revista en contacto, julio 2011

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julio 2011 SANIDAD NACIóN de la la

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Revista en Contacto, Julio 2011

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j u l i o 2 0 1 1

sanidad

naciónde la

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C

Lea la versión digital de esta revista en:

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[email protected]

Esta publicación de

es para la Gloria de DiosAprovechemos al máximo

la libertad

Cada año, el 4 de julio, los estadounidenses celebran el Día de la Independencia. Es un día para recordar a los valientes hom-bres y mujeres que establecieron la nación, y que lograron la libertad que existe hoy en día. Pero es también una ocasión para examinar cómo podemos sacar el máximo provecho de esa libertad como cristianos y miembros de nuestras comuni-dades. Es por eso que hemos dedicado esta edición para estu-diar las formas como podemos utilizar el regalo de la libertad que el Señor nos dio.

Hay personas en todo el mundo que viven en lugares donde el culto cristiano es ilegal. Pero existen otros países donde no se les impide a los cristianos reunir-se para cantar, orar, o hablar de las Sagradas Escrituras con la frecuencia que lo deseen (algo que todos los creyentes debemos luchar por preservar). La libertad religiosa es un privilegio, y lleva consigo una gran responsabilidad que va más allá de la vida devocional del creyente y su relación con otros cristianos, y nunca se debe desestimar.

Como seguidores de Cristo, estamos llamados a vivir nuestra fe de tal manera que podamos influir sobre las personas que nos rodean en bien del reino de Dios. Eso significa que familia, vecinos, compañeros de trabajo y conocidos, deben ser capaces de ver algo en nuestras vidas que nos hace diferentes del resto del mundo.

Nuestra manera de manejar el sufrimiento, la incertidumbre o las injusticias, dan testimonio de la obra que hace el Espíritu Santo al liberarnos de nuestras viejas costumbres. Y a veces, lo que puede parecer el gesto más pequeño, puede equivaler a un gran testimonio en cuanto a la generosidad del Señor. Necesitamos recordar que, aunque podemos ser ciudadanos de una nación terrenal, somos sobre todo ciudadanos del cielo y representantes del Dios vivo (Fil 3.20-21).

Permitamos que el amor del Padre celestial fluya a través de nosotros; perdone-mos y sirvamos a los demás como un ejemplo de la verdadera libertad en Cristo, para que así seamos luz del mundo.

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“O F I C I N AEE. UU.

P.O. Box 48900Atlanta, Georgia 30362

1-800-303-0033770-936-6281

La misión de La revista en ContaCto

es estimular a todo creyente a cultivar una relación más estrecha

con el Señor Jesucristo y apoyar la labor de la iglesia local.

“Estamos llamados a vivir nuestra fe de tal manera que

podamos influir sobre las personas que nos rodeanen bien del reino de Dios.

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Esta publicación de

es para la Gloria de Dios

®

PRESS ASSO C IATIONEVANGE LICAL

Revista En Contacto©, julio de 2011. Tomo XI, no.10. Reservados todos los derechos. Impresa en los Estados Unidos de América. La revista En Contacto no se hace responsable de la publicación ni distribución de ediciones internacionales, ya sea en inglés o traducidas, a no ser que la edición haya sido autorizada por el personal administrativo de la revista In Touch, pu blicada en los EE.UU.A menos que se indique lo contrario, las citas bíblicas son tomadas de la versión Reina Valera de 1960, Sociedades Bíblicas Unidas.

Cuarto Familiar

Bienvenidos a la mesa P or C a meron L awr en C e

La tradición de la hospitalidad cristiana.

Poderoso en esPíritu

Las semillas de libertad P o r J a m e s C a i n

Lecciones acerca de la libertad que podemos aprender de los mártires de la antigua Roma.

16

22

PRODUCIDO POR IN TOUCH FOUNDATION, UNA ORGANIZACIÓN DE APOYO A MINISTERIOS EN CONTACTO®

“O F I C I N AEE. UU.

P.O. Box 48900Atlanta, Georgia 30362

1-800-303-0033770-936-6281

La misión de La revista en ContaCto

es estimular a todo creyente a cultivar una relación más estrecha

con el Señor Jesucristo y apoyar la labor de la iglesia local.

Dr. Charles F. StanleyP R E S I D E N T E Y F U N D A D O R

C. Phillip BowenD I R E C T O R E j E C U T I V O

john E. Courtney, jr.V I C E P R E S I D E N T E

D E S A R R O L L O Y M E R C A D E O

Albert E. AnayaD I R E C T O R D E M E D I O S

Martha Alvarez RestrepoE D I T O R A

Nora T. HernándezC O O R D I N A D O R A D E M E R C A D E O

Víctor M. Rodríguez Marianela Da Silva

D I S E ñ A D O R E S G R á F I C O S

Steve R. LindseyD I R E C T O R D E M AT E R I A L E S

Y D I S T R I B U C I Ó N

David BlahnikG E R E N T E D E P R O D U C C I Ó N

a r t Í c u l o s

4La saniDaD De La naCiÓnPor CharLes f. stanLey

Cómo ejercer influencia en los líderes del país en favor del reino de Dios.

10¡quÉ soldado!Por tonya stoneman

El primer comandante militar ciego de EE.UU. habla de cómo ver sin los ojos.

conte nido

24encuentro con JesúsEstudie más de la Palabra de Dios con estos devocionales extraídos de las predicaciones del Dr. Stanley

s e c c i o n e s

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AA lo largo de los años, he tenido el privilegio de pasearme por algunas de las playas más bellas del mundo. No hace mucho tiempo, estaba en una playa de Hawai conocida por sus olas enormes.

Al contemplar el océano, me pre-gunté: ¿Qué hace que las mareas pasen de ser hermosas a ser peligrosas? ¿Qué hace que el mar aumente y produzca una ola que arrastre casas?

La respuesta en muchos casos es las tormentas. Algunas golpean la superfi-cie del agua cerca de la costa, mientras que otras se producen lejos, causando una reacción en cadena en todo el océano. Algunas generan fuertes vien-tos, mientras que otras producen una cantidad aparentemente interminable de lluvia.

Estas observaciones de la naturaleza me pusieron a pensar en los proble-

sanidadla

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sanidad

mas que enfrenta nuestro mundo —en tormentas que no tienen nada que ver con el clima. Más bien, son situaciones en nuestras vidas que barren con todo como un huracán que destruye por completo nuestra paz y seguridad. No sabemos qué hacer ni a dónde ir, por-que sencillamente no podemos escapar de su furia.

Creo que nuestro mundo está enfren-tando una ola destructiva creada por

el hombre, y que está agravando a un ritmo alarmante. Y como padre, abuelo, y predicador de la Palabra, siento la respon-sabilidad de hablar acerca de los problemas actuales y de las vidas que requieren nuestra atención y la intercesión de los creyentes.

Algunas personas se preguntan si es correcto que cristianos se involucren en los asuntos de gobierno. Realmente, no encuen-tro un versículo en la Biblia que nos llame a desentendernos de las responsabilidades de la ciudadanía. Por el contrario, Proverbios

nación

Cómo ejercer influencia en los líderes del país en favor del reino de Dios.

p o r C h a r l e s F . s t a n l e y

de la

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11.1 (La Biblia al Día) nos enseña: “La buena influencia de los ciudadanos justos hace prosperar la ciudad”.

La Biblia habla extensamente de cómo seguidores de Dios influenciaron positiva-mente a reyes, para el bienestar del pueblo. Lo que me dice esto es que tenemos que participar activamente en superar los pro-blemas que enfrentamos, tanto con oración como mediante la influencia positiva sobre los gobernantes de nuestra sociedad. Así que, nuestra esperanza en Dios nos obliga a repercutir de forma proactiva en quienes están en el poder.

un ejemplo históricoEl profeta Daniel hizo mucho para moldear las opiniones de los gobernantes en bien del pueblo judío. De hecho, la influencia de Daniel abarcó casi setenta años. Su influen-cia fue poderosa, porque él sabía dónde poner su esperanza. Confiaba en Dios por encima de todo.

Daniel era apenas un adolescente cuando fue llevado a Babilonia en el 65 a.C. durante la primera de las tres deportaciones hechas desde la nación de Judá. Fue escogido para el servicio del rey, donde se distinguió casi de inmediato, llegando a ser reconocido por sus conocimientos, su inteligencia y sus habilidades.

Una noche, el rey de Babilonia, Nabucodonosor, despertó de un sueño per-turbador, sintiéndose profundamente pre-ocupado. Inmediatamente mandó a buscar a los magos de la corte y a hombres sabios,

y les exigió que le narraran y explicaran el significado de su pesadilla. Y añadió: “Si no me mostráis el sueño y su interpretación, seréis hechos pedazos, y vuestras casas serán convertidas en muladares” (Dn 2.5).

Los magos y los consejeros se quedaron atónitos. No tenían ninguna respuesta para él. Cuando le dijeron al rey que era imposible cumplir con su orden, Nabucodonosor orde-nó que todos los sabios de Babilonia fueran ejecutados —incluyendo a Daniel.

Daniel se enteró de la sentencia de muer-te, y le pidió al rey tiempo para consultar a Dios en cuanto al asunto. Esa noche, oró con

otros tres exiliados hebreos que estaban al servicio del rey: Ananías, Misael y Azarías. Durante la noche, el Señor reveló la visión y su interpretación a Daniel.

Como resultado, el profeta pudo decirle al rey todo lo que él quería saber sobre el sueño y su significado. No obstante, lo más impor-tante fue que Daniel le reveló ante Quién era responsable Nabucodonosor en última instancia: el Señor Dios Todopoderoso. Al atribuir correctamente toda la gloria al Padre celestial, Daniel dijo: “Hay un Dios en los cie-los, el cual revela los misterios, y él ha hecho saber al rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer” (v. 28).

Al llegar a este punto, es importante tener en cuenta tres cosas:

1. Ningún líder humano lo sabe todo. Ningún funcionario del gobierno puede tener todas las respuestas necesarias para resolver todos los problemas que enfrenta una nación. A pesar de que Babilonia era

Tenemos que participar activamente en superar losproblemas que enfrentamos

con oración.

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un imperio muy avanzado en ese tiempo, Nabucodonosor comprendió que no tenía idea de lo que significaba su sueño, ni qué hacer al respecto. Lo mismo sucede a menu-do con los líderes de hoy, que se ocupan de asuntos tan diversos, que es imposible que sean expertos en todos ellos. Deben confiar en el consejo de sus asesores para tomar decisiones, lo cual no siempre es el mejor.

2. Dios sabe. Afortunadamente, el Señor tiene una profunda sabiduría de todas las cosas. Él lo ve todo de principio a fin, y sabe qué es lo mejor que debe hacerse en cada situación. Si ponemos nuestra confianza en Él, no fallaremos.

3. El Padre celestial revelará lo que necesitamos saber. Santiago 1.5 hace esta gran promesa: “Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada”. Solo hay un requisito: debemos pedir con fe, sin dudar de la respuesta del Señor (v. 6).

Cuando Daniel recibió la respuesta de Dios, confió en que había recibido exacta-mente lo que necesitaba, e inmediatamente alabó al Padre celestial por su ayuda. El profeta no dudó de la revelación ni la cues-tionó, sino que reconoció la misericordia y la soberanía del Señor.

¿Qué debemos hacer, y qué podemos esperar?Entonces, ¿cómo podemos tener influen-cia sobre nuestros líderes, como la tuvo Daniel? Vale la pena examinar con deteni-miento cuatro aspectos de este relato. Estas enseñanzas nos muestran lo que debemos hacer —y la respuesta que podemos espe-rar— si nos acercamos a Dios buscando sabiduría y ayuda.

1. Ir a Dios con corazón humilde.Lo primero que debemos señalar es que Daniel pidió a Ananías, Misael y Azarías que se unieran a él en oración, sin formarse antes una opinión o suposición en cuanto al h

sueño de Nabucodonosor. Los cuatro jóve-nes fueron con humildad al Padre celestial para buscar su guía y “misericordias del Dios del cielo sobre este misterio, a fin de que Daniel y sus compañeros no pereciesen” (Dn 2.18). Nosotros debemos hacer lo mismo.

2. Esperar con paciencia la respuesta del Señor. En segundo lugar, después que Daniel oró, esperó que Dios respondiera. Tenga en cuenta que los cuatro jóvenes hebreos estaban enfrentando una sentencia de muer-te. Sin embargo, el profeta se fue a dormir, confiando en la ayuda y sabiduría del Padre celestial. ¡Qué ejemplo confianza y esperanza en el Señor!

Muchas personas están tan ocupadas yendo tras sus deseos, que no hacen una pausa para escuchar al Señor. Temen que si toman tiempo para esperar delante de Él, perderán oportunidades decisivas. Nada podría estar más lejos de la verdad. Lo más importante que podemos hacer con nuestro tiempo, es esperar en Dios en oración.

Creo que es crucial que nos estemos quie-tos y pongamos atención a lo que el Padre celestial nos está diciendo. Después de todo, escuchar a Dios es absolutamente esencial si queremos caminar con Él.

3. Estar satisfechos con su respuesta. En tercer lugar, debemos notar que el Señor reveló todo lo que Daniel necesitaba saber sobre el sueño del rey, incluyendo el signifi-cado de cada detalle. No había necesidad de esperar para tener más información de parte del Padre. Por el contrario, el profeta confió en que le había sido dado todo lo que necesi-taba para actuar.

Lo mismo es verdad para nosotros. Cada vez que el Señor nos dé una orden, debemos obedecer de inmediato. Podemos confiar en que Él asumirá la responsabilidad por nues-tras necesidades al obedecerlo, incluyendo el darnos la información necesaria.

Los planes y los propósitos de Dios pue-den revelarse con el tiempo, pero podemos estar seguros de que Él siempre nos dará

Tenemos que participar activamente en superar losproblemas que enfrentamos

con oración.

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Nuestra libertad física importa muy

poco si nuestros corazones están escla-

vizados al pecado. la verdadera liber-

tad solo es posible por medio de una

relación personal con Jesucristo.

romanos 8.1, 2 dice: “ahora pues,

ninguna condenación hay para los que

están en cristo Jesús. Porque la ley del

espíritu de vida en cristo Jesús me ha

librado del pecado y de la muerte”.

¿Quiere usted ser verdaderamente

libre? confiese sus pecados, e invite

al señor a entrar en su vida. utilice

la siguiente oración o sus propias

palabras:

Señor Jesús: Creo que eres verdaderamente el

Hijo de Dios. Confieso que he pecado contra

ti en palabra, pensamiento y obra. Te ruego

que perdones todos mis pecados, y que me per-

mitas relacionarme contigo a partir de ahora

mismo. Te recibo como mi Salvador perso-

nal, aceptando la obra que realizaste una vez

por todas en la cruz. Gracias por salvarme.

Ayúdame a vivir una vida que sea agradable

a Ti. Amén.

con mucho gusto le enviaremos

nuestro material gratuito “Vida

nueva en cristo” para ayudarle a

dar el siguiente paso en su relación

con dios. Póngase en contacto con

nuestro departamento de atención al

cliente, llamado al 800-303-0033, o

visite www.encontacto.org para más

información.

todo lo que necesitamos para tener éxito. Nuestra responsabilidad es mantenernos escuchando, con-fiando y obedeciendo.

4. Responder a Dios con alabanza. Finalmente, debemos ver que la reacción inme-diata de Daniel a la ayuda del Señor, fue alabar a Dios como el único que puede revelar tales mis-terios (vv. 27, 28). El profeta no vio este triunfo como una oportunidad para obtener beneficios para sí mismo. Más bien, reconoció correctamen-te que la victoria le pertenecía a Dios, y atribuyó siempre toda la gloria al Padre.

En respuesta, el rey proclamó: “Ciertamente el Dios vuestro es Dios de dioses, y Señor de los reyes, y el que revela los misterios, pues pudiste revelar este misterio (v. 47). Por el valiente testi-monio de Daniel, el rey Nabucodonosor comenzó el recorrido que finalmente lo llevaría a “alabar, engrandecer y glorificar al Rey del cielo” (4.37).

¿Qué me dice de usted?Usted se estará preguntando: “¿Puedo yo escu-char realmente la voz de Dios y recibir respuestas a mis preguntas? ¿Puedo realmente, ser como Daniel y ejercer influencia sobre los funcionarios del gobierno, con la dirección de Dios?

Jesús enseñó a los discípulos: “Cuando os trajeren a las sinagogas, y ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis por… lo que habréis de decir, porque el Espíritu Santo os enseñará en la misma hora lo que debáis decir” (Lc 12.11, 12).

Y lo hizo. Después de llevar a los discípulos para ser interrogados, los dirigentes judíos “[vie-ron] el denuedo de Pedro y Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravi-llaban; y les reconocían que habían estado con Jesús” (Hch 4.13, cursivas añadidas).

Si los discípulos dejaron tal impresión en los eruditos funcionarios del templo, ¿cuánto más puede usted —con todos sus dones, formación y experiencia— influir en los líderes de su comu-nidad? Pero usted debe darse cuenta del secreto: habían estado con Jesús. Como digo a menudo, nuestra intimidad con Dios determina el impacto que causen nuestras vidas sobre los demás.

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¡Este es el momento!

La influencia que usted ejerce

tiene un gran potencial. Este es el

momento, de marcar la diferencia

en una sociedad decadente, siendo

sal y luz.

La influencia del creyenteSerie en 2 CDs | IDCCD $8.00

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El Capitán Scotty Smiley tenía 24 años de edad, y estaba, por primera vez en su

vida, completamente perdido. Era un paracaidista del ejército de EE.UU, graduado en West Point. Había girado correctamente a la derecha, dado exactamente el núme-ro de pasos que debía, y había hecho todo de acuerdo con el plan. Sin embargo, allí estaba él, vagando en un estacionamiento. Eran las 5:45 p.m., y todos se habían mar-chado a sus casas, por lo que las posibilidades de encontrarse con una enfermera o un médico eran escasas. Lo único que él quería era un poco de libertad —la libertad de caminar de regreso por sí mismo desde el gimnasio hasta el Centro de Rehabilitación de Veteranos Ciegos. No era simplemente el estar perdido lo que lo llevó a arrojar al suelo su bastón, y llorar. Era todo lo que había cambiado en tres meses.

Meses antes, Smiley había sido enviado a Irak con la Compañía Alfa del primer batallón del 24º Regimiento de Infantería. La mañana del 6 de abril de 2005 recibió información de inteligencia sobre un artefacto explosivo coloca-do en un vehículo. Un terrorista llamado Abu Shahid había organizado trein-ta atentados suicidas con coches bombas en los últimos dos meses. A Smiley se le asignó la tarea de encontrar el artefacto antes de que hubieran víctimas.

El mensaje por la radio era claro: estaban buscando un vehículo viejo de color gris, pero Smiley no pudo tener en claro la ubicación específica del vehículo antes de que su unidad fuera enviada. Se puso detrás del volante de su Humvee y se dirigió al norte. Fue el primero en detectar el coche sospechoso, cuya parte trasera estaba más baja que la delantera. Había dos posibilidades: mala suspensión, o algo muy pesado se encontraba en la cajuela —una bomba.

Los reglamentos de guerra no permiten que los soldados disparen contra las personas de aspecto sospechoso. Y, de todos modos, Smiley no estaba realmente seguro de lo que debía hacer en esa situación. “Lo último que querría saber es que había matado a una persona inocente”, dice. “Es realmente una situación difícil, porque queremos proteger al pueblo

iraquí y no queremos estar allí para causar daño. Para nosotros es muy importante tener la certeza de que la gente de Irak esté segura”.

el primer comandante militar ciego de ee.uu. habla

de cómo ver sin los ojos.p o r t o n y a s t o n e m a n

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Smiley había estado en muchas situaciones peligrosas. Un mes antes, un terrorista suicida se había infiltrado en el comedor, asesinando a veintidós soldados unos minutos después de qué él había estado allí comiendo. Casi a diario había tiroteos. Pero en esa mañana específica no se sentía amenazado. Siempre inclinado a pensar lo mejor de las personas, comenzó a evaluar la situación. Tal vez el hombre del auto se había extraviado. Quizás se había estacionado para espe-rar a alguien. Smiley se acercó al auto y le gritó al conductor que saliera del vehículo.

“El hombre levantó las manos y me miró por encima del hombro”, recuerda Smiley. “Sus manos indicaban que no pasaba nada. Me sentí tranquilo. Pensé: Este tipo no puede estar haciendo nada malo. Le grité de nuevo que saliera del vehícu-lo. Levantó las manos otra vez, y luego volvió a ponerlas en el volante. Pero entonces soltó el freno del carro, y éste comenzó a dirigirse hacia mí. Pensé que no entendía lo que le estaba dicien-do, por lo que hice dos disparos con mi fusil frente a su vehículo. Entonces, todo se me volvió negro”.

Lo siguiente que recuerda Smiley es el beso que le dio su padre en la mejilla cuando se despidió de él. Había estado al lado de su hijo durante una semana en el Centro Médico del Ejército Walter Reed mientras Smiley se encontraba en un coma inducido. “Yo estaba confundido”, dice Smiley. “Una parte de mí pensaba que estaba todavía en Irak, y otra de mí sabía que estaba en Estados Unidos. Creo que parte de mi cerebro lo sabía, pero la otra parte no quería aceptarlo. Mucho de esto se debía a que no quería aceptar la realidad de lo sucedido”. Cuando por fin pudo hablar, las primeras palabras que le dijo a su padre fueron: “¡Qué soldado, ¿no?!”

Un trozo de metralla se había alojado en sus ojos, penetrando la córnea y dañando los nervios

ópticos. Los médicos dijeron que había ape-nas una pequeña posi-bilidad de salvarle la vista, y un buen amigo le imploró que orara pidiendo por su sani-

D e A r r i b A h A c i A A b A j o : Capitán Scotty

Smiley con sus hijos Graham y Grady;

en el hospital después de recibir la conde-

coración Purple Heart; graduándose en la

Universidad Duke; saludando al General

David Petraeus.

Page 13: Revista en Contacto, Julio 2011

dad el día antes de la cirugía. Pero Smiley estaba alterado, agresivo y deprimido. “Le dije: No, no quiero orar. No creo en Dios”.

El cambio de espíritu experimentado por Smiley inquietó a su esposa Tiffany. Estar casada con un ciego era manejable, pero estarlo con alguien que negaba a Dios era algo completamente diferente. “Volvió a su habitación, se puso de rodillas, y oró pidien-do que yo volviera a creer en Dios —que le pidiera que entrara en mi corazón— y que

me perdonara por negarlo”, dice Smiley. “Creo que en ese momento, mi familia sabía lo que yo necesitaba. No era necesariamente la vista. Era a Dios”.

Cuando terminó la operación, que duró ocho horas, el oftalmólogo le susurró al oído a Smiley que nunca volvería a ver otra vez. “Yo estaba deprimido. Tenía sentimientos de culpa, ira y resentimiento. Pensaba que no había cumplido con mi deber”, dice. “Había fracasado, y ahora iba a estar ciego por el resto de mi vida”. Las preguntas comenza-ron a aguijonearlo: ¿Cómo iba a cuidar de él mismo, y mucho menos de su esposa? Pero algo bueno sucedió ese día: al saber que iba a quedar ciego, pudo tomar la crítica decisión de seguir adelante.

Smiley sabía que necesitaba perdonar. “Sabía que tenía que perdonar al hombre que se explotó a sí mismo. Tenía que per-donarme a mí mismo por las decisión que había tomado. Y tenía que pedirle perdón al Señor. Sabía que no podía vivir con el resen-timiento, la ira y el odio que le había mos-trado a Dios. Una vez que hice estas cosas, comencé a experimentar un cambio”.

El cambio no fue instantáneo. En reali-dad, fue minúsculo al principio, comenzando

con una ducha —la mejor y la peor de toda su vida. No se había bañado en dos semanas, y todavía tenía polvo iraquí en la espalda. El simple acto de ponerse de pie fue doloroso, ya que la sangre comenzó a fluir hacia abajo en las piernas, sintiendo como si le estu-vieran ardiendo. Se aferró al colgador de la ducha mientras el agua le caía como agujas en la espalda.

Después de que las enfermeras le quita-ron el último residuo de desierto de la piel,

Smiley se hundió de nuevo en su cama del hospital, agradecido de haberse decidido a darse una lavada. “Eso significaba que estaba dando un paso hacia delante; que iba a acep-tar la vida que Dios me había dado, y que iba a seguir adelante con ella”.

Romanos 8.18 fue particularmente recon-fortante para Smiley. “Como dice Pablo: ‘Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse’, yo sabía que el Señor tenía un propósito para mi vida —para el sufrimiento que estaba experimentando, y para lo que había pasado. Solamente tenía que seguir creyendo en Él. Y si seguía sirviendo a Dios, Él me daría su gracia y me seguiría amando”.

Después vinieron muchos días difíciles. Smiley se trasladó a un centro de rehabilita-ción. Allí experimentó una pérdida completa de independencia. “Estaba desubicado física y espiritualmente”, dice. “Seguía preguntán-dole a Dios: ‘¿Por qué? ¿Por qué yo? ¿Por qué esta vida? —en lugar de preguntar: ‘¿Para qué? ¿Para qué vas a usarme?’”

Dios comenzó a revelarle a Smiley que tenía que confiar en Él y en los demás. “Dios no nos ha puesto en este mundo para que

“creo que en ese momento, mi familia sabía lo que yo necesitaba. no era necesariamente la vista. era a dios”.

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confiemos en nosotros mismos, sino para que confiemos en otras personas —para que nos reunamos con otros creyentes y les permi-tamos que nos ayuden, por cualquier medio posible, a estar más cerca de Él”.

Según el estilo del capitán Smiley, una gran parte del aprendizaje de depender de los demás incluyó ascender al Monte Rainier, esquiar en la nieve, surfear y hacer paracai-dismo acrobático. “Yo era una persona acti-va antes de la lesión, y todavía había cosas interesantes que quería hacer con mi vida”, dice. “No quería que me lo quitaran todo —la libertad de poder montar en bicicleta, correr, levantar pesas, hacer esquí acuático, o saltar desde un aeroplano”.

Ninguno de estos esfuerzos ha sido fácil, y cada uno de ellos ha requerido la ayuda de amigos que creyeron en él. Smiley está eterna-mente agradecido por eso, y lo está retribuyen-do. Dos años después de la lesión, obtuvo una Maestría en Administración de Empresas de la Universidad Duke, y luego volvió a West Point para enseñar ciencia de la conducta y lideraz-go. Más tarde, fue ascendido a comandante de una unidad de transición de combatientes, donde se desempeña en la actualidad. Es el primer comandante ciego en servicio activo en el Ejército de los Estados Unidos.

Han pasado seis años desde el incidente en Irak, y todo ha vuelto parcialmente a la normalidad. Smiley come, se viste y se ocupa de su rutina diaria de la misma manera. Pero hay una necesidad imborrable bajo la super-ficie de la vida cotidiana: ya no puede ver a la hermosa mujer con la que se casó. Por no poder imaginar cómo es el rostro de sus hijos, se entristece cada vez que alguien le dice que son encantadores. “Si puedo ser utilizado para mayor honra de Dios, tengo que aceptar las cosas”, dice.

La parte más difícil es no saber por qué Dios permitió que sucediera todo esto. Smiley dice que no tendrá la respuesta a esa pregunta en este mundo, pero que seguirá sirviendo fiel-mente a Dios a pesar de todo. ¡Qué soldado!

camp Patriot retribuir a quienes han dado

Hay más de 2.300.000 veteranos dis-capacitados en EE.UU. en la actualidad. Muchos de estos hombres y mujeres vuelven a casa de la guerra con parali-zantes heridas físicas y emocionales que hacen que sus sueños y sus esperanzas parezcan inalcanzables. Es aquí donde se hace presente Micah Clark

Clark, un ex infante de marina que protegía a funcionarios del gobierno de Afganistán, había regresado a EE.UU. sano y salvo, y con una sensación pro-funda de que Dios lo había bendecido. Se sentía obligado a hacer algo para ayudar a otros soldados que no habían sido tan afortunados.

En 2005, Clark fundó Camp Patriot (www.camppatriot.org), una organiza-ción dedicada a ayudar a los veteranos heridos para que recuperen sus espe-ranzas, su independencia y su vitalidad por medio de actividades al aire libre tales como ciclismo de montaña, caza, kayak, parapente, esquí montaña y montañismo.

El capitán Scotty Smiley escaló el Monte Rainier con Camp Patriot en el 2007. Él dice que la experiencia jugó un papel importante en su rehabilitación.

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Vivir en la Verdad>> Cómo reconocer las fuentes del engaño

LeA 1 JUan 2.15-17

A lo largo de la vida cristiana nos tropezamos con muchas tentaciones, pero todas provienen de fuentes tales como: el mundo, el demonio y la carne. Cada una tiene su forma especial de engañarnos en su propósito de hacernos tropezar en nues-tro caminar con el Señor. Pero si podemos discernir las características de lo que amenaza con atraparnos, podemos prepararnos con la verdad y permanecer firmes contra todas las mentiras.

exAmineEl mundo:uSantiago 4.4. Compite con Dios por nuestra lealtad y amor.u1 Juan 2.16. Incita los deseos de la carne y el orgullo.uLucas 8.14. Nos ahoga con las preocupaciones, las riquezas y los placeres de esta vida, haciéndola espiritualmente estéril.u2 timoteo 4.10. Nos desvía del servicio fiel a Dios.La carne:uRomanos 8.5-7. Infiltra nuestra mente con su manera de actuar y sus deseos.uGálatas 5.16, 17. Nos impulsa a satisfacernos a nosotros mismos.uGálatas 5.19-21. Produce las obras de la carne: inmoralidad, idolatría, discordias, y autoindulgencia pecaminosa.uGálatas 6.7, 8. Promete placer, pero cosecha una vida arruinada.El demonio:u2 Corintios 11.13-15. Se disfraza como ángel de luz.uJuan 8.44. Llena nuestras mentes con mentiras para que hagamos lo que él quiere.uGénesis 2.16, 17; 3.1-5. Tergiversa la verdad mezclándola con engaños.uMateo 4.5-7. Manipula las Sagradas Escrituras para engañarnos.u1 tesalonicenses 3.5-8. Nos tienta para que dudemos y nos demos por vencidos.u2 Corintios 2.10, 11. Gana terreno en nuestras vidas por medio de pecados.u1 Pedro 5.8, 9. Está siempre al acecho, buscando a quién devorar.

1. ¿De qué maneras ha tomado el mundo un lugar en su corazón, o le ha ahogado con sus placeres y distracciones? ¿Cómo puede vivir en este mundo sin dejar que éste corrom-pa su alma?

2. Cuando usted enfrenta una tentación, ¿permite que sean sus deseos carnales o el Espíritu Santo quien tenga el control?

3. ¿Puede usted discernir de qué maneras ha afectado Satanás su vida? ¿Cómo puede protegerse contra sus engaños y sus estratagemas?

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r e f L e x i o n e

15-minutos de estudio bíblico

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BBrent George aviva con madera la hoguera en su patio. Me hace señas para que me esta-cione junto al césped donde muchos autos se han detenido antes. Durante los 34 años que han estado casados, él y su esposa Laura han recibido con los brazos abiertos a más de 40 personas que se quedaron a vivir con ellos, a largo y corto plazo, a la vez que tuvieron y criaron once hijos suyos, por no hablar de los visitantes que se presentan cada día para conversar, recibir algún consejo, y comer.

La casa de dos pisos, de tablones de madera blanca y postigos verdes, y con un aro de baloncesto en la entrada al garaje, es bonita pero no extraordinaria —no es muy grande ni muy adecuada para acoger a muchos huéspedes como podría esperarse. Por dentro es humilde pero cómoda, y tiene las señales de una vida en familia evidencia-da por la estantería y los muebles. Todo ello transmite una inefable calidez que irradia de la sensación de vida de hogar que da una

amable bienvenida.Brent me conduce a la sala de estar des-

pués de pasar por la cocina y unas escaleras, donde Laura se une a nosotros mientras hablamos y esperamos que la cena termine de prepararse. Ella atribuye a su suegra la inspiración que tuvieron desde el comienzo en cuanto al estilo de vida que eligieron hace más de tres décadas. Pero fue un libro sobre la fraternidad de L’Abri —la comunidad evangélica fundada en Suiza por Francis y Edith Schaeffer en 1955—lo que les dio una visión mayor. Los Schaeffer decidieron abrir su hogar a personas interesadas en reunirse con otras para el estudio de la Palabra y conversar sobre la vida de fe. Y los George siguieron el ejemplo, comenzando con un estudio bíblico para jóvenes, e invitando des-pués a un miembro de la iglesia a vivir con ellos. Desde entonces, han dado camas, y a veces hasta habitaciones enteras, a huéspe-des de permanencia corta y larga.

Bienvenidos a la MesaUn retorno a la hospitalidad Cristiana p o r C a m e r o n l a w r e n C e

cuartofamiliar

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Aunque por lo general se cree que más hijos es igual a mayor dificultad en cuanto a hospitalidad, los George no lo ven de esa manera. La decisión de dejar que Dios deter-minara su número de hijos es el núcleo de su dedicación de ser anfitriones de los demás. “Estuvimos tratando de espaciar los naci-mientos de nuestros hijos de la manera que pensábamos que era prudente, pero empecé a pensar que la Biblia dice que los hijos son una bendición. No dice que son una bendi-ción si se puede vivir en una casa de cierto tamaño, o si se pueden enviar todos a la uni-versidad. No hay requerimientos”.

Fue entonces cuando todo comenzó a cambiar, dando nueva profundidad y firmeza a su convicción. “Cuanto más hospitalario me volvía para recibir a más hijos, más hospitalario me volvía hacia otras perso-nas, ya sea que llegaran de la matriz, por la puerta de la calle, por la puerta de atrás, por la puerta lateral, o por la ventana. Nunca

hemos colgado un cartel de “vacante” frente a la casa. Dios sabía que nuestros corazones estaban abiertos para ayudar a las personas, y Él simplemente las traía a nuestra puerta”.

Pasamos a la mesa cuando la comida está lista, y seguimos conversando mientras comemos. Dos de los hijos de Brent y Laura se nos unen, y cada uno de ellos cuenta historias sobre la vida de hospitalidad que ellos eligieron. “Eso nos ha sacado de nues-tra comodidad muchas veces”, dice Abby, de 22 años. “Pero es bueno no estar cómo-dos, porque esto nos permite crecer, y nos enseña a hacer sacrificios de maneras que uno probablemente no habría notado de no haber tenido a ciertas personas en su vida. Aprender a tratar con todas las personalida-des —especialmente con las que casi parecen estar tanteando el terreno para ver si las seguiremos amando y recibiendo— es difícil, pero eso nos enseña a ver a través de los ojos de Cristo, en vez de los de la carne”.

Bienvenidos a la MesaUn retorno a la hospitalidad Cristiana p o r C a m e r o n l a w r e n C e

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Josiah, de 20 años, recuerda una época en que un adolescente que vivía en la calle, se convirtió en su compañero de cuarto. Los George trajeron al muchacho a su casa para que pasara la noche, y se quedó con ellos durante ocho meses. “Soy una persona muy tranquila, y él no se estaba quieto ni un segundo. Tener que acostumbrarme a esa energía y compartir mi habitación, me resultaba realmente difícil. Pero eso defi-nitivamente me hizo crecer y me enseñó paciencia”.

“El tener a personas en nuestra casa ha enseñado a nuestros hijos que hay algo más importante que ellos”, añade Brent. “Eso ha enriquecido nuestras vidas, y nos ha enseña-do a todos sobre Cristo y su reino”.

En los primeros años del siglo 15, el pintor ruso Andrei Rublev creó su obra más famosa —una representación simbólica de la Trinidad basada en la imagen del Antiguo Testamento, de tres visitantes a la casa de Abraham. La historia, que se encuentra en Génesis 18, ha ocupado un lugar funda-mental en la tradición bíblica en cuanto a hospitalidad.

Rublev no fue el primero en pintar esta escena, pero su versión carece de dos deta-lles importantes que sí incluyeron pintores anteriores: Abraham y Sara. Pero lo que parece ser una omisión ofrece, en realidad, una vista en cuanto a una verdad fundamen-tal sobre la hospitalidad. Las tres figuras, pintadas como ángeles, están reunidas en torno a los tres lados de la parte posterior de una mesa, dejándonos con una sensación de invitación. Esto representa la generosa hos-pitalidad de Dios para con nosotros —aun-que estábamos distanciados de Él (Ro 5.8), Cristo murió para darnos la bienvenida a la vida eterna y al amor de la Divinidad.

La Dra. Christine Pohl, autora de Making Room (Hacer sitio para los demás), y profe-sora de Ética en el Seminario Teológico de Asbury, ha escrito extensamente sobre la

no os olvidéis

de la hospitalidad,

porque por ella

algunos, sin saberlo,

hospedaron ángeles

—HeBreos 13.2

“ L a T r i n i d a d ” d e A n d r e i R u b l e v

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práctica de la hospitalidad cristiana. Ella me dijo por teléfono que la capacidad de mos-trar hospitalidad a los demás solo es posible porque Dios la tuvo primero con nosotros. “La hospitalidad, especialmente la capacidad de sostenerla a través del tiempo, viene de un corazón agradecido por la extraordinaria y costosa bienvenida que hemos recibido de Dios en Cristo”, dijo. “Si realmente llegamos a entender esto, podemos responder, encar-nando esa acogida que Él da”.

Desde el comienzo, los cristianos han luchado con la interrogante de cómo ofre-cer la clase de acogida que señala Pohl. Ella dice que esa lucha es evidente en algunos de los conflictos mencionados en el Nuevo Testamento entre los judíos cristianos y los gentiles cristianos —por ejemplo, en cuanto a quiénes podían comer con quiénes—, y en las tensiones sociales entre seguidores pobres y ricos de Cristo. Pero la hospita-lidad en la sociedad de hoy es diferente. Nuestra cultura ha trivializado en gran medida la práctica, ya sea viendo su cum-plimiento en el agasajo a amigos y colegas de trabajo, o en la industria hotelera. Por lo demás, las familias son ahora más pequeñas, y cada vez más privadas.

“Muchos vemos a nuestros hogares como retiros del mundo, en vez de una herramien-ta para el reino de Dios, por lo que estamos recelosos de dar la bienvenida a las perso-nas, y del tiempo que pasarán con nosotros”, apunta Pohl. “Vivimos preocupados por realizar nuestras actividades, por lo que las oportunidades de ser hospitalarios las vemos como interrupciones. Si todo nuestro enfo-que está en que se hagan las cosas, el abrir nuestros hogares a los demás es siempre inoportuno”.

Tal vez el detalle más inoportuno, si no el más incómodo, de la tradición bíblica, es su énfasis en acoger al extranjero. “Tenemos imágenes de Dios particularmente como anfitrión en el Antiguo Testamento. Pero con Jesús, tenemos también a Dios vinien-

do como huésped y extranjero, y también como anfitrión, al decir: “En cuanto [disteis la bienvenida] a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”, apunta Pohl. Los primeros cristianos tomaron estas palabras tan en serio que era una práctica común tener una habitación especial en sus hogares —que ellos llamaban “el cuarto de Cristo” o la “habitación del profeta”— para que cuando fueran visitados por extraños, los creyentes no perdieran la oportunidad de dar acogida a Jesús.

Pero el peligro potencial de un huésped impredecible es un temor frecuente que puede impedirnos ir más allá de acoger solo a las personas que conocemos mejor. Pohl cree que, por lo general, el riesgo de que eso suceda es real, pero a menudo exagerado. Lo que necesitamos es discernimiento. Ella dice que hay diferentes niveles de “ser un extra-ño”, y contextos adecuados para manejar cada uno de ellos. “Yo no recomiendo acoger a personas que usted sabe que representa-rían un riesgo, a menos que tenga ayuda y apoyo. Hay umbrales entre la privacidad del hogar y la vida pública que siguen siendo receptivos”. Los servicios de la iglesia y las reuniones sociales en lugares públicos son apenas dos ejemplos de tales sitios. La clave para mantenerse a salvo, dice ella, es formar equipos para brindar hospitalidad.

Un pasaje en el Evangelio de Lucas da una enseñanza importante en cuanto a nuestro enfoque hacia el extraño, es decir, que no debemos acoger a los demás para beneficio personal. El autor nos dice que en el día de reposo, Jesús cenó en la casa de un líder fari-seo. Al notar que quienes estaban sentados a la mesa eran huéspedes distinguidos, el Señor retó al anfitrión a no invitar a ami-gos, vecinos ricos, o familiares, que podían devolver el favor de una forma u otra: “Mas cuando hagas banquete, llama a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos; y serás bienaventurado; porque ellos no te pueden recompensar, pero te será recompensado en

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programación de radio y TV

la resurrección de los justos” (14.13, 14).“Esto no significa que no debe darse la

bienvenida a amigos y familiares”, aclara Pohl. “Es más bien, que somos llamados a dar a los extraños y a quienes se suele —por lo general— dejar al margen, la clase de aco-gida que daríamos a parientes y amigos. Es muy difícil mostrar hospitalidad a los extra-ños si no lo mostramos a las personas que conocemos y amamos”.

Pohl aconseja que los que nunca lo han hecho, comiencen haciendo preguntas, tales como: ¿Quiénes son las personas de mi mundo que necesitan ser acogidas? ¿Es la persona que vive en su misma calle, cuyos parientes vive en el otro lado del país? ¿Son los amigos de mi hijo, un estudiante venido de otro país, o un miembro de la iglesia que está discapacitado? Ella también recomien-da encontrar maneras de ampliar nuestras mesas, además de reconsiderar cómo con-ceptuamos a nuestros hogares —para verlos, no como refugios privados, sino como herra-mientas para el reino de Dios.

Cuando terminamos de comer el postre, miro a través de la ventana y veo la hoguera que arde bajo un cielo oscuro. Varios niños están afuera, sentados alrede-dor de las llamas, y lo único visible de ellos a la luz del fuego son sus rostros. Pienso en la comida que acabamos de comer, y me pre-gunto cuántas personas se habrán sentado en estas sillas. ¿Cómo hacen los George para seguir recibiendo y dando tan generosamen-te a tantas personas?

“Dios ha provisto”, responde Brent. “Y ha provisto enormemente”.

Laura recuerda el día en que su hijo ado-lescente, Micah, ahora de 30 años, trajo a

unos amigos a casa a la hora de comer. Los George estaban experimentando dificulta-des económicas, y alguien les había dado un jamón que era suficiente solo para la familia. “Llevé a mi hijo aparte y le dije: ‘No tenemos suficiente comida...’. Pero luego escuché al Señor decir: ‘Sí, hay suficiente jamón’”. Obedientemente, ella les dijo a los muchachos que podían quedarse a comer con ellos.

“Muchas veces, Brent y yo hemos tenido que esperar hasta que coma la última perso-na, para luego comer nosotros lo que quede. Veo como llenan sus platos, y pienso: Bueno, el Señor está a cargo de esto”. Cuando ella iba a llenar su plato, se sorprendía al ver que, de alguna manera, había quedado bastante comida. “Era como los panes y los peces del evangelio. Hasta nos quedaban sobras esa noche. Esa fue una gran lección que necesitaba aprender: Que no tenía necesidad de preocuparme por la comida. Siempre hay suficiente”.

“Es necesario ser vulnerables a la provi-dencia y a la misericordia de Dios —a una apertura a Él, y a lo que Él dé”, dice Brent.

Parte de esa vulnerabilidad ha implicado el permitir que sus huéspedes vean la vida de la familia tal como ella es, con sus imper-fecciones y todo. “Yo realmente no tengo la energía para fingir”, confiesa Laura. “Creo que dejar que la gente nos vea tal como somos, es lo que la ha atraído a nuestra casa. Quieren ver a otras personas que también tienen sus problemas. Y eso es lo que hace que la gente se sienta muy bienvenida —de poder llegar y ser parte de la familia. Hoy día, cuando las personas tienen familias desintegradas, es un bien precioso tener un tener un lugar donde sentirse aceptado”.

“nunca hemos colgado un cartel de “vacante” frente a la casa. dios sabía que nuestros corazo-nes estaban abiertos para ayudar a las personas,

y Él simplemente las traía a nuestra puerta”.

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programación de radio y TV

T V

julio 2011La verdad que nos liberta IILiberados para vivir ILiberados para vivir IIPDV5CD: Principios de vida - Vol. 5 (6 CDs)La obediencia siempre trae bendición consigo ILa obediencia siempre trae bendición consigo IIjamás podremos superar a Dios en generosidadPDV4CD: Principios de vida - Vol. 4 (6 CDs)De rodillas somos más altos y más fuertes IDe rodillas somos más altos y más fuertes IIPDV5CD: Principios de vida - Vol. 5 (6 CDs)La adversidad: ¿carga o puente? I La adversidad: ¿carga o puente? II La clave para la vida cristiana IILa confianza que conquista ILa confianza que conquista IIEl llamamiento supremo al servicio I El llamamiento supremo al servicio IICómo escuchar la Palabra de Dios IIMAOCD: Mensajes acerca de la oración (6 CDs)Cómo resolver problemas con oración ICómo resolver problemas con oración IEBDPCD: En busca de paz (6 CDs)La fuente de paz ILa fuente de paz IINuestra paz: la voluntad de Dios

Liberados para vivirDe rodillas somos más altos y más fuertesLa confianza que conquistaCómo resolver problemas con oraciónYa soy salvo. ¿Qué debo hacer ahora?

07/01/1107/04/1107/05/11

07/06/1107/07/1107/08/11

07/11/1107/12/11

07/13/1107/14/1107/15/1107/18/1107/19/1107/20/1107/21/1107/22/11

07/25/1107/26/11

07/27/1107/28/1107/29/11

07/03/1107/10/1107/17/1107/24/1107/31/11

El privilegio de conocer a Dios

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R A D I O

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stronginspirit

atrick Henry es recordado por siete palabras: “¡Dadme la libertad o dadme la muer-

te!” Esa famosa frase, dichas en víspera de la revolución ame-

ricana, en 1775, inspiró a sus compatriotas a tomar las armas para defender sus dere-chos dados por Dios.

La historia ofrece innumerables ejemplos de personas como Henry que arriesgaron voluntariamente sus vidas, luchando para dar libertad a otros. Pero la iglesia se ha construido sobre el sacrificio de héroes de otra clase: de quienes lucharon por la liber-tad, decidiendo morir, mediante la pacífica entrega de sus vidas, más poderosas que cualquier arma terrenal. Nosotros los lla-mamos mártires, que proviene de la palabra griega que significa “testigo”.

Miles de cristianos fueron martirizados durante el reinado de catorce años de Nerón en el Imperio Romano (54-68 d.C.). En una ocasión, este emperador condujo a miles

de cristianos hasta el circo, donde anima-les salvajes —leones, tigres, leopardos y perros— mataron a centenares antes de que perdieran el interés por haber saciado ya su hambre. Para sorpresa de la multitud, los cristianos restantes esperaban en tranquila oración, sin llorar, sin pedir clemencia, y sin arrepentirse de sus presuntos delitos, como se esperaba. El público clamaba por más sangre, por lo que Nerón concibió una cru-cifixión en masa, ordenando a esclavos que llenaran el Coliseo de cruces.

Mientras los esclavos trabajaban para cumplir la orden del emperador, la sangrien-ta persecución seguía en Roma. Los soldados buscaban y arrestaban a líderes cristianos. Algunos creyentes nunca lograron llegar a la prisión, porque fueron destrozados por tur-bas de romanos enfurecidos.

Cuando el día de la crucifixión llegó, Nerón y las hordas que llenaban el Coliseo esperaban el rápido arrepentimiento de los cristianos. Nerón quería que lo adoraran

Cómo la sangre de los mártires trajo verdadera libertad a la antigua roma

p o r J a m e s C a i n

libertadsemillas

Lasde

poderosoenespíritu

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como dios, y que renunciaran a su fe en Jesús, pero ellos permanecieron en silencio. Cuando el emperador finalmente habló, les dio una opción que era una reminiscencia de las palabras de Deuteronomio 30.19: “A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte… escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia”. Nerón —un dios a sus propios ojos— ofrecía “vida y feli-cidad” por la traición de ellos a Cristo, y la muerte por su fidelidad al Salvador.

Los cristianos comprendían que la vida que vendría de la mano de Nerón sería la muerte, pero esa muerte sería el paso a la verdadera vida. Según el libro “Persecuciones cristianas”, de Asa Craig, la tradición dice que un joven tomó sobre sí mismo tanto la responsabilidad de la res-puesta a las acusaciones de Nerón, como su rechazo de la oferta. Negó los cargos de blasfemia, pero no pidió clemencia, dicien-do que, aunque los cristianos fueron acusa-dos falsamente, su muerte no sería vengada. Que su religión era una religión de amor, paz y verdad, y que ningún tormento físico acabaría con ella. De hecho, aseguró que su muerte y la de sus compañeros le daría vida a Roma, porque sus ciudadanos verían la verdad del evangelio, que era digno de su fe inquebrantable. “Vamos a morir”, dijo al final, “para que Roma pueda vivir”.

Nerón y sus sucesores continuaron persiguiendo a los cristianos, pero la pro-fecía del joven se cumplió. Como escribió Tertuliano: “La sangre de los mártires es la semilla de la iglesia”. Las persecuciones solo ayudaban a difundir el evangelio, hasta que Constantino otorgó la libertad religiosa en el año 313 d.C. bajo el Edicto de Milán.

Nosotros no vivimos como vivieron los primeros cristianos. Ellos vivían y rendían culto a Dios entre judíos y gentiles; un grupo consideraba blasfemos a los cris-tianos por adorar a Jesús, mientras que el otro los ridiculizaba y perseguía porque

adoraban a un solo dios. En un mundo hostil a su fe, estos creyentes mostraron un valor admirable mientras sufrían y morían, dando testimonio de su fe en Cristo.

En su muerte, los primeros mártires imita-ban al Salvador, quien “no abrió su boca” (Is 53.7). El Señor sufrió para derrotar la muerte y el infierno, y para mostrar a la humanidad el camino a la vida eterna. Cristo murió para mostrar la misericordia del Padre a la humanidad, expresar palabras de vida a sus enemigos, y acercarnos a Dios. De la misma manera, las acciones de los cristianos habla-ban al pueblo romano, cuyos endurecidos corazones estaban llenos de devoción idóla-tra, y eran insensibles a las simples palabras. Los mártires murieron para dar vida a un

mundo que ellos conocían. Debemos imitar su ejemplo, siendo fieles a nuestro testimo-nio, no importa lo que suceda.

La mayoría de nosotros nunca estaremos delante de un tirano como Nerón, ni ante una siniestra oferta de vida o muerte. Pero sí decidimos cada día si vamos a vivir para nosotros o para los demás. No elegimos simplemente entre la fe y la libertad, pero nuestras decisiones dan testimonio de (o en contra de) nuestras creencias. Al renunciar a nuestras vidas en favor de otros, podemos mostrar lo que Jesús llamó la clase de amor más grande (Jn 15.13). Y nuestro sacrificio puede traer la luz de la vida —el evangelio— a quienes están en las tinieblas.

Cómo la sangre de los mártires trajo verdadera libertad a la antigua roma

p o r J a m e s C a i n

en un mundo hostil a su fe, estos creyentes mostraron un valor admirable mientras sufrían y morían, dando testimonio de su fe en Cristo.

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The apostle Paul understood what it meant to carry the light of the gospel to others. he dedicated himself to sharing the good news with those who did not believe and to nurturing the faith of other Christians. Like Paul, we are called to be light bearers to those around us.

r e f l e x i Ó n

Dios ve más allá de nuestras imperfeccio-nes el potencial que tenemos en Cristo. Porque fuimos hechos a su imagen y su espíritu habita en nosotros, tenemos una capacidad para la transformación espiritual y el servicio, más grande de lo que pode-mos imaginar.

v i e r n e s

leer | SALMO 139 .1 -14

Una creación formidable y maravillosa

Cuando Dios vio al mundo que había hecho, lo llamó bueno. hacer al ser

humano —al hombre y a la mujer— a su imagen fue la culminación de su obra creadora (Gn 1.27). salmo 139 nos recuerda que somos una creación formidable y maravillosa.

el señor ha dado a cada uno de sus hijos un gran potencial para el servicio en su reino. sin embargo, algunos tenemos serias dudas de que esto sea verdad. Cuando nos comparamos con otras personas, damos a conocer las cosas que no tenemos. a veces, nos criticamos a nosotros mismos por los errores que hemos cometido. ¿Cómo pode-mos tener un potencial maravilloso cuando vemos tantas de nuestras deficiencias?

Cuando moisés se criaba en la casa de faraón, parecía tener muchas ventajas. Luego mató a un egipcio y huyó del país. ya no parecía ser un buen candidato para sacar a los israelitas de egipto. Pero Dios miró más allá de lo que moisés había he-cho, y vio lo que él podía llegar a ser.

antes de ser salvo, el apóstol Pablo se opuso con vehemencia a los creyentes en Jesús. Pero, por la misericordia de Dios, se convirtió en un gran evangelista y autor de varios libros del nuevo testamento. Pedro era un simple pescador que negó, no uno sino tres veces, conocer a Jesús. sin embar-go, el señor lo eligió para ser el líder de la iglesia de Jerusalén.

El Señor compró nuestra libertad a un gran precio.

Debemos apreciar este precioso regalo y usarlo de maneras que honren a Dios.

1

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r e f l e x i Ó nr e f l e x i Ó n

Del enfoque de nuestro corazón depen-derá que tengamos o no una influencia positiva en nuestro mundo. ¿Centra usted su atención en cómo hacer más para salir adelante y tener más cosas en la vida? ¿o busca las maneras de hacer más para servir a los demás?

Para llegar a ser la persona que Dios quiere que seamos, es necesario relacionarnos con Él y desear obedecer su Palabra. aparte del señor Jesús, no podemos lograr nada de valor duradero (Jn 15.5). Cooperar con la obra transformadora del espíritu santo nos ayudará a mantener el corazón limpio.

l u n e sf i n d e s e m a n a

leer | MATEO 5 .13 -16

Para ejercer una influencia duradera

Dios da a todos los creyentes verda-dera libertad por medio de su hijo

Jesucristo. ¿Desaprovecha usted esa bendición, o la comparte con otros? el problema es que algunas personas están tan centradas en sus propias necesidades y deseos, que no logran ejercer influencia ni siquiera en su vecino más cercano.

Piense en la gente con la que usted se relaciona cada semana. ¿sabe cuántos de sus vecinos están enfermos? ¿hay personas en su iglesia que están luchando para salir adelante? ¿sabe si alguno de sus compañeros de trabajo está pasando por dificultades? Lo más probable es que haya personas a su alrededor que necesiten ayuda. Pero cuando nos centramos en nosotros mismos limitamos nuestra capa-cidad de notar a esas personas, y mucho más de alcanzarlas.

el señor Jesús enseñó a sus discípulos: “Vosotros sois la sal de la tierra, pero si la sal se desvaneciese, ¿con qué será salada? no sirve para más nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres” (mt 5.13). Para que la sal siga siendo útil, debe mantener su pureza y eficacia. Del mismo modo, debemos tratar de tener una vida santa, humilde y amorosa centrada en la voluntad del salvador, no en la nuestra. Dios ha preparado buenas obras para que andemos en ellas (ef 2.10). nuestra tarea es decidir hacer eso.

4leer | SALMO 119 .9 -11

Un corazón limpio

Lograr nuestro máximo potencial co-mienza con un corazón limpio que ame

a Dios y desee obedecerle. sin embargo, todos hemos nacido con la inclinación a apartarnos de Dios. Jeremías 17.9 dice que el corazón es engañoso y perverso.

La salvación nos ha cambiado el corazón y la vida. La muerte de Jesucristo en la cruz pagó el castigo por nuestro pecado, y des-truyó su poder sobre nosotros. al recibir a Cristo como salvador, cada uno de nosotros se convirtió en una nueva creación, con un corazón sensible a la dirección del espíritu santo, y una mente que desea intensamente conocer mejor al Padre celestial. también recibimos el poder del espíritu santo para negarnos a nuestros deseos egoístas y obedecer a Dios. Con el corazón limpio, podemos comenzar a darnos cuenta de las capacidades que nos ha dado el señor.

La mejor manera de mantener el corazón limpio, es meditar en la Biblia. ella actúa como un espejo en el que nos vemos como Dios nos ve. Por medio de ella, descubrimos los aspectos en los que hemos sido fieles, y en los que no. expresar arrepentimiento sincero nos limpia y nos concede el perdón de Dios (1 Jn 1.9).

el corazón dirige nuestra mente, voluntad y emociones. si nos esforzamos por mantenerlo puro, nos será más fácil discernir el plan del señor, someter nuestra voluntad a la suya, y obedecerle.

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26 | J u L i o 2 0 1 1 E n C o n t a C t o

en este mundo no podemos hacer nada sin nuestro cuerpo f ísico. Puesto que es el único que tendremos en esta vida, debemos esfor-zarnos por mantenerlo en buenas condicio-nes. Debemos reconocer también nuestra responsabilidad de tratar el cuerpo terrenal como la morada sagrada y especial que es.

La verdadera libertad significa vivir sin las cadenas del pecado y del comportamiento destructivo. Jesucristo pagó un precio para liberarle de esas cadenas. Por consiguien-te, no esclavice su cuerpo a hábitos que causan daño. Glorifique a Dios con todo su ser: corazón, mente, alma y cuerpo.

m a r t e s 6en su primera carta a la iglesia en

Corinto, Pablo dice que la libertad en Cristo es una responsabilidad seria. sí, podemos comer lo que queramos, usar nuestro tiempo como deseemos, e ir tras actividades que disfrutemos. sin embargo, como creyentes, estamos unidos insepara-blemente a la iglesia de Cristo. esto signi-fica que cuando muramos, resucitaremos para vivir con Él para siempre. De manera que, mientras vivamos en esta tierra, nues-tros cuerpos y nuestras almas permanecen unidos a Cristo (1 Co 6.14, 15). en pocas palabras, no nos pertenecen.

Como dueños temporales de estos cuer-pos, tenemos la responsabilidad de saber qué es y qué no es bueno para ellos. Debe-mos ejercer disciplina con las libertades que Dios nos ha dado, porque de nada sirve una “libertad” que haga inútiles a los creyentes, o que cause vergüenza y dolor.

notemos la diferencia que hace Pablo entre la libertad en Cristo y la libertad irre-flexiva: la gracia y el perdón de Dios cubren nuestros pecados, pero eso no nos da per-miso para tener una conducta perjudicial. Como seguidores del señor Jesús, debemos dedicarnos a buscar tener una vida santa, no los placeres egoístas. Los cristianos son “vasos de barro” creados por Dios para cumplir su propósito, y para darle honra y gloria a Él (2 Co 4.7). Por tanto, todo lo que viole al cuerpo humano no nos es lícito.

leer | CORINTIOS 6 .12 -17

La libertad en Cristo

leer | 1 CORINTIOS 6.19-20

La morada del Espíritu Santo

Cada vez que los programas de noticias informan sobre algún acto de vandalis-

mo en una iglesia, los creyentes se sobre-saltan. es difícil para nosotros soportar la idea de que alguien pinte con graffitis las paredes del santuario, o que dañe las ven-tanas, y más aún que le prendan fuego a un lugar de culto. ¡es un sacrilegio! La iglesia es un lugar sagrado.

Pero me entristece el hecho de que muchos cristianos no sientan la misma aprensión cuando se trata de dañar el tem-plo del espíritu santo: sus propios cuerpos. algunos ponen chatarra en sus estómagos, en sus venas o en sus pulmones. otros se desgastan físicamente por el peso del estrés o el agotamiento. algunas personas justifican estos abusos como su derecho, diciendo: es mi cuerpo, y puedo hacer lo que quiera. Pero eso no es verdad.

Primera a los Corintios 6 dice que los creyentes son propiedad del señor (v. 19). Él ha formado estos vasos de barro para servirle y llevar a cabo la tarea que ha dispuesto para nosotros. Dios nos creó con una mente, un cuerpo y un espíritu; y de los tres, el cuerpo es el que nos permite interactuar con nuestro entorno. Las perso-nas no pueden alcanzar todo su potencial si dejan de lado el cuidado de sus cuerpos. ¿De qué sirven la educación, el talento, y los dones si estamos demasiado cansados o enfermos para hacer bien nuestro trabajo?

m i é r c o l e s5

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r e f l e x i Ó nr e f l e x i Ó n

La madurez moral difiere de un niño a otro. Con el crecimiento, cada uno desarrolla la capacidad espiritual de seguir lo recto, o de ceder conscientemente al mal. Los años de la inocencia son el tiempo en que los padres deben inculcar en sus niños la sana enseñan-za bíblica y lecciones de obediencia.

hasta que un niño tiene la madurez suficien-te para aceptar o no al señor, está a salvo del juicio divino. nuestro justo y misericordioso Dios no castiga a los niños pues son dema-siado jóvenes para comprender su necesidad de un salvador. Los creyentes se reunirán con sus pequeños en el cielo (2 s 12.23).

recuerdo una interesante conversación que tuve con una madre cuando me

permitió sostener a su bebé en mis brazos. Le dije: “es difícil creer que los niños nacen con una naturaleza pecaminosa”. objetó mis palabras, y pensé que era mejor no discutir con ella. ¡Pero me habría gustado llamarla un par de años más tarde, cuando el niño ya había aprendido a caminar, para ver si pensaba de manera diferente!

en un momento u otro, todos hemos sen-tido el impulso repentino de hacer algo que sabíamos que estaba mal. Como adultos y creyentes, hemos aprendido que ceder a la tentación es un pecado contra Dios. Pero los niños pequeños hacen exactamente lo que su naturaleza les dicta. La madre dice: “no toques”, pero lo hace de todos modos. Los pequeños no ven lo prudente que es obedecer las normas de los padres. Los niños deben aprender a reconocer la diferencia entre el bien y el mal antes de que puedan tomar la prudente decisión de hacer lo correcto.

en sus primeros años, el niño está en un estado de inocencia. no ha sido justificado ni es salvo, pero está a salvo de la ira de Dios —si muere, irá al cielo. La Biblia habla del período de inocencia en Deuteronomio 1.39, y de nuevo en isaías 7.16. La Palabra de Dios confirma que hay un período de tiempo cuando los niños no son moralmen-te responsables por su conducta.

leer | DEUTERONOMIO 11 .18 -20

La edad de la responsabilidad

es comprensible que las personas que pierden a un hijo quieran estar seguros

de que su pequeño está en los brazos de Dios. La Biblia no es explícita en cuanto a lo que sucede a los que son demasiado jóvenes para hacer una declaración de fe. sin em-bargo, la misericordia del señor sobre ellos es evidente cuando estudiamos su Palabra.

Con los años, la gente ha creado ex-plicaciones no bíblicas de lo que sucede a los pequeños que mueren. hay quienes sostienen que la salvación está disponible para algunos, pero no para otros, lo cual es bíblicamente equivocado (Jn 3.16; 2 P 3.9). otra teoría más complicada mantiene que Dios usa su conocimiento para determinar si un niño que muere irá al cielo o al in-fierno. La idea es que Él salva a quienes Él sabe que habrían creído y sido salvos, pero rechaza al resto. ¡Qué terrible incertidum-bre significaría eso para los miembros de la familia que quedaron atrás!

Dios no deja a la gente haciéndose conjeturas. Lo que su Palabra enseña es que durante sus primeros años de vida, un niño no sabe cómo elegir entre el bien y el mal (Dt 1.39; is 7.16.), y por tanto no es responsable por su conducta moral. Por consiguiente, cuando un niño muere, el señor lo espera con los brazos abiertos. esta es la única teología que tiene sentido bíblico, dado el carácter, los deseos y el plan del Padre celestial.

leer | 2 SAMUEL 12 .16 -23

Cuando muere un niño7 v i e r n e sj u e v e s 8

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28 | J u L i o 2 0 1 1 E n C o n t a C t o

¿Vive usted en una espera ansiosa de lo que el señor hará? ¿o ha decidido permanecer en las profundidades de la desesperación? al igual que nehemías, convierta su desánimo en una petición de ayuda a Dios. Él puede renovar sus esperanzas y evitar que las emo-ciones negativas dominen su vida.

r e f l e x i Ó nr e f l e x i Ó n

aunque todos enfrentaremos el desánimo, no debemos regodearnos en él. en vez de eso, Dios quiere que le confiemos todo, aun nuestras expectativas no satisfechas y las tristezas más profundas. recuerde que hay un propósito divino en todo lo que Él permi-te que toque las vidas de sus hijos (ro 8.28).

el desánimo puede robar la paz, la alegría y el contentamiento. Pero le tengo una

gran noticia si se siente desanimado: ¡usted no tiene que seguir así!

he conocido personas que parecían estar en una situación irremediable. Pero unos años más tarde, estaban en una situación excelente, ya fuera en términos de sus cir-cunstancias o de sus emociones. ¿La razón? nunca se dieron por vencidas. en vez de entregarse a la autocompasión, optaron por creerle a Dios, dar un paso de fe, y salir del foso emocional.

nehemías es un buen ejemplo. tenía todas las razones para sentirse derrotado, pues su gente estaba en aprietos. Después de recibir la noticia de que el muro de la ciudad estaba destruido, este varón de Dios se sintió profundamente triste y desanima-do. y aunque el dolor inundaba su alma, clamó a Dios buscando su dirección.

La tristeza en la presencia del rey se castigaba con la muerte. Pero el señor con-testó la oración de nehemías con un poder grandioso, lo que llevó al rey a notar el semblante triste de su siervo, y a preguntar-le después qué podía él hacer para ayudarlo. este milagro dio lugar a la reconstrucción del muro y a la liberación del pueblo de Dios. el señor puede tomar una situación irremediable, sea cual sea, y cambiarla de maneras mucho más maravillosas de lo que usted pueda imaginar.

leer | NEHEMÍAS 2 .1 -8

Cómo vencer el desánimo

leer | HABACUC 1 .2

La trampa del desánimo

¿se siente usted atrapado por el desáni-mo? si es así, no es el único.

en algún momento, todos experimenta-mos algún tipo de desilusión. La frustración es la reacción inicial normal. Pero si le per-mite que permanezca durante mucho tiem-po, puede convertirse en desánimo. Cuando es así, no hay ninguna sensación de gozo o alegría, no importa lo que usted haga.

Las circunstancias que desencadenan es-tas emociones pueden ser inevitables, pero nuestra manera de responder la decidimos nosotros. Podemos dejar que la tristeza abrume nuestras almas, o enfrentar la situación con valentía y someterla a aquel que puede ayudarnos.

Vivir en el desánimo divide a la mente, haciendo difícil concentrarse en algo que no sea nuestro dolor. entonces la ira se con-vierte en habitual, y buscamos a alguien a quien culpar —ya sea a Dios, a las personas a nuestro alrededor, o a nosotros mismos.

La frustración que no se maneja bien puede convertirse en depresión, lo que a su vez puede alejarnos de los demás —la gente no disfruta de la compañía de alguien amargado y derrotado. este aislamiento conduce a baja autoestima. Por último, podemos tomar decisiones equivocadas basadas en nuestras emociones, en vez de la verdad. obviamente, elegir esta actitud autodestructiva no es lo que Dios quiere para nuestras vidas.

11 l u n e sf i n d e s e m a n a

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r e f l e x i Ó nr e f l e x i Ó n

Durante su tiempo en la tierra, Jesús demostró su gran amor. Por tanto, podemos acercarnos a Él cuando nuestro corazón está atribulado. sepa que pueda venir delante del trono de aquel que es su poderoso protec-tor, que tiene el poder y el deseo de llevar a cabo todo lo que usted necesite.

La lección de la vida de moisés es que nos aferremos tenazmente al señor. aun las situaciones que parecen irremediables están en su mano soberana. aunque el camino se vea oscuro y nunca antes transitado, el va delante de nosotros. siga adelante con confianza, como viendo al invisible.

Cuando usted enfrenta una crisis, ¿qué es lo primero que hace? La respuesta

natural es tratar de solucionar el problema con sus propias fuerzas. sin embargo, Dios nos ofrece una manera diferente de enfren-tar las dificultades.

David no fue ajeno a la presión o a las repentinas apariciones del mal. Cuando escribió el salmo 57, enfrentaba muchas dificultades, incluyendo la persecución del rey saúl, que quería asesinarlo (1 s 24). La respuesta del pastor de ovejas fue a clamar a Dios y refugiarse en Él hasta que su cala-midad cesara.

aprendamos del ejemplo de David, exa-minando sus palabras. hoy, nos centrare-mos en aquel a quien el salmista clama.

Primero, David se refiere a Dios como El Elyon, o Gobernante supremo; Él es el altí-simo, con todo poder y sabiduría, el Único que puede ayudarnos en nuestra necesidad.

segundo, el salmo dice que Dios es nuestro refugio. si Él es un lugar de refugio para nuestra alma, entonces no tenemos que temer. Él ronda sobre nosotros y nos protege cuando surgen las crisis.

tercero, el salmo expresa plena con-fianza de que el todopoderoso puede realizar, y realizará, todas las cosas. Él hará lo que sea necesario para intervenir a nuestro favor y para pedir cuentas a quienes nos atacan, rodeándonos con su amor y su verdad.

leer | SALMO 57 .1 -3

Cuando clamamos a Dios

en hebreos 11 hay una breve frase que muestra el enfoque de moisés en cuanto

a la vida: “porque se sostuvo como viendo al invisible” (v. 27). La vida de moisés no care-cía de incertidumbre. ¿Cómo podía alguien “tardo en el habla” dirigirse a faraón (Éx 4.10)? ¿Cómo podía un asesino convertirse en el hombre escogido por Dios? ¿Cómo podía alguien liderar a estos testarudos is-raelitas? ¿y cómo iban a cruzar el mar rojo, conquistar Canaán, o sobrevivir durante 40 años en el desierto?

moisés sabía lo que el señor esperaba de él, pero no tenía una visión sobrenatural del futuro. Por eso, no podía ver el resultado de sus obedientes acciones. el líder de israel avanzó por fe, confiando en el poder de Dios para guiarle, protegerle y vencer. moi-sés encontraba su seguridad solamente en Dios, quien siempre cumplía sus promesas.

La vida no se ha vuelto más segura en los milenios transcurridos desde que moisés guió a los israelitas a la tierra Prometida. Los creyentes de hoy también se hacen pre-guntas: ¿Me casaré alguna vez? ¿Tengo un empleo seguro? ¿Qué pasará con mis niños si me enfermo? ¿Cómo puedo cumplir con todo lo que tengo que hacer? Por fortuna, la fuente de la seguridad no ha cambiado en todo ese tiempo. Dios sigue siendo la única certidumbre en esta vida. usted puede con-tar con aquel que es fiel (2 ti 2.13), justo (sal 89.14) y amoroso (ef 2.4).

leer | HEBREOS 11 .23 -29

Cómo enfrentar lo desconocido 13 m i é r c o l e sm a r t e s12

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30 | J u L i o 2 0 1 1 E n C o n t a C t o

Debemos asegurarnos de que nuestra pers-pectiva de Dios en los desastres naturales provenga de la Biblia, no de nuestra limitada perspectiva. La Biblia nos habla del amor, la fidelidad y la sabiduría del señor. Cuando no podamos entender sus caminos, la fe en su bondad deberá ser nuestro fundamento.

si clamamos a Dios, Él puede eliminar el problema de inmediato, pero con frecuencia nos hace esperar y permite que continúen las circunstancias dif íciles, con un propó-sito. sin embargo, podemos contar con su consuelo y presencia, que nos permiten vivir con gozo y esperanza.

v i e r n e s

Cada vez que ocurre un gran desastre surgen preguntas legítimas: ¿Por qué

permitió el Señor que sucediera? ¿No pudo haberla impedido? La magnitud de la muerte y la destrucción causada por terremotos, tsunamis e inundaciones nos despojan de los pensamientos que normalmente ocupan nuestra mente, y nos hacen buscar explicaciones en cuanto al sufrimiento.

muchas veces respondemos a nuestras preguntas basados en nuestra relación con Dios. Quienes no conocen al señor no tienen ningún marco de referencia para entender cómo actúa. sin embargo, los creyentes en Cristo tenemos la Biblia como guía cuando luchamos con estos asuntos. Pero nuestra perspectiva está determinada por nuestro conocimiento de la Palabra de Dios. Quienes tienen una comprensión limitada de las sagradas escrituras pueden llegar fácilmente a conclusiones equivocadas.

Debemos evitar obligar a Dios a actuar como creemos que debería hacerlo. el señor nunca se quedará dentro de los parámetros que nosotros le fijemos. Puesto que somos mortales, terrenales y pecadores, tenemos una perspectiva y una comprensión de la vida muy limitada. sin embargo, nuestro Creador eterno, inma-culado, soberano y omnisciente ve y sabe lo que nosotros no podemos percibir.

leer | ISA ÍAS 55 .8 -9

Preguntas en ocasiones de gran desastre

el teléfono suena y alguien le comunica que ha ocurrido una tragedia. su cora-

zón está tan afligido que siente que podría morirse. ¿Qué hace usted?

Las malas noticias, el peligro y el sufri-miento hacen que busquemos ayuda. Como creyentes, debemos refugiarnos en el Dios todopoderoso, que puede ayudarnos. en esos momentos, cuando somos golpeados por las circunstancias de la vida, debemos clamar a Él.

en la Biblia, clamar se refiere a hablar de manera audible y con gran emoción en cuanto a una necesidad urgente. Dios nos invita a utilizar esta forma de oración para comunicarle que necesitamos angustiosa-mente de su misericordia.

se necesita tener fe y humildad para dar a conocer lo que nos angustia. Clamar es, entonces, una manera de cómo los hijos de Dios expresan la confianza en el poder del señor y en su deseo de ayudar. Pero al clamar a Él con tal urgencia, debemos también dejar nuestro orgullo y cualquier actitud de autosuficiencia.

La Palabra de Dios nos asegura que nues-tro Padre celestial escucha nuestro clamor y responde. en salmo 3.4, por ejemplo, David escribió: “Con mi voz clamé a Jehová, y él me respondió desde su monte santo”. Cuando clamamos en busca de ayuda en nombre de Jesús, pedimos que su poder se haga presente en la situación.

leer | MATEO 14 .29 , 30

Cómo clamar a Dios j u e v e s14 15

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r e f l e x i Ó nr e f l e x i Ó n

Dedicar tiempo para conocer a Dios, es un paso importantísimo para caminar con Él. Comience hoy con la promesa de buscar al señor con más diligencia, y de apartar tiempo para el estudio regular de la Biblia y la oración. el Padre celestial está esperando reunirse con usted.

aquel que nos ama tiene el control absoluto, haciéndolo todo conforme a su propósito. saber esto debe llenarnos de esperanza, aun en medio de situaciones de crisis. el señor promete incluso convertir los desastres en bendición para aquellos “que conforme a su propósito son llamados” (ro 8.28).

f i n d e s e m a n a l u n e s

una relación personal con Dios por medio de Jesucristo tiene el

potencial de ser más satisfactoria que cualquier relación terrenal. el rey David escribió su experiencia en el salmo 63. nuestro Padre celestial quiere tener un tierno vínculo con nosotros, como lo hizo con David.

el primer paso es comprometerse firmemente a conocerle, lo cual tiene prioridad sobre todos los demás asuntos. David describió como una sed intensa su pasión por conocer a Dios (v. 1); el após-tol Pablo comparó con una carrera su dedicación a la búsqueda del señor (he 12.1, 2). si nos sometemos al señorío de Cristo y le buscamos con el corazón y la mente, nuestra alma quedará satisfecha.

una vez que decidamos seguir con diligencia al señor, nuestro siguiente paso es dedicar tiempo a su Palabra. La Biblia es la revelación de Dios de sí mismo y de su plan para el mundo. sacar tiempo para leer las sagradas escrituras y meditar en ellas, es esencial para todo creyente. así es como aprendemos quién es Dios, cómo trabaja, y lo que desea para nosotros y para la iglesia. si nos esforzamos por conocer y entender un pasaje bíblico, el espíritu santo nos re-velará su significado. a Dios le complace que sus seguidores tengan como meta profundizar su relación con Él.

leer | SALMO 63 .1 -8

Sed de Dios

el todopoderoso se reserva el derecho de revelar algunas cosas y de ocultar

otras. a pesar de que no sepamos por qué ocurren desastres naturales, las verdades bíblicas que sí sabemos nos permiten con-fiar en el señor aun en tiempos de un gran sufrimiento. entre estas verdades están:

1. dios tiene el control (sal 103.19). nada en el cielo o en la tierra se encuentra fuera de su gobierno y autoridad. Él no reac-ciona a los acontecimientos, pero ordena o permite soberanamente que sigan su curso. aunque no podemos saber con seguridad si Dios ha enviado o permitido una catástrofe, podemos confiar en su bondad y sabiduría.

2. el señor ama a las personas y quiere que sean salvas (Jn 3.16, 17). el haber dado a su hijo para la salvación del mundo de-muestra sin lugar a dudas que Él ama a cada persona. esta verdad se mantiene firme a pesar de que muchos rechazan al salvador. Él cuida de nosotros, incluso cuando no podamos sentirlo o no queramos aceptarlo.

3. dios ordena o permite los aconteci-mientos con un propósito (is 46.10). aun-que no podamos comprender plenamente lo que está haciendo, cada desastre es un aviso a la humanidad. nos está alertando de la necesidad de que nos arrepintamos, para que los perdidos puedan ser salvos, y los salvos reavivados para que vivan totalmen-te para Él. Las catástrofes abren nuestros oídos para escuchar al señor.

leer | DEUTERONOMIO 29 .29

Reacciones en ocasiones de gran desastre 18

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32 | J u L i o 2 0 1 1 E n C o n t a C t o

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¿tras qué cosas anda usted en la vida? ¿ha encontrado la satisfacción que busca, o hay siempre una vaga sensación de descontento en su alma? si le da a Jesús un lugar más grande en su vida, y pasa tiempo relajado y concentrado en Él, el señor le satisfará como nada más puede hacerlo.

La comunión con Dios hizo que el alma de David quedara “satisfecha como de un sucu-lento banquete” (sal 63.5 nVi). Pablo veía sus logros como nada en comparación con “la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús” (fil 3.8). acérquese al Padre celestial, y experimente la bendición de conocerle.

m a r t e s

¿alguna vez fue usted a su cocina tratando de encontrar algo que

satisficiera su vaga sensación de vacío o descontento? no estaba buscando algo específico, pero sabía que quería satisfacer un anhelo. Lo que eligió probablemente no surtió efecto, porque el vacío no estaba en su estómago sino en su alma.

ya sea que se trate de comida, pro-fesión, posesiones o relaciones, nuestra alma está tratando siempre de encontrar satisfacción. Pero nada en este mundo, llenará ese vacío. Puesto que fuimos creados para relacionarnos con Dios, el señor puso en lo profundo de nosotros un anhelo por Él. aunque no la reconozca-mos como tal, todos conocemos la sensa-ción de insatisfacción que a veces penetra nuestras almas. siempre que tratamos de encontrar satisfacción con sustitutos mundanos, lo que viene después es la frustración y el desencanto.

hay dos menús posibles de los que podemos elegir para llenar nuestras almas vacías. el menú de satanás es amplio y lleno de cosas tentadoras que parecen prometer placer y satisfacción. entre éstas pueden estar las relaciones interpersona-les, la notoriedad, la aceptación, las rique-zas o el reconocimiento. a diferencia, el menú de Dios es muy pequeño. De hecho, sólo tiene un “plato”: Jesús. Él es el único que puede llenar el vacío.

leer | ISA ÍAS 55 .1 , 2

Esa molesta sensación de insatisfacción

Dios creó al hombre y a la mujer para que se relacionaran con Él. el tipo de

comunión que disfrutaron adán y eva con el señor, es también la que estaba destina-da para nosotros. Pero después de entrar el pecado en el mundo, todo cambió. La rela-ción que Dios quería tener con la humani-dad se rompió, y esa dañada condición ha pasado de una generación a otra.

Pero, como sabemos, ese no es el final de la historia. Dios envió a su hijo Jesu-cristo a morir en nuestro lugar para que nuestros pecados pudieran ser perdona-dos, y para restablecer nuestra relación con Él. Por la fe en Cristo, somos adopta-dos en la familia de Dios y pertenecemos a Él para siempre, tal como Él quiso que fuera originalmente.

Pero, ¿qué sucede, entonces, si después de ser salvos, no profundizamos en nuestra relación con Él? algunos cristianos pueden perder su fervor inicial por el señor; dejar de leer la Biblia y de asistir con regularidad a la iglesia. Quizás otros tratan de con-centrarse en el señor, pero dejan que los asuntos terrenales los distraigan. Con el tiempo, algunos cristianos se sienten bien con lo que les resulta cómodo y familiar. tristemente, desaprovechan el profundo gozo que Dios quiere darles. Pero aquellos que hagan de Jesús la prioridad de su vida, tendrán una relación más profunda que sobrepasa cualquier vínculo terrenal.

leer | F IL IPENSES 3 .7 -10

La comunión con Dios20 m i é r c o l e s19

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r e f l e x i Ó nr e f l e x i Ó n

Para vencer las dudas dedique tiempo para aprender los principios y los caminos de Dios. entonces comenzará a entender lo que Él quiere lograr en su vida. examine su pasado desde una perspectiva bíblica; su fe crecerá cuando vea las maneras inesperadas como el señor respondió sus oraciones.

¿Qué está causando su estrés? examine bien si está tomando las cosas en sus manos, o si está dejando las circunstancias al Dios todo-poderoso. escuche lo que dice salmo 37.7: “Guarda silencio ante Jehová, y espera en él”. Busque su dirección y su tiempo. Cualquier otra cosa puede ser destructiva.

si creemos que Dios es quien Él dice ser, y que hará lo que ha prometido,

¿por qué vacilamos en nuestras oraciones? en vez de ejercer una fe audaz, venimos al señor “con la esperanza” de que nos escuchará y responderá nuestras peticiones, pero sin la confianza de que lo hará. Con esta manera de pensar no podemos esperar recibir nada de Él.

una razón por la que somos tan propen-sos a dudar, es que no somos capaces de ver a Dios obrando en nuestras circunstancias. Le pedimos, y no pasó nada. Pero el señor no es un mozo de hotel que salta a hacer lo que le pedimos. Él ve el pasado, el presente y el futuro, y sabe el momento adecuado para cada respuesta. su mano ya está en acción en beneficio nuestro, disponiendo las situaciones para llevar a cabo su voluntad, abrir los corazones, y prepararnos para recibir lo que Él quiere dar.

otro motivo de incertidumbre es la ignorancia. si no conocemos los caminos del señor, nos sentiremos decepcionados por su respuesta. muy a menudo nuestras oraciones están acompañadas de expectati-vas de cómo va Él a actuar. Por eso, cuando Él no interviene de acuerdo con nuestro plan o con el método que esperábamos, comenzamos a dudar. Pero poner nuestra fe en el señor y confiar en sus caminos bue-nos y perfectos nos da estabilidad mientras esperamos su respuesta.

leer | SANTIAGO 1 .5 -8

Cuando la fe vacila

imagine que usted está esperando en una fila que no se ha movido por diez minu-

tos. muchos de nosotros nos sentiríamos frustrados, pues vivimos en una genera-ción que espera resultados inmediatos.

todo el mundo lucha con un cierto grado de impaciencia. nacimos con esta característica; pensemos en el bebé que quiere su leche a medianoche. su reac-ción innata es llorar al primer indicio de incomodidad hasta que tenga satisfecha su necesidad. nuestra vieja naturaleza “car-nal” hace que esto sea una batalla continua para la mayoría de las personas, pero que bien vale la pena enfrentar.

Veamos la definición bíblica de pa-ciencia. Puede significar perseverancia y no rendirse bajo la presión. ella se revela cuando estamos dispuestos a esperar. en otras palabras, aceptamos las situaciones difíciles sin fijarle plazos a Dios. además, paciencia es aceptar lo que el señor da en su tiempo, o lo que Él decide no dar. el re-sultado de esta cualidad es la paz interior y la ausencia de estrés.

mientras tanto, debemos orar, obedecer, y perseverar mientras buscamos la direc-ción de Dios.

el peligro de la impaciencia es que po-demos perder el plan perfecto del señor y su bendición. sólo cuando confiamos en la voluntad y en el tiempo de Dios, podemos descansar con sosiego.

El poder de la paciencia

v i e r n e s22leer | HEBREOS 6 .9 -15

21 j u e v e s

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34 | J u L i o 2 0 1 1 E n C o n t a C t o

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Cada dif ícil llamado a la obediencia es una bifurcación en el camino de nuestras vidas. tomar el camino de la incredulidad condu-cirá a toda una vida de pesar, pero confiar en Dios con valentía y hacer lo que Él dice, dará como resultado la bendición más grande de la vida. La decisión es nuestra.

Dios ha dado a los creyentes personali-dades, habilidades y dones espiritua-

les que los equiparán para cumplir con los planes específicos que Él tiene para sus vidas. Pero cada uno debe decidir responder con fe y obediencia. a veces, el señor nos reta a hacer algo que parece estar más allá de nuestras capacidades, pero si nos intimidamos perderemos sus maravillosas bendiciones.

aprendamos de los israelitas, quienes tomaron varias decisiones que los llevaron a la incredulidad y como consecuencia vagaron toda una vida sin rumbo. ellos…

• escucharon las voces equivocadas. Para andar en obediencia al señor, tene-mos que cuidarnos de ser influenciados por quienes no entienden la grandeza de nuestro Dios, y aprender a identificar las mentiras de satanás.

• Confiaron en la perspectiva hu-mana. a veces, confiar en Dios está en conflicto con el razonamiento humano. Pero quienes optan por confiar en Él des-cubrirán que el señor es más grande que cualquier obstáculo.

• dejaron que los sentimientos triun-faran sobre la fe. tal vez los mayores es-torbos para la obediencia son el temor y el sentimiento de incompetencia. La manera de vencerlos es confiar en el señor y en sus promesas. Él nos equipará para todo lo que nos llame a hacer.

leer | DEUTERONOMIO 1 .19 -40

El alto costo de una fe vacilante

f i n d e s e m a n aE x p l o r a n d o l a

Biblia“el espíritu de Jehová el señor está sobre mí, porque me ungió Jehová para predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos aper-tura de la cárcel” (is 61.1).

“Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios” (ro 8.20, 21).

“Pero mirad que esta libertad vuestra no venga a ser tropezadero para los débiles” (1 Co 8.9).

“Porque el señor es el espíritu; y donde está el espíritu del señor, allí hay libertad” (2 Co 3.17).

“estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud” (Gá 5.1).

“Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros” (Gá 5.13).

“Como libres, pero no como los que tie-nen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios” (1 P 2.16).

S o b r e l a l i b e r t a d

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r e f l e x i Ó nr e f l e x i Ó n

en nuestra cultura, el éxito depende de los logros. admiramos a quienes triunfan en los deportes, los negocios y las artes. Pero la grandeza en el reino de Dios es una vida de obediencia. ¿está usted obedeciendo a Dios y ayudando a los demás, como lo hizo Jesús? ¿esta compartido el mensaje de Cristo?

Cada domingo invito a las personas a poner su fe en Jesucristo. Gracias a la cruz y a lo que sucedió allí, esta invitación tiene un gran valor. en realidad, los acontecimientos del Calvario siguen siendo pertinentes a los cris-tianos de todos los tiempos. Dedique tiempo hoy para dar gracias al señor por la cruz.

el plan redentor de Dios está en toda Biblia, desde Génesis hasta apocalipsis.

y su esencia es el Calvario, el lugar donde Cristo murió para que pudiéramos ser per-donados. Cuando leemos la Biblia, vemos que la cruz es símbolo de…

salvación. Jesús llevó nuestros pecados en la cruz y murió en nuestro lugar para que pudiéramos ser reconciliados con Dios y recibir la vida eterna.

sacrificio. Cristo, “siendo en forma de Dios” (fil 2.6), eligió abandonar la perfec-ción del cielo para vivir entre gente pecado-ra. Dejó de lado su autoridad divina, y nació como un bebé indefenso. sus primeros treinta años los pasó en la oscuridad, sin el reconocimiento de su dignidad de mesías. Durante su ministerio público, llevó a cabo fielmente el plan de Dios hasta su muerte en la cruz. el tiempo que Jesús pasó en la tierra es un ejemplo para nosotros de la vida sacrificial (ro 12.1, 2).

servicio. Jesús dijo que “no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” (mr 10.45). su supremo acto de servicio fue morir en la cruz para que nosotros pudiéramos tener la vida eterna. nuestro salvador nos llama a negarnos a nosotros mismos y a obedecerlo por medio del servicio sacrificial a los de-más (Lc 9.23). Cuando aceptamos un estilo de vida de humildad y servicio, glorificamos a nuestro Padre celestial.

leer | MATEO 16 .21 -27

El significado de la cruz

La centralidad de la cruz

m a r t e s

en tiempos de Jesús, la cruz era utilizada por el gobierno romano para ejecutar

criminales. Pero Dios la transformó en un símbolo que une a los cristianos en todas partes. está en el corazón de lo que creemos, y sirve como enfoque central del mensaje del evangelio. al reflexionar en la cruz, pensemos en…

Jesús y su vida perfecta. nuestro salva-dor dejó el cielo para morar en la tierra y convertirse en uno de nosotros. mientras estuvo aquí, llevó a cabo obedientemente la obra que le había dado su Padre (Jn 5.19). Por su vida perfecta, Él era el único califi-cado para ser nuestro sustituto y sufrir el castigo de Dios por nuestros pecados.

la crucifixión. Cristo fue voluntaria-mente a la cruz para reconciliarnos con Dios. sufrió una muerte dolorosa por nosotros, y gracias a su sacrificio nuestra deuda de pecado ha sido pagada. La justicia de Dios quedó totalmente satisfecha en el Calvario. no fue necesario hacer nada más.

la resurrección y la ascensión. al ter-cer día de que Jesús fue enterrado, Dios lo levantó de los muertos. el sacrificio de Cris-to en la cruz fue aceptado como pago por nuestros pecados, y el camino al cielo fue abierto para todos los que ponen su fe en Él. nuestro señor resucitado ascendió después para vivir para siempre con su Padre. el señor venció la muerte e hizo posible que moremos en el cielo con Él algún día.

25 l u n e s

leer | JUAN 19 .17 -22

26

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r e f l e x i Ó n r e f l e x i Ó n

36 | J u L i o 2 0 1 1 E n C o n t a C t o

La conciencia no es nuestra guía; es una he-rramienta del Guía. el espíritu santo no solo nos convence de pecado, sino que también trae a la mente los principios divinos, y nos lleva por el camino recto. Él usa diversos instrumentos para conformarnos a la seme-janza de Cristo (ro 8.29).

es inevitable naufragar cuando el creyente no hace caso a su conciencia, y racionaliza o defiende la desobediencia. es mucho mejor que mantenerse en manos del gran capitán de nuestra alma, Jesucristo. su espíritu santo nos guiará de la manera correcta.

j u e v e s

“Deje que su conciencia sea su guía”. esta pizca de saber popular parece

tener sentido, ya que nuestra conciencia está hecha para ayudarnos a discernir el bien del mal. sin embargo, no se puede confiar siempre en el radar interno como guía; ése es el caso de los no creyentes, que no tienen el espíritu santo para que les indique la verdad y les guíe a tomar decisiones atinadas. y aunque los cristia-nos tenemos al espíritu de Dios morando en nosotros, debemos tener cuidado de no albergar pecado, ya que esto puede interfe-rir con la manera de funcionar del sensor de nuestra moralidad.

una conciencia digna de confianza es la programada con enseñanza bíblica. Los creyentes construyen un sistema de radar espiritual firme y sensible al aplicar la verdad de Dios a sus vidas. toman la resolución de pensar y actuar de maneras que honran y agradan al señor. enton-ces, cuando aparezcan pensamientos o alternativas pecaminosas en ese radar, éste enviará una advertencia clara.

La persona con una conciencia confiable tiene el deseo sincero de obedecer a Dios. no se conforma con lo que parecer estar o verse bien, sino que busca la voluntad del señor. es decir, no se basa únicamente en su conciencia, sino que incorpora todas las herramientas del espíritu santo a su vida diaria: la Biblia y la oración.

leer | 1 T IMOTEO 1 .5 -7

¿Puede usted confiar en su conciencia?

Dios ha dado a cada persona una con-ciencia, que es como un radar que en-

vía señales de alerta cuando una conducta o decisión puede ser perjudicial. esto hace posible que las personas distingan entre lo moralmente bueno o malo, especialmente en lo que se aplica a sus propias vidas. Cuando ignoramos la conciencia, lo hace-mos a nuestra propia cuenta y riesgo.

en un creyente, la conciencia es una herramienta del espíritu santo. Él la programa con los principios de la Palabra de Dios, y la agudiza para que responda con rapidez. aun así, el único propósito de nuestro radar es enviar una señal; lo que suceda después dependerá de nosotros. Podemos ignorar la advertencia, o detener-nos para escuchar lo que dice el espíritu sobre la situación. el espíritu santo revela la voluntad de Dios y nos recuerda sus principios, para que podamos tomar una decisión sabia.

La carta de Pablo a timoteo habla de personas que habían rechazado la guía de Dios en sus vidas; no habían hecho caso de la alarma de su conciencia (1 ti. 1.19). el re-sultado fue el naufragio de su fe. si en el ra-dar aparece algo que hable de desobedecer a Dios, tenemos que rechazar esa acción. De lo contrario, el dispositivo de detección se dañará y no funcionará bien. si seguimos haciendo caso omiso de las alarmas, éstas finalmente dejaran de ser percibidas.

leer | 1 T IMOTEO 1 .18 -20

El papel de nuestra conciencia

m i é r c o l e s27 28

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w w w . e n c o n t a c t o . o r g | 37

r e f l e x i Ó nr e f l e x i Ó n

¿nos apresuramos a dar batallas personales, pero somos lentos en afirmar el castigo del mal como nación? algunas veces, la única manera para que un país tenga paz, es ir a la guerra, pero nunca tendremos paz interior si estamos en guerra con las personas que nos han hecho algún daño.

al pensar en este tema, recuerde que el pro-pósito de Dios es la destrucción de la maldad, no de las personas. en la batalla final, Jesús derrotará el pecado y la muerte, cesarán las guerras, y reinará la justicia (ap 19.11-16). hasta ese día, estaremos en la tierra para hacer nuestra parte en la derrota del mal.

f i n d e s e m a n av i e r n e s

un aspecto de confusión acerca de la guerra, es la clara discrepancia entre

las palabras de Jesús y la aprobación de la guerra por parte de Dios en el antiguo testamento. ¿Pueden compaginarse estas enseñanzas diferentes? ¿Cómo puede el Dios que dijo a israel que destruyera a los cananeos, ser el mismo que dijo: “amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen” (v. 27)?

Para aclarar esta cuestión, debemos dis-tinguir entre las órdenes dadas a naciones, y las instrucciones dadas a personas. el señor ha dado ciertas responsabilidades a los go-biernos. Los llama ministros de Dios para el bien, y los ha encargado de castigar el mal (ro 13.4). Pero a las personas les dice: “no os venguéis vosotros mismos” (12.19).

en la guerra se mata a personas, pero esto no es lo mismo que asesinato. un soldado en el campo de batalla cumple sus obligaciones bajo la autoridad de su gobierno (ro 13.1, 2). el asesinato, por el contrario, es la respuesta vengativa de una persona a la ira o a los celos, y está motiva-da por el deseo de destruir a otra persona.

Cuando los gobiernos castigan el mal, los inocentes son protegidos, pero cuando los individuos buscan su propia vengan-za, se destruyen a sí mismos y también a otros. en el capítulo 6 de Lucas, Jesús estaba hablando acerca de conflictos per-sonales, no de guerras nacionales.

leer | LUCAS 6 .27 -31

El amor y la guerra

La guerra es un tema muy controversial, tanto dentro como fuera de la iglesia.

De manera que, quienes siguen a Cristo harían bien en escudriñar las sagradas es-crituras y preguntarse: ¿Qué piensa el Señor sobre la guerra?

Para lograr tener una comprensión adecuada, debemos considerar que la guerra es una consecuencia natural del pecado. algunos conflictos se alimentan de intenciones siniestras, pero otros son una batalla entre el bien y el mal. Dios aborrece el derramamiento de sangre, pero si el mal no es resistido con fuerza, los inicuos se impondrán.

el señor estableció el gobierno como un medio de auspiciar el bien y restringir el mal. La posición de autoridad proviene directamente de Él. sin embargo, algunos gobernantes abusan del poder y actúan perversamente, haciendo que la guerra sea inevitable. Cuando los malos atacan, negarse a combatirlos es renunciar a la responsabilidad de proteger a los inocentes y castigar a los perversos.

La Biblia ofrece evidencia de que Dios a veces usa la guerra para lograr sus propósi-tos. Él ordenó a los israelitas que pelearan por la posesión de la tierra que les había prometido (Dt 20.1, 17, 18). también utilizó la guerra para juzgar y castigar a las na-ciones impías (Jer 25.12-14), e incluso para disciplinar a su propio pueblo (Jer 5.15-17).

leer | ROMANOS 13 .1 -4

Lo que piensa Dios sobre la guerra29

Page 38: Revista en Contacto, Julio 2011

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