roberto bravo el desagravio · saco de harina . se aprc ur ó a venderlo ocasionan do la muerte de...

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ROBERTO BRAVO EL DES AGRAVIO El viejo Molloy fue el prime ro en verlo. el mu rcié- lago salía de una de la hend iduras que sepa ran las paredes del mercado de la tienda de don asto. Al verlo planear. Molloy aband onó la dirección)' fue a estrellar u bicicleta co ntra el bord e de la acera. u cuerpo saltó por encima del manubrio y dio un golpe eco en el pavimento. Qué putazo, dijo un depe ndiente de don 'asto al ver la caida. Eso le pasa por pegarle a su madre cuando no le da dine- ro. agregó don 'asto nur undo al viejo sin preocu- parse. Al viejo Molloy e le acusaba, además de pe- garle a su madre. más vieja que él. de fornicar con ella . Es castigo de Dios. a) úcalo a levantarse, le or- denó al empleado. El dependiente agarró al viejo por los sobacos y le dio un jalón hacia arriba. Te estú castigando Dios, le habló. Molloy volteó con los ojos dcsorbuado s. al que va a casti rar es a tu patrón (don .asto, VIendo que un frasco de D.D.T. se hab la derramado sobre un saco de harina . se aprc ur ó a venderlo ocasionan- do la muerte de cuatro falllllJ;\s). dijo lloy señalando al mur cr éla 'u que planeaba a media calle. A la rran pula. e. clamó el empleado soltan- do al viejo que hl/o equilibrio para 1111 volverse a caer. Mire don 'asto. mi ó el dependiente. Don 'asto salió haciendo visera con una mano para no deslumbrarse. Lsto es cas tl 'o de Dios. se pcrvt con la otra mano: al 'o malo va a ocurnr. n coche se estacionó a escasos metr os de donde estaban; se baj ó primero el maricón que lo co ndu- cía y después otro; los dos esperaron a una mujer car tuda de joyas que saltó con trubajos; despu és, l lllO fue a la cajuela y sacó dos canastas trundcs : cuando estuvieron juntos. canunuron hacta el rru- po. Molloy san 'raba de la nari z y tenia raspaduras en los hra/o s y en la cara. ()ué barbaridad, dijo la mujer mir ándolo. Qué te pasó. se srnu ú est úpida cuando vio los fierros reto rcidos de la brciclcta . Ya est ás grande Molloy, no deberías pedalear. ugre ó en t ono misericordioso . 10 11 0 )' se meno las puntas de la camisa en la naril. \' no contestó nada . Don ' asto intervino entonces : mire usted. doria Oiga. )' señal ó al murciélago que dio tres aletazos para tra- zar una vuelta m ás. Ave 1\ 1aria purísima dijo la mu- jer y Se puso p álida. Los mar icones se ab raza ro n a ella y empel aron a llorar. Dios la coja confesada. sentenció don asto (doña Oiga era dueña de un burdel). Y a usted tambié n do n asto . con testó . e- vera la mujer. Los puto lloraban. Molloy con las punt as de la camisa metida en la nar iz permanecía mudo viendo con los ojos de orbitado . El negro José. que estaba parado en la esquina de la botica de Fa llo. e acercó al ver la bola. Qué pasó mama - citas. le. dijo a los putos. por qué llora n i ya e toy aqui . Los mar icas no leva nt ar on la cabeza del hom - bro de doña a lga. No eas mala sangre. lo miró don Cas to. [rnira'. le c ñal ó al murciélago que pla- neab a ahora hacia la puerta de la cantina del Chi- lango, este es un avi o para que te ponga' a traba- ja r (el negro José tenia seis hijos, u mujer y su rna- 2 DIBUJO DI IDU" RDO GUTIIRREI IR" (O dre los ma ntenían y él, con su camisa floread a, se la pa aba en el billar dejándose querer de las putasv los putos). Ah carajo, exclamó el negro y sepasólí mano por el bigote, desconcertado, con los ojos nerviosos , pendie nte del murciélago que ahora m o- vía la cabeza de un lado a otro. Parece un ratónCon alas, dijo pensativo. Molloy seguía con las puntas de la camisameti da en la na riz. balbuceaba pasándose el dorsode la mano por los ojos llorosos, Don Casto estaba vido, apoyado sobre el dependíente.. Dios nos sao br á perdo nar. dijo para sí. Doña alga empezó a apapachar a sus putos para consolarse, y el mucié lago dando de vueltas como si estuviera ensayan do U' ala . i Fallo, ven!, gritó el negro, ¡ven a ver a un vampiro volando a mediodía! Fallo caminaba hacia el grupo abrochándose la bragueta y estiran do su playera que dejaba expuesto un ombligo r o- deado de pelos. Hermanito, le dijo el negro, yano te andes cog iendo a las inditas que atiendes porque mira. le señ aló al vampiro que volaba directo hacia el grupo. Todo ' e hicieron para atrás, los puto ' rilaron y el viejo Molloy quizo correr pero sere sintió de una pierna y e quedó quieto entre espan tudo y adolorido. El hilangosalía de su cantinase ruido de los Pirnpo , dos cargadores que allí se la pasaban cuando no acarreaban bultos, Los Pim · pos ya estabun medio pedos; parece que estánasuso lados dijo el más gordo. es que se cayó Molloyde la bicicleta, interv ino el menos gordo, tráeteelvaso de calla para que se le vaya el susto orden ó el pri mero. 1:1 murciélago viró en redondo y se fue dir ec to a la acera donde estaban el Chilango y los Pim pos; los Pimpos, cuando lo vieron, se metieronala cantina. el hilango vio el bulto y preguntó siera una mariposa. o'seas pendejo, contestó uno de los Pimpos desde adentro, es un vam piro, yesosno salen m ás que de noche. El otro Pimpo agarrólos lentes que e taban en e! mostrador y se los llevóal .hilango. 1:1 vampiro ya había dado la vueltayse iba calle adelante hasta la casa del licenciado Gi· nés. El hilango, con los lentes puestos, lo vio ale jarsc y le gritó a don Casto: saque usted una t iza) dibuje una cruz en la calzada. Don Casto balbuceó la orden al empleado. El hilango ent ró a la cantina po r un cabo devela para prenderlo j unto a la puerta. Estos murciél ago no entran d onde hay lumbre, informó a los Pirnpo . El vampiro no va a entrar, Chilango,sim plernente está anunciando algo, y tienes razónen preocuparte porque el aguardiente que vendes tie ne más agua que los chalanes de Porfirio, mira nada rn á como tengo las patas de hinchadas por te culpa. El Chilango salió con la candela prendida) le gritó a don Casto: hay que hacer algo paracon· jurar el mal. El vampiro daba vueltas frente a la casa del fi cenciado y el Hotel de los Tur cos. EllicenciadoGi· n és (que con la ayuda de su profesión y la d el tío Co le e había adueñado de varias casas y predios De Villa A zuera Ver.. nació en 1947. Maestro de secundaria Coautor de los siguientes volúmenes: E S/Q historia pasadeaquíc JU comienzo y Ah ora las palabras. Un cuento suyo fue incluido en una antología que aparecerá este año con el sello deGrij aJ. bo. Pertenece al Taller de cuento de Difusión Culturalde UNAM.

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Page 1: ROBERTO BRAVO EL DESAGRAVIO · saco de harina . se aprc ur ó a venderlo ocasionan do la muerte de cuatro falllllJ;\s).,~l l ra~. dijo ~I o lloy señalando al murcréla 'u que planeaba

ROBERTO BRAVO

EL DESAGRAVIO

El viejo Molloy fue el prime ro en verlo. el mu rcié­lago salía de una de la hend idur as que sepa ran lasparedes del mercado de la tienda de don asto . Alverlo planear. Molloy abandonó la dirección)' fuea estrellar u bicicleta co ntra el bord e de la acera.

u cuerpo saltó por encima del manubrio y dio ungo lpe eco en el pavimento . Qué putazo , dijo undepe ndiente de don ' asto al ver la caida. Eso lepasa por pegar le a su madre cuando no le da dine­ro. agregó don ' asto nur undo al viejo sin preocu ­par se. Al viejo Molloy e le acusaba, además de pe­garle a su mad re. más vieja que él. de fornicar conella . Es castigo de Dios. a) úcalo a levantarse, le or­denó al empleado . El dependiente agarró al viejopor los sobacos y le dio un jalón hacia arriba . Teestú castigando Dios, le habl ó.

Molloy volteó con los ojos dcsorbuados. al queva a cast i rar es a tu patrón (don .asto, VIendo queun frasco de D.D.T. se hab la derr amado sobre unsaco de harina . se aprc ur ó a venderlo ocasionan­do la muerte de cua tro falllllJ;\s). ,~ l l r a ~. dijo ~ I o ­

lloy señalando al mur cr éla ' u que planeaba a mediacalle . A la rran pula. e. clamó el empleado so ltan­do al viejo que hl/ o equilibrio para 1111 volverse acaer. Mire don 'asto. mi ó el dependiente. Don'asto salió haciendo viser a con una mano para no

deslumbrarse. Lsto es cas tl ' o de Dios. se pcrvt m ócon la otra mano: al 'o malo va a ocurnr .

n coche se estacionó a escasos metros de dondeestaban; se baj ó primero el maricón que lo co ndu­cía y después otro ; los dos esperaron a una mujercar tuda de joyas que saltó con trubajos; despu és,llllO fue a la cajuela y sacó dos canastas trundcs :cuando estuvieron juntos. canunuron hacta el rru­po. Molloy san ' raba de la nari z y tenia raspadurasen los hra/os y en la cara . () ué barbaridad, dijo lamujer mir ándolo. Qué te pasó. se srnu ú est úpidacuando vio los fierros reto rcidos de la brciclcta . Yaest ás grande Molloy, no deberías pedalear. ugre ó

en tono misericordioso . 10 11 0 )' se meno las puntasde la camisa en la naril. \' no con testó nada . Don' asto intervino entonces : mire usted. doria Oiga. )'

señal ó al murc iélago que dio tres aletazos para tra­zar una vuelta m ás. Ave 1\1aria purísima dijo la mu­jer y Se puso p álida. Los mar icones se abraza ron aella y empel aron a llorar. Dios la coja confesada.sentenció don asto (doña Oiga era dueña de unburdel). Y a usted tambié n do n asto . con testó . e­vera la mujer. Los puto lloraban. Molloy con laspuntas de la camisa metida en la nar iz permanecíamudo viendo con los ojos de orbitado . El negroJosé. que estaba parado en la esquina de la bot icade Fa llo. e acercó al ver la bola. Qué pasó mama ­citas. le. dijo a los putos. por qué llora n i ya e toyaqui . Los mar icas no levantaron la cabeza del hom ­bro de doña a lga. No eas mala sangre. lo miródon Cas to. [ rni ra ' . le c ñal ó al murciélago que pla­neab a ahora hacia la puerta de la can tina del Chi­lango, este es un avi o par a que te ponga ' a traba­ja r (el negro José tenia seis hijos, u mujer y su rna-

2 DIBUJO DI ID U" RDO GUTII RREI IR" ( O

dre los ma ntenían y él, con su camisa floreada, se lapa aba en el billar dejándose querer de las putasvlos putos). Ah carajo, exclamó el negro ysepasólímano por el bigote, desconcertado, con los ojosnerviosos , pendie nte del murciélago que ahoramo­vía la cabeza de un lado a otro. Parece un ratónConalas, dijo pensativo.

Molloy seguía con las puntas de la camisa metida en la na riz. balbuceaba pasándose el dorso dela mano por los ojos llorosos, Don Casto estaba l~

vido, apoyado sobre el dependíente.. Dios nos saobr á perdo na r. dijo para sí. Doña alga empezó aapapachar a sus putos para consolarse, y el muciélago dan do de vueltas como si estuviera ensayando U ' ala . i Fallo, ven!, gritó el negro , ¡ven a ver aun vampiro volando a mediodía! Fallo caminabahacia el grupo abrochándose la bragueta y estirando su playera que dejaba expuesto un ombligo ro­deado de pelos. Hermanito, le dijo el negro, yanote andes cog iendo a las inditas que atiendes porquemira. le señaló al vampiro que volaba directohaciael grupo. Todo ' e hicieron para atrás, los puto' rilaron y el viejo Molloy quizo correr pero seresintióde una pierna y e quedó quieto entre espantudo y adolo rido. El hilangosalía de su cantinaseruido de los Pirnpo , dos cargadores que allíse lapasaban cuando no acarreaban bultos, Los Pim·pos ya estabun medio pedos; parece que estánasusolados dijo el más gordo. es que se cayó Molloydela bicicleta, interv ino el menos gordo, tráete elvasode calla para que se le vaya el susto orden ó el primero. 1:1murciélago viró en redondo y se fuedirecto a la acera donde esta ban el Chilango y losPimpos; los Pimpos, cuando lo vieron, se metieronalacantina. el hilango vio el bulto y preguntó sierauna mariposa . o' seas pendejo, contestó uno delos Pimpos desde adentro, es un vam piro, yesosnosalen m ás que de noche. El otro Pimpo agarróloslentes que e taban en e! mostrador y se los llevóal.hilango. 1:1 vampiro ya había dado la vueltayse

iba calle adelante hasta la casa del licenciado Gi·nés. El hilango, con los lentes puestos, lo vio alejarsc y le gritó a don Casto: saque usted una tiza)dibuje una cruz en la calzada. Don Cas to balbuceóla orden al em pleado.

El hilango ent ró a la cantina po r un cabodevelapara prenderlo j unto a la puerta. Estos murciélagono entran donde hay lumbre, informó a losPirnpo . El vampiro no va a entrar, Ch ilango, simplernente está anunciando algo, y tienes razónenpreocuparte po rque el aguardiente que vendes tiene más agua que los chalanes de Por firio, miranada rn á como tengo las patas de hinchadas por teculpa. El Chilango salió con la candela prendida)le gritó a don Cas to: hay que hacer algo paracon·jurar el mal.

El vampiro daba vueltas frente a la casa delficenciado y el Hotel de los Turcos. EllicenciadoGi·n és (que con la ayuda de su profesión y la del tíoCole e había adueñado de varias casas y predios

De Villa A zuera Ver.. nació en 1947. Maestro de secundariaCoautor de los siguientes volúmenes: E S/Q historia pasadeaquícJU comienzo y Ah ora las palabras. Un cuento suyo fue incluidoen una antología que aparecerá este año con el sello deGrijaJ.bo. Pertenece al Taller de cuento de Difusión Culturalde~UNAM.

Page 2: ROBERTO BRAVO EL DESAGRAVIO · saco de harina . se aprc ur ó a venderlo ocasionan do la muerte de cuatro falllllJ;\s).,~l l ra~. dijo ~I o lloy señalando al murcréla 'u que planeaba

del pueblo) mir ab a maravillad o a l vampiro que ca ­beceaba otra vez de acera a acera ; es increible, sedijo , con la mano puesta en la ba rb illa . Los Turcosya habían salido y empezaron a discutir entre ellos(eran especialistas en organiza r part idas de pok ar ).Oiga licenciad o, dijo uno de ello s, este va mpiro es­tá medio ra ro, mire us ted a la gente . Don Casto.doña Oig a y los dem ás ven ía n co n otros siguiendoal vampiro; don Casto, con un crucifijo en la man oentonaba can cion es religio sas q ue los dem ás acom ­pañaban . Q ue viva mi C ri sto, que viva mi rey. Lamujer de l licenc iado salió co n una escoba en lamano al oi r los cantos, el licen ciad o reia por elasombro . Descar ad o dijo su mujer, deberías tene rpiedad y pensar en el futuro de est e pr esagio . Eserobador de terrenos que se hinque gritó a lguien de

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la bola , y el licenciad o e metió a l conjunto pon ién­dose aliado de don Ca to oTodos lo del mer cad o,a un grito del Chilango, e unieron para deshace r elaug urio, las m ujeres y los chamaco que hab ían idoal mandad o fo rma ba n parte de la muchedumbreque seguía al c rucifijo y al vampiro que dab a vuel­tas y planeaba. Interrumpian el ca nto par a lanza rconsignas, por Cristo no a lvarernos, e o tahureque se hinquen: lo Turcos e pusieron a l lad o dedoñ a Oiga y lo putos. Molloy, re agudo , venia a llado de los Pimpo co n un va o de caña en la ma­no. u cerebro a rt rí tico ya no e aco rdaba del uce-o. aho ra reía co n una pun ta de la cami a metida

en la nariz. 1 vampiro tom ó un poco de a ltura alsent ir el calor de la muchedu mbre q ue ca da vez eramás gra nde. Do n a uo no dejaba de entonar lacanción y de en ojar e por los ernpujonc . no venque él lleva el crucifijo dijo doña Iga . A 'e ino •gritó algu ien de a trás. us tedes tienen la cu lpa. )' en­lan ces lod os los de adelan te alza ron In voz en elca nto . Que vi a m i ' ri to, que viva mi rey. que im­pere doqu iera triun fante su ley. jiu ' ris t rcy l,gr itó el negr o José. H uevó n. se oy otra va quegritó co n el viva de los de adelan te . 1:1murci élu 'desh izo el circulo que estaba truzando v nun uhasta llc zar adonde termina la call e . La mult itudsigu ió al esre .tro con su paso de pr ce i n, cru­zund o frente a l mue lle donde P r irio ah ' de sucaseta de ma dera . Los estibad ores se un ieron dan ­do m ás brío 11 suceso, pidiendo que P rfin o se rn­co rporura . Q ue se vaya de rod illas, rri ta ron: csbi ­rro del lío 'o le , se an imó uno de los Pimpos. osca ntos se les a o tu ron y ah or a cnion Iban los de la(j uad alupe. En el ce rro una herm . m 11 una, P r­lirio se fue hust u adelante y e pus al ludo del h·ccnciado, la uudul up ma, la ruad ilup mu, hamobrcad or de indio. ri laron atr á • la 'uadalup In Ibajó al Tepe ya . A l linal de la calle e en e ntrubula casa del lío ole, el vampiro planeaba. hacia U.

giros an te lu mir ad a extrañada del pi to lero uidu­do o de la puerta que , al ver la manífe ta i ón, semeti ó . ¡O remo ' !. gri tó don ' a .to , ten ern o que de-ag ravia r al .e ño r. q ue paguen lo a e ino y .ham­

bre ad ore e oyó una Val, doña Iga empez ó: e­ñor ten piedad de no sotros, ten piedad de no otro .y ca tiga a lo culpable. e esc~ h ó el re p.on o.Puto s. e oyó a l Pirnp o, que caminaba on dificul­tad . uando lleg aro n. el tío ole t bu per án­dolo co n cua tro de u mu hacho . u ál e el pr o­blema. preguntó on u voz pau ada y fu~rte . 1ireusted. d ijo don a to e ñalando al arnprro, unaeñal de que a lgo malo va a ocurrir)' quercm o de­agravia r al eñor para que conjure el mal. Tod ?

quedó en ilen io. ó lo e es ucharon lo mOVI­mient o que h izo el tío ole p~ra de ~n ru~d ~ .Apuntó uno egu nd o al vampiro y d i p.aro , Ela nimal ufrió u n e pa 010 . trazó una pa r bola yfue a de plomar e a u pi .

Ent on ce lo de atr á e ag a haron a re oger Ipiedra.