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  • 7/25/2019 Roberto Corral

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    Una ciencia de la humanizacin.

    Contribucin al debate

    Qu teoras necesitamos en educacin?

    ROBERTO CORRAL

    Universidad de La Habana

    ResumenComo prlogo a las respuestas, se comienza con una breve historia de las condiciones de aparicin de la psico-

    loga como ciencia y sus relaciones con las prcticas educativas. Despus se responden las preguntas del debate: 1)Todas las teoras psicolgicas pretenden ser cosmovisiones del hecho humano, pero cometen reduccionismos y sim-

    plificaciones. 2) No todas las teoras son vlidas para la Educacin, ya que algunas ni la consideran. 3) Lavalidez de una teora depende de la cultura que la acepta y sobre todo, de las distorsiones que produce, y 4) Esnecesaria una ciencia sea Antropologa, Psicologa, Pedagoga- de la humanizacin, y creo que el mejor can-didato es el enfoque histrico social.

    Palabras clave: Psicologa y educacin, teoras psicolgicas, teora histrico cultural.

    A science of humanisation.

    Contribution to the debate

    What theories do we need in education?

    AbstractAs prologue to the debate, the paper begins with a brief history of psychology as science and its relation with

    educational practices. The debate questions are then replied: 1) All psychological theories attempt to be univer-sal explanations of the human event, but they commit reductionisms and oversimplifications. 2) Not all theoriesmay be applied to Education, as some do not even consider it. 3) The validity of a theory depends on the culturewhich accepts it and above all on the distortions it introduces. 4) A science of humanisation be it Anthropo-logy, Psychology, or Pedagogy is necessary and I consider that the historical-social approach is the best candi-

    date.Keywords:Psychology and education, psychological theories, historic-cultural theory.

    Correspondencia con el autor: Universidad de la Habana, Facultad de Psicologa. San Rafael 1168, esq. Mazon. LaHabana, Cuba. E-mail: [email protected] recibido: Enero, 2006;Aceptado: Abril, 2006.

    2007 by Fundacin Infancia y Aprendizaje, ISSN: 1135-6405 Cultura y Educacin, 2007, 19 (3), 227-230

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    Las preguntas planteadas tienen tal alcance que mereceran varias interpreta-ciones. En mi intervencin, adelanto un prlogo referido a la historia prximadel surgimiento de la Psicologa como ciencia y como profesin, porque a partirde esa historia es posible comprender sus vicisitudes y la variabilidad de respues-tas a las preguntas centro del debate.

    La Psicologa como ciencia naci de una confluencia, o mejor de una emer-gencia entre tradiciones intelectuales de diferente carcter y problemas prcticosnovedosos, y por supuesto con intenciones de explicacin.

    Exista ya una tradicin filosfica que aportaba al menos dos reflexiones bsi-cas: en primer lugar, una teora del conocimiento, que a su vez se continuaba enepistemologas declaradas y metodologas de investigacin correspondientes, yuna definicin sustantiva de sujeto como agente activo del conocimiento, quederiv en las definiciones del objeto de estudio de la nueva ciencia, sus principiosexplicativos y sus categoras de descripcin. Pero junto a esta tradicin aparecael prejuicio naturalista: si la Psicologa quera constituirse en una ciencia,

    debera aproximarse a las Ciencias Naturales la Fsica, la Qumica, la Biologaen sus principios fundamentales y en sus pretensiones de objetividad. Este pre-juicio resultaba tan tentador que hasta la Sociologa fue incluida en estos inten-tos, y toda consideracin del factor social pasaba necesariamente por una visinnaturalista o naturalizante.

    La otra condicin para el surgimiento de la psicologa fue el desarrollo de laspsicotcnicas como respuestas a problemas de la prctica social en el sentido msamplio: los problemas de la anormalidad y las patologas mentales, las dificulta-des para aprender y la insercin del hombre en sistemas productivos cada vezms complejos. Esta demanda requera respuestas no necesariamente avaladasdesde una teora sino de acciones, instrumentos, vas de diagnstico e interven-cin, evaluacin y orientacin, psicoterapias, o cualquier otro recurso que fueraefectivo. As, por ejemplo, surgieron los tests de inteligencia, las pruebas proyec-tivas, las clasificaciones de patologas y las primeras psicoterapias, y en el mundode la educacin infantil, las primeras descripciones del desarrollo humano.

    Los grandes sistemas de educacin escolar del siglo XIX, diseados para lamasividad y no solo para grupos de lite, comenzaron a tropezar con problemas,resultantes del aumento de la complejidad de la prctica de la enseanza y de loscambios de sus objetivos y metas, por lo que apelaron a la psicologa y a los psi-clogos incluso antes de que tal denominacin fuera extendida para que des-cribieran, explicaran y eventualmente resolvieran los problemas emergentes.

    Primero las cuestiones de clasificacin y diagnstico; despus las teoras del desa-rrollo y el aprendizaje; finalmente, la fundamentacin terica de sistemas deenseanza y modelos de aprendizaje, listos para aplicar. Al mismo tiempo la edu-cacin ofreci un espacio ecolgico para la confirmacin de las realizaciones teri-cas y hasta de las ms audaces fantasas de los psiclogos. Algunos de los sistemastericos de la psicologa surgieron de esta impronta, y todava hoy la mantienen,no solo como cuestiones prcticas a resolver, sino como contextos de experimen-tacin y verificacin de sus elaboraciones.

    No todos los sistemas psicolgicos aceptaron esta posibilidad: algunos ni tansiquiera la consideraron, negando para la nueva ciencia un espacio de aplicacinque no fuera la investigacin cientfica y la elaboracin terica; otras no la toma-

    ron en cuenta porque se focalizaron en otros problemas prcticos.La psicologa por tanto naci mestiza si tal trmino puede ser aplicado a

    una ciencia contaminada con tradiciones metafsicas, prejuicios naturalistas yexigencias de una prctica que no poda esperar demasiado, y que a veces adelan-taba soluciones a medias pero efectivas. Reconocer esta contaminacin vividapor algunos como conflicto sin solucin, por otros como invitacin al eclecticis-

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    mo, y para algunos pocos como reto fecundante permite comprender sus con-tradicciones, su estado permanente de crisis y la existencia de varias psicologasque no han podido alcanzar, como en otras ciencias, su definicin paradigmticaen un cuerpo unificado de objeto, categoras y principios explicativos.

    Con esta presentacin de fondo, inicio la respuesta a las preguntas sugeridas.

    Son todas las teoras psicolgicas cosmovisiones del hecho humano?

    Todas lo pretenden, ancladas en sus propias tradiciones y compelidas por lasmismas urgencias. En este intento cometen frecuentemente acciones de reduc-cionismo algo que la complejidad de su objeto no permite en la bsqueda deun nico principio que sirva para explicar la fundacin, el desarrollo y cada unade las caractersticas y actividades del ser humano, y a veces hasta del psiquismoanimal incluido. Semejante teora sera absurda, porque sera tan potente que loexplicara todo y por tanto, no explicara nada. Supondra una esencia humana

    trascendente, en el ms tpico sabor metafsico, independiente de los contextosreales en los que tal esencia se funda y existe.

    Son todas las teoras psicolgicas vlidas para la educacin?

    No, algunas ni se lo plantean como evento crucial en la fundacin del serhumano. Depender de las tradiciones que aceptan, los prejuicios que asumen ylos problemas que intentan resolver, propuestos desde la prctica y definidosdesde sus categoras. Por ejemplo, en la psicologa acadmica de finales del sigloXIX las cuestiones de aprendizaje se reducan a investigaciones sobre la memo-ria, asumida como un proceso natural; en el enfoque conductista, la enseanza se

    formalizaba como manipulaciones del ambiente, cuyos efectos se inscriban en elsujeto como marcas sobre una tabula rasa; en el psicoanlisis ha merecido muypoca consideracin, a no ser la crtica de sus intentos, entendida como procesosecundario; desde la psicologa cognoscitiva de corte neurolgico es una cuestinde sistema nervioso y alambrado, penetrable solo desde tcnicas objetivas; parael constructivismo contemporneo la educacin se instrumenta desde el propsi-to facilitador de un aprendizaje que es bsicamente individual como accin eintencin; y as sucesivamente. Cada uno de estos enfoques es parcial en susintentos y resultados, y la peor de las decisiones sera tomarlas como verdadesabsolutas fuera del contexto en que se crean y elaboran, los objetivos que persi-guen y la forma en que definen los problemas de la educacin.

    Son todas las teoras psicolgicas vlidas para todas las culturas?

    Aqu es necesario detenerse, porque la forma de la pregunta casi prefigura unarespuesta. Pero de lo que se trata no es de una simple negacin: requiere com-prender qu significa en esta cuestin el trmino vlidas. Lo realmente impor-tante no es su validez o en trminos epistemolgicos, su veracidad sino quiny desde qu supuestos establece la pertinencia de una teora. Se refiere por tanto adesde qu cultura y desde cules representantes se declara una aceptacin, unrechazo o una posicin conciliatoria. Toda cultura en tanto ideologa cristalizadasupone ya una cosmovisin que prescribe la definicin del mundo y la posicin

    del ser humano en l, y por tanto filtra, deforma, modifica, adecua cualquier teo-ra de acuerdo con sus fines e intenciones, independientemente de sus declaracio-nes de validez. Ms aun: en la base de toda cultura existe un sistema de relacioneseconmicas que finalmente deciden qu es vlido y qu no es, y en el caso de laPsicologa, acta con toda la fuerza imaginable de su accionar, aunque los psic-logos y los educadores no se percaten de su efecto. Las nuevas teoras acerca de la

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    constitucin y elaboracin del pensamiento cientfico, y las teoras crticas de laeducacin han realizado una excelente labor demostrando que no existen teorasni metodologas vlidas ms all de un sistema de relaciones econmicas quedefine los criterios ltimos de su utilidad. No existe neutralidad cientfica, y enel caso de la Psicologa siempre existir la pregunta de a quin sirve una teora uotra. Son las dimensiones ocultas de toda teora psicolgica, de su aparicin,auge o decadencia, sea epistemolgica, sociolgica, axiolgica o en ltimo caso,ideolgica.

    De las consideraciones sobre estos tres ejes surge otra pregunta esnecesaria y posible una epistemologa que explique lo universal y a lavez lo particular en el desarrollo-educacin?

    La respuesta a esta pregunta est en el campo del deseo y la esperanza, entanto se afirma solo como necesidad y posibilidad. Creo que nos es necesaria unaAntropologa, pero redefinida como la ciencia general, que permita aunar todolo que las Ciencias Humanas han separado, y con la vocacin de dar cuenta de losespacios humanizados, los mundos transformados y las condiciones que presideny explican la fundacin, formacin, desarrollo y crecimiento de los seres huma-nos, tanto en su generalidad como en su particularidad. No suprimira las cien-cias ms especficas, pero permitira identificar con claridad los axiomas, supues-tos y principios que orientaran el quehacer de las ciencias aplicadas. Para talciencia, tal vez una nueva filosofa, las actividades de aprendizaje y enseanzaseran consideradas como cruciales porque la civilizacin contempornea estbasada en sistemas formales e informales de educacin que garantizan su conti-nuidad y su cambio, y seguir siendo as mientras cada individuo particular sea

    el emergente ms completo, complejo y refinado de la sociedad humana. En micriterio, tal metateora podra comenzar desde el enfoque Histrico-Social, perorequerira una elaboracin ms completa de la que tiene y una vocacin msamplia que la de una teora psicolgica.

    Cultura y Educacin, 2007, 19 (3), pp. 227-230230