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1 Salud y aislamiento; análisis en el área de las Sierras de Chávez, San Juan (Argentina) 1 Verhasselt, Yola 2 Curto, Susana Isabel 3 Pickenhayn, Jorge Amancio 4 Resumen El área de estudio tuvo varios periodos en los que el aislamiento influyó en el poblamiento en especial en aquellos parajes que, por alguna circunstancia, quedaron marginados de los principales ejes de circulación y en consecuencia de la movilidad interna del sistema. El geosistema prehispánico estaba en equilibrio y tenía una circulación y movilidad propia ya que en Valle Fértil existían contactos transversales y longitudinales que se manifestaron como una razonable fuente de intercambio cultural y genético. Con la aparición del conquistador hubo una ruptura del equilibrio, aunque el proceso de mestizaje no difirió mucho del que ocurría en otras regiones. Sin embargo, no hubo etapa de mayor aislamiento que la actual, en especial en los puestos localizados entre las sierras cercanas a San Agustín de Valle Fértil, la capital departamental. Es en esta última etapa en que se acentuaron los problemas de endogamia, con los consiguientes problemas genéticos. Introducción La palabra aislamiento remite a ese cercado absoluto que una isla tiene respecto del mar que la circunda. Este problema tiene gran importancia en cuestiones sanitarias tales como la accesibilidad a los servicios de Salud, pautas culturales y comportamiento respecto a los sistemas médicos así como en los complejos patrones de herencia y genética donde la consanguinidad juega un importante papel en el poblamiento. Las causas del aislamiento suelen ser barreras ambientales tales como las distancias, o barreras ideológicas como las fronteras, los conflictos políticos, las diferencias étnicas y/o religiosas y las guerras. Las barreras suelen ser propias de cada geosistema y su influencia varía con la circulación que los procesos socioeconómicos van imponiendo en el territorio. En la Argentina así como en el resto de Sudamérica, existen áreas donde la endogamia y la consecuente consanguinidad se han mantenido a través del tiempo, dando como resultado complejos problemas de salud por la aparición de portadores "sanos" de enfermedades ligadas a la herencia así como una elevada mortalidad de niños de 3 a 5 años dado que estas enfermedades muchas veces no se evidencian al nacer. Ocultas en 1 Programa de Geografía Médica: Implicancias espaciales de las patologías del aislamiento. Trabajo realizado dentro del marco del acuerdo NFWO (Bélgica), el CIBIOM/CONICET y la Universidad Nacional de San Juan, Argentina. 2 Full Professor, Vrije Universiteit, Brussels, Belgium, (Asesora). <[email protected]> 3 CONICET. Concurrente del Centro de Investigaciones Epidemiológicas. Academia Nacional de Medicina de Buenos Aires. Pacheco de Melo 3081, Buenos Aires, Argentina. Tel/Fax: (#54 11) 4805 3592. anmciepi@intramed. com.ar ; [email protected] 4 Profesor Titular Exclusivo, Universidad Nacional de San Juan (Director del proyecto). <[email protected]>

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Salud y aislamiento; análisis en el área de las Sierras de Chávez, San Juan (Argentina)1

Verhasselt, Yola 2

Curto, Susana Isabel3

Pickenhayn, Jorge Amancio 4

Resumen El área de estudio tuvo varios periodos en los que el aislamiento influyó en el poblamiento en especial en aquellos parajes que, por alguna circunstancia, quedaron marginados de los principales ejes de circulación y en consecuencia de la movilidad interna del sistema. El geosistema prehispánico estaba en equilibrio y tenía una circulación y movilidad propia ya que en Valle Fértil existían contactos transversales y longitudinales que se manifestaron como una razonable fuente de intercambio cultural y genético. Con la aparición del conquistador hubo una ruptura del equilibrio, aunque el proceso de mestizaje no difirió mucho del que ocurría en otras regiones. Sin embargo, no hubo etapa de mayor aislamiento que la actual, en especial en los puestos localizados entre las sierras cercanas a San Agustín de Valle Fértil, la capital departamental. Es en esta última etapa en que se acentuaron los problemas de endogamia, con los consiguientes problemas genéticos. Introducción La palabra aislamiento remite a ese cercado absoluto que una isla tiene respecto del mar que la circunda. Este problema tiene gran importancia en cuestiones sanitarias tales como la accesibilidad a los servicios de Salud, pautas culturales y comportamiento respecto a los sistemas médicos así como en los complejos patrones de herencia y genética donde la consanguinidad juega un importante papel en el poblamiento. Las causas del aislamiento suelen ser barreras ambientales tales como las distancias, o barreras ideológicas como las fronteras, los conflictos políticos, las diferencias étnicas y/o religiosas y las guerras. Las barreras suelen ser propias de cada geosistema y su influencia varía con la circulación que los procesos socioeconómicos van imponiendo en el territorio. En la Argentina así como en el resto de Sudamérica, existen áreas donde la endogamia y la consecuente consanguinidad se han mantenido a través del tiempo, dando como resultado complejos problemas de salud por la aparición de portadores "sanos" de enfermedades ligadas a la herencia así como una elevada mortalidad de niños de 3 a 5 años dado que estas enfermedades muchas veces no se evidencian al nacer. Ocultas en 1Programa de Geografía Médica: Implicancias espaciales de las patologías del aislamiento. Trabajo realizado dentro del marco del acuerdo NFWO (Bélgica), el CIBIOM/CONICET y la Universidad Nacional de San Juan, Argentina. 2Full Professor, Vrije Universiteit, Brussels, Belgium, (Asesora). <[email protected]> 3CONICET. Concurrente del Centro de Investigaciones Epidemiológicas. Academia Nacional de Medicina de Buenos Aires. Pacheco de Melo 3081, Buenos Aires, Argentina. Tel/Fax: (#54 11) 4805 3592. [email protected] ; [email protected] Titular Exclusivo, Universidad Nacional de San Juan (Director del proyecto). <[email protected]>

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la morbilidad y mortalidad de la población general del país, surgen repentinamente como las tasas de mayor prevalencia en el mundo cuando se las refiere a la población de las áreas donde se produce el fenómeno. Por ejemplo, en el NO. de la provincia de Córdoba y en el centro de la provincia de La Rioja la población posee la prevalencia más alta del mundo (1/20-30) de portadores de la Enfermedad de Sandhoff5 (Dodelson de Kremer et alli, 1987, Kleiman et alli, 1992; 1993). Además se han registrados más de 65 casos de Sandhoff infantil. Otro estudio realizado en la población de Aicuña (La Rioja) detectó una frecuencia 3000 veces más alta de albinos6 (1 cada 40.000) que la esperada para la población general (6 cada 430 pobladores). El fenómeno se repetía en otras poblaciones del W. de la misma provincia tales como Villa Unión, Pagancillo, Chilecito, Bajo Carrizal, Plaza Nueva y Guandacol, donde la frecuencia fue 20 veces superior a la esperada para la población general (Castilla & Sod, 1990; Aráoz y Ledesma, 1974). En esas poblaciones podría haber otras enfermedades familiares ocultas en las elevadas tasas de discapacitados por enfermedades de fuerte carga genética (Verhasselt et alii, 2000) como la ataxia telangiectasia7 (Castilla & Sod, 1990). Poblamiento, circulación y conflictos El sistema serrano Valle Fértil- de la Huerta siempre fue un territorio de difícil acceso debido a las distancias que lo separaban de los núcleos de Córdoba y de La Rioja rumbo al este, y a la travesía del Bermejo rumbo al oeste, hacia los oasis de San Juan, Tulum y Jáchal. En épocas protohistóricas estaba poblado por las naciones capayana y yacampi. Por entonces existían dos ejes de circulación: este-oeste y norte-sur. El contacto cotidiano relacionaba a Valle Fértil, (entonces Chaj–paj–nai, término aborigen de similar significado) con los centros densamente poblados del oeste cercanos al río Bermejo (hoy Mogna y Punta del Agua) y por el este con el centro de La Rioja y parte de Córdoba, incluyendo de esta manera a los dominios de los comechingones. El otro eje de circulación era más extenso y conectaba a la región con los centros más evolucionados de los diaguitas, al norte. Este mismo rumbo, aunque más cercano a la cordillera, fue el que utilizaron mucho antes los incas para extender su espacio de dominio hasta el sur de Mendoza. Según Michieli (1994), capayanes y yacampis se emparentaban culturalmente con otros grupos de lengua kakana (pulares, tolombones, calchaquíes y diaguitas) localizados mas al norte y todos practicaban la ganadería de la llama, alternada con agricultura y actividades de recolección. La llegada de los españoles en 1560 y la fundación del triángulo cuyano –Mendoza en 1561, San Juan en 1562 y San Luis en 1594– rompió esas antiguas conexiones y los indígenas del río Bermejo, al igual que los de Valle Fértil pudieron adaptarse al nuevo geosistema a partir de sus aptitudes convirtiéndose en 5 Patología neurodegenerativa caracterizada por la pérdida de la fuerza muscular, incoordinación y embotamiento sensorial, sordera y ceguera progresivas, idiocia, descerebración y, en su forma infantil, la muerte antes de los 3 años de edad. El mal funcionamiento de la enzima se debe a una alteración del gen que la codifica. La enfermedad de Sandhoff es una patología familiar, hereditaria y autosomal recesiva. 6 Es también una enfermedad autosómica recesiva debida a una mutación del gen que codifica la tirosinasa, enzima clave en la vía metabólica que genera la melanina, que es la principal molécula que contribuye a la pigmentación cutánea y ocular. 7 Pérdida de la coordinación muscular como resultado de una patología en el cerebelo.

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criadores y cuidadores de ganado en las estancias españolas que se establecieron en el área. La circulación prehispánica, basada en formas de intercambio complejas, sufrió un fuerte impacto durante el proceso de colonización, rompiéndose el geosistema original para generar otros, en los que rigieron nuevas variantes de conexión. Estudios realizados por Pelissero y Difrieri (1981) en los Valles Calchaquíes referidos a la geografía histórica de los Quilmes –un grupo étnico que padeció el desarraigo territorial forzoso después de haber logrado un aceptable equilibrio–, abonan esta tesis general del desorden sistémico: la tecnología múltiple hacía del indio un cazador–agricultor–recolector–guerrero–artesano donde todos estaban conectados con todos; al cortar las conexiones, el conquistador pudo deshacer el todo sin aniquilar las partes. Alrededor del 1600 las órdenes religiosas organizaron un nuevo sistema de conexiones para facilitar las visitas misionales; a partir de un itinerario circular con apoyo territorial se seguía un plan de traslados constantes sin abandonar nunca el circuito. Por ejemplo, el circuito misionero jesuita tomaba como nodos a seis sitios entre los que se realizaba el constante relevo y rotación de los sacerdotes: San Juan de la Frontera, Calingasta, Iglesia, Jáchal, Valle Fértil y Guanacache (Fig. 1). En 1630 los diaguitas se rebelaron contra las encomiendas y mercedes reales otorgadas en el área (la más importante data de 1643 y benefició al Capitán Gregorio de Morales, prolongándose, desde 1677, en su hijo). Unidos por el cacique Chelemín avanzaron desde La Rioja hacia el sur. Cabrera (1929) refiriéndose a la represión del alzamiento diaguita realizada por Adaro y Arrasola, corregidor de Cuyo, destaca que de los diez “apellidos” principales de las familias que habían participado, siete eran “del Río Bermejo”, otro de Valle Fértil, otro de “Mocna” y el otro del valle de “Angacao”. Ardissone y Grondona (1953) basándose en documentación administrativa y parroquial de Valle Fértil desde 1767 a 1788, rescatan apellidos tales como Aballay, Ampaxan, Ayampe, Caliva (mencionado como Calibar en 1845 por Sarmiento cuando describe al rastreador en su obra Facundo), Cativa, Cantacalo, Chanampa, Chancay, Chapanay, Chicaguala, Managua, Peanta, Puscama, Salica, Sigampa, Silpituera, Talquenca y Tanquila. Según los autores esto denota una mezcla en los orígenes de las familias. Los apellidos serían originarios del oeste (Tulum, Angacao y Bermejo), del norte (desde Jáchal a Catamarca) y en mayor número de los llanos orientales (La Rioja). El predominio de indios provenientes de los Llanos Riojanos se explica porque este espacio estuvo poblado por los yacampis (mal designados olongastas siguiendo la desinencia "gasta" de los apellidos, desde la entrada de Villagra, en 1551). Esta etnia, que se extendió por el oeste hasta las Sierras de Valle Fértil, fue perdiendo entidad a partir de la conquista porque, según Canals Frau (1951), desde la expedición temprana de Tristán de Tejeda, realizada en 1591, fueron sistemáticamente trasladados a Córdoba por sus encomenderos. Esta información permitiría aseverar que habría un espacio de confluencia de los grupos aborígenes, donde se generó una cuña de transición y un frente de fricción con los españoles porque ocupaba un área que articulaba las comunicaciones entre las Sierras de Córdoba y el Norte Chico chileno. Esta suerte de ecotono o franja de transfiguración, de gran importancia geohistórica, desvirtúa el concepto de “frontera aborigen” como una

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separación de etnias bien diferenciadas en su origen, como es el caso de los Diaguitas y los Huarpes, “física, lingüística y culturalmente tan distintos que no hay comparación posible" (Canals Frau, 1940) (Fig. 2). En los siglos XVIII y XIX se generó un nuevo sistema de circulación que respondía un ciclo ganadero originado por los españoles y continuado por familias de grandes propietarios rurales como los Quiroga (La Rioja), los Peñaloza (La Rioja y Catamarca), y Felipe Varela (La Rioja). Se organizó en torno al paralelo 30º S con origen en los Llanos Riojanos, donde se criaba el ganado (especialmente vacuno y mular) y terminaba en el Norte Chico chileno, donde se lo comercializaba. (Fig. 3). En este esquema San José de Jáchal tenía un papel fundamental porque sus potreros de pasturas bajo riego permitían el engorde y preparación del ganado antes de emprender el difícil cruce de la cordillera. Durante el florecimiento de este ciclo ganadero, que se prolongó hasta la llegada del ferrocarril a Jáchal en el siglo XX, Valle Fértil operó como el vértice de un embudo donde convergía la producción y el dinero de las poblaciones de los Llanos Riojanos, entonces pujantes (Fig. 4). De esta manera los poblados y puestos internados en las sierras tenían una constante circulación de arrieros, viajantes y peregrinos, lo que elimina la hipótesis del prolongado aislamiento histórico del sector. No obstante, los antiguos caminos eran difíciles y se transitaban cuando el sol dejaba de abrasar el desierto, especialmente en el verano “...porque no clamen y se ahoguen los bueyes, se hace la jornada de noche y se descansa, o por mejor decir se padece de día” (Alonso de Ovalle, 1646). Existen datos precisos acerca de estos caminos históricos, cuyo trazado nos interesa en forma especial, en la medida en que marcaron las conexiones del área. Para el análisis de las sendas utilizadas desde la ciudad de San Juan se utilizó como fuente principal la guía militar que realizara el Mayor Juan Moscarda (1902). Este manual de propósitos castrenses, enumera los itinerarios en forma detallada, dando a conocer las jornadas de viaje, obstáculos, presencia de aguadas y pasturas. A partir de estos datos, y utilizando como referencia los topónimos que aún se conservan en la cartografía actual, se elaboró el esquema de la Fig. 5 que a continuación se describe. El camino del sur, vía Caucete, Marayes y Chucuma (coincidente con el actual trazado de las rutas 20 y 142), era de gran importancia porque atravesaba las explotaciones mineras pero no el más usado para llegar a Valle Fértil porque era un tercio más largo que los atajos de la Sierra. La travesía del Bermejo, por el norte del cerro Pie de Palo, se podía hacer por tres vías diferentes: a) la de Ampacama, conectada con las poblaciones de entresierra de Elizondo y de Rivero, Astica y Las Tumanas; b) la de Otálora. que conectaba Mogna con Sierra de Chávez, Los Bretes y Majadita; y c) la de Usno, que, por la quebrada homónima llegaba a San Agustín de Valle Fértil haciendo un pequeño arco desde el norte, pasando por el antiguo paraje de Asilán. En los viajes donde se buscaba el empalme con el antiguo camino real que iba de Buenos Aires a Lima, se solía usar otra ruta que dejaba ligeramente al margen a San Agustín pasando por los parajes de Mogna, Punta del Agua, Usno. En arrias, llevaban el aguardiente y el vino que, más las mulas utilizadas en el transporte, comercializaban en Tucumán, Salta o el Alto Perú (Arias, 1985).

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La circulación entre Valle Fértil y San José de Jáchal operaba de forma diferente. En este caso los caminos más usados eran Valle Fértil–Usno–Mogna–Jáchal y una variante del que se describe en la cita de Arias (Valle Fértil–Usno–Caballo Anca–Punta del Agua–Huaco–Jáchal). La llegada del ferrocarril Jáchal (punta de rieles) y el mejoramiento de algunos caminos, coincidió con el fin del ciclo ganadero. Las vías alternativas de conexión por las travesías de Ampacama y el Bermejo quedaron abandonadas y sitios otrora florecientes, como Punta del Agua o Mogna, hoy están deshabitados. La situación demográfica del departamento Valle Fértil cambió de una pirámide de base ancha, reforzada especialmente en los escalones activos de 20 a 30 años correspondiente al primer censo nacional a otra (la de 1991), recortada en los escalones de la base y estrecha precisamente en los escalones correspondientes a la etapa activa. (Fig. 6 a y b). Aislamiento y parentesco Durante el período en que Cuyo dependía de la Capitanía General de Chile, ese área de confluencia de grupos aborígenes y frente de fricción con los españoles, que iba de Mogna a Valle Fértil, demandaba la fundación de un asiento de población orgánico y estable. En 1776 la Junta de Poblaciones de Chile, bajo la presidencia de Agustín de Jáuregui, quiso afianzar un establecimiento jesuita que existía en Las Tumanas y dispuso la fundación de una nueva población para la cual propuso su propio nombre –San Agustín de Jáuregui–, pero la creación del Virreinato del Río de la Plata en 1777, y con ella, la incorporación de Cuyo a la dependencia administrativa de Buenos Aires, hizo que San Agustín de Valle Fértil tuviera su trámite fundacional recién en 1788. Los testimonios oficiales del aislamiento de Valle Fértil, ya sean anteriores como posteriores a su fundación, son abundantes. En el Acta de Fundación de San José de Jáchal, por el Maestre Mayor de Campo Juan de Echegaray, del 25 de Junio de 1751 ya se aludía a este problema de distancias. Refería en este documento la preocupación de los pobladores cada vez que el cura (Vicario Francisco Robledo y Frías) debía partir por lapsos prolongados para asistir las comarcas del este, principalmente para el pueblo de Valle Fértil, que “por mucha la distancia carecen unos y otros de la continua asistencia del cura”. Treinta años después, en el Informe del Gobernador Intendente, Marqués Rafael de Sobremonte, sobre la situación de la Intendencia de Córdoba (que ya incluía al País de Cuyo), dirigida el 6 de diciembre de 1785 al Virrey de Buenos Aires, Marqués de Loreto, se hace referencia a las malas relaciones entre los sucesores de aborígenes y conquistadores por asuntos derivados del usufructo de la tierra, una de las tantas razones que pudieron hacer de este paraje un área de creciente aislamiento. Sin embargo, según ese informe, esta parroquia “que la gente del lugar le llama pueblo” está protegida por el fuerte de Nuestra Señora del Rosario y congrega a “unos 300 españoles con sus familias y unos 15.000 encomendados a sus servicios [quienes] poseen 8.000 cabezas de ganado vacuno, 6.500 caballos y otras tantas de ganado menor”. El dato es significativo, si se considera que, en el presente, la población de Valle Fértil es apenas superior a los 6.000 habitantes.

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En aquellos tiempos era común que los asentamientos de población así como la fundación de ciudades se organizaran como empresas basadas en lazos de parentesco. Este fenómeno se observa con los primeros conquistadores que incursionaron en San Juan. Videla (1962) hace la siguiente reseña familiar relacionada con la fundación de ciudades de la región:

“El parentesco es una maraña como las enredaderas, que teje una red sin prisa, sutil pero firme. Del matrimonio del capitán Juan Jufré (fundador de San Juan) con Constanza de Meneses, hija del gobernador Francisco de Aguirre, nacieron en tierra americana y probablemente en Santiago de Chile, varios hijos, entre ellos Luis Jufré de Loayza y Meneses, corregidor de Cuyo y fundador de la ciudad de San Luis de la Punta. El mismo capitán Juan Jufré, yerno de Aguirre, por otra parte, era concuñado de Francisco de Villagra, gobernador y capitán general de Chile. Así, por el tronco y las ramas de la familia, tenemos, en Santiago –cabeza de la Capitanía– y en La Serena, en Mendoza, en San Juan y en San Luis –no siempre con coincidencia cronológica, pero en todos los casos con breve distancia en el tiempo–, a los concuñados (Villagra y Juan Jufré); al suegro y al yerno (Aguirre y Juan Jufré); al padre y al hijo (Juan y Luis Jufré); al abuelo y al nieto (Aguirre y Luis Jufré) y al tío y al sobrino (Villagra y Luis Jufré)”.

En San José de Jáchal los apellidos fundacionales Varela, Varas, Balmaceda, Tello, Riveros y Cisterna eran de familias de Coquimbo, La Serena y el valle del Elqui (Chile). Varela y Varas son típicos hoy de la ciudad de Jáchal, los Balmaceda y Varela de Niquivil. Los Dojorti (Daugherty) originarios de Inglaterra y Suárez (Soares) de Portugal se establecieron en Huaco, aunque hoy los apellidos predominantes en esa localidad son Aballay (indígena), Guevara y Olivares. En La Quebrada se repiten los apellidos Aballay, Manrique y Balmaceda. (Pickenhayn, 1999). Según Michieli (2000), durante los siglos XVII y XVIII ocurrió una gran movilidad espacial de los individuos, a través de las formas de trabajo y la alta frecuencia de matrimonios mixtos. En el Acta de Fundación de San Agustín de Valle Fértil esta asentado que se le adjudicó “sitio y tierras” a Juan José Burgoa, Luciano Fernández, Mateo Sánchez, Gregoria Sánchez y María Barbara Sánchez, Josefa Caminos, Ana Díaz y Francisca Díaz, Domingo Jofré e Isabel Jofré, Juan Santos Elizondo y Eduardo Elizondo, Bartolomé Mercado, Tomas Costa y Juan Matías Paredes. La nómina incluyó entre otros a siete Villafañe, tres Díaz, tres Carrizo, cuatro Burgoa, tres Molina, dos Elizondo un Mercado, un Fernández, un Quiroga y un Costa. Doscientos años después, con el agregado de los apellidos Chávez, Riveros, Ontiveros, Cortez, Carrizo, Herrera y Lucero, 19 apellidos representan el 47% de la población registrada en los padrones electorales del departamento de valle Fértil, el 78% de la de Baldes del Rosario, el 71% de la Sierra de Chávez y el 57% de Usno (Rojo Sanz, 2000). En 1998, en Valle Fértil el 75% de las patologías con fuerte carga genética registradas correspondían a personas con apellidos que se repetían. Ocho apellidos representaban mas del 20% del total (5,25% cada uno). Cinco apellidos representan el 25% del total de discapacitados registrados y los parajes más aislados tenían una proporción mayor de discapacitados que la cabecera del departamento. (Verhasselt et al, 2000).

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Hoy las poblaciones de entresierra padecen severas condiciones de aislamiento. El relevamiento de 21 puestos en la Sierra de Chávez en marzo del 2000, necesitó el uso de vehículos de doble tracción y mulas (Fig. 7). Los resultados volcados en la Tabla I, reflejan una problemática central: la fuerte emigración de los jóvenes hacia San Agustín de Valle Fértil, San Juan y Mendoza. Desde la administración pública se practican algunas estrategias como por ejemplo, la construcción de casas de material en muchos puestos; mejoras en los caminos, que todos los años son arrasados por los cauces torrentosos del verano, mejoras en las condiciones de salud y educación con el esfuerzo de agentes sanitarios y maestros en especial donde hay niños, pero no alcanzan a detener el proceso. Los grupos familiares no son tan numerosos como antaño. Por lo general, las familias tienen residencia en las sierras desde muchas generaciones atrás. Si hubo traslados fue desde puestos cercanos (de Las Juntas –el primitivo Añapo– a Los Bretes; de Sierra de Chávez a Salto o Paso de la Posta; de Usno –o la vieja Ansilán– a Los Bretes). En la mayoría de las encuestas realizadas el jefe de familia es propietario del predio que trabaja, pero, la falta de documentación probatoria de esta posesión (casi siempre centenaria) hace endeble la tenencia. Los casos de abandono por emigración son doblemente preocupantes en la medida en que los puestos rápidamente se transforman, perdiendo sus mejoras. La mayoría de los pobladores recurre a yuyos y remedios caseros cuando se enferma y, en los casos graves, el traslado del paciente es uno de los mayores inconvenientes que demanda operativos organizados a través de las escuelas, que poseen sistemas de radio. Sólo se tuvo conocimiento de casos aislados de endogamia entre parientes en primer grado, pero es una constante entre parientes en segundo grado; todos los puestos, sin excepción, acusaron parentesco directo con sus vecinos. Los problemas de origen genético reflejados en las Semanas Epidemiológicas y los registros del Hospital Albarracín de Valle Fértil, así como los informes de las rondas anuales realizadas por los agentes de Salud Pública, coinciden en que ya no se localizan en las sierras sino que son primitivos moradores de ese ambiente que emigraron a la ciudad. Conclusiones. El proceso de aislamiento de Valle Fértil y las pequeñas poblaciones de entresierra responde a variaciones de la circulación producidas por diferentes ciclos económicos. Cada nuevo ciclo organizaba las conexiones conformando un nuevo sistema. En un período de quinientos años, hubo muchos cambios de ciclos económicos y de las estrategias de conexiones y circulación que, de diferentes formas, rompieron el aislamiento: el sistema de encomiendas, la campaña catequizadora, la oposición indígena al proceso de conquista, los dos grandes impulsos fundacionales, la revalorización de los yacimientos mineros, los requerimientos ganaderos del Potosí (mulares) y los del Norte Chico chileno (vacunos y mulares) y por último la red de transporte moderna que puso a la región en competencia productiva con otras mas favorecidas. Estas rupturas se reflejaron en la economía y en los circuitos pero no en el intercambio cultural y genético de la población.

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La estrategia de colonización tampoco prueba la tradición endogámica ya que no hay rastros de aquel nepotismo fundacional en las prácticas que hoy pueden detectarse en los asientos humanos del interior de la sierra de Valle Fértil. La consanguinidad no tiene hoy las connotaciones sociales de aquella época. Quizá ciertas pautas culturales gestadas para mantener el sentido de pertenencia a un grupo que tuvo una historia de gran movilidad espacial forzada, podrían explicar parte de la cuestión, pero no toda. El aislamiento como producto de barreras geográficas difíciles de salvar, como son las sierras o los arroyos torrenciales o la falta de caminos no se puede sostener como hipótesis en un contexto de desarrollo tecnológico que alcanza al deporte (caza, vehículos para todo terreno) y al turismo. El aislamiento de la Sierra de Chávez, La Majadita y Los Bretes probablemente se origine en una trama cultural compleja que se ha mantenido a través del tiempo por razones socioeconómicas desconocidas para el observador (podría ser la tenencia de la tierra). La consanguinidad detectada desde afuera, pero no desde el interior de la comunidad, tampoco sería un producto del aislamiento sino como en tantos otros lugares, la estrategia utilizada para prevenir la división de la tierra. Las discapacidades, producto de la consanguinidad, ya no se registran en las sierras aisladas sino en San Agustín del Valle Fértil, cabecera del departamento, aunque aquí no se repitan las condiciones de aislamiento que dieron lugar a la situación genética estudiada. Bibliografía Alonso de Ovalle (1646). “De los confines de la provincia de Cuyo y en particular de los orientales, que son las pampas del Río de la Plata”. Histórica relación del Reyno de Chile, Capítulo VII, Roma. Aráoz, O.N. y Ledesma P. del V. (1974). “Aicuña: una población marginada”. Anales, XVI: 227-238, Buenos Aires, GÆA Sociedad Argentina de Estudios Geográficos. Argentina, Instituto Geográfico Militar (1902). Guía Geográfica Militar de la Provincia de San Juan, Buenos Aires, Compañía Sudamericana de Billetes de Banco. Arias, H. D. (1985) “Contribución al conocimiento del comercio cuyano, en relación a Chile y Potosí, en el Siglo XVIII”, Estudios y Monografías, 1, Cátedra Libre de Historia Regional, Universidad Nacional de San Juan, p. 41. Boman, E. (1908) Antiquités de la región andine de la République Argentine et du desert d’Atacama, Paris, Tomo I. Cabrera, P. (1929) “Los aborígenes del País de Cuyo”, Revista de la Universidad Nacional de Córdoba, XXV y XXVI. Canals Frau, S. (1940) “El límite austral de los diaguitas”. Publicaciones del Museo Etnográfico de la Facultad de Filosofía y Letras, Buenos Aires, Coni, Serie A, p. 121.

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Figura 1. Circuito de los doctrineros.

San Juan de Cuyo.

San Juan de la Frontera

San José de Jáchal

San Agustín deValle Fértil

Guanacache

Iglesia

Calingasta

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San Juan

Mendoza

San Fernando delValle de Catamarca

Santiagodel Estero

La Rioja

San Luis

Córdoba

San Miguelde Tucumán

San Joséde Jáchal

Iglesia

Calingasta

San Agustínde Valle Fértil

Sierra deChávez

Mogna

Fuentes: BOMAN, E. (1908) yCANALS FRAU, S. (1940)

Límite australsegún Canals Frau

Área diaguita en elS. XVI según Boman

Referencias:

Cuña de transición(Mogna-Valle Fértil)

Figura 2: Valle Fértil en el espacio de transfiguracióndel área de influencia diaguita (Siglos XVI a XVIII).

Page 12: Salud y aislamiento; análisis en el área de las Sierras de

12

Catizanco

Talamuyuna

Los Colorados

Patquía

San Javier

Punta de los Llanos

ChamicalEl Alto

Paganzo

Cruz del EjeTamaSan Ramón

OltaUsno

San Agustínde Valle Fértil

Atiles

El Portezuelo

Olpas

Astica

Chucuma

Chepes

Tello

Nacate

Ulapes

Mascasín

Marayes

Santa Ritade Catuna Pocho

Salsacate

El Chacho

Serrezuela

Ciénagasdel Coro

Pocho

Bajos deChancaní

Chañar

San Pablo

Renca

Concarán

La PazRíodelos

SaucesSan Francisco

del Montede Oro

LujánQuines

Candelaria

Balde delos Torres

Barrial

La Tranca

Las Totoras

Capilla del Monte

Bajo Hondo

Pampadelas

Salinas

Malanzán

30°

66°

SalinaLa

Antigua SalinasGrandes

32°

0 10 20 30 40 Km.

Sierra Brava

Sierra de l os Llanos

Sierra Chica

Sañogasta

Sa. de Pocho

Sierra

de

Com

echi

ngon

es

Sa. de Ulapes

Sierra

Gra

n de

Valle FértilSierra de la Huerta

Sierra

de

San L

uisS. deChávez

Page 13: Salud y aislamiento; análisis en el área de las Sierras de

13

San JuanCaucete

La Laja

Mogna

LosPuestos

El Cañón

Marayes

Chucuma

AsticaSierrade Elizondo

Las Tumanas

AguaCercada

Sierra de Rivero

Las Juntas Los Bretes

Sierra deChávez

Paso dela Posta

Paso deUsno

La Chilca

San Agustín deValle Fértil

Usno

Paso de Mogna

a Jáchal

Altosde

Mogna

MédanosBlancos

AguaBrava

Los TerremotosLa Esquina

Médano VerdePaso de Otárola

Quebradade Otárola

Quebradade Usno

Ampacama

Algarrobodel Cura

Travesíade

Mogna

Bañadosdel

Zanjón

Campos de Ampacama

La Carpa

Portezuelodel Viento

Matagusanos

Salina de Flores

Sierra del Morado

Sier

ra d

el V

illic

um

CerroPiede

Palo

Sierra de Valle Fértil

Sierra de la Huerta

Río Bermejo

Zanjón Viejo

Río Zanjón

A La Rioja

Majadita

Figura 5. Caminos históricos entreSan Juan, Mogna y Valle Fértil.

Alamito

Río Jáchal

Page 14: Salud y aislamiento; análisis en el área de las Sierras de

14

Barreal

AtravesadoQ. del Corral G rande

Q N.Loma e g

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Río del Potrero

Río La Tala

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las Tum

anas

Bajo deLas Tumanas

Agua Cercada

BaldeSan Carlos

San Isidro

Las Ramaditas

Ea. Baldesdel Sur

Balde dela Chilca

Ea. Quiroga

La Cieneguita

Ea.MajaditaLas

Juntas

PiedraColoradaSalto

de laPosta

PiedraRajada

PiedrasMarcadas

Los Bretes

SIERRA DE CHÁVEZ

San Agustínde

Valle Fértil

1

11 2 12 3 13 4 14

5 15 6

16

7

17

8

18

9

19

10

2021

Figura 7. Puestos relevados en el ámbito rural de Valle Fértil

Page 15: Salud y aislamiento; análisis en el área de las Sierras de

15

Proyecto "Implicancias espaciales en las patologías del aislamiento" CONICET 1999-2002 Tabla I a. Puestos en el ámbito serrano de Valle Fértil (Las Juntas, S. de Chávez, La Majadita y Los Bretes)

Núm

ero

de o

rden

A) Nombre del puesto B) Localización C) Titular o encargado

D) P

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1 La Pozonda El Cruce Molina, Humberto Propietario 7(4,3) 2 Las Juntas Las Juntas Pedernera, Oscar Propietario 8(4,4) 3 Las Juntas Las Juntas Calíbar, Ramón Pablo Cuidador 7(4,3) 4 Aserradero Las Juntas Chávez, Presentación del Carmen Propietario 7(4,3) 5 Calívar Las Juntas Calíbar, Víctor Propietario 5(4,1) 6 La Defensa Vieja Las Juntas Gómez, Juan Lorenzo Propietario 8(3,5) 7 La Nueva Esperanza Salto de la Posta Gómez, Jorge Propietario 7(4,3) 8 Sierra de Chávez Sierra de Chávez Chávez de Elizondo, Francisca Propietario 5(4,1) 9 Sierra de Chávez Sierra de Chávez Videla, Roque Propietario 4(2,2) 10 Agua Fría Salida de Chávez Chávez, Cayetano Alberto Propietario 4(3,1) 11 Quimilo Quebrada de Quimilo Quiroga, Vicente Propietario 9(6,3) 12 Fernández Quebrada de Quimilo Burgoa, Cristóbal Encargado 1 13 Cabeza de Toro Los Bretes Burgoa, Juan Encargado 1 14 San Cayetano Los Bretes Chávez, Domingo Javier Propietario 3(2,1) 15 La Rinconada Los Bretes Andrada, Dionisio Propietario 8(3,5) 16 Los Bretes Los Bretes Chávez, Daniel Propietario 10(7,3) 17 Burgoa Los Bretes Chávez Vda. de Burgoa, Vicenta Propietario 3(1,2) 18 La Huerta Los Bretes Burgoa de Elizondo, Soen Propietario 3(3) 19 Los Chañares Los Bretes Díaz, Elías Propietario 8(6,2) 20 Las Higueritas Los Bretes Nielsen, Santiago Propietario 10(3,7) 21 El Potrero Los Bretes Ortiz, Ventura Propietario 6(4,2)

Page 16: Salud y aislamiento; análisis en el área de las Sierras de

16

Tabla I b. Puestos en el ámbito serrano de Valle Fértil (Las Juntas, S. de Chávez, La Majadita y Los Bretes)

Núm

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o

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ncia

a la

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uela

1 1 0 1 10 100 5 3 C si ajenjo, perlí 5 km. 19 km. 5 km. 2 2 0 2 10 10 30g 4 B no carqueja, ajenjo 1 c. 2 c. 1 c. 3 2 1 1 15 5 50 3 A no carqueja, manzanilla 1 km. 1 km. 1 km. 4 3 1 1 10 20 4g 3 B si chinchil, tomillo 0,5 km. 4 km. 5 3 0 1 2 30 3g,p 1 B no salvia, quincha malta 2 c. 6 3 0 1 25 30 12g,p 2 A no ajenjo, carqueja, tomillo 1 km. 5 hs. VF 6 km. 7 2 1 2 12 30 6g,p 3 A si barro de la piedra 1 km. 6 hs. 8 km. 8 1 0 0 20 50 2 2 no Pueblo 9 1 0 0 22 50 2g 3 no 10 2 1 1 10 30 10g,p 1 B no 1 km. 1 km. 1 km. 11 1 1 1 30 6 C no 1 km. 5 km. 5 km. 12 1 1 1 no 13 1 1 1 no 14 2 1 2 15 60 7g,p 3 A no hierba del ciervo, carqueja 0,5 km. 2 km. 2 km. 15 1 1 1 1 10 2g 2 C si incayuyo, salvia 0,5 km. 1,5 km. 1,5 km. 16 1 0 1 6 15 5g,p 3 no arrayán, jarilla 0,5 km. 0,5 km. 0,5 km 17 1 1 1 B no 0,5 km. 0,5 km. 0,5 km 18 2 1 1 50 g,p 1 A no 19 2 1 2 30 80 13g 3 C si salvia, carqueja 20 1 1 1 10 30 g 3 C no carqueja, manzanilla, poleo 21 2 1 2 40 60 15g,p 3 A no no usan

Referencias: g=gallinas; p=pavos; cultivos A (muy buen estado), B (bueno) y C (regular).