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Revista de la Universidad Ana G. MéndezRecinto de Carolina

CREATIVO INVESTIGATIVO REFLEXIVO 3

Derechos Reservados © 2019. Universidad Ana G. Méndez., Recinto de Carolina Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida total

o parcialmente sin la autorización del Sistema Universitario Ana G. Méndez.

DIRECTORDr. Manuel S. Almeida

JUNTA EDITORADr. Alex Betancourt/Universidad de Puerto Rico-RPDr. Gabriel De La Luz/Universidad de Puerto Rico-RPProfa. Érika Fontánez/Escuela de Derecho-UPRDra. Yolanda López/Universidad Ana G. Méndez, CarolinaDr. Guillermo Rebollo/Universidad Ana G. Méndez, CarolinaDra. Josefa Santiago/Universidad de Puerto Rico-BayamónDr. Marcos Vélez/Universidad Ana G. Méndez, Carolina

JUNTA ASESORADra. Mildred Huertas Solá/Rectora, Universidad Ana G. Méndez, Carolina Dr. Luis Iturralde/Vicerrector Asociado de Asuntos Graduados e Investigación, Universidad Ana G. Méndez, Carolina Profa. Rosario Del P. Meléndez/Decana Asociada, Escuela de Ciencias Sociales y Humanas, Universidad Ana G. Méndez, Carolina

DISEÑOAdaris García Otero

IMPRESIÓNBibliográficas, Biblio Services.

ESTA REVISTA ESTÁ INDEXADA EN:- LATINDEX (Sistema Regional de Información en Línea para Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal –UNAM– México).

ESTA REVISTA ES PARTE DE LATINOAMERICANA. ASOCIACIÓN DE REVISTAS LITERARIAS Y CULTURALES.

JUNTA EDITORA

ÁMBITO DE ENCUENTROS

Revista de Ciencias Sociales y Humanidades de la Biblioteca y Centro de Investigación Social Jesús T. Piñero

Publicación bianual de la Universidad Ana G. MéndezRecinto de Carolina

CREATIVO INVESTIGATIVO REFLEXIVO 5

SUMARIO

ARTÍCULOS

¿ISLAM EN PUERTO RICO O ISLAM DE PUERTO RICO?:

PRÁCTICAS IDENTITARIAS ENTRE CONVERSOS/AS AL ISLAM EN PUERTO RICO

JUAN F. CARABALLO-RESTO

UNA REFELEXIÓN BACIYÉLMICA ACERCA DE LA “AMBIGÜEDAD” DEL QUIJOTE

MIGUEL A. HERNÁNDEZ DELGADO

ANÁLISIS DE DATOS ECONÓMICOS DEL TURISMO DEL 2012 AL 2018 QUE PARTICIPAN EN EL CRECIMIENTO ECONÓMICO DE PUERTO RICO

LOURDES MELÉNDEZ MORALES Y MILDRED DÍAZ COLÓN

EL GOBIERNO MILITAR ESTADOUNIDENSE EN PUERTO RICO Y LA LEY FORAKER: ANTESALA DE LA AMERICANIZACIÓN (1898-1900)JAIME L. RODRÍGUEZ CANCEL

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30

47

73

JUAN F. CARABALLO-RESTO ¿ISLAM EN PUERTO RICO O ISLAM DE PUERTO RICO?... 76 ÁMBITO DE ENCUENTROS VOLUMEN 12 NÚMERO 2 2019

POESÍA

CUATRO POEMAS DE NIÑOSELVA GUILLERMO REBOLLO-GIL

RESEÑAS

TRES O CUATRO CUENTOS Y UN SOLO DE BAJO EN CELEBRACIÓN DEL LIBRO REMASTERIZADO DE MANUEL ALMEIDA. (RESEÑA DE CLONAZEPÁN Y CIRCO. EDICIÓN REMASTERIZADA, DE MANUEL S. ALMEIDA).

JUANLUÍS RAMOS

NOTA SOBRE LOS AUTORES

DESCRIPCIÓN DE LA REVISTA Y NORMAS PARA SOMETER TRABAJOS

96

100

¿Islam en Puerto Rico o Islam de Puerto Rico?: prácticas identarias entre conversos/as al Islam en

Puerto Rico

Recibido: 29 de mayo de 2019Aceptado: 27 de septiembre de 2019

ResumenEste artículo aporta al conocimiento del islam en el contexto puertorriqueño a partir de observaciones etnográficas y narrativas de personas convertidas a esta religión. En lugar de limitar el presente estudio a la consabida discusión sobre las motivaciones que generan la conversión, este trabajo aborda las múltiples formas en que los/as conversos/as al islam en Puerto Rico hacen sentido de sus nuevas identificaciones etno-religiosas, a la vez que discute los entramados políticos sobre los cuales se construyen algunos de sus vínculos al interior y exterior de las comunidades musulmanas de la isla.

Palabras clave: Islam en Puerto Rico; Musulmanes Puertorriqueños; Conversos; Antropología de la Religión

Abstract

This article contributes to the knowledge of Islam in the context of Puerto Rico, parting from ethnographic observations and the narratives of people converted to the religion. Instead of limiting the present study to the common discussion over the motivations that produce conversion, this work approaches the multiple ways in which the converts to Islam in Puerto Rico make sense of their new ethno-religious identifications, while at the same time we discuss the political elements on which some of the ties are constructed within and towards the outside of Muslim communities in the island.

Keywords: Islam in Puerto Rico; Puerto Rican Muslims, Converts; Anthropology of Religion.

JUAN F. CARABALLO-RESTO

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Introducción

El islam como sistema religioso y cultural contemporáneo ha

sido poco estudiado en el contexto puertorriqueño. Tal vez, esto se

deba a la poca visibilidad de este universo confesional en nuestra

sociedad. Sin embargo, la cantidad de personas que se acercan a esta

religión tan cuestionada en América Latina es cada vez mayor1. Como

consecuencia, los horizontes socio-religiosos de nuestras naciones

continúan reconfigurándose; y, como resultado, debemos generar

nuevas preguntas y perspectivas sobre la cuestión religiosa en nuestra

región. De ahí, la necesidad de trascender la crónica anecdótica sobre

las motivaciones personales que propulsan la conversión al islam en

el Puerto Rico actual.

Partiendo de la documentación de narrativas de vida

y observaciones etnográficas, en este proyecto me propongo

abordar los vínculos entre religión, sociedad y cultura, teniendo en

consideración que la adopción de un sistema religioso de valores

comprende también un gesto político en el que interactúan variables

como lo son el género y la sexualidad, la ideología, la nacionalidad, la

raza y el color, el lenguaje, la clase social, etc. Es en este sentido que

la antropóloga paquistaní Saba Mahmood (2005) nos advierte sobre

lo difícil que resulta separar lo ‘ético’ de lo ‘político’, toda vez que los

entramados de poder requieren y asumen un tipo particular de sujeto

que es producido por una serie de prácticas disciplinarias que están

en el centro del aparato regulador de cualquier acuerdo político

moderno. Como resultado, asumir un comportamiento que no está

prescrito por una plataforma hegemónica de valores, implica para

algunos/as conversos/as el vivirse desde actos puntuales de acción y

resistencia en un campo etno-religioso saturado de expectativas—

tácitas y explícitas—del ser, hacer y creer.

Presencia Islámica en Puerto Rico

El Islam irrumpe en Puerto Rico tanto de maneras directas

como indirectas. Su entendimiento y significado son asuntos de

interpretación que varían con el momento histórico, el contexto

social, y las diversas formas en que las relaciones poder se inscriben en

ellos. La relación del Islam con Puerto Rico no parte desde universos

paralelos; sino, más bien, desde encuentros entrelazados que son tanto

reales como imaginados.

Podría argumentarse que son seis las coyunturas que ayudan a

transformar la presencia de los/as musulmanes/as en la isla. La misma se

estima en la debatida cifra de 5,000 personas2, y ha logrado establecerse

a través de ocho mezquitas/oratorios esparcidos por diversas zonas de

la isla.

Los/as musulmanes/as llegaron por primera vez a la isla como

parte del intercambio colonial transatlántico entre España, Portugal

y el “Nuevo Mundo”. Tenemos evidencia de que los/as primeros/as

musulmanes/as llegaron a nuestras costas con los exploradores en el siglo

XVI. Durante este tiempo, algunos “moriscos” o musulmanes ibéricos

llegaron al Caribe sin pasar por las leyes españolas que les prohibían

venir a las Américas y servir como comerciantes y exploradores, o

trabajar de forma forzosa como esclavos. En los Documentos de la Real

Hacienda de Puerto Rico (1971), por ejemplo, Aurelio Tanodi documenta

la llegada de “otro moro” que abordó el barco Santa María de la Merced

y que arribó en San Juan el 15 de mayo de 1516. Igualmente, gracias al

trabajo de Salvador Brau (1981), sabemos que desde 1519, Puerto Rico

tuvo la dudosa distinción de ser el anfitrión de Alonso Manso, el primer

inquisidor general del Reino de España en la Nueva España. Además,

gracias al trabajo de Francisco Moscoso (1998), conocemos a Antón

Cobo, uno de los primeros moriscos identificados en la isla, toda vez

que el entonces alcalde de San Juan— siguiendo las exigencias de una


Provisión Real de 1549—le pidió a su procurador, Francisco de Aguilar,

que documentase la información de todos los moriscos estuviesen

en la isla. Finalmente, gracias al trabajo de Luce López Baralt (2007),

sabemos sobre la existencia de archivos que dan cuenta de disputas

legales entre “Un morisco puertorriqueño, médico y alcalde de San

Juan de Puerto Rico, en pleitos con Juan Ponce de León”, en 1565.

La segunda coyuntura está formada por hombres y mujeres

provenientes de África Occidental, quienes fueron en su mayoría

obligados/as a ser esclavos/as. Estas poblaciones se correspondían

predominantemente con grupos Wolof, Mandinka y Fulani provenientes

de la región conocida hoy día como Senegambia. Aunque el carácter

religioso de estas comunidades musulmanas apenas prosperó en

Puerto Rico, enhebraron el Islam en el tejido cultural de la isla. De ahí

que nos venga en el refrán “El que no tiende Dinga, tiene Mandinga”,

el cual se origina como una forma peyorativa para dar cuenta de

características identitarias entendidas como problemáticas, tanto para

un grupo como para el otro. Si bien el carácter islámico de algunas de

estas comunidades se desvaneció progresivamente en la isla debido a

las conversiones forzadas o condicionadas al catolicismo, es importante

acotar que el Islam también logró convertirse en la “segunda religión

monoteísta” de las Américas. Según Diouf (1998), esto se debió, en

parte, a la imaginación, inventiva y adaptación ritualística de los/as

esclavos/as y libertos/as musulmanes/as.

La tercera coyuntura se caracteriza por la llegada de migrantes

árabes, en su mayoría libaneses, principalmente durante el siglo

XIX (Asad Sánchez 2016; Scarano 2000). Aunque algunas de estas

familias eran musulmanas, también las había cristianas. Sin embargo, la

diferencia religiosa no significó la cancelación de importantes vínculos

de cooperación entre ellas. La mayoría eran familias acaudaladas; y

se posicionaron en la industrias de la ganadería, joyería y medicina.

Apellidos como “Bechara”, “Halabi”, “Bared”, “Fas”, “Tartak” y “Mameri”

aún resuenan con fuerza en la isla.

La cuarta coyuntura se corresponde con la llegada de migrantes

árabes que se asentaron en la isla en el siglo XX, principalmente desde

1950 (Ramadán-Santiago 2015). Esta ola migratoria estuvo constituida

principalmente por hombres palestinos y jordanos, que huyeron del

conflicto palestino/israelí en busca de una vida mejor y vínculos más

estrechos con los Estados Unidos. Junto con ellos, llegaron también

egipcios, sirios y más libaneses. Su perfil económico era uno distinto

al anterior, puesto que la tendencia sostenida de riqueza se diversificó

con trayectorias de menor capital. Es en esta época que la figura del

vendedor árabe ambulante irrumpe en las calles de la isla. Esta etapa

migratoria se ha mantenido a lo largo del tiempo; y actualmente, se

corresponde a una fuerte migración circular entre el Caribe, Mediano

Oriente y Estados Unidos.

La quinta coyuntura se corresponde con los hijos e hijas de

migrantes árabes, quienes han dado paso al surgimiento de nuevas

generaciones de musulmanes/as que se han desarrollado principalmente

en Puerto Rico. En algunos casos, estas ya logran extenderse por dos

generaciones. Aunque algunos/as de estos hombres y mujeres han

nacido en Puerto Rico, los patrones de migración circular de sus

padres y madres les mantienen en estrecho contacto con el Oriente

Medio. Cabe resaltar que en la combinación de la cuarta y quinta

coyuntura se conforma el grueso de las comunidades musulmanas de

la isla. De hecho, casi dos tercios de la población musulmana de Puerto

Rico está compuesta por inmigrantes palestinos que se concentran

principalmente en pueblos como Caguas, Vega Alta, Vega Baja, Dorado,

Manatí y San Juan.

La sexta y ultima coyuntura se corresponde con una

creciente población puertorriqueña que ha abrazado el islam. Es en

esta última coyuntura que se enfoca el trabajo que dota de propósito

a este artículo. Aunque el inicio de esta etapa no está definido, no es

descabellado afirmar el aumento de este grupo desde la década de

1990. Incluso, esta coyuntura merece atención especial, ya que tiene


un importante elemento diaspórico en los Estados Unidos.

Las seis coyunturas anteriormente detalladas son mucho

más complejas y porosas de lo que en este texto puedo abordar. Sin

embargo, las mismas nos ayudan a dibujar un amplio panorama de la

diversa, prolongada, y muchas veces ignorada, presencia musulmana

en Puerto Rico.

Metodología de Investigación

En su libro Islam in the Americas (2015), la antropóloga Aisha

Khan plantea la necesidad de interrogar el islam desde la exploratoria

de historias locales y expresiones de doctrina religiosa, siempre

enmarcándolas en las relaciones de poder que se experimentan

en el contexto de la vida cotidiana de los/as musulmanes/as. Es en

este sentido que en este artículo me interesa discutir las prácticas

identitarias de algunos/as puertorriqueños/as conversos/as al islam.

Para ello, la información contenida en este texto esta

sustentada por trabajo de campo etnográfico. Tonkin (2006) explica

que la implementación de esta metodología de investigación es

importante en nuestro intento por describir y comprender las

idiosincracias de un grupo humano, toda vez que nos brinda una

oportunidad de primera mano para recopilar, interpretar y analizar

una gran cantidad de percepciones, significados y relaciones entre las

personas (idem: 55). El diseño de una metodología etnográfica supone

una amplia combinación de técnicas y recursos de investigación; entre

los que podrían encontrarse: (1) observación-partícipe; (2) entrevistas

formales e informales; (3) narrativas vidas; (4) estudio de caso; (5) y

documentación archivística.

En el caso específico de este trabajo, la información contenida

en este texto se basa, en primer lugar, en la observación-partícipe

e interacción informal que he sostenido con diversas comunidades

musulmanas en Puerto Rico desde el 2013. En su sentido más técnico,

la observación-partícipe nos requiere establecer una relación con

un grupo social específico. En la medida en que nos sea permitido y

estemos preparados/as, entonces es necesaria nuestra participación en

la idiosincracia que se desprende del grupo en cuestión. En ocasiones,

nuestra participación habrá de verse aminorada, en sustitución de un

ejercicio de observación intensiva donde se busca otorgar significados

sociales a determinadas prácticas generadas por el grupo. Finalmente, la

observación-partícipe también es plantea como necesario el retirarse

para reflexionar y escribir sobre lo aprendido (Russell 1988). Es por

esto que las observaciones descriptivas, emociones y reflexiones

desarrolladas a lo largo de mi trabajo fueron documentadas en diarios

de campo. Estas notas me facilitaron, a su vez, la comprensión de

las dinámicas socioculturales presente en el campo, además de las

insatisfacciones y los logros experimentados a diario.

En segundo lugar, este trabajo esta sustentado en la

implementación de entrevistas estructuradas. Las mismas fueron

realizadas entre el 2018 y el 2019 a un grupo diverso de 20 personas,

que contiene una amplia gradación de interlocutores que incluye

a 10 hombres y 10 mujeres que reúnen los siguientes criterios de

muestreo: tener mayoría de edad (21 años); ser residente en Puerto

Rico; haber abrazado el islam posterior a los 18 años de edad; y auto-

identificarse en la actualidad como musulmán/a. Tanto la propuesta

de investigación, como el cuestionario utilizado para las entrevistas

fueron aprobados por el Institutional Review Board (17-015) de la

Universidad de Puerto Rico, en Cayey.

A partir de la combinación de estas técnicas de investigación

que se han generado las interacciones que se han identificado cuatro

prácticas identitarias sobresalientes entre este conglomerado de

interlocutores. Las mismas habrán de ser discutidas a continuación

observando la estricta confidencialidad de los/as interlocutores/as. Es

por esto que sus nombres y cualquier otro dato personal que pudiese

ayudar a descubrir su persona, han sido alterados.


Practicas Identitarias entre Conversos/ as al Islam en Puerto Rico

A. Afirmaciones del Ser: Islam y puertorriqueñidad

Los/as conversos al islam en Puerto Rico viven experiencias

afines a los musulmanes inmigrantes, toda vez que ambos grupos

viven el islam desde el contexto social minoritario. Sin embargo, gran

parte de la experiencia cotidiana de los/as conversos/as es única para

ellos/as. Esto es así en el sentido de que sus identificaciones tienden

a ser sobre-cuestionadas tanto por musulmanes migrantes, como por

el resto de la sociedad puertorriqueña donde el islam no despunta

como referente identitario predominante.

Zaynab, una mujer de 42 años que abrazó el islam hace 12 años,

me compartió que el sentimiento más distintivo que le caracteriza

como musulmana puertorriqueña es “el no encajar”. En un habitual

tono de seguridad en sí misma, Zaynab me expresó:

Una se siente que constantemente le están

recordando lo que no es. Una no es como el

mainstream puertorriqueño. Casi nadie aquí

piensa en nosotros cuando hablan de Puerto Rico.

Pero con los árabes es igual. Una es la “nueva”

[señal de comillas con los dedos] a la que le falta

un montón para “hacerlo bien” [señal de comillas

con los dedos], como ellos. Y esto, constantemente.

Un machaqueo constante y a veces una se ve sola,

sola. Y eso no te lo dicen cuando te conviertes. El

día de shahada [profesión de fe], todo es hermoso.

Después es que te das cuenta que nadie en la

mezquita piensa en nosotros como musulmanes.

O sea, como iguales; como gente con una voz y con

dones que aportar en los asuntos de la ummah [la

comunidad entera de creyentes en el mensaje del

islam]. Es más, si me pongo a contar de todas las

veces que he ido [a la mezquita] y ni el khutba

[sermón] traducen.

Varios/as de mi interlocutores/as expresaron que a medida

que pasaba el tiempo, sentían cada vez más que “no encajaban”. A

medida en que disminuía la intensidad de la conversión, algunos/as se

percataron del nuevo rol social en el que ahora se encontraban, y los

nuevos parámetros que les rodeaban. Lo que ha sido más complejo

para muchas de las personas que entrevisté, especialmente las mujeres

que llevan el hijab o velo, ha sido el que personas no-musulmanas en

Puerto Rico le tomen por extranjeras.

En este respecto, Mariam, una mujer de unos 30 años, que

abrazó el islam hace 5 años, me comentó:

Todo cambió el día que me puse el hijab. No fue

el día que hice Shahada. Yo esperé un tiempo

para aprender, educarme, pensar cómo todo se

estaba generando. Y cuando finalmente decidí

dar el paso de ponérmelo [el hijab], a partir de

ahí, para la gente fui otra persona. Era como si

ya no fuese puertorriqueña. ¡La gente me miraba

con una cara! Y empezaban a cuchichear como si

uno no los pudiese entender. Mira, una vez fui a

Walgreens y cuando fui a pagar, la cajera no sabía

que hacer conmigo. ¡Un repelillo! Y me hablaba en

inglés [se ríe]. Yo le tuve que decir, corazón yo soy

de Naranjito.

Mariam suele llevar coloridos pañuelos en la cabeza, poco

maquillaje, y a veces, porta diseños visibles de henna en sus manos. Su


testimonio demuestra la forma en que, desde la cotidianidad, algunas

personas en el espacio social Puertorriqueño podrían significar sus

referentes corporales como signos asociados a contextos extranjeros.

Sin embargo, a lo largo de mi trabajo también he identificado

que algo similar sucede en el vínculo con musulmanes/as árabes,

particularmente en el contexto de la mezquita, donde la corporalidad

de los/as conversos/as también es objeto de cuestionamiento.

Según algunos de los hombres y mujeres que entrevisté, la

encarnación del Islam es un terreno muy disputado. Este punto me

parece de suma importancia, toda vez que estos cambios que asume

el sujeto deben ser considerados también como acciones políticas,

aun cuando hablamos de cambios ejercidos a través del propio

cuerpo. Según Butler (1997), la performatividad es una parte crucial

de la formación del sujeto que está permanentemente contestando y

reformulando la política. En el mismo sentido, Winchester (2008), tras

analizar las teorías de Saba Mahmood, Talal Asad y Pierre Bourdieu,

señala que “toda práctica reorganiza la relación que tiene el cuerpo

con el orden social cotidiano y reestructura cualitativamente la

relación subjetiva del actor social corporizado con el espacio y el

tiempo objetivos” (2008: 1758).

En este sentido, Yacub, un nuevo musulmán de mediana edad

del área metropolitana, expresó lo difícil que fue para él entender el

islam, su proceso de conversión y la comunidad islámica que recién

le acogía. En un punto de nuestra interacción, tal vez porque algunas

de las conversaciones tuvieron lugar en días festivos, mencionó las

formas en que algunos de los musulmanes de la mezquita lo orientaron

con respecto a las festividades y días festivos puertorriqueños. Él

expresó:

Yo hice shahadda un septiembre y, como tu

sabes, hay muchas celebraciones para esos

meses […] Halloween, Acción de Gracias,

Navidad; que desde Halloween se esta

celebrando aquí. Pues un día estoy hablando con

algunos hermanos después del Yuma [oración

de los viernes], y empiezan a criticar muchas,

muchas cosas de Puerto Rico; el alcohol, la

bebe-lata, la falta de valores […] La cuestión es

que uno de ellos comentó que cuando su hijo

llegó a la adolescencia se lo llevó para Jordania

porque aquí no iba a aprender bien el árabe,

ni cómo ser un buen musulmán, que si se iba

a perder; y se lo llevaron. El asunto es que en

la conversación me empiezan a explicar que

ellos sabían que yo era converso y que habían

unas cosas que yo tenía que cambiar, y que

ahora como musulmán las cosas tenían que ser

distintas. Yo eso lo sé. Por eso es que abrazo el

islam. Pero de momento, yo esperando que me

dijeran algo importante del Islam, realmente

islámico, pues no. Empiezan a decirme que yo

no puedo participar de ninguna fiesta con mi

familia, amistades; que la navidad ya no puede

ser algo que yo celebre porque hay demasiada

música, fiesta. Me quedé con la boca abierta. Me

sentí como el hijo al que mandaron al Mediano

Oriente. En aquel momento no les dije nada.

Pero tenía la cabeza a millón. O sea, para ser

un buen musulmán tengo que darle la espalda

a mi cultura, y ser como ellos. ¿Dónde en el

Corán aparecen todos esos disparates? Ellos

confunden Islam con cultura. Y como uno no

es árabe, siempre te ven como un niño. Y ellos

te exigen cosas que, primero, no son islámicas;


no tienen nada que ver con el islam. Son cosas

de su cultura que te las quieren endilgar, y como

uno acaba de llegar, y no sabe, te confunden.

Es difícil. El islam y mi puertorriqueñidad no

estan en pelea. El islam es un mensaje para toda

persona. […] Yo soy mejor puertorriqueño por

el islam. Yo estoy claro en eso […] Se puede ser

musulmán y puertorriqueño a la vez.

En su testimonio, Yacub alude a una especie de arabo-centrismo

que otros entrevistados también apuntaron. Su comparación entre

el joven enviado a Oriente Medio y la forma en que se sintió al

dialogar con los inmigrantes árabes en el contexto de la mezquita

es reveladora, toda vez que los contextos de mayoría musulmana

en las geografías árabes se destacan como pilares de corrección

moral. Esto podría deberse, primero, al fuerte vínculo que existe

entre Mahoma como profeta, sus revelaciones, el idioma árabe y las

geografías que él, junto con los primeros musulmanes, habitaron. En

segundo lugar, esta centralización podría deberse al fuerte vínculo que

muchos musulmanes árabes tienen con sus sociedades emisarias y

como “hogar” en un contexto migratorio como Puerto Rico. Tercero,

podría también corresponderse con una forma de contrarrestar los

estereotipos negativos que conforman los discursos populares sobre

el Islam y los musulmanes en Puerto Rico.

Yacub no está solo en su crítica. Otros/as interlocutores/as

también resienten el arabo-centrismo que a menudo experimentan. En

sus discursos no ha sido raro encontrar términos como “Musulmanes

de segunda” para aludir a la jerarquización de identidades y posición que

entienden le es informalmente conferida por el resto de la comunidad;

o “Musulmachos”, como neologismo que les sirve para identificar, a

través de un lente de género, a hombres musulmanes árabes que son

vistos como los tenedores del poder administrativo de las mezquitas,

y por lo tanto figuras clave en la generación de relaciones desiguales

del poder al interior de las comunidades musulmanas de la isla.

En la medida en que la experiencia cotidiana de mis

interlocutores es expresada como una que es caracterizada por el

sobre-cuestionamiento recurrente, tanto al interior y exterior de sus

comunidades islámicas, he identificado “Afirmaciones del Ser: Islam y

Puertorriqueñidad” como una práctica de identidad destacada dentro

de este grupo.

B. Conversión y Políticas de Identificación

En vista de las dinámicas de poder que acabo de presentar,

muchos de los interlocutores con quienes he tenido oportunidad

de colaborar en este trabajo interrogan las formas en que son

identificados. Es por esto que me parece importante explicar las

diferentes maneras en que ellos/as se identifican a sí mismos/as en.

A lo largo de mi trabajo, he aprendido que no hay una sola manera

de identificar a alguien que ha abrazado el Islam en el devenir de

su vida. Algunas de las denominaciones que he podido recoger son:

“revertidos”, “conversos”, “musulmán nuevo” y “musulmanes”. Cada

una de estas nomenclaturas contiene significados y contextualizaciones

particulares.

Por ejemplo, aquellos/as interlocutores que en momentos

determinados privilegiaron el término “revertir” (“revertido/a”)

usualmente resaltaban su retorno a lo que entienden es un estado

innato de pureza inherente a todos los seres humanos, y que solo

se puede restaurar a través del Islam. En ocasiones, los informantes

que aludían a este término basaban su uso en un hadith (textos con

cadenas narrativas que contienen algunos dichos y hechos del profeta

Mahoma) que contiene una cita atribuida al profeta Mohammed, en el

que se expresa: “Ningún bebé nace, sino en Fitra [bondad natural]. Son

sus padres quienes lo hacen judío o cristiano o politeísta”1. Teniendo

1 Sahih Muslim, Libro 033, Número 6426


en cuenta la conexión que el profeta Mahoma estableció entre Fitra

y religiones como el judaísmo y el cristianismo, algunos informantes

interpretan que cada persona nace musulmana, y el hecho de abrazar

el Islam solo puede interpretarse como un retorno o “reversión” a un

estado original del ser.

Otros/as interlocutores/as optan por hablar de sí mismos/as

en maneras diferentes. Algunos entienden que el término “revertir” no

siempre captura su decisión deliberada de vivirse como musulmanes/

as, ni las circunstancias que les llevaron a hacerlo. Por el contrario,

éstos/as interpretan sus vidas como un continuo en el que hubo una

transformación generada por su consciente y decidida entrada al Islam.

Como resultado, varios/as interlocutores han preferido identificarse

con los términos “converso”, “conversa”; acentuando así sus procesos

personales de cambio.

Igualmente, otro interlocutor optó por hablar de sí como

“musulmán nuevo”. Su interés primordial fue el de resaltar su carácter

neófito y, por consiguiente, su apremiante interés por desarrollar el

conocimiento de la lengua árabe, y así facilitar la comprensión del

Corán en su lengua originaria.

Sin embargo, otros interlocutores—particularmente aquellos

que llevan un tiempo considerable luego de abrazar el Islam como fé

propia—cuestionaron la categoría “converso” como único término

para su auto-identificación. En su lugar, optaron por la categoría de

“musulmán/a”; sin matizaciones. Para ellos/as, el insistir en la prolongación

de la categoría de “converso/a” como etiqueta absoluta de auto-

identificación es inadecuada y genera preguntas como: ¿Hasta cuándo

se es converso? y ¿Cuándo se comienza a ser simplemente musulmán?

Estas preguntas son de particular relevancia. La diferenciación

conceptual entre “converso” y “musulmán” y el cuestionamiento

temporal del proceso de conversión educe una contestación a las

relaciones de poder desigual que varios/as interlocutores/as identifican

al interior de sus comunidades islámicas. Con esto no quiero sugerir

que la categoría de “converso” sea rechazada por completo. En

efecto, todos mis interlocutores reconocen la importancia de sus

procesos de conversión. No obstante, para ellos/as es igualmente

importante cuestionar el quién, cómo y cuándo de la utilización de esta

categoría. Mientras el uso de la misma puede sugerir una importante

transformación, también puede significar el estancamiento en un rango

“inferior” de jerarquías etno-religiosas.

Todo este manejo del discurso demuestra las diversas

subjetivaciones que existen entre un grupo de musulmanes

puertorriqueños que en un momento de su vida optaron por

adentrarse al Islam. A través del uso contextual de estas categorías se

hace sentido de los procesos de transformación personal, se establecen

conocimientos teológicos, al igual que se generan respuestas políticas

al manejo taxonómico del lenguaje que les ordena.

C. Musulmanes/as puertorriqueños/as haciéndose espacios para sí

En vista de todo lo antes expuesto, algunos de los conversos

con quienes he tenido oportunidad de dialogar—particularmente

aquellos cuya conversión excede los primeros dos años—han decidido

omitir/aminorar de su cotidianidad la asistencia a mezquitas. A tenor

con ello, no es inusual el que varios de mis interlocutores hagan de

sus hogares un lugar central de adoración a la oración, tanto a escala

personal como comunitaria. De hecho, en ocasiones he sido invitado

a oraciones—incluida la del iftar (final del periodo de ayuno durante

el mes de Ramadán), en los hogares de algunos conversos, quienes

no suelen hacerlo en la mezquita. Igualmente, he asistido a relevantes

festividades como Eid-ul-Fitr (final del mes de Ramadán) junto a un

grupo de conversos, quienes optaron por marcar la ocasión entre

ellos/as, en un parque, en lugar de optar por las mezquitas o centros

de convenciones habituales donde se congregan la mayoría de los

musulmanes. En este sentido no es mi intención el sugerir que la mayoría

de los conversos nunca ponen un pie dentro de una mezquita. Sin


embargo, cuando esto sucede, tiende a ser en momentos específicos;

y varios informantes comentaron sobre la preparación mental y

espiritual que este acercamiento requiere de ellos de antemano.

Igualmente importante, los proyectos educativos representan

otra forma en la que varios interlocutores encuentran logran hacerse

espacio para ellos/as mismos/as. Al igual que muchos han dejado de

ver el entorno de la mezquita como uno conducente a la adoración

inclusiva, también han encontrado que las iniciativas didácticas que

suelen tener lugar en estos espacios son igualmente inadecuadas

para ellos/as. Como resultado, algunos/as han asistido a escuelas y

seminarios en el extranjero, mientras que muchos recurren de

forma regular a plataformas alternativas, como las iniciativas de

autoaprendizaje. En este sentido, Nicole, una musulmana conversa que

ha elegido mantener su nombre de nacimiento, no usa pañuelo en la

cabeza y, a pesar de haberse convertido hace 7 años, pisó un pie por

primera vez el verano pasado, expresó:

Yo tengo mente propia. No puedo bregar

cuando alguien me dice lo que tengo que

saber, sin antes permitirme la posibilidad de

construirme desde mi proceso, de preguntar,

investigar, reflexionar; de dudar. ¡La duda es

importante! Yo siento que las dudas constantes,

la incertidumbre, es algo que nos caracteriza a

los conversos y conversas. ¡El estar confundido

es maravilloso porque eso quiere decir que

soy yo, y no otro, quien esta pensando y

conociendo! Las dudas nos empoderang

A la luz de estas palabras, no me tomó sorpresa haber sido

invitado por Nicole a su hogar, durante una de sus limpiezas, hace un

par de meses. Con el paso del tiempo, Nicole me expresó que había

acumulado demasiados libros; y me preguntó si estaría interesado en

heredar algunos tomos de su biblioteca. No pude resistirme. Mientras

ella traía cajas llenas de libros para que juntos los evaluásemos, ella

me dijo: “Ahí hay un montón de libros sobre conversos, pero ya me he

leído todos los detalles. No los necesito. También hay muchas biografías de

Mahoma. Estoy conservando algunas que no quiero dejar de ir, pero este

año vienen más, así que tengo que hacer espacio”.

Ese día salí de su casa con tres cajas llenas que contenían

más de 40 libros que irremediablemente alimentaban mis hábitos

de acumulación de libros. Mientras conducía a mi casa, recuerdo

reflexionar sobre la importancia de nuestra interacción y su

desprendimiento. De repente, recuerdo pensar que no solo me

encontraba con libros “nuevos”. Lo que ahora sostenía en mis manos

eran al menos 40 instancias de empoderamiento para Nicole. Estos

libros representaban profundos viajes de duda y autoeducación en un

contexto donde tales esfuerzos transformadores se viven en privado.

Otras iniciativas, sin embargo, son menos íntimas. Todas las

personas con las que he tenido oportunidad de colaborar recurren

a Internet, así como a las redes sociales, como importantes fuentes

de conocimiento y empoderamiento. Esto es así, ya que ayudan a

democratizar tanto el conocimiento como el proceso a través del cual

el mismo se construye y legitimiza. Son ellos/as quienes eligen, siguen,

conectan y desconectan. Algunos/as incluso se han ido convirtiendo en

voces a ser reconocidas/ disputadas a través de YouTube y Facebook.

Esta práctica identitaria me parece de suma importancia, toda

vez que apunta a que la geografía islámica contemporánea de Puerto

Rico trasciende por mucho el espacio físico de las mezquitas. Por el

contrario, se instala también en la privacidad del espacio doméstico y

en el ubicuo espacio virtual.

D. Encontrar el Islam en las historias puertorriqueñas

La cuarta y última práctica destacada que desearía

compartir está relacionada con encontrar el Islam en las historias

puertorriqueñas. En Puerto Rico rara vez se habla de las 6 coyunturas


presentadas al principio de este escrito. Es por esto que a través de la

investigación, el aprendizaje y la re-narración de las variadas presencias

musulmanas de Puerto Rico, algunos interlocutores articulan lo que

los proyectos de colonización han silenciado. Es en este sentido que

Carlos, un joven interlocutor, expresó: “Aunque hace mucho que en

nuestra isla el Islam dejó de ser nuevo, prevalece nuestro rasgo de

personas que no siempre han sido musulmanas debido a factores

políticos”. Teniendo en consideración la resulta que Carlos le atribuye

a relaciones desiguales de poder respecto al Islam en Puerto Rico, no

debe sorprender que la utilización de dichas historias por parte de

mis interlocutores sea igualmente política.

Algunos/as conversos puertorriqueños encuentran en el

conocimiento de las múltiples trayectorias históricas que el islam ha

tenido en la isla una herramienta importante para impugnar el discurso

popular y tripartito de “la historia e identidad puertorriqueña”—

caracterizada únicamente por el “católico español”, el “esclavo

africano” y el “extinto indígena”; así como para también impugnar

algunos dominios árabes que omiten el reconocimiento político que

implica el vivirse trabados a “nuevos” musulmanes en una nación

donde el Islam no llegó con oleadas contemporáneas de migración

provenientes del Medio Oriente; sino que, por el contrario, ha sido

una realidad—aunque silenciada—desde la creación misma de ‘Puerto

Rico’ como territorio colonial.

Es en este sentido que algunos entrevistados dan sentido

a sus conversiones, y a sus procesos de interpretación crítica de la

historia, como actos de afirmación propia y soberanía. Esto es así

toda vez que, por un lado, la posibilidad de establecer un vínculo

directo entre sus identidades como musulmanes y las trayectorias

del islam en Puerto Rico les representa una herramienta para auto-

afirmarse como parte de un devenir histórico que “legitima” o

refuerza sus posicionamientos como musulmanes/as, tanto al interior

como al exterior de las comunidades islámicas. Por el otro lado, este

reconocimiento también les implica la posibilidad de contestación y el

distanciamiento de estructuras de poder a través de las cuales sienten

se les interroga como “inadecuadas/os”, tanto al interior como al

exterior de las comunidades islámicas.


Conclusión

El objetivo de mi trabajo es explorar el “Islam en Puerto

Rico”, y los grados en que eso sugiere un “Islam de Puerto Rico”:

sus múltiples creaciones como objeto de estudio, sus modos de

expresión local y su desarrollo en el tiempo y territorio. Si bien no

quiero sugerir que estas cuatro son las únicas prácticas identitarias,

las mismas sí nos ayudan a comprender mejor una parte importante

de la dinámica presencia musulmana que habita Puerto Rico. La idea

es explorar las experiencias vividas y las formas en que éstas son

inscritas, tanto por los participantes como por los observadores, en

las “sociedades de minoría musulmana” (Kettani 1986) que surgieron

de proyectos occidentales como el euro-colonialismo. El desafío que

esto nos presenta es considerar una población relativamente pequeña

e insular que apenas ha sido documentada. Más allá de un simple

enfoque nativista que solo ha de enfocarse en los/as musulmanes/as

puertorriqueños/as, me parece que es el totum revolutum reseñado a

lo largo de este artículo lo que representa nuestro Islam; el Islam de

Puerto Rico.

En este momento de nuestra historia nacional, una afirmación

de pertenencia como la anterior no puede mas que eslabonarse a una

exhortación. Hace más de 25 años, el antropólogo Talal Asad exhortó a

los estudiosos del islam a que le perdiésemos el rumbo a la problemática

tendencia de acercarnos a esta tradición religiosa partiendo desde

términos predeterminados, como si de un libreto académico se

tratase. En su defecto, Asad propuso entender que nuestra coherencia

antropológica sobre el islam es esencialmente ideológica; es decir,

una representación discursiva (Asad 1986). Si bien hemos recorrido

un largo camino en el co-desafío de las múltiples representaciones

esencialistas que recurrentemente son establecidas por diversos

púlpitos—entre los cuales destaca, incluso, el académico—nuestras

aportaciones aun no han logrado eliminar muchos de los estereotipos

que saturan la esfera pública; favoreciendo así, la consolidación de

moldes fijos sobre el islam y los/as musulmanes/as como personajes

e historias prefijadas. Quizás sea el momento para construir sinergías

colaborativas junto a las comunidades musulmanas de Puerto Rico

y responder de una forma más enérgica al llamado que hiciese Talal

Asad, no solo desafiando las estereotipadas y supuestamente adversas

confrontaciones entre el islam y occidente, sino ayudando también

a nuestra población puertorriqueña a reconocerse a sí misma en su

diversidad etno-religiosa.

Notas

1 Ver: Caro (2007); Parker Gumicio (2012); Varcarcel (2014).2 Actualmente no existen cifras exactas ni oficiales que cuantifiquen el número de musulmanes/as en la isla. Tampoco existen investigaciones sistemáticas que ayuden a explicar cómo se llegó a la cifra de 5000 personas. Por el contrario, una asociación islámica estudiantil de la Universidad Politécnica de Puerto Rico estableció este número durante la primera década de los 2000. La misma quedó como récord en el espacio virtual, y con el tiempo fue extrapolada al portal de Wikipedia, quedando así como información de fácil acceso. Sin embargo, muchos de mis interlocutores cuestionan este número.


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3130 MIGUEL A. HERNÁNDEZ UNA REFLEXIÓN BACIYÉLMICA ACERCA DE LA “AMBIGÜEDAD” ... ÁMBITO DE ENCUENTROS VOLUMEN 12 NÚMERO 2 2019

Una reflexión baciyélmica acerca de la “ambigüedad” del Quijote

Recibido: 22 de enero de 2019Aceptado: 26 de marzo de 2019

Resumen

Penetrar en el mundo quijotesco es una acción de gran complejidad. Con razón, muchos de los grandes cervantistas afirman que estudiar el Quijote “es aventura arriesgada”. Precisamente, porque a lo largo de todas las páginas del texto cervantino predominan la inquietud y el desconcierto, llevando así a una excesiva ambigüedad en las diversas instancias narrativas que lo componen. La pregunta es: ¿esta ambigüedad “baciyélmica” en el Quijote, responde a una causa particular o es meramente una casualidad literaria? Veremos que Cervantes utiliza estos recursos para entronizar su proyecto literario de retratar en su obra la sociedad española de la época, haciendo así una radiografía de la España del siglo XVII.

Palabras clave: ambigüedad, instancias narrativas, crítica social

Abstract

Penetrate the quixotic world is a highly complex action. No wonder many of the great Cervantes say that studying Quixote “is a risky adventure”. Precisely, because throughout all the pages of the Cervantes text predominate the restlessness and confusion, leading to an excessive ambiguity in the various narrative instances that compose it. The question is: does this ambiguity in Don Quixote respond to a cause or is it merely a literary chance? We will see that Cervantes uses these resources to enthrone his literary project to

MIGUEL A. HERNÁNDEZ DELGADO

portray in his work the Spanish society of the time, thus making an X-ray of seventeenth-century Spain.

Keywords: ambiguity, narrative instances, social criticism

“Don Quijote es la primera de las obras modernas, ya que se ve en ella

la razón cruel de las identidades…”

(Michel Foucault, Las palabras y las cosas)

Someterse a una lectura del ingenioso Hidalgo Don Quijote de la

Mancha (1605, 1615) es entrar en un mundo de grandes complejidades

y de piezas de un rompecabezas que, tal parece, es difícil de completar.

Sin duda alguna, Cervantes no se equivocó al llamar “Desocupado

lector”1 a todo el que lee su obra, considerada la primera novela

moderna. Y es que durante toda la lectura nos mantiene ocupados

haciéndonos cómplices de un hombre que decide hacerse caballero

andante en una época donde dicha conducta era considerada una

locura o anomalía. Lo más sorprendente de todo, es que a medida que

leemos el texto cervantino nos asedia el vértigo, al quedar, nosotros

los lectores, en un estado cuasi demencial, tras leer las páginas donde

se encuentran las historias de nuestro caballero de la Triste Figura. Por

lo tanto, y sin darnos cuenta, hemos sido asediados con el mismo mal

al entrar en un estado de “locura” por leer el Quijote; precisamente

por el mismo motivo por el cual enloqueció nuestro Alonso Quijano,

o Quijana, tal vez Quesada.

El primer asombro nos lo llevamos cuando en el prólogo del

primer tomo Cervantes nos dice “aunque parezco padre, soy padrastro


de don Quijote” (I, p. 7)2. Más adelante nos suplica “casi con lágrimas”

que perdonemos o disimulemos “las faltas que en este mi hijo vieres”

(I, p. 7). Es interesante ver que, en primera instancia, Cervantes se

proclama padrastro del Quijote, pero luego nos plantea que es su hijo.

Entonces ¿es su padre o padrastro? Como podemos observar, este tipo

de paridad estará muy presente en la obra cervantina. En este caso, hay

un desdoblamiento de la personalidad de Cervantes en su texto pues

escribe el prólogo como si fuese otra persona. De manera que, sobre

el particular, vemos cómo Cervantes hace que exista un problema con

la verosimilitud del texto y, desde el principio, nos convoca a la fe y

a la creencia de su obra. Por eso no es raro que sea padre y a la vez

padrastro del Quijote pues el texto tiene una gran cantidad de autores

(un traductor morisco, el segundo autor, Cide Hamete Benengeli,

entre tantos otros.) y admite una diversidad de interpretaciones. Con

esto, Cervantes minimiza su autoría ya que autoproclamarse padrastro

es alejarse del texto. Como un padrastro con su hijastro no tiene una

relación consanguínea, así tampoco la tiene Cervantes con su texto.

¿Será intencional por parte de Cervantes el alejarse del texto o, por

el contrario, parecería ser un descuido?3 No lo sabemos claramente

ya que con Cervantes todo puede ser posible, como afirman algunos

cervantistas (Canavaggio, 1986; López, ).

Por lo tanto, el Quijote es una obra que contiene una gran

cantidad de instancias narrativas muy ambiguas. Tan ambiguas que

podríamos clasificarlas, según Sancho Panza (escudero de Don

Quijote), como “baciyélmias14.” Es mucho lo que se ha estudiado sobre

la ambigüedad en el Quijote. La novela cervantina es un gran misterio,

así como es un misterio nuestro personaje Alonso Quijano, y nuestro

señor caballero andante de la Mancha. Incluso, el mismo autor es muy

ambiguo en gran medida que cualquier otro escritor, pues como indica

el hispanista y cervantista francés Jean Canavaggio (1986)5, “Explicar a

Cervantes es aventura arriesgada” y establece que cuya averiguación

ha de llevarse hasta el cabo.

Ahora bien, acerca de la ambigüedad literaria quijotesca en

sus instancias narradoras, Mauricio Molho (1989), autoridad en el

tema, en su artículo “Instancias narradoras en Don Quijote” define

lo que significan las “instancias narradoras” y entiende por ellas que

son:

todos los personajes, personas y per-

sonillas que intervienen en la narración

del Quijote, todos los que toman a su

cargo el narrar partes o momentos de

lo que en el libro se menciona como

“historia de don Quijote” (p. 273).

Como podemos observar, son muchos los que tienen

participación en la pluralidad de instancias narrativas del texto pues

es alta la cantidad de personajes, así como la diversidad de autores y

narradores que contiene la obra. Es pues, un meta texto colectivo que

a su vez es una representación de lo que busca explicar Cervantes

en su obra.

Algo sumamente importante en esta obra es, como indica

Molho, que “no debe perderse de vista, pues, que lo determinante no

es el narrar, sino la posición desde donde se narra” (p. 273). Desde

el principio de la obra tenemos un problema sobre quién narra la

misma. Esto será determinante, también, para poder entender la

diversidad de personajes con los que nos encontramos dentro del

texto y que desde la misma historia en la que actúan, nos narran su

propia historia (Molho, 1989, p. 273). De ahí que surjan los diversos

relatos tales como el de Grisóstomo y Marcela, Cardenio y Luscinda

junto a Fernando y Dorotea y la historia del Cautivo. Según Martín de

Riquer (2004), esto fue criticado como un defecto por los primeros

lectores cervantinos por lo que vemos que ya en el segundo tomo

de la obra Cervantes “enmienda totalmente esta técnica… y evita

las digresiones” (de Riquer, p. LXIX). Sobre este asunto Mauricio


Molho (1989) argumenta que:

prescindir de tal género de interpola-

ciones implica que se ha renunciado al

careo especular de instancias diversas

y complementarias, de las que unas na-

rran desde la superficie, es decir desde

una posición en que actúan conjunta-

mente como seres narradores y narra-

dos, y otras desde las profundidades a

partir de las que manipulan las instan-

cias superficiales (p. 273).

Sobre lo expuesto por Molho con relación a la eliminación de

este recurso de Cervantes ya en la segunda parte de la obra, creemos

que hubiese sido una excelente idea el hecho de que Cervantes

continuara utilizándola. Sin este recurso, no tuviésemos la oportunidad

de haber conocido personajes de la talla de Cardenio o Dorotea,

que más adelante es la princesa Micomicona. Todos estos personajes

tienen una gran riqueza literaria y abonan a las diversas instancias

narrativas de esta obra cervantina. Sin embargo, sabemos, y como

bien plantea de Riquer (2004), que Cervantes tiene que prescindir

por las críticas que acontecieron de los primeros críticos del primer

volumen en el siglo XVII, y quienes intentaron destruir la reputación

de escritor de Cervantes al publicar el Quijote en 1605.

Como vemos, tenemos en el Quijote una ambigüedad que no

tiene una solución clara hoy en el siglo XXI y después de cuatrocientos

años de escrita la obra. Muchos cervantistas afirman que existe una

disparidad en la mente de Miguel de Cervantes pues su obra devela

dos puntos de vista opuestos. Para muchos de estos críticos, ha sido

difícil lidiar con la idea de que Cervantes tiene un doble discurso,

incluso, el tener que mirar más de cerca el hecho de que Cervantes

se contradice en su obra. Por ejemplo, para Miguel de Unamuno, el

texto cervantino era contradictorio. Este pensaba que Cervantes en

muchas ocasiones defendía y se oponía a un mismo punto de vista.

Para José Ortega y Gasset, en las diversas modificaciones del Quijote

se encuentra la ambigüedad de la obra y le llama perspectivismo. El

mismo Jorge Luis Borges se alía con esta ambigüedad de Cervantes.

Por eso se ve tan reflejada la misma en algunos de sus escritos. Por

ello, Borges celebra el texto cervantino en “Las ruinas circulares” y

en las “Magias parciales del Quijote”, textos claves en nuestra literatura

latinoamericana.

Leo Spitzer en su artículo “Perspectivismo lingüístico en El

Quijote” y Carmen Rabell (1993), por ejemplo, demuestran cómo la

constante variación o cambio de nombres en los personajes de la

obra es parte de una estrategia del autor para presentar un “universo

narrado desde un punto de vista perspectivístico” (Rabell, 1993: 27).

Entendemos que lo que Cervantes intenta con estos recursos literarios

es indagar y explorar cómo distintos discursos se entrecruzan, entran

en diversos conflictos y cómo razonar ante los mismos. Es este

conjunto de instancias narradoras lo que nos sumergirá en un mundo

complejo de entender sobre lo que representa la obra de Cervantes.

Según Luis Felipe Díaz (2013) lo que frontalmente ocurre

en el Quijote, por ejemplo, puede ser muy difícil de resumir por su

densidad y longitud en la representación de la acción. Martín de

Riquer (2004) ha presentado la acción de la novela de manera lo más

minimalista posible:

un aficionado a leer libros de caballe-

rías se vuelve loco, le da por creer que

es un caballero andante y sale de su

aldea tres veces en busca de aventuras

hasta que, obligado a regresar a casa,

enfermo, recobra el juicio y muere

cristianamente (Prólogo a la edición de

la Real Academia Española; LX).


El escritor y cervantista Mario Vargas Llosa (2004) lo expresa

de esta manera:

es una imagen: la de un hidalgo cin-

cuentón, embutido en una armadura

anacrónica y tan esquelético como su

caballo, que, acompañado por un cam-

pesino basto y gordiflón montado en

un asno, que hace las veces de un es-

cudero, recorre las llanuras de la Man-

cha, heladas en invierno y candentes en

verano, en busca de aventuras… (XIII,

Edición RAE).

Esto es lo que básicamente se le hace ver a los lectores

en general, sin necesariamente insistir en que existe una segunda

narración infiltrada en la primera, como afirma Díaz (2013), mientras

leemos lo que ocurre en el contenido, algo también acontece a

nivel formal en el discurso. Los que están narrando la historia de

Don Quijote y Sancho (y demás personajes) también incurren en

situaciones problemáticas y peculiares mientras narran. El primero

de estos problemas de la narración es, como ya hemos explicado

anteriormente, el desdoblamiento que existe en Cervantes en el

prólogo de la obra.

Por otra parte, tenemos el problema de la autoría del Quijote.

Esto será sumamente importante y crucial en la obra por cuanto

de aquí se desprenden un sinfín de interpretaciones narrativas y

ambigüedades en el texto. Sobre los narradores y autores, podemos

afirmar que todos estos asumen roles y posiciones distintas y diversas

dentro de la obra. Por ejemplo, para José Manuel Martín Morán (1997)

las diferencias entre los dos narradores son evidentes “en su posición

ideológica y técnica hacia lo narrado” (p. 280). Sobre los narradores

Martín Morán establece que “el primero adopta una postura de

fuerte crítica hacia Don Quijote, hasta llegar a las descalificaciones

personales…; si por un lado parece distanciarse de la historia, luego

inmediatamente se acerca a ella…”, y en el caso del segundo autor

afirma que este “se halla más cercano al protagonista, de quien lo

separa no más que una suave ironía…Concede un gran espacio a los

diálogos, hasta convertirlos en el núcleo de la narración, y detalla los

hechos minuciosamente” (p. 280).

Coincidimos con Martín Morán (1997) sobre las

interpretaciones de la actitud o posiciones asumidas por el primer

y segundo autor de la obra. En el caso del primero, vemos un autor

que asume posiciones diversas, en unos casos se aleja de la obra y

en otros se acerca. Es ese primer autor que en el capítulo VIII, donde

acontece la historia de Don Quijote con el vizcaíno, interrumpe la

narración de la batalla con el vizcaíno y expone lo siguiente:

Pero está el daño de todo esto que en

este punto y término deja pendiente el

autor de esta historia esta batalla, dis-

culpándose que no halló más escrito

de estas hazañas de don Quijote, de las

que deja referidas. Bien es verdad que

el segundo autor de esta obra no quiso

creer que tan curiosa historia estuvie-

se entregada a las leyes del olvido…

(Cervantes, I, p. 83)

Como vemos, es el primer autor quien nos revela que existe

un segundo autor. Según la Dra. Luce López Baralt (2005) algunos

estudiosos y cervantistas “como Martín de Riquer y Luis Iglesias

Feijó identifican este “segundo autor” con Cervantes, que se había

declarado “padrastro de Don Quijote” en el prólogo de la obra,


pero otros, más cautelosos, como Luis Murillo, admiten que “nunca

se aclarará quién es precisamente este segundo autor” (López, 2005,

p. 9). En este caso, coincidimos con la interpretación de Luis Murrillo

de que nunca sabremos quién realmente es este segundo autor. Sin

embargo, entendemos que Cervantes puede estar presente en todos

los narradores y autores de la obra y no solamente en uno pues

es Cervantes el que utiliza todos estos recursos literarios para su

novelar.

Ahora bien, en el caso de este segundo autor, parece tener

cierta simpatía con Don Quijote y hasta habla como él pues utiliza la f

arcaizante. Por ejemplo, en el capítulo IX dice “furibundos fendientes”

(Cervantes, I, p.84). Este segundo autor argumenta sobre Don Quijote

que “por estos y otros muchos respetos es digno nuestro gallardo

Quijote de continuas y memorables alabanzas” lo que devela un sentido

de respeto, simpatía o admiración por parte de este segundo autor

hacia nuestro caballero manchego. De igual manera, es importante

destacar que este segundo autor dice sobre su persona que “y aun

a mí no se me deben negar, por el trabajo y diligencia que puse en

buscar el fin de esta agradable historia” (Cervantes, I, p. 85). Entonces,

este segundo autor también se ensalza de haber recuperado aquella

historia que aconteció con el vizcaíno y que, según el primer autor,

no se hallaba más escrito de estas hazañas. Claro, es este segundo

autor quien encuentra el texto perdido cuando se encontraba un día

en el Alcaná de Toledo y se encontró con un joven que llevaba unos

cartapacios con papeles viejos. El segundo autor tomó uno de los

papeles y nos confiesa que estaban escrito en caracteres que eran

arábigos. Buscó un morisco-aljamiado que se los pudiese traducir

al castellano y ahí se percató que estaba ante él la historia de Don

Quijote. El traductor morisco leyó el título de la obra que decía

Historia de Don Quijote de la Mancha, escrita por Cide Hamete Benengeli.

He ahí que nos topemos con otro escritor falsario, este Cide

Hamete Benengeli, es otro autor que aparece en la obra y es un

personaje ficticio, por su puesto, a quien Cervantes le atribuirá de aquí

en adelante la autoría del Quijote. Con esto, la obra sería entonces la

traducción de un texto árabe escrito hace muchos años y que nos haría

creer en la narración, que esos hechos realmente acontecieron, o sea,

como si se nos contara una historia verídica. El mayor problema que

tendrá el lector es el de saber si lo que está leyendo es narrado por

Cid Hamete Benengeli o por algún otro autor. Con Cervantes, todo es

posible.

Más adelante, aparecerá pintada “muy al natural la batalla de

don Quijote con el vizcaíno” (Cervantes, I, p. 87). Por lo tanto, no solo

tendremos un texto escrito en letras arábigas, sino que tendremos una

pintura del texto. He ahí que el que pinta es una instancia narrativa y

pictórica nueva. Pero aquí tenemos un gran problema: el texto del Quijote

ha sido ilustrado. ¿Qué sucede con un texto arábigo ilustrado? Como

sabemos, la religión islámica prohíbe pintar una imagen. Eso sería, según

sus costumbres y dogmas religiosos, asumir un poco la postura de Dios

de ser creador. Es algo herético. Por lo tanto, es menester tomar esta

escena en consideración al dar lectura a la obra por cuanto el autor a

quien se le atribuye la misma es un moro (Cide Hamete Benengeli) que

tiene prohibido realizar este tipo de imágenes en el texto. Más adelante,

estaremos ante un texto con letras góticas. Como afirma la Dra. Luce

López Baralt “Nuestro libro es pues arábigo y gótico, musulmán y

cristiano, clandestino y oficial, antiguo y moderno” (López, 2005, p. 18).

Como vemos, desde el inicio de la obra, al Cervantes proclamarse

padrastro de Don Quijote, no sabemos a ciencia cierta quién narra las

aventuras de Don Quijote y Sancho. Don Quijote, por su parte, atribuye

este hecho a un mágico falsario: “Yo te aseguro, Sancho, […] que debe de

ser algún sabio encantador el autor de nuestra historia…” (II, 3). Pero,

como indica Lopéz Baralt (2016) no es tan solo un narrador dotado de

poderes mágicos quien redacta la obra, “sino una legión de ellos” (p. 8),

o sea, todos los autores que participan en las instancias narrativas que

componen el texto.


Es importante consignar, además, que en este texto estamos

ante una narración de cómo se debe narrar lo que se está contando.

Hay cierto perspectivismo discursivo entre quienes narran en cómo

y qué están narrando la historia. Dentro de la representación, Cide

Hamete Benengeli, el traductor, los narradores, todos forman parte

de los criterios y opiniones de lo que les ocurre a los personajes; y

también de lo que han realizado algunos de estos emisores mismos

para editar la obra. Este nivel en sí mismo representa una historia

paralela que trata de cómo narrar lo que se está contando en el

contenido. Es algo totalmente demencial. La obra es magia pura. Por

lo tanto, todos, incluidos los lectores, seremos consumidos por ella.

El cervantista Américo Castro, en su libro El Pensamiento de

Cervantes (1972) afirma que muchos eventos históricos de la España

del siglo XVII tocaron de cerca a Cervantes y que por eso “Hay un

diálogo en el Quijote lleno de complicadas ironías” (p. 265). La España

de Miguel de Cervantes de los siglos XVI y XVII fue una de muchos

conflictos, rebeliones, crisis económica, de uniones de reinos, órdenes

inquisitoriales, expulsión de comunidades, entre otros. Si comenzamos

por analizar el siglo XVI donde nació el autor de nuestras obras,

vemos que este era un monopolio de la cultura culta constituida,

principalmente, por nobles y clérigos. En ese siglo España era una

nación muy poderosa de Europa. La mayoría de las personas eran

analfabetas y no podían acceder a la cultura escrita por la sencilla

razón de que desde muy jóvenes las personas menos aventajadas

socialmente debían trabajar en el sustento del hogar y de las tierras.

No debemos olvidar que los acontecimientos que más han

marcado la cultura española fueron la expulsión de los moros y los

judíos de España. Sabemos que la monarquía española buscaba crear

un reino cristiano y tener una sola ley para todos. Los moriscos y

judíos eran considerados infieles, y se creía que a Dios le ofendía su

presencia en España. Después de muchos años se tomó una decisión:

había que expulsarlos. Para 1526, el islam estaba prohibido en toda

España, pero muchos moriscos continuaron practicando en secreto

su religión. La mayoría de ellos conservó su cultura y sus costumbres.

Al principio, se toleró que los moriscos fueran católicos solo

en apariencia, pues eran muy necesarios sus servicios de artesanos y

peones, así como sus impuestos. Sin embargo, se negaban a integrarse

y eso molestaba a muchos, así que fueron discriminados tanto por el

gobierno como por la gente. Y las sospechas de la Iglesia en cuanto

a la sinceridad de su conversión no hacían más que alimentar los

prejuicios.

Al poco tiempo, la tolerancia se convirtió en presión. Según

algunos historiadores, en 1567 se hizo pública la decisión del rey

Felipe II de prohibir el idioma, la vestimenta, las costumbres y las

tradiciones de los moriscos. Esto provocó una nueva rebelión y un

gran derramamiento de sangre. Según algunos historiadores, el Estado

estaba convencido de que los moriscos habían traicionado la corona

y eso hizo que Felipe III tomara en 1609 la decisión de expulsarlos.

Durante los años siguientes se persiguió a todos los sospechosos de

ser moriscos. Así, con esos métodos tan indignos, España se convirtió

en un país completamente católico.

Américo Castro en su libro La realidad histórica de España

(1971) afirma que, si en España no hubiesen acontecido estos eventos

y que, si Cervantes no los hubiese presenciado, el Quijote no existiría

(Castro, 1971, p. 4). Es importante estudiar y conocer la realidad

cultural de España para poder entender la diversidad de obras de

Miguel de Cervantes y la variedad de temas sociales y culturales

que nos presenta en sus escritos. No se puede olvidar, además, que

Cervantes sentía una gran admiración por la cultura musulmana.

Pensemos, por ejemplo, en los cinco años que estuvo cautivo en

Argel y que entró en contacto con una diversidad de culturas y

personas, como lo fueron los moriscos. No es de esperarse, tampoco,

y como hemos dicho anteriormente, que atribuyera la autoría de

su famoso libro Don Quijote a un moro como lo es Cide Hamete


Benengeli. Tomando como punto de partida estos puntos esbozados,

entendemos que Cervantes pone de relieve la España multicultural de

religiones encontradas y que bien intenta armonizarlas.

Cervantes busca poner de relieve todo lo que se les privó

a muchas comunidades el poder estar en España, como lo fue con

los moriscos expulsados. La historia de este país es muy difícil e

incómoda. La cervantista, doctora Luce López Baralt, en su libro

Huellas del Islam en la literatura española: De Juan Ruiz a Juan Goytisolo

(1985) con relación a la matizada cultura de España afirma:

España, ha de contar con ingredientes

culturales no sólo occidentales, sino

semíticos, en los momentos mismos

de su formación como pueblo. Los

cristianos o visigodos romanizados

conviven con musulmanes y judíos du-

rante la Edad Media exhibiendo una re-

lativa tolerancia a despecho de la gue-

rra secular de la llamada Reconquista.

El complejo y prolongado proceso his-

tórico da pie a una inevitable contami-

nación e interacción cultural entre los

elementos occidentales y orientales de

la Península (p. 15).

Cervantes desea rescatar lo que por mucho tiempo se

estuvo haciendo mal en España. Intenta, más bien, una reconciliación

de culturas. Por eso es que utiliza todos esos elementos metafísicos

en su obra, para poder cumplir su propósito. Lo logra Cervantes,

pues de ahí que hayan salido tantas voces de estudiosos y cervantistas

poniendo en evidencia la verdadera historia española a través de su

obra El Quijote de la Mancha.

En conclusión, podríamos preguntarnos: ¿Quién no se

transporta al pasado cuando lee el Quijote? ¿Quién no se hace

copartícipe o cómplice de las hazañas de nuestro caballero andante?

¿Quién no entiende la voz razonadora de Sancho al decirle a su

amo que son molinos de vientos y no gigantes? ¿Quién, realmente,

no termina casi en un estado demencial al leer esta obra? Entonces,

Cervantes no solo cumplió su propósito de parodiar con las novelas

de caballería, sino que inventó un nuevo género, lo cual es muy difícil

de realizar. Fue tan ingenioso su invento literario que a él mismo

lo rapta su proyecto y él no sabe cómo manejarlo apropiadamente.

Nosotros los lectores tampoco lo sabemos del todo.

El Quijote, más allá de ser una parodia a las novelas de

caballería, se convirtió en algo mágico que llamamos reflexión literaria.

Es algo muy profundo. Vemos el poder de la literatura, que es la única

que puede cambiar el espacio, el tiempo y envolvernos tanto en esta

obra tan magistral de la que quizás nunca podamos salir, ya que hemos

sido contagiados con el mismo mal de nuestro caballero manchego:

envueltos en un estado profundo de vértigo, precisamente por leer.

Por eso, cuando de ambigüedad e instancias narrativas sobre el texto

cervantino se hablan, resultan tan atinadas y oportunas las palabras

del laureado escritor del Barroco español, Francisco de Quevedo,

sobre el Quijote, “lo leo con temor.” He ahí la grandeza de esta obra

cervantina.


Notas

1 Miguel de Cervantes hace tal aseveración en el prólogo de la

primera parte del Quijote publicada en 1605

2 Citas tomadas del libro: Rico, Francisco, ed. (Con estudios de

M. Vargas Llosa, Francisco Ayala, Martín de Riquer J. M. Blecua et al.) Real

Academia Española/Asociación de Academias de la Lengua Española, Madrid,

2004.

3 Hay varios estudios sobre los descuidos de Miguel de Cervantes

a la hora de escribir. Para más detalles léase: Molho, M. (1989). ¿Olvidos,

incoherencias? o ¿descuidos calculados? (Para una lectura literal de “Don

Quijote”). Actas del X Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas:

21-26 de agosto de 1989, Barcelona, España.

4 El término es una invención de Sancho en la primera parte del

Quijote, que resume la doble naturaleza del objeto (yelmo encantado y la

bacía de barbero).

5 Jean Canavaggio, cervantista e hispanista francés reconocido, para

el 1986 escribió y publicó una biografía completa sobre la vida y obra del

escritor español Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616). El mismo

Canavaggio nos dice que “Explicar a Cervantes es aventura arriesgada.” Esta

biografía de Cervantes aborda temas que van desde su nacimiento en Alcalá

de Henares, su genealogía, incluyendo la historia de su padre cirujano, su

participación en la batalla de Lepanto, su cautiverio en Argel, así como todos

los viajes que dio Cervantes por España.

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47LOURDES MELÉNDEZ MORALES & MILDRED DÍAZ COLÓN ANÁLISIS DE DATOS ECONÓMICOS... 46 ÁMBITO DE ENCUENTROS VOLUMEN 12 NÚMERO 2 2019

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Análisis de datos económicos del turismo del 2012 al 2018 que participan en el crecimiento económico de Puerto Rico

Recibido: 15 de noviembre de 2018Aceptado: 10 de septiembre de 2019

Resumen

El propósito del estudio es analizar indicadores económicos de ciertas actividades turísticas, a través de mediciones estadísticas, de carácter lon-gitudinal que inciden en el crecimiento económico de Puerto Rico (PR) durante el periodo de 2012 al 2018. La metodología utilizada comprende un análisis estadístico longitudinal de series de tiempo de las variables: alo-jamiento y restaurantes, arte, entretenimiento y recreación (2012-2018), así como análisis de matriz de correlación al respecto.

Palabras clave: Turismo, Medición de indicadores económicos, Cruceros, Hoteles, Puerto Rico

Abstract

The purpose of this study is to analyze economic indicators of certain tourist activities, through statistical measurements, of a longitudinal nature, that affect the economic growth of Puerto Rico (PR) during the period from 2012 to 2018. The methodology used includes a longitudinal statisti-

LOURDES MELÉNDEZ MORALESMILDRED DÍAZ COLÓN

4948 LOURDES MELÉNDEZ MORALES & MILDRED DÍAZ COLÓN ANÁLISIS DE DATOS ECONÓMICOS... ÁMBITO DE ENCUENTROS VOLUMEN 12 NÚMERO 2 2019

cal analysis of time series of the variables: accommodation and restaurants, art, entertainment and recreation (2012-2018), as well as correlation ma-trix analysis in this regard.

Keywords: Tourism, Economic Indicators Measurement, Cruises, Hotels, Puerto Rico

Códigos JEL: Z3, Z30, Z31, Z32

Códigos UNESCO: 531290

Introducción

El objetivo de investigación es llevar a cabo un análisis lon-

gitudinal de variables económicas del área turística: alojamiento,

restaurantes, arte, entretenimiento y recreación, durante los años

2012-2018, que participan en el crecimiento económico de Puerto

Rico (PR). Como parte del estudio se realizarán mediciones estadís-

ticas y matriz de correlación hacia el logro del objetivo del mismo.

En la actualidad, el turismo es una de las grandes fuerzas so-

cioeconómicas más importantes, dinámicas, de mayor tasa de creci-

miento a nivel global y una importante categoría del comercio inter-

nacional de servicios (ocupa el tercer puesto), a pesar de crisis oca-

sionales de diversa índole, demostrando su fortaleza y su resistencia

pese a las dificultades, especialmente en el Caribe y las Américas. Es

percibido como una acción que tiene un impacto positivo sobre el

crecimiento y desarrollo económico (Brida et al, 2008, Balaguer y

Cantavella, 2002, Capó et al, 2007, entre otros). Durante las seis últi-

mas décadas, el turismo ha experimentado una continua expansión y

diversificación, convirtiéndose en una actividad económica de mayor

envergadura y crecimiento del mundo. Las llegadas de turistas inter-

nacionales mundialmente incrementaron a 1, 326 millones, unos 86

millones más que en el 2016, y los ingresos aumentaron a 1, 340,000

millones de dólares en el 2017. Las exportaciones totales del turismo

internacional alcanzaron los $ 1.6 trillones o $ 4 billones en promedio

por día. Como exportación mundial, el turismo se clasifica tercero

después de los químicos y los combustibles, pero delante de los pro-

ductos automotrices. En muchos países en desarrollo, el turismo es la

principal categoría de exportación en la actualidad (WTO, 2018).

Debido a que los viajes internacionales siguen incrementán-

dose y consolidándose contribuyen a la creación de empleo y el bien-

estar de las comunidades en todo el mundo. La Organización Mundial

del Turismo (OMT) (World Tourism Organization, (WTO)), indicó que

las llegadas de turistas internacionales en el mundo aumentaron a un

7% (1, 326 millones) en el 2017. En Europa aumentó en un 8 % y en

las Américas en un 5 % (211 millones), lo que equivale a unos $326

billones (WTO, 2018).

El turismo es la actividad económica más importante del Ca-

ribe. Los 46.7 millones de visitantes internacionales que llegaron a la

región en 2016 gastaron $31.4 billones, lo que permitió un total de

$56.4 billones en el Producto Interno Bruto (PIB) y 2.4 millones de

empleos. En general, el turismo contribuye con el 15.2% del PIB del

Caribe y el 13.8% del empleo. El área turística representa más del 25%

del PIB, más del doble del promedio mundial de 10.4% (WTTC, 2018).

El buen comportamiento del área contribuye a la economía

y a la creación de empleo en muchas naciones, por lo que resulta

esencial que los países promuevan políticas para fomentar el continuo

crecimiento del turismo, como son las políticas de facilitación de los

viajes, de desarrollo de recursos humanos y de sostenibilidad, según

el señor Rifai1.

Para el 2017, según el World Travel & Tourism Council (WTTC)

el turismo aumentó cerca de un 3.6% o $ 7,884.7 billones (10.2% del


PIB), contribuyendo al aumento de la fortaleza del dólar, incremen-

tando la demanda de viajes desde Estados Unidos y otros países que

tienen monedas ligadas al dólar (como Hong Kong y a los Países del

Golfo Pérsico). Destinos tradicionales de turistas americanos, como

son América Latina, Europa y el Caribe, son los que más se benefi-

ciaron del aumento. No obstante, se entiende que América Latina es

la única región que no tuvo crecimiento en el área turística (-0.5%),

la cual fue muy influenciado por el estancamiento económico de la

región y los serios problemas que tiene Brasil (WTTC, 2017). El WTTC

estima que para 2026 el turismo representará 370 millones de traba-

jos, lo que supondrá 1 de cada 9 empleos en el mundo. Asia seguirá

siendo la región que más crezca, liderada por India (+7.5%) y China

(+7%), mientras que Europa, América Latina y el Caribe tendrán cre-

cimientos anuales por debajo del 4% de media2.

El turismo es un área volátil por la temporalidad, el entorno

político y económico internacional, epidemias, ataques terroristas, en-

tre otros aspectos, que han creado un alto grado de incertidumbre

dentro de la demanda turística mundial. Se trata de un área producti-

va, dinámica y vibrante que ha mostrado un alto nivel de resistencia,

una capacidad de recuperación rápida ante la crisis y un elemento

fundamental para el desarrollo regional y mundial, la generación de

empleos, la generación de ingresos de exportación, la ejecución de in-

fraestructura, efecto multiplicador del gasto turístico y el bienestar de

la sociedad3, por lo que el turismo debe ser considerado como fuente

importante de crecimiento económico, particularmente en países en

desarrollo. Según la autora (Benavides Vindas, 2005) el efecto multi-

plicador que representa el turismo en la economía se trata de que el

desarrollo de la actividad turística está en relación directa con el nivel

de ingresos y, por lo tanto, aumenta a medida que lo hace la riqueza

mundial, y su efecto multiplicador en comparación con otros sectores

productivos tradicionales es muy amplio, por los beneficios directos

(generación de riqueza) e indirectos (empleo y gastos derivados

sobre otros sectores productivos) que tiene para una economía.

Contribución del turismo a la pobreza

La actividad turística supone, además de la enorme moviliza-

ción de recursos económicos, un beneficio adicional para el medio

ambiente, la cultura y la eliminación de la pobreza, que tiene una

compleja relación con factores como la enfermedad, el analfabetis-

mo, la mortalidad infantil y el deterioro ambiental, entre otros. En

general el turismo supone una actividad menos contaminante que

otras y se ensambla a las culturas locales que se transforman en un

atractivo para el turista. Por otro lado, la reducción de la pobreza

es uno de los mayores retos globales y tiene compleja relación con

la enfermedad, el analfabetismo, la mortalidad infantil y el deterioro

ambiental, entre otros muchos problemas. Hasta hoy, y quizás sea

éste precisamente uno de los motivos de ese fracaso, el turismo

no ha ocupado un lugar importante en las estrategias internaciona-

les de lucha contra la pobreza, siendo un elemento importante. Sin

embargo, el turismo sirve de punto de apoyo al florecimiento de la

economía y a la expansión de las pequeñas y medianas empresas y,

en las zonas rurales pobres, representa muchas veces la única al-

ternativa al declive de la agricultura de subsistencia y creación de

empleos. En muchos países emergentes, el turismo es la principal

fuente de entrada de divisas. Las actividades turísticas son relativa-

mente intensivas en mano de obra. Moviliza sectores cuya capacidad

de generación, tanto de empleo como de valor agregado bruto, es

superior a la media de la economía4.

Parte de los ingresos por turismo se revierten en otras

áreas y grupos de la sociedad y, si el turismo se gestiona centrándo-

se prioritariamente en la atenuación de la pobreza, podría beneficiar


directamente a los más pobres mediante el empleo de la población en

empresas turísticas, el suministro de bienes y servicios a los turistas, la

gestión de pequeñas empresas y empresas comunitarias, entre otras,

con el consecuente impacto positivo en la reducción de la pobreza

(WTO, 2013). Por tal razón, en el 2002, la OMT creó la Iniciativa ST-

EP (Sustainable Tourism – Eliminating Poverty), promueve el alivio de la

pobreza a través de proyectos de desarrollo sostenible. Se centra en

intensificar el turismo sostenible –con actividades que contribuyan a

atenuar la pobreza, promover el desarrollo y creación de empleos para

personas que viven con menos de un dólar al día. Mientras que los me-

canismos ST-EP se centran en los beneficios económicos del turismo

para grupos desfavorecidos, el turismo puede contribuir a las esferas

social, cultural y medio ambiental del desarrollo sostenible. Aspectos

tales como la igualdad de género, el empoderamiento social, la protec-

ción de la biodiversidad y la conservación del patrimonio son también

incorporados en las actividades ST-EP (WTO, 2018).

El turismo se ha convertido en un actor protagonista de la

economía de los países en desarrollo. Algunos hechos que sustentan

lo anterior son5:

•El turismo es la primera o segunda fuente de divisas para 20 de los

48 países menos avanzados en el mundo.

•En algunos países en desarrollo, especialmente los pequeños es-

tados insulares en desarrollo, el turismo podría aportar más del

25% del PIB.

•El turismo otorga un gran valor a algunos rasgos de los países en de-

sarrollo, como clima cálido, patrimonio cultural, paisajes inspirado-

res y abundante biodiversidad, lo que podría ser muy importantes

en zonas rurales, que obtienen así una ventaja comparativa. En PR

se han establecido hoteles cerca de lugares culturales y ecológicos.

•Muchas actividades turísticas se adaptan a mujeres, jóvenes y a

grupos desfavorecidos, por exigir pocas competencias y pequeña

inversión.

•Como el turismo está integrado por actividades e insumos di-

ferentes y cuenta con una cadena de suministro grande y di-

versificado, el gasto de los turistas beneficia a muchos sectores,

como la agricultura, la artesanía, el transporte y otros servicios.

En Puerto Rico, como medición estadística por parte del Ins-

tituto de Estadísticas de Puerto Rico (IEPR), presentada en el escri-

to, se puede advertir que la transportación, industria de la alimenta-

ción, entretenimiento, ventas al detal, hoteles, cruceros, entre otros,

han aumentado significativamente por el turismo6.

Por otra parte, el turismo también presenta aspectos negati-

vos como base de la atenuación de la pobreza. Los principales son:

•El turismo es sensible a movimientos económicos, ambientales

y socioculturales que afectan los turistas (WTO, 2011).

•El turismo puede ayudar a la reducción de la pobreza no a

su eliminación. El potencial de desarrollar en mayor medida el

turismo se podría canalizar un porcentaje más alto del gasto

turístico hacia los desfavorecidos.

Debido a que el objetivo global es el de incrementar el vo-

lumen de beneficios económicos y de otra índole que obtienen los

desfavorecidos, el enfoque del turismo debería tener dos vertientes:

1. Incrementar el tamaño y el rendimiento del sector turístico, au-

mentando el número de visitas, la duración de la estancia y el gasto

por persona.

2. Incrementar la parte del gasto en el sector que llega a los desfa-

http://www.unohrlls.org/en/ldc/related/62/


vorecidos, mediante medidas específicas para ayudarles a participar

en el turismo o a beneficiarse indirectamente de él7.

El turismo moderno se encuentra estrechamente relaciona-

do con el desarrollo e incremento de nuevos destinos, por lo que se

ha convertido en un motor clave para el progreso socio-económico

de un país.

Los ingresos generados por visitantes internacionales en

alojamiento, alimentación, ocio, compras y otros servicios y bienes

ascendieron, según estimaciones, a $1,232 mil millones (1,110 mil

millones de euros) en 2015, lo que representa un aumento del 3.6%,

teniendo en cuenta las fluctuaciones de los tipos de cambio y la

inflación. Las llegadas de turistas internacionales (visitantes que per-

noctaron) crecieron un 4.4% en 2015, hasta alcanzar un total de

1,184 millones. Además de los ingresos por turismo internacional

(la partida de viajes de la Balanza de Pagos), el turismo internacio-

nal generó otros $210 mil millones en exportaciones a cuenta de

servicios de transporte internacional de pasajeros no residentes,

elevándose el valor total de exportaciones turísticas hasta $1.4 bi-

llones o $4 mil millones por día como media8. En muchos países en

desarrollo, el turismo es el primer sector exportador.

Como parte de la investigación y los análisis sobre la activi-

dad turística a nivel global, con especial atención en Puerto Rico, las

estrategias actuales se perfilan para mejorar la atracción a los des-

tinos centrándose en la diversificación, el desarrollo del producto

(turismo rural, turismo gastronómico, grandes eventos, entre otros)

y competitividad (crear productos de valor, como ofertas alternati-

vas de bajo precio). Los países también reconocen la importancia

de alcanzar el equilibrio entre la promoción de la comodidad para

viajar, una acogida amistosa y un entorno seguro para los turistas y

la necesidad de contar con seguridad y protección fronterizas (nue-

vas solicitudes de visa y requisitos de entrada, sistemas automatizados

de aprobación)9.

En este sentido, del análisis realizado, la WTO insta a los go-

biernos a que cuenten con las administraciones de turismo en sus

planes, estructuras y procedimientos nacionales de seguridad, no sólo

para asegurarse de que se minimice la exposición del sector a las

amenazas, sino también, para garantizar que se aproveche al máximo

la capacidad del sector turístico como parte de la contribución a la

seguridad y a la facilitación10.

El turismo supone cerca del 10% del Producto Interno Bruto

(PIB) de PR y todos los indicadores demuestran un crecimiento pro-

gresivo en los últimos años. PR recibe la mayor parte de sus turistas

de Estados Unidos (E.E.U.U.) (91%), principalmente de la costa este y,

de éstos, más del 70% tiene más de 35 años. No se ha logrado pene-

trar exitosamente las regiones centro y oeste de E.E.U.U. Estadísticas

de la WTO certifican que el turista de los E.E.U.U. es el que más dinero

gasta en promedio siguiendo los turistas de China. También escogen

viajar dentro de la misma región, lo que ofrece una gran ventaja a

Puerto Rico por ser parte del Caribe y de ese país. Pero este sector

no tiene en la economía de PR el peso que como destino estable en

el Caribe se podría decir. Y sin ser uno de los principales sectores de

la economía isleña, tiene un gran potencial de crecimiento como con-

secuencia de sus propias rentas de situación y ubicación geográfica. En

este sentido y quizás como consecuencia de su singular dependencia

de E.E.U.U. y la discutida conveniencia –muchas veces obligada- de

mantenimiento de un perfil-país bajo, ha pesado en su contra en cuan-

to al desarrollo del sector. Quizás por ello, y muy poco en los ambien-

tes académicos se ha racionalizado la singularidad de la infraestructura

física o marco natural de PR, como parte de los elementos esenciales

para la competitividad en el mercado turístico mundial.


Cada uno de los 195 países del mundo, en mayor o menor

grado, compite por atraer turistas, lo que se ha convertido en una

verdadera competencia global, de la que PR, aún como Estado Libre

Asociado de un Estado miembro de las Naciones Unidas, no puede

estar ausente. Y para competir efectivamente, los países necesitan

estar a la vanguardia del cambio, hacer un esfuerzo continuo por

mejorar su producto, además de proveer un clima de inversión que

atraiga el capital necesario para crear y mantener una industria fuer-

te y estable. Es importante que los países que buscan desarrollar una

industria turística fuerte y vigorosa propicien el desarrollo de los

múltiples enlaces que redundan en una mayor actividad económica

al promover la integración de los sectores que suplen de bienes y

servicios al negocio turístico (Meléndez & Morillas, 2014).

La principal característica de PR a lo largo de los siglos ha

sido su estabilidad y relativa previsibilidad. Tal sensación de segu-

ridad fue sentando las bases para que PR fuera a su modo, duran-

te cuatrocientos años, un destino preferente en el Caribe. Y como

consecuencia, uno de los primeros países en el Caribe en recono-

cer el potencial del turismo como motor de desarrollo económico,

cuando aún no existía tal perspectiva en la República Dominicana,

Bahamas, Nassau, Barbados, Santa Lucía, San Vicente, Saint Kitts-Nevis,

Barbuda, Jamaica, o el resto de los denominados por Naciones Uni-

das PEID´s, Pequeños Estados Insulares en Desarrollo, del Caribe.

La situación actual económica de PR sugiere cambios que

restauren el crecimiento económico del mismo, abriendo nuevas

visiones de generación de empleos y apertura de mercados finan-

cieros hacia un retorno de los procesos de crecimiento económico

y apertura financiera. Por décadas, la Isla se intuía como uno de los

principales destinos turísticos por sus múltiples atractivos naturales

e históricos. Su relación económica, política y social con los Estados

Unidos atrae anualmente miles de viajeros domésticos y turistas de

diversas partes del mundo. Su atractivo internacional como destino

turístico, sin embargo, hoy requiere de un mayor esfuerzo, debido

a la competitividad existente de la industria turística a nivel global.

De igual forma, resulta importante que la Isla cuente con los meca-

nismos y las estrategias que ayuden a enriquecer su oferta, para así

distinguirse internacionalmente.

La política pública del Gobierno de PR está orientada a la

descentralización y regionalización de la actividad turística, contan-

do con la participación de los municipios, asociaciones, organiza-

ciones, la academia y el sector privado, entre otros. La regionaliza-

ción fomenta el desarrollo turístico regional y local integrado, a la

vez que, impulsa el desarrollo de las regiones. Esta industria se ha

segmentado al punto donde hay sectores altamente especializados

como el segmento de la salud, acondicionamiento físico (wellness) y

médico, el turismo deportivo, el náutico, el ecoturismo, el turismo

de bodas, el turismo LGBT (de lesbianas, gays, bisexuales y transe-

xuales o transgénero), el sector hotelero o de resorts, el sector de

grupos y convenciones y el turismo de negocios. La mayoría de es-

tos productos turísticos tienden a impulsar la propia demanda de

cruceros en la Isla11.

Otro problema actual con el turismo puertorriqueño es la

sostenibilidad y continuidad de los esfuerzos del desarrollo turístico,

por lo que se ve afectada la calidad. Nunca se le ha dado continuidad

suficiente a la marca y al mercadeo de la Isla que cambia con cada

gobierno12. Más aún, el apoyo promocional en conjunto y los esfuer-

zos significativos que se realizan para mantener en los hoteles un

alto nivel de excelencia en servicio y gastronomía, peligra hoy por la

falta de flujo de dinero, economía en recesión, producto de la enor-

me caída en la ocupación, la falta de motivación y cooperación que


están recibiendo el mayor núcleo de hospederías del país compuesto

por las pequeñas y medianas. Del 2006 al 2012 se invirtieron $ 3, 310

millones en turismo, y esto generó más de $ 5.300 millones para la

economía en ese mismo período. Para el año 2015, el turismo generó

$ 215 millones para la economía local correspondientes al gasto de los

visitantes, y otros $ 20 millones en impuestos. Es decir, por cada empleo

directo que se genera en la industria hotelera, el empleo indirecto es

del 72%. La industria representa cerca del 8.1 % de todos los empleos

en la Isla. En adición a la falta de efectivo, se suman los altos costos de

energía eléctrica y de otras utilidades que están afectando severamente

y que se estima sigan aumentado. Sin embargo, por cada dólar invertido

en hoteles, se generan 63 centavos adicionales para la economía13.

Para darle seguimiento a los trabajos de mercadeo de PR en el

exterior, el Gobierno aprobó el 30 de marzo de 2017, la Ley # 17: La

creación de la Organización de Mercadeo de Destino Turístico (Desti-

nation Marketing Organization, DMO), entidad independiente, sin fines de

lucro, cuya responsabilidad es diseñar y ejecutar estrategias de mercadeo

para promover el desarrollo económico de PR al generar demanda por

hospederías, restaurantes y comercios. Su propósito final es el de ace-

lerar la economía de visitantes como impulsor clave para el crecimien-

to económico. Da consistencia a la marca y evita cambios en campañas

promocionales, como ha pasado hasta el momento. La firma Inteligencia

Económica, del economista Gustavo Vélez, evidenció que la creación de

una DMO autónoma, podrá generar desde el 2017 al 2020 alrededor de

17,000 empleos e impulsar una inversión sobre los $1,000 millones, que

elevará el impacto de Turismo en el PIB del 9% actual hasta un 10.4%. En

ese periodo, igualmente se estima un incremento de 466,700 visitantes y

un alza en sus gastos de $534,80014. Mientras, el DMO se encarga de pro-

mover a PR en el exterior, la Compañía de Turismo continúa promovien-

do el turismo interno como motor de desarrollo económico en la Isla.

Contribución de los cruceros a la economía

Entre las modalidades turísticas más importantes en la ac-

tualidad se encuentra el turismo de cruceros. Es una actividad inter-

nacional altamente rentable y el sector de más rápido crecimiento

de la industria de viajes y turismo en los últimos años.15 En este sec-

tor marítimo global, mantenido en el siglo XXI por las economías de

Norte América y Europa Occidental, se espera presenciar un cre-

cimiento aún mayor en el futuro por la demanda de las economías

emergentes de China e India.

La oferta actual se caracteriza por la existencia de una si-

tuación cercana al oligopolio, ya que son tres los principales grupos:

Carnival, Royal Caribbean y Star Cruise, que controlan casi el 75 por

ciento de la oferta mundial de camas16. Los principales grupos mun-

diales de navieros se caracterizan por ser grupos multimarca, abar-

cando todos los segmentos de mercado y con flotas muy modernas.

Las actividades marítimas continúan aportando beneficios

a la población mundial gracias a la creciente eficacia de los recur-

sos técnicos y humanos. Es catalizador clave para el desarrollo

socio-económico y la competitividad internacional en un mundo

cambiante, con nuevas compañías y organizaciones emergiendo y

estableciéndose en Europa, Asia y Norte América. El impacto eco-

nómico global que aportó la industria de cruceros fue de $126 billo-

nes para el 2016 en 24.7 millones de pasajeros, 1, 021,681 empleos

y $41.1 billones en sueldos y salarios a empleados. Desde 1980, la

industria ha experimentado una tasa media anual de crecimiento de

pasajeros de aproximadamente el 7% anual17.

En PR, la industria de cruceros tiene un impacto económico

de alrededor de $152 millones al año, trae cerca de 1.2 millones de

pasajeros anualmente y promueve la creación de sobre 5,209 em-


pleos directos e indirectos, $75 millones en salarios (El Nuevo Día,

2018)18. El impacto económico de la industria de cruceros fue gene-

rado por visitas al puerto de origen (homeport) y puerto de escala

(port-of call). La industria de cruceros aporta casi $3,157.2 millones

en gastos directos totales de turismo, 3,644 en total de empleos y

$56 millones en total salarios de empleados en el año fiscal 2017-

2018, según la FCCA. Para mayo 2018 se registró la suma récord de

107, 390 cruceristas, mientras que en junio se registraron 134, 907.

Las líneas de cruceros gastaron en el 2018 un estimado de

$533.76 millones en cuotas de puerto (port fees) y contribuciones,

utilidades, servicios de navegación y suministros para el barco, según

la FCCA, 2018. PR tuvo el quinto nivel más alto de gastos con $28.28

millones. Como puerto de origen, la compra de suministros es más

importante que en otros destinos.

Se estima que PR cerrará el 2019 con sobre 1.7 millones

de turistas de cruceros, lo que romperá el récord anterior de 1.5

millones de cruceristas, establecido en el 2015 y redundará en unos

$250 millones en impacto económico (El Nuevo Día, 2018). La meta

es poder llegar a la cifra de 2 millones de cruceristas para el 2020.

Metodología

En este estudio se presenta un análisis económico sobre los

sectores de la economía de Puerto Rico como parte del Producto In-

terno Bruto (PIB) que participan directamente en el ámbito del turis-

mo. Entre ellos se destacan: alojamiento y restaurantes, arte, entrete-

nimiento y recreación. La metodología utilizada comprende de análisis

seriales por separado de los sectores económicos antes indicados; así

como análisis de matriz de correlación al respecto.

El turismo impacta varios sectores económicos como lo son

las hospederías, los restaurantes, el propio comercio al detal, se di-

ficulta grandemente medir el impacto económico que éste ocasiona.

Muchos países han optado por crear lo que se conoce como una

cuenta satélite sobre turismo para de esta manera medir, de for-

ma más certera, la contribución del turismo al PIB de una nación.

Registro totales de hoteles

Fuente: Velázquez, Yoel, Instituto de Estadísticas de PR, 2017.

Como es de esperarse, el indicador de total de registro

de hoteles es un indicador mensual que muestra patrones de no

estacionalidad. Es notable en la gráfica anterior que todos los meses

de septiembre, mes en que normalmente comienzan las clases en el

sistema escolar norteamericano, el indicador decae y por el contrario,

durante el periodo entre marzo y abril obtiene sus niveles más altos,

probablemente por el spring break. Es importante destacar que estos

patrones de no estacionalidad deben ser resueltos antes de intentar

hacer correlaciones con otras variables. En otras palabras, las series

de tiempo deben ajustarse estacionalmente (SA, por sus siglas en

inglés) para que de esta forma se puedan hacer correlaciones que

realmente midan la asociación entre los demás componentes de una

serie como la tendencia y el ciclo.


Total de pasajeros de cruceros en Puerto Rico

Fuente: Velázquez, Yoel, Instituto de Estadísticas de PR, 2017.

Con el indicador de total de pasajeros sucede algo similar al indica-

dor de registro de hoteles, la serie muestra patrones no estacionales,

en este caso los meses de invierno, diciembre y enero, teniendo los

picos más altos, y los meses de mayo y octubre, teniendo los picos

más bajos.

Un nuevo estudio en coordinación con el Instituto de Estadísticas

de PR (IEPR) sobre los sectores del PIB participantes del turismo en

Puerto Rico y Matriz de Correlación al respecto presentado en el

2019 a través de las tablas 1 y 2 a continuación, presentan un análisis

de la contribución del turismo al PIB durante los años 2009 al 2018,

en los aspectos de alojamiento y restaurantes, arte, entretenimiento y

recreación. Para sustentar la investigación, se muestra a continuación

los datos utilizados en la misma.

1. Metadata


Tabla 1: Sectores del Producto interno bruto participantes del turis-

mo (millones $), Número (miles) y Gastos (millones $) de visitantes,

turistas y excursionistas, Personas empleadas en Recreación y Aloja-

miento (miles), Puerto Rico, Años Fiscales 2009 al 2018.

Tabla 2: Matriz de correlación

Los datos presentados en las tablas 1 y 2 revelan la contribución de

la actividad turística como parte del crecimiento del PIB del país,

observando así una medición estadística de series de tiempo de las

áreas que impactan nuestro crecimiento económico desde el año

2012 al 2018.

En una reciente exposición de la directora de la CTPR para el 2019

se reportaron recaudos históricos producto de un aumento en la


capacidad del Gobierno de PR de fiscalizar el sector de alquileres y de

una evidente alza en registros de huéspedes en hoteles y alquileres a

corto plazo. Si consideramos que 12.5% de los registros en los alqui-

leres a corto plazo se atribuye a estadías de residentes, y el restante

87.5% es producto de registros de visitantes que llegan a la Isla, se

desprende que en efecto estamos presenciando un crecimiento en la

cantidad de visitantes que se hospedan en PR y generan una derrama

económica local. Durante el periodo de julio 2018 a abril 2019, he-

mos recaudado un total de $60, 923,118, mientras que para el mismo

periodo del pasado fiscal 2017-2018, el recaudo totalizó $60,636,720,

demostrando que acumulativamente el desempeño se muestra fortale-

cido”, expresó Campos .

Los indicadores de la industria turística continúan reflejando una ten-

dencia de crecimiento y se proyecta que el año fiscal 2018/19 se recau-

den sobre $73 millones. En PR hay actualmente sobre 2,903 hosteleros

registrados en la división de room tax de la Compañía de Turismo y

sobre 25 mil habitaciones disponibles. En promedio, un host (o anfi-

trión) ingresa $6,700 anuales producto del alquiler de su propiedad en

las plataformas.

Se puede observar que el turismo participa directamente en el creci-

miento del PIB del país, aumentando los ingresos al respecto, así como

se puede observar en las mediciones estadísticas antes presentadas .

En otro estudio reciente sobre la crisis fiscal que está atravesando la

Isla en este momento, se estima una pérdida de 2.5 millones de dólares

. Lo que nos lleva a repensar los procesos de medición y control de la

actividad económica en PR, en lo que respecta al ámbito turístico.

El análisis de los datos en las tablas antes presentadas pueden resultar

en posibles modelos para desarrollar cuentas satélites asociadas a la

actividad turística y estimar el efecto en la economía de PR. La Matriz

de Correlación presentada nos da una visión de cómo impactan las

variables de alojamiento y restaurantes, arte, entretenimiento y re-

creación en el PIB del país.

Conclusión

Este estudio representa un análisis valioso de series de tiem-

po de aspectos económicos relacionados con alojamiento y restau-

rantes, arte, entretenimiento y recreación, donde se ha evidenciado

que tienen un impacto directo en el PIB de PR. Las tablas 1 y 2, así

como la Matriz Correlacional de las actividades mencionadas, confir-

man que existe una relación significativa con la actividad del turismo

en PR de manera tal que se observa una relación directa e indirecta,

como establecen las cuentas satélites utilizadas en otros países del

mundo, según expuesto en dicha investigación. Estas mediciones es-

tadísticas analizadas, así como la matriz de correlación presentada,

servirán para futuras investigaciones dirigidas a crear modelos y desa-

rrollo de cuentas satélites.

A su vez se podrán estimar el efecto de estas variables analizadas

en dicho estudio para el diseño y desarrollo de series de tiempo de

medición de la actividad económica del área del turismo en PR. La in-

vestigación resulta relevante para el sector turístico, ya que posee un

análisis para que los lectores puedan tener un conocimiento del im-

pacto que tiene el turismo en la actividad económica de PR. De esta

manera resulta un trabajo de vital importancia para los tomadores de

política pública, académicos, para inversionistas y, evidentemente, para

los visitantes de la Isla. Una medición de variables que impactan el tu-

rismo en PR y cómo ésta resulta una contribución de la actividad tu-

rística en la producción del país, teniendo a su alcance datos elabora-

dos junto al Instituto de Estadísticas de PR estructurados al 2019. Los

instrumentos que asisten a la medición de los datos que coinciden


con otras instrumentalidades, tales como análisis de cuentas satélite,

modelos y matriz correlacional analizadas en dicha investigación son

similares a los valores numéricos que reflejan las diversas actividades

asociadas al turismo. Al hacer un análisis con las cuentas satélites y

con la matriz correlacional se refleja la importancia de una diversidad

de variables económicas como las representadas en este estudio.

Notas

1 WTO, 2016.

2 WTTC, 2017.

3 Benavides Vindas, 2005.

4 WTO, 2017.

5 WTO, 2011.

6 Viera, 2019.

7 WTO, 2011.

8 WTO, 2016.

9 OECD, 2016.

10 WTO, 2016.

11 Meléndez & Morillas, 2014.

12 Vázquez, 2013.

13 Vera Rosado, 2017.

14 Vera Rosado, 2017.

15 Meléndez & Morillas, 2014.

16 Urtasun, 2004.

17 CLIA, 2018.

18 El Nuevo Día, 2018.

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EL GOBIERNO MILITAR ESTADOUNIDENSE EN PUERTO RICO Y LA LEY FORAKER:

ANTESALA DE LA AMERICANIZACIÓN(1898-1900)1

Recibido: 21 de agosto de 2019Aceptado: 1 de octubre de 2019

Resumen

El ensayo presentado es parte de un estudio mayor en proceso, el cual estará considerando en su conjunto, las causas y consecuencias del periodo de los gobernadores estadounidenses y de un puertorriqueño designados por el presidente estadounidense, entre el 1898 y el 1948. El artículo expone las principales causas y consecuencias de la guerra expansionista de Estados Unidos del 1898 frente a España, no solo para Cuba y Filipinas, sino particularmente para Puerto Rico. Considera las estrategias estadounidenses para su expansión, al igual que los retos para el viejo imperialismo y colonialismo español en su ocaso. Se examina la campaña expansionista del 1898, tanto en el Caribe, como en el Pacífico. Como consecuencia de una guerra desigual, la cual ilustró un imperio en su decadencia y el sucesor en la plenitud de su reto hegemónico, Puerto Rico fue invadido, ocupado y transformado en un territorio. El ensayo que presentamos, ilustra la ocupación del país y su gobernación militar, bajo el mandato de los generales Nelson W. Miles, John Rutter Brooke, Guy Vernon Henry y George Whitefield Davis. Se analizan las medidas militares tomadas para atender el traspaso colonial, hasta la determinación del Congreso estadounidense que condujo a la aprobación de la Ley Foraker. Consecuentemente, los gobernadores militares configuraron la transformación del ordenamiento establecido por la Carta Autonómica, con sus Órdenes Militares, y adelantaron el alumbramiento del territorio “no incorporado” de Puerto Rico.

Palabras clave: Guerra hispano-cubano-estadounidense-filipina del 1898, Americanización, Gobernadores militares, Territorio no-incorporado, Ocupación militar

JAIME L. RODRÍGUEZ CANCEL


Abstract

The essay is part of a bigger study being conducted at present, which will be in its entirety considering the causes and consequences of the period of U.S. governors and of a Puerto Rican designated by the U.S. Presidents, between 1898 and 1948. This particular text presents the main causes and consequences of the 1898 expansionist war of the United States against Spain, not only for Cuba and the Philippines, but also particularly over Puerto Rico. It considers the American strategies for their expansion, as well as the challenges for the old Spanish imperialism and colonialism in its final moments. We examine the expansionist campaign of 1898, both in the Caribbean as in the Pacific. As a consequence of an unequal war, which illustrated a languishing empire and its successor in full hegemonic splendor, Puerto Rico was invaded, occupied and transformed into a territory. The present work shows the island’s occupation and its military government, under the leadership of generals Nelson W. Miles, John Rutter Brooke, Guy Vernon Henry, and George Whitefield Davis. We analyze the military measures taken to tend to the colonial succession, up until the U.S. Congress’ determination that led to the approval of the Foraker Law. Consequently, the military governors configured the transformation of the order established by the Autonomic Act, with their Military Orders, and advanced what was to become the “non-incorporated’ territory of Puerto Rico.

Keywords: Hispanic-Cuban-American-Phillipine War of 1898, Americanization, Military governors, Non-incorporated territory, Military Ocupation

“What was once called the Spanish-American War was the pivotal event of a pivotal decade, bringing the “large policy” to fruition and making the United States as a world power. Few events in U. S. history have been as encrusted in myth and indeed trivialized…Such interpretations also ignore the extent to which the war and its consequences represented a logical culmination of major trends in nineteenth-century U. S. foreign policy. It was less a case of United States coming upon greatness almost inadvertently than of it pursuing its destiny deliberately and purposefully.”2

La guerra imperialista del 1898, inauguró el expansionismo

extra-continental de Estados Unidos hacia el Caribe y el Pacífico,

con su intervención en los procesos descolonizadores de Cuba y

Filipinas y la invasión de Puerto Rico. La ideología expansionista e

intervencionista, se fortaleció con la adopción temprana de la creencia

en la predestinación, en los fundamentos de su concreción espiritual

del Destino Manifiesto, así como en la reelaboración de las teorías

darwinianas en una justificación de la ruta de las naciones más fuertes

sobre las más débiles y la autoconcepción de que sus acciones se

diferenciaban de las naciones monárquicas europeas con sus “imperios

y colonias. Aspiraron a ser “el imperio bueno”3. Con sus gobiernos

militares, establecidos como consecuencia de la Guerra hispano-

cubana-estadounidense-filipina, quedó inaugurado un periodo histórico

de subordinación de las aspiraciones nacionales de las últimas colonias

de España, al igual que de las naciones que integraron las Antillas y

la Cuenca del Caribe. A partir sus ocupaciones y posteriormente de

sus incesantes intervenciones, obtuvieron la expropiación económica

requerida para fortalecer los intereses de su sistema económico

industrial-financiero dominante, así como sus aspiraciones militares

hegemónicas a partir de las doctrinas de Alfred T. Mahan4. La crisis

económica del 1897 finalizó los debates entre imperialistas y anti-

imperialistas, uniendo la crisis económica y la aspiración del imperio, en

una política agresiva hacia la región caribeña.

En la política expansionista extra-continental, la imposición de

la fuerza, así como la intervención en procesos descolonizadores en

Cuba, Filipinas y Puerto Rico, su incautación política y expropiación

económica, fueron consolidadas a partir de las acciones del

Departamento de la Guerra y sus gobernadores militares. Con las

ocupaciones del 1898, inauguraron un periodo intervencionista que

duraría bajo las condiciones descritas hasta el 1934. Las ocupaciones

militares y posteriormente su control político, acontecieron a través

de toda la Cuenca del Caribe, promoviendo las ocupaciones de Cuba,

Haití, República Dominicana, Puerto Rico, y las intervenciones en

México, Nicaragua y Panamá.


En el caso de Puerto Rico, los Departamento de Guerra y

Marina de Estados Unidos, propusieron la invasión a Puerto Rico

para privar a España de una base de operaciones en el Caribe,

considerada como parte del escenario de la intervención en Cuba.

Mahan planteó que la isla sería “una valiosa estación naval intermedia

y base de operaciones para la flota y ejército (España)...si permanece

en su posesión imperturbable, le permitirá disfrutar de las ventajas

de proximidad al gran escenario de operaciones que tiene estados

Unidos en virtud de su posición geográfica” y McKinley correspondió

con su visión estratégica al plantear, “no hemos olvidado a Puerto

Rico y nuestras intenciones son tenerla”5.

Aunque en Puerto Rico existía una amplia oposición criolla

contra el gobierno español, fundamentada en los principios del

liberalismo, que incluyó autonomistas e independentistas, esta no se

encontraba en estado de insurgencia contra España. En el diseño

del escenario de hostilidades, se requería de la invasión, armisticio y

ocupación antes de las negociaciones de paz que se llevarían a cabo

en París, para reclamar su cesión y mantenerla como posesión. El

general Nelson A. Miles, expresó que la inferioridad de sus efectivos

militares le obligó a promover las diferencias sociales y políticas

existentes con el propósito de impresionar a los puertorriqueños

y favorecer la invasión6. Para ello, emitió su proclama del 28 de julio

de 1898, destacando que la ocupación habría de abolir la forma

política existente y el poder armado español, con el propósito de

concederle a los puertorriqueños “la mayor suma de libertades que

fuesen compatibles con la ocupación militar”7. Con este triunfo,

obtendrían una posesión clave para sus intereses estratégicos en el

Caribe antillano.

El gobierno de España tuvo plena conciencia de la importancia

de Puerto Rico para sus intereses americanos. Antonio Cánovas del

Castillo había resumido esta visión, al declarar:

Nosotros, que con o sin colonias hemos de seguir teniendo grandes intereses en América, no hemos de renunciar a lo que no han renunciado ni Holanda, ni Dinamarca, ni Suecia, que es tener puertos propios en el Mar de las Antillas, ahora que más pronto o más tarde será un hecho la apertura del canal de Panamá, que ha de unir el Mar Pacífico con el Atlántico. Y la isla de Puerto Rico, por su posición geográfica, será de un gran valor para nosotros, sería una insensatez de nuestra parte, perder una magnífica posesión, mucho más importante para España si llegara el caso desgraciado, que no creo ni espero, de la pérdida de Cuba8.

Los acontecimientos que condujeron a la compleja guerra

expansionista del 1898, se precipitaron con el hundimiento accidental

del buque de guerra Maine en la bahía de La Habana, el 15 de febrero

de 1898, presentándole al Presidente William McKinley el pretexto

indispensable para justificar su estrategia. El 11 de abril de 1898, el

Congreso estadounidense reclamó poderes para tomar medidas “que

pusieran fin al conflicto cubano-español. El 25 de abril de 1898, Estados

Unidos le declaró la guerra a España y procedió con operaciones

navales y militares en Cuba, Filipinas y Puerto Rico.

La flota estadounidense, comandada por el Almirante William

T. Sampson, procedió con el bloqueo de San Juan. Esta maniobra

tuvo el efecto de desarticular la economía isleña, afectando tanto las

importaciones como sus exportaciones e imponiendo una situación

económica caótica. El 12 de mayo de 1898, Sampson impartió las

órdenes de bombardear indiscriminadamente San Juan, con lo cual

el objetivo de desestabilización y miedo se había producido. El 25

de julio de 1898, se produjo la invasión de Puerto Rico por la Bahía

de Guánica, iniciando con ello las operaciones militares en Puerto

Rico. Estas se extendieron hasta el 13 de agosto de 1898. Las tropas

estadounidenses, al mando del General Nelson W. Miles, condujeron a

Estados Unidos a lo que se ha descrito como “una espléndida guerra

pequeña”. El Capitán Ángel Rivero la describió de la siguiente manera:


Esta breve campaña de 1898, de diecinueve días, es un modelo de guerra culta. Moderna y humanitaria. La invasión de Miles revistió todos los caracteres de un paseo triunfal, debido a su política de guerra sabia y humanitaria; se respetaron las costumbres, leyes y religión de los nativos; se mantuvo en toda su fuerza el brazo de la autoridad civil, a pesar del estado de guerra; no se utilizó el abusivo sistema de requisas, sino todo era pagado, incluso el terreno donde se levantaban sus tiendas, a precio de oro. Su proclama, sabiamente urdida y hábilmente articulada, despertó en todo el país anhelos de libertad y progreso que encendieron los corazones de los más tímidos campesinos9.

Las prácticas “sabias y humanitarias” que utilizó Miles durante

la campaña breve y espléndida, consciente de sus limitaciones militares

y de su misión de tomar la isla para convertirla en “posesión” antes

de celebrarse en París la conferencia bilateral para alcanzar el tratado

de paz, habrían de transformarse amargamente, desencantando las

aspiraciones de mayores libertades políticas y prosperidad económica.

El 12 de agosto de 1898, se firmó el Protocolo de Paz, poniendo

fin a las actividades bélicas. La entrega de la isla comenzó el 14 de

septiembre de 1898, con la repatriación de las tropas españolas y el

18 de octubre de 1898, entraron las tropas estadounidenses en San

Juan.

La debilidad naval española, luego de perder su flota del Pacífico

en Filipinas y la del Atlántico en Cuba, impuso una situación crítica a los

delegados de España para las conversaciones bilaterales, anticipando

como planteó Eugenio Montero Ríos, sus “costas indefensas, a merced

de la escuadra norteamericana”10. La debilidad española condujo a la

aceptación de las intransigentes imposiciones estadounidenses. Los

artículos más importantes del Tratado de París se relacionaron con

las conquistas territoriales. Por el primer artículo, España renunció

a su soberanía sobre Puerto Rico y el segundo, estableció la cesión

de Puerto Rico a Estados Unidos. El noveno artículo, se refirió a

la condición política y civil de los habitantes de la isla, las cuales se

“determinarán por el Congreso”, abriendo con ello el espacio para el

establecimiento de la política colonial11. El Tratado de París se firmó el

10 de diciembre de 1898.

Entre el 25 de julio y el 14 de agosto de 1898, la autoridad

militar se mantuvo bajo el mando del General Nelson W. Miles,

responsable de los preparativos que culminaron con la invasión de

Puerto Rico. Este oficial señaló que la inferioridad de sus efectivos

militares le obligó a recurrir al fomento de las diferencias sociales

y políticas existentes, con el propósito de impresionar a los

puertorriqueños y con ello favorecer la ocupación. Con este propósito

en mente, emitió su Proclama al Pueblo de Puerto Rico, del 28 de julio

de 1898. La ocupación abolió el poder armado español, para conceder

lo que entendieron fuera “la mayor suma de libertades compatibles

con la ocupación militar”. Aunque no se reconoció ampliamente la

advertencia implícita en esta declaración, se planteó claramente la

existencia de serias limitaciones en torno a las libertades políticas y

el desconocimiento de las económicas. Los límites de los derechos

políticos en Puerto Rico habían sido ampliados con la aprobación

de la Carta Autonómica de 1897. Las limitaciones a los derechos

alcanzados, serían establecidas unilateralmente e impuestas por los

militares estadounidenses. Las altas expectativas de nuevos espacios

para reformas políticas y oportunidades económicas, parte del

idealismo puertorriqueño inicial, serían limitadas por las acciones y

prohibiciones amplias y absolutas del gobierno de ocupación.

La Orden General 101, del 18 de julio de 1898, sancionada

por el Presidente William McKinley, autorizó para que en ausencia de

legislación congresional, fuesen los militares quienes determinaran los

derechos políticos y el nuevo ordenamiento. El Congreso no actuó


según los acuerdos del Tratado de París, y fueron los militares quienes

ejecutaron las órdenes del Presidente y el Secretario de la Guerra.

Las Ordenes Militares tuvieron el rango de ley, con aplicación y

acatamiento absoluto. Posteriormente, el General George Whitefield

Davis, reconoció las implicaciones de las decisiones militares:

El ámbito de las órdenes fue muy amplio. Casi todas las ramas de la administración- política, civil, financiera y judicial resultó afectada por sus disposiciones. Podrá ser que el gobierno militar excedió su autoridad, cuando cambiaron los códigos, las provisiones que no estaban en conflicto con el carácter político…y la Constitución de Estados Unidos; pero en la ausencia de instrucciones contrarias se entendió como privilegio y responsabilidad de los comandantes militares de utilizar dichas formas con la visión de adoptar el sistema de las leyes locales y la administración hacia uno que, a juzgar por los precedentes, se podría esperar que fuera establecido por el Congreso para la Isla, con lo cual la preparaban para un régimen territorial cuando el Congreso se encuentre listo para autorizarlo12.

El 29 de julio de 1898, el Gen J. C. Gilmore, publicó

las primeras instrucciones del gobierno militar13. Con ello,

establecieron las condiciones de su dominio, antes de la celebración

de las conversaciones de París, describiendo el poder miliar como

“supremo y absoluto” e imponiendo las condiciones políticas sobre

los habitantes de la isla, hasta que el Congreso dispusiera por

legislación la condición territorial. Se mantendrían las leyes españolas

que no fueran incompatibles con los intereses estadounidenses y

mantendrían los funcionarios gubernamentales en sus puestos, todo

bajo “la supervisión del Comandante en jefe de las fuerzas militares

de Estados Unidos”. Con ello, redujeron al mínimo las posibilidades de

disrupción del aparato administrativo colonial. Las acciones judiciales

de sus miembros y auxiliares, se reservaron a las comisiones militares

nombradas con este propósito.

El 18 de octubre de 1898, asumió el Comando Militar de

Puerto Rico el Gen. John Rutter Brooke. En su primera Orden Militar,

reiteró su autoridad, así como el mantenimiento de las estructuras

existentes, en tanto compatibles con la ocupación militar.

Reafirmando su autoridad absoluta, expresó:…allí donde los habitantes rindan obediencia a los representantes civiles de la ley y el orden, no es su propósito que intervengan las autoridades militares. En los casos en que se dejase de rendir tal acatamiento…la autoridad auxiliar de la civil, con su fuerza armada, facilitará la captura y castigo de malhechores14.

El 23 de octubre de 1898, el Consejo de Secretarios del

Ejecutivo Autonómico, reconociendo la cesión y aceptando “los hechos

consumados”, declararon que “no serviremos hoy más que a una

bandera; serviremos a la nueva metrópoli, que nos asegura el bienestar

y el derecho”15. Ello cobró importancia, por el estado de inseguridad

generalizado en las zonas rurales, principalmente para los propietarios

españoles, por las reivindicaciones de las “partidas” contra los abusos

de estos sectores contra la población campesina. Carlos Doittau y

Joaquín Tornabells, de Las Marías, informaron que sus haciendas habían

sido atacadas por una partida de 200 hombres armados, quienes

les causaron pérdidas por sobre 34,000 pesos. Manuel Badrena

de Mayaguez, informó que las partidas habían destruido sobre 60

establecimientos agrícolas16. Destacó en los informes, la participación

en Lares, Las Marías y San Sebastián de alcaldes, maestros y hacendados

criollos. El resultado del mantenimiento de las estructuras vigentes,

reafirmó los rasgos más represivos del colonialismo anterior.

En carta del Capitán A. Culcomb expresaba las profundas

causas de la insurrección campesina contra los sectores que le

dominaron:Al final de la guerra los puertorriqueños, estando en control, iniciaron represalias contra los españoles por muchos años de opresión. Estos actos de represalia, aunque errados, eran


extremadamente naturales…En mi opinión en ese momento existió un movimiento para expulsar el elemento español fuera de la isla, siendo este movimiento uno político, pero en ciertos casos las venganzas privadas fueron satisfechas a la misma vez17.

El 6 de diciembre de 1898, asumió el mando supremo el

Gen. Guy Vernor Henry. Con sus decisiones, rechazó los procesos

descentralizadores iniciados por el autonomismo y promovió

la centralización. Puso fin al gobierno autonómico, destituyendo

el Gabinete Insular, por ser “incompatible con los métodos

norteamericanos de progreso”. Propuso el cese de las críticas a las

estructuras militares y los conflictos partidistas, al declarar ilegal

la disidencia dentro de las estructuras coloniales y declarando

establecido con claridad, que “este es un gobierno del pueblo para el

pueblo, y como jefe militar no deseo ejercer las facultades de dictador

a no ser necesario, en cuyo caso lo haré seguramente”18. La amenaza

de utilizar las “facultades de dictador” estaba claramente establecida.

Henry impuso una serie de decisiones amplias de naturaleza

gubernamental y administrativa, tanto al nivel central como en el

municipal. Entre ellas, centralizó las funciones ejecutivas; eliminó las

autonomías municipales, claramente compatibles con la ocupación;

con lo cual sustrajo una fuente del poder político de los hacendados

criollos; promovió que las vacantes administrativas, serían ocupadas

por los designados de las fuerzas militares; así como las concesiones

públicas serían sustraídas de las decisiones municipales, autorizando

su otorgamiento al Gobernador militar. De acuerdo con el Secretario

de la Guerra, se estableció que el desacato a la autoridad militar,

conllevaría además de la separación, la comparecencia ante los

tribunales. En Aguadilla y Moca, los alcaldes fueron depuestos y las

poblaciones ocupadas por fuerzas militares.

La visión de Henry, así como su atisbo al planteamiento de

las consecuencias de la “incapacidad” política del país, fué adelantadas

claramente:

Se espera que no se presentarán ninguno de estos casos en los Ayuntamientos, porque sería dar muestra de que son incapaces para gobernarse a sí mismos y redundaría en perjuicio del progreso de la Isla y de su futura legislación19.

Mientras la Carta Autonómica amplió la participación

electoral, la visión del General Henry buscó decididamente limitarla,

afectando la amplitud de la participación en el sufragio popular. Aflora

temprano el discrimen y el prejuicio racial hacia los puertorriqueños,

considerándolo poco aptos e incapaces para el gobierno propio,

buscando establecer la distancia en cuanto a las decisiones futuras,

no sólo de naturaleza política, sino las económicas que ya tocaban a

sus puertas.

El General Henry dejó establecida su posición de no continuar

con las disposiciones de la Carta Autonómica:Respecto a la forma de elección habrá de estudiarse detenidamente. Si el derecho electoral se limita como en los Estados Unidos, a los que sepan leer y escribir…solo un 14% del pueblo lo podría ejercer…esto equivaldría a dejar la gestión pública en manos de una exigua minoría, por otra parte, si conforme a la ley española se permite votar a todo el que haya cumplido 25 años, la dirección quedará en manos de las masas ignorantes20.

Henry promovió la sustitución de las fuerzas policiales y

la reorganización militar de la seguridad pública. Impuso las cortes

militares, con poderes extraordinarios, justificada de acuerdo con

las estructuras y las funciones militares, como consecuencia de las

situaciones creadas en los espacios rurales por las partidas. Frente

a estas decisiones y acciones, hubo amplios reclamos políticos y

protestas populares y sindicales, ilustrando no solo los problemas


sociales existentes, sino su mantenimiento y agravamiento por

el gobierno de ocupación. Los tabaqueros, tipógrafos, peones y

trabajadores agrícolas se manifestaron en diversas municipalidades.

Hubo serios motines y confrontaciones en Fajardo, San Juan, Yauco,

Peñuelas y Añasco21.

El Jefe de la Policía, el Comandante Frank Techter, describió su

amplitud y el carácter de seriedad de su reto a la ocupación. Por ello,

expresó su preocupación:“Una rápida concentración de fuerzas amplias y su marcha bajo el comando de un oficial a través del territorio afectado resultó ser suficiente para prevenir incidentes contra el Gobierno, los cuales fueron en varias ocasiones seriamente amenazados”22.

La urgente situación provocada por las protestas populares,

promovió una reorganización más rápida de la policía, ampliándose

en número y sirviendo como auxiliares subordinados de las tropas

de ocupación, bajo su dirección militar central. Para alcanzar este

propósito, se convocó la formación de grupos de voluntarios en 16

municipios. Los objetivos políticos de este cuerpo, que orientarían

este rápido proceso de estructurar fuerzas de seguridad combinadas,

fueron descritos de la siguiente forma, adquiriendo un tono de

subordinación y anticipado que “realizarán su objetivo, el cual es

cultivar el patriotismo y demostrar que el soldado puertorriqueño, al

igual que el americano, contrae una obligación de defender la bandera

y las leyes de los Estados Unidos”23.

Sobre las consecuencias de la inestabilidad y la protesta

social, señaló el Gobernador Henry, ignorando las condiciones de

inestabilidad económica y social impuesta por el bloqueo, la invasión

y la ocupación de Puerto Rico. Ante la inminente amenaza a la

estabilidad del régimen y el adelanto de los objetivos económicos de

la Americanización, sentenció:Respecto a los ociosos rumores, a las amenazas de violencia

en ciertas localidades, las supuestas reuniones con fines revolucionarios y los innumerables artículos que aparecen en la prensa de los Estados Unidos, tendientes a demostrar la existencia aquí de un estado de cosas turbulento, todo esto contribuye a ahuyentar el capital, ávido de acometer provechosas empresas y se empieza a palpar sus efectos con perjuicio del bienestar y progreso de la isla24.

Luego de exponer el perjuicio que le causaba a la inversión

económica, clave para el proyecto de Americanización, concluyó: “No

es de presumir exista en Puerto Rico propósito alguno de resuelta

oposición a la ley y el orden, pero de ser así sería aplastada en el acto,

resultando en el suicidio del país”25.

En su despedida, el Gobernador Henry reflexionó sobre su

experiencia al mando militar de Puerto Rico, sino que advirtió sobre

los procesos que se establecerían posteriormente, no solo en la

naturaleza de las relaciones económicas, impuestas sobre una isla que

apenas se encontraba en una condición pre-capitalista, sino el requisito

de “americanizar”, a través del dominio de la educación y su idioma,

así como la alteración y sustitución de los valores culturales. En esta

ocasión, presentó una advertencia solemne en torno a la situación

del país, en la cual no solo estableció el requerimiento de aceptar la

situación de la cesión, sino la necesidad de alterar “las costumbres” y

“el idioma”, antes de poder observarse progreso alguno.

En sus palabras:Los puertorriqueños no deben impacientarse, sino adaptarse cuanto antes a los cambios propuestos, los cuales son para su bien y tienden a la prosperidad y al mejoramiento de la isla. Deben tomarse en cuenta la diferencia de costumbres, idioma y relaciones de largos años, todo lo cual es muy difícil de eliminar en plazo tan breve, pero urge cambiarse antes de que sea posible adelanto alguno de importancia26.

El 9 de mayo de 1899, ocupó la posición de Gobernador

Militar, el Gen. George Whitefield Davis. En su mensaje inaugural


reiteró que mientras el Congreso dispusiera lo contrario, el poder

militar sería la forma de gobierno de la “posesión”. Reconoció que

las transformaciones impuestas adecuarían las relaciones políticas y

jurídicas al sistema territorial. Este sería el camino a seguir en ausencia

de legislación congresional explícita, de acuerdo al interés nacional

supremo. El Departamento de la Guerra ya había establecido como

oportuna, en la corrección de una circular, la posibilidad de abandonar

la doctrina territorial histórica, la correspondiente a la incorporación,

para dar paso a la condición de territorio “no incorporado”, la cual

sería adoptada posteriormente con la aprobación de la ley propuesta

por Joseph Benson Foraker.

Las condiciones observadas por Henry, se mantuvieron

latentes y amenazantes bajo la gobernación de Davis. La situación

social y política, impuso de parte de las fueras militares y policiales

estadounidenses, un sistema de investigación sobre todos quienes

manifestaran su oposición. En un revelador informe, el policía

Leopoldo García, señaló en carta al Jefe de la Policía Insular, que en

su misión de inteligencia por varios municipios se había encontrado

con una situación de organización generalizada de la oposición. En su

recorrido por Ciales, Jayuya y Utuado, encontró que se había difundido

ampliamente la propaganda anti-norteamericana, la cual proponía el

establecimiento de la Confederación Antillana, integrada por Cuba,

República Dominicana y Puerto Rico. Esta propaganda y su organización,

contaba con integrantes armados, involucrando sectores diversos de

la población, tales como hacendados, maestros, miembros de partidas,

cubanos (posiblemente puertorriqueños y cubanos vinculados al

Partido revolucionario Cubano) y peninsulares. Según el informe, su

propósito era fomentar la rebelión27.

Desde San Sebastián, el policía Jesús Carbo, señalaba en otro

informe una amplia participación de peones, maestros y policías28. Desde

Guayama y Ponce, se señalaba la existencia de grupos organizados,

definidos políticamente e integrados por curas, trabajadores y

cubanos29. Señalaban los informes, la formación de organizaciones

obreras, reclamando reivindicaciones de clase en “forma sediciosa”30.

Esta situación grave, que confrontaba y retaba el poder

militar estadounidense, condujo a la imposición de nuevas medidas

represivas. La Orden Militar del 31 de julio de 1899, definió como

sedicioso cualquier intento de organización para subvertir el orden

político por la fuerza. Se incluyó como acto sedicioso, “el estorbo o la

demora” en la ejecución de alguna ley de Estados Unidos. Se impuso

además la censura de la prensa, condenando aquellas publicaciones

que confrontaran las versiones militares oficiales. Esta disposición

incluyó lo siguiente: “Si una publicación tiende por su índole a desviar

el afecto del pueblo, haciéndolo menospreciar el gobierno…el autor y

el editor incurren en castigo, y no importa que fuere o no realmente

la intención”31. En este proceso de censura política e intimidación

fueron víctimas las publicaciones “Bandera Americana” de Mayaguez y

“La Metralla”, de Ponce, a partir de sus críticas al Secretario de Justicia.

Otros fueron “El Combate” de Evaristo Izcoa Díaz, por información

sobre la guerra estadounidense-filipina y “El Porvenir Social”, por sus

ataques al catolicismo.

Los intereses de los inversionistas estadounidenses, los cuales

serían verdaderamente beneficiados por las transformaciones políticas

y económicas de la Americanización, reclamaron mayores seguridades

para sus inversiones, con lo cual fueron reclamados tribunales con

procedimientos estadounidenses, para confiar sus pleitos comerciales

y financieros en la jurisprudencia dominante. Unieron sus voces para

condenar la timidez en establecer las condiciones que garantizaran

los intereses del capital inversionista, principalmente el de las

corporaciones.

Sobre esta situación, comentó el General Davis:Se instó para que se comprendiera que toda esperanza de regeneración industrial para la isla sería inútil a menos que los extranjeros se identificaran con los habitantes y aportaran los


capitales en grandes cantidades para la inversión y el desarrollo de los recursos durmientes y latentes, que incluyen una riqueza potencial inmensa, pero el capital no vendrá mientras se asuma que no hay otra protección que las leyes locales…32.

Como resultado de esta incomodidad con las leyes vigentes

del país, el gobierno militar propuso una solución intermedia, al no

poder eliminar totalmente las relaciones jurídicas precedentes, con

el establecimiento de la Corte Provisional de los Estados Unidos en

Puerto Rico, la cual tendría la autoridad para revocar las decisiones

de los tribunales locales. Este tribunal estadounidense impuesto para

atender los asuntos de interés principal, tanto los políticos como los

económicos de los estadounidenses, juzgaría los delitos contra las leyes

de Estados Unidos, así como los delitos cometidos por sus nacionales.

Podría eliminar el sistema de jurado cuando lo creyera conveniente, y

sus decisiones se ajustarían a los precedentes en las cortes de Estados

Unidos y sus territorios. Sus decisiones fueron inapelables. Con ello,

establecieron además, los tribunales de policía y ampliaron la fuerza

policial hasta los 400 efectivos33.

Los municipios continuaron sufriendo el proceso centralizador

y de subordinación, en la dirección contraria a las establecidas por

la Carta Autonómica. Los reclamos de los municipios de Ponce,

Bayamón y Arroyo, compatibles con las medidas autonomistas y no

contrarias al orden militar fueron desestimados. El gobierno militar

tendría completa jurisdicción sobre oficiales y empleados de gobierno;

concediéndole facultades para emplear, ascender, reducir, transferir

posiciones de trabajo, y despedir a cualquier funcionario. El servicio

civil quedaba sujeto de la acción militar unilateral. En algunos casos

fueron ordenadas investigaciones militares sobre la administración de

los municipios, y se expulsaron concejales y funcionarios municipales,

por considerarlos excesivos y propusieron la consolidación de los

municipios.

En el ámbito electoral, se ampliaron los requisitos establecidos

para votar en las elecciones municipales. La Carta Autonómica

del 1897, permitió la participación de los varones mayores de 25

años, y residentes locales por dos años consecutivo, cualificando

electoralmente 150,000 electores 34. En las primeras elecciones bajo

el gobierno militar, se redujo la edad a 21 años, ser contribuyente,

residente por dos años y saber leer y escribir. Como consecuencia,

el patrón electoral se redujo al 5.5% de la población. De un censo

electoral de 659,294 personas, 509,498 iliteratos que perdieron su

acceso al voto. Los candidatos a los puestos de Alcalde, Concejales,

miembros de juntas y Jueces, deberían figurar entre los dos tercios

superiores de los contribuyentes municipales.

A diferencia de las promesas presentadas en Proclama del

General Nelson W. Miles sobre los beneficios políticos de la nueva

relación, la visión de los gobernadores militares resultó contraria.

En una ilustradora declaración del Gobernador Davis sobre su

desconfianza en la población puertorriqueña para el ejercicio al voto,

destacó lo siguiente:Si el sufragio universal o masculino se concede a los puertorriqueños, los resultados seguramente no serán los mejores. La mayor parte de las personas no se encuentran más capacitadas para el autogobierno que los indígenas de nuestras reservaciones, a quienes se le restringe el sufragio a menos que paguen impuestos. Son ciertamente más inferiores en escala social, intelectual e industrial que los chinos, a quienes le tenemos prohibido desembarcar en nuestras costas. Las masas ignorantes podrán ser manipuladas… (y) serán serviles a sus nuevos dueños y cualquier partido que les dicte sus deseos controlará el voto…y las clases trabajadoras se alinearán contra el capital34.

Durante el 1898, el Presidente McKinley designó a Henry K.

Carroll como Comisionado Especial para Puerto Rico. En octubre de

1899, sometió un voluminoso y extenso informe sobre la situación


del país. En su Informe al Departamento del Tesoro del 6 de octubre

de 1899, presentó veinticuatro recomendaciones. Entre las principales,

recomendó que la Constitución y las Leyes de Estados Unidos se

extendieran a Puerto Rico; la concesión de la ciudadanía estadounidense

para quienes renunciaran a la ciudadanía española; el voto para los

mayores de veintiún años; establecer una forma de gobierno territorial;

un poder legislativo consistente con la Constitución y el ejercicio de

las facultades municipales, judiciales y administrativas; elección de un

delegado al Congreso; mantener los códigos penales, civiles y comerciales

consistentes con la Constitución, hasta que se designara una comisión

presidencial para revisarlas; implantar el juicio por jurado y establecer

una corte de querellas para reclamos de propiedad, incluyendo las

eclesiásticas.

Propuso que las tarifas aduaneras y los ingresos del tesoro

fueran utilizadas durante los primeros cinco años para un fondo de

escuelas; el establecimiento de un sistema de condados; permitir que

los distritos municipales eligieran sus propios funcionarios; establecer

un sistema de educación universal y obligatorio, público, en el cual se

enseñaría en idioma inglés, entre otras35.

Sin embargo, los intereses estratégicos, establecidos por la

Marina de Guerra, interpusieron su visión y propuesta para el futuro de

la isla. En su extenso informe al Departamento de la Guerra, el General

George W. Davis estableció la siguiente consideración del legado militar:The changes that have already been made, and those now intended, should supply for the island, until otherwise provided by Congress, a form of government resembling, as respects the superior branches, the Territorial form heretofore applied in the United States to those portions of the national domain in a transition stage or one preparatory to full statehood and membership in the National Union36.

Mientras los partidos políticos puertorriqueños se identificaban

con la incorporación y el Comisionado Carroll sustentaba, luego de una

inspección del país, el cumplimiento de las disposiciones territoriales

constitucionales, el General Davis coincidía, pero destacando el rol

naval y estratégico del archipiélago puertorriqueño. Sin embargo, las

consideraciones nacionales estadounidenses se dirimían en un intenso

y conflictivo debate sobre los intereses inmediatos del país, en el

diseño del imperio. Los intereses de los hacendados se enfrentaban y

descansaban en la incorporación del nuevo territorio. De otra parte,

los intereses inmediatos de los sectores financieros, industriales,

comerciales y militares, se alinearon para establecer el diseño de las

nuevas “posesiones”.

El debate entre los “anti-imperialistas” del Partido Demócrata,

defensores del expansionismo y del capitalismo de libre concurrencia

y los “imperialistas” del Partido Republicano, mantuvieron la posición

de cumplir con un deber, según considerado por las doctrinas del

“Destino Manifiesto”, su “providencialismo” y “predestinación”.

Condenando el colonialismo, pero acercándose a posiciones

neo-coloniales, desarrollaron su campaña a partir de lo que

consideraron desventajas políticas, económicas y administrativas para

sus intereses. El congresista George F. Hoar propuso en un debate, la

opción de otorgar la independencia a Puerto Rico y Filipinas luego de

un periodo de proteccionismo. Carl Schurz, del grupo anti-imperialista

propuso la independencia para Cuba y Puerto Rico, configurando una

“confederación antillana” bajo la “supervisión” de Estados Unidos.

De otra parte, el republicanismo imperialista, justificaba

su posición desde diversas posiciones ideológicas y financiero-

comerciales. Albert Beveridge planteó la diferencia considerada

para las nuevas posesiones, en “que la providencia había puesto a su

disposición y Charles W. Fairbanks destacó la “incapacidad” de los

puertorriqueños para la participación gubernamental.

La claridad detrás de los discursos, la proveyó el senador

William B. Bate, reclamando las oportunidades financieras y

comerciales de la decisión territorial:


The experience of the Republican Party in the art of reconstruction has…taught lessons which were not forgotten when the Treaty of Paris secured the Island from Spain. The exploitation of the Southern States by carpetbag governments was an experience for which the acquisition of Puerto Rico and the Philippines offered opportunities which provided for in the Treat itself37.

Las consideraciones estratégicas de mayor peso las propuso

el senador por Ohio, Joseph Benson Foraker, quien reclamó la

protección de los mercados establecidos, particularmente el de China,

ampliándolos con la nueva legislación. Por ello, planteó en el Senado

la posición que habría de asignarse a Puerto Rico en el esquema

proteccionista estadounidense, lo cual definiría la legislación.

Foraker se expresó de la siguiente forma, sobre su visión

proteccionista:We are here, to legislate not only with Puerto Rico in view, but with the interests of the whole of the United States in view; with the interests of other possessions than Puerto Rico in view, and with our obligations to other possessions of the United States than Puerto Rico in view38.

El principio proteccionista y monopolista fue impulsado por

los intereses financieros, industriales y comerciales, así como sus

representantes políticos en el Partido Republicano. Los monopolios

azucareros de Hawaii y Louisiana, los remolacheros de California,

Nebraska y Colorado, los tabaqueros de Nueva Inglaterra, la Standard

Oil Company, al igual que otros intereses monopólicos laneros,

algodoneros, productores de frutas y vegetales y arroz, impusieron

la voz de sus intereses y compromisos políticos con el Partido

Republicano.

Frente a las protestas de diversos sectores agrícolas de

Puerto Rico, el Representante Grosvernor de Ohio sentenció:Nosotros diremos que hemos adquirido títulos sobre las Filipinas y Puerto Rico. Nosotros no fuimos tras ellos, sino que

ellos vinieron hacia nosotros sin que pudiéramos evitarlo…Las posesiones, con las cuales hemos contraído deberes y nos cuidaremos de ellos. Hemos de hacer todo el dinero que podamos en esta operación. Aumentando nuestros negocios…por más que todos los demócratas de esta tierra de Dios griten y pataleen…39.

La ocupación militar sirvió a los propósitos de orientar y de

conducir los procesos de transformación necesarios para adelantar

la Americanización, en ausencia de instrucciones precisas del

departamento de la Guerra o del Congreso. La legislación posterior,

conocida como la Ley Foraker, estableció una clara situación colonial

al establecer el territorio no incorporado, sujeto a las decisiones

congresionales. Con ello, alteraron las relaciones políticas, económicas,

jurídicas, electorales, municipales, educativas, de expresión y libertades

humanas fundamentales de Puerto Rico. El Congreso, dividido en el

1900, entre los imperialistas y anti-imperialistas, los que apoyaban

el establecimiento de un imperio extra-continental y quienes

rechazaron que la República pudiese o debiese tener colonias, evitó

la incorporación de Puerto Rico y además tampoco se comprometió

con su independencia.

Nuestra suerte como una nueva colonia corporativa-militar

se había sellado desde el 1894 con los planes del War College y las

propuestas del oficial naval e historiador Alfred Thayer Mahan, para

quien el imperio naciente requería de bases navales para asegurar sus

líneas de comunicación navales, entre ellas, las del Caribe. El gobierno

militar de ocupación, en el ejercicio de su poder y fuerza absoluta,

establecieron los fundamentos del régimen colonial, quebrando el

discurso de ser “el imperio bueno” del 1898, en contraposición al

imperialismo colonialista europeo.

De acuerdo con Lyman Gould, hasta la Ley Foraker, el

colonialismo no fue un factor del expansionismo estadounidense40.

La Ley Foraker y sus consecuencias, no sólo afectaron a Puerto


Rico y Filipinas, sino que inauguraron el periodo de intervencionismo

estadounidense en el Caribe, caracterizado por la visión de sus cuerpos

militares de la “inferioridad de los pueblos caribeños” y la necesidad de

intervenir en “las pequeñas y turbulentas repúblicas”41.

Notas

1 Conferencia ofrecida el 23 de febrero de 2018, en el Aula Magna del Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, como parte de las actividades de la XXV Asamblea Anual de la Asociación Puertorriqueña de Historiadores.2 George C. Herring, From colony to superpower: U. S. Foreign Relations since 1776 (New York: Oxford University Press, 2008), 309.3 Antonio Gaztambide Géigel, Tan lejos de Dios…Ensayos sobre las relaciones del Caribe con Estados Unidos (San Juan: Ediciones Callejón y Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, 2006).4 Alfred Thayer Mahan, The influence of Sea Power Upon History, 1660-1783 (A Public Domain Book, Kindle).5 Ivan Musicant, Empire by Default: The Spanish-American War and the Dawn of the American Century (New York: Henry Holt Company, 1998), 520.6 Cayetano Coll y Toste, Boletín Histórico de Puerto Rico (San Juan: Tipografía Cantero Fernández y Compañía, 1914), Vol. 6, 65-66.7 Ibid., 56-57.8 Lidio Cruz Monclova, Historia de Puerto Rico, Siglo XIX (Río Piedras: Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1962), Tomo III, tercera parte, 266.9 Ángel Rivero, Crónica de la Guerra Hispano Americana en Puerto Rico (Río Piedras: Editorial Edil, 1998), vii.10 Eugenio Montero Ríos, El Tratado de París (Madrid: Imprenta Marqués de Santa Ana, 1904), 59.11 Documentos presentados a las Cortes, en la Legislatura de 1898, por el Ministro de Estado, (Río Piedras: Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1988), 303-315.12 George W. Davis, Report of the Military Governor of Puerto Rico on Civil Affairs. (Washington: Government Printing Office, 1902), 45.13 Coll y Toste, op. cit., Vol. VI, 67.14 General Orders and Circulars, Military Department of Porto Rico (Washington: Government Printing Office, 1900), Orden General 1, 18 de octubre de 1898.15 Coll y Toste, op. cit., Vol. VII, 72.16 Carmelo Rosario Natal, Puerto Rico y la crisis de la Guerra Hispano-americana, 1895-1898 (Río Piedras: Imprenta de Ramallo Brothers, 1972), 335.

17 Carta del Capitán A. Culcomb al General T. Longhorne, del 5 de agosto de 1899, (Archivo Central de Fortaleza, en el Archivo General de Puerto Rico), caja 24.18 Coll y Toste, op. cit., Vol. VI, 92.19 General Orders, op. cit., Núm. 19, del 23 de febrero de 1899.20 Coll y Toste, op. cit., Vol. VI, 89.21 Igualdad Iglesias, El obrerismo en Puerto Rico (Palencia: Ediciones Juan Ponce De León, 1973), 58.22 Informe de Frank Techter, del 30 de junio de 1900 (Archivo Central de La Fortaleza, en el Archivo General de Puerto Rico), Caja 39.

23 General Orders, Circular 6, del 21 de marzo de 1899.24 Ibid.25 Ibid.26 Coll y Toste, op. cit., Vol. VI, 121-122.27 Carta de Leopoldo García al Jefe de la Policía Insular, 27 de febrero de 1900 (Archivo Central de La Fortaleza, en el Archivo General de Puerto Rico), Caja 39.28 Carta de Jesús Carbo al Jefe de la Policía Insular, 11 de marzo de 1900 (Archivo Central de La Fortaleza, en el Archivo General de Puerto Rico), núm. 6979.29 Carta al Jefe de la Policía Insular, 28 de febrero de 1900 (Archivo Central de La Fortaleza, en el Archivo General de Puerto Rico), Caja 24.30 Carta al Secretario de Justicia, 13 de junio de 1900 (Archivo Central de La Fortaleza, en el Archivo General de Puerto Rico), Caja 24.31 Davis, op. cit., 59.32 Ibid.33 Iglesias, op. cit., 80.34 Cablegrama del General George W. Davis al Secretario de la Guerra, del 6 de agosto de 1899 (Archivo Central de La Fortaleza, en el Archivo General de Puerto Rico), caja 29.35 Davis, op. cit., 107.36 Cablegrama del General George W. Davis al Secretario de la Guerra, del 6 de agosto de 1899 (Archivo Central de La Fortaleza, en el Archivo General de Puerto Rico), caja 29.37 William B. Bate, Porto Rico and the Philippines (Washington, 1900), 15.38 Joseph Benson Foraker, Puerto Rico (Washington, 1900), 23.39 En la metrópoli, expansión republicana, La democracia, 17 de marzo de 1900, 1.40 Lyman J. Gould, La Ley Foraker: Raíces de la política colonial de los Estados Unidos (Río Piedras: Editorial de la Universidad de Puerto Rico), 11.41 Lester Langley, The Banana Wars: United States Intervention in the Caribbean, 1898-1934 (Wilmington: Scholarly Resources, 2002), xx.

GUILLERMO REBOLLO-GIL CUATRO POEMAS DE NIÑOSELVA 9796 ÁMBITO DE ENCUENTROS VOLUMEN 12 NÚMERO 2 2019

Cuatro poemas de niñoselva

GUILLERMO REBOLLO-GIL

Niñoselva duerme durante su primera visita al acuario

Te perdiste los cocodrilos

y las aguavivas y ¡las nutrias!

y los mantarrayas y las anguilas

y los caballitos de mar

-todo-, menos el corillo

de pececitos cualesquiera

que para mi sorpresa no

huían de ti besando el cristal.

Niñoselva juega con cucharas

Ya me lo imagino

en los platos

cocinando suave,

metiéndole sazón.

Por ahora mete la cuchara

en su cubito de playa,

la hace sonar,

se sirve su porción de aire

y come.

GUILLERMO REBOLLO-GIL CUATRO POEMAS DE NIÑOSELVA 9998 ÁMBITO DE ENCUENTROS VOLUMEN 12 NÚMERO 2 2019

Niñoselva camina

La escena es de terramor.

Una combinación del it’s alive! de Frankenstein

con lo mejor de Godzilla vs. King Kong,

nivel Los Cariñositos. A mí me

toca escoger entre ser un rascacielos

o ser Tokio.

Niñoselva va a la escuela

La noche antes no dormimos.

La noche siguiente le dispararon a Nairobi

en medio del atraco al Banco Nacional de España.

De Nairobi aprendí— y quisiera que el niño también

comprendiera—que violento es el estado,

que el amor es de valientes, y que si por error

un día en el salón escribe balentía,

procure decir que su poeta favorito

es Che Melendes.

JUANLUÍS RAMOS RESEÑA 101100 ÁMBITO DE ENCUENTROS VOLUMEN 12 NÚMERO 2 2019

Tres o cuatro cuentos y un solo de bajo en celebra-ción del libro remasterizado de Manuel Almeida1

JUANLUÍS RAMOS

1) Cuando empecé a comprar música, los habían muerto y los

cassettes intentaban sobrevivir a la ola arrasadora de los CD’s. Yo

tenía un walkman que mami me había regalado y el cual llevaba sin

permiso a la escuela. El único cassette que tenía para ese entonces era

Explosión, producción de 1993, del maestro Vico C. El cassette me lo

regalaron en un intercambio de regalos en la escuela. Yo le tenía que

regalar a Josué y Carmen Milagros me tenía que regalar a mí. Todo el

primer grupo de segundo grado de la escuela elemental María Bas de

Vazquez en Bayamón recibió el mismo cassette en el intercambio de

regalos de esa navidad. Hasta ese entonces, yo solo tenía dos cassettes.

Uno donde mami me grababa música del radio, principalmente, salsa

de Z93 que era lo que escuchaba mi padre y baladas de Estereotempo

que era lo que escuchaba mami. El otro cassette que tenía, y que por

cierto, me encantaba, era Aprendiendo a multiplicar con Rubén DJ.

Les confieso que nunca me aprendí las últimas tres canciones.

Comencé a comprar mis propios cassettes cuando me di

cuenta que los 10 pesitos que abuelo Toño me daba a escondidas,

cada vez que lo visitaba en Naranjito, servía para algo más que com-

prar dulces, alquilar películas de muñequitos y juegos de videos en

Blockbuster y comprar figuras de acción de los Ninja Turtles. Me en-

cantaría mentirles y decirles que los primeros cassettes que compré

fueron Nervermind de Nirvana, Unknown Pleasure de Joy Divison o

Sin Documentos de Los Rodríguez. Pero no, los primeros cassettes

que compré por mi cuenta, coincidieron con la comercialización del

reguetón underground. Mis primeros cassettes fueron Playero DJ, The

Noise, Dj Dicky….

2) Con el paso del tiempo los cassettes perdieron la batalla. Y a

mí en las navidades del 98 lo que me regalaron fue un Cd Player con

un único CD. Pero no era cualquier CD, Aquel que había muerto de

la tumba salió y ahora contrataca con lo que aprendió, la voz de la

experiencia con potencia regresó. Vico C, en lo que creo que fue su

primer comback a causa de su eterna batalla contra la heroína. Y ese

CD fue un palo y todos los muchachos de la escuela lo teníamos y lo

cantábamos al unísono y a viva voz. Ninguno de nosotros, los mucha-

chos, sabía; menos Gilberto, a él su mamá se lo había dicho; que ese

disco de Vico C era CD cristiano. “Dios obra de maneras misteriosas

decía la mamá de Gilberto riéndose para dentro.

3) Entonces, yo con caminaba con el CD Player para todos lados,

con los audífonos en las orejas me sentía intocable. No importaba

que lo que sonará fuera el Sueños líquidos de Maná, el Dónde están

los ladrones de Sharika o el A medio vivir de Ricky Martin, yo me

sentía la ostia. Fue con ese sentimiento apoderado de mí que un día

fui a la farmacia con mami y me detuve en el área de las revistas, como

siempre hacía. Busqué mi favorita, la revista Luz, y no quedaban. Así

que agarré la GamePro, revista de video juegos. En la portada anun-

ciaban que era una edición especial pues contenía todos los trucos

y los fatalities del Mortal Kombat. Fui donde mami, le pedí bolígrafo

y un pedazo de papel y me puse a copiar uno por uno los más de 20

trucos que tenía cada personaje, que no eran pocos. Al terminar mi

[A modo de reseña de Clonazepán y circo. Edición Remasterizada. San Juan: Disonante, 2019]


encomienda, ojeo el resto de la revista y para mi gran sorpresa, en el

medio de esta, en un tipo de página más gruesa que el resto, una com-

pañía llamada Columbia House ofrecía 12 CD’s por un centavo. Qué

cosa más loca, me dije a mí mismo. Y con extremo cuidado arranqué

las páginas donde venía incluida la oferta. La doblé junto al pedazo

de papel con los trucos que aún llevaba en la mano y me la metí al

bolsillo. No me atreví decirle nada a mami, primero porque me robé

un pedazo de revista y segundo porque la oferta parecía de embuste.

¿Cómo diablos te van a dar doce CD’s por un chavo prieto?¿Cómo

es posible que yo, siendo un niño para ese entonces, pidiera los doce

discos por correo, que nunca me pidieran una tarjeta de crédito, que

mami nunca se enterara y que tan siquiera tuviera que que pagar el

centavo?. Lo más raro de todo, es que lo hiciera a mi nombre. O sea…

a nombre de un chamaco de como 14 años. Claramente era un truco.

No sé qué tipo de truco, pero definitivamente tenía que serlo. Hoy,

casi 20 años después de eso, no me he visto perjudicado por ningún

robo de identidad a causa de los 12 discos del Club Columbia, todo lo

contrario. Esos doce CD’s que me llegaron me cambiaron para siem-

pre. No recuerdo bien cuales fueron todos, pero ahí estaba el Baby

One More time de Britney, The Slim Shady de Eminem, el disco Mile-

nium de los Backstreet boyz, el Mecanichal Animal de Marilyn Manson,

el IV de Led Zeppelin, La reunión de Black Sabbath y El Dark Side

of the Moon de Pink Floyd. Este último tenía un sellito en la portada:

Remasterizado.

4) Con la llegada del nuevo milenio, a casa llegó una Compaq

Presario y conexión al internet Dial Up 56k. ¡Yes!, qué cosa cabrona,

¿no?. Napster, la primera plataforma para descargar música de ma-

nera ilegal, ya existía y yo ya sabía usarlo. El problema con Napster, el

Dial up, el vivir en una casa con tres personas más y una sola línea de

teléfono es que era casi imposible poder mantenerse conectado por

cinco horas interrumpidas en lo que descargaba la canción. Empeza-

bas a bajar una, cualquiera, y llamaba tu abuela y se desconectaba el

internet y lo que fuera que estuvieras bajando desaparecía. Un pro-

blema. Aún así me las ingeniaba en las noches para bajar las canciones

que quería. Y así, después de mucho esfuerzo, y como de cuatro meses

de intento, bajé el Radical Sonora, primer disco solista de Enrique

Bunbury. Y empecé a descargar canciones de Los Rodriguez, de Ca-

lamaro, de Cerati, Iron Maiden, de Queen, de Hector y Tito, y de un

montón de bandas y artistas más que mencionaban en las páginas de

internet que frecuentaba. Una vez descargadas, las quemaba en un CD,

los cuales vendía en la escuela.

La velocidad del internet mejoraba cada vez más, y con esas

mejorías mis ansias por la piratería, y la cantidad de música que bajaba

al día era absurda, tan absurda que nunca en la vida la podría escuchar

toda.

5. Podría seguir haciéndoles cuentos de mis primeros acerca-

mientos a la música; de cómo me convertí en un magnate de la pira-

tería; de las bandas en las que tocando el bajo intenté ser rockstar; de

las canciones de reguetón que alguna vez grabé; del que una vez fue

mi blog, el cassette grabao, donde entre otras cosas escribía reseñas

de música; de las búsquedas específicas que actualmente habría que

hacer en el youtube para encontrarme cantando; de cómo la música

fue un sueño y como evolucionó en esto de la literatura; entre mu-

chas otras cosas. Pero no, hoy no venimos a hablar sobre música, lo

que hoy nos compete es la poesía. Clonozepán y circo, primer libro de

poesía de Manuel Almeida, en su versión remasterizada. El problema

estriba en que desasociar la cuestión musical de un libro cuya estruc-

tura es la del disco en vinyl (o el cassette), Lado A y Lado B; de un

libro que toma su título del cuarto track del primer disco de Honesti-

dad Brutal del gran Andrés Calamaro; de un libro remasterizado para

que se pueda leer/ o escuchar, en mejor calidad; de un libro poblado

de referencias al rocanrol: Enrique Bunbury, Ziggy Stardust, Nick Cave,


Quique González, Bob Dylan, Joaquín Sabina solo por mencionar al-

gunos; de un libro que parecería alternar entre los registros de un

arpegio con un pedal de efecto chorus y un poquito de Echo, y los

arcordes rasgados de una distorsión punk rock; de un libro que si le

pegamos el oído, si agudizamos y llegamos a su frecuencia, nos regala

un folky rocanrol de primera calidad. Pues será imposible separar los

términos de música y poesía.

En el primer verso de la canción que le da título al libro,

Clonazepán y circo, quizás encontramos el punto de partida para en-

tender la propuesta detrás del Clonozepán y circo de Manuel. Per-dimos estabilidad/ No sabemos de qué lado/ vamos a quedar parados. Esa pérdida que nos anuncia la voz de Calamaro

se ve reflejada en la gran mayoría de los poemas que componen el

ellibro en cuestión. Echémosle un vistazo a sus primeros textos: “No

hay/ mayor profundidad/ que la que tiene/ el vaso de agua/ en el que

te vas a ahogar (Profundidad, primer texto del libro. “?Seré yo el único

que suda frío realizando una labor ordinaria. Que miro a mi alrededor

y que ejecuto con temor porque pienso que voy a desmayarme. Que

me envalentono porque tengo en mi bolso un pote de pastillas que

me harán supermán?” (Único) “Mejor es empeparse y/ reprimir hasta

que te dure/ el ciclo de la receta” (Klonopín). “El desplazamiento del

feeling provocado por las pastillas me las devuelve el sonido demole-

dor del buen rocanrol” (Utopía II). Notamos una voz poética que se

establece en la desestabilidad absoluta, en la derrota producida por

cotidianeidad del mundo contemporáneo. Las pastillas, Laura Victoria,

Carmen, Maia, el Don Q con Coca Cola Zero, los cómics, la cultura

POP y el rocanrol parecerían ser los únicos agentes de salvación para

este sujeto poético se hago en él mismo.

Me resulta interesante la forma en que el sujeto lírico se en-

frenta a su condición, pues a pesar de todo su desarraigo, este se

instala en la honestidad. Y tal como he dicho en otras ocasiones en

relación del libro, esta es una de sus fortalezas. El sujeto que nos es

presentado, duda, se siente vulnerable, se encojona, lamentas la pér-

didas, extraña, se emborracha, se reconoce finito, se burla, se queja y

hasta se tira al suelo al llorar. Al enfrentarnos a los textos que com-

ponen Clonazepán y circo podemos sentir estos pesares que sufre la

voz poética como si también fueran nuestros. La empatía con el sujeto

lírico es inminente. Y dentro del arte, eso me parece fundamental. En

una canción, en un poema, en una novela, en una pintura, en un baile,

en cualquiera de sus manifestaciones, cuando el arte es honesto nos

sentimos en la comodidad de apoderarnos de él, de sentirlo nuestro.

Eso sucede con Clonozepán y circo de Manuel Almeida, el sentimiento

que nos muestra, es capaz de traspasar el papel y posarse en nosotros,

sus lectores.

Notas

1 Este texto fue leído en la presentación de Clonozepán y circo de Manuel S. Almeida el jueves 22 de agosto de 2019 en Libros AC en Santurce.

107106 ÁMBITO DE ENCUENTROS VOLUMEN 12 NÚMERO 2 2019

NOTA SOBRE LOS AUTORES

Juan F. Caraballo-resto es Catedrático Auxiliar de Antropología en la Universidad de Puerto Rico, en Cayey. Ha sido recipiente de la competitiva beca de investigación Fulbright. Su última publicación es: ‘“Fundamentalismo Islámico” en España: Entramados de Discurso, Agencia y Poder’, en Angeles Ramírez (Ed.) La Alteridad Imaginada: El Pánico Moral y la Construcción de lo Musulmán en España y Francia. Barcelona: Edicions BellaTerra. 2014. Actualmente, ha sido invitado a contribuir con un capítulo sobre Puerto Rico en el Oxford Handbook of Caribbean Religions, el cual habrá de publicarse en la primavera de 2020.

Mildred díaz Colón es Catedrática Asociada de la Escuela de Innovación, Emprendimiento y Negocios de la Universidad Ana G. Méndez, Recinto de Carolina. Sus artículos más recientes son “Análisis reflexivo de la importancia de la tecnología en el crecimiento económico de los países”, en la Revista Gestión de las Personas y Tecnología, núm. 21, 2014, Universidad Santiago de Chile; y en coautoría con Isabel Candal Vicente, “La importancia de la tecnología para el desarrollo económico sostenible y sustentable”, Congreso de Investigaciones XVI, 2018, Universidad del Turabo.

Miguel a. Hernández Delgado nació es profesor de español en la Escuela Secundaria de la Universidad de Puerto Rico (UHS-UPR). Culminó estudios de Bachillerato en Educación Secundaria en español y una segunda especialidad en Estudios Hispánicos en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Completó, además, una maestría en español también en la Universidad de Puerto Rico; y actualmente cursa sus estudios doctorales en literatura española. Ha presentado múltiples conferencias y ponencias de gran solvencia académica y ha asistido a un sinnúmero de congresos nacionales e internacionales. Sus investigaciones se centran en los temas de educación, enseñanza del español, ciencia y literatura, literatura puertorriqueña del siglo XIX y la literatura del Siglo de Oro español.

lourdes Meléndez Morales es Catedrática Auxiliar de la Escuela de Innovación, Emprendimiento y Negocios, de la Universidad Ana G. Méndez, Recinto de Carolina. Es autora de varios artículos académicos. Sus artículos más recientes son “Snapchat as an Influential Tool for Marketing Communication: An Exploratory Analysis of Brands Usage’, publicado en Back to the Future: Using Marketing Basics to Provide Customer Value, Academy of Marketing Science; y en co autoría con Yanitzary Alvarado, Lina Gómez, Kasim Bernabe, “What Celebrities and Brands Snapchat About: Ises, Gratifications, and Engagement”, XV Encuentro de Investigadores, Universidad del Turabo.

Juanluís raMos (Bayamón, Puerto Rico, 1985), es autor de los libros de cuentos Reyerta TV (Libros AC, 2009), por el cual obtuvo el Premio Nacional de Cuento 2009 otorgado por el Pen Club Puerto Rico; y Shadowplay (ICP, 2016). En el 2017 recibió el Premio Nuevas Voces de Puerto Rico. Actualmente completa estudios doctorales especializados en literatura puertorriqueña, en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.

guillerMo rebollo-gil es Catedrático Auxiliar de la Escuela de Ciencias Sociales y Humanas, de la Universidad Ana G. Méndez, Recinto de Carolina. Su libro más reciente es Writing Puerto Rico. Our Decolonial Moment (Palgrave, 2018). Además, es autor de los libros Los actos gratuitos (Ediciones UNE, 2018) y última llamada (Ediciones UNE, 2016). Tiene una amplia obra de poesía, entre ella lo más reciente es El universo de cosas con que quedarnos (Disonante, 2017).

JaiMe rodríguez CanCel es Catedrática Asociado de la Escuela de Ciencias Sociales y Humanas, de la Universidad Ana G. Méndez, Recinto de Carolina. Es autor de La Guerra Fría y el sexenio de la puertorriqueñidad. Afirmación nacional y políticas culturales (Ediciones Puerto, 2007) y en co-autoría con Juan M. García-Passalacqua de Puerto Rico y Estados Unidos: conversaciones sobre geopolítica, geocultura y postcolonialidad (2005-2007) (Luscinia C.E., 2017).


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