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C O N T A C T O S Noviembre 2013

Noviembre de 2013 Nº 17

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CONTAC-CONTAC-CONTAC-CONTAC-

TOSTOSTOSTOS

EDITA Centro de Mayores

TOLEDO I

COORDINA: Inmaculada Barriga Rubio REDACCIÓN: Pedro Corchero Moisés Carrasco Escribano Felipe Garrido Bri-ceño Domingo Fernández Dguez. Benito del Moral COLABORAN: Antonio Martín Salamanca María Fernanda Calo José Galán

Fotos: Benito del Moral Centro de Mayores Portada y con-traportada: Luis Muñoz Martí-nez Domingo Fdez. D. Enmaquetación y composición: Domingo Fernández Dguez. Mecanografía y tanscripción: Mari Luz Ovejero Dirección: C/ Santa Fe, 2 45001 TOLEDO Tfno. 925 223 916 www.centrodemayorestoledo1.com

!U n nuevo verano se nos fue! Y qué verano, ¿verdad? Como lo he pasado enterito aquí, ya he encon-trado la explicación a las frases reco-mendatorias que me mandaban des-de Toledo el mismo año pasado, cuando estaba en Santander; me de-cían: “Aguanta ahí lo que puedas por-que aquí te achicharras”. Y tenían ra-zón; no me he “achicharrao” porque la sombra y el Hogar me han ayuda-do. También me ha echado una mano ese dicho que hice mi bandera: “Si otros lo aguantan ¿Por qué no yo?” Y, ¡como no! Ya estamos todos re-vueltos: los que capotearon el calor lejos de aquí y los que lo lidiamos en Toledo. Cuando algún tipo de adversidad o situación comprometida, se te viene encima, como dicen los entendidos, “o te adaptas o te mueres”. No hay duda que prefieres lo primero y “querer es poder”. Pero…, me vengo

ya a nuestra “parcela”; el Nuevo Cur-so que encara nuestro Centro de Ma-yores. Con un “que Dios lo acoja en su seno” recuerdo a los que en estas vacaciones nos han dejado; pero la vida sigue y, precisamente para hacernos esa vida más agradable, nuestro Centro nos ofrece una colec-ción de Actividades para elegir entre ellas, aquellas que más nos atraen o que más nos distraen. O las dos co-sas ¿verdad? Yo, como veis sigo con mí periódico. Contacto, del cual soy decano, (el más antiguo); 19 años que no es paja. De entonces acá ha cambiado mucho. Todos mis compa-ñeros son posteriores. De aquel en-tonces no queda ninguno; excepto yo, claro está. Los echo de menos; pero como dije antes, la vida sigue y el plantel de hoy es muy bueno. Ya lo han demostrado. Por no alargarme, deseo a todos que el nuevo Curso sea exitoso en todas las Actividades y os satisfaga plenamente.

PEDRO

ESCRITOS SIN RETORNO

Moisés Carrasco Escribano

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¡H ola picarón! Me parece por ese feo mohín que

haces y ese rebote que habrás dado acompañándolo, que no te agrada mí saludo; ¿es cierto o nó? A lo mejor preferías el apelativo de “bribón” o “cantamañanas”; pero no te pe-gan. Eso sí, agregaré como se hace aquí abajo el “¿qué tal es-tás?” sabiendo que es de pale-tos hacerlo en este caso. ¿Por qué? Es de cajón. Cualquier “pelagatos” está “empapao” de que los que estáis ahí en ese Lugar ya no podéis aspirar a más. Es lo mejor; donde todo es felicidad. Lo de picarón te lo digo como piropo. ¿Te piensas acaso que sin picardía ojo de lince, junto con la astucia y el saber “capotear” puede alguien sin más, lograr vivir aquí abajo y ganarse el llegar hasta ahí? Nos vendría de perlas, a los listos que aquí nos movemos, saber vuestros trucos; esos que os inventasteis para nadar, sin mojaros, entre las trampas y zancadillas que el mundo, el demonio y la carne ponían y siguen poniendo a cada hora del día: señuelos deslumbran-tes que encandilan al más “pintao”, placeres refinados que nublan la mente; todos ellos empujándote al dinero, la gula y la lujuria, la hipocresía, la envidia, la mentira, el egoís-mo, etc. entre otros. Puro y duro Materialismo olvidando a Dios y sus Mandatos, que son el verdadero camino. Te estoy leyendo el pensa-miento, querido abuelo; Te es-

tás preguntando: ¿Qué bicho le ha picado a este “muchacho” este verano? Son de dos patas y en cantidad. Los que siguen esclavizando a la gente, los “diocesillos” sin moral y sin conciencia que hunden a las gentes en la desgracia. Como ejemplo, las que trafican con drogas y lo que es peor con ni-ños y niñas de todas las edades a quienes obligan a prostituirse y viven tan alegremente con el dinero que consiguen de esa indecente, vergonzosa y abo-minable explotación. Saber que esto y el hambre, unidos a un montón de injusti-cias, producen en las buenas y honestas personas, que a Dios gracias aún existen, es lo que, al igual que a ellas, me produ-cen congoja al no poder, como quisiera, aplastan a estos bi-chos de ponzoñosa picadura. Y voy a dejar esto, abuelo; es-tas canalladas que laceran y producen suplicantes llantos en todos los rincones de este mun-do de hoy. Me es imposible hablar de cada parcela por se-parado, ya que no terminaría nunca de decirle qué o cual es lo peor de todo lo que veo ne-gativo. En una palabra, o mejor unas pocas, te aclaro por ahora, que ese gran don que recibimos del Supremo, la LIBERTAD, gran parte de la humanidad la ha confundido convirtiéndola en LIBERTINAJE, Te voy a contar, a pesar de que no estoy para ello, un par de chistes, para que no te quedes pensando en lo que acabo de

decirte. Un maestro pasaba la lista de alumnos: - Luis –Sánchez,-¡Presente! Contesta el niño.-Manuel Pérez.- ¡Presente! – Juan Alonso.- ¡Servidor! –Clemente Solís.- ¡Que me to-quen la nariz! Y así un día y otro. Después de un tiempo, el cuco del maestro da con la solución: en vez de Clemente Solís, decir Solís Clemente. Nombra a los demás, que con-testan, ¡Presente! ¡Servidor! etc. y llega al susodicho: Solís Clemente- ¡Que me la toque nuevamente! Un viejo visita al médico en consulta y le dice: mire doctor; me he echado una novia de 25 años y me encuentro muy can-sado. Cuando voy a verla, el primero bién, el segundo, me veo y me deseo; el tercero, me tiemblan las piernas… Médico- ¿Cuántos años tiene usted? Viejo: 82 Médico. Y con 82 años ¿qué más quiere usted? Viejo. Pues mire, llegar hasta el cuarto que es donde vive. Bueno, abuelo, perdona si re-sulto “pesao” y algo quejum-broso. Termino con un refrán: “Lo peor de la humanidad son los hombres y mujeres que no son de verdad”. Un abrazo

PEDRO

CARTA A MI ABUELO

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E l día 9 de octubre de 1.559 el Rey Felipe II,

había presidido el auto de fe en Valladolid, su ciudad natal y ordenó que el gobierno se trasladase a Toledo. Esta deci-sión fue tomada por el Rey ante el hecho de que la herejía había contaminado a la capital, y tenía muy claro que el gobierno no podía permanecer en Valladolid, donde después de cinco años de residencia continuada, la corte debía marcharse, según decía Dª. Juana, hermana de Felipe II, a Madrid o en su defecto, se consideraba Guadalajara, Toledo y Burgos como posibles capita-les. En noviembre de 1.559, Felipe

II había ordenado reunir a las Cortes de Castilla en Toledo y la ciudad se convirtió durante un breve periodo en la capital de la Monarquía Española. Toledo, no era del agrado de la

joven reina Isabel de Valois. Na-da más llegar contrajo la viruela, y decía a su madre que este lugar es de los más desagradables del mundo. Isabel no era la única. Muchos cortesanos encontraron su alojamiento poco cómodo porque el Tajo rodeaba la ciudad por tres lados y la subida hasta el

castillo real a través de las empi-nadas y serpeantes calles, mu-chas de ellas demasiado estre-chas para que pudiese pasar un caballo. Cuando llegaron al Alcázar,

situado en lo alto, se encontraron con que carecían de suficiente agua potable. Como si esto fuera poco, hacía un tiempo desagra-dable, después de haber pasado un terrible verano. Los precios empezaron a subir y los alimen-tos a escasear y en aquel año de 1.561 cayó una gran nevada, muchos de los viejos no se acor-daban haber visto otra igual. Al poco tiempo, “por estar las

calles tan sucias, y tanto maldi-tos lodos que nunca en Toledo se vieron; donde los cortesanos deseaban irse, muchos a Bruse-las, donde suspiraban por Flan-des. ¿Dónde podía Felipe II esta-blecer su capital? Su decisión de pasar la Semana Santa de 1.561 en Madrid ofrece una pista im-portante, donde su Majestad había hecho gran prisa en la la-bor del Alcázar de Madrid. El Rey no reveló su decisión hasta el 8 de mayo de 1.561, donde enviaba a oficiales para que va-yan haciendo en ella aposentos de nuestra casa y Corte”.

En junio de 1.561 Felipe II y la Corte se trasladaron a Ma-drid, donde ya se quedarían du-rante el resto de su reinado. Su hijo Felipe III llegó a trasladar la Corte nuevamente a Valladolid a principio del siglo XVII. Madrid tenía entonces 9.000

habitantes, y al llegar la Corte a los pocos años pasaría a 26.000 en una capital digna de su Mo-narquía. Las Cortes empezaron a funcionar a finales del siglo XII, donde las antiguas curia o Cortes del soberano en los diferentes reinos, formaron unos órganos administrativos, formados por nobles y eclesiásticos, donde se agregaron los representantes de las ciudades, para la aprobación de impuestos extraordinarios y a la fijación de nuevos tributos, donde intervenían el notario ma-yor del Rey y varios escribanos. El Rey Juan I en el año 1.385,

fue el que creó orgánicamente el Consejo Real de Castilla. Mo-narcas posteriores introdujeron reformas como los Reyes Católi-cos en 1.480; moldearon los últi-mos perfiles de su organización de carácter permanente. Las principales Cortes que se

celebraron en Castilla desde el siglo XIV, fueron en Valladolid, Burgos, Alcalá, Toro, Soria, Ma-drid, Segovia, Madrigal y Tole-do.

Antonio Martín Salamanca Fuentes: Geoffirey Parker. Felipe II la Biografía

definitiva. Crónicas de España. Plaza---Janes. Edi-

tores.

TRASLADO DE LA CORTE DE TOLEDO A MADRID (AÑO 1.561)

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E l día 1 de enero de 1.900 y con motivo de la Conmemo-ración del Año Santo y del cierre del siglo XIX, se verificó la cere-monia de colocar la Insignia de nuestra Redención en uno de los cerros contiguos al castillo de San Servando, al Oriente de esta ciudad de Toledo. La Cruz que se colocó era de madera, sencilla, si bien de gran tamaño, donde entre los con-currentes a esta solemnidad se ase-guraba que aquella Cruz tenía ca-rácter de provisional, pues se trata-ba de hacer cosa de más monta a la terminación del año. La historia, la monumentalidad es necesaria para representar de una manera apropia-da lo inmenso de su acción y la grandiosidad de su genio. Aparte de esta consideración a

cuento se relaciona con la creencia divina, es preciso tener presente que en Toledo encaja siempre lo gran-dioso, lo sorprendente, lo extraordi-nario. Toledo, gigante por su histo-ria , gigante por sus monumentos, gigante por sus tradiciones, gigante por sus glorias y gigante por sus propias leyendas y sus mitos, visi-tada a diario por multitud de gentes de todos los países del mundo, don-de se encuentran los hombres más doctos del universo que vienen a estudiar las prodigiosas obras que atesoran todos sus monumentos. Aquí todo lo ordinario desmerece. Por eso en Toledo, y siempre que se trate de cosas relacionadas con el

arte y que sean magníficos, son obras que se deben realizar. Así se expresaba el famoso escri-

tor Felipe de Pinto y Onrrubia, destacado especialista sobre la Igle-sia, en un artículo que realizó en el Boletín de la Sociedad Arqueológi-ca a principio del año 1.900. En este artículo, exponía una idea

a la consideración de cuantos sean amantes de las glorias de Toledo, idea que consiste en levantar una obra que, aunque sencilla, esté en relación con la grandeza de la so-lemnidad y con el carácter propio de esta Ciudad. Conocido es de cuantos hayan leído la historia de Toledo, el nombre de Juanelo Tu-rriano. Entre lo realizado por este verdadero genio, lo fue la cons-trucción de varias columnas enor-mes de granito que sacó de unas canteras situadas entre Orgaz y Sonseca. De estas piedras que se conocen con el nombre de Juanelo hay tres en Nambroca, es decir en sitio muy próximo a esta capital, y son realmente monumentales, y como no existen otras iguales en el suelo europeo. Seguía el escrito de Felipe Pinto,

diciendo que aprovéchese la oca-sión y se tendrá una obra excepcio-nal y de altos vuelos. Porque júz-guese la grandiosidad del monu-mento que puede levantarse. Fabrí-quese en lo alto del cerro en donde está ahora la Cruz de madera, un pedestal en armonía de esas inmen-sas moles; Eríjase en la cima una Cruz de piedra o de metal adecua-da a las dimensiones, y se tendría un monumento impresionante, ver-daderamente colosal, que podría tener hasta más de cien pies de altura, y que resultaría digno de la Religión y digno así mismo de la antigua Corte Visigoda. Y, en adelante, todo viajero que

venga a la Ciudad Imperial o pase

por su entorno, verá desde larga dis-tancia, allá arriba entre los pena-chos de nubes que alrededor del monumento se amontonarían como coronas de majestad, resplandecien-tes a los rayos del sol, esbelta, arro-gante, dominadora, la enseña bendi-ta que demostrara de modo pleno que si en tiempos lejanos Toledo fue el punto de España donde salie-ron torrentes de cultura para todo el mundo, donde tendría una conme-moración digna el Año Santo que se celebra con la entrada del siglo XX, donde entrará a engrosar entre sus prodigiosos edificios una obra que figurará dignamente al lado de tantas grandezas. Esta idea, de Felipe de Pinto y

Onrrubia, desgraciadamente no se llevó a cabo en aquella época. Cua-renta y nueve años después en el año 1.949, los postes de Juanelo salieron de Nambroca hacia el Valle

de los

Caídos, donde fueron clavados a la entrada como estacas en el suelo, quizás esperando que florezcan al-mendros en su interior, como anti-guamente estaban rodeados en la ladera de la Sierra de Nambroca. Existía una prosa en los tres pue-

blos de Orgaz, Sonseca y Nambroca y que decía Los Cantos de Juanelo, ya van an-

dando; Llegaran a su sitio. Dios sa-be cuándo. Antonio Martín Salamanca Fuentes: Biografía de Nambroca de

A. Martín Salamanca.

CONMEMORACIÓN DEL AÑO SANTO

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L os Muros aparecen en Tole-do a principio del siglo XIX,

donde eran naturales de Villoslada de Cameros del Obispado de Calahorra en la provincia de Logroño, siendo hijos de D. Juan Muro y Dª. Felipa González. Dos de los hermanos D. Andrés, y

D. Ramón Muro y González, tuvie-ron un gran protagonismo en la Des-amortización de Mendizábal en los años 1.836-1.849, comprando tierras de los bienes de la Iglesia, donde en las subastas que realizó la Nación (Gobierno) se hicieron con numerosí-simas fincas urbanas y rústicas en distintos pueblos de la provincia, principalmente en Bargas, Cobisa, Camarenilla y Toledo. D. Andrés Muro y González en

compañía de su cuñado D. Manuel de la Hornilla, tenían una sociedad en la Calle Ancha nº 83-84 de Toledo lla-mada “Hornilla y Muro” donde se expendían libranzas admisibles en pago de contribuciones atrasadas y corrientes. A consecuencia de las buenas rela-

ciones que tenían en la ciudad, las noticias de las subastas que hacía la Nación (Gobierno) llegaban con faci-lidad a los Muros, donde a veces con-seguían a mitad de precio por no haberse rematado en la primera su-basta por falta de licitadores, y con plazos de hasta 20 años. Dos de los hijos de D. Andrés Mu-

ro, Julián y Andrés fueron alcaldes de Cobisa y Bargas, donde habían here-dado un gran patrimonio de sus pa-dres. D. Andrés, murió el día 11 de abril de 1.858 donde se le enterró en el Cementerio General de Toledo a la edad de 53 años. Vivía en la Calle Belén nº 2. Su hermano D. Ramón Muro y

González, también compró bastantes fincas, una de ellas llamada la “Dehesilla” de 300 fanegas de tierra en el término de Cobisa de propiedad del Común de esta población desde el siglo XVI, por cesión de D. Pedro, Caballerizo de los Reyes Católicos. Estas tierras las despropió la Nación al Ayuntamiento de Cobisa en el año 1.855. D. Ramón Muro, era propietario de

una fábrica de harinas que llamaban “Batanes del Ángel” situada en la Rivera del Río Tajo, que alinda por el norte con el río, mediodía camino que va a la ermita del Ángel y po-niente con Jardín del Marquesado de Bonsa-Real. Con fecha 8 de abril de 1.864, hace una sociedad con D. Juan Delard Delard, natural de Francia, donde este aportó máquinas france-sas. Después aprovechando la maqui-naría que tenía su socio se montó una fábrica de hilar lanas, donde fue constituida una nueva sociedad lla-mada “Ramón Muro y Compañía”. Fue alcalde de Toledo en 1.874-

1.877, donde el día 1 de agosto de 1.874 se formalizó un documento con el Brigadier Subdirector de la Escue-la Central de Tiro y Gobernador Mi-litar de esta provincia en representa-ción de la Dirección General de In-fantería, donde D. Ramón Muro y González se comprometía en nombre del Ayuntamiento en aportar la canti-dad de 250.000 pesetas (toda una fortuna de la época) para que se res-tallase la Academia de Infantería a favor del ramo de la guerra la conti-nuación de aquel suntuoso Alcázar, en la confianza que la Academia de Infantería podrá llegar a la altura y condición de que la importancia me-rece y que el propio tiempo se termi-nará la restauración del Alcázar de

Toledo, orgullo de las artes y de las Armas Españolas. El Presidente del Poder Ejecutivo

de la República ha tenido a bien aprobar la propuesta y oferta del Mu-nicipio de dicha Capital de facilitar los fondos necesarios para terminar las obras del Alcázar, donde ha de establecer la referida Academia. D. Ramón Muro y González, vivía

en la Calle Sillería nº 7. Durante su mandato se subastó el

suministro del material necesario de alumbrado público de esta población durante el año económico, en la can-tidad de sesenta céntimos de peseta por cada kilogramo de petróleo y veinte céntimos de peseta por cada metro de mecha. De los muchos negocios que tenía

D. Ramón Muro, le vemos que en el año 1.862 se queda con los contratos en subasta de suministro de pan nece-sario en los Establecimientos provin-ciales de Beneficencia de esta Capi-tal. Siendo alcalde de Toledo, hizo un

manifiesto que decía: Como alcalde Constitucional del Ayuntamiento de Toledo, llamaba a los toledanos para elegir a los representantes para la monarquía Constitucional, a la paz, y la libertad hermanada en orden, según los nobles deseos de nuestro Rey D. Alfonso XII. Toledo 18 de enero de 1.876. En uno de sus bandos decía: TOLE-

DANOS: ¡Gloria a Dios de los Ejér-citos que nos concede la paz! ¡Salud al Rey Alfonso XII victorioso y paci-ficador! ¡Paso a los vencedores, honra y

prez de la castellana gente! ¡Toledo os saluda y abraza! ¡Toledo

os admira y respeta!!

Antonio Martín Salamanca Fuentes: Archivo Histórico de Tole-

do. Historia de Cobisa de A. Martín

Salamanca.

HISTORIA DE LA FAMILIA TOLEDANA DE LOS MUROS. (SIGLO XIX)

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A ntes de meterme en “materia”, les pre-gunté a mis dos compañeros de la revista “CONTACTOS”, al ser ellos profesores, la siguiente pregunta: -¿Por qué los españoles utiliza-mos tanto la preposición “de”? - Ellos me dijeron, más o me-nos: “la preposición de” es una locución adverbial de modo, pa-ra definir un estado de ánimo temporal que tiende a durar po-co, y me pusieron este ejemplo: “Aquí… de lunes” o “ando de bajón”, son expresiones que se utilizan para que comprendan.

- Yo les contesté lo si-guiente:

De hecho, tengo a mí alrededor a gente que lo está pasando mal. Muchos de ellos conocidos míos, y no se acuerdan del ro-sario de penas que me conta-ron hace diez días, sin embar-go, lo que me cuentan luego son sus planes para este puen-te del Corpus, que se van a una casa rural con su coche, otro que se va en avión a Londres, otro a esquiar… y la verdad, que a mí me da que pensar. Me alegro por ellos, pero, o no hay tanto paro real, o es posible que haya demasiada economía sumergida, o tal vez, es que nos quejamos demasiado, o co-mo decía aquél: “No es que en

España se libre mucho, lo que pasa, es que siempre son los mismos” Que no hay tanto paro, lo dudo, que hay demasiada economía sumergida, lo supongo. Que nos quejamos demasiado, tam-bién es verdad. Así que yo, el otro día llamé para interesarme por una casa rural en el Puerto del Pico y me dijeron que estaba reservado. La verdad, que me alegré por el consumo y también por vivir en esta España nuestra que, a pe-sar de todo, sueña con irse de puente, aunque se esté a un tris de vivir debajo de él…

Moisés Carrasco

IRSE DE PUENTE

C uando empieza la primavera, me gusta sen-tarme en un banco a leer, sin distracciones.

Y ese día me fui aquí en mi barrio al parque de Vi-guetas.

Y en ello estaba cuando una mirada me sacó de mi concentración. Durante varios minutos no pude seguir la lectura del libro que me habían regalado mis hijos para el Día del Padre, se titula. “La cate-dral del mar”. Y la verdad que sentía la necesidad de hablar con el propietario de aquellos ojos que yo sentía tan bondadosos.

Este hombre estaba sentado en un banco cerca-no al mío, y su perro se escondía debajo de él. En aquel momento pensé en acercarme, pero la ver-dad, es que hemos perdido la .costumbre de salu-dar a los vecinos y no sabemos hablar con desco-nocidos, tras muchas dudas, lo saludé y entabla-mos una buena, pero muy buena conversación.

Él se llama Alfonso tiene 90 años, muy bien lle-vados por cierto. Según me dijo él, lleva 70 años casado con Marina, la cual no puede ya salir a pa-

sear con él. A Alfonso se le olvida como se llama su perro, pues se lo pregunté y me dijo que no lo recordaba, pero eso sí, me dijo que el perrito tenía cuatro meses.

Charlando con él, me dijo que añora los días de Pascua de antaño, en los que todo el mundo salía a la calle, todo cambia hijo. Te diré, que tal día co-mo hoy, en una de esas reuniones de antaño conocí a mi mujer. También te digo, que el amor nunca es como al principio, pues en todos los años de mi matrimonio ha habido altibajos, pero lo que sí pue-do decirte, es que Marina me ha hecho muy feliz, es decir hemos sido muy felices y somos.

Mientras yo volvía a casa paseando pensaba, si la amistad tendría edad, y en que la energía, la per-sonalidad y ese carisma de algunas personas per-dura, a pesar de los años.

Llegué a casa muy reconfortado de la conversa-ción que tuve con mi nuevo amigo y de su condi-ción humana, pues vi en Alfonso lo mejor y más noble, a despecho de las generaciones.

Moisés Carrasco

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E n mi visita a Segovia pasé al alcázar, que es donde a

Isabel la Católica la proclama-ron Reina de Castilla. En una de las habitaciones nos dijo el guía que nos acompañaba, que en ella surgió una discusión, en-tre Fernando e Isabel, por lo visto estuvieron más de dos horas, hablando o discutien-do. Ahora que están en la T.V. con la segunda parte de la se-rie “ISABEL”, y después de los datos que el guía tuvo a bien de informarme, más los que saqué del semanal de ABC., tomé nota en mi libre-ta, y me dije a mi mismo: in-tentaré entrevistar a Isabel y a Fernando, para que me re-memoren aquellos días para n u e s t r a r e v i s t a “CONTACTOS”.

Sucedió entre cuatro paredes. Estoy solo en dicha habitación

del Alcázar de Segovia, esperando que llegue Isabel, y la verdad, que no se demoró mucho, y al entrar ella, le saludo con un “hola, Isa-bel”, me mira sonriendo, y me di-ce: — Ya me extrañaba a mi, que no

apareciese el “dichoso toledano”. ¿Qué quieres otra vez? — Haceros una entrevista a ti y a

Fernando — ¿He oído bien? ¿Qué quieres

que venga mi esposo? Ya lo que faltaba, espera un momento, man-daré que le llamen. Me presenta a Fernando, y él

muy complaciente me indica que comience cuando quiera. —Isabel, ¿por qué tuviste tanta

prisa para que te proclamaran Re-ina? —Pues lo hice así, para que mis

detractores no pudieran organizar-se, pues, según ellos, que eran los

defensores de la legitimidad de mi sobrina, Juana la Beltraneja, no tuve más remedio que adelantarme a ellos, y fui proclamada Reina de Castilla, tras la muerte de mi her-

mano Enrique, e incluso en ausen-cia de mi esposo, Fernando. — En esos momentos Isabel,

¿Cómo te encontrabas? — Puedes imaginártelo, estaba

hecha un manojo de nervios, mien-tras contemplaba desde este venta-nal del Alcázar, al gentío que me aclamaba. —¿Cuál fue tu reacción al pro-

clamarte Reina? — Chico, fue de una gran excita-

ción, pero decidí calmarme, pues en esos momentos entró Fernando en esta habitación, tan joven, tan guapo y vigoroso, que me tranqui-licé bastante. — Fernando, ¿Qué hiciste tú? — Tan enamorado estaba y es-

toy, que me iba a abalanzar sobre ella, pero al reparar la actitud dig-na, que en esos momentos tenía Isabel, la hice una reverencia y la besé la mano. — Sí, muy bien, ¿pero que la di-

jiste después? — Ni siquiera me has avisado de

tu coronación, he tenido que ente-rarme por mis emisarios. — Estoy totalmente de acuerdo

con Fernando, pues él tiene toda la razón, Isabel. — Pues mira, amigo toledano, yo

le dije, y aquí está él, tuve que hacerlo sobre la marcha. Pues pen-sé que las dificultades del camino para mi proclamación, eran dema-siadas. — Tú, Fernando, ¿qué le dijiste? — Yo muy enfadado grité:

“¡Demasiadas me dices! ¿Es qué ya no recordáis los ardides a los que tuve que recurrir para burlar la vigilancia de nuestros enemigos cuando nos casamos? Pues tú sa-bes, que tuve que partir de incóg-nito, disfrazado, pues la frontera estaba muy vigilada.” Y aquí, amigo, me comporté muy mal al decirle: ¿¡No será que ahora ya me has cazado y quieres gobernar en solitario.!? — Tú, Isabel, con tu carácter, te

pondrías por las nubes, ¿no? — Más que eso, amigo toledano,

me puse “cardiaca” y le contesté: Estás muy equivocado. Pero con-sideramos el asunto en su cruda realidad. Tú eres, el príncipe de Aragón: YO LA REINA DE CAS-TILLA. — Fernando, ¿eso te descolocó? — La verdad, que me puso muy

alterado, y solo pude decirla: Nada más salir yo de Zaragoza, me lle-garon avisos que despertaron mis recelos sobre tu precipitada pro-clamación. Todo parecía trazado de antemano para conseguir que yo quedara relegado a una posición secundaria. Y ahora veo que aque-llos avisos eran ciertos. — ¿La dijiste algo más? Fernando mirando a Isabel, me

contesta: — Encarándome con ella, seguí

diciéndola, que no podía extrañar-

TANTO MONTA “Y CASI” MONTA TANTO…

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me, si ya en las capitulaciones ma-trimoniales ya había quedado esta-blecido. ¡Curiosas capitulaciones!, Isabel, ¿no te parece? Pues ya sabes que en ellas no se trataba otra cosa que de las obligaciones que asumí-an una de las partes. Que soy yo, por supuesto. — Isabel, ante esa contestación,

¿Qué pudiste decirles? -Yo estaba muy apenada, pues

Fernando no me comprendía, y le pregunté: ¿Por qué dices eso? ¿por qué os obligan a besarme la mano y tener que hacerme reverencias? — Jopé, Fernando, como se estaba

poniendo la conversación, ¡madre mía! ¿qué pudiste contestar? — Yo estaba fuera de sí y la con-

testé: NUNCA ME HABÍA SENTI-DO TAN HUMILLADO, y la pre-gunté: ¿Es que acaso soy inferior a mí mujer? — Entonces, amigo toledano, yo

le contesté: ¿inferior dices? — Es verdad, me acuerdo de esas

palabras, pero yo insistí y le dije: Sí, inferior, y tú has de saber que esas cláusulas referidas a vuestro her-mano, el difunto Rey Enrique, al cual yo debía obedecer fielmente, mientras estuviese vivo. Yo, Isabel, no estoy acostumbrado a tanto aca-tamiento. — Isabel, te lo puso difícil ¿eh? — No sé porqué dijo eso cono-

ciéndome, pero pude contestarle, y yo creo que bien, pasé a decirle: Oye, somos personas de honor. No íbamos a sublevarnos contra un rey legítimo, ni permitir que otros lo hicieran. Pues tú sabes, que una vez que él muriese, yo debía cumplir el deber piadoso que me imponía la muerte de mi hermano y monarca.

— Fernando, ¿qué podías decir a eso? — Amigo, yo lo que pretendí en

esa ocasión, al estar tan furioso, hacerla con mis palabras el mayor daño posible, lo único que se me ocurrió fue: a tu hermano no creo que hayáis llegado a amarlo nun-ca… — Isabel, a esa contestación a de

tu esposo, ¿qué pudiste decir? — Pues mira, amigo toledano, yo

muy serenamente le contesté: Te equivocas Fernando, Cristo nos enseñó a amar, incluso a nuestros enemigos… — ¿Vaya contestación que te dio,

eh, Fernando? — Hombre, reconocí que ella era

una santa, pero yo, con muy mala leche, dije: sin embargo, sus accio-nes tú no las has amado, pues bien sabes, que él fue un juguete de to-dos, y tú no quieres serlo de nadie. Si, él luchó en contra vuestra, y te obligó a fingir… precisamente, ¡a

ti, que no s a b e s hacerlo! — Vaya la que l i a s t e i s , Isabel. — La v e r d a d que lia-

mos una gorda. Pero mi respuesta fue muy sencilla y acertada, pues muy apenada por lo que había di-cho, le contesté: Que sepas, que nunca fingí mi lealtad. Mi hermano Enrique fue mi rey hasta el último día. Pero lo que no sabía yo, es que esa cláusula de las capitulaciones, era la que tanto te molestaba. — No me explico como pude po-

nerme así con mi esposa, y además seguí insistiendo y como loco pro-nuncié estas palabras: ¡Esas y otras muchas! Y me arrepiento de esto otro que le dije: ¡Qué decir de la que me obliga a trasladar mi resi-dencia al reino de Castilla! ¡Y ob-

servar sus leyes y costumbres! ¡Y a no poder contratar con nadie sin el consentimiento tuyo! — Y no te dio pena, ¿decirla todo

esto? — Pues sí, la verdad, y vuelvo a

decirte que me arrepiento de ello, pues la miré a los ojos y la pregun-té, te noto pálida y ojerosa. — Ante esa pregunta Isabel, ¿Qué

contestaste? — Muy triste, mirándole yo tam-

bién a sus ojos, solo pude decirle: Fernando, han sido jornadas muy duras y he tenido que actuar de pri-sa yo sola, pues la calma hubiera beneficiado al enemigo. — Al decirte ella eso, ¿qué le con-

testaste? — Ya un poco más calmado y mi-

rando la carita que me puso, mi co-mentario fue muy sencillo: He oido, que desfilaste precedida de una es-pada, que tú portabas cogida de la punta. — Isabel, ¿Cuál era el significa-

do? — A mi amor, con mucha ternura

le contesté: Esposo mío, esa es la expresión real. Algo siniestra me contestó él, y yo le dije: Lo dices de una forma, como si esa espada se te hubiese clavado en el alma. — Fernando, ¿es verdad eso?

¿Qué pudiste decirla? — La verdad, amigo, que lo único

que se me ocurrió decir, pero con “dos deditos”: Me preguntó si hay algún antecedente de alguna reina que se haya hecho preceder de ese símbolo, pues nunca supe de reina que hubiese usurpado tan varonil atributo. ¿Acaso estoy ignorante de esas cosas?, pero tú, que has visto tanto mundo y has leído más, ¿seguro qué podrás ilustrarme? (CONTINUARÁ en el pròximo

Número este interesante conver-sación)


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C orrían en nuestra España, los tiempos en que reinaba nues-tro rey Felipe V, tiempos aciagos para el pueblo, en el que se apre-ciaba claramente su gran incultu-ra, pobreza y decadencia, en los que era habitual la práctica de conjuros y brujerías; pero las cla-ses nobles, mantenían su ostentosa vida, pletórica de privilegios y opulencia, celebrándose cacerías, fiestas y otras actividades con gran derroche y boato. En este tiempo daban los condes de Sicardo un sarao para homena-jear a la infanta doña Catalina de Austria, duquesa de Saboya, en una tarde-noche que se hizo me-morable y sonada, no solo por la calidad y alta alcurnia de los per-sonajes asistentes si no por las lu-ces, adornos, variedad de músicos, riquezas de los tapices expuestos, reposteros y trofeos de los famo-sos hechos de armas de tan princi-pales señores y de sus nobilísimos antepasados, que tenían ascen-dientes con real entronque, por lo que era de oro el fondo de su es-cudo. Dieron las doce en el reloj del mo-nasterio de Santo Domingo el Re-al y aún vibraba en el aire, que silbaba por los estrechos y lóbre-gos cobertizos, el férreo y que-jumbroso sonido de las doce cam-panadas, cuando el consejero con-tador general de Finanzas y maes-tro auditor de la cámara de Cuen-tas de su Majestad Católica don Sancho de Córdoba advirtió y vio pasar entre los grupos a una her-mosa mujer de altivo porte y ex-traña figura. Tanto le llamó la atención que la estuvo observando largo tiempo, atraído por la fascinación que emanaba de su persona. Animado

por ello, se acercó a ella invitán-dola a la danza que en aquel mo-mento se iniciaba. Con palabras apasionadas ponderaba la gran belleza de su linda pareja; a nin-guna de sus palabras le contesta-ba. Un extraño e ingrávido halo parecía ser la característica que se desprendía de la misteriosa dama. Daba la sensación que su cuerpo flotaba sin pisar el alfombrado

salón y que volaba a ras del suelo, deslizándose suavemente Acabada la danza, dirigiose la da-ma fuera del salón, seguida de don Sancho. Descendieron las amplias escaleras de piedra, en cuyo pri-mer tramo había dos pajes para atender cualquier demanda que se les hiciera, y al verlos bajar les abrieron la amplia y claveteada puerta palaciega. Salieron ambos al exterior; y la luna iluminó el bello rostro de la misteriosa dama, acentuando su palidez. Hacía frio y ella no lleva-ba puesta ninguna prenda de abri-go por lo que él, muy galante, se despojó de su elegante capa roja y la colocó tapando los hombros de

la dama, que avanzaba sin proferir comentario ni palabra alguna en contestación a las ardientes frases del intrigado galán. Únicamente, y con voz que parecía tener un eco extraño, dijo: “¡Que frio!”. Bajaban ambos por la calle hoy conocida como Núñez de Arce, y al llegar cerca de los Altos del Mi-radero, rompió la dama su mutis-mo para decirle que, por favor, no diese un paso más en su compa-ñía, pues de seguir a su lado le haría grave ofensa. Le dijo tam-bién que al día siguiente mandase a recoger la capa a la calle de los Aljibes, a casa de la condesa Cata-lina de Orsino. Mientras ella se perdía a lo lejos entre las sombras, retirose él obe-diente y se marchó a su estancia y ya en el lecho, revolvíase insomne y atormentado por el recuerdo de la intrigante y fría belleza de aquella extraña mujer. Lo que más le extrañaba de toda su figura era que sus ojos no tenían brillo. Al día siguiente y deseando volver a verla, se dirigió personalmente en busca de su capa donde ella le había indicado. El palacio se hallaba en la estrecha calleja, en cuyo fondo se veía alzarse una cruz. Sus rejas y balcones, estaban totalmente cerrados, por lo que nada dejaba ver la magnificencia del interior. Llamó, con un cierto temblor en la mano. Al alzar la recia aldaba, pasado un tiempo percibió pasos y el descorrer de cerrojos abriéndo-se lentamente una hoja de la puer-ta, tras la cual un anciano ujier de negra ropa le preguntó que desea-ba. Le preguntó si vivía allí la da-ma de las señas que llevaba me-morizadas, y admirándose el an-ciano le contestó que no:

LEYENDA TOLEDANA

“LA DAMA DE LOS OJOS SIN BRILLO”

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pero aun así le dijo que pasase, conduciéndole a una severa estan-cia en donde, después de una bre-ve espera, presentóse una enluta-da señora de altivo porte, a la que explicó su encuentro con la dama de la noche anterior en el palacio de los condes de Sicardo. Respon-dió la dama que sin duda estaba siendo víctima de una burla, pues-to que dama como la que él recor-daba era su hija, y que hacía ya más de dos meses que estaba muerta y enterrada. Escusóse el caballero inclinándo-se reverencioso ante la señora y cuál no sería su sorpresa al vol-verse para buscar la salida, que al levantar los ojos y contemplar un

cuadro de gran tamaño que repre-sentaba una dama en pie exacta-mente igual a la de la noche ante-rior. ¡El mismo rostro. Exclamó: El mismo vestido, el mismo anillo en su mano! -Señora, ¿tendríais la bondad de decirme quien es esta bella dama? -Es la hija que ya os dije que por desgracia perdí. -¡Os juro que es ella! ¡es la mis-ma! ¡es con la que anoche bailé y acompañé! -Acaso soñáis, caballero, o sois presa de una alucinación visiona-ria. Como sonámbulo salió del viejo palacio y llegóse a su casa, donde pasó febril dos días, al cabo de los

cuales presentóse un corchete con su roja capa, la que él puso sobre los hombros de la misteriosa da-ma la noche aquella. Le dijo que la había reconocido por las armas cinceladas en el broche de plata que llevaba prendido -¡Donde la hallastes!?- preguntó con ansiedad. -En el Campo Santo, junto a la tumba de la Condesa de Orsino. FUENTES: LEYENDAS de TOLE-DO, de D. Luis Moreno Nieto

Felipe Garrido Briceño

¿P or qué a los madri-leños\as se los lla-

maba “manolos\as”? Se llamaba así, y aún se les llama en los barrios castizos, a los mozos y mozas del extrarradio que antaño vestían un traje típico. El llamar “manolo” y “manola” al elemento castizo es uso muy del gusto de los au-tores del 98: Baroja y Va-lle–Inclán, entre otros,

emplear el término. También, unos lustros antes, era vocablo del gran Benito Pérez Galdós. Amén de lo dicho “manuel” era la forma popular de decir “hombre”, “tío”, “colega”, antes de que se impusiera la moda de llamar “tío” y “”tía” a los miembros de la pandilla de uno.

——oooOooo ——-

¿La jubilación, fue invento romano? Las legiones ro-manas eran perfectas estructuras militares, organiza-das y disciplinadas y con gran movilidad, pues reco-rrían hasta 50 kilómetros al día. Debían permanecer

en activo 20 años. Al cabo, los veteranos se jubilaban y recibían una porción de tierra y un modesto capital. La falta de comida causó la primera huelga. Según un papiro del Museo Egipcio de Turín, se dio en Egipto en la época de Ramsés III (1.198- a c). La provocó el retraso en la entrega de las raciones alimenticias que formaban parte del sueldo de los obreros. Estos lleva-ban más de 20 días sin recibirlas porque el goberna-dor de Tebas oriental las había interceptado.

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Cuál fue la cena más cara de la historia? Cleopatra, reina de Egipto, intentó impresionar a Marco Antonio, apostando que él era capaz de “cenarse” diez millones de sestercios (con una sola de estas monedas se cena-ba y dormía en una mansión). Marco Antonio aceptó. En la cena se sirvieron manjares pero nada como para alcanzar esa cifra. ¿Qué hizo Cleopatra? Ella lucía un impresionante co-llar con dos perlas. Se dirigió al juez de la contienda y le preguntó cuánto podría valer cada una de ellas. “Unos cinco millones de sestercios” contestó el juez. Entonces la reina echó una de las perlas en una copa de vinagre. Al estar la perla formada por carbonato de calcio, reaccionó al aliño y se disolvió. Cleopatra se bebió la perla. No le hizo falta tomarse la segunda: Marco Antonio se dio por vencido, o sea que perdió la apuesta.

Moisés Carrasco escribano

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ASÍ NACIÓ :ASÍ NACIÓ :ASÍ NACIÓ :ASÍ NACIÓ :

Toledo (la Corte de la Nación)

C uentan: de un hombre mayor y fuerte, (A) que arribó a la España nuestra

buscando, para sus gentes, su aposento y grata tierra. Tosca capa le arropaba, que él de su patria trajera; con que evitar los calores, y alguna que otra inclemencia. Escaló montes y cumbres, y andando, hizo mil veredas; llegó hasta un río salubre que cruzaba, hermosa vega. Tras de ello, se subió a un monte, (B) que del rio era ribera; y ya en su cima, denota, de esta vega: sus bellezas. Gritó: traigo tras mi fuerte raza que aquí dejará, sus huellas; las acciones que ellos hagan, llegarán, a las estrellas. Juntó, a parientes e hijos que estaban por allí cerca; citando a proyecto fijo la decisión, que a esto hiciera. Ellos, tras lo dicho y animados, dando a su padre aquiescencia gritaron ¡Toledo!, serás tú el hogar y Patria, para nuestra descendencia. Cortaron de aquellos árboles, de frondosas arboledas; se hicieron, chozas y refugios, y otros, con qué defenderla. Se abordó allí un gran trabajo por gente noble, aunque extraña; y, sobre un monte junto al Tajo nació ¡la Corte de España!. (A) En leyenda que se cita en el libro: “Toledo en la mano”; de D. Sixto Ramón Parro). Este fornido personaje fue: el griego Hércules, que con sus gentes, llegó a estas tierras y creó los orígenes de la ciudad de Toledo; viviendo en la cueva que aun existe y que lleva su nombre; situada en el callejón de San Ginés, junto a la plaza de los Postes, de esta ciudad. (B) Paraje, donde hoy se encuentra el Paseo del Miradero. Toledo 29-9-2013 Felipe Garrido Briceño.

Felipe Garrido Briceño-

¡Pagar, mis deudas!¡Pagar, mis deudas!¡Pagar, mis deudas!¡Pagar, mis deudas!

***

S i a mis deudas acudís, y os hacéis sus pagadores;

lo acepto de mil amores por el favor que me hacéis. Porque, al recordar la hipoteca yo es que me echo a temblar; y es que: ¿como la voy a pagar?sin tener, dinero o renta. Pues, el pesar que dan las deudas, por nadie es bien digerido; y aunque tú pagarlas puedas, no lo hagas,... muy de seguido. Pues bien puede suceder, que un “primo” al final nos llegue; y él nos quite el padecer, tras pagar, cuanto se debe. Así, tras quitarnos de este peso, se puede volver a empezar; y nuevas deudas alcanzar, mas rápido que un expreso. Yo, pido por esto y reitero que alguien, mis deudas las page; que esto quita el desespero y hace, que mi mal se acabe. Ya que, prefiero vivir, si puedo, sin pegar, ni un palo al aire

.- Felipe Garrido Briceño

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S abemos muchos nombres de las calles, callejones y

plazuelas de nuestro Toledo, pero lo que no sabemos, es el ¿porqué se llaman así?

En este curso de 2.013-14 de la

revista “CONTACTOS” de nuestro Hogar número 1, va-mos a informarnos todos (yo el primero) de los orígenes de al-gunas calles de nuestra Ciudad. Espero que tenga vuestra acep-tación. ¡Va por vosotros!

Calle del ABECEDARIO. El ori-gen de su nombre era porque la tota-lidad de sus casas pertenecían a la “Memoria del Abecedario”. Sin em-bargo, el nombre actual de la calle era, y es hoy de Bodegones. Calle de BISBIS. Este nombre, es

quizá por error, pues era el de Vilvís y tal vez y tal vez por pronunciarse popularmente Bisbís, se la continúa llamándola así en la actualidad. Callejón de la BRAGUETA. Se

dice que el llamarle así, es por la fabricación en él de cintos para col-gar la espada. Pero muchos toleda-nos hemos oído siempre otra versión distinta, producida por el uso fre-cuente del lugar como evacuatorio, debido a su soledad y a los varios recodos que tenía en su trazado. En-

lazaba con Zocodover y el callejón de Recoletos. Sobre una parte de él se edificó la “Fonda Nueva”. Paseo de los CANÓNIGOS. Posi-

blemente se llama así por conducirse a lo largo de esta calle a los canóni-gos difuntos a su última morada, que es, el atrio del Cristo de la Vega. Callejón del CLAVO. Unos dicen

que se llama así por que en él se ven-dían especias antiguamente, y que de ahí se deriva su nombre. Otros dicen, que los datos hallados lo relacionan más bien, con la ferretería; puesto

que en 1.776 se llama “callejón de la Es-carpia, sin embargo, no se ha averiguado el cambio de Escar-pia por el Clavo.

Callejón de la DIVISA. Le asigna-ron este nombre en 1.864 por ser tradición en él que se fabricaban las escarapelas o divisas realistas osten-tadas en 1.808 para distinguirse de los afrancesados. Se encuentra en la plaza de San Justo. Bajada del COHETE. Al cele-

brarse en 1.614 las fiestas en honor de la Virgen de la Salud, se pidió la intercesión de Ella contra una fuerte epidemia de peste o garrotillo, enton-ces, explotó en esta calle un potente cohete lanzado para tal ocasión, y desde entonces se le ha conocido por tal artefacto. Calle de la CHAPINERÍA. Esta

tiene su nombre gremial que es el que nos indica la profesión que en

ella tenía el mayor número de esta-blecimientos, al menos desde 1.431. También se la conoce como calle de la Feria, por tanto se usan los dos nombres en los azulejos municipales, y han restablecido con buen acuerdo al que conmemora la tradición gre-mial de los antiguos chapineros, que desaparecieron totalmente de esta calle y de toda nuestra ciudad. Callejón sin salida de GIGAN-

TONES. Es sin salida desde su ori-gen. Se explicaba su nombre dicién-dose que en él se habían construido los gigantones de la Catedral; pero según nos dice don Julio Porres, “es que le parece mucho más probable la hipótesis expuesta por un moderno investigador de que se daba este nombre a una familia apellidada Gi-gante”. Callejón de la ESCARPIA. Se cree

que se le llamaba así por la forma de codo que entonces tenía. Hoy se lla-ma de las Siete Revueltas. Esta ca-lleja era entonces mucho más larga que hoy y muy retorcida, aunque no llegase a tener las siete inflexiones que es la que motivaba su nombre, sin duda producto de la exageración popular. Calle del Horno de las BEATAS.

La actual travesía del Plegadero, se llamaba así en 1.561. A juzgar por el nombre, debió de

estar aquí el horno, quemado poco después, al parecer, fue el que sirvió para designar a la calle por algún tiempo. Debía pertenecer al próximo convento de la Vida Pobre, o bien estar muy próximo a este monaste-rio, que fue incendiado, ¡como no!, por los “Gabachos” durante la ocu-pación francesa.

FUENTE: Historia de las calles de To-ledo

MOISES CARRASCO

NUESTRO CALLEJERO: ORIGEN DE SUS NOMBRES

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NOMBRE: Manuel Jiménez Díaz APODO: Chicuelo II NACIMIENTO: 16 de junio de 1.929, en Iniesta (Cuenca). ALTERNATIVA: 24 de octubre de 1.953, en Valencia. MUERTE: 20 de enero de 1.960, en accidente aéreo.

A unque conquense de nacimiento, Manuel Jiménez es considerado de Albacete por haber pasado en esta ciudad su infancia y juventud, y porque allí encontró los primeros apoyos para su carrera. Su virtud más importante era el valor; un valor indo-mable, aunque sin una gran técnica que lo respal-dara, hasta el punto de que cuando se presentó en Madrid, en 1.953, sufrió más de una docena de re-volcones. Pese a todo causó un gran impacto, pues asustó al miedo y, en su repetición –el primer jueves de agos-to, en un mano a mano con Miguel Hortas-, cortó cinco orejas. Fue un pre-cedente de la “explosión orejera” que lograría el año siguiente en su triun-fal feria isidril de 1.954, primera como matador de alternativa. ANALISIS: El hacer de Chicuelo II estaba basado en las tremendas agallas del torero, en su grandísimo valor. Se acercaba hasta escasos milímetros de los pitones del toro. Si ha habido algún torero moderno valiente por antonomasia; ése ha sido Manuel Jiménez; pues esa va-lentía era su único bagaje, por lo menos al principio. Otros toreros de valor, como el legendario Diego

Puerta, por ejemplo, además de grandes dosis de arrojo, aportaban otros conceptos del arte del toreo, como la gracia o el duende. Chi-cuelo II era solo valor, pero mucho valor, valor a raudales. Se decía que el saltito que daba pa-ra atrás al ejecutar los muletazos era un truco. Pero no era tal, sino

una salida natural de cada pase para poder ejecutar el siguiente, después de estrecharse mucho, teniendo en cuenta su poca estatura. Era tal su toreo de cercanías, que sus vestidos de torear acababan teñidos de san-gre, sobre todo cuando eran de co-lor blanco –que con el grana eran los preferidos del torero-. Las nu-merosas volteretas que recibía, in-cluso durante los primeros años de alternativa, le producían destrozos

irreparables en la ropa. Con el tiempo, Chicuelo II adquirió cierto soporte técnico para subsanar tantas cogidas, generalmente sin consecuencias; aunque ese nuevo bagaje, de mayor profesionalidad, se manifestó en la temporada de 1.957 y en su reaparición posterior. Seguramente, si la muerte no se

hubiera cruzado en su camino, habría alcanzado aún más técnica y habría serenado todavía más su toreo que, como el de ca-si todos los diestros teme-rarios, era demasiado eléctrico. Chicuelo II sustituyó al Litri en la escuela tre-mendista, aunque era me-nos emotivo que el onu-bense. Después vendrían Chamaco, Miguelín –totalmente en esta órbita en su primera etapa de matador- y, ya muerto el albaceteño Chicuelo, el Cordobés. LA TRAGEDIA: A me-diados del mes de enero de 1.960, Manuel Jimé-nez partió hacia Colom-bia. Después de hacer escala en Nueva York, el avión se encaminó a la tierra del café. Sobrevo-lando Jamaica, el aparato sufrió una avería que des-

embocó en accidente. Con el torero murieron su hermano Ricardo, que iba a ser su nuevo apoderado, y Pe-pe Díaz Garamendi, picador de va-rias figuras del toreo, entre ellas Pepín Martín Vázquez y el propio Chicuelo II.

BENITO DEL MORAL. FUENTE: José Luis Suárez-Guanes. ILUSTRACION: Europa Press.

LOS GRANDES TOREROS: CHICUELO II

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I nauguración: 9 de septiem-bre de 1.917

Aforo: 12.000 localidades.

Albacete puede presumir hoy de una importancia en el mundo de los toros comparable a la de las grandes plazas. Ha consolida-do un puesto preeminente y se respeta a esta tierra, que ya fue escenario de fiestas de toros en el

siglo XVI. En el alta del Cabildo de Al-

bacete de fecha 29 de mayo de 1.564 hay constancia del acuerdo para celebrar fiesta de toros y novillos en la plaza del Altozano para el 24 de junio, uniéndose ese día dos celebraciones clási-cas: San Juan y Corpus Christi. Estos festejos tuvieron continua-ción en años sucesivos, aunque con cierta irregularidad, debido a los avatares de las circunstancias, especialmente de las prohibicio-nes, porque ni ha los eclesiásti-cos ni a los nobles les hacían de-masiada gracia estos festejos, que consideraban inhumanos por sus consecuencias trágicas. Pero era tal su fuerza que, finalmente, las fiestas se salvaron y calaron

en la tradición popular de Alba-cete y su región.

CONSTRUCCION DE LA PLAZA: La idea de construir una plaza de toros permanente se remonta a finales del siglo XVIII. La primera plaza se le-vantó de madera, con un ruedo de 25 metros de diámetro, donde sólo se celebraban novilladas y becerradas. Situada al lado del paseo de la

Feria, se llamó plaza de Caulín, por el apell ido del que fue su empresa-rio. Esta plaza tu-vo una larga vi-da, ya que no dejó de dar es-pectáculo

hasta 1.985. En 1.828, el Ayuntamiento

acomete la idea de construir otra nueva, que se inauguró el 9 de septiembre de 1.829, lidiándose cinco toros de Fernando Freire y otros cinco de Gil Flores. Los diestros fueron Juan Jiménez y Manuel Lucas Blanco. Esta plaza conoció gran parte de la vida tau-rina de Albacete, y por su ruedo desfilaron las grandes figuras. Pero el estado ruinoso en que se hallaba hizo pensar a las autori-dades en sustituirla por otra mo-derna y segura. Las obras de este nuevo coso

finalizaron en 1.917, y el 9 de septiembre de ese mismo año se inaugura con un cartel de lujo: toros de Fernando Villalón, para

Rodolfo Gaona, Gallito y Saleri II. La plaza tuvo un aforo origi-nal de 10.000 personas, y poste-riormente se amplió a 12.000 localidades.

UNA FERIA GRANDE: La nueva plaza de Albacete facilitó el auge de la fiesta en la Ciudad, y especialmente el de su Feria de Septiembre, una de las diez con mayor número de festejos ininte-rrumpidos de la temporada espa-ñola. Por la plaza de Albacete han pasado casi todos los toreros de los últimos setenta y siete años. Algún hecho luctuoso ha tenido lugar en este coso, como la cogida mortal de un novillero valenciano en 1.928, y la de un espontáneo que se tiró a un toro que correspondía a Manuel Bení-tez “El Cordobés” en la feria de 1.981. La importancia taurina de Al-

bacete se refleja también en sus ganaderías bravas, como la de Samuel Flores, una divisa histó-rica y una de las mejores del campo bravo. En la jerarquía de los toreros albaceteños, los más importantes han sido Manolo Navarro, Pedro Martínez “Pedrés” y Dámaso González; pero otros, como Sebastián Cor-tés, Manuel Caballero y Ángel de la Rosa, en tiempos muy re-cientes, han elevado el calor por la Fiesta. Hace años hubo algu-nos matadores de alternativa na-cidos en la ciudad: Cándido Mar-tínez “Mancheguito” y Rafael Rubio “Rodalito”.

BENITO DEL MORAL. FUENTE: Carlos Ilian. ILUSTRACIONES: Europa

Press.

PLAZA DE TOROS DE ALBACETE

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S oy uno más de los toleda-nos, que diariamente nos

damos la vuelta al Valle. Ten-go costumbre de salir tempra-no, para hacer mi recorrido habitual, pues me gusta ma-drugar y ver el sol a esas horas como se posa en mí To-ledo, oír las campanitas de los conventos invitando a mi-sa. Era el 12 de octubre de 2.012, la noche anterior no había dormido bien, y ese día me levanté antes. El día no estaba muy claro, había una especie de neblina y me lancé a hacer el recorrido de todos los días y al llegar al Puente de la Degollada, me sucedió algo que aún no he podido olvidar, lo cual paso a relata-ros: Comencé a cruzar el puen-te, y a mitad de él vi que se acercaba una mujer que cami-naba despacio, con un andar lento, muy pausado. Desde el principio del puente, me dí cuenta que era la silueta de una mujer frágil, la cual iba vestida de negro. Su cabeza, pude observar que tenía un peinado (creo que antes se llamaba “moño italiano”) alti-vo y casi arcaico, repleto de peinetas. Lejos de asustarme y al estar casi frente a ella, le dije buenos días con una ge-nerosa sonrisa, y al acercarme más, me dí cuenta que aque-lla mujer me era muy familiar

su imagen, pues se parecía a mi tía Manola. Pero a medida que la mujer se me acercó y se paró frente a mí, mi alegría se tornó en extrañeza, pues me dí cuenta al tenerla tan cerca, que había algo en el rostro de mi tía Manola que generaba en mí mucha inquietud, pues ella tenía un gesto pétreo, como de cera, y al estar yo tan cer-ca de ella, emití un grito de terror: los ojos de mi tía eran blancos, sin vida, y me dí cuenta que no miraban pero si que me veían. -No te asustes, hijo, me dijo ella. -Sí, soy yo, tu tía Manola, y vengo a decirte que ya es-toy muerta. Yo, apenas podía respirar, las piernas me temblaban, me apoyé contra la barandilla del puente, y no sabía si echar a correr o que hacer, pues esta-ba aterrorizado. -Nada has de temer, me dijo ella, solo vengo a avisarte pa-ra que me digas si quieres que les diga algo a tus padres, pues pronto los veré. Ya no te digo nada más, ahora ve a ca-sa y allí me encontrarás muerta. Ya descanso en paz. Ella desapareció, yo me sentía incapaz de reaccionar, quería moverme y no podía, quería gritar y no sabía, que-ría huir y no sabía donde. La verdad es que yo estaba para-

lizado. Por fin mis pies me respon-dieron, y mi garganta emitió un chillido desgarrador, que despertó a mí mujer, me in-corporé muy agitado, y mi mujer, muy asustada me dijo: -¿Qué te pasa? ¿Has tenido una pesadilla? -¿Así es, la dije. Miré al re-loj de la mesilla de noche, y el reloj marcaba las tres de la madrugada. Todo había sido un horrible sueño. Mi mujer, me preparó una tila mezclada con un poleo, me lo tomé, e intenté dormir, diciéndome a mi mismo que cuando me levantase lo pri-mero que iba hacer es llamar a mi tía Manola al pueblo. Y eso fue lo primero que hice al levantarme. Al otro lado del teléfono contestó mi primo Paco, y me dijo: -La tía Manola ha fallecido esta madrugada a las tres. Así que al dar la vuelta al Valle, al llegar a la mitad del Puente de la Degollada, la verdad, que aunque ya hace un año me da “cosa”, quizá que sea miedo o respeto, pues aún ese sueño no se me ha olvidado. Dios quiera, que pronto se me olvide esa pesadilla tan real.


LA TIA MANOLA (Relatos)

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C ONSEJOS: para comer bien y te-ner vida sana y agradable.

***

Beber 2 litros de agua → al día Tomar 2 vasos de leche → al día Comer 2 derivados lácteos (yogures, queso fresco etc.) → al día Comer 2 ensaladas variadas → al día Tomar 2 cucharadas de aceite de oliva (en las ensaladas) → al día Comer 2 dientes de ajo → al día Comer 2 tomates (solos o en las ensaladas) → al día Comer 2 frutas diferentes (de temporada) → al día Comer 2 cucharadas de frutos secos (variados) → al día Beber 2 vasos de agua limón (1 en ayunas+ 1

por la tarde ) → al día Comer 2 cebollas (pequeñas o una grande) → - a la semana Comer 2 huevos → a la semana Comer 2 veces carne (1 roja + 1 blanca)→ a la semana Comer 2 veces pescado → a la semana Comer 2 veces legumbres (variadas) → a la semana Comer 2 veces pasta → a la semana

- Alternar el consumo de carne, pescado, pasta y huevos en los días de la semana. - Es importante: hacer las 2 comidas principa-les de forma que, la de al mediodía sea la más abundante y copiosa; descansando un rato (siesta corta si es posible). - La segunda (cena) debe ser escasa y ligera, y después de ella, se debe de andar aproximadamente 1 hora (muy aconsejable). - Al menos nos moveremos andando 2 horas al día (una de ellas después de cenar). - Hay otras 2 comidas que siempre se han de considerar necesarias (desayuno y merienda), en ellas nos comportaremos como en las otras dos principales; el desayuno debe ser más copioso y la merienda más sencilla y frugal; hay otra más (a media mañana que se ha de hacer de forma más lige-ra y frugal que la merienda). Recordando aquel proverbio que aconseja: Desayunar: como un príncipe, Comer al mediodía: como un rey, y a la no-che Cenar: como un mendigo. En cuanto a la sexualidad; ATENCIÓN a esta regla, porque: 2 veces en un día: es una clara osadía, pero da mucha alegría. 2 veces a la semana: es cosa normal y sana (siempre, que se tengan ganas) 2 veces solo, en el mes: muy poco es (según con cual o quién) 2 veces solo, en un año: nos sirven de mal en-gaño (busca un remedio o “apaño”) 2 veces solo, en un lustro: es causa de un gran disgusto al recordar aquello que dice:(Adíos muchacho, compañero de mi vida, ya no me sirves “pa” esta partida...)

Felipe Garrido Briceño.-

La regla del “2” en nuestra dieta

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Se cree que empezó su cultivo y uso en Asia, pero en la actualidad se usan en todas las cocinas del mundo; ya que empleadas sabiamente y en su justa medida dan un to-que muy especial a todo tipo de receta de cocina, aumentando sus sabores y aromas. Tienen propiedades muy saludables, son de muy fácil conservación y poseen muy larga

vi-

da, lo que las convierte, en ingredientes ne-cesarios y esenciales en cualquier plato o receta de cocina. Existen muchas curiosidades sobre las especias, por ejemplo: que en el siglo XVII, el uso de la “Nuez moscada” estaba consi-derado como un símbolo de gran lujo (muy semejante a la degustación del caviar en nuestros días); y que en la Edad Media, la “Canela” era más valiosa que el oro. Pues desde tiempos muy remotos (ya fueron co-mercializadas por los Fenicios), las “especias” han sido valoradas como tesoros e incluso, han sido utilizadas como moneda de pago y cambio y se les atribuían propie-dades mágicas, curativascurativascurativascurativas y afrodisiacas. Eran y son usadas, para perfumar las casas y estancias a la par de aderezar las comi-das. La mayoría de las especias preceden de Asia, y nos llegaron por las rutas comer-ciales con aquel continente, como la conoci-da por “la ruta de la seda”. Desde aquel en-tonces, vienen favoreciendo a nuestros pla-tos, dándoles aromas y color, a la vez de en-riquecerlos con matices y sabores. Como muchas de las especias, ciertamente tienen propiedades curativas para nuestra salud, en sucesivas ediciones, me propongo ir ex-

poniendo a algunas de estas especias, con sus propiedades y usos más extendidos y apreciados.

ESPECIAS: La Cúrcuma, y su poder ESPECIAS: La Cúrcuma, y su poder ESPECIAS: La Cúrcuma, y su poder ESPECIAS: La Cúrcuma, y su poder curativo.curativo.curativo.curativo. Esta especie pertenece a la familia del jengibre y crece en Indonesia, China, In-dia y otras partes de los trópicos. La par-te utilizada es el rizoma, el cual se com-pone de materias colorantes (3-5%), lla-madas curcuminoides. En COCINA se emplea en sopas y arroces.- En China es utilizada como analgésico, especialmente para aliviar el dolor en golpes, hematomas y lesiones, además de estimular la producción de la energía vital (Qi). En la medicina ayurvédica se utiliza en el tratamiento de flatulencias, ictericia, dificultades menstruales, orina sangui-nolenta, hemorragias, dolor de muelas, hematomas, dolor en el pecho y cólicos; además, a menudo se aplican cataplas-mas de forma tópica para aliviar la infla-mación y el dolor. En Occidente se han reconocido princi-palmente sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, y afortunadamente cada vez surgen nuevas investigaciones que apoyan su uso en una gran variedad de aspectos médicos. Su acción antiinflamatoriaacción antiinflamatoriaacción antiinflamatoriaacción antiinflamatoria es significati-va y consiste en suprimir la liberación de los mediadores inflamatorios y estimular la producción de cortisona de las glán-dulas adrenales, la cual interviene de forma indirecta en este proceso. Ade-más actua inhibiendo la formación de leucotrienos, la agregación plaquetaria y la respuesta de los neutrófilos a varios estímulos involucrados en el proceso de la inflamación, así como promoviendo la fibrinolisis y estabilización de las mem-branas celulares. El extracto de cúrcuma y su principio

Nos interesa saber: La bonanza de las “especias”.

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GASTRONOMIA: LOS PERCEBES

S abías que su vida transcurre pe-gados a las rocas como algunos moluscos. Su cuerpo consta de un pedúnculo carnoso protegido por una fuerte piel de color negro. Forma grupos o piñas que están fijadas al sustrato por unas glándulas cementantes. Se alimenta del fito-plancton de las aguas que baten las olas. El percebe es hermafrodita ya que posee ambos aparatos reproduc-tores. Se fecundan los unos a los otros por medio de la cópula, dando lugar a unas pequeñas larvas que se van desarrollando hasta que consi-guen desplazarse a la roca. Una vez en la roca el percebe pierde total-mente su movilidad. Los percebes capturados en Galicia ofrecen sin duda una mayor calidad. Esto se debe a la riqueza de nues-tras aguas. Por todo ello, el sabor de éste es fácilmente contrastable, tiene sustancia limpia, jugosa, concentra-

da pero también suave. “Comes esencia de mar”. Los grandes entendidos sostienen que los mejores percebes provienen de rocas concretas que le confieren propiedades especiales al percebe que allí se fija. Hay algunas muy conocidas como son: percebes de Roncudo (come), percebes Aguillóns de Ortegal (cariño), percebes dos Miñarsos (hira) percebes de Pedra de Ouro (Sisargas Malpica) y otros mu-chos más. Los percebeiros gallegos arriesgan sus vidas en la lucha con el mar, pa-ra poder arrancarle a los acantilados de la Costa de la Muerte el sustento diario de sus familias. Se aferran con fuerza a las rocas para no ser engu-llidos por la fuerza de las olas y ocultan a sus familias los riesgos y penalidades de su labor diaria. La técnica que utilizan los perce-

beiros es utilizar una raspa o raspeta para desprenderlo de la roca. Se tie-ne que tener especial cuidado en no romper la parte musculosa del perce-be en el momento de la extracción. Además un percebe bien cortado puede mantenerse vivo durante va-rios días. La mejor forma y más habitual de degustar todo su sabor es tomarlos cocidos. Para su cocción lo mejor es utilizar agua de mar en su defecto agua salada a la que añadirle unas hojas de laurel. Lo importante es saber que el percebe se debe echar al agua cuando esté hirviendo y no antes. Se sirven solos, con un paño encima para que no pierdan el calor y la humedad. Lo más importante es que hay que degustarlos recién cocidos. Si están fríos ya no es lo mismo, la piel se reseca y la carne no saldrá igual.

JOSE LUIS GALAN

y capacidad de caminar, pero mientras que la fenil-butazona, se asoció con efec-tos adver-sos signifi-c a t i v o s , curcumina no causó n i n g ú n efecto se-c u n d a r i o

en la dosis recomendada. Si se aplica la cúrcuma a la piel, como es común en la India, puede aliviar el dolor y la inflama-ción en músculos y articulaciones, ya que afecta a las terminaciones nerviosas anu-lando la sustancia P, neurotransmisor de los receptores del dolor. Ulcera gástricaUlcera gástricaUlcera gástricaUlcera gástrica : Aunque ha grandes do-sis (100 mg/ kg, en ratas) la curcumina es ulcerogénica, diferentes extractos en mo-delos animales han demostrado una acti-vidad antiulcerosa y citroprotectora al proteger la mucosa gastroduodenal frente al jugo gástrico por medio de un aumento de la secreción de mucina. Síndrome de colon irritableSíndrome de colon irritableSíndrome de colon irritableSíndrome de colon irritable (SCI ): A prin-

cipios del año pasado, tuvimos noticias sobre la capacidad del extracto de cúrcu-ma de aliviar los síntomas característicos del SCI, como los espasmos intestinales y las flatulencias. En un corto espacio de tiempo, pacientes afectados durante más de 10 años, observaron una mejoría muy importante sobre estos síntomas. Enfermedad inflamatoria intestinalEnfermedad inflamatoria intestinalEnfermedad inflamatoria intestinalEnfermedad inflamatoria intestinal : La Universidad de Nuevo México ha publica-do este año, en la revista American Jour-nal of Physiology, un trabajo sobre los efectos del extracto de cúrcuma, en la En-fermedad de Crohn . La enfermedad se caracteriza principal-mente por una excesiva porosidad de la pared intestinal, debido a la incapacidad de las células de agruparse pegadas unas a otras, creándose espacios entre ellas, lo cual se produce principalmente por la presencia de muchos compuestos infla-matorios/estimulantes. CONTINUARÁ en el próximo Número …. Con otroas propiedades muy interesantes. FuentesFuentesFuentesFuentes: “Consejos para el Bien Vivir”(varios autores).

Felipe Garrido Briceño

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E sta historia que os voy a relatar, es por el encan-to que tiene, pues hoy he vuelto a creer en el ser humano. Iba yo en el AVE a Madrid, enfrescado en unos do-cumentos, vamos, mejor dicho, con los impresos pa-ra la declaración de la Renta. Y sentadas frente a mí, una señora de cierta edad, con una niña que debía de ser su nieta, una nena de 4 o 5 años, la cual decía “hola” a todos los que íbamos en el vagón. Casi todos con la atención centrada, bien en un libro, o una revista, o en mirar sin ver nada por la ventani-lla, otros en navegar en Internet. Teléfono en la mano, se sienta a mí lado un joven ejecutivo trajeado. La nena le dice “hola”, cada vez un poquito más alto y un poquito más cerca. Mien-tras el joven ejecutivo, abstraído en la pantalla de su móvil.

Apenas un par de minutos después llegamos a Ma-drid, la abuela y su nieta se levantan para apearse y, justo entonces, al pasar por nuestro lado, la pequeña pone su manita menuda en la cara del ejecutivo, lo obliga a mirarla y la nena, le planta un beso en la mejilla. ¡Qué instante! Hubo sonrisas, alguna carcajada apa-gada, comentarios… Pero sin embargo, lo que quedó en el ambiente fue “la magia del beso”, ofrecido por la nena a cambio de nada. Para mí corto entender yo diría que fue un gesto esperanzador. Pues los que vienen detrás de noso-tros, demuestran que están sin malear, pues solo quieren que los escuchemos y que los prestemos la atención que merecen. A cambio, la promesa de que, apelando a la bondad esencial con la que nacemos, -como decían los “jipis”- es mejor practicar el amor -y la paz- en vez de la guerra. Y esa niña, a ese ejecutivo, le dio una buena lección, solamente con la magia de ese beso.

Moisés Carrasco

H e recibido un escrito de un lector de nuestra re-vista CONTACTOS, en la que me pide, que si tenemos a bien publicárselo, pues él no quiere que su nombre aparezca por ningún lado. A mí el escrito, la verdad, que

por la metáfora bélica, también traída, y por como con ella po-ne en evidencia la incompeten-cia e indignidad del mando, os pido, compañeros de la revista que se lo publiquemos. Su escrito dice así: Esto es como la guerra. Les

escribo esta carta desde el frente. Sé que voy a morir. Per-tenezco al batallón “0105”. Em-presa Española. Tras 15 años de lucha incesante en el cam-po de batalla llamado “MERCADO”, nos hemos teni-

do que replegar debido a los daños causados por las inten-sas condiciones climatológicas. Las bajas aumentan día a día

y no podemos hacer nada has-ta que deje de azotar el ciclón “CRISIS”. Como los víveres escasean,

nuestros oficiales han elegido a los más desvalidos, y nos han abandonado en un reducto del frente, abocándonos a un final seguro, para así poder seguir manteniéndose ellos con vida. Ahora, nos han recomendado

la última misión por nuestro pa-ís, la misión “ERE”. Esperar la muerte mientras los cubrimos las espaldas, para que de este modo el batallón pueda refu-giarse con los soldados míni-mos y los recursos suficientes hasta que el ciclón pierda fuer-

za. Y así, poder volver a recu-perar, como en las épocas glo-riosas, las ansiadas trincheras del país llamado “Beneficio con Respecto al Ejercicio Anterior”. Eso, era lo único que podían hacer, pues estábamos muy heridos y no podían seguir ayu-dándonos. En realidad, éramos una carga. Y se despedía así: Amigo Moisés, espero que

esta misiva llegue a mis hijos y que me recuerden y que apren-dan de mis errores. Ánimo a todos los que lo están pasando mal. Chico, ¡esto es la guerra”

Moisés Carrasco

ESTO ES LA GUERRA

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Coles de Bruselas. Para que se cuezan por igual por todas las partes prueba hacerles a las coles de Bruselas un corte en forma de cruz en su base. Así no se queda-rá el tallo más duro que las hojas, sino toda la col igualmente tierna. Labios suaves. Para reparar unos labios agrieta-dos aplica sobre ellos una capa de miel y deja que actúe (sin comértela) durante 30 minutos. Después retira el sobrante con agua tibia y verás tus labios suaves como nunca. Espejo sin vaho. Si quieres evitar que el espejo de tu baño se empañe con vaho cuando enciendes el agua caliente de la ducha, prueba a frotarlo con un paño limpio que no suelte pelusa, al que habrás añadido previamente espuma de afeitar. Quedará impecable. Fuera olores de la nevera. Para eliminar la mezcla de olores de tu frigorífico, esos que no desaparecen con un simple fregado coloca un tarro de cristal abierto con café molido en su interior. Absorberá to-dos los malos olores, y quedará como recién compra-do. Flores secas. Si quieres conservar un estupendo ra-

mo de flores y que te dure intacto en el jarrón por más tiempo rocíalo con laca de pelo. Mantendrás vivos sus colores y además no se cae-rán las hojas en ningún mo-mento. Alfombras como nuevas. Si quieres quitar las marcas que dejan los muebles sobre la alfombra, coloca unos hielos sobre ellas y cuando estén totalmente derretidos, pasa la plancha de vapor por encima. No planches ninguna otra zona para evi-tar brillos, solo las necesarias. Toallas extra suaves. Tus toallas recuperarán su textura suave y sedosa si las dejas con agua y vinagre durante un par de minutos. Para eliminar el olor láva-las con suavizante y verás que vuelven a ser esponjo-sas como si estuvieran recién compradas. Hasta la próxima, amigas y amigos

MOISES CARRASCO

ARROZ AL VINO TINTO

Ingredientes para cuatro personas 300 gramos de pollo. Una cebo-lla. Un diente de ajo. Dos tomates.

Un pimiento rojo. 60 gramos de queso parmesano. Sal. Pimienta. Tres cuartos de litro de vino tinto. Dos vasos de arroz bomba. Aceite de oliva Virgen extra. Paso 1: Pon una sartén al fuego con 4 cucharadas de aceite. Tro-cea el pollo y añádelo a la sartén, sofríe hasta que esté bien dorado. Retira y reserva. Paso 2: Pela y pica los tomates, el pimiento, la cebolla y el ajo. Ponlo todo en la sartén donde hemos frito el pollo y mantén a fuego medio durante 6 ó 7 minu-tos.

Paso 3: Añade el arroz a la sar-tén y sofríe un minuto dándole vueltas. Añade el pollo frito, salpi-mienta. Echa el vino y el queso rallado, mantén al fuego 20 minu-tos o hasta que el arroz esté en su punto y sírvelo caliente. Consejo: Una vez cocido el arroz, deja reposar unos 5 minutos tapado con un paño de cocina lim-pio. Dificultad: baja. Preparación: 40 minutos. Calorías por ración: 4oo.

LA COCINA DE “CONTACTOS”

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PASATIEMPOS por ….. PEDRO

CRUCIGRAMA.

HORIZONTALES.- 1) Nombre de nuestro periódico. 2) Alga.-Que ríe. 3) Ladrón.- Interjección que expresa entusiasmo. 4) Misericordioso. 5) Parte del día.- Toledo.- Nota mu-sical. 6) (al revés) Apoye una cosa en otra Preso. 7) Consonante.- Idiotas. 8) Orden Real (siglas).- Estoy enterado.- Naves. 9) Dialecto francés.- Cama.- 10) Aparatos de cocción (en la cocina).-Lima o raspar. VERTICALES-

A) Apellido del autor de este crucigrama. Vocal. B)

en plural, curva cerrada semejante a una elipse. Nómina o catálogo. C) Requesón. Conso-nante de COLA. D) Consonante.- (al revés) Adorméceme con algún producto sedativo. Vo-cal.- E) Interjección para azuzar a las caballerías.-Tanto en el tenis.- Pluraliza.- F) Letras de ACENTO, desordenadas, sin la A.- Vocal Carbono. G) Titanio. Llegar a la cima.-H) Elemen-to no metal (al revés).- Amarrarse (al revés).- I) Revestimiento que cubre un piso.- Juego de niños.- J) Olfatear (al revés).- De hueso (femenino). .

SOLUCIONESSOLUCIONES al anterior Nº 16 Crucigrama. Horizontales- 1) Palacio Degal. 2) Enero.RuasI. 3) Pi-mientos. Ca. 4) Icas. Modos.N. 5) Nenas. De. Eta. 6) Ot. Ratonare. 7) Oros. Nacido. 8) As. Stmcl. Oír. 9) R. P. Roi. Esot. 10) Gripe. Aes. Se. 11) Endose. Safag. 12) Saes. Asasesa?. Verticales- A) Pepino. Arges. B) Anicetos. Rna. C) Le-

man. R. Pide. D) Arisaros. Pos. E) Coe. Sastres. F) I Nm. T. Mo. Ea. G) Ortodoncia. S. H) Duodenal. Esa. I) Easo. Ac. Esas. J) Gs. Serios. Fe. K) A. C. Tediosas. L) Liana. Ortega. Refranes- 1º) A dios rogando, y con el mazo dando. 2º) Cría cuervos, y te sacaran los ojos. Otro Refrán- Plaza sitiada, plaza tomada.

REFRANESREFRANESREFRANES. . . Pon vocales en las rayas .- 1º) Z_p_t_ll_s y z_p_t_s s_n p_r_ _lg_n_s _l m_j_r pl_t_. 2º) Y_ s_y m_s_c_ y m_ _c_ _st_ _ l_s _ch_. Coloca una sílaba en la raya y tendrás un refrán: mien_, ma_, ba_, sá_ra _neda_table, par_, pe_zo, venta_ _niel.

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Un señor llega a su casa tras un lar-go día de trabajo, y se deja caer sobre la cama como un tronco, agotado. A punto de dormirse, se acerca su esposa muy insinuante y le dice: —¿Qué harías si te dijera que tienes

a una hermosa, sexy, atractiva y caliente mujer acostada junto a ti? —No te preocupes mi vida, estoy cansado… ¡que te sería fiel!

——oooOooo ——- Entre amigos: —Estoy desesperado. Mi mujer juró no hablarme en un año… —Hombre, no te preocupes, tampoco es para que te lo tomes así. —¿Cómo que no? ¡Si hoy es el último día!.

——oooOooo ——- Un hombre negro, muy enfadado, le comenta a otro blanco: —Amigo blanco, cuando yo nací, era negro; luego cre-cí, y seguí siendo negro; tomo el sol y soy igual de negro; si me pongo enfermo, negro…y cuando muera, lo haré negro. —¿Y con eso que me quieres decir? —Pues mira: cuando tu naciste, eras rosado; creciste blanco; tomas el sol y te pones rojo; si tienes frío, mora-

do; al enfermar…¡amarillo!, y cuando te mueras estarás gris… —¿Cómo te atreves a decir que soy una persona de co-lor?

——oooOooo ——- Un hombre está viendo un partido de futbol en el cam-po. Se acerca un joven: —¿Por qué hay un asiento vacío a su lado? —Era el de mi mujer, pero falleció anoche de manera repentina y no me ha dado tiempo de ofrecérselo a nadie. —¿Y ningún amigo suyo ha querido su entrada? —Pues no… ¡a todos los ha dado por ir al funeral!

——oooOooo ——- Con tono inquisitorio, la madre le dice a la hija: —Me han comentado que te acuestas con tu novio. ¿Sí? —¡Pero hay que ver, mamá, que chismosa es la gente! ¡En cuanto te acuestas con una persona piensan que tiene que ser tu novio!

——oooOooo ——- Una tarde llaman a la puerta de Anselmo y, al abrir, ve que es su vecina, más guapa, y separada, la cual le dice con ojos de deseo: —Mira, acabo de llegar del trabajo y tengo unas ganas tremendas de divertirme, emborracharme y de hacer el amor sin parar en todas las posiciones durante toda la noche. ¿Y tú qué? ¿Estás ocupado hoy? —¡Por supuesto que no! —¡Qué bien ¡…¿me puedes cuidar al niño?

——oooOooo ——- Era un hombre tan tonto, tan tonto, tan tonto, que se compró una radio y la devolvió porque “oía voces”

MOCAES

CHISTEANDO . . .

Dos amigos entablan conversación y uno le pregunta al otro: ¿te gusta mucho la pintura? El interpelado responde: Hombre,

me gusta, me gusta, pero…nunca me tomo más de dos gotas.

——oooOooo ——- Camina un americano en su carro

por una carretera andaluza, y al ver a un labriego en la misma para y le pregunta. —Por favor, “¿Ante-que- era.?”. —Pues, mire míster, yo antes era

albañil y ahora estoy en el paro. ——oooOooo ——-

Debajo de un puente hay un puesto de sandías, y el melonero las anun-cia a voces, ¡qué sandías más ricas tengo, - rojas como Carrillo, y más rojas todavía, como la Pasionaria! En esto pasa un camión por encima

del puente, se sale del mismo y cae sobre las sandías, originando un desastre, y viéndose que las mismas están todas sin madurar… Entonces uno de los mirones del puesto, le dice al melonero: ¿oye no decías que estaban rojas, y mira lo blancas que están todas? El melonero le responde: ¡qué

quieres, como van a estar, con el susto que se han llevado al caerlas el camión encima!

——oooOooo ——- Un borracho ha comprado medio

kilo de sardinas, y publica por la ca-lle con ellas metidas en la faja. Más adelante le da gana de orinar,

y al intentar sacar el instrumento necesario, lo hace con una sardina que se había corrido para abajo, y al ver aquello, se dice:

¡Madre mía, con sesenta años que llevo haciendo lo mismo y hasta aho-ra no me he dado cuenta que la “flauta” tiene ojos!

Mariano González

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Consejería de Sanidad y Asuntos So-ciales

Servicios Periféricos de Toledo

CENTRO DE DÍA DE MAYORES “TOLEDO I”CENTRO DE DÍA DE MAYORES “TOLEDO I”CENTRO DE DÍA DE MAYORES “TOLEDO I”CENTRO DE DÍA DE MAYORES “TOLEDO I” Dirección: C/ Santa Fe, 2 – 45001 TOLEDO Teléfono: 925 223 916 Fax: 925 210 212 E-mail: [email protected]

Grupo musico-vocal"la Voz del Barrio" Toledo en Nuestro Recuerdo

Visita cultural al Ayuntamiento de Toledo

revista octubre 2013 - centrodemayorestoledo1.com octubre 2013.pdf · del alcázar de segovia,...

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