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COLOMBIA

Femando Cepeda

1/ HugoFozJo

Saúl Franco

Juan Gabriel Gómez

Socomo Ramírez

Alejandro Reyes

/ Florence Thomas

Alvaro Tirado

Juan GdbñsA Tokatlian

Luis GuOlermo Vasco

Jaime Zuluaga

Saúl Franco (Editor)

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UNIVERBÍOAD NACIONAL BIFt , O.ECA CENTRAL

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Primera edición: Santa Fe de Bogotá, D.C, octubre de 1996 ISBN: 958-648-130-1

© Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales, Universidad Nacional, lEPRI

© ecoe ediciones

Autoedición: Coinputextos Láser - Yolanda Madero T. Fotolito: Imagen Gráfica Ltda. Carátula: Diseño Gráfico & Sistemas Impresión: Lita Camargo Ltda. Impreso y hecho en Colombia

ecoe ediciones - apartado aéreo 30969 Santa Fe de Bogotá, D.C. - Colombia

TABLA DE CONTENIDO

Presentación 1

Introducción 3

I. Conflicto armado y derecho humanitario en Colombia Juan Gabriel Gómez Albarello 11

II. Antecedentes y perspectivas de la política de paz Jaime Zuluaga Nieto 47

III. Colombia y América Latina en las relaciones internacionales contemporáneas Hugo Fazio Vengoa 87

IV. Colombia, América Latina y el Caribe: Una presencia precaria en el movimiento de países no alineados Socorro Ramírez Vargas 109

V. Colombia, política exterior y no alineamiento: entre la expectativa y la disyuntiva Juan Gabriel Tokatlian 129

VI. Colombia, las Naciones Unidas y el movimiento de países no alineados Alvaro Tirado Mejía 159

VII. Violencia y salud en Colombia Saúl Franco Agudelo 205

VIII. La lucha por las siete llaves: Minorías étnicas en Colombia Luis Guillermo Vasco Uribe 237

VI

IX. Mujer Siglo XXI: hacia la construcción de im nuevo paradigma de feminidad Florence Thomas 267

X. Las mafias, la crisis política y las perspectivas de guerra civil Alejandro Reyes Posada 285

XI. Origen, desarrollo y desenlace del Caligate Femando Cepeda Ulloa 299

PRESENTACIÓN

Este libro es ante todo un producto colectivo. No sólo por el hecho evidente de la pluralidad de autores que en él participan, sino porque su gestación está indisolublemente asociada a un equi­po de debate y producción permanente, el Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacio­nal, que justamente cumplió diez años de fundado en julio de 1996.

Pues bien, a lo largo del segundo semestre de 1995, el Instituto asumió la conducción de la Cátedra Manuel Ancízar, un exitoso ex­perimento pedagógico que congrega semanalmente, los sábados, en el Auditorio León de Greiff, a centenares de docentes y estu­diantes universitarios de Bogotá e incluso de la provincia. Los sábados, este escenario se convierte, como en los tiempos de Sócrates, en agora, en punto de multitudinario encuentro, sin otra pretensión que compartir un saber. Dado el carácter multidisci­plinario de la Universidad, el espectro temático es virtualmente muy amplio. El Instituto, por invitación de las directivas y con la valiosa colaboración de otros investigadores de la Universidad, ofreció lo que le correspondía: un conjunto de elementos de re­flexión y de aproximación a la Colombia contemporánea. La pro­fesora Flor Alba Romero tuvo la responsabilidad de coordinar, con su característico empeño, el desarrollo del ciclo de conferen­cias, fase embrionaria de este libro.

Pero aquella visión panorámica que en su momento fue considerada litil por el auditorio, se convirtió luego, ante la precipitación de la crisis nacional, en elemento indispensable para

comenzar a pensar los nuevos rumbos del país, o mejor, para frenar los rumbos indeseables que ya se advertían. Con variables niveles de visibilidad y de eficacia, los diferentes actores -partidos, iglesia, gremios- fueron irrumpiendo en la escena política, en lo que parecía la exhibición de una larga cadena de debilidades. Y en ese contexto, los intelectuales colombianos, tradicionalmente carentes de sentido orgánico, tampoco pudieron escapar a la fragmen­tación. Pero tarde o temprano, y sin renunciar a la diversl^dad, tendrán que plantearse colectivamente la superación de la crisis, si no quieren ser una víctima más de la misma. Esta fue de alguna manera la preocupación que movió al colega Saúl Franco a entrar en im segundo diálogo con los autores para buscar que escribieran, ampliaran y actualizaran sus reflexiones originales. Así surgió finalmente este libro, que esperamos cumpla una doble función: por un lado, la de dar respuesta parcial a la creciente demanda de intervención de los intelectuales frente al desconcierto reinante y, por otro lado, la de servir de reafirmación, diez años después de su creación, del compromiso fundacional del Instituto de contribuir a la consolidación de una cultura democrática en Colombia. Los contenidos y alcances de esta tarea, como se desprenderá de la lectura del libro, van desde luego mucho más allá de lo que se sugería en 1986, cuando inició labores el Instituto. Hay pues, que reasumir el reto que nos plantea el momento actual: repensar el país y nuestro papel como intelectuales en una sociedad en crisis.

Gonzalo Sánchez Gómez Director del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales

Santa Fe de Bogotá, D.C, agosto de 1996

INTRODUCCIÓN

Intentamos ima aproximación a algunas de las principales fa­cetas de la compleja realidad que llamamos Colombia Contemporá­nea. A pesar del margen de relativa libertad que deja la temporali­dad delimitada por el adjetivo contemporánea, la velocidad de vér­tigo con que se vienen sucediendo los acontecimientos político-sociales en Colombia hace que el presente sea muy corto, el pasa­do y el futuro demasiado próximos y muy efímera la vida útil de los análisis y las propuestas. Por eso resulta tan riesgoso atreverse a escribir sobre el tema. Pero, paradójicamente, por la misma ra­zón resulta tan necesario correr el riesgo y tratar de captar y ayu­dar a captar no sólo las escenas sino el propio guión de la película.

Hace casi dos décadas un grupo de intelectuales colombianos, varios de ellos fundadores de la llamada Nueva Historia, lograron publicar tm libro con el título aún más riesgoso de Colombia Hoy. En buena medida lo fue de la Colombia de los sesenta y princi­pios de los setenta. La de ahora, la Colombia de final de milenio, es, sin duda, una Colombia mucho más inextricable. Adentro y afuera del país han acontecido y continúan aconteciendo dema­siadas cosas y a ritmos difíciles de acompañar. Fin de la guerra fría, transición tiaumática e inconclusa a un nuevo ordenamiento geopolítico internacional, rehegemonización regional por parte de los Estados Unidos - según la categoría introducida por uno de los autores -, globalización, e incremento de la pobreza y de las inequidades sociales, son algunos de los procesos y acontecimien­tos que marcan la contemporaneidad económica y político-social en el escenario internacional. Y a nivel nacional profundas trans-

formaciones en el ordenamiento agrario, persistencia de la con­frontación político-militar, insurgencia y consolidación del fenó­meno del narcotráfico con grandes implicaciones en todos los ni­veles de la vida nacional, mantenimiento de una economía relati­vamente estable hasta hace muy poco, incremento desmesurado de múltiples formas de violencia, en especial de los homicidios y el secuestro, intentos de adecuar el ordenamiento constitucional y legal a las nuevas realidades y de darle una oportunidad a la paz y a la resolución civilizada de los conflictos, son algunos de los componentes de la actual coyuntura.

A mitad de la década pasada un dirigente industrial expresó sintéticamente que la economía va bien, pero el país va mal. Desafor­tunadamente la parodia hoy sería la economía va mal y el país peor. Los recientes acontecimientos políticos y, en especial, la crisis ge­nerada por las evidencias del ingreso de grandes sumas de dinero procedente del narcotráfico a la financiación de campañas políti­cas, incluida la del Presidente Ernesto Samper Pizano, han puesto de manifiesto varios de los problemas estructurales del país, han agudizado algunos latentes y han descubierto algunos otros no diagnosticados previamente. Y es preciso también decirlo, la cri­sis actual ha evidenciado una capacidad de aguante y adaptación casi sin límites tanto de las personas como de las instituciones, una pasividad alarmante de amplísimos sectores de población y una sorprendente capacidad para desfigurar o desconocer la rea­lidad y para vivir y hacer vivir como si los problemas no existie­ran, o como si fueran ajenos. Desde afuera del país muchos se sorprenden de que las cosas puedan ftmcionar y la gente pueda negociar, estudiar, divertirse y amar en medio de semejante caos. Y desde dentio uno se sorprende de que se vaya perdiendo la capacidad de sorpresa y, sobre todo, de que después de una no­che tan larga, todavía no sea posible vislumbrar el amanecer.

Los once documentos que componen esta obra y que, como se indicó en la Presentación, hicieron parte casi en su totalidad de un ciclo tmiversitario que originó también el nombre del libro, no pretenden ni dar cuenta de la totalidad de la actual situación na­cional, ni menos aiín proponer fórmvilas salvadoras. En su mayor

parte pretenden simiinistrar información sisteniatizada, hacer cla­ridad sobre aspectos específicos, intioducir algunos elementos de análisis y provocar tanto el debate como la búsqueda de interpre­taciones y alternativas. Como podrá observarse, no es un trabajo unívoco, ni de consenso. Cada autor plantea sus puntos de vista, relata hechos y elabora análisis desde su propia perspectiva sin vm cuerpo de tesis e hipótesis comunes. Esto le quita organicidad pero enriquece el texto y le da mayores espacio y oportunidades a los pares y a los lectores.

En su conjtmto los tiabajos conforman cuatro grupos temáti­cos en función de los cuales se organizó su presentación. Los dos primeros tratan el problema de las guerras y de los intentos de paz y de resolución del conflicto. Los cuatro siguientes ubican al país en diferentes contextos y escenarios internacionales. Se pre­sentan luego ties trabajos relacionados con los problemas especí­ficos de la violencia y la salud, la cuestión de las minorías étnicas y la constitución de la mujer como sujeto histórico en el país. Y termina con dos materiales de muy distinto perfil sobre la crisis actual.

Los trabajos de Juan Gabriel Gómez y Jaime Zuluaga resumen la historia de la confrontación armada desde los años sesenta y de los esfuerzos tanto por someter la guerra a los imperativos del derecho internacional humanitario como por llegar a una solu­ción negociada del conflicto. Los logros hasta el presente son real­mente modestos en ambos campos. Las lecciones de los recorri­dos ya hechos, la problematización inteligentemente formulada por los autores a ambos procesos y el reconocimiento de que su resolución es precondición esencial para el despegue o el fortale­cimiento de otros procesos en los campos político, económico y social, constituyen argumentos sólidos para impulsar nuevos es­fuerzos que traten de evitar errores ya reconocidos.

Los internacionalistas hacen un valioso aporte en la contextualización de la situación y la problemática nacional en las intrincadas y cambiantes coordenadas del mundo contempo­ráneo.

Hugo Fazio introduce la caracterización de la coyuntura inter­nacional post guerra fría, destacando la conformación de bloques subregionales, el primado de la economía y del mercado, la transnacionalización, la globalización y las aperturas. Destaca la débil presencia y participación de América Latina en ese orden globalizado y el carácter premonitorio de la crisis mexicana de finales del 94. Termina con un interrogante no resuelto ni por los políticos ni por los economistas del modelo: ¿cómo conjugar estas políticas con más equidad, con el agravante de que hasta ahora la brecha en lugar de disminuir se ha aumentado?

Los tres trabajos siguientes tienen en común la temática de Co­lombia y el Movimiento de los No Alineados, pero en dosis y con enfoques distintos. Es preciso señalar que el año pasado Colom­bia fue sede de la XI Cumbre de dicho Movimiento y que el actual Presidente de la República desempeña (?) desde entonces la Pre­sidencia del Movimiento.

Socorro Ramírez, experta en el tema, describe con precisión las razones históricas, culturales y político-económicas que motiva­ron tanto la ausencia inicial de América Latina y El Caribe del Movimiento, como su escaso acercamiento posterior. Identifica los principales interrogantes actuales sobre el sentido y el papel del Movimiento en la actualidad y advierte el hecho de que la crisis política nacional y del gobierno del Presidente Samper puede con­tribuir tanto a disminuir notablemente las posibilidades de acción de los NOAL como a desalentar la participación de algunos paí­ses de la Región que estaban a la espera del desempeño colombia­no en la Presidencia del Movimiento.

Juan Gabriel Tokatlian explora las metas y métodos de la polí­tica exterior contemporánea de Colombia. Presenta su tesis de la rehegemonización de los Estados Unidos en América Latina y El Caribe desde los ochenta - categoría asurnida también por Fazio y Ramírez -. Formula la validez y vigencia de un Neo-No Alinea­miento, cuyos lineamientos esboza. Conviene anotar que los he­chos ya han superado una de las aspiraciones del autor en el sen­tido de que la presidencia por parte de Colombia de los NOAL

pudiera contribuir para trazar una estrategia mejor hacia los Esta­dos Unidos. Un Presidente del País y de los NOAL debilitado in­ternamente por procesos aún inconclusos y por interrogantes no resueltos con la absolución de la Cámara de Representantes, y puesto en el ojo del huracán por la radicalización de la posición de los Estados Unidos en ejercicio pleno de su nueva hegemonía, más parece un obstáculo que un facilitador de nuevas relaciones y estrategias.

Alvaro Tirado, de manera muy didáctica y a raíz de la celebra­ción de los cincuenta años de la Organización, hace una síntesis de la historia, estructura, dinámica y encrucijadas actuales de las Naciones Unidas y de las posiciones y el papel que ha jugado Colombia. En su concepto la Organización puede tener su segun­da juventud, pero advierte los nudos problemáticos que enfrenta. Introduce una discusión sobre dos temas de especial relievancia internacional y de gran sensibilidad en el país: la injerencia hu­manitaria y el sentido actual de la soberanía nacional.

En mi trabajo sobre Violencia y Salud en Colombia trato de contextualizar el problema. Destaco el incremento de las diferen­tes formas de violencia, en especial lo que puede considerarse una verdadera epidemia de homicidios. LLamo la atención sobre la cotidianidad de la violencia, hasta el punto de plantear que esta­mos empezando a vivir un orden violento, y sobre los problemas del sicariato, los desechables y las masacres. Presento algunas con­sideraciones sobre los costos económicos, en años de vida perdi­dos y en calidad de vida, y señalo los límites y posibilidades del sector salud para contribuir al enfrentamiento social del proble­ma.

Luis Guillermo Vasco hace varios recorridos por el mundo de las minorías étnicas del país: indígenas y negros o afrocolombianos. Textualmente desenmascara el discurso de las élites bipartidistas e incluso de reconocidos intelectuales sobre las etnias. Contrasta la retórica y aún la nueva legalidad constitucional con las prácti­cas persistentes y con las nuevas formas de despojo territorial, saqueo y negación de su pensamiento y su cultura. Eruriquece la

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discusión con diferentes elementos de las culturas indígenas: to­dos no somos los mismos, la tierra y su riqueza es de nosotros y de uste­des también, como filosofía alterna a la expropiación y el aniquila­miento. Sin populismos constata los problemas y contradiccio­nes al interior de las etnias y en las relaciones interétnicas.

Florence Thomas hace tma madura disertación sobre el desa­rrollo y el papel de la mujer en este siglo. Se detiene en el caso colombiano, en especial a partir de 1950, señalando el ingreso de la mujer al mercado laboral y a la educación formal, la disminu­ción de las tasas de fecundidad, el surgimiento de movimientos de mujeres y el reconocimiento por parte de la Constitución de 1991 de la mujer como sujeto de derecho. Identifica algunos de los nuevos marcadores de la feminidad y advierte los costos y los conflictos de los cambios hacia el nuevo paradigma. En su con­junto estos tres trabajos permiten identificar ties de los núcleos duros y trascendentes de la crisis nacional: la no asunción de la diversa identidad étiüca, el crónico sometirrüento y subvaloración de la mujer, y la sustitución de casi todas las formas de resolución de conflictos por una extrema: la violencia.

Cierran el libro dos trabajos relacionados con la crisis política actual. Alejandro Reyes arriesga hipótesis y propuestas. Conside­ra la crisis actual como evidencia de la quiebra del sistema liberal de representación del poder, cuyo deterioro había provocado an­teriormente la sustitución de la política por la guerra. Presenta tres d imensiones de la crisis: crisis de legi t imidad, de gobemabilidad y de credibilidad. Se extiende en su principal cam­po de investigación actual: la expansión de la propiedad de tie­rras en manos de las mafias en regiones estiatégicas, su significa­do, su impacto en costos y productividad, la penetiación de esta riqueza en todos los actores de la guerra y la configuración y ac­tuación del paramilitarismo. Ve posible que la no resolución de la crisis precipite la guerra civil y plantea como esencial para la re­solución la reconstrucción del poder del Estado.

Por su parte Fernando Cepeda aporta una crónica en caliente de los capítulos más recientes de la actual crisis política, hilva-

nando la trama, describiendo actores, relacionando eventos, for­mulando interrogantes. Lo advirtió y es bueno resaltarlo: no es una propuesta analítica ni pretende una reconstrucción completa de los acontecimientos. Es un aporte ágil y muy valioso, formtila-do desde una ilustiada óptica particular para contiibuir a orien­tarse en el laberinto. Sin duda será material de consulta obligada para las elaboraciones que, desde varias ópticas y ya en frío, ha­brán de formularse para entender e interpretar la mayor crisis política de la historia reciente del país. En ambos tiabajos queda claro que el problema narco no es la raíz histórica de todos los problemas nacionales. Pero que sí está en la substancia de la crisis actual. Y uno puede entonces pensar si no estaremos perdiendo un costoso y escaso momento de verdad para asumir nacionalmente y proponer en el escenario internacional un enfo­que del problema narco - producción, distribución, comercia­lización y consumo de sustancias sicoactivas - y un conjunto de alternativas que trasciendan tanto el prohibicionismo neointervencionista de los Estados Unidos como el pretendido e insostenible ocultamiento colombiano y la doble moral de todos. Sería vm paso realmente histórico y im aporte a la humanidad en la socialización y resolución de un problema que nos está costan­do demasiado caro.

Inevitablemente faltan en la obra muchas caras de la Colombia Contemporánea. Es obvio que también falte la perspectiva que dan temporalidades mayores en la apreciación y el juicio históri­cos. Otros tiabajos ya han descrito - y continuarán haciéndolo -las caras no incluidas. Y desde otio tiempo futuro se mirará más panorámicamente a estos hechos cuando ya no sean contemporá­neos. Quedan aquí algunos perfiles de lo que somos y un aporte para la construcción de lo que queremos llegar a ser.

Saúl Franco Agudelo Editor.

Santa Fe de Bogotá, D.C, agosto de 1996.