san juan de los lagos, jal. enero de 2015 nº 403 año de la ... · aÑo de la vida consagrada...

Revista Diocesana Mensual

San Juan de los Lagos, Jal. Enero de 2015 Nº 403

Año de la Vida Consagrada

Centro Diocesano de Pastoral

Morelos 34. A. P. 21Tel. (395) 785-0020 Fax. (395) 785-0171

Correo-E: [email protected]: [email protected]

47000 San Juan de los Lagos, Jal.

Responsable:

Comisión diocesana de Vida Consagrada

Diócesis de San Juan de los Lagos.

SUMARIO:

Introducción .......................................................................... 1

SECCIONES:

Ver: Análisis pastoral de la realidad ............................... 3

Juzgar: Iluminación teológico-pastoral:lo que es y significa la Vida Consagrada ........ 11

Actuar: Desafíos y orientaciones pastorales ................ 22

APÉNDICE:

1: Calendario del año de la Vida Consagrada 2015 ........ 33

2: Principales ritos de la Vida Consagrada ....................... 35

3: La Virginidad Consagrada ............................................. 37

«El estado de vida que consiste en la profesión de los consejosevangélicos, aunque no pertenezca a la estructura de la Iglesia,pertenece, sin embargo, sin discusión, a su vida y a su santidad»

(CEC 914)

pág. 1Bol-403

AÑO DE LA VIDA CONSAGRADA

Introducción

Forman la Iglesia, Pueblo de Dios, los bautiza-dos que por su consagración bautismal constituyenun Pueblo de sacerdotes, profetas y reyes. Tienencomo referencia de vida el seguimiento de Jesús yaceptan como misión anunciar el Evangelio siendotestigos de Cristo Resucitado. Dentro de este Pue-blo el Señor dispuso que «unos fueran apóstoles;otros, profetas; otros, evangelizadores; otros, pas-tores y maestros, para la adecuada organización delos santos en las funciones del ministerio, paraedificar el cuerpo de Cristo, hasta que lleguemostodos a la unidad de la fe y del conocimiento delHijo de Dios, al estado de hombre perfecto, a laplena madurez de Cristo» (Ef. 4,11-13).

La Vida consagrada se refiere al conjunto depersonas en la Iglesia que han sido llamados comoconsagrados: hombres y mujeres que un día sin-tieron la llamada de Dios y, dejándolo todo, losiguieron (cf Mt 4,19-20; Mc 1,16-20; Lc 5,1-11);durante un tiempo fuerte se prepararon y forma-ron, y un día fueron aceptados definitivamente alservicio de un carisma, admitidos por la Iglesiacomo consagrad@s para siempre.

Es un don divino que la Iglesia recibe del Señory que ella conserva con su gracia; una riquezaeclesial y apostólica por la pluralidad de sus

carismas; una fuerza de vital importancia para laDiócesis, por su compromiso evangélico de san-tidad y por sus múltiples servicios apostólicos.

Por lo mismo necesita ser apoyada y valoradapor la comunidad eclesial, y a su vez ha de apoyara la misma comunidad a través de sus propiosdones. Ser una respuesta clara al reto de la NuevaEvangelización, buscando ser fiel a su identidadmarcada por ser una vocación al seguimientoradical de Cristo. Aceptar las exigencias radicalesde los consejos evangélicos, como testigos ysignos proféticos del Reino de Dios, con lascaracterísticas del carisma propio. Inspirar y ani-mar un estilo de vida fraterna en comunidad, y uncompromiso apostólico en la Iglesia al servicio delos demás.

Esto implica que se integre la vida consagradaa la Iglesia local, para el mejor cumplimiento desu misión evangelizadora, como tarea prioritariade cada comunidad, congregación o instituto; yasuma la necesidad de coordinar su acciónevangelizadora en la pastoral de conjunto y actua-lizar constantemente su inserción apostólica en laIglesia local.

El cambio de época, entre cambios y descon-ciertos, y la Nueva Evangelización, piden a los


pág. 2 Bol-403

institutos de vida consagrada organizar respues-tas nuevas en estilos y trabajos. Se trata de vivir yofrecer el mismo Evangelio de siempre, perorequiere actualizar elementos de la vida consagra-da, de su formación, de sus relaciones, de susestilos y presencias.

El 29 de noviembre de 2013, al final del en-cuentro con 120 Superiores generales de Institu-tos masculinos, el Papa Francisco anunció que elaño 2015 sería dedicado a la vida consagrada. LaCongregación para los Institutos de vida consa-grada y las Sociedades de vida apostólica fuetrabajando en los preparativos.

La Apertura se hizo el I Domingo de Adviento,30 de noviembre de 2014, en la Iglesia universal.En nuestra Diócesis, como coincidía con el Díadel Seminario, preferimos aplazarlo hasta el 2 defebrero, con el fin de dar a cada institución laatención debida. Las distintas diócesis, provin-cias eclesiásticas y naciones organizan distintoseventos, avisando a la Congregación sus mássignificativos actos. Hay también jornadas deoración, encuentro y reflexión a nivel universal. Yse clausurará con la Jornada mundial de la vidaconsagrada el 2 de febrero de 2016.

Es un tiempo de gracia, conmemorativo de los50 años del Decreto «Perfectae caritatis» delConcilio Vaticano II, arranque de un fecundocamino de renovación siguiendo las líneas defidelidad al Señor, a la Iglesia, al propio carismay al hombre de hoy (cf PC 2).

Es un año para hacer una memoria agradecidadel pasado reciente. La vida consagrada «es com-pleja, hecha de pecado y de gracia», como dijo elPapa Francisco. Un año para «gritar» al mundotanta santidad y vitalidad presente en la vidaconsagrada, escondida en monasterios, conven-tos y casas de consagrados, que hace a tantoshombres y mujeres «iconos vivientes del Diostres veces santo».

Su segundo objetivo es «abrazar el futuro conesperanza». El momento presente es «delicado yfatigoso» (VC 13), y la crisis por la que atraviesala sociedad y la Iglesia afecta a la vida consagrada.Pero, asumido como kairós, es ocasión para cre-

cer en profundidad. La vida consagrada no podrádesaparecer, pues «ha sido querida por el mismoJesús como parte irremovible de su Iglesia» (Be-nedicto XVI, a obispos brasileños, 5 nov. 2010).Frente a tantos profetas de desventuras, confiandoen Aquel en quien hemos puesto nuestra confian-za, anunciamos la esperanza, que no regatea nin-gún medio.

El tercer objetivo es vivir el presente conpasión, enamoramiento, verdadera amistad y pro-funda comunión. Evangelizar la propia vocacióny testimoniar la belleza del radical seguimientode Cristo en las múltiples formas en que se expre-sa. Los consagrados recogen el testimonio legadopor sus fundadores, para «despertar al mundo»con su testimonio profético y su presencia en lasperiferias existenciales de la pobreza y del pensa-miento.

Están llamados a escribir una grande historiaen el futuro (cf VC 110). A continuar la renova-ción conciliar, potenciando su relación con elSeñor, la vida fraterna en comunidad, la misión, yprocurando una formación adecuada a los desa-fíos de nuestro tiempo, de suerte que puedanreproponer la experiencia de sus fundadores convalor y fidelidad dinámica y creativa (cf VC 37).

Será una buena ocasión en nuestra Diócesispara:* Explicar lo que significa vivir en nuestro mundo

con radicalidad el estilo de vida de Jesús, que seexpresa a través de los votos de pobreza, casti-dad y obediencia.

* Exponer los retos y respuestas que nacen de laconsagración, comunión y misión, recibidos enel Bautismo, al hacerlo desde este estilo. Estastres dimensiones -testimonio de su ser, relaciónfraterna y diversas respuestas a las esperanzas ydolores del pueblo- se hacen vida en la Iglesia yen el mundo.

* Presentar a todo el Pueblo de Dios los retos ypropuestas que nacen del proyecto de los consa-grados.

* Recoger lo mejor de la historia para recordar yponer las bases de la nueva historia por construir(cf Mt 13,52).

pág. 3Bol-403


Una historia para recordar

La fe nos llegó a través de la predicación defranciscanos, luego llegaron agustinos, que hicie-ron de la evangelización a los nuevos pueblos el sentido de sus vidas. Recordamos a Fray Antoniode Segovia, Fray Miguel deBolonia, Fray Juan de Badillo ode la Coruña.

No sólo se trabajó en el esta-blecimiento del cristianismo yde la Iglesia, sino en elforjamiento de pueblos, evange-lización pacífica y mestizaje cul-tural, con la coexistencia de indí-genas en pueblos y españoles enestancias ganaderas, catecismo,doctrinas, etc.

Al entregar al clero secular lascomunidades, los franciscanosdejaron las parroquias, y los agus-tinos tomaron las pertenecientesal Obispado de Michoacán. Ennuestro territorio de la actual Dió-cesis no quedaron conventos, ylos últimos rastros se acabaroncon la Guerra de Reforma.

Al desaparecer la vida religiosa durante elsiglo XIX, la creación de 9 diócesis y otros dosarzobispados en 1864 permitió un renacimientoen México de la vida consagrada, con la llegada demuchos institutos para respuesta a diversas nece-sidades. De ahí provienen la mayoría de congre-gaciones que trabajan en la Diócesis.

Algunas fundaciones han nacido en nuestraDiócesis, o han sido emprendidas por personasoriginarias de nuestras comunidades.

La realidad actual en nuestra diócesis

Existen en la Diócesis 16 sacerdotes religio-sos; 13 religiosos no sacerdotes; y 446 religiosas.Hay 82 comunidades religiosas: 9 casas de 7institutos de varones (2 de religiosos no clérigos

y 4 de sacerdotes); 66 casas demujeres de 33 congregaciones;5 monasterios de 4 Órdenes; 2casas de una Sociedad de VidaApostólica; 1 instituto Secularcon miembros en varias comu-nidades; 1 virgen consagrada.

Institutos masculinos:

1. Hermanos Lasallistas: Edu-cación de la niñez y la juventud.Colegios para primaria, secun-daria y preparatoria. Noviciadoy catequesis: 2 casas, 8 profesosy 6 novicios (Lagos de Morenoy San Juan de los Lagos).

2. Hermanos Maristas: Educa-ción de la niñez y de la juven-tud: 1 casa, 4 profesos (Tepati-tlán de Morelos).

3. Padres Mercedarios: Atención a cárceles y unacapellanía: 1 casa; 2 sacerdotes (Lagos deMoreno).

4. Misioneros Xaverianos: Enseñanza en un co-legio; pastoral vocacional; seminario; apoyopastoral a parroquias: 1 casa, 5 sacerdotes(Arandas).

5. Misioneros del Sagrado Corazón y de SantaMaría de Guadalupe: seminario: 1 casa, 4sacerdotes (Tepatitlán de Morelos).

Análisis Pastoralde la Realidad

Ver:


pág. 4 Bol-403

6. Padres Vicentinos: Seminario y apoyo parro-quial: 1 casa, 3 sacerdotes (Lagos de Moreno).

7. Padres Pavonianos: albergues infantiles y apo-yo a pastoral parroquial: 2 casas, 4 sacerdotes(Lagos de Moreno y Atotonilco).

Institutos femeninos:

1. Hermanas Catequistas de Jesús Crucificado:evangelización y catequesis: 2 casas, 9 herma-nas (San Juan de los Lagos y Tepatitlán deMorelos).

2. Hermanas Domi-nicas de María:atención a catedraly casa del SeñorObispo: 1 casa, 6hermanas (San Juande los Lagos).

3. Misioneras de laCaridad de MaríaInmaculada: aten-ción a ancianos enun asilo: 2 casas, 17hermanas (San Juande los Lagos y SanJulián).

4. Misioneras eucarísticas de María Inmaculada:educación y pastoral rural: 1 casa, 2 hermanas(Santa Teresa en San Juan de los Lagos).

5. Siervas de Jesús Sacramentado: educación deniñez y juventud y adoración eucarística repa-radora: 7 casas, 59 hermanas (San Juan de losLagos, Lagos de Moreno, Jalostotitlán, SanMiguel el Alto, Tepatitlán, Arandas, Capillade Guadalupe).

6. Siervas de la Santísima Trinidad y de losPobres: servicio a enfermos en hospitales: 4casas, 17 hermanas (San Juan de los Lagos,Jalostotitlán, 2 en Tepatitlán).

7. Carmelitas del Sagrado Corazón: Hospitales,asilo, colegio y orfanatorio: 6 casas, 34 herma-nas (Lagos de Moreno, 5 en Atotonilco).

8. Misioneras Guadalupanas: enseñanza a laniñez en un colegio: 1 casa, 3 hermanas (Lagosde Moreno).

9. Misioneras de la Virgen de los Dolores: devo-ción reparadora a la Dolorosa, apoyo en pasto-ral parroquial: 1 casa, 2 hermanas (Lagos deMoreno).

10. Religiosas de la Compañía de Santa Teresade Ávila: enseñanza a niños, adolescentes yjóvenes en un colegio: 1 casa, 2 hermanas(Lagos de Moreno).

11. Religiosas de Nuestra Señora de la Caridaddel Refugio: atención a niños y jóvenes en una

casa hogar: 1 casa, 6hermanas (Lagos deMoreno).12. Siervas de Jesúsde la Caridad: aten-ción a un asilo de an-cianos: 2 casas, 14hermanas (Lagos deMoreno).13. Carmelitas Mi-sioneras Donum Dei:catequesis y un res-taurante: 1 casa, 3 her-manas (Tepatitlán).

14. Dominicas de la Doctrina Cristiana: evange-lización, catequesis, guardería de niños y casade retiros: 3 casas, 16 hermanas (Arandas,Tepatitlán, Acatic).

15. Maestras Pías de la Dolorosa: atienden unacasa hogar para niños y niñas: 1 casa, 9 herma-nas (Tepatitlán).

16. Misioneras Somascas Hijas de San Jeróni-mo: atienden un instituto escolar y casa hogarpara niños y niñas: 1 casa, 3 hermanas (Tepa-titlán).

17. Religiosas de Santa Ana: servicio pastoral enla parroquia y jardín de niños: 1 casa, 5 herma-nas (Tepatitlán).

18. Siervas del Señor de la Misericordia: ense-ñanza, misiones y una casa de retiros: 5 casas,23 hermanas (3 en Tepatitlán, San IgnacioCerro Gordo, Santa Ana).

19. Misioneras Clarisas del Santísimo Sacra-mento: misiones y apoyo a parroquia: 2 casas,12 hermanas (Atotonilco).

pág. 5Bol-403


20. Franciscanas de Nuestra Señora del Refu-gio: enseñanza en colegios: 4 casas, 21 herma-nas (Jesús María, San José de Gracia, Tototlán,Degollado).

21. Religiosas de Nuestra Señora de Fátima:apoyo a pastoral parroquial: 1 casa, 3 hermanas(Arandas).

22. Hermanas Franciscanas: atienden un asilode ancianos: 1 casa, 2 hermanas (Yahualica).

23. Religiosas del Verbo Encarnado: enseñanzaen un colegio y apoyo a la parroquia: 2 casas,9 hermanas (Ribera deGuadalupe y Yahualica).

24. Misioneras Hijas de laPurísima Virgen María:colegios y apoyo a pasto-ral parroquial: 2 casas, 14hermanas (Santa María delValle y San Julián).

25. Clarisas del Sagrado Co-razón: atención a colegiode niños y niñas: 1 casa, 3hermanas (San Diego deAlejandría).

26. Religiosas de la Familiade Corde Iesu: atención acolegio de niños y niñas: 1casa, 2 hermanas (Unión de San Antonio).

27. Misioneras del Sagrado Corazón y de SantaMaría de Guadalupe: un colegio y pastoralvocacional: 1 casa, 7 hermanas (Ayotlán).

28. Dominicas de Santo Tomás de Aquino: cole-gio y apoyo a pastoral parroquial: 1 casa, 6hermanas (Betania).

29. Hermanas Doroteas Hijas del Sagrado Co-razón: atienden un asilo de ancianos: 1 casa, 3hermanas (Capilla de Guadalupe).

30. Hijas del Espíritu Santo: apoyo a pastoralparroquial y pastoral vocacional: 1 casa, 2hermanas (Capilla de Guadalupe).

31. Hijas de la Pasión de Nuestro Señor Jesu-cristo y de María Dolorosa: colegio y apoyo apastoral parroquial: 1 casa, 7 hermanas(Mezcala de los Romero).

32. Misioneras de San Juan Bautista: colegio yapoyo a pastoral parroquial y vocacional: 1casa, 15 hermanas (Acatic).

33. Adoratrices Perpetuas Guadalupanas: cole-gio y adoración perpetua: 1 casa, 12 hermanas(Lagos de Moreno).

Monasterios:

1. Religiosas Capuchinas: adoración al Santísi-mo; elaboran galletas y rompope: 1 casa, 18hermanas (Lagos de Moreno).

2. Clarisas Franciscanas:adoración al Santísimo;confeccionan hostiaspara Misa: 1 casa, 15 her-manas (Tepatitlán).

3. Adoratrices Perpetuas:adoración al Santísimo yfabrican galletas yrompope: 2 casas, 40 her-manas (Atotonilco y SanJosé de Gracia).

4. Religiosas Dominicas:adoración al Santísimo;confeccionan hostiaspara Misa: 1 casa, 20 her-manas (San Miguel elAlto).

Sociedad de vida apostólica: Hermanas Re-paradoras del Corazón Eucarístico de Jesús:

Atienden dos asilos de ancianos: 2 casas, 8hermanas (Tepatitlán).

Instituto Secular en vías de formación: Men-sajero de las Rosas:

Distintos apostolados según su trabajo: 22hermanas (Tepatitlán).

Vírgenes consagradas: 1. Eremitas: 0.Instituto en formación: Hermanos Repara-

dores: dos varones llevan 28 años viviendo unavida de contemplación y apostolado, intentandola rama masculina de las Hermanas Reparadoras,sin lograr reunir el número suficiente para suconstitución (Arandas).


pág. 6 Bol-403

Terceras Órdenes:

1. Orden Seglar del Carmelo Descalzo (oracióncontemplativa afectiva, Liturgia de las Horas,ayuda al Seminario): en 8 comunidades.

2. Orden Franciscana Seglar (estudio de la espi-ritualidad franciscana, grupos juveniles, ayudaa pobres y en cárceles menores): en 6 comuni-dades; 2 con JUFRA (rama juvenil) y una conJardín (para niños).

Casas de Formación:

Masculinas:1. Hermanos Lasallistas: Novi-

ciado con 8 jóvenes (Lagos deMoreno).

2. Misioneros del Sagrado Cora-zón y Santa María de Guada-lupe: Seminario menor con 7seminaristas (Tepatitlán).

3. Misioneros Xaverianos: Se-minario menor con 11 alum-nos de preparatoria y 23 desecundaria (Arandas).

4. Padres Vicentinos: Seminariomenor con 11 alumnos de pre-paratoria (Lagos de Moreno).

5. Hijos de María Inmaculada(Pavonianos): Seminario me-nor con 8 alumnos (Lagos de Moreno).Femeninas:

1. Siervas de Jesús de la Caridad: un Aspirantadocon 7 aspirantes (Lagos de Moreno).

2. Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramen-to: un Aspirantado con 8 aspirantes(Atotonilco).

3. Hijas del Espíritu Santo: Aspirantado con 5aspirantes (Capilla de Guadalupe).

Hechos comunes a la vida consagrada

Falta en el Pueblo de Dios un mayor conoci-miento sobre el sentido y la diversidad de carismasde la vida consagrada.

Los primeros evangelizadores dieron un im-pulso definitivo a la catequesis y promoción hu-

mana, así como a la implantación de la Iglesialocal.

Hay Religiosos que, por el carisma de suInstituto o su capacitación y habilidades perso-nales, cubren con generosidad ciertos camposespecíficos de evangelización: educación, me-dios de comunicación, investigación, ambientesmarginados; para mayor eficacia, requieren me-jor coordinación e inserción en la vida pastoral

de la Diócesis.La planeación no suele to-

mar en cuenta la especializa-ción que pueden aportar los Re-ligiosos; con ello se dificulta suintegración real.

Hechos específicos sobrelos religiosos presbíteros

Pocos colaboran de tiempocompleto en la planeación, eje-cución y evaluación de la pasto-ral parroquial.

No tienen a su cargo Parro-quias; pocos han ocupado ofi-cios diocesanos.

Ha habido problemas porcelebrar sacramentos y ceremo-nias religiosas sin control de laparroquia donde están y por la

apariencia de negocio.

Algunos sienten tener privilegios universalesque los hacen autónomos del Obispo.

Hechos específicos sobre las religiosasde vida apostólica

Las Comunidades religiosas femeninas handado a la Diócesis presencia apostólica en casitodos los ambientes, testimonio de servicio enfavor de los más pobres, abnegación y entrega,colaboración eclesial.

Existen Religiosas muy actualizadas y capaci-tadas para aportar una valiosa colaboración enmúltiples campos de la pastoral orgánica.

El potencial de la vida religiosa femenina nosiempre ha sido tomado en cuenta ni ha sido

pág. 7Bol-403


encauzado en los planes de acción evangelizadora,ya que con frecuencia las Religiosas no participanen reuniones de trabajo de las Parroquias, Deca-natos o Comisiones, ni han formado equipo con laVicaría de Vida consagrada.

No todos los Institutos religiosos femeninoshan tomado conciencia de la necesidad de partici-par en la pastoral orgánica de la Diócesis, comoclara expresión de su compromiso evangelizador.

Las Comunidades religiosas femeninas, debi-do a sus múltiples y pesadas ocupaciones, confrecuencia parecen estar ausentes de la vida de lasParroquias en que están insertadas.

Es insuficiente el servicio que la Vicaría ofrecea las Religiosas: apoyo a su formación, atencióna sus necesidades incluso materiales, así comoasesoría cualificada.

Se hacen esfuerzos positivos de parte de laCIRM para ofrecer servicios ante las necesidadesde promoción de la vida religiosa femenina.

En estos últimos años se ha dado una disminu-ción drástica de vocaciones. Por ello algunosinstitutos se preguntan sobre la posibilidad depermanecer o no, ante el envejecimiento y dismi-nución numérica.

A la vida consagrada femenina se le reconocesu entrega y presencia en «los lugares de misiónque ofrecen mayor dificultad, y es especialmentesensible al clamor de los pobres» (SD 90), pero sudedicación y generosidad, ejemplo para el restode los cristianos, no siempre es valorada a la alturade lo que hacen y son (cf SD 108; VC 57).

La presencia de la vida consagrada se reduce aalgunos lugares, quedando la mayoría de comuni-dades sin comunidades religiosas o con muy pocapresencia.

Vitalidad del carisma religioso e influjoen la comunidad.

Aunque sólo menos de la mitad de comunida-des parroquiales o cuasi parroquiales cuenta conla presencia de alguna comunidad religiosa en suterritorio, se tiene mucho aprecio de la vida con-sagrada, y se valora el servicio que realizan en loscampos de la educación, la asistencia social (hos-

pitales, asilos, orfanatorios, albergues) y la pasto-ral (catequesis, asistencia a sacerdotes, santua-rios, visiteo familiar, etc.) y los religiosos gozande gran autoridad moral ante el pueblo.

Como las vocaciones a la vida consagrada sonnumerosas, aunque menos que antes, varias con-gregaciones han podido recibir un gran número decandidatos de esta región, incluso con rigurososcriterios de selección.

Para fomentar la vida consagrada, los promo-tores vocacionales, en un trabajointercongregacional, realizan visitas programa-das a los colegios y las escuelas incluso oficiales,realizan jornadas vocacionales en las comunida-des parroquiales, promueven la oración por lasvocaciones consagradas.

Fidelidad a su carisma, a sus constitu-ciones y a la pastoral de la comunidad.

La mayoría de religiosos que están en estaDiócesis son buenos testigos de fidelidad a susConstituciones, y se muestran disponibles a ob-servar la disciplina canónica y a obedecer lasdisposiciones del Obispo en los aspectos que leconfía el derecho.

Pero la mayoría trabaja más para su propiacongregación que para la Diócesis; algunos se hanestablecido en la Diócesis buscando vocaciones yrecursos, más que deseando prestar un servicioevangelizador; algunos ignoran el proceso pasto-ral de la Diócesis; falta más sentido de Iglesialocal.

Atención Institucional.

Existe un Vicario episcopal para la vida consa-grada, que participa en el Consejo presbiteral, enel Colegio de Consultores, y en el Consejodiocesano de pastoral. Tiene un equipo para lapastoral de vida consagrada, para estar en comu-nicación con las comunidades religiosas, realizarreuniones periódicas, retiros espirituales, y visi-tas periódicas a las casas. Se coordinan tambiéncon Pastoral Vocacional.

Se tienen establecidas dos o tres Jornadas dePre-Vida religiosa, que consisten en un retiro dedos días para quienes tienen inquietud hacia la


pág. 8 Bol-403

vida religiosa, a fin de ofrecer un panorama de lasvocaciones en la Iglesia y de las formas de vidaconsagrada y el testimonio de distintas congrega-ciones. De ordinario, sólo se entrega carta derecomendación para enviar a un candidato a unInstituto cuando ha vivido un primer retiro, y hallevado un acompañamiento (e incluso ha vividoun segundo retiro de discernimiento vocacional).

Se pensará en la forma de celebrar la Jornada deVida consagrada a nivel diocesano en otra fecha(por ejemplo, el 21 de noviembre), puesto que el2 de febrero está centrado en la atención a los200,000 peregrinos a pie que acuden a la CatedralBasílica.

Cooperación en la pastoral diocesana:

No se han aprovechado al máximo sus carismaspara el bien de la Iglesia diocesana y la realizaciónde sus miembros.

Falta en el presbiterio diocesano una mayorreflexión, valoración y discernimiento acerca dela vida consagrada, su acompañamiento y suinserción y colaboración.

En el Consejo diocesano de pastoral y en elConsejo presbiteral falta profundizar en su inte-gración en la pastoral orgánica desde su propiocarisma y en sus propios ambientes, de acuerdo alorganigrama, sobre todo en las Vocalías.

No es posible un equipo más estable para laPastoral de vida consagrada debido a la movilidadde las personas en sus congregaciones, a menosque se constituya con sacerdotes diocesanos, conlaicos de sus grupos afiliados.

Se fomenta un trabajo intercongregacional enlas jornadas vocacionales de las parroquias, en losretiros de Pre-Vida consagrada, y en el equipo deacompañamiento de la Pastoral Vocacional.

No han logrado integrarse en el proceso pasto-ral diocesano aprovechando sus especializacio-nes, o se deja a alguna hermana como aficiónparticular y sin mucho apoyo institucional, aun-que se han dado grandes avances.

Atención pastoral a los religiosos:

Se ha dejado a cada párroco del lugar dondeexiste una comunidad que les atienda en sus

necesidades de salud, vivienda, relación con laspersonas, espiritualidad, y procure integrar sucarisma en la pastoral parroquial.

Se han nombrado capellanes y confesores, y seprocura ofrecer la dirección espiritual.

Se tienen 4 retiros espirituales al año y unaasamblea.

Las tendencias y su significado

El mundo de hoy con sus acelerados cambiosexige una nueva manera de presencia. Se experi-mentan dificultades para compromisos de porvida; no encuentran testigos que sean referenciasque les animen; se incita a vivir del momento sinprofundizar ni planteamiento.

La búsqueda intensa de experiencia de Dios yseguimiento radical de Cristo son hoy la tenden-cia esencial en la vida consagrada. A la vez, ciertapropensión a nivelarse con los estilos actuales enideas, hábitos de vida y jerarquía de valores. Dejade ser parábola e interpelación, y al hacerse taniguales a todo el mundo no se da el testimonio queanime a «venderlo todo» (cf Mt 19,21) por seguira Cristo en estos caminos.

El escándalo de la pobreza y la exclusión deamplios sectores del pueblo provocaron hace añosuna fuerte tendencia a la inserción, motivandograndes cambios en algunos institutos. El Conci-lio Vaticano II y Medellín los animaron; suspresencias en los lugares más pobres se hicieronmás numerosas, contagiando a toda la vida consa-grada con un fuerte estilo de Evangelio. Pero estatendencia no se hizo sentir en nuestro territorio, yes casi nula en este continuo empobrecimiento yperiferias llenas de miseria y dolor.

Se hacen muchos trabajos vocacionales, perolos frutos a mediano y corto plazo son pequeños.Las razones parecen ser el desconocimiento de loque es la vida consagrada, la dificultad entre losjóvenes para comprometerse en proyectos de vidaa largo plazo, la falta de una cultura vocacionalque anime las vocaciones radicales y pocainculturación en algunas congregaciones. Faltamucho para que los bautizados quieran vivir des-de su vocación cristiana en la Iglesia y busquendescubrir el carisma que «a cada uno se le otorga

pág. 9Bol-403


como manifestación del Espíritu para común uti-lidad» (1Co 12,7).

La relación entre ellos y la comuniónfraterna

El Concilio Vaticano II impulsó la concienciade la vida religiosa como dimensión del Pueblo deDios. Surgió fuerte la necesidad de darle cuerpo ala intercongregacionalidad como forma caracte-rística de la vida consagrada, llamada a expresaren sí misma el misterio decomunión que identifica a laIglesia.

Como bautizados, los con-sagrados viven y expresan sufe y sus proyectos dentro delas Iglesias locales. Se sien-ten en comunión con sus pas-tores y se expresan con senti-do de Iglesia. Estas relacio-nes son matizadas por las si-tuaciones propias de cada ins-tituto, sus peculiaridades ylas realidades históricas y per-sonales de cada caso. A ve-ces surgen dificultades en laintegración de la vida consa-grada, sea por excesiva inde-pendencia de algunos consa-grados, sea por poca com-prensión de las peculiarida-des de los carismas por partede algunos pastores, sea porla falta de planificación pas-toral conjunta con la Diócesis.

La relación con la gente es amistosa, de cerca-nía, tratable, pero con frecuencia se desconoce elfuncionamiento real e interno de la vida consagra-da. Salvo quienes participan directamente en lavida diocesana o tienen responsabilidadesparroquiales, la relación con el Obispo y lossacerdotes diocesanos es escasa, por lo que puedequedar oscurecida la identidad de los consagradosen el contexto pastoral de la Diócesis.

En la relación con el pueblo, pocos han hechoesfuerzos por situarse como voz de los sin voz,

hermanos de los más excluidos y hacer realidadque la Iglesia se encuentre en los barrios popula-res, en los espacios de nuevas pobrezas ymarginación y en las presencias de larga tradiciónentre los pueblos indígenas: Personas entregadasy comunidades llenas de cercanía son el signo deque Dios sigue acampando entre nosotros (cf Jn1,14).

Algunas se han instalado en una vida cómoda,por lo que se les pide más radicalidad y compro-

miso. De hecho, la vida con-sagrada ofrece espacios deseguridad, por lo ÿþÿþquealgunos tienden a vivir ins-talados en ellos al margende los grandes problemasde la gente.

Ante la realidad cada vezmás sensible de dar signifi-cado y espacio al laicadodentro de la Iglesia, la vidaconsagrada se abre a com-partir sus misiones ycarismas en diversas mo-dalidades según proyectosdiversos. Quiere colaborar,así, a una relación de ma-yor comunión entre todoslos componentes del Pue-blo de Dios.

La misión y apostolado

Las comunidades devida consagrada se dedican de manera mayorita-ria a la educación, y enseguida a obras sociales, enlas que destacan salud, ancianos y huérfanos, yluego en obras parroquiales, sin olvidar los espa-cios de retiros y oración. Falta mayor presencia enespacios como cárceles, misiones populares, tra-bajos con drogadictos, niños de la calle, atencióna enfermos con SIDA, presencia en los medios,cultura, publicaciones...

No se ha impuesto como mentalidad, siguien-do una larga tradición, su preocupación e implica-ción por trabajar con los últimos del sistema,


pág. 10 Bol-403

popularizar obras, apertura a nuevos trabajos enzonas pobres, como educación no formal y dis-pensarios médicos para atender a los más necesi-tados. Requiere abrir nuevas obras y presenciaspor atender mejor al carisma propio y los retos delambiente. Se cierran casas y abandonan obras, porfalta de posibilidad para mantenerlas, o la orien-tación de cada instituto, o falta de vocaciones.Estos hechos provocan angustias eincomprensiones tanto dentro como fuera de losinstitutos.

La búsqueda de compromisos apostólicos másadecuados a la índole carismática de los institutosno siempre ha sido suficientemente entendida yvalorada. En el caso de las comunidades femeni-nas se añada a veces la poca aceptación e integra-ción de su trabajo en la pastoral de conjunto.

La presencia en la Iglesia de un laicado cadavez más consciente de su misión eclesial abrenuevas posibilidades de futuro a la hora de com-partir los diversos proyectos y tareas que nacen dela misión de la Iglesia.

Las vocaciones

La pastoral vocacional presenta al instituto, ennombre del cual se hace la propuesta, como unmodo particular de vida para el seguimiento deJesús. Contempla dos procesos diferenciados:promoción vocacional, que marca el inicio de lapastoral vocacional, y el acompañamiento voca-cional, que comienza cuando un joven solicitavivir el proceso de discernimiento para el que lacongregación le ha considerado apto.

La promoción vocacional se hace de modointercongregacional, y trata de hacer llegar a lamayor cantidad de jóvenes información de losdiversos institutos sobre quiénes son, qué hacen,cuál es la razón de vida, qué anima a trabajar porJesús. Esto lo hacen también con las personascercanas, las familias, etc.

El acompañamiento vocacional empiezacuando el joven expresa su deseo de vivir untiempo fuerte de discernimiento vocacional y lacongregación lo considera apto. Es tiempo deacompañarle en una experiencia gradual y pro-gresiva de discernimiento, en la que descubre

sus motivaciones y capacidades para vivir des-de el carisma elegido. A la vez se le ayuda amadurar en su dimensión humana, en la fe y enla vocación.

Las actividades son variadas, con el sello decada instituto: acompañamiento personal, encuen-tros de reflexión, campamentos de trabajo, mar-chas y acampadas, jornadas juveniles para impul-sar el crecimiento en sus distintas dimensiones yotros, son experiencias que llevan al joven a queclarifique y decida si Dios le invita a tomar estecamino.

Formación

Hay rasgos positivos: gran sentido de genero-sidad, connaturalidad con la oración e incluso conla contemplación, profunda afectividad, gozo ysentido festivo de la vida comunitaria, sensibili-dad ante los problemas y dolores de la gente.

También se comprueban rasgos negativos.Algunos provienen de familias poco constitui-das que no generan suficiente madurez para elequilibrio afectivo-sexual y muestran inseguri-dad en la toma de decisiones. Hay otros datos dela cultura de hoy: individualismo, dificultad enla entrega para siempre o el esfuerzo prolongado,austeridad o transparencia; dificultad para en-tenderse a sí mismo, lo que genera problemas deidentidad.

Se valora la vida consagrada, pero son muchaslas dificultades que tienen que superar quienesoptan por ella debido el escaso conocimientosobre la misma, al entorno social y a la excesivavinculación a la familia.

Los formadores con frecuencia son insuficien-tes, o tienen otras responsabilidades fuera de lainstitución o están poco motivadas. Esto impidela atención adecuada que requieren los formandos.Lo ideal sería un equipo de formación y personasexperimentadas.

No hay siempre un correcto discernimientosobre las cualidades de los aspirantes; en ocasio-nes, se permite el ingreso de sujetos no idóneos ose les acepta sin llegar a una opción claramentedefinida, lo que en ocasiones lleva a problemas ytensiones.

pág. 11Bol-403


QUÉ ES LA VIDA CONSAGRADA

«El estado de vida que consiste en la profesiónde los consejos evangélicos, aunque no pertenez-ca a la estructura de la Iglesia, pertenece, sinembargo, sin discusión, a su vida y a su santidad»(CEC 914). «La vida consagrada por la profesiónde los consejos evangélicos esuna forma estable vivir en lacual los fieles, siguiendo másde cerca a Cristo bajo la accióndel Espíritu Santo, se dedicantotalmente a Dios como a suamor supremo, para que entre-gados por un nuevo y peculiartítulo a su gloria, a la edifica-ción de la Iglesia y a la salva-ción del mundo, consigan laperfección de la caridad en elservicio del Reino de Dios y,convertidos en signo preclarode la Iglesia, preanuncien lagloria celestial» (CIC 573,1).

En conclusión, es un estadode vida estable reconocido porla Iglesia, que consiste en laprofesión de los consejos evan-gélicos de pobreza, castidad yobediencia, como una manerade vivir más íntima y radical-mente la consagración bautismal, persiguiendo laperfección de la caridad en el servicio del Reinode acuerdo a determinado carisma, y anunciandoen la Iglesia la gloria del mundo futuro.

Tiene sus raíces en los ejemplos y enseñanzasde Cristo. Es un don de Dios Padre a su Iglesia porel Espíritu. Comprende cristianos de toda condi-ción que hacen radicalmente el don de sí mismosa Jesús. Se hace patente a los ojos del mundo eltestimonio de obediencia, castidad y pobreza,

como expresión de una dona-ción total de sí, con un corazónindiviso capaz de amar a todoslos hombres como Jesús nosama.

La consagración

Es esencial la consagraciónmediante la cual sus miembrostratan de dedicarse totalmentea la perfección de la caridad.

La consagración es una pro-mesa deliberada y libre hechaa Dios acerca de un bien posi-ble y mejor, que debe cumplir-se por la virtud de la religión.

La palabra «consagración»viene de «cum» = juntamente,y de «sacer» = sagrado. Signi-fica hacer sagrada una cosa opersona, es decir, destinarlos aun uso o sentido sagrado, comose hacía con los reyes, profetas

y sacerdotes en el Antiguo Testamento.Se trata de hacer la entrega o donación espontá-

nea de la propia persona y actividad para el serviciodivino enmedio de las situaciones críticas.

Iluminación Teológico-Pastoral:lo que es y significa

la Vida Consagrada

Juzgar:


pág. 12 Bol-403

Es el compromiso hecho a Dios de dedicarse atrabajar por la evangelización y santificación delos grupos y personas que viven situaciones críti-cas, ofreciendo cumplir algunas acciones duranteun tiempo determinado, de una manera libre ydeliberada, bajo pecado.

Jesús es el supremo consagrado y misionerodel Padre; está dedicado totalmente para su Rei-no. A la luz de esta consagración, descubrimos enla iniciativa del Padre el principio originario de lavida consagrada.

El consagrado, como Jesús, es el ungido yseparado para su Reino. Su persona y su vida estáapartada de las cosas del mundo para asumir enforma total la misión de Jesús, como voluntad delPadre.

La profesión de la perfección es el compromisoexpreso y confirmado con un vínculo sagrado (LG44) de querer vivir la caridad en el seguimiento deCristo obediente, virgen y pobre (PC 2).

Es una llamada a un acto irrevocable, el cualcomporta una donación de sí a la persona deCristo, para compartir su vida, su misión y sudestino y, como condición, la renuncia de sí a lavida conyugal y a los bienes materiales.

Agrada a Dios porque es un sacrificio espontá-neo que hacemos de nuestra propia voluntad. Almérito de nuestras buenas obras juntamos el mé-rito de la virtud de la religión. Su quebrantamien-to supone pecado contra la virtud de la religión.

Revela que las cosas de este mundo caduco yprovisorio son relativas, son sólo una etapa haciael cumplimiento final de las promesas de Dios.

Su cumplimiento fiel es una manifestación delrespeto a la majestad de Dios y de amor hacia elDios fiel. Así entregamos a Dios lo que le hemosprometido y consagrado. Es una oración reforza-da que pide y agradece, testimonia la fe, hacememoria de la vivencia de la gracia, es una expre-sión de la consagración bautismal y eucarística,como participación en la total consagraciónsacrificial de Cristo. Como es un acto de adora-ción, si algo le faltara, sería una irreverencia.

La consagración «será tanto más perfecta cuan-to, por vínculos más firmes y más estables, repre-

sente mejor a Cristo, unido con un vínculo indiso-luble a su Iglesia» (ib).

Los Consejos evangélicos:

La castidad, pobreza y obediencia se proponena todos los discípulos. Todos somos llamados a laperfección en la caridad.

Pero, para quien asume libremente el llama-miento a la vida consagrada, esta obligación sevive con mayor radicalidad.

Los Consejos evangélicos son el signo máselocuente de su configuración con Cristo, y lo quelos impulsa a vivir una existencia «cristiforme».

La profesión de estos consejos en una vidaestable reconocido por la Iglesia es lo que carac-teriza la vida consagrada a Dios.

Esa consagración más íntima tiene su raíz en elBautismo, y se dedica totalmente a Dios. «Bajo lamoción del Espíritu Santo, se proponen seguirmás de cerca a Cristo, entregarse a Dios amadopor encima de todo y, persiguiendo la perfecciónde la caridad en el servicio del Reino, significar yanunciar en la Iglesia la gloria del mundo futuro»(CEC 916).

Voto es la promesa deliberada y libre de unbien posible y mejor, y requiere la voluntad deobligarse.

Los votos confieren una dimensión adorante ode culto a la práctica de los consejos evangélicos.Son expresiones cultuales de la consagración bau-tismal y de la ofrenda eucarística. Son el testimo-nio de una más generosa respuesta y de unaoblación interior de toda la persona al Padre queen Cristo nos amó primero.

Frente a la inconstancia humana, los votostienden a dar estabilidad al compromiso, tanto enel presente como en el futuro, para asemejarse a laconstancia de Cristo en la ofrenda obediente ysacrificada de sí mismo al Padre.

Hacen más disponibles para atender a las nece-sidades de la comunidad en todos los niveles.Unido al celo apostólico, el testimonio concretode los consejos evangélicos es signo de la presen-cia del Reino en medio de nosotros, mientras queel mundo y sus valores pasan.

pág. 13Bol-403


1) POBREZA:

«El consejo evangélico de pobreza, a imita-ción de Cristo que, siendo rico se hizo indigentepor nosotros, además de una vida pobre de hechoy de espíritu, esforzadamente sobria y desprendi-da de las riquezas terrenas, lleva consigo ladependencia y limitación en el uso de los bienes,conforme a la norma del derecho propio de cadainstituto» (CIC 600).

Buscan el desprendimiento de los bienes, desuerte que usen para el servicio los que setengan, imitan el amor de Cristo a la pobreza ysu opción por los pobres, se niegan a sí mismosy son moderados en el uso de las cosas, vivien-do la sencillez de vida y el servicio generoso alos hermanos. Su motivación fundamental esque Cristo «de rico se hizo pobre por nosotros»(2Co 8,9).

Manifiesta que Dios es la gran riqueza delhombre. El despojo total de sí le orienta a suCreador y le dispone a ser todo de Él y poseerlecomo máximo bien. El saberse amado por elPadre le lanza a tenerle como única seguridad realde su vida.

Lo que adquieran por trabajo, donación o por elInstituto pertenece al Instituto. Pueden adquirirbienes para realizar las obras de evangelización,pero deben entregarlas al fondo común, reportar-las, y no pueden distribuirlas como propias.

No pueden aceptar o retener algo de valor sinavisar al coordinador; ni prestar o pedir en présta-mo sin el consentimiento del superior; tampoco,administrar al margen, descuidar la administra-ción de lo que se le confía, ni aprovecharse de losbienes comunes para beneficio personal.

2) CASTIDAD:

«El consejo evangélico de castidad asumidopor el Reino de los cielos en cuanto signo delmundo futuro y fuente de una fecundidad másabundante en un corazón no dividido, lleva con-sigo la obligación de observar perfecta continen-cia en el celibato» (CIC 599).

La castidad significa la integración de la sexua-lidad en la personalidad, en la relación de personaa persona, en el dominio y la madurez de donarse

enteramente. La persona casta mantiene la inte-gridad de las fuerzas de la vida y el amor deposi-tadas en ella, sin tolerar la doble vida.

Manifiesta la entrega a Dios con un corazónentero, que no se ha ido repartiendo en amorcitos.Significa un corazón despojado, que se abre sinlímites en ser y hacerse hermano de todos paraamar a todos sin ligarse a nadie. Es el modohistórico, como Jesús, de vivir para Dios y paralos hermanos.

El voto o promesa de castidad manifiesta unadeterminación consciente de atenerse a la Ley deDios en el uso de la sexualidad y en el campo dela afectividad.

La continencia, como forma eminente de dedi-carse más fácilmente a Dios con un solo corazónindiviso, busca la intimidad con el Señor y labienaventuranza de los puros de corazón. La pu-reza de corazón o virtud de la castidad es condi-ción indispensable para «ver a Dios» en la propiavida y en el trato con el prójimo. Saben guardar elcorazón intacto, abierto y bien intencionado ensus relaciones con los demás y en conformidadcon el estado en que viven.

Implica el aprendizaje del dominio de sí, bús-queda de medios que favorezcan (oración, con-templación, ejercicios físicos y mentales, fuga delas ocasiones, guarda de los sentidos, actividadessanas, ideales), una fuerte decisión de todos losdías por las leyes del crecimiento.

La virtud de la castidad se desarrolla en laamistad espiritual, en el respeto a la persona, y enel servicio a los demás. Va contra la castidad todabúsqueda de placer sexual.

3) OBEDIENCIA:

«El consejo evangélico de obediencia, abra-zado con espíritu de fe y de amor en el segui-miento de Cristo obediente hasta la muerte,obliga a someter la propia voluntad a los supe-riores legítimos, que hacen las veces de Dios,cuando mandan algo según las constitucionespropias» (CIC 601).

La obediencia evangélica es una búsqueda dela voluntad de Dios en las circunstancias concre-tas de la vida del cristiano. Los miembros del


pág. 14 Bol-403

instituto se colocan en esta búsqueda a través de laoración, el contacto con la Palabra de Dios, elcumplimiento de sus deberes de estado y el diálo-go caritativo con el prójimo.

Manifiesta la belleza liberadora de una depen-dencia filial y no servil de Dios Padre. Estádirigida a unirse responsable y voluntariamente alproyecto salvífico de Dios en forma incondicio-nal, animada por una fuerte confianza recíproca.

El consejo del director espiritual es ayudavaliosa para conformarse a la voluntad de Dios.Así se capacitan en pura fe para ser más sensiblesa la voluntad de Dios en la medida en que seasemejen a Cristo obediente hasta la muerte.

Por el voto de obediencia se comprometen acolaborar y obedecer a los legítimos superiores ya la Jerarquía de la Iglesia, en lo que se refiere a lasobligaciones del Instituto. Supone al diálogo res-ponsable, mediante los canales instituidos, comolas reuniones del consejo.

DIMENSIONESDE LA VIDA CONSAGRADA

a) Expresión Trinitaria:

La iniciativa parte del Padre, que exige deaquellos a quienes elige la respuesta de una entre-ga total y exclusiva a El y a su designio desalvación.

El Padre los entrega a Cristo para vivir unaestrecha intimidad con El y seguirlo a donde vaya,identificándose con El, asumiendo sus sentimien-tos y su forma de vida

Por Cristo se les da el Espíritu Santo, quesuscita el deseo de una respuesta plena y radical;lleva a su madurez la respuesta positiva; sostienesu fiel realización; configura a Cristo y mueve a laacogida de su misión.

b) Testimonio de Cristo:

Su testimonio es un signo de Cristo obediente,pobre y casto en el mundo.

Orientan toda su vida, y ofrecen todo lo que sony todo lo que tienen al servicio del Reino de Dios.

Su estilo de vida ha de transparentar el ideal desu pertenencia a Cristo, como una predicaciónsilenciosa del Evangelio.

c) Don a la Iglesia:

La vida consagrada es un don de Dios Padre asu Iglesia por medio del Espíritu.

La presencia universal de la vida consagrada yel carácter evangélico del testimonio que implica,abarca toda la Iglesia, y está en el corazón mismode la Iglesia.

Siempre han desempeñado un papel de apoyoal pueblo de Dios en su vida, su santidad y sumisión.

De ahí vienen sus diferentes campos de traba-jo:- Vida contemplativa y oración.- Educación.- Atención a enfermos, pobres y necesitados va-

rios.- Auxiliar en la pastoral.- Respuesta a nuevas necesidades.

d) Vida en comunión:

La vida del consagrado es una vida que secomparte en el amor, como un signo elocuente dela comunión eclesial.

El propósito de vivir en común, nunca aisla-dos, es un compromiso de cumplir el mandamien-to nuevo del Señor, para amarse unos a otros conÉl nos ama, en la vida de todos los días.

En la comunión fraterna se da un lugar privile-giado para discernir y acoger la voluntad de Dios,para caminar juntos en unión de espíritu y cora-zón.

Es un vínculo que surge de la misma llamada,y supera cualquier diversidad de carácter, proce-dencia, raza, origen, cultura, lengua o condiciónsocial.

Se cultiva especialmente en los Institutos Re-ligiosos y en las Comunidades de vida apostólica.Pero no falta en las demás formas individuales devida consagrada, pues cada uno manifiesta de unmodo particular la relación de comunión con laIglesia.

e) Misión:

Por ser llamado a imitar a Cristo y prolongar sumisión encomendada por el Padre. Al consagrado

pág. 15Bol-403


que se ha propuesto seguirle más de cerca lecorresponde en forma especial la tarea de dedicar-se totalmente a esa misión, ya que ha hecho de Elel todo de su existencia.

La profesión de los Consejos evangélicos tienela finalidad de hacer a la persona totalmente librepara la causa del Evangelio, mostrando la trascen-dencia de su misión.

Antes que obras exteriores, cada Instituto, in-cluso los de vida contemplativa, realiza su misiónhaciendo presente a Cristo en el mundo medianteel testimonio personal de la propia vida.

Sigue los caminos de la Iglesia, que son laencarnación, la opción por los pobres, la colabo-ración en la redención, la elevación sobrenatural.

f) Estado de vida:

El celibato por el Reino de los cielos es un donpeculiar de Dios, que exige continencia perfecta.En él se consagran las energías del amor condonación total.

Es necesario para la plena consagración y en-trega al servicio de Dios y de los hermanos, y essímbolo viviente de la unión de Cristo con suIglesia, fuente de santidad y fecundidad espiri-tual.

Mediante el celibato se da un sensible testimo-nio escatológico del Reino futuro.

g) Ministerio:

El ministerio es un servicio a la comunidad. Lavida consagrada, por ser epifanía del amor deDios en el mundo, hace presente a Cristo entre loshombres, y permite cumplir la propuesta de hacervisible la presencia amorosa y salvadora de Cris-to, y ofrecerla a los demás convirtiéndose en unaprolongación de su humanidad.

La vida consagrada es una forma ministerial deexistencia dentro de la Iglesia. Tiene ministeriosordenados, ministerios eclesiales confiados a lai-cos, y ministerios reconocidos por la comunidad.

h) Formas de dinamismo espiritual y apostó-lico:

La vida espiritual ocupa el primer lugar entodas las familias de vida consagrada.

Cada Instituto y comunidad aparece como unaescuela de auténtica espiritualidad evangélica.

De esta opción prioritaria, desarrollada en elcompromiso personal y comunitario, depende lafecundidad apostólica, la generosidad e el amor alos pobres y el mismo atractivo vocacional.

Su carisma y patrimonio apostólico requierenespacios de acción, capacitacion adecuada, inclu-so profesional, también en tareas relacionadascon su quehacer.

Todo lo viven como testigos de Cristo, segúnlas posibilidades y recursos al alcance, con lagenerosidad de quien no espera pago en estemundo.

i) Carismas y fidelidad creativa:

Cada instituto tiene su patrimonio espiritualsuscitado por el Espíritu Santo a sus fundadores yfundadoras, a sus reformadores y reformadoras.

Lo cual implica una fidelidad al CarismaFundacional, que saca a relucir sus elementostípicos esenciales.

Cada carisma tiene una triple orientación en suorigen:

- Hacia el Padre: deseo de buscar filialmente suvoluntad, en un proceso de conversión continua,para ser totalmente de Dios.

- Hacia el Hijo: llevando a cultivar con El unavida íntima y gozosa, que le posibilite trabajar ysufrir con El en la difusión del Reino.

- Hacia el Espíritu Santo: dispuesto a dejarseconducir y sostener por El.

El carisma fundacional, con su forma peculiarde vida, de fin, de espíritu y de índole, se desarro-lla como forma de continuidad dinámica en eltiempo, con una profunda preocupación por con-figurarse con Cristo, testimoniando alguno de losaspectos de su misterio, según las Reglas, Cons-tituciones o Estatutos.

La fidelidad a la propia identidad impulsa a lacreatividad, para adaptar el carisma a los nuevostiempos, respondiendo a las nuevas urgencias delpueblo de Dios.


pág. 16 Bol-403

FORMASDE VIDA CONSAGRADA

La multitud de formas históricas de vida con-sagrada, suscitadas por el Espíritu en diversidadde carismas. Se hacen presentes en el ámbitoeclesial de la siguiente manera:a) Vida monástica en Oriente y Occidente: fe-

cundan secretamente la historia con la alaban-za y la intercesión continua, con los consejosascéticos y las obras de caridad. Se llega a viviren la comunión del cenobio y en la soledaderemítica.

b) Orden de las vírgenes: Solas o asociadas, sonsigno escatológico de la Esposa celeste y de lavida futura.

c) Eremitas: Con la separación interior y exteriordel mundo testimonian el carácter provisoriadel tiempo presente; con el ayuno y la peniten-cia atestiguan la necesidad de vivir de la Pala-bra de Dios.

d) Las Viudas y Viudos: Se remontan a lostiempos apostólicos. Hacen voto de castidadperpetua. Se dedican a la oración y al serviciode la Iglesia particular.

e) Órdenes religiosas: Grupos de personas cuyosindividuos están unidos por una Regla estable-cida por su fundador, consecuencia del mona-cato en comunidad. Se separan del mundo parael ejercicio de la oración, la penitencia y elservicio a los hermanos según el estado y loscarismas. Algunas tienen tres ramas: PrimeraOrden para sacerdotes o varones; la segundapara religiosos; y la tercera para laicos.

f) Institutos de vida consagrada: Sociedadeseclesiásticas erigidas, aprobadas ycompetentemente organizadas por la Iglesia através de una adecuada legislación general yparticular. Pertenecen a ellos hombres y muje-res por medio de los votos perpetuos o tempo-rales. Sus campos de acción los distinguen encontemplativos y activos; los activos se dedi-can a la educación, la pastoral o la caridad ysalud.

- Institutos religiosos propiamente dichos: Con-junto de las formas de vida consagrada admiti-

das en la Iglesia: sociedad en la que los miem-bros, según el derecho propio, emiten votospúblicos (perpetuos o temporales), y viven vidafraterna y común. Tienen como característica laseparación del mundo, la totalidad y exclusivi-dad de su consagración pública bajo los símbo-los de desposorio y sacrificio, llevan vida encomún y tienen una regla de vida (Cf CIC 607).

- Institutos de Vida religiosa contemplativa:Estado de vida propio de personas que se dedi-can de manera primordial a la oración, habitual-mente en clausura. Imitan a Cristo orante. Me-diante la contemplación de Dios, testimonian suseñorío sobre todas las cosas. Son una palancade intercesión por todos los apostolados, y unaanticipación de la alabanza futura.

- Institutos de Vida religiosa apostólica: Estadode vida en el cual se relativizan los aspectoscomunitarios dejando libres para ejercer diver-sos apostolados; se equilibran los aspectos co-munitario y apostólico, en función de los finesde la institución (educación, caridad, pasto-ral…). Se consagran mediante la profesión pú-blica de los consejos evangélicos según un ca-risma específico y en una forma estable de vidaen común. Desarrollan un multiforme servicioapostólico al pueblo de Dios.

- Vida mixta: Estado de vida que mezcla aspectoscontemplativos y apostólicos: su oración pro-funda los lleva a la acción apostólica compro-metida.

g) Institutos seculares: «es un instituto de vidaconsagrada en el cual los fieles, viviendo en elmundo, aspiran a la perfección de la caridad,y se dedican a procurar la santificación delmundo sobre todo desde dentro de él» (CIC710, CEC 928). Hacen los votos, conservandoel modo de vivir la secularidad (CIC 712), yejercen su función dentro del mundo y para lasantificación de las realidades temporales (CIC713). Profesan los consejos evangélicos en elcontexto de las estructuras temporales, para serlevadura dentro de la vida cultural, económicay política. Su testimonio de vida cristianamira a ordenar según Dios las realidadestemporales y a penetrar el mundo con la

pág. 17Bol-403


fuerza del Evangelio’. Mediante vínculossagrados, asumen los consejos evangélicos yobservan entre sí la comunión y la fraterni-dad propias de su ‘modo de vida secular’. Notienen hábito ni vida comunitaria, pues lossepararía del mundo.

g) Sociedades de vida apostólica: «sin votosreligiosos buscan el fin apostólico propio de lasociedad y, llevando vida fraterna en común,según el propio modo de vida, aspiran a laperfección de la caridad por la observancia delas constituciones» (CIC 731,1). Buscan unfin apostólico o misionero, asumiendo los con-sejos evangélicos con una peculiaridad propia.

h) Nacen también nuevos Institutos y nuevosmodos de vivir la vida consagrada, que requie-ren siempre un discernimiento.Encontramos, pues, una gran riqueza de fami-

lias.+ Canónigos regulares:

+ Ordenes mendicantes:

+ Clérigos regulares:

+ Congregaciones religiosas masculinas:

+ Congregaciones religiosas femeninas:

SIGNIFICADOE IMPORTANCIA ACTUAL

El testimonio de la Resurrección del Señor seencarna de muy diversas formas en el Pueblo deDios. En la historia de la Iglesia la consagracióna través de los consejos evangélicos ha sido una delas formas de ese testimonio, y un signo muyparticular de esa presencia del Resucitado enmedio de su Pueblo. La multiplicidad de serviciosen que se encarna este testimonio anuncia y ade-lanta la venida del Reino (cf 2P 3,12).

A los graves y múltiples problemas del mundo,la vida consagrada pretende llevar un mensaje deesperanza, basado en la convicción y la experien-cia de que por el amor desinteresado es posiblevivir en comunión, en libertad, y en plena colabo-ración, para construir una Iglesia nueva a la luz delEvangelio. No por el número ni la edad, sino porla calidad de la entrega.

Recibimos la vida consagrada como don deDios, y la animamos a revitalizarse en fidelidadcreativa al propio carisma (cf DP 762) y ainculturarse e integrarse a la realidad del país enun diálogo evangelizador, con la multiplicidadcultural existente (cf AG 18). Acepta así gustosola diversidad de carismas y expresiones que elEspíritu suscita en nuestra Iglesia, y asimismorespeta los signos de contraste que conlleva lamisión y dimensión profética de la vida consagra-da; un servicio a la profecía que nace de suespecial consagración y se expresa en la comu-nión.

Tres elementos (misión, consagración, comu-nión) viven los consagrados en la Iglesia desdesus carismas específicos, haciendo así presente,en las entregas y apostolados, al Dios de la histo-ria en nuestra historia actual; al Dios hermano, ennuestros hermanos, en especial los más pobres; alDios que salva. Aunque los tres elementos estánpresentes en todos los institutos de vida consagra-da, constituyendo referencias esenciales, cadauno los vive de manera irrepetible, destacando loque Dios les dio como don a través de cadafundación.

Una fuente de vida y sentido: la consagra-ción y la contemplación

La experiencia personal de Cristo casto, pobrey obediente al Padre, es la fuente de la que brotala consagración mediante la profesión de los con-sejos evangélicos (cf LG 44; VC 16). Constituyela experiencia fundante de la vida consagrada,apela a la capacidad contemplativa de todo cris-tiano (cf LG 44, VC 3 y AG 18) y la desarrollacomo camino de santidad.

La experiencia de Dios es el alma que catalizae integra todos los aspectos de la vida de losconsagrados, se nutre de ella y se encarna en ellos.No es una parcela o un capítulo aparte, atraviesalos momentos más contemplativos y los de mayorintensidad apostólica. Tiempos fuertes de oracióny silencio contemplativo son absolutamente ne-cesarios para alimentarla. El consagrado es unorante permanente, animador de la experiencia deDios en la historia humana, y no simple intercesorpor la humanidad.


pág. 18 Bol-403

«La riqueza del Espíritu se manifiesta en loscarismas de los fundadores que brotan en suIglesia a través de todos los tiempos, como expre-sión de la fuerza de su amor que responde solíci-tamente a las necesidades de los hombres. (DP756). «Queremos respetar y fomentar la fidelidada cada carisma fundacional como contribución ala Iglesia» (SD 92).

Mediante la profesión de los consejos evangé-licos la persona consagrada no sólo hace de Cristoel centro de la propia vida sino que se preocupa dereproducir en sí mismo, en cuanto es posible‘aquella forma de vida que escogió el Hijo de Diosal venir al mundo.

La contemplación da un estilo de densidad yprofundidad que hace posible plantear al pueblolas grandes preguntas, orientar las grandes deci-siones, animar a hacer de Dios el compañero yamigo conocido y amado. Sólo desde ella se estáen condiciones de descubrir y seguir las vocacio-nes radicales que necesita nuestra Iglesia y nues-tro mundo.

Esta experiencia de Dios deja la nostalgia delas radicales opciones de Jesús pobre, casto yobediente, que encontraba en Dios el mayor teso-ro, como la base de un estilo que contrasta con elambiente carente de profundidad y de valores enque nos movemos. Algunos Institutos han sido aceptados en la

Iglesia como signos particulares de esta realidaden los estilos de vida que se sintetizan como VidaMonástica (cf PC 9; VC 6) y Vida contemplativa(cf PC 7; VC 8). Los monasterios son, en elcorazón de la Iglesia y del mundo, un signoelocuente de comunión, un lugar acogedor paraquienes buscan a Dios y las cosas del espíritu,escuelas de fe y verdaderos laboratorios de estu-dio, de diálogo y de cultura para la edificación dela vida eclesial y de la misma ciudad terrena, enespera de aquella celestial. La vida contemplativa,que retiene «los elementos esenciales de la insti-tución monástica» (AG 18) ofrece «a la comuni-dad eclesial un singular testimonio del amor de laIglesia por su Señor y contribuyen, con una mis-teriosa fecundidad apostólica, al crecimiento delPueblo de Dios» (VC 8).

El Concilio agradece y valora la vidacontemplativa, tanto masculina como femenina,el proyecto que alienta a sus miembros a sertestigos de ese Dios amado, «el Verbo salido delsilencio»10, y la labor de acogida y hospitalidada quienes buscan a Dios más de cerca, tan propiade ese estado de vida.

Una fuente de acogida y Evangelio: la comu-nión fraterna

La gran causa de la humanización está en elmundo de las relaciones. Tal es el sueño de Diospara todas sus criaturas: que seamos capaces deconstruir juntos la vida y la historia como caminocon Él y hacia Él. El fondo de todo pecado es laruptura de esta relación.

La humanidad camina hacia la globalizaciónque, al permitir la libre circulación de las mer-cancías y no tanto de las personas, centra lasrelaciones en lo económico e informativo, modi-fica la convivencia humana. La catolicidad de laIglesia, cuyas raíces están en el mandato delSeñor (cf Mt 28,19), busca crear nuevas relacio-nes impregnadas de las propuestas del Evange-lio, orientando este mundo a una mayor justicia,fraternidad y paz.

Comprometidos en fomentar esta nueva rela-ción, los consagrados son llamados a vivir encomunión intensa con el Padre, urgidos a cons-truir una comunión siempre renovada entre loshombres, fruto de la justicia. La vida consagradaes una afirmación profética y un testimonio deque el mundo no puede ser transfigurado ni ofre-cido a Dios sin el espíritu de las Bienaventuranzas(cf LG 31, DP 744). Anuncia que es posible laconvivencia por encima de edades, procedencia ymentalidad; es posible ayudarse, trabajar, querer-se y compartir lo que se tiene con personas noelegidas, diferentes, porque juntos miran un obje-tivo común: el reino y a quien lo sustenta, Dios.

La vida comunitaria se expresa en la comunióncon todos: disponibles para establecer nuevasrelaciones donde la obediencia los envíe; castos,sin nadie que sea el primero en su vida, para asípoder amar a todos y en especial a quienes nadieama; pobres en el espíritu, aceptando todo comodon de Dios y el mayor don los demás.

pág. 19Bol-403


Tantos institutos nacieron para ser testigos dela fraternidad, personas que muevan a descubrirque somos un todo con la creación entera a la quellamamos hermana. La presencia de estos gruposcobra especial importancia en un mundo roto,sediento de igualdad y amistad, pero en el que sedesarrollan rencores y odios junto con medios dedivisión y destruc-ción nunca antesvistos. Es propioesperar de ellos lapalabra y los ges-tos que marquencaminos de unidady encuentro.

Esta fraternidadse debe vivir en elPueblo de Dios enuna eclesiología decomunión, la cualestá en la base delas relaciones entrela vida consagradacon los ministros ordenados y el laicado. Comu-nión en una diversidad, donde no todos tienen lamisma función (cf 1Co 12,12-21), pero en dondetodos colaboran para edificación del cuerpo deCristo (cf VC 46).

Es importante que la vida consagrada sea cono-cida por la gente, como estímulo e intercambio enuna misión común y una Iglesia de hermanos.

Destacamos el valor del ser y quehacer de lamujer en el Pueblo de Dios. El magisterio recientede la Iglesia ha venido subrayando, así como suesencial igualdad con el hombre (Mulierisdignitatem, 16). «Las mujeres consagradas estánllamadas a ser de una manera muy especial, y através de su dedicación vivida con plenitud yalegría, un signo de la ternura de Dios hacia elgénero humano» (VC 57). Signo tanto más nece-sario cuanto mayor es el individualismo y ladivisión actual entre las personas.

Para introducirse en cada cultura la vida consa-grada debe ser significativa, signo de contraste,espacio de esperanza y respuesta a los grandesinterrogantes de la gente. Implica inmersión y

comprensión en sus preocupaciones y vacíos,palpar y conocer las esperanzas y los miedos delas nuevas generaciones, llegar a entender por quése reza y se llora, cuáles son las frustraciones ygrandezas que paralizan o animan, descubrir lassemillas de fe e Iglesia que los más pobres trasmi-ten. No es sólo estar junto a ellos, sino interpretar-

los, como Ignaciode Loyola inter-pretó su mundo,Don Bosco la ju-ventud, y Teresade Jesús o Fran-cisco de Asís alDios presente yoculto en la vida,y Teresa deCalcuta la exclu-sión de nuestromundo, y nuestrosmisioneros lasculturas indígenas(cf VC 80).

El espíritu de fraternidad se expresa con parti-cular significación en las comunidades de inser-ción (cf VC 90) como comunión y relación con losmás débiles. Se refiere a las nuevas presencias dela vida consagrada entre los más olvidados. Viviren el mundo desde Dios como lo hizo Jesús, que«se despojó de su rango y tomó la condición deesclavo» (cf Flp 2, 5-11), como solidaridad conlos más pobres y contraste con la tendencia de lasmayorías. Son una forma de inculturación, quetrasciende sus niveles meramente teóricos yfolclóricos, para adentrarse en la subcultura de losmás pobres. Aquí se juntan el desafío de lainculturación y la opción por los pobres.

Los consagrados deben ser personas que supe-ren las diferencias raciales, económicas, cultura-les y religiosas y vivan la cercanía con los exclui-dos de la sociedad. Queda un largo camino porandar: niños de la calle a amar y acoger, mucha-chos fuera del sistema escolar, madres adolescen-tes, delincuentes casi niños, hombres y mujeresque se prostituyen, enfermos desatendidos, ancia-nos abandonados...; la vida vale poco y parece queno se consigue la respuesta a tanto dolor y exclu-


pág. 20 Bol-403

sión. Todo esto es un llamado de Dios a todos, yespecialmente a los consagrados, a ser testigos yartífices de esta nueva relación.

Fuente de cercanía y entrega: la misión y elapostolado

La contemplación de Dios y la fraternidad secomplementan con el apostolado. Cada institutolo vive desde su carisma; cada persona, desde suestilo personal; todos desde el envío de Jesús, quese hace misión, misión fundamental nacida delEvangelio, que se realiza y concreta de muydiversas maneras. «Teniendo a María como mo-delo de consagración e intercesora, los consagra-dos encarnarán la Palabra en su vida, y, como Ellay con Ella, la ofrecerán a los hombres en unacontinua evangelización» (DP 745).

Todo consagrado/a tiene como misión funda-mental la entrega de toda su vida como testimoniode Dios y de su Reino en el corazón del mundo (cfPC 5). «Esta consagración es un compromiso avivir con mayor intensidad el aspecto escatológi-co del cristianismo para ser dentro de la Iglesia, deun modo especial testigo de la Ciudad de Dios»(Med 12,2).

A través de sus diversos carismas, participanen misiones concretas, de manera que allí dondeestá la vida consagrada se da gran pluralidad deentregas y trabajos, desde la oración propia de lascomunidades contemplativas y monásticas, hastala gran variedad de labores que son caminos deevangelización, pasando por los gestos de frater-nidad que se hacen propuestas de un mundonuevo. Así, la vida consagrada debe saber leer encada momento histórico las carencias y urgenciasde la época y responder, como signo de la miseri-cordia de Dios, con un impulso creativo en unagran diversidad de trabajos.

Muchos institutos nacieron para misiones con-cretas. Sus fundadores escucharon los dolores,ignorancias y miserias de la gente de su tiempo,que interpretaron como voz de Dios (cf Ex 3,7)y buscaron caminos de solución, teniendo quesuperar incomprensiones y hasta persecuciones.Hoy, en un mundo no terminado, conviviendocon el escándalo de grandes pobrezas y exclusio-nes, hombres y mujeres se ofrecen a continuar en

ella aquellos caminos sugeridos por Dios. Espropio de la vida consagrada tener una fidelidadcreativa en las respuestas, y ser constante en lostrabajos y siembra del Evangelio desde las obrasde misericordia (cf Mt 25,31). Los institutosseculares que realizan su misión en los másdiversos ambientes, incluso los que no admitenpresencia eclesial, son una respuesta de granvalor en los tiempos actuales para impregnarnuestra sociedad de Evangelio.

Es misión de la Iglesia discernir los signos delos tiempos y responder a ellos, lo que implicaimpregnar la cultura con los valores evangélicos,potenciando lo que es compatible y transforman-do lo que no lo es (cf GS 58). Toda presencia dela vida consagrada supone un proceso profundode inculturación, conociendo y respondiendo alos retos concretos que plantea cada cultura, perosabiendo que lo fundamental es llegar a las perso-nas y que sólo nos hacemos prójimos desde elamor (cf Lc 10,25-37).

Algunas tareas prioritarias, a través de lahistoria, han sido características de la vida con-sagrada y siguen siendo caminos de evangeliza-ción: la educación, campo esencial en la misiónde la Iglesia (cf VC 96), donde aportan su ricatradición y su peculiar estilo; la salud (cf VC 83),un compromiso que arranca con el Evangelio yatiende al enfermo en el dolor del cuerpo y en lasalud del alma; las misiones, continuadoras de lavocación evangelizadora y creadoras de nuestraIglesia; las parroquias, donde muchos institutosrealizan su misión; todos los variados trabajos afavor de los excluidos, y cuanto ayude a que laspersonas se descubran como sujetos sociales,participantes en la construcción del futuro deesta tierra.

Desde la misión, se descubren también ele-mentos de comunión con la jerarquía. Salir alencuentro de lo que está perdido, reunir a los quese hallan dispersos, buscar a los olvidados, edu-car y sanar, son actitudes de Jesús, que concretócaminos para la misión que le confió el Padre.Esta misión, cuya organización está encomenda-da al obispo, es compartida y en ella los consa-grados tienen mucho que seguir aportando por la

pág. 21Bol-403


libertad inherente a su consagración, por su vo-cación de universalidad, por su arrojo misioneroy por su capacidad para crear redes de solidari-dad.

Las Vocaciones

La vocación es un misterio de la gracia divina,por eso es necesario un acto de fe para comprome-terse en la pastoral vocacional,sabiendo que la oración al due-ño de la mies (cf Lc 10,2) es supunto de partida. Quienes tra-bajan esta pastoral deben saberque prolongan la acción de Je-sús (cf Jn 15,16), presentan elser cristiano como realidad vo-cacional y están abiertos a fo-mentar todas las vocaciones,pues no se trabaja para cadauno, sino para el Señor. Quie-nes trabajan en la promociónvocacional se entregan como sitodo dependiera de ellos, sa-biendo que el que existan voca-ciones tiene que ver con la autenticidad del testi-monio de vida, medio del que Dios quiere servirsepara llamar a los que Él desea13.

El acompañamiento vocacional trata de brin-dar al joven un proceso planificado y evaluado deactividades mediante las cuales pueda descubrirlo que Dios quiere de él. Es un ejercicio demaduración discernido que se continúa hasta queesta pregunta se concreta en una elección y corres-pondiente donación. Tendrá mucho que ver conesta donación el que el instituto se presente conuna vida de oración auténtica, de comunidadsencilla y acogedora y un claro servicio preferen-cial a los pobres.

Se entiende por cultura vocacional, el que lacomunidad cristiana se prepare y acepte fomen-tar, seleccionar, animar a todas las vocaciones,tanto laicales como sacerdotales y de especialconsagración. En la comunidad cristiana nacen,se expresan, y participan en el crecimiento cristia-no, para ofrecerse definitivamente a Dios.

Continuadores de una larga tradición en laIglesia se debe pedir a las/os candidatas/os: sufi-ciente sentido de Dios, cierta capacidad para elsilencio y la soledad, estilo de servicio, sinceri-dad, valer para el trabajo en equipo y la siemprenecesaria humildad.

Las Casas de Formación

Las casas de formación están dedicadas a ga-rantizar: una formación adecuada a la realidadactual, lo que supone, entre otras cosas, un cuida-doso discernimiento y un permanente acompaña-miento vocacional; la continua purificación de lasmotivaciones por las cuales se aspira a ser miem-bro del instituto; el desarrollo equilibrado de lapersonalidad humana que promueva la capacidadpara el esfuerzo prolongado y las entregas parasiempre; sin olvidar el equilibrio afectivo, laausteridad y la transparencia, la formación para lafraternidad y el apostolado, en especial entre lospobres y, sobre todo, una profunda formaciónespiritual que los haga signo y referencia de queDios sigue entre nosotros.

«La renovación adecuada de los institutos de-pende sobre todo de la formación de sus miem-bros» (PC 18). Urge una adecuada formaciónintelectual y doctrinal que les permita compren-derse en medio de nuestro mundo y, a la vez, saberinterpretar los signos de los tiempos siendo fielesal Magisterio de la Iglesia.


pág. 22 Bol-403

Desafíos desde el contexto mundial

El contexto mundial nos brinda el primer esce-nario de discernimiento. El desafío cultural es elmás acuciante para la Vida Consagrada, pues a labase de la comprensiónde la realidad está unacultura concreta, una ma-nera de ver el mundo y lavida que configura el es-tilo de vida y las opcio-nes. En décadas pasadasla cultura parecía más ho-mogénea; pero esta aldeaglobal en que han con-vertido al mundo laglobalización y la revo-lución de las redes socia-les, acomete contra lasidentidades particulares, evidenciándolas al in-tentar asimilarlas. Somos más conscientes de lasdiferencias, como una resistencia y lucha por laspropias cosmovisiones, Hoy hablamos de unadiversidad de culturas que afloran y buscan sulugar en el mundo. Al interactuar, van confronta-do sus valores concebidos como únicos desde suscosmovisiones. Este movimiento permite cues-tionar lo considerado único y replantear la vidasobre nuevos criterios. De ahí el cambio de épocamarcado por la crisis de valores ante la inoperan-cia de los sistemas clásicos de relaciones, marca-dos por una cultura de globalización y domina-ción-sumisión.

De este cambio de paradigmas emergen losprimeros desafíos: nos permite mirarnos en esemacrocosmos que cuestiona la pertinencia y efi-cacia de nuestra misión; pone en entredicho nues-

tras opciones y criterios orientadores de vidacomo propuestas viables para la sociedad en su proyecto de alcanzar desarrollo y plenitud. Es a lavez una oportunidad para entrar al fondo de la

propia identidad, culturasy paradigmas, y confron-tarlas con las otras verda-des del mundo. Es tiempode escucha, de aceptar loscuestionamientos y for-mular nuestras propiaspreguntas. Es tiempo deresolver y clarificar pos-turas, desmitizar tradicio-nes y viejos paradigmas.Es tiempo de gracia pararecrear en fidelidadcreativa la cosmovisión

evangélico-carismática que se inserta en el princi-pio de encarnación para los hombres y mujeres dehoy, transformaciones que nos instan hacia unavida religiosa humanamente significativa,pastoralmente elocuente y místicamente ancladaen el proceso pascual del cambio de época.

Desafíos que nacen del contexto gene-ral de la situación de México

La realidad y su interpretación evangélica esmuy compleja y sistémica, por la diversidad defactores que la conforman, el proceso de cambiosvertiginosos y la trama manipulatoria de los me-dios de comunicación abierta a favor de interesespolíticos.

La situación que más impacta es la inseguri-dad, cuya principal causa es el narcotráfico y elcrimen organizado, la lucha de territorio entre los

Desafíos y OrientacionesPastorales

Actuar:

pág. 23Bol-403


diversos grupos delictivos y una inadecuada es-trategia para enfrentarlo que nos ha golpeado conmuertes y desaparecidos.

Muerte, delincuencia e inseguridad han llega-do a todos los ámbitos de la sociedad mexicanay a través de todo su territorio; a las clases altas,medias bajas, e incluso bajas. La extorción llegahasta a comerciantes ambulantes a quienes pi-den cuotas de protección. Muerte, secuestros yextorciones nos han tocado a todos, han maltra-tado a comunidades rurales, colegios, institucio-nes de salud, parroquias, familiares e inclusivereligiosos, dejando una estela de miedo y des-confianza.

Las células delictivas están en el corazón de lospequeños poblados instaurando su control demuerte y destrucción. Es preocupante que la vidade narcotraficantes sea aspiración para niños yjóvenes que, al no tener oportunidades de educa-ción, libertad y trabajo, sueñan con una vida fácilllena de lujos aunque sea breve y trágica,relativizada frente a la riqueza y el poder.

Ese fenómeno del crimen organizado tiene suscausas en viejos problemas asociados entre sí deuna forma sistémica. La delincuencia organizadaha tenido su gran aliado en una clase política, yasea obligada a delinquir bajo amenaza de muerte,o bien cínica que saca su provecho en ello y hacealianzas de poder y privilegios. Algunos funcio-narios públicos fueron auspiciados por gruposdelictivos.

Una de las causas profundas es la pobreza. Losfactores que determinan el grado de pobreza sonel rezago educativo, la carencia de acceso a servi-cios de salud, de seguridad social, de calidad yespacios de vivienda y acceso a la alimentación.52,5 millones de mexicanos tienen un ingresoinferior al bienestar social.

Esos datos duros no reflejan el drama de lapobreza que viven millones de personas, frutode un sistema económico neoliberal: franjas demiseria de las ciudades; poblaciones campesi-nas e indígenas; clases medias ymicroempresarios que compiten contra las gran-des empresas trasnacionales y se resisten concreatividad y esfuerzo.

Frente a la pobreza y falta de oportunidadeseducativas y laborales, siguen emigrando a USAmiles de compatriotas en busca de mejores oportu-nidades de vida, junto con miles de centro y sud-americanos, engrosando la poblaciónindocumentada en el país vecino, a merced de laspolíticas migratorias de sus Estados. El fenómenomigratorio nos une y nos duele: un tránsito de dolory vejaciones, amenazados por la delincuencia or-ganizada y el maltrato de algunas autoridades, ycon el abrazo samaritano de ciudadanos, organis-mos no gubernamentales y religiosos que acompa-ñan y reavivan sus fuerzas y esperanzas.

Además, muchos hogares se han desintegrado, y se están conformando nuevos modelos de fami-lia. Los jóvenes son bombardeados por los me-dios de comunicación, viven el hoy, se comuni-can a través de las redes sociales, faltan alternati-vas para ellos; son atrapados por la delincuencia.Otros tienen una palabra confrontadora ante lainjusticia y la falta de oportunidades; manifies-tan una nueva sensibilidad a la ecología, toleran-cia, inclusión y la paz. Hay jóvenes convocadosque responden a la llamada del Evangelio com-prometiéndose en diversos ámbitos sociales yreligiosos.

En México la educación es cada vez máspobre y desigual. Hay un bajo desempeño esco-lar y se da una educación descontextualizada queno responde a los retos de la realidad. En muje-res, indígenas, niños de la calle, está la mayortasa de analfabetismo y rezago educativo. Co-munidades y maestros están creando experien-cias educativas acordes con el contexto y elcompromiso ético.

Este problema emblemático sistémico planteagrandes desafíos. La violencia tiene raíces queatraviesan todos los ámbitos, desde el corazón dela persona en la trama familiar hasta lo laboral ypolítico. Nace de cosmovisiones antropológicasrelacionales y sociales de desigualdad y dondehay desigualdad siempre va a suscitarse violen-cia. La crudeza de la realidad cuestiona los mode-los culturales que marcan nuestras relaciones defraternidad, autoridad-obediencia y colaboracióno competencia con los otros carismas y ministe-


pág. 24 Bol-403

rios en la Iglesia y en la sociedad; exigereplantearnos nuestros modelos evangelizadoresque no transforman vidas de acuerdo a los valoresdel Evangelio y que no impactan en la tramasocial y las decisiones políticas de bien común. Invita a colaborar en la recomposición del tejidosocial desde la dignidad del ser humano y a hacerprocesos de deconstrucción de paradigmas cultu-rales que despersonalizan e invalidan la dignidaddel ser humano.

La Vida Consagrada queda desafiada a la escu-cha atenta, orante, inteligente y de fe de la realidadde nuestro país. La ingenuidad no siempre bene-ficia a los pobres y nos hace cómplices de unsistema que ve bien nuestras obras de caridad perose incomoda frente a cuestionamientos sobre elporqué de la pobreza, la inoperancia de los siste-mas legislativos, judiciales, laborales, etc.

Ante el dolor de muertes, corrupción e impuni-dad, han surgido varias manifestaciones de genui-na resistencia que cuestionan nuestro ser y queha-cer como vida religiosa.

El Ejército de Liberación Zapatista EZLN, querescata los derechos del mundo indígena, planteaun modelo diferente de organización solidaria. ElMovimiento por la Paz con Justicia y Dignidad deJavier Sicilia recoge el dolor de miles de personasvíctimas de la delincuencia organizada y de laspolíticas de Estado, siendo profecía, esperanza ylucha, interactuando con todas las instancias ne-cesarias para recuperar el tejido social. El Movi-miento YoSoy132, que recoge aspiraciones deuniversitarios de honestidad e inclusión a favor delos derechos de los mexicanos, y otros muchosmovimientos, buscan entretejerse a esas otras pequeñas o grandes luchas que denuncian la im-punidad manifestándose a favor de la dignidad ylos derechos humanos. En medio de sus ambigüe-dades, nos retan a tomar nuestro lugar emergenteen esta trama social y eclesial desde nuestra iden-tidad carismática.

Una lectura evangélica carismática de la reali-dad impulsa a desentrañar las redes de manipula-ción y enajenación que nos mantienen dormidos,temerosos y mudos. Nuestros recursos evangeli-zadores, educativos y de salud no siempre recons-

truyen el tejido de relaciones desde la propuestadel Reino.

Despertar nuestro profundo talante proféticotoma el riesgo de regresar al espíritu del desierto,migrando a donde falta vida, humanización,relacionalidad trinitaria, para hacerlo lugar deDios. Desinstalarnos e ir a las periferias existen-ciales y nuevos lugares de frontera para abrazarcon escucha compasiva al Dios que clama en lasdiversas realidades de muerte. En ese salir alencuentro de los rostros desfigurados de nuestroshermanos, hemos de acoger otros caminos queconvergen en la lucha por reivindicar al ser huma-no en su dignidad, abrirnos a lo que los otroscarismas y ministerios eclesiales aportan a favorde los grandes problemas que nos aquejan, yampliar nuestra tienda a otros grupos y religiones,articulándonos en redes a favor de la paz, de losmigrantes, de la trata de personas, indígenas,jóvenes, mujeres y todos los grupos vulnerablesen nuestro país.

A la luz de los movimientos emergentes denuestro país, nos enfrentamos ante el desafío detomar conciencia de la responsabilidad ciudadanafrente a la toma de decisiones que atañen a nuestropueblo. La solución no está solo en el gobierno;está en el seguimiento que demos a los compromi-sos adquiridos en cualquier servicio público y aque se respeten los derechos de los ciudadanos.¿Dónde estaban los religiosos cuando la gente erasecuestrada, asesinada, violentada? La vida estáen las calles y en ella se da la defensa de la vida ydignidad humana. Participar, desde nuestro ser ymisión en la reconstrucción del tejido social,desde una nueva conciencia ciudadana, se con-vierte en un imperativo ético y vocacional, en unimprescindible aporte que la vida religiosa estallamada a promover y fortalecer.

Desafíos que nacen del contexto eclesialy de vida religiosa en México

Una gran pluralidad de institutos desde susdiversas formas, carismas y servicios, enriquecena la Iglesia. Algunas congregaciones son oriun-das del país, con su propia espiritualidad, y otrasse articulan a las grandes familias de vida consa-grada. Hay institutos de origen europeo que nos

pág. 25Bol-403


enriquecen con su presencia y se enriquecen convocaciones de origen urbano, campesino e indíge-na, prestando su servicio evangelizador en mu-chos lugares. Fundaciones mexicanas han logra-do extenderse hasta Centroamérica, Sudamérica,África, Asia y Europa.

En general somos una vida religiosa misione-ra, desde la diversidad de carismas, nuestraspastorales tienen un acento evangelizador,prioritariamente en parroquias. Un menor por-centaje se inserta en el mundo campesino e indí-gena, favoreciendo servicios de salud y educaciónalternativas, o en lugares y circunstancias deriesgo: fenómeno migratorio, trata de personas,mujeres en situación de prostitución y centros deatención a personas víctimas de adicciones. Tam-bién asumen servicios clásicos de educación ysalud, asilos, casas hogar atención a seminarios ycasas de espiritualidad.

Esta doble acción no siempre ha sido fácil derealizar y se ha enfrentado a la diversidad deposturas al interno de la vida religiosa, eclesial ysocial causando división o indiferencia. Muchosesfuerzos por vivir la pasión por Dios y por lahumanidad, desde nuestros carismas específicos,no siempre han sido eficaces en la transformaciónde las realidades temporales, desde la propuestadel Reino de Dios.

Nuestra diversidad también se manifiesta enlos diferentes modelos eclesiales y de vida reli-giosa que determinan nuestras presencias, estilosy opciones. Algunos institutos han evolucionadocon radicalidad su misión en la Iglesia haciendoreestructuraciones en todos los ámbitos de su viday misión. Se requieren instancias de formación,reflexión y discernimiento de llamadas y respues-tas comunes, desde nuestra identidad al serviciode la Iglesia mexicana.

Es imperante la necesidad de revisar estructu-ras, valores y opciones personales e instituciona-les que no respondan a la esencia de nuestraidentidad y a los desafíos de un pueblo que nece-sita descubrir a Dios en medio de su vida, yrecorrer caminos de autenticidad y liberación,caminos que han de ser recorridos al interno de lavida religiosa que sufre los embates del consumis-

mo, el individualismo y falta de radicalidad en lavivencia de sus votos y la desintegraciónpsicoemocional de algunos de sus miembros.

Aunque nos agobia el escaso personal con quecontamos para atender a nuestras obras pastorales,las pocas vocaciones y el elevado promedio deedad, exige un discernimiento de nuestra acciónpastoral. Es la hora del Espíritu para enfrentar defondo situaciones que requieren ser transforma-das hacia los grandes desafíos.

Humanizar nuestros estilos de vida, estructu-ras y misión. Ofrecer la buena noticia de unasalud integral a los miembros de nuestras institu-ciones, desgastados por la misión y estructurasinadecuadas que pueden llevar a la muerte. Orga-nizar la vida consagrada, al interno de las congre-gaciones y conformar redes de solidaridad, ha-ciendo existencial el principio de la unidad en ladiversidad desde la intercongregacionalidad.

Abrirnos a una auténtica eclesialidad de comu-nión donde respetemos e impulsemos la diversidadde carismas y ministerios. Luchando valientemen-te contra toda exclusión. Creando lazos de diálogo,reconocimiento, valoración y dignificación de lavida religiosa femenina y masculina en las Iglesiaslocales. Escuchar el grito de opresión de institutosque se someten a estructuras machistas y clericalespara poder sobrevivir.

La valoración e inclusión de la riqueza de lasvocaciones laicales a quienes el Espíritu les con-fiere carismas para la misión y espiritualidadcompartida. Una sólida formación humanística yteológica a las hermanas y hermanos, que contri-buya a la reconstrucción del yo interior para sertestigos del poder transformador de Dios. Formara la religiosa de hoy para el mundo de hoy connuevos liderazgos, redes e intercongregacio-nalidades.

Una honda espiritualidad evangélica ycarismática que trascienda nuestras plegarias y sehaga principio de vida desde la coherencia de laética cristiana. Bebiendo del manantial transfor-mador de la Palabra de Dios en las SagradasEscrituras y en las realidades del pueblo. Unainvitación del Espíritu a evidenciar la minoridadevangélica de la vida religiosa haciéndola resur-


pág. 26 Bol-403

gir del anonimato por su significatividad comopropuesta de alternancia de valorescontraculturales pero profundamente humanos yhumanizadores. Asumir nuestra pobreza comoitinerario espiritual de radicalidad evangélica,fermento de una Iglesia renovada y centrada apa-sionadamente en Jesús. Hacer de la vida religiosaun sujeto minoritario, humilde, pero emergente,coprotagonista de la transformación eclesial ysocial que requiere nuestro mundo. Estar vigilan-tes para vislumbrar los signos de vida que nosmanifiestan que algo nuevo está naciendo, devol-viéndonos el sabor de presencia profética y alter-nativa para la Iglesia y la sociedad.

Qué hace la CIRM como respuesta aestos desafíos

Haciendo eco del lema de la CLAR, de escu-char a Dios donde la vida clama, la CIRM haimpulsado a dar una respuesta que transfigure larealidad de violencia desde una opción por la paz.Las asambleas nacionales han tomado este temapara su profundización y el discernimiento deestrategias, instando a participar en las manifesta-ciones públicas a favor de la paz identificándo-nos como vida religiosa y a unirnos a todas lasiniciativas ya sean eclesiales o sociales que sepronuncien a favor de ella.

Se ha activado la Comisión de Justicia, Paz eIntegridad de la Creación quien en forma de redcon las congregaciones que están trabajando enesta línea, orientarán nuestro ser y quehacer desdeeste eje temático.

Otra prioridad ha sido la intercongregacio-nalidad y las redes. Ofrece concientización yprofundización sobre este signo de los tiempos,sus implicaciones y alcances.

Tres redes se han configurado con mayor soli-dez: Red de educación CIRM (ofrecer una educa-ción transformadora, unir fuerzas y hacer un plan-teamiento educativo católico; abre un modo alter-nativo de compartir sabidurías y recursos en tornoal aprendizaje situado y en búsqueda de modeloseducativos transformadores); la Red de pastoralmisionera (integrada por congregaciones que co-laboran en la misión evangelizadora y van confi-

gurando sus vínculos, acciones y necesidades conjuntas); la Red de justicia, paz e integridad dela creación (busca fortalecer acciones a favor de lapaz y ser fermento de animación en este aspecto atoda la vida religiosa). En proceso hay discerni-mientos de otras posibles redes como la de salud,la de formación y la de comunicación.

Este esfuerzo conlleva impulsar nuevosliderazgos que promuevan el cambio deparadigmas, la inclusión y el trabajo en común.Replantear las ofertas formativas: el INTER ofre-ce la formación inicial; el CET (Centro de Estu-dios Teológicos) a nivel licenciatura; Escuela deformadores y formación permanente a través detalleres, semanas de vida consagrada, nuevas ge-neraciones, triduo teológico. Se trabaja un proce-so de articulación de escuelas bajo un mismomodelo formativo desde la identidad y misión dela CIRM con la finalidad de formar a los religio-sos para el mundo de hoy. Promueve la formacióny reflexión nacional a través del boletín bimestralde la CIRM y de la página web.

Impulsa un proceso de reestructuración en laCIRM para poner su organización y estatutos alservicio de las prioridades y lineamientos de lamisma. Implica cambios en los departamentos quela conforman (Regionales, Comunicación, Forma-ción, Secretariado permanente y Economía).

Líneas de acción comunes a la vidaconsagrada

Fomentar el conocimiento de la vida consagra-da entre los Laicos y los Presbíteros, para que esavida sea más apreciada por todos. Promover en laformación inicial de los Seminarios el conoci-miento de la Teología de la vida consagrada.

Vivir la vida consagrada en fidelidad al pro-yecto de Dios, configurándose con Cristo en suentrega incondicional al Padre y apoyando lapredicación con la fuerza del propio testimonio.

Vivir la meditación de la Palabra, la oraciónpersonal y comunitaria, la contemplación y laadoración, como origen de una generosa respues-ta al envío y fuente de una evangelización másfecunda, compartiendo al mismo tiempo a expe-riencia con todo el Pueblo de Dios.

pág. 27Bol-403


Partir de las actitudes de Jesús y tomar con-ciencia de que la unidad en la pluralidad trae comocompromiso la apertura al otro, la humildad en lacorresponsabilidad y el testimonio vivo de lo quese ha visto y oído de Jesucristo, para ser signosvivos al servicio de las Familias, los Alejados, losPobres y los Jóvenes.

Encarnar el Misterio Pascual en la entrega yservicio, como signo de comunión y participaciónen la acogida y cambio de actitudes.

Buscar en los Fundadores sus actitudes ante lasexigencias que implica la pastoral orgánica; reto-mar, con un profundo sentido eclesial y con crea-tividad, los propios carismas para salir al encuen-tro de las Familias, los Alejados, los Pobres y losJóvenes.

Sensibilizar de manera sistemática a las comu-nidades religiosas acerca de la necesidad de suparticipación en la pastoral diocesana.

Propiciar una mayor integración e inserción delos diversos Institutos de vida consagrada en elconjunto de la actividad pastoral de la Iglesialocal a la que pertenecen. Integrar a las diversascomunidades religiosas en la elaboración de pla-nes y programas en los distintos niveles de la vidadiocesana. Manifestar una sincera comunión ycolaboración con los Pastores y vincular la activi-dad apostólica al plan orgánico de pastoral, to-mando parte activa tanto en su elaboración comoen su ejecución. Promover la participación de losReligiosos y las Religiosas en los programas yactividades de las Comisiones y Decanatos.

Propiciar que los Religiosos, como parte de laIglesia, sean escuchados y participen activa ycorresponsablemente en los procesos de decisiónde la Diócesis. Identificar las acciones pastoralespropias de las comunidades religiosas en orden aque, conservando su especificidad y carisma, seintegren al plan pastoral diocesano y puedan sercoordinadas eficazmente.

Actualizar el conocimiento de la realidad lo-cal, a fin de discernir los caminos del seguimientode Jesús en el propio carisma del Instituto religio-so. Identificar los campos de pastoral que necesi-tan una atención específica, en orden a encomen-

darlos a Institutos cuyo carisma responda másdirectamente a los mismos.

Revisar las tareas que realizan los Institutosreligiosos para que establezcan prioridades deacuerdo a las necesidades de la pastoral diocesa-na. Vivir la subsidiariedad, la corresponsabilidad,la solidaridad; aprender a trabajar en comunidad;ser fieles a lo acordado en común; tener gransensibilidad apostólica y amor a la Iglesia dioce-sana, apertura al cambio y actitudes positivasfrente a sí mismos y a los demás.

Como miembros del Pueblo de Dios, trabajarde manera corresponsable en el proyecto pastoralde la Diócesis, para que, desde las Familias, losAlejados, los Pobres y los Jóvenes, sean fructuo-sas las actitudes evangélicas, de tal manera quenadie permanezca fuera del influjo del Evangelioo carente de algo o de alguien que lo ayude en lavida de fe.

Ayudar -por la vivencia y la acción- a lasFamilias a encontrar su centro de estabilidad; a losAlejados, a acercarse por el camino del servicio yla comunión; a los Pobres, a descubrir la razón desu dignidad; a los Jóvenes, a buscar el significadode la vida. Fomentar, desde el propio carisma, quelas Familias tomen conciencia de su vocación ymisión como Iglesia doméstica, para que, conespíritu profético, sepa cultivar y defender suspropios valores de amor, unidad y fraternidad quela proyecten hacia las demás familias, convirtién-dose así en comunidad evangelizadora en el con-texto de la pastoral orgánica. Promover, desde larealidad familiar, el cambio de actitudesantievangélicas que se generan, sustentan y mani-fiestan en las diversas realidades sociales, políti-cas, económicas y religiosas presentes en la Dió-cesis, y que mantienen la realidad familiar ysocial en un subdesarrollo creciente.

Propiciar en la evangelización corresponsabi-lidad con los movimientos laicos y apoyar, demanera comprometida y testimonial, las accionesque éstos realizan, según la opción prioritariasinodal. Dar ejemplo de renovada comunión conlos demás Agentes de la pastoral, promoviendouna colaboración apostólica que respete y conso-lide las responsabilidades de cada vocación en la


pág. 28 Bol-403

Iglesia, ya que la fuerza de la evangelizaciónradica en el testimonio de unidad de los discípulosde Cristo (cf Jn 17,21-23).

Crear espacios de comunión y participaciónentre los Religiosos, y de éstos con los demásPresbíteros.

Salir con audacia creativa, como comunidadeclesial, al encuentro del hermano más necesita-do, en actitud de apertura, integrando la laborevangelizadora para humanizar y personalizar aquienes habitan en las ciudades. Dinamizar laspropias comunidades religiosas para que seanefectivamente fermento de comunión entre loshombres desde la opción preferencial por lospobres. Asumir radicalmente la opción por lospobres con un auténtico espíritu evangélico, op-ción no exclusiva ni excluyente; con una fuertemotivación derivada de las palabras del Señor yen coherencia con el espíritu del propio Instituto.

Tomar conciencia de la necesidad de forma-ción y capacitación que requieren los Religiosospara ser Agentes eficaces de la Nueva Evangeliza-ción. Propiciar, desde la formación inicial hasta laformación permanente, el sentido comunitario depertenencia a la Iglesia local, sin olvidar nunca lacatolicidad de la Iglesia. Propiciar que los Reli-giosos entiendan, desde las etapas de su forma-ción, que la vida consagrada también incluye lapertenencia a una comunidad diocesana y, portanto, se sientan solidarios con la pastoral de laDiócesis en que trabajan. Capacitar de modocuidadoso y especializado a los formadores y a lasformadoras, a fin de que estén preparados paraeste importante y trascendental servicio.

Fomentar y cultivar el espíritu de fraternidad,respeto a la vida, acogida, valoración individual ydel otro, promoción y crecimiento de los demás,apoyo mutuo dentro y fuera de la comunidadreligiosa.

Líneas de acción específicas para losreligiosos presbíteros

Hacer crecer la mutua estima entre Sacerdotesdiocesanos y religiosos, a fin de que éstos últimossean siempre aceptados y queridos en la Diócesis.Propiciar entre los Sacerdotes -religiosos y

diocesanos, y religiosos entre sí- el respeto, eldiálogo, el acercamiento, la comunión, la colabo-ración y la amistad.

Seguir impulsando las estructuras de la pasto-ral de conjunto, mediante la colaboración estre-cha entre clero regular y clero secular, de modoque los Superiores religiosos permitan a los miem-bros de sus Institutos permanecer, por tiemposdefinidos, sujetos a la organización diocesana.Asumir juntos, corresponsablemente, los Presbí-teros diocesanos y religiosos, la tarea de la cons-trucción del Reino de Dios en el mundo de hoy.

Tener presente que los Religiosos están sujetosa la potestad de los Obispos, a quienes han deseguir con piadosa sumisión y respeto en aquelloque se refiere a la cura de almas, al ejerciciopúblico del culto divino y a otras obras de aposto-lado (cf CIC 678 § 1).

ORIENTACIONES PASTORALES(VC 110):

La pasión por Dios: «Sean mis testigos»

La vida consagrada ha sido maestra en la ora-ción. También hoy, en un mundo que tiende aconstruirse al margen de Dios, urge mantener cuantose hace y, a la vez, crear nuevos espacios que seanescuela y taller de la vida con Dios, que muevan aadorarlo en «espíritu y verdad» (Jn 4,21).

Fomentar y ofrecer una espiritualidad que seasigno del amor y presencia de Dios. Testigos queen su ser y hacer den razón de la esperanzacristiana y ofrezcan medios para el encuentro yexperiencia de Dios, desde la lectura orante de laPalabra y de la vida. Por ello se espera de losconsagrados, como mujeres y hombres de ora-ción, recibir el ánimo que ellos reciben de Dios20.

Urge que desde la catequesis hasta la liturgiaeucarística, desde los procesos juveniles hasta laconstitución de comunidades, en todos los apos-tolados propios de la diversidad de carismas en lavida consagrada, se usen estilos y símboloscomprensibles para el pueblo, que desarrollen elsentir y gustar a Dios, de manera que se acompañeal pueblo para que no pierda su capacidadcontemplativa de Dios en el encuentro con elmundo moderno.

pág. 29Bol-403


Inculturar la vida y el Evangelio: ...en todoslos rincones de la historia

Un aporte que debe hacer la vida consagradaconsiste en fomentar la sensibilidad y solidaridadde los cristianos, hacer que no falte en la Iglesia lapresencia de los dolores y esperanzas (GS 1) delpueblo y, como consecuencia, sugerir respuestase iniciar gestos que anticipen el mundo al queDios nos llama. Respuestas y gestos que se inicia-rán en la misma vida comunitaria de cada institu-to. De esta manera, la vida consagrada, comoelemento carismático y profético, debe recordar ala Iglesia y al mundo las exigencias radicales de la

vida cristiana (cf CIC 573 § 1).

La intercongregacionalidad: caminen juntos

Unir esfuerzos en su espiritualidad,en el mundo de las relaciones y en elapoyo común a las grandes tareas. Ocu-pando su espacio propio en la Iglesia yen la sociedad, debe dar rostro al acon-tecer de esa vida consagrada y así serexpresión de la Iglesia para nuestropueblo de una manera de entender yhacer la educación, la salud, y la co-munión, en especial a favor de losolvidados. Aportando los carismas ala construcción del Reino, desde launión de todos los consagrados, paraabrirse a las realidades de la Iglesia.

Introduciendo, como una instanciamás, las grandes preocupaciones de lavida consagrada: los pobres, el mundo del trabajo,la educación, la niñez y juventud, la salud, laatención a la vejez, los medios de comunicación,los excluidos, el SIDA, desde la labor de cada unohasta los grandes frentes y foros que se debencrear. De esta manera se podrá favorecer que laIglesia siga manteniendo su presencia en los luga-res más olvidados, haciendo así reconocible elrostro de Dios en los excluidos (cf CIC 677 § 1).

Siendo memoria de la presencia de Dios ennuestra historia y, anunciando la nueva sociedady el nuevo país que hay que construir, desde laslabores de cada instituto, en consonancia con lajerarquía, la Iglesia particular y los espacios deencuentro de la vida consagrada.

Laicado cristiano: crezcan juntos hasta laplenitud de Cristo

Es tarea de toda la Iglesia hacer realidad lo quesignifica ser Pueblo de Dios: encontrar juntos yvalorar el espacio, la misión y hasta los contornos dela identidad de los ministros, consagrados y laicos.Los consagrados, desde su ser cristiano, compartencon ministros ordenados y laicos la misión, lacorresponsabilidad y el mutuo acompañamiento.

También es una realidad cada vez mayor laexistencia de laicos que participan en los carismasde los institutos de vida consagrada (cf VC 54-56).Se anima a estos institutos a que, junto con dichoslaicos, descubran la mejor manera de desarrollaresta relación de compartir el carisma y la misióneclesial, desde los voluntariados en que participan

muchos laicos hasta las organizaciones creadaspara asociarse de manera estable (cf CIC 677 § 2).

Será oferta de la vida consagrada a estos laicos:participar con ellos en descubrir la densidad de suvocación laical, trabajar juntos para llegar a sersujetos sociales en la Iglesia y la sociedad, ycompartir con ellos el envío a las estructuras denuestro mundo. De esta manera la vida consagradacolabora con su reflexión y experiencia, en ofrecera la Iglesia caminos para el laicado cristiano.

Las comunidades religiosas: que todos seanuno

Una tarea que debe desarrollar la vida consa-grada es trasmitir su experiencia de vida comuni-


pág. 30 Bol-403

taria en una Iglesia en la que, en gran medida, sehan ido diluyendo los contornos comunitarios, yseguir recordando que la dimensión comunitariano es algo opcional para el cristiano sino de suesencia (cf Hch 2,37-41; 4,32-35).

Se mantenga vivo el testimonio de la comu-nidad como lugar de acogida y experiencia cris-tiana, como referencia laical, en especial dequienes participan de los carismas, así comoespacio de llamada y formación de vocaciones.Sus comunidades sean lugar desde el que hagancreíble el Evangelio y la comprobación de que esposible una nueva humanidad. Y para ello seanun espacio de crecimiento de la persona y lavocación, de la experiencia de Dios y del mundoy de la inserción en la vida desde la causa deJesús (cf CIC 602).

En un mundo de relaciones rotas y gran sen-tido individualista, la vida consagrada debe te-ner como gran tarea retomar la utopía divina dela fraternidad y confianza mutua, asumiendo lasfragilidades de nuestro mundo y, desde ellas,trabajando por la restauración de las relacionesentre todos.

Los pobres: para que el mundo crea

La vida consagrada, por su mismo ser e histo-ria, tiene como opción preferencial los pobres (cfVC 82) y todas las formas de pobreza. Es propiode ella hacer felices a sus semejantes, al margende credo religioso, raza, color, o sexo, desde susposibilidades, donde se sufre o se muere, dondelos derechos humanos son violados, en las fronte-ras de la vida y donde sea necesario ofrecer unamano amiga que aporte humanidad.

«Por su consagración aceptan gozosamente,desde la comunión con el Padre, el misterio delanonadamiento y de la exaltación pascual. Ne-gándose, pues, radicalmente a sí mismos, aceptancomo propia la Cruz del Señor, cargada sobreellos y acompañan a los que sufren por la injusti-cia, por la carencia del sentido profundo de laexistencia humana y por el hambre de paz, verdady vida. De este modo, compartiendo su muerte,resucitan gozosamente con ellos a la novedad devida Y haciéndose todo para todos, tienen como

privilegiados a los pobres, predilectos del Señor»(DP 743; cf CIC 640).

Hoy, cuando muchas labores y obras ya nopueden realizarse o mantenerse sin la ayuda deotras instituciones públicas o privadas no propias,la vida consagrada, consciente de las dificultadesque tiene por número y edad, debe introducirse enel alma de esas mismas instituciones, y desdeellas ser una señal profética por su estilo deentrega, una fuente inspiradora de respuestas y unmedio de provocar preguntas sobre la fe y lafraternidad.

La opción por los pobres es uno de los desafíosmás importantes. Se favorezca la reflexión, plani-ficación y oferta de medios, para proponer a todoscaminos que respondan ante las grandes desigual-dades y exclusiones que padece la mayoría delpueblo. De esta manera se abren espacios entrecristianos y no cristianos en trabajos compartidos,en la solidaridad que nace del respeto al serhumano y en la apertura a la promoción de víncu-los ecuménicos.

Sean profetas

La vida consagrada, que nació como contrastede un mundo cuyos valores no son los del Evan-gelio, debe ser hoy profecía de la esperanza yespacio de diálogo, al mismo tiempo que instan-cia crítica que busca la reforma de costumbres, deestilos y hasta de leyes en desacuerdo con elEvangelio. Ambas cosas debe hacerlas con sucaracterística de humildad, paz y constancia.

Busquen la fidelidad creativa a lo más profun-do de lo que significan en cuanto memorial deDios y su Reino. Como parábola de otros destinosy valores deben concretar en cada caso este con-traste y así ser memoria en cada situación históri-ca de Dios sumamente amado, de una Iglesiaservidora siempre en camino, y de la posibilidadde una humanidad mejor. Y espera la aportaciónde numerosos/as jóvenes consagrados/as que,habiendo sentido la invitación a dejarlo todo porlo único necesario (cf Lc 10,41, Mc 10,21), hagande la entrega total a Dios un camino lleno desentido y de frutos a favor de la Iglesia y deVenezuela. De ellos también se espera una granhistoria que construir.

pág. 31Bol-403


PROPUESTADE COMPROMISOS

1: «Sólo Dios basta»

Ante el pragmatismo y activismo dominantesen nuestra sociedad, profundizar en una actitudque sepa ir a la raíz de los problemas, allí dondeDios se hace encuentro y respuesta. Ser hombresy mujeres expertos en Dios, teniendo como mode-lo a María, ejemplo de consagración total a Dios.

Ante la percepción popular de que la vidaconsagrada necesita inculturarse más, se precisala reelaboración de los elementos de la vida de lascomunidades para integrar en ellas las caracterís-ticas de nuestra identidad, fortaleciéndolas, ypurificándolas cuanto sea necesario (cf GS 58,AG 18), hasta que sean un signo atrayente de loque significa ser consagrado y destacando lassemillas de Evangelio que Dios ha sembrado enesta tierra.

Ante la desigual distribución geográfica ac-tual, buscar, respetando cada situación, su progre-siva presencia por todo el territorio de la Diócesis.Ante la presencia en parroquias, seguir colabo-rando con las necesidades de la Iglesia particular,enriqueciéndose mutuamente y aportando la ori-ginalidad de los dones que ofreció Dios a laIglesia a través de los diversos carismas de losfundadores.

2: Comunión fraterna y libertad solidaria

Ante la demanda de espacios comunitarios quemuchos buscan en nuestras parroquias y obras -notanto por demanda de mayor formación o com-promiso, sino para salir de la soledad que provocael individualismo de nuestro mundo- ser exigen-tes a la hora de proponer compromisos establesdesde el espíritu de las Bienaventuranzas, intro-duciendo estas características en nuestros proce-sos pastorales y sus grupos.

Ante un mundo lleno de divisiones y exclusio-nes, de odios y rencores, de fragmentación y vacíointerior, saber programar y ser contraste de otromundo que se anuncia como buena noticia de losseguidores de Jesús. Ser expertos en humanidaddesde las diversas tareas que se realizan. Ante lasgrandes diferencias sociales y extremos de aban-

dono en que vive gran parte de la gente, seguirhaciendo el esfuerzo de presencia e inserción conlos últimos de la sociedad, destacando personas aeste fin y promoviendo su educación, salud, fe ycercanía.

Ante la urgencia de mayor comunión e inser-ción en la Iglesia particular, encontrar caminospara la integración plena del presbítero religiosoen el presbiterio diocesano: «A partir de Mutuaerelationes es preciso un esfuerzo de mayor cono-cimiento recíproco entre las diversas formas deVida Consagrada y las Iglesias Particulares» (SD85). E integrar la vida consagrada en general en laprogramación y estructuras pastorales de la Dió-cesis. Dar pasos en una relación de mayor conoci-miento y colaboración entre Obispo, clerodiocesano y vida consagrada.

Ante la necesidad de lograr una mejor coordi-nación de esfuerzos, cada cual, desde la propiamisión o carisma, aprovechar y mejorar la Vicaríapara la Vida consagrada, para relacionar clerodiocesano, religiosos y religiosas y laicos. Ante elpoco conocimiento de la vida consagrada porparte del pueblo, encontrar cauces que den aconocer lo que significan, son y hacen estos insti-tutos en la Iglesia y hallar la manera de superar lasdistancias.

Ante el reconocimiento cada vez más extendi-do del valor del ser y el hacer de la mujer consa-grada en la Iglesia, fomentar un cambio en lasactitudes que son obstáculo para la plena partici-pación e integración de las consagradas en laorganización de la vida eclesial. Todo el Pueblode Dios, en particular los pastores, debe cuidar yfomentar la creación de espacios donde se dé estaplena integración, según las directrices de la Igle-sia universal.

3: Servidores de la reconciliación y la espe-ranza

Ante la tendencia mundial de rehuir al compro-miso apostólico, la fidelidad para siempre y laradicalidad, seguir clarificando y acompañandola formación de candidat@s a la vida consagradapara una vida de donación radical, en el segui-miento de Jesús.


pág. 32 Bol-403

Ante el empobrecimiento general, vencer latentación de buscar otras seguridades basadas enel poseer o en las estructuras de la institución.Formar las nuevas generaciones de consagradosen la opción por la vida sencilla y la misiónpreferente con los pobres.

Ante el poco número y progresivo envejeci-miento de algunos de sus miembros en diversosinstitutos, para mantener las obras y trabajos quellevan y, a la vez, reconociendo la riqueza quesupone que una parte del laicado de manera cadavez mayor comparte los carismas de la vidaconsagrada, tomar como orientación no cerrarobras de Iglesia y para ello favorecer la corres-ponsabilidad de todo el Pueblo de Dios.

Ante la necesaria integración en la Diócesis,participar en los trabajos pastorales desde unapastoral de conjunto, donde se integren adecuada-mente las necesidades pastorales de la Diócesiscon la vivencia de los carismas particulares.

Ante la regionalización de los diversos institu-tos de vida consagrada con visiones internaciona-les, conjugar, con sentido de Evangelio, las nece-sidades de cada grupo y cada comunidad.

4: «Y dejándolo todo lo siguieron»

Ante la necesidad, en la Iglesia, de todo tipo devocaciones, las parroquias, los colegios católicosy las obras de la vida consagrada, deben favorecerla diversidad de vocaciones laicales, consagradasy sacerdotales que necesita el Pueblo de Dios, demanera que sean centros de promoción y discerni-miento vocacional. Dar a conocer las distintasvocaciones eclesiales, ofrecer espacios de reflexióny maduración, poner en contacto con testigos deestas vocaciones y animar las mejores opcionesde los jóvenes.

«Llevamos el tesoro en vasijas de barro»

Ante la exigencia del mundo de un perfil deter-minado de la valía personal, fomentar los valoresde los formandos, para una experiencia comunita-ria y apostólica positiva. De esta manera puedenser signo de que su opción vocacional está llena desentido.

Ante el necesario proceso de integración de ladimensión afectivo-sexual en la personalidad,clarificar la ayuda de los formadores y los demásámbitos formativos, para llegar al conocimientode sí en profundidad y desde él avanzar en unamaduración progresiva en estos temas y los as-pectos relacionales ligados con ellos.

Ante la poca perseverancia de las vocaciones,organizar y cuidar el discernimiento vocacional,el acompañamiento y la formación, para desarro-llar y dar sentido a su opción vocacional dentro dela cultura emergente. Los candidatos profundicenen el conocimiento interno de la persona de Jesu-cristo y de su proyecto; en el conocimiento de símismo, utilizando los medios que sean necesariosde las ciencias humanas; y en la comprensión vitale histórica de la congregación a la que se quiereintegrar.

«Vengan y vean»

Ante la necesidad de dar una buena formación,procurar que haya suficientes formadores conve-nientemente liberados de otras actividades, quepuedan dedicarse a tiempo completo a esta labor.Proseguir el esfuerzo de ofrecer formación ade-cuada a los formadores y seguir enviando a facul-tades eclesiásticas acreditadas. Participen el ma-yor número de institutos en dichos centros, revi-sar entre todos sus resultados, reflexión de supe-riores y formadores en espacios y foros que yaexisten o se creen para ello.

Ante la comprobación del ingreso de personasno idóneas y de la transferencia de algunos entreinstituciones, se debe cuidar mucho más el proce-so de selección y admisión de aspirantes, segúnlas indicaciones de la Iglesia universal y de cadacongregación. Se aconseja recurrir a la ayudasicológica especializada.

Ante el ambiente social que valora la vidaprofesional como sumatoria de sucesivos cur-sos y títulos, y muchos desean más como pres-tigio que como servicio, se ha de buscar lacoherencia entre la preparación intelectual y elservicio que presta.

pág. 33Bol-403


Apertura: I Domingo de Adviento: 30 nov2014 (Vigilia de oración: 29 nov).

Clausura: Jornada de la vida consagrada: 2 feb2016 (Vigilia de oración: 1 feb).

Tiempos de reflexión e intercambio a nivelmundial:

Encuentro ecuménico de religiosos/as: Roma,22-24 ene 2015 (24 Vigilia de oración).

Seminario para formadores/as en la vida con-sagrada: Roma, 8-11 abril 2015 (11 abril Vigiliade oración).

Taller para jóvenes consagrados/as: Roma,23-26 sept 2015.

Convocación de la VC en la unidad: «Vidaconsagrada en la Iglesia. Seguimiento evangélicohacia el futuro»: Roma, 24 enero – 2 febrero 2016.

Eventos dedicados a un sector de la vidaconsagrada:

Simposio internacional «El seguimiento evan-gélico, forma permanente de vida en la Iglesiahacia el futuro; procesos»: Para institutos de VidaConsagrada y sociedades de Vida Apostólica:Roma, 27-30 enero 2016. Para la vida monástica:Roma, 28-31 enero 2016. Para los Institutos secu-lares: Roma, 29-31 enero 2016. Para el Orden devírgenes: Roma, 29-31 enero 2016.

Celebraciones juntos

30 enero 2016 (8 p.m.): Vigilia de oración enSan Pedro: «Profecía, santidad y martirio en laciudad humana».1 febrero 2016: Audiencia con el Papa.

2 febrero 2016: Celebración eucarística de clau-sura del Año de la Vida consagrada.

Itinerarios de celebración

1. Talleres de investigación (organizan Universi-dades Pontificias; dirigen Órdenes religiosas;temas y cuestiones de «Vita Consecrata» a 50años del Vaticano II).

2. Memoria de los santos de la vida consagrada(estaciones en lugares de particular significadoapostólico en el mundo).

3. Memoria de los mártires del siglo XX y XXI(estaciones en lugares de particular testimonioen el mundo).

4. «Iglesia en salida» (caminos evangélicos signi-ficativos, en interacción entre institutos apos-tólicos, sociedades de vida spostólica, vidamonástica, institutos seculares, orden de vírge-nes, nuevos institutos).

5. Cadena mundial de oración entre los monaste-rios (estaciones en monasterios de particularsignificación monástica en el mundo).

6. «Via pulchritudinis»: «Una cosa pido al Señor,eso buscaré: habitar en la casa del Señor por losdías de mi vida; contemplar la belleza delSeñor y admirar su santuario: Sal 27,4 (lengua-jes artísticos en la vida consagrada para lacontemplación y el anuncio de la verdad ybelleza de la fe).

7. Estudio de la Congregación para los Institutosde vida consagrada y las sociedades de vidaapostólica: CIVCSVA (sección monástica enlínea para las monjas).

APÉNDICE 1:

CALENDARIO DEL AÑODE LA VIDA CONSAGRADA 2015

A NIVELMUNDIAL:


pág. 34 Bol-403

2 de febrero 2015: Apertura diocesana del Añode la Vida consagrada.

8 de febrero: Asamblea de la Vida consagrada.17 de mayo: Retiro Espiritual y Jubileo euca-

rístico.5 de abril: Renovación devocional de votos en

la Resurrección del Señor.21 de noviembre: Jornada diocesana de la vida

consagrada; Profesión perpetuaintercongregacional.

2 de febrero 2016: Clausura del Año de la vidaconsagrada.

A nivel parroquial se aprovechen las distintasocasiones para valorar la vida consagrada, dar aconocer sus aportes en los distintos campos (sa-lud, educación, caridad, pastoral…) y difundir susvalores. Detecten y envíen candidatos a los retirosPre-Vida consagrada, y favorezcan el acompaña-miento de los vocacionables. En los lugares don-de hay comunidades religiosas resalten su partici-pación en especiales actos, como fiestas patrona-les, peregrinaciones, visitas a lugares, fiesta desus santos patronos, fundadores y miembros in-signes, testimonios públicos, exposiciones, me-moria de sus obras, etc.

Indulgencias

El Santo Padre, con ocasión del Año de la VidaConsagrada, concede indulgencia plenaria, conlas condiciones habituales (confesión sacramen-tal, comunión eucarística y oración por las inten-ciones del Santo Padre) «a todos los miembros delas instituciones vida consagrada y a los demásfieles verdaderamente arrepentidos y movidospor un espíritu de caridad, a partir del primerdomingo de Adviento de este año hasta el 2 defebrero 2016, día de clausura del Año de la vidaconsagrada». La indulgencia puede aplicarse tam-bién como sufragio por las almas del Purgatorio.Así lo ha determinado un decreto firmado por elcardenal Mauro Piacenza, penitenciario mayor,publicado el pasado día 28 de noviembre.

Tal y como establece este decreto, la indulgen-cia se obtendrá en Roma, «cada vez que participenen las reuniones y celebraciones internacionalesestablecidas en el calendario de la Congregaciónpara los Institutos de Vida Consagrada y lasSociedades de Vida Apostólica, y cuando por unperíodo de tiempo apropiado mediten con piedad,concluyendo con Padre nuestro, la Profesión de feen cualquier forma legítima aprobada einvocaciones a la Virgen María».

También en todas las Iglesias particulares,cada vez que en los días diocesanos dedicados a lavida consagrada y en las celebraciones diocesanasorganizadas para el Año de la Vida Consagrada,«visiten la catedral u otro lugar sagrado designadocon el consentimiento del Ordinario del lugar, ouna iglesia conventual o el oratorio desde unmonasterio de clausura y recen públicamente allíla Liturgia de las Horas, o un período de tiempoapropiado meditarán con piedad concluyendo conPadre nuestro, la Profesión de fe en cualquierforma legítima aprobada e invocaciones a la Vir-gen María».

Los miembros de los Institutos de vida consa-grada que, por enfermedad u otra causa grave nopuedan visitar los lugares sagrados —explica eldecreto— podrán obtener la indulgencia plenariasi, con total desapego de cualquier pecado y conla intención de poder cumplir tan pronto como seaposible las tres condiciones habituales, efectúenla visita espiritual con profundo deseo y ofrezcanlas enfermedades y molestias de su vida a Diosmisericordioso a través de María misericordioso,añadiendo las oraciones más arriba indicadas.

Para facilitar el conseguimiento de la graciadivina por medio de la caridad pastoral, laPenitenciaría Apostólica, pide a los canónigos,los miembros del capítulo, los sacerdotes de losInstitutos de Vida Consagrada y a todos los quetienen la facultades de escuchar las confesionesque administren con frecuencia el sacramentode la penitencia y la sagrada comunión a losenfermos.

A NIVEL DIOCESANO

pág. 35Bol-403


RITO DE LAPROFESIÓN RELIGIOSA

Los antiguos rituales la ubican en distintosmomentos de la Misa: antes del último verso delgradual, después o antes del ofertorio, ante elSantísimo antes de la comunión.

Se hace ahora después del Evangelio, inclu-yendo la homilía, y preparando su inserción per-sonal en el Sacrificio de Cris-to. Así se evita interrumpir laMisa o el sabor de ordalía.

Se distingue entre profe-sión temporal y perpetua.

Las partes del rito son: Lla-mado, alocución, preguntas,oración-invocación, fórmulade profesión, bendición delprofeso, entrega de insignias.En la profesión perpetua: Le-tanías.

Diferencias entre profe-sión temporal y perpetua:- Las circunstancias de la Pro-

fesión temporal son mássencillas. En la perpetua se pide concurrenciadel pueblo, celebración en la iglesia catedral,única celebración para diversas familias religio-sas, en domingo u otra fiesta.

- La llamada y las preguntas son semejantes, perolos textos, diferentes.

- En la Profesión temporal, una breve oracióndispone convenientemente los ánimos para loque se va a realizar; en la Profesión perpetua, secantan solemnemente las Letanías de los San-tos, como acostumbra el rito romano en lasconsagraciones más importantes.

- El canto de la antífona «Suscipe me», y otrasmuy apreciadas por las antiguas familiasmonásticas, se dejan para la Profesión perpetua.

- La solemne colocación de la hoja de la oblaciónsobre el altar, se reserva para el Rito de laProfesión perpetua.

- A la emisión de la Profesión temporal sigue laentrega de insignias;en cambio la Profe-sión perpetua se ter-mina con la granbendición del pro-feso que, en la Pro-fesión de religiosas,ocupa el lugar quela antigua plegaria«Deus, castorumcorporum» de laConsagración deVírgenes. La bendi-ción del profeso nofaltó en los antiguosritos, pero con fór-mulas menos solem-nes, compuestas en

el ocaso de la edad de oro de la Liturgia romana.En Rituales posteriores hay cosas de poca im-portancia y falta la solemne bendición del pro-feso. Al incluir la Plegaria de la bendiciónsolemne, se restaura y restablece.

- En la Liturgia eucarística, hay «Hanc igitur»propio para la Profesión perpetua, en el Canonromano. En las otras tres Plegarias Eucarísticasde la Misa de la Profesión perpetua, se conme-mora oportunamente la oblación de los profesos.

- Al final de la Misa, se reserva para el Rito de laProfesión perpetua la bendición más solemne:

APÉNDICE 2:

PRINCIPALES RITOSDE LA VIDA CONSAGRADA


pág. 36 Bol-403

aaronítica (Nm. 6, 22-27), o de tipo galiciano-mozarábico.

La Profesión temporal

El Rito de la Profesión temporal también con-tiene algunos elementos peculiares.1.- Entrega de la Regla, donde hay costumbre. A

fin de que el profeso, desde el mismo día de laprimera Profesión, viva en conformidad conlas leyes y las intituciones de su familia religio-sa. Esta entrega ritual de la Regla, mirando a lanueva vida, supone otraentrega al comienzo delnoviciado, a cada proban-do, fuera de celebracioneslitúrgicas, con fines docen-tes.

2.- Entrega del hábito. Eraantigua costumbre entre-gar el hábito al emitir laprimera Profesión. El há-bito es la expresión exter-na de su estado consagra-do especialmente a Dios,el signo por el cual se reconocesu estado de vida. Así se habíapracticado en los monasterios deoriente y occidente.En la edad media se quiso hacer la

prueba de vivir ya con el hábito puesto, comouniforme para las celebraciones litúrgicas de losmonasterios. Y del uso exclusivo en el templo sehabía ido extendiendo a la vida. Más tarde, lospapás llevan a sus hijos para ser niños oblatos,entregándoles sus hábitos. El Concilio II de Letrán(año 1139: C. 29, cap 17 q.4) lo hace exclusivo declérigos y profesos. Bonifacio VIII lo extiende alos novicios (sentencias de excomunión, suspen-sión y entedicho cap. 21, V, 11, en 6º).

Comparación con otros ritos:

La vestición al final como signo externo delefecto interno es común:

En el Bautismo se corona el rito imponiendo lavestidura blanca, como signo externo de las mara-villas realizadas durante la celebración del Sacra-mento en el alma del neófito.

En las Ordenaciones, hecha la consagraciónsacramental propiamente dicha, se entregan a losagraciados los vestidos correspondientes a la dig-nidad y función recibidas.

En la Consagración de Vírgenes (la Profesiónreligiosa esencialmente consiste en la emisión delos tres votos públicos de pobreza, castidad yobediencia, y contiene la sustancia de la Consa-gración de las Vírgenes), los vestidos propios dela virgen, previamente bendecidos, se entregan enel mismo Rito de la consagración. Si, por razones

prácticas, algunas pren-das se visten antes, secompletan inmediata-mente después de laConsagración. Y se en-trega el velo y los em-blemas (anillo y coro-na), símbolos expresivosde la consagración veri-ficada por la acción li-túrgica de la Iglesia.

El noviciado es un pe-ríodo experimental deprueba de la vida consa-grada, y una progresivainserción en ese estado,para abrazarlo o aban-donarlo. Vestir solem-

nemente el hábito, en presencia de familiares, nose conforma al género de prueba. El novicio es unseglar que quiere probar si está llamado o no porDios a la vida religiosa sin anticipar ningún signoque polarice el resultado. Basta algún broche en lasolapa.

Pablo V, mediante la Constitución «Romanuspontifex» (23 de mayo de 1606) concede Indul-gencia plenaria el día de ingreso.

Se emprende así la aventura de la prueba devida consagrada iluminados por la luz sobrenatu-ral y despegado el corazón de apegos al mal.

Promesa

Es el último rito que se ha introducido, por laInstrucción «Renovationis causam» (6 enero1969), del Papa Pablo VI, viendo que era necesa-rio en vez de la toma inicial de hábito.

pág. 37Bol-403


LA VIRGINIDADEN LA HISTORIA

Es una aportación del cristianismo. Sólo Jere-mías, célibe por orden de Yahveh, Elías y Eliseo,y los esenios, en el AT. Los rabinos son contrariosa la virginidad.

1. Comunidades apostólicas.

Hombres y mujeres, siguiendo el ejemplo yconsejo del Señor (Mt 19,10-12) viven en conti-nencia voluntaria por el Reino. Considera a Juancomo el apóstol vir-gen (Jn 3,29). Pablovive célibe para de-dicarse por entero alEvangelio, y propa-ga la virginidad con-sagrada (1 Co 7,1.7-8.25-38). En Cesarea,el diácono Felipe tie-ne cuatro hijas vírge-nes que son profetas(Hch 21,6).

Clemente Roma-no exhorta a loscorintios: «El casto en la carne no se gloríe, puesel Otro quien le concede la continencia» (38,2:SCh 167,162). Ignacio de Antioquía escribe aPolicarpo: «Si alguien puede permanecer en lacastidad para gloria de la Carne del Señor, lo hagacon humildad» (5,2: SCh 10,174-176). Y Policarpoexhorta a los filipenses: «Las vírgenes debencaminar con conciencia irreprensible y pura» (5,3:SCh 10,203).

2. Edad patrística

Florece el ideal de la virginidad consagrada.Desde fines del siglo II hay abundante literatura y

obras monográficas (Hechos de Pablo y de Tecla;Pseudo-Clemente, Carta a las vírgenes; Tertulia-no, El velo de las vírgenes; Cipriano, El hábito delas vírgenes; Metodio de Olimpo, Diálogo sobrela virginidad). Abundantes alusiones en tratadosteológicos, escritos de controversia, cartas,homilías.

Los padres ponen a las vírgenes inmediata-mente después de los mártires en la escala desantidad. Al terminar las persecuciones, queda lavirginidad como el modelo más representativo de

santidad eclesial.Con su elección yestilo de vida venceel desorden sexual,el apego a la fami-lia y los obstáculosal seguimiento deCristo (Lc 14,26-27), el paganismoreinante, la moliciede la idolatría y lacorrupción.

Viven en su casa,pero se consideran como una particular categoríade fieles (Ordo virginum). Por íntima vocación sededican al culto divino, muchas tienen el don deprofecía, tienen funciones de evangelización. Son«las flores que germinaron en la Iglesia... reflejode Dios e impronta de la santidad del Señor, laporción más selecta del rebaño de Cristo»(Cipriano, El hábito de las vírgenes 3: CSEL 3/1,189).

A partir de Tertuliano se desarrolla el temaesponsal. Sobre 2Co 11,2, el propósito de lavirginidad es un desposorio entre Cristo y lapersona («esposa de Cristo», «dedicada a Cristo»,

APÉNDICE 3:

LA VIRGINIDAD CONSAGRADA


pág. 38 Bol-403

«virgen desposada con Cristo», «novia de Dios»,«virgen consagrada a Dios»). Nace de la Iglesiavirgen, esposa y madre, que imprime su carácteren sus hijos: virgen por su integridad de la fe,esposa por la indisoluble unión con Cristo, ymadre fecunda por la multitud de sus hijos.

Es un retorno al Paraíso, la condición de Evaantes del pecado, con dominio de sí y ausencia dedesorden, como anticipo de la vida futura (Mt22,30).

En Alejandría se subrayael aspecto sacramental de lavirginidad. Para Orígenes enun modo particular de parti-cipar en el Misterio Pascualde Cristo y de asimilación asu humanidad virginal; sím-bolo y tipo de la unión entreCristo y la Iglesia, resultadode una intervenciónsantificadora directa de Cris-to y de la Iglesia.

Dios eligió por madre auna virgen para expresar elvalor y la excelencia de lavirginidad (Pseudo-Cle-mente, Carta a las vírgenes5-6: Funk 2,4-5). Vemos enJesús las primicias de la castidad de los hombresque viven el celibato, y en María las primicias dela castidad de la mujer (Orígenes, Com. in Mt10,17: SCh 162,216).

Les exhortan a la vigilancia y la humildad paraevitar el peligro de la soberbia. En las Iglesias deAfrica y Siria se practicaron criticados «matrimo-nios espirituales» de vírgenes de diverso sexo.Cuando dejan su compromiso y se casan, sontachadas de adúlteras, incestuosas y bígamas enrelación a Cristo (Cipriano, El hábito de lasvírgenes 20: CSEL 3/1,201); el can 19 del Conci-lio de Ancira (314) las considera segundas nup-cias (mansi 2,519). Las sectas gnósticas ymaniqueas rechazan el cuerpo y apoyan tambiénla virginidad, por el rechazo al matrimonio.

Dice la Tradición Apostólica de Hipólito: «Nose imponga la mano sobre la virgen; lo que la hace

tal es únicamente su decisión de serlo» (12: SCh11bis,68).

En los siglos IV y V aumenta notablemente elnúmero y la reflexión. Atanasio les da precisasnormas a quienes viven en su casa: Discursosobre la virginidad (TU 29,2: PG 28,252-281).San Basilio escribe Epistula ad virginem lapsam(PG 32,369-381). Y Gregorio Niceno, Devirginitate (SCh 119; PG 46,317-416) para pro-

moción de la vida virtuo-sa. Gregorio Naciancenolo hace poesía en: Inlaudem virginitatis (PG37,521-573), Precepta advirgines (573-672).Basilio de Ancira, que fuemédico, escribe Devirginitate (PG 30,669-809) sobre los riesgos ylos aspectos médicos. SanEfrén tiene 52 Hymni devirginitate et de mysteriisDomini nostri (CSCO 94),evocando a María, el bau-tista y Juan. JuanCrisostomo, por su trata-do De virginitate (SCh125; PG 48,533-596) esconsiderado como el de-

fensor del matrimonio y apóstol de la virginidad.Tiene además dos escritos polémicos: contra losclérigos que tienen en casa una virgen consagra-da: Adversus eos qui apud se habent virginessubintroductas (PG 47,495-513); y para las vírge-nes dedicadas al apostolado que hospedan hom-bres: Quod regulares faeminae viris cohabitarenon debeant (PG 47,513-532).

Ambrosio de Milán en el 377 escribe: Devirginibus ad Marcellinam sororem (PL 16,197-244); en 378 De virginitate (PL 16,279-316) y Deinstitutione virginis (PL 16,319-348) tras lavelación de Ambrosia en Bolonia; y la Exhortatiovirginitatis (PL 16,351-380).

Jerónimo defiende ásperamente la virginidadcristiana contra Elvidio, quien afirmaba que Ma-ría había convivido con José maritalmente des-pués del nacimiento de Jesús, en De perpetua

pág. 39Bol-403


virginitate B. Mariae (PL 23,193-206). Contra elmonje Joviniano que igualaba la virginidad y elmatrimonio escribió Adversus Iovinianum (PL23,221-352), precisada luego en la Carta aPanmarquio (Ep 49: 350-389). En 384 escribió laCarta a Eustoquio (El 22: CSEL 54,143-211). En414: Carta de Demetrias (Ep 130: CSEL 56,175-201).

San Agustín escribió en 401 el tratado Desancta virginitate (CSEL 41,233-302), cumbrede teología y espiritualidad sobre el tema. Lo tratatambién en De bono coniugale (184-231), Decontinentia (139-183), De bono viduitatis (303-343).

Zenón de Veronalo trata de lashomilías De pudicitia(CCL 22,8-14) y Decontinentia (171-178). Nicetas deRemesiana, De lap-sus virginis sacratae(PL 16,367-384).Pelagio, De epistulaad claudiam devirginitate (CSEL1,224-250).

Tratados comple-tos: Fulgencio de Ruspe, Carta a Proba (Ep 3:CCL 91,212-219). Leandro de Sevilla, Deinstitutione virginum et de comtemptu mundi(BAC 321, 21-76) en la consagración deFlorentina; Regula S. Leandri.

El monasterio va supliendo la casa paterna; a laautoridad del Obispo sucede la del superior; elservicio eclesial se va reduciendo al interior delmonasterio y separándose del mundo; el segui-miento de Cristo se regula en sus detalles. Sobre-salen las Reglas de san Basilio (PL 103,487-554)y de san Benito (CSEL 75).

A partir del siglo IV se compone un ceremonialpara la consagración de vírgenes. Ante el Obispoy la comunidad, en una celebración litúrgica de-terminada. Se precisa la edad (muy variable en losconcilios y reglas), los compromisos, los asisten-tes, los ritos.

3. Edad Media.

a) Monasterios. Del siglo VII al XII se identi-fica la consagración de vírgenes con la profesiónmonástica. Desde el siglo VII prevalece la Reglabenedictina. En los claustros se hacen gradacio-nes entre los estados (conyugal, de viudas y virgi-nal). Para las claustrales se compone el Speculumvirginum en el siglo XII.

Es una perenne liturgia nupcial, diálogo conCristo Esposo en la Lectio divina, oración ince-sante con la oración de Jesús (salmos), bodas delCordero (Ef 5,25-27; Ap 7,14), vigilia y cortejonupcial esperando al Esposo (Mt 25,6-7). Matilde

de Hackerborn escribe Liberspecialis gratiae; yGertrudis de Helfta,Exercitia Spiritualia (SCh127) y Legatus Divinaepietatis 1-4 (SCh139,143,255).

b) Movimientos de vidaevangélica. Surgieron mu-chos movimientos laicalesy religiosos tendiendo avolver a la vida evangélica(sencillez, pobreza, frater-nidad, cambio). Surgen nue-vas formas de vivir la virgi-

nidad: en casa, sin hábito, trabajando para sobre-vivir, o en grupitos que rentan una pequeña casa,orando en los templos con los demás fieles, dedi-cados a obras de misericordia, particularmente alos enfermos.

Desde el siglo XII se amparan a las Órdenesmendicantes, sobre todo Franciscanos y Domini-cos, como Terceras Ordenes. Pronto, sin embar-go, volverían a la vida claustral. Con todo, noreciben la Consagración de Vírgenes, pues noestán ligadas al obispo, rompieron con los monas-terios.

c) Teología de Tomás de Aquino. Al tratarsobre la templanza (STh 2-2 q143), considera lavirginidad como parte de la castidad. Consiste enel propósito de abstenerse a perpetuidad de losplaceres venéreos por un motivo teologal: porDios, creador del cuerpo y del alma, a quien y para


pág. 40 Bol-403

quien se consagra, se conserva y se ofrece laintegridad de la carne. Su elemento esencialconsiste en la opción por Dios. Sus renuncias seordenan al fin altísimo de la vida contemplativa,máximo bien del alma. Sobrepasa la castidad encuanto no sólo ordena rectamente el uso de lasexualidad, sino la consagra totalmente al ser-vicio divino.

Es superior la virginidad consagrada al ma-trimonio, en cuanto a la castidad. Por el ejemplode Cristo virgen, que elige por Madre a unaVirgen (STh 2-2 q152); la enseñanza paulina de1Co 7,25-35; la superioridad del bien del almay la contemplación sobre el bien del cuerpo y lavida activa. Lo importante es el ánimo y lacaridad con que cada uno viva su propio estado.

La solemnidad del voto de consagraciónprofesado por los religiosos, semejante al pro-pósito de virginidad de las vírgenes, no consisteen el rito externo que marca el paso de un fiel auna nueva situación de vida, sino en una bendi-ción divina que crea en ella una nueva condi-ción de consagrada (STh 2-2 q88 a7), que ni elpapa puede cambiar (comparable a los cálices).Es un desposorio espiritual con Cristo, querepresenta los desposorios entre Cristo y laIglesia en cuanto a su incorrupción, y por esosólo el obispo puede ser paraninfo de las vírge-nes (Sent IV d38 q5).

4. Concilio de Trento.4. Concilio de Trento.

Los protestantes enseñaban que el matrimo-nio debe anteponerse a la castidad. La continen-cia es un don de Dios, más bien excepcional,pues nos domina la concupiscencia, cuyo reme-dio es el matrimonio, de derecho divino; lacontinencia es institución humana y se presta alfariseísmo, pues es imposible a las fuerzashumanas.

El Concilio, en 1547, refuta los errores sobreel matrimonio; y en 1563 aprueba el canon 10del Decreto sobre el sacramento del matrimo-nio: «Quien afirme que el estado conyugal debeanteponerse al estado de virginidad o del celi-bato; o que permanecer en el celibato o lavirginidad no es mejor y más feliz decisión quecontraer matrimonio, sea anatema» (DS 1810).

5. Encíclica «Sacra Virginitas».5. Encíclica«Sacra Virginitas».

Pio XII el 25 marzo 1954 condena los errores dequienes dicen que es imposible frenar el instintosexual sin comprometer el equilibrio psicofísico, ypor tanto que es necesaria la vida conyugal para lamadurez de la persona; de quienes dicen que unemás a Dios el matrimonio porque es sacramento quela virginidad que no es, pues la pareja desarrolla elamor y el célibe el egoísmo.

La perfecta renuncia al matrimonio libera degraves cargas. El corazón de los casados está divi-dido entre el amor al cónyuge y el amor a Dios,atrapados por las obligaciones de la vida conyugal.La renuncia a los placeres de la carne deja másdisponibles a gustar las elevaciones de la vidaespiritual. En uso de la sexualidad, aunque legíti-mo y santificado por un sacramento, nos mantieneen el ámbito de lo terreno y de la condición delhombre caído.

Son dos modos de vivir cristianamente la sexua-lidad. La virginidad por el Reino es una elección devida que permite la plena realización humana.

SENTIDO DE LA VIRGINIDADCONSAGRADA

EN LOS PADRES DE LA IGLESIA

La Virginidad es un bien del ámbito de la fe:«Mis pensamientos no son los pensamientos deustedes» (Is 55,8-9). «Has ocultado los misterios delReino a los sabios y hábiles y los has revelado a lospequeños» (Lc 10,21). «Dichosa tu que has creído»(Lc 10,21).

1. Por las relaciones con el Espíritu Santo (dimen-sión carismática)1. Por las relaciones con el Es-píritu Santo (dimensión carismática)

Es un don del Espíritu Santo: «No todos com-prenden esto, sino a quienes les ha sido concedido»(Mt 19,11-12). Es una vocación y un don para laIglesia: «Yo los he elegido a ustedes» (Jn 15,16);«No hay nada imposible para Dios» (Mc 9,23); la«locura de la Cruz» (1Co 1,22-24; 3,18-19). Imitana Cristo en un heroísmo de virtud, como una consa-gración de amor en la cual devuelven todo en lainmolación espiritual de sí mismos.

pág. 41Bol-403


2. Por las relaciones con la vida eterna (dimensiónescatológica)2. Por las relaciones con la vidaeterna (dimensión escatológica)Anticipación del cielo y paso de lo pasajero a

lo eterno: «Seremos semejantes a Dios porque loveremos tal cual es» (1 Jn 3,2); «Semejantes alCuerpo glorioso de Cristo» (Flp 3,21); «En la otravida ninguno se casará, sino serán como los ánge-les de Dios» (Mt 22,23).

Son un signo del Reino. El matrimonio simbo-liza provisoriamente la unión con Dios (Ef5,22-33); la virginidad lo realiza: «servir alSeñor con corazón indiviso» (1Co 7,33). Loeterno salva lo pasajero. Y son un testimoniodel Reino: la felicidad lograda en la soledad:«Dios será todo en todos»; «usar del mundocomo si no lo usaran»; «ni el ojo vio, ni el oídooyó, ni la mente pudo imaginar lo que Diostiene reservado a los que lo aman» (1Co 2,9);«nadie puede servir a dos señores» (Mt 6,24);«nuestro hombre interior se va deshaciendo,pero el interior se renueva cada día» (2Co4,16); «todo lo tengo por basura con tal deganar a Cristo» (Flp 3,8).3. Por las relaciones que tiene con Cristo

(dimensión cristológica).3. Por las relacio-nes que tiene con Cristo (dimensióncristológica).Es acto y signo de amor: «El que pierda su vida

por mí y por el Evangelio la salvará» (Mt 16,25).Un amor exclusivo al Dios celoso: «amarás alSeñor tu Dios con todo el corazón, con toda tumente, con todas tus fuerzas y con todo tu poder»(Mc 12,30). Un amor que no puede apagarse, puessólo cuando el amor es bajo hay bajezas. Imita conamor la virginidad de Jesús: «Maldito quien noame a Jesucristo» (1Co 16,22).

Es una gracia de Dios, que consiste en laimitación de Cristo: lo perfecto (1Co 7,35). «Nues-tras manos palparon y tocaron al Verbo que es laVida» (1Jn 1,1-4). Transformados en «imagen desu Hijo». Es Juan que se inclina al pecho de Jesúsy oye sus latidos. Una afinidad psicológica conlos sentimientos de Jesús (Flp 2,5-8).

Es un amor libre que se dona totalmente: «Dejaque los muertos entierren a sus muertos; tu sígue-

me» (Lc 9,58-62); «solícito sólo en las cosas delSeñor» (1Co 7,32). Dos personas aman más: lasmadres y las vírgenes. Prueban y expresan la«longura, anchura y profundidad del amor deDios». Y retorna a Dios, su principio.

Muere con Cristo: «tome su Cruz», «si el granode trigo no muere queda sin fruto» (Jn 12,24),«Cristo por nosotros sufrió, para que sigamos suspasos» (1P 2,21); «será signo de contradicción»(Lc 2,34). En un holocausto cotidiano, una muerteespiritual.

4. Por las relaciones con el Cuerpo Místico (di-mensión eclesial).4. Por las relaciones con elCuerpo Místico (dimensión eclesial).Participa de la paternidad de Dios (Ef 3,15), del

amor esponsal entre Cristo y la Iglesia (Jn 3,29).No es egoísmo, sino servicio. No a una sociedadanónima, sino a la Esposa de Cristo.5. Por las relaciones con la naturaleza humana

(dimensión personal).5. Por las relaciones conla naturaleza humana (dimensión personal).No vive una frustración; renuncia para una

mejor vida: el encuentro, la donación. Seautoposee, se libera de determinismos biológicos,emprende un camino de rescate de sí mismo, en unaprendizaje del amor auténtico. Por la vida fraterna,la guarda de los sentidos, el apostolado, la ora-ción, y los sacramentos de la Eucaristía y recon-ciliación, vive en la felicidad y la esperanza. Esgarantía de un amor duradero y continuo quepermanece.

«La vida consagrada está en el corazón mismo de la Iglesiacomo elemento decisivo para su misión, ya que “indica la natu-raleza íntima de la vocación cristiana” y la aspiración de todala Iglesia Esposa hacia la unión con el único Esposo».

(Vita Consecrata 3)

«Las personas consagradas son signo de Dios en los diversosambientes de vida, son levadura para el crecimiento de unasociedad más justa y fraterna, son profecía del compartir conlos pequeños y los pobres. La vida consagrada, así entendida yvivida, se presenta a nosotros como realmente es: un don deDios, un don de Dios a la Iglesia, un don de Dios a su pueblo.Cada persona consagrada es un don para el pueblo de Dios encamino».

(Papa Francisco)

san juan de los lagos, jal. enero de 2015 nº 403 año de la ... · aÑo de la vida consagrada...

Documents