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CIUDAD, Revista de Asuntos Urbanos, es una publicación que revela, en palabras, e imágenes, el devenir de las ciudades colombianas y que se propone articular discusiones sobre la vida urbana, con el fin de hacer de la ciudad una humana y alegre residencia y morada para el ciudadano. Siendo de carácter pluralista e interdisciplinaria las opiniones expresadas son de los autores, reservando la sección editorial para manifestar los puntos de vista o criterios de la revista. «La Ciudad para los ciudadano»

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Ciudad, Revista de Asuntos Urbanos'.es una publicación trimestral que re­vela. en palabras e imágenes. el devenirde las ciudades colombianas y que sepropone articular discusiones sobre lavida urbana con el interés de hacerlahumana y digna. Siendo una publica­ción pluralista e interdisciplinaria, lasopiniones expresadas en ella son las delos autores y no reflejan necesariamen­te las de la Revista. quien aprovecharápara ello la sección editorial.

ediciones ciudad Itda. apartado aéreo 51502 medellín colombia

Portada: Revista Ciudad- Pintura de Carlos Sánchez:

rantas mad,.urda.5 <35(afkdas:

yJO 9ue afenas me aso¡n(JJ j ottOs ,?ve 7u'-u/ vendrrfn.

EnQuanfad~ m:Jn(Jsg~

Ade~~zan .sedcJc1orornenteeL H¡.M t'er¡./to.io de La f'eL v'-/""rn)

, encLav(jn 0f'dc.OS rnondcu/o5) erK/ausfrando J~s !OI-(JS •

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Uf! eSC:lléJdrór¡ de. rrWr::'d;;' qe::.de elaiaiye demis manosme movtLt't-dn enc.a/e1aeb entre La f//ei

,Lenfámen7é (Jos de.shac.erno5 !Jalando el heH11<1rJO soLL:L ve/--dt.J:j0 I!¡nota r ~ loFfld¡.(J7)Q5 de.fknte.

CORRESPONSALES

Nacionaks:

Bogotá: Rogelio Salmona y Antonio Muntaña

Silvia Arango de J.

Cali: Gustavo Vivas R. - Jorge Mazo

Barranquilla: Germán Vargas.

Cartagena: María Josefina Yancés, Germán Buslu­mante y Grupo Urbano Miranda.

Manizalez: Alvaro Gutiérrez, Colectivo del Mar/m; - Mani~ale1

Neiva: W. F. Torres Silva.

Internacionales:Barcelona, España: Alvaro GÓmcz.

Bélgica: Francisco Sanín.

París, Francia: Sonia Hoyos.

Road Island, EE. UU.: Pedro Cano A.

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• Editorial 2Director

• Soñar su ciudad 5Fréderic Gaussen - Trd. Beatriz Gómez S.

• Geología urbana en Colombia 8fJlichel Hermel ín

• Cartí!lera 12J. Jairo Hoyos O.

• . Uso de la Guadua 14Colectivo del Martes - Jorge H. Arcila L.

• La ciudad del encuentro y la aventuraEntrevista con Estanislao Zuleta

• Sin TítuloJuan Guillermo López

• La ciudad autoritariaAlfredo Rodríguez

• ReseñasGuillermo AI'varez - Darío Ru iz G.

• La ciudad como ideal'Gustavo Vivas R.

• CorazonadasMico

Ciudad, revista de asuntos urbanos.

Licencia en Trámite.Sede: Ed. Maitamá of. 406 - FIGEACarrera 52 No. 53-59 A. A. 51502Tel: 231 0421 Medellín - Colombia

Director:Guillermo Alvarez A.

Consejo Editorial:Darío Ruiz Gómez - PresidenteFernando Viviescas, Mario Edo.Vélez S., Gustavo Vivas, AndrésVelásquez

Jefe de Redacción:John Jairo Hoyos O.

Diseño y diagramación:Revista CiudadJuan Guillermo LópezGuillermo Alvarez A.

Colaboradores:Fernando Cruz Kronf1y, JaquesApril, Hernán Toro, EmilioLatorre, Edgar Vásquez, GermánColmenares, Anlbal Patiño, Esta­nislao Zuleta, Alberto Saldarria·ga, Verónica Perfetti, HumbertoMolina, Benjamín Barney, HugoGarcía, María Cecilia Castro,Osear Mendoza, Jeannette Fain·boin, Jorge Mazo, Fabiola Agui·rre, Germán Areiniegas, AntonioMontaña, Roge.Jio Salmona, SaúlSánchez, Hernando Arango,Fabio Betancur, Mario Giraldo,Mauricio Rico, Beatriz GómezGiraldo, Alberto Aguirre, JuanCamilo Ruiz, Juan GuillermoGómez, Aura López, ManuelMej ía Vallejo, Patricia Gómez,EIsa Ruiz, Oscar Castro, MaríaJosefina Yances, Alvaro Gutié­rrez, Carlos Uribe, AlbertoSuárez, Sergio Trujillo.

Fotografía:Juan Guillermo López

Gerente General:J. Jairo Hoyos O.

Publicidad y Ventas:Corarti .Jorge Sáenz - Héctor QuintanaTel. 251 9814

Contabilidad:Raúl Arturo González

Editor:Editorial Etcétera-Medellín

Impresión:Editorial Cadena

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REVISTA DE ASUNTDS· URBANOS

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Conjugar en una composición quearmonice la comprensión generaldel espacio y las connotacionesespecíficas de un lugar, debe sertarea precisa de los arquitectos. Nocircunscribirse al espacio dadocomo hecho físico sino emprenderuna labor t;ansformadora que con­fiera identidad y sentido de perte­nencia, que atienda al valor signi­ficativo de los elementos y dote decarácter y espíritu a la obra, queasuma las circunstancias histórico­culturales de la comunidad que hade usufructuaria, aunque se trate deuna obra de propiedad particular,respetando el patrilJlonio cultural yfavoreciendo la mémoria colectiva.Una arquitectura que sea capaz derenovarse perennemente, mante­niendo actualidad.

No es exactamente aquella perspec­tiva ni aquellos criterios los plasma­dos en las obras de muchos de nues­tros arquitectos quienes endiosadosen fatuos esteticismos o en posescreadoras asumen actitudes desde­ñosas y con pragmáticos criterioscohonestan con prácticas y exi-

gencias que segregan y comparti­mentalizan haciendo lúgubre la vidaurbana e imponiendo a la ciudaduna arquitectura sin alma y unaestética sin sentimientos.

De esa manera se abre paso a todotipo de acciones destructoras quecercenan la ciudad y. usurpan elespacio público destruyendo elpatrimonio cultural, que acabancon el legado de generaciones pasa­das haciendo del entorno urbanoun páisaje ilegible en el cual las soli­tarias edificaciones con algo de tra­dición quedan enmudecidas y sin·sentido, como si se quisiera dejarun testimonio. En modo algunoestas construcciones aisladas y soli­tarias, compondrían la rica unidadde la ciudad en la que la historia, lacultura, la naturaleza y el paisaje,las múltiples funciones de la acti­vidad humana y las diversas relacio­nes entre los habitantes se conjugancon el lugar y la circunstancia geo­gr4fica. Por ello relievar que el sen­tido de lugar es elemento decisivoen arquitectura jamás será una exa­geración ya que el espacio no pue-

de ser visto en .su sentido geometrí­co ni aritmético de metros cuadra­dos si se quiere hacerúna arquitec­tura con carácter: tiene que sercomprendido en sus referentes his­tóricos, culturales, como ya indi­cábamos, lo que significaría enton­ces que la tarea de la arquitecruraconsiste en la organiZación del espa­cio, siendo el arquitecto un organi­zador de espacios o creador de luga­res. y esta tarea no puede ser reali­zable sino a partir de un rico crite­rio colee tivo en el que se conjuguenarmónicamente intereses por unaamable convivencia comunitaria, enque la unidad de la ciudad sea pro­ducto del devenir cultural de sushabitantes y su rica praxis.

Pero esa unidad de la ciudad esliquidada, sus funciones son perma­nentemente reordenadas, la distri­bución de centros cambiada ysuplantados sus usos. Se aboga porla preservación estética y por ladefensa contra la inseguridad, aveces con insistencia perniciosa, ymuy elevado es el precio para lacolectividad por. estas iniciativas

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pues la expresión social, la hetero­génea actividad humana citadina yel manantial de sentimiento noencuentran espacio de manifesta­ción, no fluye la vida, el encanto,el gusto y la gracia porque la ciu­dad que se obtiene es deteriorada ysu entorno envilecido, sin armonúzcon aquellas expresiones concretas,simples y elementales de la vidadiaria; la estética que se defiendeno tiene ingrediente humano y laseguridad por la que se aboga esviolenta, incrementando cercos enurbanizaciones y mallas en edifi­caciones privadas y públicas, con­virtiendo las calles en deprimentescallejones de penoso tránsito, deso­lando ta ciudad y clausurando espa­cios públicos en los que efectiva­mente acontece la vida social ciu­dadana.

A cambio de ofrecer formas deidentificación al ciudadano paraque se sienta habitante' y encuen­tre en el escenario de la ciudadsu casa estableciendo con ella unsentido de lugar, una enraizadarelación de territorialidad y perte-

nencia, se le ofrece el desarraigo,el marginamiento, la despersona­lización, el ex trav{o. Se torna laciudad tierra de nadie y en su deso­lación deambulan solitarios elextranjero, el atorrante, el bárba­ro (ver arto Soñar su ciudad) asedia­dos por doquier y por doquierasediando.

La desolación es más intensa don­de mayor vigor tiene el deterioroy el desarraigo: en el centro y enel centro del centro; alU dondeaún hay relaciones de vecindaje ytodavía existen espacios abiertos,donde la calle aún puede ser usadapara el juego y la fiesta y se conser­va como espacio de encuentro yreunión, donde la casa se inscribeen el lugar guardando armoníacon el contesto sociocultural y rit­mo con la calle y el paisaje, esadesolación no es tan atroz y ali­menta una esperanza porque aúnexiste un espl'ritu de convivenciaese desarraigo no cunde depri­mentemente porque subsiste unsentido de pertenencia, un sentidode lu~ar: en el barrio. No se crea

en una alternativa aL resaltar la ricu­ra de la vida barrial: es indispen­sable una referencia al conjunto dela ciudad, esa perspectiva globalno se puede descuidar; como apun­ta el arquitecto Rogelio Salmona ,hay que reconocer en el espaduurbano capacidad de fomentar ladinámica social, de estimular la vidacomunitaria y la pbrticipación cívi­ca y cultural, si para ello han deconcurrir muy diversas acciones esnecesario asumir que "a nuestra ciu­dad epiléptica no le basta que se"ordene a la manera de", Hay queinventar, precisar, crear y ordenarespaciahnente empleando una gra­mática propia a partir de elementosdispersos que constituyen las refe­rencias de nuestra cultura social.Todo esto, ayudado por las formas

-que se deben descubrir en el terrenomismo de la práctica arquitectó­nica para la formación de espaciossignificativos".

La toma de conciencia frente anuestra realidad urbana no puedeconsistir en disposiciones ideoló-

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gicas abstractas sino que tiene quetraducirse en actitudes sociales ycomportamientos prácticos. Como,de manera ejemplar por demás, lohan hecho en distintas ciudadesdiversos sectores de la ciudadanzareivindicando espacios para la colec­tividad. La amplia participación deeiudadanos en Medellín individual­mente y en agremiaciones cívicas yculturales, manifestando su interésen ganar los terrenos que ocupa

¡; el aeropuerto Olaya Herrera para~ que integrados efectivamente al~ espacio público del cual son parte,'lt pueda crearse en ellos un parque

recreativo, es contundente e ilus­trativa; contrariando amañadosargumentos mostró razones deexpresión solidaria e intereses debienestar social, develó cómo conlos mismos intereses que se defen­dió ayer la erradicación del aero­puerto sed.efiende hoy mantenerlocomo aeroparque.

Es la misma demencia delas "puentemanías" y "parquefo­bias" que denunciaban reciente­mente en Cali. Para mayor perple"

jidad bastaría contrastar el fer­vor y encanto, la virtuosidad ygusto que los arquitectos tratan deplasmar en sus casas de habitaciónparticular o en las de algunos desus clientes, con el desdén y frial­dad, barbaridad y mal gusto queconfieren a edificaciones de ofici­nas, urbanizaciones, construccionespúblicas o adecuaciones del espaciourbano: cuando se trata de lo per­sonal evocan un sentimiento o tra­tan de evocarlo, cuando de lo socialy lo público asumen una actitudhostil y desdeñosa!!

Pecar de insensatez o necedad seríainsistir en disquisiciones ideológicasabstractas: el hilo de la crítica lo dala práctica social en su devenirde pensamiento y acción, de correc­ción y creación y en cuya "praxis"transformadora se conjuga la acciónindividual. Es este el sentido de lapositividad crz'tica de la Revista Ciu~ .dad que en esta segunda versiónpública varios artículos sobre eldesarraigo y la despersonalizaciónde la vida en la ciudad moderna.

Esperamos que el lector enriquez-

ca su análisis y que ello se traduzcaen una disposición social favorablea la convivencia comunitaria.

No han sido pocas las dificultadesen esta empresa de divulgación.Puntualizar en los muy di versusescollos sonana a exageración. Noqueremos redundar en algo que esentendible por quienes comprendunla naturaleza y dimensiones de esteproyecto. Una empresa cuya factu­ra cultural y espíritu colecrivQ evi­dente, aspira a que sus resultados,de difícil cifra y balance, sean parabien de la ciudadanía en su conjun-to, ya que es ésta la afectiva actoray "propietaria" del patrimoniosociocultural. Su concurso comolector, suscriptor, colaborador oanunciante es decisivo para la con­tinuidad de este medio; nuestromayor deseo asegurar y regulari­zar las entregas, amplíar y enrique­cer los análisis, apelamos por elloa su particular contribución, ya quees usted el destinatario de estarevistae

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Frederic Gaussen

Traduccion: Beatriz Gomez 5a lazar

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Se ha hablado de los males de los grandes conjuntos urbanos yde las ciudades nuevas, del peligro de la promiscuidad y de la acu­mulación de desconfianza, de la soledad, de la inseguridad, delenojo de los jóvenes y del pavor de los viejos. Cierto, estas críti·cas pueden refutarse: ¿Los inconvenientes denunciados no pro­vienen primeramente de la falta de organización de los serviciospúblicos, de la rapacidad de los promotores del desempleo o dela crisis de la escuela?

Ciertos sociólogos han comenzado a interesarse en este fenóme­no y buscan analizar estas curiosas relaciones entre el hombre ysu ciudad -en particular los centros de sociología urbana de launiversidad de Ciencias Sociales de Grenoble, dirigida por PierreSansot.

tes de un mismo barrio tienen apreciacíones divergentes a las delas gentes que no viven en él?

Obra de Lu 15 Fernando peláez

Un estudio .recientemente realizado por dos miembros de esteequipo -Ives Chalas y Henry Torgue- entre los habitantes de labanlieu de Grenoble en Echirolles, nos muestran hasta qué puntouna realidad urbana,. aparentemente muy simple, llega a ser vivi­da de manera diversa y contradictoria (1). A pensar cómo, segúnlos interlocutores, no se está hablando del mismo lugar.

LA CIUDADSDNAR

Desde que Francia decidió poner de pie las ruinas de la guerra yedificar los innumerables conjuntos urbanos destinados a acogera los emigrantes del campo y del Tercer Mundo, parecía que unaraza nueva de demiurgos había nacido: o sea, la raza de los arqui·tectos y urbanistas. De su cerebro iban a surgir los diseños y pers­pectivas conteniendo todos los gestos de nuestra vida: íntima ydoméstica, cívica y espiritual, social y profesional... Sus inter·venciones no dejaban nada al azar: desde el color del timbre de lapuerta hasta la orientación de las iglesias, desde la ubicación delas pocetas hasta la concepción de alcaldías, centros culturales,etc., ellos ponían el ojo a todo, dejando su sello en los menoresdetalles de nuestro alrededor, previendo la manera como iríamosa cocinar, circular, pasear, encontramos, jugar y trabajar.

Nuestra confianza en su misión era más grande que los mismosbeneficios de que ellos hablaban. La arquitectura concentrada yvertical permitía darle a una muchedumbre, viviendo hasta elmomento en condiciones sórdidas, ventajas en las cuales noosaban ni soñar: agua corriente, aire, calefacción, la proximidadde los servicios y el comercio. El confort, la salud, es decir, lafelicidad. Pero luego que transcurrió el tiempo, una duda llegóa instaurarse, la certidumbre de que todas esas promesas tan mara·villosas no llegaron a cumplirse.

Por pertinentes que sean, estas respuestas no eran enteramentesatisfactorias; parecen demasiado simples y lógicas. Hay ademásuna cosa más inaprehensible que tomar a la naturaleza -profun­damente irracional- como nexo entre el individuo y su medioambiente?

Estos dos investigadores llegaron a la convicción de que la tesissegún la cual la vida de las gentes estaba condicionada por sumedio ambiente, era una idea de urbanistas que en nada corres­pondía a la realidad, ya que las relaciones entre el individuo yla ciudad son mucho más subjetivas. Estas relaciones procedende su imaginario.

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Es difícil saber por qué uno se encuentra bien -o no- allí dondehabita. Por supuesto hay criterios evidentes que se pueden leer enel mercado inmobiliario. Ciertos inmuebles, ciertos barrios sonmás apreciados porque son más confortables y mejor situados.Pero esto no explica todo. ¿Po r qué por ejemplo dos barriosaparentemente idénticos por su construcción o su ¡Joblación notienen la misma reputación? O aún mejor, ¿por qué los habitan-

Esto es lo que explica en particular el hecho de que los ciudada­nos tengan tan pocas cosas para decir a partir del momento enque se les interrqga sobre lo que desearían para su ciudad o subarrio. A excepción de las comodidades elementales, ellos seburlan del resto.

Que los urbanistas se limiten a su trabajo, los ciudadanos se encar-

CIUDAD - 2-1. Dle./83

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garán de vivir a su manera, en el medio que han escogido libre­mente. En todo caso sería un problema a convenir con ellos mis­mos.

Cualquiera que sea la disposición de las calles, y de los inmue­bles, las distancias y las perspectivas, es a los ciudadanos a quienescorresponde finalmente lograr que ésto sea glorioso o mortal.

Nadie estará triste o feliz en su lugar. Hay muchas maneras demirar por la ventana, de hacer compras, de tomar el bus, dellevar los niños a la escuela, de pasearse los domingos. La idea deque hay unos barrios para el drama y otros para el romance,es buena para los cineastas o los turistas, porque se puede amaren los H. L. M.* Yasesinar en los barrios elegantes.

Los viajeros obreros interrogados por el sociólogo J ean Peneffevocan con nostalgia los barrios antiguos populares: a la nocheuno se sentaba delante de la puerta y se conversaba mientras losniños jugaban en la calle. Era pobre e insalubre, se estaba fatiga­do, pero había amistad (2)

Se hace una ciudad como hace uno su vida, cada cual con sus pro­pios medios y sus propios fantasmas. En su libro "VIDes Imagi­naires"* Alain Pessin y Henry Torgue distinguen seis modelosde habitantes (3).

EL EXTRANJERO: Para él, que está a la vez dentro y afuera, laciudad permanece eternamente indescifrable. El no la compren­de y ella no le habla. El no llegará jamás a penetrarla.

LOS QUE LA ASEDIAN: Fascinados por la ciudad, ellos desea­rían invertirla, hacerla a su antojo, plegarla a sus fantasías perode manera puramente simbólica. El artista que hará de la ciudadla figuración de su imaginario personal, el gangster y el policíay quienes sueñan 'con planificarla hasta controlar los menores rin­cones, son todos ellos personajes que asedian.

EL ERRANTE: El ve la ciudad como un vasto vacío donde todoestá sin cesar para volver a mirar. Para él la ciudad es siempre algoinacabado, ella tiene siempre un secreto a revelar; pero como élva sin rumbo es juguete de las manipulaciones: se cree libre, pero

* En Francia, vivienda de interés social. N. dé. T.

** Ciudades imaginarias.-

Obra de Luis Fernando Peliez

sigue siempre circuitos previstos. El no construye la ciudad sinoque se contenta con seguir la corriente.

EL ACTOR: Este quiere a toda prisa hacer, organizar, intervenir. Sueña con transformar, adaptar y dejar su sello. Está convencido que se tiene necesidad de él. El hombre político, el militante de base, el animador y evidentemente el urbanista y sdoble vergonzoso, el promotor, son actores tipos.

EL SOUTARIO: No tiene necesidad de nadie para arreglar suscosas, ha tomado el partido de desaparecer en la ciudad, de fun·dirse en ella. Ha seleccionado algunos lugares que le convienen yse contenta con identificarse con ellos.

El no pide otra cosa a la ciudad ni espera nada. No tiene proyec·tos, desea solamente incrustarse en el lugar qile ha escogido ya.

EL BARBARO: El sueña marcarla, destruirla, quemarla; ve. en laciudad la imagen de su propia maldición y no cesará de castigar.la. No firmando sus maldades -graffitis, rotura de vitrinas, dete·rioro de los objetos públicos, agresiones sin motivo ...- él sevenga doblemente porque satisface su agresividad y vuelve la ciu·dad invivible. La furia, el monstruo que por sus crímenes i1)'lpuneshace de la ciudad un infierno, estos son los bárbaros.

Se podría sin duda, concebir otros modelos ya que son diversaslas fuentes de las cuales se alimenta el imaginario del hombre delas ciudades. Tanto que se llega a la conclusión: la ciudad no ~

sino apenas una parte de la vida, un espacio vacío. Por la c1aridade la dominación que ella ejerce sobre nosotros, uno busca enton-

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ces huirle tanto física como mentalmente.

La escapada los fmes de semana, las gentes que van de vacacio­nes y los jubilados-, muestran que muchas de las personas de laciudad no tienen sino un deseo: dejarla.

Lo urbano viene a ser un individuo en tránsito viviendo mentaly materialmente en un espacio fluído y no sabiendo muy bien10 que -salvo las necesidades de la vida profesional- 10 retieneallí donde está.

Esta ambivalencia, este sentimiento provisional, explican en par­te las decepciones de los militantes de la vida local o asociativaque se quejan de la indiferencia de sus vecinos. Es que de hechoellos están allí sin estarlo.

Su espíritu está en otra parte. Los proyectos de los otros, de lasgentes organizadas no son los suyos. Ellos tienen desde ya dificul­tad de vivir cada,día de reconocerse, en 10 bueno y lo malo de lavida moderna, a desenvolverse con sus propios deseos sin ocupar­se más de los problemas de la ciudad.

Si la Francia rural se ha vuelto en 30 años un país urbano,losfranceses no han cambiado sin embargo. Por su espíritu ellosestán aún en camino, ni verdaderamente allá, ni del todo aquí.Hace falta tiempo para volverse un verdadero ciudadano; muchasgeneraciones quizá...

Los urbanistas y los arquitectos le han dado a Francia el aguacorriente, el gas en todos los pisos, pero no le han dado, con lallave del bloque F4, el modo de vivir la ciudad. El imaginariourbano fluye menos rápido que el concreto.

Es porque en estas ciudades nuevas, los extranjeros, los errantesy los bárbaros son más numerosos que los actores.

Violentos o pasivos, muchos quieren que la ciudad sea para ellosenigma. No es tanto su poco confort o su poca belleza lo que

e o enuncian como sus aspectos incomprensibles.

Es la historia quien da a la ciudad su sentido; pues una ciudad noestá hecha solamente de piedras sino de hombres. Ella es el resul­tado de una lenta acumulación de gestos y miradas, hábitos yusos. Esto ningún arquitecto puede edificarlo. Son los habitantesquienes construyen las ciudades.

(1) Ives Chalas y Henry Torgue. La vil/e latente. Espaces etpractiques imaginaires d'Echirolles. Equipo de Sociologíaurbana. Universidad de Ciencias Sociales. Palais de l'universi·té de Place de Verdun 38000 Grenoble.

(2) lean Peneff. Autobiographies de militants. C. G. T. U.C. G. T. Les Cahiers du Lersco. Universidad de Nantes.No. 1, Diciembre, 1979.

(3) Alain Pessin et Henry Torgue. Villes Imaginaires, 1980Editions du champ Urbain. 74 rue de la Fédération, 75 015París.

Obra de Luis Fernando peláez

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GEOLOGIA URBANA EN COLOMBIA

Mlchel Hermelln

Fotos:M. Hermelín

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1. A manera de introducción

Colombia es un país de ciudades de cre­cimiento tan anárquico como acelerado.En la mayoría de los casos, los lugaresque escogieron los fundadores eran rela­tivamente aptos para la ubicación depoblaciones de tipo mediano; me siguepareciendo obvio que si Gonzalo Jimé­nez de Quezada o Miguel de Aguinagahubieran vislumbrado; siquiera el tipode monstruos en que degenerarían lossimpáticos villorios que fundaron, hubie­ran preferido dedicarse a componersonetos.

Sin embargo, el hecho real es que nues­tra zona andina y nuestra costa norteestán erizadas de hirsutas poblaciones degran tamaño cuyos habitantes aún no hanlogrado entender la enorme ventaja quesignifica el haber nacido durante la segun­da mitad del siglo veinte.

Hay dos maneras de mirar I,a situacióndesde el estrecho balcón de la Geología:por comodidad pueden llamarse las hipó­tesis natural y utópica respectivamente.La primera es por definición mucho másrealista. Es además profundamente huma­nista, ya que no considera necesaria ladestrucción de los núcleos urbanos delpaís -o aún del planeta, ya que es deaplicación prácticamente universal- pormedio de sofisticados cohetes provistosde armas termonucleares.

En términos escuetos, consiste simple­mente en asignarles a los habitantes denuestras ciudades una cuota de pacien­cia. La solución puede llegar en diversasformas, de las cuales vale la pena men­cionar algunos ejemplos:

- A raíz de un sismo nocturno, cuentan.cronlstas fidedignos, los sedimentos sobrelos que estaba edificada la antigua ciudad

griega de Hélice se licuaro-n: inmediata­mente casas, templos, ágoras, calles yhabitantes iniciaron un movimiento soste­nido que los condujo hasta el fondo delreino de Neptuno.

- Las autoridades municipales de Hercu­lanum y de Pompeya, convencidos de lanecesidad de mostrarles a los habitantesdel siglo XX que sus centros como MiamiO Cancún son pálidas falsificaciones deuna forma de vivir tan refinada como ladel imperio romano, resolvieron inmor­talizar sus ciudades con la colaboracióndel dios vúlcano: desde el Vesubio ésterealizó en pocas horas una labor de con­servación de obras de arte que difícil­mente ha podido ser igualada.

- Algunos entendidos han afirmado quela total destrucción de Lisboa en 1755por un sismo seguido por un maremotofue provocada por la visita de Cándido,

CIUDAD - 2·1. Ole./1I3

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irreverente hijo natural de Voltaire.

La lista de soluciones naturales a los pro­blemas urbanos podría alargarse indefi·nidamente: Caracas, 1809; Saint Pierre,Martinica, 1902; San Francisco, 1905;Yungay, Perú, 1970; Al Asnam, Argelia,1980;Popayán, 1983.

Si los sismos, las erupciones volcánicaso los fenómenos rápidosen general le pare­cen al lector demasiado bruscas, puedepensar en soluciones más lentas peroigualmente eficaces: al derretirse los cas­quetes de hielo polar por cualquier alte­ración climática, el nivel de los maressubirá unos 200 metros. O si prefierefenómenos menos extensos, recordar quemuchas ciudades "muertas" del MedioOriente están literalmente sepultadas pormillones de metros cúbicos de arena, oque fue un simple descenso del nivel freá­tico el que acabó con la civilización Maya.

La hipótesis utópica es menos sencilla ypor ende .menos atractiva que la Natural.Los lectores que tengan algún interés enella la encontrarán expuesta a lo largo deeste corto artículo.

2. Las ciudades colombianas y su entorno

Nuestra región andina presenta caracte­rísticas bien particulares cuya importan­cia solemos despreciar olímpicamente,cosa normal por parte nuestra ya que setrata de peculiaridades absolutamenteautóctonas.

En primer lugar nuestro país está situa­do sobre el ecuador, en segundo lugartenemos costas sobre dos océanos y entercer lugar nuestras montañas son geoló­gicamente jóvenes. Las primeras doscaracterísticas las conocemos desde losbancos de la ,escuela, donde poco se ense­ña acerca de las consecuencias de estasituación, si se exceptúan los discursossobre las riquezas inagotables y la ferti­lidad ubérrima del trópico.

El tercer punto es el más desconocido yaparentemente el más inocuo. ¿A quienle importa que los Andes nuestros hayansurgido hace 5 millones o 10 millonesde años? Resulta que esta "juventud"relativa (se cree que el último levanta·miento andino ocurrió hace unos 3 a 4.5millones de años) tiene mucho que vercon nuestro entorno:

- Montañas jóvenes son montañas altas,que muchas veces conservan en su cimarestos de las planicies que existían al niveldel mar antes de ocurrir el levantamiento.

- Esas montañas, interpuestas en el pasode las corrientes de aire originadas enambos océanos, van a ser las reguladorasde nuestros climas: Por su altura, tendre­mos una gama de temperaturas, desdehielos permanentes hasta climas realmen·te ecuatoriales; pero simultáneamente, lasbarreras naturales son un eficaz reguladorde la circulación del aire húmedo y porende de la precipitación.

- Finalmente, a estas montañas jóvenesestán asociadas dos fenómenos !le grantrascendencia para la población urbanadel país:

SisDÚcidad y volcanismo - Sobre laprimera sobran comentarios en un paísdonde la "Historia Natural" es una ver·dadera sucesión de terremotos; porotra parte nuestros volcanes, pese anumerosas manifestaciones históricas(Ruiz, Puracé, Doña Juana, Galeras)nunca han adquirido fama de peligro­sos. Sin embargo, ciudades importan­tes del país están localizadas a distan­cias relativamente cortas de estos crá­teres: Manizales, Pereria, Armenia,Ibagué, Popayán y Pasto. ¿Hará faltaalguna catástrofe para que se empren­dan estudios de riesgos volcánicos?Lo más probable, aún ~i esto ocurre,es que no pase nada. ¿Acaso la des­trucción de Popayán ha generado unafán de mejorar nuestros conocimien­tos del riesgo sísmico del país?

En conclusión, muchas de nuestras ciu­dades están localizadas en áreas cuyaocupación genera ciertas restricciones deorigen natural. Su crecimü,nto sin con­trol ha empeorado las condicionesambientales, poniendo mucha.s veces enpeligro físico a sus moradores. Despuésde analizar algunos de los riesgos máscomunes que caracterizan nuestros cen-

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La expansión de Medellín hasta los añoscincuenta se hizo a expensas de áreas agrí- - Aguas subterráneas, que pueden que-

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o-

tros urbanos, se presentarán algunas reco­mendaciones que por utópicas que pue­dan ser, podrán ofrecer alternativas posi­tivas en el alivio de la situación.

Nuestra aculturación eminentementeantropocentrista nos ha impedido valorarel espacio físico como un recurso a menu­do no renovable, particularmente en elcaso de las ciudades. La planeacióndesempeña allí un tenue oficio de con­trol, generalmente incapaz de frenar eluso indebido del terreno, supeditadamuchas veces a indeseables influenciaspolitiqueras.

Por lo tanto sigue siendo mucho más lógi­co pensar que el futuro urbano del paíssea regido por la hipótesis natural que porla utópica.

3. Urbanización y recursos naturales

Se considerará en primer lugar el concep­to de espacio físico como un recursonatural generalmente no renovable. ¿Quépuede esperar el hombre de su entorno'?

En forma simplificada, el hombre ha uti­lizado el espacio de la siguiente manera:

Areas para cultivosAreas para construcciónZonas de recursos mineralesAreas de reserva y no aprovechables

En el caso concreto de las ciudades, se hasacrificado a la urbanización áreas cuyavocación era meramente agrícola. Esto esun error que los antiguos del Perú, porejemplo, no cometían: Las ruinas pre­incaicas de las cercanías de Lima mues­tran vestigios de poblaciones establecidasen las laderas empinadas y áridas mientrasque las áreas aluviales planas y fértiles, sereservaban para agricultura. El pueblo

que existe ahora en una de esas vegas fuefundado por los españoles.

colas. Bogotá y Cali siguen sepultandosuelos de primera clase bajó concreto yasfalto.

El considerar los suelos como un recursorenovable es un error: fenómenos como laerosión dáñalos irremediablemente. Peroninguno es un destructor tan completocomo la explosión urbana.

¿Si la agricultura y la urbe son enemigosirreconciliables, existirá por lo menosposibilidad de conjugar decentementeel avance de la ciudad con el suministrode materias primas de origen mineral?

Medellín nos da otra vez un ejemplo nega·tivo: Se planificó en los años 40 unaindustria siderúrgica cuya fuente de mine­ral de hierro eran las lateritas derivadas deserpentinitas que cubren la zona media ybaja de la ladera oriental del valle deAburrá. Pero el progreso rápido de laurbanización impidió su utilización. Sise hubiese planificado la construcción deSanta Rosa de Osos, se hubiera hechoposible la explotación de los aluvionesauríferos sobre los que está edificada estapoblación.

Paradójicamente, el crecimiento de la ciu­dad puede privarla de recursos que nece­sita en forma apremiante:

- Materiales de construcción: gravas,arcillas, materiales de cantera.

dar contaminadas por infiltración dealcantarillas o de depósitos de basura mallocalizados.

La ocupación de áreas llamadas de reser·va, que deberían utilizarse para parqueso zonas verdes, es un drama demasiadocomún en Colombia para comentarlo unavez más. Lo que si no sobra analizar unavez más son los riesgos de origen geológi­co que representa la ocupación de áreastécnicamente no aprovechables y sinembargo utilizadas.

4. Riesgo geológico en áreas urbanas

El estudio puntual de las propiedadesmecánicas de los suelos ha sido tradi­cionalmente considerado suficiente porlos constructores y urbanistas. Este recha­zo inconsciente a utilizar una metodolo·gía más completa, consistente en colo­car el terreno para aprovechar en un mar·co natural más amplio, ha sido la causade sorpresas desagradables; deslizamien­tos de grandes proporciones, inundacio­nes, erosión incontrolable, etc.

¿Cuáles son estos riesgos? ¿Pueden pre­venirse o mitigarse? La siguiente lista noes exhaustiva, pero si da una idea aproxi­mada de los problemas y de la manera deenfrentarlos:

a. Riesgo sísmico

Su evaluación se ha vuelto rutinaria parala construcción de grandes presas. Consis·

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te básicamente en el estudio detallado delas fallas geológicas (no en el sentido enel que la mayoría de los ingenieros utili­zan este término: se trata en este caso delas fracturas de la corteza terrestre a lolargo de las cuales ha ocurrido desplaZa­miento), de la evidencia de su movimien­to en épocas recientes, de los sismos his­tóricos que se han producido y de lamkrosismicidad. Una vez .obtenida estainformación se puede inferir la posibi­lidad estadística de ocurrencia de un sis­mo de una magnitud dada. El nivel deconocimiento que se tiene en el país res­pecto a este tema es completamente insu­ficiente.

Para las zonas urbanas, el estudio regionaldebe complementarse por medio de unazonificación basada en las propiedadesfísicas de las diferentes unidades geoló­gicas.

b. Riesgo volcánico

Su análisi~ se hace por medio de l~ eva­luación histórica del volcán y la deter­minación de las áreas adyacentes expues­tas a su influencia en caso de erupción:caída de cenizas volcánicas, derrames delava, flujos de escombros, inundaciones,etc.

c. Inundaciones

El estudio de este fenómeno debe ser rea­lizado conjuntamente por hidrólogos ygeólogos, analizando tanto: las condicio­nes locales como las de la cuenca entera.Las pendientes fuertes y la deforestaciónde muchas cuencas colombianas las haceparticularmente propicias para generarcrecientes de gran magñitud.

d. Estabilidad de Vertientes

Muchas ciudades colombianas se carac­terizan por la ocupación acelerada deáreas con pendientes excesivas. Los resul­tados suelen ser catastróficos: desliza­miento y derrumbes que causan víctimas

y pérdidas materiales.

e. Erosión aceleraua

La destrucción de la vegetación y del sue­lo provocan un aumento en la tasa deescorrentía y en la erosión, que sueleaumentar drásticamente durante el proce­so de urbanización. Adicionado a esteproblema está el de la sedimentacióncorrespondiente, que causa daños al acu­mularse en vías de comunicación, desa­gues, viviendas, etc.

f. Presencia de arcillas expansivas

Al hidratarse ponen en peligro cualquierobra civil construída en su vecindario.

Basta con estos ejemplos para ilustrar losriesgos de origen geológico. En todos loscasos, estudios previos permiten localizarcon precisión adecuada la influencia decada uno y definir áreas que no debenurbanizarse o deben cumplir normasindispensables de diseño y precaucionesque obviamente suelen aumentar los cos­tos.

5. ¿Qué hacer?

Si nuestras éiudades estuvieran por cons­truirse, el problema se resolvería realizan­do los estudios geológicos necesarios.Pero ya existen, y muchas de ellas estánplagadas de problemas de gran magnitud.¿Cuáles pueden ser las medidas que debentomarse para aliviar la situación a falta desoluciones completas? En orden de priori­dad deberían ser las siguientes:

- Reconocimiento geológico que permi­ta establecer dentro de cada ciudad lasáreas que presenten peligro geológicoinmediato. Aún si no se puede ofrecer alos habitantes de estas zonas soluciones asu problema de vivienda, es importanteenterarlo~ del peligro que corren.

- Establecimiento para cada ciudad deun mapa de zonificación de riesgo geoló-

gico, inicialmente a escala 1:25.000;sin este mapa, cualquier planeación dignade este nombre del desarrollo futuro deuna ciudad es en buena parte una activi­dad burocrática sin nexos con la realidad.

- Iniciación en cada ciudad de un bancode datos geológicos y geotécnicos, quedeberá recibir toda la información obteni­da en obras públicas, edificaciones, eva­luaciones de canteras, eventos catastrófi­cos, etc.- Nombramiento en cada ciudad de másde 100.000 habitantes de un geólogo resi­dente, adscrito a la oficina de planeacióno a la Secretaría de Obras Públicas cuyafunción será la de mantener al día lainformación mencionada y asesorar almunicipio en la toma de decisiones queimpliquen la utilización de terrenos,explotación de materiales de construc­ción, construcción de obras civiles, etc.

- Para poblaciones con un menornúmero de habitantes, las' gobernacio­nes deben encargarse de las funcionesanteriores a través de uno o varios profe.sionales de la geología adscritos a suSecretaría de Obras Públicas u Oficinade Planeación.

Las propuestas anteriores no son unapanacea. Tampoco son demasiado cos­tosas. Que sigan siendo utópicas dependede las autoridades correspondientes.

omUOGRAFIA MINIMA

COATES, D. R., 1981, Environmental Geolo­gy; New York; J. Wiley & Sonso 701 p.

GOGUEL, J .• 1980, Géologie de I'environment;Paris: Masson, 193 p.

HERMELlN, M. 1975, La Geología ambien­tal: Una necesidad para Colombia. 1I congre­so Ibero-Americano del Medio Ambiente.Bogotá, 16p.

HERMELlN, M., 1981, Geología ambiental delárea de Bucaramanga: Informe a la Corpo­ración por la Defensa de la Meseta de Buca­ramanga. Manuscrito.

LEGGET, R. F.• 1973. Cities and Geology.New York: McGraw-Hill, 624p.

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BAZARTE

Para los días 28, 29 y 30 de noviembrey del 10. al 4 de diciembre está programa­da la realización de Bazarte. Programaorganizado por la Biblioteca Pública Pilo·to, el Museo de Arte Moderno, la Cine·mateca El Subterráneo, UniversidadNacional y Suramericana dI! Seguros. Enél se reúnen exposiciones de pintura,escultura, fotografía y demás expresionesplásticas, presentación de grupos de tea­tro, títeres, danzas, ca ros, conjuntosmusicales, solistas, recitales poéticos,series cinematográficas y demás manifes·taciones culturales. Los dos últimos díasesta muestra estará acompañada del bazaren las zonas verdes de SLiramericana.

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El 19 de julio fUI! lanzada la revistaCIUDAD en el Auditorio del Museo deArte Moderno de Medell ín. Al acto con·currieron los amigos nuestros y los de laciudad. Profesionales, estudiantes y gen·tes de la calle, representantes de los cenotros culturales de Medell ín y escritores,arquitectos y periodistas. Todos posible­mente con el mismo sueño que tenemos:que no fuera otro primer número, queexista siempre un muro de papel paradecir las cosas que se viven en las ciuda­des, en las calles, en los corrillos. Ciudadtambién fue presentada en el CentroColombo Americano de Manizales y enla Cámara de Comercio de Cali. Todos losperiÓdicos del país han registrado congran complacencia la aparición de la pri­mera revista de asuntos urbanos enLatinoamérica. Gracias a ellos y claro austedes, amigos lectoreS.

Si en el escenario urbano de la ciudad deMedellín hay un nombre que viene con·quistando especial resonancia, es debidoa que en este escenario quien insiste ennombrar, en entregar con denuedo suspasiones y energías a la búsqueda de laidentidad cultural, alcanza nombremayúsculo porque ha aprendido a apre­ciar la ricura humana y a invocarla ensus más elementales y simples compo­nentes. Este es el caso de FIGEA -Fren­te de Investigaciones para América Lati­na-, Institución que entiende necesariodefender y consolidar opciones distintasa las cohercitivas y que ubica como granterritorio para tal empresa a la culturaen las distintas acepciones que a estetérmino se dan. Centro Cultural de acciónpermanente que comprende que el habi­tante citadino es como un viajero en bus­ca de alegría por lo cual hay que brindar·le ocasión de reir, momentos para el goce,medios de sustraerse al desarraigo median­te la identificación con su cultura. Empre­sa ésta cuyo ún ica lucro eS aquél que Serevierta en beneficio colectivo para lacomunidad ciudadana; por ello las inicia­tivas que respalda y los productos quedifunde, en ocasiones como ingrata dádi­va, aunque son intangibles constituyeningrediente y masa indispensable paradignificar y humanizar la vida.

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Si para reclamar un derecho de vivir hayque marchar... entonces a marchar. Y laciudad en pleno marchó, ,un día de octu­bre. El día que la ciudad ensordeció deun callado lamento, la exigencia, el deseototal de todos los ciudadanos de Mede­lIín, por tener un aire distinto para res­pirar. Fueron las horas más calladas deMedellín, desde que las ciudades y loscaminos, solo eran gritos. Nunca se habíavisto una manifestación espontánea tangrande y de tanta significación como estamarcha por el derecho a la vida y aunquetodo siga su camino, ha quedado la hue­lla y una fuerza latente en cada hombre,en cada mujer, en cada eslabón de esafuerza.

El Municipio de Envigado tendrá muypronto una nueva cara. Su parque prin­cipal será remodelado totalmente dentrode pocos meses. Ya fueron adquiridos los30 millones de pesos necesarios parafinanciar esta obra que pretende recupe­rar el parque para la bohemia, según elcriterio del arquitecto Juan ManuelHoyos R. de la firma CONCEBIR, quientuvo a su cargo la realización del proyec­to. La remodelación del parque GeneralMarceliano Vélez estará a cargo de lasecretaría de Obras Públicas del Munici­pi o, con empréstitos del IDEA. Oemora­rá cerca de tres meses y en él se reservaráuna amplia área para concentracionespopulares, religiosas, políticas o cívicas.Con esta transformación del 'parque sepretende re-crear nuevamente la idea deque Envigado vuelva a ser un sitio turís­tico, como lo fue hasta hace pocos añosy en donde muchos grupos de amigos ofamiliares pasaban un rato agradable ca nla compañ ía de los serenateros. Se retira­rán las flotas de taxis del lugar que hoyocupan y se colocarán amplias banquetas,para que sus habitantes vuelvan ~lUeva­

mente a la costumbre de descansar ensu plaza mayor. El proyecto desea con­servar al máximo la vegetación actual,resanar los grandes árboles descuidadosy se serT!brarán otros árboles propios dela región, como guayacanes de diferentescolores, casco de vaca y palmas.

NUEVO PARQUE PARA mVIGADO

EL MUSEO DE... MEDELLlN

MI PRIMER CUENTO

Lo que no se dice es como si no existie­ra, como si no hubiera ocurrido. ¿Cómopues dejar pasar que en Ca 10m bia un díase hizo un concurso de cuento paraniños? Hay unos ganadores y enton-'ces los otros, los perdedores ¿sonperdedores? ¿Tendrán que esperar a quese planee un nuevo concurso? En eso, seva a convertir la educación colombiana,en escribir para concursar, de similarmanera como los periodistas escribeninformes, para ganarse un premio nacio­nal de periodismo.

MUSlO DE ARTE MOOERNO DE MEDELLN

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Cada día el Museo de Arte Moderno deMedellín tiene mayores lazos que lo unencon la ciudad. Ahora el Museo se hará car­go de la transformación del Cerro Nutiba­ra y gracias a la iniciativa del presidentede la república y del alcalde de Medellín,lo convertirán en 'un gran centro cultural,dotado de salas de exhibición y conferen­cias dentro de él, un parque de escultu­ras con obras de importantes artistaslatinoamericanos como Jesús Rafael Soto,Carlos Cruz Oíez, Sergio Camar90, JulioLePare, Manuel Ferguerez, Carlos Fonse­ca, Edgar Negret, Carlos Rojas y Fernan­do Botero. El 20 de noviembre se darácomienzo a los trabajos en el parque deesculturas del Cerro Nutibara.

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Fotos: J. Humberto ArcilaL

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Siguiendo trazados que armonizan con sudestino y enraizados con su origen socio­cultural, es factible hacer una arquitec­tura doméstica rica para la convivenciacomunitaria y dotada de gracia y encanto.Usando en la construcción materialesapropiados para la topografía del lugar.en Manizales han asumido la experienciadel uso de la guadua con excelentesresultados.

He acá la ingeniosrdad y la inventiva pues·ta en práctica por familias campesinas enasentamientos urbanos de invasión. (Pro·grama de autoconstrucción de viviendadel 1. C. T. en Manizales).

USODE LAGUADUA

Colectivo del Martes/Manlzales'

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DE ENCUENTRO

Entrevista con Estanlslao Zuleta

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Al narrar la manera como allí se hablaba,se pensaba, se decía, en el libro se traslu­ce que hubo un gran cambio: el cambiode un tipo de moral, que posee la familiapatriarcal, a otro tipo de moral. Yana sepeleaba en la forma como se peleaba

Me parece que en el libro dc Anubla hayuna serie de fenómenos, que yo no expre­sé, y que están constatados allí. Entreellos hay uno que, creo, es muy impor­tante: La evolución de un criterio cam­pesino, de un criterio de familia patriar­cal hacia un criterio lumpen. El autorradica su libro en un barrio de Mede­llín, vecino al Cementerio por lo demás,que se volvió lumpen y cuenta la historiade una familia que es muy representativa.

EZ: A propósito de ese libro, ya quelo mencionas, quisiera hacer un comen­tario. Una vez esdcribí un artículo sobreél, pero muy unilateral pues era un ensa·yo exclusivamente freudiano y en reali·dad el libro da para mUQh_o más. Yopensé que otros harían el resto, perofinalmente esto no se ha hecho. Hable­mos, pues, un poco del resto que es loque yo digo en ese escrito.

ciudades en Colombia en jos sectoresbarriales y de cómo se fueron configuran­do las interrelaciones personales en aque­llos entornos. Su trama está localizada enMedellín, pero bien puede ser en Cali o encualquiera de las otras grandes ciudadesdel país.

Entrevist_conversaci6n entre Fernando Viviescas M., profe­sor de la Universidad Nacional, Antonio Restrepo, profesorde Ciencias Humanas de la Universidad Nacional y Estanls­lao Zuleta profesor actual de la Facultad de Artes de la Uni­versidad del Valle y vice-rector de la Universidad Santiagode Call.

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FV: Recordemos el libro de MarioArrubla, "La infancia legendaria de Rami­ro 'Cruz", una extraordinaria radiografíade lo que fue el proceso de formación de

EZ: Hay más vida de barrio, por ejem­plo, ...

FV: Partamos de la consideracióngeneral de la ciudad, en lo fundamental,es un hecho espacial. En ese contexto yen relación con tu inquietud sobre si exis­te un problema con el espacio expresadopor el hecho, más o menos constatado, deque cuando la gente se agrupa en las ciu­dades, cuando está más apiñada, es cuan­do más se separa y que las relaciones devecindad son mucho más fuertes en elcampo donde las casas están más separa­das, hemos de decir que remite directa­mente a las connotaciones espaciales queplantean los centros urbanos. Pero nodeja de ser un esquema, pues no es lomismo una ciudad norteamericana queuna europea o una latinoamericana yaque existen factores históricos, econó­micos y políticos que necesariamente lasdiferencian. Incluso, dentro de una mis­ma ciudad se presentan tendencias dife­rentes en las formas de comportamientointerpersonal que están determinadaspor la procedencia social de las diversasclases. Por ejemplo, en los barrios popu­lares las relaciones entre las personas sondiferentes a las que se establecen en zonasresidenciales de los sectores altos ymedios.

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FV: Hay una situación bastante para­dójica. Por un lado, casi nadie está dis­puesto a discutir que el espacio por exce­lencia del capital es la ciudad. Por otrolado, nosotros sabemos que la culturagriega fue eminentemente urbana, no sóloporque la cuestión política era esencialallí y todos los elementos que permitíanuna utilización del espacio en términospolíticos eran fundamentales sino porqueexistía algo que ahora ha sido bastantemencionado: lo que llamamos la identi­dad ciudadana. Uno de los grandes pro­blemas que tienen las ciudades contem­poráneas es que todo el mundo estáde acuerdo en que no se puede identifi­car con ellas: ni con la ciudad, ni con el

Ahora, yo lo que digo es esto: nosotrosya no podemos ver la ciudad comoellos... Por mucho que estimemos a lospensadores del siglo XIX sobre la ciudadya no les podemos acompañar en la ideade que podría haber una vida no ciuda­dana...

problema; sólo podemos reflexionar sobrequé tipo de ciudad.

En cambio, todavía en el siglo XIX, sobre ;',_,,~f¡ todo en sus comienzos, se pensaba en i~

.Tf.} términos de alternativa. Hegel, por ejem- ~~t'~. 1 ~~: P o, cuando fue a París, le escribe unas

J;~} cartas a la esposa en las cuales se muestra~. ~'W. aterrado de cómo es París, y le expresa

;M la impresión de impersonalidad que le daiI=~;: la multitud; se siente mal de estar en

~~~>.¡ medio de una gente que está ~aminando;~~~: para todos los lados y que el no sabe"~t quién es nadie. Claro, el venía de ciuda·"'1' "

.~;·i:~:: des alemanas, muy pequeflas. Engels,~~E1~\: también, en su Estudio sobre la clase.~~t;; obrera en Inglaterra, describe a Londres'. ·í· l''.' 'Ji aterrado de cómo puede estar juma

~;::;:' tanta gente que no se conoce. La ciudad ::.;~',.' parece tener para los pensadores del siglo

XIX un algo de abismo, de perdición.Baudelaire fue, probablemente, el quetrató eso más bellamente, porque él yano le da salida sino que lo trata como unproblema de la condición humana.

la ciudad colombiana como la ciudad delEstado de Sitio, pero lo que se expone enel libro va mucho más allá de las connota­ciones del toque de queda y de medidassimilares. Está más articulado a la formaque tomó el proceso de ocupación espa­cial, a esa relocalización poblacional,en términos de lo que significan las migra·ciones, el alejamiento del campo y deldesarraigo implícito en el abandono deaquella forma de vida, puntos que estánmuy ligados al problema de la conforma·ción de una nueva espacialidad en térmi­nos de la relación de la población con eseespacio. ¿Hasta qué pun to piensas tú, yasaliéndonos del libro, que todos estoscondicionamientos podrían haber sidoevitables?

EZ: Bueno, hay un asunto y es quenosotros, ahora, tenemos que pensar laciudad en términos un poco diferentesde los que se podía pensar en siglos ante­riores. Pensamos en la ciudad como unaforma de vida inevitable, no tenemosalternativa; ciudad o no ciudad, no es el

Dibujo Carlos Sánchez E.

antes, a ver quién ganaba entre dos indi­viduos que tenían algo de caballerescoen una gesta, sino a ver cómo se destruía-ll otro; ya no se creía en valores. Prác­ticamente, yo podría decir que hay una:nuerte del padre en ese libro muy inte­resante de estudiar, que yo lo vi por ellado freudiano y que, ahora, si la con­sideramos desde un punto de vista unpoc6 más marxista, paradójicamente,resultaría más visible. Es que ya no haytestigo, ya no hay ante quién ganar: loúnico que importa es ganar; ya no hayante quién quedar bien; ya no hay antequién ser alguien que valga la pena: loúnico que importa es sobrevivir y ganaralgo.

Esa me parece que es la parte del libroque no traté pero que tiene mucho quever con la formación; de las condicionesde las ciudades colombianas.

FV: Personalmente, yo no lo he vistodesde el pun to de vista sicoanalítico, perodesde otra perspectiva puede sustentarseen él una reflexión muy clara sobre la for­mación de una nueva agresividad o,mejor. de la inevitabilidad de una formaagresiva de ganarse un espacio en la urbeen ciernes, también debido a las condicio­nes históricas del país en esos momentos.En relación con la violencia de aquelmovimiento, en otra parte, he hablado de

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qué le va a ocurrir o que lo van a cogerpara meterlo a la cárcel o que se va afugar de elJa. __ no, no es esa aventura. Setrata de una aventura fundar~ental: esalguien que al estar en donde vive no sabequién es ni quién va a llegar a ser puestodo puede depender de un encuentro.Usted abre a Dostoievski (que es, a mijuicio, la novela absoluta), y lee en "Elldiota" que dos tipos se encucntran en unvagón de tercera de un ferrocarril y veque ese encuentro va a cambiar susvidas_. En el campo todo el mundo seconoce: el terrateniente, el peón, el cam­pesino. en la ciudad moderna nadie sabequién es. Raskolnikov puede llegar a serun magnate o un presidiario pero... nose sabe: hay que escribir la obra para verqué se desarrolla. En este sentido nadieestá definido por sus orígenes y'la ~iudadmoderna es eso; en la ciudad mgderna,como en la literatura contemporánea,todo está en cuestión y en la ciudad anti­gua eso no era así.

Ahora bien, la literatura moderna es unaliteratura de ciudad. Usted lee por ejem­plo "Los Entremeses" y "Las novelasejemplares" de Cervantes (que es muymoderno) y encuentra que lo que a Cerovantes lo tiene en cuestión, realmente encuestión, es Sevilla. A Sevi lla ha llegadotodo el oro americano y el oro ha cam­biado las relaciones entre todo: hay nue­vos condes que antes eran presidiarios(pues fueron a América y trajeron oro);hay una serie de señoras que eran prosti·tutas hace nada y se enamoraron de unbandido, enriquecido en América y cam­bió su destino. Así, la ciudad se inauguraen la lengua castellana como la desiden­tificación. La ciudad es donde todo pue­de ocurrir. También eso es la ciudad deBalzac, el París de Balzac es "un baldelleno de arañas que se están destrozan·do entre sí": todo el-mundo puede resul.

no es una entidad. Podemos hacer, enbanderolas, defensa de Medellín peronadie tIene a Medellín como una referen.cia de identidad; no se puede. Como no sepuede tener a Bogotá C0l110 una referen­cia de identidad porque uno vive. en reali.dad, en el Chicó o en un a cueva en el surde Bogotá yeso no es en ningún caso unareferencia identificatoria.

Para los griegos, la ciudad sí era una refe­rencia de identidad, se decía: "Yo soyespartano", "Yo soy ateniense" en senti­do identificatorio. Para nosotros no exis.te esa relación: hemos ido hacia ciudades,nos hemos aculllulado en ellas pero nonos reconocemos ahí. En ese sentido laciudad es una pérdida de identidad, esuna disolución en la masa, en la circula­ción de las gentes, en los barrios y en losedificios de apartamentos. AlI í uno olvi.da quién es, pierde lo que era antes y,excatamente al contrario de los griegos,uno no es de allí.

Ahora bien, quiero introducir una obser­vación que me parece interesante en torono a cómo se plasma esa diferenciación enla literatura: la gran literatura modernaes la novela, la novela urbana. los grie­gos, por su parte, hicieron una literaturainmensa, claro, la epopeya, tuvieron aHesíodo y a Homero, hicieron un dramaextraordinario, pero no escribieron nove­las ("Dafnis y Cloe" no es una excépciónsino que no es una novela)_

Los modernos hacen novelas porque lanovela es la aventura. Pero no en el sen­tido de que hay alguien a quien no se sabe

EZ: Bueno, quería decir esto: en elmundo griego la ciudad es una entidad¿rica, es necesario apoyar la ciudad. La.' dad es algo que pertenece al individuo! el individuo pertenece a la ciudad. Para

o:.otros la ciudad no es una entidad esn refugio, es una situación, es un hecho.

espacio, ni con los demás ciudadanos. Esla dispersión totaJ. En Grecia. en cambio,se hablaba de la ciudad griega, y siguesiendo por eso el modelo de ciudad.¿Dónde está" el problema de la identi.¡cación como el elemento que permiteabiar de una ciudad como la ciudad de

a determinada sociedad')

Por eso no se puede concebir en el mun­::0 moderno un drama como Antígona,::<' Sófocles. Hegel dijo de una manera- y brillante que drama,no había sino::. ndo dos corrientes, ambas válidas, se~;:~ían incompatibles. En Antígona, por<~ lplo, hay esto: los derechos de la ciu­;:;3-. los defiende Creonte, se enfrentan a

erechos de la familia, los del amor'-" rnal, que los defiende Antígona. Esose 'uelve un drama porque la ciudad es

::. ntidad que para ella (Antígona) mis­~'"" e- \-álida. Pero para nosotros la ciudad

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tar en el punto más alto o en el más bajoy, mientras tanto, todos se temen unosa otros. Esta ciudad ya no puede ser uncriterio de identidad. Pero hablábamos deCervantes (que es nuestro novelista padre)y decíamos que tiene en mente a Sevilla.El es un tipo muy internacional, muyraro y muy despatriado. Pues bien, elmundo moderno es el mundo de la apatri­dad. Lukács, en uno de los buenos librosque tiene, dijo una cosa que me gustamucho citar: el hombre de la novela es elasesino, es el loco, es el criminal. Ese esel hombre de la novela, ese es el héroe dela novela porque el criminal y el loco soncarencias: al loco le falta una patria parapensar en el orden de las relaciones huma­nas; al criminal le falta una patria paraactuar en el orden de las relaciones huma­nas; al perverso le falta una patria para

"desear en el orden de las relaciones huma­nas. y la novela es la representación de lacarencia fundamental de patria, de que notenemos patria, de que la ciudad modernano es una patria como si lo era Atenas.

AR: ¿En ese sentido, entonces debe­mos mirar el Ulises, la novela de Dublin,como los dos personajes buscando duran­te toda la narración una identidad?

El: Exacto. Usted ve ahí a EstebanDedalus y a Buck Mulligan. EstebanDedalus está, en un lado, guiado por unfantasma fundamental: la oposición a sumadre y la búsqueda trascendente porrecu'perar esa falta de madre. Hay unmomento en que, con mucha belleza,el libro describe cuando la madre de Este­ban está agonizando y le dice: "hijo,arrodíllate y reza" y éste se levanta y ledice: "no, madre, déjame ser. .. déjamevivir". Esteban Dedalus es trascendenteen este sentido. Buck Mulligan, por el

contrario, es como publicista, comoperiodista, aparece como intrascendente.

La novela empieza con que está el Mar deDublin, entonces Buck Mulligan llama aEsteban Dedalus y le dice: acércate jesuí·ta miedoso, mira: el mar, un nuevo colorpara los poetas irlandeses (burlándose deél que es poeta y no periodista) el verdemoco, el trapo de nariz del bardo tienesu verde que es un nuevo color para poe­tas irlandeses. El otro, se pone a ver elmar y se acuerda de la bilis verde quevomitaba su madre antes de morir. Eluno piensa en Ulises y el otro en losJesuítas. El arte de Joyce, consiste enque nos personifica a 'los personajes nosólo por la manera de describirlos, ni deponerlos a hablar sino por la manera dife­rente como asocia con todos. Cada unode los personajes asocia distinto. Eso esbellísimo, eso es una ciudad, es decir, uncaos moderno. O, repitámoslo en el sen·tido que le dio Lukacs... en realidadla ciudad es la no patria.

AR: Entonces, ¿qué buscan Bloom,el VieJO, y el joven Dedalus a través deDublin?

El: El uno está buscando sus antece­dentes en una historia imposible: EstebanDedalus. El otro está buscando su disfru­te en una dispersión imposible. Así, elunoasocia con la muchacha que vio en laplaya, cómo estaban sus piernas de boni­tas, mientras que el otro está asociandocon su mamá y cómo le fue de mal conlos Jesuítas. Y todo se cruza porque son

Dibujo Carlos Sánchez t;.

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asociaciones diversas yeso lo reproducela prosa...

AR: Se cree que lo urbano es el esce·nario de la aventura de los héroes. Pero enBalzac, en Proust, en Joyce, en Dostoievs·ki, la ciudad es personaje, es decir, el poI·vo de San Petersburgo, los ruidos deDublin, son integrados no como fondosino como personajes de la novela.

El: Sí, son personajes pero en un sen­tido muy preciso: en el sentido de que laciudad es despersonalizadora, la ciudad lequita a la gente la identidad, en las ciu·dades hay que arrebatarse una identidad yuno se la puede arrebatar de cualquiermanera: sumándose a una cosa o a otra,en un oficio o identificándose con unaimagen social. Uno de los libros más gran­des sobre la ciudad, que recomiendocomo tema es "Las Flores del Mal".

FV: Hace poco decías que la novelaestá ubicada fundamentamente en la ciu­dad, aún cuando no sea su tema...

El: Pero está visto desde la experien­cia de la ciudad. Decía que la ciudad deBalzac (París) es tan terrible que allínadie es extranjero porque todo el mun­do es extranjero. Ahora bien, ese es elNueva York de hoy, esa es la ciudad. La

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Ahora, ¿qué se puede hacer? ¿qué sepuede pensar? Para responderte, hastadonde yo puedo, creo que en el futurolo verdaderamente importante es quehaya una democracia de sitio. No de ciu­dades porque ya no se podrá como enGrecia entre los no esclavos, pero unademocracia de sitios: de talleres, debarrios, una democracia participante. Unagente que pueda tener por 10 menos algúnnivel de decisión, no completa porque noes posible, no nos hagamos más ilusiones,sino algún nivel de decisión sobre lo quequieren hacer, cómo quieren hacerlo,para qué quieren hacerlo y sobre el con·torno en el que van a vivir. Ese nivel dedecisión será siempre anticapitalista. Elcapitalismo es (esa me parece una de lastesis más, brillantes de Marx) concentra·

EZ: Changai ha disminu ído la pobla­ción en varios millones. Me parece queMoscú está disminuyendo y que la polí·tica soviética es crear ciudades de500.000 habitantes, máximo y disminuirhasta cierto punto el tamaño de las gran­des ciudades. Parece que quieren hacer deMoscú una ciudad de tránsito, dondenadie viva sino que vaya. El hecho de quelos socialistas... bueno, lo que llamamossocialistas, hayan decidido algo contra laciudad es, para nosotros, un interroganteinquietante.

Cuál es el futuro de la ciudad, me pre­gun tas tú; si lo vemos por los novelistasnuestros la ciudad es una cuestión terri­ble: al mismo tiempo es promotora devidas y de lo desconocido y de aventura;es el mundo de lo improbable. Al mismotiempo es el mundo de la falta d~ seguri­dad y de identidad. Esa es la novelamoderna, toda, desde el Quijote hasta UIi­ses y Tomas Mann y Kafka; toda la novelamoderna es eso. La ciudad le da a unouna cantidad de posibilidades laberínticasy una falta de identidad.

FV: Bueno, hace un rato hablabas dela ciudad capitalista como la ciudad dela pérdida de la esperanza. Pero mirandohacia el futuro, ¿cómo podría plantearseel problema de la configuración de la ciu­dad? Acuérdate de ese gran movimientopoblacional que hubo en China, cuandola revolución cul tural, que de cierta mane­ra fue una reacción contra la ciudad: larelocalización del conjunto de la pobla­ción de los grandes centros urbanos denuevo en el campo. Cuba también, ape­nas hizo la revolución y se estabilizó untanto, empezó una política de reubica­ción de la población tendiente a que a laHabana no llegara más nadie. Parece quehay en esas prefiguraciones socialistasun cierto rechazo a la ciudad.

FV: Sí, ese fenómeno de la configu­ración poblacional de Medellín es muyhomogenizante. Allí se mantiene una fija­ción muy grande en lo que es el pue­blo...

EZ: Los mismos barrios son muy pue­blerinos y la gente también lo es. Y hayun tipo de homogeneidad muy curiosa:uno va a casas de ricos y a casas depobres, y en todas le ofrecen frisoles conarepa y chicharrón...

el asun to es: Vamos a ver dónde nos aco­modamos. En Medellín, en cambio, seimaginan que todavía son compatriotas,que son antioqueños. Eso hace de Mede:llín una de las ciudades más grandes delmundo que es una aldea.

y sus habitantes dicen: "Vamos ahacer de Medellín una ciudad nuncahecha" , "vamos a hacer de Medellínuna ciudad en tal forma", "vamos a serantioqueños" y se acogen a eso porquetienen un grado de homogeneidad queno ha existido en otras ciudades. A nadiese le ocurre decir: "Vamos a hacer deBogotá tal cosa". Bogotá se está hacien­do porque llegan allí noventa buses al díallenos de gente que se quedan en esaciudad; entonces, ¿qué vamos a hacerde Bogotá en esas condiciones? No, allí

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definición de la ciudad es ser extranjero.Lo que tiene de particular Medellín,hablando de Colombia, es que es una ciu­dad muy curiosa: es una ciudad homogé­nea. En ella todo el mundo habla y comeigual. No es como en Bogotá donde lamayoría oe sus habitantes vienen de fue­ra, como en Cali o Barranquilla. Al con­trario, es una ciudad que se ha recogidoporque el antioqueño es un animal queemigra, pero aquí no viene nadie. Y elque viene se vuelve antioqueño ahí mis­mo. Es muy fuerte la homogeneidad cul­tural de Medellín yeso hace de ella unaciudad rara y le crea a los antioqueñosla ilusión de que pueden hacer una cosa(una ciudad) por fuera de las normas delcapitalismo.

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cionista. Fíjese, por ejemplo, ¿quién dise­ñó a Nueva York? El capital, no un arqui­tecto! Si la tierra en el sector comercialse pone tan cara que ya un metro valeun millón de dólares, entonces hay quehacer un edificio de cien metros de altu­ra para multiplicarlo. Así, en el centro,todos los edificios van para arriba. Si enlas afueras la tierra es menos, cara, enton­ces se pueden hacer edificios menos altos.

Y finalmente en la lejanía se puedenhacer casas. Pero, ¿quién diseña esto?el capttal ha diseñado todas nuestras ciu­dades, no los arquitectos, ni los jefesde obras públicas, ni gentes así. El quesabe que al lado de la plaza de merca­do se puede poner un almacén y no unavivienda para ricos porque ésta se debeubicar en el barrio tal, lejos de la gale­ría, es el capital.

Bueno, si nosotros vamos a pensar enun mundo en el cual el capital ya no seael diseñador de las ciudades, asumiendoque ahora lo es, entonces deberíamospensar que habrá una nueva democra­cia urbana, una gente que decidirá si loque quiere tener es un parque o másespacio para vivir, y lo decida ella .mis:ma. Eso no sería- ya una ciudad griega,sería una ciudad democrática en un sen­tido nuevo.

Probablemente, una ciudad que no estéregida por las leyes del capital, por untiempo muy largo cogerá una maníaecologista y se pondrá a seinbrar árbolesy a hacer bosques y a salir fuera de la

ciudad, pero, .finalmente, tendrá quevivir en ella. Vivirá una cultura urbanaporque de todas maneras la ciudad es elámbito donde se puede hacer un teatro,hacer cine, una universidad. La ciudad,en todo caso, atraerá a la gente pero ya,a lo mejor, tratará de hacerlo en contrade las leyes del capital.

FV: En una ciudad, como las nues­tras, diseñada por y para el capital, sus­tentándose en una supuesta racionaliza­ción de los recursos, ¿qué posibilidadescabrían con respecto a la participaciónde los sectores sometidos en la destina­ción de sus elementos?

EZ: Yo creo que si tú consideras quela racionalidad es algo que tiene que ver'con lo programado, con lo decididosegún costos y beneficios, probable­mente la ciudad nunca será racional;pero si piensas que la mejor racionali­dad es la que da todo juego a las diferen­cias, que no trata de reducir a una igual·dad: diferencias de barrios, de costum­bres, de fiestas, de personalidades, enton­ces la ciudad tiene futuro como una racio­nalidad que le da juego a la diferencia.

Una racionalidad que liquide la diferenciano podrá hacer de la ciudad nada másque un infierno y por lo tanto, lo ..:¡uese opone a la ilógica absurda de la ciudadcapitalista es una ciudad diferenciada,llena de barrios, de costumbres distintas,de fiestas distintas, de iniciativas distin­tas y no una ciudad programada. Eso eslo que yo creo.

Medellín, septiembre de 1983

Dibujo Carlos Sánchez E.

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CIUDAD AUTORITARIA

Alfredo Rodrrguez

Ponencia presentada al Semi nario "Por un reencuentro de laarquitectura, la ciudad y sus habitantes en abril de 1982.Centro Cultural Mapocho-Chile.

Nicolás Maquiavelo. t:l Príncipe.

1. La ciudad de la disciplina

Ayer, manifestaciones estudiantiles/Hoy, estudiantes secundarios pulcra·mente uniformados; la Universidadcon lienzos/ La Universidad reciénpintada; Vitrinas vacías y colas para elabastecimiento/Vitrinas repletas demercancías; Tomas de terrenos, cam­pamentos/Entrega oficial de viviendasde material sólido, etc., etc.

La autoridad, el gobIerno, el dlSCLlfSO ofi­cial, nos entrega constantemente una lec­tura de lo que era el escenario urbano enla época anterior al Golpe Militar; unaimagen del pasado equivalente a la irracio­nalidad, el desorden, la anarquía y laviolencia: caos.

Referencias como 'En Orden y Paz,Chile Avanza', con la queávisos lumino·sos refutan indirectamente el pasado a losvehículos que avanzan por las calles deSantiago rümbo al barrió-alto; fotogra­fías que cada cierto tiempo reapareceny se utilizan para contraponer la imagende un período caótico con una del pre­sente de orden y disciplina; discursosurrealista que impone el orden a travésdel terror de la imagen desprovista decontexto; Ilipnotizante autoritarismo deldiscurso sin interlocutor y, por lo tanto,sin respuestas; terrorismo de las palabrasque, ocultando la explicación histórica,reducen la realidad a dos polos:

El caos es definido en oposición a una

La población ha sido dispersada, separa­da, al haber sido socialmente atomizadaen sus poblaciones y en sus lugares detrahajo. La ciudad, el escenario urbano,se ha convertido en el espacio de la disci­plina. Represión y mercado, simultáneay complementariamente, disgregan ysegregan a la población. La disciplina yel mercado disuelven a la, población enindividuos controlables, moldeables, uhi­cables y ubicados.

La ciudad del pasado ha sido destruída.El escenario urbano que conociéramos,la organización social existente antes delGolpe de Estado, han desaparecido. Surecuerdo es constantemente acosado paraevitar que resurjan las antiguas costum­bres de los habitantes. Al parecer, antesde la palabra 'Orden', sólo existían lastinieblas y el caos.

de ciudades era destruyéndolas. Destru­yendn sus estatutos, su organ ización.Pero esto no era condición suficiente.Era necesario también dispersar, sepa­rar a sus habitantes de tal manera que nopudieran reconstruir su pasado, ni elrecuerdo de su antigua libertad'y estatu­tos. La forma de gobernar comprend íaupa doble tarea: por una parte. hacertabla rasa del pasado y. por otra. esta­blecer los mecanismos que impidieranla rearticulación de los habitantes; sólode esa manera era posible establecer unnuevo orden.

La política urbana que Maquiavelo pre­senta al Príncipe tiene una actualidad yvigencia que sorprende. ¿No son acasoesas recomendaciones muy similares a loque ha ocurrido en nuestras ciudades')

El Magnífico Lorenzo de Médicis estababien informado de cómo se gobierna unaciudad. Una "larga experiencia de terri­bles aconteceres" de su época hab ía per­mitido á Nicolás Maquiavelo conocer quela forma de gobernar -dispensar favoresy castigos- dependía de la manera comoEl Príncipe había alcanzado la soberanía.Que era distinta la forma de gobernar enel caso que se contaba con el apoyo delpueblo a cuando estaba respaldado porlos señores".

"Fil perdad, el único medio seguro dedonúnar lino ciudad acostumbrada a pivirlibre es destruirla. Quien se haga dueñude una ciudad así v no la aplaste. espere

aplastado por dUo. Sus rebeliones ten-;;;;;;; ""J"ron por baluarte el nombre de la liber­

tad v sus antiguos esta tutus, cuyu hábitonun~'a podrá perder el tiempo ni los bClle­ficíos. Por mucho que se haga y se prel'ea.si los habitantes no se separan ni se dis­persan, nadie se oh'ida de aquel 11O~llbre

ni de,aquellos estatutos, )I¡aallos IIll/le­diatamente recurren en cualquier contin­gencia".

La única forma de conquistar este tipo

Conocía que no era una empresa difícilconquistar, ocupar y gobernar una ciudadcuyos habitantes estaban acostumbradosa vivir bajo el dominio de algún príncipe.Los habiiantes de estas ciudades estabanacostumbrados a obedecer y el nuevopríncipe podría "fácilmente vencerlos yganarse su voluntad". Pero conquistar,ocupar y gobernar una ciudad cuyoshabitan tes hab ían estado acostumbradosa vivir en libertad, a dictarse sus propiasleyes. era una empresa difíc.il en la cualno cabía concesiones: o se la destruía,o a la postre la ciudad -sus habitantes­aplastaba al Príncipe.

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CIUDAD - 2-1. Dic./83

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representación del orden que no se expli­cita y que corresponde a la única ubica­ción y relación de las clases sociales quela autoridad considera natural. Se hablade una época de caos en referencia a unperíodo durante el cual los sectores popu­lares comenzaron a ejercer roles y accio­nes en la ciudad que, de acuerdo a unadeterminada concepción del orden, no lescorrespondía: ocupación de terrenos enla ciudad y el campo; participación popu­lar en las fábricas, en los organismos desalud, educación; participación estudian­til, etc.

Para el discurso autoritario la respuesta alo que él define como caos es la discipli­na. Una disciplina que sea impuesta contal fuerza, en forma tan drástica, que nosólo suprima el caos, sirio que por suimposición establezca tanto las bases deun orden distinto como la aceptación yel sometimiento a ese mismo orden, ysu continuidad.

Disciplina en un primer momento impues­ta y a la larga aceptada, porque la posibi­lidad de la represión y del castigo estánsiempre presentes como formas de socia­lizar permanentemente a los distintos sec­tores dominados de la ciudad (y diferen­tes generaciones al interior de éstos).

El orden disciplinario se impone en la ciu­dad a través de operaciones simultáneas ycomplementarias: desarticulando, reorde­nando y castigando. Estableciendo unorden que crea canales autoritarios derelación entre el gobierno y la poblacióny enseñando conductas a través del casti­go, lo que va creando condiciones deaceptación y sumisión.

Desarticulando:

El pa ís fue declarado en estado de guerra.Guerra contra un enemigo interno queestaba disperso en todo el territorionacional, concentrado en las ciudades.La primera etapa consistió en un perío­do de detectación, de ubicación del ene­migo, de circunscribirlo espacialmente.(No hay que olvidar que el espacio no essólo un concepto que utilizan los arqui­tectos, los urbanistas, los geógrafos; es lanoción básica de la profesión militar:el teatro de la guerra).

El territorio, las ciudades, fueron dividi­das en zonas militares con una coordi­nación a nivel de los municipios. Al inte­rior de cada sector se establecieron unida­des menores; para esto se utilizaron lasunidades vecinales como universo, y encada una de éstas se establecieron canales

autoritarios de vincujacién con la pobla­ción. De esta manera, el universo confu­so y difuso tras el cual estaba el enemi·go, se ordenaba y hacía posible ubicar,detectar, separar y dispersar.

La supresión y desarticulación de las orga­nizaciones en los barrios populares se rea­lizó a través de la represión inicial, de lacancelación del espacio polHico tradicio­nal y del temor. Al desarticularse los par­tidos políticos, al cambiar el carácter delEstado y al reprimirse a los dirigentespoblacionales y militantes, las organiza­ciones poblacionales se extinguieron.Desaparecieron los Comités de Vivienda,de Salud, de Recreación, las Juntas deAbastecimiento y Control de Precios(JAPS), los Comandos Comunales, losComités de Autodefensa, etc.

Sin embargo, se mantuvieron algunasorganizaciones poblacionales del pasado:Juntas de Vecinos, Centros' de Madres,Clubes Juveniles y Clubes' Deportivos.Las J untas de Vecinos fueron depuradas,se eliminó de sus directivas a todas laspersonas de las cuales se conocía (asuntoque a nivel vecinal era fácil) o se sospe­ohaba que hubieran tenido simpatías ovinculación con el gobierno de la UnidadPopular. Por otra parte, como resultadodel temor que había generado la repre­sión, por el rechazo a participar conel nuevo régimen, o como rechazo a seridentificados como colaboradores, losmismos militantes de izquierda se auto­marginaron de las organizaciones reco­nocidas.

En cada una de las instituciones recono­cidas, se enfatizó su carácter apol ítico,su alcance restringido a aspectos exclu­sivamente relacionados con el barrio oel vecindario, y su función de servir comonexo entre la autoridad y el ciudadano.Su funcionamiento quedó sometido aestrecha vigilancia.

A nivel de la administración urbana, los

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La experiencia muestra que mientras esorebrotes de organización se han mantenido en el ámbito local, dispersos y atomizados, las posibilidades de control se matienen y la reacción por parte de la autoridad es mínima. Pero, a medida que ebrote comienza a propagarse y a articulase a otros grupos y sectores, las medidde sanción son inmediatas.

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del conjunto de medidliSquehandelinea-do un nuevo escenario urbano, un nuevoorden de la ciudad, los sectores popula­res han ido creandodistigtos tipos y nive-les de organizaciórt. t'·~" "ir:

En un primer momento, en el período demayor represión,' y '.,' ~eflujo,<ap~recieronorganizaciones en tomo a losptoblemasinmediatos de la subsistencia: comedorespopulares, talleres de cesantes,,,,etc. 'Pos­teriormente, en una etil:pa~er~a.é~~VáCiódel movimiento 'popular; no s'ofo, en 1poblacional sino que también en lo sindi­cal y universitario, se crean organizacio­nes en torno al problema de la viviendade defensa de los derechos del pobladorde la cultura, etc.

Se ha suprimido el espacio político quepermitía la mediación entre los sectorespopulares organizados y el Estado; se hainstaurado un nuevo modelo de acumula­ción capitalista; se ha realizado una insti­tucionalización del régimen; pero a pesar

La forma de abordar el control del espa­cio social en las ciudades (administraciónlocal y relación autoridad':"'población) haestado muy vinculada a un enfoque geo­político de la reorganización del espacionacional. Tanto la regionalización delterritorio nacional como la política muni­cipal, se ubican en esta perspectiva. Elespíritu de ambas puede aparecer a pri­mera vista como una descentralizacióndel poder. Sin embargo, las medidastomadas tienden a fortalecer el poder cen­tral, ya que se opera en términos de unamayor eficiencia en cuanto a seguridadinterna y se hacen más eficientes los

mecanismos de poder y administraciónlocal, debido al sistema vertical de' ••autoridad imperante. En contraposicióna la gran fluidez de la relación de autori­dad, a la vez administrativa y de mandomilitar (Jefe de Estado, IntendenteProvincial, Gobernador, Alcalde), lapoblación queda dispersa y segmentadaen regiones y en comunas.

Castigando

Sobre estas bases se formulan, en la actua·Iidad, las grandes líneas de la política urobana comunal: el traspaso a los munici·pios de los servicios y equipamientosbásicos; la centralización en los munici·pios de los recursos para los programas detratamiento de la extrema pobreza; la seg­mentación a nivel comunal de sus proble­mas urbanos; la integración de la pobla­ción en una relación vertical autoritaria.

Municipios fueron intervenidos nombrán­dose Alcaldes delegados, en su mayor par­te miembros de las Fuerzas Armadas.La verticalidad de la autoridad militar seinstauró en toda la administración. Lasmunicipalidades pasaron a formar partedel Gobierno Interior y las facultades yfunciones municipales fueron centraliza­das en la persona del Alcalde, quienadquirió atribuciones para designar a suscolaboradores e íncluso a los 'represen­tantes de la comunidad' o, mejor dicho,a sus representantes en la comunidad.

Desde 1975 en adelante, se han amplia­da las atribucio'nes de las municipalida­des. Comienza a perfilarse la imagen delmunicipio como el nivel en el cual elgobierno entra en contacto con el pueblo,y a fortalecerse la figura política de losAlcaldes, q'uienes a nivel menor (reduci­do a escala comunal) son una réplica:autoritaria de la autoridad central. Losalcaldes fueron reemplazados por civiles(señalando el término de la fase de ocu­pación del territorio) y se dictaron leyesque han dado autonomía financiera a losmunicipios.

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Reordenando

Durante el transcurso del gobierno mili­tar el accionar de los municipios ha sidodependiente de las necesidades políticasdel régimen. Durante los primeros añosse sumaron a la tarea de ocupación delterritorio mediante el control de las orga­nizaciones poblacionales (designación dedirigentes, disolución, intervención) y laserradicaciones de poblaciones y campa­-mentas contradición organizativa. Conestas acciones se buscaba reducir, sustan·cialmente, las demandas y reivindicacio­nes del sector poblacional (atomizado,

desorganizado y atemorizado) contribu­yendo de esta forma a facilitar posterior­mente la implantación del modelo polí­tico económico, especialmente empobre­cedor y excluyente .

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El espacio de la disciplina

Reordenando el espacio 'social de la ciu­dad, estableciendo un orden vertical y ,por otra parte, dispersando a la pobla­ción se ha intentado establecer un nuevoorden público que permita la apropia-

c10n individual, privada de los bienesurbanos (la ciudad del mercado). Un nue·YO espacio (social y administrativo) urba-

:!io quetelirnine los sobresaltos;que revier­ta e'l pasado ce.rc.ano de comienzos de losaños 70.

La imposición de la disciplina ha reque­rido que quienes eran vistos como los

¿'.actores· del caos, los sectores popularesujbanos organizados, fueran previamentedesarticulados, disgregados, suprimidos, yque lo, sigan siendo permanentemente.Al eneniigo desarticulado se le circunscn­

ó?~ 'en'~n ~spacio 'que lb somete a las nue­~Vas cOl}dicion"eseconómicas; que relega alolvido sus antiguas costumbres urbanas;que le hace sentir, día a día, 'u subordll1J'ción; que le impone un nuevo l··ng"~i'.

La ciudad se convierte entonces en elespacio de la disciplina:

- Un espacio ordenado que normaliza·la vida social en términos de costo-bene­. ficia. Que restringe las acciones y que

:'~$eñálaeI costo que se paga en términos. iíidividltales si se intenta superar el marca establecido. Hoy, el trabajador sabeque la amenaza del despido y la cesantíaes permanente; que el Plan Laboral harestringido los niveles de asociación limi­tándolos al de la unidad de producción;que en caso de huelga será despedido;que es posible que sus compañeros pac­ten individualmente con el patrón.

El poblador sabe que si no cancela lascuotas de la vivienda será desalojado; quesi no cuenta con un ahorro previo consi­derable no podrá postular a una vivien­da mínima; que si no tiene un terrenopropio nQ alcanzará el subsidio habita­cional; que si participa en una toma que­dará fuera en las posibles soluciones habi-

tacionales; que si presenta una demandacolectiva no habrá interlocutor (en elmejor de los casos) o corre el riesgu deser encarcelado.

- Un espacio ordenado que relega al olvi­do las antiguas conquistas y movilizacio­nes de los pobladores organizados, trans­formando el significado de aquellas luchasy eliminando todo vestigio de" los que fue­ron los avances logrados anteriormente,sobre todo aquellos sectores que signifi­caron ejercicio efectivo de poder de base.

-- Un espacio ordenado en el cual se hanborrndo los nombres de las calles, de lasplazas, de los campamentos y poblacionesen un claro intento de eliminar el sentidode identidad con el proceso de cambiosque habrían ocurrido en el país, y de laconciencia política que se había generadoen los sectores urbanos.

- Un espacio, un orden urbano, que lesI';ga senta día a día su subordinación,recordándoles el lugar que ocupan en laestructura social. A los de extrema pobre­za e indigente se les ha intentado dar (enel caso de la salud) un carnet que los iden­tifique como tales. A la población escolarbásica se le transmite el mensaje de acepotación, de que no deben fOljarse falsasexpectativas. A la población, en general,se le recuerda que se está viviendo en unestado de emergencia que, aún despuésde 8 años, prohibe las reuniones no auto­rizadas y restringe el desplazamiento noc­turno vehicular.

- Un orden que impone un nuevo len­guaje destinado a un receptor pasivo alcual se le prohibe generar respuestas:lenguaje que utiliza palabras que se iden­tifican con sus opuestos: 'Totalitario' esel gobierno anterior que había sido ele­gido democráticamente; el país vive hoyuna "nueva democracia"; los chilenostienen "libertad de elegir"; la nueva Cons­titución (que canceló muchos de los dere­chos tradicionales) es la "Constituciónde la Libertad". etc.

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- Un espacio ordenado y segregado, enel cual no existe ningún lugar que no pue­da ser inspeccionado, revisado en cual­quier momento.

12. La ciudad del mercado

La disciplina ha permitido que el merca­do haya vuelto a imponerse en el funcio­namiento de la ciudad. Ha vuelto bajo undiscurso que lo presenta como la fonna'natural' de crecimiento de toda la socie­dad y, por supuesto, de la ciudad. Todoargumento que discuta esta lógica es des­calificado presentándolo como resultadode comportamientos insensatos o dema­gógicos, como pretensiones de intentarrevivir experiencias superadas que sólodieron por resultado el desorden y laanarquía.

Así como la disciplina ha reordenado elespacio social de la ciudad, el mercado haredistribuído el espacio urbano, ha relo­calizado a las diferentes clases sociales.l~ll11ercado segrega y disgrega a la pobla­ción urbana. Por una parte presenta comoun hecho 'natural' la apropiación desigualde los bienes urbanos: la segregación espa­cial resulta ser la forma 'natural' de laspreferencias de localización. Cada cual seubica en el lugar que le corresponde deacuerdo a sus aspiraciones, limitadas porsus recursos. Por otra parte, el mercadodisgrega a la población urbana incorpo­rándola individualmente como propieta­rios, consumidores o productores.

La supresión del espacio político de lareivindicación

El elemento central de la política de tras­paso de activ-idades al sector privado, noes en sí mismo el- traspaso (que comoveíamos no ha existido en el caso de laconstrucción de viviendas de bajo costo)sino la cancelación del papel político delMinisterio de la Vivienda, que era éste elinterlocutor a quien se dirigían las reivin-.dicaciones por dotaciones de servicios,equipamiento, y donde se originaba y

apoyaba la organización de los poblado­res. El papel del interlocutor político setraspasó a los Municipios, y la organiza­ción de los pobladores al Ministerio delInterior. En esta perspectiva, la políticaurbana ha consistido "por una parte enla mercantilización del espacio urbano y,por otra, en la supresión de un espaciopolítico de reivindicación y en el esta­blecimiento de canales de control. Y alconsiderar esta doble perspectiva, eldiscurso oficial del mercado como lafonna "natural" revela su sentido polí-

tico: el de suprimir el espacio político,las reivindicaciones, los derechos (lo arti­ficial) y suplantarlo por el mercado y larepresión (lo natural).

Los programas de regularización de lapropiedad, entrega de títulos de dominio,erradicaciones, radicaciones y subsidiosrealizados por el Ministerio de Viviendatienen un carácter educativo con respec­to a la propiedad privada, el individualis­mo y el mercado.

Se ha regularizado la propiedad de la tie­rra de los campamentos que correspon­dían a terrenos invadidos con anteriori­dad al 11 de septiembre de 1973. Estosterrenos fueron expropiados con la fina­lidad, tal como lo señaló el Ministerio,de "indemnizar a los propietarios usur­pados" y en ningún caso "se pretendióconsolidar con dicha legislación, un dere­cho de los ocupantes ilegales sobre talesterrenos". Los terrenos regularizados que­dan incorporados al mercado del suelo

urbano. El valor que los pobladores debenpagar es el del mercado, lo cual significaen muchos casos su traslado a otras zonasde la ciudad. Y como es 'natural' que siusted no puede pagar se tenga que ir, através de las erradicaciones se van despeojando zonas de la periferia de la ciudad yconcentrando pobladores en' ciertascomunas del nororiente.

Erradicación-radicación es la alternativaque pende sobre los pobladores de loscampamentos reglJlarizados e inclusosobre aquellos que tienen título de domi­nio y residen en pQj;llaciones. Es posibleque continúen residiendo allí, es posi­ble que todos sean trasladados, es posibleque unos queden y otros sean asignadosa otras zonas. La inseguridad es un ele­mento amedrentador ya que, comoadvierte el Ministerio, si no se siguen loscanales establecidos: "arriesgan sus posi·bilidades de ayuda estatal".

A las familias que residían en "operacio­nes sitio" y campamentos que teníanregularizada la propiedad se les ha asig­nado títulos de dominio. En 1979, enreunión efectuada en el Estadio Nacio­nal, se firmaron escrituras correspon­dientes a títulos. La asignación de títu­lo corresponde a un contrato de compra­venta entre el poblador y el Ministerio.La asignación de título incorpora a lospobladores al mercado del suelo a tra­vés de la propiedad individual, a travésdel pago mensual de cuotas, a travésdel eventual desalojo por mora en los

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pagos. Efectos importantes pero, sinduda, menores que el cambio de per­cepción del papel del Ministerio: éste,de ser una instancia de reivindicaciónse transforma en el vendedor a plazos:en el acreedor implacable.

En el subsidio habitacional el carácterconductista es aún más transparente:el Ministerio de Vivienda premia elahorro individual y la capacidad depago. y aún cuando se declara que parapostular al subsidio básico "no es requi­sito tener ahorro previo", los folletos delMinisterio aclaran que "una forma deobtener mayor puntaje consiste en solici­tar una menor cantidad de subsidio yusted requerirá menos subsidio sólo sipuede cancelar una mayor parte del valorde la vivienda que compre con sus propiosrecursos" .

Foto Juan Guillermo López

Lejos están los días cuando se definía lapolítica habitacional en términos de que"la vivienda es un derecho de todas lasfamilias chilenas, indepéndientementede su nivel de ingresos, posición políticao religiosa, siendo prioritario en funciónla de necesidad habitacional. La viviendadeja de ser una merca~cía para convertir­se en un derecho de cada trabajador y sufamilia". Hoy, las políticas de vivienda yano están dirigidas al total de la población,sino sólo a aquel sector que tiene accesoal mercado: "las políticas apuntan -diceel Ministerio- a lograr que un mayornúmero de chilenos pueda, mediante unesfuerzo razonable, adquirir una vivien-d "a .

El espacio del mercado

El resultado de la implantación de la lógi­ca del mercado, es decir, la mercantiliza­ción de la tierra urbana, de la vivienda,de la educación, de la salud, de los ser­vicios urbanos, es una creciente segrega­ción espacial y una creciente diferencia­ción de los niveles de la calidad de lavida. Las posibilidades de establecer unbalance a nivel del conjunto de la ciudadson ahora escasos. El control del desa­rrollo urbano ya no depende ni de losMinisterios de las Municipalidades, sinode las empresas inmobiliarias que handirigido su actividad hacia los sectoresque les ofrecen las mejores tasas deganancia.

El desarrollo de la ciudad y, en general,la expansión del área urbana, ha tomadolugar en aquellas localizaciones O zonasen donde se concentra la demanda. Estono es algo nuevo; en Santiago siempre haexistido un patrón de asentamiento muybien definido según niveles de ingresos.Pero, en el pasado, el carácter redistribu­tivo que tenía la inversión pública hacíaque estas tendencias fueran menos evi­dentes. Además, la existencia de polí­ticas urbanas que tendían a favorecer alos sectores populares, y proyectos polí­ticos del propio sector popular hacíanque estas diferencias tuvieran otro senti­do. Las diferencias se inscribían en undiscurso de progreso colectivo, de mejo­ramiento; o en la seguridad de que en undía, que se aproximaba, terminarían.

la tendencia actual de la ciudad es laconfiguración de zonas muy definidas;por una. parte las empresas inmobiliariasconcentran su demanda por niveles deingresos y, por otra, los sectores de bajosingresos se ven también obligados a con-

centrarse para subsistir. Concentrarse endeterminadas zonas de la ciudad y haci­narse en las viviendas obtenidas o auto­construidas durante los períodos degobiernos anteriores. los "allegados",personas o familias que no tienen otrorecurso sino el de alquilar una pieza oun pedazo de terreno, o compartir unavivienda, son un problema grave queenfrentan hoy los sectores populares.Problema que aqueja prioritariamente alos jóvenes que ven limitadas sus perspec·tivas, no sólo con respecto a las posibi­lidades de trabajo, educación, salud,sino que también a las posibilidades detener un hogar.

Foto Juan Guillermo López

El espacio urbano conformado por lasleyes de un mercado excluyente limitaincluso el desplazamiento de las perso­nas. La ciudad se va conformando comoun conjunto de áreas separadas en las quelos distintos sectores sociales convivensin mezclarse. Una ciudad segregada. Losmovimientos inciertos tienden a desapa­recer: de la casa al trabajo, del trabajo ala casa; el cesante en su barrio. Zonas casiestancadas con equipamientos diferencia­dos, con productos de diferente calidad:aquí, el Parque Comercial Arauco; allá,el Mercado Persa. Una ciudad en dondetienden a desaparecer los espacios indefi·nidos, los espacios de lo público. Una ciu-

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dad en donde 10 colectivo, 10 masivo, essólo permitido en espacios adaptados paratales funciones: hoy el acto de masas esel partido de fútbol. El mercado propiciaun sentido de belleza que cohibe, que dis­tancia: parques, edificios para mirar perono para usar. Una ciudad con límites, conbarreras, con zonas: se prohibe pasar.

El mercado, mediante mecanismos econó­micos, refuerza y duplica lo que el espa­cio de la disciplina impone: un ordenclaro en donde todas las personas son ubi­cables y en donde a su vez la ubicaciónespacial les señala su ubicación en laestructura social.,3. Eso ya casi 10 habíamos olvidado

Las políticas urbanas de los años sesentaeran distintas de las actuales. En esa déca­da, cuando los conflictos urbanos comen­zaban a incorporarse a la lucha política,las políticas urbanas traslucían una acti­tud de temor por parte de las clases domi­nantes con respecto a los nuevos actoressociales que emergían en el escenariourbano. Consistían en un conjunto deconcesiones que; trataban, por una parte,de aminorar las diferencias y, a su vez,intentaban incorporar estos nuevos secto­res urbanos en los sistemas políticosvigentes en la época. El discurso de laspolíticas m:banas estaba enmarcado den·tro de un espíritu de progreso, de pro~

mesa, de mejoramiento paulatino de lascondiciones de vida, de la calidad de lavida.

Hoy, al mlCIO de la década del ochenta,observamos que en los años recientes

Foto Luz Elena Castro

Ql'C.g~o....o

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han ocurrido cambios que señalan unatendencia radicalmente diferente. Laspolíticas urbanas ya no expresan esasensación de temor frente a los poblado.res; por el contrario, son el discurso delpoder. Ya no existen las políticas de con·cesiones: es el discurso del orden, de ladisciplina, de la erradicación. El tono,incluso, ha cambiado; hoy día, es el deun pragmatismo que acepta el deteriorode las condiciones de vida de un ampliosector de la población' urbana cOmo lasituación estable y normal (el costo socialdel progreso) frente a lo cual sólo cabenrespuestas que permitan mantener la vidaen condiciones mínimas.

¿Qué ha ocurrido que explique un cam­bio tan abrupto? La existencia de unperíodo durante el cual la poblacióncomenzó a desafiar las bases de la domi­nación capitalista, un período durante elcual la sociedad, y consecuentemente laciudad, comenzó a percibir en los hechosotras posibilidades diferentes de organi­zación. Un período que, por esas razo­nes, fue percibido como de caos por par­te de las clases dominantes.

Las nuevas políticas urbanas correspon­den a un proyecto de refundación delcapitalismo en Chile, a "un intento dereorganización global de la sociedad con

el uso de la fuerza del Estado, de crea·ción de un nuevo orden político y tam'bién de una forma de representarse 1sociedad, su historia y su destino".

La vida cotidiana de la ciudad de la dis­ciplina y del mercado, de la ciudad deorden, expresa las formas de domina·ción a través de las cuales se reprime y seintegra a los sectores de la población queson considerados como grupos peligro­sos. Generalmente se asocia el problemadel control de la población a hechosmeramente policiales. Sin embargo, 10que frena las reivindicacione~ urbanas,10 que entraba la articulación de las orga·nizaciones, 10 que debilita la moviliza­ción popular, no son solamente las for­mas de control físico, sino que en mayorgrado todas aquellas formas que afectanla conciencia de los pobladores.

Las nuevas políticas urbanas van creando una ciudad que segrega a la poblaciónque la separa. Sin embargo, un orde~

urbano que sólo segrega es inestable, y,que a la vez concentra, une, reune individuos con problemas similares. Un:ciudad segregada no basta para mantener el orden: se requiere que sus habitantes estén atomizados, dispersos, individualizados. La disciplina y el mercad!

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Dibujo de Francisco A. Zea

GUILLERMO L. GAVIRIA T. y CIA. LTDA.Asesores en Seguros

CONCEBIRJ' Arquitectos y Constructores

Juan Manuél Hoyos R.Ed. Hurbe ot. 302 Cra. 41 No. 36 S - 79Tel.: 2766499 Envigado

segregan y disgregan a la población .. ~se presenta bajo un discurso que califI­ca como 'natural' este ordenamiento dela ciudad. Lo 'natural' es la disciplina,la represión, el mercado; lo artificiales el espacio político, los derechos,"la libertad y los antiguos estatutos"

Así, en los hechos, en la vida cotidianade la ciudad, el pasado reciente se disuel­ve,se esfuma; los derechos desaparecen,el mercado se impone. El relato de unpoblador decía: "Nos tratan como ani­males, nos llevan de un potrero a otro...eso ya casi lo habíamos olvidado". Loque fue un atisbo, lo que permitió que sepercibieran otras alternativas de. vida,desaparece en la vida diaria de la CIUdad.La opresión, la represión, la arbitrarie-

Te~: 358405-359281Cra. 65F No. 32E-10

A. A. 54202Medellín

dad, la violencia institucional, son lohabitual, lo normal, la naturaleza misma.

Para quienes tienen un recuerdo, éste seesfuma; para quienes no lo tienen, no hayotro presente imaginable. La disciplinay el mercado no permiten que nadie olvi­de, día a día, su lugar en la ciudad.

Una realidad urbana que oprime y quca la vez abre nuevos caminos. En loshechos, diariamente, se van presentan­do formas diferentes de organización, derelaciones sociales: lo solidario; y la bús­queda de una totalidad diferente, alterna­tiva, posible. Lo cotidiano y lo utópico,dos dimensiones simultáneas, frente a lascuales se contrasta la mostruosidad delpresente, haciéndola así visible y supe­rable.

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---"Entre Juegos y Cenizas", libro editadopor el Papagayo de Cristal, reproduce enel lector esa sensación clásica del mitosem ítico: nos expulsa del para íso, de laingenuidad.

Su rigor analítico al cuestionar las catego­rías que siempre han manejado los histo·riadores y que hemos iriterorizado desdela más tierna edad, nos suspenden en elvacío que suscita. la pérdida de la ingenui­dad paradisíaca. Pero la revelación noofrece, como debería esperarse, un cami·no de redención. Parece orientada a gene­rar en el lector, con predisposición malig­na, la perplejidad: ¿Por qué hemos sidotan torpes? ¿Por qué hemos creído yasimilado cuanto se nos ha dicho? Laauto-inculpación excluye esos fácilesdiscursos de buenos y malos. No hayEvas culpables en este nuevo desierto.

Los interrogantes' abiertos a esas sime­trías realizadas por determinadas cate­gorías, que semejan la historia de losactuales Estados Nacionales Latinoameri­canos -en particular el colombiano- alorden sin tiempo de Dios y el rigor ana­lítico con que el autor destruye tal mito,precipita al lector al vacío de presente yal desolado paisaje de la sociedad plás­tica. En ese vacío, el lector se encuentracon el escritor, quien también quizás se·pregunte: ¿cuándo emergerá lo nuevo?

Guillermo Alvarez A:

El Centro Cultural Gaitán, viene impul·sando una serie de publicaciones sobrehistoria social colombiana con el pro·pósito de contribuir a la divulgación deestudios que coadyuven a la identifica·ción de nuestro patrimonio cultural.Entre su rico catálogo se cuenta "ELIMPACTO DEL NUEVE DE ABRILSOBRE EL CENTRO DE BOGOTA"del arquitecto Jaques A¡Jril G. En esteensayo el autor establece una vincula­ción directa entre los aconteceres delnueve de abril y la especulación inmo­biliaria suscitada a raíz de la alta valori·zación del suelo urbano. Contraponien­do al concepto de "espacios históricos"el de "formaciones espaciales", traza unesbozo que hila los convulsionados acon­tecimientos como momento oportuno derupturas en la configuración espacialarquitectónica de la ciudad de Bogotá.La acelerada densificación urbana reque­ría adecuación a nuevas necesidades yadaptación a exigencias urbanísticas delmanejo político e institucional de fac­tura estadinense. Hallará el lector confir­mada la apreciación de que el Nueve deAbril parte en dos la Historia de Colom­bia y una llamativa analogía de semejan­za con La Comuna de París de 1871'especialmente entre la ofensiva recons:tructora Post-9 y la Operación Háuss·mann de reconstrucción del París devas·tado. Según el autor este abarcó hasta ladécada 1920/30 y aquél aún está en cier­nes alimentando con pleno vigor unaideología urbanística y arquitectónicade cambio y renovación que invade todoel escenario urbano colombiano que ensu carrera modernista sepultó una insu­rrección popular cuyas anotaciones de"revolución inconclusa" aún está porverificare

Guillermo Alvaréz A.

"EL LENGUAJE DE LAARQUITECTURA POSMOOERNA"

Charles Jencks,Gustavo Gilí,

editor, 20. edición

Este libro de Jencks ha hecho entre noso­tros y en poco tiempo una verdaderacarrera académica. Acogido como la últi·ma novedad ha servido para remo~er eltedio estudiantil, para sacudir el. monó­t?no ejercicio del diseño repetido en susf?~mulas ,hasta la total falta de imagina­clon: uOldad residencial escuela club. "socla,l.. Los misi~os trazos, los mismos~scuahdos arbohtos, el mismo amobla·Je: ahora en cambio llegaban las palmerascomo los espectros de un Meditemineode celofán. Se pasaba entonces de ·Iosplúmbeos "ambientes" de nuestro racio·nalismo criollo, tan i¡npersonales comosus autores y se recurría a los ocres páli­dos, los arcos de medio punto los inte­riores llenos de finuras, pasarel~s, balaus·tradas.

Ni más ni menos todo aquello que hastaentonces se creía superado por la idola­tría hacía una idea de progreso median·te la cual habían sido cortadas en la ciu·dad las verdaderas palmeras, el sentidode decoración y el color de las fachadaspor considerarlas provincianas, muestrasde ese pasado del cual quisimos alejarnoscomo de un mal sueño. Pero claro no hayque olvidar que para cierta gente la músi·ca de carrilera solamente es soportableen i~glés y por eso la llama "country".Un aire de plazas de la memoria, de corre·dores melancólicos, fue apareciendo enesta nueva escenografía. Lo que en Kryero Ventury era de algún modo una elec­ción estética, un irreverente saqueo dela Historia de la Arquitectura, aquí fuela explosión de tímpanos, óculos, colum­nas dóricas, jónicas colocadas por quie-

CIUDAD - 2-1. Dic./83

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-...llamar pues lo que Jencks nos da comoun inocente paquete de caramelos? Lacrítica supone el paso a la madurez, eldiálogo, la posibilidad de ir más allá delo gratuito, de lo irracional, y es este elpaso que es necesario dar ya que .noexiste otra alternativa para enfrentar conlucidez lo que un presente atormentadotrae a nosotros.

Darío Ruiz G6mez

Hecho realmente fatal en un medio don·de no existen las conditiones necesariaspara cambiar el enfoque con que se. nosda esta "Historia", con que las revistasespecializadas ;nanipulan abie~tame~te. aun público carente de cualqUIer cnten.opropio. De este modo y ante la ausencl~

de una estructura pedagógica que perinl'ta tener criterios personales mediante unbagaje teórico sobre lo que supone la His·toria de la Arquitectura -raíz, tradicióndel diseño quiérase o no- debemos espe­rar que una moda siga a la otra, q~e _elesfuerzo creativo Que supone el diseno-tradición universal y realidad propia­se reduzca a una simple imitación demodelos que son aquellos que general·mente imponen los profesores "más infor­mados". Con lo cual la cadena de ¡nani·pulación termina por cumplir, de esta,nanera sutil, disfrazada de "buen gusto",incluso aquello Que los ideólogos delneoconservadurismo, se habían propuestocomo revancha del imperio.

Lo que Jencks elude es pues aquello quetanto Rossi como Portothesi poneo enclaro: su repudio no a la verdadera cul·tura moderna -¿quién podría abjurarde Rimbaud, Duchamp, Joyce?- sinoa todo aquello que el tecnologismo capi­talista llegó a degradar en lo que respec·ta a la vida social, sectorización de laciudad, rascacielismo gratuito y todoaquello que se esconde en el vacío sim·bólico creado por la agresión de las mul­tinacionales. Aquí la nostalgia implicala recuperación de una imagen supues­tamente ya sobrepasada por ese "pro­greso": el valor de las culturas popula­res, la imagen de la casa secular, los mate·riales tradicionales, los espacios de lamemoria, etc.

Lo cual supone una abierta actitud crí­tica Que no puede en modo alguno asi­milarse a los "esteticismos" de un Gra·ves a los revivals de un Charles Moore,al 'escenarismo de esa momia redivivaQue es Philips Johnson. En todos estosno existe crítica alguna y por el contra·rio ilustran hasta la saciedad lo que deabiertamente reaccionario hay hoy en lasociedad norteamericana.

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nes aún siguen sin saber qué es eso de laHistoria -se llegó al colmo de proponerque desapareciera del pénsum por inú­til"- o en qué consiste, por supuesto,una elección estética. Toda moda nace,recordémoslo, de la ignorancia disfraza­da de actualidad.

¿Cómo pues volver a la Historia sin cono·cerla? El pecado de la ArquitecturaModerna volvamos a tenerlo en cuenta,fue segú~ Venturi y Portoghesi el haber­se olvidado de la Historia, el haber hechotabula rasa de la tradición: ¿dóndehallarla en una caja de cristal, en unaautopista? Jencks sinembargo tuvo lahabilidad suficiente para convertir unasimple información en "investigaciónhistórica": ¿auién había leído hastaentonces "Diversidad y complejidad" oquién había leído los textos de Porto­ghesi y Rossi? El "historiador" comoJencks en cambio de esos ladrillos teó­ricos suministra nombres, describe obras,es decir las fetichiza para venderlas a unconsumidor ávido de novedades. No haypues ni asomo de una posición críticarespecto a lo que se esconde detrás ~e

este fenómeno y de esta manera el ter­mino "Posmodernismo" -no olvidemosque ya tiene otra "clasificación": el"Tardomodemismo"- se convierte enalgo deliberadamente equ ívoco: ¿un con­servador reaganiano como Graves al ladode Rossi? ¿Un escenógrafo como Mooreal lado de Portoghesi? ¿Un neonazi comoPhilip Johnson aliado de Leo Kryer?

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Gustavo Vivas R.

LA CIUDAD

"No tenemos por lo tanto, la menor posi­bilidad de elegir entre idealización y noidealización; pero podemos establecer unatipología de la idealización, de sus diver­sos grados de fijación, de sus combina­ciones con el desengaño y de los meca­nismos de su funcionamiento en el amor.en el pensamiento y en la acción".

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Imágenes de la ciudad

Estanislao Zuleta, en un reciente ensayomotivación directa de estas notas, diceque "sin duda la idealización hace partedel proceso de pensamiento y del trabajopropio de la poesía y no hay en realidadninguna relación ecuánime de objeto;esto no por algún defecto o imperfecciónesencial, sino porque la relación de objetocomo tal, trátese de objetos externoS ointernos, es siempre idealizadora-perseocutoria, precisamente en lo que tiene derelación y no es nunca una simple consta­tación. Por lo demás, éste fue nuestro ori­gen y toda relación posterior conserva enalguna medida la huella de ese modelooriginal" .

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pero accedes a la riqueza de las tonalida­des y los grises, de la complejidad de unarealidad policroma que si oscila a gris noes en el sentido común de mediocridad yestatismo, sino de tensión, de contradic­ción dinámica y multipolar. Vislumbrasde pronto a Carlos Marx en un diálogoimpensable con Robert Venturi, paseandoatentamente a lo largo del Strip de LasVegas. Aceptas el maravilloso eclecti­cismo que se teje entre la más pura delas abstracciones matemáticas y la mástosca concreción del hormigón armado.Pretendes aproximarte a la sabiduríaoriental de "El Tao engendró al Uno; elUno engendró al Dos; los Dos engendra­ron a los Tres, y los Tres engendraron alos Diez Mil seres". Presientes identifi­caciones con el poeta Whitman, "Sí soycontradictorio, contengo multitudes" y,finalmente, admites que tus "llanurasprosaicas" y tus "montañas mágicas"han sido vividas indistintamente a pesarde y precisamente por. .. tu cédula deciudadanía.

Pero no se crea que todo va a ser undiscurso metafórico. Lo anterior sólotiene la intención de disponer la miradadel lector para la apreciación de las ilus­traciones que presentamos seguidamente.

Entonces, ingenuo y feliz, escribes tucarta contando que has descubierto la"Trialéctica", cuando no es otra cosaque la antigua dialéctica que combina,sin prejuicios vergonzantes, razones delcorazón, hipótesis del alma y palpitacio­nes de incertidumbre y escepticismo enla más nítida de las síntesis mentales.

IDEAL

Admite, de entrada, que la ciudad te pro­dujo y sigue produciéndote pensamientosy sentimientos contradictorios y a vecesantagónicos. Desde la vivencia placente­ra, solitaria o compartida de un patio, unparque o un paseo; hasta la nostalgia, larabia o el dolor de un paraje perdido oun recinto hostil y desolado. Desde eldisfrute azaroso, en el más literal de lossentidos, de una calle atestada, de unaplaza colmada de banderas, "olés" oimprecaciones; hasta la compulsión de lahuída a la soledad de un risco perfumado,distante de la multitud y del tumulto.Desde la fascinación de tomarla comoobjeto de disección y análisis, lo que tepermite acceder al artículo de "la" ciu­dad; hasta el tedio de las cifras, los colo­res básicos compartimentando imposiblesy zonificando la vida en los papeles, o lamecánica implacable de las estadísticas,como una cadena sin fin de contunden­cias sin mayores implicaciones en la trans­formación de la realidad.

En las primeras reflexiones sistemáticassobre tu relación con la ciudad, sobre tupropia mirada, el núcleo de unas tentati­vas conclusiones es detectar un amplio ydifuso margen entre la objetividad y lasubjetividad, entre la ciencia y la ideolo­gía, entre lo personal y lo social que algu­na vez habías supuesto, siguiendo a tusmaestros del método, no sólo diferentessino definitivamente excluyentes entre sí.Te confrontas violentamente con aquelesquema dualista tan occidental y tantuyo, del bien y él mal, lo verdadero y lofalso, lo blanco y lo negro, retomadoincluso, bajo fórmulas muy elaboradas,por los epígonos de las expresiones másavanzadas y críticas del pensamientocontemporáñeo. Descubres asombradoextensas áreas de yuxtaposición condudosas líneas de demarcación señala­das por sucesivos mojones de empiris­mo, especulación, cientificidad y poesía.Entiendes la lucidez en el aforismo deGoethe de que "la teoría es gris peroverde y dorado es el árbol de la vida",

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Obra de Rob. Krler

Obr~ dll Rob. Krler

La ciudad como imagen de LIBERTADse remonta al Burgo medieval (posteriora la "polis" y la "civitas"), articulado entorno a un mercado y una incipiente acti­vidad productiva, en el cual los siervosobtenían la libertad (de los señoríos feu­dales) después de un tiempo de perma­nencia en él. "El aire de la ciudad noshace libres" es el antiguo proverbio quesintetizaría tal apreciación.

Al respecto, el sociólogo Max Weber con­cluye oblicuamente -que "la ciudadaníausurpaba así la facultad de ruptura delderecho señorial, y ésta fue una graninnovación sustancialmente revoluciona­ria de la ciudad occidental de la EdadMedia. . . Las diferencias de clase desa­parecían por tanto en la ciudad, al menosen cuanto comportaban una diferenciaentre libertad y no libertad normal".

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La ciudad como PRISION aparece enlas aglomeraciones urbanas preindustria­les, en las barriadas obreras de Manches­ter y Liverpool en Inglaterra. Más quedesaparecer, las diferencias de clase setransformaban de un régimen' feudal auno capitalista. De señores y siervos sepasaba a burgueses y proletarios. Lateorización de tales vivencias y relacio­nes alcanza con Marx y Engels su máxi­ma expresión. En el Manifiesto delPartido Comunista (1848) proclamanque "la burguesía ha sometido el cam­po a la dominación de la ciudad. Ha crea­do ciudades enormes, ha incrementadoen alto grado el número de la poblaciónurbana con relación a la rural, sustra­yendo así una considerable parte de lapoblación al idiotismo de la vida rural.Ha hecho depender a los países bárbarosy semibárbaros de los civilizados, a lospueblos campesinos de los pueblos bur­gueses, al Oriente del Occidente. Laburguesía va superando cada vez másla fragmentación de los medios de pro­duccióri, de la propiedad y de la pobla­ciÓn. Ha centralizado los medios deproducción y ha concentrado la pro-

piedad en unas pocas manos". "La claseobrent no tiene que perder más que suscadenas", sería la antítesis del prover­bio anterior. "La ciudad es una jaula"es la gráfica representación de BertoldBrecht.

Pocos podrán negar que la cadena asocia­tiva Occidente, Civilización, Desarrollo defuerzas productivas y Urbanización (conuna fuerte dosis de europocentrismo yprevención ante lo Oriental) pertenece ala más clara extirpe del pensamientooccidental en el que estaba inscrito elpropio Marx con una diferencia crucial:introdujo el eslabón de la ruptura, de laposibilidad de la revolución y el socialis­mo. El capitalismo aportaría no sólo suspropios "enterradores" (la clase obrera)sino su "cementerio"; la düdad comofundamental escenario en el enfrenta­miento de las clases protagonistas.

Pero la ciudad moderna no resiste dua­lismos; siendo burguesa es un productoacumulado de la humanidad. Su especia­lidad no es reductible a la fábrica ni porsu historia, su significación o sus fun­ciones. En ella concurren los espaciosprivados y públicos y son éstos los quedan sentido a lo CIUDADANO, franjamucho más amplia que lo burgués y pro­letario. Además genera sus propios "idio­tismos" ligados a la dominación de clasey expresados ya no sólo en los tiemposlaborables sino en los libres, en los deldescanso y la RECREACION, cada vezmás una repetición estéril, consumista yteledirigida. Con todas sus determina­ciones, la ciudad es un recinto múltiple,interclasista y contradictorio.

Es pues en este campo de fuerzas entre

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la ciudad como libertad y como escb­vitud donde se localiza nuestro juegode imágenes. Allí, se ubicaron y siguenhaciéndolo las más bellas y terribles rea­lidades y utopías. Desde la igualitaria yjusticiera "Ciudad de Dios" de TomásMoro o los F alansterios (originales"comunas" autosuficientes) de los "socia­listas utópicos" con Proudhom a la cabe­za, hasta "La Ville radieuse" de Le Cor­busier, en pleno siglo XX, como paradig­ma de convivencia urbana moderna ysustituto de la revolución social, a travésde la arquitectura, el higienismo, la fun­cionalidad y la luz.

De poblar con diversos matices esteuniverso de "idealizaciones" se han eneal'­g~do la literatura y la imaginería popular.Todos los rechazos y atracciones, todoslos od ios y amores, las pulsiones cons­tructivas y destructivas (filourbanas oantiurbanas), podrían hacerse gravitarsobre esta tensión básica inherente a laciudad contemporánea. La ciudad brujao hada, la ciudad virgen o la ciudad pros­tituída y demás significativas asociacio­nes de la CIUDAD-MUJER pertenecenal ámbito del inconsciente colectivo!individual, discemible aisladamente peroimbricado con la 'anterior. Una clave desu desciframiento quizás nos la ofrezca labella versión que Gonzalo Arango hicie­ra del poema clásico: "la ciudad que másamamos es -aquella que conocemos dela mano de una mujer".

Para el significado abstracto de las ciuda­des. bástenos las "dos consideraciones,difícilmente integrables, en apariencia,dentro dc un mismo discurso" que tomaCarla Aymonino comO punto de partidaen su análisis de la cuestión: "una de

carácter sociológico, enunciada por ungran arquitecto 'las grandes ciudadesson, en realidad, puestos de mando'(centros de poder), Le Corbusier; y otra,de carácter estético, escrita por un impor­tante sociólogo 'la ciudad favorece el arte,constituye en sí misma una creación artís­tica', Lewis Mumford". En ambas versio­nes, factibles y demostrables, la ciudadno deja de ser la más elaborada y com­pleja '"acumulación de fatigas" en la his·toria de la humanidad. como enfatizaAldo Rossi.

y de nuestras ciudades, subdesarrolladasdesde tantos puntos de vista, podémosdecir que no lo son (seguramente por lomismo) en su tremenda capacidad dealtos contrastes: miseria y ostentación,egoísmo y solidaridad, planificación yespontaneidad, "modernidad" y "atraso".

Las ciudades del control y vigilanciacoloniales (la retícula) han cedido el manodo a las "ciudades del Esta~o de Sitio"como señala Fernando Vivicscas, de lasegregación y privatizadón de la vida

Foto Hernán Darío Córdoba

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civil, del deterioro o eliminación impla­cables de los espacios públicos no desti­nados al tráfico vehicular, del temor enlas calles, de la cédula de ciudadaníaque, olvidados los derechos que otorga,se porta sólo como documento a mos­trar en las requisas policiales, las venta­nillas de los bancos o las urnas de vota­ción.

En nuestras ciudades se vive con particu­lar intensidad la tensión libertad-opre­sión, libertad-prisión, creatividad-domi­nación, sin que la vocación democráticade la mayoría de sus habitantes ni lasconquistas parciales de sus luchas hayanpodido romper el desequilibrio de la ecua­ción que actualmente sigue favoreciendoampliamente a los segundos términos.

En esta tensión nos ubicamos, en tornoa ella hemos construído nuestra mira­da, sobre ella hemos edificado nuestraIDEALIZAClON: buscarle espacios a lavida en medio del caos; abrirle territoriosa la poesía 'en medio de la desolación;reconocér enlos fenómenos urbanos, nor·males o patógenos, procesos integrantesde una misma realidad: la de un sistemaen cuyas múltiples fisuras se expandensueños revolucionarios y empeños deliberación; alentar' con el pensamiento,la palabra y la acción, la esperanza colec­tiva de una ciudad mejor: justa, amabley solidaria.

Allí podemos radicar nuestras propiasideas y sensaciones encontradas, nues·tras propias "conjunciones y disyuncio­nes" con la ciudad. De todas maneras eneste intento no olvidamos el riesgo de"la proyección espacial del fetichismogeneral de la mercancía" que ocul ta cómolas relaciones entre espacios expresanrelaciones entre hombres, ni que el ''reco­nocer que nunca se podrá escapar deltodo a las peripecias de la idealización esya una manera de evitar la tentacióntrágica de tratar de encarnarla en la reali­dad". Pero es que somos un poco idealis­tas y un poco realistas, un poco trágicosy un poco cómicos, como que nos deba­timos entre la aspiración a un futuromejor (en una sociedad que será urbanaen todo caso), y un presente que parecie­ra negar ese destino.

Gustavo Vivas

Foto Luz Elena Castro

BIBLIOGRAFIA

G. Vivas. "Para mirar la ciudad". Cuaderno defotocopias, Valencia (España), 1981.

R. Venturi, Izenour. "Aprendiendo de LasVegas". Ed. G. Gilí, 1976.

E. Zuleta, "Sobre la idealización en la vidapersonal y colectiva". En rev. UniversidadNacional, Nos. 13 y 14, Medellin, diciem­bre de 1982.

Ibidem, pág. 19.

M. Weber, "Economía y Sociedad", citado porGianfranco Bettin en "Los Sociólogos dela ciudad", Ed. G. Gili, Barcelona, 1982,p.30.

C. Marx y F. Engels. "El Manifiesto del PartidoComunista", citado por G. Bettin en "LosSociólogos de la ciudad", p. 51-

C. Aymonino. "El significado de las ciudades".Ed. H. Blume, Madrid, 1981, p. 23.

A. Rossi, "La arquitectura de la ciudad". Ed.G. Gili, Barcelona, 1971-

F. Viviescas, "Aproximación histórica (, . .l:la perspectiva lúdica", art. en "Ls proble­mática urbana hoy en Colombia", Cinep,1982.

H. Molina, "Colombia: vivienda y subdesarro­llo urbano", Ed. C. P. U. Finispro, Bogotá,1979, p. 380.

E. Zuleta, op. cit., p. 26.

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