revista comunicaciÓn medellín-colombia. enero-diciembre de ... · silencio1, rompía el silencio...

5
135 Revista Comunicación, No. 27 (2010) La memoria más allá de la evocación La memoria más allá de la evocación La memoria más allá de la evocación La memoria más allá de la evocación La memoria más allá de la evocación Entrevista a Martha Helena Montoya Vélez Entrevista a Martha Helena Montoya Vélez Entrevista a Martha Helena Montoya Vélez Entrevista a Martha Helena Montoya Vélez Entrevista a Martha Helena Montoya Vélez Bordeaux, abril 10 de 2010 Bordeaux, abril 10 de 2010 Bordeaux, abril 10 de 2010 Bordeaux, abril 10 de 2010 Bordeaux, abril 10 de 2010 Revista Comunicación, No. 27 p. XX - XX Medellín-Colombia. Enero-Diciembre de 2010, ISSN 0120-1166 Realizada por: Christophe Kenderian

Upload: dangthuan

Post on 20-Oct-2018

216 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

135

Revista COMUNICACIÓN

Revista Comunicación, No. 27 (2010)

La memoria más allá de la evocaciónLa memoria más allá de la evocaciónLa memoria más allá de la evocaciónLa memoria más allá de la evocaciónLa memoria más allá de la evocaciónEntrevista a Martha Helena Montoya VélezEntrevista a Martha Helena Montoya VélezEntrevista a Martha Helena Montoya VélezEntrevista a Martha Helena Montoya VélezEntrevista a Martha Helena Montoya Vélez

Bordeaux, abril 10 de 2010Bordeaux, abril 10 de 2010Bordeaux, abril 10 de 2010Bordeaux, abril 10 de 2010Bordeaux, abril 10 de 2010

Revista Comunicación, No. 27 p. XX - XXMedellín-Colombia. Enero-Diciembre de 2010, ISSN 0120-1166

Realizada por:Christophe Kenderian

136

Revista COMUNICACIÓN

Revista Comunicación, No. 27 (2010)

Resumen

El libro de Marta Helena Montoya, Rompiendo elsilencio. Yo te acuso Pinochet (traducción francesa),ha sido galardonado con el primer puesto en el premioMontserrat Ordóñez de la Sección Colombia de laAsociación de Estudios Latinoamericanos (LASA) delaño 2010. Para la revista Comunicación UPB esmuy grato publicar una entrevista que la autoraconcedió sobre el libro cuando este fue lanzado enBordeaux, Francia, en abril 10 de 2010

Palabras clave

Pinochet, Golpe militar Chile, literatura de testimonio,Autobiografía.

C.K: Hace 10 años, con su libro Rompiendo elsilencio1, rompía el silencio en castellano y ahora,gracias a la traducción al francés, de FrancoiseEscarpit2, nos viene a romper el silencio en Francia.Primero quisiera saber, 10 años después de lapublicación del libro allá, ¿qué le provoca venir apresentar su libro acá en Francia?

MHM: Me provoca una emoción impresionante. Esdecir, es una emoción mucho más fuerte que cuandorompí el silencio en español. Creo que romperlo enotro idioma te da el sentido de la trascendencia y dela importancia de que también otras lenguas empiecena contar esa misma historia, y otros paisajes, otrosespacios, otras personas sepan de algo que pasó yahace 36 años.

Sentirlo contar en otra lengua es, de pronto, sentirtemás allá; más allá de los sueños, más allá de lasposibilidades, más allá de una realidad y tener lacerteza de que es un mensaje que se va a propagar,es un acto no sólo político sino también lingüístico.

Vas rompiendo barreras, no solamente el silencio sinofronteras y que se empiece a pensar América Latinadesde otros espacios, con otros lenguajes, en otralengua, por ejemplo la francesa, y que se comience a

hablar de una realidad que les fue ajena y no ajenapero que, de pronto, la sienten próxima por la cercaníaque da la lengua, es muy emocionante.

C.K: Ayer, en una presentación de tu libro estuvisteen contacto con la comunidad chilena de aquí deBordeaux y no sé si ya en varias ocasiones tuviste laoportunidad de presentar tu libro a chilenos (porqueéste habla de la época del golpe de Estado) te preguntoeso porque sé que su versión en español fue publicadaen México, pero todavía no lo es en Chile.

M.H.M: Sí, en México a las presentaciones que sehicieron, como 7 u 8, siempre asistió alguien de lacomunidad chilena. Sin embargo, en Chile no se hadivulgado y tampoco ha habido la posibilidad depresentarlo. Ya está en el Museo de la memoria quese abrió ayer allá, pero falta todo un trabajo dedivulgación en su territorio.

El presentárselo a la comunidad chilena de Bordeauxha sido un encuentro muy conmovedor para mí. Meencontré con personas que vivieron lo mismo que yo,o que sufrieron cosas peores que yo. En los camposde concentración en los cuales estuvieron recluidospor varios años fueron totalmente destrozadas en susubjetividad. Fue de pronto toparme con ese otrorostro de un exilio demasiado duro, con presenciasque tienen cosas más dolorosas que contar que yo yque, sin embargo, tuvieron la apertura, la sensibilidady la actitud generosa de un reconocimiento a mivalentía por haber roto el silencio. Los hallé en esaactitud pero también en la pelea interior al ver aalguien que rompe el silencio, que algunos de ellosno lo han podido hacer y que cada que tratan dehacerlo tienen un bloqueo emocional muy grande.Estaba frente a unos seres humanos que yo los sentíacomo resucitados, como salidos de un infierno y queal mismo tiempo no pueden tener la Epifanía, que esel emerger de ahí con alegría y poder contar que estánvivos. Te repito, fue una confrontación muyemocionante.

C.K: En tu libro cuentas una época más o menos cortade tu vida, que empieza cuando llegas a Chile, si bienrecuerdo en julio del 73 hasta un mes después delgolpe de Estado y entonces a través de extractos, derelatos cortos uno va entrando en tu historia, en tumemoria y la va haciendo suya también.

En la narración misma me llama mucho la atenciónlas dos fechas con las que inicias tus relatos. Quisieraque nos hablaras de esto.

1 Montoya Vélez Martha Helena, Rompiendo el silencio, yote acuso Pinochet. Editorial la Correa Feminista. México,D.F. 1999.

2 Montoya Vélez Martha Helena, Rompre le silence jet´accuse Pinochet. Editorial Elytis. Bordeaux, 2009.

La memoria más allá de la evocación. Entrevista a Martha Helena Montoya Vélez

137

Revista COMUNICACIÓN

Revista Comunicación, No. 27 (2010)

MHM: La primera fecha que aparece en cada uno delos relatos es la fecha en la que escribo y la que estádebajo es la que recuerdo. Eso lo hice para expresarel ejercicio de la memoria y que también el lectorpueda saber el margen de tiempo que hay entre unay otra. Entre la escritura y el recuerdo. Creo que esole da una dimensión a lo que es la lucha porque serecupere la memoria y ésta se haga explícita y puedamaterializarse en un acto estético.

C.K: Desde el 73, que viviste el golpe de Estado enChile y el momento en el cual empezaste a escribir,pasaron 20 años. ¿Qué es lo que hizo que te pudierasdecidir a sacar lo que tenías dentro y ponerlo en papely además de ponerle en papel, publicarlo?

MHM: Hay un factor geográfico que creo es muyimportante y que no solamente por ser geográfico tieneesa dimensión sino porque también es simbólico y esel espacio que encuentro en México. Llego despuésde estar viviendo en Colombia un momento dedesangramiento que no se ha acabado (ayer seconmemoraron 62 años de haber empezado laviolencia política). Hallo todavía un espacio de libertady además de cierto anonimato, donde puedesexpresarte.

También hay un factor determinante, el amor de mipareja y es él quien se pone de interlocutor, aescudriñar y con mucho respeto pero con muchatenacidad e insistencia empieza a preguntar ¿Qué pasóen Chile? Ya unos meses atrás me lo había preguntadola sicoanalista, escucha bien, la sicoanalista, y yo lerespondí “no quiero hablar de eso, es demasiadoterrible”. Me dijo: “usted está en Colombia, no estáen Chile, por favor hable” y no pude.

En México Rafael se empeña en decir “me vas a contar”y decide comprarme un gran cuaderno y digo granporque su tamaño es bien grande. Me dice “vas a hacerun guión y a partir de eso escribes el relato” y lo hago.Se pone al pie a exigirme prácticamente, “escribe,escribe, escribe” y por las noches revisábamos lo hechoen el día. Así fue naciendo el libro.

C.K: En tu libro hablas ya de un cuaderno que tuvistetan pronto llegaste a Chile, donde apuntas todos losatentados que estaba cometiendo la derecha en aquelentonces, porque el gobierno de Allende estaba ya enuna situación de peligro. Cuando empezaste a escribirel libro ¿tenías algo apuntado o saliste de “nada”?¿Empezaste sólo con la memoria?

MHM: Sí, porque ese cuaderno lo tuve que esconder.Lo dejé en la casa donde nos refugiamos por unosdías cuando fue el toque de queda prolongado, loguardé encima del calentador del agua y nunca mássupe de él.Fue también perder todo porque salimos de la casasólo con la ropa que llevábamos puesta y el cuaderno.Cuando íbamos a salir me acordé de ese juego que tehacen en las revistas y en algunas entrevistas “¿situvieras que irte ahora y únicamente te pudieras llevaruna sola cosa, qué elegirías?” Estaba hablandoSalvador Allende, era su último discurso. Ya pasabanlos aviones que después tiraron las bombas, ya habíatoda la desesperación de ese momento inicial delgolpe…Pensé ¿Qué me llevo conmigo? Decidí, elcuaderno; lo meto en mi bolso y salgo con él pero alos dos días también lo tuve que dejar, no podíamoscorrer riesgos, teníamos que salvarnos y protegernos.Realmente era el caos. Eso significaba la pérdida dealgo que yo sentía que había ido construyendo. Despuéstuve que echar mano de la memoria porque no teníaotra alternativa.

C.K: Cuando viajaste a Chile, fuiste a estudiar. Tuvisteuna beca creo. Un proyecto de vida que fue destruidopor el golpe, por la barbarie de los golpistas. Cuandosaliste de Colombia ¿tú ibas con esa idea del proyectode vida o fue el derrocamiento del proceso chilenoque hizo que te dieras cuenta de que era tu proyectode vida el que habían acabado?

MHM: No, desde que decidimos vivir en Chile armamosel proyecto. Elegimos irnos a ver qué era eso deconstruir el socialismo con la democracia y nos parecíaque era un momento vital en la vida del mundo.Sentíamos que estábamos en el corazón de la historiay que no podíamos negarnos a hacer el viaje y a estar

Christophe Kenderian

138

Revista COMUNICACIÓN

Revista Comunicación, No. 27 (2010)

ahí con todos los jóvenes del planeta. Esa concepciónde que íbamos a algo que iba a ser definitivo en lavida de las democracias la tuvimos desde el primermomento. No sabíamos que iba a ser definitivo tambiénen la vida de nosotros pero sí sabíamos, sí teníamosla conciencia de lo que estaba pasando.

Yo me conseguí la beca para poder instalarnos, yahabíamos decidido dejar todo para hacer parte de lahistoria.

C.K: En tu libro hablas como extranjera, en Chile, dela xenofobia que percibías. Eso me sorprendió, es algode lo que nunca me había enterado a pesar de todo loque he leído, visto y escuchado. ¿También debía habermuchos extranjeros que estaban apoyando a la contra,a los golpistas?

En el contexto actual de la Unión Europea o de Franciaesto pone muchas cosas en perspectiva. Para mí, porejemplo, aquí recién promulgaron una ley que prohíbea todos los que están en situación legal, franceses ono, proteger, acoger, ayudar a extranjeros sin papeles.Al final, me pregunto ¿hace falta una dictadura paraque haya actos o leyes que empiecen a invadir, aagredir a la sociedad en su conjunto?

MHM: Ayer platicábamos eso con los chilenos. Es algoterrible, que nos pone en perspectiva de presente yfuturo y que nos llama a plantear que el golpe militarno se dio solamente hace 36 años sino que sonprocesos que van generando una serie de situacionesque se materializan en actitudes y leyes autoritariasen nuestros países y que el acto de que una chica de22 años sea tomada presa por el simple hecho de serextranjera (en ese momento no tenían ningunaprueba de que yo estuviera conspirando, ni haciendonada clandestino, ni apoyando a Allende) evidencia elcarácter de lo que son los autoritarismos y lasdictaduras. Muestra lo que es el neoliberalismo quese implanta a través de un pacto terrible, de unaimposición de un poder frente a otros que no piensancomo ellos.

No se necesita de golpes militares para que se desatenesas olas de xenofobia y no solamente es la xenofobia,sino decidir eliminar a la persona que piensa diferentea ellos.

Nos sitúa en un neoliberalismo que ha roto lasfronteras financieras pero no ha roto las fronterashumanas y cada vez más al ser humano se lerestringen sus movimientos, se le constriñe la

posibilidad de pensar en libertad. El hecho de sersolidario, de apoyar a alguien se toma como un actode traición a la patria así es en Estados Unidos.

Los seres humanos en estos momentos han sidodesarraigados de sus tierras, se les ha robado el agua,se les ha quitado su techo y si tú tienes una actitudaunque sea “cristiana”, humanista, para apoyarlos,eres un delincuente, eso es muy grave.

CK: Volviendo al tema del libro ¿cómo fue el procesode escritura? Sacar lo que tenías metido muy adentro,supongo. Esto es lo que se siente cuando uno te lee¿fue una escritura “fácil” o te costó mucho trabajo?

MHM: Impresionante. Muy doloroso, fue corporal. Poreso hago tanto énfasis en decir que el cuerpo se vuelvepalabra. Fue algo que tuvo que ver también con mimetabolismo. Ahora puedo reconocer el valor que tienela palabra como palabra pronunciada y no palabraescondida y cómo se puede comprobar que el cuerpoqueda con huellas que son tatuajes que están en todoslos resquicios, en todas las vísceras, en todos losnervios y que el dolor que está ahí agazapado, estáhaciendo daño y en la medida en que uno empieza a

La memoria más allá de la evocación. Entrevista a Martha Helena Montoya Vélez

139

Revista COMUNICACIÓN

Revista Comunicación, No. 27 (2010)

denominarlo y a darle una palabra y esa palabraencadenarla con otras para que sean una frase ydespués un párrafo, eso va dando sentido a unahistoria que estaba totalmente encubierta.Ayer yo sentía, cuando estaba hablando con loschilenos, que era como si tu agarraras tu piel y lavoltearas al revés, de pronto sale a la luz ese ser quetenía un dolor tan inmenso, ese dolor se va volviendouna creación literaria y va tomando una materialidaden las letras y esas letras pueden hablar con un poemay, sin embargo, era un gran dolor escondido.

CK: Para escribir esos relatos, esos extractos de tuvida, ¿te tomó mucha parte de ella, al decidirte aescribir 20 años después?

MHMV: Sí, como 7 años. Los fui escribiendo a diario.Muchos se perdieron porque los escribí en variasmáquinas que en algún momento se formatearon denuevo. Al principio del libro eran sólo como 43 relatos.El final del libro lo escribí en dos meses, tuve quededicarlos exclusivamente a la escritura y son los dosmeses donde se siente más el dolor porque estásconcentrado en él y donde empieza a jugar la vigiliade la memoria porque entonces ni dormida podía pararlos recuerdos. Yo me tenía que despertar, escribir enpapelitos que había por toda la casa y por la mañanacuando me levantaba, recogerlos y organizar el relato.Fueron recuerdos que me poblaron de día y de nochey que salieron a pasearse por mi casa comofantasmas, que había que echar mano de ellos paravolverlos palabras. Eso es muy bonito porque, a pesarde que salieron, no lo hicieron para hacer daño sinopara ser reencontrados y convertidos en algo que esahora el fruto del libro.

CK: Cuando ya terminaste de escribir, ¿podrías decirque una vez el libro acabado fue un alivio para ti oesa escritura fue como una especie de terapia o quépalabras darías a lo que generó después?

MHM: Sí, creo que hubo una sanación personal, peropienso que va más allá. Siento que más que un actoterapéutico se ha ido convirtiendo en un acto políticoy que no es solamente romper el silencio sino que esvolver ese silencio acción y al decir esto me acuerdomucho de Gramsci, cuando hace referencia a lafilosofía de la práctica, de poder hablar de cómo hayuna transformación dialéctica del recuerdo, éste sevuelve memoria y la memoria te implica uncompromiso, te obliga a plantear el futuro. Entoncesel recuerdo no es la evocación.

Christophe Kenderian

CCCCC

El que recuerda no es alguien, como decimos enColombia, que se mete un “pucho” de marihuana ysaca todo lo que tiene adentro o alguien a quienhipnotizan y cuenta todo lo que pasó. Creo que aquíha habido un acto político, un compromiso que seasumió como tal. Desde el principio de la escritura seasumió como el compromiso de contar la “otra”historia. Si bien es una historia personal, una historiaíntima. Ese poner tu intimidad en una esfera públicano sólo es lo que ha hecho actualmente elneoliberalismo con la espectacularización de la vidaprivada sino que es un reconocer que hay unaconciencia colectiva, que esa conciencia colectiva tieneque dar cuenta de ese acto personal, individual y quees un llamado a las conciencias a decir: ¡Esto no puedevolver a repetirse! Pero no se puede repetir porque túvas a romper el silencio y lo va a romper cada una delas personas que me lee.

En el libro tengo un capítulo que dejo en blanco paraque la gente escriba su propia historia. Es un saltodialéctico entre la biografía y la historia, es sentirnosque somos parte de la historia y que como individuosnos tenemos que comprometer con esa praxis, con elactuar, para transformar la ignominia en dignidad,esto es el compromiso político.