revista prevención de incendios 48

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E ENTRE LÍNEAS A primeros de octubre se han celebrado en Mallorca las IV Jornadas Internacionales de Seguridad Contra Incendios en Hoteles. Habitualmente los organizadores suelen hacer un balance triunfalista de los eventos que organizan y en este caso se pueden hacer algunas lecturas positivas, como que las Jor- nadas tuvieron una gran calidad en la mayoría de las ponencias y se expusieron ideas y novedades muy interesantes; que las instalaciones –hotel, salón de conferencias, comidas, etc.– han sido estupendas y del agrado de todos; que los asistentes, por lo general, quedaron satisfechos o muy satisfechos de su participación en las Jornadas, y que el simulacro de emergencia estuvo muy bien planificado, bien eje- cutado por todas las partes y fue en su conjunto muy vistoso. Pero, siendo realistas, se ha de reconocer que la participación fue menor de la esperada: hubo 150 asistentes en total, lo que provocó que en po- cos momentos se superase la presencia de apenas 100 personas en la sala durante las conferencias. Y lo más grave fue que la representación del gremio hotelero fue escasísima a pesar de que eran el principal público objetivo. El hecho de celebrar las Jornadas en Mallorca, uno de los principales destinos turísticos de Europa y por lo tanto con una gran planta hotelera y donde radican algunas de las principales cadenas hoteleras españolas y europeas e incluso del planeta y contar con la colaboración de las Autoridades Turísticas de la Isla, hacía presagiar una importante presencia del sector hotelero. Desgraciadamente no fue así, la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca que había sido invitada a presentar una ponencia y explicar sus puntos de vista, declinó la invitación y manifestó que estaban temerosos de que su asistencia fuese utilizada por los organizadores para propiciar y exigir una legislación más rigurosa. Las autoridades españolas del sector turístico también fueron invitadas a estar en estas Jornadas para exponer su postura, pero denegaron su participación alegando que esa competencia está transferida a las Comunidades Autónomas. Sin embargo, sabemos que la Administración Turística del Estado –que de incendios saben poco o nada y que parece que estén más cerca de los hoteleros que de los huéspedes–, se oponen a nuevas regulaciones europeas de Seguridad Contra Incendios en hoteles y en Bruselas votan en contra de estas iniciativas. Por su parte, las autoridades competentes, o sea las autoridades turísticas de las CCAA, también brillaron por su ausencia. Sin duda, esto denota una importante falta de sensibilidad ante un problema real. En un informe ela- borado este verano por la APTB con datos publicados en los medios de comunicación sobre incendios en hoteles se recogían los incendios que afectaron a 10 hoteles españoles durante los meses de julio y agosto de 2010, lo que confirma que estos establecimientos sufren incendios que afectan e incomodan a sus huéspedes y a sus trabajadores y que por tanto, una de las preocupaciones de las autoridades y los propietarios de los hoteles debería ser evitar y reducir el número de incendios. Hemos detectado que no muchos de los hoteleros españoles tienen la preocupación de proporcionar a sus hoteles la mejor seguridad para sus clientes, sino cumplir con la legislación vigente y están más Seguridad Contra Incendios en hoteles Prevención de INCENDIOS Número 48 – 4º Trimestre de 2010

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Revista Prevención de Incendios 48

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Page 1: Revista Prevención de Incendios 48

EENTRE LíNEAS

A primeros de octubre se han celebrado en Mallorca las IV Jornadas Internacionales de Seguridad Contra Incendios en Hoteles. Habitualmente los organizadores suelen hacer un balance triunfalista de los eventos que organizan y en este caso se pueden hacer algunas lecturas positivas, como que las Jor-nadas tuvieron una gran calidad en la mayoría de las ponencias y se expusieron ideas y novedades muy interesantes; que las instalaciones –hotel, salón de conferencias, comidas, etc.– han sido estupendas y del agrado de todos; que los asistentes, por lo general, quedaron satisfechos o muy satisfechos de su participación en las Jornadas, y que el simulacro de emergencia estuvo muy bien planificado, bien eje-cutado por todas las partes y fue en su conjunto muy vistoso. Pero, siendo realistas, se ha de reconocer que la participación fue menor de la esperada: hubo 150 asistentes en total, lo que provocó que en po-cos momentos se superase la presencia de apenas 100 personas en la sala durante las conferencias. Y lo más grave fue que la representación del gremio hotelero fue escasísima a pesar de que eran el principal público objetivo.

El hecho de celebrar las Jornadas en Mallorca, uno de los principales destinos turísticos de Europa y por lo tanto con una gran planta hotelera y donde radican algunas de las principales cadenas hoteleras españolas y europeas e incluso del planeta y contar con la colaboración de las Autoridades Turísticas de la Isla, hacía presagiar una importante presencia del sector hotelero.

Desgraciadamente no fue así, la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca que había sido invitada a presentar una ponencia y explicar sus puntos de vista, declinó la invitación y manifestó que estaban temerosos de que su asistencia fuese utilizada por los organizadores para propiciar y exigir una legislación más rigurosa. Las autoridades españolas del sector turístico también fueron invitadas a estar en estas Jornadas para exponer su postura, pero denegaron su participación alegando que esa competencia está transferida a las Comunidades Autónomas. Sin embargo, sabemos que la Administración Turística del Estado –que de incendios saben poco o nada y que parece que estén más cerca de los hoteleros que de los huéspedes–, se oponen a nuevas regulaciones europeas de Seguridad Contra Incendios en hoteles y en Bruselas votan en contra de estas iniciativas. Por su parte, las autoridades competentes, o sea las autoridades turísticas de las CCAA, también brillaron por su ausencia.

Sin duda, esto denota una importante falta de sensibilidad ante un problema real. En un informe ela-borado este verano por la APTB con datos publicados en los medios de comunicación sobre incendios en hoteles se recogían los incendios que afectaron a 10 hoteles españoles durante los meses de julio y agosto de 2010, lo que confirma que estos establecimientos sufren incendios que afectan e incomodan a sus huéspedes y a sus trabajadores y que por tanto, una de las preocupaciones de las autoridades y los propietarios de los hoteles debería ser evitar y reducir el número de incendios.

Hemos detectado que no muchos de los hoteleros españoles tienen la preocupación de proporcionar a sus hoteles la mejor seguridad para sus clientes, sino cumplir con la legislación vigente y están más

Seguridad Contra Incendiosen hoteles

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preocupados por que esta legislación no se modifique y les suponga la realización de inversiones eco-nómicas.

Esta falta de conciencia sobre el problema de los incendios se traduce en que pocas cadenas hoteleras españolas disponen de un Director o Jefe de Seguridad entre cuyas responsabilidades y preocupaciones se encuentre la mejora de las condiciones de Protección Contra Incendios para sus clientes.

España tiene una aceptable legislación básica de Protección Contra Incendios aunque con el problema de que solo es exigible a los hoteles de nueva planta por lo que la planta hotelera más antigua carece de elementales medidas de Protección Contra Incendios. En cuanto a la exigencia de contar con un Plan de Autoprotección, que es el mejor elemento de Seguridad Contra Incendios con que se puede contar en un edificio hotelero –junto con la formación del personal– depende de las Comunidades Autónomas o de las Ordenanzas Municipales y su cumplimiento es irregular dependiendo del celo de las autoridades de las CCAA y Ayuntamientos (la Legislación del Estado solo exige Plan de Autoprotección a los hoteles de más de 28 metros de altura o con una ocupación superior a 2.000 personas).

Otra causa de que no tengan una especial sensibilidad en desarrollar novedosas estrategias de Seguri-dad Contra Incendios puede ser que las grandes cadenas hoteleras españolas de turismo vacacional son líderes mundiales en los países iberoamericanos, precisamente donde la legislación de Protección Contra Incendios es más ligera y menos exigente, y quizás por eso están poco acostumbradas a implantar me-didas rigurosas en materia de incendios.

Sea como fuere, ante esta falta de sensibilidad del sector, creemos que tan solo queda una posibi-lidad y es apoyar la corriente que propugna un endurecimiento de la legislación de Protección Contra Incendios en toda la Unión Europea, tratando de garantizar una seguridad homogénea para todos los ciudadanos europeos cuando estén en un hotel independientemente del país de la Unión en que se encuentren.

Naturalmente, hay que poner de manifiesto que hay notables excepciones, y que también hay hoteles y cadenas hoteleras altamente sensibilizadas e inmersas en un proceso de mejora permanente incluyendo la calidad de su Seguridad Contra Incendios.

Javier Larrea.Secretario General de la APTB

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