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Sabana- Sabana Un diálogo cultural entre los jinetes de los Llanos y el Caribe Juan David Anzola Rodríguez Pontificia Universidad Javeriana 2017

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Sabana- Sabana Un diálogo cultural entre los jinetes de los Llanos y el Caribe

Juan David Anzola Rodríguez

Pontificia Universidad Javeriana

2017

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Sabana - SabanaUn diálogo cultural sobre la vida de los jinetes en

los Llanos y el Caribe

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Juan David Anzola Rodríguez

Sabana - SabanaUn diálogo cultural sobre la vida de los

jinetes en los Llanos y el Caribe

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A las personas de Aguazul, Bogotá, Magangué, Maní, Montería, Nechí, Pínto, Sahagún, San Antonio de Palmito, San Luís de Palenque, Sincé, Sincelejo, Trinidad y Yopal (Colombia).

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Contenido

Obertura

Conversando sobre Caballos

Reflexiones sobre el qué hacer diario

Preguntas iniciales

¿Qué y por qué?

¿Cómo y a quién?

Otros cuestionamientos

Reflexiones sobre el quehacer diario

Sobre el papel de las prácticas artísticas en la construcción de relaciones sociales

Sobre el trabajo web

Consideraciones finales

Referencias

Banda sonora

Agradecimientos

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OberturaA vaina buena es dormir, a vaina buena es dormir en un caney sabanero,con una buena cobija, buena hamaca y colgaderos.“Al café y a los caballos” – Jorge Guerrero.

En una noche de fandango en San Antonio de Palmito, Juan David me dijo: “Hermano, yo quiero que me escribas un parrafito para ponerlo en el texto, como un prólogo”. Ocho días atrás me había dicho: “Viejo, vamos pa’ Palmito a visitar a los Berrocales, este fin de semana hay corralejas y si está bueno el día podemos grabar las carreras de caballos”. Nos fuimos, pero no pudimos grabar las carreras, porque el campo es caprichoso y enseña cada tanto que uno no es el centro del universo. Aunque en ese encuentro el lente de la cámara tuvo que descansar, las narraciones de Jeison Bertel retrataban las carreras con la precisión de un guionista, a través de sus palabras uno podía sentir la pasión y el frenesí que estremecen los cuerpos de los caballos y sus jinetes en cada carrera, en cada acrobacia nueva, en el acontecimiento cotidiano de su trabajo.

Cuando la cosa no era sencilla de explicar, Jeison tomaba la silla de montar que reposaba sobre el muro del caney y nos mostraba la maniobra, la forma en que tenía que tomar la rienda, el lugar de la silla donde ponía el pie para desafiar la gravedad. Esa silla hablaba del mundo campesino, tanto como los libros o los cuadros hablan de nuestro mundo más cercano. La intuición de que en la silla se acumulaba y se asentaba el conocimiento de generaciones de gente sabanera, se convirtió en certeza en el momento en que Juan David me mostró un video de celular, en el que Jhon Guayabo, un sabanero del otro lado de las cordilleras, en Casanare, explicaba cómo se aperaba un caballo para ir a los “trabajos de llano”.

De la misma manera en que en la fotografía cada detalle revela un fragmento del mundo, Guayabo mostraba mientras aperaba que la silla velaba detalles de lo que sería su trabajo: en la maletera de la silla empacan un caucho, una cobija y un chinchorro porque los trabajos se hacen en invierno y en las noches todos los trabaja-dores duermen guindados en un caney o una caballeriza, entre el sonido de un cuatro trasnochado y el viento frío de la sabana. En Palmito, después de ese día de cabalgata y esa noche de fandango y picó, dormimos en un caney hasta las cuatro de la mañana, cuando los voladores estallaron en la alborada, al son de los porros que tocaba la banda. Juan David, haciendo el paralelo que lo trasnochó durante tres años, se acordó de la canción que suena en las radios viejas de las fincas llaneras y empezó a cantar enguayabado: “ah vaina buena es dormir en un caney sabanero”.

En ese momento entendí lo que me decía Juan en una de tantas conversas, que la mejor forma de introducir a quien viera su obra en el mundo de las dos sábanas sería ponerlo a escuchar los porros de las corralejas y la música llanera de los coleos, el susurro de la sabana cuando el relincho de un caballo se entrelaza con la inmen-sidad, los ecos de los vaqueros que rompen el silencio del paisaje y las tonadas de ordeño que restablecen la armonía. Él mismo había aprendido la mitad de las palabras del sabanero a través de su música, la otra mitad, probando finura montado en un caballo. Entonces para este texto no se necesita un prólogo, tal vez un proemio que dé la clave de una vasta obra musical que los sabaneros han traducido en objetos y practicas concretas y que Juan David ha logrado comprender a través de un bordado que entrelaza canciones, dibujos, fotografías y sueños.

Bordadora usted que borda,fino con hilo de seda,bórdame mi corazón, pasito que no me duela, Bordadora. Canto de ordeño – Víctor Espinel “Gallo Giro”.5 de mayo de 2017. Vereda La Primavera, Sucre, Cauca.William Monzón.

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Conversando sobre caballosHablando de caballos con John duré toda la mañana, hablando con los Bula todo el almuerzo, con Nica-

sio toda la comida, con Gallo Giro todo un día y con Los Berrocales duramos dos. En el pueblo o en el campo las conversaciones de caballos, toros y vacas con la gente de la sabana se podían extender por tiempo indefi-nido, debido a que ese tema los emociona, los cautiva. Sé que les apasiona porque lo he escuchado de niños y adultos, también de mayores como Chiribíco quien a sus 70 años me dijo: “A mí háblame de caballos que yo no me canso de eso”. Es algo que suele suceder con las personas entregadas a un tema, los expertos o los aficionados, los amantes de algo en particular.

Por lo general los sabaneros gustan de los caballos, ya sea que se desenvuelvan o no en la actividad ga-nadera. La gente que vive en la sabana se encuentra inmersa en un mundo donde además de presentarse a diario faenas que involucran a estos animales, se presentan recurrentemente eventos como las carreras, las cabalgatas, los coleos y las corralejas, en donde el acervo cultural está estrechamente asociado a dichos ani-males. Estas personas son diestras conocedoras de estos temas y por lo general están prestas a conversar sobre ellos.

Por cierto, fue una de estas conversaciones la que dio origen a este proyecto. Conversación que tuve años atrás con un vaquero llamado Leider en plena sabana del centro de Casanare. Cabe mencionar que en dicho lugar él era un sabanero muy distinto. Era un vaquero de la sabana costeña que enlazaba, ensillaba, montaba, hablaba y vestía diferente. Pero que tenía encima del caballo la misma destreza y velocidad que un llanero. Conversando sobre los caballos, Leider me esbozaba el paisaje de las sabanas del Caribe que yo aún no conocía y me enseñó que tanto en Los Llanos como en La Costa, los pobladores que habitan las planicies

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de cada región se hacen llamar sabaneros.Empecé entonces a viajar a ambas sabanas con la intención de realizar trabajo de campo en ambos lugares,

valiéndome del dialogo como puente para aprender más acerca de las regiones, los jinetes y sus caballos. En-tendí entre los amplios silencios de las travesías a caballo, de los viajes o los trabajos de campo diarios, que las conversaciones no sólo giran en torno a dichos animales, cuando se entabla una amistad, por pequeña que sea, las charlas pueden llegar a temas distantes como el fútbol, la política, la familia, la guerra o la música.

Las conversaciones que tuve resultaban enriquecedoras al no ser unidireccionales. Yo también era cuestio-nado. En éstos encuentros, las preguntas que me hacían no sólo iban encaminadas a saber sobre mí o sobre Bogotá, sino sobre esa otra sabana de la que yo conocía al menos un poco y que ellos también querían conocer. Eran frecuentes las ocasiones en que me decían “Oye Juan, ¿cómo le dicen a esto por allá? o ¿eso también lo hacen por allá?”. Así mismo el propósito de los viajes se fue encaminando a encontrar diferencias y similitudes entre las dos culturas que habitan ambas sabanas.

Estos viajes me abrieron nuevas posibilidades y me sensibilizaron de varias maneras acerca de cosas que no se suelen apreciar. Además me permitieron dar cuenta de varios aspectos que trataré por separado más adelante.

De charla en charla, me di cuenta que la brecha tecnológica que suele trazarse entre citadinos y campesinos es en muchos casos sobredimensionada. Entendí que actualmente las redes sociales y los teléfonos celulares son medios frecuentados a la hora de entablar una conversación entre campesinos, ganaderos, trabajadores o pueblanos, a través de éstos se muestran imágenes, videos y canciones relacionadas estrechamente con el campo. Comprendí también que es fácil congelar a ciertas sociedades en el tiempo, encapsulándolas dentro de lo que otros grupos dominantes esperan de ellas. Comencé a buscar este tipo de dinámicas culturales globales que se suelen olvidar y que están presentes tanto en el campo como en el pueblo y la ciudad; como son el uso de ciertas modas específicas de YouTube, DirecTV, Whatsapp y Facebook. Así logré encontrar un campo de acción e investigación bastante provechoso, donde se hace posible visibilizar el proyecto ante cientos de personas en las regiones.

Por otra parte, aprendí que por medio del diálogo se puede llegar a reactivar intereses que la gente va per-diendo. No pretendo decir por el hecho de que un muchacho llegado de Bogotá quiera hablar del tema, éste va a cobrar importancia. No obstante, hablar, conversar, intercambiar conocimientos, intercambiar fotos o dibujos por experiencias y narraciones ha permitido, al menos en pequeña escala, la reafirmación cultural de situaciones propias de la vida en la sabana a las que se les resta importancia. Es extraño que un muchacho llegue pre-guntando cosas o hablando con propiedad sobre un tema que no tiene acogida en las grandes ciudades, de temas provinciales que son afectados por lo que David Sánchez Juliao denomina el fenómeno de des-afirmación cultural, un proceder colonialista que pretende restar importancia a las acciones, a los lenguajes o a los objetos que giran en torno a la vida de estas personas de estos animales y de estos lugares.

No pretendo decir que el trabajo ya está hecho, pero no sería correcto restar valor al proceso que se ha veni-do efectuando durante los últimos años conversando, fotografiando, dibujando y reafirmando. Con un resultado que se hace latente en frases que me han dicho, como, que bueno que le interesa esto, muchas gracias por venir, o que bueno que esté haciendo eso. (Para dar cuenta de la reafirmación cultural en concreto diríjase a la imagen1 en los anexos).

En suma, logré darme cuenta que para la consecución del trabajo, el diálogo me permitió dar un giro a la idea que tuve en un principio de operar como narrador, como explorador, como testigo de vista al estilo de un cronista de la colonia, de un observador que relata lo que sucede “allá”. Aquella operación de dos lógicas, de dos narraciones, de dos voces, sumada a la inquietud, el interés, el cuestionamiento y el intercambio inmersos en la conversación cobran sentido dentro de este proyecto, tras tres años de viajes, de faenas, de momentos buenos y malos en las sábanas de Colombia.

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Reflexiones sobre el qué hacer diario

Hubo quien me hiciera alguna vez una pregunta sobre mi lugar en el quehacer del arte. Dicha pregunta me llevó a una búsqueda de respuestas en mi proceder artístico. Así pude deducir luego de unos días de cavilación intermitente, que soy metódico a la hora de desarrollar un trabajo.

Descubrí mirando en retrospectiva que mi manera de proceder en un proyecto serio generalmente es la misma. Lo que hago es encontrar un tema o una situación de interés para adentrarme lo que más pueda, ya sea física o teóricamente, indagando, viendo, y analizando hasta hallar un problema o un subtema y tratar de solucionarlo de la manera más apropiada a través de un producto visual, suponiendo claro, que tenga alguna solución. Además debo destacar que no me gusta tomar decisiones fortuitas o a la ligera tanto en mis trabajos, como en el resto de situaciones diarias, porque sé que cada acción conlleva irremediablemente una reacción que prefiero sea previsible. ¿Qué hacer? se convierte entonces en el cuestionamiento principal a la hora de idear y de desarrollar un trabajo hasta el final.

Preguntas iniciales Luego de varios años de viaje por distintos municipios de Colombia había definido que quería hacer mi tra-

bajo de grado sobre la sabana. No obstante, no sabía por qué hacerlo, ni cómo iba a hacerlo. No sabía siquiera si tenía que responderme estas preguntas. Sin embargo, luego de introducirme en el mundo de las planicies llaneras había encontrado situaciones sobre la representación de la cultura sabanera que me llamaban la aten-ción profundamente. No sabía cómo abordar el tema, y por supuesto, no sabía cuantas preguntas llegaría a hacerme a lo largo de este trabajo.

Recorrer estos parajes, en busca de los jinetes y sus faenas se había convertido en algo verdaderamente enriquecedor para mí, tanto artística como personalmente, ya que la convivencia con los campesinos me per-mitió estrechar lazos y entablar diálogos horizontales con ellos. Diálogos que iban más allá de la entrevista y que me llevaban a pensar en el papel que podrían tener mis conocimientos en la solución de ciertos problemas o necesidades de estas personas.

Habiendo conocido en la universidad a artistas latinoamericanos cuyos trabajos estaban relacionados con las comunidades, con obras que daban giros a mis preconcepciones de arte, y que lograban conectarse con las personas a través de sus gestos, con apuestas artísticas al servicio de la gente, como la construcción de un horno de pan público en una plaza hecha por Víctor Gripo1 en 1972, la idea de Rubens Mano2 de instalar tomacorrientes gratis en las calles, la manufactura de zapatillas para inmigrantes por parte del colectivo Toro-

1. Artista Argentino del siglo XX conocido por su enfoque científico político y conceptual en el arte producto de su profesión como químico y del contexto de dictadura cívico-militar en que se desarrolló su obra.

2. Arquitecto y fotógrafo brasilero nacido en Sao Pablo, doctorado en arte en la Universidad de la misma ciudad. reconocido internacional-mente por su preocupación frente a la mediación del arte con su contexto inmediato.

Las siguientes palabras ilustran el cuestionamiento continuo respecto a las estrategias y operaciones utilizadas para abordar este proyecto artístico desde su estructuración.

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lab3 o la donación de ladrillos de construcción en plazas públicas como propuesta de Kcho4 para una bienal de arte; me mostraron formas del proceder artístico que hicieron surgir la pregunta de si tenía que solucionar o señalar un problema a través de mi trabajo. Sin embargo, ¿Por qué debería de hacerlo? podría perfectamente sólo expresar lo que he sentido en mis viajes, y no sería algo malo, ¿Pero cómo hacer esto? Podría pintar, hacer algunos dibujos, o presentar fotografías que relataran mi experiencia (Ver imágenes 2 y 3).

A comienzos del 2016 me encontré en medio de una incertidumbre generada por una reflexión incesante, por la aparición casi consecutiva de un -¿qué hacer?- diario. Sin embargo vale la pena aclarar que en medio de mi indecisión, tenía dos cosas claras en lo concerniente al campo de estudio y la estrategia de circulación. En primer lugar sabía que el proyecto sería sobre los campesinos de las Sabanas de Casanare, Córdoba y Sucre. Y en segundo lugar, tenía claro que lo que fuera que resultase ser mi producto final tenía que hacerse visible no solo ante el público de mi medio inmediato, sino ante un numero considerable de personas de dichas regiones.

Hay quienes se reservan su trabajo para sí, por lo íntimo que puede llegar a ser, por razones emocionales o por simple privacidad, pero a mí me inquieta no mostrar mis trabajos. Por lo general son piezas que señalan algo ajeno, que propongo a través de mi subjetividad, y debo decir que me gusta que la gente las observe, pues disfruto observar las reacciones de las personas. Ahora bien, desde un comienzo estaba seguro que quería mostrar el producto, pero como ya se lo podrá imaginar usted lector, esta aparente seguridad conllevó nuevas preguntas igualmente importantes. Preguntas como ¿Qué mostrar? ¿Por qué mostrar?¿Cómo mostrar? Y ¿A quién mostrar? Preguntas que espero responder a continuación.

¿Qué y por qué? Durante mis ya muchos años en la capital del país he convivido con el problema del constante desconoci-

miento cultural referente a las periferias, así como con el desconocimiento y mal entendimiento de las periferias entre sí. Este es el caso de la cultura sabanera, que comparten los campesinos de ciertas regiones de Los Llanos Orientales y de La Costa Caribe de nuestro país. Hago uso de la palabra periferia no con el ánimo de demeritar a las regiones apartadas, sino para de referirme a un sistema centralista, donde casi todo se proyecta del centro a la periferia. Debido a este sistema, se suelen generar problemas en las regiones, en aspectos eco-nómicos, gubernamentales, sociales y culturales. Ahora bien, me interesa destacar la presencia de otro aspecto que llamaré un problema de imagen.

Desde mi perspectiva este problema de imagen está relacionado con la creación y mediación de propuestas e imaginarios visuales de toda índole, desde el centro hacia la periferia. Pienso que las imágenes que se produ-cen en la capital sobre las regiones no suelen tener en cuenta las formas de cómo la persona representada se ve a sí misma, pero afectan de manera dramática la forma en que los demás la perciben.

Para explicar de mejor manera el tema, daré una serie de ejemplos de momentos históricos distantes que retratan el mismo problema a nivel centro periferia, o si se quiere a nivel Bogotá- Región. No obstante, si desea profundizar más en el tema y acercarse a otro punto del proyecto, puede dirigirse a los anexos dónde encontrará el texto Las Botas Vaqueras (Anzola, 2015).

Prosigo.En primer lugar propongo repensar un poco el famoso grabado de Theodor Galle donde Américo Vespucci

despierta a “América” de 1638 (Ver anexo 4). Éste es otro ejemplo de lo que me atreveré a llamar “representación irresponsable”. Ésta es una producción que prevé el impacto de la imagen en el receptor de la pieza mas no en el representado. En este caso se trata de un europeo que no ha visitado América, y por tanto representa de una manera errada a otro sujeto, que no se ve ni se representa a sí mismo de esta manera, para mostrarlo ante sus coterráneos europeos. Este grabado afectó de manera significativa la forma en que los europeos asumieron la imagen de los americanos y afectó igualmente la forma en que se relacionaron con ellos, bajo el supuesto de veracidad que traen las imágenes documentales.

En este orden, si se traslada la problemática a las llanuras de la Orinoquía y la Costa Caribe, encontraremos la aparición de telenovelas de canales nacionales como Sinú, La Dama de Troya, La Tormenta o Dónde Carájos

3. Colectivo multidisciplinar mexicano fundado en 1995 por Raúl Cárdenas Osuna. Persiguen propósitos sociales que no siempre van enca-minados a culminar en proposiciones estéticas.

4. Artista cubano de “la nueva generación” nacido en Nueva Gerona en 1970

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está Umaña, que representan a las regiones a través de estereotipos y preconcepciones propias de ciertas in-dustrias cinematográficas y televisivas, que no toman en cuenta las formas de vida o de autorepresentación de aquellas regiones en las que realizan la grabación de sus producciones. Esto afecta la manera en que la audien-cia del país percibe a dichas regiones, ya que a excepción de algunas tomas hechas “in situ”, las vestimentas, los diálogos, las costumbres, y sobre todo el lenguaje son ficciones que se acercan más al western que a la realidad (Ver anexo 5- 6).

Cómo y a Quién Teniendo en cuenta que una parte fundamental del proyecto radica en mostrar imágenes sobre las sabanas

de la manera más cuidadosa posible, resulta de gran importancia entender cuál es la perspectiva que toma este trabajo frente al campesino sabanero y su forma de autorepresentarse, para evitar así la creación de imágenes desviadas por la malinterpretación o la asimilación de estereotipos. Cabe destacar la presencia de cuestiona-mientos trascendentales respecto al problema de la visibilización de los habitantes de la sabana dentro de éste proyecto.

Entonces, ¿Cómo mostrar? teniendo hasta el momento en claro que este trabajo pretende visibilizar las culturas de las sabanas costeñas y llaneras de la manera más consecuente con los habitantes de cada región.

Una forma de lograrlo es mostrando lo que ellos muestran en sus imágenes web. Imágenes que son suyas a mi parecer, no sólo porque son de su autoría, sino porque hacen parte de un imaginario colectivo ligado a su territorio, que los acompaña desde hace generaciones. Estas piezas circulan dentro de medios de difusión contemporáneos y redes sociales, claro está, dentro de sus propias dinámicas culturales ligadas a lo rural y bajo sus propias aproximaciones estéticas y narrativas, que generalmente giran alrededor del imaginario del jinete y del paisaje (Ver imagen 7).

Teniendo en cuenta lo anterior, cabe preguntarse cuál sería mi papel, al momento de acercarme a estas imágenes, podría hacer una documentación de aquellas que se encuentran en la web, podría copiarlas o hacer unas nuevas de la mano con las personas que he ido conociendo en mis viajes. Quizás no, tal vez la manera de abarcar el problema sea creando mis propias imágenes, o hacer todo lo anterior al tiempo. Pero, cómo hablar de las imágenes encontradas a diario en las regiones sin que parezcan una escena ficticia creada por el autor, como sucede en las ilustraciones realizadas en los tiempos de la Conquista, la Colonia y la Televisión.

Se podría decir que mi papel es el de una suerte de testigo, y la veracidad de mis imágenes y narraciones tal vez se determinan bajo un simple juicio basado en la confianza. Por ejemplo, se puede poner en duda la veraci-dad de las ilustraciones de la Comisión Corográfica, o de los diarios de exploradores de los siglos XVIII, XIX y XX, que se supone provienen de apuntes in situ de situaciones reales. Que contienen ciertos guiños dentro de las imágenes que dan a suponer la veracidad de las mismas. Esto se puede entender observando los trabajos de artistas contemporáneos que prolongan la práctica de los diarios de viajes como Chris Buckhols, Peter Engels o Kévin Mancera, quienes a través del dibujo, muestran escenas, lugares, sujetos, objetos o situaciones que encuentran a su paso, dejando un pequeño registro escrito del lugar el sujeto o la fecha, que permite intuir o rastrear hasta cierto punto el origen del dibujo (Ver imagen 8).

Ahora bien. No trato de abrir una disertación sobre la veracidad de la imagen, sino de señalar la importan-cia de encontrar una forma de proceder que sea consecuente con la intención de evidenciar lo observado en campo.

Otros cuestionamientosTal y como lo expresé anteriormente al comienzo del texto, para mí es crucial lograr solucionar de forma

adecuada el problema que me he planteado, lograr hablarle a una cultura de otra en sus propios términos, más allá de las deformaciones. ¿Cómo lograr comunicar en una sabana lo que respecta a la otra sin deformarla? ¿Cómo hacerlo también en Bogotá? Dentro de la baraja de opciones que logré vislumbrar al principio del proce-so estaban la creación de murales o la gestión de una exposición de fotografía de gran formato al aire libre, que mostrara en la otra sabana lo que pasa en su homologa, con composiciones que en ambos casos combinaran texto e imagen. Durante este periodo inicial el cuestionamiento y la prueba constante me hacían dar cuenta que la tarea de visibilizar la idiosincrasia sabanera de una manera sensible y en correspondencia con las prácticas culturales de cada región era más complejo de lo que podía pensar.

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Las diferentes fotografías que he tomado durante mi trabajo de campo me han parecido una buena opción desde el comienzo, ya que han sido capturas in situ de la Costa y los Llanos, en las cuales utilicé la cámara como una herramienta para mostrar hechos y detalles específicos de la vida en estos lugares, inspirado en cierta medida por los trabajos artísticos en campo de fotógrafos latinoamericanos como Santiago Harker y Luis Fabini. Pensé que mostrar una sola fotografía grande o hacer un sólo mural, podrían ser una buena solución, pero estas aproximaciones simplifican la imagen del sabanero y de sus costumbres, ya que deben contener toda la información en una sola pieza. Además, éste tipo de imágenes sintéticas son realizadas tanto por luga-reños como por visitantes, y existen en ambas regiones. Así mismo, es importante destacar que estas imágenes que se pueden ver en restaurantes, paraderos, lugares de comercio y otros sitios de interés público, han sido permeadas por la cultura visual del cowboy o por la cultura del mercado.(Ver anexos 9-10). Por tanto una sola opción visual simplificaría y no abarcaría por completo la compleja idiosincrasia del sabanero, aunque si lograría combatir en cierta medida el problema de la estereotipación. Pero con base en lo anterior es importante pre-guntarse ¿por qué se debe complejizar la imagen del sabanero? ¿Cómo hacerlo? ¿Mediante qué herramientas?

Encontré que las imágenes del quehacer diario de los campesinos sabaneros, relacionadas con los caba-llos son un punto de confluencia entre las dos sabanas y constituyen una herramienta para generar un diálogo comparativo entre las dos culturas de jinetes. ¿Pero cómo? ¿A través de las carreras de caballos, del coleo, de la garrocha y la corraleja, de la vaquería, del ordeño? ¿Por medio de cosas que comparten o de cosas que los diferencian? ¿Cómo? Pues por medio de todo lo anterior. Me explico, todo aquello que antecede y precede el acto de ensillar un caballo, trae de manera implícita un propósito, un lenguaje, unas maneras, una dinámica social y una relación con el entorno.

Las monturas que usan para sus caballos, permiten encontrar las similitudes y las diferencias culturales presentes en el día a día de estos vaqueros. Vaqueros de dos sabanas que aunque se parecen, distan entre sí por muchos kilómetros y en muchos aspectos. Aspectos que permiten entender y reflexionar sobre el quehacer cotidiano y las festividades de estas comunidades, cuyas formas de vida están estrechamente ligadas a la ga-nadería. Además permite resaltar el valor social de las monturas en cada región, que alcanzan a constituirse en algunos casos en elementos suntuarios, de vital importancia para sabaneros de la Orinoquía y el Caribe.

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Reflexiones sobre el quehacer diario

Las dos expresiones musicales que imperan en la sabana son la música de banda en el Caribe y la música llanera en la Orinoquia. Éstas son músicas que aún hoy permanecen conectadas con su medio, el paisaje, los animales, el quehacer diario y el trabajo rural. Así lo apoya Ortegón (2016):

“La identidad llanera está relacionada con el trabajo de llano1 , y si no hay relación se pierde dicha identidad, el hecho es que aún hay un público que pide esta música y hace que los cantantes sigan pegados al tema”.

En ambos géneros la interacción con el medio se hace latente de formas distintas . Por ejemplo, en el cancionero llanero se destaca la importancia del caballo y de la relación íntima con este animal, en canciones populares como, La muerte del rucio moro, La venta del buen caballo o Me tumba o lo jineteo. Por otra parte, en la costa se destaca la presencia de toros y vacas en porros como El Balay, El toro negro y El Arrancatetas. La cercanía constante con caballos y vacas, el estar día a día montando, ensillando y enlazando se refleja en la música, que relata la forma de ser, sentir y actuar del sabanero, así se puede ver en una estrofa de la canción vallenata La garrocha sabanera.

“Tengo el caballo aperado porque me voy a vaquear en busca de un bendito toro entre Santiago y la Ceiba

llevo el rejo2 en la tejuela3 con que lo voy amarrar también llevo la garrocha para darle en la sobaquera4 ”

(Lucho Arrollo y su conjunto) (S.F) En el Llano también se muestra la cercanía con el animal y la importancia de referirse a sí mismos como

gente de caballos. El caballo no solo cumple una función social, brindando estatus y renombre, sino que la re-lación con éste es sentimental, laboral y económica. Esto se hace claro, cuando se escucha la letra de Caballo.

“Caballo tú eres mi vida eres mi pasión y ensueño

sin ti no habrían los poetas ni existirían los Llaneros

sin ti no habrían coleadores tampoco caballiceros5 .”

(Valderrama, 2008)

A través de su música y videos, de su vestir o a través de actividades populares como las corralejas, el coleo 1. Jornadas anuales de trabajo donde una tropa de vaqueros recojen los ganados para vacunar, herrar, capar, separar y descornar. 2. Soga o lazo. 3. Pieza de metal, fibra o hueso que sobresale de parte frontal superior de las sillas de montar, donde se enreda el lazo una vez amarrado

un animal. 4. Región muscular ubicada entre el costillar y la parte posterior del brazo de un bovino.5. Forma en la que los llaneros denominan a quienes se encargan del cuidado de los caballos.

“El lomo de un caballo es la altura perfecta para divisar el paisaje sin alejarse de él” Cachi Ortegón, 2016.

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o los festivales, los sabaneros se entienden y representan a sí mismos en gran medida como gente de caballos, y aunque localmente sea algo claro, cabe anotar que todas estas formas de auto-representación cultural que se llevan a cabo en ambas regiones son casi imperceptibles a nivel nacional, debido a que la música, los videoclips y los eventos se extienden solo a nivel regional aún cuando temáticamente sean muy parecidos (Vea imagen 11). Existe por ende un desconocimiento mutuo entre las dos sabanas, de la existencia de una cultura semejante, una cultura de jinetes. Si bien en otras regiones del país como en Antioquia o el Magdalena medio también hay una relevancia del tema equino, no es tan fácil encontrar afirmaciones culturales como “el sabanero es un hombre de sombrero, toro y caballo”. Expresión que he escuchado en mis visitas a ambas regiones del país.

Al igual que la gran mayoría de los vaqueros de las Américas, los sabaneros comparten una indumentaria de trabajo de herencia española más o menos similar. Sin embargo, sus adaptaciones y variaciones en cuanto a la vestimenta, las monturas y las prácticas propias de su actividad, los diferencian tanto de los otros jinetes del continente como de los de otras zonas del país.

La montura de un jinete puede hablar de todo lo que le rodea, este objeto nos permite reconocer su historia y accionar adicionalmente nos permite hacernos una idea del imaginario visual correspondiente al sabanero montado a caballo. La montura si se desglosa, si se desbarata y se complejiza permite mostrar las diferentes aproximaciones que tienen los vaqueros en las dos regiones frente al hecho de montar, la manera de hacerlo, la forma de amarrar, tumbar, capar, cazar, viajar, competir, de mostrarse o lo que se nos ocurra. Mostrando así diferencias en la forma de afrontar un entorno y un estilo de vida similar.

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Si usted ha hecho un dibujo en un lugar público alguna vez, habrá notado que en ciertas ocasiones gente desconocida se acerca a preguntar o a ver qué está dibujando, pintando o bocetando. Cabe agregar que por lo general, no siempre, dichas personas se acercan con gentileza a intercambiar una que otra palabra. Esto es algo que para unos puede resultar agradable y para otros no, eso depende de quien esté dibujando. Pero estos encuentros pasan a un segundo plano en la medida que el objetivo que se persigue es terminar el dibujo (solo por dar el ejemplo del dibujo, y por imaginar que ese es el objetivo). Ahora bien, ¿Qué sucede si se replantea el orden del objetivo? Es decir, que el objetivo a seguir sea generar relaciones con desconocidos a través de ciertas dinámicas artísticas, como por ejemplo el dibujo o la fotografía.

En este corto texto trataré de narrar o explicar una idea que considero importante y que aparece como efecto colateral del trabajo de campo de este proyecto, que ha durado alrededor de tres años. Hablo del encuentro con un aspecto conocido por los integrantes de la academia, pero del que en mi vida universitaria no he trata-do hasta ahora. Bajo mi propia experiencia redescubrí una “facultad” o “posibilidad” del arte, que otros ya han descubierto e incluso teorizado en la corriente del Arte Relacional precedida por Nicolás Burriaud. Me refiero a aquella “posibilidad” de relacionarse con los demás a través de los medios que maneja un artista. Ahora bien no pretendo teorizar o citar, hablaré a partir de mi proceder, ya que esto permite explicar algunas de las decisiones que he tomado hasta hoy.

Existen elementos como el cigarrillo o la cerveza, que son conocidos por el valor social que pueden tener a la hora de iniciar una conversación casual o bien una ya concertada. Sin embargo, una libreta de bocetos puede ser igualmente efectiva a la hora de iniciar una conversación. Para explicarlo mejor contextualizaré a partir de mi trabajo de campo.

Al viajar a sectores rurales del Caribe y la Orinoquía, para fotografiar la vida en las sabanas, me dirigí muchas veces como un extraño a hogares de gente que en principio no conocía, y que no me conocían. Como aquel “guate” o “cachaco” recomendado por un amigo lejano, que va con maleta de gringo a tomar fotos. En estos viajes a fincas y municipios desconocidos, el dibujo tomó un papel crucial a la hora de iniciar una conversación, de detonar un relato o de generar una amistad. Vale aclarar que no trato de dar una formula para romper el hielo, o para crear lazos con desconocidos. Intento enunciar la capacidad de ciertas acciones artísticas de generar situaciones sociales de manera simultánea al propósito principal que persiga el artista. Tampoco intento decir que el dibujo o la fotografía sirvan para caerle bien a las personas, bien puede servir para caerles mal. Lo que deseo hacer es señalar que la relación con el entorno y con las personas puede llegar a transformarse por medio del arte.

Fueron varias las veces en que una libreta de dibujos o la pantalla de la cámara le abrieron la puerta a largas conversaciones. Fue por medio de herramientas como el lápiz, la libreta de bocetos y la cámara que mi proyec-to tomaba credibilidad ante mis anfitriones, quienes me pedían que les hiciera un retrato o una fotografía. Me negué en un principio, sin darme cuenta que allí se encontraba la respuesta a la pregunta que me atormentó en muchos de mis viajes ,¿cómo les devuelvo algo a cambio de lo que me dan sin obligación ni reproche?¿cómo

Sobre el papel de las prácticas artísticas en la construcción de relaciones sociales

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reconfigurar una relación etnográfica y artística extractiva? Luego de un tiempo comencé a dibujar y fotografiar lo que me sugerían, y durante un tiempo imprimí las fotos

y los dibujos para dárselos en físico, hasta que un día me dijeron “Juan por qué no me mandas las fotos por el celular pa montarlas en el face”. Decidí empezar a hacer sesiones de fotografía, donde mis anfitriones posaban con sus ropas de domingo para sus perfiles de Facebook o WhatsApp. Este tipo de fotografías son algo que no suelo hacer, ya que no disfruto tanto la fotografía construida y la pose como disfruto el instante decisivo. Aún así, lo hago para luego devolverles las fotografías y ciertos dibujos con la idea de que dichas imágenes les pertenecen, que estas fotografías y dibujos de las que hablo están insertas en un dialogo horizontal marcado por la reciprocidad, que son parte de una producción que abrió para mí nuevas posibilidades de la imagen, que son útiles para ellos en cierta medida y son fruto y razón de este trabajo.

En el momento en que comencé a tener contacto con los perfiles campesinos de Facebook, decidí adentrar-me en un universo virtual que me resultaba desconocido. Me encontré con un espacio en el que podía confron-tar imágenes de una sabana y de otra, en un sin número de páginas y grupos frecuentados por ese público al que se me dificultaba dirigirme desde un espacio expositivo tradicional. Así pues, decidí en un principio probar insertando mis fotografías bajo distintas estrategias de circulación. En ocasiones las fotos iban acompañadas de preguntas, en otras de afirmaciones verídicas y otras de indicaciones falsas, para así darme cuenta que desde ciertos puntos de vista las sabanas son indistinguibles entre sí o completamente diferentes. De esta manera la realización de ejercicios comparados resultaba dinámica y gratificante en la medida en que los sabaneros mis-mos se reconocían en las publicaciones, comentando, dando like, compartiendo, explicando o discutiendo (Ver imágenes 12-16).

Sobre el trabajo web

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Las piezas presentes en la exposición apelan a distintos medios de materialización, son el resultado de la curaduría de los distintos productos de la investigación y el trabajo con las comunidades efectuado durante los últimos años. Luego de una cavilación constante puedo considerar la muestra como la manera mas adecuada de señalar aspectos claves de la vida sabanera a través de sus propias dinámicas culturales.

Lo que propongo a través de esta muestra, es generar un recorrido que introduzca al espectador en la sa-bana. Manejando un esquema dónde se pueda ver la sabana desde un espectro lejano enmarcado en el paisaje hasta algo más cercano relacionado con la cultura. (Ver imagen 20)

En primera instancia se encuentran una serie de videos proyectados, que pretenden ilustrar la expresión “sabana sabana”, la cual hace referencia a la inmersión en el paisaje. Éstos vienen acompañados de un archivo de audio con fragmentos sonoros grabados en las dos regiones. Esta sección audiovisual trata de dirigir a la audiencia a la parte interna de la muestra.

Como continuación de los videos se plantea un acercamiento fotográfico desde el horizonte, que atraviesa longitudinalmente el espacio de exposición. Dichas piezas se alejan paulatinamente del paisaje para acercarse a las prácticas cotidianas de los sabaneros, enfrentando en lados opuestos del espacio imágenes costeñas y llaneras. En lo que respecta a dichas prácticas, la exposición se divide básicamente en dos ejes que se unen bajo la figura del caballo, las prácticas cotidianas y prácticas sociales.

Por un lado se muestra las dinámicas de exhibición del caballo, como una practica social que opera tanto física como virtualmente. Se muestran imágenes web qué la gente de la sabana comparte a través de redes sociales, así como fotografías que dan cuenta de la captura de las mismas. Del otro lado, están las imágenes que corresponden al trabajo ganadero, ámbito socioeconómico más representativo de ambas regiones, a través de fotografías, así como de publicaciones impresas se pretende explicar como las características del trabajo y la relación con el entorno tanto en el lenguaje como en sus acciones y objetos.

Se plantea entonces la disposición de una serie de mesas donde existen elementos que hablan en detalle

Consideraciones finales

Posteriormente el trabajo se centró en crear un espacio en el cual ambas sabanas pudieran habitar en simul-taneo, donde la ambigüedad de las imágenes hiciese posible que sabaneros llaneros y costeños se fijaran en el sitio, un grupo de Facebook llamado “Sabana - Sabana”. Siendo éste el lugar que se ha dispuesto para que se revaloren imágenes y dibujos de la sabana para que queden en un lugar visible que se pueda compartir y visitar de manera indefinida. Se ha dispuesto también la posibilidad de manejar una horizontalidad frente a los demás integrantes de la comunidad virtual donde la figura del fotógrafo explorador se disipa entre la de otros fotógrafos que retratan su entorno. El espacio será utilizado para que los productos impresos que se entreguen en Bogotá sean también compartidos en la web, con la esperanza de que personas de ambas sabanas puedan apropiar-se de ellas, tal y como lo han hecho en ocasiones anteriores. De esta manera los sabaneros de la Orinoquía y el Caribe pueden conocer una cultura homologa y reconocerse a sí mismos, acortando la barrera física marcada por las cordilleras (Ver imágenes 17-19).

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de las formas de vida de cada lugar. En una de estas mesas, se muestra un glosario ilustrado que compara los términos utilizados por los jinetes para referirse a la sabana en un recorrido de manera general. Seguida de ésta, se disponen dos mesas en las que el eje central son dos Ipad con el grupo de Facebook abierto. En otra mesa habrá un plegable que compara formalmente las dinámicas de relación con el medio desarrolladas en ambas sabanas, este vendrá igualmente acompañado de un audio que hace referencia a la relación del sabanero con el caballo.

Otra parte de la muestra visibiliza a los participantes del proyecto, a través de fotos y postales. Este com-ponente fotográfico se comparte ante el publico, como una replica del acto de regalar fotos, al cual me referí anteriormente. Estas postales, así como el glosario y el leporelo serán compartidos a los visitantes pues fueron pensados para compartir y mostrar todo lo que las sabanas me han enseñado.

La producción visual que muestro combina dibujos y fotografías sin enfocarse únicamente en una de las dos opciones. Retomando la idea tratada en capítulos anteriores, he de reiterar que el tipo de fotografía documental que he tomado in situ me permite aludir a la veracidad, además ésta se puede corroborar a través de las fo-tografías tomadas por los sabaneros y que se encuentran presentes en la red. Por otra parte, los dibujos me permiten señalar detalles o situaciones que no puedo señalar claramente con la fotografía, además me permiten aislar elementos insertos en un contexto para destacar su valor.

En suma, considero que lo anteriormente enunciado me permite proceder de una manera sensible y respe-tuosa respecto al sentir de los sabaneros, ya que las piezas entran en sintonía con el lenguaje, el entorno y la imagen de los mismos, puedo de esta manera presentarlos entre sí y presentárselos al público bogotano, con la tranquilidad de saber que no es mi voz ni mi presencia la que se muestra, sino la presencia de los que habitan en las extensas sabanas del norte y el oriente de este país.

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RerefentesHall,Stuart, Representation: Cultural Representations and Signifying Practices. London, Sage Publications, 1997. Trad Esp. Elías Sevilla Casas [En línea] http://metamentaldoc.com/14_El_trabajo_de_la_representacion_Stuart_Hall.pdf (Acceso 28 de Marzo de 2016)

Harker, Santiago, Colombia de reojo, Bogotá, Villegas editores. 2013.

Huertas Ramírez,H y Huertas Herrera, A, “Historiografía de la ganadería en la Orinoquía” en Actas Iberoamericanas de conservación animal. 2015.

Mancera, Kevin, La Felicidad, Jardín Publicaciones. 2012.

Ortegón, Carlos “Cachi”, Conversación con Juan David Anzola, Juan Sebastián Anzola y Benjamín Rodríguez. Yopal. 6 de enero de 2016

Rivera Cusicanqui, Silvia, “Ch’ixinakax utxiwa. Una reflexión sobre prácticas y discursos descolonizadores” en Ch’ixinakax utxiwa. Una reflexión sobre prácticas y discursos descolonizadores. Buenos aires, Tinta Limón Ed. 2010.Pp71

Sanchez Juliao, David, La felicidad de ser lo que somos. Conferencia. Montelíbano Córdoba. 2003. [En línea] 2010. https://www.youtube.com/watch?v=62L2U467ywE (Acceso 30 de Abril de 2016)

Serrano, Enrique; Costaín, Juan y Uribe Cristina, “Gente de ciénagas y mares” y “Gente de esteros y sabanas” Colombia Tierras y Gente. Bogotá, Cristina Uribe Editores. 2004

Banda Sonora

“El Arrancatetas”. Armando Contreras compt. 1987. En (S.D)

“El Balay”. Julio Fontalvo compt. 1974. En (S.D)

“Me tumba o lo jineteo”. Ariel Leal Compt. 2013.En A paso firme. Llano records.

“La Garrocha Sabanera”. Video Musical. Arroyo, Lucho. Vergara, José dir. 2010. https://www.youtube.com/wat-ch?v=9mMLmAtjfK0 , (Acceso 30 de Abril de 2017)

“La venta del buen caballo”. Carlo Pérez compt 2012. En Como Walter Silva canta.

“La Muerte del rucio moro”. Video Musical. Reinaldo Armas , Lucho. Vergara, José dir. 2010. https://www.youtu-be.com/watch?v=QBDoNXJmqDs, (Acceso 30 de Abril de 2017)

Pello Torres y sus diablos del ritmo . “El Toro negro”. En Antología, disco compacto. Discos Fuentes.

Valderrama, Cholo. “Caballo”. En Caballo, disco compacto. Vivra Music, 2008, 1:13- 1:29.

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21

A las personas cercanas que me acompañaron durante todo este tiempo.A las personas que colaboraron con el desarrollo del trabajo.A esas familias que nos recibieron en sus hogares.A quienes decidieron confiar en el proyecto.A usted que se toma el tiempo de leer.A todos ustedes, gracias.A todos mis familiares.A todos, gracias.Gracias.

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Impreso en Bogotá en Mayo de 2017 usando papel Bond y las fuentes Existence Light y Helvética Neue para cuerpo y títulos. Las Ilustraciónes y la diagramación

fueron hechas por Juan David Anzola Rodríguez.

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Artes Visuales2017

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Banda Sonora

En este documento encontrará los links para acceder a la banda sonora de Sabana-Sabana a través de YouTube. Aquí encontrará las canciones citadas en el texto, así como tres bónus tracks, en los cuales las

sabanas se entrelazan tanto en sus letras cómo en sus imágenes.

• Contreras, Armando. [Joel Tercero Manjarrés Vuelvas]. (2014, 03, 01). El Arrancatetas Canta: Jaime

Manjarrés [Archivo de video].

o Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=OenqlCTMUQ8

• Fontalvo, Julio. [Bernardo-Lalinde]. (2012, 02, 21). El Toro Balay- Beto Zabaleta [Archivo de video].

o Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=dgzxpqgWTyo

• Arroyo, Lucho. [Jose Fernando Vergara]. (2010, 06, 05). La Garrocha Sabanera [Archivo de video].

o Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=9mMLmAtjfK0&t=192s

• Pérez, Carlos. [Jorge Gutierrez]. (2012,04,05). Walter Silva y Cheo Hernandez Prisco - La venta de un

buen caballo [Archivo de video].

o Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=CQAYMdbvw_c

Page 27: Sabana- Sabana

• Armas, reinaldo. [Héctor Molina]. (2012, 09, 16). La muerte del Rucio Moro. Reynaldo Armas

[Archivo de video].

o Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=QBDoNXJmqDs

• Torres, Pello. [Juan de Rosa]. (2011, 08, 22). Silvestre Dangond - Toro Negro [Archivo de video].

o Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=9E2CuDHyDd

• Valderrama, Cholo. [Cholo Valderrama]. (2008,10,31). Caballo [Archivo de video].

o Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=BdhUF3xpEAw

Bonus tracks

• Valencia,José Luís. [Codiscos]. (2007,02,12). Peter Manjarrés - El Amor De Mi Sabana | Vallenato Official Video [Archivo de video].

o Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=ocEdzmFKRn0

• Rodríguez, Lorgio. [Jhon Edison Chaparro Montaña]. (2014,04,04).Amor Sabanero [Archivo de

video].

o Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=vtXY2AQd2PI

• Durán, Alejandro. [Barreno Vallenato]. (2011,10,03).Alejo durán - El Corralero. Letra (subtítulos)

[Archivo de video].

o Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=8ZP1-dlMBiM

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Anexos Sabana-Sabana

El contenido que verá a continuación es un compendio de fotografías que han sido traídas de internet en la mayoría de los casos, ya que son su medio de circulación regular. Los anexos se encuentran dispuestos se manera digital y no impresos, de esta manera es más fácil acudir a la fuente de la cual provienen.

Índice.

• Conversando sobre caballos

(Imagen 1)

• Reflexiones sobre el qué hacer diario

(Imágenes 2-9)

• Reflexiones sobre el quehacer diario

(Imágenes 10-11)

• Sobre el trabajo web

(Imágenes 12-19)

• Consideraciones finales

(Imagen 20)

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Imagen 1. Respecto a la reafirmación cultural en la imagen Web

Juan David Anzola, Torre del Reloj. Fotografía Digital. 2015.

Imagen 2. Respecto al trabajo con las comunidades

Víctor gripo, Construcción de un horno popular para hacer pan. 1972/2006, 50,8 x 170 cm. En línea en. http://u-in-u.com/magazine/articles/2011/radical-shift/photos/03-victor-grippo/ (Acceso en 01/05/17)

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Imagen 3. Respecto a las aproximaciones formales

Juan David Anzola, Primeras aproximaciones. Fotografía digital y dibujo en tintas. 2013.

Imagen 4. Respecto a la deformación

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Theodoor Galle, América. Grabado. Ca. 1600 D.C. En línea http://www.metmuseum.org/art/collection/search/666288 (Acceso en 01/05/17)

Imagen 5. Respecto al estereotipo.

(S.D), La dama de Troya, RCN Televisión. 2008.

En línea en http://www.novelasgratis.cc/telenovela/la-dama-de-troya (Acceso en 01/05/17)

Imagen 6. Respecto al estereotipo

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(S.D), Sinú río de pasiones, Caracol Televisión. 2016. En línea en http://www.larazon.co/web/2016/04/sinu-rio-pasiones-llega-final-se-rajo/

(Acceso en 01/05/17)

Imagen 7. Respecto a la imagen virtual sabanera

Juan David Anzola, Amor sabanero. Captura de pantalla ventana de búsqueda de YouTube. En línea https://www.youtube.com/results?search_query=amor+sabanero (Acceso en 03/23/17)

Imagen 8. Respecto a los libros de viajes.

Kevin Mancera, del libro La felicidad, Ed. Jardín publicaciones. 2012 En línea en http://www.volcanmudo.com/proyectos/felicidad-libro/ (Acceso en 01/05/17)

Imagen 9. Respecto a las imágenes sintéticas

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Juan David Anzola, Cowboy en Yopal. Fotografía Digital. 2017.

Imagen 10. Respecto a las imágenes sintéticas

Juan David Anzola, Cowboy en Montería. Fotografía Digital. 2017.

Imagen 11. Respecto a la similitud cultural

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Juan David Anzola, Amor sabanero. Captura de pantalla, ventana de búsqueda de YouTube. En línea https://www.youtube.com/results?search_query=amor+sabanero (Acceso en 01/05/17)

Imagen 12. Respecto a la inserción de la imagen en las redes. (presentación del “otro”)

Juan David Anzola, Criollo y Criollo. Captura de pantalla publicación en grupo de Facebook. En línea https://www.facebook.com/groups/947126691989722/?fref=ts (Acceso en 01/05/17)

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Imagen 13. Respecto a la inserción de la imagen en las redes. (Dislocación del Lugar)

Juan David Anzola, Depresión Mompoxina. Captura de pantalla publicación en grupo de Facebook. En línea https://www.facebook.com/groups/llanoleyendayfolclore/ (Acceso en 15/08/16)

Imagen 14. Respecto a la inserción de la imagen en las redes. (Dislocación del Lugar)

Juan David Anzola. Captura de pantalla publicación en grupo de Facebook. En línea https://www.facebook.com/groups/llanoleyendayfolclore/ (Acceso en 15/08/16)

Imagen 15. Respecto a la inserción de la imagen en las redes. (Cuestionamiento)

Page 36: Sabana- Sabana

Juan David Anzola. Captura de pantalla publicación en grupo de Facebook. En línea https://www.facebook.com/groups/llanoleyendayfolclore/ (Acceso en 15/08/16)

Imagen 16. Respecto a la inserción de la imagen en las redes. (Cuestionamiento)

Juan David Anzola. Captura de pantalla publicación en grupo de Facebook. En línea https://www.facebook.com/groups/llanoleyendayfolclore/ (Acceso en 15/08/16)

Imagen 17. Respecto a la apropiación (Apropiación foto de perfil)

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Juan David Anzola. Captura de pantalla publicación en grupo de Facebook. En línea https://www.facebook.com/groups/197162017449473/?ref=aymt_homepage_panel

(Acceso en 24/04/17)

Imagen 18. Respecto a la apropiación de contenidos.

Juan David Anzola. Captura de pantalla publicación en grupo de Facebook. En línea https://www.facebook.com/groups/197162017449473/?ref=aymt_homepage_panel

(Acceso en 24/04/17)

Imagen 19. Respecto a la apropiación de contenidos. (Respuesta a la imagen anterior)

Juan David Anzola. Captura de pantalla publicación en grupo de Facebook. En línea https://www.facebook.com/groups/197162017449473/?ref=aymt_homepage_panel

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(Acceso en 24/04/17)

Imagen 20. Respecto al montaje

Juan David Anzola, Planos de montaje. Impreso intervenido. 2017.

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Las Botas Vaqueras IMPLICACIONES Y ORÍGENES DEL DESPLAZAMIENTO DE LA FIGURA DEL LLANERO POR LA DEL COWBOY.

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Abstract

En un contexto de la industria turística mercantil, dirigida desde los centros urbanos, se pretende evidenciar la forma en que la cultura y la representación del llanero se ha visto permeada y en algunos casos remplazada por la figura del cowboy norteamericano, ya sea a través de campañas publicitarias, del cine o la televisión. A partir de este fenómeno se muestran las respuestas culturales y los cambios que ha sufrido la interacción del llanero con su entorno.

Palabras Clave

Auto-representación, industria turística, transformación cultural, cowboy, llanero. Juan David Anzola Rodriguez Soy nacido en Bogotá y criado en distintos lugares de Colombia, poseo raíces y costumbres provincianas al igual que distintas influencias globales y citadinas. Por lo tanto, poseo un fuerte interés por las cuestiones identitarias y por las diversas formas de vivir y dialogar con el territorio.

Cuando hablo del llano o de su gente encuentro en mis interlocutores expresiones con malas imitaciones del acento llanero, que más bien parece un acento texano venido de la televisión, acompañado ocasionalmente de la expresión onomatopéyica ¡Yeeeehaaaa!, que he de señalar, nunca se la he escuchado a ningún campesino en Colombia. Por otra parte imágenes como las que populariza el aguardiente llanero, donde el personaje porta una pañoleta, o la de Flotas la Macarena donde la vaquera pintada en los buses luce unas botas vaqueras con espuelas me hacen pensar que la representación del llanero está altamente permeada por el western y el mercado.

Existe un desconocimiento general en Colombia acerca de la idiosincrasia llanera, tanto por su baja densidad poblacional como por una suerte de aislamiento geográfico generado por la cordillera oriental, que mantiene separados a los llaneros del resto de los colombianos. Los habitantes de otras regiones suelen

Imagenaguardientellanerotradicional,Disponibleen.http://www.aguardientellanero.com[02/11/12]

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confundir a los llaneros colombianos con los cowboys norteamericanos y es relativamente fácil entender el por qué de esta confusión. Se sabe que la Orinoquía es una región principalmente ganadera y que sus pobladores son gentes dedicadas a la vaquería. Al igual que muchos de los vaqueros de las Américas, los llaneros comparten un paisaje de planicies, una forma de vida que gira en torno al ganado y los equinos, y comparten también una indumentaria de herencia española que por lo general incluye sombrero, soga, alguna prenda que protege el cuello, zamarros o chaparreras. Sin embargo, lo que diferencia a los llaneros colombo-venezolanos del resto o de la gran mayoría de los vaqueros de toda América, exceptuando a algunas comunidades del pantanal brasilero, es que los llaneros tradicionalmente no usan botas, ni en sus faenas diarias ni en sus galas. Aún si se omiten las botas, todavía existen muchas similitudes que hacen fácil confundir o fusionar estas culturas, generando una suerte de homogenización de lo que se entiende por vaquero a través de toda América. No obstante existen proyectos artísticos que buscan visibilizar y promulgar las distinciones culturales que existen a lo largo y ancho del continente. Un buen ejemplo es el trabajo del fotógrafo uruguayo Luis Fabinii, quien durante varios años se ha dedicado a fotografiar, entender y particularizar los distintos tipos de vaqueros de las Américas, desde los cowboys de Norte América hasta los gauchos en Argentina, buscando las características propias y distintivas de cada uno, para generar un punto de aproximación distinto a la figura del vaquero desde cada país o región.

Ahora bien ¿por qué razón se confunde al llanero con el cowboy, y no con un gaucho o un qorilazo peruano? Esto se debe a que la figura del cowboy tiene un fuerte impacto comercial asentado en el género cinematográfico del western y en figuras canónicas de la publicidad como la del Marlboro Man. Es importante señalar que esta imagen que se ha difundido en la cotidianidad de nuestras sociedades es altamente aprovechada en particular por la industria turística y comercial del departamento del Meta. Dicho departamento se ha venido consolidando como uno de los destinos turísticos que más personas atrae desde el interior del país y en particular, de la capital de la república por medio de un turismo cultural que mueve

iEltrabajodeLuísFabinisehacentradoenconvivircondistintascomunidadesdevaquerosenlasaméricas,paracaptarlasfaenasyelentornodeestaspersonas.Sutrabajo“Vaquerosamericanos”eselresultadodevariosañosdeviajealolargodeAméricayseencuentradisponibleen:http://www.luisfabini.net.

PublicidaddeMarlboro,“J.P.MorganandtheMarlboroMan”Disponible

en.http://epicureandealmaker.blogspot.com.co/2012_05_01_archive.html

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millones de pesos. Esto se debe a que dentro del país “la cultura pasó a tener un lugar prominente en el desarrollo socioeconómico” (García, 2000, pp 93). El éxito turístico del Meta y sobretodo el de su capital se debe a que han logrado vender la imagen del cowboy colombiano, bien sea por medio de encuentros culturales, como los mundiales de Coleo y Team Penningii, al igual que con pautas comerciales que muestran al llano bajo un lente distorsionado por la ya familiarizada imagen cinematográfica del vaquero, que tiene una forma estandarizada de actuar, hablar y vestir. Para comprender lo anterior me referiré a tres pautas comerciales que señalan el proceso de blanqueamiento y americanización que sufre la imagen del llanero en los comerciales gestados y apoyados por el gobierno de la ciudad de Villavicencio. En primer lugar está el video del festival llanero de Villavicencio del año 2013iii. En este comercial que promociona un festival que la ciudad creó hace pocos años, con el fin de atraer turistas, en las mismas fechas en que Yopal (Casanare) y Arauca (Arauca) se celebran sus festividades tradicionales. En el video se ve a un sujeto con un sombrero de fibra americana, con botas vaqueras y espuelas que camina hacia el establo donde descansa su caballo y luego aparece realizando un lazo boleado con un nylon Norteamericano sin ninguna finalidad aparente. En segundo lugar se encuentra la imagen promocional del mismo festival para su versión del año 2014. Aquí se puede apreciar cómo se muestra al llanero como un sujeto blanco con camisa de cuadros que además porta botas texanas de tacón y espuelas de estrella.

iiTeampenningesundeportederanchoestadounidenseenelcualtresjinetestienen60segundosparaapartaratresresesdeunrebañodetreintayllevarlasauncorral.iiiEstevideofuncionabaamaneradecomercialparatelevisióneinternetymuestralapreparacióndeunvaqueroantesdecumplirsufaena.FuedistribuidoeninternetporelInstitutodeTurismodeVillavicencioenelaño2013yseencuentradisponibleen:https://www.youtube.com/watch?v=WZ96ffWScXc

ImagenpublicitariaFestivalLlanerodeVillavicencio,InstitutodeTurismodeVillavicencio,2014,Disponibleen.http://www.turismovillavicencio.gov.co/site/item/125-festival-llanero-de-villavicencio-2014[02/11/12]

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Por último está el comercial de Aguardiente Llanero iv , donde se muestran personajes con camisas vaqueras, mujeres con doble trenza y cinturón de chapa, pero lo que me interesa destacar es que todos calzan botas vaqueras altas, además el video incluye en la escena a un caballo americano de cuarto de milla (quarter horse).

Esta serie de imágenes comerciales pueden señalar dos cosas: por un lado el completo desconocimiento de las formas de vida llaneras y por el otro una clara intención de la industria turística y de los gobiernos regionales de americanizar los llanos.

No se puede desconocer el impacto que tienen este tipo de imágenes estereotipadas en la sociedad colombiana. Villavicencio debido a su posición geográfica próxima al interior del país se consolida como la puerta del llano y sin duda la ciudad más importante de la Orinoquía. Vender esta imagen distorsionada y descontextualizada del llanero tiene implicaciones a nivel nacional y regional. Tanto las élites, como las tecnologías y las distintas modas se establecen en este lugar antes que en cualquier otro, así lo que se presenta en Villavicencio se reproduce lentamente en el resto del llano. De esta manera es fácil ver como la moda vaquera ha sido paulatinamente adoptada por llaneros de otros departamentos y ciudades, en una expansión que va del centro a la periferia. Ahora bien, lo crucial en este asunto es que esta moda o forma de presentar al llanero transmite y valoriza formas de vida que chocan con el llanero mismo. Ahora bien, la música y los videoclips llaneros son una suerte de respuesta cultural a la industria y el poder político, que cuestiona los cambios sociales, territoriales y económicos que suceden en el llano. Destacan también formas de vida y costumbres que anteceden las incursiones de colonos del interior y del crecimiento de las ciudades en los años noventa. Para bien o para mal la música llanera es la forma en que los llaneros reproducen, actualizan y mantienen vivas sus formas de pensar y de convivir con su medio. Comenzaré entonces con una canción que pone en consideración el proceso de evolución del llano y de su pérdida cultural. Así lo trata el cholo Valderrama en algunos extractos de su tema “Pajarillo”:

“El tractor mato a los bueyes la nevera a la tinaja

la gorra mató al sombrero el zinc al techo de palma el nylon al cabo`e soga

las botas a la alpargata.” (Valderrama, 2013)

ivComercialpublicadoeninternetenlacuentaoficialdeAguardienteLlaneroenYouTubeenmayode2015.Disponibleenhttps://www.youtube.com/watch?v=K7_4JAwXJ2Q

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Existen también en Casanare y Arauca dos competencias que buscan rescatar al llanero “completo”v , competencias como El Gran Llanerazo vi y El Llanero Auténtico. Los ganadores de estos concursos empezando por el creador de uno de los mismos, al igual que figuras icónicas representadas en estatuas como Guadalupe Salcedovii, o Ramón Nonato Pérezviii. Así como copleros y cantantes famosos de Colombia y Venezuela como Jorge Guerrero, Lorgio Rodríguez o Virginia Rocha entre muchos, encarnan una forma de hablar, de vestir, de ser y de vivir, destacando o reviviendo costumbres campesinas así como faenas de campo como el coleo o el trabajo de llano. De la misma manera, a lo largo de las ciudades y pueblos de todo el llano es fácil encontrar estatuas que muestran imágenes propias de las costumbres de la región. Muestran al llanero con su vestimenta propia. Así lo ilustra la imagen del Centauro llanero, situada en el centro de la ciudad de Villavicencio.

vHabitaen laOrinoquía laexpresiónde“serun llanerocompleto”queejemplifica al llanerocriollo,queposeeuna seriede conocimientosy facultadesque resultancrucialespara lavidaenel campoyparalasfaenasganaderas. viCompetenciadesarrolladaenCasanareorganizadaporOtonielCastañedadesdeelaño2004,enlaqueparticipanllanerosdelosdiferentesdepartamentosyestadosllanerosdeColombiayVenezueladurante75díasdetrabajodellanoconpruebasqueincluyendespresederes,ordeño,jaripeo,elaboraciónderejos,crucederíosacaballoyotrasactividadesdelamismaíndole.Enlínea.https://www.youtube.com/watch?v=3tRkRZM_bl0viiComandantedelasfuerzasrevolucionariasdelosllanosdurantelosaños50,existendiferentesestatuas,placasybustosqueloconmemoranalolargodeCasanare.SeleconoceporsushabilidadesdellaneroysupersistenciahastafirmarlapazdelAriporo,GermánSantamaríanarrasubiografíaenelartículodeElTiempo“ElCentaurodelLlano”.Enlíneahttp://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-811896http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-811896viiiComandanteymejorefectivodeloslancerosdelaindependencia.NacidoenTrinidad(Casanare)fuequienreunióalosllanerosquecombatiríanenelPantanodeVargas,suhistoriahasidomarginadadelahistoriaoficialdebidoaquemurióantesdecruzarelPáramodePisba.

GranadosJulioCesar,“img.5052435”,PlazoletaloscentaurosVillavicencio,Disponibleen.http://viztaz.com.co/colombia/banco/picture.php?/11978[02/11/12]

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En la misma ciudad en que se promocionan los cowboys de botas texanas y silla americana, se expone a un llanero arremangado, con camisa abierta, pantalón corto y descalzo usando estribos llaneros. Este tipo de fenómenos me llevaron a pensar la pregunta que generó este texto al igual que el producto audiovisual De pata al Suelo:ix ¿La imagen comercialmente impuesta del cowboy norteamericano, fundada en el cine, podrá desplazar la imagen auto-representativa del llanero? Es importante aclarar que este paulatino cambio en la vida llanera puede tratarse de un fenómeno de aculturación o bien de transculturación. Para entender la diferencia entre ambas es necesario recurrir a una cita del texto Transculturación y Estudios Culturales. Breve Aproximación al Pensamiento De Fernando Ortiz, de Erelis Marrero León, en donde se explica la diferencia entre transculturación y aculturación.

“Entendemos que el vocablo transculturación expresa mejor las diferentes fases del proceso transitivo de una cultura a otra, porque este no consiste solamente en adquirir una distinta cultura, que es lo que en rigor indica el vocablo angloamericano acculturation, sino que el proceso implica también necesariamente la pérdida o desarraigo de una cultura precedente, lo que pudiera decirse una parcial desculturación, y, además, significa la consiguiente creación de nuevos fenómenos culturales que pudieran denominarse de neoculturación.” (León, 2013, pp 108).

Así se presenta la cuestión de si la cultura llanera será remplazada por la norteamericana en una campaña mercantil o si se creará una cultura híbrida, en donde el accionar del folclor llanero juegue un papel importante como punto de resistencia. Es decir, bien puede el llanero adoptar una vestimenta americana e inclusive confundir su acento, pero la gastronomía, el baile y la música llanera hasta el momento no han sido permeadas por la cultura norteamericana. Para entender la complejidad de este fenómeno de transformación cultural entraré a hablar en concreto del origen de la adopción de las botas por parte de los llaneros. Hablaré en específico del gremio de los coleadores, que son figuras públicas y que al igual que las figuras mencionadas anteriormente, llevan en sus hombros un peso cultural y simbólico. El coleador encarna la fuerza, el dominio y el carácter de quien habita un medio ambiente hostil, al mismo tiempo posee una amplia aceptación y valoración social. Ser un campeón de varias copas de coleo como Ángel Zambrano, Pablo Delgado o Aniceto Cuevas, tiene la misma o mayor

ixDepataalsueloesuntrabajodeediciónaudiovisualapartirdeimágenesdearchivocreadoporCristianAlarcón,JuanDavidAnzolaySebastiánAnzolaenMayode2015.Eltrabajoutilizavideoclips,canciones,Documentalesycomercialesconelfindegenerarundiscursocrítico.Disponibleenhttps://www.youtube.com/watch?v=ngp0oMXhkhc

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significación que ser un Llanero Autentico o un Gran Llanerazo, como lo ejemplifica el artista Daniel Gualdrón en su canción “Pauteño que se respete”:

“pauteño es Ángel Zambrano el coleador veterano

no creo que así algotro nazca el mas grande de los grandes

difícil quien lo reemplazca tierra de Aniceto cuevas

llanero de recia estampa.” (Gualdrón, 2012. 4:00- 4:13)

Se entiende entonces que los coleadores son, tanto un símbolo de la llaneridad como un modelo a seguir para muchos de los que habitan en el campo o la ciudad. Por ende el uso de botas por parte de los mismos permite que su adopción sea bien difundida a través del llano. Haciendo un enlace con el inicio de este ensayo, me permito recalcar que el uso de la bota de cuero por parte de los coleadores fue impuesta por la Liga de Coleo del Meta mediante el reglamento para las competiciones a partir del año 2002. Así aparece consignado en el artículo 26 del capítulo IV del reglamento Nacional de Coleo, cuando se constituye como un deporte.

“. Composición del uniforme 1. Camisa preferiblemente en dril. La camisa debe tener en la parte de atrás la identificación del club y podrá ́ llevar distintivos de sus patrocinadores. 2. Pantalón largo. 3. Botas. 4. Sombrero y casco.” (Fedecoleo, 2010, pp 14) Las botas de coleo, que son una adaptación redonda y suave de las botas vaqueras, al igual que el casco, llegaron en los años 90 desde Venezuela, donde la federación de

coleo es más antigua. Cabe señalar que, a comparación del Meta y su capital, que tiene una mayor influencia

cultural del interior del país debido a su proximidad geográfica con Bogotá, en el resto de los departamentos la aceptación de la bota por parte de los criollos que habitan la sabana fue más difícil y lenta, incluso ha encontrado respuestas culturales.

BotasPuroColeo“BatalaA-Mcanela”,,Disponibleen.http://www.botaspurocoleo.com/botashbala.html

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La música permitió responder a la llegada de una nueva imagen de vaquero o coleador distinta a la ya existente, las letras de Villamil Torres lo expresan diciendo:

Nunca me he puesto zapatos ni siquiera pa remedio y menos en mi cabeza

un pedazo de casco de hierro. (Torres,1995, 2:21-2:34).

Por otra parte, se crearon torneos que permiten colear a los campesinos llaneros que no tienen caballos cuarto de milla, que no desean profesionalizarse, y que no usan casco ni botas, sino que montan y caminan descalzos. Estos torneos llamados coleos campesinos o criollos son la contrapropuesta a la imagen del coleador cowboy, estos suelen practicarse en pueblos y veredas de los demás departamentos llaneros. Walter silva lo reitera de la siguiente manera en su canción “Hay un coleo campesino”:

“Y hoy volví a oír en la radio lo que nos gusta a los brocos que hay un coleo campesino y en puro caballo criollo. ¨[…]

Cosa que a mí si me gusta es que ahí si dejan colear a pata limpia y sombrero” ( Silva, 2012, 1:42 -3:08).

Tenemos entonces tres escenarios diferentes en la misma región: por un lado un llano americanizado por la industria turística, donde se escucha música country en las mangas de coleo, donde los llaneros trabajan y se visten como americanos, por otro lado está la imagen de un llano de hombres desprolijos y descomplicados que arrebiatan rejos desde su silla de cacho hasta la cola de su caballo criollo, que usan cuchillos al cinto, sombreros de fieltro o pelo de guama, y que montan con pantalón corto y descalzos en la llanura inundable con el fin de evitar que se dañe la ropa o que se pudran los zapatos o las botas y en tercer lugar la cultura de llaneros coleadores con caballos criollos con cruce de cuarto de milla que usan botas o andan descalzos a su antojo. Es indispensable señalar que el llanero y su cultura han cambiado y que han adoptado estéticas y prácticas propias de otras culturas. Así pues es fácil ver a jóvenes y niños con botas puro coleo en los festivales y coleos. El problema es que el uso de la bota y la inclusión del caballo de cuarto de milla que requiere de establos y cuidados especiales, termina domesticando tanto al animal, como al entorno y a la manera de ser del llanero, además la imagen americana actúa como un agente de colonización de la imagen, que haría que los llaneros “cambien radicalmente sus formas de conocer el mundo y de conocerse a sí mismos, adoptando como propio el universo cognitivo del colonizador” (Castro-Gómez, 2005, Pp 59).

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El llanero paulatinamente pierde su carácter recio que se genera al buscar a los caballos semisalvajes que se encuentran sueltos para ensillarlos en la sabana, sin cuidado de mojarse, embarrarse o pisar espinas con sus pies descalzos, aptos para bailar joropo, para nadar y subirse a los arboles. Resulta igualmente problemático que esta adopción de una imagen devenga en una confusión cultural a nivel nacional donde en el imaginario popular el llanero y el cowboy terminen siendo lo mismo. Por esta razón en conjunto con Cristian Alarcón y Sebastián Anzola creamos el ya mencionado trabajo audiovisual De Pata al suelo. En este trabajo nos dimos a la tarea de buscar y usar como imágenes de archivo extractos de videoclips de música llanera realizados por los mismos llaneros como “El despido del mensual”, “Se rascó el caballicero”, “El loco jembrero”, entre otros para confrontar este tipo de imágenes que rescatan la figura tradicional de la gente de la sabana con los extractos americanizados y mediáticos mostrados desde Villavicencio. Allí logramos generar una secuencia en la cual se alternan y comparan las imágenes en las cuales los llaneros tradicionales ensillan sus caballos y se van volviendo más y más difusos hasta perderse en la sabana para dar paso a la renovada y problemática imagen del cowboy colombiano.

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Referencias

• De Pata al Suelo. Video. Alarcón, Cristian. Anzola, Juan. Anzola, Sebastián dir. [En línea]. Bogotá: 2015. https://www.youtube.com/watch?v=ngp0oMXhkhc, (Acceso 07de noviembre de 2015)

• Castro-Gómez, Santiago. “Perspectivas Latinoamericanas sobre modernidad, colonialidad y geopolíticas del conocimiento”. En La Poscolonialidad Explicada A Los Niños. Popayán: Editorial universidad del Cauca, 2005. Pp 59

• Federación Colombiana de Coleo. (2010), Capitulo IV Vestuario, En Reglamento Nacional de Coleo. [En línea].Villavicencio, 2010. http://www.fedecoleo.org/reglamento/Default.html, (Acceso 07de noviembre de 2015)

• García, Néstor. “Industrias culturales y globalización: procesos de desarrollo e integración en América Latina” Estudios internacionales, No 129, Santiago, Universidad de Chile, 2000. Pp 93.

• Gualdrón, Daniel. “Pauteño que se respete”. En No hay quinto malo, disco

compacto. 2012. 4:00- 4:13.

• León, Erelis. “Transculturación y Estudios Culturales. Breve Aproximación al Pensamiento De Fernando Ortiz”, En Tabula Rasa, No 19, Bogotá: 2013. Pp. 108.

• Silva, Walter. “Hay un coleo campesino”. En Como Walter Silva Canta, disco compacto. Vivra Music, 2012, 1:42- 1:51.

• Torres, Villamil. “Así se colea en mi tierra”. En Así se colea en mi tierra, disco

Compacto. Barquisimeto: Producciones Cabrestero, 1995. 2:21-2:34.

• Valderrama, Cholo. “Pajarillo”. En Sencillamente Llano, disco compacto. Discos el

Copey, E.U, 2013.