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bonampak Roberto García Moll Chiapas ARQUEOLOGÍA: DIÁLOGOS CON EL PASADO Texto: Roberto García Moll. Coordinación editorial: Coordinación Nacional de Arqueología. Producción editorial: Coordinación Nacional de Difusión. Diseño: Quinta del Agua Ediciones. Imágenes: Agustín Villagra y Archivo Fotográfico de la Coordinación Nacional de Arqueología. Dibujos: Agustín Villagra. Portada: Vista de la Estela 2 y el Edificio 1. Foto: Archivo Fotográfico de la Coordinación Nacional de Arqueología. Imagen de obsequio: Vista parcial de Acrópolis en 1963. Foto: Archivo Fotográfico de la Coordinación Nacional de Arqueología. INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA Cómo llegar Bonampak se ubica en la Selva Lacandona de Chiapas, en el valle del río Lacanjá, den- tro del municipio de Ocosingo. Se puede lle- gar por avioneta desde Palenque, Ocosingo, San Cristóbal, Comitán y Tuxtla Gutiérrez. Para trasladarse por vía terrestre se utiliza la carretera de terracería que parte de Palen- que hacia Chancalá. Desde Chancalá se llega al punto denominado “crucero Bonampak”; donde el camino se bifurca, la terracería principal se dirige a Pico de Oro y Frontera Corozal, en tanto que el otro ramal continúa por seis kilómetros, donde se bifurca de nue- vo; así, el camino de la derecha conduce a la población lacandona de Lacanjá-Chansayab, y el de la izquierda, después de ocho kilómetros, llega a la zona arqueológica de Bonampak. También lleva la carretera fronteriza, cuyo entronque está a 10 kilómetros al sur de Palenque so- bre la carretera federal 199 Palenque-San Cristóbal de las Casas. En el kilómetro 126 de la carretera fronteriza se toma a la derecha el entronque a Lacanjá Chansayab y en el kilómetro 3.4 inicia la terra- cería de 9.5 de longitud que llega hasta la zona arqueológica. La carretera está pavimentada desde el crucero de San Javier hasta la entrada de la zona arqueológica. Los murales de Bonampak fueron ejecutados so- bre una gruesa capa compuesta de cal apagada y polvo de piedra que cumple las funciones de are- na. Su superficie total es de aproximadamente 112 m² distribuidos en tres cámaras. Los colores empleados son tanto de origen mineral como ve- getal y poseen una amplia gama de tintes: blanco, gris, rojo claro y oscuro, rosa, café amarillo, tur- quesa, azul claro, verde oscuro y claro, más la combinación de algunos de ellos, como la mezcla de azul y rojo que proporcionan el malva y morado o lila. En su gran mayoría éstos no fueron aplica- dos en forma concentrada, sino rebajados y la técnica seguida en su realización parece corres- ponder a la denominada “al fresco”, es decir los colores se aplicaron cuando aún se encontraba húmedo el aplanado. El procedimiento seguido por los pintores ma- yas fue posiblemente el siguiente: una vez determi- nado el motivo a ejecutar se realizaron los trazos del contorno que delinean las figuras y demás ele- mentos con un rojo muy diluido, para posterior- mente aplicar el color respectivo. Cuando lograron concluirse los motivos se procedió a poner el filete negro para delimitar tanto la figura como los colo- res que la componen. En algunos casos gracias a esta línea se logró la corrección de los elementos o del color que rebasó el límite prefijado con la lí- nea roja. Al final, la superficie no fue pulida. El número de personajes y textos representa- dos en cada cuarto son los siguientes: 77 figuras humanas y 53 textos en el primero; 126 figuras y 35 textos en el segundo y en el tercero 67 y 20, respectivamente, lo que hace un total de 270 fi- guras humanas y 108 textos. Existen, asimismo, 30 elementos relacionados con dei- dades, todos ellos situados en el ce- rramiento de la bóveda y distribuidos de la siguiente manera: 8 en el cuarto uno, 15 en el dos y 7 en el tres. La altura de las figuras humanas es en promedio de entre 85 y 87 centí- metros. La proporción no se empleó para indicar la jerarquía de los perso- najes, la cual se señala por medio de la superficie que ocupan y por la com- plejidad del atuendo, lo que hace ver a los de mayor jerarquía más volumino- sos y con una distancia más pronun- ciada entre uno y otro. Cada represen- tación corresponde a un personaje diferente y no se repiten ni las posicio- nes ni la indumentaria, hecho que ha permitido suponer que se trataban de personas vivas en la época. La pintura, en términos generales, se permitió más libertades que la es- cultura durante el periodo Clásico, ya que las formas de la segunda se encuentran, o bien, limitadas por un problema técnico o más con- troladas, lo que provoca que el artista tenga me- nos libertad para expresar la vida cotidiana. Sin embargo, el tratamiento dado en las pinturas de Bonampak es similar al de la escultura. En el caso de este sitio el acento se pone en el conjunto y no en los individuos y, no obstante su importancia, hay una tendencia al agrupamiento, en el cual, a la vez, cada figura puede ser distinguible con facili- dad respecto del resto. Mucho se ha especulado acerca de la relación que existe entre las escenas representadas en los tres cuartos. Es probable que entre ellos haya una conexión, pues un mismo personaje aparece en varias escenas. Su lectura, aparentemente, se inicia desde el Cuarto 1 situado a la izquierda y termina en el 3 en el extremo derecho, propuesta que se apoya tanto en los dinteles del Edificio 1 como en los de algunos otros edificios, como los de Yaxchilán, contemporáneos a las pinturas, los cuales se leen de izquierda a derecha. No obstan- te, también hay que considerar la posibilidad de que, como en épocas anteriores, la lectura se lleve a cabo en este orden: 2, 1 y 3, siguiendo las representaciones de izquierda a derecha, que es como deben leerse los glifos. En síntesis, la lec- tura debe iniciarse con parte de los muros norte y este, para terminar en el muro norte pasando por el sur y el oeste. Cuatro son las escenas principales: la prepa- ración para la danza, en el Cuarto 1; guerra y captura de prisioneros y presentación y autosa- crificio de éstos, en el Cuarto 2, y la ceremonia del sacrificio y danza sobre el Gran Basamento, en el Cuarto 3. En los cuartos 1 y 2 se representan persona- jes aparentemente del grupo de los señores prin- cipales, entre los que destacan de manera nota- ble las mujeres. Asimismo, en el número 1 resalta la presencia de un niño llevado en brazos, que alude al motivo principal de la escena, pues en ella se estaría representando al heredero, quien aparece nuevamente en el Cuarto 3 pero ahora llevado en brazos por una mujer, hecho que se ha interpretado como la celebración del natalicio. Existen, además, ciertos elementos que es conveniente destacar como información adicional a los monumentos escultóricos y sobre los que las pinturas murales de Bonampak hacen énfasis con mayor claridad, como las indumentarias (tú- nicas, capas, taparrabos y sandalias), que se re- presentan con una gran variedad de texturas y formas, así como resulta notable el uso de pieles de jaguar en la elaboración de vestidos y ador- nos. Es singular la variedad de tocados, que van desde sencillos gorros confeccionados con tela, hasta verdaderas estructuras elaboradas con plumas que representan cabezas de deidades, cuentas, etcétera, o en la escena de “La batalla”, cabezas de animal, algunos de ellos fantásticos, o cráneos humanos. En la orquesta representada en el Cuarto 1 aparecen más instrumentos musicales de los que se suponía formaban parte de la cultura maya antes del descubrimiento de los murales. Desta- can la presencia de un tambor alto con soportes almenados, las conchas de tortuga y el percutor, que se supone estaba hecho de un asta de vena- do, así como sonajas y largas trompetas. Los adornos son también variados: orejeras, collares, brazaletes, ajorcas, sandalias, peque- ños mascarones antropomorfos, conchas, piel de jaguar y textiles, amén de otros dos elemen- Edificio 5 En el segundo nivel del conjunto conocido como Acrópolis se encuentra a la izquierda del Edificio 4, el 5; situado sobre una plataforma baja de planta rectangular con un paramento vertical como primer cuerpo, su fachada norte aloja la única puerta, coronada por un dintel, de acceso a la crujía. Este cuerpo remata en una cornisa donde se inicia el segundo cuerpo; en él se aprecian restos de la estructura de soporte de la decoración. Una cornisa delgada lo remata y su cubierta soporta restos de la crestería. En el interior, la estrecha crujía presenta, al centro y frente a la puerta, un altar cilíndrico. La bóveda la conforman dos paramentos incli- nados con cinco escalonamientos y un cerra- miento plano. En su parte superior se abren dos ductos que desembocan sobre el segundo cuerpo de las fachadas laterales. El edificio conserva restos de aplanados, así como de lo que fuera una rica decoración modelada. Entre la fachada este del edificio y la facha- da oeste del 6 se inicia una escalinata de acce- so al tercero y último nivel del conjunto. Edificio 6 Ubicado a la izquierda del Edificio 5, el 6 tam- bién es de planta rectangular y descansa sobre un zócalo bajo. Su estructura está formada por un primer cuerpo de muros verticales; so- bre la fachada principal se localiza la única puerta, la cual es rematada, en la parte supe- rior, por el dintel 4, labrado en su cara inferior. Una amplia cornisa separa los dos cuerpos, li- mitados en la parte superior por la cubierta, en la que se observan restos de la crestería. El interior, formado por una sola crujía, está cu- bierto por una escalonada bóveda de lajas con cerramiento plano en cuya parte media se abren ductos que desembocan en ambas fa- chadas laterales. Edificio 7 Con una orientación y un nivel diferentes a los antes descritos, el Edificio 7, así como el 8, mira directamente al norte. Ambos están si- tuados sobre una plata- forma baja sobre la que se asienta el zócalo de donde se desplanta el edificio. El acceso se logra mediante unos escalones que se ini- cian al nivel en que se encuentran los edificios 4, 5 y 6. Su estructura está compuesta de dos cuerpos; en el primero presenta paramentos verticales que rematan en una cornisa sobre la que se desplanta una moldura que termina directamente en la cubierta, por lo que real- mente no existe el segundo cuerpo; sobre ésta última se conservan restos de la creste- ría. Al interior se llega a través de una puerta rematada por un dintel liso de piedra. La bóve- da es prácticamente inexistente debido a que sólo existe un escalonamiento, entre el para- mento y el cerramiento, que cubre casi todo el espacio. Edificio 8 Este edificio se ubica en el extremo izquierdo del segundo nivel de construcciones del grupo sur y está ubicado sobre un basamento de dos cuerpos formado por paramentos verticales li- mitados por una cornisa. La escalinata, hoy destruida, se encuentra frente a la fachada principal. Sobre el zócalo se desplantan los muros del primer cuerpo rematados por una amplia cornisa, donde inicia el segundo, que aún conserva restos de los elementos de deco- ración. El interior, formado por una reducida crujía, presenta un altar cilíndrico colocado al centro y frente a la puerta. La bóveda de para- mentos inclinados remata en un cerramiento plano y sobre ella se presentan, en los cuatro lados, ductos de ventilación. Edificio 9 En el extremo oeste de la plataforma que for- ma el segundo nivel se localiza este edificio, ubicado sobre un basamento de tres cuerpos con orientación de la fachada principal hacia el oeste. La escalinata de acceso desde el primer nivel de la plataforma hasta el templo mismo presenta adosamientos de otras estructuras, como la escalinata de acceso al Edificio 10. El 9 se levanta sobre una planta rectangular con una puerta hacia la crujía interior, en cuyo cen- tro hay una base que sirve de soporte a una estela lisa. De la estructura se conservan los paramentos verticales del primer cuerpo, res- tos de la cornisa que lo separa del segundo, así como de la bóveda y del aplanado sobre los muros, los cuales carecen de decoración. Hacia la parte alta de la colina que sufrió la adaptación de la terraza, basamentos, escali- natas y edificios, se encuentran restos de otras estructuras aún por investigar. Del mismo modo, sobre las laderas este y oeste se han localizado otros vestigios arqueológicos. Es importante señalar la presencia de un edificio, situado en la parte más alta del conjun- to, que presenta una cámara que aprovecha la oquedad de la roca madre, sobre la cual se ubica un dintel sin relieves escultóricos. Edificio 10 Situado por encima del segundo nivel de cons- trucción de la llamada Acrópolis o Grupo Sur, el Edificio 10 es una pequeña plataforma que se encuentra al pie de una escalera de propor- ciones monumentales, las cuales conducen a la cima de la colina, en donde se sitúan otras estructuras. De hecho nada se conoce hacia los lados oeste y este de dicha colina, pero seguramente existen otras construcciones. Pinturas murales del Edificio 1 El tema de las pinturas murales Entradas 1 y 2 del templo de las pinturas. 1951. Foto: Agustín Villagra. Edificios 7 y 8 Dintel 4 Cuarto 1 del Edificio 1 o Templo 1. Dibujo de Agustín Villagra Cuarto 1 del Edificio 1 o Templo 1. Dibujo de Agustín Villagra Los rostros, al igual que los pies, se represen- tan invariablemente de perfil, salvo en el caso del personaje sedente. El cuerpo, según la acción de que se trate, se pintó de frente o de perfil, en tanto que las manos se muestran en una infinita gama de posiciones, tal vez porque el artista las utilizó como parte del lenguaje. En síntesis, estos mura- les constituyen una de las expresiones más impor- tantes y dinámicas del arte maya, lo cual deja ver una madurez que sólo pudo alcanzarse teniendo como antecedente la cultura maya del Clásico. tos: los parasoles y los abanicos elaborados con base en fibras vegetales y en los que en algunos se representa, al centro, el rostro de alguna dei- dad. Resultan significativos los detalles de ciertos personajes, pues es posible distinguir la pintura corporal y el tatuaje, así como la textura y el dise- ño de los textiles, la variedad de los materiales de los tocados y las fibras que componen los parasoles y abanicos. Por lo que toca al tratamiento de la figura hu- mana, es importante señalar la representación del tipo físico de quienes conforman la sociedad del momento, pues el color de la piel varía tanto como la complexión de los personajes. Cabe resaltar en la composición pictórica la presencia de la mujer, quien ocupaba un lugar primordial en la sociedad maya, pues desempe- ñaba un papel relevante en lo que a cuestiones políticas y a las relaciones entre las diferentes ciudades se refiere. En la temática de los murales también está presente la arquitectura con imágenes de plata- formas bajas, escalinatas y el gran basamento del cuarto 3, sitio donde se realizaba la danza de sacrificio. Cabe destacar la presencia de dos banquetas o tronos, elementos de uso común en muchos de los edificios, ya que era en el sitio donde se des- pachaban asuntos o simplemente se habitaba. El testimonio que sobre ciertos aspectos de la cultura maya nos brindan las pinturas murales de Bonampak constituye un acervo invaluable que complementa, en muchos aspectos, lo que ya se sabía gracias a diferentes excavaciones arqueo- lógicas, así como a algunos testimonios que nos legaron los cronistas de la península de Yucatán en el siglo XVI . Detalle de los murales del Edificio 1

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Page 1: Roberto García Moll Pinturas murales del Edificio 1 El ... · de Yaxchilán, contemporáneos a las pinturas, los cuales se leen de izquierda a derecha. No obstan-te, también hay

bonampakRoberto García Moll

Chiapas

ARQUEOLOGÍA: DIÁLOGOS CON EL PASADO

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instituto nacional de antropología e historia

Cómo llegar

Bonampak se ubica en la Selva Lacandona de Chiapas, en el valle del río Lacanjá, den-tro del municipio de Ocosingo. Se puede lle-gar por avioneta desde Palenque, Ocosingo, San Cristóbal, Comitán y Tuxtla Gutiérrez. Para trasladarse por vía terrestre se utiliza la carretera de terracería que parte de Palen-que hacia Chancalá. Desde Chancalá se llega al punto denominado “crucero Bonampak”; donde el camino se bifurca, la terracería principal se dirige a Pico de Oro y Frontera Corozal, en tanto que el otro ramal continúa por seis kilómetros, donde se bifurca de nue-

vo; así, el camino de la derecha conduce a la población lacandona de Lacanjá-Chansayab, y el de la izquierda, después de ocho kilómetros, llega a la zona arqueológica de Bonampak.

También lleva la carretera fronteriza, cuyo entronque está a 10 kilómetros al sur de Palenque so-bre la carretera federal 199 Palenque-San Cristóbal de las Casas. En el kilómetro 126 de la carretera fronteriza se toma a la derecha el entronque a Lacanjá Chansayab y en el kilómetro 3.4 inicia la terra-cería de 9.5 de longitud que llega hasta la zona arqueológica. La carretera está pavimentada desde el crucero de San Javier hasta la entrada de la zona arqueológica.

Los murales de Bonampak fueron ejecutados so-bre una gruesa capa compuesta de cal apagada y polvo de piedra que cumple las funciones de are-na. Su superficie total es de aproximadamente 112 m² distribuidos en tres cámaras. Los colores empleados son tanto de origen mineral como ve-getal y poseen una amplia gama de tintes: blanco, gris, rojo claro y oscuro, rosa, café amarillo, tur-quesa, azul claro, verde oscuro y claro, más la combinación de algunos de ellos, como la mezcla de azul y rojo que proporcionan el malva y morado o lila. En su gran mayoría éstos no fueron aplica-dos en forma concentrada, sino rebajados y la técnica seguida en su realización parece corres-ponder a la denominada “al fresco”, es decir los colores se aplicaron cuando aún se encontraba húmedo el aplanado.

El procedimiento seguido por los pintores ma-yas fue posiblemente el siguiente: una vez determi-nado el motivo a ejecutar se realizaron los trazos del contorno que delinean las figuras y demás ele-mentos con un rojo muy diluido, para posterior-mente aplicar el color respectivo. Cuando lograron concluirse los motivos se procedió a poner el filete negro para delimitar tanto la figura como los colo-res que la componen. En algunos casos gracias a esta línea se logró la corrección de los elementos o del color que rebasó el límite prefijado con la lí-nea roja. Al final, la superficie no fue pulida.

El número de personajes y textos representa-dos en cada cuarto son los siguientes: 77 figuras humanas y 53 textos en el primero; 126 figuras y 35 textos en el segundo y en el tercero 67 y 20, respectivamente, lo que hace un total de 270 fi-guras humanas y 108 textos. Existen, asimismo,

30 elementos relacionados con dei-dades, todos ellos situados en el ce-rramiento de la bóveda y distribuidos de la siguiente manera: 8 en el cuarto uno, 15 en el dos y 7 en el tres.

La altura de las figuras humanas es en promedio de entre 85 y 87 centí-metros. La proporción no se empleó para indicar la jerarquía de los perso-najes, la cual se señala por medio de la superficie que ocupan y por la com-plejidad del atuendo, lo que hace ver a los de mayor jerarquía más volumino-sos y con una distancia más pronun-ciada entre uno y otro. Cada represen-tación corresponde a un personaje diferente y no se repiten ni las posicio-nes ni la indumentaria, hecho que ha permitido suponer que se trataban de personas vivas en la época.

La pintura, en términos generales, se permitió más libertades que la es-cultura durante el periodo Clásico, ya que las formas de la segunda se encuentran, o bien, limitadas por un problema técnico o más con-troladas, lo que provoca que el artista tenga me-nos libertad para expresar la vida cotidiana. Sin embargo, el tratamiento dado en las pinturas de Bonampak es similar al de la escultura. En el caso de este sitio el acento se pone en el conjunto y no en los individuos y, no obstante su importancia, hay una tendencia al agrupamiento, en el cual, a la vez, cada figura puede ser distinguible con facili-dad respecto del resto.

Mucho se ha especulado acerca de la relación que existe entre las escenas representadas en los tres cuartos. Es probable que entre ellos haya una conexión, pues un mismo personaje aparece en varias escenas. Su lectura, aparentemente, se inicia desde el Cuarto 1 situado a la izquierda y termina en el 3 en el extremo derecho, propuesta que se apoya tanto en los dinteles del Edificio 1 como en los de algunos otros edificios, como los de Yaxchilán, contemporáneos a las pinturas, los cuales se leen de izquierda a derecha. No obstan-te, también hay que considerar la posibilidad de que, como en épocas anteriores, la lectura se lleve a cabo en este orden: 2, 1 y 3, siguiendo las representaciones de izquierda a derecha, que es como deben leerse los glifos. En síntesis, la lec-tura debe iniciarse con parte de los muros norte y este, para terminar en el muro norte pasando por el sur y el oeste.

Cuatro son las escenas principales: la prepa-ración para la danza, en el Cuarto 1; guerra y captura de prisioneros y presentación y autosa-crificio de éstos, en el Cuarto 2, y la ceremonia del sacrificio y danza sobre el Gran Basamento, en el Cuarto 3.

En los cuartos 1 y 2 se representan persona-jes aparentemente del grupo de los señores prin-cipales, entre los que destacan de manera nota-ble las mujeres. Asimismo, en el número 1 resalta la presencia de un niño llevado en brazos, que alude al motivo principal de la escena, pues en ella se estaría representando al heredero, quien aparece nuevamente en el Cuarto 3 pero ahora llevado en brazos por una mujer, hecho que se ha interpretado como la celebración del natalicio.

Existen, además, ciertos elementos que es conveniente destacar como información adicional a los monumentos escultóricos y sobre los que las pinturas murales de Bonampak hacen énfasis con mayor claridad, como las indumentarias (tú-nicas, capas, taparrabos y sandalias), que se re-presentan con una gran variedad de texturas y formas, así como resulta notable el uso de pieles de jaguar en la elaboración de vestidos y ador-nos. Es singular la variedad de tocados, que van desde sencillos gorros confeccionados con tela, hasta verdaderas estructuras elaboradas con plumas que representan cabezas de deidades, cuentas, etcétera, o en la escena de “La batalla”, cabezas de animal, algunos de ellos fantásticos, o cráneos humanos.

En la orquesta representada en el Cuarto 1 aparecen más instrumentos musicales de los que se suponía formaban parte de la cultura maya antes del descubrimiento de los murales. Desta-can la presencia de un tambor alto con soportes almenados, las conchas de tortuga y el percutor, que se supone estaba hecho de un asta de vena-do, así como sonajas y largas trompetas.

Los adornos son también variados: orejeras, collares, brazaletes, ajorcas, sandalias, peque-ños mascarones antropomorfos, conchas, piel de jaguar y textiles, amén de otros dos elemen-

Edificio 5

En el segundo nivel del conjunto conocido como Acrópolis se encuentra a la izquierda del Edificio 4, el 5; situado sobre una plataforma baja de planta rectangular con un paramento vertical como primer cuerpo, su fachada norte aloja la única puerta, coronada por un dintel, de acceso a la crujía. Este cuerpo remata en una cornisa donde se inicia el segundo cuerpo; en él se aprecian restos de la estructura de soporte de la decoración. Una cornisa delgada lo remata y su cubierta soporta restos de la crestería.

En el interior, la estrecha crujía presenta, al centro y frente a la puerta, un altar cilíndrico. La bóveda la conforman dos paramentos incli-nados con cinco escalonamientos y un cerra-miento plano. En su parte superior se abren dos ductos que desembocan sobre el segundo cuerpo de las fachadas laterales. El edificio conserva restos de aplanados, así como de lo que fuera una rica decoración modelada.

Entre la fachada este del edificio y la facha-da oeste del 6 se inicia una escalinata de acce-so al tercero y último nivel del conjunto.

Edificio 6

Ubicado a la izquierda del Edificio 5, el 6 tam-bién es de planta rectangular y descansa sobre un zócalo bajo. Su estructura está formada por un primer cuerpo de muros verticales; so-bre la fachada principal se localiza la única puerta, la cual es rematada, en la parte supe-rior, por el dintel 4, labrado en su cara inferior. Una amplia cornisa separa los dos cuerpos, li-mitados en la parte superior por la cubierta, en la que se observan restos de la crestería. El interior, formado por una sola crujía, está cu-bierto por una escalonada bóveda de lajas con cerramiento plano en cuya parte media se abren ductos que desembocan en ambas fa-chadas laterales.

Edificio 7

Con una orientación y un nivel diferentes a los antes descritos, el Edificio 7, así como el 8,

mira directamente al norte. Ambos están si-tuados sobre una plata-forma baja sobre la que se asienta el zócalo de donde se desplanta el edificio. El acceso se logra mediante unos escalones que se ini-cian al nivel en que se encuentran los edificios 4, 5 y 6. Su estructura está compuesta de dos cuerpos; en el primero presenta paramentos verticales que rematan en una cornisa sobre la que se desplanta una moldura que termina directamente en la cubierta, por lo que real-mente no existe el segundo cuerpo; sobre ésta última se conservan restos de la creste-ría. Al interior se llega a través de una puerta rematada por un dintel liso de piedra. La bóve-da es prácticamente inexistente debido a que sólo existe un escalonamiento, entre el para-mento y el cerramiento, que cubre casi todo el espacio.

Edificio 8

Este edificio se ubica en el extremo izquierdo del segundo nivel de construcciones del grupo sur y está ubicado sobre un basamento de dos cuerpos formado por paramentos verticales li-mitados por una cornisa. La escalinata, hoy destruida, se encuentra frente a la fachada principal. Sobre el zócalo se desplantan los muros del primer cuerpo rematados por una amplia cornisa, donde inicia el segundo, que aún conserva restos de los elementos de deco-ración. El interior, formado por una reducida crujía, presenta un altar cilíndrico colocado al centro y frente a la puerta. La bóveda de para-mentos inclinados remata en un cerramiento plano y sobre ella se presentan, en los cuatro lados, ductos de ventilación.

Edificio 9

En el extremo oeste de la plataforma que for-ma el segundo nivel se localiza este edificio, ubicado sobre un basamento de tres cuerpos con orientación de la fachada principal hacia el oeste. La escalinata de acceso desde el primer nivel de la plataforma hasta el templo mismo presenta adosamientos de otras estructuras, como la escalinata de acceso al Edificio 10. El 9 se levanta sobre una planta rectangular con una puerta hacia la crujía interior, en cuyo cen-tro hay una base que sirve de soporte a una estela lisa. De la estructura se conservan los paramentos verticales del primer cuerpo, res-tos de la cornisa que lo separa del segundo, así como de la bóveda y del aplanado sobre los muros, los cuales carecen de decoración.

Hacia la parte alta de la colina que sufrió la adaptación de la terraza, basamentos, escali-natas y edificios, se encuentran restos de otras estructuras aún por investigar. Del mismo modo, sobre las laderas este y oeste se han localizado otros vestigios arqueológicos.

Es importante señalar la presencia de un edificio, situado en la parte más alta del conjun-to, que presenta una cámara que aprovecha la oquedad de la roca madre, sobre la cual se ubica un dintel sin relieves escultóricos.

Edificio 10

Situado por encima del segundo nivel de cons-trucción de la llamada Acrópolis o Grupo Sur, el Edificio 10 es una pequeña plataforma que se encuentra al pie de una escalera de propor-ciones monumentales, las cuales conducen a la cima de la colina, en donde se sitúan otras estructuras. De hecho nada se conoce hacia los lados oeste y este de dicha colina, pero seguramente existen otras construcciones.

Pinturas murales del Edificio 1 El tema de las pinturas murales

Entradas 1 y 2 del templo de las pinturas. 1951. Foto: Agustín Villagra.

Edificios 7 y 8

Dintel 4 Cuarto 1 del Edificio 1 o Templo 1. Dibujo de Agustín Villagra

Cuarto 1 del Edificio 1 o Templo 1. Dibujo de Agustín Villagra

Los rostros, al igual que los pies, se represen-tan invariablemente de perfil, salvo en el caso del personaje sedente. El cuerpo, según la acción de que se trate, se pintó de frente o de perfil, en tanto que las manos se muestran en una infinita gama de posiciones, tal vez porque el artista las utilizó como parte del lenguaje. En síntesis, estos mura-les constituyen una de las expresiones más impor-tantes y dinámicas del arte maya, lo cual deja ver una madurez que sólo pudo alcanzarse teniendo como antecedente la cultura maya del Clásico.

tos: los parasoles y los abanicos elaborados con base en fibras vegetales y en los que en algunos se representa, al centro, el rostro de alguna dei-dad. Resultan significativos los detalles de ciertos personajes, pues es posible distinguir la pintura corporal y el tatuaje, así como la textura y el dise-ño de los textiles, la variedad de los materiales de los tocados y las fibras que componen los parasoles y abanicos.

Por lo que toca al tratamiento de la figura hu-mana, es importante señalar la representación del tipo físico de quienes conforman la sociedad del momento, pues el color de la piel varía tanto como la complexión de los personajes.

Cabe resaltar en la composición pictórica la presencia de la mujer, quien ocupaba un lugar primordial en la sociedad maya, pues desempe-ñaba un papel relevante en lo que a cuestiones políticas y a las relaciones entre las diferentes ciudades se refiere.

En la temática de los murales también está presente la arquitectura con imágenes de plata-formas bajas, escalinatas y el gran basamento del cuarto 3, sitio donde se realizaba la danza de sacrificio.

Cabe destacar la presencia de dos banquetas o tronos, elementos de uso común en muchos de los edificios, ya que era en el sitio donde se des-pachaban asuntos o simplemente se habitaba.

El testimonio que sobre ciertos aspectos de la cultura maya nos brindan las pinturas murales de Bonampak constituye un acervo invaluable que complementa, en muchos aspectos, lo que ya se sabía gracias a diferentes excavaciones arqueo-lógicas, así como a algunos testimonios que nos legaron los cronistas de la península de Yucatán en el siglo xvi.

Detalle de los murales del Edificio 1

Page 2: Roberto García Moll Pinturas murales del Edificio 1 El ... · de Yaxchilán, contemporáneos a las pinturas, los cuales se leen de izquierda a derecha. No obstan-te, también hay

Bonampak

Localización

Através de la Selva Lacandona fluye un sinnúmero de arroyos y ríos, todos ellos tributarios, de la cuenca del Usumacinta, entre éstos destaca el Lacan-

já, que sigue un curso de noroeste a sureste, donde se encuentra emplazado, hacia la parte central y media del valle, el sitio arqueológico de Bonampak.

El clima que prevalece en la región es del tipo cálido-húmedo, lo cual deter-mina, junto con la alta precipitación pluvial, una vegetación de selva alta peren-nifolia. La diversidad de especies vegetales, aunada a la riqueza y variedad de la fauna, brindó a los primeros pobladores de estas tierras un ambiente propicio para lograr uno de los desarrollos culturales más notables del Nuevo Mundo: el de los mayas.

DesarrolloLos orígenes de Bonampak pueden situarse hacia el año 600 d.C., fecha en que probablemente nació como una aldea ligada a la producción agrícola, en espe-cial de cacao, forma en que se iniciaron los grandes centros poblacionales. Sus relaciones con otras aldeas y sitios se tornaron cada vez más complejas hasta alcanzar el dominio sobre el territorio y sus habitantes. Esta preponderancia se mantenía no solamente debido a la producción agrícola y a su intercambio, sino también gracias a alianzas matrimoniales y guerreras. Su máximo esplendor coincide con la parte final del Clásico Maya y su total desintegración se da alre-dedor del año 820 d.C.

Descubrimiento de Bonampak y primeros trabajos

Descripcion general del sitio

Entre el 6 y el 9 de febrero de 1946, Giles Gre-ville Healey y H. Carl Frey, guiados por un chicle-ro de nombre Acasio Chan y el lacandón Chan Bor, arribaron a un nuevo sitio arqueológico ini-cialmente denominado “Ruin 10” dentro de la nomenclatura establecida para el trabajo que realizaban en la cuenca del río Lacanjá. Al visi-tarlo nuevamente en mayo, Giles G. Healey, después de un extenso recorrido, descubrió un templo en cuyo interior encontró las magníficas pinturas murales que le dan al sitio su nombre actual.

A Sylvanus G. Morley se debe el nombre maya de Bonampak, cuya traducción literal es “muros pintados”; en sentido estricto significa “muros teñidos”, nombre poco apropiado para los murales.

Tras el descubrimiento de las pinturas, úni-cas en su género, se sucedieron una serie de expediciones entre las que destaca la de Karl Ruppert, Eric Thompson y Tatiana Proskouriakoff, de la Carnegie Institution de Washington. Los dibujantes Agustín Villagra y Antonio Tejeda par-ticiparon también en diferentes expediciones. Numerosos trabajos se han llevado a cabo en la

zona a lo largo de los años: recorridos en el área, liberación y exploración de estructuras, así como la limpieza y consolidación de los mu-rales, tareas todas realizadas por personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

La Gran Plaza

El núcleo de arquitectura monumental conside-rado como centro cívico-religioso se distribuye alrededor de una gran plaza rectangular, de aproximadamente 90 por 110 metros y rodea-da por plataforma bajas, en cuya parte central y media se yerguen las estelas 1 y 4 sobre sus respectivas bases; la 4 no tiene relieve escultó-rico, por lo que se infiere que su decoración debió ser pintada aunque actualmente ha des-aparecido. Este gran espacio abierto se en-cuentra limitado al sur por la Acrópolis, al este por las largas plataformas 18 y 17 con las es-telas lisas 5 y 6, al norte por los edificios 16 y 15, y al oeste, por el 13 y el 12. Los edificios más complejos de este conjunto son los del norte, ya que se tratan de elaborados basa-mentos entre los que destaca el 15 con la es-tela 7, el cual se encuentra orientado hacia el norte en correspondencia con el conjunto aún por explorar sobre la ladera de la sierra.

El sitio arqueológico de Bonampak está forma-do por un núcleo de construcciones monumen-tales aún no determinado en extensión y com-plejidad cultural. La ciudad prehispánica constaba de varios grupos de arquitectura ma-yor, así como de otros de tipo domestico des-tinados a la habitación. En ambos tipos de ar-quitectura vivían los miembros de los diferentes estratos sociales. Hacia la periferia se situaban los campos agrícolas para la producción de alimentos que, complementados con la reco-lección, la caza y la pesca, proporcionaban una dieta variada a sus pobladores.

Bonampak, al igual que muchas otras ciuda-des prehispánicas, es producto de varios cien-tos de años de actividad constructiva, con más de 200 de ocupación continua. Es por ello que su arquitectura ofrece diversos estilos, orienta-ciones, sistemas constructivos, adaptaciones y modificaciones.

Inscripciones

Los glifos emblemas que hacen referencia a ciudades importantes constituyen un indicador del radio de influencia ejercido por éstas, y a pesar de que hasta la fecha no ha sido posible identificar los que corresponden a la gran mayo-ría de los sitios arqueológicos conocidos, de uno de los más representativos, el de Bonam-pak, por medio de los glifos nominales se ha podido identificar gran parte de su dinastía, en la que sobresale el gobernante Chaan Muan y su cónyuge, procedente tal vez de Yaxchilán, según indican los textos, así como otro perso-naje mencionado en las inscripciones descen-diente de Escudo Jaguar y sucesor de Pájaro Jaguar.

La Acrópolis

Al fondo de la plaza, en el extremo sur, se ubica el conjunto arquitectónico conocido como la Acrópolis. Éste es el núcleo con mayor concen-tración de edificios y se llega a él a partir de la Gran Plaza por medio de dos tramos de escalina-tas con un descanso intermedio. El primer tramo es de proporciones monumentales, en tanto que el segundo, de menor tamaño, presenta en el lado izquierdo la estela 2 y en el derecho la 3, a las cuales se encontraron asociados los monu-mentos 1 y 2 respectivamente.

Estelas 2 y 3

Las estelas 2 y 3 están ubicadas en la parte su-perior de las escalinatas monumentales que conducen de la Plaza a la Acrópolis. La primera, labrada en una sola de sus caras, constituye uno los monumentos más ricos por lo que toca a su expresión plástica. En ella se representan tres figuras antropomorfas: una masculina al centro, flanqueada por dos femeninas de menor tama-ño, y en la sección superior dos textos jeroglífi-cos. Es notable en esta escena el tratamiento de la indumentaria de los personajes.

La estela 3, compuesta por dos personajes masculinos, constituye la de mayor tamaño, ya que ocupa casi todo el espacio disponible; pro-bablemente se trata del gobernante más impor-tante que tuvo Bonampak, Chaan Muan, en tanto que el segundo está postrado a sus pies. La ma-yor parte del lado superior izquierdo está cubier-ta por una larga serie de glifos en los que se aprecia la fecha del evento, que se sitúa entre los años 778 y el 787 d.C. El resto del texto parece referir un acontecimiento en el que se involucra a Chaan-Muan y a Bonampak a través de su glifo emblema.

Acrópolis durante los trabajos de excavación

Monumento 1 (694 d.C.)

Relieve en estuco sobre el segundo cuerpo del Edificio 1

Cabeza de la Estela 3 y mujer lacandona. 1964

Estela 2 (1964)

Hacia la parte central se desplantan, sobre basamentos de reducidas dimensiones, las estelas 1 y 4, esta última sin relieve escultórico por lo que se presupone debió ser pintada.

En el extremo sur se levanta, sobre una co-lina de roca caliza, lo que ha dado en llamarse el “Conjunto Arquitectónico del Sur” o “Acrópo-lis”. Consiste en una hábil adaptación del terre-no mediante paramentos de mampostería y rellenos que forman un gran basamento esca-lonado y terraceado sobre el que se sitúan los edificios 1, 2 y 3, en el primer nivel, y los 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10 y 11 en el segundo, a los que se accede mediante varios tramos de escalinatas que parten del nivel de la Gran Plaza.

Estela 1

La Estela 1 se localiza en el centro de la Gran Plaza sobre un pequeño basamento y sólo está labrada en una de sus caras. Mira directamen-

te hacia el Sur y aparentemente se encuentra en eje con la puerta central del Edificio 1.

La escena que representa se divide en dos por medio de una banda de glifos cuyo texto esta-blece la genealogía del personaje principal, Chaan-Maun, señor de Bonampak. La representación in-ferior es de carácter ritual, en tanto que la superior es de índole histórico, en ésta aparece el mis-mo gobernante ricamente atavia-do y en la imagen resalta su ran-go militar pues porta lanza y escudo; la escena se comple-menta con textos jeroglíficos en los que se registra una fecha, que ha sido interpretada como 782 d.C., aproximadamente, así como su nombre y su título.

Estela 1. (782 d.C.)

Eusebio Dávalos Hurtado. Estela 1. 26

de enero de 1964

Monumentos 1 y 2

Los monumentos 1 y 2, depositados en el Museo de Sitio, se lo-calizaban al pie de las estelas 2 y 3, respectivamente.

El 1 es una losa de forma rectangular con motivos escultóri-cos labrados en una sola cara. La escena consta de cuatro per-sonajes masculinos, tres de perfil en posición sedente, quienes portan sencillos tocados, orejeras, faldellín y pañete, así como el glifo que los identifica; el cuarto, seguramente el gobernante del lugar, descansa sobre una banqueta o trono. De los glifos desta-can el de la fecha del suceso, que se sitúa alrededor del año 694 d.C., y el glifo emblema de Bonampak.

El 2 es una lápida de forma cuadrangular en la que se representa a un personaje masculino en posición sedente; es ésta una de las pocas representaciones en el arte maya en que aparece un personaje totalmen-te de frente rodeado de un semicír-culo en el que se inscriben tres tex-tos jeroglíficos. La fecha posible que conmemora el suceso se ubica alre-dedor del año 615 d.C., la más anti-gua que se conoce del sitio hasta ahora.

Al final de este segundo tramo de escalinatas se localiza una amplia plataforma sobre la que se sitúan, de izquierda a derecha, los edificios marcados con los números 3, 2 y 1, “de las pinturas”. El frente del primer nivel lo conforma un gran basamento

de cuerpos escalonados hábilmente adaptado a la topografía.

Edificio 1

El Edificio 1 se localiza en el extremo derecho del primer nivel. Su planta es rectangular con la fachada princi-pal orientada aproximadamente al norte, en ella se ubican tres puertas de acceso a las cámaras interiores. Su exterior se compone de tres cuer-pos separados mediante cornisas perimetrales. El primero de los para-mentos verticales está construido con bloques de roca caliza labrados en cinco de sus seis caras, revesti-dos con aplanado de estuco y con una sencilla decoración en color rojo de la que aún se aprecian restos. Los cerramientos de las puertas ostentan dinteles esculpidos en su cara infe-rior, los cuales se describen en los números 1, 2 y 3.

El límite entre el primero y el segundo cuerpo es una cornisa de grandes lajas de roca caliza. El se-gundo cuerpo parte de una moldura ancha que re-mata otra cornisa, límite donde se desarrolla la cu-bierta sobre la que se apoya la crestería, hoy muy destruida. La fachada principal aún conserva restos de la decoración modelada en estuco, la cual repre-senta a un personaje antropomorfo suntuosamente ataviado, al igual que en los nichos donde existen partes de las figuras humanas modeladas.

En el interior se desarrolla la típica bóveda maya, así como dos modificaciones posteriores a la cons-trucción general de la estructura. A la primera co-rresponden los muros divisorios que seccionaron la larga crujía en tres cámaras; la segunda consiste en la construcción de las banquetas, decoradas en su parte frontal con grecas en rojo y blanco.

Dintel 1 (Edificio 1)

Este dintel se ubica sobre la primera puerta, a la izquierda y está labrado en su cara inferior con motivos escultóricos. En él se representa a un personaje de perfil, ricamente ataviado, en actitud de amagar a un prisionero, a quien tiene asido por los cabellos, representado con el cuerpo de frente y la cabeza de perfil. Com-plementan la escena dos conjuntos de glifos que incluyen la fecha 979 d.C., el glifo de con-quista y los nombres de los protagonistas. Aún conserva restos de pintura, ya que toda la es-cena se encontraba policromada.

Dintel 2 (Edificio 1)

El segundo dintel se localiza sobre la puerta central y está labrado en su parte inferior. En este caso también se representa a un persona-je de perfil ricamente ataviado, la escena muestra cinco grupos de glifos, de entre los que destacan los que identifican a los sitios de Bonampak y Yaxchilán, así como los títulos del señor, el glifo de conquista y la fecha del even-to ubicado alrededor del año 788 d.C. El dintel conserva restos de pintura que sirvió como complemento a la escena.

Dintel 3 (Edificio 1)

El último dintel se encuentra sobre la puerta del extremo derecho y está igualmente labrado con motivos escultóricos en su cara inferior; la escena se compone de dos figuras masculinas dispuestas de perfil; la principal porta un gran tocado y al frente, sobre la parte superior, se representa una deidad que amaga con su lanza a un prisionero. El texto jeroglífico está dividido en tres grupos ubicados entre los personajes y el marco que delimita la escena. Los glifos refieren la fecha, que se sitúa en el año 748 d.C., la conquista, Bonampak y los títulos del gobernante conquistador. Aún se conservan restos de pintura azul y roja.

Dintel 4 (Edificio 6)

Dispuesto sobre la única puerta de acceso al Edificio 6 se localiza un dintel de roca caliza con motivos escultóricos, en su cara inferior, de cabezas zoomorfas una sobre otra, remata-das por un conjunto de largas plumas. El perso-naje representado sostiene con ambas manos un bastón, terminado en ambos extremos por cabezas de serpiente con las fauces abiertas, de las cuales emergen dos deidades que por-tan tocado y orejeras. Complementan la esce-na 15 glifos distribuidos en tres series. La ins-cripción se refiere a uno de los gobernantes del sitio y la fecha en que se sitúa posiblemen-te sea el año 675 d.C.

Edificio 4

Este edificio se ubica en el extremo derecho de la plataforma que forma el segundo nivel de construcciones, junto con los edificios 5, 6, 7, 8 y 9. Su fachada principal está orientada hacia la Gran Plaza y su planta rectangular se encuen-tra sobre un zócalo bajo. Posee dos puertas de silueta compuesta cerradas por dinteles lisos de caliza; una cornisa perimetral construida con grandes losas también de piedra caliza separa al primero del segundo cuerpo. En su planta baja, sobre las fachadas laterales, existen dos aberturas de ventilación.

El segundo cuerpo presenta un paramento vertical de proporciones sumamente reducidas, ya que después de la gruesa moldura que descansa sobre la cor-nisa se inicia la cubier-ta, que recibe varios muros paralelos unidos por elementos pétreos para formar la crestería. En el interior, por enci-ma del primer cuerpo, se inicia la bóveda, que en este caso consta de cuatro escalonamientos que rematan en un am-plio cerramiento y al centro de la única cru-jía; frente a cada acce-so se localizan dos alta-res cilíndricos. Aún se aprecian restos del aplanado final sin deco-ración pintada.

Vista parcial del Edificio 3

Edificio 2

Este edificio se encuentra situado al frente de la escalinata que conduce al visitante desde la Gran Plaza hasta el primer nivel de construccio-nes. Posee una amplia cámara cuya cubierta, con seguridad, fue de materiales perecederos, probablemente una viguería apoyada sobre una serie de tres líneas de pilares de mampostería. Al centro se localiza una banqueta sobre la que tenían lugar los actos de gobierno.

Edificio 3

Emplazado en el extremo izquierdo del primer nivel del basamento que conforma el núcleo conocido como la Acrópolis, se erige el Edificio 3 sobre una planta rectangular. Está orientado, al igual que los dos anteriores, aproximadamen-te hacia el norte. La comunicación desde la Gran Plaza hacia este edificio puede realizarse bien a través de las escalinatas generales ya descritas o a partir de la escalinata del edificio que parte desde la Gran Plaza.

Sobre la fachada principal se localizan tres puertas que permiten el ingreso al interior, coro-nadas por sus respectivos dinteles de roca cali-za sin motivo escultórico alguno; su composi-ción es igual a la descrita del Edificio 1.

El acceso al siguiente nivel del conjunto lla-mado Acrópolis se logra por medio de una gran escalinata, cuyo arranque se ubica entre los edificios 2 y 3, limitada en los extremos latera-les por basamentos y con características simila-res a las descritas para la primera sección, sólo varían las proporciones de la altura en los cuer-pos y ancho de la entrecalle.

Entre el arranque de esta escalinata y el se-gundo nivel, adosada al basamento del Edificio 3 se localiza una estela lisa que, como en el caso de la número 4, pudo haber tenido decora-ción pintada pero hoy está totalmente perdida.