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HOJA PARROQUIAL B ASILICA DE SAN JUAN EL REAL 19 DE FEBRERO DE 2017 VII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Reflexión ESCUCHAR LA PALABRA, UN RIESGO “Dichosa la que ha creído que se cumplirán las cosas que le fueron dichas de parte del Señor” (Lc 1,45). Este es el primer cumplido que María recibe en el evangelio de Lucas, y lo recibe de labios de su prima Isabel, que recibe su visita con el corazón lleno de gozo. El saludo de Isabel recuerda las palabras que pronuncia Jesús en su encuentro con el apóstol Tomás, el discípulo incrédulo: “porque me has visto has creído. Dichosos la que creen sin haber visto” (Jn 20,29). Y es que para creer no hace falta ver con los ojos ni tocar con las manos. La fe no necesita pruebas, razones o demostraciones. La fe va más allá de lo visible, de lo palpable o demostrable. María creyó sin haber visto nada que le garantizase la autenticidad del men- saje ni del mensajero. Creyó sin haber visto ningún signo especial que confirmara las extrañas promesas del ángel. ¿Creyó a ciegas? Yo diría que no. María no vio pero escuchó. Escuchó la Palabra, con mayúscula. María prestó atención y se dispuso a escuchar. Escuchar es atender, ofrecer, compartir. Dice el evangelio que el ángel entró en la casa; en realidad entró en lo más ín- timo de su ser. Ella distinguió la Palabra desde el primer momento, entendió que Dios quería hablar con ella para comunicarle algo y al instante le dio la bienveni- da. La Palabra entró en su vida y transformó lo cotidiano en extraordinario. Escuchar la Palabra no es tarea fácil, porque supone quedarse al descubierto ante Dios: sin corazas, sin caparazones, sin murallas, sin caretas que disimulen nuestra arrugas e imperfecciones. Escuchar la Palabra es siempre un riesgo, porque nos transforma, nos cambia de raíz, nos compromete…

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HOJA PARROQUIAL

BASILICA DESAN JUAN EL REAL19 DE FEBRERO DE 2017VII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Ref

lexi

ón

ESCUCHAR LA PALABRA, UN RIESGO

“Dichosa la que ha creído que se cumplirán las cosas que le fueron dichas de parte del Señor” (Lc 1,45). Este es el primer cumplido que María recibe en el evangelio de Lucas, y lo recibe de labios de su prima Isabel, que recibe su visita con el corazón lleno de gozo.

El saludo de Isabel recuerda las palabras que pronuncia Jesús en su encuentro con el apóstol Tomás, el discípulo incrédulo: “porque me has visto has creído. Dichosos la que creen sin haber visto” (Jn 20,29). Y es que para creer no hace falta ver con los ojos ni tocar con las manos. La fe no necesita pruebas, razones o demostraciones. La fe va más allá de lo visible, de lo palpable o demostrable.

María creyó sin haber visto nada que le garantizase la autenticidad del men-saje ni del mensajero. Creyó sin haber visto ningún signo especial que confirmara las extrañas promesas del ángel. ¿Creyó a ciegas? Yo diría que no. María no vio pero escuchó. Escuchó la Palabra, con mayúscula. María prestó atención y se dispuso a escuchar. Escuchar es atender, ofrecer, compartir.

Dice el evangelio que el ángel entró en la casa; en realidad entró en lo más ín-timo de su ser. Ella distinguió la Palabra desde el primer momento, entendió que Dios quería hablar con ella para comunicarle algo y al instante le dio la bienveni-da. La Palabra entró en su vida y transformó lo cotidiano en extraordinario.

Escuchar la Palabra no es tarea fácil, porque supone quedarse al descubierto ante Dios: sin corazas, sin caparazones, sin murallas, sin caretas que disimulen nuestra arrugas e imperfecciones.

Escuchar la Palabra es siempre un riesgo, porque nos transforma, nos cambia de raíz, nos compromete…

S

E

La Palabra

1a

2a

Lectura del libro del Levítico 19, 1-2. 17-18

Lectura de la 1ª cartadel Apóstol San Pabloa los Corintios 3, 16-23

Salmo 102

Evangelio segúnSan Mateo 5, 38-48

El Señor es compasivo y misericordioso.

Bendice, alma mía, al Señor,y todo mi ser a su santo nombre.Bendice, alma mía, al Señor,y no olvides sus beneficios. El perdona todas tus culpasy cura todas tus enfermedades;él rescata tu vida de la fosay te colma de gracia y de ternura. El Señor es compasivo y misericordioso,lento a la ira y rico en clemencia.No nos trata como merecen nuestros pecadosni nos paga según nuestras culpas.Como dista el oriente del ocaso,así aleja de nosotros nuestros delitos.Como un padre siente ternura por sus hijos,siente el Señor ternura por los que lo temen.

El Señor habló así a Moisés:«Di a la comunidad de los hijos de Israel:“Sed santos, porque yo, el Señor, vuestro Dios,

soy santo. No odiarás de corazón a tu herma-no, pero reprenderás a tu prójimo, para que no cargues tú con su pecado. No te vengarás de los hijos de tu pueblo ni les guardarás rencor, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor”».

Hermanos:¿No sabéis que sois templo de Dios y que el

Espíritu de Dios habita en vosotros?Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo

destruirá a él; porque el templo de Dios es santo: y ese templo sois vosotros.

Que nadie se engañe. Si alguno de vosotros se cree sabio en este mundo, que se haga necio para llegar a ser sabio.

Porque la sabiduría de este mundo es nece-dad ante Dios, como está escrito: «Él caza a los sabios en su astucia». Y también:

«El Señor penetra los pensamientos de los sa-bios y conoce que son vanos».

Así, pues, que nadie se gloríe en los hombres, pues todo es vuestro: Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, lo presente, lo futu-ro. Todo es vuestro, vosotros de Cristo Y Cristo de Dios.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:«Habéis oído que se dijo: “Ojo por ojo, diente

por diente”. Pero yo os digo: no hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también el manto; a quien te requiera para cami-nar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas.

Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo”.

Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hi-jos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.

Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué pre-mio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis solo a vuestros herma-nos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed per-fectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».

YO, ALCOHÓLICO

Soy un enfermo alcohólico. Empecé a beber, a raíz de que tuve un problema emocional. Ante-riormente me dedicaba al deporte en cuerpo y alma, pero a raíz de este problema caí en una pro-funda depresión. Creí que podía solucionarlo bebiendo, tal que fue así que me encerré en casa sólo para beber. Fue un gran error por mi parte, entré en una vorágine tremenda y mi vida se convirtió en un infierno, un desastre total; sólo vivía para beber, lo demás no me importaba nada, y nada a mi alrededor tenía sentido. Hasta que un día decidí pedir ayuda a mi médico de cabecera. Le conté lo que sucedía y él me dijo: “Tienes un problema grave de alcohol”. Yo no lo quería admitir. Él me remitió a un psiquiatra, que me diagnostico lo mismo. Y yo seguía sin admitirlo, no me lo quería creer. Al salir de la consulta con un montón de recetas en la mano, el doctor me sugirió que me iría bien visitar a Alcohólicos Anónimos. Yo pensé: “lo que me faltaba. ¿Cómo narices voy a ir yo a al-cohólicos anónimos? Yo puedo superarlo sólo, faltaría más”. Seguía negándome a admitir. A los dos días pensé: “bueno por ir hasta allí no pierdo nada. Acudí a uno de los grupos de aquí en Oviedo, con mucho recelo de lo que me iba a encontrar allí. Me recibieron dos compañeros, muy amables y me invitaron a asistir a una reunión que se iba a celebrar en ese momento. Entré y escuché a los compañeros que hablaban de sus experiencias, e incluso surgían risas. Al principio entendía poco o nada, pero luego me di cuenta que muchas de las cosas que allí se comentaban tenían similitud con lo que yo estaba pasando. Al poco tiempo asistía a todas las reuniones que podía, y tiempo después empecé a sonreír y a recuperar muchas cosas que había perdido: familia, amigos etc. Así estuve unos años, pero después de un tiempo empecé a alejarme de los grupos y a no asistir a las reuniones.

Ese fue mi segundo gran error, que pagaría más tarde y con creces. Al final recaí otra vez en el alcohol y esta vez yo creo que fue peor. Volvía a estar en garras del alcohol, y esta vez con más fuerza que antes. Otra vez solo, desquiciado, fuera de mí. Otra vez encerrado sólo para beber, mi vida ya no tenía sentido. Pensé en el suicidio, rogaba para no despertar. Otra vez ingobernable, dejé de asearme; me miraba al espejo y mi aspecto era deplorable, no podía aguantar más.

Un día, gracias a Dios, me dio por llamar a un amigo de los que no sabía nada hacía tiempo; se lo comenté y vino a visitarme. Quedó asustado de mi aspecto: yo que había sido un persona deportis-ta y alegre, de eso no quedaba nada, sólo una piltrafa, un despojo social. El alcohol mandaba en mi vida. Sólo podía esperar la muerte, que era lo que deseaba en ese momento. Pero de repente me di cuenta, y me acordé de mis antiguos compañeros de Alcohólicos Anónimos. Decidí que podía visitarlos. Se lo comenté a mi amigo y él me dijo: “Vale, yo te acompaño”. Ya no se fiaba de mí. Así que haciendo de tripas corazón y muy avergonzado, me presenté y les dije: “Estoy otra vez aquí”. Tengo que decir que no tuve ni un reproche ni una palabra de rechazo, ni un mal gesto. Todo lo contrario: me recibieron con los brazos abiertos, me dieron la bienvenida sin preguntarme nada y otra vez me invitaron a la reunión. Yo no me atreví a hablar, pero me di cuenta que ese era mi sitio, que yo era un enfermo alcohólico, y que mi vida se había vuelto ingobernable con el alcohol. No tenía otro remedio que admitirlo, y que las únicas personas que podían ayudarme, además de los profesionales de la medicina, eran mis compañeros alcohólicos.

Tengo que decir que he recuperado la ilusión de vivir, que estoy tranquilo, que puedo volver a reír y a sonreír, que afronto los problemas cotidianos de frente y con la mente abierta. He vuelto a recu-perar a mis amigos, puedo conducir sin miedo, etc. Por eso siempre estaré agradecido a Alcohólicos Anónimos. Eso sí, sigo asistiendo a las reuniones, porque sé que siempre tendré su ayuda, eso me da la tranquilidad y el valor suficiente para disfrutar incluso para divertirme lo que me quede de vida. Una vida, por supuesto, sin alcohol.

E.M.¿TIENES PROBLEMAS CON EL ALCOHOL?QUIZÁS PODAMOS AYUDARTE.Alcohólicos Anónimos. Tfno. 649235531

Horario de MisasBasílica de San Juan el RealLaborables 9:00, 13:15 y 20:00 hDomingos y festivos 9:00, 11:00, 12:00, 13:00 y 20:00 h

Siervas de Jesús (Uría, 23) Lunes a Sábado 7:30 h Domingos y festivos 8:00 h

Sagrado Corazón (PP. Jesuitas) Laborables 12:30 y 19:30 h Domingos 12:30, 13:30, 19:30 y 20:45 h

Esclavas todos los días 13:00 y 18:00 h

Despacho ParroquialOficina de F. Ceferino 24

Lunes a jueves de 9:00 a 14:00 hde 16:00 a 19:00

Viernes de 9:00 a 14:00

Documentos y partidasacudir a la oficina

Celebracionescita previa al 985 222 832

TeléfonosBasílica985 212 388Oficina de Fray Ceferino985 222 832Javier (Párroco)609 823 632

“EL CATE” JUNTO A MANOS UNIDASEN LA CAMPAÑA CONTRA EL HAMBRE

El fin de semana pasado, coincidiendo con la celebración de la Campaña contra el Hambre, varios niños del Cate han puesto a la venta en un pequeño puesto los artículos que habían estado haciendo los últimos sábados.

Si bien fueron días de frío, cerca de veinte niños acudieron de la mano de sus padres a participar en este pro-yecto tan ilusionante. Como catequistas su-yos, nuestro objetivo en esta actividad es doble:

- Hacerles ver que TODOS podemos aportar nuestro gra-nito de arena en ayudar a los demás. En este caso para las personas necesitadas del Tercer Mundo.

- Mostrarles que la parroquia no es sólo el catecismo y la misa dominical, que podemos hacer más actividades.

Gracias a los padres que les habéis acompañado. Gracias a los catequistas que habéis estado al pie del cañón.

Se han conseguido 416 € que se unirán a la colecta extraordi-naria de las misas del pasado fin de semana.

ÁNIMO A TODOS

El próximo miércoles 22 de Febrero celebramos la Cá-tedra de Pedro. Es uno de los días del año en los que es posible ganar la indulgencia plenaria en nuestra Basílica.

Para ello es necesario:

• Visitar la Basílica• Confesar sacramen-

talmente los pecados• Recibir la Sagrada

Eucaristía• Orar por las intencio-

nes del Papa.

Con seguridad, es un buen modo de prepararse para la Cuaresma que está a las puertas.

Indulgencia Plenaria