampo de maniobras metodológicas para los semióticos peruanos.Al evaluar las áreas de la comunicación social privilegiadas cuantitativamente por la investigación Semióticaen el Perú, el autor señala las siguientes: a). Manifestaciones periodísticas de la politicidad en géneroseditoriales, informativos e institucionales, cómo se construye el poder político figurativa y modalmente por eldiscurso periodístico; cuáles son sus condiciones semióticas de comunicabilidad, será el lugar de este tipode trabajo.

b) Publicidad: fundamentalmente por su capacidad retórico-poética, pues allí es donde se podrá observarcon claridad lo que el mismo Quezada, en otro lugar, indicaba como el juego del poder (en este casosocio-cultural) a través de la comunicación social.e). Cine: en su componente narrativo y en su puesta en escena. En este contexto las ideas de Ch. Metzprendieron mucho fuego, tanto corno la metodología para el análisis narrativo propuesta por A.J. Greimas.A todas éstas habría que añadir un área más que recibiría a aquellos trabajos no tan abundantes y algunosproyectos, como son el caso de la comunicación alternativa, los discursos propuestos por el medio televisivo,la radio y algunos problemas comunicativos que podrán alcanzar una definición semiótica desde el discurso(por ejemplo, la imagen de marca, la imagen de los héroes de la masividad, el género de terror o suspenso,entre otros.En todo ello subyace un interés primordial que, como advierte Oscar Quezada, está en la capacidad de lametodología semiótica para dar cuenta de las mediaciones que sufre la significaci6n en la cultura. Lo quenos conduce inevitablemente a una hipótesis que señala el autor: el esclarecimiento de la sintaxis de lospoderes a través de la comunicación. Afirmación complementada con el postulado añadido por el autor y queplantea la comunicación social como una dialéctica de sometimientos contractuales y rupturas conflictuales,que los discursos de la comunicación social dejan transpenetrar.

2.4 SOCIO SEMIOTICA YSEMIOTICA VISUAL: LAINVESTIGACION ESPAÑOLA

España siempre ha constituido para Latinoamérica el lugar de referencias y la fuente de conocimiento ennuestro idioma, sobre los problemas y estudios de la comunicación y la Semiótica. Según lo presentado porLorenzo Vilches, se puede observar que la relación semiótica - comunicación social, de gran auge, hasufrido una serie de vaivenes que las acercan y alejan constantemente. En tal sentido, el autor puntualizatres etapas de diferenciación histórica en la investigación española:a). La influencia funcionalista y cibernética, junto con el auge estructuralista de R. Barthes y U. Eco entreotros para los estudios de la massmediación, que aparecerá muy marcado por los enfrentamientos entresociólogos y semióticos en tomo a las condiciones en que se ejercerá el conocimiento sobre la "realidad".

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b) Sin apartarse de su fundamento lingüístico, la semiótica adquiere un sentido más adusto y menosingenuo, preocupándose por el estudio de la gramática de la cultura. Aquí confluyen en sus aportes laetnometodología, la filosofía, el lenguaje, la pragmática anglosajona que completan el panorama marcadopor la semio-lingüística greimasiana.c) La marca de la interdisciplinariedad caracteriza a la investigación en comunicación. Es la década de losochenta la que cobija los compromisos más rigurosos tanto de los sociólogos de la comunicación como delos semióticos. Los primeros ya menos preocupados en métodos exclusivamente cuantitativos, y lossegundos cada vez más dispuestos a enfrentarse con las realidades sociales concretas. En todo esto subya-ce una preocupación fundamental, la utilidad social del conocimiento; como dice Vilches citando a Greimas,Merton y Kuhn: la ciencia no es neutral. El acercar la investigación semiótica a la realidad social es laconstante que se observa en la investigación española brillantemente expuesta por L. Vilches. Por esto esque el autor insiste en la crítica a la semiótica pura y sus aplicaciones mecánicas e insiste en el devenir delas metodologías sociológicas implicadas en el estudio de la comunicación social.De esta crítica se desprenden claramente las observaciones en tomo a la productividad de las metodologíassemióticas practicadas en España, que son resultado motivado por el exagerado inmanentismo estructural.En talsentido el autor advierte que la productividad de los estudios semióticos en el campo de la comunicación sonaquellos que indagan sobre las estrategias de manipulación y de construcción ideológica de los sistemassociales según una semiótica pragmática. A todo esto habría que añadir los acercamientos no clarificadossobre la influencia de las nuevas tecnologías informativas de comunicación y que Vilches advierte debenavanzar para poder estar en condiciones de responder a las demandas culturales del año 2,000.Es en la década de los ochenta donde se distinguen los campos de la comunicación exploradossemióticamente y que Vilches discierne:a). La de una Semiótica del discurso social o sociosemiótica que tiene por objeto estudiar el proceso por elcual los mass media han llegado a ser una parte integral de la sociedad y la cultura. La noción de discursocomo instancia de producción de una textualidad mass-mediática avanza con fuerza en la constitución deuna teoría del discurso comprometida con las formas y espacios sociales que los sostienen.b). La de una semiótica visual, abocada al estudio de las capacidades expresivas y comunicativas de lavisualidad mass-mediática, lugar muy atractivo para analistas y aficionados que tienen como fuente deinspiración el gran texto de R. Barthes sobre las Pastas Panzani, "Retórica de la Imagen". En este campodurante un primer momento el cine, los comics, la televisión, la fotografía, el diseño y la publicidad aparecenmarcados por métodos estructurales y semiológicos de fuerte dependencia lingüística, cosa que empieza acambiar de rumbo y con mayor fuerza, hacia una teoría específica de la imagen que se readecúe y se definaautónomamente. Vilches señala, además, las aplicaciones metodológicas a problemas de audiovisualidadcomo aquellos que toman en cuenta al receptor y a los contextos pragmáticos de dicha comunicación, asícomo deja proyectado el campo para un trabajo sobre las modernas tecnologías de la imagen.Vale indicar que L. Vilches se ha concentrado últimamente mucho en lo que él denomina la imageninformativa. Recogiendo elementos metodológicos de la semiótica greimasiana y de la semiótica pragmática,explora los problemas de la constitución del sentido social en la imagen para un sujeto perceptor. Aspectoque se puede extender a los campos discursivos de la información audiovisual massmediática.

3. ¿PORQUE ESTUDIAR SEMIOTICAMENTE LA COMUNICACION SOCIAL?

Una constatación sale a flote al observar el panorama, aunque parcial, de la investigación semiótica en lasfacultades de comunicación social (1): lo social como punto condicionante de la comunicabilidad y laproducción de signos y textos. Esta postulación general llama la atención en la urgencia con que se debeasumir una investigación semiótica a partir de su adecuación e inserción en una situación comunicativagracias a la cual el sentido se produce.Tal vez si acogemos con mayor serenidad lo que señala L. Vilches como el no confundir epistemología conabstracción y con ello no caer en una filosofía, nos podremos dar cuenta de que el riesgo es grande si esque nos enfrentamos al sentido o a la significación no como realidades empíricamente observables, pero nopor ello inexistentes. Existencia que le otorga la coherencia que la sociedad impronta sobre el sentido.

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Es conocida la adecuación, en tanto punto axial, con la que cada disciplina define su nivel epistemológico.Frente a su objeto de conocimiento se establecerán los procedimientos, específicos en cada caso, con loscuales se va a acercar el descubrimiento. Y justamente por ello es preciso evitar perderse .en la abstracciónlógico formal de toda epistemología y dejarse abstraer por ella sin lograr utilizarla para estar en condicionesde captar los lugares donde se compone el objeto de conocimiento, que en nuestro caso son los lugaresdonde se articula la significación que los procesos de comunicación social manifiestan.Entonces pues, no se trata de negar la necesaria formalización lógica que requiere todo conocimiento quequiera ascender al rango de conocimiento científico. Abstracción en sentido de] razonamiento lógico, mas noen su sentido de separación, de reducción a lo mínimo (abstraer: sacar una parte, desprender), donderesulte siendo que lo excluido sea lo más importante del objeto de conocimiento. Lo cual deviene en asumircon mayor rigurosidad y precisión el objeto de conocimiento.

De otro lado, este mismo problema, propio a cada teoría semiótica, dada su alta capacidad de formalizaciónde todo proceso de significación, ha sido durante mucho tiempo el “bull" preferido por muchos investigadorespreocupados por la apremiante y urgente realidad de los "hechos concretos" a la cual se ve enfrentadaLatinoamérica en conjunto. Argumento que permitía lanzar serias acusaciones delatoras a un antisemiotismocuyo discurso era crítico respecto a lo que ellos consideraban como el mal peor: salir de lo social conretrucanos escriturales.Es cierto que se caía en un exacerbado formalismo, así como en un "aplicacionismo" a ultranza que nomedía consecuencias y mucho menos se cuestionaba sobre su operatividad científica. Mal, por demás,proveniente de una fiebre estructuralista por verlo todo en términos de estructura formal. Se avanzó sinplantear necesidades y sin preocuparse por la gran capacidad metodológica que ofrecía la semiótica paraacercarse al modo en que los medios masivos de comunicación articulan el sentido manejado por unacomunidad social.Aparece así el prejuicio sobre la semiótica. Prejuicio (claramente esbozado por Oscar Quezada), fundado enla aparente inoperatividad semiótica para explicar los textos (con su componente social implicado), así comola aparente elitización del saber semiótico y al cual sólo una "comunidad burguesa de sabios" podía acceder.Adjetivos como saber esotérico, lenguaje cabalístico, paranoia formal inundaban escrituras que veían a ungrupo de sabios arremolinados en inmensos castillos de cristal y que miraban a lo social con un aire deindiferencia, pues en última instancia era la teoría lo que interesaba. Tremendo error, y peor aún, falsa ima-gen irradiada por una disciplina en plena maduración metodológica y epistemológica a la cual no se supoatender en su capacidad explicativa y descubridora del juego de las apariencias que nos tienden los mediosmasivos de comunicación social. Los retos fueron grandes, y no sólo provenientes de los comunicadoressino, -y mucho- de los científicos sociales cuya demanda era metodológica. Ello condujo a que ciertasteorías semióticas resistieran a esos avatares y quedaran en pie, otras de menor consistencia metodológicacaerían en la pura historia.Actualmente el campo, a nivel epistemológico, se encuentra en un arreglo de cuentas, en una especie derepliegue que comienza a dar frutos y proceso del cual -al menos parcialmente somos testigos a través de laescritura de nuestros colegas y amigos que comparten este lugar. Por los informes del trabajo en Colombia,México, Perú y España, podemos percibir estos movimientos casi geológicos que avanzan en el propiobeneficio de las dos disciplinas. Semótica y comunicación social se apoyan mutuamente no sólo en eldescubrimiento y claridad de sus objetos de estudio, sino que apuntan hacia una definición epistemoló-gicamente válida con la cual se rindan frutos para el reconocimiento de nuestras respectivas realidadesculturales * Lejos ya queda entonces el llamado de R. Barthes en las "Mitologías" a estudiar la modernidad através de los mecanismos de la comunicación social, así como la invocación de U. Eco para leer la culturamoderna en clave comunicativa y semiótica. En este concierto la relación inaugurada por Paolo Fabri entresociología y semiótica parece ser la que está empezando, a través de fructíferas investigaciones socio-semióticas, a constituirla especificidad metodológica que debe ser profundizada. Asimismo, la lúcida intuiciónde A.J. Greimas para llamar la atención de los comunicólogos hacia el campo de la cultura: cultura de élitevs. cultura de masas, a las cuales habría que agregar las culturas populares y su funcionalidad Semiótica enlas sociedades latinoamericanas. He ahí otro campo fundamental que se abre al porvenir y que debe serintensamente explorado.

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Parece ser, y esto fue una de las observaciones más claras del II Congreso Latinoamericano de Semióticacelebrado en Rosario - Argentina el año pasado, que el trabajo de colaboración interdisciplinaria entre laSemiótica y otras ciencias sociales garantizará resultados convenientes y convincentes. Por lo observado, laantropología y la sociología interrelacionadas semióticamente son por ahora las más cercanas. Planteadosasí los ámbitos de conocimiento y la problemática académica, queda a las escuelas de comunicación la laborde evaluar el rendimiento social de una investigación semiótica en comunicación, dentro de los marcos deoperatividad teórico-metodológica. Sin duda un lugar importante habrá de tener la semiótica pues en últimainstancia, es con el sentido social con lo que los comunicadores se las tienen que ver, ya sea en su trabajocomo productores y consumidores de procesos, ya sea como investigadores de dichos procesos. Ámbito yfuente de trabajo que compromete al desarrollo intelectual y cognoscitivo de nuestra comunidad lati-noamericana.

(1) Debemos entender esto así, pues, en la situación actual, las facultades de comunicación son las quese asumen como el refugio académico de este tipo de trabajo, No tenemos conocimiento de lasaplicaciones o usos tecnológicos de una investigación semiótica seria en el campo de la comunicación so-cial latinoamericana.

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LA SEMIOTICAY COMUNICACIONSOCIALEN COLOMBIA

ARMANDO SILVA

Durante las décadas de los años sesenta y setenta las facultades de Comunicación social se multiplicaronen Colombia como en prácticamente todos los otros países del área continental. El interés por dar a conoceruna manera moderna de estudiar el leaguaje o, en otras ocasiones, la necesidad de encontrar una justifica-ción conceptual y teórica a las escuelas de materias que formaban los currículos, la mayoría de las vecesimprovisados y, sin objetivos precisos, conllevó a que se buscaran materias o líneas metodológicas dentrode las cuales encontrar una respuesta que pudiese mostrarse corno integral, En este panorama empieza aconsignarse la semiótica, junto con otras disciplinas, que parecen redentoras o incluso totalizadoras del sinnúmero de asignaturas que llenaban los planes respectivos. La anterior situación coincide Con lo que porllamarse la -moda de la semiótica`, fenómeno que consistió en un desmedido afán por presumir unconocimiento de la nueva ciencia de los signos y que llevaba la fatalidad de germinar en cada, uno de susexponentes una terminología difícil y obstrusa que dejaba ver a las claras más que el dominio de tinadisciplina la exhibición de una jerga que hacía exóficos y extraños a sus cultivadores. Los reproches detratarse de una ciencia 'imperialista' y hasta alienante. no se hicieron esperar aún cuando poco a poco sevienen limando tales asperezas y desmedidas expectativas, para perfilan ahora otro momento de la se-miótica que se plantea en -una nueva dimensión hermeneútica, que trae también nuevos debates y otrareubicación tanto de la semiótica como de las Ciencias de la Comunicación. En el presente escrito queremosdar a conocer, de manera muy general e incluso sin Poder contar con algunosdatos precisos sobre fechas y otros aspectos de nuestra reciente historia de los estudios de la comunicaciónsocial y de sus facultades existentes en Colombia, el papel que se te haasignado a la semiología y a la semiótica en esta veloz renovación a la que se han venido sometiendo losestudios de comunicación, marcados quizás como ninguna otra disciplina social por cada nuevodescubrimiento tecnológico y la consiguiente reubicación de su estatuto del saber.De alguna manera podría decirse que, por lo menos en lo que respecta a las dos últimas la reflexiónsobre la comunicación social dentro o fuera de las facultades, ha corrido pareja con un debate sobre lasemiótica, sus posibilidades y sus limites, en cuanto a campo del saber que se, expone desde sus orígenescomo disciplina del estudio de los protocolos de significación y comunicación y que a su vez, en otrosniveles, se interroga ella misma por su metalenguaje y los alcances de su proyecto. Es decir, hablamos deuna disciplina lleva implícita tanto una propuesta de naturaleza comunicativa como filosófica, por lo cual nosparece apenas natural que los estudiosos do la comunicación social han hecho recaer en diferentesmodelitos, su atención a la suerte misma de la vista no solo con sospecha y desprecio por sus excesos yambiciones, sino también con esperanzas y expectativas por lo que de allí puedan aprender como contri-bución al mismo horizonte del amplio campo de las comunicaciones.Si seguimos las facultades como tales, podremos ir desprendiendo algunas deducciones sobre la evoluciónmisma de la semiología y la semótica. Al pensar en las diferentes épocas que éstas han vivido, hemosdecidido que podemos comprenderlas en cuatro definiciones progresivas. I- Humanista; ll- Ideología y dedenuncia: III- Estructuralista y crítica al estructuralismo y IV- Culturalista. Esos cuatro momentos sepresentan como tendencias dominantes, hecho de que convivan a su vez en un mismo momento varias delas tendencias en una misma institución, ni que exista igualmente el hecho expreso de que algunas de talestendencias no hayan afectado en algún nivel importante el currículo ni la orientación especifica de una u otrafacultad. Se trata, más bien, de una clasificación que mira la evolución frente al saber al interior de losestudios de comunicación, pero también creemos que tal clasificación se acomoda a la circunstancia detratar de comprender los modelos o tendencias determinantes: si bien en cada momento demarcadohabía dificultades que no aceptaban o no se interesaban por lo que fuera una especie de discursividaddominante que definimos con el título de cada momento-, no será menos cierto que tal centro de estudios

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sería considerado un tanto marginal, respecto a los que se asumen como vanguardias en cada uno de talesmomentos estelares.Examinaremos las tendencias anotadas deteniéndonos con mayor atención en aquellas tres últimas dondela semiótica ha entrado a jugar un papel más protagónico dentro de los planes de estudio.

1. LA FACULTAD HUMANISTA

Las primeras facultades de Comunicación Social en Colombia, fueron concebidas dentro de criterioshumanísticos, con especial predilección por filósofos que planteaban, grandes preguntas a la naturalezasocial y humana del hombre como Ortega y Gasset, o Miguel de Unamuno, o la historia de la filosofia, comoJulian Marías, o al debate de la existencia como Jean Paul Sartre o, incluso, con mayor timidez se acudia aautores como Nier4sche o Schopen. haucr. Junto a los filósofos se leía el sicoanálisís social de Erích From,la literatura de fiermann Hesse, los latinoamericanos del "boom" literario, el teatro de Beckett y lonesco ymás específicamente en el lado de las comunicacioness, diríamos que tomaban destacada presencia lasteorías del canadiensee Marshatl, Mr, Luban relacionadas con la gran ilusión tecnicista. En fin, se trataautores más o autores menos, de un panorama de excesiva generalidad que partía de una premisa, deformación general, en el estudiante bajo un fuerte supuesto de responsabilidad ética del comunicador frenteala sociedad.Las primeras facultades se preocupaban especialmente por la formación de periodistas aún cuando tambiénera posible hacer énfasis en actividades como las relaciones públicas o la publicidad. Los otros medios comola radio y la televisión recibían una formación más de tipo teórico que práctico, pues todavía no se contabacon la infraestructura necesaria como radios universitarias o circuitos cerrados de televisión que pudiesenacercar al estudiante al medio de manera efectiva. La facilidad de enseñar el periodismo escrito junto almayor desarrollo de tal medio en el país de entonces se presentaba como una justificación suficiente paraconcentrar su atención en tales esfuerzos que se combinaban con algunas nociones de diseño gráfico ydiagramación para que el futuro profesional pudiese enfrentar su labor seguramente de manera másfuncional. La formación crítica, hasta donde podemos constatar por los programas que conocimos y segúnse estableció en un encuentro de Facultades de Comunicación Social celebrado en Medellín en 1976, 3 alcual tuvimos oportunidad de asistir era muy reducida y los futuros comunicadores se entrenaban en unsentido más funcional para cubrir las necesidades profesionales que ofrecía el mercado. Este puntoconstatará con otra tendencia por venir en la cual lo profesional y técnico es olvidado para colocar el énfasisen problemas más de tipo ideológico.Respecto al interés por la Semiología y otras 'Ciencias del Lenguaje' podemos decir que era muy reducido ofrancamente, no existía. En sus programas se aprecia una inclinación por cursos de Redacción y Castellano,materias concebidas para entregar al estudiante una formación en el 'arte del buen decir y escribir' antes quecomo criterios metodológicos para concebir el saber o para auxiliarse en procesos investigativos.

11. EL MOMENTO DE LA FACULTADIDEOLOGICA Y DE DENUNCIA

En los años intermedios de la década de los setenta, aparecen nuevas facultades que se interesan porhacer contrapeso a la formación humanista y acrítica de las ya existentes. Se inicia una nueva tendencia queda por sentada la necesidad de abrir a juicios críticos la labor del comunicador social; la presentación deobjetivos en el programa de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Jorge Tadeo Lozano,señala lo siguiente: "En primer lugar, reducir el estudio de la comunicación al estudio de las técnicas decomunicación es simple y llanamente intentar ocultar las 'manipulaciones' a que las técnicas se prestan dehecho en cualquier sociedad del mundo; es falsificar por completo su sentido y el verdadero valor de la 'efi-cacia social' de la comunicación. En segundo lugar es necesario admitir que existen diversas teorías sociales(... ), pero en tercer lugar esas teorías sociales no son neutras, explicitan los intereses económicos y políticosde los grupos predominantes (...) toda decisión de comunicar algo implica la decisión de excluir otras cosas(...) y,.4 La línea de la Tadeo guarda similitud con el entusiasmo beligerante de la Universidad de Antioquia o

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de la Universidad Nacional, que aún sin contar con una facultad de Comunicación Social, participa deldebate desde la Facultad de Artes en su área de Comunicación.Los autores predilectos por algunos grupos de profesores y de la mayoría de los estudiantes que imponenesta nueva tendencia, serán aquellos que respondan a tantas inquietudes socio-políticas. Sobra decir queencabeza la lista Marx no solo con sus estudios sobre el capital y la economía política, sino que suManuscritos de 1844, será un texto muy solicitado en busca de una justificación marxista en la estética.Junto a Marx se puede destacar Victorio Riesser; Leon Trotsk¡; Geórge Lukacs; Mao Tse Tung; Engels;Hausser; o los latinoamericanos Sánchez Vásquez o Eduardo Galeano. Junto a ellos en la comunicación hayque citar el texto clásico nacido en Chile, de Mattelart y Dorfinan Para leer al pato Donald que por las cir-cunstancias mismas aparecía como el gran modelo de análisis que delataba los intereses ocultos delcapitalismo. No obstante también se lanza el estudio de los semólogos y lingüístas que hacían furor enEuropa, como R. Barthes; P. Guiraud; U. Eco; C. Metz; S. Peirce; Ch. Morris o latinoamericanos queempiezan su obra con características semiológicas como los argentinos Eliseo Verón y Luis Prieto.Las áreas de especialización se amplían a radio, cine y televisión, pero su formación práctica sigue siendo elgran escollo ya que no se cuenta con los equipos necesarios. El mercado de trabajo para los egresados seprevé dentro de grandes dificultades, pues existe una ruptura entre el profesional formado en una líneacrítica y marxista, con las vacantes que puedan resultar dentro del 'sistema' que no va a consentir sertorpedeado desde su interior. Creemos que es justo el momento en el cual la línea semiológica gana un re-lativo espacio. En la misma Tadeo se inicia la readecuación, presentando la semiología, todavía dentro deuna sencilla asignatura curricular, pero ganando cierta importancia por ser una de las materias llamadas aproponer nuevas reflexiones ligadas al lenguaje de los medios. Se vincula a la Universidad ciertosprofesores que van a impulsar esta línea de trabajo y el contrapeso al 'denuncismo' empieza a realizarse. Enel programa de la Tadeo se aprecian dos cursos de Semiología (tercer y cuarto semestre), dentro de unaárea denominada Sociales que junto con las áreas de Investigación y de Medios conforman la estructuracurricular.No obstante la ubicación de la Semiología como materia de 'Sociales', junto con Sicología, Antropología,Sociología, Derecho y Estética, ya nos deja ver su ubicación -por lo demás nunca suficientemente superada-como parte de una formación humanística, interesada más en entregar información intelectual al estudianteque en concebirla como instrumento metodológico.Quizás fue el cine el medio que atrajo la mayor atención tanto en la academia como en los estudiantes decomunicación de entonces. A lo anterior contribuyó sin duda la semiología que por aquellos años optimistaspresentaba las respuestas de un traslado del modelo lingüístico al lenguaje cinematográfico'. U nalingüistificación de los medios no verbales era evidente y en cierto modo avasallante: Umberto Eco yChristian Metz, recogidos junto con otros autores en un célebre volúmen sobre Análisis de la irnagen (Ed.Tiempo Contemporáneo, Argentina 1972 -colección dirigida por Eliseo Verón-) exponían los mecanismos ar-ticulatorios del lenguaje-cine o algunas disquisiciones sobre la analogía imagen-lenguaje.El cine se discutía, era revelador y el entusiasmo de sus resultados donde se demostraba la relaciónlengua/habla; diacronía/sincronía; denotación/connotación y el resto de parejas del sistema lingual aprendidopor la semiología, era trasladado a la arquitectura, la pintura, el diseño y otras áreas del saber dondepudiese verificarse condiciones sistemáticas en su comunicación. Así, varias universidades, aún sinadelantar estudios de comunicación social, fueron ingresando en el entusiasmo semiológico y abriendoclases dedicadas a tal asignatura. 6Varios debates se dan en los años intermedios a la década de los setenta. Quizás los de mayor impacto, porser propios al momento, serán aquellos sobre la interrelación entre marxismo y estructuralismo y, de otrolado, los pertinentes a la discusión sobre el lenguaje aplicado a objetos no-verbales. En lo que respecta alprimer punto habría que recordar los textos de L. Althusser y muy especialmente las críticas presentadas porHenri Lefebvre en su obra Mas allá del estructuralismo (Pleyade, Buenos Aires, 1973) donde recordabacontra la excesiva formalización del estructuralismo que "existe un movimiento dialéctico de la centralidad.Eliminar esa centralidad por un abuso del lenguaje o llenar por un abuso conceptual, es quebrar elmovimiento". Los textos que planteaban una relación marxismo-lenguaje o marxismoestructuralismo, fuerontal vez aquellos que más prendieron el debate. Tanto el citado de Lefebvre como otros más específicos a losrequerimientos del arte y la comunicación. fueron materia central en varios encuentros teóricos que organizó

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la Escuela Nacional de Arte Dramático. El libro de F. Rossi-Landi El lenguaje como trabajo y como mercado(escrito en 1968 y traducido al español por Monte Avila en 1970) puede ser un excelenteejemplo del orden de las 'emociones intelectuales' que iluminaban las discusiones. El esfuerzo de RossiLandi, por trasladar nociones fundamentales de la lingüistica y la semiología a nociones básicas delmarxismocomo las de trabajo, el capital, el mercado, la producción, nos parece hoy mucho más un deseo ideológícoque un argumento sólido para explicar manifestaciones en las cuales primen 7 funciones fingüísticas o semióticas.

111. EL MOMENTO DELA FACULTADCRITICA DELESTRUCTURALISMO

En este capítulo queremos retomar algunas de las consideraciones ya iniciadas anteriormente, peroorientadas ahora hacia el desarrollo de otra línea de trabajo que tomó la semiología un tanto máscentralmente en sus propuestas y, sobre todo, en cuanto representa el origen de una serie de manifesta-ciones que van a conducimos luego a la fase predominante actual que hemos denominado culturalista.La fundación de la Facultad de Comunicación Social en la Universidad del Valle, constituye el nuevo alientoen el panorama de los estudios dirigidos a la comunicación. Comienza así a profundizarse en otras, áreasdistintas al cine como la historieta, la fotonovela, las revistas femeninas y poco a poco van desembocandoen la formulación de un interés por lo popular en contraposición a lo masivo. El estudio por el cine continúa,pero ahora más en la línea sociológica de tratar de averiguar el impacto de cierta cinematografía, como lamexicana, desplazando el problema del lenguaje a una nueva pregunta sobre la relación social con ciertoscontenidos tradicionalmente rechazados por las clases sociales de mayor capacidad social y económica.

La semiología participa ahora de manera un tanto más integral, orientada hacia un sentido másmetodológico que de materia humanista. El estructuralismo, tal como era concebido por los principalesanimadores de la semiología especialmente la francesa e italiana, entra a nuestro medio con el debatemismo que ya se presentaba en Europa, por parte, entre otros, del grupo de investigadores que adelantabanuna semiótica del texto, que oponían a aquella del signo, tales como los participantes en el grupo conocidocomo Tel-Quel, en especial Juha Kristeva y otros que presentaban la opción sicoanalítica en la estrategia decomprensión del sentido textual. El debate sobre los límites de la semiótica y las fronteras del estructuralismoy la semiología estructural ya se hacen evidentes. Una revista de la Universidad del Valle, publicada en1977,9 muestra muy bien la situación en los artículos de varios de los nuevos exponentes de unaperspectiva semiótica, que para efectos de tal centro docente, que de alguna manera marcaba una pautanacional, presentaba una interrelación en su departamento de Humanidades, entre quienes se ocupaban deuna semiótica literaria y aquellos que más se ocupaban de problemas teatrales o comunicativos. Nace eneste momento en Cali un centro dedicado a Investigaciones Semiológicas (C.I.S. -Cfr. Nota No. 9-), cuyosmiembros se encargan de propiciar el debate de frente a las nuevas consideraciones epístemológícas de lasemiótica.En este ambiente de cierta revisión y crítica, ya no sólo en la Univalle, sino en otros centros académicos delpaís, entran de manera oportuna todos los textos de la Escuela de Frankfurt y la línea del marxismo críticopresentará sus mejores balances, en contra de la ortodoxia comunista y partidista. Marcuse, Haberinas,Benjamín, Horkheimer y Adorno, junto con Foucault, Castoriadis, o la corriente antisiquiátrica y la líneasicoanalítica son quizás las corrientes de pensarrúento relevantes que se colocan contra el fonnalismoestructuralista.Con orientación diferente nacen dos nuevas facultades de Comunicación Social, antes de iniciar la décadade los Ochenta, las cuales cito con el fin de damos cuenta de la disimilitud de opciones que registran losestudios sobre comunicación. Se trata de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad de laSabana y la de la Universidad Externado de Colombia. En la primera la semiología solo aparece como unamateria en el segundo semestre, luego de Español 1 y Ortografía 1, lo cual deja ver una ubicación como

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formación general, para la expresión de un 'buen periodista', su concepción del programa de estudios nosdescubre su posición: ---el plan de estudios, tiende a crear en el comunicador social una conciencia clara desu papel de servicio a la sociedad, de su compromiso ético con la verdad de los hechos, y de suresponsabilidad como orientador de la opinión pública".10La Facultad del Externado, luego de algunas vacilaciones en las que se pensó consolidar su plan deestudios alrededor de la semiótica," se inclinó por darle una dirección hacia la administración empresarial,circunstancia que redujo la semiología a una materia, aún cuando más adelante saldrá de allí una nuevapropuesta de semiótica aplicada (ver Nota No. 1 l).En 1977, se crea en la Facultad dé Artes de la Universidad Nacional de Bogotá una área de docencia einvestigaciónn, concebida bajo una orientación semiótica, 12 denominada Comunicación Visual y al serviciode la formación de artistas plásticos y diseñadores. De este modo la Universidad Nacional comienza suparticipación en campo semiótico, con la característica especial de hacerlo dentro de un interés por laimagen y luego por análisis del espacio, situación que le permitirá luego asumir cierto liderazgo en lorelacionado con los estudios iconográficos en otras escuelas o centros de estudio que adelanten programasen arte o comunicación visual. Los autores más estudiados serán Gombrich. Panofsky; Marleau Ponty, Lyo-tard , Garroni y se introduce igualmente una línea de reflexión sicoanalítica con Freud, Benveniste yposteriormente algunos textos de Lacan.Como puede colegirse de la lista de autores citados, la orientación semiótica -denominación queprácticamente se impone desde entonces, sobre el vocablo semiología y que conlleva, como en otros paísesno solo un capricho etimológico, sino un cambio de rumbo en su concepción-, está en plena acción. Sesospecha del estructuralismo y su ponderación del análisis sincrónico, y contrariamente se intenta el regresoa las bases sociales en la producción del sentido. El encuentro con la antropología, la etno-lingüística y ciertasociología del receptor se aproxima y sobre todo impone, una reflexión filosófica sobre el proyecto semiótico.Frente al interés lógico de Peirce y al lingual de Saussure, o las taxonomías y la obsesión clasificatoria devarios semi6logos ilustres, habían aparecido aquellos precursores del concepto de código que lo anteponíanal modelo lingüístico, como Prieto, Eco, Metz, entre muchos otros. Posteriormente se intenta, por otras vías,superar la metáfora lingüística, se destacan los signos específicos en los usos específicos evidenciando,como alguien anotaba, la "heterarquía de los signos constituyentes de la realidad". Tanto la lengua como elarte se fundamentan ambos, como lo expresaba el filósofo Garroni, en la capacidad cognoscitiva quesubyace a todo el mundo y que es lo que garantiza la comunicabilidad o conocimiento, incluso de lo que noes sólo lenguaje. El problema fundamental parece de nuevo situarse en el de los límites del conocimiento;las implicaciones estético linguales, sus posibilidades de representación y sus eventuales autonomías. Estepanorama de discusión, que acompaña el saber semiótico en otras latitudes, también es parte del análisis enalgunos centros colombianos. De hecho, recordamos mesas redondas y publicaciones, que en la escalapequeña de lo que presenta la semiótica en Colombia, se dieron por entonces. 13 La semiología estructuralentra en crisis, junto con la noción de código y la lingüistificación de sistemas distintos a la lengua. Noobstante creemos que la crisis de la semiología estructural, como trataremos de evidenciarlo en el siguientecapítulo, ha originado una mayor profundidad en lo que ahora viene a constituir una perspectivaepistemológica, que va a regresar a plantear de nuevo una lógica del saber y su representación, una lógicasocial del saber y su presentación al interior de cada comunidad cultural.

IV. LA FACULTADCULTURALISTA

En los últimos años, podríamos decir que en la década de los ochenta, la situación de los estudios encomunicación los calificaríamos más favorables que los adelantados en los años precedentes. Nuestrooptimismo moderado se basa en dos apreciaciones- los teóricos locales de la comunicación han logradoimponer una nueva visión ligada al acontecer histórico y cultural de nuestras sociedades y, en consecuenciade lo anterior, se ha conseguido generar una propuesta de reflexión sobre el sujeto social fundamental quemedia los procesos de comunicación, encontrándose ahora con el pueblo, con lo popular, con los ciu-dadanos; en fin, más que con teorías sobre teorías, existe un encuentro con los sujetos efectivos que hacen

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la comunicación. Es así como se dice que Ia comunicación se nos tomó cuestión de mediaciones más quede medios, cuestión de cultura(...)", en últimas.La semiótica no ha sido extraña a los nuevos aires en la comunicación, sólo que, como veremos enseguida,no son las escuelas o facultades de comunicación las que ahora en Colombia alienten algún liderazgo. Encualquier caso sus suertes corren parejas, pues tal vez ahora, más que en otros momentos, se puede vermás explícito el proyecto comunicación, que acompaña la reflexión en semiótica: los actos del habla, másque la oposición lengua/ habla; la creación social del sentido, más que el significado del significante, losjuegos en las estrategias de enunciación, más que el nivel de la expresión y, para decir un acontecimientomás, la semiótica del seducido-seductor, más que el omnipotente emisor que impone su ley al pasivoconsumidor. Como se comprenderá, la evolución de la semiótica hacia zonas extratextuales que verifican omoldean el mismo texto, ha conducido a que las ciencias del lenguaje empiecen a responder a la cadena decríticas que se les formulaba en cuanto a ser disciplinas formalistas que desatendían los procesos reales decomunicación social. Estudiosos de la etno-lingüística, para citar algún ejemplo, ya han insistido en que lacompetencia lingual, pasa por una competencia social y que hasta los problemas de mala pronunciación dela lengua extranjera se deben abordar también como incompetencia social, en ocasiones de modo másdeterminante que lo lingual.Vivimos entonces el gran momento de la construcción de una teoría de los sujetos culturales, tanto en ciertascorrientes del pensamiento actual europeo, y norteamericano, pero también en Latinoamérica y en particularen Colombia. Nuestras investigaciones son leídas por un público local (investigadores en comunicacióncomo las del México-argentino García Canclini o las del hispano-colombiano MartínBarbero son seguidas,entre otros tantos, con sincera atención), se intentan crear redes latinoamericanas (caso FELAFACS y variaspublicaciones) e incluso existe interés de estudiosos extranjeros por conocer lo que se produce en nuestraárea continental, en calidad de acontecimiento teórico que nace de una evaluación de nuestras realescondiciones socio-históricas presentes.Si en cada momento de los ya señalados encontramos una facultad que aportaba la línea dominante, alllegar a este que llamamos cultura¡, nos parece que no se trata tanto de una específica universidad oescuela sino, por fortuna, de una tendencia más o menos general que se impone en el ambiente nacional.Tal vez al interior de las facultades de comunicación existan ciertas afinidades y circuitos de rápidacomunicación, como los establecidos entre las facultades del Valle, Javeriana de Bogotá, Bolivariana deMedellín y Autónoma de Bucaramanga, pero esto no es lo más importante, sino una conciencia nacionalsobre la labor de los estudiosos de comunicación frente al país: ahora, más que antes, se espera que losestudios sobre comunicación interpreten nuestra personalidad regional y nacional.Se proponen así nuevas problemáticas, con nuevos interrogantes: cómo es leída y vista nuestra televisiónpor diferentes sectores sociales (la T.V. ha recibido, en oposición al interés del cine anterior, una mayorcantidad de interesados en su estudio); cómo se producen los formatos de observación de los medios setrata y hasta dónde del 'marketing' o de una demanda cultural; la foto-novela y la tele-novela; la ciudad y suiconografía, la vida cotidiana; usos sociales del lenguaje; constituyen, entre otras, algunas de las nuevastemáticas. Quizás lo común en ellas es un nuevo acento pragmático por medio del cual las teorizacionesnacen de la evaluación de un sector o grupo social o de una muestra de textos que sirven como material deanálisis para proponer caracterizaciones culturales. También hay algo en común en cuanto que la granmayoría de estas investigaciones o temas de trabajo se basan en los sujetos empíricos sociales, para luegoestablecer categorías. Digamos que si se trabaja sobre sectores populares, solo luego lo popular serácategoría formal de análisis, pero antes ha sido sujeto empírico den observación. Habría que advertirenseguida, como ya anunciamos, que en este momento que llamamos culturalista, no existe en los estudiosde las Facultades de Comunicación Social en el país una mayor participación de la reflexión semiótica, a noser la materia de Ser o Semiótica, que aparece en prácticamente todos los programas de estudios, comoexigencia del Ministerio de Educación Nacional. No conocemos pormenores de cada una de las facultades,pero creemos no equivocamos si reiterarnos que, por lo general, es concebida como una materia deformación general o, en casos más afortunados, cuando alcanza a ser un instrumento de trabajo, lo es, perocomo preocupación personal de ciertos docentes antes que como estrategia metodológica de diseñocurricular. Quizás, el acercamiento de algunos profesores de comunicación a la semiología en la décadapasada, más en calidad de moda que en cuanto convicción de tratarse de un amplio y heterogéneo campo

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de trabajo, hace que hoy desencantados -de la moda- no recurran a ella con mayor profundidad, sino antesbien muestren algunas actitudes contrarias, 14 sin preocuparse por la evolución misma de este complejocampo del saber en los últimos años.Recordando ahora estos tan recientes quince años de historia, nos parece que fue precisamente laComunicación Social la que más tuvo que admitir en su interior la presencia de varios aficionados a lasemiología que se enamoraron de ella con la misma emoción furtiva con que hoy exhiben su abandono, sinmayores huellas en su fonnación. Cierto facilismo del estructuralismo en la manera de construir 'cuadrossincrónicos' de objetos de investigación contribuyó sin duda al auge de la semiología en la década pasada, yello tocó a comunicadores y a otros científicos sociales en menor escala.Respecto a lo que ocurre en este momento me atrevería a decir que varios investigadores de comunicaciónen Colombia, lastimosamente sin saberlo, emplean conceptos y teorías que han nacido muchas veces encampo semiótico o, por lo menos, dentro del debate amplio que se viene dando en los últimos añosalrededor del estatuto del saber en las ciencias del lenguaje, Otros sectores, han retomado hoy el interés porla semiótica y el lenguaje en Colombia, como algunas facultades de filosofía'5 los departamentos de lite-ratura y Lingüística y de Antropología, sin desconocer otras áreas de interés.

A pesar de lo dicho han llegado nuevos cruces de entendimiento. El renovado interés por una filosofía dellenguaje, con Wittgenstein y Austin, las teorías de la enunciación en campo lingüístico, en pensadores comoDuerot y Genet, las propuestas de semióticacultura de Lotman y su escuela, los estudios sobre actos delhabla y análisis del discurso de Van Dijk y Adams, o el mejor dominio de algunos colegas del modelogreimasiano de análisis, que por su parte ya reconoce en su nuevo diccionario conceptos como 'pasión',permitiendo un reencuentro con niveles afectivos y subjetivos antes desconocidos, son, entre otros, motivosde interés para quienes se ocupan de los procesos comunicativos, donde vuelven a encontrarse semitistas ycomunicólogos. El interés pragmático, cifrado en los usos de los lenguajes y modos de expresión, es elnuevo protagonista. Una semiótica de la recepción, una etnología de la comunicación o una antropología delas mediaciones culturales, pueden ser enmiendas que definen nuevas tendencias en Colombia, por partede investigadores que reflexionan desde la comunicación o desde la semiótica. Textos como el de ClifordGeertz, con su concepto de cultura esencialmente semiótico, responde con gran acierto a la direcciónculturalista que argumentamos, cuando parte de la definición de Weber de que el "hombre es un animalsuspendido en los entramados de la significación que el mismo ha tejido", entendiendo que tales entramadosson la cultura y que su análisis corresponde a una ciencia interpretativa. Si existe hoy un camino deencuentro entre las líneas dominantes de los estudiosos de la semiótica y de la comunicación social enColombia, es justamente el re descubrimiento de la cultura como factor desde donde y para la cual seproduce la teoría. Parece que pasamos de una lingüística estructura] a una antropología de la comunicación,y así se empieza a hablar de unas ciencias de la cultura que agrupan los esfuerzos transdisciplinarios quede cualquier modo se vienen imponiendo.

Luego de hechas las aclaraciones sobre las dudas y resquemores frente a las dimensiones semióticas, peroigualmente luego de reconocer unos formidables caminos de encuentro actual y en el inmediato futuro entreesos dos campos de reflexión, ¿Cómo recoger las diversas orientaciones que se dan actualmente en losestudios o investigaciones colombianas en la comunicación social, con alguna perspectiva semiótica?Reconocemos tres direcciones, marcadas por centros de estudio o por investigadores individualmente reco-nocidos:

1. Semiótica en cuanto estudios del signo y en la dirección de una epistemología del lenguaje de lasciencias: perspectiva del departamento de humanidades de la Universidad Nacional de Medellín, de algunoscursos en la Facultad de Comunicación del Externado (Ver cita No. 1 l), del seminario alrededor del lenguajede la Universidad Nacional de Bogotá (Ver cita No. 16).

2. Semiótica como análisis textual (textos literarios, teatrales cinematográficos u otros): perspectiva de laEscuela Nacional de Arte Dramático de Bogotá, del teatro experimenta] (TEC) de Cali, de la Facultad de Co-

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municación de la Universidad de Antioquia,, de la Tecnológica de Annenia, o de Comunicación Social de laJaveriana. 17

3. Semiótica como interpretación de la cultura (análisis de las mediaciones culturales, de la construcción desentido de los sectores populares, de la elaboración de una personalidad urbana) perspectiva de laUniversidad del Valle, de la Bolivariana de Medellín, de la facultad de Español y Audiovisuales de laUniversidad Tecnológica de Pereira, de la Facultad de Artes de Bogotá.18

No obstante presentar al anterior intento por clasificar la orientación semiótica, en el estudio de la comunica-ción actual en Colombia, habría que subrayar que en cualesquiera de las tres direcciones hay interés enciertos objetos de análisis que resumiríamos en:

a. Interés en los medios.b. Interés en los usos de recepción de mensajes.c. Interés por comprender la alternidad de los procesos de comunicación.Esto quiere decir que en la perspectiva de la semiótica del signo, caben como objetos de interés los medioso la cultura, pero justamente desde un enfoque de la teoría del signo y del símbolo; que en la perspectiva dela semiótica textual caben igualmente formulaciones como análisis de los espectadores y códigos derecepción, sacando a la pragmática social las propuestas anteriores de exclusividad literaria; que en laperspectiva de la semiótica-cultura hay trabajos justamente sobre los medios o los signos y símbolosculturales, su recepción o la construcción de pactos de emisión-recepción, que superan la noción anterior dehegemonía de la producción. Presentamos divididas las perspectivas de los objetos de interés con el propó-sito de poder ubicamos en un nivel epistemológico desde el cual considerar mejor el ejercicio semiótico laorientación a una teoría del signo, del texto o de las prácticas sociales, son tres maneras distintas de asumirel proyecto semiótico, con independencia de que cada una de esas orientaciones se interese por los medios,los mensajes o sus alternativas.

Si tenemos que considerar la predominancia en las orientaciones concluimos afirmando que la preocupaciónpor sacar a las ciencias del signo hacia una reformulación como ciencias de la cultura es dominante, lo cual-podrá apreciarse enseguida que examinemos los proyectos de postgrado que ahora cursan en el país. Estoquerría decir que una dimensión pragmática se impone, todavía por supuesto con diferentes confusiones,con las dificultades de modificar los métodos del análisis formal hacia análisis donde la observación empíricaes fundamental. No obstante el deseo por interpretar el entorno cultural acompaña a la gran mayoría dedocentes e investigadores de la semiótica en el país.' 9

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V. OTROS ASPECTOS DE LA SEMIOTICA EN COLOMBIA

Para concluir examinemos algunos apartes generales que contribuyan a mostrar un panorama general de loque pasa con la semiótica en Colombia, especialmente lo relacionado con los estudios de comunicación.

1.POSGRADOS

Existen cuatro proyectos que de alguna manera relacionan la semiótica como parte de su enfoque.Programa de Maestría en Comunicación de la Universidad Javeriana. Se trata de un programa, que se ini-cia en el siguiente semestre. Su énfasis se hace en investigación cultural20 y la semiótica está previstacolateralmente dentro de una área que se denomina enfoques básicos. Programa de Maestría enComunicación Educativa de la Universidad Tecnológica de Pereil---a. Viene funcionando desde hace unaño, dirigido a profesionales en educación y la semiótica es una de las materias fundamentales dentro delárea de metodología.Proyecto de Maestría en Semiótica y Epistemología del departamento de Humanidades de la UniversidadNacional de Medellín. Toma la semiótica como eje central en cuanto instrumento de reflexión sobre laformación del lenguaje de las ciencias, sus representaciones y sus vínculos con el saber común. Se tratade una semiótica de lo simbólico que vuelva a demarcar la relación semiosis -cultura. 21Proyecto de Maestría en Comunicación Audiovisual de la Universidad

Nacional de Bogotá. Este proyecto concebido, según se consigna en el preámbulo, "Para entregar a sus es-tudiantes el manejo de los medios operativos audiovisuales (Cine-T.V., Video), dentro de una formaciónconceptual basada en una teoría semio-antropológica del medio cultural'.

2. EVENTOS,PUBLICACIONES YORGANIZACIONES

En los últimos dos años ha habido especial interés por la semiótica en el país. Se creó la Sociedad Colom-biana de Semiótica (Ver nota No. 19); una delegación de varios profesores (U. Javeriana, Externado yNacional) asistió al Segundo Encuentro Latinoamericano de Semiótica realizado en Rosario -Argentina, 23institutos especializados en el estudio de la lengua de la tradición del Caro y Cuervo han abierto cátedras deSemiótica dentro de sus programas de postgrado en lingüística 24 e incluso se contempla la posibilidad deuna maestría en lingüística, sobre bases semióticas se preparan seminarios y encuentros con participaciónde investigadores de todo el país y existen publicaciones que se definen desde una orientación semiótica.El conocimiento de una bibliografía de autores latinoamericanos en campo semiótico es muy escaso,exceptuando aquellos que se conocieron durante la década pasada, como Eliseo Verón (que sigue siendomuy consultado) y Luis Prieto. Ahora se conocen los libros de Miquel de Moragas o artículos del peruanoDesiderio Blanco o ensayos esporádicos de algunos otros colegas, pero sigue siendo un punto delicado quedebería asumir como uno de los intereses prioritarios, quizás de organizaciones intercontinentales queempiezan a aparecer. Publicaciones periódicas dedicadas a la semiótica no existen, aún cuando la SociedadColombiana de Semiótica proyecta sacar una revista especializada con tres números anuales y también unBoletín con circulación trimestral.

Hay revistas como Thesaurus, del Instituto Caro y Cuervo, que ocasionalmente saca artículos dedicados ala semiótica. 26 La revista Signo y Pensamiento,27 de la Facultad de Comunicación Social de laUniversidad Javeriana, es otra publicación que en su puntual atención sobre lo que pasa en comunicación,trae en algunas ocasiones ensayos sobre bases semióticas. Existe una tercera Glotta, 28 que se perfilacomo la revista dedicada a las Ciencias del Lenguaje y que cada vez le da más espacio a investigacionesen semiótica.

Notas.

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El autor agradece a todos los colegas de quienes recibi6 información para la redacci6n de este ensayo,destaca su cordial colaboraci6n y desea poner de presente la repetida frase de que sin ellos no hubierasido posible este escrito", que en este caso tiene una literal aplicación.

1 . La solicitud de la revista Dialogos para escribir el presente artículo es una oportunidad queaprovecharnos para elaborar una primera aproximación a un tema que hasta el presente no ha sidoabordado, a pesar de un relativo aumento en su interés y en sus posibilidades actuales de constituirseen campo de reflexión sobre las condiciones y presupuestos del saber en los procesos decomunicación, como trataremos en irlo evidenciando. No obstante, el escaso tiempo de preparación delmaterial nos impide una mayor precisión en algunos datos, que por recientes no podrían verificarse sinodirectamente con los docentes o investigadores del caso, que no siempre pudimos contactar.

2. En 1971 nace como Facultad de Comunicación Social de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá,bajo la decanatura del Dr. Francisco, Gil Tovar. Su origen proviene de la Escuela de Periodismo de laFacultad de Filosofía y Letras, lo cual nos señala el primer derrotero que va a tener este centroacadémico en lo relativo a la comunicación. Las facultades contemporáneas, la de Antioquia en Medellíny la Jorge Lozano en Bogotá, continuarán con algunas variantes, en algunos casos con cierta atmósferaradical de cambio, la orientación básica humanista.

3. Encuentro desarrollado en la Universidad de Antioquia en el cual una de las Mesas Redondas se dedicóa evaluar las primeras facultades de Comunicación Social en el país y al cual asistí a nombre de laUniversidad Nacional de Bogotá, que en ese momento se preparaba para darle un giro a su Escuela deDiseño por una nueva orientación en Comunicación Visual.

4. Objetivos y Plan de Estudios, programa (Mimeo) de la Facultad de Comunicación Social de laUniversidad Jorge Tadeo Lozano, Bogotá, mayo de 1974.

5. El entusiasmo entre cine y semiología al interior de las facultades de Comunicación gener6 la creaciónde varios Cineclubes donde se discutía básicamente el 'lenguaje del Cine'. Hernando Martínez, profesorespecializado en la materia, dieta desde entonces cursos sobre cine, actividad para lo cual le prestó granapoyo la Cinemateca Distrital creada también por aquellos años. De la Tadeo nació un cine-club que porser dirigido por tres estudiantes 'enamorados' del cine y que coincidencialmente todos se llamabanDiego, terminó por conocerse como el 'Cine-Club de los Diegos'. Las reuniones sobre cine hoy podemosverlas también como un pretexto para saborear el nuevo discurso semiológico que aprendían en launiversidad y de allí lo trasladaban a algunas salas que alquilaban para la proyecci6n de las películas,siempre acompañadas con discusiones 'Intelectuales'.

6. Entre otras las facultades de Arquitectura y de Diseño Industrial y Gráfico son de las más interesadasluego de que la Universidad Nacional de Bogotá, abriera sus puertas a la semiología arquitectónica.Alrededor de 1980, esta se expande por otras escuelas que hoy continúan con las esperanzas deencontrar en la semiótica una respuesta para la comprensión y teorizaci6n del espacio, sector en el quehan habido importantes avances en las investigaciones semióticas actuales.

7. Los textos que citamos son los que destacaron en el debate, tanto en las reuniones donde se discutíalos problemas relacionados con la comunicación y la semiología, como en aquellas organizadas por laEscuela Nacional de Teatro y algunas facultades de comunicación (en particular la Tadeo) y laUniversidad Nacional de Bogotá, durante los años en cuestión.

8. La nueva facultad es encomendada para su organización y orientación al Profesor JesúsMartín-Barbero, quien venía de la Tadeo en Bogotá y quien justamente tiene una formación en camposemiótico. En los primeros momentos plantea algún trabajo común con el área de linguística de lamisma universidad y junto con los profesores Eduardo Serrano y Carlos Vásquez, entre otros, se dan ala tarea de impulsar análisis semiolinguísticos a textos literarios y a algunos otros de lectura popularcomo la historieta o las fotonovelas.

9. Revista Universidad del Valle, No. 3-4, Talleres Gráficos de la Universidad del Valle, Cali, diciembre de1977.

10. Programa Comunicación Social, Universidad de la Sabana, aprobado en diciembre de 1975.11. Esta facultad fue creada en 1980, pero sus discusiones sobre la presencia de la semiología como área

fundamentadora, se dieron sin mayor interés por parte de su decano el Prof. José de Recasens, en1982-83, dentro de cierto ambiente de reflexión y crítica, en comisión de la cual participé en mi

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condición de profesor de la asignatura. Durante los años 1985-87, el profesor Raúl Méndez logródesarrollar seminarios sobre Teoría del Signo, de donde se desprendieron unos talleres sobre "Análisisde grupos humanos a través de los signos", que concentraban su atención en ritos de habitación yvivienda. Sería este un caso concreto de semiótica aplicada.

12. Mi vinculación a la Universidad Nacional se debió al propósito de la facultad de Artes de crear un áreaespecializada en la Comunicación Visual, la cual tuve oportunidad de fundar y fue concebida, desde suscomienzos como el desarrollo de materias que pudiesen dar fundamentaci6n teórica al arte y los proce-sos visuales. Fue integrada por profesores con formación filosófico-semiótica (Carlo Federicci, GiorgioAnte¡ y Armando Silva) y las materias eran, Epistemología, Estética, Semiótica y Semi6tica de laImagen.

13. El creciente interés por la epistemología (la Sociedad Colombiana se crea en 1981, bajo la presidenciadel Dr. Carlo Federice¡) conlleva un nuevo espacio de reflexión sobre la semiótica, sus vínculos con elsaber y su representación. Diversas reuniones entraron en discusiones sobre la ciencia, la política y elestatuto del saber en las ciencias sociales.

14. Todavía se vive en varios ambientes universitarios colombianos una inclinación por mostrarse adversosa la semiótica con una demostración simultánea de considerarse superados de lo innecesario. Se llegaa situaciones reveladoras como hacerle saber a sus colegas que persisten en su estudio que se trata de"desfasados", lo cual deja entrever el sentido de moda que los acompañó en la época en que a ellos leinteresaba.

15. En la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional, se ha creado en 1987 un seminariopermanente "Alrededor del Lenguaje", en el cual participan lingüístas, filósofos, antropólogos, físicos ysemi6logos y es el problema central una discusión sobre el lenguaje de las ciencias y el lenguaje ysimbolismo en la actividad humana. De la misma manera el autor del presente artículo ha sidoencargado de una nueva materia, Semiótica de lo Visual, en el Departamento de Antropología, anexa ala cual se proyecta el funcionamiento de un taller de investigación aplicada, que se .une al ya existenteen el Departamento de Artes, sobre 'iconografía', de donde han salido varias publicaciones dedicadas ateoría del arte y simbología urbana.

16. Me refiero al tomo 2 del Dictionaire raisone de la theorie du langage. Hachette Universite, Pa~rís 1986,escrito por Greimas en colaboración con Courtes.

17. Nuestras escuelas de teatro se sirven tradicionalmente de la semi6tica como instrumento de trabajoescénico y actoral. El director del TEC, A. Buenaventura tiene formación en este campo. La docenteConsuelo Restrepo orienta sus clases en Medellín hacia el análisis de textos teatrales; los profesores dela Javeriana en la Facultad de Comunicación Social, Germán Muñoz (Cine) y Fernando Vásquez(Teatro), tienen similar orientación. Algo parecido podría decirse de la Tecnológica de Armenia, cuyacátedra de semiótica está a cargo de Luz Amparo Palacios.

18. En esta dirección los trabajos de Jesús Martín y los talleres de investigaci6n de Univalle; Griselda Gómez(fotografía), Hernán Toro (discurso informativo); Alejandro Ulloa (radio); Sergio Ramírez (cine). De lamisma manera en Pereira, con el profesor Rafael Areiza y en Bogotá, en los departamentos de Arte yAntropología, donde el autor de esta nota dirige un seminario sobre 'Simbología Urbana', que ha dadolugar a varias publicaciones.

19. El 9 de diciembre de 1987 se creó la Asociación Nacional de Semiótica, la cual en su acta de fundaciónse autoconsideracomo asociación de estudios alrededor de la semiótica, recalcando que en su "ampliaconcepción de estudio de los sistemas simbólicos, su constitución y sentido, puede contribuir en el aporte dediversas apreciaciones sobre el saber, tanto en su formación y aplicación, así como sobre el comportamientosocio cultural de una nación$'.20. El actual decano de la Facultad de Comunicación el Profesor Joaquín Sánchez, ha sido un permanente

impulsor de eventos y debates que giran alrededor del problema comunicación-cultura.

La coordinación del proyecto dela maestría estuvo a cargo delProfesor Germán Muñoz (conformación en semiótica).

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21. El Profesor Juan Gonzalo Moreno es actualmente el director del Departamento de Humanidades y elprincipal animador de este proyecto en discusión.

22. Proyecto de Posgrado en Comunicación Audiovisual, Armando Silva (Coordinador), Mimeo, UnN. 1987,Bogotá.

23. Este evento, al cual tuve la oportunidad de asistir, tuvo el mérito de servir como primer punto deencuentro entre colegas del continente (Rosario, Argentina. Octubre de 1987), me dejó también laimpresión de una asistencia y participación muy superior a la que podía calcularse o esperarse, lo queindicaba el nuevo interés continental en este campo, así los contenidos de los participantes seandesiguales y motivo natural de polémicas.

24. Cátedras a cargo de los docentes Juan Gomez y Luis A. Ramírez.25. Proyecto y conversaciones que adelanta, entre otros docentes, el profesor Pablo Jurado (con formaci6n

en semiótica).26. En especial por parte del profesor Jaime Bernal, autor de un libro dedicado a semiótica textual.27. Esta revista es coordinada por Marfluz Restrepo. exalumna de la misma facultad de Comunicación

Social de la Javeriana.28. A cargo de Clemencia Pineda de Valderrama.

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SEMIOTICAY COMUNICACION SOCIALEN AMERICA LATINA.

EL CASO DE MEXICO

ADRIAN S, GIMATE WELSH

INTRODUCCION

La noción de proyecto que E. Garroni utiliza para hablar de la organización de sus reflexiones teórico meto-dológicas en torno a la semiótica me parece apropiada para delinear el estado actual de los estudios y lasinvestigacioness semióticas en torno a la Comunicación y su desenvolvimiento en las escuelas y facultadesen las universidades de México. En, efecto, ambas actividades constituyen un provecto en la medida en quelas iniciativas están en un proceso de constitución y desenvolvimiento: tenemos los puntos de partida perono hemos llegado a nuestro destino. Los que nos hemos aventurado en el proyecto de impulsar la semióticaen su propio ámbito y dominios afines, tenemos preocupaciones similares que responden a necesidadeshistóricas, culturales, ideológicas.La semiótica se encuentra en un proceso de desenvolvimiento, como se dice en las Memorias del IICongreso Internacional de Estudios Semióticos: se dirige a sí misma y hacia otras disciplinas de las cienciassociales y humanísticas, como ya lo indican los trabajos que aparecen en Introudtion a L’analyse du discoursen sciencies sociales (1979) de Greimas, Landowski et alli, o como recientemente ha dicho Greimas (1983)2,la semiotica se encuentra en la tercera revolución que la aproximan más cercanamente a los discursossociales. Su creciemiento y su madurez la hacen atractiva para otras ciencias pero a la vez le exigenmayor solidez y aplicabilidad, goza de prestigio enen ciertos contextos, pero es víctima de ataques virulentos en otros, situación antagónica que igualmentemanifiesta en centros de docencia y de investigación de algunas instituciones de nuestro país, situación quese deba tal vez a las exposiciones de la semiótica a veces Alejadas de los hechos concretos, alexagerado inmanentismo de algunos propagadores de la semiótica. En este contexto, y, ante la constanciade un feudalismo teórico que impide la apertura hacia nuevos dominios, se rechazan, a veces, nuevasenseñanzas, nuevas reflexiones por el simple hecho de cuestionar lo establecido, catalogando las deantihistóricas , deshumanizante. En los lugares en donde las condiciones lo permiten, hay persecución eintolerancia. En el fondo, lo que ello demuestra es un gran temor a la novedad a la pérdida de espacios deinfluencia además de un gran desconocimiento de los grandes desarrollos de nuevas disciplinas como lasemiótica. Los viejos profetas y, sus disciplinas se rehusan a reconocer que el hombre y su mundo no sonestáticos y se aferran su pasado que pocas veces tienen que ver con el avance del hombre. Pero habrá quedecir, sin embargo que si bien es cierto que el desenvolvimiento, de la semiotica ha conducido a Laformulación de reglas y Condiciones de la reproducción simbólica en general, no ha logrado, la satisfacciónplena, elaborar propuestas suficientemente consistentes que desentrañen las especificidades de lasmanifestaciones sígnicas particulares en lo que se refiere a su textura semántica que es lo que en últimainstancia le da sentido a los estudios semióticos como ya de alguna manera lo han analizado los teóricosde la Escuela de París.3 Pero tal situación no implica que debamos abandonar la finalidad central de arribara la construcción de una semiótica que adecuadamennte explicite las leyes proceso o comportamientosimbólico. Este proyecto sin embargo, si ha de ser autoconsecuente, deberá tomar en cuenta lasdeterminaciones históricas que son las que finalmente, asignan el sentido al proceso de semiosis prácticadel signo en el proceso de comunicación y hacen de dicho proceso un testimonio del sujeto histórico, ya que,coincidiendo con Teodorov 4 los procesos de simbolización, como los actos verbales, tienen unsentido o sentidos, pero también una función social (1970). Por ello considero junto con otros semióticos quetoda teoría debe tener correlativamente una de las formaciones simbólico-ideológicas que son las queinstauran en sentido a los signos en tanto actúan como mediadores entre el hombre y su mundo. A saber, lateoría debe hacer explícitos los distintos niveles de competencia: 1 ) el conocimiento de las leyes

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estructurales del acto sémico: 2) el conocimiento general del mundo o formaciones ideológicas quecorresponden a una formación social; 3) el conomiento particular de los contextos discursivos que sirven dereferente al epistémico, según la terminología de J-M Floch (1979),5 lo cual le posibilita su desdoblamiento ysu hacer persuasivo, interpretativo y evaluativo en procesos como la discursivización. Así pues, una teoríaque incorpore una teoría de los contextos discursivos de producción y recepción cobrará mayortrascendencia al apoyar otras disciplinas que se ocupan del estudio de la cultura, la historia y porsupuesto la comunicación, entre otras disciplinas humanas y, sociales.El camino recorrido por los maestros y sus discípulos del primer mundo ha ocasionado que el proyecto desemiótica avance a nuevos niveles y anuevos espacios sociales. Pero en nuestros países la tarea apenas comienza y nos enfrentamos, a losprofetas de antaño, aún muy arraigados en los centros universitarios. Muchas de nuestras mentes aún noestán liberadas para incursionar en nuevos territorios, muchas aun se encuentran bajo la hegemonía o elencanto tecnológico que nos llega del primer mundo. No obstante muchos hemos emprendido el camino quenos conduce a este nuevo dominio. Hacia él emigran hombres de distintas latitudes en busca de las "nuevasenseñanzas- predicadas por profetas del mundo galo, del mundo romano, del mundo anglosajón, del mundoeslavo,etc. Las distancias y diferencias lingüísticas no han sido ningún obstáculo. En México se han dadoalgunos pasos, pero las características curriculares de las escuelas de comunicación varían sensiblementede institución a institución al grado que el problema fundamental sigue siendo el currículo académico, comodice Raúl Fuentes Navarro 6 y su adecuación al contexto, a necesidades sociales del país o de la región y ulos avances teóricos de las disciplinas que conforman la carrera de comunicación.La problemática que se presenta ahora es la siguiente, -,cómo clasificar el saber y el saber hacer semióticoque se practica en los centros de estudio y de investigación de nuestro país?. Evidentemente, lo primero quehay que señalar es si la semiótica tiene o, no un espacio en los planes de estudio de las escuelas decomunicación. Si la respuesta es afirmativa, entonces sí corresponde indicar la orientación teórica que sesigue. En este último caso, la vía de clasificación es la que sugiere Landowski, a saber: ¿se sigue unaorientación saussureana y estructural o peirciana?, solución que el mismo Landowski califica general ysimplista ya que en muchas de las manifestaciones de la semiótica se dan fenómenos de entremezclamientoentre una y otra orientación. Una vía alternativa de clasificación, a la que Landowski también hace referenciaes la que se basa en una ideología que distingue entre -productores- los del primer mundo- y -consumidoreso repetidores- los del tercer mundo-, calificativo que se desliza en la crítica a los neo-académicos (cf. Vuelta1331 134), pero que es inaceptable, ya que pensar de esta manera es funcionar con una lógica colonialistaque debemos descartar, como lo hizo A. de Quevedo cuando dijo:

y, hoy de muchos modos somos copias si ellos son originales (relación de su mundo con respecto de laantigüedad clásica).

Epístola Satírica y Censoria como sostuvo J. Martí:Toda obra nuestra, de nuestra América Robusta tendrá inevitablemente el sello de la civilización conquis-tadora: pero mejorará, adelantará y asombrará con la energía y creador empuje de un pueblo en esenciadistinto, superior en nobles ambiciones y si herido, no muerto, ya revive. 7

Concibo pues el panorama semiótico mexicano como una síntesis de un proceso dialéctico entre produccióny consumo incesantemente creador en el que las "nuevas doctrinas", sin importar quienes son sus "profetas"-ajenos o propios- conviven armoniosamente en un clima de complementariedad, con un objetivo común:desentrañar el sentido y la función de los procesos de simbolización que se llevan a cabo en lacomunicación humana. Quiero suponer, como lo hace J. Martín, que hay en nuestros pueblos una fuerzacreadora que le dan un nuevo sentido a las ideas y teorías al ingresar al proceso de circulación y consumoen un nuevo contexto. Emerge pues una nueva fisonomía, resultado de la síntesis de diversas doctrinas:aparecen los sincretismos como formas culturales; nuestro espíritu plural posibilita una mente abierta que re-chaza dogmatismos teóricos que sólo conducen al automatismo, a la opresión y a la pasividad. En nuestrosprogramas docentes y de investigación debe prevalecer la pluralidad teórico metodológica e ideológicaporque sólo así puede existir un espíritu creador y liberador.

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LAS ESCUELAS DE COMUNICACIONSOCIAL Y LA SEMIOTICA

Existen en México setenticuatro instituciones entre universidades autónomas, estatales y privadas que enconjunto atienden a veinticinco mil estudiantes de la comunicación De este número, tres mil egresados poraño se incorporan al mercado de trabajo que cada día es mucho más reducido según la opinión de losconferencistas del V Encuentro para la Enseñanza y la Investigación de las Ciencias de la Comunicación(CONEICC).9Si nos interrogamos cuáles son las tendencias que se manifestaron en el V Encuentro, veremos que, al igualque en el IV, hay una preponderancia por el estudio que tiene una relación directa con la práctica (técnica)según la distinción que establece Mauricio Antezana Villegas:10 "producción en Radio y Televisión",-Periodismo-, -informática-, -Análisis y Sistematización de la Información", -Relaciones Públicas---, ---Radio yPromoción Social, "Difusión Científica y Tecnológica", "Comunicación Regional", etc. Esto es, las escuelasde comunicación aún siguen respondiendo al doble motivo que les dio origen: a) las necesidades-aparentes- de la radio, la televisión y los medios periodísticos; b) y la preocupación de los académicos deponer a disposición de la sociedad en general dichos medios de información (?), buscando cada día unamayor eficiencia que requiere toda empresa -pública o privada-. La gran mayoría de estas instituciones se haquedado pues empantanada en un objetivo de hace más de veinticinco años, pues privilegia el estudio delos instrumentos de difusión relegando a segundo plano el estudio del fenómeno no comunicacional.La problemática, como sabemos, radica en la falta de definición y delimitación del objeto de estudio de la co-municación; es pues un problema epistemológico que los especialistas en comunicación no han podidoresolver. Tal parece pues que existen dos objetos de estudio que constituyen la materialidadcomunicacional: uno, que resulta de la intersección de la sociología, la antropología, la sicología, lalingüística, la semiótica, etc.; el otro, de la ingeniería, de la computación, de la informática, etc., o sea, losoperadores comunicacionales. Hay pues una confrontación entre la orientación tecnológica y la orientaciónno tecnológica. Esta que fue una de las preocupaciones importantes de la Segunda Reunión Nacional deInvestigación de la Comunicación, celebrada en el Centro de Estudios del Tercer Mundo (CEESTEM),México, noviembre de 1982, se manifiesta en el IV Encuentro del CONEICC y vuelve a aparecer en el VEncuentro. Dada esta situación de predominio de una formación de profesionistas que pongan en funcio-namiento operadores audiovisuales, es evidente que las características académicas de los planes de estudioestán determinadas por lo que parece ser la demanda de trabajo, lo cual sin lugar a dudas implica la pérdidade la autonomía de los académicos que diseñan los programas de estudio. Dice el panelista AlbertoMontoya, de la Secretaría de Programación y Presupuesto (México), en el V Encuentro del CONEICC: "Larevolución tecnológica está modificando los procesos de comunicación social ( ... ). Hay una introduccióncreciente de la automatización de la información ( ... ) la cual se maneja corno una mercancía". Nociones deeste tipo son las que en un sentido o en otro determinan la naturaleza del objeto de estudio de lacomunicación aunque este mismo panelista advierte que el comunicólogo no es un ingeniero en electrónica,no es un experto en informática, pero sí debe poseer la información tecnológica necesaria para el ejerciciode su profesión. Frente a esta orientación dominante en la comunicación se perfila una corriente depensamiento que se preocupa por la fórmación de 11 científicos sociales de la comunicación" que resulta deuna "conciencia académica" que busca el cambio social sin soslayar la formación de comunicadores lo cualimplica la reivindicación de un acercamiento interdisciplinario de las distintas ciencias sociales en tomo a lacomunicación, como ya lo ha señalado Fátima Fernández.i 1

Es altamente probable que de aquí en adelante las escuelas que circunscriban su curriculum a los mediosde difusión, sean rebasadas por la historia inmediata y formen egresados sin empleo, no así aquellas quetiendan puentes interdisciplinarios con otras facultades o universidades.

Se perfila pues, en ciertas instituciones, una síntesis que resulta de la convergencia de una orientacióntecnocratizada, cientificista que supone un espíritu acrítico y una orientación que subraya la concienciahistórica del desarrollo social. En la mayoría de las instituciones de la comunicación, sin embargo, aúnprevalece el pragmatismo, sobre todo en las universidades particulares. Las menos, como la UniversidadNacional Autónoma de México y la Universidad Autónoma Metropolitana - Xochimilco, combinan el aspectoteórico con el práctico, integrando de esta manera tanto necesidades tecnológicas con necesidades teóricas

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que surgen del desarrollo económico, político, ideológico y cultural del país. En el marco de estasconsideraciones, el perfil del egresado podrá definirse más adecuadamente en concordancia con la totalidadde las necesidades sociales. Como dice Javier Solórzano en el V Encuentro, hay que dar una batalla políticapara revalorar la investigación A. Mattelart sigue teniendo vigencia, o como lo puntualizó Bruno Neuman,"para que el comunicólogo tenga éxito debe tener una sólida formación humanística, un profundo amor por lacultura, un compromiso social de servir a la sociedad y un gran conocimiento de la situación económica, unacapacidad crítica para vivir en el sistema sin estar en el sistema. Y como campo urgente a desarrollartenemos la investigación, la que, según José Rubén Jara, fundador de la Maestría en Ciencias de laComunicación de la Universidad Iberoamericana, "en las universidades privadas se santifica la investiga-ción", pero es sólo un ropaje ( ... ) sólo es discurso, ya que no se hace investigación" (V Encuentro), perotampoco se puede hacer en las instituciones del gobierno ya que continuamente cambian las direcciones.

El interés que advierten los panelistas del V Encuentro ya había sido señalado por Marco Ordoñez Andradede la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM cuando dice:

Las últimas investigaciones efectuadas en 1974 nos llevaron a la conclusión de que la sociedad demanda-ba, con mas énfasis, la preparación de investigadores y científicos sociales que la de productores de con-tenidos, por razones de prioridad y de análisis de los sistemas nacionales de comunicaciones. 12

Esta tendencia de formar periodistas -productores de contenido- en la Universidad Autónoma de México serefleja en el nombre mismo que ha tenido la escuela: Periodismo, de 1951 a 1967; Ciencias de la Informa-ción, de 1967 a 1971; Periodismo y Comunicación Colectiva, de 1971 a 1976, Ciencias de la Comunicación,de 1976 hasta la fecha. Esto que se da en la UNAM se repite en la mayoría de las escuelas de comunicacióndel país, pues aún hay un gran interés por el periodismo.

(...)yo creo que sí debería haber mas materias más idóneas a lo que es el ejercicio del periodismo. 13-Entrevista al Lic. Rigoberto López Quesada-

Como puede verse, la tendencia periodística que ha caracterizado a los estudios de la comunicación en lastres últimas décadas, si bien ahora rivaliza con otras orientaciones como la sociología, la semiolingüística,etc. aún es plenamente vigente, pero que además rivaliza con otras orientaciones (los mediosaudiovisuales). Coincido con Mauricio Antezana cuando dice que las ciencias de la comunicación están enconstrucción, como lo está su objeto de estudio. No sorprende pues que una tesis de licenciatura como la deFelipe López '14 de la Escuela de Comunicación de la UNAM haya sido premiada como el mejor trabajo deentre 42 tesis de estudiantes de distintas universidades del país, pues en ella hay preocupación por delinearun conjunto de elementos epistemológicos del estudio de la comunicación, distinguiéndola de los medios deinformación. La comunicación, en México es pues un "proyecto" como lo es la semiótica. En ambas hay unapolémica en tomo a lo que es su objeto de estudio, su dominio; ambas han tenido que enfrentar obstáculos yluchar por su espacio. La profesión del semiótico, como la del comunicólogo, es mal comprendida, es desva-lorada, pero ambas tienen mucho que contribuir en el estudio de los fenómenos sociales, humanos, cultura-les, políticos, ideológicos, etc.

LA SEMIOTICA EN LOS ESTUDIOS DECOMUNICACION

INTRODUCCION

Ante todo debo señalar que el desarrollo de la semiótica en México es muy variable de institución a insti-tución y de región a región. En muchas instituciones sólo figura como asignatura obligatoria de informacióngeneral dentro del estudio de la lingüística, de los estudios literarios, de la antropología, etc, En algunos pla-nes de postgrado sólo puede cursarse como materia optativa y sólo en la Universidad Autónoma de Pueblaexiste formalmente la Maestría en Semiótica, íntimamente vinculada con la lingüística, sin que ninguna de lasdos pierda su autonomía. En algunos programas la semiótica se identifica con la semiología de cortebartliiano. Figura asimismo en los estudios de diseño gráfico, en la lingüística aplicada a la enseñanza de losidiomas, etc. De los centros de investigación cabe destacar los siguientes: el Seminario de Práctica de la

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UNAM, fundado por José Pascual Buxo, que ha publicado una serie de textos sobre semiótica literaria, asícomo varios números de la Colección Acta Poética; el Seminario de Semiótica del Centro de EstudiosLingüísticos y Literarios de la Universidad Veracruzana que edita la revista semiosis, fundado y dirigido porRenato Prada Oropeza; el Centro 'de Investigación y Docencia en Ciencias del Lenguaje, que tiene como an-tecedente inmediato la Maestría en Ciencias del Lenguaje, fundada en 1982 por Adrián S. Gimate-Welsh,cuyo órgano de difusión es la revista Morphe, de lingüística y semiótica. A raíz del Simposio sobre Teoría yanálisis del discurso en la reflexión contemporánea, celebrada en 1983, la Unidad de los Ciclos Profesional yde Posgrado del Colegio de Ciencias y Humanidades de la UNAM, inicia la revista Discurso. Cuadernos deteoría y análisis cuya finalidad fue, entre otras, la de crear las condiciones para la apertura de una Maestríaen

Teoría del Discurso, que es una de las líneas que más han incidido en la Escuela de Comunicación de laUniversidad Nacional Autónoma de México, sobre todo por la influencia de Gilberto Giménez en dichainstitución y otras más.Un examen rápido del contenido de las líneas de publicación antes mencionadas nos indica que los estudiosestán orientados hacia la semiótica de corte estructuralista funcionalista y formalista, pues los autores a losque con frecuencia se hace referencia son. F. de Saussure, Roman Jalcobson, Bjelinsiev, Benveniste, Ro-land Barthes, U. Eco, Greirnas, 0. Duer , ot, etc. La línea peirciana o filosófica, si bien no está ausente, notiene la misma preponderancia que la orientación antes mencionada. Estas tendencias que se dan en elámbito de los estudios literarios, lingüísticos, antropológicos, etc., también se manifiesta en los estudios de lacomunicación, sobre todo porque muchos de los docentes e investigadores que desarrollan sus estudios enlos programas antes mencionados también desempeñan actividadess importantes en las escuelas odepartamentos de comunicación.

- LA SEMIOTICA EN LOSPROGRAMAS DE ESTUDIO

A manera de muestra sólo me ocuparé de dos instituciones que de alguna manera exhiben las tendenciasmencionadas en párrafos anteriores y además porque son éstas las que manifiestan un mayor desarrollo enlos estudios semióticos en tomo a la comunicación, ya que algunas instituciones, particulares sobre todo,incorporan los estudios semióticos a manera de conocimiento general, pues sólo incluyen de una a tresasignaturas en los planes de estudio, como es el caso de la Universidad Iberoamericana y la Universidad delas Américas de Puebla y porque además no tienen líneas de investigación definidas en esta dirección.Estas dos universidades son: la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad AutónomaMetropolitana -Unidad Xochimilco.' 5 Con respecto a la primera, sólo me referiré a su programa de postgradoen Ciencias de la Comunicación y en relación a la segunda, me ocuparé de su programa de licenciatura.1) U Maestría en Ciencias de la Comunicación que depende de la Facultad de Ciencias Políticas de laUNAM, tiene un Tronco Común integrado por tres asignaturas obligatorias: teoría de la comunicación einformación, metodología y sociología de la comunicación. La orientación del primero gira alrededor delanálisis del discurso a partir de lecturas de Foucault, Hjelmslev, Guiraud, Gilberto Giménez, etc.; en eltercero, se manifiesta una preocupación por el estudio del sujeto desde la perspectiva freudiana. Y siguiendoun esquema tradicional, el programa comprende asimismo una didáctica general y una práctica docente. Demayor importancia son los tres seminarios monográficos de investigación los que a propuesta de losmaestros y de acuerdo a las características del grupo, siguen una orientación u otra. Cabe destacar que esen el marco de estos seminarios de investigación que se deja sentir la tendencia del análisis del discurso,pues los grupos de investigación tienden a funcionar en tomo a las enseñanzas de Gilberto Giménez, y porsupuesto los demás teóricos del discurso tanto de la escuela inglesa como de la escuela francesa: RogerFowler, Bob Hodge, Gunter Kress, Tony Trew, Olivier Reboul, MIchel Pecheux, D. Maingeneau, J. J.Courtine, J. Dubois, Benveniste y otros más. En el marco de los seminarios optativos, tres en total, tambiénse pueden abordar temas relacionados con el análisis del discurso y la semiótica, pero que también dependede los intereses de los profesores que conforman la planta docente y de investigación. La presencia de lateoría greimasiana igualmente se deja sentir pues Rafael Resendiz, doctorado y formado en el Grupo de

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Paris, forma parte del grupo de investigadores de dicha facultad, de modo que se pueden cursar materiascomo Semiótica de la Radio, etc.Hay pues dos grandes tendencias en el postgrado de comunicación de la UNAM: a) la de los analistas deldiscurso inscritos en la perspectiva estructuralista y algunos que incorporan categorías provenientes delmarxismo; b) y la de los semióticos greimasianos del Grupo de París. Estas dos orientaciones, sin embargo,se complementan en el plano de la investigación, como puede verse en una de las tesis de Maestría enCiencias de la Comunicación, "Acercamiento sociosemiótico al discurso radiofónico. X.E.E.G. Radio Alegría.¡La Pura Vida! (1987), de Gabriel Hemández A., trabajo en el que se articulan la teoría semiótica con lasteorías de la sociología, de la economía y la política, para explicar un fenómeno social como el discursoradiofónico. Así, se conjugan conceptos como manifestación, inmanencia, actor, actante, estructurasubyacente, totalidad, texto, contexto, individual colectivo, etc. con lucha, poder, producción, hegemonía,Estado, Nación ' sujeción, integración, intercambio, etc.

En trabajos de investigación, como el referido, puede verse que la semiótica, apoyada por la sociosemiótica,sí constituye un aporte fundamental en la construcción de una epistemología de análisis de la comunicaciónradiofónica. Los cuestionamientos hechos a la semiótica provienen más bien de los comunicólogos quemanifiestan una fuerte orientación marxista y que ven en la semiótica una corriente estructuralista, opuesta,por tanto, al marxismo. Sin embargo, como hemos sostenido algunos, y como lo han planteado teóricosmarxistas y filósofos como Sánchez Vásquez, estructuralismo y marxismo no son necesariamente an-tagónicos, sino que se complementan. 2) En el nivel de licenciatura, el Departamento de Educación yComunicación de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, en los seis Módulos de queconsta el Plan de Estudios en Comunicación existen unidades que en mayor o menor grado abordancuestiones lingüístico semióticas. En el Módulo TC/I, en los objetivos generales se dice explícitamente:

1.3 identificar y distinguir en la producción y apropiación simbólicas la relación con la problemática de lacultura. 1.4 Comprender y aplicar los principios básicos y generales de la semiótica que permiten elestudio-de los códigos subyacentes a los lenguajes verbales y visuales" (Documentos del Departamento dela UAM-Xochimilco, mayo, 1986, P. l), y que vuelve a remarcarse en los comentarios introductorios almódulo: la lingüística, por lo que se refiere a las lenguas naturales; la semiótica, en lo referente a los pro-cesos de significación de los signos sociales y culturales" (documento citado, p. 3), pero relacionando estasdisciplinas con la Antropología, la Psicología, la Sociología. "Estos campos de estudio, emparentados con lacomunicación, le han legado teorías, métodos y técnicas y su estudio se revela así como pluri disciplinario-(p. 4). Las distintas unidades de enseñanza aprendizaje que constituyen este módulo giran en tomo al "temaeje" que los autores definen como los procesos de comunicación social en el campo de la producciónculturaV. Así pues, en la Unidad 4, la sendótica y el estudio de los lenguajes, se proponen como objetivosgenerales el Analizar y sintetizar las perspectivas de la semiótica como disciplina (en las vertientes de F. deSaussure y de Ch. Peirce) para el estudio de los lenguajes " (p. 10). En ella se ven los conceptossaussureanos básicos: lengua, habla, signo lingüístico, paradigma, sintagma, etc.; se estudia el signo desdela perspectiva peirciana, la denotación, la connotación y el estudio de los códigos visuales. La orientación esevidentemente estructuralista, pues se lee a Saussure, Jakobson, Eco, Barthes y otros más.En el Módulo TC/2, en el marco del estudio de las ideologías se hace hincapié en la producción discursiva yel análisis narrativo y argumentativo (p. l). El objetivo del Módulo, que es una continuación del 1, es elanálisis de los procesos de comunicación concebidos como procesos sociales de producción y apropiaciónde bienes simbólicos en el marco de las complejas realidades culturales de una formación social dada,entendidas tales prácticas de comunicación no sólo como instrumentos de comunicación sino comoinstrumentos de acción y de poder" (p. 2), concebidas además como espacios en los que las ideologías sematerializan. El Módulo adopta como punto de partida el concepto de discurso que se ve como una prácticasocial determinada por las condiciones sociales de producción y circulación.

Así pues las ideologías, el poder y el discurso constituyen los elementos claves de este Módulo.Corresponde a la Unidad 1, Lenguajes o ideología" incorporar los aspectos concernientes a los objetivosantes mencionados, pero sobre todo cabe remarcar las nociones de sujetamiento, interpelación, y lamaterialización de las ideologías en el discurso, así como las funciones del lenguaje en textos lingüísticos y

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en textos icónicos; se examinan las nociones de discurso, texto, y actos de habla; la distinción enunciación yenunciado e intertextualidad en la unidad que los autores denominan la "producción discursiva". Se estudianademás cuestiones como la presuposición, el implícito y la noción del lenguaje como acción. En la Unidad IVdel mismo Módulo se revisan las categorías de la gramática narrativa y de los modelos argumentativos.Como se desprende de los contenidos de las unidades, la orientación que se sigue se inscribe dentro de lalingüística textual, la teoría del discurso en la perspectiva de la Escuela Francesa así como la semióticasegún la Escuela de París. En el ámbito del taller de la comunicación visual, que corresponde al MóduloTC/1 1, se busca que el alumno se capacite en la identificación de los elementos básicos del lenguaje de laimagen.

La lingüística y la semiótica vuelven a aparecer una vez más en el Módulo TC/3 que se aboca, al eje"escritura y comunicación" y que tiene por finalidad que el alumno sea capaz de analizar críticamente untexto escrito. Para ello, se estudian, entre otras cosas, los conceptos de género narrativo e informativo, lacrónica, el relato, el ensayo y las relaciones entre la lingüística y el estructuralismo.Para el estudio de los medios radiofónicos también intervienen la semiótica según lo propuesto en el MóduloTC/4. Para ello se propone como contenidos específicos 1os niveles textuales", "los géneros discursivos","sustancia de la expresión", "metáfora y metonimia".En el estudio del lenguaje televisivo, en la medida que los objetivos del Módulo TC/S son que el estudianteconozca la estructura del lenguaje hablado, la estructura y organización del lenguaje icónico, reaparecen unavez más la dicotomía lengua y habla, el concepto de signo lingüístico y la doble articulación, las propiedadesdel signo, etc. A fin de poder identificar los distintos niveles de significación del lenguaje televisivo se estudiaasimismo la denotación, la connotación, los distintos géneros -narrativo, publicitario, informativo- la estructuradel relato y la retórica de la imagen. Este Módulo se ve reforzado por el seis en el que el alumno decomunicación puede identificar las diversas formas de organización del lenguaje televisivo, del lenguajepublicitario y su relación con los patrones culturales de la sociedad. En todos estos módulos existe unapreocupación por entregar un saber pero también un saber hacer.El análisis de la bibliografía en que se apoyan los distintos contenidos específicos nos indica que laorientación lingüístico semiótica de este programa de comunicación es básicamente estructuralista pues seestudia la teoría saussureana, los modelos funcionalistas (Jakobson, Martinet), el modelo barthiano, la teoríade los actos de habla (Austin J. Searl, van Dijk), el análisis del discurso (M. Pecheux, Foucault, Benveniste,Bajtin, G. Giménez, ete) y, por supuesto, teóricos tan importantes como Duerot, Todorov, A. J. Greimas, P.Bourdieu y Lévi-Strauss entre otros.Los conocimientos adquiridos en estos módulos se sistematizan y perfeccionan en lo que se conoce comoÁrea de Concentración de la carrera de comunicación, pero además se incorporan nuevos conocimientosque permitirán al alumno elaborar su tesis profesional.

- CONCLUSIONES

Sin pretender que este artículo contenga toda la información de lo que son las escuelas de comunicación enMéxico, me parece que si bien aún siguen persistiendo las orientaciones tecnológicas o técnicas de lacomunicación, sobre todo en las instituciones privadas, se perfila, no obstante, una tendencia alternativa quetrata de integrar el estudio de la comunicación asignándole una mayor importancia al estudio teórico en elmarco de una perspectiva pluridisciplinaria, como puede constatarse en los programas de estudio antesreferidos. En el contexto de estas preocupaciones, la lingüística y la semiótica ocupan un lugar importante ycontribuyen en la formación de una epistemología de análisis del fenómeno de la comunicación social.

La semiótica sí ocupa, por tanto, un espacio en los estudios de comunicación que oscila entre la simple infor-mación general, como ocurre en algunas instituciones privadas y la presencia de un conjunto importante deasignaturas (unidades) que se abocan al estudio de la lingüística, del análisis del discurso y la semiótica. Si-guiendo el criterio clasificatorio de Landowski, la orientación semiótica que se manifiesta preponderante es lasaussureana-estructural; la filosófica o peirciana es casi inexistente. Dentro de ella se dan fenómenos deentremezclamientos de las diversas corrientes europeas que son las que más arraigo tienen en los planes y

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programas de estudio y de investigación. En instituciones como las aludidas, la semiótica tiene presencia enlas distintas áreas de la comunicación: el texto escrito, la radiodifusión, la comunicación audio-visual, pero enotras universidades la semiótica es prácticamente inexistente.Cabe señalar que el auge de la semiótica en ciertas escuelas de comunicación se debe en gran medida aque la teoría textual se ha estado articulando con la teoría contextual, esto es, la semiótica se ha estado"desenvolviendo" correlativamente con una teoría de las formaciones simbólico ideológicas que son lasinstauraciones del sentido de los signos en el proceso de la comunicación social.Me parece pues que la semiótica en las escuelas de comunicación sigue siendo un "proyecto" en la medidaque la gran mayoría de las instituciones, que son las privadas, aún desconocen la importancia teóricometodológica de la semiótica, pero creo que en el futuro más o menos mediato se darán avancesimportantes, a partir de los nuevos profesionistas de universidades como la Nacional de México, la Au-tónoma Metropolitana y de universidades como la Autónoma de Puebla que, sin tener un programa de comu-nicación, desde el ámbito de la lingüística y la semiótica se han estado formando docentes e investigadoresen Ciencias de¡ Lenguaje quienes de manera directa o indirecta han contribuido en el diseño de los nuevosplanes y programas de estudio de comunicación de ciertas universidades, no obstante la incomprensión y laoposición de algunos intelectuales y de algunos marxistas ortodoxos que ven en el estructuralismo unacorriente de pensamiento, una ideología, lo cual conlleva a un rechazo de la semiótica. Considero, como hadicho Greimas, que la "tercera revolución semiótica" tiene plena vigencia en México en algunas institucionesque son "punto de lanza" en nuestro "proyecto de semiótica".

Notas y referencias bibliográficas.

1. "Introduction", Proceedings of the Second Congress of the Intemation Association for Semiotic Studies,Mouton, 1983.

2. "Entrevista a A. J. Greimas", Morplié, núm. 3-4, año 2, enero diciembre de 1987.3. J. C. Coquet et al, Semiotique. LEcole de Paris, Hachette, 1982, P. 11.4. T. Todorov, Langages, núm. 17, París, 1970.5. Introduction a 1 analyse du discours en Sciences Sociales, Hachette, París, 1979.6. Raúl Fuentes Navarro, "El diseño curricular en la formación universitaria de comunicadores sociales

para América Latina. Realidades, tendencias y alternativas", en Comunicación, investigación y prácticaprofesional, Cuadernos de Trabajo, Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación, Univer-sidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, núm. 2, México.

7. Cf. Pablo Gonzáles Casanova, Cultura y creación intelectual en América Latina, Siglo XXI, 1984: ix,México.

8. Según Bruno Neuman, panelista del IV Encuentro para la enseñanza y la investigación de las Cienciasde la Comunicación, celebrado en las instalaciones de la Universidad de las Américas,

Cholula, Puebla, marzo de 1988.9. Datos de Bruno Newinan.

10. Mauricio Antezana Villegas, "La erratil circunstancia de las Ciencias de la Comunicación", enComunicación, Investigación y práctica profesional, Cuadernos de Trabajo, Universidad AutónomaMetropolitana - Xochimileo, México.11. Fátima Fernández C. "Comunicaci6n, crisis nacional y regional", en Crisis y comunicación en México, IV

Encuentro Nacional CONEICC, marzo de 1986, tomo 1, Universidad de Colima.12. Marco Ordoñez Andrade, Las condiciones ideológicas y la formación profesional de comunicadores en

América Latina, Cuadernos de Estudios de la Comunicación de la FCPyS de la UNAM, Núm, 6, pp.41-42.

13. Mauricio Antezana V. op. cit. P.1914. Las instituciones participantes: 1) Escuela de Comunicación Social de Sinaloa, 2) Escuela de

Periodismo Carlos Septien García (D.F.), 3) Escuela Nacional de Estudios Profesionales-Aca-tlán-UNAM, 4) Instituto de Ciencias Sociales de Mérida, 5) Instituto Superior de Ciencia y Tecnología dela Laguna, 6) Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Cd. Obregón, 7)

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Instituto de Estudios Superiores de Monterrey, Campus, Monterrey, 8) Instituto Tecnológico de EstudiosSuperiores, Campus, León, 9) Instituto de Estudios Superiores de Monterrey, Campus, Queretaro, 10)ITESO, Guadalajara, 11) Universidad Anahuac (D.F.), 12) Universidad Autónoma de Aguasealientes,13) Universidad Autónoma de Coahuila, 14) Universidad Autónoma de Nuevo León, 15) UniversidadAutónoma de San Luis Potosí, 16) Unversidad Autónoma de Sinaloa, 17) Universidad AutónomaMetropolitana-Xochimilco, 18) Universidad de Colima, 19) Universidad de las Américas-Cholula, Puebla,20) Universidad del Bajío, León, 21) Universidad del NoresteTampico, 22) Universidad del Noroeste(Hermosillo), 23) Universidad del Tepeyac: (D.F.), 24) Universidad del Valle de Atemajac, Guadalajara,25) Universidad de Monterrey, 26) Universidad de Sonora, 27) Universidad Iberoamericana (D.F.), 28)Universidad Iberoamericana,Puebla, 29)Universidad Iberoamericana - Unidad Laguna, 30)Universidad Iberoamericana, Unidad León, 31) Universidad Intercontinental (D.F.), 32) UniversidadLatinoamericana (D.F.), 33) Universidad México - Americana del Norte (Reyriosa), 34) UniversidadNacional Autónoma de México, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (D.F.), 35) UniversidadRegiomontana, 36) Universidad Valle del Bravo (Nuevo Laredo), 37) Universidad Veracruzana.

15. Documento de trabajo del Departamento de Educación y Comunicaci6n, Universidad Aut6nomaMetropolitana-Xochimilco, D.F., 1986-87. Agradezco a la LIc. María del Carmen de la Peza Cásares,Jefa del Departamento, su gentileza y el haberme proporcionado los materiales que me han permitidohablar con detalle sobre la carrera de comunicación en su institución.

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SEMIOTICAY COMUNICACION SOCIALEN EL PERU

OSCAR QUEZADAMACCHIAVELLO

Tratar de explorar las relaciones entre Semiótica y Comunicación Social en el Perú equivale a poner demanifiesto mis propias dudas y certezas cotidianas, latentes, necesarias. Me refiero a aquel conjunto deinterrogaciones y convicciones que sustentan los cimientos prácticos de quienes entendemos lacomunicación social como encabalgamiento real de sistemas y procesos de significación. Es decir, comoproducción de sentido que no se reduce a la mera transmisión de información. Esta concepción del temacorresponde a un credo ético y práctico que coloca la teorización de la comunicación social bajo la égida node la información sino de la significación. Adelanto, pues, que la exposición aquí desarrollada es la dealguien involucrado por los dos términos considerados: formado en una Facultad de Ciencias de laComunicación socio-históricamente localizada (Universidad de Lima: años 70) y realizando allí la semióticacomo modus operandi teórico y como modus vivendi práctico y patémico. En consecuencia advierto que mesiento doblemente concernido como protagonista debo ser narrador siendo también actor.

1. DOS DIMENSIONES EN JUEGO

Cómo ordenar mediante esta ética del sentido el campo problemático al que pretendemos aproximamos?.Antes que nada, hay que reconocer en las formaciones sociales "lugares" desde (o en) los que se hace lacomunicación social y lugares donde se trata acerca de la comunicación social para constituirla encompetencia específica y en "objeto" de conocimiento (o de estudio). A los primeros corresponden las prác-ticas de aparatos ideológicos enunciadores: canales de t.v., estaciones de radio, agencias de publicidad,medios impresos, organizaciones, etc. A los segundos, las de instituciones educativas enunciadoras:universidades, escuelas, institutos, CENECAPES, etc.Esta manera de ver las cosas genera no sólo destinatarios diferentes sino dos instancias de reflexión y deanálisis. Obviamente estas instancias se hallan en correlación: la primera es el referente de la segunda. Estatrata acerca de aquella. Por otro lado, la una ve en la otra la "cantera" que provee de profesionales ytécnicos con la suficiente idoneidad (acorde con sus requerimientos particulares).Es así como en una Facultad de Ciencias de la Comunicación ó en una Escuela de Comunicación Social (ocomo se llame) se toma conciencia de la facultad -inmanente al ser humano- de producir discursos. Facultadsemiótica general que es la que define al hombre como ser axiológico/ideológico. Pedagógicamentehablando, esta capacidad es "puesta en escena" por las diversas materias desde ópticas disímiles. LaFacultad (institución) pone "en escena didáctica" a la facultad (competencia).Sugestivo cruce semántico que apunta a comprender cómo los cursos (o materias), en tanto pertinenciasopuestas, tienen en común el articularse como "simulacros" que instauran al sujetodestinatario (estudiante)en el rol de '~productor para el resto de la sociedad". De acuerdo a su infraestructura material, ligada a ciertogrado de inscripción en un poder económico, cada entidad educadora puede o no dotar a esta competenciade un "arsenal" complementario de recursos tecnológicos. El asunto es que, en nuestras instituciones, estacompetencia se debe instalar, ordenar y pulir, es decir, se debe gramaticalizar; tanto desde el punto de vistatécnico (teiné) del que hace (redactar, hacer locución o cámaras, montar, etc.) como desde el punto de vistateórico (logos) del que busca saber algo más acerca de ese hacer, En este último caso, el "simulacro" resultaser otro; ligado ya no tanto a un hacer persuasivo sino a un -hacer interpretativo.

Quiero decir que los profesores - querramos o no - regimos y dirigimos. Aplicamos reglas de produccióndidáctica, es decir, sintaxis que ubican al alumno en el marco de estrategias programadas concretamente"desde fuera" de la universidad (de acuerdo a las exigencias de un mercado de trabajo) o "desde dentro" dela universidad (de acuerdo a las exigencias de un discurso científico que produce socialmente conocimiento).He ahí la diferencia entre una clásica Facultad de Ciencias Sociales y una Facultad de Ciencias de la

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Comunicación. En esta última, el añadido tecnológico, el recurso a la tejn productora, forma básicamente, alpie de los "científicos", a los marketeros y retóricos del hacer típico de los aparatos de poder-enunciar. Estecomplemento otorga a las Facultades de Comunicación un rol crucial: a caballo entre la promoción deeficientes competencias reproductoras y el cuestionamiento del orden comunicativo de la formación social apartir de la crítica a la "racionalidad" de esta reproducción.En la otra dimensión, predominantemente pragmática, tenemos el canal de televisión, la estación de radio, elmedio impreso, la agencia de publicidad, la empresa cinematográfica e incluso cualquier * organización---,dela sociedad que busque un funcionamiento comunicativo óptimo (sea interno o externo). El destinatario de ladimensión anterior, de corte predominantemente cognoscitivo, es decir, el alumno realizado, puede ser,ahora, el destinador en ésta. Crudamente, es esa la imagen que la entidad educativa "vende". Pues bien, eneste lugar pragmático, el destinatario es un anónimo ciudadano al cual "se le ha echado la puntería" paraconstituirlo en coproductor de significación.Reitero, de lo que estamos tratando es de la facultad (o competencia) semiótica general. querer, saber ypoder producir discursos inteligibles. Es la semiótica la que insiste y persiste: los destinatarios de lacomunicación social son TAMBIEN productores de discursos y, esta vez, no son productores que parahacerlo tengan que pasar por una Facultad o Escuela de Comunicación o manejar toda una parafernaliamaterial -y cara- de producción. Resulta que cuando veo una película o leo un libro ¿soy coproductor deldiscurso de esa película o de ese libro? Efectivamente, el destinatario construido por la actitud semiótica noes un mero receptor de información ni es localizable como actor biológico individual (o individualizable), Esuna competencia, o si se quiere, una instancia enunciativa (productora), que , al igual que en el caso deldestinador, es ocupada por un sujeto que también produce el discurso. De lo que se trata es, en suma, delmodo de existencia del discurso. Queda claro que, en el caso de la comunicación macro social, típica, elsoporte material, es decir, la cualidad textual, real, del discurso, ha sido solventada y financiada por elaparato ideológico enunciador ligado al destinador. Lo que ha hecho el destinatario, nuestro anónimociudadano, es instalarse" cómodamente en este "mobiliario imaginario" construido por otro(s) para él,Gracias a su intencionalidad se inscribe -porque está inscrito- y produce en el rol dejado por el enunciadorpara él, ahí, en el texto. Se pone a trabajar en la producción de sentido, es decir, en el discurso ahíactualizado y actualizable. Claro que esta es una producción ---en otro sentido".Así, los textos de la comunicación social tienen un modo de existencia real. Son la mercancía misma que sevende y que se compra en el sistema económico de producción, circulación y consumo vehiculado por losmedios. Los discursos, mientras tanto, tienen un modo de existencia actual (actualizado/actualizable):discurren entre los polos destinador/destinatario que todo texto presupone. De este modo, como discurso,aprehende la semiótica lo que se denomina comunicación social. Esto quiere decir que, in extremis, nointeresa ya tanto la realización material de la comunicación social como la actualización formal de sentidoque en ella se produce (y produce). Respecto a los sujetos, no interesan tanto los que hacen empíricamentelos textos como los que se hacen semióticamente en ellos.Estudiarnos, pues, la comunicación social, "desde dentro" de los textos que han sido producidos por ella. Pormás "masiva" que aparezca es, siempre intersubjetiva. Allí donde los estudios de opinión y los "ratings" venrrúles y millones de receptores, la semiética ve un destinatario. Correlativamente, un sólo destinadorrepresenta al más sofisticado y numeroso equipo de producción y realización.Recapitulando, a la dimensión predominantemente pragmática (aquella en la que el destinador es el aparatoideológico enunciador y el destinatario nuestro anónimo ciudadano) corresponde otra dimensión de cortepreponderantemente cognoscitivo (en la que el destinador es el aparato educativo enunciador y eldestinatario el estudiante-modelo). Observemos que hay un actor que -sincréticamente- puede serdestinador de la dimensión pragmática luego de haber sido destinatario de la cognoscitiva. Digamos que elcomunicador social no-empírico sino formado, por decirlo de alguna manera, académicamente. Haga lo quehaga, el sujeto que desempeña cabalmente este rol, se define, esencialmente, como productor de discursos,es esa la competencia que define su especificidad, la que lo diferencia cualitativamente del teórico clásicoque "sólo los interpreta”. Se ve claramente cómo el trabajo de la universidad o de la escuela apunta aconstituir y a perfeccionar esta facultad general del ser humano como facultad específica del comunicadorsocial (digna de una atención especial).

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Esta facultad se manifiesta materialmente de muchas maneras. Por ello es que la comunicación socialproduce (y se produce en) gran variedad de textos. Todos ellos presuponen el manejo de lenguajes. Estosse desarrollan por sí mismos, por lo que son, con una organización interna propia a la que la simple teoría dela comunicación no tiene acceso. Es el buen-sujeto del lenguaje aquel que conoce y maneja su expresión.Las escuelas e instituciones reconstruyen específicamente esta competencia necesaria para la produccióncomo habilidad susceptible de ser traducida en profesión. Si pensamos en el profesional -modelo daremos fedel grado de gramaticalización al que ha sido conducida dicha competencia.Se trata, entonces, de un lugar, de un conjunto de posiciones que en la formación social corresponden máso menos al ejercicio de dicha competencia. Tener acceso a estos lugares que permiten, aunque seainstrumentalmente, participar de la propiedad -pública o privada- de los bienes de producción (medios) decomunicación social, implica adscribirse eficazmente al ordenamiento y a la jerarquización de una serie deinstancias que facilitan selectivamente a los individuos el control de un flujo rentable de producción designificación. No seamos ingenuos. La comunicación social se articula en (y articula las) relaciones de poder,incluso cuando se llama alternativa. Sus productos resisten, persisten y subsisten en un juego de mercadoque funciona como bolsa de valores axiológico/ideológica.Ser sujeto productor de discursos es algo que involucra a aquellos roles que mecanicistamente se tipificancon el par emisor/receptor y a los que cualquier corriente semiótica denomina destinador/destinatario. Estoquiere decir que en esta competencia productora es posible discernir grados de complejidad material demanifestación. Desde la simple gratuidad de la conversación -no pertinente en comunicación social- hasta lacalculada planificación, producción y realización de una superproducción "x" en cualquier medio, con todoslos grados intermedios de "artesanalidad" que se puedan imaginar.

2. LA ACTITUD SEMICITICA

¿Qué emplazamientos toma, en este mapa, el que hace semiótica de la comunicación social?. En primer lu-gar ubiquémonos en lo que he llamado dimensión pragmática: el semiótico es un ciudadano más, por lotanto, un destinatario de flujos heterogéneos y -desordenados" de comunicación social. Metafóricamente,ésta es vista como una energia, Digamos que el semiótico recibe sus descargas. Aprehende el sentido comototalidad.U postura de querer-analizar dichos flujos lo empieza, poco a poco a diferenciar del no-semiótico. No quierecomentar, ni criticar, ni enjuiciar los textos que se pone frente a sí. Los quiere analizar. Por ello,paralelamente, en la dimensión cognoscitiva, es, también, destinatario de "propuestas" de análisis: éstas sedenominan modelos teóricos - metodológicos. Ahora bien, una cosa es ser telelector de una telenovela olector de una fotonovela o de un aviso publicitario y otra cosa es ser lector de teoría semiótica. Además detratarse de dos lecturas operatoria y cualitativamente opuestas se trata de comprender como ésta seconstituye en lenguaje para analizar a aquella. En suma, en metalenguaje. De lo que estamos comenzandoa hablar es, entonces, de niveles de lenguaje. Así, se plantea el problema de la posibilidad del análisis. En lamedida que trata de las estructuras del sentido, la semiótica opera una trasposición: de un nivel de lenguajea otro, de un lenguaje a otro diferente.Incluso podemos intentar diseñar un nivel intermediario que corresponde al lenguaje de la descripción/explicación. Es de esta manera como, respecto a los textos de la comunicación social (1er. nivel )elsemiótico despliega una descripción /explicación (2do. nivel) basada en el lenguaje de la teoría y la me-todología (3er. nivel).Para asumir con éxito el análisis (ese ir y venir de descripciones y explicaciones), debe, pues, "hablar" el(meta) lenguaje de la teoría y la metodología. Cabe decir que la epistemología es, también, otro nivel delenguaje que se ubica en un plano jerárquicamente superior (4to. nivel): le corresponde verificar y evaluar lasolidez del nivel metodológico examinando su coherencia y midiendo su adecuación en relación con ladescripción/explicación. Como vemos, cada nivel toma como referente inmediato el precedente y como refe-rentes mediatos los demás.Queda claro cómo el primer nivel inscribe al semiótico en la dimensión pragmática de la comunicación social:digamos que, aunque esté implicado en la producción material de los textos, su práctica específica,diferencial, es, primariamente, leer, consumir. Mientras tanto, el 2do., 3er. y 4to. niveles lo emplazan en la

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dimensión cognoscitiva de la comunicación social. La práctica de la dimensión cognoscitiva se puedearticular de muchas maneras.

Si la vemos como aparato educativo, además de ser destinatario de teoría es -ya como docente o comoexpositor- destinador de sus trabajos teóricos y de análisis (y aplicación).En el punto anterior, al tratar sobre la formación de la compleja competencia del comunicador social,señalamos la existencia de un componente técnico (teiné) y otro teórico (logos) -ambos implican prácticas-que corresponden, a grandes rasgos, al hacer persuasivo y al hacer interpretativo. Evidentemente el sabersendótico es un valioso instrumento para el hacer interpretativo. En mucha medida, el rol del semiótico frenteal futuro comunicador social consiste en enseñarle a leer" estructuras no-manifiestas que generan la signi-ficación de los textos. Esto conlleva procedimientos para desglosar críticamente los textos producidos (desdela producción), De esta manera, significación puede designar ya sea el hacer -la significación como proceso-,ya sea el estado (lo que es significado), revelándose una concepción dinámica o estática de la teoría debase. La significación puede ser parafraseada como "producción de sentido" o como "sentido producido".Una función complementaria, no entrevista aún con la suficiente transparencia, es la que la semiótica puededesempeñar respecto a los textos que el comunicador va a producir. Gracias a esto, el productor puedeconocer "los otros caminos posibles" de su discursivización, las alternativas que, paradigmáticamente, lopueden llevar a otras formulaciones -quizá más eficaces de su expresión. Por cierto este tipo de interacciónno es lo frecuente y la pedagogía semiótica, por su misma naturaleza, tiende a fijarse más en el trabajo dehermenéutica téorico-metodológica.En suma, los semióticos son tanto prácticos como teóricos. Tienen como tarea la descripción/explicación deobjetos empíricos y la construcción de objetos teóricos. Deben responder a una demanda social que esesencialmente una demanda de conceptualización operatoria y de rigor metodológico en varios campos y,concretamente, en el de la comunicación social que evidencia un crónico vacío teórico.Al hablar de los cursos o materias que nuestras Facultades o Escuelas imparten, quedó sobreentendido queel que enseña semiótica es un destinador entre otros. No abundaré en el diseño interdisciplinario denuestras currículas, tampoco en la problemática de la pluridisciplinariedad -tan polémica cuando decomunicación se trata-. No es este el lugar. Daré cuenta sí, de cómo la semiótica empieza a sentar las basesde una transdisciplinariedad en base a su fuerza epistemológica. Es muy común la recurrencia a un modo nomuy inocente de encasillar a los que hacemos semiótica. Por un lado los elegidos: los semióticos "puros" y,por otro lado, todos aquellos que definiéndose en referencia a algún otro campo de investigación-comunicación social, literatura, derecho, filosofía, ciencias sociales o económicas, etc.- hacen "un poco" desemiótica. 0 mucho pero no tanto. Allá los profesionales, acá los aficionados.Ya Kristeva en un trabajo clásico lo entrevió cuando denominó a la semiótica ciencia crítica o crítica de lasciencias. Siendo toda ciencia un discurso que, desdoblándose en comprobación, trata sobre algún objeto; laciencia de los discursos podía estar en condiciones de articular a las otras. Desde cualquier campo del saberhumano puede surgir la afición por su (o por el) sentido. Matizando la oposición anterior tenemos, sobre todoen las ciencias humanas, una gran cantidad de aficionados profesionales. Sobre todo desde el área de lacomunicación social se insiste sobre el ultratécnico e hiperespecializado del saber semiótico. Sobre su difícily lenta adquisición. Ni hablar de sujerga esotérica: por esta vía se le erige en práctica incomunicada con las disciplinas vecinas de lacomunicación social. Esta situación parece convenir a muchos y nos incentiva puesto que, desde laaparición de los Diccionarios 3 se demuestra cómo lo que menos quiere el semiótico es "paIabrear".Vayamos al grano. Respecto a todo esto señala Landowski que: 'lo esencial que la semiótica tiene queproponer no está allí, en su técnica, sino que depende (...) de algo que podríamos designar como unaactitud. Actitud que en este caso no tiene nada de profesional, ni aún de profesoral-el semiótico no hacedoctamente profesión de su saber, al que reconoce como parcial o provisorio- sino que,por el contrario, es interrogación, e interrogación sobre uno de los objetos menos aprehensibles que existan:el sentido. Un objeto, del que, en todo caso, se sabe que no es fácil de captar

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en partes pequeñas, sino sólo como totalidad: es por esto que la cuestión del sentido no puede ser sólo unacuestión global dependiente de un objeto teórico general (y no local);y de esta forma, aquél que se laplanteaes seirtiótico de Reno, no "un poco" o "mucho", sino principal y enteramente. Sin duda quedan además lasetapas que se deben para el dominio del hacer heurístíco en sus diversos niveles: familiarización con losprocedimientos de descripción, adquisición de rigor metodológico, aprendizaje de la audacia epistemológica.Pero una vez que la vía ha sido trazada, la práctica, bien o mal, provee todo esto".

3. DESPREJUICIANDO PREJUICIOS

Contraponer esta actitud de interrogación a determinadas críticas del prejuicio es ahora el objetivo de mi re-flexión. El que hace semiótica sabe (o debe saber) que no es fácil captar elsentido en partes pequeñas sino como totalidad, Traigo esto a colación al recordar la ilusoria crítica de losque apuntan y disparan diciendo: "Análisis fragmentario y fragmentante (...) porque se dedica a trabajar solocon unos pocos tramos de discurso, con alguno que otro personaje suelto, con esta o aquella revista...Fragmentante porque la lectura recorta un hilo de una trama mucho más compleja, lo pone, tan delgado él,sobre el pupitre, lo deshistoriza, le niega su relación con el resto del tejido. En la práctica esto ha llevado ageneralizar una pobrísima lectura del complejo universo de los mensajes. Con unos pocos esquemas sepretendió, se pretende, demitificarlo todo, llegar hasta las raíces mismas del sistema social ".5Empecemos por el final. La semiótica actual ya está muy distante de aquella euforia que, hacia los años 60,se alimentaba del "desenmascaramiento ideológico---. Grosso modo se pensaba que la eficacia de losdiscursos resultaba de su capacidad de transmitir contenidos supuestamente ocultos ante los que laaudiencia no podía reaccionar críticamente. Los estudios de comunicación de la época en los que ni secuestionaba la omnipotencia de los mass media respaldaban tal concepción. De ese entusiasmo quedapoco. Se pasó a una visión más dinámica y generativa. Se ajustó la teoría de la producción. De lascondiciones generales de producción que estimulaban la diletancia teórica se evolucionó hacia lascondiciones semióticas de producción. U metodología se hizo así más homogénea. En fin... este segmentocrítico de Prieto trasluce lo que pudo ser la simplísima imagen que proyectó, en sus primeros años, elincipiente y tímido hacer semiótico en la comunicación social de América Utina. Quizá mucho de esto seexplique por "novatería" o "aprendizaje inicial'-,. El mismo autor en el mismo artículo cita visiones históricasde conjunto provenientes de la "cantera" semiótica. Si contrastamos lo anterior con lo expuesto porLandowski habrá que colegir que la actitud semiótica es totalmente opuesta a la que describía Prieto.sabemos que no es fácil captar el sentido en fragmentos. Lo fácil es captarlo como totalidad. La fragmen-tación es sólo operatoria. El discurso es independiente de las manifestaciones en las que pueda aparecer.En comunicación social son muchas, muchísimas. Pero más en profundidad, esto es sólo una ilusión. Lasestructuras del discurso son las mismas-. actores, tiempos, espacios, temas y figuras ... : en una recetaculinaria, en una proclama política, en un partido de fútbol, en un spot publicitario, en un cuento, en uneditorial, en unos dibujos animados. Las diferencias están dadas por los efectos de sentido que cadadispositivo provoca.No se puede no segmentar el texto. Más aún si ese texto es el todo de la comunicación social. A pesar desaber que q¡ sentido se aprehende como totalidad (una película es aprehendida cuando acaba de terminar),hay que reconocer una limitación humana. Es lícito aspirar a las visiones de conjunto. Enhorabuena. Pero deahí a satanizar un procedimiento universal por querer advertir de sus peligros hay, pues, un largo trecho. Eltexto, que se presenta al lector como un bloque impenetrable de significación, debe ser fragmentado enunidades textuales más maleables (secuencias) para que el trabajo analítico stricto sensu pueda comenzar.Hay muchísimos criterios de segmentación pues este es un trabajo de imaginación creadora, ninguno deellos debe perder de vista la totalidad. En comunicación social hay un reto en lo que es la necesidad deconstruir corpus lo suficientemente representativos. Este reto ha sido ya afrontado satisfactoriamente enmuchos de los trabajos producidos por alumnos de nuestra facultad. Es preferible, pues, no quedarse conuna revista sino contrastarlas. Representar en los corpus la lucha de frases del poder como en la tesis de R.Sheen o como los proyectos que buscan poner en escena discursos y contradiscursos (al respecto hay en

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ciernes trabajos sobre la reacción que suscitó en medios opuestos la ley de control del sistema bancariollamada por algunos de "estatización` y por otros de nacionalización).6Por otro lado, de lo que menos se trata es de asumir dogmáticamente "esquemitas" -término caro a muchosprosélitos del facilismo con el que se refieren al trabajo teórico-metodológico. El vicio del esquematismoronda en cualquier disciplina, a cualquier corriente teórica. No es patrimonio de alguna en particular. Sinorecordemos a algunos sociólogos metidos al análisis de contenido. Métodos que, incluso si se aumentara elrigor lógicosemántico que les falta, aparecen como inaplicables. Abundan "análisis de contenido"interesadamente politiqueados que proceden, en principio, inductivamente y tratan, a partir de todo tipo de"datos" extraídos de los textos, de generalizar las observaciones estableciendo extravagantes inventarios y"protocolos` con sus supuestas constantes. Métodos que obtienen parágrafos, paráfrasis, tautologías,comentarios sacados de por aquí y de por allá. Reconocemos que nuestro saber es parcial y provisorio:hipotético-deductivo. Está en permanente adecuación pues se basa en una ética pragmática y experimental:el lugar de verificación de la teoría es el texto. Ese es nuestro trabajo de campo. Es Greimas quien previeneaconsejando evitar construir por construir teorías abstractas. La ética semiótica conduce a desarrollar lateorización conjuntamente con análisis concretos, es por ello que, a lo largo de estos fecundos años de tra-bajo semiótico, la teoría se ha visto enriquecida por investigaciones particulares que han determinado suprogreso, su coherencia y, muchas veces, su falsación y rectificación.El ritmo de trabajo se puede representar diciendo que la verificación retroalimenta las hipótesis y ayuda aajustarlas permitiendo así la interdefinición, cada vez menos---gruesa", de los niveles de análisis dispuestosgenerativamente (coherencia del metalenguaje). Precisamente por su carácter hipotético-deductivo ypragmático - experimental resulta "muy común` en nuestra disciplina, como en otras, oponer una claserestringida de productores -en este género, los teóricos, casta noble- a la casta más vulgar de losconsumidores, encargados de asimilar los modelos puestos a su disposición con vistas a una aplicaciónposterior a tal o cual campo de investigación empírica. Sin lugar a dudas, es una necesidad para todaciencia e igualmente para todo proyecto que aspira a la cientificidad distinguir con la máxima precisiónposible los diferentes estratos con los cuales ésta se edifica como tal situándolos en la tradición saussurolijeirisleviana como jerarquía de metalenguajes. Así, en la práctica tomamos la costumbre de someter nuestropropio hacer descriptivo al control de un metalenguaje metodológico, ubicado bajo la dependencia de unestrato jerárquicamente superior: el estrato donde se enuncian los postulados epistemológicos de la disci-plina. Sin embargo, estas distinciones de niveles son fundamentales desde el punto de vista de la regulaciónconceptual del trabajo científico, pero al mismo tiempo pierden su pertinencia cuando se trata de utilizarlascomo criterios de clasificación organizacional de los trabajadores científicos, y por lo tanto en este caso, delos investigadores en semiótica.No existen, o al menos deberían existir, por un lado los epistemólogos y por otro los prácticos: simplementeporque, en este caso, ni unos ni otros harían una buena semiótica.En efecto, por una parte la construcción de la teoría se sofoca, o se pierde en una mera especulación apartir del momento en que se desliga de las manifestaciones que deben ser descritas (---); y simétricamente,por otra parte, una práctica que no fuera más que una simple aplicación se agotaría rápidamente en la másestéril repetividad, como sucede cada vez que, en lugar de ser tomada como formulación de unaproblemática, una teoría comienza a ser recibida y utilizada en forma dogmática. Por supuesto que existeuna manera muy escolar de hacer uso de los instrumentos que la semiótica propone, así como hay undiscurso metafísico posible a partir de los postulados que ella adopta. Pero el discurso de la investigación esotro: articula la información sobre el ---terreno"(el de los discursos y las prácticas significantes) y laelaboración de los esquemas de conceptualización permitiendo así comprobar constantemente el carácteroperatorio de los modelos constru ídos deductivamente 1'.7Lo citado aparece corroborando la formulación de niveles de lenguaje ya tratada líneas arriba; pero, además,acotando lúcidamente criterios: estos niveles son pertinentes en tanto se ajustan a un procedimiento deregulación conceptual pero no sirven en lo más mínimo cuando se pretende utilizarlos en función de unasupuesta división del trabajo que distinguiría a los ingenieros" de los "albañiles". Advertimos, pues, lospeligros de la esotérica sofisticación metalingüística -riesgo de cualquier especialista- y del automatismoescolarizante al que quizá, inicialmente, se referían ciertas críticas que, dado el caso, serían válidas,constructivas y útiles.

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Resulta clave hoy en día recalcar algo de regulación conceptual concemiente a la reivindicación yrecuperación del espacio de investigación. Es éste el que condensa el ser académico (sea universitario o deescuela) pues es el espacio que articula la vida misma y su conceptualización, ámbito en el que no se ex-cluye ni la una ni la otra. Así, por ejemplo, al estudiar las pasiones, la semiótica se ocupa de la "sal de lavida" de la que nunca por nunca se descarta lo cotidiano, el humor, la fiesta.Pero esto no quiere decir que me pueda lanzar a una lectura de la propia situación social con el lenguaje dela situación social misma. Si me quedo en ese nivel no lo trasciendo como objeto de conocimiento. Una cosaes hacer un programa educativo de trabajo social para lo cual, obviamente, no debo perder de vista ellenguaje cotidiano (que hay que gozar y sufrir) y otra cosa muy diferente, otro nivel de lenguaje, está en larealización de un análisis semiótico de ese programa. Este último -nos guste o no- se dirige a unacomunidad con vocación científica (que se puede graduar: desde los epistemólogos hasta los reciéniniciados), es decir, a sujetos que, de alguna u otra manera, están en conjunción con un saber presupuesto.Acá rondan dos demagogos (otro episodio más de la confrontación señalada multiplicidad de veces porBarthes entre los políticos y los brujos: leáse intelectuales): desde la derecha la elitización del saber-aíslemos a la universidad de la sociedad, distingamos la práctica académica de la social - y desde laizquierda su pretendida "colectivización" a como dé lugar bajo la etiqueta de popularización - "muerte a lodifícil, a lo abstracto, Ia universidad y el mercado de abastos son lo mismo". Ambas posturas como todofanatismo, son engañosas: confunden concientemente a los alumnos con los prosélitos: la una conduce avariados luminismos metafísicos" y la otra a una gama de "revolucionarismos seudocríticos".Entonces no se trata de que "con tres o cuatro esquemitas se ambicione interpretar cualquier mensaje". Noinflemos interesadamente la palabra esquema ni la confundamos con modelo, con interdefinición decategorías y niveles, con trabajo. Muchos parecen haber olvidado en América Latina -y esto sí es lamentabley peligrosoque la teoría es trabajo. Vivo. Con la vida que también -y sobre todo se afirma desde las carpetas,los pupitres y las pizarras. 8Si de enfermedades se trata el practicismo estan (o más) peligroso que el teoricismo. Y este último no sepuede achacar exclusivamente a una disciplina que, en muchos casos, se desconoce.Es porque interrogamos (y pensamos en) el sentido de la práctica comunicativa -más aún en su dimensiónmaerosocial- que somos, de hecho, semióticos. Plantearse esta cuestión es ser "de lleno" semiótico. Y encomunicación social decir sentido es afirmar y negar sentidos, direccionalidades, intencionalidades,tensiones, contratos, conflictos, pasiones, solidaridades, presuposiciones, sobreentendidos... con-tradicciones. En suma, la vida.

4. MITOS IRRONTERIZOS

El mismo gesto que perfila la pertinencia de la semiótica respecto a la comunicación social es el que trazasus límites. Hemos insistido: se trata de una disciplina hipotético deductiva que, al construir su objeto enbase a categorías explícitas y propias, reconoce que tienen que haber limitaciones. El hacer semiótico nopretende restituir el universo de la comunicación social tal cual es, sino dar cuenta del objeto que se da a símismo y que construye en (o a través de) los fenómenos de comunicación social. Tomando como punto departida todas las formas discursivas presentes en el flujo de comunicación social, la postura semiótica tratade determinar el conjunto de relaciones y operaciones que describen y explican la práctica cotidiana de"contar", de "narrar" puesta en escena por los medios de comunicación social. Es por ello que la semiótica--concretamente la propuesta por A. J. Greimas y sus grupos de estudio que es, como veremos, la que másha gravitado entre los semióticos que, en el Perú, hacemos investigación en comunicación social- es unaforma de hablar del hombre, de su relación con el mundo en el que se encuentra y sobre el cual actúa y delas relaciones intersubjetivas que fundan y organizan la vida social. Su campo de acción es el análisis deldiscurso pues se define como teoría de la significación cuyo objetivo es el de explicitar las condiciones deproducción y de aprehensión del sentido. El relato, el discurso, es el SIMULACRO de situaciones sociales yes, por lo tanto, el lugar privilegiado en donde el semiótico puede estudiarlas. Así, por ejemplo, la noticia es,siempre un simulacro de los hechos. Estos últimos, como tales, son inaprehensibles, igual que todo lo real.Un sujeto -llámese reportero, cronista, camarógrafo, etc. -es quien, a través de uno o varios lenguajes,convierte ese hecho en discurso, en noticia, vale decir, en punto de vista, en focalización, ergo, en realidad.

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La semiótica, al estudiar las situaciones sociales representadas, se está fijando en cómo, una sociedad,desde determinadas posiciones dominantes, se habla a sí misma. Los textos resultan ser, pues, pretextos.Es de esta manera como, respecto a la comunicación social, la semiótica establece un plano homogéneo deanálisis y solamente retiene aquello que es pertinente para el objeto que construye; todo el resto queda -nosguste o no fuera del campo de nuestro ejercicio. De aquí procede el malestar de unos, decepción de otros y,con ello, diversas líneas de crítica y rechazo a la semiótica como metodología para la comprensión de lacomunicación social puesto que, parece, muchos esperaban que esta disciplina condujera a una "percepcióntotalizadora", "plena", "global", "abarcadora" de la problemática de la comunicación social. Desde elmomento en que la semiótica se niega -a priori- a dar cuenta de toda la problemática material y social de lacomunicación nos está dando a entender que este tipo de 1Úper-percepción" o de "plenitud" no puede serpatrimonio de una investigación con vocación de cientificidad analítica. Desde luego que esta situación no essino corolario de la equívoca posición de la semiótica: simultáneamente elogiada y prestigiada, a veces demanera desmedida, y víctima de ataques provenientes de variadas trincheras.De entre estos ataques retomo, entonces, la crítica que acusa atolondradamente al hacer semiótico defragmentante confundiendo una limitación operatoria deliberadamente asumida con lo que sería unavoluntad de taxidermista. Quienes trabajan desde desordenadas síntesis interpretativas que aparecen comoinextricables ensaladas con lo biográfico, lo histórico, lo sociológico, la política, la estilística, lo psicológico, lopsicoanalítico, lo económico... y creen que por esta razón están llegando a explicar la "complejidad de latrama- o la "historización del discurso" o no se dan por enterados o no se dan cuenta de que complicando nose puede nunca explicar lo complejo o gozan engañosamente con esta rara creencia en la explicación por lacomplicación.Con esto no quiero negar la necesidad de ponderadas y coherentes síntesis interpretativas. Intentosolamente señalar que, sobre todo en comunicación, hay que distinguir los puntos de vista y respetarlos sise quiere saber de qué se está conversando. Sin esto que se llama respeto mutuo, los que investigan yhacen comunicación social, no podrán convivir productivamente, por lo tanto, habrán negado su identidad alparalizar la interacción. Interactuar. Coadyuvar a una comprensión simultáneamente integral y diferenciadade este fenómeno dentro del cual existimos es una tarea que involucra a todos quienes, de una u otramanera, nos vemos concemidos en su devenir. Valga, pues, esta panorámica disquisición para encararhomogéneamente el fenómeno de la comunicación social. He pretendido diseñar así un mapa, aunque seaprovisorio, de los espacios problemáticos (leídos desde una pertinencia específica correspondiente a lasemiótica). Tomando en cuenta las aclaraciones expuestas debo ahora completar este cuadro refiriéndomea la concreta situación peruana que, con sus particularidades, resulta más o menos típica del contextoLatinoamericano.

5. LLEGANDO AL PERU

Por su extensión y objetivos, este artículo no pretende ser ni de teoría semiótica ni de historia de la semióti-ca. Ambos temas imponen patrones de exhaustividad que, de lejos, rebasan los marcos de este resumen.Por todo ello es que apelaré a las referencias globales de las corrientes epistemológicas implicadas y,respecto a lo sucedido en el Perú, me remitiré, fundamentalmente, a las relaciones de la semiótica con elcampo de la comunicación social,En el orígen de esta disciplina se reconocen con cierta facilidad dos "climas" intelectuales históricamenteopuestos: por un lado, la tradición saussureana y estructura] y, por otro, la tradición lógico-especulativarepresentada por el genio filosófico de Ch. S. Peirce. En el Perú, esta última tradición no ha tenido mayorinfluencia que la que se pudiera desprender de una información general o de la dialéctica que, al interior deotras corrientes, ha generado.Mientras tanto, la otra tradición es la que llega con fuerza al Perú, En ésta, la semiótica, concebidainicialmente como semiología, es definida como ,1 ciencia general de los signos" indisolublemente ligada alestructuralismo lingüístico. Saussure y la Escuela de Praga marcarán la dirección y la epistemología de losprimeros trabajos. Tanto es así que, al relanzar la semiología en los años 60, Barthes la fon-nula comotranslingüística. Es a finales de los 60 que la teoría standar de N. Chorrisky desliga críticamente a la se-miótica del estructuralismo clásico. Sin renunciar a los aportes universales de esta corriente (la oposición

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como fundamento de la significación, la conmutación como base taxonómica, la regla de la compatibilidad,etc.) la semiótica se libera del estatismo descriptivo del estructuralismo llegando, en el modelo de Greimas aestablecer -en el estrato que Hjelmslev denomina forma del contenido- el recorrido generativo de la significa-ción como simulacro teórico-metodológico para la representación de las instancias de producción yestructuración del sentido (desde los niveles más abstractos, simples y generales hasta los más concretos,complejos y particulares). Pues bien, es esta semiótica la que más se desarrolla e influye en el trabajo deinvestigación en el campo de la comunicación social en el Perú.

Este apretado itinerario, descrito minuciosamente por D. Blanco,9 sirve para comprender cómo, hoy por hoy,la semiótica estructural-generativa resulta ser una de las más sólidas epistemologías de análisis de lasignificación. Evidentemente, dicha construcción teórica, no se restringe a la significación manifestada en lacomunicación social por ello es plenamente autónoma respecto a su problemática. Al manifestarse lasignificación en textos jurídicos, políticos, religiosos, económicos; en costumbres y protocolos, en rituales yceremonias, es decir, en cualquier práctica cultura], la semiótica tiene ingerencia en todos y cada uno deestos "textos".Respecto a la Semiótica en el Perú tenemos, como explica E. Ballón; "dos etapas claramente diferenciadas,una primera que va de los años 1970 a 1975, que podría denominarse de extensión pedagógica de ladisciplina semiótica, y la segunda comprendida entre los años 1975 a 1980 de afianzamiento investigatorio (... ) se anuncia una tercera etapa que reunirá tanto la actividad académica y de extensión universitaria, comola profundización de la investigación orientada hacia la formulación de una teoría y una práctica semiótica,cada vez más adecuada a la comprensión de los objetos de conocimiento semiótico producidos por lamultilingüe y pluricultural sociedad peruana".10En el artículo citado, describe Ballón el aura de "clandestinidad` que se vivió en la primera etapa. Cómo "ca-ballo de Troya", bajo nomenclaturas que no indicaban la especificidad de la pertinencia adoptada, fueinfiltrándose" el trabajo semiótico contra la crítica literaria tradicional que imperaba, e impera aún, en losclaustros de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), concretamente en el ProgramaAcadémico de Lingüística, literatura y Periodismo; y en el Programa de Letras y Ciencias Humanas de laUniversidad Católica. Abunda Ballón :"La razón de esta especie de pedagogía clandestina, está en el ca-rácter general de las materias -sumamente tradicional- que se dictaba en esos programas, lo cual obligaba,en cierto modo, a realizar contrabandos semiótico -académicos contra viento y marea; a ello se suma laactitud declaradamente conservadora que tanto los Jefes de Departamento como los Directores de-Programa de esa época imponían ( ... ). Por otra parte, la crítica literaria tradicional representada entre otrospor Luis A. Sánchez, asumió una actitud beligerante contra cualquier intento de renovar las viejas posicioneshistoricistas taineanas, intuicionistas y estilísticas; así, menudearon las acusaciones de 'Tórmalismo" aultranza, anti-humanismo, idealismo estructuralista, imperialismo analítico (acusación curiosa, pues todavíahoy en la crítica literaria peruana perviven las formas rancias de interpretación de textos, prácticamente entodas las revistas de literatura y el ensayo irresponsable es, mayoritariamente, la pauta crítica), modoinapropiado de dar cuenta del texto, positivismo, inmanentismo reductor, etc., juicios que sólo la ignoranciamilitante de entonces permitía sostener. Con la institucionalidad de la disciplina semiótica en el Programa deLingüística de la UNMSM en 1975 se oficializó la enseñanza de esa materia y su vigencia, ejemplo que sesiguió en la Universidad de lima y en la Universidad Católica. Desde este momento la actitud intelectualrespecto de la semiótica ha sido más tolerante y receptiva"." Tenemos aquí el testimonio del protagonistapues E. Ballón es quien, desde el año 70, trae sistemáticamente la teoría estructural-generativa. En estaslíneas traza el retrato de los años iniciales plagados de toda clase de resistencias, muchas de las cuales, alincursionar la disciplina en el campo de la comunicación social, se reprodujeron (corregidas y aumentadas).Así, el punto original de irradiación es, gracias a Ballón, la UNMSM: la obra Vallejo como Paradigma 12aparece como hito fundador. Es D. Blanco quien introduce en la recién fundada Facultad de Ciencias de laComunicación de la Universidad de Lima, el curso de Semiótica General. 13 Una vez implementado estecurso, los mentores de la Facultad, al diseñar la currícula, extendieron el área de influencia semiótica a trescursos más: Lenguaje de los Medios (I y 11) y Análisis de Mensajes. 14 Los dos primeros orientados, másque nada descriptivamente, al problema de los lenguajes de expresividad audio y/o visual y el otro direc-tamente comprometido con la cuestión del sentido, es decir, del discurso y la narratividad. Recientemente se

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incorpora el área de semiótica a los Seminarios del curso de Metodología de la Investigación apuntalandodecisivamente los trabajos de tesis proyectados y realizados en los Talleres de Investigación. De estamanera, la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Lima se convierte en una de lasentidades que mayor cabida e interés da al trabajo semiótico.Esta exploración, desplegada en el espacio de tres Universidades, nos permite observar cómo, al menosinicialmente, los campos de aplicación semiótica en el Perú han sido esencialmente la lingüística, la literaturay la comunicación social, con una clara asimetría, en lo que a producción se refiere, hacia el campolingüístico y literario.Hay que anotar, sin embargo, que en los últimos años de los 70, la Universidad de San Marcos haincorporado cursos de Semiótica en sus programas de Arte y Derecho. En la Universidad de Lima, Quezadaintenta aproximar el trabajo semiótico al área del Derecho '17 siguiendo en esto el rumbo precursor trazadopor R. CarriónWarti.18 .En el área de Comunicación Social las primeras noticias están en San Marcos: Mito y semantizaciónideológica en un relato de Prensa, tesis expuesta en 1972 por V. Bueno, es probablemente el trabajo queinicia la aplicación de la metodología semiótica a textos de comunicación social. A raíz del asesinato delindustrial pesquero L. Banchero, la prensa nacional construyó su biografía, en realidad una hagiografía,apunta Ballón. Mediante mecanismos narrativos se genera todo un mito en el que se devela la manipulaciónorientada a crear los héroes de prensa. Luego, en la revista Textual No. 8 se publican varios trabajosdedicados a la comunicación de masas.19 El mismo Ballón incursiona en esta área con un trabajo corto enel que articula una lingüística de la comunicación con aportes de la semiótica de la cultura para estudiar "losefectos que produce en el Perú el impacto de la televisión en tanto que instrumento de dominación -per-suasión y convencimiento- de los grupos minoritarios en el país, particularmente sobre los hablantes bilin-gües quechua-español .20 En una línea afín, se planteó una hipótesis sobre el contrato pedagógico-establecido por 21 la institución escolar. Un hito en la difusión pedagógica de la metodología semiótica es laobra Metodología del Análisis Semiótico :22 D. Blanco y R. Bueno persiguen mediante este trabajointroductorio, hacer asequible a los interesados el léxico y los conceptos operatorios puestos en práctica porel modelo de A.J, Greimas e ilustrar con ejemplos sencillos la aplicación metodológica en cuatro textos: derelato oral, de poesía, de publicidad y de prensa. Son estos dos últimos trabajos (Estructura Metonímica delDiscurso Publicitario y Función Manipuladora de los Mensajes de Prensa) los que se erigen explícitamentecomo precursores de la reflexión en comunicación social. Al momento de su aparición esta obra fue decisivapues llenó un vacío y contribuyó cualitativamente al análisis de los planos narrativos y discursivo. Hantranscurrido ocho años. La teoría se ha transformado de manera impresionante -en términos de precisión, deelaboración, de aplicación-; se maneja, pues, mucho más información. Por ello, aunque esta obra yaempieza a parecer incipiente y lejana, deja siempre en deuda, mantiene su vigencia pedagógica y obliga aunreconocimiento permanente.A todo esto, hay que reiterar, entonces, que la institución que más destaca en el campo de la semióticaaplicada a la comunicación social es la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Lima.De otras Facultades o Instituciones a nivel nacional hay poco o nada que decir salvo los casos ya citados deSan Marcos y la Católica (aunque está visto que el área hacia la que se orienta el trabajo en estos centroses predominantemente la de Lingüística y Literatura). Sin embargo, el rol preponderante alcanzado por lacitada Facultad se debe prácticamente al esfuerzo y dedicación de D. Blanco, 0. Quezada y R. Bendezú querepresentan, respectivamente, a tres generaciones de trabajo. En la última homada es de justicia citar eldesempeño de A. Cabada quien no ha continuado ligado al hacer académico 23 y el ya citado trabajo de R.Sheen. 24

De los investigadores mencionados hay que incidir primeramente en la labor pionera de D. Blanco haciendoreferencia solamente a sus trabajos en comunicación social. Es junto a Ballón, Campodónico, Dañino, Buenoy Carrión-Wam, uno de los iniciadores de la Semiótica en el Perú. Se ha desempeñado prioritariamente enLiteratura y Comunicación Social, especialmente en Cine. Precisamente en este campo renueva la críticacinematográfica introduciendo en el discurso crítico algunos dispositivos analíticos de la semiótica. Muestrade esto son 25 sus trabajos sobre Bergman y Buñue 12c> en los que establece pautas de trabajo descriptivo

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hasta entonces inéditas, en particular referidas a la correlación sin táctico-semántica del texto filmico y a lastesis de Pecheux 27 sobre formaciones imaginarias.

Años después en Nuevos aportes para ver el Cine 28 añade más elementos semióticos para la aprehensióne interpretación del texto cinematográfico. Amplía y profundiza estas observaciones en El sentido y la fuerza29 Casi toda la aproximación crítica de D. Blanco al Cine, está recopilada en el libro Imagen por imagen.Teoría y crítica cinematográfica .30 Comunicación y Sociedad31 es un ensayo ya clásico en el que porprimera vez se exploran las relaciones de los aparatos de estado educativos con la formación social en laque se desenvuelven, complementada por una reflexión histórico-semiótica en tomo a la producción,circulación y consumo del sentido como mercancía. Además del ya mencionado trabajo con R. Bueno, pu-blica su ensayo sobre Comunicación e imaginario popular 32 en el que revisa la hipótesis de la complicidadde] destinatario (sustentada por Godelier) y desarrolla una disquisición semanalítica en torno a la estructurade las representaciones imaginarias y a los "géneros" como formas de producción mediante las cuales laideología instrumentaliza su dominación. También data de esta época el ya citado Posibilidades y límites dela Semiótica.Lo más valioso parece estar concentrándose en estos tres últimos años: el sólido y riguroso desmontajeactancial y narrativo con el que se devela la puesta en escena de los trabajadores en el discurso periodísticode izquierda, 33 la Imagen de Europa en los Medios de Comunicación del Perú 34 trabajo de exploraciónpanorámica y didáctica y Figuras discursivas de la enunciación cinematográfica que es, probablemente, laobra más importante que semiótico alguno haya realizado respecto al Cine en América Latina brillanteextrapolación de las categorías fundamentales, narrativas y discursivas a un corpus nítidamente clausurado:El ciudadano Kane de 0. Welles. 35 La Universidad de Lima está por publicar Claves Semióticas.Comunicación1 Significación, otra recopilación que incluye los principales trabajos de D. Blanco en el campode la Comunicación social y en el de la literatura. 36 Oscar Quezada es el primer semiótico peruano formadoenteramente en una Facultad de Ciencias de la Comunicación. Esto sobredetermina su trabajo teórico y loscampos de aplicación 37 donde mayormente se desenvolverá.Orienta su formación como teórico de la comunicación social hacia la semiótica. Es con esta disciplina queobtiene el bachillerato y la licenciatura en la carrera de Ciencias de la Comunicación. En la primera tesis,asesorado por G.,Dañino,,estudia la sistemática sacralización, mediante el empleo de la retórica bíblica, dela acción política del gobierno militar. Esto ocurría en una columna editorial del diario El Comercio titulada Unnuevo testamento. 38 Continuando con el mismo espacio textual, ya en la tesis de licenciatura, procuraobservar cómo la sacralización migra a textos de otras características: las denominadas caricaturasfrase. Laaproximación semiótica-ideológica develó la estructuración de estas "hablas cristalizadas" que, funcionandocomo "carátulas", condensan la opinión editorial vertida por el enunciador .39 En el interín publica al interiorde la Facultad, un trabajo titulado Hay placeres que no pueden evitarse. Formaciones imaginarias y discursopublicitario.40 Bajo patrones teóricos heterodoxos que, además del estructuralismo semiótico, articulabanaportes del materialismo histórico y del psicoanálisis, elaboró una lectura del texto publicitario atendiendo alas condiciones de producción marcadas en el texto como formaciones imaginarias .41 En otra obra vuelve alas caricaturas, esta vez para revisar las isotopías, metáforas y efectos humorísticos de un corpus burlesco ypícaro basado en las portadas de la revista Monos y monadaS.42 La visión de Visión Semiótica del discursoeditorial es un análisis -con patrones greimasianos y bartheanos: S/Z- de un informe especial de fin de año:el enunciador pone en escena "el gran teatro del mundo", intima con el lector, le explica su hacer-saber, se'libera" de la subjetividad, ordena los hechos, se remite a los hiper-enunciadores del Libro de Cultura Políticade Occidente, despliega una pesquisa que separa maniqueamente a buenos de malos y culmina con unahermenéutica metafísica de 43la historia. Electoralidad: dispositivo formal y efecto (afecto) de sentido es un trabajo casi totalmente teóricoen el que se analiza, en todas sus fases narrativas, la estructura manipulatoria y pasional articulada por eltexto electoral. 44 Sujetos y estereotipos de la mediación espectacular en la teleinformación es un ensayoque atiende específicamente al medio televisivo para describir la generación de posiciones mediáticas queconvierten al hecho de violencia en espectáculo de la realidad. Se basa en la transmisión que diversoscanales de T.V. hicieron de los sucesos acaecidos en el Penal El Sexto a raíz de una pretendida fuga dereclusos. 45 Paralela a esta preocupación, 0. Quezada, con la colaboración de R. Bendezú, desarrolla una

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aplicación didáctico-pedagógica orientada en sus orígenes a la implementación del curso de AndlisisdeMensajes y luego, por sus alcances, a todo aquel que esté interesado por la investigación semiótica encomunicación social. El primer hito data del año 1984: Enunciación y estructuras discursivas. 4'5 Aquí se in-terconectan un conjunto de fichas representativas de las principales categorías semióticas concemientes a laproblemática de la enunciación y a su relación con las estructuras discursivas.Este esfuerzo fue profundizado y completado con la aparición, en Marzo de 1985, de. Recorrido Generativo:Gramática, enunciación y estructuras discursivas 47 trabajo que esboza conceptos más profundoselaborados en el contexto integral de la teoría. Los Componentes y niveles estructurales son presentados,de acuerdo a la organización del simulacro teóríco, ordenados en tres instancias: la gramáticasemiótica, elhacer productor llamado enunciación y las estructuras discursivas. Actualmente esta propuesta está siendocriticada y reformulada en el contexto de la investigación sobre aplicación Pedagógica de la metodologíasemiótica a textos de comunicación 48R. Bendezú también se forma en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Lima.Accede al bachillerato con un trabajo centrado en el discurso didáctico-audiovisual de "Plaza Sésamo".Estudiando una discursívización lúdica que articula la "coherencia idiomática" con patrones de referencia'latinoamericanos" Bendezú observa que la cubierta figurativa del discurso representa "la vida", "el juego" y"las relaciones" de los infantes como un orden axiológico ideológico de valores manifestados comoeducativos. Todo ello según una coherencia semiótica sostenida por el hacer persuasivo educativo. La per-suasión axiológica deviene constituyente de la educación.49 El siguiente trabajo de Bendezú tambiénexplora el lenguaje televisivo pero esta vez en relación con el discurso publicitario: el hacer enunciativo, losvalores ideológicos como figuras de predicación audiovisual, la poeticidad publicitaria, son, entre otras, lascuestiones eje que articulan esta aproximación.-50 La tesis El discurso de la comunicación alternativa: unaaproximación semiótica surge en la necesidad de desplazar la atención hacia organizaciones discursivas queno son de orden masivo, esto es, a procesos de comunicación a través de los cuales sectores socialespopulares emergen con discursos desde su hacer social. Esta llamada comunicación alternativa esconstruida como objeto atendiendo a la pertinencia socio-discursiva que discrimina claramente, mediante elinstrumental serniótico, la existencia empírica de lo social y la existencia semiótica del discurso que,tomándola como referente, la convierte en "realidad'-.5'

6. COLOFON

Reitero: los estudiosos de la semiótica en comunicación social estarnos concientes de no ser exclusivamenteni consumidores ni productores de teoría semiótica. Desde Latinoamérica hay particular urgencia de unalectura transformadora del instrumental teórico-metodológico, es decir, de un permanente trabajo de adecua-ción a objetos empíricos construídos por (y desde) nuestra circunstancia socio-histórica (con sus demandasde conceptualización operatoria). Sobreviene, por añadidura, todo un compromiso que no se dice pero dice.Respecto a nuestro medio -y duele decirlo- es muy probable que, una vez más, el Perú esté en Lima (entodo lo que concierne a esta problemática). Desde el llamado mundo del subdesarrollo la actitud semióticadeviene angustiante apostolado sin mayores visos de reconocimiento económico. Más que en ninguna otraparte del mundo la semiótica no conduce a status profesional alguno. El semiótico tiene que dedicarse aotras cosas para "sobrevivir". Sencillamente su trabajo teórico no es rentable ni "reproductivo" para losestrategas de la industria cultural. Para el caso de Latinoamérica y particularmente para el del Perú, hay queelevar a la "n" potencia la referencia que hace Moragas: en Europa el capital no ha buscado a la semióticapara resolver ninguno de sus problemas. Los semiólogos no fueron llamados por la publicidad, o por lasestrategias de producción de la industria cultural. Los sociólogos, con sus técnicas de contenido, losexpertos en opinión y marketing con sus rudimentarias técnicas de análisis de la opinión pública, eran másque suficientes para resolver los problemas semánticos originados por la inversión de la industria cultural yde la publicidad. Técnicas suscíntas de psicología social completaban el bagaje teórico de la prácticapersuasiva y de los múltiples y fructíferos negocios de la significación. Las cosas han funcionado como si latarea de manipular fuese una tarea fácil que se desarrolla espontáneamente, mientras que la tarea dedefenderse de esta manipulación fuese cada día más compleja y difícil, 52.

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Por todo ello, se puede decir que el nivel de macrosocialización o de difusión en gran escala no se ha dado.Incluso a menores niveles de masividad el grado de difusión de los estudios de semiótica realizados en elárea de comunicación social es insatisfactorio e insuficiente. Esta es la razón por la que se plantea lanecesidad de introducir los aportes generales de la semiótica en niveles más elementales de la formacióneducativa (con todo el esfuerzo didáctico del caso para poner al alcance de los más jóvenes los conceptos ycategorías que los capaciten para afrontar la invasión narcotizante de los medios inmunizándolos" contra lacomplicidad cuasi-automática en la que los grandes públicos viven sumergidos). Formar mínimamente laconciencia semiótica es coadyuvar decisivamente en el proceso de despertar la conciencia crítica, sin perderel goce, que oriente la interpretación de los grandes públicos frente a la llamada cultura de masas. Este retodidáctico, que también debe ser planteado en instancias no-formales de educación, es una tarea quecompromete desde hoy 53 a quienes hacemos semiótica.Yendo a un plano más concreto, es evidente que la mayoría de trabajos señalados tienen una difusión muyrestringida y localizada referida a niveles superiores de educación. Paralelo al reto didáctico surge otro ligadoa la apertura de canales dé difusión universitaria (primero) y masiva (después). Desde la Universidad deLima con los cuadernos CICOSUL se da un primer paso que deberá ser complementado con planeseditoriales más masivos que, abaratando costos, permitan alcanzar objetivos acordes al trabajo queentusiastamente se viene iniciando. Una evaluación final permite afirmar la existencia de áreas de comunica-ción social privilegiadas cuantitativamente por el hacer semiótico en el Perú. Dichas áreas son:Manifestaciones periodísticas de la politicidad en géneros editoriales e informativos y, también, en procesosdiscursivos ligados a la proclama de posiciones institucionales (comunicados). Se entiende discurso políticoen sentido amplio, así, políticidad incluye, por ejemplo, a la llamada comunicación alternativa.- Publicidad. Campo que sigue suscitando variados intereses referidos a su potencialidad retórico-poéticamanifestada textualmente de manera preponderante en tecnologías ligadas a medios impresos y televisivos.- Cine. Por su entronque narratológico como lo literario y por la especificidad expresiva de su puesta enescena -cuya fuerza de sentido radica sobre todo en su sofisticada impresión de realidad- la "gransintagmática" sigue siendo un lugar relevado y destacado, pleno de sugestión y sugerencia permanente parala semiótica. Como contraparte, no resultan muy "engreídas" las películas manifestadas por televisión. Loespecífico de este último medio sigue centrado en el programa "en vivo", eufemismo éste con el que nosreferimos a programas de set o a telenovelas. Géneros insuficientemente explorados actualmente.Así pues, cabe llamar la atención de la semiótica a campos ligados a la T.V. (medio ampliamente privilegiadoen primer lugar por la inversión de capital) y a la radio (cuyas connotaciones sociales son ampliamenteconocidas en países como el nuestro) como correlato teórico, ello obliga al semiótico a fijar la mirada no sóloen el componente verbal sino también en la música y la plástica propias de estas manifestaciones. Rescatarintegralmente estos textos de la cultura de masas mediante la iniciación de los estudios de semiótica musicaly plástica es un reto prioritario del momento. De ello depende en mucho la posibilidad de la semiótica paradar cuenta -en lo que a ella compete- de las mediaciones de la significación en la cultura.Otro campo que cobra vertiginosa vigencia es el de la comunicación organizacional. Aquí la semiótica estállamada a develar -mediante la aplicación teórica de la modalización activa los resortes de la comunicacióneficaz. Esto implica ahondar en la problemática de las articulaciones jerárquicas y contractuales en las quecircula la comunicación organizacional apuntando a la configuración de polos de persuasión y deinterpretación aceptante y/o rechazante. De esta manera la semiótica podrá coadyuvar con una visión másrigurosa de las sintaxis de los procesos de interacción intra e inter organizacionales constitutivos de todaformación social.Así, uno de los aportes cruciales de la semiótica está en el esclarecimiento de las sintaxis de los poderes.Como corolario se logrará, tarde o temprano, desmitificar el comunicacionismo ingenuo comprendiendo esoque se llama comunicación social como dialéctica de sometimientos contractuales y rupturas conflictuales.Es decir, como tensión social para controlar e imponer sentidos articulados puesto que toda prácticacomunicativa se define como práctica de producción de significación. Y ésta se aprehende como discurso,como aquello que discurre, que oscila, entre las posiciones comunicativas (oposiciones que fundamentan lainteracción).¿Cómo estudiar cabalmente estrategias de manipulación o virtuales efectos de los mensajes en públicos sinreferirse a estructuras de manipulación?

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¿Cómo precisar teóricamente un público objetivo sin tener idea de las operaciones de construcción deldestinatario en el texto? ¿Con qué rigor discutir la viabilidad de los géneros considerados en un proyecto "x"de producción? Cómo comprender formalmente la construcción de dramas, de conflictos de pasiones alhacer un guión literario ó técnico? ¿0, también formalmente, lo que es tratamiento de la información? No esposible, pues, evaluar todas estas formas de expresión de contenidos sin recurrir a un mínimo instrumentalsemiótico. Es como querer hablar de la composición de la materia y decir que no se hace química. Por otrolado, la química no es francesa ni inglesa ni española ni peruana... Es metalenguaje que trasciende de len-guas y culturas. Por todo ello es que afirmamos la exigencia ética en virtud de la cual el comunicador socialdebe partir del manejo de un léxico que refleje, aunque sea en grado mínimo, la actitud semiótica deinterrogación. Sólo así podrá reconocer y discernir formalmente, en su práctica cotidiana, el sentido de lo queél produce y de lo que otros producen a su alrededor. Estos productos comunicativos no son otra cosa quetextos: son estas las realidades de la semiótica. Ahí se hallan entretejidos dos sujetos. Entretenidos. Uno, alconstruir al otro, se termina construyendo a sí mismo. Espejo. Encuentro. No hay texto que hable de todo nitexto que hable a todos. Queda delineado así un ethos semiótico de la comunicación: ni el destinador es unmero emisor ni el destinatario un mero receptor. Una producción se mueve entre ambos. Va y viene. Lossurca. Los marca. Los significa.

Notas de trabajo,

1. -Grelmas, A.J. - Courtés, J.: Semiótica. Diccionario razonado de la teoría del lenguaje. Ed. Gredos,Madrid, 1982. En especial las entradas: Epistemología, p. 150 y Niveles, p. 282 y ss. Es necesarioseñalar que la traducción de tan gravitante texto se debe al esfuerzo de los semióticos peruanos E.Ballón y H. Campodónico.

2. Kristeva, J.: La Semiótica, ciencia crítica y/o crítica de la ciencia. En: Semiótica. Investigaciones para unsemanálisis. Ed. Fundamentos, Madrid, 1978.

3. Además del primer diccionario aparecido en su idioma original en 1979 y traducido al castellano en1982, nos referimos al segundo diccionario, aún no traducido: Semiátique. Dictionnaire Raisormé de laTliéorie du langage II (Compléments, débats, propositions) dirigido por los citados autores eincorporando a 38 colaboradoreg (entre los que se encuentran tres peruanos: E. Ballón, H.Campodánico y R. Carrión). Hachette. París, 1986.

4. Landowski, E.: Algunas cuestiones prácticas sobre el problema del sentido. En: Morphé. Revista de laMaestría en Ciencias del Lenguaje de la Universidad Autónoma de Puebla. Julio-Diciembre 1986. No. 2.

5. Prieto, D.: Entre el denuncismo y el preciosismo. En: Chasqui, 15, CIESPAL, Quito, 1985.6. Me refiero a una investigación en curso que, con un corpus construído ad hoc permite visualizar los

límites de lo jurídico y lo político. Ese lugar de choque manifestado en la confrontación de dosenunciadores: la Confederación de Empresarios Privados (CONFIEP) y la Central de CréditoCooperativo (CCC). El otro trabajo es una confrontación de las versiones periodísticas de La Prensa yEl Diario en torno a la fuga de reclusos del Penal de Huamanga: Sheen, R.: Aproximación semiótica alanálisis del discurso masivo sobre el terrorismo en Ayacucho. Tesis Bachillerato, 1984. Centro de Docu-mentaci6n de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de lima.

7. Landowski, E.: Op. Cit.8. Estos términos vienen a colación a raíz de una referencia de Prieto (op. cit.): "Es en la vida misma

donde se practica la lectura crítica, y con los ingredientes de esa vida, y no en los pupitresmasacra-cadáveres" (p. 43).

9. Blanco, D.: Límites y posibilidades de la Semiótica. En: Chasqui, 15, CIESPAL, Quito, 1985. 110. Ballón, E.: La Semiótica en el Perú. En apuntes, 11, Revista de Ciencias Sociales, Universidad del

Pacífico, Lima, 1981. Este artículo es probablemente la única información ordenada y sistemática de lorealizado por la disciplina semiótica en el Perú hasta 1981. Aunque no es exhaustivo con relación alcampo de la comunicación social (pierde de vista lo hecho en la Universidad de Lima), se trata de unvalioso informe que permite visualizar no sólo los orígenes y la evoluci6n histórica sino también la

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variada labor en los diferentes dominios y prácticas teóricometodológicas de la semiótica. Así, dacuenta de la producción teórica y metodológica general; de los análisis de Cultura, Film, Artes Plásticas,Literatura, Traducción y Comunicación de Masas. Además revisa las relaciones de la Semiótica con laAntropología, la Sociolingüística y el Derecho. Reseña también las actividades institucionales de la Se-miótica en el Perú, concretamente las referidas a Universidades, Centros de Investigación y a laAsociación Peruana de Semiótica (fundada en Mayo de 1975).

11. Ballón, E.: Op. Cit.12. Ballón, E.: Vallejo como paradigma. INC, Lima, 1974.13. Curso dictado inicialmente por el mismo D. Blanco y luego por J. C. Godenzi, G. Dañirio y, desde 1979,

por 0. Quezada quien comparte la cátedra con R. Bendezú (desde 1987).14. los cursos de Lenguaje de los Medios mantienen, gracias a la labor de D. Blanco, la pertinencia

semiótica. En otras cátedras del mismo curso el rol de la teoría semiótica es más restringido * El cursode Análisis de Mensajes, dictado inicialmente por D. Blanco y luego, hasta hoy, por 0. Quezada,manejaba vados referentes epistemológicos: materialismo histórico, psicoanálisis, lingüística estructural,fenomenología... De esta dispersión de los primeros años (varios referentes sin un eje) Blanco yQuezada -el segundo fué colaborador del primero- pasaron a la concentración de la época actual: uneje -semiótica estructural generativa- que articula varios referentes.

15. Desde el año 1987, el Prof. R. Bendezú viene trabajando sistemáticamente en el curso de Metodologíade la Investigación preparando tesis de filiación semiótica que luego, en los Talleres de Investigación,bajo su asesoría y/o la del Prof. 0. Quezada, los alumnos-investigadores concluyen.

16. Aproximadamente desde 1976 se dictaba el curso de Semiótica de la Imagen a cargo de G. Dañinoquien en la revista Sanmarquina Letras (Lima, 1976) publica un precursor trabajo sobre Semiótica de laImagen Artística en el que se adelanta a desarrollos posteriores de la Escuela de París sobre SemióticaPlanaria (bidimensional). En 1979, 0. Quezada toma brevemente la posta dejada por G. Dañino. Porotro lado, la Escuela Nacional de Bellas Artes ha incorporado un curso de Introducción al estudiosemiótico de la imagen plástica.En referencia al campo del Derecho la Universidad de San Marcos cuenta con un seminario sobreElementos de Semiótica Jurídica. Cabe recalcar que esta misma Universidad incorpora la Semiótica enla Facultad de Literaturas Hispánicas y, en la de Lingüística (en varios cursos y seminarios). Igualmentela Universidad Católica en la Facultad de Letras y Ciencias Humanas ha implementado un curso deIntroducción a la Semiología. Para una información más detallada: Ballón, E.: La Semiótica en el Perú.(Op. Cit.).

17. Quezada, 0.: Indagaciones sobre Semiótica Jurídica. Trabajo de exploración y reflexión a ser publicadoen la revista Ius et Praxis de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Lima.

18. R. Carrión-Wam viene desarrollando prolífica labor en el área de la Semiótica Jurídica. En laUniversidad de Carabobo ha publicado diversos trabajos sobre esta especialidad, entre los que destacauna exposición metodológica bajo el título "Elementos de Semiótica Jurídica aparecido en "Anuario"(Valencia, Venezuela, 1977). Ha fundado y dirige la revista Investigaciones Semiáticas (Valencia, Ve-nezuela).

19. Que,,en su momento, mostraron la capacidad del análisis semiótico para describir estructuras decontenido y apoyar la denuncia (en boga en aquel tiempo) sobre la reproducción de los valoresdominantes. Entre estos trabajos destaca el de E. Ball6n sobre El icono de la Historia del Perú. Parainformación de este y otros trabajos ver: Textual No.8, Lima, INC, Diciembre 1973,110p.

20. Ball4n, E.: Comunicación colectiva y lenguajes oprimidos en el Perú, UNMSM, Departamento deLingüística, 1976.

21. Balffin, E.: Diálogo e Información I y II, en el diario "La Crónica", Lima, 25 y 28 de Febrero de 1975. Espertinente hacer notar que un importante análisis de E. Ballón sobre fotografía está a punto de serpublicado en la revista Contratexto de la Facultad de Ciencias de la Comunicacffin, lleva por título Hare(una técnica fotográfica).

22. Blanco, D. y Bueno, R.: Metodología del Análisis Semi6tico, Universidad de Lima, 1980.

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23. Cabada, A.: De lo relatado a lo delatado. Aproximación Semiológica a tres videos narrativos. Tesis1985. Fluido trabajo de metodología y análisis estructural generativo en tres relatos audiovisuales(cuentos) participantes en el I y II Festivales de Teleducación Universitaria.

24. Sheen, R.: Op. Cit.25. Blanco, D.: Gritos y susurros: la penúltima angustia de Ingmar Bergman. En: Hablemos de Cine, 66,

Lima, 1974. Escenas de la vida conyugal: cine e ideología. En: Hablemos de Cine, 68, Lima, 1976.26. Blanco, D.: Tristana o la circularidad lineal. En: Hablemos de Cine, 66, Lima, 1974.27. Tesis condensadas explicativamente en: Pecheux, M.: Hacia el análisis automático del discurso,

Gredos, Madrid, 1978.28. Blanco, D.: Nuevos aportes para ver el cine. En crónica cultural, 4, Suplemento Dominical de La

Crónica, Lima 1978.29. Blanco, D.: El sentido y la fuerza. En: Crónica cultural, 8, Suplemento Dominical de La Crónica, Lima,

1978.30. Blanco, D.: Imagen por imagen. Teoría y crítica cinematográfica. Universidad de Lima, 1987.31. Blanco, D.: Comunicación y sociedad. En: Scientia et Praxis, 14, Revista de la Universidad de Lima,

1979.32. Blanco, D.: Comunicación e imaginario popular. En Contratexto, 1, Facultad de Ciencias de la Co-

municación. Universidad de Lima, 1985. También en Letras, Revista de la Facultad de Letras y CienciasHumanas, UNMSM, Nos. 88-89. Lima, 1985.

33. Blanco, D.: Roles actanciales de los trabajadores en el discurso periodístico de izquierda. En:Contratexto No. 2, Revista de la Facultad de Ciencias de la Comunicaci6n. Universidad de Lima. 1986.

34. Blanco, D.: Imagen de Europa en los Medios de Comunicación del Perú, Cuadernos CICOSUL, 7,Facultad de Ciencias de la Comunicaci6n, Universidad de Lima. 1988.

35. Blanco, D.: Figuras discursivas de la enunciación cinematográfica. En: Lienzo, 8, Revista de laUniversidad de Lima, 1988. También en: Actes Sémiotiques. Documents, X, 96, París. E.H. E.S.S.:Figures discursives de Penonciation cinématograplilque.

36. Blanco, D.: Claves Semiáticas. Comunicación 1 Significación. Universidad de Lima, 1988. En esta obra,así como en los cuadernos del CICOSUL será publicado el trabajo.Nuevas Tecnologías y lenguajes enComunw'ación, hábil exploración crítica de Blanco en torno al rol de las recientes innovacionestecnológicas en la constitución de los lenguajes de manifestación, es decir, la problemática de la orga-nizaclón y articulación de la materialidad significante en los textos de comunicación social.

37. Es bueno reiterar que la producción citada (y a citar) es sólo la que se vincula con el campo de lacomunicación social.

38. Quezada, 0.: Periodismo de Opresión: Análisis semiológico -de un discurso sobre la transferencia delpoder..Tesis de Bachillerato. '1978. Centro de Documentaci6n de la Facultad de Ciencias de laComunicación de la Universidad de Lima.

39. Quezada: Aproximación Semiótico-ldeológica a las caricaturas editoriales del diario El Comercio1977-1080. Tesis de Licenciatura. 1981. Centro de Documentación de la Facultad de Ciencias de laComunicación de la Universidad de Lima.

40. Quezada, 0: Hay placeres que no pueden evitarse (Formaciones Imaginarias y discurso publicitario).Separata de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Lima. 1979.

41. Pecheux, M.: Op. Cit.42. Quezada, 0.: Isotopías, metáforas y efectos humorísticos en las carátulas de Monos y Monadas.

Separata de la Facultad de Ciencias de la Comunicación. Universidad de Lima. 1980.

43. Quezada, 0.: La visión de Visión. Semiótica del discurso editorial. En: Revista Contratexto, 1, Revista dela Facultad de Ciencias de la Comunicación. Universidad de Lima. 1985.

44. Quezada, 0.: Electoralidad: dispositivo formal y efecto (afecto) de sentido. En: Contratexto, 2, Revistade la Facultad de Ciencias de la Comunicación. Universidad de Lima. 1986.

45. Quezada, 0.: Sujetos y estereotipos de la mediación espectacular en la teleinformación. (Separata de laponencia presentada en el Il Foro Internacional de Comunicación Social: Comunicación y Violencia. Aser publicado en Cuadernos de CICOSUL).

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Otros artículos menores del mismo autor referidos a la metodología semiótica en comunicación social:-Disquisici6n epistemológica sobre la Metodología Semiótica. En: Revista Lienzo, 2, Publicaci6n de laUniversidad de Lima, 1981. -Apuntes para una interacción de semiótica y periodismo; -Periodismocultural: una visión semiótica. Textos de conferencias realizadas en Marzo 1986 en el marco del PrimerSeminario sobre Periodismo Cultural organizado por el Instituto Nacional de Cultura. -El discursopolémico de la planificación familiar. (Trabajo presentado y expuesto en el Seminario sobre Análisis deMaterial Gráfico para Planificación Familiar organizado por INNPARES. Publicado como separata.Agosto, 1986).

46. Quezada, 0. y Bendezú, R.: Enunciación y estructuras discursivas (compilación y comentario de fichas).Separata publicada por la Facultad de Ciencias de la Comunicación. Agosto, 1984.

47. Quezada, 0. y Bendezú, R.: Recorrido Generativo: Gramática, enunciación y estructuras discursivas(compilación y comentario de fichas). Separata publicada por la Facultad de Ciencias de Comunicación.Marzo, 1985.

48. Quezada, 0. y Bendezú, R.: Proyecto de Investigación del Centro de Investigación en ComunicaciónSocial cuya primera parte será publicada próximamente en Cuadernos del CICOSUL.

49. Bendezú, R.: Masividad y Educación. Análisis Semiótico del discurso didáctico audiovisual "PlazaSésamo". Tesis de Bachillerato, 1985. Centro de Documentación de la Facultad de Ciencias de laComunicación de la Universidad de Lima.

50. Bendezú, R.: Publicidad y T.V.: la puesta en discurso. Análisis Semiótico de un spot televisivo de"Mercedes Benz". Cuadernos del CICOSUL No. 2. Universidad de Lima, 1985.

51. Bendezú, R.: El discurso de la comunicación alternativa: unaaproximación semiótica. Tesis de Licenciatura, 1987. Centro de Documentación de la Facultad de

Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Lima. En base a las sugerencias de este trabajo Bendezúelaboró su ponencia al II Congreso Internacional Latinoamericano de Semiotica, titulada: Discurso y Acción

Social. Aproximación semiótica a la comunicación alternativa evento en el que representóa la semiótica peruana conjuntamente con las ponencias de D. Blanco (op. cit. nota 35) y el de 0.

Quezada: Modalización epistémica y paradoja espacial en el poema "Un sueño" de J. L. Borges. (Estosd ' os últimos trabajos publicados recientemente en Lienzo 8, Revista de la Universidad de Lima, 1988).52. De Moragas, M.: Tensión Epistemológica y Función Social de la Semiótica. En: Chasqui, 15, CIESPAL,

Quito, 1985.53. Blanco, D.: Límites y posibilidades de la Semiótica. En; Chasqui, 15, QIESPAL, Quito, 1985. En este

artículo Blanco formula un conjunto de iniciativas de aplicación didáctica orientadas a la implementaciónde la semiótica en la educación escolarizada e incluso en la educación no-formal (teleducaci6n y otrasvariantes).

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ALGUNAS CONSIDERACIONES TEORICAS SOBRE EL VIDEO EN LA EDUCACIÓN POPULAR: UNENFOQUE COMUNICACIONAL

VIDEO Y EDUCACION POPULAR UN CAMPO COMUNICACIONAL A REDEFINIR

Si partimos de considerar que todo lo que comunica a la vez educa y que lo que comunica y educa,simultáneamente, organiza a los destinatarios de esos procesos en esquemas de relaciones sociales, antesque ajenos a los objetivos educativos consustanciales a ellos, podemos concluir que los individuos estáninmersos en procesos de educación comunicación permanentes y que las formas organizacionales queestos promueven son en sí educativas.De la búsqueda de una congruencia entre el qué y el cómo se comunica -retomada desde distintos puntosde vista a lo largo de la historia de la educación- se desprenden una serie de contradicciones que es precisoclarificar, cuando se trata de incorporar una tecnología como el video a las prácticas de la educaciónpopular. En primer lugar se pone en tela de juicio el supuesto básico sobre el cual descansan las teoríaslineales de la comunicación: la existencia de dos polos perfectamente acotados -uno emisor y otro receptor-enlazados por un canal a través del cual circulan mensajes codificados en uno de los extremos para serdecodificados en él otro y realimentar así el sistema.En segundo término, al avanzar en el camino de las redefiniciones y búsquedas, surgen nuevos temasmateria de reflexión y se manifiestan articulaciones antes encubiertas, a las que es necesario responder demanera innovadora en el terreno teórico práctico. Tales temas y articulaciones son los que quisiera sometera debate con este trabajo. 1Me preocupa el hecho de que, tanto comunicadores como educadores nos manejamos con un bagaje deprácticas y categorías de análisis derivadas de dos modelos dominantes: de educación y de televisión, queposeen un alto poder enmascarador de las contradicciones de lo real y constituyen dos campos privilegiadosde lucha por la hegemonía. Ya es por todos conocida la caracterización de esos dos modelos, efectuadadesde el campo de la educación particularmente a partir de Paulo Freire y desde el de la comunicación, porla mayor parte de los estudios críticos sobre los medios masivos. Importa destacar que ambos mantienen unárea compartida que podríamos calificar como "deseducadora", más allá de los contenidos transmitidos.Entre otros rasgos comunes ellos coinciden en: el rol de objeto asignado al receptor y de sujeto al emisor; eluso del principio de autoridad, asimilándola a la autoridad del saber o de la información-, el dominio sobre latecnología y el lenguaje para la imposición de prácticas discursivas que tienden a sustituir la interacciónhumana en su sentido integral por lazos de dependencia entre el emisor y receptor; el estímulo al cambioindividual para la adquisición de nuevos conceptos y prácticas, desvinculándolo de la situación que losreceptores atraviesan y, consiguientemente, de sus posibilidades de transformación; la fetichizacióninstitucionalizada del saber y la información.Estos dos grandes modelos dominantes establecen modalidades discursivas que desvinculan las demandaspopulares de los sujetos demandantes, las resemantizan y las devuelven bajo la forma de paradigmas de"saber científico", "información objetiva", “cultura universal", "progreso", "modernidad”, etc. Así, a la par quese descalifica toda otra forma de procesamiento de informaciones y saberes, o de cultura, se interpone entrelas necesidades humanas y su satisfacción, conforme a los intereses de los demandantes, la cuña de lanecesidad de consumo de bienes y servicios según los intereses de los ofertantes.Al incorporar el video al campo de la educación popular, estaremos adoptando una modalidad discursivaque, en tanto producto socio-histórico, expresa subyacentemente relaciones de poder. Entiendo pormodalidad discursiva al sistema de interrelaciones históricamente instituido entre la tecnología, el lenguaje-en este caso audiovisual- y las estrategias y técnicas dirigidas a operativizarlos. Desde esta perspectiva,tecnología y lenguaje no pueden considerarse como elementos neutros, despojados de toda significaciónsocial.Quienes trabajamos con el video en relación a los sectores populares de América Latina, hemos podidoconstatar que la tecnología y el lenguaje audiovisual que le es propio, son portadores de una cargasemántica que se manifiesta en una serie de habitus, los cuales actuan a lo largo del proceso que va de laproducción al uso de los mensajes. Adopto el término habitus en el mismo sentido que le da Bourdieu, paraaludir a los sistemas de relaciones de sentido internalizados no concientemente, que hacen coincidir las

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necesidades de reproducción del poder hegemónico con las necesidades subjetivas de los individuos.' Alrevelarse en esquemas de percepción, pensamiento y acción que aplicamos al conocimiento yexperimentación de lo real, esas "estructuras estructuradas predispuestas a actuar como estructurasestructurantes" que conforman al habitus se constituyen en serios obstáculos para promover innovaciones.Existen, pues, una serie de habitus profesionales e institucionales que es preciso remover, en el planoteórico y en el práctico, a fin de que la inclusión del video en el campo de la educación popular adquiera unadimensión liberadora, en lugar de reforzadora de los paradigmas antes mencionados.

PROCESO COMUNICACIONAL.TECNOLOGIA Y LENGUAJE

Considerar a la tecnología del video y al lenguaje audiovisual como elementos neutros, o como merosapéndices de lo que se dice es un habitus teórico que tiene vastas implicaciones en la práctica. El mismosupone adjudicar a la comunicación un carácter de proceso lineal, a partir del cual, se pone énfasis, por unlado, en los contenidos y por el otro, en los códigos del lenguaje audiovisual que los plasman.Ello supone que:

Lo dicho es todo lo que se dice.El sujeto es el único que determina la producción significante dentro de una especie de mercado dediscursos donde cada quien es libre de decir o de interpretar, más allá de las leyes sociales que regulan elterreno de lo simbólico e imprimen en el habla sus contradicciones.El nivel discursivo explícito -contenidos- sería el "portador" de la ideología y el implícito -códigos dellenguaje audiovisual- el vehículo estético, pudiendo funcionar uno independientemente del otro y ambosdesvinculados de los modos y relaciones de producción-apropiación que rigen a toda práctica discursiva.

Tal esquema alude a una igualdad que equipararía las posiciones de emisor y receptor, recortando alproceso comunicacional de las condiciones extradiscursivas sociales, políticas, culturales, ideológicas- en que se produce. Cuestionar que lacomunicación sea un proceso lineal, refuta el carácter neutro de la tecnología y el lenguaje, en la medidaque lleva a conceptuar que:

Lo explícitamente dicho es sólo una parte de toda práctica discursiva.Sujetos y discursos se construyen en una relación dialéctica con las condiciones extra discursivas.

Las modalidades discursivas implican determinada forma de articulación con el poder que se materializan enlas prácticas discursivas concretas y en el discurso, a través de las Gramáticas de producción y sonsusceptibles de identificarse mediante las Gramáticas de reconocimiento.3

De lo anterior se desprenden determinados códigos de verosimilitud, seleccionados entre otros posibles,que remiten las prácticas discursivas a lo extradiscursivo; las condiciones que no sólo posibilitan losdiscursos, sino que también los jerarquizan.Los destinatarios podrán o no conferir credibilidad a los discursos, según las formas de uso que lesimpriman, a través de las gramáticas de reconocimiento. Aunque estas incluyen componentes subjetivos,se construyen a la luz de circunstancias históricas cambiantes, en relación a las cuales las prácticasdiscursivas sintetizan correlaciones de fuerzas conflictivas en torno a la lucha por la hegemonía.

Como corolario de lo expuesto surge que, lo ideológico como categoría más abarcadora que la de ideologíaes inherente a los procesos sociales de producción significante y actúa de manera fundamental en losniveles de implicitación discursiva. Por lo que, la modalidad discursiva articula lo ideológico -y las ideologías-con las prácticas discursivas concretas. Al mismo tiempo, ella designa los lugares que emisores yreceptores ocupan en el entramado de relaciones sociales y define los criterios de efectividad a seraplicados al proceso. Esto equivale a decir que una modalidad discursiva conlleva la adopción dedeterminados modos y relaciones de producción-apropiación, a partir de los cuales se procesan yseleccionan determinados códigos de verosimilitud. Tales modos y relaciones de producción-apropiación, aluniversalizarse como inherentes a un campo de producción significante, se constituyen en condición de laexistencia de este y de la modalidad discursiva que los institucionaliza. Por ello, la generalización de una

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modalidad discursiva conlleva la generalización de una división del trabajo que actúa como garantía de sureproducción.

Asimismo, los códigos de verosimilitud del lenguaje audiovisual, hoy considerados universales constituyenuna opción entre otras, efectuada desde una modalidad discursiva que, en virtud de su división del trabajo,los ha ido seleccionando, combinando y reformulando a lo largo de la historia por su efectividad para el logrode los objetivos perseguidos. Sostener que incorporar la tecnología del video al campo de la educaciónpopular, implica una suma algebraica de factores, es un habitus teórico bastante cuestionable que se vinculaa la concepción de la tecnología y el lenguaje como elementos neutros. Sabemos perfectamente que laincorporación de una tecnología a cualquier sistema de producción induce una redefinición global del mismo,en tanto, entre otros aspectos, repercute directamente sobre las relaciones sociales de producción. Laeducación popular no es una excepción, puesto que no basta con reemplazar unos emisores por otros designo ideológico distinto, cambiar los contenidos de los mensajes, remozar el lenguaje o modificar loscontenidos, sustituyendo los de información entretenimiento que han guiado de manera preponderante a lamodalidad discursiva, por los educativos. Al menos, si se pretende que dichas prácticas seanverdaderamente liberadoras de las potencialidades del campo popular, de lo que se trata es de redefinir a lamodalidad discursiva en su integralidad a partir de estrategias que apunten al cambio social. Un componentesustancial de esas estrategias es la adopción de una nueva división del trabajo donde los roles de emisoresy receptores puedan intercambiarse, tal como sucede en el campo de las culturas populares. Será,entonces, a la luz de esa definición inicial -¿para qué?- que habrán de redefinirse los diversos componentesdel sistema: envergadura y características de la tecnología, lenguajes y códigos de verosimilitud, prácticasdiscursivas y rol del profesional, organización de la comunidad en torno al proceso comunicacional y temasque éste abordará, etc.Entramos así de lleno en el terreno de las decisiones políticas, en lo que creo es la única forma de poner elcaballo delante del carro, puesto que es casi un lugar común afirmar que la tecnología sirvió a lo largo de lahistoria como arma política y que el carácter de ese arma se determinó a partir del proyecto político desde elcual se la implementó. La división del trabajo y, por ende, las relaciones sociales de producción que seinstituyen en torno a su uso/posesión son los resortes claves para la reversión del sentido de su accionar.En el contexto de la revolución científico-tecnológica que está teniendo lugar, soslayar que la ciencia y latecnología conforman instrumentos de poder en el diseño de un escenario que nosotros, sociedadesdependientes, no controlamos aunque nos involucren sus consecuencias sería pecar de ingenuos. Esosavances están redefiniendo las condiciones y el sentido de la existencia humana, a través de unareestructuración de la división internacional del trabajo fundada en procesos de concentración ycentralización crecientes del poder económico, político, militar, cultural. Ellos determinan el sacrificio devastos conglomerados humanos en aras del progreso de escasos centros mundiales. Al respecto afirma lasocióloga Alcira Argumedo:` "La dimensión civilizadora que contienen las tecnologías de punta requiere deuna explícita politización de las respuestas, que deben abarcar temas tales como la composición y forma departicipación de los actores políticos y sociales que habrán de conducir ese proceso, la determinación de losmodos alternativos de inserción laboral de las grandes mayorías, las formas de distribución de los beneficiosque un aumento de la productividad global puede generar, las características de la gobernabilidad políticafrente a las nuevas realidades y una amplia gama de aspectos que hacen a proyectos abarcadores de losocial".Las tecnologías electrónicas audiovisuales, entre ellas el video, son parte sustantiva de esa situación. De allíque esa "explícita politización de las respuestas" encaminada a tornarlas en un recurso apto para nuestrodesarrollo integral requiere:

Entenderlas como arma política, donde el qué y el cómo se dice no pueden considerarse desa-pegadamente del contexto de relaciones de poder del cual ellas surgen y a cuya reproducción apuntan,según una modalidad discursiva que las asimila a un proyecto histórico y a una división del trabajo en lapráctica discursiva concreta, que se vinculan a los que la rigen a nivel internacional.Incorporarlas desde el marco de referencia dado por un proyecto histórico cualitativamente distinto que, ensus rasgos globales, podríamos caracterizar como: democrático-participativo, que apunte a la justiciasocial con vocación popular, nacional y de integración latinoamericana.

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Insertarlas en el contexto de recepción o destino, atendiendo a las necesidades históricas que es precisoresponder. Ellas no se circunscriben únicamente a la adquisición de nuevos conocimientos y habilidades porparte de los sectores populares, sino de manera fundamental, a la apertura de procesos que signifiquen elestímulo a la creatividad, la participación y la expresión de las culturas populares dominadas, la habilitaciónde líneas de pensamiento-acción originales y autónomas, la organización solidaria de los sectores popularescon miras a la superación de la actual crisis y a su constitución en sujetos históricos.

LA DELIMITACION DEL CAMPO DISCURSIVO; ¿UNA CUESTION METODOLOGICA?

Otro factor de importancia que es imprescindible tener en cuenta, ya que incide en la producción de losnuevos discursos, es el capital acumulado en el campo de producción significante, dado por losdiscursos preexistentes y por el conocimiento de las normas y dispositivos que regulan los intercambiosdentro del mismo.Por la apropiación de ese patrimonio se da una lucha que vuelve a poner sobre el tapete la cuestión dela hegemonía y las relaciones de poder y que constituye, en última instancia, una disputa por lalegitimidad del campo y de sus integrantes. Asimismo, ella nos coloca ante una serie de opciones teó-ricas, metodológicas y prácticas que señalan la presencia de un proceso de selección apropiaciónacumulación cultural orientado por concepciones de orden político-ideológico, cualesquiera sean los re-sultados a los que se arribe.

Existe un habitus profesional que tiende a considerar que los discursos preexistentes que nutren un campocomunicacional todavía incipiente como el que nos ocupa, son sólo los que provienen de los campos de laeducación formal, la TV masiva y, en menor medida, el cine y la radio. De este modo habremos delimitado elcampo discursivo guiados por un determinado criterio político-ideológico. Si procedemos a la inversa, esdecir, seleccionando un dentro de cada campo involucrado aquellos discursos de ruptura en los que elpatrimonio pedagógico ' artístico y cultural de América Latina expresa con singular riqueza la constantebúsqueda de la utopía --siempre ligada al interrogante acerca de las identidades nacionales- el procesoestará orientado por criterios antagónicos a los anteriores. Así tenemos que nuestras posibles opcionestransitan sobre dos ejes paralelos en cada uno de los cuales existe una continuidad histórica que es factibleidentificar; un discurso pedagógico de la Instrucción Pública dominante y un discurso pedagógico popular; undiscurso comunicacional masivo también dominante7- y un discurso comunicacional alternativo, etc.Ese patrimonio sintetiza las múltiples interinfluencias, contradicciones y penetraciones derivadas de la luchapor la hegemonía, conformando un itinerario que nos permite leer nuestra historia, a través de las prácticasdiscursivas y de las condiciones extradiscursivas que determinaron esos discursos. Esto implica atender,tanto a los productos concretos -discursos- cuanto a dichas prácticas y condiciones a fin de identificarcaminos para romper los límites impuestos a las prácticas discursivas presentes.De allí que, la delimitación del campo discursivo sea una cuestión sustantiva en la medida que establece nosólo lo ya dicho, sino también pone límites a lo que es posible decir. Y dado que los procesos deselección-incorporación-acumulación de componentes culturales siempre se efectúan desde una perspectivapolítico-ideológica determinada, ellos implican, a su vez, la puesta en marcha de otros procesos: de análisiscrítico, resemantización, adaptación, neutralización, etc. que involucran a lo social al promover formas deexperimentar e interpretar lo real y determinar cuáles temas e ideas son importantes, así como los quedeben omitirse y pasar al olvido.Antes de abordar el tema de las normas y dispositivos que regulan esos procesos dentro de cada campocultural, quisiera explicar por qué romper los límites impuestos a las prácticas discursivas es, en mi opinión,de vital importancia.En América Latina en general, y en la Argentina en particular, estamos atravesando una crisis global,estructural y profunda que comprende a todas las dimensiones de la existencia humana. Como parte de esasituación, asistimos a una inédita expansión de los discursos de crisis que, provenientes de los más variadoscampos del quehacer social, tienden a generalizar una filosofía de la resignación que llamo del "posibilismo"desmovilizadora y castradora de nuestras potencialidades. No obstante, sabemos que la superacióncualitativa de la actual crisis exige movilizar y articular las mayores reservas y energías que poseen nuestrospueblos.

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Desde una retórica neo-liberal se apela a términos tales como progreso, desarrollo, modernización, enprocura de construir objetos abstractos a partir de la plurisignificación de esos términos enmascaradores delas contradicciones y antagonismos cada vez más agudos que aquejan a las sociedades dependientes y deuna persistente exclusión de las mayorías populares nacionales. Para esta concepción, el progreso tienedestinatarios precisos e interdictos implícitos, en cuanto el desarrollo se mide en términos económicos mera-mente cuantitativos y la modernidad, destinada a áreas parciales de la actividad social según el paradigmaproductivo del capitalismo dependiente, sería el resultado de la acción modernizadora de ciertas cúpulaspolítico-tecnocráticas. El iraní Majid Tehranian describe acertadamente este enfoque: 9

La modernización desde arriba, acompañada de una buena dosis de tíranía cognoscitiva, trata a losobjetos que manipula (el hombre y la naturaleza) como cosas que hay que fundir en un molde nuevo,diferente, contra su voluntad y contra su sentido de la historia y del bienestar. Tal es la razón por la cual laprimera tarea de modernización consiste tan a menudo en volver a escribir la historia, borrando de ellaaquellos recuerdos que parecen obstaculizar sus propósitos".

Se trata, en síntesis, de una visión por completo eurocéntrica que comporta la adopción de un sistema devalores de vastas implicaciones culturales, cuyo rasgo esencial es el de consumar y legalizar la definitivaescisión entre ética y política.l0 Por otra parte, los significados nuevos que adquieren los fenómenosderivados de la crisis para una izquierda desencantada de su realidad de pertenencia por la no adecuaciónde esta a sus marcos de referencia teóricos, ha contribuido a desestructurar el discurso de ese sector delespectro político latinoamericano. Salvo contadas excepciones, dicho discurso oscila entre unneo-positivismo que adhiere acríticamente a las consignas modernizantes, en nombre de un concepto deprogreso "avalado" por la tradición racionalista del socialismo científico y una retórica clasista anclada en elpasado . Ambos discursos, son insospechadas coincidencias, no tienen mayor credibilidad en los sectorespopulares, impedidos de expresar su propia palabra en sociedades sometidas a violentos procesos dereestructuración -y polarización- social como producto de la desindustrialización inducida por dictadurasmilitares o gobiernos civiles neo-liberales. El crecimiento pavoroso de la marginalidad urbana, el cuentapro-pismo como forma encubierta de desempleo, la violencia que adquiere matices inusitados en algunosespacios de la región el individualismo descamado que impone la dura lucha por la sobrevivencia a lossectores medios, el escepticismo político como nueva forma de manifestar la ilegitimidad de los poderesdominantes, son los fenómenos interrelacionados por la crisis, ante los cuales las instituciones tradicionalesdel sistema carecen de respuestas. No es de extrañar, entonces, que entre aquellos dos discursos deesencia racional-iluminista, crezca un espacio donde proliferan los diversos discursos irracionales" -típicos delas épocas de crisis- que hallan posibilidades multiplicadoras a través de la acogida que les brindan losmedios masivos de comunicación.La crisis que embarga a aquellas instituciones pone de relieve el agotamiento de los paradigmas eco-nómicos, políticos, sociales, culturales que las animan y una lasitud que las torna ineptas para galvanizar lasenergías sociales en tomo a las metas estratégicas del desarrollo nacional integral. Sin embargo, en mediode este panorama desolador, que plantea múltiples exigencias, vemos emerger los brotes de nuevas,modalidades de pensamiento y de acción las cuales dan cuenta de una reagrupación de fuerzas, señalandola aparición de nuevos actores sociales. Este movimiento lento, aún desarticulado y contradictorio, las másde las veces subterráneo, no sólo evidencia la incapacidad de las instituciones tradicionales para canalizarlas necesidades de las mayorías y responder a los complejos fenómenos sociales del mundocontemporáneo -como la problemática ecológica, de los derechos humanos, de la mujer, la juventud, lamarginalidad urbana sino también explicita la vitalidad de las culturas populares nacionales que lo nutren.Luego de siglos de depredación, ellas son todavía capaces de absorber y procesar aspiraciones colectivas,de apoyar la memoria histórica y creatividad a la tarea de restituir los lazos de identificación y solidaridadprimordiales a través de los cuales los individuos se constituyen en sujetos históricos.Me refiero a las organizaciones sociales de base que, inicialmente nueleadas en torno a reivindicacionespuntuales y a formas de religiosidad popular, ponen en marcha procesos autogestivos de indudablerepercusión cultural.Esos nuevos actores sociales, sus prácticas y discursos, sus necesidades y propuestas no tienen cabidaalguna en el espacio de la comunicación y la cultura dominantes, ante lo cual van creando sus propiasformas de comunicación y regenerando un tejido político-cultural de indudable trascendencia. Para el modelo

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de educación dominante ellos conforman una "demanda" que no podrá ser satisfecha en los términostradicionales de "formación de recursos humanos" para incorporar al circuito de producción-consumo dediferentes bienes y servicios. El que, por otra parte, antes que señales de querer recibirlos, muestra clarossignos de expulsión de los "excedentes".Para el habitus institucional, ese espacio social popular y su cultura aparecen como un vacío a llenar condiscursos provenientes de la cultura ilustrada y el saber científico, esgrimiendo el objetivo manifiesto de"elevar" el nivel de las masas con miras a la calificación de la mano de obra que requiere el paradigma demodernidad. En esa autoasignada misión civilizatoria, coinciden históricamente izquierdas y derechas, segúnsus respectivas perspectivas ideológicas, encubriendo así una de las más sutiles modalidades dedescalificación de lo otro, ajeno o contradictorio en relación al corpus cultural que se pretende hegemónico.Al negar especificidad y derecho al habla a las culturas populares nacionales, se las trata de reducir a meroacervo folklórico, deslegitimándolas como prácticas culturales vivas, legalizando los procesosinterrelacionados de expropiación y penetración de los cuales son objeto. En este campo de producción,social significante donde junto a elementos espúreos, existen saberes y prácticas de un elevado potencialliberador, la comunicación y la educación populares encuentran no solamente la posibilidad de efectuarimportantes - aportes, sino también la de enriquecer sus propias potencialidades teóricas, metodológicas yprácticas. Sobre la base de ese intercambio, que hace a una de las principales exigencias que plantea laactual coyuntura, tal es la preservación y dinamización de la diversidad cultural como factor insoslayable deun desarrollo integral, será factible construir la matriz del proyecto histórico alternativo. Este es el significadoque, en mi concepto, tiene el término comunicación alternativa: la puesta en marcha de un modelocomunicacional y cultural superador del dominante, en el marco de un proyecto histórico de cambio social.

-Laclave del desarrollo no es sólo técnica y económica, sino también cultural -apunta PaulHenri Chombartde Lauwe- Esto significa que la imposición de modelos técnicos (y económicos) por parte de los paísesmás avanzados de la civilización industrial, se opone a la diversidad de culturas. Ahora bien, la diversidadde culturas es fuente de libertad y de creación, tanto en el plano técnico como en los demás aspectos dela existencia (...) el desarrollo económico implica opciones que corresponden a las aspiraciones y a lasnecesidades, a los sistemas de representación y de valores de cada cultura ( ... ). Los especialistas aúntienen mucho que aprender de aquellos para quienes pretenden trabajar, pero ¿se lo permitirá su filosofía.11

Generar la conciencia de la necesidad de fomentar en el terreno teórico -práctico, la diversidad cultural eimplementar modelos comunicacionales alternativos, en el sentido arriba señalado, supone estarpromoviendo ya un trascendente cambio. Todo ello lleva a considerar de manera particular los dispositivos ynormas que regulan los intercambios culturales. Esto es, los procesos de generación, selección,incorporación, acumulación de componentes culturales, como parte sustantiva de las prácticas discursivasde la educación popular.

SISTEMAS CONSTRUCTIVOSCULTURALES Y DIVERSIDAD CULTURAL COMO FACTOR DE CAMBIO SOCIAL

La mayor parte de los estudios que han encarado el tema de la comunicación masiva -y en particular de latelevisión desde el enfoque cultural inaugurado por la escuela de Frankfurt- abordaron a la llamada culturade masas o para las masas, con un desprecio elitista hacia la modalidad discursiva, tal como se lo hicieracon respecto al cine a principios de siglo. A la "cultura de masas" se le adjudica así un carácter antagónicoen relación a la denominada cultura ilustrada y una intencionalidad de mera degradación de las culturaspopulares nacionales. En América Latina son recientes los esfuerzos por tratar de dilucidar lasinterconexiones entre lo popular y lo masivo -cabe destacar aquí el aporte de Jesús Martín Barbero-12 ytodavía no se vislumbran mayores elaboraciones que intenten verificar los nexos entre este último campo yel de la "cultura ilustrada". El bagaje teórico con que contamos en este terreno es fragmentario y resultainsuficiente para encarar la repercusión de los fenómenos derivados de la expansión de las nuevastecnologías electrónicas audiovisuales, amén de responder en sus grandes líneas al pensamiento generadoen los países centrales, cuya problemática comunicacional y cultural es otra. De ello se sigue una división del

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universo cultural en compartimentos tales como: cultura ilustrada, cultura de masas y culturas popularescuando no se asimilan estas dos últimas categorías a una según un esquema vertical que impone unajerarquización implícita basada en la comparación, de carácter generalizador-abstracto, entre productos apartir de sus componentes semánticos. Se confunde de este modo la noción de cultura con la demanifestaciones artístico -culturales y se deja de atender al hecho de que las prácticas culturales soneminentemente prácticas políticas, sólo posibles de dimensionar si se las vincula dialécticamente a lascondiciones de su producción social significante.Si siempre han sido vanos los intentos por encontrar productos o manifestaciones artístico-culturales enestado puro e incontaminado, mucho más lo son a partir de las mutaciones que impone latransnacionalización de la cultura de la mano de las nuevas tecnologías. Lo único factible de jerarquizar,entonces, más que los productos, son los nexos que vinculan a las distintas prácticas político -culturales enun momento histórico determinado. Aquellos, mantendrán entre al diferentes grados de oposición ointerpenetración según la correlación de fuerzas imperante en el contexto de esos vínculos y su valor podrádeterminarse en virtud de las experiencias sociales y proyectos históricos que definen un significado enfunción de las prácticas político-culturales impulsadas. Por consiguiente, cabe hacer una distinción entreSistemas Constructivos Culturales (SCC)13 en lugar de hacerla entre productos culturales, ubicando a estosen el marco de la dialéctica dada por la lucha por la hegemonía entre un campo cultural dominante y otrodominado.Conforme a este enfoque, distinguimos entre dos SCC -dominante y dominado- de los cuales se siguenprácticas y dispositivos reguladores de los procesos de generación, selección, incorporación, acumulacióncultural, cualitativamente distintos. El primero comprende a los productos de las denominadas culturailustrada y cultura de masas y el segundo a los de las culturas populares nacionales, dominadas. Interesa,así, desentrañar las características de esas prácticas y dispositivos y las funciones ideológicas que elloscumplen, atendiendo a las combinaciones entre dominación y hegemonía en un contexto de elevadaheterogeneidad social que da por resultado un campo simbólico altamente fragmentado, como es el caso deAmérica Latina. Esto implica que no todo lo dominante posee la facultad de hegemonizar, del mismo modoque ¿no se puede confundir la ideología del poder con el poder de la ideología?.El concepto de ideología requiere ser ubicado en su doble significado, ya que como dimensión constitutivade la cultura que se materializa en las prácticas discursivas no la podemos entender en el sentido marxistaclásico, o sea en tanto mera representación ilusoria de la realidad.Si bien resulta impensable cualquier tipo de representación desapegado de un orden estructural concreto,las clases dominantes y las dominadas llevan a cabo esa operación en determinado momento. Las primerascuando pretenden hacer de su ideología una verdad universal, atemporal, absoluta e inmutable aplicable atodo espacio social-histórico. Las segundas cuando, como producto de su experiencia social de opresióny-de la práctica de resistencia a ella, llegan a formular una utopía a manera de construcción teórica oproyecto futuro que actúa como ideal, orientando las acciones de los individuos, clases y sectores, con el finde superar las relaciones de dominación. Esta función utópica de lo ideológico no puede considerarsefantasmagoría o falsa conciencia ya que se estima como probable su realización en el marco de una praxistransformadora que demuestra su viabilidad o induce a reformular las propuestas, confiriendo sentido a lasacciones humanas. En este último plano, la ideología es un componente dinamizador por excelencia de lacultura en su doble posibilidad de imaginar los perfiles de una sociedad ideal que es la negación decondiciones históricas concretas y de orientar las prácticas político-culturales hacia esa meta. Por ello esfactible distinguir en lo ideológico dos funciones diferentes: una justificatoria -representación ilusoria- y otrautópica; la primera tiende a la reproducción, la segunda al cambio. El hecho de que en las prácticasdiscursivas puedan aparecer combinadas en diferentes grados y niveles, no impide reconocer lapreeminencia de una o de otra. Más allá de los rasgos distintivos de los productos, la "cultura ilustrada" y la"cultura de masas", comparten -dentro de cierto margen de contradicciones- un SCC y una función de loideológico que apuntan: a la reproducción material y simbólica del poder hegemónico, a la neutralización delas formas de conocimiento y prácticas culturales que podrían significar la emergencia de corpus cultura-', lesimpugnadores de la dominación, a la cohesión social de las clases dominantes y al enmascaramiento de losantagonismos sociales, presentándolos como "diferencias" estético-culturales."

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Los dispositivos de ese SCC dominante -en sus vertientes ilustrada y masiva- se rigen por el imperativo dedominación de lo otro, ajeno contradictorio al propio corpus. Su nula tolerancia a la diversidad de lasmanifestaciones culturales es también intolerancia a la existencia de pluralidad de mecanismos deprocesamiento y canales de difusión cultural. Ella se manifiesta por la incorporación de componentesprovenientes de diversos espacios geográficos y socio-culturales, pero de manera subordinada al corpushegemónico; esto es, resemantizándolos y refuncionalizándolos para asimilarlos a la función ideológica dereproducción. Desde esta óptica, universalizar productos culturales significa simultáneamente, generalizarlos dispositivos que rigen los procesos de generación, selección, incorporación, acumulaciónartístico-cultural, mediante la imposición de una división del trabajo propia del SCC dominante, como si setratara de una exigencia técnica de cada campo de producción significante. Este, más que los "contenidos"concretos de los productos es el rasgo depredador esencial de dicho SCC.La trayectoria de la civilización occidental expresa ese ideal de hegemonía al instaurar criterios de uni-versalidad que remiten a la categoría de dominación -de lo considerado "subalterno" por lo "superior", segúnuna clasificación técnico-estética entre productos de carácter enmascarador- antes que la de Pluriculturismo.

La vertiente masiva del SCC dominante, en su fobia a la diversidad, el cuestionamiento, la complejidad de loreal, su obsesión por imponer el habitus del consumo, codifica una voluntad límite de afirmación de esatrayectoria, en lugar de constituir su negación como a veces se pretende desde los enfoques "culturalistas".La vertiente ilustrada encubre esa misma fobia con la coartada de la estética, consagrando la diferenciaciónsocial como garantía de jerarquía artística.Otra característica del SCC dominante es que la producción simbólica está en manos de especialistas, tantoen lo que hace a los productos concretos, cuanto a la priorización de determinados canales de circulación delos mismos para cada campo de producción y a la institucionalización de mecanismos de apreciación-función de los críticos y determinación de espacios de consumo. Con ello establece implícitamentedispositivos para la consagración y la interdicción y organiza a los espacios de recepción -claramentediferenciados de los de emisión y entre sí- según la división en clases de la sociedad, constituyéndolos enmercados donde la lucha por lá apropiación-consumo adquiere rasgos alienantes, en tanto los productos setransforman en mercancías-fetiches.El predominio del valor de cambio sobre el valor de uso, señala la escisión operada entre práctica socialintegral y práctica cultural; entre arte y vida. El SCC dominado, que rige a las culturas populares nacionales,funciona exactamente a la inversa y en ello reside el rasgo distintivo básico de dicho campo cultural.Por tal motivo, tratar de definir la categoría de culturas populares lleva a identificar los dispositivos comunesa un SCC dominado, permitiendo un análisis que trasciende los límites impuestos por los productosconcretos, en general altamente mixturados. Entonces, más que constatar el sincretismo que embarga a lasmanifestaciones de las culturas populares nacionales, importa poner de relieve las causas que lo originan ylas funciones que el mismo cumple dentro del espacio social popular.Es posible afirmar que, en términos generales, dicho SCC carece de la congruencia que da el ejercicio delpoder para jerarquizar el universo cultural, ante el carácter polisignificante de las manifestaciones artístico-culturales, en la medida que las relaciones sociales jerarquizadoras no surgen naturalmente de su seno,sino que le son impuestas. Este rasgo distintivo ha hecho pensar a muchos estudiosos que este campo serige por dispositivos de carácter científico, prelógicos o espontáneos, lo cual invalida la posibilidad de otrasformas de conocimiento fuera de la racionalidad, tal como la entiende la cultura occidental.Sin embargo, el hecho de que los sectores populares oprimidos incorporen a su corpus cultural componentescontradictorios puede interpretarse de manera muy diferente, a saber:

Los procesos que van de la generación y selección a la acumulación cultural, se orientan por un SCC quepara la generalización de pautas actúa gestando bases de legitimidad a partir de formas participativascolectivas, donde el intercambio de roles entre emisores y receptores es la norma rectora. Práctica culturaly práctica social integral no están escindidas, del mismo modo que predomina el valor de uso sobre elvalor de cambio.Los componentes contradictorios incorporados cumplen, en la mayor parte de los casos, como nos lodemuestra la historia cultural de América Latina, una función ligada a la supervivencia de un patrimonio

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avasallado que necesita recurrir a formas enmascaradoras para poder subsistir. Culturas a la defensiva"'es el término que caracteriza acertadamente a esa situación.La conservación del propio patrimonio cultural, aunque bajo formas "impuras" o sincréticas, ¿cumple unafunción resistencial y enriquecedora al margen de la voluntad conciente de sus actores, toda vez que sirvede valla a log procesos combinados de expropiación y penetración que se llevan a cabo desde la culturadominante.En ese peculiar funcionamiento del SCC del campo popular, no sólo subyace la única posibilídad deresponder a necesidades que no son satisfechas por la cultura dominante, sino también yfundamentalmente, un dispositivo democratizador por excelencia de las relaciones culturales que poseevalor intrínseco.

Esto equivale a decir que estamos ante un SCC que no actúa guiado por fines de dominación de lo otro,ajeno o contradictorio a su propio corpus, por lo que posee una elevada facultad de tolerancia a la diversidadde manifestaciones, indudablemente ligada a la pluralidad de mecanismos de procesamiento y difusióncultural. Hecho que supone la presencia de modalidades de hacer, sentir y pensar -es decir de cultura- delas que se han desterrado las prácticas opresoras.En esa práctica político-cultural que va de la resistencia a la liberación, se forja la matriz de una nuevaconciencia cultural indispensable para todo proyecto que apunte al cambio social y al establecimiento de unasociedad basada en los valores de participación, tolerancia, solidaridad, donde la praxis humana se concibaen términos integrales, y pueda restituirse la unidad entre arte y vida, ética y política. De allí que laincorporación de componentes de la cultura dominante que hacen los oprimidos exige ser vista de maneradialéctica. Desde esta perspectiva él campo de las culturas populares nacionales es aquel en el cual seprocesan y constituyen, en un proceso permanente y dinámico, las identidades culturales nacionales. Ellasremiten a la memoria histórica de la lucha entre lo dominante y lo dominado -de la cual las culturas popularesconforman el escenario privilegiado y a la gestación de un proyecto liberador del espacio popular nacional.Así, las prácticas y componentes político-culturales provenientes de diversos contextos socio-históricos,seleccionados en virtud de sus potencialidades liberadoras en lo político, cultural y social, que se incorporande manera apropiada forman parte de las culturas populares nacionales de igual manera que los compo-nentes autónomos.19

EL VIDEO EDUCATIVO POPULAR COMO NUEVO CAMPO COMUNICACIONAL A MODO DECONCLUSIONES

A partir de lo expuesto es posible afirmar que la incorporación del video a las prácticas de la educaciónpopular, implica la apertura de un nuevo campo comunicacional de insospechadas posibilidades. Lamultiplicación de experiencias en diversos países de América Latina muestra que el uso-del video enactividades de información, contrainformación, capacitación, expresión inaugura nuevas prácticasdiscursivas que a su vez señalan la emergencia de nuevos actores. No es de extrañar que sectorestradicionalmente marginados de las diversas áreas de la comunicación y la cultura dominantes, comomujeres y grupos étnicos, hayan accedido al empleo del video como herramienta para la expresión de susdemandas y la satisfacción de necesidades culturales largamente postergadas. Ello impulsa a reflexionarsobre los aspectos más relevantes de una estrategia que permita profundizar los procesos en curso.Dentro de la misma podemos distinguir dos niveles complementarios, el de las estrategias y acciones re-feridas al medio y el de las dirigidas a otras áreas que pueden incidir de manera definitoria en el modo enque aquel se inscribe en la comunidad, a fin de no trasladar habitus profesionales e institucionales decarácter disruptivo.En este último aspecto cabe subrayar que la inserción del video en el campo de las culturas popularesnacionales implica su inclusión dentro de un SCC regido por normas y dispositivos cualitativamente distintosde los que guiaron el desarrollo de la modalidad discursiva en la mayor parte de su trayectoria. Esto lleva aconsiderar con especial atención la necesidad de realizar estudios previos sobre las características y elfuncionamiento de esos dispositivos en cada contexto de recepción, los cuales deben acompañarse deanálisis sobre otras formas de comunicación y modalidades discursivas previamente existentes. En general

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el video es un medio que viene a agregarse a otras formas de comunicación preexistentes; oral,interpersonal, escrita, música, canto, teatro, etc. El conocimiento de ese patrimonio cultural y comunicacionalaparece como tarea imprescindible a fin de que la nueva modalidad discursiva, lejos de convertirse enhegemónica, contribuya a impulsar las modalidades preexistentes y otras nuevas. Si aceptamos como válidala hipótesis de que la diversidad de contenidos culturales es indesligable de la existencia de pluralidad demodalidades de procesamiento y canales de difusión, contribuir al enriquecimiento del campo culturalpopular significa estimular dicha pluralidad.De otro lado tenemos que en plena civilización de la imagen nuestras poblaciones son analfabetas entérminos audiovisuales y esto comprende no sólo a los sectores populares, sino también a otros, incluídoslos docentes. Conocer el funcionamiento de las gramáticas de reconocimiento en relación a distinto tipos demensajes, ayuda tanto a la formulación de los nuevos, como a detectar dispositivos básicos del SCCdominado. Esta tarea la percibo como indesligable de la actividad "alfabetizadora", la cual supone transferirlos conocimientos técnicos, tecnológicos, y conceptuales que en el terreno teórico -práctico ayuden por iguala establecer mecanismos de lectura críticos de los mensajes deseducadores que circulan profusamente y auna apropiación de la modalidad discursiva por parte de los, hasta ahora, receptores de la misma. En elcontexto de la revolución tecnológica que está teniendo lugar, propiciar estrategias semejantes constituyequizás la única manera de poder hacer frente a los procesos concentradores y centralizadores que desdeella se impulsan. Además la multiplicación de iniciativas descentralizadas y relativamente autónomas decomunicación -y la probable interconexión a futuro entre ellas, a nivel nacional, subregional y regional- seconstituye en uno de los principales factores que, de manera indirecta, puede inducir cambios en elpanorama de la comunicación dominante. De allí que, las inexistentes políticas nacionales de comunicacióny cultura 20 que tanto necesitan nuestras sociedades, en lugar de esperarse como una generosa dádivahecha "desde arriba", podrán comenzar a gestarse desde la articulación de esas iniciativas. En su carácterde grupos de presión demandantes de las mismas y de redes capaces de implementar políticas propias en lapráctica, las organizaciones populares pueden llegar a tener un papel protagónico en este terreno vital delucha por la hegemonía, hoy monopolizado por los sectores político-tecnocráticos que procuran lareproducción de su poder.De lo anterior se seguirán, no como consecuencia fatal sino como producto de un proceso concientementeorientado, innovaciones en las gramáticas de producción y en la generación de códigos de verosimilitud, encuanto a las estrategias y metodologías referidas al medio.Si forjar credibilidad hacia sus discursos, con miras a gestar las bases de consenso con respecto a unproyecto histórico -de dominación- es una función sustantiva que cumple el modelo televisivo dominante, lacreación de un modelo alternativo tiene que contemplar desde otra perspectiva esta cuestión. Elestablecimiento de modos de producción apropiación autogestivos, aparece así como exigencia ética -daracceso al habla a quienes han sido privados del mismo-; político-ideológica -sentar bases más equitativaspara la disputa por la hegemonía y dinamizar los procesos conducentes a establecer un nuevo proyectohistórico-; estratégica -asegurar la continuidad y el perfeccionamiento de los procesos de educación,organización y desarrollo integral que la comunicación articula- y metodológica -garantizar la congruenciaentre el qué y el cómo se comunica, dando respuesta al problema que plantea la estrecha vinculación entremodos y relaciones de producción-apropiación y los diversos niveles de formulación discursiva-. De estamanera, la gestación, selección, acumulación de nuevos códigos de verosimilitud, hecha desde laperspectiva del SCC popular, según los dispositivos propios de este, pone en evidencia que el tema de lacredibilidad es un problema de los emisores, cuando el proceso comunicacional se lleva a cabo desde fueradel campo socio-cultural al que se dirige. A la inversa, cuando emisores y receptores son partícipes de unproceso horizontalmente compartido, la elaboración de gramáticas de producción y gramáticas dereconocimiento, códigos de verosimilitud y mecanismos de credibilidad no son más que instanciasinterrelacionadas del mismo.La recuperación de la memoria histórica y de las identidades culturales regionales y nacionales, se presentacomo una tarea insoslayable de las prácticas de la educación popular entendida en su sentido integral, quepuede encararse paralelamente a la de responder a necesidades perentorias detectadas, en materia decapacitación y enseñanza en aspectos puntuales.

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A partir del uso del video en relación a las necesidades de los sectores populares de América Latina se estáforjando un rico patrimonio de experiencias, prácticas y materiales cuya difusión en los grupos de base sehace imperiosa a los efectos de promover un verdadero intercambio de conocimientos. Nutrir a la enormecantidad de grupos nucleados en torno a proyectos de comunicación popular que emplean diversos medios,con dichos materiales abriría un nuevo horizonte a la actividad de producción y, por supuesto, a la dedifusión. Es cierto que para ello tropezamos con muchos problemas de tipo económico, pero también lo esque los niveles de organización e intercomunicación alcanzados hasta el momento dejan mucho que deseary las razones no son exclusivamente las carencias materiales.No podemos desconocer la tendencia a impulsar procesos perversos dada por los habitus profesionales einstitucionales que no han sido suficientemente analizados y explicitados a fin de superarlos. Entiendo queexisten procesos perversos cuando prevalecen las tendencias competitivas por encima de las razones queplantea la exigencia de un trabajo solidario y mancomunado y sobre todo, cuando las necesidades de lossectores populares son respondidas desde la perspectiva de los intereses político-ideológicos y culturales delos especialistas, quienes se autoasignan la capacidad de decisión sobre qué y cómo se comunica.Las interpretaciones mesiánicas de las demandas populares van siempre acompañadas de procesos deexpropiación de la palabra y de imposición de pautas culturales, de conductas de sustitución y subrogación,muchas veces motivadas en urgencias por obtener resultados "mostrables" y otras por ignorancia de ladinámica que rige a las culturas populares.Por tales motivos, redefinir el rol de los especialistas y, consiguientemente, los perfiles del profesional que elnuevo campo reclama son problemas que se vinculan a lo arriba expuesto. De igual manera creo que es untema de reflexión la existencia de especialidades compartimentadas y sin mayores vinculaciones entre sí,heredada de la dinámica educativa de los sistemas formales.La conformación de los equipos de trabajo y de las áreas que manejan -y por lo tanto de las que quedanvacantes- refleja esa compartimentación, amén de que la necesaria multidisciplinariedad pocas veces lleva averificarse en la práctica de manera satisfactoria.En este sentido estimo que docencia, investigación y producción de materiales audiovisuales son tres áreasque deben trabajar en estrecha vinculación, promoviendo procesos de mutuo enriquecimiento. Pero sucedeque -de acuerdo a mi experiencia, siempre relativa- la investigación comunicacional marcha por un lado y lapráctica por el otro; los productores menosprecian a los comunicólogos y viceversa. Los docentes, por suparte, no han recibido formación alguna en cuanto al manejo de medios y por lo tanto desconocen, salvo ex-cepciones, las posibilidades de un uso creativo de los mismos.El excesivo énfasis puesto en la tecnología y la orientación actual de las escuelas y facultades de cienciasde la comunicación, son elementos que obstaculizan los cambios, en el sentido apuntado.Encontrar las vías que permitan compensar estas deficiencias en la práctica actual y plantear alternativaspara superarlas en el mediano y largo plazo, se enmarcan dentro de una labor propositiva y de con-cientización que es paralela a las actividades concretas dentro del campo, en el entendimiento de que estees el terreno en el cual germinan los brotes de un nuevo modelo comunicacional, educativo y cultural. Losdesafíos son tan grandes como las potencialidades a desarrollar, sin embargo son mayores los riesgos de noasumirlos, porque transitar este camino venciendo los obstáculos, significa -y aquí recuerdo a Freire- estaren y con el mundo, nuestro mundo. Es decir, nuestra específica historicidad, aportando a su reinterpretaciónen tanto pasado y presente y a su construcción en cuanto futuro.

Notas.

1. Término acuñado por Iván Illich, en el mismo sentido que da Marx al concepto fetichismo de lamercancía. Véase en -Después de la escuela ¿qué?, Ivan Illich y otros. Ed. Nueva Imagen. México,1982.

2. Néstor García Canclini, Desigualdad cultural y poder simbólico; la sociología de Pierre Bourdieu;Escuela Nacional de Antropología e Historia, Instituto Nacional de Antropología e Historia, Mimeo,México, 198ó,

3. Ambos conceptos obedecen a Mabel Piccini.

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Véase en: Sobre la producción discursiva, la comunicación y las ideologías, Cuadernos del TICOM, Uni-versidad Autónoma Metropolitana, Xochimilco, México, 1983.

4. Concepto teórico debido a Eliseo Verón, en Mabel Piccini, op. cit.5. Alcira Argumedo, Un horizonte sin. certezas; América Latina ante la revolución cien tífico-técnica, Punto-

sur Editores, Buenos Aires, Argentina, 1987.6. "El concepto de desarrollo integral está fundamentado en una visión de la sociedad como un todo

global en el cual las partes o sectores se articulan en una unidad compleja, cuya significación definitivaes producto de las mutuas influencias de todos esos sectores. Desde esta perspectiva teórica, la con-cepción de que sólo los procesos económicos serían responsables finales del empuje dado al desarrolloluce como un planteo aberrante".García Pince Evangelina, América Latina y el Caribe; comunicación y cultura como partes del desarrollointegral, Revista Culturas, Vol, VI, No. 3, UNESCO, París, 1980.

7. Para el concepto de campo cultural véase:Pierre Bourdieu, Campo intelectual y proyecto creador, en Problemas del estructuralismo, variosautores, Siglo XXI, México 1984. También en García Canclini, op. cit.

8. Adriana Puiggrós hace una caracterización del Discurso de la Instrucción Pública y su evolución a lolargo de la historia pedagógica de América latina, en: La educación popular en América Latina;orígenes, polémicas y perspectivas. Editorial Nueva Imagen, México, 1984.

9. Tehranian Majid, Comunicación y desarrollo internacional, algunas consideraciones teóricas, en RevistaCulturas, volúmen citado.

10. Los días de la comuna; filosofando a orillas del río, Horacio Gonzáles, compilador. Actas del CongresoNacional de Filosofía y Ciencias Sociales realizado en la Comuna de Puerto Gral. San Martín del 5 al 8de noviembre de 198ó. Punto Sur Editores.Véase intervención de Mario Casalla, Panel: "Los diversos sentidos de la modernidad en los procesospolíticos y sociales".

11. Chombart de Lauwe Paul-Henri, Crisis económicas y culturas innovadoras, Le monde diplomatique,México, marzo de 1984.

12. Véase, Barbero Jesús Martín, De los medios a las mediaciones; comunicación, cultura y hegemonía, G.Gil¡, Barcelona, España, 1987.

13. El concepto de Sistema Constructivo Cultural alude a los modos y relaciones sociales de producciónapropiación -y consiguientemente, las normas y dispositivos que regulan los intercambios- que rigendentro de un campo cultura]. Ellos involucran prácticas político-culturales y concepciones de lo cultura]que orientan los procesos de generación -selecciónincorporación - cumulación en una determinadadireccionalidad; es decir, que comprenden también un nivel ideológico, en el sentido que da Verón aeste concepto.Velleggia Susana, ¿Qué onda con la televisión mexicana?; análisis preliminar de la programacióntelevisiva del Distrito Federal. Universidad Nacional Autónoma de México, México 1983. (mimeo).

14. Piccini Mabel, op. cit..15, Marx Carlos y Engels Federico,La ideología alemana, Ed. Pueblos Unidos, Montevideo, Uruguay, 1978.

Althusser Louis, Ideología y aparatos ideológicos del Estado, Siglo XXI, México, 1974.El doble sentido del término ideología lo introduce Karl Mannheim en 1919, en su libro Ideología yutopía.Véase: Ideologie et utopie, Marcel Riviere, París, Francia, 195ó.

10. Citando a Bourdieu, señala García Canclini, "Este efecto ideológico es producido por la cultura domi-nante al disimular la función de división bajo la de comunicación. La cultura que une al comunicar estambién la que separa al dar instrumentos de diferenciación a cada clase, la que legitima esasdistinciones obligando a todas las culturas (o subculturas) a definirse por su distancia respecto de ladominante".

17. Véase Anibal Quijano, Cultums y dominación, en Teorías de la dependencia, Monte Avila Editores,Caracas, Venezuela, 1975.

18. Guillermo Bonfil Batalla distingue cuatro categorías culturales, según quien tiene la capacidad dedecisión sobre los recursos culturales.

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1) Cultura autónoma, donde los elementos y recursos culturales concretos están bajo control de un gru-po (pueblo) y a partir de la cual se dan los procesos de resistencia, innovación y apropiación.

2) Cultura impuesta, cuando ni los elementos culturales, ni las decisiones para su incorporación estánbajo control del pueblo considerado, Este sería el caso del colonialismo,

3) Cultura apropiada, es el caso en que el pueblo puede poner bajo su control (mediante procesos deresemantización y refuncionalización efectuados desde la perspectiva de la cultura autónoma) loselementos ajenos que incorpora.4) Cultura enajenada. Esta es una cultura en la cual los recursos culturales forman parte del grupo, pero

este ha sido privado de su capacidad de decidir sobre ellos.Para el autor: "Cultura autónoma y cultura apropiada integran el campo de la cultura propia. Culturaimpuesta y cultura, enajenada constituyen el ámbito de la cultura ajena. El punto crítico está en quientoma las decisiones sobre los recursos, es decir, quien ejerce el control cultural. Lo propio y lo ajeno soncategorías históricas, dinámicas, cambiantes en su extensión y contenidos concretos, porque son la ex-presión de una correlación de fuerzas opuestas, de tendencias y procesos encontrados".Políticas culturales en América Latina, varios autores, compilador Néstor García Canclini, Grijalbo,México 1987.

19.Ibidem.20. Véase: Luis Ramiro Beltrán, Políticas nacionales de comunicación en América Latina, los primeros

pasos, Revista Nueva Sociedad, No. 25, julio-agosto 197ó, Ed. Comunicación de masas, Caracas,Venezuela,