salida-entrada de la autopista méxico-puebla

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Jul 2014 Pág 1 Carlos Ortega Hurtado Coleccionista de noticias y caricaturas Salida-Entrada de la autopista México-Puebla (11 kilómetros de caos y ausencia de autoridad) “Háganle como puedan” debería ser el eslogan al circular en la carretera a Puebla, en el tramo correspondiente a la primer caseta de cobro. SCT, BANOBRAS y Caminos y Puentes, se anuncian repetidamente como participes de una majestuosa y mal planeada obra, que algún día deberán terminar. Pero mientras eso sucede, el caos, la ausencia de autoridad y la mala civilidad a la que muchos son orillados, hacen que la anarquía sea la que rija. Hay muchas preguntas que no deja uno de hacerse cuando tiene la mala fortuna de tener que circular por este tramo de autopista: ¿Por qué se hace una obra de un todo, cuando queda de manifiesto, que no hay capacidad para llevarla a cabo? ¿Quién es responsable, como autoridad, de controlar o administrar este caos? ¿Quién puede decir cuál es el costo, en horas hombre, de los que hacemos este cruce y lo que significa perder casi dos horas en avanzar solo cuatro kilómetros? Domingo 20, 16:45 de la tarde en la caseta de entrada de Puebla al Distrito Federal. Después de un viaje puntual y cómodo se paga la cuota correspondiente, que es importante mencionar, no solo cubre lo circulado, sino kilómetros más hasta estar en el Distrito Federal. Y es cuando el impacto de lo que está por sufrirse inicia. A escasos cincuenta metros de haber cruzado la caseta, el tráfico está literalmente parado, es alarmante la forma como las diez casetas de cobro desembocan su tráfico en tres carriles. Trailers, camiones de pasajeros y cientos de vehículos hechos nudo. Alarmante resulta que, en medio de este caos, hay que enfrentar los vehículos que vienen en sentido contrario y que en un corto espacio lograron dar vuelta en “U” con la idea de cruzar a contra flujo y tomar el Circuito Mexiquense. Mientras esto sucede, el carril derecho de los tres que existen se llena de vehículos pesados, conocedores de la problemática se amontonan para integrarse a la circulación de la forma más fácil y agresiva. Tal ves sea una exageración, pero, ¿podría el SENTIDO COMÚN de las autoridades en turno, poner un aviso, antes de cruzar la caseta? que diga: “Circulación con tráfico muy lento en los próximos 5 kilómetros” o “Debido al tráfico de los próximos 5 kilómetros, sugerimos tome el Circuito Mexiquense” Pero, como pude constatar, este tipo de actitudes humanas no se les da. Al quedar atrapado en los tres carriles de circulación, no queda más remedio que circular a la nueva velocidad impuesta. Una hora cuarenta minutos

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Page 1: Salida-Entrada de la autopista México-Puebla

Jul 2014 Pág 1

Carlos Ortega Hurtado Coleccionista de noticias y caricaturas

Salida-Entrada de la autopista México-Puebla (11 kilómetros de caos y ausencia de autoridad)

“Háganle como puedan” debería ser el eslogan al circular en la carretera a Puebla, en el tramo correspondiente a la primer caseta de cobro.

SCT, BANOBRAS y Caminos y Puentes, se anuncian repetidamente como participes de una majestuosa y mal planeada obra, que algún día deberán terminar. Pero mientras eso sucede, el caos, la ausencia de autoridad y la mala civilidad a la que muchos son orillados, hacen que la anarquía sea la que rija.

Hay muchas preguntas que no deja uno de hacerse cuando tiene la mala fortuna de tener que circular por este tramo de autopista:

• ¿Por qué se hace una obra de un todo, cuando queda de manifiesto, que no hay capacidad para llevarla a cabo?

• ¿Quién es responsable, como autoridad, de controlar o administrar este caos?

• ¿Quién puede decir cuál es el costo, en horas hombre, de los que hacemos este cruce y lo que significa perder casi dos horas en avanzar solo cuatro kilómetros?

Domingo 20, 16:45 de la tarde en la caseta de entrada de Puebla al Distrito Federal. Después de un viaje puntual y cómodo se paga la cuota correspondiente, que es importante mencionar, no solo cubre lo circulado, sino kilómetros más hasta estar en el Distrito Federal. Y es cuando el impacto de lo que está por sufrirse inicia. A escasos cincuenta metros de haber cruzado la caseta, el tráfico está literalmente parado, es alarmante la forma como las diez casetas de cobro desembocan su tráfico en tres carriles. Trailers, camiones de pasajeros y cientos de vehículos hechos nudo. Alarmante resulta que, en medio de este caos, hay que enfrentar los vehículos que vienen en sentido contrario y que en un corto espacio lograron dar vuelta en “U” con la idea de cruzar a contra flujo y tomar el Circuito Mexiquense. Mientras esto sucede, el carril derecho de los tres que existen se llena de vehículos pesados, conocedores de la problemática se amontonan para integrarse a la circulación de la forma más fácil y agresiva.

Tal ves sea una exageración, pero, ¿podría el SENTIDO COMÚN de las autoridades en turno, poner un aviso, antes de cruzar la caseta? que diga:

• “Circulación con tráfico muy lento en los próximos 5 kilómetros” o

• “Debido al tráfico de los próximos 5 kilómetros, sugerimos tome el Circuito Mexiquense”

Pero, como pude constatar, este tipo de actitudes humanas no se les da.

Al quedar atrapado en los tres carriles de circulación, no queda más remedio que circular a la nueva velocidad impuesta. Una hora cuarenta minutos

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Carlos Ortega Hurtado Coleccionista de noticias y caricaturas

después de haber pasado la caseta de cobro habíamos recorrido, sólo cuatro kilómetros. Así que hubo tiempo para observar:

• Grandes letreros en los pocos pasos peatonales que dan aviso de una obra patrocinada por “SCT, BANOBRAS y Caminos y Puentes”; no se entiende el sentido de estos majestuosos avisos, ni la ausencia de avisos que indiquen el camino y sus tiempos de recorrido.

• Grandes espacios, algunos terminados, pero cerrados, y otros donde no ve uno para cuando terminarán debido a la complejidad del terreno.

• Grandes máquinas estacionadas en medio de todo el caos, bardas de plástico que limitan los tres carriles por los que tenemos que circular, y todo al mismo tiempo.

De pronto, se abre una rara posibilidad, un pequeño grupo de “delincuentes oportunistas” (no puedo calificarlos de otra forma), abre un espacio en la barda plástica que delimita la circulación, invitando a los que estamos atrapados a tomar esta alternativa. Por supuesto sin saber hasta donde, o hacia donde se circulará, pero es un aliciente para todos ver que se puede uno mover. Este espacio abierto es utilizado por el 100% de las peseras que venían atrapadas igual que nosotros. El paso abierto por este grupo de pelafustanes, no es gratuito, cobran por el peaje, por supuesto. Sin medir las consecuencias de sus actos; esta nueva circulación es por una calle lateral prevista para la circulación local de las colonias que están a la orilla de esta carretera, y de pronto, puede observar como este tráfico local tiene ahora que enfrentar la circulación en sentido contrario de los vehículos que pagaron por este nuevo peaje. Unos metros más adelante, el tráfico de los que estamos atrapados, se vuelve aún más lento, debido a que los otros socios de los primeros delincuentes, han movido otros delimitadores plásticos, ahora, para dar entrada a los vehículos que les permitieron circular por esta lateral local, con la idea de que se integren nuevamente a los tres carriles de circulación. Pero esta nueva arbitrariedad, no solo fue mover los señalamientos, sino que impiden el paso, al ponerse enfrente de los que venimos circulando por los tres carriles originales, y así permitir la circulación de los que les pagaron.

Es imposible saber la cantidad de vehículos que íbamos circulando en estos tres carriles, en un tramo de casi cinco kilómetros; es imposible saber la cantidad de gente que viajaba en este conjunto de vehículos; es de asombrarse la falta de ingeniería vial en el desarrollo de una obra tan majestuosa, se repite el riesgo de que exista lo que ya cobró victimas en la autopista a Pachuca, en donde se edificaron vialidades de alta velocidad frente a viviendas; es inaceptable que tengan el cinismo de cobrar peaje oficial y extraoficialmente por tan pésimo servicio prestado.

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Carlos Ortega Hurtado Coleccionista de noticias y caricaturas

Lo más lamentable de todo este proceso, es que en estos cinco kilómetros de recorrido no existió la presencia de un solo elemento de seguridad.

Al fin desembocamos en un flujo normal después de una hora cuarenta minutos, y parecía que se abría el caudal de un río para todos los que estuvimos empantanados en este tráfico, queríamos dejar lo ante posible este fragmento de mundo bizarro y anárquico. Y bueno, la cantidad de baches, desniveles, vados, coladeras abiertas y otros detalles de la circulación, ya dentro de Distrito Federal, no eran más que pequeñas anécdotas de viaje.

Esto es lo que le está esperando a los vacacionistas que tengan la necesidad de utilizar la autopista México-Puebla, considerando que no hay una sola advertencia en los cientos de avisos publicitarios para que disfruten de sus vacaciones, o al menos, para que consideren alternativas de circulación en sus viajes.

“Háganle como puedan”