secuencias textuales actividades [9no]

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Clasifique los escritos que aparecen a continuación, según las secuencias textuales que se describen en las siguientes tablas. Además establezca cuál es la idea central de cada uno de ellos. Justifique sus respuestas. Secuencias Textuales ¿Cómo se presentan? DESCRIPCIÓN Presenta los rasgos y las características de objetos, de la naturaleza, del paisaje, de vegetales, de animales y de personas. La descripción puede ser objetiva y subjetiva, literaria y técnica. Cualquiera de ellas se identifica por su minuciosidad y el detallismo de los elementos que integran el objeto temático de que se trate. NARRACIÓN Sirve para relatar o contar hechos reales, imaginarios o ficticios que se desarrollan durante un período de tiempo en medio de algún esc enario con unos determinados personajes. En la narración es importante la acción de los personajes que está ligada a los hechos que se relatan generalmente de mo do lineal, siguiendo el esquema clásico: planteamiento , nudo y desenlace, es decir, principio, medio y fin. EXPOSICIÓN Plantea un tema que ha de s er explicado con ideas ordenadas, objetivas y claras para que pueda ser comprendido e interpretado certeramente por los lectores. Predomina el orden lógico – presentación, cuerpo y conclusión– con un desarrollo deductivo o inductivo, ARGUMENTACI ÓN Suele presentarse unida a la ex posición con la incorporación de razones que sirven para defender las ideas propuestas y contrarrestar otras ajenas. DIÁLOGO Muestra la relación comunicativa interpersonal que se produce entre dos o más interlocutores. A través del diálogo se observa el grado cultural y el dominio lingüístico de los hablantes. EPÍSTOLA O CARTA Se muestra como mensaje escrito que juega c on la 2. a persona, destinatario ausente, y con la 1. a persona, el remitente. En función de la relación entre remitente y destinatario se elegirá tú o usted, en singular, y vosotros/as y ustedes, en plural. TEXTOS ¿QUÉ REPRESENTAN? Narrativos Representan contenidos concretos interrelacionados. En ellos predomina la información de hechos, situaciones y acontecimientos señalando referencias espacio-temporales y estableciendo relaciones secuenciales. Descriptivos Son textos de contenido concreto acumulativo. En estos textos las ideas se adhieren y se yuxtaponen de forma acumulada, lo que dificulta la unidad glo bal del texto. Normalmente la descripción se combina con otras formas de expresión dentro del texto. Expositivos Son textos de contenido abstracto acumulativo. La disposición de ideas añadidas sucesivamente no facilita plenamente la integr ación y la unidad to tal del texto. Argumentativ os Son textos de contenido abstracto concatenado. En estos textos la información de carácter abstracto se secuencia de maner a progresiva. a) PREGUNTA: Señor Irving, desde hace unos años usted se dedica a escribir libros sobre la historia reciente de Alemania, concretamente sobre la Segunda Guerra Mundial. ¿Cómo es posible que un británico se dedique a escribir libros sobre Alemania que c ontradicen la historia oficial? DAVID IRVING: Cualquier historiador lo puede hacer. Depende del tr abajo, el tiempo y el dinero. P. - ¿Cuál es su objetivo? D. I. – Demostrar la verdad. Reconozco que es bastante difícil encontrar la verdad en los archivos. A veces, tras varias semanas de búsqueda en un archivo no se encuentra nada. Hay que buscar como un pescador. Además, muchas editoriales no quieren esperar mucho tiempo para editar un libro. El libro sobre Hitler me llevó diez años, el de Göring cuatro años. Un cuentista no suele tardar tanto. P. - ¿Le ha acarreado a usted muchos problemas escribir esta “verdad”? D. I. – Sí. Con abogados, con judíos y con casi todo lo que tiene dos piernas. Los judíos han llegado a ir a mi casa disfrazados de funcionarios de correos. Atacaron mi piso y rompieron la puerta. Querían robar mis manuscritos sobre Hitler. Luego incendiaron la imprenta que estaba editando un libro en el que se demostraba que no hubo cámaras de gas. […] P. - ¿Es usted antisemita? D. I. – No soy antisemita, pero no me sorprende que haya cada vez más antisemitismo cuando la gente se da cuenta de que la ley no puede tocar a los judíos. P. - ¿No le parece muy pretencioso decir que no hubo ningún H olocausto? D. I. – Hoy la mitad de los historiadores de Alemania y de América piensan que nunca existió una orden de Hitler para

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Page 1: Secuencias textuales actividades [9no]

Clasifique los escritos que aparecen a continuación, según las secuencias textuales que se describen en las siguientes tablas. Además establezca cuál es la idea central de cada uno de ellos. Justifique sus respuestas.

Secuencias Textuales ¿Cómo se presentan?

DESCRIPCIÓN Presenta los rasgos y las características de objetos, de la naturaleza, del paisaje, de vegetales, de

animales y de personas. La descripción puede ser objetiva y subjetiva, literaria y técnica. Cualquiera de ellas se identifica por su minuciosidad y el detallismo de los elementos que integran

el objeto temático de que se trate.

NARRACIÓN

Sirve para relatar o contar hechos reales, imaginarios o ficticios que se desarrollan durante un período de tiempo en medio de algún escenario con unos determinados personajes. En la

narración es importante la acción de los personajes que está ligada a los hechos que se relatan generalmente de modo lineal, siguiendo el esquema clásico: planteamiento , nudo y desenlace, es

decir, principio, medio y fin.

EXPOSICIÓN Plantea un tema que ha de s er explicado con ideas ordenadas, objetivas y claras para que pueda

ser comprendido e interpretado certeramente por los lectores. Predomina el orden lógico –presentación, cuerpo y conclusión– con un desarrollo deductivo o inductivo,

ARGUMENTACIÓN Suele presentarse unida a la exposición con la incorporación de razones que sirven para defender las ideas propuestas y contrarrestar otras ajenas.

DIÁLOGO Muestra la relación comunicativa interpersonal que se produce entre dos o más interlocutores. A través del diálogo se observa el grado cultural y el dominio lingüístico de los hablantes.

EPÍSTOLA O CARTA

Se muestra como mensaje escrito que juega con la 2.a persona, destinatario ausente, y con la 1.a persona, el remitente. En función de la relación entre remitente y destinatario se elegirá tú o usted,

en singular, y vosotros/as y ustedes, en plural. TEXTOS ¿QUÉ REPRESENTAN?

Narrativos Representan contenidos concretos interrelacionados. En ellos predomina la información de

hechos, situaciones y acontecimientos señalando referencias espacio-temporales y estableciendo relaciones secuenciales.

Descriptivos Son textos de contenido concreto acumulativo. En estos textos las ideas se adhieren y se

yuxtaponen de forma acumulada, lo que dificulta la unidad glo bal del texto. Normalmente la descripción se combina con otras formas de expresión dentro del texto.

Expositivos Son textos de contenido abstracto acumulativo. La disposición de ideas añadidas sucesivamente no facilita plenamente la integr ación y la unidad total del texto.

Argumentativos Son textos de contenido abstracto concatenado. En estos textos la información de carácter abstracto se secuencia de manera progresiva.

a) PREGUNTA: Señor Irving, desde hace unos años usted se dedica a escribir libros sobre la historia reciente de Alemania, concretamente sobre la Segunda Guerra Mundial. ¿Cómo es posible que un británico se dedique a escribir libros sobre Alemania que c ontradicen la historia oficial? DAVID IRVING: Cualquier historiador lo puede hacer. Depende del trabajo, el tiempo y el dinero. P. - ¿Cuál es su objetivo? D. I. – Demostrar la verdad. Reconozco que es bastante difícil encontrar la verdad en los archivos. A veces, tras varias semanas de búsqueda en un archivo no se encuentra nada. Hay que buscar como un pescador. Además, muchas editoriales no quieren esperar mucho tiempo para editar un libro. El libro sobre Hitler me llevó diez años, el de Göring cuatro años. Un cuentista no suele tardar tanto. P. - ¿Le ha acarreado a usted muchos problemas escribir esta “verdad”? D. I. – Sí. Con abogados, con judíos y con casi todo lo que tiene dos piernas. Los judíos han llegado a ir a mi casa disfrazados de funcionarios de correos. Atacaron mi piso y rompieron la puerta. Querían robar mis manuscritos sobre Hitler. Luego incendiaron la imprenta que estaba editando un libro en el que se demostraba que no hubo cámaras de gas. […] P. - ¿Es usted antisemita? D. I. – No soy antisemita, pero no me sorprende que haya cada vez más antisemitismo cuando la gente se da cuenta de que la ley no puede tocar a los judíos. P. - ¿No le parece muy pretencioso decir que no hubo ningún H olocausto? D. I. – Hoy la mitad de los historiadores de Alemania y de América piensan que nunca existió una orden de Hitler para

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matar a los judíos. El siguiente paso se dará dentro de diez años. Entonces nadie creerá que existieron las cámaras de gas. Es una leyenda y la prensa acabará reflejándolo. P. - ¿Con qué pruebas cuenta usted? D. I. – Los laboratorios americanos han demostrado que no hay restos de cianuro en las paredes de Auschwitz. Además, los edificios de este campo de concentración han sido falsificados. Hay trozos del techo que no aparecen en las fotos que hicieron los americanos cuando entraron allí. No había cámaras de gas […] b) Ayer fui recibido por el Papa Pío X. Me recibió de pie y tendió la mano que no besé. Se sentó en un sillón, especie de trono para “los asuntos menores” y me invitó a sentarme cerca de él. El Papa es un sacerdote lugareño, más bien rudo, para quien el Cristianismo permanece como una cosa viviente, aún en el Vaticano. Le expuse mi demanda en pocas palabras. Pero, tal vez enojado porque no le había besado la mano, me contestó de modo demasiado brusco: — No podemos favorecer vuestro movimiento. No podemos impedir a los judíos ir a Jerusalén, pero no podemos jamás favorecerlo. La tierra de Jerusalén si no ha sido sagrada, ha sido santificada por la vida de Jesucristo. Como jefe de la Iglesia no puedo daros otra contestación. Los judíos no han reconocido a Nuestro Señor. Nosotros no podemos reconocer al pueblo judío. De modo que el antiguo conflicto entre Roma y Jerusalem, personificado por mi interlocutor y por mí, revivía en nosotros. Al principio traté de mostrarme conciliador. Le expuse mi pequeño discurso sobre la extraterritorialidad. Esto no pareció impresionarlo. “Gerusalemme”, dijo, no debía a ningún precio, caer en manos de los judíos. — Y sobre el estatuto actual, ¿qué pens áis vos, Santidad? — Lo sé; es lamentable ver a los turcos en posesión de nuestros lugares Santos. Pero debemos resignarnos. En cuanto a favorecer el deseo de los judíos a establecerse allí, nos es imposible. Le repliqué que nosotros fundábamos nuestro movimiento en el sufrimiento de los judíos, y queríamos dejar al margen todas las incidencias religiosas. — Bien, pero Nos, en cuanto Jefe de la Igles ia Católica, no podemos adoptar la misma actitud. Se produciría una de las dos cosas siguientes: o bien los judíos conservarán su antigua Fe y continuarán esperando al Mesías, que nosotros los cristianos creemos que ya ha venido sobre la tierra, y en este caso ellos niegan la divinidad de Cristo y no los podemos ayudar, o bien irán a Palestina sin profesar ninguna religión, en cuyo caso nada tenemos que hacer con ellos. La fe judía ha sido el fundamento de la nuestra, pero ha sido superada por las enseñanzas de Cristo y no podemos admitir que hoy día tenga alguna validez. Los judíos que debían haber sido los primeros en reconocer a Jesucristo, no lo han hecho hasta hoy. Yo tenía a flor de labio la observación: “Esto ocurre en todas las familias; nadie cree en sus parientes próximos”; pero de hecho contesté: “El terror y la persecución no eran ciertamente los mejores medios para convertir a los judíos”. Su réplica tuvo, en su simplicidad, un elemento de grandeza: — Nuestro Señor vino al mundo sin poder. Era povero. Vino in pace. No persiguió a nadie. Fue abbandonato aún por sus apóstoles. No fue hasta más tarde que alcanzó su verdadera estatura. La Iglesia empleó tres siglos en evolucionar. Los judíos tuvieron, por consiguiente, todo el tiempo necesario para aceptar la divinidad de Cristo sin presión y sin violencias. Pero eligieron no hacerlo y no lo han hecho hasta hoy […] c) En cierta época, los libros atraían a alguna gente, aquí, allí, por doquier. Podían permitirse ser diferentes. El mundo era ancho. Pero, luego, el mundo se llenó de ojos, de codos y de bocas. Población doble, triple, cuádruple. Films y radios, revistas, libros, fueron adquiriendo un bajo nivel, una espec ie de vulgar uniformidad […] Imagínalo. El hombre del siglo XIX con sus caballos, sus perros, sus coches, sus lentos desplazamientos. Luego, en el siglo XX, acelera la cámara. Los libros más breves, condensaciones. Resúmenes. Todo se reduce a la anécdota, al final brusco […] Los clásicos reducidos a una emisión radiofónica de quince minutos. Después, vueltos a reducir para llenar una lectura de dos minutos. Por fin, convertidos en diez o doce líneas en un diccionario. Claro está, exagero. Los diccionarios únicamente servían para buscar referencias. Pero eran muchos los que sólo sabían de Hamlet… lo que había en una condensación de una página en un libro que afirmaba: Ahora, podrá leer por fin todos los clásicos. Manténgase al mismo nivel que sus vecinos. ¿Te das cuenta? Salir de la guardería infantil para ir a la Universidad y regresar a la guardería. Ésta ha sido la formación intelectual durante los últimos cinco siglos o más […] d) El temor y el miedo son, en realidad, dos sentimientos muy diferentes. El temor acompaña a la alegría, al amor y a la

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gloria. El miedo es un rebajamiento que procede de la desconfianza y del odio […] El miedo es la parodia del temor. El miedo excluye la paz y lleva consigo la turbación. El temor supone un profundo respeto al orden que se podría perturbar, pero no se quiere perturbar. El miedo supone la turbación que nace del desorden, de la confusión, de la mezcolanza: la derrota de la serenidad, el triunfo del accidente. El temor viene de la majes tad de Dios. El miedo de la turbación que nace de la ley violada […] La vida tiene sus leyes primordiales que en el Paraíso terrenal regían la naturaleza inocente. Las leyes de la vida están ahora modificadas por las leyes de la muerte La Omnipotencia puede modificar y vencer los actuales derechos de la muerte en presencia de la vida, y, ante un orden superior perturbar el desorden. He ahí la resurrección. En presencia de ella, admito el temor y el terror confundidos en el amor. Pero supóngase lo que siempre la imaginación humana ha supuesto, supóngase un ser que escapa a las leyes ordinarias de la muerte sin entrar de nuevo en el orden de la vida, y que perturba el desorden, no en vista del orden, sino en beneficio de un segundo desorden: he ahí el aparecido. He ahí el personaje fantástico. En presencia de él, concibo el miedo y el temor sin amor. e) Las propias costumbres, basadas en el sacrificio y la disciplina, social, ROMA quiso preservarlas de la molicie etrusca. Comprendió instintivamente que no bastaba vencer en la guerra al enemigo y ocupar sus tierras, si después se le daba la oportunidad de contaminar la casa del amo, asimilándolo en calidad de esclavo o de preceptor, como solía hacerse en aquellos tiempos con los vencidos. No sólo destruyó al pueblo etrusco, sino que empeñóse en sepultar todos sus documentos y monumentos […] Cuando después de TARQUINO el Soberbio, que fue el último rey, pudieron tomar la ventaja, la venganza no conoció cuartel. Y tal vez el ensañamiento que pusieron en destruir la ETRURIA no sólo como estado, sino también como civilización, les fue inspirado precisamente por las humillaciones que los etruscos les habían hecho sufrir incluso en su patria. Y de ellos quisieron depurarlo todo, hasta la historia, dando un certificado de nacimiento latino también a RÓMULO, que acaso lo tuviera etrusco, y haciendo remontar a la unión con los sabinos el origen de la c iudad […] Ahora bien, es muy probable que esa política de conquistas, destinada a tornarse aún más agresiva con los tres últimos reyes de la dinastía Tarquina, fuese de inspiración sobre todo etrusca. Y esto por un simple motivo: que, mientras latinos y sabinos eran agricultores, los etruscos eran industriales y comerciantes. Cada vez que estallaba una nueva guerra, los primeros tenían que abandonar sus tierras dejándolas arruinar para enrolarse en la legión y arriesgaban perderlas si el enemigo vencía. Los segundos, en cambio, lo tenían todo que ganar: aumentaban los consumos, llovían los “pedidos” del gobierno y en caso de victoria conquistaban nuevos mercados. En todos los tiempos y en todas las naciones ha sido siempre así: los habitantes de las ciudades quieren las guerras contra la voluntad de los campesinos que, además, tienen que hacerlas. Cuanto más se industrializa un Estado, más ventaja saca la ciudad al campo y más aventurera y agresiva se torna su política. f) El amor, tormento del mundo, los sometía y sojuzgaba. Parecía a Tristán que una zarza vivaz, de agudas espinas y flores olorosas, echaba raíces en la sangre de su corazón y con fuertes lazos unía su cuerpo, su pensamiento y su deseo al bello cuerpo de Iseo. El veneno de amor se expandía por sus venas sin que nunca pudiera curarse […] ¿Cómo podrían guardar sigilo sus corazones ardientes? Amor los acosa y hostiga como la sed precipita al río al ciervo sediento o el gavilán, al que se da rienda suelta tras largo ayuno, cae sobre la presa. ¡El amor no puede ocultarse! […] Escuchad, señores, cómo Dios, que no quiere la muerte del pecador, mostró su gran misericordia y escucho las súplicas y lamentos que las gentes sencillas y humildes hacían a favor de los condenados. Mucho tiempo vivirían en el bosque salvaje. ¡Largo sería su destierro! Durante el día aparenta alegría, pero su verdadero refugio son sus sueños. Cuando llega la noche, mientras duerme, comienza su verdadera vida […] Tristán se comparaba, en este lay, a la madreselva que se prende al avellano y mientras están enlazados pueden vivir largo tiempo, pero, si los separan, ambos perecen […] Por la noche, de la tumba de Tristán surgió una viña que se cubrió de hojas y ramas verdes. Sobre la tumba de Iseo creció un hermoso rosal de una semilla traída por un pájaro salvaje; las ramas de la viña pasaban por encima del monumento y abrazaban el rosal, mezclando sus flores, hojas y racimos con los capullos y las rosas. Y los antiguos decían que estos árboles enlazados habían nac ido de la virtud del filtro y eran símbolo de los amores de Tristán e Iseo,

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a quienes la muerte no había podido separar. g) Olvidar que una coja no camina derecha produce la fascinación de un momento, pero amarla precisamente porque es coja significa la deificación de su defecto. Convendría quizás grabar esta frase en el evangelio femenino: Bienaventuradas las imperfectas porque de ellas es el reino del amor. Ciertamente, la belleza debe ser una desgracia para una mujer, pues esta flor efímera cuenta demasiado dentro de los sentimientos que inspira, lo mismo que la riqueza de una heredera. En cambio el amor que provoca una desheredada de las frágiles ventajas tan perseguidas y anheladas por los hijos de Adán, es el amor verdadero, la pasión realmente misteriosa y ardiente que une dos almas; un sentimiento con el cual el desencanto no llega nunca. Este tipo de mujer posee una gracia ignorada por el mundo. Es bella a propósito y cosecha tanta dicha al ver olvidados sus defectos, que siempre es vencedora. Así pues, los romances más célebres de la historia fueron casi todos inspirados por mujeres en quienes el vulgo hubiera encontrado defectos. Cleopatra, Juana de Nápoles, Diana de Poitiers, la señorita de la Vallière, madame de Pompadour, en fin la mayoría de las mujeres célebres por amor, no estaban exentas de imperfecciones o deformidades, mientras que las mujeres cuya belleza es ejemplo de perfección han visto terminar sus amores. Esta rareza aparente debe tener una causa. ¿Será quizás que el hombre vive más por el sentimiento que por el placer? ¿O quizás el encanto totalmente físico de una mujer tiene sus límites, mientras que el encanto moral de una mujer de belleza mediocre es infinito?

Área temática Tema

Fenómenos sociales Culturas juveniles Narcotráfico Género y pautas de crianza Violencia intrafamiliar Abuso y maltrato infantil Desarrollo de las artes

Conflicto armado Actores en conflicto Los partidos políticos Ley de justicia y paz La pena de muer te Ejército Secuestro y acuerdo humanitar io

En el cuadro anterior, se incluye una lista de áreas temáticas y temas de los cuales deberá seleccionar uno. A partir del tema que hay a seleccionado: Suponga que debe explicarlo ante un grupo de niños menores de diez años. Para ello redacte un texto narrativo con ese propósito. Ahora deberá describir los fenómenos asociados con el tema de su elección en nuestro país ante un grupo de extranjeros, de la forma más detallada posible. Redacte con este propósito un texto expositivo. En ambos textos deberá valerse de mínimo dos secuencias textuales diferentes: Narrativo-Descriptivo / Expositivo-Descriptivo. La NARRACIÓN se utiliza para explicar cronológicamente un episodio, acontecimientos o acciones a lo largo del tiempo. Es habitual en estas secuencias que los verbos aparezcan en pasado dado que describen acciones que sucedieron antes del momento en que se escribe. Suele haber un personaje que actúa como hilo conductor del relato. La NARRACIÓN está constituida por tres partes: principio, donde se presentan las expectativas del hecho; medio, donde se desarrolla la trama de los acontecimientos desencadenados; y fin, momento en que se resuelven los conflictos y se produce el desenlace. La DESCRIPCIÓN sirve para representar la realidad circundante por medio del lenguaje. En la descripción de un objeto se intenta ofrecer respuestas a cuestiones como las siguientes: ¿qué es?, ¿para qué sirve?, ¿cómo funciona?, ¿de qué está compuesto?, ¿con qué otros elementos se relaciona?, ¿qué partes lo integran?, ¿cómo son esas partes? DESCRIBIR consiste en explicar las características o cualidades de un objeto, un animal, una planta, un lugar, un ambiente, una persona, un sentimiento, una sensación de un paisaje o una escena. Carece de acción y nos brinda una visión estática de la realidad. La EXPOSICIÓN tiene como objetivo transmitir la experiencia y el saber científico y cultural de una comunidad. Las secuencias expositivas se escriben con el objetivo de proporcionar una explicación para un problema de conocimiento. Una secuencia expositiva se construye siempre a partir del mismo planteamiento : existe un problema de conocimiento que el texto trata de aclarar. El orden de una exposición es un orden “lógico”; primero el problema y después la solución, primero lo general y después lo particular, primero lo más sencillo y después lo más complejo. Una secuencia expositiva consta de dos movimientos, debe realizar dos funciones: señalar cuál es el problema y desarrollar la solución.