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“Me siento afortunado porque siempre he conducido los coches más novedosos del mercado”, José Pinto, conductor de ALSA

En este primer número hemos seguido la rut a Madrid-Murcia-Mojácar (ida y vuelt a)con José Pintos, conductor de ALSA, la empresa que explot a esta concesión. Pintoses un experiment ado conductor con casi 30 años de trayectoria al volante. Duranteel viaje nos ha dado tiempo a rep asar la situación de los profesionales del sector ylas posibles propuest as que se pueden llevar a cabo p ara mejorarla.

Ocho horas en la línea regular Madrid-Murcia-Mojácar

José Pinto lleva 30 años conduciendo autocares. Bajo estaslíneas el vehículo Setra que utiliza en esta ruta.

22 - octubre / diciembre 2009

RUTAS.qxp 09/11/2009 11:55 PÆgina 2

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Nos citamos con José Pintos a las 13 horas en las coche-ras que Alsa posee en la madrileña calle de Alcalá 478.Para comenzar a mover el vehículo, José Pintos introdu-jo la tarjeta cortacorrientes, que se activa mediante GPS

y sirve para evitar que pueda arrancar el vehículo cualquier otrapersona que no sea el conductor autorizado. Posteriormente, inser-tó la tarjeta en el tacógrafo digital. Como los conductores de estegrupo de empresas se turnan entre los diferentes autocares paraque las unidades nunca estén paradas, cada vez que les toca unotienen que colocar el asiento a su gusto porque “para conducirresulta fundamental ir cómodo”. En este caso, se trató de un SetraS 419 GT-HD de tres ejes con 15 metros de longitud, caja de cam-bios automática ZF AS Tronic, 60 plazas más guía más conductory WC. José Pintos lo conoce perfectamente porque “antes de con-ducir un vehículo por primera vez me estudio todas sus caracterís-ticas para evitar problemas posteriores”.

Tras ello, condujo el autocar hasta la zona donde trabajan losmecánicos para que le retiraran las placas laterales, que indicabanel recorrido de la ruta anterior. Allí comprobó los niveles del AdBluey anticongelante, la carga de la batería, el estado de las luces, losmaleteros, y las correas del ventilador… Si el coche se encuentrasucio por dentro ordena que lo acondicionen. También debe repo-ner los cabezales de los asientos y los productos de limpieza, queempleará cuando llegue a su destino. En concreto, José Pintosllenó una garrafa de agua, que mezcló con lejía, amoniaco y unproducto para limpiar suelos. Además de estas labores, los cochesse desinfectan completamente cada mes.

Después, siempre carga los dispositivos de CD y DVD, actualiza elnúmero de ruta para que se vea en el panel del frontal del autobúsy elabora el libro de ruta, algo obligatorio para que le multen si le

“Antes de conducir un vehículo por primera vez me estudio todas sus características para evitar problemas posteriores”.

José Pinto da un pequeño repaso al estado generaldel vehículo antes de iniciar el servicio

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detiene la Guardia Civil. También abre todas las salidas de aireacondicionado para evitar que se congelen las tuberías y comentacon sorna “¡vaya coches los de Setra! Antes nos derretíamos decalor y ahora la gente se queja porque pasa frío”.

Entre las costumbres adquiridas por Pintos a lo largo de los añosdestacan que limpia el volante con un trapo impregnado de agua ylejía, emplea de un cubreasientos de paja y siempre lleva una cor-tina lateral “por si el sol pega muy fuerte” y un par guantes “por siacaso”.

Todo esto lo tiene que realizar desde que comienza el turno, a las13:15, hasta las 15:00, que es cuando tiene que salir de laEstación Sur. “Para acceder escojo una ruta u otra en función deltráfico que haya y de la hora en la que tenga que atravesarMadrid”. En los alrededores de la estación realizamos una paradatécnica de 15 minutos, en la que consumimos un refresco.Posteriormente, entramos en el recinto tras comunicar nuestrodestino y recibir un papel con la dársena a la que nos tenemos quedirigir.

Estación SurAl aparcar deberían traerle un cartel que indique la ruta que segui-rá el autocar, pero no lo hacen. Llegamos con alrededor de mediahora de antelación para que José tenga tiempo suficiente paracolocar los equipajes de los viajeros. A José le gusta mantener elorden y confiesa “sé perfectamente dónde están las maletas de

cada destino y, hasta el momento, nadie se meha quejado al respecto”. Además, se pone másserio para evitar que los viajeros “se le suban alas barbas”. Aunque lo estipulado es que cadapersona sólo puede llevar una maleta, lo ciertoes que en ocasiones quieren viajar con más.De hecho, José Pintos tiene una discusión conuna pareja por este motivo, ya que van excesi-vamente cargados. “Uno de los problemashabituales es tratar de explicarle la situación auna persona extranjera que no habla bien elidioma español”. Los maleteros se cierrandesde dentro, pero no se pueden abrir demanera automática. “Eso y que el tacógrafo noestá ubicado para que el conductor los vea confacilidad son las únicas pegas que le encuen-tro a los Setra”.Otra de sus funciones es arreglar los proble-mas que surgen con los códigos de los billetesde algunos viajeros. Para superar esté escollo,José dobla el papel en el que figuran todos lospasajeros, de tal manera que los DNI quedenal lado de sus apellidos. Una vez embarcadostodos, concede un minuto de cortesía para losque se han retrasado y cumplido este tiempo,en el que una persona llega por los pelos, ini-ciamos el viaje y José comenta “ha venidomucha gente para ser un miércoles”. A pesarde que muchos de los coches Setra incluyenretrocámara, Pintos prefiere mirar por los retro-visores a la hora de maniobrar.

Los autocares de Alsa incluyen tanto el detec-tor frontal de vehículos como el ordenador de abordo OcioBus, que se inicia nada más arran-car. Este sistema funciona por GPS y permiteprogramar todo el contenido multimedia quevan a disfrutar los pasajeros (música, pelícu-las…), además de ofrecer actualizacionessobre las ventas de billetes en los diferentespuntos por los que pasa la ruta.

Al salir de la estación, el conductor tiene queentregar el papel que le habían dado al entrar,en el que ha indicado el número de viajeros.“La curva para incorporarnos a la M-30 es muymala para los autobuses de 15 metros”, nosindica José. Iniciamos el servicio y le preguntoal conductor si siempre va por el mismo cami-no al cubrir una ruta, me responde que depen-de del atasco que haya. Para evitarlo, elige uncamino alternativo, “previa pedida de permisoa la empresa”. Su experiencia le permite ase-gurar que “la vía más conflictiva para salir de lacapital es la A-3 por culpa de sus accidentes yretenciones”.

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“Algunos conductores de la EMT de Madrid y del Metro revientan el sectoral realizar servicios de transporte de viajeros por autobús cuanto terminansus jornadas laborales”



Ruta y análisis del sectorYa comenzado el viaje podemos charlar con tranquilidad. JoséPintos lleva cerca de 20 años en Enarcar (ahora Alsa) y antes estu-vo otros nueve en Autocares Juliá. “Me siento afortunado porquesiempre he conducido los coches más novedosos del mercado ylos que llevo en estos momentos me encantan, aunque algunos delos que tienen más alturas poseen algún problema de estabilidad”.Durante su trayectoria ha estado en lugares destacados, como enla Plaza de Oriente durante la boda del príncipe Felipe con LetiziaOrtiz, y ha experimentado experiencias gratificantes con catedráti-cos de Historia y de Arte, con un grupo de senderistas o realizandoservicios para un colegio de monjas, “pero trabajando en líneasregulares resulta diferente”.

Sus años en el sector le han permitido vivir en primera persona laevolución de la profesión. “Antes hacíamos auténticas barbarida-des con los tiempos de conducción y de descanso, pero ahoracumplimos todas las normativas a rajatabla, ya que es lo que dese-

“Antes hacíamos auténticas barbaridades con los tiempos de conducción ydescanso, pero hoy cumplimos todas las normativas a rajatabla”.

ES LAMENTABLE QUE NO SENOS RECONOZCAN ENFERMEDA-DES PROFESIONALES, SOBRETODO EN UN SECTOR COMO ELNUESTRO, DONDE PRIMA LASEGURIDAD

amos tanto la empresa en la que trabajo comoel comité, del que soy miembro. Durante estosaños hemos establecido grandes acuerdos:plus de puntualidad, de limpieza, de equipaje…También limitamos las vacaciones de verano ados semanas seguidas”. De hecho, a primerosde octubre José regresaba al trabajo tras dis-frutar de unos días libres que había logradoacumular.Llegamos a Albacete con alrededor de cincominutos de adelanto y realizamos una paradade media hora, durante la cual tomamos algoen la cafetería de la estación, en la que nosatiende muy amablemente el encargado,casualmente también llamado José. Allí coinci-dimos con Vidal, otro conductor de Alsa, con elque charlamos animadamente.

Alrededor de 45 minutos después de salir deAlbacete paramos en Hellín para recoger aotras cuatro personas. “Normalmente aquíbajan unas 10 personas, pero esta vez no hasido así por encontrarnos en un día laborable”.Su dilatada experiencia le permite tener la con-fianza suficiente para entrar y salir por caminosdistintos cuando se trata de ciudades máspequeñas.

Hacia las 20:10 horas llegamos a la estaciónde Murcia y José se acerca a recoger la hojade ruta. Un conductor de otra compañía nosinvita a tomar un café, situación que corroborala camaradería que existe entre los colegas deprofesión. Tras una parada cercana a los 20minutos arrancamos, una persona sube alautobús por los pelos.

Al reanudar la marcha, José Pintos nos hablasobre la relación entre empresarios y trabaja-dores. “Entre la empresa y el comité existe diá-logo y respeto mutuos, mantenemos las for-mas porque el interés común es el buen funcio-namiento de la compañía y la felicidad de lostrabajadores. Una de las ventajas de las quedisfrutamos es que nos pagan la renovacióndel carné de conducir. Además, este año lasubida del sueldo fue bastante superior alincremento del IPC, aunque las nóminas varí-an en función de los destinos y las rutas reali-zadas. Al mismo tiempo, existe un gran tratoentre los trabajadores, que se intercambianturnos, vacaciones o descansos si no afecta albuen funcionamiento de los servicios. Porejemplo, los que pertenecemos a lo que antesera Enarcar Madrid nunca ponemos pegaspara reforzar cualquier servicio. De todos

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modos, siempre hay cosas que se pueden mejorar, como elhecho de que sean los conductores y no la compañía los quese encarguen de lavar los uniformes de trabajo”.

Ya metidos en harina, José nos cuenta algunos de los proble-mas de la profesión. “Algo que me molesta soberanamentees que algunos conductores de la EMT de Madrid y del Metrorevientan el sector al realizar servicios de transporte de viaje-ros por autobús cuando terminan sus jornadas laborales”.José opina que “todos los acuerdos deberían estar recogidosen un convenio; de hecho, el que está vigente en Madrid seencuentra un poco obsoleto y no recoge algunos aspectos.Por ejemplo, es lamentable que no existan enfermedadesprofesionales, sobre todo en un sector como el nuestro en elque prima la seguridad. También echo en falta la falta devaloración del papel del conductor y una unificación de crite-rios entre los diferentes convenios provinciales”.

Paramos en la localidad murciana de Totana a las 21:10horas y en la de Lorca a las 21:40, para luego entrar en laprovincia de Almería y detenernos en Huércal-Overa, Vera yMojácar, nuestro destino final, alrededor de las 22:55. Comohemos cumplido el horario se respetan los pactos vigentes,como el plus de puntualidad. Le pregunto a José dónde“duerme” el coche y me responde “en la calle, porque en estelugar nadie ha tenido ninguna incidencia por ello”. Nosotrosnos alojamos en un hostal en el que nos tratan de maravilla.José nos cuenta que “antes pasábamos la noche enGarrucha, pero ahora en este lugar “porque se portan muybien con nosotros y existe espacio para dejar el autocar”.Antes de bajar revisa el interior del vehículo y comprueba quetodo está en orden. “Casi siempre algún viajero se deja algo”.Tras una cena frugal nos vamos a descansar.RegresoAl día siguiente José limpió el autobús: cambió los cabezalesde los asientos por otros nuevos (“es lo más higiénico”), tirólos restos de basura y escribió el libro de ruta. Antes de lim-piar, José abre todas las salidas de aire acondicionado yarranca el coche “porque si no resulta imposible estar dentrodel calor que hace”, ya que son las 12 del mediodía y la tem-peratura alcanza los 28 grados. Cuando termina esta tareacambia el letrero indicador de la ruta.

Después de estas tareas, que a veces realiza al llegar por lanoche y no por la mañana, a las 13:10 horas salimos deMojácar y José Pintos percibe que el OpcioBus no funciona,así que tendrá que rellenar un parte de talleres cuando termi-nemos la ruta. A las 13:25 ya estamos en Vera y a las 13:50en Huércal-Overa, en donde una persona que quiere subirseviene sólo con el SMS que le enviaron cuando compró subillete por internet, sin otro documento ni el DNI, así quePintos le hace acercarse a las taquillas para que le imprimanun título de viaje. Este trámite, imprescindible para continuarla marcha, retrasa ligeramente la salida, pero el conductornos tranquiliza asegurando que “estas mínimas pérdidas detiempo se pueden recuperar con facilidad”.

“Entre la empresa y el comité existe diálogo y respeto mutuos, porque elinterés común es el buen funcionamiento de la compañía y la felicidad delos trabajadores”.

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A las 14:20 horas llegamos a Puerto Lumbreras y alas 14:40 a Lorca, en donde el tráfico es bastantedenso y el conductor vuelve a mostrar su periciapara evitar las vías más conflictivas de entrada ysalida. A las 15:10 paramos en Sotana, en dondeincorporamos a un conductor de otra empresa, quemantiene una interesantísima charla sobre la proble-mática de los trabajadores del sector y tratan algu-nos de los puntos mencionados anteriormente.

A las 15:45 llegamos a Murcia y hacemos una para-da de 15 minutos, durante la cual se incorporan alviaje más de 40 personas. Reanudamos la marcha yalcanzamos Albacete a las 17:42, en donde perma-necemos media hora y aprovechamos para tomaralgo en la misma cafetería de la ida. Estas paradasno dan para mucho, así que comemos algo ligero ya toda prisa.

Finalmente, tras superar el ligero atasco de la M-30a las 21:00 horas llegamos a Madrid, se bajan losviajeros y nos vamos a las cocheras. Allí, José relle-na los depósitos de combustible y deja el vehículopara que limpien todo el interior, incluido el WC. Trasrellenar el papeleo pertinente, José se marcha a sucasa con la satisfacción del deber cumplido.


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