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CURSO DE FORMACIÓN DE CATEQUISTAS “En la intimidad del Corazón…” Te invitamos a elegir disponer el corazón y comenzar este encuentro con Dios Padre renovando en tu corazón la presencia del Espíritu Santo, para que te ayude a disfrutar de este momento de oración… Trata de crear un clima de acogida en tu interior, mientras entonas “Necesito de Ti” , NECESITO DE TI Necesito de Ti, en cada instante de mi vida, Alma de mi alma, mi alegría, mi bien. Soy tan frágil, soy nada sin tu amor. Mi vida está en tus manos, toma todo de mí. Y déjame perderme toda en Ti. Necesito de Ti, en cada instante de mi vida. Me perdonas, me salvas, mi consuelo eres Tú. Y alabarte es el gozo de mi alma, Tú, mi santa morada. ¡Te bendigo Señor! Sólo vivo en tu corazón. Vuelve a cantar… Y experimenta en un momento de silencio el “sabor” de las expresiones, sobre todo de aquellas que más revelan tus sentimientos en este instante… Seguidamente y con un corazón dispuesto escucha a Dios Padre que te quiere regalar su Palabra. En esta oportunidad será de una manera original, haciendo clic aquí. 1

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CURSO DE FORMACIÓN DE CATEQUISTAS

“En la intimidad del Corazón…”

Te invitamos a elegir disponer el corazón y comenzar este encuentro con Dios Padre renovando en tu corazón la presencia del Espíritu Santo, para que te ayude a disfrutar de este momento de oración…

Trata de crear un clima de acogida en tu interior, mientras entonas “Necesito de Ti”,

NECESITO DE TI

Necesito de Ti,en cada instante de mi vida,Alma de mi alma,mi alegría, mi bien.Soy tan frágil, soy nada sin tu amor.Mi vida está en tus manos,toma todo de mí.Y déjame perderme toda en Ti.

Necesito de Ti,en cada

instante de mi vida.

Me perdonas, me salvas,

mi consuelo eres Tú.

Y alabarte es el gozo de mi alma,

Tú, mi santa morada.

¡Te bendigo Señor!

Sólo vivo en tu corazón.

Vuelve a cantar… Y experimenta en un momento de silencio el “sabor” de las expresiones, sobre todo de aquellas que más revelan tus sentimientos en este instante…

Seguidamente y con un corazón dispuesto escucha a Dios Padre que te quiere regalar su Palabra. En esta oportunidad será de una manera original, haciendo clic aquí.

¿Qué sentimientos brotan de tu corazón luego de escuchar estas palabras de Dios Padre?

Si tu corazón se siente envuelto en AMOR, puedes acompañarnos en esta alabanza. Pero, también deja brotar de tu interior, con confianza y libertad, todo lo que vaya fluyendo…

Elige los versículos de la carta que más tocaron tu corazón…esa es la Palabra de tu Señor proclamada para vos hoy…escribila en tus apuntes

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¡Qué maravilloso eres Dios Padre! ¡Qué infinito es tu amor! Desde siempre me pensaste en tu corazón y soñaste para mí un proyecto de amor…

Me fascina contemplar tu corazón que desborda ternura y misericordia para con todos tus hijos, especialmente para conmigo. Con mucho respeto y delicadeza cuidas de mi y de mi corazón… Y puedo percibir manifestaciones concretas de tu amor en cada detalle de mi vida…

Cada día y con la pedagogía que brota de tu corazón me vas haciendo profundizar en tu amor… ¡Qué misterio maravilloso es tu entrega de amor por mi! ¿Quién soy yo para merecerlo y disfrutarlo? ¿Quién soy yo para que tu voz me hable en lo profundo de mi corazón? ¿Puede haber una alegría mayor que esta?

¿Puede existir un gozo mayor que experimentar tu presencia cercana que se interesa por mí, para que tenga una vida plena y sea feliz?

¿Por qué me regalas a mí la posibilidad de poder verte vivo y real hoy en el rostro de mis catequizandos, de mis hermanos más pequeños…? ¿Quién soy yo para experimentar este impulso irresistible a amarte y servirte en mis hermanos?

Continúa la oración de alabanza y agradecimiento con tus sentimientos y tus palabras….………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..…..

Porque la alabanza se origina en un corazón lleno de amor hacia Dios y es la expresión libre de un corazón agradecido, puede ser expresada en una canción, en una poesía, o en una oración. Y debe ser continua, siguiendo el Salmo 34,1 que nos dice: “Bendigo al Señor en todo momento; su alabanza está siempre en mi boca.” Y el Salmo 71,6.8 que expresa: “En ti me apoyaba desde antes de nacer, tú eres mi protector desde las entrañas de mi madre; siempre he confiado en ti; mi boca proclama tu alabanza y tu gloria todo el día”.

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La alabanza puede ser ofrecida en cualquier lugar y con el tiempo será tan normal como respirar. Puede ser interior como en el Salmo 9,2: “Te doy gracias, Señor, de todo corazón, quiero proclamar todas tus maravillas…” O pública como en el Salmo 22,23:“Anunciaré tu nombre a mis hermanos, en medio de tu pueblo te alabaré.”

Muchas veces no tenemos palabras suficientes para alabar a Dios por lo que Él es y para agradecerle su amor que nos inunda y nos envuelve… Agradecerle por las cosas que tenemos, las que sentimos y las que vivimos… Por eso te invitamos a cantar “Hay momentos”,

HAY MOMENTOS

Hay momentos que las palabrasno me alcanzan, para decirte lo que sientopor Ti, mi buen Jesús.

Yo te agradezco

por todo lo que has hecho,

por todo lo que haces

y todo lo que harás.

Si en tu corazón resucitó el amor y la alegría te invitamos a no guardar estos dones de Dios bajo llave, sino que te animes a compartirlos para también resucitar a otros que tal vez tengan el “corazón muerto”.

Porque si lees Juan 11, 1-45 descubrirás que hay una resurrección del cuerpo y una resurrección del corazón; la resurrección del cuerpo ocurrirá «en el último día», pero la resurrección del corazón puede suceder cada día.

El pasaje de Ezequiel 37, 12-14 expresa que la moral del pueblo está abatida. La gente va diciendo: «Se ha desvanecido nuestra esperanza, todo se ha acabado para nosotros». A ellos se dirige la promesa de Dios: «He aquí que yo abro vuestros sepulcros; os haré salir de vuestras tumbas... Infundiré mi espíritu en vosotros y viviréis». Descubrimos que el texto nos confirma la resurrección actual de los corazones a la esperanza.

Sabemos por experiencia que se puede estar muerto antes de morir, mientras aún estamos en esta vida. Y no es sólo la muerte del alma a causa del pecado; es también aquel estado de total ausencia de energía, de esperanza, de deseo de luchar y de vivir, que se puede llamar: muerte del corazón.

Pero, quién puede darnos la resurrección del corazón. Para ciertos males, bien sabemos que no hay remedio que valga. Vemos que en casa de Marta y María había «judíos llegados para consolarlas», pero su presencia no había cambiado nada. Es necesario «mandar a llamar a Jesús».

Frecuentemente las personas que se hallan en esta situación no son capaces de hacer nada, ni siquiera de orar. Están como Lázaro en la tumba. Necesitan que otros hagan algo por ellos. De ahí que Jesús mandó a sus discípulos: «Curad enfermos, resucitad muertos» (Mt 10,8). Jesús no se refiere sólo a “lo físico”, sino sobre todo, a los enfermos y muertos de corazón, los muertos espirituales.

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El mandato «resucitad muertos», Jesús lo dirige a todos sus discípulos. ¡También a nosotros! Entre las obras de misericordia, que estamos reflexionando y viviendo este año 2016, está la que dice: «enterrar a los muertos». Tal vez desde hoy te animes a agregar una más: «resucitar a los muertos»1.

Seguramente estarás pensando en varios de tus catequizandos y en algunos de sus familiares que tienen el corazón muerto…

Que necesitan a ALGUIEN que haga algo por ellos… Que necesitan a ALGUIEN que “llame a Jesús”, desde la oración y también

desde el testimonio, para que les resucite el corazón a la esperanza, a la vida, a la alegría…

1 Cfr. http://www.cantalamessa.org/es/omelieView.php?id=2764

¿Podes seguir viviendo “tranquilo y feliz”, mientras a tu alrededor “muchos muertos” están “gritando en silencio” la necesidad de tu ayuda para experimentar el amor de Dios, que resucita y salva?

Piensa si vos estuvieras en esa situación, ¿qué te gustaría que los demás hagan por vos? Tu respuesta te dará elementos para que decidas, qué estarías dispuesto a hacer por ellos…