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RIBLIOTECA DEL NINO MEXICANO IL FRTAb N{0S N A NOCHEDE DIEZ 2c; ALB 0RRE1 MAUCCI H Os . MEXICO

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RIBLIOTECA DEL NINO MEXICANO

IL

FRTAb

N{0SN ANOCHEDE DIEZ2c; ALB 0RRE1

MAUCCI H Os. MEXICO

BIBLIOTECA DEL NJSO MEXICANO

tfltima série. Epoca niodorna

RLt rLSttt 111 ,W?YEL

Albor de la LibertadPOB

HERIBERTO FRIAS

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MEXICOMiucci UERMaNOS. PRIMERS DEL RELOX, 1.

FKIII

I

Propiedad exciusiva de looseñores Meucci Hermanos.

Una noche de diez años

1 La patria estaba desangrada y abatida des-pués de la guerra contra los norteamericanos,que nos arrebataron más de la mitad del te-rritorio nacional.

Pero sus desdichas estaban todavia muy le-jos de terminar... Las guerras civiles seguirianinundando en sangre ci pals y ya veréis eneste relato corno volvieron los tiranos a arro-jar las tinieblas sobre el pueblo haata que lie-go el Sol de la ConstituciOn que se ilamO Jua-rez y luego el Sol de in paz y del Progreso:Porfirio Diaz!

tLos primeros meses del año 1848 envolvi an

A nuestra patria con niebla.s de profunda tris-teza; Bus cam pos estaban yermos y solitarios,jero en fin, se habia obtenido la paz, ibiencaramente comprada por cierto!

El narrador, fiel e imparcial, de los aconte-cimientos, como yo me lie propuesto serbpara vosotros, sencillos lectores, experimentatranquilidad y grato placer a! ilegar a estepunto de su narraciOn, porque va a. presentarante vuestros ojos el cuadro de una adminis-tración noble, honrada y digna, y el principiode otra igualmente pura y elevada, derrocadainicua y desgraciadamente por los perversosde siempre, para entronizar la dictadura másignominiosa y ridicula que hasta entonces ha-Na presenciado la RepUblica.

El Señor General Don José Joaquin de He-rrera, electo para terminar cl periodo consti-tucional, se trasladó acompaflado de los miern-bros del Gabinete y de los altos funcionariosA esta capital a. mediados del mes de Junio ycornenzO eon suma habilidad, prudencia yenergia a. desempenar la obra que en tan dift-ciles circunstancias le habla tocado.

La economia y la moralidad, que fueron Ianorma del Gobierno en todos sus actos, con-tribuyeron en mucho A. que la nacion se resta-

5bleciese en poco tiempo, aunque no del todo,de sus quebrantos.

Contribuyó mucho a alcanzar este bienes-tar la cuantiosa surna de la indemnizaciOnnortearnericana, que, como sabéis, ascendiO ala respetable cantidad de quince millones depesos, y que fué invertida con pureza en lasmAs urgentes necesidades (IC la aciministra-cione -

El señor General don Mariano Arista, queera el Ministro de la Guerra, se dedicO eon lamayor eficacia a corregir la rnultttud de ahu-SOS de que estaba plagado el Ejéreito; proce-diO ft. la, liquidacióri de los cuerpos, instituyólos pagadores y cegO las fuentes de encubier-tos rohos, que existian bajo forma de contra-tas, gratificaciones, etc., etc.

***

Sin duda que habréis oido hablar del farno-so cólera morbo, aunque por fortuna desdehace mucho, precisamente desde la época porque vamos atravesando, no se ha presentadoen nuestro pals.

Ese terrible azote de la hurnanidad, que docuando en cuando recorre el universo hacien-do millones de victimas y que tiene su origen

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en €1 Oriente, se desencadenó espantoso, te-rrible, sobre Mexico el año de I böU.

No habla casa en que no hub lera ocho, die-i,quince eadâveres... Las calles se veinu escue-tas, desiertas, solitarias.., muchas personasfueron enterradas vivas, y otras estuvieron apuntb de serb, logrando escapar inilagrosa-niente *1 muerte tan horrible!...

1AJ fin cesó el azote desvastador dejandctras si una'huella informe!...

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4

En este tiempo se veriticO el asesinato dedon Juan de Dios Canedo, gran liberal elo-cuente orador, en el Hotel de la Gran Socie-dad; crimen que por tratarse de un hombretan notable, y por hahtse verificado en Jue-yes Santo, eausO profunda sensaciOn entre loshabitantes de la capital v aun de todo et pals.

Como Canedo hacia la oposiciUn at Gobier-no, se creyO que éste habia armaño el puñalde los a,sesinos, pero el Gobierno se justificóde semejante calumnia procediendo con lamayor energia en este asunto,que en un prin-cipio rev-istiO earacteres politicos, v no tarda-ron en ser ejecutados los asesinos, que no ha-Wan tenido otro mOvil que ci robo.

Frente a los balcones del Hotel de la cGranSoeitdadi, que habia sido el teatro de su cri-men, fueron aborcados, para satisfacciOn de lavindicta pUblica, a los pocos dias de haber fleevado a cabo el delito.

El aflo de 1850 se verificaron las eleccionesPara la suprerna niagistratura de la Repübli-Ca, resultando electo el señor General donMariano Arista, que tomó posesión de la pre-sidencia en el mes de Enero de 1851, términolegal del Presidente anterior.

Hemos asistido a un periodo por desgraciademasiado corto de paz y bienestar interiores.

Herrera se retiró a la vida privada en rnediode la veneración y del respeto profundo deSUB conciudadanos.

El señor Arista, que entraba a sustituirlo,tenia suficientes cualidades para desempenardignamente tan alto puesto, de probidad in-tachable y recto juicio.

Como soldaclo, fuâ esciavo de la ley, valien-te en ci peligro, humano y caballero.

Siguió las huellas de moralidad, orden, res

9peto a las leyes y economla de SUB anteceso-ret

Mas desgraciadamente, la hidra de las pa-siones, asomó de nuevo su monstruosa ca-beza.

La reducciOn y moralizaciôn del ejército,que el señor Arista perseguia con empeño des-de que ocupO ci Ministerio de la Guerra, y quecon más tesOn lievaba a cabo hoy que ocupa-ba la prirnera magistratura, fueron el prinei-

Eal motivo, pues le atrajeron, entre los queabian queclado sin sus puestos, multitud de

enernigos dispuestos a aprovechar Ia prirneraoportunidad pam. vengarse.

Los conservadores, enernigos solapados delPresidente, acechaban Ia primera oportunidadpara hacer esthilar una revolución favorable asus miras.

Esta se presentO al fin, y el pronunciamien-to de Guadalajara, encabezado por José MariaBlancarte, sombrerero de origen, y que se ex-tendiO A. todo ci pals, diO por resultado la cal-da del honrado goberriante, que no tenia otraidea que la felicidad y bienestar de la patria.

Aquella espantosa revolución que provocóla audacia de los enemigos de la Repüblica,encendierido corno siempre la hoguera de losrencores y de las acechanzas, envidias y am-

10biciones, terrninó por fin con la vuelta quién10 creyera! dU hombre fatal a la patria, delMemo y siniestro general Santa Ana, que vimvia retirado entonces en ci extranjèro, despuésde sus infames hechos de los anos de su in-fausta popularidad..,

j Ahl maldito, maldito hombre que tantaay tantas arnarguras dio a la patria!

< Y sabéis, amiguitos, como entróen Mexico,en is capital de la RepUblica este insigne trai-dor, este inicuo band ido y comerciante de labonra de la patria?

1Sabedlo,para aftenta del noinbre abomina-ble de ese don Antonio Lopez de Santa Anal...

Entró conio un héroe, triunfah aclamadopor las muchedumbres, por el pueblo niño,enganado fácilrnente por Jos ambiciosos quelo explotan... entrO, amiguitos mios, aquelmiserable que yacla en un merecido abando-no en el destierro, en las regiones de Turba-eo (Colombia), allá. en la America del Sur, en-tré como general victorioso, siendo el hombrefunesto....

11Ouántas desthehas iba de mievo a hacer

Hover sobre el pals, pues bien pronto su dic-tadura sumergió a la nación mexicana en mamar de sangre!

El NerOn mexicano, el ambicioso audazprincipio su qoháeino, o mejor dicho su reina-do O su dictadura, por rodearse de un faustoexpléndido; trajo hombres que se vendieron aél; miles de vasallos y de comerciantes; quisotener niucha farsa, imitando a. los reyes deEuropa, y para subvenir a los millones y ml-hones de pesos que importaban los grandIsiemos gastos y fiestas, banquetes, ceremonias,procesiones, saraos, limosnas opulentas, dona-clones y privilegios, la exhausta nación ape-nas podia dare más de la mitad de sus remtas... 1 Y él lo consideraba pocoL.

Ese hombre gastó todos los tesoros de lapatria en fiestas y salones, en banquetes yinagnificas orgiasL.

Mientras.., ah!... mientras, icuAnta hambrede pan y de saber, cuánta necesidad de ilus-traciôu habia en el pueblo!... jEn el pueblo

12que Santa Ana asesinaba de indigencia, deobscuridad y de ignorancia, cuando no lo ha-cia morir en los eampos de batalla... 1Y sin elmenor remordimiento!

Avido de dinero el vii sátrapa, comete lue-go el mâs nefando de sus crirnenes: ;vende ungirOn de territorio patrio!... Entonces fuê cuan-do háhil y miserablernente se venficu Ia yen-ta al extranjero enemigo de los terrenos ex-tensos y ricos que se liamaban <La Mesilla.

;Ese trozo de territorio nuestro, (let cual na-die en ci mundo, ni emperadores, 1)1 reycs, nipapas, podian disponer, fué vendido a vii pre-cio por un Judas anatematizado por In histo-nal... 1Maldecid it ese Judas que se llama Saneta Anal...

S S S • • . . S S

- S S S S - • . . . S S S S S

1E1 pueblo!... 1Ah! el pueblo mexicano tuvoun despertar ligero pero tremendo en mediode su cansancio... Se confundiO en un instan-te toda la vileza del tirano, toda la mengua deaquel prOcer inaudito.., y surgiO la Iuz en for-

13ma de rayo, precedida de un gran reiámpagpque fué el plan de Agutla y luego seguida dela formidable revoluciOn que hizo la biblicaguerra 4e Reforma, no sin que antes precedie-ra ci cataclismo fulgurante deJa ConstituciOnde 1857!

I I 1 S 0 0 a S • S

S S S S S S S S S • S S • •

Sabed, amiguitos, que siempre y en todaspartes, después de que un hombre malo opri-me, mortifica, desgarra, atormenta y expiotael cuerpo de Jos infelices que trabajan por ély le dan con su sudor, su sangre y su vida...después de muchos años de dolor, de opre-siOn, de eselavitud y miseria... después... Ilegael mornento en que despierta, se levanta, mi-ra; se encoleriza, y con toda la furia de su San-ta indignación se revuelve contra los amos,contra los verdugos... les acomete, los desga-rra, ti-as largos y tenebrosos combates, y cuan-do triunfa, porque de triunar tiene el alto ydivino derecho, se hace justiciaL. Se hace jus-

14ticia y expande con ran apoteosis su victoriasangrienta, luminosa y dignal...

Sabéis quien hizo la justicia del pueblo,tras de sus luchas? jUn hombre augusto, in-mortal, un hombre terrible a fuerza de serenérgico en el deber y en la tranquila sereni-dad del amor a Ia patria! Y ese... fué: 1BenitoJuarez!

Después de Ins infamias de aquellos hom-bres ambiciosos que unos tras otros asaltabanel poder, la gran silla de la Presidencia deJaRepñblica después de traiciones, revueltas,sangre, fuego, ignominia y candidez, vino elresplandor sereno del hombre que encarnabael Derecho y la JusticiaL..

Oh! iBenito Juarez!.... . . . .0 0. . . S S I S

S S S S S S • S S S S

1llonrad, respetad siempre ese nombre san,to y augusto para el mexicano..1 venerablealto para todos los espiritus que son adictos ala gran frase del hombre mâs republicano dqtodos los siglos... Amad su memoria, porque

es un apóstol como los buenos] pie rodea-ban al Cristo del Evangello!...

Juarez iba a libertar, dando vida nueva aun moribundo cuerpo de naciOn.

Qué seria de esta patria, libertada por elapóstol tenaz y herOico.?..

Tan solo podrIa alzarse por un milagro quebiciese el que fuera el alto genio de la Guerra.

16construyendo eon su magria espada- la paz!...

1E1 hombre de la paz seria el que regenera-

ra la patrial...Vendria pronto?...

Nadie lo sabia entonces... ninguno podia

adivinar au'n que ya el predestinado de la

Presidencia hacia morder el polvo a. los ene-migos de la nación mexicana en lides glorio-

sisimas...Pero de pronto el Sol iha a hacer el Dia en

aquella Noche de tinieblas, de sangre, en aquelcaos de ignominias y lobregueces!

1Ya iba 6, amanecer!...

jHosannal.... .

S S S S I S

Bareelons. —Imp. de Is Cast Editorial Maucet