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Comunicación y Movilidad Humana Revista Digital Volumen 10 - Nº 128 - Diciembre 2018

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  • Comunicacióny Movilidad Humana

    Revista Digital

    Volumen 10 - Nº 128 - Diciembre 2018

  • 2

    Comunicaciónpara alimentarla esperanza

    Pág. 21

    San Óscar Romero,profeta de la justiciay la comunicacióna

    Pág. 30

    Narrativas nuevaspara vivir en paz

    P ág. 11

    Migración haitianaen RepúblicaDominicana:¿Bienvenida

    o rechazada?Pág. 17

    Caminhosde esperança

    Pág. 26

    En esta edición:

    2

    Junta Directiva SIGNIS ALC

    Presidente:Carlos A. Ferraro (Argentina)

    Vicepresidenta:María José Centurión (Paraguay)

    Directores titularesPrimer Director:Jorge Villa (Cuba)

    Segunda Directora:Lisa Bhajan (Trinidad y Tobago)

    Tercer Director:Alejandro Caro (Chile)

    Cuarto Director:Fernando Ruiz (Perú)

    Delegado de SIGNIS Caribe:Msgr. William John-Lewis (Dominica)

    Directores suplentesHna. Helena Corazza (Brasil),Msgr. William John-Lewis (Dominica)Mónica Fabiola Ayala (Paraguay)Ana Bélgica Güichardo (República Dominicana)Jorge Ortega (México)Nicanor Leyva (República Dominicana).

    Desafiar el discursodel odioPág. 4

  • 3

    Comunicacióny movilidad humana

    si en la práctica, mas allá de alguna buenas intenciones, este pacto mejorará en término reales, la situación de los migrantes. Pero de lo que estamos seguros es que hombres y mujeres de nuestra Iglesia en AL, trabajan en red en el continente, asistiendo estos proble-mas con idoneidad y amor cristiano, desde el comienzo de los movimientos migratorios.

    En este último número del año de Punto de encuentro quisimos abordar este tema para la reflexión y el análisis desde distintas pers-pectivas.

    Pero esta reflexión no está dirigida a los que ya tienen sólido compromiso de palabra y ac-ción con la atención del problema desde di-versas actividades. Está dirigida a quienes vivimos próximos a los migrantes y que es-tamos cómodamente instalados en aquello que millones de personas perdieron y tal vez nunca más recuperen: un hogar, una fami-lia, un trabajo. Las palabras de esta reflexión no son nuestras sino del Papa Francisco:

    Recibir a los refugiados y migrantes es un re-flejo de la catolicidad de un país. “La migra-ción se gestiona con humanidad, ofreciendo una oportunidad de encuentro y de crecimien-to a todos. No podemos perder el sentido de la responsabilidad fraterna. La defensa del ser humano no conoce barreras: estamos to-dos unidos en el deseo de garantizar una vida digna a cada hombre, mujer y niño obligado a abandonar su tierra”.

    En este mes de diciembre, precisamente el 18 es el día del Migrante. Si bien esta par-ticular movilidad humana acaece en todo el mundo, en América Latina reviste sus pro-pias características. Con la migración hay que considerar a refugiados y a desplazados de diversa índole, donde la forma en que se trata a las personas refleja la evidente ausen-cia de los derechos humanos, lo que coloca a los sujetos en un estado de sufrimiento y vulnerabilidad.

    Diversas situaciones políticas, sociales y eco-nómicas, fuerzan a millones de personas a dejar su Patria, su tierra, principalmente mo-tivados porque en los países de donde salen, sus gobiernos no garantizan sus derechos.

    En América Latina, Venezuela, Colombia, Ni-caragua, El Salvador, Guatemala y Honduras llevan la peor parte en este drama humano.

    Pero el problema no está solo en la salida de los territorios sino en los países de destino donde el nuevo escenario es difícil de sobre-llevar porque la mayoría de las veces el trato que se desprende de las políticas de gobier-nos en los países receptores es inhumano.

    En este mismo mes de diciembre, por prime-ra vez en la historia de la ONU, la gran ma-yoría de sus miembros —184 de los 193 que integran la organización— ha llegado a un acuerdo para ordenar y dar seguridad al flujo de migrantes: Pacto mundial para la migra-ción segura, ordenada y regular. No sabemos

    Carta editorial

  • 4

    Javier Barrios*

    La migración no tendría que ser nunca un macizo de historias triste Padre Ismael Moreno

    La crisis migratoria de Venezuela y las Caravanas de migrantes centroamericanos han sido los dos temas más importantes tratados por los medios de comunicación durante el 2018, sin olvidar la crisis migratoria en Europa, o también conocida como crisis migratoria en el Mediterráneo.

    ¿Qué narrativas predominan en los medios de co-municación sobre la migración? Les compartiré mis reflexiones desde la experiencia de produc-ción informativa que efectuamos en la Asociación Latinoamericana de Educación y Comunicación Popular (ALER) y la Red Nacional de Radios Fe y Alegría de Venezuela. Espero que estas ideas contribuyan a incrementar la discusión pública del tema.

    * Comunicador Popular, Vicepresidente de ALER, ca-pacitador en Radio Comunitaria, trabaja en la Red de Radios Fe y Alegría, productor del informativo Latinoamericano Contacto Sur de ALER.

    Tras observar el tratamiento informativo de la migración en prensa, radio, televisión, y redes sociales desde una mirada de los derechos hu-manos llegamos a la conclusión general que en las coberturas periodísticas se perciben tenden-cias y matrices de opinión negativas, creadora de estereotipos y condicionadas por los focos de po-larización política.

    Los seres humanos siempre se han caracterizado por su naturaleza de estar en permanente movi-miento y migrando de un lugar a otro. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), cerca de 86 millones de personas trabajan en países distintos al de origen. Las migraciones no responden solamente a la búsqueda de me-jores condiciones económicas; y sociales en mu-chos casos la movilidad humana puede ser cau-sada por crisis políticas, violencia y guerras. Se calcula que unos 14 millones de personas refu-giadas habitan fuera de su propio país, es decir, alrededor del 7% de las personas migrantes del mundo. La mayoría permanece cerca su patria donde habitualmente vive en campamentos has-ta que la situación en su territorio permita retor-nar. Sin embargo, cada año medio millón de ellos viaja a algún país e intenta obtener asilo. Una

    Desafiar el discurso del odio

    Foto: Abrazo en la frontera México-EEUU. Internet

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    cantidad mucho mayor, cerca de unos 26 millo-nes, pertenece a la categoría de desplazamiento interno; si bien no han cruzado ninguna frontera, muchas veces enfrentan dificultades especiales.

    Se observa que la migración es un tema de inte-rés periodístico para los medios de comunicación. El papel que los medios de comunicación resulta clave en la configuración de matrices de opinión que luego pueden tener una gran influencia en los procesos de recepción del movimiento migra-torio, tratamiento y hospitalidad. Es importante reconocer que la radio, tv, prensa escrita, redes Sociales y portales web tienen una capacidad para personificar las migraciones, colocar como sujeto de derecho a la persona migrante, seña-lando nombres, rostros, imágenes e historias que expliquen los motivos y la realidad de las perso-nas que se mueven de su casa.

    Durante el año 2018 las noticias de migrantes venezolanos estuvieron presentes de modo per-manente en los medios y en la agenda política internacional. Las informaciones publicadas da-ban cuenta que los y las venezolanas viajaban por tierra, mar y aire para tratar de llegar a Chi-le, Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, Panamá, España y los Estado Unidos. La última movilización que fue divulgada en varios medios internacionales mostraba a miles de ciudada-nos(as) de sectores populares y en su mayoría jó-venes caminando unos 3.500 kilómetros por Co-lombia, Ecuador, Perú y gente durmiendo en las calles, en los puestos fronterizos y en los termi-nales arriesgando sus vidas para conseguir llegar a la tierra prometida.

    De acuerdo a investigaciones de Cáritas de Ve-nezuela sobre el patrón de movilidad de venezo-lanos/as hacia el exterior, el último boletín pu-blicado recoge información recopilada entre los hogares entrevistados en 7 diócesis: en promedio el 47% de hogares respondió que algún miembro de su familia había emigrado.

    Entre las causas de emigración registradas se se-ñala que buscan de mejores oportunidades eco-nómicas como la razón más reportada por más hogares (41%), seguida de la violencia y la inse-guridad (15% de los hogares) y otras inespecífi-cas. Según Cáritas la ruta más transitada por las y los migrantes venezolanos se ubica San Anto-nio del Táchira, colindante con el Departamento Norte de Santander (Colombia), cuya capital es

    la ciudad de Cúcuta. Los motivos para cruzar la zona limítrofe son variados, y van desde la com-pra de insumos en general (comida, medicinas, repuestos) hasta la migración a otro país.

    Quienes viajan al ser consultados/as por la in-vestigación expresan las siguientes razones para salir de Venezuela: el derecho a la vida, libertad, seguridad, alimentación, salud, a vivir una vida digna y tener sosiego, las motivaciones también fueron señaladas en necesidad de: buscar mejo-res oportunidades de trabajo, ayudar económica-mente a un familiar, no ven futuro próspero en Venezuela, no les alcanza el dinero para pagar el alquiler, y no pueden mantener la calidad de vida.

    Las y los venezolanos han protagonizado tres im-portantes movilizaciones al exterior denomina-das de la siguiente manera: Turismo cambiario, temor al gobierno, crisis golpea y los pobres migran.

    • Turismo cambiario

    La migración venezolana comenzó por goteo y es ahora una corriente potente. Recordamos que desde el año 2000 los venezolanos hacían viajes de ida y vuelta; eran las clases medias-altas, que llegaban en avión a Miami, a Madrid, Chile, Méxi-co, Ecuador y a Panamá gastando dinero, disfru-taban y “raspaban” las tarjetas con los llamados cupos de dólares. En los países receptores daban la más cordial bienvenida a estos ciudadanos(as) por contribuir a las economías locales.

    • Temor al gobierno

    Entre los años 2006 y 2007 se registraron mo-vilizaciones migratorias por motivaciones políti-cas, descontento con el Gobierno del presidente Chávez y miedo al futuro, las salidas se caracte-rizaron por ser graduales y de un perfil de profe-sionales, grupos empresariales, capas medias y altas de la sociedad.

    • La crisis golpea

    En el 2014 al 2017, los movimientos hacia el ex-terior continuaron siendo de las y los profesio-

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    nales, con maestría, doctorado, estudiantes uni-versitarios y gradualmente los sectores populares quienes huían por la crisis económica, alto costo de la vida y la confrontación política.

    • Pobres migran En 2017 y 2018 los sectores populares de los ba-rrios y comunidades, comienzan a salir por las fronteras terrestres con Colombia y Brasil con destino a esos países u otros como Ecuador, Perú, Chile o Argentina. Lo hacen caminando y buscando ayuda para transportarse, a veces arriesgan sus vidas en el mar para intentar llegar a las islas del Caribe, Aruba, Trinidad y Curazao.

    Para 2017 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estimaba que habían emigrado 1.426.336 venezolanos y venezolanas. En el período 2000-2017 se puede apreciar un incremento en el nú-mero de personas migrantes regulares de 41%. Las cifras de la OIM son mayores: para el primer semestre de 2018 ascendía a 2.328.949.

    En los medios de comunicación se aprecia que la migración venezolana ha generado una ola de matrices de opinión negativas en los países re-ceptores, que en el pasado reciente les recibían con cordialidad cuando las y los migrantes eran médicos/as, ingenieros/as, profesionales, em-presarios/as, preparados/as académicamente o turistas deseosos/as de pasar sus tarjetas de crédito con dólares preferenciales para comprar y gastar en el país.

    Sobre migración venezolana en los medios se ob-servaron las siguientes matrices de opinión:

    • La migración venezolana es una crisis hu-manitaria, se desarrolla una política de ex-pulsión o exiliados/as venezolanos/as, la gente huye del gobierno, constituye un éxodo masivo a pie, se compara la situación migra-toria que vive Venezuela con los desplaza-mientos de ciudadanos/as de países en gue-rra armamentista como Siria o Sudán.

    • Se informa mucho sobre la migración a pie. Circulan vídeos, fotos, artículos y posts en general con títulos como “Miles de venezo-lanos emigran a pie a Brasil”, “Venezolanos emigran a pie por la frontera con Colombia rumbo a Argentina”, “En vía Pamplona-Bu-caramanga, la Cruz Roja atiende a cami-nantes”, estas coberturas generan dudas ya que no resulta tan sencillo cruzar estos territorios caminando.

    • Se señala que la emigración venezolana ha alcanzado récords históricos y no se mencionan en perspectiva histórica los ca-sos de Colombia, Ecuador, Perú, Haití y Re-pública Dominicana generadores de proce-sos migratorios similares.

    • Responsabilizan a las venezolanas de ser motivo del aumento de las infidelidades y hasta de la desintegración de las familias, deterioro de los servicios públicos y perdi-dos del empleo.

    • Los venezolanos son generadores de vio-lencia. Al menos 18 venezolanas han sido asesinadas en el extranjero, entre 2017 y lo que va de 2018.

    • Algunos medios relatan la despedida de familiares, los riesgos en las fronteras de diversos países, cuentan cómo viven los ve-nezolanos en otros países del continente y la necesidad de generar políticas solidarias y humanistas de atención de los migrantes.

    • Se han reportado protestas y agresiones en los medios contra las personas migran-tes venezolanas en Panamá, Perú, Brasil y Ecuador.

    • En los medios se expresa el discurso del go-bierno venezolano que ha señalado que no existe crisis humanitaria y denuncia una campaña contra el país, un montaje o fake new sobre el hecho para justificar una inter-vención extranjera. Informan que la mayo-ría de migrantes son parte de la burguesía, opositores de clase media, hijos de migran-tes europeos, que han salido del país y que en su mayoría viajan engañados por la opo-sición política y terminan lavando pocetas.

    Migrantes venezolanos cruzan la frontera –Internet

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    • Se publican muchas cifras de la migración venezolana pero no existe consenso, hay inconsistencia estadística y las fuentes no siempre se mencionan de forma confiable.

    • La ONU calificó de “crisis monumental” mi-gración de venezolanos.

    • Venezuela desata una crisis regional en América Latina.

    • ¡Los venecos nos están invadiendo!

    En un escenario altamente polarizado y el cre-ciente debate en Venezuela y en América Latina sobre la situación de los proyectos de izquierda y la experiencia de los gobiernos progresistas, sus avances y dificultades, al mismo tiempo que existe un auge de las derechas hace que se con-vierta el tema migratorio en un “arma política” de los actores en confrontación, expresado en el campo de la comunicación con tratamientos pe-riodísticos poco adecuados desde la perspectiva de derechos humanos y en algunos casos esos textos se explicitan en condicionamiento por la polarización.

    La migración venezolana es una realidad pero sus narrativas presentan dudas sobre las causas, ci-fras, historias y consecuencias, y no son relatadas desde una mirada de los derechos humanos con diversidad de fuentes y especialmente con prota-gonismo de los propios ciudadanos que migran.

    Caravanas de la migración

    Las personas migrantes que avanzaron en la lla-mada Caravana de Migrantes Centroamericanos llegaron a México con 11.500 ciudadanos(as) es-timadas en cuatro grupos, dos proveniente de Honduras y dos de El Salvador. Se recuerda que una caravana anterior conocida como el viacru-cis migrante, se inició en marzo de este año y llegó a la fronteriza ciudad de Tijuana a finales de abril, recordamos que prácticamente un mes después surge esta Caravana que incluye cami-natas y traslados en autobuses. Quienes migran desde Honduras, El Salvador y Guatemala han expresado que la causa de la salida se debe a la violencia, la pobreza, la falta de oportunidades y la inseguridad. El principal argumento que uti-lizan los migrantes para pedir asilo en Estados Unidos es que sufren la violencia en sus luga-res de origen y que se sienten amenazados/as de muerte por grupos criminales.

    Es importante destacar que no es la primera mo-vilización masiva de personas migrantes de Cen-troamérica que se hace por el territorio mexicano, sin embargo, en esta oportunidad, lograron una gran visibilidad debido principalmente, al gran número de participantes y a la atención que reci-bió de parte del presidente Donald Trump y de los medios de comunicación.

    El endurecimiento en las políticas migratorias de Estados Unidos, implementadas por la ad-ministración del presidente Donald Trump, ha contribuido a colocar estos temas en la agenda mediática.

    Sobre las caravanas en los medios se observaron las siguientes matrices de opinión:

    • Es una invasión y el Gobierno de Estados Unidos envía tropas a la frontera

    • Las caravanas están llenas de pandilleros y que México les estaba ayudando a pasar. NO QUEREMOS PANDILLEROS, DROGA-DICTOS, VIOLADORES, RATEROS Y MALVI-VIENTES EN NUESTRAS CALLES!

    • Terrorismo: El presidente Donald Trump ad-virtió en un tuit que “criminales y desconoci-dos de Medio Oriente están mezclados” en la caravana de miles de migrantes centroameri-canos que huyen de la pobreza y la violencia.

    • 100 terroristas de ISIS atrapados en Guate-mala mientras las caravanas centroamerica-nas se dirigen a Estados Unidos. (En Judicial Watchy Prensa Libre).

    • Es una invasión pagada por el liberal George Soros, encabezada por la misma Nancy Pelosi y Charles Schumer, los dos líderes de la mi-noría demócrata en el Congreso.

    • El vicepresidente Mike Pence ha dicho que el presidente de Honduras le aseguró que Ma-duro de Venezuela está financiando la cara-vana de migrantes.

    • En varios mensajes de tuits publicados por Trump calificó el éxodo de los/as centroame-ricanos/as como una acción planificada y lle-gó a afirmar que se trata del “asalto a nuestro país por parte de Guatemala, Honduras y El Salvador, cuyos líderes están haciendo poco para detener la caravana, incluidos muchos criminales”. Una maniobra que amenaza la seguridad nacional de los Estados Unidos y que contaría incluso con el beneplácito del Partido Demócrata.

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    El Consejo Nacional para Prevenir la Discrimi-nación (Conapred) en México hizo un llamado a cuestionar los estereotipos, teorías de conspira-ción, mitos, xenofobias y racismo respecto a la caravana de migrantes que avanza por el centro de México rumbo a los Estados Unidos. Cona-pred exhortó a evitar amplificar muchas frases tales como: “expulsar a los migrantes porque nos quitarán los empleos“, “los migrantes nos inva-dirán” o porque supuestamente son los “delin-cuentes”, “No es problema de México”, “Es una invasión“, “Si dejamos que entren, llegarán más“, “Nos quitarán nuestro empleo”, “más bocas que alimentar” “Si no te gusta regrésate a tu país”. Estas expresiones nos hacen caer en discrimina-ción y xenofobia contra la migración.

    Las convergencias discursivas

    Las personas migrantes venezolanas y centroa-mericanas son representadas mayoritariamente en los medios de comunicación y redes socia-les como un problema, como una amenaza, y la causa de las dificultades que viven los países receptores. En ambos casos existen miradas po-larizadas y condicionadas por la confrontación ideológica y los actores enfrentados convierten el hecho migratorio en una herramienta política para descalificar y desacreditar al adversario, ge-nerando miedos perdiendo de vista las miradas humanizadas del hecho.

    En las revisiones de la prensa y cobertura se ob-servan cuatro tendencias simbólicas en los trata-mientos periodísticos, a saber:

    • Diáspora, éxodo y oleadas

    Se genera la sensación espectacularidad, urgen-cia y de grandes masas de personas, avalanchas movilizándose creando la idea que los países re-ceptores serán sometidos a una invasión u ocu-pación peligrosa. Se muestran fotos, imágenes y videos de miles de ciudadanos(as) cruzando puentes, ríos a pie, por las carreteras, pasando frio, en lanchas y terminales terrestres, haciendo cola, en Caravana.

    • Amenaza, y peligro

    Se informa sobre las condiciones de vida de los países exportadores de migrantes, crisis, ham-

    bre, enfermedades, violencia, inseguridad provo-cando un miedo en el país anfitriones a que se ex-tiendan en su territorio diferentes enfermedades, violencia, trabajo sexual, inseguridad, pérdida de empleo, fractura familiar, o que son responsables del sarampión o crisis de matrimonios por culpa de la mujer venezolana y se lleva la ideas sobre la instalación de comportamientos violentos en los países.

    Las coberturas periodísticas generan por lo ge-neral alarma ante la catástrofe argumentando que si los/as migrantes llegan al territorio habrá terrorismo, enfermedades, sucesos, delincuencia extranjera, masificación, pérdida de calidad de los servicios públicos, pérdida de empleo y pocas veces se habla de las ventajas de la migración en los países.

    • Cultura delictiva

    Los flujos migratorios son percibidos en los me-dios como redes de delincuencia, criminalidad y en algunos casos de terrorismo. Se insiste en mostrar cifras de asaltos, conflictos de conviven-cia, y se trata de evidenciar que los problemas de inseguridad son culpa de quienes son extran-jeros/as. Las noticias policiales o de sucesos en muchos casos aparecen protagonizadas por mi-grantes.

    • La marginalidad

    Los medios durante las coberturas han sobre-dimensionado este aspecto y asocian incidentes violentos, inseguridad, comportamientos poco adecuados con la pobreza y marginalidad, lo cual ha contribuido a la consolidación en la opinión pública de determinados estereotipos y asocia-ciones del tipo de inmigrante es igual a “inva-sor”, marginal, problemático”, “conflictivo”, “de-lincuente”, “violento”, “enfermo”, “pobre”, todos son perfiles que favorecen la estigmatización y la segregación socio-cultural. ¿Se estará estimu-lando la aporofobia, el miedo al pobre en los medios de comunicación? ¿Reciben un mejor trato mediático los profesionales y empresa-rios que salieron de Venezuela?

    En diversos casos en redes sociales, portales web, radio, Tv y medios impresos hay una tendencia a presentar las noticias de la migración desde el

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    sensacionalismo por la necesidad de llamar la atención para acaparar lectores, oyentes, televi-dentes, es decir más audiencia –público.

    • ¿Qué hacer?

    La Comisión Interamericana de Derechos Huma-nos, por ejemplo, ha definido que migrantes son personas con derechos, y no solamente ciuda-danos/as de utilidad económica. Recomiendan que los/as migrantes no deben ser considerados como víctimas indefensas ni como delincuentes, personas de mal vivir o peligrosos/as, sino que los gobiernos de países receptores y acogida tie-nen la responsabilidad de combatir las expresio-nes de racismo y xenofobia contra las mujeres, varones, niños, niñas que ingresan a los territo-rios. El propio Papa Francisco el 14 de enero de 2018, ha solicitado al mundo “Acoger, proteger, promover e integrar” a migrantes y personas re-fugiados. Durante mis primeros años de ponti-ficado he manifestado en repetidas ocasiones cuánto me preocupa la triste situación de tantos emigrantes y refugiados que huyen de las gue-rras, de las persecuciones, de los desastres na-turales y de la pobreza. Se trata indudablemente de un «signo de los tiempos» que, desde mi visita a Lampedusa el 8 de julio de 2013, he intentado leer invocando la luz del Espíritu Santo

    En el manual Comunicación para El Diálogo In-tercultural En Contextos De Migración, Xenofo-bia y Trabajo Fronterizo (2013) de ALER hemos acordado colectivamente una serie de acciones que pueden ayudar a ofrecer tratamientos y enfo-ques desde los derechos humanos de los fenóme-nos migratorios.

    La movilidad humana es una agenda prioritaria, su tratamiento, desde quienes hacemos comuni-cación, debe enfocarse, de forma clara y explícita, en los derechos y su protección. En el Encuentro de Comunicación Popular y Buen Vivir realizado por ALER, en 2012, se mencionaba la necesidad de incluir en los contenidos lo siguiente:

    • Visibilizar la realidad y derechos de migran-tes, comprendiendo lo que sucede en el cami-no, no sólo la partida y llegada.

    • Desmitificar la imagen construida y estigma-tizante de los/as migrantes.

    • Comprender no sólo las causas de la migra-ción, sino también su proceso de integración y acogida.

    • Valoración de la diversidad y la integración a través de múltiples estrategias, inclusive las campañas de sensibilización e incidencia.

    • Comprender la construcción de los discursos mediante las agendas periodísticas que nos sirve para interpelar nuestras prácticas coti-dianas.

    Pistas para caminar un mosaico: recomendaciones para comunica-dores/as y periodistas

    Como fruto de los talleres que se realizaron con periodistas, comunicadores y comunicadoras en las provincias de frontera de Ecuador, surgie-ron algunas recomendaciones elaboradas colec-tivamente para la práctica cotidiana, queriendo promover el diálogo intercultural, la inclusión y diversidad así como la no discriminación y pre-vención contra la xenofobia.

    1. Todo ser humano tiene derecho a ser trata-do y nombrado como persona en su dignidad e integridad, sujeto/a pleno de derechos y no sólo como personas con necesidades que atender (re-victimización). Por eso la informa-ción sobre su grupo étnico y país de origen se

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    recomienda cuando sea estrictamente indis-pensable para la comprensión de la noticia. La movilidad humana es un derecho humano, y debe ejercerse con dignidad y seguridad.

    2. Utilizar y plasmar en las noticias / informa-ciones / opiniones las distintas fuentes de información, privilegiando la de su protago-nista. Contrastar las fuentes y ofrecer todas las voces posibles en el marco de pluralidad y diversidad con el fin de reducir al máximo las posibilidades de desinformación, errores, omisiones y ejercer el Manual para perio-distas, comunicadores y comunicadoras Co-municación para el diálogo intercultural en contextos de migración, xenofobia y trabajo fronterizo derecho humano a la comunica-ción. Se recomienda que se incluyan las voces y testimonios de migrantes como actores y no como “accesorios” en la información. Igual-mente la búsqueda del equilibrio de fuentes oficiales, policiales, funcionarios públicos, y las voces de migrantes y organizaciones.

    3. Se recomienda evitar las generalidades y simplificaciones sobre las personas migran-tes a la hora de elaborar las informaciones. Profundizar la investigación periodística para que sirvan como instrumento de incidencia para el mejoramiento de las condiciones de migrantes en situaciones de vulnerabilidad. No debemos olvidar que las personas que cometen delitos son personas concretas, no culturas ni nacionalidades.

    4. Evitar las informaciones sensacionalistas, la exacerbación del escándalo y el morbo que resaltan prejuicios y refuerzan estereotipos sobre la situación de quienes migran. Evitar la adjetivación y calificativos.

    5. Adoptar una posición crítica hacia las actitu-des racistas y/o xenófobas. Promover campa-ñas de sensibilización que cuestionen cual-quier forma de abuso de poder y/o violencia a personas en situación de movilidad humana involucrando a toda la ciudadanía.

    6. Contextualizar las informaciones y promover el respeto a la diversidad como rasgo de la democracia. Profundizar en los análisis sobre la situación socioeconómica del contexto, sin tomar a la migración como causa o efecto ne-gativos de la misma.

    7. Seleccionar los titulares así como las imáge-nes en coherencia con los textos referidos a la información, buscando un tratamiento res-petuoso de la dignidad de las personas y las diversidades culturales. Motivar la vigilancia

    por el cumplimiento y promoción de los dere-chos humanos.

    8. Reflexionar sobre el papel de formadores/as de opinión pública y un ejercicio responsable y ético del derecho a la comunicación a tra-vés de los medios. Promover que los medios de comunicación cumplan su rol como agen-tes de sensibilización social y educativo dan-do seguimiento a la información, abordán-dola con un enfoque amplio, intercultural y de género, así como con una perspectiva de derechos humanos. En este sentido, también participar y promover espacios permanentes de capacitación en derechos humanos desti-nado/a a comunicadores/as para profundi-zar en materia de movilidad humana, perio-dismo de frontera, y otros que se consideren de interés.

    9. Promover experiencias positivas de integra-ción, así como experiencias de diálogo cul-tural en la vida cotidiana que pueden desa-rrollarse en la agenda propia, más allá de lo tomado como actualidad o coyuntura. Por ejemplo, charlas en centros educativos, con-curso de cuentos, festivales, entre otros.

    10. Promover el conocimiento de los marcos nor-mativos internacionales y nacionales sobre derechos humanos, especialmente difusión de los mecanismos de protección (solicitud y seguimiento). Informar sobre procedimientos, recursos y obligaciones que tienen las autori-dades frente a un refugiado/a y/o solicitante.

    “Si somos capaces de pasar de una cultura del re-chazo a una cultura del encuentro y de la acogida (…) El rechazo, la discriminación y el tráfico de la explotación, el dolor y la muerte se contraponen a la solidaridad y la acogida, a los gestos de fra-ternidad y de comprensión. Despiertan una gran preocupación sobre todo las situaciones en las que la migración no es sólo forzada, sino que se realiza incluso a través de varias modalidades de trata de personas y de reducción a la esclavitud. El “tra-bajo esclavo” es hoy moneda corriente. Sin embar-go, y a pesar de los problemas, los riesgos y las dificultades que se deben afrontar, lo que anima a tantos emigrantes y refugiados es el binomio con-fianza y esperanza; ellos llevan en el corazón el deseo de un futuro mejor, no sólo para ellos, sino también para sus familias y personas queridas.”

    (Papa Francisco Mensaje para la Jornada Mundial

    del Emigrante y del Refugiado)

  • 11

    Beatriz González, MA, EMBA*

    “Pedimos ser custodios de nuestros hermanos que están pasando por momentos difíciles y no tienen que comer, son desalojados, no tienen techo.”

    Papa Francisco

    El propósito de este artículo es proporcionar una visión informada acerca del fenómeno migratorio que en su estatus contemporáneo afecta a mi-llones de personas e invitar con ello a que us-ted, estimado lector, se disponga a mantener una actitud de “acogida” hacia cualquier persona cercana —prójimo inmediato— o bien, a nivel de incidencia pública, en la parroquia, en la comu-nidad, en la escuela, en la universidad, en cual-quier espacio común, de forma que se comparta y se generalice la actitud cristiana de la Obra de Misericordia que es “dar posada al peregrino”, en un tiempo donde, principalmente por los me-dios de comunicación masiva y los discursos po-líticos, se le ha dado una gran relevancia en el ámbito público al fenómeno de la migración.

    ¿Qué es el fenómeno migratorio?

    Se cuentan que casi 250 millones de perso-nas en el mundo han emigrado de su lugar de origen a otro lugar para habitar. (ver imagen que muestra las zonas con mayor migración neta). De acuerdo al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) la mayoría del flujo migratorio global se con-sideran como “migrantes económicos y so-ciales”; es decir, personas que han salido de su país en busca de oportunidades laborales o para encontrar una mejor calidad de vida. Den-tro de esta población en movilidad, podemos identificar los que emigran de países en pobre-

    za extrema o con situaciones de conflicto y de persecución, que son los que pueden llegar a jugarse la vida al intentar entrar a otro país. El flujo migratorio total representa el 3% de la población del mundo que para 2018 que es de 7,631 millones de personas.1

    Del total de migrantes, aproximadamente 68.5 millones se consideran población desplazada y 22.5 millones califican en el estatus de “refu-giados”.

    Se define como “refugiado” a aquella persona que huye de conflictos armados, violencia o perse-cución y se ve por ello obligada a cruzar la fron-tera de su país de orígen en búsqueda de seguri-dad inmediata.2

    ¿Qué repercusiones tienela migración humana?

    La aguda influencia de estas poblaciones migran-tes en las sociedades y en las economías de los países contemporáneos, es innegable. Y no sola-mente afectan en razón del número en desplaza-

    1 http://poblacion.population.city2 https://www.acnur.org/noticias/

    press/2018/6/5b29091d4/con-68-millo-nes-de-personas-desplazadas-es-urgente-un-pac-to-mundial-sobre.html

    Narrativas nuevas para vivir en paz

    * Consultora en Antropología Social Aplicada para el desarro-llo, Co-Presidente de Fundación VidaFlorida/Coalición Glo-bal “De Oceano A Oceano” y de ESCIENCIS (Alianza Global para la Salud. Miembro de SIGNIS México.

    [email protected]

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    miento, sino también porque implican la acogi-da—muchas veces no prevista— en los lugares hacia donde se “encala” el flujo migratorio al que se unen, provocando profundos cambios socia-les, que no solamente son provocados por pobla-ción “de paso”, sino porque va habiendo un esta-blecimiento de los que encuentran la manera de hacerlo. La vida encuentra su cauce y modifica el panorama en el que se establece.

    En los espacios internacionales se habla cada vez más de los desplazados, algunos también conse-cuencia de los desastres naturales, provocados en parte por cambios climáticos o situaciones en-démicas de corrupción, violencia y pobreza. Mu-chas de estas personas se desplazan y provocan cambios dentro de los mismos países. Estas son poblaciones de migrantes conformadas por fami-lias enteras obligadas a emprender camino, ya que su seguridad está puesta en riesgo inminen-te. Del cambio climático podríamos estar tam-bién hablando de procesos aparentemente invisi-bles como puede ser la desertificación paulatina o inclusive la desaparición de territorios con la subida de los niveles de mares y ríos importan-tes. Tomando en cuenta todos estos factores y profundizando en análisis prospectivos de diver-

    sas fuentes, es posible prever que el número de refugiados y desplazados, se multipliquen 4 ve-ces en los próximos 10 años. Esto implicaría que para la mitad del primer siglo del segundo milenio, más del 10% de la población mundial será migrante.

    Es entonces un fenómeno a todas vistas de gran-des e históricas proporciones y el que el Papa Francisco ha colocado de manera profética en el centro de su pontificado, posiblemente fun-damentada por su disciplinada observación del acontecer sobre el Pueblo de Dios desde que era Cardenal de la Arquidiócesis de Buenos Aires. Es por eso que desde un inicio nos habla con gran familiaridad de los problemas que vivimos las familias, la Iglesia, gran familia de Dios que pe-regrina. Claramente nos ha ido formando en la conciencia acerca de esa “cultura del descarte” que viene consecuencia de estilos de vida que se derivan consecuencia de todos estos fenómenos sociales de gran complejidad.

    “Hacer la paz, es hacernos cargo de esos herma-nos. Cuando ya olvidamos a los hermanos que está sufriendo, ya sembramos una semilla de violencia.”

    Card. Jorge Bergoglio

    Reencuentro familiar. Internet

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    ¿A quién le debe interesarla migración?

    A cualquier ser humano. A todo aquel que quiera vivir en paz. Toda familia puede convertirse en migrante. Como inclusive lo fue la Sagrada Fa-milia. La condición de migrante puede ser obte-nida no sólo por razones económicas o por ra-zones sociales, sino también por razones de la más diversa índole. Además de que es parte de la naturaleza humana, ya en el siglo XXI, con la interconectividad digital y la facilidad en el trans-porte, en la economía globalizante y globalizado-ra —economías de “vasos comunicantes”— cual-quier persona puede convertirse en migrante.

    Ahora, bien, cuando se trata de migración forza-da, afecta en primer lugar a la Persona Humana, y en consecuencia a la familia, la Iglesia Domés-tica. Es una afectación grave, multifactorial y que implica amplitud de ángulos y de perspectivas. Es por tanto un tema que también interesa a la Iglesia y por tanto a los católicos del mundo. Hoy podemos ver cómo casi cualquier parroquia se ha convertido en lugar de “refugio”, al menos espiri-tual y dónde confluyen muchísimos grupos y cul-turas. Esto es una realidad en muchísimas partes del mundo. Casi todos los obispos de las diócesis de todo rincón del globo, han tenido que estable-cer programas pastorales en idiomas adicionales a los oficiales del país en el que se encuentran. Es una realidad en Europa, por ejemplo, donde los catecúmenos provenientes del Islam y de otras religiones, han ido en aumento en las últimas décadas. Cualquiera que haya visitado un san-tuario mariano en Francia o Alemania, puede dar cuenta de esto. ¡Gracias a la migración se han encontrado a Jesús! Así es como la migración hu-mana es un asunto que nos interesa a usted y a mí. Interesa a quienes queremos edificar la Civili-zación del Amor; nos interesa, si queremos vivir en paz.

    Todo estado moderno, ha tenido y tendrá que contar con una política migratoria que le permita convivir en el contexto global y atender la pobla-ción humana en movimiento. Es una materia de seguridad nacional. Políticas públicas naciona-les y acuerdos de cooperación internacional con mecanismos e instituciones eficaces, serán cada vez más necesarios porque además, los flujos de población migrante se hacen cada vez más com-plejos. Hay evidencia de que se entremezclan po-

    blaciones, tanto migrantes sociales, económicos, como refugiados que huyen por los más diversos motivos. Se suman en grupos para enfrentarse a tortuoso de los trayectos. Hay entonces que com-prender para interesarse y poder hacer algo ante el fenómeno. Estos movimientos siguen una lógi-ca, nos muestran un “camino” histórico. Tienen causas y consecuencias. Nos dan una lectura y claves de comprensión para la política práctica, para crear respuestas responsables al alcance de quienes se interesan. Si queremos que el mundo viva en paz, necesitamos provocar procesos de cooperación, de acogida, de participación, de responsabilidad; solidaridad y caridad partici-pativa y organizada. Multitud de actores a infor-mar, a formar y a articular. Desde lo local, hasta lo global. ¡Hagamos nuestra parte! Y para eso, el primer paso es comprender mejor la realidad.

    ¿Cómo podemos comprendermejor?

    En primer lugar una comprensión integral de la migración. El movimiento humano ha dado pie a que a lo largo y ancho del globo terráqueo mu-chísimas “rutas de migración” hayan cobrado forma y sigan sirviendo de “canales” de movilidad humana.

    Organizaciones globales como la International Fe-deration of Red Cross and Red Crescent Societies (IFRC) o la Organización Internacional de las Mi-graciones (OIM) desarrollan mapas de las rutas de migración humana y entre ellas ha identifica-do las 5 más congestionadas del mundo. Me re-feriré a dos de ellas. La de mayor número, que es la ruta Mediterránea del Este, alimentada princi-palmente de las poblaciones que buscan alcanzar Europa provenientes de 10 países ( Siria, Afganis-tán, Eritrea, Nigeria, Pakistán, Irak, Somalia, Su-dán, Gambia y Bangladesh, en ese orden según aportación de población migratoria). Esta ruta se alimenta principalmente por la persecución reli-giosa y los conflictos violentos entre tribus.3

    Posteriormente la Ruta de América Central hacia América del Norte, que comienza en Panamá y termina en Laredo, El Paso y Tijuana, siendo este

    3 https://media.ifrc.org/global-review-on-migra-tion/es/anexo-c-tendencias-de-la-migracion-y-ca-pacidad-de-resistencia-de-la-comunidad/

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    último el cruce de mayor flujo. Esta ruta migra-toria tiene una particularidad: 68,000 menores sin compañía de un adulto responsable se tiene registrado cruzaron entre 2013 y 2014 de acuer-do a las Aduanas de los EEUU y la autoridad de protección de la frontera de este país. Adicional-mente que se tiene evidencia de cómo estas rutas se combinan con rutas de tráfico de personas, tráfico de armas y redes de delincuencia organi-zada y narcotráfico.

    Un poco más al sur, aunque es un tipo de migra-ción diferente, ya que la ruta terrestre no se pue-de completar debido al Tapón del Darién entre las fronteras de Panamá al norte y Colombia al sur, tenemos la migración de más de 6 millones de personas desplazadas durante las 4 décadas del conflicto armado dentro de Colombia que llegó a su culmen en la primera década después del año 2000.

    En 2018 podemos hablar de tres importantes flujos migratorios que guardan diferentes ca-racterísticas entre sí, utilizando la misma “ruta migratoria”. El primero es un desplazamiento de alrededor de 30,000 migrantes de Haití que se desconcentran al sur hacia la frontera norte del Brasil y al norte, en la Ciudad de Tijuana, en el estado de Baja California Norte, en México.

    El segundo es el de migrantes provenientes de Venezuela, quienes se han establecido en diferen-tes países: Colombia (870,093), Perú (354,421), E.E.U.U. (290,224) España (208,333), Chile (105,756), Panamá (75,990), Ecuador (39,519), México (32,582) y Costa Rica (8,892).4 Esto quie-re decir que cerca de 2 millones de venezolanos han emigrado en los últimos 5 años, establecién-dose en estos países en donde se han inculturado pues muchos cuentan con una formación profe-sional que les ha permitido emigrar de forma le-gal. Posiblemente la excepción ha sido hacia los programas vecinos donde las fronteras son “flo-tantes”, es decir que no hay un muro divisorio, sino que los accidentes de la naturaleza son los que marcan las fronteras.

    Más recientemente podemos también hablar de la llamada “caravana” que es un flujo, posible-mente ya manipulado por diversos actores, que se estima en más de 5,000 personas, entre las

    4 UN Migration Agency, Migration Trends in the Americas, July 2018.

    que se cuentan jóvenes, mujeres, ancianos y ni-ños que han puesto en marcha, expulsados por los estados centroamericanos en conflicto y en si-tuaciones de pobreza, como es Honduras princi-palmente, pero entre los que también se cuentan de Nicaragua, El Salvador y Guatemala.

    “Tanto emigrantes como poblaciones locales que los acogen, forman parte de una sola familia, y to-dos tienen el mismo derecho a gozar de los bienes de la tierra, cuya destinación es universal, como enseña la doctrina social de la Iglesia”.

    (Benedicto XVI)

    ¿Cómo promover, entonces,narrativas de inclusión,

    solidaridad y empatía frenteal fenómeno migratorio?

    El fenómeno migratorio tema que es de prioridad emergente y que se relaciona con otros temas de interés para la creación del Bien Común. Por ejemplo, el desarrollo, el estado de derecho en los países participantes en las regiones económicas formadas por tratados y pactos económicos inter-nacionales.

    Ante la complejidad del fenómeno, se vislumbra también la gran necesidad de desarrollar sereni-dad institucional y personal para poder comuni-car en verdad desde las particulares posiciones de liderazgo, para enseñar acerca de lo que sucede, o bien, para fomentar la capacidad de reflexión para identificar lo prioritario para contribuir al bien de la sociedad; tanto global, como localmen-te. Así mismo, estimular de forma sistemática, la mayor cantidad posible de acciones comunes que puedan ser colaboración estrecha entre las más diversas creatividades.

    También en otras cosas que podemos hacer de manera individual o en comunidad próxima. Por ejemplo, la decisión de cada participante y con nuestro liderazgo, de “caminar juntos”. Es decir, entender que todos somo peregrinos y que parti-cipamos como personas únicas e irrepetibles de un momento de la historia. Una posibilidad que cada quien tiene que pensar en respetar y hacer respetar la autoridad. Con esa autoridad, propi-ciar el diálogo.Y para ello, promover seria y siste-máticamente la “escucha”.

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    Hemos venido dando seguimiento en razón a la afectación a la familia que tiene este fenómeno y la prioridad que tiene este tema en el ponti-ficado del Papa Francisco. Es innegable el flujo migratorio ascendente al que además de herma-nos centroamericanos en lo que hoy podríamos ya nombrar ruta migratoria en América , se han ido uniendo numerosos grupos de migrantes hai-tianos, así como de venezolanos que describo en párrafos anteriores. Tal vez estos pueblos de for-ma más notoria y que sientan precedente a la cri-sis migratoria que se ha ido gestando durante los últimos años en América y el Caribe.

    Por otro lado porque desde la fundación que co-presido, identificamos que dada la comple-jidad del tema tanto para los gobiernos, para la sociedad civil organizada y para las pastorales de Iglesias locales en los países de emisión, de recepción y tránsito de migrantes, se necesita observación y análisis continuo, con perspecti-va antropológica, y con perspectiva a largo pla-zo para una comprensión precisa y sobre todo operativa.

    Es nuestro objetivo, como fundación global y de segundo piso, fomentar precisamente entre los actores más diversos posibles, el desarrollo y ad-quisición de narrativas de inclusión, solidari-dad y empatía, que permitan fomentar el acervo estratégico de voluntad política como vivero de alianzas intersectoriales que ofrezcan soluciones creativas y sostenibles en todos los niveles de in-tervención. Ante estas realidades, es claro que es absolutamente necesario que medios como este de la red global SIGNIS, sirvan de “micrófono” para lograr que estas nuevas narrativas lleguen a los espacios apropiados a fin de inspirar a una urgente e inmediata participación familiar, ecle-sial, social, gubernamental, académica y empre-sarial, efectiva en soluciones concretas.

    ¿Qué respuestas podemos ayudar a que se ofrezcan?

    Como vemos en esta exposición, todo fenómeno humano es necesariamente de gran complejidad y se compone de multitud de factores, inclusive también el tiempo y la participación de muchí-simas participaciones individuales y grupales. Por tanto, toda acción humana dirigida a resol-ver problemas humanos, será siempre limitada.

    Será siempre imposible contrarrestar o al menos intentar responder de forma ordenada a un fenó-meno, con soluciones simples. Soluciones huma-nas, soluciones cristianas. Una respuesta actual e inteligente por parte de la Iglesia en su caminar en la historia.

    Claro que muchas veces ante tales panoramas, desearíamos y pedimos ante el drama humano que significan fenómenos como el de la migra-ción, los desastres naturales o las guerras, que hubiera una intervención divina. Claro que sí podría ser. Sin embargo, mientras —nosotros—la humanidad, asumiendo su autoridad e inteli-gencia, usando la ciencia administrativa, social, médical, de forma que lo que sí haya sea una in-tervención humana, no para todo el fenómeno, pero sí para lograr la modificación de algunos as-pectos específicos que sí se pueden tener peso específico para que dicho fenómeno se modifique.

    Por ejemplo, si generamos entre muchas, miles de acciones, que por ser miles, y que se repitan millones de veces que se hagan una costumbre, sabemos que por consecuencia si podrán nutrir una cultura y si será posible incidir ante la rea-lidad humana. Es así que apelo a la responsa-bilidad de todo cristiano para participar en la sociedad, con un mismo corazón, con una misma visión. ¿Qué características tendrían que tener esas potenciales miriadas de accio-nes concretas con las que sí podemos hacer con el natural liderazgo social del comunica-dor católico?

    Cada quien pone su parte. Eso es a lo que pre-tende, de manera audaz, invitarle a usted, ama-ble lector de este artículo: intentar que entre muchos, propongamos y ejecutemos narrativas nuevas, y que entre muchos podamos crear y es-tablecer nuevas condiciones, para que todas las naciones puedan vivir en paz. ¿Quién se suma?

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    Fabián Vallas*

    ¿Quién es el otro?

    Migrantes andinos llevan su cultura a Lima

    Cuando los primeros colonizadores españoles lle-garon al Imperio incaico, desecharon la idea de fundar su capital en la zona andina por motivos de seguridad. Pese a su derrota en la plaza de Ca-jamarca, los incas constituían una organización poderosa y los colonos no se sentían seguro sin tener cerca un puerto a sus espaldas. Esta fue una de las razones de que Lima sea la única capi-tal entre los países andinos (Colombia, Ecuador, La Paz, Bogotá) que se ubica en la costa.

    Lima creció al influjo directo de España y este peso se sintió con fuerza en la economía, la po-lítica y la cultura. Lima, ciudad de los virreyes, comenzó a desaparecer con la llegada de la Re-pública. Y sin duda, la migración del campo a la ciudad es el fenómeno social más importante del siglo XX que ha dibujado la identidad peruana.

    Si en 1940, de cada tres peruanos uno vivía en la ciudad; hoy, de cada tres peruanos uno vive en el campo.

    El fenómeno social más extraordinario fue el mestizaje debido a la llegada masiva de inmigran-tes del campo a la ciudad. En la década de 1950, los gobiernos populistas y militares incentivaron esta migración por la escasez de mano de obra. Pero pronto la corriente migratoria se volvió in-controlable durante las últimas décadas.

    Si Lima en 1972 tenía 3 millones 302,000 habi-tantes; de acuerdo al censo del 2017, tiene 9 mi-llones 485,000 pobladores. La Lima tradicional de reconocidos apellidos castizos está en extin-ción, para dar paso a una Lima andina, costeña y selvática.

    * Máster en Political Science en la University of New Mexico, Egresado de Sociología de la Pontificia Uni-versidad Católica del Perú y de Comunicación Social de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

    La sociedad peruana se está democratizando a pasos lentos. Como decía el sociólogo Gonzalo Portocarrero, nuestras economías pueden ser que caminan a su descolonización, pero nuestras mentes siguen colonizadas. Cualquier extranjero que observa nuestra publicidad en televisión po-dría pensar que el “Perú es un país de blancos”, pese a que solo tiene el 5.9% de la población na-cional, según el último censo nacional.

    El racismo crónico no está en nuestras leyes, sino en su práctica social cotidiana. Sin embar-go, tenemos muchas razones para ser optimistas. Un gran sector de los migrantes que provienen del campo han sido muy exitosos. La segunda ge-neración ya asiste a las escuelas y la tercera, a las universidades. Ya no se necesitan apellidos tradicionales para aspirar el ingreso a exclusivas escuelas de las fuerzas armadas o universidades. Las instituciones que excluían a los “cholos” es-tán retrocediendo, y muchas de ellas se han ex-tinguido para siempre.

    A nivel cultural, la llegada de los migrantes con su cultura es una bocanada de aire fresco para nuestras diversas manifestaciones en la gastro-nomía, la música, las artes. Lo más rico es que somos una nación formada por diversidad. Un mosaico cultural, en el que debemos aprender a ser tolerantes. Todavía estamos en medio de la tarea de re-conocer ¿Quén es el otro?

    Los Andes en la ciudad

    Foto: Internet

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    Panky Corcino*

    Aunque, en la práctica, República Dominica-na tiene dispersos por el mundo más migran-tes que el número de extranjeros que alberga en su territorio, su población exhibe preocupación, e incluso alto nivel de rechazo, frente a la pre-sencia de haitianos y, en los últimos años, ante una oleada de venezolanos que huye de la crisis económica agudizada bajo el régimen político de Nicolás Maduro.

    “Entre los años 2000 y 2015, el estimado de per-sonas dominicanas que emigró hacia otros paí-

    * Docente universitario y subdirector del semanario económico elDinero

    ses aumentó casi un 50%, al pasar de 880,284 a 1,304,493 personas”, explica el Perfil Migratorio de República Dominicana 2017, del Instituto Na-cional de Migración de la República Dominicana (INMRD), una dependencia oficial adscrita al Mi-nisterio de Interior y Policía.

    El perfil, elaborado por el INMRD con el apoyo de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), destaca que 1,664,640 personas de origen dominicano viven en Estados Unidos, país que acoge al 72% de la diáspora criolla.

    En cambio, la Segunda Encuesta Nacional de In-migrantes en República Dominicana (ENI-2017), arroja que el país acoge unos 570,933 inmigran-tes, de los que el 85.1%, equivalente a 497,835 personas, provienen del vecino Haití.

    Migración haitiana en República Dominicana:

    ¿Bienvenida o rechazada?

    Obreros haitianos en República Dominicana (Foto Panky Corcino)

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    Pero el 53.4% de los dominicanos aboga porque los extranjeros indocumentados sean expulsados del territorio nacional, aunque un 43.7% se incli-na porque se les permita permanecer en el país con la condición de que legalicen su permanen-cia, según la última encuesta de la firma Gallup, levantada entre el 5 y el 11 de marzo de este año y difundida por el periódico Hoy.

    La conocida encuestadora preguntó además: “Hay quienes consideran que la cantidad de haitianos que viven en el país es alta. En su opinión, ¿el Go-bierno debe o no debe prohibir la entrada de más inmigrantes haitianos al país?”. El resultado: un 81.4% respondió “sí” y sólo un 16.9% “no”.

    En el caso de los venezolanos, para la misma pre-gunta, un 50.8% de los entrevistados se inclinó por el “sí” y un 46.4% por el “no”, lo cual eviden-cia un rechazo más arraigado a la inmigración de Haití que a la que proviene de América del Sur.

    El rechazo de muchos dominicanos hacia a los inmigrantes del país vecino se refleja también en el debate sobre la supuesta necesidad de cons-truir un muro de contención en la frontera te-rrestre de 392 kilómetros.

    La idea —impulsada desde hace muchos años por minúsculos grupos de nacionalistas— en-contró ahora, en el vocero de los diputados del conservador Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), Pedro Tomás Botello Solimán, a un polí-tico que sometió un proyecto de ley ante el Con-greso Nacional para disponer del levantamiento de la barrera física.

    La iniciativa declara de “alto interés nacional y necesidad pública” la construcción de un muro fronterizo en la línea divisoria. Por tanto, ordena al Poder Ejecutivo abocarse a crear una comisión encargada de estudiar su factibilidad técnica, económica y su viabilidad financiera.

    Alega que “(...) la construcción de un muro en la zona fronteriza con Haití, tendría un alto valor de efectividad en las tareas de control y vigilancia para la inmigración ilegal, así como en el control de tráfico de personas, narcóticos, armas y de-más actividades delictivas conexas”.

    “República Dominicana no está en condicio-nes de seguir recibiendo de forma incontrolada y masiva la inmigración ilegal desde Haití”, ar-gumenta. Sobre todo después de que -añade- la comunidad internacional abandonó a su suerte

    al vecino país al incumplir las promesas de asis-tencia después del terremoto de enero de 2010 que devastó a Puerto Príncipe y provocó más de 200,000 muertes.

    El perjuicio persiste, pese a que los organismos multilaterales que analizan la inmigración haitia-na señalan su importancia dentro del engranaje económico nacional. En las notas de políticas de República Dominicana titulada “Para construir un mejor futuro juntos”, el Banco Mundial advier-te que si el país cerrara completamente sus fron-teras a los migrantes, “la economía sufriría seve-ras pérdidas en volumen de exportaciones y, por consiguiente, en términos de crecimiento del PIB”.

    El Banco Mundial recuerda que los países de la isla Santo Domingo son el segundo socio comer-cial más importante entre sí, después de Estados Unidos. “En ese contexto, la migración de Haití y otros países representa un factor importante que contribuye a los resultados de crecimiento en Re-pública Dominicana”, afirma.

    En 2017 el intercambio comercial entre ambos países se situó en US$888.8 millones, con un saldo positivo para República Dominicana de US$816.2 millones, al exportar productos por un valor de US$852.5 millones e importar solo US$36.3 millones, según cifras de la Oficina Na-cional de Estadística (ONE). Una relación de mu-tuo beneficio que los nacionalistas obvian en su discurso de rechazo a los haitianos.

    El PRSC introdujo el proyecto del muro fronterizo en momentos en que sectores nacionalistas cues-tionan que el pasado 10 de noviembre haitianos que protestaban contra el Ejército por la incauta-ción de unas motocicletas en la Carretera Inter-nacional, obstaculizaran por más de dos horas el paso de un grupo de dominicanos en el que se encontraba el reputado cardiólogo Pedro Ureña.

    “Fuimos atacados por haitianos armados con ar-mas blancas, cuchillos, machetes, punzones y hachas. Nos quitaron los motores, las llaves, los celulares y nos pusieron a un lado de la carretera junto con un grupo de dominicanos que estaban secuestrados desde hace tres horas”, afirmó Ure-ña. Calificó el hecho como un “secuestro”, al ha-cer la denuncia que tuvo amplia repercusión en los medios informativos y exacerbó los ánimos en los nacionalistas.

    El Instituto Nacional de Migración de la Repúbli-ca Dominicana sostiene que pese a que desde Re-

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    pública Dominicana salen más emigrantes que el número de inmigrantes que aloja, “en los medios de comunicación masiva, como en la opinión pú-blica, es más relevante el tema de los inmigrantes que el de los emigrantes, a pesar de haber una diáspora bastante significativa en número y ac-tiva en relaciones y prácticas transnacionales”.

    La importancia de la diáspora dominicana en el extranjero se refleja en el flujo de remesas fami-liares. En 2017 el país recibió por este concepto un total de US$5,911.8 millones, según el Banco Central y entre enero y octubre de este año unos US$5,397.8 millones. Sin embargo, el presiden-te Danilo Medina renunció a la firma del Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular gestionado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

    En medio de fuertes presiones de grupos nacio-nalistas que rechazan la presencia haitiana en el país, antes de rechazar el pacto Medina creó una comisión para evaluarlo. La integraron tres dependencias del Estado, de la que formó parte la Dirección de Información, Análisis y Programa-ción Estratégica (Diape), una unidad que se en-carga de calibrar el rumbo que llevan la opinión pública y los periodistas en todo momento.

    El Gobierno también rechazó la firma del Pacto Mundial sobre Refugiados propuesto por la ONU porque, según alegó, “podría ser contrario al interés nacional y al ordenamiento jurídico dominicano”.Luego del rechazo a la firma de ambos pactos, representantes de la migración haitiana promo-vieron una caminata deportiva “para reafirmar el amor de dos pueblos hermanos” y la solidaridad y las buenas relaciones entre los habitantes de los dos países que ocupan la isla Santo Domingo.

    La caminata, programada para el domingo 23 de diciembre, en el Parque Mirador Sur, de la capi-tal, tuvo que ser suspendida. Sus organizadores alegan que recibieron “por diversas vías, amena-zas de carácter violento por parte de grupos mi-noritarios”.

    El Colectivo #HaitianosRD, que promovió la ini-ciativa, recibió incluso amenazas verbales de al menos un nacionalista que aseguraba estaba lis-to para ir a disparar a la multitud de inmigran-tes si persistían en su propósito. Días después de circular el vídeo el Gobierno no había detenido al potencial terrorista que aseguraba iba a “derra-mar sangre”, al tiempo que pregonaba que se iba a inmolar.

    Mientras los dominicanos buscan otras tierras, la inmigración haitiana, atraída al principio por la industria azucarera que en la década de 1950 empezó a contratar a braceros para el corte de la caña, se convirtió con el tiempo en una pieza cla-ve en el engranaje económico de los sectores más pujantes de la economía, como la agricultura, la construcción y el turismo.

    “Soy de Cabo Haitiano. Llegué aquí hace 30 años, cuando yo tenía 14”, cuenta Eddy Alexis, quien sirve de capataz a nueve inmigrantes que traba-jan ocho horas diarias por una paga de 400 pesos (unos 8 dólares por jornal) en una finca de arroz de Villa Vásquez, en la región noroeste de Repú-blica Dominicana.

    Le gustaría tener una mejor paga que los RD$8,000 al mes (unos 160 dólares), pero se siente afor-tunado de disponer de un trabajo fijo. Además, cuenta que su empleador le hace una paga extra en Navidad -de hecho le corresponde por el Códi-go Laboral Dominicano aunque Alexis lo percibe como un regalo- y unos RD$15,000 (300 dólares) de gratificación al final de la cosecha.

    “Aquí hay fincas que pagan hasta 600 pesos por día (12 dólares), pero no es un trabajo fijo. Mi pa-trono tiene tres fincas y, por ejemplo, ya tenemos casi tres meses trabajando y todavía no termina-mos, trabajando todos los días, a veces hasta los domingos cuando estamos atareados”, dice.

    Cuenta con un permiso de trabajo y pudo decla-rar ante el Registro Civil a dos de sus cinco hijos de menos de 12 años de edad.

    Desde octubre de 2007 la Junta Central Electo-ral (JCE), que rige el Registro Civil, asienta a los hijos de madres inmigrantes en el denominado “Libro de Extranjería”.

    Al 4 de septiembre de 2017 la JCE tenía asenta-dos en el libro a 62,104 hijos de dos progenitores haitianos y 83,732 en el que al menos uno de los padres proviene del vecino Haití. En general, en-tre octubre de 2007 y el 28 de agosto de 2017 el Estado dominicano asentó a 85,439 extranjeros.En ese período además creó condiciones jurídi-cas para excluir del Registro Civil a descendien-tes de inmigrantes haitianos a los que ya había expedidos actas de nacimiento, y por lo tanto, se desenvolvieron toda su vida como “dominicanos” (de ascendencia haitiana) y , en la mayoría de los casos, sin tener mucho o ningún contacto con la tierra de sus padres.

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    Aunque la JCE empezó el proceso de negación de duplicados de actas de nacimiento desde muchos años atrás, el 23 de septiembre de 2013 el Estado dominicano selló el proceso, calificado de discri-minatorio por los organismos de derechos huma-nos, cuando el Tribunal Constitucional dictó la sentencia número 168-13, el 23 de septiembre de 2013.

    La sentencia del Constitucional, comparada por el nobel peruano Mario Vargas Llosa con una abe-rración jurídica inspirada en las leyes hitlerianas dictadas por los jueces de la Alemania Nazi, obli-gó al gobierno que encabeza el presidente Danilo Medina a desarrollar una intensa campaña diplo-mática para defender al Estado dominicano.

    También, a impulsar una ley que abre una vía para la “naturalización” a los dominicanos des-cendientes de haitianos asentados en el Registro Civil a los que la Junta Central Electoral niega duplicados de sus actas de nacimiento. Dispuso, mediante el Decreto 327-13, un plan de regulari-zación de inmigrantes indocumentados ampara-do en un mandato de la Ley General de Migración (la número 285-04), que data de 2004.

    El Plan Nacional de Regularización de Extranje-ros (PNRE) en situación migratoria irregular ins-cribió a 288,467 personas de 116 nacionalidades entre 2013 y 2015, recuerda Benigno Ricardo To-ribio Guzmán, coordinador del Departamento de Derechos Humanos y Migración del Centro Mon-talvo, una organización del Servicio Jesuita a Re-fugiados y Migrantes (SJRM).

    Toribio Guzmán, quien opera desde Dajabón, en la frontera norte, destaca que el 97.8% (282,536 personas) de los extranjeros registrados son de nacionalidad haitiana. Aunque reconoce que el plan brinda ciertos beneficios a los extranjeros que residían en el país de manera irregular, “en el proceso de renovación hubo un dislocamiento del registro que dificultó que las personas apliquen a la renovación”.

    “De hecho, el Centro Montalvo ha tenido que acompañar a decenas de personas para que va-yan, por dos y tres días, desde las provincias de Mao, Montecristi y Santiago Rodríguez a Bara-hona donde sus documentos tienen más de dos meses y aún no les ha salido el carnet. Y ahora estas mismas personas tienen que trasladarse a Santo Domingo”, dice.

    Asegura además que “en todos los chequeos mi-litares, a nivel nacional, están deteniendo a los haitianos que tienen ya el carné de renovación diciéndoles que éste no sirve y, por esta razón, en estos mismos chequeos, les están cobrando dinero para dejarlos pasar; a eso, nosotros lo lla-mamos extorsión”.

    Necesita de su mano de obra

    República Dominicana, como resaltó el presiden-te Medina en su reciente visita oficial a la China Popular, “ha tenido un crecimiento económico sostenido de 5% durante las últimas 5 décadas y en los últimos 6 años en concreto, con un pro-medio de 6.2% del producto interno bruto (PIB)”.

    La mano de obra de los haitianos contribuye a apoyar ese crecimiento. Y, tal como planteó Gian-luca Grippa, embajador de la Unión Europea en República Dominicana, aunque se sabe que constituyen la principal corriente de inmigración en el país, “no siempre se recuerda que esta mi-gración tiene una gran movilidad, ya que menos de un tercio permanece por un largo período”.

    La mayoría viene en busca de un empleo mejor, “y no para beneficiarse de mejores servicios so-ciales”, apuntó Grippa durante un acto en el Pa-lacio Nacional en el que el Ministerio de Econo-mía, Planificación y Desarrollo (MEPyD) difundió la ENI-2017 a principio de junio de este año. El diplomático recordó, además, que “(...) por cada inmigrante que vive en el país hay más de tres dominicanos en el extranjero”.

    El Banco Mundial resalta que “los migrantes hai-tianos a República Dominicana contribuyen a la actividad económica con trabajadores jóvenes dispuestos a aceptar los empleos que los ciuda-danos dominicanos no quieren ocupar”.

    Advierte que una política de apertura hacia la mi-gración se traduciría en un 0.35% adicional del PIB para el año 2022, mientras que “una políti-ca de deportación haría que el PIB permaneciera 5.7% por debajo del escenario base para 2022”.

    “El comercio se vería afectado por igual, ya que las exportaciones mundiales de RD se reducirían en un 5% frente a la línea de base para el año 2022, mientras que las exportaciones bilaterales hacia Haití se contraerían en más de un 6%”, dice.

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    M. María de Lourdes Rodríguez*

    Uno de los grandes interrogantes perennes de la humanidad, es el sentido de la vida presente y fu-tura. Y últimamente creo que se ha visto terrible-mente colapsada, tanto en los países en vías de desarrollo, como en los desarrollados. En unos países son dramáticas las exigencias de competi-tividad, de marca, del tener y poseer que desper-

    * Comunicadora, miembro de SIGNIS México.

    sonalizan; mientras que en otros los individuos, la persona humana no encuentran el sentido de la vida, el sentido de pertenencia por no contar con elementos básicos para vivir y alimentarse adecuadamente.

    Ser indiferentes ante esta situación es estar in-mersa en la vaciedad y en el sin sentido de una vida cómoda y ficticia. Toda persona humana libremente, debe vivir buscando con alegría ese espacio donde recline la cabeza. Muchos denun-

    Comunicación para alimentar

    la esperanza

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    ciamos, muchos juzgamos, muchos arremetemos contra el gobierno pero hoy deseo hacer una alto. Si, un alto para mi propia introspección y pre-guntarme: ¿Qué me toca a mí? ¿Qué estoy vivien-do yo? ¿Cómo colaboro con los migrantes?

    ¡Aucha!, abrí la herida. Cuánto me quiero a mi misma para amar al extranjero, al indigente, al vagabundo, al migrante. ¿Qué he propuesto a mi propia persona, a mi familia, a mi sociedad? ¡Ah, sí! Preparar tacos y tortas muy ricas con mucho chile…. Sí, eso me gusta a mí, pero ¿les gustará a ellos? Si soy sincera conmigo misma, eso es para calmar mi conciencia, pero sé que una golondrina no hace primavera.

    Creo que lo que me toca y a lo que estoy llama-da es no a hacer actos aislados, ni denuncias al aire, sino a comprometerme como comunidad y buscar sumar y multiplicar.

    Organizar a una pequeña comunidad para pro-mover los valores universales que favorezca una sana convivencia. Buscar formar jóvenes en un liderazgo positivo. Generar sinergia entre líde-res, empresarios y asociaciones civiles para pro-piciar un ambiente de armonía y de convivencia solidaria.

    Pero esto me llevará tiempo, me obligará a salir de mi comodidad, me llevará a quitarme opor-tunidad de estar en el cafecito con mis amigas y momentos de recreación personal… además ¿cómo lo podría hacer?

    ¿Cómo fortalecer los valores universales entre las familias, entre los matrimonios, entre los adultos, jóvenes y niños? Vuela, vuela con tu imaginación, déjate llevar y no pienses en cambiar el mundo, cambia tú… no convenzas a la sociedad, convéncete a ti. Y poco a poco encontrarás la manera de implementar acciones que integren tus iniciativas.

    La violencia en el mundo ha aumentado de ma-nera grave y en dimensiones alucinantes y tú, yo estamos imbuidas de esa agresión y esa desespe-ranza, pero como mujeres nos toca confiar, hu-manizar, dar vida, sentido y esperanza. No creo conveniente vivir angustiados, por el comporta-miento de la sociedad, ni tampoco preocupados por los migrantes, sino ocuparnos y proponer, alentar, crear, actuar en consecuencia.

    Está mal la pornografía, está mal el sexting, está mal la migración, están mal los gobiernos… de-nuncia, denuncia, denuncia… ahora me toca anunciar. Si, anunciar. Hacer algo a favor del bien común y de la participación. Buscando con solidaridad y entusiasmo un nuevo proyecto de vida para mí, que me lleve a poner a servicio de mis hermanos los dones y cualidades que poseo. Si, los poseo y posees dones y cualidades.

    Créete eso dones y esa capacidad. Devela tu pro-pia fuerza, tu propio vigor. Sigue tu instinto na-tural y construye paso a paso, un paso a la vez. Piensa, reflexiona, cierra los ojos y recorre a tus amigos, a tus conocidos. A quién podrías compar-tir tus inquietudes más profundas, quién estaría interesado en colaborar contigo en esta misión. Investiga en tu ciudad qué asociaciones, qué em-presarios están comprometidos con el bien co-mún y son subsidiarios. Y tendrás dos opciones, una sumar y multiplicar participando en lo que ya existe o iniciar de cero con tú iniciativa.

    Ambas son buenas para ti, ambas son buenas para mí. Debe ser una asociación o una ONG a tu medida, a tu necesidad de aportar y crecer como ser humano; como mujer, como persona compro-metida con la sociedad y contigo misma.

    Personalmente creo, después de mi introspección, que conviene iniciar con jóvenes de 12 años, ya que existe una preocupación real de los padres de familia para este sector de la población, creo que si iniciamos a saciar esta necesidad, podre-mos tener una mayor penetración.

    Yo me enfocaría en la transmisión de valores, dar sentido a la vida, buscar satisfacer y dar pleni-tud con acciones concretas. Eliminar círculos vi-ciosos, transmitir amor proponiendo ambientes sanos.

    ¡Ay! Espero no estarme enredando ya que se ve como una labor titánica. Pero es más sencillo y más fácil si se pone por escrito las iniciativas, por ejemplo: propón temas de acción social, actividades deportivas, culturales, recreativos y ecológicos.

    La acción social les fascina a los adolescentes, sacan todo su potencial y su capacidad de inicia-tiva. Al mismo tiempo que sacian su necesidad de aportar y ser tomados en cuenta. Se podría adop-

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    tar un pueblo, reforestarlo, impulsar su artesanía o su medio de producción. Podrían implementar talleres e idiomas y oficios. Impartir pláticas de superación personal, proponer asistencia psico-lógica, jornadas médicas y que sean los mismos adolescentes quienes consigan a los ponentes, a los médicos y psicólogos.

    En cuanto a las actividades deportivas pueden ser carreras, torneos de futbol u otro deporte que interese a la localidad. Torneos inter colegial pero sumando a equipos o comunidades más necesi-tadas y vulnerables.

    Y los eventos culturales, no sé qué se te ocurra a ti por los intereses particulares de tu comunidad, pero me interesaría escucharte.

    Creo que en tu región hay actividades propias se-gún la temporada. Yo pensaría de manera uni-versal en concursos de talentos, conciertos, algo interesante para los chicos. La actuación, la crea-ción de capsulas… algo de fácil gestión y al al-cance de sus iniciativas e intereses.

    Y en cuanto al cuidado de la casa común, puede ser la limpieza de la ciudad, limpieza de playa o bosques, la reforestación, paseos en familia, pro-poner algo del tema de reciclaje… muchas cosas se podrían proponer.

    Pero momento, creo que podríamos ponernos un poco los pantalones largos y pensar en activida-des de mayor envergadura: proyectar un congre-so, con pláticas, talleres y testimonios que invi-ten a vivir intensamente. Velando por el propio potencial y el de la comunidad.

    Por medio de las redes sociales promover cam-pañas de valores como la solidaridad, la respon-sabilidad, la honestidad, el respeto… se podría proponer presentarlo a los colegios con todo un plan de acción.

    Algo básico es identificar a los líderes, formarlos, motivarlos y proyectarlos. Plantearles la necesi-dad, hacerles ver esa necesidad existente y lan-zarles el reto. Por medio de talleres escucharlos y más que guiarlos, acompañarlos. Confiar en ellos y que decidan. Pero no te preocupes, no te quie-bres la cabeza.

    ¿De dónde sacarás los líderes? Están ahí, sólo presta atención, pueden ser miembros de tu fa-

    milia, chicos de la colonia donde vives o hijos de los amigos con los que te reúnes. Podrías ir inclu-so a una secundaria a presentar la propuesta o hablar con una directora de colegio o un maestro de educación física. Sólo se trata de canalizar tus objetivos, dirigir tu energía hacia tus propios in-tereses. Lleva tu inquietud y tu propuesta en el corazón y se abrirán las puertas… podrías tam-bién acudir a una radio, cuando hay decisión la tenacidad llega sola. Sólo debes ser convincente ante ti misma y arrastrarás a los demás.

    Sencillo, no. Sencillo no es. Pero si lo quieres, quiérelo. Ponte en camino.

    No pretendamos que el amor al migrante surge por generación espontánea. No, no voy a recibir con amor y creatividad al migrante, si antes no acogí a mi amigo, a mi vecino, al repartidor del periódico.

    No, eso no es fácil. Pero si siembro en los ado-lescentes el amor y el impulso hacia el recono-cimiento y el valor de la persona humana, si lo hago vivir experiencias de participación social y compromiso solidario, si lo invito a compartir y crear actividades para velar por el bien común, será más sencillo vivir el amor al prójimo en cual-quiera de las circunstancias en que se encuentre la persona humana.

    Ahora, ahora me toca, te toca sembrar, toca pro-mover y picar piedra… y mañana otros te segui-rán y te ayudarán a recorrer el camino. Recuerda que todos somos migrantes y vamos de paso por esta tierra. No los dejes solos, el migrante, el ado-lescente te necesita.

    Yo creo en ti, hazlo creyendo en ti. Cambiará el rumbo de tu vida, tendrás fija la mirada en acti-vidades que te impulsan y dará nuevo sentido a tu vida.

    Brillarás desde dentro, tu centro persona se in-tegrará y reflejarás la grandeza que posees… na-cerá en ti una comunicación llena de esperanza y una colaboración natural y muy genuina de la movilidad humana.

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    “Definitivamente, en este lado del mundo, cuando los medios de comunicación son apropiados por los pueblos, se desburocrati-zan y se convierten en lugares de expresión de la palabra y de construcción de formas emancipadoras de vida. Aquí, la comunica-ción es mediación de sociedades que tienden puentes de relación con otras sociedades y también con la naturaleza y con el futuro. Por eso se hace comunicación desde el arte, desde las experiencias educativas, desde la vida familiar y grupal, desde las calles y des-de los puestos de trabajo. Se hace comunica-ción para construir propuestas de desarrollo entendido como proceso de transformación, para luchar contra la discriminación, para evangelizar, para educar transformando, para inventar fórmulas de paz, para comba-tir la violencia contra la mujer y los niños y niñas, para forjar sociedades con equidad e individuos con autoestima.” Adalid Contre-ras Baspineiros, comunicólogo boliviano, sis-tematizador de experiencias innovadoras de comunicación para el Buen Vivir.

    Actos heroicos y testimonios evangelizadores de sembrar esperanza son la respuesta que

    se encuentran al término de la etapa de sis-tematización de experiencias y prácticas de comunicación para el Buen Vivir definidas por las Asociadas Nacionales de SIGNIS en seis países latinoamericanos. En Brasil es-tás prácticas son reconocidas por el Prêmio Odair Firmino de Solidariedade de Caritas Brasil desde el año 2010.

    Los niños en zonas de guerra, las mujeres violentadas, una comunicación por la Paz es lo que lega Colombia en la sistematizaciones realizadas por Centro de comunicación edu-cativa Audiovisual CEDAL, Centro Popular para América Latina de Comunicación, CE-PALC y Red de Radio Escolares de Arauquita, del grupo Comunicarte. Experiencias inno-vadoras de comunicación para el buen-con-vivir bien-transformar, son también actores sociales que construyen sentidos de vida en armonía y plenitud.

    La voz de los medios en defensa de los dere-chos humanos y cristianos se encuentra en los trabajos de Democratización de la infor-mación para el ejercicio de los derechos hu-manos – DEMOINFO, Paraguay; en CHASKI-COM, experiencia de jóvenes comunicadores para jóvenes de barrios populares en Ecua-dor y D1 Asociación Cultural en el Perú ha privilegiado el arte como el camino para la incorporación de los jóvenes de los barrios populares o pueblos jóvenes de Lima en la sociedad, haciéndolos protagonistas de sus vidas, abriéndoles oportunidades y diseñan-do paradigmas esperanzadores de socieda-des de bienestar.

    Radio El Salinerito (Ecuador), Radio Lata-cunga (Ecuador), Rede Noticias da Amazo-

    Comunicación para un buen convivir y bien transformar

    Adalid Contreras. Foto SIGNIS ALC

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    nía (Brasil), Radio Voces Nativas (Paraguay), y SIGNIS ALC restituyen a la naturaleza su función social para garantizar la soberanía alimentaria, la conservación del patrimonio agua, suelo y biodiversidad y el bienestar de las comunidades.

    Una educomunicación colaborativa, partici-pativa, dialogal, transformadora, para la con-vivencia y la vida digna nos muestran en la Ludoteca Pukllana del Centro de Educomu-nicación San Viator ubicado en Lima, Perú; así también Cine Mundo Chico, Argentina, promoviendo mediaciones, que aproxima el cine a los adolescentes desde un reconoci-miento diferente al que suele realizar como mero espectador de un espectáculo.

    La experiencia de Webradio Migrante y su programa Missão Paz (antes Pastoral del Mi-grante), en Brasil, pone las nuevas tecnolo-gías al servicio de la educomunicación.

    Algunas de las experiencias sistematizadas son explícita, radical y fundamentalmente evangelizadoras, inculturadas en los tiem-pos, como se aprecia en la definición de la razón de ser de Radio Latacunga. Igual que la experiencia de Natal de Verdade de la As-sociacao Evangelizar é Preciso en Curitiba, Brasil, que busca escribir la historia desde una perspectiva esperanzadora, que supere la visión mercantilizada de la sociedad.

    La opción preferencial por los pobres desde la perspectiva del Evangelio, es la experiencia comunicacional de SIGNIS ALC, se traduce en la comunicación como una pastoral libe-radora, educativa, ecologista, participativa, con capacidad de denuncia y anuncio de la Buena Nueva, en una Iglesia latinoamerica-na que en la fidelidad de su misión se asu-mía como “la voz de los que no tienen voz en la sociedad”, evitando ser manipulada y conservando celosamente su independencia profética.

    Estas experiencias se reunirán en Quito en el mes de febrero 2019, en el Seminario In-ternacional de “Comunicación para el Buen

    Comunicadores comunitarios, Radio Voces Nativas.Paraguay

    Convivir”. También se prevé el lanzamien-to del libro “Educomunicación para el buen convivir y bien transformar”.

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    Por Osnilda Lima, fsp*

    Acolher, proteger, promover e integrar os migran-tes e os refugiados essa é a provocação que o papa Francisco faz ao mundo, em especial aos cristãos católicos.

    Debaixo de uma árvore lá estavam os quatro. Era por voltas das 15 horas. Sob o sol forte, com o agravante de ser próximo à Linha do Equador, a região apresenta clima com temperaturas maior em relação a outras regiões, eles já haviam ca-minhado aproximadamente 30 quilômetros, saí-ram de Pacaraima (RR) na tarde do dia anterior. Passaram à noite às margens da BR 174 que liga à cidade de Boa Vista (RR). A família Martines Gomes tinha percorrido cerca de 690 quilôme-tros desde San Félix, na Venezuela, até chegar ao Brasil. Tenemos mucha hambre y sed, disse Adriana Gomez, 18 anos, ao nos contar que es-tavam sem forças para prosseguir a caminhada, pois estavam com muita fome e sede, não tinham

    * Periodista, miembro de SIGNIS Brasil.

    comido nada naquele dia. Alguém no caminho doou alguns biscoitos, mas estavam reservando para o pequeno José Armando, 2 anos, que no colo da mãe Eglis, 36, tentava sugar o leite do peito, mas aparentava sem força e Eglis disse que não tinha mais leite. Não havia se alimentado, nem bebido água naquele dia. Edson, 15 anos, sentado na raiz da árvore, não pronunciou uma palavra. Olhar triste, distante. A intenção da fa-mília era chegar a Boa Vista. Pela frente, tinham ainda, aproximadamente 211 quilômetros.

    Assim é a saga de boa parte dos imigrantes ve-nezuelanos que cruzam a fronteira venezuelana para o Brasil, fugindo da miséria deixada pela crise social, política e econômica de sua terra.

    Segundo a Polícia Federal (PF), com atualização em outubro último, de 2015 a 2018, 85 mil ve-nezuelanos procuraram a instituição no Estado de Roraima em busca de regularização. Dentre os 85 mil, 54,1 mil solicitaram refúgio e 18,9 mil, residência, outros 12 mil haviam agendado aten-dimento até a data. Entre 2017 e 2018, 176.259

    Caminhos de esperançaImigrante Venezuelana, em um superervado em Boa Vista. Foto: Marcelo Camargo/Agência Brasil

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    entraram pela fronteira, mas 90.991 (51,6%) des-ses saíram do País, 62.314 por via terrestre e ou-tros 28.677 embarcaram em voos internacionais. Entre Pacaraima e Boa Vista foram construídos 13 abrigos com a capacidade para 6.070 pessoas. Calcula-se que cerca de dois mil venezuelanos estão vivendo em situação de rua em Boa Vista. Os desafios enfrentados nesta situação humani-tária incluem a falta de abrigamento, acesso a serviços, desconhecimento das leis brasileiras. Os venezuelanos chegam com pouca informação sobre o Brasil. Os desafios de sobrevivência são imensos, a maioria não tem dinheiro para mo-radia e acabam em situação de rua, famílias in-teiras. Há outros agravantes como a integração e o enfrentamento à xenofobia em um contexto de tensões e polarização política, a qualificação desperdiçada em empregos informais com baixa remuneração, a barreira da revalidação de diplo-ma, a falta de acesso ao aprendizado da língua, a exploração laboral em fazendas, minas de carvão, indústria madeireira. Contudo, essa realidade da migração ocorre em todo o mundo, não só Bra-sil&Venezuela.

    A migração no mundo – De acordo com o papa Francisco, em sua Mensagem para o Dia Mun-dial do Migrante e do Refugiado 2018, o encontro com o outro não para no acolher, mas envolve mais três ações: proteger, promover e integrar. “No verdadeiro encontro com os outros, seremos capazes de reconhecer Jesus Cristo que pede para ser recebido, protegido, promovido e integrado? O encontro com Cristo é a fonte da salvação, uma salvação que deve ser anunciada e trazida a to-dos”, afirmou o santo padre. “Repetidas vezes ex-presso especial preocupação pela triste situação de tantos migrantes e refugiados que fogem das guerras, das perseguições, dos desastres natu-rais e da pobreza. Trata-se, sem dúvida, dum ‘si-nal dos tempos’’’, afirma Francisco.

    Segundo o Alto Comissariado das Nações Unidas para os Refugiados (ACNUR) e Departamento de Assuntos Econômicos e Sociais das Nações Uni-das (UN DESA - 2017), ao redor do mundo, 173 milhões de refugiados são deslocados por guer-ras e conflitos, mais que na II Guerra Mundial. E para cada grupo de 113 pessoas no planeta: 1 é solicitante de refúgio e 4 são migrantes inter-nacionais ou deslocados internos. 12% da popu-lação mundial é constituída de migrantes inter-nos, deslocados, desplazados. No mundo, 13% do total de migrantes são latino-americanos. Na

    América Latina há 57,5 milhões de migrantes internacionais, já os refugiados são 804 mil. Os deslocamentos internos no continente Americano chega a 5,4 milhões. 6,1% é a porcentagem da população da América Latina é constituída por migrantes internacionais. Migração venezuelana ao Brasil – Como estra-tégia de resposta humanitária, o governo brasi-leiro iniciou o processo de interiorização da qual o Alto Comissariado das Nações Unidas para os Refugiados (ACNUR), agência da Organização das Nações Unidas (ONU) faz parte. Entidades da Igreja Católica e sociedade civil se somam a essa iniciativa no processo de integração tais como: Aldeais Infantis, Caritas Rio de Janeiro, Cáritas São Paulo, Cáritas Manaus, Cáritas Brasileira, Caritas Paraná e Cáritas Santa Cantarina.

    Outras organizações da sociedade civil passa-ram a integrar a resposta emergencial oferecen-do vagas em seus centros de recepção em todo o país entre essas estão a Missão Paz, Pastoral do Migrante, Centro Pastoral em Cuiabá, Igrejas Evangélicas, entre outros. Ao todo, 3.077 vene-zuelanos foram para outras cidades brasileiras. Todos que viajam com a ajuda do governo e da ONU aceitam voluntariamente participar do pro-cesso, são instruídos sobre as cidades de destino, vacinados e devidamente regularizados em suas documentações, inclusive com carteira de trabal-ho e CPF.

    Acolher, proteger, promover e integrar – Para garantir acolhida, proteção, promoção e inte-gração, verbo