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PC.c)(0/2-Se• TraducciOn de FLORENTINO M. TOR ER Historia de las doctrinas econOmicas FONDO DE CULTURA ECONOMICA MEXICO ERIC ROLL

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La Economía Moderna

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Page 1: Roll_La Economía Moderna

PC.c)(0/2-Se•

TraducciOn de

FLORENTINO M. TOR ER

Historia de lasdoctrinas econOmicas

FONDO DE CULTURA ECONOMICAMEXICO

ERIC ROLL

Page 2: Roll_La Economía Moderna

Primera edici6n en ingl6s, 1939Cuarta edici6n en inglës, corregida y aumentada, 1973

Primera edici6n en cspanol, 1942

Segunda edici6n en espanol, de la cuarta en ingl6s, 1975Primera reimpresiOn (FCE, Argentina), 1994

ALA MEMORIA

DE MI PADRE Y DE MI MADRE

Thulo original:A History of Economic Thought© 1939, Faber and Faber Ltd., Londres

D. R. © 1942, FONDO DE C1. 1 1.111RA ECONnSIICA

D. R. © 1987, TONDO la: CIR.TURA ECONOSIICA S.A. DE C.V.

Av. de la Universidal 975; 03100 Mexico

D. R. 0 1994, FoNDo DE Cui.T6RA Ecasa1imicA DI: ARGEN TINA, `1. \

Suipaclia 617; 1008 Buenos Aires

ISBN: 9511-557-212-3

linpreso Cu Uruguay - Printed in UruguayI Ircht) el dept'isito (vie pieviene la Icy 11.723

Page 3: Roll_La Economía Moderna

CARACTER DE LA ECONOMIA MODERNA 363

VIII. LA ECONOMIA MODERNA

1. CARA CTER DE LA ECONOM IA MODERNA

EL TEMA de este capftulo lo constituye el pasado inmediato delpensamiento econeimico de boy. Nos limitamos at cuerpo de doc-trinas que aparecieron en los Alamos decenios del siglo pasado yen los primeros de este. Aun asf, nos sentiremos incOmodamenteprOximos a los problemas que son objeto de la actividad te6ricacomnii. Las ideas que constituyen el fondo inmediato sobre el cualnos movemos estAn todavfa en fermentaciOn; más adelante estu-diaremos los aspectos trots recientes de la teorfa contemporânea,a la cual sirve de introduction este libro. En el presente siglo nosencontramos ante un nOmero muy crecido de pensadores cuya im-portancia rclativa todavia no puede determinarse con certeza. Estandemasiado cerca de nosotros para hacerlos pasar pew el tamiz de lahistoria. Por lo tanto, la selecciOn que hacemos en las paginasque siguen debe ser considerada como una tentativa. Cabria adver-tir, en particular, que este capitol° versa sobre el cuerpo principalde teorfa econOmica Pura y que ignora casi por completo mochasmanifestaciones importantes (ie caen filen de los campos acade-mic° y profesional.

Ha sido habitual considerar los cambios operados en el aparatodel aroilisis econOrnico durante el decenio de los setentas comocleterminantcs de una revoluciOn completa en la economfa. Elclasicismo —se decfa— daha la mayor importancia a Ia producciOn,la oferta y el costo; la teorfa moderna se interesa principalmentepor el consumo, la demanda y la utilidad. El concepto de utilidadmarginal foe introducido para efectuar este cambio de los pintosconsiderados importantes, y desde entonces domina el pensamientoacademic° con autorida 1considerado no solo como una adiciOn a Ia "caja de herramien-tas" de la economfa, sino tambien como una innovaciOn vital delmetodo para tratar Ia ciencia.

Comparada con la teoria clasica de Ricardo, la escuela de lautilidad marginal present.' diferencias de genero muy marcadas.Pero el origen de eras diferencias hay que situatlo antes de laaparician del concept° de utilidad marginal en las ohms de Jevons,Meager y \Valras. Como hemos mostrado en el capitulo anterior,el progreso t6cnico que cultnin6 en las okras de estos pensadoresempezO con los sucesoles de Ricardo. Los elcinentos csenciales de

la tecnica moderna —la importancia que se da a la demanda y Iautilidad y el reconocimiento de la utilidad decreciente— fueronexpuestos por diversos autores de principios del siglo xtx. Su obraes a gora mejor conocida, y la continuidad del pensamiento desdesu tiempo hasta el nuestro empieza a ser reconocida. Si esta evo-luciOn tecnica implica un cambio importante en cuaneo a enfasisy a metodo de tratamiento es a McCulloch, Say, Bailey y Seniora quienes se debe que a Jevons y los austriacos, primeros respon-sables de ella.

Pero cualquiera que sea su fecha exacta, el cambio operado a par-tir del clasicismo es muy real. Sefiala una transformaciem importan-ce en el desarrollo del pensamiento econOmico postmercantilista, ysus comienzos hay que situarlos cronolOgicamente en el periodoque sigui6 a la termination de la obra de Ricardo. Puede admi-tirse que la decada de los setentas conoci6 un perfeccionamientoy sistematizaciem considerables del punto de vista subjetivo que sehabfa iniciado en la decada de los veintes. Los camhios que sefia-lan ese proceso de perfeccionamiento son bastante importantes enla evoluciOn de la economfa moderna y pueden ser identificadosfacilmente, aun despues de haher tenido en cuenta ampliamenteel gran namero de precursores de la escuela moderna. Esto esparticularmente cierto en lo que respecta a la importancia con-((Aida al Hue y() inetodo de estudiar los efectos de los pequenosincrementos y dec:rementos en las cantidades econOmicas.

Una interpretaciem de la escuela marginalista la ha proclamadola economfa de la clase rentista. 1 Enlaza la apaticiOn en la econo-

mfa de on metodo subjetivo y ahistOrico (que toma el consumocomo punto de partida) con la apariciOn de una clase de personasTie vive de "costar cupones". Esta clase ociosa —se dice— no es yauna parte del proceso de producciOn, y se interesa exclusivamenteen disponer del ingreso derivado de sus inversiones. Es la clase delos propietarios absentistas de que habla Veblen, y es natural que

del consumo. La falta de interës por el caracter social de la pro-ducciOn y por sus formas histairicas cambiantes, y el concentrar laatenciOn sobre la conducta de Robinson Crusoe, parecen asi con-vertirse en resultado directo de los catnbios estructurales del capi-talism() moderno.

F.sta interpretation Ito resiste la prueba del analisis serio; antela complejidad enormemente mayor del trahajo teOrico en lossicte Ultimos decenios, debe ser considerada, por lo menos, como

\ Pukli.iiw. no • /..,07/ool0 "'Theory of //,e I.ets;,,e Class. 1.,

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364 LA ECONOMIA MODERNA

CARACTER DE LA ECONOMIA MODERNA 365

una tosca yuxtaposiciOn de realidad y el pensamiento econOmicos.Hemos visto, a lo largo de este libro, que rara vez pucde estable-cerse una relaciern directa entre ambas cosas, aun en las etapasmas primitivas de la teorizaci6n econermica. En el decenio de lossetentas, del siglo pasado, cuando ya existia un cuerpo importan-te de teorfa econOmica, cuyo desarrollo ulterior estuvo en granparte a cargo de un cuerpo de profesionales muy institucionaliza-dos, presentar el marginalismo como la economic de Ia clase rentistatenia que ser considerado como una farza grotesca. Esta particu-larmente claro cuando recordamos los lejanos antecedentes de lanueva escuela y el hecho de que se la identificase en gran medidacon Austria, pats de desarrollo capitalista muy retrasado. La ver-dad es que la teorfa que habfa roto con el clasicismo y que, comohernos visto, hundfa sus rakes en el desarrollo del capitalismodel siglo xtx, hizo inevitables los cambios operados en el deceniode los setentas. Serfa mas acertado considerar el interes de la nuevateorfa por la conducta del individuo como una serial del progresode la filosoffa politica liberal.

Antes de abordar el estudio de los riltimos progresos de laescuela de la utilidad, merece la pena lanzar una ojeada a lascaracterfsticas de la economfa moderna y compararlas con las delsistema clasico. Un economista moderno podria formular el pro-blema cuyo estudio acomete en terrninos parecidos a los siguientes:lo primero con que se enfrenta el economista te6rico es unarealidad econOmica que, no obstante todas sus complicaciones,puede reducirse inmediatamente a una red de transacciones co-merciales en el mercado. Los fenOmenos superficiales son los de laoferta, la demanda y el precio. Se necesita relativamente poco es-fuerzo mental para reconocer estos factores en todos los mercadosque son teatro de la actividad econOmica moderna. Por lo quese refiere a los articulos y servicios que el individuo requieredirectamente para satisfacer sus necesidades, es facil de reconocerel caracter general de compraventa que reviste la conducta indi-vidual. Pero aun las transacciones del proceso productivo se ye quese resuelven tambibl en la compra y la yenta de materias primas,de bienes de capital, de capital dinero y de trabajo. As( pues, siconsideramos el sistema econOmico como un conglomerado enormede mercados interclependientes, el problema central de la investi-gaciOn econOrnica estriba en la explicaci6n del proceso de cambio,o mas concretamente en la explicaci6n de la formaciOn del precio.

No es que los economistas clasicos olvidasen los fenOmenos masobvios del mercado. Algunos de los analisis mas faciles de AdamSmith fueron precisamente los relativos a los efectos de la corn-

petencia en el mercado. Pero en todos las obras de los clisicosesta, ademis, subrayado el hecho de que el mecanismo del mer-cado requiere, finalrnente, ser explicado por conceptos mas fun-damentales, ya referentes a la conducta humana, ya derivados deuna concepciOn de la sociedad y de su evoluciOn histOrica. Deaquf que las explicaciones de la oferta y la demanda se basaranen una teorfa del valor de cambio de un tipo especial. La primerateorfa del valor-trabajo es un reflejo del propOsito de encontraresa explicaci6n "fundamental" del proceso econOmico.

Ya hemos visto que entre los economistas postcläsicos la teorfadel valor-trabajo sufri6 modificaciones importantes y finalmentefue abandonada. Sin embargo, muchos economistas sentfanla necesidad de una explicaci6n que fuera mas all y de los fenOme-nos de la oferta y la demanda, y el resultado fue la adici6n deuna subestructura psicolOgica que hizo de la teorfa post-ricardianadel valor una teorfa subjetiva del costo real. La introducciOn delelemento psicolOgico se advierte en la nueva importancia concedi-da a Ia utilidad y en el cambio de opinion respecto del trabajocomo determinante del valor. En vez de un gasto de esfuerzomensurable en unidades de tiempo, que es lo que el trabajo habfatendido a ser en Ricardo, en las posteriores teorfas del costo deproducciOn se convirtiO en expresiem de un sacrificio subjetivo,cuya inspiraciOn yenta del "esfuerzo y trabajo" de Adam Smith.

La importancia de la nueva teorfa era dsta: se basaba en la in-vestigaciOn continuada de algo mas que una teorfa del precio;pero con la transition de la actitud objetiva a la subjetiva pro-dujo un cambio fundamental en la relaciOn entre el anilisis eco-nOmico y sus antecedentes sociolOgicos. En casi todos los escritosclasicos el analisis econOmico iba aliado a una concepciem hist&rica de la estructura de la sociedad, subyacente en todo et. procesoecon6mico. En su lugar se puso la concepciOn de la sociedadcomo una aglorncraciOn de individuos. La teorfa subjetiva delvalor (aun en su primera forma de costo de producci6n) solo escompatible con una concepciem individualista, y aun "atomfstica",segim algunas de las formulaciones mas extremas, de la sociedad.

Sin embargo, en un sentido mas formal las teorfas clasica ysubjetiva muestran una scmejanza considerable. Como se ha sefia-lado, ambas se proponen dar una explicaci6n fundamental delproceso del cambio. La pri ► era pretende hacerlo entrando en laesfera de la producciOn y de las relaciones sociales que implica;la segunda, investigando el funcionamiento de las mentes de losindividuos, es cicci-, los promos psicoldgicos que dan por resul-tado determinada conducta en el mercado. Esta Ultima orienta-

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366 LA ECONOMIA MODERNA LA UTILIDAD MARGINAL 367

ciOn conduce, en definitiva, a la escuela moderna de la utilidadmarginal, que coma el consumo como punto de pa rtida. Otrasemejanza consiste en que las dos escuelas alegan habe: formuladoteorfas universalmente validas. Tanto la teoria (lelvalor-trabajocomo la que se deriva de la utilidad, parten de suimestos quepueden considerarse pertinentes a todos los sistemas sociales: una,parte del destino que ha de darse a los recursos, asunto que tieneque decidir toda sociedad; la otra, de las valuaciones subjetivasde los individuos, que siempre preceden o acompanan a la ofertay la demanda.

Sin embargo, hay diferencias. La teoria clasica estaba, en deli-nitiva, basada en una concepciOn un tanto exanime y mecanicade una sociedad estraficada en que se hada corresponder a lasfunciones del proceso econOrnico determinados grupos sociales.Esta identificaciOn (trabajo-salarios, renta-terratenientes, ganancia-capitalistas) se tomb por un tipo o patron implicit° pero inmu-table.

Las escuelas de Ia utilidad pretenden la validez universal por ttnaraz6n diferente: porque sostienen que formulan una teorfa delvalof independiente de todo orden social especifico. Sin embargo,no puede dudarse que en sus origenes la escuela de la utilidad tarn-biên fue influida muchas veces por el deseo de reforzar los aspectospotencialmente apologeticos de la teoria econOmica. La teoria cid-sica no era bastante fuerte para resistir los ataques del crecientemovimiento obrero. No podia defenderse 16gicamente Ia preten-sit:5n de que determinada estructura social —en particular cuando,como ocurria en la obra de Ricardo, dicha estructura contenfagraves antagonismos de intereses— fuera considerada como el finalde la histoi ia. Ni las condiciones existences podian hacerse tole-rables por la mera apelaciOn a leyes universales. La retirada dela teorfa objetiva del valor como producto del trabajo fue la re-tirada de esta posiciOn. Se realiz6 mediante la introducciOn de unsubjetivismo que dispensaba a los economistas de interesarse porun orden social determinado. Unos teoremas que habian sidoformulados sobre la base de que individuos iguales se dedican ala abstinencia, al trabajo y al esfuerzo, no podian decir nadaacerca de la cliferenciaciOn social real de esos individuos, sinoque la mayor parte de las veces estaban excelentemente acomoda-dos para la clefensa (por una falacia en clue han incurrido confrecuencia los sistemas de ideas dcrivados de la lilosofia del de-recho natural) de cualquier realidad existente por alejada queestuviera de los supticstos abstractos. El hecho de que el primeruse clue se dio a la nueva doctrina fuese reforzar la idea (le la

productividad del capital, mediante la introducciOn del concepto -de abstinencia, fue ideado, en las circunstancias del momento,para despertar la sospecha de que habia nacido una nueva ra-cionalizaciOn.

La teoria subjetiva del costo real- era, sin embargo, intrinseca-mcnte debil. Seguia considerando el trabajo como determinantedel valor, idea que habia tornado de otro sistema de ideas. Eradificil pacer que este concepto fuera plenamente psicolOgico, enparticular si la finalidad era tener un sistema uniforme de sacri-ficio que incluyese la "abstinencia". Era dificil conseguir la ecua-ciOn de la abstinencia del capitalista con el trabajo del obrero,aunque, como veremos, Marshall lo intent6 una y otra vez. Porconsiguiente, surgi6 la tendencia a abandonar el punto de vistadel costo de una manera mas completa de lo que hasta entoncesse habia hecho y sustituirlo por una analisis de la utilidad masplenamente desarrollado. La apariciOn de la escuela de la utili-dad marginal representa, pues, una ruptura con su pasado inme-diato, en el sentido de que es la conclusion 16gica del abandonode la teoria del valor-trabajo.

Tambien merece ser sefialada en esta etapa de nuestro estudiouna caracteristica de las rnanifestaciones te6ricas mas recientes,y es el aumento en nOrnero e importancia de las aportaciones noinglesas. La economfa politica clasica habia sido una ciencia casiexclusivamente inglesa. Se habia producido en el ambience eco-nOrnico mas avanzado que entonces existfa. Pero a fines del sigloxtx Inglaterra no era ya el cinico pals industrial del mundo; enrealidad, ya estaban actuando las fuerzas que acabarian por soca-var su pteeminencia. Y si bien la primera exposiciOn completa dela nueva doctrina proviene de un econornista ingles, su formula-ciOn en terminos particularrnente significativos para su desarro-llo ulterior fue obra de pensadores del continente europeo. Jevonsestaba afro influido por la filosofia utilitaria; pero Nfenger, elfundador de la escuela austriaca, dio a la nueva teoria unpretatiOn no utilitaria y asi le proporcion6 credenciales meto‘lo-16gicas nuevas y, en definitiva, mas efectivas.

2. LA UTILIDAD MARGIN \ L

:1) licimann Heinrich Gossen. La primera generación de teOricosmodernos de la utilidad marginal la integran la famosa trinidad

Stanley Jevons, Carl Mengcr y Leon \Valras. Pero haypoi- In menos otro ant or clue no podemos dejar de mencionar en

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368 LA ECONOMIA MODERNA

LA UTILIDAD MARGINAL 369

su companfa. No nos ocupamos de Gossen en el capitulo anterior,porque es un anticipador mas bien que un precursor. No ejerci6influencia ninguna durante su vida. Su libro, Fntwicklung derGesetze des menschlichen Verkehrs und der daraus fliessendenRegeln fur menschliches Handeln, permaneci6 totalmente ignora-do durante muchos arms. De su primera ediciOn (1854) se ven-dieron muy pocos ejemplares, y el amargado autor retir6 el librode la circulaciOn. Unicamente despues de su redescubrimiento enel decenio de los setentas y de haber sido alabado por Jevons yWalras, fue reeditado en 1889. Desde entonces, Gossen no soloha sido reconocido como iniciador, sino que sus teoremas haninfluido en el pensamiento econ6mico, despu6s de haber sido da-dos a conocer por otros.

El analisis que hate Gossen de las leyes de la conducta. humanase caracteriza por estos rasgos: utilitarismo decidido, panto (levista dcl consumo y metodo matematico. Con referencia a este

Gossen declara en su prefacio que la economfa se ocupade los resultados producidos por una combinaciOn de fuerzas yque es imposible determinar dichos resultados sin la ayucla delas matematicas.2 Gossen empieza por asentar que el objeto decoda la conducta humana es lograr el maxim° de goce. De aquisu manera de enfocar las cuestiones. Es necesario examinar elmodo como se produce el goce. Gossen formula ciertas leyes delgoce humano, dos de las cuales, conocidas ahora como primera yscgunda leyes de Gossen, son las mas importantes.

La primera de dichas leyes formula de manera explfcita el prin-cipio de la utilidad decreciente: "La cantidad de uno y cl mist-nogoce disminuye constantemente a medida que experimentamosdicho goce sin interrupciOn, hasta que se llega a la sacieclad."5Gossen ilustra esta idea de la saciabilidad de las necesidades conejemplos muy conocidos, tales como el goce decrecientc que pro-ducen los bocados sucesivos de alimento. Pero qued6 reservado alos marginalistas posteriores exponer este principio en terminosmas relativos.

La segunda ley de Gossen se refiere a la manera como puedeconseguir el maxim° dc todos los goces. "Para obtener Ia cantidadmaxima de goce, un individuo que puede elegir entre muchos perono disposer de tiempo suficiente para procutarselos todosnamente, esta obligado, por much° quc difiera la cantidad ab-

IL II. Gossen, Entwicklung der Gesetze des menschlichen i lerhell y s undder dnraus Itiescender: Regeln fur menschliches Handel?) (1889), pp. vi y

Ibid., pp. 4-5.

soluta de los goces individuales, a procurarselos todos parcial-mente, aun antes de que hays terminado el mas grande de ellos.La relaciOn entre ellos tiene que ser tal que, en el momento enque son discontinuados, las cantidades de todos los goces soniguales." 4 De esta manera tan pesada formul6 Gossen el principiode que el placer maxim° resulta de un nivel uniforme de necesi-dad-satisfacciOn. La segunda ley se deduce de la primera y delpostulado adicional de quc es imposible obtener la plena satis-facciOn de todas las necesidades. En seguida vcremos que papelrepresentan ahora estas leyes en la teoria econ6mica.

El resto de la obra de Gossen es una elaboraci6n de estas leyes.El valor de una cosy se rnedira por completo en relaciOn con elgoce que puede procurar.5 Debido a la action de la primera ley,las unidades individuales de un mismo bien tendran valoresdiferentes segilit la cantidad (pie de cllos se posca; mas all y decicrta cantidad, unit unidad dejata de toner valor en absolutO.8El valor debe concebirse solo en terminos relativos. "Nada delmundo exterior posee valor absoluto"; el valor depende por com-pleto de Ia rclaciOn entre el objeto y el sujeto. 7 Los objetos quepueden poster valor cabe clasificarlos como bienes de consumo,los que son inmediatamente capaces dc proporcionar goce; bienes"de segunda clase", que se necesitan conjuntamente para obtenerel goce (los que hoy se llaman bienes complernentarios); y "bie-nes de terreta clase", los usados en la produccidn de los otrosbienes. 9 El trabajo quc crea rnedios de goce tambien va acompanadode "dolor" (o "desutilidad"). De ahi se siguc que podemos aumen-tar nucstro goce por el trabajo mientras se estimc que el goce re-sultante supera al dolor que implica el trabajo. 9 De las dos leyesse sigue el cambio. El cambio es ventajoso para un individuo"hasta que los valores de las Ultimas unidades de los dos artIculosque tiene en su posesiem lleguen a ser iguales". 1° Asf pues, el librode Gossen contiene los principales clementos de la teorla jevonianay austriaca. I lasta el aparato geometric° y algebraico esta alit perolas circunstancias del momento no estaban maduras para un usetan decidido del metodo subjetivo. Con Jevons empieza un nuevoreinado.

' Ibid., p. 12./bid., p. 24.Ibid., p. 131.ibid., pp. 46 17.Ibid., pp. 21-28.Ibid., IL 38.

'^ Ibid., p.

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370 LA ECONOMIA MODERNA LA UTILIDAD MARGINAL 371

b) William Stanley Jevons (1835-82). Jevons trabaj6 mucho encampos diferentes del de la teorfa pura. Su Investigations inCurrency and Finance, publicado pOstumamente en 1884, contie-ne muchos artfculos sobre problemas de economia aplicada querevelan que Jevons se interesaba particularmente —y a menudocon exito— en enlazar la investigaciOn estadistica con el analisiste6rico. En uno de esos trabajos, que figura entre sus • primerosescritos, The Serious Fall in the Value of Gold, estudi6 el efectoque sobre los precios tiene un aumento de la oferta de oro; y enese y en otros trabajos impuls6 considerablemente el estudiode los ntimeros indices. The Coal Question (1865) es un serioesfuerzo por servirse de la infonnaciOn estadistica para demostrarla probabilidad de un agotamiento prOximo de los recursos carbo-nfferos de Inglaterra. Aunque no del todo feliz en sus conclusionesmas, lejanas, indudablemente Ilam6 Ia atenciOn hacia un factorque todavfa sigue actuando. Por otra parte, el esfuerzo de Jevonspor elaborar una teoria de las crisis a partir de material empiricofue un fracaso. La teorfa de las "manchas solares", que establecfauna relaciOn entre el ciclo de las cosechas y el comercio, y atri-bufa aquë1 a fluctuaciones meteorolOgicas peri6dicas, ahora hacafdo en desuso, aunque la teoria de Moore sobre los ciclos eco-n6micos generativos es afin a ella.

Pero la obra de Jevons se extendi6 mas all y de los limites de laeconomia, pura o aplicada. Por mucho que haya deseado mante-nerse en el estrecho sendero de la teorfa acaclemica, fue llevadoal estudio de problemas de politica econennica. Su aportaciOn noes voluminosa; la Unica exposiciOn amplia que biz() se contiene enThe State in Relation to Labour (1882). Es de inters considera-ble porque revela la persistencia e intensificaciOn de las dificulta-des de la doctrina del laisser faire que ya hemos encontrado enMill. La posiciOn general de Jevons al comienzo parece basarseen el primitivo principio utilitario de la viabilidad. Segtin el, "nopodemos sentar normas rigidas y precipitadas, sino que tenemosque tratar cada caso en detalle y segtin sus meritos. La experien-cia especffica es nuestra mejor gufa, o el experiment° expresocuando sea posible, pero la verdadera dificultad esta en la inter-pretaci6n de Ia experiencia. Estamos reducidos a equilibrar lasprobabilidades antag6nicas del bien y del mal." 11 Pero —diet >enel mismo lugar— "hay que tener en cuenta todas las consecuenciasde un acto propuesto".

Lo posici6n de Jevons, aun con esta salvedad, no puede pare-

" W. S. Jevons, The State in Relation to Labor (1882), pp. v y v:.

cerle satisfactoria a un economista liberal que tree en la existenciade un argumento econ6mico en favor del laisser faire como normageneral de politica. Y realmente Jevons mismo parece haberse.dadocuenta de su caracter insatisfactorio, porque exceptuaba especf-ficamente la protecciOn contra la competencia extranjera del prin-cipio general de juzgar cada caso por sus meritos. Se llama a simismo "partidario ferviente de la libertad de comercio" y da aentender que no considera esta doctrina como incongruente conlas medidas de intervention en el interior del pais que estabadispuesto a apoyar. 12 Pero habfa una contradicci6n manifiesta yfundamental, y su presencia revela el grado en que las reclama-ciones de Ia clase trabajadora estaban presionando y obligando aconcesiones que tenfan que ser justificadas en el terreno te6rico.En el campo del comercio exterior, el laisser faire era todavfa lapolitica mas ventajosa para Inglaterra, y no habfa, por consiguien-te, necesidad de abandonarla en teoria. Asf, Jevons ensanch6 no-tablemente la brecha abierta ya por Mill, y mas tarde tendremosocasiOn de referirnos al modo como fue mas ensanchada adn porel sucesor de Jevons.

CuaIesquiera que sean los meritos de Jevons como estadistico ysu importancia en el desarrollo del pensamiento politico, su de-recho a la notoriedad descansa principalmente en su aportaci6na la teorfa pura. El fue quien hizo con los fragmentos dispersosdel antiguo analisis de la utilidad una teoria del valor, del cam-bio y de la distribuciOn. Ya en 1862, en un trabajo lefdo en laSecci6n F de la British Association, habfa dado a conocer la ten-dencia de sus ideas. En ese esbozo de una "teorfa matematica ge-neral de la economia politica" 13 expres6 su creencia en que lasleyes de la economia podfan reducirse a unos cuantos principios ex-puestos en terminos maternaticos, y en que esos principios tenfanque ser derivados de "los grandes resortes de la action humana, lossentimientos de placer y de dolor"." Y su obra principal, TheTheory of Political •Fronnray, public-aria por ve7 primera en 1871,repite y amplia la vindicaciOn de la abstracciOn y del inetodo ma-tematico, junto con una referencia explicita al hedonismo.

Como estadistico que era, Jevons no negaba que los estudiosempiricos fueran parte esencial del conjunto de los estudios eco-n6micos; pero queria que las leyes esenciales de la economia tuvie-sen un caracter tan general que pudieran ser justamente compa-

" Ibid.Reimpreso como Apcc ndice III en W. S. Jevons, The Theory of Political

Economy (1924)." Ibid., p. 304.

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372 LA ECONOMIA MODERNA

radas con las leyes de las ciencias fisicas, las cuales "se fundamen-tan mas o menos obviamente en los principios generales de la me-canica"." La economia se pared a mucho "a la ciencia de la meth-nica estatica"." La analogia se extendia al mêtodo: la eco-nomia habfa de teller un catheter tan matematico como las cien-cias fisicas. Las razones de esto estän expresadas en terminos querecuerdan a Cournot (cuya obra no conocia Jevons en aquel tiem-po). "Me parece a mi que nuestra ciencia Ilene que ser matemdlica,sencillamente porque se ocupa de cantidades. Siempre que lascosas estudiadas son susceptibles de ser mayores o rnenores, lasleyes y relaciones tienen que ser de catheter matemätico... Loseconomistas no pueden cambiar su naturaleza solo con negarlesel nombre... Que las leyes matematicas de la ciencia econOmicase expresen con palabras o por los simbolos usuales, x, y, z p. q,etc., es cosa accidental o de pura conveniencia."17

Esta opiniOn del catheter de la economia no llev6 a Jevons,como habfa llevado a Cournot, a limitarse a enunciar los principiosgenerales de las relaciones entre la demanda, la oferta y el precio.Critic6 a Cournot por su inter& exciusivo en el sistema de lainterdependencia funcional entre esas cantidades que se observa.en el mercado. "Cournot —dice— no forjO ninguna teorfa defini-tiva del fundamento y naturaleza de la utilidad y el valor";" ymas adelante: "Cournot no retrocede a una teorfa de la utilidad,sino que comienza con las leyes fenomenicas de la oferta y lademanda."" Jevons se propuso dar una exposiciOn maternatica delas leyes del mercado, asf como una teorfa "definitiva" del valor,sobre la cual creia que descansaban dichas leyes.

El principio fundamental de esa teorfa es la afirrnaciOn de que"el valor depende por entero de la utilidad". 20 La aceptaciOn deeste principio central le parecia a Jevons que marcaba una innova-ciOn del pensamiento econOmico. Solo mas tante se dio cuenta dela medida en que se le habfan anticipado pensadores anteriores;pero cuando expuso por primera vez sus opiniones, la tradiciOn, ri-cardiana —es cierto que en su forma atenuada— era aim suficiente-mente fuerte para hacerle considerarse a si mismo un revolucio-nario.

Su innovaciOn fue bastante importante. Los clasicos y sus conti-

Ibid., p. xvIi." Ibid., p. vit." Ibid., PP . 3 y 4." Ibid., p. xxix." Ibid., p. xxxi." Ibid., p. 51.

LA UTILIDAD MARGINAL 373

nuadores no habfan desconocido la utilidad; Adam Smith, enparticular, habfa subrayado su importancia. Pero nunca se le ha-bfa considerado base adecuada para una explicaciOn del valor decambio, a causa de las notorias discrepancias que hay entre ellos.La teorfa clasica del valor era objetiva, es decir, se referla al con-junto de la actividad econOmica de la sociedad. Con tal actitud,era natural que los clasicos ignorasen los factores individuales sub-jetivos. Es en este respecto donde Jevons efectu6 un cambio im-portante quc hizo posible por primera vez formular una teorfa delvalor basada en la utilidad, como alternativa a la teorfa clasica.Su punto de partida fue el individuo y sus necesidades; y parael estudio de la conducta individual encontr6 al alcance de lamano una filosofia completa cuyo objeto era precisamente formu-lar los principios de la Reckon humana. Ademas, la filosoffa hedo-nista se presentaba en una forma que parecIa hacerla especial-mente adecuada para los metodos maternaticos.

En consccuencia, Jevons etnpieza con una teorfa del placer y eldolor basada en A Table of the Springs of Action de Bentham.Aquf se considera al hombre como una maquina de placer; sufinalidad es llevar este al maxima. Luego se define la utilidadcomo la cualidad que posee un objeto de producir placer o evitarel dolor, "a condiciOn de que se tome como 6nico criterio en laocasiOn de to que es o no es 661 la voluntad o inclinaciOn dela persona inmediatamente interesada" 21 En otras palabras, Ia uti-lidad no es una cualidad intrinseca, sino que expresa una relaciOnentre un objeto y un sujcto. Sin embargo, solo puede Ilegar a serconcepto importante en una teorfa del valor si la utilidad totalde una mercancia es cuidadosarnente diferenciada de la utilidadque un individuo, en un momenta dado, atribuye a una parte deaquella mercancia. Jevons examina, de una manera que recuerdaa Gosscn, cl elect() de los cambios de la cantidad total de unamercancia sobre la utilidad que tienen para una persona partesde la misma, y concluye quc los incrementos sucesivos reducenIa utilidad de calla unidad. Asf se distingue, en cualquier punto, lautilidacl del grado de utilidad, de donde resulta el concepto de"grado final de utilidad". Esta expresiOn denota "el grado de uti-lidad de la Ultima adiciOn, o de la posible edition siguiente, deuna cantidad muy pequclia, o inlinitamente prquena, del acervoexistente",22 y se convicrte en el concepto fundamental de la teo-lia de Jevons sobre el cambio y la distribution.

" Ibid., p.p. 51 .

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La esencia de la explicaciOn que da Jevons de Ia formaciOn delvalor de cambio y del precio se encuentra en su adaptaci6n de lasegunda ley de Gossen. De acuerdo con dicha ley, Jevons afirmaque, cuando una mercancfa es capaz de satisfacer necesidades envarios usos diferentes, se distribuira en ellos de modo tal que sugrado final de utilidad sea el mismo en cada uso. De aqui pasa,por medios un tanto toscos que hubieron de ser afinados mistarde, a la conclusion de que, cuando dos individuos cambian dosmercanclas, la rathn del cambio "sera la reciproca de Ia razOnde les dos grados finales de utilidad de las cantidades de mer-cancfa disponibles para el consumo despues de verificado el cam-bio".23 Dicho de otro modo, en equilibrio, o sea en una situaciOnen que ninguna de las partes pueda obtener ninguna ventaja Inascontinuando el cambio, la utilidad marginal para cada participan-te sera proporcionada al precio. De aqui se sigue que "una per-sona distribuye su ingreso de manera que resulte igual la utilidadde los incrementos finales de todas las mercancfas consumidas".24(Es preciso advertir que esta formulaciOn no la aceptarfan en laactualidad los partidarios de la escuela marginalista.)

Jevons no tuvo mucho exito en el desarrollo detallado de suteorfa del cambio. Tod) a te6ricos posteriores presentar un argu-mento mas plausible para relacionar las estimaciones subjetivasde los individuos con la formaciOn de los precios de mercado. Seha dicho que Jevons mismo —no obstante la gran importanciaque concede a la utilidad— abandon6 a medio camino su intentode dar una explicaci6n del origen del valor en funciOn de la uti-lidad, en favor de una teoria puramentc "funcional". Considerabael precio de mercado como dado, y describi6 su relaciOn con lascantidades y los grados finales de utilidad solo cuando el eqa:/i-brio ya se habfa alcanzado.25

Pero ya hemos visto que incluso la exposiciOn que Jevons hatede esa relaciOn es defectuosa. Para estructurar en una teoria va-. j- ivasde los inclividuos y sus esfuerzos por alcanzar el maxim() de sa-tisfacciOn (incluido el cambio), Jevons empleO dos conceptos muytoscos: el tie la "ley de indiferencia" y el del "cuerpo comercial".La diferencia de precios —dice Jevons— tiene que deberse a ladiferencia de preferencias. Como es evidence que a una persona leha de dar lo mismo obtener esta o aquella parte de una mercan-

n Ibid., p. 95." Ibid., p.m

Hans Mayer. - Der Eikeinittliswei t der lunktiuntllcn l'reistheolDie Wirtschaltstheolie der Cegemealt, vol. a (1932), pp. 181-82.

LA UTILIDAD MARGINAL 375

cia perfectamente homoenea, no puede haber dos precios en unmercado para el mismo artfculo at mismo tiempo. Como han de-mostrado economistas posteriores, principalmente Walras, Edge-worth, Marshall y Wicksell, esta ley de indiferencia solo expresa(torpentente) el supuesto de la competencia perfecta.

El concepto del cuerpo comercial ester min mäs expuesto a obje-ciones. Jevons entiende por tal todo grupo de compradores ovendedores, desde un solo individuo hasta el total de los habi-tantes de un pals. Jevons aplica sin modificaciOn su teorfa delcambio entre dos individuos al caso del cambio entre una multi-tud de compradores y vendedores. Pero este procedimiento no es-taba justificado, pues confundia el problema de Ia competencia.Como muy acertadamente observ6 Wicksell, en el tratamiento queJevons cia al asunto, el cambio competitivo no se diferencia delcambio aislado (es decir, el cambio entre dos individuos). 26 Y enesta situacidn, que Jevons tampoco analiz6 plenamente, podrfansatisfacer las condiciones del equilibrio muchos precios. Edgeworthscponia caritativamente que los cuerpos comerciales de Jevons eranen cierto sentido comerciantes tipicos;" pero es 'evidence que esteentendia que representaban el conjunto de compradores y vende-dores que actaan en condiciones de competencia perfecta. Para estasituaciOn ided sus ecuaciones del cambio. Represent6 el equilibriodel cambio de este modo:

4) / (a-x) y 4)2 (x) = — =

ilf , (y) x 412 (b-y)

donde a y b son las cantidades totales de dos articulos, x e y, lascantidades respectivas que han cambiado de manos (por tanto, y/xel precio), y las diferentes funciones los grados finales de utilidad.Pero no explica en ningiin lado como se determinaban esas uti-lidades marginales colectivas. En realidad, lo que tenia en men-

;mite que la razOn del cambio es indeterminada dentro de ciertos

mites. QuedO teservado para Walras y otros demostrar la rela-ciOn que hay entre la utilidad marginal, la demanda y el precioen regimen de competencia, y sus analisis forman boy parte acep-tada de la ex pl caciOn del precio de la teoria del valor.

Por truly lejos que Maya estado Jevons de dar una teoria sub-

K. 'Wit ksell. Cher Wert, kapital find Rente (1893, London School ofonmoh epi 19311)• p.n K. Edgeworth, Mathematical Psychics (1881, London School of Eco-

nomics Reprints, 1932), p. 109.

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jetiva cotnpleta, su abandono de la teoria del valor-trabajo es to-tal. New') que el trabajo pudiera ser considerado como la fucntedel valor: El trabajo empleado en in producciOn de una mercan-cia era cosa "perdida para siempre", 28 y no podia influir en elprccio que alcanzaria un articulo en el mcrcado. Sin embargo,Jevons admitia que, como el grado final de utilidad (del coaldepende el valor) podia ser alterado por cambios en In ofcrta,el trabajo podia afectar indirectamentc el valor. La rclaciOn era:"El costo de producciOn determina la oferta; la oferta el gradofinal de utilidad; y el grado final de utilidad el valor."25

Jevons definia el trabajo en terminos puramente subjetivos, y,por analogia con su teorfa de la utilidad formule) una teoria de ladesutilidad analoga a la que formule) despues Marshall. La cscuelainglesa de la utilidad marginal tendid durante mucho tiempo,despues de Jevons, a conservar el concepto de la desutilidad deltrabajo, afirmando que ayudaba a determinar el valor mediante suinfluencia en la oferta de trabajo. En otras palabras, Jevons y susdiscipulos ingleses evidentemente anFelaban no romper del todocon la tradiciOn postclasica. Jevons se limitel a aliadir in utilidadal aparato cxplicativo ya existence. La relaciOn de equilibrioentre el trabajo y la utilidad era tal, que "los incrementos de uti-lidad derivados de las diversas ocupaciones [del trabajo]" eraniguales. Se necesitaba otra relacidn para que el equilibrio pudieraser plenamente detcrminado. Esta se Baba en in afirmaciOn deque "seplolongara el trabajo hasta que el increment° de utilidadde cualquiera de los empleos tt ocupaciones compense exactamen•to el incretnento de esfuerzo"." En palabras de Edgeworth: "min-dad y desutilidad son variables independientes de csa expresiOn,cuyo maximo determina el equilibrio econOmico".31

Jevons no produjo una teoria comprensiva de la distribuciOn.Quien intent?) investigar las consecuencias de la teorfa del valorcomo producto de la utilidad en la esfera de Ia distribution,su contemporaneo austriaco. Jevons adopt() sin grandcs modifica.dunes la teoria chisica de la renta, y esto casi le llevO a una teoriade los salarios basada en la productividacl. Todo trabajador —dice-busca el trabajo en Tie sus facultades peculiares producen mayorutilidad, medida por lo que otras personas estAn siempre dispues-tas a pagar por su producciOn. Asi puts, los salarios son eviden-

IV. S. Jc. vons, The Theory of l'olitiral Economy, p. 161.71 !bid , p. 165."' !bid , pp. 18'1-5.

V. Edgeworth, Papers ?elating to l'olitical Eronomy (1925), volumcnlit :p.

LA UTIL1DAD MARGINAL 377

temente efecto y no causa del valor de la producciOn." 32 Pero nodesarro116 csta idea para convertirla en una teoria de la produc-tividad marginal. MAs atin, cuando liege) a tratar especificamentede los salarios, abandon() In explicaciOn anterior en favor de otra.

que Ia teoria del fondo de salarios no era sino un axio-ma y rechath tambien la teorfa clasica de Ia subsistencia. Con-cluyO, en cambio, que "los salarios de un trabajador coinciden,en definitiva, con lo que produce una vez deducidos le renta, losimpuestos y el interes del capital". a3 Se defincn, pues, los salarioscomo la participaciOn residual del producto total. Sin embargo,la doctrina del fondo de salarios entra en la teoria como expli-caciOn del mecanismo a corto plazo de la determinaciOn de lossalarios. Los capitalistas invierten capital y compran trabajo deacuerdo con los cAlculos que hacen de los mercados. "Mantienenel trabajo antes de conseguir resultados", y si los resultados sonsuperiores a lo que esperaban, haran grandes ganancias. Pero lacompetcncia aumentara y hara que esas ganancias bajen al tipomedio, apropiAndose ahora los trabajadores el exceso anterior enforma de salarios nuis altos o los consumidores en forma de preciosmAs bajos; o bien lo compartirin aquellos y estos."

La teoria de Jevons acerca del capital tiene un sabor Inas mo-derno. Esta expuesta un tanto oscuramcnte en Theory of PoliticalEconomy; pero su esencia se parece a In de los austriacos. Segt'inJevons. la funciOn del capital es permitirnos "hater un grandesembolso en la adquisiciem de herramientas, mAquinas u otrostrabajos preliminares, que tienen por Unico objeto la producciOnde alguna mercancia importante, produiciem que facilitarangrandementc cuando in emprendamos". El capital nos perrnite su-perar el "tiempo que transcurre entre el principio y el final deltrabajo".35 Y "cualesquiera mejoras en la oferta de mercanciasque alarguen el intervalo medio entre el moment° en que se ma.-liza el trabajo y aguel en que qucda realizado su resultado ofinalidad, clichas mejoras dependen del emplco de capital"." Lamayor productividad de los procesos que implican un period° detiempo —los que mAs tarde !labia de Ilamar BOlun-Bawerk pro-cesos "inditectos" (ioundobout processes)— solo puede conseguirsecon el cmpleo de capital (que, en Ultimo termino, consists "en

\ S. Je% u p s, of;. cit., p.p. 270.p. 2;1.

'' lbirl., p. 22.1.

'" p. L':28 -9.

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las mercancias necesarias para sostener a los trabajadores"), 87 y latasa de interes que es "la tasa de aumento de la producci6n (oca-sionada por el alargamiento del period° de producci6n) divididapor la totalidad de la producci6n"." Jevons conserva el elementoabstinencia; pero la relaciOn entre el sacrificio de la abstinenciay la productividad del capital como determinante de la tasa deinter& no esta explicada. Puede decirse que Jevons se detuvo enel umbral de la teorta de la productividad marginal.

Quizis valga la pena, antes de terminar, decir unas palabras mssscbre el fracaso de Jevons en la teoria del cambio. El recursoprimitivo —y manifiestamente equivoco— de los cuerpos corner-ciales fue un intento por pasar de las valuaciones subjetivas delos individuos a la formaciOn del precio en regimen de competen-cia. Con su finalidad tecnica se relacionaba otra: el deseo de daruna justification econ6mica de la libre competencia y del laisserfaire. Jevons neg6, tan explIcitamente como despues de el lo hizoWicksteed, que las valuaciones subjetivas de un individuo pudif-ran compararse con las de otro. "No veo el modo —decia— de queesa comparaci6n pueda hacerse... Pero aunque pudiesemos corn-parar sentimientos de diferentes personas, no necesitariamos hacerlo,porque una mente solo afecta a otra de manera indirecta. Cadaacontecimiento del mundo exterior se representa en la mente porun motivo que le corresponde, y la voluntad se decide despues decontrapesarlos... Cada persona es para las demas una parte delmundo exterior... Asi, los motivos presentes en la mente de Apueden originar fen6menos qua quizas estan representados pormotivos en la mente de B; pero entre A y B hay un abismo. Deahi que la valoraciOn de los motivos haya de estar siempre confi-nada en la intimidad del individuo.""

Y, sin embargo, Jevons no pudo librarse por compieto de sutradicidn utilitaria. No obstante su extremado hedonismo

oper6 con un concepto —el cuerpo comercial— que im-plicaba la suma (o el promedio) de muchas escalas individualesde valores subjetivos. Esa operaciOn no sOlo permiti6 a Jevons elu-dir un problema tecnico dificil, sino que tambien introdujo (porimplicaciOn, mss bien que explicitamente) la idea de que la librecompetencia lleva la satisfacciOn al maximo en todos los sectores. Siel cambio entre dos individuos se realizaba de acuerdo con la se-gunda ley de Gossen pasta que ambos alcanzaran la maxima satis-

" Ibid., p. 223." Ibid., p. 246.

Ibid., p. 14.

LA UTILIDAD MARGINAL 379

faccien, la idea de Jevons acerca del cambio sujeto a competenciaimplicaba el maxim° de satisfacciones sociales. Podia esperarseque al poner de manifiesto el error en el analisis tecnico, quedaradestruida :a implicaciOn; pero tenia ista rafces demasido profun-das, y muchos economistas posteriores, que usaron un aparatotecnico ma 3 refinado, todavia siguieron aferrados a una implica-cien similar siempre que se trataba de problemas de politica.

c) Carl Menger (1840-1921). Aunque mss importante que Jevonsdesde el punto de - vista de la teoria de hoy en dia, podemostratar con mayor brevedad a Menger porque su obra ofrece precisa-mente la cualidad de que carecfa la de Jevons: un alto grado decoherencia. Cualquiera que sea nuestra opiniOn acerca de la posi-ciOn que Menger representa, su aportaciOn personal a dicha teoriase caracteriz6 por la gran atenci6n que presto a los requisitos deun sistema comprensivo. Asf, le resulta fad' al cronista resumir suobra.

Las aportaciones de Menger a la economia pueden clasificarsebajo tres epigrafes principales: metodo, dinero y teoria pura. Delprimero ya hemos tratado al estudiar la escuela hist6rica; bastardcon atiadir una o dos palabras acerca de la relaciOn existente en-tre la posicidn metodolOgica de Menger y su trabajo analitico. Ensu Untersuchungen insiste en que el metodo econOmico debedescansar sobre una base individualista. Afirma que los fen6menosecon6micos de la sociedad no son la expresi6n directa de algunafilet-La social, sino sOlo las resultantes de la conducta de los indi-viduos, de los wirtschaftende Menschen (de los hombres dedica-dos a la actividad econOmica), como el los llama. Para compren-der el proceso econOmico total, hay que analizar sus elernentos:la conducta de los individuos." Como Jevons y Gossen, Mengerskia at individuo en el centro del cuadro; pero lo 'lace de un

modo completatnente diferente al de esos pensadores y al de otrosautores postclasicos que habian sido influidos por la filosofiahedonista. Menger sostiene que el punto de vista "atomistico" esuna necesidad metodolOgica y que no tiene implicaciones eticasni filosoficosociales. El fue, pues, el primer() en intentar elaboraruna teoria subjetiva del valor libre de todo supuesto hedonista.

Aqui podemos !lacer poco mss que mencionar su ()lira en elcameo del dinero. EscribiO muchos articulos ). memoranda sobre

"' Carl Mengel-, Collected Works, vol. It: Untersuchungen iihei die Methodeder Socialwis.sen,chal ten owl der Politischen Okonornie in0)emodere (Lon-don School of Economics Reprint, 1933), pp. 82-88.

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refouna monetaria austriaca que siguen siendo aportacionesitnportantes a la teorfa aplicada del dinero. Su exposiciOn prin-cipal sobre teorfa monetaria pura esta contenicla en un largo ar-ticulo, Geld, publicado por primera vez en Handwiirterbuchder Staatswisse nschaften en 1892." La mayor importancia de estetrabaj o estriba en que es la primera aplicaciOn de la teorfa sub-jctiva del valor a los problemas del dinero. Ha servido de basea muchas obras modernas sobre teorfa monetaria, y contiene unade las mcjores exposiciones breves de la funciOn del dinero en elproccso del cambio y en la formaciOn del precio.

Sin embargo, donde la fama de Menger descansa es en su teo-rfa subjetiva del valor, la que desarrolla en su primer libro,Grundsatze der Volkswirtschaftslehre, publicado en 1871, elnrisino afro quc Ia Teoria de Jevons. Menger empieza con lo queevidentemente considera los dos polos de la actividad econ6-mica: las necesidades humanas y los medios de satisfacerlas. De-fine la utilidad en un sentido relativo, es decir, como la capacidadde una cosa para ser puesta en relaci6n causal con una necesidad.Las cows quc poseen esa capacidad se convierten en mercanclascuando la necesidad esta presence, cuando la relaci6n causal esrcconocida por el individuo que experimenta Ia necesidad, y cuan-do ese individuo puede aplicar la cosa a la satisfacciOn de dichanecesidad . Estas mercanclas pueden clasificarse por dos razonestecnicas en mercancfas de primer, segundo, tercer orden y deorden superior. Las primeras (por ejemplo, el pan) son las quesirven directat nente para satisfacer necesidades; las tiltimas (porejemp l o, Ia harina, el molino, el trigo, etc.) solo satisfacen lasnecesidades indirectamente: son necesarias conjuntamente paraproduc i r las mercancias ae primer orden. Su propiedad de sermercanclas depende totalmente de nuestra capacidad para dispo-riff a un misino tiempo de todas las mercancias (complementa-rias) necesarias para un fin determinado.

El objeto de esta clasificaciOn es destacar las condiciones tecni-cas de la producciOn (que adquiercn despu6s importancia en lastrot las de la producciOn y del capital) y establecer inmediatamen-re luta lclaciOn entre el valor de las mercancfas de primer orden(las de importancia inmediata para los wirtschaftende Mensch) y

el valor de las mercancias de producciOn de todas clases. Cuandollega a ocupatse de este problema, ',Wenger puede desartollar cl

f.,ta, junto con sus otras obras sobre moneda, forma el volumenoihrilten 6c(itheolie und Wiihrurtg;polilik) de Ia ediciOn de as obras

de Mengel- publicada por la London School of Economics (1916).

LA UTILIDAD MARGINAL 381

aspecto de Ia productividad de los factores de la producci6n queSay y otros habian tratado de introducir.

La siguiente clasificacian de las mercanclas se basa en su rela-ci6n cuantitativa con las necesidades. De todas las relaciones po-sibles, Ia mas importante es aquella en que la cantidad de mer-cancfas es menor que la necesidad que hay de ellas. Esaa mercan-cfas son mercanclas econOmicas; el individuo tiene que economi-zarlas, pues sabe quc no puede perdcrse ni abandonarse ningunacantidad de ellas sin sacrificar La satisfacci6n de las necesidades.Esta linea divisoria entre mercancias econ6micas y no econ6micas

Coil es permanente; las mercanclas pueden pasar de la categorfa deecon6micas a la de no econ6micas, y viceversa, al cambiar las ne-cesidades, la oferta de las mercancfas, la têcnica, etc. Cuandoestan en la clase de las econ6micas puede decirse que poseen"escasez", termino que los pensadores ingleses anteriores no habianasimilado nunca plcnamente al sistema. Auguste Walras, padrede Leon, 'labia empleado "rareza" (rarete) en un sentido muyparecido al mengeriano. Pero Menger, sin usar la palabra, fue elprimero que expres6 con precision esta relaci6n cuantitativa entrefines y medios a que ahora se aplica la palabra.

La teorfa de Menger sobre el valor se deriva de su estudio delas mercanclas econ6micas. El hecho de que un individuo se decucnta do la naturaleza econOmica de una mercancia origina ensu mente un juicio que llamamos valor. Segitn las propias Pala-bras de Menger, "valor es la importancia que las mercanclas con-cretas o determinadas cantidades de ellas adquieren para nosotrospor el hecho de que sabemos que la satisfacciOn de nuestras nece-sidades depende de que dispongamos de dichas mercancfas". 42 Elvalor nace de la limitaci6n de las mercanclas en relaciOn con lasnecesidades, y es esto lo que da a esas mercancfas su caracter eco-nOmico. Los bienes ilimitados no pueden poseer valor, porqueno hay ninguna necesidad cuya satisfacciOn dependa de que dis-pongamos de alguna cantidad de alos.

CtSrno se detcrmina este valor subjctivo? Sabemos —dice Men-ger— que experimentamos distintas necesidades con diferente in-tensidad: unas, aquellas de que depende nuestra misma existencia,son muy intensas; otras, de naturaleza mas refinada, son menosapremiantes. Pero aun la misma clase de necesidad aparece enunidades de diferente apremio. Cada acto concreto de satisfacci6ntienc diferente importancia para nosotros, seglin el grado de sa-

C. Menger, Collected Works, vol. t: Gruncts('il 4e dcr Volkswirtschfislehre(London School of Economics Reprint, 1934), p. 78.

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tisfacciOn que hayamos alcanzado. Menger ilustra este razonamien-to (que es una formulaciOn mas formal de la primera ley deGossen) con ejemplos numericos, pero insiste en el caracter pura-mente. "ordinal" de su comparaci6n de la intensidad de las su-cesivas manifestaciones de las necesidades.

Pasa a afisznar que serfa sencillo determinar el valor subjetivode una mercancfa si sOlo hubiera una adecuada exclusivamentepara la satisfaction de cada necesidad concreta. En este caso, elvalor serfa igual a la importancia de la necesidad. Pero en larealidad el asunto se complica por el hecho de que generalmentetratamos con una multitud de mercancfas acompanada por un coin-plejo de necesidades concretas. En consecuencia, pareceran tenerdiferente importancia las partes aisladas de la mercancla, segtinlas necesidades a que se apliquen. El individuo usara esas panespara satisfacer sus necesidades en orden descendente de apremio,satisfaciendo con la dltima porciOn disponible la necesidad menosintensa. Para averiguar el valor de una porcidn, nos basta pre-guntarnos de que satisfacciOn habria que prescindir si aquellaporciOn fuera deducida de la cantidad total. La respuesta debeser: de la satisfacciOn de la necesidad rnenos intensa. Mengerconcluye, por lo canto, que el valor para el individuo de unaporci6n de la cantidad disponible de mercancias es igual a laimportancia dada a la menor satisfacci6n posible con una solaporci6n de la cantidad total disponible." Esto es lo mismo queel "grado final de utilidad" de Jevons. Menger mismo no us6nunca una frase de este tipo; fueron Marshall y Wieser quienesintrodujeron . la expresiOn "utilidad marginal" (aunque el pri-mer° la aplic6 a un concepto ligeramente distinto).

Ahora es preciso usar este valor subjetivo como base para ladeterminaciOn del precio. Menger niega el dicho de Smith segtinel cual el cambio se debe a la propensi6n humana a traficar. Essencillamente una parte de la actividad econdmica general din-.

vie I Ir. -•bles, y se debe, simplemente, a la existencia de diferencias en lasvaluaciones subjetivas relativas que de las mismas mercancias ha-cen individuos diferentes. "Siempre que —debido a diferenciasde cantidad o a otras razones— A de a una unidad de X mas va-lor que a una de Y, y B de a una unidad de Y mas valor quea una de X, sera posible el cambio. Cuando A y B cambian dehecho porciones de X y de Y, la relaciOn entre los valores subje-tivos de las mercancias para cada individuo se modificara hasta

" Ibid., p. 39.

que sea igual para ambos. En este punto cesara. el cambio, pues-to que no habil incentivo para continuarlo." En otras palabras, enequilibrio, la razOn de las utilidades marginales de las dos mer-cancfas sera la misma para ambas partes.

De este modo, los valores subjetivos determinaran los lfmitesdel cambio y los del precio. Cada individuo, cuando se presentela ocasi6n de cambiar, formulara alguna razOn cuantitativamentedeterminada a la cual estara dispuesto a cambiar. Esa razOn refle-jari la de sus valores subjetivos; pero los valores subjetivos mismosno pueden ser concebidos como cantidades determinadas. SegimMenger y sus sucesores, &a es la relaciOn entre la teorfa del pre-cio de mercado basada en la oferta y la demanda y la teoria "de-finitiva" de los valores subjetivos. En la elaboraci6n ulterior desu teorf a del precio, Menger examina por turno diferentes situacio-nes que van desde el cambio aislado, donde sOlo intervienen dospartes, hasta la competencia perfecta. Lo que dijo a este respectono ha silo modificado de manera apreciable por los escritoressubsiguientes, tales como Wieser y Blihm-Bawerk, que adoptaronun punto de vista similar.

Menger hizo ver que en el cambio aislado el precio estara entrelos lfmites marcados por las razones de cambio maxima y minimadel comprador y del vendedor, y tended. —dada la igualdad deldeseo de conseguir la ventaja maxima y la misma habilidad paranegociar— a la razOn media entre aquellas dos. Los economistasposteriores han solido considerar el precio como indeterminadodentro de esos limites; y aunque el mismo Menger no lo dijo, siafii Ind que las variaciones en tot no a la razdn media, debidas alas diferencias en la capacidad para negociar, eran de naturalezano econdmica. Por lo que se refiere al monopolio, Menger con-cluy6 que, si sOlo se ofrecfa una unidad, los lfmites del _precioestarfan marcados por la puja del comprador mas "fuerte" y ladel que le siguiera en fuerza (el extramarginal); y que se fijaria

- ..- • • • • I doSi se ofrece mas de una unidad, el precio lo fijan tambien lapuja del comprador marginal y la del primer comprador extramar-ginal; y todos aquellos cuyas licitaciones estan por encima de lamarginal adquieren sus unidades a ese precio. 0 bien el mono-polista puede discriminar, es decir, negociar por separado concada comprador. El analisis que hace Menger de los factores quedeterminaran la elecciOn de politica difiere poco del que se en-cuentra en muchos libros de texto posteriores. En regimen de corn-petencia, la discriminaciain es imposible, ni puede ningtIn vende-dor individual tener un incentivo para retener una parte de la

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oferta. El precio se fija tambien en este caso por las demandas ylas licitaciones marginales; pero en esta ocasiOn hay lo que Barn-Bawerk llarnO despues "parejas marginales" de compradores y ven-dedores.

Despises de un resumen general de los cambios que tienen Lu-gar en la relaciOn entre valor subjetivo y precio, Menger pasa aestudiar el origen del dinero. Su exposiciOn en Grundsötze y enel articulo "Geld" empieza con los inconvenientes del trucque,debido a los diferentes grados de Afarktglingigkeit (vendibilidado aceptabilidad) de las diferentes mercancfas. El dinero se convir-tie) gradualmente en Ia ri-ths marktglingig de todas las mercancfas,en el medio universal de cambio. Al llenar esa funciOn, tambienfacilita la "cuantificaciOn" de los valores subjetivos: actila cornoun indite de precios, como el medio en que se expresa la equiva-lencia del cambio. Menger examina los problemas a que da lugarla existencia de una unidad de cOmputo, y de el se deriva much.)de la teoria austriaca actual sobre el problema de la politica mo-netaria en relaciOn con los precios. -

En la teoria de la distribuciOn, Menger fuc quien plante6 loque se conoce con el nombre de problema dc la imputaciOn, esdecir, el problema del valor de las mercancfas de orden superior.Habiendo adoptado un punto de vista subjctivo, Menger afirmaque el valor de las mercancfas de un orden superior (incluso losfactores de la producciOn) esta "condicionado por el valor anti-cipado de las mercancfas de un orden inferior para cuya procluc-ciOn sirven"." La soluciOn que da at problema de como se hande determinar las partes del valor del producto que correspondena las mercancfas productivas cooperantes en la producciOn no esdel todo clara. Dice que la parte de todo factor aislado hay quedeterminarla por la perdida de valor que sufriria el producto sidicho factor fuera retirado de la combinaciOn cooperativa.45 Peroes justo interpretar esto insertando la expresiOn "en el margen"; esdecir, debemos pensar que Menger sostenia una teoria de la pro-ductividad marginal, aunque fuera de un tipo primitivo. Vienea refor/ar esta opinion el hecho de que Menger aplicaba el mismoanalisis a Ia tierra, el trabajo y el capital. Pero, como Jevons, nologrO acomodar en su sistema cl problema del costo, aunque suteoria de la distribuciOn lo IlevO hasta el borde de la ley del costo,o del princii)io del costo de sustituciOn, que iba a ser enum iadopor su discipulo Friedrich Wieser.

" Ibid., p. 124.Ibid., p. 142.

LA. UTILIDAD MARGINAL 385

d) Leon Walras (1834-1910). Como el Ultimo de los fundadoresde la escuela de la utilidad marginal, Walras se encuentra encierto modo entre Jevons y Menger. Como el primero, se basaen el hedonismo, y emplea el metodo matematico todavfa mas que

Como el segundo, evita algunos de los errores de Jevons al tra-ducir los valores subjetivos en precios de un mercado competitivo.A causa de esto, y no obstante su hedonismo, la influencia deWalras sobre la escuela matematica moderna fue mis considera-ble que Ia de Jevons. Walras fue influido por Cournot, y proba-blemente fue esta influencia la que le permiti6 combinar unateoria del valor-utilidad con una teoria matemiticamente precisadel equilibrio del mercado. A pesar, o quizas a causa de las difi-cultades que encontr6 en esa tarea, Walras fue Ilevado, cada vezmas, a enunciar una teoria general, no "utilitaria", del equilibrioecondmico, expresada en t6rminos de ecuaciones funcionales. Porlo tanto,•es csencialmente el economista de los cconomistas, misque del lector general o del politico.

En 1874, tres arios despues que Jevons y Menger, pen) inde-pendientemente de ellos, Walras enunci6 la doctrina de la utili-dad marginal en su Elements a Economic politique pure. Dividesetesta obra en dos partes: una trata de la teoria del cambio, y laotra (publicada en 1877) de la teoria de la producciOn.

Walras opera esencialmente con los mismos conceptos que Je-vons, pero busca constantemente soluciones de caracter mas ge-neral. Al igual que Jevons y Menger, basa el valor de cambio enla utilidad y en la limitaciOn de la cantidad. Siguiendo a su pa-dre, usa el telmino "rareza" (rareld), que define como la "deri-vada de la utilidad efectiva con relaciOn a Ia cantidad po.sefda".46En otras palabras, "rareza" es lo mismo que utilidad marginal.El deseo de igualar utilidades marginales (de acuerdo con la se-gunda ley de Gossen) conduciri al cambio. Y este deseo, juntocon las existencias de mercancia que posee cada individuo, dartuna demanda o una oferta determinaclas para cada individuo.Esto puede representarse por una ecuaciOn funcional o por unacurva.

tEn u mercado donde rija la competencia se lograrä el equi-librio cuando el precio sea tal, que se igualen la oferta y la de-manda. Walras emplea un recurso especial para hater ver comoese precio resulta dc Ia competencia. Es la notion del "precio pre-gonado (prix crier), llamado asf porquc lo pregona o grita unpregonero. Si en este precio no son iguales la oferta y la demanda,

" L. Walras, Elethents d'Economie politique pure (1926), p. 103.

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se pregonari un precio nuevo, y se procederä asf hasta que quedeestablecida la igualdad. De este modo se conseguirä por tanteosel precio de equilibrio. 41 Hay en todo esto poco de nuevo en rela-don con otras expOsiciones de la relaciOn existente entre la ofertay la demanda, excepto la insistencia en su interdependencia fun-cional con el precio y en su determinaciOn Ultima por la "rareza".No obstante, Walras no dijo claramente si concebia que podfanrealizarse operaciones a precios fuera del desequilibrio o no. Sipueden hacerse, evidentemente las razones de la utilidad marginalde los participantes cambian, asi como sus demandas y ofertas. Enconsecuencia, el precio de equilibrio sera diferente de lo que ha-bria sido de otra manera. Si no se verifican transacciones, surge elequilibrio de Walras. Mas, para incluir esta condicien en lossupuestos, habria que pensar, con Edgeworth, que hay una "re-contrataciOn continua, y que cada transaction anterior al estable-cimiento del equilibrio es solo provisional."

Una vez que se tienen estas ecuaciones de oferta y demanda enlos precios de equilibrio para cada mercancf a, puede pasarse, comohizo Walras, al problema del equilibrio general del cambio. Tam-bien aquf usa Walras un recurso de su invention: el del "nume-rario" (numeraire), que es una mercancfa que se emplea comopatrOn de cuenta. Pero no es dinero, en el sentido corriente dela palabra, porque Walras supone que es meramente una unidadde cuenta y que no hay demanda de ella si no es, la que se re-fiere a sus cualidades no monetarias. El empleo de este recursonos permite decir que si hay it mercancias, tenemos n-1 ecuacionesde la oferta y la demanda (la del numerario se deriva de lasotras) y n-1 precios desconocidos que hay que determiner. Estosignifica —dice Walras— que hay una soluciOn determinada parael problema del equilibrio general." El metodo de anAlisis em-pleado por Wairas ofrece un cuadro del sistema general de la in-terdependencia de los precios, las demandas y las ofertas; pero lodebilita Ia ya mencionat a oscuri ad de su meto o para relacio-narlo con las utilidades marginalcs.

Es evidente que Wairas deseaba vivamente conservar esa rela-ci6n, por las implicaciones que podia decirse que tenia para lapolitica econ6mica. Wicksell afirma que Walras fue conducido asu anilisis econ6mico por el deseo de encontrar un argumento so-lido en favor del laisser faire, para contestar al ataque de un disci-

1 Ibid., pp. 34-71. •F. Y. Edgeworth, Papers (1925), vol. u, p. 311.L. Walras, op. cit., pp. 109-33.

pulo de Saint-Simon."-Como resultado de ello, Walras da otra seriede ecuaciones que invierten el procedimiento de Jevons y tomancomo variables independientes los precios, mas bien que las canti-dades cambiadas. Pone de manifiesto que, dados ciertos precios, cadaindividuo procederä a cambiar hasta que la razOn de las utili-dades marginales de las dos mercancfas sea para el igual a suraz6n de cambio. Esto nos da unas funciones determinadas deoferta y demanda, un ntimero de ecuaciones igual al de incOgnitas,y con ello un equilibrio determinado. 51 Recientemente se ha ar-gumentado contra este razonamiento que, como el de Jevons, enrealidad separa el problema causal-genetico, es decir, el problemadel origen del precio de sus ralces de valor subjetivo. 52 Este juicioparece justificado, y hate de Walras un iniciador importance de latendencia moderna, consistente en abandonar la investigaciOn delorigen del valor en favor de una teorfa de la interdependenciafuncional, puramente formal pero absolutamente general.

Otra de las crfticas que se hacen a la teorfa de Walras se dirigecontra las conclusiones que saca de ella. Como Jevons, se inclinabaa sostener que la libre competencia llevaba a su maxima la utili-dad.53 Pero como demostraron pensadores posteriores, el hecho deque unas partes quieran seguir cambiando a un precio distintodel fijado por la competencia, mientras otras no quieren, no nosautoriza a decir que, hecho el balance, resulte sacrificada la sa-tisfacciOn. No tenemos un canon de comparaciOn por el cual pu-diera esto resolverse cientificamente; pero el sentido com6n apoyala opini6n de Wicksell de que como los cambios en la distribuciOnde la propiedad pueden ser manifiestamente ventajosos para al-gunas. personas (en ciertos casos, para la mayoria de la gente),la intervention en la competencia que altera los precios y, porlo tanto, la distribuciOn de la propiedad, tambien puede produciruna ventaja a la mayoria.54

La teoria de la producciOn formulada por Walras es un intentodo -.pl. . .

precios los factores. Por consiguiente, no es mas que un casoespecial de su teoria del valor. Liege) a una posiciOn parecida ade los austriacos mas modernos por un camino diferente, cuyosdetalles no interesan a nuestro objeto presente. Su solution fue

K. Wicksell, Lectures on Political Economy, vol. 1 (1937), pp. 73-74." L. Wallas, op. cit., pp. 72-106.

11. Mayer, "Der Erkenntniswert der funktionellen Prcistheorien". DieWirtschalistreorie der Gegenwart, vol. 11, pp. 188-99.

" L. kValias, op. cit., p. 99.6' K. Wicksell, op. cit., pp. 77-8.

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388 LA ECONOMIA MODERNA

una de las primeras exposiciones del principio del costo de susti-tuciOn y de la teorf a moderna de la productividad marginal. Laotra parte de la teorfa, relativa al capital, qued6 en esbozo eincomplete.

3. LA SEGUNDA GENERACION

a) Alfred Marshall. Despues de muertos sus fundadores, el analisisde la utilidad marginal se convirti6 en la base generalmente acep-tada de la teoria econ6mica. Lo que sigue es casi solo un procesode refinamiento. Algunos de los autores que produjeron esteproceso durance los tiltimos setenta y cinco afios casi pueden con-tarse entre los fundadores, rnientras que la obra de otros formaparte de la materia prima que manejan los te6ricos de hoy.

Pueden distinguirse tres grandes grupos en la que podemosllamar segunda generaci6n de la escuela de la utilidad marginal:el grupo ingles, el grupo austriaco y el de Lausana. Mas que tresescuelas distintas de pensarniento, son tres versiones de una doc-trine comUn. Desde un punto de vista tecnico, las diferencias quehay entre ellos no son desdefiables; pero vistos en una perspectivahistOrica mas amplia, sus acuerdos constituyen sus rasgos mas no-torios. Todos empiezan con los wirtschaftende Mensch de Menger;todos aceptan las leyes de Gossen como caracterfsticas fundarnen-tales de la conducta individual; todos piensan en teiminos deincrementos y decrementos infinitesimales (es decir, aceptan elconcepto del margen), y todos analizan las condiciones que seprecisan para lograr una situation de equilibrio. Sus diferenciasse refieren a la forma de exposiciOn y a los puntos consideradosmas importantes.

La escuela inglesa estä representada por la obra de AlfredMarshall (1842-1924). Marshall pertencce en un aspect° a la pri-mera generaciOn. Empez6 sus estudios econ6micos --despues deuna preparaciOn matematica y de haberse despertado su interespor los problemas metafisicos y eticos— en 1867, o sea en un tiem-po en que aun vivia. Mill y todavia no entraban en escenaMenger, Jevons y Walras. Se sabe que en 1871, alio en que sepublicaron Theory de Jevons y Grundsiiize de Monger, yaMarshall habia llegado a una posiciOn parecida. Bajo la infl , ten-cia de Cournot, de Von Thiinen y de Bentham, y por su propiapreparaciOn matematica, Marshall cmpezaba a expresar geome-tricamente muchos de los teoremas de Ricardo y de Mill. Adop-t6 la teoria del valor basada en la utilidad, y parece haber llegadoa Ia conclusi6n de que "nuestras observaciones de la naturaleza...

LA SEGUNDA GENERACION 389

se refieren no tanto a cantidades totales como a incrementos decantidades", 55 interdependientemente de Jevons. Pero sus prime-ras aportaciones importantes a la teorfa econ6mica no fueron pu-blicadas hasta pocos aiios despues de las de Jevons. Sus dos tra-bajos Pure Theory of Foreign Trade y Pure Theory of DomesticValues, asf como en Elements of Economics of Industry, en elque colabor6.con su esposa, se publicaron en 1879. Su °bra prin-cipal, Principles of Economics, apareci6 en 1890.

No es flea 'lacer un resumen breve de las ideas de Marshall;pero pueden rnencionarse las siguientes como caracterfsticis espe-ciales de su sistema ideolOgico. Comparado con los austriacos ycon los economistas matematicos puros, Marshall se aparta de ma-nera menos ostensible de Ia tradiciOn inglesa. Era un maternaticoque podia emplear, y emple6, la tecnica algebraica y g-eometricapara mostrar las relaciones exactas entre diferentes variables enciertas situaciones bien definidas. Pero no puede dudarse queMarshall nunca se sinti6 plenamente satisfecho con el estudio dela mecanica pura de fuerzas abstractas que actUan en aislamiento.Su Principios muy bien podia Ilevar un subtftulo analog° aldel tratado de Mill; Marshall era un realista, profundo cono-cedor de la complejidad de la vida econ6mica, ansioso de waral maxim° cualquier aparato cientffico que pudiera concebir; es-taba convencido de que debf a quedar algo que ese aparato nopodia asimilar de manera satisfactoria. Tambien -anhelaba viva-mente exponer los resultados de la investigaciOn cientffica enterminos que pudieran ser entcndidos por la generalidacl; pues,POr encima de todo, estaba decidido a ver que la economfa siguierasiendo considerada como una discipline fructffera, capaz de acon-sejar e influir en la politica econ6mica. Su sistema analftico fueconcebido para preservar este contacto entre teorfa y politica eco-n6mica.

El sistema de Marshall parece eclectic° y hasta falto de cohesiOninterior, en comparaciOn con la obra de muchos de sus contempo-raneos; pero esto es una impresi6n causada por la misma comple-jidad del sistema. Marshall estaba lejos de oponerse al anali-sis formal, pero procuraba conservar y enlazar una serie de anilisisformates, cada uno de ellos en un plano diferente de abstracci6ny relativo a una serie diferente de tendencias reales, y pensabaque, como un todo conexo, presentaban un cuadro verdadero ybastante detallado de la realidad econ6mica.

66 A. Marshall, Principles of Economics, Prcfacio a la primera edicidn(8a. ed., 1927), p. x.

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La formulaciOn que Marshall dio a las teorfas del valor y dela distribuci6n, junto con una multitud de teorfas subsidiarias,que podian impresionar por su eclecticismo, supone coda una tec-nica (basada en el use de un elemento tiempo especial) derivadade tres finalidades estrechamente relacionadas: comprensividad,realismo e importancia para la politica econOmica.

Las doctrinas centrales del valor y de la distribuciOn formu-ladas por Marshall reflejan esas finalidades. Combinan la utilidadmarginal con el costo real subjetivo. Segtin el, las fuerzas queaculan tras la oferta y la demanda determinan el valor. Hay queconcebirlas como las dos hojas de una tijeras: es inUtil preguntarcuil de las dos es la que corta. Detris de la demanda esti lautilidad marginal, reflejada en los precios de demanda de loscompradores (el precio a que se demandaran determinadas can-tidades); detris de la oferta estin el esfuerzo y el sacrificio margi-nales, reflejados en los precios de oferta (los precios a que seproducirin determinadas cantidades).

La novedad de esta opinion, comparada con la version austriaca,estriba en que el costo de producciOn vuelve a aparecer una vezmils como un determinante del valor. Marshall distingue entrecosto real de producciOn y gastos de producciOn, aunque no siem-pre se adhiere estrictamente a este Ultimo termino." El primeroconsiste en la desutilidad del trabajo, junto con el sacrificio queimplica proporcionar el capital necesario. Marshall abandona lapalabra abstinencia, introducida por Senior, que sugerfa excesiva-mente una intention apologetica, en favor del termino "espera",que es la mera abstenciOn de consumir en el presente; pero comotambien habla de ella en el sentido de aplazamiento de satisfac-ciones que implica sacrificio y cuya recompensa es el interes."Es evidence que pensaba en algo parecido al esfuerzo y las moles-tias del trabajo. Asi pues, los dos elementos que forman el costoreal eran subjetivos.

los costo nomi-nales de producciOn de dos mercanclas eran los mismos, sus cos-tos reales serian tambien los mismos. "Si suponemos —dice— queveinte minutos de trabajo de un medico, o dos dial de un relo-jero, o cuatro de un carpintero, o quince de un labrador, puedencomprarse en determinado mercado por una guinea, y que conuna guinea se puede comprar el sacrificio que implica el pres-tamo de veinte guineas por un ano, resulta que aquellos esfuer-

" Ibid., p. 339." Ibid., p. 587.

zos y esta abstinencia son equivalences entre si en lo que respectsal mecanismo del cambio..." Pero cuando hablamos de la razOndel costo de producciOn de dos mercanclas, debemos recordar "queuna suma de diversos esfuerzos y abstinencias no esti en ningunarelaciOn con otra". Por lo canto, estamos obligados a suponer laexistencia de "una forma artificial de medirlos en terminos dealguna unidad comtin, y referirnos a la mw entre sus medidas".68"Esos diversos esfuerzos y abstinencias... no son, sin duda, igua-les entre si. Pero todos ejercerin una influencia igual sobre elvalor, porque sus medidas econOmicas, los gastos que tendrla quehater quien los comprase, son todos iguales."59

La misma precauciOn se advierte en la opini6n de Marshallacerca de la relaciOn que existe entre las demandas de dinero y lautilidad marginal. No sigui6 el camino de Cournot ni de los te6-ricos matemiticos posteriores y estrech6 el lazo que unfa los esta-dos subjetivos (necesidades y su satisfacciOn) y los fenOmenos ob-jetivos de las demandas en el mercado; pero advirti6 alguna.s delas dificultades que implica el mantener esa relaci6n. Por analo-gia con la relaciOn entre el costo real y costo nominal, dijo que"nunca se insistiri demasiado en que es imposible, si no incon-cebible, medir directamente, o per se, los deseos y la satisfacciOnque resulta de satisfacerlos. Si pudiesemos, tendriamos que llevardos cuentas... Y estas podrfan diferir mucho... Pero como nin-guna de ellas es posible, volvemos a la medida, que proporcionala economla, del mOvil o fuerza impulsora de la acciOn, y la ha-cemos servir, con todos sus defectos, tan to para los deseos queimpulsan a actividades como para las satisfacciones que de ellasresultan"."

De la opiniOn que acabamos de exponer se deriva uno de losconceptos marshallianos mss caracteristicos: el del "excedente delconsumidor". Esta expresi6n designa el excedente de satisfacd6nobtenido por un consumidor siempre que puede comprar una mer-cancia a un recio inferior al ue estaba dis uesto a pagar antesque prescindir de ella. Este concepto se deriva directamentela diferencia entre utilidad total y utilidad marginal. No es esteel Lugar para examinarlo en detalle; pero puede decirse quequienes han atacado el concepto afirman que no es posible me-

68 A. Marshall, "Mill's Theory of Value", Memorial of Alfred Marshall(ed. A. C. l'igou, 1925), p. 125.

A. Marshall, Principles, pp. 92-93 n.A. M. P. Nlalshall, The Economics of industry (2.a. ea., 1881), p. 97.

t Lido por C. C,u I tic \ cniot t on tlIc Econotulo of Altve," Marshall-,1937, p.

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dir el excedente de satisfacciOn que implica el excedente del consu-midor. Nunca insinu6 Marshall que lo fuera, salvo en el supuestomuy abstracto de que la utilidad marginal del dinero fueraconstante. Marshall utiliz6 el concepto mas bien como contrapesodel analisis Ms habitual del excedente del productor. Lo us6para demostrar los efectos de los impuestos sabre las mercanciasde demandas elasticas e inelasticas. Trat6 de demostrar con el cluetipo de intervention gubernamental era deseable. Toda la "eco-nomia del bienestar", fundada por el profesor Pigou, discfpuloy sucesor de Marshall, en realidad descansa en consideracionescuyo antepasado intelectual es la doctrina del excedente del con-sumidor.

Aparte de esta formulaciOn de la relaci6n existente entre lautilidad, la demanda, la desutilidad y el costo, la aportaciOn espe-cial de Marshall al problema del valor y del precio se encuentraen su analisis del equilibria entre la oferta y la demanda. Se basaeste analisis en la distinciOn entre los diferentes periodos de tiem-po en que se considera que actUan las fuerzas que tienden a esta-blecer el equilibrio. Marshall distingue cuatro casos. Primerocuando los valores de mercado igualan la oferta y la demanda,que se supone es fija. En segundo y tercer lugar estan los valoresnormales, que pueden referirse a periodos cortos o largos. En laprimera categoric concebimos la oferta coma la cantidad que pue-de ser producida al precio dado y con la mano de obra y el equipoexistences; en la segunda, oferta significa "lo que puede produciruna fabrica que a su vez puede ser remunerativamente produciday explotada dentro del tiempo dado". Finalmente, podemos am-pliar nuestro camp° visual hasta incluir en 61 los cambios en los"datos" econ6micos: poblaciOn, gustos, tecnica, capital y organiza-cien; en este caso tendremos presences los cambios lentos, seculares,de los valores norrna/es!".

El aparato que emplea Marshall es complicado debido a la fi-nalidad para la cual fue concebido. Al hater posible la distinciOnde los diferentes grados de ajuste, puede aplicarse a problemas con-crews. Este metodo de "paso a paso" y de "equilibria parcial" quizano era de un tipo diferente del analisis del equilibrio generalrealizado por Walras, pero estaba destinado para fines diferentes,mas realistas. Era tambien un metodo bien adaptado a la tarea degeneralizar las proposiciones de la teorfa del valor. En la obrade Marshall, el principio de la sustituciOn en el margen se con-virti6 en el principio operante del equilibrio econOmico. Como

n A. Marshall, Principles, pp. 378-79.

LA SEGUNDA GENERACION 393

las ecuaciones de Cournot y de Walras, fue empleado para aclararla rclaci6n funcional de todas las categorfas econOmicas. El lugarespecial reservado a la distinciOn entre ajustes en diferentes pe-riodos de tiempo contribuy6 a unir los problemas de la oferta,la demanda y el precio de las mercancias con los de la oferta, lademanda y el precio de los factores de la producci6n. Asf queda-ron estrechamente relacionados el cambio, la producciOn y ladistribuciOn; y dependfa del perfodo de tiempo tornado en cuentael que el descubrimiento del camino hacia el equilibria compren-diese los factores apropiados a ono o mas de ellos.

El equilibrio de periodo largo, aunque seguia siendo parcial (enel sentido de que implica una situaciOn de equilibria entre laindustria que se examina y todas las demis), tendia a provocarprecios proporcionales a los gustos de producciOn. En esta situa-ciOn, "las ganancias de cada agente son, por regla general, sufi-cientes s6lo para compensar a sus tasas marginales la suma totalde los esfuerzos y sacrificios requeridos para producirlas". 62 PeroMarshall tuvo ciudado en sefialar que aun a plazo largo las ga-nancias de los factores de la producciOn no eran identicas a suscostos reales de producci6n. Esto solo podia ser asf cuando el equi-libria general se hubiera alcanzado, es decir, en el mundo irrealdel "estado cstacionario".. Las fuerzas que tendian al equilibrio enel plazo largo pueden concebirse como constantemente tendientesa la situaciOn que implica el concepto de estado estacionario. Peroen el mundo real no se Ilega nunca a esa situation.

Esta forma especial del analisis del equilibria produjo muchoiconceptos que ahora son de use general. Los conceptos "elasti-cidad de la demanda" y "principio de sustituciOn", por ejemplo,han llegado a ser panes integrantes de la teorfa del cambia. LadistinciOn entre costos "primos" y "complementarios" ha sido unaayuda importance para la teoria de la producciOn. Pero otrosconceptos, como "empresa representativa" y "economlas internas"y "externas", han resultado menos claros y Utiles de lo que Marshalllos suponia. Sin embargo, contribuyeron a aclarar las condicionesdel equilibrio; y las expresiones recientes de la teorfa de la corn-petencia imperfecta, que estudiaremos mas adelante, se han inspi-rado en gran medida en los problemas que plantean estos conceptosmarshallianos.

Hemos advertido que el analisis marshalliano del equilibriodel valor ya incluye una teorfa de la distribuci6n, puesto que es-tablece una serie de relaciones entre las ganancias, las ofertas y

•' Ibid., p. 832.

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las demandas de factores y los precios de sus productos. Estas rela-ciones difieren segdn supongamos que las existencias de mercan-cfas sean fijas, que lo sean las de factores, que las existencias deistos sean variables pero que se produzcan cambios, o que preva-lezca un equilibrio general. El use que Marshall hace del factortiempo le permite distinguir entre ingresos de factores determi-nantes del precio e ingresos de factores determinados por ëstos.Hizo ver que esta distinci6n no era absoluta (excepto en el casode la renta de la tierra, que para el siempre esti determinadapor el precio), sino que dependia del periodo de tiempo en quese pensase. En el plazo corto, los ingresos de muchos factores sonde la misma naturaleza que la renta; son lo que Marshall Ilamaba"cuasi-renta".

Ademis de estas consideraciones, Marshall aplicaba su valor nor-mal de periodo largo tanto al capital como al trabajo. A la larga—decia—, las remuneraciones de los factores tenderän a -ser igua-les a sus costos marginales: el interes tenderfa a igualarse con elsacrificio marginal que implica el ahorro, y los salarios con ladesutilidad marginal del esfuerzo. Marshall no descart6 la doctri-ne de Ia productividad marginal de los salarios y el inter6s; perodecla que debla considerarsela solo como una parte de una teorfacompleta de la distribuciOn: la relativa a las fuerzas que gobier-nan las remuneraciones de los factores del lado de Ia demanda .68

En otras palabras, lo mismo que en la teorfa del cambio, tam-biên en la de la distribuci6n deseaba Marshall conservar el Ca-racter dual de las "tijeras". Era esencial para los fines dinamicosde la teoria hater hincapie en el costo real. Con su ayuda podfanponerse de manifiesto las repercusiones que los cambios en unacantidad tenfan en todas las demas. Como se ha dicho reciente-mente, "la importancia de los costos reales reside en el hecho deque, siempre que ocurren discrepancias importantes entre la ten-dencia de los valores reales obtenidos y la tendencia a largo plazo

tos del costo real que influyen en los valores normales), se pondranen movimiento fuerzas econ6micas que alteraran la tendencia de losvalores reales, por ser el cambio en el sentido del equilibrio deperiodo largo". 64 Marshall se mostrO siempre decidido a defendera Ricardo contra Jevons y sus discipulos, porque comprendia queun analisis definitivo del costo era esencial para la teoria del valor.

" Ibid., p. 518.C. (;uilleband, "D.o,enpoit on the Economic, of Alticd Marshall", Eco-

nomic journal, matzo de 1937, p. 30.

Pero Marshall fue sin embargo, tan cauto en su formulaciOnque casi a pesar suyo pone de manifiesto los rasgos poco satisfac-torios de aquel aspecto de la teorfa, pues el factor costo subjetivoha de ser siempre cuantitativamente impreciso: "esperas" y "esfuer-zos" no se compaginan bien. Por esta tiltfma razOn habla Marshallcon frecuencia del costo real en terminos que parecen excluir codareferencia a estados psicolOgicos definitivos. Asi, su teorfa se hacepuramente "conductista": los "sacrificios" de abstinencia no sig-nifican nada mas fundamental que el deseo de exigir y la capaci-dad de obtener una recompensa por un acto concreto de elecciOn.Esto_se parece mucho al principio del costo de sustituciOn enun-ciado primeramente por Wieser. La Unica diferencia esti en quelos austriacos, en su formulaciOn de la teoria, suponian ya que lacantidad de los factores de la produceiOn era una cantidad dada,ya que, en todo caso, era una variable independiente. Por otrolado, Marshall concedia que las ofertas de factores eran varia-bles y que estaban en parte determinadas por el precio, conel fin de que su aparato fuera mas adecuado para los problemasdindmicos.

Asi pues, subsiste cierto catheter dicotOmico en el gran sistemade Marshall. Se conserva el costo real, pero se le da catheter sub-jetivo. Sin embargo, se le priva a menudo de todo significado im-portante por el modo como se le formula. En lo que respecta ala demanda, se conservan deseos y satisfacciones, aunque tambiense les rodea de limitaciones importances. La razOn de esta dico-tomia es el parentesco espiritual de Marshall con Mill. A pesarde negarlo, Marshall era esencialmente un utilitarista de nuestrosdins, es decir, un reformador social de tendencia liberal. Aunquedeseoso de no abandonar ningt1n argumento que la economia rno-derna pudiera ofrecer en favor del sistema econOmico existenteen general, tambi6n deseaba mucho no cerrar la puerta a las pro-puestas de reformas especificas. Su actitud politica era andloga

Pero su genio analitico le permitiO construir una teoria econOrnicalo bastante arnplia para ser aceptable a la mas grande diversidadde opiniones politicas que aquella actitud pudiera atraer. En todocaso, fue una teoria econcirnica de la especie mas fructifera para eldesarrollo subsiguiente del aparato del analisis econOmico y parala evoluciOn tie la ayuda practica a la condiciOn del estado.

b) Wieser y BOlim-Bawerk. Aunque la obra de los idtimos aus-triacos sea, en comparaciOn con los logros de Marshall, de apalien-cia mas rigurosa, en realidad es mas estrecha y de concepciOn Inas

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del etnpresario provocan la tendencia continua a la igualdad enel margen entre costo y precio. Constituyen una demanda de ma-terias primas, de bienes de capital y de trabajo en los respectivosmercados, segim las demandas existentes o previstas de sus pro-ductos. Son inevitabies los errores; pero las fuerzas de Ia oferta yla demanda tenderan constantemente a corregir los errores come-tidos en el pasado. La "ley del costo", de Wieser, o principio delcosto de sustituciOn, como se le name) despues, viene a ser esto:dada la cantidad de los factores de la producci6n, la competenciapor su empleo en las diferentes ocupaciones los distribuirã de talmanera, que los valores de sus diferentes productos les permiteganar la misma cantidad total en cualquier ocupaciOn.

Esta teorfa suponla, en realidad, abandonar la btisqueda delcosto real que, por razones ya expuestas, los economistas clasicosy postclasicos habfan considerado deseable. Pero era una teorfamuy elegante que parecla dar mayor amplitud y coherencia a tode,el analisis basado en la utilidad marginal, al mcnos en su apa-riencia mils formal como teorfa de la elecciOn. Con pequefias mo-dificaciones fue aceptada y propagada por economistas como Da-venport y Wicksteed, y se convirti6 en una de las formas deenunciar la teorfa de la productividad marginal. Ademas, comohemos advertido mas arriha, algunas de las formulacicnes dadaspor Marshall a la doctrina del costo real suprimfan muchas de susincompatibilades con la teorfa del costo de sustituciOn, dejandosolo la diferencia formal relativa al supuesto de las ofertas defactores. Pero esta no era una diferencia esencial, pues Walras,por ejemplo, logrO formular la teorfa del costo de sustituci6nsobre el supuesto de la variabilidad del factor oferta de una ma-nera analoga a los te6ricos ingleses del costo real.

Otro punto de la obra de Wicser que merece la pens serialares su doctrina del valor natural, que se encuentra en su Der Na-tiirliche Wert (1889) y en Theorie der gesellschaftlichen Wirts-chaft (1914). La' importancia indirccta de este concepto es consi-derable. Wieser quibis hizo niis que ningim otro eronomista porconsumar la transiciOn dcsde el punto de vista socio-histefrico dela teoria clasica del valor al individualismo de la escuela de lautilidad marginal. Su ley del costo realizO la ruptura final con lasteot las objetivas del costo real. Pero 61 mismo parece haber adver-tido que habfa algunas insuficiencias en el subjetivismo puro.

que la economia se ocupa de un promo social y que, por 10ta ► t°, ten fa t i tle Ibisdrse en el concepto de una economfa social.Vio que este concepto implicaba ciertas supuestos institucionalesque, si se les menospreciaba, podlan ser utilizados para dar a la

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arida. Menger tuvo dos grandes discfpulos, Friedrich von Wieser(1851-1926) y Eugen von BOhm-Bawerk (1851-1914). Aunque losdos son mils conocidos que Menger en los paises de habla inglesa,sus escritos no contienen ningim cambio fundamental de las opi-niones de su maestro. En la teorfa pura del valor no hacen milsque afinar el punto de vista subjetivo iniciado por Menger. Siguenconcebiendo la utilidad en cl sentido de "importancia para el in-dividuo". Wieser y BOhm-Bawerk parecen subrayar el caracter pu-ramente formal de la valuaciOn subjetiva mils aim que Menger.Entre las innovaciones operadas en este cameo mencionaremos laintroducci6n por Wieser del termino Grenznutzen (utilidad mar-ginal) en su Ursprung and Hauptgesetze des wirtschaftlichenWertes (1884), y la exposiciOn mils precisa de Bohm-Bawerk de laformaciOn de los precios de mercado por las licitaciones de "pare-jar marginales", en su Grundziige einer Theorie des wirtschaftlichenGiiterwcrtes (1886).

Sin embargo, a Wieser y a BOhm-Bawerk se les deben ciertasfir adiciones al cuerpo de la teorfa austriaca que han dado un sello

caracterfstico a su obra. Lo mils importante de Wieser es su teoriadel costo y de la distribuciOn; y de BOhm-Bawerk su teorfa delcapital y el interest La primera teorfa austriaca del valor de cam-bio presentaba una brecha que advirti6 el mismo Menger. Dichabrecha consistfa en que no trataba del costo. NVieser hizo un arta-lisis de este problema que to acerc6 a Ia posiciOn marshalliana.En Ursprung parece casi que considera el valor como dependien-te a la vez de la utilidad y del costo; pero en realidad su so-luciOn es diferente de la de Marshall. Wieser, y tras el todos losdemas austriacos, no usan el concepto de costo real. La desutilidady otros sacrificios en el sentido ingles traditional no tienen cabidaen su teorfa. Solo la utilidad es la causa del valor; y si la utilidades concebida en un sentido puramente formal (es decir, comopreferencia relativa inferida de los actos de elecciOn observados),la desutilidad es meram. ente una duplicaciOn innecesaria. Puededecirse que toda elecciOn implica sacrificio, en el sentido do queelegir A implica renunciar a B. La desutilidad del trabajo y elsacrificio de Ia espera, pueden explicarse adecuadamente en ter-minos de preferencia por la ganancia o por el ocio, y por bienespresentee o futuros.

Segtin Wicser, la formaciOn del valor es un proceso circular.Como Menger, piensa que el valor de los bienes de ordcn superiorse deriva del valor de sus productos. Este valor derivado se con-vierte asf en el elemento costo. Una yes formado, se le puedeadmitir como dado; pero, 16gicamente, es secundario. Los actos

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teorfa subsiguiente un caracter apologetic°. Por lo tanto, procedi6a manifestar explicitamente sus supuestos. "La mayor carte de loste6ricos —decfa—, sobre todo los de la escuela clasica, han hechotacitamente la misma abstracci6n. En particular, las opiniones queconsideran el precio como un juicio social de valor tienen porfinalidad hacer abstracciOn Oe las diferencias individuales de po-der adquisitivo que hacen que el precio se aparte del valor na-tural. De esta suerte, muchos te6ricos han escrito la teoria delvalor propia del comunismo sin saberlo..."" El valor natural esel que existirfa en un estado "comunista". En este, debido a laausencia postulada de egoism() individual, de errores, de desigual-dades de riqueza, y a la presencia de una poderosa finalidad co-mim, el analisis te6rico de los actos de elecciOn de un individuopodrfa aplicarse a la economfa de la comunidad en su conjunto.El valor seria la resultante de la cantidad disponible de mercan-cfas y utilidades. Pero en el mundo real el valor natural no es masque un elemento de la formaciOn del precio. La distribuciOn exis-tente del poder adquisitivo, junto con los errores, los fraudes ylas coacciones, es el otro.

El valor natural —afirrna Wieser— es un fen6meno absoluta-mente neutral. Aunque existiera en una economfa colectiva, estono signilica que los valores naturales del interes y de la renta,por ejemplo, diesen derecho a un ingreso. Que lo hagan o no,depende enteramente de la estructura institucional del estado.Wieser consigue hasta cierto punto emanciparse del error corminde identificar tacitamente un armazOn institucional supuesto conla realidacl; pero no elimina por completo la norma politica. Su-pone la identidad entre su sistema de valores naturales y la utili-dad social llevada al maxim() de la filosofia hedonista. Aunqueanaliticamente superior a otros intentos similares (por ejemplo,el del economista norteamericano J. B. Clark), la doctrina de Wie-ser descansa en el supuesto comem a codas ellas de que es posibleconcebir un valor social subjetivo. Evidentemente, este conceptose contradice a sf mismo, salvo que se base en supuestos muy es-peciales relativos a la naturaleza humana y a los resortes de laconducta del hombre.

La aportaciOn especial de BOhm-Bawerk es su teorfa del capital.En 1889 public?) su Geschichte and Kritik der Kapitalzinstheolien,dontle critica con poca generosidad todas las tearias anteriores.Cuatro ailos nias tarde aparecie) Positive Theorie des Kapital-zinses, donde expone su propia teoria y da una version de su teoria

" F. von Wieser, Der Natiirliche Wert (t889), p. 60.

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general del valor analoga a la contenida en Grundzdge. En lateoria del capital de Biihm-Bawerk colaboraron muchas influencias.La primera fue el deseo de aplicar mas coherentemente la teoriade la utilidad marginal al problema del interes. La segunda pro-viene de las 61timas teorfas neoclasicas inglesas y alemanas sobrela productividad - y el fondo de salarios. La tercera —que comoincentivo fue quiza la mas importante— fue la ansiedad de BOhm-Bawerk por destruir la influencia de Marx, que habia crecidoconsiderablemente en la Europa continental.

En resumen, la existencia del interes y su cuantfa se explicanpor tres razones, las famosas drei Grande. Estas razones combinanfactores subjetivos y objetivos (tecnicos), combination evidente-mente destinada a veneer las dificultades de la teoria de la absti-nencia y, en general, las de la teorfa subjetiva del costo real. Sinembargo, la doctrina de BOhm-Bawerk tenf a de cormin con las •otras que partfa del examen de Ia importancia del tiempo en re-laciOn con el consumo y la producciOn.

Las dos primeras razones son psicolOgicas y se refieren al con-sumo. BOhm-Bawerk dice que los individuos, at tener que elegirentre bienes presentes y futuros, por lo general sobreestiman losrecursos futuros y subestiman las necesidades futuras. La esperan-za es Ia causa de lo primero, y la falta de imaginaciOn y unavoluntad debil las de lo segundo, peculiaridad de las eleccionesque suponen un perfodo de tiempo. Estas dos causas actilan paraaumentar la utilidad marginal de los bienes en el presente encomparaciOn con su utilidad marginal en lo futuro. Crean unagio, que hay clue pagar para que exista una oferta de bienespresentes a cambio de bienes futuros.

El tercer factor es de caracter tecnico; afecta a la producciemy explica la existencia de un precio de demanda de bienes presen-tes en terminos de bienes futuros. Es un hecho de la experienciaque si los factores originales de la producciOn, o sea el trabajo ylos recursos naturales. han de ser mas productivos de hienes de constmto, ticnen que ser usados de una manera cada vez masindirecta. "foclo el progreso de la civilizaciOn en su aspecto eco-nOmico consiste, segOn Bohm-Bawerk, en la adopciOn de metodosde produccit'm Inas indirectos (roundabout). Desde la fabrication delictramientas e instrumentos simples hasta la produccidn de lasniAquinas modernas mas complicadas, el progreso ha significadoembarcarsc en la Produktionsurnwege, en la interpolaciOn de wasetapas intermedias entre los factores originarios y los bienes deconsumo term i nados.

La production por metodos indirectos crea una demanda de

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capital. Se necesitan medios de subsistencia (ya directamente, o enforma monetaria) para mantener a los propietarios de los factoresdurance el tiempo que ha de transcurrir antes de que se puedadisponer de bienes de consumo nuevos (y mas abundantes). Y lagran productividad de estos mdtodos "capitalistas" de producciOnpermite que se ofrezca un precio con el que pueda superarse eldescuento de tiempo entre los bienes presences y los futuros. Heahf, pues, una explicaciOn de por que habfa que pagar interes ypor que podia pagarse; y se daba para demostrar que el interesera un fenOmeno "natural", una necesidad a la que no podia cs-capar ni siquiera una economia socialista.66 Esta explicaciOn de-pendia, en Ultima instancia, de la teorfa general del valor basadaen Ia utilidad marginal. Aunque BOhm-Bawerk sostenfa que cual-quiera de estas tres razones bastaba por sf sola para explicarexistencia del interes, es evidence que los factores subjetivos eranlos Unicos que realtnente creaban esa escasez de medios proporcio-nalmente a los fines, sin la cual, segUn los austriacos, no podiasurgir el valor. Muchas objeciones se han formulado contra esosfactores subjetivos. No solo se discuti6 la existencia de esa pre-ferencia de tiempo, sino que, aun admitiendo que existiera, se ar-guy6 que no tiene una importancia cuantitativamente precisa. Entodo caso, la ptefcrencia en e ltiempo —como en realidad todas lasIlamadas preferencias de consumidores— esta condicionada poruna estructura social determinada. Si, pues, hay agio, se debe ensu forma concreta no meramente a la naturaleza humana, sino afactores sociales tales como la distribuciOn del ingreso. De su teo-ria no se podia deducir nada parecido a un "derecho natural" arecibir un ingreso del capital sin pasar por alto los hechos socia-les especificos.

En una forma "purificada" satisfactoria, esta teorfa del capitaly del interes no contiene esas implicaciones; y el merit° de BOhm-Bawerk consiste en haber proporcionado un punto de partida parael trabajo te6rico en este campo, que puede estar, y estuvo, fibrede todo clement° sociohist6rico particular, y participa por com-pleto de la naturaleza de la concepciOn de herramientas te6ricas.Tambi6n sirvi6 como apoyo importante de la teorfa de las fluctua-ciones econ6micas.

c) Ifredo Pareto. Pareto (1848-1923) es el Ultimo de los gran-des pensadorcs de la segunda generaciOn. Se interes6 por la econo-rnia despwA s rle veinte. anus de practica como ingenicro con pre-

" E. von Biihni-Bawerk, The Positive Theory of Capital (1923), pp. 365-67.

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paraci6n matematica y en ciencias ffsicas. Esta base, combinadacon un interes fuerte y duradero por los aspectos econOmicos delos problemas politicos de su 6poca, explica en gran parte su formade abordar las cuestiones econ6micas. Empez6 interesandose porla aplicaci6n de las matematicas a la economfa, canto en el sentidoen que Cournoto habfa recomendado tal aplicaci6n, como en eluse de las tecnicas estadfsticos en los estudios .empfricos. Este in-teres matemätico atrajo la atenciOn de Walras y fue causa de queeligiese a Pareto para que le sucediese en Lausana, creando asf,definitivamente, una "escuela de Lausana".

La primera obra extensa de Pareto se bash en su catedra deLausana. Cours d'Economie Politique (1896-97), aunque muchomenos importante para la teorfa contemporAnea que los escritosposteriores de Pareto es, sin embargo, indispensable para corn-prender la evoluciOn intelectual del autor. Contintia la obra deWalras al subrayar el valor del concepto de equilibrio gene-ral y asentar las que' concebfa como condiciones matematicas delequilibrio general. Partiendo de las sencillas reglas matematicasrelativas a la determinaciOn de un sistema de ecuaciones de nvariables, Pareto pasa a sefialar, de la misma manera que lo habfahecho Walras, la interdependencia general de todas las cantidadesecon6micas y Ia legitimidad te6rica del concepto de un equilibrioecon6mico general determinado. Mas Pareto no se satisface solo conla validez teOrica. En su Cours manifiesta la esperanza de quetodas las variables de sus ecuaciones algebraical puedan Ilenarseun dfa con valores cuantitativos derivados de datos estadfsticos.No parece haberse dado cuenta de la dificultad metodolOgica queeso suponfa, o sea el conflicto entre las condiciones subyacentesen la abstracciOn de un sistema algebraico y el caracter inevitable-mente histOrico de la estadfstica, dificultad que serial6 con firme-za uno de sus primeros criticos.ei Pero su obra posterior sugiere,sin embargo, clue habfa abandonado la esperanza de llegar algunavez a cuantificar sus ecuaciones funcionales. Su punto de vistalc permiti6 subrayar y dilucidar las relaciones de complementa-ridad y sustituci6n. En este respecto, aunque quiza no fue tanlejos como Marshall en los detalles, por lo menos en su primeraobra, su modo de abordar los problemas parece haber sido mässugestivo, y en 61 se han basado muchos trabajos recientes.

En cuanto al problema general del fundamento del valor en la

^ L. von Bortkewicr, "Die Grenznutzcntheorie als Grundlage ciner ultra-liberalen Wirtschftspolitik", Jahrbuch fur Gesetzge Venal/rung andolkswirtschaft, vol.. xxlt, p. 1191.

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utilidad, su Cours revela claramente, por su confusi6n, el comien-zo de cierta inseguridad en el pensamiento de Pareto. La actitudbasica ante el problema del valor es todavia fuertemente subje-tiva, y los gustos (gaits) y obstaculos (obstacles) individuatesconstituyen los polos de la actividad econ6mica. Pero aunquePareto no se expresa claramente acerca del caricter "ordinal" dela utilidad (que Menger habia subrayado), ya se hace manifiestacierta tendencia a desconocer las premisas psicolOgicas y a Concen-trarse en el hecho empfrico de la elecciOn. Un indicio de quealguna cuenta se daba de la confusion a que podia conducir elconcepto de utilidad lo tenemos en la distinciOn que establece entrediferentes tipos de conducta humana, sobre todo aquellas que en-cuentran su razOn de ser Unicamente en la preferencia observadadel individuo, y las que pueden referirse a alguna norma objetiva.En relaciOn con las primeras que, segtin la escuela marginalista,son las iinicas que importan en teorfa econ6mica, sugiri6 Paretoreemplazar la utilidad como caracteristica motivadora del objetodel deseo por el termino nias inocuo de "ofelinidad". Pero estetratamiento no era bastante diferente del de los primeros te6ricosde la utilidad, aun hedonistas y, por tanto, el termino nuevo nologr6 desplazar al antiguo.

Cours d'Economie Politique, de Vilfredo Pareto, es particular-mente interesante por las muchas disquisiciones que contiene sobreproblemas sociales y politicos en general. La posiciOn metodolOgicade Pareto esta en favor de una teorfa absolutamente formal y po-sitiva y de librar a la economfa de todo elemento etico. Sin em-bargo, el libro esti pleno, si no de postulados normativos, i i)r. 10menos de aseveraciones categOricas sobre materias que, desde el pun-to de vista de su metodologia, Pareto debi6 considerar extrailasa la economfa. Hay, primero, la distinciOn ya mencionada entretipos de conducta humana, distinciOn de que se hace use paraformular ciertas normas sociales (implfcitas). Despuës hay referen-. . .

formular una filosofia del cambio social. Aquf, el concept° te6ricoprincipal es la distinciOn entre las fuerzas coercitivas y las fuerzasautomaticas de la sociedad.

La hip6tesis de Pareto es que el progreso human° implica elaumento de los elementos autornaticos en la regulaciOn de losasuntos sociales, a cxix . nsas de los coert itivos. I .a distinciOn entreaortas fuerzas no es linty tiara, ni se prueba la hipOtesis. En rea-lidad, la definiciOn que da Pareto de lo que cottstituye las fuerzascoercitivas estaba destinada Inas a fines de polemica politica deldfa que a explicar los grandes movimientos del pasado. En con-

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secuencia, la legislaciOn social, por ejemplo, es considerada comoun retroceso ante el progreso de la civilizaciOn. Rechaza el socia-lismo, no porque no pueda funcionar en la esfera econ6mica (real-mente, Pareto creia que podia demostrarse que un ministerio soda-lista de producci6n podia, en teorfa, ilegar exactamente al mismo"plan econOmico que resultarfa de la acciOn de las fuerzas equili-bradoras de una economfa capitalista ideal de laisser faire), sinoporque representaba la victoria de las fuerzas coercitivas. Elaborauna lista de ejemplos del pasado acerca de la ineficacia de la acci6ndel estado y la convierte en una acusaciOn general contra la re-glamentaciOn partial- impuesta por el estado y contra el soda-lismo. Hasta se pone en duda la eficacia de la maquinaria delestado para guerrear (y para conservar la paz).

De los problefnas tratados en su Cours que no tienen relaciOncon las cuestiones centrales de la teorfa econ6mica, hay uno queinerece ser mencionado: la "ley" de Pareto sobre la distribuciOndel ingreso. A base de algunos estudios estadfsticos, Pareto con-cluye que la distribuciOn del ingreso muestra un alto grado deconstancia en los diferentes tiempos y paises. Si se representa ladistribuciOn en una grafica logarftmica, presentara la forma deuna linea recta inclinada por abajo hacia la derecha, con inclina-ciOn extrernadamente estable y, por lo tanto, puede considerarsecomo la expresi6n numerica de una ley de la distribuciOn delingreso.

No podemos detenernos aquf a estudiar en detalle esta ley nilas muchas criticas de que ha silo objeto. Pero podemos senalar(pie esas cifticas se han dirigido contra la suficiencia de la pruebaestadistica y contra el valor de la definiciOn especial que da Paretode la desigualdad del ingreso. Lo que importa mas a nuestro ob-jeto es el use que Pareto hace de esa "ley". En primer lugar,cree que la constancia en la desigualdad de la distribuciOn delingreso refleja la desigualdad de la capaddad humana, que es

Ira y universal. Aun antes de que se hubieranhecho munerosas pruebas estadfsticas, ya se habia advertidoes que,para demostrar su tesis, Pareto tendria que probar que hay entodos los tiernpos y en todos los lugares una distribuciOn definida(le sores humanos segnn su talent° para ganar un ingreso, y quela di ,,ttibuci6 11 real del ingreso estaba exclusivamente determina-da pit iSi i 1)11( i(`)Ii de dicho talent°. Su Cows, del tamente, Itovl opol (-ion a ha cal pruel)a, y las que post eriorrnent e se tuvieron(lc cantl,ios Italy sena Lidos a largo plat() en la distribuciOn del

I von Bortkcwic/, op. cit., P p. 1208-00. 1

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ingreso han privado casi por completo a la "ley" de Pareto desus fundamentos estadisticos. La otra conclusion de este autor se-gem la cual una reducciem de la desigualdad solo podia conse-guirse por la elevaciem del ingreso mcdio (csto es, por unaumento de la producciOn Inas rapid° que el de la poblaciem),quedaba socavada en sus cimientos. Ademas, csta conclusion ado-lecfa del defect° de que estaba implicita en la definicien peculiarde la desigualdad dada por Pareto.69

La caracteristica interesante del detenido estudio de Ia distri-buciem del ingreso es su estrecha relaci6n con la actitud general,ultraliberal, de Pareto tal como aparece er. su libro. El caracterinmutable de la desigualdad y el hecho de que sOlo podria sermitigada por un aumento de la produccien, armonizaba bien conla intransigente posici6n en favor del laisser faire que Pareto sus-tentaba por aquel tiempo. Su estudio sobre el ingreso proporcion6una apologia de la desigualdad que los reformadores sociales ata-caban, asi como argumentos contra los medios que sugerlan pararemediarla.

La obra posterior de Pareto presenta cambios marcados e inte-resantes respecto de su pcsiciem originaria, tanto en lo que afectaa la teorf a econernica como a la politica. La principal caracteris-tica de esos cambios es que abandona el tratamiento mas tradi-cional que se da en su Cours al problema del valor, tratamientoque habfa ido de la mano con una fe vigorosa en la justificationeconOrnica del laisser faire. Y junot con el desarrollo de un puntode vista nuevo para tratar el problema del valor se da el abandonodel liberalismo econ6mico y una acentuaciOn del formalismo me-todolOgico.

Un indicio de este nuevo punto de vista se encuentra en elbreve trabajo de Pareto titulado Anwendungen der Mathematik

auf NationalOkonomie (1902); pero su exposiciem mas completaesti. en Manuale di Economia Politica (1906; traducciOn fran-cesa, 1909). Muchos de sus contemporaneos han sugcrido que enesta obra Pareto abandona por completo la teoria del valor en fa-vor de una teoria del precio sin relaciOn con factoies subjeti-vos." Puede discutirse que esto sea exacto; pero lo que eviclen-

temente es cierto que la teoria del manual se caracteriza por unaopinion enteramente nueva sobre la utilidad, que parece llevar

• Ibid." For ejonplo, A. Osorio, Theorie mathematigne de l'echange (1913), p.

302, y F. Bovcn, Les Applications mathernatiques a reconornie politique(1912). p. 174.

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hacia sus lfmites lOgicos la naturaleza puramente formal de laus<1. La moderna del valor.

La innovacien consiste en afirmar que la utilidad no es men-surable, pero que basta una conception puramente "ordinal" dela utilidad para formular una teoria de la elecciOn. En terminostecnicos, puede deducirse para cada individuo una escala de pre-ferencias sin necesidad de suponer determinadas funciones de lautilidad. El Unico fenemeno determinado es la escala de prefe-rencias tal como se manifiesta en la conducta; codas las funcionesde la utilidad habran de ajustarse a ella. En realidad, este cam-bio de perspectiva ya habia sido anunciado anticipadamente nosOlo en la obra de Cournot, sino tambien en los escritos de, algu-nos contemponineos de Pareto, como Irving Fisher (MathematicalInvestigations into the Theory of Value and Prices, 1892) y Gus-tav Cassel (Gundriss einer elementaren Preislehre, 1899). Pero la.exposiciOn de Pareto fue la que mas atrajo la atenciOn.

Pareto no elabor6 un aparato te6rico completo basado en sunuevo concepto de la election, pero le dio un impulso muyimportante. Adopt6 el concepto de las "curvas de indiferencia",que por primera vez habla usado el economista ingles F. Y. Ed-geworth en Mathematical Psychics (1881), para demostrar la po-sibilidad de formular una teoria sOlo en base a escalas de prefe-rencia. Pareto toma dos mercancias y muestra como el individuodeseara igualmente numcrosas combinaciones de dichas mercan-cias. Todas esas combinaciones pueden disponerse en una curvade indiferencia a Ia que se puede asignar un indite. Tambienpueden disponerse en curvas a las que pueden asignarse indicesmas altos o mas bajos otras combinaciones de las mismas mercan-cfas mas o menos deseables. Puede representarse el sistema indi-vidual de preferencias respect° de estas dos mercancias en un-"ma-pa de indiferencia" que mostrara, por analogfa con un maps deniveles, - los diferentes grados de satisfacciOn. Es posible,escribir una scrie de ecuaciones diferenciales que representen unsistema de equilibrio en terminos de indiferencia mas bien quede funciones de la utilidad.

Este formalismo creciente no lleve• directamente a la rupturacon la justificaciOn utilitaria del laisser faire. Al principio, Paretoparece tratar de reforzar esta actitud por la manera como defineel maxim() colectivo de ofclinidad, el cual se alcanzara —dice—en un punto del cual no sera posible apartarse ganando en °fell-nidad todos los participantes." Como advirti6 INickse11. 72 esto equi-

"i V. Parcto, Manuel Weeonornie polilique (2a. ed., 1927), p. 354.K. Wickscll, op. cit., pp. 82-83.

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vale a decir que la competencia perfecta, dados sus supuestos,producira dicho maxim° colectivo. Pero aunque en este puntoPareto se acerca mucho al concepto antes mencionado del valorsocial subjetivo, pasa a examinar las posibilidades de una eco-nomia colectiva y termina con una conclusion del todo "neutral"."La economia pura —dice— no nos da un criterio verdaderamentedecisivo para elegir entre un orden social basado en la propiedadprivada y el socialismo. Este problema solo puede resolverse te-niendo en cuenta fenOmenos de un caracter diferente."73 Paretofue mucho mas lejos aUn en muchos puntos particulares (particu-larmente en Ia teorfa del comercio internacional): se opuso atoda medida basada en los principios del liberalism° econOmico.Y, como para reforzar su conclusidn acerca de la "neutralidad"de la economia pura, su interns se orientd cada vez mas hacia losproblemas sociales generates. Su Ultima obra importante fue elvoluminoso Traitd de sociologie gênerale (1917-19), en c'5 cualcomplementO el analisis neutral y formal de la economfa delequilibrio con teoremas sociopsicolOgicos que ya habia tratadoen su manual.

No es necesario flue nos detengamos a analizarlos detalladamente.Muestran un parecido curioso, aunque quiza solo formal, con lasociopsicologf a de Marx. El sistema de Pareto distingue las accio-nes lOgicas de las no lOgicas, e introduce la nociOn de derivacionespara desiguar todos los conceptos y creencias que sirven para ra-cionalizar (aunque de un modo totalmente inadecuado) las accio-nes no lOgicas del hombre. Otro concepto es el de residuo, quees el determinante objetivo de la conducta cuyas racionalizacionesproporciona la derivacidn. Por ultimo, esta la doctrina sociohis-tOrica segim la cual toda Ia historia es una sucesiOn de aristocra-cias que se basa en la teoria de la circulacidn de las elites, o seade minorfas de todas las clases sociales especialrnente dotadas paraascender a la cima de la sociedad.

IX. EVOLUCION DEL PENSAMIENTOECONOMICO NORTEAMERICANO

1. EL ESCENARIO

DURANTE los tiltimos cien atios la economfa ha dejado de ser unaciencia tan exclusivamente inglesa como lo habla sido hasta enton-ces, y el estudio de sus doctrinas centrales ha recibido aportacionesimportantes de muchos pafses. Algunas de estas primeras aporta-

ciones no inglesas ya han sido mencionadas en el capftulo anterior;ahora anadiremos una breve exposiciOn de una de esas aportacio-nes, la de los Estados Unidos de America del Norte. Al hacerlo, nosocuparemos solo de aquellos autores que han traido el pensamientoeconOmico hasta el umbral del anilisis contemporaneo, sin reba-sarlo. Porque en ese punto el pensamiento econOmico ya no puedeser convenientemente clasificado en compartimientos nacionales.Particularmente en los pafses de habla inglesa, el intercambio yla fusiOn son la regla general. Sin embargo, tendremos ocasiOn,aim Inas adelante, para senalar ciertos rasgos importances de laeconomfa contemporanea que deben su existencia, en gran parte,a un impulso norteamericano.

Es necesario decir unas palabras para explicar por Tie las pri-meras aportaciones norteamericanas merecen capftulo aparte. Laeconomia norteamericana no es particularmente notable por laparte que tuvo en la formulaciOn de la teoria de la utilidad mar-ginal. Su dereclio a nuestra atenciOn descansa en un hecho dife-rente. El caracter preponderantemente ingles de la economfa poli-tica clasica puede explicarse en pane por el hecho de haber estadoInglaterra a la cabeza del desarrollo del capitalismo moderno. Noes sorprendente, por lo canto, que la relativa preponderancia del. .

plfcita de su sociologia y su economia; esta Ultima permaneci6estrictamente independiente y "pura". Sin embargo, es interesanterecordar que cuando Pareto se encontrd ante un movimiento po-litico real de empuje poderoso, el fascismo, se convirtiO en aliadointelectual suyo.

" V. Pareto, op. cit , p. 364.

ser el nnico pais capitalista importante. Ni es sorprendente tarn-poco que la transformaciOn de los Estados Unidos en el principalpais capitalista haya coincidido con un aumento muy considerablede la actividacl teOrica norteamericana. Hoy es grande la produc-ciOn actimulada y corriente de escritos econOmicos norteamerica-nos, y no es rimy exagerado decir que el estudio de la economia,en la forma en que hemos estado habituados a el durante losUltimos cien anus, tiene en los Estados Unidos su hogar mas pro-picio. Por esta razdn, si no por otras, serfa necesario estudiar el

desarrolio y estado actual de la economia en ese pais. Pero no es

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