rizoma

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Compilado de cuentos, ensayos y poesías. Editado en 2011.

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  • Escrito, editado e impreso en la tierra en 2011.

    En cuanto a la recreacin, reproduccin y/o destruccin de esta obra, lo dejo en sus manos. Otros escritos en https://sites.google.com/site/despertandom/creaturas.

  • Gracias a los conceptos que me susurran, gracias a la libertad que me hace posible

    encarnarlos como dios manda.

  • A los locos, a los suicidas,

    a los desvergonzados,

    a los insumisos,

    a los rebeldes de causas nobles,

    a los resistentes,

    a los subnormales,

    a los anormales

    a los de los mrgenes,

    a los desbordados,

    a los descosidos,

    a los sensibles,

    a todo espritu libre,

    nos entregamos

    en un abrazo fraterno.

    las palabras

  • 1

    EL PODER

    El presidente subi al escenario como siempre lo haca. Su secretario le acerc el primer discurso que dara comienzo formal a su nuevo cargo

    poltico. Cuando lo recibi, senta como si ya lo supiese, no obstante no

    dud en leerlo, no quera cometer errores en su primer discurso como

    presidente del pueblo.

    Al terminar de leer, comenzaron los aplausos. De algn modo le

    sonaban, como si los hubiese escuchado ya alguna otra vez, igualmente

    dej que lo envolvieran, los senta como un abrazo, quizs un poco falto

    de calidez s, pero no dejaba de ser un abrazo que lo reconoca como su

    dirigente. Hubiese querido que ese momento, entronado como los

    grandes reyes en la historia de las grandes civilizaciones, durara la

    eternidad misma, que los aplausos que sonaban y resonaban en aquel

    saln no terminaran jams, sin embargo l saba que, llegada una hora,

    la grandeza tambin deba conocer su ocaso, y l se vera obligado a

    entregar el poder.

    Vencidos sus brazos, Juana seal la pgina donde qued, y cerr

    Vigilar y castigar. Se ceb un mate ms y fue a darle un ltimo vistazo

    a la maqueta con la que se recibira de ingeniera civil la maana

    siguiente. En ella destacan montoncitos de papeles erguidos, la mayora

    pegados sobre el piso y otros los menos- sobre una superficie ms elevada que simulaba un plpito, todo hecho a base de cartn y papel.

    Juana se sonro y se fue a la pieza. Me hubiera gustado dedicarme a la

    poltica -se dijo-, y apag la luz.

    LA FLOR

    Ya entrada la medianoche Horacio se encontraba lleno de pre-ocupaciones. Le haba quedado pendiente cambiar el pantaln que le

    haba regalado su suegra, que era como tres talles menos que el que l

  • 2

    usaba; hasta lea una intencin perversa en la vieja porque senta que lo

    haba hecho adrede para exponerlo crudamente a su gordura que lo tena

    angustiado ya haca unos meses. Tampoco haba podido terminar las

    planillas que, junto a su compaero de oficina Armando, deban

    presentarle a su jefe antes de que terminase el mes. Horacio

    verdaderamente esa noche se haba derrumbado en la cama, agotado.

    Sin embargo al otro da se haba despertado con mucha energa. Se

    preguntaba por qu, lo nico que recordaba era un pedazo de un sueo

    que haba tenido durante la noche: una flor abierta. Yendo ms lejos, si

    no recordaba mal era una flor de loto, de aquellas que el buen sentido

    dice que viven y florecen incluso rodeadas de putrefaccin. Qu tena

    que ver una flor con l? Es decir, Horacio era consciente que estaba

    rodeado de mierda, mierda en su trabajo, en su casa, en su interior

    mismo, y esta mierda omnipresente que l senta quizs guardaba

    conexin con aquel entorno putrefacto del loto, pero para Horacio

    ahondar ms en esto era ya especular demasiado. Lo que le resultaba

    cierto era el recuerdo de aquella flor abriendo, y su estado actual pleno

    de energa, as que simplemente crey oportuno limitarse a sacar

    provecho de su nimo.

    Atravesando la noche, Horacio volva a estar des-bordado de pre-

    ocupaciones. No haba podido cambiar el regalo, no haba terminado las

    planillas que tenan que entregar con Armando, y no slo eso, sino que

    haba perdido los diez pesos que guardaba en el bolsillo de su camisa

    para comprar puchos, se haba puteado con un conductor porque le

    haba salpicado con agua podrida el pantaln y los zapatos de laburo.

    Senta como nuseas, como cuando coma de ms, hasta pens por un

    momento en provocarse un vomito, quizs le aliviara de tantos eventos

    que le haban quedado pendientes Pero no se anim.

    Finalmente, no encontr mejor opcin que recostarse. Se senta

    hastiado, no quera saber ms nada. Otra noche ms, al cerrar sus

    prpados algunos ptalos quedaron sobre su almohada; y otra noche

    ms, el sueo lo venca.

  • 3

    EL SUEO

    Rodolfo se despert aquel da sobresaltado, y con una sed insoportable fue hasta la cocina para servirse un vaso de agua. Antes de acostarse se

    haba prometido no ser ms aquel que haba sido hasta esa noche: aquel

    que responda siempre a los reclamos de su madre, a las demandas de su

    esposa, a las propuestas imperativas de su psicoanalista, a los

    comentarios de sus amigos con quienes comparta todos los sbados,

    pizza, cerveza y ftbol de ascenso. Treinta y dos aos se le haban

    pasado, y si le preguntaban quin era, su respuesta slo poda ser un

    silencio prolongado.

    El ltimo sueo que recordaba haba sido posiblemente el

    desencadenante de su sobresalto. Caminaba por una calle de algn

    barrio del conurbano, l junto a otros hombres, pero slo haba hombres,

    no haba autos, ni casas ni departamentos, slo una larga calle llena de

    personas. Qu era lo que lo haba sobresaltado? Haba un detalle. Cada

    uno de los hombres que lo acompaaban tena un espejo en lugar de un

    rostro. Espejos rajados y en algunos casos hasta sin algn trozo. Sin

    embargo, en todos reconoca ese Rodolfo treintaero, simptico, buen

    tipo, y conformista, con el que acostumbraba identificarse. Rodolfo

    entonces haba soado que era todos aquellos hombres que caminaban a

    lo largo de esa calle interminable, y al mismo tiempo un sentimiento

    profundo le deca que no era ninguno de ellos, ni siquiera aquel que

    haba identificado con l mismo. Algo ms hubo en aquel sueo. All

    lejos, casi al final de la calle, haba un hombre ms sentado sobre el

    cordn de la esquina de la que pareca una calle sin fin. El Rodolfo

    soado apenas lo avist, comenz a caminar hacia l, presuponiendo

    que se encontrara con un Rodolfo ms. Cuando estuvo cara a cara con

    aquel tipo, se sorprendi que este s tena un rostro propio, pero lo que

    ms lo moviliz fue el momento mismo del reflejo. Rodolfo, por

    primera vez en los ltimos veintipico de aos, sinti reconocerse, sinti

    que autnticamente era l.

    Cuando termin el vaso de agua volvi a su habitacin para recostarse.

  • 4

    Todava le quedaba una horita ms para que su despertador le anunciar

    que deba ir a laburar. Se dijo "seguramente fue un sueo", y ya ms

    aliviado, se dej vencer por la comodidad. 2009

    A IMAGEN Y SEMEJANZA

    El creador se ha visto inquieto, y en busca de un espejo en donde verse, la creacin fue.

    Pero la imagen para que lo semeje deba serle fiel, sincera. Sin embargo,

    la imagen le fue devuelta a travs del caos y se le torn confusa. El

    creador, turbado, no pudo re-conocerse en ella.

    Acaso en un espejo quebrado, troceado, uno puede verse? Lo mismo

    sinti el creador cuando se observ en aquella imagen que haba hecho a

    semejanza de l, pero que se le haba distanciado tanto que no pudo ms

    que sentirla ajena, y dej de verse en ella.

    El creador abandon ese espejo, ya no se encontraba en l, ni tampoco,

    claro, se re-conoca. Deba elegir entre adaptarse a esa imagen que se le

    presentaba extraa o buscar un nuevo espejo donde pudiese

    reconocerse.

    En cuanto a su imagen, alejada de su creador, decidi re-interpretarse, y

    en esa eleccin se volvi guacha. Haba negado a sus padres, haba

    perdido su origen, y la distancia la forj ms ignorante, y ms necia.

    GOBERNARNOS

    Cuando los oprimidos reconocemos las mscaras que nos han ajustado los ajenos a nuestros rostros, y nos volvemos capaces de negarlas,

  • 5

    despertamos y comprendemos la contingencia de estas imposiciones, y

    las cadenas de las circunstancias exteriores se quiebran. Al des-vestir la

    libertad de los atuendos serviles, el bien-estar asoma y nos cubre de

    plenitud. All nos re-conocemos libres. Todos aquellos que nos

    permitimos apoyar nuestros pies en el vaco pleno del ser despertamos a

    una conciencia que nos susurra que slo de nosotros depende el

    despliegue pleno de libertad en el mundo, el mismo mundo que hasta

    ese momento se nos mostraba ajeno y hostil.

    EL LENGUAJISMO

    Al lenguaje le encanta edificar un mundo bien durito, todo lo constituye como sustancias duraderas, indestructibles, ocultando, en-

    mascarando, la vitalidad que todo atraviesa.

    Pero el lenguaje no puede expresar plenamente nuestras experiencias.

    S, es nuestro instrumento por excelencia a la hora de comunicarnos, s

    es el recipiente en el que volcamos nuestras experiencias, pero hay algo

    que se derrama y que des-borda las formas cuando se rompen las

    costuras. En el momento en que uno expresa -hace expreso- un

    sentimiento, un pensamiento, un acto, la experiencia desaparece, decir,

    ya-no-es, la experiencia se seca, muere, se convierte en idea. Lo que

    simplemente es, no puede describirse con palabras plenamente, porque

    las palabras encierran, aprietan, y la naturaleza del ser es derramarse,

    soltarse y des-moldarse.

    Lo que simplemente es slo es comunicable si otro-ser-humano vive

    aquella experiencia, es decir comparte el mismo ser que subyace y

    sostiene la experiencia. Cuando esto se da, las palabras sobran. 2010

  • 6

    LA LIBERTAD Los sensibles sufrirn los tormentos antes que los

    acontecimientos pasen, no los entendern sino

    aquellos que saben ver ms all de los ojos.

    Me gusta pensar que la libertad nos constituye, y que es imprescindible que decidamos sobre nuestros pensamientos y acciones.

    Pensamientos y acciones que nos exigen, porque intuimos su poder

    inmenso para modificar y de-formar todo aquello que tocan, porque

    repercuten tanto adentro nuestro como todo nuestro derredor, as como

    la piedra que se zambulle en el agua crea una novedad que las modifica

    a ambas, y ya dejan de ser lo que hasta su encuentro eran.

    Cuntos queremos vivir-en-libertad?, cuntos queremos cargar con

    semejante responsabilidad? Es muy sacrificado! Ser conscientes de

    todas nuestras elecciones, de instante a instante!... es una existencia

    pesada. Demanda un laburo importante, no es ms fcil volvernos la

    obra de un ajeno, un boceto de otro, y seguir bajo la ilusin del

    dibujante seducidos por sus pinceladas?

    Ser libres en verdad que no es para cmodos, es una responsabilidad, es

    un compromiso con la coherencia, es en verdad un sacrificio. Un

    sacrificio que lejos est de negar la vida, como normalmente se ha ledo

    a lo largo de nuestra historia, sino ms bien un sacrificio que nos exige

    afirmarnos en la vida a travs de la potencia de decir no. Esta negatividad es la que nos permite trascendernos, trascender los lmites

    de lo que es y de lo que somos, y transformar nuestra humanidad,

    porque lo que conocemos como humanidad no se ha encarnado para

    conservarse para siempre como un arquetipo eterno, sino para

    humanizarse, hacerse carne, y esto slo se resuelva en nuestras acciones.

    Nietzsche una vez escribi: si, en todo lo que quieres hacer, empiezas por preguntarte: estoy seguro de que quiero hacerlo un nmero infinito

    de veces?, esto ser para ti el centro de gravedad ms slido. Queremos depender de los dems eternamente? Cuando depositamos la

  • 7

    libertad en otro u otros, nos alienamos, porque perdemos control sobre

    nosotros. Cuando lo que nos constituye lo hacemos depender de un otro,

    las acciones ya no nos pertenecen. Renunciamos libremente a nuestro

    existir-libertario, y luego, caprichosos, ms de una vez reclamamos

    libertad, olvidando que lo que se regala no se pide.

    LA TARADEZ

    La taradez no es una cualidad de unos pocos, como se cree. Es decir, no es que haya algn que otro tarado. Yo taradeo una que otra vez.

    En algn momento de nuestras vidas, algunos antes otros despus,

    existimos taradamente, taradeamos. Taradeamos cuando pensamos o

    actuamos faltos de sinceridad, en des-armona, bloqueados u obstruidos.

    Qu es aquello que nos obstaculiza, nos detiene o nos traba? Un tope,

    un muro, un miedo, una comodidad, que se nos aparece bajo un disfraz

    fsico, mental y/o emocional. Una tara.

    Cuando sentimos una culpa, un remordimiento, una angustia, un

    forzamiento, hemos quedado atados, enredados, y hemos enredado e

    intentado suspender el natural fluir del ser, hemos quedado sometidos a

    una tara. Hemos pasado a existir taradamente. He aqu la taradez.

    Por eso la taradez puede que no sea un modo de existir particular de

    algunos hombres, sino que parece que nadie est exento de ella, porque

    justamente nadie puede evitar un error ya que los errores nos

    constituyen, nos cincelan a travs de las vidas.

    Si re-flexionamos y nos detenemos un poco, observamos que los errores

    fundan la mayora de nuestras prcticas, y nos permitimos comprender

    que es a travs de los errores, de las desviaciones, que podemos

    observar de modo ms amplio, de modo integral, aquello con lo que

    dialogamos -existencialmente-. Es a travs de lo confuso, de lo oscuro

  • 8

    que tenemos certeza de la claridad, de la luz, es a travs de los desvos

    que tenemos certeza de la inmensidad del camino, y es a travs de la

    taradez, creo, que podemos llegar a vol-vernos sabios.

    LAS HERRAMIENTAS

    A las herramientas les es imposible posicionarse por s mismas, tomar un lugar, tener intenciones, les es imposible asumir posiciones poltico-

    existenciales, ni ms ni menos porque son herramientas. Sin embargo,

    cuando se utilizan parecen personificarse, parecen contagiarse de

    humanidad a travs de quienes las usan: nosotros. All se trans-forman y

    se convierten en herramientas humanas, y comienzan las reflexiones

    ticas.

    Hasta las herramientas que a simple vista nos parecen de lo ms

    miserables podemos apropirnoslas, fsica y simblico-virtualmente, y

    convertidas y re-significadas podemos utilizarlas para agitar esta

    realidad que nos ha tocado en la tirada de dados, podemos utilizarlas

    para trans-formar y trans-mutar lo insoportable de la cuestin, es decir,

    podemos no slo cambiar su forma (formal), sino tambin su contenido

    (mutante).

    LA LIBERTAD INASIBLE

    La libertad est ah noms, pero recorrer esa distancia puede demandarnos toda la vida.

    2008

  • 9

    EL PRESENTE

    Al vivir apoyados en recuerdos o en proyectos, el presente nunca encuentra su lugar para manifestarse.

    2008

    EL ESTRUJAMIENTO

    El hombre no slo exprime hasta que desangra y seca a sus hermanos, los hombres, sino que re-produce ese estrujamiento en todo. As, no slo

    le quita la vida a sus hermanos y los sumerge en la miseria, sino tambin

    hace miserables a los minerales, las plantas, y a los animales, incluso la

    tierra misma que nos alberga a todos, estrujados y estrujadores, es

    traicionada y exprimida hasta que ni lgrimas le caen de tanta sequedad

    y vaco en la que se conserva, sufriendo.

    LAS IDEAS

    En la vida uno camina, y va dejando sus pasos en el suelo de la historia. Todo nuestro andar est marcado de sentido e intencin,

    penetramos en el mundo siempre con intenciones, seamos o no

    conscientes de ello. Justamente es la inconsciencia la que mueve a

    algunos a creer que no dejan marca alguna en esta vida, dicen estar de

    paso, de pasada, y as, se engaan ellos mismos y a los dems. No slo

    son necios, sino tambin hipcritas. Esta idea, de que es posible un

    modo de vida objetivo, carente de subjetividad, a-poltico, si nos

    detenemos un poco y la sometemos a examen, observndola con

    consciencia, le des-cubrimos su verdad: una figura sin rostro, vaca, que

    intenta penetrar la realidad como todas las ideas, pero fracasa, porque la

    realidad es dinmica, cuenta con el dinamismo propio de la historia, y

    su mismo movimiento repudia este tipo de ideas ilusorias.

  • 10

    EGOISMO

    Qu egosta el hombre a quien se le ha regalado la vida y a lo largo de ella no piensa ms que en la muerte!

    2003

    ESTRUC-TURRAS

    Cuando una mayora se haga consciente de sus posibilidades para

    gobernar su ser, las estruc-turras se aflojarn y terminarn cayendo, y

    con ellas todos aquellos que han robado el poder divino particular de

    todos y cada uno de los hombres para mantener la subyugacin y la

    opresin. Ese da todos ellos tropezarn con sus mscaras y con los

    espejos rotos ya no habr reflejos ni ilusin. 2009

    RASGARNOS EL ROSTRO

    Es cuando abrimos nuestro rostro que nos ha constituido hasta ahora, cuando asoma algo-ms, algo olvidado, un trasfondo de aquel trozo de

    existencia que es una especie de terminal que llamamos "yo", terminal

    que si bien configura nuestro ser-en-el-mundo, apenas conocemos, hasta

    ni siquiera percibimos, y sin embargo nos mantiene unificados,

    acompaando cada una de nuestras vivencias.

    Cuando ntimamente nos encontramos con aquel trasfondo, sentimos

    una unin, sentimos que ese algo-ms es com-partido con todos.

    All comprendemos que yo, vos, l, nosotros y ellos no son ms que

    signos para adentrarnos en eso que a todos nos atraviesa, un nos-otros

    que hemos perdido de vista, que desborda los conceptos que intentan

    asfixiarlo, retenerlo, y forzarlo para que no se desenvuelva en su plena

    libertad.

  • 11

    Es cuando rasgamos nuestra ms-cara cara, cuando nuestras races se

    sacuden y encaran su fuente re--encontrndose con su libertad, y dejan

    atrs incluso su disfraz de races.

    Distanciados de la mscara, comenzamos a reconocer un resto del ser,

    que no asomaba porque el yo era el rey. Un ser que nos sostiene en vida.

    Distanciados de la mscara, abrimos la posibilidad de volver a abrazar

    nuestra plenitud.

    Es cuando abrimos nuestro rostro, cuando podemos re-tomarlo y re-

    apropirnoslo con ms humildad, asumindolo tal cual es: una terminal

    con sus perspectivas limitadas y limitantes, un fragmento ms de

    aquello que somos. As re-significado, el yo retorna ms humilde y

    sincero para continuar nuestro camino conociendo y des-conocindonos,

    vivenciando fragmentos de existencia, eligiendo a veces desbordar el

    dique yoico y otras contenernos por temor a des-garrarnos y volvernos

    silencio.

    LOS TERICOS No existen caminos que conduzcan a la justicia, la

    paz, el amor y el respeto a todo ser vivo. Son la

    justicia, la paz, el amor y el respeto el camino

    Sospechemos de los tericos del cambio. Muchas veces son la herramienta de dominio ms sutil porque permiten que la materialidad

    siga desplegndose como hasta hace un momento, y al mismo tiempo

    dejan conformes a todos aquellos que slo piensan en transformarla.

    No alcanza con pensar la realidad. El cambio, la trans-formacin no se

    realiza con simples deseos, con slo querer. En nuestra historia, los

    deseos de paz, libertad, igualdad, ms de una vez se han tornado

    confusos, y su debilidad les ha posibilitado su devenir miserable bajo

    los disfraces de la guerra, la esclavitud, la opresin, la marginalidad, la

    des-igualdad.

  • 12

    Los que materializan los cambios, perciben sus mscaras... y sospechan

    de ellos. La libertad, la igualdad, la hermandad, la paz, en sus labios siguen siendo meras palabras que la ms leve ventisca dispersa y acaba

    silenciando -les sentencian los hacedores de la transformacin. 2008/2011

    PADECEMOS LO QUE CREAMOS

    Los que sinceramente desean el cambio de nuestras condiciones de existencia tienen que hacerse conscientes que las modificaciones en la

    materialidad slo tienen lugar cuando intervenimos en ella, y esto slo

    se lleva a cabo mediante la accin.

    Los que sinceramente desean el cambio, cambien!, y el cambio

    empieza por casa, en nosotros, cmo aspirar a cambiar lo que est ms

    all si ni siquiera empezamos por lo ms prximo?, cmo cambiar la

    realidad si nosotros, partes de ella, nos mantenemos in-mutables?,

    cmo cambiar la realidad si nos empecinamos en conservar

    diariamente todo como est? No hay convulsin que tenga sus frutos si

    es impuesta desde lejos, si se dicta desde afuera. No hay trans-mutacin

    sincera si no brota desde un sentir ntimo y libre de cada uno de los que

    dicen alentarla. Los que desean el cambio y dejan todo como est,

    quizs sean ms coherentes si dejan de gritarnos en la cara la palabra

    revolucin, y siguen sus deseos ms autnticos que son los que los

    mueven a seguir eligiendo esta realidad tal como est. 2009

    LA REALIDAD ESPECULAR

    Comprendernos es mirarnos en espejos vivos, en los otros. La fidelidad de ellos incluye el que nos distorsionen, qu sera una imagen

    sin la distorsin que se le devuelve?

  • 13

    Todos estos espejos nos flexionan para que seamos capaces de

    observarnos, re-flexionarnos, y all, en el contacto ms ntimo,

    comprehendernos.

    EL TIEMPO

    He conocido al tiempo, qu difcil es tratarlo! A veces hasta resulta imposible que entre en razn: cree que nada existe fuera de l.

    Cada vez lo frecuento menos. Quizs sea su seriedad, quizs su

    incapacidad para rerse de s mismo. Pero esa inmutabilidad es la fuente

    del poder que posee para rerse de todos los que creen en l. Siento que

    este es su nico gozo, pero tambin su mayor des-gracia.

    Le perd un poco el respeto, y ya no me pre-ocupa su miedo. Ando des-

    preocupado; he muerto y vuelto a nacer tantas veces ms all de sus

    dominios! Me he permitido experimentar la inmortalidad.

    AUFHEBUNG Una cosa no es viviente sino en tanto encierra en

    ella misma la contradiccin, y es, en verdad, la

    facultad de comprender y soportar en s la

    contradiccin (Jorge HEGEL)

    Constantemente nos volvemos absurdos y nos contradecimos, negamos lo que hemos sido, aquello que fuimos hace un instante, para

    afirmarnos como somos ahora. Esta negacin de lo pasado, de lo que ha

    sido, no es ms que nuestro movimiento en el da a da.

    La vida que vivimos, sin la negacin que nos permite volver a

    afirmarnos ms frescos, no sera. Seramos slo un posible junto a otros,

    dentro del espacio inmenso de las potencias.

  • 14

    Con nuestro primer no, dejamos de ser un posible, nos negamos como

    posibilidad. Una renuncia original nos arroja a la vida.

    Si vivimos por una contradiccin original, quin vacilara en seguir

    diciendo no!, en seguir diciendo ya basta!? 2008

    RELACIONARNOS

    Siento que vinimos al mundo a relacionarnos y no a establecer relaciones.

    Las relaciones, como tienden al estatismo, nos atan, nos imponen un

    modo de ser que pareciera nos permite vivir junto a otros, pero esta vida

    social tarde o temprano se muestra incompleta, truncada.

    Estamos rodeados y atravesados por miles de relaciones, y sin embargo

    la tristeza y la miseria que sentimos son cada vez ms grandes y

    profundas, estos no son signos de que los fundamentos que nos

    sostienen estn rancios ya? 2009

    LA CORDURA

    Finalmente decidido, des-cargo de mi ser

    un elemento que sin saber por qu

    continuaba llevando sobre mi espalda:

    la cordura.

    Cmo a travs de la cordura

    puedo explicar

    lo que no se deja explicar?

    Cmo a travs de lo cuerdo,

  • 15

    de las cuerdas,

    uno puede abrirse en dilogo

    con la libertad?

    La cord-dura,

    aquel corazn duro,

    nos impide vivenciar

    el espritu danzante.

    LA VERDAD

    La verdad siendo una insiste en aparecerse mltiple.

    Ser porque cada uno

    accede tan solo

    a un pedacito de ella?,

    ser que cada pedacito

    contiene tanta verdad

    como los otros?

    En el olvido de la humildad

    de nuestro trocito de verdad,

    creo encontrar el origen

    de nuestras des-gracias.

    En la unin

    de los mltiples

    y humildes trocitos,

    no podremos penetrar

    aquella unidad?

    Quizs all,

    la verdad,

  • 16

    que siendo una

    insiste en aparecerse mltiple,

    asome.

    LA IGNORANCIA GRITA FIRRRMS!

    La ignorancia marcha firme, 1, 2, 1, 2, 1, 2!. Ilumina, trae el progreso,

    nos robotiza y nos hace ms efectivos,

    ms efectivos para humillar al otro,

    ms efectivos para extraer sudor y vida,

    ms efectivos para silenciarnos.

    As ilumina,

    con bombitas y bajo consumo.

    Tanto ilumina que enceguece,

    cegndonos con falsa educacin,

    con tetas, culos y sonrisas de pasta dental,

    con costumbres sostenidas sinsentido,

    con infinitos porque s, -y si no?, -no, porque s!,

    si no la realidad se desplomara,

    y qu haramos entonces?!,

    cegndonos con falsas religiones,

    que ms que religarnos nos desligan,

    perdiendo el rumbo, el sentido,

    perdindonos a nosotros mismos,

    santa ignorancia...

    Nos vuelve ajenos,

    y en-ajena-dos y extraos

    lastimamos todo aquello

    que no nos pertenece,

  • 17

    que no sentimos nuestro,

    todo destruimos,

    excepto claro, la ignorancia,

    a ella la cuidamos,

    porque tememos que nos deje,

    y si bien nos esclaviza,

    nos limita y anestesia,

    tambin nos da seguridad y comodidad,

    con ella vivimos conformes,

    conformes con una vida

    que ignoramos de qu trata,

    y que nos la han vendido

    por unos mangos de felicidad.

    La ignorancia marcha firme,

    1, 2, 1, 2, 1, 2!, mata, pega, lastima.

    se encierra en la cueva de las sombras,

    y all, se regocija en su tristeza,

    creyndose plena, feliz.

    Ella ignora que ignora,

    se ignora a s misma

    porque no se quiere ver,

    tal vez tenga miedo de no gustarse,

    o tal vez tenga miedo

    de que al mirarse en el espejo,

    ste no le devuelva reflejo alguno.

    La ignorancia grita firrrms!, prohibindonos dudar,

    sin dejarnos vacilar. 2010

  • 18

    LA LOCURA

    La locura nunca se dejar encerrar.

    No la pueden asir,

    s a nosotros,

    los locos,

    pero la locura

    nos trasciende,

    danza

    de loco en loco,

    viene y va.

    Cuando vengan a silenciarla,

    ella habr partido,

    Cuando se vayan

    puede que decida volver,

    tal vez hasta se quede

    quin sabe!

    la locura loca es.

    Y si la locura

    lo-cura a usted?

    Qu puede arriesgar

    sino su cordura?

    PERMTANME TRAICIONARME

    A veces decidido traicionar al que fui,

    cmo serle fiel

  • 19

    si ya no me re-conozco all?

    Estimo la traicin a lo que fue

    cuando mi causa est

    en mantener el dinmico

    estado de superacin.

    Siento la traicin

    como el movimiento

    que nos permite negar

    algunos trozos

    que re-conocamos como nuestros,

    que ayer se arrimaron

    y nos construyeron,

    y hoy ya no nos espejan;

    se nos han vuelto extraos,

    como colgados en(lo)ajeno.

    Traicionndolos,

    los dejo ir,

    les otorgo libertad,

    y ellos la aceptan.

    La traicin expresa

    un existir-sincero.

    La sinceridad nos exige

    que aquello

    que ya no nos constituye

    lo donemos,

    si no es nuestro es de otros,

    y si lo re-tenemos,

    somos cmplices

    de la avaricia contenida

    en toda explotacin.

    Dmoslo entonces!

  • 20

    El multi-verso

    tiene un lugar

    para todos sus trozos;

    a cambio l

    nos obsequiar

    otro fragmento

    que se haya movido,

    que haya sido traicionado.

    Sin traicin

    no hay movimiento,

    y sin movimiento

    cmo se expresa la vida?

    Ahogada,

    silenciada

    en una eterna quietud,

    no sera.

    Incluso ahora,

    mis yemas se arrastran

    sobre el teclado,

    y sus cadenas de ADN

    danzan y se conjugan,

    rozando algunas teclas

    regalndoles fidelidad,

    traicionando otras

    que han dejado atrs.

    Son mis yemas promiscuas

    las que hacen posible

    que estas palabras

    lleguen a ustedes.

    Gracias a la infidelidad,

    gracias a la traicin,

  • 21

    la vida vive y escribe.

    TRANSGREDIR NO ES AGREDIR

    Transgresin comete la flor,

    que renuncia a ser

    meramente planta

    y la trasciende.

    La semilla,

    que reniega

    de su existir como flor

    y la trasciende.

    Transgresin

    hay en los bebs,

    que deciden

    dejar la teta,

    a veces por tetas ajenas,

    a veces por otras cosas,

    y pasar a ser nios.

    En los nios,

    cuando preguntan

    por qu?.

    En nuestros hijos,

    cuando nos contestan

    por primera vez.

    En los hombres,

    cuando las leyes

    ya no se amoldan

  • 22

    a sus voluntades.

    Transgresin

    comete la historia,

    cuando no se conforma,

    y cambia y

    se transforma

    mediante revoluciones,

    reclamos, y protestas.

    El presente,

    que niega su pasado

    para seguir camino,

    y, sacrificndose,

    se niega tambin l,

    para dar paso a otro presente.

    Nuestra historia

    es pura transgresin,

    nuestra vida

    es pura transgresin,

    puro movimiento.

    Slo el miedo

    no transgrede,

    no cambia,

    slo el miedo

    pretende inmovilidad,

    estancamiento,

    conformidad.

    Es que teme desaparecer,

    teme desdibujarse,

    y perecer

    ante la transgresin.

  • 23

    La transgresin

    es pura vitalidad,

    el miedo,

    vaco, silencio, muerte.

    La vida

    no para,

    no espera,

    no se conforma

    ni se amolda

    a las leyes.

    La vida

    no se aquieta,

    rechaza contenerse

    bajo la ley.

    La vida

    no teme

    la transgresin:

    moverse,

    cambiar,

    transformarse,

    transgredirse

    es su devenir nato.

    La vida

    avanza, vive,

    es posible vivir

    sin transgredir

    el instante que pasa?

    Gracias a Dios

    existe la transgresin,

    aburrido sera vivir

    si se nos prohibiese

  • 24

    dejar de ser.

    Dejar de ser

    lo que no nos gusta,

    lo que nos hace mal,

    lo que nos daa,

    lo que nos da asco,

    lo que ya no soportamos. 2010

    Y DE REPENTE EMPEZ A HABLAR...

    Y de repente empez a hablar.

    El libro tena una voz

    o la voz era de papel.

    El espritu desgarrado,

    acaso usted no siente?,

    acaso es un ser-humano?

    Las pginas pasan,

    dan vueltas,

    giran,

    pero no sienten,

    no se sienten.

    Si no sienten

    no dialogan,

    porque el libro monologa,

    no habla,

    est descarnado,

    ms bien est carneado.

  • 25

    Carne descompuesta.

    Todas sus letras

    suenan igual,

    todas las palabras

    se construyen en serie,

    sin gesto alguno.

    Libro gastado,

    ledo y reledo,

    mas nunca

    reinterpretado.

    Libro con olor

    a humedad.

    Sus palabras

    moribundas

    nos rompen la cara.

    Una por una

    las letras

    nos abren la piel,

    nos lastiman,

    y las sentimos.

    Pero no nos hacen

    sentir bien.

    Sentimos malestar,

    pesar.

    Nos hablan

    pero con ausencia,

    con pre-esencia,

    sin presencia.

  • 26

    Ms bien nos gritan.

    Y supuramos,

    sangramos,

    pero

    sin sentido,

    o con un

    sentido-no-sentido,

    que nos desgarra

    y se nos hunde

    bien adentro.

    Y lloramos.

    Lloramos

    por el sin sentido,

    sin sentido

    que no sentimos.

    Lgrimas desbordantes

    de sentir,

    pero por qu?

    Slo son

    lgrimas vacas.

    Pasa la pgina,

    y el mismo rostro:

    blanco,

    rayado,

    simtrica y pulcramente

    rayado,

    eternamente

    idntico,

    eternamente

    el mismo.

  • 27

    Bien humano,

    tan humano

    que deshumaniza.

    Las mismas pginas

    que las anteriores.

    Rostro?

    Slo un contorno

    que se repite.

    Celulosa y papel.

    La unicidad,

    la irrepetibilidad

    de los rostros,

    de lo humano,

    no se halla

    en estas pginas.

    Las palabras

    marcan,

    abren surcos

    en nosotros,

    y all,

    cuando las sentimos,

    algo mut,

    algo cambi.

    Y nos transformamos,

    desbordamos

    la forma,

    desbordamos

    los bordes.

  • 28

    Pero si slo somos

    libros muertos,

    envejecidos,

    de carne ptrida

    descomponindose,

    el dilogo no tiene lugar,

    nos cerramos.

    Nuestras pginas

    se cierran.

    Silencio,

    negativo silencio.

    Tristeza.

    Si todo

    lo mostramos

    con el mismo rostro,

    cmo despertar

    a un mundo distinto?

    Una simple cara de libro.

    Un libro abierto,

    parado,

    de frente a muchos

    que esperan.

    Al sentido

    le incomodan

    las caras de libro.

    No soporta

    el sinsentido,

    lo evade.

  • 29

    Pero al mismo tiempo

    lo siente

    profundamente.

    Siente su apata,

    su sinsentir,

    su simple

    cara de libro.

    Da a da,

    a cada segundo

    acontecido,

    una herida,

    se abre,

    y el espritu olvidado

    agoniza,

    se fatiga al respirar.

    Respira

    y se va secando.

    Se vaca.

    Pierde su sentido.

    Se desintegra

    segundo a segundo.

    Y el tiempo

    tambin sufre.

    Se mira al espejo

    y se ve

    como una simple

    lnea de tiempo,

    como un segmento

    que poco dice,

  • 30

    como un camino recto,

    estrecho y acotado.

    Y luego,

    espritu y tiempo,

    ambos,

    sienten su muerte.

    Las muertes,

    del espritu

    des-encarnado,

    y del tiempo

    segmentado.

    Muertes siniestras.

    Mas no trgicas;

    evitables.

    La cara de libro

    se ha abierto

    y se ha cerrado

    sin superarse.

    Un cierre

    que nada dice,

    un transcurrir

    que es puro pasar.

    Empobrecimiento.

    La cara de libro

    se cierra,

    no ms que

    por terror

    al sentido,

  • 31

    no ms que

    por terror

    a sentir.

    Aptica

    se arrastra,

    y babea

    todo su existir.

    Pura muerte.

    Tristemente muerta.

    La cara de libro

    se pliega,

    se sienta,

    contiene el aliento,

    percibe un signo...

    y se deja morir. 2010

    LA NO-MADS

    Un n-made, simplemente es.

    Un no-hecho,

    una unicidad

    no fabricada,

    sin un made in

    que los estaque

    a un algo,

    temporal, espacial,

    o lo que sea.

    Un n-made,

  • 32

    simplemente es.

    Creado

    desde siempre,

    moldeando su vida

    sin un molde

    pre-establecido,

    vino nuevo

    en odre nuevo.

    Un n-made,

    simplemente es.

    Moldeando su vida,

    vida mediante,

    viviendo.

    EL HOMBRE ETIQUETA

    El hombre etiqueta, hastiado,

    siempre mira

    sobre su hombro,

    all lejos,

    afuera,

    y condena,

    exigiendo

    las penas

    ms duras.

    Pero la pena

    que l sufre

    es ms honda:

    ocupado siempre

  • 33

    afuera,

    se ha abandono

    l mismo,

    y sufre,

    y le quema.

    Triste,

    el hombre etiqueta,

    vuelve a mirar

    sobre su hombro,

    all afuera,

    lejos...

    y condena.

    VOLVERNOS NIOS

    Escuchemos al nio, arrojemos

    nuestro odre reseco,

    nuestras formas viejas,

    inflexibles y reaccionarias,

    abracemos la sabia inocencia,

    esa sabia inocencia

    que nos permite,

    desde la humildad

    ms profunda,

    desarrollar la sensibilidad,

    y comprender,

    esa sabia inocencia

    que todos compartimos.

    Escuchemos al nio,

    el vino nuevo nos exige,

    y si no es contenido sabiamente,

  • 34

    se derrama,

    y termina diluyndose.

    A lo viejo,

    le resulta incontenible,

    le resulta incomprensible.

    De all la necesidad

    de decidirnos por lo imposible,

    de all la necesidad

    de volvernos nios,

    de volver(a)vernos nios.

    --- FIN DE UN COMIENZO, ORIGEN DE OTRO --