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Revista El Descenso nº 6 (segunda etapa) - Año 2009

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SUMARIO5 Carta del Sr. Obispo.7 Carta del Capellán.9 Saluda de la Alcaldesa.11 Carta del Hermano Mayor.

13 VIDA COFRADE

15 Cruz de Mayo 2008.16 Presentación del Cartel y Revista El Descenso 2008.19 Besamanto 200821 Pregón 2008.22 Novena 2008.24 El Obispo de la Diócesis recibe a la Junta de Gobierno. 25 Rosario de San Bernabé28 Homilía Sr. Obispo Misa de Cabildos.31 Crónica de unas Fiestas.39 Emotiva visita de la Virgen de Torreciudad al Santuario de la Capilla.40 La Cofradía de la Patrona de Jaén visita los Santos Lugares.42 Ofrenda floral del Real Jaén.43 Audiencia de la Sra. Alcaldesa.45 Tradicional Belén 2008.49 La Cofradía de la Virgen de la Capilla ha construido una escuela en la India.52 Conferencia: Pablo, apóstol de Cristo56 Peregrinación – Retiro de cuaresma 2009.58 Apertura del Año Jubilar en honor de la Patrona de la Diócesis. 60 El Real Jaén ofrece a la Patrona la Copa Federación61 La Cruz de Mayo solidaria de la Virgen de la Capilla arropada por miles de jiennenses.

63 ACTUALIDAD 2009

65 Entrevista al pintor del Cartel 2009.68 Monseñor D. Santiago García Aracil, pregonero 200975 Entrevista al Predicador de la Novena 2009.78 Cultos y Actos en honor de Ntra. Sra. de la Capilla.79 Restauración del trono procesional.

81 COLABORADORES

83 Clausulas principales en la información testifical del Descenso. Andrés Molina Prieto87 Adentrándonos en la historia del Santo Reino. Miguel P. León Padilla89 Santa María del Adviento. Raúl Contreras Moreno.93 Apadrinamiento de la imagen de San Juan de la Hermandad de la Amargura. José Mª Francés Morillas 94 El fin caritativo de las Cofradías. Pedro J. Martínez Robles96 Peregrinación a Tierra Santa: Tras las huellas de Cristo. Voc. de Publicaciones103 La Virgen de la Capilla desde el cartel. Manuel López Pérez113 Centenario de un cofrade singular: don Bernabé Soriano. Manuel López Pérez115 María, la joven del sí. Manuel López Pegalajar.117 Fallece el restaurador de la Virgen de la Capilla. José Galián Armenteros.119 Mi vida en Cristo. Concepción Agustino Rueda120 A Ntra. Sra. De la Capilla en su Descenso. Concepción Agustino Rueda121 50 años hace de la recuperación de la portada del Descenso. Manuel López Pérez123 Efemérides: 1959, la Virgen de la Capilla ¿Capitana General?. Manuel López Pérez125 El dorado del retablo del Descenso. Pedro Casañas Llagostera.

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EDITA:Ilustre, Pontificia y Real Cofradía de Nuestra Señora de la Capilla. www.virgendelacapilla.es

CONSEJO RECTOR:José Humberto Montero Fernández.Manuel Rodríguez Chica.Miguel A. Antón Carrillo de Albornoz.Fª Javier Hermoso Chozas.Jose Antonio Martín Illescas.José Gabucio Redecillas.María Dolores del Arco Cancio.Esperanza Macarena Calatayud Chamorro.Mª Dolores Ocaña Tirado.Jesús Llopis Olivera.Francisco García Chica.

CONSEJO DE REDACCIóN:Rafael Cañada López.José Humberto Montero Fernández.Mª Dolores Ocaña Tirado.Esperanza Macarena Calatayud Chamorro.

DIRECTOR:Rafael Cañada López.

FOTOGRAFíAS:José Tomás García Rivera.José Manuel Garcia Armenteros.Archivo de la Cofradía.Ramón Calatayud Lerma.Francis J. Cano.Arturo Aragón Moriana.Miguel Ángel Peragón.Antonio M. Márquez Valenzuela.Jesús López Aranda

MAqUETACIóN:Comunica Multimedia. 953 08 76 88

IMPRIME:Gráficas La Paz de Torredonjimeno

DEPóSITO LEGAL:J-271-2007

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Agradezco la invitación que me hace el Hermano Mayor de la Ilustre, Pontificia y Real Cofradía de Nues-tra Señora de la Capilla para participar en esta revista «El Descenso», que año tras año, con su esmerada publica-ción, se convierte en un vinculo privilegiado de comuni-cación entre los hermanos cofrades y un buen instru-mento de promoción de la devoción a nuestra Madre del Cielo.

Un año más, al celebrar las fiestas en honor de la Patrona y Alcaldesa Mayor de la Ciudad de Jaén, nues-tra mirada se centra en esta bendita imagen que nos

presenta a María, la Virgen Madre, con su Hijo Jesús en brazos. Cuando hablamos de maternidad estamos ex-presando cariño, ternura, cercanía, apertura, acogida, donación, entrega, amor sin límites y sin condiciones. Y eso es lo que vemos en la Virgen de la Capilla. María, aco-giendo con humildad la llamada de Dios, se ha converti-do para todos en Madre del Salvador.

Contemplar la imagen de la Virgen de la Capilla es reflexionar sobre el misterio de la maternidad divi-na. En esta imagen vemos a nuestra Madre celestial, a aquella en quien siempre podemos confiar, la que nos indica el camino que debemos seguir para ser buenos cristianos, buenos seguidores de su Hijo Jesucristo. La Virgen de la Capilla nos está llamando constantemen-te a hacer lo que su hijo Jesús nos dice en el Evangelio. Como en las bodas de Caná de Galilea, María quiere ser siempre la que nos indica el camino hacia su Hijo, por-que en Él está el sentido de nuestras vidas.

Sabemos también que la Santísima Virgen de la Capilla, como Madre que es, siempre está pendiente de sus hijos y ruega constantemente por nosotros. En el Evangelio de San Juan leemos: «Junto a la cruz de Jesús es-taban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y cerca al discí-pulo que tanto quería, dijo a su madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo.” Luego, dijo al discípulo: “Ahí tienes a tu madre.”» (Jn 19, 25-27) En este bello pasaje contemplamos cómo en el após-tol San Juan está representada toda la humanidad. Y Cristo quiso dejarnos a su Madre como Madre nuestra.

María, la Madre de Jesús, es también la madre de todos. Por eso podemos recurrir a ella con especial con-fianza. Como afirmaba el recordado Papa Juan Pablo II: «Antes de morir, Jesús ofrece al apóstol Juan aquello más pre-

Nuestra señora de la capilla, la virgen madreRamón del Hoyo López. Obispo de Jaén.

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cioso que posee: su Madre, María, quien a los pies de la Cruz, en Juan, acoge en su corazón a toda la humanidad». Todos so-mos acogidos en el corazón de María y su intercesión protectora se derrama con abundancia a quienes supli-camos su amparo. La Santísima Virgen María es el auxi-lio de los cristianos, es refugio de los pecadores como la invocamos en las letanías del Santo Rosario. Y Ella nos llama siempre, con su ejemplo, a vivir como auténticos hijos de Dios.

Miremos a María. Ella fue la humilde doncella na-zarena. Si Dios hizo grandes obras en ella fue por su sen-cillez. En el canto del «Magnificat» nos lo dice claramen-te: «El poderoso ha mirado la humillación de su esclava» (Lc 1, 48). ¡Cuánto nos queda por aprender de la humildad de la Santísima Virgen! Invoquemos a menudo nuestra Madre. Acudamos a Ella con nuestros ruegos y plegarias porque sabemos que es la mejor intercesora ante Dios.

Un gran devoto de María, San Bernardo de Clara-val, decía: «Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que ha acudido a Vos, im-plorando vuestra asistencia, haya sido desamparado de Vos». Nadie queda desamparado ante María y ella nos da el consuelo maternal que tanto necesitamos.

que Nuestra Señora de la Capilla por siempre sea bendita y alabada e interceda ante su Hijo por esta que-rida ciudad de Jaén.

Con mi bendición pastoral.

Ramón del Hoyo López

Obispo de Jaén

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Estamos celebrando el Año Jubilar de San Pablo en el 2.000 Aniversario de nacimiento, y me ha pareci-do oportuno y práctico para los cristianos Cofrades el lema que de diversos modos está la Iglesia transmitien-do este año para motivar nuestra vocación misionera: “Llamados como San Pablo a Evangelizar”. “Como San Pa-blo, Misioneros por vocación”, etc.

Los Cofrades, como todo cristiano, habéis reci-bido la fe cristiana el día de vuestro Bautismo como un regalo de Dios; pero la fe además de vivirla hay que transmitirla.

Vuestra Cofradía es un medio para alimentar vuestra fe, celebrarla y vivirla.

La alimentáis en vuestras reuniones, con vues-tras charlas, con la asistencia a los Cursos de Formación, con la devoción a la Stma. Virgen de la Capilla, nuestra Madre y Patrona y ¡cómo no!, con vuestra oración y con la participación en los Sacramentos, con vuestros cul-tos.

Pero un cristiano no debe contentarse solo con alimentar su fe y celebrarla, sino debe sentir también la necesidad de manifestarla públicamente, no solo en los Cultos y en las Procesiones, sino también en su vida nor-mal y además debe sentir la responsabilidad de trans-mitirla, ser misionero por vocación.

Nuestro Sr. Obispo en su Exhortación os decía: “El Evangelio recibido no es un tesoro para vivirlo y pro-tegerlo en nuestra vida y entorno sino también para anunciarlo y transmitirlo a quienes no lo vivan o aun no lo conocen”.

Es lo que hizo San Pablo desde el momento de su conversión; desde su encuentro con Cristo su vida fue para anunciar a Cristo. Lo hizo con mucho valor, con mucho amor, sin miedo a las persecuciones y corno un servicio fiel y constante, para ofrecerles a todos la ale-gría de la salvación.

San Pablo, como buen cristiano, como buen mi-sionero, no anunciaba a Cristo para ganarse adeptos a

como san pablo, misioneros por vocaciónManuel Bueno Ortega.Párroco de San Ildefonso y Capellán de la Cofradía.

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su persona, sino para ayudarles a conocer a Cristo y re-cibir el don de su Espíritu, la alegría de su salvación.

No olvidemos que transmitir la fe ha sido encar-go fundamental de Cristo a su Iglesia “Id al mundo en-tero y predicad el Evangelio”; y la tarea prioritaria que la Iglesia ha ejercido de muchas maneras; por ello es ur-gente y necesario para los cristianos despertar nuestra vocación misionera para ser testigos en nuestro mun-do de hoy de nuestra fe, de nuestra esperanza, de nues-tro amor y así ayudarles a nuestros contemporáneos a conocer, amar y seguir a Jesucristo.

que esta tarea que nos corresponde a todos, nos

anime en este año Jubilar de San Pablo, Misionero por vocación, a preparamos bien, a vivir nuestra fe con ale-gría y responsabilidad y a unirnos a nuestro grupo ecle-sial, nuestra Cofradía, para apoyarnos mutuamente, para reflexionar juntos, compartir nuestra experiencia y organizarnos para ver qué podemos hacer y cómo po-demos hacerlo para transmitir nuestra fe como Cofra-des y como Cristianos.

que contemplar vuestras Imagen de la Stma. Virgen de la Capilla, reflexionar sobre los Misterios de nuestra fe que Ella nos recuerda y vivir vuestra fe cele-brando los Cultos de vuestra Cofradía os estimule a ser misioneros como San Pablo.

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La tradición y el sentimiento se unen para dar cita a una de las festividades más propias y señeras de nuestro Jaén. La Virgen de la Capilla saldrá, un año más, al encuentro de su ciudad para palpar el calor de las gen-tes que se arremolinan en torno a su paso y apreciar, así, el bello rito de acompañar a la patrona de la ciudad.

San Ildefonso se transforma para ornamentar con sus mejores galas el entramado de calles que con-forman el barrio antiguo. Un barrio que se erige como el mejor anfitrión para recibir una de las citas más im-portantes de Jaén. Las fiestas de la Virgen de la Capilla nos hace sentirnos más arraigados a nuestra tierra.

La Virgen de la Capilla es estandarte y enseña de Jaén. Su advocación ha traspasado siglos y genera-ciones. Y, cual rica herencia recibida de nuestros ances-tros, el nombre de “Capilla” encierra la esencia propia de nuestra cultura popular.

La Virgen de la Capilla, y su feria, marcan un pun-to de inflexión en el calendario local. El colorido, el bulli-cio y el alborozo volverán a llenar la encrucijada del vie-jo barrio al que todas y todos los jiennenses queremos acudir. Y queremos sentirnos parte de esta fiesta que nos identifica y nos hace portadores de una tradición que nos distingue.

Con la Virgen de la Capilla queremos ser pastira y chirri para lucir el pundonor de un Jaén de raíces oli-vareras. Con la Virgen de la Capilla queremos ver trote caballos en salutación de sentimiento. Con la Virgen de la Capilla queremos sentirnos otra vez como niños y niñas, para ofrecerle flores a María. Con la Virgen de la Capilla queremos volver a mostrar la grandeza del Jaén de siempre.

Saluda de la alcaldesa De la ciudadCarmen Peñalver Pérez.

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Estimados cofrades y amigos:

Un año más, llega a vuestras manos un nuevo ejemplar de la revista el Descenso, que tratamos de rea-lizar con el mayor de los esmeros. Pretendemos dar un repaso al ejercicio cofrade, recordando las diversas acti-vidades y actos realizados durante el año. Pero también, queremos que esta publicación, no solo sirva para infor-mar, sino que sea un instrumento más de formación, los artículos de nuestros colaboradores son una clara

muestra de ello. Trabajos que nos ayudan a conocer mejor nuestra fe, la historia de nuestra Cofradía y todo aquello que tiene que ver con esta, manteniendo el es-píritu de la ya desaparecida publicación once de Junio, que realizara nuestra Academia Bibliográfica Mariana.

Este año, para mi como Hermano Mayor es es-pecial, ya que finaliza el ciclo de 3 años para el cual fui elegido por ustedes, para ocupar la presidencia de esta nuestra Cofradía. Para mí ha sido un honor el poder presidir esta histórica Institución. Mucha ha sido la responsabilidad, abundantes los retos marcados, en definitiva, años muy intensos en todos los aspectos, en los cuales hemos puesto todas nuestras ilusiones, ener-gías y saber hacer como no podía ser de otra manera, para trabajar por y para servir a la Cofradía. Desde la responsabilidad y la seriedad y con la esperanza de no haberlos decepcionado y de haber sido fértiles en nues-tro gobierno. Esperando haber contribuido a dar ma-yor esplendor y engrandecimiento a nuestra Cofradía, para así honrar a los que nos precedieron y de alguna manera contribuir a incrementar la devoción de Nues-tra Señora.

En este caminar seguro que también habremos cometido errores, por ello les pido disculpas en todo aquello que no hayamos estado a la altura adecuada. Es a ustedes a cada uno de los cofrades, los que les corres-ponde valorar o evaluar la labor realizada.

Cerramos un ciclo, y es de justicia, en este mo-mento más que nunca, agradecer a todas aquellos co-frades, devotos, colaboradores y familiares que han con-tribuido y nos han ayudado de una manera u otra a tra-bajar por Nuestra Cofradía, en la mayoría de las ocasio-nes desde la sombra, dejando mucho tiempo, esfuerzos

carta del hermano mayorJosé Humberto Montero Fernández.

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y porque no decirlo, dinero, para tratar de llevar a buen término los fines de esta Asociación de fieles.

Mi agradecimiento a todos mis compañeros de Junta de Gobierno, por su dedicación, en algunos casos sin límites. Es evidente que los logros obtenidos han sido consecuencia de la unión y la labor del grupo, des-de nuestra compañera Toñi Cámara, fallecida a los tres meses de tomar posesión, hasta el último de nosotros. Alejados siempre de todo tipo de interés y de protago-nismo. Gracias a todos por vuestra lealtad y dedicación.

Mi reconocimiento para todos aquellos que componen la gran familia de la Cofradía, Academia Bi-bliográfica, Caballeros Horquilleros, de los cuales nos sentimos plenamente satisfechos, ya que en este pe-riodo, han acudido en gran número, para portar sobre sus hombros a nuestra Patrona, no podemos olvidar a nuestras doce Camareras de Nuestra Virgen.

Como asociación pública de fieles que somos no hemos perdido de vista, sus fines principales: caridad, formación y el cuidado del culto, a continuación descri-bo algunas de las acciones en este sentido realizadas durante estos tres años:

Respecto a la caridad, como bien sabéis, la Junta que yo presido, ha creído conveniente multiplicar los esfuerzos para potenciar la caridad desde un punto de vista social. Tomaba prestadas en el saluda del año pasado a Monseñor Hélder Cámara, “Cuando sueñas solo, sólo es un sueño; cuando sueñas con otros, es el comienzo de la realidad¨. Ahora, ya podemos decir, que el proyecto de construcción de una escuela en la India, ha sido concluido en su totalidad. Tenemos que sentir-nos todos plenamente satisfechos, es un logro para es-tar orgullosos. Con esta, ya realidad, estamos dando la oportunidad a numerosos niños para que salgan de la más extrema de las pobrezas. También se han llevado a cabo otra serie de acciones, para poder ayudar a nues-tros conciudadanos, a través de campañas de recogidas de alimentos, juguetes, donativos para el hogar de los sin techos etc.

Diferentes han sido las charlas formativas que se han realizado, hemos tenido la oportunidad de contar con un ramillete de conferenciantes que gozan de un gran prestigio, y como guinda horas antes de la presen-tación de esta revista, contaremos con la impartición

de una conferencia a cargo del Cardenal Arzobispo de Sevilla, al Emmo. y Rvdmo. Monseñor D. Carlos Amigo Vallejo.

También quiero destacar las peregrinaciones efectuadas estos años, que no dejan de ser una forma de expresión de piedad, en las cuales hemos tenido la oportunidad de convivir, rezar, formarnos tanto cultu-ralmente como espiritualmente, y a la vez pasar unas jornadas inolvidables. Peregrinar al Santuario del Ro-cío, Cáceres, Guadalupe, Trujillo, Tierra Santa, Jordania, Roma y este mismo agosto, con motivo del año Paulino, haremos una ruta por Turquía, para seguir los pasos de Pablo por tierras turcas. Estos viajen han sido muy pro-vechosos y han dejado un trozo de huella en mi, y segu-ro que también de algunos peregrinos. Visitar los San-tos Lugares, cuna del cristianismo y Roma, epicentro de nuestra religión, no deja indiferente a nadie.

Importante ha sido para nosotros, por tercer año consecutivo organizar la Cruz de Mayo en la plaza de San Ildefonso, que nos sirve para obtener unos ingresos que son destinados en su totalidad a fines caritativos y por otro lado, la Cofradía se hace presente en el ba-rrio. En tan solo tres años hemos podido consolidarla, recibiendo multitud de visitas, destacando este año la presencia de nuestra Alcaldesa junto a la Consejera de Educación de la Junta de Andalucía, y un grupo nutrido de ediles de nuestro Ayuntamiento.

También hemos puesto en funcionamiento una pagina Web, que vamos completando día a día, y que es una herramienta fundamental para darnos a conocer en todos los rincones del mundo, siendo muy útil para comunicarnos con todos los cofrades.

Otras actividades son el tradicional Belén, auten-tica obra de arte que año tras año puede ser contem-plado por numerosos visitantes. Retiros espirituales de Adviento y Cuaresma. Sin olvidarnos de los cultos, que evidentemente son una parte fundamental del queha-cer de nuestra Cofradía. Estas pinceladas son suficien-tes para hacernos una idea de la labor realizada duran-te estos años, aunque no son las únicas, que por motivo de espacio se dejan en el tintero.

También me gustaría hacer mención de algunas de las adquisiciones que en estos tres últimos años se han realizado, en su gran mayoría, como ya han sido in-

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formados vía donaciones, como la tan anhelada Can-delería de nuestra Virgen entre otras, o las tres pintu-ras, que han sido los carteles respectivos de las distintas fiestas patronales, realizados por reputados artistas, que dan mayor valor a nuestra pinacoteca. La última compra efectuada ha sido la parihuela del trono, debi-do al estado de deterioro en el que se encontraba la an-terior.

Gracias a las donaciones realizadas por algunos devotos, hemos podido incrementar nuestro patrimo-nio, con diversos enseres, manteles etc. Mención espe-cial merecen, el Capote de Paseo, que el diestro Enrique Ponce donó para el deleite de todos, así como la obra musical “Capilla Tú”, compuesta por D. Pedro Jiménez Cavallé y letra de Concepción Agustino Rueda.

No es suficiente con adquirir aquellos enseres u objetos que sean necesarios, también es importan-te su mantenimiento, somos los responsables de ve-lar por su conservación, por ello hemos restaurado en su totalidad el trono, que se encontraba en un pésimo estado. Aprovecho la ocasión para informarles, que se encuentran muy avanzadas las conversaciones con el Ayuntamiento y la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, para someter a nuestra Imagen Titular, a un proceso de restauración, que se hace aconsejable, para su buena conservación. Al mismo tiempo se harán los correspondientes estudios medioambientales para proceder a la adecuación del Camarín, para que la talla, se encuentre en las condiciones óptima para su mante-nimiento. Desde aquí agradecer a la alcaldesa de la ciu-dad y a su concejal de cultura, el interés prestado con

respecto a este tema.

Para llevar a cabo todas estas actividades, pro-yectos y adquisiciones, es necesario conseguir recursos económicos suficientes. En este sentido estamos muy satisfechos con los resultados logrados, ya que con las cuotas cofrades, solo tenemos para cubrir la tercera parte de nuestros gastos, el resto ha sido obtenido por diversas fuentes: loterías, cruz de mayo, empresas, do-naciones, instituciones etc. Y puedo decirle, que a pesar del importante volumen de gastos que se han realizado, cerraremos el año con un superávit importante.

Nosotros hemos intentado dar un nuevo impul-so a la Cofradía, desde el respeto a los que nos precedie-ron, con toda humildad, con nuestro propio estilo, pero siempre desde la responsabilidad de la autoridad que nos ha sido otorgada y la reflexión de todas y cada una de las decisiones tomadas, huyendo de todo aquello que nos aleja de nuestros fines.

Después de haber realizado un repaso por los distintos proyectos, actividades, me despido como em-pecé, les corresponde juzgar a ustedes, si esta etapa ha sido fructuosa para la Cofradía.

Con mi más respetuoso y fraternal abrazo, me despido deseándoles unas felices fiestas patronales.

José Humberto Montero Fernández

Hermano Mayor

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La cofradía de la Virgen de la Capilla organizó una cruz de Mayo con fines solidarios

La Junta de Gobierno de la Virgen de la Capilla organizó, coin-cidiendo con el largo puente del pri-mero de mayo, una Cruz cuyos fon-dos son benéficos.

Por segundo año consecutivo, la plaza de San Ildefonso acogió la Cruz de Mayo, marcada en esta oca-sión por fines solidarios. Los benefi-cios económicos que se recaudaron a través de la barra que la cofradía montó en la plaza, fueron destina-dos a la creación de un colegio de educación primaria en una zona deprimida de India, proyecto que se tomó a través de Manos Unidas.

El buen tiempo y la solida-ridad de los jiennenses se aliaron para que estos días aumentara con-siderablemente la recaudación que ayudó a construir el colegio Virgen de la Capilla en la India.

cruz de mayo 2008

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presentación del cartel y revista EL DESCENSO 2008

David Padilla, autor del cartel de la festividad de la Virgen de la Capilla 2008

El Centro Cultural Miguel Castillejo albergó el acto de presentación del cartel anunciador de las fies-tas de la patrona de Jaén.

Como cada año, la Junta de Gobierno de la Cofra-día de la Virgen de la Capilla escoge a un pintor jiennen-se para que plasme la figura de la Patrona con motivo de su festividad.

En el año 2008, el elegido para tal fin fue el pintor jiennense, David Padilla, a quien presentó el cofrade y amigo personal del artista, César Carazo Gil.

Padilla, siguiendo sus habituales técnicas de pin-tura basadas en tintas industriales y aerográficas, y su particular mirada de artista en la que se funde la foto-grafía con el realismo más clásico, quiso mostrar a la Virgen de la Capilla en su Santuario, envuelta en una luz que ella misma irradia, todo ello en tonos ocres y dora-dos: la curva sobre la línea, el barroco con el gótico. Todo ello conjugado a la perfección bajo el pincel de un autor

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pop, pero a la vez íntimamente ligado con el día a día de la ciudad que le vio nacer.

Revista y Web oficial

El acto también sirvió para la presentación del

número 5 de ésta revista, “El Descenso”, la publicación que cada año edita la Cofradía, y que con éste ha cumpli-do su décimo aniversario. Este mismo día se aprovechó para la presentación del nuevo sitio web de la Cofradía (www.virgendelacapilla.es)

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La Virgen de la Capilla recibió la devoción de los fieles jiennenses

Durante tres días, cumpliendo fielmente con la tradición, la Virgen de la Capilla se expuso en Besaman-to al pie del altar mayor de la iglesia de San Ildefonso.

Este es uno de los actos cultuales que con motivo de la festividad de la patrona de Jaén organizó la Jun-ta de Gobierno de la Cofradía de la Capilla. El objetivo que se persigue con este tradicional Besamanto es que el pueblo de Jaén contemple y venere a la imagen de la Virgen fuera del Camarín.

besamanto

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Nuestra Señora de la Capilla lució para el Besa-manto uno en color verde, bordado en tisú de oro y pla-ta, y en seda de Otomán adamascado. Junto al dosel se situó el acta del siglo XV que atestigua el descenso de

la Virgen, la noche del 10 al 11 de junio de 1430 rubricado por el entonces Vicario General y Provisor del obispado don Juan Rodríguez de Villalpando.

Bajo Tu ManTo

Francisco javier cano expósiTo

(exTraído del vi pregón de gloría, 15 Mayo 1999)

Bajo tu manto, Madre, me protejoy bajo tu mirada me cobijo

porque, sin merecerlo, soy tu hijoaunque sin merecértelo me alejo.

Y al alejarme, Madre, tu consejome falta y ya no sé adónde dirijo

mis pasos extraviados, y me aflijoy, en mi aflicción, la vida entera dejo.

Y así: afligido, triste, abandonado,desconsolado marcho a la derivapor el oscuro cauce de mi llanto.

Hoy vengo a Ti, a pedirte arrodillado:¡Déjame, Madre, que por siempre viva

bajo el eterno abrigo de tu manto!

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Fernado Arévalo pregonó la festividad de la Virgen de la Capilla El periodista jiennense, Fernando Arévalo pro-

nunció el pregón dedicado a la Santísima Virgen de la Capilla como preludio de su festividad. El acto, que se celebró en el Teatro Darymelia de Jaén, contó con la presencia de la Junta de Gobierno de la Cofradía junto a su capellán, don Manuel Bueno Ortega, el presidente de la Agrupación de Cofradías, don José María Mariscal, miembros de otras cofradías, así como representantes del Ayuntamiento de la ciudad.

El pregonero fue presentado por el Ilmo. Sr. D Francisco Juan Martínez Rojas, Deán de la Santa Igle-sia Catedral de Jaén. En su presentación, Martínez Ro-jas, quien definió al pregonero como “artesano de la palabra” recorrió pasajes de la infancia del pregonero a través de imágenes de su Alcaudete natal. Mencionó su amplia trayectoria profesional, que a lo largo de más de cuatro décadas ha pasado por los Medios escritos y audiovisuales de la provincia, y recordó los importantes galardones cosechados a lo largo de todo este tiempo.

Arévalo, hizo vibrar a un auditorio repleto con su imponente voz de radiofonista de siempre, y sus pala-bras dedicadas a la Patrona de Jaén. Su afilada pluma no pudo dejar pasar la oportunidad de hacer críticas al conformismo de la sociedad y sus dirigentes, y enco-mendó al amparo de la Santísima Virgen a aquellas per-sonas más necesitadas.

Como es habitual, el acto del pregón concluyó con la actuación del Orfeón Santo Reino, bajo la batu-ta de don Pedro Jiménez Cavallé y doña Inmaculada Ji-ménez Rodríguez. El Orfeón interpretó diversas obras, y estrenó “Capilla tú”, una pieza con música creada por Jiménez Cavallé y letra de Concha Agustino.

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novena 2008

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La solemne Novena en honor a la Virgen de la Ca-pilla nos preparó para el 11 de junio

Mayo, mes por antonomasia dedicado a María, Madre de Dios, dio paso a Junio y con él a todos los actos y cultos organizados por la Cofradía para la celebración de las fiestas de nuestra Patrona, la Virgen de la Capilla.

Desde el inicio de mes transcurrieron diez días intensos hasta el 11 de junio cuando María Santísima de la Capilla se encontrara con el pueblo de Jaén en las ca-lles de la ciudad del Santo Reino.

Además de los preparativos propios de la festivi-dad, como cada año, la Cofradía de Nuestra Señora de la Capilla inició unos días dedicados a la contemplación y la oración a través de la Solemne Novena. En el año 2008, el predicador de la Novena fue el canónigo de la S. I. Cate-dral, M. I. Sr. D. Pedro José Martínez Robles.

La vida de un cofrade debe, sin duda, estar mar-cada por un encuentro íntimo con Dios a través de la

oración y la meditación, que unidas nos llevarán a la ac-ción cristiana en nuestra vida cotidiana.

Es por eso que durante los nueve primeros días del mes de junio los cofrades y devotos de la Virgen de la Capilla oramos juntos, reflexionando a la vez sobre nuestra vida cristiana y el reflejo que debemos llevar a la sociedad con María como ejemplo.

Don Pedro José Martínez Robles afirmó que como sacerdote se siente gozoso celebrar siempre la Eucaristía, también en esos días previos a la celebración del día de la Virgen de la Capilla. “Si mi vivencia de la fe, de la Palabra de Dios y las palabras que pueda ofreceros en la Novena pueden servir a los cofrades de la Virgen para crecer en su fe y para que se concrete en su vida de cada día, me daría por plenamente satisfecho. Espero con ilusión y esperanza que esos días sean para todos nosotros un estímulo para nuestra vida y nuestro amor y devoción a Nuestra Señora la Virgen María bajo la ad-vocación jaenera de la Capilla”.

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En la víspera de la fiesta grande de la Capilla, el palacio episcopal sirvió de marco para la recepción que el Obispo de la Diócesis de Jaén, Monseñor del Hoyo Ló-pez, ofreció a la Junta de Gobierno de la Cofradía de la Virgen de la Capilla.

En el encuentro, los miembros de la Junta de Go-bierno de la Patrona de Jaén acompañados por el Ca-pellán de la Cofradía, don Manuel Bueno Ortega, le han explicaron al Obispo cuales han sido las directrices de trabajo de la Cofradía que se han llevado a cabo a lo lar-go de este último año. Don Ramón del Hoyo López ma-nifestó su agrado por la labor del equipo de Gobierno, y

un especial interés por el proyecto de Caridad iniciado por la Cofradía a través del cual se ha levantado una es-cuela en una región especialmente desfavorecida de la India.

El Obispo insistió en la labor de ésta y otras Co-fradías de la Diócesis que con su tarea de evangelizado-ra siguen acercando y difundiendo a la sociedad tradi-ciones religiosas, como es en este caso el Descenso de la Virgen María a Jaén, enraizadas en el tiempo para que no se pierdan y sigan trasmitiéndose de generación en generación.

el obispo de la diócesis recibe a la junta de gobierno

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El tradicional Rosario de San Bernabé recorrió las calles de Jaén en la víspera de la festividad de la Capilla

Tradición y devoción se unieron en la tarde del 10 de junio en el rezo del Rosario de San Bernabé, coinci-diendo con jornada anterior a la festividad de Nuestra Señora de la Capilla.

El rezo del Santo Rosario por las calles de Jaén evoca el camino que recorrió la Madre de Dios el día de su descenso a la ciudad en el mes de junio 1430. Desde

entonces, la tradición continúa y tras la eucaristía que se ofició en la Iglesia de San Ildefonso por el alma de los cofrades difuntos se inició esta particular peregrina-ción.

Fueron muchos los fieles que como cada año qui-sieron acompañar y compartir el rezo del Santo Rosario junto con los miembros de la Cofradía de la Virgen de la Capilla por las calles de Jaén.

Este tradicional acto cultual finalizó en la Reja de la Capilla con el canto de la “Salve” y del himno de la Pa-trona.

rosario de san bernabé

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FIESTA DE LA SANTÍSIMA VIRGEN DE LA CAPILLA

Parroquia de San Ildefonso, 11 de junio de 2008

1. Saludos e invocación

“Alegrémonos todos al celebrar la solemnidad de la Virgen María, nuestra Señora de la Capilla.”

Con esta palabras comienza la liturgia de esta so-lemnidad en el Misal propio de la Diócesis de Jaén.

Alegrémonos con la Patrona de Jaén, en esta Fies-ta de los Cabildos, a quienes saludo con todo afecto: al Ilmo. Sr. Deán y a los Capitulares del Excmo. Cabildo Ca-tedral, Capellán Honorario, y a la Ilma. Sra. Alcaldesa y Corporación Municipal, Hermano Mayor honorario.

Nuestro saludo al M. I. Sr. Capellán Mayor y Párro-co de esta Comunidad cristiana de San Ildefonso, Mons. D. Manuel Bueno, junto con sus Vicarios parroquiales, y sacerdotes concelebrantes.

A la Junta Directiva con su Hermano Mayor y Miembros de la Cofradía de la Virgen de la Capilla, en-cargada de su culto ininterrumpido, al menos desde el x. XVI, les animo a ello, asegurándoles que siempre con-tarán con nuestro apoyo.

Muy queridos fieles todos, devotos de María San-tísima bajo la advocación de la Santísima Virgen de la Capilla.

Ante el Obispo Mons. Basulto, el Cardenal Segura pronunció, en un 11 de junio de 1930, fecha de la Corona-ción canónica de esta Imagen, estas sencillas palabras muy llenas de contenido: “la Virgen de la Capilla y Jaén.

Jaén y la Virgen de la Capilla.” Era el sentir del pueblo cre-yente que se veía íntimamente unido a la Madre de Dios y a su Hijo, en aquellas coronas que hoy también con-templamos sobre la Virgen y el Niño, como herederos de la misma fe de aquellos cristianos que le precedieron.

Su manto rosa lleno de flores de plata que la ador-nan y engalanan su imagen son signo de los corazones sencillos de quienes la invocan y aclaman.

Desde el siglo XV, al menos, viene celebrándose este aniversario de la aparición de la Virgen en esta ciu-dad. Con la solemne celebración y procesión de esta jor-nada los Cabildos catedralicio y municipal ponen hoy un eslabón más en la larga cadena que forma y aparte integrante de la historia de esta ciudad de Jaén.

que sea un día lleno de bendiciones y de fiesta para toda la ciudad, para quienes podemos asistir a es-tos actos y también para los ausentes, de forma especial para los más necesitados de su cariño y apoyo maternal. Es lo que acabamos de pedir en la oración colecta.

2. Liturgia de la Palabra

Las lecturas proclamadas, del libro de las Cróni-cas (15, 3-4. 15-16; 16, 1-2); Carta de San Pablo a los Efesios

HOMILÍA SR. OBISPO EN LA MISA DE CABILDOS

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(Ef 1, 3-6; 11-12) y Evangelio de San Lucas (Lc 1, 39-47), actua-lizan esta mañana para nosotros la figura de la Virgen María Madre de Dios como mujer creyente, mujer deci-dida, llena de gracia de Dios. Mujer orante, mujer llena de entrega a los demás a través de la visita a su prima Isabel, entonces necesitada. En la nueva Arca de la Alian-za, portadora de Dios, para el niño Juan y la familia de Zacarías, portadora del Niño Dios para toda la humani-dad.

Podríamos fijarnos en muchos y ricos matices de las Palabras proclamadas, pero quisiera detenerme en otras palabras, únicamente en tres nombres que se atribuyen a María, la Virgen de Nazaret, como motivos de nuestra reflexión:

Una se lo da la liturgia: “Arca de la alianza”. Otro se lo da el ángel: “Llena de gracia”, y el tercero se lo da a sí misma, en el diálogo que mantiene con el ángel en la Anunciación: “Esclava del Señor”, que luego su Hijo cam-biará por “Madre”: término tan entrañable y singular para todos.

a) Arca de la alianza

María llevando en su seno a Jesús recién concebi-do se dirige a casa de su anciana prima Isabel, a la que todos consideraban estéril. Por el anuncio del ángel, conoció María, sin embargo, que había llegado al sexto mes de gestación como regalo muy singular de Dios (cf. Lc 1, 36). Aquel difícil viaje de María recorrería aquellos 150 kilómetros, sin duda acompañada y en varias jorna-das, fue en realidad la primera procesión eucarística de la historia.

Sabemos que llevaba en su seno a su hijo, el hijo de Dios y muy suyo también. María se convierte en el río vivo d ela presencia de Dios. Con razón se le llama por tanto nueva Arca de la alianza desde la que el Señor visi-tó y redimió a su pueblo. Ya en aquel viaje, cuando María entró en casa de Isabel, su primo, dice el texto evangé-lico, que “Juan saltó de alegría en el seno de su madre” . Alegría en los dos hijos, alegría en las dos madres que les portaban en su seno. Preciosa escena.

Bien podemos afirmar con aquel presbítero del siglo V, Exiquio de Jerusalén, que si Jesús Hijo es la perla, María Virgen es con verdad el arca; que si él es el sol, la virgen es el cielo y que si él es la flor incontaminada, la

Virgen es la planta de la incorrupción.

El arca de la alianza, la verdadera morada de Dios en el mundo, no hecha de madera de cedro, sino de car-ne real era allí la Virgen María, que dijo sí a ser su Arca-Madre en la Anunciación del ángel. Hoy ella nos invita a ser también nosotros morada viva de Dios en el mundo, arcas vivas que paseemos a Dios por nuestras calles, ho-gares, oficinas, en tantos trabajos, si Él habita en noso-tros, si le dejamos un sitio privilegiado en nuestra exis-tencia.

b) Llena de gracia. Así la llamó el ángel: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”

Esto es en realidad lo que el Señor hizo en María, llenarla de su fuerza para el cumplimiento de sus altos planes salvadores a través de la humildad de esta mu-jer. Fue llena de gracia desde siempre, desde el primer instante de su concepción inmaculada. Llena de gracia pero en continuo crecimiento por su amistad íntima y entrega progresiva de amistad con Dios. Y todo, ¿para qué? Todo para preparar al Hijo bendito nacido en sus entrañas, engendrado por obra y gracia del Espíritu Santo. Bien merecía la más digna de las madres.

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También a nosotros el Señor nos regala su gra-cia en otros grados, pero no menos real, para las misio-nes que tiene a bien confiarnos en la vida. Con su fuer-za y compañía podemos cumplir los encargos que Dios pone en nuestras manos. Nuestra amistad con el Señor y nuestra cercanía con Él desde la fe y confianza, acre-cientan, como en nuestra madre, esa gracia y constan-cia progresiva que necesitamos para ser fuertes en el recorrido concreto de nuestra corta existencia, en las circunstancias y encomiendas que la vida pone en nues-tras manos.

¡Madre llena de gracia, intercede por todos nosotros para que nunca nos falte esa ayuda de tu Hijo, para ser fieles al cumpli-miento de su voluntad en la vida! Llénanos de tu fuerza y de tu gracia. Haznos fuertes en el amor y en nuestra entrega.

c) Finalmente, el nombre que se dio a sí misma fue el de “ESCLAVA DEL SEÑOR”. Esta expresión hace re-ferencia, sobre todo, a la docilidad a los planes de Dios en su vida, al proyecto de redención de la humanidad por medio de su Hijo. “Esclava” porque aceptó en pleni-tud desde su fe la palabra de Dios y su voluntad. “Esclava” porque estuvo siempre dispuesta a una entrega gene-rosa a los planes de dios sobre su vida, a cualquier re-nuncia y sacrificio por su Hijo hasta seguirle con ente-reza y valor, incluso en su crucifixión.

Hoy nos exhorta la “esclava del Señor”, como un día en aquellas bodas de Caná de Galilea a los sirvientes, a seguir también con la misma fe y confianza a su Hijo. “Haced lo que Él os diga”.

Jesús la llamó, sin embargo, “MADRE” en inconta-bles ocasiones, como nosotros lo hemos hecho, o hacen,

con el ser más íntimo en la vida, nuestra madre. A partir de morir, al pie de la cruz, le dijo Jesús a Juan: “Ahí tie-nes a tu Madre”. “A mi madre”, que desde este momento es para toda la humanidad. Ya antes, recordarán aque-lla escena en que se acercaron sus paisanos de Nazaret con María, a saludar a Jesús durante su predicación, les dijo entonces: “Mi madre y mis hermanos son los que es-cuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica”. Así lo hizo siempre su Madre, con este nombre la llamó y la puso como modelo de creyente.

3. SAN PABLO, para terminar mis palabras, en un pasaje de la Carta a los fieles de Éfeso, como hemos es-cuchado, llega a decir del cristiano: “que nos ha elegido Dios en la persona de Cristo, para ser santos e irrepro-chables ante Él por el amor. que nos ha destinado en la persona de Cristo a ser sus hijos para que la gloria de su gracia redunde en alabanza suya.” A esto estamos destinados, a ser luces de esperanza, a ser sus hijos, a ser santos.

¿qué puede ser más hermoso que esto, qué puede ser más entusiasmante y alegre? podemos preguntar-nos. En medio de un mundo con frecuencia triste y ne-gativo, el cristiano es colaborador y lámpara de alegría y esperanza, porque camina con la luz del Evangelio y la fuerza y la gracia del Espíritu Santo, como María Santí-sima. No va solo. Jesucristo será siempre la luz que bri-lla sobre las tinieblas de la historia y es a este, su Hijo, a quien nos acerca esta mañana, una vez más, la Virgen de la Capilla, como madre nuestra que es.

que ella bendiga por su Hijo nuestras vidas y las de todos los ciudadanos de Jaén en su Patronazgo. Feliz Fiesta.

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El testimonio de cuatro humildes moradores de Jaén convertido en documento de fe por el Vicario Ge-neral y Provisor del obispado, don Juan Rodríguez de Vi-llalpando, el martes 13 de junio de 1430 fue el inicio de tradición de la Virgen de la Capilla.

Casi seis siglos transcurridos desde entonces no han hecho mella en el fervor del pueblo de Jaén, que si-gue venerando a su Patrona. Si el mes de mayo es por antonomasia el mes dedicado a María, la Madre de Nuestro Salvador, el mes de junio en Jaén es sinónimo de Capilla. Una Imagen que a pesar de su pequeña talla es grande en la fe y el ánimo que despierta en los jaene-ros.

Desde principios del mes de mayo la Junta de Go-bierno de la Virgen de la Capilla inició su habitual calen-dario de actos y cultos dedicados a la Patrona de Jaén. Durante todo el mes de las Flores, el rezo del santo Rosa-rio y la posterior ofrenda floral a María Santísima de la Capilla congregó en la Iglesia de San Ildefonso a nume-rosas cofradías y asociaciones religiosas que quisieron participar en esta celebración del mes Mariano.

Solemne Novenario

Con el inicio del mes de junio, también comenzó la solemne Novena dedicada a la imagen titular de la ciudad. En el año 2008 fue el Canónigo de la Santa Igle-sia Catedral de Jaén y Vicario Judicial de la Diócesis, M. I. Sr. D. Pedro José Martínez Robles, el encargado de pre-dicar los nueve días anteriores al 11 de junio. El ritual de la Novena comenzaba, como es costumbre, con el rezo del santo rosario, al que seguía la lectura propia del no-venario para concluir con la celebración de la Eucaristía y la posterior Exposición del Santísimo. Cada uno de los

días de la Novena la cofradía ha contado con la presen-cia de distintos coros y agrupaciones cristianas de la ciudad. También, el predicador ha podido concelebrar la Eucaristía con algunos sacerdotes de la Diócesis, entre ellos el Deán de la Catedral, Ilmo. Sr. D. Francisco Juan Martínez Rojas. Las lecturas escogidas para la Novena por D. Pedro José Martínez Robles y una predicación cui-dada, trabajada, pero sobre todo, llena de amor a María quisieron incidir en el actuar de la vida de un cristiano comprometido, como es la de un cofrade. Una actitud que debe llevar unida la acción en la vida cotidiana, en el actuar con el prójimo, y en tener a Dios y a la Santísima Virgen presente en el quehacer diario.

Rosario de San Bernabé

En la víspera de la celebración del día de la Virgen de la Capilla, también festividad de San Bernabé, y fir-

crónica de unas fiestas: solemnidad y fervor dedicados a ntra. sra. capilla

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mes a una tradición que en ciertos archivos se remonta a la época de la Ilustración, se celebró el Rosario de San Bernabé. Desde el templo de San Ildefonso salió el cor-tejo formado por el capellán de la Cofradía, don Manuel Bueno, la Junta de Gobierno de la Virgen de la Capilla y numerosos devotos y fieles que recorrieron el itinerario inverso al que anduvo la Virgen en su descenso a la ciu-dad del Santo Reino en el siglo XV. Las velas, los cánticos y el fervoroso rezo del Santo Rosario concluyeron, como es habitual, en la Reja de la Capilla, donde cuentan los testimonios de la época, se detuvo la Virgen en la noche del 10 al 11 de junio de 1430 y de allí desapareció al toque de maitines. El canto de la Salve fue el broche que cerró este acto, el previo al día grande de la patrona de Jaén.

Misa de Cabildos

Narra la crónica de Muñoz Garnica allá por el año 1853 que desde finales del siglo XVI a esta parte no se ha interrumpido la Misa de Cabildos “ni por escaseces, ni por tibiezas, ni por trastornos, ni por el espíritu de no-vedad que quita el prestigio a las cosas antigua, ni por la falsa y descaminada ilustración(…). Y del mismo modo que entonces, hoy los dos cabildos, el municipal y el cate-dralicio no quisieron perderse la cita con la Patrona de Jaén en su día grande. La Junta de Gobierno de la Cofra-día, encabezada por el Hermano Mayor, José Humberto Montero, acompañada por el Cabildo Municipal con la alcaldesa de Jaén, Carmen Peñalver a la cabeza, espera-ron la llegada en procesión del cortejo de los canónigos, que revestidos con su trajes corales saludaron al cabil-do municipal y a la Junta de Gobierno de la Cofradía a la entrada del Santuario de la Capilla.

La solemne Eucaristía estuvo presidida por el obispo de la diócesis, Monseñor Ramón del Hoyo López, y concelebrada por los canónigos de la Santa Iglesia Ca-tedral y numerosos sacerdotes de la ciudad. Monseñor en su homilía quiso incidir en las palabras del cardenal Segura el día de la Coronación de la imagen de la Vir-gen en el año 1930, y unió esa efeméride a la tradición del pueblo de Jaén que desde el siglo XV no ha perdido la fe en la Madre de Dios a través de la veneración de la ima-gen de la Capilla. Monseñor del Hoyo se detuvo en tex-tos Evangélicos que muestran a María como “Arca de la Alianza”, “Llena de Gracia” y “Esclava del Señor”, palabras pronunciadas en la Anunciación que su Hijo cambiaría en la Cruz por la palabra Madre, “término tan entraña-

ble para todos los que nos llamamos cristianos”.

Magna Procesión

El arduo trabajo y dedicación de los que confor-man la Cofradía de la Capilla vio su recompensa en la acogida del pueblo de Jaén a la imagen de su Patrona. Pasaban quince minutos de las 8 de la tarde del 11 de junio cuando el trono de María Santísima de la Capilla, portado por 78 horquilleros salía del templo que la aco-ge. El cortejo de la procesión, uno de los más numerosos de los últimos años estaba formado por representantes de todas las cofradías de pasión y gloria de Jaén, miem-bros del Cuerpo de Policía Local de Jaén, los represen-tantes del equipo de Gobierno municipal, con la alcalde-sa, Carmen Peñalver, a la cabeza. Niños y niñas vestidos de Primera Comunión y una amplia representación de la curia jiennense, presidida por el obispo de la Diócesis, don Ramón del Hoyo, el deán de la Catedral don Francis-co Juan Martínez Rojas y el párroco de San Ildefonso y capellán de la Cofradía, don Manuel Bueno Ortega.

La imagen, que llegaba al templo de San Ildefon-so pasadas las once de la noche. Para la ocasión, y como ocurre en los últimos años, la Virgen fue revestida, y portaba el manto más antiguo que posee. Éste, de raso flocado en seda natural y bordados en sedas de colores, con ciertas influencias orientales. En el ángulo derecho lleva bordada una figura femenina y bajo ella la inscrip-ción, “Nicles Diosa”. Este manto, tradicionalmente se ha atribuido a los Reyes Católicos, pero otros estudios lo datan de principios del siglo XVII como un legado del obispo D. Baltasar de Moscoso y Sandoval.

Un año más, tradición y fervor se fundieron para rendir honores a la Patrona de la ciudad del Santo Rei-no, María Santísima de la Capilla. Se acaba el boato de la celebración pública, pero para la Cofradía se inicia un año cofrade más. Lleno de trabajo, de proyectos y de fe en María Santísima que se convierte junto a su Hijo en el motor de sus vidas.

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Autor fotografía: Francis J. Cano

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Una eucaristía sirvió como punto de unión y her-manamiento del emotivo acto que se celebró en el tem-plo de San Ildefonso, el lunes 30 de junio 2008, entre la Virgen de Torreciudad y la Virgen de la Capilla.

La Virgen de Torreciudad visitó la ciudad de Jaén dentro de la exposición “Me llamarán bienaventurada todas las generaciones’” y para clausurarla quiso estar presente en el templo Santuario de la Virgen de la Capi-lla. Allí cientos de personas, llenas de fervor a María, en estas dos advocaciones se reunieron para orar juntos.

Tras compartir la eucaristía, la Junta de Gobier-no de la Cofradía, recibió ante la imagen de la Patrona a los comisarios de la exposición, a quienes entregaron un cuadro con la imagen de la Virgen de la Capilla, y se comprometieron a devolver la visita a Torreciudad, lu-gar que alberga esta imagen de Virgen tan venerada de María.

Emotiva visita de la Virgen de Torreciudad al Santuario de la Capilla

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Miembros de la Cofradía de la Virgen de la Capilla y devotos de la Patrona de Jaén han participado en una peregrinación a Tierra Santa, que les ha llevado duran-te diez días a visitar los lugares más emblemáticos de la vida de Jesucristo.

Jerusalén ha sido el epicentro del viaje que la jun-ta de Gobierno de la Cofradía de la Virgen de la Capilla organizó para el verano 2008. Más de 40 cofrades y de-votos de la Virgen han visitado los santos lugares en los que se desarrolló la vida de Cristo. Todo ello acompaña-dos por el sacerdote, don Antonio Robles Gómez. Éste

La Cofradía de la Patrona de Jaén visita los Santos Lugares

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ha tenido la oportunidad de oficiar emotivas eucaris-tías en Basílicas tan significativas para el cristianismo como la de la Natividad en Belén, la de la Anunciación en Nazaret y la de El Santo Sepulcro de Jerusalén. Allí los peregrinos han podido renovar su fe y rememorar los momentos más importantes de la vida de Jesús en los

que se asienta la fe cristiana.

Del mismo modo, los matrimonios que participa-ron en la peregrinación han tenido la oportunidad de renovar las promesas matrimoniales en Caná, ciudad en la que Jesús con un milagro comenzaba su vida pú-blica. También el río Jordán ha servido de marco para la renovación del bautismo, en el mismo lugar donde, según la tradición, Cristo fue bautizado por Juan el Bau-tista.

Uno de los momentos más significativos de la pe-regrinación fue la recepción que ofreció a la Junta de Gobierno de la Cofradía de la Capilla el Patriarca de la Iglesia latina en Jerusalén, el jordano, Fouad Twal. El ar-zobispo de Jerusalén manifestó su alegría por la visita del nutrido grupo de peregrinos jiennenses, a los que hizo partícipes de la difícil situación que vive la Iglesia cristiana, especialmente la católica en Israel.

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OFRENDA FLORAL DEL REAL JAEN

El Real Jaén realizó la tradicional ofrenda floral a la Virgen de la Capilla

Como ya es tradición cada comienzo de tempo-rada, la Patrona de Jaén recibió una ofrenda floral por

parte de los miembros del equipo de fútbol local, Real Jaén.

Éste acto tuvo lugar el viernes 29 de agosto a las 21 horas en la parroquia de San Ildefonso. Al primer equipo de la ciudad lo acompañó su Capellán, Rvdo. Sr. D. Tomás Colmenero Jiménez.

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AUDIENCIA DE LA ALCALDESA de la ciudad.

La Alcaldía del Ayuntamiento de Jaén albergó el primer encuentro entre la Junta de Gobierno de la Co-fradía de la Virgen de la Capilla con la Alcaldesa de Jaén, Carmen Peñalver Pérez.

Esta reunión, que tuvo lugar el 1 de octubre, es la primera que se realiza desde que tomara posesión de su cargo como Alcaldesa en junio de 2007.

La Junta de Gobierno expuso a la Alcaldesa cuá-les son los pilares fundamentales sobre los que está tra-bajándose desde la Cofradía, incidiendo de una manera particular en la importancia que esta Junta está dán-dole a la Caridad a través de proyectos de colaboración con distintas Organizaciones Solidarias.

De la misma manera, la Alcaldesa se interesó por las necesidades de la Cofradía así como por la actual si-tuación de la talla de la Virgen de la Capilla. Desde la

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Junta de Gobierno se expuso que la deficiente climati-zación del Camarín hace que la imagen de la Virgen ten-ga ciertos deterioros físicos.

La Alcaldesa se ofreció para mediar entre la Co-fradía y el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía para que estudiaran el estado de la talla y la posibilidad de restaurarla.

En la visita a Jaén que tuvo la Consejera de Cultu-

ra, Rosa Torres, con motivo de la entrega a su Cofradía del Cristo de la Buena Muerte, tras su restauración, el pasado mes de marzo, la Junta de Gobierno de la Virgen de la Capilla le entregó un exahustivo y detallado estu-dio sobre el camarín y la imagen de la Patrona.

La Junta de Gobierno agradece a la Alcaldesa el interés mostrado por la Cofradía de la Patrona de Jaén, así como las gestiones realizadas con la Consejera de Cultura para la posible restauración de la imagen.

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tradicional belén 2008

La Casa Museo de la Cofradía acogió durante las pasadas navidades el tradicional Belén de la Cofradía, confeccionado, como en años anteriores, por el cofrade D. Rafael Baena García.

En esta ocasión, como novedad, el Belén ha sido recreado con motivos monumentales de la capital. En éste contemplar emplazamientos como el Castillo de

Santa Catalina, el Convento de las Bernardas y la Puerta del Ángel, la antigua ermita de San Félix de Cantalicio, entre otros lugares de la ciudad.

El Belén que estuvo expuesto hasta el día de re-yes, ha causado gran impresión entre los visitantes, ala-bando el buen hacer de nuestro cofrade D. Rafael Baena García.

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La Anunciación del Señor

Envió Dios al ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una joven virgen, prometida de un hombre descendiente de David, llama-do José. La virgen se llamaba María. En-tró donde ella estaba, y le dijo: «Alégrate, llena de gracia; el Señor está contigo». Ante estas palabras, María se turbó y se preguntaba qué significaría tal saludo. El ángel le dijo: «No tengas miedo, Ma-ría, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás y darás a luz un hijo, al que pondrás por nombre Jesús. Será grande y se le llamará Hijo del altísimo; el Señor le dará el trono de David, su pa-dre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin». María dijo al ángel: «¿Cómo será esto, pues no

tengo relaciones?». El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del altísimo te cubrirá con su som-bra; por eso el niño que nazca será santo y se le llamará Hijo de Dios. Mira, tu parienta Isabel ha concebido también un hijo en su ancianidad, y la que se llamaba estéril está ya de seis meses, porque no hay nada imposible para Dios». María dijo: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Y el ángel la dejó.

El Nacimiento del Hijo de Dios

Por aquellos días salió un decreto de Cesar Augusto para que se empadro-nara todo el mundo. Éste es el primer censo que se hizo siendo Cirino gober-nador de Siria. Todos iban a empadro-narse, cada uno a su ciudad. También José, por ser descendiente de David, fue desde la ciudad de Nazaret de Galilea a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, para empadronarse con María, su mujer, que estaba encinta. Mientras estaban allí se cumplió el tiempo del parto, y dio a luz a su hijo primogénito; lo envolvió en pañales y lo reclinó en un pesebre, porque no encontraron sitio en la posada.

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El anuncio a los pastores

...Había en la misma región unos pastores acampados al raso, guardando por turno sus rebaños. Se les presentó el ángel del Señor, y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos se asusta-ron. El ángel les dijo: «No tengáis miedo, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo. En la ciudad de David hoy os ha nacido un salvador, el Mesías, el Señor. Esto os servirá de se-ñal: Encontraréis un niño envuelto en pañales acostado en un pesebre». Y en-seguida se unió al ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios diciendo: «Gloria a Dios en el cielo y paz en la tierra a los hombres que él ama».

Los pastores fueron deprisa, y encontraron a María, a José y al Niño acostado en el pesebre. Al verlo, manifesta-ron lo que les habían dicho acerca del Niño.

Todos los que lo oían se admiraban de lo que decían los pastores. María, por su parte, guardaba todas estas co-sas, meditándolas en su corazón. Los pastores volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían visto y oído. Todo tal y como se les había dicho.

La adoración de los reyes

Los magos se pusieron en cami-no, y de pronto la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el Niño. Al ver la estrella, se lle-naron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su ma-dre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecie-ron regalos: oro, incienso y mirra.

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La matanza de los inocentes

Después que los magos se reti-raron, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma contigo al Niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al Niño para matarle».

Él se levantó, tomó de noche al Niño y a su madre, y se retiró a Egipto; y estuvo allí hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliera el oráculo del Se-ñor por medio del profeta: «De Egipto llamé a mi hijo».

Entonces Herodes, al ver que ha-bía sido burlado por los magos, se en-fureció terriblemente y envió a matar a todos los niños de Belén y de toda su

comarca, de dos años para abajo, según el tiempo que había precisado por los magos. Entonces se cumplió el orácu-lo del profeta Jeremías: «Un clamor se ha oído en Ramá, mucho llanto y lamento: es Raquel que llora a sus hijos, y no quiere consolarse, porque ya no existen».

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LA COFRADÍA DE LA VIRGEN DE LA CAPILLA HA CONSTRUIDO UNA ESCUELA EN LA INDIA

La Caridad Cristiana debe ser expresada en actos. Así lo entiende la Junta de Gobierno de nuestra Cofradía; que ha querido iniciar un arduo proyecto de Caridad, cuyo fin era la ejecución de una escuela en una población muy empobrecida de la India

Desde que la Junta de Gobierno tomo posesión de su cargo, uno de sus principales objetivos era prestar especial atención a la Caridad, ya que es obligación de un cristiano ayudar a los más desfavorecidos. Así se re-coge con claridad en el Decreto sobre Apostolado de los laicos (Concilio Vaticano II).

Por eso en el primer año de mandato hicieron es-pecial hincapié en atender estos fines, como muestra de ello, entre otras actividades se realizaron campañas de recogida de alimentos y de juguetes. También creyeron conveniente aportar un granito de arena, en forma de colaboración económica a un proyecto de gran enver-gadura que ha llevado a cabo Cáritas Diocesana en Jaén, el nuevo “Hogar Santa Clara”, destinado para el progra-ma de atención a personas Sin Techo que Cáritas viene desarrollando desde hace años.

Al margen de seguir profundizando en accio-nes como la anteriormente mencionadas. En el segun-do año de mandato, creyeron conveniente abordar un gran proyecto. Para ello se pusieron en contacto con Manos Unidas. Una institución por todos respetada y que goza de una gran reputación, así como de una gran transparencia. Es una Organización no gubernamental integrada por voluntarios católicos, que desde 1960 lu-

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cha contra la pobreza, el hambre, la malnutrición, la en-fermedad y la falta de instrucción en todo el mundo.

Desde el primer momento, se les ofrecieron va-rios proyectos, pero definitivamente se decidieron por el que a continuación os detallamos, esperando que ha-lla sido del agrado de todos y esperando que con la ayu-da de todos los que hemos participado, seamos capaces de dar esperanzas a unos niños, que estaban esperan-do como agua de mayo nuestra colaboración. Nosotros hemos tenido la oportunidad de ayudar a personas que realmente lo necesitan y que viven en uno de los países más pobres del mundo.

Se ha solicitado a Manos Unidas, que el nuevo colegio, que en su totalidad va a ser sufragado por los ingresos obtenidos por la Cofradía para tal fin, tenga el nombre de Colegio Virgen de la Capilla.

De esta manera ayudaremos a difundir la devo-ción de la Virgen de la Capilla fuera de nuestras fronte-ras, además de ayudar a estos niños a salir de la pobreza más absoluta, arrojando un poco de esperanza a estas familias.

A continuación describimos de una manera deta-llada el proyecto, que esperamos tan solo sea el prime-ro de ellos y que en el presente año, seamos capaces de abordar un nuevo reto, es decir de hacer felices a más personas necesitadas.

458 niños tendrán la posibilidad de educarse

Este proyecto se localiza en Karankadu, una pe-queña aldea perteneciente al Distrito de Kanyakumari, situado a 12 Km. al Oeste de Nagercoil, capital del distrito y no lejos del puerto de Colachel. Su población pertene-ce a distintas castas y credos, pero tienen en común su pobreza y retraso en muchos aspectos de la vida. Gene-ralmente trabajan como jornaleros por cuenta ajena. La agricultura es una de sus principales ocupaciones, pero falla con frecuencia debido a sequías o inundacio-nes. Por tratarse de un trabajo estacional y dependiente de las condiciones climáticas, sus ingresos son muy in-seguros.

La mayoría viven en chozas con tejado vegetal.

La Junta de Gobierno de la Virgen de la Capilla entregó en la tarde del viernes 8 de mayo, en la sede de su Asociación, un cheque simbólico con un importe de 20.834 euros a la ONG católica, Manos Unidas, recaudado en 2008.

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Debido a que el tsunami afectó seriamente a toda la zona costera del distrito, se ha producido un colapso en el crecimiento económico. La falta de educación de los padres influye en los niños, muchos de los cuales aban-donan la escuela antes de terminar la educación prima-ria, incrementando con ellos el círculo de la pobreza. En Karankadu, existe una escuela primaria, la St. Aloysious, que se encuentra en condiciones deplorables, hasta el punto de que el Departamento de Educación les viene insistiendo en que deben presentar un Certificado de Estabilidad del edificio de la escuela para que puedan seguir concediéndole la licencia y reconocimiento ofi-ciales de los estudios. Los ingenieros no se atreven a emitir el necesario Certificados de Estabilidad, porque las condiciones del edificio no lo permiten, por lo que se encuentran en el dilema detener que rehacer el edificio o verse obligada a cerrarla. Al negarles la licencia oficial, se les negaría el pago del sueldo de los profesores, lo que implicaría que los 448 niños y niñas actualmente esco-larizados, quedarían sin educación.

Ante una situación tan grave, acuden a Manos Unidas solicitando una colaboración económica para

la construcción de un edificio muy sencillo, de una sola planta con seis aulas, a la que también habría que do-tar de un bloque de aseos. La situación de las familias de estos niños no les permite emprender estos trabajos de construcción por si solos, aunque sí se ha compro-metido a colaborar en la construcción como mano de obra no cualificada y mediante el aporte y traslado de materiales.

El proyecto, ha necesitado de la Caridad de todos, del aporte de un granito de arena, cada uno en la me-dida de sus posibilidades para hacer de este sueño una realidad tangible.

Destacar, que desde hace unos años se ha puesto en marcha la Cruz de Mayo cuyos beneficios son desti-nados a fines benéficos. A lo largo del presente año se abordarán otras actividades a través de las cuales, sub-vencionar el fin solidario que se emprenda.

Y sobre todo, desde la Cofradía se solicita la ayuda de aquellos que movidos por sentimientos cristianos o simplemente solidarios quieran colaborar en hacer de este un mudo más justo y equitativo para todos.

Datos:consTrucción de una escuela de priMaria en una zona depriMida de la india.

- Una planta con 6 aulas y un bloque de aseos.- Beneficiarios directos: 458 niños y niñas.- Beneficiarios indirectos: 2000 personas.- Importe del Proyecto: 20.834, 00 €

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CONFERENCIA: pablo, apóstol de cristo Antonio Robles Gómez

Introducción:

La Iglesia celebra los años jubilares para remar-car la conmemoración de un acontecimiento, si hace ocho años recordábamos el dos mil aniversario del na-cimiento de nuestro Redentor en este año tenemos presente el bimilenario del nacimiento del nacimiento del apóstol de las gentes. Un año en el que la Iglesia nos pide que contemplemos la figura de este infatigable misionero que recorrió buena parte del mundo hasta entonces conocido, pregonando la buena noticia de la salvación a todos los hombres y de manera especial a los paganos, a los que no formaban parte del pueblo es-cogido. En este año debemos de profundizar en nuestro conocimiento de sus escritos y descubrir en sus cartas el genio y el empuje de una personalidad arrolladora. Ésta es la finalidad de estas líneas hacer resonar de nuevo las palabras de Pablo, escucharlas con todo su vi-gor, permitir que su figura nos nueva a tener el mismo coraje apostólico que él tuvo.

Casi dos años antes de comenzar el año jubilar El Santo Padre Benedicto XVI en su catequesis del 25 de octubre de 2006 nos decía acerca del apóstol de los gentiles: “Pablo de Tarso, brilla como una estrella de prime-ra magnitud en la historia de la Iglesia, y no sólo en la de los orígenes. San Juan Crisóstomo lo exalta como personaje su-perior incluso a muchos ángeles y arcángeles (Cf. Panegírico 7,3). Dante Alighieri en la Divina Comedia, inspirándose en la narración de San Lucas en los Hechos de los Apostoles (cf. Hch. 9,15) lo define sencillamente como vaso de elección (Infierno 2, 28), que significa: instrumento escogido por Dios. Otros lo han llamado el decimotercer apóstol -y realmente él insiste mucho en que es un verdadero apóstol, habiendo sido llamado por el resucitado-, o incluso el primero después del Único.

Ciertamente, después de Jesús, él es el personaje de los orígenes del que tenemos más información, pues no sólo contamos con los relatos de San Lucas en los Hechos de los Apóstoles, sino también con un grupo de cartas que provie-nen directamente de su mano y que, sin intermediarios, nos revelan su personalidad y su pensamiento. (...) Para él fue de-cisivo conocer a la comunidad de quienes se declaraban discí-pulos de Jesús. Por ellos tuvo noticia de una nueva fe, un nuevo camino, como se decía, que no ponía en el centro la ley de Dios, sino la persona de Jesús, crucificado y resucitado, a quien se le atribuía el perdón de los pecados. Como judío celoso consi-deraba este mensaje inaceptable, más aún escandaloso, y por eso sintió el deber de perseguir a los discípulos de Cristo inclu-so fuera de Jerusalén. Precisamente, en el camino hacia Da-masco, a inicios de los años treinta, Saulo, según sus palabras, fue alcanzado por Cristo Jesús (Flp. 3,12).

Mientras San Lucas cuenta el hecho con abundancia de detalles _la manera en la que la luz del resucitado le alcan-zó cambiando radicalmente toda su vida_, él en sus cartas va a lo esencial y no habla sólo de una visión (cf. 1 Cor 9,1) sino también de una iluminación (cf 2 Cor. 4,6) y sobre todo de una revelación y una vocación en el encuentro con el resucitado (cf Gal 1, 15-16). De hecho, definirá explícitamente apóstol por vocación (cf Rom 1,1; 1 Cor 1,1) o apóstol por voluntad de Dios (cf 2 Cor 1,1; Ef 1,1; Col 1,1) como para subrayar que su conversión no fue el resultado de pensamientos o reflexiones, sino fruto de una intervención divina, de una gracia divina imprevisible. A partir de entonces, todo lo que antes tenía valor para él se convirtió paradójicamente, según sus palabras en pérdida y basura (cf Flp 3, 7-10) y desde aquél momento puso todas sus energías al servicio de Jesucristo y de su evangelio. Desde en-tonces su vida fue la de un apóstol deseoso de hacerse todo a todos sin reservas (1 Cor 9,22)”1

1 M.Herranz, S. Pablo en sus cartas. Encuentro, Madrid 2008. 9-11.

Extracto de la Conferencia de formación impartida por el sacerdote D. Antonio Robles Gómez, que con motivo del Año

Paulino impartió en el salón de actos de nuestra Cofradía.

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Siguiendo los puntos que marcó en su cateque-sis el papa nos detendremos en presentar a Pablo como perseguidor, como convertido rastreando para ello el testimonio que del episodio del camino de Damasco encontramos en el libro de los Hechos de los Apóstoles y en sus propias cartas y por último nos detendremos en aquello que da nombre a este escrito, centrándonos en el empeño que tenía el benjaminita en presentarse como apóstol de Cristo. Adentrémonos, por tanto en el gran cambio2 que sufrió el tarense.

El perseguidor

La imagen que tenemos del perseguidor se debe en buena medida al retrato que de él hace Lucas en los Hechos de los Apóstoles, esta imagen es más plástica que la que él hace sí mismo en sus cartas en las que habla del hecho con sobriedad y siempre en dos contextos: al describir su antigua observancia de la ley y para referirse a su vocación al apostolado. Así leemos en 1Cor 15,9 “Yo, que soy el menor de los apóstoles, indigno de llamarme apóstol por haber perseguido a la Iglesia de Dios” y en Gal 1,13 se nos dice “Habéis oído, sin duda, hablar de mi antigua conducta en el judaísmo: con qué furia perseguía a la Iglesia de Dios intentando destrozarla” también en Flp 3,6 podemos leer “ardiente perseguidor de la Iglesia e irreprochable en lo que se refiere a la Ley”. Por tanto debemos entender de manera inseparable al piadoso fariseo estricto observante de la Ley, del furioso perseguidor. Pablo dice perseguir a la Iglesia Dios, con este término el mismo apóstol se refiere a la Iglesia de Jerusalén, así aparece asistiendo a la lapidación de Esteban y en Hch 8,3 lo vemos entrando a las casas y llevándose a la cárcel a hombres y mujeres. Pablo persigue a la Iglesia de Dios, a los cristianos de Jerusalén con saña y también vierte su odio a las comunidades donde se dispersaron tras la muerte de Esteban, por eso lo encontramos camino de Damasco porque

2 j. Holzner, San Pablo. Heraldo de Cristo. Herder, Barcelona 198914.45-66. r. FaBris, Pablo, el apóstol de las gentes. San Pablo, Madrid 1999. 93-131. s. legas-se, Pablo Apóstol. Ensayo de biografía crítica. D.D.B. Bilbao 2005.77-90. j. sáncHez BoscH, Nacido a tiempo. Una vida de Pablo, el apóstol. Verbo Divino, Estella (Na-varra) 1994. 35-44. g. BarBaglio, Pablo y los orígenes cristianos. Sígueme, Sala-manca 1992.67-75. g. BornkaMM, Pablo de Tarso. Sígueme , Salamanca 19975. 45-59. j. Becker, Pablo, El apóstol de los paganos. Sígueme, Salamanca 1996. 79-107. j. gnilka, Pablo de Tarso. Apóstol y testigo. Herder, Barcelona 1998. 37-50. j. MurpHy-o´connor, Pablo, su historia, San Pablo, Madrid 2008. 43-70. s. carri-llo alday, Pablo, apóstol de Cristo. Su vida y sus epístolas. Verbo Divino, Estella (Navarra) 2008. 21-28. M. de Burgos núñez, Pablo, predicador del Evangelio. San Esteban (Edibesa), Salamanca-Madrid 1999. 43-58.

hasta esa ciudad de Siria se habrían dirigido muchos judeocristianos helenistas huyendo de la persecución. Así nos lo encontramos en Hch 9,1 al comienzo del relato de su vocación, respirando amenazas de muerte contra los discípulos del Señor y con cartas del sumo sacerdote para capturar a los que encontrara del nuevo camino en las sinagogas de Damasco.

Saulo odiaba a los creyentes, porque seguían las enseñanzas de un condenado a muerte. Él no conoció a Jesús, pero seguro que había oído hablar de él y tendría una opinión semejante a la que expresó Flavio Josefo historiador de la época y fariseo también como Saulo. Éste afirmaba que Jesús era un maestro al que se le atri-buían maravillas, que había sido crucificado por los ro-manos según orden de Poncio Pilato y que un creciente número de seguidores lo consideraban el Mesías. Saulo no despreciaba a los cristianos por venerar a Jesús como el Mesías, aunque considerar el Ungido a un crucificado debía resultar escandaloso ya que la Ley consideraba maldito al que cuelga de un madero(Dt 21,23), no era esta la razón fundamental del odio sino la consecuencia que se sigue de ella si el Mesías ya ha llegado al mundo no es necesario observar la Ley, la ley ya carecía de autoridad, además por esta razón los nuevos creyentes aceptaban en sus comunidades a paganos algo totalmente inacep-table para el piadoso fariseo.

Así encontramos al discípulo de Gamaliel aban-donando la ciudad santa3, bajando hacia Jericó y remon-tando el valle del Jordán, girándose al noreste antes de llegar al lago de Genesaret , atravesando la Traconítide, pero antes de llegar al oasis que da cobijo a la ciudad amurrallada de Damasco, de renombre histórico, tuvo lugar un misterioso encuentro que cambiaría su vida.

La vocación:

La información que tenemos del episodio de Da-masco se ve en cierta medida condicionada por los tres relatos que del suceso nos ofrece Lucas en los Hechos de los apóstoles. Es muy probable que el tercer evange-lista partiera de una antigua tradición que recogiera

3 p. Walker, Tras los pasos de S.Pablo. San Pablo, Madrid 2008. j.d. cros-san, j.l. reed, En busca de Pablo. Verbo Divino, Estella (Navarra) 2006. e. arens, Asia Menor en tiempos de Pablo, Lucas y Juan. El Almendro, Córdoba 1995.

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de labios del mismo Pablo y que Lucas como redactor la adornara de acuerdo a la intencionalidad teológica de su obra, sirviéndose para ello de esquemas literarios anteriores como el episodio de la conversión de Helio-doro ministro del rey Seleuco IV, narrada en 2Mac 3. Lu-cas esquematiza, ordena y asocia los hechos. Lucas pre-senta tres relatos con algunas divergencias entre sí en momentos centrales de su obra: el primero, el que más detalles aporta, justo después de narrar la gran diáspo-ra de la Iglesia de Jerusalén, el segundo y el tercero, ya en boca de Pablo, primero en el Templo de Jerusalén una vez apresado y después en Antioquía cautivo ante el Rey Agripa II, Berenice, su hermana, y el prefecto romano Festo. Los hechos narrados en estos relatos los podría-mos resumir así con sus divergencias: Pablo respaldado con la autoridad del sumo sacerdote debe proceder con toda dureza contra los cristianos ( judíos) de Damasco. Cuando está llegando a la ciudad una luz cegadora lo envuelve (en 22,6 se nos dice que era el medio día y que la luz era copiosa, en 26,13 se afirma que también al me-dio día una luz del cielo más resplandeciente que el sol envuelve a Pablo y su séquito) . Es importante constatar que no habla de visión de Cristo. Saulo cae a tierra ( en 26,14 también sus acompañantes caen por tierra). Cris-to se da a conocer por su voz ( en el tercer relato esta voz habla en hebreo), los acompañantes oían la voz pero no vieron a nadie. El Señor ordena que marche a la ciudad y allí se le dirá lo que debe de hacer, sorprende que no se le encomiende directamente la misión a él sino que el Se-ñor se la explicite a Ananías(en 26,16ss sí aparece el co-metido de esta misión) Pablo queda ciego durante tres días y durante este tiempo no ingiere comida ni bebida. Después de este ayuno recuperó la vista fue bautizado y recobró fuerzas.

Pablo no ofrece una narración de lo que fue su encuentro con el Señor, debía ser un episodio conocido por las comunidades cristianas y sólo se limita a hacer frecuentes alusiones. Él piensa en lo sucedido cuando habla de su llamamiento al apostolado y se llama a sí mismo, apóstol por vocación. Está claro que Lucas pre-senta sus tres relatos como un modelo de conversión mientras que Pablo al hablar de su experiencia camino de Damasco, recuerda a aquel encuentro como lo que lo capacita para ser apóstol. Los tres episodios de Lucas son relatos de conversión, mientras que las referencias de los escritos paulinos, podríamos entenderlas como retratos de su vocación apostólica. Lucas sólo llama

apóstol a Pablo en dos ocasiones en Hch 14,4.14 y con un sentido muy diferente al de pertenecer al grupo de los doce, ya que en su evangelio los doce tienen una singu-lar importancia. Por tanto ambas tradiciones la lucana y la paulina difieren a la hora de presentar un mismo hecho.

Lo esencial de las afirmaciones paulinas es que Pablo se presenta a sí mismo como evangelizado direc-tamente por Jesucristo, sin mediación humana alguna y que por esta causa es colocado al mismo nivel que los máximos apóstoles. Pablo así resume en un solo en-cuentro todo el conocimiento que los apóstoles tenían de Cristo en la vida que compartieron con Él y en sus ex-periencias pascuales. Asimismo todos los testimonios coinciden en que Dios siempre tuvo la iniciativa y que el apóstol se vio empujado a aceptar lo que se daba como un regalo, como una gracia. Él debe su existencia apos-tólica sólo a la gracia divina, pudiendo afirmar en 1Cor 15,10: “Por la gracia de Dios soy lo que soy” Pablo apren-dió que Cristo está vivo y que aquellos contra los que descargaba su furiosa persecución estaban en lo cierto. Entiende la identidad entre el crucificado y el resucita-do y comprende que su obra de salvación es universal e ilimitada, de lo que se deducía la necesidad de abrir el anuncio de la salvación a todos los hombres sin dis-tinguir entre judío y gentil. Pablo es subyugado por Dios y el acepta esta intervención divina, que irrumpe con fuerza en su vida transformándola. Pablo abandonó lo que hasta entonces había llenado su existencia, todo aquello por lo que había luchado con todas sus fuerzas (Flp 3,7ss). Pablo es ganado por Cristo, alcanzado por Él y el perseguidor se convierte en apóstol.

La luminosa experiencia de Pablo camino de Damasco bien podría resumirse con esta cita: “Pues el Dios que ha dicho: Brille la luz de entre las tinieblas, es el que ha encendido esa luz en nuestros corazones, para hacer brillar el conocimiento de la gloria de Dios, que está reflejada en el rostro de Cristo” (2Cor 4,6).

Pablo es apóstol de Cristo por vocación:

Mientras se encontraba Pablo en la ciudad de Éfeso entre los años 54 y 56, algunos judeocristianos judaizantes llegaron a las comunidades paulinas de Corinto y Galacia procedentes de Antioquía y Jerusalén.

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Se oponían a que Pablo admitiera a paganos en la Iglesia sin pasar antes por el judaísmo. Por eso empezaron a discutirle a Pablo el título de apóstol, desacreditando su autoridad, Él no era un apóstol como los apóstoles de Jerusalén. Pablo a su vez denuncia a estos calumniadores que se llaman incluso “superapóstoles” (2 Cor. 11,15; 12,11) como falsos apóstoles, obreros fraudulentos que se disfrazan de apóstoles de Cristo (11,13).

Negaban la condición apostólica de Pablo por varias razones: en primer lugar Pablo no había conocido a Jesús de Nazaret, tampoco había sido testigo con los doce de las apariciones del resucitado, y ni siquiera había sido enviado como apóstol por los doce. Es precisamente desde este momento cuando Pablo comienza a desarrollar una actividad apologética a favor de su persona con el fin de reivindicar para sí el título de apóstol de Cristo con fuerza, con energía, sin atribuírselo ya a los colaboradores del mismo rango como Silvano o Apolo. Pablo suele utilizar este título al comienzo de sus cartas y en contexto polémico afirma que su apostolado no le viene de los hombres sino de la voluntad eterna de Dios (1 Cor. 1,1 ; 2 Cor 1,1; Col 1,1; Ef 1,1.5); es obra de Jesucristo y de Dios Padre (Gal 1,1); constituye la gracia y la misión apostólica recibida por medio de Jesucristo para que obedezcan a la fe todos los pueblos (Rom 1,5).

Con estas afirmaciones Pablo no se pone entre los doce, de los que se distingue con claridad (Gal 1,17-19; 2, 2-10; 1 Cor 15,5); tampoco afirma que haya sido enviado por el Jesús terreno. Lo que afirma es que se ha encon-trado con Jesús resucitado en el camino de Damasco lo mismo que lo vieron después de Pascua los doce y todos los demás apóstoles, aunque él sea el último de ellos (1 Cor 15, 5. 7-9; 9,1; Flp 3,8. 10.12; Gal 12, 16). Pablo afirma con rotundidad que ha sido enviado por Cristo resucitado en misión apostólica al igual que todos a los que se le apareció y que ha sido enviado con el carisma propio de evangelizar a los paganos (Gal 2,8-10; 1, 1-18).

Con esta finalidad lo había llamado Dios des-de el seno de su madre, como al profeta Jeremías y al siervo de Yahvé y en el camino de Damasco le había re-velado a Jesús como a su Hijo para confiarle la misión profética de anunciarlo a los paganos (Gal 1,12. 15-16; Jer. 1, 5; Is. 49,1) convirtiéndolos a éstos en hijos de Dios sin necesidad de observar las antiguas leyes mosaicas. Para certificar la veracidad de este carisma profético recibi-do por revelación directa de Cristo cuando iba a apre-

sar a los nuevos cristianos de Damasco, Pablo siente la necesidad de consultar a Pedro y sube a Jerusalén tres años más tarde (Gal 1,18) y con posterioridad vuelve a la ciudad santa desde Antioquía con Bernabé y Tito para exponer el evangelio que predicaba y saber si estaba trabajando inútilmente, o no (Gal 2,2). Los dirigentes, las columnas de la Iglesia, que por el contexto podemos saber que son Santiago, Pedro y Juan, reconocieron la gracia que Él había recibido de Cristo, por eso aproba-ron su línea de actuación dándole la mano en señal de comunión.

Para demostrar el origen divino de su apostola-do Pablo apela a los hechos: el testimonio de las comu-nidades pagano-cristianas, demuestra que han surgido en virtud del poder de Dios. “Si para otros no soy apóstol para vosotros ciertamente lo soy, pues vosotros sois en el Señor el sello de mi apostolado”.(1 Cor 9,2)

El encabezamiento más frecuente en las cartas de Pablo es “Pablo, apóstol de Jesucristo...”. Una excepción a esta regla está representada por las cartas en las que al nombre del apóstol no sigue ningún título, así en pri-mera y segunda de Tesalonicenses y en Filemón se pre-senta como prisionero de Cristo Jesús. Otra excepción es la que está presentada por la carta a los Romanos, Filipenses y Tito, que comienzan diciendo: “Pablo, sier-vo de Cristo Jesús”, “Pablo y Timoteo siervos de Cristo Jesús”; “Pablo siervo de Dios y apóstol de Jesucristo”. Por tanto podemos afirmar que su condición de apóstol es su sello de identidad y algo fundamental en su teología4, para él defender su apostolicidad es defender la veraci-dad de la tarea encomendada.

Conclusión:

quisiera terminar mis palabras con una cita de San Juan Crisóstomo que como nos ha dicho el papa más arriba fue un gran admirador de San Pablo y un infatigable lector de sus cartas, Él en sus alabanzas del apóstol Pablo nos dice: “Nada nos impide llegar a ser como Pablo”5. Pues que la lectura de estas letras nos sir-van para como Pablo encontrarnos con Cristo en la fe y convertirnos en apóstoles infatigables.

4 g. BarBaglio, La teología de San Pablo. Secretariado Trinitario, Sa-lamanca 2005. a. salas, Pablo de Tarso. El primer teólogo cristiano. Paulinas, Madrid 1994. j.a. FiTzMyer, Teología de S. Pablo. Cristiandad, Madrid 2008. F. Fernández raMos (dir), Diccionario de S.Pablo. Monte Carmelo, Burgos 1999.

5 j.j. BarToloMé, Pablo de Tarso. Una introducción a la vida y a la obra del apóstol. C.C.S., Madrid 19982.5.

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PEREGRINACIÓN- retiro dE CUARESMA 2009

PEREGRINACIÓN A CACERES-TRUJILLO-GUADALUPE. RETIRO DE CUARESMA 2009

El pasado mes de Marzo, la Cofradía de la Virgen de la Capilla, Patrona de Jaén, organizó una peregrina-ción a tierras extremeñas, por las ciudades de Cáceres-Trujillo, y posteriormente al Monasterio de Guadalupe, para postrarse ante la Virgen, en su Santuario. La expe-dición, estaba compuesta por miembros de la Directiva: Hermano Mayor, Vicehermano Mayor, Secretario, Vocal de Caridad y Vocal de Publicaciones, cofrades, amigos y simpatizantes, todos ellos acompañados por el Deán de la Santa Iglesia Catedral, Ilmo Sr. D. Francisco Juan Mar-tínez Rojas. Salimos de Jaén dirección a Cáceres.

A la mañana siguiente, se inició la visita a la ciu-dad: la primera parada detuvo nuestro peregrinar en la Iglesia de Santiago en la que admiramos su monumen-tal retablo obra de Alonso de Berruguete. También pu-dimos contemplar la magnífica Concatedral de Santa María, enclavada en pleno casco antiguo de Cáceres.

Prosiguiendo nuestro paseo por el paisaje de pie-dra de esta ciudad, Patrimonio de la Humanidad pudi-mos descubrir calles repletas de arte: monumentos, es-calinatas, arcadas y callejuelas, hasta la hora del almuer-zo, que se hizo en un restaurante típico, para degustar la gastronomía de la tierra. Después de un breve descanso, nos dirigimos a la Concatedral, donde, en la Capilla del Santísimo tuvimos la oportunidad de celebrar el retiro de Cuaresma que habitualmente se organiza desde la Cofradía. Retiro que resulta muy provechoso, al tiempo que extraordinario e inusual, por el lugar en el que nos encontrábamos. Terminado el mismo, tuvimos tiem-po libre para pasear y patear sus avenidas y calles más

modernas, llenas de cafeterías, restaurantes y zonas co-merciales; todo en un ambiente festivo y muy animado, como correspondía a una noche de sábado.

El domingo, último día de viaje, el grupo viajó has-ta Trujillo, bella ciudad monumental, de estilo colonial, cargada de historia . Visitamos su hermosa Plaza Ma-yor, rodeada de porches, edificios señoriales e iglesias, así como la majestuosa estatua de Francisco Pizarro, orihundo de Trujillo y explorador del Nuevo Mundo; su-bimos y bajamos por sus empinadas calles, preparadas para el turismo; visitamos la grandiosa iglesia de Santa María La Mayor, un conjunto histórico que data de fina-les del siglo XV y primera mitad del XVI.

Después de admirar toda la belleza de Trujillo, los peregrinos nos encaminábamos al lugar más deseado y obligado de este viaje mariano: el Santuario de Nues-

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tra Señora de Guadalupe. Sobre las doce de la mañana, nos acercábamos a los aledaños del Monasterio y a su Santuario, declarado Patrimonio de la Humanidad, en donde, a la una de la tarde, estaba prevista la celebra-ción de la Santa Misa, en el Altar Mayor, ante la Imagen morenita de la Virgen de Guadalupe. Las dependencias del citado Monasterio, pasando por las galerías, en don-de se exponían magnificos cuadros relativos a milagros

realizados por Nuestra Señora, ornamentos religiosos e imágenes, muchas de ellas originales. A continuación, se visitó la espléndida Sacristía y la sala del tesoro de la Virgen, donde se encuentran las bellas y ricas coronas, así como valiosos mantos muy antiguos, que la Imagen luce en ocasiones, a lo largo del año. Lo más emotivo, fue la subida al Camarín de la Virgen, en donde la cercanía a la Imagen, el silencio y el recogimiento por parte de todos, fue una vivencia inolvidable.

Tras un tiempo para la compra de recuerdos y ha-cer la foto del grupo en la escalinata del Santuario, ini-ciamos el camino de vuelta, gozosos y satisfechos, por las jornadas de hermandad vividas, pidiendo a Nuestra Señora un feliz regreso a Jaén.

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LA COFRADÍA DE NTRA. SRA. DE LA CAPILLA, INVITADA A LA APERTURA DEL AÑO JUBILAR EN HONOR DE LA PATRONA DE LA DIÓCESIS.

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El pasado 24 de abril dio comienzo la celebración del Año Jubilar en honor de la Patrona de nuestra Dió-cesis, la Santísima Virgen de la Cabeza. Este Año Jubilar, concedido por el Papa Benedicto XVI, va desde el 24 de Abril de 2009 al 25 de Abril de 2010. Durante este periodo especial de gracia divina, la Diócesis de Jaén celebrará varias efemérides: la conmemoración del Centenario de la Proclamación de la Virgen de la Cabeza como Pa-trona de Andújar, Centenario de la Coronación Canóni-ca, Cincuentenario de la Proclamación como Patrona de la Diócesis de Jaén, así como el Cincuentenario de la Recoronación Canónica.

Con una Solemne Eucaristía Pontifical presidida por el Nuncio de Su Santidad en España, Monseñor Ma-nuel Monteiro de Castro. Junto con el Sr. Obispo de Jaén,

D. Ramón del Hoyo López , concelebraron Monseñor Santiago García Aracil, Arzobispo de Mérida Badajoz, Monseñor Francisco Javier Martínez Fernández, Arzo-bispo de Granada, Monseñor Adolfo González Montes, Obispo de Almería, Monseñor Antonio Ceballos Atienza, Obispo de Cádiz, Monseñor Antonio Algora Hernando, Obispo de Ciudad Real, Monseñor José Manuel Estepa Llaurens, Arzobispo Emérito Castrense, Monseñor Ig-nacio Noguer Carmona, Obispo Emérito de Huelva, ade-más de más de sesenta sacerdotes.

A estos actos que estuvo invitada la Junta de Go-bierno de nuestra Cofradía, encabezada por nuestro Hermano Mayor D. José Humberto Montero Fernández, quién acudió devotamente a rendir homenaje a la Pa-trona de nuestra Diócesis, la Virgen de la Cabeza.

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EL REAL JAÉN OFRECE A LA PATRONA LA COPA FEDERACIÓN

El Real Jaén acudió el 28 de abril a la Parroquia de San Ildefonso para ofrecer la Copa Federación a Ntra. Sra. de la Capilla.

La Junta de Gobierno de la Cofradía que recibió al club de la capital, agradeció tal ofrecimiento con la Patrona de Jaén. En el acto estuvieron presentes, además de los miembros de la cofradía: el presidente del club, Carlos Sán-chez, el técnico, Carlos Terrazas, el segundo entrenador, Manolo Herrero y el secretario técnico, Javier G. Somavilla, junto a los jugadores Espín, Ros, Alberto Suárez, Fabios y Geni.

En un sencillo acto tomaron la palabra el capellán de la cofradía y el capellán del Real Jaén, así como el pre-sidente del Real Jaén, Carlos Sánchez, quienes esperan poder ofrecerle, a la Virgen de la Capilla el ansiado ascenso a Segunda División.

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La Cruz de Mayo Solidaria de la Cofradía de la Virgen de la Capilla arropada por miles de jiennenses

Por tercer año consecutivo, la plaza de San Ildefonso acogió la tradicional fiesta de la Cruz, marcada como en anteriores ocasiones por fines solidarios.

Como ya es tradicional, coincidiendo con el pri-mer fin de semana de Mayo, la Junta de Gobierno de la Virgen de la Capilla organizó una Cruz cuyos fondos son benéficos. Esta Junta, joven, y que concluirá su pri-mer mandato el próximo mes de noviembre, ha querido impregnar estos 3 años de un fuerte carácter solidario y comprometidos con los grandes problemas sociales.

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Por tercer año consecutivo, la plaza de San Ilde-fonso acogió la fiesta de exaltación de la Cruz, que en todo momento si vio arropada por miles de jiennenses que con su presencia quisieron apoyar la labor solidaria de la Cofradía de la Patrona. Entre los asistentes la Al-caldesa de la ciudad, quien estuvo acompañada por Mar Moreno, Consejera de Educación de la Junta de Andalu-cía, miembros de la Corporación municipal y Delegadas provinciales.

Los beneficios económicos que se han recaudado

a través de la barra ubicada en la plaza serán destina-dos a un proyecto de caridad para ayudar a los más des-favorecidos. El pasado año, la Cruz de Mayo sirvió para la creación de un Escuela de educación primaria en una zona deprimida de India, proyecto que se gestionó a través de Manos Unidas.

La solidaridad de los jiennenses han sido unos ex-celentes aliados para que en los primeros días de mayo la Cofradía de la Virgen de la Capilla de a conocer su la-bor humanitaria.

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Nacido en Jaén en el año 1956. Realiza estudios de Dibujo y Color en el estudio del pintor Francisco Cerezo Moreno y en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Ar-tísticos de Jaén.

Licenciatura en Bellas Artes. Especialidad en Res-tauración por la Facultad Alonso Cano de Granada.

Entre sus obras señalamos el cartel anunciador del Tiempo de Gloria 2002 de la Agrupación de Cofra-días de la ciudad de Jaén representando a la Virgen del Carmen, el cartel anunciador de la Semana Santa de Jaén del año 1997, representando a la Virgen del Mayor Dolor, la portada de la revista “Pasión y Gloria” Nº 4 /DI-CIEMBRE 1995, representando “La Divina Pastora de San Ildefonso”.

Jacinto Linares Talavera, pintor del Cartel anunciador de las fiestas patronales 2009

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Destacar que fue el restaurador del banco del Re-tablo de la Capilla de la Virgen.

ENTREVISTA

- Usted comenzó a recibir clases de dibujo y color en el estudio de un gran pintor como fue Francisco Ce-rezo, para seguir ampliando conocimientos hasta obte-ner la licenciatura en Bellas Artes, en la especialidad de Restauración. ¿qué representa para usted la pintura, y cómo definiría su estilo?

Desde muy pequeño me sentí atraído por la pin-tura, tuve la suerte de conocer a Francisco Cerezo que tenia su estudio frente a mi casa y él me enseñó todo lo que sé, a partir de ahí la pintura ha sido todo en mi vida, tengo la suerte de hacer lo que me gusta y vivir de ello. En cuanto a mi estilo, es figurativo, trato de hacer una pincelada suelta y empastes de materia.

- ¿qué le ha inspirado a la hora de representar a Ntra. Sra. de la Capilla?

Desde el primer momento que me propusieron que hiciera el cartel de Ntra. Sra. de la Capilla pensé en el magnifico retablo que enmarca su capilla, como se ha dicho en la introducción a esta entrevista yo restauré el banco de dicho retablo y eso supuso varios meses de continuo contacto con el retablo y la imagen de la Vir-gen de la Capilla, rápidamente se me vino a la cabeza la idea de representar en el cartel a la Virgen enmarcada por el retablo barroco.

- Cómo Usted dice, fue el encargado de realizar la restauración del banco del retablo de la Capilla de la Virgen; en esta ocasión ha representado a la Virgen des-de esa misma posición en su Capilla. ¿qué dificultades plantea la ejecución artística de una obra de este cali-bre? ¿qué técnica ha empleado?

Las dificultades han sido las planteadas por la profusa ornamentación del retablo lo que conlleva un dibujo preciso, en cuanto a la técnica es como en todos mis cuadros el óleo, en este caso sobre lienzo.

- La Cofradía, desde años anteriores, apostó por

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EXPOSICIONES

1979 Galería Tartesos, de Linares (Jaén).

1980 Galería de Arte “Del Castillo”, de Jaén. Sala de Exposiciones de LA GENERAL, de Jaén.

1982 Sala de Exposiciones de LA GENERAL, de Jaén.

1983 Galería de arte “Sánchez”, de Granada.

1984 Galería de Arte “Firence”, de Madrid.

1985 Sala de Exposiciones de LA GENERAL, de Jaén.

1989 Sala de Exposiciones de LA GENERAL, de Jaén.

1998 Sala de Exposiciones “Miguel Castille-jo”, de Jaén.

pintores locales para su cartel anunciador. Representar a la Patrona de la ciudad por artistas de la tierra es un compromiso de la Junta de Gobierno. ¿qué le parece la relación, cada vez más estrecha, entre el mundo cofra-de y los artistas locales?

Me parece que la Junta de Gobierno ha acertado plenamente con relacionar a los pintores de Jaén con la elaboración de los carteles y fruto de esa relación han nacido verdaderas obras de arte de manos de magnífi-cos pintores con los que cuenta la ciudad de Jaén.

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La Junta de Gobierno de la Cofradía de la Virgen de la Capilla ha designado como pregonero 2009 al que fuera Obispo de nuestra Diócesis durante dieciséis años, el Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Santiago García Aracil.

La propuesta de la Junta de Gobierno, una vez ob-tenido el “placet” de nuestro Obispo Monseñor D. Ramón del Hoyo, fue presentada al Arzobispo de la Archidióce-sis de Mérida-Badajoz, quién muy gustosamente acep-tó.

Monseñor García Aracil, quien ha demostrado te-ner una profunda devoción mariana, siempre lo hemos sentido cercano a nuestra cofradía. El amor que profesa a la Santísima Virgen ha sabido manifestarlo en la Ora-ción a la Virgen de la Capilla, que realizó con motivo del Año Jubilar del 2000. Además, con la firma del Decreto 1.231/96 solicitaba de la Congregación para el Culto Divi-no y la Disciplina de los Sacramentos la aprobación defi-nitiva de los textos de la Misa y Oficio de la Stma. Virgen de la Capilla, para que pudieran ser utilizadas en las ce-

lebraciones de la Solemnidad del once de junio.

La Misa y el Oficio propio conseguido de la Santa Sede para nuestra Patrona fue un notable logro, que ha de contribuir a la consolidación y difusión de su culto.

El Pregón 2009 en honor a Nuestra Señora de la Capilla se celebrará (D.m) el próximo 29 de mayo a las XXX horas en el Teatro Darymelia de la capital.

Primera Visita Pastoral del Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Santiago García Aracil a la Virgen de la Capilla

El 4 de julio de 1988, a las 20 horas, llegaba a la Igle-sia Parroquial de San Ildefonso el Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Santiago García Aracil, el nuevo Obispo de la Diócesis que el día anterior había tomado posesión de su cargo.

Acompañado en todo momento de Monseñor Peinado Peinado, la comitiva llega hasta la Capilla de la

Monseñor D. Santiago García Aracil, Arzobispo de Mérida-Badajoz, pregonará las fiestas patronales en honor De Nuestra Señora de la Capilla

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Virgen, donde tras rezar ante el Santísimo Sacramento unos instantes, el Párroco D. Jesús Moreno Lorente, hizo uso de la palabra dando la bienvenida al nuevo Obispo a la Parroquia de San Ildefonso en su primera visita. Tras contar el origen de la devoción a Ntra. Sra. de la Capilla, se cantó la Salve y tomó la palabra el Hermano Mayor de la Cofradía, D. Ramón Calatayud Sierra; quien después de felicitar al nuevo Obispo, le obsequió con una reproducción en plata del retablo del descenso y un ejemplar encuadernado en piel del Ensayo Histórico que don Vicente Montuno publicó sobre Ntra. Sra. de la Capilla. De igual forma, de manos de las Camareras de la Virgen, se le entregó una reproducción plateada de la imagen de Ntra. Sra. de la Capilla, dedicada a su madre.

Termina el acto con la visita al Camarín de la Virgen, a la sacristía y dependencias parroquiales; para finalizar en la Casa-Museo, donde firmó junto con su predecesor en el cargo en el Libro de Oro de la Casa Museo.

Diciembre 1988: La Junta de Gobierno de la Cofradía es recibida por el Sr. Obispo

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Firma en el Libro de Oro de la Cofradía

11 junio 1989 – Primera Misa de Cabildos para el nuevo Obispo

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La Misa y el Oficio, propios de Ntra. Sra. de la Capilla

El 30 de mayo de 1996, el Sr. Obispo de la Diócesis, don Santiago García Aracil firmaba un decreto, por el cual, considerando la gran devoción de la ciudad de Jaén a la Stma. Virgen de la Capilla, Patrona de la ciudad, y a instancias del párroco de San Ildefonso solicitaba la aprobación de los textos litúrgicos de la Misa y Oficio de la Solemnidad de la Virgen de la Capilla .

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Oración a la Virgen de la Capilla (Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Santiago García Aracil)

Virgen de la Capilla,elegida por Dios y concebida sin pecado,ejemplo de fe y modelo de amor;esclava del Señor e ideal de libertad,mujer fuerte y espejo de ternura,dechado de virtud y de apoyo de los débiles,prodigio de la Gracia y patrona de Jaén.

A tus plantas acudimos, Hija del Padre,Madre del Hijo y Esposa del Espíritu Santo.Con gozo y admiración filial, te veneramos y te alabamospor tu sublime grandeza y por tu alma sencilla.Llenos de gratitud, te aclamamos bendita entre las mujeresMadre amantísima, estrella de nuestro camino,cobijo en cualquier peligro, estímulo en todas las pruebasy aliento de nuestra esperanza.

Confiados a tus brazos maternales, que nos muestran a Jesús,fruto de tus entrañas y redentor nuestro,te suplicamos, medianera de todas las gracias, que intercedas por nosotros, día a día, ante el Señor,aunque a veces, por torpeza, demos la espalda al Salvador.

Alcánzanos el don de conocer y seguir la Verdadamándola más que a nosotros mismos;que percibamos la riqueza y el sentido de la viday pongamos todo el empeño en su defensa y respetocomo apóstoles de Cristo que dio la suya por nosotros.

Madre de la Iglesia y auxilio de los cristianos:que vivamos como hermanos los redimidos por tu Hijo.Que, compartiendo la fe, la esperanza y la caridad,permanezcamos unidos en la Eucaristía y siempre dispuestosal perdón, a la compresión, al amor incondicional,a la ayuda mutua y al servicio evangélico de los necesitados,como testimonio y agradecimiento del amor infinito de Dios.

Con la alegría de sentirnos queridos por Dios y por ti,venimos a ofrecerte nuestra pequeña grandezaque es el deseo de bondad grabado por Dios al crearnos,y que vibra, a veces escondido, en el fondo del alma.Para que nunca la tentación venza sobre la voz del Señor,y el pesimismo no ahogue la esperanza de salvación,muéstranos el tesoro infinito de la misericordia divinay ruega por nosotros, pecadores,ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

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Misa de despedida de Don Santiago en la Catedral

El domingo 29 de agosto de 2004 en la Santa Igle-sia Catedral, se celebraba una Solemne Eucaristía de despedida al Sr. Obispo que durante dieciséis años rigió la Diócesis del Santo Reino.

Para los miembros de nuestra Cofradía fue un día doblemente especial. Por un lado, don Santiago, nuestro Obispo, se despedía de la Diócesis giennense. Nos con-gratulábamos por el reconocimiento del nuevo nom-

bramiento realizado hacia su persona como Arzobispo de la Archidiócesis de Mérida-Badajoz. Además, era un orgullo que Nuestra Señora de la Capilla, patrona de la ciudad, junto con la venerable reliquia del Santo Rostro, estuviera presente para esa ocasión en el presbiterio de nuestro templo mayor.

“Reunidos en el nombre del Señor, que nos ha congregado ante su altar, celebramos el misterio de la fe, bajo el signo del amor y la unidad”. Con el estribillo de este canto de entrada, de Francisco Palazón, puede re-sumirse la emotiva tarde de aquel 29 de agosto de 2004, del que ya va para cinco años…

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Entrevista al Ilmo. Sr. D. Antonio Garrido de la Torre, Predicador de la Novena 2009 en honor a Ntra. Sra. de la Capilla

La Junta de Gobierno de nuestra Cofradía ha con-fiado en la persona del Ilmo. Sr. D. Antonio Garrido de la Torre, Vicario Episcopal de nuestra Diócesis, el solemne novenario en honor a Ntra. Sra. de la Capilla, Patrona de la ciudad. La novena se celebrará desde el día 1 al 9 de junio, a partir de las 20 horas.

Es por eso que la Junta de Gobierno hace un lla-mamiento para que durante los nueve primeros días del mes de junio los cofrades y devotos de la Virgen de la Capilla oremos juntos, y reflexionemos sobre nuestra vida cristiana y el reflejo que debemos llevar a la socie-dad; siempre con María como ejemplo.

D. Antonio Garrido de la Torre, nacido en Villaca-rrillo (1972), fue ordenado sacerdote en la Catedral de Jaén el 29 de junio de 1997. Obtuvo la Licenciatura en Teo-logía Dogmática en la Facultad de Valencia. Ha ejercido su ministerio sacerdotal en Marmolejo, Cambil y Andú-jar. Actualmente desempeña su labor en los siguientes ministerios:

- Párroco de San Miguel (Jaén).

- Delegado Episcopal de Medios de Comunicación.

- Director de la Oficina de Prensa del Obispado.

- Director del Periódico “Iglesia en Jaén”.

- Portavoz Diocesano del Obispado.

- Vicario del Sector de Comunicación y Cultura.

- Miembro del Consejo Presbiteral.

- Director del Departamento de Publicaciones.

- Director del Boletín Oficial Eclesiástico.

- Director de la Página web de la Diócesis.

- Miembro del Consejo Diocesano de Pastoral.

- Profesor del Instituto Superior “San Agustín” de Jaén.

- Profesor del Seminario Diocesano.

1.- ¿qué significa para usted la Virgen de la Capi-lla?

Tengo un entrañable recuerdo de la Virgen de la Capilla en los años de formación del Seminario de Jaén. Como seminaristas, acudíamos un día a las flores en el mes de mayo y también a algún día de novena a vene-rar a esta querida imagen de la Virgen María y recuerdo muy gratamente la devoción de los fieles a su Patrona. También me llamó mucho la atención en aquellos años la solemnidad de la procesión de la Virgen por las calles de Jaén.

Ahora, siendo párroco de Jaén, he podido com-probar cómo la devoción a la Virgen de la Capilla es muy grande entre mi feligresía de la Parroquia de San Miguel. Y también cuando participé el año pasado en la Misa de Fiesta y contemplé la procesión he visto que se sigue celebrando a la Patrona de Jaén con el mismo es-plendor. Para mí, como para todo cristiano, la Virgen es un pilar fundamental en la fe, un modelo a seguir, una Madre tierna que vela e intercede por mí.

2.- ¿Cuál considera que es el presente de las Her-mandades y Cofradías en la Diócesis de Jaén?

ENTREVISTA AL PREDICADOR DE LA NOVENA

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Las cofradías juegan un papel fundamental en la religiosidad de nuestro pueblo de Jaén. Tienen un em-puje, una fuerza y una vitalidad que es evidente. Frente a posturas más excluyentes de otras épocas, yo siempre he creído que la función de las cofradías debe ser apro-vechada eclesialmente. Hoy día se ha avanzado mucho en la formación cristiana de los cofrades y de las juntas de gobierno, creo que progresamos en la vinculación y participación de las cofradías en la vida de las parro-quias donde tienen su sede canónica. Hay una mayor preparación litúrgica de las diferentes celebraciones cofrades y las procesiones se hacen con orden, decoro y dignidad.

Y también se va avanzando en la dimensión ca-ritativa. Hay muchas cofradías, como la de la Virgen de la Capilla, que realizan proyectos caritativos en el ter-cer mundo y eso es laudable. Evidentemente siempre habrá cosas que corregir y actitudes que enmendar y encauzar, pero la Iglesia debe hacerlo desde la cercanía, acompañando a los cofrades, como miembros de la Igle-sia que son. Por tanto, desde su importante presencia en nuestra diócesis, las cofradías están llamadas a ser realidades eclesiales y evangelizadoras de primer orden en medio de nuestra sociedad.

3.- ¿Estamos realmente formados los que forma-mos partes de las Cofradías?

Hay de todo, como en botica. La realidad es muy heterogénea. Pero yo mismo tengo la experiencia, como profesor de las Escuelas de Formación Cristiana, que el bienio que han cursado muchos cofrades ha sido una estupenda oportunidad para profundizar en la fe cris-tiana y consolidar el compromiso evangelizador que nace de nuestra condición de cristianos. La mayoría han salido muy contentos de estos cursos y se ha dialo-gado y reflexionado sobre los fundamentos de nuestra fe. Y eso es importante, y más en la sociedad que nos ha tocado vivir, donde necesitamos estar bien formados cristiana y eclesialmente. Pero es evidente que aun hay muchos cofrades que necesitan plantearse seriamente este tema de la formación.

4.- ¿Cree que los miembros de cualquier Cofradía viven de verdad la fe o sólo se quedan con lo exterior?

Es que nuestra religiosidad popular andaluza vive mucho desde ese componente exterior. El mismo

hecho de la importancia de las procesiones dentro de las actividades de la cofradía indica esa preponderan-cia de la dimensión externa. Las procesiones, lejos de convertirse en desfiles, deben ser manifestaciones plás-ticas de la fe cristiana. Las procesiones son la mejor re-presentación catequética en la calle. Por tanto, estoy de acuerdo en esa importancia de lo externo para los co-frades. Pero siempre y cuando lo externo sea la manifes-tación de un ámbito interno real. No se puede quedar todo en una parafernalia externa admirable en la vida de las cofradías.

Es fundamental potenciar lo que no se ve tanto, lo que es más interno. Y por eso es importante participar en las celebraciones litúrgicas de la cofradía, asistir a los actos formativos que organice y comprometerse en la colaboración con los proyectos caritativos. Hay mucha gente sencilla que tiene una gran fe. Y esto no lo pode-mos negar ni marginar. Yo siempre digo que mis abue-las, que no sabían ni leer ni escribir, tenían más fe que su nieto. Y eso que su nieto es sacerdote. En mis años de cura he visto mucha gente sencilla junto a las andas de sus imágenes queridas. Y he podido comprobar aquello que decía Jesús: «Te doy gracias, Padre, porque has reve-lado estas cosas a los sencillos». La fe es la confianza en el Señor y esa confianza plena hay mucha gente sencilla que la tiene. Y en el culto a las imágenes que realizan las cofradías hay mucha fe.

5.- ¿Cómo deberíamos mostrarnos en la actual sociedad aquellos que nos sentimos partícipes de una Cofradía?

Así, mostrándonos. Me explico. No ocultándonos. Hablo en plural porque yo también soy cofrade. Lo im-

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portante es no tener miedo a mostrarnos como somos y lo que somos: discípulos de Jesucristo, seguidores del Señor. No es de recibo que nos sintamos cofrades el día de la procesión y cuando pagamos la cuota y que el res-to del año nos desentendamos de nuestra vinculación a la cofradía. Ser cofrade es venerar a una imagen que implica un acto eclesial de fe. Las cofradías son aso-ciaciones de la Iglesia, por tanto deben tomar partido seriamente por la evangelización de nuestra sociedad, aunque vayamos contracorriente o nos digan que no vamos con los tiempos modernos.

Muchas veces cuando hablamos de la importan-cia de los seglares en la vida de la Iglesia, nos quedamos dentro de los muros del templo: su participación en las catequesis, en la liturgia, en los grupos parroquiales. Y eso es importante, pero del todo insuficiente. Yo hecho en falta en nuestra diócesis de Jaén cristianos seglares comprometidos en su puesto de trabajo, en la política, en las empresas, en la universidad, en los sindicatos, en las familias… Ahí está el ámbito de actuación de los se-glares cristianos. Ser cristiano dentro de los muros del templo es relativamente fácil. Pero fuera, «con la que está cayendo», con una sociedad en donde se están per-diendo los valores y las referencias cristianas, es don-de los cofrades deben mostrar su compromiso de vida cristiana. Sé que no es fácil, pero los cofrades debemos mostrarnos coherentes en nuestra fe, en fidelidad con la Iglesia, allí donde estamos, vivimos y trabajamos.

6.- Será usted (D. m.) el predicador de la Novena a Nuestra Madre, María Santísima de la Capilla., que se de-sarrollará los primeros día de junio. ¿Cómo la afronta? ¿qué espera de la misma?

La afronto con mucha ilusión. quiero agradecer la invitación que me hace el Hermano Mayor y la Jun-ta de Gobierno de la Ilustre, Pontificia y Real Cofradía de Nuestra Señora de la Capilla, Patrona y Alcaldesa Mayor de la Ciudad de Jaén, para ser el predicador de la Novena. Sé que es una novena con mucha solera y espe-ro transmitir unas reflexiones que nos ayuden a vivir mejor nuestra condición de hijos de Dios y devotos de nuestra Madre Santísima de la Capilla. Celebrar la fe es algo crucial en nuestras vidas. Para profesar esa fe cris-tiana y comprometernos con ella es imprescindible la vida espiritual.

Acercarnos al Señor, escuchar su Palabra, profun-dizar en su Evangelio, orar y alimentarnos con su cuer-po en la Eucaristía durante estos nueve días, bajo la in-tercesión de la Virgen de la Capilla, va a ser una bella ex-periencia de unión con el Señor. Por eso, espero no sólo transmitir unas reflexiones que acrecienten nuestra vida cristiana. Yo mismo me planteo esta novena como una buena oportunidad para profundizar en la oración ante el Señor por medio de su Madre, la Virgen Santísi-ma de la Capilla.

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DÍA 29 DE MAYO:

PREGóN EN HONOR DE NTRA. SRA. DE LA CAPILLA, que correrá a cargo del Excmo. y Rvdmo. Monseñor D. Santiago García Aracil, Arzobispo de Mérida – Badajoz. 20,30 horas. Teatro Darymelia.

DIAS 1 AL 9 DE JUNIO:

SOLEMNE NOVENA EN HONOR A NTRA. SRA. DE LA CAPILLA, que predicara el Ilmo. Rvdmo. Sr. D. Antonio Ga-rrido de la Torre, Vicario episcopal de la diócesis, en la Sacra Iglesia Parroquial de San Ildefonso, Santuario de Nuestra Patrona, a partir de las 20,00 horas.

DIA 10 de JUNIO:

ROSARIO DE SAN BERNABÉ.

A las 20,30 horas se Oficiará una Eucaristía por el alma de los cofrades difuntos. Seguidamente desde la Iglesia de San Ildefonso se celebrerá por las calles el po-pular y tradicional ROSARIO DE SAN BERNABÉ.

Itinerario: Plaza de San Ildefonso, Hurtado, Ra-món y Cajal, Campanas, Plaza de Santa María, Almenas, Muñoz Garnica, Plaza de San Ildefonso, Rejas de la Capi-lla, finalizando en la portada del Descenso con el canto de la Salve.

DIA 11 DE JUNIO:

11,00 horas: SOLEMNE FIESTA VOTIVA DE LOS CA-BILDOS CATEDRALICIO Y MUNICIPAL.

El acompañamiento musical de tan solemne Eu-

caristía, como tradicionalmente se viene haciendo, es-tará a cargo de la Asociación Coral Orfeón, “SANTO REI-NO”.

13,00 horas: OFRENDA FLORAL del pueblo de Jaén a su Patrona.

20,00 horas: MAGNA PROCESIóN DE NUESTRA SE-ÑORA DE LA CAPILLA.

CALENDARIO DE CULTOS Y ACTOS EN HONOR DE NTRA. sRA. DE LA CAPILLA

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Cuando se aproximaban las solemnidades del III Año Jubilar a celebrar en 1962 surgió la idea de hacer un trono procesional definitivo, con el fin de que a partir de aquel Año Jubilar la Virgen de la Capilla procesiona-ra por las calles de la ciudad cada 11 de junio. Resueltos los trámites iniciales, el 10 de marzo de 1962 se firmaba el correspondiente contrato con el orfebre de Lucena (Córdoba), don Pedro Angulo Solís.

En principio se acordó realizar las andas por un precio de 305.000 pesetas, de las que se pagarían 100.000 pesetas en el momento del contrato; 100.000 pesetas a finales de abril y el resto a la entrega del trabajo, que de-bería estar concluido para el 10 de junio de 1962.

El 5 de junio de 1963 se entregaba el trono a la Co-fradía y el día 11 de junio, festividad de la Virgen, se estre-naba en una solemne procesión que recorrió las calles de la ciudad causando general asombro y satisfacción. El trono es de estilo barroco, en alpaca plateada, repu-jada y cincelada.

Originariamente se montó sobre cuatro varales de 5 metros de largo. El cuerpo central es de planta rec-tangular, de 2,20 metros de ancho por 2,40 metros de largo. La canastilla tiene 50 cm. de altura. En su frente lleva un medallón que reproduce el motivo central del Retablo del Descenso.

En las esquinas, sobre basamentos cuadrados decorados con capillitas en las que figuran los cuatro Evangelistas, van unos elegantes candeleros.

En total el trono con la imagen alza del suelo 4,30 metros.

Los varales, en principio, admitían treinta y dos

caballeros horquilleros. Más tarde, en 1984, se sustitu-yeron esos varales primitivos que al ser de madera pe-saban mucho, por otros metálicos más largos y ligeros, dando entrada así a mayor número de horquilleros.

Proceso de restauración.

En la actualidad, el trono se encontraba en un es-tado de deterioro bastante reseñable, por ese motivo, la Junta de Gobierno de la Cofradía decidió que fuese sometido a un proceso de restauración por parte de profesionales. Una nueva parihuela que reforzará y ali-gerará el trono procesional. El cambio de la parihuela es sólo el primer paso de este proceso, que se ha realizado en los Talleres Mesa de la Capital.

El resto del trabajo se ha realizado en el taller de Orfebrería y Escultura Juan Pareja, para proceder a la res-tauración de una de las joyas de orfebrería de nuestra cofradía.

En un primer contacto por parte del taller de orfebrería se procede a una evaluación de su estado. A simple vista encontramos un paso con una conserva-ción no excesivamente buena debido a la edad de esta pieza, con pérdida de baño, sobre todo en las piezas que están recubiertas de micras de oro en las que podemos apreciar el metal en el que se cinceló en origen, nume-rosas abolladuras en la parte baja del canasto, y el más destacable en una de las cuatro formas de conchas que rematan las esquinas.

Ya en el propio taller se procede a soltar de la parihuela los cuatro bastidores que conforman esta canastilla. Ahora se realiza un examen mucho más ex-haustivo y pormenorizado de la obra. No se encuentran

LA JUNTA DE GOBIERNO ACOMETE LA RESTAURACIÓN DEL TRONO PROCESIONAL

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ataques de hongos y respecto a la carpintería no se ha-llan restos de ningún tipo de xilófagos o parásitos. Sí se encuentran en la orfebrería diferentes arreglos hechos desde la buena intención de un cofrade o de varios, que en su afán de conservar la estética o los fragmentos del canasto, dañan gravemente algunas partes; pero gra-cias a la restauración que ha sufrido son en la actuali-dad inocuos. En conclusión, tras estos dos exámenes previos, el momento límite para esta restauración es sin duda el escogido por la Cofradía, ya que un alarga-miento temporal de este estado hubiera provocado la pérdida de fragmentos “sujetados con celo” y un enveje-cimiento progresivo e irrecuperable para la canastilla.

En este siguiente proceso se realiza la suelta del bastidor de madera, desoldando “apaños” realizados con soldadura de estaño que no son de origen; extrayendo las diferentes puntas que fijan las piezas cinceladas a los bastidores, unas en latón en las partes que se ven y otras en hierro para las partes más escondidas en las que encontramos puntos de óxido a la madera, provo-cando en un futuro, si no se llega a realizar esta inter-vención, una descomposición de la celulosa, célula que compone la estructura fibral de la madera.

A continuación se examinan cada uno de los fragmentos de los cincelados marcando las diferentes

abolladuras que tienen la opción de ser recincelados, volviéndolos así a su aspecto original. En otros como arañazos o golpes sufridos con aristas, no se podrán eli-minar por completo pero sí suavizarlos. Respecto a in-jertos que no son de origen, como escuadras metálicas remachadas a la orfebrería, se procede a su eliminación, y a la consolidación de las piezas de orfebrería por me-dio de piezas nuevas de sujeción.

En este momento se realiza el pulido de las pie-zas que componen el paso para posteriormente some-terlas al proceso electroquímico de bañado, unas en oro y otras en plata en su mayoría. Tras este proceso se ha aplicado lo que denominamos en el mundo de la orfe-brería y de la joyería “el lacado”, que no es más que el re-cubrimiento de las piezas terminadas por una película sintética protectora que evita la oxidación de la plata y el oro y de este modo eliminamos la necesidad de limpiar. Dicha limpieza no es por comodidad, sino para preservar la conservación a lo largo del tiempo de los materiales preciosos. Y por último el proceso de “lam-pistería” que consiste en ajustar y fijar la orfebrería a los bastidores de madera, y con este proceso culmina la restauración de las andas procesionales de María Santí-sima de la Capilla.

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I.- INTRODUCCIÓN

El documento histórico que recoge la Informa-ción Testifical del Descenso de Nuestra Señora de la Ca-pilla ha sido estudiado, desde sus más variados ángulos y vertientes, casi de manera exhaustiva. Por tanto, no vamos a repetir cosas que están ya suficientemente clarificadas. El simple objetivo de estas breves líneas es bien distinto dentro de una línea meramente divulga-tiva. Prescindimos de todo aparato crítico ya que ha-blamos para lectores devotos de nuestra Patrona, que quizás no han tenido oportunidad de leer despacio el citado Documento conservado como un tesoro en la Parroquia-Santuario de San Ildefonso de Jaén.

Como el título de este artículo indica, nos re-ferimos a un tema monográfico muy concreto. Sugeri-do por la lectura analítica del texto de la Información Testifical, tal como la recogió el Provisor Rodríguez de Villalpando de labios de cuatro testigos que fueron con-vocados para declarar ante el tribunal eclesiástico cons-tituido el 13 de junio de 1430, es decir, dos fechas después del portentoso suceso que afirmaban haber presencia-do la noche de san Bernabé.

Nos hemos fijado en algunas “cláusulas” princi-pales que se repiten, de algún modo, por los testigos de-clarantes que fueron los siguientes: Pedro, hijo de Juan Sánchez. Juan, hijo de Usanda Gómez. Juana Fernández, mujer de Aparicio Martínez; y María Sánchez, mujer de Pedro Hernández, pastor. queremos advertir que toma-mos la palabra “cláusula” en la segunda acepción del Dic-cionario de la Real Academia Española que se expresa así: “Conjunto de palabras que formando sentido cabal encierra una sola proposición o varias íntimamente re-lacionadas entre si”. Nos limitamos únicamente a tres

frases que nos parecen clave segura para interpretar el contenido global del Documento notarial.

El sucinto comentario —insistimos— no revis-te carácter crítico sino divulgativo en estricto sentido. La Tradición del Descenso, según nos ha llegado, es sus-ceptible de los más distintos enfoques, entre los que so-bresalen el bíblico, teológico y poético, juntamente con el devocional y legendario. Nuestra elemental glosa se sitúa dentro de estas diversas perspectivas. Solo nos cabe pedir excusas por las innegables deficiencias de las que somos plenamente conscientes.

II.- FRASES CLAVE DE LAS DECLARACIONES TESTIFICALES

El Provisor Rodríguez de Villalpando, Vicario General “en lo espiritual y temporal” por el Obispo Dioce-sano don Gonzalo de Estúñiga, ante cuanto se decía so-bre lo acontecido cerca de la Iglesia de S. Ildefonso, con-vocó a los notarios públicos de la ciudad para tratar de “ciertas visiones maravillosas de ciertas personas que habían aparecido en ciertas formas y con mucho res-plandor de claridad”. Como puede apreciarse, todo era un alud de comentarios y rumores que habían intran-quilizado el sosegado ambiente ciudadano, aunque las incursiones musulmanas no dejaban mucho margen para la paz de los habitantes de Jaén siempre amenaza-dos y amedrentados.

En la frase transcrita procede observar que la preocupación de la Jerarquía y autoridades eclesiásti-cas se centra en dilucidar lo que el pueblo comentaba de continuo sobre las supuestas visiones, sin concretar exactamente lo que había pasado.

CLÁUSULAS PRINCIPALES EN LA INFORMACIÓN TESTIFICAL DEL DESCENSOAndrés Molina Prieto. De la Sociedad Mariológica Española

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Tres veces usa el actuario-notario el mismo ad-jetivo: “ciertas visiones”,”ciertas personas”,”en cierta for-ma”, para subrayar lo indeterminado o poco preciso de lo sucedido. Marginando otros aspectos, nos centramos en la médula de la información testifical que a nuestro juicio está integrada por tres expresiones o cláusulas.

1ª – Claridad y resplandor del rostro de la Dueña o Señora. La declaración de Pedro, hijo de Juan Sánchez es la más amplia y rica en detalles. Lo sustancial de su declaración reside en la claridad esplendorosa de la vi-sión que pudo presenciar. Por dos veces repite la misma experiencia: “Salía de su cara (de la Señora) tanto res-plandor que alumbraba tanto o más que el sol (...), y que todos estaban en tanta claridad (...) como si fuera me-diodía (...), y tanto resplandor era le quitó la vista de los ojos (...), tanto y más que si mirara al sol de hito (...) como si fuera mediodía y el sol bien resplandeciente”.

Se explica psicológicamente el tono iterativo y ponderativo de esta declaración por la profunda im-presión derivada de la cegadora claridad que emergía de la cara de la Dueña. Todos los datos que aduce de la visión tenida pueden encuadrarse en un desfile de per-sonajes, algunos de los cuales iban vestidos de blanco y portaban cruces refulgentes. El testigo habla de una procesión muy singular “que iban de una parte a otra, a manera de procesión reglada”.

Juan, hijo de Usanda Gómez declaró que había visto la procesión en la que “iba una Dueña vestida y co-bijada con ropas blancas que resplandecía en el cortejo, la cual daba claridad como de candela”. La testigo Ma-ria Sánchez, mujer del pastor Pero Hernández insiste en la claridad esplendente afirmando: “Del rostro de la dicha Dueña salida todo el resplandor, y que en viendo la dicha Dueña y el dicho resplandor que tuvo pavor (...). Luego hubo en ella conocimiento de que era la Virgen Santa María”. Todos los testigos coinciden en resaltar la claridad y esplendor que manaba de la figura principal, o protagonista, de la aparición. Sobresalía entre todo el cortejo que discurría por el arrabal de S. Ildefonso. Nues-tra Señora se hace visible a los testigos como una perso-na iluminada e iluminadora cuyo rostro deslumbra por su incomparable claridad.

El teólogo y mariólogo encuentran una sencilla explicación al “fenómeno” de las apariciones marianas. Partiendo del hecho de que el Descenso es una verda-

dera aparición mariana conviene hacer una aclaración teológica o doctrinal. Se trata del cuerpo glorificado de la Virgen María contemplado por los testigos videntes como ocurrió en Lourdes, Fátima y tantos otros lugares privilegiados por la presencia visible de María. El cuer-po de la Virgen puede ser percibido en su forma propia, pero el estado de los cuerpos gloriosos cuyo carácter misterioso puso ya de relieve san Pablo (Cf. 1ª. Cor 15,42-49), pertenece al “espacio eternidad”, extraño a nuestro “espacio-tiempo”.

A nosotros peregrinos de un mundo siempre cambiante, y sujetos al momento o instante que fluye, se nos escapan estas categorías que se adentran en el “Más Allá”. Otra singularidad es la que se manifiesta en el hecho de que la Virgen se muestra tomando un vesti-do, una estatura y hasta una edad diferente en confor-midad con los videntes y con el mensaje que Ella quiera comunicar. Los testigos del Descenso ven a la Dueña en-vuelta en celestiales resplandores. Son conscientes de que se hallan ante un hecho realmente extraordinario o sobrenatural, humanamente inexplicable, así lo ha-cen constar ante el tribunal eclesiástico con palabras o términos muy parecidos. La escena del Descenso nos traslada, casi instintivamente, al Monte Tabor donde los tres discípulos predilectos del Divino Maestro, Pedro, Juan y Santiago el Mayor vieron transfigurado a Cristo cuyo rostro refulgía como el sol y sus vestidos brillaban como la luz (Mt 17,1-8). Es evidente que no intentamos comparar la transfiguración con el Descenso sino apun-tar únicamente a un atisbo de semejanza entre ambos hechos.

2ª - Niño nimbado de blancura. La segunda “cláu-sula” del Documento hace referencia al “Niño”. Dice el pri-mer testigo: “Esta Dueña llevaba en los brazos una cria-tura pequeña vestida eso mesmo de blanco, y que lleva-ba la dicha criatura en el brazo derecho”. Más adelante vuelve a repetir la frase pensando que “no vido otra cosa que llevaba la dicha criatura y que lo llevaba en la mano, en el brazo derecho sólo”. El segundo testigo declara que la “Dueña vestida y cobijada de ropas blancas llevaba en el brazo derecho una criatura pequeña de hasta un año, y que le parecía todo hermoso y vestido todo de blan-co”.

Como puede apreciarse Juan, hijo de Usanda Gómez, repite casi con iguales términos lo que Pedro, hijo de Juan Sánchez ha declarado. Algo más explícito

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se muestra en su declaración María Sánchez, la tercera testigo, al manifestar que la Dueña mostraba sobre sus blancos vestidos un manto “aforrado en cendales como de colores tornasol”. Añade después: “Llevaba un Niño en los brazos y en el brazo derecho, y abrazado con el izquierdo, y que el dicho Niño iba envuelto en un paño de seda blanco”. La cuarta testigo Juana Hernández vio la extraordinaria luz del cortejo: “Era grande y muy res-plandeciente la claridad y que era continua aquella cla-ridad (...). Esta claridad no le parecía de sol, ni de luna, ni de candelas, antes le parecía como de un resplandor que ella misma nunca vido”.

Vio también a la Dueña, pero no vio al Niño aun-que de algún modo intuye su presencia en esta expre-sión: “Parecía que traía la dicha Dueña en los brazos ante sus pechos un bulto que no pudo determinar qué cosa sería, y que le pareció que de su faz della y de aquel bul-to salía aquel resplandor”. De todo lo dicho cabe deducir sin ninguna clase de duda, que la Virgen María llevaba en sus brazos a su Hijo Unigénito. Y así lo ha sabido re-

presentar la imaginería mariana de la Alta y Baja Edad Media. La Iglesia profesó siempre el dogma central de la Encarnación del Verbo en el purísimo seno de la Virgen.

De acuerdo con la Revelación neotestamentaria, y por un designio amorosísimo eterno, el Padre quiso salvarnos a través de la Pasión y Muerte de su Hijo he-cho hombre que tuvo por madre biológica a una Mu-jer elegida, María de Nazaret. Desde el momento de la “Anunciación-Encarnación”, Jesús es inseparable de Ma-ria, como María lo es de Jesús. La Tradición del Descenso nos narra que María acompañada de su Divino Infante pisó el arrabal de la feligresía de san Ildefonso. Nos en-seña así a no separar el culto filial que le tributamos, del culto de amor y servicio a Jesucristo. Porque sería un grave error ir a María sin unirse a Jesús. La devoción popular lo entendió muy bien cuando utilizó el lema: “A Jesús por Maria”, mostrándonos la verdadera y única fi-nalidad de la devoción mariana.

En la antífona “Salve, Regina” suplicamos a la

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Virgen: Muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. Hemos de acudir a la Virgen nuestra Madre en el orden de la gracia para que Ella nos acerque a Jesús. Necesita-mos, siempre y en todo, de la poderosa intercesión de nuestra Madre y Señora. Juan XXIII llegó a escribir estas severas palabras: “quien agitado por las borrascas de este mundo rehúsa asirse a las manos auxiliadoras de María, pone en peligro su salvación”. Al mostrarse nues-tra Señora de la Capilla a los habitantes de Jaén, atemo-rizados por las devastadoras hordas mahometanas, en la portentosa visión durante la noche de san Bernabé, los iluminó, animó y confortó para quo pudiesen per-severar en su fe cristiana. La historia de la ciudad gien-nense de mediados del siglo XV confirma que cambió de signo histórico a raíz del Descenso, porque la luz, cla-ridad y resplandor de la celestial Señora en compañía de su hijo Jesús, sol que no conoce ocaso, colmaron de firme esperanza a todo un pueblo abocado por necesi-dad, a huir en un trágico éxodo.

3ª- . Maitines a medianoche. El punto cenital del Descenso se inscribe en la media noche, según lo consignan iterativamente dos testigos. Las frases no dejan margen a la incertidumbre: “Así como a hora de queriendo dar las doze horas el relox a la media noche”; “oyó luego el relox que dio la doze horas”. ¿que sucede al llegar la media noche? La escena que nos narra Maria Sánchez es hermosamente sugestiva y está llena de in-genuo embeleso. Al sonar las campanadas de las doce “se oyó tocar a maitines, no solo en S. Ildefonso sino tam-bién en la “Iglesia de santa María (Catedral) y en alguna de las otras iglesias”.

Durante el canto de Maitines, la Dueña “que res-plandecía como figura de plata, permanecía sentada cerca de la procesión. Los que cantaban estaban de pie en ambas partes del altar”. María Sánchez añade como detalle significativo que “oyó como canto, pero que no le parecía el canto según de este mundo, y que en oírlo tuvo mucho gozo y consolación”. Surge esta inevitable pregunta: ¿que clase de canto era aquél? Es muy aven-

turado conjeturarlo cuando se trata de una portentosa aparición que tiene sobrecogidos a los testigos.

No parece probable que la testigo se refiera al canto coral sálmico o a algún himno litúrgico cantado con ritmo gregoriano ya que dicho canto estaba popu-larizado y la testigo lo habría reconocido en su deposi-ción. No pensamos que aluda, por tanto, a la salmodia o canto del Oficio Divino en su hora litúrgica de Maiti-nes. Se trata pues, de un cántico celestial con cadencia y ritmo desconocidos. No es posible concretar o matizar más este dato aportado por María Sánchez.

Las campanadas del reloj a medianoche segui-das de unos tañidos convocaban a los clérigos y religio-sos al rezo de Maitines, o bien recordaban a todos esa hora de rezo claustral al que se entregan los religiosos y contemplativas en las capillas de sus monasterios, mientras el pueblo fiel se halla entregado a su legítimo descanso.

Permítaseme una reflexión final. La bellísima Tradición del Descenso -como la podemos leer en la In-formación Testifical del Provisor Villalpando- está inte-grada por ingenuos relatos de gentes sencillas, morado-res de una ciudad amenazada sin cesar por la barbarie islámica al ser la llave codiciada de Castilla. Estas decla-raciones rezuman tal tono de sencillez y de realismo que abogan en favor de su veracidad, aparte de lo que implica un juramento ante los Evangelios.

El prodigio del Descenso tuvo lugar la venturosa noche del 10 al 11 de junio de 1430, hace ya casi seis centu-rias. Comenzó para Jaén una nueva etapa de seguridad y descanso, ya que sus habitantes, fieles católicos devo-tos de Nuestra Señora, confiaron desde entonces en su auxilio y amparo. La deuda con Ella, por parte de nues-tra ciudad giennense es impagable. No sólo descendió del cielo “para socorrer a nuestros mayores”, sino para ayudar a las sucesivas generaciones en todas sus nece-sidades.

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Somos el resultado de todo lo que hemos vivido, tan-to individual como colectivamente. Hay vivencias lí-mite que cambian el curso de la propia biografía, ex-periencias que inevitablemente condicionan nuestro presente, transforman el futuro y giran el curso de la historia. Al repasar nuestra historia jaenera destaca en ella un acontecimiento significativo que modificó sustancialmente su devenir y nos configuró como pue-blo. Principiaba el segundo cuarto de la decimoquinta centuria la ciudad, tierra de frontera, vivía momentos de angustia. No fueron pocos los hogares y corazones que se elevaron en plegaria, pidiendo el auxilio del Cie-lo. Posiblemente sus rezos acostumbrados a proponer soluciones, recurrían a Dios para que realizase sus de-seos conforme a como ellos entendían la resolución del conflicto. Pero nuestro Dios es siempre sorprendente. Y como acostumbra, ofreció una singular respuesta al ruego pedigüeño del pueblo.

En este sentido me viene al pensamiento una cu-riosa leyenda judía sobre el maguen David relata que: Escapando David de sus adversarios los filisteos, que le busca-ban para darle muerte, se escondió en el interior de una cueva y oró con insistencia pidiendo el auxilio del Cielo. Inmediata-mente después de que él entrara, una araña comenzó tejer su tela. Aquel escuchando a sus enemigos registrar en las oque-dades próximas, se atemorizó y le dijo a Dios: -¿Te pido auxi-lio y me mandas una pequeña araña? ¡Ayúdame frente a mis adversarios! Sin embargo, no aconteció nada. Al ver la sombra de sus enemigos en la entrada de la gruta, se dispuso a mo-rir… Pero la tela que la araña había tejido hizo que sus per-seguidores -al llegar allí- pasasen de largo considerando que si la tela de araña estaba intacta suponía que nadie habría entrado allí en mucho tiempo. Tras salvar la vida por el “mila-groso” acontecimiento el rey David adoptó la forma que había hilado la araña, una “estrella”, como emblema de su escudo y el

pueblo judío lo utilizó como protección.

Moraleja: Dios responde a nuestros ruegos de modo admirable pero no como nosotros desearíamos. Esa misma fue la singular experiencia que cambió el curso de la historia giennense. Jaén, a la desesperada, pedía un milagro y el Cielo contestó con la “Visitación de María”: El Descendimiento. Por ello, en adelante, para Jaén, la pequeña imagen de la Capilla representó el sig-no grande de la protección del Cielo. En este signo vio la ciudad, el reino entero, la mano providente de Dios respondiendo al grito del pueblo. Y bendijo secularmen-te esta bienaventurada hora: “Bendita sea la hora en que

Adentrándonos en la historia del Santo ReinoMiguel León Padilla. Sacerdote de la Diócesis Segorbe-Castellón

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María Santísima descendió del Cielo a la ciudad de Jaén, para socorrer a nuestros mayores. Por siempre sea bendita y alaba-da”.

Fue la asistencia de María, Ntra. Señora, la que hizo “santo” el reino, la que evitó que se apoderasen de él los infieles. Han sido varias las explicaciones que se han ofrecido sobre el común empleo de la nomenclatura de la provincia de Jaén como “Santo Reino” desde los más antiguos tiempos medievales “Santo Reino”, denomina-ción que estuvo vigente hasta la división provincial de España realizada por Javier de Burgos en 1833. Unos sos-tienen que este apelativo se debe a la señera figura de su reconquistador, el rey Fernando III de Castilla, el san-to. Puesto que, desde su liberación del poder musulmán, la provincia de Jaén tuvo el estatus de “reino” se consi-deró que tomó el apelativo de su “santo” conquistador. Otros consideran que al ser el Santo Rostro, el símbo-lo más representativo de la provincia, por gozar de su posesión y custodia a Jaén se le consideraba el “Santo Reino”. Pero me aventuro a considerar que como quiera que los reinos de Córdoba y de Sevilla también fueron reconquistados por Fernando III, el Santo, y a ninguno de los dos se le adicionó el título de “santo” nunca; difícil-mente la primera hipótesis se sostiene como verosímil. La versión estima que por ser la ciudad depositaria de una de las reliquias mas estimadas de la cristiandad se granjeó el sobrenombre de santo al reino parece insu-ficiente. Porque no son pocas las ciudades y catedrales que presumen de tener reliquias de mayor relación con el Redentor y son prefijadas como santas. Estimamos que motejar de “santo” al reino fue más bien consecuen-cia del conjunto de singulares acontecimientos que envolvieron, no sólo su reconquista sino la defensa del adelantamiento de frontera con la morisma. Aconteci-mientos que el pueblo acuñó en forma legendaria con la providente ensoñación del Rey sobre el momento propicio de acometer el asedio a su fortaleza la obtiene. Así la denominación de santo al reino parece haberle venido dada por el cúmulo de signos que la protección divina vino a otorgarle en su conquista y su guarda y de-fendimiento. Entre los cuales destaca, y no precisamen-te con tintes de leyenda, el milagroso descendimiento de Ntra. Señora y su celestial cortejo. Del que se conser-va detallada relación testifical.

Es más, diríamos que, amén de los rigurosos do-cumentos notariales que acreditan el extraño hecho, añaden a su carácter fehaciente las notas ortodoxa ma-

riología que subrayan la autenticidad del suceso. María aparece como intercesora, abogada, medianera, orante. Recordemos que el prodigio se desvanece con el rezo de Maitines. Estimemos que la Señora no viene sola, sino con la divina criatura en brazos. Todo su poder depen-de del Hijo. Sólo los sencillos contemplan la escena, los testigos son –como los pastores aquella noche en Be-lén- gentes humildes. María aparece como auxilio de los cristianos. La noche se llenó de luz; las fuerzas merma-das se fortalecieron con el aliento celeste; la falta de es-peranza con el valimiento de la compañía de los santos y ángeles. Fue la fe orante de un pueblo la que mereció la gracia de la visitación de María. Cuando repasamos el papel de María en la historia de la Iglesia, en la pere-grinación de la fe de las diversas generaciones, descu-brimos su cercanía a los sencillos y su maternal desvelo por sus hijos.

¿quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? ¿quién es Jaén para merecer la visitación de la Señora? Visitación en la necesidad, visitación que reme-dia, que consuela, que fortalece. Han transcurrido mas de cinco siglos, hoy son otros los enemigos que hostigan a los cristianos ¿Nos arredraremos, abandonaremos, nos echaremos a tras? Dios sigue obrando prodigios, no abandona la obra de sus manos, sigue atendiendo a nuestro ruego

En gesto de gratitud ha bendecido Jaén, secular-mente, la hora en que María Santísima descendió del Cielo a la ciudad para socorrer a nuestros mayores. Jaén, el san-to reino, -como España entera y en particular Andalu-cía- ha sido en el pasado, por mariana, eminentemente cristiana, como resultado de todo cuanto hemos vivido. Pero ¿lo seguirá siendo en el futuro? De acertar a pasar el testigo de la fe a las generaciones futuras depende. En el siglo XIX perdió la ciudad el tratamiento administra-tivo de “reino” ¿perderá en el siglo XXI la presencia de la fe, la noticia del Evangelio, la búsqueda de la perfección que llamamos santidad?

No hay otra forma posible de ser mariano que atender a su maternal solicitud “Haced lo que el os diga”. ¿queremos a María? Seamos buenos discípulos de su Hijo.

Nota: El autor, natural de Jaén, es hijo de D. Pedro León, que durante muchos años fue el encargado del Ar-chivo Parroquial de San Ildefonso.

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SANTA MARÍA DEL ADVIENTO Raúl Contreras Moreno.

“Santa María del Adviento”Retiro del Adviento 2008 de la Cofradía de la Santísima Virgen de la Capilla, patrona de la ciudad de Jaén

El día 6 de Diciembre, en el Seminario Diocesano de Jaén, tuvo lugar el Retiro de Adviento de la Cofradía. Fue impar-tido por el Rvdo. Sr. D. Raúl Contreras Moreno, párroco de Cazalilla y Espeluy, que nos invitó a preparar nuestro Ad-viento poniendo mirada en el Adviento personal con el que María preparó la venida del Señor en la carne. A conti-nuación, presentamos una recensión del mismo.

El mensaje que el Adviento nos lanza es claro: «Despiértate, ponte en pie porque hay que preparar el camino del Señor, allanar sus senderos» (cfr. Is 51,17;40,3). Pero, ¿qué es lo que cada año la Iglesia nos invita prepa-rar?

Adviento viene del latín ‘adventus’ (advenimien-to), es decir, llegada, venida, En principio era una fiesta pagana para celebrar la llegada del emperador o un gran personaje o su gozosa entrada en un pueblo. La Iglesia adoptó dicho nombre y lo aplicó a la venida de Cristo.

El auténtico sentido del Adviento fue perdiéndo-se a partir del siglo X y quedó limitado al aspecto senti-mental de que el Niño Jesús va a nacer en Belén, y poco más. La reforma del Vaticano II le ha devuelto y subraya-do su sentido completo.

En el tiempo de Adviento distinguimos un aspec-

to fundamental: la espera. Pero la espera doble: espera del Cristo que viene y nace en Belén, y espera del Cristo que vendrá al final de los tiempos. El Adviento es, pues, el tiempo litúrgico en el que nos preparamos para la Na-vidad y para el regreso (retorno) de Jesús en su segunda venida, al final del mundo.

Esperamos la última venida de Jesús. La certeza de la primera venida de Cristo en Belén nos estimula a esperar su última venida. El Adviento cristiano se con-

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vierte así en la espera de un Jesús que nos da ánimo en Belén, pero que nos pide que “estemos vigilantes” hasta su vuelta definitiva. Es el “ya sí, pero todavía no”.

Esta doble espera debe provocar en el creyente dos actitudes: el gozo y la ascésis. Gozo por el amor que Dios nos ha manifestado en su hijo Jesucristo. Conver-sión para celebrar el nacimiento de Jesús: queremos es-tar cada vez más cerca de un Dios que quiso estar “con nosotros”. Purificarnos para su venida final como juez y Señor de todo y todos. Mientras, en cada Eucaristía la Iglesia sigue suspirando: “¡Ven, Señor Jesús!”

Mirando a Cristo que viene y vendrá surge la ne-cesidad de prepararnos, pero ¿cómo? Tomemos como modelo a uno de los grandes personajes del Adviento: María. Ningún modelo mejor para cualquier cristiano y, más aún, para un cofrade de María Santísima de la Capi-lla. Ella, como nadie se preparó para la venida del Señor y ella como nadie puede enseñarnos hoy a nosotros a preparar nuestras vidas, con cosas muy concretas, para la doble venida del Señor.

¿Cómo se preparó María para la venida del Se-ñor? En el “Adviento” de la Virgen María encontramos sobre todo tres actitudes fundamentales.

1.- El anhelo del Mesías.

Desde hacía más de cuatro mil años los profe-tas habían prometido la llegada de un Mesías. Se trata de una promesa hecha por Dios a Jacob, Moisés, Daniel, Isaías, Jeremías, Ezequiel... Una larga historia.

Encontramos en la Biblia muchas expresiones que nos hablan de la espera del Mesías. Pero dentro de la historia de Dios con su pueblo, del mantenimiento de su promesa y de su alianza aparecen las dificultades: las guerras y sus devastadoras consecuencias y hasta el Exilio. Con todo, Dios mantenía su promesa: a pesar del mayor de los desastres, Israel no quedaría extermina-do, siempre quedaría un “resto” como signo de esperan-za de que el pueblo iba a resurgir; este resto constituye un elemento esencial de la esperanza bíblica. Este resto son los pobres de Yahvé.

La pobreza, en sentido bíblico, no depende tanto de la condición económica o social, sino de la disposición interior, de la actitud de desapego y desprendimiento,

de generosa disponibilidad. Los pobres de Yahvé son los que viven la pobreza como signo de desprendimiento y libertad interior, como prueba de su absoluta confianza puesta en Dios y como compromiso de servir a su causa en bien de los hermanos. Son los que responden “¡Heme aquí, Señor!”, como Samuel (1Sam 3, 11), como Isaías (Is 6,9) como otros profetas, como Juan Bautista. Pero además, también son los pobres de Yahvé aquellos cuya pobre-za es debida a la injusticia o a la persecución. Aquellos a quienes prestaban su voz los profetas para pedir a Dios justicia.

La salvación de Dios sólo podía ser recibida por los pobres de Yahvé: aquellos que, al cumplirse el tiem-po de la redención, aparecen como signo y recuerdo primero de la salvación de Dios; aquellos que no habían olvidado a Dios y anhelaban su venida. María es pobre de Yahvé por antonomasia. De ella dice el concilio que «sobresale entre los humildes y los pobres del Señor, que confiadamente esperan y reciben de él la salvación» (LG 55). María, ya en la encarnación pero también después de ella, al estar vacía de bienes y apegos, y hasta de su propia libertad, puede quedar llena de la plenitud de Dios y de su gracia. Dice san Juan de la Cruz que cuando Dios se encuentra con un alma vacía y pobre se precipi-ta a llenarla con su gracia.

El Señor ha de volver un día. Su espera es clave en nuestra vida. ¿Hay en nosotros este profundo anhelo que tuvo la Virgen María? ¿Hay en nuestros corazones un sincero deseo de que el Señor vuelva a clausurar este mundo nuestro cuanto antes? Hemos de tener sumo cuidado en esto. Recientemente el Papa Benedicto XVI llamaba la atención sobre este tema. Decía el Santo Pa-dre: «En la conclusión de su primera carta a los Corintios, san Pablo repite y pone también en labios de los Corin-tios una oración surgida en las primeras comunidades cristianas del área de Palestina: Maranà, thà! que literal-mente significa “Señor nuestro, ¡ven!” (1 Co 16, 22). Era la oración de la primera comunidad cristiana; y también el último libro del Nuevo testamento, el Apocalipsis, se concluye con esta oración: “¡Ven, Señor!”. ¿Podemos re-zar así también nosotros? Me parece que para nosotros hoy, en nuestra vida, en nuestro mundo, es difícil rezar sinceramente para que acabe este mundo, para que venga la nueva Jerusalén, para que venga el juicio últi-mo y el Juez, Cristo» (Benedicto XVI, Audiencia General, 12 de Noviembre de 2008).

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2.- La fe.

Hay tres textos que revelan muy bien la grandeza de la fe de María:

« Dichosa tú, que has creído»(Lc 1,45);

« Pero ellos no comprendieron lo que quería decir» (Lc 2, 50);

« María conservaba en su interior el recuerdo de todo aque-llo» (Lc 2, 51).

María creyó. Y tuvo que renovar continuamente su fe; cada vez con más fuerza, cada vez con más deci-sión. Su fe fue más grande que la que hay tenido jamás un ser humano. Abrahán se distinguió por la formida-ble altura de su fe; pero a María se le exigió más que a Abrahán, pues «lo Santo», que había nacido de ella, que había crecido a su lado y se había alejado de ella, eleván-dose por encima de ella y desligado de ella; vive a una distancia infinita.

qué es la fe lo explica, en algún modo la sencilla anécdota que contaba un cura. Es muy simple. Cuando estaba comentando con una madre las muy serias difi-cultades y embrollos en que su hijo se había metido, me dijo bien resuelta: «Mi hijo está metido en una situación muy difícil, pero yo tengo mucha fe en él».

Una idea que repite mucho nuestro pontífice ac-tual, Benedicto XVI, es que la fe no es un pensamiento, una opinión o una idea sino “comunión” con una perso-na viva, Cristo.

La fe es adhesión de una persona a otra, es con-fianza, es espera segura; es dejar nuestro modo de ser y de pensar para entrar en esa adhesión vital plena con el otro, con el mismo Dios.

Cuando se cierran caminos, cuando llega la no-che y lo imposible para el hombre, entonces la fe lleva consigo el pensar y creerse que «lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios» (Mc 10, 27).

La propuesta que se hace a María encierra una gran contradicción. Por una parte, la propuesta era la de ser Madre siendo Virgen. Esto era tan insólito... que sólo una vez iba a suceder en todos los siglos. Pero ade-más es creer que una Virgen llegará a ser no sólo madre,

sino la Madre de Dios. que Dios vendría ya suponía po-ner la confianza en Dios, pero creer que Dios vendría de una manera tan sumamente sencilla era abandonar-se a lo incomprensible. No era fácil creérselo, asumirlo y decir un «sí» de por vida. Por eso, con serena madurez, pregunta: «¿Y cómo será eso, pues yo no conozco varón?». María pregunta, su fe crece. El ángel se lo aclara y co-mienza su peregrinación de fe. En adelante, a María no se le da todo hecho; su vida entera supone no perder la confianza en Dios: cuando Jesús parece un niño como los demás, cuando la abandona para iniciar su vida pú-blica, cuando es rechazado, cuando muere en la cruz. La grandeza de María consiste no sólo en no perder la con-fianza, sino en creer, a pesar de todo, que eso era lo justo y que así se cumplía la voluntad de Dios. En eso consistió su inconmensurable grandeza.

El Concilio Vaticano II explica que «la Bienaventu-rada Virgen avanzó en la peregrinación de la fe» (LG 58). La plena comprensión no llegaría hasta Pentecostés. Entonces «comprendió» todo lo que hasta entonces «ha-bía conservado en su corazón» mediante la fe. Por esa fe, María está más cerca de Cristo y más profundamente implicada en la obra de la redención.

A nosotros se nos impone no una fe poéticamen-te edulcorada, sino una fe recia, sobre todo en una épo-ca en la que se quiebran los dulces encantos de las cosas, y las contradicciones entran en conflicto por doquier. Cuanto más nítidamente percibamos la figura de la madre del Señor, a partir del Nuevo Testamente, tanto mejor nos irá en nuestra vida cristiana, tal como es.

3.- El servicio.-

María se puso en camino y fue aprisa a la montaña a un pue-blo de Judá a visitar a su prima Isabel» (Lc 1, 13).

El servicio es la forma propia de vivir el cristia-no. No hay otra. Es esencial. Sin servicio realizado evan-gélicamente, no entra uno en la sustancia del vivir cris-tiano. Así lo hicieron todos los santos. Y, sobre todo, Ma-ría fue el mejor y más acabado modelo de servicio.

María, una vez inaugurada su maternidad di-vina, con Dios en su vientre y en su mente, no se aleja de las necesidades del prójimo; antes al contrario, au-menta su capacidad de servir. María había comenzado su embarazo, el embarazo del mismísimo hijo de Dios y

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podía haber quedado guardando el reposo que tan dig-no morador de su cuerpo merecía. Sin embargo, María fue a prisa a visitar a su prima Isabel por dos motivos:

- por un lado, sabía que su prima estaba en el sexto mes de su embarazo y que necesitaría ayuda;

- por otro, María necesitaba compartir el gozo inmen-so que significa para ella el ser Madre del mismo Dios.

Por este motivo «María se quedó con Isabel du-rante tres meses» (Lc 1, 56).

El servicio desde la fe y el amor sincero es lo que, según el evangelio, más dignifica y ennoblece al hom-bre.

¿qué me diría Cristo si llego a Él sin el «hermano», sin «el otro? Estamos ensamblados con los otros, de tal manera que sin el otro ni siquiera podemos ser lo que estamos llamados a ser y que Dios quiere que seamos: familia, pueblo de Dios. Recuerda:

« Todos son hijos de Dios» (Gal 3, 26).

« Todos tenemos un mismo Padre al que invocamos» (Lc 11, 2).

¡Todos los hombres son de verdad mis hermanos! No puedo pasar por el camino de la vida ignorando al hermano. Justamente esto es ignorar a Dios.

Santa María, la solícita, la siempre atenta en Caná, la servidora de parientes, danos sensibilidad para que el hermano, «el otro», no me sea nunca indiferente.

SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA.

Coincidiendo con la solemnidad de la Inmacula-da Concepción, fieles devotos de Nuestra Señora par-ticiparon en una oración mariana ante la imagen de la Virgen en la Plaza de San Ildefonso.

El acto tuvo lugar tras la celebración de la euca-ristía en honor a la Inmaculada Concepción de María. Los fieles fueron alumbrando hasta llegar ante la Ima-gen de María que preside la plaza, para concluir con el canto de una Salve.

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APADRINAMIENTO DE LA IMAGEN DE SAN JUAN DE LA HERMANDAD DE LA AMARGURAJosé María Francés Morillas. Hno. Mayor de la Hermandad de la Amargura y Vestidor de Ntra. Sra. De la Capilla.

NUESTRA PONTIFICIA Y REAL COFRADÍA APADRINÓ TAL CÓMO REALIZÓ HACE ONCE AÑOS, LA NUEVA IMAGEN DE SAN JUAN DE LA HERMANDAD DE LA AMARGURA

En la tarde del pasado sábado 27 de Diciembre de 2.008, nuestra Cofradía, con su Hermano Mayor al fren-te, Don José Humberto, asistía corporativamente en la Iglesia del Salvador, sede canónica de la Hermandad de la Amargura, a la Solemne Eucaristía de Bendición de la nueva Imagen de San Juan Evangelista, siendo recibido por el Hermano Mayor José María Francés.

Dentro de la Eucaristía solemne oficiada por D. Francisco Rosales, y tras la Bendición, el Hermano Ma-yor de la Virgen de la Capilla D. José Humberto Montero, procedía a encender los cirios verdes sanjuanistas, que desde ese primer instante alumbrarían a la Imagen del nuevo co-titular San Juan Evangelista.

Hacía justo diez años, en el año 1.997, Don Antonio Carrascosa, Hermano Mayor de la Patrona de Jaén, ha-cía justo lo mismo, con la salvedad que era otra imagen la que se bendecía de San Juan, que por problemas en su estructura e imposibilidad para acoplarlo en el paso de misterio; etc, y con el respaldo del Rvdo. D. Francisco Ro-sales, Capellán de la Amargura y párroco de El Salvador, se ha sustituido.

En el referido año 1.997, la Hermandad de la Amar-gura, residía de manera provisional en la Capilla de La Purísima, ( HH Carmelitas ), sí bien, afortunadamente, once años después, podemos dar gracias al Señor de dis-poner del nuevo Templo Parroquial.

El nuevo co-titular de la Hermandad de la Amar-gura, es obra salida de las gubias del destacado imagi-nero cordobés José Antonio Cabello, autor del resto de la imaginería del paso de misterio con que cuenta esta Hermandad. Precisamente, dentro de la teatralidad de este paso es donde va incluido San Juan Evangelista, como testigo en el monte Calvario.

La nueva imagen ha contando con el respaldo de una Asamblea General extraordinaria de cofrades; beneplácitos del Obispado y Vicario General para la he-chura y bendición de la nueva talla, así como durante año y medio su boceto en barro ha permanecido en la Casa de Hermandad.

Desde la primera bendición, San Juan luce la Me-dalla de la Virgen de la Capilla, impuesta por el Herma-no Mayor de la Patrona en 1.997 y que junto a la otra que se impuso el año siguiente a Santa María de la Amar-gura en la Misa del Rosario de la Aurora del año 2.002 en plena calle Goya igualmente por D. Antonio Carrascosa, vienen a dejar patente la unión entre ambas corpora-ciones marianas.

Igualmente destacable es la concesión por parte de la Hermandad de la Amargura en año 2.000 del Escu-do de Oro de la Hermandad de la Amargura, realizado en la Casa Museo y ante Jesús Despojado de sus Vestidu-ras, que se año realizó salida procesional extraordinaria desde ese enclave, para participar en procesión extraor-dinaria a la S. I. Catedral con motivo de la Magna Expo-sición Jubilar.

que San Juan Evangelista, que tiene por padrinos a los cofrades de la Virgen de la Capilla, una de por siem-pre a estas dos Hermandades de Jaén.

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Durante los más de veinte años del largo proce-so de redacción del nuevo Código de Derecho Canónico, anunciado por el papa Juan XXIII en 1959 y definitiva-mente promulgado por Juan Pablo II en 1983, se fue de-sarrollando la llamada entonces “Ley fundamental de la Iglesia” en la que a modo de constitución que informara todo el ordenamiento jurídico de la Iglesia, se estable-cieran los derechos y deberes de todos los fieles cristia-nos. Tras una serie de decisiones y por razones funda-mentalmente teológicas, finalmente se decidió que los cánones de aquella “Ley fundamental” se integraran en el Código y en concreto al inicio del Libro II, que trata de la Iglesia y se titula “Del pueblo de Dios”.

El c. 215 del Código actualmente vigente, que tie-ne su fuente en el c. 15 de este proyecto de “Ley Funda-mental” establece el derecho de asociación en la Iglesia como uno de los fundamentales de todos los fieles cris-tianos, y aplica a la vida de la Iglesia un derecho funda-mental de la persona humana que aparece en el art. 20 de la Declaración de los Derechos del Hombre de 1948. La letra de este canon nos da luz cuando nos dice, ba-sándose también en la doctrina del segundo Concilio Vaticano, que “los fieles tienen derecho a fundar y a diri-gir libremente asociaciones para fines de caridad o pie-dad o para fomentar la vocación cristiana en el mundo”. A partir de este derecho fundamental, brota la nueva legislación sobre asociaciones en la Iglesia que se esta-blece en los cc. 312-329 y que se puede considerar como totalmente nueva.

En nuestra Andalucía y concretamente en nues-tra diócesis de Jaén el correlato y la especificidad con-creta de este derecho fundamental de asociación de todos los fieles cristianos son las cofradías y herman-dades. Todos sabemos que históricamente las cofradías

surgen como asociaciones que tienen como fin esencial el incremento del culto público a Cristo, a Nuestra Se-ñora la Virgen María o a los santos y también como fin esencial surgen como modos de articular de un modo concreto e inmediato la caridad cristiana.

quiero subrayar lo que dice el c. 215: el derecho de asociación en la Iglesia tiene una finalidad que no por casualidad se sitúa prioritariamente en el texto, la “cari-dad”. Y es que existe una íntima relación entre culto (cul-to público y externo que se concreta por ejemplo en las procesiones) y caridad que se debe poner de manifiesto y concretar en las cofradías. Esta caridad no es algo que esté en la línea de los principios generales y que no se concrete de una manera determinada. La caridad debe tener un carácter activo que históricamente las cofra-días siempre entendieron y que sigue existiendo en mu-chas de las actuales: el compromiso con las realidades dolientes del mundo. Evidentemente las circunstancias no son las mismas que las de siglos anteriores; hoy las instituciones públicas cumplen muchos de los cometi-dos que en tiempos pasados realizaban hermandades y cofradías, pero los hombres de hoy, los cercanos y los lejanos, siguen pasando necesidades y necesitando la ayuda de los demás.

Precisamente por ello, la legislación particular de nuestra diócesis, después de la promulgación del Códi-go de 1983 estableció que en uno de los artículos espe-cíficos de los Estatutos de las Cofradías que habían de adaptarse a las nuevas disposiciones canónicas hubiera una norma concreta que estableciera que un porcenta-je anual, en concreto el 10%, de los ingresos ordinarios de la cofradía se destinara a obras de caridad para con los necesitados. De alguna manera la norma salvaguar-daría este deber esencial de caridad para con los pobres

el fin caritativo de las cofradíasPedro J. Martínez Robles. Vicario judicial del Obispado de Jaén

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y necesitados y evitaría que, dependiendo de momen-tos históricos concretos o necesidades inmediatas, se dejara de lado o se obviara este fin caritativo esencial al derecho de asociación.

Pero más allá de la norma, que siempre es la sal-vaguarda de los principios y que ha de ser respetada yendo incluso más allá de los mínimos que establece, también hemos de ir a las bases teológicas de esta rea-lidad. No podemos olvidar que Cristo está presente de una manera existencial en los hermanos, especialmen-te en los pobres, en los enfermos, en los encarcelados, en los que pasan hambre, en todos aquellos que sufren las consecuencias de un mundo en el que en tantas veces el hombre está supeditado al poder económico: Cristo está en los niños que trabajan de sol a sol por un suel-do de miseria, en las mujeres que pierden su dignidad por sobrevivir, en aquellos que están al borde del cami-no heridos por una sociedad que sólo busca el poder y el tener y que tantas veces dejamos de lado porque son molestos a nuestra mirada o incomodan nuestras có-modas manera de vivir.

Lo mismo que Cristo dijo “Tomad y comed, esto es mi cuerpo”, dijo también “lo que hicisteis con uno de estos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis”. Y esto no se puede perder nunca de vista en una cofra-día: dar culto a Dios, a Cristo presente de un modo real y sacramental en la Eucaristía y a su Santísima Madre, debe estar siempre unido a lavar los pies a los demás, a curarles las heridas; debe estar siempre unido a ver a Cristo en los más pobres, en los más desfavorecidos, en los últimos. Cristo se hace comida y bebida de salvación y también se despoja de toda su riqueza, se hace pobre, se hace siervo, esclavo, sufre y muere como un desecho. El amor a Cristo en la Eucaristía y a la Virgen María y el ver y amar a Cristo en los demás, en los pobres, siempre están vinculados, y separarlos es traicionar la vida y la palabra de Jesús. San Juan Crisóstomo decía: “No pense-mos que basta para nuestra salvación presentar al altar un cáliz de oro y pedrería (...) ¿queréis de verdad honrar el cuerpo de Cristo? No consintáis que esté desnudo. No

le honréis en el templo con vestidos de seda y fuera le dejéis perecer de frío y desnudez. Porque el mismo que dijo: «Esto es mi cuerpo», dijo también: «Me visteis ham-briento y no me disteis de comer»; «cuando no lo hicis-teis con uno de esos más pequeños, tampoco conmigo lo hicisteis»”. La caridad, el amor operativo y real, el amor que se traduce en obras concretas es esencial para el fiel cristiano y se debe articular en el que forma parte de una asociación de la Iglesia.

Una asociación de fieles como es esta Cofradía, debe hacer realidad esta dimensión caritativa de la vida de la Iglesia; de nada sirve un culto hermoso si no somos capaces de traducir en obras de amor a los nece-sitados el amor que brota de la Eucaristía, el amor que brota de la Madre que sostiene en sus brazos al Hijo de Dios que se entrega por nosotros y está vivo y presente en medio de nosotros.

Los devotos de la Virgen Santísima de la Capilla cantamos “Bendita sea la hora en que María Santísima descendió de los cielos a la ciudad de Jaén para socorrer a nuestros mayores”, si la Virgen nos visitó y fue “para socorrer a nuestros mayores”, la Cofradía –que podría-mos decir que es también hoy la encarnación concreta de aquel acontecimiento tan querido para los cristia-nos de Jaén- en estos tiempos que nos ha tocado vivir, tiene como finalidad esencial socorrer, ayudar, favore-cer a todos aquellos que estén pasando cualquier tipo de necesidad.

Ojalá que estas palabras sirvan para que todas las cofradías de nuestra diócesis, de nuestra ciudad de Jaén y de un modo especial la Ilustre, Pontificia y Real Cofradía de Nuestra Señora de la Capilla, Patrona y Al-caldesa Mayor de la Ciudad de Jaén, nunca pierdan la perspectiva de lo que han sido y han de ser en la Iglesia y en el mundo que nos ha tocado vivir y que sepan tra-ducir en obras concretas de caridad aquella devoción y aquel amor a Cristo y a la Virgen María que también es el sentido de su propio ser.

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2000 años nos separan desde que Cristo pisara la tierra de Jerusalén y dejara su mensaje de Salvación para los hombres. Dos milenios en el que a pesar de los cambios en la fisonomía de los paisajes nada han alte-rado la esencia de la Palabra de Dios.

El viaje a Tierra Santa que organizó la Cofradía de la Virgen de la Capilla reunió a 40 hombres y mujeres que quisimos rememorar la vida de Cristo en una expe-riencia que nos hizo encontrarnos con Jesús hombre y Jesús Dios en los mismo lugares por los que Él anduvo y predicó su Palabra de Vida

Salimos de Madrid con destino a Tel- Aviv desde donde tomamos un autobús para conducirnos hasta Jericó. Antes de llegar a la mítica ciudad, nos detuvimos por unos minutos en Jerusalén, una parada en el Mon-te Scopus, desde donde se divisan unas magníficas vis-tas de la Ciudad Santa sirven para entonar “Hacía ti mo-rada santa”. Proseguimos nuestro camino hasta Jericó, en el Valle del Jordán; y en pocos minutos pasamos de una altitud de 800 metros sobre el nivel del mar, a -300 metros. Jericó es la primera ciudad en ser transferida a la Autoridad Palestina, y actualmente es la capital de la Autoridad Nacional Palestina. Pero también fue Jericó ciudad bíblica en la que Dios mandó a Josué con el Arca de la Alianza al toque de las trompetas. Desde Jericó se divisa el Monte de las Tentaciones según la tradición Jesús pasó 40 días y 40 noches de ayuno y tentado por el mal.

Tras el descanso de una noche en Jericó salimos camino de Jordania donde conocemos a nuestro guía jordano, Said.

Es el momento de dirigirnos hacia el Rio Jordán. Según diversos estudios, apoyados por las excavaciones

arqueológicas es en un punto del Rio Jordán, hoy en te-rritorio Jordano donde Jesús recibió el Bautismo de la mano de Juan el Bautista. Es allí donde de nuevo reno-vamos nuestras promesas bautismales guiados por el sacerdote que durante todo el viaje nos acompaña, An-tonio Robles.

Continuamos el recorrido hacia una de las cordi-lleras del desierto de Judea, hasta el mítico monte Nebo, en las montañas de Moab, desde donde Moisés contem-pló la tierra prometida por Dios; una tierra que Moisés divisó pero que sus pies nunca pisarían. Desde allí se di-visa una impresionante vista sobre el Valle del Jordán, el Mar Muerto, el desierto de Judea, y la localidad de Je-ricó. En días claros se puede divisar Jerusalén, Belén y el lago de Tiberiades.

Proseguimos nuestro viaje hasta la localidad de Madaba, muy conocida por sus mosaicos de la época Bi-zantina y Omeya (de hecho es llamada la Ciudad de los mosaicos), especialmente por el mosaico-mapa, de Pa-lestina y del Delta del Nilo, de la era Bizantina que data

peregrinación a tierra santa: tras las huellas de cristoVocalía de publicaciones

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del siglo VI y descansa en la iglesia Greco Ortodoxa de San Jorge.

Tres horas de viaje nos separa de Wadi Musa, donde se encuentra Petra, la “ciudad de piedra”, un importante enclave arqueológico, y la capital del anti-guo reino nabateo. Unas de las siete maravillas del mundo y Declarada Patri-monio de la Humanidad por la UNESCO.

A la llegada, tuvimos la oportunidad de una visita nocturna única a Pe-tra. Un camino estrecho, empedrado y con la luna y unas velas como único testigo nos depararon la sorpresa del tesoro de una ciudad mágica esculpida en la piedra.

Ya con la luz del amanecer tuvimos de nuevo la oportunidad de con-templar Petra en todo su esplendor. El particular color de la piedra rosada nos lleva a andar sendas rocosas que desembocan en la entrada al cañón, 1.200 m. de longitud, espectacular por sus altas paredes de piedra, por su estrechez en algunos puntos y por los colores y vetas de la roca. Al final del cañón divisamos el Tesoro, majestuosa fachada excavada de forma magistral en la roca.

Los más valientes hicieron camino hasta el Sacrificio, un conjunto de altares donde se realizaban sacrificios y que se encuentran en la cima de una loma. Para subir a ellos hay un camino formado por unos 850 escalones de piedra. El entorno es desierto de roca y montañas salpicadas de tumbas exca-vada en la piedra.

De regreso a Israel nos espera al otro lado de la frontera nuestra guía María. Una mujer entrañable, palestina de origen suramericano que vive la situación dramática de los católicos en Tierra Santa. Nos encaminamos en-tonces, camino de las antiguas ruinas de Masada; que se encuentran en la

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cima de un peñón de roca aislado en el desierto de Ju-dea, mirando hacia el Mar Muerto. Es un lugar de belle-za árida y majestuosa en la que levantó su palacio el rey Herodes; más tarde visitamos los restos arqueológicos de qumran, antiguo poblado de monjes esenios. Estos practicaban una vida ascética, en la observancia más ri-gurosa de la ley.

La teoría más extendida es que se mantenían ais-lados del resto del mundo para preservar su pureza. La comunidad de los esenios se asentó en qumrán hacia el año 130 antes de Cristo, en un monasterio que tuvie-ron que abandonar entre los años 31 y 4 antes de Cristo, debido a un terremoto que derribó el monasterio. Esta teoría se basa en el hecho de que existe una gruesa capa de cenizas entre la construcción que puede observarse en la actualidad y otra previa, y por la coincidencia de un movimiento sísmico en el año 31 antes de Cristo. Fue en este lugar donde aparecieron los manuscritos de la Biblia, conocidos como “los Manuscritos del Mar Muer-to”.

Pronto nuestra peregrinación empieza a impreg-narse de pasajes de la vida de Cristo. Nos sumergimos en la historia de la Salvación nada más pisar la Basílica de la Anunciación, en Nazaret. Tras una motiva eucaris-tía, visitamos la basílica mariana por excelencia. Junto a ésta se encuentra la Iglesia de San José, conocida tam-bién como la de la Sagrada Familia. De allí nos dirigimos a la Iglesia Ortodoxa de San Gabriel, donde se encuentra la llamada “Fuente de la Virgen”. La tradición ortodoxa dice que fue en este lugar donde se produjo el anuncio del ángel, pues es la única fuente de agua potable de la época que había en Nazaret.

Más tarde nos dirigimos a Caná, lugar donde se

produjo el primer milagro de Jesucristo. Una vez allí, en un sencillo acto religioso los matrimonios que partici-pábamos de la peregrinación renovamos las promesas matrimoniales.

Nuestro próximo destino es el Monte Tabor, a 588

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metros de altura sobre el nivel del mar. Allí tuvo lugar la transfiguración del Señor delante de tres apóstoles, Pedro, Santiago y Juan

Ya en Cafarnaúm pisamos los restos de la ciudad en la que Jesucristo comenzó a propagar su Palabra, allí se encuentran los restos de una sinagoga, probable-mente en la que Cristo oró al Padre y frente a los cua-les se hallan los restos de la casa de Jairo, el jefe de la sinagoga a quien Jesús le devolvió a la vida a su hija; y los restos de la casa de Simón Pedro. La casa está tan sólo a 30 metros, aproximadamente, al sur de la sinago-ga. Era una casa grande, con varias estancias techadas alrededor de un espacioso patio. Así pues, no puede sor-prendernos que en los Evangelios leamos que la misma casa fuera compartida por tres familias, por la familia de Pedro, de su hermano Andrés y de la suegra de Pedro. En realidad este era el modelo estándar de las viviendas de Cafarnaúm. Sobre estos restos hay en la actualidad construida una iglesia.

El Monte de las Bienaventuranzas fue nuestro si-guiente destino. De allí fuimos hasta Tabgha; donde se encuentra la Iglesia de la Multiplicación de los panes y los peces; Para continuar hasta el Primado de Pedro, lugar donde se produjo la tercera aparición de Jesús, y en dón-de Pedro recibió el encargo de Cristo: “Después de haber comido, dice Jesús a Simón Pedro: “Simón de Juan, ¿me amas más que éstos?” Le dice él: “Sí, Señor, tú sabes que te quiero.” Le dice Jesús: “Apacienta mis corderos.”Vuelve a decirle por segunda vez: “Simón de Juan, ¿me amas?” Le dice él: “Sí, Señor, tú sabes que te quiero.” Le dice Jesús: “Apacienta mis ovejas.”Le dice por tercera vez: “Simón de Juan, ¿me quieres?” Se entristeció Pedro de que le pre-guntase por tercera vez: “¿Me quieres?” y le dijo: “Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero.” Le dice Jesús: “Apacienta mis ovejas. Juan 21. 15-17

Visita a Acre (Akko); conociendo la antigua ciu-dad templaria de San Juan de Acre por sus galerías sub-terráneas. Al salir de estas, cruzamos sus calles por el zoco de la ciudad.

Desde allí, emprendimos viaje hasta Haifa, terce-ra ciudad con mayor número de habitantes del estado de Israel, y que en la antigüedad se llamaba Porfirio. Al llegar a la ciudad pudimos contemplar los maravillo-sos jardines del Santuario de Báb en el Centro Mundial Bahái.

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Dirigiéndonos directamente al Monte Carmelo, lugar Carmelo por excelencia. Visitando la Cueva del Profeta Elías. Allí pudimos cantar el Salve Regina en el día de la Solemnidad de la Asunción de la Virgen.

La última etapa de nuestro viaje nos sumergió de pronto en los últimos días de la vida Jesús. Nuestra primera visita nos mostró las dificultades por las que atraviesan los católicos en Tierra Santa, las narró en Audiencia el Patriarca de la Iglesia Latina en Jerusalén, Fouad Etwal.

El Sacerdote, D. Antonio Robles, pronunció unas palabras de agradecimiento por la acogida y explicó al Patriarca nuestra Diócesis y el patronazgo de la Virgen de la Capilla.

Una vez finalizada la entrevista con el Patriarca nos trasladamos hasta San Pedro in Gallicantu, la Cár-cel donde estuvo encerrado Jesús antes de llevarlo fren-te a Pilatos. Atado por los brazos fue descendido a una cisterna. En este lugar se hizo una oración comunitaria con el Salmo 88.

Más tarde visitamos la iglesia de la “Dormición de la Virgen”. Construida entre los años 1901 – 1910 por los Padres Benedictinos, la Iglesia de la Dormición, es de estilo románico, el sitio marca el lugar donde la Virgen María cayó en su “sueño eterno”.

De todos los lugares visitados en Tierra Santa, sin duda el que más impresión causó en todos los peregri-no fue el Cenáculo. Ubicado en el sitio superior del Mon-te Sión éste es el sitio donde Jesús se reunió con sus dis-cípulos en la Última Cena. Durante la época Bizantina fue una enorme Iglesia. De hecho, aparece en el famo-so mapa de Mádaba (un mosaico sobre el piso que data del siglo VI d.c. situado en Mádaba, Jordania). Durante el período de las Cruzadas, la Iglesia de Santa María del Monte de Sión fue construida sobre la Iglesia Bizantina original. Luego, durante el período otomano los musul-manes tomaron la estructura y la convirtieron en una mezquita.

En su interior, “María”, nuestra guía, nos explica cómo era una autentica cena judía. Revivimos con in-tensa emoción como Jesús se despidió de los que más amaba con una cena, y dejándonos el gran tesoro de la Eucaristía.

Nos desplazamos hasta Belén (Territorio Palesti-no). Allí visitamos la Basílica de la Natividad, celebrando la Eucaristía del día de Navidad en la Capilla de Santa Elena. (Villancicos y Niño Jesús incluidos). La Iglesia de la Natividad está hoy en el medio de la Plaza del Pesebre y es esencialmente la misma que cuando fue re-erigida por Justiniano con algunas adiciones del período de las Cruzadas.

La entrada a la iglesia es muy baja y estrecha, a fin de protegerla de los invasores y de impedir su entra-da a caballo. “Yo os aseguro: sino cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos” Mateo 18.

En el interior de la iglesia se encuentra la Gruta de la Natividad. Dos juegos de escaleras conducen hasta la gruta donde hay una gran estrella de plata de cator-ce puntas que marca el punto exacto con la inscripción: “Hic de Virgin Maria Jesus Christus Natus Est”, signifi-cando “aquí Jesucristo nació de la Virgen María”. La tu-tela efectiva de la Iglesia es compartida por tres Insti-tuciones que son la ortodoxa griega, la católica romana y la Armenia.

Allí, tras besar el lugar donde nació Jesucristo, co-gidos de las manos y con los ojos cerrados, se hizo ora-ción por las familias, por las que tienen dificultad para tener hijos. Canto de “Noche de Paz”.

Tras los pasos de Jesús iniciamos camino en la Vía Dolorosa. Sobre nuestros hombres cargamos la cruz mientras rezamos el Vía Crucis por las calles de Jerusa-lén. Llegamos a la Basílica del Santo Sepulcro; uno de los

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sitios más importantes en la Cristiandad, la Iglesia del Santo Sepulcro es erigida en el tradicional lugar de la Crucifixión y Resurrección de Jesús. En el interior de la Iglesia se encuentra el complejo de las cinco estaciones de la cruz que han quedado. Éstas incluyen la décima Estación, en donde Jesús fue despojado de sus prendas (los visitantes pueden observar en la Capilla Latina a través de una ventana especial). La undécima es la Es-tación donde Jesús fue clavado en la Cruz. Sobre la cres-ta del Gólgota, un Santuario Latino, se marca el lugar donde los soldados romanos clavaron a Jesús de pies y manos a la cruz. El Gólgota (Calvario), un altar Orto-doxo Griego, marca la duodécima Estación donde Jesús fue crucificado y muerto en la Cruz. La última Estación, donde Jesús es bajado de la Cruz mientras que la Virgen María permanece al lado, se caracteriza por un Altar Franciscano que representa la Estación número trece. La Tumba de Jesús, es la Estación número catorce.

Se celebró la Eucaristía del domingo de Pascua en la Capilla franciscana del Santo Sepulcro, tras visitar el sepulcro donde fue enterrado Cristo.

A la salida de la Basílica del Santo Sepulcro, cru-zando las estrechas calles del zoco, nos dirigimos hasta el Muro de las Lamentaciones.

El Muro de las Lamentaciones, llamado así porque los judíos vienen aquí a lamentarse de la destrucción de su Templo. La plaza delante del Muro, la Magharebeh, fue demolida en 1967 y convertida en una Sinagoga.

Tras almorzar visitamos el Monte de los Olivos. Primero nos dirigimos a la Iglesia de los Franciscanos de Dominus Flevit “El Señor lloró” se encuentra en la par-te descendente del Monte de los Olivos hacia Jerusalén. Construida en 1955, la iglesia diseñada por Antonio Bar-luzzi se construyó en el lugar donde Jesús lloró sobre la ciudad cuando cabalgaba por el sendero del Domingo de Ramos. Su original forma arquitectónica con una cú-pula en forma de lágrima y un altar enfrentando Jeru-salén conmemora el momento en que Jesús se acerca a la ciudad y llora. Durante la construcción de la Iglesia, los trabajadores descubrieron los restos de una capilla estilo bizantino del siglo VII. También descubrieron cer-ca de la Iglesia un gran cementerio antiguo, que incluye varias tumbas.

Justo en la parte superior del valle de Kidrón, al

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pie del Monte de los Olivos se encuentra el Jardín de Getsemaní. Este jardín fue identificado ya en el siglo IV como el lugar donde Jesús oró, fue traicionado por Judas y luego detenido. La edad real de los árboles den-tro del jardín es de un rango de 300 hasta 2300 años de antigüedad. La espectacular “Iglesia de Todas las Nacio-nes” también conocida como la Iglesia de la Agonía, fue erigida en 1924. Como la Iglesia de la Dominus Flevit, la Iglesia de todas las Naciones fue diseñada por el arqui-tecto italiano Antinio Berluzzi. La tradicional piedra de la Agonía se encuentra en frente del altar principal. La hermosa fachada de la Iglesia consiste en un enorme mosaico, que es en realidad una de las características más memorables de la Iglesia.

De allí nos dirigimos hasta la Iglesia de la Tum-ba de la Virgen, también conocida como la Iglesia de la Asunción. La Iglesia fue construida por los benedictinos en el año 1130 sobre las ruinas de santuarios cristianos anteriores. Al entrar por primera vez por la puerta de las Cruzadas, se desciende unos 44 escalones y se llega a los restos de la Iglesia Bizantina. En el centro de este ni-vel inferior se encuentra la Tumba de la Santísima Vir-gen María tallada en la roca. La iglesia actual es mante-nida por los Griegos Ortodoxos y los Armenios.

Nos introducimos, por unos instantes en la cul-tura de musulmana con la visita a la Explanada de las Mezquitas, lugares sagrados para los islámicos.

Nos detenemos en la Iglesia de Santa Ana, lugar donde se canto “Bendita sea la hora…” y la Salve. Junto a esta, la Piscina probática, lugar dónde lavaban los cor-deros para el sacrificio.

Nuestra última parada nos lleva a Emaús, el pue-blo hoy palestino en el que Jesús se aparece a los discí-pulos después de Resucitar. Allí visitamos la iglesia fran-ciscana donde rememoramos el episodio bíblico.

Así, y después de diez días de intensas vivencias llenándonos de la Palabra de Dios regresamos a Espa-ña con nuevas amistades y una mochila cargada de una gran peregrinación.

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Como ya hemos apuntado en anterior ocasión, abordar el estudio de la cartelería generada por las fies-tas en honor de la Virgen de la Capilla, Patrona de Jaén, es empresa harto dificultosa y complicada.

Y no solo por la lamentable circunstancia de que en su día nadie se ocupara de archivar ejemplares de los carteles editados, algunos de los cuales son imposibles de localizar, sino por el mismo planteamiento de estas fiestas patronales que no toman relevancia hasta 1930, cuando tras los actos celebrados para conmemorar el V Centenario del Descenso y la Coronación Canónica de la Virgen de la Capilla, su cofradía animada por el gran paladín de la Virgen de la Capilla que fue el periodista Vicente Montuno Morente (1892-1975), empieza a tra-bajar para conseguir que la reducida proyección que las fiestas patronales tenían, al considerase una simple verbena de barrio, alcancen la debida relevancia en el calendario festivo jaenés.

Entre 1930 y 1961, la organización de las fiestas anuales en honor de la Virgen de la Capilla recae en muy difusas y cambiantes responsabilidades. Unos años, es la cofradía de la Patrona la que se erige en promotora de los festejos; otros, una temporal “comisión de vecinos” en la que se aglutinan elementos de la parroquia, la Co-fradía, el vecindario y el Ayuntamiento…Y algunos, es la propia Comisión de Festejos del Excmo. Ayuntamiento de Jaén, la que toma sobre sí, con la indispensable co-laboración de la Cofradía, la responsabilidad de organi-zar las fiestas y darle el carácter de una “feria chica”, que reemplace a la ya decadente Feria Real de Santa María de Agosto.

Esa circunstancia trae como consecuencia que hasta tiempos muy recientes la difusión de un cartel

anunciador de las fiestas haya recaído en muy distintas manos, lo que llevó aparejada una notable falta de con-tinuidad y no pocas improvisaciones que se habrán de reflejar en los resultados obtenidos.

Los primeros carteles conocidos surgen con mo-tivo de la celebración de las fiestas de la Coronación y V Centenario del Descenso. Uno de los dirigentes más caracterizados de la Cofradía, don Inocente Fe Jiménez, era decidido partidario de la impresión y difusión de carteles anunciadores de los acontecimientos festivos de la ciudad y ya a su paso por la Alcaldía, en los años de 1920-1922, había conseguido que aparecieran los pri-meros carteles de Feria, algo que luego intentó, aunque sin éxito, iniciar en 1927 con respecto a la Semana Santa. Don Inocente Fe encabezaba un grupo de activos y di-ligentes hombres públicos, que muy al tanto de lo que al respecto se hacía en Málaga y Sevilla, trabajaron in-tensamente para tratar de incorporar nuestra ciudad a esta atrayente práctica artística y publicitaria.

Fue por eso por lo que al constituirse en 1929 una Junta Magna a la que correspondería la organización de las fiestas de la Coronación, se tuvo el cuidado de in-cluir en ella una denominada Comisión de Propaganda, que presidida por don Inocente Fe, estaría formada con representantes de la Diputación, Ayuntamiento y Obis-pado; los cinco curas-párrocos de la capital, los directo-res de los periódicos locales, el Cronista Oficial de la Pro-vincia y los gobernadores de las cofradías de la Expira-ción y Buena Muerte.

A iniciativa de esta Comisión, el 27 de mayo de 1929 se convocó un concurso de carteles anunciadores abierto a “todos los artistas españoles e hispano-ameri-canos”, para el que se establecieron cuatro premios.

La virgen de la capilla desde el cartelManuel López Pérez. Director de la Academia Bibliográfica.

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Los carteles tendrían dimensiones de 1´50 x 1 m. y en ellos se podrían emplear hasta seis tintas. Los pre-mios estaban dotados con 2000, 1000, 500 y 250 pts, can-tidades muy considerables para la época.

Dada la amplia difusión de las bases, se consiguió recibir veintisiete bocetos procedentes de toda España que se reunieron en el Ayuntamiento, donde se levantó acta de recepción el 1 de agosto de 1929. Durante la tra-dicional Feria de Agosto se montó con ellos una expo-sición en los salones de la Real Sociedad Económica de Amigos del País que fue muy visitada.

El jurado calificador se reunió el 12 de agosto y estuvo compuesto por el alcalde de la capital don Juan Pancorbo, el Vicario General don Félix Pérez Portela, la directora de la Escuela Normal de Maestras doña Car-men Carvajo de Prat, el periodista don Luis González López, el académico don Ramón Espantaleón Molina, los arquitectos don Luis Berges Martìnez y don Anto-nio María Sánchez, el médico y fotógrafo don Eduardo Arroyo Sevilla, el escultor Jacinto Higueras Fuentes y el pintor madrileño Ricardo Verdugo Landi.

Tras la valoración de los originales recibidos y el correspondiente debate, se propusieron los siguientes premios:

Primer Premio al cartel bajo el lema “El Blanco Cortejo de Nuestra Señora la Virgen María”, del que re-sultó ser autor don José Morell Macías, de Barcelona.

Segundo Premio al cartel que llevaba por lema “A mi Virgencita”, original del pintor malagueño Luis Ra-

mos Rosas.

Tercer Premio al cartel con lema “Flores de emo-ción”, del pintor Carlos Gallego García Pelayo, de Jerez de la Frontera.

Y Cuarto Premio al cartel presentado con el lema “Mujer de Jaén y su Virgen”, firmado por el jaenés Pedro Márquez Montilla.

La resolución del concurso fue muy acertada y de ella hizo el cronista don Alfredo Cazabán Laguna esta valoración: “Jaén puede enorgullecerse de haber hecho una exposición de carteles tan buena como la mejor he-cha en España. El presidente de la Comisión de Propa-ganda del V Centenario y Coronación de la Virgen de la Capilla, don Inocente Fe, tuvo la iniciativa felicísima, que la comisión ejecutiva central aceptó, de anunciar un concurso de carteles para la dicha propaganda. Concu-rrieron veintisiete autores y claro es que en gradación y diferencias de temas, estilos y tendencias, si no todos al-canzaron igual galardón, en conjunto son un excelente alarde artístico…”.

El que sería “cartel oficial”, estaba firmado por un cartelista de prestigio nacional. José Morell Macías era natural de San Esteban de Bas (Gerona), donde nació el 26 de noviembre de 1899. Formado en Sevilla a la som-bra de pintores tan significativos como Manuel Gonzá-lez Santos y Gonzalo Bilbao Martínez, fue galardonado por su cartel de la feria sevillana de 1920 y consiguió una distinción en la Exposición Nacional de 1929. Volvería a obtener Tercera Medalla en la Nacional de 1932 y Segun-da Medalla en la de 1945. Falleció en Barcelona en 25 de

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julio de 1949 y hoy se le reconoce como uno de los mejo-res cartelistas de España.

El malagueño Luis Ramos Rosas (1903-1965) des-tacó como excelente pintor, diseñador y restaurador y en Málaga se acreditó como un gran cartelista siendo autor de diversos carteles de Feria y Semana Santa. Con Jaén tuvo una intensa vinculación pues con el tiempo fue habitual en los concursos de carteles que organiza-ba la Agrupación de Cofradías. Sería autor de carteles de nuestra Semana Santa en 1951 y 1964.

Carlos Gallego García-Pelayo era titular de la asig-natura de Artes Decorativas aplicadas a las Artes Gráfi-cas, en la Escuela de Artes y Oficios de Jerez de la Fronte-ra y ya estaba reconocido como prestigioso cartelista.

Nuestro paisano Pedro Márquez Montilla había nacido el 3 de diciembre de 1893. Comenzó su andadu-ra en 1922 en la Escuela de Artes y Oficios, donde luego ejercería como “ayudante meritorio” en los años de 1923-1935 y secretario de la Escuela. Hizo estudios superiores en las escuelas de Bellas Artes de Valencia y Madrid y fue presidente de la sección de Pintura de la Sociedad de Amigos del Arte. Falleció en Jaén el 27 de febrero de 1942.

Los carteles seleccionados se imprimieron en Va-lencia, en la litografía de Enrique Mirabet. Pero la tirada fue muy exigua, algo más de un centenar, de los que se-tenta y cinco se fijaron en diversos puntos de la ciudad. Esta circunstancia ha motivado que apenas si hayan lle-gado a nosotros ejemplares.

Para las Fiestas de la Recoronación celebradas en 1953, el pintor Manuel Serrano Cuesta (1916-1963) hizo un cartel (91 x 130) que recreaba, con algunas variantes, el cartel de la Coronación de 1930, si bien con mas vivo colorido y la necesaria ampliación en el faldón para in-cluir el texto. Es también un cartel del que apenas que-dan ejemplares, pues solo se hicieron quinientos en la granadina Litografía Anel.

Los años de 1958 y 1959 se hizo en los talleres del diario JAÉN un sencillo cartel anunciador (43 x 63), im-preso monocromáticamente en color azul y con un di-bujo de Manuel Serrano Cuesta.

El anuncio del III Año Jubilar de 1961-1962 contó

con un cartel (64 x 96) original de Fernando Mesa Rue-da (1930-2008), muy elemental en su composición, pero bien entonado con el fin que perseguía. Para el cierre del Año Jubilar, ya en 1962, Serrano Cuesta compuso un cartel más ambicioso (58 x 92) que se imprimió en Gra-nada en Litografía Anel.

Dados los propósitos de difusión de la devoción a la Virgen de la Capilla que entrañó la celebración del IV Año Jubilar 1967-1968, se convocó un concurso de car-teles al que concurrieron distintos bocetos que no ter-minaban de llenar los deseos de la Cofradía. Gracias a los buenos oficios del entonces secretario de la cofradía don Juan Ayala Martínez, se encargó a su sobrino Mi-guel Ayala Montoro (n. 1940), que aquel año iniciaba es-tudios en la Escuela Superior de Bellas Artes de Madrid, luego de intensa preparación en la Escuela de Artes y Oficios, la confección del cartel. El joven pintor resolvió el compromiso diseñando un cartel de gran formato – 0´70 x 1 m.- y alegre colorido que asemejaba un mosai-co, cartel que tuvo mucho éxito y del que se hizo por la Litografía Anel, de Granada, una tirada de mil ejempla-res. Agradó tanto que en años sucesivos y pegándole un nuevo faldón con el texto, se siguió utilizando por la Co-fradía hasta agotar la tirada.

Después la Cofradía resolvió esporádicamente el “trámite” del cartel, utilizando, primero, una copia del lienzo que había pintado Luis Espinar Barranco (1910-1988) en 1972 por encargo del Hermano Mayor don Fran-cisco González quero y luego una fotografía de la ima-gen, tras su restauración, obtenida por el afamado fotó-grafo José Ortega Sánchez (1917-2005).

En años sucesivos será el Ayuntamiento el que comience a editar carteles anunciadores de las fiestas sin contar ya con la Cofradía, consiguiendo algunos de gran belleza y originalidad como los de 1975, 1976 y 1978, con graciosos dibujos del popular JoséVillar Casanova “Vica” (n. 1938). Destacaríamos en esta serie municipal el de 1983, realizado por Carmelo Palomino Kayser (1952-2000); el de 1985, obra de Agustín Cruz León (n. 1947); el cartel de 1988, original de José Olivares Palacios (n.1942); el de 1989 de Francisco Carrillo Cruz (n. 1954); el de 1990 de novedosa ejecución realizado por Francisco Huete Maretos (n. 1951); el de 1991 y sobre todo el de 1992, un es-pléndido cartel obra del pintor Miguel Viribay Abad (n. 1939).

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Otros carteles de interés serían los de 1993, debi-do a Bartolomé Castro Duro; el de 1995, de Agustín Cruz León, que ya había realizado el cartel diez años antes; el de 1994 pintado por “Inca” –Encarnación María- quesa-da Bayona (n. 1955), o los de los años 2002 y 2003, de inspi-ración naif, originales de Tomás Fernández.

Mas recientemente destacamos por su belleza y propuestas el de 2005, original de David Padilla Martí-nez (n. 1958); el de 2006, obra de Francisco Javier Ochan-do Melgarejo (n. 1972)…

Por su parte, la Cofradía retomó la edición de su propio cartel, lo que dio lugar a que en algunos años las fiestas del Descenso contaran con dos carteles distin-tos y distantes, uno el de la Cofradía y otro el del Ayunta-miento. Los años de 1998 a 2004 los carteles se hicieron partiendo de fotografía en color, lo que dio por resul-tado unos carteles de muy diferente calidad e impacto. Estos carteles se complementaron con algunos otros. Así en el año 2000, la Virgen de la Capilla fue el motivo del Cartel de Gloria publicado por la Agrupación de Co-fradías y Hermandades de Jaén, hecho sobre la base de un óleo del pintor Francisco Cerezo Moreno (1919-2006). También conocemos un bello boceto para posible car-tel de ese año, original de Bartolomé Castro Duro. Otro cartel significativo fue el del 75 Aniversario de la funda-ción de la Cofradía, conseguido sobre dibujo del joven artista Antonio Manuel Cruz Cobo (n. 1982).

En 2004 la cofradía tomó la iniciativa de hacer el cartel, encargándolo expresamente a un artista de su elección. Ese año el cartel se encarga al pintor Francis-co Huete Martos (n. 1951) que consigue un cartel esplén-dido, tanto por su colorido como por su realismo, en el que la Virgen de la Capilla destaca sobre un fondo don-de se advierte la zona del presbiterio de la iglesia de San Ildefonso. El original se hizo al óleo sobre tabla de 50 x 65 cms.

El cartel de 2005 es original de Francisco Carrillo Cruz (n. 1954) quien lo compone representando la talla de la Virgen de la Capilla desprovista de cualquier adita-

mento, solo cubierta por una pañoleta de encaje blanco y situada ante la Portada del Descenso, con una alegoría a su celestial realeza. Utilizó la técnica del acrílico sobre papel basik pegado a tabla (46 x 70), consiguiendo un cartel tan original como bello.

Un pintor no profesional, Ángel Sierra Tirao (n. 1931), fue el autor del cartel de 2006, que planteó inspi-rándose en el monumental Retablo del Descenso, repre-sentando la procesión del Descenso y los testigos del prodigio, todo ello con colores planos, al óleo sobre ta-bla (83 x64), y una nota de ingenuidad en el dibujo. Este cartel se imprimió en formato apaisado.

Para el año 2007 el cartel queda al cuidado del pintor Francisco Javier Ochando Melgarejo, que lo com-pone reiterando el motivo que presidió el del año ante-rior publicado por el Ayuntamiento, una niña vestida de pastira orando ante la Virgen de la Capilla, para el que utilizó técnica mixta en papel pegado sobre tabla (44 x 64).

El cartel de 2008 será obra del pintor David Pa-dilla Martínez (n. 1958), quien ya había hecho el cartel municipal de 2005. Su cartel, realizado con la técnica del lavado a tinta, en papel sobre tabla (49 x 70) recoge la imagen de la Virgen bajo la bóveda de su camarín.

Las fiestas y cofradía de Nuestra Señora de la Ca-pilla han motivado, como podemos comprobar con este breve estudio, una sugerente serie de carteles entre los que hay piezas de reconocido valor e interés. Lástima que la crónica imprevisión del mundo cofrade cuando se trata de archivar su patrimonio documental y biblio-gráfico haya motivado, una vez más, que la mayoría de estos carteles tengamos que estudiarlos indirectamen-te al no conservarse, de la mayor parte de ellos, ni los bocetos ni ejemplares impresos. Algo que también hay que achacar al Ayuntamiento, que tampoco tuvo la pre-visión de incorporar ejemplares de los editados por la corporación al Archivo Municipal. Con todo, lo aquí re-cogido puede servir de punto de partida para un estu-dio de mayor enjundia y rigor.

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Se cumplirá próximamente el centenario de la muerte de un jaenés ilustre, don Bernabé Soriano de la Torre, que entre otras cosas destacó por su faceta cofra-de y más en concreto por su vinculación con la Virgen de la Capilla.

Nacido en Jaén el 26 de diciembre de 1842, luego de sus estudios en el viejo Instituto de la calle Compa-ñía, marchó a la Facultad de Medicina de Granada, don-de se licenció en 1868.

Asentado en Jaén ejerció la Medicina con inten-sa vocación. Fue médico de varias corporaciones, inter-vino en la fundación del Colegio Oficial de Médicos, del que fue presidente, participó en la reorganización de la Academia de Medicina, Cirugía y Farmacia en 1878, co-laboró en la instauración de la Cruz Roja y por su ejem-plar actuación en la epidemia colérica de 1885 mereció la concesión de la “Cruz de Beneficencia” y el homenaje público del “Casino de Artesanos”.

CENTENARIO DE UN COFRADE SINGULAR: DON BERNABÉ SORIANO DE LA TORRE (1842-1909)Manuel López Pérez. Director de la Academia Bibliográfica.

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Buena parte de su ejercicio profesional lo dedicó a los menesterosos. Un día a la semana pasaba consulta gratis, siendo habitual que con las recetas deslizara un generoso donativo. Su continua asistencia a los necesi-tados le granjeó el afectuoso apelativo de “Padre de los Pobres”.

También ejerció el periodismo, hizo alguna incur-sión en la política local y provincial, presidió entidades culturales y recreativas y llegó a impulsar alguna inicia-tiva empresarial.

Falleció en Madrid tras una intervención qui-rúrgica el 12 de julio de 1909. Sus restos se trasladaron a Jaén el día 15, recibiendo el multitudinario homenaje de la ciudad a la que tanto había servido, antes de recibir cristiana sepultura en el viejo Cementerio de San Eufra-sio, donde descansa en una hermosa cripta.

Hombre profundamente religioso, estuvo muy vinculado al Jaén cofrade. En 1882 ingresó en la Santa Capilla de San Andrés, donde sería Gobernador en los años de 1886 y 1902. En 11 de febrero de 1883 entró en la Cofradía de N. P. Jesús Nazareno, de cuya Junta de Go-bierno formó parte en 1904. Y tuvo estrecha ligazón con la Congregación de las Siete Escuadras, a través de las “escuadras” del Santo Entierro y Soledad, de las que su esposa Dª María Gloria Hernández y García de quesada era camarera. Precisamente la imagen del Cristo Yacen-te se guardaba en su oratorio privado, de donde todos

los años impares la recogían los cofrades el Martes San-to para preparar la procesión del Viernes Santo.

Sobrino del médico don Francisco de Paula de la Torre, fundador de la Cofradía de la Corte de Nuestra Señora de la Capilla en 1855, desde su juventud vivió en su casa y familia una filial devoción a la Virgen, siendo de común conocimiento que todos los días, antes de empezar a visitar enfermos, su primera visita era para la Virgen de la Capilla.

Integrado en la Cofradía de la Corte desde su fun-dación, en 1868 fue designado consiliario de su Junta de Gobierno. Y al fallecimiento de su tío, en 1885 pasó a ser Gobernador, cargo que mantuvo ininterrumpidamen-te hasta su muerte y en que luego le sucederían su hijo don Joaquín Soriano Hernández y más tarde su sobrino don José Gómez Soriano, hasta que en 1926 la antigua Cofradía de la Corte se fusionó con la Cofradía del Rosa-rio para crear la actual Real Cofradía de Nuestra Señora de la Capilla. Gracias a la actividad y a la discreta gene-rosidad de don Bernabé Soriano, aquella modesta Co-fradía de la Corte de Nuestra Señora de la Capilla pudo mantener su actividad durante bastantes años.

No debería pasar en el olvido esta efeméride y bueno sería que el inicio del próximo año cofrade traiga consigo algunos actos que actualicen entre el mundo cofrade la vida y la obra de don Bernabé Soriano de la Torre.

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La humanidad, la naturaleza, el cosmos entero y hasta la misma divinidad contenían su aliento. Dios consultaba a una jovencita.

Le preguntaba si quería ser su madre. Todo esta-ba pendiente de sus labios. Y dijo sí. Lo amaba, lo desea-ba, lo llevaba en su corazón.

Ahora lo llevaría en su seno, entrañablemente.

Escuchemos cómo un poeta, un obispo, Mons. Ca-saldáliga, describe con sus versos estos momentos:

“Todo estaba pendiente de tu boca. Igual que si los hombres, de golpe, se sintieran con la vida en las manos detenida, como un reloj callado y a la escucha, como si Dios tuviera que pedir un permiso... Tu palabra sería la segunda palabra, y ella recrearía el mundo estropeado, como un juguete muerto que volviera a latir súbitamente. Tú pondrías en marcha, otra vez, la ternura. Orilla virginal de la palabra, niña del sí, preñada con el Verbo sin la más leve sombra de no, toda en el Día: Dios encontraba en ti, desde el primer albor de tus latidos, la respuesta cabal a su preguntaba sobre la nada en flor... Tú le hacías dichos desde el tiempo. Tu corazón se abría como una playa humilde, sin diques fabricados. Y en la arena sumisa de tu carne

el mar de Dios entraba enteramente...”Acoger en ti, en lo profundo de tu ser, a un Dios

que se te quiere dar, tal vez sea eso, nada más, la ora-ción.

En un momento de silencio, nos recogemos en nuestro interior, saboreamos lo que acabamos de leer, disponemos nuestro ser, a ejemplo de María, para aco-ger a Dios.

Y acudiendo a este canto mariano del siglo V le decimos:

Te saludamos María, Madre Santa, porque tu Hijo es el Rey que eternamente gobierna cielos y tierra.

Para continuar con:

Me brota del corazón un poema bello, recito mis versos a un rey; en tus labios se derrama la gracia,el Señor te bendice eternamente.Escucha, hija, mira, inclina el oído:prendado está el rey de tu belleza;póstrate ante El, que El es tu Señor.Quiero hacer memorable tu nombrepor generaciones y generaciones,y los pueblos te alabarán por los siglos.

Y volvemos a repetir: Te saludamos María...

María fue fiel a la misión para la que Dios la lla-mó: cada uno de nosotros también está llamado a cum-plir una misión:

¿Cuál es en este momento la misión de cada

MARIA, LA JOVEN DEL “SÍ”Manuel López Pegalajar. De la Academia Bibliográfica “Virgen de la Capilla”

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uno?

¿Cómo la estamos cumpliendo?

¿qué compromiso podemos tomar después de esta reflexión?

Al final podemos hacer estas súplicas:

- Santa Madre de Dios, que el mundo de hoy llegue a la unión y a la paz.

- Madre de la Iglesia, que todos los que creemos en Cris-to lleguemos a la unidad y fraternidad que el mismo Cristo nos enseñó.

- Madre de todos los hombres, que cada uno de noso-tros comprenda la misión y la llamada que le dirige al Padre.

Concédenos Señor, te rogamos, que los que vene-ramos a María, madre de tu Hijo, como madre nuestra, consigamos por su intercesión alcanzar el reino que nos tienes prometido.

que el misterio de María que hemos contempla-do, misterio de fidelidad a la llamada de Dios, nos ayude a nosotros, cofrades de María Santísima de la Capilla, a ser también fieles al deber de cada día y a la vocación que Dios nos señala. Ella nos ayudará y nos guiará en el camino.

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Inmersos en Cuaresma, como si las imágenes restauradas por el antiguo ICROA hablaran, telefónica-mente por Trinidad Pareja López, me llega la noticia de que Cristóbal López Romero, su esposo había muerto el 26 de diciembre del pasado año.

Cristóbal, el genial restaurador de la imagen de la Virgen de la Capilla, con fecha 22 de septiembre de 1.983 enviaba a la Cofradía su informe, también suscrito por Andrés Escalera Ureña, químico del ICROA, acordándo-se por la Junta de Gobierno de la Cofradía con fecha 7 de octubre siguiente su restauración. Finalizada tan

importante intervención, el sábado día 28 de enero de 1.984, regresaba a Jaén, siendo recibida multitudinaria-mente por los jaeneros, figurando Cristóbal López Ro-mero junto a su esposa y dos hijos como vemos en la fotografía, presidiendo el cortejo por el paseo de la Es-tación junto a los miembros de la Junta de Gobierno de la Cofradía.

He hecho la anterior síntesis del histórico acon-tecimiento, evitando relacionar el amplio currículo vi-tae del genial artista; resaltando en el anonimato, las restauraciones que ha hecho a numerosas imágenes

Fallece D. Cristóbal López Romero, restaurador de la Virgen de la Capilla José Galián Armenteros

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de Jaén. Y desde entonces nuestra amistad que nació con motivo de la restauración de la imagen de la Virgen de la Capilla; una amistad que también compartía con los jaeneros que conocían a este hombre honesto y ca-bal, sencillo y humano, de fe robusta, enamorado de su trabajo; caballero lleno de bondad, saber e inquietudes, siempre dispuesto al servicio de la sociedad jaenera, an-daluza, española e internacional que afrontó su enfer-medad como si fuese otro servicio a Dios.

Cristóbal López Romero, al que resalto con mi póstumo homenaje, lo recuerdo en su trabajo y su fiel colaboración; el hombre, el amigo, el artista siempre dis-puesto a trabajar por Jaén, por esta Provincia tan que-rida por él desde Alcaudete de donde es su hoy viuda, así como de toda Andalucía que le apasionaba al tener raíces cordobesas aunque él nació en Madrid.

Todo esto y algo más, lo se por su amistad y mu-tuo afecto que tuve el honor de rubricar el verano de 2.007 cuando en Torremolinos donde le gustaba pasar unos días, le dediqué mi libro que en gran parte era su libro, pues trata de la restauración de la imagen de la Virgen de la Capilla que él realizó.

Y ahora, de sorpresa por su esposa con voz entris-tecida y lágrimas en sus mejillas, me llega lo que la te-mida espera desde hacía unos meses, sospechamos mi familia, pues sabíamos de su grave enfermedad. Llenos de dolor, recordando su semblante, su sonrisa afligida por el dolor y lleno de resignación cristiana llevando su enfermedad, nos quedamos mi esposa y yo con su abra-zo y orgullo al verse en mi libro, resaltando su trabajo y hablando de su profesión.

Hoy entre sentimientos, estoy seguro que quien lo conocimos y especialmente las cofradías que atendió, resaltamos sus virtudes especialmente para los demás; al hombre comprensivo, siempre dispuesto en el cum-plimiento de su deber profesional; fiel amigo, esposo, pa-dre de dos hijos y abuelo que eran la alegría de Cristóbal mi amigo.

Esta reflexión nos apenará a todos al conocer la noticia de la muerte de Cristóbal López Romero, res-taurador en el ICROA de muchas imágenes de gran va-lor; recordándolo la sociedad jiennense, con semblante de amigo y buen profesional, mientras su viuda, hijos y nietos desde aquella fecha tan señalada como fue el día después de Navidad de 2.008, están de luto; aunque nos queda el consuelo que si su paso por la tierra fue abrazando imágenes y monumentos que arreglaba con amor, en el cielo disfrutará al ver de verdad sus restau-raciones especialmente de Jesús y de María que tanto sus manos tocó y con su fe y amor limpió para seguir siendo admiradas por la sociedad.

En el recuerdo del fallecimiento de Cristóbal Ló-pez Romero, sólo nos queda pedir a Dios le conceda el descanso eterno después de su entrega a los demás en vida; a través de la cual en este mundo había gozado del amor de su familia, el afecto de sus amigos y el recono-cimiento de todos los que lo conocíamos, quedando en nuestro recuerdo, lo que le caracterizaba, el deber cum-plido y su entrega al arte, restaurando imágenes, monu-mentos y sobre todo su bondad y amistad.

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Esta frase de San Pablo, proclamada a los cuatro vientos, resume la vivencia y el convencimiento profun-dos de alguien que se ha encontrado con Cristo cara a cara, como nosotros en nuestro Bautismo, y ya “nada le apartará de su amor”, ni del deseo incontenible de darlo a conocer a todos.

Los cofrades hemos de ser conscientes del hecho irrebatible de que Dios, a quien hemos de considerar el Bien Absoluto, nos pide que le demos a conocer a los de-más, como tal, a través de nuestras palabras, y ante todo, de nuestro ejemplo, para que, siendo sus instrumentos creíbles, nuestro mundo aprenda a aceptarlo, y su vida se conforme al mensaje de salvación que nos trajo, en este tiempo especialmente difícil. Esto no es posible sin la ayuda de la oración constante, la lectura asidua de su Palabra y la recepción de los Sacramentos. Hemos de tomar muy en serio nuestra identidad cofrade, que se supone cristiana, y por tanto, seguidora de Cristo, los 365 días del año, y no solo esos dias de preparación y ce-

lebración de nuestro “día grande”.

Aunque no ha de ser el cofrade persona que ac-túe, en modo alguno, “ de cara a la galería”, ni debe pre-ocuparse por “ el que dirán ”, sí ha de tener en cuenta que se halla en el punto de mira de muchas personas que es-peran de él, un testimonio valiente, por su condición de cristiano comprometido con el anuncio del Evangelio y la Iglesia, desde la humidad y el servicio. María, nuestra Madre, se erige para nosotros, en Maestra de amor, sen-cillez, fidelidad, disponibilidad, de entrega…, y el mejor camino para llegar a Cristo.

Hemos de optar por Jesús, con la radicalidad de San Pablo: “ Todo lo considero como pérdida, en compa-ración con la excelente ganancia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por El he sufrido la pérdida de todo, y todo lo tengo por basura, con tal de ganar a Cris-to”. Intentémoslo. ¿quién nos lo impedirá si El está con nosotros?

mi vida es cristoConcepción Agustino Rueda.

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a nuestra sra. de la capilla en su descensoConcepción Agustino Rueda.

Una noche, tu alma enamorada,llenó de luz mis calles polvorientas;

a tu paso, un rumor de alas,besaba tu blanca transparencia.

Jaén dormitaba en la penumbra,restañando la sangre en sus heridas

con el dolor y las palabras mudasde una oración profundamente viva.

Se escondía la aurora en su cielo,y sus ojos soñaban la esperanza

de un azul bordado en terciopelo,de una estela prendida en su mañana.

Y oyó Dios su súplica callada;

como un nuevo Israel, llegó su llanto,tan alto, como una llamarada

que abrasa el corazón en su quebranto.

Aquel día se abrió la madrugadacon tu presencia fiel y conmovida;

un nuevo maná, sutil cascada,empapó la tierra desnutrida.

Tu amor de Madre, y esa tu sonrisa,

en tibio vergel trocó su suelo.Tu amor de Madre, alumbró una vida

de alegría, de paz y firme aliento.

Y este Jaén, de tu fulgor preso,hoy, agradecido, a Ti te aclama;bendice, cantando, tu Descenso,

y tu clemente protección, aguarda.

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CINCUENTA AÑOS HACE. LA RECUPERACIÓN DE LA PORTADA DEL DESCENSOManuel López Pérez. Director de la Academia Bibliográfica.

Se cumple ahora el medio siglo de una de las ini-ciativas más señaladas en la historia de la Cofradía de la Virgen de la Capilla: la recuperación y rehabilitación de la singular “Portada del Descenso”.

La gran reforma arquitectónica llevada a cabo en el siglo XVII para ampliar el templo de San Ildefonso y la

construcción de la actual capilla de la Virgen, trajeron como consecuencia la demolición de la antigua “Capilla de la Visitación de Nuestra Señora” sitas a espaldas de la iglesia y donde se originó el culto y devoción a la Virgen de la Capilla.

Afortunadamente se mantuvo en pie, aunque sin función alguna, la bellísima portada de trazas gótico-isabelinas levantada durante el pontificado del obispo don Alonso Suárez de la Fuente del Sauce (1500-1520).

Pese a estar cegada y sin uso, la devota tradición de que fue en aquel lugar donde culminó el prodigio del Descenso de Nuestra Señora la noche del 10 al 11 de junio de 1430 y su belleza arquitectónica convirtieron este lu-gar en un espacio indisolublemente unido al culto y de-voción a la Virgen de la Capilla, por lo que tanto Vicente Montuno Morente como el cronista Alfredo Cazabán Laguna abogaron en diferentes ocasiones por su reha-bilitación sin conseguirlo.

Como consecuencia de las epidemias coléricas del siglo XIX y las ingenuas medidas higiénico-sanitarias tomadas para su control, la portada fue intensamente enjalbegada en múltiples ocasiones, por lo que llegó al siglo XX enmascarada por una gruesa capa de cal y re-voco que desfiguraba sus líneas tardo-góticas. En 1930, hubo un intento de adecentarla, que al final solo que-dó en la colocación sobre el hueco de la portada de una placa que decía: “En este lugar se detuvo la procesión del glorioso Descenso de Nuestra Señora. 11 de junio de 1430”. Luego, fue habitual que todos los años, para la fiesta del Once de Junio se levantase allí un altar efímero que presidía la verbena celebrada en las calles colindantes y ante el que culminaba con una multitudinaria Salve la tradicional procesión del “Rosario de San Bernabé”.

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En 1957, siendo párroco don Manuel Maroto y Hermano Mayor de la Cofradía don Ramón Catalayud Ruiz, se procedió a una minuciosa labor de limpieza ras-pando las sucias capas de cal y dejando vista la piedra de la portada. Con tan alentador resultado, se consiguió la ayuda del Ayuntamiento y el cofrade y arquitecto don Juan Ortega Cano (1911-1980) redactó un proyecto de re-habilitación de la portada. En el arco cegado se colocó un bellísimo mosaico obra del artista catalán Santia-go Padrós Elías (1918-1971) que gozaba entonces de gran fama por ser el autor de la cúpula de la basílica del Valle de los Caídos y de los mosaicos del Teatro Real de Ma-drid. Una artística iluminación, algunos jardincillos y dos lápidas conmemorativas, complementaron la obra.

Y en la noche del 8 de junio de 1959 –ahora se cum-plen cincuenta años- el obispo don Félix Romero Men-gíbar y el alcalde de la ciudad don José María García Segovia inauguraban la obra. Una excelente muestra de cuanto se puede hacer con escaso presupuesto, si de-trás hay sensibilidad y ganas de hacer las cosas bien.

Por esta iniciativa, tanto la Cofradía como el pá-rroco, recibieron muchas felicitaciones entre ellas la ofi-cial de la Comisión Provincial de Monumentos y el Insti-tuto de Estudios Giennenses.

Cincuenta años han pasado y la Portada del Des-censo ya no es ni sombra de lo que pudo ser.

El incivismo que hoy todo lo corroe, la indiferen-

cia vecinal y municipal y la pasividad ante el reiterado incumplimiento de las ordenanzas, tienen este rincón, tan profundamente jaenés y tan lleno de encanto, su-mido en un lamentable abandono.

Se perdieron los gratos jardincillos que lo orilla-ban. Las pintadas manchan los paramentos. Las luces se ciegan con frecuencia. Las motocicletas invaden la rinconada. Papeles, botellas, envases y sucios rastros de vómitos y orines certifican que aquello está dominado por “la movida”. Una música estridente y un revulsivo olor a fritanga y comida rápida, cercena de raíz el en-canto que siempre tuvieron las “Rejas de la Capilla”.

Por eso, no por simple nostalgia, se echa de me-nos aquella Portada del Descenso recuperada en 1959. Y nos agradaría que alguien tomase la iniciativa, como entonces lo hicieron don Manuel Maroto y don Ramón Catalayud para que este rincón recupere, en lo posible, su mancillada belleza. Y así los agnóstico puedan gozar ante un hermoso enclave monumental y los creyentes puedan musitar, sin sobresaltos, aquel Salmo 131 de Da-vid, que durante siglos fortaleció la devoción a la Virgen de la Capilla:

“…Ubi steterunt pedes ejes…”

(“…Le adoraremos en el lugar donde estuvieron sus pies…”)

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Efemérides: 1959. La Virgen de la Capilla ¿capitana general…?.Manuel López Pérez. Director de la Academia Bibliográfica.

Cincuenta años se cumplen de una curiosa ini-ciativa con la que se quiso engrandecer la celebración del Once de Junio de 1959: la concesión a la imagen de la Virgen de la Capilla de los honores de Capitán General de los Ejércitos.

Por razones históricas y devocionales, han sido muchas las imágenes de la Virgen María que al estar vinculadas a determinados sucesos bélicos, fueron dis-tinguidas con la concesión de los honores que las Orde-nanzas y Reglamentos Militares señalan para los Capi-tanes Generales, distinción que indudablemente traía como consecuencia un mayor esplendor para fiestas y procesiones. La Virgen de Zocueca, Patrona de Bailén, desde 1925 y la Virgen de la Cabeza, Patrona de Andujar y de la Diócesis, desde 1950, ya gozaron de ese honorífico privilegio.

Fue por ello por lo que, a iniciativa de dos memo-rables cofrades, don Vicente Montuno Morente y don Manuel Vilaplana Ugena y partiendo de la vinculación histórica que la Virgen de la Capilla tuvo con la defensa de la frontera en los años postreros del siglo XV y de su patronazgo tradicional sobre el Regimiento de Infante-ría “Jaén”, se quiso obtener tan ansiada distinción.

El Ayuntamiento acogió la idea con entusiasmo y en sesión de 21 de febrero de 1959 designó una comisión municipal, que en unión de otra designada por la Cofra-día, procediera a la instrucción del correspondiente ex-pediente.

Expuesto el tema a todas las asociaciones y cor-poraciones locales, durante los meses de abril y mayo de 1959 se fueron recibiendo infinidad de escritos de adhe-sión, que culminaron cuando en 16 de mayo el Gobierno Militar, ostentado por el coronel don Emilio Gutiérrez-

Maturana Trujillo, hacía suya la propuesta.

Cerrado el expediente, en las vísperas de las fies-tas de 1959 una nutrida comisión mixta de concejales y Junta de Gobierno de la Cofradía presidida por el pá-rroco y capellán mayor don Manuel Maroto se desplazó a Sevilla para hacer entrega al Capitán General de la 2ª Región Militar –de la que entonces dependía la plaza de Jaén- don Antonio Castejón Espinosa, de la solicitud y expediente justificativo, que favorablemente informa-do por su autoridad, se envió para su resolución al Mi-nisterio del Ejército.

Por aquellos días se había destinado como guar-nición militar de Jaén al Regimiento de Caballería “Al-cántara, 15”, por lo que se generaron fundadas esperan-zas de que la procesión del venidero Año Jubilar tuviera especial esplendor, al tributarse en ella honores de Ca-pitán General a la Virgen de la Capilla.

Sin embargo, todo quedó en buen deseo.

Corrían ya vientos preconciliares y la Iglesia tra-taba de purificar el cortejo de las procesiones evitan-do en ellas elementos ostentosos y brillos castrenses que desvirtuaran su auténtico sentido. Y el Ministerio del Ejército deseaba frenar la excesiva proliferación de compromisos con cofradías y devociones tradicionales que obligaban a un amplio despliegue logístico en las unidades de guarnición.

Se optó entonces por dejar el expediente en dis-creto “silencio administrativo”. Y cuando la Cofradía, ga-nosa de un feliz resultado, movió influencias, el Minis-tro del Ejército Teniente General don Antonio Barroso, buscó la mediación amistosa del Gobernador Civil don Felipe Arche Hermosa para dulcificar la negativa a la re-

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solución favorable, aconsejando a la Cofradía que se re-forzaran y documentaran al máximo los antecedentes históricos para resolver, más adelante, “de acuerdo con la Ordenanza”.

Ese “más adelante” se quiso ver en el Año Jubilar de 1961-1962 y tan seguro se estaba, que el en programa de la procesión se hizo constar que el cortejo lo abriría un piquete montado del Regimiento “Alcántara, 15” y lo cerrarían representaciones de todos los cuerpos de la guarnición: Ejército, Guardia Civil y Policía Armada.

Pero no fue así, porque los honores de Capitán General nunca llegaron. Si se autorizó a que en los años siguientes y previa solicitud al Gobierno Militar, un es-cuadrón de honores del Regimiento “Alcántara, 15”, con escuadra de gastadores, estandarte y banda, cerrara la procesión.

Todo quedó pues en un proyecto más, que ahora, pasados cincuenta años, viene a recordarnos la que sin duda fue la etapa más brillante en la historia de la Co-fradía de la Virgen de la Capilla.

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EL DORADO DEL RETABLO DEL DESCENSOPedro Casañas Llagostera

El hermoso y descriptivo retablo situado en el testero posterior de la iglesia parroquial de San Ildefon-so, conocido como Retablo del Descenso, es considerado uno de los componentes más significativos y emblemá-ticos de esta iglesia-santuario de la Patrona de la ciudad de Jaén.

Sabemos de él que fue realizado por el maestro escultor Francisco Calvo Bustamante, entre los años 1760 y 1764, basado en la traza que en el año 1754 realizó el notable escultor Pedro Duque Cornejo (1678-1757), per-sonajes estos que tan importantes huellas de sus obras

dejaron, tanto en este templo como en la Catedral.

La llegada a esta Diócesis del obispo Fray Benito Marín (1750-1769), monje benedictino natural de Calaho-rra, en la Rioja, supuso para la iglesia de San Ildefonso el inicio y realización del decoro ornamental, sobre todo en la riqueza retablística del templo, debido tanto a la iniciativa que en ello puso, como a la generosidad gran-de que prodigó.

Tuvo este obispo un fiel y leal colaborador, lo mis-mo en las tareas de gobierno de la Diócesis como en la

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ejecución de los diversos empeños ornamentales que promovió, en la persona de don Antonio Miranda Martí-nez del Rincón (Trevijano-Rioja, 1718-Jaén, 1790), paisano o comprovinciano del prelado. Fue canónigo Doctoral de nuestra Catedral, Gobernador Eclesiástico y Vicario General de la Diócesis. Puede considerarse la mano de-recha del obispo, tal como se ve claro en las intervencio-nes que tiene en los diversos procesos de realización de estas obras. Mantuvo una vinculación muy particular con la iglesia de San Ildefonso, en razón sobre todo a su devoción a la Virgen de la Capilla, como al final veremos y ser feligrés de esta parroquia, viviendo al parecer en la calle Hurtado.

El esplendor que hoy muestra el Retablo del Des-censo después de la acertada intervención de limpieza y alguna restauración verificada recientemente, con-trastaría, creo que en forma casi inimaginable, si lo vié-ramos totalmente desvestido del rico ropaje que le su-pone el dorado del conjunto y el estofado de sus figuras, como así lo estuvo durante veinticuatro años. En 1764 finalizó su obra Francisco Calvo Bustamante y así que-dó, mostrando la madera su color hasta el año 1788 en que se inició el dorado, como ahora veremos.

La gran identificación de don Antonio Miranda con la benemérita obra ornamental que promoviera el Obispo y su gran vinculación, como decimos, con esta iglesia, la vemos claramente reflejada en el generoso gesto que hace al costear la labor del dorado de este retablo magnífico, faena que no se había podido reali-zar durante casi cinco lustros por esa falta que con fre-cuencia suele haber de recursos económicos.

Así, el día diez de septiembre de 1788 y ante el es-cribano Juan Alejandro de Bonilla, comparecen don An-tonio Miranda Martínez del Rincón y don José de Pare-ja, Maestro Dorador, vecino de la villa de Alcaudete, obli-gándose éste “…a dorar y estofar el retablo del Descenso de Nuestra Señora de la Capilla, construido y colocado que está en la iglesia de San Ildefonso, a ley de buen artí-fice, en la cantidad de diez y seis mil ochocientos reales de vellón…”

Para poder llevar a buen término este compro-miso de obligación, estipulan una larga serie de pre-cisiones y requisitos que don Antonio va marcando, dejándose entreveer a través de los mismos, el conoci-miento práctico que el Doctoral tenía en estos menes-

teres, fruto sin duda alguna, del mucho tiempo que ha-bía empleado junto a su obispo en las formalizaciones de este tipo de compromisos. Entiendo que bien merece la pena irlos mostrando con el fin de identificarnos en el proceso que se sigue para el dorado, hasta llegar a la hermosa realidad que hoy contemplamos.

De las buenas calidades y cualidades del artífi-ce debía estar bien seguro don Antonio, cuando no le marca tiempo limitado para la ejecución de la obra. Solamente le señala y naturalmente él acepta, que no podría tomar ningún otro compromiso de trabajo, así dentro como fuera de esta ciudad, hasta que quedara totalmente concluido éste.

La primera faena a realizar, así se la indica, es la de proceder a “lentear” todas las juntas y vientos de la escultura, recorriendo todo el conjunto de la made-ra, metiendo hijuelas y remediando todos los defectos que se apreciasen, dándole para ello la correspondiente mano de “afiscola”. A continuación, tres manos de “cera-basto” a todo lo que fuese escultura, lijándolo y dándole después seis manos de yeso fino con un posterior lijado en cuantas manos necesario fuese.

En lo que se apreciase escultura, solo se le ha-brían de dar dos manos de yeso fino y lijándolo de ma-nera que quedasen descubiertos los músculos o nervios para una mayor perfección y al proceder al dorado, que fuese lo mismo en las esculturas como en los campos, sin dejar nada sin oro, bruñéndole los lisos y las moldu-ras. El resto de los adornos habrían de ser bronceados y que los rostros de las esculturas no debían de quedar ciegos, ni crudeza en las ropas, “palentiando” bien los ca-bellos.

En lo que se refería a las figuras, indicaba que en estas habrían de quedar los colores finos, fingiendo en los casos que hubiere lugar, una tela matizada con las flores que fuese correspondiendo, cincelándose todo el dibujo, otorgándole a las encarnaciones cuatro manos de aceite de nueces bien preparado para que no se tuer-zan, debiéndose hacer a base de pincel los ojos y cercas según arte. Así mismo, insiste, en que los campos de la portada deberían ir en color fino y muy gustoso y las molduras aparejadas al óleo, pasándole una mano de lija “…realizándolo en los términos que lo hacen los fa-cultativos…”.

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Acepta el otorgante la condición de que todo el oro que se gaste en el dorado del retablo habría de ser del de Madrid, de la mejor calidad que hubiere y que cada uno de los libros o mazos que fuesen necesarios para el dicho dorado, se habrían de aprobar por el apo-derado que don Antonio designase para ello, a fin de evi-tar toda contingencia que pudiera haber sobre la buena calidad del oro.

Encontramos en el desarrollo de estas obligacio-nes, un apartado muy interesante y significativo, que por lo que representa merece hacer íntegra su trascrip-ción. Dice así:

“…Así mismo, habiendo como hay modelo que sirve de ejemplo para la perfecta estofa de la escultura, como es la imagen de Nuestra Señora del Carmen, que está colocada en su altar en la iglesia del convento de las Carmelitas Descalzas de esta ciudad, se hará la de este retablo a su semejanza…”.

Muy conocedor debía ser don Antonio de la be-lla imagen a que alude y que hoy sigue venerándose en la iglesia del referido convento carmelitano. Motivo de gran satisfacción ha de ser para estas religiosas el sa-ber que el estofado de la imagen de la Virgen del Car-men sirvió como modelo para el estofado de la imagen principal del Retablo del Descenso en la iglesia de San Ildefonso.

Estipulaban, finalmente, que las fases del trabajo se harían por cuerpos, de manera que una vez finaliza-do todo el cuerpo bajo, éste se habría de revisar por los facultativos que don Antonio al efecto designase y una vez por estos aprobado, se continuaría con el siguiente tramo y así hasta la terminación.

Como un aparte de la obra del dorado del reta-blo, se obliga el otorgante a realizar una buena limpie-za en el Tabernáculo del altar mayor del templo, obra precisamente de Duque Cornejo, realizada en Córdoba entre los años 1756 y 1757, del polvo que hubiera adquiri-do y de otro cualquier defecto que se le hubiera ocasio-nado, tanto en la escultura como en el dorado. También convienen que en los altares colaterales –San Benito y San Antón- para que vinieran uniformes con el central, se debería de dar con un color fino en los campos de la pared, a gusto del artífice.

De los diez y seis mil ochocientos reales de vellón que suponía el importe de la obra que se contrataba, re-cibió el Sr. Pareja a la firma de la escritura, dos mil dos-cientos reales, debiendo ir cobrando el resto conforme fuese avanzando el trabajo hasta la culminación de la obra.

Para responder del buen resultado de su gestión, el Sr. Pareja y su esposa Josefa Ruiz y Baena, hubieron de hipotecar los siguientes bienes, todos ellos situados en la villa de Alcaudete: una casa con puerta a la plaza prin-cipal, otra casa situada en la calle Fuente del Aire, un oli-var en La Vega, otro olivar en el sitio de La Jarca, otro en el lugar de Los Romerales, otro en Las Mesas y una vega y tierra calma situados en Prados Nuevos.

Fueron testigos a la firma de la escritura los ve-cinos de Jaén Miguel de Anievas, Diego Lajara, José de Rozas y Nicolás Arroyo.

El día 29 de noviembre de 1790, dos años y dos me-ses después de la firma de la anterior escritura, fallecía en nuestra ciudad don Antonio de Miranda Martínez del Rincón. Hemos de entender, por el tiempo transcu-rrido, que bien pudo haber visto finalizada la brillante obra del dorado y estofado de este gran retablo que con tanto empeño y afecto sufragó

A modo de apéndice añadiré y como muestra de su devoción a la Virgen de la Capilla e interés por el or-nato del templo, que cinco años después de la muerte de don Antonio Miranda, concretamente en el mes de febrero de 1803, don Pedro de Vargas Machuca, benefi-ciado de la parroquia de San Bartolomé de Jaén y en nombre de don Vicente María de quesada y Silva, Con-de del Donadío, albacea testamentario que había sido de don Antonio y ausente de la ciudad por encontrarse como Mariscal de Campo de los Reales Ejércitos desti-nado en la defensa de El Ferrol, hace fundación de un aniversario mayor para que se celebrase perpetuamen-te en la iglesia de San Ildefonso, en el altar de la Virgen de la Capilla, por el ánima del señor don Antonio Miran-da, con la solemnidad que se debe a “…tan gran devo-to de la dicha Señora y continuo bienhechor del dicho templo…”.

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