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  • Erik S. Reinert es profesor de Tecnologa,

    gobernacin y desarrollo de estrategias

    en la Universidad Tecnolgica de Tallin,

    en Estonia, y presidente de The Other

    Canon Foundation, en Noruega. Es uno de

    los economistas de desarrollo heterodoxos

    lderes mundiales, y autor de Globalization,

    Economic Development and Inequality: An

    Altem ative Perspective (55004).

  • LA G L O B A L I Z A C I O N

    DE LA P O B R E Z A

    L I B R O S D E H I S T O R I A

  • E R I K S. R E I N E R T

    LA G L O B A L I Z A C I O N DE LA P O B R E Z A

    C M O S E E N R I Q U E C I E R O N

    L O S P A S E S R I C O S . . .

    Y P O R Q U L O S P A S E S P O B R E S

    S I G U E N S I E N D O P O B R E S

    Traduccin castellana de Juanmari Madariaga

    CRITICAB A R C E L O N A

  • Queda rigurosamente prohibida, sin la autorizacin escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproduccin total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografa y el tratamiento informtico, y la distribucin de ejemplares de ella mediante alquiler o prstamo pblicos.

    Ttulo original: How rich countries got rich... and why poor countries stay poor

    Diseo de la cubierta: Jaime Fernndez Ilustracin de la cubierta: Getty/Corbis Realizacin: tona, SL

    Erik S. Reinert, 2007First published in the UK by Constable, an imprint of Constable & Robinson Ltd.

    2007 de la traduccin castellana para Espaa y Amrica:Editorial Crtica, S.L., Diagonal, 662-664, 08034 Barcelona

    ISBN: 978-84-8432-909-1 e-mail: editorial@ ed-critica.es www.ed-critica.es Depsito legal: B. 35.771-2007 Impreso en Espaa2 0 0 7 - Grup Balmes, Molins de Rei (Barcelona)

  • Dado que quien critica los sistemas de otros tiene el deber de reemplazarlos por una alternativa propia, con principios que supongan un fundamento ms firme para la totalidad de los efectos a explicar, ampliaremos nuestra meditacin para satisfacer cumplidamente ese deber.

    G ia m b a t t is t a V ic o ,

    La Scienza Nuova (Compendio), 1725

  • PREFACIO

    Cuando los manifestantes el 30 de noviembre de 1999 tomaron las calles de Seattle, y ms tarde en muchos otros sitios, protestando contra la Organizacin Mundial del Comercio e instituciones financieras internacionales relacionadas con ella, cuestionaban implcitamente la ortodoxia econmica que ha legitimado y proporcionado el armazn analtico para muchas de sus condiciones y consejos. Corriendo el riesgo de la caricatura, se puede decir que durante los dos ltimas dcadas esa teora ha asegurado que los mercados autorreguiados garantizaran el crecimiento para todos, si el papel de los gobiernos se limitaba al de un vigilante nocturno .

    Esa ortodoxia gan popularidad con la llegada de la estanflacin en la dcada de 1970 y el asalto intelectual contra la economa keynesia- na y del desarrollo* Las crisis presupuestarias de los Estados del Bienestar a partir de esa dcada y el posterior hundimiento de las economas centralmente planificadas proporcionaron apoyo adicional a la nueva ortodoxia, pese al evidente fracaso de los experimentos monetaristas a principios de la dcada de 1980. Hoy da slo los fndamentalistas de ambos extremos propugnan una economa totalmente autorre guiada, por un lado, o una economa totalmente estatalizada por otro.

    Este libro de Erik Reinert clarifica las fuerzas econmicas y tecnolgicas clave que una poltica econmica debe potenciar a fin de generar el

    * Estancamiento ms inflacin, trmino acuado para caracterizar los periodos de recesin combinada con una elevada inflacin (N. del t.)

  • X LA GLOBALIZACIN DE LA POBREZA

    desarrollo econmico. Su anlisis tambin destaca que el desarrollo del subdesarrollo es consecuencia del fracaso en promover y ampliar actividades econmicas con rendimientos crecientes a escala y mayores capacidades humanas, as como productivas. Reinert aplica as creativamente viejas lecciones econmicas a los nuevos contextos.

    La globalizacin de la pobreza argumenta que se pueden aprender importantes lecciones econmicas de experiencias histricas en gran medida tergiversadas. Sugiere que la historia de Estados Unidos tiene gran importancia econmica para los pases actualmente pobres: 1776 no fue slo el ao de la primera edicin de La Riqueza de las Naciones de Adam Smith, sino tambin el del inicio de la primera guerra moderna de liberacin nacional contra el imperialismo britnico; el Motn del T en Boston fue despus de todo una iniciativa mercantilista. El teorizador econmico de la Revolucin Americana fue su prim er Secretario del Tesoro, Alexander Hamilton, reconocido ahora como pionero de lo que a menudo se denomin poltica industrial.

    Considrese cmo sera hoy da la economa estadounidense si la Confederacin del Sur hubiera triunfado en la Guerra Civil: no se habra producido la rpida industrializacin de Estados Unidos durante el ltimo tercio del siglo xix. Como sealan los encargados del Museo Smithso- niano de Historia Americana, la enorme distancia tecnolgica, reconocida por los participantes estadounidenses en la Gran Exhibicin del Crystal Palace en 1851 , no se habra salvado, y Estados Unidos podra no haberse convertido en la principal economa del mundo a principios del siglo xx.

    Como nos recuerda Reinert, tras la segunda guerra mundial el Plan Morgenthau pretendi convertir Alemania, considerada entonces responsable de las dos guerras mundiales, en un Estado pastoril. El general George Marshall, en cambio, contribuy a la Edad Dorada keynesiana de posguerra con su plan para acelerar la recuperacin econmica y la reindustrializacin de Europa occidental y el nordeste de Asia, con el fin de asegurar un cordn sanitario de crecimiento econmico alrededor del bloque sovitico. La generosa contribucin estadounidense a la recuperacin de posguerra ofrece un acentuado contraste con su contribucin actual a la ayuda al desarrollo, no slo cuantitativo, sino tambin en cuanto a la financiacin del presupuesto estatal y el margen de maniobra poltico que los gobiernos del Tercer Mundo se esfuerzan por ampliar.

  • PREFACIO XI

    El desarrollo econmico exige un profundo cambio cualitativo, no slo de la economa, sino tambin que la a sociedad. Reducirlo a poco ms que la acumulacin de capital y una asignacin de recursos ms eficiente favorece la perpetuacin del retraso econmico de muchos pases pobres. El libro de Reinert, al ampliar nuestra comprensin del desarrollo desigual mediante su profundo conocimiento de la historia de la poltica econmica, nos ofrece a un tiempo importantes lecciones y una lectura estimulante.

    J o m o K. S.Subsecretario General de Asuntos Econmicos de la ONU

    Miembro fundador y primer presidente del Comit Ejecutivo de la red IDEAs

    (International Development Economic Associates)

  • AGRADECIMIENTOS

    La mayora de las ideas de este libro son muy antiguas, y mi deuda ms sealada es la que mantengo con gran nmero de gobernantes y pensadores econmicos que durante los ltimos cinco siglos supieron crear riqueza y no slo redistribuirla. Entr en contacto con ellos en 1974-1976, cuando mi mujer trabajaba como bibliotecaria en la Kress Library de la Harvard Business School, especializada en las teoras econmicas anteriores a 1850 y que mantena as accesible un semillero de ideas postergadas. Mi profesor de economa en la Hochschule St Gallen de Suiza, Wal- ter Adolf Jhr (1910-1987), segua apegado a viejas ideas europeas, y en la Kress Library conoc tambin a Fritz Redlich (1892-1978), miembro superviviente de la escuela histrica alemana, quien me dio a conocer a Wemer Sombart.

    Lo que haya de original en este libro estaba ya, embrionariamente, en mi tesis doctoral escrita en 1978-1979. Adems de los autores antiguos, en esa poca me sirvieron de mucho las enseanzas de historia y desarrollo de Tom Davis, quien me inspir la idea de distinguir niveles entre las diversas actividades econmicas; el Boston Consulting Group y su enfoque de la medicin de la experiencia y el aprendizaje humano; y Jaroslav Vanek, uno de los autores del teorema de Heckscher-Ohlin-Vanek del comercio internacional, que haba llegado a entender que el comercio internacional poda destruir el bienestar en determinadas circunstancias. Su deconstruccin de la teora convencional del comercio internacional me confirm los recelos que siempre haba sentido hacia ella, al parecerme

  • XIV LA GLOBALIZACIN DE LA POBREZA

    contraria a la intuicin. Otro profesor de Comell, John Murra, me abri los ojos a las sociedades precapitalistas. La economa del desarrollo clsica y las causas acumulativas de Gunnar Myrdal siempre constituyeron para m un sustrato terico.

    Desde que regres a la investigacin y a la vida acadmica en 1991, cinco economistas e historiadores de la economa de una generacin, o algo menos, anterior a la ma mantuvieron con generosidad a veces deliberadamente y otras veces sin saberlo mi conviccin de que muchas ideas antiguas, en su contexto, estaban ms ajadas que equivocadas: Mo- ses Abramowitz, Robert Heilbroner y David Landes en Estados Unidos, y Christopher Freeman y Patrick O Brien en el Reino Unido. A ellos est dedicado este libro. Mantuvieron viva la larga tradicin econmica basada en la realidad que casi desapareci en el fuego cruzado de la Guerra Fra entre dos utopas: la de la armona planificada y la de la armona automtica del mercado.

    La concepcin de Carlota Prez de cmo se producen los cambios tecnolgicos me ha influido mucho y tambin le estoy muy agradecido por su disponibilidad para discutir conmigo. En ese apartado mis colegas de la Universidad Tecnolgica de Tallinn Wolfgang Drechsler y Rainer Kattel me han sido tambin de gran ayuda. En 1991 haba quedado ya establecida la economa evolucionista moderna, y la teorizacin apreciativa de Richard Nelson me ayud a configurar la ma, al igual que la economa poskeynesiana de Jan Kregel, la economa institucional de Geoffrey Hodgson, la economa del desarrollo de Jomo KS y el movimiento GLO- BELICS iniciado por Bengt-ke Lundvall. Debo dar las gracias asimismo a los. participantes en los seminarios del Otro Canon en Oslo y Venecia, entre otros a Brian Arthur, Jrgen Backhaus, Helene Bank, Antonio Barros de Castro, Ana Celia Castro, Ha-Joon Chang, Mario Cimoli, Dieter Emst, Peter Evans, Ronald Dore, Wolfgang Drechsler, Jan Fagerberg, Christopher Freeman, Geoffrey Hodgson, Ali Kadri, Tarmo Kalvet, Jan Kregel, el difunto Sanjaya Lall, Bengt-ke Lundvall, Lars Magnusson, Lars Mj0set, Alfredo Novoa, Keith Nurse, Patrick OBrien, Eyup zve- ren, Gabriel Palma, Carlota Prez, Cosimo Perrotta, Annalisa Primi, Santiago Roca, Richard Swedberg, Yash Tandon (quien me dio a conocer la realidad africana y me instruy en el factor imperial), Marek Tiits y Francesca Viano. Colegas y estudiantes de muchas universidades que han pasado por mis conferencias y seminarios me han proporcionado valiosas

  • AGRADECIMIENTOS XV

    valoraciones y sugerencias. Mencionar nicamente las universidades a las que he vuelto como profesor visitante: la Universidad ESAN y la Escuela Empresarial de Lima, la Universidade Federal do Rio de Janeiro y el Instituto Asia-Europa de la Universidad Malaya en Kuala Lumpur. La enseanza durante seis aos en CAPORDE (Cambridge Advanced Program- me on Rethinking Development Economics) y los cursos organizados por el Otro Canon en el Tercer Mundo me dieron la posibilidad de incorporarme a un grupo que ha contribuido a configurar una nueva visin del desarrollo econmico. Las principales iniciativas fueron financiadas por la Fundacin Ford, en la que Manuel Montes ha contribuido significativamente a crear una nueva economa del desarrollo. Durante los ltimos aos, la participacin en reuniones de diversos organismos de la ONU (CEPAL/ECLA, Departamento de Asuntos Econmicos y Sociales (DESA), Sur-Centro, UNCTAD y UNDP) me han proporcionado valiosas informaciones y relaciones personales. Agradezco tambin a Jon Bingen y al NORISS (Instituo Noruego de Estudios Estratgicos), su apoyo a este estudio de las estrategias de desarrollo nacionales, y al Norsk Investorfo- rum, la Asociacin de Navieros Noruegos y la Fundacin Leif H0egh su ayuda econmica al Proyecto del Otro Canon.

    Volviendo a 1999, varios de nosotros pasamos dos das juntos elaborando un conjunto de hiptesis alternativas para la economa, partiendo de la experiencia emprica y no de la fsica terica (Apndice II). Los menciono aqu, agradecindoles aquel esfuerzo: Leonardo Burlamaqui, Ha-Joon Chang, Michael Chu, Peter Evans y Jan Kregel. Gracias tambin a Wolfgang Drechsler, Rainer Kattel, Jan Kregel y Carlota Prez, que se prestaron voluntariamente a leer y comentar el manuscrito de este libro; no se les debe culpar por mi tozudez.

    Un reconocimiento especial a Dan Hind, entonces en Constable & Ro- binson, cuya iniciativa prendi el proceso que dio lugar a este libro. Gracias tambin a mis editores en Constable, Hannah Boursnell y Jan Cha- mier, y en particular a Jane Robertson, que hizo un maravilloso trabajo mantenindome firme.

    Este libro, probablemente ms que otros, ha sido un proyecto de toda mi familia. Cuando eran pequeos, nuestros dos hijos Hugo y Sophus nos preguntaban a veces: Por qu tenemos que viajar siempre a lugares donde la gente es tan pobre? Ahora, despus de haber completado su tesis doctoral en Cambridge, ambos se han convertido para m en valiosos

  • XVI LA GLOBALIZACIN DE LA POBREZA

    consejeros. Ambos estn representados en la bibliografa; fueron tambin ellos quienes me sugirieron la teora del entrelazamiento con informes personales. Una versin ms corta de este libro fue publicada en noruego en 2004, y Sophus y mi mujer Fernanda tradujeron buena parte de ella. Pero mi mayor gratitud es para Fernanda, que me conoce desde que conceb este proyecto en el verano de 1967. Sin su lealtad, apoyo, nimo y empecinamiento (trmino que utilizaba su jefe de la Biblioteca Kress para describirla) en lo que debe de haber experimentado como continuos asaltos con los traslados a nuevos entornos, nuevos pases, nuevas lenguas y nuevos retos tambin en proyectos ms arriesgados y ms quijotescos que ste las condiciones y la experiencia necesarias para escribir este libro no habran existido.

  • INTRODUCCIN

    La distancia que separa a los ricos y los pobres de este mundo es mayor que nunca y sigue aumentando, al menos segn la mayora de los ndices utilizados. Aun despus de las colosales transferencias econmicas durante las tres dcadas de desarrollo iniciadas en 1970, y de billones de dlares de ayuda al desarrollo, la situacin es decepcionante y sigue empeorando en muchos lugares. La mitad de la poblacin mundial vive con menos de dos dlares al da, y en muchos pases los salarios reales siguen descendiendo desde el mximo alcanzado en la dcada de 1970. Se estima que en 1750 la relacin entre los pases ms ricos y los ms pobres era de 2 a 1, y que desde entonces no ha hecho ms que aumentar.

    El propsito de este libro es explicar los mecanismos que han dado lugar a esa evolucin, de una forma accesible a los profanos interesados de cualquier parte del mundo. No cabe confundirlo pues con un intento de popularizar el pensamiento econmico dominante; por el contrario, es un intento de contribuir al proceso en marcha de refutar la actual ortodoxia y de resucitar una tradicin econmica secular desde el nico laboratorio que los economistas tienen a su disposicin, esto es, la historia.

    El coste humano de la pobreza es enorme. Los aos de vida perdidos debido a la mortalidad infantil, a enfermedades evitables y a la baja esperanza de vida en general suman cantidades aterradoras. Las guerras civiles y los conflictos por recursos escasos provocan dolor y sufrimiento que los pases ricos pueden eludir, a lo que cabe aadir el mayor efecto sobre los pobres de la degradacin ambiental. En las sociedades pobres, donde

  • XVIII LA GLOBALIZACIN DE LA POBREZA

    la nica forma de satisfacer las necesidades de una poblacin creciente es intensificar la explotacin de la naturaleza, se crean con facilidad crculos viciosos que agravan la situacin.

    Desde la cada del muro de Berln en 1989 el orden econmico mundial se ha basado ms an que antes en una teora econmica que demuestra lo contrario de lo que se puede observar en realidad. Se supone que el libre comercio mundial debera nivelar las diferencias de renta entre pases ricos y pobres; si la humanidad no interfiriese en las fuerzas naturales del mercado aplicando el principio del laissez-faire reinaran el progreso y la armona econmica. Ya en 1926 John Maynard Keynes (1883-1946), el economista ingls que resolvi la depresin de la dcada de 1930, escribi un opsculo titulado The End o f Laissez-Faire\ sin embargo, la desaparicin del muro de Berln en 1989 desencaden una euforia casi mesinica acerca del cumplimiento final de las expectativas de la teora por parte de la economa mundial. El que fuera Director General de la Organizacin Mundial del Comercio ente 1995 y 1999, Renato Ruggiero, declar llegada la hora de liberar el potencial econmico sin fronteras que nivela[ra] las relaciones entre pases y regiones. Esa creencia es el ncleo de la ideologa del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial, y desde principios de la dcada de 1990 esas instituciones al servicio del Consenso de Washington se hicieron cargo, a todos los efectos prcticos, de la gestin de los asuntos de la mayora de los pases pobres. Para muchas regiones del globo, el resultado ha sido un desastre.

    Un abismo separa la realidad del Tercer Mundo de la visin de Ruggiero y de las instituciones de Washington. All donde los profetas del nuevo orden mundial predecan la armona vemos hambre, guerra y un progresivo deterioro ambiental. Pero ahora estamos comenzando lentamente a volver a tener en cuenta la realidad. En 1992 el filsofo estadounidense Francis Fukuyama, experto en poltica exterior y apstol esclarecido de la democracia liberal, salud el final de la Guerra Fra como el Fin de la Historia, pero en 2006, en su libro After the Neocons: America at the crossroads, pareca haber cambiado de opinin. Tal como ahora lo ve, los neoconservadores presentan la democracia como un estado natural al que pueden volver las sociedades sin ms que realizar por la fuerza un ambio de rgimen, y no como un largo proceso de reforma y construccin de instituciones.

  • INTRODUCCIN XIX

    En este libro trato una situacin parecida en el terreno de la economa. Los economistas neoliberales argumentan que el crecimiento y el bienestar seran el estado natural si desaparecieran las intervenciones de los poderes pblicos en el mercado, y no el resultado de un largo proceso de construccin de un tipo particular de estructura econmica. En lo que hace a la comprensin del desarrollo econmico, el Zeitgeist (o cultura de la poca) mundial est recorriendo una curva de aprendizaje similar a la de Fukuyama entre 1992 y 2006.

    El mundo ha experimentado con anterioridad discrepancias parecidamente profundas entre teoras que daban por supuesta o auguraban la armona econmica y una brutal realidad, y es mucho lo que podemos aprender de aquellas experiencias. Tenemos que abandonar una teora que entiende el equilibrio econmico como resultado automtico de una armona divina o matemticamente dispuesta, y recobrar otra en la que el equilibrio econmico es el resultado de polticas conscientes y deliberadas. A este respecto estamos recorriendo de nuevo los pasos de uno de los grandes maestros de la Ilustracin europea, el filsofo francs Voltaire.

    Los das 15 y 16 de enero de 1759 Voltaire envi clandestinamente copias de su nueva novela Cndido o el optimismo a Pars, Amsterdam, Londres y Bruselas. Una vez que stas llegaron a aquellos importantes centros de la industria editorial europea, la novela se public en toda la Europa occidental en lo que habra que calificar de innovacin comercial , en la misma fecha predeterminada. Las razones para esa actitud furtiva eran dobles: por un lado, Voltaire pretenda vender tantas copias como fuera posible antes de que el libro fuera pirateado y se quedara sin beneficios; por otro, deseaba hacer llegar su mensaje revolucionario a una audiencia tan amplia como fuera posible antes de que las autoridades se apercibieran del peligro que representaban sus ideas y decidieran secuestrar el libro. La polica de toda Europa confisc los ejemplares de Cndido que localizaron y destruy las imprentas donde se estaban confeccionando nuevas ediciones. El Vaticano incluy el libro en su ndice de Libros Prohibidos. Pero todo esto no sirvi de nada y aquel pequeo volumen se convirti en el gran fenmeno editorial del siglo xvm, un maremoto intelectual que ni siquiera los diques combinados de la tirana poltica y la eclesistica pudieron contener.

    El cuento de Voltaire sigue la evolucin del joven Cndido desde que deja su hogar (expulsado a patadas por el padre de su amada Cunegunda)

  • XX LA GLOBALIZACIN DE LA POBREZA

    para conocer un mundo que, tal como le haba enseado el sabio profesor Pangloss, su profesor de metafsico-teolgico-cosmo-neciologa, supona el mejor de los mundos posibles. Voltaire critica en la figura de Pangloss el determinismo optimista que predica la inhibicin afirmando que slo fuerzas exteriores incontrolables como la Providencia, la Fe, Dios o el Mercado pueden dar lugar a cambios y transformaciones. Lo que Cndido encuentra, no obstante, es un mundo asesino de pobreza, ejrcitos en busca de botn, persecucin religiosa, terremotos y naufragios, un mundo en el que la hermosa Cunegunda es violada por un soldado blgaro y vendida como esclava a un banquero judo que para evitar la amenaza de un auto de fe acepta compartirla con el Gran Inquisidor; pero as y todo Pangloss sigue predicando que ste es el mejor de los mundos posibles, hasta el punto que el joven Cndido se pregunta: Si ste es el mejor de los mundos posibles, cmo sern los otros?

    Con su cuento filosfico Voltaire pretenda liberar a Europa de la esclavitud mental del profesor Pangloss. Muchos de los que presiden la ortodoxia econmica estn imbuidos del mismo desastroso optimismo y se hace precisa una liberacin parecida. La teora econmica panglossiana prevaleciente opera de arriba abajo, basndose en hiptesis arbitrarias y metforas tomadas de la astronoma o de la fsica, y presenta un universo armonioso hecho a la medida de la moda terica dominante. La teora alternativa que algunos tratamos de resucitar se construye de abajo arriba, basndose en observaciones de una realidad que con demasiada frecuencia no favorece el desarrollo econmico. En lugar de tratar de eliminar los obstculos a la prosperidad, el desarrollo debe entenderse como lo que siempre ha sido: el resultado de una poltica consciente y deliberada.

    Una caracterstica clave de la lgica panglossiana es que todo lo que sucede se racionaliza contradiciendo el sentido comn; por ejemplo, las instituciones de Washington argumentan a veces que el trgico xodo masivo de gente desesperadamente pobre del Tercer Mundo, impulsado por la ausencia de empleos reales, es lo mejor que puede suceder, ya que las remesas que envan a sus parientes sin empleo en el pas de origen sirven para equilibrar una balanza de pagos deficitaria. A diario, innumerables inmigrantes arriesgan (y muchos pierden) la vida intentando escapar de reas con poblacin superflua para llegar a otras con riqueza super- flua. Los que sobreviven sufren explotacin y hostilidad en su nuevo pas, a fin de salvar a sus parientes de la miseria.

  • INTRODUCCIN XXI

    Otra caracterstica de ese pensamiento es que las hiptesis clave del modelo que supuestamente genera el mejor de los mundos posibles no son prcticamente nunca cuestionadas. Se filtra la realidad de forma que queden excluidas las observaciones que contradicen los resultados esperados. Cuando la realidad resulta tan agresivamente patente como hoy da, se buscan explicaciones fuera del modelo predominante. La pobreza se atribuye a la raza, la cultura o la geografa, en definitiva a cualquier cosa que no sea la economa ortodoxa. Dado que el modelo econmico panglossiano se supone perfecto, cualquier explicacin de su fracaso debe hallarse en factores ajenos a la economa.

    El mensaje de Voltaire, y la razn por la que las autoridades de su poca hicieron cuanto pudieron para silenciarlo, era por supuesto que el mundo no es perfecto y que hay que tratar de mejorarlo en lugar de dejar simplemente que las cosas sigan su curso. El mantenimiento de la sociedad civil, por no decir algo que se pueda llamar progreso, requiere un inmenso esfuerzo y vigilancia constante. Las reformas de la Ilustracin y las sociedades comerciales que fueron surgiendo en toda Europa deban mucho al espritu de Cndido. En el siglo xxi, cuando comenzamos a percibir la inmensidad del espacio y la aleatoriedad de la evolucin, la apreciacin de Voltaire de que el mundo poda no estar perfectamente diseado para satisfacer los caprichos de la humanidad debera ser an ms evidente; pero los economistas y los polticos nos siguen diciendo, con la certidumbre y la autoridad de telogos difuntos, que el mundo sera perfecto si simplemente se practicara el laissez-faire y dejramos interactuar libremente a los instintos individuales (que se suponen en general racionales) sin intervenir salvo en lo ms bsico. Algunos argumentan incluso que deberamos privatizar las instituciones bsicas de la sociedad, como el sistema jurdico-legal en su totalidad, y confiarlas a la armona providencial del mercado; los seguros comercializados privados, supuestamente perfectos, subsanaran en ese caso cualquier perjuicio ocasionado por la justicia privatizada.

    Pero el estado natural de la sociedad no es la armona. Es ingenuo pensar que las leyes del cosmos en la medida en que existan tales leyes son siempre positivas para la sociedad, y que el resultado de someterse a ellas sera siempre armnico. Resulta con frecuencia difcil diferenciar la fe en el mercado de la fe en la providencia o en la bondad de una deidad omnipresente. Por qu cabra preguntar debera adecuarse el eos-

  • XXII LA GLOBALIZACIN DE LA POBREZA

    mos a algo tan idiosincrsico e histricamente contingente como la definicin actual del capitalismo y la globalizacin? Una vez que nos liberemos de la fantasa de que hay leyes naturales que gobiernan el enriquecimiento de las naciones, podremos comenzar a evaluar cmo y por qu han funcionado bien en el pasado determinadas polticas y hasta qu punto tales xitos pueden volver a configurar la poltica del futuro.

    Uno de los principales blancos de las crticas de Voltaire en los aos posteriores a Cndido fueron les economistes, un grupo de intelectuales que la historia del pensamiento econmico denomina fisicratas (lo que significa partidarios del gobierno de la naturaleza, de la misma forma que democracia significa gobierno del pueblo). La economa actualmente predominante remonta con orgullo sus orgenes a los fisicratas, que crean que la riqueza de las naciones deriva nicamente de la agricultura. Histricamente, no obstante, los fisicratas no dominaron la poltica econmica durante mucho tiempo, y all donde lo hicieron como en Francia su poltica gener escasez de alimentos y pobreza. Prcticamente todos los intelectuales europeos de la poca, desde los franceses Voltaire y Diderot y el italiano Galiani hasta el escocs Hume, eran decididos antifisicratas. Incluso en Francia, la cuna de la fisiocracia, los libros de economa ms influyentes y ms vendidos de la poca eran los de los antifisicratas, y el movimiento fisicrata nunca lleg a implantarse en Inglaterra. Una de las razones para estudiar la lucha de Voltaire contra los fisicratas es lo mucho que podemos aprender observando teoras similares a la actual: que producen los mismos resultados en circunstancias parecidas. Hoy da el Movimiento por el Derecho a la Comida reconoce que en ocasiones se puede dar un conflicto entre el derecho de los seres humanos a comer y el principio del libre comercio; en 1774, en los prolegmenos de la Revolucin Francesa, el antifisicrata Simn Linguet defendi precisamente esa misma posicin. Aunque los antifisicratas ganaron la batalla en trminos de poltica prctica, eso no queda reflejado en los textos de economa actuales. La historia de la economa tiende a mantenerse en un esplndido aislamiento, no slo con respecto a lo que sucedi realmente en la poltica econmica real, sino tambin con respecto a lo que sucedi en disciplinas cercanas como la filosofa, el terreno propio de Voltaire.

    Este libro comienza describiendo distintos tipos de pensamiento econmico y prosigue argumentando por qu habra que acabar con el domi

  • INTRODUCCIN XXIII

    nio prcticamente total de la teora actualmente prevaleciente. La teora del comercio internacional del economista ingls David Ricardo, que data de 1817,1 se ha convertido en el eje de nuestro orden econmico mundial. Aunque veamos que el libre comercio provoca en ciertos contextos el empobrecimiento de los pueblos, los gobiernos occidentales siguen insistiendo complacidos en l y ofrecen ms ayudas como incentivo para aceptarlo. As, las buenas intenciones de los que piden ms ayudas ocultan la insensatez de la ortodoxia econmica actual al materializarse en polticas reales, con lo que se mantiene el dogma del libre comercio global, mientras que el idealismo y la generosidad sirven para encubrir una realidad estrambtica y a veces criminal y corrupta. Entender los problemas que subyacen bajo la teora econmica actualmente dominante y resucitar planteamientos alternativos es un punto de partida necesario.

    El captulo 1 de este libro explica la existencia de distintos tipos de teoras econmicas y el abismo que se da con frecuencia entre la retrica de la alta teora y la realidad prctica en trminos de poltica econmica. El captulo 2 recorre la evolucin de la sucesin hoy da cannica de autores que van desde los fisicratas a los textos estndar actuales pasando por Adam Smith y David Ricardo. Esa tradicin se contrasta con Otro Canon mucho ms antiguo y menos abstracto que orient la poltica econmica de los pases actualmente ricos cuando realizaron su transicin histrica de la pobreza a la riqueza; por ejemplo, el progreso de Inglaterra desde 1485 hasta el Plan Marshall tras la Segunda Guerra Mundial.

    En el captulo 3 argumento que la clave de un desarrollo con xito es lo que los economistas de la Ilustracin llamaban emulacin,2 y no la ventaja comparativa ni el libre comercio. En este contexto emular significa imitar para igualar o superar. Si la tribu establecida al otro lado del ro ha dado el paso desde la Edad de Piedra hasta la Edad de Bronce, la propia se enfrenta a la alternativa de aferrarse a su ventaja comparativa en la Edad de Piedra o tratar de emularla pasando tambin a la Edad de Bronce. Antes de los Principios de Economa Poltica de Ricardo nadie dudaba de que la mejor estrategia sera la emulacin, pero su teora del comercio internacional hizo por primera vez moralmente defendible el colonialismo, hasta el punto de que hemos desechado la idea de que una estrategia de emulacin fuera un paso obligatorio como lo fue para todos los pases actualmente ricos y hemos proscrito los instrumentos clave necesarios para emprenderla. Este captulo hace uso de la historia

  • XXIV LA GLOBALIZACIN DE LA POBREZA

    de la poltica econmica del conocimiento de las iniciativas que dieron lugar en el pasado a un desarrollo con xito para esbozar una teora del desarrollo econmico desigual. En la teora econmica actual ni una ni otra se consideran campos acadmicos legtimos, y por el contrario la armona econmica forma parte intrnseca de sus hiptesis bsicas.

    Hay argumentos acertados en favor del libre comercio, pero en el captulo 4 aduzco que el de Ricardo no es uno de ellos. Una insercin ms profunda en la economa de la produccin revela que los mejores argumentos en favor de la globalizacin son tambin los ms pertinentes para evitar que los pases pobres se incorporen prematuramente a la economa mundial. La teora de Ricardo parece ser acertada en muchos contextos, pero lo es esencialmente por razones equivocadas. Sin embargo, tanto la derecha como la izquierda aprecian entraablemente determinados aspectos de esa teora, y criticarlos resulta arduo. Para la derecha, la teora ricardiana del comercio ofrece la demostracin de que el capitalismo y el comercio internacional sin restricciones favorecen los intereses de todos los habitantes del planeta. Esa demostracin se basa en lo que los economistas llaman la teora del valor-trabajo, esto es, que el trabajo humano es la nica fuente de todo valor, y la visin marxista del mundo se basa en la misma teora. Tal como yo lo veo, la teora del valor-trabajo era probablemente ms propicia para que los obreros industriales del siglo xix tomaran las calles que para explicar la riqueza y la pobreza en el mundo actual.

    El matemtico polaco Stanislaw Ulam pregunt en cierta ocasin al premio Nobel de Economa estadounidense Paul Samuelson quien en 1949 teoriz que el libre comercio tendera a nivelar los salarios en todo el mundo si poda sealar una idea que fuera universalmente vlida en economa pero no obvia. La respuesta de Samuelson fue el principio de la ventaja comparativa, segn el cual dos pases cualesquiera se beneficiarn necesariamente del comercio mutuo, siempre que sus costes de produccin relativos no sean idnticos. As pues, un ataque a la base filosfica de la doctrina de libre comercio no slo lo expone a uno a los contraataques desde ambos extremos del espectro poltico, sino que tambin socava la pretensin de los economistas de cultivar una ciencia dura.* Este libro se remite a una antigua tradicin para la que la economa no es ni puede ser una ciencia dura.

    * Vase, por ejemplo, . (N. del t.)

  • INTRODUCCIN XXV

    En el captulo 5 argumento que actualmente podemos observar en muchos pases pobres lo opuesto al desarrollo y el progreso, es decir, la regresin y la primitivizacin. Los mecanismos que causan esa primitivizacin se explican utilizando como ejemplo los casos de Mongolia, Ruanda y Per. Volviendo a la parbola de las dos tribus establecidas en las orillas opuestas de un ro, la lgica habitual hasta hace tan slo unas pocas dcadas admita que se puede alcanzar un nivel de vida ms alto entrando en la Edad de Bronce, aunque la tribu propia no sea tan avanzada como la pionera. Esa lgica, fallecida junto con el muro de Berln, sostena que es mejor disponer de un sector industrial ineficiente que no contar con ningn sector industrial en absoluto, y su rechazo ha hecho caer los salarios reales en muchos pases de Europa Oriental, Asia, frica y Latinoamrica.

    En el captulo 6 se examinan las respuestas recientes de la economa predominante al desafo de la pobreza. A fin de hallar remedios, resulta indispensable distinguir los aspectos clave del desarrollo econmico y los que no son ms que efectos colaterales o simplemente sntomas. Argumento que la renuencia a evaluar crticamente las metforas, hiptesis y postulados clave de la economa ha llevado recientemente a los economistas a seguir una sucesin de pistas falsas, buscando por todas partes excepto en las cuestiones claves del campo de la produccin. Los mismos que estaban al mando durante la dcada de 1990 siguen siendo los lderes ideolgicos de lo que se supone que deba ser una reconstruccin. Es como pedir a Atila y los hunos asesoramiento para la regeneracin urbana.

    En el captulo 7 mantengo que el conocimiento del proceso histrico de desarrollo puede evitar que adoptemos polticas que podran parecer lgicas pero que de hecho resultan muy perjudiciales. En comparacin con el libre comercio al que se obliga a los pases pobres, los ricos restringen las importaciones de productos agrcolas desde el Tercer Mundo y subvencionan su propia agricultura. Guiados por la intuicin muchos sitan como prioridad la rectificacin de esas prcticas injustas, pero como veremos en ejemplos del siglo xvm, el levantamiento de los aranceles agrcolas es un arma tradicional del arsenal colonial. Por injustas que puedan parecer las prcticas proteccionistas, centrarse demasiado en ellas puede llevamos a la trampa panglossiana de suponer que bastara tener un libre comercio y un laissez-faire perfectos para que se hicieran realidad las profecas de armona econmica global. La retrica vigente en la Organizacin Mundial del Comercio (OMC) afirma que el Sur sigue siendo

  • XXVI LA GLOBALIZACIN DE LA POBREZA

    pobre porque el Norte protege su agricultura. Intentar mostrar que el mundo no est construido de forma que al Sur hambriento le bastara poder vender sus alimentos al Norte para salir de la pobreza.

    No se puede mejorar la suerte de los pobres slo con generosidad directa e ingenua. El mundo es tan complejo actualmente que tenemos que reflexionar sobre los efectos sistmicos y a largo plazo de nuestras decisiones. Es natural que la gente que observa la agricultura atrasada de los pases africanos desee ayudarles haciendo ms eficiente su agricultura. Sin embargo, el filsofo y economista ilustrado David Hume sugera que la mejor forma de mejorar la agricultura es por la va indirecta de mejorar antes la industria, y ahora contamos con medio milenio de datos histricos que respaldan esa apreciacin de Hume. Alcanzar un equilibrio ptimo entre los diversos sectores econmicos de un pas sola ser una parte relevante de la economa de la Ilustracin, aunque hoy da sea ste un aspecto totalmente olvidado.

    Del mismo modo que no crearemos alimentos en el Tercer Mundo comiendo menos en el primero ya que la causa esencial de las hambrunas no es la escasez de oferta sino la falta de capacidad adquisitiva , tampoco se fomentar el desarrollo en el Tercer Mundo eliminando la agricultura del Primero. Este libro argumenta que se debera alcanzar un acuerdo que permitiera al Primer Mundo proteger su propia agricultura (aunque evitando que inundara el mercado mundial con excedentes a bajo precio) y al Tercer Mundo proteger su sector industrial y de servicios avanzados. sta es la nica poltica coherente con la estrategia de desarrollo mantenida durante los ltimos cinco siglos.

    Hemos olvidado colectivamente cmo crear naciones ricas un arte que se emple con xito hasta hace tan slo cincuenta aos , y por eso nuestras respuestas a los desafos actuales de la pobreza, por bien intencionados que sean, equivalen a atacar sus sntomas y no sus causas profundas. El captulo 7 se centra en los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que incluyen propsitos valiosos como la reduccin a la mitad de la cantidad de gente que vive con menos de un dlar al da y de la proporcin de gente que sufre hambre, enfermedades y mortalidad infantil, as como determinados objetivos educativos y ambientales. Argumento que tanto los Objetivos del Milenio como la campaa para Convertir la Pobreza en Historia estn demasiado sesgados hacia la economa paliativa, destinada a aliviar los dolores de la pobreza ms que a facilitar cambios estructu

  • INTRODUCCIN XXVII

    rales fundamentales que den lugar a un autntico desarrollo econmico. Ese planteamiento a pesar de la nobleza de sus intenciones , en lugar de fomentar democracia y desarrollo, producir un colonialismo del bienestar paralizante en el que los pases ricos mantendrn la subyugacin poltica de los pases pobres. Esto no quiere decir que no debamos hacer cuanto podamos para aliviar el sufrimiento mediante las ayudas, sino que debemos emprender tambin la tarea, an ms importante, de entender cmo pueden salir de la pobreza por s mismos los pases pobres. Los partidarios del libre comercio suelen utilizar una retrica similar para defender sus propuestas, pero existe una diferencia crucial: al tiempo que mantengo que lo prioritario para los pobres del mundo es el desarrollo ms que la ayuda, pretendo defender un desarrollo que sirva a los pobres del mundo, no transferencias pasivas que en definitiva se convierten en un colonialismo encubierto.

    El captulo 8 con el que concluye el libro indica cmo se pueden crear pases de renta media, en los que todos los habitantes tengan voz y voto sobre los menesteres de la vida y al menos algunos de sus placeres. En trminos de teora y de prctica econmica, esto no exige nada excesivamente radical; basta retroceder a los hbitos del comercio y el desarrollo en el periodo inmediatamente posterior a la Segunda Guerra Mundial, como ejemplifica la Carta de La Habana de 1948 de la difunta Organizacin Internacional del Comercio (OIT), esto es, subordinar el objetivo del libre comercio a otros que afectan directamente al bienestar humano.

    Este libro se dirige principalmente a tres tipos de lectores. En primer lugar, a mis colegas economistas: el principal objetivo terico del libro es mostrar por qu la teora estndar del comercio internacional, tal como se aplica hoy da, es inadecuada y puede ser de hecho primitivizado- ra cuando se impone a pases con un nivel de desarrollo muy diferente del nuestro. La base terica del libro es la economa evolucionista o schumpeteriana,3 a la que se aaden elementos de las escuelas histrica e institucional, pasados y presentes. El pensamiento econmico de Schumpeter vuelve a estar de moda, y el libro es fiel a la preferencia que l expresaba por los economistas del continente europeo con respecto a sus contemporneos britnicos Adam Smith (1723-1790) y David Ricardo (1772-1823). Convendra tener presente el siguiente veredicto de Schumpeter sobre la construccin extremadamente abstracta de Ricardo: Es una teora excelente que nunca podr ser refutada y a la que lo nico que

  • XXVIII LA GLOBALIZACIN DE LA POBREZA

    le falta es sentido comn.4 Como hicieron los dos economistas ms relevantes del siglo xx, John Maynard Keynes (1883-1946) y Schumpeter, este libro defiende en su contexto los principios de la teora econmica anterior a Adam Smith, esto es, el llamado mercantilismo. El material que probablemente ser de mayor inters para los economistas profesionales aparece en los Apndices al final del libro.

    En segundo lugar, pretendo que los lectores sin gran formacin en el tema entiendan cuando acaben el libro lo que sigue: envuelto en el lenguaje de la economa que el libro intentar clarificar est el hecho incontrovertible de que los pases ricos se hicieron ricos porque durante dcadas, a menudo siglos, sus Estados y elites dominantes establecieron, subvencionaron y protegieron industrias y servicios dinmicos. Todos ellos emularon a los pases ms prsperos de su poca, llevando sus estructuras productivas a las reas en las que se concentraba el cambio tecnolgico. De esa forma desvirtuaron las leyes del mercado con el fin de obtener unos ingresos por encima de las rentas normales, que llegaron a los capitalistas en forma de mayores beneficios, a los trabajadores como salarios ms altos, y a los Estados como recaudaciones impositivas ms abultadas. En el fondo, el colonialismo es un sistema que trata de evitar ese tipo de efectos en las colonias. Los pases pobres se especializan en actividades con una o ms de las tres caractersticas siguientes: a) predominan los rendimientos decrecientes en lugar de los crecientes; b) carecen de potencial de aprendizaje; y/o c) los frutos del aprendizaje, en lugar de generar riqueza local, pasan a sus clientes de los pases ricos en forma de precios ms bajos. Desde esta perspectiva, lo que llamamos desarrollo es esencialmente una manipulacin del mercado basada en el conocimiento y la tecnologa, que a menudo se ve reforzada, ms que limitada, por el libre comercio entre pases con niveles de desarrollo muy desiguales. De esa forma algunos pases se pueden especializar, en ser ricos, mientras que otros se especializan, obedeciendo a su ventaja comparativa, en ser pobres.

    Uno y otro tipo de lectores apreciarn que la principal diferencia entre los pases pobres y los ricos es que estos ltimos han pasado por una etapa sin libre comercio que ms tarde cuando se complet con xito lo hizo deseable. Ese punto de paso obligatorio en la historia de todos los pases actualmente desarrollados que permita a los pases pobres emular la estructura econmica de los ricos ha quedado actualmente proscrito.

  • INTRODUCCIN XXIX

    Los mercados no erradicarn mgicamente la pobreza del mismo modo que no resolvern mgicamente los problemas planteados por el calentamiento global y la degradacin ambiental. Slo una opinin pblica confiada y decidida en los pases ricos puede asegurar que los gobiernos de los pases pobres dispongan de libertad para tomar decisiones en beneficio de su propio pueblo, lo que significa rechazar tanto la supuesta racionalidad de la ortodoxia del libre comercio como la supuesta moralidad de un sistema ms justo de comercio global, que en las condiciones actuales podra fcilmente dejar intacta la extrema pobreza de algunos pases. Tambin significa vigilar atentamente a nuestros gobiernos para asegurar que no interfieran ilegtimamente en los asuntos internos de los pases pobres. Esto es probablemente, ms que la exigencia de una reduccin de los aranceles agrcolas, lo que ms puede ayudar a los pobres del mundo.

    Y para concluir, unas palabras para los habitantes de los pases pobres, mi tercera audiencia. Espero que lo que sigue les ayude a desentraar los mecanismos que generan riqueza y pobreza, creando un marco en el que analizar cmo se puede remediar la extrema pobreza de sus pases. Entender esos mecanismos les permitir iniciar un debate y decidir medidas con las que llenar el espacio poltico que se est abriendo actualmente para los pases pobres. No trato de prescribir lo que yo hara para alentar el desarrollo, sino de sugerir lo que los grandes arquitectos del desarrollo en Europa y Estados Unidos recomendaran actualmente. De quedarse con algo de este libro, que sea esto: si desean entender las causas de la prosperidad estadounidense y europea, deben estudiar las medidas adoptadas por los que la construyeron, no los consejos de sus olvidadizos sucesores.

  • Captulo 1

    DISTINTOS TIPOS DE TEORAS ECONMICAS

    Un paradigma puede incluso aislar a la comunidad de problemas importantes desde el punto de vista social, pero que no pueden reducirse a la forma de enigma porque no pueden enunciarse en trminos de las herramientas conceptuales e instrumentales que proporciona el paradigma.

    T h o m a s K u h n ,

    The Structure o f Scientific Revolutions, 1962

    Aunque han pasado muchos aos y aunque en aquella poca todava no haba ledo a Voltaire puedo sealar con mucha precisin el da en que comenc a trabajar en este libro: fue uno de los primeros das de julio de 1967, durante mis ltimas vacaciones de verano en el instituto, y me hallaba en lo alto del mayor montn de basura en un vertedero junto a Lima, en Per. All, con una buena vista del propio vertedero y del conjunto de chabolas cercano, un hombre se haba construido un habitculo con viejos bidones de acero. El exterior estaba alegremente decorado con banderas de colores que ondeaban al viento, y el propietario nos invit a un t a m y a mi pequeo grupo de acompaantes. Yo haba viajado a Per como invitado de una organizacin peruana para el desarrollo y aquel mismo otoo encabec entre los estudiantes de enseanza secundaria en Noruega una campaa de recaudacin de fondos para la construccin de escuelas en los Andes. Los estudiantes noruegos, suecos y fineses

  • 2 LA GLOBALIZACIN DE LA POBREZA

    tuvimos un da sin clase que dedicamos a ir pidiendo dinero y todo el que conseguimos lo enviamos para comprar material con el que los propios habitantes de varias aldeas andinas deban construir un nmero considerable de pequeas escuelas.

    Por qu son tan pobres? Desde el segundo da de mi estancia en Per aquella pregunta fue cobrando forma poco a poco en mi mente. La razn era que la mayora de la gente que observaba trabajando los maleteros del aeropuerto, los conductores de autobs, el personal del hotel, los barberos, los dependientes de las tiendas no parecan menos eficientes que quienes realizaban esas mismas tareas en Noruega. Aquella pregunta fue madurando gradualmente hasta llegar a la siguiente formulacin: Cmo funciona este mercado que recompensa el mismo nivel de productividad con rentas reales tan desiguales en diferentes pases?. Al da siguiente de la excursin por el extrarradio, cuando el hedor de la basura casi haba desaparecido de nuestra piel y nuestra ropa, mis colegas suecos y fineses y yo fuimos invitados a un almuerzo con el presidente Femando Belande en el Palacio de Gobierno. Aunque a todos nosotros nos pareca que la construccin de escuelas era una buena idea, ninguno pareca tener ideas claras sobre las causas de la pobreza. Cuando volv a casa decid buscar la explicacin en una enciclopedia, pero sin xito. Se haba despertado mi curiosidad. Por qu el salario real de un conductor de autobs en Francfort es diecisis veces ms alto que el de un conductor de autobs igualmente eficiente en Nigeria, como ha calculado recientemente el Banco Mundial? Me puse a buscar una respuesta, y este libro es el resultado de aquella decisin.

    Despus de mis estudios universitarios en la Escuela de Ciencias Empresariales de San Gall, en Suiza, y de obtener un ttulo de posgrado en Harvard, fund una pequea empresa industrial en Italia, pero aquella duda nacida en el vertedero limeo segua preocupndome. Lo ms extrao era que tan poca gente pareciera interesarse por ese asunto.

    En 1967, como ahora, la mayora de los economistas proclamaban que el libre comercio incrementara la igualdad econmica y nivelara los salarios entre los ricos y los pobres de este mundo. De hecho, su confianza en esa teora ha aumentado desde entonces, afianzndose la idea de que es un sistema con el que todos ganan y nadie pierde. Pero de dnde proviene esa conviccin colectiva que prevalece en ciertos periodos histricos como las dcadas de 1760, 1840 y 1990, supuestamente demostrada por la teora econmica, de que basta intensificar el comercio entre los

  • DISTINTOS TIPOS DE TEORAS ECONMICAS 3

    pases ricos y los pases pobres para que un ingeniero altamente cualificado y un friegaplatos acaben recibiendo el mismo salario real? A raz de tales teoras tanto en las dcadas de 1760 y 1840 como ahora han surgido siempre importantes problemas sociales e incluso revoluciones, antes de que teoras menos abstractas y ms prcticas se impusieran en el plano acadmico con el fin de reparar los daos causados. El economista estadounidense Paul Krugman mostraba recientemente gran perspicacia cuando declaraba que en ciertos periodos histricos se olvida el conocimiento anterior y predomina la ignorancia.

    A medida que pasaban los aos llegu a entender que hay distintos tipos de teoras econmicas, y que la razn de que casi nadie se hiciera la misma pregunta era que la teora econmica dominante se basaba en hiptesis que no slo daban lugar a respuestas equivocadas, sino tambin a preguntas equivocadas (vase la Figura 1). En la economa estndar no exista nada que se pareciera a una teora del desarrollo desigual. Todos esos problemas me fascinaban tanto que dej por un tiempo el trabajo en mi pequea empresa para buscar una respuesta realizando un doctorado en economa en Estados Unidos. Rechazaba intuitivamente las abstracciones tericas que parecan excluir determinados rasgos que en la vida prctica podan ser decisivos en la generacin de riqueza o pobreza. Mucho despus encontr que Goethe ya lo haba expresado muy bien: Cetrina es, amigo mo, toda teora, y lozano el rbol dorado de la vida.

    Hasta aos despus no percib claramente que la Escuela Empresarial de Harvard me haba preparado intensivamente durante de dos aos acercndome a una tradicin econmica alternativa, hoy difunta, ms prxima al rbol de la vida real que la economa actual. La metodologa de esa escuela empresarial se basa en la de la Escuela Histrica Alemana de economa. Edwin Gay (1867-1946), fundador y primer decano de la Escuela Empresarial de Harvard durante diez aos, se inspir durante sus estudios en universidades de habla alemana en el enfoque histrico del economista alemn Gustav Schmoller (1838-1917).1 La economa estndar acostumbra muy a menudo a la gente a ver el mundo a travs de ciertas lentes metodolgicas y matemticas que dejan importantes puntos ciegos; el planteamiento histrico, en cambio, se basa en la acumulacin de datos cuya relevancia sirve como nico criterio vlido para su inclusin. Este libro analiza la globalizacin siguiendo la metodologa del estudio de casos de la Escuela Empresarial de Harvard, pero con el objetivo de maximizar

  • 4 LA GLOBALIZACIN DE LA POBREZA

    los salarios reales en lugar de los beneficios. Un documento de la Escuela Empresarial de Harvard define as la curiosidad que impulsa una buena investigacin: Tras una continua observacin, estudio y reflexin, tropiezas con algo y piensas No lo entiendo. Entre la teora existente y mi observacin de la realidad hay algn desacuerdo. No cuadran. Creo que es importante y una de dos, o me equivoco o son ellos los que se han equivocado. Quiero descubrirlo.2 Esta forma de proceder es muy distinta a la de los textos estndar de economa, cuya investigacin se ve limitada por los instrumentos disponibles y las hiptesis de partida, y que sigue la

    PKANUTS / (ELl.LOOK \1 H E R fl A 016

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    1960 United Feature Syndicate, Inc. Reproducido con la debida autorizacin.

    En la teora econmica, como en cualquier otra, las hiptesis inadecuadas no slo dan lugar a respuestas equivocadas, sino que tambin generan preguntas errneas. Las hiptesis irreales que constituyen sus propios cimientos han sido una maldicin para la teora econmica abstracta, desde la teora del comercio internacional de David Ricardo (1817) hasta la teora del equilibrio general tras la segunda guerra mundial, y han afectado tanto al liberalismo como a las economas comunistas planificadas.F ig u r a 1. Hiptesis inadecuadas generan preguntas errneas. Tira cmica Peanuts de Charles Schulz

  • DISTINTOS TIPOS DE TEORAS ECONMICAS 5

    va de la menor resistencia matemtica3 y no la de la mayor relevancia prctica.

    En un primer momento estudi los pases pobres para entender las razones de su pobreza. Ms adelante entend que esa pobreza es su estado normal y que cuadra perfectamente con la percepcin del mundo que tienen los economistas. Tradicionalmente se solan explicar la riqueza y la pobreza reconociendo que las diferentes actividades econmicas eran cualitativamente distintas como portadoras de riqueza, perspectiva que se ha perdido en la teora actualmente dominante, aunque la economa de los pases pobres se ajusta mucho ms a las condiciones supuestas en los textos estndar de economa que la de los pases ricos. A este respecto se hace necesario introducir y explicar dos conjuntos de trminos clave que describen las diferencias entre las actividades econmicas que suelen predominar en los pases pobres y las que predominan en los ricos: competencia perfecta e imperfecta y rendimientos crecientes y decrecientes.

    La competencia perfecta o competencia entre las mercancas significa que el productor no puede influir sobre el precio de lo que produce, que se halla frente a un mercado perfecto y literalmente lee en los peridicos lo que el mercado est dispuesto a pagarle. Esta situacin se encuentra tpicamente en los mercados de productos agrcolas o mineros. Junto con la competencia perfecta se suele dar una situacin caracterizada por rendimientos decrecientes: cuando la produccin se expande, a partir de cierto punto, ms unidades del mismo insumo capital y/o trabajo darn lugar a cantidades cada vez ms pequeas del producto en cuestin. Con otras palabras, empleando cada vez ms tractores o ms mano de obra en el mismo patatal, a partir de cierto punto cada nuevo labrador o cada nuevo tractor producir menos que el anterior. En los textos estndar de economa se supone que la competencia perfecta y los retornos decrecientes constituyen el estado normal.

    Cuando la produccin industrial aumenta, los costes van en direccin opuesta, disminuyendo en lugar de crecer. Una vez que se ha establecido la produccin mecanizada, cuanto mayor es el volumen de produccin menor es el coste por unidad producida. La primera copia de un producto de software tiene un coste muy alto, pero las copias posteriores son muy baratas. La industria y los servicios no dependen de forma inmediata de insumos proporcionados por la naturaleza, ya sean campos, minas o caladeros limi

  • 6 LA GLOBALIZACIN DE LA POBREZA

    tados en cantidad o calidad. Sus costes decrecen o gozan de rendimientos crecientes a escala a medida que aumenta el volumen de la produccin. Para las empresas industriales y proveedores de servicios avanzados es muy importante contar con una gran cuota de mercado, porque ese mayor volumen tambin les supone costes de produccin ms bajos (debido a los rendimientos crecientes). Los rendimientos crecientes generan poder de mercado: permiten influir en buena medida sobre el precio del producto que se ofrece, lo que se denomina competencia imperfecta.

    Es importante entender que esos cuatro conceptos estn ntimamente relacionados. En general, los rendimientos crecientes van de la mano con la competencia imperfecta', de hecho, la cada del coste unitario favorece el poder de mercado en condiciones de competencia imperfecta. Los rendimientos decrecientes la imposibilidad de ampliar la produccin (ms all de cierto lmite) con menor coste unitario , y la dificultad para diferenciar el producto (el trigo es trigo, mientras que las marcas de coches son muy diversas) son elementos clave para generar una competencia perfecta en la produccin de materias primas. Las exportaciones de los pases ricos contienen los buenos efectos rendimientos crecientes y competencia imperfecta , mientras que las exportaciones tradicionales de los pases pobres contienen lo contrario, los efectos malos.

    Durante siglos el trmino industria se ha identificado con la combinacin del cambio tecnolgico, los rendimientos crecientes y la competencia imperfecta; al promover la industria, las naciones retenan los buenos efectos de las correspondientes actividades econmicas. En mi opinin, sa ha sido la pauta del xito iniciado en Inglaterra durante el reinado de Enrique VII, pasando por la industrializacin de la Europa continental y de Estados Unidos, hasta los xitos ms recientes de Corea del Sur y Taiwn. Durante las ltimas dcadas, no obstante, se han multiplicado los servicios que operan con un rpido cambio tecnolgico y rendimientos crecientes, con lo que la distincin entre la industria y los servicios se ha difuminado. Al mismo tiempo ciertos productos industriales fabricados a gran escala han adquirido muchos de los atributos que solan caracterizar a los productos agrcolas (aunque no los rendimientos decrecientes).

    Los pases ricos muestran una competencia imperfecta generalizada, actividades con rendimientos crecientes, y como fui entendiendo paulatinamente, todos ellos se han hecho ricos exactamente del mismo modo, mediante medidas polticas que los apartaban de la produccin de mate-

  • DISTINTOS TIPOS DE TEORAS ECONMICAS 7

    ras primas y las actividades con rendimientos decrecientes, hacia la industria, donde suelen operar leyes opuestas. Tambin descubr que los trminos clave parecan haber cambiado de significado con el tiempo. Hace unos trescientos aos el economista ingls John Cary (1649-1720) recomendaba el libre comercio, pero al mismo tiempo estaba tan indignado por la exportacin de la lana cruda al extranjero que l y sus contemporneos debatieron la posible condena a muerte de los comerciantes dedicados a ese negocio. El libre comercio significaba entonces la ausencia de monopolios, no la ausencia de aranceles, y fue el culto a la industria de Cary el que asent los fundamentos de la riqueza europea.

    Me fue quedando cada vez ms claro que los mecanismos de la riqueza y la pobreza se haban entendido mucho mejor en otros periodos histricos que hoy da. En mi tesis doctoral de 1980 intent contrastar la validez de la teora del desarrollo y el subdesarrollo de Antonio Serra en el siglo xvi. Serra es un personaje muy importante en este estudio porque fue el primer economista que public una teora del desarrollo desigual en su Breve trattato delle cause che possono fa r abhondare li regni d oro e d argento dove non sono miniere [Breve tratado de las causas que pueden hacer abundar el oro y la plata en los reinos que no poseen minas].4 Se sabe muy poco de su vida, aparte del hecho de que era jurista y escribi ese libro mientras sufra una pena de crcel en Npoles, su ciudad natal. En l trat de explicar por qu Npoles segua siendo tan pobre a pesar de sus abundantes recursos naturales, mientras que Venecia, construida precariamente en un pantano, era el mismsimo centro de la economa mundial de la poca. La clave, argumentaba, era que los venecianos, que no podran cultivar la tierra como los napolitanos, se haban visto obligados a establecer industrias para ganarse la vida, aprovechando los rendimientos crecientes a escala de las actividades industriales. En opinin de Serra la clave para el desarrollo econmico era contar con un gran nmero de actividades econmicas diferentes, todas ellas con rendimientos crecientes y costes decrecientes con la escala. Paradjicamente, ser pobre en recursos naturales poda ser una clave para hacerse rico.

    Tomando como casos de estudio los pases andinos de Sudamrica, descubr que el desarrollo de Bolivia, Ecuador y Per corresponda a las afirmaciones de Serra sobre los mecanismos en cuestin. A finales de la dcada de 1970 comenc a recopilar el material gentico de la teora y la prctica del crecimiento econmico desigual durante los ltimos siglos en

  • 8 LA GLOBALIZACIN DE LA POBREZA

    forma de libros, folletos y revistas. A pesar de que muchos de los mecanismos de generacin de la riqueza y la pobreza ya haban sido identificados y descritos en la antigua Grecia, el punto de partida lgico pareca ser las postrimeras del siglo xv, cuando se inventaron las patentes (en Venecia) y naci la poltica industrial moderna con la llegada de Enrique VII al trono de Inglaterra (1485). Mi proyecto consista en entender y describir los mecanismos que han dado lugar a la riqueza y la pobreza desde aquella poca.

    Reinici mi investigacin en 1991, inmediatamente despus de la cada del Muro de Berln, el acontecimiento que Francis Fukuyama vea como el Fin de la Historia. Las economas centralmente planificadas haban fracasado y se daba por sentado que el libre comercio y la economa de mercado haran igualmente ricos a todos los pases del mundo. Se puede entender mejor cmo se desarrollara esta lgica del Fin de la Historia a la luz de la Percepcin de la Guerra Fra Mundial (PGFM) que gan preeminencia entre los economistas occidentales. Por razones que se analizarn con ms detalle en el siguiente captulo, la Guerra Fra soterr no slo cuestiones tericas que hasta entonces se consideraban importantes, sino tambin ejes y fronteras de acuerdo y desacuerdo del pasado. Cuestiones que en otro tiempo se consideraban claves para la comprensin del desarrollo desigual se haban desvanecido sin dejar huella en nuestro discurso contemporneo. Por eso es importante salir de la lgica de la PGFM y reconsiderar las teoras econmicas anteriores: por ejemplo, desde la PGFM Karl Marx y Abraham Lincoln aparecen en extremos opuestos del eje poltico, Marx como representante de la izquierda proclive a un gran Estado y una economa planificada, y Lincoln de la derecha con libertad y mercados. En su propia poca, no obstante, Lincoln y Marx se encontraban del mismo lado de la lnea econmica divisoria. A ambos les disgustaba la teora econmica inglesa que dejaba fuera el papel de la produccin, al igual que el libre comercio impuesto a un pas demasiado pronto5 y la esclavitud. Existe incluso un corts intercambio de correspondencia entre ambos, y en consonancia con esa actitud comn Karl Marx contribuy regularmente con una columna semanal al New York Daily Tribune, el rgano del partido republicano de Lincoln, entre 1851 y 1862. Esto no quiere decir, por supuesto, que Marx y Lincoln estuvieran de acuerdo en todo, pero s lo estaban en que lo que crea la riqueza de una nacin es la industrializacin y el cambio tecnolgico.

  • DISTINTOS TIPOS DE TEORAS ECONMICAS 9

    Ya en el siglo xx el muy conservador economista austro-americano Joseph Schumpeter (1883-1950) mostr que la afinidad poltica y la compenetracin econmica no van necesariamente juntas. En el prlogo a la edicin japonesa de su libro La teora del desarrollo econmico (edicin alemana, 1912; edicin inglesa, 1934; edicin japonesa, 1937), Schumpeter subraya las semejanzas entre la comprensin dinmica del mundo de Marx y la suya propia, pero seala que esas semejanzas quedan contrarrestadas por una diferencia muy grande en la perspectiva general. De hecho, la mejor poltica industrial surge probablemente cuando marxistas y schumpeterianos se unen a lo largo del eje poltico, como cabe argumentar que sucedi en Japn tras la segunda guerra m undial.

    El libro ms vendido en la historia del pensamiento econmico es The Worldly Philosophers [Los filsofos mundanos] de Robert L. Heilbro- ner (1953). En su ltima edicin en vida (1999), Heilbroner conclua el libro con la triste reflexin de que esta importante rama de la economa basada en la experiencia y no nicamente en nmeros y smbolos estaba a punto de fenecer, pese a ser el tipo de economa que hizo rica a Europa, y tambin el que dio lugar al estudio de casos de la Escuela Empresarial de Harvard. Ms tarde entend que me haba convertido en un economista necrfilo del tipo descrito por Heilbroner. Los que razonaban como yo lo haca y haba muchos estaban en su mayora muertos desde hace mucho tiempo. Unos treinta aos despus mi coleccin de libros ronda los cincuenta mil volmenes, en los que se documenta la historia de la poltica y el pensamiento econmico durante los ltimos cinco siglos. Sin embargo, esa inclinacin por las ideas del pasado se combina con observaciones muy variadas sobre la realidad presente. Durante mi carrera me he ocupado de esa tarea en cuarenta y nueve pases, y tambin he visitado algunos otros como turista.

    Durante estos ltimos treinta aos, las ideas situadas fuera de la interpretacin de la historia y la poltica que acompaaba al eje derecha-izquierda de la PGFM parecan decididamente pasadas de moda. Pronto se hizo evidente que los economistas, como colectivo, se comportan de acuerdo con la vieja definicin europea de nacin: un grupo de personas unidas en una idea equivocada comn de su propio pasado y una antipata compartida hacia sus vecinos (en este caso campos vecinos como la sociologa y la ciencia poltica). La secuencia cannica convencional en la historia del pensamiento econmico difiere mucho de la sucesin forma

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    da por los libros de economa que ms se estudiaron y ms influyeron en su poca. La lista cuidadosamente elaborada por el bibliotecario de Harvard Kenneth Carpenter de los treinta y nueve textos de economa ms vendidos hasta 18506 contiene varias obras prestigiosas totalmente ignoradas por los historiadores del pensamiento econmico. De hecho, los padres fundadores de la economa segn la teora estndar del pensamiento econmico, los fisicratas franceses, tuvieron una influencia escasa y en todo caso indirecta sobre la poltica econmica. La fisiocracia, en concreto, nunca lleg a Inglaterra, donde, curiosamente, sus crticos fueron traducidos mucho antes que los propios fisicratas. Sus ideas fueron efmeras incluso en Francia, donde quedaron arrumbadas por las calamitosas consecuencias escasez y hambrunas de su puesta en prctica, y las ideas alternativas de los antifisicratas a los que apenas se menciona en la historia del pensamiento econmico se impusieron rpidamente. De hecho, la chispa que dio lugar al incendio iniciado con la toma de la Bastilla fue la difusin en Pars de la noticia de que el antifisicrata Jacques Necker (1732-1804) haba sido sustituido como ministro de Hacienda. Necker es, curiosamente, el nico economista representado con tres importantes obras en la lista de honor de Carpenter.

    Cada vez fui entendiendo mejor que el planteamiento econmico puesto en prctica por los pases actualmente pudientes durante su transicin de la pobreza a la riqueza se haba perdido. La falta de inters general en el tema que yo haba elegido, y la ayuda de una pequea red de libreros especializados, facilit la recopilacin de material de esa lgica econmica hoy da difunta, pero todava muy pertinente. Las teoras que haban enriquecido a los pases ricos no slo haban desaparecido de los textos modernos y de la prctica de la economa, sino que los textos en que se haban basado las acertadas polticas econmicas del pasado tambin estaban desapareciendo de las bibliotecas de todo el mundo.7 Era como si el material gentico de la sabidura del pasado estuviera siendo destruido lentamente. Las grandes bibliotecas universitarias estadounidenses tienen d icidido que al menos una de ellas guarde un ejemplar de cada libro, pero esa estrategia tiene algunos riesgos: se sabe que la Biblioteca del Congreso pierde a veces el suyo. Cuando la nica copia conocida de un libro de uno de los economistas alemanes ms importantes del siglo xvm, Johann Friedrich von Pfeiffer (1718-1787), desapareci de la biblioteca de la Universidad de Heidelberg durante la segunda guerra mundial, se supu

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    so que en Alemania no quedaba ningn ejemplar, por lo que fue muy satisfactorio encontrar uno hace pocos aos.

    Durante el ominoso ao de 1984 la biblioteca Baker de la Universidad de Harvard desech todos los libros que no se haban consultado durante los ltimos diez lustros, entre ellos la mayora de la coleccin de libros de Friedrich List (1789-1846; importante terico alemn de la poltica industrial y el crecimiento desigual).8 Un librero de Boston me inform poco despus de que haba obtenido libros de la biblioteca Baker que casi tienen su [mi] nombre escrito en la guarda, tal como l dijo. Diez aos despus, cuando visit a un profesor de Harvard que estaba realizando un trabajo comparativo sobre Adam Smith y Friedrich List y se lament de 'a falta de material sobre este ltimo en la biblioteca Baker le pude explk r la razn, y para demostrrselo le envi por fax las pginas iniciales de los libros que necesitaba, con el sello desechado de Harvard claramente estampado en la guarda.

    Otro caso que cabe sealar es el de la Biblioteca Pblica de Nueva York, que en algn momento de la dcada de 1970 decidi microfilmar toda su coleccin de folletos9 y a continuacin se deshizo del material original como papel desechable para reciclar. Por milagro el material fue salvado por el coleccionista Michael Zinman y reapareci en su granero en Ardsley, Nueva York, veinte aos despus. Un librero de Londres me inform sobre el asunto, y en dos visitas diferentes mi mujer que tambin es bibliotecaria y yo pasamos un total de cuatro das nadando literalmente entre unos 170.000 folletos a los que haban cortado el lomo para facilitar la microfilmacin. Compramos alrededor de 2.300, que almacenaban toda la historia de la poltica econmica estadounidense desde principios del siglo xix, cientos de discursos en el Senado y en la Cmara de Representantes (todos ellos se haban publicado separadamente) y miles de textos que documentaban lo que realmente sucedi mientras Estados Unidos pasaba de la pobreza a la riqueza. Los pocos folletos valiosos y las primeras ediciones de David Ricardo, que tambin haban sido desechadas para reciclar, haban desaparecido ya, pero no me interesaban tanto porque son textos fcilmente accesibles. Los autnticos tesoros eran ejemplares oscuros que comentaban los debates de la poltica econmica, no slo en Estados Unidos sino en una docena de pases y lenguas. Ese debate no suele mencionarse en la historia econmica de Estados Unidos escrita demasiado a menudo siguiendo la tradicin histrica del desti

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    no manifiesto10 ni en la historia del pensamiento econmico, aunque s se encuentran pequeas porciones en el estudio del pensamiento poltico en Estados Unidos. Los estadounidenses tienen su propia historia en gran medida oculta bajo un velo de retrica e ideologa.

    La historia revela cmo se hicieron ricos los pases ricos mediante prcticas que por el momento han quedado en general proscritas por las condiciones del Consenso de Washington.11 Este acuerdo, que apareci en escena en 1990, inmediatamente despus de la cada del Muro de Berln, requera, entre otras cosas, la liberalizacin del comercio y del flujo de inversiones extranjeras directas, la desregulacin y la privatizacin. Las reformas del Consenso de Washington, tal como se llevaron a cabo, equivalan prcticamente al neo- liberalismo y el fundamentalismo de mercado.

    A principios de la dcada de 1990 se pusieron de nuevo de moda las teoras de Joseph Schumpeter. Afortunadamente, a mediados de la de 1970, mi curso en Harvard de Historia del pensamiento econmico estaba a cargo de Arthur Smithies probablemente el mejor amigo de Schumpeter en Harvard12 y se convirti esencialmente en un curso sobre Schumpeter y sus teoras. Aunque el propio Schumpeter no estaba interesado en la pobreza, me parece que sus teoras la describen por defecto y podran ofrecer una teora explicativa de por qu los principios del Consenso de Washington han sido tan perjudiciales para muchos de los pases ms pobres del mundo .

    Mi trabajo exiga relacionar varias disciplinas acadmicas diferentes, sobre todo la economa evolucionista (schumpeteriana), la economa del desarrollo, la historia del pensamiento econmico y la historia de la economa. Pareca como si para entender el desarrollo econmico desigual se precisaran dos nuevas disciplinas acadmicas: una teora, no marxista del crecimiento desigual13 y la historia de la poltica econmica. Ambos temas, ausentes, estaban muy interrelacionados. La historia del pensamiento econmico nos cuenta lo que Adam Smith dijo que debera haber hecho Inglaterra, pero ninguna rama del pensamiento acadmico pareca preocuparse mucho por lo que Inglaterra hizo efectivamente, que result ser muy diferente de lo que Smith haba aconsejado.

    Un pasaje de una carta del Nicols Maquiavelo, fechada el 10 de diciembre de 1513, describe mi estado de nimo durante muchos aos:

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    Regreso a casa y entro en mi estudio; en el umbral me quito mi ropa de trabajo, cubierta de barro y suciedad, y me pongo las prendas de corte y palacio. Vestido apropiadamente, entro en la venerable corte de los ancianos, donde, solcitamente recibido por ellos, me nutro de ese alimento que es slo para m y para el que nac; donde no siento vergenza al conversar con ellos y preguntarles por los motivos de sus acciones, y ellos me responden con gran amabilidad [la cursiva es ma]. Y durante cuatro horas seguidas no siento aburrimiento y olvido todos mis problemas [...] totalmente absorbido en ellos.14

    Dirigir ahora unas pocas palabras en particular a los lectores del Tercer Mundo. A primera vista ste puede parecer un libro eurocntrico. No comienza, por ejemplo, por la visin del capitalismo del economista no- ruego-estadounidense Thorstein Veblen (1857-1929) como un sistema avanzado de piratera, aunque la historia nos dice que se trata de una visin legtima. Por el contrario, me concentro en cmo cre Europa el poder econmico que la hizo dominante: sus economas de escala en el uso de la fuerza. El libro no detalla los crmenes e injusticias cometidos por los blancos, europeos o no, en el Tercer Mundo, sino que atiende particularmente a los efectos mucho ms sutiles y a largo plazo incluso ms dainos de las teoras econmicas y sociales que omiten claves decisivas de la generacin de la riqueza y la pobreza. El libro no pormenoriza la esclavitud en s, sino el legado de la esclavitud en los sistemas productivos, sociales y de tenencia de la tierra que han bloqueado el desarrollo econmico hasta hoy mismo. Se concentra en la comprensin del capitalismo como sistema de produccin y en las polticas econmicas apropiadas e inapropiadas.

    La mayora de las civilizaciones conocidas no eran europeas, y una parte importante de la historia de Europa consiste en la emulacin de tecnologas y habilidades de otros continentes: del mundo islmico, de Asia y tambin de frica.15 En 1158 el obispo Otto de Friesing repeta algo que se saba desde haca mucho tiempo: que todo el poder y sabidura humana tiene su origen en Oriente. Recientes aportaciones han mostrado lo semejantes que eran China y Europa hasta, digamos, 1700.16 Est claro que la visin europea y occidental del resto del mundo ha estado condicionada durante mucho tiempo por los prejuicios eurocntricos contra otros pueblos y sus culturas.17 Recientemente se ha argumentado que Eu-

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    rasia contaba desde un principio con claras ventajas en trminos de clima, microorganismos y animales domesticables,18 y tambin se ha subrayado el papel de la vaca como mquina prototpica abastecedora de leche, carne y estircol con el que abonar la tierra.

    Sin embargo, tambin cabe contemplar Europa, desde otro punto de vista, como un continente atrasado que no consolid sus fronteras hasta despus del asedio de Viena por los turcos en 1683. Durante los mil aos transcurridos entre la poca de Mahoma y el asedio de Viena Europa tuvo que dedicar considerables energas a defender sus fronteras orientales y meridionales frente a los mongoles y el Islam,19 en parte como consecuencia de las propias agresiones europeas. Los mongoles haban llegado hasta Dalmacia, a orillas del Adritico, y Silesia, en el extremo surocci- dental de la actual Polonia, cuando la muerte del Gran Jan Ogodei en 1241 les hizo interrumpir la campaa militar y regresar a Mongolia para la eleccin de su sucesor. Constantinopla, capital del Imperio Romano de Oriente, cay en manos de los turcos otomanos en 1453, lo que puso fin al milenario imperio bizantino, quiz el de continuidad ms prolongada de la historia de la humanidad. El mundo islmico obtuvo as el control sobre los Balcanes y el Este del Mediterrneo, mientras que Venecia, defensora del flanco suroriental de Europa, fue perdiendo poco a poco sus posesiones en esa zona; hasta 1571, cuando las principales potencias europeas se unieron coyunturalmente para hacer frente a los turcos en la batalla de Le- panto, no se interrumpi definitivamente el deterioro del equilibrio de fuerzas en perjuicio de los europeos.

    Por qu se fortaleci tanto Europa a partir de entonces? Considerando las enormes diferencias actuales en la distribucin de la renta mundial, cabe preguntarse tambin cmo y por qu se distribuy tan parejamente el desarrollo en Europa, alcanzando una homogeneidad relativa tan ostensible en el siglo xviii desde el norte de Suecia hasta el Mediterrneo.. Por qu resulta al parecer imposible repetir la misma experiencia en Africa? Est claro que fueron muchos los factores que contribuyeron al avance europeo: la situacin geogrfica de sus fuentes de energa (carbn); ms tarde la disponibilidad de alimentos, madera y mercados de las colonias; pero tambin su brutalidad, celo religioso, capacidad organizativa, creatividad institucional (por ejemplo, la contabilidad de doble entrada) y curiosidad intelectual.

    A mi juicio lo ms importante fueron varios mecanismos que surgieron de la gran diversidad y fragmentacin de Europa (geogrfica, climti

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    ca,20 tnica y poltica). Esta diversidad y fragmentacin que sola estar ausente en los grandes imperios asiticos cre un gran depsito de nociones y planteamientos alternativos en el mercado de las ideas, y fue el punto de partida de la rivalidad que gener la continua emulacin entre los diferentes Estados y pases. La historia de Europa muestra ante todo cmo la poltica econmica pudo superar las formidables barreras a la riqueza derivadas de la geografa, el clima y tambin la cultura. Los viajeros que llegaban a lugares distantes como Noruega hace doscientos aos, por ejemplo, no crean que el pas fuera capaz de desarrollarse ms.

    La estrategia bsica que hizo a Europa tan uniformemente rica fue lo que los economistas de la Ilustracin llamaban emulacin,21 y la gran caja de herramientas que se desarroll con ese fin. El Diccionario de la Real Academia Espaola define emulacin como el deseo intenso de imitar e incluso superar las acciones ajenas. La emulacin es esencialmente un esfuerzo positivo y activo, a diferencia de la envidia o los celos.22 En la economa contempornea la emulacin encuentra un equivalente aproximado en los trminos alcanzar y superar que el economista estadounidense Moses Abramovitz (1912-2000) emplea en el mismo sentido de acicate y competicin dinmica.

    La economa moderna recomienda una estrategia basada en las ventajas comparativas que constituyen la espina dorsal de la teora del comercio internacional de David Ricardo: cada nacin debe especializarse en aquella actividad econmica en la que es relativamente ms eficiente (vase el Apndice I). Tras la conmocin provocada por el lanzamiento de los primeros Sputnik en 1957, que puso en evidencia la ventaja con que contaba en aquel momento con respecto a Estados Unidos en la carrera espacial, la Unin Sovitica, segn la teora ricardiana del comercio internacional, podra haber argumentado cientficamente que la ventaja comparativa de Estados Unidos se hallaba en la agricultura, no en la tecnologa espacial. Estados Unidos debera haberse dedicado por tanto a producir alimentos mientras la Unin Sovitica se dedicaba a la tecnologa espacial. Pero en este caso el presidente Eisenhower opt por la emulacin en lugar de la ventaja comparativa. La creacin de la NASA en 1958 fue una medida poltica en el mejor espritu de la Ilustracin con el fin de emular a la Unin Sovitica pero totalmente contraria al espritu ricardiano. De hecho, la economa ricardiana ha generado elementos de lgica autorreferencial que evocan las peores caricaturas del escolasti

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    cismo. Dado que la dinmica que crea la necesidad de emulacin ha quedado eliminada de la teora, el marco ricardiano da lugar a conclusiones polticas contrarias a la intuicin. Los elementos dinmicos del progreso y el cambio tecnolgico derivados de la lgica intuitiva de la emulacin, contrapuestos a una especializacin esttica, estn simplemente ausentes.

    Los lectores del Tercer Mundo tambin podrn observar que los economistas europeos que aparecen como hroes de este libro fueron en su mayora, sorprendentemente, poco etnocntricos. Giovanni Botero (c. 1544-1617), quien explor con xito las razones por las que slo las ciudades eran ricas, elabor un famoso libro sobre geografa mundial, las Relazioni Universali, en el que describe entusisticamente la diversidad cultural a escala mundial. Los saami [lapones], aborgenes del norte de Escandinavia, son alabados por su habilidad en construir botes sin utilizar clavos y por disponer del que en aquel momento era probablemente el medio de transporte ms rpido del mundo: el trineo sobre esqus tirado por renos. Dos de los economistas alemanes ms importantes del siglo x v iii que tambin fueron importantes filsofos , Christian W olff (1679- 1754) y Johann Heinrich Gottlob von Justi (1717-71), escribieron libros alabando la civilizacin china, y tambin la inca en el caso de Von Justi;23 uno y otro argumentaron que Europa deba emular las instituciones no europeas. En 1723 W olff recibi la orden de abandonar en el plazo de cuarenta y ocho horas la Universidad de Halle en aquel momento dominada por los pietistas, un movimiento protestante so pena de ser ahorcado por su afirmacin de que la filosofa y la tica chinas eran admirables y mostraban que fuera de la cristiandad tambin se podan encontrar verdades morales. Salvado por la rivalidad entre los pequeos Estados alemanes, se traslad a un Estado vecino cuyo gobernante deseaba reclutarlo para su Universidad, la de Marburgo. En realidad se puede argumentar que el etnocentrismo europeo, importante ingrediente del colonialismo y el imperialismo, no cobr fuerza hasta la dcada de 1770, cuando las naciones tnicas se convirtieron en un obstculo para la construccin de los Estados-nacin e imperios emergentes (dicho sea de paso, no he intentado filtrar el anlisis de los economistas del pasado para adecuarlos a la correccin poltica contempornea. Cuando Marx y otros hablan de barbarie y civilizacin de forma muy parecida a la que emplean otros hoy da para hablar de pobreza y desarrollo, he dejado intactas las palabras originales).

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    Este libro sugiere que el capitalismo, tal como se desarroll en Europa, basado en la diversidad, fragmentacin, emulacin y rivalidad mencionadas ms atrs, puede entenderse como un sistema con consecuencias no pretendidas, observadas despus sistemticamente y convertidas en instituciones e instrumentos polticos. Esta forma de entender el capitalismo como un fenmeno hasta cierto punto accidental retoma la tradicin analtica del economista alemn Wemer Sombart (1863-1941), ms tarde proseguida por Schumpeter. Adam Smith seal (en 1776) que obtenemos nuestro pan cotidiano, no de la amabilidad del panadero, sino de su deseo de hacer dinero; si podemos alimentamos es como consecuencia no pretendida de su codicia. De hecho, durante el siglo xvm se debati intensamente hasta qu punto se puede confiar en que los vicios privados reporten beneficios pblicos. En Europa se mantuvo durante siglos una gran diversidad de planteamientos con respecto a la tecnologa y las instituciones; la combinacin de diversidad y emulacin dio lugar a multitud de escuelas tericas y soluciones tecnolgicas, continuamente comparadas, moldeadas y desarrolladas en los mercados. La competencia entre ciudades-Estado mas tarde entre naciones-Estado financi el flujo de inventos que tambin surgieron como subproductos no pretendidos de la emulacin entre naciones y gobernantes en la guerra y el lujo. Una vez que se observ que dedicar parte de los recursos a la resolucin de problemas en periodo de guerra produca inventos e innovaciones, ese mismo mecanismo se pudo aplicar en tiempos de paz.

    Los europeos observaron bien pronto que la riqueza generalizada slo se daba en reas que carecan prcticamente de agricultura o en las que sta slo desempeaba un papel marginal, llegando a entenderse como un subproducto no pretendido de la aglomeracin de diversas ramas industriales en las grandes ciudades. Una vez que se entendieron esos mecanismos, una sabia poltica econmica poda difundir la riqueza fuera de esas pocas reas naturalmente ricas. La poltica de emulacin tambin poda, de hecho, extender la riqueza a reas agrcolas antes pobres y feudales, pero eso requera intervenciones masivas en el mercado. Para los pases atrasados las intervenciones en el mercado y una sabia poltica econmica podan sustituir las ventajas naturales y geogrficas que dieron lugar a los primeros pases ricos. Podemos imaginar adems que los impuestos a la exportacin de materias primas y a la importacin de productos acabados fueron concebidos como medios para elevar los ingresos

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    de los pases pobres, pero que como consecuencia de esas medidas aument la riqueza gracias al crecimiento de la capacidad industrial nacional. Esta combinacin de diversos propsitos estaba ya clara en Inglaterra durante el reinado de Eduardo III (1312-1377).

    A s pues, la rivalidad, la guerra y la emulacin en Europa dieron lugar a un sistema dinmico de competencia imperfecta y rendimientos crecientes. Los nuevos conocimientos e innovaciones se propagaban por toda la economa permitiendo mayores beneficios y mayores salarios, as como una base ms amplia para la recaudacin de impuestos. La poltica econmica europea se bas durante siglos en la conviccin de que la creacin de un sector industrial resolvera los problemas econmicos fundamentales de la poca, favoreciendo el aumento del empleo, los beneficios, los salarios, la base de recaudacin de impuestos y la circulacin de la moneda.24 El economista italiano Ferdinando Galiani (1728-1787), al que Friedrich Nietzsche consideraba la persona ms inteligente del siglo xvm, afirm que de la industria se puede esperar que cure los dos principales males de la humanidad, la supersticin y la esclavitud.25 Los textos estndar de economa, que pretenden entender el desarrollo econmico en trminos de mercados perfectos sin friccin, marran lamentablemente el blanco. Los mercados perfectos son para los pobres. Es igualmente ftil tratar de entender ese desarrollo en trminos de lo que los economistas entienden como fracasos del mercado.26 Confrontado con