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3/7/2016 Revolucin y extensin reticular

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Cinmas dAmrique latine18 | 2010:

VariaMexique

Revolucin y extensin reticular

ABEYILLAHROMNALVARADO

p. 102-106

Traduction(s) :

Rvolution et extension rticulaire

Rsum

Las imgenes de la Revolucin mexicana estallan en la pantalla grande de la mano delmovimiento armado. Desde sus inicios, ha sido un cine de propaganda poltica, recreado desdediversas perspectivas. Las cintas con dicha temtica coadyuvaron en la constitucin de la gestarevolucionaria nacional como imagen mtica y fijaron una nueva visin de lo mexicano en laconciencia colectiva. Sea cual sea el gnero, estas pelculas condensan, entre puntos de tensin yestereotipos, los engranajes de la maquinaria poltica.

Les images de la Rvolution mexicaine apparaissent au grand cran du fait du mouvement armlui-mme. Ds ses dbuts, ctait un cinma de propagande politique, manipul en fonction deperspectives diverses. Les films de cette thmatique ont particip la constitution de limagemythique de la guerre rvolutionnaire et ont fix une nouvelle reprsentation de la mexicanitdans la conscience collective. Quel quen soit le genre, ces films condensent, travers les points de

tension et les strotypes, les engrenages de la machine politique.

Entres dindex

Mots-cls : movimiento, lucha armada, caudillos, ideologa, discurso, smbolo, imaginario, mito

Texte intgral

All en el Ra ncho Grande(1936) de Fernando de Fuentes.
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Grandes contingentes movilizados, desplazndose de un lado al otro del pas,poblando y despoblando ciudades al tiempo que las inercias, las rutinas reposadas dela gente, se aniquilaban. sta ha sido la imagen imperecedera del estallidorevolucionario en Mxico, un imaginario que se ha extendido en lo espacio-temporalpara ser interpretado y reinterpretado en distintas direcciones.

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En la pantalla grande el conflicto se ha abordado con diversos fines y desdeperspectivas extremas por mexicanos y extranjeros. Con carcter noticioso se film en elmomento mismo de los sucesos con la mira documental se han ido reconstruyendo loshechos y con la ficcin se ha recreado todo tipo de tramas. En un conjunto que supera

los 500 ttulos, la Revolucin mexicana ha transitado sobre todo por la ptica delmelodrama, la tragedia, la comedia y la aventura. La mirada histrica, seria ydocumentada, se asoma slo en contadas ocasiones como aproximacin crtica, pues espreferible que aquello que alter la vida pblica y cotidiana del siglo XX pasara a sermotivo de escarnio, relajo o exaltacin, con tintes demaggicos o escapistas.

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Y es que desde sus inicios la produccin flmica del pas traa a cuestas la tarea deglorificar a la autoridad mxima gubernamental y promover sus ideales, en aras decumplir con los requerimientos y guardar la lgica de su expansin como industria. Loshermanos Alva, Carlos Mongrand, Enrique Rosas, Gustavo Silva, Jess H. Abitia,Guillermo Becerril, Salvador Toscano y Julio Lamadrid, consolidaron un gneroprecursor del cine de propaganda poltica, cuya orientacin, esttica y forma narrativa

tambin siguen las imgenes captadas durante el conflicto armado, incluso las deLealand J. Burrud, Herbert M. Dean, Carl von Hoffman y William Fox.

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Los materiales flmicos producidos entre 1911 y 1917 enfrentan una vorgine dedificultades. Por un lado, la mayora de las cintas han desaparecido o se encuentranmutiladas, sulfatadas o fragmentadas de manera arbitraria para integrar posteriores

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Entre Pancho Villa y una mujer desnuda(1995) de Sabina Berman et Isabelle Tardn.

antologas o epopeyas. Muchas de ellas existen slo en lo consignado en peridicos omemorias cinematogrficas de la poca. A esta problemtica se suma la falta deordenamiento de secuencias y la desaparicin de los letreros de identificacin deescenas, pues en tanto se consideraban obras abiertas, era factible su exhibicincompleta o parcial, as como la insercin directa de ttulos, comentarios, msica yefectos al gusto del propietario de la sala. Por otro lado, la falta de recursos en el pas yla situacin de guerra propiciaron que se rodaran documentales en la modalidad delreportaje con el objeto de utilizarlos como cintas noticiosas, lo que permita tanto cubrir

las necesidades informativas de la sociedad en lo concerniente al estallidorevolucionario, como prescindir de escenografas que implicaran alguna inversineconmica. Se dio entonces una buena cantidad de filmaciones austeras que muestrantan slo los acontecimientos propios de las facciones que financiaban el trabajo o deaquellas con las que los camargrafos se identificaban o comprometan. Esto hacomplicado la labor de interpretacin y ha agudizado la confusin en relacin con la

verosimilitud de los hechos.Imgenes frescas, tomadas in situ, que aspiraban a crear una apariencia de

objetividad, pero con relatos matizados por una determinada postura ideolgica. Seunan secuencias para incrementar la impresin de tensin, al tiempo que exhibancasas, calles y vas frreas destruidas, con heridos y cadveres por doquier. Elespectador era entonces testigo del sufrimiento de su propio pueblo por una lucha cruel

y del peligro que los camargrafos corran durante la filmacin. Los nimos se agitabanfrente a la sensacin de verosimilitud, an y cuando las imgenes pasaran de un modoapresurado y antinatural. En tanto cine de propaganda poltica, se exalt a loscaudillos, quienes aprovecharon a su favor el poder que confera el ritmo de los 18cuadros por segundo.

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Affiche de Simon Blancode Mario Hernndez (Mexique, 1975).

La habilidad de Salvador Toscano y de los hermanos Alva (Guillermo, Eduardo,Carlos y Luis) sirvi para ensalzar en medio de desfiles y aclamaciones la figura deFrancisco I. Madero y su Ejrcito Libertador, una vez firmados los acuerdos de Ciudad

Jurez. No obstante, para predisponer al espectador a favor del caudillo de la paz,intercalaban comentarios entre las secuencias y alguna que otra toma de guerra. Conla misma tesitura, los camargrafos mostraban al unsono tropas federales yrevolucionarias, el levantamiento, derrota y castigo de los culpables, adems de lahistoria de la traicin acompaada de un eplogopost mortem.

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Filmothque de la UNAM (Universit nationale autonome du Mexique).

Affiche de Reed, Mxico insurgentede Paul Leduc (Mexique, 1973).


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Affiche deLa escondidade Roberto Gavaldn (Mexique, 1956).

Las fuerzas zapatistas estuvieron bajo la cmara de los Alva como hordasturbulentas, blanco de arbitrariedades y maltrato, de modo que el Ejrcito Libertadordel Sur mejor opt por los corridos impresos en papel de china que produca Marciano

Silva. Pancho Villa obtuvo un contrato de exclusividad con la Mutual Film Company,con el fin de difundir su causa de manera favorable en el pas vecino y allegar recursospara la Divisin del Norte que comandaba. El dictador Victoriano Huerta financi acamargrafos norteamericanos, como Frank Jones y Fritz Arno Wagner, para exaltar elpoder y profesionalismo del ejrcito federal. El constitucionalismo y su mximorepresentante, Venustiano Carranza, contaron con el activo servicio de filmacin deGeorge D. Wright. lvaro Obregn fue registrado en primer plano en el desempeo desus funciones presidenciales y a lo largo de sus 8.000 kilmetros de campaa por JessH. Abitia.

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As, qued asentado que al patrocinar una pelcula se poda reproducir una visinparticular del conflicto. La interpretacin que se quisiera era viable mediante laseleccin de tomas y su montaje en una secuencia determinada para ponderar u omitir

algo. De ah que la industria cinematogrfica haya sido utilizada por el naciente poderpoltico para relatar la historia oficial de la Revolucin al unir fragmentos filmados pordistintos camargrafos. La eficacia de recurrir a la supresin y generalizacin posibilitla construccin de temas, personajes y smbolos. Consecuentemente, el enorme valordocumental conferido al cine en este periodo, y su eminente reduccin de distanciasentre los escenarios del poder y el pueblo, propiciaron que se realizaran pelculas porencargo y financiadas por el gobierno.

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Fue por el cine que la Revolucin se constituy en imagen mtica y fij una nuevavisin de lo mexicano en la conciencia colectiva. Para la dcada de los treinta, en lapantalla grande se da una separacin ideolgica entre la mirada propia del momento enque trans-currieron los acontecimientos de la lucha armada y los aos venideros en que

tales sucesos se intentaron recrear como eje temtico. As, tras la exhibicin del primerlargometraje sonoro con tema revolucionario (La sombra de Pancho Villa, MiguelContreras, 1932) se instaura un cine con carcter semi documental que tender aconvertirse en drama pico con canciones populares como fondo. Un trnsito del ordenhistrico al simblico que cuidar la perfeccin esttica, la edificacin de mitos y la

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El compadre Mendoza(Mexique, 1933) de Fernando de Fuentes.

Enamorada(Mexique, 1946) de Emilio Indio Fernndez.

creacin de estereotipos. Escapismo visual y demagogia son elementos que circulan porlos caminos del folklore, hasta hacer del movimiento armado un pretexto para todo tipode aventuras.

Con escenas donde el paisaje era crucial como propaganda turstica, gracias a laretrica visual y al esteticismo fotogrfico, la Revolucin se torn reiterativa y pas a sersimple atmsfera flmica o marco escenogrfico, donde el discurso quedaba canceladoal grado de olvidar hechos y figuras significativas. Surgieron entonces los nuevosmodelos del cine de ficcin con tema revolucionario: la mujer viril, cuya semilla

germina con Vilma Vidal y con el tiempo Mara Flix recogera el fruto los alzados quecantan en vez de luchar el personaje principal identificado por sus amoros que seubica por encima de cualquier ideologa los hacendados buenos y los rebeldes malos yla importancia conferida a estrellas de la pantalla como Dolores del Ro, Silvia Pinal,Pedro Armendriz y el Indio Fernndez, quienes exageran la expresin verbal ycorporal.

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En el terreno documental, las ausencias y errores en el material flmico armado conescenas originales denotan la ignorancia y el analfabetismo histrico de la poca entorno al estallido revolucionario. Los caudillos devienen meros referentes sin relieve,por lo que cada cinta al final requiere declamadores que justifiquen la sangre derramadaen nombre de la seguridad social, la educacin, las vas de comunicacin y las obraspblicas a cargo de los distintos gobiernos surgidos de esa gesta.

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La iconografa de hombres sombrerudos, con cananas y rifle en mano, alcohlicos ycon la espalda custodiada por la soldadera, tuvo tal atractivo en el extranjero que la

virilidad se torn barbarie y la feminidad se redujo a una condicin utilitaria. Estossignos, multiplicados en secuencias prodigiosas, transcurren en historias con tintesmelodramticos que llevan al llanto, en dramas donde la emotividad se vierte slohacia un personaje en particular, o bien, en un intento trgico que se queda a mediocamino sin alcanzar algn desenlace funesto. Pareciera as que el cine de este periododesconoce el trnsito revolucionario, mostrando una lucha lateral y desfasada,mientras el ala derecha del pas enarbola el discurso de la revolucin sometida. As,los caminos del apogeo prista manifiestan el clase mediero discurso de que lasrevoluciones son criminales un modo sutil pero eficaz de mantener la paz bajo elargumento de que las pelculas reflejan la mentalidad del pueblo.

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Vmonos con Pancho Villa!(Mexique, 1935) de Fernando de Fuentes.

Con la industrializacin del pas en la dcada de los cincuenta y sus reverenciaspolticas al vecino del norte, el tono contrarrevolucionario se agudiza en lacinematografa nacional. Se explota lo folklrico y las canciones vernculas para lograrun desplazamiento discursivo hacia la comedia de enredos amorosos y aventurera,donde la bondad hace su apostolado y la justicia se asienta en nombre de la ley, elorden y el progreso a ultranza de la autoridad sexenal. La deformacin de la Revolucinllega a su apogeo. Pancho Villa se convierte en un personaje polivalente de parodias quetransitan entre ancdotas vacas y gags intrascendentes, el gnero femenino seidentifica como propiedad del Otro o con heronas viriles, los zapatistas se comportancomo catrines en pleno ligue y las voces aguardientosas se ponen de moda.

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En trminos generales, el estallido revolucionario se transforma en western con suviolencia exagerada, cabalgatas interminables y emboscadas de la bola, comocoloquialmente en Mxico se designa al grupo de gente desordenada que se levant enarma. Por si fuera poco, los escasos intentos de aproximacin histrica caen en una

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El compadre Mendoza(Mexique,1933) de Fernando de Fuentes.

Affiche de Ora s Tenemos que ganar!de Ral Kamffer (Mexique, 1981).

suerte de ilustracin de la historia oficial promovida en los libros de texto gratuitos,donde el triunfo de la Revolucin es aclamado en las figuras de los gobernantesemanados de la gesta: Calles, Portes Gil, Ortiz Rubio, Abelardo Rodrguez, LzaroCrdenas, vila Camacho y Miguel Alemn. Sin embargo, hubo a mediados de ladcada dos producciones diferentes. Una expuso la tremenda opresin del peonaje (Larebelin de los colgados, Alfredo B. Crevenna y Emilio Indio Fernndez, 1954) y laotra conform el primer anlisis visual serio del zapatismo y la cuestin agraria (Laescondida, Roberto Gavaldn, 1955).

Para la dcada siguiente, en el marco del cincuentenario de la Revolucin, continanlas reiteraciones abusivas del subgnero, enfatizando su ambientacin, lo catico de larebatinga y la corrupcin. No obstante, la balanza encuentra cierto equilibrio conproducciones que actualizan la mirada en torno al movimiento armado. En este tenorse encuentra la pelcula maldita del cine mexicano (La sombra del caudillo, JulioBracho, 1960), considerada una obra de arte por algunos intelectuales y que fueconfiscada por el gobierno a la vspera de su estreno tras 23 aos de gestacin anhelada.En ella se condensan, entre puntos de tensin y silencios bien empleados, los

engranajes de la maquinaria poltica propia del partido oficial en el poder, quepermitieron construir los aparatos ideolgicos caractersticos del Estado mexicano.

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Asimismo, la epopeya militarista conmemorativa del cincuentavo aniversario(Epopeya de la Revolucin Mexicana, Eufemio Rivera, 1963), realizada con el materialflmico de Jess H. Abitia, elogia a los caudillos y fue comprada por el ejrcito duranteel gobierno de Lpez Mateos. Otras denotan lo legtimo de la lucha armada, o exhiben elnimo por sobrevivir con los mejores planos-secuencia del cine mexicano (Lasoldadera, Jos Bolaos, 1966) que se dieron en el sexenio de Daz Ordaz.

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Muchas de las cintas filmadas en la llamada etapa fuerte del cine documental, conLuis Echeverra en el poder, son buenas voluntades que observan inconsistencia y

artificialidad. De ah que, al abordar un tema prestigioso como lo es el revolucionario,salte el desconocimiento de su gnesis, se reduzcan los acontecimientos a parfrasis, sepresenten meras biografas con tintes gloriosos, se abuse de frases memorables y seinsista demasiado en la banda musical. Sin duda, una poca marcada por eltremendismo visual emanado de escenas tan fuertes que caen en lo grotesco, y por la

voz de Antonio Aguilar. Un periodo que opac el esfuerzo inicial de la dcada, el cualhaba buscado concretar en un filme realista, independiente, ambicioso y sinesteticismo alguno, un discurso que derrumbara el tradicional toque demaggicopredecesor:Reed, Mxico Insurgente(1973), de Paul Leduc.

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La crisis econmica del pas y el grisceo periodo gubernamental de Miguel de laMadrid cosecharon una visin deshumanizada de la Revolucin, acentuada por

diversas carencias ideolgicas y cinematogrficas. A pesar de que en estos tiemposresurge la mexicanidad y que a principios del decenio se hizo un interesantedocumental (Testimonios zapatistas, 1982, de Adolfo Garca Videla, conformado porentrevistas con historiadores y con veteranos de la gesta revolucionaria y asesorado porJohn Womack), el tema se perder entre ficciones inclinadas hacia figuras de antao,

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Affiche de Peregrinade Mario Hernndez (Mexique, 1974).

descontextualizadas, que ejercen un remedo de violencia.Una vez instaurado el squito de ficciones, las tramas dan rienda suelta a la

imaginacin, de tal forma que la pantalla grande exhibe en los ltimos veinte aoshistorias de encuentros periodsticos, analogas machistas, viajes a travs del tiempo,un caudillo tocado por el chamanismo y la ideologa indigenista-esotrica. El Mxicorevolucionario contina siendo un ambiente, pero ahora de fantasas sobrenaturales,desapariciones y visiones fantasmales donde el folklore envuelve al drama, medianteuna buena fotografa y efectos especiales.

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Realismo mgico, farsa, enamoramiento, altas dosis de humor, aventura fantsticaeso es la Revolucin en el cine mexicano. La sociedad encontr en estos elementos lainterseccin y articulacin del imaginario colectivo y lo simblico, de ah que laspelculas con tema revolucionario obedezcan a representaciones que desbordan el lmitetrazado por los testimonios de la experiencia y los encadenamientos deductivos quedan cuenta de su interpretacin en diversos momentos y espacios socio-culturales.

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En este sentido, el discurso imaginario del cine de la Revolucin surge de lacapacidad de representar en el cine algo que no est presente, o que no existe. Si seconsidera que el cine es aquello que en una determinada coyuntura poltico-cultural sedecide que sea, entonces el mito de la Revolucin se ha reelaborado y expresadoconforme se iban transformando los intereses que articularon su versin oficial. Y, enesta economa simblica del subgnero, dado que el mito fragmenta y diseminarealidades, es comprensible que tienda a eludir concepciones elaboradas, sistemticas ypolticamente organizadas: melodrama, comedia, aventura y realismo mgico.

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Table des illustrations

Titre All en el Rancho Grande(1936) de Fernando de Fuentes.

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Titre Entre Pancho Villa y una mujer desnuda(1995) de Sabina Berman et

Isabelle Tardn.

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Titre Affiche de Simon Blancode Mario Hernndez (Mexique, 1975).

Crdits Filmothque de la UNAM (Universit nationale autonome duMexique).

La imagen imperecedera de grandes contingentes movilizados, desplazndose,poblando y despoblando, en ocasiones ha sido gesta heroica o lucha desordenada,entretenimiento y asombro. Ms que un hecho histrico, la Revolucin mexicana es enel cine nacional un concepto, un imaginario, origen y base a ultranza de un rgimenpoltico. Por lo tanto, sus imgenes cinematogrficas seguirn multiplicndose endistintas direcciones, cual se extiende una retcula.

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Titre Affiche de Reed, Mxico insurgentede Paul Leduc (Mexique, 1973).


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Titre Affiche deLa escondidade Roberto Gavaldn (Mexique, 1956).


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Titre El compadre Mendoza(Mexique, 1933) de Fernando de Fuentes.

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Titre Enamorada(Mexique, 1946) de Emilio Indio Fernndez.

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Titre Vmonos con Pancho Villa!(Mexique, 1935) de Fernando de Fuentes.

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Titre El compadre Mendoza(Mexique,1933) de Fernando de Fuentes.

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Titre Affiche de Ora s Tenemos que ganar!de Ral Kamffer (Mexique,

1981).


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Titre Affiche de Peregrinade Mario Hernndez (Mexique, 1974).


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Pour citer cet article

Rfrence papier

Abe Yil lah Romn Alvarado, Revolucin y extensin reticular , Cinmas dAmrique latine,18 | 2010, 102-106.

Rfrence lectro nique

Abe Yil lah Romn Alvarado, Revolucin y extensin reticular , Cinmas dAmrique latine[En ligne], 18 | 2010, mis en ligne le 25 septembre 2015, consult le 04 juillet 2016. URL :http://cinelatino.revues.org/1384

Auteur

Abe Yillah Romn Alvarado

Artista visual mexicana, con formacin profesional en Ciencias Humanas, Historia del Arte y

Estudios Regionales. Ha ejercido diversos cargos en el rea cultural en secretaras de Estado,museos capitalinos, instituciones oficiales y privadas. Entre stos, fue directora de la Casa deCultura Azcapotzalco, del Museo de Arte Regional, del Museo de Arte Tridimensional, y de laVideoteca Manuel lvarez Bravo. Ha colaborado en diversas publicaciones nacionales yextranjeras. En la actualidad es editora de TOMA. Revista mexicana de cine.

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El impacto de la regin orizabea en la cinematografa mexicana[Texte intgral]

Paru dans Cinmas dAmrique latine, 20 | 2012

Limpact de la rgion dOrizaba sur la cinmatographie mexicaine [Texte intgral]

Paru dans Cinmas dAmrique latine, 20 | 2012

Droits dauteur

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