richard sigmund - mi tiempo en el cielo

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  • Opiniones de algunas personas sobre Mi Tiempo en el Cielo

    Todos deberan leer esta cautivadora historia del viaje de Richard Sigmund por la destacadacasa eterna que Dios ha preparado para nosotros. Hay tantos detalles que uno siente como siestuviera all con l en el cielo. Mi Tiempo en el Cielo iluminar su vida y abrir suentendimiento a las gloriosas cosas del Dios viviente. Recomiendo mucho este libro!

    Dra. Mary K. BaxterAutora de Una Revelacin Divina del Infierno

    y Una Revelacin Divina del Cielo

    Durante ms de treinta aos he entrevistado a personas que han visitado el cielo. RichardSigmund tiene la descripcin ms exhaustiva y detallada que haya odo jams. De todos losque he entrevistado, l responde ms que ninguno los mayores misterios sobre el cielo.Mientras Richard Sigmund estaba en el cielo, le hablaron de mi ministerio y mi futuro, y que sereunira conmigo. Hace dos aos, nos hicimos buenos amigos! El reloj del tiempo profticomarca un segundo antes de media noche, y este libro nos ayudar a pensar ms en el cielo.Debe leerlo!

    Sid RothPresentador del programa de televisin, Its Supernatural!

    He estado coleccionando libros sobre el cielo durante ms de veinticinco aos. Estabaemocionado y con ganas de reunirme con Richard Sigmund. Nos reunimos y me impact suministerio. Mientras hablbamos sobre su experiencia en el cielo, pude sentir la uncin en eltestimonio de su tiempo all. Este libro es fcil de leer y entender. A los nios les encanta. Losadultos reconocen la uncin que hay en l cuando lo leen. Tengo un amigo que compr varioscentenares de ejemplares del libro y se los regal a personas que asistieron al funeral de lamadre de su mejor amiga. Qu consuelo! Recomiendo encarecidamente este libro. Es bblicoe informativo. Servir a Jess es lo mejor de esta vida. El cielo es REAL!

    Paul Hegstrom, Ph.D.Fundador de Life Skills International

    Autor de Angry Men and the Women Who Love Themy Broken Children, Grown-Up Pain

    Cuando Richard Sigmund muri en un grave accidente de trfico, estuvo muerto ocho horas.Dios lo llev al cielo. Se sent en el trono de Dios, habl con Jess, vio a los apstoles y hablcon ellos. Tiene la descripcin ms extensa del cielo de todas. Richard hace que Dios sea tancercano como el aire que respira! Al haber ministrado por todo el mundo con l en muchasocasiones, s que su amor por otros le hace orar por los enfermos hasta que la ltima personahaya sido tocada por Dios. El cielo desciende, y Dios es glorificado.

    Dra. Loretta BlasingameFundadora de Loretta Blasingame Ministries

    Autora de Is Anybody Up There?

    Preprese para ver, a travs de las pginas de su libro, una visin panormica de la vida

  • despus de la muerte; y, al mismo tiempo, ver detalles ntimos de cmo es la vida para uncristiano cuando traspasa el umbral de la muerte hacia el mundo ms all del velo de esteplaneta. Hay otro mundo que es hermoso contemplar, fascinante para la mente humana eindescriptiblemente pacfico. Es una tierra ms all del atardecer, que Jess ha preparadopara que vivamos eternamente en la abundancia de su amor y gracia. Cuando haya ledo estelibro de principio a fin, vulvalo a leer una y otra vez. Atesrelo como un recurso de gran valoren su librera personal. Adquiera ejemplares extra para su familia y para sus amigos. Tengasiempre a la mano Mi Tiempo en el Cielo. Nos han dicho que uno de los temores bsicos demucha gente es el temor a la muerte. Mi Tiempo en el Cielo es un libro especial, con unmensaje especial, revelado bajo circunstancias especiales a un hombre llamado por Dios a serun profeta de nuestro tiempo. Me encanta el mensaje de Mi Tiempo en el Cielo.

    Dr. Paul C. Collins, M.Div., Th.D.Fundador de Acts Ministry

    El Dr. Richard Sigmund posee uno de los ministerios ms milagrosos que jams he visto. Dehecho, es tan milagroso que algunos de los milagros han anonadado verdaderamente laimaginacin y desafiado la fe de muchos por ser tan impresionantes. El testimonio de suexperiencia de muerte y visita al cielo es el mejor que he odo nunca. S que la principalpreocupacin del Dr. Sigmund es ayudar a quienes sufren a recibir sanidad del Cristo vivo.

    L. D. Kramer, D. D., D. Min.Evangelista pionero de televisin

    Pastor principal, Rejoice Christian Center,Burnsville, Minnesota

    Este libro tiene una uncin poderosa sobre l! Me sent como si caminara por el cielo y loestuviera experimentando yo mismo. Hace que mi alma anhele contemplar esta hermosa casaque Jess ha preparado para m.

    B. G.

    Este libro ha cambiado mi vida por completo. Todos tenemos preguntas sobre cmo ser elcielo, y tener un relato de primera mano y de un testigo ocular es algo increblementepoderoso. Me siento como si estuviera encendido por la necesidad de compartir la Palabra deDios a todos los que conozco. He tenido miedo de ofender a la gente al hablarles deJesucristo. Conozco y amo a Jess, y reconozco todos los milagros y obras que ocurren en mivida. Comparto esto con personas que conozco cuando surgen las oportunidades, pero ahorasiento la necesidad de compartir con ellos lo que he ledo en su libro. Les digo: Acabo de leerel libro ms increble que he ledo jams. Luego, comienza la conversacin! Gloria a Dios!Gracias por escribir un libro tan maravilloso, y gracias a Dios y a su Hijo Jesucristo por llevarleal cielo, mostrrselo y permitirle volver otra vez para compartirlo con nosotros!

    C.

    No puedo expresar con palabras el impacto que este libro ha tenido sobre mi familia, amigosy compaeros de trabajo. Dios habla alto y claro a travs de l! Slo quiero que sepa lomucho que Dios est usando su fidelidad para hacer lo que l le ha pedido.

    C.C.

  • Su libro es una gran bendicin! Anhelo llegar a mi nuevo hogar celestial algn da. Un librocomo este realmente hace que el cielo y el Seor sean una realidad an mayor.

    N. S.

    Haba perdido la esperanza de todo en este mundo, pero despus de leer este libro, mi feen el Seor fue renovada; y cuando las cosas no van como yo quiero, me acuerdo de que hayun lugar llamado cielo!

    P. A.

    Su libro ha tocado mi corazn y ha reforzado mi fe en el Seor. Usted me ha dado unregalo, y lo atesorar siempre.

    T.K.

    Gracias por poner en formato de libro su experiencia en el cielo. En los ltimos cuatromeses he tenido a cuatro familiares entrando por el velo del que usted escribi. Compart estelibro con mi familia y mis amigos. Es una fuente de consuelo tanto para el creyente en el SeorJesucristo como para el no creyente. Para los creyentes, es una confirmacin de dnde estnsus seres queridos que les acaban de dejar y tambin de dnde estarn ellos algn da. Paralos no creyentes, aporta el conocimiento de que ellos tambin pueden entrar en el cielo de Diosrecibiendo al Seor Jesucristo en su corazn.

    R. C.

    Gracias al Seor por haber podido traerle de nuevo la vida para compartir esta gloriamaravillosa y magnfica del cielo. Es un libro que todo el mundo debera leer.

    C. R.

    Soy un ex todo. Dios me encontr en una prisin de Texas. Al principio me mostrabaescptico. Hermano Sigmund, estoy escribiendo para confesar que su libro ha dejado unahuella imborrable en mi corazn. No podra dejar su lectura. Estoy agradecido, y a la vezenvidioso, de que Dios le permitiera no slo ver, sino tambin hacer un recorrido por el otrolado. Amo a Jess y anhelo pasar la eternidad con l y todas las huestes celestiales.

    R. F.

    Mientras lea su libro, fui inspirado a buscar a Dios para descubrir su voluntad para mi vida.Quiero ir al cielo cuando llegue mi tiempo. Perd todo temor a la muerte. Espero con ilusinestar con Jess y ver el trono de Dios. Sus descripciones del cielo fueron muy detalladas.Estoy muy impresionado con este libro. Se lo he recomendado a mi congregacin. Que Diossiga inspirndole a terminar su ministerio aqu en la tierra.

    Pastor William SmithStratford, Avon shire, Inglaterra

  • A menos que se indique lo contrario, todas las citas de la escritura han sido tomadas de laSanta Biblia, Nueva Versin Internacional, nvi 1999 por la Sociedad Bblica Internacional.

    Usadas con permiso. Todos los derechos reservados. Las citas de la escritura marcadas (rvr)son tomadas de la Santa Biblia, Versin Reina-Valera 1960 1960 Sociedades Bblicas en

    Amrica Latina; renovado 1988 Sociedades Bblicas Unidas. Usado con permiso.

    Traduccion al espanol realizada por:Belmonte Traductores

    Manuel de Falla, 228300 Aranjuez

    Madrid, ESPAAwww.belmontetraductores.com

    Mi Tiempo en el Cielo:

    Una historia verdadera de muerte y regresoPublicado originalmente en ingls bajo el ttulo:

    My Time in Heaven: A True Story of Dying and Coming Back

    Richard SigmundCleft of the Rock Ministries

    P.O. Box 177Maxwell, Iowa 50161

    ISBN: 978-1-60374-232-0Impreso en los Estados Unidos de Amrica

    2010 por Cleft of the Rock Ministries

    Whitaker House1030 Hunt Valley Circle

    New Kensington, PA 15068www.whitakerhouse.com

    Para comentarios sobre este libro o para informacin acerca de otros libros publicados por

    Whitaker House, favor de escribir via Internet a: [email protected].

    Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de ninguna manera o porningn medio, electrnico o mecnicofotocopiado, grabado, o por ningn sistema de

    almacenamiento y recuperacin (o reproduccin) de informacinsin permiso por escrito de lacasa editora. Por favor para cualquier pregunta dirigirse a:

    [email protected].

  • Dedicacin

    Este libro est dedicado a las muchas personas que me han animado y apoyado en esteproyecto:

    Norvel y Maggie HayesSid Roth

    Dr. L. D. Kramer, Challenge MinistriesDr. Robert Cesarek, Love of God Ministries

    Y las palabras de nimo especiales de:

    Rex HumbardW. V. Grant Sr.

    David Nunn

  • Prefacio

    No lo puedo explicar; slo puedo contarle lo que vi, y el lenguaje es insuficiente, porquerealmente es indescriptible: los paisajes, los sonidos, los tamaos, los colores, los olores.Cmo se puede describir un lugar llamado cielo?

    Recuerdo saber cosas que ahora no puedo recordar (o se supone que no debo recordar).Se me permiti ver muchas cosas, pero haba mucho ms que no se me permiti ver.

    Muchos otros han tenido experiencias similares del cielo, y algunas de las cosas que vieroneran las mismas que lo que yo vi. Otras no, y si a usted le ensearan un lugar llamado cielo,tambin vera cosas diferentes. Cada persona que haya tenido una experiencia como esta lover de forma distinta. Muchas de las cosas que vi y de las que fui testigo probablemente nofueron las cosas que otra persona vera, porque somos personas individuales y Dios trata connosotros de forma individual.

    Las cosas que vi me ministraron, y creo que tambin ministrarn a los que lean este libro.Jess me dijo: Nunca te olvides de lo mucho que te amo y de lo que he hecho por ti. Nunca teolvides de cunto amo a aquellos con los que regresas y del lugar que he preparado paraellos, y de cunto los amo.

    No puedo explicarlo; tan slo puedo contarle lo que vi, y slo puedo contar parte.

    Rev. Richard Sigmund

  • Introduccin:

    De repente, estaba en un velo grueso y nublado

    Haba una sbana sobre mi rostro.

    Me haba hecho mucho dao!

    Lleva muerto todas estas horas, escuch.

    Me incorpor y dije: No estoy muerto an.

    Un asistente mdico grit. Otro perdi el control de la orina. Aparentemente, yo llevabamuerto ms de ocho horas, y me llevaban al depsito de cadveres.

    Poda sentir mis huesos juntndose, poda sentir las heridas sanando mientras meincorporaba, y poda respirar y hablar.

    *****

    Era el 17 de octubre de 1974, y yo estaba conduciendo hacia la iglesia en Bartlesville,Oklahoma, donde ministraba. En ese momento de mi vida, Dios me estaba hablando sobre elconcepto de la obediencia ciega e instantnea: ser quebrantado ante l, como un caballosalvaje cuando es domado. Haba tenido una disputa con Dios sobre ser obediente. Dios mehaba dicho que le diera una palabra de advertencia a alguien, y yo no quera hacerlo. Habaido conduciendo a ver a esa persona, pero segua evitando el contacto con l y me haba idosin decrselo. Tambin haba algunos otros problemas en mi vida. Estaba teniendo problemascon mi esposa en Arizona, un gran problema.

    El vehculo que yo conduca era una van muy lujosa. Era grande, de esas que fabricaban enlos aos setenta con una televisin hecha a medida que colgaba del techo.

    De repente, sin previo aviso, me encontraba en un velo grueso y nublado. No me di cuentaen ese momento, pero tuve un accidente mortal.

  • 1

  • Tienes una cita con Dios

    Por el contrario, ustedes se han acercado al monte Sin, a la Jerusaln celestial, la ciudad del Dios viviente. Sehan acercado a millares y millares de ngeles, a una

    asamblea gozosa, a la iglesia de los primognitos inscritosen el cielo. Se han acercado a Dios, el juez de todos; a los

    espritus de los justos que han llegado a la perfeccin;a Jess, el mediador de un nuevo pacto; y a la sangre

    rociada, que habla con ms fuerza que la de Abel.Hebreos 12:2224

    Iba conduciendo por la carretera en mi van pero, de repente, estaba en un velo. Era como

    una nube espesa. Haba colores dorados, morados y mbar y una luz brillante. La nube vibrabacuando el sonido pasaba por ella; y yo tambin pasaba por ella.

    Detrs de m poda or a gente hablando. Estaban slo a unos centmetros de distancia.Haba sirenas, mucho ruido, y o las palabras: Est muerto.

    A travs de una nube de gloria

    Una fuerza me arrastraba a atravesar una nube de gloria, y al otro lado de la nube poda ora gente cantando. Haba risas con gran gozo, y yo tena una paz total.

    Ol un aromay experiment un saborcomo fresas con crema.

    Durante lo que me parecieron unos minutos, me estuve moviendo a travs de la nube y, sinembargo, la nube se mova a travs de m. Entonces gir a mi derecha, hacia lo que parecaser un rea de recibimiento.

    El rea de recibimiento del cielo

    Reunin de los familiares

    A pocos metros de m pude ver a dos mujeres de pie. De algn modo, saba que eran muymayores, pero su aspecto era como si tuvieran veintitantos aos, y eran hermosas. Se estabanabrazando y parecan muy gozosas, y estaban mirando a travs del velo.

    Ya viene; le veo. Aqu llega, ya viene.

    De repente, un hombre lleg a travs del velo. Por un momento, tuvo una mirada de granconfusin. No saba dnde estaba, pero de repente, mir a las mujeres y las reconoci. Ellascomenzaron a abrazarle y a alabar y adorar a Dios. Se poda ver que era una reunin muygozosa.

    Reunin de un pastor y miembros de su iglesia

    Ms a la derecha, observ un grupo de unas cincuenta personas. Ellos tambin estabanadorando a Dios. Muchos estaban ah de pie con sus brazos levantados alabndole. Algunos

  • se abrazaban mientras decan: Ah viene; le veo venir.

    Aparentemente estaban esperando a su pastor, quien acababa de morir. De repente, lestaba en el velo. Cuando apareci por primera vez, se vea como un hombre mayor, pero tanpronto como apareci en la atmsfera celestial, todas las arrugas de su rostrodesaparecieron, y su pequeo cuerpo nudoso se fortaleci. Este pastor anciano ahora parecacomo si tuviera veinte o treinta aos; su juventud haba sido renovada. Simplemente estabaah, perplejo; pero en un instante se percat de que estaba en el cielo, y comenz a gozarse.Dijo: Quiero ver a Jess Dnde est mi Jess? Quiero ver al Seor. La gente comenz aabrazarle y a gozarse con l.

    Hermano, eres t, y eres t, hermana, dijo llamndoles por nombre, y volvi a decir:Quiero ver a Jess.

    Alguien le dijo: Est un poco ms adelante en su camino, y se encontrar con l. lsiempre est ah, siempre en punto.

    Reunin de una madre y su beb

    Dirig mi atencin a un grupo de unas treinta y cinco personas. Estaban de pie frente al velo,esperando a que apareciera alguien muy especial. Se poda ver que todos estabanemocionados y contentos.

    Haba algunos reunidos que evidentemente haban muerto haca muchos aos terrenales,pero aqu, era solamente ayer. Vi a personas que deban de ser los hijos, hermana y esposode esta persona especial, que esperaban este momento desde que eran residentes del cielo.

    Ah est, dijo alguien. Una persona del grupo llevaba a un beb. El beb tena lacapacidad de hablar perfectamente y era totalmente consciente de su entorno. Este beblloraba con una voz alta y fina: Mami! Mami! Ah est mi mam. Jess dijo que poda seguirsiendo un beb y que mam me criara en el cielo.

    Qu grande es el amor de Dios.

    En ese momento, una seora anciana y arrugada, toda encorvada y muy frgil, vino a travsdel velo. Al instante de entrar en la atmsfera celestial, se puso totalmente erguida; su cuerpofrgil y encorvado se enderez por completo. De repente, volvi a ser una joven muy hermosa,vestida con su tnica de gloria radiante y de color blanco puro.

    Todos aclamaron con gritos de alegra cuando el pequeo beb vol hasta sus brazos.Haban sido separados al nacer. La mujer haba sobrevivido a un campo de concentracin,pero el beb no.

    Sin embargo, Dios, en su infinita misericordia, se ocup de que nada se perdiera. El amorde Dios es tan grande que ninguna persona puede conocerlo del todo. En verdad esinsondable, y slo la eternidad lo revelar. Corran las lgrimas por mis mejillas, aunque yo tanslo era un espectador. Compart su gozo, y lo sigo haciendo.

    Saludado en el cielo por personas y ngeles

    Segn lo entiendo yo, nadie ha llegado nunca al cielo sin que otras personas le saluden

  • (claro, excepto Abel, la primera persona en morir y entrar al cielo).

    Entonces, me di cuenta de que no slo haba personas saludando al pastor que acababa deatravesar el velo, sino tambin ngeles. Y haba ngeles tambin con los otros que habanllegado. La gente llegaba a travs del velo, y siempre haba ngeles para recibirles.

    Evidentemente, uno puede ver a travs del velo en el cielo, pero no se puede ver desde latierra. En otras palabras, en nuestra existencia no podemos ver a travs de velo. En el cielo,uno sabe cundo alguien llega. Las personas en el cielo de algn modo saban que deberanestar en el rea de recibimiento cuando llegaba alguien. Ms tarde, supe que hay centros deanuncios en el cielo, y se notifica a la gente cuando sus seres queridos estn a punto de llegarall. Explicar ms sobre estos centros de anuncios en otro captulo.

    Un camino preparado para m

    El velo se extenda a derecha y a izquierda de todo lo que mi vista alcanzaba a ver. Tuve laimpresin de que tena cientos de kilmetros de longitud en cada direccin, y cada pocosmetros haba un camino que llegaba al cielo. Todos los que atravesaban el velo tenan uncamino nico para ellos, y yo mismo tena un camino; el camino era para m.

    Despus, desde detrs de m, o una voz que deca: Tienes una cita con Dios, y sent untoque familiar.

    Aunque no poda ver quin estaba detrs de m, creo que era el Seor Jess. Reconoc suvoz.

  • 2

  • Debes andar por este camino

    Me gua por sendas de justicia por amor a su nombre.Salmo 23:3

    Pens: Debo de estar en un lugar llamado cielo! Qu lugar tan maravilloso.

    Estaba de pie sobre un camino dorado.

    Debes andar por este camino. La voz, amable pero firme, me dej claro que yo debaestar en ese camino. No iba a discutir con la voz, la cual, de nuevo, me pareci ser la voz deJess.

    En el camino, siempre estaba acompaado al menos por dos ngeles: uno a la derecha yotro a la izquierda. Mi impresin era que el ngel de la derecha estaba ah principalmente paraexplicar las cosas. El de la izquierda no hablaba mucho, salvo para recordarme con frecuenciaque yo tena una cita con Dios. Creo que era mi ngel de la guarda. Todos tenemos ngelesguardianes que nos son asignados al nacer. Estos dos ngeles tenan trabajos distintos, perotrabajaban en perfecta armona.

    El camino y el jardn dorados

    El camino dorado era como un recorrido guiado. Me llevaba en una direccin en particularen la que deba ir. Me llev a cosas que se supone que yo deba ver antes de mi cita con Dios.

    El camino tena unos dos metros de ancho, y tena una dimensin: grosor. Yo ibacaminando por un jardn que ocupaba todo lo que alcanzaba a ver en cualquier direccin, y vigrandes grupos de personas.

    A cada lado del camino haba la hierba ms verde y tupida que jams haya visto, y se movacon vida y energa. De forma sobrenatural, yo saba que si arrancaba una hierba y luego lavolva a poner en su sitio, seguira creciendo.

    No hay muerte en el cielo, ni siquiera para la hierba. La muerte es imposible all porque elcielo es un lugar de vida eterna. El cielo es un lugar donde la vida de Dios lo sustenta todo;Dios mismo es nuestra vida, y l es eterno. l no tiene comienzo, y no puede tener final.

    Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la ddiva de Dios es vida eterna enCristo Jess, nuestro Seor. (Romanos 6:23)

    Puesto que en l vivimos, nos movemos y existimos. (Hechos 17:28)

    Haba flores de todos los tamaos y colores imaginables por el camino. Haba bancos ybancos de flores. Algunas tenan el tamao de una mesa de comedor! Haba rosas queparecan tener ms de un metro de altura y puede que pesaran unos veinticinco kilos en latierra. Y segn caminaba, las flores me miraban. El aire estaba lleno de su aroma, y todasellas tarareaban. Pregunt si poda arrancar una para olerla, y me dijeron que s. Eramaravillosa. Cuando volv a dejar la flor, inmediatamente se replant y volvi a crecer.Nuevamente, no hay muerte en el cielo.

  • Mientras caminaba por el camino dorado, observ el cielo. Tena un color rosado, perotambin era de un azul cristalino, y haba nubes en el cielo: nubes de gloria. Cuando las mircon ms detenimiento, vi que las nubes eran en realidad miles de ngeles y miles y miles depersonas caminando en grupos y cantando. Estaban dando una vuelta por el cielo.

    Haba un parque, el cual tena bancos donde uno se poda sentar para hablar con otros.Estos bancos estaban por todos lados. Estaban hechos de algn tipo de oro slido, pero suforma me recordaba a los que hay en los jardines que son de hierro forjado. La gente sesentaba y hablaba y alababa a Dios. Pasaban un tiempo maravilloso hablando con otraspersonas que acababan de cruzar el velo. Otros estaban en grandes grupos esperando a quecruzaran sus seres queridos.

    Todas las personas all se estaban preparando para sus seres queridos que iban a llegar alcielo. O a alguien decir: Cuando vea su mansin, gritar gloria.

    Algo pas dentro de m, y pens: Quiz Dios tiene algn lugar para m aqu arriba en elcielo.

    Los rboles del cielo

    Los parques bellamente arreglados estaban llenos de rboles enormes e imponentes.Deban de tener al menos seiscientos metros de altura, y haba muchas variedades distintas.Algunos los conoca, pero otros no tena ni idea de qu especies eran. Pero eran altos yfuertes, sin ramas muertas. No haba ni una hoja muerta, y algunas de las hojas en los rbolestenan forma de enormes diamantes.

    Un rbol que me llam la atencin era cristalino y enorme (pareca haber miles de ellos). Medijeron que era un rbol diadema. Cada hoja de este rbol tena la forma de una lgrima, comouna lmpara de cristales. Y haba un sonido continuo de repiques que procedan de las hojascuando se chocaban una contra otra con la suave brisa: el hermoso sonido del cristal. Cuandolas toqu, haba un resplandor al emanar el sonido de ellas.

    Pero haba ms. Cada hoja, cada ramatodo el rbolproduca un tremendo resplandorcon todos los colores que haba en la nube de gloria. El rbol brillaba con sonido y luz.Tambin se encenda con la gloria. La llama comenz en la raz y subi por todas las ramashasta llegar a las hojas con forma de lgrima. El rbol explot en una nube de gloria: una luzhermosa. Y explot de sonido: un sonido increblemente hermoso.

    El rbol diadema era glorioso. Debajo de l haba lo que parecan decenas de miles depersonas adorando. No estaban adorando al rbol, sino a Dios.

    Cuanto ms me acercaba al trono de Dios, hacia donde me guiaba el camino, ms rbolesvea. Cada uno de ellos era tan glorioso como el rbol Diadema.

    Me acerqu a lo que me pareca ser un nogal, y me dijeron que comiera. El fruto tenaforma de pera y era de color cobre. Cuando lo tom, creci instantneamente otro fruto en sulugar.

    Cuando toqu mis labios con el fruto, se evapor y se derriti convirtindose en la cosa msdeliciosa que haba probado jams. Era como miel, zumo de melocotn y zumo de pera. Era

  • dulce pero no azucarado. Mi rostro se llen del zumo del fruto; pero nada, absolutamentenada, puede contaminar o manchar a una persona en el cielo. Inmediatamente, el zumo delfruto dulce y hermoso del rbol pas por mi garganta como la miel. Mi rostro se cubri porcompleto con este lquido hermoso y maravilloso en el que el fruto se haba convertido.

    Sea lo que fuere, en esa atmsfera del cielo, tambin se fue instantneamente. Fue unaexperiencia maravillosa, y casi puedo an saborear ese delicioso zumo despus de todo estetiempo.

    Tambin haba rboles cuyas hojas tenan forma de corazn y desprendan un hermosoaroma. Me dijeron que tomara una hoja y la oliera, y as lo hice. Despus, una voz me dijo queme dara fuerza para seguir adelante. En el momento en el que ol la hermosa fragancia, fuifortalecido.

    Sent una urgencia irresistible de ver a Jess. Por favor, djenme ver a Jess, dije.

  • 3

  • El libro de la vida del Cordero

    El que salga vencedor se vestir de blanco. Jams borrar su nombre del libro de la vida,sino que reconocer su nombre delante de mi Padre y delante de sus ngeles.

    Apocalipsis 3:5

    El ngel que caminaba conmigo hizo un gesto y dijo: Mira la pared. La pared era alta, ypareca estar a poco ms de un kilmetro de distancia.

    De repente, yo estaba en la pared. (Los viajes en el cielo parecen ir a la velocidad delpensamiento).

    Mira los libros

    Despus el ngel dijo: Mira los libros.

    A la izquierda, haba un libro sobre pilares dorados que serva de caballete gigante. El librotendra como un kilmetro y medio de alto y un kilmetro de ancho; era enorme, y los ngelespasaban las pginas del libro.

    A la derecha haba otro libro, que era el libro de la vida del Cordero. Sus pginas sepasaban, y yo fui levantado para ver lo que estaba escrito en la primera pgina. Ah, en letrasdoradas de unos 10 centmetros, estaba escrito mi nombre con rojo carmes:

    Richard de la familia de Sigmund: Siervo de Dios

    Junto a mi nombre estaban las fechas de mi nacimiento y mi conversin. El rojo carmes demi nombre era la sangre de Cristo.

    Nunca entrar en ella nada impuro, ni los idlatras ni los farsantes, sino slo aquellos quetienen su nombre escrito en el libro de la vida, el libro del Cordero. (Apocalipsis 21:27)

    Me acerqu hasta la pared y vi que estaba llena de todo tipo de piedras preciosas: jaspe,nice, diamantes, esmeraldas doradas. La pared estaba hecha de algn tipo de material depiedra que emita una sensacin. Cuando toqu la pared, acarici mis dedos.

    Puertas con lenguas de fuego

    Despus me dijeron que fuera a las puertas.

    Las puertas eran enormes; tendran unos cuarenta kilmetros de altura, y haba treslenguas de fuego en cada puerta, representando al Padre, al Hijo y al Espritu Santo. Laspuertas estaban hechas de oro, con aspecto semejante al hierro forjado: curvado en la partesuperior, con barrotes verticales y filigranas entre los barrotes y la parte inferior. El ororepresentaba la gran misericordia de Dios. Miles de caminos individuales llegaban hasta estaspuertas.

    Flotando en aire y en agua cristalina

    A travs de la puerta por mi camino haba muchas casas hermosas: mansiones. Tenan

  • muchas terrazas en el segundo, tercer e incluso cuarto pisos. La gente paseabadespreocupadamente por sus terrazas y flotaban sin esfuerzo alguno hasta el suelo, o sequedaban en el aire. Pareca que podan hacer ambas cosas. Las leyes de la fsica parecenno aplicarse en el cielo.

    Fui llevado a un pequeo lago, donde observ que la gente estaba en el agua e inclusoflotando bajo su superficie. No haba olas en el lago, y el agua era cristalina y hermosa. Inclusopareca ser ms clara de lo que el aire es aqu.

    El lago pareca no tener fondo, y emita un resplandor desde su interior. No s qu haba allabajo, pero era glorioso. Terreno de gloria? Rocas resplandecientes de piedras preciosas?Una vez ms digo que no s, pero el agua estaba viva.

    No fui al agua, pero s met mi mano en ella. El agua tena textura, y al igual que la pared depiedra, acarici mi mano. Era refrescante (como si pusiera su mano en 7UP bien fro), aunqueestaba a temperatura ambiente. Una experiencia gloriosa.

    La gente se acercaba a esta agua sin temor. Vi lo que parecan millones de personascaminando debajo del agua, flotando tomados de las manos o incluso nadando. Podanrespirar debajo del agua cristalina. Cuando salan del agua, estaban secos al instante.

    Como no hay muerte en el cielo, nadie puede morir, ni siquiera bajo el agua. Los niospueden jugar en el agua sin temor a ahogarse. No hay bichos peligrosos en el agua niserpientes. Nada en el cielo puede hacerle dao.

    Despus supe que en el trono de Dios hay cuatro ros. Este lago se alimenta de uno de losros, que tiene cientos de metros de anchura y es muy profundo en algunas partes pero pocoprofundo en otras. A medida que el ro sale del trono, el agua comienza a multiplicarse.

    Jess pareca estar en todo lugar

    El camino dorado conduca a edificios lejanos. De repente, yo estaba all. El camino sedetuvo en una calle hecha de una sustancia clara: era como una joya, entremezclada con hilosde oro. Este camino pareca la calle principal de una ciudad. Luego fui llevado hasta un grupode gente, y observ que estaban mirando mi asombro por las cosas que vea.

    De vez en cuando, a medida que recorra el camino, vea un destello de Jess un poco msadelante. Estaba hablando con personas, amndolas, abrazndolas. Ellos le miraban con talesexpresiones de adoracin y alabanza que yo quera estar ah para postrarme a sus pies. Sinembargo, el ngel dijo: Hay que seguir un poco ms por este camino. Tienes una cita conDios, y te reunirs con el Seor. La anticipacin brotaba en mi interior. Tan slo quera estarcon Jess, pero saba que tena que esperar.

    En el cielo, todos tienen su turno para ver a Jess directamente y, por tanto, nadie estansioso por ello. Estn emocionados por pensar que le van a ver, pero respetan el turno de losdems para verle; nadie intenta adelantar a nadie. Sent una gran tranquilidad porque sabaque, cuando llegara mi turno, sera un momento glorioso para toda la eternidad. Me unira conlos dems que, en ese momento de xtasis, llegaban a ver a Jess y a caminar con l.

    Sin embargo, esto fue lo ms destacado: aunque poda ver a Jess delante de m, no poda

  • decir que no estuviera tambin detrs de m. Era como si se moviera a la velocidad de la luz.Slo haba uno, pero pareca que Jess estaba en todo lugar al mismo tiempo. Y lo nico queyo quera era estar con l.

  • 4

  • Nios y bebs en el cielo

    Jess dijo: Dejen que los nios vengan a m, y no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de

    quienes son como ellos.Mateo 19:14

    Ningn nio que muere se pierde para siempre. Cada uno de ellos est con Jess y disfruta

    de su presencia. Muchas veces, vi al Seor atrayendo a los nios hacia l. Los abrazaba yhablaba con ellos. Pareca estar muy animado de que estuvieran con l.

    Una nia que pareca tener unos ocho aos y que tena el pelo bonito y rubio se acerchasta m. Me conoca, y yo tambin la reconoc a ella: record que haba muerto de cncer.Creo que era algn tipo de embajadora en el cielo, porque lo nico que haca era ir de grupoen grupo y cantar unas canciones gloriosas.

    Hermano Richard, quiere ver lo que puedo hacer?, me pregunt. Continu enredndosesu hermoso cabello (el cual haba perdido cuando sufri de cncer). Cuando de detuvo,inmediatamente volvi a estar perfecto. En el cielo no existen los malos pelos!

    Habilidades especiales de los nios

    Luego dijo: Hermano Richard, le gustara orme cantar?.

    Comenz a cantar con la voz de soprano ms hermosa y poderosa que uno podra imaginar.Una embajadora del cielo estaba cantando, y los coros celestiales se unieron. Era la cancinms hermosa que jams haya odo, y el talento de la nia destacaba especialmente por suaparentemente corta edad.

    No era la nica nia que vi. Haba muchas otras, con habilidades mucho mejores que las decualquier adulto en la tierra. Si usted ha sido un buen cantante en la tierra, entonces podrcantar millones de veces mejor en el cielo. La capacidad de esta pequea superaba a la decualquiera que yo haya odo en la tierra.

    En un lugar del cielo, vi a un nio sentado ante un piano que pareca tener treinta metros acada lado. Pareca un piano de cola, pero en el medio haba un arpa de pie. Aunque an noestaba tocando, ese nio estaba sentado all, y era en un lugar abierto, como un parque juntoa algunas casas. Entonces comenz a tocar la msica ms hermosa. Se pareca un poco a lade Bach, un poco a la de Brahms y un poco a la de Beethoven; sin embargo, no podra decirlequ cancin era. Cuando dej el cielo, dej tambin en l la meloda.

    Pero haba msica, y haba palabras en esa cancin, y la gente se una. Mientras ese nioestaba tocando el piano, los ngeles estaban de pie atentos. Algunos tenan sus brazoslevantados, adorando a Dios. Las notas de la cancin que ese nio estaba tocando resonabanpor todo el cielo. Los coros se unan, era algo increble, glorioso, y ese nio lo estabadirigiendo todo.

    Yo pregunt: Cmo puede ser?.

  • Uno de los ngeles me dijo: Estn tocando esta cancin porque usted est aqu. Quierenque sepa que, en el cielo, incluso un nio puede aprender cosas que son imposibles deaprender mientras se est en la tierra.

    Me dijeron: Mire al nio.

    Mientras le miraba, me di cuenta de que no pareca tener ms de siete u ocho aos deedad. Se gir hacia m, sonri y me salud con la mano derecha mientras continuaba tocandocon la izquierda. Luego se detuvo. El piano ces, y tambin el arpa. La gente se detuvo, ytodos comenzaron a sonrer y a alabar al Seor. La cancin se termin, pero de algn modopoda or an su eco. El nio dijo: Puedo tocar lo que quiera.

    Haba un hermoso coro de nios en el cielo. De nuevo, los nios tenan habilidades de cantoy musicales mucho ms avanzadas de lo que pudiera imaginarse aqu en la tierra. Cada niosaba cantar.

    Me dijeron que los talentos y capacidades que Dios orden para ellos desde el nacimientoeran magnificados millones de veces en el cielo.

    En un momento, vi a un nio que pareca de cinco aos sentado en un caballete, dibujandoun cuadro de un paisaje. Le deca al pincel el color que quera, y el pincel se volva de esecolor. El nio deca, por ejemplo: No, ms oscuro. El rbol tiene que ser ms oscuro. Elpincel se volva de ese color, y l pintaba en el lienzo una vez y apareca el rbol. En el cielo,todo es posible.

    Criado en el cielo

    De los muchos nios que vi en el cielo, algunos parecan recin nacidos, como si hubieranmuerto al nacer o poco despus, como el beb que vi reunindose con su madre cuando entrpor el velo. En el cielo, estos bebs tenan la capacidad de hablar y reaccionaban con inters.Saban y entendan lo que se les deca, y podan responder. Era lo ms increble de ver.

    La guardera

    Vi varios nios como este. Los ngeles u otras personas los llevaban. Haba una guarderaen el cielo donde vi a miles, quiz millones, de nios de esa edad. Eran atendidos por losngeles, familiares y otras personas. Cabe destacar que crecan a un ritmo tremendo; no eranbebs durante mucho tiempo.

    A veces, vea a pequeos grupos de nios; otras veces, vi a grandes grupos de ellos. Todoslos nios estaban muy contentos. Su cabello y su ropa eran perfectos. Algunos tenanpequeos trajecitos puestos, y otros llevaban tnicas.

    Juegos

    Vi a nios los suficientemente mayores como para caminar y correr y jugar, y jugaban comolo hacen en la tierra. Pareca obligatorio que los nios jugaran y se lo pasaran bien: que fuerannios. Parecan tener la capacidad de estar completamente contentos con ser nios.

    Sabemos que, en la tierra, si no experimenta una infancia adecuada, es probable que tengaproblemas de mayor. Puede ser herido en la infancia y no madurar emocionalmente del todo

  • en su etapa adulta. Pero en el cielo, como todo es perfecto, los nios experimentan unainfancia perfecta. Y son bienvenidos en todo lugar y por todas las personas (todos aman a losnios, y los nios aman a todos).

    En uno de los juegos que jugaban los nios, formaban un crculo (a veces con solo unospocos nios y otras veces con muchos nios). Un nio era elegido, y l o ella flotaban en elaire, en medio del crculo. Otro nio le daba un empujoncito al que estaba flotando y stecomenzaba a flotar para adelante y para atrs. Todos los nios se rean con gran alegra. Elque flotaba en el aire se rea mucho. Pareca ser una experiencia maravillosa para ellos.Hubiera sido una gran experiencia para m.

    Otro juego era ver lo lejos que podan saltar. Los nios saltaban treinta o sesenta metros enel aire y bajaban flotando como mariposas. Era una vista increble.

    No vi a nadie jugando al bisbol, pero vi a nios subindose a los rboles y saltando desdeellos, flotando como pelotas de algodn. Era emocionante para ellos. No podan hacerse dao(era imposible que se hicieran dao).

    Vi a nios jugando en la orilla de los mares y lagos. Hay muchos lagos en el cielo, y denuevo, no haba peligro; no poda acontecerles ningn mal. Jugaban en el agua, sobre el aguay debajo del agua; nadaban por el agua o se sentaban en el fondo del lago. Se lo pasaban muybien jugando con las piedras y construyendo castillos de arena en la playa. Qu infancia tanmaravillosa! Si me hubiera criado en el cielo!

    Tambin vi al Seor que llegaba y abrazaba a muchos nios, y les contaba pequeashistorias muy divertidas. Ellos amaban a Jess, y l tambin los amaba mucho.

    Mirando a los nios no poda saber si alguna vez haban estado malos en la tierra. Estoyseguro que algunos lo estuvieron, pero en el cielo, estaban sanos al cien por cien, con lasmejillitas rosadas (como angelitos) y podan correr y jugar.

    En un lugar, vi a unos nios haciendo carreras. Corran ms rpido que un caballo en latierra. Era increble. En otro lugar, los vi montado a caballo. A los caballos les encantaba, y tambin les gustaban los nios. Los caballos podan pensar y hablar. Era unaexperiencia maravillosa.

    Vi a nios jugando a algo parecido al escondite. Uno corra a esconderse y los otros niostenan que encontrarle (y luego volva a comenzar el juego). Era una bella estampa.

    Ir a la escuela

    Vi que a medida que los nios iban creciendo, comenzaban a ir a la escuela, como lo hacenen la tierra. Pero las escuelas eran increbles. No se me permiti saber lo que enseaban.

    Un nio en el cielo est muy por encima del mayor nivel de inteligencia aqu. Los niosaprenden cosas que los genios en la tierra no podran saber o entender. Me quedembelesado pensando en ello, sin habla. Puede que le cueste creer esto, no obstante es algoque le paso para que lo sepa.

    Estaban tomando algo que pareca como una nube de gloria y dicindole en qu se tenaque convertir. Jess tambin estaba ah, y dijo: Haz esto, y sopl en ella. La nube se convirti

  • en una explosin de gloria, y dos hermosos pajarillos semejantes a los loros salieron volandode ella. Los pjaros eran de un blanco puro. Eran de unos dos metros de largo y tan altoscomo un hombre. Inmediatamente, comenzaron a cantar una cancin de alabanza. Parecacomo si todo el cielo se hubiera unido a cantar con ellos. Esta es slo una de las incontablesexperiencias que viv que superan mi capacidad de explicar adecuadamente. No podr creerlodel todo sin la ayuda del Espritu Santo.

    No se me permiti hablar con ninguno de los nios salvo con la nia que cant. En esemomento, haba un propsito, pero no s cul era ese propsito.

    Amables y amorosos

    Todos los nios eran muy amables y amorosos. Se llamaban entre ellos por sus apellidos yles llamaban tambin por su primer apellido. Tambin llaman a los ngeles por su nombre(aunque no me acuerdo de ninguno de sus nombres). En el cielo, todos conocen a todos, y seconocen por nombre. El cielo es un lugar al que uno quiere ir, y una de sus cosas mshermosas son los nios.

  • 5

  • Moradas celestiales

    En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si as no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues,

    a preparar lugar para vosotros.Juan 14:2 (rvr)

    De camino al trono de Dios, vi una avenida que sala de la calle por la que caminaba. Era

    una avenida enorme que se torca un poco hacia la derecha y se juntaba con otra calleprincipal. Esta avenida tena unos ochenta metros de ancha y recorra kilmetros y kilmetros,pero poda ver claramente el otro extremo al final. La gente caminaba arriba y abajo por lashermosas y doradas calles de cristal, que parecan estar hechas de diamantes o quiz de ungran diamante de algn tipo.

    Se poda ver a travs de este diamante; tena capas de oro y plata, y haba piedraspreciosas por todos lados.

    Mansiones de los misioneros

    En esta avenida, haba mansiones incomparables. Me dijeron que eran para los misioneros.Todo lo que han dado, lo han dado para el Seor. Creo que en el cielo, Dios recompensa todolo que no podemos recibir aqu en la tierra.

    No conozco los nombres de los que vivan en esa calle porque no me dejaron verlo, pero sque algunos de ellos eran misioneros de hoy da. Algunos acababan de morir recientemente, yhaba grandes grupos de gente dndoles la bienvenida en el velo. Vi a uno que vena vestidoen una hermosa tnica. Una de las primeras cosas que hizo fue agarrar su ropa y decir: Qubonita es. Ya no llevo harapos. Su tnica estaba hecha de oro hilado. Miles de personas leestaban saludando. Las recompensas de los misioneros son grandes, y Dios ama a la genteorientada a las misiones.

    Fui llevado a una casa en la calle por la que iba caminando. Era una sola mansin esculpidaen una sola perla gigante. La casa pareca tener entre ochenta y cien metros de ancha ytreinta metros de alta.

    Los muebles del interior los haban formado los ngeles que haban modelado y esculpido laperla para darle forma. Incluso la lmpara haba sido esculpida en la perla, y estabaencendida. Resplandeca desde el interior.

    La casa hecha de perla perteneca a una mujer llamada Perla, y los ngeles me contaron suhistoria. Haba sido una misionera conocida por dar a los pobres. Al final, haba muerto dehambre. La casa de perla era una recompensa a un corazn puro.

    Haba muchos tipos diferentes de casas en esta calle. No sera posible pensar enconstruirlas en ningn otro lugar salvo en el cielo.

    Segn pasaba por una esquina de la calle (no s si caminaba o flotaba, porque un ngel mellevaba del brazo) quise detenerme y ver una mansin en concreto que perteneca a otro

  • misionero. Nos detuvimos un momento. Pareca estar hecha de oro slido, pero tambin habamadera. Haba centenares de personas en esta mansin, y todos ellos eran personas a lasque este misionero haba llevado al Seor. Haba sido parte de las vidas de sus familias.Ahora, seguan siendo parte de su gran familia, y estaban realmente gozosos. La paz ytranquilidad eran increbles. Mientras pasaba por all, me saludaban y llamaban, diciendo: HolaRichard. Nos alegramos de verte. Me conocan, pero yo no conoca a ninguno de ellos (o almenos no me acordaba de conocerles).

    Todos en el cielo son muy amables. La gente a menudo llama desde el otro lado de la callediciendo: Hola Richard. Cmo ests?.

    Donde los ladrones no entran a robar

    Tambin haba edificios ms grandes en esta calle. De todos los edificios que vi en el cielo,ninguno de ellos tena cerrojos en las puertas, y las puertas no estaban cerradas. Ya fueranmansiones, casas ms pequeas o edificios de apartamentos (s, algunas personas prefierenvivir en pisos en el cielo), todas estaban abiertas. Algunos tenan ventanas, pero otros no. Nohay tormentas ni ladrones. Ms bien, acumulen para s tesoros en el cielo, donde ni la polilla niel xido carcomen, ni los ladrones se meten a robar (Mateo 6:20). Todo el que pasa por alles muy bienvenido a entrar en su casa, ya sea que usted est en ella o no, pero, por respeto,no creo que nadie entre en casa de otra persona cuando sta no se encuentra en ella.

    Arquitectura indescriptible

    Vi casas brillantemente encendidas desde dentro y cuya arquitectura era bonita. En el cielo,parece que la arquitectura incluye grandes pilares. Cada casa tena unos grandes porches conpilares y enormes arcos. Algunas de las casas estaban hechas de algn tipo de ladrillo opiedra. Otros estaban hechos de algn tipo de madera. Sin embargo, mientras miraba, nohaba clavos ni estacas. Ni una sola pieza estaba serrada, sino que todo estaba esculpido yencajaban perfectamente unas piezas con otras. El ensamble era tan perfecto que no senecesitaban ni clavos. Era como si las casas se hubieran formado solas.

    Vi una terraza en una casa que pareca que estaba hecha de nice. Se poda ver a travsde ella; era tan clara como el cristal. Incrustadas en el porche haba piedras preciosas y oro yplata, y haba grandes diamantes (las cosas que apreciamos tanto).

    Vi varias ciudades grandes en el cielo, y cada ciudad tena calles anchas. Un rea enparticular a la que fui tena siete calles principales enormes que llegaban hasta el trono. Laarquitectura era extraordinaria. Vi una casa hecha de piedra con rosas empotradas queestaban vivas y crecan y daban el aroma ms hermoso.

    Cuando acercaba mi odo a algo slido en el cielo, lo oa tararear las canciones mshermosas. Algunas de las canciones las cantbamos en la tierra, pero otras no. Todo le dabaalabanza y gloria al Seor.

    Todo lo dems se atena al mirar a Jess

    Todo era muy hermoso, pero todo se atenuaba al mirar a Jess. Slo un destello suyo, ytodo lo dems palideca en comparacin. Cuando le vi y mir su maravilloso rostro, incluso labella arquitectura del cielo se me olvid. l es la imagen expresa del Padre (vase Hebreos

  • 1:3, rvr), y todo el cielo gira en torno al Seor y su gran misericordia.

    l es la imagen del Dios invisible, el primognito de toda creacin, porque por medio de lfueron creadas todas las cosas en el cielo y en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos,poderes, principados o autoridades: todo ha sido creado por medio de l y para l. l esanterior a todas las cosas, que por medio de l forman un todo coherente.(Colosenses 1:1517)

    La ciudad de luces de cristal

    En la distancia, pude or un hermoso tintineo que vena del mar de cristal. Pareca como siestuviera muy lejos, pero era un paseo fcil para los habitantes de este maravilloso lugarllamado cielo.

    Tena muchas ganas de ver lo que haba all, y algo pareca estar atrayndome, pero poralguna razn que Jess sabr, no se me permiti ir. Le pregunt por qu y recib una miradasevera. Eso era todo lo que necesitaba saber sobre ello.

    Un lugar que se me permiti ver, el cual no estaba demasiado distante, fue una ciudad decristal que pareca estar hecha totalmente a base de luces. Cada luz era diferente (yresplandeciente). Las luces daban rayos de gloria que brillaban ms que cualquier sol terrenalque se pudiera imaginar.

    Era como si toda la ciudad estuviera llena de edificios altos. Algunos estaban flotando en elaire. Algunos eran redondos. Uno tena la forma de un enorme diamante; esto era algoclaramente visible para m, y sin embargo yo me encontraba al menos a varios kilmetros dedistancia. Es muy difcil describirlo, y me recuerda la experiencia del apstol Pablo: Escuchcosas indecibles que a los humanos no se nos permite expresar (2 Corintios 12:4). La gentecontinuamente sala de la ciudad. No saba su propsito, y no iba a preguntarlo (esta vez no).

    Haba tintineos y un sistema de campana que sonaba con una msica maravillosa. Anrecuerdo los coros de gente y los ngeles que estaban cantando desde las alturas. Llor deadoracin y gozo al ver y or estas maravillas que me resultaban imposibles de describir. Denuevo, describirlas verdaderamente slo con palabras terrenales es totalmente imposible. Sipudiera expresar lo que sent, y lo que siento ahora!

    Despus de la ciudad de cristal de luces, estuve con Jess la mayor parte del tiempo.

    Mi propio hogar celestial

    Fui llevado a otro hogar que sala de la calle principal por la que estaba caminando. Estaballorando de gozo, me estaba uniendo al gozo y alegra de todos. Este hogar no era tan grandecomo algunos de los otros, pero era un buen hogar. Si fuera posible construirlo en la tierra,probablemente costara un billn de dlares (y digo si fuera posible construirlo). Era mayor quela Casa Blanca. Los ngeles me dijeron que tena que detenerme ah, diciendo: Alguien quierehablar contigo.

    Me acerqu hasta la casa, y ah estaba mi abuelo, sentado en el porche delantero (y miabuela estaba ah tambin). La casa era su casa celestial! Recuerdo caer de rodillas y decir:Abuelo. Cuando se levant, me di cuenta que pareca que tena slo unos veintitantos o

  • treinta aos. Cuando muri, tena noventa y siete. Ahora, su salud era perfecta, y tambin lade mi abuela. Nos abrazamos, y no saba lo que decir. Tras unos momentos, dijeron: Richard,tienes una cita con Dios, pero volvers. Tu casa est justo all. Sealaron al final de la calle,donde haba un espacio abierto para construir una casa.

    Nunca haba pensado que hubiera hecho algo para merecer toda la bondad que Dios mehaba mostrado, especialmente esto. De repente, ya no estaba con ellos, perosobrenaturalmente, saba que estaban sonriendo. Ellos saban lo que estaba ocurriendo. Se lohaban dicho.

    Vi muchas casas en esa calle de gente a quien amaba y que me amaban. Vi algunos de losgrandes generales del ejrcito de Dios. Vi al evangelista Jack Coe. No estaba enfermo, y noera tan pesado como lo haba sido en la tierra. Estaba de pie en una multitud de gente,ensendoles con una voz alta y resonante. Me salud, y yo le devolv el saludo. No habatiempo de hablar.

    Tambin vi al evangelista William Branham. Estaba sentado y hablando con el Seor. Noquise interrumpirle. l tambin me salud, y le devolv el saludo. Jess me mir y sonri, y denuevo, sobrenaturalmente saba que estaba diciendo: Richard volver; slo est de visita.

    Vi a otras personas que haban muerto y se haban ido con Jess. Vi a grandespredicadores de todas las pocas. Estaban entre la gente, animndoles, contndoles lasgrandes maravillas del cielo y las grandes cosas que Dios haba hecho por ellos. Algunas delas personas llevaban ah mucho tiempo, pero an estaban aprendiendo. Al igual que los nios,estaban empapndose de algo que tenan muchas ganas de aprender. Despus, el ngel de laizquierda dijo: Tenemos que ir hacia el trono, y nos fuimos.

    Todo fluye hacia y desde el trono de Dios

    Todo en el cielo fluye hacia y desde el trono. Sin embargo, cuando uno llega all, toda lacirculacin se mueve hacia el trono: desde el velo, en los hermosos transportes, ydescendiendo desde el cielo. De cualquier forma que Dios le lleve al cielo, usted se muevehacia el trono.

    La gente en el cielo desea fervientemente llegar al trono y hablar con Jess. Puede queestn de pie en la esquina de una calle mirando a ver a Jess caminar hacia ellos. Maravilladosexclaman: Ya viene! Viene hacia aqu! Vamos a hablar con l!.

    Muchas veces, vi a Jess hablando con la gente, y se volva y me miraba. Quera hablar conl, pero saba que tena que esperar mi turno. Sent una paz muy grande. Cuando le vi,siempre tuve el deseo de ir ante Dios en el trono.

    El tapiz

    Caminaba por una hermosa calle de camino a la sala del trono, la cual se vea magnfica apoca distancia. A mi derecha, observ una maravilla que, como todo lo dems, me dejboquiabierto. Ah, en la gran ventana de una casa hermosa, haba algo que an me hace gritargloria.

    Haba una mujer ondeando el tapiz ms hermoso que jams haba visto. Me dijeron que

  • entrar en la mansin y contemplara la gloria de Dios. El tapiz colgaba en el aire sin ningnmedio visible de soporte. No puedo explicarlo, slo puedo decirle lo que vi.

    La mujer tena una enorme madeja de un material parecido al hilo, y le estaba hablandosuavemente, dicindole lo que quera que fuera. En ese instante, el hilo obedeca sus deseos.Me di cuenta inmediatamente de la hermosa imagen que se estaba formando en la parte deltapiz que se iba haciendo. Tambin vi que el tapiz era un dibujo de todo lo que se vea a travsde la ventana de la mansin.

    Me dijeron que al igual que nosotros somos hechos a imagen de Dios, el dibujo estabasiendo hecho a imagen de lo que ocurra fuera de la ventana. La imagen del tapiz tenaprofundidad, y pareca como si se pudiera caminar en l. De nuevo, todo lo que ocurra afuerade la ventana ocurra en el tapiz. Algunas personas se movan alrededor y caminaban pordelante de las ventanas. Otros estaban de pie alrededor en grupos, cantando. Poda orlos,como si estuviera de pie al lado de la ventana. Las hojas de los rboles se movan como si unasuave brisa estuviera soplando. Tambin me vi a m mismo, de momentos antes. Estaba de piefuera de la ventana, mirando. Le pregunt a uno de los ngeles: Cundo entreteji estetapiz?.

    l me dijo: Fue el da en que usted naci de nuevo. Me inund la emocin, y llor.

    Vamos. Tiene una cita con el Dios de su herencia.

    Intent hablar, pero nuevamente no tena palabras. El ngel tan slo sonri con una tierna yamable sonrisa, y entonces pude saber cmo los ngeles se regocijan cuando alguien nace denuevo. (Vase Lucas 15:10). Son creados y encomendados para este mismo momento. Sumayor gozo es servir a Dios y realizar la tarea donde el Seor les enva. Ellos lloran de gozoen el momento en que una persona recibe a Cristo como su Salvador, y entran en accininmediatamente. Dios tiene su voluntad planeada para nosotros. Debemos seguir a Jess. lnunca falla.

    Un servicio de testimonio eterno

    Entonces fui llevado a un gran teatro donde se llevaba a cabo un servicio de testimonios.Haba miles ah, y segn me dijeron, seguira eternamente. O gritos atronadores de alabanzay gloria, y luego o una voz muy familiar. Estaba diciendo: me dieron una promesa del Seorcon relacin a la vida de mi nieto, treinta y cinco aos antes de que naciera. Me dijeron quesera una bendicin para su generacin y que sera usado por Dios de forma poderosa. Erahijo de un predicador, y ahora est aqu. Nuestro Dios nunca falla. Mir alrededor para ver dequin estaba hablando. Como yo tambin haba comenzado muy joven en el ministerio, estabaemocionado por ver a este hombre. Estaba la voz hablando sobre el rey David, o quiz sobreSamuel? Ira a ver a Samuel? Supe que poda ver a Samuel, as que grit: Quiero ver aSamuel. Djeme ver a este que tambin am mucho a Dios. Sin embargo, no conocera aSamuel aqu.

    Me guiaron a un rea que pareca un escenario, y cuando mir arriba, vi que estaba miabuelo. l era el orador! Me seal y dijo: Aqu est l ahora. Yo llor de gozo al verle denuevo, y ca postrado sobre el suelo de mrmol. Una mano me levant. Era la de mi abuelo. Miabuela tambin estaba ah, y tambin los hermanos de mi abuelo, Lester y Marion. Sus

  • familias estaban con ellos, y muchas personas ms a las que nunca antes haba visto. No seiban a acercar ms, y de forma instintiva supe que Dios no me permitira abrazarles an.Todos estaban radiantes de gozo.

    Despus, al instante me encontraba en otro lugar. Me dijeron: Ven, tienes una cita con eldestino. Camin, todava inundado de un lloro de gozo y con el impacto de lo que acababa deocurrir.

    Vi a un grupo de unos catorce ngeles guerreros que venan de la direccin del trono. Losngeles bien medan unos siete metros de alto y tres metros de ancho de hombros. Sus ojosbrillaban con una intensa luz de los altares de Dios, y sus espadas eran llamas de fuego. Elsuelo tembl cuando pasaron por mi lado.

    Yo me hice a un lado, y los ngeles que me acompaaban inclinaron sus cabezas en sealde respeto. Pens para m: No me gustara nunca ser algn demonio que intentara luchar conellos. Slo uno de ellos podra destrozar a todo un ejrcito.

    Despus o esa voz fuerte y firme, pero a la vez amable. Jess estaba detrs de m, y dijo:Quera que los vieras. Estn siendo enviados a tu futuro. Estarn ah para cuando losnecesites.

    Me acord de este versculo: No son todos los ngeles espritus dedicados al serviciodivino, enviados para ayudar a los que han de heredar la salvacin? (Hebreos 1:14).

    Ms tarde en la vida, los necesitara y recibira su ayuda en varias ocasiones (a veces, deuna forma muy especial, personal y real). De algn modo supe que todas estas cosas eranpara prepararme para el futuro que Dios tena preparado para m. Otra vez llor. Los ngelespusieron sus brazos a mi alrededor y dijeron al unsono: Y Dios ha dado a su ngeles podersobre ti, para animarte, para que en ningn momento tu pie tropiece contra ninguna piedra.(Vase Salmo 91:1112, rvr).

    Yo grit: Gloria a Dios! con gran gozo.

    Pude ver de nuevo a Jess, entre su pueblo, y haba una gran multitud de nios a sualrededor. Le o decir: Mira esto, mientras tiraba una gran pelota de algo que pareca unanube de gloria en el aire. Cuando alcanz unos seiscientos metros de altura, explot en algoparecido a fuegos artificiales que tenemos en la tierra, y con una gama inmensa de colores.Sin embargo, en vez de desvanecerse, cada vez se haca ms grande. Luego, tom la formade un rbol y lentamente baj flotando hasta el suelo. Instantneamente se arraig y comenza crecer. Era similar a los otros rboles que haba. Era sencillamente hermoso.

    Jess slo hace cosas perfectas. Esa es la ley del cielo.

    Recuerdo a todas las personas que estaban ah de pie, mirando con gran asombro.

    La cena de las bodas del Cordero

    Luego, Jess se volvi hacia m y les dijo a los ngeles: Lleven a Richard a la fiesta debodas, y djenle verlo. Est casi lista. Estaba ah antes de poder ni siquiera pensarlo.

    Vi un edificio que era muy alto. Tena soportes y columnas con arcos separados unos quince

  • metros. Las mesas donde la fiesta de bodas se iba a celebrar estaban hechas de oro conjoyas incrustadas. Estas mesas estaban alineadas con sillas que parecan tronos de reyes. Ases como me parecieron, y no tengo otras palabras para explicar la belleza con la que estabanhechas. El pabelln tena unos treinta kilmetros de largo, segn mi mejor estimacin. Habatres filas de mesas en un atroz semicrculo, con un trono en el fondo.

    Cada silla tena un nombre grabado en el interior del respaldo. Pregunt cundo haban sidograbados, y el Seor dijo: Cuando sus nombres fueron escritos en el libro de la vida delCordero.

    Guard silencio e inclin mi cabeza con total gratitud. Luego, levant mi cabeza y mirenfrente de m. En ese mismo instante, vi mi nombre grabado en una de las sillas. Tenamuchas ganas de sentarme en esa silla, pero Jess dijo: An no. Se sentarn en ellas porprimera vez cuando mi Padre diga: Sintense a la fiesta de bodas de mi Hijo. Se entregaruna virgen, y una fiesta de virgen se le dar al Novio virgen. Y de nuevo volv a llorar de grangozo.

    Haba copas llenas de un nctar dulce del cielo. Un plato dorado estaba lleno de lo mejor delcielo. Todo estaba preparado a la perfeccin. La cena de bodas estaba lista para que el Noviohiciera su entrada. Haba espacio suficiente para millones multiplicados de personas.

  • 6

  • Dios conoce nuestros maanas

    En Cristo tambin fuimos hechos herederos, pues fuimospredestinados segn el plan de aquel que hace todas lascosas conforme al designio de su voluntad, a fin de quenosotros, que ya hemos puesto nuestra esperanza en

    Cristo, seamos para alabanza de su gloria.Efesios 1:1112

    Fui llevado a un edificio muy grande que tena un pasaje abovedado enorme. Dentro haba

    filas de filas de estanteras con libros. Las estanteras parecan tener kilmetros de longitud ykilmetros de altura, y los libros parecan como de cinco metros de alto. Haba centenares dengeles sirviendo los libros. Entraban y salan (haba mucha actividad).

    Los archivos del cielo

    Dios guarda registro de todo, y este enorme edificio eran los archivos del cielo.

    Vi tambin a los muertos, grandes y pequeos, de pie delante del trono. Se abrieron unoslibros, y luego otro, que es el libro de la vida. Los muertos fueron juzgados segn lo que habanhecho, conforme a lo que estaba escrito en los libros. (Apocalipsis 20:12)

    Los archivos del cielo contienen los diferentes libros sobre nuestras vidas, y estos son loslibros que se le llevan a Dios cuando llega el tiempo del juicio. Los libros son los registros denuestras obras aqu en la tierra. Si una persona peca, se graba en el libro.

    Recib el entendimiento de que cuando nos arrepentimos, todo lo que habamos hecho quefuera malo o pecaminoso en naturaleza y que estuviera grabado en los libros es borrado parala eternidad. Nadie puede encontrar el registro, ni siquiera Dios.

    Vi otro edificio muy grande, diferente del de los archivos. En ese edificio hay un libro quecorresponde a cada persona en la tierra. Hay otros libros sobre nuestras vidas, que sonregistros ilustrados. Cada pensamiento y cada reaccin (todo) estn registrados en el cielo.

    Haba muchos libros diferentes para cada persona. ngeles altos y esbeltos cuidaban de losgrandes libros. Estos ngeles tendran unos tres metros de altura, y escribieron en los librosusando una pluma dorada de un metro ms o menos de larga y aparentemente poda escribireternamente. Un ngel sostena un libro en su mano derecha y haca los registros con laizquierda.

    Vi a algunos ngeles sacar libros con su mano izquierda y abrir las gruesas pginas. Encada pgina haba algo como una pantalla de video, salvo que las imgenes erantridimensionales. Las imgenes contenan la historia de la vida, y los libros estaban escritos(las imgenes fueron creadas) antes de que existiera el tiempo.

    Tus ojos vieron mi cuerpo en gestacin: todo estaba ya escrito en tu libro; todos mis das seestaban diseando, aunque no exista uno solo de ellos.(Salmo 139:16)

  • Dios ordena nuestros maanas por nuestras oraciones de hoy

    Dios puede ir adelante o atrs en el tiempo; l lo invent. Dios establece nuestros maanaspor las oraciones y por buscarle hoy. Dios sabe lo que deparar el maana. l ordenanuestros maanas, pero l los ordena porque oramos hoy. Cuando oramos, Dios nos danuestros maanas a travs de un sistema de pesos y medidas.

    En otras palabras, podemos saber lo que vendr maana por los cheques y estado decuentas de nuestros espritus. El Espritu Santo habla a nuestros espritus y nos hace orar ybuscar a Dios. Tambin confirma sus planes para nosotros y nos da direccin en la vida,dicindonos: Si, No o An no.

    Invariablemente, cuando estamos orando por el maana o lo que va a ocurrir ms adelante,es porque Dios tiene una bendicin preparada para nosotros y el diablo quiere robarla ohacernos tropezar. Cuando oramos fervientemente, esto provoca que Dios vaya a nuestrosmaanas y ponga una trampa para el enemigo y se asegure de que nuestras bendicionesestn ah a tiempo. Esto es algo que me dijo el Seor cuando estuve en el cielo.

    Me dijeron que todos nuestros maanas son los ayeres de Dios.

    Una leccin sobre buscar a Dios

    Fui llevado a un lugar que no entenda al principio. Estaba de pie en el borde del universo, yvi todo el universo como una gran espiral. Desde este lugar estratgico, pareca como unaenorme cuerda de reloj. El centro era totalmente blanco, y la luz se atenuaba cada vez ms amedida que llegaba a donde yo estaba, en el borde. Yo estaba ms cerca de esto que algunasde las dems personas que haba all. Pude ver a gente muy detrs de m, y ellos pensabanque estaban cerca. Tambin las personas que estaban por encima de m pensaban queestaban cerca, pero estaban delante de otras personas en el tiempo.

    Despus, aprend una leccin sobre buscar a Dios. Los hombres en todo lugar debenbuscar a Dios y ser agradecidos por donde estn con l. No envidie a otros que puedan estarun poco ms adelante, y ore por los que estn detrs de usted. Todos formamos un grupo queest buscando a Dios.

    No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animmonos unos aotros, y con mayor razn ahora que vemos que aquel da se acerca. (Hebreos 10:25)

    La Palabra nos dice que no nos olvidemos de congregarnos, y menos cuando vemos que elda del regreso del Seor se acerca con rapidez. Hay fortaleza en los nmeros, y cuando estbuscando a Dios, mayor es la uncin, y ms fcil orar. Aprend esto. Dios est muy pordelante de nosotros porque nuestros maanas son los ayeres de Dios. l ya ha puesto lavictoria en nuestro camino. El Espritu Santo le hace estar consciente (si realmente est cercade Dios) de que necesita orar porque hay algo en su camino que tiene que saber.

    Cuntas veces ha hecho Dios esto por todos nosotros? No lo s, slo puedo hablar porm. l lo ha hecho muchas veces, y siempre me ha ido mejor orar por el maana sabiendo queDios ya est ah. l va a cuidar de m si dedico un tiempo para orar hoy.

    Dios cre nuestras bendiciones antes de que comenzara el tiempo

  • Los ngeles que estaban conmigo me dijeron que algunas de las cosas que estaba viendoen el cielo por m mismo fueron creadas por

    Dios antes de que comenzara el tiempo. Antes de que l inventara el tiempo, termin elcielo y los ejrcitos celestiales, y cre las bendiciones que yo necesitara cuando llegara ah.

    Estaba en una tienda que tena ropa que era exactamente lo que necesitara en el cielo.Tena mi propia seccin. Dios cre todo lo que necesitara en el cielo antes de que creara eltiempo. l saba que yo estara ah.

    Sin embargo, aunque ciertas cosas fueron hechas antes de que comenzara el tiempo, habaotros lugares en el cielo donde vi que se estaban construyendo casas. Haba ngelestrabajando, gente ocupada trabajando, haciendo hogares y poniendo bendiciones ah que nopodamos recibir en la tierra (bendiciones recibidas en el cielo).

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  • La biblioteca del conocimiento de Dios

    Qu profundas son las riquezas de la sabidura y delconocimiento de Dios!

    Romanos 11:33

    Otro edificio al que fui llevado contena la parte escrita del conocimiento de Dios. Diosescribi parte de su conocimiento para que nosotros pudiramos tener algo con lo queidentificarnos. Haba smbolos individuales, cada uno de ellos con la interpretacin del smboloescrita por Dios. Cuando uno est en la biblioteca del conocimiento de Dios, la mente seestimula automticamente.

    Habl con un hombre que estaba en este edificio, y dijo: Hermano Richard, llevo aqu dosmilenios, y slo he llegado a la pgina dos.

    Millones de ngeles van y vienen de esta biblioteca, as como el mismo nmero de personasde los habitantes del cielo. Estos ngeles van de camino a la tierra. Muchas veces en esta vidano sabemos qu hacer, y oramos por sabidura. De nuevo, la Biblia dice que los ngeles sonministros para los herederos de la salvacin. No son todos los ngeles espritus dedicados alservicio divino, enviados para ayudar a los que han de heredar la salvacin? (Hebreos 1:14).La biblioteca del conocimiento de Dios es donde los ngeles van para obtener sabidura, ynosotros podemos recibirla. A veces, la trae directamente el Espritu Santo. La gente en elcielo tiene acceso a ella y nunca se olvida.

    Hay universidades magnficas en el cielo (quiero decir magnficas), y hay muchas. Nuestraeducacin no se termina cuando dejamos la tierra. Simplemente comenz.

    Vi dos edificios gigantes que eran universidades para personas. Los ngeles y algunaspersonas enseaban a la gente. Se enseaban todos los temas, incluso canto. Cada cancin,cada nota, cada palabra que aprende se queda con usted para el resto de la eternidad. Elaprendizaje no tiene final. Toda su mente se ilumina con la sabidura y el conocimiento delcielo. Se usa el cien por ciento de su mente, y su capacidad va en aumento. En el cielo puedehacer todo lo que su corazn desee porque su deseo es de las cosas que son correctas.

    Los edificios de la universidad parecan tener unos dos o tres kilmetros de largo y dos otres kilmetros de ancho. Eran grandes edificios con la capacidad de albergar centenares ycentenares de miles de personas. Las clases eran auditorios enormes. Pude verlos a travs delas ventanas segn pasaba por all. La gente estaba aprendiendo y alabando a Dios dentro, yme dijeron que cualquier cosa que se aprende en el cielo, nunca se olvida.

    Recuerdo estar all de pie por un momento tremendamente sorprendido. Poda or todo loque se deca. La gente estaba alabando a Dios, y muchos secretos de Dios eran dados aconocer.

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  • Monumentos conmemorativos

    Para que la gracia que est alcanzando a ms y ms personas haga abundar la accin de gracias

    para la gloria de Dios.2 Corintios 4:15

    En mi recorrido, fui llevado a un edificio que pareca una enorme tarta de bodas de varios

    pisos. El piso inferior, que era grande y redondo, tena unos cinco metros de altura. Tena unpasaje abovedado encendido, y debajo del arco haba un nombre, as que entr.

    En su interior haba paredes en las que se estaban proyectando escenas de avivamientosuna y otra vez. Eran los avivamientos en los que yo haba estado involucrado desde que eranio. Dios estaba recibiendo la gloria continuamente mientras esto se proyectaba una y otravez.

    En letras de ocho centmetros, estaba escrito:

    La gloria que obtiene Dios de la vida de Richard

    Vi otros edificios conmemorativos. En el edificio conmemorativo de Cornelio, el centurinmencionado en Hechos 10 que fue generoso con los pobres y necesitados, haba muchaentrega de limosna. Su edificio se pareca mucho al Monumento de Washington, pero no eratan alto. Haba escritos en l, y los ngeles estaban all de pie haciendo anuncios sobre laslimosnas que Cornelio haba dado. Era un lugar donde la gente poda entrar y ver lo que semenciona en la Biblia. Nunca vi a Cornelio, y no s qu aspecto tiene, pero sent en mi esprituque no estaba muy lejos de all; estaba hablando con otras personas y dndole gloria a Dios.

    Haba ms edificios conmemorativos por todas partes. Cada uno reflejaba alguna granvictoria que alguno de los hijos de Dios haba obtenido aqu en la tierra. Los edificiosconmemorativos contaban cuando alguienun pecador muy malolleg a Cristo. Los edificioscontaban sobre las batallas que algunos haban luchado y ganado para la gloria del Espritu deDios.

    Vi un edificio conmemorativo sobre un servicio que Billy Graham haba realizado en SouthernCalifornia. Contaba la gloria que Dios haba recibido all y el nmero de personas que habansido salvas, y las palabras fueron selladas en Dios para siempre.

    Vi otros edificios conmemorativos. Era un lugar glorioso donde estar. Vi el edificio de SmithWigglesworth. No llegu a hablar con l porque estaba lejos, pero mir hacia m y sonri,saludndome con su mano. Estaba ocupado dirigiendo a gente aqu a all, y dicindoles lomucho que Dios los am y lo que tena preparado para ellos en el cielo.

    Smith Wigglesworth estaba haciendo en el cielo lo que haba hecho en la tierra: ayudar a lagente. Como no hay gente enferma en el cielo por la que l pudiese orar, estaba hablando contodos los recin llegados que haban ledo sus libros y le haban odo hablar y queran charlarcon l, pero l se mostraba siempre muy humilde al hablar sobre todo lo que ayud a losdems.

  • El ms importante entre ustedes ser siervo de los dems.(Mateo 23:11)

    Que el mayor entre vosotros sea el siervo de todos (vase Mateo 20:27). Esta es una delas reglas por las que se rige el cielo. Usted es un siervo de todos; usted es un siervo paratodos; y usted es un siervo del Seor. La manera de subir con Dios es bajar e ir ms all deusted mismo, donde no queda nada de usted. La muerte del yo vale mucho a ojos de Dios.

    Los ngeles que estaban conmigo me dijeron que hay cosas que Dios valora mucho: lvalora mucho a alguien que sea absolutamente veraz y totalmente honesto, que ora antes detomar cualquier decisin, y que se asegura de que todas sus decisiones sean lo que Diosquiere que haga. Dios valora mucho a alguien que ora y le busca en todas las cosas y que esobediente. Por encima de todo est la obediencia a Dios. Estos son los principios por los quese rige el cielo.

    El Camino de la Rosa

    Fui llevado a una avenida llamada Camino de la Rosa. De algn modo, supe que habaeventos importantes y duraderos asociados a esta calle. Le pregunt al ngel de mi izquierdasi poda decirme por qu estaba yo all en ese hermoso lugar. l me contest: Tu misin esobedecer a Dios, y no preguntarle. Me habl con voz firme, as que ah qued todo. Habaalgunas casas an en construccin. Una de ellas tena nombres grabados en letras hermosassobre la entrada. Estos nombres eran Paul y Judy de la familia Hegstrom. En ese entonces yono saba quines eran, y no me atrev a preguntar.

    Observ que las otras casas eran de construccin similar. Todas estaban unidas por unjardn hermoso y tupido, con rboles florales de cientos de metros de altura. Todos ellosestaban hechos de tal forma que el dorso y el frente se parecan mucho.

    Adems, todas las casas tenan tres pisos de altura. Tenan muchas habitacionesespaciosas, decoradas con carpintera rosada, y las habitaciones estaban llenas de finosmuebles. Todo pareca haber salido del Palacio de Buckingham de Londres. En los jardinestraseros haba muchas reas de descanso con muebles dorados, que otra vez, se parecan amuebles de hierro forjado. Los cojines para sentarse estaban hechos de oro tejido.

    Detrs de las casas haba un gran lago, y tambin escenas del cielo ornamentadas yhechas a mano. Estas escenas tenan figuras vivientes que se movan y hablaban pero eranparte de la escena. Estaban esculpidas en una sustancia como la madera. De nuevo, no puedoexplicarlo mejor, tan slo puedo decir que eso es lo que vi. Las leyes de la fsica que funcionanen la tierra no funcionan all.

    Las principales bibliotecas en estas casas estaban llenas de libros con membretes enrelieve de oro. Eran pre copias del cielo de libros que han sido escritos y que se escribirnms adelante.

    De la biblioteca de la casa de los Hegstrom, Jess me dijo: Estos libros fueron escritos pormi Espritu en el comienzo de los tiempos. Se le entregaron a Paul Hegstrom para que losescribiera en la tierra cuando estaba all. Le conocers ms tarde. Cuando lo hagas, dile quehay mucho que hacer y que no afloje el paso. Luego Jess dijo: Te dir ms cosas despus.

    Cada miembro de una familia estaba representado por su propia casa. Algunos de estos

  • miembros ya estaban all. En el frente de la casa de Hegstrom haba un edificio conmemorativopara la gloria que Dios haba recibido de la vida entregada de este hombre. De nuevo, medejaron saber que le conocera ms adelante, a su debido tiempo. Llor de alabanza ygratitud, y los ngeles comenzaron a alabar a Dios.

    Donde las rosas nunca se marchitan

    Este incidente no significar tanto para usted como para m. Todava me emociono cuandolo recuerdo. Me trae a la mente un evangelista amigo mo que de alguna manera fue como unpadre para m. Siempre me cantaba esta cancin: Donde las rosas nunca se marchitan.Nunca me recuper del todo de su sbita muerte.

    La gente a mi alrededor estaba muy callada, y sent que estaba a punto de ocurrir algo muyespecial. Me di cuenta de que alguien vena hacia m. Le reconoc como un viejo amigo quehaba muerto en un accidente de trfico haca muchos aos. Me qued perplejo al verle all. Yono saba que se haba convertido. De nuevo, me qued sin palabras.

    Qu alegre da de reunin tendremos en la gloria!

  • 9

  • Msica, lenguajes y vestiduras en el cielo

    Y o a cuanta criatura hay en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra y en el mar, a todos en la creacin,

    que cantaban: Al que est sentado en el trono y alCordero, sean la alabanza y la honra, la gloria y el

    poder, por los siglos de los siglos!.Apocalipsis 5:13

    Dios no quiere perder ni una pizca del talento y destreza que la gente ha desarrollado en la

    tierra. Como escrib antes, cuando ese talento se lleva al cielo, se multiplica millones de veces.

    Msica por todas partes

    Vi y o a Juan Sebastin Bach en un enorme rgano que tena notas por debajo y porencima de lo que la gente normalmente oye en la tierra; y yo lo o todo. Mientras l tocaba, loscoros del cielo se unan en alabanza y adoracin; todos se unieron a la msica.

    Me di cuenta de algo ms que ocurre en el cielo: la msica estaba por todas partes. Lagente en los distintos pueblos y ciudades alababan a Dios con cantos. Un pueblo cantaba unacancin. Otro pueblo cantaba otra cancin diferente. Conforme yo ascenda por el aire, podaor msica de diferentes pueblos a la vez; sin embargo, se oa todo como un nico concierto!Cuanto ms alto ascenda, ms pueblos poda or; sin embargo pareca como si todosestuvieran cantando la misma cancin en perfecta armona. Pens en ello como el canto delcielo.

    Vi coros desde la distancia. Entonces, los vi ms cerca. Los haba odo de fondo, y tambinhaba visto grupos ms pequeos cantando. A veces, los coros eran grupos de ngeles.Aparentemente, uno de los cantos era especficamente para m. Mientras estuve all, saba loque era. Ahora no entiendo el canto o su significado, ni recuerdo la meloda o la letra. Era paraque lo conociera slo mientras estaba all.

    Entend que los cantos que cantaron los ngeles tenan algo que ver con el ministerio y conlo que Dios estaba dicindole a la gente en el cielo.

    Los cantos que la gente cantaba eran diferentes. A veces se formaban grupos de dos o trespersonas. A veces haba grupos ms grandes. Vi a un gran grupo sentado en un anfiteatro, ypareca que estaban de pie en el aire, aunque tambin parecan levantarse. Cantaban cantossimilares a los que cantamos aqu en la tierra.

    Una cancin que recuerdo es Viene el Rey. Pero el ttulo era un poco diferente: Ha venidoel Rey. Cantaban toda la historia desde el punto de vista del cielo, y era la cancin ms bella.Recuerdo orla, pero ahora no me acuerdo de las palabras.

    Cuando uno se va del cielo, pierde la capacidad de entender algunas de las cosas que haodo all. Gran parte de ello no se recuerda porque no hay palabras terrenales paraexpresarlo.

  • Cuanto ms me acercaba al trono de Dios, mayor era el nmero de personas que haba enlos coros. Recuerdo un coro de lo que parecan ser unos cincuenta o sesenta mil. (Mientrasestaba all, saba el nmero exacto, pero ahora no lo recuerdo). Cantaban con el bajo msgrave y la soprano ms alta, fuera de los rangos de cualquier persona de la tierra. Se lespoda or placenteramente de fondo por todo el cielo. Era msica en el lenguaje de Dios.

    Lenguajes humanos y celestiales

    En el cielo, uno puede hablar en un lenguaje celestial siempre que quiera, y la gente teentiende perfectamente.

    O un lenguaje que sonaba como ruso a ciertos grupos de personas; sin embargo, otraspersonas que yo saba que no eran rusas podan hablar con ellos perfectamente en esedialecto. Esas personas tambin hablaban en un dialecto celestial, y hablaban inglsperfectamente tambin. Parece que en el cielo uno tiene la capacidad de hablar todos loslenguajes humanos adems del lenguaje propio del cielo.

    Vestiduras celestiales

    Hay tiendas en el cielo, pero son tiendas dirigidas especficamente a quien entre por lapuerta. Haba una joyera con diamantes que representaba a una mujer especfica en la vidade un hombre. De nuevo, una tienda a la que entr solo tena trajes y tnicas hechasespecficamente a mi gusto. En otra tienda vi tnicas que haban sido hechas antes de quecomenzara el tiempo. Estaban puestas en las estanteras y estaban en perfectas condiciones,como si las hubieran acabado de poner all. Por supuesto, nadie las tomaba porque eran paraotra persona. Es un gozo para uno asegurarse de que otros reciben lo que Dios tiene paraellos.

    Vi algo parecido a un lugar de reunin (como un centro comunitario). Miles de mujeresestaban sentadas en mesas y bancos en una especie de parque. En el centro de ellas habauna pila de ropa muy bonita. Estaban cosiendo pero no tenan agujas ni hilo en sus manos.Simplemente estaban uniendo piezas de tela y dicindoles lo que tenan que ser. La ropa seconverta en lo que las mujeres decan. Las mujeres estaban haciendo vestiduras para la genteque pronto llegara all.

    Creo que las vestiduras eran recompensas que se estaban apilando en el cielo. En el cielo,Dios nos recompensa por lo que damos en la tierra y que slo l sabe. l sabe lo que damosen secreto. Yo vi esto.

    Ms bien, cuando des a los necesitados, que no se entere tu mano izquierda de lo que hacela derecha, para que tu limosna sea en secreto. As tu Padre, que ve lo que se hace ensecreto, te recompensar.(Mateo 6:34)

    La vestidura vara en el cielo. Algunas personas estaban vestidas con cierto tipo depantalones y sudaderas de color blanco puro. Un atuendo que vi era amarillo brillante, pero viotros de diferentes colores. Vi a personas vestidas con atuendos similares a los que usamosaqu en la tierra pero mucho ms caros a la vista. Tambin vi a gente vestida como unopensara que visten los ngeles: con tnicas blancas. La ropa estaba hecha de materialcelestial.

  • Vi al Seor muchas veces. Tena oro alrededor de los puos de sus mangas y alrededor delcuello. Tambin tena un cinto dorado y oro alrededor del borde de su larga tnica.

    No puedo describir con palabras lo hermoso que era ver a todas esas personas diferentescon sus fabulosos adornos. Era debido a la uncin. En ningn lugar vi a gente con joyas; no eranecesario. El resplandor de la presencia de Dios hace que una persona sea hermosa.

    Quiero ver a Dios, dije espontneamente. El ngel me corrigi: No. Tienes una cita. Losngeles no acuden ante Dios a menos que se les mande.

  • 10

  • Balcones y carrillones en el cielo

    Por tanto, tambin nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojmonos del

    lastre que nos estorba, en especial del pecado quenos asedia, y corramos con perseverancia la carrera

    que tenemos por delante.Hebreos 12:1

    Balcones con vistas a la tierra

    Camin junto a grupos y grupos de personas, y poda orles hablar. Era como el murmullo yel ajetreo de gente esperando en un aeropuerto o una estacin de trenes. Obviamente,estaban esperando a alguien. Tambin estaban preparando algo.

    Hicimos esto porque sabamos que a l le gustara.

    Esperen a que vea esto.

    Era obvio que esas personas estaban preparando una mansin para un familiar o amigo.Estaban hablando sobre esa persona que estaba a punto de llegar. La emocin quemostraban por alguien que llegaba a casa! Como dije anteriormente, haba centros de anunciosindicando a la gente cundo un ser querido llegara al cielo. Estos centros parecan comocaparazones de goma, salvo que estaban hechos de nubes de gloria. Eran slidos, pero sepoda ver a travs de ellos, y pareca como si se iluminaran desde dentro con una grancantidad de gloria que impregnaba todo lo dems. Haba diferentes colores, como fuegoatravesando el lugar: mbar y oro. Haba chispas y un aroma: la fragancia de Dios.

    En este caparazn de goma alguien estaba anunciando a alguien que llegaba. Haba un grannmero de personas en la multitud, y de manera sobrenatural, supe que era un pastor quellegaba a casa despus de muchos aos de servicio en su iglesia. Iba de camino al centro deanuncios. Ya haba cruzado el velo, y haba un gran gozo y asombro en la gente.

    De nuevo, hay balcones y gradas en el cielo que tienen vista a los eventos de la tierra. Lagente acude para ver cmo suceden las oraciones. Ellos son la nube de testigos:

    Por tanto, tambin nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos,despojmonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramoscon perseverancia la carrera que tenemos por delante. (Hebreos 12:1)

    La gente en el cielo ve nacimientos y bodas en la tierra. Son una seccin de animacin,dndonos nimo a nosotros.

    Carrillones multicolores como diamantes

    Me mostraron carrillones en el cielo que eran muy altos y hermosos. Parecan diamantes ymedan unos cinco metros en cada direccin. Estaban suspendidos de un poste que eradiamante slido y de unos doscientos metros de altura. Nadie tena que tocar las campanas.

  • Los ngeles lo hacan, y repicaban durante lo que parecan unos veinte minutos. Mientrasrepicaban, la gente se una a ellas cantando.

    Las campanas eran como un enorme minarete; eran como rboles y estaban por todaspartes. Los tubos de las campanas eran enormes y tenan un sonido profundo y pleno quellenaba el aire con armonas que se podan or a gran distancia. Me dijeron que siempre quealguien se salvaba, las campanas emitan un sonido.

    Una vez, vi que me encontraba a centenares (quiz incluso miles) de metros de alturamientras me enseaban el cielo. Al estar tan alto y mirar hacia abajo, poda ver muchascampanas.

    Eran multicolores, y de algunas de ellas sala gloria. Eran como el rbol Diadema de cristaly emitan un sonido hermoso. Era como un rgano que sonaba continuamente. Cuando alguiense salvaba, repicaban fuerte con una hermosa cancin.

    Tambin vi campanas cerca de los balcones del cielo. Haba siete grandes torres concampanas colgando de ellas. Los santos de Dios iban a los balcones y comenzaban a orar yadorar a Dios. Mirando a la tierra, podan ver sus promesas cumplirse. O miraban a un serviciode avivamiento, como hacan a menudo, diciendo: As se dice, predicador. Ellos se unan alservicio, y las campanas tras ellos comenzaban a dar el sonido celestial ms hermoso: uncanto de adoracin y alabanza.

    Aqu en la tierra, ha habido veces en servicios de avivamiento en que hemos odo los himnosde gloria cantados y la hermosa msica del cielo tocando. Por lo que vi durante mi tiempo en elcielo, creo que omos las campanas que estaban cerca de los balcones del cielo. En esosservicios, nuestra alabanza y adoracin fueron tan altas que se juntaron con la que estabadescendiendo del cielo. Despus hubo un fluir firme del Espritu de Dios. Sentarse en loslugares celestiales con Cristo Jess! Podemos experimentar sentarnos en esos lugarescelestiales si pagamos el precio de permanecer en el Espritu de Dios. Eso es lo que significael versculo:

    Y juntamente con l nos resucit, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales conCristo Jess. (Efesios 2:6, rvr)

    Departamento de recompensas celestiales

    El ngel que me acompaaba a mi derecha me habl sobre un departamento derecompensas en el cielo. No lo vi, y no fui all. Sin embargo me lo contaron, y tambin o aotros hablar sobre ello.

    Es un edificio enorme de registros. Es donde se guardan registros de las recompensas queno recibimos en la tierra por alguna u otra razn. Un ejemplo sera la recompensa por darlimosna a otros o dar al Seor. Por el amor y compasin que tenemos en nuestro corazn,damos a la necesidad mayor; lo que damos aqu, lo volveremos a recibir en el cielo.

    Fui llevado a un gran edificio (grande segn los estndares el cielo). Dentro haba muchashabitaciones decoradas de forma muy bonita. El mobiliario era extraordinario: indescriptible. Vialgo semejante a un silln reclinable. No me sent en el, pero vi que otro se sentaba; alhacerlo, el silln se acomod a su cuerpo, proporcionndole una comodidad increble.

  • Se le entreg un libro, y comenz a leerlo en voz alta a otros que estaban a su alrededor.No s lo que estaba leyendo no se me permiti orlo, pero todos estaban sonriendo yalabando a Dios. Realmente sent que dentro de ese libro estaban los deseos y anhelos de unhombre cristiano aqu en la tierra. Se hicieron planes segn lo que estaba escrito en el libro.De las formas en que l haba sido una bendicin a otros, esa persona iba a ser bendecida enel cielo. Y estaban planeando el hogar en el que l iba a vivir en el cielo. Estaban planeando loseventos celestiales que haba preparados para l. Dios lo haba dado a conocer y lo habaescrito en ese libro.

    Creo que las cosas buenas que usted hace que le sucedan a otros en la tierra le ocurrirn austed en el cielo. En este edificioen esta habitacinestaban las intenciones de Dios paralas obras de un hombre y cmo Dios iba a bendecirle. El edificio reflejaba el hecho de que Diosdesea bendecirnos incluso ms de lo que nosotros deseamos recibir de l.

    Haba otras habitaciones en este enorme edificio. Las habitaciones eran descomunales, aveces indescriptibles de tamao. Algunas de las habitaciones tenan lmparas enormescolgando de los techos. Haba tres lmparas en la primera habitacin donde el hombre estabasentado en la silla. Cada una meda cientos de metros de anchura. Las tres lmparas estabanhaciendo lo mismo al mismo tiempo. No haba electricidad, pero lucan de manera preciosa; seencendan con una luz desde dentro. Como el rbol diamante, lucan continuamente endiferentes colores con lo que parecan casi rfagas de fuego. Brillaban y desprendan energa.La energa pareca estar por todas partes en el cielo. Yo creo que era la gloria shekinah deDios. El C