8/8/2019 SEMBLANZAS Y AN+CDOTAS SOBRE C+SAR VALLEJO

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"La vida es corta y se vive una sola vez", sola decir Vallejo a su amigo Crdoba, "como

dijo Whitman: yo no llamo grande a esto, ni pequeo a eso otro, lo que llena su perodo y

ocupa su lugar, es igual a cualquier otra cosa!". Vitalismo a cualquier precio, pareca rezar

Vallejo en ese entonces, sin que su soledad le "nublara nunca la conciencia de estar vivo".

Por otro lado, se coligen de estas confesiones una vanidad intrnseca al personaje Vallejo,

entregado sin tregua al viejo arte de la seduccin, muchas de las veces con poco xito.

Antes de salir con sus amigos y su inseparable bastn "se daba un vistazo a los zapatos,

volva a cepillarse el traje acercndose al espejo se alisaba el cabello, para terminar con el

examen de las manos de dedos largos y fuertes". Siempre alegre, "dicharachero,

palomilloso con sus dichos, despropsitos, ocurrencias, observaciones y relatos reideros."

En el camino nunca dejaba de pasar una mujer atractiva. Y Vallejo no dejaba de inquietarse

exclamando: "Se han dado cuenta, zorrillos, cmo me ha mirado?; seguro que se ha

enamorado de m, y ustedes qu dicen?; entonces creen, pero de verdad, creen?; no me

estarn engaando". Y cuando perda su oportunidad al ver que otro conquistaba a la dama,

humano como cualquiera no dudaba en exclamar despechado: "Nada, nada, nada, la mejor

carne se la come el perro". Otras veces pona pies en polvorosa bajo el temor de que los

amigos de las seducidas estuvieran merodeando y lo sorprendieran.

Las ancdotas divertidas y pcaras eran tambin parte de su repertorio. Tena la historia del

pequeo hijo curioso que merodeaba en la zona media y pdica de su madre frente a sus

amigas y que al ser rechazado la delataba diciendo "ah mi mam tiene pelos". O la de su

compaero escolar onanista en su pueblo natal que era acosado mientras daba rienda suelta

a sus manipulaciones en un maizal con unos sonoros y sincronizados hop, hop, hop!. No se

puede concluir esta pequea seccin somtica con la mencin a un magistral pedo en medio

de una funcin de cine experimental con audiencia copetuda y amanerada en Pars que para

Vallejo fue la mejor crtica que se le pudo hacer a lo que estaba siendo proyectado. Si el

autor de "Espaa aparta de m este cliz" fue velado protagonista de las ancdotas es algo

que nunca queda claro.

No es esta una actitud nacida por la transformacin generada por la distancia. Vallejo

incub siempre esto desde joven, siempre ironizando alrededor de la cultura y sus

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manifestaciones ms respingadas. As, con respecto a la literatura Vallejo a veces era un

majadero. Cuenta Juan Espejo Asturrizaga en "Cesar Vallejo. Itinerario del hombre" que en

Trujillo sola burlarse de poemas ajenos cambindoles las rimas y los sentidos con tanto

ingenio que diverta a todos, y era algo que duraba das. Tambin haca estos juegos con

expresiones doctas, moralejas y mximas con una insistencia pueril. Su tendencia a ser

desequilibrante lo llevaba incluso a denostar su propia condicin de poeta en tono divertido

presentndose a veces como vulgar y altamente monetarizado.

Una ltima. Haciendo cola en la Biblioteca Nacional Vallejo choc accidentalmente al girar

con un seor elegantemente vestido desarmndole la fachada adusta arrojando sus anteojos,

su sombrero hongo y su bastn. Vallejo pidi disculpas pero el agraviado slo le espet su

poca adecuada manera de comportarse en sitio de cultura. Vallejo, irritado por la reaccin,

volvi a excusarse, pero el seor continu increpndolo hasta exclamar a voz en cuello:

"Usted sabe con quin est tratando? Sabe por ventura quien soy yo?" Vallejo lo observ

perplejo. "Sepa usted que soy don Pedro de Osma!". Vallejo, ya sonriente e irnico le hizo

una venia y respondi: "Y yo qu culpa tengo, seor...". Gajes de poeta. (Luis Aguirre).

Artculo extrado de la revista Caretas: Vallejo saba rer

http://www.caretas.com.pe/1999/1562/vallejo/vallejo.htm