semana 11 ¡haz crecer tu fe! - ejercitodesalvacion.ec · proviene de la biblia. y las palabras del...

Tema: Los héroes de Dios tienen fe

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Objetivo de la sesiónLos niños comprenderán que es posible tener más fe y hacer crecer su fe.

Versículo clave¡Ayúdame en mi poca fe! (Marcos 9:24)

Descripción de la sesiónLos niños participan en un juego enfocado en el acto de pedir más, experimentan una historia bíblica sobre un hombre que necesitaba tener más fe, se les alienta buscar más fe, y tienen la oportunidad de invitar a Jesús a ser su amigo y Señor.

Trasfondo bíblicoMarcos 9:17−27

La historia bíblica de hoy muestra a un niño desesperadamente necesitado de liberación y sanación. Su padre lo lleva ante Jesús, dispuesto a creer que Jesús lo puede ayudar. “Si puedes hacer algo”, le dice el padre, “ten compasión de nosotros”. ¡Qué oración tan patética! Sin embargo, Jesús aprecia la fe vacilante de este hombre. El angustiado padre exclama: “¡Sí creo! . . . ¡Ayúdame en mi poca fe!” Y Jesús expele al espíritu maligno y le devuelve al niño la salud que había perdido.

Todos nosotros, aunque seamos cristianos desde hace años, podemos aprender y sacar provecho del ejemplo de ese padre. Podemos vivir durante años disfrutando la bendición de Dios, y sintiéndonos llenos de fe. Pero tarde o temprano sobrevienen tiempos difíciles. Quizás nos toque presenciar el empeoramiento físico de un niño joven que agoniza lentamente. Quizás seamos testigos del deterioro progresivo de la mente de uno de nuestros

•guión “¡Fe de Impacto!” (páginas 126−127)

•micrófono real o de juguete

•“Siluetas personales” de los niños creadas en la Semana 2

•marcadores de colores•hoja grande de papel•marcador negro•equipo de música para

tocar CDs y CDs de canciones sobre la fe

•optativo: libro y CD de Canciones de SONday’SCOOL

•papeletas• lápices•bloques de construcción•optativo: medalla de

George Muller de la Semana 10, medalla de Noé de la Semana 3

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¡Haz crecer tu fe!

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padres. Y nos sintamos aplastados por los sufrimientos de la vida. Auscultamos nuestros corazones en busca de fe. Sabemos que está ahí en alguna parte. Y exclamamos: “¡Sí creo! . . . ¡Ayúdame en mi poca fe!” Y Jesús escucha y contesta.

No es que necesitemos mucha fe. En la versión de esta historia según la relata Mateo, Jesús les dice a sus discípulos que fueron incapaces de ayudar al niño porque su fe era demasiado pequeña. Y entonces les dice: “Si tienen fe tan pequeña como un grano de mostaza . . . para ustedes nada será imposible” (Mateo 17:20). Como el mismo Jesús hizo notar, si bien un grano de mostaza es “la más pequeña de todas las semillas, cuando crece es la más grande de las hortalizas y se convierte en árbol” (Mateo 13:32). Basta con tener fe, por pequeña que sea—porque la fe crece. De eso es lo que trata realmente esta sesión.

Mientras se prepara1. Medite sobre el Versículo clave: “¡Ayúdame en mi poca fe!”

(Marcos 9:24). Reflexione sobre la manera en que su fe ha crecido en el transcurso del tiempo que usted ha conocido al Señor. ¿Qué impacto ha ejercido en usted el crecimiento de su fe?

2. Pídales a tres adultos o adolescentes grandes que participen como actores en la presentación de un noticiero de televisión: “¡Fe de Impacto!” Va a necesitar que un hombre represente el papel del padre. El papel del presentador de noticias y el del reportero investigador pueden ser masculinos o femeninos; baste con que adapte los nombres según sea necesario. Lo importante es contar con personas que presenten las “noticias” con derroche de energía. Una vez más, dé a sus actores el mayor tiempo posible para que se preparen. Lo más probable es que no logren memorizar el guión completo, pero deberán estar bien familiarizados con él. Si es posible, trate de tener un micrófono disponible para el reportero. No es necesario que funcione; no es más que un elemento de utilería. Tenga preparado el “estudio” del noticiero de antemano, con un escritorio y silla típicos de un presentador de noticias.

3. Asegúrese de que las “Siluetas personales” creadas en la Semana 2 sigan estando a la vista en la pared. Provea los materiales necesarios a los nuevos niños y déles la oportuni-

Basta con tener fe, por pequeña que sea—porque la fe crece.


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dad de crear sus propias “Siluetas personales”. Las seguirán utilizando a lo largo del año que dura el programa.

4. En una hoja grande de papel, escriba el Versículo clave de las Semanas 9 y 10, así como el de esta semana:

Sin fe es imposible agradar a Dios. (Hebreos 11:6)

Para el que cree, todo es posible. (Marcos 9:23)

¡Ayúdame en mi poca fe! (Marcos 9:24).

Hora de alabarSiga recalcando las canciones sobre la fe, incluyendo éstas del CD de Canciones de SONday’SCOOL: la Canción 14 (“En ti confío, Padre”) y la 3 (“Dame tu valor”).

Hora de sintonía1. Reparta a cada niño un pedazo de papel y un lápiz. Dígales

que escriban una palabra con la que describan el día que han estado teniendo hoy. Pueden usar la palabra que quieran, siempre y cuando no sea una mala palabra u otra palabra de mal gusto. Pida a los niños más grandes que ayuden a los más chicos con la escritura y la ortografía, según sea necesario.

Haga que compartan su palabra y expliquen por qué esa palabra describe el día que han estado teniendo.

2. Optativo: Dé a los niños la oportunidad de recitar de memoria el Versículo clave de la semana pasada y otorgue premios.

3. Pregunte: Si pudieras tener más y más y más de cualquier cosa, ¿qué sería? Deje que los niños ofrezcan tanto respuestas graciosas como serias.

Hora estelarPara empezar

1. Diga: Vamos a jugar un juego llamado “La Torre de Más”. Necesito dos jugadores. Pida voluntarios.

Haga que los dos jugadores se sienten en el piso, de frente al resto del grupo. Diga: El objetivo de este juego es construir la torre más alta que puedas sin que se derrumbe. Voy a darle a cada jugador un bloque a la vez. Apenas recibas

Si los niños tienen dificultades para empezar, comparta usted mismo su propia palabra y la razón por la que la escogió. Eso los alentará a ellos a participar.

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uno, decide si quiere o no un bloque más. Puedes pedir todos los bloques que quieras, pero la idea es que tu “Torre de Más” no se te derrumbe. Hay sólo una regla: No puedes construir hacia los lados. En otras palabras, tienes que ir poniendo siempre un bloque encima de otro.

Déle un bloque a cada jugador. Luego, pregúntele a cada uno de ellos: “¿Quieres más?” En cualquier momento, un jugador puede decir “no”.

Siga pasándoles bloques a los jugadores hasta que ambos digan no o hasta que una de las torres se derrumbe. El juga-dor con la torre más alta que no se haya derrumbado será el ganador. Optativo: Otorgue un premio al ganador.

Repita el juego tantas veces como lo permita el tiempo que tienen disponible, cambiando de jugadores en cada opor-tunidad.

Entrando en materia

1.Diga: Las últimas veces que nos reunimos, hablamos sobre algo que es muy importante que los héroes de Dios tengan en su corazón. ¿Te acuerdas qué era eso? Si los niños no se acuerdan, podría recordarles que en la última sesión escucharon la historia de George Muller. En la penúltima sesión, escucharon la historia de Noé. Si es necesario, ayude a los niños a recordar algunos de los detalles de esas historias. Podría indicar con la mano las medallas que ya están pega-das en la pared y que representan a estos dos héroes de la fe.

Diga: La fe es una de las cosas más importantes que deben tener los héroes de la fe. Pero ¿qué es la fe? Aliente a varios niños a responder. (Algunas respuestas posibles incluyen: confiar en Dios, creer en Dios y obedecer a Dios porque confías en él y crees que lo que él dice es verdad.)

2. Luego, diga: Incluso aunque tengamos fe, siempre es bueno tener más fe. ¿Cómo dirías tú que podríamos llegar a tener aún más fe? Espere a que los niños contesten. Podemos lle-gar a tener más fe pidiéndole a Dios que nos de más. No es como en nuestro juego, en que al pedir más bloques te arriesgas a perder. Tú nunca puedes tener demasiada fe. Veamos ahora un programa de televisión sobre alguien que pidió tener más fe.


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Estas últimas palabras son el aviso para que sus actores ingresen al salón y presenten su programa de noticias

3. Una vez concluido el noticiero, dé las gracias a sus actores y pida a los niños que aplaudan con entusiasmo a los ac-tores. Luego, pregunte: ¿Por qué llevó el padre a su hijo hasta donde se encontraba Jesús? (porque el niño estaba enfermo) ¿Creía el padre que Jesús iba a poder sanar a su hijo? (él creía, aunque sólo un poco) ¿Qué crees que quiso decir el padre cuando le pidió a Jesús que le ayudara a superar su poca fe? Una manera de explicar esto es decir que el padre tenía la impresión de que su deseo de creer y su inclinación a no creer—que la fe y al mismo tiempo la falta de fe—luchaban dentro de él por la primacía, y él quería que la fe venciera. Es por eso que le pidió ayuda. Jesús lo ayudó dándole a este hombre más fe. Y Jesús también hará lo mismo por nosotros. Todo lo que tenemos que hacer es pedírselo.

4. Diga: La historia que vimos en el noticiero de televisión proviene de la Biblia. Y las palabras del padre del niño son nuestro Versículo clave de hoy: “¡Ayúdame en mi poca fe!” (Marcos 9:24). El padre le pidió a Jesús que le diera más fe. Ayudémonos también nosotros a tener más fe ayudándonos unos a otros a memorizar este versículo. Pongámonos a caminar por el salón dándonos la mano unos a otros y diciendo: “¡Ayúdame en mi poca fe!” (Marcos 9:24).

Haga que todos caminen por el salón dándose la mano unos a otros y recitando el versículo hasta que todos lo hayan memorizado.

Para terminar

1. Pregunte: ¿Cuáles son algunas maneras en las que tú piensas que podríamos hacer crecer nuestra fe? Aliente a los niños a dar sus propias respuestas. Llévelos a pensar en las siguientes posibilidades: orar y pedirle a Jesús que nos ayude, leer la Biblia y aprender acerca de los héroes de la fe.

2. Diga: Para hacer que crezca tu fe, necesitas tener una rel-ación con Jesús. Necesitas conocerlo. Eso puedes empezar

Autorización para fotocopiar esta guión otorgada para uso de la iglesia local. Derechos reservados © Scripture Union. Publicado en PrimeTime, Héroes de la fe, por Scripture Union y The Salvation Army, P.O. Box C-635, West Nyack, NY 10994-1739.

(Pedro el Presentador de Noticias entra y toma asiento en su silla detrás del mesón. Checho el Investigador de los Hechos entra micrófono en mano, en compañía del Padre.)

Pedro: (a la audiencia) Buenas tardes, y bienvenidos a esta edición especial de Noticias a las Seis: ¡Fe de Impacto! Soy Pedro el Presentador de Noticias. Éste es el titular del momento: Nos llega una noticia de última hora desde un pueblito en Israel. Jesús ha sanado a otra persona más como parte de su extraordinaria misión en calidad de Hijo de Dios. Vamos directo a Checho el Investigador de los Hechos, nuestro reportero en terreno, para los pormenores de esta historia en desarrollo . . . ¿Checho?

Checho: (a la audiencia) Buenas tardes, Pedro. Les habla Checho el Investigador de los Hechos. Hemos dado hoy con una nueva historia de fortalecimiento de la fe. Un muchacho gravemente enfermo ha sido sanado por Jesús. A mi lado está el padre del muchacho. (al Padre) Señor, ¿qué nos puede contar acerca de esta maravillosa . . . ?

Padre: (interrumpiendo a Checho) Bueno, mi niño ha estado terriblemente enfermo durante ya mucho tiempo. Cuando le dan los ataques, se cae al suelo, echa espumarajos, cruje los dientes y se queda rígido. Yo tenía miedo de que esta enfermedad acabara con su vida. Así que cuando escuché que Jesús sanaba a la gente, pensé que tal vez debía llevar mi hijo a verlo. Y eso es lo que hice.

Checho: (al Padre) ¿Y qué le dijo usted a Jesús?

Padre: (a Checho) Le dije: “Maestro, te he traído a mi hijo. Está muy enfermo. Si puedes hacer algo por él, por favor ayúdanos”.

Checho: (al Padre) ¿Y qué dijo Jesús?

¡Fe de Impacto!


Padre: (a Checho) Jesús dijo: “¿Cómo que si puedo? Para el que cree, todo es posible”. Y me pregunté a mí mismo: ¿Acaso creo yo? ¿Creo de verdad? Y me di cuenta de que sí creía un poquito. Yo tenía sólo un poquito de fe en mi corazón. Así que le dije a Jesús: “¡Sí creo! ¡Ayúdame en mi poca fe!” ¡Y lo que ocurrió después fue casi increíble!

Checho: (al Padre) ¿Jesús sanó a tu hijo?

Padre: (a Checho) ¡Sí! Primero, mi niño cayó al suelo, como le suele ocurrir. Se quedó ahí muy quieto, con los ojos cerrados. Y yo pensé: ¡Oh no! ¿Volvió a tener una crisis? ¿Está muerto? Pero Jesús lo tomó de la mano y lo levantó y el muchacho se puso de pie. Y yo miré los ojos de mi hijo y estaban tan claros y tan lindos. Me di cuenta entonces de que mi hijo estaba sano. ¡Jesús había sanado a mi hijo!

Checho: (a la audiencia) Pues bien, amigos, ahí lo tienen. Otra historia de fe abundante. Un hombre le pidió a Jesús que le diera más fe, Jesús le dio más fe y además sanó a su hijo, que ahora se encuentra perfectamente bien. Soy Checho el Investigador de los Hechos, con el informe en vivo. De vuelta a estudios, Pedro.

Pedro: (a la audiencia) Gracias, Checho. ¡Maravilloso! Ésas son todas las noticias por hoy. Nos reecontramos de nuevo la próxima semana, amigos, con una edición especial de Noticias a las Seis, cuando lleguemos a ustedes con otro ¡Fe de Impacto! Soy Pedro el Presentador de Noticias. Gracias por su sintonía. ¡Buenas noches!

Semana 11

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a hacerlo pidiéndole a Jesús que sea tu amigo y se ponga a cargo de tu vida.

Puedes invitar a Jesús ahora mismo a que sea tu amigo y el líder de tu vida pronunciando una sencilla oración. Aliente a los niños a cerrar los ojos y a decir la siguiente oración, en voz alta o en silencio, junto con usted. Deténgase después de cada frase para que los niños puedan repetir las palabras:

Querido Jesús, gracias por ayudar al niñito en la historia bíblica de hoy. Gracias por querer ayudarme también a mí. Te invito a que entres en mi vida y seas mi amigo. Desde ahora en adelante, quiero que tú te pongas a cargo de mi vida. Por favor, ayúdame a hacer que crezca mi fe. Gracias, Jesús. Amén.

3. Mientras los niños siguen con los ojos cerrados, pídales que levanten la mano si le pidieron a Jesús que entrara en sus corazones. Tome nota de aquéllos que levanten la mano y hable con ellos más tarde acerca de la decisión que han tomado. Déles la oportunidad de dejar un registro de su decisión escribiendo en sus “Siluetas personales”: “¡Ahora Jesús está en mi vida!” junto con la fecha de hoy.

Hora de conversarEnfoque: Los niños agregan un versículo bíblico sobre la fe a sus “Siluetas personales”.

1. Diga: Hace varias semanas te hiciste una “Silueta personal” y la pegaste en la pared. Hoy vas a tener la oportunidad de agregarle algo a tu “Silueta personal”. En esta sesión te he estado animando a agregarle más fe a tu vida. ¡Y ahora vas a poder agregarle fe a tu “Silueta personal”!

Muestre la hoja grande de papel con los Versículos claves de las Semanas 9 y 10, y el de esta semana. Aliente a los niños a escoger uno de estos versículos para escribirlo en su “Silueta personal”. Indíqueles que cualquiera sea el versículo que escojan, mostrará que la fe en Dios ha llegado a ser parte de ellos. ¡Están camino a convertirse en héroes de Dios!

2. Después, si queda tiempo, haga que los niños compartan el versículo que escogieron y la razón por la que lo escogieron.

Según lo estime apropiado, hable más acerca de lo que significa invitar a Jesús a ser nuestro amigo y Señor. Asegúrese de que ninguno de los niños se sienta presionado por usted o por los otros líderes o ayudantes a tomar esta decisión.


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Extensiones de PrimeTime

A medida que usa cada una de estas actividades, aliente a los niños a hablar sobre cómo se relaciona la actividad con la historia bíblica de la semana y con el tema de hoy: tener fe . . . y más y más fe.

Llévame en brazos hasta Jesús

Divida al grupo en equipos de tres. Trate de distribuir a los niños más chicos lo más parejamente po-sible entre los equipos. Dos niños de cada equipo deben cargar en brazos al tercer niño hasta la línea de la meta. El niño al que cargan representa al niño enfermo de la historia bíblica de hoy. Los otros dos niños cargan con él en brazos hasta donde se encuentra Jesús.

Al cabo de la primera carrera, agregue un desafío extra. Por ejemplo, los dos niños que cargan al más pequeño deben cantar una canción a medida que avanzan. Repita el juego varias veces. Asegúrese de que los niños que cargan al más pequeño no lo dejen caer al suelo.

Acera de la fe

Haga que los niños usen tiza para decorar con versículos bíblicos sobre la fe—o con ilustraciones de historias de héroes de la fe—la acera que se encuentra inmediatamente afuera del recinto donde se reúnen.

Fe−merciales

Haga que los niños inventen un producto de fantasía que sirva para darles más fe a las personas: Fetorade, la bebida energizante para la fe, o Feróbica, una máquina que aumenta la elasticidad de la fe. Luego, dígales que creen un comercial que promocione ese producto. Después, hable acerca de dónde proviene la fe: Dios.

Pared de la fe

Haga que los niños hagan una investigación sobre otros héroes de la fe que hay en la Biblia que no sean los que ya se están exhibiendo en la pared del salón donde se reúnen. Las Tarjetas coleccionables de SuperHéroes de SONday’SCOOL les ofrecerán muchas posibilidades. (Consulte la página iii para obtener información sobre cómo pedir-las.) Diga a los niños que escriban las historias de estos héroes y que hagan dibujos de ellos o de escenas específicas de sus vidas. Peguen los dibujos para crear una “Pared de la fe”.

• tizaparadibujarenlaacera(disponible en tiendas de manualidades o jugueterías)

•materialesparaescribir•materialesdeartesplásticas•cintaadhesivaprotectora•optativo: Tarjetas

coleccionables de SuperHéroes de SONday’SCOOL

Semana 12

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Objetivo de la sesiónLos niños pondrán su fe en acción ayudando a alguien que esté necesitado.

Versículo claveLa fe sin obras es estéril. (Santiago 2:20)

Descripción de la sesiónLos niños aprenden acerca de la conexión entre la fe y las buenas obras, y luego planifican y llevan a cabo un proyecto de servicio.

Trasfondo bíblicoSantiago 2:14−18

Santiago no tenía pelos en la lengua. (¡Quizás aprendió a expresarse de esa manera escuchando a su hermano mayor, Jesús!) No cabe duda de que en este pasaje es muy franco y de que va directo al grano. Si usted dice tener fe, pero no lo demuestra realizando buenas obras, su fe es inútil.

Durante las últimas semanas, usted ha estado conversando con los niños de su programa acerca de lo importante que es para los héroes de la fe tener fe. Ahora es tiempo de que los niños pongan su fe en acción. No se les exigirá que lleven su fe al extremo que lo hizo George Muller, pero tendrán la oportunidad de mostrar su fe amando y cuidando a otras personas—tal como lo hizo Muller. ¡Veamos qué es capaz de hacer la fe de sus niños!

•hoja grande de cartulina•marcador negro• tiras de papel•marcadores de colores•cinta adhesiva protectora•equipo de música para

tocar CDs y CDs de canciones sobre el tema de servir a los demás


•hoja “¿Cómo te sientes?” de la Semana 3

•Biblias•materiales para realizar el

proyecto de servicio

Semana 12

Pon la fe en acción


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Mientras se prepara1. Lea Santiago 2:14−18. ¿Cuáles son las implicaciones prácticas

de este pasaje en su propia vida?

2. Escriba el Versículo clave de hoy—junto con la referencia bíblica—en un pedazo de cartulina. Disponga pedazos de papel, marcadores de colores y cinta adhesiva protectora para que los niños los usen en la creación de pulseras del Versículo clave.

3. Piense en un proyecto que su grupo podría realizar como manera de servir a un individuo o a una familia necesitados. Si es posible, esté preparado para presentar varias opciones de modo que los niños puedan elegir la que prefieran. He aquí algunas ideas:

• Cuidarles los niños a una o más madres solteras.

• Ayudar a servir una comida en un comedor.

• Hacerle el aseo de la casa a una persona de la tercera edad.

• Salir a hacerle las compras a una persona que se encuentra recluida en casa por razones de salud.

Si necesita asistencia para identificar y ponerse en contacto con personas que necesitan ayuda, acérquese a una iglesia de su localidad—quizás la misma iglesia en que se celebra su programa de PrimeTime.

Hora de alabarEnseñe a los niños algunas canciones sobre el tema de servir a los demás. En el CD de Canciones de SONday’SCOOL, la Canción 7 (“Todo lo haré en amor”) y la 13 (“¡Poder del amor!”) se en-focan justamente en este tema.

Hora de sintonía1. Pregunte: ¿A quién le gustaría ser el primero en compartir

dos sentimientos que estés sintiendo ahora mismo o que hayas sentido durante el día de hoy? Puedes usar la hoja “¿Cómo te sientes?” para que te ayude a decidir qué nom-bre ponerle a tus sentimientos. Luego, dinos brevemente por qué te has estado sintiendo de esa manera el día de hoy.

Semana 12

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2. Optativo: Haga que los niños reciten de memoria el Versículo clave de la semana pasada. Otorgue premios a aquéllos que se lo aprendieron de memoria.

3. Pregunte: ¿Has hecho algo amable por alguien última-mente? ¿Qué fue exactamente lo que hiciste? Aliente al mayor número posible de niños a participar en la discusión.


1. Diga: Durante las últimas semanas, hemos estado hablando acerca de la fe. ¿Puede alguno de ustedes decirnos qué es la fe? Espere a que los niños ofrezcan sus respuestas. Si es necesario, recuérdeles que la idea bíblica de la fe consiste en confiar y creer en Dios. ¿Puede alguno de ustedes darme un ejemplo de alguien que tiene fe o de alguna persona de fe cuya historia ya hayamos aprendido? Aliente a varios niños a responder.

2. Luego, diga: Pues bien, la Biblia dice otra cosa realmente importante acerca de la fe y es que necesitamos escuchar. Pida cinco voluntarios que quieran leer en voz alta un pasaje de la Biblia. Reparta a cada uno de esos niños una Biblia y dígales que busquen Santiago 2:14−18, ofreciéndoles asisten-cia según sea necesario. Luego, haga que se turnen leyendo un versículo cada uno.

Podría detenerse después del versículo 16 para asegurarse de que todos entiendan la situación que Santiago está describi-endo: un hermano o hermana—un creyente en Jesús—que no tiene ropa o comida, y otro creyente que le dice “Ojalá te vaya bien”, pero no le ofrece nada de ayuda. Luego, prosiga con la lectura.

3. Diga: La Biblia dice que si no ponemos nuestra fe en ac-ción ayudando a los demás, ¡no nos serviría de nada tener fe! ¡Sería inútil! Ésas son palabras bastante duras, ¿no es cierto? Si tienes fe en Dios, la gente debe poder verla en la manera bondadosa en que tratas a las demás personas.

Pues bien, vamos a tener la oportunidad de poner nues-tra fe en acción. Antes de hacerlo, quiero que escribas el Versículo clave de hoy en una tira de papel y que la pe-

Como manera de iniciar la discusión, esté preparado para compartir algo bondadoso que usted ha hecho por alguien.


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gues alrededor de tu muñeca, de modo que te sirva para recordar esta importante idea acerca de la fe.

4. Indique con la mano la tira de cartulina en el que está escrito el Versículo clave y lean el versículo en voz alta varias veces. Reparta a cada niño una tira de papel y un marcador de color. Dígales que escriban el Versículo clave—junto con la referencia bíblica—en el papel. Luego, haga que se ayuden unos a otros a pegarse la tira de papel—de modo que el versículo sea visible hacia fuera—alrededor de una de sus muñecas.

Entrando en materia

1. Hable sobre el proyecto de servicio que está planeando hacer como grupo. Si ha decidido ofrecerles a los niños algunas alternativas, haga que trabajen juntos para escoger la que van a realizar. Planifiquen juntos el proyecto.

2. Dediquen el resto del tiempo con el que cuentan a realizar el proyecto. Si no disponen de suficiente tiempo en un día para preparar y luego llevar a cabo el proyecto de servicio, dediquen el tiempo de la sesión regular a planificar y hacer los preparativos, y luego escoja otro día durante la semana para llevar a cabo el proyecto.

Para terminar

1. Una vez realizado el proyecto de servicio, es importante dedicar un momento a conversar acerca de la experiencia y acerca de lo que los niños aprendieron. Asegúrese de dejar que los niños tomen la iniciativa de expresar sus propias reacciones e ideas. He aquí algunas preguntas que podría usar para guiar la discusión: ¿Qué crees que les pareció a las personas a las que servimos todo lo que hicimos por ellos? ¿Qué te pareció a ti el haber realizado este proyecto? ¿Qué aspectos disfrutaste tú de esta experiencia? ¿Qué aspectos de esta experiencia que tuviste te parecieron difíciles? ¿De qué manera demostró este proyecto nuestra fe en Dios?

Asegúrese de recordarles a los niños una vez más la enseñanza que imparte Santiago en la Biblia: La fe verdadera en Dios se ve en la manera en que actuamos—especialmente en la

Si fuese necesario, asegúrese de conseguir el permiso de los padres o apoderados de los niños para realizar el proyecto de servicio.

Semana 12

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manera en que actuamos de cara a las personas que están necesitadas. El Versículo clave de hoy lo resume todo: “La fe sin obras es estéril” (Santiago 2:20).

Hora de conversarEnfoque: Alentar a los niños a poner la fe continuamente en acción.

1. Si queda tiempo, hable sobre otras maneras en que los niños pueden poner su fe en acción. En la medida de lo posible, espere a que los niños propongan sus propias ideas. Luego, aliéntelos a escoger una idea y ponerla en acción durante el curso de la próxima semana.

2. Concluya con una oración sobre el tema de poner la fe en acción. Pídale a Dios que ayude a los niños a seguir hallando maneras de mostrar su fe realizando buenas obras para los demás.

Tema: Los héroes de Dios tienen esperanza

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• lona•cuerda para tender ropa u

otra cuerda liviana•pelota grande de goma•guión “Premios a la Dorada

Esperanza” (páginas 140−142)

•optativo: barba canosa, peluca canosa

•páginas XII y XIII de “Héroe de la fe” (páginas 146, 147) en papel dorado o amarillo

• tijeras•cajas de zapatos u otras

cajas pequeñas•papel de cartulina•pegamento o barras de

pegamento•marcadores de colores•materiales misceláneos de

artes plásticas•equipo de música para

tocar CDs y CDs de canciones que expresen esperanza en Dios


•papeletas• lápices•optativo: video The

King Is Born de NEST Entertainment

Semana 13

¿Qué es la esperanza?Objetivo de la sesiónLos niños comprenderán lo que es la verdadera esperanza—la esperanza en Dios.

Versículo claveSi esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostra-mos nuestra constancia. (Romanos 8:25)

Descripción de la sesiónLos niños participan en un juego de espera y aprenden acerca de dos héroes de la esperanza: Simeón y Ana.

Trasfondo bíblicoLucas 2:25−38

Ana y Simeón se destacan entre los héroes bíblicos de la fe como ejemplos de una asombrosa esperanza. Ambos estaban muy entrados en años. Ambos habían esperado a lo largo de todos esos años la venida del Mesías. Dios le había prometido a Simeón que vería al Mesías antes de morir. Ana pasaba todos los días en el templo adorando, ayunando, orando y confiada en la esperanza de que también ella vería al Prometido.

¡Solemos perder la paciencia por tener que esperar sólo 10 minutos en un restaurant, 2 minutos delante del microondas, 20 segundos mirando la pantalla del computador! Imagínese lo que fueron todos esos largos años esperando la venida del Mesías. No fueron años muy esperanzadores, estando Israel, como estaba, bajo el yugo de la ocupación romana. Pero Simeón y Ana no sólo se armaron de paciencia, sino que estaban llenos de esperanza. Y, al final, su esperanza no los defraudó. Estuvieron

Semana 13

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entre las primeras personas que reconocieron a Jesús como el Mesías que era, y lo acogieron y lo adoraron.

El concepto bíblico de la esperanza no podría ser más diferente del concepto que el mundo se hace de la esperanza. No es in-usual escuchar a alguien decir: “Ojalá que sí”, con un dejo de abatimiento en la voz. Pero la esperanza bíblica, por su parte, es algo que está asegurado. Como dice Pablo: “Esta esperanza no nos defrauda” (Romanos 5:5). Al fin y al cabo, tiene sen-tido. Dios es Aquél que da esperanza. Y él no nos haría poner nuestra esperanza en algo que no se va a cumplir.

Puede que algunos de los niños con los que usted está traba-jando ya hayan perdido la esperanza en relación con muchas cosas. Usted tiene el privilegio de infundirles esperanza a sus vidas y de pintarles un futuro positivo, planificado y preparado por Dios mismo para ellos.

Mientras se prepara1. Durante los días previos a su sesión de PrimeTime, dedique

tiempo a leer versículos bíblicos acerca de la esperanza. He aquí algunos con lo que podría comenzar: Romanos 8:25, Salmo 25:3, Jeremías 29:11, Romanos 15:13, Efesios 1:18, Colosenses 1:5, Hebreos 6:11. Reflexione en espíritu de oración en torno al significado de cada uno de ellos.

2. Haga los preparativos para el juego de “La barrera”. Cuelgue una lona de una cuerda a lo largo del salón de modo que forme una barrera que impida a los niños ver tanto por ar-riba como por abajo si están sentados en el piso. Los niños van a tener que lanzar la pelota de goma por encima de la barrera.

3. Póngase de acuerdo de antemano con varios adultos o ado-lescentes grandes para que formen el elenco que pondrá en escena el programa “Premios a la Dorada Esperanza”. Usted puede ser el Anunciador. El papel de la Anfitriona, Esperanza, tiene que hacerlo una mujer y debe derrochar energía, al estilo de los anfitriones de concursos de televisión. Va a necesitar que un hombre haga el papel de Simeón y una mujer el de Ana. Haga todo lo que pueda para hacer que estos dos personajes parezcan viejos; una barba canosa para Simeón y una peluca canosa para Ana ayudarían mucho. Pueden

Dios no nos haría poner nuestra esperanza en algo que no se va a cumplir.


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llevar un disfraz de época o no, según usted—o los actores—lo estimen apropiado. Como siempre, trate de darles a sus actores tiempo de sobra para prepararse y familiarizarse con el guión.

Fotocopie las páginas XII y XIII de “Héroe de la fe” en papel dorado o amarillo. Recorte las medallas y téngalas listas para que la Anfitriona las entregue durante la ceremonia de premiación.

4. Junte cajas pequeñas y materiales de artes manuales para crear “Baúles de la esperanza”, tal como se describe en el segmento “Hora de conversar” de esta sesión. Las cajas de zapatos tienen el tamaño preciso para este propósito, y las zapaterías suelen tener cajas vacías.

Hora de alabarUse canciones que expresen esperanza en Dios. En el CD de Canciones de SONday’SCOOL, la Canción 14 (“En ti confío, Padre”) logra hacer esto de una manera muy hermosa.

Hora de sintonía1. Reparta a cada uno de los niños un pedazo de papel y un

lápiz. Dígales que escriban una palabra que describa el día que han estado teniendo hoy. Pueden usar cualquier palabra que se les ocurra, siempre y cuando no sea una mala palabra u otra palabra de mal gusto.

Diga a los niños que compartan la palabra que escogieron y expliquen por qué esa palabra sirve para describir su día.

2. Optativo: Si está poniendo énfasis en la memorización de versículos bíblicos, ésta es una buena oportunidad para ofrecerles a los niños la oportunidad de recitar de memoria el Versículo clave de la semana pasada. Otorgue premios si le parece apropiado.

3. Pregunte: ¿Eres el tipo de persona a la que le cuesta espe-rar? ¿Puedes mencionar algo por lo que hayas tenido que esperar mucho tiempo? Aliente a los niños a compartir sus respuestas.

Como manera de iniciar la discusión, podría compartir un ejemplo personal.

Semana 13

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1. Diga: Vamos a jugar un juego llamado “La barrera”. Divida al grupo en dos equipos y haga que se sienten en el piso en lados opuestos de la barrera de lona. Haga que cada equipo se forme como lo hace un equipo de vóleibol.

Diga: El objetivo del juego es impedir que la pelota toque el piso. Pueden pasarse la pelota sólo tres veces en su lado y luego tienen que lanzarla por encima de la barrera hacia el otro lado. Si la pelota toca el suelo en tu lado, eso vale como un punto para el otro equipo. Jugaremos hasta que uno de los equipos acumule 20 puntos.

2. Al término del partido, reúna al grupo y haga que se sienten, de cara al área que servirá de “escenario”. Pregunte: ¿Qué hizo que este juego resultara tan difícil de jugar? Espere a que los niños contesten. Lo que lo hizo difícil fue que no podías ver lo que ocurría al otro lado de la barrera, ¿no es cierto? No podías hacer más que mantenerte alerta—y esperar que te hallaras en la posición correcta cuando la pelota fuera lanzada por encima de la barrera. Eso lo hizo muy difícil, ¿no es verdad?

3. Diga: Vamos a aprender acerca de dos personas que tu-vieron que mantenerse alerta y esperar que ocurriera algo durante muchos, muchos años. Está demás decir que no les resultó nada fácil toda esa larga espera.

Entrando en materia

1. Colóquese a un lado del “escenario” y diga: Algunas personas nos han preparado un espectáculo muy especial. Antes de ver el espectáculo, tengo que asegurarme de que estén listos. Primero que nada, ¿están listos para batir palmas? Escuche a los niños batir palmas lo más fuerte que puedan. ¡Vaya!, eso estuvo bastante bien. Y ahora ¿están listos para aclamar? Escuche a los niños ovacionar lo más fuerte que puedan. Bueno, eso no estuvo nada de mal. Espero que mientras vean este espectáculo aclamen y aplaudan aún más fuerte que eso. Porque . . . Diga la primera línea del Anunciador al comienzo del guión “Premios a la Dorada Esperanza”.


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Hacia el final del espectáculo “Premios a la Dorada Esperanza”, luego de que sus actores hayan recibido las últimas ovacio-nes y aplausos, pregúnteles a Simeón y a Ana si podrían prestarle sus premios por un rato. Luego, déles las gracias a los actores y permítales abandonar el salón.

2. Diga: Ana y Simeón fueron personas reales, de carne y hueso, que vivieron hace mucho tiempo. Su historia está en la Biblia. La Biblia nos dice que cientos de años antes de que nacieran Ana y Simeón, Dios había prometido enviar a Alguien para que liberara a su pueblo. Ese Alguien tendría un título especial—no su nombre, sino un título. Sería llamado el Cristo. La gente esperó y esperó que viniera el Prometido, el Cristo.

Simeón nació, creció hasta llegar a ser un hombre adulto. Y entonces, un día, Dios le hizo a Simeón una promesa muy especial, y le dio una esperanza muy especial. Habían pasado cientos de años desde que Dios había prometido por primera vez que vendría el Cristo. Muchísimas per-sonas habían vivido y muerto durante todo ese tiempo. Y así y todo el Prometido no había venido. Pero un día Dios le dijo a Simeón que él vería al Cristo durante el transcurso de su vida. Antes de que Simeón muriera, el Cristo vendría. Desde ese momento en adelante, Simeón no sólo se puso a esperar como tú y yo podríamos esperar que ocurriera algo. Simeón sabía que lo que él estaba esperando se cumpliría durante su vida—porque Dios lo había dicho, ¡y Simeón le creyó!

Como era de esperar, un día Simeón se encontraba en el Templo en la ciudad de Jerusalén. El Templo era un edificio grande donde la gente adoraba a Dios—muy parecido a una iglesia. Ese día, María y José vinieron al Templo con el bebé Jesús en brazos. Simeón vio a Jesús y justo en ese momento escuchó a Dios que le hablaba en su corazón, diciéndole: “¡Es él! ¡Ése bebé es el Cristo, el Prometido!”

Ana no recibió la misma promesa especial que recibió Simeón. Pero ella sabía que el Prometido de Dios vendría en algún momento, pues Dios era quien había hecho la promesa, y Ana creía en lo que Dios decía. Así que pasaba todo su tiempo en el Templo, adorando y orando y espe-

The King Is Born [El Rey ha nacido] de la serie Animated Stories from the New Testament de NEST Entertainment incluye una emotiva presentación del momento en que el bebé Jesús es llevado al templo por María y José y es reconocido como el Mesías por Simeón y Ana. Explique que Mesías significa lo mismo que Cristo. Empiece en el Capítulo 10 en 16:50 y haga correr la cinta hasta 18:15. Para ordenar, llame al 800.634.4298 o visite www.nestlearning.com.


Premios a la Dorada Esperanza

(La Anfitriona, Simeón y Ana esperan fuera del escenario. La Anfitriona lleva consigo las medallas de Simeón y Ana. NOTA: NO SE LES DEBE MOSTRAR LAS MEDALLAS A LOS NIÑOS DURANTE LA CEREMONIA DE PREMIACIÓN.)

Anunciador: (a la audiencia) ¡Esta noche es la noche que estábamos esperando! ¡Celebramos los Décimos Premios Anuales a la Dorada Esperanza! ¡Les presento a la Anfitriona de esta noche: Linda Esperanza!

(La Anfitriona entra al escenario rebosando energía. Haga que los niños aplaudan y aclamen con entusiasmo.)

Anfitriona: (a la audiencia) ¡Gracias, muchas gracias! ¡Bienvenidos a los Premios a la Dorada Esperanza! ¡Nos hemos reunido esta noche para celebrar a dos de las más grandes estrellas en la historia de la esperanza! Nuestro primer ganador del Premio a la Dorada Esperanza es (Mira la medalla de Simeón.) . . . ¡Simeón! Simeón, te invitamos a pasar adelante aquí con nosotros.

(Los niños aplauden y ovacionan con entusiasmo. Simeón entra lentamente y con gran dignidad al escenario. La Anfitriona estrecha la mano de Simeón y le entrega la medalla de “Simeón”.)

Simeón: (Inclina la cabeza hacia la Anfitriona.) Gracias, Esperanza. (a la audiencia) Y doy gracias también a la Academia por haber votado en mi favor. Fue ya hace 55 años que Dios me dijo que vería al Prometido antes de que mi vida llegara a su fin. No tenía la menor idea entonces de que estaría aquí delante de ustedes esta noche para recibir este premio. No les puedo expresar la emoción que siento.

Yo simplemente creí que lo que Dios me prometió se cumpliría. Fue algo que me llenó de esperanza. Y esperé y esperé. Todos esos largos años pasaron, mientras yo seguía esperando, y no dejaba en ningún momento de esperar con mucha fe. Y todo ocurrió un día que me encontraba en el Templo en Jerusalén. Vi a un hombre y


una mujer que llevaban un bebé en brazos. Apenas vi al bebé, supe que era Él. ¡Supe que éste era el Prometido! ¡Era el bebé Jesús! ¡Me sentí tan emocionado! Lo que había estado esperando por tanto tiempo se había cumplido!

¿Has esperado algo alguna vez con mucha fuerza y luego tuviste la felicidad de ver que eso finalmente se cumplió? (Espere a que los niños respondan.)

Yo tomé al bebé Jesús en mis brazos y di gracias a Dios. La persona más maravillosa que jamás había nacido estaba aquí mismo, en mis brazos. Y le dije a Dios: “Está bien, ahora puedo morir. No necesito seguir viviendo. ¡Nada que me pueda suceder va a poder ser mejor que esto!”

Es maravilloso cuando Dios nos dice que pongamos nuestra esperanza en algo. Todo aquello en lo que Dios nos dice que pongamos nuestra esperanza se va a cumplir en algún momento. ¡Muchas gracias por este premio! ¡Viva la esperanza! Buenas noches. (Hace una venia y sale del escenario para esperar allí el momento de volver a entrar y hacer el saludo final.)

(Los niños aplauden y ovacionan con entusiasmo.)

Anfitriona: ¡Qué historia de esperanza tan maravillosa! Y ahora nuestro segundo y último ganador del Premio a la Dorada Esperanza (Mira la medalla de Ana.) . . . ¡Ana! Ana, te invitamos a subir al escenario.

(Los niños aplauden y ovacionan con entusiasmo. Ana entra lentamente y con gran dignidad al escenario. La Anfitriona estrecha la mano de Ana y le entrega la medalla de “Ana”.)

Ana: (a la Anfitriona) Muchísimas gracias. (a la audiencia) Recibir este premio significa mucho para mí. Por supuesto, lo que realmente significó todo para mí fue ver al Prometido después de haber esperado tantos años su venida. Yo pasaba todo mi tiempo en el Templo en


Jerusalén, el mismo lugar al que se refirió Simeón hace unos minutos. Muchas veces no me preocupaba siquiera de comer o dormir. Sólo oraba y adoraba a Dios y ponía todas mis esperanzas en el cumplimiento de su promesa.

¡Y finalmente lo pude ver! ¡Vi al Prometido! ¡Era el bebé Jesús! Jesús es la persona más maravillosa que uno podría conocer, ¡y yo lo pude conocer! Desde ese día, yo le he estado contando a todos acerca de Él. Les doy las gracias por este premio. ¡Pero agradezco a Dios porque lo que yo esperaba con tanta fe finalmente se ha cumplido! (Hace una venia y sale del escenario para esperar allí el momento de volver a entrar y hacer el saludo final.)

(Los niños aplauden y ovacionan con entusiasmo.)

Anfitriona: (a la audiencia) Ahí los tienen, amigos, dos de las personas más esperanzadas que jamás van a conocer: Simeón y Ana. Ellos son ejemplos vivos de que cuando Dios te dice que pongas todas tus esperanzas en algo, Él se asegura de que eso, tarde o temprano, se cumpla. ¡Hasta el próximo año! ¡Y mantengan siempre sus esperanzas en alto! ¡Buenas noches! (Hace una venia.)

(Mientras los niños aplauden y ovacionan con entusiasmo, Simeón y Ana vuelven a entrar al escenario para recibir, junto con la Anfitriona, un gran aplauso y una gran ovación.)


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rando. Y ella también estaba presente ahí ese día, cuando María y José trajeron al bebé Jesús al Templo. ¡Ana supo de inmediato que el bebé Jesús era el Cristo!

Para terminar

1. Muestre el premio de Simeón para que los niños puedan ver que es la medalla de un héroe de la fe. Diga. Hmmm, esto es interesante. El “Premio a la Dorada Esperanza” de Simeón es la medalla de un héroe de la fe. En la medalla hay un dibujo de Simeón con un bebé en brazos. Ése debe ser el bebé Jesús, el Prometido del que hablaba Simeón. María, la madre de Jesús, también aparece aquí, como asimismo su marido José. Las palabras en la medalla de héroe de la fe de Simeón dicen: “Simeón creyó que vería al Prometido, y así fue”. Parece que la fe y la esperanza están conectadas de alguna manera.

Muestre el premio de Ana para que los niños también puedan ver que es la medalla de un héroe de la fe. Diga: El “Premio a la Dorada Esperanza” de Ana también es la medalla de un héroe de la fe. En la medalla hay un dibujo en el que Ana aparece mirando al bebé Jesús. Jesús está en brazos de María, su madre, y José está de pie al lado de María. Las palabras en la medalla de héroe de la fe de Ana dicen: “Ana quería y esperaba ver al Prometido, y así fue”.

Agregue las medallas de Simeón y Ana a la pared donde están las otras medallas.

2. Diga: Las últimas veces que nos hemos reunido, habla-mos sobre la fe. Dijimos que los héroes de Dios tienen fe. A partir de hoy, vamos ha empezar a hablar sobre la esperanza. Pero no sobre cualquier tipo de esperanza. Pienso más bien en el tipo de esperanza de la que habla la Biblia.

Imagínate que tu familia está planeando hacer algo espe-cial el próximo fin de semana, algo que a ti te encantaría hacer—por ejemplo, hacer un viaje especial. Pero justo entonces te agarras un resfriado y te empiezas a sentir muy enfermo. Tu papá te dice: “Mira, si sigues enfermo cuando llegue el fin de semana, no vamos a poder hacer este viaje”. Y a medida que pasan los días de esa semana

Semana 13

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te vas sintiendo cada vez peor. Llega el viernes y tu res-friado está mucho peor. Tu amigo te pregunta: “¿Crees que vas a poder irte de viaje este fin de semana?” Y tú le contestas: “Ojalá que sí”. Pero ¿piensas realmente que vas a poder viajar? Deje que los niños contesten. Lo más probable es que la mayoría reconozca que hay muy pocas posibilidades de que pueda viajar. Ese tipo de esperanza no es muy esperanzadora, ¿no es cierto?

Ahora imagínate que hay un videojuego que te gustaría mucho tener, y tu mamá ha prometido comprártelo. Ella todavía no lo puede comprar, porque tiene que esperar hasta que le paguen su salario. Hoy es lunes, y el día en que le pagan es el viernes. ¡O sea que faltan cuatro días completos! Cuesta mucho esperar tanto tiempo. Tienes la sensación de que nunca vas a recibir ese videojuego. Pero tu mamá jamás ha roto una promesa. Tu amigo te pregunta: “¿De verdad crees que vas a recibir ese video-juego?” Y tú le contestas: “Sí. Estoy seguro que sí”. Pero ¿de verdad crees que lo vas a recibir? Una vez más, deje que los niños contesten. Lo más probable es que la mayoría coincida en creer que sí lo va a recibir. A pesar de que no estás diciendo: “Ojalá que sí”, esa esperanza sí que es muy esperanzadora, ¿no es cierto?

Ayude a los niños a comprender que el tipo de esperanza de la que habla la Biblia es diferente del tipo en que una per-sona dice: “Ojalá que sí”. Se parece más bien a la fe bíblica, porque depende de que creamos que lo que Dios dice es verdad. Si Dios promete algo, podemos esperar y contar con que se cumplirá, pues estamos seguros de que lo que Dios promete siempre se cumple.

3. Concluya con una oración en que pide a Dios que le dé a cada niño un corazón lleno de esperanza para el futuro, como el de Ana y Simeón, que esperaron confiados la venida del bien que Dios les había prometido.

Hora de conversarEnfoque: Los niños hacen un “Baúl de la esperanza” para llenarlo de artículos esperanzadores y se aprenden de memoria el Versículo clave.


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1. Reparta a cada niño una caja pequeña. Provéales además una variedad de materiales de artes manuales.

Diga: Esta caja va a ser tu “Baúl de la esperanza”. En los viejos tiempos, los jóvenes solían guardar cosas en un baúl como preparación para cuando llegaran a ser grandes y empezaran una vida como personas independientes. Ellos tenían la esperanza de que ocurrieran buenas cosas en sus vidas, y se preparaban para eso con mucha anticipación juntando cosas en un “Baúl de la esperanza”.

Tú puedes crear una especie de “Baúl de la esperanza” tuyo para tu propio futuro. Hoy vas a hacer ese baúl y las próximas dos veces que nos reunamos vas a ir poniendo algunas cosas buenas en tu “Baúl de la esperanza”.

2. Aliente a los niños a decorar su “Baúl de la esperanza” como mejor les parezca, usando papel grueso de cartulina, marca-dores de colores, purpurina, y otros materiales de este tipo. Asegúrese de que escriban “ESPERANZA” en letras grandes en la parte de arriba. A lo largo de los lados de la caja, haga que escriban el Versículo clave de hoy:

Si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos nuestra constancia. (Romanos 8:25)

Asegúrese de que los niños escriban su nombre en la parte de abajo de su “Baúl de la esperanza”.

3. Diga: ¡Cada uno de ustedes tiene un futuro propio lleno de esperanza, pues Dios te ama y él tiene planes GRANDES Y MARAVILLOSOS para tu vida! Lo único que tienes que hacer es seguir a Jesús, confiar en Dios y esperar que ocurran grandes cosas. El Versículo clave de hoy habla acerca de esto.

Lean juntos el Versículo clave de hoy directamente de los “Baúles de la esperanza” donde lo tienen escrito. Recalque el punto de que no es tan difícil esperar con constancia cuando sabemos con seguridad que aquello que esperamos se va a cumplir. Ayude a los niños a memorizar el versículo. Luego, dígales que escondan sus “Baúles de la esperanza” detrás de sus espaldas y reciten el Versículo clave de memoria. Junte las cajas de los niños y guárdelas hasta la próxima sesión.

Autorización para fotocopiar esta página otorgada para uso de la iglesia local. Derechos reservados © Scripture Union. Publicado en PrimeTime, Héroes de la fe, por Scripture Union y The Salvation Army, P.O. Box C-635, West Nyack, NY 10994-1739.

Héroe de la fe XII

SIMEÓN

SIM

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REYÓ QUE VERÍA AL PROMETIDO

, Y A

SÍ FU

E.


Héroe de la fe XIII

ANA

AN

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UERÍA

Y ESPERABA VER AL PROM

ETIDO

, Y A

SÍ FU

E.

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Semana 13

Ayude a los niños a percibir la conexión entre estas actividades y lo que es la verdadera esperanza.

Diamante de la esperanza

Organice un partido de kickball. Marque cada una de las cuatro bases con una de las cuatro sílabas de la palabra ES−PE−RAN−ZA, de manera que formen un diamante de la ESPERANZA. El objetivo es tocar cada una de las cuatro bases—es decir, llenarse de esperanza—tratando de evitar que a uno le peguen con la pelota y quede fuera del juego. El equipo con el mayor número de jugadores que lleguen a la meta será el ganador. Al tercer “out” los equipos cambian de lado, igual que en el juego regular de kickball. Después, hable sobre el valor de tener un corazón lleno de esperanza.

Pulseras de la esperanza

Diga a los niños que hagan pulseras o collares con cuentas que formen la palabra E-S-P-E-R-A-N-Z-A de manera que se destaque claramente. Dígales que agreguen otras cuentas decorativas para llenar el hilo o cuerda de cuero.

La capa de la esperanza

Desarrollen un juego de actuación en el que el niño que lleva “La capa de la esperanza” (una capa o sábana de cama) deberá actuar algo que a ella o él le gustaría hacer o ser cuando sea grande. Los otros niños tienen que adivinar lo que se está actuando. Los niños se turnan para ponerse la capa. Después del juego, hable sobre la importancia de estar esperanzados de que sucederán cosas buenas en el futuro.

El juego de la espera

Haga los planes y preparativos para llevar a su grupo a un evento o destino entretenido. No les diga de antemano el lugar al que van a ir. Una vez que los niños estén dentro de los vehículos—o, si la distancia es considerable, una vez que estén ya cerca del destino—véndele los ojos a cada uno de ellos. Hágalos esperar, tal como esperaron Ana y Simeón, el momento de la sorpresa. Durante el trayecto, aliente a los niños a adivinar el lugar al que se dirigen.

•pelotadegomaparaeljuego de kickball

•cuatrobasesdejuegodebéisbol

•marcadornegro

•cuentasenformadeletraspara pulsera

•otrascuentasdecorativaspara pulsera

•hiloocuerdadecuero• tijeras

•capaosábanadecama

•vendasparalosojos• losotrosmaterialesvarían

según el tipo de salida que se realice


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Objetivo de la sesiónLos niños se sentirán esperanzados en cuanto a sus vidas.

Versículo claveCuentas con una esperanza futura. (Proverbios 23:18)

Descripción de la sesiónLos niños participan en un juego de “Corre que te pillo del futuro”, aprenden cómo la vida de Nicky Cruz se llenó de es-peranza, llenan sus “Baúles de la esperanza” con planes espe-ranzadores, y tienen la oportunidad de dar sus vidas a Jesús.

Trasfondo de la historiaLa historia de esta semana es la de uno de los héroes de Dios en los tiempos modernos: Nicky Cruz.

Hijo de padres que practicaban la brujería en Puerto Rico a inicios de la década de 1940, todo lo que Nicky conoció de niño fue el abuso físico y emocional. A la edad de 15 años se sentía tan lleno de odio y rebeldía que su padre decidió enviarlo a vivir con un hermano mayor a la ciudad de Nueva York.

Sin embargo, al poco de llegar a Nueva York, Nicky dejó a su hermano mayor. Se integró a una de las pandillas más temidas y violentas de la ciudad, los Mau Maus. En el rito de iniciación para poder integrar la pandilla, Nicky se tuvo que dejar golpear por otros miembros de la pandilla hasta quedar

•optativo: video o libro ¡Corre! Nicky ¡Corre!

•guión “La historia de Nicky Cruz“ (páginas 154−156)

•hoja grande de cartulina•marcadores negros y de

colores•página XIV de “Héroe de la

fe” (página 159) en papel dorado o amarillo

• tijeras•página “¡Jesús, yo quiero

tener esperanza!” (página 160)

• lápices•“Baúles de la esperanza”

que los niños crearon en la Semana 13

•hojas de papel en blanco•equipo de música

para tocar CDs y CDs de canciones sobre la esperanza que entra en nuestras vidas cuando seguimos a Jesús

Semana 14

¡Hay esperanza para tu vida!

(Véa la página sigiuente.)

Semana 14

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inconsciente, sin ofrecer resistencia. Muy pronto, Nicky llegó a ser “el señor de la guerra” de los Mau Maus. Era temido por todos los que lo conocían, incluyendo miembros de su propia pandilla, pandillas rivales, e incluso por los policías.

Y entonces, un día, un predicador rural llamado David Wilkerson entró en la vida de Nicky. David había sentido el llamado de Dios que lo instaba a dirigirse a Nueva York para ministrar a los integrantes de las pandillas de la ciudad. Con una pacien-cia implacable y un amor incondicional, David buscó entrar en contacto con Nicky. Esto no estaba exento de costos. Nicky escupió en la cara de David y hasta amenazó con matarlo. Pero eventualmente el amor de Dios que se expresaba a través de David logró superar la resistencia de Nicky, y Nicky finalmente le entregó su corazón al Señor.

La vida de Nicky se vio completamente transformada. En los años transcurridos desde esa época, Nicky Cruz ha viajado por el mundo predicando el Evangelio. También dirige un ministerio entre los integrantes de pandillas a lo largo y ancho de Estados Unidos, haciéndoles llegar la esperanza y el amor que sólo puede hallarse en Cristo Jesús. Nicky les habla a estos muchachos y jóvenes con credibilidad porque él mismo ha pasado por la misma experiencia que ellos. Su vida es un testamento vivo del hecho de que a pesar de lo que uno haya hecho o dónde haya estado, ¡Dios siempre nos ofrece esperanza!

Mientras se prepara1. Para obtener información sobre el héroe de la fe destacado en

la sesión de hoy—y para su propia inspiración personal—vea ¡Corre! Nicky ¡Corre!, el video autobiográfico de Nicky Cruz; otra alternativa es leer el libro ¡Corre! Nicky ¡Corre! El video y el libro están disponibles a través de www.christianbook.com.

Reflexione sobre el significado del Versículo clave de hoy, Proverbios 23:18: “Cuentas con una esperanza futura”. Dios les ofrece esperanza para el futuro—una esperanza con la que se puede contar—a todos aquéllos que lo siguen.

2. Lea “La historia de Nicky Cruz” varias veces para que se sienta cómodo a la hora de leérsela a su grupo.

Para obtener más información acerca de Nicky Cruz y su ministerio, visite www.nickycruz.org.


•pelotita•optativo: video The Cross

and the Switchblade•“Siluetas personales” de

los niños creadas en la Semana 2


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3. Escriba la palabra “ESPERANZA” en letras grandes en dos hojas de cartulina. Decore uno de estos afiches de la ESPERANZA con colores y diseños esperanzadores. Póngase de acuerdo con un ayudante u otro líder para que, mientras usted re-lata “La historia de Nicky Cruz”, vaya rasgando y haciendo pedazos—para ser precisos, en nueve pedazos—el afiche de ESPERANZA sin las decoraciones y para que, en el momento indicado, levante y muestre el afiche de ESPERANZA con las decoraciones.

4. Fotocopie la página XIV de “Héroe de la fe” en papel do-rado o amarillo. Recorte la medalla y esté preparado para mostrarla después de que termine de contar la historia.

5. Fotocopie la página titulada “¡Jesús, yo quiero tener espe-ranza!” (una copia para cada dos niños). Recorte las dos notas de cada una de las copias.

6. Asegúrese de que todos los “Baúles de la esperanza” que los niños crearon en la Semana 13 estén disponibles.

7. Corte hojas de papel en blanco en tiras horizontales—unas cinco tiras por hoja. Va a necesitar cinco tiras para cada niño.

Hora de alabarCanten canciones sobre la esperanza que empezamos a sentir en nuestras vidas cuando seguimos a Jesús. En el CD de Canciones de SONday’SCOOL, las siguientes canciones entran bajo esta ca-tegoría: la Canción 2 (“Señor, no temeré”), la 12 (“¡Mi Señor!”) y la 14 (“En ti confío, Padre”). La Canción 21 (“No importa”) expresa particularmente bien el mensaje de Nicky Cruz:

No importa lo que vi,No importa donde fui,No importa si caí,Dios me ama.

Hora de sintonía1. Diga a los niños que se sienten en el piso formando un cír-

culo. Haga rodar la pelotita hacia uno de ellos y dígale a ese niño que comparta brevemente alguna cosa que a ella o él le gustaría compartir con el grupo durante esta “Hora

Semana 14

152

de sintonía”. Luego, haga que el niño haga rodar la pelotita hacia otra persona.

2. Optativo: Haga que los niños reciten de memoria el Versículo clave de la semana pasada. Otorgue premios a los que hayan logrado memorizarlo.

3. Pregunte: Si pudieras hacer cualquier cosa que quieras cuando seas grande, ¿qué es lo que te gustaría hacer? ¿Crees que tendrás algún día la oportunidad de hacer eso? Trate de mantener la discusión enfocada en los tipos de trabajos o en otras cosas positivas que a los niños les gustaría hacer cuando grandes.


1. Diga: Ahora te invito a jugar “Corre que te pillo del fu-turo”. Uno de ustedes va a ser “la persona designada”. El resto debe tratar de que la persona designada no los toque. Si la persona designada está a punto de tocarte, puedes gritar algo que un niño podría llegar a ser cuando grande, por ejemplo, bombero, oficial de policía, maestra, abuela, o lo que se te ocurra.

Si logras decir algo así y te quedas congelado en el lugar donde te encuentras antes de que la persona designada te toque, quedas a salvo. Si no se te ocurre nada que decir y te tocan, tú pasas a ser la nueva persona designada. La única regla es que sólo puedes decir una misma idea sólo una vez. Tienes que pensar en una nueva idea cada vez que quieras quedarte congelado en un lugar.

Muestre a los niños los límites del espacio en que se desa-rrollará el juego. Elija a un niño para que sea “la persona designada” y dé inicio al juego.

Entrando en materia

1. Diga: En el juego que acabamos de jugar, había alguien que andaba tratando de tocarte para que tú así pasaras a ser “la persona designada”. Tú no querías que te tocaran, ¿no es cierto? Pues bien, me gustaría contarte la historia de un joven al que siempre andaban persiguiendo, y al que no le gustaba nada que le hicieran eso. Pero la persona

Si tiene un número considerable de niños muy pequeños, podría ayudarlos ofreciéndoles ideas o permitiéndoles usar una misma idea más de una vez.

Si fuera necesario para iniciar la discusión, comparta algunas de las ideas que usted tenía en su propia niñez de lo que quería hacer o ser cuando grande.


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El video The Cross and the Switchblade (La cruz y la navaja) se muestra el momento en que Nicky acepta a Cristo. (Advertencia: Es posible que hasta una breve escena de este video sea demasiado fuerte para los niños más pequeños.) Presente el video explicando que la pandilla de Nicky y otra pandilla acuden a una reunión en la que Dave Wilkerson está predicando, pero con la intención no de escucharlo, sino de “armar problemas”. Para ordenar este video, visite www.christianbook.com.

que lo perseguía no lo hacía para causarle ningún daño, sino para ayudarlo—para darle esperanza. Y no el tipo de esperanza que uno expresa cuando dice “¡Ojalá que sí!”, sino una esperanza real, el tipo de esperanza con la que puedes contar.

2. Relate a los niños “La historia de Nicky Cruz”.

3. Una vez que haya terminado de contar la historia, haga un repaso de la misma formulando preguntas como éstas: ¿Por qué era la vida de Nicky tan poco esperanzadora cuando era niño? (Sus padres no querían que viviera con ellos, y además eran malos con él.) ¿Por qué era la vida de Nicky tan poco esperanzadora cuando era miembro de la pan-dilla? (Él y los otros integrantes de la pandilla consumían drogas y hacían otras cosas malas. Él creía que su vida nunca iba a cambiar.) ¿Qué fue lo que llenó de esperanza la vida de Nicky? (Saber que alguien lo amaba, saber que Jesús lo amaba, y saber que su vida podía cambiar.) ¿Quién le cambió la vida a Nicky? (Jesús)

4. Muestre la medalla de héroe de la fe de Nicky. Diga: La última vez que nos reunimos, hablamos de la conexión que hay entre la fe y la verdadera esperanza. La fe ver-dadera consiste en confiar y creer en Dios. Pues bien, la esperanza verdadera nace en nosotros cuando creemos que lo que Dios nos promete es verdad. Nicky Cruz le creyó a David Wilkerson cuando David le dijo que Jesús lo amaba y que le cambiaría la vida. La medalla de héroe de la fe de Nicky tiene un dibujo en que él aparece de rodillas entregando su vida a Jesús. También muestra a David Wilkerson orando por Nicky. Las palabras dicen: “Nicky confió en Jesús y recibió esperanza. Ahora él comparte la esperanza con los demás”.

Agregue la medalla de Nicky Cruz a la parte de la pared donde están las otras medallas.

Para terminar

1. Diga: Sé que algunos de ustedes se preguntan a veces si ocurrirán cosas buenas en sus vidas en el futuro. Puede que haya momentos en que tu familia no tiene suficiente dinero para todas las cosas que necesitas. Puede que haya


La historia de Nicky Cruz

Esta es la historia de Nicky Cruz. Nicky era un joven que aprendió a tener esperanza. Para que sepas, de niño su vida era tan difícil que no sentía muchas esperanzas.

(El Ayudante muestra el afiche no decorado de la “ESPERANZA”.)

Los padres de Nicky eran muy, pero muy malos con él. Cuando todavía era un niño muy chico, la mamá de Nicky le dijo que odiaba tenerlo cerca.

(El Ayudante rasga y tira al suelo una parte del afiche no decorado de la “ESPERANZA”.)

A causa de esto, Nicky era un niño con mucha rabia acumulada. Su corazón se volvió frío, duro y ni siquiera sabía lo que era la esperanza.

(El Ayudante rasga y tira al suelo una parte del afiche no decorado de la “ESPERANZA”.)

Nicky se negaba a hacer lo que sus padres y maestros le decían. Sus padres no querían que siguiera viviendo con ellos. Así que lo enviaron a vivir con uno de sus hermanos, muy lejos.

(El Ayudante rasga una parte del afiche no decorado de la “ESPERANZA”.)

Nicky vivió con su hermano durante un tiempo. Y luego huyó de la casa de su hermano. Se unió a una pandilla y empezó a vivir con los otros integrantes de esa pandilla.


Al cabo de muy poco tiempo, Nicky pasó a ser el jefe de la pandilla. Lo que más hacían era pelear con otras pandillas. Incluso mataron a muchas personas. Varios de los miembros de la pandilla eran adictos a las drogas.


Las personas que conocían a Nicky decían que no tenían ninguna esperanza de que se rehabilitara. No había nada que hacer para que cambiara de vida.



Nicky creía que nadie jamás lo iba a querer y que su vida nunca iba a cambiar.

(El Ayudante rasga por la mitad lo que queda del afiche no decorado de la “ESPERANZA” y tira ambos pedazos al suelo.)

Y fue por esos días que un hombre llamado David Wilkerson se enteró del tipo de vida que llevaba Nicky. David era predicador, una de esas personas que le habla a la gente acerca de Jesús. David amaba a Jesús y sabía que Jesús también amaba a Nicky.

David partió en busca de Nicky. Se dirigió a pie al lugar donde los integrantes de la pandilla de Nicky estaban consumiendo drogas y haciendo otras cosas malas. Y David encontró a Nicky. Y le dijo: “Nicky, estoy aquí para decirte que Jesús te ama, y que yo te amo”.

Nicky se puso furioso. Escupió a David en la cara. Y le dijo: “¡Vete de aquí! ¡No quiero volver a escuchar eso! ¡Si me vuelves a decir eso, te voy a matar!

¿Qué piensas que David le respondió a Nicky? (Haga una pausa para que los niños respondan.) Esto es lo que dijo: “Nicky, yo sé que puedes hacer eso. Me puedes matar y cortarme en mil pedazos y repartirlos por el suelo. Y cada uno de esos mil pedazos clamará: ‘Te amo’.” Y David se puso a orar por Nicky.

Nicky reaccionó como si no estuviese escuchando a David. Hizo que David se fuera. Pero algo estaba ocurriendo dentro de Nicky. Por primera vez en su vida, alguien le había dicho a Nicky: “Te amo”. Por primera vez en su vida, Nicky había escuchado a alguien orar. ¿Y sabes qué es lo que empezó a brotar dentro de Nicky? (Haga una pausa para que los niños respondan.)

(El Ayudante muestra el afiche decorado de la “ESPERANZA”.)

Era la esperanza. Por primera vez en su vida, Nicky sintió esperanza. Empezó a sentir que podría haber esperanza para él. Quizás alguien realmente lo amaba. Quizás su vida podía ser diferente.

David siguió buscando a Nicky y visitándolo. Una y otra vez venía a verlo. Y poco a poco, Nicky empezó a confiar en David. Nicky empezó a creer que David de verdad lo amaba. Empezó a creer que Jesús lo amaba. Y empezó a sentir que necesitaba que Jesús se hiciera cargo de su vida.


Nicky le entregó su vida a Jesús, y Jesús le hizo sentir una esperanza verdadera. Y la vida de Nicky cambió drásticamente. Cuando los otros integrantes de la pandilla se dieron cuenta de eso, también ellos empezaron a sentir esperanza. Y muchos de ellos entregaron sus corazones y sus vidas a Jesús. ¡De hecho, tantos de ellos empezaron a seguir a Jesús que la pandilla dejó de existir como tal!

Nicky empezó a decirles a los jóvenes de otras pandillas que Jesús los amaba a ellos también. De hecho, sigue haciendo lo mismo hasta el día de hoy. Él viaja por todos los Estados Unidos diciéndoles a los niños de las muchas otras pandillas que hay esperanzas para ellos y que esas esperanzas están en Jesús.


157

Como siempre, asegúrese de que los niños no se sientan presionados a firmar el formulario o a indicar su deseo de seguir a Jesús. La presión debe venir del Espíritu Santo.

veces en que los miembros de tu familia no se lleven muy bien unos con otros. Y puede que te preguntes si hay esperanzas de que tu vida sea mejor en el futuro. Pues bien, te tengo muy buenas noticias. Dios les puede dar esperanzas de un futuro mejor a todas las personas.

La clave para poder experimentar y sentir la esperanza en tu vida es que Jesús entre en tu vida. Si Jesús está en control de tu vida, él puede guiarte en las decisiones que tomes y en las cosas que hagas. Cuando Nicky Cruz le en-tregó su vida a Jesús, fue ahí cuando su vida realmente se llenó de esperanza. Ocurre lo mismo con nosotros. Cuando le entregamos nuestras vidas a Jesús, él puede empezar a cambiarnos a nosotros y transformar nuestras vidas. Pero está en manos de cada uno de nosotros decidir si queremos que Jesús realice ese cambio en nuestras vidas.

2. Hable brevemente acerca de cómo Jesús le ha dado esperanza a usted. ¿Qué cambios se apreciaron en su vida cuando usted le entregó su vida a él? Comparta con los niños algunas de sus experiencias.

3. Luego, diga: Si te gustaría tener la misma esperanza que Nicky Cruz descubrió y que yo descubrí, te tengo una invitación para que la leas y escribas tu firma en ella.

Reparta a cada niño una copia de la invitación titulada “Jesús, yo quiero tener esperanza” y un lápiz. Déles un mo-mento para que la lean la invitación en silencio y escriban su firma, si es que están de acuerdo con esta oración.

Tome nota de los niños que van a dar este paso por primera vez y póngase de acuerdo con ellos para conversar y orar juntos en privado. Si están listos par hacerlo, aliente a estos niños a escribir en sus “Siluetas personales”: “¡Jesús ha to-mado el control de mi vida! ¡Él me da esperanza!” Asegúrese de que fechen esta declaración.

4. Dirija la atención de los niños al Versículo clave impreso al pie de la invitación. Lean juntos el versículo. Asegúrese de que los niños comprendan el significado del versículo. Podemos contar con la esperanza que Dios ofrece para el futuro—porque podemos contar con Dios.

Memoricen juntos el Versículo clave.

Semana 14

158

Es posible que a algunos niños les resulte difícil pensar en ideas. Ayúdelos sugiriéndoles categorías generales en lugar de ideas específicas.

5. Usted puede juntar las invitaciones o bien alentar a los niños a ponerlas en sus “Baúles de la esperanza” durante la “Hora de conversar”. Si algunos niños desean llevarse a casa la invitación que firmaron para mostrársela a sus familiares, no contraríe este deseo suyo de hacer confesión de la nueva fe que ha nacido en ellos.

Hora de conversarEnfoque: Cosas positivas que pueden ser parte del futuro de los niños.

1. Déle a cada niño su respectivo “Baúl de la esperanza”, cinco pedazos de papel en blanco, y marcadores de colores. Invite a los niños a escribir o dibujar cosas que esperan que lleguen a formar parte de su futuro, y a que introduzcan cada pedazo de papel en su “Baúl de la esperanza”.

Si algunos niños se enfocan sólo en cosas que les gustaría tener, desafíelos a pensar en las personas que ellos esperan que lleguen a formar parte de su vida, el tipo de trabajo que esperan poder hacer, o el tipo de diferencia que esperan marcar en las vidas de otras personas.

2. Si los niños se sienten cómodos haciendo esto, haga que lean en voz alta, o muestren al grupo, algunos ejemplos de lo que escribieron en los pedazos de papel. Mientras los niños comparten sus ideas, aliéntelos diciéndoles: “Yo puedo ver eso en tu futuro” o bien “Tú serías bueno para eso”.

Dé las gracias a los niños por compartir sus ideas y concluya con una oración en la que agradece a Dios por los futuros esperanzadores que ha planeado para estos niños. Asegúrese de juntar los “Baúles de la esperanza” y guardarlos para la próxima sesión.

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Héroe de la fe XIV

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¡Jesús, yo quiero tener esperanza!

Querido Jesús, Yo quiero tener esperanza en mi vida. Por favor, toma el control de mi vida. Ayúdame a seguirte. Ayúdame a elegir lo que es correcto y lléname de esperanza. Gracias, Jesús. Firma,

Cuentas con una esperanza futura.(Proverbios 23:18)

¡Jesús, yo quiero tener esperanza!

Querido Jesús, Yo quiero tener esperanza en mi vida. Por favor, toma el control de mi vida. Ayúdame a seguirte. Ayúdame a elegir lo que es correcto y lléname de esperanza. Gracias, Jesús. Firma,

Cuentas con una esperanza futura.(Proverbios 23:18)


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Estas actividades de extensión están relacionadas con la esperanza y el futuro.

“Querido Yo”

Haga que los niños se escriban cartas a sí mismos para que las abran cuando cumplan 21 años de edad—o la edad en que ellos consideren que van a ser “grandes”. Aliéntelos a escribir acerca de cómo es su vida ahora, lo que les gusta hacer, y cómo esperan que sea su vida en el futuro. Dígales que introduzcan su carta en un sobre y luego la guarden en su “Baúl de la esperanza”.

Sueños esperanzadores

Coloque en el suelo periódicos viejos o una lona para evitar ensuciar con pintura. Haga que los niños decoren fundas de almohada con diseños esperanzadores, como por ejemplo la palabra “ESPERANZA”, el Versículo clave de esta semana, o dibujos de cosas que ellos esperan que formen parte de sus vidas en el futuro. Deje que las fundas se sequen antes de que los niños se las lleven a casa. Cuando se vayan a acostar cada noche, los niños tendrán un mensaje esperanzador en el cual pensar.

Fotos del futuro

Divida al grupo en equipos. Cada equipo debe pensar en una situación esperanzadora o positiva que les podría suceder en el futuro. Luego, el equipo debe crear una pose estática que represente esa situación, tal como posarían para una fotografía que luego agregarían a un álbum de fotos. Mientras el equipo prepara su pose, los otros equipos deben tratar de adivinar cuál es la situación que esa pose representa. Vuelvan a jugar tantas veces como se los permita el tiempo.

•papelparaescribir• lápices•sobres

• fundasdealmohadabaratas•pinturasparatelas•periódicosviejosolona

Semana 15

162

Objetivo de la sesiónLos niños se darán cuenta de que si aman a Dios, pueden tener esperanza incluso en los momentos más difíciles.

Versículo claveEsta esperanza no nos defrauda. (Romanos 5:5)

Descripción de la sesiónLos niños participan en un juego en que se tienen que aferrar a la esperanza, aprenden acerca de la fe demostrada por Job en momentos de increíble aflicción y pérdida, y llenan sus “Baúles de esperanza” de esperanzadores versículos bíblicos.

Trasfondo bíblicoJob 1:1−5, 13−22; 2:7−10; 19:25−27; 42:10−17

Job se destaca en la Escritura como aquél que aprendió a man-tener viva la esperanza, incluso después de haber perdido casi todo lo que le importaba en la vida. Perdió todo su patrimonio, sus hijos e hijas, incluso su salud. Para colmo de males, su mujer se volvió en contra de él. El dolor de tantas pérdidas en un lapso de tiempo tan breve es imposible de imaginar.

En ningún caso iba Job a hacerle la vista gorda a estas cosas. Sintió una profunda tristeza y depresión, incluso rabia. Una y otra vez se preguntó por qué le habían sucedido todas estas cosas. Pero en medio de todas estas pérdidas, se aferró a una

•globos•cuerda• tijeras•marcador negro•bolsa plástica grande de

basura•guión “Job y sus días muy,

muy, muy malos” (páginas 168−170)

•papel de cartulina de diversos colores

•cinta adhesiva protectora•mesa pequeña•página XV de “Héroe de la

fe“ (página 172) en papel dorado o amarillo

•hoja de actividades “Versículos de esperanza“ (página 173)

•“Baúles de esperanza” de los niños creados en la Semana 13

•equipo de música para tocar CDs y CDs de canciones sobre la esperanza en Dios


Semana 15

La esperanza en los momentos difíciles


163

verdad crucial: jamás perdería a Dios. Esa era la única espe-ranza de Job: Dios era real y, al final, Dios estaría con él.

Esa es la esperanza que atesora todo creyente cristiano. No importa cuán duras sean nuestras circunstancias, no importa qué cosas podamos perder, Dios sigue siendo el mismo en todo momento. Es lo que expresan las palabras sencillas y a la vez grandiosas del salmista (102:25−26), cuando clama al Señor en un momento muy difícil:

En el principio tú afirmaste la tierra,y los cielos son la obra de tus manos.Ellos perecerán, pero tú permaneces.

Mientras se prepara1.Medite sobre el Versículo clave de hoy (Romanos 5:5).

Reflexione sobre las difíciles circunstancias que usted ha debido enfrentar como cristiano, y cómo la esperanza en Dios le levantó el alma en ese trance—incluso antes de que esas circunstancias cambiaran para mejor.

Esté preparado para la eventualidad de que durante la se-sión uno o más niños le revelen algún tipo de circunstancias difíciles que ellos o sus familias puedan estar enfrentando. Previo a su sesión de PrimeTime, discuta con los líderes y ayudantes la manera de enfrentar este tipo de situaciones. Si un niño revela que ha sido abusado, esto por cierto debe ser informado a las autoridades pertinentes.

2. Asegúrese de tener suficientes globos para que cada uno de los niños pueda tener uno. Use un marcador negro para es-cribir la palabra “ESPERANZA” en cada globo. Luego, infle los globos y anúdelos. Corte pedazos de hilo de 18 pulgadas de largo y anude con ellos cada globo. Guarde los globos en una bolsa plástica grande de basura.

3. Póngase de acuerdo con un hombre o un adolescente grande para que represente el papel de Job. Éste no es un papel hablado; sin embargo, Job tiene que estar preparado para realizar las acciones indicadas en el guión “Job y sus días muy, muy, muy malos”. Por lo mismo, entréguele de ante-mano a su actor una copia del guión.

Pase lo que pase, Dios sigue siempre siendo el mismo.

Semana 15

164

4. Use un marcador negro y papel de cartulina de diversos colo-res para crear letreros con las siguientes palabras: “BUEYES”, “ASNOS”, “OVEJAS”, “CRIADOS”, “CAMELLOS”, “HIJAS”, “HIJOS”, “SALUD”. El actor que represente el papel de Job deberá tener estos letreros pegados a su ropa—procurando, de ser posible, que resulten visibles y legibles de inmediato—cuando ingrese al salón. Usted le irá removiendo los letreros uno por uno a medida que va contando la historia. Sin em-bargo, conforme vaya haciendo esto, deberá ir colocando los letreros ordenadamente, con la palabra hacia arriba, en una mesa contigua—pues al final de la historia usted se los volverá a poner a Job en su ropa como manera de indicar que todo lo que había perdido le ha sido devuelto.

5. Ensaye la historia “Job y sus días muy, muy, muy malos” leyéndola en voz alta hasta que se sienta cómodo con ella. Repase también las acotaciones escénicas.

6. Fotocopie la página XV de “Héroe de la fe” en papel dorado o amarillo. Recorte la medalla y esté preparado para mostrarla después de que haya compartido la historia.

7. Fotocopie la hoja de actividades titulada “Versículos de es-peranza” (una copia para cada niño).

Hora de alabarUse una vez más canciones sobre la esperanza en Dios, como las siguientes del CD de Canciones de SONday’SCOOL: la Canción 14 (“En ti confío, Padre”), la 21 (“No importa”), la 2 (“Señor, no temeré”) y la 12 (“¡Mi Señor!).

Hora de sintonía1. Diga: Hoy es un buen día para tomar fotografías. Cuando

dirija la cámara hacia ti y apriete el botón, será tu turno de describirnos una foto del día que has estado teniendo. (Haga como que sostiene una cámara fotográfica y apriete el botón como si tomara una fotografía.) ¿Cuáles fueron las cosas más importantes que te pasaron hoy? Tienes un minuto para compartir tu “fotografía en palabras”.

2. Optativo: Aliente a los niños que se han aprendido de memoria el Versículo clave de la semana a que lo reciten en voz alta. Otorgue premios según sea apropiado.


165

Podría compartir con los niños un ejemplo de su propia experiencia como manera de echar a andar la discusión.

3. Pregunte: ¿Puedes pensar en alguna situación o experiencia que podría hacer que una persona se sintiera desesperan-zada o triste? Deje que los niños compartan sus respuestas.


1. Diga: Vamos a jugar a un juego llamado “Aférrate a la esperanza”. Dé a cada niño un globo anudado de antemano. Ayude a los niños a atar el cabo suelto alrededor de uno de sus tobillos.

Pregunte: ¿Cuál es la palabra que está escrita en tu globo? (“ESPERANZA”) El objetivo de este juego es aferrarte a tu esperanza. Cuando yo diga “¡Ya!”, trata de aplastar con el pie y reventar los globos de los otros jugadores. Pero debes tratar de que los otros jugadores no revienten el tuyo. ¡Tienes que hacer todo lo posible por aferrarte a tu esperanza! El último niño que quede con su globo intacto será el ganador.

Muestre a los niños los límites del espacio en que se desarro-llará el juego. Advierta a los niños que no deben pisarse los pies unos a otros. Cualquiera de ellos que pise el pie de un compañero, queda automáticamente fuera del juego. Tienen que concentrarse en pisar los globos de los otros niños.

2. Una vez terminado el juego, desáteles a los niños los hilos de sus tobillos y deje los globos a un lado. Luego, haga que los niños se sienten todos juntos. Diga: En el juego que acabas de jugar, ¿te resultó fácil o difícil aferrarte a tu esperanza? Aliente a varios niños a que respondan.

Entrando en materia

1. Diga: Hay muchas experiencias en la vida que pueden tratar de “reventar nuestro globo” y destruir nuestra esperanza. ¿Cuáles son algunas de esas experiencias? ¿Qué podría ocurrir para hacer que una persona pierda la esperanza o se siente triste? Tú hablaste de algunas de estas cosas durante la “Hora de sintonía”. Dé tiempo a varios niños para que ofrezcan sus ideas de experiencias desesperanzadoras.

Semana 15

166

2. Diga: Hoy vamos a hablar de lo importante que es afe-rrarnos a nuestra esperanza, incluso en los momentos difíciles. Te voy a contar una historia bíblica acerca de una persona a la que le ocurrieron todo tipo de cosas terriblemente difíciles. Pero así y todo se mantuvo afe-rrado a la esperanza. Démosle una cálida bienvenida a mi amigo Job. (Cuando usted diga estas palabras, el actor que representa el papel de Job deberá entrar al salón y colocarse de pie, con todos los letreros pegados a la ropa, junto a usted.)

Relate la historia “Job y sus días muy, muy, muy malos”.

3. Al final de la historia, dé las gracias a su actor y pida a los niños que le ofrezcan un gran aplauso. Luego, pregunte: ¿Cuáles fueron algunas de las cosas difíciles que le ocu-rrieron a Job? (Perdió sus animales, sus criados, sus hijos, su riqueza.) ¿Cómo crees que se habrá sentido Job al perder sus animales? ¿Se te ha muerto alguna vez una mascota? ¿Cómo te sentiste cuando eso sucedió? Dé a varios niños la oportunidad de responder. ¿Y cómo crees que se habrá sentido cuando se murieron sus criados? ¿Se te ha muerto alguna vez alguien a quien conocías muy bien—alguno de tus maestros o algún vecino? ¿Cómo te sentiste cuando eso sucedió? Una vez más, espere que respondan. ¿Y cómo se habrá sentido Job cuando murieron sus hijos? ¿Se le ha muerto a alguno de ustedes algún miembro de sus familias? ¿Cómo te hizo sentir eso? Una vez más, espere a que respondan. ¿Y cómo dirías que se sintió Job cuando se enfermó? Yo sé que muchos de ustedes han estado enfer-mos alguna vez. ¿Has estado tan enfermo alguna vez que tuvieste que quedarte en el hospital? ¿Cómo te sentiste cuando sucedió eso? Espere a que los niños compartan sus experiencias.

Diga: A pesar de que a Job le ocurrieron todas esas cosas terribles, él no dejó en ningún momento de sentir esperanza. ¿Qué fue lo que le ayudó a Job a mantener la esperanza? Aliente a los niños a contestar cada uno a su manera. Pero asegúrese de que comprendan que Job no perdió la esperanza porque siempre se mantuvo fiel a Dios. Gracias a que Job se mantuvo fiel a Dios, pudo mantener siempre la esperanza.


167

Si tiene un número impar de niños, será necesario que juegue un adulto también.

4. Muestre la medalla de héroe de la fe de Job. Diga: Job fue una persona real. Su historia se cuenta en la Biblia. De hecho, Job es uno de los héroes de la fe en Dios. Hemos hablado de la conexión entre la fe verdadera y la espe-ranza verdadera. Recuerda, la fe verdadera consiste en confiar y creer en Dios. La esperanza verdadera nace en nosotros cuando creemos que lo que Dios nos promete es verdad. Job sabía que Dios le había prometido que siempre estaría ahí. Eso es lo que le hizo posible a Job tener esperanza. La medalla de héroe de la fe de Dios lo muestra sintiéndose muy enfermo. Se puede ver el fuerte viento que arrasó la casa de su hijo y mató a sus hijos e hijas. Las palabras dicen: “Job lo perdió todo, pero como no perdió a Dios, no perdió la esperanza”.

Agregue la medalla de Job a la pared donde se exhiben las otras medallas.

Para terminar

1. Diga: Dios es un Dios de esperanza. Sabemos que Dios nunca nos va a defraudar. Eso significa que si tenemos verdadera esperanza, sabemos que la esperanza nunca nos va a defraudar. Eso es justamente lo que nos dice el Versículo clave de hoy: “Esta esperanza no nos defrauda” (Romanos 5:5).

2. Diga: Aprendamos de memoria este Versículo clave jugando un juego bien sencillo. Póngase todos de pie. Cuando digamos el versículo, quiero que corran a ponerse al lado de otro niño en el salón. Si alguien ya logró ponerse al lado de ese niño, busca otro niño que no tenga a nadie a su lado.

Cada vez que se repita el versículo, cada uno de los niños deberá correr en busca de un nuevo compañero para colo-carse a su lado. Repitan esto varias veces hasta que todos los niños se hayan aprendido el versículo de memoria.

3. Diga a los niños que se sienten. Concluya con una oración en la que le pide a Dios que llene de esperanza a cada uno de ellos, sean cuales sean las circunstancias que tengan que enfrentar. Pídale a Dios que recuerde a los niños que él está con ellos cada minuto de cada día. Él nunca los va a defraudar.


Job y sus días muy, muy, muy malos

(Durante el discurso que sigue, a medida que se van leyendo cada una de las palabra subrayadas, Job sonríe y muestra el letrero en que está escrita esa palabra.)

Había una vez un hombre que se llamaba Job. Era un hombre muy feliz. ¡Job tenía 1.000 BUEYES y 500 ASNOS y 7.000 OVEJAS y 3.000 CAMELLOS y muchos CRIADOS y 3 HIJAS y 7 HIJOS y muy buena SALUD!

Pero mucho más importante que todo eso, Job amaba a Dios y Dios amaba a Job.

(Job levanta la vista hacia el cielo, sonríe y se da a sí mismo un abrazo.)

Pero entonces Job tuvo un día muy malo.

(Haga que los niños repitan: “Job tuvo un día muy malo”.)

Alguien le robó a Job sus BUEYES y sus ASNOS.

(Quítele a Job los letreros que dicen BUEYES y ASNOS y péguelos en la mesa. Abatido por la tristeza, Job se encorva levemente.)

Y entonces Job tuvo un otro día muy malo.

(Haga que los niños repitan: “Job tuvo otro día muy malo”.)

Del cielo cayó un rayo que quemaron a sus OVEJAS y a sus CRIADOS.

(Quítele a Job los letreros que dicen OVEJAS y CRIADOS y péguelos en la mesa. Abatido por la tristeza, Job se encorva un poco más.)

Y entonces Job tuvo otro día muy malo.

(Haga que los niños repitan: “Job tuvo otro día muy malo”.)

Vinieron unos ladrones y le robaron sus CAMELLOS.

(Quítele a Job el letrero que dice CAMELLOS. Abatido por la tristeza, Job se encorva aún más.)

Y entonces Job tuvo otro día muy, muy malo.

(Haga que los niños repitan: “Job tuvo otro día muy, muy malo”.)

Vino un viento fuerte y arrasó con la casa de su hijo mayor—quien ya era adulto—y mató a sus HIJAS y a sus HIJOS.


(Quítele a Job los letreros que dicen HIJAS e HIJOS. Abatido por la tristeza, Job se encorva mucho más.)

Y entonces Job tuvo otro día muy, muy, muy malo.

(Haga que los niños repitan: “Job tuvo otro día muy, muy, muy malo”.)

Job se enfermó muy gravemente. Perdió su buena SALUD.

(Quítele a Job el letrero que dice SALUD. Job se desploma sobre el piso.)

(Susurre a los niños:) Fue un día muy malo.

(Haga que los niños susurren: “Fue un día muy malo”.)

Pero Job todavía tenía esperanza. ¿Por qué tenía esperanza?

(Haga que los niños pregunten. “¿Por qué tenía esperanza?” Job se pone lentamente de pie.)

Porque Job no había perdido a Dios. Había perdido todo lo demás, pero no había perdido a Dios. Y mientras Job tuviera a Dios, tenía esperanza.

(Job mira hacia el cielo y trata de sonreír.)

Job sabía que Dios lo seguía amando. Y Job seguía amando a Dios.

(Job mira hacia el cielo y se da a sí mismo un gran abrazo.)

Porque a pesar de lo que pueda ocurrir en nuestras vidas, Dios siempre nos ama. Dios siempre va a estar ahí. Así que siempre podemos mantener la esperanza en alto—igual que Job.

(Haga que los niños digan: “Ten esperanza—igual que Job”.)

Y al final todo va a salir bien.

(Haga que los niños digan: “Y al final todo va a salir bien”.)

(Durante el discurso que sigue, mientras usted va pegando cada letrero al cuerpo de Job, éste se irá levantando y enderezando cada vez más, y su sonrisa se irá haciendo cada vez más grande.)


Porque . . . ¡adivina qué! Después de todos esos días muy, muy, muy malos, ¡Dios le dio a Job unos días realmente muy, muy, muy buenos! Dios le dio a Job 2.000 BUEYES, el doble de los que tenía antes. (Pegue el letrero que dice “OXEN” en el cuerpo de Job.) Dios le dio a Job 1.000 ASNOS, el doble de los que tenía antes. (Péguele el letrero que dice “ASNOS”.) Dios le dio a Job 14.000 OVEJAS, el doble de las que tenía antes. (Péguele el letrero que dice “OVEJAS”.) Dios le dio a Job 6.000 CAMELLOS, el doble de los que tenía antes. (Vuelva a pegar el letrero que dice “CAMELLOS”.) Dios le dio a Job muchos más CRIADOS. (Péguele el letrero que dice “CRIADOS”.) Y Dios le dio a Job 3 nuevas HIJAS y 7 nuevos HIJOS. (Péguele los letreros que dicen “HIJAS” e “HIJOS”.) Y Dios le dio a Job mucha mejor SALUD de la que tenía antes. (Péguele el letrero que dice “SALUD”.) Job tenía tan buena salud que vivió hasta muy, muy viejo. ¡Y al final todo salió bien!

(Haga que los niños griten con entusiasmo: “¡Y al final todo salió bien!”)


171

Sea sensible a las difíciles situaciones familiares que algunos de los niños podrían estar enfrentando. Evite temas delicados que los pudiesen hacer sentirse avergonzados; al mismo tiempo, aliéntelos a sentirse libres de compartir sus preocupaciones más profundas—en un contexto más privado, si fuese necesario, con usted y otro líder o ayudante.

Hora de conversarEnfoque: Los niños agregan versículos llenos de esperanza a sus “Baúles de la esperanza”.

1. Diga: La última vez que nos reunimos, pusimos dentro de nuestros “Baúles de la esperanza” algunos pensamientos esperanzadores acerca del futuro. Esta semana tenemos algo incluso mejor para poner dentro de nuestros “Baúles de la esperanza”: versículos esperanzadores de la Biblia. La Biblia está llena de versículos esperanzadores. Si nos tomamos el tiempo de leer estos versículos e incluso memorizarlos, llenaremos nuestros corazones de espe-ranza. Luego, cuando se nos vengan encima días difíciles, como se le vinieron a Job, podremos recordar las promesas que Dios nos ha hecho. Podremos recordar que no hemos perdido a Dios—y que por lo mismo no hemos perdido la esperanza.

2. Entregue a cada uno de los niños su respectivo “Baúl de la esperanza”, la hoja de actividades “Versículos de esperanza”, marcadores de colores y tijeras. Haga que los niños se turnen para leer en voz alta versículos esperanzadores. Hable breve-mente de cada uno de los versículos y lo que significa. Luego, haga que los niños recorten los versículos y los pongan dentro de su “Baúles de la esperanza”. Aliente a los niños a tratar de memorizar cada versículo ante de meterlo dentro de su “Baúles de la esperanza”. Vuelva a juntar, una vez más, los “Baúles de la esperanza”; los niños podrán llevárselos a casa consigo al cierre de la próxima sesión de PrimeTime.

3. Si queda tiempo, invite a los niños a hablar acerca de las circunstancias difíciles que están enfrentando ahora mismo. Ore a Dios y pídale que se mantenga cerca de los niños du-rante estos momentos difíciles y que los llene de esperanza.


Héroe de la fe XV

JOB

JOB

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OD

O, P

ERO COMO NO PERDIÓ A DIOS, NO PE

RD

IÓ L

A E

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ER

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ZA

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Versículos de esperanza

Yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes

—afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.

(Jeremías 29:11)

Bueno es el Señor con quienes en él confían,

con todos los que lo buscan.

(Lamentaciones 3:25)

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

(Filipenses 4:13)

Los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas.

(Isaías 40:31)

Sabemos que Dios dispone todas las cosas

para el bien de quienes lo aman.

(Romanos 8:28)

El Señor su Dios siempre los acompañará;

nunca los dejará ni los abandonará.(Deuteronomio 31:6)

174


Semana 15

Estas actividades de extensión servirán como recordatorios de lo importante que es la esperanza, especialmente en los momentos difíciles de la vida.

Relevos de las esperanzas en alto

Divida al grupo en equipos de igual tamaño. Cada jugador de cada equipo, uno a la vez, deberá soplar una pluma de un lado al otro del salón sin dejar que caiga al suelo. La distancia a recorrer debe ser de unos 3 metros. El primer equipo en lograr que todos los jugadores realicen esta hazaña será el ganador. Si queda tiempo, vuelvan a jugar, pero aumentando la distancia. Después, hablen sobre la necesidad de mantener nuestras esperanzas en alto—como la pluma. Hacemos eso confiando en Dios y en sus promesas.

Una tarjeta para los momentos difíciles

Diga a los niños que piensen en una persona a la que conozcan que haya tenido que enfrentar momentos difíciles últimamente. Dígales que usen papel de cartulina y materiales de artes plásticas para crear una tarjeta de saludos gigante con un mensaje esperanzador y alentador. Asegúrese de que todos los niños firmen la tarjeta. Luego, denle la tarjeta a la persona que la necesita.

Escenas de ayuda en momentos difíciles

Puede que en su grupo haya niños que estén pasando por momentos difíciles, pero no sepan cómo buscar ayuda. Ensaye algunas escenas que destaquen lo importante que es pedir ayuda. Escoja situa-ciones que les resulten familiares a los niños de su localidad, por ejemplo enfrentar a un matón en la escuela, sentirse inseguros en su vecindario, y otras de este tipo. Actúen cada una de las escenas y luego hablen sobre a quién podrían recurrir los niños y cómo podrían pedir ayuda.

Bebidas de la esperanza

Haga una bebida de cerveza de raíces sin alcohol con helado de vainilla con los niños. Luego de que hayan disfrutado esta delicia, hablen acerca del hecho de que el helado en bebida siempre queda flotando en la parte de arriba. Eso es lo que hace en nosotros la esperanza. Incluso cuando parece que los problemas nos están echando abajo, la esperanza no nos defrauda. Eso se debe a que Dios no nos defrauda.

•plumas(disponiblesenlamayoría de las tiendas de manualidades)

•papeldecartulina•materialesmisceláneosde

artes plásticas

•cervezaderaíces(sinalcohol)•heladodevainilla•vasosaltosovasosde

plástico desechables•pajillasparabeber•cucharasdeplástico

semana 11 ¡haz crecer tu fe! - ejercitodesalvacion.ec · proviene de la biblia. y las palabras del...

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