romano
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Transformaciones del discurso pedagógico en el Uruguay de la
segunda mitad del siglo XX.
Antonio Romano. Depto. de Historia y Filosofía de la Educación.
FHCE Udelar [email protected]
El presente trabajo pretende rastrear las transformaciones que se produjeron en
el discurso pedagógico en el Uruguay desde la década de 1950 hasta entrada la
dictadura, que irrumpe en 1973 y se extiende hasta 1984. Nuestro trabajo se limita al
análisis de la Enseñanza Secundaria y abarca hasta el año 1977, quedando para futuras
investigaciones abordar el periodo 1978-1984.
La etapa estudiada se caracteriza por la consolidación del discurso pedagógico
moderno en el Uruguay, el cual alcanza su cenit en la década del 60, y luego comienza
su lento pero inexorable declive. El ciclo culmina con un acontecimiento traumático que
se despliega a partir de 1968, pero se consuma el 27 de junio de 1973. Nos referimos a
la disolución de las cámaras legislativas que inicia un nuevo régimen cívico-militar1.
Dicho episodio no solo modifica “el espejo” en el que la sociedad uruguaya pretendió
mirarse durante el siglo XX (desconociendo que ya era el tercer golpe de Estado que
ocurría), sino que también puso en cuestión el lugar de la educación en la edificación
del proyecto moderno.
El golpe de Estado de 1973, pero también el devenir autoritario del gobierno
inmediatamente anterior de Pacheco Areco (1968-1971), rompe con este imaginario de
país excepcional y de democracia pacífica. El nuevo discurso autoritario logra quebrar
varias representaciones imaginarias muy caras a los uruguayos, empezando por ubicar al
1 Cabe destacar que el golpe de Estado, como es tradición en el caso uruguayo, fue dado por el presidente Juan María Bordaberry, electo en 1971 a través del sufragio popular. De ahí, la caracterización híbrida del régimen cívico-militar.
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sistema educativo como parte del caos que vivía la sociedad. La educación se había
convertido en una de las principales causas de los males que afligían a la nación.
Para el nuevo régimen, la educación se constituyó desde temprano en un “campo
de guerra”. Nuestra hipótesis es que la reformulación de un nuevo proyecto político-
pedagógico autoritario emerge en el campo educativo debido a su alto contenido
simbólico, puesto que desde allí era posible (re)fundar los cimientos de la “nueva”
República.
Es, entonces, en el terreno educativo donde se produjo, tiempo antes del golpe
de Estado, la primera “intervención”, que va a significar una violación flagrante de la
Constitución. En este sentido, podemos decir, que en el Uruguay el golpe a la
educación es anterior al golpe de Estado. Y además el golpe a la educación no se va
producir en forma abrupta sino que va a alcanzar su máxima expresión luego de
atravesar tres etapas.
I. La consolidación del discurso pedagógico moderno en el Uruguay
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El período que se abre desde comienzos de la década de 1950 hasta finales de los
años 60 puede ser caracterizado en el Uruguay como el momento en que se produce la
consolidación del discurso pedagógico, sobre todo en la enseñanza secundaria; pero
también porque es a finales de los años 60 cuando dicho discurso comienza a entrar en
crisis. En este contexto dos categorías va a emerger como centrales: “crisis” y
“reforma”.
Su significación va a experimentar importantes deslizamientos de sentido
durante el periodo estudiado. La reconstrucción de los sentidos a los que se asociaron,
nos permite dar cuenta de las transformaciones del campo de la educación.
II. De la Reforma al Proceso
El análisis planteado se centra en las transformaciones ocurridas durante los
inicios del régimen cívico-militar, a partir de la emergencia de un nuevo significante
vacío2 que irá adquiriendo cada vez más peso en la escena pedagógica. Si la “Reforma”
como respuesta a la “crisis” constituyó el eje de las discusiones pedagógicas hasta fines
de los 60, con la irrupción del autoritarismo este significante va ser desplazado por el
“Proceso”. Pero este desplazamiento esta revelando un intento de desarticulación de una
tradición que duró más de medio siglo, donde la pérdida de especificidad del discurso
pedagógico va a ir acompañada de los esfuerzos por subordinar el proyecto pedagógico
al proyecto político.
2 “Con el uso de la categoría significante hacemos referencia a ciertos términos que son objeto de una lucha ideológica muy fuerte en la sociedad; por ello, estos términos van a tender a ser significantes tendencialmente vacíos –nunca totalmente vacíos- por el hecho de que dada la pluralidad de conflictos que ocurren alrededor de ellos no pueden ser fijados a una única articulación discursiva.” Planteo realizado por la Dra. Myriam Southwell a partir de la lectura de Emancipación y Diferencia de Ernesto Laclau.
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La desarticulación no se producirá de una vez y para siempre, como la idea de
golpe transmite. Este proceso llevará más de cinco años en concretarse. Comienza antes
del golpe y se despliega plenamente dos años después de la disolución de las cámaras,
cuando se fecha el inicio3 del golpe de estado. Podemos plantear que el golpe a la
educación se preparó con mucho tiempo de anticipación al golpe de estado, y se produjo
en tres etapas: 1) la primera intervención de Secundaria en 1970; 2) la promulgación de
la Ley 14.101 en 1973; y 3) la segunda intervención en 1975.
1. El primer golpe a la educación. Comienza la “guerra pedagógica”
La primera etapa abarca el interregno que va de 1970 a 1973, al que
caracterizaremos de “guerra pedagógica”. Definimos a este momento como el “primer
golpe” a la educación, puesto que este se consuma con la “intervención” por parte del
Poder Ejecutivo a la Enseñanza Secundaria y a la Universidad del Trabajo. Este
movimiento implicó la supresión de las autoridades de ambos Consejos y su sustitución
por personal de confianza del presidente de la República. Esto significó la culminación
de una serie de confrontaciones con las autoridades en ejercicio, pero también el
comienzo de lo que definimos como una “guerra pedagógica”.
Es durante este periodo que va de 1970 a 1973 que se producen los mayores
enfrentamientos, sobre todo contra y entre los estudiantes, dado que irrumpen en la
escena grupos de ultraderecha fuertemente vinculados a las fuerzas policiales. Estos
grupos comienzan a adquirir presencia en la escena política, confrontando tanto a
balazos como a través de panfletos divulgados por la prensa. La confrontación
ideológica se vuelve intensa.
3 Pero recién en 1981 las FF.AA. asumen la titularidad del gobierno. Fernández Huidobro plantea que las FF.AA. tienen el récord en haber logrado el “golpe de Estado más largo de la historia”.
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2. El segundo golpe a la educación: la ley 14.101
Luego de producida esta violenta alteración del orden constitucional se produce
un retroceso. El parlamento sustituye a las autoridades interventoras y vota la creación
de un Consejo Interino que va de mediados de 1971 hasta fines del 1972. Pero
inmediatamente después se procesa el “segundo golpe” a la educación con la
promulgación de la Ley 14.101 en enero de 1973.
Entre 1971 y 1973, Uruguay tuvo seis ministros de Educación y Cultura: una
prueba irrefutable de la convulsión que se estaba viviendo en la esfera de la enseñanza.
Producto de esta confrontación, resultó sancionada la Ley de Educación General 14.
101, la cual fue impulsada por el ministro Sanguinetti.
Dicha ley implicó una reestructuración de los organismos de la enseñanza, que
pasan de 4 a 2: la Universidad de la República y el Consejo Nacional de Educación
(CONAE). Éste último agrupará bajo una misma dirección a los tres Consejos
Autónomos de Primaria, Universidad del Trabajo y Enseñanza Secundaria. Dicho
Consejo estaría integrado por 5 miembros, los cuales serían distribuidos por ley del
siguiente modo: 3 cargos para el partido ganador de las elecciones, y 2 para el perdedor.
La Ley de Educación General 14.101 va a ser la piedra de toque desde donde se
plantea la reorganización la enseñanza, hasta la sanción de la “ley de emergencia” en la
transición democrática. Esto significa que la dictadura no va a implicar una ruptura
desde el punto de vista de la ley de enseñanza, sino una continuidad, incluso una
profundización, de sus fundamentos.
La nueva ley también implica una ruptura con la tradición de autonomía de la
educación, no tanto porque esta no se hubiera considerado formalmente a la hora de
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elaborar el proyecto de ley, sino porque cambia el concepto desde el cual se piensa la
educación.
La educación ya no es apolítica ni neutral: es un “instrumento” de defensa de la
democracia, es un instrumento de cambio político. Ahora quienes están en la oposición
se convierten en enemigos de la democracia. Entonces, se puede pasar por encima del
orden jurídico porque lo que está en juego es “la continuidad institucional”. Por eso la
ley se presenta en su Artículo 1º, como una ley que tiene como “meta esencial...
asegurar (...) la defensa de la soberanía nacional, el orden y la seguridad integral del
Estado.”
Sus ideólogos eran conscientes de la ruptura con la tradición de la educación. Por ello,
plantean: “con este mensaje que estamos enviando al Parlamento (...) comenzamos un
proceso de renovación de la Educación Nacional.” Proceso que se inicia con la
promulgación de la ley y se continúa durante el “Proceso”4. El proceso educativo
comienza antes que el proceso político. La fecha de inicio: 4 de enero de 1973.
3° Golpe a la educación: la segunda intervención en 1975
El “tercer golpe” se producirá ya entrada la dictadura cívico-militar, en 1975,
cuando los militares asumen la conducción de los órganos de gobierno de la educación.
El proceso que conduce a los militares a asumir cargos de dirección no se concreta sino
a partir del 12 de febrero de 1975, fecha en que se decreta la segunda intervención de la
enseñanza. Y este es el momento en que se cierra una etapa y comienza un nuevo ciclo.
4 Eufemismo con el cual se nombró a sí misma la dictadura; la expresión competa fue: “Proceso de Recuperación Nacional”.
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En la fundamentación de motivos de la Resolución 203/975, por la cual se
declara intervenido el CONAE, se establece en el Considerando II
Que es obligación del Gobierno insertar el problema educativo en el proceso revolucionario que conduce la Nación, a cuyos efectos debe asegurar que la docencia se inspire en los principios fundamentales de la nacionalidad y en la afirmación de los valores permanentes y superiores de la persona humana.
La cita precedente despeja cualquier tipo de dudas de cuales eran sus
intenciones: insertar el problema educativo “en el proceso revolucionario”; en otras
palabras, poner la educación al servicio del régimen.
¿Pero cómo se plantea resolver esta inserción del problema educativo en el
proceso revolucionario? “Asegurando que la docencia se inspire en los principios
fundamentales de la nacionalidad y en la afirmación de los valores permanentes y
superiores de la persona humana”, como se plantea en la cita anterior.
Como puede apreciarse, cualquier vestigio de liberalismo desparece del nuevo
discurso del poder. Incluso se llega a plantear –en el Considerando IV– que fue
justamente “amparándose en nuestro orden jurídico [que] esos partidos o grupos fueron
apoderándose de sindicatos, centros estudiantiles, artísticos, culturales, etc.”. De ahí que
se requiera otro orden: para garantizar, valga la redundancia, el orden.
Estas convicciones se expresan más que en la participación directa de los
militares, con la persona elegida para desempeñarse como director de Secundaria: el Dr
del Dr. Fernando Bosch5.
5 Para obtener una descripción más afinada del perfil político del actual director de Secundaria, tomamos como base una nota escrita por el ex-presidente del CONAE, Edelmiro Mañe, recientemente renunciante: Para eso: “ Basta recordar a manera de ejemplo que el máximo jerarca de Educación Secundaria convocó, hace pocos meses, a una reunión en la que se planteó con cínica crudeza, el ataque contra los liberales y los judíos de la enseñanza media. De los labios de este jerarca no salió ningún reparo a tal proposición; y no podía hacerlo, porque este espécimen es el mismo que hace algunos años, entonces director del periódico El Federal, era saludado como “Fuhrer” de la juventud nazi del Uruguay... (El País, 9/3/75)
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La renuncia de Mañe y la designación de Bosch significaron la derrota definitiva
del liberalismo. El golpe que había comenzado cinco años atrás, termina de cerrar un
ciclo. La educación se va a transformar no ya en un instrumento de la democracia, sino
del nuevo régimen que se instala y busca permanecer en el poder.
3.1. La acción del nuevo Consejo: 1975-1977.
A partir de la acción de este nuevo Consejo, vamos a encontrar que a la lógica
de carácter técnico que intenta responder a las necesidades más específicas del
organismo, se le superpone una lógica de carácter más doctrinario que intenta
reestructurar el organismo en el marco de una nueva política de gobierno.
Si hubiera que definir la historia de la actividad del Consejo en base a estos
criterios, se podrían marcar dos grandes etapas: una que se extiende hasta 1973, y otra
desde 1973 en adelante, vísperas de la aprobación de la Ley 14.101. Pero dentro de esta
última etapa, es posible marcar también una radicalización unilateral a partir de 1975.
Antes de la Ley 14.101 la acción del Consejo se caracterizó por traducir las
discusiones políticas en términos técnicos. Esto podría inducirnos a creer que su
actividad era de carácter meramente administrativo. Sin embargo, las decisiones del
Consejo tenían, por su jerarquía, una dimensión política. Aunque dicha dimensión se
expresaba en resoluciones de carácter administrativo y pedagógico6.
A partir de la aprobación de la Ley 14.10 esto va a cambiar. El Consejo no solo
reduce su actividad deliberativa, sino que las decisiones están en su mayoría referidas a
ajustar o interpretar el funcionamiento del Consejo de Educación Secundaria a la propia
ley. Toda la normativa institucional tendrá como referencia dicha ley. Sin embargo,
6 No es frecuente ver resoluciones del Consejo donde se apele a argumentaciones de tipo ideológico, ni a ninguna ley u otro fundamento que la propia actividad deliberativa del Consejo. Sí existían antecedentes a los cuales se remitía, pero solo en carácter de tales.
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durante la primera etapa del golpe, de 1973 a 1975, la fase técnica aún resultaba
importante.
A partir de la intervención de 1975 la situación cambia radicalmente: las
preocupaciones del Consejo son de orden básicamente doctrinario.
El régimen autoritario, a medida que se afirma, desconfía cada vez más del
sistema educativo tradicional. La educación se convierte no en una posible solución,
sino en un “problema”. Y el principal problema de la educación es la infiltración
ideológica. Esto explica la centralidad que va adquirir la dimensión doctrinaria.
Para concluir
A través de la ponencia presentada realizamos un análisis tanto de los recambios
en los titulares de los organismos de gobierno de la educación, como en las circulares
emanadas por estos, que permitiera dar cuenta de las “novedades” que significó la
irrupción del régimen cívico-militar en el campo educativo. También se analizaron las
principales modificaciones curriculares y los fundamentos que las sostienen. Nuestro
objetivo apunto a demostrar que el proyecto militar no solo intentó desarticular el
discurso educativo moderno como a demostrar que existe una novedad en la pedagogía
autoritaria que se basa en una nueva relación con la tradición. Esta novedad se expresa
en el desplazamiento del significante vació Reforma y centralidad que va adquirir
Proceso. Este desplazamiento supuso una rearticulación de la tradición pedagógica la
cual se afirmaba en la autonomía, la laicidad y la neutralidad ideológica. El golpe define
una nueva política educativa donde los aspectos ideológico doctrinarios pasan a un
primer plano. Este movimiento se corresponde con la voluntad de las FFAA de articular
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el proyecto educativo en concordancia con el proyecto político que pretendieron
impulsar.
Bibliografía
BAYCE, Rafael (1989) Cultura política uruguaya. Desde Batlle hasta 1988. Montevideo, Fundación de Cultura Universitaria (FCU). LACLAU, Ernesto (1996) Emancipación y diferencia. Buenos Aires, Ariel. Ley de Educación General. Presidencia de la República. Centro de Difusión e Información, 1973. MASSERA, Ema; SALA; Niurka y CAMPODÓNICO, Silvia (1991) Ideología y educación durante la dictadura. Antecedentes, proyecto, consecuencias. Montevideo, Ediciones de la Banda Oriental. PANIZZA, Francisco (1990) Uruguay: Batllismo y después. Pacheco, militares y tupamaros en la crisis del Uruguay batllista. Montevideo, Ediciones de la Banda Oriental. SOTO, Julio R. (1975) “Proceso de la educación en el Uruguay”. Conferencia preparada para los cursos de Estado Mayor que en el presente se realizan en el IMES.Consejo Nacional de Educación.