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El Carnero Rodriguez Freyle, Juan Published:  1638 Categorie(s): Tag(s):  Colombia Colonia Colony History Chronicles 1

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El CarneroRodriguez Freyle, Juan

Published: 1638 Categorie(s): Tag(s): Colombia Colonia ColonyHistoryChronicles

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AL REY DON FELIPE IV, NUESTRO SEORS.S.R.M. Estilo es, Seor de los escritores dirigir sus escritos a las personas de sudevocin: unos por el conocimiento que de ellas tienen, otros por los beneficios recibidos; y si esto es as, quin mas merecedor que V. M, de quien tanto recibimos, mantenindonos en paz y justicia, y a quien del cielo abajo se le debe todo? Dirijo esta obra a V. M. por dos cosas: la una, por darle noticia de este su Reino nuevo de Granada, porque nadie lo ha hecho; la otra, por librarla de algn spid venenoso, que no la muerda viendo a quin va dirigida, cuya real persona nuestro Seor. guarde con aumento de mayores Reinos y estados, para bien de la cristiandad.

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AMIGO LECTORTODAS las criaturas del mundo estn obligadas a tributar dobladas gracias a Dios, nuestro Seor, que con su gran piedad y misericordia las sustenta 1 con su providencia divina sin merecerlo; lo que hace por sola su bondad 2, Y Con ella provey a la naturaleza humana remedio para conservar la memoria de los beneficios recibidos de su mano; y que juntamente con esto tuvisemos noticia de las cosas pasadas, porque como Cristo, nuestro Seor, puso los ojos de ab eterno en su esposa la iglesia, desde cuyo tiempo le puso escritores y canonistas 3. Y los hombres, aprovechndose de esta doctrina, fueron siempre dando al mundo noticia de lo acontecido en sus tiempos, con lo cual los presentes tenemos noticia de lo pasado. He querido hacer este breve discurso por no ser desagradecido a mi patria, y dar noticia de este Nuevo Reino de Granada, de donde soy natural, que ya lo que en l ha acontecido no sean las conquistas del Magno Alejandro, ni los hechos de Hrcules el espaol 4, ni tampoco las valerosas hazaas de Julio Csar y Pompeyo, ni de otros valerosos 5 capitanes que celebra la fama; por lo menos no quede sepultado en las tinieblas del olvido lo que en este Nuevo Reino aconteci, as en su conquista como antes de ella; que aunque para ella no fueron menester muchas armas ni fuerzas, es mucha la que l tiene en sus venas ricos minerales, que de ellos se han llevado y llevan a nuestra Espaa grandes tesoros, y se llevaran muchos ms y mayores si fuera ayudada como convena, y ms el da de hoy, por haberle faltado los ms de sus naturales. Y aunque es verdad que los capitanes que conquistaron el Per, y las gobernaciones de Popayn y Venezuela y este nuevo Reino siempre aspiraron a la conquista del Dorado, que solo su nombre levant los nimos para su conquista a los espaoles, nunca le han podido hallar, aunque les ha costado muchas vidas y grandes costos, ni han hallado punto fijo en que lo haya. con haber corrido llanos, navegando el Orinoco, el Darin, el ro de Orellana o Maran y otros caudalosos ros, que aunque en sus mrgenes se han hallado grandes poblaciones, no se han hallado las riquezas que hay en este Nuevo Reino en sus ricos veneros. Legtima razn para darle nombre de El Dorado. Y confesar que sea ste, no lo afirmo, aunque adelante dir en qu lo fundo; y tambin digo que los ros que he nombrado no tenemos noticia que se haya allegado al nacimiento de ellos, como se alleg a los del ro grande de La Magdalena, y al de Cauca, que entre ambos nacen de una cordillera donde cae este Reino y gobernacin de Popayn; remito esto a la verdad y al tiempo

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que lo descubrir. y volviendo a mi propsito digo, que aunque el padre fray Pedro Simn en sus escritos y noticias, y el padre Juan de Castellanos, en los suyos trataron de las conquistas de estas partes, nunca trataron de lo acontecido en este Nuevo Reino, por lo cual me anim yo a decirlo; y aunque en tosco estilo, ser la relacin sucinta v verdadera, sin el ornato retrico que piden las historias, ni tampoco llevar ficciones6 poticas, porque slo se hallar en ella desnuda la verdad; as en los que le conquistaron como en casos en l sucedidos, para cuya declaracin y ser mejor entendido, tomar de un poco atrs la corrida, por cuanto antiguamente fue todo una gobernacin, siendo la cabeza la ciudad de Santa Marta, en que se incluan la ciudad de Cartagena, el ro de La Hacha y este Nuevo Reino; y con esto vengamos a la historia, la cual pas como se sigue 7. NOTAS* ** Las notas que se inician con la abreviatura Vte., registran la variante que en el pasaje indicado por la llamada presenta el texto de las ediciones de El Carnero, correspondientes a los aos de 1890, 1936, 1942 y 1963, al ser cotejado aqul con el de la presente edicin. Esta, a su vez, reproduce, corregido, el texto de la edicin de 1955, traslado fiel del manuscrito que hoy se conserva en la Biblioteca Nacional de Bogot y es considerado como el ms completo de cuantos hasta el presente se han editado. 1 Vte.: " estn obligadas a dar infinitas gracias a Dios Nuestro Seor, que con infinita misericordia las sustenta". 2 te.: " lo cual hace Dios por su sola bondad". 3 Vte.: " desde luego le puso escritores y coronistas". 4 En el captulo 39 (pg. 7), de la Primera Crnica General de Espaa (ed. facsimilar publicada por Ramn Menndez Pidal, Ed. Gredos, 1955), se habla de Hrcules, "que fue ell omne que mas fechos sennalados fizo en Espanna en aquella sazon, lo uno en conquerir las tierras, lo al en poblando las". De los tres Hrcules que hubo en el mundo se dice en la misma Crnica el tercero naci y muri siendo Geden juez de Israel. Los dos primeros Hrcules fueron griegos, famoso el uno por sus hechos, aunque no narrados por la historia, y el otro por su sabidura, y ambos nacieron en tiempo de Moiss. El tercer Hrcules, "el que hizo los muy grandes fechos de que todo el mundo fabla", fue el ms grande, ligero y valiente de los hombres, y su nacimiento y maravillosas hazaas fueron profetizados por los sabios de Grecia. Este Hrcules fue hijo de Jpiter y Alcmena. Despus de haber realizado con xito la mayor parte de los doce trabajos que la tradicin le atribuye, equip diez naves, se dio a la mar

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y pas de frica a Espaa. Aqu arrib a una isla, donde el Mar Mediterrneo penetra en el Ocano, y es al mismo tiempo el lmite entre Oriente y Occidente, razn por la cual le dio el nombre de Isla de Gades Hrcules, cuya contraccin da el toponmico actual de Cdiz. Aqu la Crnica explica "que en latin dizen por moiones Galles" (pg. 8 b, cap. 5). De Cdiz, prosiguiendo por mar, lleg Hrcules al ro Betis, hoy Guadalquivir; y prosiguiendo corriente arriba, atrac en el lugar donde hoy se levanta Sevilla. Por cierto que al negar a este sitio Hrcules consult con su estrellero Allas si convendra all fundar y poblar una ciudad. El adivino le contest que tal fundacin le estaba reservada a otra persona distinta de l, "que serie omne onrado e ms poderoso que el e de grandes fechos". Este hombre sera el emperador romano Julio Csar, predestinado a construir y poblar a Sevilla. Por esta parte, hasta aqu lleg Hrcules, quien de aqu se encamin a donde hoy se levanta Lisboa. De este lugar prosigui a un yermo, futuro asiento de la ciudad de Crura, donde luch con el gigante Gerin, durante tres das, y le dio muerte, librando as a sus sbditos de un tirano rapaz y cruel. Aquella tierra se llamar con el tiempo Galicia. En su paso por Espaa, Hrcules fue un descubridor de tierras y fundador de ciudades incansable. Lleg al Guadiana, pas a Lusitania, fund a Cartagena, arrebat a Caco las tierras de Celtiberia y Carpetana, pobl a Tarazona, construy la fortaleza de Urgel, mand edificar una ciudad, a la cual puso el nombre de Barcelona. Cumplida su misin en Hesperie, Hrcules se fue por otros caminos del mundo en busca de nuevos trabajos y aventuras, no sin antes haber poblado de griegos y gentes de su linaje las tierras conquistadas por el valor de su brazo. Antes de marchar, dej como soberano de aquellos dominios a un sobrino suyo, llamado Espan, He aqu la explicacin de por qu Rodrguez Freyle nos habla, en el prlogo de su libro, de "Hrcules, el espaol". El alfrez Gutirrez Diez de Games en el capitulo V de El Victorial, crnica de don Pero Nio, Conde de Buelna, cuenta que el rey Rodrigo hizo abrir las puertas de la cueva de Toledo, que cerrara Hrcules cuando anduvo por Espaa (ed, de Juan Mata de Carriazo, Madrid, EspasaCalpe, S. A. 1940, pg. 29). Rodrguez Freyle, muy aficionado al parecer, y como ms adelante se ver en lugar pertinente (Notas 9 y 32 de las pp. 297 Y 404), a la lectura de romances, debi conocer aquellos que comienzan ad, 'Don Rodrigo, rey de Espaa / Por la su corona honrar " y "De los nobilsimos godos / Que en Castilla haban reinado ", romances estos en los cuales se relata cmo el rey Rodrigo, orden romper los candados que aseguraban la

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entrada a la antigua casa de Hrcules, de Hrcules el afamado / Que gan primero a Espaa, / De Gerin gran tirano . Durn trae estos romances en su Romancero General (B.A.E., t. X, Madrid, ed. Rivadeneyra, 1849, vol. 1'1, romances nmeros 583 y 584, pgs. 400401). 5 En ediciones anteriores se omite aqu el adjetivo valerosos. 6 Vte.: "racionaciones" en vez de "ficciones". 7 Vte.: En ediciones anteriores se agrega aqu: "al frente de esta hoja".

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Captulo

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En que se cuenta de dnde salieron los primeros conquistadores de este Reino y quin los envi a la conquista, y origen de los gobernadores de Santa MartaDel descubrimiento que don Cristbal Coln hizo del lluevo mundo se origin el conocimiento de la India occidental, en cuyos descubrimientos y conquistas varones ilustres gastaron su valor, vidas y haciendas, como lo hizo don Fernando Corts, marqus del Valle, en la Nueva Espaa; el marqus don Francisco Pizarro y don Diego de Almagro, su compaero, en el Per, Valdivia en Chile, y otros capitanes en otras partes, como se ve en sus historias, conquistas y descubrimientos, entre los cuales se hallan algunos rasguos o rastros de la conquista de este Nuevo Reino de Granada; de la cual no he podido alcanzar cul haya sido la causa por la cual los historiadores que han escrito las dems conquistas han puesto silencio en esta, y si acaso se les ofrece tratar alguna cosa de ella para sus fines, es tan de paso que casi la tocan como a cosa divina por no ofenderla, o quiz lo hacen porque como su conquista fue poco sangrienta, y en ella no hallaron hechos que celebrar, lo pasan todo en silencio; y para que del todo no se pierda su memoria ni se sepulte en el olvido, quise, lo mejor que se pudiere, dar noticia de la conquista de este Nuevo Reino, y lo sucedido en l desde que sus pobladores y primeros conquistadores lo poblaron, hasta la hora presente, que esto se escribe, que corre el ao de 1636, del nacimiento de Nuestro Seor Jesucristo; para cuya claridad y ms entera noticia de lo pasado, ser necesario tomar su origen de la ciudad de Santa Marta, cabeza que fue de este gobierno, y de donde salieron los capitanes y soldados que lo conquistaron; a todo lo cual se aadir la fundacin de esta Real Audiencia, presidentes y oidores de ella, con los visitadores que la han visitado, seores arzobispos y prebendados de la santa iglesia catedral, de la muy noble y muy leal ciudad de Santaf del Nuevo Reino de Granada, cabeza de este arzobispado y silla de este gobierno, que habiendo estado sujeta a Santa Marta, hoy tiene por sufragneo a su obispo, con el de Cartagena y Popayn; y los tres

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gobernadores o gobernaciones que por muchas partes tienen dependencia a esta Real Audiencia, y cuando falta gobernador en ellas por haber muerto, se provee en este tribunal hasta tanto que de Castilla se provee sucesor al muerto; y con esto vengamos a la historia, que pasa as. GOBERNADORES DE SANTA MARTA Y ESTE NUEVO REINO El seor Emperador Carlos V, de gloriosa memoria, nuestro rey y seor natural, envi a ]a conquista de la provincia de Santa Marta, con ttulo de gobernador, a don Rodrigo de Bastidas, dndole por jurisdiccin desde el cabo de la Vela hasta el ro grande de La Magdalena, el cual pobl la dicha ciudad por julio de 1525 aos; psole el nombre que hoy conserva, ahora l fuese por haber descubierto la tierra el da de la gloriosa Santa. ahora 2 por haber fundado la dicha ciudad en su da. Los naturales de esta provincia, y los primeros de ella, que fue donde el dicho gobernador pobl, se dieron de paz 3, mostrndose amigables a los conquistadores, aunque en poco tiempo adelante con sus vecinos ms cercanos y otras gentes 4, hubo muy reidos reencuentros y costaron muchas vidas sus conquistas, como lo cuenta el padre fray Pedro Simn en sus Noticias Historiales, y el padre Juan de Castellanos 5 en sus Elegas y escritos, a donde el curioso lector lo podr ver. Poco despus de la conquista muri el gobernador don Rodrigo de Bastidas, por cuya muerte se provey6 en la Audiencia del seor Santo Domingo 6, por gobernador de Santa Marta. al licenciado Pedro Badillo 7, que hoy, cuando falta el gobernador en la dicha ciudad, lo provee la Real Audiencia de este Reino, y lo propio hace en las de Cartagena y Popayn, hasta que de Espaa viene gobernador. Sabida en Castilla la nueva de la muerte del gobernador Rodrigo de Bastidas 8, el Emperador, nuestro seor, provey en el dicho gobierno a don Gaspar de Lerma, gentilhombre de su casa, el cual vino a Santa Marta el ao de 1526 9 , Y por su muerte la Real Audiencia nombr al licenciado Infante 10, hasta que de Castilla viniese gobernador. El ao adelante de 1535, dio el Emperador este gobierno por capitulaciones al adelantado de Canarias, don Pedro Fernndez de Lugo, y a don Alonso Luis de Lugo, su hijo, en sucesin 11, los cuales partieron de Espaa al principio del dicho ao, en siete navos de armada, en que venan mil y cien soldados con capitanes y oficiales. LLegados a Santa Marta, luego el gobernador, en cumplimiento de lo que el Emperador le haba ordenado, hicieron una entrada a las tierras de Bonda y Matubare, y a la Ramada, y al Ro de la Hacha, con intento de hacer aquellas conquistas; y no hallaron la gente que buscaban por haberse retirado, con que se volvieron perdidos, muertos de hambre, y con ms de cien hombres menos

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de los que llevaban, y gastaron todo el ao de 1536 en aquel viaje sin ningn fruto ni provecho. Como de la salida de estos soldados no surti efecto ninguno, el Adelantado, para cumplir lo que el Emperador le haba mandado, luego por cuaresma del ao de 1537, nombr por su teniente de gobernador al licenciado Gonzalo Jimnez de Quesada, su asesor 12, que haba venido con l y en su compaa, y era natural de Granada, para que descubriese nuevas tierras, con comisin que faltando l, quedase por teniente y en el mismo cargo el capitn Juan del Junco, que era persona principal; el cual despus de hecha la conquista de este Nuevo Reino y fundada la ciudad de Santaf, cabeza de l y la corte, y la de Vlez, que fue la segunda, el dicho capitn Juan del Junco, pobl la ciudad de Tunja, que fue la tercera de este Nuevo Reino 13. Salieron de Santa Marta en conformidad con lo provedo y mandado, por la misma cuaresma del dicho ao, ochocientos soldados, poco ms o menos, con sus capitanes y oficiales, en cinco bergantines, por el ro arriba de La Magdalena con mucho trabajo y sin guas, a donde se murieron y se ahogaron muchos soldados, hallndose en el ro y en sus mrgenes muchos indios caribes, con los cuales tuvieron muchas guazbaras 14 en que murieron muchos soldados flechados de flecha de yerba y ponzoa, otros comidos de tigres y caimanes, que hay muchos en el ro y montaas, y otros picados de culebra, y los ms del mal pas y temple de la tierra, en cuya navegacin gastaron ms tiempo de un ao, navegando siempre y caminando sin guas, hasta que hallaron en el dicho ro, hacia los cuatro brazos, un arroyo pequeo por donde entraron, y subiendo por l, encontraron con un indio que llevaba dos panes de sal, el cual los gui por el ro arriba, y salidos de l, por tierra los gui hasta las sierras de Opn, trminos de Vlez, y hasta meterlos en este Nuevo Reino 15. Murieron en el camino hasta llegar al Reino, ms de seiscientos soldados, y llegaron a l, entre capitanes y tropa, ciento sesenta y siete16; stos reconocieron la gente que haba en la comarca de Vlez, y lo propio hicieron con la de Tunja; y de all se vinieron a esta de Santaf, de donde salieron a reconocer otras partes y tierras, de las cuales se volvieron a esta de Santaf a fundar la ciudad, para hacerla cabeza de las dems que se fundasen en este Nuevo Reino, como se dir en sus lugares; y por no dejar cosa atrs y acabar de tratar de esta antigua gobernacin y la mudanza que tuvo, tratar con brevedad de la de Cartagena y de su gobernador y conquistador, por cuanto todo esto se comprenda debajo de la gobernacin de Santa Marta, en que se inclua, como tengo dicho, Santa Marta, Ro de la Hacha, Cartagena y este Nuevo Reino, que todo tena su

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dependencia de la Audiencia Real de Santo Domingo en la Isla Espaola, como se ha visto por lo que queda dicho; por cuanto en muriendo el gobernador, la Real Audiencia le provea sucesor hasta que de Espaa su Majestad provea el gobierno. 17 Volviendo a la gobernacin de Cartagena, pasado el ao de 1532 el capitn don Pedro de Heredia, natural de Madrid, pobl la ciudad de Cartagena y conquist toda su gobernacin; por manera que cinco aos antes que saliesen de Santa Marta los capitanes y soldados a la conquista de este Nuevo Reino, estaba ya poblada, Cartagena, y conquistada toda su gobernacin, aunque no en el todo 18. He querido apuntar esto para ms claridad en lo de adelante, y que se entienda mejor la correspondencia que este Nuevo Reino ha tenido siempre con la ciudad de Cartagena, por ser ella la puerta y escala por donde el Per y este Reino se anejan a Espaa 19, Italia, Roma, Francia y a la India Oriental, y todas las dems tierras y provincias del mundo, a donde Espaa tiene correspondencia, trato y comercio. Pues siendo ella el almacn de todas, enva a Cartagena, que es escala de estos reinos, lo que de tantas provincias le viene, y esto le causa oro, plata y piedras preciosas de este Nuevo Reino, que es la piedra imn que atrae a s todo lo dems 20; y pues Cartagena tiene algn hijo que se acuerde de ella para tratar sus cosas, quiero volver a la narracin de lo sucedido en mi patria, como se ver en el siguiente captulo. NOTAS 1 y 2 Vtes.: sase en ambos casos "ora" por "ahora". 3 Vte.: "cedieron de paz". 4 Vte.: "aunque el tiempo adelante con sus vecinos y otras naciones a ellos cercanas". 5 Cf. Castellanos, 1, 374418 Y Simn, 1, 356. 6 Vte.: " por cuya muerte provey la Audiencia de Santo Domingo". 7 Vte.: "Vadilla", 8 Vte.: "Sabida en Castilla la muerte del Gobernador y su nueva del dicho don Rodrigo de Bastidas ". 9 El rey nombr por gobernador y capitn general de la provincia de Santa Marta a Garca de terma, natural de Burgos, a principios de 1528 y lleg a Santa Marta el 28 de febrero de 1529, y no en 1526, Como dice Rodrguez Freyle (Carta de los oficiales reales a S.M. de 3 de marzo de 1529, Archivo de Indias. E. 2. citada por E. Restrepo Tirado, Hist. de la Prov. de Santa Maria, 3~ ed., Bogot, Colcultura, 1975, p. 55).

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10 Para remplazar a Garca de Lerma, el doctor Infante sali de Santo Domingo el 23 de enero de 1536. Quince das despus de haber llegado a Santa Marta falleci Garca de Lerma. Posteriormente, el doctor Infante, nombrado oidor de la Audiencia de Santo Domingo, sali de Santa Marta, aproximadamente en mayo de 1536, y a mediados del mismo ao muri en Santo Domingo (Ernesto Restrepo Tirado, ob. cit., p. 93). 11 Don Alonso Luis de Lugo recibi la capitulacin y las cdulas en que se nombraba a su padre, don Pedro Fernndez de Lugo, Gobernador General y Capitn General de la provincia dc Santa Marta, el 22 de febrero de 1533, y no en 1535, como dice Rodrguez Freyle. La expedicin sali de Tenerife el 3 {le noviembre de 1535 y en los primeros das de 1536, aproximadamente lleg a Santa Marta. (E. Restrepo Tirado, ob. cit., pp. 99, 100 y 114.). Pedro Fernndez de Lugo falleci el 15 de octubre de 1536. 12 A propsito de la salida de Santa Marta de la expedicin al mando del Adelantado don Gonzalo Jimnez de Quesada, dice ste en su Eptome do la Conquista del Nuevo Reino de Granada, segn transcripcin complementada del manuscrito original, hecha por el historiador espaol don Demetrio Ramos Prez en su obra Ximnez de Quesada cronista (Sevilla, 1972, p. 283): "El ao mill e quinientos y treinta y seis, por el mes de abril, el dicho Gonzalo Ximnez de Quesada, Mariscal que agora es del dicho Nuevo Reino, parti de la dicha ciibdad de Santa Maria, questa a la costa de la mar, a descubrir el rrio Grande arriba por la banda de Sancta Martha, con seiscientos soldados rrepartidos en ocho compaas de Ynfanteria, y con ciento de a cavallo, y as mesmo con ciertos vergantines por el rrio, para que fuesen vandeando y dando ayuda al dicho licenciado que yba por tierra descubriendo por la mesma costa del rrio", El obispo Lucas Fernndez de Piedrahta, en su Historia General de las Conquistas del Nuevo Reino de Granada, precisa la fecha de salida de la expedicin de Quesada, de la ciudad de Santa Marta, en el siguiente pasaje: "Ya era entrando por este tiempo el ao de treinta y seis, como dijimos arriba, cuando, segn refiere Quesada en el fin del primer captulo de su Compendio Historial, a los cinco de abril del ao referido sali de Santa Marta, siguiendo su ruta por el corazn y centro de la provincia de Chimila hasta dar en las de Tamalameque y Tamalameque, desde donde se haba arrimar a la ribera del ro grande de la Magdalena". (Ob. cit., 1, Bogot, B.P.C.C., 1942, p. 185). Jimnez de Quesada repiti en su Gran Cuaderno, cedido en prstamo al cronista Gonzalo Fernndez de Oviedo, lo que antes haba escrito en su Compendio Historial. He aqu el fragmento pertinente al asunto de que

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trata esta nota, segn la versin del cronista de la Historia General y Natural de las Indias. Las aclaraciones entre parntesis son nuestras y las juzgarnos indispensables para una mejor comprensin del texto transcrito: "Con deseo de adquirir el adelantado [Don Pedro de Lugo] particularmente lo que por este ro [Grande de la Magdalena] la tierra adentro se pudiese calar y entender, envi a este su teniente [Jimnez de Quesada] con ochocientos hombres e cient caballos, e iban los seiscientos por tierra y los doscientos por ro en cinco bergantines. Son por all los indios belicosos y flecheros, y tiran sus flechas con hierba irremediable, y el que ms tarda en morir, no pasa del septeno da. Este descubrimiento del ro (Magdalena) se comenz a cinco das de abril de mil e quinientos e treinta y seis aos". (Fernndez de Oviedo, ob. cit., Madrid, Biblioteca Autores Espaoles, 1959, vol. III, Parte II, lib. XXVI, cap. XVIII, pp. 101102). 13 Quien fund o pobl la ciudad de Tunja no fue el capitn Juan de Junco, sino el capitn don Gonzalo Surez Rendn, conforme a lo dicho ms adelante por el propio autor en el "Catlogo de las ciudades que estn sujetas a esta Santa Iglesia Metropolitana, tambin las villas y lugares y los capitanes que los poblaron"(pp). La fundacin de Tunja tuvo lugar el 6 de agosto de 1539 y no de 1540, como lo dice Rodrguez Freyle. 14 Guazabara es palabra que en Juan de Castellanos se encuentra escrita en distintas formas: guazbara, guazvara y guaabara, es, segn don Manuel Alvar, voz arhuaca, que significa lucha, refriega, pelea, batalla. Guazvara es palabra usada en Colombia, Puerto Rico y Santo Domingo, en la acepcin de motn, algarada (Aut. cit., Juan de Castellanos, tradicin espaola y realidad americana, Bogot, ed. Instituto Caro y Cuervo, 1972, pp. 333334). 15 Lo dicho aqu por Rodrguez Freyle, lo dice ms explcitamente Jimnez de Quesada en su Eptome, como aparece en la siguiente transcripcin de algunos apartes suyos: "Visto ya el poco remedio que y (all) para subir el dicho rrio arriva avia, acord el dicho licenciado de yr a descubrir por un brao pequeo, que cerca del dicho pueblo donde estaba entraba en el rro Grande y paresia venir de unas sierras y montaas grandes questaban a mano yzquierda. Las grandes montaas, segn supimos despus de descubiertas, se llamaban las sierras de Opn" (Transcrip. cit., p. 284) .. _ "El licenciado, como est dicho, fue por aquel brauelo de ro arriba en descubrimiento de aquellas syerras de Oppn, dexando ya el rrio Grande y metindose la tierra adentro". (Transcrip. cit., p. 285) "El cual anduvo por aquellas sierras de Oppn muchos das descubrindolas [ ] y con grandes dificultades, las atravess el dicho licenciado topando siempre en aquellos pequellos (pequeos) pueblos de

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aquellas sierras grandes cantidades de la sal que abemos dicho, por donde se bio claramente ser aquel el camino por donde baxaba la dicha sal por contractacin al dicho ro Grande. Despus de muchas dificultades atraves el dicho licenciado aquellas sierras montaosas y dio en la tierra rasa, ques el dicho Nuebo Reino de Granada, el qual comiena, pasando las dichas sierras" (Transcrip. cit., p. 286). 16 Vte.: "ciento sesenta y siete, entre capitanes y soldados". 17 Vte.: "Volviendo a la Gobernacin de Cartagena, pasa as:". 18 No son unnimes las opiniones acerca del da y mes en que fue fundada Cartagena. Segn fray Pedro Sim6n (Noticias Historiales de las Conquistas de Tierra Firme en las Indias Occidentales, Bogot, Casa Editorial de Medardo Rivas, 1892, vol. IV, tercera parte, cap. XIV, p. 13.), dicha ciudad fue poblada y fundada por el gobernador Francisco de Heredia, el 21 de enero de 1533. La misma fecha registra el cronista Fernndez de Piedrahta en obra y edicin citadas en nota 12 anterior. (Vol. 1, p. 147). Por su parle, Fernndez de Oviedo da como cierta fecha de fundaci6n la del l0 de junio de 1533 (Obra y oo. citadas en nota 11 anterior, vol. III, p. 160.). 19 Vte.: " por donde el Pir y este Reino gozan de toda Espaa". 20 Vte.: "que es la piedra imn que atrae as todo lo dems".

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Captulo

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En que se cuenta quin fue el cacique Guatavita y quin fue el de Bogot, y cul de los dos tena la monarqua de este Reino, quin la de Tunja y su partido, Cuntase asimismo el orden y estilo que tenan de nombrar caciques o reyes y de dnde se origin este nombre engaoso del Dorado 1 con lo dems que ver el curioso, etc.En todo lo descubierto de estas Indias Occidentales o Nuevo Mundo, ni entre sus naturales, naciones y moradores, no se ha hallado ninguno que supiese leer ni escribir 2, ni an tuviese letras, falta el mtodo historial; y faltando esto, de donde se puede decir, que donde faltan letras, falta el mtodo historial, y faltando esto falta la memoria de lo pasado. Si no es que por relaciones pase la noticia de unos a otros 3, hace la conclusin a mi propsito para probar mi intento. Entre dos cabezas o prncipes estuvo la monarqua de este Reino (si se me permite darle este nombre): Guatavita, en la jurisdiccin de Santaf, y Ramiriqu en la jurisdiccin de Tunja 4. Llmolos prncipes, porque eran conocidos por estos nombres; porque en diciendo Guatavita era lo propio que decirse el rey, aquello para los naturales, lo otro para los espaoles; y la misma razn corra en el Ramiriqu, de Tunja. Entendida esta razn 5, primero hago la derivacin por qu en estas dos cabezas principales haba otras con ttulo de caciques, que hoy conservan y es lo ms comn, unos con sobrenombre de Ubzaques a quien pertenece el nombre de duques; otros se llaman Gicuaes, que es lo propio que decimos condes o marqueses; y los unos y otros muy respetados de sus vasallos, y con igual jurisdiccin en administrar justicia, en cuanto con su entendimiento lo alcanzaban, aunque el hurto fue siempre castigado por ellos y otros de estos, que adelante tratar algo de ellos. Guatavita, que, como tengo dicho, era el rey, no tena ms de una ley de justicia, y sta escrita con sangre como las de Dracn, porque el delito

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que se cometa se pagaba con muerte, en tanto grado, que si dentro de su palacio o cercado algn indio pona los ojos con aficin en alguna de sus mujeres, que tena muchas, al punto, sin ms informacin, el indio y la india, al punto y en aquel da, moran por ello 6. Tenan a sus vasallos tan sujetos, que si alguno quera cobijarse alguna manta diferente de los dems, no lo poda hacer sin licencia de su seor y pagndolo muy bien, y que el propio seor se la haba de cobijar. Discurra el curioso en los trajes presentes, si se guardara esta ley, dnde iramos a parar. Pasaba ms adelante esta sujecin: que ningn indio pudiese matar venado ni comerlo sin licencia de su seor; y era esto con tanto rigor, que aunque los venados que haba en aquellos tiempos eran tan abundantes, que andaban en manadas como si fueran ovejas 7 y les coman sus labranzas y sustentos, no tenan ellos licencia de matarlos y comerlos, si no se la daban sus caciques. En ser lujuriosos 8 y tener muchas mujeres y cometer tantos incestos, sin reservar hijas y madres, en conclusin brbaros, sin ley ni conocimiento de Dios, porque slo adoraban al demonio y a ste tenan por maestro, de donde se poda muy claro Conocer qu tales seran los discpulos. Volviendo en quien dej en silencio 9, digo que tena por su teniente y capitn general, para lo tocante a la guerra, a Bogot, con ttulo de cacique Ubzaque, el cual, siempre que se ofreca alguna guerra con panches o culimas, sus vecinos, acuda a ella por razn de su oficio. Parceme que algn curioso me apunta con el dedo y me pregunta, que de dnde supe estas antigedades; pues tengo dicho que entre estos naturales no hubo guen escribiera, ni cronistas. Respondo presto por no me detener en esto, que nac en esta ciudad de Santaf, y al tiempo que escribo esto me hallo con edad de setenta aos, que los cumplo la noche que estoy escribiendo este captulo, que son los veinticinco de abril y da de San Marcos del dicho ao de seiscientos treinta y tres. Mis padres fueron de los primeros pobladores y conquistadores de este Nuevo Reino. Fue mi padre soldado de Pedro de Ursa, aqul a quien Lope de Aguirre mat despus, en el Maran 10 aunque no se hall con l en este Reino sino mucho antes, en las jornadas de Tayrona, Valle Dupar, Ro de la Hacha, Pamplona y otras partes. Yo, en mi mocedad, pas de este Reino a los de Castilla, a donde estuve seis aos. Volv a l y he corrido mucha parte de l, y entre los muchos amigos que tuve fue uno don Juan, cacique y seor de Guatavita, sobrino de aqul que hallaron los conquistadores en la silla al tiempo que conquistaron este Reino; el cual sucedi luego a su to y me cont estas antigedades y las siguientes.

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Djome que al tiempo que los espaoles entraron por Vlez al descubrimiento de este Reino y su conquista, l estaba en el ayuno para la sucesin del seoro de su to; porgue entre ellos heredaban los sobrinos, hijos de hermana, y se guarda esta costumbre hasta hoy da; y que cuando entr en este ayuno ya l conoca mujer; el cual ayuno y ceremonia eran como se sigue. Era costumbre entre los naturales que el que haba de ser sucesor y heredero del seiorio o cacicazgo de su to, a quien heredaban, haba de ayunar seis aos, metido en una cueva que tenan dedicada y sealada para esto, y que todo este tiempo no haba de tener parte con mujer, ni comer sal, ni aj, ni otras cosas que les vedaban; y entre ellas que durante el ayuno no haban de ver el sol; slo de noche tenan licencia para salir de la cueva y ver la luna y estrellas y recogerse antes que el sollos viese; y, cumplido este ayuno y ceremonias, le metan en posesin del cacicazgo y seoro, y la primera jornada que haba de hacer era ir a la gran laguna de Guatavita a ofrecer y sacrificar al demonio que tenan por su dios y seor. La ceremonia que en esto haba era que en aquella laguna se hiciese una gran balsa de juncos, aderezbanla y adornbanla todo lo ms vistoso que podan; metan en ella cuatro braseros encendidos en que desde luego quemaban mucho moque, que es el zahumerio de estos naturales, y trementina con otros diversos perfumes, y estaba a este trance toda la laguna en redondo, con ser muy grande y hondable, de tal manera que puede navegar en ella un navo de alto horda, la cual estaba toda coronada de infinidad de indios e indias, con mucha plumera, chagualas y coronas de oro, con infinitos fuegos a la redonda, que luego en la balsa comenzaba el zahumerio, lo encendan en tierra, de tal manera que el humo impeda la luz del da. A este tiempo desnudaban al heredero en carnes vivas y lo untaban con una tierra pegajosa y espolvoriaban con oro en polvo y molido, de tal manera que iba cubierto todo de este metal. Metanlo en la balsa, en la cual iba parado, y a los pies le ponan un gran montn de oro y esmeraldas para que ofreciese a su dios. Entraban con l en la balsa cuatro caciques, los ms principales, sus sujetos, muy aderezados de plumera, coronas de oro, brazales, y chagualas y orejeras de oro, tambin desnudos, y cada cual llevaba su ofrecimiento. En partiendo la balsa de tierra, comenzaban los instrumentos, cornetas, fotutos y otros instrumentos, y con esto una gran vocera que atronaban montes y valles, y duraba hasta que la balsa llegaba al medio de la laguna, de donde, con una bandera se haca seal para el silencio. Haca el indio dorado su ofrecimiento echando todo el oro, que nevaba a los pies, en el medio de la laguna, y los dems

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caciques que iban con l y le acompaaban hacan lo propio, lo cual acabado abatan la bandera, que en todo el tiempo que gastaban en el ofrecimiento la tenan levantada, y partiendo la balsa a tierra comenzaba la grita, gaitas y fotutos, con muy largos corros de bailes y danzas a su modo; con la cual ceremonia reciban al nuevo electo y quedaba reconocido por seor y prncipe. De esta ceremonia se tom aquel nombre tan celebrado de El Dorado, que tantas vidas y haciendas ha costado. En el Per fue donde son primero este nombre Dorado; y fue el caso que habiendo ganado a Quito don Sebastin de Benalczar, y andando en aquellas guerras o conquistas, top con un indio de este Reino de los de Bogot, el cual le dijo que cuando queran en su tierra hacer su rey, lo llevaban a una laguna, y all lo doraban todo, o le cubran todo 11 y con muchas fiestas lo hacan rey. De aqu vino a decir el don Sebastin: "vamos a buscar este indio dorado". De aqu corri la voz a Castilla y las dems partes de Indias, y a Benalczar le movi a venirlo a buscar, como vino, y se hall en esta conquista y fundacin de esta ciudad, coma ms largo lo cuenta el padre fray Pedro Simn en la cuarta parte de sus Noticias Historiales12, donde se podr ver; y con esto vamos a las guerras civiles de este Reino, que haba entre los naturales, y de dnde se originaron, lo cual dir con la brevedad posible, porque me dan voces los conquistadores de l, en ver que los dej en las lomas de Vlez, guiados por el indio que llevaba los dos panes de sal, a donde podrn descansar un poco mientras cuento la guerra que hubo entre Guatavita y Bogot, que pas como se ver en el siguiente captulo. NOTAS 1 Hasta aqu llega el ttulo de este captulo en las ediciones anteriores a la de 1955. 2 Vte.: de aqu en adelante vara la redaccin de ]a frase, en ediciones anteriores a la de 1955, as: " ni an tuviese letras ni caracteres con qu poderse en tender, que donde faltan letras faltan cronistas, y faltando esto, falta la memoria de lo pasado". Esta lectura nos parece la aceptable, y no la que reproduce esta edicin, que es confusa y muestra repeticiones que indican una lectura y, por consiguiente. una transcripcin defectuosas. 3 Vte.: "Si no es que por relaciones pase de unos en otros", 4 En la edicin de 1936, su prologuista y anotador, el autorizado historiador don Jess Mara Henao, aclara en este punto 10 siguiente; "Lo que se refiere aqu est errado en cuanto se relaciona con la monarqua o sistema de gobierno. El cronista dice que se lo cont don Juan, cacique y

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seor de Guatavita, su amigo, sobrino de aquel que hallaron los conquistadores en la silla; tenia, por tanto, inters en el asunto. Cuando lleg la conquista espaola al imperio chibcha, ejercan el gobierno cinco soberanos independientes: el Guanent, el Tundama, el Sugamuxi, el Zaque y el Zipa que era el ms poderoso y resida en Bacat. La nacin chibcha no tenia unidad de gobierno". 5 Vte.: "Entendido este fundamento". 6 Vte.: " al punto y sin ms informacin, el indio y la india moran por ello". 7 En ediciones anteriores falta la frase explcativa "eran tan abundantes". 8 Vte.: "En ser viciosos ". 9 Vte.: "Y volviendo a Guatavita, en quien dej el seoro ". 10 Siendo Pedro de Ursa eu Orsa) gobernador y capitn general del ro Maran y provincia de los cararies y manicures, omazuas y macheforos fue asesinado el l0 de enero de 1561 por una banda de conspiradores, comandada e incitada por Lope de Aguirre y Fernando de Guzmn. Ursa, apenas llegado a estas Indias, inici sus actividades de conquistador como capitn de una expedicin que parti de Santa Marta hacia el cerro de Banda y valle del Tairona, donde alcanz notaras xitos. En esta expedicin particip como soldado Juan Freyle, padre del autor. Para mayores datos sobre Ursa, es provechoso consultar los captulos I, III y XVIII de la "Jornada del Ro Maran", de Toribio de Ortiguera, publicada en la Nueva Biblioteca de Autores Espaoles, Historiadores de Indias, recopilacin de M. Serrano y Sanz, t. n, Madrid, Bailly Bailliere e hijos, editores, 1909, pp. 305422. En dicho volumen puede consultarse con el mismo fin, la obra de autor annimo, intitulada "Jornada de Omagua y Dorado", p. 434. 11 Vte.: "o le cubran de oro". 12 Vte.: " en la quinta parte de sus Noticias Historiales". En realidad, la relacin que de estos sucesos hace fray Pedro Simn se da en la quinta parte de su obra (ed. cit., t. 1, Quinta Noticia, cap. 1, p. 198).

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Captulo

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Donde se cuenta la guerra entre Bogot y Guatavita, hasta que entraron los espaoles a la conquistaYa queda dicho cmo Bogot era teniente capitn general de Guatavita en lo tocante a la guerra; pues sucedi que los indios de Ubaque, Chipaque, Paseas, Foscas, Guacheta 1 Unes, Fusagasug y todos los de aquellos valles que caen a las espaldas de la ciudad de Santaf, se haban rebelado contra Guatavita, su seor, negndole la obediencia y tributos, y tomando las armas contra l para su defensa, y negndole todo lo que por razn de seorio le deban y eran obligarlos; lo cual visto por l, y cun necesario era matar aquel fuego con tiempo, antes que saltase alguna centella donde hiciese ms dao, para cuyo remedio despach sus mensajeros a Bogot, su teniente y capitn general, ordenndole que luego que viese aquellas dos coronas de oro que le enviaba con sus quemes, que es lo propio que embajadores o mensajeros, juntase sus gentes, y con el ms poderoso ejrcito que pudiese, entrase a castigar los rebeldes, y que de la guerra no alzase hasta acabar aquellas gentes, o sujetarlas y traerlas a obediencia. En cuya conformidad, el teniente de Bogot junt ms de treinta mil indios, y con este ejrcito pas la cordillera y entr en el valle y tierra de los rebeldes, con los cuales tuvo algunos encuentros en que hubo hartas muertes de la una banda y otra, en que el demonio tuvo muy buena cosecha, porque siempre pretende tener tales ganancias en tales casos, y as enciende los nimos a los hombres a semejantes discordias, porque de ellas resulta su ganancia, mayormente entre infieles, donde se lleva los despojos de todos. Apunto esto para lo que dir adelante. El teniente Bogot con la perseverancia y mucha gente que meti, y con la que cada da le acuda, que el Guatavita no se descuidaba en reforzarle el campo, alcanz la victoria, sujet los contrarios, trjolos a obediencia, cobr los tributos de su seor, y rico y victorioso volvi a su casa. Pero como la fortuna nunca permanece en un ser, ni hay, ni ha habido quien le ponga un clavo a su voluble rueda, sucedi que, vuelto Bogot a su casa y habiendo despachado a su seor Guatavita la gloria

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de la victoria con las muchas riquezas de sus tributos y parte de los despojos, sus capitanes y soldados trataron de hacer fiestas y celebrar sus victorias con grandes borracheras, que para ellos sta era y es la mayor fiesta, hicieron una muy clebre en el cercado de Bogot, teniente, en la cual despus de bien calientes, comenzaron a levantar su nombre y celebrar sus hazaas, aclamndole por seor; diciendo que l solo haba de ser el seor de todo y a quien obedeciesen todos, porque Guatavita slo serva de estarse en sus cercados con sus teguyes, que es lo propio que mancebas, en sus contentos, sin ocuparse en la guerra, y que si l quera, les sera fcil el ponerle en el trono y seoro de todo. Nunca el mucho beber y demasiadamente hizo provecho; y si no, dgalo el rey Baltasar de Babilonia y el Magno Alejandro, rey de Macedonia, que el uno perdi el reino bebiendo y profanando los vasos del templo y con ello la vida 2: Y el otro mat al mayor amigo que tena, que fue aquel festn tan celebrado en sus historias 3; y con stos podamos traer otros muchos, y no dejar fuera de la copia a Holofernes 4 ni a los hermanos de Abraham 5. No falt quien de la borrachera diese cuenta al Guatavita y lo que en ella haban pasado, y sealando (como dicen) con el dedo los que en ella haban hablado con ventaja, ponderndole el alegre semblante con que el Bogot haba odo el ofrecimiento de sus capitanes y soldados y cmo no le haba parecido mal: de todo lo cual el Guatavita se alborot y al punto mand a sus capitanes hacer dos mil indios de guerra que asistiesen a la defensa de su persona, y que estuviesen prevenidos para lo que se ofreciese: asimismo despach dos quemes, que, como tengo dicho, son mensajeros, aunque en esta ocasin sirvieron de emplazadores, con las dos coronas de oro, que entre ellos servan de mandamiento, o provisin real, citando al Bogot para que dentro de tercero da pareciese ante l llevando consigo tales y tales capitanes. Parecieron estos quemes ante el Bogot, e intimronle el emplazamiento, el cual no lo tom a bien, considerando que haba pocos das que le haba enviado a Guatavita un gran tesoro, y el vencimiento de sus contrarios, y que tan presto le enviaba a llamar y que llevase los capitanes que le sealaba. Escaldse de ello, y no sinti bien de aquella llamada, y para mejor enterarse, mand a sus capitanes que tomasen a aquellos quemes y que los convidasen, y siendo necesario, les diesen mantas, oro y otras ddivas, y que sacasen de ellos para qu los llamaba Guatavita, su seor. No se descuidaron los capitanes en hacer la diligencia, y cargaron tanto la mano en ella, que los quemes, hartos de chicha y ddivas, vinieron a decir: "Qu

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hablasteis vosotros en la borrachera grande? Qu hicisteis en el cercado de Bogot? Porque todo se lo dijeron a Guatavita; y ha juntado mucha gente. No s para qu": de aqu entendi el Bogot para qu los llamaba; al punto dio mantas a los mensajeros y un buen presente que llevasen a Guatavita, dicindoles le dijesen que ya iba tras de ellos, con que los envi muy contentos. Idos los quemes, llam Bogot a consejo a sus capitanes, y acordaron, que pues se hallaban con las armas en las manos, previniesen a Guatavita, que asegurase sus cabezas con la suya 6. Dada esta orden, se la dio a ellos para que juntasen toda la gente que pudiese tomar armas y regirlas para la ocasin. Al punto lo pusieron en ejecucin. El Guatavita, que no dorma y traa el nimo inquieto con lo que haban dicho, vista la tardanza del Bogot, volvi a enviarlo a llamar con otros dos quemes, los cuales llegados a Bogot, emplazaron segunda vez al teniente; el cual les respondi que el da siguiente se iran. Aquella noche llam los capitanes y les dio orden que los cuarenta mil soldados que tenan hechos, los partiesen en dos escuadras, y con la una, a paso tendido, marchasen de manera que al segundo da al amanecer, fuesen por encima de las lomas de Tocancip y Gachancip, que dan vista al pueblo de Guatavita, diesen los buenos das a su seor; y que los otros veinte mil indios con sus capitanes, le siguiesen en retaguardia de su persona, que l se haba detenido 7 haciendo alto hasta tanto que se ajustaba lo que les ordenaba. Con esto los despidi y se fue a ordenar su viaje para el siguiente da. Los capitanes, con la orden que su general les dio, aquella noche enviaron sus mensajeros a las escuadras de gente que tenan hecha, previnindoles que al da siguiente haban de marchar. Llegado el da, el Bogot sali con los capitanes llamados y con los quemes de Guatavita; sali algo tarde por dar tiempo para lo que dejaba ordenado, y habiendo caminado poco ms de dos leguas, dio muy bien de comer a los dos quemes, y dndoles hartas mantas 8, les dijo que fuesen adelante y dijesen a su seor Guatavita que ya iban. Hicironlo as, y el Bogot se fue muy poco a poco, siempre a vista de ellos, hasta que cerr la noche, teniendo siempre corredores a las espaldas que le daban aviso a donde llegaban los dos campos. Hizo aquel da noche, pasada la venta que ahora llaman de Serrano, en aquellos llanos de Siecha a donde se aloj con los veinte mil indios que llevaba de retaguardia, a donde esper el aviso y suceso de los del cerro de Tocancip. Los del dicho cerro de Tocancip, desde aquellos altos dieron los buenos das a Guatavita, con todos los instrumentos de guerra que llevaban; a tal msica record Guatavita; y aunque tena consigo alguna gente de

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guerra que haba mandado juntar para su intento, no le era bastante para resistir el contrario, ni ponerse a pelear con l, pero hzole espaldas para poderse retirar y llevar consigo sus grandes tesoros, lo cual hizo metindose en el valle de Gachet, tierra caliente, de donde luego, consigo entr sus tesoros y comenz a hacer llamamiento de sus gentes; a donde le dejaremos, para volver a Bogot que est esperando el aviso de sus capitanes, de que hablaremos, con lo dems que hizo, en el siguiente captulo 9. El Bogot con todo su campo entero, no queriendo dejar en el pueblo Guatavita, ninguna de sus gentes, porque no fatigasen las pobres mujeres que en l haban quedado, slo envi dos de sus capitanes con dos mil soldados indios al asiento de Siecha, que fue a donde durmi la noche que sali de Bogot, para que desde all siguiesen y reconociesen las prevenciones del enemigo, y que de todo ello le diesen aviso; con esto, y con el resto de su campo, dio vuelta a todos y por todos los pueblos cercanos a Guatavita, y de su obediencia, atrayndolos a la suya, lo cual hicieron de buena gana para salir de la sujecin de Guatavita, y por ser dulce y suave el nombre de Bogot, y por mejor decir de la libertad. Volvise el cacique de Bogot a su pueblo y casa con esta victoria ganada a tan poca costa, a donde le dejaremos por volver a tratar del cacique Guatavita, y de lo que hizo en su retirada, que a todo esto corra y pas el ao de 1537, cuando nuestros espaoles pasaban los trabajos del ro grande de La Magdalena, hasta que llegaron a las lomas de Opn de Vlez, donde los dej, que corra ya el ao de 1538 l0. NOTAS 1 Vte.: "Chiguachi" (Coac1?) en lugar de "Guachet". 2 El fesln de Baltasar se nafra en la Biblia, lib. de Daniel, cap. 5, versiculos de 1a 30, 3 El infortunado lance a que alude aqu el autor, tuvo lugar en el festn celebrado en Maracanda, en honor de los Dioscuros y al cual asistieron Alejandro Magno y uno de sus ms valerosos capitanes y dilectsimo amigo, de nombre Clito, gobernador que fue de Bactriana. Animados por los efectos de los cordiales vinos servidos y brindados, algunos de los convidados tanto extremaron sus alabanzas a las hazaas guerreras de Alejandro, que llegaron a diputarlo como muy superior a las dos divinidades en cuyo honor se ofrecan aquel festn. Elogios tan desmesurados disgustaron en sumo grado a Clito, cuya animadversin a los proyectos alejandrinos de orientalizar a Grecia, era bien conocida. El joven capitn protest indignado al or aquellas alabanzas, y tras de ponderar las gestas heroicas del rey Filipo, padre de Alejandro, se encar a ste y le dijo,

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mostrndole el brazo; "Sin el auxilio de ste, hubieras perecido en el Grnico". Efectivamente, Clito le salv la vida a Alejandro en tal accin de guerra. Este, fuera de s por la embriaguez y la ira, le arroj a aqul una pica que, al traspasarlo, lo dej sin vida. Cuentan que Alejandro al darse cuenta de lo que haba hecho con su predilecto amigo y valeroso capitn, intent quitarse la vida con la misma pica, pero muy a tiempo lo evitaron sus cortesanos. 4 La embriaguez y la muerte de Holofernes se narran puntualmente en el cap. 13, vs. 110 del libro de Judit. 5 No he encontrado en la Biblia mencin alguna a la embriaguez de los hermanos de Abraham, a que aqu alude Rodrguez Freyle. En el Gnesis (11, 26 27), slo se dice que "Era Traj de setenta aos cuando engendr a Abram, a Najor ya Harn. Estos son los descendientes de Traj: Traj engendr a Abram, a Najor y a Harn". (Traduccin de la Biblia de Jerusaln, ed. espaola, Bilbao, 1967, p. 21.). 6 Vte.: .. previesen a Guatavita, y as juntasen sus cabezas con la suya". 7 Vte.: "que l se ira reteniendo y " 8 Vte.: "y dndoles segundas mantas". 9 Vte.: En todas las ediciones anteriores, excepto en la de 1955, se omiti totalmente este prrafo. 10 En la primera Noticia, cap. XXXIV, de sus Noticias Historiales de las Conquistas de Tierra Firme (pg. III del t. 11 de la ed. bogotana de 1891), cuenta fray Pedro Simn cmo los 166 sobrevi,ientes de la expedicin que sali de Santa Marta, a rdenes de Jimncz de Quesada, experimentaron Sllmo alivio y gramlc alegra cuando, rebasando la serrana del Opn, llegaron a Cpat y luego Vlez, a mediados de enero de 1538. La causa de tales contento y descanso fUe el conocimiento que se les dio de haber llegado, despus de recias penalidades, a tierras de ms suave temple, exentas de fieras, reptiles, y dems alimaas, y, por consiguiente, ms acogedoras y promisorias de una nueva vida, libre de tantos cuidados y zozobras. Recurdese cmo Rodrguez Freylc, en sus palabras al lector, estampadas al inicio de su obra, se queja de que tanto fray Pedro Simn como Castellanos "nunca trataron de lo acontecido en este nuevo Reino".

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Captulo

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Cmo Bogot se apoder de todos los pueblos de Guatavita y de todos sus bienes, y se llam seor de todo el mundo, con lo dems que se registrar, etc1Con la retirada de Guatavita, qued el campo de Bogot con la victoria, aunque no llegaron a las manos; lo ms que hicieron algunos escuadrones fue ir picando siempre a la gente que llevaba por resguardo el contrario, el cual no procuraba otra cosa que embarazar al enemigo, para que el Guatavita se pudiese alargar con sus tesoros, y particularmente a la entrada del arcstico de Gachet, le hicieron rostro por ser el paso estrecho y peligroso, y no poder pasar por l, si no era por Contadora, por lo cual la gente del Bogot hizo alto en aquel sitio por dos das: bastante tiempo para que el Guatavita con sus tesoros no corriesen riesgo. Sabida por el cacique de Bogot la retirada del Guatavita, mand recoger sus gentes y dejando a su teniente con dos mil quinientos indios, para que de all reconociesen los intentos del Guatavita, y que de todo le diesen aviso, encargndole tuviese particular cuidado de saber si su contrario juntaba gentes para formar campo, lo cual orden. Con lo restante de su campo entr en el pueblo de Guatavita, y se apoder de todos los bienes que hall de su contrario, como fucron mantas y camisetas de algodn y otras presas que el Guatavita, con la prisa, no pudo retirar, llevndole de su cercado sus Teques, que es lo propio que sus mujeres, sus grandes despensas de maz, turmas y otras legumbres de sustento, que fue lo ms en que le pudo daar, por la gran falta que despus le hizo al Guatavita, cuando sali del valle 2. Como el cacique Guatavita se vio fuera del riesgo en que le haba puesto su teniente Bogot, y ya algo sosegado, puso luego la mira a la satisfaccin y venganza, y con toda diligencia hizo llamamiento de gentes, y en poco ms tiempo de cuatro meses junt un poderoso campo, que no le fue muy dificultoso por haber en aquellos tiempos muchas gentes en aquellos valles, porque hasta la ltima cordillera de los Chos, que da vista a los llanos, que son ms de tres das de camino, todas aquellas

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gentes obedecan al Guatavita; y hasta los mismos Chos, que hasta el da de hoy reconocen por seor al que legtimamente es cacique de Guatavita. Esta nacin le dio muchonmero de gente, sacndola de aquellos llanos de sus amigos y confederados; tambin envi el Guatavita sus mensajeros al Ramiriqu de Tunja, pidindole le ayudase contra el tirano, lo cual hizo el Ramiriqu muy de buena gana por vengarse del Bogot, con quien estaba atrasado por ciertas correras que haba hecho por sus tierras, con color que peleaba con panches y colimas y con otros caribes que estaban en los fuertes segundos que confinan con el ro grande de La Magdalena, que aunque hoy da duran algunas de estas naciones, como son vereques y carares, que infestan y saltean los que navegan el dicho ro, por la cual razn hay de ordinario presidio en l, puesto por la Real Audiencia para asegurar aquel paso. El Ramirqu de Tunja junt muchas gentes y sali de sus tierras a dar ayuda a Guatavita contra Bogot 3. Corra el ao de 1538 cuando se hacan estas prevenciones, de las cuales era sabedor el Bogot, porque de la frontera que haba dejado en el asiento de Siecha, por sus espas y corredores 4 tena muy ordinarios avisos, con los cuales no se descuidaba y tena prevenido un poderoso ejrcito, diestro y con valientes capitanes. Llegle en el mismo ao la nueva de cmo sala Guatavita del valle de Gachet con poderoso ejrcito 4, con poderoso campo, y tambin tena el aviso de cmo el Ramiriqu de Tunja vena contra l; no desmay punto por esto, previniendo al enemigo, parti luego con sus gentes a donde tena sus capitanes en frontera, que como tengo dicho, era en los llanos y asiento de Siecha, a donde por momentos le llevaba nuevas del enemigo y cun cerca vena. En fin, lleg el da en que se pusieron los dos campos frente a frente; el Guatavita en el asiento de Guasca (que hoy es de la Real Corona); tena este campo 6 por delante un pequeo ro que le haba tomado por raya; el Bogot en su asiento de Siecha con todas sus gentes, tena asimismo otro pequeo ro que se tena por raya, y en medio de estos dos ros se hace una llanada, espaciosa y cmoda, para darse la batalla. Afrontados los dos campos, dieron luego muestras de venir al cumplimiento 7 de la batalla: la noche, antes del da que pretendan darse la batalla, se juntaron sus sacerdotes, jeques y mohanes 8 y trataron con los seores y cabezas principales de los ejrcitos, diciendo cmo era llegada la hora o tiempo 9 en que haban de sacrificar a sus dioses ofrecindoles oro e inciensos, y particularmente correr la tierra y visitar las lagunas de los santuarios, y hacer otros ritos y ceremonias; y para que se entienda

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mejor, los persuadieron a que era llegado el ao del jubileo, y que sera muy justo cumpliesen con sus dioses primero que se diese la batalla, y que para poderlo hacer, se sentasen 10 treguas por veinte das o ms. Propuesto lo dicho, no fue muy dificultoso acabarlo con los dos campos que, consultados, aceptaron las treguas. La primera ceremonia que hicieron fue salir de ambos campos muy largos chorros de hombres y mujeres danzando, con sus instrumentos msicos, y como si entre ellos no hubiese habido rencor, ni rastro de guerra. En aquella llanada que haba entre los dos ros que dividan los campos, con mucha fiesta y regocijo se mostraban los unos con los otros, convidndose, comiendo y bebiendo juntos en grandes borracheras que hicieron, que duraban de da y de noche, a donde el que ms incestos y fornicios haca 11, era ms santo: vicio que hasta hoy les dura. Por tres das continuos dura esta fiesta y borracheras, y al cuarto da se juntaron los jeques y mohanes y acordaron que, al siguiente da, se comenzase a correr la tierra, que era la mayor ceremonia y sacrificio que hacan a su dios. Ponga aqu el dedo el lector, y espreme adelante, porque quiero acabar esta guerra. Aquella noche se ech el bando en ambos campos, como al da siguiente se haba de salir a correr la tierra, con lo cual todos alistaron sus prevenciones. Sabido por el Bogot el bando, y que era fuerza que sus gentes se derramasen, porque se haban de correr ms de catorce leguas, como adelante dir, y como siempre la mala conciencia no tiene seguridad, porque siempre vela sobre su pecado, con esta misma congoja y sospecha, aquella propia noche llam a los capitanes, y djoles: "Maana saldris a correr la tierra y es fuerza que andis entre vuestros enemigos, distintos y apartados; y sabemos los designios de Guatavita ni lo que ordenar a los suyos? Soy de parecer que os llevis las armas encubiertas porque, si os acometieren, os defendis; y si vireis al enemigo descuidado, dad en ellos y venceremos a menos costa, porque, acabada esta fiesta, es fuerza que hemos de venir a las manos. Y sabemos a qu parte caer la victoria, ni el suceso de ella?" Hubieron todos los capitanes por muy acertado el parecer de su seor, y la misma noche pas la palabra y dieron a los soldados el orden que haban de guardar, encargndoles el secreto, que fue mucho el guardarlo entre tantos millares de gentes; mas el demonio para lo que le importa se sabe hacer mudo, y a esto ayud que al romper del alba se oyeron grandes voceras en las cordilleras altas, con muchas trompetillas, gaitas y fotutos que demostraban cmo el campo de Guatavita era el primero que haba salido a la fiesta, con lo cual en el de Bogot no qued hombre con

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hombre, porque salieron con gran prisa a ganar los puestos que les tocaban y estaban repartidos por jeques y mohanes. Cubran las gentes los montes y valles, corriendo todos, como quien pretende ganar el palio; andaban todos revueltos, y pasado ms del medio da, los bogotaes reconocieron el descuido de la gente del Guatavita, y cun desprevenidos iban de armas; y con el orden y aviso que tenan de sus capitanes, los cuales los seguan en retaguardia, y vista la ocasin, les hicieron seal de acometer al contrario bando, lo que hicieron con tanto valor, que en breve espacio se vio la gran traicin con los muchos que moran, reconoci el campo contrario el dao y comenzse a retirar, ponindose en huida; y favorecindoles la noche, que sobrevino, aunque con prdida, segn fue fama, de ms de diez mil indios, y estos fueron de los extranjeros que haban venido a dar ayuda al cacique Guatavita, porque el Bogot previno a sus capitanes que se excusase el dao de los naturales, porque sabia bien cun forzados seguan el bando del Guatavita. Fue esta buena cosecha para el demonio, que la tomara yo este ao de 1636 de fanegas de trigo, y aun el que viene tambin. Lleg la triste y lamentable nueva a los odos del cacique Guatavita y sus capitanes, los cuales, con el gran temor y nuevas de las muchas muertes que por momentos se les ponan delante, levantando con el gran temor soberbios gigantes de miedo, sin aguardar a ver el enemigo, se pusieron en huida, retirndose otra vez al valle de Gachet, favorecindoles la noche y el cansancio del campo contrario, llevando siempre el Guatavita lo ms que pudo de sus gentes en retaguardia, dejando el campo y despojos a su contrario; y pues la noche les dio lugar a esta retirada y excus tantas muertes, excseme a m por un rato este trabajo hasta el da, que pues todos los animales descansan, descanso yo. Noche trabajosa y de mucho riesgo fue esta para el cacique de Bogot, porque tuvo los gustos muy doblados o helados con muchos disgustos; el primero, recibi aquella misma tarde que salieron sus gentes a correr la tierra, y fue que llegaron mensajeros con el aviso de cmo haban salido los panches viendo la tierra sin gente de guerra, y haban robado todos los pueblos cercanos a la cordillera que linda con ellos, llevando los nios y mujeres con haciendas, matando toda la gente que se haba puesto en defensa. Turb mucho este caso al Bogot, y mucho ms las nuevas de sus corredores y escuadrn volante que tena en el camino de Tunja, los cuales

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le dieron aviso cmo el Ramiriqu con poderoso campo vena a dar ayuda al Guatavita, y que estaba ya en el camino ms ac de Tunja. Estas nuevas y el no saber lo que les haba sucedido a los suyos con la gente de Guatavita, lo tena tan angustiado y afligido, que no hallaba lugar donde hacer pie; y lo que ms le afliga era haberse quedado sin gente para su guarda, aunque l haba mandado que un escuadrn fuerte y bien armado no subiese a la laguna de Siecha, que era el uno de sus santuarios que haba de visitar, sino que se quedase en aquellas laderas hasta que l diese otra orden; anochecido, le lleg la nueva cmo los suyos haban acometido a las gentes de Guatavita y hecho en ella gran matanza; esto le acrecent el temor por haber cerrado la noche y hallarse sin la guarda de su persona, recelando le acometiese el Guatavita con algn escuadrn que tuviese para su defensa. Todos estos eran gigantes del miedo. Con los pocos que tena parti luego en busca del escuadrn que haba mandado esperase en las laderas de la laguna; allegse a l, y all soseg un tanto, a donde supo de la gran matanza y de la retirada de su competidor Guatavita; pas toda la noche en pie y armado, hasta que lleg el da de todos tan deseado, en el cual se acab de informar de todo lo acontecido, y con la luz perdi todos los temores. Habase recogido todo su campo, y con l se parti luego al pueblo de Guatavita, pas por el alojamiento de su contrario, de donde le llev todos los despojos que haba dejado. Su designio era salirle al encuentro al Ramiriqu de Tunja. Habiendo entrado en el pueblo de Guatavita, halllo todo sin gente, por haberse huido o retirado toda, as mujeres como nios, viejos y gente intil; aqu le lleg su escuadrn volante y corredores con dos mensajeros del Ramiriqu, en que por ellos avisaba al Guatavita cmo tena aviso que por la parte de Vlez haban entrado unas gentes nunca vistas ni conocidas, que tenan muchos pelos en la cara, y que algunos de ellos venan encima de unos animales muy grandes, que saban hablar y daban grandes voces; pero que no entendan lo que decan, y que l segua a poner cobro en sus tierras, que l las pusiese en las suyas. Con esta nueva acab el Bogot de perder el temor, enterado de la retirada del Ramiriqu, y que los suyos le haban visto volverse; y para enterarse de estas nuevas gentes envi su escuadrn y corredores a la parte de Vlez por donde decan haban entrado; y con esto mand echar un bando por toda la tierra, de perdn general, y que todos los naturales se volviesen a sus pueblos, que l los amparara y defendera. Hecho esto, y habiendo descansado en el pueblo de Guatavita slo tres das, parti de l llevando un campo de ms de cincuenta mil indios de pelea, habiendo despachado ms de otros cinco mil con sus capitanes al

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repase de la sabana grande y pueblo de ella, a reparar los grandes daos de los panches, que por entonces no tuvo objeto, aunque adelante se vengaron con ayuda de los espaoles, como lo diremos en su lugar. Bogot, con todo su campo, sali a los llanos de Nemocn, a donde tuvo noticia enderezaban su viaje las nuevas gentes que haban entrado. A donde lo dejaremos por ahora, con los capitanes espaoles que tambin me esperan; pero descansen los unos y los otros, que bien lo han menester, mientras tanto tratar de los ritos y ceremonias de esta gentilidad, y a quin tenan por dios. Lo que se ver en el siguiente captulo. NOTAS 1 La intitulacin de este captulo difiere totalmente de la que traen las ediciones anteriores, la cual dice textualmente: "En que se cuenta lo que Guatavita hizo en la tierra, digo en la retirada, y las gentes que junt, y cmo pidi favor a Ramiriqu de Tunja; y se prosigue la guerra hasta que se acab." 2 En las ediciones anteriores a la de 1955, se omiten los dos pargrafos iniciales de este captulo. 3 La edicin de 1963, prologada y anotada por el acadmico colombiano, doctor Miguel Aguilera, trae aqu la siguiente nota explicativa: "El nombre de Bogot, transformacin de las voces muiscas Muequet y Bacat, corresponda al pueblo de indios que hoy se distingue con el nombre de Funza, a corta distancia del ro del mismo nombre. All se encontraba la sede imperial del cacique. Fue el Libertador quien, a raz de la victoria de Boyac, dispuso que la capital del Nuevo Reino se designase con el nombre trasplantado de Bogot. Acaso influy en su nimo el deseo de eliminar toponimias de ascendencia peninsular v de abrirle paso a lo terrgena y peculiar de la tierra americana. Igual criterio debi privar al constituir la Repblica de Colombia en 1819, mudando el nombre espaolsimo de Nuevo Reino de Granada por el de Departamento de Cundinamarca, asignado a todo el territorio neogranadino. Tambin all se acogi la denominacin de Bogot "quitada la adicin de Santa F", como reza el Acta de Angostura". 4 Vte.: " y de las espaldas y corredores que traa". 5 Vte.: "Otras ediciones omiten el complemento con poderoso ejrcito". 6 Vte.: "tena ese tiempo". 7 Vte.: "al rompimiento" 8 En la edicin de 1936, se lee la siguiente nota de su prologuista y anotador, don Jos Mara Henao: "Jeque, sacerdote que viva en los templos, no poda casarse y llevaba una vida austera; l presentaba las

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ofrendas que hacan los indios a sus divinidades. Mohn, indio de respeto, que reuna las funciones de sacerdote, mdico y hechicero; era persona sagrada y tenido como un semidis". 9 Vte.: "cmo era llegado el tiempo". 10 Vte.: "seda bueno asentasen. , . " 11 Vte.: ''y fornicaciones cometa ".

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Captulo

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Donde se trata de las costumbres, ritos y ceremonias de estos naturales, y qu cosa era correr la tierra, y qu cantidad de ella; los santuarios y casas de devocin que tenan. Cuntase cmo un clrigo enga al demonio o a su mohn por l, y cmo le cogi un gran tesoro que le tena ofrecido en un santuario1Despus que aquel ngel que Dios cre sobre todas las jerarquas de los ngeles, perdi la silla y asiento de su alteza por su soberbia y desagradecimiento, fue echado del reino de los cielos juntamente con la tercera parte de los espritus anglicos que siguieron su bando, dndoles por morada el centro de la tierra, donde puso la silla de su monarqua, y asent casa y corte, y a donde todos sus deleites son llantos, suspiros, quejas, penas y tormentos. Desagradecimiento dije, que fue culpa de Luzbel juntamente con soberbia. y est bien dicho, porque este ngel quisiera ensoberbecido, y lo dese, tener por naturaleza la perfeccin y grandeza que por gracia Dios le dio, por no tener qu agradecer a Dios, y con esto quererle quitar a Dios la adoracin que tan de derecho le es debida, querindole usurpar para s, por la cual culpa se le dieron los infiernos con sus tormentos por pena, y la mayor, carecer de ver a Dios mientras fuere Dios, que no puede faltar. Cre Dios al hombre formndolo del limo de la tierra 2, e hizolo a su imagen y semejanza: imagen por lo natural; semejanza por lo gratuito. Infundindole una alma racional, vistindola de la original justicia para que le gozase, dndole asimismo el dote de la inmortalidad, con todos sus atributos; y aadiendo Dios bien a bien, hizo al hombre dueo y seor de cuanto haba creado, dndoselo en posesin, porque na necesitaba Dios de ello; slo al hombre quera para s, como a imagen y semejanza suya, y no porque tampoco necesitase de l, sino por sola su gran bondad, y para que reparase l y sus descendientes las sillas que Luzbel y los

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suyos haban perdido, pudiendo Dios para el reparo de ellas, como cre hombres, crear millares de ngeles; pero tena Dios, nuestro seor, dentro de s aquello que l mismo dice: "mis deleites son con los hijos de los hombres"3; y todo lo que Dios hizo y cre era en supremo grado bueno, y como es tan dadivoso y tiene las manos rotas para dar al hombre, aderezle a Adn un jardn y paraso de deleites, y metile y colocle en l, dndole posesin de cuanto haba creado, que slo reserv Das para s un rbol, del cual le mand a Adn que no comiese, y avisndole que en el punto que comiese de l morira 4. Un solo precepto pusisteis, Seor 5, y no dificultoso de cumplir, y que no se cumpliese habiendo sealado el rbol, y a donde estaba, y con no menos pena que de muerte, el punto 6 es grande; pero mayor es vuestra sabidura! Colocado el hombre en el paraso y habindole dado Dios el mando y cetro 7 mixto imperio en todo como primer monarca, y con ello compaera que le ayudase 8, fuese Dios dejndolos en las manos de su albedro. Lucifer, que acechaba a Dios, y si se puede decir, le contaba los pasos, como viese al hombre colocado con cetro y monarqua, y tan grande amigo de Dios, y no ignoraba el grado que tena la humanidad, por habrsela Dios mostrado en los cielos cuando estuvo en ellos en una criatura humana, dicindole que haba de ser tan humilde como ella para gozarle, y que le haba de obedecer y adorarla, principio de la soberbia y rebelda de Luzbel y de donde naci su destierro. Viendo los principios que Dios daba a aquella obra, que tan caro le costaba y haba de costar, y que aquel y sus descendientes haban de reparar y gozar las sillas perdidas por l y sus secuaces, trat de contrapuntear a Dios y ver si le poda quitar a Dios lo que haba creado, tomndolo para s, haciendo que perdiese Adn la gracia y con ella todo lo dems para que era creado. Como Dios se haba ido dejando al hombre en su libre voluntad 9, Lucifer, que con cuidado le acechaba, hall la ocasin y no quiso fiar el hecho menos que de s mismo, porque los negocios arduos siempre se puso 10 l a ellos, como lo hizo en el negocio de Job y en el desierto tentando a Cristo, seor nuestro. Eva, deseosa de ver paraso tan delicioso, apartse de Adn y fuese paseando por l; y qu de materias se me ofrecen en este paseo! pero qudense por ahora, que no les faltar lugar. Puso los ojos en aquel rbol de la ciencia del bien y del mal y enderez a l; el demonio que le conoci el intento, ganle la delantera y esper61a en el puesto a donde, en llegando Eva, tuvieron conversacin, y entre los dos repartieron las dos primeras mentiras del mundo, porque el demonio dijo la primera, diciendo: " Por qu os ved Dios que no comieseis de todas las

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frutas de este paraso?" 11, siendo lo contrario, porque slo una ved Dios. La mujer re~pondi: "que no le haba quitado Dios gue no comiesen de todas las frutas del paraso, porgue tan solamente les mand que de aquel rbol no tocasen" 12. Segunda mentira, porque Dios no mand que no tocasen, sino que no comiesen. El resultado de la conversacin fue que Eva sali vencida y engaada, y ella enga a su marido 13, con que pas y quebrant el precepto de Dios. Sali Lucifer con la victoria por entonces, quedando con ella hecho prncipe y sefior de este mundo. Qu caro le cost a Adn la mujer, por haberle consentido que se fuese a pasear; y qu caro le cost a David el salirse a baar Bethsab, pues le apart de la amistad de Dios 14; y qu caro le cost a Salomn, su hijo, la hija del rey Faran de Egipto, pues su hermosura le hizo idolatrar 15; y a Sansn la de Dalila, pues le cost la libertad, la vista y la vida 16; y a Troya, le cost bien caro la de Helena, pues se abras en fuego por ella, y por Florinda perdi Rodrigo a Espaa y la vida 17. Parceme que ha de haber muchos que digan: qu tiene que ver la conquista del Nuevo Reino, costumbres y ritos de sus naturales, con los lugares de la Escritura y Testamento viejo y otras historias antiguas? Curioso lector, respondo: que esta doncella es hurfana, y aunque hermosa y cuidada de todos, y porque es llegado el da de sus bodas y desposorio, para componerla es necesario pedir ropas y joyas prestadas, para que salga a vista; y de los mejores jardines coger las ms agraciadas flores para 1."1 mesa de los convidados: y al que no le agrade, devuelva a cada uno lo que fuere suyo, haciendo con ella lo del ave de la fbula, y esta respuesta sirva a toda la obra 18 . Acometido Adn por la parte ms flaca, quiero decir, rogado e importunado de una mujer hermosa, y si acaso aadi a la hermosura algunas lgrimas, qu tal lo pondra? Al fin l qued vencido y fuera de la amistad de Dios, y Lucifer gozoso y contento por haber salido con su intento, y borrndole a Dios su imagen con la culpa cometida. Qued con el principado de este mundo, porque este nombre le da Cristo nuestro Seor 19 y el mismo Cristo le ech fuera de l, venciendo en la cruz muerte y demonio. Pero antes de esta victoria, y antes que en este Reino entrase la palabra de Dios, es muy cierto que el demonio usaba de su monarqua, porque no qued tan destituido de ella que no le haya quedado algn rastro, particularmente entre infieles y gentiles, que carecen del conocimiento del verdadero Dios; y estos naturales estaban y estuvieron en esta ceguedad hasta la conquista, por lo cual el demonio se haca adorar de ellos, y que le sirviesen con muchos ritos y ceremonias, y entre

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ellas fue una el correr la tierra, y est tan establecida que era de tiempo inmemorial guardada por ley inviolable, lo cual se haca en esta manera. Tenan sealados cinco altares y puestos de devocin, el que mejor cuadraba, muy distintos y apartados los unos de los otros, los cuales son los siguientes: 1 El primero era la laguna grande de Guatavita, a donde coronaban y elegan sus reyes, habiendo hecho primero aquel ayuno de los seis aos, con las abstinencias referidas, y ste era el mayor y de ms adoracin, y a donde habiendo llegado a l se hacan las mayores borracheras, ritos y ceremonias. 2 El segundo altar era la laguna de Guasca, que hoy llamamos de Martas 20, porque intent sacarle el santuario y tesoro grande que decan tena; codicia con que le hicieron gastar hartos dineros; y no fue l solo el porfiado, que otros compaeros tuvo despus. 3 El tercer altar era la laguna de Siecha, que fue la que toc a Bogot comenzar desde ella a correr la tierra, y a donde mand que en sus laderas quedase el escuadrn reforzado para la defensa de su persona, y a donde se recogi la noche de la matanza de la gente de Guatavita. 4 El cuarto altar y puesto de devocin era la laguna de Teusac, que tambin tiene gran tesoro, segn fama, porque se deca tena dos caimanes de oro sin otras joyas y cintillos, y hubo muchos golosos que le dieron tiento, pero es hondable y de muchas peas; yo confieso mi pecado, que entr en esta letana con codicia de pescar uno de los caimanes, y sucedime que habindole galanteado muy bien a un jeque, que lo haba sido de este santuario, me llev a l, y as que descubrimos la laguna y que vio el agua 21 cay de bruces en el suelo y nunca lo pude alzar de l, ni que me hablase ms palabra. All lo dej y me volv sin nada y con prdida de lo gastado, que nunca ms lo vi. 5 El quinto puesto, y altar de devocin era la laguna de Ubaque, que hoy llaman la de earriega, que segn fama le cost la vida al querer sacar el oro que dicen tiene, y el da de hoy tiene opositores. Gran golosina es el oro y la plata, pues nios y viejos andan tras ella, y no se ven hartos. Pargrafo II.Desde la laguna de Guatavita, que era la primera y el primer santuario y lugar de adoracin, hasta esta de Ubaque, y era el principio o donde se comenzaba a correr la tierra, en cuya estacin 22 eran los bienes comunes; y la mayor prevencin era que hubiese mucha chicha que deber para las borracheras que hacan de noche, y en ellas infinitas ofensas a Dios Nuestro Seor, que las callo por la honestidad; slo digo que el que ms ofensas cometa ese era el ms santo, teniendo para ellas por maestro al demonio. Coronaban los montes y altas cumbres la infinita gente que corra la tierra, encontrndose los unos con los otros, porque los que salan del

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valle de Ubaque y toda aquella tierra con la gente de la sabana grande de Bogot comenzaban la estacin desde la laguna de Ubaque. La gente de Guatavita y toda la dems de aquellos valles, y los que venan de la jurisdiccin de Tunja, vasallos de Ramiriqu, la comenzaban desde la laguna grande de Guatavita, por manera que estos santuarios los haban de visitar dos veces. Sola durar la fuerza de esa fiesta veinte das o ms, conforme el tiempo daba lugar, con grandes ritos y ceremonias; y en particular tenan uno de donde le vena al demonio sus granjeras, dems de que todo lo que se haca era en su servicio. Haba, como tengo dicho, en este trmino de tierra que se corra, otros muchos santuarios y enterramientos, pues era el caso que en descubriendo los corredores el cerro donde haba santuario, partan con gran velocidad a l, cada uno por ser el primero y ganar la corona que se daba por premio, y ser tenido por ms santo; y en las guerras y peleas que despus tenan, el escuadrn que llevaba uno de estos coronados era como si llevara consigo la victoria. Aqu era a donde por llegar primero al cerro del santuario ponan todas sus fuerzas, y a donde se ahogaban y moran muchos de cansados, y si no moran luego, aquella noche siguiente, en las grandes borracheras que hacan, con el mucho beber y cansancio, al otro da amanecan muertos. Quedaban enterrados por aquellas cuevas de aquellos peascos, ponindoles dolos, oro y mantas, y los respetaban como santos mrtires, habindose llevado el demonio las almas. En los ltimos das de estas fiestas, y que ya se tena noticia que toda la gente haba corrido la tierra, se juntaban los caciques y capitanes y toda la gente principal en la gran laguna de Guatavita, en donde por tres das se hacan grandes borracheras, se quemaba mucho moque y trementina de da y de noche, y el tercer da en muy grandes balsas bien adornadas, y con todo el oro y cintillos que tenan para esto, con grandes msicas de gaitas y fotutos, sonajas y grandes fuegos y gento que haba en contorno de la laguna, llegaban al medio de ella, donde hacan su ofrecimiento, y con ello se acababa la ceremonia de correr la tierra volvindose a sus casas, Con lo cual podr el lector quitar el dedo de donde lo puso, pues ya habr entendido bien la ceremonia. En todas estas lagunas fue siempre fama que haba mucho oro y que particularmente en la de Guatavita, donde haba un gran tesoro; y a esta fama Antonio de Seplveda capitul con la Majestad de Felipe II desaguar la laguna, y ponindole en efecto le dio el primer desaguadero como se ve en ella el da de hoy; y dijo que de slo las orillas de lo que haba

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desaguado, se haba sacado ms de doce mil pesos. Mucho tiempo despus sigui querindole dar otro desage, y no pudo, y al fin muri pobre y cansado. Yo le conoc bien y lo trat mucho, y lo ayud a enterrar en la iglesia de Guatavita. Otros muchos han probado la mano, y lo han dejado, porque es proceder en infinito, porque la laguna es muy hondable, y tiene mucha lama, y ha menester fuerza de dineros, y mucha gente 23. Pargrafo IILNo puedo pasar de aqu sin contar cmo un clrigo enga al diablo, o a su jeque o mohn, en su nombre, y le cogi tres o cuatro mil pesos que le tenan ofrecidos en un santuario que estaba en la labranza del cacique viejo de Ubaque; y esto fue en mi tiempo, y siendo arzobispo de este Reino don Fray Luis Zapata de Crdenas, gran perseguidor de dolos y santuarios; lo que pas como sigue: Estaba en el pueblo de Ubaque por cura y doctrinero el padre Francisco Lorenzo, clrigo presbtero, hermano de Alonso Gutirrez Pimentel. Era este clrigo gran lenguaraz 24 y como tan diestro, trataba con los indios familiarmente y se dejaba llevar de muchas cosas suyas, con que los tena muy gratos, y con este anzuelo les iba pescando muchos santuarios y oro enterrado que tenan con este nombre: sacle, pues, a un capitn del pueblo un santuario, y ste con el enojo le dio noticia de un santuario del cacique viejo, dicindole tambin le era dificultoso 25 el hallarlo, si no era que el jeque que lo tena en guarda 26 lo descubriera, y djole en dnde estaba. El Francisco Lorenzo examin muy bien a este capitn, y sac de l la labranza y parte a dnde estaba el santuario. Sali el dicho padre un da, como quien iba a cazar venados, que tambin trataba de esto, llevaba consigo los muchachos ms grandes de la doctrina y los alguaciles de ella, y con ellos el capitn que le haba dado noticia del santuario, que le llevaba el perro de laja con que cazaba, junto a s; y con este desecho desvel la gente del pueblo 27, que lo traa siempre a la mira por los santuarios que les sacaba. Levantaron un venado y dio orden que lo encaminasen hacia las labranzas del cacique, y con este achaque la gua tuvo tiempo de ensearle el sitio del santuario y los bohos del jeque que lo guardaba, que todo lo reconoci el clrigo muy bien. Mataron el venado y otros, con que se volvieron muy contentos al pueblo, y por algunos das no hizo el padre diligencia alguna por santuarios, como sola, con lo cual los indios no le espiaban tan a menudo 28. Mand que le trajesen alguna madera para hacer unas cruces, que eran para poner por los caminos. Tena el padre de muchos das atrs, reconocida una cueva que estaba entre aquellos peascos, de donde l haba sacado otro santuario. Parecile a propsito para

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su intento, y encima de esta cueva mand a los muchachos que pusiesen la cruz ms grande que haban hecho, para que algunos das fuesen a rezar a ella 29, repartiendo las dems por el camino y sendas que iban a la labranza del cacique. Anduvo algunos das estas estaciones con sus muchachos, descuidado de tratar de santuarios. Descuid la gente y enterse bien de la cosa; despus que tuvo bien zanjeado su negocio y prevenidos los alguaciles, que haban de ir con l, aguard una noche oscura, tom una estola, el hisopo yagua bendita, y con sus alguaciles fuesen rezando hacia unos ranchos que estaban cerca de la cueva a donde haba mandado poner la primera cruz. Llegado a los ranchos, mand a los alguaciles que hiciesen candela y que apagasen el hacha de cera que haban llevado encendida, y que lo esperasen all 30 mientras l iba a rezar a las cruces. Encaminse a la que estaba encima de la cueva, y antes de llegar a ella torci el camino, tomando el de la labranza, por el cual baj, que lo saba muy bien, y sirvindole las cruces que haba puesto de padrn, fue esperjeando 31 todo el camino de agua bendita. Entr por la labranza hasta llegar a los ranchos del jeque, sinti que estaba despierto 32, que estaba mascando hayo 33 porque le oa el ruido del calabacilla de la cal. Saba el padre Francisco Lorenzo de muy atrs y del examen de otros jeques y mohanes, el orden que tenan para hablar con el diablo. Subise en un rbol que caa sobre el boho, y de l llam al jeque con el estilo del diablo, que ya l saba. Al primer llamado, call el jeque; al segundo respondi l, diciendo: "aqu estoy, seor, qu mandas?"; respondile el padre: "eso que me tienes guardado saben los cristianos de ello, y han de venir a sacarlo, y me lo han de quitar; por eso llvala de ah". Respondi el jeque: "a dnde lo llevar, seor? y respondile: "a la cueva del pozo" (porque al pie de ella haba uno muy grande), "que maana avisar dnde lo has de esconder". Respondi el jeque: "har, seor, lo que mandas". Respondi el padre: "pues sea luego 34, que ya me voy". Bajse del rbol y psose a esperar al jeque, el cual se meti por la labranza, y perdilo de vista. Psose el padre en espa del camino que iba a la cueva, y al cabo de rato vio al jeque que vena cargado; dejlo pasar, el cual volvi con presteza de la cueva, y en breve espacio volvi con otra carga; hizo luego otros dos viajes, y al quinto se tard mucho. Volvi el padre hada los bohos del jeque, vista la tardanza, y hallle que estaba cantando y dndole al calabacillo de cal; de las razones que alcanz el padre de lo que deca, fue que no haba ms que llevar 35. Partise luego hada la cueva, lleg primero a los bohos a donde haba dejado su gente, mand encender el hacha de cera, y llevndolos consigo se fue a la

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cueva, a donde hall cuatro ollas de cintillos y tejuelos de oro, quisques y tiraderas de oro, pjaros y otras figuras todas de oro; y aunque 36 el padre Francisco Lorenzo declar y manifest tres mil pesos de oro, fue fama que fueron ms de seis mil pesos 37. NOTAS 1 Vte.; "y como se cogi un santuario, gran tesoro que tenan ofrecido en santuario". 2 Gnesis, 2, 7. 3 Proverbios, 8, 31: "deliciae mese esse cum filiis hominum", 4 Gnesis, 2, 89; 1617. 5 Gnesis, 2, 16. 6 Vte.: "espanto" donde aqu dice "el punto". 7 Vte.: "mero" donde aqui dice "cetro", 8 Gnesis, 2, 22. 9 Vte.: "libre albedro". ]0 Vte.: "opuso" en vez de "se puso". 11 Gnesis, 3, 1. l2 Gnesis, 3, 2. 13 Gnesis, 3, 6. 14 . 2. Samue1, 11, 25. Parece que Rodrguez Freyle fue aficionado a la lectura de viejos romances, como ms adelante lo demuestran sus alusiones a las quejas de doa Urraca a su padre el rey Fernando de Castilla (cap. XXI, n. 32) y al episodio de la fuga de los infantes o condes de Carrin, cuando la suelta del len del Cid (cap. XV, n. 9). Dada esta su aficin, no aparece aventurado suponer que hubiese conocido el romance de Lorenzo de Seplveda, intitulado "David y Betsab" y que puede leerse en Agustn Durn, Romancero General (Biblioteca e Autores Espaoles, t, X), Madrid, Imp. Rivadeneyra, 1849, vol. 1, nm. 451, p. 299. Entonces, si Rodrguez Freyle no tom su cita directamente de la Biblia, bien pudo haberla tomado del citado romance, 15 1 Reyes, 11, 17. 16 Jueces, 16,431. 17 Insinuamos como posible fuente de la cita de los amores del rey Rodrigo y Florinda, la Cava, la Primera Crnica General de Espaa, si bien en ella no se nombra a F1orinda, ni menos an se menciona su sobrenombre, apenas se menciona "una fija del cuende Julin, que era muy fermosa adems", Ms adelante agrega: "Avino assi que ovo de ir este cuende Julin de que dezimos a tierra de Africa en mandaderia del rey Rodrigo; e alli estando all en el mandado, tomol el rey Rodrigo aca la fija por fuera, et yogol con ella; e ante de esto fuera ya fablado que ave el de casar con ella, mas non casara aun. Algunos dizen gue fue la muger et que

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ge la foro mas pero destas dos qualquier que fuesse, desto se levanto destroymiento de Espanna et de la Gallia Gothica". (Ed. de R. Menndez Pidal, t. 1, Madrid, Editorial Gredos, 1955, cap. 554, pp. 307 h308 a). Pero si descartamos como posible fuente la Crnica que mand componer Alfonso el Sabio, podemos recurrir nuevamente al romancero como origen de la alusin de don Juan al episodio de la Cava. Y de haber sido esto as, extenso fue el campo en que nuestro autor pudo espigar. El ciclo romanceril del rey Rodrigo es tan vario y copioso que slo de l alcanz don Agustn Durn a dar una muestra de 26 romances; y de estos, 22 tratan exclusivamente de los livianos amores de Rodrigo y La Cava: los numerados de 585 a 606, pginas 401 b a 411 a de la ya citada edicin del Romancero General. Don Ramn Menndez Pidal, por su parte, en su Flor Nueva de romances viejos (Buenos Aires, EspasaCalpe, S. A., 1938) publica siete versiones de romances del rey Rodrigo y que corresponden, con notorias y extensas variantes, a las numeradas por Durn con las cifras 586, 589, 1588, 594, 602 y 606. 18 En este aparte, Rodrguez Freyle nos da la clave del porqu gusta de entreverar su narracin con digresiones, breves unas de ellas y otras no tanto, en las que aduce ejemplos pertinentes, tomadas unas de las Sagradas Escrituras, y otras de autores religiosos o profanos; y cuando no, advertencias, amonestaciones, prevenciones y enseanzas que, a modo de conclusiones, deduce de lo que viene refiriendo. Esta injerencia de digresiones en el curso de su crnica es algo que don Juan debi aprender de la lectura de algunas novelas picarescas, tales como el Lazarillo y el Guzmn de Alfarache, y la misma Celestina, de la cual fue devoto lector; obras del gnero, en las cuales se hizo comn la costumbre de entretejer, a modo de excursus, breves sermones moralizantes, exornados, como queda anotado, con textos bblicos y patticos ejemplos entresacados de la historia profana y de la mitologa. Lo del "ave de la fbula" es seguramente una alusin al fnix etope, cuya leyenda relacionada con el culto del sol en Egipto fue narrada por primera vez por Herodoto. 19 Cristo llam a Satans "prncipe de este mundo" como lo testimonian San Juan (12, 31; 14, 30 y 16, 11) y San Pablo (2 Corintios, 4, 4y Efesios 2, 2 y 6, 12). 20 En la edicin de 1963, el doctor Miguel Aguilcra, su prologuista y anotador, apunta aqu lo que sigue; "Este Gonzalo de Martos, quien, por el ticmpo en que Rodrguez Frevre (sic) escriba, era uno de los beneficiarios de las Salinas de Zipaquir, Nemocn, Guatavita y Tausa. Era el otro Luis Gutirrez". 21 Vte.; "que vio l el agua de ella".

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22En ediciones anteriores, excepto la de 1955, se omitieron los dos prrafos que dicen; "y era el principio o donde se comenzaba a correr la tierra, en cuya estacin . 23 A propsito de los sucesivos desages llevados a cabo en la laguna de Guatavita, con el objeto de extraer de su fondo los legendarios tesoros arrojados a ella por sus caciques, jeques y mohanes, el padre jesuita Constantilo Bayle, en su obra El Dorado Fantasma (Madrid, 1943, p. 26), trae la nota 2, de la cual transcribimos este aparte: "La fama de las riquezas en ella sepultadas sugiri la idea de desecarla a Hernn Prez, el hermano del Mariscal conquistador del Nuevo Reino, y dicen sac valor de 4.000 pesos. En 1572 el rey concedi privilegio para el desage a Antonio de Seplveda, mediante el pago de la mitad de los beneficios que ascendieron a 12.000 pesos (Colec. Torres de Mendoza, tomo 23, p. 166). La Audiencia de Santa Fe avisa al Rey en 1681 su propsito de desage, y el Rey la anima, Salieron algunas joyas. (Archivo de Indias, 11654). En 1826 volvi a intentarlo una Compaa inglesa, presidida por el general Santander: fracas como otras posteriores " A comienzos de este siglo (1909) otra Compaa inglesa desagu la laguna y abandon sus trabajos a mediados de 1914, cuando estall la primera guerra mundial. Sobre algunas incidencias de este desage, el viajero alemn Kontad Beisswanger hizo un ameno relato en su libro intitulado Viajes por el pas de los lagos sagrados, relato que el profesor Ernesto Guhl traduce en el primer tomo (pp. 140146) de su obra Colombia: bosquejo de su geografa tropical, Bogot, Inst. Col. de Cultura, 1977. Segn Beisswanger, los tesoros extrados de la laguna de Guatavita hasta 1910, compensaban ya de sobra los gastos de inversin de la Compaa explotadora. Hoy yacen en el fondo de esta laguna apreciable cantidad de mquinas: gras, bombas desaguadoras, palas y mezcladoras, que los ingleses abandonaron al regresar a su pas. Sobre el desage