(schmukler) bases conceptuales y teóricas para una convivencia democrática en la familia

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BASES CONCEPTUALES Y TEÓRICAS PARA UNA CONVIVENCIA DEMOCRÁTICA EN LA FAMILL\ Beatriz Schmukler Scomik y María del Rosario Campos INTRODUCCIÓN ' Este marco teórico es resultado del trabajo participativo para la formulación conceptual que orienta la construcción del enfoque de de- mocratización familiar en et marco de ejecución de las Propuestas para una Convivencia Democrática en la Farnilia, proyecto que busca cambiar aquellas maneras de relacionamos que no nos satisfacen; al mismo tiempo pretende modificar los autoritarismos y encontrar mecanismos para que las distintas voces de las y los mtegrantes de las familias se expresen, escuchen y reconozcan sobre una base de igualdad de derechos/ En el trabajo que presentamos convergen numerosas trayectorias y discusiones efecmadas durante tres talleres que llevó a cabo la Unidad de Coordinación del Proyecto." El mismo es un ejemplo claro y palpable de que es posible desarrollar políticas públicas horizontales, en donde los interesados e implicados en el diseño e implementación de la política pueden convertirse en agentes proactivos que participen en la construcción ' Las relaciones son la base de la interacción humana e implican intercambios de información o de cosas materiales, así como de gestos, sentimientos, miradas y afectos. Las reladones pueden estar mediadas por la colaboradón o el conflicto. Este marco teórico recupera un trabajo previo presentado como ponenda en el Culoquio Nadonai para el Análisis del Protocolo Facultativo de la Convendón sobre la Eliminadón de todas las Formas de Díscriminadón contra la Mujer (CEDAW), México, D. F., 22 y 23 de noviembre (Sch- mukler, "Democradzadón", 2001), así como los aportes de Rosario Campos y de las y los integran- tes de la unidad de coordinadón del proyeao durante las discusiones realizadas en eres encuentros con los diez estados partidpantes: el taller que tuvo lugar del 14 al 16 de noviembre de 2001 en la dudad de México; el efectuado del 27 al 31 de agosto de 2002 en la dudad de Querétaro, y el que se llevó a cabo e^Hidalgo del 17 al 21 de noviembre de 2003. 25

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Familias

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  • BASES CONCEPTUALES Y TERICAS PARA UNA CONVIVENCIA DEMOCRTICA EN LA FAMILL\

    Beatriz Schmukler Scomik y Mara del Rosario Campos

    I N T R O D U C C I N '

    Este marco terico es resultado del trabajo participativo para la formulacin conceptual que orienta la construccin del enfoque de de-mocratizacin familiar en et marco de ejecucin de las Propuestas para una Convivencia Democrtica en la Farnilia, proyecto que busca cambiar aquellas maneras de relacionamos que no nos satisfacen; al mismo tiempo pretende modificar los autoritarismos y encontrar mecanismos para que las distintas voces de las y los mtegrantes de las familias se expresen, escuchen y reconozcan sobre una base de igualdad de derechos/

    En el trabajo que presentamos convergen numerosas trayectorias y discusiones efecmadas durante tres talleres que llev a cabo la Unidad de Coordinacin del Proyecto." El mismo es un ejemplo claro y palpable de que es posible desarrollar polticas pblicas horizontales, en donde los interesados e implicados en el diseo e implementacin de la poltica pueden convertirse en agentes proactivos que participen en la construccin

    ' Las relaciones son la base de la interaccin humana e implican intercambios de informacin o de cosas materiales, as como de gestos, sentimientos, miradas y afectos. Las reladones pueden estar mediadas por la colaboradn o el conflicto.

    Este marco terico recupera un trabajo previo presentado como ponenda en el Culoquio Nadonai para el Anlisis del Protocolo Facultativo de la Convendn sobre la Eliminadn de todas las Formas de Dscriminadn contra la Mujer (CEDAW), Mxico, D. F., 22 y 23 de noviembre (Sch-mukler, "Democradzadn", 2001), as como los aportes de Rosario Campos y de las y los integran-tes de la unidad de coordinadn del proyeao durante las discusiones realizadas en eres encuentros con los diez estados partidpantes: el taller que tuvo lugar del 14 al 16 de noviembre de 2001 en la dudad de Mxico; el efectuado del 27 al 31 de agosto de 2002 en la dudad de Quertaro, y el que se llev a cabo e^Hidalgo del 17 al 21 de noviembre de 2003.

    25

  • 26 DIMENSIONES DE LA DEMOCRATizAaN FAMILIAR

    de todo el proceso del proyeao, incluso aquella de orden conceptual que comnmente se deposita por completo en manos de expertas y expertos.

    Por ello, queremos manifestar nuestro reconocinuento a las y los inte-grantes de la Unidad de Coordinacin en los diez estados en cjue se desarrolla el proyecto, quienes con su participacin en la discusin y con Jas propuestas planteadas enriquecieron el proyecto. Agradecemos a Noem Ales Gatd, Ma-ribel Arellanes, jVIargot Loustaunau, Tatana Ramos, Rosario Romn Prez, Thelma Pedroza Vargas y Gisela Snchez Daz de Len por sus contribuciones. A Cristina Ravazzola, quien ley y coment la primera versin de este docu-mento y a Xosefa Alonso Sierra, cuyos aportes y sugerencias enriquecieron de manera sustantiva la ltima versin del marco terico.

    Lo anterior permiti establecer el intercambio y la instauracin de la reflexin grupal como d proceso metodolgico que habra de orientar d desarrollo de las propuestas.

    El proyecto trabaja con ejecutores y diseadores de poKticas sociales, propiciando caminos que tiendan a procurar la equidad de gnero en las rea-dones ^miliares, as como reladones de convivencia, de respeto; cooperadn y jusrida entre las generaciones. El Instimto Nacional de las Mujeres (NMUJERES) impuls esta inidativa en coordinadn con los programas e instimtos estatales de la mujer o de equidad y gnero, que fueron las instancias articuladoras del proyecto en cada estado. ^

    Cabe sealar que dicho impulso se sustent en la funMi que desem-pea el N M U J E R E S en la defensa de los derechos de la mujer,-jo cual apoy la decisin de que la poltica de familia tambin sera un eje de acdn para luchar por ia equidad de gnero en la vida privada.

    De acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional sobre la Dinmica de las Reladones en los Hogares ( E N D I R E H ) 2003 realizada por d Instimto Nadonai de Geografa e Informtica (iNEGi), el I N M U J E R E S y el Fondo de Desarrollo de las Nadones Unidas para la Mujer ( N I F E M ) , d porcentaje de mujeres con al menos un inddente de violencia en 2003 fue ,de"46.55.%. Si hacemos una distincin entre ei rea urbana y la rural se obtiene 48.09% para la primera y 40.96% para la segunda. Es decir, al menos cuatro de cadafdiez mujeres en el pas sufrieron un hecho violento durante 2003, lo cual ilustra la importanda de que existan polticas pblicas especficas para prevenir y modificar esta problemtica.

    ' El Proyecto se desarroll en Baja California Sur, Distrito Federal, Guanajuato, Nuevo Len, Puebla, Quertaro, Veracruz, Sinaioa, Sonora y liicatn.

    BASK CONCEPTUALES Y TERICAS 27

    La violencia familiar,^ vista desde una mirada sistmica, impfica que {.(\ no se puede erradicar el abuso hada las mujeres e n j a s j a m f e s i n e l i i ^ lasjreaciones abusivas'eritie los mierbros de diferente sexo y edad.^ U n segundo concepto bsico es que los abusos de poder se instalan en sistemas de autoridad jerrquicos, unipersonales y basados en concepciones natura-lizadas de las diferendas sexuales y generacionales.

    La extensin del fenmeno nos indica que las races de dicha violencia deben buscarse en prcticas de la autoridad y de relaciones entre los gne-ros que se fundamentan en valores e ideologas, legitimados socialmente, que justifican el derecho ai golpe y al maltrato por parte de seres queridos, de quienes se espera proteccin, amor y cuidado.

    La transformacin de las fiientes de protecdn en fuentes de terror es la caracterstica central de la violenda en la intimidad de la familia y en las rdadones interpersonales. La gravedad del fenmeno tambin se basa en las interreladones existentes entre la violencia en ia vida privada y en la vida pblica. Los micro y macrocosmos de la violencia tienen races comunes,' va-orativas y econmico-sociales, que son las concepciones sociales de gnero

    y de autoridad; al igual que a tolerancia yjustificadn ante la desaparicin de los mecanismos de proteccin social, agudizado en las ltimas dcadas con las poKticas neoliberales y de ajuste econmico.

    Las preguntas que nos hacemos es por qu intervenir desde polticas sodales gubernamentales en la vida familiar?, y si la intervendn conlleva ^ una invasin de la privaddad?

    Existen por lo menos tres aspectos por los cuales creemos que la inter-vencin es necesaria;

    1. El Estado debe garantizar que se aplique la ley a quienes violan los derechos humanos en el rea de la intimidad. La famifia ha sido identificada como una de las instituciones en donde se ejerce con mayor frecuenda violencia emodonal, fsica y sexual hacia las mujeres, nias y nios.

    * Por violencia familiar entendemos "toda violenda sica,.scuaLy..psailgica,que.tenga. ^ lugar dentro de la familia o unidad domstica o en cualquier otra relacin interpersonal, ya sea que el ^ ^ o r comparta oTiayTcompartido"e misino doniahoqiiirrnuje^^ comprende, entre otros, viofaa'n, maltrato y abuso sexual" (INMUJERES, Pro^ama. 2003, p. 17, tomado de la Conven-dn Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer).

    ^ Una vertiente del enfoque sistmico de la violencia, reladonado con ia teora de gnero y las pautas autoritarias que sigue el dclo de la violencia familiar, ha sido_desarrQlladQ_pO):Cristina R^v3zzpla.(?^v3zzola^//ffmi, 1997)^ quien ubica que las relaciones de abuso se mandenen a partir de la interacdn de diversos componentes del sistema: a) los actores del circuito que comprenden a la persona abusadora, a la persona abusada y a las personas testigo o contexto, y h) los contextos sodocuituraies del abuso que integran tanto al sistema autoritario como al sistema de gnero. ^

  • 28 DI^[ENSIONliS DE LA DEMOCRATTZACrN FAMIUAR

    2. Se requiere^fortalecer la capacidad de las familias para formular, articular y manejar sus propios recursos -materiales y humanos-"; particu-larmente en aquellas reas en que la vulnerabilidad^e las familias es mayor, y las instimciones privadas y pblicas no estn cumpliendo su funcin de garantizar la seguridad social.''

    3. Hay un mandato internacional para erradicar la violencia contra las mujeres que ha sido asumido por nuestro pas.-

    ^i^ Por otro lado, las modificaciones queJian tenido las familias en las "^'^g^ggJP dcadas plantean un aumento de la vulnerabilidad econmica,

    ^(y- soaal y emocional en algimas de ellas. Los cambios eslrcturales, demogr-y^' fieos y de relaciones de gnero e intergeneracionales expcan el incremento

    eiTla demanda de ayuda y la necesidad de intervencin en materia de polticas pblicas. Como seala Jusidman;^

    La mayoria de las polticas gubernamentales e institucionales se han cons-truido a partir deiin concepto de familia "funcional" donde hay presencia de padre y madre vinculados por matrimonio con perspectiva de convivencia de larga duracin, hijos e hijas propios y en donde los papeles de gnero estn perfectamente definidos: las mujeres responsabilizadas de los trabajos domsticos y los hombres de los extradomsticos. ,

    La disminucin en el tamao de las familias y el aumento en la esperanza de vida hacen que se reduzca el tiempo dedicado a la crianza de tas hijas e hijos y que las parejas tengan ms dempo de vida en comn sin hijos dependientes. Eso ha peimitido que las mujeres incrementen su part ic^adn econmica

    [ ViUasmil. "Familia", 2003. Fruto de a fuerza del Movimiento de Mujeres, en la Coi^ ercnda Internacional sobre la Mujer

    celebrada eBSjing, en 1995, se destaca a prevencin de la violenda y se les recomienda'a los gobier-nos: ''Adoptar todas las medidas necesarias, espedaimente en el mbito de ia enseanza, para modificar los nidis de conductas sociales y culturales de la mujer y el hombre, y eminar los prejidry las prctkas consuetidiiiarias y de otro tipo basadas en la idea de ia inferioridad o la superioridad de uno de los sexos y en undones estereoripadas asignadas al hombre y la mujer" (INMUJERES. Acciones, 2001). En ia ConvetidiiTe Belni do Para, en l marco de ia OEA (junio de 1994), se reconoce ''el derecho de la mujer a ser valorada y ediicada libre de patrones estereotipados de comportamientos y prcticas so-dales y culturales basadas en conceptos de inferioridad o subordinadn" Asimismo, se establece en el inciso b. artculo 8 del capmlo m, que los Estados pane establecern medidas especficas y pit)graraas para "modificar los patrones sodoculmrales de conducta de hombres y mujeres, induyendo el diseo de programas de educadn formales y no formales apropiados a todo nivel dei proceso educativo, para contrarrestar prejuidos y costiunbres y todo otro tipo de prcticas que se basen en ia premisa de la.^ inferioridad o superioridad de cualquiera de los gneros o en los p^les estereotipados para el hombre y la miger que legirimizan o exacerban !a violencia contra la mujer" {INMUJERES, Fnmama, 2003).

    "jusidman, "'Preseniadn" 2003, p. 9.

    BASES CONCEPTUALES Y TEORICES 29

    extradomstica. Ibco^ms de la mitad de hogares mexicanos ( U 600 000) redbe ingresos de una o ms mujeres. En casi la mitad de ellos (5 600 000), iaTrnujer es la contnbuyente nica o prindpal dejosjngresos hogareos. Lo anterior establece un aumento de la vulnerabilidad econmica en los hogar^ encabezados por mujeres y la necesidad de que se replantee la redistribudn de la carga domstica para que cTpcso no recaigae las mujeres que trabajan fiiera d d hogar. No obstante, an 63% de mujeres sigue dedicndose a ia limpieza de la casa y 54% al cuidado de las hijas e hijos. Si bien estas curas reflejan que ya hay un sector de hombres que participa en tareas del hogar, tambin omiten que muchos lo hacen en lundn de "ayuda a a mujer'Vni tampoco dan cuenta de valores ms profundos que hacen que los mexicanos todava sigan pensando que las mujeres no tienen derecho a manejar con in-dependencia los recursos del hogar, a pesar de que trabajen y tengan ingresos propios. Slo ocho de cada. 100 mexicanos (mujeres y hombres) piensan qug las mujeres deben deddu sobre los gastosjuertes del hogar,"

    Experendas de inves t^c in en Mxico^" nos han llevado a propoher i^yrhi^- ^ programas preventivos'^de nesgospsicosodales vinculados con relaciones de ^ Y \ \ " subordiaadn de las mujeres. Aunque dichas relaciones todava persisten ^^-^^yi'fC en las familias, no reproducen los mismos patrones tradicionales porque las mujeres estn transformando sus identidades de gnero, lo cual origina nue-vos conflictos a menudo resueltos con violenda. Las causas de esto ltimo se encuentran en las reacaones dTlos hombres frente a los cambios de las mujeres y en que estas suden afirmar su autonoma con culpa, a veces smjie-fender con tranquilidad sus deredios a ser autoridad frente a las hijas e hiios y a partidpar equitativamente con los hombres en las decisiones familiares.

    En estos casos, es frecuente que el intento de cambio provoque rupturas y separaciones conyugales. La violencia del hombre puede j e -bersejnuchas veces a su deseo de afirmar la necesidadde'que la mujeTse mantenga en el lugar predeterminado segn una concepcin tradicional de familia; en cuyo caso, el sistema autoritario se mantiene pese a los intentos de transformacin en algunos de los miembros.'^ (^)^o^'-"^

    Proponemos que las polticas pbjicas_favorezcan los procesos de rrans-formadn familiar fortaleciendo I " * ' rpnirsm tTiinn'nnales de la familia para ^ ^

    ' Vniasmil, Familia, 2003. con datos tomados de la Encuesta Nadonai de Valores^iiPlMfia-gn Familiar. I995,^ y la Encuesta Nadoiial.d.Aaitudps y Valnrf, 19114.

    Schmukler, Ihliai, 2000, y Dmgnstia), 2000, y Campos. ''Programas", 2000. " En un estudio realizado por Olveira y Garda [Trabcgo, 1994) a travs de la reconstrucdn de

    historias de vida de mi^ eres de sectores meclios y urbano populares de las dudades de Mxico, Ti-

  • 3 0 DIMENSIONES DE LA DEMOCft,\'nzACiON FAMILIAR

    enfrentarh tnmsformaan y apoyando en los hombres aquellos cambios que puedanlaolitar la autonoma femenina, su mayor parddpacin extradomstica y la equidad en d control de recursos familiares. Es decir, fadligr la redefinidn de los contratos de pareja de modo que reconozcan una redproddad en las oirgas, responsabilidades y derechos de ambos nuembros. Asimismo, es nece-s^o propiaar unarelaaonde ' jusaa con las anaanas y ndanos para que no absorban las cargas que segeneran por la salida laboral de las mujeres.

    Tambin deseamos tender a una mayor comunicadn end:e padres, madres, hgas e liijos de diferentes edades, para que los miembros dei grupo imiliar se hagan cargo de manera responsable d d compromiso de contribuir en las tareas del hogar sin abandonar sus propias obliffldones escolares y SBores ni sus deseos e iatereses propios. Esto implica la construcdri de acuerdos y r e ^ que tengan en cuenta los dementos anteriores y que sirvan pam. regular k convivencia. Las rdadones democrticas se basan en obligaciones y derechos que buscan garantizar la eqitidad para todas y todos en la famia.

    El contexto anterior constimye el punto de irticio del- marco terico del que parte el proyecto Propuestas para una Convivenda Democrtica en la Familia, que a continuacin ser desarrollado a partir del cruce enpre

    - ) ^1 sistema de gnero y ei sistema de autoridad y poder. Dicha re ladn ^^)^p^ nos permite abordar las reladones en las familias a la luz de las transfor-

    madones familiares acmales; distinguiendo, por unlado, los rasgos de las fammas autontarias y de las familias democrticas y, por otro, posibilitando la diferenciacin entre democracia pblica y democracia privada.

    S I S T E m DE A U T O R I D A D , PODER Y G N E R O > E N LAS RELACIONES FAMILLVRES

    La demoCTatizacin familiar parte de un prindpio reladonal que retoma el enfoque de gnero como la base que permite identificar los mecanismos a travs de los cuales las estructuras del sistema de gnero y del sistema de autoridad se traducen en desigualdades en las relaciones familiares. La

    juana y Mrida, las mujeres jefas de hogar estudiadas contribuyen en mayor proporcin que sus com-paeros a los gastos de su lamilia o, incluso, los asumen en su totalidad. Esta contriucin se comerte eiVpmito cnj!)Uut[rc"SsQisin y conilicto con sus parqas. JSin embj^, la autoridad en la familiaJa deTegan en sus corngtmrosriamuieres iuevistadas coincidieron en presentar antecedentes de abuso V maltrato en sus fainilias de ongen. en vivir la unin con una pareja como una opcin no elegida y en nocontar con redes'de apoyo para la cnama y cuidado de las faijas e hijos mientras trabajan.

    BASES CONCEPTUALES Y TRiCAS 31

    mirada es relacional porque identificamos ios autoritarismos y los abusos que se dan en las reladones familiares no slo entre hombres y mujeres, sino entre madres, padres, hijas e hijos, adultos mayores y jvenes, entre quien tiene una condicin de discapacidad y quien no la tiene.^^

    El sistema de autoridad subyace en toda la vida familiar: las relaciones cotidianas de la vida en pareja; las relaciones entre madres, padres, iiijas e hijos; las reladones con parientes, ya sea en unidades famifiares extensas o nudeares; dentro de las unidades domsticas residenciales o entre diferen-tes unidades domsticas. Los sistemas de autoridad organizan las pautas o reglas de la orgaiuzadn familiar que definen los contratos implcitos de las reladones familiares, los cuales legitiman la divisin sexual del trabajo domstico, los criterios de crianza y educadn de las hijas e iijos, y l s Bemusos, obligaciones y responsabilidades para ambos gneros

    Este sistema es el mecanismo mediante el cual las reladones familiares se constituyen en fundn de creencias y valores acerca del gnero y la auto-ridad. A travs de esos mecanismos se establecen jerarquas entre hombres y mujeres, y se valoran diferencialmente sus aportes a la vida familiar. Por ejemplo, existe ia tendencia a visualizar con mayor daridad el aporte econ-mico y a valorarlo ms que al cuidado afectivo. Estas diferencias afectan el graHo de iniiuencia que tiene la madre y el padre en el control de los recursos familiares, particularmente en lo que se refiere a recursos materiales.

    El poder es un demento clave para comprender la violencia en las rdadones interpersonales. Est presente en las diversas reladones en que se involucran las personas, a menudo sin tener concienda de ello. Se entiende por poder la capaddad para lograr algo de s misma o de s mismo, e incluso de otras personas, tanto por autoridad como por influenda emodonal, afec-tiva o espiritual. Ei^poder proviene de fuentes tan diversas como el sexo, el gnero, el grupo tnico, la edad, la dase sodal, el color de la pid, d dinero, la inteligencia, la belleza, la fama.^ ^

    Las reladones de poder coexisten con los sistemas de autoridad y confi-guran conductas de imposidn, de afirmadn personal, rediazos, resistendas a la autoridad; como, por ejemplo, la resistencia por parte de la mujer o de las hijas o hijos adolescentes hada la autoridad masculina, o de las hijas o hijos hada la autoridad femenina que repite los mismos moddos autoritarios. El

    Campos, "Retos", 2004. "[...] ei proceso de diferenciacin de los sexos se da dentro de un esquema jerrquico que

    sina a los varones en una situadon de poder [...)" (MagaJln, "Sostener", 1998, p. 98). " Banda, JVosonii, 2002.

  • 32 DIMENSIONES DE LA DEMOCRATEAOON FAMILIAR

    sistema de autoridad deFine quin es la autoridad legtima, la reconocida^or el grupo familiar y por la sociedad. Por lo general, el padre, el hombre adulto que^ejerce^suyu^^ siendo reconocido como autondadTtantoyr e l grupo familiar como por la sociedad, aun cuando deje de cumplir con sus obligaciones. El contexto social y cultural rehierza constantemente los criterios de legitimilad, de reconocimiento de la autoridad y de las jerarquas entre las figuras de autoridad femeninas y masculinas.

    Siguiendo ei-trabajo.de Gabriel.Townsend'^ y otras autoras,, idenrifi^ caremos cuatro formas de poder; poder sobre, poder desde dentro, poder paray-poder con; y tres niveles de reladones de poder: empoderamieTitopersoncd, pdef en las relaciones cercanas y poder cokctm?i

    Formas de podeff^ '= '

    Ihder sobre^.se ejerce para que otra u otras personas hagan algo contra su voluntad. A veces se hace efectivo a travs de la violencia o el miedo.'"

    Ihder. desde deniro: se genera cuando reconocemos que no estamos inde-fensos, que no somos la iiente de todos los problemas que tenemos sino que estos tienen que ver tambin con estructuras extemas y ajenas a nosotros.

    hderconi.^es la capacidad de lograr junto con los(as) dems lo que no sera posible conseguir solo(a)".''

    Ihder para: es creativo y busca el acceso a toda la gama de capacidades y potencial humano. Es un poder para iiacer.

    Relaaones-de^pode^

    Empoderamienio personal: lo ubicamos como "un proceso que se inida dentro de la persona y que la capadta para autovalorarse, cambiar, crecer y buscar mayor autonoma".^*

    Townsend, "Contenidos", 2002, pp. 44-55. El poder sobre dene cornoconttaparte el poder como resistencia. Ninguno de lo.s dns existe

    s solo. '^ Towsend. "Contenidos", 2002, p. 51.

    "Zaoaia. "Niveles", 2002, p. 192.

    BASES CONCEPTUALES Y TERICAS 33

    Poder^.eri^-las relaciones ceramasr^st define como la capaddad para cambiar dichas relaciones en la direccin que se desea (por ejemplo, para hacerlas ms equitativas).

    B}der.colecHvotks personas trabajan juntas para alcanzar metas que no pueden lograr por s solas. Este tipo de poder busca la cooperacin y orga-rtizacin conjunta para solucionar problemas, y se puede dar en el mbito comunitario, regional, nacional e intemadonal.'''

    El poder en la familia puede estar determinado por Factores comoja edad, el sexo, el parentesco y los ingresn.s. En nuestra sociedad de valores patriarcales se reconoce a la autoridad masculina como superior'" Esta autridad~pucde ser ejercida por el padre, por los abuelos maternos o pa-ternos, por los tos, por los hermanos de la madre o por ei lujo mayor del griipo domstico, segn la cultura en que est inserto el grupo familiar. Lo~que importa es que esa^autoridad adquiere legitimidad y reconoc-miento hacia afuera y hacia dentro de la vida privada. Si bien la dinmica de poder puede socavar esa legitimidad cultural y buriar sus mandatos, reglas o pautas establecidas, un cambio profundo del sistema de autoridad entraa un cambio cultural; es decir, la modificadn en los criterios de legitimidad y en la valoracin diferencial sobre los aportes de mujeres y hombres al grupo familiar.

    De acuerdo con Oliveira,'"' ia asimetra en las relaciones de poder en las.^milias puede ser enfrentada a travs de tr^s tipos de situaciones: sur misin (por ejemplo, la esposa, hijas e hijos aceptan y obedecen el ejercicio de la autoridad masculina como algo natural); imposicin (por ejemplo, el domirtio masculino se sostiene mediante el uso de la fuerza, como violencia fsica, econmica o psicolgica contra la mujer, hijas e hijos); y cuestiona-ntiento-(por ejemplo, resistencia a la dominacin mascuhna a travs de manipulacin, negacin, negodacin o conflicto abierto, y/o los jvenes a la autoridad femenina). En cualquiera de estas situadones se presentan ambiyalenciasEsto se debe a que el conflicto no resuelve los sentimientos afectivos de odio y amor entre la pareja y los dems integrantes de^la famifia, y a que la identidad de gnero pesa en los coritratos implcitos que

    '^ y5K,pp. 196-205. El reconodmiento a la autoridad masculina est ligado con un dpo de ejercicio de la masctili-

    tdad^e asoaaTomasculiiio cel ejercicio He la autoridad, con el arrojo, ei valor, la fuerza, entre otros elementos, fcsta temtica ha sido ampameate tratada desde los estudios de la construcdB de la mascutmiad. Vanse, entre otros, Corsi^Violenaa, 1995; Kauflinan. "Construccin". Ramrez, Violaida, 1999. y Gutmann. Ser, 2000 " J

    '^ Ubveira, "l-miah 1998.

  • 34 DIMENSIONES DE LA DEMOCRATIZACIN FAMOIAR

    arman las familias para la convivencia cotidiana y rienf mnrhn imparto en el cipo de relacin amorosa que crean y recrean cotidianamente.

    Esdeutro^de-.este marco del sistema de autoridad y dlas identidades de gnero de mujeres.:yhombresque.se^estableGen las desigualdades^^ la autoridad femenina y-la-mascdina^ yf^mrerlas ^ aa-ei-ijOSfiicpoi.sexa-)^ ^ por edad. Las^desiguaIdades.enen.que.ver.Goalos pimtos.siguientes

    i .-Respecto., al^ ^aka;. .que* tiene. io-.quei^icea.niuj divisin-del trabajo-Esta diferente valoracin es cumral. lo cual significa que aunque las mujeres han ingresado masivamente a la fuerza de trabajo y en la actualidad aportan al mundo familiar ingresos,crecientes, a veces secundarios y otras veces principales, este cambio no ha generado autom-ficamente un reconocimiento cultural que pueda afectar su jerarqua como autordad.^ ^ A pesarjjg rontribnir de Forina_ i^milar al. gasto, las mujeres suelenseguir cumpliendo las . j j i iaones tradicionales de cuidado: hacer la comida, comprar, limpiar, ocuparse de las nias y los nios; mientras que los hombres continan siendo legitimados como autoridad mxima y gozando de las prerrogativas que esta les confiere.^ ^ Estos aspectos cultu-rales explican la discriminacin que se insrituye hacia las mujeres para e ejercicio de la autoridad legtima dentro del grupo famiHar.

    2. Otra;, pauta^ de jerarqua entre-las autoridadeis- dentcOEs decir, aunque las mujeres generen ingresos, eso no significa que automticamente tengan el control de sus vidas ni que puedan gozar de su riempo libre como quieran.

    Por otra parte, es-importante sealar que en las familias no se da una .imiformidad de. valores en relacin, con lo que es adecuado o no en la: convivencia faiiax "Los hijos pueden tener valores diferentes y otros modelos^ de autoridad."^^ Adems, hay diferenciasentre los valores que las familias dicen tener y los que expresan en sus interacciones, por lo que es importante conversar acerca de los valores y por qu adquirirlos sin imponerlos.

    Fmilias azitoritarias

    En las familias_autoritarias no existe una prcdca de escucha y atencin a lo g u e ^ d a cual dice y opina; las normas de convivencia son impuestas sin ms; los conflictos se atajan imponiendo el silencio con la fuerza y, a veces, con la violencia fsica; no se reconoce ni valora lo que hacen, dicen y sienten lasjnujeres ni las nias porque se las considera inferiores a los hombres. Por lo tanto, es un tipo de familia donde no hay dilogo, predominaelmachismo y a violencia media muchas de las conductas del grupo famiHar.^ ^

    En Mxico ha prevalecido en las familias una cultura autoritaria con las caractersricas siguientes: _

    " En cuanto al destino de los ingresos, en el caso de las mujeres suelen usarse para sostener la educadn de los hermanos o hijos varones; y los ingresos de las madres se utilizan por lo general como parre del ingreso familiar. En cambio, los ingrf.sos de ln.s varffnes son vistos con frecuenda como^ropios y ellos puedai^ retener sin dificultades una pordn considerable para su propia re-crea^~(Brute y Uuvimcr^facio", 1998)!

    ^^l?TaaornidTrdor 17. ^'^^MUJER^Madria^'B^iv'SOOli:

  • 36 DIMENSIONES DE LA DEMOCRATEACIN FAMILIAR

    A. Una autoridad y un poder unipersonales, casi siempre masculino.^ B. Relaciones de dominacin y subordinacin entre las autoridades

    en el caso de que la mujer tambin ocupe un lugar de autoridad. C. La resolucin de conflictos en una familia autoritaria no es satisfac-

    toria para la mayora del grupo, porque no se toman en cuenta los deseos e intereses de cada uno de los miembros,

    D. En los integrantes del grupo existe frustracin y temor de plantear sus deseos e intereses para que los mismos puedan tener unajepercusin en las decisiones que se toman dentro del grupo familiar.

    E. La autonoma de cada individuo es escasa y hay gran dependencia de la autoridad. Es dedr. ima mujer que tiene posibilidades de niqorar su carrera laboral e ir a trabajar en una zona diferente a la que d marido deddi como lugar de residenda, suele tener dificultades de desarrollo a causa de las decisiones que toma la autoridad masculina en fiindn de permisos impldtos, induso cuando la necesidad de pedir permiso no aparezca expKdtamente. Esto se suma a la dificultad que tienen las mujeres, a causa de su sodalizadn de gnero, para identificar sus propios deseos y para la formuladn de internes.

    R Laautoestima de cada miembro del ,grupo es baja, sobre todo en la esposa-madre y en las nias. Es habimal que a las nias se las eduque con la idea de que son tontas, que no saben resolver las cuestiones intelectuales, las cuestiones tcnicas, etc., y eso tiene que ver con la sodalizadn diferendada de nias y nios que a veces es devaluatoria para las nias.""

    G. Las mujeres estn hadendo en la acmalidad un proceso de cambio que implica_inayor autoestima, comprensin de sus derechos y nuevos

    * Gisdla Siidiez descaca que esa autoridaii mascjiina se refleja en algunas ^adiciones Familiares mexicanas como son: ser el primognito, la bgrenda de la nerra a los hombres, "'"Tb'r "J^ propie-dades (casa, cerrlos, hienesl a nombre del jefe dclamilia varn. Estos son casos concretos en donde la le^rimidad de la autoridad mascuLna se refuerza culturalmente. Adems, hay algimos crculos vidosos, como el que algunas mujeres consideren que tener en casa a un hombre - padre de jas hijas e hijos- da prestigio. lo_cual las lleva a soportar reladones de abuso con tal de to perderlo j^in embargo, esa dinmica dd poder puede perder legitimidad cuando el desgaste o resistenc-ia acumulada en las mujeres genera cambios, mpturas o nuevas reladones. Es muy importante que las mujeres se den autondad a si mismas y legiumen sus propias decisiones. En este proceso, una ientc importante de-aiimlepninaan esta en asumi: que se tiene derecho a tomar tal o cual decisin.

    Ai respecto, Manbd Arellanes destaca el papd de la familia como nductora del conformismo en los individuos, a travs de la sodalizadn de nias y nios y de la aceptadn de los papdes esta-bleados para una y otro. De tal suerte que: 1. en la familia se produce un estado de "ser incompleto". Gomo ejemplo est la madre que considera a sus hijos como extensin de si misma: 2. la lamiliTse especializa ms en la formadn de papeles para sus miembros que en preparar las condidones para la libre asunan de la idenndad. Adoctrina a las hijas e hijos en ei deseo de i-ony^T^^ drtf rminaHn dpo de hija o iijo. luego esposa, tnadre, marido, padre, dotndolos de una i^hemH" minnrin-iameme estableci n lugar de la temida posibilidad de que actuemos desde un centro de nosotras o nosotros

    BASES CONCEPTUALES Y TERICAS 37

    ideales. En muchas ocasiones, el intento de cambio origina rupturas y se-paraaones conyuga lsTcomo^ando el compaero o la pareia de la madre n ^ n p n . ^ p y po_apoya los procesos de transformadn. Es posible que la violenda del hombre se deba a su deseo de afirmar la necesidad de que la mujer pamanezca en el lugar predetenmnado segn una concepcin tradidona dejaimlia. En ese caso, el sistema autoritario se mantiene pese a los intentos de transformacin en alguno de los miembros .^ ^ Licluso puede haber mujeres que repfican modelos autoritarios aprendidos.

    H . Debjdo a las transformadones en los modelos de desarrollo, existen hoy en da nuevos tipos de familias.^" No obstante, el sistema tradidona autoritario indde de alguna manera para impedir los cambios. Este es un pro-blema que requiere una atendn central, viendo cmo las transfoHiiadones familiares dificultan la autonoma femenina y d desarrollo de una feminidad plena. Difnillnd que se da tantn T partir de ha demandas -consdentes e inconsdentes- de los hombres, hijas e hijos, como de las propias mujeres para volver a ia "normalidad" que supuestamente conllevan los papeles de la familia tradidona.

    En reladn con el papel de las mujeres en un ejercicio de poder auto-ritario, Noem Ales Gatti nos ofrece algunas reflexiones que se presentan a continuacin.

    En-d.modelo-famiUar autoritario, las mujeres desempean una fun- ^ dn.doble : dominadas frente a los hombres,, dominantes frente a las hijas ^ ^ e^JGfc-En realidad, son quienes se ocupan en la cotidianidad del espacio ^ ^ \ ] ^ ^ ,^ , privado de introyectar de manera permanente en la nueva generacin la ?.'Jt >-base valorativa que sustenta todo el modelo: hay un ms y hay un menos, -JLI'^'' en trminos valorativos, en trminos de poder. A l ser menos frente a los J\^\^'^^^' hombres y ms frente a las hijas e hijos, las mujeres ejerceii_eiLlQdLSu ^ intensidad la violenda del modelo como dominantes de su descendenda doounada.

    mismos, libremente elegido e inventado, nos aisea a smnisin; 3. la famia como sodazador pri-mario pone controles sociales a nias y nios, pues les ensea no tanto cmo sobrevivir en a .sodedad sino cmo someKrsc a ella, y 4. la familia deposita en nia.'i y nJns im pbihnraHn istema de tabes qiK desen^>cnarn un importante aspecto para et'nanteniinien,to de los papeles asignados.

    Adems, como lo seaia Rosario Romn, los hombres tambin estn viviendo pn3cesos de ~1 ^.-py,-, ^usnadn ligados a la sobrevivenda econmica que pucdai ser generadores de violenda. J '

    ^^"^Til reto Ttlid es lug!'ai t[tirLatla fuiliJli^ y cada persona que componga dicha sienta de prera. fay miles de lndl^ d^uus leliccs y biai adaptados en todas las tormas iamiliaFes. Tambin Mustenmiles de personas que viven en familias que no fundonan bien. La diferenda no ra-dica en la forma, smo en las relaaones que se establecen dentro de la tamilja. Necesitamos reempla-zar especficamente, el esto de reladn dominante-sumiso" (Loria, Rfomoamh, 1997, pp. 42-43).

  • 38 DIMENSIONES DE L-\N FAMILIAR

    En este sentido, su papel socia-familiar es ms complejo que _d de los hombres. ElJk^:pi^eQ^sertmenos^firente.ai;otros hombres^^ pubUco,peiOmjneasernnienos, en tanto hombres,;fre^ en el, espadpbiicQf.^ ai2Hjiifeteri^ ait:que aceptar, su autoridadJfekBfcJ^^O*^^ siempre.serimSi'eH'el'espacio^privado.'

    Bair^ ,el,;COaFano is iniij'eres slo son ms frente 'lais'-hijas e^hijosi^ en.,,, el qpacio priyadoy,espaciaen el cual; simulcneamentef'"son menos-frente:a loshombres. Mientraslanto,^nJDS_Spaciospblicos tendrmque^ y sobrellevarlas mil evidencias de ser valuadas como ipenos por lo mismos hombres que deben aceptarles -porque no Ies queda otra alteniativa- su autpridad.laboral o profesional.

    La carga que genera en las mujeres vivenciarse genricamente como . menos, las frustraciones que se acumulan aun en la hegemona del modelo -por la postergacin o negacin de sus deseos y necesidades-, son alta-mente fimcionales a ia reproduccin del modelo; las^ joadres^ 'dominantes soa-violentas por-dominantes^.pormSi.y porque utilizan todasias formas de violencia como modo de vinculacin con su descendencia:-Be-igual-manera,.-para-los hombres es una carga vivirse como dominantes y fuer-tes,, esto Ies-exige que se muestren permanentemente como enrgicos y deddidos.^l,.

    A l decir macfres dpmmante Ales Gatri no se refiere a una caracteri-zadn de la forma en que llevan a cabo su relacin raafema, sino al hecho de ocupai- la posidn de dominio frente a sus dominadas y dominados. Este dpo de madre puede ser "apapachadora", alcahueta, consenddora, fallarle los lmites, abnegada y servicial hasta el sacrifido personal ms

    . extremo y, empero, ocupar la posidn de donnio, que s en definitiva la - sodalizadn bsica para la reproduccin dei modelo. .

    " Como seala Nora Caballero (Caballero, 1993, citada por Alonso''^ oces", 2002, p. I ) : ^ r cada mujer que est cansada de acoiar con debilidad, aunque se sabe fuerte, iiay un hombre que est cansado de parecer .fiierte cuando se siente vulnerable. Por cada mujer que est cansada de actuar cono una tonta, liay un hombrejque est, agobiado, por la exigencia conStanrc de "saberlo todo". I^r cada mujer que est cansada de ser calificada como "una hembra emodonal" hay un hombrc a quien seje ha negado e derecho a llorar y ser delicado. Por cadainujer catalogada como poco feme-nina cuando cofpite, iiay un hombre para quien la competenda es la nica forma de demostrar que es miasculino.'Por c^da^jer que est cansada de ser objeto sexual, hay u hombre preocupado por su potencia sexual. Por cada mujer que se siente "atada" por sus hijos, hay mi hombre a "qen le ha sido^ negado el placer de la paternidad^ Por cada mujer que no ha tenido acceso a un trabajo satisfac-totio y salario justo, hay un hombre que debe asumir toda la responsabilidad econmica de otro ser humano. Por cada mujer que dscoriocejos mecanismos de un automvil, hay im hqirre cpie no i^rendi los placeres de arte de codnar. Por cada mujer que da un paso hada su propia liberado, ty un hombre que descubre qu el camino a la libertad se ha hecho un pora ms faciL

    BASES CONCEPTUALES Y TERICAS 39

    En el modeip autoritario, por muy permisiva que una madre sea siemprees.doniinante frente a sus hijas e hijos. Cuando_adems no-CS muy permisiva porque arrastra cargas pesadas de su propia socializacin, cuan-do est cargada de frustraciones, cuando la desequilibran las exigencias contradictorias de su condicin de mujer-esposa y madre, sij^ violencia no slo es implcita sino que se vuelve explcita en la cotidianidad: grita, insul-ta, pega, castiga. SodaIi^a.y educa para.d autoritarismo, con los refuerzos espordicos de las intervenciones expHcitas del padre.

    El pasaje de gnero inequitativo a gnero equitativo es, de acuerdo con Ales Gatty, la condicin necesaria para lograr que los conflictos dejen de ser vividos como problemas que hay que evitar; ya que en la inequidad genrica y el autoritarismo, el conflicto realmente es un problema porque cuestiona la aceptacin del estatus vigente, es un riesgo para el statu quo.

    A esta reflexin podemos agregar que en el modelo autoritario tambin los hombres experimentan prd idas ; como por ejemplo, no disfrutar de su paternidad al centrarse slo en ser proveedores de la familia. >*

    Xosefa Alonso seala al respecto que se trata de un modelo que requiere cuidadoras y proveedores para sostenerse. Por lo que un proyecto de prevencin y modificacin ha de trabajar en estos niveles, lo cual implica pensar ms all del modelo establecido.

    Ejercer ^(4en% "es imponer pensamientos o valores con la fuerza, es ha-*^^I^^L'^o"iJP^*^' es no entrar a'dialogar, es exduir e infravalorar todo lo que pone en cuestin el poder de quien la pone en marcha y la utiUza''.^^

    CQmg^onj^g.ria,*unGoiiflGtoi^ "aquella situacin en que las partes estn en desacuerdo o tienen posiciones encontradas respecto a la distribucin de los recursos materiales y/o simblicos determinados y actan movidas por su percepcin de que los intereses de cada uno estn contrapuestos".^^

    ^ iNMUjER-Madrid, Traiar, 2002, p. 13. ^ Gonzlez, Mtodos, 1997, p. 17.

  • 40 DIMENSIONES DE LA DEMOCRATIZACIN FAMILIAR

    La resolucin de los conflictos debe encararse mediante negociaciones entre iguales, ya que si ambas partes no son iguales no hay negociacin verdadera posible, slo existen las incontables maneras en que el dominado le busca la vuelta al dominante (acumulando mis desgaste) para tratar de obtener algo y raramente lo logra; o la manipulacin del dominante para reencauzar las solicmides del dominado hacia soluciones que refiiercen su propiapos idn de dominio.(yase cuadro 1).

    Detallando.lo.anterior, las posmras tericas en cuanto a la resoludn. de conflictos se ubican como sigue;

    4 -^ amfiicty como amnam. Desde esta postura, los conflictos se evitan y rechazan; se consideran dishincionales y permrbadores de la vida sodal; las personas o los grupos "conflictivos" son vistos como desviados de los fines aceptados por elsistema.

    b) ElamJUcioes inherente a las relaaones hmmnasy sociales y potencia el desa-rrollo. de^..s. seres, hunumos ai permitirles vencer obstculos. Aqu, el conflicto se ve como una opormnidad para aumentar nuestra comprensin de la realidad. No se considera rupmra del orden sino un cambio.^*

    Ebcofiflicto'no'puede'ser considerado-como-algo^buenoH^ que..est. en-discusin es la forma en que lo enfrentamos^-se^ trata,, df;,^ efiminario.sinade.regtil^ que tengauna solucin justa y no-violenta. _ La violencia es una de las posibles maneras de reacdonar ante d , pero no es la nica.

    Por-'eilo,^et enfoque de democratzadn fanailiar.retotna. la segunda postura que hemos mendonado pues estaposibilita la resoludn de conilic; tos de una manera no violenta. "En una sodedad democrtica, se necesitan

    ' espados de dilogo para que los actores puedan dirimir sus diferencias y , analizar cules mecanismos instimdonales han fracasado sin poder regular-

    lo. Pero sobre todo que estos espacios no sean monopolizados por el poder, o mejor dicho, que tm grupo no est en desventaja con otro."^^

    Las negociaciones se dificultan cuando hay desequilibrios de poder muy grandes mediando lasrelaciones familiares, lo cual abre la puerta al abuso de poder y a la violenda como mecanismos para enfrentar los conflic-tos. El enfoque de democratizacin famiHar busca generar procesos reflexivos

    ^ "El orden en toda sociedad humana no es otra cosa sino un arrezo normalizado del conflic-to; el orden diapone los profedmemos de distribucin de recursos, como la riqueza, el prestido p kautoridad, y defme, de ese modo, las formas del conflicto' (Montes, Uaraud, s. a.).

    ^^Montes, .VanHo/pS. a., pp. 6-7.

    BASES CONCEPTUALES Y TERICAS 41

    Cuadro 1. Alternativas y tip

    /. Aliemativas no violentas

    para en/retUar los coraos

    Colaboracmr. se realiza una negodacin entre las pares. Ya sea que haya una simecra de poder en la relacin o que un tercero finja como mediador por acuerdo de las partes.

    Acudir a una autoridad superior.

    n, Aliematwas mientas para si^ren^ conatos

    Eintian !mida: aislarse de problema "espe-rar a vei" qu pasa"

    Competir, cada cual se preocupa slo de s misma o de s mismo, no se piensa en los dems.

    Recurso umkeral a la Jena.

    Acomodar/ceder/acatar: no hay preocu-padn por s misma o por s mismo, slo se desea satisfacer al otro.

    )S de resolucin de conflictos

    Modo de resolucin del conflido

    J^'egomdmi: Las partes resuelven por s mismas sus diferencias a travs de la conversacin; se busca una solucin justa para ambas partes. Cada cual se preocupa por s mismo, pero toma en consideradn a la otra persona. MediadTt: Un tercero neutral apoya la resoludn del conflicto por acuerdo de quienes estn invouci-ados en ei mismo. Arbit

  • 42 DIMENSIONES DE LA DEMOCRATZACIN FAMEIAR

    que permitan desnaturalizar las relaciones-abusivasrcon'vistas a equilibrar el poder l e los ' ih t g rh tes de la familia en contacto con sus emociones y limitaciones propias, posibilitando as salidas negociadas. Por^^quilibno'de poder nos referimos a quejas partes con menos poder conozcan y_asuinan sus posibilidades de influir y tengan la misma opormidad para negociar.

    TRANSFORMACION'ES FAiVfliARES

    La conformacin de la familia nuclear moderna implic el encuentro con las instituciones del mercado y ei Estado capitalista. Conceptualmente se identific a la esfera econmica (mercado) con la produccin.y a la familia con la esfera de la reproduccin social. Esta idea representa en general a la tradicin parsoniana y supone una concepcin prekeynesiha. Se afirma y difimde con el florecimiento del Estado de bienestar despus de la se-gunda guerra mundial. El modelo de familia nuclear implcita era que las mujeres casadas se haran cargo de la famifia y slo excepcionahnente se contemplara su participacin en la estructura ocupacional. Dicho modelo encajaba con el objetivo global de hacer funcionar un sistema, ocupacional de previsin y asistencia capaz de garantizar a los hombres pleno empleo, ingreso adecuado y cobertura para los dependientes; es decir, para los miem]3ros de la famifia, incluida la esposa-ama de casa. Se diseaba as una rgida definicin de papeles, un modelo de familia asimtricai^^

    Xosefa Alonso enfatiza en las familias denominadas fimcionales^^ aqueUas en las que existe un hombre proveedor y una mujer cuidadora. Esta divisin sexual del trabajo ser aprovechada y fomentada por el ca-pitalismo. El hombre recibe un salario por su trabajo, puesto .que al tener este un valor de cambio se puede medir en el mercado cunto cuesta. Pero adems, el proveedor necesita de un entorno favorabe que 16 cuide y lo asista en el mbito de lo ntimo, y pai'a eso est la mujer, a la-cual no se le otorga ningn salario porque sus actividades son subjetivas, tienen un valor de uso. Esto lleva a preguntarse: cmo ponerle un valor al cuidado de la familia?, quin lo valorara?, quin sera su patrn?

    En la segunda mitad del siglo XX se experimentaron numerosos cam-bios sociales y demogrficos que han modificado los arreglos y estrucmras

    ^^Esteinou, "Familia", 1993. Izquienio, Amores, 2000.

    BASES CONCEPTUALES Y TERICAS 43

    famifiares, replanteando las identidades de gnero basadas en el modelo de familia nuclear.

    RespectojL los cambips^socisdemp^ficos se destacan:^^ la disminu-cin en el nmero de hijos promedio de cada familia, que pas de 7.5 a 2. y la reduccin en la tasa de mortafidad infant. Por otra parte, en relacin con las uniones no hubo variaciones importantes a lo largo de las generaciones: las bisabuelas, abuelas y madres de las jvenes actuales se unieron poco antes de los 20 aos. No obstante, la j)articipacin de ias jvenes es hoy mayor en la eleccin de su pareja; adems, se ha extendido ia prctica del noviazgo y se ha reducido ia diferencia de edad entre los cnyuges. Ms de dos terceras partes de ias mujeres urbanas y con escolaridad posprimaria usan o han utilizado mtodos anticonceptivos y desean tener dos o tres hijas o hijos. Las mujeres han reducido en una tercera parte el tiempo en aos destinado ai embarazo y a la crianza. Actualmente, cerca de la mitad de ias mujeres entre 20 y 45 aos de edad tiene una participacin econmica en actividades extrahogareas.

    Tambin se ha demostrado que la reduccin de la fecundidad y la mortafidad en algunos pases de Amrica Latina, el aumento de poblacin en edad reproductiva y el incremento en la esperanza de vida han coadyu-vado para que las mujeres tengan ahora mayor tiempo para s mismas y realicen otras actividades diferentes a la crianza de las hijas e hijos.

    Desde la dcada de los ochenta, los cambios demogrficos se han visto acompaados por un crecimiento en las desigualdades socioeconmicas, enmarcado en procesos masivos de precarizadn en los empleos.^^ Ante la crisis econimca han aumentado los proveedores de ingreso por hogar, debido al hecho de que el salario de padre como proveedor principal ya no es sufidente, o bien porque el aumento en la desocupadn masculina ha golpeado en muchos casos al trabajo del padre de familia. Esto.,plantea que el trabajo femenino, que es relativaiente peor remunerado que el del hombre, ya no constituye en muchos casos i m i i ^ e s o secundario en las familias nudeares,. sino que el salario nico del proveedor est, siendo

    Szasz, "Presentacin", 2001, pp. 1M3. Boltvinik ("Familia", 1996, pp. 77-80) establece una clara asociacin entre el tamao de

    ia familia y ia pobreza: cuanto ms pobres;"tns grandes son los ho^jcs. A su vez, seala que la presencia de pobreza es mayor en los hogares ampliados que en tos nudeares: ima diferenda signi-ficativa de diez punios porcenmales, 73 conu^ 63%; y que la pobreza afecta a 55.4% de los hogares con jefatura femenina y a 65.3% de los hogares con jdatma masculina.

  • 4 4 DIMENSIONES DE LA DEMOCRATIZACIN FAS^tiUAR

    reemplazado por ei trabajo de lacnyuge o por un conjunto "de iiigfesS de - madre, padre, hijas-e hijos.-'. ,.

    Est. situacin dene.iin impacto en las identidades de gnero femeninas ymasculinas,, en las relaciones de poder y autoridad en la pareja coryrigal* y.paxemal y en el conjunto de la dinmica familiar. Simultneamente^ los cambios socioeconmicos, demogrficos, culturales y de las identidades de gnero se manifiestan en la aparicin cada vez ms frecuent de nuevas estructuras familiares, adems de la tpica famifia nuclear conyugal.''^

    Dichos cambios han significado una prdida de certezas en varios aspectos: hoy en da no se puede gai'antizar que la frase "juntos hasta que la muerte nos separe" pueda ser el eje de una relacin, ms bien se habla de "juntos hasta que queramos compartir". A su vez, al deteriorarse los sistemas de seguridad sodal, la idea de tener un trabajo para toda la vida y dislhitar de una pensin durante los aos de vejez, se vuelve muy remota. De hecho, hay familias que entran en ciclos de empobrecimiento momen-tneos, asociados con la prdida de alguno de sus miembros, desempleo temporal o una enfermedad grave. La nocin de "siempre ser de esta manera" est siendo modificada por el contexto socioeconmico, lo cual lleva tambin a contradicciones familiares y a cambiar los valores que sustentaban el proyecto familiar e individual, as como a la aoranza de

    De no incidir en la modificacin de esa dinmica, nos enfrentaremos en pocos aos a retos como los que nos plantea Ivorme Szasz: "De continuar las tendencias actuales, hacia mediados del

    presente siglo Mxico se habr transformado en un pas de adultos, viejos y pobres. Las mujeres habrn reemplazado el ri"abajo domstico de cuidar, a sus lujos por la atencin a los ndanos de a familia. Hombres y mujei-es, jvenes y adultos, accedern a empleos escasos, precarios y mal remu-

    : nerados y se enfrentarn, con ms o menos conflicto, por la dtstribudn de los recursos, privilegios, tareas y responsabilidades en el hogar y en la sociedad" (Szasz, 'Presentadn", 2001, p. 12). Se trata no slo de incidir en la dinmica demogrfica y en la poltica econtnica sino de generar estrategias que ayuden a enfiretaTercBiiilicto sodaly familiar h situadones de mayor equidad.

    " En Mxico predominan los arreglos familiares nucleares con jefes varones y las tmiones le-gales. Las familias extensas, las dirigidas por mujeres y las formadas mediante uniones consensales representan proporciones importantes, las cuales varan entre regiones, reas rurales o urbanas y entre sectores sociales. La dcada de los noventa marc varios contrastes en las familias respecto a aos anteriores: menor tainaq, las parejas se unen a edades ms tardas, ha disminuido ^ d^iferencia en las edades de os cnyuges y las pautas nupciales se han vuelto ms complejas. Las familias resi-denciales estn compuestas por pereonas que comparten una vivienda y un gasto comn destinado sobre todo a aimentadn. Este cipo de familias ha redbido gran atencin en los ltimos aos. Por otra parte, Esteinou ("Fragilidad", 1999, p. 73) nos llama la atencin acerca de la emergencia de una nueva forma de unin," distinta al matrimonio y la cohabitadn, que denomina relaciones"Ljr {Uving Apari %gei/ier). Se definen por 'una pareja que no comparte la misma vivienda, en la cual cada miem-bro de la pareja vive en su propia casa en donde otras personas tambin pueden vivir. Las personas que viven en una relacin UTse definen como pareja y piensan que su entorno inmediato tambin las define as". Tambin podemos h^lar de las amilias reconstituidas integradas por hijas e hijos

    BASES CONCEPTVALES Y TERICAS 45

    revivir tiempos idos que fuerzan parones de conducta superpuestos con las transfonndnes sealadas.*^

    De acuerdo con Xosefa Alonso, los cambios apuntados defmen ia .^ ^ ..^ , emergenda de i m nuevo tipo de familia que zquierdo''^^ denomina familia asodafiva, o en transicin hada lo que desde el proyecto de democratiza- ^ ""'^ don famiHar llamaramos familias con rasgos democrticos. En este tipo de famifias cada cual tiene un proyecto d vida propio, van en la misma direc-cin pero no caminan pegados (son dos naranjas enteras, no una naranja fruto de dos medias naranjas); las mujeres y los hombres son cuidadores y proveedores; y cada uno de los miembros es autnomo y responsable, no existen en fundn del otro, sino como sujetos con deberes y derechos.^

    Segn datos del Consejo Nadonai de Pobladn (CONAPO), pubfica-dos el mes de noviembre del 2001 por Gabriela Rodrguez, en el peridico La Jomada, en Mxico tenemos 52% de hogares con famifias conyugales en las que vive la pareja con sus hijas o hijos solteros, d porcentaje res-tante ha construido una serie de arreglos residendales muy diferentes: 7% corresponde a parejas sin hijos; 8% a hogares monoparentales; 24.4'Vo vive en hogares extensos, que son hogares nudeares ms otras personas emparentadas con lneas de parentesco vertical o colateral; y 1.3% iiabia en hogares compuestos, que son hogares nudeares o extensos'con una o dos personas no emparentadas. Los hogares no famifiares, aquellos en que las personas dedden compartir el mismo techo sin estar emparentadas - y a sea por casamiento o vnculos consanguneos- , han pasado de 3.9 a 6.9% entre 1982 y 2000, lo que representa 76% de incremento en estos hogares.

    En la dcada de los setenta haba en Mxico 17.35% de famias con jefatura femenina y 82.65% con jefamra masculina. En los noventa, el porcentaje s mantiene casi igual: la jefatura femenina representa 17.31 por dejito.

    que no son biolgicamente propios, sino de matrimonios o uniones anteriores (Loria, Recaiwendo, 1997, p. 411. Otra variante faniiliar de rdente anlisis es la familia multicultural, derivada de la migradn. En ella, algunos de sus miembros alternan su vidalhtreTios'crms'culiiis'^por'g mexicoestadunideiise, ahoaniercano, ai^ enmiijmexicano) (Bck-Gemshein, >tr;e7ici(r, 2003).

    " Beck-Gemsheim {Reinvendn, 2003) aiiorda esta temtica para d caso de la Unin Europea, destacando la formadn de redes de aromas y amigos que, derivado del descenso en la fecundidad, sustituyen a los familiares en el cuidado y acompaamiento durante la tercera edad.

    " Izquierdo, Amores, 2000. " ese razonamiento, Alonso destaca que cuando hablamos de "rupturas'' en este upo

    de familias, los lazos de solidaridad no se ronapen, uno no siente que quiere morirse porque ha sido abandonado por su pareja ni se siente mutilado porque su otra mitad desaparece y necesita de ella para poder seguir viviendo.

  • 46 DIMENSIONES DE LA DEMOCRATIZACIN FAMILIAR

    En cambio, en 2000 hay 20.64% de famihas con jefatura femenina. Es dedr, que entre 1997 y 2000 s registr 15% de aumento en las jefamras femeninas, lo cual determina uno de ios cambios flmdamentales en las estrucmras familiares.*"^

    En cuanto a la nupdalidad, los cambios son importantes: se ha incrementado la soltera en la pobladn masculina y-se ha elevado" el nmero de uniones legales en menoscabo de ias religiosas y consensales. Asimismo, el aumento que se^serva en la p ropordn de mujeres divor-ciadas es menor que en el caso de los honibres, ya qe"estbs tiner mayor propensin a establecer nuevas uniones.'"'

    ^ Las familias en reasurbanas han sufrido modificaciones tales

    como:" a) Crecimiento del tamao familiar (5.6 en promecfio, encuesta de 1993

    realizada por Leero). Este incremento responde a que las nuevas parejas que se constirayen carecen de recursos para establecer su propio hogar, coa lo que se reincide en el modelo de famifia consangunea extensa.

    t) Modijicawn drstica en los niveles de escohridadj de cultura formal. De una generacin a otra se duplican o tripfican los niveles de escolaridad. Esto vufiiera el entendimiento y las concepciones de unos y otros en las famifias.

    ) Disocicin y recomposicin familiar. Las hijas e hijos pueden tener distintos padyes,lTTriii l iai^ separan y reconstruyen, el lugar de trabajo no siempre coincide con la zona en que se vive.

    Con el ingreso masivo de las mujeres al mercado laboral se incremen-t la demanda de guarderas y^ rv ic ios asistendales para el cuidado de las hijas.ejjos, sobretodo la case media. Este aspecto se contrapone con la tendencia estatal de r edor s s l u d o n e s y con la restriccin presupuestal del modelo econmico en el gast pbfico: Mientras tanto, en las familias urbnaTms pobres se refuerzan los mecanismos parentales para resolver diversas necesidades 'd subsistencia y cuidado de las hijas e hijos, o se acude a la f r a ^ e n t a c i n de la vida famifiar.*^

    ^ INEGI, hdkadores, 2000, p. 225. Oveira, "Familia", 1998, pp. 23-24.

    " Leero, "Familia", 1996. Inchustegui, "Poltica". 1996.

    BASES coNCEPruAiEs Y TERICAS 47

    T R A N S F O R M A C I O N E S D E G N E R O E N LAS F A M E J A S

    Las preguntas que surgen ante esta temtica son: cmo se estn consti-myendo o hacia dnde van los cambios en las relaciones de gnero en la familia?, tienden hacia una mayor democracia famifiar?, o, por el contrario, se reproducen reladones autoritarias a pesar de los cambios individuales de las mujeres? " -

    Poco se sabe acerca de las transformaciones en la dinmica y es-trucmras famifiares y su impacto en las relaciones de gnero. A partir de algimas evidendas empricas obtenidas de esmdios cuafitativos reafizados en Mxico,^'' en relacin con las parejas puede sealarse lo siguiente:

    a) La famifia se caracteriza por presentar relaciones asntricas de poder entre los cnyuges," n^^nde "las mujeres-esposas, sobre todo aquellas de mayor edad, baja escolaridad, que no trabajan, y pertenecen a los sectores ms pobres, son ms propensas a ocupar una posidn de subordinacin frente a sus cnyuges".'"

    t) En las mujeres ms jvenes, las que han alcanzado mayor escolaridad, desempean actividades salariales, aquellas que controlan mayores recursos y que son prodives a comprometerse con actividades extradomsticas, es mayor la propensin a establecer relaciones de gnero ms iguafitarias. En cambio, cuando las mujeres de sectores populares perdben ingresos iguales o superiores a los varones, eo puede ser motivo de violenda masculina puesto que los hombres se sienten heridos en su mascufinidad, en su papd de proveedores y de autoridad en la familia, con lo cual las relaciones fami-fiares pueden tomar a veces un sentido ms opresivo para las mujeres.

    4 En cuanto a las cargas del trabajo domstico, en su mayora siguen siendo responsabifidad de las mujeres; cuando los varones se incorporan lo hacen en funcin de ayuda, por enfermedad de la esposa, los fmes de semana o en vacadones, pero no lo asumen como una obligacin. Las mu-jeres que trabajan enfrentan grandes dificultades para modificar las pautas de la divisin del trabajo domstico tradicional; entre ellas, ambivalendas persoales^que las llevan a actuar con poca firmeza (fLmdamentafinente en el papel de madre).

    Por otra parte, la migradn se ha convertido en una o p d n de empleo y residenda para muchas fiunifias que han visto transformadas muchas de

    .* " Oveira, "Familia", 1998, pp. 23-24. . ' - ' ^ '

  • 48 DIMENSIONES DE LA DEMOCRATEACION FAMILIAR

    sus circunstancias. En este sentido, ha sido ampliamente docimaentada la fundn que desempea la cultura en ia reapropiacin idenritaria de las y los migrantes en los procesos migratorios,^^ cuya reproducdn se convierte en un soporte individual/comunitario para enfrentar los retos que entraa la residenda en im medio diferente al de origen y ha resultado ser una base frmdamental para el desarrollo de inidativas organizativas. No obstante, esta reproducdn cultural no est exenta de desventajas para los migrantes, sobre todo en el caso de las mujeres.

    U n esmdio que aborda la s imadn que enfrentan las y los migrantes poblanos de San Miguel Acuexcomac,"^ seala la forma en que, segn el contexto, se reafirman o no papdes de gnero tradicionales. Cuando los varones viven en Estados Unidos en casas de hombres solos, se alternan para realizar el trabajo domstico, pero el sistema tradicional se reproduce cuando se incorporan las mujeres. La condidn de gnero da particulari-dades diferentes a la experienda de vida de las mujeres jvenes, solteras, casadas o unidas.

    Sara Poggio'^ ha trabajado este tema con migrantes salvadoreas de Washington y Baltimore, dedicadas en su mayora ai trabajo domstico y al cuidado de nias y nios. En su investigadn encontr que las mujeres salvadoreas identificaban algunos cambios en sus compaeros; son ms participativos en las tareas domsticas y en el cuidado de las hijas e hijos. Esto lo atribuyen a que ellas tienen mayores posibifidades de empleo que sus compaeros y a que ganan salarios ms altos, lo que las consofida como jefas de hogar. Sin embargo, patrones de este tipo son ms difciles de observar en sectores indgenas mexicanos, en donde los papeles de mujeres y hombres estn claramente estipulados y se establece que el padre es qien toma las decisiones por todos los integrantes de la unidad domstica.^'* Estos elementos son reforzados por las redes comunitarias, tanto por las del pas de destino como por las d d de origen, en el proceso de retomo.

    Resulta difc establecer pautas de regularidad en las transformado-nes de la identidad de gnero que puedan abarcar a cualquier grupo sodal, ya que estas se figan tambin con variables como dase, zona de origen y residencia (rural, urbana), etniddad, cido vital, nivel educativo, entre otras.

    '^Montes. "Cultura", 2000, y Snchez. "Identidad", 2000. ', , D'Auberrete, "Tiempos' 1995.

    ^Rjggio, "Cambios", 2000. ^ En su ausencia, suele ser el hijo, el to, el abuelo o el cuado quien toma las decisiones o se

    le consulta directamente por telfono Uamndoio a Estados Unidos.

    BASES CONCEPTUALES Y TERICAS 49

    El esmdio de Mdena y Mendoza,'^ reafizado en 1996 a travs de entrevistas efecmadas en una colonia del sur de la dudad de Mxico, describe a lo largo de tres generaciones algunas de las representaciones y prcticas en las relaciones entre hombres y mujeres respecto al significado que dan a la fanfifia, la pareja y las hijas e hijos. Dicho esmdio nos muestra constantes cambios generacionales en las configuraciones de gnero, entre los que destacan los sigientes:

    A. En ios varones de ias tres generaciones aparecen como diferen-dados los papeles asignados a mujeres y hombres dentro de la familia y la pareja. En la primera generacin, la separacin entre "lo domstico para la mujer y el trabajo^rniirdo para el hombre" es mucho ms tajante en las representaciones mascufinas.'^ ** Para los hombres, el trabajo femenino remunerado queda fuera no slo de la maternidad sino tambin de la capaddad de la pareja para fundonar: "porque una mujer que trabaja y gana dinero impfica el riesgo de disentir y discutir sobre la distribucin del poder". La segunda y tercera generadones tienen una visin similar a la primera, pero aceptan que las mujeres solteras tengan espados de estudio y trabajo, y que las casadas trabajen mientras no sean madres. La visin de ambas generadones vislumbra un conflicto entre d mundo de la madre que trabaja y la visin tradidona de la madre como cuidadora del hogar y encargada de la crianza, pues atribuyen a que las mujeres se dediquen a trabajar el que las hijas e hijos tengan problemas.

    B. En las mujeres de las tres generadones sucede una s imadn similar con la asundn de papeles y las representaciones de gnero: "las mujeres deben ser madres, cuidadoras de la famifia y de la casa, del esposo y los hijos, y deben hacerse respetar mediante el recato. El hombre debe ser el responsable de mantener econmicamente e hogar y de darle fuerza y respetabilidad a su familia.^ La autoridad famifiar es del hombre y las deci-siones miportantes las toma d varn. No obstante, en la segunda y tercera

    ^ Mdena y Mendoza, Gims, 2001, pp. 131-135. "Ya sea como maridos, como padres o como hijos, los varones consideran que ia autoridad

    ltima en la familia es del hombre. Permisos, castigos, normas y decisiones, emanan de! varn jefe de familia, quien se muesnra investido con !a autoridad. Sin embargo, algunos de los fra^entos de lo dicho por ellos mismos nos indican que, al menos a partir de la segunda generacin, ia autoridad se reparte entre varn y mujer segn los espacios, momentos y situaciones. Pero que, adems, aparecer aauando la autoridad no es sinnimo de una decisin aislada del hombre respecto a su pareja" {ibid. p. 132).

    '^ Slo una mujer, de todas tas endrevistadas, asumi el trabajo como un proyecto propio; el resto lo considera oamo una acrividid que se cubre cuando el marido no cumple con su "obligacin"

  • 50 DI^(ENSIONES DE L DEMOCIO^TIZACIN F.AMILIAll

    generaciones se reconocen discursos y prcticas que implican la discusin y negoeiaairde algunos aspecfs"de la vida cotidiana entre ambos miembros de la pareja, es decir, la toma de acuerdos. Pero tambin se presenta e uso de recursos para convencer o retener al varn - a quien la parte femenina devala- para asegurar el sustento de la mujer."^^

    FAMILIAS D E M O C R T I C A S " >

    Aun cuando la idea de familias democrticas es todava utpica,^^ es a uto-pa la que nos inspira para darle a dicha idea la forma de propuesta real y posible.*^ Lo que sucede en realidad es que muchas familias estn transitan-do hacia nuevos conflictos, vinculados con cambios contexmales"y con las identidades de gnero, que todava se resuelven de manera contradictoria; es dedr, a veces con mayor violenda hacia la mujer y las ruas y nios, y otras veces con nuevas soluciones, en algunos casos ms democrticas.

    Quiz desde el movimiento de mujeres, las polticas de gnero y la accin de la sodedad d v i l podamos incidir hacia una familia ms demo-crtica, insphada por la equidad de gnero y por i m trato respemos entre madres, padres, hijas e hijos."^ En esta concepdn defamiha democrtica se podra compartir la autoridad y el poder de madre/padre o de las autori-dades adultas que constimyan el sistema de autoridad famihar. Este proceso significara:

    de manutencin. En las tres generaciones coinciden en cuestionar quela mujeres abajen porque eso pone en tensin al mundo femiliar, descuidan a los hijos pequeos, ios adolescentes pueden indinarse al mundo de las drogas, el alcohol o embarcarse en embarazos tempranos. Las mujeres que trabajan se hacen esas recriminaciones y sus compaeros las responsabilizan.

    Mdena y Mendoza, Gisrm, 2001, p. 135. Es pertinente aclarar que hablamos de femilias autoritarias y democrticas en el sentido de

    modelos ideales, alestilo weberiano, pero es slo una mera distincin anah'tica. En los hechos, los rasgos que suelen presentarse en las familias corresponden a ima mezcla de ambos pos.

    * "Es preciso introducir el concepto de democratiiada, que implica respeto humano deniro de las familias, con as lamillas y entre las familias. Pero nos cuesta muciio trabajo porque hereda-mos una cultura, un etfws autoritario, vertical, donde ios valores estn detprminados de arriba hacia abajo..." (Leero, "Familia", 1996, p. ^0).

    Incidir en los procesos democrticos nacionales, creando un ambiente democrtico desde el hogar, requiere como prctica cotidiana que las experiencias familiares tomen en cuenta todas las opiniones de siis'mierriros parala toma de decisiones y que e.xista un aprendizaje de colaboracin para construir objetivos comunes. Se requiere encaminar el amhinte familiar a la resoludn de problemas, permitiendo la_ experimentacin, el riesgo, el descubrimiento y el cuestionamiento, a partir de documentarse e informare. La conianza se convierte entonces en el valor esencial, como confianza en las capacidades y responsabilidad dei otro. De tai forma que todos puedan apoyarse

    BASES CONCEPTUALES Y TERICAS 51

    a) Simetra en las reladones de pareja.^^ b) Consulta entre las autoridades y los miembros del grupo. c) Divisin de responsabilidades y deberes entre las autoridades. d) Coordinacin, comunicacin, apoyo y respeto entre quienes ejer-

    zan la autoridad. e) Aceptacin de la diferencia de autoridad y de las disparidades entre

    cada una de las personas que la ejercen. La aceptacin de la diferenda impUca, por ejemplo, que la crianza de

    las hijas e iiijos no tenga menos valor que la provisin econmica del hogar o la decisin acerca de dnde residir; o que un tema importante, que ataa a la inversin econmica del grupo familiar, no va a ser jerarquizado.

    Es dedr, la diferenda de autoridad no se regira por la diferencia de gnero, no habra temas ms jerarquizados que otros segn las reas de competencia por gnero. Como contrapartida, se daran las simadones s i e n t e s :

    a) Resolucin de conflictos ms satisfactoria para los miembros del grupo. Los intereses de cada integrante tendran derecho a ser respetados. Esto constimye asimismo, una posibilidad para la transformacin y el cam-bio de aquello que no es satisfactorio.^

    b) Autonoma de cada individuo del grupo, lo que supone que esta no va en desmedro de la estabiKdad familiar sino que significa afianzamiento de la sofidaridad grupal basada en a confianza y el respeto.

    c) U n posible desarroUo individual de cada miembro. Esto se asocia con la idea de autonoma e incremento de a autoestima.

    dj Sistema de autoridad ms flexible que en las familias autoritarias. La fiexibifidad consiste en: e) Reconocer los intereses de cada miembro frente a los conflictos.

    J) Intentar generar acuerdos de pareja escuchando los intereses de las hijas e hijos.

    g) Establecer reglas de convivenda que contemplen los acuerdos de los miembros en condiciones de equidad.

    "^mumamente tomando en cuenta las habilidades de cada cual y asumiendo la responsabilwlad que implica contar con esas habilidades. Esto conUe^ /a a formar familias que permitan la bsqueda per-sonal y la autodefmidn (Morales, "Familia", 1996).

    Martnez, Mujer, 2001, p. 128. Al respecto, Noem Ales Gatti seaia que las mujeres requieren dar tm salto que les permita

    dejar de vivenciarse como menos frente a sus compaeros y como ms frente a sus hijas e hijos; de lo contrario, la negodadn de conflictos se transforma en un artifido de aparienda muy "dviliz^ia" pero que no construye una democratzadn jamiliar. Este proceso de cambio en las mujeres puede darse a travs de grupos teraputicos, de desarrollo humano o de deconstruccin dd gnero.

  • 52 DIMENSIONES DE U DEMOCRATIZACIN FAMILIAR

    h) Posibilidad de que las las y los nios crezcan hacia una total auto-noma y condicin de sujetos, lo que les permitir gozar de derechos plenos.

    D E M O C R A T I Z A C I N P O L f n C A Y D E M O C R A T I Z A C I N FAiVULIAR"^

    Si partimos de la simple definicin de lo que significa la palabra democracia, nos encontraramos algo muy cercano a "el poder que emana del pueblo". Para sostener este hecho existe una serie de valores que pueden identificarse como democrticos: la libertad, la responsabilidad, la i^aldad, la tolerancia, la justicia, ei pluralismo y ia participacin. Es as como en este sistema, los valores antes mencionados garantizan la democracia y esta a su vez los confirma. El ser ciudadana y ciudadano conlleva tm compromiso en el ejercicio de derechos y el cumplimiento de obEgaciones que se basan en dichos valores.

    La mayora de ios tericos de la democracia liberal se ha abocado a los principios y procedimientos ms adecuados para un gobierno democrtico.''''' Sin embargo, no han puesto su atencin en cuestiones como:"''

    1. Los derechos formales y los reales. 2. La distancia entre los compromisos de ciudadana fibre e ^ a l y las

    prcticas que no hacen posible este compromiso o donde este no se cumple. 3. Las nociones de Estado que, como autoridad independiente de la vida

    privada, avorecen a travs de su no injerencia ia reproduccin de desigualda-des en la vida cotidiana.

    Estas tres omisiones nos permiten fimdamentar a necesidad de ampHar el concepto de democratizacin hada la vida cotidiana, puesto que la demo-cracia poltica Uberal no garantiza condidones reales de equidad. Asumir esta posibilidad implica repensar los moddos de democrada desde un pimto de vista en donde lo poltico no est distanciado de lo sodal.

    David Held*^ ofi:ece un moddo alternativo con esta orientadn: la au-tonoma democrtica. Dicho moddo pretende que los individuos sean libres e iguales para determinar de las condidones de su propia vida, con base en

    " Esta seccin fiie desarroUada con los aportes de "nielma ftdroza Vargas, y retomando parte de un trabajo presentado recienteniente (Campos. "Retos", 2004}.

    Held, Modelo, 1991, pp. 59-fiO. Entre las excepciones que podemos encontrar se ubica la posmra de J. S. Mili en su fiwajw

    sobir la Tgualdad sexual donde seal que consideraba imposible la vida dcmoarica si no e.\iste una completa igualdad entre mujeres y hombres [legal, poltica v sodabnente) {ibid.).

    " IbuL. pp. 348-349.

    BASES CONCEPTUALES Y TERICAS 53

    igualdad-de-derehs-y-0bfigadones_para_espedficar el marco que genera y ^,^c. l imi t i las oportimidades a su disposidn; siempre y cuando no empleen este marco para negar a los dems ss^erechos.'''^ " J p ^^rC-^^^^

    Lo anterior nos lleva a pensar a democracia mis all de una forma de ^ \^ "l^ ' gobierno y vera como "un modo de vivir asociado, de experiencia comum- ^JJ^^^^^-^^^^ cada conjuntamente" en donde cada persona refiere su propia accTn a los * dems y considera a acdn de las otras como una pauta para dar direcdn a ^ su propia acdn.' ' '

    De esta manera, la famifia como agente sodazador se convierte en un ^ -espado social que deja de ser privado. Es el espado de aprendizaje relacional ^ ^ IL> '^^. \ .^ ' primario por excdenda. ^ ^

    Las reladones sobre una base democrtica conllevan la generadn de -e, ^. > '"'^ acuerdos V consensos. Las reladones sobre una base autoritaria tienden a la ^ w:

    ' ' ^

    imposidn, al abuso y al empleo de la fiierza. ^ v " ' Como "seala GTddens:'" ios discursos democratizadores hacen visible ^V-''^^

    y legible al poder, lo desmitifican y permiten revisary" 'kcmtr los viejos conctos y acuerdos autontanos de la sociedad en los mveles macro y nucro-poKtics. Estos discursos incorporan d reconocimiento de~las dierendasTTa bsqueda de la dignidad, la desmitificadn de las relaciones de poder estable-adas y la construcdn de interdependendas entre actores y organizaciones, permitiendo la deimaaimdn de k democraaa. ^ jj^ ^) fi c

  • 54 DIMENSIONES DE LA DEMOCRATIZACIN FAMILIAR

    "debe ser" una familia, y convoca al desarrollo de valores encaminados al reconocimiento y respeto de la diversT3aH^

    As, el fomento al ejercicio de la libertad, acompaado de los lmites ade-cuados segiin la edad y capacidad de responsabilidad de cada tma y cada tmo de los elementos del grupo familiar, adiestra en la toma de decisiones y alienta en la mujer la apropiacin de su vida y su cuerpo para que pueda verse con todo su potencial de desarroUo, dentro y fiiera del espacio hogareo y no slo en ftincin del servicio a los dems, como esposa, madre o como hija. A su vez, incita en los varones la expresin plena de toda la gama de emociones y sentimientos que los lleve al aedmiento integrado y pleno que puede originar su empatia.

    Promover la respmahihdad conduce a la capacidad de responder por nuestros actos asumiendo sus consecuencias, lo que bien puede provocar una reflexin previa a aquello que se va a hacer La responsabifidad presume madmez. tomar las riendas del destino propio. Su apficadh puede benefidar el CTecimiento emodonal e intelecmal de las personas: en las madres y los padres inspira la confianza en sus hijas e hijos, y en ellas(dlos) la seguridad en s mismos y en sus progenitores. Asimismo, favorece la paternidad plena y comprometida en todos los aspectos y no slo como proveedor, aun en los casos de separadn.

    Si nos referimos a la iguaMady la justio, utilizarlas en la famifia desde ima posmra democrtica significa el respeto de la diferencia, para no traducirla en inequidadcs que favorezcan la fuerza, edad o poder econnfico mediante los cuales se somete a las dems personas o se privilegia a alguien. Este reconocer el derecho de los miembros de la famifia a ser iguales, sin agredir o abusar de sus diferendas sexuales, fsicas, generadonales o econmicas, exige una congmenda entre el discurso y los actos, en la apficadn justa y punmal d d reconocimiento o la sandn, eliminando cualquier tipo de violenda. Conduce a valorar de manera equitativa la opinin, d hacer y el deseo de cada demento, fomentando la integradn y partipadTL

    La tolerancia en la familia se vislumbra como e! reconocimiento del de-recho de cada cual a ser, hacer, pensar y sentir, aim cuando no coindda con el total d d ser, hacer, pensar y sentir propio, abriendo as la posibifidad de la diversidad y d derecho a la diferenda. Ello puede enriquecer d aedmiento en una coexistencia pacfica y d ejerddo d d dilogo y la negpaan, mediante los cuales es posible una comunicadn clara y expUdta de las reglas acordadas que Heve a la renegodadn de aquello que no fiindone y a establecer pactos familiares. De esa forma es posible erradicar d temor, la desconfianza y d

    BASES CONCEITUALES Y TERICAS 55

    resentniento. Si bien es muy probable que surjan dificultades y conffictos, su resoludn se basara en una forma ms enriquecedora y pacfica puesto que, por medio de la condliadn, ei esquema ganar-perder se rompe y se sustituye por el de ganar-ganar.

    Como puede leerse, son muchas las ventajas que ofi-ece la convivencia democrtica: un semiero de dudadanas y ciudadanos en toda la extensin de a palabra. Porque entonces hablamos de hombres y mujeres que aecen con valores que los impulsan a partidpar sociafinente, que se apropian de sus derechos y, por lo tanto, no conciben una cultura autoritaria que los in-visibifice. Habamos de una sociedad que abandona la minora de edad, que es ms consciente de su dudadana y est dispuesta a ejerdtar plenamente ia toma de decisiones.

    La convivencia democrtica en la familia impfica una coexistencia regu-lada por la reflexin, en contacto con los sentimientos y deseos, no violenta, sin in^oriar e tipo de rdadones ni de amifias.

    Los obstculos que existen para d cambio que permita arribar a este tipo de familia democrtica no slo estn presentes dentro de la familia, sino tambin en el marco contexmal econmico y sodocultural en d que esta se desenvuelve. Estamos viviendo una transidn profimda que involucra tanto lo poltico como la vida privada, y esto coneva tomar en consideradn todos los obstculos que impiden el desarrollo de la democracia familiar. El gran ha-l l a ^ d d movimiento de mujeres consisti en extender hada la vida privada, y DO slo pbfica, la democracia y la lucha poltica, mediante la concepcin de que '^o personal es poHrico''.

    Estos sistemas contextales que estn impidiendo las transformadones hada tma democrada familiar tienen que ver tanto con los sistemas legales, re%iosos, culmrales y morales, como con las creencias de gnero e induso con d papd que tienen ios medios de comunicadn. A su vez, las pofiticas pbcas han reproduddo concepdones de vulnerabifidad e invafidez de las mujeres, no las han considerado dudadanas de priaier n ivd ni les han brindado protecdn adecuada.

    La generadn de contradicdones y nuevos conflictos en los sistemas de autoridades famifiares tiene ima diversidad de efeaos. Los sistemas de autoridad se modifican a partir de los nuevos arreglos femiares emergentes, y nuestra lucha tendra que ser, en gran medida, para que las jefaturas feme-ninas sean de verdad jefaturas de autoridad y no simplemente jefaturas donde las mujeres tienen la prindpal carga y menos herranfienas para enfi-entar las crisis econmicas y sodaies.

  • 5 6 DIMENSIONES DE LA DEMOCRATIZACIN FAMILIAR

    Con base en lo anterior, es necesario destacar que los cambios en la divisin sexual del trabajo y en las creencias de gnero son frenados por nuevos procesos de violencia familiar que impiden modificaciones realmen-te efectivas y progresivas, puesto que la violencia atenta contra la vida.

    La violencia famifiar se plantea muchas veces como resistencia de los cnyuges ante ios progresos de las mujeres a partir de su ingreso al mercado laboral; respecto al desarrollo de su proyecto de vida personal; a los intentos de las mujeres de confixjntar nuevos desafos educativos; as como tambin frente a la mascufinidad en crisis y en relacin con los cambios de creciente autononua en nias y nios. Estos se enfrentan con mtodos disciplinarios 'todava muy primitivos y represores. Por otro lado, la sociazacin de gnero todava conforma identidades masculinas basadas en mandatos culmrales

    la agresividad y el dominio son esperados desde la infancia. Cabe sea-ilar que las mujeres tienen an que superar durante toda su vida expectativas 'tradidonaies, internalizadas -pasadas y presentes-, de padres y parientes.

    Como seala Xosefa Alonso, abolir dichos esquemas impfica que muje-res y hombres no seamos objetos dentro de una arcaica cultura patriarcal, sino sujetos activos, dueos de nuestro presente y umro.

    Por lo tanto, impulsar las reladones equitativas en la familia, o lo que aqm' hemos llamado demoaarizadn de las relaciones famifiares, se convierte en una tarea que debe atravesar las pofiticas pbficas con el enfoque de gnero, buscando reducir, en cualquier mbito de las reladones sociales y famifiares, la diferenciadn sodal que establece la inequidad de gnero, raza, edad y clase sodal. La democratizacin de las relaciones famifiares requiere llevar la pofitica social ms afi de la atendn a la maiginafidad econmica, asumiendo d compromiso de promover mayor justicia social.

    En esta tarea se tiene que replantear la poltica pblica orientada hada las famifias. Si las polticas pbficas continan sin mirar los cambios que se estn operando en las rdadones familiares, la diversidad de formas famifiares que coexisten con la familia nudear tradidona y la necesidad de fomentar procesos que conduzcan al respeto de los derechos de las nias y los nios, al logro de mayor equidad y comimicadn entre mujeres y hombres, as como entre los miembros de ia fimiilia, los resultados continuarn siendo sesgados y no fiiddirn en el tema de fondo: la desigualdad sodal.

    Asmifir ima pofitica de democratzadn famifiar impfica formar promo-toras y promotores sociales que trabajen por transformar las reladones d d sistema de autoridad y de poder en un sentido de equidad en las famias, sin importar el tipo y estructura que estas tengan.

    BASES CONCEPTUAI^S Y TERICAS 57

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  • 56 DIMENSIONES DE LA DEMOCRATIZACIN FAMILIAR

    Con base en lo anterior, es necesario destacar que los cambios en la divisin sexual del trabajo y en las creencias de gnero son frenados por nuevos procesos de violencia familiar que impiden modificaciones realmen-te efectivas y progresivas, puesto que la violencia atenta contra la vida.

    La violencia familiar se plantea muchas veces como resistencia de los cnyuges ante los progresos de las mujeres a partir de su ingreso al mercado

    ; laboral; respecto al desarrollo de su proyecto de vida personal; a los intentos de ias mujeres de confix^ntar nuevos desafios educativos; as como tambin fiente a la masculinidad en crisis y en relacin con los cambios de aeciente autonoma en nias y nios. Estos se enrentan con mtodos disciplinarios

    todava muy primitivos y represores. Por otro lado, la socializacin de gnero todava conforma identidades masculinas basadas en mandatos culturales jdonde la agresividad y el dominio son esperados desde la infancia. Cabe sea-l^ar que las mujeres tienen an que superar durante toda su vida expectativas tradidonaies, internalizadas -pasadas y presentes-, de padres y parientes.

    Como seala Xosefa Alonso, abolir dichos esquemas implica que muje-res y hombres no seamos objetos dentro de una arcaica culmra patriarcal, sino sujetos activos, dueos de nuestro presente y fiimro.

    Por lo tanto, imptdsar las reladones equitativas en la familia, o lo que aqu hemos llamado democratizadn de las reladones familiares, se convierte en una tarea que debe atravesar las polticas pblicas con el enfoque de gnero, buscando reducir, en cualquier mbito de las reladones sociales y famihares, la diferendadn sodal que establece la inequidad de gnero, raza, edad y clase sodal. La democratizacin de las rdadones familiares requiere Uevar la poltica sodal ms all de la atendn a la marginalidad econmica, asimiiendo d compromiso de promover mayor justicia sodal.

    En esta tarea se tiene que replantear la poltica pblica orientada hada las familias. Si las polticas pblicas continan sin mirar los cambios que se estn operando en las rdadones familiares, la diversidad de formas familiares que coexisten con la familia nuclear tradicional y la necesidad de fomentar procesos que conduzcan al respeto de los derechos de las nias y los nios, al logro de mayor equidad y comtmicadn entre mujeres y hombres, as como entre los miembros de la famia, los resitados continuarn siendo sesgados y no inddirn en el tema de fondo: la desigualdad social.

    Asumir una poKtica de democratizadn famiar implica formar promo-toras y promotores sociales que trabajen por transformar las reladones del sistema de autoridad y de poder en un sentido de equidad en las familias, sin importar el tipo y estmcturaque estas tengan. ' "

    BASES CONCEPTUALES Y TERICAS 57

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