santa bárbara. 40 atributos iconográficos
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ARTÍ
CULO SSaannttaa BBáárrbbaarraa..
CCuuaarreennttaa aattrriibbuuttooss iiccoonnooggrrááffiiccooss
Ramón MañanaDr. Ingeniero de Minas
Colegio de Minas delNoroeste
Nuestra revista comienzacon este número la publica-ción de una serie de tresentregas sucesivas, en lasque aparecerá el trabajo quecon este título ha preparadonuestro colegiado RamónMañana, a partir de unacharla que dio en el COLEGIO
DE INGENIEROS DE MINAS DEL NO-ROESTE hace un año.Ramón Mañana inició sus es-tudios sobre nuestra patronacon su aportación al libro pu-blicado en 1997 por EDICIONES
ENCUENTRO sobre Santa Bárba-ra, en colaboración con losingenieros de minas alema-nes Nemitz y Thierse.
SANTA BÁRBARA. FORTY ICONOGRAPHIC
ATTRIBUTES. Our magazine beginswith this number the publica-tion of a series of three succes-sive instalments, in which willappear the work that with thistitle has prepared our colle-giate Ramón Mañana, startingfrom one talk that he gave inthe COLEGIO DE INGENIEROS DE MI-NAS DEL NOROESTE, one year ago.Ramón Mañana began hisstudies on our saint patronesswith his contribution to thebook on Saint Barbara pub-lished in 1997 by EDICIONES EN-CUENTRO, in collaboration withthe German mining engineersNemitz and Thierse.
Auxiliadores medievales
Un intento de taxonomía
Ante la mareante maraña deatributos que fueron apare-ciendo a lo largo de mi estu-dio, creí conveniente estable-
Retablo de SanMiguel (Museo
Catedralicio.Ávila).
cer un mínimo de orden, sa-biendo que una clasificaciónrigurosa y rígida, con espíritucartesiano, no es aplicable auna cuestión tan volátil.
Una ordenación cronológicaaproximada me llevó al cua-
dro sinóptico que aparece ba-jo el título taxonomía aproxi-madamente cronológica. En-tre los atributos originarios,en los que aparece uno recesi-vo, he distinguido los exclusi-vos de Santa Bárbara de loscompartidos más o menos conotras santas. Y entre los so-brevenidos después de los orí-genes, he agrupado los aso-ciados a algún patrocinio, porun lado, y los más o menossingulares o arbitrarios.
En esta suerte de escalafóncronológico, a los asociados apatrocinios se les podría ha-ber aplicado con una pizca demala intención el calificativode advenedizos (en particulara algunos como rosarios o ba-rrenas helicoidales o lámparasDavy); pero bien mirado, sontan legítimos como la cruzoriginaria.
Personalmente aplico a todosla exhortación que Witgens-tein dirigía a sus alumnos:“¡Venga, creed! ¡No hay nadamalo en ello!”
Las cuatro auxiliadoras
La vorágine (torbellino) deFra Giacopo de la Vorági-ne sustituyó la frondosidaddel homérico Olimpo o delPanteón grecolat ino poremblemas o atributos dife-rentes: la rueda de Sta. Ca-talina, las aterradoras tena-zas del sacamuelas de Sta.Apolonia, los ojos de Sta.Lucía, las llaves de S. Pe-dro, el aspa de S. Andrés,los senos de Sta. Juliana y
PPRRIIMMEERRAA PPAARRTTEE
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Sta. Águeda, las cerámicasde las santas Justa y Rufi-na, el lobo de S. Froilán ...Puro esoterismo para quienno lea vidas de santos comohacían nuestros bisabuelos ytatarabuelos; los que sabíanleer, porque a la mayoría erala iconografía la que les ilus-traba la anécdota aprendidade viva voz.
En este retablo aparecen cua-tro auxiliadoras: Santa Lucía,Santa Bárbara, Santa Catalinay Santa Águeda.
Las catorce auxiliadoras
Dice Panofsky que “el análisisiconográfico en sentido estric-to presupone una identifica-ción correcta de motivos ... Si elcuchillo que nos permite iden-tificar a San Bartolomé no esun cuchillo, sino un sacacor-chos (sic), la figura no es SanBartolomé”. ¿Quién de noso-tros podría identificar ahora alas 7 auxiliadoras medievales?(Después aumentaron hasta 2 x7 = 14). Lutero acabó con todoeste Olimpo en su Reforma.
Auxiliadores de laAntigüedad Clásica
Iconografía
La iconografía –sea oriental,grecolatina o cristiana– re-quiere el conocimiento delcontexto. Por eso, muchasimágenes clásicas o referentesal panteón grecolatino resul-tan mudas para nosotros,porque no estamos empapa-dos de la mitología de esemundo, esparcida por todo elcorpus clásico, desde Homeroa Ovidio.
¿Quién reconoce el castigo deActeón en un perro que ata-ca a una cierva?. ¿O el origende la guerra de Troya en elmancebo que entrega unamanzana?. Del mismo modo,la iconografía cristiana se nu-tre del corpus bíblico, inclui-dos los apócrifos, pero tam-bién de las leyendas, como laleyenda áurea de Giacopo dela Vorágine, etc.
No obstante, resultará paten-te en esta exposición cómo elmundo cristiano occidental re-coge la herencia grecolatina yaún oriental haciendo casoomiso del tabú iconoclasta he-breo (Llegó incluso a ilustrareste último con imágenes ex-plícitas que el Antiguo Testa-mento tanto aborrecía). ¿Re-conocen los jóvenes de hoyuna imagen de un ancianoque, mirando al cielo, levantasu cuchillo contra un jovenatado encima de una pira?.No figuran en sus películasUSA-Hollywood, ni en TV, VHSo DVD, ni en sus cómics.
Las imágenes siguientes per-tenecen a dioses grecolatinosy se encuentran en el Museodel Prado; cada una lleva suatributo específico: león, cuer-no, nudo, antorcha y tridente.Retenga el lector la imagende la antorcha de Zeus (Júpi-ter tonante): aparecerá másadelante en manos de SantaBárbara, pero ni siquiera esgrecolatina, sino siria.
Santasespecializadas ysantaspolifacéticas.
Viena, 1475.AR
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CULO Atributos originarios
específicos
Cruz
Es el atributo más antiguo deSanta Bárbara. Aparece, jun-to con la pluma, en la icono-grafía circa 705 en Santa Ma-ría La Antigua (Roma), queno reproduzco dado su esta-do borroso.
Pero sí proyecto el icono delS. XIV (la iglesia ortodoxaconserva mejor las tradicio-nes), que está en la galeríaTretiakow de Moscú.
R.- La Santa Cruz P.- ¿Por qué?R.- Porque es figura de Cristocrucificado, que en ella nosredimió.
Antes de llegar a la crux abs-tracta (cruz sin crucificado)única que conoció la imagine-ría hasta el siglo XII en queaparecen los impresionantesCristos románicos, y que co-mo máximo aparece comocrux gemmata en las crucesbizantinas, carolingias y astu-rianas, hay que remontarsemucho más atrás.
Después de que la crux invic-ta se le apareciera a Cons-tantino contra Majencio enel 313 irradiando luz sobresu lábaro, en el que figurabael monograma (crismón), fuesu madre Santa Helena laque llevó a cabo la invenciónde la vera cruz (como se lla-ma la fiesta en el calendariolitúrgico).
Viajó a Jerusalén en su busca,y encontró no una, sino lastres del Calvario, e identificóla de Cristo al resucitar conella un muerto. Pero hastaque, en el año 325, el Conci-lio de Nicea (localidad al ladode Nicomedia que, entreotros once pueblos, pretendeser la cuna de Santa Bárbara)recomendó el uso de la cruz,los símbolos cristianos fueronel monograma, el pez, el pelí-cano, el Agnus Dei.
Seguía vigente la maldiciónque recoge San Pablo (GAL3,10): ¡Maldito todo el que escolgado del madero!
Pez y cruz
Previamente, los cristianos,reducidos a la clandestinidad,sólo representarían el pez:ιχθυς, clave cifrada de Ιησυςχριστυς θεος Υυος σωτηρ (Je-sús el Ungido Dios Hijo Salva-dor). Por eso, la imagen másantigua que se conoce de laSanta porta una cruz, ya ven-cedora en manos de Constan-
Hércules.
Zeus
Icono del siglo XIV(Galería Tretrakow).
Housios Lucas.
Neptuno.
Convento Hosios(Ucas-Grecia)
(Mosaicoc.1011).
También reproduzco el mo-saico griego antiguo (circa1011) que está en el conventogriego de Housios Lucas.
¿Por qué la Cruz?
Aprendimos en el catecismo: P.- ¿Cuál es la señal del cris-tiano?
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La cruz no figuraba en el lá-baro (el estandarte utilizadopor los emperadores roma-nos), que enarbolaba Cons-tantino en el año 313, sino elcrismón; la conversión de esteemperador permitió su susti-tución con medio siglo de re-tardo. Al cristianizarse el im-perio y abolirse el suplicio dela cruz, suprimió el estigmaodioso que se asociaba a esteinstrumento de tortura mien-tras fue utilizado. Previamen-te, como se ha dicho, fue elcrismón o monograma deCristo, símbolo a su vez poli-valente y viejo como el mun-do, cuyo origen resumiréahora limitándome a recoger
tino contra Majencio, en labatalla de Puente Milvio. Yeso a pesar del orgullo de Pa-blo de Tarso (¡Turquía tam-bién!) por la cruz de Cristo,gloria para los cristianos, es-cándalo para los gentiles.También grabó la Santa unacruz con su dedo en los már-moles de su sauna particular.
La Cruz de la Victoria
La Cruz de la Victoria de Ovie-do, la vera cruz de Pelayo yFruela, es una crux gemmata,emparentada con lo bizantinoy carolingio. La cruz apareceen la simbología cristiana ha-cia 320-330, es decir, unos po-cos años más tarde del marti-rio de nuestra Santa.
Sigue siendo la cruz el atribu-to predominante y casi exclu-sivo para la Santa Bárbara delas iglesias ortodoxas, desdeKosovo hasta Moscú.
Con respecto a la exaltaciónde la Cruz como símbolo delos cristianos, reproduzco enlo que sigue lo escrito por elP. benedictino Dom Sebas-tién Sterckx O.S.B. (Symbo-les, Zodiaque MCMLXXXIX).
su papel astronómico y litúr-gico unido a los solsticios deinvierno (Navidad) y de vera-no (San Juan) y el equinocciode primavera (Pascua).
Solsticios
El antiquísimo símbolo cruza-do que originó el monogra-ma o crismón es, según el be-nedictino citado, el símbolomás universal de todos lossímbolos, resultado de unaobservación astronómica ri-tual del sol; de los dos solsti-cios (véase la figura).
Solsticio de verano (San Juan)Solsticio de invierno (Navidad)Que tienen como bisectrizel: Equinoccio de primavera(Pascua)
Ésta es la explicación que seha dado a los menhires delos monumentos megalíticos(como Stonehenge) así comoa dos pylonos que aparecenen los templos egipcios y alas enormes columnas debronce del templo hebreo deSalomón en Jerusalén, des-critas en el Antiguo Testa-mento (Reyes 1; Cap. 7); dospilares de 12 m de altura,exentos del templo. El tem-plo como templo cósmico, laobservación astronómica co-mo referencia para el calen-dario litúrgico.
El simbolismo cristiano se re-gocijó en asimilarlo tras unsimple bautismo mental, queconvirtió el bucle o motivoque coronaba la flecha nadir-zenith en una P griega, con locual aparece el monogramade Cristo en griego XPI∑TO∑.
En principio, y desde la pers-pectiva en que fuimos edu-cados, esto puede parecerdescabellado. Pero basta re-flexionar un poco para caeren la cuenta de que estosantecedentes tienen un seriofundamento.
La astronomía tuvo un impre-sionante desarrollo en el ám-
De laclandestinidadal poder (loslogotiposprimigenios).
La Cruz de laVictoria.
Monograma.
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las imágenes de Taja (Tever-ga) y Grandas (Salime), zonasrurales (ver figuras en las dospáginas siguientes). Un rayofulminó efectivamente al pa-dre de Santa Bárbara tras co-meter éste su abominable pa-rricidio, según leemos en Gia-copo de la Vorágine, en el si-glo XIII.
Para comprender la advoca-ción común y antigua de SantaBárbara como protectora delas tormentas es bueno recor-dar su espectacular manifesta-ción en campo abierto. El fra-gor de los truenos y el estam-pido de los rayos aterran toda-vía hoy, y no sin razón. Los ra-yos dañan violentamente, y demodo a veces errático, a perso-nas, ganado, árboles.
Son numerosos los dichos tra-dicionales referidos a este fe-nómeno que a los antiguosamedrentaba más aún que a
bito oriental (Siria, Arabia).La razón era puramente reli-giosa: el Ramadán comienzay termina según un ciclo lu-nar. Otro tanto le ocurre a laPascua Cristiana (y al Yon Ki-pur hebreo), a la cual van li-gadas las fiestas que la litur-gia llama móviles.
Todos los misales eclesiásticosantiguos llevan en sus prime-ras páginas el calendario per-petuo para conocer sin cálcu-los cuándo ocurren esas fies-tas móviles. La primera defini-ción y fijación del equinoccio(fiesta de la Pascua) fue obradel Concilio de Nicea (¡!).Nuestro calendario es grego-riano, porque el Papa Gre-gorio corrigió casi adecuada-mente el calendario juliano.De modo que solsticios yequinoccios tuvieron, y si-guen teniendo, un significa-do profundamente religioso,y de aquí que la astronomíase haya desarrollado tanpronto y de que Copérnico yGalileo tuvieran problemascon la Iglesia. Gauss, por suparte, encontró una fórmulamatemática para determinarla fecha en que cae el Domin-go de Pascua de cada año.
Rayo
El patrocinio más extendidoen la Edad Media era la pro-tección contra rayos y tor-mentas; por eso la Santa apa-rece esgrimiendo un rayo en
nosotros (tan positivistas queincluso trazamos líneas isoce-ráunicas –de igual frecuenciade descargas eléctricas natu-rales– a efectos del trazado yprotección de líneas eléctricasde alta tensión) (Ver jaculato-rias gallega y asturiana). Perolos daños de las tormentas alos cultivos son paradigmáti-cos: nublados, pedriscos,inundaciones son todavía hoyel azote de los agricultores.Por eso existían cofradías deSanta Bárbara constituidaspor agricultores [Toledo, Po-llença (Mallorca)]; una pro-tección para la indefensiónfrente a la inexplicable cóleradesatada de los elementos.
El rayo de Santa Bárbara,atributo “recesivo”
El rayo era un símbolo de Jú-piter, pero tampoco el único:además de la égida (la piel dela cabra Amaltea con la queamontonaba las nubes detormenta), eran atributos su-yos el águila, y ya desdeOriente, la doble hacha, elsistro y la badila.
Pero el rayo como haz de re-lámpagos fue el que se trans-mitió a la iconografía cristia-na: puede verse grabado oenarbolado en imágenes delJúpiter Doliqueno del Anti-tauro (Asia Menor) prove-niente de cultos orientales y,más antiguos aún, en el Ha-dad Sirio del Medio Oriente.Obsérvese el rayo grabado yvéase este atributo en las San-
RelieveJ. Doliqueno.
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ta Bárbaras de Taja (Teverga)y Grandas de Salime, que re-produce el de Júpiter Doli-queno (no es el único caso).Transmisión sorprendente desímbolos.
Suetonio nos cuenta cómoel emperador Augusto seacercó a las montañas cantá-bricas el año 19. Cuando ibaconducido en su silla, un rayofulminó a uno de sus portea-dores. Augusto retrocedió ytal debió ser el miedo que pa-só que a su vuelta a Roma le-vantó un edículo votivo (pe-queño templo) a Iovis Tonans.
(Algo parecido a lo que hizo elcabildo de Canónigos de la Ca-tedral de Oviedo cuando, vien-do que un rayo les destruía elremate de la torre, decidieronconsagrarla a Santa Bárbara,con capilla incluida).
Gómez Tabanera afirma queel rayo fue una manifestacióndel Lug céltico. El Iovis latinoes el Zeus helénico, el IovisCandamus astur, el Thor nór-dico, el Tutatis galo.
Yahvé habla a Moisés en el Si-naí (no se le puede ver) desdeuna escenografía de truenos,relámpagos, fuego y humo:(Exodo, 19, 16 y 18), segúnSchökel:“Al tercer día por la mañanahubo truenos y relámpagos, yuna nube espesa en el monte(Sinaí)... Toda la montañatemblaba mientras Moiséshablaba y Dios le respondíacon el trueno”.
Y Yahvé dictó el Decálogo. En-tre los preceptos, Ex 20, 3-4:“No te harás ídolos o imáge-nes talladas (Nacar-Colunga)ni figura alguna de lo quehay arriba en el cielo, abajoen la tierra o en el agua bajotierra”.
De aquí la iconofobia hebrea(y musulmana), a la que secontrapone la iconolatríaoriental, grecorromana y cris-tiana, salvo el breve episodio
iconoclasta bizantino (s. VIII) ylas depuraciones de la Refor-ma (muy parciales) o del Vati-cano II (más tímida y fugaz).
La imagen de Zeus (despuésel Júpiter tonante romano)aparece en el himno que Só-focles (Edipo en Colona) ha-ce entonar a los coreutas:
(Suena un nuevo trueno)CORO:
Mirad, mirad cómo retumba El trueno que Zeus nos envía, Erizando de miedo mi cabello.El alma se horrorizaante el patente brillo del re-lámpago¡Oh cielo inmenso!¡Oh, Zeus poderoso!
El rayo es, pues, un atributoque reaparece como un carác-ter recesivo que tras mil añosde sumersión, resurge vigoro-so en la Edad Media enlazan-do con la tradición iconográfi-ca oriental, griega y latina,salvando el hiato del judaísmoy del cristianismo primitivo:vuelta a las oscuras fuentessimbólicas de la antigüedad.Este es uno de los mensajes dela iconografía de la Santa: suductilidad o maleabilidad.
El cristianismo se forjó enun crisol con múltiples aditi-vos: judaísmo (Corpus bíbli-co), helenismo (Corpus gre-colatino, de Homero aAristóteles y Platón), reli-giones mistéricas orientales(Mitraísmo, Gnosticismo ...)y, como fundente básico, elmensaje evangélico de Je-sús el Nazareno.
Relieve Hadad.
El rayo de Júpiter(y de Santa
Bárbara).
Taja (siglo XVII).
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CULO Fulgurita
Resulta singularmente ocu-rrente el atributo que se poneen manos de la Santa en laimagen de la ermita de Para-da (Ibias). Se trata de la piedradel rayo o fulgurita, bastanteexótica en estas latitudes.
Antorcha
La antorcha remite a las que-maduras que sufrió en su su-plicio (los pechos cortadosfueron apropiados por otrassantas mártires). También va-le como atributo evoluciona-do a partir del trueno jupite-rino de Zeus.
silíceas con que se tropieza. Sucomposición mineral es, portanto, sílice amorfa (coesita,stishovita).
Yhavé prohíbe en el éxodo to-car a cualquier persona o ani-mal fulminada por el rayo. Lomismo ocurre en Abisinia. Véa-
Grandas deSalime.
Antorcha San Pelayo(siglo XVI).
Parada (Ibias)(siglo XIX).
Esta piedra del rayo pareceidentificarse en algunas loca-lidades con el sílex o peder-nal, variedad microcristalinade cuarzo que tiene la propie-dad de dar chispas al percutircon acero o con otros sílex.
También podría identificarsecon la fulgurita, mineral en for-ma de tubos delgados que seencuentra en las playas o en lasdunas de arena. Se producecuando un rayo penetra en latierra fundiendo las sustancias
Abisinia: piedradel rayo.
se la nota que tomo de un mi-sionero que la publica en mun-do negro: “Hay una piedraque se cree tiene efectos prodi-giosos. Mientras allanaba en1998 un campo de fútbol enTeticha encontré una de esaspiedras. Este hallazgo despertóun gran estupor en toda la zo-na. Se cree que cuando un rayocae en el bosque o sobre los ár-boles, el Cielo deja caer estahacha o piedra. Es una piedrade basalto (?) muy dura quetiene forma de hacha.”
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Ramón MañanaDr. Ingeniero de Minas
Colegio de Minas delNoroeste
Nuestra revista continúa coneste número la publicaciónde la serie de tres entregassucesivas que comenzó elnúmero anterior. Ramón Mañana inició sus es-tudios sobre nuestra patronacon su aportación al libro pu-blicado en 1997 por EDICIONES
ENCUENTRO sobre Santa Bárba-ra, en colaboración con losingenieros de minas alema-nes Nemitz y Thierse.
SANTA BÁRBARA. FORTY ICONO-GRAPHIC ATTRIBUTES. Our maga-zine continues in this num-ber the publication of threesuccessive instalments onSaint Barbara.Ramón Mañana began hisstudies on our saint patronesswith his contribution to thebook on Saint Barbara pub-lished in 1997 by EDICIONES EN-CUENTRO, in collaboration withthe German mining engineersNemitz and Thierse.
Atributos originarios:comunes
La torre(El mensaje trinitario)
El más conocido de los atribu-tos en nuestra época es la to-rre en la que su padre la en-cerró para guardar su bellezay antes de su rebelión religio-sa. El dotar a la torre de tresventanas en honor a la Santí-sima Trinidad –objeto en laépoca de Santa Bárbara deinacabables polémicas teoló-gicas e incontables concilios yanatemas– es también pinto-resco, porque, según la tradi-ción, la Santa abrió la terceraventana, no en la torre, sinoen los baños (algo así comouna piscina cubierta estilo ro-mano) que su padre encargóque construyeran para ella.De este modo, la Iglesia rema-cha el dogma “Uno y trino”
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que tanto atormentaba a Orí-genes (“Credo quia absur-dum”). Fue citada por SimeónMetaphrasto en el siglo IX.
Los sucesivos concilios de Ni-cea (325), Constantinopla(381), Éfeso (431) y Calcedo-nia (451) tuvieron que definirla ortodoxia frente al arria-nismo (el Hijo no era divino),el macedonianismo (ni el Hijoni el Espíritu son divinos), elnestorianismo (Jesús y el Hijode Dios son personas distin-tas), el pelagianismo (la re-dención es sólo un buenejemplo de Cristo), monofisis-mo (en Cristo sólo está la na-turaleza divina). El únicomensaje que en la leyendaáurea transmite Orígenes a laSanta, en la carta que éste leescribe, es que el Dios verda-dero es el Dios trinitario.(Que, por cierto, enlaza conantiguas creencias indias y su-merias). Porque previamentela jovencita Santa Bárbara,un tanto intolerante comotodos los jóvenes, escupía lashelénicas imágenes de Zeus,Hermes, Hefraisto …
Espada(Símbolo martirial)
La espada como atributo es unsímbolo martirial no exclusivode Santa Bárbara. Aparece porprimera vez en el siglo XIV, enuna vidriera emplomada de1340 de la Catedral de Gurk,en Corintia. Es el símbolo delbrutal martirio a que la some-tió su padre. En la imagen deVillamarín (Santa Eulalia deOscos) reproducida en esta
SSEEGGUUNNDDAA PPAARRTTEE Torre de laCatedral de
Oviedo.
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CULO La palma
(Mensaje testimonial omartirial, común a todoslos mártires)
Recordemos que frente a lapersecución, cabían tres ac-titudes:
• Los negadores, que s inmayor problema echabanunos granos de inciensoen el pebetero del altar alemperador.
• Los apóstatas, que reco-nocían haber sido cristia-nos y abjuraban de igualmodo.
• Los confesores, que se ne-gaban a echar el incienso.
Las penas que se imponían alos confesores eran diversassegún las épocas o los luga-res: torturas (después se ve-
rán algunas), decapitación(Santa Bárbara) o trabajosforzados. Este último fue elcaso del papa Ponciano, quemurió mártir trabajando enlas minas de Cerdeña. Las mi-nas siempre fueron verdade-ros campos de concentración,tanto en el imperio romano(Las Médulas) como en el es-pañol del s. XVI (Almadén) odel s. XX (Fondón). ¿Por quéno es Ponciano el patrón delos mineros?
En 313, Constantino esta-bleció, por el Edicto de Mi-lán, la libertad de culto. Du-ró poco: Teodosio I, en 380,confirmó el cristianismo co-mo religión oficial del impe-rio. Justiniano (527) decre-tó que todos los paganos te-nían que recibir el bautismobajo pena de destierro y
NavalloTaramundi).
página, es la Santa la quedecapita a su padre, tendi-do a sus pies. En Navallo(Taramundi), el suplicio esmás casero: un cuchillo de lafabricación local, bien cono-cida, es aplicado al cuellode la Santa por una manoinvisible.
Beato deLiébana.
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que la acepción 8 del Diccio-nario de la REAL ACADEMIA
(1992) es la de gloria o triun-fo. Alcanzar, ganar, llevarse oalzarse con la palma es expre-sión que forma parte del len-guaje común. Junto con ellaurel, la palma se la llevabanlos atletas helénicos.
confiscación de bienes. Nue-ve siglos más tarde sería unafracción de la Iglesia (Católi-ca/Protestante) la que lleva-ría a la hoguera –vivos o ex-humados- a herejes y papis-tas respectivamente.
La palmera datilera era elárbol sagrado de los anti-guos mesopotámicos. Estaveneración la compartía elsalmista bíblico: el salmo92(91) dice:
Iustus ut palma florebit(El justo florecerá como lapalmera)
Nuestros Beatos recogen es-ta tradición, enriquecida porS. Gregorio, ya en el siglo XI.Las ilustraciones de los Bea-tos recogen también la Storiade los marcados o elegidosde Israel, que está en el Apo-calipsis, VII 4-12: los elegidos,de pie ante el trono del Cor-dero, llevan palmas en susmanos.
Juan de Patmos escribe enApoc. VII 4-12:9: “Vi una muchedumbre in-numerable con palmas en lamano”.12: Cantaban: “Todo honor ytoda gloria ...” (igual que losfieles en las misas de hoy)
Preguntando quiénes eran, leresponden:14: “Han salido de la granpersecución ... han blanquea-do sus vestiduras con la san-gre de Cristo”.
Precisamente, el texto delBeato en este punto insertaun pasaje exegético de losMoralia in Job de San Gre-gorio; para explicar la metá-fora de la palmera como lavida del Justo, escogería lasequedad del suelo del de-sierto en que vive (ascesis)en contraste con la jugosi-dad del fruto que sustentanlas altas ramas.
La palma es símbolo común atodos los mártires, tan común
El libro(mensaje doctrinal)
Es, de modo semejante a latorre, el mensaje doctrinalcontra los perseguidores, queconfiscaban afanosamentecuantos libros (bíblicos) en-contraran en poder de loscristianos; de modo semejan-te a como los católicos confis-carán con igual ardor los li-bros sospechosos de herejíaen la Inquisición.
El libro se refiere a la aficiónde la Santa al estudio de losmisterios cristianos alentadapor Orígenes.
Otros suponen que el libro esla Biblia. La pintura flamencade Campins es la más famo-sa con este atributo, aunque
Campins (Museo del Prado).
Sobrevilla(Teverga).
Siloé (Cartuja deMiraflores,
Burgos).
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la torre trinitaria aparecetambién en el paisaje de fon-do (en esta página). Más po-pular, ésta de Sobrevilla enTeverga y excelsamente ex-quisita la de Siloé en la Car-tuja de Miraflores (Burgos)(página anterior).
En Europa oriental, tambiénpapiros, pergaminos, rollos… El que se reproduce en es-ta página es del siglo XIX y
(También atributo de Sta.Clara). Este “ars bene mo-riendi” (“recibió los SantosSacramentos y la BendiciónApostólica”) dio lugar a estetipo de culto escatológico.En Woclaw (Polonia) se con-serva un texto con una ora-ción de 1409 pidiendo a San-ta Bárbara la “fortuna delarrepentimiento y la confe-sión y comunión y evitar lasamenazas de los malos fan-tasmas al fin de mis días”.También hay una leyendaque cuenta cómo un ángelle llevó a Santa Bárbara elsacramento a la hora de sumuerte.
Icono del siglo XIX(Rusia, colecciónparticular).
Arrio dos Ratos(Brasil) (siglo XX).
Martirio deSanta Bárbara
(MuseoNacional de
Helsinki).
está en una colección priva-da. En todo caso, la bellísimadoncella era también una ex-cepcional intelectual; lo reu-nía todo.
El cáliz
El cáliz o la custodia recuer-dan (memento mori) que ladevoción a la Santa garanti-za la recepción de los Sacra-mentos en la hora final
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Suplicio
Las descripciones medievalesde los suplicios martirialesse recrean con sadismo enescalofriantes torturas, co-mo ésta de la amputaciónde los pechos, que SantaBárbara comparte con otrassantas mártires, en particu-lar con Santa Águeda (quenos los muestra cortados enun plato) y Santa Catalina.Es un retablo historiado, uncómic de 1410, en el museode Helsinki.
Pluma (de pavo real)(Símbolo de inmortalidad)
A la pluma de pavo real se lehan dado dos explicaciones.La más convencional es laque atribuye a ese animal lainmortalidad. La más sofisti-cada es que los azotes recibi-dos en su suplicio fueronaceptados con tal sumisiónque los látigos (nervios debuey, dice Giacopo de la Vo-rágine) se convirtieron en
Imagencedida porD. SantiagoFajardo.
Villamarín(Grado).
• Episodio 1. La Santa escapade su padre, Dióscoro, su-mergiéndose en la simaabierta para ella en la tierra.Reaparece en la montaña yes delatada por un pastor.Episodio “inverosímil” delos saltamontes, según Gia-copo.
• Episodio 2. Amputación delos pechos.
• Episodio 3. Quemadura delos pechos.Martillazo en la cabeza, de-sollamientos, quemaduras
Tolinas.
… parecen acompañar a laHumanidad de todos lostiempos
Para animar el cotarro, la ver-sión americana del Norte(USA) que se reproduce, res-ponde a la obsesión mamariapropia de aquel gran país;“The bigger, the best.” Cuan-to más grande, mejor.
plumas. Este atributo es elque aparece en la primeraSanta Bárbara conocida: San-ta María la Antigua, año705-706. Pero hay una SantaBárbara asturiana (Villama-rín – Grado) que también laporta, lo cual demuestra unprofundo conocimiento ico-nográfico, tanto si se tratade la primera explicación co-
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tran directamente al paraíso.(El pavo real, ave del paraíso).
Rosas
Son símbolo de virginidad.Las lleva en su regazo la San-ta Bárbara de Tolinas (Grado),que además enarbola el rayojupiterino.
Son atributos heterogéneos:las rosas son propias de San-ta Dorotea, en cuya leyendaaparecen rosas y manzanas;el rayo, que seguramente espostizo, lo corriente en unaSanta Bárbara.
mo de la otra. No obstante,esta última parece más vero-símil para este caso, pues lapluma no es, claramente, depavo real.
Nuevamente las raíces delsímbolo se hunden en elOriente Próximo, en este casoen Persia. (Tampoco extraña-rá mucho, puesto que la mi-tra de nuestros obispos es sa-sánida). Para aquellos, el pa-vo real no se corrompe al mo-rir: San Agustín (s. IV-V) reco-ge este mito en sus escritos. Losmártires se consideran justos(justificados) y, por tanto, en-
La corona
La corona se justifica por elcarácter de sátrapa o rey desu padre Dióscoro. (Tambiéncomo corona del martirio).Esta imagen es de La Rebo-llada (Quirós) y lleva un ves-t ido no hecho a medidaprecisamente, pero en cam-bio luce una corona por lomenos imperial , tambiénañadida. En todo caso, lascoronaciones canónicas decualquiera de las 250 advo-caciones marianas corres-pondientes a otras tantasapariciones (desde el Pilarhasta Garabandal) formanparte de las celebracioneseclesiásticas.
La diadema, con su carácterexótico, también es frecuen-te: Bello (Aller). Mencione-mos un cierto aire moriscodetectado en algunos atuen-dos medievales.
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Rosario. En laSierra (Ibias) perotambién enPolonia.
Santa Bárbara.Cuarenta atributos iconográficos
Ramón MañanaDr. Ingeniero de Minas
Colegio de Minas delNoroeste
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Atributos sobrevenidos:singulares
La santa soviética
La resiliencia de la iconografíade la Santa ante los ambientesmás diversos y corrosivos, sumagnetismo o carisma tienenun ejemplo sumamente sim-pático en la imagen que miamigo el Coronel Fajardo tie-ne en su bien ordenado archi-vo de 3.000 imágenes de nues-tra patrona. Es una Santa Bár-bara en Rusia que lleva borda-dos en el manto la hoz y elmartillo (sic). Fue traida de allípor la División Azul (¡!)
Santa Bárbara vudú
Expongo una Santa Bárbaraexótica; pertenece a la culturavudú de los santeros venezola-nos. No he tenido todavía oca-sión de profundizar en esta in-trigante línea. En la RepúblicaDominicana, Santa Bárbaraes Changó.
Santa Bárbara-Changó
El papel de Santa Bárbara en lasantería centroamericana –jun-to con sus derivaciones en elvudú haitiano y el candomblébrasileño– es un tema tan fas-cinante como imposible de sin-tetizar en este trabajo divulga-tivo. Como ya es habitual, re-mito al lector interesado a In-ternet, donde podrá encontrarinformación más o menos seriao fiable, pero extensa (porejemplo, contactando con Da-vid Nerfin en [email protected]) [Comunicado pormi hermana Elena].
El contexto mínimo para enten-derlo arranca de la trata de es-clavos, que en el siglo XVII llevóa las plantaciones azucarerashispanoamericanas, entre varios
TERCERA PARTE
La santasoviética.
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pobladas de múltiples advoca-ciones de la Virgen, amén de unsantoral no menos florido quecubría tantas necesidades comoel de los yoruba; y, por supues-to, muchas veces justamente lasmismas. Aquí se produjo un in-teresante fenóemno de sincre-tismo que condujo a que los ne-gros allí bautizados son hoy tancatólicos como animistas, sin re-nunciar a ninguna de las doscreencias. La transmutación deChangó en Santa Bárbara o,mejor dicho, la identificación deambas advocaciones, se produjosin esguinces ni abjuraciones, deun modo totalmente natural.Entre otras cosas porque los co-lonizadores comprobaron quesi hacían la vista gorda, los es-clavos no se suicidaban de mo-do tan masivo como cuando seabatían sobre ellos no solo eldestierro y la esclavitud, sinotambién la supresión de sus cre- cripciones sacan al iconólogo
de muchas dudas.)
La redundancia alcanza extre-mos insospechados en algunasiconografías recargadas en lasque pueden llegar a sumarsehasta trece atributos (palma, co-rona, ostensorio, torre, espada,antorcha, pluma de pavo real,libro, cañón y bolaños (proyecti-les esféricos de la antigua arti-llería), bocas de fuego, pano-plias o juegos de armas) (Excep-cional colección fotográfica deD. Santiago Fajardo, ArtilleroDiplomado de Estado Mayor).
Las barbies
Tras el aggiornamento deJuan XXIII, aparecen las ver-siones light, como las “bar-bies”, tan actuales. La primeraque presento está en Hunosa(combina con una especie decastillete). Es regalo del sindi-cato minero de Lorena.
Imagen de los alumnos de laESCUELA DE MINAS DE MADRID:una esbelta modelo de pasare-la de dieciséis años, que ellosbautizaron como Barbie. Suautora es Mª Pilar Urgel deTorres, esposa de un Ingenie-ro de Minas.
millones de negros africanos, alos yorubas, que estaban senta-dos entre lo que hoy en Nigeriay Benin. Estos pobres seres hu-manos tenían una religión ani-mista cuyo Olimpo o Panteónera comparable al grecolatinopor su diversidad y por los viciosy virtudes humanas que distin-guían a sus dioses(orishas). Unode estos dioses era –y es– Chan-gó. Changó es el dios del truenoy de la guerra, duseño de lostambores y la pólvora; castiga ladesobediencia con el fuego y lasdescargas eléctricas. Sus atribu-tos son el hacha bifronte (véaseel Júpiter sirio ilustrado en pági-nas anteriores), el mortero o pi-lón (equivalente de cáliz), la es-pada de guerra…
Los evangelizadores españolesse sintieron en la obligación desustituir estas creencias animis-tas por las suyas propias, quepor entonces ya estaban super-
Imagencedida porD. SantiagoFajardo.
Hunosa.
encias ancestrales. Los tambo-res de Changó suenan, natural-mente, cada 4 de diciembre.
Redundante
Abundan los casos de redun-dancia de atributos. No es ca-so único. (De hecho las ins-
Mª Luisa Díaz Suárez, esposade un Ingeniero de Minas).
Vestidas
No es propiamente un atribu-to, pero sí merece la pena con-templar unas muestras de loque la devoción popular másprimitiva hace con algunasimágenes, añadiéndoles man-tos y vestimentas de facturacasera La resistencia que ofre-
La muñeca Barbie recibió estenombre porque su creadoratenía una hija llamada Bárba-ra. Así pues, además de la Bar-bie esquiadora, la Barbie pe-luquera, la Barbie embaraza-da, etc., ahora tenemos laBarbie Santa Bárbara.
Naifs
Hay muchas imágenes de esteestilo, pero auténticamentenaifs en el sentido de ingenuas.Además de la loza de Sargade-los, expongo en la página si-guiente una Santa Bárbara queporta sosegada y pacíficamenteen sus manos una bomba con lamecha encendida y a punto deestallar: una especie de apacibleterrorista suicida. (Su autora es
cen los devotos cuidadores deestas singulares apariciones apermitir que “se les desnude“para ver la talla original da alas vestimentas un carácter de“atributo” insólito.
Bajo palabra
Hay bastantes imágenes cuyacalidad de representación deSanta Bárbara es incuestiona-ble tan solo porque sus devo-tos así lo afirman. Se repro-duce la talla de Ferreira (enIbias), cuyas mutilaciones,dan a la imagen un aspectodramático y casi totémico.
Travestidas
Hay muchos casos de imágenesque corresponden a un santo(o incluso a la Virgen) y que al-guien, por simple sustituciónde atributos, transmuta en unsanto distinto. En Asturias tene-mos entre otras, una Santa Do-rotea con sus rosas, a la que co-mo ya se ha dicho se añadió unrayo, convirtiéndola en SantaBárbara. Las llamo, un pocoabusivamente, las travestidas.
Recuérdese el dicho popular.“Si con barbas, San Antón; y sino, la Purísima Concepción”.Debo al Coronel Fajardo otrocaso concreto que él vivió enEzcaray; perplejo ante unaimagen de Santa Bárbara consu torre, pero personificada enuna respetable anciana pocoacorde con la juventud y belle-za que atribuimos a nuestra
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Sargadelos.
Terrorista.
Fuentes de lasMontañas
(Cangas deNárcea).
Ferreira (Ibias).
Trones (Cádiz).
Santa. Abrumado a preguntas,el sacerdote confesó que, anteel temor del pueblo a las tor-mentas y su devoción a unaSanta Bárbara ausente de suretablo, se vio en la necesidadde coger una arrinconada ima-gen de Santa Ana (madre dela Virgen, y por tanto anciana)y, ni corto ni perezoso, sustituira la Virgen niña por una torre.Con lo cual, el sosiego de susfieles en caso de tormentas sevio muy incrementado.
Atributos sobrevenidos:patrocinios
Patrimonios asignados a SantaBárbara en varios lugares ytiempos son: cirujanos, bombe-ros, fundidores, cocineros, arti-lleros, militares, minadores, mi-neros, incluso estudiantes y li-breros (Pyka); arsenales, polvori-nes (en los buques santabárba-ras), pirotécnicos, fabricantes deexplosivos, campanas (para con-jurar tormentas), fuertes y bar-bacanas, torres (la de la Cate-dral de Oviedo), calles (el Tránsi-to de Santa Bárbara, al pie deesta torre), barrios (Toledo),montañas (Jaén), ciudades (Cali-fornia). ¿Por qué este singularcarisma de nuestra Santa?
(Cuenta un viajero reciente aChina que observó como encada taxi que cogía, los taxis-tas llevaban pendiente del re-trovisor unas imágenes, todasiguales, de Mao-Tse-Tung.
Llegó a intrigarle tanto queinquirió la razón.
Parece ser que un taxista tuvoun accidente de tráfico desgra-
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Ezcaray.
Asturias.Clónicas
tras el Syllabus (Pío IX, 1865)y las iglesias se inundan deimágenes pietistas de dulzonasensiblería, moldeadas fre-cuentemente en serie en pas-ta de madera, muchas de ellaspara mineros que difícilmentepodían sintonizar con ese em-palagoso gusto clerical.
En Asturias el libro de la fa-milia Bravo Sánchez nospermite detectar una serie deal menos seis: Pando (Ribade-sella), Blimea (San Martín delRey Aurelio), Santianes (Te-verga), Batán (Mieres), Bello(Aller) Carrio (Laviana). Todasellas pertenecen a ese géneroo familia de las “pasteuriza-das”, “descafeinadas” y “des-natadas” preconciliares con-venientemente aderezadascon variantes, accesorios yvestimenta para que no resul-ten idénticas.
Algunas de estas imágenes cló-nicas habrán sustituido (y hayconstancia de casos concretos)a las antiguas que los anticua-rios se disputan cada año enFeriarte, fruto del expolio deiglesias, ermitas y sacristías.
(De todas formas, Santa Ana esuna figura tan volátil como lade Santa Bárbara. Efectivamen-te ni ella ni San Joaquín estánen los Evangelios canónicos.Aparecen en el apócrifo Evan-gelio de Santiago y las mencio-na San Epifanio en el siglo II.A la vista de que Jesús debió te-ner al menos los dos abuelosmaternos, y de que éstos teníanque llamarse de alguna mane-ra, el papa Benedicto XIV de-cidió canonizarlos con esosnombres e instituyó la fiesta deSan Joaquín y Santa Ana).
Imágenes clónicas o seriadas
En el siglo XIX y hasta el Vati-cano II, la curia se encastilla
(Daniel 6, 2-29) arrojado porDarío el medo al foso de los le-ones a instigación de sus sátra-pas, pero salió tan campante,igual que había ocurrido antescon sus compañeros bajo Na-bucodonosor.
San Nicolás, patrono de ri-quezas y tesoros, protegióantiguamente a los minerosde oro y plata.
San Leonardo, patrono delos presidiarios, extendió supatrocinio a los mineros que
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E.T.S.I.M.M.
el nitrato potásico (salpêtre) ylos fuegos de bengala. ¿Seríaésta una justificación a poste-riori de estos atributos superim-puestos de forma relativamen-te reciente?. En todo caso, losartilleros, entre los que mecuento, no perdonaríamos ja-más tan insultante pretensión.
Minería
El patrocinio de Santa Bárbaray la minería no son unívocos si-no multívocos. Es decir, SantaBárbara no es patrona única y
Imagen cedidapor D. Santiago
Fajardo.
Barrena(Granada).
exclusivamente de los minerosy de igual modo, hubo minerosque tenían por santos a patro-nos distintos de Santa Bárbara.
Daniel (San Daniel, ¿para quémenos?) fue, según cuenta estelibro del Antiguo Testamento
ciado con varios muertos, delcual él salió ileso. El taxista atri-buyó el milagro a Mao-Tse-Tung (el mismo que llevó a lamuerte por hambre a 30 millo-nes de chinos en la etapa del“Gran Salto Adelante”, 1930).
De modo que, en lugar de unS. Cristóbal, muchos taxistaschinos llevan un Mao.
Del mismo modo ocurrirá queel San Cristóbal nuestro, enlugar de un niño al hombro,podrá figurar en el futurocon un Airbus o un Boeing747. ¿Por qué no?
Artillería
Los atributos correspondientesal patrocinio de la artillería, cu-yos orígenes han sido objeto denumerosos estudios, son asimis-mo muy conocidos: cañones ybocas de fuego diversas, cora-zas (Palacio Real), panoplias,bolaños, bombas en ignición(emblema de la artillería). Ex-pongo solamente una SantaBárbara que es acompañada, omás bien, a la que acompaña,un enorme cerrojo de una pie-za de artillería de costa. Segúnlos artilleros franceses, la SantaBárbara en versión africana (Hi-pona) compartió con su padreconocimientos sobre la nafta,
El revolucionario cartucho dedinamita de Ovio (Llanes),además de martillos, picas,hachas, vagonetas, castilletes,teleféricos, barrenas helicoi-dales (Polonia), amén de cua-dros de entibación de galerí-as, etc., son los atributos aña-didos por los mineros. (Pre-sento una versión americanade la Santa con el “candle-stick” usado en las antiguasminas americanas). Atributosmás postizos aún que los de
tantas veces fueron presidia-rios; ya he mencionado al pa-pa Ponciano que murió enlas minas en el tiempo de laspersecuciones. En Almadén,los mineros eran los presida-rios, que a través de una ga-lería entraban directamentede la cárcel al pozo. En nues-tra época, después de la gue-rra civil, se redimieron penasen el pozo Fondón.
También hay en Puertollanouna Virgen de la Mina.
Antes de que los mineros uti-lizaran explosivos, la única re-ferencia para su patrociniominero es el de la inmersiónde Santa Bárbara en una simaque la tierra abrió “ad hoc”para que la Santa se escon-diera de su iracundo padre,tal como comentó en la histo-rieta del museo de Helsin.
El patrocinio de los mineros,aunque no universal ni anti-guo sí bastante extendido enEuropa Central, lleva a dotara la imagen de lámparas deseguridad inventada a finesdel siglo XIX. [Por cierto, quela lámpara Davy que los mi-neros regalaron a la Santinade Covadonga y que le acom-pañaba en la Cueva ha sidoretirada].
los artilleros, y ahora mal quenos pese a los mineros. Nue-vamente, ¿anacronismo comoel del pintor flamenco Cam-pins, ya mencionado ante-riormente? ¿o puro aggiorna-miento (puesta al día)? En to-do caso, atributos advenedi-zos, si se comparan con lacruz, la palma o la torre, diezo doce veces seculares, puesestos últimos llegaron hace,tan solo 100 o 200 años (yaun 50).
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Candle-Stick.
Polonia.
Cartucho (Ovio-Llames).
Explosivos UEE.
por qué no una imagen por-tando una raqueta?
El más pintoresco de los patro-cinios es el de los fabricantes debrochas; cosas de la francofo-nía: Sainte Barbe <>Barbe (bar-ba). ¿Por qué este singular ca-risma de nuestra Santa?
Y aquí, en esta otra fronterade lo estrafalario e incluso ri-dículo, concluyo esta presen-tación de una de las facetasde Santa Bárbara que es posi-ble analizar desde esta “san-tabarbaramanía” que a mu-chos nos tiene adictos.
Reflexión final
Hasta aquí un brevísimo repa-so a la maravillosa pervivenciadel mito: historia que quizánunca haya ocurrido; pero esel mito a través de la historia ycon renovado vigor, lo queproporciona paradigmas, ma-pas, matrices duraderas desentido y verdad para el obrary el padecer humano. Cito aJosé Luis Pinillos: “En 1914,Ortega y Gasset advirtió quelos parvenues de la moderni-dad estaban avergonzados desu origen y procuraban ocul-tarlo. “No caen en la cuenta–escribió- de que la imagenfantástica del mito desempe-ña una función interna sin lacual la vida psíquica se deten-dría paralítica. El mito no en-cuentra en el mundo externo
El atractivo que Santa Bárbaraejerce sobre los gremios y cor-poraciones no se acaba en lospreviamente listados. De lasantiguas bolas de artillería(bolaños) se pasó a las pelotasde tennis, y entonces los fabri-cantes de raquetas reclamaronel patrocinio de la Santa. ¿Y
Más superficial, Vicente Mo-lina Foix escribe:
“La ejemplaridad que estosemblemas proponían se haperdido igualmente en el tu-multo de los actuales iconos,en el que el tebeo y la video-consola son, para desconsuelode refractarios como yo, susti-tutos radicales de la mitologíaclásica o los personajes bíbli-cos. Peor que las nuevas tecno-logías son, me parece, las nue-vas educaciones, que estánconsiguiendo que la mayoríade jóvenes no sepan quién esAarón y menos aún Bretón.”
Pero -digo yo- tienen otrosmitos: Beckham, Julio Igle-sias, las Spice Girls, Termi-nator, Harry Potter, Micha-el Jackson, etc.
Y añado: ¿Quizá es que la hu-manidad progresa, pero nomejora?
Agradecimientos
Quiero mencionar en particu-lar el libro “Santa Bárbara enAsturias” (Bravo-Sánchez),que ha sido el detonante deeste estudio, por una razónmuy simple: se trata de uncenso casi exhaustivo y uni-versal de un espacio geográfi-co diverso: campo y mina, ciu-dad y ámbito rural, arte confirma y rúbricas populares.No hay ningún filtro que loconvierta en una muestraparcial limitada a una solavertiente. Por tal razón, apa-rece una multitud de atribu-tos, aunque no los agota, porsupuesto.
También menciono en el tex-to el uso que hago de la ex-traordinaria colección icono-gráfica del Teniente CoronelFajardo, que tan amablemen-te ha puesto a mi disposición.Y, por último, este trabajo nohubiera visto la luz si no hu-biera sido por la paciente la-bor de José Carrasco y Puri-ficación Mier al teclado/ra-tón informático.
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Bomberos.
Marinos.
Asociación deideas. su objeto adecuado. Pero, en
cambio, suscita en nosotros lascorrientes inducidas de lossentimientos que nutren elpulso vital, mantienen a flotenuestro afán de vivir y aumen-tan la tensión de los más pro-fundos resortes biológicos”.
Francofonía.