revista lazos 05 y 06

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Edición Gabriela L. Ugarte Borja Metodologías creativas para el análisis de conflictos enfocados a procesos de reconciliación - VANESSA CASTEDO 58 Herramientas para el análisis político - FERNANDO MAYORGA 63 UNIR Bolivia recibe el respaldo de las cooperaciones de Bélgica, Dinamarca, Holanda, Suecia, Suiza y la Unión Europea. Gerencia de Diálogo y Negociación Antonio Aramayo Tejada WWWs DESTACADOS MANO A MANO Año 3, Nos. 5 y 6, febrero - diciembre 2008 PRESENTACIÓN 50 67 81 86 3

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Page 2: Revista Lazos 05 y 06

PRESENTACIÓN 3

Equidad: La tarea pendientePobreza y equidad ¿por dónde empezar? - GREGORIO IRIARTE 8

Equidad y justicia ¿van de la mano? - MARIEL PAZ 12

La equidad, ¿una ilusión? - JAVIER GÓMEZ 16

Descolonización y sociedad comunitaria

como política de equidad - FELIX PATZY 21

Reducir las desigualdades: el desafío de

un nuevo pacto regional - VERÓNICA PAZ 27

Diálogo interculturalDiálogo para construir interculturalidad

- MARIA SOLEDAD QUIROGA 34

Los diálogos interculturales:

Experiencias desde la adversidad - FHADILA MAMMAR 38

El diálogo posible entre regiones diversas - SUSANA SELEME 43

Métodos pedagógicos de análisis de conyuntura

Metodologías para el análisis de coyuntura políticaGREGORIO LANZA 50

Metodologías creativas para el análisis de conflictos

enfocados a procesos de reconciliación - VANESSA CASTEDO 58

Herramientas para el análisis político - FERNANDO MAYORGA 63

Especial: Encuesta “Diversidad culturalhoy. Una radiografía al país, 2008” 67

MANO A MANO

La temperatura de la democracia en América Latina

MARTA LAGOS Y JORGE MERCADO 81

BIBLIOTECA / Librero UNIR 84

WWWs DESTACADOS 86

Separata:

Cuadernos de educación para la Paz.

“(Deconstruir) la imagen del enemigo”ALICIA BARBERO DOMEÑO, CARLES VIDAL NOVELLAS, CÉCILE BARBEITO THONON,

IRENE SANTIAGO SANTIAGO (ESCOLA DE CULTURA DE PAU)

Contenido

Revista de la Fundación UNIR Bolivia parapromover la información, la negociación, el

diálogo y la deliberación con las transversalesde interculturalidad, participación y equidad.

Año 3, Nos. 5 y 6,febrero - diciembre 2008

DirecciónAna María Romero de Campero

Gerencia de Diálogo y NegociaciónAntonio Aramayo Tejada

Gerencia SocioculturalRené Zeballos Clavijo

EdiciónGabriela L. Ugarte Borja

Correción de estiloMauricio Murillo

IlustracionesJuan José Serrano

María Isabel [email protected]

DiseñoSALINASÁNCHEZ

[email protected]

UNIR Bolivia recibe el respaldo de lascooperaciones de Bélgica, Dinamarca,

Holanda, Suecia, Suiza y la Unión Europea.

Fundación UNIR BoliviaAv. 6 de Agosto #2528

entre P. Salazar y L. Gutiérrrez(591-2) 2117069 - 2153021

[email protected]

Casilla 135, La Paz - Bolivia

ISSN: 1991-9506Depósito legal: 4-3-88-06

Primera impresión de 5000 ejemplares

Page 3: Revista Lazos 05 y 06

Al cumplir el tercer año de la Revista LAZOS, presentamos los números 5 y 6 co-

mo un cierre de un ciclo en el que hemos buscado ofrecer información y refle-

xión que respalde las temáticas en las que trabaja la Fundación como intercul-

turalidad, medios de comunicación, negociación, diálogo y cultura de paz.

Y es precisamente en esta publicación que ofrecemos un tema que fue debatido en

varios encuentros pero que no se había plasmado en el papel. Lo hemos llamado

“Equidad, la tarea pendiente”. También presentamos un espacio de reflexión de gran

actualidad como es el diálogo intercultural. Finalmente, en el sector de artículos en

profundidad brindamos tres textos con sello pedagógico elaborados por expertos que

nos hablan sobre la forma de encarar adecuadamente un análisis de coyuntura.

La equidad introduce un principio ético o de justicia en la igualdad. La equidad

nos obliga a reflexionar los objetivos que debemos conseguir para avanzar hacia

una sociedad más justa. En este sentido, LAZOS

aporta a la discusión con cuatro artículos que,

desde diferentes enfoques y disciplinas, pro-

porciona un abanico de información y conoci-

mientos –de acuerdo a su línea editorial – como

el firmado por el renombrado autor de textos

sociales Gregorio Iriarte, que reflexiona en tor-

no a las tensiones que vive nuestro mundo

identificando su origen en el resentimiento que

genera una riqueza que se multiplica al lado de

la extrema pobreza.

Mariel Paz, abogada especialista en derechos humanos, aborda a la equidad a par-

tir de la justicia. El economista Javier Gómez propone analizar la relación entre distri-

bución de la renta y crecimiento para conocer si las políticas de estabilización han te-

nido efectos redistributivos.

El sociólogo Félix Patzi, afirma que la equidad debe enfocarse con enfoque desco-

lonizador apoyado en la igual de oportunidades en todos los campos (laboral, aca-

démico, económico y otros) por encima de diferencias raciales, étnicas y físicas. Ce-

rrando este acápite de equidad, la economista Verónica Paz, echa una mirada a las

Presentación

La equidad introduce unprincipio ético o de justicia en la igualdad. La equidad nos obliga a reflexionar los objetivos que debemosconseguir para avanzar haciauna sociedad más justa.

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regiones y plantea que la reducción de las desigualdades entre las regiones se ha con-

vertido en un objetivo estratégico para el desarrollo nacional.

En la segunda parte de la revista, ofrecemos tres artículos relacionados con diálogo

intercultural en el que la socióloga María Soledad Quiroga responde a la pregunta

¿Cuál es el papel del diálogo en este camino de construcción de un país intercultural?

Le sigue Fhadila Mammar, filóloga tunecina con residencia en Madrid, que en un tex-

to por demás sensible con el otro propone alentar la realización de diálogos intercul-

turales y ofrecer una clave sobre cómo hacerlo, al plantear que se debe “dialogar sobre

la diversidad, aún desde la adversidad”.

Al concluir este sector, la politóloga cruceña Susana Seleme analiza las condiciones

para establecer un diálogo entre regiones de oriente y occidente. Y aconseja trabajar

en las coincidencias antes que en las diferencias: “en aquellas puede estar la clave pa-

ra reducir las tensiones actuales, cada vez más agudas, en pos de un nuevo pacto so-

cial y político en Bolivia y entre bolivianos y bolivianas, en la búsqueda de una nueva

relación entre regiones, población y poder. Ese es el único diálogo posible”.

Los estudiosos Gregorio Lanza, Vanessa Castedo y Fernando Mayorga aportan con

su deliberación en torno a cómo encarar un análisis de coyuntura. Lanza expone so-

bre la necesidad de contar con la teoría, los instrumentos y las destrezas para un aná-

lisis político que permita desentrañar los intereses, posiciones y capacidades de estos

grupos para construir nuevas hegemonías, llegar a pactos o mantener conflictos de

diverso índole. Castedo propone tres pasos para una metodología de análisis en el ca-

so de Bolivia: la reflexión creativa del conflicto enfocada hacia el reconocimiento de

las partes; el manejo alterno de conflictos enfocados a la mediación intercultural pa-

ra restaurar los daños; y la transformación creativa de conflictos para alcanzar la re-

conciliación. Mayorga nos indica que para realizar un análisis de situación, es preci-

so ubicar el proceso político en un contexto de crisis y transición estatal que implica

cambios en el patrón de desarrollo, en el modelo de dominación, en la distribución

territorial del poder y en las identidades sociales.

En el sector de Mano a Mano, tomamos la temperatura de la democracia en Améri-

ca Latina mediante una entrevista que hizo el experto en conflictos Jorge Mercado a la

doctora Marta Lagos, directora de Latinobarómetro, quien hace un diagnóstico de la

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democracia en Latinoamérica, resaltando los avances en este tema en varios países.

Además, analiza el caso boliviano, pues nuestro país registró una de las alzas más al-

tas de apoyo a la democracia en los últimos tres años.

Así como lo hicimos el año 2006 en el número 2 de la Revista, ahora incluimos una

síntesis de los resultados de la “Encuesta nacional 2008: Diversidad cultural hoy” que

trae muchas novedades.

Finalmente, LAZOS presenta el cuadernillo

“(Deconstruir) la imagen del enemigo”, un es-

fuerzo de Escuela de Cultura de Paz, de la Univer-

sidad Autónoma de Barcelona, que nos dio su

autorización para publicar y compartir este texto

vital para entender el contexto de polarización -

ahora más atenuada- que se vivió a lo largo del

año, pues a decir de las y los autores: “cuando ha-

blamos del enemigo, nos estamos refiriendo tan-

to a la otra parte en un contexto de conflicto ar-

mado (nivel macrosocial), como a la relación en-

tre dos personas o grupos diferentes, etc. (nivel

microsocial). Todos los ejercicios, por tanto, pue-

den ser instrumento para hacer reflexionar sobre estos dos niveles: los conflictos en-

tre sociedades o países y los conflictos entre grupos o colectivos de diferentes cultu-

ras, valores, etc.”.

Desde la Fundación UNIR Bolivia esperamos que todo el material que les presenta-

mos sirva para generar corrientes de conocimiento, opinión y acción en el objetivo

común de ayudar a construir una Bolivia más digna, equitativa e intercultural.

La Paz, noviembre de 2008

Fhadila Mammar en un textopor demás sensible con el otropropone alentar la realizaciónde diálogos interculturales yofrecer una clave sobre cómohacerlo, al plantear que sedebe “dialogar sobre ladiversidad, aún desde laadversidad”.

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Equidad:La tarea pendiente

Equidad e igualdad son dos principios

estrechamente relacionados, pero distintos.

La equidad introduce un principio ético o de

justicia en la igualdad. La equidad nos obliga a

plantearnos los objetivos que debemos

conseguir para avanzar hacia una sociedad más

justa.

Una sociedad que aplique la igualdad de

manera absoluta será una sociedad injusta, ya

que no tiene en cuenta las diferencias

existentes entre personas y grupos.

Hoy en día, el aumento de las desigualdades

en nuestro planeta en el acceso de los países

y las personas al uso y disfrute de los recursos

y oportunidades, lleva a plantear los objetivos

de equidad como sustanciales al desarrollo,

de ahí que todavía sea la tarea pendiente.

Page 8: Revista Lazos 05 y 06

8

con metas bien concretas, tendientessiempre a reducir las desigualdades.

La falta de equidad en el ámbito mundial

La falta de equidad es uno de los másgraves problemas en el ámbito mun-dial. Es cierto que la acción internacio-nal no puede compensar las malas polí-ticas nacionales, pero sí puede y debecrear un ambiente favorable para quelos gobiernos de los países pobres pue-dan tener mayor éxito en sus políticasredistributivas.

Esa falta de equidad en la distribu-ción de los ingresos se está volviendo un

problema candente y cada vez más desafiante. Esta es, sin du-da, la consecuencia más negativa del modelo neoliberal vi-gente, ya que dadas ciertas condiciones, este modelo puedegenerar riqueza, pero siempre esa riqueza va a ser mal distri-buida. Puede crear crecimiento económico, pero nunca esecrecimiento va orientado y dinamizado por la justicia social.

Las grandes tensiones que vive nuestro mundo tienen, nopocas veces, su origen en el resentimiento que genera una ri-queza que crece al lado de la extrema pobreza. Por otro lado,vemos que esa riqueza se nutre de esa misma pobreza. El abis-mo de la desigualdad sigue aumentando en nuestro mundocon datos realmente escalofriantes. Esas dos súper poderosas“instituciones de desarrollo”, que se llaman Banco Mundial yFondo Monetario Internacional (FMI), tendrían que reconocerque han sido, en gran parte, las generadoras de la creciente de-sigualdad en nuestro mundo.

La concentración de la riqueza en pocas manos

Para percibir en sus dramáticas proporciones el gran desafío quesignifica esta concentración de la riqueza en pocas manos ex-tractamos algunos de los datos más impactantes que nos ofrecela organización Programa de las Naciones Unidas para el Desa-rrollo (PNUD). El binomio pobreza-riqueza se agudiza, día a día,con distancias cada vez más abismales. Veamos:

Pobreza y equidad¿Por dónde empezar?Las grandes tensiones que vive nuestro mundo tienen, no pocas

veces, su origen en el resentimiento que genera una riqueza que crece

al lado de la extrema pobreza. Por otro lado, esta riqueza se nutre

de esa misma pobreza.

Equidad y desarrollo

Partamos de la idea de que un desarrollo sin equidad no es unauténtico desarrollo. A lo sumo lo podríamos catalogar co-

mo “mero crecimiento”. El último informe del Banco Mundial(BM) sobre los problemas económicos en el 2006 se titula Equi-dad y desarrollo; hay, en este importante documento, algo quellama poderosamente la atención: el tema de la desigualdadeconómica creciente que se da en nuestro mundo. La sorpresano la constituye el hecho mismo de la falta de equidad en nues-tra sociedad, sino el que este gran desafío sea tratado específica-mente por el Banco Mundial en su publicación oficial más im-portante, cosa que hasta el momento no lo había hecho.

En primer lugar, en el informe Equidad y desarrollo se consta-ta el creciente aumento de la desigualdad económica en el mun-do actual, ya sea a nivel internacional, entre países pobres y paí-ses ricos, como a nivel interno de cada país, entre un pequeñosector privilegiado, cada vez más poderoso, y la mayoría de lapoblación. Esta creciente desigualdad impide la superación dela pobreza y distorsiona totalmente la justa y equitativa distribu-ción de los recursos.

Otra idea que desarrolla el informe del Banco Mundial esque las causas de la desigualdad económica creciente están, engran parte, dentro del propio país y, por lo tanto, son los pro-pios gobiernos quienes tienen que elaborar estrategias contrala pobreza y definir políticas adecuadas para una distribuciónmás justa del ingreso. La igualdad tiene un valor intrínseco y noes algo meramente instrumental. La igualdad de oportunida-des viene a ser el mejor instrumento para superar la discrimi-nación económica.

Por otro lado, la igualdad de oportunidades es garantía de undesarrollo consistente, ya que crea más cohesión social. Estaigualdad de oportunidades en el campo económico debe sercomplementada por las correspondientes decisiones en el ám-bito político. Hay economistas del sistema que manejan algunosargumentos falaces en contra de la igualdad. Para los neolibera-les más duros, por ejemplo, la igualdad no existe, ni puede, ni de-be existir. Creen que la igualdad está en contra de un verdaderocrecimiento económico.

Sin embargo, el Banco Mundial aconseja que la distribuciónse instaure en el centro de las estrategias de un auténtico desa-rrollo humano. Para ello, los gobiernos deberán comprometerse

Sacerdote español

de la Congregación

de Misioneros

Oblatos de María

Inmaculada docente

universitadio y

teológo. Autor de

numerosos

estudios de análisis

de la realidad

socioeconómica,

eclesial y de las

cuestiones

mediáticas.

P. GREGORIO

IRIARTE O.M.I.

Page 9: Revista Lazos 05 y 06

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- 600 personas multimillonarias gozan de un patrimonio indivi-dual de más de 1.000 millones de dólares. La riqueza que acu-mulan esos potentados alcanza, en su conjunto, a la fabulosacifra de 9.000 billones de dólares. Debemos tener presente queun billón es nada menos que un millón de millones.

- El 1% de la población mundial más rica tiene ingresos equiva-lentes al 57% de la población mundial más pobre. Esto quieredecir que 63 millones de multimillonarios poseen tantos bie-nes como 2.700 millones de personas.

- Las 100 personas más ricas del mundo acumulan riquezasequivalentes a los ingresos de la totalidad de los países pobresdel planeta.

- Sólo 225 personas poseen tanta riqueza como el 47,8% de lapoblación mundial.

- Las 3 personas más ricas del mundo tienen activos mayores alPIB de los 48 países más pobres del mundo.

- El ingreso promedio de los 20 países más ricos del mundo es 37veces mayor al ingreso de los 20 países más pobres.

- En América Latina, el 10% más rico de la población se lleva el60% de la riqueza, mientras el 10% más pobre apenas llega aun 2%.

- Los 14 latinoamericanos más ricos, según la revista Forbes,acumulan fortunas que superan los 50.000 millones de dóla-res cada uno. Esa cifra representa el ingreso anual de 100 mi-llones de personas pobres de la región.

Exigencias humanas de un auténtico desarrollo

La sociedad moderna, impulsada por el neoliberalismo globali-zador, ha convertido nuestro mundo en una sociedad dual. El exdirector de la UNESCO, Federico Mayor Zaragoza, afirma que“lo que ha globalizado la globalización es, ante todo, la pobreza”.Alguien ha llegado a afirmar que lo que tenemos en el mundo ac-tual son “islotes de prosperidad en un océano de miseria”.

La ciencia económica se ha proyectado desde el siglo XVIIIhacia un total alejamiento en relación a la ética y a la pobrezaque ella misma genera. Muchos economistas han tratado dedescubrir las leyes intrínsecas del desarrollo económico desli-gándolo totalmente de la moral. Sin embargo, como repitió va-rias veces el Papa Juan Pablo II: “Si no hay ética, el desarrollo sevuelve salvaje”.

Predomina en muchos tecnócratas una idea meramente eco-nomicista del desarrollo. Esta idea parte de una visión parcial ydeshumanizada del hombre. Se basa en una antropología de ti-po reduccionista y, por lo tanto, falsa. Se limita a desarrollar, a losumo, al área del tener, desconociendo el área del ser. Es ciertoque no podemos caer en una contraposición simplista entre eltener y el ser, ya que poseer bienes materiales ayuda (o puedeayudar) a desarrollar las potencialidades del ser. Sin embargo,un desarrollo que se limite únicamente a promover los paráme-tros económicos, olvidando la equidad y la progresiva y justa re-distribución de los bienes, fuera de estar en contra de una con-cepción integral del desarrollo, creará, a la postre, una sociedad

cada vez más desintegrada, más resentida y más violenta. El verdadero fundamento de la paz es la justicia, por lo tanto,

la paz social se basa en la justicia social.

Transformación productiva con equidad

En el año 1990 la Comisión Económica para América Latina y elCaribe (CEPAL) presentó un importante documento tituladoTransformación productiva con equidad. Ese informe influyómucho para que en nuestra región latinoamericana se promo-viera un desarrollo basado no exclusivamente en el crecimientoeconómico, sino en la justicia redistributiva y en la defensa delmedio ambiente.

El verdadero desarrollo está en las personas, no en los objetosni en el dinero. No son las personas para el desarrollo, sino el de-sarrollo para las personas. La visión economicista enfoca todo elproceso de cambio desde un punto de vista exclusivamente uni-lateral y tecnológico, reduciendo toda la complejidad y todas lasapetencias del ser humano al área de las necesidades materiales.

Una economía a escala humana debe estar orientada, funda-mentalmente, hacia la satisfacción de las necesidades básicas,tanto en lo personal como en lo social. Enfocar el desarrollo entérminos meramente economicistas, y no humanistas, implicaun cambio profundo en la racionalidad económica de gran par-te de nuestros economistas. Poner lo económico como valormáximo y exclusivo implica una terrible alienación. Fuera de latergiversación de los valores éticos, ello implica un olvidarse to-talmente de la centralidad de la persona humana y, sobre todo,de los derechos fundamentales de nuestros hermanos más po-bres y excluidos.

Neoliberalismo, el nuevo nombre del capitalismo

El neoliberalismo, vigente en la mayoría de nuestros países, espuro capitalismo revestido de modernidad. En él se forja el cre-cimiento económico (cuando se logra) sobre una contrapartidade pobreza y de miseria. El neoliberalismo puede crear riqueza,pero siempre es en base a mayor pobreza. Genera pocos ricos ymuchos pobres por ser, por naturaleza, económicamente discri-minatorio .

Los obispos latinoamericanos insisten en la idea de que la in-justa desigualdad es algo que contradice abiertamente el valorinalienable de las personas. Dice el Documento de Puebla:

“Tendencias contradictorias del modelo de desarrollo que fa-vorece la apropiación por una minoría privilegiada de gran par-

Los 14 latinoamericanos más ricos,

según la revista Forbes, acumulan

fortunas que superan los 50.000

millones de dólares cada uno.

Esa cifra representa el ingreso anual

de 100 millones de personas pobres

de la región.

Page 10: Revista Lazos 05 y 06

te de la riqueza; por otro lado, engendrapobreza en la gran mayoría de la pobla-ción… Surge así un conflicto estructuralgrave: la creciente riqueza de unos pocossigue paralela a la creciente miseria de lasmasas.

Vemos a la luz de la fe como un escán-dalo y una contradicción con el ser cris-tiano la creciente brecha entre ricos y po-bres. El lujo de unos pocos se convierte eninsulto contra la miseria de las grandesmayorías. Esto es contrario al plan delCreador. En este conflicto la Iglesia dis-cierne una situación de pecado social degravedad, tanto mayor, por darse en paí-ses que se llaman cristianos” (DP.n.28).

El neoliberalismo globalizador suponepara nuestros pueblos riesgos y desafíosmuy difíciles de enfrentar. En el momentoactual esos riesgos se han convertido enverdaderas amenazas y frustraciones. Se-ñalamos las que revisten mayor gravedad:

Las amenazas vinculadas a la volatili-dad de los capitales financieros y de in-versión, afectando directamente a la esta-bilidad macroeconómica de nuestros pa-íses. Los grandes capitales están vincula-dos y condicionados, más y más, a la con-fianza en los gobiernos de turno y a la se-guridad jurídica. Si el capital transnacio-nalizado pierde la confianza se aleja delpaís, sin que haya fuerza alguna que logreretenerlo. Nunca contempla el daño quecon su alejamiento intempestivo puedecausar al país y a los trabajadores vincula-dos a esas empresas. En pocos días, y aúnen cuestión de horas, los países depen-dientes pueden perder millones de dóla-res sin que nada ni nadie lo pueda impe-dir. Para que huyan, basta con que los go-biernos dicten algunas leyes de tipo socialque favorezcan a los trabajadores o semuestren desconfiados y exigentes conlos grandes capitales de inversión paraque éstos decidan alejarse del país e ir ha-cia donde haya más seguridad jurídica ydonde las ganancias sean mayores.

La otra amenaza que se cierne sobrenuestros pueblos como consecuencia delfenómeno globalizador es que su dineroes, básicamente especulativo, ya que noestá orientado hacia la creación de fuen-tes de trabajo. Su objetivo es el lucro, no el

10

Page 11: Revista Lazos 05 y 06

desarrollo. De ahí que el inmenso crecimiento del gran capitalno guarde relación con los índices de desarrollo de lo respecti-vos países. El capital globalizador busca, únicamente, el creci-miento de sí mismo y para sí mismo. Tanto sus objetivos comolos medios para conseguirlo permanecen dentro de su propiaidentidad. Trata de crecer a un ritmo acelerado sin importarle laeconomía el país, la estabilidad laboral, el bienestar de la pobla-ción o la mejora de los servicios básicos como salud, educación,etc. Lo único que le interesa es su propio autodesarrollo, aun acosta de una mayor pobreza para la mayoría de la población.

No debemos extrañarnos, por lo tanto, de que la globaliza-ción globalice la pobreza. A partir de una visión crítica podemospercibir que, en nuestra sociedad dual, la riqueza y la pobrezason dos caras de la misma medalla: pocos inmensamente ricos ymillones de pobres, inmensamente pobres.

Lo que busca el proceso globalizador a corto plazo

Resumimos esquemáticamente los objetivos que busca la glo-balización en el menor tiempo posible:

- Acumulación y concentración del capital en pocas manos.- Transnacionalización de la economía con la supresión de las

barreras aduaneras y la libre circulación de los productos.- Achicamiento del Estado de tal modo que éste quede reducido

a un garante del orden público.- Máxima privatización de los servicios públicos como salud,

educación, etc.- Invención y expansión de las nuevas tecnologías.- Supeditación de lo local a lo nacional y de lo nacional a lo global.- Obsesión por la acumulación de recursos sin orientación

hacia la satisfacción de las necesidades básicas de toda lapoblación.

11

Todos estos movimientos de base

de la sociedad no deben agotar sus

proyecciones y sus esfuerzos en sí

mismos. Sin perder su propia identidad,

deben desarrollarse siempre dentro de

una visión política global, que logre

percibir las causas profundas de los

problemas. No deben limitarse a

propuestas de tipo reivindicativo, sino

deben definir estrategias de lucha de

gran alcance.

¿Hay alternativas?

Frente al fenómeno globalizador, que pareciera que todo loquiere absorber y dominar, va surgiendo, como contraparte, unmovimiento de características mundiales, día a día más podero-so, que se lo denomina con el neologismo de glocalización, vo-cablo compuesto por dos raíces: lo global y lo local. Este es un fe-nómeno de carácter socio-económico que se manifiesta en to-dos los lugares y en los más diversos ámbitos de la sociedad, sibien con características e intensidad muy diferenciadas.

1-.Vemos, por ejemplo, cómo surgen, sobre todo en los paísesmás pobres, pequeñas empresas autogestionarias que le ha-cen la competencia a las grandes empresas y a firmas mun-diales de gran prestigio.

2. Se está haciendo una realidad el microcrédito que, según losresponsables del sistema bancario, ofrece más garantías deretorno que los créditos entregados a las grandes empresas.De ahí que se hayan hecho realidad los bancos solidarios y laspequeñas agencias de crédito. Surgen por doquier movimien-tos para una economía solidaria, defensa de precio justo yONGs que promueven la economía popular.

3. Por otro lado, se está dando en nuestros países una mayor va-loración de lo propio, de lo auténtico, de lo natural, frente atantos productos artificiales de importación. Se está desarro-llando un mayor aprecio por el folclore, las costumbres, lamúsica y el arte autónomos. Todo ello unido a una fuerte y ge-neralizada promoción del turismo.

4. Bajo la denominación de sociedad civil van surgiendo nuevossujetos sociales que desafían al modelo globalizador: movi-mientos de género frente a una sociedad machista y andro-céntrica, organizaciones de derechos humanos, de justicia ypaz, grupos ecologistas, movimientos indígenas, campesinossin tierra, juntas vecinales, etc.

5. Vemos también en lo político que se afianzan las organizacio-nes populares frente a los grandes partidos tradicionales. Sonnuevos actores que quieren convertirse en transformadores yliberadores de los pueblos oprimidos.

6. No obstante, todos estos movimientos de base de la sociedadno deben agotar sus proyecciones y sus esfuerzos en sí mis-mos. Sin perder su propia identidad, deben desarrollarsesiempre dentro de una visión política global, que logre perci-bir las causas profundas de los problemas. No deben limitar-se a propuestas de tipo reivindicativo, sino deben definir es-trategias de lucha de gran alcance. Hay que ampliar los hori-zontes hacia los problemas que afectan a toda la sociedad.

A manera de conclusión podríamos decir que debemos tenerun compromiso localizado con una visión globalizada que noslleve a construir una globalización en la solidaridad, de laque nadie quede excluido y donde nadie crezca económi-camente a costa de la explotación de sus hermanos.

Page 12: Revista Lazos 05 y 06

En palabras de Aristóteles, la equidad es la justicia aplicadaal caso concreto. Ello significa que el legislador o legislado-

ra debe considerar las particularidades del asunto que está juz-gando. Entonces, cuando hablamos de justicia y equidad, nosreferimos a conceptos que, si bien distintos, deberían encon-trarse íntimamente ligados en las decisiones, reflexiones yjurisprudencia de quienes administran justicia.

Hasta ahora, el rostro que la justicia ha mostrado ante lasociedad es el de la neutralidad como su atributo máximo, unrostro de distancia y de falta de compromiso. Es una justicia“ciega”, tal cual la encontramos personificada en la diosa Temis.El objetivo implícito en esta ceguera es el de colocar a la justi-cia en una posición de distancia, esa lejanía es la que propor-ciona respetabilidad y credibilidad.

La idea de justicia responde a una ideología en cuanto y entanto está afirmada sobre una visión del mundo que surge derelaciones sociales concretas y contradictorias. Roberto A. R. DeAguiar1 señala que la cuestión de la justicia ha sido siempre refle-jada como orden, armonía e igualdad en donde el conflicto es laexcepción. El mismo autor plantea que el problema es saber quées la justicia a partir del presupuesto según el cual la sociedad es,por su naturaleza, dinámica, desequilibrada y, más aún, conflicti-va. Sin duda que esta visión dominante de la justicia, que entien-de el mundo como equilibrado y armónico, y el ejercicio ciegoequidistante y descomprometido de la misma han establecido enla práctica una ausencia casi generalizada del principio de equi-dad para juzgar sobre una realidad plagada de diversas y profun-das dominaciones que se ejercen en todos los ámbitos y espaciosde la vida familiar, social, política, económica y cultural.

Es ampliamente sabido que varios sectores de la poblaciónboliviana desconfían de la justicia. Se mira a la misma comolenta y poco transparente, propensa a la corrupción y deficien-te en su distribución de juzgados frente a los requerimientos dela población entre otras consideraciones.

Además de todo ello, los hábitos, prácticas y la parafernaliaque rodea a los actos judiciales se han encargado de contribuira ahondar la distancia que existe entre la ciudadanía y la justi-cia, al punto de haberse edificado en el imaginario colectivo laidea de la justicia, los juzgadores y los tribunales como un esce-nario extraño, temido, inaccesible e incomprensible para loscomunes mortales. A ello se suma la formación de los aboga-dos, jueces y magistrados, que encarna aires de colonialismo,circunspección, frialdad y señorialismo como característicasformales de la justicia.

La experiencia del Defensor delPueblo en lo que refiere a promover elacceso a la justicia eficiente y oportunaha identificado diferentes aspectos quehacen de su administración un espaciopoco accesible a diferentes sectores de lapoblación.

Los ejemplos paradigmáticos:la justicia para las mujeres

La teoría feminista ha realizado importantes aportes para iden-tificar el carácter sexista imperante en el sistema jurídico. En elcontexto de la discriminación de género se aprecia de manerainnegable la manera en que el derecho, la justicia y varios desus administradores están impregnados de la visión patriarcaly androcéntrica del mundo de las relaciones sociales y familia-res.

Es importante destacar que en la legislación boliviana exis-ten avances enfocados a promover la igualdad entre hombresy mujeres. Estos logros, más que resultado de una reflexión delos colegios de abogados o las asociaciones de magistrados,son el producto de la incesante búsqueda de justicia desde elmovimiento boliviano de mujeres. Sin embargo, estos avan-ces en materia legislativa no garantizan que los jueces nosean prejuiciosos.

Así, tal como se afirma líneas arriba, el derecho y la justicia sonproducto de una ideología, en este caso una visión del mundoque privilegia al varón por sobre la mujer y los demás sereshumanos que no responden al patrón masculino dominante. Lospatrones de discriminación hacia las mujeres en el ámbito de lajusticia no son casos aislados, sino expresiones de la poca capaci-dad del sistema judicial para incorporar a sus prácticas y conoci-mientos los enfoques y nuevas perspectivas de la realidad desa-rrolladas desde la ciencia social contemporánea. Este rezago enlos conocimientos de los administradores de justicia tiene tam-bién una importante parte de responsabilidad en la formación delos profesionales del derecho desde las universidades.

En este escenario, las mujeres tienden a confiar poco en lostribunales y temen a la posibilidad de enfrentar un juicio. Amenudo se escuchan testimonios de mujeres que esperantener la fortuna de encontrarse con una magistrada mujer en elsupuesto de que las mujeres puedan entender mejor los pro-blemas de su propio género.

12

Equidad y justicia¿Van de la mano?Justicia y equidad, conceptos que, si bien distintos, deberían

encontrarse íntimamente ligados en las decisiones, reflexiones

y jurisprudencia de quienes administran justicia.

Es abogada con

estudios en

derechos

humanos, género y

desarrollo.

Actualmente es

Representante del

Defensor del

Pueblo en Tarija.

MARIEL PAZ

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Los casos en los que desde la accióndel Defensor del Pueblo se detectan demanera concreta los prejuicios de géneroa la hora de investigar y juzgar son losreferidos a delitos de violencia y abusosexual hacia mujeres jóvenes y adultas.En este tipo de casos es posible identifi-car el discurso sexista de operadores dela investigación penal, por ejemplo, y, enconsecuencia, las subsiguientes resolu-ciones que se tomen a la hora de decidirsi el caso será llevado a juicio.

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A menudo se escuchan

testimonios de mujeres

que esperan tener la

fortuna de encontrarse

con una magistrada mujer

en el supuesto de que las

mujeres puedan entender

mejor los problemas de su

propio género.

Ahora bien, cuando hablamos de lasprácticas y prejuicios de género en losoperadores de justicia, es necesario iden-tificar también a otros órganos que coad-yuvan e intervienen de manera directaen las acciones de la justicia, como porejemplo los funcionarios policiales o lasDefensorías de la Niñez y los ServiciosLegales Integrales. En estos ámbitos, quepueden parecer de importancia secun-daria en el andamiaje de la justicia, tam-bién se activan prejuicios, discrimina-ción y enfoques teñidos de un patrónsexista. No es extraño encontrar actas deconciliación en casos de violencia fami-liar hacia mujeres. Esta práctica fortaleceel poder abusivo del varón dándole visosde legalidad y además impide a la mujerque es víctima de maltrato acceder a unjuzgado de instrucción de familia.

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Aparejada a la ineficiencia de la justicia para dictar senten-cia en los casos de violencia sexual infantil se identifican diver-sas deficiencias, malas prácticas y omisiones en el escenario dela investigación y proceso judicial. A continuación se describenalgunos ejemplos de ello.

Revictimizacion. Desde el momento en que alguno de losmiembros de la familia de la víctima decide denunciar elhecho, se inicia para el niño o la niña un tortuoso camino queen la gran mayoría de los casos afronta sin una adecuada con-tención familiar ni asistencia profesional. La niña, entonces,

será obligada a recordar y vivir nuevamente, una y otra vez,ante personas extrañas para ella, en ámbitos inapropiados yajenos a su vida cotidiana, el dolor, la angustia y la vergüenzadel abuso sexual al que fue sometida.

La Policía, la Defensoría Municipal de la Niñez yAdolescencia o la Fiscalía son las tres instancias a las que seacude para presentar la denuncia, pero generalmente laDefensoría Municipal de la Niñez y Adolescencia es la institu-ción que primero conoce el hecho. Un funcionario o funciona-ria de la Defensoría toma la primera declaración a la víctima.Luego el caso pasa a conocimiento de la Fiscalía, donde, confrecuencia, el o la fiscal asignada al caso cree necesario tomarnuevamente declaraciones a la niña. Al momento del examenmédico forense, este profesional también solicita a la víctimainformación sobre lo sucedido. Una vez que el caso llega alTribunal de Sentencia, algunos jueces convocan a la víctima encalidad de testigo para comparecer frente a jueces técnicos yciudadanos.

Dilación en las acciones de investigación. Al menos en dosdenuncias de abuso sexual presentadas a la Fiscalía de Distritode Tarija, en las que las victimas identificaron al autor del deli-to, se constató que el fiscal demoró más de 30 días en expedirel mandamiento de aprehensión para que el juez cautelar defi-na la situación de libertad o detención del denunciado. Estademora innecesaria ocasionó que los presuntos autores se die-ran a la fuga. Intervenciones negligentes como la descrita tie-nen como consecuencia no sólo la impunidad del delito, sinola desprotección de la víctima con el consecuente riesgo en elque se coloca al niño o niña respecto de futuros daños. “Resultaparadójico que en el ámbito creado para evitar la impunidad,en muchos casos se generen las condiciones para que se laconsagre” (Rozanski, 2003).

Estos son algunos de los ejemplos de prácticas inequitativasy deficientes a la hora de juzgar delitos en donde las víctimasson niños, niñas y adolescentes. El problema fundamental quesubyace a estas y otras malas prácticas tiene que ver con laausencia de una intervención protectora en el proceso de inves-tigación y administración de justicia, esta ausencia deviene dela escasa visión de los operadores del sistema respecto al temade la minoridad.

Los profesionales del sistema penal, en su mayoría, tienenescasos conocimientos sobre el efecto de las situaciones trau-máticas en la vida de niños y niñas, sobre sicología evolutiva ysobre abusos sexuales. Suelen abocarse a aspectos estricta-mente jurídicos, sin considerar los relacionados con el estadoemocional de las victimas. Al respecto, el juez argentino CarlosRozanski apunta que “el objetivo primario de toda interven-ción en la materia es la protección integral del niño... Este obje-tivo primario es común a todos los aspectos de la intervencióny está dirigido al cese del abuso y a aliviar el dolor de la víctima”(Rozanski, 2003). Para este autor, las consecuencias más rele-vantes de una intervención desarticulada pueden resumirse enaumento del riesgo, revictimizacion e impunidad.

Si la víctima o la acusada es mujer

y también es adolescente será

doblemente castigada por su condición

de género y, además, por ser menor

de edad sin importar en muchos

casos su verdad.

Los niños y niñas frente a los estrados judiciales2

Otro de los sectores de la población que sobrelleva los pre-juicios de la justicia y sus administradores es la poblacióninfantil y adolescente. En este caso se activan prejuicios rela-cionados a la condición de minoridad pero además un pro-fundo desconocimiento de las características y particulari-dades que hacen a la niñez y, más aún, a la niñez boliviana,que es pobre en su mayoría.

Si la víctima o la acusada es mujer y también es adoles-cente será doblemente castigada por su condición de géneroy, además, por ser menor de edad sin importar en muchoscasos su verdad. Uno de los ejemplos constatados lo repre-sentan las adolescentes que han cometido delitos de hurtopara quienes los procedimientos establecidos por la norma-tiva boliviana no siempre son respetados por funcionariospoliciales y de la administración de justicia que contravienenplazos de detención.

Otro tema que ejemplifica la inequidad en el acceso a la jus-ticia es el referido a la violencia sexual hacia niños y niñas. Unainvestigación realizada por el Defensor del Pueblo en el depar-tamento de Tarija revela que el resultado de la denuncia encasos de violencia sexual hacia niños, niñas y adolescentes esque apenas en un 7% de los casos se concluye el proceso consentencia condenatoria para el agresor sexual (Defensor delPueblo, 2007). El estudio revela además que en los casos en queel agresor sexual es un menor de edad la justicia actúa rápida-mente y concluye en sentencia condenatoria.

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Los ejemplos ya citados respecto a la intervención judicialpoco accesible para las mujeres y la niñez, entre otros secto-res de la población como por ejemplo la población campesi-na e indígena, nos muestran la necesidad inaplazable detransformar la imagen y esencia de la justicia para convertir-la en equitativa, accesible, inclusiva y más humana, de mane-ra tal que sea concebida como una justicia alcanzable a todala sociedad. Todo ello implica contar con políticas definidaspara mejorar el acceso de la ciudadanía a la justicia, pero ade-más para aplicar el principio aristotélico de equidad comojusticia aplicada al caso concreto, ello significará aplicar prin-cipalmente los enfoques de interculturalidad, de género y elgeneracional.

Mientras se escriben estas páginas los medios de comunica-ción difunden la noticia de que se ha promulgado la ley queestablece la gratuidad de las pruebas de ADN en los procesospenales de delitos de violación, abuso deshonesto, estupro

cuyas víctimas sean niños, niñas y adolescentes y la gratuidaden las pruebas de ADN dentro de los procesos judiciales dedeclaración judicial de paternidad y maternidad. Estas sonbuenas noticias en materia de equidad y nos muestran que lospasos para promover una adecuada justicia se van dando.Mientras este camino sea recorrido a pasos más lentos de loque la sociedad espera se hace imprescindible la tarea de con-tinuar creando espacios de vigilancia ciudadana, foros dediscusión y acciones de incidencia política que posibili-ten mayores avances.

1 Roberto A. R. De Aguiar, “Qué es Justicia. Un abordaje dialéctico”. Buenos

Aires. Asociación Americana de Juristas, CEDyCS, FUBA. 2 Varios aspectos desarrollados en el subtítulo Los niños y niñas frente a

los estrados judiciales son extraídos del articulo escrito por la autora de

este texto “Violencia sexual hacia niños, niñas y adolescentes: Una tarea

pendiente en la defensa de los derechos humanos” publicado en la revis-

ta Derechos Humanos y Acción Defensorial. Año 2 – Número 2 – 2007.

Defensor del Pueblo.

Bibliografía

De Aguiar, Roberto A. R. Qué es Justicia. Un abordaje dialéctico. Buenos

Aires. Asociación Americana de Juristas, CEDyCS, FUBA.

Defensor del Pueblo. “Violencia sexual hacia niños, niñas y adolescentes:

Una tarea pendiente en la defensa de los derechos humanos” en

Derechos Humanos y Acción Defensorial. Año 2 – Número 2 – 2007.

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diciembre de 2007.

Rozanski, Carlos Alberto. Abuso sexual infantil ¿denunciar o silenciar?.

Buenos Aires: Ediciones B., 2003.

La intervención judicial poco accesible

para las mujeres y la niñez, o la población

campesina e indígena, nos muestran

la necesidad inaplazable de transformar

la imagen y esencia de la justicia para

convertirla en equitativa, accesible,

inclusiva y más humana

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1. La economía y el concepto de equidad

Hablar de conceptos como equidad, justicia, igualdad siem-pre ha sido un tema escabroso y polémico para los econo-

mistas, porque se invaden otros campos del saber, como laética, la filosofía y la sociología, por mencionar algunos. Encierto sentido, la importancia de la equidad deriva del hechoque puede ser percibida de diferentes formas y, dependiendode cómo se relacione con los valores sociales de cada comuni-dad, se podrá ver la importancia y medidas que se sigan en suconsecución.

La equidad está íntimamente ligada con el concepto dedesigualdad. El término desigualdad alude al hecho de queun conjunto de magnitudes económicas, o de cualquier otraíndole, son diferentes. El término inequidad, y otros con igualconnotación, hace referencia a juicios de valor sobre el perfilde esas magnitudes. Por ello, “la meta de lograr una equidadabsoluta no es realista. Más bien los gobiernos deben cen-trarse en lograr la meta más razonable de ofrecer a todos losmiembros de la sociedad un nivel de oportunidades adecua-do o aceptable. Usando la terminología de Sen, ello significasuprimir las privaciones absolutas y reducir las relativas”(Tanzi, Vito: 1998).

La desigualdad económica es un hecho real, en el sentido deque los ingresos y la riqueza entre las familias, regiones, paíseso estratos sociales son dispares en todos los países del mundo.Lo justo o injusto de ese hecho atañe a cuestiones valorativas.Vista desde la óptica normativa, los juicios de valor terminanpor ser decisivos para la conclusión y la desigualdad deja de sersimplemente un hecho y pasa a ser una situación que interpre-tamos a partir de preconcepciones de justicia.

Dependiendo de cuáles sean esas preconcepciones dejusticia se establecerán diferentes medidas de política eco-nómica para alcanzar metas de reducción de la desigualdad.Por ejemplo, para los clásicos la igualdad era en sí mismanociva por dos razones: porque tenía como resultado unadisminución de los incentivos para la ganancia y el trabajo yun aumento de la población, en base a los principios deMalthus (Stigler: 1997).

Para los clásicos y los neoclásicos lo justo era que el individuorecibiera una cantidad de renta correlativa a su producto, es decirde acuerdo a su productividad marginal, de tal suerte que lastareas de asignación de la riqueza en una sociedad, desde estaperspectiva, debería de dejarse en manos del mercado, “la prác-tica general debe ser laissez-faire; toda desviación de este princi-

pio, a menos que se precise por algún granbien, es un mal seguro” (Ibídem).

Se han desarrollado diversas teoríaspara determinar qué relación existe entrecrecimiento económico y distribución dela renta, la más conocida es tal vez lahipótesis de S. Kuznets, que estableceque “la desigualdad en la distribución dela renta o ingreso aumenta en las prime-ras etapas del crecimiento económico,cuando la transición de una sociedadpreindustrial a una industrial es másrápida; la desigualdad se estabiliza porun tiempo, y luego disminuye en las últi-mas etapas del crecimiento, dando lugar,según Kuznets, a una curva en forma de

‘U’ invertida que expresa la relación entre una medida de desi-gualdad, como podría ser el índice de Gini, y crecientes nivelesde ingreso per cápita” (Boltvinik y Hernández: 1999, 156). Esimportante comentar que a pesar de estar construido sobresupuestos muy restrictivos –como la existencia de dos secto-res, uno agrícola y otro no agrícola, con porcentajes de pobla-ción para Bolivia de 60% y 40% respectivamente, así como dife-rencias de ingreso per cápita de 3 a 1 a favor del sector no agrí-cola–, el modelo ha confirmado ser un válido referente teóricoen los estudios que se han hecho en diferentes países paracorrelacionar las variables ingreso y crecimiento, aun habiendorelajado estos supuestos1.

2. Las mediciones de la desigualdad

La relación entre distribución de la renta y crecimiento y suevolución puede permitir conocer si las políticas de estabili-zación, planteadas en su origen como de combate contra lainflación, han tenido efectos redistributivos. Para lograrlonecesitamos, en un primer momento, dilucidar la manera enque ha evolucionado la distribución del ingreso en este perio-do, por esto, requerimos tener a la mano indicadores sobredicha distribución.

Existen, afortunadamente, una amplia gama de recursosestadísticos para medir la desigualdad como expresión de ladistribución de la renta entre los distintos estratos de unasociedad. Entre esos, sólo como una primera aproximaciónveremos el coeficiente de desigualdad de Gini y el coeficientede dispersión decil.

La Equidad, ¿una ilusión?La relación entre distribución de la renta y crecimiento, y su evolución,

permiten conocer si las políticas de estabilización, planteadas en su

origen como de combate contra la inflación, han tenido efectos

redistributivos en la sociedad boliviana.

Es economista por

la Universidad

Nacional de

Córdoba, Argentina.

Dirige en el Centro

de Estudios para el

Desarrollo Laboral y

Agrario (CEDLA).

Especialista en

temáticas

económicas, de

derechos humanos

y de género y

desarrollo.

JAVIER GOMEZ

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Coeficiente de desigualdad de Gini. Es el indicador de desi-gualdad más común. El coeficiente varia entre 0, que reflejauna igualdad total, y 1, que indica una desigualdad total (unapersona tiene toda la renta o el consumo y las demás no tienennada). Este coeficiente puede representarse gráficamentemediante el área de la curva de Lorenz y la línea de igualdad. Sicada individuo tuviera la misma renta (igualdad total), la curvade distribución de la renta sería la línea recta del gráfico, esdecir, la línea de igualdad total. Una de las críticas que se lehacen a este indicador deriva del hecho de que penaliza cual-quier cambio en la concentración, aunque ésta se dé a partir deuna transferencia de renta de los estratos superiores hacia losinferiores. Otra desventaja es que no es acumulativo de los gru-pos, en el sentido de que su valor total no es equivalente a lasuma de los coeficientes de Gini de los grupos o subgrupos.

Coeficiente de dispersión decil. Este indicador presenta elcoeficiente de la renta o consumo medidos del 10% más rico dela población dividido entre la renta media del 10% más desfa-vorecido. El mismo se puede calcular para otros percentiles,por ejemplo: la división del consumo o ingreso medio del 5%más rico entre el consumo o ingreso medio del 5% más pobre.Con este coeficiente se puede expresar la renta de un estratodeterminado como múltiplo de la renta de otro.

Son estos instrumentos estadísticos los que utilizamos paramedir la desigualdad en la distribución del ingreso de los hoga-res utilizando la información que el Instituto Nacional deEstadística genera a través de encuestas.

3. Efectos redistributivos: en busca de evidencias

Comportamiento de salarios y precios:primera evidencia

Actualmente el salario mínimo sigue siendo un indicador fun-damental para conocer la participación de los trabajadores enla distribución del ingreso. La mayoría de las relaciones con-tractuales entre empleados, obreros y empleadores (entre tra-bajo y capital) se dan sobre la base del salario mínimo. Al revi-sar la serie histórica de la tasa de crecimiento del salario míni-mo real en el ámbito urbano, se puede observar una caída ensus niveles de crecimiento desde 2003 (0,8%), alcanzando tasasnegativas durante 2004 (-4,2%) y 2005 (-5,1%); recién el año2006 existe una recuperación de 4,5%, que no logra recuperarla pérdida del poder adquisitivo dado en los últimos años(CEPAL, 2007).

Es preciso señalar que el nivel de asalariamiento en generalha caído con la aplicación de las políticas de ajuste a menos del50% de la Población Económicamente Activa, por tanto, estacaída en el salario mínimo real afecta notablemente a estapoblación. Comparando las tendencias del salario real con latasa de crecimiento del índice de precios de la canasta básica,se observa una relación directa entre altos niveles de inflacióncon altos niveles de caída en el salario real.

Distribución del ingreso: segunda evidencia

Analizando la trayectoria seguida por la distribución del ingre-so con base en el índice de Gini, nos damos cuenta de que laconcentración del ingreso ha tenido un comportamiento irre-gular pero creciente, de 0,54 en 1989 a 0,61 en el 2002, de acuer-do a datos de la CEPAL.

Para saber en qué sentido se dieron esos cambios es necesa-rio realizar una evaluación de la distribución del ingreso pordeciles, combinándolo con el cálculo y revisión de coeficientesde dispersión decil. Los coeficientes de dispersión decil paraver la relación proporcional del menor decil con el mayor poruna parte, y de dos deciles más bajos con relación a los dos másaltos. Tomando como fuente nuevamente a la CEPAL, entre1989 y el 2002 se observa que el 40% más pobre ha caído de12,1% a 9,5% en su participación del ingreso total, mientrasque el 10% más rico ha aumentado su participación en el ingre-so total de 38,2% al 41% en igual periodo.

Bajo cualquier criterio conservador

valorativo –axiológico– se estará de

acuerdo en que la distribución del

ingreso en Bolivia es altamente desigual.

Desgraciadamente no existen datos más

desglosados para refinar el análisis, pero

es muy probable que haya incluso

fuertes disparidades en la distribución

del ingreso al interior de cada decil, es

decir, no solamente hay pobres y ricos, si

no pobres en condiciones extremas y

“ricos muy ricos”.

Las mediciones del coeficiente de Gini y el análisis pordeciles de la participación del ingreso de los hogares parecie-ran arrojar evidencias de una distribución desigual del ingre-so aunque no notablemente creciente pero sí constante paraeste periodo de implementación de programas de estabiliza-ción de corte ortodoxo. El cálculo de los coeficientes de dis-persión decil, hace más evidentes las dispersiones que se danentre los estratos más altos de ingreso con relación a los más

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bajos. Un dato adicional que ayuda aentender el origen de estas disparidadesen la distribución del ingreso de loshogares y que fortalece las tendenciashasta aquí observadas es el relativo a ladistribución de la población ocupadapor nivel de ingreso (medido en númerode salarios mínimos).

Bajo cualquier criterio conservadorvalorativo –axiológico– se estará deacuerdo en que la distribución delingreso en Bolivia es altamente desi-gual. Desgraciadamente no existendatos más desglosados para refinar elanálisis, pero es muy probable que hayaincluso fuertes disparidades en la distri-bución del ingreso al interior de cadadecil, es decir, no solamente hay pobresy ricos, si no pobres en condicionesextremas y “ricos muy ricos”.

Solamente agregaremos unas obser-vaciones más tratando de proyectar losresultados de este apartado hacia lahipótesis que deseamos corroborar. Loque hemos sostenido hasta este punto esque el coste de la estrategia de ajusteestructural durante los últimos veinteaños ha recaído en los estratos de ingre-sos más bajos representados básicamen-te por los asalariados.

Hemos tratado de demostrar tambiéncómo dichos costes se han reflejado enuna caída constante (aunque irregular)del salario mínimo real durante todo elperiodo. En el mismo sentido acabamosde constatar que la dispar distribucióndel ingreso entre los hogares a favor delos niveles de mayor ingreso es otra evi-dencia de los efectos redistributivos de lamencionada estrategia. En este sentidohemos tratado de constatar lo que apare-ce en la declaración de estabilización porparte de los hacedores de la política eco-nómica al indicar en todos los programas(antes mencionados) que su fundamen-to es la contracción de la demanda inter-na agregada por la vía de la contenciónsalarial y reducción del gasto público, lasevidencias hasta aquí presentadas apun-ta a que así ha sido. En consonancia conlo anterior, apuntaremos una evidenciamás sobre los efectos mencionados: laevolución de un indicador más rico,

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aunque más complejo, y que está funcionalmente relacionadocon la distribución del ingreso y la riqueza, me refiero a losniveles de pobreza registrados en el país en el mismo periodo.

El tema de la pobreza siempre ha sido terreno fértil para eldebate no solamente del entendimiento y definición del térmi-no sino también de su medición. Se acepta en principio que esun concepto multidimensional que rebasa la consideración dela disponibilidad de satisfactores para abarcar aspectos de tipoinstitucional y de desarrollo humano.

Sin expandir demasiado la discusión sobre la definición ymedición de la pobreza es justo mencionar algunas de lasaportaciones que el profesor Amartya Sen ha hecho al respec-to y que ha sido de la mayor influencia y reconocimiento. En unexcelente trabajo que publicó en 19782, donde realizó unmarco analítico muy pertinente y adecuado para identificar losfactores determinantes de la pobreza –aunque fue desarrolladoen forma especifica para el análisis del hambre y, en particular,de las hambrunas se refiere a “la habilidad de las personas paracomandar alimentos a través de los medios legales disponiblesen una sociedad, incluyendo el uso de las posibilidades de pro-ducción, comerciales, titularidades vis a vis el Estado y otrosmétodos” (Ibíd, p. 45).

“El conjunto de titularidades posibles de una persona depen-de de sus parámetros: su dotación inicial y el mapa de titulari-dades de intercambio con la naturaleza y con otras personas”3

(Ibíd, p.46). Este es un esquema muy útil para entender losdeterminantes de la pobreza con un enfoque multidisciplinar,por ejemplo el deterioro de los salarios en Bolivia durante losveinte años que aquí analizamos equivale a una perdida de ges-tión en el mapa de titularidades de intercambio de los asalaria-dos y que se traduce en un aumento de la pobreza.

Sin ahondar más en los debates sobre la definición y medi-ción de la pobreza, aquí analizamos el comportamiento de lallamada “pobreza de ingreso”, que tiene como determinantesla falta de ingresos mínimamente suficientes para poder sol-ventar el costo de satisfacción de las necesidades básicas. Así sehabla de líneas de pobreza a partir del establecimiento de“montos mínimos que permiten a un hogar disponer de recur-

sos suficientes para satisfacer las necesidades esenciales de susmiembros” (Verdeja: 2001, 62), en términos de requerimientosnutricionales establecidos por organismos internacionales.

A partir de estos criterios se definieron tres grandes grupospoblacionales (Ibíd. p. 68)

- Hogares en pobreza extrema: cuando el ingreso total delhogar es menor al valor de la canasta alimentaría, es decir, losingresos totales del hogar no son suficientes para atender lasnecesidades alimentarías del grupo familiar.

- Hogares intermedios: cuando el ingreso del hogar es superioral valor de la canasta alimentaría, pero inferior a dos vecesdicha cantidad.

- Hogares con nivel de bienestar superior al intermedio: cuan-do el ingreso del hogar es mayor a dos veces el valor de lacanasta alimentaría.

La ventaja de utilizar el método de los ingresos en la estima-ción de la pobreza es que permite continuar tomando comoreferencia la información sobre el ingreso y el gasto de loshogares, obtenida en la Encuesta de ingreso y gasto de los hoga-res. La información nos muestra que el crecimiento de lapobreza ha sido importante a nivel nacional, en el 2004 el63,9% de la población vivía por debajo de la línea de pobreza,proporción mayor que la mostrada en el 2002 (62,4%), y su dis-tribución a nivel urbano y rural se incrementó de manera simi-lar respecto al periodo anterior: de 52% en el 2002 a 53,8% en el2004 a nivel urbano, y de 79,2% a 80,6% en el campo.

De cualquier forma, y en línea con las evidencias hasta aquíexpuestas, se manifiesta un fenómeno de redistribución delingreso que se traduce en mayores niveles de pobreza, que cre-cen en forma considerable en el periodo de ajustes recesivos ycontinuos, aplicados por los gobiernos sucesivos.

Conclusiones

Desde nuestra perspectiva, y de acuerdo a las tendencias quese observan en la tasa de crecimiento real de los salarios, lareducción de los mismos en su participación en el PIB, asícomo la evolución de crecimiento en la concentración y pola-rización del ingreso, y los también crecientes niveles de pobre-za confirman la existencia de efectos redistributivos de la estra-tegia antiinflacionaria a favor del capital y las ganancias y endetrimento de los asalariados. La línea de análisis establecidanos permitió, en un primer momento, constatar la aplicaciónde una política contractiva del salario como medida funda-mental para lograr una reducción sistemática de la DemandaInterna Agregada, tal y como se establece en la declaratoria delos distintos programas de ajuste implementados a partir de lasrecomendaciones del Fondo Monetario Internacional.

Este estudio arroja, sin lugar a dudas, un primer conjunto deevidencias; sin embargo reconocemos que es necesarioampliarlo para integrar al análisis otro tipo de variaciones

Se manifiesta un fenómeno de

redistribución del ingreso que se traduce

en mayores niveles de pobreza, que

crecen en forma considerable en el

periodo de ajustes recesivos y continuos,

aplicados por los gobiernos sucesivos.

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como la evolución del gasto público (que es otro componenteimportante en la explicación de la demanda interna agregada)que estamos seguros fue fuertemente reducido y tuvo tambiénefectos en la redistribución del ingreso. No fue el objetivo deeste trabajo el análisis intersectorial y la integración de varia-bles de género y región entre otras para tener una imagen másprofunda y especifica del fenómeno estudiado. De cualquierforma permite inferir varias recomendaciones de política eco-nómica que creo es necesario mencionar:

1. Las evidencias muy claras de que el coste del ajuste recayófundamentalmente en los grupos de asalariados. Ello sereflejó en una pérdida de participación relativa de los sala-rios en el PIB nacional y en la pérdida de poder adquisitivode los mismos en los últimos 20 años, en una mayor con-centración y polarización de los ingresos y en un crecimien-to inusitado de la pobreza y de la extrema pobreza.

2. Queda claro también que los efectos de los programas deajuste en el bienestar de los grupos más vulnerables sobre-pasó el límite de la sobrevivencia de grandes masas pobla-cionales, ello se reflejó en el crecimiento de la pobreza extre-ma y de la cantidad de personas que no recibe ingresos. Yaunque no dimos indicadores sobre la economía informal yel desempleo, existen estudios que muestran un crecimien-to también sorprendente de este sector, llegando a repre-sentar, para el caso mexicano, cerca del 25% del productointerno generado en los últimos años con similar participa-ción en la generación de empleos.

3. Justo es decir que ninguna estrategia de desarrollo puedesostenerse así de manera indefinida si las medidas de con-tracción del mercado interno no se compensan con mayoresmontos de inversión pública y privada que garanticen yamplíen el número de empleos. Más tarde que temprano, ala mayor marginación social generada le corresponderá unaagudización de los problemas sociales.

4. Los defensores de la estrategia ortodoxa de control de lainflación sostenían que el costo social del ajuste vendría haser transitorio y que una vez logrado el crecimiento de laeconomía, que se daría en consecuencia, permitiría unamayor y más justa repartición de los beneficios. Esto no seha cumplido, el proceso ha sido largo (cerca de 20 años) y losbeneficios reflejados en una recuperación real de salario hansido casi nulos, y, por el contrario, la concentración delingreso se ha agudizado en los últimos años.

5. Finalmente, los resultados del modelo de apertura, (llama-do neoliberal) implementado en Bolivia desde hace más de

20 años, no parecen ofrecer mejores oportunidades dedesarrollo para los grupos más pobres, por el contrario, lapauperización de estos grupos cada vez es mayor. Por estarazón es fundamental la reflexión en torno a qué estrategiade desarrollo puede ofrecer mejores oportunidades de cre-cimiento para todos, es decir, habría que repensar elmodelo desde nuestra perspectiva. El análisis de la infor-mación se establece en un periodo relativamente largo y espor eso que no se abarca el último periodo de gobierno, yaque no se cuenta con una información sólida que permitadeterminar y afirmar cambios sostenibles en el comporta-miento de los indicadores sociales vinculados a los salariosy a los ingresos. De todas maneras, el esfuerzo por argu-mentar el incremento de la desigualdad económica y socialen el periodo de ajuste estructural no es desdeñable, yaque puede servir como punto de referencia para unanálisis posterior de la orientación y resultados de lasactuales políticas públicas.

1 Los trabajos de H. F Lydall, “A Theory of Income Distribution”,

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2 Amartya Sen. “Poverty and Camines. An Essay on Entitlement and

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CEPAL. Panorama Social de América Latina, 2007. Anexo Estadístico

Page 21: Revista Lazos 05 y 06

21

Colonialidad de la estructura social y descolonización

En Bolivia no se ha superado la estructura colonial, es decir,todas las instituciones de la sociedad continúan organizadas

en función de la raza, etnia, cultura y lengua. Ello significa quepara cualquier tipo de ascenso social prima aún el color de pielblanca, pertenencia a un apellido o linaje de descendencia es-pañola o extranjera. El conocimiento, los méritos, el esfuerzoson secundarizados, son factores que no inciden en nada para elascenso social; ello quiere decir que la curva de oportunidadesva disminuyendo a medida que va oscureciendo el color de piel.

En este caso las clases sociales son construidas en Bolivia fun-damentalmente a partir de la pertinencia étnica, o sea, los indíge-nas que constituyen 36 grupos han sido, desde la llegada de los es-pañoles, ubicados en los anillos de jerarquía social más inferioresy condenados a constituirse como clase trabajadora; auque en lasúltimas décadas, particularmente después de la revolución de1952, se constituyó en burguesía comercial indígena.

Sin embargo, a pesar de su poder económico, no fueron consi-derados por el Estado y la sociedad como una clase burguesa legí-tima, de ahí que no recibe los beneficios del Estado al igual que laburguesía criolla y siente la misma discriminación por su condi-ción indígena. Por su parte, los mestizos, que son hijos de madreindígena y de padre español o de cualquier descendencia extran-jera, fueron ubicados como burócratas, realizando actividadesprofesionales en las instituciones del Estado o en otros ámbitosprivados. Esta clase social siempre tuvo vergüenza de su descen-dencia indígena y una admiración hacia los blancos, mentalmen-te fueron los primeros que optaron por apropiarse de cualquier ti-po de paradigma que proviniera del norte u occidente. Esta acti-tud es una forma de mimetizarse o de escapar de su descendenciaindígena. Aunque últimamente los hijos de los indígenas de lasciudades y del campo son profesionales cada vez más en ascensoen términos numéricos, por lo que constituyen la nueva clase me-dia indígena, son ubicados de igual manera, en términos labora-les, en puestos inferiores dentro de una institución.

Los criollos de descendencia española se constituyeron en laburguesía que se apoderó del poder político, económico y deotros espacios de la sociedad que implican prestigio social. Noobstante, el defecto mayor de esta clase es precisamente sumentalidad colonial, ya que piensa en obtener ganancias de ma-nera fácil y está acostumbrada a sobreexplotar la fuerza de

trabajo indígena; heredó de los españolesla lógica rentista, de ahí que permanente-mente pretende beneficiarse del Estado ypor ello no ha podido constituirse en unaclase capitalista nacional y competitiva.Su mente no está interesada en el país, es-tá permanentemente puesta en el exte-rior, ya que generalmente tiene vergüen-za de vivir en un país de indios no le im-porta aprender los valores y prácticas quetienen las civilizaciones indígenas.

A partir de 1970 la migración campo-ciudad se incrementó estrepitosamente,incluso hoy el 70% de la población indíge-na está en las ciudades y sólo el 30% sequedan en el área rural. Sin embargo sucondición social no ha cambiado, conti-núa sometida en la pobreza, marginada yexcluida de todas las oportunidades queimplican sobre todo un estatus o prestigiosocial. De ahí que renació de manera pau-latina desde los 90 la reidentificación co-

mo indígenas, independientemente de su diversificación comoclase u ocupaciones económicas.

Entonces la descolonización, desde el punto de vista social,significa otorgar a todos los habitantes del país las oportunida-des en todos los campos (laboral, académico, económico yotros) indistintamente de las diferencias raciales, étnicas y físi-cas. Eso significa poner fin a la clasificación social a partir de laraza, etnia y cultura; también luchar contra todo tipo de racismoy poner en la práctica el principio irrenunciable de que todos so-mos iguales. En esta filosofía las oportunidades son construidasa partir del conocimiento técnico, la capacidad y el esfuerzo co-mo valores supremos para acceder a cualquier tipo de estatus oprivilegio social.

Por otro lado, la descolonización quiere decir poner en vigen-cia a escala nacional todo el conocimiento, sabiduría, tecnologíae idiomas de las sociedades indígenas en todos los aspectos y ni-veles institucionales del quehacer nacional público y privado. Ellopretende que los no indígenas, o también los que se auto identifi-can como no indígenas, aprendan el idioma, la sabiduría y el co-nocimiento de las sociedades indígenas existentes en el país.

Descolonización y sociedadcomunitaria como política de equidad

La descolonización, desde el punto de vista social, significa otorgar a

todos los habitantes del país las oportunidades en todos los campos

(laboral, académico, económico y otros) indistintamente de las

diferencias raciales, étnicas y físicas.

Es sociólogo.

Máster en

Desarrollo Rural y

es candidato a

Doctor en Culturas

del CIDES-UMSA.

Fue Director de

Post Grado de la

Universidad

Nacional Siglo XX

y Director del

Instituto de

Investigaciones

Sociológicas de la

UMSA. En 2006 fue

convocado para

ejercer como

Ministro de

Educación y

Culturas.

FELIX PATZI

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En términos operativos, por ejemplo en el campo de la edu-cación, significa cambiar toda la estructura curricular donde losestudiantes ya no leerían los textos de la materia de ciencias so-ciales sólo como historia de los presidentes y de las fechas cívi-cas, sino que desde primero básico conocerían la historia y lasformas de organización de las civilizaciones indígenas, los pro-cesos de conquista y el sometimiento de estos pueblos por losespañoles. Eso es develar en la mente de los niños la verdaderahistoria de Bolivia y América Latina. Ello implica, por supuesto,producir textos a partir de la realidad nacional.

Por último, el idioma nativo debería convertirse en una ma-teria de enseñanza y aprendizaje obligatorio para toda la pobla-ción estudiantil conforme a las regiones, indistintamente de suorigen étnico. Ello significa que no sólo los de habla indígenadeberían enseñar y aprender dicho idioma, sino también losmonolingües castellanos. De esta manera, el idioma nativo delos indígenas se convertiría en un idioma oficial y sería habladoa escala nacional.

Por otro lado, la descolonización también es plantear la aper-tura de la materia de religión hacia otras formas de creencia, osea, reestructurarla a partir de tres ejes: la religión y/o cosmovi-siones indígenas, la religión protestante y la religión católica.Ello significaba ver la religión desde el punto de vista histórico ycientífico, de ahí que el profesor no pueda imponer ni inducir asus estudiantes a inclinarse por alguna de las religiones.

El cambio más profundo sería la modificación de las institu-ciones de formación profesional: las universidades, la institu-ción militar y policial y la formación de docentes de educaciónescolarizada.

En cuanto a las universidades se planteó tres políticas de des-colonización: a) Desconcentración de las carreras y facultades enáreas rurales de acuerdo a las necesidades y vocaciones productivasde la región. Dicha política permitiría acercar la formación profe-sional a los sectores excluidos como son los indígenas, por lo tan-to, también democratizar las oportunidades de acceso a la educa-ción superior; b) Universalización de la formación técnica. Estosignifica que todas las carreras universitarias empezarán con laformación de técnico medio de manera obligatoria para que des-pués los estudiantes puedan continuar sucesivamente para al-canzar el grado de técnico superior, licenciatura y postgrado, paraque de esta manera dejar la colonialidad que establece que los in-dígenas deben hacerse cargo del trabajo técnico y manual, y losno indígenas formarse en licenciatura y postgrado para la

administración pública y empresarial. En este sentido, los jóve-nes formados a nivel técnico en los institutos que no correspon-den a las universidades tendrían ahora la oportunidad de conti-nuar con una licenciatura con el simple reconocimiento de su tí-tulo de técnico medio o superior; c) Transformación curricularen donde se tome en cuenta los saberes, conocimientos y tecno-logías indígenas en respuesta a los paradigmas y modelos exter-nos que relegaron y subvaloraron los conocimientos de las civi-lizaciones indígenas.

Referente a la formación militar y policial tendría que plante-arse la constitución de una única institución formadora tantode militares como de policías. O sea, indígenas y no indígenasingresarían y estudiarían los 2 primeros años con materias co-munes sin discriminación alguna; una vez cursado el segundoaño se haría una evaluación rigurosa para que los mejores seanpromovidos a la estructura de oficiales y los reprobados a la desuboficiales. Esto se hace precisamente para evitar la separaciónque se hace entre el Colegio Militar –donde se forma a los oficia-les y es de exclusividad de los criollos mestizos– y la Escuela deSargentos, que es para los indígenas. De igual manera ocurre en-tre la Academia de Policías y la Escuela de Policías.

Colonialidad de la economía y el sistema comunitario como política de equidad

El capitalismo ha fomentado desde siempre dos tipos de políti-cas económicas. Una que se sustenta en la economía laissez fai-re, que significa ausencia de interferencia gubernamental enasuntos económicos, y la otra asentada en el capitalismo de Es-tado. Es esta última la que ha primado en América Latina, teóri-camente sustentada por la Comisión Económica para AméricaLatina (CEPAL).

Desde un punto de vista sociológico, uno de los aspectos deambas políticas y prácticas económicas fue la exclusión del indí-gena como sujeto económico y también empresarial, de ahí quesólo quienes eran blancos descendientes de europeos podíanser sujetos aptos para la economía. En Bolivia, llevados por esteprejuicio, se organizó y estructuró una Confederación de Em-presarios Privados conformarda por una casta endogámica, unaélite empresarial que vivió desde siempre a costa del Estado. Lapráctica el empresariado boliviano es hechura del Estado, por loque decir empresariado en Bolivia es lo mismo que decir Estado.Como se trata de una casta endogámica, el empresariado naciócon total desprecio al indio, por tal motivo lo excluyó de la eco-nomía empresarial y lo condenó al trabajo manual o a la econo-mía marginal. Los empresarios heredaron el comportamientoseñorial de los españoles, un hábitus de clase acostumbrada avivir de lo fácil y a vivir a costa del indio. Es por esto que no pu-dieron constituir un verdadero empresariado con un espíritucapitalista, como diría Max Weber, es decir un “ascético compe-titivo y con una visión de inversión”. En pocas palabras, un capi-talista que sepa acumular el capital a escala ampliada y no redu-cirse simplemente a una escala simple y que en momentos

El capitalismo ha fomentado desde

siempre dos tipos de políticas

económicas. Una que se sustenta en la

economía laissez faire, que significa

ausencia de interferencia

gubernamental en asuntos

económicos, y la otra asentada en el

capitalismo de Estado.

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de crisis siempre va a estirar la mano haciael Estado como un verdadero limosnero.

Con todo, se puede afirmar que esteempresario es el tipo de actor económicoprivilegiado por el Estado ya que ellostambién son los actores de éste y por con-siguiente son militantes de la derecha ydesde la palestra del poder, sea como le-gislativo o ejecutivo elaboran políticaspara continuar y perpetuar el tipo de ca-pitalismo colonial. Así la ganancia es ge-nerada en forma capitalista y consumidaostentosamente en forma señorial y pre-capitalista. Es esta actitud la que nos hallevado a una colonialidad de la economíay una dependencia económica que serádespués muy bien diagnosticada por Aní-bal Quijano y Pablo González Casanova.

Es precisamente la dependencia con-secuencia de la colonialidad y por endedel atraso en todos los países de AméricaLatina. Para Quijano el retraso es produc-to de la mutación del poder, es decir, de laconcentración brutal de los recursos eco-nómicos de todo el mundo bajo el controldel centro o del norte y esto sólo es posi-ble mediante la constitución de categorí-as como “raza”, “color” o “etnia” y el com-plejo intersubjetivo “racismo-etnicismo”.Así, estas construcciones son las que nopermiten una verdadera democratiza-ción básica y la nacionalización de las so-ciedades en América Latina. En Bolivia, lavisión colonial tiene una de sus máximasexpresiones en Aramayo, para quien ha-bía que pagar bajos precios a los trabaja-dores ya que el obrero boliviano: a) tieneuna educación incipiente y por consi-guiente no tiene las necesidades que tie-nen los otros pueblos más civilizados; y b)el obrero boliviano por su permanenteconsumo de alcohol y coca no rinde loque debería rendir.

Amparados en estas consideracioneses que se estructura la colonialidad delpoder de la mano de los dominantes su-balternos, a quienes no les importa lasuerte de los dominados que son conside-rados como la nada de la historia. Es poreso que la colonialidad del poder no sólose ejerce a partir de las clases sociales sinoen términos étnico-raciales, ya que existeuna asociación de blanquitud de quienes

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están en los puestos de mando de la administración empresarial.Es por esto que el flujo de recursos hacia y desde América Latina(desde la Independencia) nunca se empleo para beneficio de lasociedad nacional en su conjunto, sino que más bien esos recur-sos sustentaron una economía de metrópoli, con relaciones so-ciales desiguales y procesos altamente discriminatorios.

Así la economía colonial fue racista y propició la segregaciónracial, ya que se constituye en el principal pilar de la explotacióncolonial de los pueblos e influye en toda la configuración del de-sarrollo y las culturas coloniales. A partir de estos elementos, unade las características de la economía contemporánea es el con-trol del capital y del mercado que producen el carácter depen-diente, desigual y combinado del subdesarrollo de América Lati-na, tal como lo diría Quijano. Por consiguiente, la dependenciacontemporánea se presenta en una industrialización, financieray tecnológica, dependiente además de una división del trabajocolonial que condujo a la constitución de un mundo marginal. Ladependencia tiene sus raíces en la explotación de los recursos yde los trabajadores en forma precapital, es decir, sobre el trabajoesclavista o de servidumbre. Pero la dependencia colonialista diopaso a la dependencia imperialista, que se trata de una domina-ción estructural de las sociedades conformadas de modo desi-gual y combinada de manera que la exacción del excedente deuna región, de una nación o de un conjunto de habitantes que sehallan bajo un dominio imperialista, genere modalidades y nive-les de producción desiguales, logrando mayores condiciones dediferenciación de América Latina con el resto del mundo desa-rrollado capitalista y como resultado del carácter dependiente desu formación histórico-social. La tendencia de este proceso seríajustamente la industrialización dependiente como eje de unanueva estructura social. No obstante, la dependencia actual sefundamenta en el control financiero y tecnológico de la burgue-sía monopolista internacional y supranacional, así se deriva elcontrol de la orientación, de la organización, de los límites delcrecimiento de la industria y la emergencia de un mercado detrabajo dependiente cuyos factores decisivos se encuentran fue-ra de los países latinoamericanos. Es por ello que la industria ca-pitalista surge con el apoyo de un Estado extranjero que coloca eldesarrollo del capitalismo nativo en una situación de inferiori-dad bajo el control de capitales que logran dominar a los gobier-nos nativos e incluso desplazarlos totalmente.

Esta dependencia industrial llevó a la marginación de la fuer-za de trabajo como consecuencia de una matriz productiva ca-racterizada por el predominio de las actividades agroextracti-vas, favoreciendo el desarrollo de reducidos sectores articuladosa los mercados internacionales y controlados por los países he-gemónicos. Por tanto, la industrialización sustitutiva se llevó acabo en escala limitada y se fue consolidando una industria sinla capacidad de absorber la mano de obra migracional y hacerdel empleo algo selectivo conforme a los elementos coloniales oétnico-raciales. De ahí es que la población marginal es precisa-mente indígena; de ahí es que la colonialidad del poder bloqueala modernidad estructural de la sociedad en América Latina.

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Pero en los años 80 este modelo económico capitalista fuerebasado por los procesos migratorios campo-ciudad. Los mi-grantes para subsistir se convirtieron en comerciantes infor-males, creando economías no reguladas, y aparecen como pro-ducto de la política neoliberal que implementaron casi la ma-yoría de los países de América Latina a partir de 1980. En reali-dad, los informales surgen de la exclusión social, pero esto nosignifica que el sector informal sólo este conformado por lossectores más desposeídos de la población, sino que dentro deella existen distintos sectores de desempleo y de ingresos eco-nómicos, hasta economías típicamente capitalistas. Sin embar-go, la importancia de estos últimos sectores económicos nuncafue tomada en cuenta ni por el Estado ni por la clase dominan-te. Estos sectores informales están conformados en su mayoríapor indígenas, quiénes combinan la ganancia con los valoresandinos de la reciprocidad, solidaridad y austeridad, y por ellola acumulación no se traduce en consumo ostentoso sino que elcomerciante come, viste y bebe al igual que cualquier otro cam-pesino o indígena. Inculca y pregona el trabajo sacrificado a sustrabajadores que generalmente en el inicio del negocio son susparientes, paisanos o personas con quiénes en alguna medidatejieron relaciones de confianza.

Esta gente está culturalmente acostumbrada a sobrevivir através de la diversificación de la economía, y es esto lo que haceen su negocio en la ciudad; con la ganancia que obtiene de unapequeña empresa, más que dedicarse a la especialización in-vierte en otros rubros. Por eso es confeccionista, transportista,rentista de alquiler de casas, etc. Bajo la lógica comunal, al iniciopide colaboración a sus familiares o parientes más cercanos, yasea en mano de obra, préstamo de capital u otros. Una vez que seconsolida, paulatinamente se va desligando de esa dependen-cia. El capital criollo-mestizo involucra a los familiares y a laspersonas de confianza no al inicio, sino cuando la empresa yaestá consolidada.

La falta de excedente económico y el

complejo racial legitimado en las

estructuras de la sociedad, han hecho

que los indígenas fracasen en varios

intentos de participación en este

microcosmos político y por ende su

exclusión de los espacios de decisión y

de monopolio de ese campo político.

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Como sostiene Hernando de Soto, los migrantes han demos-trado su iniciativa al migrar, rompiendo con el pasado sin vis-lumbrar un futuro cierto. Saben identificar y satisfacer las nece-sidades de los otros y tienen más confianza en sus habilidadesque temor a la competencia. Pero a esto hay que agregar quetambién tienen una cultura comunal andina, por lo que fácil-mente usan las reglas de reciprocidad a su favor. Por ejemplo, so-meten a un ahijado, a un compadre o a un paisano a un trabajomuy prolongado y sin remuneración y le hacen ver como si se lesestuviera haciendo un favor. Así la prosperidad de la acumula-ción del capital de la burguesía indígena se debe a la plusvalíaabsoluta y esto sólo es posible a través de la refuncionalizaciónde los valores ancestrales.

Si bien existe esta prosperidad de los indígenas en las ciuda-des, también se puede ver, en otro extremo, a los migrantes ven-dedores que ganan apenas para los gastos del día, o los que ga-nan medianamente, como los propietarios de minibuses. Peroellos son producto de la exclusión en la participación de la eco-nomía moderna, ya que ésta siempre estuvo reservada a un gru-po selecto de gente mestiza-blancoide. A esto, por lo tanto, lo de-nominamos colonialidad de la economía.

Por lo tanto, la economía alternativa con equidad es la co-munitaria. Entendemos por gestión económica-comunal a laeconomía donde los medios de trabajo y los recursos naturalesson de propiedad comunal y/o colectiva con una distribuciónprivada en calidad de posesión, es decir, los miembros de unacomunidad y/o el conjunto de trabajadores, constituidos enasamblea, son los propietarios de los recursos existentes den-tro del territorio pero usufructuados y trabajados en forma pri-vada y familiar.

En este modelo de sociedad vemos una propiedad colectivade los recursos y una apropiación del trabajo en forma fami-liar/individual. Entonces, esta característica es la que distingueeste modelo del capitalista, basado en la propiedad privada y eltrabajo enajenado

Entonces, el sistema comunal es un sistema controlado por lacolectividad y/o por el conjunto de trabajadores de una empre-sa o comunidad y no por una persona o un grupo de élite tal co-mo ocurre en la sociedad capitalista. Sin duda, son modelos quehan sabido adaptarse a los cambios históricos, inclusive estaforma de manejo ha trascendido al manejo de otros recursos co-mo es el caso del sistema de riego en los lugares donde las tierrasya son totalmente parceladas.

Bajo esta percepción se admite la existencia de cierta diferen-ciación entre los trabajadores más ágiles y otro menos ágiles; losmás y menos necesitados, o sea, unos producen mayor cantidadque otros. Esto nos lleva a reflexionar que en este modelo son ad-mitidas las tipologías entre familias o individuos.

Colonialidad del poder y la democracia comunitaria

Cuando hablábamos de la colonialidad de la economía, sostení-amos que los indígenas eran excluidos del proceso económico y

del desarrollo de la modernidad como actores centrales por serconsiderados como “la nada de la historia”. Este aspecto tam-bién repercutió en la estructuración de la política, es decir, el Es-tado-nación construido en la modernidad sobre la base de laigualdad jurídica-política propició las desigualdades en la eco-nomía, en la sociedad y en la cultura. Es así que la ciudadanía ba-sada en la igualdad de oportunidades, basada en la democracia,ha sido siempre un elemento discursivo para la legitimación delorden de la jerarquía colonial establecida, ya que el acceso a esasoportunidades (políticas, educativas, científicas y de otra índo-le) fue siempre un monopolio exclusivo de la casta criolla-mes-tiza-blancoide. Una verdadera casta en toda la extensión de lapalabra que estuvo siempre contra la indiada pero que en los he-chos siempre se sirve de ella. Al conformarse en casta detentó lo-dos los privilegios y los derechos para sí, y para no perderlos y nodescomponerse se reproduce bajo las reglas de la endogamia, esdecir, que se van casando entre ellos y consolidando matrimo-nios para no perder esos derechos. Así, el resto de la sociedad, yespecialmente los indígenas, es excluida de esas oportunidades,fundándose una ciudadanía desigual que es precisamente unade las características que tiene la colonialidad del poder.

La desigualdad estructurada sobre los elementos raciales hade ser el móvil central de la estructuración del poder, es decir,de la voluntad de imponer su propia voluntad sobre la conduc-ta ajena. Con todo esto, el microcosmos político se ha converti-do en un campo especializado y exclusivo de los blanco-mesti-zos hasta el año 2000, y por tal motivo hace que éstos se con-viertan en una clase dominante. Por lo que no todas las etniastienen la misma posibilidad de entrar abierta e indistintamen-te a los partidos políticos, o sea, éstos no tenían una composi-ción plural. Por el contrario, los partidos políticos estaba com-puestos en forma monoétnica y monocultural, de ahí es que lacompetencia entre partidos se haya reducido a la competenciaentre partidos monoculturales criollo-mestizo-blancoides,que tienen los dos factores de éxito político: el excedente eco-nómico y el capital cultural. Como los indígenas han sido ex-cluidos del capital económico y cultural, fueron condenados alos anillos de jerarquía colonial más bajos o inferiores, razónpor la cual el espacio político se convirtió en un monopolio ex-clusivo para la gente criolla-mestiza.

La falta de excedente económico y el complejo racial legiti-mado en las estructuras de la sociedad, han hecho que los indí-genas fracasen en varios intentos de participación en este mi-crocosmos político y por ende su exclusión de los espacios dedecisión y de monopolio de ese campo político. Sin embargo, es-ta élite, para legitimizarse frente a la sociedad, generalmente ha-cía participar a los indígenas en las últimas listas para las

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La desigualdad estructurada sobre

los elementos raciales ha de ser

el móvil central de la estructuración

del poder, es decir, de la voluntad

de imponer su propia voluntad

sobre la conducta ajena.

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diputaciones o senadurías. No obstante, en las primeras listas fi-guraban todos los de la élite criolla-mestiza. De esta maneraquedaban asegurados sus espacios por dichos agentes. Ademásde ello, sólo en momentos de crisis o de ascenso de movimientosocial indígena se veían obligados a tomar en cuenta a los indí-genas en los espacios o cargos de decisión como una forma delegitimación, pero de igual manera terminaban sometidos o su-bordinados a la clase dominante.

En este sentido, la soñada modernización del Estado por laélite dominante no fue posible por el carácter colonial en la es-tructuración social, ya que para la administración en los dife-rentes espacios de la burocracia estatal siempre se eligió a per-sonas de confianza o de amistad, o a familiares de la misma etniamestiza-criolla. Por tanto, la profesionalidad, el honor, el méritoy la competencia como elementos fundacionales de la modernadominación actuaron sólo como discurso de legitimación en to-dos los momentos de crisis del Estado. Es así que la administra-ción del poder sobre la base del sistema de compadrazgo o in-tercambio de favores se ha hecho legítima y sus expresiones másmanifiestas son las exenciones de pagos de impuestos o multasde los partidos en coalición o a las personas militantes y en fun-ción de gobierno, la complicidad en la corrupción, permisos es-tatales o municipales sin costos para el funcionamiento de algu-na actividad específica, concesiones de tierra en forma gratuita,etc. Entonces, con estas ventajas la idea es aumentar clientespolíticos del mismo círculo social y la relación entre la élite polí-tica y económica es cada vez más estrecha y deriva en una de-pendencia mutua, esto debido a que el empresariado es tam-bién político y su éxito en la acumulación de capital económicodepende de su éxito político. En este contexto, la carrera políticaes una estrategia de búsqueda de ascenso social.

Una nación indígena excluida y marginada de la participa-ción de los espacios de dominación y dominada por una naciónminoritaria criolla-mestiza que monopoliza el poder ha hechoque verdaderamente no se constituya un verdadero Estado-na-ción. La nación indígena no es parte del Estado-nación por suexclusión, y la nación conformada por los descendientes euro-peos, por más que apele a la subjetividad de los excluidos en lacreencia de Estado-nación, no logra constituirla porque no haydemocratización de los espacios de poder. Con estos argumen-tos se tiene que los Estados-naciones son independientes o so-beranos en cuanto a su administración del poder, por lo menosen lo que se refiere a la elección de sus autoridades y la adminis-tración territorial, pero en su interior tienen una estructuraciónsocial colonial. Por lo que la ideología jurídica-política burguesaque reconoce la igualdad fundamental de todas las gentes, la ad-misión de ciudadanía universal sin discriminaciones raciales yde género, no sólo ha tardado en asumirse como tal sino que si-gue siendo la regia ordenadora de la sociedad contemporáneaen América Latina.

Ahora bien, en esta etapa en la que los Estados-naciones deAmérica Latina incorporan la plurimulticulturalidad como po-lítica indigenista, la colonialidad adquiere nuevas característi-

cas. La primera es el reconocimiento de los sistemas culturalesy simbólicos de la población indígena, pero menosprecia elsistema económico y político. La segunda son las posicionesautonomistas que de igual manera no valoran la gestión eco-nómica y política como proyectos societales, sino que conde-na al indígena al hogar público como una práctica ensimisma-da para sí mismo. De esta manera, también es el menosprecioa la sociedad indígena como una sociedad contemporánea y sepresenta a la democracia liberal como única y la mejor formade organización del poder, además como la forma política enque todos deben seguir el mismo camino, no dando opción aotra forma de organización.

Los movimientos sociales han planteado la democracia co-munal o comunitaria como alternativa a la democracia repre-sentativa. Significa, en primer lugar, que la decisión es ejercidapor la comunidad mediante una deliberación colectiva, cual-quiera que sean sus formas (asamblea, junta comunal, cabildo,etc.), y se constituye en la máxima autoridad y de poder, que escontraria a la forma elitaria de decisión como ocurre en la formaliberal. Con la conquista española todas las deliberaciones co-lectivas de las sociedades indígenas han sido reducidas a unapequeña comunidad o a un barrio concreto de la ciudad, ya queantes las unidades deliberantes eran constituidas por 150.000 a500.000 almas (ver Guamán Poma de Ayala), estas eran los anti-guos ayllus que abarcaban extensiones territoriales muy gran-des. Hoy, en esta época moderna y como propuesta para Bolivia,dichas unidades de deliberación serían las circunscripcioneselectorales y se constituirían como máximas instancias de deci-sión y es en ellas donde radicaría el verdadero poder.

El segundo factor de la forma comunal de la política es el he-cho de que los representantes no serían elegidos mediante com-petencia de partidos, sino de manera directa. Cada sociedad in-dígena tiene sus particulares formas de elección, las autorida-des, además, sólo son portadoras o son las que operativizan ladecisión de la colectividad. Aquí, con justa razón, las sociedadesindígenas en Bolivia reclaman que sus representantes a nivelnacional (diputados), departamental (consejeros) y municipal(concejales) sean elegidos no mediante partidos políticos, agru-paciones ciudadanas o indígenas, sino bajo sus prácticas yformas directas que tienen establecidas históricamente.

La propuesta es que esta forma de práctica política comunalsea una norma universal. Significa también su implantaciónen las ciudades. Ya que en las urbes la población está organiza-da en zonas o barrios y agrupada políticamente en circuns-cripciones o distritos municipales, las mismas serían unidadesde deliberación y los representantes a cualquiera de las instan-cias serían elegidos mediante turno y rotación y no mediantepartidos políticos. Evidentemente esto significa el fin del libe-ralismo político o de la democracia representativa y que a lalarga se haría una cultura política universal, ya no sólo válidapara las sociedades indígenas sino para la humanidad en-tera. En ese momento la política será de verdad una ac-ción de servicio.

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Resolver el problema de las desigualdades en las condicio-nes de vida de la población es uno de los desafíos centrales

que enfrentan hoy el Estado y la sociedad. Bolivia no es sola-mente el país más desigual de la región, sino que incluso supe-ra los niveles de desigualdad registrados en los países máspobres y con menores índices de desarrollo humano delmundo. Naciones como Lesoto y Sierra Leona, con mayoresniveles de incidencia y severidad de la pobreza, registran índi-ces de desigualdad que apenas alcanzan a la mitad de los nues-tros (PNUD, 2007).

La desigualdad en Bolivia no sólo se reduce a la distribucióndel ingreso, también somos desiguales en medidas no moneta-rias de bienestar social. Las de hoy son una combinación dehistóricas y de nuevas desigualdades. Entre las “desigualdadeshistóricas” se identifican las de clase, entre la población indí-gena y no indígena, entre los residentes de áreas rurales y urba-nas, y entre hombres y mujeres (Espinoza, 2008). A éstas sesuman hoy “nuevas desigualdades” vinculadas al tipo de inser-ción económica, a la residencia regional, a la menor o mayorarticulación con los mercados externos. Finalmente, desde unaperspectiva distinta, pero no menos importante, las nuevasdesigualdades emergen como resultado de identidades regio-nales, laborales, políticas y sociales cambiantes. El reto dedesarmar un ciclo de desigualdades persistentes se torna cadavez más complejo.

Reducir las desigualdades regionales se ha convertido enun problema central de la cuestión social. Éstas cobran mayorimportancia en un escenario político previo a la definición denuevas atribuciones y responsabilidades del gobierno nacio-nal y de los gobiernos departamentales. La estructura del sis-tema de transferencias fiscales intergubernamentales poneen riesgo la posibilidad de una convergencia en el desarrolloeconómico y social entre los nueve departamentos de Bolivia.En un escenario histórico de inequidades regionales crecien-tes, la discusión política se ha entrampado en un falso deba-te: la devolución de los recursos del Impuesto Directo a losHidrocarburos (IDH). Más allá de la validez de los argumen-tos de las regiones que reclaman para sí estos recursos, eldebate distrae la atención sobre un problema social de fondo:aún no logramos desarmar un ciclo acelerado y persistente

de desigualdades sociales y económicasentre las regiones del país.

Mientras en Potosí siete de cada diezpersonas viven por debajo de la línea dela pobreza, en Santa Cruz este fenómenoafecta a una de cada cuatro. La desnutri-ción crónica afecta a 33 de cada 100niños menores de tres años enChuquisaca, frente a 17 de cada 100 en eldepartamento de Tarija. El PIB per cápitade Tarija (Bs. 12.726) es tres veces mayoral de Potosí; y el de La Paz (Bs. 5.366) escasi la mitad del de Pando (Bs. 9.211)(PNUD, 2007a).

A esta asimetría en indicadoressociales y económicos, que retratan un

desarrollo humano heterogéneo y divergente a nivel depar-tamental, se suma la creciente desigualdad en los recursosfiscales provenientes de las transferencias del gobiernocentral; en particular, de los ingresos del IDH. Según la asig-nación presupuestaria departamental, para el año 2007, losrecursos fiscales del departamento de Pando (Bs. 8.482)eran 14 veces mayores a los del departamento de La Paz (Bs.620). Considerando solamente el IDH, la brecha entreambos departamentos, aumentaba a 45 veces más (LópezValverde, 2007).

Repensar la problemática socialentorno a desigualdades regionales

En las condiciones actuales de crecimiento y distribución, nin-gún departamento podrá alcanzar el primer Objetivo deDesarrollo del Milenio (ODM) el año 2015 (PNUD, 2007a). Seacual fuere la orientación del crecimiento departamental: pro-pobre (progresivo en favor de los más pobres), neutral o anti-pobre (regresivo o a favor de los más ricos), la expansión de laseconomías no será suficiente para alcanzar las metas departa-mentales de pobreza. Hasta aquí llega la convergencia regional.

¿Por qué es necesario repensar la problemática social entor-no a las desigualdades regionales? Al menos dos lecciones

Reducir las desigualdades:el desafío de un nuevo pacto regional

Reducir las desigualdades regionales se ha convertido en un

problema central de la cuestión social. Estas desigualdades

cobran importancia en un escenario político de definición de nuevas

atribuciones y responsabilidades de los gobiernos nacional

y los departamentales.

Es economista con

estudios avanzados

en economía y

gestión pública.

Actualmente

trabaja como

investigadora en la

oficina del Informe

sobre Desarrollo

Humano del

Programa de las

Naciones Unidas

para el Desarrollo

en Bolivia.

VERONICA

PAZ ARAUCO

Page 28: Revista Lazos 05 y 06

emergen de la regionalización de la problemática social.Primero, los patrones de reducción de pobreza y crecimientoeconómico, así como la situación actual del desarrollo humanoen cada departamento, muestran claras señales de divergencia.Las estimaciones previstas para los departamentos de Potosí yChuquisaca son las menos alentadoras en escenarios proyecta-dos hacia el año 2015. En ambos departamentos la elasticidadingreso-pobreza, es decir, la reducción de la pobreza resultan-te del crecimiento económico, es la más baja, sin importar si elcrecimiento es pro-pobre, neutral o anti-pobre. Estos departa-mentos convergen en pobreza y desigualdad, planteando unreto enorme al nuevo diseño de pacto regional: la responsabi-lidad social, más allá del artificio de la compensación solidaria.

Segundo, no es posible pasar por alto la orientación de losdebates sobre un desarrollo equitativo entre regiones; menosposible aún ignorar las implicaciones de los criterios bajo loscuales se deberían asignar los recursos fiscales, ya sea entreregiones o al interior de éstas. Un ejemplo de ello son las impli-caciones de política pública que derivan de pronósticos para eldepartamento de Santa Cruz: el impacto del crecimiento en la

reducción de la pobreza depende, más que en ningún otrodepartamento, de la orientación del crecimiento. En un esce-nario anti-pobre un incremento de 1% en el ingreso reduciría lapobreza en 0,25%, mientras que en un escenario pro-pobre unincremento de 1% en el ingreso promedio reduciría la pobrezaen 2,6%.1

Por lo tanto, repensar la problemática social implica tras-cender una visión lineal de la realidad. La complejidad deldesarrollo va más allá de las diferencias entre ricos y pobres,entre excluidos e incluidos, entre formales e informales. Parasuperar los niveles de pobreza, y lograr un desarrollo con másy mejores capacidades y oportunidades para todos los bolivia-nos, es necesario empezar a debatir sobre los problemas querealmente importan.

El gráfico revela la complejidad que esconde la problemáti-ca de ser un país pobre y desigual. Esta ilustración es suficien-te para desarmar el falso debate sobre qué es más importante:salir de la pobreza o reducir la desigualdad. Lo cierto es queambas tareas plantean desafíos distintos a los nueve departa-mentos. En un extremo Potosí, el departamento más pobre delpaís, enfrenta el mayor desafío nacional en el campo de la desi-gualdad. No deja de sorprender la situación de los departa-mentos de Tarija y de Pando que registran los menores índicesde pobreza y desigualdad, y que son al mismo tiempo losmayores beneficiarios de la actual ecuación de transferenciasfiscales.

En el otro extremo, Santa Cruz ocupa el primer lugar en elÍndice de Desarrollo Humano y el último en la incidencia de lapobreza, sin embargo, enfrenta un desafío enorme con rela-ción a la desigualdad. En los rankings de desigualdad y pobre-za, Santa Cruz se ubica por debajo de la media nacional depobreza y por encima de la media nacional de desigualdad.

¿Pobreza o desigualdad?

28

En el otro extremo, Santa Cruz ocupa

el primer lugar en el Índice

de Desarrollo Humano y el último

en la incidencia de la pobreza,

sin embargo, enfrenta un desafío

enorme con relación a la desigualdad.

FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA EN BASE A INFORMACIÓN OFICIAL DE UDAPE Y DEL INE PARA EL AÑO 2001.

Page 29: Revista Lazos 05 y 06

29

El costo de no revertir las asimetrías regionales

El costo de no actuar frente a las desi-gualdades es la mayor divergenciaregional en el corto plazo. Hoy que estána punto de definirse las nuevas atribu-ciones y competencias del gobiernonacional y de los gobiernos departa-mentales nos interesa, de manera parti-cular, seguir la tendencia de las brechasregionales.

La proyección del Índice de DesarrolloHumano hasta el 2015, asumiendo latendencia inercial observada entre 1992y 2001, prevé una ampliación de la bre-cha entre el departamento con mayordesarrollo humano y el departamentocon menor desarrollo humano. Lo curio-so de la inercia es que revertiría un ciclode convergencia regional, pronosticandopara el año 2015 mayores desigualdadesentre departamentos.2 La asignación delos recursos fiscales, provenientes delIDH, debería ayudarnos a alcanzar laconvergencia regional.

Algunas estimaciones de los costosde no revertir esta tendencia muestranque la brecha en la escolaridad alcanza-da entre los valores (departamentales)máximo y mínimo se ampliaría de tres acinco años. La desigualdad en la espe-ranza de vida entre departamentosaumentaría de 11 a 14 años, y la distan-cia prevista en el PIB per cápita en eldepartamento más rico sería cuatroveces mayor al del departamento máspobre. En posiciones absolutas, Pandopasaría a ocupar el primer lugar, despla-zando a Santa Cruz, y Potosí se manten-dría en el último puesto del rankingdepartamental.

Un escenario de convergencia podríaconducirnos a evitar que cerca de unmillón de personas caigan por debajo dela línea de la pobreza antes del año 2015.En términos concretos podríamos evitar130 mil personas pobres en Chuquisaca,48 mil en La Paz y 88 mil en Potosí. Elcosto de la inercia es una mayor diver-gencia departamental. Las implicacionesde este escenario de desigualdad entredepartamentos son aún peores a nivel

Page 30: Revista Lazos 05 y 06

desarrollo y equidad no pueden seguir pasando a la historiacomo enunciados de buenas intenciones. Es un imperativoavanzar más allá de nuevos artículos de la Constitución Políticadel Estado y de los estatutos autonómicos departamentales.

Para ilustrar mejor este argumento observemos la situaciónde la distribución de los recursos fiscales antes y después delrecorte de la Renta Dignidad. Más allá de los cambios que esosrecursos representan en términos financieros, las brechasentre los presupuestos departamentales siguen siendo enor-mes (FAM, 2008).

Y aquí llego al que considero el punto clave de este asunto.En un documento publicado hace tres años, Marco Zapatasugería que cada sistema fiscal de transferencias estatalesdebía ser diseñado en base a diferentes fines. El redistributivo,sugería, debía ser uno de ellos en el caso boliviano. El aporte deZapata a la discusión sobre las bases para la redefinición de unnuevo pacto fiscal en un escenario preautonómico es funda-mental en esta discusión. Coincido con él no sólo porque iden-tifica el debate central, y lo desarma en base a argumentossociales y económicos, sino porque además plantea una agen-da propositiva de múltiples alternativas para transitar de “unsistema de transferencias discrecionales” a un “sistema segúnlogro y resultados” (Zapata, 2005).

30

Pando recibe recursos equivalentes a 631

dólares per capita, frente a La Paz que es

receptor de un monto equivalente a 50

dólares por habitante. La magnitud de

estas asimetrías se amplía todavía más

por el impacto de los nuevos precios

internacionales del gas.

municipal, y se expresan en un menor desarrollo humano paraunos y mayor desarrollo humano para otros.

Nueva ecuación fiscal: la base de un nuevo pactosocial entre regiones

Alcanzar la convergencia en las condiciones de vida y bienestarentre las regiones requiere de la formulación de una nuevaecuación fiscal que siente las bases para un nuevo pactosocial (Paz, 2007). Este objetivo está en riesgo si se mantienela actual fórmula de distribución de los recursos que recibenlos departamentos y los municipios por concepto de transfe-rencias fiscales intergubernamentales. Sin importar el resul-tado de la disputa –en la cual la mayoría de los bolivianossomos hoy espectadores–, el discurso de la devolución delIDH a las regiones le habrá tendido una trampa al desarrollo.Luego tendremos que enfrentar las implicaciones de un desa-rrollo divergente entre regiones.

Aunque el discurso como instrumento político no deja deser exitoso, al menos por el impacto mediático me inclino porretornar al problema que considero de fondo: las desigualda-des entre departamentos en las transferencias fiscales –ya seavía prefecturas o municipios– son enormes. Pando reciberecursos equivalentes a 631 dólares per capita, frente a La Pazque es receptor de un monto equivalente a 50 dólares por habi-tante. La magnitud de estas asimetrías se amplía todavía máspor el impacto de los nuevos precios internacionales del gas.

Ante esta asimetría desconcertante en la distribución de losrecursos fiscales, que se suma a las dificultades de convergerentre departamentos en los niveles de desarrollo humano, nopodemos perder de vista el horizonte que queremos paraBolivia. Los objetivos últimos –en tanto medios y fines– de

Hacia una mayor divergencia regional en desarrollo humano

FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA EN BASE A DATOS OFICIALES DEL ÍNDICE DE DESARROLLO HUMANO DEPARTAMENTAL ENTRE 1992 Y 2001.

Page 31: Revista Lazos 05 y 06

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Ahora bien, el diseño de un sistema de transferencias segúnlogro y resultados requiere una discusión previa con relación ala definición de los criterios de la nueva asignación de losrecursos fiscales. Estos criterios deberían superar el carácterdiscrecional de la actual fórmula de asignación de dichosrecursos. El ejercicio resultante de calcular la variación de laestructura de las transferencias gubernamentales actuales delIDH en cuatro escenarios alternativos de distribución regional(pobreza, desarrollo humano, desigualdad y población) condu-ce en cualquier caso a una mayor convergencia entre departa-mentos en las transferencias fiscales.

No caben dudas de que una nueva ecuación fiscal tendríaefectos re-distributivos mucho mayores que el mayor o máseficiente fondo compensatorio diseñado en base a la actualecuación fiscal. También queda claro que para algunos líderespolíticos resulta más cómodo actuar de espectadores que asu-mir su responsabilidad de encabezar un cambio que conduzcaa un mayor desarrollo humano para todos los bolivianos.Ahora bien, aún queda una esperanza, si mañana prosperan

los acuerdos y se les devuelve el IDH a las regiones, ¿estarán loslíderes políticos dispuestos a debatir sobre los temas fun-damentales para la construcción de un nuevo pactosocial/fiscal?

1 Para determinar las combinaciones mencionadas, se calcularon las elas-

ticidades ingreso-pobreza para cada departamento. La elasticidad men-

cionada es una medida de la sensibilidad de la incidencia de la pobreza

ante cambios de 1% en el ingreso.

2 Las proyecciones del IDH y de sus componentes a nivel departamental

se realizaron en base a las tendencias observadas en el periodo 1992-

2001. Estos datos corresponden a la información contenida en los infor-

mes regionales publicados por el PNUD.

Bibliografía

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Stratification Study in Bolivia (Tesis de Maestría en Filosofía en desarro-

llo). Inglaterra. Universidad de Oxford. 2008.

FAM. “La Renta Dignidad reduce la brecha de ingresos que causó el IDH” en

Boletín informativo n°3. SIAM. Marzo 2008.

López Valverde, Alejandro. Equidad en las finanzas públicas. Red de Análisis

Fiscal (RAF). 2007.

Paz Arauco, Verónica. El desafío urgente: actuar ante la asimetría departa-

mental (Documento de trabajo 4/2008). PNUD. 2007.

PNUD. Informe sobre Desarrollo Humano 2007-2008. La lucha contra el cam-

bio climático: Solidaridad frente a un mundo dividido. 2007.

PNUD. Objetivos de desarrollo del milenio. La Paz: Situación actual, evalua-

ción y perspectivas. 2007a.

Zapata, Marco. Lineamientos para un nuevo sistema de transferencias inter-

gubernamentales en función a las autonomías departamentales. Red de

Análisis Fiscal (RAF). 2005.

Renta dignidad: el falso debate en torno al IDH

FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA EN BASE A DATOS DE LA FAM (2008).

No caben dudas de que una nueva

ecuación fiscal tendría efectos

re-distributivos mucho mayores

que el mayor o más eficiente fondo

compensatorio diseñado en base

a la actual ecuación fiscal.

Page 32: Revista Lazos 05 y 06
Page 33: Revista Lazos 05 y 06

Diálogo intercultural

El diálogo intercultural ocupa en la

actualidad un lugar central en las

prioridades políticas internacionales, lo que

explica la importancia de la cultura en la

lucha contra las manifestaciones de

intolerancia y con formas más extremas,

como la guerra o el terrorismo. Una política

de diálogo intercultural debe garantizar el

respeto de los derechos humanos y la

democracia y promover las

responsabilidades compartidas de los

pueblos. Concienciar a la sociedad sobre la

necesidad del respeto mutuo, favoreciendo

el conocimiento, la comunicación y el

entendimiento.

Así, este diálogo en la diversidad puede

convertirse en un poderoso factor de

prevención de conflictos, de promoción

de la paz, de la democracia y de los

derechos humanos.

Page 34: Revista Lazos 05 y 06

Bolivia ha superado el cuarto de siglo de vida democrática, loque sin duda constituye un logro fundamental. La vigencia

del Estado de derecho durante ya más de 25 años ha hecho posi-ble numerosos y significativos avances en distintos ámbitos y hapermitido un cambio sustancial en la sociedad boliviana: losadultos jóvenes de hoy que nacieron y se formaron en una socie-dad regida por normas e instituciones democráticas tienen unavisión y una práctica distintas de aquellas de las generacionesanteriores, y la mayoría de la población boliviana valora la de-mocracia y respalda su continuidad.

Sin embargo y pese a la indudable trascendencia del procesodemocrático y a la significativa transformación que operó en elpaís, un análisis de nuestra situación actual muestra que la so-ciedad boliviana sigue presentando rasgos que no son propia-mente democráticos: es autoritaria, poco respetuosa de la dife-rencia, poco abierta al diálogo y al debate de ideas. Parecieraque, pese a que las reglas democráticas ordenan nuestra vidadesde hace más de dos décadas, nuestros resortes más profun-dos, los que definen la forma en la que percibimos el mundo, ac-tuamos y nos relacionamos, se han mantenido fijados en una ló-gica autoritaria que niega los valores democráticos que debie-ran orientarnos.

La discriminación y exclusión de la población indígena, desectores mestizos y de algunas minorías, como las de opción se-xual distinta, son fenómenos persistentes a lo largo de nuestrahistoria que se han constituido en una traba para una conviven-cia democrática plena en la que el relacionamiento entre losmiembros de la sociedad sea respetuoso de la identidad del otro,de sus ideas y prácticas. La persistencia de estos fenómenos hasido tal que han acabado naturalizándose, siendo percibidos co-mo parte del orden natural de las cosas, aunque –como pruebade su carácter vergonzoso– se los encubra.

Hoy, con toda el agua que ha corrido bajo el puente desde losaños en que los sectores excluidos no tenían reconocimiento so-cial ni presencia política en el país, con los procesos de empode-ramiento indígena y de otros sectores excluidos que los han con-vertido en actores políticos centrales, nos enfrentamos a un pa-norama diferente pero no radicalmente distinto. Si bien esos ac-tores se encuentran en el centro de la escena nacional y no pue-den ser ya ignorados, la discriminación y el racismo continúan eincluso se han exacerbado –discriminación y racismo de doblevía, de los sectores tradicionalmente dominantes hacia los ex-

cluidos y de éstos hacia sus dominado-res– y se ha sumado a éstos la erupción deotros monstruos, de todo aquello que ha-bía permanecido oculto o disimulado yque, como en una pesadilla, una vezabiertos los cerrojos de la vigilancia cons-ciente, emergen con toda su crudeza.

El autoritarismo, la negativa a permitirque las personas y los grupos se expresenlibremente a fin de preservar el interéscorporativo, es otro fenómeno que hasubsistido pese a la vigencia democrática.Así, bajo el subterfugio de la legitimidadde sectores sociales o iniciativas empre-sariales se coarta la libertad de expresiónde ideas, posiciones y preferencias y seimponen los intereses corporativos como

si éstos representaran el bien comúnLa situación en la que nos encontramos hoy, con todos esos

monstruos –el autoritarismo, la falta de respeto al otro, el racis-mo, la falta de capacidad de diálogo, la violencia– expuestos a laluz del día, es sumamente preocupante. Queda el consuelo depensar que lo que estamos viviendo podría ser una especie decatarsis colectiva que, una vez superada la necesaria fase dra-mática, nos conduzca a un otro plano en el que podamos redefi-nirnos y reencontrarnos en nuevos términos. Pero para que estoocurra se requiere una conciencia nacional dispuesta a analizarcon valentía y honradez el material llevado a la superficie y a re-flexionar profundamente sobre lo encontrado, y pareciera quenos encontramos lejos de esa actitud, que no estamos elaboran-do el proceso como debiéramos. Lo evidencia la existencia de unánimo y una práctica cada vez más confrontadores y beligeran-tes, pero revestidos –al menos en ciertos momentos cruciales–de un discurso democrático, como si un lobo se cubriera conpiel de cordero para prepararse mejor para el asalto.

Las mayorías silenciosas que no están involucradas en la po-larización que hoy vivimos demandan desde hace tiempo el diá-logo entre los contendientes para encontrar una salida a la crisis.Por su parte, los sectores polarizados han empezado a mencio-nar también la necesidad de establecer un diálogo, probable-mente más como parte de una táctica de encubrimiento de susverdaderas intenciones que como una vocación cierta. Todos

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Diálogo para construirinterculturalidad¿Cuál es el papel del diálogo en este camino de construcción de un

país intercultural? No avanzaremos hacia una interacción equitativa

entre los distintos grupos y sectores si lo que existe entre éstos es una

densa valla de prejuicios, estereotipos y desconfianzas.

Estudió Sociología

y Literatura. Poeta y

narradora.

Especialista en

temas de

interculturalidad,

por la que ha

desempeñado

responsabilidades

en la temática en la

Fundación UNIR

Bolivia. Fué

Ministra de

Educación.

MARIA SOLEDAD

QUIROGA

Page 35: Revista Lazos 05 y 06

hablan hoy de diálogo, todos lo reclaman, pero nadie parece enverdad dispuesto a dar el primer paso.

Pero, ¿de qué se está hablando cuando se demanda diálogo?Siguiendo nuestra larga tradición de debate –lamentablementeno siempre de ideas y propuestas inspiradas en el interés gene-ral, más frecuentemente de intereses– y de negociación en losnumerosísimos casos de conflicto existentes en el país, tende-mos a entender el diálogo como una forma más de éstos, y pro-bablemente lo visualizamos como una herramienta de negocia-ción que se espera permita resolver los callejones sin salida enlos que nos metemos. Pero el diálogo es mucho más y muchomenos que eso.

El diálogo es el más simple, el más fundamental impulso y ac-tividad humana, el que consiste en acercarse al otro para cono-cerlo y darse a conocer, para saber qué piensa, qué siente, cómovive ese otro que es a un tiempo nuestro igual y alguien distinto.No pretende contraponer ideas, ganar adeptos, resolver asun-tos, ni encontrar la verdad. Parte del humilde reconocimiento deque todos tenemos una fracción de razón, una parte del rompe-cabezas, y que si juntamos todas las piezas podremos armar unescenario, un trayecto, un camino. Pero el diálogo, si es verdade-ramente tal, puede constituirse también en un recurso valiosopara transformar una situación crítica y dar un salto hacia ade-lante y, fundamentalmente, permite recuperar una práctica de-mocrática básica.

Quizá debiéramos preguntarnos, ¿por qué, si en este momen-to de nuestra historia no coincidimos casi en nada, hemos coin-cidido los bolivianos en que requerimos diálogo? ¿Será que he-mos agotado la posibilidad de disentir, de enfrentarnos, de ver alos otros como amenazas? ¿Será que tememos llegar al borde–esa orilla ante la que se asegura que nos detenemos siempre– yquizá dar un paso del que ya no haya retorno? ¿Será que por esoestamos ahora dispuestos, finalmente, a reconocer al otro comointerlocutor?

Aunque la demanda de diálogo, al menos para las partes enconflicto, parece un recurso más para ganar posiciones, aún así,ya es algo. Es bueno que la idea del diálogo se reitere y que inclu-so se convierta en un lugar común porque de tanto repetirla aca-bará por instalarse en nuestro imaginario y, ojalá, por movilizaralgunos resortes que nos permitan acercarnos a los otros. Peroexiste el riesgo de que la reivindicación del diálogo se conviertaen mero discurso, en lenguaje políticamente correcto pero va-ciado de contenido.

Si en verdad buscamos el diálogo no deberíamos pretenderque el resultado de éste sea la reafirmación de nuestra posiciónpara obtener la victoria sobre el adversario, sino, más bien, laapertura de perspectivas nuevas que probablemente lleven amodificar las posiciones, las nuestras y las de los otros. Tendría-mos que estar dispuestos a desandar camino, a reaprender, aconvertirnos en otros.

¿A qué niveles debiera desarrollarse el diálogo? Indudable-mente tendría que producirse entre los actores políticos polari-zados, pero también sería de enorme utilidad que otros sectores

entablen procesos de diálogo: grupos étnicos distintos, indíge-nas y no indígenas, sectores urbanos y rurales, sectores de élite ypopulares, grupos del Oriente y del Occidente del país, con elobjetivo de conocerse más allá de los estereotipos y prejuicios yde transformar sus relaciones. Si abordamos estos procesos conseriedad y compromiso pueden ser profundamente renovado-res, transformadores de nuestra realidad, fundamentales para lasuperación de nuestros problemas y la construcción de espaciosde encuentro, para la profundización de la democracia y la cons-trucción de interculturalidad. Y aquí nos encontramos con otrotópico porque así como hoy todos sostienen la necesidad de dia-logar, también plantean la necesidad de que el país sea intercul-tural, y lo repetimos constantemente, aunque seguramente ensentidos distintos.

Parece necesario preguntarse también por qué esa recurren-cia a la interculturalidad. En un país heterogéneo como el nues-tro, en el que la diferencia entre pueblos indígenas, sectores so-ciales y regiones es evidente –y en el que en los últimos años noshemos ocupado de ahondar aún más las divergencias– es nece-sario imaginar alternativas de articulación entre esos grupos pa-ra evitar que sean algo así como planetas que giran en sus pro-pias órbitas sin puntos comunes de referencia. En ese escenario,la interculturalidad aparece como una posibilidad valiosa de re-configuración de la sociedad y del Estado en tanto parte del re-conocimiento de la diferencia, y no aspira a la homogeneizaciónsino que busca que las relaciones entre esos diferentes grupossean más equitativas, busca la generación de condiciones deigualdad para todos, más allá de sus diferencias.

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En un país heterogéneo

como el nuestro, en el que la diferencia

entre pueblos indígenas, sectores

sociales y regiones es evidente

–y en el que en los últimos años

nos hemos ocupado de ahondar

aún más las divergencias– es necesario

imaginar alternativas de articulación

entre esos grupos para evitar

que sean algo así como planetas

que giran en sus propias órbitas

sin puntos comunes de referencia.

Page 36: Revista Lazos 05 y 06

Evidentemente, la construcción de re-laciones equitativas entre diferentes noes una tarea sencilla puesto que el rela-cionamiento entre clases, etnias y regio-nes no se da en el vacío, sino en el contex-to de un sistema de poder que busca la re-producción continua de la relación jerar-quizada y de dominación entre éstos,orientando para ello el accionar de lasinstituciones y el funcionamiento de losmecanismos socioeconómicos y cultura-les hacia la preservación del sistema declasificación social y la perpetuación dela dominación colonial. La construcciónde condiciones de igualdad para los dis-tintos pueblos y sectores sociales no pue-de lograrse, entonces, al margen de latransformación del sistema de poder.Por eso el desarrollo de interculturalidadrequiere desmontar la estructura colo-nial del poder.

La interculturalidad entendida comola interacción equitativa entre un conjun-to de diversas prácticas sociales, econó-micas, políticas y culturales de sujetossociales distintos, como la construcciónde igualdad efectiva de derechos y obliga-ciones para sujetos distintos en una nue-va configuración del poder, debiera pen-sarse sin un centro dominante que ocupeel punto de universalidad. Dicho en otraspalabras, debiera darse sin que un solosector, sea el que fuere, se arrogue la re-presentación del conjunto de la sociedad,por tanto, debiera implicar la construc-ción de un poder compartido.

Esta idea es muy distinta del plantea-miento de interculturalidad bajo hege-monía indígena o de interculturalidadbajo hegemonía de los sectores criollo-mestizos tradicionalmente dominantes,ya que estas construcciones generarían,inevitablemente, exclusiones viejas onuevas, y ninguna tendría viabilidad de-bido a la magnitud demográfica y socio-política de los sectores que quedaríanmarginados. La interculturalidad com-prendida como interacción equitativa en-tre diferentes que comparten el poder, sinun centro dominante que ocupe el puntode universalidad, es un proyecto que im-plicaría un profundo cambio del Estado yde la sociedad, y probablemente sería una

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Page 37: Revista Lazos 05 y 06

alternativa para construir un nuevo proyecto de país con viabili-dad histórica.

Así entendida, es evidente que la interculturalidad no es unarealidad existente actualmente en Bolivia, sino un proyecto aconstruir tanto a nivel del Estado como de la sociedad civil. Setrata de un proyecto sumamente complejo, de una suerte deutopía, no en el sentido de que resulte inalcanzable, sino másbien, como el bien que estando lejos en términos de la dificultadde acceder a él impulsa a caminar, a avanzar con la finalidad dellegar a concretarlo

Pero es necesario empezar por preguntarnos en qué situa-ción nos encontramos hoy respecto a la construcción de un pro-yecto de país intercultural. Haciendo una revisión de los ele-mentos que hacen a la interculturalidad en el plano más básico(lo que podríamos llamar el “grado cero” de la interculturalidad)podemos ver: el conocimiento del otro y el relacionamiento en-tre diferentes en un marco de tolerancia –comprendida ésta co-mo la no interferencia en los comportamientos ajenos por res-peto a la dignidad de los demás–, si encaramos este examen conhonestidad y franqueza encontraremos que la ignorancia, into-lerancia y discriminación marcan nuestra vida cotidiana. Igno-rancia porque los bolivianos conocemos muy poco sobre quié-nes somos nosotros mismos; intolerancia creciente con quienesson distintos, viven o piensan de manera diferente, existen nu-merosos y dolorosos ejemplos recientes de ello; y discrimina-ción, tan antigua y tan transitada que ha llegado a considerarsecomo un fenómeno natural.

Sin embargo, y pese a esta realidad que nos muestra queestamos aún muy lejos de un escenario intercultural mínimo,

El diálogo y la interculturalidad son

procesos conjuntos e indisociables.

No puede imaginarse una sociedad

intercultural que no dialogue, tampoco

puede pensarse en un diálogo que no

considere la diferencia; el diálogo entre

iguales, entre quienes piensan y hacen

lo mismo, no implica ningún desafío

y no significa ningún aporte.

es necesario reconocer que Bolivia ha avanzado de maneraimportante en la construcción de interculturalidad en algu-nos ámbitos, como lo evidencia la convivencia pacífica entrepueblos y grupos sociales distintos en algunas localidades detierras bajas, la articulación de la democracia representativabasada en el ciudadano individual con las formas organizati-vas tradicionales indígenas en ciertos distritos, la vigencia deprácticas del derecho consuetudinario indígena junto a lasde derecho positivo, las diversas festividades en las que inte-ractúan grupos socioculturales distintos, el sincretismo reli-gioso, la comida mestiza, etc. Si bien son éstos aspectos valio-sos para el desarrollo intercultural, es claro que no son sufi-cientes y que si nos conformáramos con su existencia correrí-amos el riesgo de folclorizar la interculturalidad, de despo-jarla de su contenido profundamente transformador. Es ne-cesario, pues, realizar esfuerzos que permitan desarrollar lainterculturalidad en el conjunto de los espacios sociales, eco-nómicos, políticos y culturales del país. Advertir esta necesi-dad nos hace avizorar el largo y complejo camino que aún te-nemos que recorrer.

¿Cuál es el papel del diálogo en este camino de construcciónde un país intercultural? Es indudable que no avanzamos haciauna interacción equitativa entre los distintos grupos y sectoresque conforman el país si lo que existe entre éstos es una densavalla de prejuicios, estereotipos y desconfianzas que crece día adía impidiendo toda comunicación y, peor aún, si se percibenunos a otros como enemigos y buscan eliminarse. Es evidentetambién, aunque parezca ingenuo, que para dar algún paso en laconstrucción de interculturalidad se requiere voluntad de acer-carse al otro despojándose de esa maraña que nubla el entendi-miento, para conocerlo, saber qué piensa, qué siente, cómo vive.Se requiere estar dispuesto a valorar al otro como necesario. Yesto puede lograrse a través del diálogo.

Por ello, el diálogo y la interculturalidad son procesos con-juntos e indisociables. No puede imaginarse una sociedad in-tercultural que no dialogue, tampoco puede pensarse en undiálogo que no considere la diferencia; el diálogo entre iguales,entre quienes piensan y hacen lo mismo, no implica ningúndesafío y no significa ningún aporte. Ambos nos permitiríanreconocernos como lo que en verdad somos, bolivianos distin-tos con la obligación de construir un solo país equitativo, plu-ral, pacífico.

Volviendo al principio, si en Bolivia hoy todos demandandiálogo e interculturalidad, debiéramos ser capaces de asumirla verdadera dimensión de estas reivindicaciones, de traducirel discurso en acción y de aportar, cada uno de nosotros, aque dejen de ser palabras vacías y empiecen a orientarnuestras acciones.

Page 38: Revista Lazos 05 y 06

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Siempre me resulta paradójico que nos ocupemos más dedefinir qué son los diálogos interculturales (que por otra

parte son numerosos ya los valiosos planteamientos teóricossobre esta cuestión) que de reflexionar sobre lo que consegui-mos con ellos. Por lo tanto lo que sigue es de alguna manerauna reflexión y una síntesis de una experiencia de diez años enla ciudad de Madrid, donde un grupo de unas cincuenta per-sonas, formadas en la Universidad en Interculturalidad y Pro-cesos Mediadores, iniciamos diferentes diálogos, en diferen-tes lugares, con diferentes actores, alrededor de diferentes te-mas, en un contexto de multiculturalidad dado por las migra-ciones. Así es que hablo de un contexto adverso donde las re-laciones de poder son inevitable y, a menudo, trágicamenteasimétricas. A la vez, esta experiencia compartida con unequipo humano de más de veinte orígenes diferentes me per-mitió, cuando gracias a los azares de la vida pude conocerotras situaciones de diversidad cultural –como la que se viveen Bolivia–, seguir la reflexión y tratar de analizar qué elemen-tos comunes se podían manejar a la hora de iniciar diálogosentre culturas y/o interculturales en Estados pluriétnicos yplurinacionales.

Sobre esta base empírica y sin más pretensión que utilizarnuestros aciertos y errores, me propongo encontrar argumen-tos para alentar a iniciar diálogos interculturales y ofrecer al-gunas claves sobre cómo hacerlo. Mi convicción profunda esque ya es tiempo de dejar de hablar de ello y empezar resuelta-mente a hacerlo. Dialogar. Dialogar sobre la diversidad, aúndesde la adversidad.

¿Por qué el diálogo?

Ciertamente porque el hecho de que se nos imponga un pensa-miento único sobre nuestra realidad vivida acaba conformandouna realidad que es solamente parte de ésta, ocultándola y sinrepresentarla en su totalidad. Porque en cualquier lugar delmundo somos muchos los que no nos convencimos, al mirar anuestro alrededor, de que esta forma de pensar, este pensar, es-ta forma de vivir, este vivir, eran válidos y nos sustrajimos. Al sus-traernos, nos aislamos y cuando no nos sentimos víctimas sí nosdebilitamos en el individualismo o el comunitarismo.

No nos convencimos porque a menu-do los jóvenes soportan este modelo civi-lizacional pero se pierden en él, porquelos indígenas lo rechazan, porque mu-chas mujeres y muchos hombres de pazdel mundo lo cuestionan, porque en resu-men miramos cómo el barco toma aguapor todos lados. Vemos cómo nos ahoga-mos en el Primer Mundo por razones dife-rentes de las que ahogan al Tercer Mundo,pero nos ahogamos igualmente y siguendiciéndonos que éste es el modelo. Ante elpensamiento único de nuestra sociedadneoliberal, las respuestas y alternativas setornan en un griterío, una cacofonía en-sordecedora donde todos opinamos so-bre todo, donde hablamos mucho y don-de pocas veces callamos para escuchar alotro. Diálogo en fin, indudablemente,porque asesinaron a Gandhi y a Martin

Luther King, justamente por ello, porque el diálogo tiene unapotencia inagotable.

¿Para qué el diálogo?

Para interrogar nuestras propias convicciones. Un proceso dialó-gico alberga elementos visibles e invisibles. Estos elementos invi-sibles dentro del proceso se componen, o bien antes de iniciarse obien en el transcurso del diálogo, de dos fases que me parecen deun gran valor en la era de la autosatisfacción: el monólogo internoy la autocrítica individual, y el monólogo y la autocrítica colectivadel grupo al que pertenecemos o del que nos reconocemos.

En efecto, para decidir por ir a la escucha del otro se ha dadola conciencia de que algo en nosotros no está funcionando, y es-ta conciencia viene de monólogos nacidos de la insatisfacción,de la necesidad o de un interés. Admitir una insatisfacción, unanecesidad no cubierta, buscar obtener un interés, es reconocerque solo (solos) no lo estoy (no lo estamos) consiguiendo. Esasumir el hecho, por ejemplo, de que a pesar de tener el poder,de ser mayoría, sin el otro no voy a lograr mis objetivos.

Los diálogos interculturales:Experiencias desde la adversidad

El diálogo entre culturas abre espacios de respeto y libertad

intraculturales. Nunca fueron homogéneas las culturas,

y en un mundo globalizado lo son menos todavía. Nuestra identidad

cultural está hecha de múltiples pertenencias, que a su vez

conforman otras subculturas.

Es una filóloga

tunecina que hace

17 años vive en

España, donde es

Directora Técnica

del Servicio de

Mediación Social

Intercultural de

Madrid, un espacio

interdisciplinario

dedicado a la

intervención en el

ámbito de las

migraciones, las

relaciones

interétnicas y el

desarrollo social

FHADILA

MAMMAR

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Iniciado el diálogo las idas y vueltas sonpermanentes. Individualmente y grupal-mente. Cada encuentro obliga a estos mo-nólogos y a la revisión de criterios. Indepen-dientemente de que vaya bien o mal el pro-ceso, ya hemos introducido una variable di-ferente y novedosa para con la situación an-terior: cuestionar nuestras verdades.

Este punto me parece fundamental yaque sólo en el cuestionamiento indivi-dual podremos obtener los diálogos in-tragrupales y por lo tanto acumularaprendizajes para el diálogo con el Otro.

Esta cuestión obvia es en mi opiniónpoco valorada y utilizada a la hora de se-guir dialogando y va a atravesar todo elproceso, como lo veremos más adelante.Así que no hay un buen diálogo si no fo-mentamos buenos monólogos internos alo largo del proceso dialógico.

Para que emerjan las múltiples realida-des –a menudo contradictorias– que con-forman una misma realidad. Afortunada-mente en el seno de un grupo, una comu-nidad, una sociedad la diversidad y lacomplejidad son enormes, sea que se re-conozcan o no. Pueden ser vividas comouna dificultad pero en mi opinión sonmás oportunidades para el diálogo. Enefecto, en esta diversidad del Otro encon-tramos puntos de anclaje con nuestrapropia diversidad.

La diversidad del Otro permite ver yadmitir la suya propia. Propicia así el au-toconocimiento, pues entramos tambiénen conflicto porque no nos conocemos anosotros mismos. Esta multiplicidad derealidades nos permite así diversificar elabordaje de un diálogo y evitar entrar des-de “el núcleo duro” donde quizás, en unprimer momento, las posibilidades de en-tendimiento son más débiles.

Para poder construir respeto a partirdel diálogo. Es frecuente la opinión deque no puede haber diálogo sin respeto.Sin duda esto es lo deseable, sin embargo,en general esto no se da previamente. Elrespeto se va construyendo durante eldiálogo. Y esto para mi es una razón sufi-ciente para intentarlo. El proceso dialógi-co es una sucesión de aprendizajes fecun-dos, siempre merecedores de cuidadosaún si es que no fructificara el diálogo.

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Para reajustar asimetrías. El diálogo debe interesarnos aún ensituaciones de hondo desequilibrio de fuerzas. Con el diálogocreamos probablemente el primer espacio donde la minoría, ola mayoría sin poder, puedan tener ocasión de visibilizarse y ex-presarse. Aún si no se la escucha, ésta puede escuchar al Otro,medirlo, reflexionar sobre lo que tuvo lugar y revisar sus estrate-gias para el futuro. Desde un aparente fracaso, en un diálogo sur-gen empoderamientos que no estaban al inicio.

Ejemplo: Cinco mujeres analfabetas acudiendo al colegio desus hijos, amenazando con retirarlos de las festividades de Navi-dad. El colegio es público y por ende aconfesional. Ellas son mu-sulmanas. No puede tener lugar la festividad sin sus hijos ya queactúan en la representación y el coro. Sólo cabe dialogar.

Los diálogos permiten visibilizar lo que se hace y a veces estásilenciado en la otra parte y por ello ayudan a romper (o saltar)las potentes barreras que nuestra ignorancia y nuestros prejui-cios sobre el Otro interponen a la hora del acercamiento. De re-pente vemos que esto que nos preocupa es también preocupa-ción para el Otro y que igualmente busca soluciones para ello.Como los grupos culturales nunca son homogéneos, ver y escu-char permite identificar, o cuando menos vislumbrar, puntos encomún, encontrarse en el Otro y dar con soluciones que desdenuestra realidad nunca hubiéramos pensado.

Ejemplo: ¿Quién conoce, quién habla del trabajo de los musul-manes demócratas en contra del extremismo fanático? ¿Quién re-cuerda que son los primeros amenazados y víctimas mortales deeste terrorismo? ¿Quién les da voz? ¿Quién les escucha?

¿Cómo iniciar y llevar a cabo un diálogo?

Contundentemente: sin condiciones ni reglas previas. El diálo-go empieza cuando las partes discuten y establecen sus propiasnormas. Esto es una parte del proceso, laboriosa y a veces peli-grosa, pero constituye la nervadura del proceso. Garantiza la im-plicación y la apropiación del proceso por las partes.

Cuando pienso en diálogo, pienso en una cultura del diálogo.Por lo tanto me parece fundamental diversificar y validar a inter-locutores muy diferentes y no sólo a líderes, intelectuales o per-sonas afectadas. Debemos establecer una infinidad de espaciosdialógicos a diferentes niveles. A menudo el diálogo es imposi-ble entre líderes porque éstos están enfrascados en una polari-zación que no permite ningún intercambio. Es entonces cuandodebemos aprovechar del potencial que tenemos en la vecindad,la comunidad educativa, las asociaciones informales, las agru-paciones deportivas, de ocio, entre otros, para fomentar los diá-logos. Es esencial tejer una red hecha de varios nudos, grandes ypequeños, para que cuando se rompan algunos, la red sigaaguantando peso.

El devenir de nuestra comunidad, de nuestro país, de nuestroentorno, de nuestras hijas y nuestros hijos nos interesa a todos y

tenemos que tener en cuenta lo que tienen que decir nuestrosmayores, nuestros jóvenes, nuestros compañeros sobre cuestio-nes que nos afectan directa o indirectamente. Creo que despre-ciar la capacidad de diálogo de los ciudadanos de a pie para cen-trarse solamente en un nivel más alto es despilfarrar potencialesy perder la oportunidad de que éstos obliguen a sus líderes a re-capacitar. Las personas, por lo común, queremos vivir en paz.

Ejemplo: Mientras asistimos impotentes y avergonzados a lasidas y vueltas de líderes palestinos e israelíes en el conflicto enOriente Medio, ciudadanas y ciudadanos palestinos e israelíes,juntos y pacíficamente,impiden el paso a las excavadoras que lle-gan para derrumbar aldeas palestinas para la construcción delmuro de separación.Y lo consiguen.

La vida no es un río estancado, es un largo río con aguas quefluyen. Propiciar la creación de islas de reposo, a partir de losdiálogos o antes de iniciarlos, es otra tarea que no debemos de-saprovechar. En contextos adversos, tenemos que asumir quequizás no es el momento histórico para que surjan acuerdos, pe-ro el diálogo o el camino para entablarlo deben ser motivos paracrear experiencias, encuentros placenteros compartidos. Es útily para nada baladí que compartamos una fiesta, una comida, unencuentro deportivo, una velada y que cuidemos los detalles pa-ra crear, en medio de aguas turbulentas y turbias, estas vivenciascompartidas placenteras. No es igual a la hora de iniciar o reto-mar un diálogo echar la vista atrás sobre un sinfín de desen-cuentros y tensiones que recordar que fuimos capaces, en tiem-pos hostiles, de crear juntos espacios de paz.

Ejemplo: Una plaza donde surgen cada verano conflictos entrejóvenes y mayores ecuatorianos y españoles. Más de diez años deconflictos, intervenciones de la policía en balde, miradas e insul-tos cruzados entre verano y verano, peleas. Ocupamos la plazacon mesas, sillas y juegos del mundo. Bajan los vecinos y todos seponen a jugar en medio del silencio de la concentración y las risaspor los fallos. Pidieron más, les dimos más. Quieren sentarse y ha-blar sobre su plaza desde el próximo otoño.

Un diálogo no se para. Sólo se interrumpe. Debemos ir al diá-logo con la firmeza de esta idea. Tal vez, a pesar de circunstan-cias que parecían favorables, el diálogo podría no prosperar. Esimportante saber interrumpirlo a tiempo antes de gastarlo

La vida no es un río estancado,

es un largo río con aguas que fluyen.

Propiciar la creación de islas de reposo,

a partir de los diálogos o antes

de iniciarlos, es otra tarea que no

debemos desaprovechar.

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y desgastarlo. Tenemos que saber manejar también el “fracaso”para que no sea fracaso. En los procesos no estamos siempre te-niendo las mismas vivencias y quizás no sea el momento paraacuerdos o soluciones. Debemos saber preservar y cuidar todolo que aprendimos en el proceso. Interrumpirlo a tiempo parapoder mantenerlo en espera. Dejar a las partes el tiempo paramadurar y reflexionar no es un tiempo perdido. Vivimos en unasociedad que sólo valida resultados tangibles e inmediatos y es-to es una falacia, los procesos humanos tienen andaduras si-nuosas, sus tiempos y sus paradas, y debemos aprender a tener-los en cuenta y respetarlos.

¿Por qué intercultural?

¿Por qué dialogar con el Otro si no me interesa y me basta mi cultura?¿Por qué dialogar si mi cultura es mayoritaria y los otros tienen que adoptarla?¿Por qué dialogar con el Otro si rechazo su modelo cultural?

Porque ya sabemos que no somos inmunes al contacto con lasotras culturas. Tanto para su disfrute como para su agresión. Por-que, lo reconozcamos o no, lo sepamos identificar o no, estamosimpregnados por las otras culturas. Porque definitivamente nosconformamos como cultura siempre en relación con las otras cul-turas, bien sea que adoptemos concientemente formas de estasculturas o que las rechacemos. Ignorar o despreciar al Otro cultu-ral es también definirse y definir al Otro. Por acción y reacción.

Porque ignorar y pisotear la cultura del Otro siempre nos haconducido a la conflictividad, a la zozobra. Porque aún la mino-ría de la minoría puede hacernos la vida imposible. No hay pazsocial con excluidos. Nunca.

Sólo el ejercicio de la interculturalidad puede evitar queaquellos que fueron menospreciados, esclavizados, atropella-dos, se tornen hegemónicos y vengativos cuando el reloj de lahistoria dé la vuelta. Porque somos muchos los que desde nues-tras diferentes culturas, también sufrimos y cuestionamos unmodelo civilizacional deshumanizado, consumista, depreda-dor, moribundo pero virulento y sólo procede pensar juntos yaunar esfuerzos.

Porque una cultura que se aísla se debilita, se fragiliza. Porquelo que ocurre fuera le afecta directa o indirectamente, la cues-tión medioambiental es el paradigma de esta situación.

Porque recorrer el camino hacia el reconocimiento durabledel Otro se consigue sólo conociendo al Otro. Y conocer al Otroes acercarse para cuestionar, preguntar y escuchar. El reconoci-miento del Otro no necesita de la aprobación de sus valores, pe-ro sí de conocerlos y validarlos como diferentes pero igual de im-portantes. Dar este paso es lo más significativo del proceso, puesllegar a consensos sobre esta base es una labor más fácil de con-ducir. Incluso si no llegamos a consensos, reconocer que existenotras cosmovisiones, otras prioridades, otros valores tan legíti-mos y válidos como los propios es un camino trascendental en

nuestra convivencia. Coexistir con el Otro sólo da lugar a tolerarque esté, y esta forma de tolerancia siempre tiene fecha de cadu-cidad. Reconocer para que me reconozcan y no me soporten.

Porque mi cultura está a salvo cuando el Otro se responsabili-za de ella, se interesa, se implica por ella. Los diálogos entre cul-turas abren las puertas al conocimiento del sistema de valoresdel Otro, y en este acercamiento se inicia un “formar parte” másbeneficioso aún que el “tomar parte”. De repente, que sufra lacultura ajena me tiene que doler, saber que si amputan una cul-tura amputan mi universo, porque esta cultura forma parte demi patrimonio. Sólo en el diálogo entenderemos y nos apropia-remos del devenir de las demás culturas y las pensaremos comopatrimonio universal de la humanidad.

El diálogo entre culturas abre espacios de respeto y libertadintraculturales. Nunca fueron homogéneas las culturas, y en unmundo globalizado lo son menos todavía. Nuestra identidadcultural está hecha de múltiples pertenencias. Pertenencias quea su vez conforman subculturas. La supervivencia de una cultu-ra reside en su capacidad de reconocer esta multiplicidad depertenencias, darles voz, escucharlas y dialogar con ellas. Malque nos pese. De otro modo, crearemos exclusiones y asistire-mos a la deserción de los nuestros hacia Otros.

Diálogos interculturales más allá de diálogos entre culturas

Los seres humanos somos un árbol plantado en la misma tierra,nuestras ramas hacen nuestras diferencias. Dedicamos dema-siados esfuerzos a cuidar de nuestras ramas, y para preservarlasde las otras nos enfrentamos. Y así vamos descuidando de la tie-rra que nos nutre y del tronco que nos sostiene. Hablamos tantode lo que nos diferencia que olvidamos lo que nos une. ¡Y lo quenos une es tanto! Para empezar, nuestros mayores problemas,en la era global, son comunes. Y no los resolveremos aislados.Muchos de nuestros valores son comunes, son universales, aunsi sus expresiones se revisten de atuendos diversos. Nuestros sa-beres y nuestras experiencias deben unirse para crear otras so-luciones, una solución común porque está claro que ningunacultura podrá resolver sola el cambio climático, el terrorismo, elrumbo tortuoso de un país.

Sólo el ejercicio de la interculturalidad

puede evitar que aquellos que fueron

menospreciados, esclavizados,

atropellados, se tornen hegemónicos

y vengativos cuando el reloj

de la historia dé la vuelta.

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Diálogo intercultural para reinventar y recrear el espaciocompartido como bien común y asegurar así el respeto a nues-tras diferencias.

Desde el corazón de América

La armonía entre los seres humanos probablemente sea unautopía necesaria para guiarnos y acotarnos en nuestro caminar.Digo utopía, porque donde están los seres humanos no se en-cuentra la armonía. Nuestro vivir está lleno de conflictos, tene-mos conflictos con quien más conocemos y queremos, el con-flicto forma parte de nuestra vida diaria. ¡Y todavía cuestiona-mos la validez del diálogo! Probablemente será que no tenemosla lucidez, el valor, la inteligencia, en fin, de emprender el cami-no a contra corriente y dejar que nos lleve la inercia.

Nos toca tomar las riendas de nuestras vidas, como individuos,como ciudadanas y ciudadanos, para orientar a nuestras familias,nuestra comunidad, nuestro país, nuestro mundo hacia el respe-to, la justicia y la equidad. Ojalá, cuando nos interpelen nuestrashijas, nuestros hijos sobre lo que hicimos y lo que no hicimos, po-damos responderles mirándoles a los ojos con la mirada limpia.

Bolivia está inmersa, en este momento histórico, en un pro-ceso doloroso y apasionante. Mi más hondo deseo es que nos délecciones. Que del encuentro de quinientos años de atropello,de sabiduría negada, con la Bolivia compleja, diversa, polariza-da de hoy, nazca una cultura del diálogo. Que este encuen-tro deje de ser el desencuentro diario y que desde el cora-zón de América aprendamos otro estar en el mundo.

Madrid, 2008

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Parto, metodológica y conceptualmente, de la base de que lo“concreto es concreto, porque es la síntesis de múltiples de-

terminaciones, es decir, unidad de lo diverso” (Marx, 1975: 246),como lo dijo Marx. De ahí que es pertinente hablar de diálogosposibles entre regiones dispersas y heterogéneas, como son losespacios habitados por gente de carne y hueso en Bolivia, sobrela base de la realidad de las sociedades de la periferia capitalis-ta.1 Es en esos escenarios diversos donde se pulsan las tensionesregionales, expresadas por las luchas e intereses de clase y susfracciones y todas las luchas que interpelan intereses relativos ala distinción social, política, territorial, cultural, étnica, religio-sa, de género u otras.

Esa mirada desmitificadora, buscando la verdad bajo las apa-riencias, sin caer en particularismo alguno, es imprescindiblepara entender, por ejemplo, las emergencias regionales actualesque luchan por las autonomías. Regiones y habitantes que fue-ron invisibilizados, como lo fueron los pueblos indígenas de oc-cidente y también los indígenas del resto del país. Hacer referen-cia al pasado, para analizar las formas inferiores no es anclarseen él, sino ir a las raíces que configuran el presente, analizar sustensiones y empezar a desmontar instancias obsoletas que sub-sisten por la ley de inercia, que dañan el aparato institucional yque, como dijo Marx en El 18 Brumario de Louis Bonaparte, “ta-ponan los poros de la sociedad”.

Y ello para concluir en la riqueza de las coincidencias más quelas diferencias. En aquellas puede estar la clave para reducir lastensiones actuales, cada vez más agudas, en pos de un nuevopacto social y político en Bolivia y entre bolivianos y bolivianas,en la búsqueda de una nueva relación entre regiones, poblacióny poder.2 Ese es el único diálogo posible.

La cuestión regional

Creo firmemente que la ausencia de la cuestión regional hasido un error lamentable en los análisis y debates actualessobre la coyuntura en aras a entender las autonomías depar-tamentales, catalogadas con total desconocimiento, o avie-sas intenciones políticas, como separatistas o divisionistas.Una región, según destacaba el intelectual paceño RamiroVelasco, “además de sus condiciones implícitas, está sobre-condicionda por los resabios de la dispersión colonial. EnBolivia, las regiones están compartimentadas dentro de unespacio geográfico de diferencias contundentes. El Estadocentralista se erige como una superestructura vertical en

medio de una sociedad nacional cuasiincomunicada. Como los lazos de launidad nacional son débiles, en la per-sonalidad de las regiones se destaca ní-tidamente el sentido de ‘regionalismo’[…] La ‘región’ no es sólo la expresiónhistórico-cultural de los agregados so-ciales, sino el espacio social donde loslazos de la producción y del modo deproducir han forjado un sentimientolocal de solidaridad económica”. (Ve-lasco, 1985: 86).

Las actuales regiones que demandanautonomía frente al poder central, incluso la región paceña,remiten a la idea que tenía Ramiro Velasco del centralismo,quien veía a éste como el “producto de la estrechez política delsistema administrativo estatal, como una visión parcial de losfines de la nación, [...] [como] la impotencia estatal para con-tener a la nación” (Velasco, 1985: 88) y al ser social diverso quele da vida al país.

Para el historiador cruceño Isaac Sandoval Rodríguez “elproblema regional conlleva un contenido de lucha de clase,pues así como no puede darse una región desprovista de hom-bres de carne y hueso, de una población determinada, tampo-co puede hablarse de un problema social en abstracto, como lalucha de unos pueblos contra otros” (Sandoval Rodríguez: 148-150). En ese sentido, Sandoval afirma que la matriz del proyec-to regional se ubica en el conjunto de relaciones estructuralesdel sistema que “al condicionar un desarrollo desigual entre re-giones, conlleva una latente conflictualidad entre grupos so-ciales dominantes en el centro y la periferia de la formación so-cial nacional [y] se convierten en la razón causal explicativa”.De ahí que las rivalidades regionales no pueden ser analizadascomo si fueran luchas regionales en abstracto, sin tomar encuenta las luchas que han sido y son en el presente luchas declase y sectores de clase, y hoy, como nunca antes, con explosi-vos matices étnico-culturales, independiente de la región enque vivan sus protagonistas.

El escritor peruano José Carlos Mariátegui, ya en 1928, decíaque los regionalismos eran “la expresión de un malestar y de undescontento”. Para Mariátegui “el fin histórico de una descen-tralización no es secesionista, sino por el contrario unionista. Sedescentraliza no para separar y dividir a las regiones, sino paraasegurar y perfeccionar su unidad dentro de una convivencia

El diálogo posibleentre regiones diversas

El único diálogo posible es incidir más en las coincidencias antes

que en las diferencias, para reducir las tensiones actuales, cada vez

más agudas, en pos de un nuevo pacto social y político en Bolivia.

Magíster en

Ciencias Políticas

(FLACSO- México),

diplomada en

Gobiernos Locales y

Municipios (Santa

Cruz-CESU).

Investigadora,

consultora y

analista política

SUSANA

SELEME ANTELO

Page 44: Revista Lazos 05 y 06

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más orgánica y menos coercitiva. Regio-nalismo no quiere decir separatismo”. Mepermito agregar que el regionalismo, co-mo demanda autonómica, no divide alpaís, sino al poder central.

Otro autor, Roberto Vila de Prado, se-ñala que los regionalismos aluden amovimientos que buscan la descentra-lización del poder político o la transfe-rencia de competencias desde un nivelalto a uno más bajo. En ese orden: “Losmovimientos regionalistas serán másfuertes si el Estado nacional se caracte-riza por fuertes disparidades regionalesy existen regulaciones que establecentransferencias financieras desde las re-giones más ricas a las menos ricas, y lasprimeras no son el centro político de lanación” (Villa del Prado, 2002: 29). Elmismo autor señala que la ineficacia delEstado para integrar a las regiones en suproyecto político “disminuyen los in-centivos que los movimientos regiona-les pueden tener para seguir formandoparte” del mismo. Y como no integra “alas élites regionales en el sistema de éli-tes nacionales”, siempre estará latente“el desafío que suponen a la estructurade poder establecida” la presencia deotras élites que pueden crear “compe-tencias territoriales que no están sepa-radas por fronteras” (Villa del Prado,2002: 29). Vila de Prado sostiene que“cuando crece la competencia en uni-dades territoriales que no están separa-das por fronteras, gana credibilidad elargumento de que la autonomía políti-ca es necesaria para aumentar la com-petitividad económica”.

Por último, quien empezó a hablarcon criterios jurídicos y prácticos de lasautonomías en España fue un madrileñoque enseñaba metafísica: don José Orte-ga y Gasset. En 1926, desde las páginasdel periódico “El Sol”, decía que imagi-naba así la “nueva anatomía de España:la Península organizada en grandes re-giones. Cada una gobernada por unaAsamblea Regional o Parlamento Local,que nombraría sus magistraturas ejecu-tivas. La asamblea se compondría de di-putados elegidos por sufragio universaldirecto en los distritos respectivos. A este

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La Autonomía busca

esencialmente dos cosas:

mayor grado de representación política

por parte de las autoridades,

lo que significa legitimidad,

y mayores niveles de eficiencia.

La construcción de identidades

Asumimos la identidad dada por Manuel Castells, en el sentidoque “utiliza materiales de la historia, la geografía, la biología,las instituciones productivas y reproductivas, la memoria co-lectiva y las fantasías, los aparatos de poder, la religión […] Laconstrucción social de la identidad siempre tiene lugar en uncontexto y en territorio marcado por las relaciones de poder”(Castells, 1998: 29). La cita de Castells nos parece de una valo-ración analítica extraordinaria, pues cualesquiera que sean lasidentidades, su construcción responde y ha respondido a lasnecesidades de las relaciones de poder, sin que ellas sean ne-cesariamente malvadas.

Esa misma valoración en la construcción de la identidad, va-le para todas la identidades, independientemente que se tratede la burguesía, de elites dominantes-dirigentes o de sectorespopulares y sus expresiones orgánicas. En otras palabras, tam-bién se aplica a sectores sociales que han ejercido poder sindi-cal, político u otro sobre sus grupos y sociedades, ergo, el sindi-calismo cocalero, la llamada nación aymara, el imperio quechuau otro pueblo indígena anterior a la conquista. Todas esas iden-tidades se construyen desde relaciones de poder y tampoco sepuede obviar la existencia de múltiples identidades, o identida-des cambiantes, dado el carácter no sólo pluri o multi, sino in-tercultural de nuestra sociedad.

La democracia

Tanto la cuestión regional como el cambio de centralidades seremiten a la práctica y la cultura democráticas, cuyos princi-pios son el respeto y el reconocimiento de los propios y de losotros, asumiendo que la democracia individual y la colectivapueden coexistir, sin que ninguna vulnere los principios de unEstado de derecho social y democrático. Es una verdad de pe-rogrullo que el perfeccionamiento y el progreso de los procedi-mientos políticos democráticos no han entrañado la promo-ción de la igualdad social, de la construcción de ciudadanía sinexclusiones, del respeto a los derechos humanos, de la equidadétnica, de género y de todas las expresiones sociales. Ahí estri-ba el verdadero problema de la desigualdad democrática comouna tarea pendiente de la democracia actual, a la que se debeconcebir en una múltiple dimensión sin condenarla al antago-nismo de los pares opuestos:

- La democracia como libertad individual y colectiva.- La democracia como igualdad y libertad política.- La democracia como igualdad social y étnica. - La democracia como oportunidad y libertad económica.

La pobreza

Insistiré en que el tema de la exclusión social indígena, vale de-cir la exclusión económica y la ausencia equitativas de

poder local se entregaría la solución de los asuntos localizadosen la existencia provincial. En manos del Poder Central y suParlamento Nacional quedarían muy pocos asuntos. A temaslocales, soluciones locales. En vez de un solo gobierno, enormey abstracto, nueve o diez gobiernos menores que él. Es precisoacercar todo lo posible el lugar de la sentencia al lugar de la de-lincuencia. La autonomía regional traerá consigo la multipli-cación de la capitalidad. Que la provincia sea lo menos provin-cia y lo más capital posible: esto es lo que importa conseguir”.

Según Barbery Anaya, hay que reivindicar la autonomía“como una categoría universal que, efectivamente, rescatauna aspiración legítima de todo ser humano, ni importa suorigen, no importa el azar necesario y fortuito de haber naci-do en alguna parte, toda persona tiene derecho a reivindicarla Autonomía porque esencialmente busca dos cosas: mayorgrado de representación política por parte de las autoridades,lo que significa legitimidad, y mayores niveles de eficiencia.Esas son aspiraciones que no conciernen al camba, al colla, alchino o al gringo. Concierne a todos” (Barbery Anaya, 2005:145-146). En criterio de Carlos Hugo Molina, “cuando se diceNO a la autonomía, no puedo pensar que se está diciendo noa todos los avances democráticos logrados en el país” (Moli-na, 2006: 5).

En la tensión generada por el tema de la ‘capitalidad’ reivindi-cada por Chuquisaca, puede verse el “malestar regional” del quehablaba Mariátegui, en tanto que el nuevo bloque en el poderpolítico y sus aliados no han comprendido los cambios en la co-rrelación de fuerzas de naturaleza demográfica, económica,cultural, social y política acaecidos en el país entre los últimosveinte y treinta años. Esos cambios de centralidades apuntan aque hay poderes y emergencias regionales que interpelan demanera inédita al poder central. La lucha es por el control del te-rritorio y por el control, acumulación y uso del excedente que yano está geográficamente en el centro del poder político, es deciren La Paz del ciclo minero, sino en el Sur, en el Oriente y en elcentro, merced a la riqueza gasífera y agrícola. Se trata de visio-nes económicas contradictorias, sujetas a la dialéctica de la po-lítica: el uso productivo del excedente frente al uso demagógicoy prebendal del mismo.

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Los senderos que se bifurcan

“El camino bajaba y se bifurcaba entre las ya confusas praderas”

Jorge Luis Borges

Con 67% de legitimidad democrática obtenida en la última vota-ción, más allá de los abrumadores datos de fraude e irregulari-dades en el Referéndum Revocatorio, Evo Morales Ayma debióhaber mostrado la grandeza de un líder nacional, en vez de un lí-der sindical indigenocentrista. Ofrece diálogo, pero lanza uncombo-referenditis para aprobar el proyecto de ConstituciónPolítica del Estado (CPE) que rompió y rompe reglas básicas de-mocráticas para dar lugar a su reelección indefinida –hasta2020, dicen– entre otros temas. ¿Qué fue lo que pasó aquí? ¿Paraqué hoy el país está tan tensionado en esta encrucijada en la queparece que se nos va la vida?

¿El pluri y multi Estado abigarrado, fragmentado, con unasociedad no vinculada orgánicamente, en la que coexisten di-versas temporalidades o tiempos históricos, con varias rela-ciones sociales y jurídicas de producción, con diversidad deformas políticas e historias en un mismo territorio, puedetransformarse en un Estado Plurinacional, Comunitario, So-cialista y sus complejos anexos? ¿Puede ser viable ese proyec-to, teniendo seis niveles de gobierno: nacional, municipal, de-partamental, regional, provincias e indígena?

¿Por qué seguir fomentando la irresponsabilidad de reprodu-cir los particularismos hasta xenófobos, en la dicotomía de pa-res opuestos como indios versus conquistadores, q’aras versusoriginarios, Occidente versus Oriente? ¿Por qué la cualidad plu-ricultural, multiétnica, multilingüe, multieconómica e intercul-tural, en un territorio compartido, donde existen realidades conentramados étnicos, indígenas, mestizos y regionales distintos,no puede ser un elemento de unión más que de confrontación?

Conclusiones

Bolivia es hoy, en cierta forma, un país donde los senderos estánmás bifurcados que nunca. Le tocaba a este gobierno, y no a otropor las condiciones internas y externas en las que se hizo cargo dela conducción del país en enero de 2006, la responsabilidad his-tórica de articular la diversidad para construir un destino en elque podamos vivir juntos, no pese a las diferencias, sino gracias aellas. ¿Se ha perdido definitivamente esa oportunidad histórica?

Se la podrá recuperar en la medida en que para el ‘diálogo po-sible’ se tomen en cuenta muchas de las variables aquí expues-tas, sobre todo aquella de que la totalidad es síntesis de múlti-ples determinaciones, unidad de lo diverso. Ante todo, que lastomen en cuenta el gobierno central, mucho más que las diri-gencias regionales, porque el principal responsable de la con-ducción del país es el gobierno nacional, que se resiste a ver latotalidad de Bolivia como esa síntesis y no como un voluntaris-mo étnico-indigenista, ideológico y anticapitalista.

oportunidades para todas y todos los bolivianos (tan denigrantecomo esa exclusión es la pobreza), ha lacerando la concienciaboliviana. Un gran logro del gobierno masista es el empodera-miento de los pueblos indígenas, pero ello no conduce a liberar-los de la agonía de la precariedad, la falta de oportunidades y lapobreza, ni siquiera con autonomías indígenas, como si existie-ra una varita mágica que borrara las contradicciones sociales ylas asimetrías de toda formación social.

Luchar contra la pobreza no pasa por discursos más o menosindigenistas, o bonos por doquier, ni por refundar el país cadacambio de bloque en el poder central, sino por garantizar la ins-titucionalidad de los aparatos del Estado y descentralizarlos aniveles regionales para dar soluciones locales a problemas loca-les. La lucha contra la pobreza pasa por hacer de ella una políti-ca estatal a largo plazo, más allá de los cambios coyunturales degobierno. La lucha efectiva contra esa plaga, requiere incidir enel tema de la educación, ya que según estudios probados la faltade acceso a la educación reproduce generacionalmente el círcu-lo vicioso de la pobreza (CEPAL, 2002). Pero también requierepromoción de inversiones productivas, que generen empleosdignos y estables, salarios éticos vinculados a la dignidad de lareproducción de la fuerza de trabajo y su familia, variables quecada vez se pintan más difíciles. Para luchar contra la pobreza senecesita que ese 70% de la población económicamente activono esté subocupado en la economía informal-popular, comouna estrategia de subsistencia, desocupada o emigrada en el exi-lio económico. Y no declararle la guerra a los sectores producti-vos privados, o desecharlos porque se los considera enemigos,merced a disfunciones ideológicas frente a la realidad abigarra-da de la formación social boliviana.

Tanto la cuestión regional como

el cambio de centralidades se remiten

a la práctica y la cultura democráticas,

cuyos principios son el respeto

y el reconocimiento de los propios

y de los otros, asumiendo

que la democracia individual

y la colectiva pueden coexistir,

sin que ninguna vulnere los principios

de un Estado de derecho social

y democrático.

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de un proyecto de construcción nacional, es decir, de articulación

geográfica, económica, social, étnica y cultural. Ya en la república, el

modelo de acumulación económico minero exportador fue una

economía de enclave que no produjo beneficios ni en el resto de la

economía ni en la totalidad de la sociedad boliviana. “Era la ignorancia

de la gran burguesía minera la que la inducía a practicar modalidades

oligárquicas, a tener, siendo un sector capitalista, una ideología

precapitalistas […] Era una burguesía que no era burguesa sino en

ciertos aspectos muy específicos de su acumulación, o sea, burguesa en

su riqueza pero no en proyecto como alcance nacional, en cambio

fundaba su propio poder en la articulación no burguesa de las relaciones

existentes en el país […] [que] impedía la realización en pleno de las

tareas burguesas” (Zavaleta Mercado: 88 y 100).

Bibliografía

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Zavaleta Mercado, René. “1- América del Sur” en América Latina: Historia de

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El diálogo posible no se resume a que las regiones autonómi-cas depongan sus actitudes radicales, si mucho más radicalesson las acciones del gobierno, cuya palabra produce más dudasque certezas, porque el monopolio del uso de la fuerza está ensus manos. Hoy parece que entramos a una guerra de altaintensidad porque el proyecto masista de poder hegemónico,socialista o no, más o menos indigenista, es antagónico a la des-centralización y a las autonomías departamentales. En esos po-los de la contradicción afloran las posiciones ideológico-clasis-tas de manera descarnada, que se expresan en tensiones socia-les y políticas por las autonomías frente al proyecto centralistadel gobierno como el rasgo dominante.

Retomando a Ortega y Gasset: “En vez de un solo gobierno,enorme y abstracto, nueve o diez gobiernos menores que él”.¿Puede ser la base para un diálogo entre regiones, actores y po-blaciones diversas y diferentes, a partir de la realidad pluri-cultural, multiétnica, multiidentitaria, intercultural y plu-rilingüe?

1. Lo que existe en la periferia capitalista es la centralización y la

dispersión, contradictoriamente, que producen dificultades funcionales

y se expresan en Estados donde rige “[…] la yuxtaposición de lo

económico y lo político típica de la sociedad burguesa, [que] se expresa

en un aparato burocrático y una ‘clase política’, desligados formalmente

del intercambio económico, separados de los agentes de producción y

dotados de una apariencia de neutralidad”. Lo que caracteriza a estos

Estados es la hipertrofia y la heterogeneidad que producen dificultades

funcionales. (Everst, 1987: 168).

Es decir, sociedades diversas, desiguales, pobres, dependientes, con

superposición de distintos modos de producción: de autosubsistencia,

precapitalista, capitalista y hoy agregamos con bolsones vinculados a la

economía mundial globalizada. Esas desigualdades, asimetrías,

superposiciones económicas y su no resolución, describen las

sociedades del capitalismo periférico, que es nuestro caso. Abigarradas,

como dejo dicho René Zavaleta Mercado.

2. Habría que buscar la no resolución de esos conflictos en la determinante

económica: en la ausencia de una burguesía nacional, como clase

revolucionaria en momentos específicos del proceso histórico, portadora

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Métodos pedagógicosde análisis de coyuntura

El cómo encarar una reflexión en torno a la

coyuntura es el reto que asumieron

especialistas para brindar luces y pautas

para desarrollar análisis de la conflictividad:

en un momento dado, identificando a los

actores, sus intereses, posiciones, fortalezas

y debilidades, tanto en el ámbito social

como político, ofrecidos por los reconocidos

Gregorio Lanza y Fernando Mayorga.

Asimismo, bajo un paraguas reflexivo y

analítico Vanesa Castedo ofrece además

insumos sustentados sobre la importancia

de un acercamiento al proceso de

transformación a través del análisis,

enfocado en el valor de la memoria

histórica, “escuchando a las partes y

haciendo un proceso de saneamiento

personal y transformativo”.

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Antecedentes

Apartir del año 2000 una profunda crisis estatal encontró su re-solución parcial en las elecciones del 2005. El agotamiento de

la llamada democracia pactada junto al deterioro de los partidostradicionales dio paso a nuevas formas de organización. Nuevasagrupaciones políticas y movimientos sociales o regionales ocu-paron el espacio de representación. De esa manera el análisis delas coyunturas políticas y los conflictos se fue complejizando.

El rol del movimiento social, regional y las movilizaciones co-mo forma de hacer política y ser escuchados por el Estado fue re-levante. De esa manera se amplió la democracia delegativa ha-cia la democracia participativa o, lo que algunos autores comoDos Santos llaman, “la democracia de alta intensidad”. En Boli-via, los actores sociales como los campesinos, los cocaleros, lospueblos indígenas, las juntas vecinales o los comités cívicos ju-garon un rol fundamental para el cambio y la elaboración de unanueva agenda pública.

Diversas expresiones de los sectoresexcluidos por el modelo neoliberal sirvie-ron de base fundamental para alimentar ypotenciar representaciones políticas co-mo el MAS, que conquistó el gobierno enelecciones democráticas. Asimismo, loscabildos en regiones como expresionescorporativas consiguieron el apoyo paraocupar la titularidad –en varios departa-

mentos del país– de las prefecturas, conformando un poderosomovimiento autonomista.

La crisis del sistema político, la debacle de los partidos y sus li-derazgos y la senilidad de los actores generaron un profundo va-cío político. En ese contexto las capacidades y destrezas en recur-sos humanos son fundamentales para que nuevas formas de me-diación y representación política se articulen en definitiva para eldesarrollo exitoso de la gestión política. De ahí la necesidad decontar con la teoría, los instrumentos y las destrezas para un aná-lisis político que permita desentrañar los intereses, posiciones ycapacidades de estos grupos para construir nuevas hegemonías,llegar a pactos o mantener conflictos de diverso índole.

En ese marco y como parte de un programa de formación de di-rigentes políticos apoyado por la Fundación UNIR Bolivia y el Ins-tituto de Capacitación Democrática dependiente de la Corte Na-cional Electoral, se han elaborado dos módulos acerca de los ins-trumentos de análisis de coyuntura política. Módulos que se hanimpartido en Potosí, Sucre y Santa Cruz. En el presente artículo seexplica su origen, su propósito pedagógico y el soporte teórico.

El propósito pedagógico

En el taller, se trata de que los participantes reciban elementos te-óricos y desarrollen una metodología para el análisis de coyuntu-ra política que permita comprender los contextos económicos ysociales: los actores en pugna, sus intereses, percepciones y posi-ciones. Asimismo, que puedan comprender la relación de la polí-tica, la gestión pública y el conflicto, para lo que se utiliza la meto-dología interactiva del método de casos. Estos instrumento ayu-dan en la enseñanza, facilitación y formación de líderes en lospartidos políticos, organizaciones ciudadanas y pueblos indíge-nas, pues le permite al participante procesar información, refle-xionar y comprender que existen diversas alternativas y puntos de

Metodologías para el análisisde coyuntura política

La conjunción de teoría, instrumentos y destrezas para un análisis

político permiten desentrañar los intereses, posiciones

y capacidades de los grupos para construir nuevas hegemonías,

llegar a pactos o mantener conflictos de diverso índole.

Es economista,

experto en Políticas

públicas y

conflictividad de la

Universidad

Westminster -

Londres.

GREGORIO LANZA

La crisis del sistema político,

la debacle de los partidos y sus

liderazgos y la senilidad

de los actores generaron un profundo

vacío político. En ese contexto

las capacidades y destrezas

en recursos humanos son

fundamentales para que nuevas

formas de mediación y representación

política se articulen en definitiva

para el desarrollo exitoso de la gestión

política.

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vista para la resolución de los procesos po-líticos.

Por ello se han desarrollado dos módu-los con visiones e instrumentos diferen-tes. El primero tiene su origen en el méto-do de análisis de casos ampliamente desa-rrollado en la Escuela de Gobierno JhonnF. Kennedy de la Universidad de Harvard.Método que ha sido introducido en Boli-via por Maestrías para el Desarrollo1 conel soporte técnico de la Universidad deHarvard a partir del año 1995. Posterior-mente, para el área política, ha sido modi-ficado y contextualizado por el autor deesta nota. Se trata en realidad de un méto-do de la escuela funcional anglosajonadesarrollado y utilizado en diversos ám-bitos y latitudes. El segundo módulo reco-ge los principios generales de la política(Sun Tzu, Maquiavelo, Weber, Marx) y secentra en la escuela neomarxista desarro-llada por Bourdieu, que amplia la visiónunilateral de la lucha de clases a partir delas formas de producción a las disputaspor el capital cultural, social y político.

Como instrumento central para el pro-ceso de enseñanza-aprendizaje se utili-zan casos que son hechos de la vida realdonde a partir de su lectura el estudiantedebe discutir y tomar decisiones o hacerel análisis respectivo según el caso. De esamanera, en la reflexión y la deliberaciónse pueden fijar mejor los propósitos delaprendizaje. En los tres departamentos sehan usado casos regionales. En el curso dePotosí se ha utilizado el caso relacionadocon la pugna entre los cooperativistas mi-neros y el gobierno por el Impuesto al Va-lor Agregado (IVA), que ha desembocadoen la virtual toma de la ciudad y la quemade la oficina de Impuestos Internos (Ane-xo 1). En Sucre se ha escogido el tema de lacapitalía. En Santa Cruz, el proceso de losEstatutos Autonómicos. En las tres regio-nes se utilizó para el análisis político neo-marxista el caso del Referéndum Revoca-torio (Anexo 2). A modo de complemen-tar la transmisión de instrumentos para elanálisis se explican los tres modelos: el ra-cional, el organizacional y el político2

(Anexo 4), para entender los procesos po-líticos y las conductas gubernamentalesy/o de instituciones.

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Definir el problema consiste en identificar expresamente aquel tema(s) sobre el cual usted. (miembrode un partido, organización, del gobierno o analista) debe y puede tomar una decisión (o varias)acerca de la existencia de uno o varios obstáculos (económico, social, regional, étnico-cultural,sindical o político) que estén afectando o puedan afectar la marcha exitosa del gobierno, laprefectura, el partido o movimiento que el protagonista dirige.

Consiste en identificar aquellos factores externos a la organización y/o actores que pueden tenerincidencia (favorable o desfavorable) en las posibilidades de lograr una solución adecuada alproblema. Se debe tomar nota de la tendencia estructural, económica o social. Por ejemplo, desde1985 existía una hegemonía parcial del modelo neoliberal. A partir de las elecciones del 2005 seabre otro periodo que coincide con nuevas tendencias en la economía y política internacionales. Laspreguntas que uno debe hacer en esta etapa del análisis son, por ejemplo: ¿Cuáles son los factoresexternos que facilitarían la solución? ¿Cuáles la dificultan? ¿Qué actores están en juego y qué rolesdesempeñan? ¿Qué tendencias son importantes en este caso? ¿Qué pronósticos debo tener encuenta? En ese contexto se inscribe el mapa de actores que ayuda a la comprensión de las fuerzasen disputa. Su posición frente al problema, recursos con los que cuenta, capacidad de movilizacióny su posición en el tema.

Se deben identificar cuáles deben ser los criterios para la evaluación de las diferentes alternativasde solución del problema. En esto consiste la definición de los objetivos. i) Deben ser metasrelevantes para la organización o para el tomador de decisiones, dentro del contexto de la situacióndescrita en el caso. ii) Deben indicar lo que se quiere lograr y no lo que se va a hacer. iii) Debentener relación con los objetivos generales de la organización (y en algunos casos pueden ser ellosmismos). Al mismo tiempo es importante priorizar los objetivos para poder tener claridad y mayorprecisión en la opción de alternativas que se vayan a escoger o diseñar.

Este es la parte más importante del análisis, ya que de las alternativas surgirá la solución que se vaa ejecutar. En esta etapa es necesario, al inicio, hacer el mayor esfuerzo para identificar un amplionúmero de opciones tentativas para resolver el problema, las cuales posteriormente se afinarán yajustarán. i) Deben resolver el problema o los problemas planteados; aunque esto parezca obvio,con frecuencia se define un problema y se resuelve otro. ii) Deben ser factibles desde la perspectivadel tomador de decisiones; esto significa que él debe tener la capacidad para poner en marcha lasolución. iii) Deben ser opciones diferentes entre sí con el fin de presentar escogencias significativa.La evaluación de alternativas consiste en examinar cada una respecto a su probable impacto en ellogro de los objetivos.

En base a la evaluación de las alternativas debe ser relativamente sencillo seleccionar la másconveniente. Esto implica comparar las alternativas entre sí en cuanto al grado de logro de cadaobjetivo en su orden de prioridad; si el análisis se ha llevado ordenadamente, la decisión saldránaturalmente de lo discutido en la etapa anterior.

1. Definición y justificación delproblema

2. Análisis del contexto

3. Definición de los objetivos ysu prioridad

4. Identificación y análisis dealternativas

5. Toma de decisiones

Esquema básico para el análisis de coyuntura política

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ANEXO 1 / Caso: Cooperativistas en Potosí

Cooperativistas

Gobierno

Comité Cívico

Otros, se analizaránde la mismamanera

Instituciones o sectores

Recursoscon los que cuenta

Capacidad demovilización

Posición frente al problema

Interésen el tema

Ejemplo de uso del Mapa de actores en el Caso 1

Son altos o bajos.De coyuntura oestratégicos.

AltoEstratégico

AltoCoyuntural

Coyuntural

Importancia del temapara la organización

Sumario: Financieros, de información,estatus, legitimidad, coerción.

Financieros altosLegitimidad parcialCoercitivo alto, por el uso de explosivos

Todos

Pocos

Recursos definenfortalezas

Cuáles y cuántasfuerzas puedemovilizar

Importante yorganizada

Débil frente al tema

Debilitado por pugna

Según suscapacidades de c/u

-Está de acuerdo,apoya activamente.

-Está en contra.-Es neutro.

Apoya activamentebusca eliminarimpuesto

Busca aumentar importancia,debilitar cooperativistas.

Neutral

Muestra posiciones activas

Los hechos en el país se suceden día a día:bloqueos de vías tron-cales, marchas por el centro de la ciudad de La Paz, estampidos dedinamita,cercos en Oruro a ENAF,realizado por gente que pide tra-bajo,bloqueo a Potosí por los cooperativistas mineros,toma de po-zos en Santa Rosa,paro del magisterio urbano y rural.Está claro queel país se vuelve cada vez más ingobernable.Posiblemente hay dosexplicaciones para la aceleración de los conflictos: por un lado laeconomía/inflación que genera descontentos y un ambiente pro-picio para la aparición de activistas cada vez más radicales.Por otro,la cercanía al Referéndum Revocatorio donde tanto la oposicióncomo el oficialismo buscarán debilitar al enemigo.

En ese contexto, las movilizaciones de la Federación de Coopera-tivistas de Potosí ya lleva varios días.En su pliego,una de sus reivindi-caciones es que no se incorpore el cobro del IVA en los procesos defacturación de los minerales. Después de varios días de bloqueo decaminos cortando la vinculación de la ciudad de Potosí con el restodel país y,según ellos,en vista de que los ministros no se presentaronpara negociar,deciden radicalizar sus medidas.Toman las oficinas dela prefectura del departamento y la Corte Nacional Electoral. Final-mente se toma también la oficina de Impuestos Internos y la quemade algunos documentos termina en un incendio de proporciones.

La policía decide replegarse.Ya en el pasado el enfrentamientocon los sectores de cooperativistas, en vista de que estos manejan

dinamita,ha tenido consecuencias lamentables.Autoridades de laIglesia y el defensor del pueblo llaman a mantener la tranquilidad,sin embargo sus pedidos parecen no tener una influencia signifi-cativa. En sus demandas no existe articulación con otros sectoressociales,como ser la Central Obrera Regional (COR) o las federacio-nes de campesinos, inclusive la Federación Nacional de Cooperati-vistas Mineros tiene su propia política y en este caso parecería su-frir una desmembración con la federación local.

El gobierno central señala que es una medida política pero ade-más culpa a los grandes propietarios, especialmente a los dueñosde los ingenios,como los promotores de los conflictos y señala queen el pasado estuvieron vinculados a los gobierno neoliberales.Fi-nalmente,y después de días de zozobra,se declara un cuarto inter-medio y se abren negociaciones entre los cooperativistas y el go-bierno.

Usted debe analizar el conflicto como analista político indepen-diente.Tiene algunas preguntas guía.- ¿Cuál es el problema principal?- ¿En qué contexto se desarrolla este enfrentamiento?- ¿Cuáles son los actores y qué intereses tienen?- ¿Qué posiciones tienen los principales partidos políticos? - ¿Qué objetivos tienen los cooperativistas?- ¿Qué escenarios futuros existen?

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Los conflictos han existido desde que el hombre existe, son parte del desarrollo de la sociedad yofrecen oportunidades para avanzar como también para los sucesos de violencia y de barbarie. Lasraíces se encuentran en: i) la distribución de la riqueza; ii) la pugna entre modelos (ej.: capitalismovs. socialismo); iii) la disputa entre civilizaciones; iv) las reivindicaciones y demandas sociales.

El conflicto tiene dos salidas: la política o la guerra, con una serie de matices entre estos dospuntos. Sun Tzu fue un extraordinario filósofo y guerrero chino (435-500 A.C) que ayudó alemperador a unir las diferentes facciones y levantar el imperio chino. En El arte de la guerra señalaque el mejor estratega es el que “gana la guerra sin librar una sola batalla”. En ese texto muestra entoda su profundidad la relación entre política y guerra. En definitiva: la política es la opción óptima.

La percepción de que la política es gobernar al servicio del pueblo tiene sus raíces en el foro griego,sin embargo Maquiavelo es reconocido como inaugural en la política moderna. Fue un agudoobservador de Toscana que escribió un texto ya clásico, El príncipe, donde expone cómo debegobernar un príncipe al servicio de su pueblo pero al mismo tiempo conservar y reproducir el poder.

La idea de que la estructura económica determina las relaciones sociales se la debemos a Marxcomo desarrollo del debate con los economistas liberales, Smith o Ricardo entre otros. La divisiónen clases y la lucha entre burguesía y proletariado marca un momento en el desarrollo de lasociología y la política. Sin embargo, en el caso boliviano la formación económica y socialabigarrada genera una articulación donde los obreros y burgueses, en el sentido estricto, son lospocos, y más bien existen otras formas llamadas de economías rentistas. (Anexo 3).

La democracia se ha identificado con el voto y delega a los elegidos para gobernar y hacer leyes.Se basa en los partidos y tiene en la libertad de prensa su base fundamental. Reivindica el equilibriode poderes y el estado de derecho. La democracia participativa extiende los derechos y laparticipación de la sociedad –ya sea individual o corporativa– con el referéndum y la presión en lascalles.

Bourdieu es un cientista francés que desarrolla los ámbitos de la discusión al incorporar a la disputaeconómica aspectos como: i) la disputa por el capital cultural que permite el acceso a la informacióny el conocimiento; ii) la disputa por el capital social que son las redes que ayudan y permiten elacceso al poder de determinados miembros de los grupos sociales o étnicos; iii) la disputa por elcapital político que es el reconocimiento y la legitimidad que le otorga la ciudadanía a los líderes o alo político. En ese contexto además se incorpora la disputa por lo simbólico, es decir, por las ideasque se posesionan en la sociedad y ganan las mentes de los individuos y donde los medios decomunicación tienen un poder extraordinario y se han convertido en actores políticos que generanagendas.

1. Raíces del conflicto

2. El conflicto tiene dossalidas: política o guerra

3. El arte de gobernar alservicio del pueblo

3. La estructura económica yel Estado

4. Democracia delegativa yparticipativa

5. Ampliando los ámbitos dela disputa

La política clásica y el análisis neomarxista

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ANEXO 2 / Caso: ¿Qué viene después del Referéndum Revocatorio?

Después de una profunda crisis y tres gobiernos en cuatro años,en diciembre del 2005 ganó el MAS con el 54% de los votos, el ma-yor porcentaje que consiguió un candidato a la presidencia en laera democrática en Bolivia. Sin embargo, en seis departamentosfueron electos prefectos contrarios al MAS.

El Presidente había recibido la Agenda de Octubre, que plante-aba la nacionalización de los hidrocarburos, el reconocimiento delos pueblos indígenas y la realización de la Asamblea Constituyen-te.Pero al mismo tiempo la demanda de Autonomías era un reque-rimiento de la sociedad en varios departamentos del país.

Efectivamente, el gobierno a los 100 días de su gestión, nacio-nalizó los hidrocarburos, posteriormente firmó nuevos contratoscon las empresas petroleras. Aprobó la Renta Dignidad con untreinta por ciento del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH).Dictó un decreto que redistribuye el IDH aumentando los porcen-tajes a los municipios en desmedro de las prefecturas.

En julio del 2006 se realizaron elecciones para constituyentes,pero después de un año no se pudo aprobar la nueva Constitución.La oposición señaló que se habían violado las reglas del juego de-mocrático. Más grave aún que la carta redactada, esto representa-ba una visión de país con un marcado acento andino céntrico.

Al mismo tiempo se realizó el referéndum por las autonomíasen cuatro departamentos (llamados después “la media luna”) don-de gano el SÍ. En los otros se impuso el NO, sin embargo altos diri-gentes del MAS reconocieron que había sido un error estratégicono apoyar dichas autonomías.

Posteriormente se aprobó por los constituyentes del MAS y susaliados, el Proyecto de Nueva Constitución, en un escenario de vio-lencia donde hubieron tres muertos.A los pocos meses se realizaronreferéndums de aprobación de los Estatutos Autonómicos en cuatrodepartamentos, los que obtuvieron un apoyo mayoritario, con ex-cepción de Pando donde los niveles de abstención fueron altos.

Diversas instituciones buscan impulsar el diálogo, entre ellas laIglesia y la Organización de Estados Americanos (OEA), sin embar-go,hasta la fecha,no se ha logrado un consenso.A fines del mes dejunio Poder Democrático Social (PODEMOS) aprobó en la Cámaradel Senado la Ley para convocar al Referéndum Revocatorio ini-cialmente enviada desde Palacio,ley que el Ejecutivo sancionó.Así,el 10 de agosto, se realizó ese nuevo acto electoral. La oposicióncuestiona la imparcialidad de la Corte Nacional Electoral y el siste-ma de votación que no señala el cincuenta por ciento más uno–como norma– para revocar a todas las autoridades,sin embargo alos pocos días la CNE aprobó una norma técnica que señalaba quesolamente con un 51% por el NO un prefecto podrá ser revocado.

En ese contexto, se le pide que realice el análisis de coyuntura.Preguntas guía.- ¿Qué intereses económicos,sociales,culturales se disputan?- ¿Qué grupos o bloques políticos se han construido y cuál es sufortaleza?

- ¿Cuáles han sido los principales momentos políticos?- ¿Qué errores políticos han cometido los contendientes?- ¿Qué escenarios o salidas se ven después del Revocatorio?

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ANEXO 3 / Economía rentista y gobernabilidad4

En Bolivia, la economía basada en recursos naturales, como laplata,el estaño,la coca-cocaína y,actualmente,el gas,ha tenido res-tricciones por su carácter de enclaves y exportadora de exceden-tes, y no ha servido para mejorar los índices de crecimiento y me-nos para conseguir el desarrollo sostenible esperado.

Bolivia. Ingresos anuales por minerales, coca-cocaína y gas (1970-1996)

1970-1980 1980-1990 1985-1996Estaño 800 US$% del PIB 30% de exportaciones 72Coca-cocaína* 600-800 US$% del PIB 15-20% de exportaciones 30Gas 500US$% del PIB 14% de exportaciones 12

Fuente: Banco Central de Bolivia. *Propia de las tendencias y estimaciones.

Todos estos indicadores muestran la dependencia de la econo-mía de los recursos naturales y su precariedad para enfrentar losshocks externos,es decir,cuando los precios de las materias primasdisminuyen, lo que ha influido en las bajas tasas de crecimiento enlos últimos 25 anos,que no ha superado el dos por ciento.Las tasasde pobreza se han mantenido o incluso han aumentado, así como

los niveles de ingreso per cápita que siguen prácticamente igualque hace 20 anos. Por otro lado, la democracia ha sido restringidapor la extrema concentración de los ingresos y las rentas en espe-cíficas ramas de la economía,focalizándose,además,en algunas re-giones del territorio.

Desde el retorno a la democracia, en 1982, y la implementacióndel modelo neoliberal, en 1985, el sistema político ha sido frágil. Apesar de que se han realizado elecciones cada cuatro años, prime-ro, y cada cinco, después, la democracia liberal, entendida como elbalance de poderes entre el Ejecutivo,el Legislativo y el Judicial,so-lamente ha figurado en la teoría.

En las economías rentistas, la riqueza generada por los recursosnaturales está concentrada en manos de un grupo relativamentepequeño, una facción que busca preservar sus propios privilegios.Por el contrario, una economía diversificada y un sistema políticoabierto podrían dispersar su poder y reducir su riqueza.Los “busca-dores de renta” comúnmente resisten las reformas económicas ylas diversificaciones así como la descentralización, que podría re-distribuir las rentas a sus legítimos propietarios,y rechazan la fisca-lización y el control social.La corrupción debilita a las institucionesasí como debilita al imperio de la ley.Los altos funcionarios del go-bierno nacional o departamental aumentan sus ingresos a travésdel abuso de su poder por el monopolio en la provisión de los ser-vicios públicos o por la distorsión en las leyes en función de suspropios intereses. Los gobiernos al basar sus políticas solamenteen extraer la renta tienden a debilitar la gobernabilidad.

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1. Julio Sergio Ramírez introdujo el método de análisis de casos, pero

además lo complemento con los modelos racional, organizacional y

político.

2. Desarrollado por Graham Allison a partir del análisis de la crisis de

misiles entre EEUU, la URSS y Cuba.

3. En los países en desarrollo se reconocen tres categorías de renta

llamadas renta de los recursos naturales, renta impuesta por un

monopolio gubernamental y renta geopolítica, entendida esta última

como los recursos que el país consigue de la comunidad internacional a

través de alianzas estratégicas o ayuda externa. Esta afecta la

gobernabilidad a través de: i) la reducción de los impuestos individuales

que son sustituidos por los impuestos o las regalías del petróleo, lo que

produce una falta de control por parte de la sociedad en los gastos

públicos; ii) la creación de redes faccionales de poder, llamado capital

social, pero en este caso basado en el prebendalismo y en la base

clientelar que apoya a la facción gobernante; iii) la eliminación de la

competencia, hecho que incide en el nivel institucional y en el régimen

de derecho. De esa manera, la hipótesis central es que las altas rentas

tienden a formar Estados prepolíticos o poco desarrollados, puesto que

corroen los resguardos que permiten un mejor gobierno y el

fortalecimiento de la gobernabilidad [Audy 2004:5].

4. Resumen extraído de Privatisation and decentralisation in Latin

America [Lanza, 2006]

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Anexo 4CUADRO COMPARATIVO MODELOS DE ANÁLISIS

MODELO IACTOR RACIONAL

Acción gubernamental oinstitucional como soluciónestratégica óptima

Gobierno como tomador dedecisión racional y unitario

Un solo problema estratégico

Impactados por selecciónestática

Escogencia racional

Maximizar metas y objetivos

Analizar acción gubernamentaldesde el punto de vista propio ydel gobierno

MODELO IIACTOR ORGANIZACIONAL

Acción gubernamental o institucionalcomo producto organizacional

Gobierno como conjunto deorganizaciones coligadas

Problemas divididos y repartidos entreorganizaciones

Impactados por localismoorganizaciones

Depende de programas y rutinas

t explicado por t-1.t + 1 estimado por tt= tiempo presente

Examinar acción de acuerdo aprogramas y rutinas para prevercomportamiento del goibierno

MODELO IIIACTOR POLITICO

Acción gubernamental oinstitucional como resultante de lanegociación política

Gobierno como una serie de“jugadores” individuales

Posición, interés y percepción decada “jugador” político

Impacto depende del poder decada jugador

Resultante de la negociaciónpolítica

Negociación entre individuos ygrupos

Información poco disponible yconfusa. Fuente: actores mismos

I. UNIDAD DEANÁLISIS

II.CONCEPTOSORGANIZATIVOS

a) Actor

b) Problema

c) Resultados

d) Acción

III. MODELO DEINFERENCIA

IV. EVIDENCIA

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¿Cómo transformamos los conflictos a través del análisis?

En el marco del análisis como herramienta para la transfor-mación del conflicto1 tenemos académicos que han trabaja-

do el concepto desde distintas ópticas como Johan Galtung consu propuesta de transformación2 a través del análisis de la vio-lencia como forma de entender el conflicto. En su análisis, Gal-tung profundiza en la estructura triangular de la violencia3: vio-lencia estructural, cultural y directa, y propone la reconstruc-ción, reconciliación y resolución como medios para que haya uncambio de percepción de las partes durante el conflicto y seavance hacia una paz cultural, estructural y directa (Galtung,1998, 2004, 2006).

De igual manera, Daniel Nina, con su acercamiento al proce-so de transformación a través del análisis, se enfoca en el valorde la memoria histórica, ya que para él “escuchando a las partesy haciendo un proceso de saneamiento personal y transformati-vo se va a reconocer la diversidad humana”. Es así que utilizandola metodología adecuada para el manejo del conflicto se va a al-canzar transformar el mismo y promover una cultura de integra-ción entre los excluidos y los incluidos (Nina, 2006).

Otro abordaje académico importante lo hace Marc Rosscuando habla del análisis del conflicto de naturaleza societal(estado/sociedad), donde afirma que no resolver a tiempo unconflicto humano hace que éste se fosilice en la cultura y de esaforma se vayan consolidando los conflictos irresueltos con undesarrollo ascendente. En este sentido, Marc Ross propone al-gunos criterios para entender el comportamiento de las socie-dades. Inicialmente el análisis a partir de lo subjetivo de las fa-cultades psicoculturales, el análisis de las instituciones de apo-yo, de la situación geográfica de la sociedad y la propensión a re-solver los conflictos de forma dialogada (Ross, 1995).

Análisis del conflicto en Bolivia

En el marco del análisis del conflicto en Bolivia, utilizando comobase la búsqueda de la transformación del conflicto, es necesa-rio observar –como reflexionan Johan Galtung (2004), Daniel

Nina (2006) y Marc Ross (1995)– las reivin-dicaciones históricas como bases para latransformación de los conflictos. En estesentido, bajo estas visiones, analizamos lamemoria histórica de Bolivia, basada ensu proceso de colonización donde la ex-clusión y no reconocimiento de la otre-dad

4boliviana fue un punto importante

que hay que resaltar en este análisis. Lue-go, en los distintos momentos de la histo-ria del país, las élites sociales han tenidoun discurso de exclusión, es de esta ma-nera que la violencia cultural se vivió des-de la colonización hasta nuestros días, ge-

nerando los conflictos sociales de estas dos últimas décadas.Esta otredad, después de 18 años de movilizaciones (1990 a

2008) –por la tierra, por la dignidad, por el territorio, por el agua,por la coca, por educación y sobre todo por participar en la tomade decisión–, es la que alcanzó en el 2006 el poder, a través de undirigente sindical, Evo Morales, que busca satisfacer todas lasexpectativas de sus bases durante su periodo de gobierno. Labúsqueda de esta transformación la promueve el gobierno através de cambios estructurales basados en un programa gu-bernamental revolucionario y en la conformación de una nuevaconstitución que reconstruirá el país, reconociendo al otro y

Métodos creativos para el análisis de conflictos enfocadasa procesos de reconciliación

Tres pasos clave: el análisis creativo del conflicto enfocado hacia

el reconocimiento de las partes; su manejo alterno enfocado

en la mediación intercultural y la transformación creativa de

conflictos para alcanzar la reconciliación.

Master en Estudios

de Paz, Conflictos y

Desarrollo.

Actualmente es

Investigadora

Doctoral de la

Cátedra UNESCO

de Filosofía para la

Paz en la

Universidad Jaume

I - España.

MS. VANESSA

CASTEDO VACA

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promoviendo su desarrollo. Sin embargo,el no reconocimiento del otro, el resenti-miento, la intolerancia y la impacienciade ambas partes son la base principal pa-ra que los cambios no se puedan concre-tar. Porque cada parte busca imponer lavisión del otro. Con esto se iniciaron pro-cesos violentos que están siendo intolera-bles, generando un estado de violencia ymiedo inmanejable.

En este sentido, acuñamos la propues-ta de Galtung que plantea en su análisisde conflictos enfocado en la violencia, to-mando en cuenta los niveles que ha al-canzado el conflicto en Bolivia:

La violencia directa5 se da a través dereacciones de parte de algunos sectoresque, a partir de su demanda de autono-mía (que se presenta en cinco de nuevedepartamentos bolivianos), dan pie a laintolerancia en el marco de los cambiospropuestos. Los cinco departamentosbuscan la autonomía para poder manejarsus propios recursos y sobre todo para po-der mantener un territorio, unas costum-bres y una cultura. Sin embargo, todas lasacciones nos llevan a tener una violenciaestructural5 basada en la injusticia con elotro y sobre todo con la falta de concien-cia y reconocimiento de esta otredad.

Finalmente, se puede ver que la violen-cia cultural6 está afectando a los bolivia-nos desde distintas percepciones en elconflicto. Para cambiar esta situación esnecesario –según Galtung, Nina y Ross–establecer un proceso metodológico quenos lleve a la transformación del conflic-to. Entendiendo como lo hace Galtung (elconflicto es el proceso), se propone la si-guiente metodología de análisis de con-flictos hacia la transformación creativadel mismo.

Este modelo de análisis creativo se ba-sa esencialmente en las propuestas quehace Galtung con relación a la transfor-mación de los conflictos en el marco de lareconstrucción, reconciliación y resolu-ción (Galtung, 1998), y en las propuestasde Nina (Nina, 2006), cuando enfatiza enlos procesos de reconocimiento de la me-moria histórica7 de los colectivos sociales.En este sentido, desde la lógica del con-flicto en Bolivia, la propuesta va a estar

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enfocada hacia el reconocimiento de laspartes, la restauración de los daños a tra-vés de metodologías de abordaje de con-flictos y, finalmente, la reconciliaciónorientada a la transformación creativa delconflicto. Según Nina “se reconcilian lasdiferencias para armonizarlas y se vivedentro de un discurso de lo que es plural,lo que es múltiple, no se reconcilia paraimponerse uno sobre el otro, o una prácti-ca sobre la otra” (Nina, 2006: 340).

En este sentido, trabajar sobre las me-morias, “haciendo un proceso de sanea-miento personal y transformativo parareconocer la diversidad humana” (Nina,2006: 340) es importante en el procesoque está viviendo Bolivia.

Metodología de análisis en el caso de Bolivia

Primer paso: Análisis creativo del conflic-to enfocado hacia el reconocimiento delas partes:

Inicialmente se deben reconocer8 a losactores, escuchar a ambas partes, generarempatía y establecer un objetivo general.Esto se debe realizar con recursos econó-micos que representen la neutralidad dela acción y la imparcialidad de los actorescon el objetivo de restaurar lo destruido ypromover la construcción de un nuevopaís.

Segundo paso: Metodología de mane-jo alterno de conflictos enfocada a la me-diación intercultural para restaurar losdaños:

Proceso de análisis creativo del conflicto

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Esta parte del proceso llevará a los actores a establecer una me-todología de manejo del conflicto, por tanto, los actores crearánsu espacio de legalidad y legitimidad que promoverá la construc-ción de confianza entre los mismos. La recomendación en estaparte del proceso es crear condiciones mínimas, con facilitadoresmulticulturales que deben representar a los tres pueblos y actoresdel proceso. Los representantes comunitarios van a poder llegar asus comunidades sin problema, y los otros sectores al conjuntodel país. Los procesos alternos son una forma viable que puedepromover la participación de todos en el mismo, especialmente sise trabaja a nivel de mediación en procesos multiculturales, don-de se busca, a través de la negociación, restaurar los daños y res-ponder a las demandas de los distintos sectores.

Tercer paso: Transformación creativa de conflictos para al-canzar la reconciliación:

El proceso de reconciliar la historia es una forma de promoverel reconocimiento del otro, de reconocer que existen diferenciasy similitudes. Por tanto, es importante escuchar las historias devida, como apunta Nina (2006), promover espacios de diálogo ydebate respecto a la forma en que se debe enfocar el futuro deBolivia. Todo esto teniendo en cuenta lo que apunta Lucía Alon-so Ollacarizqueta (Alonso, 2004):

“La reconciliación es un proceso, en tanto en cuanto supo-ne evolución, o sea el paso de una situación a otra.Y es rela-cional porque implica trato,esto es relación entre personas;y por extensión entre distintas “partes” de una misma co-munidad, o entre comunidades; entendiendo por comuni-dad una agrupación de personas que comparten un espa-cio, y en ocasiones un acervo, bajo unas “reglas de convi-vencia” (organización social) y se sienten vinculadas unasa otras”.

De esta manera, en esta etapa, para alcanzar un proceso dereconciliación como se dijo anteriormente, se debe buscar es-pacios de diálogo y reconocimiento para transformar, esto a tra-vés de la diversidad y la pluralidad el triángulo desvirtuoso deviolencia directa, estructural y cultural de Galtung ( 2004:10). Latransformación del conflicto desde este abordaje teórico se va a

encauzar hacia un nuevo enfoque de un triángulo virtuoso des-de el concepto de paz (Galtung, 2004: 23-24).

El triángulo de paz directa que se transforma en la coopera-ción, la amistad y el amor; la paz estructural como una relaciónsimbiótica y equitativa; la paz cultural que a través de la socializa-ción no violenta de las culturas nos permitirá alcanzar la igualdady la equidad que se necesita para establecer la paz. “La Paz, por sucontenido pragmático y normativo, puede ser concepto relevan-te para el análisis e interpretación de los fenómenos históricos,para estudiar el pasado, reconocer el presente y buscar futurosmás justos” (Muñoz, 2004: 29). En este sentido, si valoramos alotro y respetamos el lugar que tiene en la sociedad, sin resenti-mientos y exclusiones, entonces se va poder alcanzar el nivel so-cial y político que se requiere para restaurar los hechos y reconci-liar a las partes a través de un diálogo sincero y transparente.

Finalmente, esta metodología nos propone generar confian-za, aprovechando la interdependencia de los actores y sobre to-do el interés de aprender a convivir en un país que está en la bús-queda de la paz9.

Etapas del proceso de transformacióncreativa del conflicto:

El cuadro continúa en la página siguiente

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Fuente: Elaboración propia

arte, y las ciencias en sus diferentes manifestaciones, que justifican o

legitiman la violencia directa o la estructural. Este tipo de cultura hace

que los otros dos tipos de violencia parezcan correctos o al menos no

equivocados (Galtung, 2006).

8 Nina toma en cuenta los conceptos de memoria fragmentada porque ésta

crea los discursos de los excluidos y los incluidos y de igual manera analiza

el concepto de memoria colectiva, como un discurso de transformación

del Estado hacia una nueva reinterpretación de la historia (Nina, 2006:

340). Estos conceptos son importantes en el análisis del conflicto y el

tercer momento hacia la transformación creativa del conflicto.

9 El reconocimiento supone, por un lado, que las partes toman conciencia

de que están en una relación que otorga a cada cual determinados

rasgos o signos identitarios. Además, el reconocimiento del otro como

parte del conflicto es importante para que se de un coprotagonismo.

(Suárez en Giménez, 2001).

10 Para Ross, vivir en paz es vivir en conflictos, la clave es saber

administrarlos para que se transformen constantemente (Ross, 1995).

Bibliografía

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Enciclopedia de paz y conflictos, Granada, Instituto de la paz y los

conflictos y Universidad de Granada, 2004.

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Giménez, Carlos. “Modelos de mediación y su aplicación en Mediación

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Granada, Instituto de la paz y los conflictos y Universidad de Granada,

2004.

Nina, Daniel. Mediación: Teoría y Práctica, San Juan, SITUM. 2006.

Nina, Daniel. (2008): “Urgencias: Desatender al Derecho para reivindicar la

justicia social”, ponencia del 6to Coloquio Académico, Ni una vida mas

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[Des]Obediencia al Derecho, Mayagüez – Puerto Rico, Facultad María

Eugenio de Hostos,

http://www.hostos.edu/index.php?option=com_content&task=view&id=

547, 2008.

Nina, Daniel. “Cuando el cuerpo del delito dice no participo:

Problematizaciones en torno a la justicia retributiva y justicia

restaurativa” en la revista de la Facultad María Eugenio de Hostos, Barco

de Papel, Vol. II, No 2,

http://www.hostos.edu/index.php?option=com_content&task=view&id=

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existencial”, Edimurtra, 1ª edición, Barcelona, 1981, en

http://www.realismoexistencial.org/re_ogenesis.pdf, septiembre 2008.

1 Para Galtung hay un discurso corriente sobre el conflicto en los medios

de comunicación, entre los investigadores y la gente en general, donde

éstos lo conciben como un organismo con nacimiento, crecimiento

hasta un punto de inflexión y después un declive, hasta que al final el

conflicto se extingue.

2 El punto de partida de Galtung es que el conflicto es obvio en la sociedad

pero no la violencia —la guerra es una de sus manifestaciones— y por

tanto, el conflicto no necesariamente tiene que finalizar en violencia

física y verbal. El fracaso en la transformación del conflicto es lo que

conduce a la violencia.

3 La violencia, daña y destruye, pero esos efectos se extienden más allá de

los daños visibles como muertes, heridos, refugiados o destrucción

material. Para Galtung esta es la fórmula de la violencia: violencia =

violencia directa + violencia cultural + violencia estructural (2006).

4 Para Nina el concepto de otredad está entendido en el sentido en que la

modernidad nos planteó un proyecto, que como mínimo era

emancipador y liberador. Según el autor, a la modernidad hay que verla

desde distintos matices, en particular desde la relación entre el mundo

central y el mundo de las periferias donde se constituyó la otredad. No

obstante esto –la modernidad como discurso y práctica de

transformación del orden dominante– no se impuso de forma uniforme

alrededor del planeta, ahí radica la gran contradicción del proyecto de

modernización de la propia modernidad (Nina, 2008).

5 La violencia directa, según Galtung, es un acontecimiento. La violencia,

a diferencia del conflicto, es una conducta y puede observarse más

fácilmente; el conflicto es más abstracto (Galtung, 2006).

6 La violencia estructural como la violencia indirecta originada por la

injusticia y la desigualdad como consecuencia de la propia estructura

social, ya sea dentro de la propia sociedad o entre el conjunto de las

sociedades (alianzas, relaciones entre Estados, etc.) (Galtung, 2006).

6 Violencia cultural: para Galtung los aspectos de la cultura se ven

materializados por medio de la religión y la ideología, el lenguaje y el

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Para realizar un análisis de situación en un escenario conflic-tivo es aconsejable partir considerando que el conflicto es

constitutivo del orden social y político. Es decir, el conflicto esinherente a la realidad puesto que es resultado de una tensiónirresuelta entre “la sociedad” –sintetizada en el Estado–, quetiende al orden estático y a la homogeneización de las prácticassociales, y “lo social”, que se expresa en la emergencia continuade nuevas prácticas y comportamientos que exceden los límitesimpuestos por el orden establecido. También tiene que ver conla existencia de relaciones asimétricas entre los sujetos indivi-duales y colectivos debido a la escasez de bienes o a la distribu-ción desigual de los recursos, sean materiales o simbólicos, endisputa. Lo conflictivo, pues, está en la naturaleza de las cosas yno debe ser considerado algo excepcional.

Lo que no es habitual es que el conflicto se manifieste de ma-nera recurrente a través de la violencia o que se extienda y agu-dice al grado de poner en riesgo las pautas de convivencia deuna comunidad. Ese es uno de los cambios más llamativos queestá viviendo la sociedad boliviana en los últimos años, el sellopeculiar de la época es que los conflictos están motivados porrazones, cálculos y disputas políticas. No es, como en otros paí-ses, una consecuencia del incremento del crimen que provocainseguridad ciudadana, ni se trata del accionar terrorista queinstala el miedo cotidiano. En los últimos años, en Bolivia se hamodificado la trama de la conflictividad, sus ámbitos de mani-festación e inclusive los ritos y la retórica que la acompañan; suexacerbación polarizada y diseminación en la sociedad civil esel dato más preocupante. Una pista explicativa de este fenóme-no tiene que ver con el hecho de que, desde principios de la pre-sente década, la sociedad boliviana se encuentra en un procesode transición estatal que implica una modificación en las rela-ciones entre Estado, economía, política, cultura y sociedad. Ymientras no concluya este proceso, los desajustes –y, por ende,las situaciones de conflictividad– serán permanentes. Por esto,para realizar un análisis de situación, es preciso situar el proce-so político en un contexto de crisis y transición estatal que im-plica cambios en el patrón de desarrollo, en el modelo de domi-nación, en la distribución territorial del poder y en las identida-des sociales.

Aparte de tomar en cuenta el contexto histórico más amplio–lo que se conoce como larga duración–, situando los hechosen fases o ciclos estatales, el análisis político debe superar dos

desafíos para adquirir cierto grado de ve-rosimilitud: el súbito anacronismo y lainercia normativa. Para soslayar el súbitoanacronismo es preciso evitar la circuns-cripción del análisis a la inmediatez de losacontecimientos y al mero recuento des-criptivo o a la valoración subjetiva de loshechos; o sea, debe prestarse atención alcarácter procesual del hecho político, loque implica adoptar una lectura diacróni-ca, no meramente sincrónica ni anecdóti-ca, del fenómeno en cuestión para situar-lo en una historia (como señaló RolandBarthes: un efecto del “mito” moderno, o

de la ideología en general, es la deshistorización de los hechossociales). Para no caer en la inercia normativa es preciso dejar delado modelos ideales –del tipo “estado de derecho”, “gobernabi-lidad democrática” o “revolución democrática y cultural”– y nojuzgar los hechos por su lejanía o cercanía respecto a criteriosnormativos (más errada es la explicación a través de las caren-cias, al estilo de “no tenemos espíritu cívico, ni conciencia ciu-dadana”, para explicar el comportamiento de los actores socia-les). No está demás decir que una versión perniciosa de ambastendencias es la preferencia ideológica o la adscripción volunta-rista por determinado actor, proyecto o posición. Cuando existeeste sesgo es necesario que el investigador realice una miradaintrospectiva para tener claridad sobre sus filias –o fobias– res-pecto a los temas y sujetos involucrados en el conflicto.

Con estos recaudos podemos avanzar en el esbozo de algunasherramientas metodológicas para analizar el estado de situa-ción de un escenario conflictivo. Así, es necesario comprenderque una situación política cualquiera –y más aún una coyunturade conflicto– forma parte de (o se dilucida en) un proceso deci-sional, porque la política es básicamente un proceso de toma dedecisiones sobre diversos tópicos o temas, de mayor o menorimportancia, involucrando una serie de elementos y factoresque esbozamos a continuación.

El punto de partida es considerar que en todo conflicto/pro-ceso decisional intervienen actores que se mueven de acuerdo aciertas reglas y en determinados escenarios desplegando estra-tegias discursivas y utilizando recursos de poder para alcanzarsus objetivos. Veamos cada uno de estos componentes: actores,

Herramientas parael análisis político

Para realizar un análisis de situación es preciso situar el proceso

político en un contexto de crisis y transición estatal que implica

cambios en el patrón de desarrollo, en el modelo de dominación, en

la distribución territorial del poder y en las identidades sociales.

Sociólogo con

doctorado en

ciencia política.

Actualmente es

director general del

Centro de Estudios

Superiores

Universitarios

(CESU) de la

Universidad Mayor

de San Simón.

FERNANDO

MAYORGA UGARTE

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reglas, escenarios, recursos de poder y es-trategias discursivas. La elaboración deun mapa que incluya estos elementospermite encarar el estudio de una coyun-tura o situación. Para ilustrar el uso de es-tos elementos teórico-metodológicos re-alizamos, a manera de ejemplo, un análi-sis del conflicto político que vivió el paísen septiembre de 2008.

1. En un conflicto entran en juego diver-sos actores entre los cuales es precisodistinguir a los actores estratégicos, es-to es, aquellos sujetos (personales ocolectivos) que tienen capacidad paraprovocar/resolver un conflicto y cuen-tan con aptitud para encauzar/vetarsu solución. Esas capacidades y apti-tudes provienen de la disponibilidadde recursos de poder de diversa natura-leza, sean materiales o simbólicos. Losrecursos materiales son tangibles (co-mo dinero, fuerza física e infraestruc-tura), los simbólicos son intangibles(como valores, convicción, ideología).Esta disponibilidad varía, obviamente,si se actúa desde el Estado –en cual-quiera de sus niveles: nacional, depar-tamental, municipal– o desde la socie-dad civil, de acuerdo al grado de con-sistencia organizativa y capacidad demovilización. En torno a los actores es-tratégicos se conforman coalicionescuya composición varía en el transcur-so del conflicto de acuerdo a las de-mandas en juego. Existen demandasde baja agregación –por ejemplo, rei-vindicaciones sectoriales– que tienenuna limitada capacidad de articula-ción de actores, y existen demandas dealta agregación –por ejemplo, la de-mocracia– que convocan a múltiplessujetos. Es útil esbozar las coalicionesarticuladas en torno a los actores es-tratégicos para evaluar el grado de dis-ponibilidad de recursos de poder por-que en el transcurso del conflicto semodifican los lazos entre actores es-tratégicos y sus aliados, variacionesque dan cuenta del desarrollo cam-biante del proceso político.En septiembre de 2008, los actores estra-tégicos son el gobierno y los prefectos

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opositores, con la figura presidencial con capacidad de veto y po-der decisorio para dirigir el curso de las negociaciones. La reduc-ción del número de actores individuales –en este caso, el vicepre-sidente y el prefecto de Tarija– facilitó la definición de la agendade negociación. En torno al gobierno y los prefectos se formaroncoaliciones “nacionales”; en el primer caso, los prefectos y comi-tés cívicos organizados en el Conalde (Consejo Nacional Demo-crático); en el lado oficialista, el partido de gobierno y los sectoressociales que apoyan sus acciones pusieron en funcionamiento elConalcam (Coordinadora Nacional por el Cambio). Estas coali-ciones no son monolíticas ni todos sus componentes actúan demanera convergente. Por ejemplo, la Unión Juvenil Cruceñista ylos Ponchos Rojos son parte de las coaliciones y su accionar in-fluye en las estrategias de los actores relevantes. En este caso, so-bresale la actuación de actores externos los presidentes de laUnión de Naciones Suramericanas (UNASUR) para propiciar eldiálogo, empero, su participación en las negociaciones se limitaa un rol de “testigos” o “garantes”.

2. Los actores orientan su comportamiento en función de re-glas, pautas o normas que incentivan o inhiben las conduc-tas. Ninguna interacción social se despliega al margen de re-glas porque éstas proporcionan sentido a las acciones, aun-que es preciso distinguir entre reglas formales y pautas infor-males, y evaluar cuáles tienen más peso a la hora de orientarel comportamiento de los protagonistas. En ambos casos, lasreglas forman parte del repertorio o las herramientas que losprotagonistas utilizan para desplegar sus acciones, por lotanto, debe evaluarse su peso específico en cada circunstan-cia o momento del conflicto y el lugar que ocupan en la estra-tegia de los actores.En general, las reglas formales tienen carácter jurídico y lasreglas informales remiten a la cultura política y no están es-critas. Su alcance es disímil puesto que una ley por ejemplo laConstitución Política del Estado– tiene carácter vinculantepara toda la sociedad, en cambio, una costumbre o tradición–como el clientelismo o el compadrazgo– se circunscribe aquienes la aceptan como válida. En una situación de conflic-to se produce una superposición o una imbricación entre re-glas formales y pautas informales que es preciso deslindarpara definir su influencia específica en la conducta de los ac-tores estratégicos. En una sociedad donde la institucionali-dad política es débil y el grado de racionalización y/o coloni-zación es precario, las reglas informales juegan un papel muyimportante, sobre todo en el desarrollo del conflicto. Cuandose utiliza la metáfora local de “la política en las calles” (Fer-nando Calderón dixit) se está prestando atención a códigosde cultura política que están al margen o exceden los espa-cios formales e institucionales reglamentados por normasjurídicas. Es decir, en un contexto de precariedad institucio-nal formal, las pautas informales son muy importantes –alestilo de “hasta las últimas consecuencias”–, y más aún si enalgunas circunstancias el conflicto se produce en torno a lasreglas y su validez.

Finalmente, en la mayoría de los casos, sino en todos, un con-flicto se inicia a partir de la impugnación a una regla formalque involucra el rol del Estado –se cuestionan sus consecuen-cias, se critica su impacto, se evalúan sus resultados– y conclu-ye con una ratificación o una modificación de la norma jurídi-ca. A la conclusión de un conflicto, con o sin negociación, sedefine la institucionalización de las demandas en juego por-que su atención depende de la respuesta del Estado.En septiembre de 2008 se definieron los procedimientos pa-ra la negociación y la agenda de temas combinando reglasformales e informales. La toma de instituciones públicas y elestado de sitio fueron los recursos de poder que utilizaron losopositores y el gobierno; en el primer caso, al margen de laley. El acuerdo sobre procedimientos implicó la devoluciónde las entidades públicas, pero no el levantamiento de la me-dida de excepción. Entre los temas sobresale el tratamientode normas jurídicas: nueva Constitución Política del Estado yestatutos autonómicos, cuya “compatibilización” es la fór-mula del acuerdo. Es decir, se trata de un conflicto en torno anormas jurídicas y su alcance, porque las reglas definen, en-tre otras cosas, el acceso a recursos de poder.

3. Los conflictos y procesos decisionales tienen un lugar de rea-lización, acontecen en un ámbito determinado, un espacioen el que intervienen los actores relevantes para desplegarsus estrategias. Los escenarios en los cuales se desenvuelveun conflicto o se toman decisiones son fundamentales por-que su carácter y complejidad inciden en el desarrollo delconflicto y las posibilidades de su resolución. Existen escena-rios institucionales que contienen actores y reglas específicascomo es el caso del parlamento y, por ende, el comporta-miento de los protagonistas es más previsible que en un esce-nario no institucionalizado, como “la calle”. Es evidente queun escenario informal es voluble, empero, los escenarios ins-titucionales tampoco son estáticos y su pertinencia para pro-cesar un conflicto o asumir una decisión es variable. Es decir,la importancia de un escenario institucional depende de larelación de fuerzas entre los actores que operan en su seno,por lo tanto, en una análisis de situación es necesario esbozar

En general, las reglas formales tienen

carácter jurídico y las reglas informales

remiten a la cultura política y no están

escritas. Su alcance es disímil puesto

que una ley por ejemplo la

Constitución Política del Estado

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los escenarios y la importancia relativa de los actores en cadauno de ellos. Asimismo, es importante evaluar el papel de ca-da escenario en los diversos momentos del conflicto o delproceso político.Algunos escenarios políticos son más complejos porque in-volucran diversos espacios institucionales como el parla-mento y el Tribunal Constitucional, o el poder ejecutivo y laCorte Suprema de Justicia. En otras circunstancias, involucradiversos niveles: locales, regionales y el nacional, poniendoen juego una multiplicidad de instituciones, reglas y actores.En el análisis de situación es conveniente deslindar los esce-narios decisivos y los escenarios circunstanciales, así comodefinir los momentos en los cuales un escenario adquieremayor importancia.En septiembre de 2008, el conflicto se procesó en un escena-rio informal: una “mesa de negociación” entre actores estra-tégicos con la presencia de “testigos” y “garantes”, locales yextranjeros. Una de las razones del conflicto fue el rechazo ala emisión de un decreto presidencial que convocaba, entreotras cosas, a un referéndum para aprobar una nueva Consti-tución Política del Estado trasladando la continuidad del pro-ceso al escenario electoral. Una vez establecido el acuerdoentre actores estratégicos, las decisiones asumidas en ese es-pacio informal deben traducirse en decisiones en ámbitosinstitucionales, por ejemplo, en la Asamblea Constituyentepara modificar el proyecto de nueva Constitución Política delEstado, y en el parlamento para convocar al referéndumconstitucional. Se pueden incorporar otros escenarios en elanálisis –la ciudad de Santa Cruz de la Sierra cercada por sec-tores sociales afines al gobierno o el más complejo escenariomediático–, pero el punto clave es definir el escenario decisi-vo, aquel donde operan los actores estratégicos, y delimitarlos momentos de variación de su importancia o de desplaza-miento hacia otro(s) escenario(s).

4. Cada actor despliega una estrategia discursiva que se asientaen una racionalidad a partir de la cual define sus metas y lautilización de recursos de poder. Es racional porque estable-ce una relación entre medios y fines. Esta estrategia delinealos escenarios de intervención y selecciona las reglas forma-les e informales. Una estrategia discursiva no es explícita, re-quiere ser elaborada por el investigador a partir de las emisio-nes discursivas –coloquiales o convencionales– de los prota-gonistas porque existen mensajes explícitos e implícitos, es

decir, es necesario “leer entre líneas” los discursos de los ac-tores estratégicos. También hay que distinguir a qué audien-cia está dirigido el mensaje o la declaración (por ejemplo, alos aliados o a los opositores, aunque estén orientados a la“opinión pública”), porque el tipo de interlocutor o destina-tario influye en el sentido del mensaje. Además, cada mensa-je se sitúa en un entramado porque ningún discurso se en-tiende sino como parte de un espacio de interdiscursividad,es decir, un ámbito donde se interrelacionan varios discur-sos. Por ende, el sentido o significado del mensaje no es line-al, sino que depende de su combinación con otros discursosy el receptor puede “interpretar” los diversos sentidos queofrecen los discursos de los actores del conflicto. Asimismo,es necesario prestar atención a las variaciones en los discur-sos y, también, a la manera en que los discursos se adaptan alas modificaciones en el conflicto proporcionando determi-nado significado a los hechos. Por eso hablamos de estrategiadiscursiva, para dar cuenta de las modificaciones de sentidoen los discursos en el transcurso del conflicto.En septiembre de 2008, las estrategias discursivas del gobier-no y los prefectos opositores estuvieron orientadas a articularla democracia y la legalidad a sus argumentos. La disputa enel espacio de interdiscursividad fue y es en torno a la articula-ción de la democracia y a las propuestas del oficialismo y laoposición. Antes de la toma violenta de instituciones en San-ta Cruz y la masacre de campesinos en Pando, el discurso delConalde se sustentaba en la defensa de la legalidad al cues-tionar el decreto presidencial que convocaba a referéndumdirimidor y constitucional, así como a la elección de subpre-fectos y asambleistas departamentales. Este decreto se justi-ficó con el argumento de la victoria electoral de Evo Moralesen el referendo revocatorio con 67% de votos. Después deesos sucesos violentos, el gobierno denunció un intento de“golpe civil” y su discurso se sustentó en la defensa de la de-mocracia y la institucionalidad estatal.De esta manera, la delimitación y caracterización de acto-res, reglas, escenarios, recursos de poder y estrategias dis-cursivas permite evaluar un acontecimiento, una situacióny un proceso. Obviamente esto exige disponer de informa-ción pertinente y, sobre todo, como aconseja Umberto Ecoa propósito de los discursos en general, de una “lectu-ra inteligente” más que de la aplicación mecánica deestas pautas metodológicas.

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Nos interesa conocer la percepciónsobre la democracia en América Latina¿hemos mejorado en este sentido?

Absolutamente, América Latina avanzómuchísimo. En primer lugar hemos tenidocinco años de crecimiento económico, porprimera vez en los últimos 30 años se recu-pera los niveles de pobreza que se tenían enlos años 80, disminuye la pobreza a 200 mi-llones de habitantes, solamente hay 90 mi-llones de indigentes. Es decir, se puede ha-cer una extensa lista de las cosas buenasque han sucedido en los últimos siete años.

Sin embargo, podemos observar en elinforme de Latinobarómetro que el apo-yo a la democracia baja cuatro puntos enla región desde el 2006, con excepción decinco países, entre ellos Bolivia, que subecinco puntos. ¿Qué nos puede comentaral respecto?

Cuando se habla del concepto de baja,siempre tiene que hablar del alza. Lo quesucedió es que el año 2006 hubo 11 elec-ciones -14 elecciones si se consideran lasque existieron en diciembre de 2005-.Cuando en 18 países cambian 14 gober-nantes inevitablemente se producen “lu-nas de miel”, entonces el resultado del2006 es consecuencia de estas “lunas demiel” de las elecciones, la única elecciónque no se incluye en la medición del 2006es la del presidente de Venezuela, HugoChávez, que se da en octubre.

Después de las elecciones hubo este fe-nómeno de “luna de miel” donde la gente

están en cambios refundacionales, es-tructurales, no reformas, porque Chile esel campeón de las reformas y en Chile elapoyo a la democracia ha bajado diezpuntos en los últimos tres años. No tieneninguna congruencia, lo lógico es que silas cosas están mejor, la gente está máscontenta y brinda más apoyo a la demo-cracia, pero no es así; porque el que nacepobre, el que nace en el lugar equivoca-do, no está incluido en la sociedad y esono ha sido cambiado mediante reformasen esta democracia, eso es lo que los bo-livianos están tratando de cambiar conesta revolución o como quiera llamarseeste proceso.

Hoy día los bolivianos creen que todova a cambiar en el futuro y por ello elapoyo a la democracia se va hasta las nu-bes, aumenta 20 puntos, y la satisfaccióncon el gobierno también aumenta, por-que mientras en gobiernos anteriores seregistraron apoyos muy bajos, en el ac-tual gobierno se genera la expectativa decambio.

Otra cosa son los problemas institucio-nales del cambio, que no tienen nada quever con la expectativa…

MANO A MANO

LA TEMPERATURA DE LADEMOCRACIA EN AMÉRICA LATINA

En esta entrevista la chilena Mar-

ta Lagos hace un diagnóstico de la

democracia en Latinoamérica,

donde resalta los avances en este

tema en varios países. Además,

analiza el caso boliviano, pues

nuestro país registró una de las al-

zas más altas de apoyo a la demo-

cracia en los últimos tres años.

dijo que el mundo será mejor y el año2007 se dio cuenta que estos señores noson magos y que la realidad es un pocomás ruda de lo que se espera, entoncesnaturalmente se produce una baja que nocambia la modalidad. En los últimos 12años el apoyo a la democracia se ha man-tenido prácticamente estático, con pe-queñas alzas y bajas que no hacen cam-biar la tendencia de que alrededor de lamitad de la región la apoya.

A pesar de no existir cambios en la ten-dencia, ¿existen factores que puedan ori-ginar modificaciones en el apoyo a la de-mocracia?

El crecimiento económico no produ-ce alza, la baja económica no producebaja, significativa ni permanente. Lasreformas no han producido mejorías…¿qué es lo que está produciendo la dife-rencia? Las revoluciones, los procesosde cambio que están sufriendo paísescomo Bolivia, Ecuador, etc., son los queestán originando los cambios hacia lademocracia.

Bolivia y Ecuador presentan las más al-tas alzas de apoyo a la democracia en losúltimos tres años, precisamente porque

JORGE MERCADO, ESPECIALISTA SOCIOPOLÍTICO Y MARTA LAGOS, DIRECTORA DE LATINOBARÓMETRO

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Con referencia a los problemas insti-tucionales, usted habla de institucionesmuertas, menciona a Emile Durkheim ysu sistema de valores. ¿Qué nos quieredecir con esto?

Durkheim dice que las institucionespueden haber muerto hace muchos añosy que uno no las observa sino muchosaños después. Es decir, muchas veces losfenómenos sociales se observan muchosaños después de que sucedieron, enton-ces nadie pudo anticipar la caída del Mu-ro de Berlín, pero hoy día somos todos ge-nerales después de la batalla. A muchosfenómenos no se les dio la importanciaque merecían y por tanto no se pudo anti-cipar la caída del Muro, actualmente seanalizan estos fenómenos, pero cuandoestaban sucediendo nadie les daba la im-portancia que deberían tener.

¿Bolivia está ante un “Muro deBerlín”?

Esa es la pregunta, es muy posible quesea así. Es posible que estemos ante un fe-nómeno que no sabemos de qué dimen-sión es. Yo he escuchado aquí una cantidadastronómica de conflictos, problemas ins-titucionales, raciales, legales, de legitimi-dad, etc., la suma de estos problemas te di-ce que el Estado no está funcionando y queestá siendo sustituido. No conozco ningúnotro caso similar, y por lo tanto todo lo queles está sucediendo es único y el resultadopuede ser único también.

¿Es necesaria la crisis para consolidarla democracia?

Pasa lo siguiente: la democracia no seha consolidado en ningún lado, porquelos cambios que se han producido no sonlos cambios que la gente espera, entoncesda la impresión de que es necesaria la cri-sis para consolidar los cambios y sin crisisparece que no existirá una consolidación.Si hay crisis quiere decir que las cosas seestán moviendo, a pesar de que la palabracrisis puede resultar negativa intentemosver el vaso mitad lleno y no mitad vacío. Siya existe la crisis hay que enfocarse en có-mo salir de ella para que el resultado seapositivo.

Bolivia está en un punto de quiebre. Lasuma de los conflictos existentes es de talmagnitud que uno puede decir que esto

Sí, puede ser un globo que se desinfla oque explota y puede ocurrir pasado ma-ñana si no ocurren los hechos que la gen-te espera que sucedan.

El informe de Latinobarómetro mues-tra que la democracia se valora más enaquellos países en que se están viviendoprocesos de cambios profundos.En el casode Bolivia ¿se puede esperar que los cam-bios en este país influyan en la región?

Sin duda, todo el mundo los está obser-vando, si les va bien luego vendrán a pre-guntarles cómo lo hicieron y cómo sepuede repetir. Eso pasa siempre con eléxito y lo más probable es que ustedesmismos contesten que no saben cómo lohicieron, así nos pasó en Chile.

Su trabajo diferencia claramente a losdatos de crecimiento económico de losdatos de desarrollo. ¿Bolivia apuesta alprogreso sólo a partir del crecimiento oestá buscando desarrollo?

El crecimiento y el desarrollo son cosastotalmente distintas. Creo que Bolivia,como todas las sociedades, está buscan-do desarrollo, el problema es que unos noavanzan y otros sí. Considero que en estemomento se encuentra en un punto dequiebre, donde puede dar un gran salto aldesarrollo si se toman las decisiones co-rrectas o se puede quedar estancada. Escomo estar en un match point en Wimble-don y Bolivia es Nadal quitándole el triun-fo a Federer.

¿Cómo está percibiendo la democra-cia el boliviano en nuestro país?

Muy bien, mucho mejor que en mu-chos países, tiene una gran expectativa enla democracia.

Para analizar la realidad latinoameri-cana no se puede aplicar un modelo ma-temático. ¿Existen aspectos comunes enla problemática y realidad política de laregión?

Sí, existen los llamados consensos ne-gativos, como la desigualdad, la exclu-sión, la discriminación, la pobreza, el ra-cismo, etc., que son los fenómenos co-munes que unen, más que los positivos,a América Latina. Es un pueblo que sesiente discriminado, desigual, dondeexiste la mayor desigualdad del ingresoen el mundo.

LA TEMPERATURA DE LA DEMOCRACIA EN AMÉRICA LATINA

Marta Lagos es la directora fundadora de la

Corporación Latinobarómetro. Encuestadora

de profesión, ha realizado encuestas desde

1984 en el Centro de Estudios de la Realidad

Contemporánea (CERC), donde fue directora

desde 1990 hasta 1993.

A partir de 1994, forma su propia empresa

de estudios de mercado y opinión en

sociedad con la multinacional MORI de Gran

Bretaña. En el campo académico, es autora

del Barómetro de CERC que monitorea la

transición chilena desde 1987 hasta hoy día,

así como de numerosas publicaciones.

Ha anticipado correctamente el resultados

de las elecciones presidenciales en Chile

desde 1988.

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puede resultar un éxito y ser pionero en elmundo, o puede resultar en una guerra,donde toda esta gente que no quiere po-nerse de acuerdo termine matándose, co-mo sucedió en Serbia.

¿De qué depende el resultado de esteproceso?

Están en un punto de quiebre, están lasvoluntades de cada cual, si aquí no hayvoluntad de cada cual para ceder algo, pa-ra ponerse de acuerdo, para sentarse auna mesa, para conversar el uno con elotro, no hay solución a la crisis, porque lademocracia es un mecanismo de solu-ción de conflictos. Esto no depende delseñor Evo Morales, dejó de depender deél, depende de cada uno en este momen-to, porque el señor Morales no tiene el po-der para cambiar las voluntades, es unpoder extremadamente limitado, el po-der de la sociedad es el que está produ-ciendo esta crisis.

¿Esta gran expectativa puede ser mo-tor de una gran decepción?

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Dentro del trabajo de Latinobaróme-tro ¿cómo se hace para trabajar con laspercepciones, sabiendo que pueden servariantes?

Las percepciones son realidades, laspercepciones tienen consecuencias en elcomportamiento y en el fondo se transfor-man en realidad por el mismo comporta-miento, es un factor extremadamente po-tente. Si la gente dice que cree que algo es-tá mal, está mal aunque esté bien.

En el campo de las percepciones, Lati-nobarómetro muestra que al latinoame-ricano le gusta trabajar menos que a per-sonas de otras regiones del mundo. ¿Quéimplica esto? ¿Cómo se llega a esta con-clusión?

Producimos menos, somos menosproductivos. En una hora somos capacesde producir menos, porque nuestra cabe-za no está al 100%, obviamente hablandoen promedio. Nuestra concentración noestá 100% en el trabajo, lo que hace quetengamos menos productividad. Esto esgrave para el desarrollo, lo que es peor esque los líderes no incentivan el trabajo.

En este esquema y en este punto dequiebre, la economía de mercado no hasabido responder a las necesidades de lapoblación.¿Qué dice Latinobarómetro alrespecto?

Lo primero que decimos es que aquí nohay una real economía de mercado, loque hay es monopolios, carteles, contro-les, aquí no hay una competencia, enton-ces la gente no ha tenido la oportunidadde interactuar con una economía de mer-cado que funcione donde hay transpa-rencia de información, competitividad,etc. Todas estas cosas no existen, enton-ces hay un título que se le pone a una cosaque no es lo que se dice que es y eso es loque está siendo rechazado.

Decir que la economía de mercado es-tá siendo rechazada es algo confuso con-ceptualmente, porque este tipo de econo-mía está funcionando en los países desa-rrollados donde hay recompensa por elesfuerzo. Nuestras economías no recom-pensan el esfuerzo, no existe la meritocra-cia, aquí lo que existen son los clientelis-mos, la corrupción, etc., y las economíasde mercado están basadas en la merito-

cracia donde a la persona que lo hace me-jor le va mejor. En Latinoamérica no esasí, dependerá de quién eres para definircómo te irá.

El fracaso de lo que podría mal llamar-se economía de mercado está haciendoque se opte por fortalecer empresas esta-tales. ¿Qué opina al respecto?

Bueno, Chile nacionalizó su cobre a unprecio infinito y se ha demorado 30 añosen recuperar el costo de la nacionaliza-ción. Todo tiene un costo en la vida, la pre-gunta es: ¿cuál es el costo para Bolivia dehaber hecho lo que hizo? Y esa respuestala puedo dar en 30 años más.

Hoy día Chile ya dejó de ser el país ma-yor productor de cobre del mundo y laCorporación Nacional del Cobre tendráque ser vendida a las empresas privadasporque el Estado no va a poder sostener-la, entonces es un ciclo muy corto, donde

la gente pobre no recibió ganancias deeste proceso y en Bolivia puede pasar lomismo. En el caso chileno, el dinero pro-veniente de la explotación de un mineralno ha podido resolver los problemas delpaís. Es una promesa muy osada decirque los hidrocarburos van a solucionarlos problemas de Bolivia. ¿Dónde está la

MANO A MANO

evidencia que diga que esto posible? Estála evidencia contraria, pero no la eviden-cia positiva

El informe muestra un traspaso de larestricción a la elección mientras mayorsea la calidad democrática. ¿No es peli-groso circunscribir a la democracia sóloen procesos electorales?

No, la democracia es una libertad, lalibertad material, social, intelectual, po-lítica, económica, cultural, es una largalista de libertades. Constituye un con-junto de elecciones y eso es lo que el ciu-dadano quiere, pues quiere definirse a símismo en un marco regulatorio conoci-do que tenga legitimidad, que sea con-fiable, que sea anticipable, que sepa loque va a sucederle y que tenga oportuni-dades. Que su vida no dependa de dóndenace o del color de piel que tenga, esa esla democracia.

Para finalizar,como estudiosa de la re-alidad latinoamericana ¿qué consejo leda al pueblo boliviano en este momento?

Lo que el pueblo boliviano necesita esuna especie de conclave donde todos es-tos señores conversen hasta que lle-guen a ponerse de acuerdo y, así, sal-ga humo blanco.

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Page 70: Revista Lazos 05 y 06

Escuela de Antropología Aplicada/ UPS

DIÁLOGO INTERCULTURALMemorias del Primer CongresoLatinoamericano de AntropologíaAplicadaEd. Abya-Yala, 2000, 376 p.

Esta publicación recoge las ponenciasmás importantes que fueron presentadasen este evento regional que buscó reuniry convocar a los estudiantes locales, aaparte de los pertenecientes a las sedes anivel latinoamericano, y a profesionalesde las ciencias sociales para discutir sobrelos aportes teóricos y metodológicos de laantropología aplicada. El eje principal fueel de la interculturalidad considerada co-mo “una urgencia actual porque nos en-frenta directamente a las formas en lasque los distintos grupos socio-culturalesse relacionan con el otro”.Además,es inne-gable que la realidad homogeneizante eintolerante de nuestro planeta nos obligaa mirar con mayor cuidado esa diversidadcon el propósito de establecer puentesque permitan la comunicación, el enten-dimiento y el respeto mutuo. Así, la inter-culturalidad va más allá de la pluralidadcultural para establecer interrelaciones,comunicación e intercambio.

Este es el debate de fondo que articulalas contribuciones de este libro, organiza-das en torno a temas tales como la política,la comunicación, la economía, la salud, laspolíticas culturales y la educación.

Amartya Sen y Bernardo Kliksberg

PRIMERO LA GENTEUna mirada desde la ética deldesarrollo a los principales problemasdel mundo globalizadoEd. Deusto, 2007, 322 p.

Amartya Sen, premio Nobel de Econo-mía de 1998, y Bernando Kliksberg, premio2005 de la Fundación Empresarial por elDesarrollo Sostenible, reflexionan sobre al-gunos de los principales problemas delmundo globalizado y examinan algunas delas principales soluciones en torno a éstos.Para hacerlo, aplican la perspectiva de unareciente disciplina que despierta actual-mente gran atención: la ética del desarrolloo el desarrollo ético. Esta disciplina preten-de recuperar la relación perdida,en opiniónde los autores,entre ética y economía.Si és-tas se rearticulan, pueden surgir caminosalternativos que signifiquen mejoras en lavida de las personas frente a los altos nive-les de exclusión social.

El libro consta de dos partes.En la prime-ra Sen escribe sobre los temas más canden-tes del siglo XXI y la globalización. En la se-gunda, Kliksberg analiza los desafíos éticosabiertos en América Latina, un continenteparadojal. Finalmente, éste autor aportauna reflexión adicional en las últimas pági-nas de este texto imprescindible para en-tender el presente y construir el futuro dig-no y humano.

Susana Lizárraga, Mónica Loayza y Rigel

Cuarite

BOLIVIA. EQUIDAD Y DERECHOS DE LA NIÑEZÍndice Municipal de Desarrollo de laInfancia, Niñez y AdolescenciaEd. UDAPE y UNICEF, 2005, 200 p.

El Índice Municipal de Desarrollo de laInfancia, Niñez y Adolescencia (IDINA) per-mite analizar el cumplimiento de los dere-chos de niños,niñas y adolescentes bolivia-nos a partir del estudio de indicadores sec-toriales relevantes en los temas de salud,educación, habitabilidad y capacidad eco-nómica de los hogares.

La población objeto del estudio, tal co-mo se aprecia en los diferentes capítulosdel texto, enfrenta en los últimos años unasituación de riesgo en el cumplimiento desus derechos debido a la crisis económica ysocial que vive el país.Las consecuencias in-mediatas de esta crisis son la desintegra-ción familiar, el incremento del trabajo in-fantil y mayores dificultades para el accesoa servicios básicos.

A partir de los resultados y las brechasobservadas –entre los índices municipalesde mayor y menor grado de cumplimientode los derechos–, los investigadores con-cluyen que “aunque ha existido mayororientación de las políticas hacia el cumpli-miento de los Objetivos de Desarrollo delMilenio, cuya prioridad es la niñez, Boliviadebe realizar mayores esfuerzos en acelerarel cumplimiento de metas y movilizar ma-yores recursos para este propósito”.

BIBLIOTECA LIBRERO UNIR

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Page 71: Revista Lazos 05 y 06

Ascensión Barañano, José Luis García,

María Cátedra y Marie J. Devillard (coord.)

DICCIONARIO DE RELACIONESINTERCULTURALES DIVERSIDADY GLOBALIZACIÓNEd. Universidad Complutense de Madrid, 2007,

424 p.

Por primera vez se publica en lengua es-pañola una obra en la que cincuenta auto-res de diferentes países y disciplinas –entrelos que se encuentran estudiosos destaca-dos como Néstor García Canclini, TerenceTurner, J. Freidman, James Fernández, J. Jor-ge Carvalho, Gunther Dietz, entre otros–asumen,junto a los coordinadores del volu-men, el desafío de definir de forma clara ycoherente, pero plural, los conceptos bási-cos relativos al emergente campo de pro-blemas de las relaciones interculturales. Laglobalización de la economía, la política, lacultura, etc., junto con la crisis de las visio-nes universalistas modernas,plantean nue-vas cuestiones y requieren la elaboraciónde conceptos actualizados que permitanabordar los flujos de personas, bienes o in-formaciones; la hibridación de culturas eidentidades; la generación de nuevas fron-teras simbólicas, de figuras de exclusión yde ciudadanía; la normalización y los con-flictos lingüísticos; la mediatización del co-nocimiento, de los imaginarios, de la políti-ca,entre otros.

Una iniciativa de la Editorial Compluten-se que proporciona a estudiosos, estudian-tes y agentes sociales seducidos por la te-mática una herramienta imprescindible pa-ra la comprensión del campo de la intercul-turalidad, cuestión clave en nuestra socie-dad local y global.

Centro de Investigación y Promoción del

Campesino

INTERCULTURALIDAD…ESPACIOS PARA EL DIÁLOGOEd. CIPCA, 2006, 37 p.

La producción de este texto se realizó, adecir de los autores, debido a que “la inter-culturalidad es un concepto complejo en sudefinición y mucho más en su práctica coti-diana,(…) mal interpretado e incluso usadoinadecuadamente”. Por esto, el documentobrinda información clara y sencilla sobre eltema, de modo que se pueda comprendersu importancia para interactuar con los se-mejantes.

Se abordan aspectos centrales paracomprender la interculturalidad y sus dife-rentes facetas.Luego se realiza un recorridohistórico para comprender el actual esce-nario en Bolivia, en el cual se evidencia unresurgimiento de lo indígena, lo étnico y,junto con esto, las tensiones que provocaeste fenómeno.

El texto menciona algunos aspectos im-portantes que favorecen el desarrollo deuna interculturalidad positiva, con caracte-rísticas de horizontalidad, relaciones simé-tricas y reciprocidad mutua y,por otro lado,también se puntualizan los aspectos que“propician una interculturalidad negativacon características asimétricas, verticales yalienantes”. Finalmente, los autores plante-an desafíos y pautas para avanzar hacia lainterculturalidad que posibiliten la inclu-sión de todos los sectores de la sociedadboliviana.

Josep Redorta

ENTENDER EL CONFLICTOLa forma como herramientaEd. PAIDOS, 2007, 234 p.

“De la misma manera que la forma devolar de un pájaro nos dice mucho de su es-pacio o la inclinación de una árbol nos in-forma respecto a la orientación de los vien-tos, los conflictos tienen también unas for-mas determinadas que nos ayudan a iden-tificarlos y gestionarlos mejor”. Redorta, es-pecialista en la temática, propone en la pri-mera parte adentrarse en las formas (com-prendiendo la percepción, sus esquemascognitivos, marcos y subsistemas percep-tuales y la intuición; su origen e importan-cia).En la segunda aborda la forma del con-flicto como herramienta, mirando desde lamorfología de los conflictos, su análisis ypatrones. Finalmente en la tercera parte daorientaciones sobre la intervención en elconflicto.

Esta publicación invita a redescubrir laimportancia de la forma en la vida y hacehincapié en elementos como la percep-ción, los prototipos, la manera de razonar ylos patrones de conflicto. Mediante la nue-va metodología del Conflict Analysis Tipo-logy, de eficacia demostrada en el diagnós-tico de conflictos en cualquier contexto noterapéutico, esta obra aborda el análisis deepisodios reiterativos de conducta conflic-tiva. Además, nos da pautas sobre cómo in-tervenir en la gestión de situaciones deconflicto y ofrece una numerosa cantidadde consejos prácticos a todos aquellos quetienen necesidad de afrontar diariamentesituaciones problemáticas.

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WWWs DESTACADAS

TRANSFORMACIÓN DECONFLICTOS EN EL MUNDOHISPANODesde 1996 es uno de los portales más con-sultados en idioma castellano. Provee unacombinación de técnicas de aprendizaje conpráctica constante, ofrece herramientas detransformación de conflictos en el ámbito opaís en el que el usuario se encuentre.Ofrece capacitación profesional usando losMétodos de Solución de Controversias

(MASCS) como gerente en el campo empre-sarial, como mediador en el ámbito comuni-tario, familiar o escolar, o como facilitador enel área social más amplia. Esto basado en La-bor Center,de la Florida Internacional Univer-sity,Miami,Florida,EE.UU.En este sitio se combinan técnicas de apren-dizaje con práctica constante,preparadas pa-ra que la o el capacitado se convierta en unexperto en las herramientas para transformarla confrontación en cooperación.

CENTRO INTERAMERICANO PARAEL DESARROLLO DELCONOCIMIENTO EN LAFORMACIÓN PROFESIONAL

Este sitio propone un espacio de intercam-bio, reflexión y retroalimentación en torno ala incorporación de la perspectiva de géne-ro en la formación y el trabajo a nivel regio-nal.Además de informar sobre actividades ymostrar experiencias, busca constituirse enun portal de construcción colectiva que so-cializa esfuerzos para incrementar y perfec-

cionar el desarrollo profesional y persona.Asimismo, busca establecer mejores opor-tunidades de inserción laboral de hombresy mujeres, así, como generar sinergias e im-pulsar la coordinación y cooperación a nivelregional e internacional entre quienes–perteneciendo a países e instituciones dis-pares– se hallan comprometidos con la pro-moción de la igualdad de oportunidades,tanto en el empleo como en la educación ycon la construcción de sociedades más in-tegradoras y equitativas.

www.cinterfor.org.uy

www.inter-mediacion.com

OBSERVATORIO DE CONFLICTOSMINEROS DE AMÉRICA LATINA

El Observatorio de Conflictos Mineros deAmérica Latina (OCMAL) es una articulaciónde cuarenta organizaciones activas de la re-gión,desde México hasta Argentina y Chile.El objetivo es la defensa de las comunidades ypoblaciones que ejerciendo sus actividadeslocales (agricultura, ganadería, silvicultura,pesca, turismo,vivienda y cultura) son afecta-das por los impactos de la minería en AméricaLatina.

Su enfoque se basa en la defensa de los dere-chos de las comunidades afectadas por la mi-nería y sus impactos: agotamiento, disminu-ción y contaminación del agua, destrucciónirrecuperable de ecosistemas, efectos noci-vos en la salud de los comunarios, desplaza-miento forzado,destrucción de suelos,conta-minación del aire, cooptación de dirigentes,división de comunidades, militarización delas zonas mineras, despojo de minerales, nopago de impuestos y regalías, debilitamientode los sistemas democráticos de la normativavigente,entre otros.

www.conflictosmineros.net

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ARTICULACIÓN DE MUJERES PORLA EQUIDAD Y LA IGUALDADEl portal de la Articulación de Mujeres por laEquidad y la Igualdad (AMUPEI) tiene como lí-neas estratégicas la articulación, el fortaleci-miento y la visibilización de todas las mujeres,la comunicación, información y difusión ten-dientes a generar una opinión pública crítica,la incidencia política hacia la sociedad civil yhacia tomadores de decisión, la construccióny/o consolidación de alianzas estratégicascon movimientos sociales desde la perspecti-va de género,y el control y vigilancia social.

La AMUPEI es el resultado de un proceso deorganización del movimiento de mujeresproducto de la Cuarta Conferencia Mundialde la Mujer (Beijing-China, 1995), el posteriorseguimiento a las recomendaciones de la Pla-taforma de Acción Mundial (PAM), surgida dela mencionada conferencia (1996-1998), y larealización de los encuentros nacionales de-nominados “Diálogo Político entre Mujeres”(Cochabamba 1999 y 2000).

EQUIDAD, COMPAÑÍA SOCIAL

Su misión es promover la equidad social y eldesarrollo humano y económico a través delas tecnologías de la información y las comu-nicaciones (TICs). Además, busca implemen-tar programas sociales y educativos para dis-minuir la brecha digital, utilizando como he-rramientas la computadora y el Internet.La página promueve la igualdad en el accesoa la educación,la información,el conocimien-

to y las nuevas tecnologías. Brinda mayoresoportunidades de capacitación e inserciónlaboral a personas de bajos recursos,consoli-da una red de personas para que intercam-bien conocimiento y mejores prácticas parael desarrollo social a través del uso de las TICs,crea,también,una cultura de reuso y reciclajede la tecnología con fines educativos y deprotección del medio ambiente.

www.equidad.org

www.amupei.bo

ESCUELA DE CULTURA DE PAZ

La Escuela de Cultura de Paz (Escola de Cultu-ra de Pau) –iniciativa de la Universidad Autó-noma de Barcelona- se creó con el propósitode trabajar por la cultura de paz, los derechoshumanos,el análisis de conflictos y de los pro-cesos de paz, la educación para la paz, el de-sarme y la prevención de los conflictos arma-dos.Son presentados productos de investiga-ción para intervenir en sus temáticas, tam-bién forma personas para que sean capacesde difundir el mensaje y la práctica de la cul-tura de paz.En su web se encuentran investigaciones delestado de la conflictividad en el mundo asícomo informes mensuales. En el sector “Aler-

ta: informe sobre conflictos, derechos huma-nos y construcción de paz" es un estudioanual que analiza el estado del mundo en ma-teria de conflictos y construcción de paz apartir del análisis de 22 indicadores. Otro es-pacio destacado es “El Semáforo”, una recopi-lación quincenal de noticias sobre conflictosy construcción de paz, clasificadas por áreasgeográficas: África, América, Asia y Pacífico,Europa y Asia Central, Oriente Medio. Tam-bién está “El Barómetro”,un informe trimestral(editado en catalán y castellano) con ochoapartados: conflictos armados, tensiones,procesos de paz, rehabilitación posbélica,cri-sis humanitarias,militarización y desarme,de-rechos humanos y género.

www.escolapau.org

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