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23/3/2014 LA MEDIACIÓN FAMILIAR EN LA BÚSQUEDA DE ORÍGENES | Revista Digital de Mundo Mediación, expertos en mediación familiar http://www.mundomediacion.es/revista-6-edicion-3/3-vivir-la-mediacion/27-la-mediacion-familiar-en-la-busqueda-de-origenes 1/5 Mediación Otros servicios de MM MM para profesionales Edición 3 Presentación La experiencia en mediación Vivir la mediación El entorno de la mediación Comentarios y noticias breves Otras ediciones > Vivir la mediación LA MEDIACIÓN FAMILIAR EN LA BÚSQUEDA DE ORÍGENES Jaime Ledesma del Busto Psicopedagogo, mediador familiar y educador especial. Especializado en adopción y post- adopción. Centrado profesionalmente en la aplicación de la mediación dentro de los diferentes ámbitos de la adopción, fundamentalmente en la búsqueda de orígenes del adoptado adulto, autor del libro: ‘Mediación Familiar en Búsqueda de Orígenes. El encuentro con mi espejo biológico’. Formador en adopción para profesionales en diferentes instituciones y en mediación en adopción en la Universidad Pompeu Fabra (Barcelona). Miembro activo de la Asociación La VOZ de los Adoptados. La mediación familiar todavía es una gran desconocida en nuestro país, aunque poco a poco vamos logrando que se conozca más por los ciudadanos o que al menos empiece a sonarles de qué trata el asunto. En adopción y post-adopción también estamos aprendiendo todavía, a pesar de habernos convertido en el segundo país del mundo -el segundo en cifras absolutas (tras Estados Unidos), pero el primero en relación a su población- que más niños adopta a través de Adopción Internacional; desde que España ratificó en 1995 el Convenio de la Haya (1993). Estos datos nos empujan a plantearnos que si desde la última década superamos los 40.000 menores ‘extranjeros’ adoptados por españoles -además de las adopciones nacionales, aunque de menor volumen-, podrá existir un número considerable de inesperadas necesidades relacionadas con este ‘nuevo modelo’ de sistema familiar para España. Y no sólo eso, sino que si en su día decidimos participar en la tramitación de todas estas adopciones, nuestra responsabilidad como profesionales también es acompañar a todas estas familias y cubrir las necesidades que puedan surgir después de la adopción, tanto sanitarias, como psicológicas, legales… y, por supuesto, las relacionadas con la mediación familiar. Por tanto, en España, por un momento nos hemos visto envueltos y perdidos en un terreno en el que convergen dos caminos aún desconocidos para nosotros: somos relativamente nuevos en mediación (figura profesional poco conocida) y también en

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23/3/2014 LA MEDIACIÓN FAMILIAR EN LA BÚSQUEDA DE ORÍGENES | Revista Digital de Mundo Mediación, expertos en mediación familiar

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Mediación Otros servicios de MM MM para profesionales

Edición 3

PresentaciónLa experiencia en mediaciónVivir la mediaciónEl entorno de la mediaciónComentarios y noticias breves

Otras ediciones >

Vivir la mediación

LA MEDIACIÓN FAMILIAR EN LABÚSQUEDA DE ORÍGENES

Jaime Ledesma del Busto

Psicopedagogo, mediador familiar y educador especial. Especializado en adopción y post-adopción. Centrado profesionalmente en la aplicación de la mediación dentro de losdiferentes ámbitos de la adopción, fundamentalmente en la búsqueda de orígenes deladoptado adulto, autor del libro: ‘Mediación Familiar en Búsqueda de Orígenes. Elencuentro con mi espejo biológico’. Formador en adopción para profesionales en diferentesinstituciones y en mediación en adopción en la Universidad Pompeu Fabra (Barcelona).Miembro activo de la Asociación La VOZ de los Adoptados.

La mediación familiar todavía es una gran desconocida en nuestro país, aunque poco apoco vamos logrando que se conozca más por los ciudadanos o que al menos empiece asonarles de qué trata el asunto.

En adopción y post-adopción también estamos aprendiendo todavía, a pesar de habernosconvertido en el segundo país del mundo -el segundo en cifras absolutas (tras EstadosUnidos), pero el primero en relación a su población- que más niños adopta a través deAdopción Internacional; desde que España ratificó en 1995 el Convenio de la Haya (1993).

Estos datos nos empujan a plantearnos que si desde la última década superamos los40.000 menores ‘extranjeros’ adoptados por españoles -además de las adopcionesnacionales, aunque de menor volumen-, podrá existir un número considerable deinesperadas necesidades relacionadas con este ‘nuevo modelo’ de sistema familiar paraEspaña.

Y no sólo eso, sino que si en su día decidimos participar en la tramitación de todas estasadopciones, nuestra responsabilidad como profesionales también es acompañar a todasestas familias y cubrir las necesidades que puedan surgir después de la adopción, tantosanitarias, como psicológicas, legales… y, por supuesto, las relacionadas con la mediaciónfamiliar.

Por tanto, en España, por un momento nos hemos visto envueltos y perdidos en unterreno en el que convergen dos caminos aún desconocidos para nosotros: somosrelativamente nuevos en mediación (figura profesional poco conocida) y también en

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adopción (modelo familiar nuevo). Pero también tenemos la suerte –y el placer- de poderpermitirnos construir juntos el camino por donde avancen de la mano estos dosimportantes conceptos. Además, tenemos algunos modelos que podemos tomar comoreferencia de otros países en los que ya han creado algo parecido.

Definir la mediación familiar en profundidad en este artículo no será necesario, puesto queme consta que a través de la Revista Digital MM ya queda perfectamente descrito eindudablemente volverá a incidirse en ello a lo largo de la larga historia de vida que ledeseamos.

Sin embargo, conviene resaltar que en esta área de mediación familiar, a pesar de ser fiela los principios básicos de la mediación (imparcialidad, neutralidad, voluntariedad,confidencialidad…) surgen algunas diferencias con la mediación tradicional, que iremosresaltando a lo largo de este artículo.

En general, un mediador familiar que desee desarrollar su actividad profesional en estaárea debe estar formado y familiarizado con muchos otros conceptos en torno a laadopción, como construcción de identidad o el conflicto de lealtad que siente una granparte de las personas adoptadas, por ejemplo, o el sentimiento de abandono o el degratitud que a algunos adoptados les acompañan durante toda su vida y les impidecomportarse como quisieran y no cumplir algunos deseos.

Los casos más comunes en los que un mediador familiar puede participar en una familiacon hijos adoptados son los originados por conflictos en:

1. Separación/divorcio con hijos adoptados;2. Conflictos del adolescente adoptado en la familia;3. Convivencia entre hijos adoptados e hijos biológicos de un mismo sistema familiar;4. Conflictos surgidos por la revelación/transmisión de orígenes a lo largo del desarrollo

del adoptado;5. Búsqueda de orígenes del adoptado adulto;6. Restablecimiento del contacto familiar con la familiar de origen.

Haremos algún apunte sobre los enunciados anteriores, pero sobre todo nos detendremospara definir los dos últimos supuestos, que suelen ser los que suscitan mayor interés, y losque sugieren mayor novedad para nosotros, como profesionales de la mediación.

1. La mediación familiar en el caso de separación o divorcio hoy día podemos afirmar quees la mejor alternativa para gestionarlo, pero si además se trata de una pareja con hijosadoptados es especialmente delicado, por lo que la presencia de un mediador familiarresulta imprescindible. Naturalmente, como aclarábamos unos párrafos atrás, debe ser unmediador que tenga nociones sobre los sentimientos que habitualmente están presentesalrededor de la adopción; en este caso, el menor puede percibir esta separación como un‘segundo abandono’, responsabilizándose además a sí mismo de esta ruptura de la relaciónde una manera especialmente exigente y dolorosa.

2. Si podemos decir que un adolescente es en sí un ‘nido de conflictos’, fantasías, idealesy proyectos por cumplir… que van a agitarse en un mismo recipiente, en el caso de unadolescente adoptado hay que añadir además otros ingredientes que también puedendesembocar en otros conflictos diferentes, para los que debemos estar preparados. La‘novela familiar’ de un adoptado, con sus fantasías sobre unos padres diferentes a los quetiene idealizados puede acercarse a una realidad peligrosa.

3. Otros casos delicados para la mediación familiar, en los que está presente la adopción,es en la convivencia entre hijos biológicos e hijos adoptados dentro de una misma familia.No únicamente durante la infancia y adolescencia, en la que pueden surgir rivalidadesentre los hermanos por discutir cuál de ellos es ‘más hijo verdadero’, o por los celos quepuedan percibirse ante situaciones de discriminación positiva de los padres hacia algunode ellos, sino también en la edad adulta cuando se acercan momentos importantes comola repartición de una herencia.

4. Afortunadamente, apenas podemos hablar ya de un momento puntual en el que seproduzca la revelación de orígenes a un adoptado, puesto que comenzamos a tener unacultura de la adopción más elaborada y normalizada. En general, no existe una fechaconcreta en la que ‘se descubra el pastel’, sino que suele haber una comunicacióncontinua en la que se va realizando una transmisión de orígenes progresiva, ampliando lainformación en función de la edad y preparación que vaya adquiriendo el niño/adolescente.Sin embargo, no siempre sucede así, y en cualquier caso no suele ser un momento fácil deresolver para la familia, que frecuentemente acaba desembocando en otros conflictosfamiliares, e incluso extrafamiliares.

Por otro lado, aunque como apuntamos es menos frecuente, todavía existen personasadoptadas que no son conscientes de que lo son hasta que un familiar decide revelárseloo el adoptado mismo se entera por accidente. Muy probablemente, a partir de esemomento, surjan dificultades en la relación entre él y su familia.

Por supuesto, ni un mediador –ni ningún otro profesional- será el responsable de revelar oampliar información sobre los orígenes a una persona adoptada. Eso es una tarea que sólole corresponde hacer a los padres (por derecho y por deber), pero sí puede acompañarlesen los momentos difíciles que rodean ese proceso, ayudando a allanar el terreno y creandoel espacio de comunicación necesario para que ellos puedan expresar todos lossentimientos que se despiertan alrededor de este hecho.

5. Una vez aclarados estos puntos, sobre todo lo relacionado con la transmisión deorígenes, nace otra delicada posibilidad de mediación en torno a la adopción: la búsquedaactiva de orígenes.

En España, desde la Ley 54/2007 de 28 de diciembre se reconoce el derecho del adoptadomayor de edad a conocer sus orígenes. Sin embargo, la existencia de este derecho, nosupone la ‘obligación’ de la familia biológica a establecer un contacto con el hijo biológicoque, por las circunstancias que hubiera en el pasado, no pudo continuar permaneciendo alcuidado de ese menor.

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A través del proceso de mediación familiar pueden encontrarse las soluciones para superarlas diferencias de un conflicto con distintas perspectivas en cada una de las partes.

La mediación familiar en la búsqueda de orígenes:

El proceso de mediación en estos casos es un proceso largo y muy delicado. A pesar deque haya habido una transmisión de orígenes correcta a lo largo de la vida del adoptado,es normal que surja esta necesidad de ampliar información e incluso de desear tener unacercamiento a la familia biológica, con posibilidad de contacto directo o de un encuentrofísico.

No debe percibirse este deseo como un fracaso de la adopción, ni como un episodionegativo en la relación entre el adoptado y su familia (adoptiva), sino todo lo contrario: elhecho de que un adoptado tenga el deseo de emprender una búsqueda activa de susorígenes y querer compartirlo con sus padres (adoptivos) es muy positivo, y en la mayoríade las ocasiones, cuando está bien acompañado en un proceso de mediación, suele traerresultados bastante enriquecedores que fortalecen el vínculo entre ellos.

Es importante comprender que el adoptado que inicia este proceso, no pretende sustituir asu familia (adoptiva) por la familia biológica, ni siquiera tiene por qué tener la necesidad dereconstruir una relación familiar con ellos, ni mucho menos de incluirla en su vida cotidiana.

Este deseo de buscar los orígenes es un proceso natural de construcción de su propiaidentidad que muchos adoptados sienten que podrán completarla mejor si conocen másdatos sobre su historia, lugar de nacimiento, las personas que componían ese entorno, losdatos de sus padres biológicos, la existencia de posibles hermanos…

Por todo ello, resulta muy relevante desde un primer momento que esté presente lamediación cuando se decide iniciar este proceso. Es en esta fase donde se exponen lossentimientos de cada uno, las necesidades, los temores –miedos del adoptado, de sufamilia adoptiva y posteriormente aparecerán los de su familia biológica- que se generan aldar un paso en esta dirección… Es un período de preparación anterior a la búsquedaactiva, en el que se deben construir unos cimientos sanos para que continúe existiendo unproceso de mediación sano.

Es posible que las motivaciones y las expectativas que impulsan al adoptado a iniciar esteproceso no sean los adecuados. El mediador debe saber detectarlos para que el adoptadopueda aclararlo y reconducir sus objetivos hacia un camino más acertado.

Por ejemplo, es probable que su deseo venga motivado porque tiene problemas en eltrabajo o con su pareja y considera que, encontrando su historia y sus raíces, se sentirámás tranquilo y la situación en su relación se relajará. Quizás sea preferible que primerosolucione el resto de dificultades por otra vía y después retome su búsqueda. Si fueraconveniente, el mediador puede derivar a cualquiera de los participantes a psicoterapia,en cualquier momento del proceso de mediación, interrumpiéndose temporalmente pararetomarlo después, desde el momento en el que se había suspendido. Es un proceso en elque se necesita estar ‘emocionalmente fuerte’.

En definitiva, desde el momento en el que la persona adoptada decide iniciar su búsquedade orígenes, será necesario sentar unas sólidas bases alrededor de todo su escenarioantes de dar cada paso, y el mediador profesional resulta ser un acompañanteimprescindible para ayudarle a detectar factores de riesgo y tener más garantías de éxito.

Necesariamente, el mediador acompañará primero a una de las dos partes que soliciteiniciar este proceso -adoptado, generalmente-, pero deberá ser imparcial, regulando elritmo y necesidad de cada uno de ellos (atendiendo también las necesidades de los padresadoptivos).

Cuando el adoptado ya se siente más preparado, el mediador contacta con la familiabiológica. Es éste uno de los momentos cruciales durante el proceso de mediación en elque se le explica –generalmente, a la madre biológica- los motivos y finalidad de estecontacto, ofreciéndole información y pidiendo su consentimiento para seguir adelante,respetando los principios básicos de la mediación.

Si el familiar de origen no acepta seguir adelante, deberá respetarse su decisión, puestoque debe ser un proceso voluntario para todas las partes. Para ello, la persona adoptadatambién habrá tenido que ser preparada previamente durante la reflexión de susexpectativas.

Si por el contrario, el familiar de origen acepta continuar con este proceso, será su turnopara prepararse emocionalmente antes de iniciar su camino de acercamiento(1). Eladoptado deberá comprender y respetar ese tiempo de espera.

A continuación, se producirá un período de tiempo en el que existirá un intercambio deinformación a través de un tercero: preguntas y respuestas, intercambio de cartas,fotografías, documentos audiovisuales, objetos personales… que ampliará la información acada uno de ellos de manera indirecta. Es un momento delicado, en el que la informaciónque se reciba puede ser impactante y dolorosa para alguno de ellos. El mediador activaráo frenará el proceso en función del estado emocional de cada uno de ellos, regulando elritmo entre los dos para que se equilibre con la sincronía necesaria.

Finalmente, si después de toda la información recibida, asimilada e integrada, ambosdesean dar un paso más, planearán junto al mediador un encuentro físico entre ellos. Esotro momento en el que el proceso es muy vulnerable, porque conviene ajustar lasexpectativas de cada uno y definir la relación que cada uno desea llevar en el futuro.

El conflicto frecuente que puede surgir en esta última etapa es que este encuentro para eladoptado suele ser el final de un proceso, pero el familiar de origen (generalmente, lamadre biológica) suele considerarlo como el inicio de una relación.

Una vez realizado el primer encuentro entre ellos, es positivo que el mediador continúe encontacto con las dos partes de manera que pueda hacer un seguimiento preventivo antesde que surgieran nuevos conflictos. En algunos casos, incluso puede redactar un ConvenioRegulador en el que las partes se comprometan a respetar los acuerdos que hayan fijadoentre ellos (horarios de llamada/visita, respeto de anonimato cuando alguna de las partes

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decide no revelar esta relación a su entorno…).

Todo este proceso podría verse resumido en tres bloques fundamentales, aunque enrealidad se divide en más fases dentro de ellas:

En primer lugar, una primera fase de preparación del adoptado para la mediación. Esun ejercicio de reflexión para analizar sus motivaciones y definir sus expectativas.Concluirá con el primer contacto del mediador a la familia de origen.En un segundo bloque sucederán todos los intercambios de información entre ellos através del mediador.Por último, si ambos lo desearan, se abrirá un período de preparación para el primerencuentro, en el que se valorarán todas las posibilidades de relación y se estudiaranlos detalles del desarrollo de esa posible relación futura.

Conviene apuntar también que no todo adoptado siente esta necesidad de emprender unabúsqueda de orígenes. Algunos la sienten en determinados momentos de su vida, pero nodeciden llevarla a cabo de manera activa, otros realizan una búsqueda de maneraintermitente, otros ni siquiera se lo plantean a lo largo de su vida. Del mismo modo,algunas personas adoptadas que sí deciden iniciar ese camino de búsqueda tienen claroque no desean llegar hasta el final: únicamente desean saber quién es su madre biológica,por ejemplo; o desean intercambiar información, pero no conocerse físicamente. Todasestas opciones son igualmente válidas y sanas, siempre que sean bien gestionadas.

Por otro lado, es posible que sea la familia biológica quienes no deseen llegar al final delproceso: algunas acceden a responder preguntas y ofrecer información, pero –por lascircunstancias que sean- prefieren no tener conocimiento sobre la vida actual del hijobiológico que fue entregado en adopción. Cualquier decisión debe ser respetada en lamisma medida por las dos partes.

El mediador:

La figura del mediador familiar profesional es el vehículo que posibilita este contacto entreel adoptado y la familia de origen cuando quizás de otra manera no hubiera podido haberposibilidad.

Tanto a la persona adoptada, como al familiar de origen le tranquiliza saber que estátratando con un profesional de manera confidencial. Ningún dato de su información setrasladará a la otra parte sin su consentimiento.

Esta confidencialidad puede ser la garantía posibilita que la familia biológica acceda aparticipar en este proceso, si se le asegura que se respetará su intimidad y su espacio,sabiendo que la persona adoptada le respetará y no irrumpirá por sorpresa en su vida sinsu permiso.

Además, el mediador familiar será la pieza clave para facilitar información a cada uno deellos sin que exista un contacto directo. De este modo, ambos quedarán tranquilossabiendo que la otra parte no tiene conocimiento de su domicilio, teléfono o datos deidentificación y localización.

Desafortunadamente, no siempre puede llevarse a cabo el proceso de mediación familiar enbúsqueda de orígenes. En ocasiones, la persona a la que se busca ya está fallecida o losdatos de los que se dispone son insuficientes para localizarla. Este último caso es, porejemplo, el de algunas adopciones internacionales como los realizados en la R. P. China, enlos que no suele aparecer el nombre de la madre biológica.

De todos modos, aunque no sea de la misma manera, una búsqueda de orígenes tambiénsupone un acercamiento a su cultura, su país, su pueblo o aldea donde nació e incluso, siexiste posibilidad, una visita al orfanato donde fue entregado a sus padres… Todos esosdatos también le ayudarán a tener un sentimiento de identidad más completo sobre símismo.

Debate:

A pesar de que la última Ley de 2007 protege y reconoce el derecho del adoptado aconocer sus orígenes, queda abierto el debate también a aquellas situaciones en las quelas madres que daban a luz y deseaban permanecer en el anonimato (según el artículo 18de nuestra Constitución) podían hacerlo por derecho. Sin embargo, en el año 1999 semodificó ese artículo, donde quedó manifiesto que la identidad de la madre nunca podráocultarse tras el parto, aunque decida entregar a su hijo en adopción.

El conflicto lo encontramos en situaciones en las que, en la actualidad, un adoptadosolicita su derecho a conocer sus orígenes, pero su fecha de nacimiento es anterior a1999, cuando el parto todavía podía ser anónimo.

Numerosos expertos defienden todavía diferentes posturas al respecto y parece ser queprevalece el derecho del adoptado a conocer sus orígenes, siendo una cuestión deconstrucción de identidad del propio adoptado.

En cualquier caso, la postura que podríamos definir más justa en este momento es lamediación familiar, puesto que podría responder cuestiones acerca de los orígenes deladoptado sin necesidad de revelar la identidad de la madre biológica si continuaramanteniendo su decisión de permanecer en el anonimato.

Algo parecido sucede en la búsqueda de orígenes de adopciones internacionales, cuandoel país de origen no facilita los datos de la familia biológica por cuestiones éticas de susistema interno, las cuales también debemos respetar.

6. Diferente a la búsqueda de orígenes podemos decir que es el restablecimiento delcontacto con la familia de origen en menores que todavía conservan recuerdos anterioresa la vida con su familia actual.

Existen muchos casos de adopción internacional -como es el caso de las adopciones enEtiopía- en los que los niños que fueron adoptados con cierta edad expresan su deseo decontactar con familiares de origen que permanecieron en el primer entorno en el que

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vivieron parte de su infancia. Es un sentimiento totalmente natural y comprensible, puestoque verbalizan intensos recuerdos de convivencia con ellos y les echan de menos.

Por tanto, no es una búsqueda de orígenes como tal; no es necesario realizar unabúsqueda porque ellos saben quiénes son sus familiares biológicos, los han conocido ysaben dónde viven. Es un restablecimiento del contacto con aquellas personas quetambién han sido muy importantes en su vida.

Si bien no es recomendable realizar una búsqueda de orígenes en edades tempranas –incluso, recién estrenada la mayoría de edad suele seguir siendo pronto- en elrestablecimiento de contacto con la familia de origen sucede lo mismo, aunque enocasiones es importante valorar la intensidad del deseo del menor y las expectativas quetiene sobre este contacto.

Normalmente, suelen tener deseo de contactar con hermanos mayores, de los que narranrecuerdos, que se quedaron en su entorno de origen. A veces también de otros familiaresy, por supuesto, de las madres biológicas si no habían fallecido cuando fue adoptado.

La motivación de este contacto con la familia biológica debe nacer siempre del adoptado,nunca de sus padres (adoptivos), ni de otros familiares que, con intención de ayudar almenor, inician ellos una búsqueda y contactan con la familia de origen. Numerosos casosson motivados por la compasión de los padres (adoptivos) hacia la madre biológica,deseando darle información sobre el buen estado de su hijo.

El mediador es el primer filtro en este proceso. Debe ayudar a valorar las motivaciones yexpectativas del menor y su familia para iniciar este contacto. Es frecuente encontrarsecon expectativas del niño cargadas de fantasías (‘encontraremos a mi familia biológica, lesenviaremos dinero y viajarán a vivir con nosotros, todos juntos en la misma casa’). Hayque realizar un importante y delicado trabajo con el menor y su familia (adoptiva) paradesmontar todas las fantasías y falsas expectativas antes de iniciar el proceso.

En general, es preferible que acuda a apoyo psicoterapéutico antes de iniciar el procesode mediación, de manera que le prepare emocionalmente para ello y podamos advertir si esbuen momento para realizar este proceso, si conviene esperar o si realmente no esadecuado que mantenga ese contacto para su estabilidad emocional.

Puede resultar ser un contacto peligroso para las dos partes, puesto que si los padres(adoptivos) envían una carta o contactan con algún familiar de origen, al establecer uncontacto directo pueden surgir algunos conflictos entre ellos. Pueden ser insistentesllamadas, duros mensajes contradictorios que afecten al niño, información desagradable eincluso pueden sucederse chantajes –emocionales y en ocasiones económicos-. Por todo ello, en estas situaciones excepcionales, es preferible que el contacto sea através de un proceso de mediación familiar, de modo que puedan ajustarse lasexpectativas de cada uno y concretar las condiciones sobre el acuerdo entre ellos.

- De este modo, quedan expuestos los escenarios más frecuentes de la adopción dondepuede estar presente la mediación familiar. Un área todavía por descubrir en nuestro país,pero que ya van observándose numerosos beneficios en las experiencias que conocemos.

Jaime Ledesma del Busto Psicopedagogo y Mediador Familiarwww.mediacionypostadopcion.com

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(1)Como podemos apreciar, si bien no está recomendado en mediación familiar hacerabuso de caucus como herramienta, en este tipo de mediación resulta necesario hastacasi el final del proceso

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Coordinador:

Francisco Iglesias Miranda. Psicólogo y experto en mediación.

El equipo de MM:

Ana Belén Miguel Corredera. Psicóloga y experta en mediación.

Ivan González Sáiz. Abogado

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