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Sawar Revista mensual y digital sobre historia, patrimonio y turismo en el municipio de Murcia Junio de 2013. Número 4 Pasado, presente y futuRo de los MuSEoS de la ciudad El valoR de un MuSEo Escalera del Museo Ramón Gaya ISSN: 2340-387X

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Número 4 de la revista Sawar Murcia: "El valor de un museo".

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S a w a r Revista mensual y digital sobre historia,patrimonio y turismo en el municipio de Murcia

Junio de 2013. Número 4

Pasado, presente

y futuRo de los

MuSEoS de la ciudad

El valoR

de un MuSEo

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ISSN: 2340-387X

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S a w a rRevista mensual, digital e independientesobre historia, patrimonio y turismo en

el municipio de Murcia

La cultura y el patrimonio histórico, artístico y naturalson el ajuar común, el conjunto de bienes materiales e

inmateriales que recogemos de nuestros antepasados yque debemos conocer, disfrutar, proteger, enseñar y

transmitir a las generaciones venideras.Es lo que nos une al pasado y al futuro.

Es de todos.

“El poder político no puede ni debe estar subordinado al poder económico.

Mientras el mundo ha avanzado muchísimo en ámbitos científicos y

tecnológicos, hemos olvidado los valores, la ética. La ciencia y la técnica,

como los mercados y la economía, son instrumentos importantes, pero

instrumentos al servicio de fines, de valores, que, si no son éticos, ¿qué

son? Yo lo comparo con la historia del avión que se pierde y el piloto

que dice: ‘Señores, nos hemos perdido, pero no se preocupen porque

mantenemos una velocidad excelente’. La pregunta es, ¿y a dónde

vamos? La tecnología nos dice qué se puede hacer. La ética nos dice qué

se debe hacer. Cada vez vamos más deprisa en este barco Tierra, pero,

¿en qué dirección?

José Esquinas

Entrevista para la revista IO* de Intermón Oxfam (nº22, septiembre de 2011)

SaWaR MuRCIaRevista mensual, digital,gratuita e independientesobre historia, patrimonioy turismo editada en laciudad de Murcia porPedro Serrano SolanaJunio de 2013

* http://www.intermonoxfam.org/es/documentos/13/10/11/n-22

ISSN: 2340-387X

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sumario

Editorial

El Museo: De casa de las musas a casa de todos

la evolución del concepto

Reflexiones en el Día Internacionalde los Museos: memoria y creatividad

Por Luz María Gilabert González

Museos de Murciaorigen y desarrolloEl Sistema Regional de Museos

El Museo de (para) la CiudadPor Consuelo Oñate

trabajo en un museoPor Teresa Mª Fernández Cabada y Mª José Pérez Turpín

El valor de un museolos museos de Murcia, hoy y mañana

ICoM: Declaración de lisboa (2013)

así fue el número anterior

La cultura y el patrimonio histórico, artístico y naturalson el ajuar común, el conjunto de bienes materiales e

inmateriales que recogemos de nuestros antepasados yque debemos conocer, disfrutar, proteger, enseñar y

transmitir a las generaciones venideras.Es lo que nos une al pasado y al futuro.

Es de todos.

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ajuar: del árabe hispánico “assiwár” o

“asuwár”, y éste del árabe clásico

“sawar”

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Page 4: Sawar n4 sawar

Detalle de ‘la cena’ de francisco Salzillo (1761)Museo Salzillo de Murcia*

http://www.museosalzillo.es/coleccion/iglesia-de-jesus-pasos/la-cena/

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editorial

Hoy en día nos encontramos con algunas ideaspreconcebidas y quizá demasiado extendidas queconvendría ir derribando. Una de ellas, tal y comose ha venido mostrando en estas mismas páginasdigitales, es que el desarrollo económico es incom-patible con el cuidado y puesta en valor del patri-monio histórico. Otro ejemplo es aquel queconsidera a las materias llamadas ‘de ciencias’como superiores, como las más apropiadas paraaportar algo al mercado laboral y ser recompensadosalarialmente, mientras que las disciplinas ‘deletras’ son como un florero: bellas pero poco útilesmás allá del tiempo que dura su contemplación ouna simple partida de Trivial.

La humilde y sincera misión de esta revista, en supequeño ámbito de acción y con los escasosmedios disponibles, es dar a conocer el patrimonioy la historia de Murcia desde diversos puntos devista, sin eludir el conflicto cuando dicho conflictoexista y siempre de manera sosegada y rigurosa.Sawar pretende reivindicar la importancia de las hu-manidades como elemento esencial en el desarrollode la sociedad murciana. Las humanidades nostransmiten los valores a los que aludía José Esqui-nas en el texto elegido para abrir este número deSawar, unos valores sin los cuales estamos perdi-dos como individuos y como especie. El respeto, latolerancia, la paz, la solidaridad y la búsqueda delinterés general nacen en parte del conocimiento denuestro pasado en el marco de una historia común.Podemos ampliar o reducir la escala, pero en esepasado y en todas las expresiones del ser humanoestán las claves para entendernos a nosotrosmismos y a nuestros semejantes. En nuestrasobras de arte, en nuestros monumentos, en lamúsica, en los libros, en el teatro, en el cine... Sicultivamos las humanidades no estamos perdiendoel tiempo, ni siquiera estamos entregándonos alplacer por el placer -que también-: estaremosaprendiendo a situarnos y a poner las cosas en susitio. Estaremos progresando de verdad, porque elprogreso no sólo se mide con cifras macroeconó-micas.

Hay unos lugares especiales que nos invitan areflexionar sobre nuestra condición. Unas institucio-nes antiguas pero sin polvo. Se les ha llamado yaún se les considera ‘templos’, en algunas ocasio-nes con sentido peyorartivo, pero un templo notiene por qué ser malo: son lugares en los que serinde culto al saber. Conservan, estudian, exponeny difunden una parte importante de nuestro patrimo-nio. Son los museos, espacios donde todos somosiguales, donde podemos sentirnos seguros y mirar-nos al espejo. ¿Cómo, cuándo y por qué razón secrearon los museos? Y en Murcia, ¿cuál ha sido sutrayectoria? ¿Qué hacen nuestros museos en laactualidad? ¿Conocemos lo que hay dentro de susparedes? Y una pregunta que resulta obligada enel momento presente: ¿Cuál es su situación econó-mica? Hoy todo está siendo replanteado, todo está

siendo revisado pero no siempre con tino. La crisises un arma de doble filo que puede ayudar a corre-gir errores y de la que podemos salir reforzadosmoral y materialmente, pero también puede sernuestra perdición si no se gestiona con acierto ycon la vista puesta en el bien común. Por eso Sawarse aproxima a los museos de Murcia, para saber enqué punto están a día de hoy, cómo hacen frente ala dureza de la crisis económica y de los recortes yqué futuro les espera. Tampoco podemos olvidar alos trabajadores, a las personas formadas para lainvestigación, la conservación y la difusión delpatrimonio que albergan los museos, y de cuyavaloración moral, que debe verse plasmada en unaretribución justa y en una consideración profesionalapropiada, se intuye si en verdad valoramos nues-tra cultura.

Los museos no son un lujo, no son prescindibles.Son bellos y son útiles, porque dichos términos, sinser sinónimos, tampoco son incompatibles. Losmuseos de Murcia hacen falta a los murcianos ytambién a las personas que nos visitan. Más allá delrendimiento económico que pueden dar como ele-mentos de interés turístico, proporcionan un rendi-miento a largo plazo que es educativo y moral, quees esencial e invisible. El problema es que, ennuestro actual sistema de valores contaminado porlo económico, lo que no se ve y lo que no reportadinero de manera inmediata, es considerado inútil.Debemos poner freno a dicha concepción.

Para dibujar el panorama general de los museos dela ciudad de Murcia, Sawar ha hablado con losdirectores de varias instituciones museísticas y conpersonas relacionadas con este ámbito: desde laAdministración hasta los profesionales del sector ylas asociaciones de amigos. Este número cuentaademás con tres valiosas colaboraciones: un textode Consuelo Oñate, Coordinadora del Museo de laCiudad, donde se hace un repaso al espíritu y lalabor de esta joven y activa institución museística;otro texto redactado por Teresa Mª Fernández y MªJosé Pérez, que nos ofrecen su visión del trabajoque realizan en el Departamento de Didáctica yAcción Cultural del Museo Arqueológico de Murcia;y un artículo de Luz María Gilabert González,Doctora europea en Historia del Arte, que nos traesus reflexiones sobre el lema del Día de los Museos2013 aplicado a las transformaciones experimenta-das por los mismos en los últimos trescientos años.El lema, ‘Museos (memoria + creatividad) =progreso social’, recurre formalmente a las mate-máticas, pero sustituye los números y su aplicaciónmás usual en los últimos tiempos, la de la econo-mía, por palabras con un profundo significado.Volviendo sobre las ideas de José Esquinas, enplena tormenta financiera los museos vienen arecordarnos que son un medio, como la economíao la tecnología; que son un instrumento al serviciode un fin social: la reflexión, la igualdad y elprogreso de todos. Un progreso sin exclusiones.

Lo útil y lo bello

5Sawar

Page 6: Sawar n4 sawar

MuSEo

os museos han existido desde antiguo, pero su misión

se ha ido agrandando al mismo tiempo que reducían su

distancia a la ciudadanía. Con el paso de los siglos, la

actividad de estas instituciones ha ido multiplicándose

y diversificándose, y la proximidad con la sociedad en

la que se asientan se ha materializado en una utilidad y

dinamismo crecientes. a día de hoy los museos ya no

descansan sobre las nubes, y además, los construidos

en los últimos años tampoco poseen esas columnas

clásicas y esos frontispicios que provocaban seriedad

y reverencia; ahora causan sorpresa, entretienen, ense-

ñan, transmiten valores, integran. vamos a intentar

resumir el origen y la transformación de los museos,

lugares que han pasado de ser la casa de las musas a

ser la casa de todos.

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de casa de las MuSaS

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Tal y como nos recuerdan los manuales sobre museología, la palabra ‘museo’

proviene de un término griego, ‘mouseion’, que tras pasar por el latín ‘museum’,

designa hoy a lo que la Ley de Patrimonio Histórico Español de 1985 define como

“instituciones de carácter permanente que adquieren, conservan, comunican, investigan

y exhiben para fines de estudio, educación y contemplación, conjuntos y colec-

ciones de valor artístico, histórico, científico y técnico o de cualquier naturaleza

cultural”. La definición de la Real Academia Española de la Lengua simplifica

la anterior y añade un matiz importante: “Institución sin

fines de lucro, abierta al público, cuya finalidad consiste en

la adquisición, conservación, estudio y exposición de los

objetos que mejor ilustran las actividades del hombre, o cultural-

mente importantes para el desarrollo de los conocimientos huma-

nos”. Sea como fuere, lo inmutable es la raíz mitológico-religiosa del

museo, que además comparte con la música: ambas provienen de

las musas, las nueve deidades hijas de Zeus y Mnemósine que, bajo

el auspicio de Apolo, protegían las ciencias y las artes liberales, espe-

cialmente la poesía. Así se narra en el artículo “Espacios para el arte:

lugares en continua redefinición”*, firmado por Eloisa del Alisal, técnico

de artes plásticas del Instituto Cervantes de Madrid, en el que también

encontramos los nombres de estas musas inspiradoras del arte: Ca-

liope, Clio, Erato, Euterpe, Melpomene, Polimnia, Talía, Terpsícore

y Uraniaran.

Según contó Estrabón en el siglo I A.C., fue Tolomeo Sóter, rey de

Egipto, el que fundó en el siglo III A.C. un complejo arquitectónico con

sede en Alejandría, el ‘Mouseion’, compuesto por la famosa biblioteca,

un observatorio astronómico, un jardín botánico, salas de estudio y

trabajo y una colección de objetos raros y variados conocidos como

‘mirabilia’, palabra que designa a un conjunto de cosas admirables y de

la que posteriormente derivó el término ‘maravilla’. Por medio de Estrabón

sabemos pues de la existencia de este primer museo, una institución

compleja e interdisciplinar entregada al conocimiento y totalmente ligada

al poder, formando parte, de hecho, del propio palacio de Tolomeo. Por

tanto, podemos decir que el primer museo estaba sostenido por el

Estado y destinado al uso de una élite, bajo la dirección de un sacerdote y el auspicio de

Apolo y de las musas. El concepto de museo no volvió a ser definido hasta que, en el siglo

XV, el italiano Paolo Giovio empleó el mismo término para su colección de arte, alojada en

un palacio en el lago de Como. Poco después, el humanista francés Guillaume Budé,

precursor de la Biblioteca Nacional de Francia, habló del museo como casa de las musas

y lugar de estudio de las nobles disciplinas que son propias de la actividad artística.

Sawar8

* http://seer.ufrgs.br/EmQuestao/article/view/2981/2034#autorv** http://www.pinturayartistas.com/wordpress/wp-content/uploads/2012/mitologia/9musas/escultura-musa.jpg

la palabra inspirada por lasnueve hijas de Zeus y Mnemósine

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Las definiciones más recientes del museo, que comenzaron a generarse hace dos siglos, están

ya influenciadas por los postulados de la Ilustración y marcan un fin último distinto, o al menos

complementario al de la mera conservación o estudio del patrimonio por parte de una minoría de

personas formadas: por ejemplo, a finales del siglo XIX, el norteamericano George Brown Goode,

director del Museo Nacional de Historia Natural de Washington, afirmó que en un museo se guar-

dan los objetos que explican los fenómenos de la naturaleza (‘naturalia’) y la obra del hombre y

la civilización (‘artificialia’), para el aumento del saber, la cultura y la ilustración de un pueblo; es

decir, que el museo está destinado a un bien público como es el acrecentamiento de la cultura.

Y ya en el siglo XX se va configurando el concepto de museo con los primeros artículos que

tratan otros aspectos fundamentales en la misión de estas instituciones: así, Foyles y Crep apun-

taron su idea de cómo debía ser un museo en cuanto que continente; el primero habló de un

espacio cómodo, bello, funcional y estético, arquitectónico y plástico. Y el segundo añadió que

el museo debe tener un recorrido sencillo y fácilmente reconocible.

La personalidad más influyente en la museología del siglo XX, en la moderna definición de museo

y en la organización internacional de estas instituciones, fue Georges Henri Rivière* (1928-1985).

El primer director del ICOM**, el Consejo Internacional de Museos creado en 1946, definió el

museo como un establecimiento permanente de interés general, dedicado a conservar conceptos,

a estudiar y a hacer valer por diversos medios y, sobre todo, a exponer para deleite y educación

del público, un conjunto de elementos de la vida cultural. De ese modo, Rivière añadió las ideas

de investigación y deleite, aunque a lo largo del siglo pasado, otras personas y entidades fueron

enriqueciendo la definición con nuevas funciones y perspectivas, como la Enciclopedia Británica,

la Enclopedia Soviética y la Asociación Americana de Museos. En la actualidad, el propio ICOM

explica que la definición de museo ha evolucionado en línea con el desarrollo de la sociedad, y

que desde su creación, el Consejo la actualiza según las necesidades de la comunidad museís-

tica global. La última actualización se acordó en la 21ª Conferencia General en Viena, en el año

2007, y en ella ya vemos que el acento está marcado en el carácter de institución sin ánimo de

lucro y al sercicio de la sociedad:

“El museo es una institución permanente sin ánimo de lucro al servicio de la

sociedad y de su desarrollo, abierta al público, que adquiere, conserva, inves-

tiga, comunica y exhibe el patrimonio material e inmaterial de la humanidad y

de su entorno por razones de educación, estudio y disfrute”

* http://books.google.es/books/about/La_museolog%C3%ADa.html?id=WcsnkN4w2xUC&redir_esc=y** http://icom.museum/

A continuación, Luz María Gilabert González, Doctora europea en Historia del Arte, nos acercaal devenir del museo moderno y contemporáneo en los últimos dos siglos, partiendo del lemadel Día de los Museos 2013.

Sawar

Sarcófago de lasMusas (siglo I)

conservado en elMuseo de la

Catedral de Murcia

Fuente: ‘Museos de la Región deMurcia’, Consejería de Industria,

Comercio y Turismo, 1983.

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Museo del louvre con lapirámide de Pei. París.Fuente: Luz Gilabert

Con motivo del Día Internacional de los Museos, el director general del ICOM, Julien Anfruns, afirmó que

los museos se esfuerzan en alcanzar la conciliación de su tradicional misión de conservación con el cultivo

de la creatividad, necesaria para su renovación y para aumentar el número de visitas, y tienen la firme

convicción de que su presencia y sus acciones pueden cambiar la sociedad de manera constructiva. Pero

además, nuestro rico patrimonio —el cual es expuesto y protegido por los museos— se asocia asimismo

al ingenio y a la vitalidad, dos características que en los últimos años han caracterizado al sector museístico

y son las principales fortalezas de estas instituciones culturales. Ambas se manifiestan tanto en la variada

programación de exposiciones, talleres e iniciativas artísticas como en la concepción de nuevos recorridos

expositivos o lenguajes museográficos para exhibir las colecciones.

Basándome en el argumento que propone Anfruns me surgió la idea de trazar una breve historia del museo

a partir de tres paradigmas museológicos internacionales. Con ellos quiero, en definitiva, explicar de una

forma sencilla la transformación de los museos desde finales del siglo XVIII hasta la actualidad; es decir, el

cambio de una única y exclusiva función patrimonial a una misión social abierta y expansiva que presenta

hoy día. En otras palabras, la suma del objeto y la memoria a la creatividad humana, con el consiguiente

progreso social basado en la participación y acción comunitaria.

Tradicionalmente, los museos han sido el producto de una actividad coleccionista y su existencia ha quedado

justificada por su estrecha vinculación con la colección de objetos, desechándose cualquier otro tipo de

actividad. Como escribió Aurora León, en su libro ‘El museo: teoría, praxis y utopía’, "el coleccionismo, pese

a sus graves taras, era un fenómeno socio-cultural necesario para que apareciese la institución museística"

(1982: 74), ya que el funcionamiento de los museos ha sido durante centurias el resultado de una práctica

acumulativa de determinados grupos sociales poseedores de objetos museables (Linares, 1994: 17). Sin

embargo, la inauguración del Museo del Louvre, en 1793, supuso la aparición de un nuevo concepto de

museo. La propiedad de las colecciones deja de corresponder en exclusividad a la monarquía y el arte pasa

a ser reconocido por el Estado galo como un elemento indispensable para la formación y la integración

social de todos los hombres (Wood, 2004: 105-106).

Página web oficial del ConsejoInternacional de Museos (ICoM)Fuente: icom.museum

MEMoRIa y CREatIvIDaD

Reflexiones en el Día Internacional de los Museos

Por Luz María Gilabert GonzálezDoctora europea en Historia del arte

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Museo del louvre con lapirámide de Pei. París.Fuente: Luz Gilabert

Sawar 13

Este modelo de museo emerge como espacio público (Rasse, 1999: 19) y en concordancia con los ideales

de la Ilustración, por cuanto suponía la nacionalización del patrimonio y la consideración de los objetos como

bienes de interés público (Hernández Hernández, 2004: 72). Pero será tras la Segunda Guerra Mundial

cuando se produzca un auténtico renacimiento en el campo museológico tanto a nivel conceptual como

tipológico, principalmente por el despliegue que Europa acomete para la protección de la cultura en todas

sus vertientes posibles, desde los testimonios materiales hasta los intangibles.

La aparición del nuevo concepto de patrimonio cultural supuso el incremento de los vestigios a ser custo-

diados por los museos en la medida que estos espacios fueron considerados como los principales guardianes

de la memoria colectiva de las naciones. Ese protagonismo de la cultura como rasgo colectivo fue la

respuesta a un despertar de la conciencia social que conectó vehementemente territorio, museo y sociedad.

Un fenómeno que, según José Linares (1994: 165), se explica a través de "una interrelación dialéctica entre

cultura, identidad y patrimonio".

En palabras del filósofo italiano Remo Bodei (1996: 25), "el ámbito de la memoria —individual o colectiva—

no representa nunca un terreno neutral, sino un auténtico campo de batalla en el que se decide, se perfila

y se legitima la identidad de un pueblo o de una cultura". Esta identificación de la memoria como parte

identitaria de la sociedad dio también lugar al nacimiento de organismos internacionales dedicados a la

defensa de la cultura y los museos como fueron los casos de la Unesco y el ICOM, ambos creados en 1946.

Poco después, la revuelta estudiantil de mayo de 1968 fue el inicio de la mayor crisis de identidad y de

confusión funcional que padecerá el museo en toda su historia. La protesta se hacía sentir especialmente

por el carácter hermético y elitista de la institución frente a las aspiraciones de dinamismo y vitalidad que

exigía la demanda popular. El museo parecía no sólo una entidad inadecuada, sino también inaceptable en

una sociedad en busca de valores democráticos e igualitarios que alimentaran un proyecto sólido de difusión

y democratización cultural.

La apertura del Beaubourg en 1977 simbolizó las nuevas aspiraciones. Un centro que trató de ser un espacio

de formación e información para todo tipo de públicos, reuniendo en un mismo lugar todas las actividades

relacionadas con la creación contemporánea: "un verdadero generador de cultura, una fábrica en constante

proceso de producción" (Pantoja López, 1997: 41), en un intento del presidente francés George Pompidou

por revitalizar la vida de París.

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A partir de ahí los museos pasaron a ser instituciones con una pluralidad de propósitos al servicio de una

sociedad también plural y de masas. Esto implicó principalmente tres cosas: una diversificación de las

funciones, una mayor especialización del personal y un aumento de su complejidad organizativa. De ahí

que en la base de dicha transformación esté la incipiente similitud del ente museal con el complejo entra-

mado de las organizaciones. Como asegura la museóloga Margarita Ruyra de Andrade (2002: 100), que

un museo sea más parecido a una institución o a una organización se puede apreciar, por ejemplo, en la

aparición de los departamentos de educación y acción cultural conocidos con las siglas DEAC.

Los museos son ahora espacios mucho más activos y donde lo importante es en realidad transmitir el

contenido del mensaje más que los objetos propiamente dichos. Desde esta visión, el Museo Guggenheim

—como entidad en sí misma— ha sido toda una revolución en ese proceso de cambio. A partir de los años

ochenta del siglo pasado, la Fundacion norteamericana Solomon R. Guggenheim quiso constituir una

organización con distintas sedes —Nueva York, Venecia y Bilbao—, bajo una política de relaciones entre

instituciones y basada en la economía de escala o, lo que es lo mismo, un modelo de franquicias con una

concepción móvil de la colección permanente tomada de la cultura de exposiciones.

En el caso concreto del museo ubicado en Bilbao, la mayoría de las salas no tienen un uso fijo. Sus dieci-

nueve galerías distribuidas en tres pisos y en torno a un atrio central se adaptan a todo tipo de exposiciones,

lo que permite múltiples planteamientos expositivos e innovadores proyectos museográficos como fueron

los casos tan sonados de “El arte de la motocicleta” (1999) o la muestra de vestidos del diseñador Giorgio

Armani, en 2001, entre otros.

vista parcial del CentroPompidou. París.Fuente: Luz Gilabert

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Museo Guggenheim.Bilbao.Fuente: Luz Gilabert

Page 15: Sawar n4 sawar

Pero ya nos encontramos en otro momento histórico y los museos aspiran más que nunca a dejar de ser

meros repositorios de información para convertirse en plataformas participativas, lugares para asombrarse,

de encuentro, discusión, creatividad y por supuesto de aprendizaje. De hecho, Raymond de la Rocha-Mille

(2001: 170) desvela la existencia de dos culturas organizativas en el trabajo de los museos. La primera de

ellas se asienta en una museología centrada en los objetos y cuyo modelo de organización tiene como

finalidad la prestación de un servicio permanente, mientras que la segunda su propósito son los procesos

de desarrollo dirigidos hacia una transferencia de nuevas actitudes y habilidades. Esto es, la creación de

centros y museos más allá de una colección que anhela la construcción de procesos participativos con la

sociedad y los profesionales del sector.

También sobre este tema la profesora Alice Semedo, de la Universidad de Oporto, ha puesto en práctica

un interesante proyecto de investigación con los coordinadores de los departamentos de educación de los

museos de la ciudad. Su objetivo es promover la colaboración y el desarrollo de una comunidad de práctica,

es decir, un espacio que apoye el pensamiento crítico y creativo, promoviendo así el cambio.

Las comunidades de práctica se distinguen de la cultura organizativa porque se pueden encontrar en todas

partes: son muy flexibles y están formadas por grupos de personas que comparten una preocupación, un

conjunto de problemas o una pasión sobre un tema, y que profundizan su conocimiento y pericia en esta

área interactuando sobre una base común. Con el tiempo desarrollan una perspectiva única sobre su tema,

así como un cuerpo de conocimiento, prácticas y enfoques, e incluso pueden desarrollar una identidad

propia.

El científico americano Peter Senge defiende en su obra ‘La quinta disciplina’ que las organizaciones que

utilizan prácticas colectivas están mejor preparadas para prosperar en el futuro, porque serán capaces de

desarrollar cualquier habilidad que se requiera para triunfar. Con los cambios repentinos que se dan

actualmente y que caracterizan el mundo de la globalización, las habilidades de adaptación en este tipo

de organizaciones son sumamente beneficiosas, puesto que continuamente están expandiendo su capa-

cidad de crear e impulsar un futuro brillante a través de técnicas asentadas en la innovación y la creatividad.

Son, por tanto, organizaciones inteligentes abiertas al aprendizaje constante.

Para concluir, creo que este es un momento crucial para repensar y reflexionar sobre el museo y hacia

dónde queremos dirigir estas instituciones tan importantes para la conservación y la difusión del patrimonio

mundial. El museo tiene que conseguir un mecanismo de funcionamiento en proceso permanente de mejora

e innovación, adaptado siempre a las dificultades e imprevistos de cada etapa de la historia.

En época de crisis la gestión de los museos no es fácil por la falta de recursos y la reducción al límite de

los presupuestos públicos, pero tiene la ventaja de agudizar el ingenio y aprovechar mejor esos medios

logísticos siempre tan escasos en el trabajo diario de estas organizaciones culturales. Esta compleja

situación nos demuestra que hay que hacer de los museos entidades adaptables y para conseguir esa

adaptabilidad se debe trabajar al unísono; favoreciendo la participación, la cooperación y la colaboración

entre organismos públicos y privados, museos y todo tipo de corporaciones que permitan establecer

relaciones sociales más cohesionadoras en el ámbito museológico y, por lo tanto, más democráticas e

igualitarias.

BoDEI, R. (1996): “Tumulto de criaturas congeladas. O sobre la lógica de los mu-seos”, Revista de Occidente, núm. 177, pp. 21-34.HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ, f. (2004): “Los museos europeos: del Louvre a laIsla de los museos”, Revista de Museología, núm. 30-31, pp. 70-80.lEÓN, a. (1982, 2.ª ed.): El museo: Teoría, praxis y utopía, Madrid: Cátedra.lINaRES, J. (1984): Museo, arquitectura y museografía, Madrid: Ediciones J.F.PaNtoJa lÓPEZ, J. (1997): “Museos de arte y siglo XX. Una institución en pro-ceso de formulación”, Revista de Museología, núm. 7, pp. 40-42.RaSSE, P. (1999): Les musées à la lumière de l´espace public. Histoire, évolution,enjeux, París: L´Harmattan.

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Referencias bibliográficas:

Este artículo ha sido realizado dentro del proyecto de investigación Imagen yapariencia (08723/PHCS/08) financiado por la fundación Séneca.

Sawar 15

Page 16: Sawar n4 sawar

Museos de MuRCIa

os museos más antiguos de Murcia, hoy volca-

dos en la tarea de cumplir el compromiso

suscrito con la sociedad murciana, nacieron a

mediados del siglo XIX bajo una mentalidad y en

un contexto totalmente distintos. a ellos se han

sumado nuevas instituciones museísticas, sobre

todo en los últimos veinticinco años en los que,

además, los primeros han tenido que someterse

a una profunda renovación física y espitirual. El

peso creciente del turismo cultural como foco

revitalizador de la ciudad y generador de una

importante actitividad económica, junto con una

mayor preocupación por dar a conocer a los

murcianos su propio patrimonio, además de

otros factores como la fructífera alianza entre los

museos y los colegios, han facilitado el acerca-

miento de estas instituciones culturales a la

sociedad. la fuerte inversión económica de las

diferentes administraciones durante las dos últi-

mas décadas fueron la siembra de un presente

para Murcia y sus museos, pero como en tantos

otros ámbitos, la crisis económica ha frenado en

seco su desarrollo y pone en peligro la continui-

dad de su misión; una misión que, como podre-

mos comprobar, es enorme y variada. Sawar

empezará remontándose al nacimiento de los

museos de Murcia, para después analizar la

situación actual con algunos de sus actores

principales.

l

folleto de los Museos de MurciaFuente: ‘Museos de la Región de Murcia’,

Consejería de Industria, Comercio y Turismo, 1983.

Page 17: Sawar n4 sawar

Tal y como nos cuenta Antonio Martínez-Mena en su

libro “Arquitectura civil desaparecida en la ciudad de

Murcia”* (edición digital, Consejería de Educación,

Formación y Empleo de Murcia, 2011), en 1836 se

creó la figura legal del ‘Monumento Nacional’, y

desde 1837 ya existían las llamadas Comisiones

Científicas y Artísticas, pero fue en abril de 1844

cuando el Ministerio de la Gobernación dio un paso

importante para la creación de la Comisión Central y

las Comisiones Provinciales de Monumentos Histó-

ricos y Artísticos, a imitación de la Commission des

Monuments francesa de 1789. Mediante una Real

Orden del 2 de abril de 1844 dirigida a los Jefes

políticos de cada provincia, los actuales Gobernado-

res Civiles, se pedía que en el sorprendente (por

reducido) plazo de un mes, trasladaran al Ministerio

un informe sobre los edificios, monumentos y objetos

artísticos que merecieran ser conservados de sus

respectivas provincias. Para tan descomunal tarea,

el Ministerio les recomendaba servirse de la ayuda

de los artistas y personas inteligentes de su territorio,

y de ese modo satisfacer los deseos de la reina Isa-

bel II, preocupada por salvar lo que hubiera quedado

en pie después de varios años de destrucción

descontrolada del patrimonio nacional. Obviamente,

ninguno de los Jefes políticos pudo atender total-

mente la petición en un plazo de tiempo tan escaso,

pero de la información parcial que enviaron a la reina,

quedó en evidencia la necesidad urgente de promul-

gar disposiciones que afrontaran un reto tan impor-

tante como el de identificar, inventariar y proteger el

rico patrimonio histórico y artístico de España. Una

tarea que, al igual que Roma, no podía hacerse en

un día, ni en un mes, ni siquiera en varios años. En

junio de 1844 se ordenó la creación de las Comisio-

nes Provinciales de Monumentos, y tal y como narra

el texto “Creación de las Comisiones de Monumen-

tos”** de la Biblioteca d’Humanitats de la Universidad

El imponente Palacio del Contraste de la Seda, situado en la plaza de Santa Catalina, acogió entre 1868 y 1910 lascolecciones de la Comisión Provincial de Monumentos, que serían el germen de los actuales museos de Bellas artes yarqueológico. No importaron ni la significación ni la trascendencia de este edificio, ni siquiera su declaración comoMonumento Histórico-artístico, para que su propietario, el ayuntamiento de Murcia, lo dejara caer a principios de losaños treinta del siglo pasado. Por su vinculación con el Museo de Bellas artes, tanto la fachada Norte como la oeste,junto con sus escudos nobiliarios, fueron trasladados al patio del edificio diseñado por Pedro Cerdán como sede defi-nitiva de las colecciones de pintura y escultura. No es el único ejemplo murciano de lo que llaman ‘arquitectura errante’.

El Palacio del Contraste fuente: archivo Histórico Municipal de Murcia (aHMM)

* http://www.carm.es/web/pagina?IDCONTENIDO=9095&IDTIPO=246&RASTRO=c943$m4331** http://ddd.uab.cat/pub/llibres/1947/56882/commonhisart_a1947r1.pdf

orígenes y desarrollo

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Autónoma de Barcelona, la Real Orden dispuso que cada Comisión estuviera

compuesta por “cinco personas inteligentes y celosas por la conservación de

nuestras antigüedades, tres de las cuales debían ser nombradas por el Jefe

político y las otras dos por la Diputación Provincial”. La misión era nada más y

nada menos que la siguiente:

“Adquirir noticia de todos los edi-

ficios, monumentos y antigüeda-

des existentes en su respectiva

provincia y que sean dignos de

conservarse; reunir los libros, có-

dices, documentos, cuadros, es-

tatuas, medallas y demás objetos

preciosos, literarios y artísticos

pertenecientes al Estado, que

estuvieran diseminados en la pro-

vincia, reclamando los que hubie-

sen sido sustraidos y pudieran

descubrirse; rehabilitar los pante-

ones de los Reyes y personajes

célebres o de familias ilustres o

trasladar sus restos a paraje

donde estuvieren con el conve-

niente decoro; cuidar de los museos y bibliotecas provinciales, aumentar estos

establecimientos, ordenarlos y formar catálogos metódicos de los objetos que

encerrasen; crear archivos con los manuscritos, códices y documentos que se

pudieran recoger, clasificarlos e inventariarlos; y formar catálogos, descripcio-

nes y dibujos de los monumentos y antigüedades que no fuesen susceptibles

de traslación y también de las preciosidades artísticas que, por hallarse en

edificios que conviniera enajenar o

que no pudiesen conservarse, mere-

cieran ser transmitidos de tal suerte a

la posteridad”.

La Real Orden no preveía dotaciones

económicas concretas, tan sólo se

atribuía al Jefe político la autorización

expresa de los gastos que la Comi-

sión de su provincia solicitara. Que-

daba claro que el trabajo tendría que

nutrirse básicamente del espíritu

altruista de los miembros de las

Comisiones Provinciales de Monu-

mentos, de su pasión por la historia y

el patrimonio y de su afán conserva-

dor. Así comenzó a actuar también la

de Murcia, creada en agosto de 1844

y que según se cuenta en la Guía del Museo de Bellas Artes de Murcia, “recabó

toda suerte de información concerniente a obras de arte y piezas de interés

arqueológico e histórico procedentes de exclaustraciones conventuales, exca-

vaciones y donaciones, o bien vulnerables a la enajenación y destrucción”.

Conocidos estos hechos, hay que tener en cuenta por tanto las dificultades

operativas y materiales de la Comisión a la hora de recordar algunos de susSawar 19

El teatro de los Infantes en 1862,actual teatro Romea. la primera ubica-ción del Museo Provincial de Murciaestuvo en su Salón de oriente.

Fuente: María Manzanera, “Murcia memora-ble”, Diego Marín Librero-Editor. Murcia, 2003.

fachada Norte del Contraste: a laizquierda en su emplazamientooriginal, y arriba en el actual patiodel Museo de Bellas artes.

Fuente: AHMM y Pedro Serrano.

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fracasos más sonados, como la destrucción del

Palacio del Huerto de las Bombas, el Contraste

de la Seda, el Palacio Riquelme o los baños ára-

bes de la calle Madre de Dios, entre otros

muchos ejemplos en los que tanto el poder

privado como el público, alimentados por el

deseo especulativo y el nulo respeto por el

patrimonio, ganaron sobradamente el pulso a la

indefensa Comisión Provincial de Monumentos.

Y del mismo modo, sus profundas limitaciones

llevan a valorar aún en mayor medida el éxito en

la creación de las colecciones que formaron el

germen del llamado Museo Provincial.

Museo de Bellas artes y Museo arqueológico

En 1864, una Real Orden del Ministerio de Fomento

autorizó en primer lugar el nacimiento del Museo Provin-

cial de Pintura y Escultura, y unos meses después el de

una Sección Arqueológica. De ese modo se configuró el

Museo de Murcia con dos secciones que habrían de

dividirse físicamente durante el siglo XX, si bien no

fueron separadas de manera oficial hasta 2003:

mediante procedimiento legal, ese año recibieron sus

denominaciones actuales de Museo Arqueológico y

Museo de Bellas Artes, y se configuraron ya como enti-

dades museísticas independientes una de otra.

Mientras fueron un solo museo, el Museo de Murcia, las dos secciones convi-

vieron durante el siglo XIX en diversos emplazamientos: primero en el Teatro

de los Infantes, actual Teatro Romea; después en la planta noble del desapa-

recido Palacio del Contraste de la Seda; y posteriormente en el edificio proyec-

tado en 1910 por el arquitecto Pedro Cerdrán sobre el solar del antiguo

Convento de la Trinidad, en el barrio

de Santa Eulalia. La separación fí-

sica tuvo lugar entre 1953 y 1956,

cuando el belén de la familia Ri-

quelme, obra de Francisco Salzillo,

fue llevado al nuevo museo dedicado

al escultor barroco, y la sección de

arqueología a la Casa de la Cultura

en la Gran Vía Alfonso X el Sabio, un

edificio de nueva planta construido

como Archivo, Museo y Biblioteca.

Otro hecho sustancial a mencionar

cuando nos remontamos al origen de

los museos murcianos, fue la Expo-

sición Provincial de Bellas Artes y

Retrospectiva de las Artes Suntua-

rias celebrada en Murcia en septiem-

bre de 1868, que tal y como recuerdaSawar20

las obras de la Casa de la Cultura,diseñada por luis Moya y Joséluis de león, se prolongaron porespacio de doce años debido a laescasez de medios.

Fuente: AHMM.

arriba y abajo: Caja de postalescon obras del Museo de Murcia,tanto de pintura como de esculturay arqueología, editada por laComunidad autónoma en 1988.

Imágenes: Pedro Serrano

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la Guía del Museo de Bellas Artes, “debe considerarse la

primera gran manifestación museográfica de la historia re-

ciente de Murcia, vinculada al desarrollo del coleccio-

nismo institucional”. En la misma guía se da cuenta de las

dificultades que tuvo la política de donaciones y compras

del recién creado Museo de Murcia, pero también de los

intereses que movieron dichas adquisiciones, “siempre en

aras de insertar las improntas regionales o localistas en

un ámbito de rango nacional y generalista”, además del

“afán y la búsqueda de prestigio”. En esta línea incluye la

compra de lienzos de Odazzi, Cavarrozi, Julio Romero de

Torres o Sorolla, de quien se adquirió la obra “Estudio para

el dos de mayo”. Junto a ello se incorporaron e integraron

las obras depositadas por el Museo del Prado desde 1876.

Tanto el edificio del Museo Arqueológico como el de Bellas

Artes fueron objeto de varias intervenciones a lo largo del

siglo XX, para dar cabida a nuevas piezas o mejorar la

presentación de las existentes. En el caso de la colección

arqueológica, cuyo emplazamiento definitivo fue inaugu-

rado en 1956, la superficie expositiva se amplió en 1966,

sólo dos años después de que tanto la colección como el

propio edificio fueran declarados Monumento Histórico-

Artístico. Ya en la etapa democrática se reformó en diversas ocasiones entre

1987 y finales de los años noventa. La Biblioteca Regional dejó su hueco en

la Casa de la Cultura al inaugurarse en 1996 el nuevo edificio de la avenida

Juan Carlos I, y el Archivo Histórico Provincial hizo lo propio a finales de 2004

y principios de 2005 con las nuevas instalaciones de la avenida de Los Pinos.

Así, la última gran intervención en el Museo Arqueológico se produjo entre

2006 y 2007 con la reforma integral del

edificio, tras haber considerado incluso su

demolición y reconstrucción. Durante ese

tiempo se amplió la superficie expositiva y

se modernizó su discurso incluyendo

audiovisuales y maquetas, se dotó al edifi-

cio de nuevas instalaciones como tienda y

cafetería, y se reordenaron las áreas de

administración, biblioteca, salón de actos,

sala de exposiciones temporales, alma-

cén... También se rehabilitaron las facha-

das y el patio, al tiempo que se adecuaba

el espacio de las Reales Academias de

Medicina y Alfonso X el Sabio, que tienen

su sede en el mismo edificio. El coste de

las obras fue asumido en su mayor parte

por la Comunidad Autónoma de la Región

de Murcia con aportaciones del Ministerio

de Cultura.

La reforma y renovación del Museo de Bellas Artes también fue acometida en

diversas fases, la más profunda entre 2000 y 2005, y la última en el año 2009:

con ella se aumentó la superficie del museo en más de 500 metros cuadrados,Sawar 21

arriba: una de las salas del Museoarqueológico antes de su reformaintegral. abajo, el Museo en laactualidad.

Fuente: ‘Museos de la Región de Murcia’,(Consejería de Industria, Comercio y

Turismo, 1983), y Pedro Serrano

Sawar21

Page 22: Sawar n4 sawar

lo que permitió ampliar la exposición permanente con dos nuevas salas

y mejorar los servicios e instalaciones tanto del edificio principal, el

llamado Pabellón Cerdán, como del Pabellón del Contraste, donde se

alojan la administración del museo, la biblioteca con el Centro de Estu-

dios de Museología, la sala de exposiciones temporales y el salón de

actos, que integra un fragmento de la muralla medieval de Murcia. El

coste de las obras, de más de un millón de euros, también contempló

la restauración de las portadas del antiguo Contraste de la Seda, que

habían sufrido algunos desprendimientos en tiempos recientes. La mo-

dernización y mejora de los dos museos, el de Bellas Artes (MUBAM)

y el Arqueológico (MAM) incluyó la creación de sendas aulas didácticas,

preparadas para asumir y desarrollar en mejores condiciones una de

sus más fructíferas tareas en los últimos años: la educación.

Museo de la Catedral

El de la Catedral es el museo murciano que ha tenido una vida más agitada en

los últimos diez años, entre obras, aperturas, cierres y reaperturas. Se inauguró

en abril de 1956 en el claustro gótico del templo murciano, una zona muy

modificada en los siglos XVII y XVIII, y sobre todo, desde las intervenciones

de mediados de los años cuarenta del siglo pasado, en las que se levantaron

sobre el mismo dos plantas con las viviendas de los canónigos. En 2001 se

puso en marcha un ambicioso plan de restauración

que duró seis años y que incluyó la recuperación de

una parte de la estructura del claustro gótico, la ex-

cavación arqueológica que dejó a la luz unos restos

medievales de viviendas islámicas y de la mezquita

mayor de Murcia, y finalmente la adecuación del

museo catedralicio con la mejora en las condiciones

de conservación y exposición de las piezas. El

Museo, propiedad de la Diócesis de Cartagena, fue

reinaugurado 2007* y entre sus nuevos servicios

incluyó una Web alojada en el sitio oficial en Internet

de los Museos de la Región de Murcia. A pesar de

ser uno de los pocos museos de la ciudad que

cobran una entrada, a principios de 2012 ya saltó a

la luz pública** su renqueante situación económica

por el retraso en el pago de la subvención acordada con la Comunidad Autó-

noma, y en octubre de ese mismo año se vio obligado a cerrar***. Hace tan

sólo unas semanas, y tras siete meses cerrado, el Museo de la Catedral volvía

a la vida**** con un presupuesto muy limitado, con reducción y cambio de

personal y con la intención de buscar nuevas fórmulas de financiación que evi-

ten su dependencia exclusiva de la Administración Regional.

* http://www.museosdemurcia.com/catedral/noticias/noticias.php?act=633** http://pedradasdepedro.blogspot.com.es/2012/05/entrevista-jose-antonio-trigueros.html

*** http://www.laverdad.es/murcia/20121009/local/murcia/cierra-falta-presupuesto-museo-201210091843.html**** http://www.laverdad.es/murcia/20130521/local/murcia/museo-catedral-celebra-este-201305211319.html

arriba: Museo de Bellas artes deMurcia.

Imagen: Pedro Serrano.

abajo: Museo de la Catedral

Fuente: “Museos de la Región de Mur-cia”. Anuarios Culturales, 2009.

Más información sobre contenido, horarios, condicionesde visita y actividades de ambos museos, en:

MUBAM: http://www.murciaturistica.es/museos/museos.inicio?museo=museo-de-bellas-artes-de-murcia(mubam)&id=2

MAM: http://www.murciaturistica.es/museos/museos.inicio?museo=museo-arqueológico-de-murcia-(mam)&id=1

Page 23: Sawar n4 sawar

Sawar25

Museo Salzillo

Estamos ante una de las grandes atracciones turísticas y cultura-

les de Murcia desde hace más de un siglo. Aunque la idea de

dedicar un museo al artista murciano más importante de la historia

ya llevaba fraguándose desde tiempos del rey Alfonso XII, no fue

hasta 1941 cuando se creó, y hasta 1960 cuando finalmente se

inauguró el Museo Salzillo. Ocupa la iglesia de Nuestro Padre

Jesús Nazareno, del siglo XVII y propiedad de la Cofradía del

mismo nombre, y el edificio anexo, construido en la década de los

cincuenta y al que se adosó en los años setenta la fachada del

demolido Palacio Riquelme. Su titularidad es mixta, pública y

privada, del mismo modo que una parte de su colección pertenece

a la Administración (el belén y los bocetos) y la otra a la Cofradía

de Nuestro Padre Jesús Nazareno (los pasos procesionales que

desfilan por la ciudad cada Viernes Santo). A finales del siglo XX

y principios del presente siglo, y gracias a las aportaciones del

Ministerio de Cultura, la Comunidad Autónoma, el ayuntamiento

de Murcia y la Fundación Caja Murcia, se llevó a cabo la reordenación y

modernización del Museo Salzillo, que fue reinaugurado en 2002. Un hito

importante de su trayectoria reciente fue la celebración del III Centenario del

nacimiento del artista en 2007, con la organización de una gran exposición

conmemorativa. La última adecuación se produjo en 2009 con el desarrollo de

un nuevo discurso museográfico según el proyecto de María Teresa Marín y

Pablo Puente, además de la recreación de un taller barroco y la apertura de

una nueva sala de exposiciones temporales y de salas de depósito.

Museo Ramón Gaya

El segundo museo monográfico de Murcia es el que la ciudad le

dedicó a Ramón Gaya. En 1980, para celebrar el septuagésimo

cumpleaños del pintor, varias personas decidieron organizar una gran

exposición de la obra del artista en las galerías Chys y Zero y en el

Casino de Murcia. Pedro Soler, Manuel Avellaneda,Pedro Serna, Eloy

Sánchez Rosillo, Pepe Rubio y Manuel Fernández-Delgado dieron ese

primer paso, que acompañado por la declaración de Ramón Gaya

como Hijo Predilecto de la Ciudad, culminó con la donación por parte

del artista a su Murcia natal de un centenar de obras, cuyo número se

fue ampliando con nuevas donaciones. La adquisición por parte del

ayuntamiento de dos edificios en la plaza de Santa Calatina, facilitó

que el proyecto de museo para alojar la obra de Gaya se viera mate-

rializado al fin el 10 de ocubre de 1990, cuando el pintor cumplía

ochenta años.

Desaparecido Palacio Riquelme enla calle Jabonerías, esquina conPlatería. Su portada fue trasladadaen los años setenta, y hoy hay queatravesarla para acceder al MuseoSalzillo

Fuente: AHMM.

antigua Casa Palarea, sede delMuseo Ramón Gaya en la Plaza deSanta Catalina

Fotografía: Pedro Serrano

Más información sobre contenido, horarios, condicionesde visita y actividades del Museo de la Catedral, en:

http://www.murciaturistica.es/museos/museos.inicio?museo=museo-de-la-catedral-de-murcia&id=8

Más información sobre contenido, horarios, condicionesde visita y actividades del Museo Salzillo, en:

http://www.museosalzillo.es/

Sawar23

Page 24: Sawar n4 sawar

Conjunto Monumental de San Juan de Dios

Por fortuna, la antigua capilla del Hospital de San Juan de Dios

se salvó del derribo de aquel, y además de servir de sede para

dos cofradías de la Semana Santa murciana, fue reconvertida

en museo e inaugurada como tal en 1996. Su concepción, su

discurso y las piezas que ha albergado desde entonces, han

sufrido diversas modificaciones; hoy se configura como un

espacio vinculado al Museo de Bellas Artes de Murcia. Fue

reinaugurado con su disposición actual, su logotipo y su nueva

denominación en mayo de 2010, tras una profunda rehabilitación

y la incorporación de dos elementos de gran valor: por un lado,

el establecimiento de parte de la colección escultórica de Juan

González Moreno en el coro de la iglesia, y por otro, los restos

del Alcázar Mayor de Murcia excavados en el patio, bajo los

terrenos que ocupó el antiguo hospital, y que comprenden parte

de la muralla, un pequeño oratorio islámico y una ‘rawda’ o

panteón real datados en el siglo XII. La actividad de este museo,

además de la visita a la propia iglesia de planta central, a su ima-

ginería y a los dos espacios citados, se completa con los actos

litúrgicos de las cofradías, la tradicional instalación de un belén

en época navideña, las conferencias y, sobre todo, los concier-

tos, que encuentran en San Juan de Dios una acústica y un

decorado excepcionales.

Museo de la Ciencia y el agua

Este museo fue inaugurado en 1996 y ampliado en 1998 para, según se

cuenta en su Web, “fomentar la curiosidad y acercar al público los conoci-

mientos científicos de una forma divertida y participativa”, en el convenci-

miento de que “la divulgación científica contribuye de manera importante a la

democratización de la sociedad y a la participación en la toma de decisiones

que nos pueden afectar en el futuro”. Se ubica en los antiguos depósitos de

agua construidos durante la posguerra para abastecer a la ciudad, que fueron

rehabilitados y adaptados a principios de los años noventa para proporcionar

una superficie de más de mil metros cuadrados de exposición permanente y

unos cuatrocientos de exposición temporal, salón de actos y aula didáctica.

Cuenta además con un pequeño planetario con capacidad para veintiséis

personas y un salón de actos con aforo para sesenta personas. El espíritu

del Museo de la Ciencia, claramente didáctico y enfocado a un público

principalmente infantil y familiar, se ve reforzado con un amplio programa de

actividades, talleres y exposiciones temporales de divulgación científica.

fachada de la iglesia de SanJuan de Dios a finales delsiglo XIX.

Fuente: María Manzanera, “Murciamemorable”, Diego Marín Librero-Editor. Murcia, 2003.

Más información sobre contenido, horarios, condicionesde visita y actividades del Museo Ramón Gaya, en:

http://www.museoramongaya.es/

Más información sobre contenido, horarios, condiciones de visita y actividadesdel Conjunto Monumental de San Juan de Dios, en:

http://www.murciaturistica.es/museos/museos.inicio?museo=conjunto-monumental-san-juan-de-dios&id=9

Sawar24

Page 25: Sawar n4 sawar

Museo de la Ciudad

El Museo de la Ciudad fue inaugurado el 18 de mayo, Día Interna-

cional de los Museos, del año 1999. Ubicado en la antigua casa de

la familia López-Ferrer, del siglo XIX, y que resultó a su vez de la

reforma de la antigua residencia de Gil Rodríguez de Junterón, este

museo no ha perdido nunca su dinamismo en la organización de

actividades culturales y divulgativas sobre la historia y el patrimonio

de Murcia. Una de sus líneas maestras, junto con la realización de

visitas y talleres didácticos para públicos de todas las edades, y de

exposiciones temporales, es la publicación de trabajos relaciona-

dos con los temas de su ámbito de acción: folklore, etnología,

historia, arte... Cuenta con una pequeña sala de exposiciones

temporales, un salón de actos y un patio en el que se llevan a cabo

conciertos, recitales y charlas. La presencia del museo en la

agenda oficial del municipio se concreta también, entre otros even-

tos, en su tradicional participación en el Festival Murcia Tres

Culturas y en el Festival de Folklore del Mediterráneo.

Museo de Santa Clara

El antiguo Alcázar del Rey Lobo, del siglo XII,

reformado por Ibn Hud un siglo después, pasó a

pertenecer al rey de Castilla y más tarde a la orden

franciscana de Santa Clara en el siglo XIV. En los

años siguientes fue modificado y adaptado a la

vida conventual, y en el siglo XV se le añadió la

doble galería gótica adosada a la arquería del

palacio musulmán. El siglo XX infringió severos

daños al palacio-convento ya desde la Guerra

Civil, con su conversión en cuartel militar. En los

años setenta se derribó el ala Sur para construir un aparcamiento, desastre

que más tarde se pudo corregir con la recuperación y reconstrucción de dicho

espacio, que es el que habitan actualmente las religiosas. Los mejores años

del edificio llegaron a partir de 1995 con la rehabilitación, que se prolongó

por espacio de diez años. Al fin, en 2005 el Museo de Santa Clara fue inau-

gurado con varios valores añadidos: por un lado, el valor monumental y

arquitectónico de un edificio histórico recuperado; por otro, las piezas de

época medieval que vienen a conformar la sección andalusí del Museo

Arqueológico; y por último, el arte sacro perteneciente a la orden religiosa.

Sawar 25

El alcázar Menor y el convento enél alojado, sufrieron la barbarie y laignorancia durante el siglo XXhasta que las administracionesestatal, autonómica y municipal losrecuperaron para el pueblo deMurcia

Fuente: AHMM.

Más información sobre contenido, horarios, condiciones de visita y actividadesdel Museo de la Ciencia y el Agua, en:

http://www.cienciayagua.org/

Más información sobre contenido, horarios,condiciones de visitay actividades del Museo de la Ciudad:

http://www.murcia-museociudad.org/

Más información sobre contenido, horarios,condiciones de visitay actividades del Museo de Santa Clara:

http://www.murciaturistica.es/museos/museos.inicio?museo=museo-de-santa-clara&id=4

fachada del Museo de laCiudad de Murcia, en laPlaza de las agustinas

Imagen: Pedro Serrano.

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Más MuSEoS de MuRCIa

Sawar26

El Sistema Regional de Museos

Además de los nueve museos descritos, en la ciudad hay otras pequeñas instituciones museísticas, culturales yturísticas que despiertan la curiosidad de los visitantes y de los propios murcianos, en cuanto reparan en suexistencia. Son los siguientes:

Museo Hidráulico de los Molinos del Río Más info: http://www.molinosdelrio.org/museo/

Museo de la universidad Más info: http://www.um.es/museo/

Museo del ferrocarril Más info: http://www.murciaturistica.es/es/turismo.museo?museo=27-2003

Museo de la archicofradía de la Sangre Más info: http://www.murciaturistica.es/es/turismo.museo?museo=45-2001

Museo taurino Más info: http://www.regmurcia.com/servlet/s.Sl?sit=a,87,c,371,m,1071&r=CeaP-164-PoRtaDa_CENtRo_aMPlIaDo

Centros de visitantes: la luz; Muralla de Murcia - Santa Eulalia; y San antonio el PobreMás info: http://www.turismodemurcia.es/index.php?option=com_content&view=article&id=119&Itemid=133&lang=es

Nota: El Centro de visitantes de San Cayetano-Monteagudo, inaugurado este mismo mes de junio, aún no ha sido incluido en la Web de la Concejalía de turismo

Desde la Ley 16/1985 de 25 de junio del PatrimonioHistórico Español, tanto la legislación estatal como laautonómica han ido cubriendo huecos y estableciendolos mecanismos legales y administrativos necesariosque faciliten la misión patrimonial y cultural de los mu-seos. El Real Decreto 620/1987 aprobó el Reglamentode Museos de titularidad estatal y el Sistema Españolde Museos para articular el tratamiento técnico yadministrativo del patrimonio custudiado en losmuseos, y sirvió de base para el desarrollo posteriorde las legislaciones autonómicas. Algunas de ellasfusionaron normas patrimoniales y museísticas, perootras, como la de Murcia, crearon leyes específicaspara sus museos. En 1990, la Región dispuso laprimera normativa con la que se creó el SistemaRegional de Museos, hasta que se aprobó la Ley5/1996* de Museos de la Región de Murcia, donde seperfilan otros aspectos que aún hubo que desarrollaren el Decreto nº 137/2005** de 9 de diciembre. En losúltimos años, la Comunidad ha redactado más normasque siguen ampliando y concretando las disposicionesanteriores, como el Decreto n.º 281/2007*** en el quese regula la composición y funcionamiento del Consejode Museos. Para entender mejor la figura del SistemaRegional de Museos, es recomendable leer el artí-culo**** de Manuel Lechuga y Mª Ángeles Ródenaspara las XXI Jornadas de Patrimonio Cultural de laRegión de Murcia, celebradas en 2010 (págs 25-42).Entre otras cosas, explican lo siguiente: “El SistemaRegional de Museos lleva a cabo la planificación deestrategias para la coordinación, promoción y coope-ración de los museos que lo integran garantizando de

esta forma el cumplimiento de sus funciones: conser-vación, investigación, documentación y difusión de suscolecciones. La promoción de los museos integradosse viene realizando, en materia económica, a travésde la concesión de ayudas y subvenciones destinadasa la modernización, mejora y adaptación de susinfraestructuras y/o actividades, y, en lo técnico,mediante el asesoramiento, apoyo y fomento a laorganización y desarrollo de actuaciones didácticas yde difusión. Cabe destacar igualmente la tarea decoordinación y unificación de criterios en lo relativo alos inventarios de los bienes y colecciones, sistemasde seguridad y conservación preventiva, elementosexpositivos, etc., para lo cual se organizan, de formaperiódica, encuentros entre los diferentes responsa-bles de las distintas instituciones (regionales, localeso privadas) destinados a la difusión y el intercambiode opiniones y experiencias al respecto. Aquellosmuseos de interés para la Comunidad Autónoma deMurcia que lo soliciten, serán integrados en el sistemasiempre y cuando cumplan unos requisitos: horarioestable de visita pública; colección suficiente y ade-cuada al ámbito y objetivos del museo; fondos accesi-bles para la investigación, divulgación y disfrutepúblico; exposición ordenada de las colecciones, conexplicación mínima de las mismas, inventario de susfondos, inmueble adecuado como sede del museo concarácter permanente y dirección, conservación ymantenimiento a cargo de personal cualificado”.

El Sistema Regional***** está compuesto hoypor veintidós museos (públicos y privados).Ninguno de los museos del ayuntamiento deMurcia está incluido en el Sistema Regional.forman parte de su propia red.

* http://www.murciaturistica.es/webs/museos/legislacion/LEGISLACION_es_657.pdf** http://www.murciaturistica.es/webs/museos/legislacion/LEGISLACION_es_557.pdf*** http://www.murciaturistica.es/webs/museos/legislacion/LEGISLACION_es_357.pdf

**** http://www.arquide.upct.es/documentos/publicaciones/xxi_jornadas.pdf***** http://www.murciaturistica.es/museos/museos.sistema_regional_museos

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Más MuSEoS de MuRCIa

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Murcia es una ciudad milenaria, cuya fundación comoentidad política y administrativa en el año 825, no seha visto interrumpida ni una sola hora. Durante loscuatro primeros siglos fue ciudad musulmana. Ha sidocapital de la Cora de Tudmir, Reino Taifa y capital delal-Andalus; ciudad de realengo desde su conquista porreyes cristianos, y capital del Reino, de la Región y dela Comunidad Autónoma de Murcia. Su extensotérmino municipal (pedanías, huerta, campo y litoral)se mantuvo hasta el siglo XIX, cuando Murcia sequedó sin mar y, desde entonces, permanece casiinalterado. Valga esta pincelada, sin pretender serexhaustiva, para incardinar la existencia del Museo dela Ciudad de Murcia, una institución municipal querecoge la historia del ámbito geográfico y cultural enel que se encuentra, proporcionando a los visitanteselementos de interpretación del presente y el pasado.

El Museo de la Ciudad abrió sus puertas en mayo de1999 y pertenece a una generación de institucionesmuseísticas que siguen la tendencia –inauguradaunas décadas atrás- que formulaba una nuevaconcepción de museo, donde pierde importancia laexistencia de las colecciones a favor de la interpreta-ción del tema al que se dedica el museo (las ciudades,la ciencia, el agua, el medio natural, la fauna…).También confluyeron en la creación de este museovarias circunstancias que lo sitúan en el conjunto delas características de los de su época, a saber: elmuseo se crea cuando existe un edifico que se consi-dera adecuado para tal fin y no al contrario; el edificio,una casa del siglo XIX que acaba siendo propiedad delmunicipio, se restaura en un momento en el que lapolítica cultural daba gran importancia a la conserva-ción de bienes patrimoniales inmuebles; se habíanpublicado las leyes básicas sobre patrimonio culturaly desarrollado la normativa que culminó en la creaciónde un registro de edificios en todo el país al que suce-dió la declaración masiva de BIC (Bienes de InterésCultural).

En principio se fundamentó en la idea de museo comocentro de interpretación, por lo que nació con unacolección original escasa y muchas “escenografías”.

Su discurso museográfico, en concordancia con loanterior, se basa en un marco de secuencia cronoló-gica de la historia de Murcia, dónde los objetosexpuestos, ya fueran piezas originales, reproduccio-nes o construcciones ad hoc, servían de instrumentopara la explicación del hecho o el momento históricorepresentado; Así, la rotulación inicial, muy profusa,consistía en reseñas y párrafos contextualizadores,mientras que las piezas individuales quedaron sinrotular. Dentro de un espacio físico limitado, la distri-bución de las salas, así como el mobiliario museográ-fico resultan, desde mi punto de vista, bastanteadecuados al fin pretendido, lo que facilita una visitadidáctica con un discurso de fácil comprensión paralos visitantes, aunque no les acompañe un guía, ycómoda de guiar de forma coherente para los espe-cialistas del museo.

Vuelvo a la reseña histórica del inicio para afirmar quela ciudad de Murcia da de sí para varios museos,teniendo en cuenta los múltiples discursos museológi-cos que pueden formularse. En nuestro caso, esediscurso fue evolucionando y cambiando. Tras elprimer año, tiempo que tardamos en hacernos con elnuevo espacio, la colección inaugural de piezas origi-nales comenzó a adquirir peso en el relato del museo.La especialización en historia medieval, arqueología ehistoria del arte, de parte del personal contratado,junto con la posesión de una importante colecciónarqueológica bien documentada y formada por piezasprocedentes del Centro Municipal de Arqueología,extraídas de excavaciones realizadas en Murcia entre1984 y 1996, reclamaron la necesidad de un trata-miento específico de la colección en el sentido clásicode las instituciones museísticas. En ese momentotrazamos un plan expreso de conservación de laspiezas, buscamos la forma más adecuada de expo-nerlas rotulando todas las expuestas con su fichatécnica, y procuramos su difusión por todos los mediosa nuestro alcance. Desde entonces hasta ahora, elnúmero de originales ha crecido considerablementedebido a algunas adquisiciones y, sobre todo, a dona-ciones de particulares, a quienes debemos agradecerprofundamente su generosidad. Con todo esto, ante

El MuSEo de (PaRa) la CIuDaD

Por Consuelo OñateCoordinadora del Museo de la Ciudad de Murcia

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la pregunta “¿qué vemos en el Museo de la Ciudadhoy?”, podemos contestar que el visitante contemplala exposición de variados elementos en un doblerecorrido, cronológico y temático, desde la fundaciónde la ciudad y sus antecedentes hasta el siglo XX, ydonde se muestra la evolución de Murcia en el tiempodesde varios aspectos –efemérides históricas, regula-ción administrativa y política, evolución del territorio,urbanismo, economía, arte, costumbres…-. Pero hayotros recorridos dentro del museo que subyacen en sudiscurso museológico y que reflejan la intención decontar muchas historias, tantas como objetos pode-mos ver: obras de arte originales, dibujos, bocetosescultóricos, cerámica medieval, moderna y contem-poránea, símbolos del patrimonio inmaterial de laciudad, fotografías, muestras de arte “efímero”...Objetos, en definitiva, que conforman la Colección delmuseo por el valor intrínseco que poseen, ya sea porsu procedencia, antigüedad, originalidad o calidadartística.

Con estas características nuestro museo es, pornecesidad, un museo vivo, tal y como hoy se concibentodos los museos. La sala de exposiciones tempora-les, desde el día de su inauguración, ha estado ocu-pada con muestras que han servido para profundizaren todos los aspectos tratados en la exposición per-manente. Más de ochenta exposiciones de pintura,fotografía, documentos, artes gráficas y multitud deobjetos, según el caso; unas más afortunadas queotras, pero todas alrededor del tema transversal deMurcia como objeto de conocimiento: la visión de pin-tores murcianos del paisaje urbano y rural; la de fotó-grafos de edificios, espacios y festejos simbólicos deMurcia; la interpretación de la Murcia medieval conmuestras arqueológicas, documentales e, incluso, ilus-traciones de cómic; exposiciones históricas sobrepersonajes señalados como Belluga; conmemorativasde instituciones como el Orfeón de Murcia o la Funda-ción Marista; sobre cerámica y otras manufacturas querepresentan usos y costumbres murcianas.... Al fin, elespacio para exponer se va quedando pequeño, asíque cambiamos la fisonomía de parte de la exposiciónpermanente en algunas ocasiones.

En su plan de difusión el museo actúa también comocentro cultural de la ciudad, dónde se organizan acti-vidades cuyo objeto es profundizar en las mismasmaterias que tratamos en las exposiciones, organi-zando para ello seminarios, conferencias, representa-ciones, conciertos… Asimismo apoya a los creadoresde la ciudad en el campo de la cultura en su másamplio sentido, y a la comunidad en la que se insertala institución, prestando las instalaciones para la rea-lización de actos a colectivos cuyos objetivos coinci-dan con los del museo. Gran parte de esa actividad,exposiciones, ciclos de conferencias y algunas efemé-rides, han producido publicaciones, unas más riguro-sas que otras, pero que empiezan a formar un cuerpodocumental válido para la información y, en ocasiones,la investigación.

No puedo acabar sin mencionar algunos de los pro-blemas que limitan la acción del museo relacionadoscon varios aspectos: desde el espacio físico, ya quecarece de locales adecuados para almacenaje de ma-teriales, hasta la consolidación de la estabilidad de losguías, cuya actividad es crucial para el museo. Actual-mente no se puede decir que la situación económicasea un problema, ya que, desde la perspectiva de laescasez en las instituciones públicas, este museocuenta con recursos escasos pero suficientes paramantener su actividad dignamente. Mas en relacióncon la descripción que aquí he dado del museo, pode-mos hablar de una debilidad en el discurso museoló-gico: al no haber puesto fecha límite a larepresentación de nuestra historia, llegamos casihasta la fecha de la inauguración. Esto hace que apa-rezca un gran contraste entre la representación de laEdad Media y la Historia Moderna, para las que con-tamos con mucha investigación publicada y contras-tada, y la Contemporánea, donde el relato se vuelvedisperso. La revisión de los criterios para mejorar estediscurso precisa de investigación y contraposición deargumentos de las posibles líneas a seguir. Es unobjetivo que no perdemos de vista y que debemosmadurar para el futuro, siempre que, entre todos,seamos capaces de alumbrar tiempos buenos para lalírica.

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¿Qué tienen en común Boris, un niño ucraniano de diez años llegado a Murcia hace solo unosmeses; Javi, de siete años y residente en Mazarrón; y María, de cinco años, alumna de uncolegio céntrico de la ciudad? Los tres son asiduos usuarios de nuestro museo. A los tres puedesencontrártelos fácilmente en nuestras salas un sábado por la mañana, en nuestros talleresdominicales para niños o cualquier tarde de la semana al salir del cole.

Boris vino la primera vez con su tío al poco de llegar a nuestro país. A partir de entonces, volvíalos sábados por la mañana, siempre acompañado de algún amigo. El primer día les guiamos enel recorrido, pero las siguientes veces, era él el que actuaba de guía desvelando a sus amigoslos secretos del museo.

Javi, que ahora tiene ocho años, nos descubrió a los siete. Vino a uno de nuestros talleresinfantiles de verano. Y desde entonces es uno de nuestros “fieles”. Para él el verano no es sóloplaya y descanso. Pasear por nuestras salas y participar en nuestros talleres son una más desus actividades preferidas. Cuando acabaron las vacaciones, siguió viniendo. Y además disfrutatrayendo a sus amigos o familiares y enseñándoles “su museo”.

La benjamina de nuestro trío de ases es María. Asiste a clase a un colegio cercano. Empezó avisitarnos cuando sólo tenía cinco años, con su madre y su hermanita. Todo le llamaba la aten-ción y nos hacía incontables preguntas sobre las piezas expuestas en las vitrinas.

Estas tres historias que pueden parecer tan simples, son muy valiosas para nosotras y consti-tuyen uno de los aspectos más gratificantes de nuestro trabajo, porque nos hacen sentirnosparte de la vida de los usuarios del museo; de su formación y de su desarrollo como personas.Boris, Javi y María son la personificación de los miles de niños que cada año visitan nuestrainstitución, ya sea como parte de su formación reglada, con sus familiares y amigos o comoparticipantes en cualquiera de las actividades del museo. Sabemos que de alguna maneracontribuimos a despertar en ellos el amor por su historia y por su patrimonio cultural, así comola necesidad de que se involucren en su conservación.

Pero nuestra labor en el Departamento de Acción Cultural no se limita al trabajo con los niños.El objetivo ahora es continuar atrayendo al público adulto y de la Tercera Edad, ofreciéndolesun nuevo espacio en el que puedan desarrollar el conocimiento de su entorno cultural e histórico,así como a los colectivos con necesidades especiales, como deficientes visuales y discapacita-dos psíquicos. En cualquiera de estos casos, nuestro interés es que sientan que son uno másde nuestros usuarios, y que el personal que les atiende en su visita, pone todo su empeño enque el museo sea completamente accesible para ellos. De ese modo podremos conseguir quevuelvan y que consideren a nuestro museo como una institución cercana y abierta, que acogea sus visitantes con respeto y calidez, sea cual sea su condición u origen.

Por Teresa María Fernández Cabaday María José Pérez Turpín

tRaBaJo en un MuSEo

Departamento de Educación y acciónCultural del Museo arqueológico de Murcia

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El valoR de un MuSEo

los museos de Murcia hoy y mañana

Ya hemos visto en este número de Sawar, someramente, cómo se produjo el nacimiento y el

desarrollo de los museos de Murcia, la manera en la que se han puesto al día en tiempos

recientes, su condición de imanes del turismo y la actividad económica y su labor en beneficio

de la sociedad mediante la conservación, el estudio, la exhibición y la difusión del patrimonio,

a lo que se une el nuevo ánimo de integración, de derribar barreras y favorecer el progreso de

todos. Si hemos de ponerles precio: ¿Cuánto valen nuestros museos? ¿Cómo les está afec-

tando la crisis económica? ¿Son lujo prescindible? todo lo que se ha hecho hasta ahora, ¿se

hizo bien? ¿Se pueden encontrar nuevas fuentes de financiación y mejorar la gestión? ¿Cuen-

tan con recursos suficientes para continuar su trabajo? Sawar habla de estas cuestiones con

luis de Miquel (Museo arqueológico), Mª Ángeles Gómez (Museo de Santa Clara), Manuel

fernández-Delgado (Jefe del Servicio Museos del ayuntamiento de Murcia), francisco Giménez

(Director General de Bienes Culturales) y Juan García Sandoval (Museo de Bellas artes).

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El Jefe del Servicio de Museos del ayunta-miento de Murcia, y director del MuseoRamón Gaya, Manuel fernández-Delgado, lleva ya muchos años en esteámbito: ha vivido desde dentro el despertary el crecimiento de los museos de laciudad, y ahora vive los recortes en unperiodo de severa crisis económica. En suopinión, el desarrollo en esta materia en losúltimos veinticinco años “ha sido especta-cular, no solamente en Murcia sino en todaEspaña y Europa”, pero no tarda en mati-zar sus palabras: “Ha sido un desarrollo noplanificado, un desarrollo por eclosión”. Seexplica: “Creo que hay demasiadosmuseos, y hay muchas cosas que sellaman museos y que no lo son. No puedeser que cada pueblecito tenga un museo.Me parece muy bien que se preserve elpatrimonio de cualquier pueblecito, pero noque todos tengan museos, porque no hayvisitantes, no hay mantenimiento, no hayobras…”. Expone lo que debe ser undesarrollo planificado: “Lo primero que sedebe tener es la colección y luego buscarel edificio donde situarla, pero en los últi-mos veinticinco años, en la inmensa mayo-ría de los casos lo que se ha hecho esprimero hacer el edificio y luego llenarlo. Setendría que haber planificado cómo sehacía eso”.

Centrándonos en el caso de la capital de laRegión, Fernández-Delgado recuerda que“hace veinticinco años sólo había dosmuseos públicos como tales, que eran elMuseo de Bellas Artes y el Arqueológico”. Yprosigue: “Desde la reordenación de esosdos museos, con todos los problemas quehubo, pues se ha ganado muchísimo.El Arqueológico está espléndidamentemontado, y en el Museo de Bellas Artes sehan recuperado espacios, aunque el criteriomuseológico, en mi opinión, pueda serdiscutible, porque no se puede sacar toda lapintura murciana de inicios del siglo XX parallevarla, de momento, a un almacén”.

En cuanto a los museos municipales, en suopinión el ayuntamiento “ha hecho unesfuerzo importante: ha hecho un museocomo el Ramón Gaya a partir de una colec-ción; también ha creado el Museo de laCiudad, que yo creo que era necesario, yahora se está haciendo un esfuerzo parasacar todo el plástico que tenía dentro e irmetiendo piezas que conformen el museo;el Museo de la Ciencia, que está muy bienporque para los niños es como un juguetedonde aprenden mucho; los Molinos, dondese recupera un edificio con una maquinaria

y se convierte en museo, aunque hoyfunciona más como espacio cultural…”. Ytambién recuerda al Museo Salzillo, al queconsidera el “buque insignia de los museosde esta ciudad”. Según Fernández-Delgado,“la gente venía a Murcia a comer en elRincón de Pepe y a ver el Museo Salzillo”.

Aunque desde el punto de vista de la admi-nistración se pueda hablar de museos auto-nómicos y museos municipales, para losvisitantes y los ciudadanos esas divisionesno existen: cuando entran en un museo,pocas personas saben (ni tienen por quésaberlo, ni debe influir en su visita) la titula-ridad del mismo. En el caso de Murcia, seda la mayor concentración en una mismaciudad de museos públicos de distintaadscripción, y aunque en el Sistema Regio-nal de Museos se encuentran integradostodos los de titularidad y gestión autonómicajunto con algunos de los museos municipa-les de otras localidades, sin embargo noestán representados los del ayuntamientode Murcia, que forman parte de su propiared. Ante ese hecho, y dado que el SistemaRegional de Museos, entre otras cosas,

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sirve para coordinar esfuerzos y compartirexperiencias, cabe preguntarse si existe lasuficiente coordinación entre la ComunidadAutónoma y el ayuntamiento de Murcia. ElDirector General de Bienes Culturales,francisco Giménez Gracia, resuelve enpocas palabras que “existe la coordinaciónque tiene que existir”. Y depués justifica surespuesta: “Ahora mismo tenemos en elArchivo piezas del Museo de la Ciudad, yellos tienen piezas nuestras… En fin, queexiste la coordinación que tiene que existir,sin ningún problema. Es normal que cadauno tenga su página Web… Ellos cuentanlo que tienen bajo su gestión y nosotros loque tenemos bajo la nuestra, y si entras enla Web que lleva la Consejería, no hayningún tipo de distinción. Y en una oficinade turismo del ayuntamiento te van a darinformación de nuestros museos y de lossuyos. El usuario no va a encontrarseningún tipo de diferenciación”.

Sin embargo, a este respecto Manuel fer-nández-Delgado reflexiona sobre otrosconceptos: “Los personalismos son terrorí-ficos a la hora de dirigir. La uniprovincialidades mortal para Murcia porque el lugar más

importante para la prensa, donde se generala noticia, es la capital, y entonces… Cederel protagonismo a otra persona, o permitirque otra persona entre en tu territorio… Yopienso que el ayuntamiento es quien tieneque potenciar todos los museos de laciudad, y hay que dejar que entre el ayun-tamiento en ese trabajo”. ¿Existen reparosa que el ayuntamiento de Murcia inter-venga? Fernández-Delgado continúa consu argumentación: “Aquí hay una cosafundamental, y es que la ciudad de Murciatiene que invitar a visitar los museos de laciudad de Murcia, sean de quien sean. Y laciudad la capitaliza el ayuntamiento a travésde sus concejales. Yo creo que el responsa-ble cultural de la ciudad es el concejal decultura del ayuntamiento de Murcia”. Para eldirector del Ramón Gaya, todo esto tieneuna explicación más allá de otros pormeno-res, que resume de este modo: “A mí meinteresa mucho que la gente venga alMuseo Salzillo, porque esos visitantes luegoserán visitantes del Museo Ramón Gaya,del Museo de la Ciudad… Hay un flujo depersonas de un museo a otro, y si la ciudades una ciudad museística, todos vamos asalir ganando”.

Entramos ahora en la gestión económica, yen eso el Museo Ramón Gaya que dirigeFernández-Delgado es especial, puescuenta con un Patronato y varios colabora-dores: ¿Cómo ha afectado a la financiacióndel Museo la situación de crisis económicaque estamos atravesando? Manuel Fernán-dez-Delgado contesta: “Las aportaciones denuestros colaboradores son económicas enalgunos casos, y en otros casos son mate-riales. Unas entidades han subido su apor-tación y otras la han reducido, y ahoramismo, de todos esos colaboradores (ElCorte Inglés, Caja Murcia, La Verdad, LaOpinión, Iberdrola, Novograf, CentroComercial Thader, Fundación Santader y laCAM), el que no nos ha dado dinero esteaño es la CAM, pero como nos ha dicho queestá dispuesta a darnos, no la hemos qui-tado, por aquello de que en los momentosduros hay que ser amigo de los amigos.Ellos han sido amigos nuestros cuandonosotros hemos tenido agobios, y si ahoralos tienen ellos, nosotros debemos deseguir siendo amigos de ellos. Tenemos queestar para las duras y para las maduras”.

A continuación, Manuel Fernández-Delgadohila más fino, y sin perder su tono reflexivo,afirma: “El problema es que en las maduras,ha habido gente que ha despilfarrado, yentonces se nota mucho cuando las ayudas

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se reducen, porque no se pueden seguircometiendo esos despilfarros, esos grandí-simos catálogos de tapas duras... Nosotros,como hemos mantenido siempre una líneaen el Museo Ramón Gaya de modestia, dehacer las cosas bien hechas según nuestrocriterio, con unos diseños y una estética sindespilfarrar, la reducción no se nota tanto.En vez de hacer cinco exposiciones al año,hacemos tres pero las hacemos exacta-mente igual que las anteriores, y como ha-cemos más presentaciones y más ciclos deconferencias, seguimos con la mismaviveza que antes”.

Por su parte, el Director General de BienesCulturales, francisco Giménez Gracia,nos describe la que, en su opinión, es lasituación de los museos que gestiona laComunidad Autónoma: “Ahora mismo losmuseos de la Región de Murcia están muyafectados por la crisis porque tenemos unpresupuesto muy escaso, pero es un presu-puesto que nos permite mantenerlos abier-tos y cada vez con un mayor número deasistentes, que crece exponencialmente deaño en año. Así que los museos gozan deexcelente salud... Con todos los reparos ytodos los paréntesis, porque estaríamosmejor con más presupuesto, claro”.

Esas limitaciones presupuestarias sonconfirmadas por todos los directores demuseos con los que ha hablado Sawar:Juan García Sandoval, del Museo deBellas Artes, lo explica: “A nivel presupues-tario, la situación es tremenda. Para activi-dades el presupuesto es casi inexistente”.¿Y para otras áreas? García Sandoval noscuenta: “Con las reducciones que hemosido teniendo, quedamos muy pocos técni-cos en los museos, y el problema es que eltrabajo y los servicios que se ofrecen sonprácticamente los mismos. Entonces, ¿Se

sigue haciendo lo mismo? Pues más omenos...”. ¿Qué ha pasado entonces, porejemplo, con la catalogación? “Hemosperdido todos los servicios que teníamos decatalogación, con los que habíamos conse-guido un avance muy importante en los últi-mos años. Gracias a eso, habíamos logradoque la mayor parte de las colecciones denuestros museos, y hablo en general, esténinformatizadas en un porcentaje muy ele-vado. Eso quiere decir que la accesibilidades mayor para el investigador. Informatizares una labor de muchos años, y al haberperdido eso, prácticamente se ha parado lacatalogación y poner al día las colecciones.El personal técnico que queda en losmuseos, nada más que tiene tiempo para eldía a día”. Otro de los servicios afectadoses el de la biblioteca del museo; tal y comonos cuenta el director del MUBAM: “Antesestaba abierta de lunes a viernes por lamañana para cualquier ciudadano, y ahoratiene que ser bajo petición. Y el problemaes, ¿Quién atiende en las bibliotecas? Pueso Luis de Miquel en su museo (Arqueoló-gico), o yo en el mío”. Juan García Sandovallo resume: “La situación es complicada peroqueremos seguir dando el mismo servicio,porque entonces, si viene alguien a haceruna consulta, ¿qué hacemos? ¿Le decimosque no podemos atenderle porque no tene-mos tiempo? Pues eso no puede ser,porque tu propio código deontológico te loimpide”.

Mª Ángeles Gómez Ródenas, directora delMuseo de Santa Clara, también explica elestado de la cuestión presupuestaria en lainstitución que tiene a su cargo: “Desdehace ya varios años no contamos con recur-sos económicos para la organización deactividades. Todo lo que hacemos en cuantoa programación se refiere, es posiblegracias al esfuerzo de mucha gente y a lacolaboración, normalmente altruista, demuchas personas a veces ligadas a otrasinstituciones y asociaciones, como las aso-ciaciones de amigos, la Universidad, losdocentes e investigadores... Las asignacio-nes económicas sólo derivan en los gastosde mantenimiento, como luz, agua y jardi-nes, y en los gastos del personal delimpieza, seguridad y servicio de guías”.

Por su parte, luis de Miquel, director delArqueológico, expone sus circunstancias:“En este museo confluyen muchos elemen-tos: mantenimiento, jardinería, limpieza,seguridad, además de la investigación, laconservación… El Arqueológico es unmuseo que no tiene sólo este edificio, tene-

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mos también dos naves fuera de la ciudad,y tenemos unas diez mil cajas llenas depiezas arqueológicas, porque aquí se depo-sitan los restos aparecidos en excavacionesde la mayor parte de la Región, y despuésvienen investigadores y ese material hayque tenerlo controlado. Son muchas cosasa la vez, y el personal cada vez es más limi-tado. Los museos de Murcia, que estabanmuy mal, mejoraron y vivieron una expan-sión en la década pasada, pero aquello erael inicio de un desarrollo que se ha visto unpoco cortado por esta situación de crisis”.

¿Cómo pueden esquivar los museos ladureza de la crisis económica? Maríateresa Marín torres, directora del MuseoSalzillo, recuerda que antes “había másrecursos, y si hay más recursos, pues esopermitía que hubiese más audiovisuales oque se pudiesen contratar más serviciosexternos. Ahora tenemos que recurrir más ala imaginación”. Prosigue: “Aunque estáclaro que ésta no es la situación ideal, lobueno que está teniendo esta crisis es quenos estamos replanteando muchas cosas;nos sirve para pararnos y ver lo que hemoshecho mal, y lo bueno es que nos vamos aquedar con las cosas positivas. Debemosintentar aprovechar lo mejor posible losrecursos disponibles. Y quizá los museoscomo el de la Catedral o el Salzillo, que notenemos una titularidad económica públicapura, estemos notando más la crisis, juntocon los museos enteramente privados, peroen esta época tenemos que intentar sobre-vivir con ingenio: por ejemplo, con la asocia-ción de amigos que ya tenemos en marcha,haciendo más dinámica la tienda, intentadoatraer más público… Lo importante es quesigamos abiertos”.

A pesar de todas las dificultades descritas,el director del Museo de Bellas Artes, JuanGarcía Sandoval, cree que “los museos dela Comunidad Autónoma no corren peligro”.García Sandoval se pregunta el casoextremo: “¿Pueden llegar a cerrarse? Cual-quiera sabe lo que puede pasar en el futuro,pero yo no creo que se vayan a cerrar... Esosí, seguirán abiertos a costa de reducir lashoras de apertura al público y ofreciendomenos servicios”.

Nadie quiere pasar escasez, pero dicen quela necesidad agudiza el ingenio. ParaManuel fernández-Delgado, la gestión deun museo en tiempos de crisis “es unacuestión de trabajo e imaginación”. Yañade: “A mí no me gusta quejarme de quese han reducido los presupuestos. La

gestión hay que hacerla en función de loque se tiene, y el problema es que nadie hatrabajado adaptando sus actividades alpresupuesto que tenía. Nadie ha hecho unaprogramación al inicio de temporadadiciendo, ‘tengo tanto, me puedo gastartanto y me lo voy a gastar de esta manera’.No, la gente ha empezado a hacer cosas ylo que no se ha podido pagar se ha dejadopara el ejercicio siguiente, y claro, así no sepuede”. Entonces, ¿se perdió la cabeza enun momento dado? Cuando había dinero,¿Se gastó demasiado en cosas superfluas?Fernández-Delgado reflexiona sobre eltema: “Mira, yo esto lo tengo muy claro: conlos gastos de representación y protocolosiempre me he planteado una cosa, y esque, si lo tuviera que pagar yo de mi bolsillo,¿me iría a cenar con este señor? ¿Sí? Puesme voy a cenar con este señor; ¿no? Puesno me voy. ‘Es que nos reunimos a hablaren un restaurante...’. No, nos reunimos ahablar en el despacho (el director del Gayada un golpe en la mesa), y en vez de quedara las dos, quedamos a las doce del medio-día. Es decir, que puede haber muchodinero y que el dinero se puede gastar enmuchas cosas, pero el problema es que lasinfraestructuras se ven menos que las bote-llas de champán. Un catálogo es un objeto,es muy hermoso y se ve, pero instalar unnuevo sistema energético y cambiar unailuminación de elevado consumo por una debajo consumo, eso no se ve. Y sin embargoes mucho más importante”.

Así, entramos en otro aspecto fundamentala considerar: Se ha recortado en activida-des, en personal técnico, en labores de do-cumentación y catalogación, en servicios debiblioteca... Pero por ejemplo, ¿no se ha re-cortado en consumo energético? Nuestros

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museos, ¿son sostenibles desde el punto devista energético y medioambiental? El Direc-tor General de Bienes Culturales, franciscoGiménez, responde con decisión: “El ahorroque hemos hecho es tremendo. Hemosbajado drásticamente los gastos en capítulodos, que para entendernos, es el gastocorriente. Y eso que ha subido el agua y hasubido la luz… No sé ahora mismo las cifras,pero estamos reduciendo los costes, y si túmiras en el despacho en el que estás, y estono estaba preparado, verás que no tengoencendida la luz ni el aire acondicionado. Yes verdad que luego hay edificios como laBiblioteca, que es precioso y ha sidopremiado, pero que para enfriar eso… Es delocos. Pero por ejemplo, ya se ha sustituidola iluminación en todos los edificios de laConsejería de Cultura, hemos cambiadoabsolutamente cada bombilla. Aquí en elArchivo, cuando uno entra en una dependen-cia, la luz se enciende automáticamente, ycuando uno sale la luz se apaga. Y eso antesno pasaba”.

En este tema de la eficiencia energética, queno debería ser una imposición de la crisissino una actitud natural y de sentido común,luis de Miquel reconoce el error de tiempospasados: “En su momento no lo valoramossuficientemente, cuando teníamos mediospara hacerlo, y ahora nos encontramos coneste cambio en la búsqueda de una mayoreficiencia energética, lo que supone un costea priori pero que se amortiza con el tiempo”.En su opinión, “habría que invertir, por ejem-plo, en la sustitución de luces por otras debajo consumo”. Y añade: “Eso se está empe-zando a trabajar y tratamos de hacerlo amedida que se van fundiendo las luces, peroel problema es que ahora no tenemos dineropara hacerlo. Cuando tuvimos dinero, no levimos las orejas al lobo. Ahora hemos hechoestudios y tenemos propuestas, pero no estan fácil. Vamos haciendo cosas lentamente”.

A la pregunta de si existe un plan de eficien-cia energética en el Museo de Santa Clara,si se controla el gasto de luz y se opta porrecursos expositivos de menor consumo ybajo coste de manteminiento, Mª ÁngelesGómez Ródenas responde decidida: “Claroque sí, nosotros apagamos las luces cuandono hay nadie en el interior del museo. Y encuanto a los recursos expositivos, en SantaClara no organizamos exposiciones tempo-rales pero le puedo asegurar que en el Ser-vicio de Museos ahora se reutilizaabsolutamente todo, si no lo usamosnosotros, lo utilizan otros museos regionalesy municipales”.

Por su parte, Manuel fernández-Delgadoopina que “los museos no están preparados”para ser eficientes en el aspecto energético:“Nosotros por ejemplo llevamos tres añosintentando cambiar todo el sistema de ilumi-nación del museo, porque tiene casi veinti-cuatro años y se ha quedado obsoleto. Es unsistema que gasta muchísima energía y quetiene un mantenimiento caro, y además,están dejando de producirse las luminariasque utilizamos y eso nos cuesta muchísimodinero. Y no lo hemos podido hacer. Lleva-mos tiempo intentándolo y no ha podido serde momento, y tampoco podemos hacerlosala por sala. Tenemos que hacerlo en todoel museo: poner una iluminación fría que con-suma menos energía. Yo creo que ha llegadoel momento de dar un salto cualitativo eneste tema”.

En cuanto al Museo Salzillo, para su direc-tora María teresa Marín, “el replanteamientopara que el museo siga abierto y no prescin-dir del personal, ha ido por ahí, por el de laeficiencia energética, pero no sólo eso:hemos replanteado horarios y hemos inten-tado, en lo posible, que todos los serviciosque estaban externalizados, hacerlos desdeel propio museo. En el Museo Salzillo siem-pre hemos tenido claro que lo primordial sonnuestros recursos humanos, porque graciasa este personal, el museo está abierto y vivodía tras día”.

Lo mismo opina Manuel fernández-Del-gado: “Nosotros hemos reducido nuestropresupuesto del capítulo de actividadesculturales y publicidad por mantener alpersonal en el Museo Ramón Gaya. Hepreferido usar la imaginación y hacer cosas,y pedir favores a los amigos, y hacer inter-cambios... ‘Yo hago una cosa en tu museo, ytú la haces en el mío’, para que el museo sigavivo y que todo el personal siga aquí. Hemosreducido seguridad y hemos variado un pocoel horario, pero siguen los mismos. Las

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reducciones hay que hacerlas en las cosasen las que se deben hacer, según mi crite-rio”.

En otros museos sí se ha prescindido depersonal, y además, si en tiempos debonanza económica las condiciones labora-les de los profesionales no eran demasiadoafortunadas, ahora parece que incluso seestán dando pasos hacia atrás. Por ejem-plo, en el caso de los guías hace años quese optó por externalizar ese servicio, algoque sucede tanto en museos regionalescomo municipales. ¿Es el mejor modelo?Mª Ángeles Gómez explica su postura alrespecto: “No soy responsable de estostemas económicos así que no puedo decirlesi es mejor o peor, lo que sí que le puedodecir es que los funcionarios no estamosdespreocupados de la situación laboral delresto de trabajadores del museo. Dicho así,parece que no nos importa lo que le pase alas personas con las que trabajamos, peronosotros no podemos intervenir en las rela-ciones laborales y de contrato de estostrabajadores con sus empresas”.

Profundizando en este tema con luis deMiquel, el director del MAM recuerda: “Yome saqué mi título de guía antes de serconservador de museos, y aquí el problemaes que venimos de una época en la que losguías eran aficionados, eran como gorrillasque por una propina enseñaban la ciudad.Cuando este campo se ha profesionalizado,y se ha establecido que el guía fuera licen-ciado y que pasara unos exámenes, todoeso no se ha traducido en una considera-ción. Es una profesión que no ha conse-guido reivindicarse como la del arqueólogo,el dentista u otras profesiones en este país.Además tiene el problema del horario, quese tiene que amoldar al del visitante, con losfines de semana y demás. En el caso deMurcia, cuando se reformaron y se abrieronlos museos, ese puesto de guía no existía:había conserjes que a lo mejor no tenían laformación, y cuando se crea el puesto delguía profesional, deciden externalizarlo con

empresas”. De ese modo, la conclusión deLuis de Miquel, como director del museoArqueológico, es la misma que la de MªÁngeles Gómez: “Las condiciones laboralesdependen de esa relación entre el guía y suempresa, y en eso nosotros estamos limita-dos. Intentamos que haya estabilidad, peroclaro, ahora parece que se tiende a que nohaya funcionarios, a que todo esté externa-lizado”. Sin embargo, para los guías y parael resto de los profesionales de los museos,ya no se trata sólo de la estabilidad.

En la rueda de prensa* en la que se anuncióla reapertura del Museo de la Catedral, conun presupuesto mucho más bajo que en suanterior etapa y una considerable reducciónde personal, el archivero del templomurciano, Jesús Belmonte, afirmó que lostres nuevos trabajadores del museo, licen-ciados en Historia e Historia del Arte, "ejer-cerán de guías y además realizarán tareasde vigilancia y también limpiarán". Pregun-tado por estas declaraciones, el DirectorGeneral de Bienes Culturales afirma que“esa es la idea”. Sawar le pregunta, ¿No estriste? francisco Giménez responde: “Amí, como no me arruga el trabajo… Cuandoestoy aquí, en el Archivo, si tengo que arras-trar cajas o si tengo que… No me he arru-gado nunca. Yo soy profesor y no he tenidoinconveniente en hacer en mi instituto detodo. Y aquí, que soy Director General,también. No digo que tenga que ser lo habi-tual... Aquí tenemos personal de limpieza yde mantenimiento, entre otros motivosporque hay cosas que yo no sé hacer, ybueno, aquello es el museo de la Catedraly el Cabildo sabrá cómo lo gestiona. Aquítenemos las tareas suficientemente espe-cializadas, pero eso no quita para que seanormal encontrarse al Director del Archivoque está haciendo de conserje porque hafaltado el conserje. A mí no es raro vermeatendiendo en información en la Biblioteca,porque aquel es un puesto muy duro. Se hareducido muchísimo el personal y el perso-nal hace de todo, y como nos ven a los dearriba haciéndolo...”.

Se comienza a aludir pues a laversatilidad del trabajador delmuseo, que podrá cumplir convarias funciones pero con unascondiciones laborales no acordesa su formación. Juan GarcíaSandoval reconoce que “quizáse tienda a eso en los museos depequeño tamaño, pero no en losde tamaño mediano como puedaser el Museo de Bellas Artes”. De

* http://www.laopiniondemurcia.es/murcia/2013/05/22/reabren-museo-catedral-sabado-bofetada-cultura/470905.html

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todos modos, añade que “el trabajo en elmuseo tiene que ser una labor de conjunto,y todos los trabajadores tienen que hablarsey tener reuniones periódicas... Cuando unvisitante quiere hacer una pregunta, se lahace al que está por allí, en las salas, sinsaber si es el director, el vigilante o el guía,y en ese sentido el trabajo del museo es unalabor de todos”. García Sandoval tambiénseñala que en el MUBAM han tenido“mucha suerte con el personal, tanto de se-guridad, guías, educadores...”. Lo explica:“Es gente que lleva muchos años, queconoce su trabajo, que está entregada y queha ido a más. Y lo mejor que tienen, lo mejory lo peor al mismo tiempo, es que hansabido adaptarse a estos tiempos de com-plicaciones y que están haciendo sobrees-fuerzos. Pero bueno, por otro lado, todosestamos haciéndolos”.

Sin embargo, los recortes que se producenen cultura y en las condiciones laborales desus profesionales, no desde ahora sinodesde hace tiempo, no están provocandolas protestas, las movilizaciones y la reso-nancia mediática que haya podido causar lasituación de los mineros, por poner un ejem-plo. ¿A qué se debe? ¿Subyace de ello unaescasa valoración de la cultura en nuestropaís? García Sandoval cree que si la genteno protesta cuando se producen recortes enlos museos, “es porque siempre se han aso-ciado con una élite cultural, como si para ira un museo tuvieras que estar tocado conuna varita y saber de arte y arqueología”. Ymirando dentro del mismo sector de la

cultura, “que supone cerca del seis porciento del Producto Interior Bruto” y que esamplio y variado, en opinión de García San-doval “no existe esa unión que hay en otrossectores; van los artistas por un lado, laSGAE por otro, los productores por otro, losgestores culturales por otro lado, la gente delos museos por otro...”. Lo dicho no es óbicepara que, frente a casos extremos como elcierre de un museo, no exista una respuestasocial y mediática firme. Sin embargo, de lareacción que generó el ejemplo máscercano, el cierre del museo de la Catedrala finales del año pasado, no se pasó dellamento y de la preocupación de algunaspersonas.

A principios de este año, el Partido Popularpropuso* en la Asamblea Regional el cobrode la entrada en las instituciones museísti-cas de competencia autonómica, a travésde su diputada María teresa Marín; unamedida que, según la propia directora delMuseo Salzillo, “es para mantener el altonivel en las programaciones”, pero no paraevitar su cierre, porque “la subsistencia delos museos públicos está garantizada”.Dicha propuesta, para aliviar el peso de losmuseos públicos sobre los presupuestos dela Comunidad Autónoma, contó con losvotos a favor del PP y del PSOE y la oposi-ción de IU, y ha provocado división de opi-niones y el planteamiento de serias dudas.Sawar le pregunta a la propia María teresaMartín, quien se explica: “Es un debate quese generó en Europa desde hace muchotiempo. Estamos acostumbrados a que losmuseos sean públicos desde la misma fun-dación de estas instituciones a finales delsiglo XVIII y principios del XIX, pero los mu-seos no tienen por qué estar siempre sopor-tados por el Estado, que al final es comoalgo deficitario que tiene que estar sopor-tado siempre por la Administración, y enton-ces, quizá porque nos hemos impregnadode otro tipo de filosofía, como la de los mu-seos del ámbito norteamericano, vemos quehay otras posibilidades más allá de la sub-vención y la partida presupuestaria pública.Quizá a los directores que estamos acos-tumbrados a que haya autofinanciación, nosgenera menos miedo. Los museos estatalesllevan ya más de dos décadas cobrando en-trada, y aquí en el Museo Salzillo siemprese ha cobrado entrada, y en los momentosde crisis, a veces ha sido la única fuente definanciación de este museo y sin eso habrí-amos tenido que cerrar”.

Por ese motivo, para Marín Torres “no hayque tener miedo a la autofinanciación, al

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cobro de entradas, al alquiler de espacios,a la venta de productos en tienda…”. Sinembargo, existe un matiz: “Está claro quepara algunos museos no puede ser el únicorecurso, que tiene que haber otra financia-ción que venga de la Administración. Porejemplo, para los de gestión autonómica elcobro de entrada no supondría ni la cuartao quinta parte del presupuesto, pero ayuda-ría a aliviar en estos momentos de crisis enque los presupuestos están al límite. Com-prendo que genere polémica porque habla-mos de museos públicos en los que nuncase ha cobrado una entrada, pero sí sedetecta que la gente que viene de fuera, ysobre todo los extranjeros, preguntancuánto hay que pagar para entrar”.

En la misma línea se expresa franciscoGiménez, para quien “esto es una cuestiónmás de ética-estética, de que la gente seaconsciente de que los museos valen dinero,que cuestan, y muchas veces en una socie-dad como la nuestra, lo que no se paga, nose valora”. Giménez continúa: “Yo creo queeso también es importante, pero en fin, noes una cosa tan rara que se cobre en unmuseo. Creo que ya somos los únicos enEuropa… Desde luego en España somoslos únicos que no cobramos, todos losmuseos cobran. Una va al Museo del Pradoo a cualquier museo, y paga. Y yo soy unapersona muy dada a viajar, y por donde voy,voy pagando. No recuerdo ningún museo,excepto en Inglaterra”. Lo mismo estimaMaría teresa Marín: “En Murcia no tene-mos esa costumbre, pero en casi todos losmuseos se cobra entrada y no pasa nada”.

Sin embargo, los directores de otrosmuseos tienen sus dudas. El más claro esManuel fernández Delgado, para quien laidea de cobrar la entrada alos museos “es una locura”.El Jefe del Servicio de Mu-seos del ayuntamiento deMurcia lo argumenta: “Piensoque a lo mejor tendríamosque pagarle un euro a lagente para que entrara; nocobrar sino pagar. Entra pocagente y si cobras va a entrarmenos. ¿Qué tenemos quehacer? ¿Difundir el patrimo-nio o no difundirlo? Si tene-mos que difundir elpatrimonio, no pongamostrabas, no pongamos obstá-culos. Y yo he tenido estecriterio no ahora, sino desdeque se abrió el museo”.

Fernández-Delgado encuentra otro ejemplode lo que significa difundir el patrimonio: “Anosotros la gente nos decía, ‘no dejéishacer fotos en el museo’, y yo decía que no,que al contrario: a mí me interesa que lagente haga fotos en el museo… Es decir,que un señor mañana llegue a Valladolid yque haya pasado por aquí, y que se reúnaa cenar con unos amigos y que les enseñelas fotos del viaje a Murcia, y les diga, ‘mirael Mar Menor, y luego estuvimos en Murciay visitamos en Museo Gaya, y mira lo quehay’. Eso vale mucho, es muy importante”.De ese modo, Manuel Fernández-Delgadose plantea varias preguntas: “Los museostienen que estar abiertos, porque vas areducir los visitantes, pero, ¿qué dinero vasa ingresar por cobrar en un museo comoéste dos o tres euros? ¿Vas a cobrar a lagente que vaya a las actividades culturales,a la gente que visite solo el museo, a la quevaya a las exposiciones temporales…? Escierto que ese dinero podría redundar en lospropios museos a través de la Administra-ción, que es la que paga sus presupuestos,pero en mi opinión, lo que va a redundar espoquísimo. Y luego, es verdad que los visi-tantes de fuera, sobre todo los extranjeros,a veces preguntan si hay que pagar, pero,¿cuántos visitantes extranjeros vienen anuestros museos al cabo del año?”.

La postura de Mª Ángeles Gómez es decautela y con matices: “A los técnicos nonos han puesto a discutir ni a buscar solu-ciones. Como es una iniciativa política, creoque le debería usted preguntar a los políti-cos... Creo que es un debate aún abierto,pero sí que creo que un museo como el deSanta Clara no se financiaría con lo que secobre por entrar. Así no se autofinancia ni elPrado”. En cambio, Gómez Ródenas no

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cree que cobrar una entrada retraiga alvisitante: “Si el precio fuera razonable, creoque la gente, exceptuando escolares,estu-diantes y las reducciones normales, segui-ría entrando. No le estoy dando mi opinión,le estoy diciendo lo que objetivamente creoque ocurriría en el caso concreto de SantaClara”.

Por su parte, luis de Miquel opina que “elcobro en un museo tiene sus cosas positi-vas y negativas: La parte positiva es quesupone una fuente de ingresos, tampocotan grande, que en todo caso no iría a lasarcas de los museos ni de Cultura, sino alas arcas generales de la Comunidad, quebuena falta le puede hacer”. Sin embargo,añade que “el museo no tiene por qué sermejor por el hecho de cobrar: puede cobraruna entrada y tener el mismo presupuestoque ahora. El dinero entraría en la cajaúnica de Hacienda, de la ComunidadAutónoma de Murcia, y después se distri-buiría en su presupuesto en función de loscriterios que quieran aplicar los gestorespolíticos. Si cuando hagan el presupuesto,se decide destinar más dinero a Cultura,pues esa fuente de ingresos sí repercutiráen el museo, pero no lo hará directa-mente”.

El director del MUBAM, Juan García San-doval, también opina sobre el tema: “Yoestoy en contra de esa medida, aunquecon matices. Soy de los que piensa que siqueremos que los museos sean de acce-sibilidad pública y universal, hay museosde carácter general como el Arqueológicoo el Museo de Bellas Artes que deben sergratuitos”. Los matices: “Sin embargo, síque estoy claramente a favor de que se co-bren los servicios, lo que los gestores cul-turales o los empresarios llamarían‘productos’: una visita guiada, un taller di-dáctico, un alquiler de las salas... Esohasta hace poco no se pagaba, pero ahorahay un precio para alquilar las salas delmuseo, que tampoco es un precio muyelevado”. Esa misma idea es la que ex-pone luis de Miquel: “Ya hay otras peque-ñas fuentes de ingreso como el alquilerde salas, la concesión de cafetería ytienda… Son servicios añadidos al museo,y por ejemplo, no estaría mal que si se daun folleto, o se hace una visita guiada o seofrece una audioguía, eso tenga un precioaparte”.

Volviendo con la opinión de Manuelfernández-Delgado sobre poner precio ala entrada a los museos y respecto a uno

de los argumentos usados para defenderla medida, el director del Ramón Gayaasevera: “Se valora más lo que se pagaque lo gratis, pero eso no tiene ningunarelación con ponerse luego a hacer catálo-gos y no venderlos, sino regalárselos atodo el mundo. Es decir, ¿o corte o cortijo?No, yo creo que hay formas de hacer lascosas más ordenadas y más tranquilas”.

El estado de la cuestión del cobro deentrada en los museos, según el DirectorGeneral de Bienes Culturales, franciscoGiménez, es la siguiente: “Esa idea laestamos desarrollando y viendo matices.Hay muchas maneras de entender eso.Por ejemplo, si un congreso médico nossolicita usar las instalaciones de uno denuestros museos para vender algún pro-ducto, por ejemplo, paga un precio, y yahemos dispuesto un Decreto para eso, demodo que nosotros ya hemos cumplidocon el mandato de la Asamblea, por así de-cirlo. Ahora vamos a ver qué hacemos conla ciudadanía, pero de momento eso estáen suspenso. No tenemos prisa por cobrara los ciudadanos, y de momento hemospuesto en marcha lo otro en cumplimientode un mandato, porque estamos en unasociedad democrática y no puede venirmela Asamblea, que es donde están repre-sentados todos los ciudadanos, a decirmeque haga algo y pasármelo por la nariz.Obviamente, estoy para obedecer a la ciu-dadanía, pero yo creo que interpreto biena la Asamblea si voy por ahí”.

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luis de Miquel va más allá en cuanto alespíritu de la medida, en caso de que final-mente se cobre la entrada a los visitantes:“El museo no se puede valorar mercantil-mente ni de una manera fragmentaria. Elmuseo se instala en un territorio y en unproducto cultural y turístico. En ese pro-ducto cultural y turístico, el museo, juntocon otros elementos, son los imanes queatraen, no los que recaudan. Los elemen-tos que recaudan deben ser la gastrono-mía, el hospedaje, los suvenir… En elfondo, dentro de todo este mundo delturismo cultural, la máxima sería que sealo más barato llegar, y después, que sepueda consumir y gastar el mayor dineroposible, cada uno en función de su bolsillo.Entonces, si segmentamos y pensamossólo en el museo, y queremos que sea ren-table en sí mismo desde un punto de vistamercantil, y para eso ponemos precio o losubimos mucho, disminuirá el número devisitantes y todo el producto se resentirá.Por tanto, hay que hacer un análisis global.Por ejemplo, ¿qué significa para Murciatener quince centros de este tipo en lugarde tener ocho? Pues significa que cuandoeso se publicite, el visitante que quiera ver-los tendrá que planificar su estancia y que-darse más días. Y eso repercute en laeconomía, en la hostelería y la restaura-ción”. Al respecto de estas ideas, María te-resa Marín matiza su propuesta: “Estáclaro que la misión del museo no es ge-nerar lucro ni ser rentable, y ya lo dice ladefinición del ICOM. No estamos hablandode lucro sino de ayudar a su financiación.Y aunque el museo no sea rentable, es unmotor que puede generar flujos positivos

en la economía que gira alrededor, yademás, es que crea puestos de trabajo”.

En cualquier caso, el debate sobre el cobrode entrada en los museos públicos deMurcia, que ha ocupado espacio en losmedios de comunicación locales, es unamínima aproximación a la situación de losmuseos y una respuesta insuficiente parala búsqueda de recursos económicos queaseguren su subsistencia. Así se lo planteaSawar al Director General de BienesCulturales, al que se le pregunta por la Leyde Mecenazgo prometida por el Gobiernocentral y que sigue sin salir adelante. fran-cisco Giménez se expresa de formatajante: “No tenemos ninguna duda de quela Ley de Mecenazgo sería buenísima paralos museos y para la cultura”. Y recuerdaque, de hecho, “la inclusión de esa ley enel programa del PP ocurrió aquí, en undocumento que se llamó la Declaración deCartagena, cuando Pedro Alberto Cruz y elequipo de la Consejería de Cultura convo-caron a todos los gestores culturales delPartido Popular y a Mariano Rajoy a reu-nirse, y en esa reunión fue donde el PPdeclaró que el pilar fundamental de nuestroprograma en materia cultural iba a ser unaLey de Mecenazgo”.

La salida de Ley se ha anunciado en variasocaciones* en el último año y medio, aúnsin resultado, y tiene en vilo al sectorcultural. Francisco Giménez no oculta suimpaciencia: “Estamos deseando que enMadrid se cumpla con la declaración quese hizo aquí. Estamos absolutamenteconvencidos de que es lo único que puedesalvar al sector cultural… A los museos lesva a venir muy bien, pero al resto delsector cultural también. En Estados Unidosyo he visto en cada butaca de los teatros,un nombre, es decir, que esa butaca lafinancia un señor y es una cosa muycomún. Aquí no tenemos esa costumbre, ya pesar de que en el seno del mismoPartido Popular lo tenemos clarísimo, hayque convencer a Hacienda, que siguesiendo todopoderosa”.

Respecto de este tema, sobre las diferen-cias culturales y también legales entreEspaña y otros países como los anglosa-jones, también se expresa luis de Miquel:“España tiene un serio problema en estosniveles culturales, y es que el modelo,común a otros países, era muy estatalista.El Estado es el que pagaba buena parte delas actividades culturales y también seapoyaba de manera muy importante poro

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* http://cultura.elpais.com/cultura/2012/12/28/actualidad/1356726478_311750.htmlhttp://cultura.elpais.com/cultura/2013/03/06/actualidad/1362599203_018310.html

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las cajas de ahorro, que no tenían benefi-cios sino que lo reinvertían en temas socia-les y culturales. Ese sistema ha quebradoporque la Administración ha reducido drás-ticamente sus ingresos, y ya no tiene dineropara esa política cultural”. Y no sólo eso; DeMiquel continúa: “Por otro lado, es que estepaís no tiene política ni tradición de mece-nazgo privado, por dos cuestiones: uno esque no tenemos mecanismos de rentabili-dad a nivel de desgravaciones o publicita-rias que animen a la iniciativa privada ainvertir en cultura, aunque sea por cuestiónde imagen… Hay países como Estados Uni-dos, donde te desgravan prácticamentetodo lo que inviertes, y así se incentivamucho más. En España no hay ventajas,pero es que, y entramos en la segundacuestión, tampoco hay tradición”.

El director del Arqueológico lo tiene claro:“No estamos acostumbrados como lo estánen los países anglosajones, donde quizápor su conciencia más calvinista, tienenmás presente la buena imagen y la concien-cia social, el ser bien considerado en tu co-munidad, lo que supone un importante valorpara los empresarios. Aquí distamos muchotodavía de llegar a esos niveles. Aquí ni haytradición de filantropía, ni tampoco hay ven-tajas económicas. Y claro, esas ventajaseconómicas significarían menos dinero paraHacienda, y ahora mismo, buena estáHacienda como para prescindir de dinero…Esto es un problema, y habrá que esperar

a que se resuelva la crisis o no, pero tene-mos que reubicar nuestro sistema, porquesi el Estado no va a poder seguir pagando,y si no tenemos entidades y fundacionescomo las cajas de ahorros que sigan finan-ciando, y si no conseguimos que con elmecenazgo se cambie la conciencia socialy se invierta en cultura, pues no hay ningunaotra fórmula. Es un problema serio el quetiene este país y es un debate importanteporque nos jugamos mucho”.

La coincidencia con Juan García Sandovales total, y también con María teresa Maríntorres, aunque la directora del MuseoSalzillo se muestra más comedida respectoa su aprobación, debido a las circunstan-cias: “La ley de mecenazgo sería buenísimapara la cultura, porque muchas personas yempresas seguro que invertirían muchomás en ella si hubiera incentivos fiscales.Hoy esos incentivos son muy escasos y laley debería implantarse cuanto antes, encuanto se pueda, pero entiendo que ahoraque estamos luchando contra el déficit,quizá no sea el mejor momento…”.

Mª Ángeles Gómez añade nuevas conside-raciones al debate y afirma que, aunqueesté pendiente la Ley de Mecenazgo, “anivel micro hay muchas fundaciones, patro-natos y museos que se están organizando,que están haciendo cosas y trabajando condiferentes modelos de financiación y otrotipo de iniciativas populares”. Una de ellases la de crear asociaciones de Amigos delos Museos, algo que ya poseía el Gaya y alo que se han sumado otros museos comoel Salzillo o el MUBAM. Todos los directoresde los museos también hablan de la posibi-lidad de explorar el mundo del voluntariadocultural, mucho más desarrollado en otrospaíses, y también la opción del pago volun-tario como sucede en el British Museum oen la Tate Modern de Londres, donde unagran urna recibe a los visitantes en laentrada para que, si quieren, realicen un do-nativo. Esto, en opinión de luis de Miquel,también sería difícil en España: “Aquí esque encima somos terriblemente complica-dos con la burocracia, y nos preguntamos,‘¿ese dinero después como entra?’… Escomplicadísimo que alguien le quiera rega-lar a la Administración un euro, casi es unadonación que tiene que ir al Consejo deGobierno a que la firmen. Eso de que depronto entre dinero… Pero este dinero,¿cómo que entra dinero aquí por lasbuenas? La ley no lo contempla como unaposibilidad de ingreso que de pronto alguiente regale dinero. Entonces, claro, recogeso

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ese dinero, ¿y después, qué haces con él?Estamos en un sistema que controla todoel dinero público, de dónde viene y adóndeva, y eso está bien, pero claro…”. Lomismo señala Marín torres, quien muestrasu escepticismo a que esa medida tuvieraresonancia en nuestro país:  “En otros paí-ses y en otros museos como los america-nos, está la costumbre del pago voluntario,que aquí no tenemos. Aquí tenemos la iner-cia del funcionamiento de los museosdesde el siglo XIX. Aquí no tenemos esacostumbre, y si pusiésemos el pago volun-tario, nadie pagaría… O quizá sí, pero notenemos la costumbre”.

Manuel fernández-Delgado aboga por unmodelo de financiación de los museos enel que, más que equilibrar los ingresos pú-blicos y los privados, la balanza se inclinehacia esta última fuente: “Si un museo sepudiese sostener por la aportación de losamigos, de los benefactores, de la genteque se publicita en el museo, sería muchí-simo mejor, porque no estaríamos pendien-tes de la decisión del político del turno o dela decisión económica del momento. Esdifícil, pero esa utopía sería fantástica paralos museos”. De hecho, el director delMuseo Ramón Gaya da las claves paragestionar con éxito un museo público: unaes ser buen gestor y tener sentido común,“el menos común de los sentidos”, porencima de los estudios y la preparaciónacadémica (“por decir esto en público, meabuchearon”, reconoce), y la otra es haberpasado antes por el sector privado: “ Creoque cualquier persona que se ponga alfrente de una institución pública, previa-mente debe de pasar por una instituciónprivada. Y si es suya, mucho mejor. Yo sécómo llevo mi casa, sé lo que tengo y loque puedo gastar, y si esos mismos crite-rios se utilizan en una institución pública,esa institución funciona. Hay gente en lasinstituciones públicas que piensan que laadministración tiene más dinero del quetiene, y piensan que pueden funcionar a suaire, y no”.

Algo similar argumenta francisco Gimé-nez, quien cree que ese sistema de finan-ciación privada, que facilitaría una ley demecenazgo, es el adecuado: “Los museosno pueden estar al servicio del políticode turno, sino al servicio de la sociedad, ypara eso lo mejor es que la sociedad seimplique, y se hagan las asociaciones deamigos de los museos, y esas micro-finan-ciaciones. Por ejemplo, sería como el quees de una ONG porque desgrava, pero no

sólo por eso, sino por pertenecer a ella;que uno pueda estar en una asociación deamigos de los museos, y financie y le des-grave, pero al mismo tiempo, que entre ahíen la reunión de los amigos del museo, ydiga, ‘la próxima exposición temporal quevamos a hacer es ésta’. Ya no va a ser loque decida el Director General, sino que vaa ser lo que decidamos todos”. Por eso, elDirector General de Bienes Culturalesopina que “la gestión siempre es mejora-ble”, y afirma tener “mucha confianza enque haya una ley de mecenazgo”. Y pro-fundiza en sus motivos: “Esto es productode mi cultura liberal, supongo, porquepienso que eso es lo que realmente imbricaa una sociedad con su tejido cultural. Nopuede depender exclusivamente de lospoderes públicos, entre otras cosas porqueeso tiende a politizar muchísimo la gestión,y la gestión tiene que ser lo más imbricadacon la sociedad”.

Sin embargo, y aunque admite sus venta-jas puntuales, Mª Ángeles Gómez no seapunta en exclusividad al modelo anglosa-jón y cree que “siempre existirán diferentesmodelos de gestión en museos”. Prosigue:“En España hay museos públicos ymuseos privados, y también hay museosque se gestionan de forma mixta. Las ad-ministraciones públicas subvencionan pro-yectos y también han subvencionadoinstituciones e iniciativas privadas. Tambiénexisten fundaciones, mecenazgos concre-tos... No creo en el modelo único: cadamuseo, cada realidad cultural es un mundo.No es lo mismo financiar un museo comoel Prado que el Museo Santa Clara de Mur-cia. No hay que mirar sólo a los grandes,hay otras realidades. Muchos conjuntosmonumentales y museos de Reino Unidose abren todos los días gracias a una redde voluntariado que aquí no existe, porejemplo”. En opinión de Gómez Ródenas,“lo que interesa a los profesionales de losmuseos es conseguir un equilibrio entre lacalidad y excelencia que se debe ofrecer alos visitantes y usuarios, y el manteni-miento, conservación, documentación e in-vestigación de las colecciones y de losedificios que las contienen. Yo creo que esono es tan caro”.

La directora del Museo de Santa Claradevuelve a Sawar a las funciones delmuseo: funciones patrimoniales y socialesque a veces se alejan de nuestra vistacuando nos entregamos al debate de cifrasmacroeconómicas y modelos de financia-ción. luis de Miquel recuerda que “el

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museo es un centro cultural que debe deestar vivo y tiene que servir a la sociedad”.En ese aspecto, de Miquel profundiza:“Tenemos que servir a la sociedad, en pri-mer lugar porque la sociedad nos hapuesto en custodia de una serie de bienespatrimoniales que hemos decidido quedeben de ser guardados, al igual que elBanco de España guarda sus cosas, y esotiene un coste venga o no venga la gentea verlos. Y en segundo lugar, el museo esuna institución que sirve a la investigacióny al conocimiento, y en una ciudad univer-sitaria como Murcia y con un departamentode arqueología, el Museo Arqueológicorecibe todos los días a investigadores yestudiantes. Y ya a nivel de público engeneral, el museo es un espacio de divul-gación de nuestras raíces, pero no sólo deconocimiento de la historia, sino tambiénde todas esas áreas transversales: desdela arqueología y la historia, en este museoestamos trabajando para hablar de temasde género, de violencia y de paz, estamostrabajando con grupos de la tercera edadpara plantear el tema de la muerte a lolargo de la historia… Es decir, que haymuchas maneras de transmitir valoresdesde una educación no formal como es elmuseo, y toda esa labor de divulgaciónhace que este espacio sea útil. Si estocuesta, si queremos salvaguardar y no per-der nuestro patrimonio y tener investigado-res, este espacio lo podemos aprovecharde la manera más multifuncional posible”.

En opinión de Luis de Miquel, “el museo nosólo sirve para visitar su exposición perma-nente”. Y ofrece un dato: “En este museohay casi tantos visitantes a actividadescomplementarias, eventos, exposicionestemporales o talleres, como a las salas deexposición permanente. Esto es muy inte-resante e importante, porque las activida-des son dinámicas y así no caemos en esafrase de ‘¿para qué voy a volver al museosi ya lo he visto una vez?’. Intentamosevitar eso con nuestras actividades, peroevidentemente, con más medios, habríamás actividades o de mayor repercusiónmediática.

El Director General, francisco Giménez,también reflexiona sobre la función socialdel museo, que en el momento actual yase ha puesto como fin último y esencial dela labor diaria: “Estamos recogiendo ahoralo que hemos sembrado en años anterio-res, y seguimos sembrando para el futuro”.Por ejemplo, Giménez nos habla del cam-bio experimentado en la relación entre los

museos y la educación: “Ya desde hacebastante, los maestros y profesores vanacostumbrando a los alumnos a visitar losmuseos, y antes esto no era muy habitual.No era muy normal encontrarse con unprofesor que sacaba a los alumnos paraimpartir la clase en un museo. Yo que meeduqué en Madrid, recuerdo que un profe-sor daba sus clases de historia del arte enel Museo del Prado, pero no era lo normal.Poco a poco se sale más a los museos, lasbibliotecas y los yacimientos, se dan lasclases de manera más viva y dinámica yeso hace que se genere un cierto hábitopara que el museo no sea ya un ámbitoque imprima un temor reverencial. Lagente se va acostumbrando a ir a los mu-seos desde pequeños, e intentamos quelos críos que vienen a nuestros museospasen una buena mañana de tal maneraque les quede en el subconsciente ese re-flejo condicionado es un sitio de felicidad yde alegría”. También está el ámbito del tu-rismo, sea local, regional, nacional o ex-tranjero. Sobre el tema, Giménez Graciaafirma que “eso se va expandiendo, y loque antes era una extravagancia, comoque el turista de los años sesenta y setentaque iba a la playa, visitara el museo de lalocalidad, ahora es la cosa más natural delmundo; ahora los turistas van a losmuseos, y una de las maneras que tienenlos ciudadanos de pasar sus ratos de ocioes ir a los museos”.

Para Manuel fernández-Delgado, lo másimportante es “tener los museos vivos”.¿Cómo? El Jefe del Servicio de Museosdel ayuntamiento de Murcia lo explica inci-diendo en la función educativa: “El museotiene que ser un lugar no sólo lúdico, sinofundamentalmente de enseñanza. Lagente va a los museos el Día de losMuseos porque se convierten en centroslúdicos, porque nos gusta más la juergaque el aprendizaje. Yo creo que el museotiene que tener una actividad permanente,constante, para poder atraer a la gente. Ylos medios de comunicación también sonfundamentales, porque nosotros podemostrabajar muchísimo, pero si no se difundelo que hacemos, no llegamos a nadie”.

Mª Ángeles Gómez Ródenas cree que sepuede mejorar en el aspecto educativo:“Hay que dedicar más trabajo y esfuerzoes en educar a los niños y a los más jóve-nes, en educarlos para que entiendan laimportancia de la conservación del patri-monio, y también para que interioricen queel museo es un espacio común de todos y

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para todos”. La directora del Museo deSanta Clara señala que ahora están traba-jando más en este sentido, “y también enotras formas de implicación de los ciuda-danos en el día a día de los museos, porejemplo, a través del asociacionismo”.

A este respecto, Juan García Sandovalnos cuenta la tarea en la que se embarcóel Museo de Bellas Artes de Murcia: “Hayuna cosa por la cual nos llaman y nosenvían correos desde otros lugares, y esel proyecto de Alzheimer. Este proyectoempezó siendo modesto, hecho con recur-sos propios del MUBAM y de la Unidad deDemencias del Hospital Virgen de la Arri-xaca, y se inició como un programa devisitas de terapia aplicada a enfermos dealzheimer, a sus cuidadores y a sus fami-liares, y luego se convirtió en un proyectode alta investigación asociado a medicinaen valores, es decir, no farmacológica”.García Sandoval prosigue su relato conorgullo: “Al final, después de cinco años, elproyecto más importante de investigación

en este campo que hay en Europa ahoramismo, es el del Museo de Bellas Artes deMurcia, junto con el MoMA de Nueva York.Hay psicólogos clínicos, neurólogos,educadores, historiadores del arte y muse-ólogos... No solamente estamos descu-briendo un tipo de visita que ya la hacenotros museos en España y en Europa, sinoque estamos viendo qué obras funcionan,el por qué funcionan, y la razón de que tra-bajar día a día con el arte, mejora la cali-dad de vida de personas que tienenenfermedades degenerativas de la mente”.En este tema, la doctora Carmen Antúnez(Directora de la Unidad de Demencias delHospital Virgen de la Arrixaca de Murcia ydirectora médica de la Fundación Alzhei-Mur) está dando charlas desde el punto devista neurológico a nivel nacional e inter-nacional, Halldóra Arnardottir (Doctora enHistoria del Arte) ha estado varias veces enel MoMA dando cursos especializados delo que se está haciendo en Murcia, y el di-rector del museo está defiendo el ProyectoAlzheimer MUBAM* a nivel nacional.

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* http://proyectoalzheimermubam.blogspot.com.es/

Los MuSEoS...¿Son un lujo? ¿Son prescindibles?En este contexto económico de recortes encuestiones básicas como educación y sani-dad, alguien puede llegar a pensar que losmuseos son un lujo y que, por tanto, sonprescindibles. ¿Es así?

Manuel fernández-Delgado contesta condecisión: “Al contrario: en esta situación en laque se está recortando, hay que potenciar losmuseos como lugares de enseñanza y quesean gratuitos, porque desde el museo sepuede enseñar a los sectores de la sociedadque más lo necesitan. Y además, no hay queolvidar que una de las misiones de los mu-seos es preservar el patrimonio, mantenerloy buscar donaciones para aumentar las co-lecciones, y todo eso necesita una infraes-tructura que lo pueda hacer. El museo nopuede desaparecer, no puede quitarse de enmedio”.

luis de Miquel explica que lo que intentanlos profesionales de los museos “es quenuestras instituciones sean lo más útilesposible a la ciudadanía y al territorio en el que

se integran, y que la gente venga y sienta alos museos como algo suyo”.

Juan García Sandoval por su parte se haceuna pregunta: “El museo, ¿sabe haciaadónde va? A veces nos encontramosmuseos que están alejados de la realidadcontemporánea, y la realidad ahora es quehay violencia de género, que hay paro, quehay crispación social... Y también nos encon-tramos con nuevos pensamientos. Esa es larealidad que tú ves en la calle y por eso elmuseo se tiene que acercar a la sociedad pormedio de sus actividades. Hay que trabajarla forma de colaboración con colectivos y conasociaciones, y trabajar de lo cercano a lolejano. Para todo eso es necesario hablar enparalelo de dinero y presupuestos, pero aveces también hablamos de cosas que nodependen sólo del presupuesto, que depen-den también de la voluntad”. De ese modo,Juan García Sandoval afirma que “hay queacercar más los museos a los ciudadanos;cuanto más cerca estemos, más gentevendrá a sus museos para defenderlos”.

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* http://icom.museum/fileadmin/user_upload/pdf/Statements/ENG/Lisbon_Declaration_ENG.pdf

Declaración de lisboaLos Comités Nacionales del ICoM en Europahan publicado la Declaración de lisboa “parasostener la cultura y los museos frente a lacrisis mundial y para construir el porvenir”, conocasión de la Conferencia Internacional quetuvo lugar los días 5 y 6 de Abril de 2013 en elMuseo Nacional de Etnología en Lisboa, y quellevó por título Políticas públicas hacia los mu-

seos en tiempos de crisis. La Declaración deLisboa es un llamamiento al Parlamento euro-

peo, a la Comisión, a los gobiernos y parlamen-tos de los países europeos y a los gobiernosregionales y locales, y tiene por objetivo defen-der a los museos y las instituciones culturalesde Europa y de llamar la atención de los orga-nismos antes mencionados sobre la situaciónprecaria en la cual se encuentran los museos,que hacen frente a las amenazas y dificultadesen cuanto a la sostenibilidad económica. SawarMurcia traduce parte de dicha Declaración.

“Nos gustaría señalar que en muchos países de Europa y de laUnión Europea, la crisis económica está produciendo dramáti-cos efectos sobre la actividad cultural y los museos. Los mu-seos son recursos únicos que no sólo producen conocimientoy educación, sino que también contribuyen significativamenteal desarrollo social y económico. Este llamamiento presenta alos Parlamentos y Gobiernos tres acciones prioritarias para di-rigirse a la crisis y diez propuestas para la gestión sostenibledel patrimonio cultural y los museos.

En muchos países europeos, la crisis económica ha generadoun descenso drástico del apoyo financiero tanto úblico comoprivado a la cultura y los museos. Los recortes financieros au-tomáticos y ciegos no distinguen entre iniciativas efímeras einstituciones permanentes. Estos recortes drásticos están po-niendo en peligro a muchos museos y sus colecciones, y ame-nazando las condiciones laborales de los trabajadores,especialmente de los más jóvenes. Compañeros están per-diendo sus trabajos y los jóvenes están mal pagados, tienencontratos temporales precarios y no encuentran un puesto apro-piado. Con gran preocupación, vemos cómo los museos tienenque reducir horarios y actividades, o se ven forzados a cerrarpor falta de recursos. Los políticos necesitan reconocer que losmuseos son instituciones intergeneracionales y a largo plazo,donde la conservación, la investigación y la difusión del saberestán fuertemente emparentados. Ninguna de estas funcionesdebería ser abandonada. En tiempos de crisis, la cultura, losmuseos y el patrimonio son a menudo considerados un lujo quela sociedad apenas puede permitirse, aunque en realidad sonactivos de crecimiento sostenible. Tenemos el firme convenci-miento de que en estos momentos tan críticos, debemos cam-biar nuestros pensamientos tradicionales al respecto no sólo dela economía y las finanzas, sino también de nuestra sociedady modo de vida (...)”.

Tres prioridades y diez objetivos para hacer frente a la crisis ypromover el valor de los museos y del patrimonio:Prioridad uno: Los museos son motores positivos de desarro-llo más que fuentes de gasto, especialmente en tiempos de cri-sis donde las políticas a largo plazo deben estar por encima delas cortoplacistas (...). No hay crecimiento sostenible sin des-arrollo cultural (...). Pedimos a los gobiernos:1-Cumplir con sus obligaciones para con el patrimonio y los mu-seos y con el legado cultural de las generaciones futuras.

2-Elevar el porcentaje del PIB destinado a museos y cultura,especialmente si están por debajo de la media europea.3-Aumentar o mantener los recursos de los museos de maneraque puedan cumplir su fin social y seguir con sus actividadespara el desarrollo de la comunidad local.

Prioridad Dos: Los gobiernos deberían proteger y promoverlos recursos humanos de los museos. Los museos están per-diendo profesionales, incluso científicos y técnicos expertos.Sin científicos, aministrativos y gestores, no pueden contribuiral crecimiento social (...).Pedimos a nuestros gobiernos:4-Apoyar la necesaria generación de sustitutos para el personalde los museos.5-Preservar y promover las competencias de los profesionalesde museos tanto en centros públicos como privados y asegu-rarse de que se contrata a personal cualificado.6-Promover la formación del personal de museos para queadquieran una alta calidad formativa.7-Implementar programas de empleo para los profesionalesjóvenes competentes de los museos, incluyendo beneficiosfiscales.

Prioridad tres: Los gobiernos deberían promover la participa-ción ciudadana en las actividades de los museos sobre la basedel voluntariadoy favorecer sinergias entre los organismos pú-blicos y privados y los patrocinadores, para garantizar la gestiónsostenible de los museos y el patrimonio. También deben pro-mover las sinergias entre las actividades de los museos y losprogramas escolares y educativos.Pedimos a nuestros gobiernos:8-Promover la cooperación en las actividades de los museosentre instituciones, agentes públicos y privados, profesionalesy voluntarios.9-Favorecer las donaciones y acciones en favor de los museosmediante medidas de flexibilización fiscal”.

El 6 de abril de 2013, firmaron la declaración los vocales delICOM de Bélgica, Croacia, Grecia, Italia, Portugal y España, asícomo los presidentes de ICOM Europa y de ICOM internacio-nal. esta declaración fue enviada al Sr. José Manuel Barroso,Presidente de la Comisión Europea y al Sr. Martin Schulz,Presidente del Parlamento europeo con ocasión del Día Inter-nacional de los Museos.

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Número 3:“Murcia se recupera a sí misma”

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SaWaR MuRCIaquiere dar las gracias por la ayuda en

la elaboración de este número a:Manuel Fernández-Delgado; María Teresa Martín Torres; Luisde Miquel; Francisco Giménez Gracia; Juan García Sandoval;Mª Ángeles Gómez Ródenas; Luz María Gilabert González;Consuelo Oñate; Teresa Mª Fernández Cabada; Mª José PérezTurpín; María Manzanera; y a todas aquellas personas que deun modo u otro han orientado y colaborado en este reportaje;también a los autores de los textos usados como fuente docu-mental y citados en el mismo, y a los que, por motivos deagenda o falta de tiempo, no han podido aparecer finalmente.

Gracias a Tete López y a Intermón Oxfam por volver a incluir unanuncio de su admirable labor en esta revista. Sawar Murciaofrece todo su apoyo a la ‘Tasa Robin’. Gracias a Ángeles y aANSE, la Asociación de Naturalistas del Sureste que cumple 40años defendiendo el patrimonio natural de nuestra Región.

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