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Kullpi. Investigaciones Culturales en la Provincia de Huaral y el Norte Chico.Pieter van Dalen Luna, editor.

Diciembre del 2006.

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KULLPI

“Investigaciones Culturales en la Provincia de Huaral y el Norte Chico”

Año 3 – Nº 3, Huaral – Perú, Diciembre 2006

Indice…….…………………………………………….…...…Pg. 3

Introducción………………………………………………….Pg. 5

ARTICULOS:José Luis Fuentes Sadowski “La ocupación Lima del valle bajo de Chancay”……..……….….Pg. 11

Pieter van Dalen Luna“Reconocimiento arqueológico en la cuenca alta del río Chancay – Huaral: margen izquierda (distritos de Atavillos Alto, Santa Cruz de Andamarca y Pacaraos). Nuevos datos para comprender los procesos socio- culturales Atavillos.”………..Pg. 50

Luis Flores Blanco“UN GRANERO DOMÉSTICO: Tecnología de almace- namiento perteneciente a la Cultura Chancay en Caral,valle de Supe”.………………………………………..……….....…Pg. 131

Leonardo Feldman Gracia “El cactus San Pedro en la historia de los andes centrales”...............Pg. 141

Amilcar Hijar Hidalgo“La tradición oral sobre algunos lugares arqueológicos de Cajatambo”……………………………………..………...……...…Pg. 184

Pieter van Dalen Luna “Análisis de un quipu Tahuantinsuyo procedente de Lauri, valle de Chancay”………………………………………..…………Pg. 191

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Sheyla Melgar Torres y Ernesto Lázaro Torres“El periodo Intermedio Tardío en San Pedro de Copa: unaaproximación al patrón de asentamiento”…………………………..Pg. 215

Filomeno Zubieta Nuñez“Vichama y la Historia Regional”……………………..…………...Pg. 239.

Carlos Zapata Huamani“Cerro Blanco Sur: arquitectura del Formativo Temprano en el valle de Fortaleza”…………………………………………….……Pg. 248

José Fernández Sánchez“El Patrimonio cultural y la historia regional”……………………..Pg. 259

Guido Casaverde Ríos“Periodo de transición. Colonial vs. Inca: el caso de la sierra de Lima”……………………………………………………………Pg. 282

Manuel Augusto Ingunza Simonetti“La casa hacienda “El Ingenio” de Huaura”……………………….Pg. 291

Miguel Angel Silva Esquén“Iglesia y torre excentra de Rapaz”…………..…………………….Pg. 296.

NOTAS:Orlando Izquierdo Vásquez“El sello artístico de las civilizaciones”……….……………………Pg. 306

HOMENAJE:Tito Mármol“Reseña Biográfica del Dr. Andrés Mármol Castellanos”…………Pg. 309

Jesús Buitrón Cañamero vda. De Cafiti “Estudios arqueológicos in situ del Dr. Andrés Mármol

Castellanos”………………………………………………………...Pg. 312

Andrés Mármol Castellanos

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INTRODUCCIÓN

Hace tres años salió a la luz, por primera vez, el primer número de la Revista Cultural Kullpi, cuyo objetivo era y lo es difundir los resultados de las pocas pero valiosas investigaciones culturales realizadas en la Provincia de Huaral, en particular y el norte Chico en general, un área de la costa central que presenta un largo y complejo proceso cultural, producto del desarrollo de numerosas e importantes formaciones económico sociales. Los resultados de dichas investigaciones, era necesario que sean difundidas entre los investigadores del área y entre la población local, para continuar a partir del estado de las mismas y no comenzar como siempre desde cero nuevamente; además de crear y fomentar entre la población local y regional una identidad cultural e histórica que les permita identificarse como pueblo y afrontar conjuntamente los desafíos del proceso post moderno y de globalización en la que vivimos.

La falta de conocimiento entre la población acerca de su Historia, Arqueología, Antropología o Etnografía, entre otras disciplinas que nos permiten reconstruir el proceso histórico social acaecido a través de los siglos en este espacio geográfico; no permite tampoco que se forje la identidad cultural, mas aunado a las masivas migraciones de pobladores provenientes de otras regiones como Ancash y Huanuco, provenientes con otras tradiciones culturales e históricas, genera que el proceso de concientización cultural se tenga que iniciar desde cero. Así, pues, buscamos que estos trabajos se constituyan en una fuente didáctica fundamental en el proceso de enseñanza, por parte de docentes y alumnos

Es por ello que después de muchos años, tiempo en que se encontraba en descanso la edición y publicaciones, de artículos y libros relacionados con la cultura Chancay, con la arqueología e historia del valle Chancay, y otros desarrollos culturales locales, logramos la edición de un bloque de artículos relacionados con esas temáticas, las cuales en este tercer número se viene ampliando considerablemente.

Sin embargo, dicha inquietud por fomentar las investigaciones en la región, no hubiera sido logrado sin el apoyo moral y científico de muchos colegas, interesados en el mismo fin. Es por ello que nos

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encontramos y seguiremos comprometidos con la difusión de otros números en la que se expondrá la historia, arqueología, antropología y otros ámbitos científicos de la realidad regional. Conocemos de las limitaciones que tenemos, como todo investigador social en el Perú, en especial de carácter económico, lo que no nos permite editar nuestros ejemplares con la elegancia y rapidez que deseáramos, aunque con trabajo y esfuerzo tratamos de llenar esos vacíos. Creemos que en el presente número estamos superando algunas deficiencias del primer y segundo número, pero a la vez nos comprometemos a seguir mejorando en cada ejemplar futuro.

Los procesos sociales en el ámbito de la provincia de Huaral, en particular, y en el norte Chico en general, se inician cuando las primeras formaciones sociales llegan y se asientan, en los primeros momentos del poblamiento de este sector de la cordillera de Los Andes, en territorio sudamericano. Estos pobladores llegaron en un estado nómade, desarrollando la trashumancia itinerante, sistema que les permitía el aprovechamiento de productos de diferentes ecosistemas. Con el transcurso del tiempo, el descubrimiento de la agricultura, la ganadería, la arquitectura y otras artes de gran importancia para el desarrollo humano, logra una serie de cambios al nivel del patrón de asentamiento de estos pueblos; los cuales con el surgimiento y desarrollo de la religión, provoca la aparición de grandes centros religioso – ceremoniales, como los de la Tradición Caral y un poco mas tarde los de la Tradición de Templos en “U”, justamente el mas grande es el de San Jacinto, ubicado en los alrededores de Huando, en el valle de Chancay. Posteriormente, la sociedad se comienza a complejizar aún más y a volverse más dinámica, hasta la aparición del estado Lima. Con Lima, se produce una unificación cultural con los valles de Rímac, Chillón y Lurín, aunque siempre presentando variaciones locales. Luego de la desestructuración Lima, aparece una formación político social, conocido con el nombre de Teatino, conocido a partir de su cerámica roja anaranjada y de fino acabado. Teatino se constituye en el antecedente cultural de lo que vendría a ser la Cultura Chancay, la cual fue finalmente anexada al Tahuantinsuyo.

La mayoría de la población ha oído hablar acerca de la cultura Chancay, pero pocos conocen sus características culturales principales, desconociendo los otros desarrollos culturales anteriores.

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Pero si esto sucede en el valle bajo de la provincia de Huaral, donde se han realizado siquiera algunas investigaciones científicas, el panorama en la cuenca alta o región altoandina es mas complicado, ya que no se han realizado mas de tres o cuatro investigaciones. Se conoce en conjunto a todo lo arqueológico en esta zona como reino de los Atavillos. Es por ello que estamos tratando de dar también prioridad a los artículos referidos a la cuenca alta del río Chancay.

Como señalamos en la editorial del anterior número, se decidió llamar al presente trabajo “Revista Cultural Kullpi”, en honor a estas estructuras arquitectónicas de gran importancia, de compleja organización espacial y arquitectónica y tan poco investigadas; pertenecientes a la formación sociocultural denominado “Atavillos”, que se extendieron ampliamente en toda el área alto andina de la Provincia de Huaral.

Además se pensó en sub denominar Revista de Investigaciones culturales en la Provincia de Huaral y el Norte Chico, porque pensamos que el proceso cultural en esta área ha sido uniforme en todos los periodos culturales, desde la aparición de los primeros grupos sociales, en el Tahuantinsuyo, en la época colonial, y en la República, conformando la extensa provincia de Chancay.

En el presente número presentamos en primer lugar el artículo: “La Ocupación Lima del valle bajo de Chancay”, del arqueólogo José Luis Fuentes Sadowski, artículo de gran importancia para conocer el panorama y características del valle Chancay dentro del estado Lima, así como las características de los sitios mas importantes que datan de este periodo. El segundo artículo “Reconocimiento arqueológico en la cuenca alta del río Chancay – Huaral: margen izquierda (distritos de Atavillos Alto, Santa Cruz de Andamarca y Pacaraos). Nuevos datos para comprender los procesos socio- culturales Atavillos” del arqueólogo Pieter van Dalen Luna, es también de gran importancia, ya que nos muestra el panorama cultural en conjunto de los periodos tardíos en estos periodos tardíos; así como las características arquitectónicas y espaciales de los asentamientos. El tercer artículo: “UN GRANERO DOMÉSTICO: Tecnología de almacenamiento perteneciente a la Cultura Chancay en Caral, valle de Supe”, del arqueólogo Luis Flores Blanco, nos muestra las características de áreas de almacenamiento

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de maíz correspondientes a la Cultura Chancay en el sitio de Caral. Este trabajo es muy importante ya que es el primero en reportan ocupaciones Chancay en el sitio Arcaico de Caral, en el valle de Supe. El cuarto artículo: “El cactus San Pedro en la historia de los andes centrales”, del historiador del arte Leonardo Feldman Gracia, es de gran importancia ya que nos muestra la importancia que tuvo el San Pedro, en el área andina, en relación al mundo mágico ceremonial y ritual. Este trabajo constituye en un resumen de la tesis para optar el Magíster en Arqueología Andina. El quinto artículo: “La tradición oral sobre algunos lugares arqueológicos de Cajatambo” del antropólogo Amilcar Hijar Hidalgo, está referido a información referente a sitios arqueológicos de Cajatambo, recuperada a través de mitos y leyendas propias de la región. El sexto artículo “Análisis de un quipu Tahuantinsuyo procedente de Lauri, valle de Chancay”, también del arqueólogo Pieter van Dalen Luna, está referido al análisis estructural de un quipu procedente de la localidad de Pampa Libre, en Chancay; quipu que es único en su género, ya que en toda el área andina no se ha encontrado uno de las mismas características. El séptimo artículo: “El periodo Intermedio Tardío en San Pedro de Copa: una aproximación al patrón de asentamiento”, de los arqueólogos Sheyla Melgar Torres y Ernesto Lázaro Torres, nos muestra un estudio acerca de los patrones de Asentamientos en el Sur del departamento de Ancash, provincia de Ocros. El octavo artículo “Vichama y la Historia Regional”, del profesor Filomeno Zubieta Núñez, está referido a la interpretación del mito de Vichama a partir de los documentos haciendo el seguimiento en el actual territorio de Huacho. El noveno artículo: “Cerro Blanco Sur: arquitectura del Formativo Temprano en el valle de Fortaleza”, del arqueólogo Carlos Zapata Huamani, nos muestra la importancia de este asentamiento en el Periodo Formativo Temprano, en la región del Norte Chico. El décimo artículo: “El Patrimonio Cultural y la Historia Regional”, del profesor José Fernández Sánchez, está referido al patrimonio cultural, su importancia para la educación y perspectivas para el desarrollo cultural. El undécimo artículo: “Periodo de transición. Colonial vs. Inca: el caso de la sierra de Lima”, del arqueólogo Guido Casaverde Ríos, nos muestra las características de los sitios

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Coloniales tempranos en la Sierra de Lima. El duodécimo artículo “La casa hacienda “El Ingenio” de Huaura”, del Ingeniero Manuel Augusto Ingunza Simonetti, está referido a la importancia y el papel que cumplió esta casa hacienda al momento de la llegada de José de San Martín a Huaura, como cuartel general durante varios meses. El décimo tercer artículo “Iglesia y torre excentra de Rapaz” del señor Miguel Silva Esquén, describe e interpreta las pinturas murales que se encuentran en el interior de la iglesia Matriz del pueblo de Rapaz en Oyón; así como las características estructurales de esta iglesia. Además existe una nota: “El sello artístico de las civilizaciones” del reconocido pintor Orlando Izquierdo Vásquez, en el cual analiza la importancia del arte en las diferentes culturas a nivel del mundo.

Además se ha visto conveniente realizar un justo homenaje al Doctor Andrés Mármol Castellanos, quien durante muchos años impulsó las actividades culturales en el ámbito de la provincia de Huaral. Es por ello, que con permiso de su Hijo Don Tito Mármol hemos republicado algunos de sus artículos, que ya antes han sido publicado en diferentes periódicos y revistas de la localidad. Adjuntamos una biografía del Dr. Mármol hecha por su hijo Don Tito mármol, un artículo acerca de las investigaciones arqueológicas del Dr. Mármol, hecho por la profesora Jesús Buitrón Cañamero Vda. De Cafiti.

Esperamos para los próximos números seguir recibiendo los artículos de otras investigaciones para su difusión.

Lic. Pieter van Dalen Luna.Editor.

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AGRADECIMIENTOS

Un agradecimiento especial al señor Medil Alfredo Luna Palacios, quien ha apoyado en parte, con la edición de este número. Además un agradecimiento especial a todas aquellas personas que han apoyado laboral y moralmente en la elaboración del presente trabajo.

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LA OCUPACIÓN LIMA DEL VALLE BAJO DE CHANCAY

José Luis Fuentes Sadowski 1

Introducción

El presente artículo constituye un primer acercamiento al estudio de la cultura Lima en el valle de Chancay, por los estudios realizados desde principios del siglo XX y por la numerosa bibliografía publicada sobre la cultura Lima sabemos que ésta cultura ocupó también este valle, a pesar que los hallazgos realizados hasta la fecha, no muy numerosos, son de una importancia capital para el entendimiento de ésta cultura hasta ahora éste período del valle, el Intermedio Temprano, no ha despertado el interés que debiera en los investigadores, dentro del estudio de los períodos culturales del valle de Chancay éste lapso de tiempo constituye aún un vacío lamentable, al igual que el conocimiento que tenemos sobre la cultura Lima para este valle.

Por las investigaciones realizadas hasta la fecha el valle de Chancay constituyó el valle fronterizo para la cultura Lima, cuya ocupación es la más norteña plenamente comprobada, más al norte a pesar de reportarse algunos hallazgos aún falta investigar sobre éste período. El presente artículo pretende sintetizar todos los conocimientos que se tienen sobre la cultura Lima en el valle de Chancay hasta la fecha, y el autor plantea también algunas hipótesis, ideas y líneas de trabajo que podrían ser un aporte para la investigación de la cultura Lima en el valle en los años venideros.

Para terminar esta breve introducción el presente artículo parte de la investigación que el autor realizó para el curso de Prácticas Pre-Profesionales I que dictara el profesor Francisco Medina durante el año 2001 en la Escuela Académico Profesional de Arqueología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, muchas de las ideas iniciales han sido revisadas, algunas omitidas y se han añadido nuevas, de todas maneras debo advertir que éste es sólo un avance preliminar sobre la investigación de la cultura Lima en el valle de Chancay.

1 Bachiller en Arqueología-UNMSM

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Antecedentes de estudio

Desde los inicios de la arqueología en la costa central el valle bajo de Chancay fue escenario de numerosos estudios y excavaciones por parte de los investigadores, el primer arqueólogo que excavó ampliamente en el valle y que halló y definió cerámica de la cultura Lima fue el alemán Max Uhle (Uhle, 1910, 1918, 1970,1998, Kroeber,1926), Uhle excavó en numerosos sitios del valle bajo, primero entre septiembre y noviembre de 1900 (Ravines, 1989:20) y después de mayo a septiembre de 1904, ocasión en que excavó en Cerro Trinidad, Huaral Viejo y otros sitios del valle (Ravines, 1989:20) reuniendo un considerable corpus de cerámica de todos los períodos de ocupación; Uhle trabajó en 1904 cinco sitios en el valle de Chancay: La Mina (Sitio A), La Calera de Lauren (Lauri) (Sitio B), La Calera de Jecuán (Sitio C), Huaral Viejo (Sitio D) y Cerro Trinidad (Sitio E) (Kroeber, 1926:266), de éstos cinco sitios Cerro Trinidad y La Mina conformaban en la práctica uno solo, y fue solamente en el primero donde encontró cerámica de la cultura Lima (interlocking), en Cerro Trinidad las labores se iniciaron el 20 de Junio de 1904 (Kroeber, 1926:294) y aparte de los numerosos hallazgos de cerámica Lima, en fragmentos y algunas enteras, encontró la primera pintura mural Lima hallada por un investigador (Kroeber, 1926:302) (Uhle, 1998:242) (Bonavia, 1974:47-48).

Todos los materiales recuperados por Uhle en Chancay en 1904 fueron trasladados a la Universidad de Berkeley en California, EE.UU., veintidós años después de su descubrimiento en Chancay éstos materiales fueron analizados por Alfred Kroeber, quien publicara en 1926 un informe sobre ellos: The Uhle pottery collections from Chancay, en éste trabajo Kroeber separa, entre los numerosos estilos de cerámica, dos estilos que define como white-on-red (blanco sobre rojo) e interlocking (entrelazado), los cuales Uhle sólo encontró en el Sitio E (Cerro Trinidad), Kroeber intentó encontrar la relación cronológica entre ambos estilos pero finalmente termina aceptando la que había propuesto Uhle (en la cual el interlocking antecedía al white-on-red) aunque reservando sus dudas, uno de los aportes más significativos de este trabajo de Kroeber es la descripción e ilustración de numerosas vasijas de estilo Lima de Cerro Trinidad que Uhle no había llegado a publicar, también en la parte final del trabajo hay un pequeño reporte escrito por Uhle acerca de sus labores en tres sitios del valle de Chancay durante 1904 (Kroeber, 1926:293-303).

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En 1941 y 1942 como parte de las investigaciones antropológicas que el Instituto de Investigaciones Andinas de Nueva York realizó en el Perú William Duncan Strong, Gordon R. Willey y John M. Corbett realizaron excavaciones en la costa central, excavando Pachacámac, Ancón, Chancay y Supe, fue en Chancay donde Gordon R. Willey trabajó en los sitios Cerro Trinidad y Baños de Boza esclareciendo definitivamente la secuencia cronológica para el Intermedio Temprano en el valle, el artículo de Willey se llamó Excavations in the Chancay valley y fue publicado en el libro Archeological studies in Perú: 1941-1942 publicado junto con William Duncan Strong y John M. Corbett en 1943.

En Chancay Willey excavó siete pozos de prueba en Cerro Trinidad y cuatro en Baños de Boza, las excavaciones en Cerro Trinidad se realizaron en la zona adyacente a la ladera sur del cerro, al sureste de las excavaciones de Uhle (Willey, 1943:132) en este lugar encontró una considerable ocupación de las sociedades que usaron los estilos white-on-red y el interlocking, lo más importante de su trabajo es que pudo por fin definir la anterioridad del estilo white-on-red (blanco sobre rojo) al interlocking (entrelazado), en Baños de Boza encontró sólo la ocupación de una sociedad que usó el white-on-red, aunque también encontrara tres fragmentos Lima 3 (Patterson, 1966:109).

Para el año de 1961 Hans Horkheimer emprende un proyecto a gran escala de reconocimientos y excavaciones en las zonas baja y media del valle de Chancay, este proyecto se denominó la Misión Arqueológica Chancay y, aunque su principal foco de atención fue el estudio de la Cultura Chancay, es decir, de las sociedades del Intermedio Tardío, también hizo reconocimientos en sitios Lima del valle y se indicaron en las publicaciones que se realizaron, una de las menciones más importantes fue sobre el importante sitio Lima de Horcón, situado a dos kilómetros y medio al sureste del sitio Chancay de Pisquillo Chico, y de sitios Lima en la quebrada de Quilca (Horkheimer, 1965; 1970:370-371 [1963]). En el mismo año de 1961 y en 1963 Thomas C. Patterson y Edward Lanning realizan reconocimientos en la parte baja del valle, aportando una información adicional al conocimiento de la cultura Lima allí (Patterson, 1966:110).

En el año de 1963 Rogger Ravines con un grupo de estudiantes de arqueología del Departamento de Antropología de San Marcos desenterraron dos pinturas murales Lima ubicadas en Cerro

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Trinidad, correspondiendo a la pintura descubierta por Max Uhle en 1904 (denominada por Ravines “Panel B”) y a un mural no mencionado con anterioridad pero que se situaba en las inmediaciones del primero (se denominó el “Panel A”), éste en verdad era la superficie de dos muros con restos de pintura mural que formaban una esquina, uno adosándose a otro (Bonavia, 1974: Fotografía a color adyacente a la pág. 46), después de estudiar ambas pinturas el grupo cubrió nuevamente los murales, lamentablemente éstos se situaban a escasa distancia del avance urbano del puerto de Chancay y en los años siguientes las casas de los invasores terminaron por cubrir totalmente la zona, se supone que al instalarse sobre ésta parte y al construir construcciones de material noble los murales fueron totalmente destruidos, Ravines escribió un informe que permanece inédito, habiéndose publicado parte de éste en el libro Ricchata Quellccani de Duccio Bonavia (Bonavia, 1974:48-50).

En el año de 1965 Paul Kosok publica su monumental obra Life, land and water in ancient Peru, en la cual publica una excelente foto aérea del sitio de Cerro Trinidad (Kosok, 1965:132).

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El año de 1966 Thomas C. Patterson publica su tesis doctoral titulada Pattern and Process in the Early Intermediate Period Pottery of the Central Coast of Peru, obra fundamental para el estudio de la cultura Lima, en la que no sólo se intenta sistematizar el material Lima proveniente del valle de Chancay dentro de las nueve fases planteadas por este investigador (Patterson, 1966:122-124) sino que también se esboza una visión general de ésta cultura en el valle (Patterson, 1966:108-110).

En 1974 Santiago Agurto Calvo y Abelardo Sandoval publican un inventario de sitios arqueológicos del valle bajo y medio de Chancay, en donde por lo menos registran 84 sitios con ocupación del Intermedio Temprano, es sorprendente que fueron los primeros investigadores en clasificar la cerámica Lima de un valle en los períodos Lima Temprano, Lima Medio y Lima Tardío, anticipándose a Guerrero (1998) y a Goldhausen (2001), el informe de ellos se denomina Inventario, catastro y delimitación del patrimonio arqueológico del valle de Chancay y se encuentra actualmente en el Instituto Nacional de Cultura, Agurto y Sandoval elaboraron una ficha breve de cada sitio que forman el cuerpo general del inventario y les dieron una nomenclatura particular, no utilizando el sistema Rowe de registro de sitios arqueológicos del país, incluye algunas fotos de sitios y mapas del valle, es hasta la fecha el informe que registra la mayor cantidad de sitios Lima del valle (Agurto y Sandoval, 1974).

En 1980 Rogger Ravines intervino en las proximidades del sitio Lima de Chancayllo, ubicado en la parte norte del valle de Chancay, situado al este de la carretera Panamericana antes que ésta, viniendo de Lima, ingrese a la zona irrigada de El Hatillo, ésta intervención se realizó debido a que se construyó un canal de riego que cortó varios montículos de la zona y que afectó el sitio arqueológico en general, la intervención de Ravines consistió en levantar un plano general de la zona, de perfilar, dibujar y describir uno de los perfiles ubicados en uno de los montículos afectados y de recoger cerámica Lima diagnóstica, siendo más precisos el sitio exacto en donde Ravines trabajó el perfil y recogió la cerámica (que él denomina PV44-14G07, según la nomenclatura de sitios que dieron Agurto y Sandoval) por el plano que publica se situaba al este del sitio de Chancayllo, en una pequeña quebrada, pero como veremos más adelante tenemos dudas acerca de ésta ubicación, Ravines publico un artículo en el Boletín de Lima, centrándose sobre todo en la cerámica recogida de este sitio (Ravines, 1995:57-76).

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Entre los meses de noviembre de 1993 y 1994 se realizó en el puerto de Chancay un proyecto de rescate arqueológico realizado por los arqueólogos Juan Murro, Vicente Cortéz y José Hudtwalcker, las excavaciones se realizaron a los pies de la falda norte del cerro La Capilla, un pequeño promontorio rocoso situado inmediatamente al oeste de Cerro Trinidad, y se debió a que se iba a instalar la red de alcantarillado en las calles de esta parte del puerto, las excavaciones aparte de descubrir una densa ocupación de la cultura Chancay encontraron debajo de ella ocupación de la cultura Lima, que estuvo asociada con las estructuras monumentales de Cerro Trinidad (Murro, Cortéz y Hudtwalcker, 1997:253-264).

Marco Goldhausen hace algunas referencias a sitios Lima en el valle de Chancay (como Cerro Trinidad, Chancayllo y Horcón) y de algunos hallazgos, sobre todo de iconografía Lima, realizados en este valle, todo esto enmarcado en su artículo sobre iconografía Lima publicado en Arqueológicas 25 (Goldhausen, 2001:223-263). Finalmente una de las últimas intervenciones realizadas en un sitio Lima del valle de Chancay ha sido un proyecto de evaluación arqueológica, realizado en la falda oeste de Cerro Trinidad del 30 de Mayo al 15 de Julio del 2001, debido a que algunos asentamientos humanos de esa zona querían sanear la propiedad de esos terrenos, lo realizó la arqueóloga Aurora García y el área evaluada fue de 9 Ha. excavándose alrededor de 62 pozos de prueba de 2x2 metros, quizás la intervención más grande realizada en Cerro Trinidad hasta la fecha (García, 2001:4-8).

Marco Geográfico

El valle bajo de Chancay se sitúa al norte de Lima, inmediatamente al norte de los cerros arenosos de Pasamayo que dividen la cuenca de Chancay de la de Ancón, se circunscribe al cono de deyección que forma el río Chancay en la parte más baja de su recorrido al océano, pudiendo definirlo como un gigantesco triángulo, cuyo vértice se sitúa en la zona donde se abre el cono de deyección del valle, donde finaliza el valle medio y se inicia el valle bajo, ésta es la zona situada entre los cerros Mascarín por el norte y Plaza por el sur, el lado norte de este triángulo lo conformarían de este a oeste: cerro Mascarín, Bilbao, Huando, Cabuyal, Cuchicorral, Vizcachera, Iguañil, Contadero, Hatillo y Grita Lobos, por el lado sur serían de este a oeste: cerro Plaza, San Cristóbal, Valenciana, Atalaya, Trinchera, Porteño, Redondo y Pasamayo, estando la base situada en toda la línea del litoral, entre el cerro Grita Lobos por el norte y el cerro

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Pasamayo por el sur, en el área de todo este gigantesco triángulo se sitúa el valle bajo de Chancay, que se caracteriza por ser una llanura aluvial de superficie plana que tiene algunos cerros de pequeña altura situados hacia el norte y que es cortada adyacente al litoral por dos sistemas de macizos de cerros rocosos y arenales, que son en el lado norte los cerros La Mina y La Calera y las pampas de Jecuán y Pampa Libre, y por el lado sur del valle los cerros de Macatón, Salinas y Lunavilca y la pampa del Ynca; el cauce actual del río Chancay se desvía con rumbo suroeste desde que ingresa al valle bajo manteniéndolo hasta su desembocadura en el mar, pasando al sur de la actual ciudad de Huaral y desembocando en el océano al sur del puerto de Chancay, entre los cerros de Salinas por el norte y el Pasamayo por el sur.

El clima del valle bajo es el típico de cualquier valle de la costa central, de diciembre a marzo la temperatura es elevada producto del verano austral y el cielo es despejado, mientras que de abril a noviembre la mayor parte del tiempo se sitúa en el cielo a poca altura una densa capa de nubes estratos, que produce algunas lloviznas, excesiva humedad y baja temperatura en el ambiente, la humedad y las lloviznas en estos meses producen en los cerros cercanos al litoral y que bordean el valle el fenómeno de lomas, sobre todo en los meses de junio a septiembre, la vegetación natural está tremendamente impactada por acción humana, fuera de las chacras realizadas por el hombre y que cubren la mayor parte de la superficie del cono de deyección (donde sobre todo abundan los cultivos de pan llevar) está presente una vegetación silvestre en las riberas del río Chancay, en algunos humedales presentes en la planicie y en las lomas, la fauna también está condicionada por el impacto humano, siendo más abundante en las lomas, el litoral no es tan accidentado como otras zonas de la costa, de norte a sur mantiene una dirección sureste y no presenta amplias bahías o significativas penínsulas o puntas, todo el litoral se caracteriza por tener playas abiertas y la única bahía que exhibe la posibilidad de ser un puerto natural es la que forma la punta Chancay.

Otra cuestión importante en el valle de Chancay son las vías de comunicación naturales que ofrece, sobre todo con los valles bajos costeños al norte y al sur, por el norte existen sólo dos vías de comunicación, que jugaron un papel importante en las comunicaciones en la época prehispánica: el paso entre los cerros Grita Lobos y Hatillo, y entre el cerro Hatillo e Iguañil, y por el sur sólo existieron dos vías desde tiempos prehispánicos: el paso entre los cerros Pasamayo y Redondo, que permite el acceso de la zona de Baños de Boza a la pampa de Ancón y la

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quebrada de Orcón y Quilca que permite el acceso pasando la zona de Huachoc al valle del Chillón por la zona de Trapiche.

Naturaleza de la ocupación de la cultura Lima en el valle de Chancay

Se ha mencionado generalmente que sólo se han encontrado huellas tangibles de la cultura Lima en cuatro valles de la costa central: Lurín, Rímac, Chillón y Chancay, los estudios realizados hasta ahora sobre la cultura Lima se han centrado en los tres primeros valles, siendo el de Chancay el que más ha carecido de éstos, aún así algunos investigadores nos han dejado datos puntuales y fragmentados de la ocupación Lima de este valle.

El año de 1974 el arquitecto Santiago Agurto y el arqueólogo Abelardo Sandoval publicaron un inventario de sitios arqueológicos del valle de Chancay, el único realizado hasta la fecha y en el cual se dividieron los sitios por períodos, así para el período Intermedio Temprano tenemos un aproximado de 84 sitios, teniendo ocupación de la época

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PLANO DEL VALLE CHANCAY

Blanco sobre Rojo 40 sitios y de Lima propiamente dicho 71 sitios, existiendo ésta cantidad de sitios con ocupación Lima pensamos que la población del valle fue bastante densa en la época que va desde el año 200 d.C. hasta el 500 d.C.

De todos los sitios Lima presentes en el valle bajo tres sitios podrían recibir la denominación de centros urbanos o centros ceremoniales, nos referimos a Cerro Trinidad, Chancayllo y Horcón, al parecer éstos tres sitios son los sitios Lima de mayor magnitud del valle, algo que tienen en común es su considerable extensión y la presencia de montículos voluminosos, sin duda la construcción de estos asentamientos demandó bastante inversión de trabajo, un buen control de la mano de obra y una anticipada planificación de las construcciones, éstos tres sitios se componen de varias construcciones y de estructuras arqueológicas que se articulan entre sí guardando entre ellas una evidente relación, es por ello que en la descripción y explicación de estos sitios los hemos denominado “complejos”.

Hasta ahora por las investigaciones realizadas la ocupación Lima del valle de Chancay tendría unos límites temporales entre los 250 y 500 d.C. si nos basamos en la secuencia de Patterson, ya que los trabajos realizados en el valle sólo han encontrado cerámica Lima entre las fases Lima 2 a Lima 6. (Patterson, 1966:122-124).

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Por el inventario de Agurto y Sandoval podemos observar que la ocupación Lima es densa en toda la amplitud del cono de deyección del valle bajo, pero en el valle medio no se encuentran tantos asentamientos como en ésta zona, de todas maneras la presencia de tan enorme cantidad de sitios en la parte baja de este valle exige una exploración más exhaustiva para poder ubicar sitios que no hayan sido registrados y poder hacer un mapa arqueológico más elaborado.

El Complejo Cerro Trinidad

Cerro Trinidad es el nombre de un promontorio rocoso de aprox. 150 m.s.n.m. ubicado inmediatamente al sureste del puerto de Chancay, en sus faldas y alrededores se encuentran diseminadas una serie de evidencias culturales que cubren un espacio de tiempo desde el Intermedio Temprano hasta el Intermedio Tardío.

Como “Complejo Cerro Trinidad” nosotros estamos definiendo al conjunto de restos y evidencias situados en y en las inmediaciones del cerro del mismo nombre pertenecientes al Intermedio Temprano, específicamente a la cultura Lima.

Cerro Trinidad ha sido uno de los sitios arqueológicos Lima más investigados de ésta cultura y prácticamente el único excavado en el valle de Chancay, pero refiriéndonos a eso hay que confesar que después de las excavaciones de Uhle y de Willey no se han vuelto a realizar otras intervenciones que nos hayan aportado más datos e información de la envergadura que dieron estas excavaciones, fue aquí donde Uhle descubrió el estilo Lima en el valle de Chancay.

Por el conjunto de evidencias Lima situadas en el Complejo de Cerro Trinidad puede inferirse que la pequeña bahía de Chancay jugó un rol bastante importante para la sociedad Lima de entonces, hay que considerar que ésta bahía con su puerto natural es la única de esta naturaleza en toda la costa del valle, por lo que los Lima de Chancay se instalaron preferentemente en ella, usándola no sólo como un puerto para embarcaciones que extrajeran productos marinos, sino también como un posible lugar de comunicación marítima.

Hasta hace unos 50 años aprox. el sitio arqueológico se encontraba relativamente conservado, ya que sólo las evidencias ubicadas en las inmediaciones del puerto habían sido afectadas por las construcciones modernas, fieles testigos del estado de conservación del sitio son las fotos aéreas tomadas por el SAN en 1945 (una de ellas publicada por Kosok,

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1965:232) pero desde la década del sesenta sobre todo empezó un acelerado crecimiento del puerto de Chancay, que empezó a urbanizar extensiones de los arenales, campos cultivados y cerros que rodean al puerto, fue así que empezó la sistemática destrucción del sitio de Cerro Trinidad, cuyo principal factor ha sido el crecimiento urbano desordenado del puerto de Chancay.

Al parecer todo el asentamiento Lima ubicado en Cerro Trinidad se estableció rodeando al promontorio rocoso del mismo nombre, considerándolo quizás como un importante punto de referencia e inclusive pudiendo tener algún valor religioso (Apu), la principal característica de este cerro es que prácticamente sus laderas son arenosas hasta la mitad de su altura, donde se descubre la roca madre oscura del cerro que conforma la cima, allí se sitúa una antena y también una cruz, por el este está limitado por la actual carretera Panamericana y hacia el oeste por la Panamericana antigua, ambas vías al construirse cortaron el sitio arqueológico, por lo que actualmente lo dividen en tres zonas, hacia el oeste de la antigua carretera están diseminadas una serie de evidencias Lima sobre las laderas y cimas de los cerros Cascajo y La Capilla, cerros que se adentran hacia el oeste conformando con un último promontorio rocoso la punta Chancay, lamentablemente la expansión urbana del puerto a ocupado buena parte de las colinas (sobre todo el cerro La Capilla) afectando la zona arqueológica, aún así es posible encontrar todavía en la superficie evidencias arqueológicas como fragmentos de cerámica, etc. que ya había observado Willey (1943:131) e inclusive Uhle (Kroeber, 1926:295) también pudimos observar en una pequeña quebrada ubicada en la ladera noroeste del cerro Cascajo mirando hacia la bahía restos de construcciones de piedra formando habitáculos en una serie de terrazas artificiales que se adaptan al desnivel de la ladera, en éstas construcciones se pudo observar algunos fragmentos Lima, muy probablemente éstas estructuras sean del Intermedio Temprano y fueron quizás una aldea, de todas maneras no dejan de estar relacionadas con las estructuras situadas en el mismo Cerro Trinidad, en la foto aérea de 1945 pueden distinguirse claramente y libres de alguna ocupación moderna los tres promontorios: cerro La Capilla, Cascajo y el de la punta, lo notable es que colindante con las faldas norte de los cerros Cascajo y La Capilla puede verse un extenso cementerio saqueado que por las excavaciones de Murro, Cortéz y Hudtwalcker (que fueron en esta zona) se determinó que databa del Intermedio Tardío; aparte de las evidencias anteriores habría que mencionar los hallazgos que hizo este mismo proyecto de rescate en el puerto Chancay en 1993-1994 en la base de la ladera norte del cerro La

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Capilla: una sucesión de tres ocupaciones asociadas a cerámica Lima, y que incluían estructuras arquitectónicas remodeladas de notable envergadura (Murro, Cortéz y Hudtwalcker, 1997:257), es probable que éstas estructuras sean sólo una pequeña muestra de la serie de estructuras Lima que hubieron en los alrededores de la bahía; hacia el sur de los cerros Cascajo y La Capilla se ubica una zona de humedales en cuyo límite noreste pueden distinguirse por lo menos tres montículos arqueológicos (que pueden verse claramente en la foto aérea de 1945), también cerca de éstos montículos se ubica una pequeña huaca (denominada por nosotros montículo F) ya adyacente a la Panamericana antigua y sobre la que lamentablemente se ha construido viviendas modernas, es interesante mencionar que en la foto aérea de 1945 pueden verse al sur del montículo F alineados al lado oeste de la antigua Panamericana por lo menos tres montículos más, que por nuestras propias observaciones al parecer han desaparecido por completo.

Entre los dos trazos de la Panamericana, el antiguo y el moderno, se sitúa Cerro Trinidad, prácticamente en todo el contorno de la ladera arenosa del cerro hay evidencias arqueológicas, lamentablemente ahora muy afectadas por la expansión de las urbanizaciones del puerto Chancay, en la ladera oeste se sitúa la zona donde se ubican una serie de montículos, siendo los de mayor envergadura de todo el sitio, en la ladera que mira al sureste se sitúa una enorme construcción de piedra que tuvo una planta cuadrangular, inmediatamente al sureste de éste cuadrángulo se sitúan un par de montículos bajos (denominados por nosotros G y H), tanto la zona de los grandes montículos como la zona del cuadrángulo y alrededores es lo que Uhle denominó su sitio E (Kroeber, 1926:294), al parecer en la ladera este del cerro no hay evidencias significativas, pero en la ladera norte se situaba un saqueado cementerio Chancay que Uhle denominó su sitio A (Willey, 1943:130) (Kroeber, 1926:266), también en la ladera noreste del cerro se puede observar, en zonas que aún no han sido invadidas, restos de superficie como huesos, cerámica, etc., no hay evidencias claras en esta zona de estructuras arquitectónicas de gran volumen pero por las sinuosidades del terreno quizás se encuentren sepultadas, hacia el este de la actual Panamericana por indicación de un pintarrajeado letrero del INC se encuentra la zona arqueológica de Peralvillo, hoy casi totalmente ocupada por granjas y asentamientos humanos, al parecer no tuvo estructuras importantes.

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Foto 1: Vista Panorámica del Cerro Trinidad, visto desde el Norte. Foto J.L.F.S. Octubre 2001.

Información adicional nos suministra el inventario de sitios arqueológicos del valle de Chancay que publicaron Agurto y Sandoval en 1974 para el complejo de Cerro Trinidad, son cinco sitios arqueológicos que estos investigadores registran en los alrededores del puerto de Chancay que pueden incluirse en nuestro “Complejo Cerro Trinidad”: son los sitios 3H03, 3H04, 3H05, 3H06 y 3H07, registrando en todos ellos cerámica Lima menos en el 3H06, 3H03 lo mencionan como un cementerio saqueado situado en la falda suroeste del cerro, colindante con la antigua Panamericana, 3H04 es una serie de montículos muy destruidos situados frente al actual castillo de Chancay al lado este de la antigua Panamericana, 3H05 es un cementerio denominado Peralvillo situado en las inmediaciones de la zona en que la antigua Panamericana se une a la moderna al sur de Cerro Trinidad, al parecer el sitio denominado por el cartel del INC “Peralvillo” es otro, debido a su ubicación, aunque queda la sospecha que se haya producido una confusión en los nombres, 3H06 es un cementerio partido por la moderna Panamericana en la falda noreste de Cerro Trinidad, en el punto que la Panamericana deja la zona desértica y reingresa a una zona con cultivos, y por último el sitio 3H07 es el cuadrángulo de piedra, que Agurto y Sandoval denominan “geoglifo de planta rectangular” mencionando que tanto en su interior como en la zona externa arriba de éste se encuentran cementerios removidos, mencionan que la función del cuadrángulo fue la de proporcionar “una unidad de medida” (¡!) Es curioso que ellos no registraran ninguna de las grandes estructuras que se ubican sobre todo en la falda oeste del cerro.

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En Cerro Trinidad aunque los asentamientos humanos han bordeado todo el cerro y avanzado hacia las partes superiores todavía no han destruido toda la evidencia arqueológica, la parte más afectada es la zona de montículos que da hacia la bahía (quizás sea la zona más importante) las casas de los pobladores han subido desde la antigua carretera hasta la mitad del área arqueológica, han cortado los montículos para hacer terrazas que sostengan sus moradas y han abierto perfiles en donde se distingue toda una sucesión de fases arquitectónicas. Básicamente existen cinco montículos de enorme envergadura, orientados hacia el oeste que hemos denominado A,B,C,D y E, D y E son los más cercanos a la antigua Panamericana y son los que se sitúan a menor altura en la parte baja de la ladera, éstos se encuentran ya totalmente cubiertos por viviendas precarias y en uno de ellos, específicamente el D, situado más al norte se ha abierto un enorme perfil que exhibe una interesante sucesión de fases constructivas, donde pueden reconocerse muros de adobitos y al parecer también de tapia (a menos que sea un muro de otro material constructivo cubierto totalmente de enlucido), entre éstos dos montículos se ubicó la zona que evaluaron las excavaciones de Aurora García el 2001, encontrando material del estilo blanco sobre rojo e interlocking y también 17 entierros (García, 2001:52-54); es probable que fue en el montículo E, el situado más al sur y actualmente casi imperceptible en donde Ravines destapó y estudió el año 1963 los dos paneles de pinturas murales de Cerro Trinidad, aunque Horkheimer (1965:45) ubica “una pintura de dibujos interlocking en colores amarillo, negro, rojo y blanco” en un promontorio separado del cerro por la antigua Panamericana, es decir al oeste o sur de dicha vía, quizás Horkheimer haya confundido la ubicación de las pinturas (que están al este de la antigua Panamericana) o quizás se refiera a otra pintura completamente diferente de las otras. El panel “B” de Ravines ya había sido descubierto por Max Uhle en 1904 y era una pintura hecha sobre una “pared de terraza” (Uhle, 1998:242) representando de forma entrelazada cabezas de serpientes o peces, el panel “A”, que se situaba adyacente al “B” y que fue sólo mencionado y descrito por Ravines en 1963, era un diseño “por oposición” de bandas de triángulos con puntos negros al centro, formando un diseño geométrico complicado (Bonavia, 1974:49) lamentablemente la zona en la actualidad se encuentra totalmente cubierta de viviendas modernas, siendo verdaderamente trágico que tan bellos ejemplares del arte mural prehispánico se hayan perdido. También en los alrededores del montículo E se situaba el sitio 3H03 del inventario de Agurto y Sandoval que lo denominan un cementerio saqueado. Los otros tres montículos se sitúan en la parte alta de la ladera arenosa, una

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zona que aún no ha sido invadida por el asentamiento humano pero que corre peligro inminente de que en cualquier momento ésta se produzca, curiosamente los tres adoptan en su distribución una planta ligeramente parecida a una “U”, estando el A situado más al este y adyacente al inicio de la ladera rocosa del cerro, mientras los montículos B y C, situados inmediatamente al oeste de A, semejan las prolongaciones de la forma en “U” pero no parece que éstos tres montículos encerraran un área definida, los tres montículos son de gran tamaño y no exhiben perfiles o evidencias en la superficie de arquitectura, prácticamente están intactos y tampoco exhiben evidencias de perforaciones o huaqueos recientes, son la muestra de que aún Cerro Trinidad no está completamente destruido y que guarda todavía muchas sorpresas para el futuro, aunque esto podría desaparecer si el asentamiento humano avanza y termina de invadirlo por completo (cosa que todo parece indicar su inminencia). Creemos que toda esta zona era probablemente la zona ceremonial del asentamiento y que los montículos tuvieron funciones religiosas, aunque sin excavaciones intensivas eso no puede saberse con certeza, en la fotografía aérea de 1945 puede verse esta zona totalmente libre de construcciones modernas, notándose claramente los cinco montículos (en la foto aparecen el montículo A junto con el B conformando en la práctica uno solo, semejando a los dos montículos que conforman la huaca Middendorf en el complejo Maranga) entre éstos montículos y la antigua Panamericana puede distinguirse en la ladera muros conformando habitáculos, posiblemente de piedra por su color oscuro (en esta zona es que excavó Aurora García), es importante mencionar que al sur del montículo C puede verse una construcción al parecer de piedra de planta rectangular que tiene una pequeña prolongación al sureste, conformándola en total cinco ambientes, al suroeste de esta construcción y adyacente a la antigua Panamericana puede verse en la foto aérea restos de trincheras de excavación, que comparándolas con el dibujo que incluye Willey en su plano todo parece indicar que son los restos de la excavación de Max Uhle (Willey, 1943:132), si estas huellas son en verdad la excavación de Uhle entonces las siete unidades de Willey se ubicaron, por lo que grafica en su plano, al suroeste de estas viejas trincheras, frente a dos montículos que se ubicaban al otro lado de la antigua Panamericana, otros datos que nos da el plano de Willey es que al este de las trincheras de Uhle existió una estructura de piedra de planta rectangular, que sus unidades IV y VII fueron las más cercanas a las trincheras de Uhle y que fueron excavadas al mismo nivel de éstas (Willey, 1943:133) y que las unidades V y VI se excavaron en un

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pequeño montículo situado a escasa distancia al noreste de las otras dos unidades de excavación (Willey, 1943:139).

Foto 2: Vista del perfil expuesto en el montículo D, Cerro Trinidad. Foto J.L.F.S. Octubre 2001.

En la ladera que mira al sureste de Cerro Trinidad se ubica el gigantesco cuadrángulo de piedra cuyas medidas fueron por la foto aérea de 1945: 200 metros de largo por 180 metros de ancho aprox., inmediatamente al noroeste del muro superior de piedra de ésta estructura

PLANO DE CERRO TRINIDAD

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se ubican los restos de un saqueado cementerio, del cuadrángulo sólo se conserva actualmente tres muros ya que el situado más al sureste y que tenía la menor altitud de los cuatro ha sido totalmente destruido por el avance de las invasiones, aún puede distinguirse en el interior del cuadrángulo una serie de terrazas con muros de contención de piedra también, la función de toda esta estructura es imprecisa hasta ahora y su antigüedad también, pudo estar relacionado con los montículos Lima situados al oeste de éste pero también pudo ser posterior, sobre su función pensamos que posiblemente se usó como un lugar para salar pescado, por su similitud con otras terrazas similares ubicadas en el contemporáneo sitio de Lapa Lapa en Chilca.

Inmediatamente al sureste del cuadrángulo se ubica una planicie arenosa hoy totalmente cubierta por el avance de las urbanizaciones en las que sobreviven hasta este momento dos pequeños montículos, el más próximo al cuadrángulo lo hemos denominado G y el situado más al sur H, ambos se encuentran adyacentes a la actual Panamericana, el G actualmente se encuentra totalmente cubierto por material eólico y en medio de una especie de parque de la moderna urbanización, su estado de conservación es bueno y sólo han sembrado una serie de plantas en su ladera sur, sobre el montículo H diremos que es más pequeño que el G y que lamentablemente viene siendo progresivamente destruido por un poblador

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de avanzada edad que tiene su vivienda inmediatamente al sur de éste, por los cortes efectuados por ésta persona y por los perfiles expuestos hemos contemplado adobitos similares en tamaño a los presentes en otros sitios Lima, por la foto aérea de 1945 podemos observar en toda esta zona la presencia de numerosas estructuras arqueológicas que hasta ahora inexplicablemente no han recibido la atención de ningún estudioso, sólo Kosok (1965:232) publica la foto aérea de esta zona pero sin dar muchas interpretaciones, pueden distinguirse una serie de estructuras que se distribuyen como si siguieran un eje hacia el norte, hacia el sureste del cuadrángulo se distingue un montículo de notable envergadura que tiene al parecer otro más pequeño adosado en su ladera norte, nosotros lo hemos identificado como el montículo G, que felizmente sobrevive hasta ahora (en la foto de Kosok se distingue un amurallamiento de planta trapezoidal alrededor de éste montículo) siguiendo hacia el sur sigue una impresionante estructura de planta trapezoidal que encierra por lo menos tres ambientes, en el más sureño destaca la presencia de dos montículos (probablemente uno de ellos sea el actual montículo H, si no es uno situado más al sur ya fuera de este recinto trapezoidal) éste edificio de planta trapezoidal tiene adyacente en su lado suroeste una serie de estructuras que terminan hacia el oeste en un edificio con planta en cruz, cosa que no hemos visto en ningún otro edificio Lima pero si en la iconografía (véase Escobedo y Goldhausen 1999:28) en reproducciones de uno de los paneles de la pintura mural de Cerro Culebras, pensamos que la filiación Lima de estos edificios está avalada por su planta trapezoidal, muy semejante a otros edificios Lima como la estructura principal de Cerro Culebras y la Huaca Tello en Cajamarquilla, más al sur de éstos edificios puede verse en la foto aérea que prosiguen una serie de estructuras, al parecer son montículos, plazas cuadrangulares y grandes ambientes de planta rectangular, destaca en medio de una serie de ambientes cuadrangulares y rectangulares un montículo de tamaño notable de planta cuadrangular, asociado por su lado este con el trazo de al parecer un camino antiguo que cruzaba la pampa y se dirigía tanto al sur como al norte, por su asociación a ésta estructura es innegable su filiación prehispánica (posiblemente sea un camino Lima) al parecer en la actualidad ésta estructura no existe ya, el trazo de la moderna Panamericana parece haber arrasado con todo este sector de las ruinas, una cosa que es conveniente mencionar es que Willey señala que al sur del Sitio E (a 1 km. aprox.) se ubicaba un enorme complejo Chancay “frente” al cuadrángulo de piedra, éste complejo lo excavó junto con John Corbett (Willey, 1943:130) si esto fuera así entonces sobre parte de éstas

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estructuras existió una reocupación Chancay, o quizás sean de ésta filiación cultural las estructuras más sureñas de esta zona.

En base a los trabajos realizados sobre todo por Uhle y Willey sabemos que hubo una ocupación ininterrumpida en el sitio desde el estilo blanco sobre rojo hasta el estilo interlocking, es decir, hasta la fase Lima 6 de la secuencia de Patterson, pensamos que ya para el período Blanco sobre Rojo (200 a.C.-200 d.C.) hubo una ocupación significativa en el sitio, como lo demuestran los hallazgos hechos por Uhle y Willey; todo parece indicar que el estilo interlocking fue foráneo y fue dominante sobre el blanco sobre rojo, aunque el trabajo de Willey ofrece datos de una coexistencia entre el estilo blanco sobre rojo y el interlocking durante el tiempo que éste dominó, al parecer la gente común siguió elaborando sus vasijas con el estilo blanco sobre rojo y el estilo interlocking fue característico de la “élite”, de la clase dirigente (¿o conquistadora?); pudo ser el caso que el estilo, por el prestigio que tuvo en la época, fue adoptado por la clase sacerdotal dirigente de Cerro Trinidad, pero habría que hacerse investigaciones más exhaustivas para probar esto, todo parece indicar que éste estilo provino del sur, de la zona de Ancón-Chillón.

El Complejo Chancayllo

Chancayllo es todo un complejo arqueológico ubicado al este de la altura del kilómetro 93-94 de la Panamericana Norte, se ubica en la zona oeste de una extensa planicie arenosa denominada pampa de San Juan, está limitado por el norte con las faldas del cerro Hatillo, por el oeste, este y sur limita al sitio arqueológico actualmente un moderno canal de irrigación revestido de cemento hecho hace algunos años para irrigar la pampa El Hatillo, la última extensión de tierra agrícola del valle de Chancay por el norte, este canal recibe el nombre de canal El Hatillo pero evidentemente no fue el verdadero límite por el oeste, sur y este de la zona arqueológica, por la foto aérea tomada por el SAN en 1945 el límite sur del asentamiento era el actual canal Chancayllo distante a unos 250 metros al sur aprox. del actual canal El Hatillo, la construcción de este último canal se realizó en 1980 y prácticamente partió en dos al sitio, iniciándose la irrigación y la siembra de los terrenos arqueológicos situados inmediatamente al sur de este canal, donde ahora es la zona agrícola de San Cayetano, con la consiguiente destrucción de las evidencias arqueológicas pero a pesar de ello aún puede distinguirse actualmente de forma clara en medio de las chacras por lo menos tres montículos arqueológicos y rastros supérstites de otros, el área arqueológica fue realmente mucho más extensa de lo que

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ahora queda, inclusive inmediatamente al oeste de la Panamericana pueden distinguirse rastros de tres montículos arqueológicos, inclusive uno ofreciendo perfiles hacia la carretera, el área arqueológica original de Chancayllo fue bastante extensa. Actualmente al norte del canal El Hatillo, en pleno sitio arqueológico, se han instalado tres familias de campesinos, las tres relativamente cerca del canal, una al este de la zona arqueológica, otra al centro y otra al oeste.

Foto 3: Vista de dos montículos, Chancayllo. Foto J. L. F. S. Octubre 2001.

Chancayllo podemos definirlo como un complejo urbano-ceremonial Lima, compuesto actualmente de por lo menos 23 montículos de regular tamaño, 17 de éstos se distribuyen en la zona oeste de la pampa de San Juan al norte del canal El Hatillo, 3 se ubican al sur de éste canal y los otros 3 se ubican inmediatamente al oeste de la Panamericana (Ravines denomina esta zona en su plano San Juan Sur (1995:58)), se puede observar cierto orden en la distribución de los montículos en la zona oeste de la pampa de San Juan, inclusive existen algunas áreas planas entre algunos montículos que parecieran haber sido plazas, en base a su extensión y a la cantidad de estructuras existentes Goldhausen (2001:225) le asigna un carácter “sumamente urbano” idea que nosotros compartimos, pero el aceptar la hipótesis que Chancayllo fue una ciudad trae una serie de problemas y cuestionamientos que veremos más adelante. Agurto y Sandoval para el caso del complejo Chancayllo mencionan una serie de siete sitios que formaban parte de este complejo, son 14G05, 14G06, 14G06A, 14G07, 14G08, 14G09 y 14G13, de éstos sitios los autores expresan que sólo encontraron cerámica Lima en los sitios 14G05, 14G06A, 14G09 y 14G13, por el plano que ellos incluyen de la zona en el inventario podemos observar que los sitios 14G08, 14G07 y 14G13 estuvieron dentro de la zona occidental de la pampa de San Juan que

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conformaba el sitio de Chancayllo antes de la construcción del canal El Hatillo, 14G08 estuvo ubicado en la zona occidental de esta zona, frente a la Panamericana (lo denominan cementerio) actualmente arrasado por los cultivos, 14G07 (el sitio donde supuestamente Ravines (1995) estudió un perfil en un montículo) se ubicaba en casi toda la porción central de esta zona, podemos decir que aún queda parte de este sitio al norte del canal El Hatillo, mientras que 14G13 se ubicaba en la zona oriental, era interesante este lugar ya que los investigadores señalaron que era una “pirámide de tipo escalonado” y que “prácticamente toda la pirámide resulta una especie de corte estratigráfico” añadiendo finalmente que “En resumen, es uno de los monumentos más valiosos encontrados en el valle y algo realmente digno de estudio”, posiblemente ésta estructura todavía subsista en el sitio, es la única estructura situada en la zona oriental de éste inmediatamente al sur del canal El Hatillo de considerable magnitud, notándose que al edificarse el canal en 1980 cortó parte de éste montículo, por no encontrarse más estructuras de considerable magnitud al este de éste montículo lo hace candidato para identificarlo como el sitio 14G13 de Agurto y Sandoval, 14G09, 14G06 y 14G06A se encontraban al sur del canal Chancayllo y consistían en pequeños montículos en medio de los campos cultivados, por las observaciones hechas por nosotros en nuestras

Foto 4: Vista del perfil expuesto en el montículo cortado, (sitio 14G07) Chancayllo. Foto J. L. F. S. Octubre 2001.

visitas al sitio, al parecer los sitios 14G06, 14G06A y 14G09 han sido totalmente destruidos, el sitio 14G05 estaba situado más al este de la zona que nosotros hemos denominado el sitio de Chancayllo y consistía en unas estructuras de adobón dispuestas en la falda natural del cerro Hatillo frente

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a la hacienda de Jecuán, en este sitio Agurto y Sandoval también encontraron cerámica Lima. Otro investigador que trabajó muy cerca del sitio pero que no reparó en él fue Ravines, que trabajó en un montículo cortado precisamente por el canal El Hatillo en 1980, éste montículo ó sitio arqueológico Ravines menciona que es el denominado 14G07 por Agurto y Sandoval en 1974, Ravines lo ubica “sobre un espolón del cerro Hatillo, casi en la parte central y media de la pampa de San Juan” (Ravines, 1995:58) al verificar el plano que publica vemos que no coincide con la ubicación que dan Agurto y Sandoval de el sitio 14G07, al parecer y por la ubicación que da en su plano, el montículo en donde Ravines estudió el perfil estaría al este de la actual zona arqueológica de Chancayllo (entre 14G13 y 14G05), en su artículo incluye una descripción muy somera de las zonas arqueológicas de la pampa de San Juan, que resume en “4 áreas de ocupación arqueológica: dos corresponden a cementerios totalmente saqueados (probablemente los sitios 14G08 y otro al este de 14G13), uno es un conjunto de restos arquitectónicos muy destruido, constituido por paredes de adobes (probablemente 14G06), y el cuarto es un montículo cubierto totalmente con basura arqueológica (probablemente el sitio designado en su plano por él 14G07)” (Ravines, 1995:58).

PLANO DE CHANCAYLLO

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Chancayllo no posee ningún montículo que sea de las dimensiones de los existentes en Cerro Trinidad, pero varios poseen un considerable tamaño, existe un montículo que fue cortado por el canal (y ahora exhibe huellas de impactos de picos, evidencia que lo usan como cantera) en donde puede distinguirse la técnica arquitectónica que se usó en su construcción, el montículo se encuentra adyacente al canal, entre la casa de la familia Quispe, que es la ubicada más al este, y la casa de los agricultores ubicada relativamente al centro del asentamiento, es el único montículo de Chancayllo en que pudimos observar perfiles estratigráficos claros y en el que se puede distinguir fragmentos de pisos y de muros, la técnica empleada en la construcción de este montículo fue el tapial, éstos se hicieron rellenos con arena, arcilla y tierra, exhiben caras de muros con enlucidos y restos de pintura (en algunas caras observamos que posiblemente existieron verdaderas pinturas murales) al este de estos fragmentos de muro hay todo un perfil expuesto donde se ven capas de relleno, algunos de tierra oscura, donde pudimos observar fragmentería Lima interlocking, al parecer es la única huaca que tiene un corte de ésta naturaleza, hecho cuando se construye el canal El Hatillo. Lo curioso es que si queremos ubicar esta estructura en el mapa de los sitios de la zona

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que publican Agurto y Sandoval veremos que este montículo se ubica precisamente en la zona denominada por ellos 14G07, al presentar esta estructura perfiles tan claros ¿No fue probablemente acaso la estructura donde estudió su perfil Ravines? Lo único que contradice esta sospecha es el plano publicado en el artículo de este arqueólogo, pero nos inclinamos a pensar que en verdad los perfiles de este montículo fueron los estudiados por éste investigador. No hemos encontrado adobitos en el sitio en sí (excepto en un pequeño rastro de montículo cercano ya a la Panamericana, en medio de los campos de cultivo) la cerámica de superficie que se ha visto en todo el asentamiento es Lima interlocking, al parecer lo que queda del conjunto ubicado al norte del canal El Hatillo no ha sufrido graves alteraciones.

Encima de la ocupación Lima existe otra ocupación más tardía ubicada sobre todo en la zona adyacente a las laderas del cerro Hatillo, que son extensos cementerios ya bárbaramente saqueados, por el material de superficie es tardío (cultura Chancay).

Los montículos de Chancayllo fueron construidos al parecer sobre algunas pequeñas elevaciones naturales y adaptándose a la topografía de las laderas del cerro, en esto son similares a los existentes en Cerro Trinidad y en Horcón, cosa que difiere de otros sitios monumentales Lima ubicados en los valles al sur, como Cerro Culebras, Maranga y Pucllana (una excepción sería Copacabana), podría tratarse de un patrón sólo presente en la arquitectura Lima del valle de Chancay, pero quizás tendría relación con tradiciones arquitectónicas norteñas (Moche, etc).

Pensamos que el sitio por su ubicación colindante con una de las salidas naturales al norte del valle de Chancay tuvo funciones del control de la vía de comunicación de Chancay hacia el norte (Lachay, Huaura, etc), es bueno mencionar que sólo existen dos vías naturales que comunican el valle de Chancay con el norte, una es el angosto paso entre los cerros Grita Lobos y el cerro Hatillo (adyacente al sitio de Chancayllo) y el otro es un paso más amplio ubicado entre los cerros Hatillo e Iguañil , en medio del cual se ubica el pequeño cerro de Contadero (que divide literalmente el paso en dos vías).

La mayor interrogante acerca de Chancayllo surge al considerarlo un centro urbano Lima ¿Cómo fueron las estrategias de subsistencia de ésta ciudad? ¿Cómo se abastecían de agua estando el sitio relativamente alejado del cauce del río Chancay? Es interesante observar que en las

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partes altas del cerro Hatillo que limita el sitio por el norte se forman lomas en los meses de invierno, quizás éstas jugaron un papel importante en la subsistencia de la gente que vivía aquí, pero obviamente no era el único recurso, el mar también debió jugar un papel importante, a unos 5 kilómetros aprox. de allí se ubica una pequeña bahía junto a la punta Grita Lobos la que posiblemente se usó para la extracción de recursos marinos, pero en un sitio de esta naturaleza la agricultura debió ser la estrategia de subsistencia básica, pero vuelve la interrogante ¿Dónde obtenían el agua para alimentar estos cultivos? El hecho de que sea uno de los sitios más alejados del río Chancay hace plantear dos cosas: ó había fuentes de agua suficientes en las cercanías (puquios, humedales) ó se construyó un canal que trajera agua hasta el lugar (al parecer las tierras inmediatamente al sur del sitio fueron cultivadas ya en aquella época), si se llegó a construir un canal eso implicaría que hubo una gran planificación para y en su construcción lo que demandó que un grupo de personas dirigiera la obra, pero si la ciudad necesitaba para subsistir prioritariamente del canal entonces es lógico que primero debió construirse éste para después poder edificar el centro urbano, entonces ¿Quiénes en un inicio lo construyeron? ¿Fueron acaso los Lima asentados en Cerro Trinidad?

El Complejo Horcón

El sitio arqueológico de Horcón se ubica en la margen izquierda de una quebrada de regular amplitud que desemboca en la margen izquierda del valle de Chancay, esta quebrada se llama precisamente Horcón (en la carta del IGN dice Orcón) y desemboca al valle a la altura de la zona de Pisquillo (donde también hay otro gran asentamiento de la época Chancay) en esta zona es donde se unen el inicio del valle medio y el inicio del cono de deyección del valle bajo de Chancay, también por medio de ésta quebrada de Horcón y cruzando la pampa de Descansa Muerto se puede acceder por otra quebrada llamada Quilca a una vieja ruta que comunica al valle del Chillón por la zona de Trapiche.

Horcón se ubica en las laderas del cerro del mismo nombre, cerro que es parte de un macizo llamado en la carta del IGN San Cristóbal, dista unos 2.5 Km. al sureste aprox. del sitio Chancay de Pisquillo Chico, un poco antes de llegar a la antigua casa hacienda de Orcón, el área del sitio se distribuye desde donde la ladera obtiene una pendiente suave hasta donde empiezan los campos cultivados, aunque hay que advertir que los

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agricultores han estado ampliando en esta zona sus áreas agrícolas en los últimos años arrasando evidencias arqueológicas. Horcón es un asentamiento de considerable extensión, aunque no tiene la amplitud de Chancayllo parece que tuvo una importancia similar siendo las pirámides tan grandes y voluminosas como las de Cerro Trinidad. El sitio se compone de varios grandes montículos que tienen un patrón similar al presente en los dos complejos anteriores: emplazados en la ladera de los cerros, pudiéndose distinguir que el material de construcción utilizado en éstos es tapia y adobes, varias de las pirámides han sido bárbaramente saqueadas hace poco tiempo y mucho material arqueológico se encuentra disperso, siendo la cerámica estilo Lima interlocking, por lo menos en Horcón podemos distinguir claramente tres montículos piramidales bien definidos y dos zonas de construcciones de tapias, los montículos los hemos definido como A, B y C, el A se sitúa en la zona suroeste del sitio, emplazado sobre una suave ladera adyacente a la desembocadura de una pequeña quebrada, es el montículo piramidal de mayor magnitud, que ofrece el mejor grado de conservación y que mejor define su forma de los tres, lamentablemente también ha sido víctima de un vasto saqueo, el frontis principal (que mira al noreste) ofrece una serie de terrazas que ascienden el montículo mientras que en los dos frontis adyacentes se observa un fuerte talud que sube hasta la cima de la construcción, por su límite suroeste la superficie superior del montículo llega a unirse con la superficie de la ladera al mismo nivel, en la superficie superior de ésta pirámide pudimos distinguir removidos por el huaqueo una serie de

Foto 5: Horcón, vista de una tumba saqueada, planta rectangular y paredes enlucidas con barro, en la cima del montículo A. Foto J. L. F. S. Enero 2003.

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ambientes, muchos de ellos cuartos pequeños que probablemente fueron tumbas, eran de planta rectangular y circular, los de planta rectangular eran de dos tipos: de paredes al parecer de tapia cubiertas totalmente por un fino y sorprendente enlucido de barro y de paredes formadas de mampostería de piedras canteadas unidas con argamasa de barro, los ambientes circulares eran de un diámetro pequeño ( 50 cm. aprox.) y sus paredes eran también de piedras canteadas unidas con barro como argamasa, algo importante de éste montículo fue el notar en la cabecera de un muro una fila de adobitos rectangulares dispuestos en la técnica del librero, algo propio de sitios Lima de los valles al sur, fue la única evidencia de adobitos Lima dispuestos en ésta técnica visto por nosotros no sólo en Horcón, sino en todo el valle; el montículo B se sitúa en el extremo noroeste del sitio, rodeado por el este, norte y oeste en su base por una acequia hecha por los agricultores para ganar más tierras de cultivo, el montículo ofrece hacia los bordes con la acequia una serie de perfiles interesantes que muestran la sucesión de fases constructivas, en su cima pueden distinguirse una serie de muros de tapias, el montículo C se sitúa frente al B, hacia el oeste del mismo y sobre la ladera del cerro, los separa a ambos una pequeña hoyada producto del cauce curvo de la acequia que bordea al montículo B; acerca de las dos estructuras de tapias presentes en el sitio las hemos denominado A y B, la estructura A se sitúa hacia el sureste del montículo C y es un rectángulo de tapias bien definido asentado

PLANO DE HORCON

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sobre una terraza en la ladera del cerro, hacia el noreste de ésta estructura y frente a ella hay una zona que ha sido intensamente saqueada hace poco tiempo, con huellas de haber los huaqueros encontrado tumbas Lima muy importantes y de las mismas características de las encontradas en la cima del montículo A, de planta rectangular y circular, con paredes de piedra canteada, en el tiempo de nuestra primera visita al sitio (Octubre 2001) el material de superficie producto del saqueo era de una variedad y magnitud enormemente patéticas, da la impresión que tanto el montículo B como la estructura de tapias A y ésta zona huaqueada se haya construido sobre una sola enorme plataforma arqueológica. La estructura de tapias B se sitúa casi frente del frontis noreste del montículo A, es una estructura muy deteriorada de tapias que actualmente se encuentra semisepultada, entre ésta estructura B y el inicio de la enorme plataforma que al parecer soporta a la estructura A se sitúa otra zona que ha sido intensamente huaqueada, pero en tiempos más lejanos, éstas son las estructuras más importantes que pueden distinguirse en el sitio, aunque hay que advertir que frente al montículo A y la estructura B y limitando el sitio por el noreste se encuentra una amplia ladera de conformación arcillosa que prácticamente

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bordea al sitio desde la ladera rocosa del cerro por el sur hasta casi topar con el inicio de la plataforma arqueológica que al parecer soporta al montículo B y la estructura A, aunque aparentemente semeja un talud arcilloso natural se encuentra en su superficie abundante fragmentería Lima, sospechando que puedan ser restos de montículos arqueológicos extremadamente deteriorados por agentes climáticos catastróficos (lluvias, huaycos, etc.), aunque se pusieron hitos delimitando el sitio arqueológico (presumimos que fue el INC) de todas formas los campos de cultivo están en expansión, y el huaqueo no cesa en esta zona.

Foto 6: Horcón. Derecha: vista panorámica del sitio, desde la cresta del cerro San Cristóbal. Izquierda: Vista de una tumba saqueada, planta rectangular y paredes de piedra canteada con argamasa de barro, en la cima del montículo A. Foto J. L.F. S. Enero 2003.

Es sorprendente que a pesar de la magnitud e importancia del asentamiento prácticamente no tenga ninguna mención o investigación de importancia, las únicas referencias son la de Horkheimer, que trascrita literalmente dice: “Ambiente: terrazas fluviales, cortadas por huaycos. Fundamentos de viviendas, compuestas de piedras pequeñas, muros de contención, un templete y tumbas, cuyos pozos son revestidos de piedras sin labrar y cubiertos con lajas. En la superficie considerables cantidades de tiestos, que pertenecen al estilo Interlocking” (Horkheimer, 1965:47), y la de Agurto y Sandoval que registran dos sitios en esta zona: 14M01 y 14M02, ambos a muy escasa distancia uno del otro y a 1 Km. aprox. al noroeste de la casa hacienda de Orcón, el sitio 14M01 es el conjunto de una serie de estructuras: “cuatro habitaciones rectangulares construidas en adobón en la cima de un cerrito. En la parte más baja, existen algunas construcciones hechas en piedra y asentadas con barro” mientras que 14M02 es un “Templo escalonado”, la descripción que dan de éste sitio es un poco confusa: “Se trata de una construcción ubicada en lo alto de un montículo, al parecer, es un templo escalonado con terrazas, se pueden

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apreciar tres de ellas. Los muros son de adobón con las características típicas del lugar” por estos datos podríamos identificar a este “templo escalonado” con el montículo A de nuestro complejo de Horcón, pero entonces ¿Dónde estuvo ubicado el sitio 14M01? Por la cercanía entre ambos sitios posiblemente en la práctica conformen uno solo y sean nuestro sitio de Horcón, pero el problema es que Agurto y Sandoval ubican a 14M02 más al noroeste de 14M01 cuando cuadraría perfectamente con la disposición de nuestro complejo Horcón si fuera 14M01 el situado más al noroeste puesto que las “habitaciones rectangulares construidas en adobón” podrían identificarse con la estructura A y otras que posiblemente hayan desaparecido, a menos que 14M01 esté ubicado en la falda sureste del cerro que limita nuestro sitio por el sur, pero es poco probable debido a nuestras observaciones en estos cerros, por el momento la exacta ubicación de estos dos sitios del inventario de Agurto y Sandoval es problemática.

Al parecer Horcón fue un sitio estratégicamente ubicado para controlar la ruta al valle del Chillón por la quebrada de Quilca, quizás fue un santuario religioso ó un centro administrativo pero junto con Chancayllo y Cerro Trinidad son los tres asentamientos Lima más grandes del valle, desde este lugar puede distinguirse que en las zonas aledañas y frente al sitio en la margen derecha de la quebrada hay otros montículos (o lo que parecen ser montículos) arqueológicos, al parecer esta zona fue densamente habitada.

Discusión

¿Qué significó realmente la ocupación Lima del valle bajo de Chancay? ¿Qué sucedió a lo largo de esos doscientos cincuenta años que probablemente duró la ocupación del valle por los Lima o gente portadora de cultura Lima? Hasta ahora por los estudios realizados todo parece indicar que las poblaciones asentadas en el valle bajo de Chancay empezaron a elaborar cerámica Lima 2 aproximadamente hacia el año 250 d.C. y que a partir de allí el estilo predominó sobre casi todos los aspectos de la cultura ¿Por qué la gente de entonces adoptó ese estilo de forma predominante? Todo parece indicar que el estilo provino del sur, de la zona de Ancón-Chillón y que las clases dirigentes de las aldeas o poblados y de los centros ceremoniales del valle bajo de Chancay adoptaron ese estilo ó cultura, sobre la posibilidad de una conquista militar u otro tipo de expansión de los Lima de Ancón-Chillón hacia Chancay no existen pruebas contundentes y es remota la posibilidad, ya que el nivel de

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organización de los Lima de Ancón-Chillón no debió pasar del de una Ciudad-Estado.

Hasta el año 500 d.C. aprox. podemos encontrar una presencia evidente en el valle del material cerámico del estilo Lima, pero a partir de esta fecha no sólo se abandona completamente el estilo sino que los tres centros urbano-ceremoniales de Cerro Trinidad, Chancayllo y Horcón son abandonados ¿Qué pudo suceder en el valle para que tan drástico cambio ocurra? Goldhausen (2001:246,255,257) hace mención del fenómeno, inclinándose por un considerable cambio climático en los Andes Centrales estudiado por Shimada, Schaaf, Thompson, Thompson y Byrd (1991) el cual fue una gran sequía, ocurrida hacia el año 500 d.C., Goldhausen menciona que: “se cambia el patrón de precipitación pluvial en la sierra, que provoca sequías prolongadas y una degradación medioambiental en la costa. Esto parece haber sido el factor determinante que obligó a los Lima a tomar la decisión de abandonar el valle del río Chancay, el más periférico de su dominio, e intensificar con mayor esfuerzo la producción agrícola en la cuenca baja del río Rímac, que tiene un área irrigable más grande en comparación con los valles vecinos, así como un río con una descarga más estable y abundante” (2001:246) esta cita del texto de Goldhausen nos hace realizarnos unas preguntas: al decir que los Lima abandonan el valle de Chancay ¿Da a entender que hubo en la etapa Lima Medio un Estado en el ámbito de los cuatro valles de presencia Lima?¿A qué segmento social de los Lima se refiere? ¿A sólo la clase dominante ó a toda la población de cultura Lima? Estas preguntas están íntimamente ligadas a la apreciación que nosotros tenemos de la naturaleza política de la cultura Lima en el valle de Chancay, habíamos mencionado que el fenómeno cultural Lima llega al valle de Chancay aprox. hacia el año 250 d.C. y viene de la zona de Ancón-Chillón, la cerámica Lima que llega a Chancay de ésta zona es Playa Grande I (Tabío, 1957), Lima 2 (Patterson, 1966) ó Lima Temprano (Goldhausen, 2001) y suplanta en lo que respecta a vasijas de élite o de mayor prestigio al estilo blanco sobre rojo, hasta entonces vigente en el valle, pero no ocurre la total desaparición de éste estilo, sino que coexisten durante un buen tiempo ¿Cómo podemos interpretar esto? Para empezar, nosotros reafirmamos que el estilo Lima es un estilo foráneo al valle de Chancay, que provino del sur, de la zona de Ancón-Chillón, segundo: creemos que el nivel de organización social y política en el valle de Chancay en el momento de la llegada de este nuevo estilo era el de aldeas autónomas y en competencia, con algunos centros ceremoniales que congregaban el poder ideológico y religioso (Baños de Boza y Cerro Trinidad), en el momento de la llegada al valle del estilo

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Lima 2 por alguna razón se abandona Baños de Boza de forma definitiva y Cerro Trinidad adopta mayor poder, y creemos que el estilo Lima 2 es adoptado por la clase sacerdotal dirigente de Cerro Trinidad afianzando así su poder político en el valle, que fue creciendo más y más a medida que transcurrió el tiempo, creemos también que en el momento en que Cerro Trinidad se transforma en un centro urbano es que adopta la configuración de un estado teocrático que pudo tener el suficiente dominio y control de la población para construir canales de irrigación, no sólo para hacer crecer el área agrícola, sino también para “fundar” los centros urbanos de Chancayllo y Horcón, los cuales sin la construcción de canales prácticamente no hubieran podido crearse y subsistir. No compartimos la idea de que haya existido algún tipo de mecanismo coercitivo por parte de los Lima de la zona de Ancón-Chillón para “traer” e “implantar” el estilo Lima en el valle de Chancay, sino que el estilo Lima fue “adoptado” por la clase dirigente-sacerdotal de los centros ceremoniales del valle con el objetivo de tener mayor prestigio, y así poco a poco tener mayor poder, quizás Cerro Trinidad haya sido el núcleo o capital del estado teocrático Lima que se creó en el valle de Chancay, pero mientras el estilo interlocking fue el usado por las clases altas el blanco sobre rojo continuó presente en el valle, sobre todo en las poblaciones más humildes, una muestra de ello serían los entierros flexionados que Uhle encontró en Cerro Trinidad, propios del estilo blanco sobre rojo pero con fragmentos de vasijas que cubrían el cadáver estilo interlocking (Uhle, 1998:237-238), hecho del que ya había reparado Willey (1943:183) y que interpreta de una forma acertada.

Pero una vez adoptado este estilo por la clase sacerdotal de Cerro Trinidad ¿Cómo se configuró este nuevo estilo en el orden social y político de esta sociedad que iba complejizándose más y más? ¿Cuál fue el derrotero del estilo Lima en el valle de Chancay en estos doscientos cincuenta años? Éstas preguntas lamentablemente aún no estamos en condiciones de responderlas con los datos disponibles hasta la fecha, por lo tanto solo podemos esbozar algunas conjeturas acerca del desarrollo de éste hipotético estado Lima en el valle de Chancay que correspondería a la etapa Lima Medio de Goldhausen (2001), pensamos que este estado tuvo su núcleo permanentemente en el sitio o complejo de Cerro Trinidad, basamos esta suposición por la magnitud del asentamiento, el volumen de las construcciones presentes, la probada ocupación de este sitio desde la época Blanco sobre Rojo (antes de los 250 d.C.) y, el fundamento más concreto creemos nosotros, para la construcción y subsistencia de este sitio no se necesitó la construcción de grandes obras hidráulicas, ya que el río

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Chancay transcurre a unos 3 kilómetros al sureste del sitio e inclusive frente al sitio, a la espalda del cerro Cascajo, se ubican una serie de humedales que pudieron dotar de agua y alimentos a la población, la clase dirigente sacerdotal de esta ciudad fue la que programó la construcción de una serie de canales de irrigación en el valle bajo, que permitieron la construcción del centro urbano de Chancayllo, sobre este sitio debemos mencionar que aún no se han hecho excavaciones sistemáticas en él, por lo tanto desconocemos la fecha inicial de su ocupación, aunque somos conscientes que estaría contradiciendo este postulado si llegara a encontrarse una ocupación de la época Blanco sobre Rojo en Chancayllo; para el caso de Horcón creemos que fue también importante la construcción de canales de irrigación, pero hay que considerar aquí que Horcón se ubica muy cerca al cauce de una quebrada que probablemente en esa época pudo tener un caudal constante y que hubiera permitido construir tomas de canales desde este flujo de agua, tendría que hacerse un estudio riguroso acerca del paleoclima de esta sección del valle y estudios también de los cauces de estas quebradas, en caso de probarse que estas quebradas estuvieron tan secas como ahora en esos años Horcón no hubiera podido subsistir sin una red de canales con sus tomas en el cauce mismo del río Chancay.

Acerca de la naturaleza de estos dos asentamientos pensamos que Chancayllo con mayor probabilidad que Horcón fue un centro urbano

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DIBUJOS DE CERAMICA

como Cerro Trinidad, Horcón probablemente también lo fue, quizás la extensión original del asentamiento fue más grande pero es más seguro que haya sido un centro ceremonial, relacionado quizás al cerro en cuyas laderas se construyó, este cerro exhibe algunas paredes rocosas y picos de forma caprichosa y probablemente tuvo algún significado religioso.

Pensamos que tenemos todavía datos demasiado dispersos para tratar de esbozar algunas ideas sobre la organización social, económica y política de los Lima de Chancay, aspectos tan importantes como: las principales manifestaciones artísticas, la iconografía propia de este estilo y la religión apenas podemos configurarlos ya que así lo permiten los datos que disponemos, al respecto a este punto es importante mencionar el estudio hecho de Goldhausen acerca de la iconografía y sus implicancias religiosas del estilo Lima Medio, al respecto hace alusión a dos deidades, que probablemente fueron las más importantes del panteón Lima: el pulpo y la cara sonriente, imágenes iconográficas que relaciona con la luna y el sol respectivamente (Goldhausen, 2001:257), es importante mencionar esto

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puesto que ambas figuras fueron encontradas en Cerro Trinidad, nosotros hemos encontrado también representaciones de éstos íconos en la cerámica de superficie de Horcón, inclusive Goldhausen propuso que una vasija Lima 6 en que se encuentran representados ambos íconos hallada por el proyecto de rescate en el puerto Chancay por Murro, Cortés y Hudtwalcker representa un eclipse solar total acontecido hacia el año 478 de nuestra era (Goldhausen, 2001:245-246), si fuera cierto esto entonces éstos íconos del pulpo y la cara sonriente fueron los más importantes del panteón Lima en el valle de Chancay, y el abandono de su culto estuvo íntimamente ligado al abandono de estos centros urbano-ceremoniales hacia el 500 d.C.

Surge otro problema cuando intentamos explicar que realmente ocurrió hacia esta fecha en el valle de Chancay ¿Ocurrió acaso un desastre climático de una considerable magnitud? ¿Ocurrió un mega-niño? ¿Hubieron guerras u otro tipo de desórdenes sociales? Volviendo a la cita textual de Goldhausen menciona que los Lima abandonaron el valle de Chancay para intensificar su ocupación de los valles más sureños, pero ¿A que población se refiere exactamente cuando menciona “los Lima”? ¿Se refiere a la clase dominante? Una interpretación superficial de la cita mencionada sería que un Estado Lima dominante en los cuatro valles durante la época Lima Medio se tambaleó debido al desastre climático y a los desórdenes sociales que siguieron con el abandono del culto a los íconos del pulpo y la cara sonriente, y que por ello este Estado, la clase dirigente sacerdotal de los Lima decidió el “abandono” del valle de Chancay, dejando a las poblaciones propias de allí a su propia suerte, ó en caso extremo despoblándose el valle por completo, la verdad nosotros no compartimos mucho esta opinión, creemos que el colapso del sistema político y social que estuvo en el valle de Chancay durante la época Lima fue mucho más traumático de lo pensado hasta ahora, ya que no fue un Estado global que abandonó el control de éstos territorios si no fue el colapso de todo un aparato estatal, propio de éste valle; a manera de hipótesis podemos decir que a raíz de un fenómeno climático de enorme envergadura hubo una severa crisis económica en el valle, lo que trajo desórdenes sociales que condujeron al colapso del poder político de los sacerdotes en la región, con el consiguiente abandono de los centros urbanos y el derrumbe del estado Lima en el valle de Chancay, posiblemente buena cantidad de gente con marcada aculturación Lima (entre ellos quizás parte de la clase dirigente del valle) emigró a otras zonas, quizás al sur, la población que finalmente prosiguió en el valle fueron las clases más humildes del antiguo estado Lima, pescadores y campesinos, que poco a poco iniciaron un nuevo ascenso cultural a lo

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largo de los siglos que culminaría en el alto desarrollo de la cultura Chancay, ya en el Intermedio Tardío. Con los datos disponibles no podemos lamentablemente afirmar o reprobar de forma satisfactoria ésta hipótesis, pero lo que sí podemos afirmar es que debió ocurrir un cambio muy drástico en el valle para que los sitios de Cerro Trinidad, Chancayllo y Horcón fueran abandonados, esta afirmación se basa sobre todo en que hasta ahora por los estudios realizados la cerámica Lima más tardía encontrada en el valle ha sido Lima 6 de la secuencia de Patterson, y no de las siguientes fases (vale decir Maranga, de la terminología de Tabío ó Lima Tardío, de Goldhausen), pensamos que es muy probable que no se llegue a encontrar una ocupación Lima en el valle de estas fases tardías, ya que a pesar de los pocos estudios realizados no se ha encontrado hasta ahora cerámica de este tipo, sobre todo en los grandes asentamientos de Cerro Trinidad, Chancayllo y Horcón (aunque curiosamente habría que mencionar que en el inventario de Agurto y Sandoval mencionan buena cantidad de sitios con el estilo de Lima Tardío) también tenemos una referencia aislada de un sitio Chancay del valle medio, el arqueólogo Pieter Van Dalen (comunicación personal) nos informó que en el sitio de San Miguel encontró fragmentos en la superficie de cerámica Maranga, este hallazgo hay que considerarlo todavía con reservas, antes que se hagan estudios más exhaustivos en el valle bajo y medio.

Una cuestión aparte sería la ocupación Lima del valle medio de Chancay, al respecto mencionamos que el valle medio comienza en la zona de Huayán, entre los cerros Mascarín y Plaza y asciende hasta la zona de Acos, donde empieza el valle alto, por el inventario de Agurto y Sandoval sabemos que localizaron varios sitios Lima en el valle medio (incluso tenemos referencias que en el sitio de Cuyo se han ubicado muros edificados con el típico adobito rectangular cúbico (Pieter Van Dalen, comunicación personal)) pero no son tan numerosos como en el valle bajo, pero creemos que haciendo una prospección más exhaustiva podrían encontrarse nuevos sitios, pensamos que es muy probable que los Lima del valle bajo de Chancay hayan ocupado todo el valle medio (probablemente para abastecerse de coca y otros productos, propios del clima de esta zona) pero ésta ocupación estaría limitada al estilo Lima Medio; sobre la situación del valle alto es nulo lo que podemos decir porque prácticamente no se han realizado estudios al respecto, pero es interesante mencionar que tanto en las partes altas de los valles del Chillón (Canta) como en la parte alta del valle de Santa Eulalia (Huarochirí) se ha reportado hallazgos de material Lima, posiblemente también pudo existir una ocupación de los

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Lima en la zona alta de Chancay, pero eso se reserva para investigaciones futuras.

Conclusiones

Reuniendo los datos proporcionados por las escasas investigaciones realizadas más las observaciones hechas por nosotros en nuestras salidas a sitios Lima del valle bajo de Chancay hemos podido al menos delinear algunos rasgos de la ocupación de tan importante cultura en este valle.

Pensamos que la cultura Lima fue uno de los grandes procesos culturales del Intermedio Temprano de la costa del Perú, comparable con las culturas Moche y Nasca, pero que todavía no se le ha dado la importancia que debiera, debido en gran parte a que desde los inicios de la arqueología en el Perú se dio mayor atención a los desarrollos norteños y sureños, debido mayormente al nivel alcanzado en la cerámica, creemos de forma muy convencida, aunque hayan muchos investigadores que discrepen con nosotros, de que la cultura Lima tuvo un desarrollo cultural comparable con las sociedades Moche y Nazca.

Las conclusiones que podemos mencionar sobre el tema tratado son bastante puntuales, para empezar: los Lima tuvieron una ocupación tangible en el valle de Chancay desde la fase Lima 2 hasta la fase Lima 6, en un lapso de tiempo de unos doscientos cincuenta años aprox., esto es desde los 250 d.C. hasta los 500 d.C.

Segundo: los Lima del valle de Chancay llegaron a construir asentamientos de considerable magnitud, los cuales fueron Cerro Trinidad, Chancayllo y Horcón, a estos sitios les asignamos la categoría de centros urbano-ceremoniales, siendo el más importante de todos Cerro Trinidad.

Tercero: la aparición del estilo Lima en el valle se debió a la adopción por parte de la clase dirigente sacerdotal de este estilo por el prestigio que éste había adoptado, y provino del sur, es decir de la zona de Ancón-Chillón.

Cuarto: a los Lima se debe la construcción de enormes obras de irrigación, que ampliaron la frontera agrícola y que permitieron la construcción de centros urbano-ceremoniales como Chancayllo y Horcón.

Y quinto y última, nuestra conclusión más polémica: la naturaleza política de la sociedad Lima en el valle bajo de Chancay fue el de un estado, que tuvo su centro o capital en Cerro Trinidad, este estado tuvo una duración

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del 300 d.C. hasta el año 500 d.C. aprox. fecha en la cual se disuelve, por razones aún no esclarecidas.

Para terminar queremos mencionar que este es sólo el inicio de nuestras investigaciones sobre la cultura Lima en el valle de Chancay, labor en la cual avistamos un largo camino por recorrer.

Agradecimientos: No queremos dejar de mencionar nuestro más profundo agradecimiento a algunas personas que colaboraron con nuestra investigación en el valle, a Mario Ramos, Carlos Campos, Alfonso Ponciano y Pieter Van Dalen, al profesor Francisco Medina en cuyo curso se efectuó esta investigación y también al Dr. Alberto Bueno, por los datos y comentarios proporcionados del sitio de Cerro Trinidad.

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RECONOCIMIENTO ARQUEOLÓGICO EN LA CUENCA ALTA DEL RIO CHANCAY – HUARAL: MARGEN IZQUIERDA (DISTRITOS DE ATAVILLOS ALTO, SANTA CRUZ DE ANDAMARCA Y PACARAOS). NUEVOS DATOS PARA COMPRENDER LOS PROCESOS SOCIO- CULTURALES ATAVILLOS.

Pieter van Dalen Luna.2

Introducción

El presente artículo esta referido a los trabajos de reconocimiento arqueológico realizados en la cuenca del río Baños (distrito de Atavillos Alto) y las partes altas del distrito de Santa Cruz de Andamarca y

2 Arqueólogo UNMSM. Docente UNFSC. Director Proyecto de Investigación Arqueológica Chancay – Atavillos.

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alrededores y la cuenca del río de Vichaycocha, correspondiente al pueblo de Vichaycocha, anexo del distrito de Pacaraos; todos en la margen izquierda de la cuenca alta del río Chancay – Huaral, con la finalidad de identificar la totalidad de sitios arqueológicos existentes en la zona. Estos trabajos nos han permitido conocer de manera mas clara, cuales son los patrones y características culturales de los sitios tardíos. Además se ha podido identificar cuales fueron los corredores de interacción cultural, que permitían mantener relaciones de carácter cultural y comercial con la zona norte de Junín, Pasco y Canta por la cordillera de la Viuda. Este proyecto se enmarca en el Proyecto de Investigación Arqueológica Chancay – Huaral – Atavillos. Los trabajos de reconocimiento realizados en las localidades de Baños, Pirca y Santa Cruz de Andamarca fueron auspiciados por la empresa Cibeles.

Antecedentes de estudio

Existen en verdad muy pocas investigaciones realizadas en la zona de estudios (cuenca alta del río Huaral) y ninguno en la cuenca del río Baños. Pedro Villar Córdova en su obra: “Arqueología del departamento de Lima”3, menciona algunos sitios del alto Huaral, entre estos el de Marca Piche, del cual dice cumplía la función de evitar las violentas migraciones de grupos humanos desde Huayllay y Huarón, habiendo encontrado tumbas con numerosos cráneos trepanados. Otro trabajo de investigación es el de Diana Antezana y María Díaz4, quienes realizaron estudios en el sitio de Puchuni, en las cercanías de Pirca. Ellas han identificado cuatro sectores: El sector I, ubicado al lado Nor Oeste, que corresponde a corrales y áreas de cultivo; el sector II, ubicado en la parte central, que corresponde al área residencial; el sector III, ubicado hacia el Oeste, que presenta aterrazamientos y unidades arquitectónicas aisladas; y el Sector IV, ubicado al Sur Este, conformado al igual que el sector I, por corrales y áreas de cultivo. Asimismo han podido identificar en base a las características espaciales cuatro tipos arquitectónicos, correspondientes a edificios y espacios abiertos. Asimismo Daniel Cáceda Guillén5 reporta los resultados de sus investigaciones en los sitios de Rúpac, Chíprac, Añay y Cerro Mango, basándose en análisis arquitectónico y de material cerámico.

Sin embargo Villar Córdova menciona también otros sitios de la región, como Araro, Ninas y Carihuaín. Por ejemplo, sobre el sitio de

3 Villar Córdova, Pedro: 1935 (1982), pg. 330.4 Antezana, Diana; y María Díaz; 2005: pg. 7-22.5 Cáceda Guillén; 2005, pg. 23- 54.

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Purunmarca señala: “...Esta inexpugnable fortaleza estaba situada al pié de las cumbres nevadas de “Antajirca” y resistían, constantemente, el empuje de las invasiones orientales: ya de los belicosos “Huanucuyos”, “Huancas” y “Tarumas” por el sector transversal, ya de los valerosos “Conchucos” y “Huamachucos” por el sector transversal…” Además señala: “…La Fortaleza de Purun-Marca” tenía además la consigna de impedir el acceso de las vías de comunicación Junín – Chancay, en un caso dado, a través de la ensenada de Vichaycocha. Esta importante defensa se componía de:a).- De los fuertes de contención de “Yana-Cancha”, “Ararak”, “Yuli” y “Zapan-Kullpi”, que impedían el paso del invasor frente a los nevados perpetuos de “Huamayte”, “Chungar”, “Puajianca” y “Tuyún”, en la región de Santa Catalina, Santa Cruz y Chauca…..b).- Atalayas, observatorios en las cumbres de los cerros de la vertiente derecha del río Chancay y los fuertes de contención de “Chupas”, defendían las vías de comunicación con una serie de murallas que interceptaban el camino de los invasores; sirviendo para la lucha de intervalos, a partir de la confluencia del río Pacaraos con el Baños que forman el río Chancay en el sitio estratégico de Tingo.c).- Reductos militares en las cumbres de Ravira y campo atrincherado en Viscas de Pacaraos, “Hualina-Cocha” en la sección de Ñaupay, servían para vigilar las invasiones por Cajatambo y Cerro de Pasco….” 6 Así pues Villar Córdova le otorga al sitio de Purunmarca una importancia estratégica y de control, para evitar las incursiones armadas de otros grupos vecinos que eran hostiles. Señala además que este sitio tenía sitios secundarios, que estaban regidos a este.

Villar Córdova también describe también el sitio de Auquihuilca: “…Una de las fortalezas que se cubren de nieve y que está situada frente al sector de la Cordillera de la Viuda, dominando las vías de acceso a través de los nevados de “Antán”, “Auquischani”, “Alay”, “Yagro”, “Kurmán”, “Quisac”y “Mariac”, es, indudablemente, la fortaleza de “Auqui-Huillca”, como su hermoso templo en honor del sol. Allí se descubrieron adoratorios, un obelisco sin decoración al centro y un edificio principal con petroglifos o emblemas, donde está dibujado el Sol estilizado y asociado al felino, incrustados en el umbral de un pórtico….”7

UBICACIÓN Y MEDIO AMBIENTE

6 Villar Córdova, Pedro; 1935 (1982), pg. 329.7 Villar Córdova, Pedro; 1935 (1982), pg. 330.

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La cuenca del río Chancay – Huaral

La cuenca del río Chancay – Huaral8 se encuentra ubicado geográficamente en la costa central del Perú, perteneciente a la vertiente hidrográfica del Pacífico. Políticamente se ubica íntegramente en la provincia de Huaral, departamento de Lima, ocupando territorios de todos los distritos de la provincia como Chancay, Huaral, Aucallama, Ihuarí, Lampián, San Miguel de Acos, Sumbilca, Atavillos Alto, Atavillos Bajo, 27 de Noviembre, Pacaraos y Santa Cruz de Andamarca. La cuenca del río Chancay – Huaral limita por el Norte con la cuenca del río Huaura y la cuenca de Río Seco de León (Vertiente del pacífico), por el Sur con la cuenca del río Chillón (vertiente del Pacífico), por el Este con la cuenca del río Mantaro (Vertiente del Amazonas) y por el Oeste con el Océano Pacífico.

Esta cuenca tiene en total un área de 3 279 Kms2. Desde el punto de vista altitudinal se va elevando desde el nivel del mar, en las orillas del océano Pacífico, playas de Chacra y Mar, Chancay y Chancayllo; hasta las cumbres mas elevadas de la cadena occidental de los Andes Centrales, que actúa también como divisoria de aguas entre los ríos de la vertiente del Pacífico y del Atlántico. Los picos mas elevados de la cuenca son los nevados de Pugianca (5 355 m.s.n.m.), Alcoy (5 350 m.s.n.m.), Auquichani (5 185 m.s.n.m.), Cusurucocha (5 155 m.s.n.m.), Antacacha (5 095 m.s.n.m.), Antahualcán (5 094 m.s.n.m.), Jancocancha (5 020 m.s.n.m.) Antajirca, entre otros. El eje mayor de la cuenca tiene 94.75 Kms., mientras que el menor tiene 34.75 Kms. El 49 % del total de la cuenca se ubica por encima de los 2 500 metros sobre el nivel del mar.

El lugar mas alejado de origen de las aguas del río Chancay – Huaral se ubica en la cordillera de Antajina o Antajirca, a 3 940 metros sobre el nivel del mar. Las aguas se reúnen en la planicie de Pishgohuangana, precipitándose por zonas una pequeña quebrada muy escarpada dando así origen al río Vichaycocha, al recibir las aguas del río Chucupampa. El río Vichaycocha se desplaza hacia el Oeste hasta cambiar su nombre por el de río Pacaraos, al unirse con las aguas del río Chungar o Chicrín, que a su vez se origina de los desagües de un conjunto de lagunas como Ccacray, Chungar, Yanahuín, Yucán, y Soco. El río Pacaraos hace confluencia con el río Baños en la localidad de Puente Tingo a 2 750 metros sobre el nivel del mar, que a su vez se origina en las lagunas de Aguashman, dando

8 Se le denomina Chancay – Huaral para diferenciarlo del río Chancay ubicado en el departamento de Lambayeque.

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origen propiamente al río Chancay – Huaral, denominado en este sector río Acos.

El río Chancay – Huaral no presenta claramente diferenciadas sus etapas o sectores clásicos. La etapa juvenil comprende desde sus orígenes hasta la desembocadura de los ríos Pacaraos y Baños, en Tingo. La cuenca alta o etapa juvenil del río está conformada por un área de recepción o captación de aguas, formada por las subcuencas de los ríos Acos, Baños, Pacaraos, Cárac y Huataya. Todos estos tienen su origen a partir del desagüe de lagunas de origen glaciar, observándose numerosos circos glaciares en los alrededores de estas lagunas, como las de Chungar (la mas grande de la cuenca), Ccacray, Yanahuín, Yuncán, Patococha, Suerococha, Aguascocha, Champahuasi, Rahuite, Aguashman, Chancán, Puractisho, Quisha, Vilcacocha, Llacsacocha, Santa Ana, Occorusococha, Chalhuacocha, Huatococha, Chinicocha, Iscococha, Pucacocha, Yananyac, Uchumachay, Parcas Alta y Baja, Sahuac, Atcococha, Lichiococha, Morococha, Uchumachay, entre muchas otras, llegando a tener en total todas mas de 87 000 000 m3 de agua. En esta etapa juvenil, la cuenca se caracteriza por presentar ríos de fuerte pendiente, descendiendo a medida que se van acercando a la Costa.

La etapa de madurez del río, también llamado valle medio, se caracteriza por el encajonamiento del valle, aunque el río tiene una pendiente media, no tan pronunciada. El valle medio se extiende hasta la localidad de Palpa, lugar donde se encuentra el cono de deyección del valle, donde comienza la ampliación del mismo, en la localidad de El Tres. La geología del valle medio está formado por depósitos fluviales, producto de la acumulación fluvial formado por arenas, arcillas, gravas y cantos rodados; así como depósitos alternos, producto de la actividad fluvial y eólica. Los suelos son alcalinos de excelente drenaje. La zona en estudio comprende dos zonas fisiográficas distintas: el paisaje montañoso árido, con un alto nivel de aridez, de relieve moderado a un poco pronunciado, atravesado por varias quebradas. El otro es el paisaje de valle encajonado, caracterizado por el angostamiento y encajonamiento del valle, dando lugar a la forma en “V” en su sección transversal. Esta zona llamada también Chaupi-yunga, cuenta con un clima muy seco y semicálido, con temperaturas entre 15,9° y 22,9° C. y con una precipitación anual de 80 mm.

A partir de El Tres, se abre el cono de deyección dando lugar a la deposición de los materiales y elementos de arrastre, formando la llanura

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aluvial, valle bajo y la etapa de senectud del río. En esta zona el río se desplaza en un terreno ligeramente ondulante, tomando dirección Oeste, hasta desembocar en el Océano pacífico, a unos pocos Kilómetros al Sur del Puerto de Chancay, en las inmediaciones de Las Salinas. El amplio valle bajo es apto para la agricultura, especialmente de frutales, principal producto.

El colector truncal de escurrimiento de la cuenca del río Chancay recibe por la margen derecha los ríos de Cárac y Huataya, y las quebradas de Lumbra y Huerequeque; mientras que por la margen izquierda al río Añasmayo y la quebrada de Orcón.

La sub cuenca del río Baños

El río Baños es uno de los principales afluentes que conforman la cuenca del río Chancay – Huaral. En su confluencia con el río Pacaraos en la localidad de Puente Tingo, forma propiamente al río Chancay, conocido en este sector con el nombre de río Acos.

Este río nace a partir de los desagües de las lagunas del grupo Aguashman, conformadas por las lagunas de Aguashman, Vilcacocha, Yanacocha o Tinyahuarcocha, Llacsacocha, Santa Ana y Occorusococha9, las cuales son a su vez alimentadas por los deshielos del nevado Pugianca. La cuenca del río Baños tiene una extensión de 264 Kms.2, conformando la región más oriental de la cuenca del río Chancay – Huaral.

El principal afluente del río Baños es el río Quiles que es recibido por la margen izquierda, el cual nace de los desagües de las lagunas del grupo Contadera, conformado por las lagunas de Quishá, Iscococha, Pucacocha, Yananyac, Uchumachay, Parcas Alto, Parcas Bajo, Sahuac, Accococha, Patococha, Verdecocha, Llichicocha I, Llichicocha II y Morococha. De todas estas lagunas solo tres se encuentran represadas10.

Las aguas del río Baños son aprovechadas con fines energéticos, ya que en su cuenca se encuentran cinco centrales hidroeléctricas. En la parte alta de la sub cuenca se hallan tierras óptimas para la explotación minera, identificándose la mina Santander.

La comunidad campesina de San José de Baños se encuentra ubicada íntegramente en la margen izquierda de la cuenca del río Baños, aunque en

9 Las tres primeras de estas lagunas se encuentran reguladas, con fines energéticos.10 Las lagunas represadas son las de Quisha, Yanauyac y Uchumachay.

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los últimos años, la comunidad ha comprado terrenos del fundo San Juan de la ex CAP San Jerónimo de Huasca, y de la ex hacienda Alpamarca, que corresponden a la cabecera de la cuenca del río Aguascocha, afluente del río Carhuacayán, ubicado en el distrito de Marcapomacocha, provincia deYauli, departamento de Junín.

Desde el punto de vista político, la Comunidad Campesina de San José de Baños pertenece al distrito de Atavillos Alto, constituyéndose en uno de los cuatro anexos de este distrito.

Geomorfológicamente el área que ocupa la cuenca del río Baños presenta tres zonas bien demarcadas:1.- El fondo del valle, de característica encajonada, muy estrecha, ubicado en la parte media y baja de la cuenca, con terrenos aprovechados por la agricultura y la ganadería, con presencia de vegetación arbustiva, arbórea y herbácea.

2.- Los grandes cerros que circundan el valle, con farallones escarpados, quebradas de gran pendiente, laderas casi verticales, cubiertas de vegetación arbustiva, cactácea y herbácea. Es una zona muy abrupta. En las zonas accesibles se desarrolla la ganadería.

3.- La puna altoandina, conformado por una extensa pampa ubicada en la cabecera del río baños, de relieve ondulado, cubierto de una densa vegetación de pasto natural como el ichu. En esta zona se desarrolla la ganadería, en especial de camélidos y ovinos.

Lagunas: La Cuenca del río Baños presenta un considerable número de lagunas, todas de origen glaciar, formadas por los deshielos de los nevados y por las lluvias estacionales. En el extremo Sur este se ubican las lagunas de Aguashman, Pucacocha, Chaquicocha, Ushcomachay, Templaderas, Paccho, Parcash, Barrosococha, Patococha, Quisa, Minachacon, Trinchera, Vilcacocha. En la parte central de la cuenca se encuentran las lagunas de Galajcancha, Halidashauntar, Ocruyoc, entre otros.

Nevados: Los territorios pertenecientes a la Cuenca del río Baños también presenta algunos nevados, los cuales dan origen con sus deshielos a las lagunas. Estos nevados presentan en las partes bajas morrenas y algunos circos glaciares, evidencia del proceso de retroceso glaciar en que se encuentran. Los principales nevados son los de Puagianca, en el extremo norte de la cuenca.

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La sub cuenca del río Vichaycocha

El río Vichaycocha se constituye en el afluente más lejano de toda laq cuenca del río Chancay-Huaral. Tiene una sub cuenca colectora de 189 Kilómetros cuadrados, y en su confluencia por la margen derecha con el río Chungar o Chicrín, forman el río Pacaraos, a su vez afluente principal del río Chancay – Huaral.

El río Vichaycocha se forma a partir de los desagües de las lagunas ubicadas en la parte mas elevada de la cuenca, los mismos que se encuentran reunidos en dos agrupamientos: las del grupo Patococha, integrado por las lagunas Patococha, Suerococha, Aguascocha, y Champahuasi; y las del grupo Purapa, conformado por las lagunas de Rahuite, Chancán, Aguashumarguna, Puractisho, Chalhuacocha, Huatococha y Chinicocha. Del total de estas lagunas solo dos se encuentran reguladas, las de Rahuite y Chancán.

Las principales escorrentías acuíferas que dan origen al río Vichaycocha, son la quebrada Escalón, formada a su vez por las quebradas de Pacla y Yanahojsha, en la margen izquierda; y la quebrada de Rahuite. Un afluente principal es la quebrada de Janca y Shipra.

Se une con el río Chirín, pasando la localidad de Vichaycocha, dando origen al río Pacaraos.

La sub cuenca del río Chicrín

El río Chungar o Chicrín nace a partir de los desagües de las diferentes lagunas ubicadas en la cabecera de su cuenca, como son las de Yancán, Ccacray, Yanahuín, Soco, Chungar y Marca. La cuenca del río Chicrín es de 11 Kilómetros cuadrados, encontrándose íntegramente dentro de la llamada cuenca húmeda. Del total de lagunas, tres se encuentran reguladas: Ccacray, Chungar y Yucán, con fines energéticos.

Su confluencia con el río Vichaycocha, por la margen izquierda, origina el río Pacaraos, afluente principal del río Chancay – Huara.

Pisos Altitudinales de la región de Estudio

Desde el punto de vista altitudinal, la comunidad presenta cuatro pisos ecológicos, o regiones naturales, según la clasificación de Javier Pulgar Vidal:

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- Región Quechua: Es una región de relieve ligeramente plano, con tierras aptas para la agricultura, ubicadas en la zona de fondo de valle. Aquí se encuentran las mejores tierras de cultivo de toda la sub cuenca, donde se alternan las tierras de secano (producidas por las lluvias) y las áreas destinadas a los pastos naturales. Esta región comprende entre los 2 500 y 3 500 m.s.n.m. Presenta un clima templado, con temperaturas que varían entre 12º C. y 15 º C., con descensos de temperaturas por las noches.

- Región Suni: Es una región de relieve abrupto y empinado, conformado por la zona de cerros laterales al valle, muy montañoso, con muros escarpados, desfiladeros rocosos y cumbres afiladas. Esta región comprende entre los 3 500 y 4 100 m.s.n.m. Presenta un clima templado frío, con descenso de temperaturas durante la noche. El aire es seco con escasa humedad. Durante las noches se producen algunas heladas. La temperatura media anual es entre 7º C. y 10º C. Esta región se constituye en el límite para la actividad agrícola, cultivándose en las zonas bajas algunos productos como la papa.

- Región Puna: Es una región de relieve casi plano, ligeramente ondulado, con montañas de flancos de suave pendiente, conformado por pequeñas colinas y alternadas con lagunas de origen glaciar, que contienen una gran variedad de fauna. Aquí se encuentran todas las lagunas mencionadas líneas abajo. Se extiende entre los 4 100 y 4 800 m.s.n.m. El clima en esta región es frío y seco, con precipitaciones sólidas como granizo y nieve, en especial en los meses de verano. En esta región se encuentra el centro minero de Santander, por las grandes concentraciones mineralógicas que presenta.

- Región Janca o Cordillera: Esta región se extiende desde los 4 800 metros hasta las cumbres mas elevadas de la sub cuenca, cubiertas casi toda su extensión de nieve. El clima es glaciar, con temperaturas casi siempre inferiores a los 0º C.

Recursos Bióticos

Por su ubicación y su paisaje la Comunidad de San José de Baños presenta una rica y variada gama de recursos bióticos, que conforman el ecosistema de la sub cuenca del río Baños.

FLORA: El valle, la puna y los cerros de la comunidad se encuentran cubiertas de vegetación, en algunas zonas, muy densa. En las partes bajas

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se observa el maguey, en sus géneros ágave y foucroya; además de la retama, característica por sus flores amarillas (género Spartim); entre la vegetación arbórea tenemos la tara, el quiñual, el quishuar, entre otros. En los cerros laterales al valle se observa abundante vegetación arbustiva espinosa, con y sin flores; así como la tala, arbusto semileñoso, resinoso, de sistema radicular profundo; y otras especies forrajeras como los géneros Estipa, Poa, Calamagrostis, y Bromus. En las partes mas altas no existe mucha vegetación, predominando la vegetación raquítica que crece adherida al suelo, como la yareta, la Pallagua, la Ulluyma, el huagoro, el pajuro, la huamanripa, además del ichu y abundantes musgos y líquenes.

FAUNA: Entre los principales recursos faunísticos que presenta la Comunidad tenemos además de los animales domésticos como la vaca, las ovejas, el cuy; camélidos como la llama, la alpaca y la vicuña; animales silvestres de tierra como el puma andino, la vizcacha, el zorro; una gran variedad de insectos que viven en las partes bajas de la cuenca; una gran variedad de aves como la perdiz, el halcón, el condor, el gavilán, el águila; aves que viven en las lagunas altoandinas como la gallareta, la garza andina, el yanavico, el patopuna, el ganso andino, la huachua, entre otros.

Recursos Abióticos

Entre los recursos naturales abióticos que presenta la comunidad, tenemos los recursos minerales. El subsuelo de las partes altas presentan una fuerte concentración de minerales, en especial de cobre, oro, carbón y hierro, existiendo varios centros mineros como es la mina de Santander, la que en los últimos años se encuentra paralizada, Santa Rosa, Chungar, entre otros.

SITIOS ARQUEOLÓGICOS DE BAÑOS, SANTA CRUZ DE ANDAMARCA Y VICHAYCOCHA

En la cuenca del Río Baños ha sido posible identificar un total de 15 sitios arqueológicos, entre asentamientos político-administrativo, domésticos, de control y caminos; dos sitios en la localidad de Pirca, ocho en la localidad de Vichaycocha; además de otros cinco sitios identificados, pertenecientes ya al distrito de Santa Cruz de Andamarca. Los sitios arqueológicos identificados son los siguientes:

SITIO 1: MARCA PICHE O PUEBLO VIEJO

Ubicación: El sitio arqueológico de Marca Piche o Pueblo Viejo se encuentra ubicado en la margen izquierda, entre los 3 600 y 3 650 metros

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de altura, ubicándose el punto datum en la parte central a N8758793 y E0324363. Se ubica en la cima y ladera del cerro Marca Piche. Topográficamente el área es muy accidentada, con grandes afloramientos rocosos. El sitio se encuentra orientado hacia el Este. El sitio de Marca Piche se encuentra emplazado en un lugar estratégico, desde donde se tiene un buen panorama de casi toda la cuenca del río Baños. La fuente de agua próxima se ubica en el fondo del río baños, debajo del sitio. Se habría constituido en el centro político de control local y de los Incas en la cuenca.

Tipo de sitio: Asentamiento monumental con estructuras públicas.

Descripción: Debido a la complejidad de la organización espacial y arquitectónica, y a que se encontraba cubierta de vegetación no fue posible identificar claramente los sectores conformantes. Es por ello que hemos dividido al sitio en base a los puntos de orientación y en base a las altitudes de las estructuras en relación al mismo cerro en F sectores.

- SECTOR “A”: Se ubica en la parte media y baja del asentamiento, constituido por las estructuras funerarias y los Kullpis. Hacia el extremo Oeste se encuentra el pórtico de ingreso al sitio, que ha sido destruido por la carretera que une el pueblo de Baños con Tingo. El ingreso al sitio se realizaba a partir del camino prehispánico, que pasa junto al asentamiento, por el lado Este y que está muy deteriorado, presentando en algunos tramos empedrados. El pórtico de ingreso está conformado por dos grandes bloques de roca natural aflorante que habría sido labrada adquiriendo una forma alargada verticalmente, de mas de 1.50 metros de altura. Es posible que antiguamente haya tenido una laja horizontal encima, que habría cumplido la función de dintel.

En la parte media se observa una gran cantidad de edificaciones de planta cuadrangular y rectangular, así como patios y plazas de forma ovalada. Las estructuras son de gran altura, llegando a tener hasta 4.50 metros de altura.

En la parte central superior se ha identificado una escalinata de 16 peldaños, conformados por lajas alargadas; el cual comunica con un túnel de 4 metros de largo, 1 metro de ancho y 1.20 metros de altura; el cual pasa por el medio de la roca madre geológica del cerro, cuyas paredes están edificadas a base de piedras canteadas unidas con argamasa, evidenciando un fino acabado tecnológico. Este túnel servía para comunicar los sectores inferiores de función administrativa y

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doméstica local, con el sector superior (Sector C) de función administrativa en el Tahuantinsuyo. A la salida del túnel se observan escalinatas que comunican hacia la cima rocosa.

- SECTOR “B”: Este sector se ubica en la parte media – alta del sitio y está conformado por un conjunto de estructuras funerarias, asociadas a dos pinturas rupestres. En la parte superior de los farallones rocosos a 3 y 4 metros de altura con respecto a la superficie, se puede apreciar pinturas rupestres. Estas consisten en dos motivos: el primer motivo está conformada por la representación de una cruz estilizada, con las puntas engrosadas; mientras que el segundo motivo está representado por dos líneas convergentes. Los motivos se ubican en la parte media alta del farallón y son de color anaranjado, producto de algún tipo de óxido. Por la ubicación a casi 9 metros de altura con respecto a la superficie y por la pendiente vertical del farallón, no se puede ascender sin el uso de equipo especial para escalar en roca. Además de estos dos motivos se observan otros cinco, que se encuentran muy destruidos y borrados, por lo que solo es posible observar manchas.

Junto a estas pinturas se puede observar un pircado de 0.50 m. de alto, que sería el muro de contención de una posible estructura funeraria, ubicado en una concavidad rocosa del farallón, ubicado a 9 metros de altura aproximada con respecto a la superficie del sitio, en un lugar totalmente inaccesible.

En la parte baja de las pinturas, sobre la superficie del sitio se observan estructuras funerarias, de planta rectangular y cuadrangular, de 1 metro de altura en promedio.

- SECTOR “C”: Se encuentra ubicado en la parte superior del asentamiento, al cual se accede a través del túnel. En la parte superior se observa un espacio abierto público, definido con muros de contención y emplazado sobre un aterrazamiento. Hacia el lado Este de esta cima se observa una cruz contemporánea de color blanco.

- SECTOR “D”: Se ubica en la parte superior, en el lado Nor Oeste. Se observan tres recintos de planta circular y alineados en el eje Este – Oeste; edificados a base de piedras canteadas y labradas de tamaño mediano, unidos con argamasa. Estos se encuentran en buen estado de conservación, con una altura no menor a un metro. El primer recinto tiene un diámetro de 3.40 metros, el segundo tiene 3.20 metros de

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diámetro, mientras que el último tiene 3.50 metros de diámetro. Frente al tercer recinto se observan tres estructuras funerarias de 1.40 metros de altura, de planta rectangular, y de un vano cuadrangular muy pequeño. Todas estas estructuras arquitectónicas corresponderían al Periodo Tahuantinsuyo.

- SECTOR “E”: Se ubica en la ladera media del cerro, en el lado oriental, está conformado por estructuras funerarias aisladas, asociados a un conjunto de andenes prehispánicos que descienden consecutivamente hasta muy cerca del río. Estas estructuras son de poca altitud.

- SECTOR “F”: Se ubica al otro lado de la carretera y está constituido por algunas estructuras funerarias de planta cuadrangular y rectangular, asociados a un conjunto de andenes. Los andenes son de un metro y medio de altura, aproximadamente y se encuentran en estado de abandono. También se ha podido observar enterramientos hechos entre las aberturas de las rocas naturales, siendo luego tapados con pircados simples.

Interpretaciones: En base al análisis de la arquitectura conformante ha sido posible identificar cuatro tipos arquitectónicos.

1.- En primer lugar se encuentran los típicos “Kullpis”, estructuras arquitectónicas características de la cuenca alta del río Chancay, correspondiente a la cultura Atavillos. Se caracterizan por presentar planta cuadrangular y de una altura de mas de 3.50 metros. Son estructuras que por su altitud se le podría considerar como “edificios”, totalmente cerrados, con un pequeño vano de no mas de 0.50 metros de altura, ubicado en la parte media del paramento externo, que comunica el exterior con una cámara central de forma ovalada o cuadrangular. En esta cámara se observan hasta tres pequeños vanos que comunican con cámaras y galerías internas, con compartimientos en varios niveles superpuestos de no mas de 0.80 metros de altura cada uno. La altura de estos Kullpis puede llegar hasta los 4.50 metros.

2.- En segundo lugar tenemos las estructuras administrativas y domésticas, de características muy similares a los Kullpis, pero no son cerradas, sino abiertas, con pasadizos amplios y espaciosos que comunican diferentes recintos.

3.- En tercer lugar tenemos las estructuras funerarias a modo de túmulos funerarios, las cuales pueden llegar a tener hasta 1.50 metros de altura y

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hasta tres niveles superpuestos, conteniendo en su interior una serie de cámaras funerarias.

4.- En cuarto lugar encontramos las estructuras de planta circular ubicados en la parte superior del sitio, las cuales al parecer corresponderían al periodo Tahuantinsuyo, y se trataría de estructuras administrativas. Con respecto al nombre de Marca Piche (en español Pueblo Viejo), se trataría de un nombre del Periodo Tahuantinsuyo, ya que “Marca” es una denominación quechua imperial que significa pueblo. Al hablar de una marca, los Incas querían hacer referencia a un grupo de familias o un ayllu, con una paqarina11 común. Con respecto al término “Piche”, es posible que sea colonial, ya que por su significado (viejo) estaría refiriéndose a que el pueblo es de origen prehispánico.

Periodos de Ocupación: En base al análisis arquitectónico y al poco material cerámico observado en superficie, se infiere que el sitio ha tenido dos ocupaciones: los señoríos locales tardíos: Atavillos (800 d.c. – 1470 d.c.) y la ocupación Tahuantinsuyo (1470 d.c. – 1535 d.c.).

Materiales Asociados: Se ha identificado material cerámico, correspondiente a los estilos Atavillos e Inca local. En la parte superior del sitio, junto a las pinturas rupestres se ha observado abundante material óseo, asociado a pequeñas estructuras funerarias, notándose rasgos de deformación craneana braquicéfala. También se identificó algunos batanes y moledoras asociadas a las áreas de actividad doméstica.

Estado de Conservación: El sitio se encuentra en regular estado de conservación. Los principales factores de deterioro del sitio son: el pastoreo, ya que muchos pobladores del pueblo de Baños, aprovechan los muros de las estructuras como corrales y en los meses en que la vegetación es abundante llevan a su ganado al sitio, provocando el colapso de las estructuras. Otro factor es la vegetación, ya que por la densidad muchas veces inestabiliza las estructuras. El huaqueo es otro factor, se ha identificado muchas edificaciones que han sido huaqueadas. La construcción de la carretera ha contribuido a cercenar el sitio arqueológico en dos partes.

11 Lugar mítico común de donde se dice salió el primer antepasado que creó el ayllu, que puede tratarse de un cerro, nevado, cueva, laguna, etc; en el caso de la región altoandina de Huaral se ha identificado al Cerro Mango como paqarina de Rúpac, Chíprac y Añay. El antepasado común podía tratarse de un personaje mítico como una divinidad.

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SITIO 2 : PAHUAMAYO

Ubicación: El sitio esta conformado por un abrigo rocoso ubicado en la margen derecha del río Baños, a unos 300 metros de distancia al Norte de la Central Hidroeléctrica de Baños 2, por encima del canal de aguas que se dirige hacia la central de Baños 3. El sitio se ubica a 3 970 m. s. n. m., en las coordenadas N876070712 y E0327957 (E=8m.).

Tipo de sitio: Abrigo Rocoso.

Descripción: El abrigo es una concavidad que se introduce naturalmente en la roca madre caliza sedimentaria. El abrigo tiene en la parte externa un ancho de 7.50 metros y una altura de 5.10 metros; en el extremo interno tiene un ancho de 2.50 metros; y una profundidad de 7.70 metros.

La superficie del abrigo presenta amontonamiento de tierra en pendiente, producto de la descomposición de la roca madre del techo natural del abrigo. Se nota en la superficie, en algunos sectores, tierra color plomo con abundante humedad producto de la vegetación existente (ortiga y plantas silvestres).

A pesar de no haber identificado en la superficie del abrigo algún tipo de material cultural que evidencie de manera directa una ocupación humana, por las características del abrigo, su ubicación en un lugar encerrado por la geomorfología del terreno, y por el color del terreno y textura del terreno; podemos inferir que habría sido ocupado en épocas prehispánicas, lo cual deberá ser confrontado a futuro mediante excavaciones sistemáticas.

Filiación cultural: Periodo Precerámico.

Materiales Asociados: No se identificaron.

Estado de conservación: El sitio se encuentra cubierto de vegetación natural arbustiva y herbácea.

SITIO 3: JATUNPATA

Ubicación: El sitio se encuentra ubicado en la cima del cerro Jatunpata, el cual se eleva inmediatamente por encima del pueblo de Baños, hacia el lado Este, margen derecha del río Baños; a 4 184 m. s. n. m. y en las coordenadas UTM N8760750 y E0326811.

12 Todos los puntos tomados en ubicación UTM se encuentran en sistema Pro Sad-1956.

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Tipo de sitio: Corrales.

Descripción: En la parte superior del cerro se observa un espacio abierto, cercado por muros de piedras canteadas. En la parte central de este espacio se observa una estructura de planta semi ovalada, a desnivel, con un diámetro de 1.66 metros en el eje del vano y 1.37 metros en el eje perpendicular al primero (Norte – Sur). Esta estructura presenta muros a base de piedras canteadas grandes, mientras que hacia el lado Sur se ha utilizado la roca natural que aflora desde la profundidad. El vano tiene 0.60 metros de ancho y 1.30 metros de altura, ubicado hacia el lado Norte y esta asociado a tres gradas que descienden hacia el interior del recinto (de 0.20 m., 0.20 m., y 0.30 m. de altura cada uno respectivamente). En la parte interna, lado Sur, se observa una pequeña camarilla de 0.30 m. de ancho, 0.50 m. de alto y 0.80 m. de profundidad. Esta edificación ha sido reutilizada en épocas modernas, habiéndose encontrado en su interior un pico y otras herramientas agrícolas actuales.

PLANO DE JATUNPATA 1

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A 7 metros de distancia de esta estructura y en la esquina Sureste, del espacio abierto se observa otra estructura similar, pero de mayores dimensiones, con un diámetro de 2.30 m. en el eje del vano (este – Oeste) y 3 metros en el eje Norte – Sur. Las piedras que conforman los muros son de gran tamaño, sin argamasa. Los muros tienen hasta 0.80 metros de altura. El ancho del vano es de 0.50 metros. En la superficie interna se observan restos de basura moderna. Al parecer esta estructura habría sido reconstruida en épocas modernas.

Hacia el lado Oeste del espacio 1, se encuentra otro espacio de forma rectangular, delimitado por muros lineales aunque con algunas curvas, a base de piedras canteadas, a 4 metros de profundidad con respecto a la superficie del espacio 1.

Hacia el Nor Este del espacio 1 se encuentra el espacio 3, el cual es de forma rectangular, emplazado sobre un aterrazamiento cultural de la ladera del cerro. Además al Norte del espacio 1 se encuentra el espacio 4, el cual tiene planta cuadrangular. Junto al espacio 4, hacia el norte se observa otro espacio, espacio 5, delimitado por alineamientos, área que esta cubierto de pasto natural.

Filiación cultural: Este sitio correspondería al Intermedio Temprano

Materiales Asociados: No se identificó ningún material.

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Estado de conservación: El sitio se encuentra muy destruido por el desarrollo de la agricultura en la zona.

SITIO 4: WARACANCHA BAJA

Ubicación: Este sitio se encuentra ubicado en la ladera Sur del cerro Jatunpata, a 4 070 m. s. n. m. y en las coordenadas UTM: N8760607 y E0326931, margen derecha del río Baños, a unos pocos metros debajo de la cima donde se ubica Jatunpata I.

Tipo de sitio: Paisaje cultural Arqueológico. Categoría: Aterrazamientos.

Descripción: Este sitio esta caracterizado como un sitio aislado, conformado por una serie de aterrazamientos pircados edificados en el farallón rocoso, de no más de un metro de altura.

Foto 1: Izquierda: Vista general del sitio de Waracancha Baja, nótese el detalle de las pinturas rupestres de diseños circulares. Derecha: Vista Panorámica del abrigo rocoso de Pahuamayo, ambos en la cuenca del río Baños.

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Filiación cultural: No se ha podido identificar el periodo de construcción de las evidencias culturales, pero si se ha podido comprobar su carácter prehispánico por la tecnología constructiva y por su asociación con Jatunpata I y III.

Estado de Conservación: Las edificaciones se encuentran muy destruidas por acción del pastoreo.

SITIO 5: WARACANCHA BAJA

Ubicación: Este sitio se encuentra ubicado en la margen derecha del río Baños, a unos pocos metros debajo de Jatunpata II, en una pequeña explanada en la parte media del flanco Sur del cerro Jatunpata, a 4 015 m. s. n. m., en las coordenadas UTM: N8760573 y E0326871. Tipo de sitio: Abrigo rocoso.

Descripción: El sitio está conformado por un abrigo rocoso de 6.80 m. de ancho y 4 m. de altura, presentando en la boca un muro pircado a base de piedras grandes unidas de manera simple sin argamasa. En el interior del abrigo se observa una concavidad que se introduce, casi en diagonal, hacia arriba; la cual a su vez presenta pequeñas concavidades.

El abrigo rocoso presenta en las paredes laterales cuatro representaciones de pinturas rupestres. La primera pintura es la representación de un círculo y desde la parte central de este aflora una figura geométrica que se asemeja a una cruz. Por su parte el motivo 2 se ubica a 18 cm. de distancia a la izquierda del primero y está conformado por la representación de camélidos. El tercer motivo es la representación de una figura estilizada de forma circular y de esta salen cinco pequeñas protuberancias a cada lado, lo que al parecer estaría representando el sol con sus rayos; este se ubica a 26 cm. de distancia a la izquierda del segundo motivo. El cuarto motivo se ubica a 17 cm. a la izquierda del tercer motivo, y es la representación de una figura antropomorfa, la cual no ha sido posible identificar por el mal estado de conservación, pero es muy posible que se trate de representaciones de camélidos. El sitio en general se observa en buen estado de conservación.

Junto a la abertura del abrigo rocoso (lado derecho), se observan pequeñas aberturas, las cuales tienen en su interior abundante osamenta humana, pudiendo apreciarse mayormente la presencia de huesos largos y costillas.

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Al parecer este lugar habría sido el depositario final de los individuos que ocuparon el sitio o de otros con fines rituales.

Filiación cultural: Por las características y por no haber logrado identificar algún fragmento cerámico en superficie, lo relacionamos con el periodo Precerámico. Es necesario realizar investigaciones mas profundas para conocer el periodo de ocupación exacto, sea Lítico o Arcaico.

Estado de conservación: Las pinturas se encuentran en mal estado de conservación, presentan pintas de tiza color blanco en la superficie.

SITIO 6: ANDENES DE BAÑOS

Ubicación: Estos andenes se extienden desde la parte alta del mismo pueblo de Baños, hasta la parte baja del cerro Jatunpata, debajo del sitio de Waracancha Baja. Está ubicado en las coordenadas UTM: N8760336 y E0326873, a una altura de 3 918 m. s. n. m.

Tipo de sitio: Paisaje cultural Arqueológico. Categoría: Andenes.

Descripción: Este sitio está conformado por una serie de sistemas de andenes de origen prehispánico, utilizados hasta la actualidad en algunos sectores con fines agrícolas. Se trata de andenes simples de hasta 2 metros de altura en algunos casos. En la parte central de los andenes cerca al pueblo se ha podido identificar una estructura aterrazada con muros de contención, la cual se habría constituido en un área ceremonial. Además esta estructura presenta una cruz.

Filiación cultural: Al parecer el origen de esta cruz dataría del periodo colonial temprano, lo que no quiere decir que esta cruz sea de ese periodo, ya que constantemente ha ido siendo reemplazado por una nueva, manteniendo las mismas características. Los andenes son de origen prehispánico, y corresponderían al Horizonte Tardío o Intermedio Tardío.

Estado de conservación: Se puede observar los andenes en buen estado de conservación, aunque en algunos tramos esta destruido.

SITIO 7: ARCOTORAL

Ubicación: Se encuentra ubicado en la cima del cerro Arcotoral, el cual se ubica encima del cerro Marca Piche, en la margen izquierda del río Baños, habiéndose ubicado como punto Datum en las coordenadas UTM: N8758795 y E0324350, a 3 899 m. s. n. m. El sitio se ubica justo encima

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de una estancia de pastores de Pirca. El sitio es de forma alargada y se encuentra cubierto por vegetación arbustiva, los cuales presentan flores de diferentes colores.

Tipo de sitio: Asentamiento no monumental. Categoría: Asentamiento de estructuras Funerarias.

Descripción: El sitio está conformado por siete estructuras arquitectónicas de carácter funerario, dispuestos en forma alineada. La arquitectura del sitio es a base de piedras canteadas unidas con argamasa; muchas de las piedras han sido talladas de tal manera que tengan cierta forma adoquinada, con pequeñas pachillas entre las piedras para rellenar los espacios. Las estructuras arquitectónicas identificadas son las siguientes:

- ESTRUCTURA 1: Se encuentra ubicado en el extremo Oeste del sitio, conformado por una estructura de planta cuadrangular, junto a un muro de contención, que es el mismo que limita el sitio por todo su contorno.

PLANO DE JATUNPATA 2

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PLANO DE ARCOTORAL

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Presenta un vano de acceso de 0.65 m. de altura y 0.50 m. de ancho. El vano es de forma trapezoidal y pequeño. El interior de la estructura está conformado por un recinto de forma ovalada, el cual presenta en la parte posterior un pequeño compartimiento pequeño, por el cual se ingresa mediante un vano pequeño. Adosado a esta estructura, en el muro de contención, se observa una pequeña estructura con un vano cuadrangular de 0.30 metros de altura por 0.50 metros de ancho, de carácter funerario. Esta estructura adosada es también de planta cuadrangular, pero en el interior hay un compartimiento con esquinas curvas.

- ESTRUCTURA 2: Se encuentra ubicado entre las estructuras 1, 3 y 4. Es de planta circular (representando solo la mitad de un circulo), de 1.55 metros de largo en la parte frontal y 1.20 metros de ancho. La altura de los muros es de 1.50 metros.

- ESTRUCTURA 3: Se encuentra ubicado sobre el muro de contención posterior de la estructura 2. Tiene una altura de 0.60 metros y un ancho de 1.30 metros. Esta estructura tiene planta ovalada, en media luna.

- ESTRUCTURA 4: Se encuentra ubicado junto a la estructura 2, y está conformado por una estructura funeraria de planta cuadrangular con esquinas curvas, la cual se encuentra destruida en su parte frontal. En el interior se observa una cámara ovalada, la cual presenta un nicho de 0.42 metros de alto, por 0.30 metros de ancho en la parte superior y 0.40 metros

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de ancho en la parte inferior, y 0.30 metros de profundidad; la cual serviría de ornamentación del muro. La cubierta interna es a base de lajas, en forma de cúpula, con las lajas escalonadas en salientes. La altura de la estructura 4 es de 2.30 metros.

- ESTRUCTURA 5: Se ubica hacia la derecha de la Estructura 4 y tiene 2.70 metros de altura. Presenta hasta 7 compartimientos, dispuestos en dos niveles superpuestos, a razón de tres en la planta inferior y cuatro en la segunda planta y superior. El compartimiento “A” se ubica en el extremo derecho del nivel inferior. Este ha sido destruido para servir como vía de comunicación con el otro extremo posterior del sitio, como un túnel, en forma de arco, muy similar al observado en Marca Piche; tiene 1.35 metros de alto, y de ancho 1.18 metros en la base, 1.30 metros en la parte central y 0.70 metros en la parte superior. Los compartimientos “B” y “C” se ubican junto al “A”, los cuales tienen 1.30 metros y 1.15 metros de largo respectivamente. El grosor del muro de separación entre el “A” y el “B” es de 0.70 metros, mientras el muro entre “B” y “C” tiene 0.93 metros. La superficie del Nivel 2 se ubica a la altura del dintel del arco o túnel (Compartimiento “A”). Encima del túnel no existe ningún compartimiento. Los compartimientos “D”, “E” y “F” se ubican hacia el lado izquierdo del túnel, mientras que el “G” se ubica hacia la parte superior derecha. Estos tienen 0.93 metros, 0.75 metros, 1.35 metros y 0.98 metros de ancho respectivamente. De todos estos el “D” es el único que presenta la cubierta en buen estado de conservación. El área interna de todos los compartimientos es de forma ovalada, de media luna.

- ESTRUCTURA 6: Junto a la estructura 4, la formación natural rocosa del cerro se eleva hasta alcanzar la misma altura de la cubierta de la Estructura 4. Sobre este promontorio y aprovechando la mitad de la cubierta de la estructura 4, se ubica una estructura (Estructura 6), la cual presenta seis compartimientos internos, dispuestos en dos niveles superpuestos. La planta de la estructura es cuadrangular, mientras que los compartimientos internos son ovalados, los cuales presentan pequeños ductos que sirven de comunicación entre sí. En los recintos y compartimientos se observa pequeñas galerías que comunican con compartimientos subterráneos, los cuales tienen hasta 1.50 metros de profundidad.

- ESTRUCTURA 7: Esta conformada por una estructura de 3.60 metros de alto y 5.20 metros de largo. Esta estructura está conformada por dos recintos internos: el A y B. El recinto “A” presenta un vano en la parte

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frontal de 0.80 metros de alto y un ancho de 0.55 metros en la parte superior y 0.50 metros en la parte inferior. El grosor del muro del vano es de 0.55 metros. Este vano se ubica a 1.20 metros de distancia de la esquina Oeste y su base se ubica a 0.30 metros de altura con respecto al nivel del suelo. El espacio interno se encuentra destruido por el colapso de la cubierta. El compartimiento “B” se ubica junto al “A” y presenta un vano de ingreso también en la parte frontal de 0.56 metros de ancho, 0.76 metros de alto, mientras que el ancho del muro es 0.50 metros. El interior del recinto es ovalado, encontrándose muy destruido, ya que el colapso de la cubierta ha provocado varios amontonamientos de piedras en la superficie interna. En la parte exterior, paramento externo, se observan algunas piedras salientes escalonadas (voladizas), las cuales servirían para el ascenso al techo de la estructura.

- ESTRUCTURA 8: Se encuentra adosado a la estructura 7. Es de pequeñas dimensiones, de 0.70 metros de altura, 0.70 metros de ancho y 1.60 metros de largo. Presenta un vano de 0.55 metros de ancho por 0.45 metros de altura. El interior es un pequeño espacio de función funeraria.

- ESTRUCTURA 9: Se ubica en el extremo derecho del sitio y se encuentra separado de las demás estructuras, unido a la estructura 8 mediante un largo muro pircado de 19.80 metros de largo. Está conformado por dos compartimientos que se pierden en una galería que descienden dentro de la estructura. En general toda la estructura tiene tres vanos identificables, el primero que comunica con el compartimiento “A”, de 1.20 metros de altura y 0.98 metros de ancho. El segundo vano se ubica a 2.50 metros de distancia del primero (hacia la derecha) y tiene 0.65 metros de alto y 0.50 metros de ancho; sirve para comunicarse con el compartimiento “B”. El tercer vano se ubica en el segundo nivel y se encuentra muy destruido, por lo que no es posible identificar sus dimensiones. Los compartimientos internos se encuentran muy destruidos por efecto de los derrumbes. El ancho de esta estructura de planta rectangular es de 3.50 metros.

El sitio presenta dos muros de contención que han servido para el aterrazamiento del sitio. El primero se ubica a 1.40 metros de distancia de las estructuras arquitectónicas y tiene entre 1.20 metros y 0.80 metros de altura. El segundo muro de contención se ubica a 2.90 metros de distancia del primero y tiene 1.60 metros de altura en los sectores mejor conservados, mientras en otros tiene 0.80 metros.

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Hacia el lado este de la estructura 7 se eleva un promontorio natural, en cuya cima se observan algunos aterrazamientos. Por su parte hacia el lado posterior del sitio se observan pequeños pircados aislados.

Foto 2: Izquierda: Vista de una construcción funeraria en Arcotoral. Derecha: Vista panorámica

del sitio arqueológico de Auquihuilca.

Periodos de ocupación: El sitio es de carácter funerario y corresponde al Intermedio tardío (1100 – 1470 d.c.) y se habría constituido en uno de los asentamientos de la cultura Atavillos, emplazado en la zona, como lugar de descanso de personas distinguidas en su sociedad.

Estado de Conservación: El estado de conservación del sitio es regular, existen estructuras arquitectónicas muy destruidas, mientras hay otras en buen estado de conservación.

SITIO 8: AUQUIHUILCA

Ubicación: Este sitio se encuentra ubicado en la margen izquierda del río Baños, en la divisoria de aguas con la cuenca del río Chilamayo, en la parte superior de una pequeña quebrada Políticamente el sitio de Auquihuilca se ubica en la jurisdicción de la Comunidad Campesina de Pirca, distrito de Atavillos Alto. Se ubica en las coordenadas UTM: N8758280, E0323484, a 3953 m.s.n.m. El terreno sobre el que está emplazado el sitio es muy accidentado y de mayor pendiente, con abundantes afloramientos rocosos. El sitio se encuentra cubierto de vegetación arbustiva y cactácea con abundantes espinas.

Tipo de sitio: Asentamiento no monumental. Categoría: Sitio Funerario y de control.

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Descripción: En la parte baja del sitio, a 100 metros de las estructuras principales, se ubica un pequeño abrigo rocoso, en cuyo interior hay un pequeño muro pircado sin argamasa, de 1.30 metros de altura. La superficie de la cueva esta lleno de piedras de mediano y pequeño tamaño, producto del derrumbe del muro y del techo de la cueva. No se ha identificado otros materiales culturales.

Foto 3: Vista panorámica del sitio de Auquihuilca.

Foto 4: Sitio de Auquihuilca. Izquierda: Vista de una estructura Funeraria. Derecha: Vista de

una construcción tipo Kullpi, muy destruido.

El área nuclear del sitio presenta un total de ocho estructuras arquitectónicas dispersas, de las cuales la mitad han colapsado. El emplazamiento de las estructuras está en relación a la topografía mas propicia del espacio. Las edificaciones tienen una altura de hasta 2.50 metros (Kullpis), mientras otras estructuras funerarias tienen un metro y medio de altura y son de hasta dos niveles. Las estructuras están asociadas a espacios abiertos de planta ovalada de 3 metros de diámetro. Las estructuras son de planta cuadrangular con esquinas curvas o rectas y presentan un vano pequeño, de 0.50 metros de altura y 0.40 metros de

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ancho, de forma rectangular y trapezoidal. Algunas estructuras presentan un ducto de ventilación vertical que comunica el compartimiento principal con el exterior de la cubierta de la misma.

Periodo de Ocupación: El sitio corresponde al periodo Atavillos (Intermedio tardío).

Estado de conservación: El sitio se encuentra en regular estado de conservación. Los principales factores de deterioro son los agentes naturales.

SITIO 9: BAÑOS I

Ubicación: Se ubica en la margen derecha del río Baños, junto al camino prehispánico que desciende desde la cuenca alta hasta Tingo, a un metro de altura con respecto al camino, a 3 526 metros sobre el nivel del mar y en las coordenadas UTM: N8759473 y E0324628 (E= 4m.). Se ubica un poco más arriba del frente de Marca Piche o Pueblo Viejo.

PLANO DE MARCAPICHE

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PLANO DE AUQUIHUILCA

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Tipo de sitio: Paisaje Cultural Arqueológico. Categoría: Pinturas Rupestres.

Descripción: Este sitio está conformado por un abrigo rocoso con pinturas rupestres, que representan figuras zoomorfas como orejas y cabezas. Las dimensiones de las figuras son de 0.30 metros de ancho, y 0.40 de altura en promedio.

Periodos de Ocupación: Precerámico.

Estado de conservación: Las pinturas se encuentran en mal estado de conservación. Se encuentran muy despintadas por su exposición constante a la intemperie, observándose solo manchas rojas despintadas, además de pinturas actuales en tiza blanca

SITIO 10: BAÑOS II

Ubicación: Se ubica en la margen derecha del río Baños, junto al camino prehispánico que desciende desde la cuenca alta hasta Tingo, un poco mas abajo del anterior, a 3 524 metros sobre el nivel del mar y en las coordenadas UTM: N8759658 y E0323861 (E=8m.). Este sitio se ubica justo en frente del sitio de Marca Piche o Pueblo Viejo.

Tipo de sitio: Paisaje Cultural Arqueológico. Categoría: Abrigo rocoso con pinturas Rupestres.

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Descripción: El sitio está constituido por una serie de pinturas rupestres dibujadas sobre la roca natural aflorante, en un abrigo rocoso extendido de 14 metros de largo. En la base del abrigo se observa canteras de carbón natural. Las pinturas son de color rojo. Se ha podido identificar hasta 13 motivos lineales curvos y circulares, orientados en un eje horizontal. Las pinturas se encuentran ubicadas al aire libre, por ello su deteriorado estado de conservación. El grosor de las líneas de las pinturas es en promedio de entre 1,5 cm. a 2.5 cm.

A continuación describimos los 13 motivos los cuales se encuentran dispuestos en un panel de izquierda a derecha. El Motivo 1 está representando por una línea que se va encerrando hasta volver a unirse a si misma en la mitad. El Motivo 2 está conformado por un círculo con punto concéntrico, el mismo que es ovoide, con un diámetro de 13 cm. en el eje vertical y 14 cm. en el eje horizontal. El Motivo 3 está representando una figura parecida a una “hoz”, de 20 cm. en el eje horizontal por 14 cm. en el eje vertical, las líneas son rectas, con esquinas rectas y ovaladas. El Motivo 4 está conformado por dos rombos concéntrico y dentro de estos un punto, de líneas de 1.5 cm. de grosor y 5 cm. de largo y ancho en ambos ejes. El Motivo 5 está conformado por un círculo de 8 cm. de largo (eje horizontal) por 6.5 cm. en el eje vertical, con líneas de entre 2 y 1.5 cm. El Motivo 6 está conformado por un círculo con punto concéntrico de 13 cm. (eje vertical) por 7 cm. en el eje horizontal. Los motivos 7, 8, 9, 10, 11 y 12 se encuentran relacionados entre si por su cercanía, en un área horizontal de 1.10 metros y están conformados por círculos concéntricos y simples de diferentes tamaños. El Motivo 13 está conformado por un círculo simple.

Materiales Asociados: En la superficie del abrigo se pudo hallar algunos escasos fragmentos de cerámica, de pasta roja, cocción oxidante, acabado de superficie alisado, utilitarios, no diagnósticos, no habiéndose identificado el estilo correspondiente.

Periodo de Ocupación: A pesar de haber identificado un fragmento cerámico, el sitio pertenece al Periodo precerámico, aunque es posible que haya seguido siendo ocupado y visitado en el periodo formativo.

Estado de Conservación: Las pinturas se encuentran en un deteriorado estado de conservación debido a su exposición a los agentes climáticos.

SITIO 11: BAÑOS III

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Ubicación: Sitio arqueológico ubicado en la margen derecha del río Baños, junto al camino prehispánico que desciende hasta Tingo, en un abrigo rocoso, un poco mas abajo del sitio anterior, a 3 509 metros sobre el nivel del mar y en las coordenadas UTM: N8759239 y E0323615 (E=9m.).

Tipo de sitio: Paisaje Cultural Arqueológico. Categoría: Abrigo rocoso con pinturas Rupestres.

Descripción: Se trata de un abrigo rocoso de 8 metros de largo con pinturas rupestres. Las figuras representan motivos circulares simples y con puntos concéntricos, así como motivos antropomorfos. Sin embargo las pinturas se encuentran muy deterioradas y despintadas. Periodo de Ocupación: A pesar de haber identificado un fragmento cerámico, el sitio pertenece al Periodo precerámico, aunque es posible que haya seguido siendo ocupado y visitado en el Periodo Formativo.

Estado de Conservación: Las pinturas se encuentran en un deteriorado estado de conservación debido a su exposición a los agentes climáticos.

SITIO 12: CAMINO PREHISPÁNICO DE BAÑOS A TINGO

Ubicación: Por la margen derecha del río Baños se observa un camino prehispánico que desciende desde la parte alta de la cuenca proveniente desde el Sur, posiblemente de Canta o Pasco, el cual ha sido identificado y recorrido en el sector del pueblo de Baños y la central Hidroeléctrica de Tingo.

Tipo de sitio: Paisaje Cultural arqueológico: Categoría: camino prehispánico.

Descripción: Se trata de un camino de origen prehispánico, preinca, asociado a sitios con pinturas rupestres, mencionados líneas arriba. El ancho del camino es de 1.50 metros a 2 metros, según la topografía del terreno. Por lo general es recto, aunque en algunos lugares de mucha pendiente va zigzagueante, hasta llegar al fondo del valle. Presenta escasas escalinatas y rampas. No presenta empedrados, se trata de un camino simple, salvo en el área cercana al cañón ubicado un poco mas arriba de marca Piche, donde si se observa empedrado. En los sectores mas empinados presenta muros de contención a base de pircados.

Filiación cultural: Prehispánico, al parecer pre inca.

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Estado de conservación: Se encuentra en buen estado de conservación y es transitado hasta la actualidad.

SITIO 13: ZANGO

Ubicación: Se ubica en la margen derecha del río Baños, en la toma de aguas del canal de la central Hidroeléctrica de Baños 1. Por las características, se ubicó un punto datum en la otra margen, en la carretera, a 200 metros, justo frente a los corrales, el cual se halla emplazado en N8761400 E0332335 y a 4 366 m.s.n.m.

Tipo de sitio: Paisaje Cultural arqueológico. Categoría: Corrales.

Descripción: Este sitio está conformado por un conjunto de corrales abandonados. Los muros se encuentran muy destruidos, observándose en algunos casos pircados sin argamasa.

Periodo de Ocupación: Los corrales pertenecerían al periodo Colonial o prehispánico. No ha sido posible identificar el periodo por la ausencia de materiales culturales en superficie.

Estado de conservación: Las estructuras se encuentran muy deterioradas por el paso del tiempo.

SITIO 14: CERRO LLAMPQUI.

Ubicación: Se encuentra ubicado en la localidad de Llantaq, límite entre la Comunidad de San José de Baños, distrito de Atavillos Altos, provincia de Huaral, departamento de Lima y el distrito de Marca Pomacocha, provincia de Yauli, departamento de Junín. Sin embargo hidrográficamente pertenece aún a la cuenca del río Baños. El sitio se ubica en la parte media del cerro Llampqui, cerro de características orográficas muy escarpadas y de difícil acceso hacia la cima. Según las características visibles en la antigüedad este cerro habría estado cubierto en la parte superior de nieve, ya que se nota las fases del retroceso glaciar.

Se ubica en la región Puna, límite con la región Janca, a 4 940 metros sobre el nivel del mar (parte superior del sitio), en las coordenadas UTM siguientes: 8753934N y 0341080E (E= 12 metros). Desde este sitio se puede lograr una visión completa de todo el panorama ambiental circundante.

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Foto 5: Vista en la parte baja del sitio arqueológico de Cerro Llampqui, hasta ahora el asentamiento arqueológico más alto identificado en el Perú. Nótese al fondo el medio ambiente circundante.

Tipo de sitio: Paisaje cultural arqueológico. Categoría: asentamiento de control.

Descripción: Se trata de un asentamiento conformado por corrales de forma ovalada o irregular, terrazas y muros perimétricos, escalinatas y estructuras funerarias (mínimas). Todas las estructuras se encuentran encerradas por los muros perimétricos, en un área de 100 metros por 250 metros. Estos muros perimétricos o murallas son de un metro de ancho y dos metros de alto, que separa los corrales (en la periferia), del conjunto de terrazas. Esta muralla recorre la zona del acantilado, adquiriendo de por si una mayor altura y una forma sinuosa.

En la parte baja del sitio se ha identificado el camino prehispánico que viene desde Baños por la laguna de Quisa, rumbo a La Viuda. Este camino tiene 6 metros de ancho y está delimitado con piedras.

El sitio está conformado por estructuras edificadas sobre aterrazamientos. En base a las características de la organización espacial se ha definido tres sectores.

SECTOR “A”: La parte baja está conformada por corrales de forma irregular, con esquinas ovaladas. La altura de los muros de estos corrales es de aproximadamente un metro. Las dimensiones varían entre 25 m. y 10 m.

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de largo, por entre 20 m. y 10 m. de ancho. Algunos de estos corrales están acompañados de pequeñas terrazas

SECTOR “B”: Ubicado en la parte superior, lado Sur. Se observa una gran roca aflorante, en la cual se observa un socavón que se introduce hacia la parte baja de la roca. En la superficie de este socavón se encuentra abundante material óseo. En la parte superior del asentamiento se encuentra una cámara funeraria aislada de forma cuadrangular, construida en el sub suelo y debajo de una roca grande. Todo este sector corresponde a un área funeraria.

SECTOR “C”: En la parte central y superior del asentamiento se encuentra la mayor concentración de terrazas, de mayor tamaño (3 metros de alto), pudiendo ascender a ellas por una escalera, que las recorre hasta la parte mas alta del sitio. En algunas de las terrazas se observan estructuras circulares de hasta 8 metros de diámetro, y cuadrangulares de dos metros de largo aproximadamente, con muros de 1.20 metros de altura y 0.80 metros de grosor. Todo el conjunto de las terrazas se encuentra cercado por la muralla.

Foto 6: Sitio Cerro Llampqui. Izquierda: Vista de Corrales en la parte superior del sitio. Derecha: Sector doméstico.

Tecnología constructiva: Todas las estructuras del asentamiento se encuentran edificadas a base de piedras canteadas, formando aparejos de una cara en las terrazas, y de doble aparejo en la muralla; algunos de los muros presentan argamasa y pachillas entre las piedras para darle mayor estabilidad.

Filiación cultural: El sitio pertenece al periodo Tahuantinsuyo (1470 – 1535 d.c.)

Materiales asociados: se ha podido identificar material cerámico.

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Interpretaciones culturales: Es en este sentido que el asentamiento de cerro Llampqui se habría constituido en un asentamiento político de gran importancia, dentro de las estrategias inca de control de la cuenca alta de Huaral y Canta y como mediador de las relaciones con el área norte de Yauli y cerro de Pasco. Al parecer, según el patrón constructivo (estructuras de planta circular), y el material cerámico hallado en superficie, la población que vivió en este sitio habrían sido mitqmas Huancas.

Estado de conservación: El sitio se encuentra en mal estado de conservación. Los muros se encuentran destruidos.

SITIO 15: CAMINO PREHISPÁNICO DE LA VIUDA, LAGUNA QUISA HASTA PUEBLO VIEJO Y PIRCA.

Ubicación: Ha sido posible identificar el camino prehispánico que proviene desde la cordillera de La Viuda, la laguna de Quisa, descendiendo por el río Quiles, bifurcándose a mitad de camino uno de los cuales llega hasta Santander, descendiendo por la margen izquierda del río Baños, pasando junto al sitio de Marca Piche o Pueblo Viejo, para dirigirse luego al pueblo de Pirca.

Tipo de sitio: Paisaje Cultural Arqueológico. Categoría: camino.

Descripción: El camino pasa por la parte frontal del sitio de cerro Llampqui, proveniente desde el Sur, de la naciente del río Chillón. En este sector el camino tiene 6 metros de ancho y se encuentra delimitado por piedras planas y lajas empotradas en el suelo. El suelo en este sector no es empedrado, es simple. El punto ubicado con el GPS es de N8754618 E0341976 y a 4796 m.s.n.m. Este camino se dirige hacia el Norte hasta llegar a la entrada a la laguna Quisa, desde donde se dirige a la parte alta de la naciente del río Baños, por la laguna de Aguashman. Desde aquí desciende por la margen izquierda, pasando frente a la mina Santander hasta llegar al pueblo de Baños, descendiendo hasta pasar por la parte superior del sitio de Marca Piche, para luego dirigirse paralelo al río Baños pero por las alturas a las inmediaciones del actual pueblo de Pirca.

Estado de conservación: el camino se encuentra en buen estado de conservación, solo hay pequeños tramos que han sido destruidos.

SITIO 16: ARARO

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Ubicación: El sitio arqueológico de Araro se encuentra ubicado en la cima del cerro Araro, el cual cumple la función de divisoria de aguas entre las sub cuencas de los ríos Baños al Oeste y Santa Cruz al este; ambos ríos afluentes del río Chancay por la margen izquierda. La ubicación UTM del sitio es: N8760880, E0321944 y la altura es de 4030 metros sobre el nivel del mar (E=4m.).

Tipo de sitio: Complejo arqueológico monumental. Categoría: Sitio político-administrativo.

Descripción: El sitio está conformado por un extenso asentamiento de control Atavillos conformado por un conjunto de estructuras arquitectónicas del tipo Kullpi, las cuales hemos numerado de Sur Oeste a Nor Este, en tres visitas realizadas al sitio entre 2003 y 2005. Se han identificado en total cerca de 35 estructuras arquitectónicas, del tipo Kullpi, estructuras funerarias simples y unidades habitacionales. Se ha identificado tres sectores: sector A: ubicado en el extremo oeste del sitio, en la primera cima del cerro; el sector B: ubicado en la parte central del sitio, en la cima media del cerro; y el sector C: en el extremo este del sitio, en la cima mas cercana a la carretera.

SECTOR A: Se ubica en el extremo oeste, se han identificado las siguientes estructuras.- ESTRUCTURA 01 (E-01): Estructura de planta rectangular, edificada

completamente a base de piedras canteadas alajadas, mampuestas con argamasa. Presenta un vano en el lado Sur Oeste de forma rectangular de 0.53 metros de alto y 0.40 metros de ancho. En el interior de la estructura se aprecia una cámara ovalada, con un huaqueo en una de las esquinas. Los muros tienen una altura de 1.61 metros con respecto a la superficie interna de la estructura. A esta altura se encuentra la techumbre o cubierta. Esta estructura tiene dos niveles constructivos. El grosor de los muros es de 0.40 metros. Las esquinas de la edificación son rectas. La función de la estructura es funeraria.

Hacia el lado Este de la estructura se ubica un pequeño recinto asociado de forma semicircular, con un pequeño vano orientado al mismo lado que el otro, de 0.40 metros de alto y 0.43 metros de ancho. Este recinto se encuentra muy destruido.

Hacia el lado Sur oeste de la estructura hay una plaza, de forma ovalada, cercada con piedras de gran tamaño.

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ESTRUCTURA 02 (E-02): Estructura de planta cuadrangular, de tamaño pequeño, de función funeraria, de 1.25 metros de alto, 2.80 metros de largo y 1.80 metros de ancho. Presenta una cubierta simple. La esquina Oeste está destruido por un huaqueo. Los muros tienen 0.30 metros de ancho. Los muros son ligeramente curvos, con esquinas rectas, a base de piedras ligeramente adoquinadas unidas con argamasa. Se ubica aproximadamente a 6 metros de distancia al Norte de la estructura 1, alrededor de la plaza descrita.

ESTRUCTURA 03 (E-03): Es una de las más grandes de este sector y la mejor conservada, edificado a base de piedras de gran tamaño, de forma rectangular y ligeramente adoquinadas. La estructura tiene 2.80 metros de altura y 4.80 metros de ancho frontal. Tiene cámaras internas y ductos de ventilación de forma circular de 0.55 metros de diámetro. Hay también cámaras subterráneas de hasta 2.30 metros de profundidad con respecto a la superficie del suelo. Debido a la destrucción se observan cámaras rectangulares pequeñas, de 0.30 metros de altura y 0.60 metros

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de ancho. Hacia el lado norte se identificó otro ducto de ventilación, también circular y vertical de 1.90 metros de altura y 0.40 metros de diámetro. En el interior de la estructura hay una cámara central y hasta 30 cámaras sepulcrales en diferentes niveles superpuestos, donde estaban depositados los fardos. Estás cámaras son de forma circular. Hay galerías interiores que rodean la cámara central hasta en 4 o 5 niveles verticales. El techo o cubierta es de 0.30 metros de alto y está conformada por lajas. Se observa la presencia de columnas invertidas (semi trapezoidales). Los muros tienen un grosor de 0.40 metros. Esta estructura se constituye en un Kullpi característico.

ESTRUCTURA 04 (E-04): Estructura de planta cuadrangular, de poca altura llegando a tener un metro de altura. Está conformado por un recinto interno. La estructura está edificada a base de piedras medianas unidas con argamasa. Presenta un pequeño vano de forma rectangular. Se encuentra muy destruido.

ESTRUCTURA 05 (E-05): Estructura de planta cuadrangular, con muros a base de piedras rectangulares alajadas, con inclusiones de pequeñas pachillas intermedias. Presenta un vano pequeño rectangular de 0.40 metros de ancho. Hacia el lado Norte de la estructura presenta pequeñas ventanas de forma cuadrangular de 0.40 metros de altura y 0.55 metros de ancho. El ancho de la estructura es de 3 metros, mientras que la altura es de 2 metros. Se encuentra muy destruido, solo se conserva el lado norte.

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SECTOR B: Se ubica en la parte central del sitio. Las estructuras identificadas son: ESTRUCTURA 06 (E-06): Estructura pequeña de planta rectangular, de

un metro de ancho, 3 metros de largo y un metro de altura. Tiene un vano hacia el lado oeste de 0.50 metros de ancho y 0.60 metros de altura. La estructura está asociada a un espacio abierto frontal de posible actividad doméstica. La estructura presenta dos hornacinas rectangulares de 0.06 metros de alto por 0.10 metros de ancho, con una longitud interna de 0.10 metros. Estas hornacinas están a 0.20 metros de distancia entre sí y el primero a 0.35 metros a la izquierda del vano. La cubierta es simple.

ESTRUCTURA 07 (E-07): Estructura muy destruida, de planta cuadrangular, edificada a base de grandes piedras adoquinadas, de función funeraria.

ESTRUCTURA 08 (E-08): Estructura de planta ovalada, de función doméstica. Los muros internos presentan huellas de hollín. Presenta un vano de ingreso orientado hacia el este. Presenta también una ventana cuadrangular, orientado igual que el vano de 0.28 metros de altura y 0.25 metros de ancho. Se encuentra en regular estado de conservación. No presenta cubierta, ya que ha sido destruida.

ESTRUCTURA 09 (E-09): Estructura de planta circular, de función doméstica, de 2.50 metros de diámetro, edificado a base de piedras canteadas de forma rectangular. El interior del recinto se encuentra a desnivel, casi a 1.50 metros de profundidad con respecto a la superficie.

ESTRUCTURA 10 (E-10): Estructura de carácter funerario de planta rectangular pequeño, de 1 metro de ancho por tres metros de largo y hasta 2.05 metros de altura. Está edificado a base de piedras de gran tamaño de forma alargadas adoquinadas. Se encuentra muy destruido y cubierto de abundante vegetación.

ESTRUCTURA 11 (E-11): Estructura del tipo Kullpi de planta rectangular ubicada al lado oeste del sitio, con una cámara central muy destruida y cámaras funerarias de hasta cuatro niveles superpuestos muy pequeñas de 1 metro de largo por 0.60 metros de ancho y 0.40 metros de altura. La cubierta es simple.

ESTRUCTURA 12 (E-12): Estructura de planta semicircular, muy destruido; solo es posible observar el muro norte de la misma tecnología constructiva que las otras estructuras.

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ESTRUCTURA 13 (E-13): Estructura de planta cuadrangular, conformada por una cámara central y dos cámaras ovaladas laterales. No presenta además otras cámaras secundarias. Presenta un vano de acceso ubicado hacia el lado Norte de forma rectangular, de 0.45 metros de ancho. Presenta una ventana pequeña de iluminación orientado igual que el vano. La estructura presenta una cubierta en falsa bóveda. La estructura es de función funeraria. La estructura tiene una altura de dos metros. Hacia el lado norte, una parte del muro esta destruido.

ESTRUCTURA 14 (E-14): Estructura de planta cuadrangular, con dos vanos cuadrangulares de 0.35 metros de alto y 0.30 metros de ancho. Se trata de un Kullpi de 2.80 metros de altura, uno de los mejor conservados. Se observan dos niveles de cámaras amplias y espaciosas. La cubierta es en falsa bóveda. Esta estructura al igual que las estructuras 11, 12, y 13 están asociados a un patio ovalado.

ESTRUCTURA 15 (E-15): Estructura de planta rectangular muy destruido. Presenta una cámara central y se ha identificado solo dos cámaras secundarias, por el mal estado de conservación. Presenta un vano hacia el lado norte de 0.30 metros de alto y 0.40 metros de ancho.

ESTRUCTURA 16 (E-16): Estructura de planta rectangular, de 3 metros de altura y cuatro metros de ancho. Presenta una cámara central y cámaras pequeñas laterales, en varios niveles superpuestos. La arquitectura es a base de piedras grandes y medianas unidas con argamasa. Se identificó presencia de ductos de ventilación de forma ovalada, en línea recta verticalmente. Es uno de los Kullpis de mayor altura.

SECTOR C: Se ubica en el extremo este del sitio. Las estructuras identificadas son:ESTRUCTURA 17 (E-17): Estructura de tipo Kullpi de planta

rectangular, de 3 metros de altura, con un vano cuadrangular pequeño de 0.40 m. de ancho por 0.45 metros de alto. Está edificado con piedras de gran tamaño. La cubierta tiene relleno de barro. Presenta una cámara central, en cuyos muros presenta pinturas murales, del tipo de arte rupestre en color rojo.

ESTRUCTURA 18 (E-18): Edificación de forma cuadrangular de 4 metros de ancho, de función habitacional. Presenta un vano en el muro Norte. Presenta una cámara central y alrededor de esta cámaras

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secundarias, posiblemente funerarias y de depósito. Presenta ductos de ventilación verticales, ubicado en una esquina de las estructuras.

ESTRUCTURA 19 (E-19): Estructura del tipo Kullpi ubicado en el montículo mas elevado del sitio. Es de forma cuadrangular y presenta un vano orientado hacia el Este. Tiene dos metros de altura. Se encuentra muy destruido y cubierto de vegetación.

ESTRUCTURAS 20, 21, 22 (E-20, E-21, E-22): Son estructuras muy destruidas. La primera es de planta ovalada y las otras son cuadrangulares.

PARIANPLAZA: Es una plaza de 14.30 metros de largo por 10.10 metros de ancho. Presenta en la parte central una huanca alargada de forma

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triangular, de 0.74 metros de alto y 0.40 metros de ancho. Esta plaza se ubica en el extremo oriental del sitio.

Filiación Cultural: El sitio tiene una ocupación durante el Intermedio Tardío (Atavillos) y el Periodo Tahuantinsuyo.

Materiales Asociados: Se ha identificado abundante material cerámico en superficie, de características tardías.

Estado de conservación: El sitio se encuentra en regular estado de conservación. Hay estructuras que están bien conservadas, mientras que otras están muy deterioradas. Hay evidencias de huaqueo.

SITIO 17: PINTURAS RUPESTRES DE ARARO

Ubicación: El sitio se encuentra ubicado en la ladera baja del cerro Araro, que se eleva encima del mismo pueblo de Santa Cruz de Andamarca.

Tipo de sitio: Paisaje cultural Arqueológico. Pinturas Rupestres.

Descripción: El sitio está conformado por un conjunto de pinturas rupestres elaboradas en la roca natural, con representaciones zoomorfas. Las figuras están representando escenas de caza de camélidos, en color negro.

Materiales asociados: No se ha identificado fragmentos de cerámica en superficie, ni ningún otro material.

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Filiación cultural: Al parecer por los motivos, correspondería al periodo precerámico.

Estado de Conservación: Las pinturas se encuentran en buen estado de conservación.

SITIO 18: ANDAMARCA O GALLUM

Ubicación: El sitio se encuentra ubicado en la ladera del cerro Andamarca, que se eleva encima del mismo pueblo de Santa Cruz de Andamarca, en una explanada de poca pendiente llamado Gallum, en el distrito del mismo nombre, en las coordenadas UTM: N8762526 y E0321742, a 3 671 metros sobre el nivel del mar (E= 8 m.).

Tipo de sitio: Sitio Monumental con estructuras públicas.

Descripción: El sitio está conformado por conjunto de edificaciones del tipo Kullpi, de hasta 4 metros de altura, diseminados por todo el espolón del cerro. Las estructuras son Kullpis cerrados, aunque se ha identificado hasta dos estructuras abiertas. Las unidades están agrupadas en dos conjuntos las de la pate superior y las de la parte inferior (Hanan Barrio y Hurin barrio). Las estructuras presentan el patrón típico Atavillo, aunque algunas corresponderían al Periodo Tahuantinsuyo.

Materiales asociados: Se ha identificado fragmentería cerámica en la superficie, de características domésticas, no diagnósticos (cuerpos), de pasta color ocre oscuro.

Filiación cultural: Por las características el sitio pertenecería al Intermedio Tardío y Horizonte Tardío.

Estado de Conservación: El sitio se encuentra en buen estado de conservación.

SITIO 19: SHINGUISH

Ubicación: El sitio se encuentra ubicado en la ladera del cerro que se eleva encima del mismo pueblo de Santa Cruz de Andamarca, en un pequeño montículo, en el distrito del mismo nombre, en las coordenadas UTM: N8762526 y E0321742, a 3 671 metros sobre el nivel del mar (E= 8 m.).

Tipo de sitio: Adoratorio.

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Foto: Izquierda: Vista de una construcción tipo Kullpi, en el sitio de Andamarca. Derecha: Vista panorámica del sitio arqueológico de Andamarca.

Descripción: El sitio está conformado por un pequeño adoratorio, emplazado sobre un montículo cultural de 2 metros de alto con respecto a la superficie natural, edificado con muros de contención, hoy destruido, que presenta en la parte superior una cruz. Este sitio habría sido destruido en la época Colonial por los evangelizadores católicos españoles, colocando la cruz.

Materiales asociados: Se ha identificado tres fragmentos de cerámica en la superficie, de características domésticas, no diagnósticos (cuerpos), de pasta color ocre oscuro.

Filiación cultural: Por las características el sitio pertenecería al Intermedio Tardío y Horizonte Tardío.

Estado de Conservación: El sitio se encuentra muy destruido, principalmente por la carretera que va desde el pueblo de Santa Cruz hasta Araro.

SITIO 20: NINAS

Ubicación: El sitio se encuentra ubicado en la ladera del cerro Ninas, ubicado en la margen derecha del río Vichaycocha, en los terrenos de la comunidad del mismo nombre, distrito de Pacaraos, en una ladera de mediana pendiente de 40º aprox., en las coordenadas UTM: N8770350 y E0323110, a 3 980 metros sobre el nivel del mar (E= 19 m.). El medio ambiente es frío, presentando la ladera del cerro abundante vegetación de tipo arbustiva y cactácea.

Tipo de sitio: Político - Administrativo.

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Descripción: El sitio está conformado por un conjunto de aterrazamientos consecutivos de entre uno y dos metros de altura, con dispersión de construcciones de tipo Kullpi y chullpas funerarias, emplazados sobre estos. Las construcciones del tipo Kullpi, llegan a tener hasta cinco metros de altura. Existen cuatro edificaciones que se encuentran en buen estado de conservación, hallándose preferentemente en la parte superior del asentamiento. Las características de los Kullpis son similares, presentando planta cuadrangular, edificados a base de piedras trabajadas, con una cámara interna central principal de forma cuadrangular con esquinas ovaladas de 4 metros por 4 metros, al cual se accede desde el exterior por un vano muy pequeño de forma rectangular, de 0.50 metros de alto y 0.40 metros de ancho, presentando la ubicada en el extremo superior (Estructura 4), una forma de media chacana (superior). En está cámara interna se aprecian hornacinas cuadrangulares y cámaras pequeñas que se comunican

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entre sí a razón de pasadizos horizontales que dan la vuelta alrededor de la cámara principal a diferentes alturas. Existen cinco niveles superpuestos cada una en un eje horizontal. En el interior de las cámaras superiores se identificó restos de semillas y granos, lo que estaría indicando la función posible de almacenamiento que habrían cumplido. El acceso a éstas cámaras se realiza mediante voladizos, que son piedras salidas consecutivas que se encuentran en el paramento interno, a manera de peldaños. La cubierta interna tiene forma de cúpula y está elaborado mediante lajas consecutivas salientes, que hace que el espacio se vaya ensanchando. La cubierta externa es plana, con una gruesa capa de barro mezclado con paja y fragmentería cerámica en la parte superior, para proteger la edificación de las lluvias. Todas las edificaciones están elaboradas con piedras labradas, con pachillas intermedias (para rellenar los espacios faltantes), unidas con argamasa de barro. En la ladera superior del cerro mas bajo se ubica una edificación (Estructura 2), que habría cumplido una función de control, ya que desde este lugar se aprecia el sitio de Purunmarca y el actual pueblo de San Miguel de Vichaycocha. Junto a esta estructura se aprecia un pircado de rocas simples de forma cuadrangular de aproximadamente 1 metro de altura, sin poder identificar su función.

Materiales asociados: Se ha identificado fragmentos de cerámica en la superficie, de características domésticas no diagnósticos (cuerpos), de pasta color ocre oscuro; así como bordes y asas, incluso un piruro. Entre el material cerámico se identificó varios fragmentos correspondientes al estilo San Blas, proveniente de las punas de Junín y Cerro de Pasco. En el

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interior de algunas estructuras se halló pocos restos óseos humanos, así como semillas.

Filiación cultural: Por las características el sitio pertenecería al Intermedio Tardío y Horizonte Tardío.

Estado de Conservación: El sitio se encuentra muy destruido, principalmente por la carretera que pasa debajo al sitio y por el pastoreo.

SITIO 21: PUENTE COCHAN

Ubicación: El puente se encuentra ubicado sobre el río Vichaycocha, junto a la actual carretera que se dirige hacia Huayllay. Se ubica en los terrenos de la comunidad de Vichaycocha, distrito de Pacaraos, en una zona casi plana, en las coordenadas UTM: N8769779 y E0322780, a 3 700 metros sobre el nivel del mar (E= 8 m.). El medio ambiente es templado frío, presentando la zona abundante vegetación de tipo herbácea.

Tipo de sitio: Paisaje Cultural Arqueológico. Puente Prehispánico.

Descripción: El sitio está conformado por un puente de origen prehispánico con remodelación colonial y reutilización hasta la actualidad. Tiene una longitud de 7 metros de largo y dos metros de ancho, con una altura de 2.80 metros sobre el nivel del río. La superficie del puente presenta empedrado a base de lajas grandes de forma cuadrangular, alternados con una capa de tierra. Las bases del puente está edificado en estilo local, a base de piedras grandes labradas, sobre la cual se emplaza el mismo puente con piedras alargadas, dispuestas de en eje vertical. Este puente está asociado al camino prehispánico que se dirige hacia Huayllay. Justamente por este puente el camino cruza de la margen izquierda (proveniente de Vichaycocha) a la derecha, el cual se presenta delimitado por un pircado de 1.80 metros de alto, teniendo el camino 2 metros de ancho ascendiendo desde el puente hacia el sitio de Ninas. El puente tiene una forma arqueada.

Materiales asociados: No se ha identificado.

Filiación cultural: Por las características el sitio pertenecería al Intermedio Tardío y Horizonte Tardío, con reocupación colonial y republicano.

Estado de Conservación: El sitio se encuentra muy destruido, principalmente por la carretera que pasa junto al puente y por el pastoreo; así como por agentes naturales.

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Foto: Izquierda: Vista panorámica del sitio arqueológico de Ninas. Derecha: Vista de detalle del interior de una estructura arquitectónica tipo Kullpi.

SITIO 22: PUENTE RUMICHACA

Ubicación: El puente se encuentra ubicado sobre el río Vichaycocha, junto a la actual carretera (margen derecha) que se dirige hacia Huayllay. Se ubica en los terrenos de la comunidad de Vichaycocha, distrito de Pacaraos, en una zona casi plana, en las coordenadas UTM: N8771420 y E0324030, a 3 950 metros sobre el nivel del mar (E= 18 m.). El medio ambiente es frío, presentando la zona abundante vegetación de tipo herbácea.

Tipo de sitio: Paisaje Cultural Arqueológico. Puente Prehispánico.

Descripción: El sitio está conformado por un puente de origen prehispánico con remodelación colonial y reutilización hasta la actualidad. Tiene una longitud de 4 metros de largo y 1.20 metros de ancho, con una altura de 3.20 metros sobre el nivel del río, en la parte central. El puente tiene forma arqueada. La superficie del puente presenta empedrado a base de lajas grandes de forma cuadrangular, alternados con una capa de tierra. Las bases del puente está edificado a base de piedras grandes labradas, sobre la cual se emplaza el mismo puente con piedras alargadas, dispuestas de en eje vertical. Es muy similar al puente de Cochán. Este puente también está asociado al camino prehispánico que se dirige hacia Huayllay. Justamente por este puente el camino cruza de la margen derecha (proveniente de Vichaycocha) a la izquierda, el cual se presenta delimitado por un pircado de 1.80 metros de alto, teniendo el camino 2 metros de ancho.

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Materiales asociados: No se ha identificado.

Filiación cultural: Por las características el sitio pertenecería al Intermedio Tardío y Horizonte Tardío, con reocupación colonial y republicano.

Estado de Conservación: El sitio se encuentra en buen estado de conservación, siendo los principales agentes de destrucción el pastoreo y los agentes naturales.

SITIO 23: CARAMPAY

Ubicación: El sitio se encuentra ubicado en el valle mismo del río Vichaycocha, sobre un pequeño promontorio natural, conformado por una terraza de origen aluvial, producto del arrastre de cantos rodados provenientes desde las partes altas. Se ubica junto al cauce mismo del río Vichaycocha, en la margen derecha del mismo. Se ubica en el paraje de Carampay, en los terrenos de la comunidad Campesina de San Miguel de Vichaycocha, distrito de Pacaraos, en las coordenadas UTM: N8771330y E0323002, a 3 930 metros sobre el nivel del mar (E= 21 m.). La ubicación del sitio está junto al lugar donde el río Rancascancha se une al río Vichaycocha desde la margen derecha. El medio ambiente es frío, presentando el terreno abundante vegetación de tipo arbustiva, herbácea y cactácea.

Tipo de sitio: Paisaje Cultural Arqueológico. Corrales y área ceremonial.

Descripción: El sitio está conformado por un conjunto de aterrazamientos, espacios abiertos, corrales y áreas ceremoniales asociados a pequeños altares. Los espacios son de forma irregular y cuadrangular. Se aprecian vanos semi destruidos que están comunicando espacios entre sí. La superficie de los espacios presenta afloramientos naturales de rocas color blanco. Hacia el lado Sur Oeste, para el lado del río, se aprecia una roca de gran tamaño, la cual presenta en el lado Sur un abrigo rocoso, delimitado con un pircado simple, sin identificar el periodo cultural de este abrigo, aunque se infiere que estaría asociado al resto del asentamiento.

Materiales asociados: Se ha identificado fragmentos de cerámica en la superficie, de características domésticas y pertenecientes al estilo San Blas temprano.

Filiación cultural: Por las características el sitio pertenecería al Intermedio Temprano.

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Estado de Conservación: El sitio se encuentra muy destruido, muchas de las edificaciones han sido remodeladas para la construcción de corrales modernos. Además los pastores llevan a su ganado destruyendo las construcciones.

SITIO 24: PAMPA CANCHA

Ubicación: El sitio se encuentra ubicado en el valle mismo del río Vichaycocha, sobre una pequeña terraza de origen aluvial, producto del arrastre de cantos rodados y material eólico provenientes desde las partes altas. Se ubica junto al cauce mismo del río Vichaycocha, en la margen derecha del mismo. Se ubica en el paraje de Pampa Cancha, en los terrenos de la comunidad Campesina de San Miguel de Vichaycocha, distrito de Pacaraos, en las coordenadas UTM: N8770900 y E0323400, a 3 990 metros sobre el nivel del mar (E= 19 m.). El medio ambiente es frío, presentando el terreno abundante vegetación de tipo arbustiva y herbácea. Tipo de sitio: Área Funeraria.

Descripción: El sitio está conformado por un conjunto de aterrazamientos, que presentan afloramientos rocosos naturales de gran tamaño, conteniendo concavidades tapados con pircados, asociado al camino prehispánico. Estas tienen en su interior restos óseos.

Materiales asociados: Se ha identificado Osamentas óseos. También solo dos fragmentos de cerámica doméstica.

Filiación cultural: Por las características el sitio pertenecería al Intermedio Temprano.

Estado de Conservación: El sitio se encuentra muy destruido, muchas de las cavidades rocosas han sido huaqueadas. Además los pastores llevan a su ganado destruyendo las construcciones.

SITIO 25: PUENTE PAUCAR

Ubicación: El puente se encuentra ubicado sobre el río Vichaycocha, junto al actual pueblo de Vichaycocha, distrito de Pacaraos, en una zona plana, en las coordenadas UTM: N8767970 y E0322820, a 3 430 metros sobre el nivel del mar (E= 18 m.). El medio ambiente es templado frío.

Tipo de sitio: Paisaje Cultural Arqueológico. Puente Prehispánico.

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Descripción: El sitio está conformado por un puente de origen prehispánico con remodelación colonial y reutilización hasta la actualidad. Tiene una longitud de 8 metros de largo y 2.80 metros de ancho, con una altura de 2.50 metros sobre el nivel del río, en la parte central. El puente tiene forma arqueada. La superficie del puente presenta empedrado a base de lajas grandes de forma cuadrangular e irregular, alternados con una capa de tierra. Las bases del puente está edificado a base de piedras grandes labradas, sobre la cual se emplaza el mismo puente con piedras alargadas, dispuestas de en eje vertical, y sobre estas hasta cuatro hileras de lajas gruesas en eje horizontal. Es muy similar al puente de Cochán y de Rumichaca. Este puente también está asociado al camino prehispánico que se dirige hacia Huayllay. Justamente por este puente cruza de la margen izquierda a la derecha, un ramal del camino principal para ingresar al pueblo de Vichaycocha.

Materiales asociados: No se ha identificado.

Filiación cultural: Por las características el sitio pertenecería al Intermedio Tardío y Horizonte Tardío, con reocupación colonial y republicano.

Cuadro 1: Ubicación de los sitios identificados.

Nº Sitio

SITIO ARQUEOLÓGICO DISTRITO COMUNIDAD

UBICACIÓN UTM13

AlturaNORTE ESTE

001 PUEBLO VIEJO ATAVILLOS ALTO SAN JOSE DE BAÑOS 8758793 03243633600-3650

002 PAHUAMAYO ATAVILLOS ALTO SAN JOSE DE BAÑOS 8760707 0327957 3970003 JATUNPATA I ATAVILLOS ALTO SAN JOSE DE BAÑOS 8760750 0326811 4 184

004 WARACANCHA BAJA

ATAVILLOS ALTO SAN JOSE DE BAÑOS 8760607 0326931 4 070

005 WARACANCHA ATAVILLOS ALTO SAN JOSE DE BAÑOS 8760573 0326871 4015006 ANDENES DE

BAÑOS ATAVILLOS ALTO SAN JOSE DE BAÑOS 8760336 0326873 3918007 ARCOTORAL ATAVILLOS ALTO SAN JOSE DE BAÑOS 8758795 0324350 3899008 AUQUIHUILCA ATAVILLOS ALTO PIRCA 8758280 0323484 3953009 BAÑOS I ATAVILLOS ALTO SAN JOSE DE BAÑOS 8759473 0324628 3526010 BAÑOS II ATAVILLOS ALTO SAN JOSE DE BAÑOS 8759658 0323861 3524011 BAÑOS III ATAVILLOS ALTO SAN JOSE DE BAÑOS 8759239 0323615 3509012 CAMINO PREH.

DE BAÑOS A TINGO

ATAVILLOS ALTO SAN JOSE DE BAÑOS Varios Varios Varios

013 ZANGO ATAVILLOS ALTO SAN JOSE DE BAÑOS 8761400 0332335 4366014 CERRO

LLAMPQUI ATAVILLOS ALTO SAN JOSE DE BAÑOS 8753934 0341080 4940

13 Todos los puntos UTM están tomados en Sistema Pro Sad-1956.

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015 CAMINO PREH. DE LA VIUDA,LAGUNA QUISA HASTA PUEBLO VIEJO.

ATAVILLOS ALTO SAN JOSÉ DE BAÑOS 8754618 0341976 4796

016 ARARO SANTA CRUZ DE ANDAMARCA

SANTA CRUZ DE ANDAMARCA

8760880 0321944 4030

017 PINTURAS RUPESTRES DE ARARO

SANTA CRUZ DE ANDAMARCA

SANTA CRUZ DE ANDAMARCA

8761030 0321932 3998

018 ANDAMARCA O GALLUM

SANTA CRUZ DE ANDAMARCA

SANTA CRUZ DE ANDAMARCA

8762526 0321742 3671

019 SHINGUISH SANTA CRUZ DE ANDAMARCA

SANTA CRUZ DE ANDAMARCA

8762526 0321742 3671

020 NINAS PACARAOS SANTA CRUZ DE ANDAMARCA

8770350 0323110 3980

021 PUENTE COCHAN

PACARAOS VICHAYCOCHA 8769779 0322780 3700

022 PUENTE RUMICHACA

PACARAOS VICHAYCOCHA 8771420 0324030 3950

023 CARAMPAY PACARAOS VICHAYCOCHA 8771330 0323002 3930024 PAMPA

CANCHAPACARAOS VICHAYCOCHA 8770900 0323400 3990

025 PUENTE PAUCAR

PACARAOS VICHAYCOCHA 8767970 0322820 3430

026 PURUNMARCA PACARAOS VICHAYCOCHA 8767460 0323350 3810027 CHUPACA PACARAOS VICHAYCOCHA 8767730 0322420 3750028 INARRATANGA PACARAOS VICHAYCOCHA 8767320 0324680 3920029 INGENIO PACARAOS VICHAYCOCHA 8770920 0323590 3995030 RANKOCHA ATAVILLOS ALTO PIRCA ----------- ------- 3850

Estado de Conservación: El sitio se encuentra en buen estado de conservación, siendo los principales agentes de destrucción el constante tránsito de las personas y los agentes naturales.

Observaciones: Cabe señalar que se ha podido apreciar el emplazamiento del pueblo de San Miguel de Vichaycocha sobre un asentamiento prehispánico, corroborándose con el patrón y sistema de asentamiento, la organización espacial y las bases de edificaciones prehispánicas debajo de las viviendas actuales, en el barrio de Marca.

SITIO 26: PURUNMARCA

Ubicación: El sitio se encuentra ubicado en la ladera superior y la cima del cerro Purunmarca, ubicado en la margen izquierda del río Vichaycocha, en el contrafuerte que divide las cuencas de los río Vichaycocha y Chicrín, en los terrenos de la comunidad Campesina de San Miguel de Vichaycocha,

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distrito de Pacaraos, en las coordenadas UTM: N8767460 y E0323350, a 3 810 metros sobre el nivel del mar (E= 22 m.). El medio ambiente es frío, presentando la ladera del cerro abundante vegetación de tipo herbácea, arbustiva y cactácea.

Tipo de sitio: Político - Administrativo.

Descripción: El sitio está conformado por un conjunto de edificaciones emplazados sobre aterrazamientos consecutivos simples de entre uno y dos metros y medio de altura, con dispersión de construcciones de tipo Kullpi y chullpas funerarias, emplazados sobre estos. Las construcciones del tipo Kullpi, llegan a tener hasta cuatro metros y medio de altura. Mientras que las chullpas son mas pequeñas, llegando a tener 1.50 metros de altura, con fines puramente funerarios. Existen alrededor de 15 a 20 edificaciones tipo Kullpi, de las cuales 5 se encuentran en buen estado de conservación, hallándose preferentemente en la parte baja del asentamiento. Las características de los Kullpis son similares a los de Ninas y Santa Cruz, presentando planta cuadrangular, edificados a base de piedras trabajadas, con una cámara interna central principal de forma cuadrangular con esquinas ovaladas, al cual se accede desde el exterior por un vano muy pequeño de forma rectangular, de 0.60 metros de alto y 0.45 metros de ancho. La cámara interna presenta hornacinas cuadrangulares y cámaras pequeñas de 0.40 por 0.40 metros que se comunican entre sí mediante pasadizos horizontales que dan la vuelta alrededor de la cámara principal en diferentes niveles superpuestos. Existen en los Kullpis de Purunmarca hasta seis niveles superpuestos cada una en un eje horizontal. En el interior de las cámaras superiores se identificó pocos restos óseos humanos. El acceso a éstas cámaras se realiza mediante voladizos. La cubierta interna tiene forma de cúpula y está elaborado mediante lajas consecutivas salientes, que hace que el espacio se vaya ensanchando. La cubierta externa es plana, con una gruesa capa de barro mezclado con paja y fragmentería cerámica en la parte superior, para proteger la edificación de las lluvias. Todas las edificaciones están elaboradas con piedras labradas, con pachillas intermedias (para rellenar los espacios faltantes), unidas con argamasa de barro. El segundo tipo de construcciones son las chullpas, de carácter puramente funerarios, se pueden presentar aisladas o aglutinadas en conjuntos (una junto a otra). Tiene un vano pequeño, de 0.50 metros de altura, presentando en su interior abundante osamentería humana, en varias cámaras. Al parecer se trataría de entierros múltiples. En la parte baja del sitio se aprecian rocas naturales, en cuyos farallones se encuentran entierros.

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Materiales asociados: Se ha identificado escasos fragmentos de cerámica en la superficie, de características domésticas no diagnósticos (cuerpos), de pasta color ocre oscuro. En el interior de las construcciones se halló restos óseos humanos.

Foto: Izquierda: Vista del puente Cochán. Derecha: Vista panorámica de una edificación destruida en Purunmarca.

Filiación cultural: Por las características el sitio pertenecería al Intermedio Tardío y Horizonte Tardío.

Estado de Conservación: El sitio se encuentra muy destruido. En la primera mitad del siglo XX muchas edificaciones fueron desmontadas para la reconstrucción de la iglesia matriz de Vichaycocha. El tránsito de personas y pastores con su ganado ha incrementado el grado de destrucción.

SITIO 27: CHUPAQA

Ubicación: El sitio se encuentra ubicado en la ladera media del cerro Chupaqa, ubicado en la margen derecha del río Vichaycocha, frente al pueblo mismo de Vichaycocha, en los terrenos de la comunidad Campesina de San Miguel de Vichaycocha, distrito de Pacaraos, en las coordenadas UTM: N8767730 y E0322420, a 3 750 metros sobre el nivel del mar (E= 15 m.). El medio ambiente es frío, presentando la ladera del cerro abundante vegetación de tipo herbácea, arbustiva y cactácea.

Tipo de sitio: Paisaje Cultural Arqueológico.

Descripción: El sitio está conformado por un conjunto de sistema de andenerías, que se extienden desde el río hasta 100 metros de altura con respecto al mismo cauce, en el cerro Chupaqa. En la parte superior de los andenes se encuentran emplazadas algunas construcciones de tipo chullpas de carácter funerario. Estas construcciones están elaboradas a base de piedras trabajadas unidas con argamasa de barro. En la actualidad estas

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construcciones están destruidas por el avance de las chacras, pudiendo observarse solo las bases de las mismas.

Materiales asociados: Se ha identificado escasos fragmentos de cerámica en la superficie, de características domésticas

Filiación cultural: Por las características el sitio pertenecería al Intermedio Tardío y Horizonte Tardío.

Estado de Conservación: El sitio se encuentra totalmente destruido, por el avance de la frontera agrícola.

SITIO 28: INARRATANGA

Ubicación: El sitio se encuentra ubicado en la ladera baja y falda del cerro Inarratanga, ubicado en la margen izquierda del río Vichaycocha, a 500 metros del sitio de Purunmarca en los terrenos de la Comunidad Campesina de San Miguel de Vichaycocha, distrito de Pacaraos, en las coordenadas UTM: N8767320 y E0324680, a 3 920 metros sobre el nivel del mar (E= 15 m.). El medio ambiente es frío, presentando el cerro abundante vegetación de tipo herbácea, arbustiva.

Tipo de sitio: Paisaje Cultural Arqueológico.

Descripción: El sitio está conformado por un conjunto de andenes, que se extienden desde el cuello del cerro hasta la parte superior, en una extensión de 20 metros de altura, de dos metros cada uno aproximadamente. Se aprecian asociados las bases de construcciones arqueológicas de tipo chullpas, similares a las de Purunmarca. Los andenes también están muy destruidos.

Materiales asociados: Se ha identificado escasos fragmentos de cerámica en la superficie, de características domésticas

Filiación cultural: Por las características el sitio pertenecería al Intermedio Tardío.

Estado de Conservación: El sitio se encuentra totalmente destruido.

SITIO 29: INGENIO

Ubicación: El sitio se encuentra ubicado en el valle mismo de Vichaycocha en la margen izquierda del río Vichaycocha, en los terrenos de la comunidad Campesina de San Miguel de Vichaycocha, distrito de

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Pacaraos, en las coordenadas UTM: N8770920 y E0323590, a 3 995 metros sobre el nivel del mar (E= 18 m.). El medio ambiente es frío, presentando el cerro abundante vegetación de tipo herbácea y arbustiva.

Tipo de sitio: Sitio Colonial. Fundición de minerales.

Descripción: El sitio está conformado por una estructura de forma circular, en forma de ruedo, de casi 2 metros de profundidad, 5 metros de diámetro, la cual cumplía la función de fundición de metales. Está edificado a base de piedras labradas unidas con argamasa. Esta asociado al camino prehispánico.

Materiales asociados: No se identificó.

Filiación cultural: Colonial Temprano, aunque es posible que haya sido construido incluso en periodos prehispánicos.

Estado de Conservación: El sitio se encuentra destruido.

SITIO 30: RANKOCHA

Ubicación: El sitio se encuentra ubicado en la cima del cerro Rankocha, ubicado en la margen izquierda del río Chancay, en el contrafuerte mas elevado que mira al valle Chancay, en los terrenos de la comunidad Campesina de Pirca, distrito de Atavillos Alto, , a 3 850 metros sobre el nivel del mar (E= 15 m.). El medio ambiente es frío, presentando la ladera del cerro abundante vegetación de tipo herbácea y arbustiva.

Tipo de sitio: Político - Administrativo.

Descripción: El sitio está conformado por un conjunto de edificaciones emplazadas sobre aterrazamientos consecutivos simples de patrón concentrado en la cima de construcciones de tipo Kullpi y chullpas funerarias, emplazados sobre estos aterrazamientos. Por su ubicación, en una zona estratégica, Rankocha se habría constituido en un sitio de control, con fines militares y administrativos. Las construcciones del tipo Kullpi, llegan a tener más de cuatro metros de altura, presentando el mismo patrón constructivo que los Kullpis de los otros sitios visitados. También existen chullpas de tamaño mucho mas pequeño que los Kullpis, de hasta 1.50 metros de altura, con fines puramente funerarios, los que en algunos casos se encuentran adosados lateralmente a los mismos Kullpis. Existen alrededor de 25 edificaciones tipo Kullpi, de las cuales más de la mitad se encuentran en buen estado de conservación. Las construcciones se hallan

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concentradas en la cima misma del cerro y en el espolón alto del mismo. Los Kullpis son de planta cuadrangular, edificados a base de piedras trabajadas, con una cámara interna central principal de forma cuadrangular con esquinas ovaladas, al cual se accede desde el exterior por un vano muy pequeño de forma rectangular. Se identificó también una edificación de forma ovalada de 7.10 metros de diámetro, de 5.20 metros de alto. Existen en los Kullpis hasta cinco y seis niveles superpuestos cada una en un eje horizontal. En el interior de las cámaras se identificó pocos restos óseos humanos. El acceso a éstas cámaras se realiza mediante voladizos. La cubierta interna tiene forma de cúpula y está elaborado mediante lajas consecutivas salientes, que hace que el espacio se vaya ensanchando. La cubierta externa es plana, con una gruesa capa de barro mezclado con paja y fragmentería cerámica en la parte superior, para proteger la edificación de las lluvias. Todas las edificaciones están elaboradas con piedras labradas, con pachillas intermedias (para rellenar los espacios faltantes), unidas con argamasa de barro. Las chullpas presentan en su interior entierros múltiples. Presenta también plaza y patios, así como calles y corredores.

Materiales asociados: Se ha identificado escasa fragmentería cerámica en la superficie, de características domésticas no diagnósticos (cuerpos), de pasta color ocre oscuro. En el interior de las construcciones se halló restos óseos humanos.

Filiación cultural: Por las características el sitio pertenecería al Intermedio Tardío y Horizonte Tardío.

Estado de Conservación: El sitio se encuentra en regular estado de conservación. Muchos de los Kullpis se encuentran aún en pie.

INTERPRETACIONES CULTURALES

La cantidad y características de los sitios arqueológicos de la región en estudio, nos ha llevado a reconstruir el proceso de desarrollo socio político y cultural histórico de los pueblos que ocuparon este territorio, desde periodos muy tempranos hasta la invasión española.

Así se han identificado asentamientos muy tempranos, del periodo Precerámico, correspondientes a sitios con pinturas rupestres, algunos en farallones rocosos ubicados casi en el fondo del valle, donde este se encajona, como los sitios de Baños I, Baños II y Baños III; sitios que presentan predominantemente figuras muy simples: circulares pequeñas y medianas, con alternancias de algunas figuras geométricas; mientras que

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otros sitios se ubican en los cerros elevados, conformados por cuevas y abrigos rocosos, como el sitio de Waracancha, abrigo rocoso con pinturas rupestres asociadas que representan círculos, camélidos, el sol, y figuras antropomorfas. Este sitio de Waracancha sería de periodos posteriores a los anteriores ya que esta asociado a un muro pircado y presenta en el lado lateral osamentería humana depositada en las estrechas concavidades rocosas. Otro sitio que presenta ocupación precerámica corresponde al sitio de Pahuamayo, conformado por una cueva ubicada en la parte media de los cerros que circundan el valle, con acumulación de ocupación cultural en superficie. Por su parte en el sitio de Araro, en la divisoria de aguas con la cuenca de Santa Cruz, se han identificado también pinturas rupestres en una pequeña quebrada que desciende desde la cima del cerro de ocupación tardía hacia el pueblo. Estas pinturas representan figuras zoomorfas y antropomorfas. Con el análisis y estudio de estos sitios estamos observando que los sitios más antiguos de la cuenca se están asentando en el fondo del valle, en las zonas encajonadas, así como en cuevas y abrigos rocosos ubicados en las partes altas de la cuenca, siendo sin embargo más antiguos los primeros. Al parecer los primeros habitantes que poblaron la cuenca habrían sido cazadores de camélidos y recolectores de productos del valle. Estos sitios se habrían constituido en sitios base de residencia casi peremne, debiendo existir otros sitios de ocupación secundaria o temporal. Es posible que en las partes más altas de Vichaycocha, en los límites con Huayllay, en los alrededores de las lagunas Chalhuacocha y Paclla, existan más sitios tempranos, ya que en Huayllay se han encontrado numerosos sitios ubicados en cuevas y abrigos rocosos, asociados con pinturas rupestres.

Sobre los siguientes periodos Formativo e Intermedio Temprano, no se han hallado casi datos. Se halló el sitio de Jatumpata I, conformado por corrales que datan de este periodo Intermedio temprano. Para estos periodos los sitios se estarían ubicando en las partes elevadas, y estarían conformados por asentamientos pequeños, de pequeños núcleos familiares. En Vichaycocha, se ha encontrado dos sitios correspondientes al Intermedio Temprano, los cuales no presentan mayor complejidad, conformado por corrales. El sitio de Carampay está conformado por un conjunto de aterrazamientos, espacios abiertos, corrales y áreas ceremoniales asociados a pequeños altares. Los espacios son de forma irregular y cuadrangular. Presenta también en una roca de gran tamaño, un abrigo rocoso, delimitado con un pircado simple. El otro sitio ubicado cerca de este es el de Pampa Cancha, un sitio funerario que está conformado por un conjunto de aterrazamientos, que presentan

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afloramientos rocosos naturales de gran tamaño, conteniendo concavidades tapadas con pircados, asociado al camino prehispánico. Estas tienen en su interior restos óseos. Estos sitios presentan en superficie material cerámico de estilo San Blas Temprano, con su característica pasta anaranjada, decorada; lo que nos hace deducir que esta región de Vichaycocha estuvo ligada, posiblemente por vía comercial a la región de Cerro de Pasco y Junín (Chinchaycocha). Sin embargo, esta relación se limitaría por su cercanía solo a los alrededores de Vichaycocha, mas no a los otros.

Desarrollos Locales Tardíos en el Alto Chancay - Huaral

Es muy posible que los primeros asentamientos complejos hayan aparecido hacia finales del Intermedio temprano (300 – 500 d.c.). El desarrollo de estos grupos sociales se habrían consolidado ya en el Horizonte Medio (600 d.c.) en desarrollos socio-culturales, de carácter local, que en su conjunto son mal denominados como Atavillos.

La denominación Atavillos es una denominación incaica. Los incas conquistaron la región con muchos problemas, ya que los pueblos locales se mostraron muy rebeldes a ser sometidos y le hicieron frente, siendo finalmente derrotados. Los incas agruparon a todos los pueblos de la región y los clasificaron en dos grandes grupos, con fines de control de la población, adaptándolos al sistema de organización decimal. Según las informaciones de los documentos los incas lo habrían dividido en dos parcialidades: Los Hanan Atavillo (Parcialidad de Atavillos alto) y Lurin Atavillo (Parcialidad de Atavillos Bajo).

Otra equivocación muy difundida es el hecho de que muchos investigadores al hablar sobre este conjunto de pueblos los llaman “Reino de los Atavillos”. Denominar a estos grupos con la categoría de análisis “Reino”, es algo que no va acorde con la realidad, ya que en el área andina, al igual que en toda América Prehispánica, no existieron reyes, ni mucho menos reinos. El concepto de “reino” es una concepción occidental, traída por los españoles, y que tiene su origen en la Europa Feudal y se consolidó con las monarquías absolutistas y despóticas de la edad moderna. En los andes, los gobernantes no eran reyes, sino curacas, con toda una concepción ideológica y parafernalia compleja, en la cual eran vistos como un poblador, descendiente directo del primer antepasado común que fundó el ayllu, lo que le daba derechos de posesión de bienes, deberes de protección del resto del ayllu, y administración y control del excedente productivo de todo el ayllu, con fines redistributivos.

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Antes de la llegada de los incas a la región existía una gran cantidad de pequeñas formaciones socio políticas de carácter local, las cuales tenían una identidad propia, cada una de ellas con un conjunto de sitios ubicados en diferentes ecosistemas, logrando aprovechar recursos de diferentes pisos ecológicos. Así, un grupo social, por ejemplo podía explotar y aprovechar, tanto productos de la puna producto del pastoreo de camélidos, como de la explotación de sal o de la cal. Asimismo podían aprovechar los variados recursos faunísticos que ofrecían las diferentes y diversas lagunas altoandinas, como peces y aves. De igual manera, aprovechaban productos cultivables en las partes medias, en la región quechua, como la papa, la oca, la mashua, el maíz, entre otros. Al igual aprovechaban los recursos de las partes bajas, en el fondo mismo del valle Chancay, como la coca, algodón y maizales. La explotación de diferentes recursos obedecía, pues al control vertical de diferentes ecosistemas o pisos ecológicos, de tal manera que los asentamientos mas importantes o asentamientos nucleares se hallaban en las partes de media altura, mientras que en las partes bajas o en las partes altas, existían asentamientos periféricos con fines de explotación de recursos, de tal manera que cada cierto tiempo se intercalaban entre diferentes integrantes de las comunidades o ayllus para la realización de los diferentes trabajos. Es por ello que casi todas las actuales comunidades campesinas de la región, herederas culturales de los antiguos ayllus prehispánicos, tienen emplazados sus territorios en diferentes ecosistemas que se extienden desde el fondo del río Chancay, hasta las cumbres mas elevadas. Sin embargo, había otros grupos que tenían archipiélagos o enclaves ecológicos, de tal manera que tenían dominio de recursos en tierras ubicadas fuera de su territorio, que podía ser en territorios de otros grupos sociales. Así por ejemplo, hasta la actualidad la comunidad de Santa Cruz de Andamarca tiene maizales en el fondo del valle. Justamente hace mas de veinte años sucedió algo insólito, cuando miembros de la comunidad de Ihuarí demandaron como suyas las tierras del nuevo centro poblado de Lumbra en el valle medio del río Chancay, sustentándolo con documentos coloniales, donde se aducía que estas tierras les pertenecían desde épocas inmemoriales. Al recibir la negativa de los pobladores de Lumbra se produjo un enfrentamiento, que termino con más de una veintena de muertos. De igual manera, la comunidad campesina de Rauma, era propietaria desde épocas muy antiguas de dos maizales, uno de ellos el de Capia, los cuales se encontraban fuera de los territorios de la Comunidad de Rauma, teniendo en medio a la Comunidad de Huandaro; sin embargo en los últimos años la comunidad de Huandaro los ha denunciado ante el

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Ministerio de Agricultura a estos maizales como suyos, originándose un litigio entre ambas comunidades14. De igual manera la Comunidad de Vichaycocha tenía propiedad del maizal de Mayu, casi junto a la central de Tingo15, lejos de su territorio, entre los distritos de Atavillos Alto y

PLANO DE LA CUENCA ALTA DE HUARAL NOMBRES

14 Huandaro y Rauma son anexos del distrito de Sumbilca, en la margen izquierda de la cuenca Chancay – Huaral. Huandaro se ubica en los contrafuertes elevados de la margen izquierda del río Añasmayo, al igual que Rauma, que se encuentra cuenca mas arriba.15 Tingo, es un paraje ubicado justo en la confluencia del río Baños con el río Chancay – Huaral, en la margen izquierda del mismo. En la actualidad se ha construido una central hidroeléctrica, captando las aguas del río baños con fines energéticos. Justamente en Tingo se encuentra la bifurcación de la carretera que se dirige a San José de Baños, mientras que un Kilómetro antes lo está el que se dirige a Pirca. El nombre de “Tingo” es muy recurrente en el área andina y se refiere a un lugar medio de confluencia de ríos, de gran importancia en la cosmovisión e ideosincracia andina.

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PLANO DE LA CUENCA ALTA DE HUARAL PERIODOS

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Pacaraos, la cual en los últimos años ha pasado a pertenecer a la joven Comunidad de Ravira. La comunidad de Viscas16 también tiene hasta la actualidad, propiedad sobre el maizal de Rapacán, en el fondo del valle Chancay. Pero un caso muy resaltante, es el de Huayopampa, que antiguamente era un maizal de la Comunidad de San Agustín de Pariak. Huayopampa y Pariak se hallaban separados por los terrenos de la Comunidad de Pallak; sin embargo Pallak le quitó los terrenos de Huayopampa a Pariak. Con el paso de los años se formó la comunidad de Huayopampa, la que desplazó y absorbió a la de Pallak, llegando a desaparecerla, hasta que en la actualidad Huayopampa se constituye en la capital del distrito, la cual tiene como uno de sus anexos a Pariak. El gran crecimiento que logró, en tan poco tiempo Huayopampa, se debe a su ubicación, en terrenos más accesibles, logrando fácilmente comercializar sus productos agrícolas17. En todos estos casos, de origen prehispánico, los

16 Viscas es una de las tres comunidades y anexos del distrito de Pacaraos, ubicado en la margen derecha de la cuenca alta del río Chancay.

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maizales se constituían en enclaves o archipiélagos ecológicos, ubicados lejos del territorio mismo del grupo social.

La denominación de cada uno de estos grupos que poblaron la cuenca alta del valle Chancay, en los periodos arqueológicos tardíos, no es posible precisarlos, pero es posible que algunos de los sitios arqueológicos conserven aún en la actualidad sus nombres originarios, aunque la gran mayoría han sido modificados durante el incanato, la colonia o en la república. Es posible también que la jurisdicción de cada una de estas hayan estado en relación con las micro cuencas del Chancay. Un completo estudio de patrón de asentamiento en la región podrá precisar esto. Pero si bien es cierto se trataba de unidades políticas diferentes, con identidades propias, presentaban alianzas para hacer frente a enemigos externos, como los Huancas; siendo posible que mediante la religión y divinidades comunes, presentaran intereses comunes de sobrevivencia. Estos pueblos llamados comúnmente en conjunto “Atavillos”, se desarrollaron, como ya señalamos, desde el Horizonte Medio, posiblemente antes, esto será dilucidado con futuras intervenciones físicas en los sitios. Así, uno de estos grupos, serían los Piscas, que poblaron la cuenca alta del río Chancay, en su margen derecha, en lo que en la actualidad corresponde al distrito de Pacaraos, cuyo centro principal sería el sitio de Cachirmarca, sitio de gran complejidad espacial, ubicado en los terrenos de la actual comunidad campesina de Viscas, cuyo nombre deviene del antiguo nombre arqueológico de Piscas. Otro grupo social se ubicaba en las márgenes del río Vichaycocha, siendo su límite la margen derecha del río Chicrín, es posible que su nombre arqueológico haya sido Vichaycocha, ya que antiguamente los terrenos bajos donde actualmente se emplaza el pueblo del mismo nombre era una laguna, siendo el sitio de mayor importancia el sitio de Purunmarca. Una tercera formación social se ubicaría entre la margen izquierda del río Chicrín y la margen derecha del río Baños, siendo el sitio de mayor importancia el sitio de Araro, desconociéndose por completo su antigua denominación. Una cuarta formación se encuentra ubicado entre la margen izquierda del río Baños hasta las inmediaciones de

17 Los antiguos maizales de Huayopampa han sido reemplazados por frutales, como durazno, palta, chirimoya y manzana. En la actualidad San Agustín de Huayopampa es capital del distrito de Atavillos Bajos, teniendo como anexos a San Agustín de Pariak, La Perla, Pampas, Chaupis, La Florida y Pallak. Huayopampa se halla situada a 71 Kilómetros de distancia de la ciudad de Huaral, a 1 881 metros sobre el nivel del mar. En el ámbito de este distrito de Atavillos Bajo se ubican sitios de gran importancia como Rúpac y Añay. Huayopampa se encuentra ubicado en la margen derecha del río Añasmayo, cuenca izquierda del alto Huaral.

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Huaroquín, incluyendo los territorios de Baños y Pirca, siendo sus sitios de mayor importancia Marca Piche y Puchuni, presentando por su estratégica ubicación y por presentar un amplio territorio, sitio de control militar de gran importancia como el sitio de Huampón, ubicado sobre un elevado e inaccesible peñón, junto al mismo valle medio de Chancay. En cuanto al nombre de este cuarto grupo, es posible que haya sido Pirca. Una quinta formación social se ubicaría entre las inmediaciones de Huaroquín y el río Añasmayo, representado por los sitos de Rúpac, Chíprac y Añay. Otra formación se habría ubicado en los territorios del actual distrito de Sumbilca.

Con respecto a las formaciones ubicadas en la margen derecha del río Chancay, además de los Piscas, es posible que haya existido una en Ihuarí y alrededores; otro en los alrededores del río Cárac, con los sitios nucleares de Coto y Curcos; otro en los alrededores del río Lampián; y otro en la cuenca del río Huataya.

Cada uno de estos grupos estaba conformado por uno o más ayllus, los que eran mayoritariamente ayllus “llacuaces” o de pastores de altura (también llamados yaros), quienes complementaban su economía con las interacciones que realizaban con el resto de ayllus que eran “huaris” o agricultores de zonas medias y bajas. Aún en la actualidad es muy común denominar despectivamente a las personas ganaderas de las alturas como “llacuacos”18. El pastoreo de camélidos (llamas, alpacas y vicuñas) en las zonas altoandinas, en la región puna, fue una actividad muy difundida. Estos camélidos fueron de gran importancia para el desarrollo de estos pueblos, como sostén económico innato, proporcionándoles productos altamente valorizados y productivos. El pastoreo es un tipo de economía desarrollado en aquellas regiones que no presentan áreas de posible potencial para el desarrollo de la agricultura, y la cuenca alta del río Chancay – Huaral, en las sub cuencas tributarias, presenta mínimas zonas aptas para esta actividad, por lo que fue mas generalizada la actividad ganadera a partir de los 3 800 metros de altitud, lo que corresponde a un 80% del territorio en cuestión. Es así, que desde los orígenes de la domesticación de camélidos en el área andina, hacia el año 7 000 u 8 000 18 El término “Llacuaco” o “Lájuash”, en Vichaycocha, es un gentilicio para denominar a personas que viven en las punas, en estado “torpe” y “rústico”, así se denominan a los pastores de la puna. El término “Llacuaco” sería una variación dialéctica de la palabra “Llacuaz” o “Llacuaces”. Al decir comúnmente: “Pareces Llacuaco”, se refiere a que la persona parece rústico o torpe. El hecho de llamarse así entre los pobladores de Vichaycocha lo toman como una ofensa. En el pueblo de Pirca se les llama solo “Lájuash”, término que también devendría en degeneración de la misma palabra.

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a.c., en el proceso de transición de la caza indiscriminada al pastoreo intensivo, hasta la llegada de los españoles, el desarrollo del pastoreo permitió incluso mejoramientos genéticos y selección e hibridación, logrando como resultado, numerosas variedades que se conocen hasta la actualidad. Los principales beneficios que adquirían los pastores de estos camélidos, eran pues, de carácter alimenticio y nutricional, obtención de fibras textiles de su lana, y como medio de transporte. Los asentamientos de estos grupos Llacuaces, en la puna alta era, en general dispersos, con pocas unidades habitacionales (unifamiliares extensas) y amplios corrales, ubicados cerca de las escorrentías de agua, manejando un amplio terreno para la dispersión de los animales.

La otra parcialidad o el resto de la población que integraba estos grupos sociales del alto Huaral eran agricultores o grupos “huaris”. Los principales productos cultivados eran pues, la papa, el maíz, la oca, el ulluco, mashua en las zonas medias; así como frutales y coca, en las zonas más bajas y cálidas en la región yunga. En periodos prehispánicos se utilizó y cultivo, de tres a cinco veces más, de la cantidad de tierras que se cultivan en la actualidad en la cuenca alta del río Chancay – Huaral. Se construyó para ello numerosos canales de irrigación que permitía llevar agua a lugares casi inaccesibles. Asimismo, la construcción de grandes extensiones de andenes en ambas márgenes del río Chancay y los río tributarios, permitió convertir en zonas agrícolas, terrenos de gran pendiente, que de por si sería imposible cultivar en ellas. En la actualidad se puede observar grandes andenes abandonados entre Acos y Tingo, que se elevan desde el cauce mismo del río Chancay hasta las partes altas de los cerros, en estado de abandono.

Sin embargo, la economía complementaria de “Llacuaces” y “Huaris” era complementada aún con productos procedentes de los grupos “Yungas” que poblaban los llanos, que formaban parte de la cultura Chancay. Así mediante el intercambio de productos, que se efectuaba en el valle medio del río Chancay (Cuyo, Lumbra, hasta Acos, en el mismo fondo del valle), se podía obtener pescado seco, coca y frutales, que se cultivaban en el ecosistema costeño o yunga, además de bienes suntuosos hechos con conchas marinas. Así, el valle medio se constituía en un ente dinamizador e integrador, en la compleja red comercial que había entre los grupos “huaris” y “yungas”; luego los “huaris” hacían lo mismo con los “Llacuaces”. Sin embargo, el comercio no solo se dio en este eje geopolítico, ya que también existía otra compleja red comercial de

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intercambio con los pueblos de las punas de Junín y Pasco, siendo la sal, el principal producto que llegaba a la región Atavillos.

Con la llegada de los Incas la división y oposición económica y social de estos dos grupos “Llacuaces” y “Huaris”, fue mas marcada, convirtiéndose notoriamente en una oposición dual.

Los miembros de una formación político social se autoidentificaban como integrantes de una misma categoría social, organizado en torno a características culturales. Esto se reflejaba en la conducta, religión, ornamentos, cerámica, patrones de enterramiento, arquitectura, etc. Sin embargo, a nivel del los dos grupos (Huaris y llacuaces), habían ciertas diferencias notorias.

Por otro lado, cabe señalar que la mayoría de los actuales pueblos del alto Chancay – Huaral, se encuentran emplazados sobre antiguos asentamientos prehispánicos, produciéndose una reocupación cultural. Así, por ejemplo el pueblo de San José de Baños se ubica sobre un sitio arqueológico, comprobado además de observar la base de edificaciones antiguas superpuestas por las viviendas actuales, por la disposición de las calles y la ubicación; así como por el hecho de hallar cerámica prehispánica en algunos cortes y pozos que se observan en las calles. Lo mismo sucede en San Pedro de Pirca, donde al momento de realizar zanjas para obras de agua y desagüe, apareció numerosas vasijas cerámicas y entierros simples. De igual manera en Vichaycocha, se aprecia material cerámico prehispánico, además que el patrón espacial es típico atavillano, con calles sinuosas y zigzagueantes. Al parecer las reducciones de pueblos se habrían realizados en emplazamientos humanos ya preexistentes. Vichaycocha, tiene dos barrios Marca (arriba) y Pampas (Abajo), aunque el emplazamiento de este último corresponde a periodos tardíos. Santa Cruz de Andamarca tiene 4 barrios: Churcag (debajo de la iglesia), Lata Wajta (por el cementerio), Casacancha (parte superior del pueblo), y Patahuay o San Andrés (lado Oeste) el cual tiene un puquio. Esta cuatripartición del pueblo obedecería a la reducción de cuatro pueblos o ayllus, para la formación de Santa Cruz.

Patrón Arquitectónico

En cuanto a los restos materiales se nota una uniformidad en los patrones arquitectónicos en toda la cuenca alta del río Chancay. En realidad en toda la sierra del departamento de Lima, se nota patrones arquitectónicos muy similares, como la presencia de edificaciones elaboradas a base de

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piedras, con un vano pequeño de acceso y cámaras funerarias. Sin embargo un tipo de construcción que caracteriza a la cuenca alta del río Chancay – Huaral es la presencia del llamado “Kullpi”, construcción que llega en algunos casos a tener mas de cuatro metros de altura, de gran solidez, elaborado a base de piedras talladas de gran tamaño unidas entre sí con argamasa de barro e inclusiones de paja, cerámica y piedras pequeñas a modo de “pachillas”.

En cuanto a la arquitectura identificada en la cuenca alta del río Chancay se han definido los siguientes tipos arquitectónicos: 1.- En primer lugar se encuentran los típicos “Kullpis”, estructuras

arquitectónicas características de la cuenca alta del río Chancay, correspondiente a los grupos culturales Atavillos. Se caracterizan por presentar planta cuadrangular y de una altura de más de 3.50 metros. La altura de estos Kullpis puede llegar hasta los 4.50 metros. Son estructuras que por su altitud se le podría considerar como “edificios”, totalmente cerrados, con un pequeño vano de entre 0.50 metros a 0.80 metros de altura, 0.50 metros de ancho, ubicado en la parte media del paramento externo, ubicado a la superficie del suelo, que comunica el exterior con una cámara central de forma ovalada o cuadrangular. En esta cámara se observan hasta tres pequeños vanos que comunican con cámaras y galerías internas, con compartimientos en varios niveles

Cuadro 2: Categoría de los sitios arqueológicos identificados y afiliación cronológica

Nº Sitio

SITIO ARQUEOLÓGICO

TIPO DE SITIO PERIODO DE OCUPACION

ESTADO DE CONSERVACION

001 PUEBLO VIEJO Asentamiento monumental con estructuras públi-cas

Intermedio Tardío Horizonte tardío

Regular

002 PAHUAMAYO Abrigo Rocoso Precerámico Regular003 JATUNPATA I Corrales Intermedio

tempranoMalo

004 WARACANCHA BAJA

Paisaje Cultural Arqueológico. Aterrazamientos

No definido. Malo

005 WARACANCHA Abrigo Rocoso Precerámico Malo006 ANDENES DE

BAÑOSPaisaje Cultural Arqueológico Andenes.

Horizonte tardío – Colonial.

Bueno.

007 ARCOTORAL Área Funeraria Intermedio tardío. Regular008 AUQUIHUILCA Área Funeraria Intermedio tardío. Regular

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009 BAÑOS I Pinturas Rupestres.

Precerámico. Malo.

010 BAÑOS II Abrigo Rocoso con Pinturas Ru-pestres.

Precerámico. Malo.

011 BAÑOS III Abrigo Rocoso con Pinturas Ru-pestres.

Precerámico. Malo.

012 CAMINO PREH. DE BAÑOS A TINGO

Camino. Horizonte tardío. Bueno.

013 ZANGO Corrales. Colonial. Malo.014 CERRO

LLAMPQUISitio de Control. Horizonte tardío. Regular.

015 CAMINO PREHISP. DE LA VIUDA, LA-GUNA QUISA HASTA PUEBLO VIEJO.

Camino Intermedio tardío. Horizonte tardío.

Regular.

016 ARARO Sitio Político de control.

Intermedio Tardío. Horizonte tardío.

Bueno.

017 PINTURAS RUPESTRES DE ARARO

Pinturas Rupestres.

Intermedio tardío. Bueno.

018 ANDAMARCA O GALLUM

Sitio Monumental con estructuras públicas

Intermedio tardío. Horizonte tardío.

Bueno.

019 SHINGUISH Adoratorio. Intermedio tardío. Horizonte tardío.

Malo.

020 NINAS Político – Administrativo.

Intermedio tardío. Horizonte tardío.

Regular.

021 PUENTE COCHAN

Puente Horizonte tardío. Bueno.

022 PUENTE RUMICHACA

Puente Horizonte tardío. Bueno.

023 CARAMPAY Corrales y Adoratorio.

Intermedio Temprano.

Malo.

024 PAMPA CANCHA Área Funeraria. Intermedio Temprano.

Malo.

025 PUENTE PAUCAR Puente Horizonte tardío. Bueno.026 PURUNMARCA Político –

Administrativo.Intermedio tardío. Horizonte tardío.

Malo.

027 CHUPACA Área Funeraria. Intermedio Tardío.

Malo.

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028 INARRATANGA Andenes Intermedio tardío. Malo029 INGENIO Fundición. Colonial Regular.030 RANKOCHA Político –

Administrativo.Intermedio tardío. Horizonte tardío.

Bueno.

superpuestos de no mas de 0.80 metros de altura cada uno. Estas edificaciones presentan varios niveles constructivos. En la parte interna frente al vano se observan uno o dos vanos, que comunican con cámaras pequeñas (pero donde puede introducirse una persona), que va rodeando alrededor de la cámara principal, presentando otras cámaras que comunican con niveles superiores. Se ha podido identificar, en algunos casos, hasta 10 niveles horizontales, presentando en su interior pequeñas ventanas que comunican con las partes elevadas de la cámara central. En estas cámaras se hallaban depositadas las momias de los individuos que vivieron en ellas, mientras que otras servían para almacenamiento de productos. En una esquina de la cámara central, presenta un conducto vertical, que comunica la superficie con el exterior de la cubierta de la estructura. En el vecino valle de Chillón, como Cantamarca se ha identificado edificaciones similares, que también se han denominado Kullpis, sin embargo estas difieren de las de Huaral, por presentan forma y planta ovalada, y no tienen mas de dos metros y medio de altura, además de estar emplazados sobre una sola columna de soporte, ubicada en la parte media de la estructura.

2.- En segundo lugar tenemos las estructuras administrativas y domésticas, de características muy similares a los Kullpis, pero no son cerradas, sino abiertas, con pasadizos amplios y espaciosos que comunican diferentes recintos.

3.- En tercer lugar tenemos las estructuras funerarias a modo de túmulos funerarios, las cuales pueden llegar a tener hasta 1.50 metros de altura y hasta tres niveles superpuestos, conteniendo en su interior una serie de cámaras funerarias.

4.- En cuarto lugar encontramos las estructuras de planta circular, que datarían del periodo Tahuantinsuyo, y se trataría de estructuras administrativas de control incaico, identificado en los principales sitios.

5.- En quinto lugar tenemos los corrales, de forma irregular, para camélidos, delimitado por muros simples pircados sin argamasa o con argamasa simple.

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6.- En sexto lugar tenemos las plazas y patios. Los primeros más amplios y con fines ceremoniales. Los segundos más pequeños, ubicados entre Kullpis domésticos, con fines puramente domésticos.

Además de estos tipos de estructuras, los sitios presentan calles y pasadizos, que interconectan los Kullpis, los que se ubican hacia los lados de estas. Las formas no son rectas sino sinuosas, adaptándose a la topografía del terreno.

Características de las Técnicas y Elementos arquitectónicos de los Kullpis: Los Kullpis identificados en la cuenca alta del río Chancay, presentan características similares y comunes, las cuales analizaremos a continuación:

Materiales Constructivos: Los materiales constructivos utilizados fueron la piedra, la cual era obtenida de canteras ubicadas en los cerros circundantes. Las piedras eran labradas, en formas adoquinadas o rectangulares; mientras que otras eran labradas de forma alargada, elaborando lajas para las cubiertas. Además se utilizó tierra, la cual tiene en algunos casos composición arcillosa.

Técnicas Constructivas: Como señalamos las piedras eran labradas o talladas y eran mampuestas una sobre otra en los muros, de tal manera que las caras planas eran colocadas en el paramento interno o externo y las caras irregulares iban hacia la argamasa, para unirse con las otras piedras. Las piedras se colocaban en hiladas horizontales, a su vez superpuestas entre sí. Para dar la forma de los elementos se adecuaba a los tamaños y formas de las piedras. Así para la techumbre, se utilizaba las piedras alajadas, de tal manera que una parte quedaba incrustada en el muro y la otra quedaba como saliente, parte que servía como soporte para colocar otra piedra encima, e ir cerrando el espacio. La argamasa era una preparación de tierra, con incrustaciones de piedras pequeñas, paja y cerámica fragmentada. Entre las piedras grandes se colocaban pequeñas piedras (pachillas), con la finalidad de dar estabilidad, y rellenar los espacios faltantes.

Planta: La planta de los Kullpis era cuadrada o rectangular, con medidas que variaban según la importancia que estás tenían. Podían tener hasta 8 metros por lado.

Forma: la forma dependía de la planta y podía ser cuadrada o rectangular.

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Basamentos: Para la edificación de los basamentos o cimientos se excavaba hasta llegar a la roca madre geológica. Aquí se iniciaba la construcción con muros gruesos, edificando sobre estas una serie de galerías, por debajo del nivel superficial normal.

Paramentos: Los muros podían llegar a tener hasta 5 o 6 metros de altitud, de gran solidez, de 0.60 a 0.80 metros de grosor. En los muros se podía elaborar motivos decorativos, con los mismos elementos constructivos. Las esquinas de los muros eran amarradas. Por lo general los muros externos eran rectos, pero en el caso de los internos eran curvos, con esquinas curvas. La mayoría de muros presentan una muy ligera inclinación hacia fuera.

Cubierta o Techumbre: Las techumbres de las estructuras eran en la parte interna de forma abovedada, elaborado mediante lajas consecutivas salientes, que hace que el espacio se vaya volviendo más angosto. La cubierta externa es plana, con una gruesa capa de barro mezclado con paja y fragmentería cerámica en la parte superior, para proteger a la edificación de las lluvias. Las lajas que forman el techo tiene como soporte a los muros mismos, y en pocos casos columnas y vigas.

Aleros o Cornisas: En varios casos los Kullpis presentan en el paramento externo, parte superior, una saliente del muro, de 0.40 metros, la cual sirve para proteger a los muros en caso de lluvias y como elemento ornamental. En otros casos es la misma techumbre la que cumple esta función.

Vanos: Los vanos (puertas), tanto de acceso principal (que es el que comunica el exterior con la cámara principal), como las de acceso interno, son de tamaño pequeño, y son de forma rectangular. La altura promedio de los vanos es de 0.50 a 0.60 metros, y un ancho variable, de hasta 0.60 metros. En algunos casos, el vano principal se encontraba en la parte inferior de un nicho rectangular o “falso pórtico” o “Huayrona”. En el caso de las edificaciones del periodo Tahuantinsuyo, estas tienen forma trapezoidal, es decir son mas anchas en la parte inferior y más delgadas en la parte superior. El vano principal casi siempre está orientado con el vano interno. Había también vanos de forma cuadrangular. Algunos vanos presentan bien definido la jamba, habiéndose identificado en Chíprac, vanos con doble jamba de periodo Tahuantinsuyo. El dintel esta conformado por una laja que se ubica sobre los dos lados del muro, su tamaño está en relación con el ancho del vano,

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pero siempre es más largo que el ancho del vano. En el interior de las edificaciones se aprecian numerosas ventanas de forma cuadrangular, ubicadas a diferentes niveles, que comunican la cámara principal con las cámaras secundarias. Muchas de estas ventanas sirven también incluso como vanos.

Cámara Principal: Luego de ingresar desde el exterior por el vano principal, se aprecia una amplia cámara principal, desde donde se comunica con todas las cámaras y compartimientos internos Tiene casi la misma altura de la estructura. El techo es abovedado. Frente al vano principal se aprecia un vano secundario, que comunica con una cámara pequeña, donde se ingresa a las cámaras subterráneas, que se ubican debajo de esta cámara principal. Una persona puede estar parada en el interior de esta cámara principal. Se aprecian a diferentes alturas pequeños vanos, ventanas y ductos de ventilación que comunican con las cámaras superiores, accediéndose a estos mediante voladizos consecutivos. Algunos Kullpis tienen antes de esta cámara principal un descanso pequeño.

Cámaras y Galerías Secundarias: Como señalamos, a partir de esta cámara principal se interconectan numerosas cámaras secundarias, ubicadas hasta en siete niveles superpuestos, comunicadas entre sí por galerías que rodeaban la cámara principal. Algunas cámaras cumplen función de almacenamiento de productos, ya que la temperatura interna de las estructuras regula y permite su conservación. Así en las cámaras superiores se ha identificado restos de semillas y granos de maíz. En cambio en las inferiores se depositaban entierros individuales o múltiples. Solo en algunos casos se depositaban entierros en la parte superior. La superficie de las cámaras presenta una capa de tierra producto de la acumulación de sedimentos por la realización de diferentes actividades.

Columnas: Los Kullpis presentaban columnas de forma cuadrangular y rectangular. Son más gruesas en la parte superior, por su forma trapezoidal invertida. Sirve de soporte a las cámaras superiores y a la techumbre.

Ménsulas: Son elementos conformados por salientes consecutivas escalonadas, que cumplen la función de servir como soporte estructural a la techumbre, de forma semi triangular, formando un ángulo entre el muro y el techo.

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Vigas: Son refuerzos horizontales, conformado por dos o tres hileras horizontales salientes del muro, en el paramento interno, que sirve como soporte del techo.

Chimeneas: Existen conductos verticales que salen desde la superficie misma, en una esquina de la estructura hasta la parte superior de la techumbre, comunicándose con el exterior por una pequeña ventana cuadrangular. Se trata de un conducto de ventilación, que en algunos casos se podía utilizar como chimenea, con fines domésticos, asociados a los fogones.

Voladizos: Son piedras alargadas que se disponen perpendicularmente al muro y se encuentran empotradas en este, mientras que la otra mitad está en el aire. Se hallan dispuestas de tal manera que una está por encima de otra a manera de escalinatas.

Decoración Muraria: La mayoría de los muros presentan cierta coloración rojiza, de origen natural, lo que se debe a que las piedras presentan una alta composición química de hierro, lo que al contacto con los diferentes agentes ambientales, provoca su oxidación, obteniendo de esta manera una coloración rojiza en la pátina de la piedra. Sin embargo, en el interior de un Kullpi de Araro, se identificó un dibujo, sobre el dintel, con representaciones de escenas de caza de camélidos, en color negro. Además existe decoración en alto relieve, hecha con las mismas piedras constitutivas de la estructura arquitectónica, tanto en la fachada como en el interior del mismo.

Patrón de Asentamiento

El patrón de asentamiento de los sitios “Atavillos” es un patrón disperso. Los sitios se ubican en la cima de los cerros mas elevados, en zonas casi inaccesibles, con fines defensivos y de control. En base a las características espaciales y arquitectónicas hemos realizado una tipología de sitios los cuales corresponden de la siguiente manera:- SITIOS POLÍTICO ADMINISTRATIVOS: Corresponden a los

sitios de control político más importantes de cada micro cuenca. Son sitios que presentan grandes dimensiones, una complejidad espacial conformada por diferentes sectores. Se ubican en la cima de los cerros intermedios, no en los más elevados, pero desde donde se tiene una

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visión panorámica de la región, cumpliendo una función de sitios nucleares en el control vertical de pisos ecológicos. Presentan edificaciones tipo Kullpi y estructuras funerarias pequeñas, plazas y patios; así como áreas de almacenamiento.

- SITIOS DOMÉSTICOS: Se trata de sitios pequeños de carácter local y doméstico, ubicados en las laderas de los cerros, tanto en las partes altas como en las partes bajas. Están asociadas a las áreas de producción: chacras o corrales.

- SITIOS FUNERARIOS: Por lo general se encuentran ubicados en las zonas elevadas, en farallones rocosos de difícil acceso. Son sitios que presentan edificaciones de tamaño pequeño de función funeraria. En su interior presenta varias cámaras asociadas conteniendo entierros múltiples.

- SITIOS AISLADOS: Asociados a los caminos, en su mayoría correspondientes al Horizonte Tardío

- SITIOS CEREMONIALES O ADORATORIOS: Está conformado por antiguos adoratorios o “pacarinas” de gran valor religioso y ritual, ubicados en zonas casi inaccesibles y elevadas, hasta donde llegaba la población en peregrinación llevando sus ofrendas.

- CANALES Y ACUEDUCTOS: Son de gran amplitud y cumplían la función de trasladar el agua desde zonas altas y desoladas hacia aquellas zonas donde no era posible obtener este líquido elemento. Estas obras de ingeniería hidráulica permitieron ampliar las zonas de cultivo, así como abastecer de agua a los asentamientos humanos atavillanos. Estaban asociadas a represas ubicadas en las altas punas.

- ANDENES: Se ha identificado en la cuenca alta del río Chancay – Huaral grandes extensiones de andenes, hoy en estado de abandono, los cuales se extendían desde el fondo mismo del valle, hasta las partes mas elevadas, cultivando una gran variedad de productos de diferentes ecosistemas y altitudes en una misma estructura agrícola. La recuperación de estos sistemas de andenes permitirá ampliar la frontera agrícola actual y el límite superior de cultivo actual.

La vigencia de estos sitios duró en muchos casos hasta las reducciones coloniales.

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La Cerámica

Con respecto a la cerámica, esta era mayormente monócroma, de pasta color roja y griss, predominando la decoración escultórica con representaciones antropomorfas y zoomorfas. Los temperantes que presenta, por lo general es mica, cuarzo, roca molida y cerámica molida.Presenta un acabado de superficie alisado, no tan fino. Las formas son: cántaros medianos de cuello corto, ollas con cuello corto, ollas sin cuello, platos, cuencos con y sin cuello, y cántaros en miniatura. Las vasijas de estas características son muy comunes, pero se presentan muy escasas en los sitios arqueológicos de la región. Se plantea la posibilidad de definirlos preliminarmente como “Estilo Atavillos”, aunque es simplemente una tentativa muy preliminar, dependerá de futuras investigaciones definir al detalle este estilo.

Se han identificado escasos fragmentos de estilo Quillahuaca o Lauri Impreso, la cual se caracteriza por presentar una decoración a base de círculos impresos en el cuello de la vasija o en la tercera parte superior de la vasija. En la localidad de Baños, un poblador nos enseñó una vasija entera, que decía era proveniente del sitio de Marca Piche, la cual era un cuenco de cuello medio semirrecto divergente, achatado en los polos y el ecuador anguloso, con notoria división entre el cuerpo superior y el inferior. Presentaba decoración escultórica, con un asa que representa una cabeza antropomorfa, con decoración pintada, en motivos lineales escalonados en color negro y rojo, con puntos negros en medio de los cuadros. Las figuras estarían representando culebras bicéfalas.

Sin embargo, en la cuenca del río Vichaycocha se ha identificado una considerable proporción de fragmentería cerámica San Blas en los sitios tardíos, procedente de Chinchaycocha, producto de interrelaciones mediante el intercambio.

La Ocupación Tahuantinsuyo

El año exacto en que se produjo la anexión de estos territorios al Tahuantinsuyo, no se puede conocer, pero si se puede tener un acercamiento hacia la década de 1 450 d.c.; pero si se sabe que fue realizado por Túpac Yupanqui, en la misma campaña que conquistó toda la sierra central. Las incursiones cuzqueñas en la región se produjeron desde Canta y Chinchaycocha, luego de dominar a estos grupos. Las estrategias de dominación que utilizaron los Incas fueron diversas, para cada región que conquistaban. Los incas aplicaron una estrategia de dominación directa

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y violenta en la región, ya que los pueblos Atavillos no se dejaron sojuzgar fácil y rápidamente. Muchas familias y ayllus enteros fueron trasladados a otras regiones del imperio en calidad de mitqmas a realizar trabajos a favor del estado imperial, ya sea con mano de obra, como artesanos o en los ejércitos de conquista. El estado cuzqueño instaló en los principales pueblos locales, administradores y funcionarios traídos desde el mismo Cuzco, quienes controlaban al mínimo detalle a los curacas locales (en el caso de que hayan conservado su cargo dentro del imperio) y a la población local. Además los incas trajeron a la región grupos de mitqmas procedentes de otras regiones conquistadas para los fines de control.

En los sitios locales se observa en el sector político que los incas construyeron nuevas edificaciones o remodelaron otras existentes. En Añay y Chíprac por ejemplo, ubicados en las comunidades de San Agustín de Huayopampa y de San Juan de Uchucuanico, respectivamente; Cáceda Guillén reportó el hallazgo de edificaciones en doble jamba: “ …en la estructura 3C de Añay, existe evidencia de una clara remodelación en el vano para obtener una doble jamba hacia el interior de la estructura; así mismo la presencia de una chullpa con vano de doble jamba de forma trapezoidal ubicada en la esquina interior NE de un Kullpi en el barrio 1 de Chíprac y otros rasgos como vanos trapezoidales en la estructura rectangular del barrio 1, cuyo frontis da hacia la Plaza Mayor; hace suponer que los cánones constructivos incaicos se amalgamaron con la arquitectura local.”19

Se observa también una regular cantidad de material cerámico del tipo Inca Provincial e Inca local. La cerámica de estilo Inca imperial es aquella que presenta formas imperiales (sea aribaloides u otras formas incas). Presenta una fina pasta y un fino acabado de superficie. La decoración es lineales, en bandas y polícroma. Por otra parte la cerámica Inca Local, se caracteriza por presentar formas aribaloides, pero la pasta y la decoración obedece a patrones puramente locales. Así pues llamaríamos a este último como Estilo Atavillos – Inca.

Los Incas unificaron a todos los grupos locales, denominándolos en conjunto como “Atavillos” y “Piscas”, el primero en la margen izquierda de la cuenca alta y el segundo en la margen derecha. Previamente se había trasladado numerosos ayllus como mitqmas a regiones lejanas, en especial a los más duros de conquistar. Posteriormente los dividieron en dos parcialidades: Hanan Atavillos y Lurin Atavillos; Hanan Piscas y Lurin

19 Cáceda Guillén, Daniel; 2005: pg. 43.

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Piscas, subdividiendo a su vez a estos en otras dos parcialidades según su origen (Llacuaces y Huaris). Así, los incas denominaron esta provincia inca como Atavillos Huamaní (Provincia de Atavillos), la cual estaba conformada por estas cuatro parcialidades. Es muy posible que en uno de estos cuatro, se haya introducido grupos mitqmas traídos por los Incas desde otras regiones, con fines de controlar a la población en favor del estado.

La población estuvo obligada a tributar al estado, entregando básicamente camélidos (llamas y alpacas) y ropas tejidas con lana de camélidos. Esto ya que era el principal producto, los Atavillos tenían cientos de miles de cabezas de ganado. A cambio, el inca les redistribuía productos procedentes de otras regiones, como pescado costeño, coca de la yunga o la selva alta; además de entregar numerosos regalos suntuosos, como el mullu, a los curacas para mantenerlos contentos y evitar que se subleven.

Las Vías de Comunicación

Desde periodos muy antiguos la región de Atavillos estuvo interconectada entre sí y con otras regiones, mediante una compleja red vial, la que permitía las interacciones e interconexiones al nivel regional, no solo con la Costa, sino también hasta con la región Amazónica; pues en el valle bajo se ha identificado entierros Chancay que presentaban tejidos elaborados a base de plumas de loro y guacamayo de diferentes colores. Estos productos eran obtenidos mediante el comercio, traídos desde la región amazónica. La ruta de tránsito para obtener estos productos era por el camino principal de penetración que ascendía desde la Costa por el valle medio, hasta llegar a las alturas de Vichaycocha, dirigiéndose a Huayllay, cruzando la cadena central de los Andes para descender a territorio Amazónico. Así, el cauce mismo del río Chancay – Huaral se constituyó en un corredor natural, donde en poco tiempo de camino se llegaba hasta la región Amazónica. Existía un camino en cada margen, que iba uniendo los diferentes centros poblados que existía en la zona, ubicados a la vera del río Chancay. Sin embargo de estos caminos principales se bifurcaban numerosos caminos secundarios, que ascendían por los ríos tributarios y sub cuencas, integrando todos los demás pueblos, y dirigiéndose hacia otras regiones, como Canta, Pasco y Oyón.

Los caminos presentaban asociados numerosos adoratorios y santuarios, donde el viajero tenía que dejar ofrendas y “pagapus”. Aún en

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la actualidad, pudimos observar en el camino que baja del sitio de Araro hacia Santa Cruz de Andamarca a dos viajeros cachando coca, fumando cigarro y tomando caña, junto a un pequeño puquial, que presentaba a un lado una cruz. Se trataba de arrieros que se dirigían a las alturas y se habían detenido media hora a realizar el ritual.

La Religión

En la región Atavillos, al igual que en toda el área andina, la religión jugó un papel muy importante, en todos los ámbitos de la vida diaria, en lo político, lo militar, lo social, lo cultural, lo folclórico y lo ideológico.

Todo ayllu tenía su Pakarina, que era considerado el lugar de donde salieron los primeros antepasados comunes para fundar el ayllu. Este lugar podía ser una laguna, un cerro elevado, un nevado o una cueva. Por ejemplo uno de estos es el de Cerro Manco Cápac, ubicado entre Rúpac y Chíprac, cerro de gran altura, que presenta edificaciones ceremoniales en su cima.

Otro lugar de gran adoración, al igual que en toda el área andina, eran los nevados, donde posiblemente también se pueda haber realizado rituales de la Capachota, con sacrificios humanos durante la época Tahuantinsuyo.

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El antiguo poblador andino trataba de explicar sobre sus orígenes y sobre aspectos característicos de su comunidad mediante mitos y leyendas. Así por ejemplo, existe un mito sobre el origen del agua de Pirca en Sancocha. “Se cuenta que hace muchísimo tiempo atrás había un hombre muy hermoso y de muchos bienes que vivía en Rankocha y que se enamoró de la hija del curaca de Pajamarcá, de tal manera que siempre se encontraban a escondidas para amarse. Entonces, un día quisieron formalizar su relación, para lo cual conversaron con el padre de la chica, y este le pidió como prueba de amor, el construir un canal para hacer llegar el agua desde Sancocha hasta Pajamarcá, creyendo que esto era imposible. Así el muchacho construyó el canal hasta el lugar indicado, logrando el objetivo trazado. Sin embargo, el padre no aceptó la ceremonia de matrimonio. Ante la furia del engaño, el muchacho destruyó el canal a la altura de Pirca, haciendo que el agua se filtre en este lugar. Es por esta razón que Pirca siempre tiene agua.”

Así otra leyenda narra acerca del puquial de Araro: “Cuenta la historia que había un matrimonio, la señora era de Santa Catalina, y el señor era de San Juan de Chauca. Tenían un maizal en Quishantama. Un día la señora le llevó el almuerzo a su esposo y lo encontró regando la chacra de la querida. Al ver esto la señora, molesta votó el almuerzo a la sequia y se fue subiendo a pie por la sequia hasta el puquial de Araro, donde sale el agua de la laguna de Conchas. Hincándole con su pushca de hilar, siguió caminando hasta la laguna de Concha, donde hincó a la laguna para que salga el agua en dirección a Copá en Santa Catalina, saliendo agua en Copá y quedando la señora encantada, cuya huanca se observaba hasta hace poco. De esa agua Santa Cruz riega 15 días y Santa Catalina 15 días.”20 También se nos hizo una referencia de un mito sobre la laguna de Concha y el origen de los minerales en Cerro de Pasco: “El toro encantado pasó por la laguna Concha, pero pasó de frente hasta Cerro de Pasco, donde hizo su estiércol, dando origen a todos los minerales.”21Así también hay un mito sobre una pelea entre un sapo, un pato, una tortuga y un león, donde ganó el león y se quedó encantado, dando origen al agua.22

20 Fuente: Sr. Dadio Ventocilla Morales y Felix Avendaño Raymundo. Entrevista el día 19 de Abril del 2003 (10:30 a 11:00 a.m.), en el puquio de Araro, mientras realizaban su “pagapu”, al puquio, con coca, cigarro y trago.21 Misma fuente.22 Al parecer este mito ha tenido variaciones a través del tiempo, ya que narra sobre animales occidentales.

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Las festividades en honor a las divinidades eran pomposas y podían durar varios dias. Dentro del ritual, al igual que en todos los aspectos de la vida cotidiana, la coca jugaba un papel fundamental, el cual se obtenía mediante intercambio.

Etimología: Es muy difícil para los lingüistas esclarecer la lengua hablada en toda la extensión del departamento de Lima antes de la llegada de los Incas. Para ello se deben basar en estudios etimológicos y toponímicos. Lo que si es claro es que durante el Tahuantinsuyo, el estado imperial obligó a la población local a hablar el quechua o “runa simi”, pero en algunos casos permitía que de manera interna algunos pueblos sigan manteniendo sus lenguas locales. Es por ello que muchas lenguas habían logrado sobrevivir hasta la época colonial e incluso la República. Según los diversos estudios realizados, se conoce que las lenguas que fueron habladas por los diversos pueblos en los diferentes periodos culturales en el ámbito del departamento de Lima, en las diferentes cuencas, fueron la lengua muchic o yunga, que era hablada en los llanos bajos de la costa; el J’aqaru, que se hablaba en la actual provincia de Yauyos y parte de Huarochirí, el quechua y el Aymara. De estos dos últimos no se ha esclarecido muy bien su área de expansión.

Pedro Villar Córdova hace referencia de que en los periodos mas antiguos toda la zona alta de la provincia de Huaral, al igual que en Oyón, Cajatambo y Canta la población hablaba el aymará. Estos grupos se asentaron en la región producto de una masiva migración desde el Sur, desde el altiplano del Collao, señalando que fueron justamente pobladores de la tribu de los Huallas quienes ocuparon la región.

Sin embargo el Quechua de Pacaraos, fue considerado por Alfredo Torero, como uno de los cinco dialectos del quechua II-B, (Subconjunto Limay), de gran importancia en toda el área andina del departamento de Lima, lamentablemente en los últimos años la población local ha dejado de hablar quechua. De todos los dialectos del quechua, el de Pacaraos es el que más similitudes tiene con el Quechua I (Huanuco, Pasco y Junín), lo que no es raro teniendo en cuenta las cercanías geográficas. El quechua de Pacaraos era hablado antiguamente en toda la cuenca alta del río Chancay.

Lo que si llama la atención es el observar que en la región existen numerosos nombres que empiezan con “hua”, como Huaral, Huando, Huayán, Huayopampa, Huaroquín, Hualparupina, Huachinga, Huandaro, Huataya, Huayo, Huancaray, Hualpac, Ihuarí, Huashcay, Huarpas, entre muchos otros. Corresponderá a los lingüistas responder esta inquietud.

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Los Atavillos en la Colonia

Luego de la invasión española y el asentamiento del poder colonial español en Lima, se comienzan a instalar las encomiendas. Así en el valle bajo, en 1539 se creó la primera encomienda del Perú, en Santo Domingo de Palpa, llamada así ya que fue entregada a la orden de los dominicos. Sin embargo, ya en 1533, el mismo Francisco Pizarro había recorrido el territorio Atavillo, cuando se desplazaba desde Cajamarca a Jauja con Calcuchimac, notando las peculiares toquillas amarillas y coloradas que portaban los habitantes de la región, muy similar a los Taramas, y observando también sus grandes riquezas en minerales. En 1534, un año antes de la fundación de Lima, Nicolás de Rivera el Mozo, recorrió también la zona por orden de Pizarro, para conocer las posibilidades de asentamiento de poblaciones mineras. En 1535, la antigua provincia incaica de Atavillos, era administrada directamente por Francisco Pizarro, como encomienda personal. Los tributos que entregaba la población en un primer momento, fue igual que la que entregaban al Inca dentro del Tahuantinsuyo, con llamas y alpacas, ropas de lana, papa y maíz, desarrollando rápidamente las aves traídas de occidente. En 1536, la población Atavillana tuvo destacada participación en el sitio de la recién fundada Lima “Ciudad de Los Reyes”, realizada por Manco Inca.

Entre 1540 y 1570 se ejecuta en la región, las nuevas leyes de reducciones de pueblos, despoblando los grandes asentamientos Atavillos, siendo toda su población trasladada para la fundación de los nuevos pueblos, que suman mas de 40. Los pueblos restantes fueron reducidos después de esa fecha, como Vichaycocha, que fue reducida recién entre 1590 y 1616.

AGRADECIMIENTOS

Cabe señalar que los trabajos de reconocimiento arqueológico en Baños, Pirca y Santa Cruz de Andamarca, fueron realizados con el auspicio de la empresa Cibeles SAC; un agradecimiento especial para el Ing. Oscar Gómez Izaguirre, gerente general de la empresa, quien promovió y organizó los trabajos arqueológicos en la región; al Sr. Pedro Luis Arévalo Díaz quien durante los cinco viajes realizados, nos estuvo orientando y coordinando todos los pormenores de cada viaje. Los trabajos en Baños, Pirca y Santa Cruz de Andamarca, se realizaron entre los meses de Mayo y Octubre del 2005, en compañía de los arqueólogos Bach. Pedro Patrocinio Marcos, Bach. William Tomaylla Yupanqui, Bach. Jorge Luis Rodriguez Ventura, Bach. Patricia Rojas Muñoz, Bach. Nancy Santander Málaga y el

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estudiante Samy Yrazabal Valencia. Los trabajos en la localidad de Vichaycocha se realizaron en el mes de Octubre del 2006, en compañía de los estudiantes Gerson Toniño Marcelo Mellado y Omar Marcelo González. También un reconocimiento al Dr. Luis Quintana, por la información brindada, así como a la arquitecta Enna Izaguirre, docente de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Federico Villarreal.

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Fundación Museo Amano. Año 6, Nº 8, Lima.UN GRANERO DOMÉSTICO: Tecnología de almacenamiento perteneciente a la Cultura Chancay en Caral, valle de Supe23

Luis Ángel Flores Blanco 24

INTRODUCCION

El presente artículo da a conocer el hallazgo de un foso cavado que destruyó una ocupación del periodo precerámico tardío de Caral, valle de Supe. El autor se vale de sus datos de excavación y comparaciones etnohistóricas y etnográficas para dar a entender el funcionamiento de esta modalidad de guardar maíces en arena y ha sido asociado espacial y cronológicamente a las construcciones domésticas de cañas pertenecientes a la cultura Chancay.

El sitio de Caral se ubica en la margen izquierda del río Supe, a 180 kilómetros al norte de Lima y a 23 kilómetros de la línea de playa, sobre una terraza aluvial a 350 m.s.n.m. Caral esta compuesta por arquitectura monumental de uso administrativo, público-ceremonial y áreas domésticas de elite y del común perteneciente al período Arcaico Tardío (2500-1800 a.C.), uno de estos sectores es el Sector X, ubicado en la periferia oeste de Caral (Fig. 1), donde se han reportado evidencias de arquitectura doméstica simple (Shady 2004, Peralta 2003).

En agosto del 2001 llevamos a cabo el proyecto “Determinación de Áreas Habitacionales en el Sector X de Caral, Supe” como parte del curso Prácticas Pre-profesionales II impartida en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos por la Dra. Ruth Shady Solís.

La investigación, insertada en el Proyecto Especial Arqueológico Caral, Supe (PEACS), se concibió con el objetivo de entender las actividades domésticas de los grupos humanos de más bajo status social en Caral, lo cual a su vez nos ayudara a comprender el rango diferencial de las

23 Este artículo es un trabajo modificado y aumentado de la ponencia que presentamos en el XI Congreso Nacional de Estudiantes de Arqueología "Dr. Alejandro Pezzia Assereto" en Ica, desarrollada desde el 12 al 18 de Noviembre del 2001.24 Investigador del PEACS. Comunicaciones: [email protected]

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evidencias habitacionales marginales en relación con los ubicados en el centro de la ciudad, problema que ha venido siendo trabajado por un grupo de arqueólogos del PEACS (Shady 1997, 2004).

Durante nuestro trabajo de campo nos encontramos frente a expresiones culturales de diferentes períodos de ocupación, una de éstas, posiblemente la más tardía, que destruía la ocupación arcaica, fue la que encontramos a sólo veinte centímetros de la superficie y que se caracterizó por recintos simples y pequeños, de formas redondeadas y cuadrangulares, construidos a base de cañas, que al menos en un caso se encontró asociado a un hoyo que había sido usado como almacén de maíz. El presente artículo se encargara de describir este hallazgo.

Fig. 1. Mapa de Caral. Nótese la ubicación del Sector X al interior de la circunferencia, en la periferia Oeste de Caral.

Los almacenes (desde sus orígenes en el período Arcaico hasta épocas Incaicas) funcionaron como amortiguadores de los efectos económicos causados por las variaciones en la producción anual de alimentos ya sea por factores climáticos (sequías, inundaciones, heladas, etc.) o por causas sociales, como guerras. Estas funciones lo cumplieron tanto en economías de subsistencia o familiares, así como en economías políticas o estatales

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(D'Altroy y Earle 1985: 190-192). Sostenemos que nuestro hallazgo podría enmarcarse como un buen ejemplo tecnológico de una economía de subsistencia.

EL HALLAZGO DEL ALMACÉN

Con el propósito de definir la morfología de un recinto habitacional del período Arcaico Tardío, en el subsector X1, optamos por ampliar las excavaciones hacia el norte siguiendo un muro curvo que se introducía de sur a norte, en una área no excavada por Rodolfo Peralta (2003, Comunicación personal 2004). Esta nueva zona excavada comprendía un área de 16 m2 subdividida en cuatro cuadrículas de 2 por 2 m cada uno: N5W1, N5W2, N6W0 y N6W1 (Fig. 2).

Al terminar de retirar la capa I de las cuadrículas N5W1 y N5W2 notamos una concentración de cantos rodados unidos con barro que parecía ser un empedrado usado como superficie (capa II). Debajo de esta capa descubrimos un depósito de tierra oscura con gran cantidad de restos orgánicos (capa III), la misma que se presentaba profusa en la cuadrícula N5W2 y pasaba casi desapercibida en la cuadrícula N5W1.

Precisamente en esta capa III, a 0.12 m de profundidad, con relación a la superficie, encontramos una alineación curva de ocho cañas plantadas en la superficie, que junto al hallazgo de un cobertor2 de cañas caído hacia el interior de la curvatura descrita, configuraba la existencia de un recinto. En el interior de éste se encontró una mano de piedra con huellas de desgaste y manchas y una gran cantidad de restos alimenticios y fragmentos de cañas.

2 Este cobertor consistía en un atado de cuatro cañas de aprox. 50 cm de altura, que estaban sujetadas por una caña transversal (a los 35 cm. de altura), atada a éstas por una sogilla de junco.

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Foto 1: Recinto de cañas ubicado a pocos centímetros de la superficie.

Evidentemente estábamos frente a un área doméstica que consistía en un pequeño recinto de planta ovalada, de aprox. 1.60 m. de diámetro y en cuyo interior realizaron actividades de preparación de alimentos (Fig. 3).

Finalmente, nuestro objetivo fue correlacionar el recinto de cañas de la cuadrícula N5W2, con la presencia focalizada de los restos orgánicos propios de la capa III en el oeste de la cuadrícula N5W1. La relación era obvia. Por tanto, procedimos a retirar toda esta capa III, así como lo que quedaba de la capa I. El resultado fue dejando hacia los lados una capa de cantos rodados (capa V) con fragmentos de piso encima (capa IV) e iba apareciendo una gran depresión en el centro de nuestras dos cuadrículas, sobretodo en el lado suroeste de la cuadrícula N5W1.

CARACTERÍSTICAS DEL ALMACÉN

Luego de haber retirado las capas tardías (I y III) que se introducían al centro de las cuadrículas N5W1 y N5W2, la excavación fue mostrando la presencia de un gran corte en cuyo perfil se apreciaba una serie de estratos cortados como, de arriba abajo, un relleno de cantos rodados (capa V), restos de un piso amarillento (capa VI), otro relleno de cantos rodados (capa VII), un piso de arcilla color amarillo (capa VIII), una capa de ceniza (capa IX) y un apisonado (capa X).

El hoyo seguía profundizando cuando empezamos a encontrar y retirar arena eólica (capa XI) hasta que a 1.3 m., en relación de la superficie, empezamos a descubrir corontas enteras aisladas, de color

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rojo/anaranjado y rojo/púrpura, sin ningún orden reconocible y entremezclado con la arena (Fig. 4, 5 y 6). Bajando 0.30 m más encontramos 22 corontas aglutinadas, una encima de otra sin orden, con la presencia de una sola panca y abundantes granos de maíz. Estos maíces fluctuaban entre 5 cm. a 10 cm. de largo. Debajo de éstos se hallaba una delgada capa (capa XII de 0.1 m. de espesor) de arena que los separaba de la tierra estéril.

Se puede señalar que la fosa del almacén tardío fue excavada en el suelo estéril, cortando pisos amarillos, rellenos de cantos rodados, capa de ceniza y apisonados de las sociedades del Arcaico de Caral, luego el foso fue rellenado de arena donde se guardó tusas de maíz (Figs. 7 y 8).

Foto 2: Izquierda: Vista del hoyo del almacén donde se observan los diversos estratos cortados. Derecha: Hallazgo de los maíces.

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El almacén tiene una abertura irregular de aprox. 1 m. de diámetro y 1. 56 m de altura, es de forma cónica invertida, cuya base tiene menos de 1 m. de diámetro.

EVIDENCIAS ETNOGRÁFICAS

La interpretación del registro arqueológico es un problema de la disciplina, en que se tiene que trascender de lo estático del registro de la cultura material a la dinámica de la sociedad que lo elaboró. Binford (1994) ya mostró que la comparación etnográfica es un buen camino de cómo superar este óbice; sin embargo, no es la única clase de información, ni la más importante, tan sólo debe ser considera como un corpus de datos más, de todo un conjunto de referencias que ayudará a superar este problema.

Las primeras referencias acerca de cómo los andinos conservaban sus alimentos provienen de los cronistas, Bernabé Cobo, entre 1613 y 1653, nos narra sobre esta tecnología andina y dice que:

"... Solo en una cosa hallo que los indios desta costa del Perú se aprovechaban de la arena, que era para encolcar el maiz, porque no les diese gorgojo; y llaman encolcar, guardarlo en la troj con arena menuda; y de ellos aprendieron los españoles a encolcar el trigo"(Cobo 1964(1653))

Por su parte Duccio Bonavia (Grobman y Bonavia 1978, Bonavia 1982: 68) preocupado por entender el registro arqueológico de los almacenes, particularmente para el sitio de Los Gavilanes en Huarmey, Ancash, emprendió la recuperación de información etnográfica sobre las costumbres y técnicas del almacenamiento de alimentos, en especial del maíz.

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A través de una serie de testimonios de agricultores locales Bonavía (1982) pudo llegar a conocer un poco más sobre la tradicional tecnología de almacenamiento, que a grosso modo, consistía en cavar un foso ancho en el terreno estéril y para evitar que la arena se deslizara y tapara el pozo, se le mojaba ligeramente. Luego se procedía a preparar el contenido del almacén colocando una capa delgada de arena “dulce” (arena de río, no salitrosa) de 20-30 cm. de espesor en el fondo del foso, sobre esta capa se colocaban las corontas de maíz uno encima de otro. El maíz siempre se guardaba con corontas y sin pancas. Inmediatamente todo era cubierto por una capa de 30 a 50 cm. de arena un poco más gruesa que la capa inferior.

Bonavía (1982:70) menciona un tipo de maíz púrpura o maíz “jora”, que era almacenado por los lugareños para luego ser usados para elaborar chicha. En uno de los testimonios recogidos (del Sr. Morante) se comenta que el almacén estaba dentro de un recinto de carrizos que servia de corral (Bonavía 1982:71). Por lo tanto, los almacenes podían estar tanto fuera del área doméstica como en el interior de ésta.

Nosotros también pudimos recoger algunos datos etnográficos sobre el almacenamiento de alimentos en el valle de Supe. Este valle se caracteriza por su producción de maíz, sin embargo las nuevas generaciones no conocen ninguna forma de almacén tradicional, pues están desarraigados de lo "tradicional" que aun conservaban sus padres.

En Supe hace más de diez años se perdió la "costumbre" de guardar maíz, esto debido a que sólo se produce para vender. Sin embargo, hemos podido recuperar dos testimonios importantes. El Sr. Gaudencio Sánchez, actual obrero del proyecto Caral y agricultor del valle, aun recuerda cuando en tiempo de la cooperativa por los años '80 existían dos formas de guardar el maíz:

"Aquellos maíces que serian usados como semillas se guardaban los granos de maíz en pozos cavados en la tierra de nuestras casas y los pozos eran rellenados con arena; pero si los maíces eran para chicha se les guardaba en pozos que preparábamos en la tierra colocando un delgada camita de pajas de ocsha3 y luego se colocaba los granos de maíz y nuevamente se le tapaba con esta capita de paja".

3 Es una palabra quechua que significa pasto de la puna, en algunos casos usado para referirse al ichu.

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Este testimonio nos recuerda mucho una noticia anónima de 1710 que recoge información de los pueblos del valle de Virú, La Libertad, que fue publicada por Malca Olguín, donde se narran formas de almacenaje similares:

"... Tiene este pueblo unos, arenales en distancia de media legua en el que abren unos hoyos según el tamaño qe quieran para conservar sus granos. qe hechados los cubren como media vara de arena, para sacarlo tienen unas esteritas qe. Llaman circiles hechas de virulies gruesos, tegidos con ilo, bien ajustados pa. qe. no pase el grano, si solo la arena, este le medio tienden que quede como un escarpe. Recostado sobre dos orconcitos y un atrabesaño de alto como tres cuartas y al pie tienden las mantas por, cuya cara hechan el maíz rebuelto con la arena esta pasa y el maíz queda y assi lo extraen, se conserva en la arena como un baño en ello de arena nueva, sin polilla, po al fin también se pica y continuamente, este maiz, assi enterrado tiene mal olor, pa comer pero sirve pa las chichas, y animales en las casas no dura tres meses pr. el mucho calor en los demás lugares habrá fresco y no necesitarán pa concerbarlo, o no los hay." (Citado por Grobman y Bonavía 1978)

El Sr. Julián Solís, también obrero y agricultor de Caral, nos confirmó esta tradición de guardar el maíz en pozos llenos de arena, sin embargo no recuerda la segunda técnica; más bien nos informó que estos pozos podían consistir en varias capas de arena que alternaban con capas en las que se colocaban las corontas y que luego, sobre la abertura del pozo, se colocaba pajas de frijol o de ocsha. Finalmente, se nos mencionó que muy posiblemente esta costumbre de almacenamiento en arena todavía se siga manteniendo en la localidad de Vinto cerca de Barranca.

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PLANOS 2 Y 3 DE CARAL

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INTERPRETACIONES

La presencia de un almacén de maíz, asociado a recintos de cañas, define la existencia de una unidad doméstica, en la que el almacén funcionaba como un granero familiar. Estos constituirían áreas de actividad, de almacén y procesamiento de alimentos, particularmente de maíz, el cual habría sido usado para producir chicha de jora, usada para ceremonias, como de las prácticas mortuorias que se llevaron a cabo en la cuadrícula N6W0 (Flores, s.f.); pero también habrían funcionado como corrales como lo comprueban los restos de coprolitos de roedor, huesos de camélidos y grandes cantidades de desperdicios orgánicos identificados en la capa III.

Así el granero en estudio sirvió para equilibrar el variable suministro estacional de maíz y para enfrentar de este modo la constante demanda/uso casero de éste; además de cualquier fluctuación repentina en la disponibilidad de este alimento doméstico/ceremonial. Dicho control familiar y acceso a los artículos almacenados habrían proveído independencia y seguridad económica al ayllu (D'Altroy y Earle 1985: 190-192).

La presencia de gran cantidad de restos de cañas y demás materiales orgánicos (especialmente de naturaleza botánica) en la parte oeste de la cuadrícula N5W1 evidenciando el derrumbe de los recintos de cañas desde su lugar de origen a 0.2 m. de la superficie. Es decir un recinto de cañas había colapsado dentro del foso del depósito de maíz, cuando los ocupantes de estos recintos ya lo habían abandonado de una manera repentina ya que no tuvieron tiempo para llevar consigo los maíces que aún quedaban en el depósito, los cuales seguramente conformaban la última de las capas de una serie de niveles de maíces guardados. Ahora bien, este depósito seguramente se mantuvo por cierto tiempo a la intemperie lo cual originó que se llenase de gorgojos. Luego de algún tiempo sería rellenado completamente hasta formar la superficie actual debido a causas aun no determinadas.

Por otro lado, definir a qué sociedad perteneció esta tecnología ha sido un verdadero problema. Es evidente que este almacén formó parte del grupo social que construyó los recintos de cañas, pero ¿qué cultura

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arqueológica construyó estos recintos? La cerámica ha sido un elemento decisivo para poder resolver este problema cronológico y cultural. Los hallazgos de entierros de niños con sus respectivas ofrendas cerámicas y patrón mortuorio típico Chancay en la cuadrícula N6W0, no abordada en este artículo, ha servido para definir que han sido pobladores de la sociedad Chancay, asociados al estilo alfarero Negro/Blanco, durante el Intermedio Tardío (900-1470 dC), los que habrían construido y usado estos recintos de cañas y guardaron sus maíces en depósitos cavados en el suelo (Flores, s.f.).

AGRADECIMIENTOSEste artículo no hubiera sido posible sin la oportunidad y autorización que nos dio la Dra. Ruth Shady de poder usar la información de nuestras excavaciones en el Sector X de Caral.

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EL CACTUS SAN PEDRO EN LA HISTORIA DE LOS ANDES CENTRALES

Leonardo Feldman Gracia25

Sumilla

Este artículo se refiere a una planta sagrada de la región andina: el cactus San Pedro. En él se define el campo de investigación que surge del “amarre” entre Arqueología Andina y plantas de poder (alucinógenos); se presenta la botánica y la farmacología del San Pedro; se caracteriza el sistema religioso inherente al uso de esta planta en el curanderismo del norte de Perú; se recopilan las referencias escritas sobre el uso del San Pedro en la época colonial; finalmente, se compendian las evidencias de uso del cactus en tiempos prehispánicos.

INTRODUCCIÓN

Este artículo esta referido a una planta sagrada de la región andina: el San Pedro o “cacto de los cuatro vientos”, también conocido como achuma, gigantón, aguacolla y otros nombres de acuerdo a la región. Es un cactus de ramas columnares que alcanzan hasta 15 cm de diámetro y algunos metros de altura. El examen químico del San Pedro ha revelado la presencia de mescalina (que constituye el 2% del peso seco de los tallos) y otros alcaloides (Schultes y Hofmann, 1993: 58, 154-157).

El San Pedro es utilizado por la medicina tradicional en diversas localidades andinas a través de una extensa región: desde el sur de Colombia hasta el norte de Chile y noroeste argentino, pasando por Ecuador, Perú y Bolivia. Sin embargo, donde mejor se ha conservado la tradición prehispánica propia del uso de esta planta es en el norte de Perú, allí los curanderos se definen como especialistas en su manejo y aplicación curativa. A partir de los tallos del cactus, preparan una bebida sacramental

25 Mg. en Arqueología Andina. Profesor y Licenciado en Historia del arte. Telf.: 4633661 / 92872365; e-mail: [email protected]

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que les permite alcanzar estados de alto rendimiento intelectual, que aplican al diagnóstico y tratamiento de una amplia gama de enfermedades y problemas. El uso del San Pedro implica un sistema religioso con características propias condicionadas por su acción farmacológica.

Hay referencias de uso del San Pedro en tiempos coloniales. Durante la primera mitad del siglo XVII, la Iglesia Católica emprendió una campaña para “la extirpación de idolatrías” en el Perú. En este contexto el San Pedro, conocido como achuma, aparece como un obstáculo para la cristianización de los nativos. La achuma era utilizada por las elites gobernantes en Cuzco, Potosí, Cajatambo y otros sitios, donde los principales curacas y caciques la consumían como una bebida sacramental, con grandes ceremonias y cantos, para los fines de “adivinar” y tomar decisiones. El poder impuesto por los conquistadores no logró extirpar este uso ancestral de la achuma, sin embargo provocó cambios en su carácter original como se refleja en el nuevo nombre que adquirió la planta (San Pedro, el que sostiene las llaves del cielo).

A partir de los años 70, una serie de evidencias arqueológicas documentan el uso ritual del San Pedro en tiempos previos a la Conquista, desde unos 1000 años a. C. El San Pedro es una de las plantas sagradas mejor representadas en la iconografía preinca, aparece en el arte Chavín, Nasca, Moche, Chimú, etc., denotando una continuidad cultural de larga duración en su uso ritual. Si bien hay una copiosa literatura etnográfica referida al uso actual del San Pedro, existe un vacío en lo que respecta al conocimiento del rol y significado de esta planta en la época previa a la Conquista.

I. ARQUEOLOGÍA ANDINA Y PLANTAS DE PODER: DEFINIENDO EL CAMPO DE LA INVESTIGACIÓN

Con el concepto plantas de poder nos referimos a un conjunto de plantas sagradas o “mágicas”, que generalmente se catalogan como “alucinógenos”. Contienen alcaloides y su consumo produce alteraciones en la percepción, pensamiento y ánimo durante un lapso de tiempo, sin causar mayores disturbios en el sistema nervioso

Los investigadores andinos, en su mayor parte, rechazan la categoría “alucinógenos” para clasificar a éstas plantas, pues la acción farmacológica de la mayoría de ellas no se traduce en un “engaño de los sentidos” como el término “alucinógeno” sugiere. Se han propuesto alternativas como “psicotrópicos” (Cabieses, 1993) o “sicoactivos”

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(Camino y Anderson, 1994). Aquí, hemos optado por plantas de poder, un concepto más adecuado para la antropología y la Arqueología Andina, pues expresa el modo en que son consideradas por el hombre andino desde tiempos prehispánicos. En la ideología de los Andes, estas plantas contienen un poder (sinónimo de “encanto”, “espíritu” o “virtud”).

El uso de plantas de poder es una característica que define a las culturas del continente americano, donde el estudio del uso ritual de muchas de ellas se ha convertido en una “especialidad” antropológica. Es sugestivo, como señala Furst (1980: 15), el hecho de que mientras los “alucinógenos” nativos del Viejo Mundo y Asia no llegan a la docena, en el Nuevo Mundo se conocen y utilizan, desde tiempos ancestrales y hasta la actualidad, un centenar de plantas de poder.

En los Andes Centrales –considerando las regiones de costa, sierra y selva alta- diferentes etnias usan actualmente una gran variedad de plantas de poder. Entre las más importantes están el tabaco o “Túpac sayri” (Nicotiana tabacum), la “micha” o “floripondio” (Brugmansia), la “vilca” o “cevil” (Anadenanthera), la “ayahuasca” o “yajé” (Banisteriopsis), la “coca” (Erythroxylum coca) y el San Pedro (Trichocereus pachanoi, Trichocereus peruvianus).

El contexto social de uso de estas plantas es conocido como “medicina tradicional”. Es “medicina” porque se utilizan para el diagnóstico y la cura de enfermedades; el adjetivo “tradicional” refiere al sistema religioso en que se inscribe su uso, cuyo origen es prehispánico y representa una sobrevivencia de la tradición ancestral en las comunidades actuales (Polia, 1989: 7). El uso de plantas de poder es, en este contexto, necesariamente ritual y comunal, facilitando el acceso a “imágenes simbólicas compartidas” vinculadas a la cosmovisión y el orden social de las culturas nativas. Desempeñan un importante rol en la construcción de identidades étnicas y -en el caso de las plantas que son motivo de intercambio interregional o “franco”- en la mediación de relaciones interétnicas y en la configuración de “áreas de culto” (Camino y Anderson, op. cit.: 28).

A partir de la segunda parte del pasado siglo, las plantas de poder de los Andes comenzaron a ser objeto de estudio científico desde diferentes perspectivas: la botánica, la química, la farmacología, la neurosiquiatría y la etnografía. Al mismo tiempo, paulatinamente, un conjunto de evidencias arqueológicas demostró que su uso ritual se remonta por lo menos hasta el

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periodo Formativo; así se documenta para el San Pedro -como veremos más adelante- y la coca (Rostworoski, 1988: 36).

A este descubrimiento, en un principio, no se le confirió la debida importancia. Pudo haber influido “[...] un prejuicio etnocentrista que niega, a priori, valores culturales acumulados a través de miles de años de experiencias prácticas en estas áreas, en las que la ciencia recién comienza a interesarse seriamente.” (Menacho, 1988: 19).

Luego de los numerosos estudios que han tratado el tema desde variadas perspectivas (arqueológicas, antropológicas, iconográficas), ha quedado fundamentada la importancia de las plantas de poder para la Arqueología Andina. Hoy se reconoce el rol central y decisivo que desempeñaron estas plantas –utilizadas por la elite gobernante- en la ideología religiosa de las sociedades prehispánicas (Donnan, 1978; Cané, 1988; Elera, 1994).

Debido a la especificidad y juventud de este campo de investigación, que surge de la confluencia de Arqueología Andina y el conocimiento de las plantas de poder, se carece todavía de un marco teórico y metodológico adecuado. Por otra parte, aún perduran prejuicios acerca de la realidad cultural asociada a estas plantas. Muchos estudiosos las continúan considerando como “alucinógenos”; suponen que su uso se inscribe en una esfera “sobrenatural” y produce una “transformación” del chamán en jaguar. De este modo, se pierde la posibilidad de ahondar en la comprensión del ritual, la ideología y las implicancias sociopolíticas vinculadas al uso de estos vegetales en tiempos prehispánicos.

Actualmente, las posibilidades de investigación son óptimas. Además de los avances de la propia Arqueología Andina, que cuenta con estudios más complejos respecto a la cosmovisión y el ritual en tiempos prehispánicos, y el rol de las plantas de poder en ese contexto, hoy podemos apropiarnos del conocimiento producido por diversas ciencias. La botánica y la química permiten la identificación de las especies y sus principios activos; la farmacología y la neuropsiquiatría explican sus efectos en el organismo humano; la antropología ha llegado a la comprensión de cómo la acción psicotrópica es aplicada racionalmente en fines concretos, revalorizando el curanderismo como un sistema lógico y coherente; hoy contamos con una amplia y confiable literatura etnográfica sobre el tema.

II. LA PLANTA: EL SAN PEDRO

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Botánica: Trichocereus pachanoi / Trichocereus peruvianus

El San Pedro (foto 1) es la planta de poder a la que específicamente nos referimos aquí. Además de San Pedro, denominación con que el conocimiento del cactus se ha “globalizado”, es conocido con diferentes nombres de acuerdo a la región: huachuma, remedio, cimorra, huando, cardo santo, paja, palo, etc. en el norte de Perú; aguacolla, gigantón y sanpedrillo en Ecuador (Sharon, 1980: 67; Polia 1989: 48; Cabieses, 1993: 397); achuma en Tupe y otras localidades de habla aimara de la sierra central de Perú (Tello-Xesspe, 1979: 19; Belleza, 1995: 29). En internet, la planta puede ubicarse con los nombres de achuma, huachuma (o wachuma), aguacolla y gigantón.

El San Pedro pertenece a la familia de las Cactáceas, autóctona del continente americano, y al género Trichocereus, característico de las regiones andinas (1). El vocablo Trichocereus proviene de tricho: “pelo”, pues el ovario de la flor y el fruto –una tuna de forma ovoide de unos 5 cm., dulce, carnosa y comestible- poseen pelos largos y negros; y cereus: “cirio”, por la forma columnar de los tallos (Cabieses, 1993: 378).

“El género Trichocereus agrupa alrededor de 48 especies columnares, de tamaño variable y flores grandes y nocturnas, distribuidas en Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador y Perú. De estas especies de Trichocereus, de las cuales existen 12 en nuestro país, la más conocida es el “San Pedro” ó Trichocereus pachanoi Br. & R.” (Ostolaza, 1980: 40).

El San Pedro fue definido como Trichocereus pachanoi por Britton y Rose, en 1920, en la sierra sur de Ecuador (Cuenca).

“El Trichocereus pachanoi Br. & R. ó “San Pedro” es de forma arbórea, de hasta 6 mts. de altura y 10 cms. de diámetro, tiene numerosas ramas que nacen de la base, ligeramente arqueadas, color verde azulado, con 5 a 8 costillas anchas y redondeadas y un surco transversal sobre las areolas, que son pequeñas. Las espinas, en cultivo, generalmente ausentes o muy pequeñas, de 1 a 4; en su hábitat, más desarrolladas, de 3 a 7, desiguales, de 1 a 2 cms. de longitud, color amarillo oscuro a marrón. La flor, de forma de embudo, mide hasta 25 cms. de longitud por 20 cms. de diámetro” (Ostolaza, Ibíd.: 41).

Actualmente, se reconoce también como San Pedro al Trichocereus peruvianus, especie estrechamente emparentada: “El uso popular tiende a confundir bajo una misma denominación dos especies distintas de la misma cactácea: el Trichocereus pachanoi y el Trichocereus

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peruvianus que, a diferencia del anterior, presenta espinas bien desarrolladas [...]” (Polia, 1996: 280) (2).

Foto 1. Izquierda: El San Pedro (Trichocereus pachanoi). Derecha: Detalle.

El Trichocerus pachanoi -conocido como “San Pedro hembra”- es una especie doméstica, una “planta de jardín” (3). Los nascas ya la cultivaron y utilizaron (Towle, 1961: 131; Polia, 1989: 49); debió ser

mejorada genéticamente y adaptada a nuevos ecosistemas en el periodo Formativo, o antes. Se ha señalado que el área de difusión de esta planta, cultivada en los jardines (según la tradición, cuida la casa) abarca diferentes regiones de Ecuador, Perú y Bolivia (Schultes y Hofmann, 1993: 155). Según hemos comprobado, esta área se extiende hacia el sur, incluyendo el norte de Chile y el noroeste de Argentina.

El T. peruvianus o “San Pedro macho”, en cambio, es una planta espinosa y silvestre o “madriguera” (Cfr. nota 3), no modificada por el hombre. Es autóctona de la sierra peruana entre los 2000 y 3000 msnm. Crece espontáneamente en diferentes regiones de la sierra de Ancash: el callejón de Huaylas cerca de la cueva del Guitarrero (Lynch, 1980: 69, 80), la quebrada Santa Cruz de la Cordillera Blanca a 3300 msnm (Ostolaza

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1980: 41), en el valle de Chavín de Huantar (Cané, 1985: 40); en la sierra de Ica: el valle de Palpa cerca de los petroglifos de Chichiktara (Tello, 1979: 407); en la sierra de La Libertad: el Jequetepeque y otros valles (Elera, 1994). Esta especie también es utilizada en el curanderismo, aunque en menor medida que el T. pachanoi: “Algunos maestros prefieren el cactus silvestre, otros la planta cultivada” (Polia, 1996: 309) (tabla 1).

TABLA 1: LAS ESPECIES DEL SAN PEDRO

Trichocereus pachanoi Trichocereus peruvianus

Popularmente, denominado “San Pedro hembra”.

Especie domesticada y cultivada (“planta de jardín”).\

Areolas inermes o con espinas diminutas.

Contiene mescalina y otros alcaloides.

Uso preferencial en el curanderismo.

Popularmente conocido como “San Pedro macho”.

Especie silvestre no modificada por el hombre (“planta madriguera”), autóctona de la sierra.

Areolas con espinas (de tres a nueve), la central más desarrollada de hasta cuatro cm.

Contiene mescalina (en mayor concentración que el T. pachanoi) y otros alcaloides.

Usado en menor grado por los curanderos.

No se ha identificado con exactitud el centro de origen del San Pedro (Polia, 1989: 46); sí hay coincidencia en que este se halla entre los 2000 y los 3000 msnm (4).

Farmacología: la acción psicotrópica del San Pedro

El análisis farmacológico del San Pedro ha revela que contiene diversos alcaloides: mescalina o TMPE (trimetoxipheniletilamina), tiramina, metitiramina, metoxitiramina, ordenina, analonina y tricocerene (Bianchi, 1996: 321). El principal de estos alcaloides es la mescalina, descubierta a fines del siglo XIX en el cactus mexicano “peyote” (Lophophora williamsii). La mescalina fue el primer “alucinógeno” purificado y estudiado farmacológicamente, lo cual permitió conocer científicamente el origen de los estados modificados de conciencia.

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Posteriormente, se descubre la presencia de mescalina en el San Pedro y otros cactus (Cabieses, 1993: 399).

La mescalina se forma en los tejidos del San Pedro, fundamentalmente en la carne verde adyacente al pellejo externo, su contenido es aproximadamente de 0.12 por ciento en la planta fresca y de 2 por ciento cuando está seca, aunque su concentración es mayor en el T. peruvianus que en el T. pachanoi (Ostolaza, 1995: 75) y varía de acuerdo al lugar donde crece la planta. “Se dice que las variedades de San Pedro que crecen en las laderas andinas son más potentes [...] debido a la mayor riqueza mineral del suelo.” (Sharon, 1980: 61).

La mescalina tiene una fórmula molecular casi idéntica a la noradrenalina, una hormona o intermediario químico que produce naturalmente el organismo y regula el sistema nervioso periférico, estimulando la alerta sensorial y muscular frente al mundo exterior. Una vez asimilada por vía oral, la mescalina actúa en los sistemas noradrenalínicos modificando o reemplazando algunos de los intermediarios químicos, a modo de llaves similares que abren las mismas cerraduras. Es así como se producen estados de conciencia que se diferencian cualitativamente de la conciencia ordinaria (Cabieses, 1993: 370-374, 399; Schultes y Hofmann, 1993: 183).

Ahora bien, la acción psicotrópica del San Pedro es muy diferente a la de la mescalina purificada y a la de otros cactus que también contienen mescalina. Como ha sido señalado, el San Pedro contiene otros alcaloides cuyos efectos modifican substancialmente la acción de la mescalina, provocando “[...] un efecto sedante y, en dosis más elevadas, un verdadero sueño profundo y sin disturbios.” (Bianchi, 1996: 321). “A dichos alcaloides podría atribuirse el efecto narcótico que siempre se halla presente en la ingestión de Sanpedro [...]” (Ibíd.: 322). Es notable observar que el Trichocereus pachanoi, a pesar de su menor contenido en mescalina que el T. peruvianus, es la especie preferida por los curanderos. En la ingestión de mescalina purificada es común que se produzcan náuseas, vómitos, vértigo, palpitaciones, etc.; por el contrario, la ingestión del San Pedro no produce reacciones fisiológicas tan extremas.

La acción farmacológica del San Pedro se presenta en dos fases. La primera fase dura aproximadamente una hora -a partir de la ingestión del brebaje- y se define como un “periodo de latencia” con síntomas premonitorios: laxitud en algunos miembros, somnolencia, sensación de

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calor o frío, etc. La segunda fase corresponde a las “alteraciones mentales”: cenestesias –la más común es la sensación de levitar o volar-, agudización de la sensibilidad de la piel y de los sentidos en general, variadas sinestesias (acústico-visuales, óptico-auditivas, etc.) y el despliegue del pensamiento a través de imágenes simbólicas (Gutiérrez-Noriega y Cruz Sánchez, 1947: 466-467).

La acción farmacológica es influida decisivamente por el contexto cultural de uso. Fuera de su utilización en la “medicina tradicional”, el San Pedro generalmente produce ilusiones, alucinaciones, confusión, etc. Por el contrario en el curanderismo, donde se usa de acuerdo a un sistema religioso y fines concretos, y el curandero se define como un especialista en su manejo y aplicación curativa, el San Pedro propicia “niveles superiores de intelección” (5):

“Durante los estados de conciencia acrecentada, las redes de relaciones establecidas entre las ideas entre sí y con los hechos externos, es decir entre las realidades síquica y física, se hacen conscientes de una manera cuantitativa y cualitativamente superior, incorporándose al corpus de lo concienciado una enorme gama de conceptos que se interconectan y adquieren sentido profundo y coherencia total. Los acontecimientos externos e internos se entienden entonces como unidades de relación interdependientes y, por lo tanto intermodificables, a un nivel tal de concatenación y claridad que justifica plenamente la ritualización y religiosidad [...] Una palabra clave para la descripción de estas formas de intelección es velocidad. Esta velocidad de pensamiento es tal, que permite una visión global de una realidad determinada. [...] Esta iluminación, así como la posibilidad de manipular zonas específicas dentro de las mencionadas redes de relaciones, y su dirección terapéutica por parte de quienes son capaces de dicho manejo, constituye la esencia de este tipo de curanderismo.” (Menacho, 1988: 24).

“Los estados alucinatorios, lejos de ser aspectos devaluados del quehacer psíquico son, en este contexto y en sus picos más altos, niveles superiores de intelección [...]” (Menacho, Ibíd.: 25).

En las palabras de un curandero (Eduardo Palomino, “Tuno”), el San Pedro propicia:

“[...] una gran “visión”, una aclaración de todas las facultades del individuo. Produce un ligero adormecimiento en el cuerpo, y después tranquilidad. Y luego viene un desprendimiento, un tipo de fuerza visual en el individuo, que incluye todos los sentidos: ver, oír, oler, tocar, etc.; todos los sentidos, incluso el sexto sentido, el sentido telepático que lo trasmite a uno a través del tiempo y la materia... Desarrolla el poder de percepción...

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en el sentido de que si quiere uno ver algo que está lejos... puede distinguir poderes o problemas o perturbaciones a gran distancia, y vérselas con ellos... [También] produce... una limpieza general, que incluye los riñones, el hígado... el estómago y la sangre.” (Sharon, 1980: 68).

En este capítulo, entonces, se presentaron las dos especies: el “San Pedro hembra” o T. pachanoi (domesticado y sin espinas) y el “San Pedro macho” o T. peruvianus (silvestre y espinoso). Se describió la acción farmacológica del San Pedro, enfatizando que: (1) ésta no es semejante a la de la mescalina pura ni a la de otros cactus mescalínicos y (2) el contexto cultural de uso es un factor condicionante, de modo tal que en el curanderismo (a diferencia de los usos no tradicionales) el San Pedro propicia niveles superiores de intelección.

III. ETNOGRAFÍA: EL SISTEMA RELIGIOSO INHERENTE AL USO DEL SAN PEDRO EN EL CURANDERISMO DEL NORTE DE PERÚ

El uso tradicional del San Pedro se extiende por diferentes localidades andinas del norte de Chile, noroeste de Argentina, Bolivia, Perú y Ecuador, donde perdura el cultivo de la especie doméstica (T. pachanoi). Sin embargo, la tradición prehispánica propia de su uso se ha conservado mejor en el norte de Perú, particularmente en la sierra de Piura (Huancabamba y Ayabaca) donde se encuentran las lagunas Huaringas.

El curandero, llamado “maestro”, es una respetada figura social, una especie de médico-sacerdote tradicional. La iniciación en “el arte” generalmente se transmite de padre a hijo. Al igual que los herbolistas indígenas, el curandero posee los conocimientos acumulados durante milenios acerca de las propiedades de las plantas. Sin embargo, lo que define al “maestro curandero” como tal, es su capacidad para diagnosticar las causas de las enfermedades -o predecir otros asuntos- a través de los estados superiores de intelección propiciados por el San Pedro; “[...] no se es curandero si no se es capaz de dominar la virtud del San Pedro.” (Polia, 1989: 59).

El uso del San Pedro es el rasgo central y definitorio del curanderismo del norte de Perú; otras plantas de poder, como el “tabaco” (Nicotiana tabacum) o la “micha” (Brugmansia) son de uso complementario. El uso del San Pedro implica un sistema religioso con características propias, condicionadas por su acción farmacológica. “Estas prácticas están sostenidas por sistemas de pensamiento que poseen una

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lógica interna específica y especial, lo cual hace difícil su comprensión desde afuera.” (Menacho, 1988: 25). Por ello, su estudio es una especialidad etnográfica que exige una vocación “chamánica” del antropólogo: su iniciación, la observación participante en rituales -como aprendiz de uno o varios maestros- durante un tiempo más o menos prolongado, para ver “desde adentro” el sistema religioso inherente al uso del San Pedro. Por fortuna, hoy contamos con exhaustivos estudios que facilitan su comprensión, particularmente Sharon (1980) y Polia (1996, 1989) (6). A partir de citada bibliografía y a la luz de la propia experiencia, hemos elaborado una síntesis teórica, explicando el sistema religioso inherente al uso del San Pedro a partir de 5 rasgos o aspectos.

El espacio ceremonial de uso del San Pedro: la “mesa”

El San Pedro se usa en un ritual o ceremonia –la “mesada”- que se realiza en la “mesa”: un manto extendido en la tierra sobre el cual se disponen “los artes” (figura 1).

“Cada curandero posee un ajuar personal de objetos rituales. Estos, en general, son heredados de su propio maestro –si el curandero pertenece a una línea de iniciación patrilineal, o de maestro a discípulo- siendo el ajuar poco a poco enriquecido con nuevos objetos que pueden ser comprados, adquiridos en otro modo, o encontrados. El conjunto de objetos que conforman la mesa se llama “los artes”. Algunos de estos “artes”, como la “espada mayor”, la vara de chonta –llamada “vara defensa” o “citadora”- y la sonaja (“chungana”) junto con las conchas y caracoles marinos, son inseparables de la función misma del curandero.” (Polia, 1996: 347).

Si bien las “mesas” varían de acuerdo a la región y al modo de trabajo de cada curandero, todas comparten básicamente la misma tipología de “artes”, que incluye: varas de madera, espadas y puñales, caracoles y conchas marinas, piedras (cuarzo, turquesa, pirita, etc.), objetos arqueológicos o “artes gentiles”, sonajas (cascabeles o “chunganas”), perfumes, bebidas, alimentos, ingredientes o partes de animales (piel de puma, grasa de la boa “macanche”, etc.), imágenes católicas, talismanes de hierbas o “seguros”, etc. (Menacho, 1988: 19) (7).

En la organización espacial de la “mesa” subyacen dos principios: la dualidad simétrica y la cuatripartición; éstos expresan una cosmovisión basada en los conceptos de “dualismo dinámico” y “los cuatro vientos”. “Los artes” ocupan un lugar establecido dentro del espacio ceremonial. El San Pedro es la única planta de poder directamente asociada a una

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cosmovisión físicamente representada en la “mesa”, y que se remonta a tiempos muy antiguos (Camino y Anderson, 1994: 34).

El tiempo ceremonial de uso del San Pedro

El tiempo de la “mesada” está condicionado por la acción farmacológica de la planta: En su duración: unas ocho horas aproximadamente, el lapso que dura el estado especial de conciencia que produce el San Pedro. En su “calidad”: caracterizada por un aumento en la agudeza de los sentidos y la consecución de estados de elevado rendimiento intelectual. En su horario nocturno y lunar, en parte debido a la sensibilización de la vista y midriasis (dilatación de las pupilas) que provoca el San Pedro, haciendo la visión incompatible con el resplandor del sol y muy adecuado el brillo más tenue de la luna.

El modo de consumo del San Pedro: bebida sacramental

Campo izquierdo Campo central Campo derecho

Figura 1. La “mesa”.

El San Pedro es una bebida. Para su preparación, los tallos de la planta se cortan en rodajas y se hierven durante varias horas. El zumo de la

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decocción del San Pedro, un líquido espeso y amargo, se utiliza como bebida. Su ingestión representa un “sacramento”, porque es necesariamente grupal y permite la “comunión” con las “divinidades” (los espíritus de los lagos y cerros, los espíritus de los antepasados) (Polia, 1996: 306, 327).Desarrollo de la acción ritual o “mesada”

El desarrollo del “ritual de San Pedro” o “mesada” consta de dos fases, en correspondencia con las dos fases de la acción farmacológica. La primera fase, dura aproximadamente desde las 10 pm hasta la medianoche y consiste en la bebida sacramental del San Pedro, acompañada de invocaciones a las “divinidades” y otros actos rituales. La segunda fase dura desde la medianoche hasta el amanecer, los estados acrecentados de conciencia que propicia el San Pedro se aplican para el “rastreo” (investigación) y diagnóstico o predicción de los problemas específicos que motivaron la “mesada”.

La función social del uso del San Pedro

Los fines, o utilidades concretas del uso del San Pedro, se refieren primordialmente al diagnóstico de las enfermedades. Además, esta planta juega una relevante función social. Las Huaringas, en la sierra de Piura, constituyen un centro de peregrinación de “clientes” (agricultores, pastores, pescadores, etc.) de la costa, la sierra y la selva alta del norte de Perú (desde La Libertad hacia el norte) y del sur de Ecuador (desde Loja hacia el sur). De tal forma, el uso del San Pedro demarca los límites de un “eje de salud” y representa un factor de cohesión social e identidad cultural (Camino, 1992: 37-64).

Resumiendo: la acción farmacológica del San Pedro condiciona los cinco aspectos que hemos definido, y que constituyen un sistema religioso con una lógica propia y específica.

IV. HISTORIA: REFERENCIAS ESCRITAS SOBRE EL USO DEL SAN PEDRO EN TIEMPOS COLONIALES

La achuma

A principios del siglo XVII, el vocablo achuma aparece en el Vocabulario de la lengua aymara de Bertonio (1984 [1612]: 7): “Achuma: Cardo grande; y vn beuedizo que haze perder el juicio por vn rato”. Identificamos en la citada fuente dos acepciones de achuma. En primer lugar, un sentido “natural”, achuma alude a la planta; en una segunda

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acepción, un sentido “cultural”, achuma es una bebida preparada con fines rituales “que haze perder el juicio por vn rato”. Podría añadirse que “Del nombre de esta planta deriva indudablemente el verbo actual criollo del Perú y Chile chumarse, sinónimo de emborracharse, embriagarse.” (Cobo 1956 [1631]: 205).

Durante la primera mitad del siglo XVII, la Iglesia Católica emprendió una campaña para “la extirpación de idolatrías”. En este contexto, la achuma representó un obstáculo para la aculturación de los nativos, y por ello se convirtió en uno de los objetivos de los extirpadores.

“Es ésta una planta con que el demonio tenía engañados a los indios del Perú en su gentilidad; de la cual usaban para sus embustes y supersticiones. Bebido el zumo della, saca de sentido de manera que quedan los que lo beben como muertos, y aun se ha visto morir a algunos por causa de la mucha frialdad que el cerebro recibe. Transportados con esta bebida los indios, soñaban mil disparates y los creían como si fueran verdades.” (Cobo 1956 [1631]: 205).

“Y para concluyr con este capítulo [...] remataré / con una infernal [idolatría] que todavía dura y está muy introducida, y usada dellos y de los casiques y curacas más prinçipales desta nación y es que para saber la voluntad mala ó buena que se tienen unos á otros, toman un brebaje que llaman Achuma; que es una acua, que haçen del çumo de unos cardones gruessos y lisos, que se crían en valles calientes; bévenla con grandes çeremonias, y cantares: y como ellas sea muy fuerte, luego, los que la beven quedan sin juiçio; y privados de su sentido: y ven visiones que el Demonio les representa, y conforme a ellas jusgan sus sospechas y de los otros las intensiones.” (Oliva, 1998 [1631]: 169).

Otras fuentes del siglo XVII refieren el uso de la achuma en Cuzco (Polia, 1996: 284); la Provincia de los Charcas; (León Pinello, 1943 [1656]: 43); Potosí (Polia, 1999: 138) y Cajatambo (Polia, 1996: 283); reproducimos textualmente en una nota (8) cada una de estas referencias.

Además, encontramos otro comentario, sobre el uso de la achuma, que había permanecido “escondido” (quizás porque la planta se refiere como “chuma”); proviene de Chuquisaca, provincia de los Charcas.

“La chuma que son vnos cardones espinosos asados en rebanadas, y puestas sobre la parte dolorida de la goza alibia el dolor, y lo quita, del sumo de esta yerba usan los indios supersticiosamente bebiendola con que pierden el sentido, y dicen que ven quanto quieren [...]” (Vásquez de Espinosa, 1948 [1630]: 610).

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La descripción física y la utilidad cultural de la achuma, que comentan los documentos del siglo XVII, coincide plenamente con la definición botánica y el uso tradicional del Trichocereus pachanoi o “San Pedro hembra”. Habíamos dicho que esta es una especie domesticada, cultivada y de tallos glabros (sin espinas); coincidentemente la achuma es definida como cardones “lisos, que crían en valles calientes” (Oliva, Ibíd.: 169).

El modo de consumo de la achuma también es el mismo que actualmente se hace del T. pachanoi: “[...] toman un brevaje que llaman Achuma; que es una acua, que haçen del çumo de unos cardones [...]” (Oliva, Ibíd.: 169). Con la planta se preparaba un zumo que se bebía en el contexto de un ritual colectivo, con grandes ceremonias y cantos.

El San Pedro, bajo la denominación de achuma, era utilizado por las elites gobernantes, “Los casiques y curacas mas prinçipales desta nación [...]” (Oliva, Ibíd.: 169), a lo largo y ancho de los Andes Centrales. Es notable la importancia político-religiosa del San Pedro en diversas sociedades prehispánicas al momento de la conquista. “En particular se ha predicado contra una bebida q. Llama Achuma [...]” (9) ; “Es ésta una planta con la cual el diablo seducía a los indios del Perú en su paganismo [...]” (Cobo, 1959: 205).

Bertonio, Oliva, Cobo y los otros citados autores, coinciden al caracterizar los diferentes aspectos relacionados con el uso de la achuma. Se trata de una documentación muy valiosa, pues nos permite conocer cómo eran las características del uso del cactus en un contexto aun casi totalmente prehispánico. Es posible reconstruir, al menos parcialmente, el sistema religioso inherente al uso del San Pedro en el siglo XVII.

El aguacolla

A diferencia del vocablo achuma, registrado en diccionarios aimaras, el término aguacolla (escrito de diferentes formas: hahuacolla, avacollay, jahuackollay) aparece en los diccionarios quechuas del siglo XVII: “Hahuakollay, nom. Flor de espino, el espino que tiene ramas, jigantón.” (Gonzáles de Holguín, 1901: 104).

Actualmente aguacolla y achuma se utilizan indistintamente, como sinónimos de San Pedro. Esto no era así en el siglo XVII. Cobo, en la

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misma obra en que se refiere a la achuma (que como hemos visto corresponde al Trichocereus pachanoi o “San Pedro hembra”, cultivado, sin espinas y de uso ritual), describe al “avacollay” como un cardón silvestre y espinoso que crece en los riscos y arenas de los Andes.

“El cardón llamado avacollay es el mayor de los de esta segunda clase, en que se ponen todos los demás que son verdes, espinosos, acanalados y que no dan madera de provecho; y deben de pasar de diez a doce suerte dellos. El avacollay crece unas veces levantado y derecho, y otras, tendido por el suelo, que no parece sino culebra verde. Tiene de cuatro a seis esquinas; en la hechura se parece a un cirio de muchos pábilos. El tan grueso como el brazo y largo desde uno hasta dos estados. Echa en su cumbre una flor blanca [...]” (Cobo, 1956 [1631]: 205).

Además, la utilidad que se menciona del aguacolla no es la misma que la de la achuma:

“[...] para que la mezcla que ansi habían de llevar en el lucimiento de las casas ansi por dentro como por de fuera pegase y no se resquebrajase, mandó [Ynga Yupangue] que trujesen para aquel tiempo mucha cantidad de unos cardones que ellos llaman aguacolla quizca con el zumo de los cuales fuesen untadas las tales paredes [...]” (Betanzos, 1987 [1551]: 76-77).

Al respecto podríamos agregar que ésta cola “se hace echando a cocer algunos trozos tiernos [de cactus], y el agua en que se cocieron queda glutinosa y a propósito para el efecto dicho.” (Cobo, 1956 [1631]: 204). Es notable que el modo de preparación de esta cola es el mismo que el de la preparación de la achuma (en su acepción de bebida).

Queda claro, entonces, que en el siglo XVII achuma y aguacolla se consideran dos cactáceas diferentes. La achuma es un cactus domesticado, cultivado, sin espinas y con el cual se hace una bebida con propiedades psicotrópicas de utilidad ritual; el aguacolla es un cactus silvestre, espinoso y que se utiliza como elemento cohesivo para la pintura de muros (no se menciona su uso como bebida ritual, pero no puede descartarse que también haya servido para este fin). De acuerdo a las descripciones de Cobo, la achuma se identifica con la especie Trichocereus pachanoi o “San Pedro hembra” y el aguacolla con la especie T. peruvianus o “San Pedro macho”.

Finalmente, en la segunda mitad del siglo XVIII, en Cajamarca, se utilizaba el San Pedro con el nombre de “gigantón” y con fines medicinales. Entre los procesos por supersticiones de aquella época, se

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refiere el caso de un curandero cuyo oficio se fundamenta en el uso ritual de “gigantón” (10). El sistema religioso inherente al curanderismo del norte de Perú aparece aquí, hace más de dos siglos, nítidamente configurado.

V. ARQUEOLOGÍA: EVIDENCIAS DE USO DEL SAN PEDRO EN TIEMPOS PREHISPÁNICOS

A partir de los años 70, una serie de evidencias arqueológicas documentan la presencia del San Pedro desde el periodo Formativo. “El primer cacto alucinogénico representado en el arte antiguo de América es un miembro alto y columnario de la familia cereus, el trichocereus pachanoi [...]” (Furst, 1980: 198). El San Pedro es una de las plantas mejor representadas en la iconografía prehispánica, un amarre firme entre Arqueología Andina y plantas de poder.

Nuestro desafío aquí es presentar un panorama sintético pero exhaustivo, actualizado y ordenado cronológicamente, de las evidencias de uso del San Pedro en tiempos prehispánicos. Además de recopilar todas las evidencias seguras señaladas en los estudios previos, añadiremos otras como fruto de esta investigación (tabla 2).

Este esfuerzo, que no se realizaba de modo sistemático desde hace ya más de dos décadas cuando fue esbozado como “La historia de una planta mágica” (Sharon, 1980: 60-65), tuvo sus recompensas. La primera, constatar que se han sumado, en el tiempo transcurrido, una gran cantidad de nuevas evidencias, corroborando que “La documentación del uso del San Pedro abarca más de tres mil años y sugiere una asombrosa continuidad de tradición mágico-religiosa en el área andina.” (Sharon, Ibíd.: 67). La segunda, descubrir que la presencia del San Pedro en contextos arqueológicos no se limita a 3000 años, sino que se remonta hasta por lo menos 8600 años a. C., desde el comienzo del proceso de neolitización en los Andes (cueva del Guitarrero, sierra de Ancash).

En función de ordenar la presentación de las evidencias, las dividimos en tres periodos: a- Arcaico (8000-1600 a. C.), b- Formativo (1600-200 a. C.) y c- desde el fin del Formativo hasta la Conquista.

a- ARCAICO (8000-1600 A. C.): RESTOS BOTÁNICOS EN GUITARRERO

Se había supuesto, sin contar aun con pruebas, que las propiedades del San Pedro fueron conocidas y utilizadas en tiempos paleolíticos,

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cuando la supervivencia del hombre dependía en gran parte del conocimiento y utilización de la flora. Los argumentos a favor de esta hipótesis eran que: a- los alcaloides del San Pedro pueden ser asimilados a través del simple mascado e ingestión de los tallos crudos y esta modalidad de consumo, que está registrada iconográficamente en tiempos prehispánicos, debió ser descubierta y utilizada muy tempranamente; b- en el curanderismo actual hay elementos y características que evocan la ideología de cazadores-recolectores (Sharon, op. cit.: 132).

En esta tesis se aportan pruebas arqueológicas y botánicas que documentan la presencia del San Pedro desde tiempos paleolíticos y durante el proceso de neolitización.

La cueva del Guitarrero se encuentra en el Callejón de Huaylas, a 2580 msnm, en las laderas de la Cordillera Negra y frente a la Cordillera Blanca, a 150 m del río Santa y cerca del pueblo de Mancos (departamento Ancash). Fue ocupada desde 8600 años a. C. de modo continuado, sus habitantes llevaron una estrategia de subsistencia mixta: por un lado la recolección y caza (con desplazamientos estacionales por zonas ecológicas a diferentes alturas) y por otro lado un incipiente cultivo. Entre los años 8600 y 5600 a. C. cultivaron oca (Oxalis sp.), pallar (Phaseolus lunatus), frijol (Phaseolus vulgaris) y ají (Capsicum chinense). Otras plantas recolectadas que podrían haber estado en proceso de domesticación son cucúrbita (Cucurbita), lúcuma (Pouteria lucuma), pacae (Inga ssp.) y achuma (Trichocereus peruvianus) (Lynch, 1980: 90-111).

Figura 2. Guitarrero: areola con espinas de “achuma” o San Pedro (T. peruvianus), datada hacia 6800–8200 a. C.

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El San Pedro silvestre y espinoso, identificado en el citado estudio como Trichocereus peruvianus y con el nombre popular de achuma (op. cit.: 303), crecía hace 10000 años, tal como en la actualidad, entre la flora autóctona de las laderas de la Cordillera Negra aledañas a la cueva de Guitarrero (op. cit.: 69). Su cosecha deliberada -y probablemente el inicio de su cultivo y consiguiente domesticación- es un hecho sugerido por el estudio de los restos botánicos recuperados, que revelan:

La presencia de polen de T. peruvianus -no menor al 5%- entre el polen de diversas familias vegetales de los estratos más profundos de la caverna, de modo continuado durante tres milenios en el periodo de 8600 a 5600 a. C., y que sobrepasa el 15% entre los años 7400-6800 a. C. Esta evidencia palinológica podría explicarse por la abundancia de la especie en el medioambiente circundante; sin embargo, junto al polen aparecieron restos fosilizados del cactus -“Trichocereus macrofossils” (op. cit.: 57)-, los cuales evidencian que tallos o trozos de la planta fueron cosechados e introducidos en la cueva por el hombre.

Una areola perfectamente conservada (“spine cluster”), con un trozo de pellejo del tallo adherido y 9 espinas (la central más desarrollada, de 4 cm), fue identificada como achuma (Trichocereus peruvianus) y datada hacia 6800 y 6200 años a. C. (figura 2). Con estas mismas areolas espinosas -simbolizadas como “estrellas”- se representó al cactus en el arte de Paracas y Nasca (ver figura 7).

Un trozo de tallo del cactus, recuperado de estratos disturbados, data entre 5600-500 años a. C. (op. cit.: 88).

Un fragmento de fruto de Trichocereus, proveniente de un contexto muy disturbado (op. cit.: 88).

La citada investigación es anterior a la identificación del T. peruvianus como San Pedro, por consiguiente el verdadero significado y la importancia de su presencia en Guitarrero no fue percibida por Lynch y sus colaboradores.

“I have had no reports of the use of Trichocereus other than for the fruit, in this area. A relate species of northern Peru, T. pachinoi [sic], is the source of an hallucinogenic drug.” (Ibíd.: 101).

Como en la época de este estudio aún se desconocía que este cactus es el “San Pedro macho” y posee una concentración de mescalina mayor que el T. pachanoi, se presumió que el interés de los habitantes de Guitarrero por la achuma estuvo dirigido a sus frutos comestibles. Sin

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embargo, estos no representan gran alimento ni justifican la presencia de “macrofossils” y del tallo de la planta, desde 8600 a. C.

“I have no information on current use of this species [T. Peruvianus y Opuntia maxima] other than the occasional eating of the tuna. It is possible that the stems were once eaten as they are in Mexico at the present time.” (Ibíd.: 109).

Si los habitantes de Guitarrero han mascado e ingerido los tallos del cactus, como se sugiere, entonces han conocido y utilizado sus efectos sicotrópicos y medicinales. Como hemos visto, esta es una modalidad de consumo del San Pedro y según se presume la más antigua (11).

Junto al polen del T. peruvianus se identificó el de otras familias de plantas con propiedades rituales y medicinales, utilizadas en tiempos prehispánicos: Ephedraceae, Onagraceae (Fucsia boliviana), Labiatae (Salvia tubiflora), etc. (Lynch, op. cit.: 87-119; Towle, 1961). Hoy en el curanderismo el San Pedro, también llamado “remedio”, es el eje de toda una polifarmacia de yerbas, “[...] constituye una verdadera panacea y [...] forma parte de la composición de la mayoría de los brevajes. Se supone que esta planta estimula las virtudes de otras plantas medicinales” (Cruz Sánchez, 1948a: 255). Es posible que el San Pedro sirviera al hombre de Guitarrero para investigar en la flora, identificando o potenciando las propiedades de otras plantas y facilitando el conocimiento y la apropiación del entorno natural.

Desde la botánica, se afirma que el “San Pedro hembra” (T. pachanoi) es una planta domesticada en el periodo Formativo o antes. Es lógico pensar que el “San Pedro macho” (T. peruvianus), la especie silvestre más cercana, haya sido el punto de partida de este mejoramiento genético. La presencia de T. peruvianus en Guitarrero, un “laboratorio” de domesticación de plantas, indica que posiblemente en este sitio se haya originado el T. pachanoi como especie domesticada a partir del T. peruvianus. La única diferencia visible entre ambas especies es que el T. pachanoi carece de espinas (obsérvese que actualmente se le quitan las espinas al T. peruvianus para facilitar su manipulación y transporte).

En definitiva, el San Pedro es la primera planta de poder registrada en la Arqueología Andina. Surge como altamente probable su utilización ritual desde el inicio del proceso de neolitización en los Andes Centrales.

b- FORMATIVO (1600-200 A. C.)

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Indicios botánicos y malacológicos en templos del Formativo Temprano

Las Aldas, Garagay y Monte Grande son templos o centros ceremoniales que tuvieron su auge en la segunda mitad del Formativo Temprano, hacia 1200-900 años a. C. Comparten, junto a otros edificios de la época, un patrón arquitectónico conocido como complejo “plaza hundida-pirámide” (Williams, 1980: 398-454). En ellos han sido encontrados diferentes indicios de uso del San Pedro, asociados al arte chavín.

Las Aldas: restos de cortezas de cactáceas

Las Aldas se encuentra en la costa norcentral, unos 15 km al sur de la desembocadura del río Casma. Es un templo construido sobre un cerro cortado a pico sobre el mar, ocupado entre 1200-900 años a. C. Consta de una pirámide principal antecedida de una plaza circular hundida (añadida hacia 1190 a. C.); los pisos fueron enlucidos con pigmentos de colores (Fung, 1967; Williams, 1980: 430-433).

En Las Aldas se recuperaron: “[...] varias cortezas de cactáceas envueltas a manera de cigarrillos. Identificados por el Dr. Earl Smith [...]” (Fung, 1969: 120). Precisamente, en el pellejo exterior de los tallos y en la carne verde adyacente al mismo, es donde se concentran los alcaloides. Por el contexto del hallazgo -plataforma 4 del Templo- la autora infiere un uso ceremonial de “cigarros de cactáceas” (interpretación poco probable, como luego veremos): “Cigarros de la corteza de una cactácea, probablemente San Pedro, hemos encontrado en el sitio de Las Aldas. Estaban asociados a la basura del complejo Chavín [...], lo cual no es sorprendente porque este cactus ha sido identificado en los diseños de las piedras, los tejidos y de la cerámica del estilo chavín.” (Fung, 1983: 79).

Garagay: uso del San Pedro en arquitectura y pintura

El templo de Garagay se ubica en la costa central, actualmente dentro de la ciudad de Lima. Fue ocupado entre los años 1200-900 a. C., contemporáneamente a Las Aldas (Burger, 1992: 114). Consta de un patio de acceso desde el cual se asciende, por una escalinata central, a una plaza cuadrangular hundida y luego a la pirámide central, escalonada y con dos alas laterales (Williams, 1980: 434-438).

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El edificio estuvo íntegramente pintado de color rojizo; además los cuatro muros de la plaza hundida presentan frisos en alto relieve policromados, de estilo “chavinóide”. Los arqueólogos que excavaron en el sitio sostienen: “[...] no hemos identificado con seguridad el médium de fijación empleado con los pigmentos, pero sospechamos que fue el zumo obtenido del Trichocereus pachanoi o San Pedro, cactus alucinógeno que contiene mescalina como principal agente activo.” (Ravines e Isbell, 1975: 252-274) (12).

Además “Espinas de este cactus se han encontrado en los mismos materiales de construcción asociados a los pisos, así como en los adobes [...]” (Ravines e Isbell, Ibíd.: 262). Como señala Ostolaza (1995: 75), es más probable que se trate de la especie T. peruvianus, que tiene espinas de 3 a 5 cm de largo. Estas mismas espinas aparecen también a modo de cetros, a ambos lados de un ídolo antropomorfo de estilo “chavinóide”, con ojos de concha “mullu” (Sondylus) y colmillos felínicos, depositada en asociación con los frisos modelados (Ravines, 1984: 31).

Monte Grande: “caracoles sagrados”

Los caracoles del género Scutalus sp., conocidos como “caracoles de tierra” (Fung, 1967) o “caracoles de loma” (Shady y Leyva, 2003: 261), viven y se alimentan de la corteza de cactáceas (T. peruvianus, Neoraimondia arequipensis) que contienen mescalina y otros alcaloides (figura 3). Estos moluscos son un alimento rico en proteínas y por lo tanto debieron representar un importante ingrediente en la dieta desde tiempos muy antiguos; pero también tienen propiedades sicoactivas, pues asimilan los alcaloides de los cactus.

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Figura 3. Cactus Neoraimondia arequipenses con cerca de 190 “caracoles sagrados” (Scutalus sp.).

Bourget (1990) llama la atención acerca de “Caracoles sagrados en la iconografía moche”. En esta cultura, el autor identificó más de treinta vasijas cerámicas de asa estribo -pintadas en rojo sobre blanco o modeladas con gran realismo- en las que aparece el Scutalus sp. integrado a un sistema iconográfico compuesto de varios temas: la recolección ritual de caracoles en paisajes montañosos con cactus columnares, la representación de moluscos felinizados o de felinos con antenas y caparazón sobre el lomo, etc. Bourget infiere que los mochicas habían incorporado el caracol a su universo mágico-religioso por sus cualidades sicoactivas.

Unos años más tarde Elera (1994: 230-231) registra la presencia de los mismos caracoles en el ámbito Cupisnique durante el Formativo Temprano y Medio, como un elemento común en los residuos domésticos y en contextos funerarios. Además, recoge información etnográfica acerca del uso “tradicional” que hacen de estos caracoles los campesinos de Jequetepeque, Virú y otros valles norteños durante la estación de lomas. Estos caracoles son actualmente consumidos tanto con fines puramente de alimentación (para ello los purgan previamente con maíz) como con fines específicamente rituales (para lo cual son preparados sin purgar).

En el sector medio del valle de Jequetepeque se halla el templo de Monte Grande, que corresponde al Formativo Temprano. Elera identifica el hábitat de los caracoles en relación a la arquitectura: un sector del edificio se orienta hacia el río y otro hacia la cima del Cerro Sapo, en cuyas laderas crece espontáneamente el San Pedro y otros cactus mescalínicos, y es el lugar de residencia y alimentación de los caracoles (Elera, 1994: 229-232).

Finalmente, el citado autor se refiere al posible rol que desempeñaron los “caracoles sagrados” en el ritual. “Es así que la simbiosis cactácea-caracol terrestre, así como el consumo-alucinación que produce este molusco debió jugar un rol significativo en el ritual de los pobladores tempranos de Monte Grande.” (Ibíd.: 231); “[...] tanto los ambientes cerrados como los abiertos de la arquitectura religiosa de Monte Grande servían para actividades rituales y ceremoniales de carácter público o circunscrito a unos pocos iniciados en ambientes restringidos.” (Ibíd.: 231).

Sugestivamente, caracoles de tierra (Scutalus sp.) fueron hallados en Las Aldas, sitio del que se extrajeron cortezas de cactáceas. Estos

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caracoles también se han encontrado, a modo de ofrendas, en contextos ceremoniales de la Ciudad Sagrada de Caral-Supe, pertenecientes al Arcaico Tardío (Shady y Leyva, 2003: 261).

Los indicios botánicos y malacológicos aquí recopilados, hallados por diferentes autores en Las Aldas, Garagay y Monte Grande, arrojan como altamente probable el uso del San Pedro en las prácticas rituales realizadas en los templos durante el Formativo Temprano.

Indicadores iconográficos: representación del San Pedro en el arte chavín

Las primeras evidencias iconográficas de uso del San Pedro se producen en el contexto del arte chavín, hacia 750 años a. C. o antes.

En sentido original y estricto, el concepto “arte chavín” (o “estilo chavín”) se refiere al arte lítico de Chavín de Huántar, que ornamenta elementos estructurales (piedras de muros o techos, cornisas, columnas, etc.) y representa, en las palabras de Tello “[...] la más rica fuente histórica y el mejor testimonio del alto grado de civilización alcanzado por la raza peruana.” (Tello, 1960: 160). Chavín de Huántar se halla en la sierra norcentral a 3180 msnm, en el callejón de Conchucos (departamento Ancash). Consta de seis principales edificios: A, B, C, D, E y F, unidos entre sí por plataformas y escalinatas; con una secuencia de cinco grandes fases constructivas entre 1300 y 600 años a. C. (Kembel, 2001; Rick, 2005a).

Figura 4. Relieve 12: El portador de San Pedro.

En un sentido amplio, por extensión, se denomina “arte chavín” o “estilo chavín” a aquel, de otros sitios relacionados, que es “[...] íntimamente semejante a las tallas en piedra de Chavín de Huántar” (Willey, 1970: 169).

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Las diferentes expresiones del arte chavín pueden ser clasificadas en dos tipos: a- aquellas que corresponden a la decoración de los templos (relieves, esculturas y pinturas murales) y b- objetos artísticos transportables, generalmente interpretados como parafernalia ritual: botellas, cuencos y otros recipientes de cerámica modelada, policromada y/o incisa, telas pintadas y tejidos bordados, “adornos” de oro repujado, piedra, hueso, concha, etc. (Rowe, 1970: 251). El San Pedro aparece representado tanto en la decoración de los templos como en artefactos móviles, en diferentes técnicas artísticas y en los diversos sitios por donde se difunde el arte chavín. Presentamos a continuación éstas evidencias iconográficas (13).

Figura 5. Fragmento de un relieve gemelo del “portador de San Pedro”.

Chavín de Huántar: los “portadores de San Pedro” en el Templo del Lanzón

Las excavaciones de Lumbreras en el Templo del Lanzón de Chavín de Huántar, durante los años setenta, dieron a luz 22 bajorrelieves, encontrados in situ como parte de la pared de una plaza circular. Uno de estos relieves (de 70 cm de ancho por 80 cm de altura) representa un personaje antropomorfo con atributos animales y sosteniendo en su mano derecha un tallo del San Pedro de cuatro estrías. Esta figura ha sido llamada “el portador de San Pedro” (Lumbreras, 1989: 160) (figura 4). Posteriormente, en las excavaciones realizadas en la plaza circular, en el año 2001, fue descubierto el fragmento de un relieve gemelo, representando a un segundo “portador de San Pedro” (figura 5) (Rick, 2005b: 13, 31). Estos relieves pertenecen a la última gran ampliación del Templo de

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Lanzón, que incluyó la construcción de la plaza circular; su antigüedad, entonces, es de 750 años a. C. El San Pedro aparece también en otros relieves de Chavín de Huantar, que se hallan en el depósito lítico del sitio arqueológico. Uno de ellos, reproducido por Tello (1960: figura 50), representa cuatro tallos del cactus, de cuatro estrías cada uno. Chavín de Huántar fue el principal oráculo y centro de peregrinaje durante el Formativo, hacia 1300-600 años a. C. (Rick, 2005a: 71), de lo cual se deduce la importancia social que adquirió el uso del San Pedro en esta época.

Cupisnique: el tema “felino entre cactus” en la cerámica

En el área Cupisnique (14) del norte de Perú, se han encontrado una serie de ceramios de asa estribo con representaciones del San Pedro. En su mayoría, han sido obtenidos en el valle de Jequetepeque a través de excavaciones clandestinas (15), por lo cual se desconoce su procedencia exacta y su contexto arqueológico, siendo su ubicación cronológica incierta. De todas maneras, por su estilo, la mayoría de ellos se atribuyen al Formativo Medio (900-400 años a. C.).

La recurrencia de cactus columnares y felinos en un tipo particular de cerámico de asa estribo, ha permitido tipificar el tema “felino entre cactus” (Alva, op. cit.: 71), característico del estilo cupisnique, también llamado “chavín clásico” por su semejanza con el arte lítico de Chavín de Huantar.

“Una notable confusión entre los arqueólogos, que se da desde la década del 30 hasta nuestros días, es que se tome como ejemplo, para ilustrar alfarería clásica “Chavín”, botellas de asa estribo Cupìsnique. Determinados rasgos morfológicos y, sobre todo, ciertas representaciones iconográficas en la cerámica Cupisnique que tienen paralelos con parte de la cerámica encontrada, así como el estilo de las representaciones iconográficas del corpus lítico de Chavín de Huantar, postulan una tradición cultural común con este sitio cuya naturaleza está en proceso de investigación.” (Elera, 1994: 227).

Se conocen más de una docena de botellas con el tema “felino entre cactus”, algunas enteras, otras restauradas y otras por fragmentos (figura 6). Las características compartidas por todas son:

La botella: cerámica de asa estribo; cuerpo globular; pasta granular fina; color gris a imitación de la piedra; base plana o semiplana; labio

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ligeramente aplanado o redondeado; diseños escultóricos modelados en relieve y grabados con incisión y punteado (Alva, op. cit.: 45, 70).

Figura 6. El tema “felino entre cactus” en la cerámica Cupisnique o “chavín clásica”.

El San Pedro: dos o tres tallos modelados, con cuatro estrías y sin espinas (las areolas han sido figuradas como puntos incisos), sobresalen del cuerpo globular de las botellas. Se identifica la especie Trichocereus pachanoi o “San Pedro hembra”; su representación es similar a la que se aprecia en el arte lítico de Chavín de Huántar.

El felino: se representa de modo realista en diferentes posiciones -saliendo de una cueva, sentado, echado, parado; de frente o de perfil-, al acecho entre los tallos columnares del San Pedro, mostrando los colmillos en actitud agresiva y decorado con círculos concéntricos; a veces junto a boas y signos escalonados en voluta. Estos felinos se parecen notablemente a los de la plaza circular de Chavín de Huántar.

Las semejanzas entre las representaciones del tema “felino entre cactus” en el área Cupisnique y los “portadores de San Pedro” en Chavín

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de Huántar (en ambos casos el cactus se representa en un similar estilo, con cuatro estrías o “vientos”, asociado al felino, etc.), indican que esta planta estuvo integrada a la tradición religiosa común que vinculó a las regiones mencionadas.

Además, en la cerámica del área Cupisnique es posible encontrar otras representaciones del San Pedro, que no se incluyen en el tema “felino entre cactus”. En una botella de asa estribo se representan tres tallos del San Pedro junto a una calabaza; en otra botella del mismo tipo se aprecia un San Pedro ramificado junto a una concha Spondylus y un venado (Sharon, 1980: 62; Ostolaza, 1995: 78). Se reporta, también, un vaso con la forma realista de un tallo del San Pedro de seis costillas, con pequeñas espinas representadas mediante incisiones (Ostolaza, op. cit.: 78).

Paracas: representación del San Pedro en telas pintadas

Karwa: “El textil de chamanismo”

Como “el textil del Chamanismo” denomina Cordy-Collins a una tela pintada (hoy en The Textile Museum, Washington D. C.) proveniente de Karwa, atribuida al Formativo Tardío. Representa plantas de San Pedro, con un tallo central y dos ramificaciones laterales (semejando una figura antropomorfa con los brazos levantados), acompañadas de colibríes, felinos y otros vegetales no identificados (Cordy-Collins, 1999: 184; Sharon y Donnan, 1977: 387) (foto 2).

Foto 2. (izquierda) Representación del San Pedro en tela pintada de Paracas (karwa). Figura 7. (derecha) Representación del San Pedro en la cerámica Nasca.

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Cerro Colorado: “el manto ceremonial”

En la necrópolis de Wari Kayán de Cerro Colorado, fue recuperado el “Manto ceremonial de la Momia Nº 290-45”:

“Es una prenda pintada de excepcional importancia por contener veintiún figuras mitológicas que tienen relación con los signos de un Calendario de la Civilización de Paracas. Consiste en dos piezas longitudinales: una, superior de tejido fino de algodón, color fresa; y otra, inferior del mismo material, color siena, sobre la que existen las mencionadas figuras en tres bandas horizontales, numeradas de 1 a 21. El manto mide: 2.70 m x 1.20 m.” (Tello y Xesspe, 1979: 398).

Respecto a la figura 10 del manto, los autores señalan:

“Llama la atención la manera de representar los apéndices cefálicos serpentiformes de los atributos mayores en forma ondulada con nódulos uniformes en ambos lados del filamento que hace la impresión de ser la figura idealizada de un cactus rastrero de los contrafuertes andinos del litoral, cuyos frutos simulan corresponder a cabezas de víbora.” [...] “En suma, esta divinidad podría representar a la víbora del litoral central del país o bien a la pitajaya o cactus de los desiertos costeros que tienen propiedades mortíferas.” (Ibíd.: 405).

La figura 14 es descripta del siguiente modo:

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“[...] actitud vertical; posición de frente; atributos mayores, consistentes en dos pares de apéndices serpentiformes, que rematan en cabezas de víbora y frutos de cactus espinosos, uno de ellos, superior, cefálico y el otro, inferior, que se desprende de la cintura, en forma ondulada, totalmente cubierta de núcleos punzantes como de la especie conocida con el nombre nativo de atorko, sara-sanki, gigantón (Cereus peruvianus), cuya fruta es blanca y azucarada, y cuya especie subsiste en los alrededores de los petroglifos de Chichiktara, valle de Palpa, Nasca.” (Ibíd.: 407).

La representación iconográfica del T. peruvianus o “San Pedro macho” es clara e inequívoca, pero además es confirmada por la presencia de restos botánicos de la planta en el mismo contexto funerario donde se encontró el manto ceremonial, colocados a modo de ofrendas internas y externas de los individuos. Estas ofrendas consisten en:

“Peines”, de unos 10 cm de largo, con dientes de espinas de cactus (Tello, op. cit.: 138, 143, 175, 217, 228, 229, 238).

Receptáculos de caña llenos de espinas de cactus (op. cit.: 175).

Espinas a modo de adornos u ofrendas, como por ejemplo una “[...] cinta que rodea la frente, adornada con una laminita discoidal de oro, que cuelga de un hilo de algodón, junto con varias espinas de cactus, igualmente colgantes con hilo de algodón” (Ibíd.: 223).

Un par de espinas de cactus sellando los labios de cabeza trofeo humana (op. cit.: 240).

La presencia de Trichocereus peruvianus en el ceremonial de Paracas, es confirmada por el reconocimiento del hábitat del cactus hacia el interior del valle de Palpa y la identificación de sus nombres locales “achuma” y gigantón” (op. cit.: 40). La citada investigación es anterior a la identificación del T. peruvianus como San Pedro y al conocimiento científico de sus propiedades sicotrópicas y su uso ritual; elementos que, de haber sido conocidos por Tello, seguramente él le hubiese conferido mayor importancia a este cactus sagrado.

C- DESDE EL FIN DEL FORMATIVO HASTA LA CONQUISTA (200 A. C.- S. XV)

Nasca: representación del San Pedro en la cerámica (100-500 d. C.)

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En Río Grande de Nasca se hallaron varios cántaros de arcilla roja de 70 cm de altura aproximadamente. Representan figuras antropomorfas pintadas con vivos colores y atributos de cabeza trofeo. Tallos del San Pedro modelados surgen de los hombros, sobresaliendo del contorno globular de los cántaros. Por las espinas pintadas parece tratarse de T. peruvianus. Cinco de estas piezas se encuentran en el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú (Tello, 1959: 71, figuras 84-87) (figura 7).

Para Tello, representan al dios Wira Kocha, cuyo origen se halla en los personajes del manto-calendario de Paracas, en el cual como hemos visto también está representado el San Pedro. Para Sharon, son urnas funerarias y los brotes del San Pedro en los hombros simbolizan el renacimiento de la “semilla-persona” (Sharon, 1980: 63).

Similares representaciones del San Pedro (modelado y con las espinas pintadas) aparecen en otros ceramios Nasca. Uno de ellos, de asa puente, representa un ave posada sobre un brote de la planta (Polia, 1996: 290). Cabieses (1974: 7) reproduce cuatro vasos cerámicos con imágenes del cactus, en todos los casos se trata del cactus espinoso y las espinas son simbolizadas como estrellas.

En resumen, en Nasca continúa el uso del San Pedro con las características ya presentes en la cultura antecesora, Paracas:

El cactus representado es de la especie con espinas, T. peruvianus. Aparece asociado a Wira Kocha (ancestro mítico o deidad antropomorfa). Las representaciones se caracterizan por el rico colorido, que podría

guardar relación con las visiones que propicia la planta.

Moche: representación del San Pedro en la cerámica (100-700 d. C.)

Durante el periodo Moche, en el área norte, comienza la representación de personajes, interpretados como “curanderos” y “curanderas”, que sostienen tallos o tajadas del San Pedro en sus manos. “[...] el San Pedro se halla a menudo con una figura femenina tocada con un mantón en una escena de cura. Con frecuencia tiene los rasgos de una lechuza, el alter ego de las modernas curanderas.” (Sharon, 1980: 64). En la iconografía mochica esta documentado el uso del San Pedro con fines curativos.

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Figura 8. Escena de recolección de caracoles sagrados (Scutalus sp.) pintada en ceramio mochica.

En otro ceramio moche de asa estribo hay un “Dibujo de cactus mostrando las raíces [...] que pensamos representan las especies Echinopsis pachanoi (sin espinas) y E. peruvianus (con espinas), llamados comúnmente “San Pedro” (Ostolaza, 1998: 64).

Además, en la iconografía moche hay una serie de temas asociados a cactus columnares y “caracoles sagrados”: escenas de recolección de caracoles y frutos de cactus, un personaje llevado en andas y otro que tiene un tocado con cactus, etc. (Bourget, 1990; Ostolaza, 1998: 64) (figura 8). Una espátula de hueso, con forma de un antebrazo y un puño -ahora en el Museo Británico- ha sido decorada con un personaje ornitomorfo en relación a felinos y cactus columnares (Ostolaza, op. cit.: 65).

Chimú, Lambayeque y otras culturas

“La curandera que sostiene un cacto de San Pedro fue un tema para los artistas de la costa norte a lo largo del siguiente milenio. Algunas de sus representaciones, como muchas del estilo moche, representan el San Pedro de un modo esbozado. Otras muestran a la curandera sosteniendo un alto tallo de San Pedro de cuatro nervaduras [...]” (Sharon, Ibíd.: 64).

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Figura 9. Ceramio de asa estribo Chimú que representa a una curandera sosteniendo un tallo de San Pedro en su mano derecha.

Una botella cerámica de asa estribo de la cultura Chimú muestra a una “hechicera” con un San Pedro de cuatro estrías en la mano (figura 9). Reid (1988) refiere la existencia de un tapiz chimú, con la representación del personaje central flanqueado por dos tallos del San Pedro. En recintos subterráneos del sitio Wari fue hallado un “Amuleto de piedra tallada con un personaje que porta una tajada de San Pedro” (Ostolaza, 1999: 34). En aríbalos y otras vasijas incas se representan cactus columnares (Ostolaza, 2000: 20); los documentos del siglo XVII señalan el uso del San Pedro en el Cuzco y otras regiones del incario.

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Page 181: Revista 3 Final

TABLA 2: EVIDENCIAS DE USO DEL SAN PEDRO EN TIEMPOS PREHISPÁNICOS

PERIODO SITIO O CULTURA

TIPO DE EVIDENCIA

FUENTE

DESDE EL FIN DEL FORMATIVO HASTA LA CONQUISTA

Chimú, Lambayequey otras culturas

Moche

Nasca

Representación en la cerámica, textiles y piedra

Representación en la cerámica

Representaciónen la cerámica

Ostolaza, 1999, 2000Reid, 1988Sharon, 1980

Sharon–Donnan 1977Bourget, 1990

Tello, 1959Cabieses, 1974

Tardío (400-200 a.C.)

F0 Medio R (900-400 a.C.)MATIVO

Temprano (1600-900a.C.)

Paracas

Cupisnique

Chavín de Huántar

Monte Grande

Garagay

Las Aldas

Representación del San Pedro en telas pintadas y restos botánicos

Representación del San Pedro en la cerámica

Representación del San Pedro en el arte lítico

“Caracoles sagrados”(Scutalus sp.)

Adobes con espinas y fijador de pigmentos

Restos botánicos (cortezas de cactus)y Scutalus sp.

Cordy-Collins, 1976Tello y Xesspe, 1979Tello, 1959

Alva, 1986

Rick, 2005bLumbreras, 1989

Elera, 1994

Isbell y Ravines, 1975

Fung, 1969, 1983

ARCAICO GuitarreroRestos botánicos (polen, frutos, “spine Lynch, 1980

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Page 182: Revista 3 Final

(8000-1600 a. C.)

cluster”, “Trichocereusmacrofossils”)

CONCLUSIONES

En este artículo, se demuestra que el San Pedro es, objetivamente, la primera planta de poder cuyos restos botánicos han sido encontrados por la Arqueología Andina en relación con el uso humano. Surge entonces, como altamente probable, el uso ritual de T. peruvianus desde el inicio y durante el proceso de neolitización (Guitarrero, a partir de 8000 años a. C.). Por otra parte, se añaden evidencias iconográficas y botánicas de su uso durante el Formativo, en Paracas (Cerro Colorado).

A los interesados en el tema, remitimos a un trabajo más extenso (Feldman, 2006), en el cual se prueba la hipótesis que el San Pedro jugó un rol central en los rituales realizados en el Templo del Lanzón de Chavín de Huántar y fue fundamental en la estructuración del sistema religioso y en la integración social, étnica e interétnica que caracterizó al culto chavín.

En la citada investigación, se demuestra que la arquitectura del Templo del Lanzón responde –al menos en parte- a la función del “ritual de San Pedro” y su forma -la configuración del espacio ceremonial- expresa la cosmovisión inherente al uso de esta planta. El Templo del Lanzón representa un patrón arquitectónico conocido como complejo “pirámide-plaza circular hundida”: la configuración del espacio es dual y cuatripartita, la circulación es centralizada y ascendente, etc. El uso simultáneo del San Pedro en los diferentes templos de esta tradición arquitectónica es altamente probable, si además consideramos los indicios botánicos y malacológicos encontrados en Las Aldas, Garagay y Monte Grande. Podría confirmarse en investigaciones futuras a través de identificaciones botánicas y / o químicas más precisas de los restos vegetales provenientes de contextos ceremoniales de estos templos.

El cactus San Pedro ha cumplido una relevante función a través del desarrollo histórico de los Andes Centrales, desde el comienzo del proceso de neolitización y hasta la actualidad. A partir del siglo XVII, por acción de los extirpadores de idolatrías y la imposición del nuevo poder político, perdió espacio público e importancia social. Sin embargo, continúa siendo uno de los árboles cósmicos de las culturas andinas. Esta investigación demuestra que el uso tradicional del San Pedro, por implicar un sistema

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religioso con una lógica propia, representa un medio privilegiado para acceder al ritual y la ideología de tiempos prehispánicos. Esta investigación representa un fundamento para que el uso tradicional del San Pedro, aun vigente en regiones de Argentina, Chile, Bolivia, Perú y Ecuador que alguna vez participaron del Tawatinsuyu, asuma un rol activo en el presente para la recuperación de conocimientos e identidades regionales, aumentando la conciencia andina y la cohesión social en nuestras comunidades y pueblos.

NOTAS

(1) Algunos botánicos, recientemente han optado por clasificar el género del San Pedro como Echinopsis, en vez de Trichocereus (Ostolaza, 1998).

(2) La cuestión de las especies del San Pedro es una problemática abierta. Se ha señalado la necesidad de profundizar los estudios de taxonomía, pues a veces no queda claro si los diferentes tipos representan distintas especies o solamente adaptaciones al lugar y al clima (Friedberg, 1976; Polia, 1989: 48). Con el nombre de San Pedro se conocen también (además del T. pachanoi y T. peruvianus) otras especies de Trichocereus que contienen mescalina, como por ejemplo el T. cuzcoensis de la sierra sur de Perú y el T. tedeschi del noroeste argentino.

(3) Según el saber tradicional del norte de Perú, “plantas de jardín” son aquellas modificadas por el hombre (domesticadas), a diferencia de plantas silvestres llamadas “madrigueras” (que han visto la madrugada de la tierra) (Camino, 1992: 185).

(4) Por haber sido identificado botánicamente en Cuenca, sierra sur de Ecuador (Britton y Rose, 1920) y por hallarse vigente su uso tradicional en el norte de Perú, se ha supuesto que el San Pedro podría ser nativo de algún punto de estas áreas geográficas. Esta argumentación carece de solidez, pues -como demuestra esta investigación- la historia cultural del San Pedro está directamente ligada con el proceso de neolitización en los Andes Centrales, y el uso actual en el norte de Perú debe entenderse como un relicto –debido a lo recóndito de este lugar- de un uso plenamente extendido por los Andes Centrales cuando llegan los españoles. Como hemos visto, el T. peruvianus o San Pedro silvestre crece en varios sitios de la sierra de Ancash, y los estudios botánicos indican que es propio de este hábitat desde hace por lo menos 10000 años (Lynch, 1980: 69).

(5) En los clientes o pacientes, el efecto del San Pedro no es el mismo que en el curandero.“San Pedro tiende a manifestarse en forma de vómito, sudoración... algunas veces en baile. En ocasiones, durante el diagnóstico, un paciente empieza automáticamente a bailar solo, o a tirarse al suelo contorsionándose. Y así se “suelta” el poder [esto es, el padecimiento o poder maligno] que está en la persona.”; “Parece que [...] no todos somos resistentes. Algunos son muy susceptibles, muy inestables, San Pedro tiende a buscar el subconsciente... y lo consciente, en esos casos. Entra en la sangre [...] se eleva, digamos, al sistema nervioso intelectual. Entonces “visualiza” y abre un sexto sentido [...] Entonces el individuo, algunas veces por sí mismo, puede visualizar su pasado o [...] el presente, o el futuro inmediato.” (Sharon, Ibíd.: 68).

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(6) Este libro de Polia, Las lagunas de los encantos: medicina tradicional andina del Perú septentrional (1989), es saludado así por Cabieses: “Es un trabajo ejemplar, digno de todo elogio, que viene a calmar la sed de muchos de nosotros. Vemos ahora que los magníficos esfuerzos de quienes lo han precedido en el tema con una nutrida bibliografía cuidadosamente analizada por el autor, son coronados por esta obra que ilumina con claridad muchos de los conceptos que hasta ahora estaban borrosos o necesitaban mayor cimentación objetiva. La imagen del maestro curandero, verdadero sacerdote de un teurgia sincrética al servicio de la salud, emerge clara y señera, del texto que aquí prologamos.” (Ibíd.: 6).

(7) Para conocer en detalle la descripción y función de “los artes”, ver Polia (1996: 356-404).

(8) Cuzco: en el Archivo Romano S.J. (ARSI, Peruana. Litterae Annuae, T. IV, 1630-1651. Vol. Perú 15) Polia (1996: 284) ha encontrado la noticia de que “Hanse reducido algunos idolatras abjurando sus idolatrías. En particular se ha predicado contra vna beuida q. Llama. Achuma q. les priua del juicio y la tomaban para ver al Demonio y otra visiones y supersticiones q. en ella se auían mesclado.”. Provincia de los Charcas: “En la provincia de los Charcas hai un Cardo, que llaman Achuma, cuyo zumo bebido priva de sentido, y para este fin le usaban y usan los Indios hechiceros; porque en estando asi se les aparece el Demonio, y les responde a lo que le preguntan: y aun dicen que hai Españolas que se valen de ese embeleco, para hacer muchos, y que en esta yerva hai pacto implícito.” (León Pinello, 1943 [1656]: 43). Potosí: el documento ARSI 43, Annua de los años de 1635-1636, describe el uso de la achuma en Potosí; comentado por Polia (1999: 138) como la “[...] existencia de un culto sincretístico –cuyo rito central que el P. Patiño no duda en definir “inuencion del Demonio”- incluía la ingestión comunitaria del zumo de la achuma. El mencionado culto era celebrado por ministros “Achumeros” [...] “En esta reinterpretatio indica de la Eucaristía, la partícula había sido sustituida por una rodaja de la achuma al interior de la cual los practicantes del culto creían ocultarse el poder de Santiago. Bajo este disfraz, en efecto, seguía recibiendo adoración Illap’a, la antigua deidad andina del trueno y del rayo [...] el espíritu de la achuma se manifestaba como rayo fulgurando la conciencia de los adeptos al culto quienes, precisa el documento, después de danzar alrededor de la rodaja de achuma, ingerían el jugo de esta cactácea “que les priuaba de juicio [...] El mismo documento relata, además, la existencia de un culto local a las matas de achuma que crecían en la cumbre de altos peñascos junto a fuentes de agua salina”. Cajatambo: “En los Archivos romanos de la Compañía de Jesús, una carta Annua de 1617 refiere el uso de la achuma en Cajatambo. Esta fuente, comentada primeramente por Salazar Soler, refiere que [...] los naturales adoraban al achuma como a un dios. Danzaban, cantaban y ofrendaban plata y otras ofrendas. La fuente relata que “se comulgaban” bebiendo la achuma. Sobre el contenido de las visiones producidas por la achuma, la fuente identifica la entidad mítica relacionada a la planta con el rayo, Santiago en la versión cristianizada.” (Polia, 1996: 283).

(9) Archivo Romano S.J. (ARSI, Peruana. Litterae Annuae, T. IV, 1630-1651. Vol. Perú 15), citado por Polia (1996: 284).

(10) Dammert Bellido (1974), obispo de Cajamarca, describe la “Acusación contra el indio Lulimachi del pueblo de Nuestra Señora de la Asunción en 1782” (legajo 29 Nº 1009).

(11) Una vasija escultórica de la cultura Lambayeque, de la costa norte, representa a una mujer mascando un tallo del San Pedro de cuatro estrías (Polia, 1996: 290-291). Ostolaza (1999: 35) reproduce un amuleto tallado en piedra recuperado en Wari, que representa a un

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personaje que al parecer sostiene una rodaja del San Pedro en su mano y estaría mascando un trozo del tallo de la planta, de modo similar a como los Huicholes y Taraumaras consumen el “peyote” (Lophophora williamsii) en México.

(12) Los citados autores basan esta inferencia en la observación de Betanzos (1987 [1551]: 76-77), respecto a que los incas empleaban el zumo del cactus aguacolla quizca para el enlucido de las paredes. Esta cola “se hace echando a cocer algunos trozos tiernos [de cactus], y el agua en que se cocieron queda glutinosa y a propósito para el efecto dicho.” (Cobo, 1956 [1631]: 204). El modo de preparación es el mismo que el de la bebida sacramental del San Pedro, que tuvo entonces -de acuerdo a lo dicho- una segunda utilidad como elemento cohesivo de los pigmentos, reforzando el valor simbólico de los colores que eran diluidos y mezclados con los alcaloides del cactus. Las pinturas murales del Formativo Temprano (y probablemente del Arcaico Tardío) estuvieron relacionadas de un modo material y directo con el zumo del cactus, por lo cual podemos hablar de una “pintura sacramental”. La importancia de este hallazgo radica en que sería extensivo a otros templos pintados de la costa, pues comparten similar tecnología y simbolismo. (13) Sólo mencionamos las representaciones realistas y seguras; pero sabemos que el arte chavín es marcadamente metafórico. Cabieses, Cordy-Collins, Cané, Campana, Mulvany y otros autores coinciden en afirmar la existencia de imágenes simbólicas del San Pedro, principalmente a través de la representación de secciones cortadas del tallo de la planta.

(14) Cupisnique es un “complejo cultural” definido por Larco, que representa el área norte del arte chavín. Abarca los valles de Motupe, La Leche, Lambayeque, Zaña, Jequetepeque, Cupisnique, Chicama, Moche y Virú, desde las cabeceras de las cuencas hasta su desembocadura en el mar (Alva, 1986: 30; Elera, 1994: 225).

(15) “A mediados de la década del 60, hacen su aparición inoficial en el panorama de la arqueología peruana una serie de vasijas decoradas y otros objetos de definida filiación “Chavín” o “chavinoide [...]” (Alva, 1986: 25). Provienen de contextos funerarios profanados, ubicados en el tramo bajo y medio del valle de Jequetepeque y otras cuencas norteñas. Por “Su inusitada calidad y cantidad artística [...]” el autor afirma que “[...] constituirían hasta hoy los cementerios más extensos del Formativo andino” (Ibíd.: 25). Los cientos de objetos extraídos se encuentran dispersos en colecciones privadas de todo el mundo y en algunos museos que ocasionalmente los dan a conocer en sus catálogos. Alva realiza una presentación global de estos materiales, que evidencian una “[...] extraordinaria variedad estilística donde aparentan coexistir elementos de tradición local o regional con otros de amplia distribución supra-regional. Resultará así común observar vasijas similares al llamado estilo Cupisnique del valle Chicama, cerámica típicamente Chavín de las fases Ofrendas y Rocas y formas decoradas de caracterización local.” (Alva, Ibíd.: 38).

PROCEDENCIA DE LAS FIGURAS

Foto 1 y detalle: fotografías de autor.Figura 1: tomada de Polia, 1996: 467.Figura 2: tomada de Lynch, 1980: 102.Figura 3: tomada de Bourget, 1990: 41.Figuras 4a y 4b: tomadas de Alva, 1996: 138; 4c: Schultes y Hofmann, 1993: 154.Figura 5: tomada de Lumbreras, 1989: 163-167.

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Page 186: Revista 3 Final

Figura 6, tomada de Rick, 2005b: 31.Foto 2: tomada de Sharon y Donnan, 1977: 378.Figura 7: tomada de Sharon y Donnan, 1977: 379.Figura 8: tomada de Ostolaza, 1998: 64.Figura 9: tomada de Sharon: 1980.

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LA TRADICIÓN ORAL SOBRE ALGUNOS LUGARES ARQUEOLÓGICOS DE CAJATAMBO

Amílcar Híjar Hidalgo 26

La Provincia de Cajatambo cuenta con Zonas Arqueológicas aún no estudiadas. La tradición oral considera que estas ruinas son morada de seres espirituales que guardan tesoros al interior de ellas. La existencia de estos seres sobrenaturales ha permitido que forasteros y naturales no la profanen por temor a una clase de maléfico.

La hermosa ciudad de Cajatambo capital de la Provincia del mismo nombre, se ubica en una estrecha llanura dividida por las fluidas aguas del imponente Río Tavín, a unos 3,376 metros de altitud sobre el nivel del mar.

Cuenta con una superficie total de 163,000 Has. y una población de 14,048 según el censo de 1993, comprende los distritos de: Cajatambo, Gorgor, Huancapón, Copa y Mangas. Su clima permite la presencia de dos estaciones bien definidas: un clima seco de abril a octubre y un clima lluvioso de noviembre a marzo. En las alturas (pastizales) predomina una temperatura fría y en zonas bajas (valles y quebradas) el clima es entre templado y cálido, las altitudes oscilan entre 850 y los 5,600 m.s.n.m. constituyendo pisos o nichos ecológicos: yunga, quechua, janca, salqa y puna.

Sobre el origen del nombre de Cajatambo aún no son del todo claras las propuestas toponímicas; sin embargo estudiosos como Máximo F. Luna Jiménez (1952), Saturnino Vara Cadillo (1955), Amador Híjar Soto (1961), Narciso Robles Atachagua (1966) Francisco Iriarte Brenner (1977), Pedro Arias Miranda (1996) entre otros, basándose en los primeros informes de Miguel de Estete (1533) quien pasó con su comitiva por Cajatambo camino a Jauja, y las crónicas del español don Pedro Cieza de León, afirman que la

26 Candidato a Doctor en CC.SS. por la UNMSM.

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región era conocida como la marca de Cashatampu (Lugar o bosque de abundante espinas) dividida en dos grandes parcialidades: Antay y Tambo (aunque algunos cajatambinos sostienen que el nombre era Tampish) que configuran hoy los primigenios barrios de la ciudad en la celebración de sus principales festividades (Fiesta Patronal de la Virgen María Magdalena en el mes de julio, semana santa, etc).

La historia social y cultural de Cajatambo recién esta por escribirse en medida del grado de interés que impongan sus propios hijos o descendientes, y a los esfuerzos que buenamente despliegue la municipalidad distrital o alguna institución auspiciadota de estudios históricos, arqueológicos, antropológicos o de otra índole.

No obstante de estas falencias hace buen tiempo atrás un conjunto de ciertos documentos fueron publicados de diversos archivos eclesiásticos sobre la extirpación de idolatrías en Cajatambo27 permitiendo sostener una visión más integrada sobre la tradicionalidad de la vida cultural de Cajatambo.

La tradición oral mantenida en el tiempo por la memoria colectiva del pueblo de Cajatambo y transmitida de de generación en generación ha permitido hasta nuestros días conservar nombres de guerreros y curacas, incluso mucho antes de las incursiones incas por estos lares.

Híjar Soto (1996) consigna nombres como cjirca cuyusecs (titan que movía o destrozaba cerros), Huanta shachao (fuerte como una roca), runay chacgua (hombre de tez blanca), cajamalquin (joven mimado o protegido por los dioses), huatamalquin (persona que florece cada año), lamocj (poderoso en el tiempo) huaman calle (condor o ave que destroza todo), hualocj (titán que corta todo lo malo), vinculados con guerras y hechos acaecidos durante el último tramo del horizonte cultural temprano.

Vara Cadillo (1960) que investigó la zona de Cajatambo y Queropalca incluye otros nombres tales como runa micuyocg (comedor de la gente), quinush (poderoso como un jirca) cjirca huayta (flor hermosa de los cerros), de quien se dice que el inca Yupanqui se enamoró llevándosela al cuzco y sellando una eficaz alianza con los señores de casha tampu o tampish que comprendía entonces lo que es hoy: Chiquián (Ancash) parte de Huanuco, Ambar y Checras. Estos personajes y otros de menor

27 Ofensas a Dios, pleitos e injurias, Cajatambo, siglos XVII y XIX, de Juan Carlos García, Cabrera, 1994. Cultura Andina y represión, procesos y visitas de idolatrías y hechicerías, cajatambo, siglo XVII, Pierre Duviols (1986).

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trascendencia destacan en los enfrentamientos entre andinos y los pueblos costeños de la cuenca del Río Pativilca en alianza con los señores del litoral marino de huacho por el centro y el acceso a los yacimientos naturales de sal.

Cajatambo es una zona donde abunda una gran cantidad de asentamientos arqueológicos aún por desentrañar y registrar como: Rarijirca, Pampagaran, Utcasjirca, Milpocq, Minatambu, Gochare, Lamocg (en la comunidad de Copa) Shanoc (4,000 m.s.n.m.) y a unos 10 km. de Cajatambo, Shiraumarca a 6 horas de camino de la ciudad, Tambomarca a solo un Km. de la capital del distrito, la Torre donde se ha erigido el colegio en el ceñino lateral de la misma urbe y Mamapunku (centrada hacia la tierra) en donde se dice que el séquito del general pish pish (quis-quiz) enterado de la muerte del inca Atahualpa enterró en algún lugar secreto ingente cantidad de piezas de oro y plata hasta ahora no encontradas por los buscadores de tesoros y aventureros improvisados.

Una característica del mundo andino es la concepción del sentido de complementariedad de las cosas. Este principio rector del pensamiento de los antiguos peruanos consideran que los elementos del universo se entrelazan entre si en búsqueda de una perfecta armonía entre la sociedad de los hombres, los dioses y la naturaleza, cuando por algún motivo este equilibrio se resiente o se fractura proviene entonces el castigo, los males, las enfermedades y por ende la muerte.

La sabiduría ancestral de los pueblos andinos aconsejaba declarar territorios sagrados los espacios que alguna vez fueron habitados por sus antepasados o por hombres de otras culturas. Pueblos abandonados, ruinas o cementerios fueron considerados dentro de la tradición oral de sus respectivos poblados como morada de entidades fabulosas, deidades o más recientemente “espíritus”. Entonces no es de extrañar como en algunos lugares el “guardián” de estas ruinas toma diversos calificativos: chachos (Puno), aukis o auquillos (valle del Mantaro), gentilzs (Ancash), jircas (Cajatambo) o abuelos en el norte del Perú.

Casualmente, una forma de conservar intacta o no alterada el entorno natural (flora y fauna) y los llamados pueblos viejos (ruinas) fue crear en la mentalidad del conjunto de los miembros de la comunidad una tácita prohibición basada en la existencia de seres naturales (más bien sobrenaturales) que pueden dañar o castigar a quienes suelen interrumpir su inmemorial descanso.

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Dentro del pensamiento andino, no solo es el hombre quien tiene vida, sino, también solo los objetos que le rodean (cerros, ríos, lagos, plantas, etc.), la naturaleza misma con toda su magna creación (fenómenos atmosféricos, climáticos, etc.) cobra vida por lo que el hombre debe mantener excelentes relaciones mediante ofrendas como señal de veneración, respeto y reciprocidad.

Es en ese sentido que los mitos, tradiciones y leyendas recogidas en Cajatambo hablan sobre la procedencia de los primeros pobladores de la zona; es decir, de aquellos hombres que alguna vez habitaron este conjunto de ruinas y que por efectos del tiempo adquirieron la condición de sagradas y poseedoras de fuerzas interpersonales utilizadas por shamanes o curanderos, temida y respetada por la población aledaña, y castigada la persona que osara interrumpir el sueño del recinto sacro, aunque esta fuera por casualidad invadida.

Una versión recogida por don Pablo Pardo y Pascual León a comienzos del siglo XX en la localidad de Uramaza se refiere al castigo que sufrió el vanidoso curaca Lacgauya de parte de otro curaca llamado Cjatun chaqui (pies grandes) quien dejó en ruinas dicha población durante el florecimiento de las culturas regionales luego del desmoronamiento de Tiahuanaco. Ruinas que actualmente quedan al pie del majestuoso nevado de Huacshash perteneciente entonces a la marka del señor de Cgochare, a unos 1,000 metros del lecho del río Isco.

La versión que a continuación transcribimos pertenece al profesor Amador Híjar Soto28, por la riqueza de nombres, situaciones y detalles que consideraremos importante exponerla:

“Dicen que en épocas remotas cuando el sol tenía el poder de hablar con los hombres, había una población hermosa y progresista asentada en la margen derecha del río Isco, donde el curaca Lacgauya celebrada su matrimonio con la hija del señor de los Pascus, la fiesta era todo un acontecimiento pomposo con abundancia y riqueza en que participaban destacados invitados del lugar, dando cumplimiento a los ritos y costumbres de la época. En eso llegó de incógnito un curaca también poderoso procedente de la marka de Poxgpa (hoy provincia de Bolognesi) buscando hospedaje. La gente no le dio importancia al forastero vestido de mendigo que recorría el pueblo para constatar siempre la gene había valores de misericordia, bondad, hospitalidad y asistencia. Preguntó por el curaca a uno de los vasallos diciéndole que tenía urgencia de hablar con su jefe. El

28 Tomado de la Revista “Caxatambo” Nº 5, Año XL. Vol. I, 1996, pag. 7.

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curaca lugareño, presuntuoso y rebelde se hizo el desentendido no dando oídos al requerimiento del presunto mendigo, más bien ordenó que lo alojaran en una abandonada casucha, dándole de comer lo sobrantes del banquete.

Ante este desplante, y comprobando que esta gente no practicaba los valores que el perseguir, este curaca llamado Cjatun chaqui (pies grandes) de la marca de Pocga, espero la llegada de la noche y cuando la población entregada al sueño descansaba, subió a lo alto del pueblo, y dio tal pisotón que derrumbó parte del cerro sepultando media comarca, los pocos testigos que quedaron, abandonaron sus endebles viviendas cuyos vestigios todavía se pueden ver desde el camino de Cajatambo a Urumaza”.

Otra versión que recogí el año 1983 durante mi primera visita a Cajatambo en tiempo que se celebraba la semana santa está relacionada con la ruina de Shiraumarka, que queda aproximadamente a unas 4 horas de distancia de la ciudad.

El abuelo de don Pedro Arias al inicio del siglo XX había extraviado un par de reses durante el descanso que había realizado para “merendar” (almorzar) su fiambre. De pronto escucho el mugido de una de sus vacas que provenían de la profundidad del cerro, asustado y asombrado comenzó a buscar a sus dos vaquillonas perdidas, al mover unos matorrales encontró una curiosa entrada cuyos paramentos laterales eran revestidas de piedras labradas y el frontis era una lava de piedra sólida que sostenía al cerro. Penetró al interior siguiendo las huellas de las pisadas de sus animales siguiendo las huellas de las pisadas de sus animales cuando de pronto se encontró en una sala grandiosa llena de objetos incaicos, pasadizos, gradas que subían y otras que descendían, una mesa de piedra larga y sobre ella habían alhajas de oro y de plata reluciendo aún en la luz de la tarde.

De improviso apareció una mujer vestida de ñusta que le insinuaba beber el mate de chicha puesta sobre la mesa; luego, le indicaba con el dedo que podía llevarse cuanto pudiera de las cosas que eligiera. Cuando el anciano estuvo a punto de sorber la fermentada chicha bajo la sonrisa de la bella mujer, el mugido de una de sus vacas extraviadas las palabras de su padre que una vez le dijo: “No vayas a beber de la chicha que tu ofrezcan en la morada de los gentiles”, su temor se acrecentó y salió corriendo arreando sus vaquillas y tras de él un ruido como si el cerro se derrumbada. Afuera ya repuesto conduciendo su ganado con dirección a su casa, dio

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gracias a su vaca por que sino las ruinas de Shiraumarka se lo hubiera tragado.

Mi informante, el entonces subprefecto de Cajatambo don Pedro Arias, me refirió también que pastores y forasteros de tiempo en tiempo desaparecen en esta zona sin dejar rastro alguno, como si se los hubiera tragado la tierra. Mi interés no solo por el relato se acrecentaba sino, sobre todo por tratar de localizar la entrada de esa ruina casi siempre esquiva, decidí con mi amigo Humberto Lozano (egresado de la Escuela Nacional de Bellas Artes) y un oven guía del lugar inmediatamente salir al encuentro de ella, ya que al día siguiente tornábamos a Lima.

Llegamos al Complejo Arqueológico de Shiraumarka al promediar el medio día luego de 6 horas de subir en medio de un medio de un Bosque de Espinas. Nuestro guía nos llevó al único lugar desde donde se podía ver parte del interior de la ruina. La lluvia había desprendido el techo de una habitación que nos permitía divisar pasadizos de aproximadamente 2 mts. de ancho por 6 o 7 de alto en forma de laberinto cuadrangulares. No parecían habitaciones normales, más bien, semejaban amplios canales o canaletas por donde discurría el agua u otros objetos. Las paredes parecían en ladrilladas y se mantenían conservadas, no pudimos bajar por la angostura del agujero y por que estaba atravesada por una laja gruesa de piedra, además, no abrimos llevado ninguna clase de implementos por que creíamos no poder ubicar la escurridiza ruina.

Mientras nos contentábamos con admirar las simetrías internas de estas extrañas habitaciones, el guía había prendido su velita, masticado (chacchar) sus hojas de coca y había asperjado un poco de cañazo (aguardiente) para tranquilizar a la deidad que cuida las ruinas. Cuando repare en el lugar donde estábamos comprendí que esta abertura servía de recinto sagrado para los curanderos de la región por los residuos de cigarros, botellas, coca quemada u otros objetos enterrados.

Al retornar, nuestro guía nos confirmó que personas solas que se atrevieron pasar por esta colina (ruinas) desaparecen, prefieren hacer un rodeo para evitar la influencia de la “guardiana” de la “colina”. Incluso en la década de los años 60 unos huaqueros de la costa en compañía de algunos Cajatambinos radicados en Lima quisieron profanar la ruina para extraer el oro, por más que buscaron jamás encontraros la entrada principal. Esa entrada solo se abre cuando la ñusta desea llevarse a alguien, entonces

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se escucha un ruido y uno ya está adentro. Terminaba su relato observándonos a los ojos.

Ahora que reflexiono con mayor tranquilidad, me digo, tal vez si no fuera por este halo de misterio mágico y sobrenatural con que explican la existencia de estos espacios sagrados, hoy no tendríamos ruinas que descubrir o estudiar, seguro habrían sido saqueadas vilmente sino por forasteros por los mismos Cajatambinos reciclando los materiales óseos, pétreos o cerámicos a favor de su vida cotidiana. El temor y la creencia en seres especiales o espirituales como la ñusta de Shiraumarka u otras entidades de la cultura tradicional garantizan por un tiempo más la conservación, y protección de ellas, en momentos que la globalización, y protección de ellas, en momentos que la globalización como visión comercial empieza a mellar la mentalidad de los jóvenes de Cajatambo.

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ANÁLISIS DE UN QUIPU TAHUANTINSUYO PROCEDENTE DE LAURI, VALLE DE CHANCAY 29

Lic. Pieter van Dalen Luna 30

INTRODUCCION

El Presente artículo está referido al análisis estructural y morfológico de un quipu del periodo Inca, procedente del sitio arqueológico de Lauri. Aunque este no proviene de un contexto arqueológico sino de un huaqueo, es de gran importancia por ser hasta la fecha, único en su género, no habiéndose encontrado en los Andes un quipu de tales características, en la cual los hilos salen de un tallado de madera, representando una coronta de maíz con sus grano.

El sitio arqueológico de Lauri, ubicado en la parte norte del valle de Chancay, a 3 Km. de la ciudad del mismo nombre y del litoral, es uno de los asentamientos tardíos de mayor importancia en este valle. Este sitio presenta una ocupación ininterrumpida que va desde el Horizonte medio hasta los primeros momentos de la época colonial (Teatino, Chancay, Inca, Colonial). A pesar de esto es muy poco lo que se conoce sobre cada periodo, debido a la destrucción a que se encuentra expuesto principalmente por acción del huaqueo. Por este motivo el quipu que presentamos proveniente de este sitio arqueológico es de gran importancia para la comprensión en alguna manera del periodo Tahuantinsuyu. El material analizado esta conformado por la representación de una mazorca de maíz tallado en una pieza de madera, base del cual salen insertas 11 estructuras de cuerdas matrices, los cuales presentan a su vez cuerdas secundarias con numerosos tipos de nudos de compleja estructura. Al parecer por sus características morfológicas, habría cumplido una función de controlar la producción de maíz en la zona. El estado de conservación del material es aceptable. Los datos recuperados son de gran importancia para comprender el panorama y la comprensión de estos materiales y este tipo de manifestaciones culturales en el periodo señalado en esta región.

EL VALLE CHANCAY

29 Ponencia presentada el día Domingo 4 de Enero del 2004 en el II Congreso Internacional de Científicos Peruanos, I Simposium Internacional de Quipus. Lima, Perú.

30 Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

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El río Chancay es uno de los ríos pertenecientes a la vertiente Hidrográfica del Pacífico, que al igual que los otros, forma en su etapa de senectud el fértil y amplio valle del mismo nombre, donde se ubican las progresistas ciudades de Chancay y Huaral, las mas importantes de la provincia de Huaral.

En términos culturales, este valle ha sido la cuna de numerosas culturas de gran importancia, que nos han legado la evidencia de un valioso patrimonio cultural. Las principales culturas que se desarrollaron en este valle fueron: La Cultura Lima (Periodo Intermedio Temprano), La Cultura Teatino (Horizonte Medio) y la Cultura Chancay (Periodo Intermedio Tardío). De estas tres culturas, es la cultura Chancay, cuyo desarrollo se ubica cronológicamente entre los años de 1000- 1475 d. C. (aprox.), la que ha dejado mayores muestras de su desarrollo, evidenciado por sus hermosos tejidos, sin comparación entre todas las culturas prehispánicas; su cerámica (Estilo Chancay Negro sobre Blanco), con sus variados motivos decorativos; sus grandes asentamientos humanos, edificados a base de una variada complejidad de técnicas constructivas; entre muchas otras evidencias de su magnífico desarrollo cultural.

Al mismo tiempo que la cultura Chancay se desarrollaba en este valle, en la región del Cusco se desarrollaba un pequeño estado, que poco a poco fue expandiendo sus dominios; hasta que luego de la victoria sobre los Chancas, comenzaron su feroz expansión por todo el territorio andino, mediante fabulosas campañas militares.

EL VALLE CHANCAY DENTRO DEL IMPERIO DEL TAHUANTINSUYO

Durante el gobierno del Inca Pachacutec, se organizan dos campañas para conquistar el territorio de los Andes nor-centrales y anexarlos al Tahuantinsuyo. En la segunda campaña, el ejército cuzqueño al mando del general Cápac Yupanqui, hermano del Inca, conquistó a las naciones Huancas, Huarochirí, Yauyos, Chucurpu, Atavillo, Canta, Tarama, Chinchaycocha, Checra, Cajatambo, entre otros. Una vez instalados en toda ola región andina central, los ejércitos cusqueños descendieron por los angostos valles hacia la región de la costa, con la finalidad de subyugar a los pequeños señoríos que se asentaban en estos fértiles valles.

Se plantea la hipótesis de que poco antes de la llegada de los Incas a la costa central, los Chancay habrían mantenido relaciones

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con la nación Chimú, tal como lo evidencia el abundante material cerámico Chimú hallado en este valle. Es posible que estas relaciones hayan sido forzadas por medio de conflictos o guerras. Lamentablemente las pocas excavaciones arqueológicas realizadas en el valle Chancay, no pueden probar esta hipótesis, pero es posible que futuras investigaciones esclarezcan este tema. En el momento que los Incas llegan a la costa nor-central, se encontraron con un expansivo estado Chimú que ponía en peligro la libertad de los estados de la costa central. El estado Inka para hacerle frente desarrolló numerosas estrategias, como el crear alianzas con algunos señoríos de la costa nor-central; quienes por buscar deshacerse de los Chimú, aceptaron estas alianzas. Este habría sido el caso de Chancay. Luego de la derrota Chimú, la cultura Chancay y todo este vasto territorio fue anexado por los Incas al Tahuantinsuyo. Cada región que era anexada al imperio Inca, recibía por parte del Cuzco diferentes estrategias de dominación.

Las estrategias de dominación que utilizaron los Incas fueron diversas. En regiones de la Sierra Central, por ejemplo, los Incas desarrollaron un control directo, como es el caso de la nación de los Atavillos de la cuenca alta del río Chancay, quienes fueron conquistados por los Incas luego de cruentas y feroces batallas. Es por esto que luego de su sometimiento, fueron divididos en dos parcialidades: Hanan Atavillo y Hurin Atavillo, parcialidades que se conservan hasta la actualidad y que conforman los actuales distritos de Atavillos Altos y Atavillos Bajos. En la costa Nor Central en cambio, mas específicamente en el valle Chancay, la dominación Inca no fue tan marcada, siendo esta más escasa aún en el valle medio. Es decir, se dio una dominación indirecta.

Es de esta manera, como el territorio que ocupaba la nación Chancay pasó a conformar una provincia del Chinchaysuyo. Debido a las relaciones pacíficas que mantenían los Incas con los Chancay, no se edificaron grandes asentamientos políticos- administrativos, como es el caso de otros valles cercanos donde las relaciones eran mas violentas: (Lurín: Pachacámac; Nazca: Paredones; Cañete: Incahuasi; Chincha: Tambo de Mora; Mala: Salitre; Chillón: Tambo Inga; Paramonga: Fortaleza y Cerro La Horca; entre otros); donde los Incas edificaron grandes asentamientos, a base de una arquitectura típicamente del estilo Inca, como símbolo de supremacía y poder.

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En el valle Chancay no existen asentamientos típicamente Inca. Los Incas reacondicionaron algunos sectores de los grandes asentamientos administrativos del Periodo Intermedio tardío, para que funcionen como el centro del poder estatal cuzqueño y que tenían la función de recolectar los tributos para el estado; y de actuar como un ente dinamizador entre la población y el estado, mediante la redistribución y la donación de regalos a nombre del estado. Es posible que los encargados de realizar estas actividades y estas funciones administrativas, haya sido un personal especializado enviado por el Cusco; aunque en algunos casos eran los mismos curacas los encargados de desempeñar estos cargos.

Esto es lo que ocurre en los sitios arqueológicos de mayor jerarquía del valle, como por ejemplo el de Cuyo, ubicado en la margen izquierda del valle medio, donde sobre el sector político-administrativo del período intermedio tardío, se reacondicionó y construyó algunas estructuras arquitectónicas que servían para el control estatal y para señalar la supremacía del imperio cuzqueño. Las construcciones que fueron introducidos en el asentamiento durante la dominación inca, son los muros perimétricos Norte, Este y Oeste del sector I; que cumplen la función de cercar el espacio de este sector administrativo, que antes de los incas se hallaba en un espacio abierto. También se edificaron algunos recintos que cumplían la función de almacenar productos, que eran recibidos en forma de tributos. Es así, como el tipo de arquitectura introducida por los incas en el sitio, es la de tapias; que no existían en el intermedio tardío.

Los muros perimétricos edificados a base de tapias que forman un recinto de forma rectangular que encierra el sector I, tiene sus similares en otros asentamientos del valle, como en Pisquillo Chico, donde existe un recinto de forma rectangular, de características muy diferentes al resto de sectores. Esto también se da en el sitio del Portillo, ubicado a 3 kilómetros de distancia de cuyo, río abajo y en la otra margen, el cual lamentablemente casi ya no existe debido al avance de la frontera agrícola y el huaqueo.

Pero si bien es cierto que el sector político-administrativo de Cuyo sufrió algunas modificaciones tras la conquista inca; la información señala que el sector doméstico (sector II), no sufrió variación alguna. Al parecer la estrategia inca en esta zona, no permitía interferir con las actividades domésticas. A los incas solo les interesó administrar y recoger los tributos,

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mas no la vida doméstica. Debido a esto se plantea que durante el Horizonte tardío, la población Chancay continuó con su vida cotidiana y sus actividades de manera normal, produciéndose una coexistencia con el poder inca. De este modo se da una coexistencia y convivencia entre las ocupaciones Chancay e incas en los asentamientos del Horizonte Tardío del valle. Es decir la cultura Chancay continúa con su desarrollo bajo el dominio Inca, hasta la invasión española del Tahuantinsuyo. Este fenómeno se da en todo el valle medio, donde en lugar de muestras de innumerables sitios expresamente fundados y construidos en neto estilo Inka, la mayor parte de la región yunga continuó levantando construcciones en puro estilo local.

Foto 1: Vista del quipu de Pampa

Libre.

Sobre el desinterés del estado inca en interrumpir la vida doméstica de la población local, Silva señala algo parecido para el valle Chillón: "Los materiales Inka se superpone a los locales, pero no se encuentra una variación significativa en estos asentamientos (al menos visibles en la superficie), en cuanto se refiere a la organización interna. Quizás esto refleje el interés de los Incas por controlar el valle sin interferir en los niveles domésticos sustancialmente. De manera que

los asentamientos del intermedio tardío continuaron en uso sin que se produzca una drástica modificación en las viviendas. El dato arqueológico concuerda con el interés Inka por el tributo y la fuerza de trabajo para el estado, sea mediante control directo o indirecto, permitiendo mayor autonomía en el nivel doméstico de las comunidades incorporadas al imperio"31

31 Silva Sifuentes, Jorge; 1991: pag. 59

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Otro aspecto que señala la leve imposición del Tahuantinsuyo en el valle, es la poca presencia de vasijas del estilo Inca Imperial. Al parecer la elaboración de las vasijas de este estilo, fueron elaborados por grupos de mitqmas Chimús que fueron trasladados desde regiones norteñas. Esto se basa en el hallazgo de arríbalos Chimú- Inca, hallados en el sitio de Cuyo, al igual que en la región de Chancayllo, al norte de Lauri y Pampa Libre. Miguel Cornejo32 señala la presencia de tres tipos morfológicos y funcionales de cerámica Inca , básicamente arybalos y jarras; vasijas de uso ceremonial. Además señala que la presencia de este material en tumbas del valle se relaciona con personajes premiados por el estado inca por servicios prestados. Pero, de manera paralela, el estilo Chancay Negro sobre Blanco, continúa con su desarrollo hasta después de la conquista Inca e incluso algunos años después de la conquista española. Lo que si cabe señalar es la presencia de ejemplares arybalos con diseños y decoración del estilo Chancay Negro sobre Blanco. Este es el estilo Chancay- Inca o Inca local.

Otro aspecto importante que data incluso de periodos muy tempranos es la instalación de una compleja red vial, constituido por caminos que recorren la cuenca. Uno de los mas importantes es el camino que une el valle bajo con la cuenca alta y que pasaba por Guaral Viejo, Cuyo, Lumbra y Acos; lugar donde el camino se bifurcaba en dos ramales, uno hacia Huanuco y otro hacia Bombón (Pumpu). Otra vía de gran importancia era el camino de la costa, que unía todo el Chinchaisuyo de norte a Sur; venía pasando por ChanChan, el valle del Santa, Huaura, Lachay, cruzaba por los alrededores de la actual ciudad de Huaral, desde donde se bifurcaba en dos ramales, una que se dirigía hacia la quebrada de Quilca, para dirigirse hacia Trapiche, para salir al valle Chillón y dirigirse a Comas, rumbo a Sulco y Pachacámac. Mientras tanto el otro ramal ascendía el cerro de Pasamayo, cerca al litoral, para llegar hacia Ancón. Aunque el trazo de estos caminos se realizó cientos de años antes de la llegada de los Incas al valle, fueron estos quienes lo integraron a la red del Cápac Ñam (camino imperial).

En 1533 llegaron al valle Chancay los primeros españoles que se hallaban en marcha rumbo a Pachacámac, con lo cual comenzaba la desestructuración de las culturas andinas, pasando a formar parte del nuevo imperio español.

32 Cornejo Guerrero, Miguel: 1999, pg. 40.

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Posteriormente el cuarto trimestre de 1553, según las ordenanzas reales, se ordenó las reducciones de los pueblos de indios, fundándose el pueblo de San Juan Bautista de Huaral, siendo reducidos los ayllus prehispánicos de San Miguel, Lumbra, Cuyo, Huayán, Huando, entre otros. El 16 de Noviembre de 1562 se fundó la Villa de Arrendó de Chancay en el lugar denominado Tambo Pintado, siendo reducidos los antiguos ayllus de Lauri, Chancayllo, Torre Blanca, entre otros de la margen derecha del valle bajo del río Chancay.

EL SITIO ARQUEOLÓGICO DE LAURI

El sitio arqueológico de Lauri (también llamado Pampa Libre), es uno de los cuatro asentamientos tardíos de mayor importancia en el valle, junto con Pisquillo Chico, Lumbra y Pancha La Huaca (hoy no existe). Se encuentra ubicado en el sector norte del distrito de Chancay, localidad de Pampa Libre, a 2 Kms. Al norte de la ciudad de Chancay, margen derecha del valle bajo, ocupando toda el área y la pampa aledaña a una gran quebrada que se une al valle desde el lado norte, a 11º 30’ latitud Sur y 77º 16’ longitud oeste; y a una altitud de 125 m. s. n. m.. Se ubica entre los cerros la Mina y la calera, hasta donde se expande el cementerio prehispánico.

Lauri es un cementerio de grandes dimensiones, investigado por arqueólogos como Uhle, Tello, Horkheimer, Núñez Jiménez y Cornejo; sin embargo ninguno de ellos ha realizado un trabajo exhaustivo y lo que se conoce sobre el material de este sitio es mayormente proveniente de las colecciones privadas y del huaqueo. Justamente son estos personajes quienes han dividido el sitio en varios sectores: Rincón de las Animas, El Acho, Socavón, Media Baqueta, El Polvo y El Encanto. 33 Sin embargo el sitio es fácilmente sectorizado y definido por las características estilísticas de los materiales recuperados, en cada uno de los puntos del mismo.

En 1961 la Misión arqueológica Chancay excavó 33 tumbas, dirigidos por el arqueólogo Hans Horkheimer, hallando material cerámico de los estilos Teatino, Tiahuanacoide, Chancay propio, Lauri Impreso e Inca local. 34

Lamentablemente debido a la repentinamente de Horkheimer, este material no pudo ser analizado en su momento, hasta que en 1986 Miguel Cornejo analizó 341 especimenes cerámicos provenientes de 18 tumbas excavadas

33 Horkheimer, Hans: 1965: pg. 43.34 Horkheimer, Hans: 1965: pg. 44.

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por el finado arqueólogo, lo que le permitió elaborar su tesis para optar el grado de bachiller.35

Sin embargo el sitio de Lauri no solo esta conformado por extensos cementerios, presenta cerca de ocho montículos piramidales, los cuales presentan el mismo patrón que otros sitios importantes Chancay. Los montículos piramidales, en el valle Chancay, son estructuras arquitectónicas, identificadas como típicas de la Cultura Chancay. Estas estructuras arquitectónicas se hallan presentes en muchos sitios tardíos del valle, como es el caso de Pisquillo Chico, Cuyo, Tronconal, Lauri, Santo Domingo, entre otros.36 Son edificados en su totalidad a base de adobes cuadrangulares y rectangulares. Presenta también grandes recintos encerrados por muros de tapiales los cuales corresponderían al periodo Tahuantinsuyo. Muchos de los montículos piramidales de Lauri presentan una rampa de acceso en la parte frontal. La altura de estas estructuras puede llegar a tener hasta 3 o 4 metros de altura, y presentan relleno constructivo a base de material vegetal, mezclado con capas de tierra.

El sitio de Lauri presenta una larga y continua ocupación que va desde el Horizonte medio (Teatino), Chancay, Inca y Colonial temprano. En base a los patrones funerarios y a los materiales en contexto, Miguel Cornejo37

elabora una secuencia cronológica de 3 fases:- FASE 1: Horizonte Medio: ESTILO TEATINO.- FASE 2: Intermedio Tardío: ESTILO TRICOLOR GEOMETRICO.- FASE 3: se subdivide 2 sub fases:

o 3A: Intermedio Tardío: ESTILO LAURI IMPRESO.o 3B: Intermedio Tardío: ESTILO CHANCAY NEGRO

SOBRE BLANCO.

Sin embargo Cornejo no menciona claramente el panorama en el Horizonte tardío, con la presencia del estilo Inca local (Chancay – Inca) y Chimú-Inka, lo que a nuestro parecer correspondería a una fase 4.

En 1987 Andrzej Krzanowski y su equipo de investigadores de la Misión Polaca38, recogió cinco muestras de superficie, que le permitió sacar cinco fechados radiocarbónicos. Las edades calibradas son las

35 Cornejo Guerrero, Miguel; 1986.36 Van Dalen Luna, Pieter; 2001, pg. 23 – 24.37 Cornejo Guerrero, Miguel; 1992: pg 325 – 327.38 Pazdur, Mieczyslaw ; y Krzanowski, Andrzej; 1991: pg. 117 – 119.

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siguientes: 1).- Gd-2819, edad calibrada: 1414 A. D. proveniente de madera, sin ninguna asociación por provenir de una tumba saqueada; 2).- Gd-5307, edad calibrada: 1 074 A. D., proveniente de madera asociado a vasijas enteras Chancay negro sobre Blanco, Lauri Impreso, y restos de un fardo con relleno de hojas de pacae; 3).- Gd-6189, edad calibrada 958 A. D., proveniente de madera asociado a fragmentos Chancay negro sobre Blanco; 4).- Gd-6196, edad calibrada: 1 202, proveniente de madera asociado a vasijas enteras sin decoración y vasijas Chancay negro sobre blanco; 5).- Gd-6197, edad calibrada: 1 125 A.D., proveniente de madera asociado a fragmentería Chancay Negro sobre Blanco.

Con respecto al estado de conservación del sitio, justamente basándose en este, Horkheimer señala que los asentamientos Chancay parecen la superficie lunar. El estado de conservación es deplorable, ha sido y es huaqueado de manera intensa. Los primeros pobladores de Pampa Libre fueron ex trabajadores de las haciendas de Laure y Chancayllo, quienes durante protestas por la reivindicación de los derechos sindicales, fueron expulsados de dichas haciendas, llegando a invadir este arenal que era terreno eriazo y se hallaba entre ambas haciendas. Es así como Pampa Libre nace en 1962, producto de la invasión de estos campesinos migrantes que se hallaban sin tierra. Es así como la población de Pampa Libre buscando un medio de subsistencia, con que satisfacer sus problemas económicos y mejorar los niveles de vida, se dedican al huaqueo, con la finalidad de comercializar algunos de los productos obtenidos, a coleccionistas privados y otras personas habidas de restos culturales de la capital. Son estas personas quienes denominan al sitio como Pampa Libre.

EL QUIPU DE LAURI

El quipu que es motivo de nuestro estudio, proveniente de este sitio arqueológico, fue hallado justamente por pobladores de pampa Libre en una de estas faenas diarias de huaqueo, quienes se lo proporcionaron al Sr. Andrés Yntusca, artesano textil del pueblo de Pampa Libre; quien en una ocasión se sirvió enseñárnoslo. Debido a sus características propias e inéditas es que le solicitamos nos lo proporcione para elaborar el análisis y rescatar la información estilística y tecnológica que presenta, antes que debido al deterioro se pierda. Según referencias que nos proporcionó el Sr. Yntusca, este objeto fue sacado del sector Tahuantinsuyo, lo cual es corroborado por sus características peculiares.

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Los quipus son instrumentos mnemotécnicos, que servían para registrar datos en sus caracteres representados por nudos de diversas formas, los cuales tenían un valor característico. Los registros que se hacían eran diversos, como registrar historias, para información censal, registros legales y censos de producción agrícola, entre otros. Los nudos son elaborados con las mismas cuerdas colgantes o con subsidiarias insertadas. Los quipus están formados por numerosas cuerdas verticales, que afloran de una cuerda matriz de posición horizontal; sin embargo cada cuerda puede tener numerosas cuerdas secundarias que se encuentran insertadas mediante nudos, las que a su vez tienen cuerdas terciarias y sucesivamente, según la complejidad que puedan tener. La palabra QUIPU, en quechua significa “nudo”. El conocimiento y aplicación de los quipus fueron exclusivamente de competencia de los llamados “quipucamayoc”, quienes eran los responsables del manejo de la contabilidad y las estadísticas en el imperio del Tahuantinsuyo. Pero había dentro de los quipucamayoc, diferentes jerarquías, Rostworoski39 señala por ejemplo que el manejo de estos instrumentos estaba a cargo de un alto personaje que recibía las cuentas enviadas de distintas poblaciones situadas en una determinada área geográfica. Bajo las ordenes de estos quipucamayoc principales existían toda una serie de contadores menores y asistentes. Pero no solo el estado inca contaba con estos sistemas contables, los curacas regionales llevaban también los registros de lo que contenían sus depósitos y de la gente que gobernaban.

ANÁLISIS Y DESCRIPCIÓN DEL QUIPU DE LAURI

El soporte o base del quipu

La base del quipu a partir del cual se encuentran aflorando las cuerdas, esta formado por una pieza de madera tallado, que representa la figura de una coronta de maíz; el largo de dicha coronta es de 16.3 cm., mientras que la punta del maíz tiene 4.5 cm. de circunferencia y la parte que representa la base, donde se inserta al resto de la planta tiene 6 cm. de circunferencia.

A partir del lugar donde salen las cuerdas se puede identificar 11 filas horizontales, cada una de las cuales tienen 26 columnas verticales, el ancho de cada fila es de aproximadamente 0.4 a 0.5 cm., mientras que el ancho de cada columna es de 0.5 cm., los cuales se van adelgazando conforme se encuentran mas cerca de la punta.

39 Rostworoski, Maria: 1990: pg. 59

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Foto 2: Superior: Vista del soporte del quipu de Pampa Libre. Abajo: (izquierda) Detalle del soporte, extremo izquierdo. (Centro izquierda) Detalle del soporte, extremo derecho. (Centro derecha) Detalle de un nudo en espiral, nótese los colores azul y blanco de los hilos. (derecha) Detalle de dos nudos en espiral.

Cada una de las celdas entre filas y columnas representan los granos de maíz, los cuales tienen forma cuadrangular; sin embargo las cinco primeras columnas presentan una forma casi rectangular debido al adelgazamiento de la coronta debido a su proximidad a la punta o extremo superior del maíz; mientras que las tres ultimas columnas presentan los granos de forma triangular de 0.2 cm. en el eje vertical, 0.5 cm. En el eje horizontal, con la punta en dirección al lado izquierdo. La separación entre columnas, entre filas y por lo tanto entre celdas esta formados por surcos incisos de 0.1 cm., de grosor y 0.05 cm. de profundidad.

Al parecer según las características morfológicas, por la textura de la madera y otras características peculiares, la materia prima, es decir, la madera con la que se elaboró este soporte sería huarango, muy común en la costa peruana en época prehispánica.Cabe señalar que el color de la coronta es marrón oscuro de una tonalidad media, con la superficie bien pulida. El proceso de tallado e incisión se habría realizado con objetos punzo cortantes.

Cabe señalar que por la disposición del quipu, la parte que representa la punta superior del maíz se encuentra hacia el lado izquierdo, mientras que la base o la parte que se inserta con el resto de la planta se ubica hacia el lado derecho.

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Esta coronta presenta 10 orificios de aproximadamente 0.2 cm. de diámetro que se expanden desde la parte inferior del mismo hasta la parte superior de manera interna, de casi entre 2.5 y 3 cm. de longitud. Estos orificios se encuentran alineados entre dos filas, en medio del surco inciso de separación. El primer orificio se encuentra ubicado a 1.7 cm. de distancia de la punta superior; el segundo orificio se encuentra a 1.7 cm. del primer orificio; el tercero se ubica a 1.3 cm. de distancia del segundo; el cuarto se ubica a 1.4 cm. del tercero; el quinto se ubica a 1.3 cm. del cuarto; el sexto se ubica a 1.2 cm. del quinto; el séptimo se ubica a1.5 cm. de distancia del sexto; el octavo se ubica a 1.5 cm. del séptimo; el noveno se ubica a 1.5 cm. del octavo y el décimo a 1.1 cm. del noveno y a 0.7 cm. de la base.

Estos orificios sirven para la conducción de las cuerdas matrices desde la parte superior hasta la parte inferior, de manera que al llegar hasta este último sigue su recorrido de manera horizontal para ingresar por el orificio contiguo. Al momento de aflorar son insertados por cada una de las cuerdas que conforman la estructura.

Según la organización espacial del soporte, este se ha dividido en 11 segmentos, tomando como referencia el espacio entre cada orificio.

La cuerda matriz

La cuerda matriz es la cuerda que se encuentra insertada en el soporte y que cumple la función de recibir y fijar las inserciones de las 11 cuerdas principales que componen el quipu. Esta cuerda ingresa por cada uno de los orificios de izquierda a derecha, de manera que sale, por ejemplo, de la parte inferior del orificio 1, para ingresar por la parte inferior del orificio 2, luego de recorrer de manera horizontal por este extremo del soporte; luego de ingresar por el orificio 2, lo recorre de manera vertical hasta salir por el extremo superior; luego recorre esta parte del segmento de manera horizontal hasta ingresar por el orificio 3, para luego recorrerlo de manera vertical hasta salir por el extremo inferior; luego recorre de manera horizontal hasta ingresar por el orificio 4 y lo recorre de manera vertical hasta salir por la parte superior; siguiendo el mismo esquema de recorrido hasta el ultimo orificio 10, que al salir por la parte superior, vuelve su recorrido hacia el orificio 9 por la parte superior del soporte de manera horizontal, hasta ingresar por este orificio, cruzándose por este y todos los

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orificios con la otra parte de la cuerda que esta viniendo. Al regresar al orificio 1, se une con el extremo inicial de la cuerda en la cuerda 1.

Descripción de las cuerdas

El quipu, motivo de nuestra investigación, cuenta con 11 cuerdas primarias de diferentes características, ya sea en cuanto a longitud, ubicación, grosor, torsión, cantidad de nudos, características de los nudos, color de los hilos, naturaleza de la fibra y cantidad de cuerdas secundarias.

A continuación describiremos cada una de las 11 cuerdas primarias que conforman el quipu, según el orden y la disposición de izquierda a derecha en cada uno de los segmentos en que ha sido dividido. Estas son:

SEGMENTO 1:Se encuentra ubicado entre el extremo derecho de la mazorca de maíz, en la punta y el orificio 1. En este segmento se encuentra la cuerda 1.

- CUERDA 1.- Al parecer por sus características morfológicas habría cumplido la función de sujetar el material a alguna pared u otra estructura; ya que se extiende 7 cm. verticalmente y luego da la vuelta hasta hacer un nudo con el inicio de la cuerda que sale del primer orificio. La longitud total de esta cuerda es de 40 cm., el cual ingresa por el orificio 1 y se extiende por el conducto hasta salir por el lado inferior, por lo que deja la cuerda dividida en dos partes. Luego, como se señaló anteriormente, se expande verticalmente y regresa hasta formar un nudo simple con el origen de la cuerda. La cuerda presenta dos hilos de torsión en “Z”, mientras que estos dos se unen por una retorsión en “S”. El grosor de cada hilo simple es de 2 mm., mientras que el de la retorsión es de 3 mm. El color es marrón y la materia prima es algodón. El estado de conservación de esta cuerda es regular debido a que se está deshilando.

SEGMENTO 2:Se encuentra ubicado entre los orificios 1 y 2. En este segmento se encuentra una cuerda, la segunda.

- CUERDA 2.- Esta cuerda esta formado por la retorsión en “S” de dos hilos simples de torsión en “S”, color marrón y de fibra de algodón. Esta cuerda se une a la cuerda matriz mediante un nudo de inserción. La inserción se produce a 2 mm. a la izquierda del orificio 2. La longitud de esta cuerda es de 39 cm. de largo y tiene un grosor de 2 mm... En su extensión vertical presenta 8 nudos. El primero es el señalado nudo de

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inserción que da origen a la cuerda. El segundo nudo se ubica a 6.8 cm. de distancia del primero y es un nudo complejo, originado por la inserción de la cuerda secundaria A, el cual describiremos líneas mas abajo. El tercer nudo se ubica a 5.5 cm. de distancia del segundo y también esta formado por una inserción, la del hilo secundario B. El nudo 4 esta ubicado a 2.2 cm. de distancia del nudo tres y es un nudo simple. El nudo cinco esta ubicado a 7 cm. del cuarto y esta formado por el espiral de la cuerda en tres niveles, para después desplazarse hacia la parte superior del nudo e ingresar por dentro del espiral para salir por el otro extremo del nudo. El sexto nudo esta ubicado a 3.7 cm. de distancia del nudo 5 y es un nudo simple. El nudo 7 esta ubicado a 6 cm. de distancia del nudo 6, el cual es muy similar al nudo 5, aunque solo presenta dos niveles de espirales. En el extremo final de esta cuerda hay un octavo nudo, muy pequeño que cumple la función de terminal, es decir de sujetar y controlar que los hilos retorcidos no se suelten o aflojen. La cuerda 2 presenta dos cuerdas secundarias, A y B, los cuales pasaremos a describir a continuación:- Cuerda Secundaria “A”.- Como señalamos se encuentra insertado a la cuerda principal mediante un nudo complejo. Presenta una longitud de 10 cm. de largo, es de color blanco y esta formado por la retorsión en “S” de dos hilos simples de 1.8 mm. de grosor cada uno, de color blanco y torsión en “Z”. El hilo retorcido tiene un grosor de 2.3 mm. Esta cuerda secundaria tiene solo dos nudos: el primero de inserción ya descrito líneas arriba y un segundo nudo ubicado a 6 cm. de distancia del primero, formado por la sucesión de 8 nudos simples. Este nudo tiene un largo de 2.3 cm. de largo y un espesor de 3 a 3.5 mm. Al final de este nudo los dos hilos originales se vuelven a separar. El estado de conservación es regular. Esta cuerda secundaria se inserta a la principal por el lado derecho.- Cuerda Secundaria “B”.- Esta cuerda presenta 11 cm. de largo y ase inserta a la cuerda principal por el lado derecho, a 12.3 cm. del origen de la cuerda principal. Es de un color plomo verdoso. Posee un grosor de 1.5 mm. Y es de fibra de algodón. La torsión de este hilo es en “S”. Presenta 2 nudos: uno de inserción y el otro muy simple y terminal.

SEGMENTO 3: Se encuentra ubicado entre los orificios 2 y 3. En este segmento no se encuentra ninguna cuerda.

SEGMENTO 4: Se encuentra ubicado entre los orificios 3 y 4. En este segmento se encuentra una cuerda, la tercera.

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- CUERDA 3.- Tiene 34 cm. de largo y se forma por la retorsión de dos hilos en “Z”. La cuerda es de color blanco y es de fibra de algodón. Esta cuerda se inserta a la cuerda matriz a 0.5 cm. a la derecha del orificio 3.Tiene 1.8 mm. de grosor. Presenta 4 nudos: el primero de inserción que da origen a la cuerda; el segundo ubicado a 14.5 cm. de distancia del primero y es un nudo simple. El tercer nudo se ubica a 8.5 cm. del segundo y es un nudo complejo. El cuarto nudo es terminal y se ubica en el extremo de la cuerda, cumple la función de evitar que los hilos torcidos se separen.

SEGMENTO 5: Se encuentra ubicado entre los orificios 4 y 5. En este segmento se encuentra una cuerda, la cuarta.

- CUERDA 4.- Es de características similar a los dos anteriores. Se forma por la retorsión de dos hilos en “S”. Esta cuerda tiene 37.6 cm. de longitud y un grosor de 2 mm., es de color blanco y de fibra de algodón. Se inserta a la cuerda matriz a 0.4 cm. a la derecha del orificio 4. Presenta 4 nudos: el primero de inserción que da origen a la cuerda; el segundo ubicado a 15.2 cm. del primero y es un nudo simple; el tercero se ubica a 9.6 cm. de distancia del nudo 2 y es un nudo formado por el espiral de la cuerda en dos niveles sobre su misma base, para luego desplazarse hacia la parte superior e ingresar por dentro del espiral y salir por el otro lado. El cuarto nudo se ubica a 10.8 cm. de distancia del tercero, es simple y cumple la función de fijar la torsión y evitar la separación de las hebras.

SEGMENTO 6: Se encuentra ubicado entre los orificios 5 y 6. En este segmento se encuentra una cuerda, la quinta.

- CUERDA 5.- Su origen es similar a todos los demás, tiene 46 cm. de longitud y un grosor de 1.5 mm. La retorsión es en “S”. Se inserta a la cuerda matriz a 0.6 cm. a la derecha del orificio 5. Esta cuerda es de color marrón y es de fibra de algodón. Presenta 3 nudos: el primero es el que da origen a la cuerda (de inserción); el nudo 2 se ubica a 16.4 cm. del nudo 1 y tiene 6 mm. de largo, formado por la sucesión de dos nudos simples. El nudo 3 se ubica a 4.7 cm. del segundo y tiene 1 cm. de largo; es un nudo complejo formado por el espiral de de la cuerda a través de su misma base para luego desplazarse hacia la parte superior para ingresar por dentro del espiral y salir por el otro lado; los niveles del espiral son seis. A diferencia de las otras cuerdas esta no presenta un nudo terminal para fijar la torsión; sino un hilo muy delgado que amarra el extremo terminal de la cuerda.

SEGMENTO 7:

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Se encuentra ubicado entre los orificios 6 y 7. En este segmento se encuentra una cuerda, la sexta.

- CUERDA 6.- Se forma por la inserción mediante un nudo a la cuerda matriz a 1 cm. a la derecha del orificio 6 y la retorsión en “S”. Tiene una longitud de 30.4 cm. y un grosor de 2 mm. Es de color blanco y es de fibra de algodón. Presenta 4 nudos: el primero como ya señalamos es de inserción, el segundo esta ubicado a 16 cm. de distancia del primero y tiene 0.9 cm. de largo, conformado por la sucesión inmediata de tres nudos simples. El tercer nudo se ubica a 4.2 cm. de distancia del segundo y tiene 1.6 cm. de largo. Es un nudo complejo formado por el espiral de la cuerda sobre su misma base, a número de 12 espirales, para luego desplazarse hacia la parte superior e ingresar por dentro del espiral y salir por el otro extremo. Este es el nudo de mayor complejidad en todo el Quipu. El cuarto nudo es terminal, ubicado a 4.7 cm. de distancia del nudo 3, es un nudo muy pequeño, casi inapreciable y tiene la función de reforzar la unión de los hilos.

SEGMENTO 8: Se encuentra ubicado entre los orificios 7 y 8. En este segmento no se encuentra ninguna cuerda.

SEGMENTO 9: Se encuentra ubicado entre los orificios 8 y 9. En este segmento se encuentran tres cuerdas: la séptima, la octava y la novena.

- CUERDA 7.- Por su ubicación se encuentra en asociación con las cuerdas 8 y 9. Se forma por la retorsión de dos hilos en “S”. El grosor de esta cuerda es de 2 mm. Es de color blanco y de fibra de algodón. Esta cuerda solo tiene 2 nudos: el inicial de inserción y el terminal, este último muy pequeño y simple. Tiene una longitud de 52 cm.

- CUERDA 8.- Las características de esta cuerda es muy similar al anterior y al siguiente y estarían como se señaló en asociación por su ubicación. Se encuentra insertado a la base del hilo matriz que sale del orificio 8 e ingresa por el noveno orificio, a 3 mm. a la derecha del orificio 8. Tiene una longitud de 45.5 cm. de largo y 1.8 mm. de grosor. Esta cuerda presenta también solo dos nudos: uno de inserción e inicial y el nudo terminadle tamaño muy pequeño y simple. La cuerda presenta una retorsión en “S”, es de color blanco y fibra de algodón.

- CUERDA 9.- Es de características similares a las dos anteriores, ubicada en el mismo segmento de la estructura. Tiene 44 cm. de longitud y tiene un

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grosor de 2.2 mm. , retorsión en “S”, de color blanco y fibra de algodón. Presenta dos nudos: uno inicial y de inserción (a 1 cm. a la derecha del orificio 8) y otro terminal.

SEGMENTO 10: Se encuentra ubicado entre los orificios 9 y 10. En este segmento se encuentran dos cuerdas: la 10 y la 11.

- CUERDA 10.- Se inserta a la cuerda matriz a 0.6 cm. a la derecha del orificio 9. Tiene 43.7 cm. de longitud, retorsión en “S”, de color blanco y fibra de algodón. Tiene un grosor de 1.8 mm. presenta 3 nudos: el inicial o de inserción a la cuerda, matriz; un nudo ubicado a 1.3 cm. del primero que cumple la función de inserción de la cuerda secundaria “A”; y la terminal.- Cuerda Secundaria “A”.- Tiene 23 cm. de largo y como señalamos se inserta a la cuerda principal a 1.3 cm. del origen de dicha cuerda. Es de color marrón y presenta una retorsión en “S”. Tiene 1.5 mm. de grosor y presenta dos nudos: el inicial que sirve para inserción y el terminal. Esta cuerda secundaria “A” se inserta por el lado izquierdo a la cuerda principal.

- CUERDA 11.- Se ubica en el mismo segmento que el anterior. Tiene 37.1 cm. de longitud y se inserta a la cuerda matriz del soporte a 0.9 cm. a la derecha del orificio 9. Esta cuerda tiene un grosor de 2.8 mm. y presenta retorsión en “S”. Presenta 6 nudos: el primero es el nudo inicial que cumple la función de insertar esta cuerda al soporte; el segundo nudo es simple y cumple la función de insertar la cuerda secundaria “A” a la cuerda principal a 2 cm. de distancia del nudo inicial; el tercer nudo se ubica a 2.3 cm. del segundo y cumple la función de insertar la cuerda secundaria “B”; el cuarto nudo se ubica a 5 cm. del tercero, tiene 6 mm. de largo y se caracteriza por presentar 2 nudos simples dispuestos de manera sucesiva. El nudo 5 se ubica a 7.8 cm. del cuarto y es similar al anterior, es decir consiste en la sucesión inmediata de dos nudos simples, tiene 0.6 cm. de largo. El nudo 6 se ubica a 4.2 cm. de distancia del anterior, es un nudo complejo de 7 mm. de largo, formado por el espiral de la cuerda a través de su misma base para luego desplazarse hacia la parte superior e ingresar por dentro del espiral y salir por el otro lado, los niveles de espiral son 4. Es posible que haya existido un nudo terminal, ya que todos los hilos lo presentan, sin embargo por el mal estado de conservación que presenta en el extremo inferior, ya no existe.- Cuerda Secundaria “A”.- Esta cuerda tiene 29.5 cm. de longitud, es de color marrón y se forma por la retorsión de dos hilos en “S” y se inserta a

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la cuerda principal a 2 cm. de distancia del origen de esta, mediante un nudo de inserción simple. Tiene un grosor de 1.3 mm. y es de color blanco. Presenta en toda su extensión 2 nudos: el primero ya descrito, de inserción; y el segundo ubicado a 16 cm. del primero y tiene un largo de 6 mm., caracterizado por presentar la sucesión inmediata de dos nudos simples. Al igual que la cuerda principal no presenta un nudo terminal, pero es posible que haya tenido. Esta cuerda se inserta a la principal por el lado izquierdo.- Cuerda Secundaria “B”.- Esta cuerda presenta características únicas, tanto morfológicas como tecnológicas. Se inserta a la cuerda principal a 2 cm. de distancia del nudo 2 de la cuerda principal. Tiene 29 cm. de longitud y un grosor de 2.4 mm. A diferencia de las otras cuerdas de la estructura, presenta retorsión en “S” de dos hilos, uno de los cuales presenta torsión en “Z” de un hilo blanco y uno azul, lo que le da a la cuerda un aspecto de líneas azules mezcladas con blancas de manera homogénea en toda la extensión del mismo. Presenta 3 nudos: uno inicial y de inserción a la cuerda principal, descrito mas arriba; un segundo nudo se ubica a 17.4 cm. del primero, con una extensión de 1.4 cm., caracterizado por el espiral de la cuerda a través de su misma base para luego desplazarse hacia la parte superior e ingresar por dentro del espiral y salir por el otro extremo; los niveles del espiral son 8. El tercer nudo es terminal y muy pequeño. Esta cuerda se inserta por el lado

SEGMENTO 11: Se encuentra ubicado entre el orificio 10 y el extremo izquierdo del soporte. En este segmento no se encuentra ninguna cuerda.

INTERPRETACIONES Y CONCLUSIONES

MATERIA PRIMA

La única materia prima de las cuerdas es el algodón, mientras que el utilizado para el soporte es madera de huarango.

COLOR DE LOS HILOS

Según el análisis todos los hilos han sido de color blanco opaco, con ciertas tonalidades hacia el marrón, aunque esto de debería al polvo y al paso de los años. Sin embargo se pudo apreciar la presencia de dos cuerdas que presentan una de ellas un color plomo de tonalidad verdoso (la cuerda secundaria “B”, de la cuerda principal 2); mientras que la cuerda secundaria “B” de la cuerda principal 11 presenta un color azul en uno de sus hilos confortantes.

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TOPOLOGÍA DE NUDOS

El quipu presenta un total de 49 nudos, los cuales han sido clasificados según los criterios funcional y morfológico.

A).- Por su función.-

Según la función que cumplen los nudos, estos se pueden clasificar en:1.- Iniciales.- Son aquellos nudos que cumplen la función de insertarse a la cuerda matriz del soporte, dando origen a las cuerdas principales. También pueden servir para dar origen a las cuerdas secundarias. Por esto pueden ser de dos sub tipos:- Nudos Iniciales primarios: referidos a las cuerdas primarias.- Nudos Iniciales Secundarios: referidos a las cuerdas secundarias.

2.- Terminales.- Ubicadas en el extremo de cada una de las cuerdas, sean primarias o secundarias. Cumplen la función de evitar que los hilos unidos por torsión o retorsión que conforman la cuerda se separen, manteniéndolas ajustadas.

3.- De contabilidad.- Cumplen la función de representar signos dentro del sistema de conteo mnemotécnico, lo cual no nos es posible comprender. Dentro de este tipo de nudos también pueden estar los iniciales y los terminales, en el caso de que además hayan cumplido esta función.

B).- Por su morfología.-

Según la forma que tienen los nudos, estos se pueden clasificar en:1.- De inserción.- Son los nudos iniciales, que se asemejan al nudo de la corbata. Son hechos en el caso de las cuerdas primarias alrededor de la cuerda matriz y en las secundarias alrededor de las primarias.

2.- Simples.- Son nudos muy simples que consisten en el paso de la cuerda por en medio de un anillo elaborado por la misma, para luego ser ajustado.

3.- Simples Consecutivos.- Es la sucesión consecutiva de los nudos simples. En algunos casos se ha contabilizado hasta 8 nudos simples consecutivos. Cabe señalar que hay nudos que presentan una torsión y orientación en “S”, mientras que otros lo presentan en “Z”. Hay muchos casos de nudos consecutivos que presentan alternaciones; es decir, “S”, “Z”, “S”, “Z”....o un caso que presenta, “Z”, “S”, “S”, “Z”, “S”,”S”,”Z”,”S”, esto en el nudo de 8 nudos simples consecutivos.

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4.- En espiral.- Son aquellos nudos complejos que se forman por el espiral de de la cuerda a través de su misma base para luego desplazarse hacia la parte superior por fuera, para luego ingresar por dentro del espiral y salir por el otro extremo inferior. En algunos casos se ha llegado a contabilizar hasta 8 y 12 niveles de espirales.

FUNCIÓN

Con respecto a la función, es un poco difícil señalarlo con precisión debido a que el material se encuentra descontextualizado. Sin embargo nos atrevemos a señalar que pudo haber servido para registrar la producción de maíz en cierta temporada en esta zona del valle Chancay. También es posible que haya servido para conocer los montos totales de maíz acumulados en los depósitos estatales, tratando de contabilizarlos por cada almacén. Esto teniendo en cuenta la representación del soporte, lo que asegura que se hallaría en relación con algún tipo de conteo estadístico de maíz de la región señalada.

ESTADO DE CONSERVACIÓN

El material analizado se encuentra en buen estado de conservación, sin embargo luego de haber sido trasladado desde Pampa Libre a Lima para el análisis respectivo se empezó a humedecer y deteriorarse, por lo que se procedió a realizar cierto análisis de conservación y consolidación.

AFILIACIÓN CULTURAL

A pesar de que la existencia de quipus en los Andes data desde el Horizonte medio, según el estado de las investigaciones actuales, el quipu objeto de nuestro estudio, por sus características peculiares, ya descritas líneas arriba, data del Periodo Tahuantinsuyo: 1470 – 1535 d.c..

CONCLUSIONES

- Por sus características morfológicas y tecnológicas, el quipu de Lauri se constituye en un ejemplar único en su género, además de ser, hasta nuestro entendimiento, el único reportado para el valle Chancay.

- El quipu analizado pertenece al Periodo Tahuantinsuyo, por lo que los datos recuperados nos servirá para conocer de manera mas clara el panorama de este periodo en el valle bajo.

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- La función de este material habría sido para llevar un control estadístico de la producción de maíz en esta zona del valle Chancay, aunque también pudo haber servido para conocer los montos de maíz acumulados en los depósitos estatales.

AGRADECIMIENTOSAgradecimientos muy especiales al Sr. Yntusca, artesano del pueblo de Pampa Libre, quien nos facilitó el material de su propiedad; a la Sra. Ana Mujica, quien colaboró y nos apoyó en los trabajos de conservación del material, al Sr. Enrique Narciso B. por apoyarnos con el dibujo del quipu; al Dr. Arturo Ruiz Estrada, al Lic. Daniel Morales Chocano y al Dr. Alberto Bueno Mendoza, por sus recomendaciones sobre como llevar a cabo el trabajo de análisis del material.

BIBLIOGRAFÍA

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CUADRO de resumen de los hilos

EL PERIODO INTERMEDIO TARDÍO EN SAN PEDRO DE COPA : UNA APROXIMACIÓN AL

PATRÓN DE ASENTAMIENTO

Sheyla Melgar Torres40

Ernesto Lázaro Torres41

Introducción

40 E mail: [email protected] E mail: [email protected]

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Este es un trabajo de prospección sistemática realizada en agosto del 2001 y setiembre del 2004 (solo Mantamarca Macho) destinado al descubrimiento de las evidencias arqueológicas en el distrito de San Pedro de Copa, haciendo énfasis en el estudio de restos del periodo Intermedio Tardío para describirlos, definirlos, determinar su patrón de asentamiento, aproximarnos al entendimiento de su uso, función y compararlos con otros sitios del mismo periodo en zonas cercanas. Nuestro estudio y punto de comparación esta basado principalmente en la arquitectura. Los lineamientos metodológicos utilizados son los convencionales utilizados en arqueología.

UBICACIÓN

El distrito de San Pedro de Copa se ubica en la provincia de Ocros, departamento de Ancash, en la margen derecha del río Copa; Las coordenadas UTM del pueblo son E 227633 N 8852401 y se encuentra a una altura de 2 219 m.s.n.m; limita por el norte y noreste con los distritos de Colquioc y Congas, por el este y sureste con los distritos de Ocros y Cochas, por el sur y suroeste con el distrito de Paramonga (provincia de Barranca, departamento de Lima) (Lam. 1).

El acceso al distrito es hacia el noreste del pueblo de Pativilca (norte de Lima), llegando a una carretera asfaltada de poco recorrido, para luego continuar por una trocha carrozable de una sola vía en muy mal estado. El viaje tiene una duración aproximada de 4 horas.

ÁMBITO GEOGRÁFICO

San Pedro de Copa se encuentra ubicado en el piso altitudinal llamado Quechua, el cual se ubica entre los 2.200 y 3.500 m.s.n.m. El territorio de San Pedro de Copa se clasifica en las siguientes zonas ecológicas (ONERN, 1972):- Matorral desértico pre montano.- Estepa espinosa montano bajo.- Montañas semiáridas.

ANTECEDENTES

Estudios arqueológicos en el área de San Pedro de Copa no existen, por lo tanto se toma como referencia los estudios realizados en las zonas vecinas. Santillana Cantela (1988) menciona que el sabio Antonio

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Raimondi recorrió los territorios de Ocros y Bolognesi, pero sus investigaciones se centran en la flora y fauna y en la búsqueda de vetas minerales. Villar Córdova (1935) recorrió la zona de Cajatambo, estudiando los restos arqueológicos de la zona y haciendo una clasificación funcional de los mismos, presentando los Machay o cavernas y los Kullpis o habitación-tumba dentro de su clasificación funeraria; siendo estas últimas construcciones funerarias típicas del Intermedio Tardío en la sierra de Lima y zonas aledañas. Vega Centeno et al (1998) estudia el valle bajo del río Fortaleza, al oeste de San Pedro de Copa pero sólo hace un estudio de sitios formativos. Visitadores como Rodrigo Hernández Príncipe (1923) quien en 1620 visitó la provincia de Cajatambo (dentro de la cual se encontraba Ocros) menciona a dos pueblos a los cuales llama Llactas y Llacuaces. Durante el siglo XVI Copa era una provincia de Caxatambo (sic), Pierre Duviols (1973) reconstruyo la organización económica de Huaris o Llactayoc y Llacuaces, los dos grupos étnicos más importantes a la llegada de los conquistadores españoles y durante su coloniaje. Según Duviols los Llacuaces son gente de fuera y que debieron inmigrar a Cajatambo entre los años 1350 y 1400, es decir durante el período Intermedio Tardío; mientras que los Huaris son gente del lugar. Augusto Cardich (1975) menciona que la migración Llacuas en el mismo periodo, sucedió por motivos económicos, ya que debido a cambios climáticos en la zona de Chinchaycocha y Lauricocha hubo limitaciones para el cultivo. Burga y Ríos (1987) hace un estudio sobre la distribución espacial de los grupos étnicos del área de Chiquián y sobre el comportamiento de los curacas locales durante el siglo XVII, tiempo en el cual estuvo ocupado por grupos Llacuaces.

EL PERÍODO INTERMEDIO TARDÍO COMO PROBLEMA

El Intermedio Tardío en la zona de Ancash y particularmente en la zona de San Pedro de Copa es poco conocido debido a los limitados

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Lamina 1: Plano de Ubicación de San Pedro de Copa.

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estudios arqueológicos existentes. Nos importa definir a partir de la prospección, el patrón de asentamiento, partiendo de la premisa que una sociedad se adapta a su hábitat de diferentes formas, ya que el manejo del espacio tiene una respuesta diferente de acuerdo al medio donde se de.

Después de la caída y disgregación de Wari se suscitaron una serie de acontecimientos sociales, dando como consecuencia el desarrollo de señoríos o naciones independientes como los Chincha y Chimú en la costa, Huancas y Chancas en la sierra, y los Llacuaces que dominaron el área de estudio; cada uno unido por una tradición cultural común y un desarrollo autónomo en un espacio definido. Entre los señoríos de la sierra central se aprecian características culturales similares, lo que se evidencia sobre todo en la arquitectura funeraria y en la construcción de terrazas y casas.

Hemos tomado como referencia los trabajos realizados por Villar Córdova en la sierra de Cajatambo, aún cuando no tiene una metodología ad-hod, las descripciones y caracterizaciones que hizo de acuerdo a la funcionalidad de los sitios son de utilidad.

El trabajo de Gordon Willey (1953) realizado en el valle de Virú plantea una metodología para el estudio de asentamiento y es pionero. En este caso, su metodología fue utilizada para nuestro trabajo. Otro punto de vista útil fue el de Daniéle Lavallée y Michéle Julien (1982) en su trabajo realizado en el señorío de Asto, curacazgo del periodo Intermedio Tardío, en el departamento de Huancavelica, en el cual demuestran la existencia de un elemento principal en la forma de construcción y distribución interna de un asentamiento, llamado la unidad alveolar. El concepto de enfocar los modelos de asentamiento como “puntos de partida estratégicos para la interpretación funcional de las culturas arqueológicas” (Trigger, 1992:264) y el condicionamiento que ejerce el medio ambiente en cuanto a la distribución de los asentamientos, demostrándonos así una parte de la cultura humana; son unas premisas que se han demostrado en otras investigaciones lo cual nos fue de utilidad. El estudio de asentamientos arqueológicos involucra dos aspectos fundamentales, uno social y otro ambiental. El estudio de esta relación lo ve la llamada Ecología Cultural, este enfoque enfatiza las relaciones entre el hombre y su medio, como dice Watson: “los artefactos y la organización social no se tratan como entidades en si mismos, sino atendiendo a su relación mutua y a la relación con el ecosistema general del hombre y la naturaleza” (Watson, et al 1974:107). José Alcina Franch (1989) señala que la teoría ecológica debe verse ligada al funcionalismo en cuanto al método, ya que la orientación

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ecológica trata de la distribución de los asentamientos, de sus mutuas relaciones y que mediante la funcionalidad se pueden establecer inferencias acerca de la organización social del grupo implicado en un determinado asentamiento. Al referirse al tema J. C. Chang dice: “cualquier definición física de una entidad empírica como lo es el asentamiento arqueológico, estaría incompleta sino se tuviera en cuenta la parte de su ambiente con el cual los habitantes estaban en contacto frecuente y/o significativo”. (Chang, 1976:68).

Con lo escrito líneas arriba queremos decir que la relación hombre-medio ambiente es intrínseca en el desarrollo de los asentamientos humanos; después de todo el hombre siempre habitó el lugar más adecuado de acuerdo a sus necesidades, condiciones sociales y económicas; para cada necesidad el ambiente debió presentar algunas características básicas para su uso final.

SITIOS ARQUEOLÓGICOS REGISTRADOS

Los sitios se clasificaron de acuerdo a su uso y función:

I. Sitios de Habitación.

Hallamos varios sitios de habitación, los cuales de acuerdo a su característica constructiva y a su tamaño, creemos pertenecen a personas de un status mayor al de los pobladores comunes.

1.- CERRO SALVIA

Sitio ubicado en el cerro de nombre epónimo, al NE de la comunidad de Copa y a 4 horas de camino. Sus coordenadas UTM son: E 226423 N 8855460, ubicándose a una altura de 3200 msnm. Este cerro es de forma alargada a manera de un lomo angosto con una orientación Este-Oeste, un ancho promedio entre 50 y 60 metros, el cual tiene una cresta hacia el norte, con un largo que lo dobla en longitud. La vegetación natural de la zona cubre casi en su totalidad al cerro, sólo aquellas áreas de acceso y pastoreo utilizadas por los lugareños permanecen abiertas; al ver desde lejos este paisaje sólo se aprecia una espesura verde en la cual es imposible ubicar estructura alguna, a menos que se haga el recorrido a pie. Esta situación tiene su pro y su contra, pues si bien la vegetación dificulta el acceso al sitio y evita que se deprede, esta misma lo afecta al crecer entre los intersticios de las estructuras haciéndolas colapsar, a este daño sumamos el hecho por los ganaderos, que utilizan muchas de las habitaciones y patios como corrales o áreas de dormir. El sitio fue dividido

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Lamina 2: Ubicación de los sitios arqueológicos registrados en San Pedro de Copa.

en dos sectores; el sector A conformado por unidades habitacionales y el sector B por estructuras ceremoniales.

En el sector A la topografía del terreno ha sido modificada para darle forma de terrazas con muros de contención, las cuales circundan el cerro siguiendo su relieve; estas terrazas tienen un alto entre 2 y 3 metros, sobre ellas se construyeron las unidades habitacionales y patios; las primeras tiene forma oval-alargadas o rectangulares con las esquinas redondeadas, sus dimensiones van de 6.5 por 5 metros en promedio; los patios son de similar forma con un largo de 12 metros. También se hallaron estructuras pequeñas de 1.5 metros los cuales son posiblemente depósitos. La técnica constructiva es igual en todas las estructuras, usando como base rocas angulosas sin cantear, colocadas con su lado plano hacia el exterior, utilizando pachillas o tumbro entre ellas para una mejor estabilidad y

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fueron fijadas con una argamasa de barro pobre; sin un aparejo definido. Los muros posteriores de las unidades habitacionales están formados por el muro de contención de la terraza superior y tienen su acceso hacia la parte frontal de la terraza; en las terrazas superiores que son más amplias no se encuentran esta característica. La comunicación entre las terrazas es por medio de rampas y entre las demás unidades por pasadizos. Los restos de cerámica fueron mínimos, debido a la abundante vegetación y el estiércol acumulado por los animales, principalmente en las unidades habitacionales y los patios.

En cuanto al sector B, este será descrito en el punto III. Sitios Ceremoniales.

2.- PARIAMARCA

Este asentamiento se encuentra al noreste de Copa, a 4 horas de camino; sus coordenadas UTM son: E 230430 N 8853385, a una altura de 3350 m.s.n.m. Está asentado en la cima de un cerro de forma alargada, orientado sureste-noroeste. Debido a sus características también fue dividido en dos sectores, uno ceremonial (Sector A) y otro habitacional (Sector B). Al llegar a la cima observamos la misma típica construcción de terrazas que las observadas en Salvia, o sea, circundantes al cerro siguiendo su topografía y adecuándola a la vez. En la cima existen patios de la misma forma que las casas; la diferencia con las estructuras de Salvia son las esquinas redondeadas; pues la distribución de espacio y técnica constructiva es la misma.

II.- Sitios Funerarios

Encontramos abundantes muestras de tumbas, a unas las conocemos como Chullpas y son características del Intermedio Tardío en la sierra y a otras las hemos llamado “tumbas en abrigos rocosos tapiados”. Como tumba entendemos a una estructura elaborada en cualquier material con un fin funerario; diferencia con entierro dado que este es solo una inhumación de un cuerpo o parte de él en un hoyo simple hecho en el suelo. Para nuestro caso las chullpas se encuentran tanto en espacios abiertos como dentro de abrigos rocosos.

3.- CERRO ANTIGUO

Sitio ubicado al NO de Copa a 8 horas de camino, se asienta en el cerro del mismo nombre, limitado por la quebrada San marcos, el cerro Negro y Tranca por el sur y por el norte la quebrada Linares y Cerro

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Pescado. Sus coordenadas UTM son: E 222167 N 8850914, a una altitud de 2290 m.s.n.m (Lam 2). El recorrido hacia Cerro Antiguo es difícil; puesto que sólo hay camino de trocha; al llegar a Plazapampa (punto intermedio entre Copa y Cerro Antiguo) a 4 horas de camino desde Copa y situado en la base del cerro Mantamarca, apu conocido y respetado hasta hoy, se toma un camino en descenso que nos conduce hasta el mencionado sitio. No encontramos evidencias arqueológicas superficiales en Plazapampa, pero suponemos que debió tenerlas. Durante el recorrido de Plazapampa a Cerro Antiguo se observaron aterrazamientos con muros de contención en lo que seria la ladera Sursuroeste del cerro Mantamarca.

Cerro Antiguo es una cresta que nace al oeste a media ladera del apu Mantamarca, es estrecha y en comparación con los demás cerros que lo rodean, es de menor tamaño. En la cima de Cerro Antiguo encontramos 6 chullpas, 5 en la cresta y 1 en la pendiente las cuales numeramos de este a oeste; todas se encuentran relativamente alineadas y orientadas al este (Lam. 3).

Estas chullpas se encuentran construidas con rocas labradas en forma de paralelepípedos, unidas con mortero de barro y acuñadas con pashillas; tienen una planta rectangular con esquinas de casi 90 grados; sus dimensiones varían entre 4 y 3 x 1.70 a 2.50 x 2 metros. Los techos son construidos con abundante barro y rocas terminando en una forma convexa, la contención de los mismos se hace por medio de lajas, colocadas diagonalmente sobre los muros. Todas las chullpas tienen pequeños accesos rectangulares orientados hacia Mantamarca Macho o sea hacia el saliente. Si bien la técnica constructiva es la misma para todas, hay algunas diferencias de distribución y detalles, por ejemplo mientras que la mayoría presenta una sola cámara, la chullpa 2 presenta dos cámaras con sus respectivos vanos, divididas por el pasadizo central que parte del acceso principal; la chullpa 3 se diferencia del resto por la presencia de dos nichitos, uno a cada lado del vano a la altura del extremo superior dándole al frontis el aspecto de un rostro geométrico (Lam 4, Foto 1 ).

Evidentemente en Cerro Antiguo estamos viendo unas construcciones mortuorias especiales para personas de alto rango político, militar o religioso, formando estas un centro funerario singular. La orientación premeditada de los vanos de acceso hacia el este nos demuestran una posición astronómica clara en relación al naciente, tal vez para asegurar una buena vida en el mundo de los muertos, o nacer cada día al igual que el sol; además de esto cabe recordar que las chullpas también

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están dirigidas hacia Mantamarca, el apu; creemos que así se aseguraban de la bendición de ambos.

El estado actual de las chullpas es deplorable, primero porque que han sido saqueadas, segundo porque la vegetación natural de pitajayas hace colapsar los muros al crecer entre ellos y tercero: los pobladores de la zona utilizan el espacio como lugar de pastoreo y pernoctorio.

Lam 3: Plantas de las chullpas registradas en Cerro Antiguo

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Foto 1: (Izquierda): Cerro Antiguo, chullpa 3. Foto 2: (Derecha): Huanca

Situada en Sector B de Cerro Salvia

III.- Tumbas aisladas

Además de los sitios funerarios existen tumbas aisladas, ubicadas en abrigos rocosos en la parte media o media alta de la cadena de cerros aledaños a Copa. Estas tumbas pueden ser de dos tipos: Chullpas en abrigo rocoso. Abrigos rocosos tapiados.

En el caso de las Chullpas en abrigo rocoso no hace falta definición, en cuanto a las tumbas tipo “Abrigo Rocoso Tapiado”, nos estamos refiriendo a que los espacios útiles del abrigo rocoso tienen un uso

Lamina 4: Croquis de Chullpa 3 de Cerro Antiguo.

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funerario y han sido sellados con una pared para mantener dentro uno o más individuos con su respectivo ajuar. Creemos que esta es una definición de tipo necesaria, dado que es muy diferente a la construcción de una chullpa, tanto en el diseño, como en la inversión de tiempo; por tanto son dos trabajos diferentes, los cuales por ende implican una razón social.

A.- Tumbas Tipo Chullpa en Abrigo Rocoso:

4.- PALACIO KAKA (Palacio de piedras)

Se ubica en las coordenadas UTM E 221840 N 8851615, a una altura de 2700 m.s.n.m., al suroeste de Copa, limitando por el norte con la quebrada Chua, por el este noreste con el cerro Tranca, hacia el Sur y Oeste es hacia donde mira el valle (Lam. 2). Se trata de un conjunto de 3 abrigos rocosos hallados en unos afloramientos pétreos muy grandes, esta es posiblemente la razón de su nombre popular de palacio de piedras. Las tumbas se encontraron huaqueadas, con los muros de tapia destruidos, del muro sólo quedan sus cimientos; en cuanto a los restos humanos se puede indicar que se trata de varios individuos; lo que queda del ajuar son algunos fragmentos de soguillas, mate, cerámica y huesos de camélido. Sólo fueron visitados el abrigo 2 y 3, el 1 no fue visitado dado su poca accesibilidad.

5.- CERRO MAURE

Ubicado en las coordenadas UTM E 221879 N 8849279 y a una altura de 2700 msnm. (Lam. 2). Compuesto por un Conjunto de dos abrigos rocosos ubicados en el cerro de nombre epónimo. En el abrigo 1 se halló restos de la arquitectura de la tumba, a nuestro parecer de una chullpa, dada la calidad de trabajo de las rocas, aunque es sólo una conjetura ya que se encontraba destruido en un 90 %. El espacio de uso del abrigo es muy reducido (70 cm. aprox.); aún así se encontraron restos desperdigados de varios individuos tanto adultos como sub adultos, evidentemente se trata de un entierro múltiple, posiblemente secundario. En el abrigo 2 se observó que el espacio útil fue dividido en dos, en la sección interior se colocaron los cuerpos, (al parecer 10 por el número de cráneos hallados) y su ajuar, para después tapiarlos con un muro curvo construido con roca labrada unida con argamasa de barro. En la sección exterior se construyó una chullpa con las características conocidas en Cerro Antiguo, sólo el muro interior izquierdo se construyó con rocas sin labrar y pashillas unidas con barro, este muro tiene un apariencia rústica, posiblemente sea una forma de subsane después de un saqueo. Todos los

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restos que se encontraron estaban totalmente disturbados por los saqueadores de tumbas. En este caso hay una combinación de tipos funerarios, el primero presenta un abrigo tapiado y el segundo una chullpa.

6.- CUCHICORRAL (Corral para chanchos o corral sucio)

Se encuentra en las coordenadas UTM E 229251 N 8851166, a una altura de 2500 m.s.n.m. (Lam. 2). En la ladera del cerro se observan terrazas de contención una de las cuales tiene hasta 60 m. de largo, ya en la parte alta del cerro se observa algunos abrigos rocosos entre los cuales sólo uno pudo ser registrado, otros están totalmente transformados y sólo se ven restos modernos, posiblemente con una excavación nos encontraríamos con restos prehispánicos. En el abrigo 1 se construyó una chullpa con muros curvos, construido con la técnica conocida; dentro de ella se encontraron restos disturbados de varios individuos. Algo que hay que resaltar es que estos cráneos presentan remodelaciones. Igualmente que otros abrigos este es utilizado como un corral moderno.

B.- Tumba Tipo Abrigo Rocoso Tapiado

7.- UCHUMACHAY (Cueva del Ají)

Se encuentra en las coordenadas UTM E 232927 N 8853236, a 3000 m.s.n.m. (Lam 2). Se trata de varios abrigos encontrados en afloramientos rocosos, lamentablemente están destruidos y sólo en uno se pudo apreciar algunos restos, tal como una plataforma con muro de contención para ampliar el espacio útil del abrigo y los restos de lo que serían una pared que pudo haber servido como tapia; dentro de ellos se encontraron fragmentos de osamentas humanas tanto de adultos como subadultos, todos disturbados e incompletos. Igualmente que otros, estos abrigos son utilizados como corrales por los ganaderos modernos.

IV.- SITIOS CEREMONIALES.

8.- CERRO SALVIA (Sector B)

El sector B se ubica en un espolón que nace del mismo cerro, este ha sido igualmente trabajado para lograr espacios planos dándole varios niveles, en estas terrazas se encuentran abundantes huancas con un círculo de rocas angulosas con cierto retoque rodeándolas. Estas huancas (Foto 2) se suceden en toda la parte superior de este espolón y en cada terraza siguiendo la sinuosidad del mismo. En este sector se encontró un pequeño

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mortero de piedra, posiblemente usado en alguna actividad ceremonial; los fragmentos de cerámicas son escasos.

Desde Salvia mirando hacia en oeste se tiene una vista impresionante de Mantamarca Macho y Mantamarca Hembra los apus tutelares; el espectáculo brindado en el ocaso debió ser sobrecogedor, prácticamente podría interpretarse como que si Mantamarca “se tragase el sol”, dado que el punto el ocultamiento se da hacia su lado.

9.- PARIAMARCA (Sector A)

El ascenso a Pariamarca se hace por la falda sureste, todo este recorrido se hace atravesando muros, los espacios abiertos entre muros tienen huancas de similares características a los de Salvia y llegan hasta la cima. Los restos de muros nos muestran que estos circundaban el cerro, tal vez colocados ahí como una especie de muralla que restringía el acceso, permitiendo un ascenso exclusivo sólo a personas idóneas. El camino real de ascenso no es conocido debido al estado de destrucción en que se encuentran las estructuras.

10.- CERRO MANTAMARCA MACHO

Se encuentra al noroeste de Copa, en las coordenadas UTM E 222322 N 8854233, a una altura de 2219 m.s.n.m. (Lam. 2). Mantamarca es un cerro de aspecto piramidal (Foto 3), se asciende por la falda sur partiendo desde Plaza Pampa, que se encuentra a unos 300 metros al norte; en este trayecto se puede observar restos de estructuras circulares y otras, lamentablemente muy deterioradas. Evidentemente el camino que se toma para el ascenso no es el original, esto se hace así por decisión de los guías quienes siempre ascendieron tomando este circuito junto al ganado caprino.

Foto 3: (Izquierda): Vista panorámica de Cerro Mantamarca. Foto 4: (Derecha): Mantamarca. Detalle de Petroglifos en Abrigo Rocoso 2.

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Más adelante seguimos encontrando otros muros, pero a mayores distancias; creemos que los muros circundan el cerro y en algún lugar, menos este, se encuentra el camino real. En este recorrido hemos hallado 3 tumbas en abrigo rocoso, posiblemente del tipo “Chullpa en Abrigo Rocoso”, aunque están destruidos en un 90 %, los dos primeros están en la parte media del cerro y el último justo al llegar a la cima. Todo el ascenso nos toma unos 40 a 50 minutos, aunque no es mucha distancia la recorrida, la falta de un camino real y la abundante vegetación hace imposible un ascenso rápido.

La cima es de forma ovalada y se encuentra cubierta por abundante vegetación arbustiva y arbórea, con especies de diversos tipos; además existen abundantes rocas, muy grandes, muchas de las cuales forman abrigos; si es que no existiera la cubierta vegetal, esto se vería como un espacio lleno de inmensas rocas, claramente observamos que la formación geológica junto a la fuerza eólica y la erosión jugaron un papel importante en esta formación.

Hemos hallado 5 abrigos rocosos con arte rupestre, en los cuales se observan pinturas y petroglifos, aunque cabe la posibilidad de que se puedan hallar otras, las que impliquen un estudio más meticuloso. Estos abrigos se encuentran distribuidos en toda la cima del cerro, los hemos numerado de acuerdo a su descubrimiento, así tenemos al abrigo 1, el cual se encuentra en el extremo sur de la cima; el abrigo 2 en el lado este; el 3 al suroeste; y el abrigo 4 y 5 en la parte central, al norte del abrigo 1. De esta manera observamos de manera preliminar que tiene una distribución casi en cruz; aunque como ya hemos señalado hay espacios sin investigar. La temática es variada, por un lado tenemos diseños naturalistas y otros simbólicos. Lamentablemente la conservación es mala debido a la exposición a los medios climáticos, como a la acción humana. La técnica de pintado al parecer es por medio de un instrumento como pincel o mota; se utilizaron pigmentos naturales como el ocre rojo y amarillo, el cual debió ser molido y mezclado con agua y algún elemento aglomerante, talvez la savia de alguna planta. Estas aseveraciones son a partir de observaciones in situ, pero no en base a un análisis especial. Los petroglifos han sido realizados mediante la técnica del raspado con una roca dura, así han dejado una marca superficial irregular al destruir la pátina de la roca soporte. Por otro lado tenemos a los grabados, los cuales tienen el mismo diseño que algunas de las pinturas y petroglifos, pero que han sido hechos con un instrumento más delgado, talvez también se usase

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una roca la cual habría sido frotada sobre la piedra soporte para hacer un surco, es posible que para esto se haya empleado un elemento abrasivo como la arena diluida en agua. No hemos hallado los instrumentos ni elementos usados, es posible que esto se deba en gran parte a que actualmente la cima es usado como lugar de pastoreo y los abrigos son usados como corrales o pernoctorios, aun así creemos que una excavación nos daría más luces sobre el caso.

Creemos que las pinturas han sido hechas en diferentes períodos de tiempo, pues las representaciones, sobre todo de camélidos no hacen pensar que son las más antiguas. En el caso de los hombres con tocados y lanzas deben ser de una época tardía. Con todo esto estaríamos hablando de una actividad muy prolongada en Mantamarca Macho; aunque cabe señalar que sólo es una aproximación.

La evidencia arqueológica clara nos la dan las diferentes estructuras halladas en la base del cerro y sus alrededores, así como también la arquitectura de otros sitios arqueológicos mencionados con anterioridad. La cerámica también es un indicativo de esto, aunque la que hallamos sea mínima; desde este punto de vista podemos decir que las evidencias en Mantamarca y en los otros lugares pertenecen al período Intermedio Tardío.

- Abrigo 1 (UTM: E 222436, N 8854207): Se encuentra ubicado en el extremo Sur de la cima. En este caso solo tenemos representaciones hechas en pintura, en ellas se aprecian grupos de camélidos de diferentes tamaños, la mayoría son adultos, aunque existe una cría la cual esta bajo su madre, al parecer lista para amamantar. Se encuentran 11 representaciones de camélidos de diferentes tamaños y se ve la superposición de algunos de ellos, prueba evidente de su realización en tiempos diferentes. Además se pueden apreciar dos espirales de diferentes tamaños, uno de ellos con un círculo central los cuales podrían representar fuentes de agua; un círculo y un dibujo que se asemeja a una cadena.

La disposición de los dibujos esta centralizada en la parte baja de la pared del abrigo, de estos, siete miran hacia el oeste y cuatro hacia el este; en el extremo superior se encuentra el camélido con su cría y un círculo. Los colores usados son el rojo ocre en su mayoría y el amarillo ocre en menor caso y el tamaño de los diseños va desde los 10 cm. hasta los 42 cm.

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- Abrigo 2 (UTM: E 222365, N 8854246): Se encuentra ubicado en el sector oeste de la cima. En este se pueden apreciar tres técnicas rupestres, una es el pintado, otra el raspado o percutido y la última el grabado ambas técnicas extractivas conocidas. Las principales representaciones se encuentran en el la pared del abrigo, cubriendo un área de 3.5 por 1.5 metros, aquí hallamos los petroglifos y los grabados, sobre este panel y en lado superior hallamos un diseño pintado. El diseño pintado fue hecho en base con pigmentos de color rojo ocre; para llegar a este punto de la roca debió hacerse por arriba y el pintor tendría que estar echado sobre la punta del la roca y pintar boca abajo, amenos claro que hayan utilizado algún artificio para llegar desde abajo. El diseño no es definido, a lo lejos parece una nota musical, motivo imposible de pensar en estas gentes, definitivamente quisieron representar algo, pero no se ha podido identificar que, sólo podríamos decir que es abstracto.

En el panel principal (la pared baja del abrigo) se aprecian una gran cantidad de diseños, tanto de petroglifos como de grabados; el lado extremo izquierdo es el que mejor conservación tiene, mientras le sigue el extremo derecho, lamentablemente la parte central es la más deteriorada. Entre los diseños podemos apreciar a personajes ataviados con tocados, con báculos o lanzas y escudos, aparentemente realizando un ritual guerrero; además hallamos el grabado de un perfil humano con un casco en la cabeza; entre las figuras animales tenemos a perros o zorros, serpientes, camélidos y una especie de insecto; las figuras geométricas son representadas por círculos y espirales (Foto 4).

- Abrigo 3 (UTM: E 222298, N 8854289): Ubicado en el extremo Suroeste de la cima. Allí encontramos seis diseños pintados con pigmento rojo ocre; el panel utilizado es la parte media baja del abrigo, de izquierda a derecha tenemos: tres diseños que asemejan a unas dagas, (es posible que el dibujo sea colonial), la central es la que se encuentra mejor conservada, las de ambos lados está erosionada y casi borrada. La siguiente figura es un diseño no identificado, aunque podría tratarse de una vaina con su fruto. El tercer diseño lo conforma un círculo a medio rellenar y un punto, con una línea semi curva bajo este, tampoco hemos podido interpretar este diseño, aunque especulamos que podría tratarse de un astro.

- Abrigo 4 (UTM: E 222370, N 8854196): Se encuentra ubicado en la zona central de la cima, con coordenadas. En este pequeño abrigo, solamente encontramos una figura pintada en color rojo ocre, el diseño tiene la forma de un tupu o alfiler y sobre la cabeza una línea curva.

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- Abrigo 5. (UTM E 222297, N 8854294): Se encuentra a escasos 5 metros del abrigo 3. En este abrigo hallamos petroglifos y grabados; los diseños no son identificables, con seguridad uno parece una copa al cual los pobladores le dan el nombre de cáliz, el otro es una línea serpenteante con la punta partida en 5 líneas y otra terminando en un círculo, posiblemente se tratase de representar alguna planta, como el ichu.

INTERPRETACIÓNES

En el período Intermedio Tardío existieron diversos aspectos comunes entre los pueblos de la sierra; de esto la arquitectura es un elemento resaltante, en ella vemos la simplicidad de las técnicas constructivas y la distribución de las estructuras; rasgo común de un sitio a otro, sin la creación de nuevas técnicas edificativas o formas (Bonnier 1997), esta falta de refinamiento para algunos es síntoma de empobrecimiento de la arquitectura, aunque otros como Bonavía (1991) no piensan que sea así. Bonnier argumenta que la sencillez de las construcciones respondía a la necesidad y a la practicidad, para albergar o proteger al individuo. Estamos de acuerdo con esta apreciación, dado que el Intermedio Tardío fue una época de grandes conflictos sociales; después de la hegemonía Wari, la disgregación social fue un hecho, por lo tanto aparecieron reinos y señoríos, uniendo a individuos de ascendencia común. Esta situación generó conflictos entre ellos y la necesidad de obtener un espacio vital se ve reflejada en la característica constructiva mencionada, es por eso la necesidad de asentarse en sitios altos e inaccesibles, tanto para poder usar las tierras fértiles de los valles, como para que sean defendibles de posibles enemigos.

Para entender la situación hemos estudiado y comparado los trabajos arqueológicos realizados en otros lugares relativamente cercanos, como la sierra de Lima, y otros no muy cercanos como la zona de Chinchaycocha – Tarama y Asto en Huancavelica. En el primer caso la zona de Canta (cuenca alta del río Chillón y Chancay), dominada por los Atavillos el cual tenían bajo su control al grupo de los Canta y los Yauyos, parte sur de la sierra de Lima.

Los curacazgos ocupaban los lugares más altos del valle, prefiriendo por lo general los promontorios y cumbres alargadas de los cerros; aun cuando estaban lejos de los recursos vitales, es a partir de estos emplazamientos que controlaron los recursos (Farfán 1995). Los asentamientos de la cuenca alta del Chillón tenían un crecimiento limitado por tener murallas perimétricas, dentro de las cuales se construían terrazas

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con muros de contención, adecuadas a la forma del cerro, para construir ahí las unidades habitacionales o de otra índole. Dado que se encontraban lejos de los recursos básicos desarrollaron una infraestructura que les permitió abastecerse de ellos, como redes de comunicación, canales, reservorios, etc. (Farfán 1992). En general las construcciones se daban en partes altas y estratégicas, defendidas por murallas; las casas tenían columnas que las sostenían y el techo era hecho con la técnica de la falsa bóveda y además servían como lugares de enterramiento; la planta era circular, ovoide o cuadrangular, similares a las de otros lugares serranos del mismo periodo, al igual que su aparejo.

Para los Yauyos se hace una clasificación arquitectónica en base al uso y función de las mismas. Villar Córdova (1938) hizo una división arquitectónica en dos tipos: una arquitectura civil – militar; poniendo como ejemplo a los sitios de Ñapahuasi, a pocos kilómetros del pueblo de Yauyos, Huancané, Jupi Nachaka, Umay y Mallna, que según el autor tiene la misma característica arquitectónica de los sitios de Huarochirí. Tiene una planta circular u ovalada, con un techo hecho en falsa bóveda: dentro se encuentran hornacinas, que pudieron servir como graneros y posteriormente como nichos sepulcrales; además contaban con entradas para la ventilación, para la entrada de aire o para la evacuación de humo. Todas estas construcciones eran asentadas en terrazas y se encontraban rodeadas por murallas.

La segunda clase es la arquitectura funeraria como la cista sepulcral de forma circular, hechas con rocas angulosas simples unidas con mortero de barro y selladas con grandes lajas de piedra. Otro tipo son las cavernas funerarias que están adornadas y mejor dispuestas. En general, Villar Córdova sugiere que todas las construcciones eran principalmente de carácter funerario, y/o de culto, aun cuando se hicieron usos comunes como vivienda. La similitud de estas construcciones con las del Collao, lo interpreta como que fueron gentes de esas zonas las que vinieron y poblaron Huarochirí y Yauyos.

En la región de Chinchaycocha – Tarama, de acuerdo a E. Bonnier (1997) los grupos asentados en estos territorios mostraban una aparente desorganización en la configuración interna del espacio, ya que las casas se encuentran diseminadas al interior de un espacio fortificado, no existiendo diferenciación jerárquica entre los edificios. Las estructuras son de planta circular de 4 a 5 metros de diámetro; también existen edificios de dos a tres pisos con planta cuadrangular, los cuales han sido identificados como edificios destinados al almacenamiento de productos agrícolas. La falta de

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organización sugiere una carencia de planificación, que pueden ser el producto de respuesta a necesidades inmediatas. De esto el autor infiere que existe una relación igualitaria y comunitaria entre cada grupo doméstico, ya que el espacio colectivo y el espacio doméstico son objeto de una utilización debidamente especializada.

En Asto (departamento de Huancavelica), observamos algo diferente, mientras que la unidad del hábitat Chichaycocha – Tarama presenta una estructura mucho más abierta hacia áreas de utilización común; los de los Asto presentan una configuración espacial cerrada en sí misma; esta es la llamada unidad alveolar a la que hace mención Lavalle (1973), la unidad mínima del hábitat está compuesta de varios edificios circulares dispuestos alrededor de un patio. Este espacio cerrado pertenece al grupo doméstico que lo construye y que lo habita, existiendo una diferenciación entre espacio doméstico y colectivo. Este tipo de organización espacial se refleja más al norte, es decir en territorio que fue ocupado por los Wanka, donde el hábitat doméstico esta también organizado en forma de grupos de casas construidas alrededor de un patio. (Parsons, Matos 1978).

Los ejemplos señalados nos permiten tener un criterio arquitectónico en la sierra durante el periodo Intermedio Tardío. En Copa encontramos muchas características símiles, como la construcción con técnicas y materiales simples en lugares altos circundados de muros; la adecuación al terreno mediante terrazas con muros de contención en diferentes niveles y el levantamiento de estructuras domésticas circulares, ovaladas o cuadrangulares sobre estas, ascendiendo hasta un patio superior. En el caso de la arquitectura funeraria o ritual se ha tenido un cuidado especial en los acabados, sobre todo de las Chullpas; esto lo interpretamos como indicador de jerarquía. Las ubicaciones de la arquitectura mortuoria, ya sea en el caso especial de Cerro Antiguo en una cresta del cerro o en los abrigos rocosos, también es una característica común al Intermedio Tardío de toda la sierra o al menos de una gran parte de ella. A esto Duviols (1979) dice que la elección de las sepulturas se ejecuta en función a los niveles sociales. Los muertos del común son sepultados en cavernas naturales (machay), los curacas en sepulcros arquitecturales diversos (machay, chullpa, etc.). Concordamos con Duviols en cuanto a la diferenciación social de los sepulcros, pero no creemos que los entierros encontrados en abrigos rocosos sean del común, ya que las evidencias indican lo contrario. Ahora también cabe que los habitantes comunes se entierren en cavernas pero no de la forma tan elaborada encontrada. Las

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poblaciones de Salvia y Pariamarca debieron tener un nivel social especial dado la presencia de espacios para cultos y ceremonias que están integrados a los sitios; la cantidad de personas que vivieron ahí no es mucha posiblemente 300 o 400, los demás debieron vivir en otros lugares aún no descubiertos o en condiciones precarias por lo cual las evidencias pueden haber desaparecido; en todo caso una exploración más minuciosa y posteriores excavaciones nos pueden dar las respuesta.

La obtención de los recursos era relativamente fácil para los habitantes de Salvia y Pariamarca, el agua se encuentra en puquios cercanos, los lugares aledaños eran propicios para el cultivo y el pastoreo y debió existir una abundante flora y fauna; además se cuenta con la presencia de restos de canales, los cuales transportaban el agua de lugares lejanos y que eran almacenados en reservorios.

En cuanto a la situación económica y social de los habitantes de la zona de Copa solo podemos especular; la organización económica debió estar basada en la agricultura y la ganadería. En cuanto al primero, las huancas como lo menciona Duiviols (1979) nos hacen ver esto; las cuales tenían una función tutelar y de culto relacionado a la tierra, a la cual fecundaban. Por otro lado, el autor argumenta que las huancas también cumplieron la función de agentes mediadores entre los tres mundos: fecunda el mundo de abajo, protege el mundo donde vive la gente y capta el mundo de arriba donde se encuentra el sol.

Se ha hablado mucho sobre las luchas interétnicas, pero ¿realmente se debe a esto que los grupos culturales diversos se vieran obligados a tomar puntos dominantes?, Donald Thompson (1970) sugiere que parte de esta ubicación estuvo relacionada con la agricultura, donde las tierras menos propicias eran utilizadas como centro habitacional, en lugar de desperdiciar tierra productiva con tal propósito. Con lo dicho no queremos descartar conflictos interétnicos; compartimos la opinión de Farfán cuado dice que la ocupación no solo se debe a estos enfrentamientos, sino: “… a fuertes tradiciones culturales y al manejo del medio ambiente, pudiendo haber sido tradición de pastores, artesanos o agricultores. Todas estas tenencias necesariamente estaban acompañadas de creencias y actividades rituales mágico-religiosas de particular naturaleza. No cabe duda que uno de los factores que condicionó estas tenencias debió ser las circunstancias medio ambientales y fenómenos de fluctuaciones climáticas que regularon de una u otra manera la ubicación del hombre en el espacio geográfico”. (Farfán 1992:162). De esta manera se refleja la importancia de la

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cosmovisión y la ideología, ligada estrechamente a las actividades diarias, tales como la agricultura y la ganadería.

Por último y no menos importante por eso, está la pregunta: ¿qué grupo étnico fue el que ocupo la zona de Copa?. Huertas (comunicación personal) señala que en épocas anteriores al Intermedio Tardío existía en Copa un grupo llamado Ocros, este mantuvo importancia hasta el Horizonte Tardío, es así que durante la conquista incaica una de las tres guarangas de la región de Lampas (actuales provincias de Ocros y Bolognesi) era la guaranga de Ocros. El mismo autor menciona que durante el Intermedio Tardío también se produjo una disturbación social en la zona por grupos Huari y Liviac, posteriormente una segunda disturbación por los incas. Duviols, Huertas y otros señalan que en la región de Cajatambo en el siglo XVII, existían varios grupos étnicos, unos que se decían eran descendientes de los Yungas marítimos, otros de los Huaris llegados del Titicaca y otros que decían proceder del Yurupajá, llamados Liviac, los dos últimos combaten entre sí por territorios propicios para la agricultura.

Finalmente Duviols (1973) menciona que la proporción de Huaris y Llacuaces en los pueblos post incaicos es muy variable, en muy pocos casos podemos conocer esta proporción, ya que los documentos, al mencionar ayllus, no precisan ni mucho menos si eran Huaris o Llacuaces. Lo mencionado líneas arriba sólo nos da una idea general más no determinativa de los habitantes de este territorio, en todo caso hace falta más estudios etno históricos y por supuesto arqueológicos.

CONCLUSIONES

En el Intermedio Tardío en San Pedro de Copa define un patrón de asentamiento en cuanto a formas constructivas, la utilización de las estructuras y la organización del espacio. Sobre la base del reconocimiento y descripción de los asentamientos, así como del análisis de su distribución espacial podemos concluir lo siguiente:1.- Patrón de poblamiento disperso, establecidos en promontorios y cumbres altas, para procurarse una posición privilegiada, ya sea por motivos militares, económicos o religiosos; articulado directamente a las actividades diarias, tales como la agricultura y la ganadería. 2.- La base del patrón constructivo se sustenta en la preparación de un sistema de terrazas con muros de contención adaptadas a la topografía del terreno, con lo cual se obtuvo superficies planas.

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3.- La forma más común de las unidades arquitectónicas corresponde a estructuras aglutinadas, conformada por agrupaciones de tipo habitacionales basándose en recintos de planta circular, ovalada, rectangular y cuadrangular, sucediéndose alternadamente en terrazas circundantes al cerro hasta llegar a un patio central; la comunicación entre estos es mediante rampas y pasadizos.4.- La organización del espacio se encuentra condicionado por el medio ambiente, al cual se adecua sus condiciones tecnológicas e idiosincrásicas. 5.- La arquitectura funeraria es de dos tipos: a) chullpas en espacios abiertos, orientadas al este, chullpas en abrigos rocosos. b) abrigos rocosos tapiados.6.- La técnica constructiva es de dos tipos: a) funeraria y ritual, basada en rocas labradas unidas con argamasa de barro identificadas en las chullpas y muros circundantes de Mantamarca Macho. b) común, entendida como la construcción en base a roca angulosa sin cantear unida con argamasa de barro, identificadas en los muros de contención de las terrazas, las viviendas y otros.7.- Estas generalizaciones están basadas en evidencia material de la clase dominante; no se han hallado evidencias de arquitectura ya sea habitacional o mortuoria del poblador común; estos datos nos proporcionarían una visión más clara del patrón de asentamiento.

AGRADECIEMIENTOS

Para el desarrollo de este trabajo agradecemos a la Municipalidad y Comunidad de Copa por el apoyo en el proyecto. Al Sr. Julio Olivares quien desinteresadamente nos proporcionó ayuda financiera de su propio peculio. Finalmente, no podemos dejar de mencionar a las bachilleres en arqueología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos Rocío Díaz y Mónica De La Vega, quienes nos acompañaron en todo el recorrido.

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VICHAMA Y LA HISTORIA REGIONAL

Ms. Filomeno Zubieta Núñez42

Introducción

Religión, mitología e historia son concepciones y categorías que se entrelazan tras Vichama, dentro del ámbito nacional y regional, tratando de explicar no sólo las creencias y ritos de pueblos antiguos, sintetizando, también, el derrotero de estos. En este breve ensayo queremos, precisamente, buscar la explicación histórica tras el mito de Vichama, dentro de la religiosidad de los pueblos que poblaron estas tierras. Las inquietudes que nos impulsan a tratarla pueden sintetizarse en las preguntas: ¿Qué significa Vichama?, ¿Cuál es su mensaje? ¿Qué relación tiene con la historia regional o nacional?, ¿Qué hay detrás de este mito?

Una necesaria explicación

De partida hay que tener en cuenta que la religión es un hecho social que está presente en todas las sociedades, como actitud y práctica, mediante símbolos (representaciones o cosas que evocan ideas). La religión tiene determinados elementos que es bueno identificarlos:a. Las creencias (estado de adhesión firme e indudable, convicción

fundada en sentimientos);b. Los ritos (costumbres, conjunto de reglas establecidas para el culto y

ceremonias, actos tradicionales de estabilización y cohesión social);c. La comunidad que asume como suya la actitud y práctica religiosa;d. La moral (intuiciones y concepciones que identifican lo que está bien y

lo que está mal, lo que se debe hacer y lo que se debe evitar);e. La visión transempírica de la realidad; yf. Los mitos.

Además, hay que considerar que la religión cumple determinadas funciones sociales: cohesión social, legitimaciones, devoción y respeto absoluto, respuesta a problemas, entre otros.

Por otro lado, el mito es una lectura del mundo y una interpretación de la vida dada en forma de relato, plena de símbolos, acciones y representaciones fabulosas. Es, igualmente, explicación, norma y regla de las relaciones sociales que le permite al hombre encontrar su lugar en el

42 Universidad Nacional José Faustino Sánchez Carrión. [email protected].

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mundo. Fortalece la cohesión social, son un modo de comunicación social. Revela de qué manera los hombres y las cosas fueron hechos, y expresan el amor, el odio o la venganza, comunes a la humanidad de todas las épocas.

La historia para explicar el desarrollo social y estudiar los hechos trascendentes se basa en fuentes, entre ellas, las lingüísticas, las iconográficas, las etnográficas (donde se hallan los mitos) que contribuyen decisivamente brindando referencias sobre facetas diversas de pueblos ágrafos, como son los prehispánicos de nuestros lares.

Religión y mitología prehispánica

Religión y mitología como manifestaciones ideológicas, eran parte importante de la vida andina tal como lo fueron las económicas y sociales. Constituían su historia verdadera. Por lo mismo reproducían la vida material, con sus dioses con las mismas conductas que los hombres, con atributos humanos enaltecidos. La jerarquía, las pugnas, enfrentamientos de los dioses no significaban otra cosa que la presencia de clases sociales, contradicciones y guerras al interior o entre las nacionalidades o curacazgos, como también de invasiones y colonizaciones.

Los mitos brindan importante información histórica, pues los avances y logros como las derrotas o retrocesos de los dioses, no son sino los de las agrupaciones que le rinden culto y, por lo mismo, permiten extraer conclusiones sobre aspectos relacionados con el derrotero de la vida económica, social, política o ideológica de éstas.

Como la religión y los mitos estaban inmersos en la totalidad de los aspectos de la vida cotidiana y pública, se justificaba la presencia de infinidad de divinidades, imperando -por lo mismo- el politeísmo. Hubo divinidades asociadas a la vida agrícola como pecuaria y otros aspectos del quehacer social, con sus correspondientes templos e ídolos denominados huacas.

Las divinidades habitaban en sus estatuas o ídolos representados en arcilla, madera, metal o piedra, tenían vida y podían dar respuestas a las preguntas, cual oráculos, brindar protección a su pueblo, ganarse su reconocimiento.

En el mundo andino todas las divinidades tuvieron derecho a tener presencia, coexistieron dioses panandinos, regionales, locales, familiares y personales. Unos tuvieron más fuerza y poder que otros, generando su

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clasificación en mayores y menores. Los hubo con figura y silueta humana, antropomorfa.

El origen y desarrollo de los pueblos está justificado por los mitos. Para ellos la historia no fue un proceso progresivo y lineal. No cronologizaban los hechos por días, semanas, meses, años, siglos o milenios. Les era suficiente con señalar que uno u otro suceso fue antes o después de tal o cual acontecimiento. Tuvieron una concepción cíclica de la historia, donde cada nacionalidad tenía su origen, esplendor y culminación; con épocas independientes que no necesariamente se encadenaban con otras, ni era necesaria una para la existencia de otra.

Su historia era, además, selectiva. Se conservaba y trasmitía de generación en generación sólo lo positivo, lo que era de interés del grupo dominante; por lo mismo se magnificaba, hasta la exageración, sus realizaciones y conquistas, para justificar su presencia en determinado territorio y para evidenciar el poderío de sus dioses.

El mito de Vichama

La costa central, como otros lugares del mundo andino, tenía divinidades que poseían sus dobles. Así, Pachacámac tenía su doble o "hermano", al decir de los naturales, que era Vichama. Esto no era sino la réplica de la manifestación de los curacas o incas (en el caso del Cusco) que tenían sus huauques o hermanos que compartían o ayudaban en las tareas de gobierno. Uno de ellos destacaba sobre el otro. Tal ocurría con Pachacámac que era el más poderoso y cuyo prestigio se debía a sus oráculos y vaticinios

Pachacámac era el dios del reino de los Ichma o Ishmay. Es posible, como lo sostiene María Rostworoswski, que el nombre antiguo de Pachacámac haya sido Ichma, por su similitud con Vichma o Vichama, su "hermano", ambos considerados como hijos del Sol.

Pachacámac y Vichama no son solo hermanos, son igualmente los polos opuestos de la cosmovisión de la costa central. El primero es el dios de la noche, de las tinieblas, de los temblores; el segundo, el dios del día, de la vida, de la fertilidad. Representan la eterna lucha entre el día y la noche; de ahí que Vichama nunca encuentre al otro pese a su búsqueda incesante. Ambos estuvieron representados en el ídolo de dos caras: Vichama, como dios del día, sosteniendo mazorcas de maíz; Pachacámac, como el dios de la noche, adornado de plumas de cóndores y gallinazos.

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El mito de Vichama puede ser sintetizado, secuencialmente, en los pasos siguientes:1. En los principios del mundo, Pachacámac da vida a una pareja humana, pero no les proporciona alimentos, lo que provoca padecimientos de hambre;2. Producto del hambre fallece el hombre; la mujer, que a duras penas conseguía algunas raíces para alimentarse, se queja de sus penurias ante el Sol, solicitándole socorro;3. El Sol, condolido de la soledad de la mujer, la fecunda y permite el nacimiento de un niño a los cuatro días;4. Pachacámac, al enterarse de la intromisión de su padre el Sol, colérico toma al niño y lo despedaza. Para que no faltasen alimentos siembra las partes de éste y brotan: de sus dientes, maíz; de sus huesos, yucas; de las otras partes del cuerpo, pepinos, pacaes y los demás frutos de la tierra, generando abundancia en los llanos.5. Sin embargo, la madre sigue llorando la pérdida del hijo. El Sol interviene nuevamente y del ombligo y cordón umbilical del niño lo resucita, asignándole el nombre de Vichama ( Villama, o Vichma);6. Aprovechando una de las ausencias del joven Vichama, Pachacámac mata a la anciana madre y abandona su cadáver a los buitres y cóndores;7. A su retorno Vichama, enterado del triste suceso, monta en cólera, persigue a Pachacámac sin lograr alcanzarlo y descarga su rabia contra los naturales a quienes da muerte;8. Luego de hallar sus huesos devuelve la vida a su madre, con apoyo de su padre el Sol, y arrepentido de haber dado muerte a los naturales solicita apoyo a éste, convirtiendo sus restos en huacas;9. Ante los ruegos de Vichama de repoblar las tierras, el Sol deja caer tres huevos: uno de oro del que salen los curacas y los principales; otro de plata del que surgen las mujeres de los primeros y; el tercero de cobre del que aparecen los plebeyos, es decir los mitayos y sus mujeres.

Vichama no sólo es el dios de los naturales de Végueta, sino de todo el espacio territorial comprendido entre Barranca y Aucallama. Por su lado, Pachacámac tenía su propio territorio, desde Carabayllo (al norte de Lima) hasta el extremo sur, Arica.

La historia tras el mito

Todo da a entender que el mito fue elaborado en el siglo XV o, por lo menos, concluyó su formulación, luego de las muchas versiones que le antecedieron. Tras el mito de Vichama no están sino las penurias, luchas,

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conquistas y logros por las que atravesaron los hombres y mujeres que habitaron estas tierras desde tiempos remotos. En otros términos, tras el mito no está sino la explicación de parte de nuestra historia regional.

Los primeros grupos humanos que poblaron estos lares lo hicieron en tiempos remotos en que el medio era inhóspito, con plantas y animales en los alrededores del valle, como en la porción del océano. Su escaso nivel cultural, su desconocimiento de actividades como la agricultura o ganadería, tornaba a estos iniciales habitantes en meros consumidores de los recursos naturales que prodigaba la naturaleza, dedicados a la recolección de raíces, de frutos y de algunos animales marinos, así como la caza los animales.

La escasez de frutos y animales, como su depredación por el consumo necesario, provocaron en estos pobladores trashumantes tiempos permanentes de hambre y la búsqueda desesperada de alimentos para garantizar la sobrevivencia. Hubieron de morir muchos. La acción colectiva y el uso de algunos rudimentarios instrumentos de recolección, caza y pesca, que poco a poco se fueron perfeccionando, habrían de permitir la continuidad de la presencia humana.

En los años de lucha por la sobrevivencia, los hombres fueron acumulando conocimientos y experiencia: aprendieron a distinguir las propiedades alimenticias o tóxicas de las plantas, las mejores épocas de presencia de frutos y los lugares donde hallarlos, las costumbres y prácticas de los animales, en fin, a conocer e interpretar algunos fenómenos de la naturaleza que les sería de suma utilidad para el futuro.

Precisamente, esa experiencia y los conocimientos adquiridos le permitieron realizar actividades de experimentación en la domesticación de algunas plantas de cuyos frutos, flores, hojas o raíces se alimentaban. El río Huaura, como las partes humedecidas de los bordes de otros ríos Supe, Pativilca o Fortaleza, serían los espacios dedicados a esta paciente labor, donde el cuidado del crecimiento y alimentación de las plantas correría a cargo de las madres, tal como lo hacían con sus menores hijos.

Este esfuerzo paciente de cientos de años, por no decir de miles, revolucionaría la vida cotidiana de los hombres. No se trató sólo del surgimiento de la agricultura, con la consiguiente incorporación de "maíz, yuca, pepino, pacae y demás frutos" (como dice el mito) a la actividad cultivo-cosecha-consumo, sino de todas las derivaciones que esto trajo consigo.

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En efecto, la actividad agrícola significó mejora en las condiciones de vida, ya no "dependían" de la naturaleza, estaban dominándola. Ahora ya podían obtener cosechas que garantizaran alimentos suficientes y para muchos días. La frontera agrícola se fue ampliando paulatinamente con la creación de nuevas técnicas. Los hombres ya no serían nómades, por fin descansarían de su duro trajinar en búsqueda de alimentos. Su sedentarismo los forzaría a construir sus viviendas, su población crecería.

Pero, como nos narra el mito, aparecerían nuevas dificultades para los hombres: la disputa por el control de las tierras y espacios dedicados a la agricultura, provocando enfrentamiento con consiguientes muertes y guerras entre ayllus y grupos vecinos. De otro lado, los hombres al obtener cosechas superiores a sus necesidades darían origen a la lucha por el control y apropiación de los excedentes de producción. Es decir, en adelante habrían de hacer frente a dos dificultades o contradicciones: entre grupos o ayllus y al interior del propio grupo.

Luchas entre ayllus, muchos considerados de un origen común, provocaron la ocupación de distintos espacios geográficos, tanto longitudinalmente como por pisos ecológicos. Entre ellos, en adelante, sin dejar de lado esporádicos u ocasionales rivalidades, se darían esfuerzos de colaboración, de intercambio y hasta de unidad en señoríos o curacazgos.

De otro, las contradicciones al interior de la colectividad (ayllu) provocarían la desigualdad entre determinados grupos, con la legitimación de derechos y privilegios para unos (los provenientes del huevo de oro, los curacas y principales), como de los deberes y obligaciones para otros (los que nacieron del huevo de cobre, los plebeyos). Como los dioses (el Sol, Vichama) así lo habían dispuesto, en adelante, había que aceptar la realidad sea por las buenas o por la imposición de la fuerza.

De todo esto se concluye que los hombres de estas tierras utilizaron el mito de Vichama para reproducir su historia. El mito de Vichama, como parte de la memoria colectiva, fue construida en el curso de muchos años, con olvidos y recuerdos, acorde con los intereses de aquellos que se tornaron en beneficiarios de las bondades del tipo de sociedad predominante. Por lo mismo, parte importante de la historia regional está presente en este mito. El mito convertido en religión tornó a Vichama en un dios local o regional, con derecho a templo o huaca, como a las ofrendas y demás consideraciones, tal como ocurría con los hombres que provenían del "huevo de oro".

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Las expresiones ideológicas, como el culto a Vichama, eran simbolizadas o representadas en la cerámica, los telares, la escultura, los frisos de los murales y posiblemente en el tatuaje. Éstos, con su distribución, desplazamiento o circulación, desempeñaron la función de breviarios, biblias o medios de transmisión y formación dentro de las concepciones de la época, contribuyendo a su culto por pueblos de un espacio geográfico muy considerable.

Vichama, hoy

La llegada de los españoles a nuestras tierras significará, entre otras, la imposición de la religión católica, con la destrucción de los adoratorios, huacas y prácticas religiosas propias. Ante la imposibilidad de imponer la nueva fe por métodos persuasivos o meramente ideológicos, se recurrió a la violencia con la extirpación de idolatrías, entre la segunda y cuarta década del siglo XVII. En adelante, gran parte de las antiguas manifestaciones religiosas se irían extinguiendo, quedando sólo en el recuerdo y registradas en las crónicas e informes de doctrineros y extirpadores, como ocurrió con el Mito de Vichama que, en 1638, fue publicado en Barcelona (España) dentro de la Corónica moralizadora de la Orden de San Agustín en el Perú del padre Antonio de la Calancha.

Gracias a la recopilación y divulgación de nuestros historiadores, el Mito de Vichama se mantuvo latente, por lo menos en la memoria de unos pocos. El interés por la historia regional y, más aun, la investigación arqueológica de los últimos 25 años contribuyeron, también, a interesar por conocer este mito y lo que había detrás éste.

En este contexto, el Dr. Arturo Ruiz Estrada halla un ceramio en Luriama , hacia la parte sur de Pampa de Ánimas (distrito de Santa María), en forma de botella de doble gollete de color crema rosado, de 0.12 x 0.135 m. Lo significativo de este objeto de cerámica es la figura que contiene, de 0.06 x 0.107 m. Esta representa a un personaje antropomorfo de piernas rectas que en la cabeza porta una corona de dos puntas. De su boca abierta sale la cabeza de un felino proyectada hacia la corona. De la cabeza del personaje se desprende otra figura circular con puntas triangulares que termina en cabeza de ave hacia sus pies. Del hombro izquierdo sale un brazo flexionado, cuya mano empuña una vara de mando o puñal. Esta figura estaría representando a un personaje de jerarquía, con poder de mando, con vinculaciones a la fauna costeña.

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Esta figura que, según el mismo Ruiz, se reproduce en otros objetos de cerámica de los valles de Pativilca, Supe y Huaura, estaría representando al dios Vichama. Por lo mismo, cuando la Universidad Nacional José Faustino Sánchez Carrión decide adoptar una figura representativa de su zona de influencia para su logotipo o símbolo, hace suya la propuesta del arqueólogo Ruiz Estrada y, hoy, la encontramos en toda documentación y publicación de nuestro centro superior de estudios. Es más, Vichama es conocido como sinónimo de símbolo de la Universidad representado en su logotipo.

En los últimos años Vichama se ha tornado en un tema recurrente para nuestro medio. Está presente en obras teatrales, en denominaciones de negocios, de centros culturales, de publicaciones, de movimientos, etc. Esto es importante, contribuye a recuperar la memoria histórica, genera el interés por la historia regional, provoca la autoestima y el orgullo por lo nuestro. Poco a poco se está convirtiendo en un componente valioso de nuestra identidad regional.

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CERRO BLANCO SUR: ARQUITECTURA DEL FORMATIVO TEMPRANO EN EL VALLE DE FORTALEZA

Carlos Zapata Huamani.43

INTRODUCCIÓN

Muchas veces marginado de las periodificaciones y a la vez no tomado en cuenta a la hora de describir lo complejo del período, Cerro Blanco Sur ha llamado la atención de muchos investigadores, pero es solo hasta la llegada del arqueólogo Rafael Vega Centeno (1997) que se logra dar a la luz la importancia de este sitio. El sitio se encuentra ubicado en el distrito de Paramonga, provincia de Barranca, departamento de Lima. Su localización en coordenadas UTM es N8826483 / E197739. El terreno se encuentra en la margen izquierda del valle, dentro de lo que Rafael Vega-Centeno definió como la Zona IV (Foto 1). Su parte principal se encuentra cubriendo una extensa pampa de pendiente poco pronunciada, ubicada entre la planicie aluvial del valle y los cerros. Uno de sus extremos está delimitado por el actual pueblo de Cerro Blanco. Geológicamente Cerro Blanco Sur vendría a ser una quebrada ancha de la margen izquierda del río, en la que domina una cadena montañosa o estribación andina que corre de par al río, las que delimitan la cuenca, dentro de esta el terreno no es muy regular, dominado por escorrentiíllas que han hecho del paisaje algo ondulado con algunos ríos de piedras y causes de huaycos, muy esporádicamente se levantan pequeños cerritos de poca elevación, la mayoría de un color claro, cual da nombre al pueblo ( Foto 2).

En 1998 Rafael Vega-Centeno realizo una descripción detallada de los sitios del valle de Fortaleza por motivo de los trabajos de electrificación del valle, levantando planos de los sitios, de los cuales no se habían tenido referencia, salvo algunas descripciones. Cerro Blanco Sur es uno de estos sitios del cual se levanto un plano que al comparársele en el terreno presentaba algunos vacíos, faltando varias estructuras que no logro registrarse en el plano de Rafael Vega-Centeno.

CRONOLOGÍA

Basados en la arquitectura y el patrón constructivo, así como las descripciones hechas por Rafael Vega Centeno, Cerro Blanco Sur se asocia en las características a los sitios presentes para el Formativo Temprano y el

43 Universidad Nacional Mayor de San Marcos. [email protected]

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Formativo Medio; así también nos basamos en hallazgos cerámicos tanto en la superficie como incrustados en la argamasa de la estructura mayor, los cuales presentan las características correspondientes al periodo. Hay que indicar, sin embargo, que si bien el sitio es de proporciones monumentales, la cerámica es escasa, esto debido a que el sitio no se llegó a utilizar; además que el sitio esta cercano a un cementerio tardío el cual ha sido huaqueado, lo que ha provocado que la cerámica tardía se encuentre regada por los alrededores de la estructura lo cual dificulta el fechado del sitio por este material en superficie, lo cual hace a la arquitectura una evidencia mas confiable al no ser mueble y estar expuesta en casi su mayor parte.

LA ARQUITECTURA DE CERRO BLANCO SUR

Formas arquitectónicas

El sitio de Cerro Blanco Sur se encuentra en un área que sobrepasa los límites de la Estructura Mayor. Se comprende de varias estructuras ubicadas alrededor de un espacio ordenado, al parecer perteneciente a un solo plan constructivo, donde hay varios tipos de estructuras:

Estructura Mayor (un cuadrilátero de más de 100 m. de lado con plataformas). Estructuras EA2 y EA3. Muros que delimitan el área construida. Plataformas en la cima de los cerros y aledaños a estos. Estructuras menores en la pendiente.

1.- Estructura MayorEsta estructura se encuentra acomodada al terreno y está orientada

hacia el SO, con 103o de desviación del norte geográfico, compuesta por un conjunto de cuatro muros que definen un área de 97 x 95 m. Estos muros encierran un cerro pequeño, donde han podido identificarse zonas de cantera. Los muros tienen una altura máxima de 4.72 m., mientras que el cerro tiene una altura de unos 12 m. Se puede apreciar que las esquinas de los muros internos N-W y S-W fueron nivelados por intermedio de rellenos, los cuales se cubrieron hasta la cabecera de los muros, característica que no comparten las esquinas S-W y N-W, las cuales no presentan estos rellenos.

Este conjunto está asociado a tres patios de tamaño regular y dos mas de menores proporciones en su extremo W, asentados sobre una prolongación del cerro antes mencionado. Estos patios tienen un área de 32

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Lamina 1: Plano de Cerro Blanco Sur (Vega Centeno).

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Foto 1: vista del muro W y las canteras.

x 29 metros, 26 x 32.50 metros, 23 x 38 m, y las otras dos de 9 x 7.5 metros Por otro lado, hacia el lado sur de estas unidades, encontramos otro conjunto de cuatro patios casi al nivel del suelo, con un área de 20.50 x 18 metros, 26.5 x 23 metros, 54.5 x 23 metros, y 45.5 x 41.5 metros, respectivamente.

Al parecer el sistema de plataformas estaría aprovechando una extensión del cerro (estribación o brazo) que parte de la cabecera con dirección de este a oeste. Estas plataformas tienen su correspondencia al menos en las tres primeras con tres plazas, que se encuentran a nivel del suelo.

Esta estructura presenta claros indicadores que definen la idea de monumentalidad ya desde el primer momento constructivo, sin embargo a pesar del gran esfuerzo invertido en la construcción, al parecer esta no estaría concluida, ya que los muros no cubren ni la tercera parte del cerro. Así, hay indicios que nos podrían llevar a sospechar que quizá esos espacios sobre todo las plataformas no estuvieron tan lejos de cumplir sus funciones, como nos podría revelar la calidad de obra realizada, la clase de espacios que se hallan, etc. Por este aspecto, las plazas no son enteramente planas, esto se puede revelar en el plano de Vega-Centeno, hay unas especies de podios o altillos que revelan una elaboración mayor de los espacios a diferencia de las otras plataformas muy similares que hay cercanas a la estructura en los cerros aledaños, aunque de menor tamaño, estas estructuras no son enteramente planas y proponen una mayor complejización del espacio, así tenemos rastros de espacios definidos en las plataformas, esto por los muros de doble cara de 0.60 m de ancho y el

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registro de postes de madera. Por lo cual no se puede descartar un uso durante la elaboración de la obra en su totalidad.

2.- Estructuras EA2 y EA3.2.1.- EA2.- Está orientada hacia el SO, con 98o de desviación del norte geográfico. Esta estructura está compuesta por una plataforma aterrazada en proceso de construcción, de 79 x 31 m, que está asociada con un patio rectangular de 30 m de ancho y un largo por determinar. La plataforma aterrazada aprovechaba un “lomo” ubicado entre dos quebradas. Fue diseñada con dos niveles y presenta en el interior del segundo nivel una estructura de forma particular. Se trata de una plataforma baja con dos lados rectos y un tercer lado curvo, que da al conjunto una forma de “cuarto de círculo”. Sólo existen evidencias intermitentes de las bases de muros que delimitan el área de las plataformas y del patio delantero. Asimismo, puede observarse en varios tramos que el “lomo” ha sido parcialmente modificado, pero aún no se había terminado el proceso de nivelación y/o aterrazamiento.(Vega Centeno: 1998)

2.2.- EA3.- Se trata de una plataforma cuadrangular de 22.5 x 17.5 metros cuya orientación no es posible definir. Existen alineamientos de piedras bastante claros en ciertas partes de la plataforma, mientras en otros lados no parecen haber sido implantados aún. Tal parece que esta también era una estructura en construcción.(Vega Centeno – 1998).

3.- Muros que delimitan el área construida.Se tratan de dos muros de doble cara con relleno en su interior,

hechos de piedra canteada con mortero simple, de un ancho aproximado de medio metro. Los muros encierran dos plazas aledañas al lado sur de la pirámide. Estos muros unen la estructura mayor con las estructuras EA2 y EA3, así como delimitan el área total del espacio en construcción.

4.- Plataformas en la cima de los cerros y aledaños a estos.

Se trata de estructuras cuadrangulares que se ubican en la margen derecha de la estructura mayor en directa asociación, al parecer, con los cerros de bajo volumen que se hallan cercanos, focalizados en una pequeña zona, tanto en la cima como en la falda de los cerros de poca altura, que presentan como característica el color blanco.

Las plataformas pueden ser de distintos tamaños desde pequeñas como de 2 x 2 metros, hasta más grandes como de 20 x 10, o incluso de mayores dimensiones; algunas están cortadas por una acequia y por la

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extracción intensiva de material que hubo en esa zona. Estas están elaboradas con piedras canteadas sacadas de una cantera cercana. Los bloques de piedra son de dimensiones regulares y sirven de contención a las plataformas. Los contextos en que se encuentran estas es materia de discusión, vale decir que Cerro Blanco es un cerro natural que posee las mismas características, por lo que las actividades pueden ser de naturaleza similar. Esta predilección por construir este tipo de estructura con determinadas características topográficas pueden obedecer al tipo de actividad que se esta realizando, posiblemente ritual, ó a la importancia que tendrían estos promontorios naturales.

En la cima de los cerros: Tienen como característica la nivelación en la cima de los cerros de poca altura, están delimitados por niveles de filas de piedras que encierran un espacio cuadrangular. Estos si bien presentan la misma idea de transformación de espacios naturales en estructuras artificiales, característico en todo el plan constructivo; no presentan rastros de muros o espacios interiores, los cuales se aprecian en la estructura mayor. Aledaños a los cerros: Se ubican en las faldas de los cerros, tienen como característica la delimitación de área, la cual es más extensa que las plataformas en los cerros. Se logra apreciar por lo menos dos niveles de filas de piedras, las cuales son acomodadas al montículo natural para su transformación en plataformas elevadas. Es así que se nota un trabajo especializado en la nivelación del terreno. Este tipo de estructuras es la que mas se asemeja a las plataformas de la estructura mayor, sin embargo no presenta la delimitación de espacios interiores, ni los muros de doble cara.

5.- Estructuras menores.-Se encuentran en la parte posterior a la estructura mayor, ubicados

en la pendiente o terraza aluvial, que han modificado el terreno hasta ponerlo onduloso, estos se dividen en: - Estructuras menores - Plataformas - Terrazas

La técnica empleada para este tipo de estructuras es bastante rustica y comprende la colocación de rocas muy superficiales que en caso de las mas pequeñas, que con alteraciones ocasiona daños en la forma de las estructuras.

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- Estructuras menores.- Se ubican en las partes mas elevadas del terreno onduloso, al parecer su ubicación no tiene un orden y pueden encontrarse en toda el área, así como asociados a las terrazas y plataformas. De disposición circular y cuadrangular, no mayor de 3 x 3 metros en algunos de los casos, elaborados de piedra canteada, donde se logran ver muros de doble hilera, con una orientación difícil de apreciar en superficie que al parecer seria de E-W . Es importante recalcar que algunas de estas estructuras no parecen haber sido terminadas, esto debido a que en algunos casos los muros parecen estar incompletos.

-Plataformas.- Son estructuras cuadrangulares de 6 x 3 m, que se elevan del suelo en un máximo de 30 cm, se presentan delimitadas solo en algunos de los casos por muros de piedras canteadas que se acomodan al terreno para darle la forma final, estas plataformas tienen como característica el color blanco de la tierra que al parecer era traída de los cerros de poca elevación aledaños a la estructura mayor, las cuales contrastaban con el color marrón del terreno. A diferencia de las estructuras menores estas plataformas están en una disposición ordenada en cada una de las elevaciones del terreno onduloso. -Terrazas.- A diferencia de las Plataformas, estas son nivelaciones del terreno a modo de cortes en diferentes niveles, los cuales transforman el terreno en una línea de 4 a 5 terrazas, con dimensiones no mayores de 2 x 3 metros En algunos casos estas terrazas están asociadas a piedras que delimitan el espacio.

Estilos de mampostería y su distribución espacial

Las paredes de la estructura mayor de Cerro Blanco Sur se caracterizan por una mampostería realmente impresionante, debido al trabajo y al esfuerzo, que unidos a la inversión de energía nos demuestra que el sitio fue de vital importancia para la población que construyó semejante pirámide. Este tipo de mampostería tiene especial cuidado para con el paramento externo, mas no de la misma forma para el paramento interno el cual estaría cubierto por el relleno que le daría la monumentalidad al sitio como lo comprueban las esquinas SW y NW. 1.- Construcción inconclusa

La estructura mayor fue construida de E a W, donde el montículo natural fue transformado en plataformas delimitadas por hileras de piedras,

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estas plataformas tenían los espacios delimitados al menos en su base. No se tomaba mucha importancia al acabado de los paramentos internos ya que estos iban a ser tapados por el relleno, esto se comprueba en la esquina SE donde el relleno fue removido, mostrándonos la cara interna de dicha esquina

La pirámide presenta muros de hasta 4.5 m de alto, donde el montículo natural servía como cantera, a la vez que era transformado. Las esquinas fueron rellenadas a excepción de la esquina NE, la cual presenta una altura mucho menor que las otras, además que esta tiene una falla en el alineamiento del muro N, además que esta era la esquina mas alejada del montículo natural y por tanto la de mayor esfuerzo al momento de ser rellenado. La parte aledaña a las plataformas presenta los cimientos inconclusos de los espacios que adquiriría la pirámide.

EA2 Y EA3 según las descripciones, serían estructuras que aprovechan los montículos naturales, además que solo presentar los cimientos, y en algunos tramos no están delimitados por ninguna piedra. Hay estructuras menores, así como terrazas y plataformas que se quedaron en proceso de construcción y otras que fueron concluidas.

Las plataformas de los cerros no presentan delimitación de espacios internos, como sí aparece en las plataformas de la Estructura Mayor.

Cerro Blanco Sur al Final del Formativo Temprano.

La construcción que se aprecia en Cerro Blanco Sur es un claro indicador, de intrusiones de elementos foráneos, puesto que la magnitud de tal construcción en un solo momento constructivo, solo puede ser producto de un plan elaborado y desarrollado, y no en el inicio de un nuevo orden. Las construcciones monumentales no se dan de un solo momento, sino que son procesos que se desarrollan a medida que el orden social se valla asentando con mayor fuerza.

Cerro Blanco Sur es un indicador de ahorro de tiempo, buscando minimizar esfuerzos, ya que el montículo principal en planta no encierra un cuadrado o rectángulo exacto, mas bien tiene la forma de un cuadrilátero irregular que trata de amoldarse a la forma del montículo natural, el cual podría dar la idea de una construcción apresurada para darle una forma cuadrangular, un indicador de esto es que la esquina Sureste es mas larga

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que la esquina Noreste, además que solo es posible percatarse de este detalle solo cuando se ve la estructura en plano.

Foto 2: Mampostería de la estructura mayor (MURO NORTE).

Debido a que a este tipo de construcciones tienen que haber tenido la idea de un plano elaborado en el orden de los espacios, esto debido a una tradición que se hacía mas fuerte a través de los valles de la costa Nor- central. En el Valle de Fortaleza, parte del complejo, como en otros del valle de Pativilca, sufrió un proceso de cambio particular en el periodo final del Formativo Temprano. Cerro Blanco Sur evidenciaría este cambio. Es precisamente Cerro Blanco Sur el que evidencia de alguna manera, este cambio en la superficie ya que no tendría ningún sentido desperdiciar tanta inversión de energía en el proceso de construcción para luego ser abandonada antes de su conclusión. Se ha dicho que la tradición de los sitios del valle de Casma solo llegan a presentarse hasta el valle de Huarmey por el sur, ignorándose o desconociendo el valle de Fortaleza; sin embargo esta tradición estaría presentándose en este valle, compartiendo rasgos arquitectónicos que juegan un papel con el patrón Casma, así como también estaría compartiendo características con los valles de Pativilca y Supe, ya que debido a su proximidad territorial, en especial la ubicación de este sitio, el cual se encuentra en una quebrada que une los valles de Fortaleza y Pativilca, es así que tuvo que tener algún tipo de relación con tradiciones locales de estos valles.

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El presente trabajo parte de una revisión y evaluación de las evidencias del sitio de Cerro Blanco Sur, en el valle de Fortaleza, el cual es un importante complejo arquitectónico con estructuras visibles y un patrón constructivo claramente expuesto. Es a partir de una reconstrucción de las evidencias arquitectónicas del sitio, basadas en observaciones de campo realizadas entre el 2004 y 2005, el trabajo de campo de Marzo del 2006, las evidencias de los sitios asociados al patrón Casma y la literatura pertinente, propongo un indicador arquitectónico que sirva para identificar cronológicamente a los sitios de los valles a estudiar como sitios del periodo Formativo Temprano es así que proponemos que durante este periodo, coexisten patrones constructivos asociados a la técnica de construcción, morfología de los sitios y su ubicación en el espacio.

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EL PATRIMONIO CULTURAL Y LA HISTORIA REGIONAL

José Fernández Sánchez

INTRODUCCION

Etimológicamente, patrimonio viene de padre, referido al pasado, la herencia, la familia. Hasta el siglo XVIII se le concebía como obra de arte, entre otros objetos, esa idea se enriqueció en términos de colectivo, ¿Qué nos une?, así devino en la idea de identidad, de patrimonio colectivo. Hoy, patrimonio significa “expresión de la creación humana y de la evolución de la naturaleza que sirve para identificar la cultura nacional” (Rodríguez, 2005). Hay dos clases de patrimonio que nos hablan de la evolución de un pueblo: Natural (flora, fauna, recursos de origen natural, topografía, formaciones geológicas); y Cultural: bienes inmuebles (construcciones y monumentos), bienes muebles (objetos), bienes inmateriales (Idioma, música, mentalidad y costumbres, ritos, tradiciones, etc.) (Alvino, 2005).

Ahora bien, si nuestro patrimonio constituye la fuente para el estudio de la historia, porque no hay historia sin fuente ni investigación; la reconstrucción del pasado captado desde sus diversas y complejas fuentes arqueológicas, como documentales de cada localidad, conducen a una historia de largo aliento cuando las historias se interrelacionan en una realidad geográfica tan especial como la andina. Entonces, la historia regional constituye “una de las fuentes mas accesibles para llegar a una historia nacional, con cargo al debido aprovechamiento de sus variadas historiografías y el correspondiente rigor científico en el manejo de fuentes diversas, si realmente queremos hacer y servirnos de una historia como conocimiento de los diversos tiempos de nuestra continuidad cultural”.

1.- EL BIEN CULTURAL, CONSERVACION Y PATRIMONIO

El desarrollo humano se sustenta en las creaciones y productos del pasado con los constantes aportes del presente y los que vendrán después. Es el esfuerzo de creación, conservación, reutilización e incorporación, de cómo las personas se producen y reproducen culturalmente con mayores y mejores recursos.

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La cultura es pues la acumulación del pasado valorando lo anterior para sumar, ampliar y enriquecer lo posterior con el presente, incluyendo cosas materiales como también ideas. Por eso, conservamos nuestros referentes históricos, si sabemos reconocer sus aportes, su valor cultural, por que fueron creaciones que en su debido momento dieron respuesta exitosa a los problemas, necesidades o debilidades de los pueblos en el pasado.

Entonces, el propósito no solo es conservarlas intactas, sino aprovecharlas, como ejemplos diferentes o hitos, como mejor convenga en las construcciones y reconstrucciones futuras. Pero conservar un bien cultural no es tenerlo como un objeto congelado, intacto, inútil; como una efigie, amuleto o ídolo mágico, por la indiferencia con menoscabo de su importancia y significatividad, excluido o descalificado de todo aprovechamiento futuro.

Claro esta que incluso la cultura de los pueblos o naciones también producen una suerte de fetichismo religioso, ese culto de la cosa, no por su utilidad, sino por ella misma, como amuletos culturales, expresión del pensamiento mágico en si, para defender su identidad, frente a la amenaza permanente y vital del actual mundo globalizado.

También guardamos lo que amamos, o lo que nos recuerda aquello que amamos, que alguna vez nos hizo feliz. Es la valoración afectiva, emotiva, sentimental, que nos lleva a conservar bienes que pueden ser significantes o disparatados, pero que nos hablan de un pasado que añoramos, como los recuerdos de los abuelos. En el fondo es una forma de querer seguir viviendo, prolongando nuestra existencia, de trascender al futuro, de continuar la vida más allá de la muerte individual.

Asimismo conservamos, por razones mas simples, aunque no menos válidas: por que nos da placer el gozar de una obra de arte, no precisamente por que nos de una información intelectual o histórica importante, sino simplemente porque nos gusta -- gustos refinados--. Así compramos una hermosa antigüedad para que nos acompañe, para gozar de su vista, para que nos ayude a vivir, para que nos eleve el espíritu.

Pero existe otra razón mas para conservar: el afán de conocer científicamente nuestro pasado histórico. Si siempre se ha llevado a cabo algún tipo de registro, estaba contaminado con motivaciones y prejuicios religiosos, políticos y de todo tipo. Resultando una mera relación o un recuerdo de lo que está sucediendo, no es todavía propiamente historia, por

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mas que sean repetidos por historiadores sin juicio crítico. Los ejemplos mas conocidos son los autores de los textos oficiales de historia.

La historia y la arqueología son recientes en el Perú del siglo XX. Pero antes, son los huaqueros que no buscan conocer las civilizaciones que nos antecedieron, sino extraer o depredar objetos de valor comercial para los coleccionistas, por ser bellos o raros. Luego vienen los museos y la arqueología vinculada a la historia. En el Perú, con Max Uhle y Julio C. Tello, adquieren importancia los llamados Bienes Culturales pero respaldados por una legislación (1929) mas romántica y patriótica que científica y promotora.

Un bien cultural es un objeto material o espiritual que tiene un valor especial para una determinada cultura, por lo que merece ser conservado, por todas las razones antes expuestas; por ejemplo, el balcón de Huaura, la réplica de la espada de San Martín en Huaura, las partituras de los motetes del músico huachano José Orejón y Aparicio, los ceramios del estilo Teatino en el valle de Huaura, las momias tatuadas de Manzanares, los restos textiles de la cultura Chancay de Cerro Colorado o los muros pre incas de Mazo, los potajes de mariscos y pescado, el cebiche de pato, las leyendas y tradiciones; todos estos merecen la preocupación y el amparo impostergable de los propios huachanos.

Así mismo, sabemos que cultura es creación y por tanto, la mejor expresión de libertad y creatividad de los humanos, por ser además comunicación e integración de generaciones. Por eso, no existen pueblos sin cultura, ni tampoco una cultura uniforme para todos los pueblos. Cada comunidad, cada región tiene sus propias expresiones culturales que las identifican y distinguen unas de otras. Sus historias nos revelan un sinnúmero de procesos culturales que han evolucionado, innovado, truncado o alterado debido a situaciones de conquista, a la incapacidad de sus líderes para salvaguardar su valioso patrimonio y, en general, al recorte de la libertad de los seres humanos.

Pero, a pesar de todo, el patrimonio cultural del Perú es quizá uno de los más ricos entre los pueblos que alcanzaron el nivel de altura en diferentes etapas y lugares del orbe. Testigos de esta grandeza pasada son los innumerables monumentos arqueológicos, la cerámica, la textilería, la orfebrería y muchísimas otras expresiones artísticas y técnicas que la arqueología nos está brindando como evidencias.

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Aún mas, lo extraordinario recién se está descubriendo, justamente por la profundidad cronológica de nuestra historia andina de mas de 10 mil años, resultando que muchas regiones y sus eficientes nichos ecológicos, interculturalmente han producido grandes aportes tecnológicos, que nos hacen creadores de la agricultura y la domesticación de animales, hace casi dos mil años antes de Chavín, a fines del Arcaico, como lo evidencia Caral en Supe, en la costa nor central.

Que, a la vez son antecedentes o testigos actuales, “las expresiones del riquísimo acervo folclórico, que se manifiesta en una gran variedad de estilos musicales, bailes, vestimentas, comidas, narraciones, artesanías, alfarería, textilería, tallado, metalurgia, fibras diversas, etc.; en los cuales se manifiestan aun los ecos de nuestro milenario y grandioso pasado, el que se resiste a desaparecer a pesar de la expoliación y negación sistemática de muchos años de dominación. Esta gran variedad de nuestro folclor en el que cada región, o mejor dicho, cada población conserva sus propios estilos, es un signo elocuente de que el Perú es un país –extraordinariamente- cultural (Ossio, 1986).

Recordemos entonces que a esta heterogeneidad del proceso histórico andino, le debemos el levantamiento de un inventario nacional de los recursos tradicionales (filogenéticos, tecnológicos, sociales y cognitivos) andinos. “Empezando con la formulación y evaluación de estos ingentes aportes – sabidurías y tecnologías- podrían ser no solo “rescatadas” sino también desarrolladas con mayor beneficio para los actuales usuarios, y con el consenso integral del agro-pescador-artesano, transferidas a zonas geográficas ya depredadas y deprimidas por el proceso de subdesarrollo local y regional que no reconoce la pluralidad cultural actual y su milenaria experiencia en la conducción ecológico-agrícola-andina” (Vreeland, 1991).

Si el Estado es dueño del patrimonio cultural de la nación, no significa que solo él tenga a su cargo la conservación y promoción de los bienes culturales, también es la sociedad civil, las instituciones académicas, archivos, museos (públicos y privados), centros de investigación, la escuela, medios de comunicación y, en general todos los amantes del arte y la historia, quienes deben estar comprometidos en esta impostergable tarea en defensa de nuestra identidad regional.

Ahora es más importante que hablemos de una conciencia cultural y nos preguntemos qué estamos haciendo en Huacho, por ejemplo, para poner en valor el patrimonio cultural expresado en los dispersos y abandonados

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sitios arqueológicos, nuestras tradiciones y técnicas artesanales. En qué contribuimos a la conservación y promoción de nuestro patrimonio local y regional.

2.- PRESERVACION Y PROMOCION DEL PATRIMONIO CULTURAL

Para un estado centralista y ajeno a nuestra ancha realidad pluricultural, lo mas importante ha sido el turismo privado y espectacular sobre cualquier interés nacional o regional, ya sea de carácter cultural, científico o pedagógico. Siempre ha primado la economía inmediatista de los intereses particulares que el patrimonio cultural. Ejemplo concreto de este calculado y prejuiciado desinterés es la ausencia de una legislación peruana adecuada.

La Ley del Desarrollo de la actividad Turística de 1998, subraya aquellos aspectos que precisamente hace difícil al propio Estado el cumplir con su deber de protección del patrimonio cultural. Pues privilegia el aspecto turístico sobre cualquier otro asunto; al punto que el Comité Consultivo de Turismo está conformado por nueve miembros que incluye a las agencias de viajes, hoteles y transportistas aéreos y terrestres, pero ninguno del Instituto Nacional de Cultura ni del Ministerio de Educación figura.

La misma norma, según Pablo Macera, excluye al Instituto Nacional de Cultura y al Ministerio de Educación de evaluación alguna de las acciones de dicho comité consultivo, ni siquiera en la determinación de las zonas de Reservas Turísticas. Las llamadas “liberaciones” dan campo libre para la destrucción del patrimonio Arqueológico, por parte de las urbanizadoras, mineras, agricultores o poblados, como lo sucedido en manzanares, al sur de Huacho. En realidad, de los cien mil sitios arqueológicos que hasta hoy tenemos noticias en todo el país, apenas 25 406 están identificados por catastro; solo 17 son monumentos bajo régimen de registro público; apenas 175 son monumentos declarados patrimonio pero no registrados; 135 son sitios como patrimonio delimitado, en su mayoría en Lima.

Ni el 10 % de los sitios se han podido registrar como patrimonio cultural, del total de monumentos inmuebles coloniales y republicanos (3 780 de 40 000), en cualquiera de sus tres categorías, en todo el país. Hay departamentos como Huanuco, Ucayali y Madre de Dios, que no registra ningún monumento histórico. Solo 6 inmuebles han sido declarados como bienes culturales entre Tumbes, Loreto y Pasco. El registro de inmuebles se ha concentrado en Lima (115); mientras que Cuzco solo llega a 16 registrados. En cambio Arequipa cuenta con 379 bienes culturales

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inmuebles y 52 ambientes urbanos monumentales; muy por encima del Cuzco (16 ambientes, 8 zonas y 115 inmuebles).

Singularmente, de 1942 a la fecha, las provincias de Barranca, Huaura, Oyón, Huaral y Cajatambo, antes llamado Norte Chico, cuenta con un total de 56 monumentos histórico-artísticos: inmuebles, espacios y áreas monumentales (entre casas, iglesias, conventos, mercados, torres y trazos); pero muy poco sabemos de los cientos de sitios arqueológicos que existen a lo largo y ancho de los valles, litoral y quebradas. Sin embargo, Huacho, capital de la Región Lima-Provincias, no cuenta con una sede regional del INC ni menos con museos modernos. Más bien, ante estas peligrosas deficiencias, el estado peruano no parece estar en condiciones óptimas para impedir que muchos de sus monumentos desaparezcan en los próximos años.

El mismo historiador huachano plantea algunas sugerencias, además de una nueva Ley General de Patrimonio Cultural del Perú, coherente con la constitución de 1993:- Revisar e integrar dentro de la actual Ley de Patrimonio Cultural de la

Nación, los dispositivos de 1997 sobre Turismo, Urbanización y Tierras Eriazas en términos más favorables al Patrimonio Cultural.

- Desarrollar un turismo responsable y creativo, donde el patrimonio sea más que un recurso turístico, consolidando ambas perspectivas, pero con preeminencia sobre lo histórico cultural.

- Que una comisión del congreso investigue los casos de liberación de áreas arqueológicas (Urbanizadoras, Asentamientos Humanos y Mineras), para evaluar y corregir los desvíos frecuentes.

- Modificar las normas sobre terrenos eriazos que atan de manos al propio estado para defender el patrimonio cuya custodia le corresponde como representante de la nación.

- Menos burocracia en la gestión del patrimonio cultural y mayor promoción y estímulo a la participación directa de la sociedad civil, como los patronatos de defensa y de la misma escuela pública.

- Trabajo mas coordinado del patronato con la empresa privada y los medios de comunicación de la localidad para promover la investigación y difusión científica y turística del patrimonio histórico.

- Propiciar entre las organizaciones de base, líderes de opinión e instituciones culturales, la conformación de Comisiones Pro Museos. Más valdría tener un museo por distrito que uno gigantesco.

- Despojar de discriminación alguna las normas y marcos institucionales para que el turismo, el disfrute cultural, la investigación y la

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reconstrucción del aprendizaje histórico sea para todos por igual.

Como se ve, nuestro desarrollo cultural promete activamente el liderazgo del propio estado en todas las tareas culturales, sus valores y distintos tipos de expresión. Vale decir: protección, defensa, mantenimiento, restauración, investigación, desarrollo, difusión de todas las expresiones culturales, tanto materiales, inmateriales, científicas, tecnológicas, artísticas y pedagógicas. La preservación del patrimonio nos interesa a todos, afectiva, económica e intelectualmente; preferible que el estado este bien acompañado, precisamente por los mas interesados, los que nos sentimos orgullosos de nuestra historia. Todos los peruanos tenemos el interés, el derecho y el deber en defender y promocionar nuestro patrimonio.

Por eso es imprescindible la formación de una conciencia colectiva y un plan nacional de educación en los términos de:- Conocimiento, respeto y amor por nuestro patrimonio cultural,

verdaderos símbolos de la milenaria sabiduría andina, tanto regional como nacional.

- Creatividad, dedicación, audacia y honestidad; como formas de trabajo para atender, promover y gestionar nuestro patrimonio local y regional.

- Generación y subvención oportuna y eficaz organización de los recursos financieros, materiales y tecnológicos, para la investigación y puesta en valor del patrimonio cultural.

- Diversificación y diseño de programas curriculares regionales, locales y de centros educativos para el re-aprendizaje de nuestra historia.

En torno a lo anterior se plantea, pues, cinco acciones básicas para la puesta en valor de nuestros monumentos prehispánicos:

A.- LA INVESTIGACION: Es la primera y fundamental. Porque consideramos que solo un bien cultural que forma parte de una sociedad y de un tiempo, fue el producto de una necesidad de un pueblo. Entonces, conocer su función, su historia es poder transmitir a quien lo visita, un conocimiento de la sociedad y pueblo que hizo dicha obra. Una buena investigación nos permite tener mejores elementos de juicio para la conservación y su adecuado uso posterior, como el establecer circuitos, techumbre y elementos modernos que preserven el sitio. Luego la publicación de los resultados de las excavaciones como el análisis de los materiales obtenidos.

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B.- LA CONSERVACION DEL BIEN: En tanto documento histórico, artístico y recurso pedagógico. Creando las condiciones más aptas de protección. Hoy las modernas técnicas de intervención conservadora no alteran el estado del monumento, ni recrea un supuesto o inferido monumento por el empleo de elementos, en lo posible reversibles. El cuidadoso tratamiento físico o químico de los elementos arquitectónicos o decorativos y la previsión de cubiertas, sistemas de protección contra el viento, la humedad u otros agentes erosivos humanos. Involucrando también el entorno o medio ambiente circundante, toda vez que forma parte de una comunidad local.

C.- LA ADECUACION TURISTICA: Es el acondicionamiento del sitio y del impacto que debe soportar para su nuevo uso. La investigación nos dirá que es lo más saltante del bien cultural que debemos mostrar, que áreas deben soportar una visita y en que condiciones. Para que las áreas a exhibir no sufran alteraciones en su estado de conservación. También considerará una mínima estructura para acoger al visitante: vías de acceso, zonas de recepción, de administración, de circulación, de estacionamiento, servicios higiénicos, refrigerio, venta de lecturas y recuerdos. Pero sobre todo, la responsabilidad de un personal idóneo y excelentes comunicaciones.

D.- LA PROMOCION CULTURAL: Todo lo anterior sería un esfuerzo aislado si nosotros no participamos activa y sistemáticamente en la consolidación de nuestra identidad histórico cultural de forma vivencial. Son los valores y los conocimientos que debemos cultivar con el trabajo pedagógico de la escuela, la universidad, la biblioteca, el museo, el archivo, la empresa, las organizaciones de base y sobre todo los medios de comunicación local y regional.

E.- LA RECONSTRUCCION HISTORICA: Para explicar la reconstrucción es valiosa la experiencia de la Huaca Pucllana, en convenio con la Municipalidad de Miraflores. Desde 1988 la población escolar y adulta, además de las visitas, realiza talleres de textilería y tintes, imaginería, joyería artesanal, alfarería, etc. Empleando en lo posible las mismas técnicas e insumos que usaron los limeños hace más de 800 años (incluyendo cultivos con semillas desenterradas). Además se realizan seminarios, exposiciones de artesanías, charlas, visitas guiadas y asesoramiento pedagógico a docentes.

3.- ARQUEOLOGIA: ALGUNAS CONSIDERACIONES PEDAGOGICAS

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Si la “Arqueología es una ciencia social y, por ende, histórica, que estudia el desarrollo de la sociedad humana en sus diferentes aspectos socio económicos a través de los restos dejados por los humanos, conocidos comúnmente como material cultural” (Nuñez, 1991); entonces resulta imprescindible salvaguardar este material, que es la fuente de conocimientos que puedan surgir de él y que permitan estructurar una realidad de pensamiento, con los criterios de aproximación a la verdad en que se sustentan. Es decir una verdad elaborada lo más fielmente posible a la realidad del pasado que trata de interpretar como pudo ser la sociedad peruana que se investiga y se reconstruye

La conservación de las obras de la actualidad solo tienen sentido en la medida que nos permite preservar una forma de comportamiento social distinto al que hoy usufructuamos dentro de la matriz colonial, hispana occidental. Porque frente a una forma milenaria andina de conducta y como el resultado de una corta confrontación foránea, nacieron un conjunto de estrategias que hicieron posible una relación coherente de dominio del ser humano sobre el medio, sometiendo los recursos naturales a una forma de domesticación basada en las condiciones naturales concretas de ese medio.

En cambio, el proyecto colonial occidental introdujo otras estrategias y otros recursos, coherentes con otros medios y otras experiencias, provocando la acelerada desnaturalización de los medios de producción disponibles. Ostentó un paradigma de modernidad, estipuló entre sus códigos el abandono del patrimonio nativo, visto como primitivo, atrasado, tan extraño y desconocido para ellos como nuestras lenguas, selvas y aún las concepciones cósmicas andinas. Así la colonia, ignorante de nosotros, partió del supuesto que su patrimonio era el único deseable. Racionalidad que todavía continúa con la república. De allí nace nuestra concepción occidental. Ahora depende de nosotros. No es solo un asunto legal ni menos policial.

En realidad se trata de una nueva visión cultural sobre nuestro pasado que debemos asumir todos sin excepción. Tampoco quiere decir que los logros culturales de los últimos 500 años deban ser abandonados; son también nuestro patrimonio, aunque impuestos, están allí nuestras rebeldes y creativas huellas andinas, africanas y orientales de sobrevivencia multicultural.

Pero para que esto no siga en proceso de deterioro, se necesita comprometer al estado, a través del INC y el Ministerio de Educación, pero

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sobre todo, desde la misma escuela y su proyecto curricular, es decir, desde las entrañas mismas de la programación y gestión curricular, reforzando los ejes de identidad cultural, para desagregar contenidos básicos y estrategias didácticas que impliquen un amoroso acercamiento de la vida escolar con el patrimonio cultural.

Mas aún es saludable que la escuela se sostenga y sea su razón de ser las fuentes históricas aledañas. Articulando componentes, áreas y asignaturas para un significativo aprendizaje globalizado por cada actividad escolar (salida al campo, investigación, escenificación, graficación, etc.). Mas bien a la escuela corresponde articularla con la comunidad, para admirar, descifrar y comprometerse a cuidarlo, mantenerlo, estudiarlo y aprovechar la sabiduría andina para los retos actuales.

Nunca olvidemos que nuestro país tiene el privilegio de ser uno de los contados centros de civilización del mundo antiguo y una de las naciones que ha brindado importantes aportes al desarrollo de la humanidad. Porque estamos hablando nada menos que de un portentoso y complejo proceso de ocupación humana andina de 20 mil años y de por lo menos 4 mil civilizaciones. Cuyos simples restos de presencia humana son testimonio de sabiduría e inventiva tecnológica para dominar todos los nichos ecológicos, donde la actividad artística o monumental no constituyen entes aislados, sino componentes de una unidad indivisible y a la vez, en una empeñosa y milenaria interculturalidad, de ciclos, ritmos y pausas culturales, cuyo conocimiento integral todavía no ha empezado a ser investigado.

Por eso, desde el punto de vista científico y pedagógico, miles de años de nuestra historia todavía están por formularse y superar lo provisional, lo escolar, lo oficial, una historia que podría ser escrita sobre mejores bases científicas y mejores perspectivas culturales, como el caso de la historia regional, la historia de las mentalidades, la historia oral.

Nuestra nación apenas es conocida seriamente desde tiempos de los incas. Su conceptualización como documento histórico, fuente de conocimiento de nuestro pasado y sustento de la identidad regional y nacional de nuestros hoy empobrecidos pueblos, que antes integraron naciones pluriétnicas, está aún por escribirse. Con mayor razón, constituyendo los testimonios arqueológicos, parte de un proceso, resultan únicos e irrepetibles, que su degradación o destrucción constituye una pérdida irreparable. En cambio, su puesta en valor implica precisamente reconstruir la historia local y

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regional; propiciar su conservación, estudio y uso social, pedagógico o turístico deviene en un extraordinario aporte cultural.

De ahí que es menester acompañar al tratamiento científico, su conservación y promoción de los monumentos arqueológicos de manera integral en una perspectiva educativa, con el aporte de la comunidad y el aprovechamiento pedagógico para el cultivo de nuestra identidad cultural local y regional. Por ejemplo: los circuitos turísticos locales, las posadas comunales para el turismo escolar, patronatos de defensa y protección histórico-cultural, divulgación científica, laboratorios pedagógicos de profesores de ciencias histórico sociales, parques de flora y fauna nativa, gabinetes y talleres de arqueología para niños, visitas guiadas, etc.

Esta responsabilidad se hace urgente, pues se estima que en los últimos 20 años, sobre todo en Lima, han desaparecido total o parcialmente mas testimonios arqueológicos que en los cuatro siglos y medio posteriores a la conquista europea. Hablamos pues de situaciones concretas de consuetudinaria desprotección física por la afectación humana: la apropiación y el crecimiento urbano y la ampliación de áreas de cultivo, instalaciones mineras, agroindustriales y pecuarias, que ocupan y borran de la superficie antiguos asentamientos, maravillosas obras hidráulicas y mutilan monumentos ampliamente conocidos.

Los principales monumentos de toda la Costa son gigantescos hormigueros y basurales, por el saqueo y la destrucción, que exige la acción inmediata de una emergencia cultural tan seria como cualquier desastre natural o conmoción social. Que de continuar así, en los próximos cinco años se habrá perdido el 80 % de nuestro patrimonio arqueológico, que incluye cementerios y santuarios, que aún sobreviven. Con el agravante de la existencia de verdaderas organizaciones criminales dedicadas al saqueo, robo y tráfico de nuestro patrimonio prehispánico y colonial.

Ante la desidia e impotencia de nuestra clase gobernante, necesitamos de un eficaz organismo político con la decidida participación de la comunidad que asuma el resguardo, estudio y puesta en valor de nuestra herencia cultural, con un poderoso respaldo económico nacional y extranjera; con dependencias autónomas y especializadas como los institutos nacionales y regionales de arqueología, etnología regional, de historia, ecología y turística con sendos proyectos integrales que afecten transversalmente el sistema educativo escolar local y regional. Obviamente con el aporte de la iniciativa y capacidad del sector privado y la sociedad civil, los medios de comunicación y los centros y programas educativos.

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4.- LA ETNOHISTORIA REGIONAL Y LAS INVESTIGACIONES SOCIALES

Con los primeros intentos de sistematizar los elementos esenciales que se deberían tener en cuenta para caracterizar nuestra región Costa Nor Central, desde épocas prehispánicas, estamos comprendiendo que no se puede concebir una región sin una perspectiva histórica; que se impone como una necesidad para delimitar nuestro espacio regional. Mucho menos cuando se trata de una milenaria historia como la andina, con una dilatada trayectoria de por lo menos diez mil años, aunque de una larga y desigual producción intelectual eco regional.

Entonces debemos partir reconociendo la compleja heterogeneidad en el proceso histórico andino, sobre todo en lo referente a la profusa diversidad de tecnologías relacionadas con el manejo racional de los recursos tradicionales. Técnicas que podrían ser “rescatadas” y aún desarrolladas con mayor beneficio para sus usuarios y transferidas a zonas geográficas ya depredadas y deprimidas por el proceso de desarrollo dependiente y centralista, que no reconoce la pluralidad cultural actual y su milenaria experiencia en la conducción agropecuaria y expresión artística andina.

Nuestras comunidades campesinas y pescadoras de la costa nor central son herederas de una vital y exitosa experiencia en la percepción y el manejo de sus propios recursos, acumuladas en por lo menos cuatro milenios, que no representa un impedimento para su desarrollo, sino mas bien un reto, una alternativa al presente estancamiento. Poblaciones que han manejado recursos diversos que devinieron en complementarios gracias a la creatividad, la observación y la experimentación; entre los que destacan la inmensa riqueza ictiológica marina y de litoral, los depósitos salitreros, las lomas, lagunas, humedales y pantanos ribereños, aguas termales, valles, quebradas, laderas con abundante agua pluvial, corriente de sub suelo, abras y estrechos que nos comunicaban con la sierra y la selva, entre otros.

Así, “un factor importante en el desarrollo de las culturas yungas ha sido la ecología tan singular de la costa, que influye poderosamente en la organización económica y en las peculiaridades de su estructura social, diferente a la serrana” (Rostworoski, 1989). La agrupación de sus valles (Fortaleza, Pativilca, Supe, Huaura y Chancay) y el intenso intercambio vertical con la sierra y la selva, permitieron una Inter.-cultural persistencia creadora entre dos modalidades sumamente articuladas: la serrana y la costeña. Que durante el dominio serrano, los yungas de la costa central,

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esencialmente pescadores y agricultores, artesanos y mercaderes, igualmente atendieron los requerimientos del Estado Inca y seguidamente de los españoles. Cambio de vida, cuyo impacto inicialmente no significó problema alguno en cuanto a recursos económicos.

Los datos etnográficos describen las comodidades de la vida del poblador costeño. Disponía de más tiempo dedicado a producir herramientas, instrumentos y diversos objetos domésticos y artísticos, según la iconografía de los ceramios, tejidos y frisos Nazca, Moche, Chimú, Chancay, entre otros. Donde vemos señores, jefes militares y sacerdotes con ricas prendas y tocados; rodeados de confort, lujo, esplendor y poder. Los yungas contaban con mayor variedad y abundancia de insumos y recursos como la fauna marina, el guano, la sal y las ubérrimas llanuras de los valles. A excepción de El Niño, estaban menos expuestos a los arrebatos de los fenómenos naturales. Había pues mayor control tecnológico y manejo equilibrado de los recursos naturales. El refinamiento costeño se expresa en la variedad de artesanos y especialistas, ante la demanda y el intercambio con productos variados de la variada geografía andina de productos alimenticios, utilitarios y suntuosos.

En fin, la especialización laboral por oficios y por parcialidades dieron lugar a un principio de intercambio comercial basados en la relación entre aldeas y comarcas ribereñas, complementadas con otra forma de intercambio vertical, es decir, con poblados cordilleranos y aún, con la selva. Este intercambio permitía que todas las poblaciones contaran siempre de oportunos productos diversos para satisfacer las demandas cotidianas o para enfrentar calamidades o catástrofes. De tal suerte, siendo el trabajo la fuente de la riqueza, surgió en el mundo andino una forma especial para regular las relaciones humanas: los ayllus.

Para nuestra admiración fue la persistencia del milenario “principio de la reciprocidad que regulaba las relaciones entre diversas jerarquías de señores, los deberes de los hombres del común hacia sus jefes y viceversa, la convivencia entre los miembros de un ayllu, y todo indica que su extensión fue pan andina” (Rostworoski, 1989). Entre otros aspectos de la división del trabajo que los españoles también pudieron comprobar, fue el establecimiento de los pobladores en divisiones de labores, oficiales o artesanos, mercaderes o tratantes y los que laboraban las minas de sal, entre otros ejemplos.

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Otro aspecto poco tratado de la historia “oficial” es la referida a los valores y calidades de las costumbres y la vida cotidiana de los pueblos andinos, como el cuidado del equilibrio ecológico de los paisajes; sus creencias, su folclor, su arte y artesanía, el aprovechamiento y conservación de sus recursos, la recreación y el ocio; la religiosidad, las relaciones políticas locales, etc. Expresiones eminentemente culturales, llamadas también cultura popular y que hoy día otorgan su propia personalidad y forjan, quizá con mas contundencia, la identidad regional y local. Porque hemos sido y somos un país realmente creativo.

Es entonces, toda la sabiduría y complejidad andina la que debemos recuperar, desde nuestras propias regiones. Conocer los rumbos y desvíos, como el deterioro y desaparición de estos conocimientos que en una región tan proficua como la costa central necesita, entre otras disciplinas de la etnohistoria para asumir esta maravillosa tarea, en terrenos poco transitados por la arqueología y la historia regional. Porque la investigación y la reflexión en la etnohistoria requieren de la recopilación de datos en archivos desde la conquista hasta la república, para ser trabajados por especialistas con formación profesional y diestros en el manejo de fuentes primarias, la elaboración e hipótesis y en el análisis e interpretación científica.

5.- HISTORIA REGIONAL: PROBLEMAS Y TEMAS ESCLARECEDORES.

A medida que las fuentes se hacen mas accesibles, la historiografía colonial y republicana se abre como un abanico en sus variados aspectos; sin embargo, desde una perspectiva regional, las investigaciones son muy escasas, inclusive en aquellas donde los aportes devienen en estimulantes derroteros, en especial para la conservación de las fuentes primarias y el patrimonio cultural regional, la preocupación por la evolución histórica, como las que se desarrollan en Lima, Ayacucho, Cuzco, Arequipa y algunos mas.

Pero, hoy mas que nunca, los historiadores son conscientes que entre los habitantes andinos y su medio natural la mediación es doble. Por un lado, las relaciones que vinculan a las personas entre si como: el trabajo, las formas de posesión de la tierra, la apropiación de los productos o los mecanismos de acumulación y de transferencia de excedentes. Por el otro, la “herramienta” o conjunto de técnicas nacidas de la ciencia y la experiencia (nativas y foráneas), que llevan a racionalizar el uso de los

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recursos naturales, los insumos industriales y la fuerza de trabajo. Medicación que tienen sus propias versiones regionales, pero a la vez globalizadota, para responder al proceso de reproducción de la misma formación social, desde la colonia hasta nuestros días.

Entonces, debemos propender a partir de lo regional, a riesgo de encerrarnos en una visión estrecha y parroquial, antes de partir de lo nacional, de una aventurada “síntesis” por sin fundamentos sólidos, mas bien propensos a una globalización perniciosa. Por ejemplo, la historiografía peruana ha ignorado grandemente la historia agraria, la historia de la población negra, entre muchos otros aspectos, pues son raros los estudios documentados sobre la vida rural de nuestros pueblos, inclusive del Perú contemporáneo. Con este tipo de carencias estamos realmente hipotecando el presente. Es una deuda pendiente que le debemos al Perú profundo, muy alegre y frívolamente “rellenada” por la historia oficial y escolar.

Desde esta preocupación regional, varios son los inconvenientes que impiden en nuestro país un avance más significativo, como la priorización de la investigación histórica, amén de la escasa vocación por las disciplinas científicas y sistematizadotas, la poca práctica académica y la pérdida del entusiasmo inicial. Añadimos a todo esto, los siguientes problemas: la dificultad de acceso a las fuentes, sobre todo a los archivos y repositorios inaccesibles a la investigación, la lectura de documentos con grafías indescifrables, el método y las técnicas a emplear de poco rigor científico, y muchas arbitrariedades y burocratismo, escasez de financiamiento, la ausencia de publicaciones de interés histórico sobre temas específicos y con un mínimo nivel científico contable.

Otra tarea imprescindible e inmediata es el rescate de la tradición oral, fuente de la historia oral. Mas allá de algunas recopilaciones de las crónicas españolas, son muy pocos, aunque valiosos los registros actuales que han enriquecido las ciencias sociales y la literatura. En la década de los sesenta, con grabadora en mano, los antropólogos han venido recogiendo en algunos pueblos, fragmentos de su tradición oral, sus historias de vida y rituales, canciones y cuentos, leyendas y narraciones. Pero a pesar de este inicial interés literario y musical, “nada de lo dicho implica la existencia de un organismo dedicado a la preservación de la tradición oral como patrimonio cultural de la nación…Apenas podemos hablar de desvaídos intentos de recopilación por el INC que finalmente concluyeron en una hemeroteca y un estudio sobre instrumentos musicales…” (Millones, 1986).

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“La tradición oral está constituida por las expresiones culturales que se pasan de generación en generación por medios no escritos, en particular la literatura oral, narraciones, cuentos, leyendas, poesías, dichos, refranes y glosas. Junto a ello tenemos el arte popular o folclor, que también se comunica básicamente por medios no escritos: música, danzas, canciones, costumbres prácticas tradicionales, técnicas artesanales, arte culinario. Es decir, la suma de conocimientos y capacidades artisticas tradicionales o populares que circulan y se transmiten de boca-mayormente-sin pasar por el registro grafico o documental. Este acervo es parte de la herencia cultural que nos han legado los antepasados, y es tan importante para el país como los testimonios monumentales y documentales de la nación” (Loréns, 1986).

La tradición oral, por su carácter de depositaria y vehículo de la memoria colectiva de los pueblos y sectores sociales mas pobres, constituye un archivo viviente de la trayectoria mental del país y su espiritualidad. De ahí que hoy los historiadores han desarrollado métodos para emplear esta fuente tan confiable como cualquier otro tipo de documento para la reconstrucción de los conocimientos sobre el pasado histórico de las comunidades. Pero también es importante por ser depositaria, en gran parte, de las creencias, valores, costumbres, prácticas y creatividad artística; constituyendo un pilar de la identidad, de las raíces históricas y de la cultura viva del pueblo. Cuya divulgación debe constituirse en un recurso curricular, como parte de las actividades escolares o como estrategias pedagógicas. Y, por supuesto, su producción, bien orientada, como una fuente económica, sobre todo tratándose de la artesanía, el arte culinario y folclórico.

Cabe recalcar, sin embargo, que de la recopilación, además del interés académico o afectivo, debemos poner atención, desde nuestras propias regiones, por el rescate de este patrimonio oral, que constituye un firme componente cultural de una sociedad, tan diversa y compleja como la nuestra, aún bastante ágrafa y un alfabetismo básico. Pero sobre todo urge cuidar a nuestros pueblos de la ingerencia de la racionalidad neoliberal del mundo globalizado que estandariza y enajena nuestros valores culturales ancestrales a través de los medios de comunicación masiva, que nos impone el consumismo y la mediocridad moderna.

Sin embargo, por efecto del centralismo limeño y la marginación de los pueblos, la historia regional no cuenta con organismos especializados

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vigentes para efectivizar la preservación y promoción del patrimonio cultural. Salvo la esporádica, precaria y superficial acción del INC al vaivén de la política del gobierno de turno. No existe un archivo estatal ni particular, regional ni central, ni un acopio sistemático del material o catálogo del patrimonio cultural; de ahí que nos enfrentemos a la fragmentación y dispersión de los repositorios estatales a la preservación e intangibilidad del patrimonio cultural y la dificultad para realizar consultas, investigaciones y asesoramiento a la investigación, conservación y promoción del patrimonio cultural. El disloque generacional impide que los ancianos transmitan a sus descendientes que emigran a la ciudad o al extranjero para buscar nuevas perspectivas de sobrevivencias. Y, obviamente, la falta del apoyo económico, porque ni el gobierno central, ni las regiones, han priorizado lo referente al patrimonio cultural.

De hecho, los plazos cortos para promover la historia regional serían inútiles para dar salida a estos problemas, pues son de carácter educativo. Por de pronto, la universidad y los centros culturales podrían “publicar documentos inéditos de interés histórico para acercarnos a las fuentes inaccesibles. Organizar con relativa frecuencia en todos los círculos académicos del país como de las regiones, cursos de paleontología, etnolingüística, así como orientación metodológica, con el fin de divulgar los modernos procedimientos en el campo de la investigación histórica y de las nuevas orientaciones de disciplinas científica”. (Villanueva, 1991). Otra medida, a mayor plazo, sería la pedagógica, es decir, generalizar en los centros educativos estrategias metodológicas de la investigación en áreas articuladas, para ir entusiasmando, entrenando y comprometiendo a los estudiantes con los problemas, hechos históricos y mentalidades de su localidad.

Tras este esclarecimiento, nos permitimos las siguientes sugerencias para la preservación y promoción de nuestro patrimonio cultural regional:a).- Organizar un archivo regional o repositorio centralizado, reuniendo todo el material que ahora esta disperso en los diversos organismos y dependencias locales, tanto estatales como particulares. Tratarlos mediante técnicas modernas de registro cibernético o computarizado de la información.b).- Poner al servicio local y regional el asesoramiento y trabajo científico y su oportuna difusión.c).- Permanente acopio e intercambio del material escrito y el registrado gráficamente proveniente de los pueblos y localidades y bibliotecas de los distritos de nuestra región.

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d).- Realizar investigaciones en base al material recogido y promover su investigación por otras instituciones universitarias o particulares, mediante convenios.e).- Difundir periódicamente las actividades de recopilación e investigación y tener estrecho contacto con instituciones y personas especializadas en lima, que trabajan en el mismo campo.f).- Dinamizar y promover actividades locales afines, como encuentros, simposios, seminarios, talleres, concursos, exposiciones, etc.; sobre todo en el mundo escolar y académico.g).- Auspiciar la creación de mecanismos de coordinación de acciones y el diseño de políticas de conjunto respecto a la preservación y promoción de la cultura regional.h).- Alianza con los centros y programas educativos de la región y del Norte Chico, estimular trabajos de cuidadosa recopilación de narraciones, leyendas, mitos, visitas y circuitos turísticos, concursos académicos, limpieza y promoción de los monumentos históricos; eventos de capacitación docente, etc.i).- Convenios con los medios de comunicación local y regional, para crear corrientes de opinión a favor de la preservación, investigación y promoción del patrimonio cultural de la localidad y la región.j).- En convenio con la universidad local y el magisterio, implementar cursos, seminarios o diplomas sobre ciencias sociales, desarrollo social, historia regional, literatura, pedagogía, arte, desarrollo humano, patrimonio cultural, arqueología y etnohistoria, métodos y técnicas de investigación, museología y restauración, innovaciones pedagógicas, archivería, etc.k).- Convenios y alianzas con el sector empresarial, municipal, regional y privado para promover el turismo escolar y particular, la realización de premiaciones y becas, la realización de festivales, como el cebiche, etc. Para ayudar a la preservación y la investigación histórica.

6.- NUEVOS PARADIGMAS Y PROMOCION DE LA HISTORIA LOCAL

Pasadas las décadas de ciencia histórica clásica y su progresivo distanciamiento de la historiografía de raigambre marxista, hacia la historiografía postmoderna con sus discursos de relatos y narraciones que valoran el “contar historias”, en el mejor estilo literario. Entre los años 80 y 90 se perfilan nuevos paradigmas: “una microhistoria, que nos retorna al sujeto individual y local de lo histórico. La nueva historia cultural, mas cercana a los problemas de la “represtación” de la mediación de los lenguajes en las formas de captación del mundo por el sujeto individual o

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colectivo. Y la ciencia histórica sociocultural, una forma de resurgimiento de la historia de inspiración socio-estructural, heredera de la historia social como de la sociología histórica” (Aróstegui, 1995).

A).- LA MICROHISTORIA: En cuanto práctica, se sustenta en la reducción – no fragmentación- de la escala de observación, en un análisis microscópico o estudio intensivo del material documental. Porque esta reducción, con fines experimentales, debe revelar factores anteriormente no observados. Se propone estudiar fenómenos socioantropológicos en su vertiente histórica a muy pequeña escala de observación del sistema, para poder analizar ciertos procesos más generales y tipificarlos. Por ejemplo, el impacto de la introducción de la cerámica en la costa central a principios del Formativo andino; el artesano-pescador en el diseño de las redes y los tejidos domésticos de los yungas durante el mismo arcaico.

Es decir, ciertos fenómenos que anteriormente se consideraban superficialmente descritos y entendido, hoy se reviste de significados completamente nuevos al alterar la escala de relación. Con la microhistoria se puede hablar de una historia de lo cotidiano y como una forma peculiar de la historia narrativa, muy cerca de la que hoy llamamos historia de las mentalidades. La microhistoria es una forma de análisis antropológico sofisticado, argumentativa, sensible al pensamiento débil, y sobre todo, su gran aporte es, sin duda, la atención prestada a una renovación deseable de los estudios de la historia oral, campo ahora privilegiado para la historia “micro” del “espacio local”, como “un caso de lo general”. Obviamente sin desligarse ni contraponerse a lo global, estructural del proceso de largo aliento.

B).- LA NUEVA HISTORIA CULTURAL: Es el estudio de las creencias populares colectivas como objeto etnográfico para explicar los hechos históricos como “textos”en los que hay un contenido simbólico; dejando de lado lo social y complejo para adentrarse en otra de simbolismo cultural o claramente la representación mental simbólica de los objetos culturales. Es una exploración de la cultura como una forma de preguntar por la sociedad. Es decir, el correlato entre historia cultural e historia social; una penetración en la sociedad por el camino de la representación, por el cual los individuos y los grupos dotan de sentido a su mundo, para ir en busca de la manifestación de lo mental.

Por ejemplo, muy poco nos hemos percatado de la importancia social e ideológica y su secuencialidad cronológica y espacial que tuvieron los instrumentos musicales hallados en Caral, (Arcaico tardío), o los hallados

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en Huaura (Horizonte tardío), amén de los instrumentos hallados (y que siguen hallándose en muchos sitios de nuestra provincia) correspondientes a épocas intermedias y con más de cinco mil años de recorrido histórico. Otro aspecto, poco tratado es la presencia de oleadas de migrantes italianos en la provincia, antes llamada de Chancay, por casi u siglo, desde mediados del siglo XIX; su impacto cultural, su integración y aporte económico, social y cultural.

C.- LA CIENCIA HISTORICA SOCIOCULTURAL: Desde las canteras estructuralistas esta historia se esfuerza en conceptuar y descubrir la real estructura oculta de la sociedad y el real proceso de cambio social. Pretende presentarse como superadora del individualismo y del holismo. Afirma que las estructuras socioeconómicas no son pautas de sucesos, acciones ni comportamientos; ni menos reductibles a fenómenos sociales, sino que tienen una forma de existencia “estructural”, comparativa, que es a la vez relativamente autónoma y no se separa de la totalidad de los fenómenos que ocurren dentro de ella. La historia social es la historia de las estructuras sociales y requiere de una metodología relativamente distinta a la historia de los eventos. Esto nos inclina al estudio socio histórico en el largo plazo, con tendencia a la unificación e integración sobre la base del estructuralismo.

Por ejemplo, estructuralmente poco se ha estudiado el proceso de la guerra de la independencia desde el campo social, político y económico de los pueblos involucrados en esta gesta, como es el sugestivo caso de los poblados del Sur de la antigua provincia del Santa, como: Paramonga, Pativilca, Barranca, Puerto Supe, Supe Pueblo, Sayán, Végueta, Huaura, Huacho, Vilcahuaura, Ihuarí, Paccho, Santa Cruz, Ñaupay, Huachinga, Ótec, Huaral, Chancay, entre otros; el rol histórico de sus autoridades locales, los hacendados, los curas y sobre todo del pueblo común; que aspiraban y esperaban de su participación, cómo entendían este proceso militar emancipador. Imbuidos todos de un indescriptible –no tan repentino- fervor patriótico. Aspectos muy poco tratados por la historia oficial o escolar. O sobre la historia de la educación en la provincia de Huaura, la escuela, sus maestros, las pedagogías y sus eximios discípulos durante la república, la historia de lo cultural e ideológico articulado con el rudimentario sistema educativo nacional republicano.

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PERIODO DE TRANSICIÓN. COLONIAL VS. INCA: EL CASO DE LA SIERRA DE LIMA

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Lic. Guido Casaverde Ríos 44

Introducción

Me vi obligado a escribir este artículo, cuando notaba que entre mis colegas se hablaba de kallancas indistintamente localizados en varios asentamientos prehispánicos, principalmente de la sierra de Lima y cuyas ventanas no eran trapezoidales, siendo además las únicas existentes en todo el asentamiento. Mi experiencia en el campo y el participar en el Proyecto Qhapaq Ñan me permitió acceder a otros casos similares. Aquí comparto lo observado y hago un llamado de atención sobre ellos.

Durante muchos años las investigaciones arqueológicas sobre lo Inca han aceptado categóricamente la presencia de un patrón arquitectónico Inca en los sitios arqueológicos.

En el Proyecto Qhapaq Ñan, se definió en el 2003 como indicador para la identificación de los caminos Inca a las estructuras religiosas coloniales (Guía de Caminos), ya que muchas de ellas se construyeron sobre estructuras religiosas Inca que estaban asociadas a las plazas en los asentamientos Inca y los cuales a su vez estaban comunicados por intermedio de caminos al Tahuantinsuyu, de la misma manera, las estructuras religiosas coloniales ocupaban un lugar privilegiado en el nuevo asentamiento español por lo cual estaban vinculados a los principales accesos.

Lo Inca

En el periodo anterior a la conquista hispana, el panorama social y geopolítico de los andes, estaba organizado y dirigido por el estado Inca, por lo cual, en los distintos ámbitos del Tahuantinsuyu se construyeron un sistema de establecimientos estatales, los mismos que estaban integrados y articulados por medio de una red de caminos, estos establecimientos podían ser desde los grandes centros administrativos como Pumpu, Huánucopampa, Vilcashuamán, etc, hasta los famosos tambos instalados estratégicamente para la administración Inca. Sin embargo, no todas las edificaciones Inca, tales como: kanchas, kallancas, colcas, etc., del patrón Inca, estaban presentes en todos los asentamientos del ámbito Tahuantinsuyu.

44 Instituto Nacional de Cultura-Dirección de Arqueología - SDIC

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El estado Inca aplicó varias estrategias para el dominio y control de los territorios conquistados, en muchas de ellos podían construir suntuosos templos, con el patrón característico Inca y con su estilo cautivante del acabado pétreo, en otros casos, sus construcciones podían mantener estos patrones, pero tenían un acabado rústico, o simplemente estaban ausentes, como es el caso de la región de Chaclla – Huarochirí (Lima), donde a la fecha poco o casi nada se ha reportado sobre la existencia de estructuras Inca, debido quizás, a una alianza entre los Inca y los Huarochiranos como señalan los documentos.

Durante el dominio Inca las construcciones se efectuaron en muchos casos de acuerdo a una política de control administrativo, en el caso de los asentamientos de los grupos étnicos conquistados, estas podían tener alguna que otra construcción Inca presente, o tal vez por el tipo de mecanismo de control, ésta no era necesaria como en el caso de Chaclla. En la sierra de Lima varios asentamientos de los grupos étnicos no muestran necesariamente una construcción Inca definida, de ello inferimos, que quizás el tipo de tratamiento político Inca -como el de una alianza-, condujo a la no necesidad de manifestar una fuerte presencia arquitectónica Inca y si posiblemente, a mezclar o combinar el estilo de arquitectura local con el patrón Inca; tema que aún no ha sido desarrollado o estudiado debido al poco interés que suscita el periodo anterior e inmediato al Inca.

Lo Hispano

Años más tarde, los hispanos se posicionan de las edificaciones Inca, construyendo sobre ellas y/o trasladándose dentro del eje de la red de caminos o simplemente construyen fuera del Sistema Vial Inca en una directa asociación a la apertura de nuevos centros de producción colonial hispano. Al menos se tiene información sobre las reducciones Toledanas del siglo XVI, en el cual se trasladan y unen poblaciones autóctonas enteras a zonas estratégicas accesibles para la administración colonial, sin embargo se sabe poco sobre los años anteriores previos a las reducciones.

Al llegar los hispanos al Tahuantinsuyu, se establecen y posicionan de las distintas regiones ya sea para controlarlas y así contrarrestar una posible reacción Inca, recuérdese que existe una alianza de por medio entre los hispanos y los Huancas, como también una férrea unión de los Chachapoyas, Yauyos-Huarochiranos con los Inca; quienes los apoyan en

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el famoso cerco de Lima y Cusco para retomar el poder. Tales acontecimientos habrían permitido que los hispanos empiecen a copar asentamientos estratégicos locales en previsión de sublevaciones o rebeliones y en consecuencia habría una cohetaneidad en los indicadores materiales del registro arqueológico entre los grupos étnicos y los hispanos, por otro lado, la religión católica tenía como objetivo cristianizar a éstas poblaciones, con la cual se debía también controlar y apaciguar la fuerza de las Huacas andinas.

En la sierra de Lima se encuentran un sin-numero de sitios arqueológicos los cuales mediante un exhaustivo estudio pueden quedar definidos dentro de los territorios de los grupos étnicos como los de Cajatambo, Canta, Chaclla, Huarochirí, Yauyos, Atavillos etc. En muchos de estos sitios se han reportado la existencia de estructuras gigantescas parecidas o semejantes a la kallanca Inca. El periodo Inca es comprendido cuando se presenta con patrones estandarizados en su momento de despegue de la región de Cusco y su expansión inmediata, más no se conocen los periodos de transición entre lo anterior y el nuevo proceso de cambio, del mismo modo ocurre entre lo hispano e Inca, a tal punto que se acepta tácitamente que la presencia colonial se dio a partir de las reducciones coloniales, con lo cual antes de ellas no pudo haber restos de presencia colonial en los sitios prerreducciones, como es el caso de los asentamientos de los grupos étnicos o de los establecimientos Inca. Sin embargo -como hemos manifestado líneas arriba- los españoles antes de las reducciones, tenían que convivir con los habitantes de los grupos étnicos- para dominarlos y/o administrarlos y también adoctrinarlos- con lo cual se tenían que habilitar estructuras o espacios arquitectónicos en su mayoría del tipo religioso, en muchos casos, dada la similitud arquitectónica espacial entre la kallanca Inca y las estructuras religiosas coloniales muchas de las primeras fueron habilitadas y transformadas para tal función, ya que las kallancas que podían tener también una connotación religiosa, era la más factible para los hispanos en tratar de invertir y contra-restar los efectos sacralizadores del panteón andino, interponiendo la infraestructura cristiana sobre los sitios sagrados Inca.

Del mismo modo como ocurriría con los asentamientos locales, hemos dicho que la presencia Inca -en cuanto a arquitectura se refiere- no se dio de manera uniforme en todos los asentamientos locales; dada su importancia estratégica, como por ejemplo ser capital de un grupo étnico o un importante santuario religioso y que de acuerdo a las decisiones de ésta administración Inca, estas podían contar o no con patrones arquitectónicos

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Inca. En consecuencia en los sitios que no las tenían, la presencia colonial se daría en muchos de los casos por medio de una estructura religiosa muy parecida a la kallanca Inca.

Estructura Religiosa Española

Las primeras estructuras religiosas peninsulares del siglo XVI, se caracterizan por presentar una nave principal con una sacristía anexa, espacialmente estaría compuesta por una estructura alargada (nave) y una estructura cuadrangular anexa ubicada al costado a la altura de uno de los extremos de la estructura rectangular (sacristía), los tamaños de dichas estructuras varían pudiendo ser desde grandes entre 30metros de largo hasta de 15metros Estas estructuras están presentes en varios sitios arqueológicos y son confundidas como una kallanca Inca modificada en tiempos hispanos.

Sacristía

Nave

Fig. Nº 1: Croquis de una estructura religiosa colonial en el sitio arqueológico de Tranca - Pasco, asociado al camino Inca de Callejón de Huaylas a Pumpu. Obsérvese los elementos arquitectónicos asociados y distintivos de la arquitectura colonial. Tiene unos 15m de largo por y 7m de ancho. Fuente Proyecto Qhapaq Ñan 2004. INC. Arqueólogo José Quinto Palacios.

Sin duda para llegar a éstas conclusiones valederas los argumentos deben ser sólidos, y en realidad un supuesto indicador no puede definir una validez temporal, en este caso, una sola kallanca no puede definir una presencia Inca en un asentamiento local, habrían que concurrir y recurrir a otros indicadores -para aseverar una conclusión de ése tipo-, tales como, presencia de kanchas, o de colcas en las inmediaciones, red de caminos, etc. puesto que se daría el caso de ser una estructura colonial religiosa y no una kallanca Inca supuestamente modificada.

Provincia de Cajatambo: Caso Mangas

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A fines del siglo pasado efectuamos una serie de investigaciones en la región de Cajatambo, antigua provincia reconocida en la época colonial; específicamente en la localidad de Mangas, hoy ubicada en la provincia de Bolognesi, región Ancash, en el lugar se identificó una presencia Inca muy marcada, ya que existe el camino Inca que la atraviesa y une el Callejón de Huaylas por el norte, yendo hacia la localidad de Pumpu en Junín por el sur. Además muy cerca del actual pueblo de Mangas existen dos sitios Inca: Llamoc I, II y Llamoc III, la primera se caracteriza por presentar una estructura circular de un diámetro aproximado de 10metros junto con 09 colcas rectangulares alineadas y Llamoc III, el cual está formada por una línea de colcas circulares y terrazas de posible función funeraria, estos dos sitios se hallan vinculados al camino que va de Cajatambo rumbo a la cordillera del Callejón de Huaylas. A poca distancia se halla el poblado de Mangas, el cual es una reducción colonial; con su plaza, y su construcción religiosa que la domina, separada de la nave principal se encuentra la torre campanario; tanto la construcción religiosa, y el campanario están asociados al camino Inca, y a unos 500metros al noreste se ubica el sitio de Arapayoc; del periodo Intermedio tardío, con un patrón aglutinado, en el cual aún, no se han reportado componentes arquitectónicos Inca.

En las fotos aéreas de Mangas se advierten que estos sitios de los distintos periodos, se encuentran vinculados al camino Inca como lo señalamos en un inicio, sin embargo a pocos metros del sitio de Arapayoc aparece una estructura rectangular de grandes proporciones semejante a una kallanca; en una visita de campo pudimos comprobar que dicha estructura rectangular formaba parte de una estructura religiosa colonial, ya que se observa la sacristía asociada a la nave principal. Los pobladores de Mangas relatan que cuando llegaron los españoles, se tenía pensado fundar Mangas al pie del conjunto Arapayoc; pero al parecer dicha propuesta no prospero, y se tuvo que construir Mangas mas arriba donde actualmente ésta ubicada, quedando como único testigo de tal intención la estructura religiosa colonial.

Sitio arqueológico Arapayoc

Estructura religiosa católica

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Camino Inca

Pueblo de Mangas

Fig. Nº 2: Localidad de Mangas y alrededores, con el sitio arqueológico de Arapayoc, la estructura religiosa, Camino Inca y el poblado de Mangas. Foto aérea Nº 10749 del año 1960.

Camino al sitio Arapayoc

Fig. Nº 3: Detalle de la foto aérea anterior, que muestra la nave principal de la estructura religiosa católica y la sacristía anexa.

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Fig. Nº 4: Ubicación de los sitios arqueológicos tardíos de la sierra de Lima y áreas colindantes donde se ha reportado la existencia de estructuras religiosas coloniales.

Entre otros sitios del Horizonte Tardío que presentan estructuras religiosas coloniales están, Tunshuhuilca, Chuya, Tranca, Ñawpahuasi, Huamanmarca, sitios que serían ocupados y modificados por los españoles; pero no sólo la estructura religiosa colonial alargada (nave y sacristía) debe ser tomada en cuenta como indicador de un periodo de transición, aquí deben estar comprendidos todos los elementos constructivos del periodo de la administración española entre los siglos XVI y XVII como la torre campanario o los Ingenios mineros. Sin ir muy lejos, la torre tipo campanario ha sido confundida como una estructura de época Inca, en el sitio arqueológico Pueblo Viejo de Recuay o también conocido como Sulcarecuay en el Callejón de Huaylas (Ancash), se señala a ella como el “Castillo” o el “edificio alto” (Tantalean y Pérez 2003)

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(Angélica Alcalde 2003), por las características que tiene, esta es la torre del campanario que fue construido allí, como lo fue en Mangas. De la torre de Mangas -por información etnohistórica- se sabe que, debajo de ella existía un puquial donde emanaba agua, y en algunas ocasiones recibía ceremonias o ritos de sacerdotes andinos. Las investigaciones sobre la palabra Uhsnu señalan a los puquiales como equivalentes, tal situación fue conocido por los adoctrinadores hispanos en Mangas para lo cual construyeron un campanario sobre ella, con el fin que el tañir de sus campanas callen el clamor de las huacas, algo que quizás también ocurrió en pueblo Viejo de Recuay.

Fig. Nº 5: Vista de la estructura religiosa tipo campanario

del sitio arqueológico de “Sulcarecuay” o “Pueblo

Viejo de Recuay”, Ancash. Foto archivo Proyecto Qhapaq

Ñan 2003. INC. Informe de Campo Lic. Joseph Bernabé

Romero.

En conclusión esclarecer el periodo de transición de lo Inca a lo colonial, debe apoyarse en un buen registro de los sitios arqueológicos y el cual debe comprender un estudio de las fuentes documentales históricas para aclarar las confusiones que la limitada información de campo pueda dar. Si bien la kallanca fue uno de los símbolos de la arquitectura de poder Inca en los distintos asentamientos, la estructura religiosa colonial impuesta indistintamente sobre lo local e Inca, debe ser considerada como elemento de transición y de convivencia. Mas allá queda por resolver el problema de

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la edificación de poblados tempranos coloniales que a la fecha crean confusiones cronológicas. Sin duda mientras mas se conozcan los periodos de transición tanto anterior y posterior a lo Inca, con mayor razón podremos definir éste período de los hijos del Sol.

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LA CASA HACIENDA “EL INGENIO” DE HUAURA45

Ing. Manuel Augusto Ingunza Simonetti46

La casa hacienda de “El Ingenio” fue el escenario donde después de vivir el General don José de San Martín desde el 5 de diciembre de 1820 en que llegó de Supe, hasta el 28 de ese mes, en que se dirigió a Sayán; la

45 Resumen del discurso de orden en la sesión solemne efectuada en la casa Hacienda “El Ingenio” de Huaura, celebrando su histórica apertura como Casa-Museo.

46 Vicepresidente del Instituto Sanmartiniano del Perú.

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convirtió además en el nuevo cuartel general desde su retorno de Retes el 18 de Enero de 1821, permaneciendo aquí en forma intermitente debido a los continuos desplazamientos que le imponía su propia responsabilidad.

Uno de tales desplazamientos tuvo lugar con motivo de la conferencia pactada entre el virrey La Serna y el general san Martín, que tuvo lugar en Punchauca el 2 de junio de 1821, después de la cual el libertador se reembarcó en la goleta “Montezuma” que ancló en el callao a la espera de la respuesta prometida por el virrey. Según se dijo, el último embarque del general San Martín con destino al callao, lo hizo por la Caleta de Carquín por estar estrechamente vinculada a Huaura. Como se recordará, a consecuencia de la contrapuesta del virrey, se determinó que San Martín gobernaría desde el río Chancay hacia el norte. Sucesivos armisticios se firmaron a la espera que los representantes de ambos bandos llegaran a un acuerdo, en las reuniones que tuvieron a bordo de la fragata “Cleopatra” frente al Callao. En tales circunstancias y cuando San Martín se encontraba a la expectativa, se produjo la evacuación de la ciudad de Lima por las fuerzas realistas y poco después la entrada del ejército Libertador a la capital. Mientras tanto, el coronel Gregorio de Las Heras y sus oficiales, continuaron en este su Cuartel General preparándose para lo que podría ser el armisticio final o el agravamiento de la guerra blanca que venían sobrellevando. Podemos asumir, por lo anotado, que esta casa sirvió durante más de siete meses como vivienda oficial del general San Martín y seis meses aproximadamente como Cuartel General del Ejército Libertador.

En la actualidad incorporamos la casa hacienda “El Ingenio” al circuito turístico de Huaura, convirtiendo simbólicamente una casa vetusta y olvidada, en el santuario destinado de ahora en adelante a honrar la memoria del Fundador de la Independencia del Perú y la todos sus soldados, muchos de los cuales yacen enterrados en la catacumba de la iglesia de San José, aledaña a la casa, y en los improvisados campo santos de los alrededores, muertos a consecuencia de las epidemias, allá por el mes de febrero de 1821, cuando fallecieron de cien a ciento veinte hombres diarios por no contarse con el antídoto necesario para contrarrestar la enfermedad. Unos 60 oficiales tuvieron el mismo fin.

“El Ingenio” tuvo una existencia interesante desde la fundación de la villa de Carrión de Velasco en 1597, erigida sobre el pueblo de Huaura de muy antigua data. En ese entonces el capitán Juan Fernández de Heredia manifestó que la mayor parte de las tierras de Huaura eran suyas. En 1658 el Capitán Juan Infante Trujillo arrendó a don Francisco Alguacil de

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Paredes la hacienda “El Ingenio” y otras tierras con un total de 150 fanegadas. En 1684, el Capitán don Juan Infante Trujillo cedió su hacienda al colegio de los Desamparados de Lima, dependiente de la Compañía de Jesús, habiéndola recibido el padre Jacinto de Arrué. Cuando los jesuitas fueron expulsados perdieron todos sus bienes, “El Ingenio” de Huaura pasó a poder del Estado español y luego fue adquirida por el Maestre de Campo don Francisco José de La Puente y Sandoval, perteneciente a la orden de Santiago, que desde el 1º de enero de 1777 desempeñó la Alcaldía de Lima conjuntamente con don Felipe Sancho Dávila y Salazar. La siguiente propietaria parece haber sido doña Joaquina de Salazar y Gaviño, de quien la heredó su hermano y albacea don Manuel Salazar y Vicuña en 1814. Después de pasar por varios otros propietarios, actualmente lo posee el grupo Wong.

Cuando San Martín desembarcó con su estado mayor el día 13 de noviembre de 1820 en la playa de Huacho, vivían en el pueblo 1 500 almas y otros mil en la campiña, pero fueron pocos los que bajaron a la playa porque el virrey Pezuela había decretado pena de muerte para todos aquellos que no abandonasen sus casas a la llegada de la escuadra de los insurgentes, según narración de Diego Paroissien, Ayudante de Campo del general San Martín. Sin embargo pronto perdieron el temor y empezaron a llegar hasta convertirse en multitud, que empezó a vivar al General San Martín mientras se dirigía con sus oficiales al pueblo, ocupando varias casas particulares de muy precaria construcción. Entre los que se acercaron a presentar su saludo estuvo el dueño de la hacienda “El Ingenio”, don Manuel Salazar Vicuña, quien obsequió al Libertador un corcel blanco ricamente enjaezado, y algunos pilones de azúcar refinada; y para los oficiales envió dos barricas de vino y cuatro arrobas de azúcar. Además, puso a disposición del general su casa hacienda, sus esclavos y su fortuna. Para entonces, todas las tropas realistas asentadas en la zona, incluyendo al batallón “Burgos” se habían retirado hacia Chancay.

Por su parte el general San Martín le informó al Coronel José Ignacio Zenteno, ministro de Guerra de Chile, su llegada a Huacho, las operaciones de desembarco y desplazamiento de fuerzas, incluyendo el reconocimiento militar (que incluye un plano topográfico) que hizo el Teniente Coronel Alberto D’Alve, después de hacer un reconocimiento militar de Huaura y Supe. Manifiesta que el día 14 mandó construir tres reductos en las alturas del puerto de Huacho para su defensa, siendo el principal el que coronó el peñón de Carquín, así como un muelle para la comodidad del desembarco, que quedó concluido el día 15. Sin mayor demora ordenó que toda la

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infantería se dirigiera a Supe a órdenes del Coronel Mayor Las Heras, mientras que el Regimiento de Granaderos a caballo lo envió a Huaura y el Regimiento de Cazadores permaneció en Huacho. El día 18 el General se dirigió a Huaura y el 19 llegó a Supe.

Según los documentos de la época, en Huacho y Huaura se formaron de inmediato en esos días tres escuadrones con 700 hombres a caballo, llamado de Cívicos, que lo integraban los patriotas de esos pueblos, así como una compañía de infantería de cien plazas. Esa fuerza tenía como Comandante en jefe, al Teniente Coronel Manuel de Salazar y Vicuña, propietario de la hacienda “El Ingenio”, con nombramiento de fecha 24 de noviembre de 1820.

San Marín permaneció en Supe 15 días y a partir del 5 de diciembre se instaló en la casa hacienda “El Ingenio” como lugar de residencia, pero utilizando la casa del balcón de Huaura como Cuartel General. Ya hemos visto que el 26 se dirigió con su ejército a Sayán y luego a Retes, de donde volvieron quince días después, trasladando su Cuartel General a “El Ingenio” desde el 18 de enero de 1821, debido a que estaba mejor situado y requería de mas espacio para trabajar, si tenemos en consideración que muchos patriotas se habían incorporado a su ejército, además de las tropas de Álvarez de Arenales, el batallón “Numancia” e infinidad de desertores del Ejército Realista, sin contar con los importantes refuerzos peruanos llegados de Lambayeque y Trujillo.

El 15 de enero de 1821, el Ejército libertador estaba constituido por el efectivo siguiente:- Infantería: 5 545 hombres.- Caballería: 746 hombres.- Artillería: 408 hombres. TOTAL: 6 699 hombres.

La plana mayor estaba constituida por:- General en jefe: Don José de San Martín.- Secretario de Guerra y auditor: Dr. Bernardo Monteagudo.- Secretario de Hacienda y Gobierno: Dn Juan del Río.- Jefe de Estado mayor: Crnl. Myr. Juan Gregorio de Las Heras.- Ayudantes: Diego Paroissien y Tomás Guido.

A ellos se unieron el Dr. Fernando López Aldana, el Crl. Agustín Gamarra, basilio Cortesana, Manuel Laiseca, Joaquín Campino y muchos otros que prestaron su más amplia colaboración.

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Muchas de las disposiciones iniciales del general San Martín, fueron trabajadas, discutidas y promulgadas en el Cuartel General instalado en esta casa hacienda y no en la casa del balcón como podría pensarse. Así por ejemplo tenemos el “Reglamento Provisional que establece la demarcación del territorio que ocupó el Ejército libertador y la forma como debía administrarse hasta que se instalase una autoridad central”, dado a conocer en este Cuartel General el 12 de febrero de 1821. Fue allí donde se creó entre otros el Departamento de la Costa, constituido por los partidos de Santa, Chancay y Canta, con su sede capital en Huaura. Otro decreto importante se refiere a la recaudación de aportes voluntarios de los ciudadanos para auxiliar al Ejército Libertador, garantizándose su devolución por el Estado con un interés del 6 % al año. Este decreto se expidió el 1º de marzo de 1821 y tuvo gran acogida. El 21 de febrero ya se había expedido un decreto por el que se instaba a los negros esclavos a enrolarse en el Ejército y tomar las armas, quedando libres del dominio de sus amos, a quienes se ofreció pagar el valor de cada uno. Según el propio San Martín, esta medida se tomó “para contrarrestar el decreto del virrey de fecha 7 de febrero que armaba a mil quinientos esclavos negros para combatir a las fuerzas patriotas.

Antes de dar término a esta breve reseña histórica, deseo incidir en el hecho de haberse traficado demasiado con las versiones vernaculares de los acontecimientos ocurridos en Huaura y pueblos aledaños. Así por ejemplo, en diciembre de 1920 apareció en la revista “Variedades”, el testimonio de un negro, nieto de esclavos, que públicamente dijo en un aniversario del primer grito de Libertad, que su abuela Mónica Reyes, que murió de 110 años, le contó que San martín desembarcó en la isla Martín y luego en la caleta de Végueta, acompañado de su esposa doña María Dolores Remedios, describiéndola como una dama llena de atributos. Que los dueños de la hacienda “El Ingenio” eran los condes de Monteblanco y que el 18 de marzo, día de San José, el Libertador dispuso que se celebrara ua fiesta en su honor, lo que se hizo con toda solemnidad en la iglesia de la hacienda, proclamando San Martín a San José como patrón de los trabajadores peruanos. Como es fácil deducir, estas narraciones a excepción de la que se refiere a San José, pero el 19 de marzo, no son sino especulaciones folclóricas que deben descartarse, por ser producto de la imaginación y no del estudio serio y responsable, respaldado por documentación fehaciente o el testimonio indudable de los protagonistas.

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Finalizo el aspecto histórico, rindiendo homenaje a don Manuel Salazar y Vicuña, prócer de la independencia, que con el grado de Teniente Coronel fue designado por San Martín, Comandante en Jefe del Regimiento de Cívicos de Huaura y huacho, siendo promovido a la clase de Coronel el 13 de Setiembre de 1822. Elegido diputado por Huaylas, fue integrante del Primer Congreso Constituyente. Fue elegido Alcalde Constitucional de Lima, asumiendo el cargo el 24 de julio de 1825; asumió la Prefectura de Lima el 9 de diciembre de 1825, siendo distinguido con la Medalla Cívica por el Congreso. Fue elegido diputado por Lima en 1826, continuando con sus funciones edílicas hasta 1828. Gracias a patriotas como este insigne ciudadano, que contribuyó ilimitadamente con esta hacienda, su fortuna y su propia persona, fue que el General San Martín alcanzó éxitos insospechados en su expedición al Perú.

La ley Nº 9636 del 28 de octubre de 1942, declaró Monumentos Históricos Nacionales, las casas de Pisco y Huaura en donde se hospedara el Generalísimo don José de San Martín, y ordenó que el Poder Ejecutivo disponga lo conveniente para el cuidado y conservación de dichos inmuebles. Letra muerta, pues como sabemos, el Gobierno no se preocupa por la cultura.

IGLESIA Y TORRE EXCENTRA DE RAPAZ

Miguel Silva Esquen.

INTRODUCCION

La Provincia de Oyón se encuentra ubicado en la parte Nor este del departamento de Lima, siendo su capital el pueblo de Oyón. La comunidad campesina de San Cristóbal de Rapaz, se encuentra en el distrito de Oyón,

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provincia de Oyón, a 3,900 m.s.n.m. Limita por el norte con la comunidad de Oyón, por el sur con el distrito de Santa Leonor, por el este con el departamento de Pasco y por el oeste con el distrito de Pachangaza. Se llega partiendo de Churín (2,080 m.s.n.m.), por un camino de trocha, que durará cuatro horas aproximadamente, se llega a Rapaz. Según el censo de 1993 tiene una población de 711 habitantes. El paisaje de la zona, hace apaciguar el tiempo de viaje. Rapaz tiene orígenes desde la época pre-inca, como lo prueba la existencia de centros arqueológicos como Huaychaomarca, Pilaugayan, Huamanmarca y Gupa. En la época incaica tuvo como centros poblados los sitios de Rapazmarca, Lamash, Pinchulin y las fortalezas de Huamanmarca e Intigaga, los santuarios de Pilaupampa y Ragapata. Durante la época colonial el pueblo fue dividido en dos barrios: Lamash y Allauca.

La iglesia de Rapaz se encuentra ubicada en la plaza principal de la comunidad campesina de San Cristóbal de Rapaz y fue construido en el siglo XVII. El área total de construcción de la iglesia es de 235 metros cuadrados, siendo el área de la sacristía de 40.2 metros cuadrados. Para una mejor explicación de estos monumentos, vamos a describirlos por sectores

1.-LA IGLESIA.- Ubicada a un lado de la plaza principal, no tiene torres, ni campanarios. Posee dos puertas: una principal (lado sur) y la otra lateral (lado oeste). Ambas tienen en la parte superior del frontis, decoraciones de pinturas murales, algo deterioradas por la inclemencia del tiempo, donde es posible observar representaciones de flores, arabescos y columnas, en colores rojo, verde, naranja y azul .La puerta principal, tiene en la parte superior central un pequeño balcón de madera, flanqueado por dos imágenes religiosas pintadas, como si estuviesen en hornacinas. El techo del templo, como en muchos de la zona, ha sido remplazado por la calamina.

2.-EL ALTAR.- De estilo barroco, resalta los colores dorado, rojo y verde. Es preciso observar en el primer nivel (lado izquierdo), en pintura mural, la inscripción: Se acabó de dorar de 1773.En la calle izquierda, primer nivel, ubicamos la imagen de San Cristóbal, igual en el segundo nivel. En la calle principal, en el segundo nivel la Virgen de la Natividad .En la calle derecha primer nivel a San Francisco de Asís y en el segundo nivel a San José. En el ático a Dios Padre. Acompañan en la decoración, ocho columnas salomónicas mayores y cuatro menores, decoradas con flores.

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3.-RETABLOS.- Existen dos:A.- Santa Rosa de Lima.- Ubicada al lado derecho. En la parte superior en escultura y de color dorado el Espíritu Santo , debajo de éste , en una pequeña hornacina y en pintura mural esta San Juan Bautista ( iconografía : cordero y báculo) . Debajo la imagen de Santa Rosa de Lima, flanqueada por columnas salomónicas. Al igual que el altar mayor, tiene los colores dorado, rojo y verde.B.-Cristo Crucificado.- Ubicado al lado izquierdo, decorado igual que el retablo de Santa Rosa de Lima. Tiene en la parte central, la imagen en escultura de un Cristo Crucificado, en cuyo fondo, podemos ver en pintura mural, hacia el lado derecho enmarcado en un cuadro la imagen de la Verónica, sosteniendo en sus manos un paño con el rostro de Cristo, hacia el lado izquierdo a San Juan. En la parte superior, un cielo con estrellas en el cual se observa a la luna y al lado izquierdo al sol.

4.- PINTURAS MURALES.-Es el gran trabajo dejado, en esta iglesia. Lo más probable es que existan varios pintores (por el estilo), en diferentes épocas. Para un mayor análisis de las pinturas, también se han dividido en sectores:

A.- Arco Toral.-Esta parte, que separa la capilla principal del cuerpo de la iglesia, esta muy decorado .En la parte central superior, observamos a la Virgen María vestida de blanco y coronada, con un fondo de color rojo encerrada en una especie de nube. Esta representación está flanqueada por jarrones de color plomo, conteniendo flores en color amarillo. A la vez acompañan un poco más debajo de los jarrones, la representación de tres ángeles en unas nubes. Hacia abajo, en el lado izquierdo la figura de San Marcos (iconografía: un león), sosteniendo una pluma en la mano derecha y un libro en la izquierda. Con las mismas características, hacia el lado derecho, está representado San Lucas (iconografía: un toro), ambos personajes de túnica blanca y un manto azul, y como fondo un círculo rojo. En las columnas del arco toral, encontramos al lado izquierdo a San Juan (iconografía: un águila), y al lado derecho a San Mateo (iconografía: un ángel). Al igual que las dos figuras anteriores, poseen un libro y una pluma, pero la vestimenta es diferente, la túnica es de color azul y manto rojo para San Juan y túnica rosada y manto azul para San Mateo, estos dos personajes, están parados sobre un pedestal. Hasta aquí vemos a los cuatro evangelistas. En el interior de estas mismas columnas ( mirando hacia la nave ) , hacia el lado izquierdo la pintura de San Pedro ( iconografía : llaves y libro en las manos ) y San Pablo ( iconografía : libro y espada en las manos ) , ambos con túnica de color verde y manto rosado , parados sobre

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un pedestal de colores rojo y verde. Debajo, en la parte interior del arco, resaltan decoraciones pintadas de flores.

B.- Pared Derecha.- Encontramos las siguientes pinturas:-Virgen de las Mercedes.- Ubicado al lado derecho del retablo dedicado a Santa Rosa de Lima (ya descrito). En esta pintura, observamos a la Virgen de la Merced en la parte central con hábito blanco, escudo mercedario en el pecho, en la mano derecha lleva unos grillos y en la derecha un escapulario (símbolos de la libertad de los esclavos y de los cautivos). Es coronada por un par de ángeles en cuya mano derecha sostienen la corona de la virgen y en la izquierda una pluma. Como fondo el artista ha representado a la virgen en un altar de madera (por el color marrón) y sobre un pedestal, flanqueado por un par de jarrones conteniendo flores (uno a cada lado). En la parte lateral, hacia el lado derecho de la virgen, la figura de San Ramón Nonato y al izquierdo, la del fundador de la orden, San Pedro Nolasco .A los costados, el pintor ha representado como portadas o columnas (?) decoradas con flores y arabescos, en colores verde, marrón y azul.Debajo de la Virgen de la Merced, se encuentra pintado dentro de un círculo, la siguiente inscripción: Esta imagen mando pintar Dn. Luis de Beteta y Dña. Narcisa de Retuerto.

-El Juicio Final.- Está algo deteriorada en su parte inferior. El artista ha representado a la pintura enmarcada en madera. En la parte central superior está la figura de San Miguel Arcángel, portando en su mano derecha una espada de fuego y en la izquierda una balanza. El demonio está a sus pies, portando en una de sus manos una especie de hoz. Para el lado izquierdo del arcángel, se representa a una iglesia que tiene tres torres, un querubín, una cruz y la muerte. Hacia el otro lado, la muerte porta en la mano izquierda una hoz, un querubín, y entre las nubes un ángel, abriendo sus brazos hacia delante, como queriendo ayudar a las ánimas que se encuentran quemando en el infierno (suman 33 rostros), uno de estos parece ser llevados por unos demonios, estos a la vez se mezclan con personajes de sexo femenino en su mayoría. Existen dos demonios a los costados (uno a cada lado) con cuernos y desnudos, posiblemente atrapando o tentando a una mujer vestida con traje andino.

-San Cristóbal.- Al igual que la descripción anterior, esta pintura, está rodeada con un marco pintado de color azul. El personaje central (algo tosco, en sus proporciones, posiblemente debido a que el santo fue relativamente alto) representa al mártir de Siria; San Cristóbal. Este santo, en su iconografía porta un báculo de una palmera, en su mano, pero acá no

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sucede lo mismo, lleva posiblemente un árbol de la zona. San Cristóbal, porta una túnica de color verde y un manto beige, está cruzando el río y lleva sobre sus hombros al Niño Jesús. Acompaña hacia el lado izquierdo, posiblemente un monje (por poseer capucha) con hábito de color azul, en cuya mano lleva una especie de bolsa. En la parte superior se ve una iglesia con dos torres. En fotografías tomadas en 1 996 publicadas por el diario El Comercio, se observa hacia un costado un lienzo, que esta representando a San Cristóbal, este no posee marco, y la representación del santo es más delicada. Tal vez esta fue hecha por un pintor profesional o con mayor experiencia, lo contrario sucede con el autor del mural, que lo representa con formas toscas y desproporcionadas.

-Frisos.-Es tal vez la mejor trabajada, debido a lo cargado de representaciones de flores y arabescos, en colores azul y rojo .Entre ellos según la secuencia: perro, venado, ángel, personaje encerrado en un círculo, ángel, león, canasta de frutas, sirena tocando una guitarra, ángel.

C.- Pared Izquierda.- Hacia esta pared, se encuentra la puerta lateral, así que tomaremos las pinturas que se encuentran bajo el coro, debido a que llevan una secuencia.

-Primer medallón.- Con un fondo naranja y el marco en color azul, observamos a Santa Ana (madre de la Virgen María) coronada y ofreciéndole su mano izquierda al Niño Jesús, quien esta sentado sobre las rodillas de su madre. Se observa una inscripción en el centro, donde hace alusión a éstos personajes, que no son legibles por la falta de limpieza .Decora en la parte inferior una concha, que a su vez lo acompañan un par de sirenas (una a cada lado), mirándose de frente y agarrando los arabescos decorativos. Casi en el centro, de estas sobresale en medio cuerpo la figura de un perro de color plomizo.

-Segundo medallón.-Es de fondo azul, en ella observamos a la Virgen María, sosteniendo a su hijo Jesús, yaciente, como si fuera un niño. La virgen lleva luto. Existe una curiosidad en la cruz , acá el pintor tuvo el error de colocar la inscripción superior : INIR , como sabemos , lo correcto es INRI (acrónimo :Iesús Nazarenus Rex Iudedrum ), que significa Jesús de Nazaret Rey de los Judíos .Acompañan a la cruz un par de escaleras , una a cada lado y en la parte inferior una calavera , con un recuadro en blanco , posiblemente no pintado .Hacia el lado superior de la Virgen , un recuadro que dice : Y el lugar donde Señor Jesochristo fue baxado de la cruz y puestos en los brazos de su sacratísima madre.

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El marco de este medallón es de color amarillo, y en la parte central adornada con una concha de color rojo. En la zona inferior decoran unas sirenas, una de ellas porta una guitarra y la otra un violín, se repiten los arabescos decorativos, pero en la parte central un jarrón de color plomo con flores rojizas.

-Tercer medallón.- El fondo es de color naranja y el marco de color blanco con decoraciones de color verde. En ella vemos al Cristo llevando la Cruz, posee la corona de espinas, y cubre su parte inferior un manto de color blanco. La Cruz es de color verde, y es ayudado por un personaje. Otro personaje lleva en su mano izquierda una espada y en la derecha un látigo. Hay que resaltar que ambos personajes llevan vestimenta española, no la romana, como corresponde al suceso de la época. Además tiene dos recuadros con inscripciones, uno en la parte superior que dice: “Aquí cayo en la primera vez”; y en el segundo ubicado en la parte inferior que dice: “que consta de ochenta pasos q hasta ella anduvo el señor i es el lugar donde camino rumbo a su destino”. Acompañan al medallón, en la zona inferior, una concha de color verde, además de sirenas: una de ellas sostiene en la mano derecha un ave y con la izquierda un arabesco con una flor: la otra sostiene con la mano derecha un arabesco con flor y en la izquierda un pez.

-Cuarto medallón.- Es de fondo azul y blanco, el marco del medallón de fondo blanco con decoraciones amarillas y verdes. La concha, que se ubica en la parte inferior es más pequeña comparada con la de los otros medallones, es de color naranja. Esta pintura representa a Cristo semidesnudo, atado de las manos y con rasgos de sangre en el cuerpo. Dos personajes sostienen la cuerda que ata al redentor, y un tercero le ofrece látigos. Estos tres personajes al igual que el anterior medallón, los representa con vestimenta de la época colonial. Acompañan en la zona inferior un par de sirenas, con arabescos y sostienen un pescado en cada mano.

Estos cuatro medallones, se encuentran intercalados por cinco especies de columnas y pilastras, cada uno de diferente color y a la vez todo el conjunto se encuentran enmarcados de color blanco, jaspeado con decoraciones en azul.

-Frisos.- Estos tal vez son menos decorados que la pared referida anteriormente, sobresalen un gato, mono, cestas con panes y frutas.

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-San Francisco de Asís.-Al igual que otras pinturas, éste santo se encuentra pintado en su hornacina flanqueada por columnas talladas: El santo se ubica sobre un pedestal decorado en rojo y verde .El fondo es de color naranja, y acompañan a la imagen un gato y un florero. San Francisco, es representado con hábito marrón, portando una cruz en la mano derecha y un libro con una calavera en la izquierda.

-Cristo Crucificado.- Dañado por el tiempo, es flanqueado por columnas salomónicas decoradas con ramos de uvas, sobresalen los colores rojo, verde. Se observa a Cristo en la cruz rodeado en la parte superior por tres querubines, un ángel a su lado derecho porta una tela blanca y del lado izquierdo un violín. Se aprecia, a pesar de lo dañado, hacia su lado izquierdo a dos sacerdotes mercedarios, hacia el derecho a cinco con hábito negro (jesuitas o agustinos?) dos de ellos portando una cruz , cada uno. Un personaje masculino y uno femenino, no reconocibles.

D.- Presbiterio.- Destacan las siguientes pinturas:

-La Sagrada familia.-Algo dañada. Observamos a la Virgen María con hábito blanco y coronada, porta algo en su mano derecha , en el centro el niño Jesús con hábito blanco y San José , llevando su ramo de lirio en la mano izquierda y con hábito verde y manto naranja . En la parte central, encima del niño Jesús se lee la siguiente inscripción: “Concedio Indulgencia plenaria a quien dixere la oración, salutación i antífona siguiente a señor S. Joseph.”.

-Virgen de Cocharcas.-Vestida con hábito rojo y manto azul, decorados ambos con flores blancas, porta en la mano derecha un ramillete y en la izquierda al niño Jesús con el mundo en sus manos. Ambos se encuentran coronados. Son flanqueados por ángeles de mantos rojos y alas bicolores (rojo-verde), llevando una flecha en su mano. En la parte inferior, a los pies de la Virgen una media luna con tres querubines. Aunque algo dañada, a los costados se puede observar flores. En la parte superior, sobre la Virgen, existe una cinta con la inscripción: tiene sodla N S de Cocharcas de indulbencia.

-Santa Rosa de Lima.- Ubicada en el friso, tiene como fondo el color naranja. Lleva corona de rosas sobre su cabeza, hábito blanco y negro, y un rosario colgado de su cuello. En la mano izquierda lleva una iglesia con dos torres y en la derecha al niño Jesús saliendo de un ramillete de rosas llevando el mundo en sus manos. Al lado derecho una pequeña campana de color azul.

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E.- Bajo Coro.- Encontramos las pinturas siguientes:

-Santiago Mata diablos.-Ubicado a un costado de la pintura de San Cristóbal. Se encuentra enmarcado en un marco pintado de color dorado, el santo con túnica y sombrero marrón y capa roja, en sus manos porta en la derecha una espada y en la izquierda un escudo que lleva como símbolo la cruz, se encuentra montado sobre un caballo blanco amenazando a un demonio que se encuentra en el suelo. Otro demonio se encuentra hacia un extremo agarrando un fruto y hacia el otro extremo un sacerdote con hábito blanco asombrado o huyendo de la escena. Fuera de éste contexto, acompañan en la parte central inferior un gato y un ave. Debajo de la pintura, en el extremo izquierdo existe una inscripción, cuyo marco está muy bien decorado, pero es difícil determinar lo escrito , porque se encuentra dañado , pero se recata lo siguiente : “Esta y mando pintar suya tiban firmin año (…) acavo pintar el fesetoran”.

-Ángeles y jarrón.-Ubicado a un costado de la pintura de Santiago Mata indios, representa a un par de ángeles sosteniendo una cesta que contiene frutos y sobre esta sostienen un jarrón azul con flores rojas y blancas, flanquean a éstas un par de aves blancas.

-Personajes de raza negra.- Ubicados a un lado de la pintura de Santa Ana, Virgen María y el niño Jesús. Posiblemente esta pintura es tardía, ya que encontrar a personajes de raza negra es poco frecuente a tan altura, lo que se trataría de esclavos. En la parte central está una morena, que viste blusa blanca y falda roja, porta una olla sobre la cabeza y en la mano derecha un cucharón. La acompaña u hombre moreno, vestido de blanco sosteniendo con la mano derecha la blusa de la morena, porta en su boca una pipa. Ambos personajes se encuentran descalzos. Debajo de ellos, vemos a tres personajes españoles, pintados de medio cuerpo, dos de ellos portan documentos en sus manos. El personaje central entrega un documento a uno que por el corte de cabello parece sacerdote de la orden franciscana, aunque no lleva hábito de la orden, pero sostiene un documento y sobre su hombro lleva una manta o bolsa. Debajo del personaje central, es posible observar un rostro, que está deteriorado por el tiempo.

-Techo.- Destacan flores pintadas sobre madera, formando cuadrados y en cada uno representa una flor, cuyos colores son verdes, rojas y blancas.

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5.- TECHO.- Este ha sido modificado y cubierto en su interior con esterillas y en su exterior con calamina. Resaltan las decoraciones de las vigas de madera, con flores en colores azul, rojo y amarillo. En cada una de las vigas existen inscripciones, como las siguientes:-Dios te salve + preciosísima.-San Ange D mi gvarda. dvlse conpania-Dios te salve. Santísimo. Joseph esposo.-Soi de Doña. Narcisa. de Retuerto.-Dvlsisima: María de la Merced.-Viva S.N. Lvis. Rey de Francia. y la setensi.-Soi del comvn. biejas. tvuertas y cojas.-Soi de Dn. Cipriano de Gvebara. Año de 739.-Soi del Alcald y de todos sus minstros.-Soi del fiscal. y todas. svs solteras.-Soi de Dn. Renjel . en 739.-Soi de Dn. Lvis Reres de Beteta. Año de 1,737.

6.- CORO.- Es de difícil acceso, a través de una entrada ubicada hacia el lado derecho de la iglesia. Tiene una baranda de madera, formando 18 arcos, desde aquí es posible observar mejor el techo, con sus inscripciones de sus vigas. Conserva aún un órgano, en cuyo respaldar se observa la inscripción: “1785 años, Martín”.

7.- TORRE.- Ubicada a unos metros, hacia el oeste de la iglesia. Su base es de piedra y la construcción de adobe, el techo es de calamina. La entrada, también de difícil acceso, se ubica al lado oeste. Existe la creencia, de que las mujeres, están prohibidas de subir, ya que estas al tocar las campanas, las rajarían. Cierto o no, resulta que las campanas están deterioradas. Existen cuatro, cada una de diferente tamaño:-Una de reciente confección, con fecha de 1996.-Otra pequeña, totalmente destruida, parece ser antigua.-Una mediana, cuya inscripción dice: “S. ROZA AÑO D 805”.-La más grande, cuya inscripción dice: “PARA EL JOSE. BARCAS MNSO AÑO D 1800”.

CONCLUSIONES

1.-La distancia, la altitud, el camino de trocha en mal estado y la conversión en gran parte de la población de la religión católica a la adventista, ha hecho que se conserven cerradas las puertas de esta iglesia y

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se mantengan en su gran mayoría en buen estado de conservación sus pinturas murales.2.-Se desconoce hasta el momento la fecha exacta en que se comenzó y termino de construir la iglesia, así como los pintores que realizaron tales obras, futuras investigaciones, podrían explicar mejor la historia de la iglesia y del mismo pueblo.3.-La festividad de los patronos del pueblo no esta esclarecida, por periodos de trabajo de las órdenes religiosas parece ser que han denominado al pueblo y a la iglesias, es así que en documentos del siglo XVII que se encuentran en el archivo del Obispado de Huacho, observamos tres nombre: San Francisco de Rapaz, Santa Rosa de Rapaz y San Cristóbal de Rapaz.4.-Por lo que se observa son tres las posibles órdenes que se han encargado de realizar trabajos de evangelización de los pobladores: La Orden mercedaria (pintura mural de la Virgen de la Merced); la orden dominica (pintura mural de la Virgen del Rosario) y la Orden franciscana (pintura mural de San Francisco de Asís).5.-Hay personajes mitológicos: sirenas (en algunos casos tocando guitarras o portando en una mano un pez o un ave) y aves bicéfalas. Asimismo animales poco usuales representados en pinturas murales de esta zona , como el mono, perro, gato , venado , así como leones de mirada extraña .Al realizar el pintor estos trabajos , se deduce que no han sido realizados por pintores de la zona , ya que ha debido de ser preparados o realizado por pintores del exterior , muy diestros en realizar personajes mitológicos.6.-La importancia de las pinturas debe guardar relación con el Quipu comunal que conserva la población, ya que este es el más grande en extensión del Perú. Habrán existido, posiblemente pobladores dedicados a contabilizar sus productos, que los evangelizadores habrán creído borrar completamente costumbres profanas, al adorar al Quipu (que la población habrá ocultado) ya que hasta el día de hoy este Quipu es venerado con ofrendas.7.-Extraña la representación de dos personajes de raza negra, posiblemente esclavos traídos a la zona.8.-En otras iglesias de la zona, se ha convenido colocar un púlpito hacia el lado derecho, aquí no lo existe, lo que se le ha dado mayor importancia a las pinturas murales.

RECOMENDACIONES

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1.-Enseñar a la población a la conservación de la iglesia, así como al quipu, ya que a futuro puede llegar a esclarecer su historia.2.-Incentivar a las autoridades del pueblo como a las provinciales , de que es un potencial turístico , no difundido ni explotado debidamente , esto ayudaría a mejor el acceso del pueblo , así como se debería motivar a la población a realizar pequeñas réplicas de las pinturas murales como trabajos artesanales y como fuente generadora de ingresos económicos.3.-No modificar, ni hacer pinturas, ni resanaciones, por parte de la población, todo debe ser orientado por un restaurador, así como estudiosos del arte colonial.

BIBLIOGRAFÍA

MACERA, Pablo; Arturo RUIZ ESTRADA; Luisa CASTRO MALASQUEZ; y Rocío MENÉNDEZ.1995 Murales de Rapaz. Banco Central de Reserva del Perú y la Universidad del

Pacífico. Lima

VALENTÍN MONTES, Guido Amadeo 1996 Rapaz desde el fondo de los siglos. Gráfica Miller S.R.L. Lima

Diario El Comercio 15 de abril de 1996.

EL SELLO ARTÍSTICO DE LAS CIVILIZACIONES

Orlando Izquierdo Vásquez “El Tigrillo “

Es indudable que cada civilización tiene su sello propio, expresado en gran medida en manifestaciones artísticas genuinas. Un rasgo

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importante que tipifica a una civilización es casualmente su producción musical, plástica y literaria. Desde tiempos primigenios, la humanidad ha sabido exteriorizarse a través de sus danzas y melodías, de sus dibujos y agradables atmósferas de color. Los dibujos rupestres de las cuevas nos demuestran que los hombres antiguos ya expresaban sus sentimientos con la línea. Los testimonios artísticos de la humanidad son pruebas más que palpables con las que el hombre ha sido impactado por vibraciones de su sociedad; que el hombre frente a estas circunstancias, llegó a percibir a sus congéneres, sea individualmente o en la diversidad compleja de sus interacciones. Por otro lado, nunca dejó de estar sometido a influencias cercanas y lejanas de los objetos y fenómenos naturales. Siempre captó a la sociedad y a la naturaleza en sus características cambiantes, tanto extremas como en las honduras de sus entrañas. Las observó y sintió, según la causal del grado de fuerza o de energía, en menor o mayor movimiento y, por ende, en cambios permanentes. En suma, sociedad y naturaleza han constituido para el hombre fuentes prodigiosas e inagotables de inspiración para producir arte. Deducimos, entonces, que toda civilización, al presentar características diferenciales, es también dueña de un arte genuino, no parecido al de otras civilizaciones. Arribamos, así, a la conclusión de que toda civilización es propietaria de un sello artístico auténtico.

Si nos detenemos un momento en el desarrollo artístico – histórico de las civilizaciones, nos daremos cuenta de que el arte jugó un rol preponderante en su vida diaria, año tras año, siglos tras siglos, a tal situación que en la actualidad podrán reconocerse fácilmente por sus manifestaciones culturales, específicamente artísticas.

En nuestro país tenemos una frondosa diversidad de creaciones artísticas que identifican a sus regiones y poblaciones. Por ejemplo, a la amazonía se le reconoce por su danza “La Pandilla”, a la costa por su marinera, y a la sierra por su huayco; a Puno por su danza “Las Tijeras”, a Lima por su vals, a Nazca por sus líneas, a Ayacucho por sus retablos, a Arequipa por sus casas embovedadas de sillares, al Cusco por su majestuoso Machu Picchu, a Huancayo por su “Huaylas”; a Huánuco por su danza “Los Negritos”. Si nos refiriéramos a las expresiones artísticas que tipifican a otros países, tendremos la cueca en Chile, el tango en Argentina, la samba en Brasil, la cumbia en Colombia, las rancheras en México, el jazz en Estados Unidos, etc.

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Al detenernos en las manifestaciones artístico–culturales de los pueblos, de los países y continentes, veremos indudablemente que, entre ellos, se irán marcando mas diferencias. Cada civilización irá apareciendo frondosamente no solo en cuanto a creaciones artísticas, sino también por otros aspectos importantes de fuerte incidencia en su desarrollo histórico, como son las características de la sociedad, del paisaje, del sistema de economía y de la producción cultural en general, donde el arte se convierte en pilar fundamental de su reconocimiento.

La identidad cultural de las civilizaciones se fundamenta en la producción artística. Por lo tanto, podríamos arribar a la siguiente deducción lógica: el sello artístico de las civilizaciones marca su identidad cultural. En otras palabras, las creaciones artísticas de los pueblos registran su reconocimiento en lo más hondo de su existencia, es decir, en su alma, porque el arte, al final, es la expresión cristalina del alma de los pueblos.

El sello artístico de una civilización es todo lo que hicieron sus antepasados, poniendo en juego un altísimo poder creativo. Este sello merece, por lo tanto, ser cuidado y defendido; en suma instancia, merece una revalorización importante, digna, permanente, haciendo del pasado un presente y del presente un futuro provisor, colmado siempre de fantasías y esperanzas. Pobre de aquellos que vayan contra las manifestaciones artístico – culturales de un pueblo, que son sagradas, por ser producto de sus almas puras. Juntemos, mas bien, todos los esfuerzos para revalorar el pasado artístico de los pueblos, y así fortalecer el alma del presente para la construcción permanente de un futuro sólido para las nuevas generaciones.

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HOMENAJE:

AL DOCTORANDRES MARMOL CASTELLANOS.

Pionero de las Investigaciones Arqueológicas en la Provincia de Huaral.

RESEÑA BIOGRÁFICA DEL DR. ANDRÉS MÁRMOL CASTELLANOS

Sr. Tito Mármol.

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Don Andrés Mármol Castellanos nació en Jauja el 14 de Enero de 1902, sus padres fueron Don Agustín Mármol Tudela (intelectual y comerciante mayorista de abarrotes) y Doña Ángela Castellanos Colareta, natural de Orcotuna, (dinámica colaboradora en los negocios de su esposo). Andrés, pasó parte de su niñez en su tierra natal donde estudió la primaria en la única escuelita estatal del lugar. Para continuar la secundaria se fue a vivir a Huancayo, alojándose en casa de unos familiares maternos. Allí, en el colegio Nacional “Santa Isabel”, cursó los dos primeros años de secundaria; el tercero y cuarto, los siguió en Chincha Alta - tras irse donde su hermano mayor, Pedro, que era jefe de correos y telégrafos del pueblo - en el colegio Nacional “José Pardo”. Posteriormente, al informarse su padre, de una dolencia que lo postraría en cama por largo tiempo, se trasladaría al balneario de Chorrillos (Lima) para establecerse junto con sus dos hermanas y su hermano Luís (que estaba en Jauja al frente del negocio de abarrotes. Razón por la cual, terminó la secundaria en el colegio Nacional “Nuestra Señora de Guadalupe”, pero, postergó su deseo de seguir sus estudios superiores por cuidar a su padre durante la larga enfermedad que padeció. Por eso, luego de la muerte de don Agustín, recién en 1927 ingresó a San Marcos; y años después, el 19 de Mayo de 1931 obtuvo el título de Bachiller en Filosofía, Historia y Letras; aparte, estudió el curso opcional de Antropología en la misma universidad y asistió, como alumno libre, al curso de arqueología dictado por el sabio Julio C. Tello, cosa que rara vez mencionaba, quizá por modestia u otra razón.

En 1933, ya casado con doña Carmen Rosa Burgos Torres más su pequeña hija Ángela Beatriz, de poco más de un añito de edad, se traslada Huaral para trabajar como director de la escuela particular primaria de don Herculano Grados, quien a finales de aquel año falleció. En el año 1934 fundó el colegio particular Mixto “Moderno” y como tal, pionero de la Educación Secundaria en este sector escolar. Dicho plantel le sirvió para poner en práctica y a prueba sus conocimientos teóricos, su vocación y capacidad educativa.

Durante las vacaciones semestrales, con la valiosa colaboración de un grupo de alumnos voluntarios, se propuso defender la Cultura Chancay (Pakchamayu) diezmada por los huaqueadotes, mafiosos y contumaces; es así como en 1946, inició sus trabajos de campo o “in situ” en Makatón o Tuncamac. Excavaciones, transporte, ubicación, equipamiento y montaje; mantenimiento y conservación de una Huacoteca selecta, corrieron por su

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cuenta y gracias a ese sacrificio económico, aún a costas de su propio bienestar, Huaral contó con un Museo de sitio. En efecto, el 31 de octubre de 1975 bajo el patrocinio de la Municipalidad Distrital, siendo alcalde don Carlos Mora Parra, los señores concejales reunidos en sesión Extraordinaria y por Decreto Municipal denominaron a la flamante institución: “Museo Regional Mármol”, sitio en la Av. Solar Nº 431 y lo nombraron Director Vitalicio, con los goces y derechos correspondientes, justo homenaje y reconocimiento a la magnitud de su porte, 30 años de estudio in situ, en trato directo con personas de todo los niveles sociales, hechos y objetos que le otorgan el título de espectador, protagonista y autor de una obra socio-cultural indiscutible. De ese modo, ha demostrado a Huaral su gran afecto y gratitud, no con promesas demagógicas, sino con obras y aportes tangibles. Todas esas experiencias le sirvieron de base y fundamento para escribir 8 Monografías sobre arqueología, etnología, lingüística y folclore, que las fue presentando en 8 congresos nacionales e internacionales de americanistas con sede en Lima, en los años 1958-70-75 y 76, en Huanuco (1972), en Arequipa (1973), en Trujillo (1974) y en el Cusco (1977). Sus obras inéditas al respecto son: “CONTESTO ECOLÓGICOS DE LA CULTURA PAKCHUMAYO” o (Chancay) 4 tomos; “DICCIONARIO GESFONÉTICO REGIONAL ILUSTRADO Y COMENTADO”, 2 tomos; “DICCIONARIO GESFONÉTICO SEMÁTICO Y ETIMOLÓGICO DEL RUNA SIMI”, 3 tomos. Tales grandes líneas a su labor como educador e investigador en el campo de las Ciencias Sociales durante 48 horas interrumpidas al servicio de la comunidad Huaralina y del país desde 1934 hasta 1982. Otra faceta del Dr. Andrés Mármol Castellanos fue la de colaborador cultural de “EL ECO DEL VALLE” y la Revista “Chancay”, entre otras; como a la publicación del centro Cultural Huaral: “PERFILES DE HUARAL”, editado bajo los auspicios del consejo Distrital de Huaral, en octubre de1944 el, también escribió “MANOJO DE POEMAS INFANTILES” poemario didascálico (didáctico), pues, aparte de su valor estético y literario, interesa preferentemente el aspecto didáctico relacionado con la gramática (neofobias) y nuestro folclore e historia nativa, cuyo doble objetivo es deleitar e instruir, en un palabra tener una intuición objetiva de nuestros valores autógenos (engendrados por si mismo). Esta obra es inédita. Entre sus poemas editados por algunas revistas, está “APOLOGÍA DEL LIBRO”, incluido en “simiente”, que consta 26 pies de verso.

Andrés Mármol C. fue nombrado como representante del Instituto Nacional de Cultura, Ad-Honoren, en la ciudad de Huaral desde 22 de noviembre de 1978, cargo que desempeño hasta el día que falleció.

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Gracias a la encomienda gestión del entonces Diputado Ing. José Pinasco Elguera, el 30 de octubre de 1986, mediante Resolución Ministerial Nº.676-86-ED, le otorgaron la condecoración de las PALMAS MAGISTRALES en el Grado de Educador, en reconocimiento a su labor Educativa, que constituye un aporte al desarrollo de la Educación Nacional.

El doctor Andrés Mármol Castellanos dejo de existir el día 3 de setiembre de1988, en la ciudad de Huaral, siendo enterrado en uno de los nichos de la familia, del cementerio Municipal.

Para finalizar deseo que conozcan el sincero y honesto pensamiento que imperaba en el, a la par que reflejaban sus íntimos sentimientos; expresados textualmente así: “EL MEJOR HOMENAJE QUE PUEDAN HACERME DESPUÉS DE MUERTO, SI ES QUE EN ALGO LO MEREZCO POR MI MODESTA OBRA REALIZADA CON VERDADERA VOCACIÓN DE SERVICIO HACIA ESTA TIERRA QUE TANTO AMO Y A LA QUE TANTO DEBO, POR LA QUE AÚN ME SIENTO EN DEUDA CON ELLA, POR LO NO REALIZADO: ES QUE ALGÚN DÍA CUANDO YO YA NO ESTE AQUÍ, QUE LOS HIJOS DE HUARAL, NACIDOS A LO LARGO Y ANCHO DE ESTA PUJANTE PROVINCIA Y LOS QUE SE HAN ESTABLECIDO EN ELLA, HAGAN REALIDAD MI SUEÑO - PROYECTO: “EL COMPLEJO CULTURAL Y EL MUSEO DE SITIO DE HUARAL”.

ESTUDIOS ARQUEOLÓGICOS IN SITU DEL DR. ANDRÉS MÁRMOL CASTELLANOS 47

47 Artículo de la revista “Evolución Histórica de la Provincia de Huaral” Lic. Jesús Buitrón Cañamero vda. De Cafiti. 2006. Pg. 41 – 43.

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Lic. Jesús Buitrón Cañamero Vda. De Cafiti

Sobre las ruinas, el destacado maestro Dr. Andrés Mármol Castellanos expresa: “Hace tres lustros que practicó la arqueología en campo, y por lo tanto, soy testigo de lo ocurrido y me hierve la sangre al constatar que han desaparecidos ciudades tumba como “la Calera”, donde se hallaron restos de cerámica correspondientes a los estilos epigonal e interlocking, chinas, cuchimilcos, cabecitas de allkoatok y muñecas de madera, tejidos finos, balais y costureros de totoral toquilla…”

Más adelante refiere: “Visité Pisquillo y Palpa (1951). En el primero, puede constatar que se trataba de un barrio preincaico. En las huacas marginales (ES) existen pequeñas habitaciones de piedra (pirca) como una etapa de transición andino – yunga. En el piso de los cuartos se notaba restos de ceniza y batanes con sus respectivas kollotas (piedras) trituradoras. Pero lo extraordinario eran los grandes porongos – cisternas que en un trecho de 80 metros de distancia a lo largo de la calle se encontraban empotrados en el suelo, dentro de un cajón pircado y que servían para depositar agua, por el sistema de mita y proveer del precioso elemento al vecindario”. Muy apenado dijo “…la ciudad arcaica de Pisquillo ha sido demolida y convertida en chacra”.

En otro pasaje expresa: “El año 1940 visité la ciudad tumba de Makatón (Tunkamac) que tenía dos Kilómetros de extensión y dividida en tres cementerios: para varones, mujeres y párvulos. De las tumbas se han extraído equipajes funerarios valiosos; ceramios finos, telas preciosas e instrumentos de tejido, de labranza y pesca; objetos de cobre y plata, menajes domésticos y miniaturas de piedra y conchaperlas; medidas de maíz y balanza (Wipe) que servían para el trueque de productos agrarios (sierra y costa), y cuyo centro ferial estaba en Kuilkapampu”.

Luego, agrega el desaparecido y querido maestro huaralino: “Un detalle curioso era el retocado de sus tapias que simula ondas de agua visibles bajo la proyección diagonal de los rayos del sol poniente. En aquel entonces, aún quedaban paredes enlucidas con tierras policromas traídas de La Calera”, a saber: ocre o marrón claro, verde claro y crema conservados en la cara de los muros subterráneos. Makatón ha sido el cerro Pakarina de los viejos pescadores chancayanos y cuya historia es sugerente”. En 1956 retorné con el Dr. Amano y constatamos su

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demolición sistemática y pese a nuestras protestas los tractores han proseguido su obra nefasta. A estas profanaciones hay que sumar las de Palpa, Miraflores (Akután), Hornillos, Cuyo, Portillo, y Pancha La Huaca.

En lo que concierne a Huaral Viejo, el Dr. Mármol Castellanos anota: “Unos huaqueros, hallaron la momia de un cacique con su regia vestimenta de plumas, oro y otros objetos valiosos y cuyo destino se ignora. En la Esperanza Alta los barbechadotes tropiezan con ceramios de diferente tamaño y calidad, y cuyo valor documental es indiscutible. En mi Huacoteca poseo algunos ejemplares que he logrado rescatar.”

En 1946 dio inicio a sus trabajos de campo, en defensa de la cultura Chancay (Pacchamayu) diezmada por los huaqueros y traficantes. Su propósito fue coleccionar y equipar una Huacoteca que años después se convirtió en el primer “Museo de Sitio” de muestras netamente de la “Cultura Chancay” pertenecientes a esta región.

Todos los gastos de transporte, herramientas, excavaciones, ubicación, equipamiento, conservación y mantenimiento, corrían por su cuenta, muchas veces los alumnos lo ayudaban en esta empresa, acompañándolo a estos lugares y les decía: “hay que realizar estudios in-situ”. Así viajaba con grupos de alumnos voluntarios de las diferentes secciones, aprovechando los días feriados y las vacaciones semestrales.

Muchas veces se dedicaba a denunciar el vandalismo de que era objeto estas zonas arqueológicas, a través del periódico de la localidad con la epígrafe “Patrimonio Arqueológico en peligro de desaparecer”; pero nadie tomo en cuenta estas denuncias.

En 1951, fue un año de intensa actividad arqueológica, realizando estudios y confrontación vivencial “in situ”, de los huaqueros mas importantes del valle.

Visitó Pisquillo (Pichkupayllu), Huayán (Huayllán), Hornillos (Wuayra Wuayra), Cuyo (Cuyu), Palpa (Pallpac Pallta), Kaki (Chaki = puerta de ingreso de la cultura Wanka al valle de Huaral) y Lumbra.

Durante los años 1953, 1957, 1961, 1963 y 1965, recorrió los siguientes lugares: Makatón (Tun-Ka-Na), Akután, Boza y Pakchawaka, Kippipampa, Kippan (y no Sipán), Jecuán o Izcuan (Calera Alta), Sauri,

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Chancayllu, Pampa Libre, Teatino (Tiai-tinku), Huando (Huanta), Tronconal, Chaumi y Kippullín.

Visitó y estudió construcciones de acueductos y represas inverosímiles, como la Wankahincha (Chipprak); cuevas, como el caso de la Kilka Machay que sirvió de habitación al Ochay – Puma, el hombre cavernario del Perú; también estudió la flora y la fauna típica y sus relaciones mesológicas y ecológicas con el hombre y su hábitat telúrico.

MUSEO DE SITIO DE HUARAL48

Andres Mármol Castellanos

INTRODUCCIÓN 49

48 Monografía inédita.49 Introducción y comentarios al pie, hecho por el Arqueólogo Pieter Dennis Van Dalen

Luna.

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El presente artículo esta referido al inventario de los materiales arqueológicos del museo de sitio Mármol, creado por el insigne maestro; en esta monografía nos describe una aproximación sobre el origen contextual de cada una de las muestras, así como el sitio arqueológico de procedencia y las interpretaciones personales del autor. Este trabajo es de gran importancia, ya que muchas de las piezas, tras la desarticulación del museo se han perdido, por hurto o porque han pasado a formar parte de otras colecciones privadas.

BREVE HISTORIA

Egresado de la facultad de Filosofía, Historia, Letras y curso opcional de Antropología de la Universidad Mayor de San Marcos el año 1931, con el titulo academico de Br., me traslade a Huaral en 1933 y en el año de 1934 fundé el colegio particular Mixto Moderno, según R.D.Nº 19 819 y como tal pionero de la educación secundaria en este sector escolar.

Este plantel sirvió para poner a prueba mis conocimientos teóricos, mi vocación y capacidad ejecutiva. Durante las vacaciones semestrales, con un grupo de alumnos voluntarios, me profundicé defender la CULTURA CHANCAY (Pakchamayu50) diezmada por huaqueros mafiosos, así como en 1946 inicié mis trabajos de campo en MAKATON o TUNKAMA. Excavaciones, transporte, ubicación, equipamiento y montaje; mantenimiento y conservación, de una huacoteca selecta, corrieron por mi cuenta, y gracias a este sacrificio económico, aun a costas de mi propio bienestar, Huaral cuenta con un museo de sitio. En efecto, el 31 de octubre de 1975 bajo el patrocinio de la municipalidad, siendo Alcalde Dn. Carlos Mora Parra, los señores concejales reunidos en sesión extraordinaria y por Decreto Municipal denominaron a la flamante Institución: “Museo Regional Mármol”, sito en la Av. ”Solar” Nº 431 y me nombraron Director Vitalicio, con los goces y derechos correspondientes, justo homenaje y reconocimiento a la magnitud de mi aporte (1946-1976): 30 años de estudio in situ, en trato directo con personas de todos niveles sociales, hechos y objetos que me otorgan los títulos de espectador, protagonista y autor de una obra socio-cultural indiscutible. De este modo, he demostrado a Huaral mi afecto y gratitud no con pobrezas demagógicas sino con obras y aportes que están a la vista.

Todas estas experiencias vivenciales me han servido de base y fundamento para escribir 8 monografías sobre arqueología, antropología,

50 El Dr. Mármol plantea que el nombre arqueológico de Chancay es Pacchamayu.

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etnología, lingüística y folklore que las fui presentando en 8 congresos Nacionales e Internacionales de Americanistas con sede en Lima (1958-1970-1975-1975) Huanuco (1972) Arequipa (1973) Trujillo (1974) Cusco (1977).

Mis obras inéditas al respecto son “CONTEXTOS ECOLOGICOS DE LA CULTURA PAKCHAMAYU”o (Chancay) 4 tomos, “DICCIONARIO GENSEFONETICO REGIPNAL ILUSTRADO Y COMENTADO” 2 tomos. Tales grandes líneas, mi labor como educador e investigador en el campo de las Ciencias Sociales durante 48 años ininterrumpidos al servicio de esta comunidad (1934-1982).

SIGNIFICADO O VALOR CULTURAL (El más completo en la cultura Pakchamayu o Chancay)

Suman más o menos según el mapa arqueológico adjunto: 44 ruinas entre sierra (18) y costa (26). De estos vestigios entre valles y quebradas, muchos han sido demolidos so pretexto de la “reforma” agraria. En nuestro inventario que data del año 1977 figuran: Makatón, con 92 muestras; La Calera con 21 (hoy: totalmente destruida); Lauri con 60; Cuyo con 62; Miraflores con 10; Pisquillo (Pishcup-ayllu); AKUTAN: 7; Kaki: 18; Huando (Huanto): 10; Hospital: 4; Hornillos (Wayra-wayra): 20; Huayan: 18; Lumbra (Runmipara): 7; Latillo (Laktayllu):10; Palpa (Pallta): 10; Teatino (Tiaitinku): 11; Tronconal: 12; Quepepanpa (Kippipampa): 4; Portillo (Purutuayllu)51.

Como prosigue la reforma agraria dada la voracidad y suprina ignorancia de esta plebe, la extinción de estas ciudades - tumba es inminente. De ahí la urgencia de conservar esta especie de un gran libro descompaginado; verdaderos archivos de un pasado grandioso; partida de nacimiento e identidad histórica de un pueblo autóctono.

CONTEXTOS ECOLOGICOS DE LA CULTURA PACCHAMAYU (CHANCAY)

A).- Carpeta Contexto con ocho Spondyllus procedentes de las Antillas.B).- Carpeta Contexto con 18 piezas de piedra andesita para diversos usos:

pulir, cortar, chancar, moler, laminar y moldear.C).- Carpeta contexto de armas contundentes: porras, macanas y piedras

pulidas para huaracas, porra de metal de procedencia incaica hallada

51 Los nombres entre los paréntesis corresponderían, según los estudios del Dr. Mármol, a los nombres arqueológicos autóctonos, de origen prehispánico.

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en Killka (mitimaes).D).- Concha marina para pututu.E).- Red gigante para pesca (Challwa chacuy).F).- Dos piedras fósiles de Karactama (lluvia áspera).G).- Contexto Ecológico de un paciente en tarima de inválido.H).- El mismo enfermo en un lecho de tutura (totora) de muerte.I).- Ovillo de Chahual Huasca..J).- Contexto ecológico de hojas de pakae o papaya sacha.K).- Contexto ecológico de hojas de Pakae y pallta, que utilizaron como

lecho de los muertos.L).- Cinco Uchuc Lunku de hierbas medicinales usadas por el Kulluwalla

(hechicero y curandero para brebajes o panaceas).LL).- Contexto ecológico de 8 moldes de arcilla templada.M).- Contexto ecologico de 5 moldes de muñecos grandes.N).- Contexto ecologico de 15 moldes (vaina de pacae, cabecita de allku o

perro, de atoj o zorro y monito).Ñ).- Contexto ecológico de instrumentos de cirugía de procedencia chanka

y wanka – xauxa (tumi - llan, tumi aserrado, martillo, gancho, pinzas, algodón y cajitas de gasa).

Sabemos por los cronistas la vieja rivalidad que existio entre los Chancas – Wankas con los Incas, y mas tarde el Inka Yupanki, el gran conquistador trajo en rehenes algunos remanentes en su marcha al Norte y los repartió en mitimaes en Killka, Wakiayllu (waquilla) (chancayllu). Se dice que las huestes guerreras de kichuas, wankas y chankas, al mando de Tupac Inca Yupanqui (1471-1493) vencieron a los chimus, después de una resistencia tenaz; por el rastreo toponímico y raíz gesfonetica “Chan”, “Chanka”, “Chancay”; “Chan – Chan”: el gran templo mochica, presumió que los soldados vencedores en señal de triunfo ejecutaron la danza guerrera al son de una percusión de lajas: Chan!...Chan!. Posiblemente en memoria de este hecho se denominó a este templo con en nombre de: Chanchan. Al Este del distrito de Cañaris, los ríos Olmos, La Leche, Lambayeque o Chancay, como el caso de Pakchamayu o Chancay.

Pues bien, el hallazgo de esos instrumentos de cirugía en Killka 52, jurisdicción de Huaral es otro dato para vincular estos pueblos a través de pruebas indiscutibles; de este modo el orfebre wanka, Tumialan Achachau,

52 Killka, hoy denominado Quilca, es un sitio arqueológico ubicado en la quebrada Orcón, justo en el lugar donde la Quebrada de Huachoc, que comunica con el vecino valle de Chillón se une a esta quebrada, habiendo cumplido la función de controlar el sistema comercial entre estos dos valles por esta ruta. Fuente: Van Dalen Luna, Pieter: 2004.

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es posiblemente el inventor de los tumi – tumi, llano y aserrado hallados en Killka. Los nombres de este orfebre son onomatopéyicos53

TUM!...TUM!... golpe seco en un yunque empotrado tumi- alan … lan … lan … laminar ….!! Acha – chaua.. ardor… que produce algo caldeado … De estos gritos y ruidos genfonéticos nacieron los nombres de los obreros wanka – xauxa que las pruebas de su remonto linaje llegaron aquí a los anansuyus : CHIPRAK, KAKI y KILLKA. Y que mi Huacoteca hoy atesora con orgullo andinista. De igual modo, menciono a ANTIKUNA (los andes ) notable explotador y cateador de minas a cuyos descendientes Wanka – Xauxa menciona Julián Huanay, viejo minero jaujino que laboró en los centros mineros de La Oroya y Cerro de Pasco.

CONTEXTO ECOLOGICO DE LOS SIGUIENTES OBJETOS DE

CHONTA

O).- 1).- zorro (atok ) en cuclillas con el rabo erecto hasta el borde de las orejas, con la quijada apoyada en los brazos y palmas de mano arqueadas y con las rodillas que rozan con la quijada, la cabeza sostiene una empuñadura ancha y bicanalada y por cuyas aberturas laterales talvez pasaron algunas franjas listadas como insignias de su mando.

2).- Parte del bastón acanalado; en la parte superior ostenta 3 huaquitos de ofrenda o tricálogo, un kulluguagua o muñeco de chonta, una kushpa (para el desaije), cabeza de un cucharón y 2 fragmentos de madera en reserva.

P) La vitrina de la cultura Kaki, 15 piezas de metal, concha y piedra. 16 piezas grandes, 7 piezas de cerámica , 4 bolsas de hierbas selváticas , 8 guaracas policromas, una bolsa de lana, Un estuche con 6 piezas, Kulluwaya con turbante bicolor con color negro y grosella con trama de cabello sedeño y castaño perteneciente sin duda a una beldad de estos lugares.Entre su ajuar las siguientes prendas: Un depilador de oro y varios de plata, pulseras y collares del mismo metal, 2 rosarios de chaquira de plata con amuletos. Parece que estas bellezas estaban destinadas a confirmarse de accllas o especie de monjas bajo el cuidado de la mamacona.

53 El Dr. Mármol, refiere que la gran mayoría de los nombres de la región tienen un origen onomatopéyico, es decir a partir del ruido que provocan, sea por golpe, por ruido de animales, u por otras características propias.

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Q) Cuatro estuches con diversos objetos de hueso, metal, piedra, arcilla y madera. 3 huesos o palitos para hilar: Shuksshu; Pinculos o semillas selvaticas hermosamente con incisiones policromas. Estuche Nº 2 con 8 piezas metálicas, Nº 3 con 15 piezas de plata, Nº 4 con 4 Tumis de cobre de procedencia Wanca-Xauxa, una vitrina chata conteniendo madejas policromas de lana y algodón (utku), 8 madejas, 2 Waracas, una gorguera de algodón escardado, 1 cinturón de algodón, etc.

R).contexto ecológico .- Instrumentos de musica, total 32. contexto ecológico.- Makatón (Tum-Kamac) 10 piezas contexto ecológico.- Pampa Libre 20 piezas. contexto ecológico.- En el armario 20 telas primorosas contexto ecológico.- 2 pares de sandalias o shukuy o uxuttas

S) CONTEXTO ECOLOGICO DE TEJIDOS DE CHANCAY

1.- TELAR.- Con una muestra empezado color marrón y blanco trabajo admirable por la figura del enhebrado por las figuras o rombo alterno y dado la calidad de los instrumentos, huarigador, kallwa, sujetador, tirantes, bastidor, etc.

2.- Kallwa de madera fina para enhebrar hilos finísimos.3.- 11 shukshu-sukkshuk (palitos de hilar de diferentes tamaños y grosor).4.- 3 tubitos con tintes: Yurac (blanco) puka (rojo).5.- Tres muestras de lana de llama, algodón y cabulla.6.- Un ovillo de lana listo para el telar.7.- Una vara de carrizo con hilos de lana enrollados: blanco y negro.8.- Cuatro juegos de warakas (hondas) kellu (amarillo) puka, y ana --

waraka acordonada, waraka trenzada de algodón con pishku anudados a los extremos.—waraka primorosa con motivos de nuestra flora y fauna color dorado con fondo negro.

T).- Entre estas muestras de tejidos destacan los siguientes: un tapiz ancho de 1.20 metros de largo y 0.30 metros de ancho y que representa una danza totémica de Atoc en diversos colores: Yanac, Puka, Kellu y Yurak. Este tapiz fue hallado en Sauri.

U).- Entre las muestras mas destacadas del arte textil Chancay tenemos: 1.- El Congreso de varayok, una verdadera fotografía de colores; de ahí que he creado el neologismo, textilgrafía, para clasificar estos tejidos del arte incomparable chancayano. Son dos Varayok (alcaldes), que presiden en sus cuerpos edilicios de 24 miembros cada uno. Los alcaldes mayores o Varayok son pentadedos (cinco dedos). Los

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alcaldes menores son tridedos (tres dedos). El saludo de estos, en actos solemnes como jurar sus cargos, asambleas extraordinarias, resolver problemas o situaciones de paz o guerra, o desde los puntos de vista, político, religioso o militar y administrativo; después de una Katipa (picchu o masticación de coca, hoja sagrada), cada personero, mano en pecho decía ama llulla (no seas perezoso), ama sua (no robes), ama quella (no seas mentiroso). Esta maravillosa tela, única en su especie y valor documental la conservo con todas las precauciones del caso.

2.- Otro tapiz tricolor rojo, blanco y verdiclaro que se destaca en el fondo ceniza, es al parecer un ideograma marino o representación textil del alcatraz bordado a crochet con hilos rojos que abarca: griss 3/6, rojo 2/6, y blanco 1/6, rojo que comprende: cuerpo, vientre, cuello, cabeza, pico, patas y cola; en la órbita de los ojos el rojo, blanco, griss y a manera de círculos concéntricos; en el campo de franja ancha superior en listas paralelas horizontales se nota en el blanco dos nadadores. Igual escena se repite en la parte inferior o zócalo, que remata en flecos. Esta ave grande de pecho encorvado sobre el cual enarca el cuello y posa su enorme cuello bolsudo, que forma parte del culto zoolatico de los viejos pescadores yun – khas (yungas). ¡yun! ¡yun! (ruido submarino) y ¡Kash! Ruido al chocar las olas espumosas y desflecarse en las rocas marinas.

Otra muestra primorosa es una franja de 1 metro de largo, por 7 metros de ancho, color verdicrema con hilos de lana de colores polícromos: marrón, rojo y café, que ostentan varios pishkup calados en la extraordinaria franja u ornitegrama. Estas avecillas (piskup) representan al huachaco pechirojo, al chiritu , pechioverdecrema, al kipullin pechi y moñi rojo, en fondo negro; a la paca –paca; a la kukuli y periquitos y gorriones, total 16 ejemplares, algo así como un exposición ernitográfica. Cada ejemplar resulta un ideograma; figura trino y killka (rastro o escritura) que se pueden aglutinar o concordar en ideas, conceptos y frases; y así dar respuestas a muchas preguntas sin respuestas. No se trata de Tukapus ni monalisas cogidos al azar o a control remoto. Desgraciadamente gran parte, de las especies de avecillas de estos valles y quebradas, se han extinguido bajo los efectos de los insecticidas, funguicidas e insumos utilizados mas con criterio comercial que científico (arseniato y polidol, urea, salitre, usados como abonos) sustancias químicas que han roto el equilibrio biológico; esos actos instintivos de simbiosis o mutuos servicios entre insectos, ave, y plantas han desaparecido por completo; igual desastre

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podemos lamentar cuando se trata del guano de las islas: producto de la elaboración natural en el vientre del alcatraz, del huanay y gaviotas marinas cuyo alimento esencial fueron esos peces pequeños o anchovetas (anchuy) cuya especie fue extinguida cuando se instalaron indiscriminadamente muchas fabricas de pescado para conserva, a tal punto que Perú, allá por los años 50, se constituyó en primera “potencia mundial de pesquería”. Todo este triunfo de voracidad, improvisación y lucro a corto plazo.

En el veintenio de esta centuria, aun presentíamos usos y costumbres de épocas idas, sobre todo, en el calendario zoolátrico de estas gentes que por tradición natural respetaban y cumplían con resultados positivos. Este calendario astrológico consistía en cada cambio de estación con el clima que daba paso a ciertos insectos voladores y rastreros que hacían su apariencia a manera de mensajes naturales y cantos y migraciones de avecillas. Multiplicidad de zumbidos, chirridos, aleteos típicos y característicos en las noches y en los amaneceres una orquestación de trinos o mensajes sonoros que daban al agricultor la pauta de sus faenas de siembra, cultivo, riego, madurez y cosecha. Estos calendarios están grabados en los killka – rumi de Lachay, Quisque, Kelka y kaki etc. De igual manera en las vitrinas de nuestros contextos ecológicos existen huacas- calendario: el del movimiento de rotación de la tierra o sea, el huaco del día y la noche; el huaco de killka – tupak, el huaco mencionado con el cultivo del sara o maíz; etc.

SIGNIFICADO Y VALOR DOCUMENTAL EL MAS COMPLETO DE LA CULTURA CHANCAY

De los 20 contextos ecológicos de la cultura Chancay o Pakchamayu, juzgo yo que es la de KAKI por las consideraciones siguientes:1.- HOBRE BIFACIAL de Kaki, cuyas caras y miradas se orientan la de frente hacia el Este y la de atrás al Oeste. Los oídos: el de la izquierda al Nor Oeste representa el Chinchaysuyu; el de la derecha al Sud Oeste al Kullasuyo. Al respecto existen 2 planos el vertical y el horizontal que tienen un eje común. En el rombo vertical se anotan los siguientes puntos o intiranra (camino solar) Al Este está el Anti, en cenit el Inti y al Oeste el kunti, en vértice de abajo el ukupacha. En el rombo horizontal cuyo eje común es Este-Oeste Anti y el O el Kunti al Norte el Chinchaysuyu y al Sur el Kollasuyu.

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2.- El huaco globular cuyo gollete luce el rostro bifacial, y las asas a las orejas (rinricuna) es esferideo como la tierra y también esta orientado a los 4 puntos cardinales, cuyo ideograma es el signo de la cruz con 4 puntos angulares.

3.- Lo mas sorprendente, de estas muestras es el fragmento maravilloso o busto del KILLA – TUPAK (astrónomo) wanka- xauxa (Jauja) que tuvo su obseravatorio y killawatana en algúna chullpa sobre la cima del cerro Huankash y bajo el tiempo impoluto de Jauja, juzgo que este huaco antropomorfo, fue traído, sin duda, por algún comerciante de ese lugar y lo dio en trueque talvez por otra muestra de cerámica yunka. Este fragmento es el busto de un personaje cuyos rasgos físicos son: rostro altoandino, cobrizo, dolicocefálico, frente pequeño, pelo lacio, orejón, ojos oblicuos, nariz aguileña, pómulos salientes, boca grande y labios gruesos, mentón ancho, cuello grueso y corto, torax ancho y macizo. Especial para las grandes aseciones y decisiones de nuestros Andes y Aticuna. En cada hombro yace un monito en cuclillas y cada uno mira en sentido opuesto y cojido de la oreja del astrónomo, empujan el busto demostrando que dos fuerzas iguales y de ese sentido contrario y en torno de un eje producen un movimiento de rotación. Tal es valor documental de este Ceramio, única muestra posiblemente en el mundo.

4.- Luego, tenemos una calavera de un llama y su reproducción cerámica perfecta. Este euquenio es oriundo de Perú y su domesticación data muchos siglos antes de la llegada de los invasores hispanos.

5.- Pintullu, termino bigesfonencial (raíces irreductibles) flauta de canilla de llama de la que nos habla en detalle el musicologo Julio Castro Franco, en su folleto: “Música y Arqueología” máxima autoridad en la materia. En el muestrario figuran 4 flautas tetrafónicas, halladas en KAKI.

6.- Un muestrario ha contenido 9 shukshu- shukshu o husos para el hilado, se trata de un nombre gensfonencial o autopéyico. Esta voz se la ha incorporado el Wanka – Xausa; los demás dialectos del RUNA - SIMI pueden hacer igual trámite. Estos husos fueron confeccionados en palitos de chonta con tatuajes policromos primorosos, tal vez instrucciones ideográficas. A dos pulgadas del extremo inferior del huso se coloca el piruru (gensfonema de rotar) y sirve para sujetar la madeja de algodón o de lana para luego preparar los ovillos con destino al telar. Estos pinruru54

54 Piruro: instrumento alargado que sirve para hilar el algodón o lana.

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pueden ser de zacuanra, arcilla cocida o de semillas selvaticas labradas con adornos incisos policromos bonitos, de rumbos punteados y diversas figuritas ideográficas que representan miniaturas de nuestra flora y fauna avícola, etc.

7.- Esta vitrina contiene las siguientes muestras: a) Objetos de piedra, 2 silbatos y una cabecita de puma; b) 3 objetos de concha; c) 5 anillos de plata ; d) Un medallón de plata y un prendedor del mismo metal , 2 laminitas de cobre, etc. Todas estas muestras corresponden a la primera vitrina que asocia al contexto ecológico de la cultura Chancay correspondiente a Kaki.

Solo así en forma ordenada, sistemática y específica podemos comprender las relaciones espaciales y temporales dentro de un contexto y fuera de la nada. El cuerpo humano es una estructura biologica, cualquier parte: corazon, hígado, vista, oído, fuera de esta arquitectura bioorgánica no tendrian razon de ser.

Además las convenciones relativas o culturales de espacio y tiempo dejaran de ser tales.

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