revista universo fotografico- num. 1

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revista de fotografía universidad complutense de madrid facultad de bellas artes – departamento de dibujo II diseño y artes de la imagen número uno noviembre de 1999

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Revista acerca de fotografía

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  • revista de fotografa

    universidad complutense de madrid

    facultad de bellas artes departamento de dibujo II

    diseo y artes de la imagen

    nmero uno

    noviembre de 1999

  • NDICE

    2

    NDICE

    CRDITOS

    Redaccin p.3

    Editorial p.4

    OPININ

    Elogio de lo mecnico p.6

    Valentn Sama

    ENSAYO

    El tiempo, un punto ciego en la

    visin fotogrfica p.11

    Carlos Villasante

    La fotografa pintada p.23

    Esther Berdin

    Viaje a la tierra p.45

    Mara Jos Gmez Redondo

    MONOGRFICO: FOTOGRAFA Y

    ESTAMPA DIGITAL p.54

    Ensayo:

    Fotografa y grabado p.55

    Joaqun Perea Gonzlez

    Imagen digital: lecturas hbridas p.62

    Jos Gmez Isla

    Porfolio:

    Fotografa directa p.75

    Polptico y fotomontaje p.76

    Digitogramas p.79

    Apariencia de grabado p.81

    Fotosimulacin p.84

    CRDITOS

    Direcciones p.86

    Condiciones de colaboracin p.87

    Notas tcnicas p.89

    Derechos y responsabilidades p.90

  • 3Redaccin:

    Director:

    Joaqun Perea

    Consejo Editorial:

    Juan Benavides

    Manuel Laguillo

    Antonio Lara

    Juan Millares

    Valentn Sama

    Director tcnico:

    Jaime Munrriz

    Diseo grfico:

    Esther Berdin

    Jaime Munrriz

    Secretario de redaccin:

    Carlos Villasante

    Redaccin:

    Esther Berdin

    Luis Castelo

    Enrique Corrales

    Jos Gmez Isla

    Mara J. Gmez Redondo

    Toya Legido

    Jaime Munrriz

    Carmen Romero

    Colaboradores:

    Elo Garca Ramos

    Agustn Martn Francs

  • ELOGIO DE LO MECNICO

    4

    Editorial

    Universo Fotogrfico es una revista universitaria de fotografa.

    Queremos ofrecer en ella el resultado de estudios suficientemente

    contrastados que aborden la fotografa desde varios puntos de vista. Nos

    interesan especialmente las fotografas y cmo stas pueden hacernos

    creer que estamos frente a la realidad, recordarnos nuestro pasado y a

    nuestros seres queridos, confundirnos, informarnos y documentarnos,

    contar historias; hacernos ver la realidad a travs de su peculiar forma

    de representacin para acabar aceptando esta forma de visin,

    trasladndola y adaptndola a otros medios de expresin visual. Y nos

    interesan, especialmente, sus capacidades para crear y para

    emocionarnos.

    Queremos estudiar, tambin, todo aquello que est detrs de la

    realizacin, como son los materiales y los instrumentos necesarios, con

    las peculiaridades que impregnan cada imagen, los procedimientos de

    trabajo asociados a cada tcnica, el proceso de creacin, la propia

    historia de todos estos aspectos, las razones ocultan que lleva a cada

    uno a hacer fotografas, la diferente forma de acercarse a la realidad o

    de inventarse el referente. Nos interesa, en definitiva, la Fotografa.

    La gran complejidad del tema hace difcil el acercamiento al medio

    fotogrfico, por lo que no es de extraar que haya grandes lagunas en

    su estudio. En el mbito universitario pretendemos, al menos, cubrir en

    parte ese hueco y dotar al panorama espaol y latinoamericano de un

    lugar de encuentro para la reflexin en torno a la imagen fotogrfica y a

    las nuevas posibilidades que han abierto al mundo de la imagen las

    tecnologas digitales.

  • ELOGIO DE LO MECNICO

    5

    Hacemos esta revista un grupo de profesores, colaboradores y

    alumnos que nos reunimos peridicamente desde hace varios aos*

    para intercambiar puntos de vista, ver nuestras imgenes, estudiar

    temas concretos y realizar proyectos conjuntos.

    La revista tiene la siguiente estructura: un editorial que orienta

    acerca del contenido de cada nmero, una seccin de opinin que

    recoge reflexiones personales. Un apartado ms amplio, ensayos,

    incluye aquellos artculos que abordan algunos temas en profundidad. En

    el apartado monogrfico se estudia un tema abordndolo desde

    diversos puntos de vista. La muestra de imgenes se recoge en el

    apartado llamado porfolios; este espacio es esencial para nosotros

    porque sintetiza las dos lneas en las que trabajamos, estudio y creacin.

    Un ltimo apartado, direcciones, incluye aquellos lugares que, por su

    inters o por mantener una posicin similar a la nuestra, consideramos

    que deben ser visitados.

    Deseamos atraer su atencin y mantenerla mientras nos sea

    posible. Deseamos, adems, conocerle y saber qu piensa, qu hace y

    qu escribe. Le damos la bienvenida a este primer nmero y esperamos,

    tambin, ser bien recibidos.

    Joaqun Perea Gonzlez

    Director de la revista Universo Fotogrfico

    * Seminario de Fotografa del Departamento de Diseo y Artes de la Imagen (Dibujo

    II) de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid.

  • ELOGIO DE LO MECNICO

    6

    Elogio de lo mecnico

    Valentn Sama

    RESUMEN

    Esta pgina de opinin se centra en la crtica de los nuevos instrumentos

    digitales de registro de imgenes y el intento de simulacin de los modos y sensaciones

    de la mecnica de las cmaras clsicas. Para ello, el autor analiza la mgica y

    fascinante construccin de las cmaras mecnicas, as como el torpe intento de los

    diseadores de artefactos digitales por copiar su apariencia mediante sonidos de

    sntesis.

    PALABRAS CLAVE: fotografa, mecnica, imitacin, mquina, mecanismo, electrnico,

    sntesis.

    Parece evidente que el hombre es un

    animal que usa herramientas. No es el nico

    animal que las usa, pues otros, considerados

    por l mismo ms primitivos, tambin lo

    hacen, y por cierto no sin una clara dosis de

    elegancia. Pero dejando a un lado esas

    diferencias de nivel, lo que s parece claro es

    que existe otra gran diferencia, y es que

    para bien o para mal el hombre es un

    animal que ama las herramientas. Si

    asumimos esa realidad, todo puede llegar a

    entenderse, y hasta resulta probable que

    podamos encontrar justificacin en comportamientos que de otra forma,

    podran rayar en lo ridculo.

    Marisa Hidalgo de Caviedes

  • ELOGIO DE LO MECNICO

    7

    La mayor parte de las mquinas inventadas por el hombre sirven

    para algo, aunque no sea ms que para entretener, que no es poco,

    pero uno de los factores que me parece ms curioso es que al hombre

    llegue a fascinarle el cmo funcionan esas mquinas, el funcionamiento

    de su mecanismo, independientemente de que realicen su funcin de

    forma ms o menos eficiente.

    Cmo hasta hace no mucho tiempo, la mayor parte de las

    mquinas o herramientas (es una cuestin de complejidad, de numero

    de piezas) no incorporaban componentes electrnicos, esas nuevas

    partes que funcionan en silencio casi absoluto y en ausencia de

    movimiento visible, quiz no nos habamos dado cuenta de lo importante

    que es, para mantener ese casi atvico placer de usar las mquinas, el

    que sean, al menos en gran parte, puramente mecnicas!

    La cmara fotogrfica

    Resulta difcil imaginar una mquina ms interesante que la

    "cmara fotogrfica": un aparato, herramienta, o mquina, que

    incorpora, adems de las habituales en otros artefactos, nada menos

    que partes funcionales transparentes! No es de extraar que las

    pasiones que pueden despertar las cmaras rivalicen con las que pueden

    despertar los vehculos a motor e incluso en determinadas

    circunstancias el sexo.

    Si tomamos como ejemplo uno de los tipos ms populares de

    cmara, la denominada "rflex monocular", nos encontramos ante un

    aparato compuesto, segn modelos, por entre 650 y 1500 piezas, la

    mayor parte de ellas de carcter mecnico. Podramos decir que, piezas

    que se interrelacionan en movimiento: engranajes, piones, palancas,

    levas, excntricas, pasadores, pistones, volantes de inercia, muelles,

    flejes, tambores, tirantes, limitadores, cortinillas, laminillas

    Es como para hacer que un amante de la mecnica comience a

    soar

  • ELOGIO DE LO MECNICO

    8

    La traicin

    Y sin embargo, una tendencia preocupante se inici hace tiempo, y

    es la de sustituir piezas de elegantes y funcionales formas, realizadas en

    nobles metales, tales como el acero, bronce, latn o aluminio, por fros y

    externamente inertes componentes electrnicos, depositados capa a

    capa sobre un plano soporte de silicio. Todo ello, supuestamente, en

    aras de "mejores" prestaciones, pero en realidad, para abaratar costes

    de produccin, y ello a costa de algo grave, muy grave, que no es sino

    encerrar en esos caparazones de silicio, arsnico, tntalo, galio y

    plstico, el conocimiento, la posibilidad de con una simple apreciacin

    visual, entender el cmo y el porqu del funcionamiento de ese conjunto

    de componentes. Donde antes, el observador y experto mecnico an

    sin conocimiento previo del aparato ante sus ojos era capaz de seguir

    el juego de las levas, la alineacin de los engranajes en su transmisin,

    de abarcar con la mirada la lgica de un diseo quiz ajeno, pero nunca

    hermtico, hasta comprender la causa de su posible fallo, quiz la

    necesidad de limpieza, ajuste y lubricacin, ahora lo nico que se abre a

    su mirada es un laberinto de planas caeras que slo abrira sus

    secretos a los poseedores de las claves electrnicas intencionadamente

    ocultas por sus creadores. Para la mayora de esas partes

    multicomponentes no existe reparacin posible pues, cmo podramos

    volver a pintar los minsculos trazos internos que se encargan de

    conducir, desviar y retener los electrones que hacen que cumplan sus

    ms o menos caprichosas funciones? Y lo peor de todo, es que tampoco

    podremos, llegado el caso, construirlos, mecanizarlos a partir de la

    materia prima, con el sabio manejo del torno o la fresa, como podramos

    hacer con la inmensa mayora de los componentes de una cmara

    mecnica. Y es que de lo que estamos hablando es de las modernas

    cmaras de control electrnico, frente a las clsicas cmaras de control

    mecnico. Parece que tanto los diseadores como los usuarios se olvidan

  • ELOGIO DE LO MECNICO

    9

    de que por el momento existen dos nicos mecanismos capaces de

    controlar el flujo de esos convenientes "cuantos de luz" hacia la pelcula

    o soporte sensible: el obturador y el diafragma. Y para realizar ese

    control finalmente mecnico no hacen falta tantos "modos" de

    exposicin como ofrecen los enloquecedores aparatos electrnicos a la

    moda. Pero lo peor, es el habernos privado del sonido de la mecnica

    fina. Eso no podemos perdonarlo.

    El sonido y el plpito de lo mecnico

    Cuando pulsamos el disparador de una cmara de control

    mecnico, desencadenamos una cascada de acontecimientos ordenados

    que se traduce en un sonido, que es msica para un animal amante de

    las herramientas. El espejo de una cmara rflex sube a gran velocidad

    y es acogido por un ajustado pistn neumtico o un paciente y sosegado

    volante de inercia, delicados pestillos liberan la fuerza de elegantes y

    brillantes muelles que abrazan finos tambores, momento en el que

    resistentes, flexibles, ligeras y finamente guiadas cortinillas, emprenden

    raudas e imposibles carreras una en pos una de la otra, para ser

    frenadas y recogidas, casi amorosamente y ser finalmente

    reconducidas ordenadamente a su posicin original a travs de una

    cascada de engranajes que transmiten al pulpejo de nuestro dedo la

    precisin de su ajuste y la suavidad que se deriva de la sintetizacin de

    los metales. Se trata de algo tan complicado y perfecto mecnicamente,

    como las refinadas trampas de los "cartoons" de "Tom & Jerry". Las

    modernas cmaras electrnicas y otros artefactos similares, nos privan,

    con sus partes de plstico, sus motores elctricos y sus componentes

    electrnicos, del placer del sonido de lo puramente mecnico. Nos privan

    no ya de la posibilidad de arreglo futuro que las mantenga en

    funcionamiento para poderlas transmitir de generacin en generacin,

    sino tambin del gozo de intuir esa maravilla del ciclo mecnico de su

    funcionamiento. Y buena prueba de esa atvica necesidad de or, sentir,

  • ELOGIO DE LO MECNICO

    10

    imaginar lo mecnico, es que los diseadores de artilugios electrnicos,

    llevados probablemente por el sentimiento de culpabilidad de ser causa

    de semejante privacin, se han atrevido a introducir, en la construccin

    de algunos de sus aparatos, torpes sonidos sintetizados que tratan de

    emular el paraso perdido del sonido de lo mecnico.

  • EL TIEMPO, UN PUNTO CIEGO EN LA VISIN FOTOGRFICA

    11

    El tiempo, un punto ciego en la visin

    fotogrfica

    Vivir es estar ciego a las propias dimensiones.

    Cioran

    Carlos Villasante

    RESUMEN

    El contenido de este artculo nos habla de la imposicin de la tcnica fotogrfica

    al uso que nos ha deparado velocidades de obturacin cada vez ms rpidas frente a la

    esttica de las primeras fotografas, dentro de las cuales el tiempo pareca estar

    contenido. Esto, a su vez, ha generado conceptos fotogrficos tan errneos, segn el

    autor, como el instante decisivo de Cartier-Bresson, que deben ser urgentemente

    revisados.

    PALABRAS CLAVE: fotografa, instantnea, instante decisivo, tiempo expandido,

    velocidad de obturacin.

    Tiempo fracturado e inmovilidad

    Desde el origen de la fotografa, los procedimientos de registro de

    imgenes han llevado implcito, como una necesaria e inevitable

    condicin, la fragmentacin del espacio mediante un intervalo temporal

    mediatizado por la intensidad lumnica de la escena. Expresado en

    trminos cientficos, el registro fotogrfico ha estado obligatoriamente

    vinculado a una ley que relaciona la exposicin cuantificada resultante,

    con la intensidad de la luz y el tiempo al que se expone la emulsin

    fotosensible. La ley de reciprocidad de Bunsen-Roscoe presenta sus

    excepciones no se cumple, cuando los niveles de luminosidad son

    muy altos o muy bajos, y los tiempos de exposicin muy cortos o muy

    largos. De modo, que, en esos casos, no existe una proporcionalidad

  • EL TIEMPO, UN PUNTO CIEGO EN LA VISIN FOTOGRFICA

    12

    entre la exposicin y el ennegrecimiento resultante. Ningn

    procedimiento relacionado con la captacin fotogrfica, desde el ms

    sistemtico al ms aleatorio, escapa a esta inexorable ley y a la

    excepcin descrita por Karl Schwarzschild conocida como fallo de la ley

    de reciprocidad. Es esta mediatizacin estrictamente tcnica la que ha

    configurado un cierto tipo de iconografa fotogrfica, que en lo

    concerniente al tiempo, no ha dejado de supeditarse a cadencias de

    obturacin recurrentes y reiterativas, para mostrar una fractura

    temporal fsica ese "corte" al que se refiere Philippe Dubois.

    Considerar una posicin fija en el espacio es fragmentar ste en

    una serie de puntos discontinuos o partes sucesivas y distintas; es antes

    que nada y, sobre todo, detener el devenir o el movimiento en curso. En

    Fsica y microfsica Luis de Broglie manifestaba: La medida que proyecta

    en cierto modo la entidad elemental en un punto del cuadro fijo de

    nuestro espacio geomtrico, le priva de toda movilidad y nos deja en

    una total ignorancia acerca de su movimiento.

    Segn Otto Steinert, uno de los elementos que intervienen en la

    creacin fotogrfica es el tiempo. Tanto en el sentido de un aislamiento

    de la idea de temporalidad por medio de la exposicin, como

    interviniente en la eleccin del motivo y el acto simultneo de aislarlo de

    la naturaleza. No obstante, el tiempo debe ser considerado como un

    parmetro fsico variable que perceptivamente implica una duracin

    psicolgica. Cuando experimentamos vivencialmente la evolucin de los

    fenmenos implcitos en el movimiento de las cosas y su duracin, lo

    hacemos de forma continua. La fotografa es un procedimiento sinttico,

    que nos posibilita representar un espacio temporalmente discontinuo. Su

    caracterstica como medio de traduccin est dotada de una dinmica

    discontinua, de modo que, necesariamente, el tiempo que nos

    representa que nos revela es una fractura de un tiempo siempre en

    transcurso y, cuya globalidad, excede nuestras capacidades perceptivas

    y memorsticas.

  • EL TIEMPO, UN PUNTO CIEGO EN LA VISIN FOTOGRFICA

    13

    La generacin de fotgrafos americanos que formaron el grupo

    f64, practicaron una visin fotogrfica mediatizada por un mtodo

    fundamentalmente basado en la percepcin visual directa. Sus registros

    despliegan, en abundante redundancia, toda una candorosa capacidad

    seductora mediante la artesana de la parcelacin espacial o

    encuadre, la seleccin de los objetos ms fotognicos y la nitidez

    expandida entre los planos enfocados o mxima profundidad de campo.

    Que esta referencia sea todava paradigma de ciertas escuelas y

    tendencias, no deja de promover una crtica necesariamente renovadora

    respecto a estos, anlogos y viejos postulados en los que se ancla.

    Que la tendencia general de la tecnologa y la tcnica fotogrfica,

    haya generado implcitamente estilos y procedimientos basados en la

    instantnea, las obturaciones ultra rpidas, las emulsiones ms sensibles

    y las iluminaciones ms fotnicamente intensas, no quiere sino decir,

    que la industria y el comercio de la fotografa generaba, y genera cada

    da ms profusamente, renovados y continuos beneficios econmicos

    entre los fabricantes de cmaras, obturadores, pelculas y fuentes de

    iluminacin, pero escasa diversidad de imgenes fotogrficas

    reveladoramente nuevas. Paralelamente, se generaliz y an

    subsiste, la idea de que los clientes de la fotografa de retrato

    retratados, nunca han estado dispuestos a posar agonizantemente,

    ms de una breve fraccin de segundo ante los objetivos de los

    fotgrafos retratistas. Esta exasperante impaciencia, junto al rechazo

    por el rostro borroso y movido, han configurado un statu quo del tiempo

    de exposicin fotogrfico que posibilita y fomenta un repertorio

    iconogrfico repetitivamente despersonalizado en tanto que la obra de

    diferentes autores se asemeja entre s, parecindose. De modo que sea

    la parecida quietud la que nos uniformara, despersonalizara y asemejara

    a todos, como los retratos de Arnold Newman a los psicolgicos de

    Alberto Schommer y las Polaroids de Lucas Samaras a las

    instantaneadas por Leslie Krims.

  • EL TIEMPO, UN PUNTO CIEGO EN LA VISIN FOTOGRFICA

    14

    Abandonada la raz inicial temporal, misse en point por Nipce,

    que realiz sus primeras fotografas tras un prolongado tiempo de

    exposicin prximo a las 6 horas, el fotgrafo tardomoderno se entrega

    a los requerimientos tcnicos y tecnolgicos con que la velocidad y la

    motorizacin le proveen. Ensimismndose en un arte cada vez ms

    tecnolgico, y ajeno a una nueva y necesaria revisin de otros tiempos

    ms distintos a los habituales. Idea, por otra parte clsica, que Platn ya

    puso en boca de Scrates en un dilogo con Teeteto: Y mientras el

    movimiento se desarrolla lentamente, acta en el mismo lugar y en

    relacin a lo prximo, engendrando a su vez.1 Pero el ejemplo es tanto

    elocuente an, de la mano de Andr Breton en uno de los pasajes de

    Nadja: As, hace algn tiempo, en el muelle del Vieux-Port de Marsella, a

    la cada de una tarde en que no tena nada que hacer, contemplaba yo a

    un pintor extraamente escrupuloso luchar con habilidad y rapidez, en la

    tela, con la luz declinante. La mancha que corresponda a la del sol

    descenda poco a poco, a medida que el astro se hunda. Al fin no qued

    nada. El pintor encontrose de pronto muy retrasado. Hizo desaparecer el

    rojo de un muro, elimin uno a uno dos reflejos que quedaban sobre el

    agua. Su cuadro, terminado para l y para m como el ms inacabado

    del mundo, me pareci muy triste y muy bello.2

    Los procedimientos reiterativos vinculados al arte de obtener

    representaciones fidedignas de una realidad desapercibida en el

    instante, convergen en el uso de obturaciones temporalmente rpidas,

    semejantes y repetitivas. As, cuando los fotgrafos montan en sus

    parecidas cmaras, pelculas de habitual sensibilidad, y exponen ante

    anlogas condiciones de iluminacin, todo hace presagiar que el

    establecimiento de la capacidad sorpresiva o reveladora, depende

    nicamente de la originalidad del objeto/sujeto, y/o de la pericia o

    habilidad tal vez la suerte del operante. Los fundamentos

    fotogrficos que explican la mayora de las obras de los grandes

    maestros, narrados por ellos mismos, se basan en aspectos tericos que

  • EL TIEMPO, UN PUNTO CIEGO EN LA VISIN FOTOGRFICA

    15

    en buena medida ocultan, de otra parte, ciertas tendencias tecnolgicas

    a las que se cien. Cartier Bresson, en su retrica didctica, asemeja el

    acto fotogrfico que capta el momento decisivo, con la psquica disciplina

    de un arquero Zen, que tiene que convertirse en el blanco de la diana

    antes de acertar en ella. Adams desarroll todo un discurso respecto a la

    previsualizacin. Avedon necesita conocer previamente a sus retratados

    para poder inmortalizarlos. Sherman el disfraz, y Sophie Calle

    justificaciones y motivos en el relato. Pretextos y argumentaciones al

    margen de lo relatado en sus fotoinmovilidades. Porque como deca

    Bergson: Hay ms en lo inmvil. En este sentido, Paul Virilio ha

    apuntado que la esencia de la representacin del que va a depender

    Occidente es este tipo de pensamiento: lo inmvil hace visible y las artes

    plsticas seran una inmovilizacin del movimiento que dara la ilusin de

    ver, de tener el tiempo de ver.3

    La imagen gastada del guio fotogrfico.

    Walter Benjamin dej claramente establecida la idea sobre la

    prdida de auralidad que supone, el hecho de fotografiar con cortos

    tiempos de exposicin. Y si bien haca referencia explcita al retrato, el

    concepto es igualmente vlido para cualquier motivo u objeto aurtico

    fotografiable. Pero el trmino aura, posee el suficiente grado de

    complejidad como para alertar el espritu de las consciencias fotogrficas

    ms realistas. La polmica que no el debate, surge de las diferentes

    acepciones e interpretaciones de la palabra. Etimolgicamente procede

    de aura, "brisa", aunque hay que descartar por obvia, cualquier relacin

    significativa con un Cfiro suave, ya que no se trata de una divinidad

    asociada a un viento que venga del oeste, ni tampoco de un velo

    femenino amplio y sutil. Tampoco se refiere Benjamin, a fenmenos

    subjetivos que anuncien o precedan a ciertas enfermedades relacionadas

    con crisis comiciales o epilpticas. Desechado pues, este otro significado

    que el trmino conlleva, slo nos resta abordar el ltimo que contemplan

  • EL TIEMPO, UN PUNTO CIEGO EN LA VISIN FOTOGRFICA

    16

    los diccionarios enciclopdicos al uso y, sin duda, el que menos fomenta

    el que sera un interesante debate, su acepcin parafsica. Nos

    encontramos ante la nica relacin expresa con el registro fotogrfico,

    eso s, con unas intermediaciones marcadamente tecnolgicas, ya que la

    fotografa de registro del aura de seres vivos, implica someter la

    muestra a un campo elctrico de elevado voltaje. Pero cuando Walter

    Benjamin se refera al aura de las personas retratadas en su Pequea

    historia de la fotografa, el procedimiento Kirlian no exista. Ser la

    definicin del propio autor -Una trama singular de espacio y de tiempo:

    la nica aparicin de algo lejano, por prximo que est-4, la que nos

    gue en la consideracin de un significado esttico en el que apenas cabe

    el condicionamiento tecnolgico, una extroversin visiblemente

    materializada de la emanacin propuesta por Plotino.

    Tomemos nuevamente en consideracin la obra fotogrfica de

    autor que se refiere al mismo sujeto que posa. Andy Warhol fotografiado

    por Richard Avedon y el mismo Warhol fotografiado por Duane Michals.

    En el primer caso, el clebre artista pop se nos muestra hiertico,

    impertrrito, como cumpliendo los cnones que Dal solicitaba para una

    escultura cuando afirmaba: Lo mnimo que puede pedirse a una

    escultura es que no se mueva. Michals nos presenta otro Warhol muy

    distinto, dinmico y borroso al tiempo que misterioso. Un Warhol que

    nos muestra cierta auralidad por la ausencia de corte en el dispositivo

    fotogrfico procedimentado por Michals. Este tipo de planteamiento

    desarrollado por Michals a lo largo de toda su trayectoria, an aislado de

    su predileccin por las secuencias fotogrficas, es una de las constantes

    comunes a la minora de artistas fotgrafos que han buceado en lo que

    Philippe Dubois ha denominado poesa de la latencia perpetuada. Pero

    no en el sentido de imaginarium al que se refiere Dubois, en el que el

    fotgrafo se limita a registrar mentalmente la imagen sin captarla a

    travs de su cmara, sino en el ms puro y estricto ejercicio prctico de

    fotografiar, expandiendo el tiempo de obturacin en aras de una forma

  • EL TIEMPO, UN PUNTO CIEGO EN LA VISIN FOTOGRFICA

    17

    que mientras obturamos y captamos no podemos mirar

    discontinuamente, ver ni sentir.

    La fotografa, considerada como una estrategia de pertenencia a la

    realidad mediante la representacin, necesita ubicar sus parmetros

    temporales fsicos en todos los intervalos que posibiliten el

    reconocimiento de las imgenes. En todos los lugares de la tierra, los

    valores realistas de la fotografa se han impuesto como un universal

    garante de la verdad. Y como ha sealado Joan Fontcuberta: estas

    creencias comunes y tpicas alrededor del realismo y de la perfeccin

    tcnica siguen imponiendo entre los profanos y entre los necios, los

    modos cmo debe parecer una fotografa.5 Pictorialista o documentalista,

    la fotografa no ha dejado de mostrar al mundo su propio terruo. Al

    respecto, Jean Baudrillard dice: creemos fotografiar determinada escena

    por placer en realidad, ella es la que quiere ser fotografiada y no

    somos ms que el figurante de su puesta en escena. El sujeto no es ms

    que el agente de la aparicin irnica de las cosas. La imagen es, por

    excelencia, el medium de la publicidad gigantesca que se hace el mundo,

    que se hacen los objetos, forzando a nuestra imaginacin a borrarse, a

    nuestras pasiones a extrovertirse, rompiendo el espejo que les

    ofrecamos hipcritamente para captarlas. Y sigue: es preciso que una

    imagen tenga esa cualidad, la de un universo del que se ha retirado el

    sujeto. La propia trama de los detalles del sujeto, de las lneas, de la luz,

    es lo que debe significar la interrupcin del sujeto y, por consiguiente,

    tambin la interrupcin del mundo, que constituye el suspense de la

    foto. Mediante la imagen, el mundo impone su discontinuidad, su

    fragmentacin, su amplificacin, su instantaneidad artificial.6

    La suspensin de una toma fotogrfica al cierre del obturador

    y, por tanto, la interrupcin de su continuidad temporal que coincide con

    el mundo que experimentamos es, frecuentemente, una instantnea, un

    guio corto. Ejecutando de esta manera una fragmentacin/compresin

    de la realidad necesaria por la ubicuidad equilibradora del esquema

  • EL TIEMPO, UN PUNTO CIEGO EN LA VISIN FOTOGRFICA

    18

    propio al reconocimiento. En este sentido, Paul Virilio ha advertido:

    como no hacemos ms que pensar dimensiones que el ojo es

    verdaderamente incapaz de ver, y el espacio y el tiempo no son para

    nosotros mas que intuiciones, las herramientas de percepcin y

    comunicacin podrn realizar esa paradoja de las apariencias que

    consiste en comprimir la grandeza del universo en un perpetuo efecto de

    empequeecimiento.7

    Las ms reveladoras fotografas de Harold Edgerton fueron

    realizadas en intervalos de exposicin de millonsimas de segundo, y

    han necesitado de extensos pies de foto donde se narra qu objeto es el

    que se representa ante nuestros ojos. Estos "necesarios" pies que

    acompaan imgenes como una gota de leche, que genera una corona al

    impactar contra una superficie plana, demuestran la necesidad que el

    espectador tiene de reconocer el objeto que se le presenta fuera de su

    esquema perceptivo ms familiar. La praxis fotogrfica ms

    generalizada, lleva implcito este rechazo por lo desconocido, evitando la

    dificultad de la lectura de las formas irreconocibles y facilitando la

    digestin mediante un men ligero y express, ajeno a la mxima

    alqumica solve et cuagula tan posibilitadora y abierta a nuevos

    conocimientos.

    Las dialcticas fotogrficas tardomodernas despliegan su discurso

    sobre la realidad trivial y cotidiana, manejando livianas cmaras

    compactas e instantaneando espacios y tiempos gastados. Guiar o no

    guiar, pareciese la cuestin. Si segn Gaboriau "el tiempo es una

    oscuridad ms que borra, uno a uno, los indicios materiales y nos aleja

    de la realidad de los hechos y las cosas", qu ocurre con el efecto de

    realidad del tiempo-luz, de la falsa proximidad de ese mundo sin espesor

    y sin sombra cuya unificacin prometida maravillaba a McLuhan?. La

    buena fotografa no representa nada, capta esta no-representatividad, la

    alteridad de lo que es extrao a s mismo (al deseo y a la conciencia de

    s), el exotismo radical del objeto.8

  • EL TIEMPO, UN PUNTO CIEGO EN LA VISIN FOTOGRFICA

    19

    Tiempo expandido y movilidad.

    En el tiempo expandido de las cosas que pueblan nuestra realidad

    prxima y distante, y finalmente fotografiada y fija, se encuentra otra

    realidad desconocida, porque para que pueda percibirla es preciso otro

    tiempo distinto al inscrito en mi propio sistema perceptivo. Ese tiempo

    pertenece a una especificidad esencialmente fotogrfica, pues no existe

    un traductor como el fotogrfico que permita una imagen esttica,

    resultante de un hecho temporalmente largo. No obstante, como ya

    seal, los procedimientos relacionados con el intervalo de obturacin se

    mueven dentro de una banda estrecha de tiempos reiterativos, debido

    no slo a las condiciones tcnicas, sino representacionales y

    convencionales; es decir, de la cosa representada fotogrficamente; de

    la adecuacin de la cosa al medio o de una predeterminacin de lo que

    yo quiero ver de la cosa a travs del medio, y de las posibilidades

    tcnicas del medio. Este prejuicio de la mirada fotogrfica de corta

    duracin, es excluyente de la mirada atemporal, pues esta no es de

    nuestro dominio perceptivo. Como nos es imposible mirar

    continuadamente y al mismo tiempo retener, no dedicamos nuestro

    tiempo a eso, sino a ejercicios casi automatizados de reconocimiento;

    por tanto, somos verdaderamente incapacitados para percibir el rastro

    del movimiento en vivo el curso del tiempo continuo; es por lo que

    directamente somos incapaces de visualizar ese aura, del que nos habla

    Benjamin, y que l descubri mediante las fotografas realizadas con una

    prolongada y extendida exposicin.

    Resulta significativo y, en cierto modo alarmante, que las

    especificaciones tcnicas editadas y publicadas por los fabricantes de

    emulsiones foto sensibles, indiquen como no recomendables, tiempos de

    exposicin, en la mayora de los casos, superiores a 100 segundos. Esta

    no recomendabilidad que no imposibilidad, lleva implcita una

    direccionalidad orientadora respecto a los hbitos del fotgrafo, de tal

  • EL TIEMPO, UN PUNTO CIEGO EN LA VISIN FOTOGRFICA

    20

    forma que el mensaje ha condicionado el medio a travs de un eslogan

    que, si bien no cercena, conforma y fomenta ese espritu timorato y

    acomodaticio (esttico), semejante al de aquellos navegantes que,

    presos del Non plus ultra, se paralizaban ante el Finisterre.

    Instalado en la recomendabilidad fotoeficiente de los fabricantes

    de emulsiones, el operador fotgrafo hace converger el mundo de los

    objetos, en un intervalo temporal encapsulado entre los lmites

    recomendados. Esta intermediacin de orden tecnolgico, encierra al

    observador fotgrafo en una ajena visin, llegando a imposibilitar la que

    pudiera gestarse y devenir en su experiencia incontrolada y expansiva

    del tiempo. Porque, como ya seal Georges Bataille:

    Se da la posibilidad de mirar el mundo como una fusin del objeto

    y sujeto, en la que el objeto, el sujeto y su fusin no cesaran de

    cambiar, de suerte que existiese, entre el objeto y el sujeto, diversas

    formas de identidad. Eso no significara que el pensamiento alcance

    necesariamente lo real, pero quiz lo alcance. Eso significara que slo

    fragmentos estn en juego: lo real no tendra unidad, estara compuesto

    de fragmentos sucesivos o coexistentes (sin lmites invariables).

    El constante error humano traducira el carcter incansable de lo

    real y, por tanto, de la verdad. Un conocimiento a la medida de su

    objeto, si ese objeto es ntimamente inacabable, se desarrollara en

    todos los sentidos. Sera, en su conjunto, una inmensa arquitectura en

    demolicin y en construccin juntamente, apenas coordinada, nunca de

    uno a otro extremo.9

    Si efectivamente consideramos como probable que una fotografa

    sigue eternamente mostrndonos (con el ndice) lo que ha sido y ya no

    es, resulta igualmente probable que siga eternamente ocultndonos con

    el mismo ndice, lo que pudo ser y nunca fue; lo que no est porque

    aunque all pudiera haber estado, no se capt y no se revel. La

    potencia que no evidencia de la fotografa, radica en esta ltima

    cuestin. No en lo que muestra con el ndice, sino en lo que puede

  • EL TIEMPO, UN PUNTO CIEGO EN LA VISIN FOTOGRFICA

    21

    mostrarnos sacndonos de la enajenacin alienacin del tiempo que

    nos ensimisma. Hastiados de la evidencia gastada con la premeditacin

    actuante del interruptus obturatio, hemos devenido en la postfotografa

    sin, apenas saborear la apariencia y existencia de otros mundos que, sin

    duda, estn en ste. Luis Racionero, al referirse a las artes de

    vanguardia, ha dicho: "el arte no puede ser figurativo, porque la realidad

    a representar ya no es visible; la novela no puede tener argumento,

    porque lo que se expresa es el stream of consciousness del

    subconsciente; la msica ya no es armoniosa, porque indaga los

    espacios donde no oyen los odos humanos. El arte y la ciencia actuales

    se embarcan ms all de los cinco sentidos, sin poder, por otra parte,

    prescindir de ellos: de ah su problema, su empeo y su desafo"10

    El material del que se nutre el fotgrafo para construir sus

    imgenes, aunque compuesto por un infinito repertorio de espacios,

    discurre en un tiempo de perpetua movilidad para el que el ojo/cerebro

    aplica toda la carga convencional taxonmica del dispositivo. Liberada

    del condicionante reiterativamente impuesto por el dispositivo

    obturacional rpido, tan marcadamente procedimentado en el acto

    fotogrfico contemporneo, implcitamente, la Fotografa puede

    encontrar de nuevo en esa mirada retrospectiva, la tecnognesis

    vinculada a los fotgrafos pioneros, mediante la que, en trminos

    benjaminianos, "pareca hacer deseable instalar al modelo en el mayor

    retiro posible, en un lugar en el que nada impidiese un tranquilo

    recogimiento". Era el procedimiento, sigue Walter Benjamin, "el que

    induca los modelos a vivir no fuera, sino dentro del instante; mientras

    posaban largamente crecan, por as decirlo, dentro de la imagen misma

    y se ponan por tanto en decisivo contraste con los fenmenos de una

    instantnea".

    Y si el tiempo sigue en su continuum fluir, ante el dispositivo y los

    decodificadores establecidos como previos a la resultante perceptiva,

    antes de concluir sobre la postfotografa, va siendo necesario un anlisis

  • EL TIEMPO, UN PUNTO CIEGO EN LA VISIN FOTOGRFICA

    22

    retrospectivo del procedimiento temporal largo de la captacin, para

    vivificar restaando, un punto ciego de la visin fotogrfica: la dilucin

    temporal representada en la convergencia de la bidimensionalidad

    coagulada del espacio.

    Mayo de 1998

    1 PLATN. Teeteto, o de la Ciencia. Aguilar , Madrid, 1982.2 BRETN, Andr, Nadja. Seix Barral, Barcelona, 1984.3 VIRILIO, Paul, El arte del motor. Manantial, Buenos Aires, 1996.4 BENJAMIN, Walter. Discursos interrumpidos. Taurus, Madrid, 1973.5 FONTCUBERTA, Joan. El beso de Judas. Fotografa y verdad. Gustavo

    Gili, Barcelona, 1997.6 BAUDRILLARD, Jean. La transparencia del mal. Anagrama, Barcelona,

    1991.7 VIRILIO, Paul. El arte del motor. Manantial, Buenos Aires, 1996.8 BAUDRILLARD, Jean. La transparencia del mal. Anagrama, Barcelona,

    1991.9 BATAILLE, Georges. El culpable. Taurus, Madrid, 1974.10 RACIONERO, Luis. Arte y ciencia. Laia, Barcelona, 1987.

  • LA FOTOGRAFA PINTADA

    23

    La fotografa pintada

    Esther Berdin

    RESUMEN

    Este artculo habla de cmo la fotografa introduce nuevos recursos plsticos

    que son absorbidos por la creacin contempornea, en concreto por la pintura, para

    incorporarlos a su propio lenguaje y cmo, a su vez, esto inaugura un nuevo tipo de

    categoras estticas.

    PALABRAS CLAVE: fotografa, pintura, arte, representacin, lenguaje, categora

    esttica.

    El hombre en su condicin de ciborg ha creado y utilizado

    herramientas que le han permitido ampliar sus capacidades perceptivas.

    Ha recurrido a las mquinas para registrar sucesos y objetos fuera del

    alcance de la mirada por encontrarse lejos, a otra escala o a una

    longitud de onda diferente. A estas alturas de nuestra historia, las

    mquinas creadas para trabajar con imgenes son cada vez ms

    sofisticadas. Entre todas ellas, la cmara fotogrfica y la cmara de

    vdeo son las que se han impuesto en la actividad cotidiana, hasta el

    punto de que las imgenes que producen estn ocupando gran parte de

    nuestro campo de visin, sobre todo en lo que al aspecto informativo y

    publicitario se refiere. La imagen fotogrfica y videogrfica se han

    convertido, gracias a su capacidad para comunicar y a los canales para

    la difusin de estas imgenes y en virtud de su cotidianeidad, en una

    extensin de nuestra percepcin a la que damos el crdito suficiente

    como para asumirla como parte de nuestra experiencia personal de lo

  • LA FOTOGRAFA PINTADA

    24

    vivido, de lo conocido. Nos hemos rodeado de estas imgenes, cdigos

    de comunicacin y expresin al parecer bien adaptados a nuestras

    necesidades, y hemos visto cmo evolucionaban por caminos estticos

    diferentes segn las necesidades del medio en el que se desarrollaran.

    Imgenes que hacen uso de todas las posibilidades que el medio les

    ofrece para optimizar o para condicionar la calidad de la informacin.

    Imgenes que son, por lo tanto, manipulables desde el primer momento

    de su creacin y, sin embargo, reconocemos en ellas ese fragmento de

    realidad siempre convincente que nos conduce a confiar. El primer

    vistazo siempre nos induce a creer que lo que esa imagen refleja es un

    fragmento de realidad, una verdad inapelable por improbable que sea,

    aunque en una segunda lectura comprendamos que se trata de una

    ilusin, del truco de un malabarista. Esta capacidad para engaar al ojo

    es quizs uno de sus mximos atractivos y una de las razones que ha

    hecho tan popular a este tipo de imgenes.

    Ahora un cierto sector de la pintura hace una referencia

    evolucionada a la fotografa (con respecto a momentos anteriores en la

    interelacionada historia de ambas disciplinas) como consecuencia lgica

    de esta invasin de nuestro campo visual, hecho que a su vez refleja la

    importancia de la imagen fotogrfica como extensin de nuestra

    capacidad para percibir el mundo y como prolongacin de nuestra

    experiencia.

    En el recorrido histrico en el que marchan paralelas fotografa y

    pintura ha habido momentos de enfrentamiento y tambin de

    colaboracin y armoniosa convivencia. Pero ha sido en los ltimos

    tiempos cuando la fotografa ha conseguido ocupar, por fin, despus de

    una larga polmica, un lugar en el campo del arte, al lado de las

    disciplinas clsicas. Al mismo tiempo que se ha ido reafirmando en esta

    posicin, se ha establecido como referente y como parte integrante de

    estas disciplinas que en su propia evolucin buscan el apoyo de otros

    medios que como la fotografa ofrecen grandes posibilidades expresivas

  • LA FOTOGRAFA PINTADA

    25

    y de aproximacin al espectador que se reconoce e identifica en este

    modo de representacin tan cotidiano. La fotografa ocupa el lugar del

    mundo como referente para un nuevo pintor paisajista, y lo hace como

    objeto con recursos expresivos propios, no como reflejo objetivo de una

    realidad capturable, bidimensionable y fcilmente trasladable que el

    pintor puede utilizar como punto de referencia para una posterior

    interpretacin pictrica. Ni siquiera se trata de pintar la fotografa en su

    carcter ms neutro o ms cotidiano. Esta fotopintura que retrata los

    recursos expresivos propios de la fotografa (como hara Ritchter al que

    nos referiremos ms adelante) es el reflejo de este salto definitivo en la

    valoracin de la imagen fotogrfica y en su capacidad para sugerir (no

    transcribir).

    Fig. 1. Naoto

    La apariencia de objetividad en la representacin de la naturaleza

    que nos ofrece la imagen fotogrfica ha dejado de ser el ncleo de

    atencin de la representacin pictrica (nos alejamos de un uso

    puramente prctico de este tipo de imgenes) pero sigue siendo un

    elemento de capital importancia porque condiciona inevitablemente la

    forma en que nos situamos frente a stas. Y es este posicionamiento

    frente a la imagen fotogrfica el elemento que hace evolucionar a la

    fotografa en el sentido y hasta el punto que sealbamos antes. Su

  • LA FOTOGRAFA PINTADA

    26

    actual posicin como referente es consecuencia de este principio que

    condiciona su evolucin.

    Hagamos un breve repaso sobre el uso que se ha dado a la imagen

    fotogrfica desde sus orgenes en el campo de la pintura, antes de

    alcanzar una situacin de igualdad con respecto a esta disciplina, y

    veamos algunas consideraciones que se derivan de estos usos.

    Desde el momento de la aparicin de las primeras imgenes

    fotogrficas y de los medios que permitieron el inicio de su

    popularizacin, su capacidad para representar la realidad de forma

    absolutamente convincente la ha convertido en una herramienta til

    para el pintor que pretende valerse de ella para capturar el objeto de su

    deseo y trasladarlo a su estudio donde har uso de esa imagen como

    realidad fiable, como reproduccin precisa y objetiva de ese fragmento

    del mundo. Un punto de apoyo que bien puede sustituir a la a veces

    complicada y engorrosa labor del pintor que retrata un paisaje que

    cambia demasiado deprisa o personajes que se impacientan por la

    necesaria lentitud del proceso pictrico.

    Por un lado, el pintor especializado en el retrato en miniatura

    (gnero muy popular a principios del siglo XIX) que busca exactitud y

    literalidad en una realidad que pretende transcribir, encuentra en la

    fotografa un medio que perfecciona y facilita muy considerablemente su

    labor. Por otro, un pintor paisajista como Constable, guiado por

    objetivos muy diferentes, encuentra en lo que es cualidad para otros, un

    motivo de desaprobacin. Es precisamente la aparente literalidad en la

    reproduccin de la naturaleza lo que conduce a Constable, despus de

    asistir a la presentacin de un diorama, a hacer el siguiente comentario:

    "Queda fuera del redil del arte, porque su objeto es el engao. El arte

    agrada recordando, no engaando"1. Al hilo de esta declaracin del

    pintor paisajista, un siglo ms tarde, Franz Roh comenta: "La actividad

    creadora del paisajista no consiste en el dibujo simplificador, sino

    resueltamente en el simple acto de enfrentarse y detenerse ante un

  • LA FOTOGRAFA PINTADA

    27

    lugar determinado, el ms fecundo (y no en otro); consiste, adems, en

    la delimitacin del sector que ha de pintarse, en la eleccin del ngulo

    visual, etc. Escoger lo justo supone ya aquel raro 'instinto' que llamamos

    artstico. Ya esto basta para que se produzcan por s mismos efectos

    impresionantes, encantadores, especficamente pictricos, como puede

    comprobarlo cualquiera, si analiza la emocin honradamente ante

    fotografas perfectas"2.Y contina F. Roh incluso haciendo propuestas en

    las que adelanta procedimientos o tcnicas que se irn haciendo ms

    populares segn van avanzando las tecnologas aplicadas a la imagen:

    "..., esta fotografa (tal vez ampliada) debe servir directamente de base

    a la pintura, y el pintor limitarse casi slo a retocar, es decir (si alguna

    vez es posible esto tcnicamente), reducir su labor a dar unos sencillos

    toques, que realcen o alisen el dibujo, refuercen o limiten el color"(ib).

    Sobre la pregunta prejuiciosa, en lo que a la autora se refiere, que

    se deriva de este uso de la fotografa que propone F. Roh, y

    respondiendo definitivamente a la cuestin de la legitimidad o validez

    artstica sobre el uso de la fotografa propia o ajena como base,

    referencia o finalidad del proceso de creacin, contesta con sorprendente

    rotundidad: "Que de esta suerte el artista ya no resulta el nico

    creador? A la referida concepcin esto no le importa nada. Lo nico que

    le interesa es el objeto, el objeto saturado de expresin, sin andarse en

    inquisiciones psicolgicas sobre su gnesis. La insercin de la mquina

    en la labor artstica no estorba en lo ms mnimo a estos no romnticos,

    a estos "maquinistas"..."(ib).

    En realidad para Roh, el uso de un medio mecnico para retratar la

    expresin de la naturaleza, es mas bien una cuestin de estilo.

    Contrapone a los que l llama "maquinistas" frente a los romnticos.

    Estos ltimos valoran la pincelada como el acto de afirmacin de su

    presencia, de su accin. Personalizan y subjetivizan. Interpretan el

    objeto y le confieren expresividad. A los no romnticos, los

    "maquinistas", slo les preocupa el objeto, y el objeto de su arte es la

  • LA FOTOGRAFA PINTADA

    28

    objetivacin prescindiendo de todo temperamento en el proceso de

    produccin.

    El dilogo entre fotografa y pintura es constante e inevitable

    desde los comienzos de la fotografa. Quizs el punto lgido en esta

    productiva y conflictiva relacin se site en el momento en que el nuevo

    medio pretende alcanzar un reconocimiento dentro del campo artstico

    equivalente a la pintura. Naomi Rosemblum resume en tres las

    principales posturas al respecto: 1. No es arte porque utiliza un medio

    mecnico y un procedimiento qumico que se aleja del espritu

    transmitido por la mano del artista (tiene ms que ver con una tela

    producida mecnicamente). 2. Esgrimida por algunos pintores,

    fotgrafos y crticos: puede ser de utilidad para el arte pero no

    considerado como igual en creatividad al dibujo o la pintura. 3. Otros la

    creen comparable a otras tcnicas de reproduccin como la litografa o el

    grabado, igualada en nivel de consideracin a los trabajos artsticos

    realizados artesanalmente y capaz de constituir una buena influencia en

    el arte y en la cultura en general.

    Quizs, como seala Susan Sontag, una de las razones por las

    que, en el comienzo de esta polmica, la prctica fotogrfica era

    considerada por algunos como un recurso que facilita y desvirta la labor

    de un pintor que se declara de esta manera poco capaz en su labor de

    retratar la naturaleza, sea el hecho de que su surgimiento coincide con

    el auge del realismo.

    Las manifestaciones acerca de esta cuestin han sido constantes y

    han mantenido viva una polmica que en los ltimos tiempos ha perdido

    vigencia, y que probablemente ha resultado enriquecedora por mantener

    viva la reflexin sobre la naturaleza del objeto artstico en general y de

    los valores propios de la fotografa en particular.

    La funcin que a cada una de estas disciplinas le ha tocado asumir

    en cada momento de su historia paralela, ha condicionado la direccin

    evolutiva de la otra e influido en el grado de conflicto que las rodea

  • LA FOTOGRAFA PINTADA

    29

    permanentemente. De manera que cuando la fotografa asume la labor

    documental de la reproduccin grfica gracias a su aparente capacidad

    objetivadora y a su mayor manejabilidad y velocidad respecto al

    procedimiento pictrico, permite a la pintura explorar ms

    decididamente en la expresin plstica liberndola de la preocupacin de

    representar la naturaleza. En un acto de rebote constante en este

    dilogo de influencias entre las dos disciplinas, en los ltimos tiempos el

    arte hiperrealista ha construido imgenes an ms fotogrficas (Fig. 2)

    (en su intencin de ser fiel en el retrato de la naturaleza, incluyendo una

    cierta visin fotogrfica en algunos elementos como el encuadre,

    iluminacin...) mientras que la fotografa ha atravesado un perodo que

    tiende a la abstraccin inspirado en la pintura.

    La inevitable relacin que existe entre los dos medios y el foco de

    conflicto que se establece entre ellos se sita en el hecho de que la

    fotografa, basada en el principio de la cmara oscura, se apoya en las

    reglas de la perspectiva renacentista y se atiene a un modelo de

    representacin que primero utiliza la pintura. No es extrao por lo tanto,

    que en esta relacin conflictiva pero afn en lo que se refiere a las bases

    del modelo de representacin, las alusiones recprocas entre los medios

    sean constantes desde el surgimiento de la fotografa.

    Fig. 2. Eduard Resbier

    El uso de la imagen fotogrfica como referencia pictrica ha ido

    variando su sentido de forma paralela a su creciente imposicin en

  • LA FOTOGRAFA PINTADA

    30

    nuestro paisaje cotidiano. Pero valores como la aparente objetividad de

    la que, como comentbamos antes, hicieron uso los artistas que vieron

    nacer el nuevo medio, han seguido suscitando inters en generaciones

    posteriores que, no obstante, perciben la imagen fotogrfica de modo

    muy diferente ya que, en su desarrollo, ha ido cumpliendo funciones

    muy diversas y ocupado distintos espacios de nuestra vida cotidiana.

    Si damos un salto en la historia para situarnos en un momento

    mucho ms prximo (1964 en adelante), nos encontramos frente a otro

    maquinista (utilizando el trmino de Franz Roh) que hizo del carcter

    objetivador de la fotografa un baluarte en su mtodo de trabajo.

    Gerhard Ritcher se vale de la fotografa para "objetivizar la observacin,

    corrigindola. As trata de evitar la estilizacin y las alteraciones que su

    punto de vista particular y su proyeccin memorstica podran provocar

    en el sujeto estudiado: 'cuando pinto una foto deca ya en 1972-puedo

    olvidar todos los criterios de referencia y, por decirlo as, pintar en

    contra de mi voluntad; algo que creo enriquecedor' "3. Escoge

    fotografas, que tanto esttica como conceptualmente, carecen de valor.

    "Obviando la solemnidad y relevancia cultural de la historia del arte,

    prefera servirse de la mediocridad feliz y autosuficiente presente en la

    cotidianeidad de las clases medias de aquellos aos de postguerra. [...]

    Provocativamente, afirm preferir una foto de aficionado al mejor

    Czanne" (ib).

    Pero en esta bsqueda de la fra objetividad despojada de toda

    intencin que parece destilar este tipo de imagen fotogrfica, tropieza

    con lo que hay de inevitablemente subjetivo en toda imagen fotogrfica.

    Subjetividad que est presente en cada uno de los momentos del acto

    de fotografiar. An en el caso de la fotografa realizada con ms

    descuido y despreocupacin (tambin ste es un elemento, sea

    intencionado o no su uso, que condiciona el resultado final), la eleccin

    del tema, lo casual o artificial de la escena, la altura donde situamos el

    objetivo, etc..., son todos ellos detalles que cargan de subjetividad a la

  • LA FOTOGRAFA PINTADA

    31

    imagen fotogrfica. En el caso de Richter nos encontramos con una

    doble contradiccin: la de su afn de encontrar objetividad en un medio

    que slo puede ofrecerla de forma aparente. Y por otro lado al basarse

    en la frialdad de esta supuesta objetividad del medio mecnico y

    reproducir su aspecto, se aleja de la apariencia del objeto pictrico, an

    sin querer renunciar a la pintura por estar atado a la idea de que el

    lienzo est ms prximo a la realidad (a ser real) debido a su carcter

    artesanal. As cuando quiere retocar la realidad retratada, no utiliza

    recursos pictoricistas sino otros que se derivan del medio fotogrfico

    como el desenfoque o los barridos. La eleccin de Richter se basa en la

    idea de que la imagen cotidiana del aficionado es la que est ms

    despojada de intencin o pretensiones estticas. No enlaza (ni lo

    pretende) con ninguna lnea artstica anterior en lo que a su apariencia

    se refiere, sea o no del medio fotogrfico, y de esta manera consigue

    liberarse del peso de la historia del arte. Es una imagen que slo

    pretende reflejar un hecho o una escena con la mayor objetividad,

    dando toda la cabida posible a detalles que no contribuyen a hacerla

    ms artstica (por decirlo de alguna manera) sino ms precisa en su

    labor de registro y punto de partida para la posterior reconstruccin del

    momento desde el lbum familiar. En esta eleccin hay un gesto

    (creemos que comn) de aceptar y de obviar lo inevitable del error en el

    que nos sumergimos cuando nos situamos frente a una imagen

    fotogrfica, en lo que a objetividad se refiere. Si no podemos encontrar

    una imagen totalmente objetiva nos podemos acercar bastante al

    situarnos en determinado entorno conceptual. Y en la lectura de esta

    imagen, concluiremos sobre su carcter objetivo (o no objetivo)

    partiendo de suposiciones al menos aparentemente lgicas basadas en el

    tipo de imagen, en el gnero dentro del cual se ha creado o encuadrado

    esa imagen. As, ante una fotografa del gnero documental no

    buscaremos subjetividad, sino la simple intencin informativa de una

    imagen que pretende ser un reflejo asequible de la realidad. Un tipo de

  • LA FOTOGRAFA PINTADA

    32

    representacin que reconocemos por lo caracterstico de sus rasgos y

    que asumimos y asimilamos sin grandes exigencias y a toda velocidad

    por lo abundante y constante de su presencia.

    Nuestra predisposicin ante la imagen fotogrfica est

    directamente relacionada con el reconocimiento de los gneros. Algunos

    de ellos, como la imagen documental o la publicitaria se caracterizan por

    lo cotidiano de su presencia (en el caso de la documental es una

    cotidianeidad en constante renovacin); otros por lo cotidiano de su

    apariencia (elemento con el que juegan a su vez los anteriores con el fin

    de conectar y aproximarse al espectador), como es el caso de la

    fotografa del lbum familiar. Es, en cualquiera de los casos, el factor de

    lo cotidiano un elemento clave que condiciona nuestra forma de

    enfrentarnos a la imagen fotogrfica (Fig. 3). Y es aqu, en la

    cotidianeidad y en la fiabilidad que concedemos a este tipo de imgenes,

    donde estn las claves para comprender la posicin de la fotografa

    como punto de referencia de la pintura, y del otro pintor paisajista.

    Fig. 3. Jos Mara Cuasante

    Referencia a la fotografa como realidad objetiva, no como

    realidad interpretada

    Los fotgrafos, en su afn por retratar el mundo, han ido

    construyendo una "megamemoria" comn, utilizando el trmino que

  • LA FOTOGRAFA PINTADA

    33

    emplea Marc Scheps3. Un mundo revisado y reconstruido a travs de la

    cmara fotogrfica, que a estas alturas del siglo XX forma la base de

    nuestro conocimiento del mundo. Un mundo que es, por un lado,

    nuestro espacio-tiempo recorrido y vivido, y perfectamente integrado en

    l, incrustado como parte de nuestra propia experiencia mundo visto,

    conocido, digerido y perpetuado en nuestra memoria -, la experiencia

    del fotgrafo documentalista pretendidamente objetivada en la imagen

    fotogrfica. Resulta incongruente creer que un punto de vista nico, el

    del ojo del fotgrafo, puede llegar a convertirse en mirada objetiva en el

    objeto final del proceso fotogrfico. Y, sin embargo, en el momento de

    enfrentarnos a la imagen fotogrfica en el momento de la percepcin

    previa a la reflexin (de forma automtica), le concedemos ese valor de

    absoluta objetividad.

    Las razones que nos llevan a actuar de esta manera son, por un

    lado, la apariencia tan prxima a la realidad que nos ofrece la imagen

    fotogrfica. Tanto es as que, cuando con otros medios de

    representacin como la pintura o el dibujo obtenemos una imagen tan

    prxima a la realidad en su apariencia, decimos que parece una

    fotografa. Por otro lado, el hecho que est implcito en la propia gnesis

    de la fotografa: la cmara capta la luz que refleja el objeto fotografiado

    de manera que parece evidente que la presencia del objeto es

    absolutamente imprescindible para obtener su retrato fotogrfico. Es

    decir, que la imagen fotogrfica siempre representa una realidad que se

    manifiesta delante del objetivo. Esta circunstancia, aparentemente,

    reduce mucho el margen para la interpretacin y, por lo tanto, en

    nuestra primera lectura de la imagen fotogrfica (la ms inmediata e

    inconsciente, previa a otro tipo de consideraciones) llegamos a la

    precipitada conclusin de que sta es una imagen objetiva que nos da

    un fiel reflejo de la realidad.

    sta es nuestra posicin habitual frente a aquellas imgenes

    fotogrficas que nos ofrece la prensa, la calle como escaparate grfico,

  • LA FOTOGRAFA PINTADA

    34

    aqulla que no se aleja deliberadamente de la apariencia de objetividad

    con el uso de recursos que ponen en evidencia lo dudoso, inestable y

    engaoso del supuesto carcter objetivo de la fotografa. De esta

    manera, apoyados en la cualidad objetivadora de la fotografa, nos

    entregamos confiados a este acto que podramos calificar de

    apropiacionismo (entendiendo este trmino como el que califica el

    movimiento artstico del mismo nombre), porque cuando damos el valor

    de objetividad a la imagen fotogrfica, sin tener en cuenta que esta

    cualidad queda desvirtuada en la accin subjetivadora de fotografiar, lo

    que hacemos es apropiarnos de la nunca objetiva mirada del fotgrafo y,

    por lo tanto, de su experiencia personal.

    No hablemos por tanto de objetividad de la fotografa sino de

    objetividad aparente y, en virtud de esta caracterstica, de su capacidad

    para crear un mundo ilusorio tan convincente como el real. Tanto es as

    que la seguimos considerando como equivalente de la verdad y la

    engullimos como parte de nuestro bagaje personal, como prolongacin

    de nuestro conocimiento de lo vivido. (Fig. 4)

    Fig. 4. Ricardo Crdenas

    De esta manera nos apropiamos de forma sistemtica de la

    experiencia de miles de personas y adems lo hacemos de manera

    simultnea millones de individuos. Hemos viajado juntos, hemos

    sobrevolado territorios prximos y lejanos, frtiles o devastados por las

  • LA FOTOGRAFA PINTADA

    35

    guerras, hemos sobrevivido al azote de tornados y huracanes, penetrado

    en la tierra y en las aguas de nuestro planeta. Incluso nos hemos

    elevado sobre la tierra tan alto como para poderla contemplar como un

    objetivo lejano. Y casi podemos sentir que abandonarla, como quien se

    muda de continente, no es algo ni tan descabellado ni tan lejano. Hemos

    adquirido este conocimiento y hemos asimilado la informacin hasta ese

    punto gracias al viaje virtual que nos proporciona la imagen documental.

    Una imagen a la que accedemos desde los distintos medios y que crece

    en volumen y efectividad en paralelo al desarrollo de los mass media.

    Todo un abanico de posibilidades para viajar a otros mundos a travs de

    una nave invisible propia de un Julio Verne. Y si nos resulta convincente

    la imagen fotogrfica, ya sea esttica o dinmica, hasta este punto qu

    suceder cuando se desarrollen y perfeccionen los sistemas de realidad

    virtual, los simuladores y dems sorpresas que la tecnologa nos pueda

    deparar en el futuro en lo que se refiere a la aplicacin de la fotografa al

    servicio de la recreacin de mundos o simulacin de espacios

    navegables? Es tan amplia la oferta como lo es nuestra capacidad para

    la asimilacin de informacin en forma de imgenes y, aunque nuestra

    experiencia histrica es breve en este sentido, estamos aprendiendo con

    rapidez. Quizs, la velocidad con la que se desarrolla y se difunde el

    mundo de la imagen, y una formacin que ms bien procede de la

    iniciativa de cada uno, nos hace enfrentarnos a la imagen fotogrfica con

    la ingenuidad del que busca y encuentra la verdad en una imagen que

    engaa al ojo de forma convincente. Devoramos, creemos y hacemos

    propia la experiencia ajena, la del fotgrafo constructor de un mundo

    que descansa en el receptculo de lo que hemos llamado una

    megamemoria comn. Y realmente podemos decir que conocemos ese

    mundo de forma colectiva, un mundo filmado y fotografiado, un mundo

    predigerido y formado por puntos de vista muy diferentes incluso cuando

    se refieren a los mismos espacios. Hay fragmentos donde se superponen

    como transparencias las distintas visiones; todas vlidas y en su

  • LA FOTOGRAFA PINTADA

    36

    diversidad contribuyen a crear un mundo an ms real: "EL MUNDO".

    Variable, contradictorio, ntido y confuso simultneamente en versiones

    solapadas y, sobre todo, absolutamente polifactico.

    Y si es sta la realidad -realidad representada- en la que estamos

    sumergidos, cul ser el retrato del pintor cuando incluso sus recuerdos

    ms ntimos estn en gran parte procesados por el medio fotogrfico?

    (Fig. 1). Todas esas imgenes del lbum de familia, que marcan

    momentos no siempre importantes en la vida de cada uno, son

    transformadas por la fotografa en hechos clave para compartir y

    consumir repetidamente. Se convierten en puntos de referencia

    marcados en rojo sobre el hilo del tiempo y donde podemos conectar

    individual o colectivamente.

    Pero esta experiencia del individuo asociada a la fotografa,

    fotografiada, no slo se cristaliza en el lbum familiar. Miles de flechas

    se disparan desde estos puntos clave de nuestra historia para dirigirse a

    imgenes fotogrficas que pertenecen al colectivo y que, al ser

    compartidas por miles de personas, tienden un puente que conecta

    todas estas experiencias individuales. Nos referimos a los noticiarios

    cargados de imgenes-sucesos impactantes, mil veces comentados y

    fijados para siempre como momentos sealados en la historia de la

    colectividad. Imgenes en peridicos, en las vallas publicitarias, en

    enciclopedias y diccionarios, en la cartelera del cine, en revistas

    prohibidas o no, portadas de discos, pegatinas, psters, etctera...

    Fotografas que forman una gran red de conexin entre miles de

    experiencias individuales que se comunican entre s lanzando miles de

    respuestas que ayudan a constituir esa megamemoria comn.

    El hecho de que el lenguaje fotogrfico se haya impuesto e

    invadido nuestro campo de visin desde la plataforma de los medios de

    comunicacin, es un paso representativo en la fulgurante carrera de la

    fotografa en lo que a la representacin del mundo se refiere. A la

    representacin fiable y objetiva de aquello que no podemos ir a ver

  • LA FOTOGRAFA PINTADA

    37

    personalmente, pero que una mquina, o una consecucin de mquinas,

    nos pueden traer a casa. De forma tan convincente por un lado, tan

    cotidiana por otro, que se ha convertido en el mundo mismo. Un mundo

    que se expresa fotogrficamente y que la pintura retrata adentrndose

    en las particularidades de su lenguaje.

    Retrato pictrico de los recursos expresivos de la fotografa.

    La fotografa, a lo largo de su historia, ha ido desarrollando

    recursos de expresin y comunicacin que la han permitido adaptarse a

    las necesidades que han ido surgiendo en cada uno de los diferentes

    campos profesionales. En el mundo de la prensa ha convivido (y

    convive) la imagen dura, de sujeto rotundo y claro, imagen condicionada

    por la calidad y la textura del papel de peridico, con la imagen de moda

    ms bien de tendencia vanguardista y a veces revisionista con la historia

    del arte en general o de la fotografa en particular; una imagen que se

    puede permitir el lujo de explorar con ms libertad dentro del terreno de

    la plstica porque su objetivo es transmitir y convencer sobre aspectos

    de carcter esttico (trabaja sobre la apariencia). La imagen de

    "sociedad" donde la cmara acredita la presencia del personaje y

    muchas veces se comporta como cmara espa; imagen que parece

    preocuparse de la calidad slo en lo que se refiere a hacer visible todos

    aquellos detalles que afectan o comprometen la imagen pblica del

    codiciado personaje. La imagen al servicio del diseo, manipulada con la

    libertad que le confiere el hecho de estar supeditada a planteamientos

    puramente grficos y que incluye muy diferentes orientaciones, desde la

    ms sofisticada y vanguardista hasta la ms convencional. Y, al mismo

    tiempo, la imagen televisiva, el videoclip o la publicidad, gneros estos

    dos ltimos que en una constante transformacin, retoman recursos

    expresivos propios de otros medios y reciclan y convierten en objeto de

    consumo masivo planteamientos que vienen del mundo del arte

    (fotografa, pintura, instalacin, vdeoarte...). Relacin que puede ser a

  • LA FOTOGRAFA PINTADA

    38

    veces de ida y vuelta como en el caso de Brbara Kruger, que a su vez

    recicla recursos propios de una publicidad rotunda en su afn de

    comunicar.

    Fig. 5. Anete Brezor

    Y al final de toda esta cadena de produccin, la imagen que surge

    de la manipulacin en medios informticos. Aspecto ste al que

    queremos dar una especial importancia ya que est a punto de engullir

    (si es que no lo ha hecho ya de forma generalizada) parte del proceso de

    fabricacin de todas esas imgenes a las que antes hacamos referencia.

    A partir de aqu se abre un mundo de posibilidades para la manipulacin

    de la imagen y no solamente al alcance de profesionales, sino casi de

    cualquiera. De nuevo la accesibilidad de estos medios va a hacer que

    inicialmente prospere una imagen de tendencia barroca y propensa al

    efectismo; una imagen que se deriva de la necesidad de explorar las

    posibilidades del medio (Fig. 5 y 6).

    Fig. 6. Stephaner y Maslin

  • LA FOTOGRAFA PINTADA

    39

    Todo ello en un territorio que poco a poco se va ordenando en

    compartimentos, diferencindose la imagen de uso profesional (en

    cualquiera de sus campos) de la que no lo es. Por otro lado, la capacidad

    que ofrece el medio informtico para el secuestro y manipulacin de

    imgenes (un software de nivel profesional al alcance de todos), as

    como la ampliacin y la inmediatez para el intercambio de imgenes que

    facilitan las nuevas vas de comunicacin (Internet), contribuyen a que

    se difunda un tipo de imagen de muy dudosa calidad creada por un

    individuo que, en muchos casos, carece de la formacin necesaria y que

    puede convertirse en una especie de gnero dentro de este amplio

    campo de la imagen digital. Gnero que, probablemente, acabar siendo

    engullido por el campo grfico profesional en alguna voltereta crtica con

    tendencia a la estilizacin.

    En el terreno grfico, la posibilidad de manipular los tipos con

    recursos ideados en principio para el retoque de imgenes (un margen

    de accin entre lo fantstico y lo aberrante), ha facilitado el brote de una

    corriente renovadora que amplia las posibilidades expresivas de la

    tipografa clsica. Posibilidades que siguen creciendo con la aparicin de

    nuevos paquetes de filtros dentro de los cuales, algunos como el blur o

    desenfoque (recurso que, por otro lado, es heredado de la fotografa, ya

    sea el desenfoque por mal ajuste de la lente o el desenfoque por

    movimiento) se alzan como verdaderos protagonistas, hasta el punto de

    que en estos momentos su uso se ha estandarizado. La reiterada

    aplicacin de estos recursos genera tipos de imagen que quedan

    identificados como propios de las nuevas tecnologas y se aplican con la

    intencin de comunicar este concepto, dentro y fuera de medios

    tecnolgicos propiamente dichos. Un tipo de imagen que surge de

    necesidades puramente grficas, y que ahora son sacadas de su

    contexto para ser utilizadas como frmula expresiva dentro de la pintura

    as como en otras disciplinas dentro del arte. Retratar el efecto blur de

    una fotografa se convierte en un recurso que puede ser til a las

  • LA FOTOGRAFA PINTADA

    40

    necesidades expresivas del trabajo del pintor (Fig. 7) y, al mismo

    tiempo, crea un vnculo generacional que est marcado por el uso

    masivo de la tecnologa. Desde los comienzos de la fotografa hasta hoy

    hemos viajado y avanzado a toda velocidad en el campo de la

    fabricacin de imgenes. Hemos llegado a superar con creces lo que

    poda ser previsible incluso para un observador crtico como Roh que,

    como mencionbamos antes, se preguntaba sobre lo que el futuro

    deparara en lo que se refiere a las posibilidades para el retoque

    fotogrfico. Probablemente sus planteamientos en cuanto a la autora y

    al valor artstico del objeto generado o procesado mecnicamente,

    vuelvan a actualizarse al referirse a la imagen digital. Un problema

    delicado el de la autora en un medio donde la manipulacin tiene un

    margen de accin muy amplio que va de lo que equivaldra a un

    pequeo retoque fotogrfico en el proceso de revelado, a la

    transformacin total y absoluta. Y donde los lmites del respeto a la

    imagen fotogrfica como original an no estn establecidos. En cualquier

    caso, de nuevo "maquinistas" viajando con y en la mquina por una

    nueva realidad llamada virtual. Quizs un nuevo motivo para el retrato.

    Fig. 7. Xavier Veilhan

    Pero volvamos a esos recursos expresivos, frmulas de

    representacin, propios de la fotografa y que la pintura parece haber

  • LA FOTOGRAFA PINTADA

    41

    tomado prestados momentneamente. En algunos casos es simplemente

    la eleccin del encuadre, la forma de componer, quizs un registro

    particularmente fotogrfico de la luz (el flash...), el color, y una ausencia

    de la presencia del autor en la eleccin de una pincelada casi

    inexistente. En otros, la necesidad es la de sugerir, no slo una realidad

    creble (veraz, fsicamente slida) sino una realidad que proviene de un

    territorio mental, un recuerdo, un sueo, algo imaginado que se

    construye con fragmentos de los fotogramas que viven en nuestra

    memoria. Para ello, la fotografa nos ofrece ciertos recursos expresivos

    basados en el deterioro de la imagen fotogrfica, manipulacin que se

    hace posible en los distintos momentos del proceso fotogrfico. El uso de

    estos recursos que llevan al lmite la base intencional de la fotografa -

    como el desenfoque total de la imagen o los barridos de movimiento que

    desdibujan la totalidad del objeto representado-, ha encontrado su

    reflejo en algunos de los filtros (como ya comentbamos, ahora mismo

    totalmente estandarizados) para la manipulacin de imgenes dentro del

    entorno informtico. El hecho de que la pintura se haya hecho eco de

    esta enorme diversidad de recursos que han generado otros medios de

    representacin en desarrollo paralelo, es una prueba definitiva de la

    aceptacin de la confirmada posicin de la fotografa en el campo del

    arte adems de reafirmar la enriquecedora y revitalizadora accin de

    intercambio entre las diferentes disciplinas.

    Fig. 8. Jess Zuazu

  • LA FOTOGRAFA PINTADA

    42

    Movimiento y blur o la delimitacin imprecisa de la realidad

    Las generaciones que hemos crecido en la era de la abundancia de

    la imagen fotogrfica hemos construido nuestros recuerdos de forma

    paralela al registro de una gran parte de ellos a travs de fotografas.

    Esto ha condicionado nuestra manera de seleccionar imgenes para el

    recuerdo y la forma de representarlas en nuestra imaginacin. En cierto

    modo, emulamos el sistema de la instantnea fotogrfica en nuestra

    manera de fijar las imgenes y algunos de los elementos que

    condicionan la percepcin y registro de stas (condicionantes de

    movimiento o iluminacin) quedan grabadas en forma de recurso

    fotogrfico. Nos apoyamos en estos recursos que visualmente estn

    cargados de un significado respecto a la situacin del momento que

    intentamos retener. La imagen rpida desde la ventanilla del coche o del

    tren (Fig. 8), o la de aquel que sentado en la sala de espera de una

    oficina se vuelve y alcanza a ver a duras penas a una mujer que

    desaparece detrs de una puerta. Muchas veces no tratamos de suplir

    totalmente esa informacin que no hemos podido registrar con la mirada

    hasta una perfecta reconstruccin, quizs porque nos faltan puntos de

    apoyo para ello, sino que grabamos estas imgenes con sus

    interferencias, y en nuestro acto de fijarlas de una forma aceptable

    recurrimos a una convencin fotogrfica que suple los vacos con las

    manchas propias del barrido de la imagen en movimiento. Este hbito

    adquirido de formar nuestros recuerdos-imgenes valindonos de

    recursos fotogrficos nos conduce a devolverlos en el momento de la

    representacin, con esa esttica que, por un lado, nos remite a la

    fotografa y, por otro, transmite de forma eficaz el mensaje imagen-

    recuerdo tan sugerente e inquietante (Fig. 9).

  • LA FOTOGRAFA PINTADA

    43

    Fig. 9. Eduard Resbier

    Es sta una imagen de contornos desdibujados que se construye

    en un espacio mental de lmites indeterminados -algo que se adivina a

    pesar del recorte del lienzo- y que est hecha con la materia con la que

    se construye en el espacio mental, materia que se aproxima a la fra

    superficie fotogrfica (Fig. 10), donde la pincelada desaparece bajo el

    peso y la fuerza de la imagen.

    Fig. 10. Steinberg

    La imaginacin nos proporciona imgenes indefinidas, borrosas, en

    constante proceso de construccin y deconstruccin, con espacios para

    la superposicin como un camino abierto en mltiples direcciones

    (convergentes, divergentes o paralelas), con los volmenes rotundos

    pero difusos (Fig. 11) que constituyen nuestro fondo constante, un

    archivo memorstico que se presta al juego de la creacin.

  • LA FOTOGRAFA PINTADA

    44

    Fig. 11. Jess Zuazu

    1 GOMBRICH, E.H. Arte e ilusin. Ed. Gustavo Gili. Barcelona. 1979.2 ROH, Franz. "Realismo Mgico, post expresionismo". Revista de

    Occidente. Madrid. 1927.3 SCHEPS, Marc. Prefacio de La fotografa del siglo XX. Museo Ludwig.

    Ed. Taschen. Colonia. 1997.

  • VIAJE A LA TIERRA

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    Viaje a la tierra

    Reflexin acerca de la destruccin fotogrfica del objeto.

    Mara Jos Gmez Redondo

    RESUMEN

    Este artculo plantea una reflexin en torno al objeto de representacin en la

    prctica fotogrfica y su imagen. Pero ms que una imagen fsica, la autora nos habla

    de la imagen en la memoria, aquella que nunca podr ser fotografiada.

    PALABRAS CLAVE: fotografa, objeto, autor, apariencia, memoria, topografa, cuaderno

    de viaje, fragmentacin, deterioro, reciclado, simulacro.

    1. LA TIERRA

    Segovia , verano 1995

    "Llevo haciendo estas fotos varios aos: en el mes de julio de

    1990 fui por primera vez all, tom las primeras imgenes, volv

    nuevamente en el verano del 92, reconstruyendo topogrficamente el

    lugar en tres grandes paneles con fotografas 10 x 15 cm., hice que el

    tiempo pasara sobre las fotos como pas sobre los objetos, las expuse a

    la intemperie y al sol, las volv a fotografiar, dejando que el proceso de

    visin de la cmara las alterara.

    Algunos objetos son de un tercer viaje hecho a partir de estas

    imgenes ltimas".1

    Madrid , marzo de 1998.

  • VIAJE A LA TIERRA

    46

    He abierto el ltimo cuaderno de viaje y tengo las fotografas sobre

    la mesa, sobre la pared tres grandes paneles, se ven objetos sobre la

    tierra abierta, girada sobre un surco que parece colocarla al revs, veo

    los mismos objetos varias veces a distintos tamaos en diferentes

    posiciones, los colores de la tierra varan en funcin del dao que han

    sufrido por la exposicin a la luz, el ltimo cuaderno de viaje son fotos

    aisladas, pegadas sobre un libro con alguna referencia potica. Me

    pregunto por qu no he enseando nunca este trabajo y me encuentro

    escribiendo estas notas ahora, para precisamente no ensearlo...

    En muchos libros, artculos, se habla de fotografa sin mostrar

    imagen alguna, algunos aluden en concreto a una imagen, otros no,

    hablan de la fotografa en general, sin embargo, a su pesar, a veces

    parece que se refieren ms a un tipo de imgenes que a otras. Por esto

    empiezo este artculo no hablando sobre la "fotografa" sino sobre esta

    fotografa.

    En las imgenes aparecen objetos, objetos fragmentarios,

    desperdicios, objetos sin nombre, vacos de forma sin figura,

    desestructurados. La accin fotogrfica ha ido deteriorando al objeto,

    robndole parte de su forma, aplastando sus caracteres y su textura en

    algunas zonas, cambiando el color.

    Son objetos sin figura en el sentido de Lyotard2, objetos a los que

    la pasin de un discurso ha ido erosionando slo con la mirada, sin

    tocarlos.

    La fotografa tiene tambin esa cualidad "no se limita a reproducir

    lo real, lo recicla".3 Es en el proceso de realimentacin y reciclado donde

    se hace patente hasta qu punto el inocente hecho de fijar la imagen

    que refleja un objeto sobre un soporte fotosensible, puede distanciarnos

    de l, a pesar de creer que lo hemos apresado.

    Quisiera plantear una lectura sobre el retrato del objeto basada en

    la destruccin de ste, donde antes hablbamos de reproduccin, en el

    sentido que le da Barthes4 de " emanacin del referente" (que entenda

  • VIAJE A LA TIERRA

    47

    el proceso en conexin con el concepto biolgico de reproduccin,

    obtenamos un objeto idntico o casi idntico por medio de la luz. La

    restitucin del objeto mas all del recuerdo)

    Existen muchas formas de destruir el objeto fotogrficamente,

    utilizar la figura potica de Barthes en sentido opuesto, olvidando la

    diferencia entre un objeto fsico y una imagen en papel.

    EL NOMBRE

    La primera es la palabra "el nombre del objeto", me gustara

    encontrar objetos que no tuvieran nombre, es decir, objetos salvajes, no

    culturizados no incluidos en una palabra, en una forma. Hoy en nuestro

    medio parece imposible, si ese objeto no tiene un nombre especfico

    tendr un nombre comn, una utilidad, una especie ... Al menos buscar

    objetos que necesiten dos palabras, estos objetos ofrecen ms

    resistencia a la formalizacin, no son salvajes, pero no estn totalmente

    domesticados.

    En este mundo de semi-objetos me encuentro a los materiales,

    objetos a los que la prdida de forma acenta su disolucin fsica hasta

    llegar a no percibirse en ellos nada mas que la materia que lo

    componen, quedando despojados de su uso.

    Estos objetos son fragmentarios desperdicios expuestos a la

    memoria fotogrfica, que los reducir a su apariencia visual, tomados

    por un artilugio que no hace sino reproducir nuestra forma de ver para

    ensearnos a mirar de una forma.

    LA MEMORIA

    Son imgenes construidas en la expectacin, formadas detrs del

    punto de vista, en la retina de la cmara. Imgenes que parecen ajenas

    a nuestra voluntad constructora de dibujantes post-renacentistas, que

    entienden el cuadro como ventana.

  • VIAJE A LA TIERRA

    48

    Objeto y representacin se pueden observar de forma simultnea,

    dibujamos por comparacin y confrontacin con el "natural".

    Esta nueva forma de destruir el objeto por expectacin, nos hace

    vincularlo a las imgenes mentales, a lo elaborado detrs de la retina, el

    sueo, el recuerdo, la memoria.

    En esta direccin camina Benjamin5 cuando habla de memoria y

    prdida del aura, o Baudrillard6 cuando habla del mundo del simulacro,

    un mundo donde la experiencia visual meditica sustituye a la

    experiencia vital, sustituye la realidad por un simulacro.

    Qu sera de nuestros recuerdos sin un lbum de fotos!. Hay

    veces que me pregunto: qu es lo que queda realmente en mi

    memoria, lo que pas, o lo que reconstruyo al ver su imagen pegada en

    el lbum? Dicen que los recuerdos de los nios comienzan a partir de

    que aprenden a dibujar garabatos a los que ponen un nombre, ms o

    menos a los tres aos y medio de edad. Es curioso que la capacidad para

    fijar imgenes en nuestra mente est siempre tan unida a nuestra

    capacidad de fijarlas sobre un papel.

    Ayer cuando suba las escaleras de mi casa al pasar por uno de los

    pisos reconoc un olor que rpidamente conect con uno de los

    recuerdos de mi infancia, una de las casas en la que haba vivido mi

    abuelo, era un olor complejo, procedente de una mezcla de olores que

    quizs puedan confluir en otro lugar. Ahora no puedo recordarlo, como

    tampoco puedo recordar el olor de tantas casas en las que he estado,

    quizs porque no tengo ni palabras, ni medios, ni objetos concretos a los

    que vincularlo.

    LA MIRADA

    En una conversacin con el fotgrafo norteamericano Alex Webb

    nos coment que los que trabajan para la agencia Magnum tienen una

    serie de principios que los que publican sus imgenes deben respetar en

    atencin a la integridad y verdad de sus imgenes.

  • VIAJE A LA TIERRA

    49

    - Se reproducir siempre el negativo o diapositiva en su formato

    completo.

    - No se producirn alteraciones en la imagen, ni textos sobre ella.

    - Los fotgrafos por su parte, no alterarn la escena a fotografiar, no

    tocarn nada, no dirn: eh, t, ponte ah!

    - Los personajes que aparecen no mirarn nunca a la cmara para que

    parezca que el fotgrafo pasaba desapercibido, para que parezca que no

    haba nadie all tomando la foto... Se olvidan que el hecho de separar

    una imagen de un espacio y un tiempo determinados, es una

    intervencin sobre la realidad todava mayor que todas las anteriores.

    Definimos la realidad como aquella cualidad de los fenmenos que

    entendemos como independiente de nuestra voluntad. Las imgenes de

    la expectacin parecen ms reales, quizs porque mantienen nuestras

    manos sujetas a un disparador mientras que nuestra mirada se lleva al

    objeto.

    La foto nos da la evidencia, nos muestra algo que parece estar

    fuera de toda duda razonable, pero lo que nos ofrece es algo

    totalmente cierto?

    Quizs para contestarlo debamos cerrar los ojos.

    Gregory S. B., ciego de nacimiento, cuando recuper la vista no

    dejaba de sorprenderse por cmo los objetos cambiaban de forma

    cuando les rodeaba.

    Aquellos que acaban de recuperar la vista, y que anteriormente

    haban dependido de otros sentidos distintos de la visin, se quedan

    desconcertados por el concepto de apariencia, que es un trmino

    puramente ptico que no tiene analoga con los dems sentidos. Los que

    hemos nacido en el mundo de las apariencias hemos aprendido a

    dominarlo, a sentirnos seguros y cmodos en l. Para los que acaban de

    recuperar la vista, apariencia y realidad no guardan relacin.

    Para un ciego no existe el concepto de espacio, como estar en un

    lugar, el espacio se reduce al propio cuerpo, su posicin no se define en

  • VIAJE A LA TIERRA

    50

    funcin de la distancia a los objetos, sino al tiempo en el que ha estado

    en movimiento.

    Hemos aprendido a soslayar las limitaciones de la visin en la

    formacin de nuestro mundo real, y a construir conceptos y trminos

    basados en nuestra experiencia visual para hablar de realidad.

    Hemos aprendido a destruir los objetos con la mirada y a

    nombrarlos por su apariencia.

    Recuerdo las primeras imgenes que nos llegaban de Marte, una

    panormica en la que se vea el todoterreno "Sojourner" rodeado por los

    "airbags" deshinchados a su alrededor, en las imgenes del paisaje del

    planeta rojo se vean piedras de distinto tamao. Sobre la foto aparecan

    rtulos con nombres.

    "Nada ms llegar se identificaron las piedras "Flap top"

    sorprendente por su forma rectangular y cubierta por una capa de polvo,

    y la cua con su extraa inclinacin posiblemente motivada por una

    corriente de agua. "El Sof " una gran piedra, "Oso Yogui" una roca que

    por su morfologa debe tener un origen diferente al resto.

    Este es "Percebe Bill" la primera piedra que analiz el "Sojourner".

    "Casper" y "Scooby Doo" son dos piedras blanquecinas sobre el rojo

    dominante del paisaje."7

    Esta fotografa panormica se parece mucho a la fotografa de la

    que hablo aqu, se asemeja en varios sentidos: visualmente las dos

    presentan un paisaje definido desde los objetos que le habitan,

    conceptualmente ambos paisajes siendo una visin particular,

    fragmentaria, contingente del lugar pretenden definirlo en su totalidad.

    2. EL VIAJE

    Holanda, verano 1990

    "La identidad del viajero se refuerza en el transcurso del viaje,

    como modo de vivir por l creado, huida para el encuentro. Los

    aconteceres del viaje son estados de la propia identidad, lugares del

  • VIAJE A LA TIERRA

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    alma. El viaje es la negacin del modo de vivir cotidiano, la negacin del

    yo cotidiano como ser yo.

    Viaje como narracin en el proceso de construccin del individuo

    que se culmina con el regreso, culminacin en la negacin del viaje"8

    He vuelto varias veces al mismo lugar, para m la vuelta a un lugar

    representa la esencia mism