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LA REVOLUCIÓN RUSA Y LA URSS HASTA LA MUERTE DE STALIN

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LA REVOLUCIÓN RUSA Y LA URSS HASTA LA MUERTE DE STALIN

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ÍNDICE

Índice ............................................................................................. p. 2INTRODUCCIÓN ........................................................................... p. 4 Interpretaciones y modelos de estudio sobre la revolución ............... p. 5

PRIMERA PARTE: LA REVOLUCIÓN RUSACAUSAS Y ANTECEDENTES DE LA REVOLUCIÓN La Rusia Imperial ........................................................................ p. 8 La Revolución de 1905 ................................................................ p. 10 Las crisis de 1906 a 1914 ............................................................. p. 12 La Primera Guerra Mundial .......................................................... p. 13PARTIDOS POLÍTICOS, ORGANIZACIONES YPERSONALIDADES DE LA REVOLUCIÓN ........................................ p. 14LAS REVOLUCIONES DE 1917 La Revolución de febrero ............................................................. p. 16 Las crisis hasta octubre ............................................................... p. 18 Las nacionalidades, el campo y las ciudades ................................... p. 20 La Revolución de octubre ............................................................ p. 22EL NUEVO RÉGIMEN SOVIÉTICO .................................................. p. 24LA GUERRA CIVIL Y EL COMUNISMO DE GUERRA La paz de Brest-Litovsk y la guerra civil ........................................ p. 26 El Comunismo de Guerra ............................................................. p.28 ¿ Revolución rusa o Revolución mundial ? ...................................... p. 30LA NEP Y EL NUEVO RÉGIMEN SOVIÉTICO II La Nueva Política Económica (NEP) ............................................. p. 32 El nuevo régimen soviético II ........................................................ p. 35 SEGUNDA PARTE: LA URSS HASTA LA MUERTE DE STALINEL ASCENSO DE STALIN AL PODER Los últimos meses de Lenin y el dilema de la sucesión ..................... p. 39 La lucha por el poder ................................................................... p. 40 La derrota de la oposición y la victoria de Stalin .............................. p. 43LA FIGURA DE STALIN Algunos datos biográficos ............................................................. p. 45 La figura de Stalin en contraposición a la de Lenin y Trotski ............. p. 45PLANIFICACIÓN ECONÓMICA Y COLECTIVIZACIÓN DEL CAMPO La planificación económica: industrialización magnis itineribus .......... p. 48 El primer plan quinquenal (1928-1932) ............................................ p. 51

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La colectivización del campesinado ................................................. p. 53LA CONSTRUCCIÓN DEL SOCIALISMO SOVIÉTICO .......................... p. 56LA POLÍTICA ESTALINISTA: LAS GRANDES PURGAS ....................... p. 59LA URSS Y EL MUNDO (1917-1930) .................................................... p. 62LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL Y LA POSGUERRA La Segunda Guerra Mundial .......................................................... p. 65 La Posguerra: reconstrucción del socialismo ................................... p. 69

CONCLUSIÓN Y VALORACIÓNES ....................................................... p. 71

APENDICE: Gráficas, tablas y mapasGRÁFICAS Y DATOS ESTADÍSTICOS ................................................. p. 74PARTIDOS POLÍTICOS ....................................................................... p. 81MAPAS ................................................................................................ p. 82

BIBLIOGRAFÍA .................................................................................. p. 88

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INTRODUCCIÓN

La Revolución rusa se señala como uno de los fenómenos más importantes (para algunos autores es el más importante) del siglo XX, sin el cual no se puede entender la historia actual. Supone la más violenta sacudida al orden establecido de cuantas se han producido en el mundo, pues no sólo significa el final definitivo del Antiguo Régimen en el gran Imperio ruso, uno de los países más retrasados de Europa, sino porque también representa el primer desafío abierto al sistema capitalista mediante imposición de una nueva sociedad, de un nuevo modo de producción, el socialista o comunista, que conlleva una pretensión de lograr un mundo más justo y mejor para todos.

El Imperio ruso, autocrático, inoperante, con una economía rural estancada, con una industria débil y dependiente; sin apenas liberales, que vive atentados terroristas contra el zar desde 1860 y el nacimiento de partidos políticos en la clandestinidad; y que sufre pérdidas humanas y materiales cuantiosas como consecuencia de la Primera Guerra Mundial, se hunde sin remedio de inicios de siglo XX y nada puede salvarlo de la revolución. El primer asalto, fallido, contra el sistema vendrá en 1905; se repetirá con mucha más virulencia en febrero de 1917, dando al traste con el poder imperial e imponiendo la formación de un gobierno provisional de carácter burgués. Pero lo más ansiado, la paz y la reforma agraria, no llegarán: ni el kadete Lvov ni el socialista Kerenski serán capaces de hacer frente a la situación ni a la fuerte polarización social (contrarrevolucionarios y bolcheviques). En octubre vendrá la auténtica revolución que lleva a la coalición bolchevique a hacerse con el poder y a instaurar un régimen socialista o comunista, cada vez más absolutista por lógica interna del sistema.

Una de las cosas que más sorprende de la Revolución es como Rusia, tras el estallido, pasa de ser uno de los países más retrasados de Europa, donde el capitalismo apenas hacía unos años se había implantado, a ser un país con una economía socialista, una potencia desarrollada e industrial sin que tan apenas medien entre ambos sistemas unos meses de régimen liberal-burgués y unos años de economía de libre mercado, con todos los problemas que esa brutal transformación conlleva. Los dos grandes artífices de la misma son Lenin, el líder y teórico indiscutible de la Revolución y su principal promotor, y Stalin, sucesor de Lenin y auténtico artífice de la sociedad soviética mediante dos doctrinas relacionadas entre sí: el socialismo en un sólo país y el desarrollo mediante la planificación (industrialización masiva y colectivización del campo). Se ha tachado a Stalin, sin falta de razón, de dictador, de déspota despiadado, por sus medios brutales de actuación y organización, pero a él se debe en buena medida que la URSS se convirtiera en una de las dos mayores potencias mundiales tras la Segunda Guerra Mundial.

Antes de pasar a exponer el tema me gustaría exponer brevemente algunas notas sobre la historiografía sobre la Revolución rusa y el periodo estalinista y las más significativas interpretaciones, valoraciones y modelos que han surgido a lo largo de este siglo.

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INTERPRETACIONES Y MODELOS DE ESTUDIO SOBRE LA REVOLUCIÓN1

Son numerosas y variadas las investigaciones y valoraciones que sobre la Revolución rusa y el posterior desarrollo de la Unión Soviética se han efectuado, análisis que, por otro lado, se han desarrollado de forma más activa fuera que en el interior de la URSS. Las primeras valoraciones se van a iniciar entre los emigrados (liberales, mencheviques, socialrevolucionarios, bolcheviques expulsados ...). En concreto, son los mencheviques Kerenski y Tchernov lo primeros en evaluar los hechos, pero es el liberal Miliukov quien realiza el análisis más interesante, reprochando al gobierno provisional su falta de mano dura para contener a los extremistas. En la URSS, sobre todo tras la muerte de Stalin, van a surgir una serie de interpretaciones como las de Medveded, Amabrik y Soljenitsyn, que en general se basan más en las experiencias vividas que en los estudios que hayan podido hacer. Dentro de la Unión habría que citar la "teoría de la convergencia", optimista con respecto a la realidad soviética, que defiende que ante la presión del desarrollo económico, todos los regímenes políticos tienden a un modelo semejante (a la convergencia). Sigue un patrón economicista, pues prima a la industrialización, al desarrollo y a la economía frente a la política. Formulada por el norteamericano K, Galbraith, la teoría de la convergencia es recogida por Sajarov, quien creía que el régimen soviético iban a dulcificarse y que Occidente se iba a acercar a la URSS. Habría una tercera vía de investigadores de otros países, fundamentalmente marxistas, que se han dedicado a hacer un estudio en profundidad de los hechos con resultados sorprendentes (caso de E. H. Carr, M. Ferro, Hill ...). Dentro de esta tendencia encontramos una interpretación totalitaria que tiende a ver un paralelismo entre el régimen soviético, sobre todo, el estalinista y el régimen nazi, pues ambos son dictatoriales y se basan en el totalitarismo (H. Arendt, K. Friedrich).

Las diversas interpretaciones que han surgido como consecuencia del estudio de los hechos ocurridos se pueden sintetizar en tres modelos de explicación:• modelo liberal: parte de que Rusia está viviendo un desarrollo histórico normal, que hace pasar a un

país con una monarquía autoritaria, centralista y con una sociedad arcaica a un régimen pluralista y constitucional; es decir, del Antiguo Régimen al liberalismo (Constitución, libertades individuales, parlamentarismo, etc.). No se excluye en ese tránsito una ruptura revolucionaria, cuyo motor va a ser siempre la política y no las condiciones socioeconómicas, puesto que se necesitan ciertas dosis de violencia, siempre controlada, para llegar a la ruptura. Esta teoría fue introducida en Rusia por Sergei Soloviev, fundador de la escuela histórica estatista que defiende que es el Estado el que cambia al resto de la sociedad (teoría hegeliana) y no al revés, como sostiene el modelo marxista. Desde principios de siglo XX, Rusia marcha inexorablemente hacia el camino del liberalismo pero la revolución corta este movimiento en vez de acelerarlo Esto se debe al choque tan violento que supone la Primera Guerra Mundial, que hunde a Rusia en el caos y que sirve para que un reducido grupo (los bolcheviques) tomen el poder e instauren una nueva autocracia bajo la forma de Partido único. El culto al desarrollo que implanta el partido se debe a la lógica interna del sistema, pero también al retraso cultural ruso y la falta de tradición democrática. Stalin aparece como una

1 Sobre las teorías y estimaciones de las grandes purgas estalinistas de los años treinta consultar el capítulo "LA POLÍTICA ESTALINISTA: LAS PURGAS".

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personalidad decisiva en el viraje aunque varía su valoración según la perspectiva que se tome: la del autócrata creador (Medvedev) o la de un Stalin con trastornos mentales (M. Tucker). Dentro de este modelo, habría una tendencia más economicista (A. Nove y A. Gerchenkon) que defiende que si un estado quiere sobrevivir en el siglo XX debe industrializarse. Los representantes principales de este modelo interpretativo son Pavel Miliukov, H. S. Watson, L. Schapiro, Florinski, R. Lowenthal, Adam Ulam ... Puede criticarse de esta interpretación es su excesivo politicismo y que deje de lado importantes aspectos socioeconómicos.

• modelo conservador o cíclico: considera que toda revolución sigue un movimiento pendular que lleva a que los moderados, ante la violencia de unos hechos, cedan frente a los extremistas y a que éstos, a su vez, provoquen una reacción conservadora a consecuencia de sus excesos. Los personajes más representativos de este modelo son Brinton, Timatchev (Stalin representa el Terror y Thermidor, Roberspierre y Napoleón, a la vez) y Koestler. Se puede censurar a este modelo que proponga que la Revolución rusa portó consigo una contrarrevolución desde el poder pues no va a haber un movimiento pendular (en realidad, en ninguna revolución hay un movimiento cíclico). Podríamos constatar un deterioro del entusiasmo revolucionario pero el partido y la dictadura continúan.

• modelo marxista: es el que domina a la historiografía actual, cuyo principio básico es que la revolución es producto de la lógica histórica. Dentro de este modelo hay diferentes tendencias según se considere a la Revolución rusa como una auténtica revolución o como algo que ha sido traicionado:

- para la variante ortodoxa, la revolución comenzaría de forma satisfactoria pero se desvirtuó en el momento en que se inicia el culto a la personalidad de Stalin. Sin embargo, el "accidente" estalinista duró treinta años y bajo el se construyó el comunismo, por lo que esta tendencia no acierta a la hora de expresar su hipótesis principal.

- la variante disidente (aparecida en el interior de la URSS) se inicia desde el mismo punto de partida porque también juzga la Revolución legítima y considera a Stalin como el creador del socialismo. No obstante, a partir de 1936-1938 se produce una desviación del régimen hacia el estalinismo, por lo que sólo hasta 1936 la evolución sería legítima (Medvedev).

- la variante trotskista, la exposición más viva e inteligente, está de acuerdo con la versión ortodoxa en que la Revolución fue legítima pero traicionada: su deterioro se inicia entre los últimos años de los veinte y los treinta y aunque todavía se mantiene un Estado obrero, está totalmente desvirtuado. A la legitimación de 1917 se añade la condena del estalinismo, que si se produjo fue porque el ínfimo nivel económico del país no podía hacer triunfar la Revolución, porque el partido sufre una burocratización tremenda y se pierde el juego democrático en su interior y porque desaparece el objetivo de la revolución universal frente de la teoría del socialismo en un sólo país. Este ha sido y es el modelo central y más satisfactorio para interpretar la Revolución y su posterior desarrollo. Sus máximos representante son Liebman, Deutscher (biógrafo de Trotski y Stalin), Carr y Ferro (los dos mayores especialistas sobre el tema). Los mayores problemas de las variantes marxistas es que explican los hechos ante todo por factores económicos y sociales (bajo nivel económico y la burocratización).

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CAUSAS Y ANTECEDENTES DE LA REVOLUCIÓN

Debe quedar claro que son múltiples y de muy diversa condición las causas que llevan al estallido revolucionario en Rusia pero hay algunas que se pueden deducir como decisivas. Así, la situación política, social y económica que vive la Rusial imperial, la industrialización, los antecedentes de la experiencia revolucionaria de 1905, las crisis que se dan entre 1906 a 1914 y, sobre todo, la Primera Guerra Mundial, que afectó a Rusia como a ningún otro país beligerante, están en la base de los sucesos de 1917.

LA RUSIA IMPERIALDurante el siglo XIX se habían puesto en marcha en Rusia algunas reformas desde el poder para

modernizar y resolver algunas demandas del Estado: así se había creado un sistema de enseñanza nacional y una serie de profesiones liberales reconocidas que en la época de Nicolás I (1825-1855) dan pie a la formación de una intelligentsia. Paulatinamente, se va impregnando de las doctrinas occidentales (liberalismo, socialismo ...) adaptándolas a las circunstancias rusas y se presenta a mediados de siglo como grupo radical. Ante el peligro de que estallara una revuelta campesina y un desorden generalizado, tras el fracaso de Crimea (1854-1856), el zar Alejandro II llevo a cabo la emancipación del campesinado (1868); para apaciguar a la nobleza creó los zemstvos2 y para hacer lo propio con la intelligentsia inició una reforma judicial. Este conjunto de reformas incide, conjuntamente con la industrialización, en un cambio social: la aparición de la sociedad civil al modo occidental. El Estado se va a ver reforzado por el zar Alejandro III (1881-1894), inspirador de una política de reacción nobiliaria, tendente a reforzar y aumentar sus beneficios, a limitar las libertades civiles, a rusificar los territorios no rusos del imperio y a discriminar a las minorías religiosas (pogromos). La ascensión al trono de Nicolás II (1894-1917) no trae cambios substanciales en lo político aunque sí en lo económico puesto que se acelera el ritmo de industrialización.

Todavía tenía una importancia trascendental el campesinado, ya que el 80 % de la población se dedica a la agricultura. La mayor parte de este amplio sector practica una agricultura de subsistencia que les hacía vivir en condiciones de pobreza y subalimentación. Pequeños propietarios, arrendatarios y jornaleros pedirán tierras y la liberalización de tributos y echan la culpa de sus problemas al mal gobierno, a la autoridad local o al terrateniente pero no al zar (al que consideran su protector). Durante muchos años se consideró que la única forma de que se produjera una revolución en Rusia era a través la explosión del campesinado, el boom de carácter nihilista y populista, que se oponía tanto al Estado como a la nobleza. Sin embargo, la Pugatchëvchtchina, el desorden general incontrolable, era un movimiento netamente destructivo del que no puede salir una nueva sociedad y que nada tiene que ver con la revolución. El siglo XIX fue un siglo tranquilo para el campesinado ruso pero desde 1903 se inicia de nuevo la agitación y se inician grandes revueltas en las que se confiscan o/y destruyen propiedades de la nobleza, todo ello como consecuencia de la necesidad de tierras, el deterioro del nivel vida a causa de la

2Para ver más información sobre los zemtsvos acudir al apartado "PARTIDOS POLÍTICOS, ORGANIZACIONES Y PERSONALIDADES DE LA REVOLUCIÓN RUSA".

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superpoblación del campo, a causa de la política de Witte, y porque los campesinos se muestran sensibles a la agitación política provocada por los liberales. El capitalismo había entrado lentamente en el campo ruso y se notaba en la mejora de algunos utensilios o de la industria rural e, incluso, en la aparición de una clase media campesina, pero no había modificaciones tales como para poder hablar de una reforma agraria.

Por otro lado, la industrialización rusa se había desarrollado en las últimas décadas de siglo XIX sobre la base de los amplios recursos del subsuelo ruso (carbón, hierro y petróleo), que se localizan en Ucrania, los Urales, el Cáucaso, Donbass. Esta riqueza habían permitido poner en funcionamiento una industria de bienes de equipo y el ferrocarril (Transiberiano3) a base de un capital extranjero (francés, alemán, belga y británico) de alta rentabilidad retributiva dada la amplia oferta de una mano de obra barata. El 85 % del capital en la minería es extranjero; el 50 % en la siderurgia, química y eléctrica; y un 30 % de los textiles; el capital nacional proviene, en su mayor parte, del Estado y sólo una parte mínima de la burguesía. Esta industrialización, que se localiza en los alrededores de San Petersburgo y la costa báltica, fue posible gracias a los excedentes de la exportación de cereales, la emisión de la deuda pública interior y la contratación de empréstitos. Algunos autores señalan que ya antes de 1914, Rusia ya había sufrido una serie de cambios por cuanto había tenido lugar una industrialización acelerada y potente. Sin embargo, no hay que ver en ello síntomas de una profunda transformación socioeconómica, pues Rusia seguía siendo un país retrasado y con una economía rural. Así pues, la primera fase de la revolución industrial en Rusia fue acelerada, deficiente, dependiente y localizada; tuvo en el Estado su protagonista, en la concentración de capitales nacionales y extranjeros su forma de inversión y en el escaso mercado interior uno de sus mayores problemas. Esta industrialización ponía de manifiesto que no podía haber cambios económicos si no había antes cambios políticos.

Por otro lado, nos encontramos un proletariado heterogéneo y bastante inestable pues ni siquiera es urbano ya que mantiene muchos vínculos con el campo. Han salido recientemente del ámbito rural y son campesinos en su comportamiento y sus relaciones sociales. A principios del siglo XX, hay unos 2.000.000 obreros en Rusia (2,2 % de la población) cuya posición laboral no es muy distinta a la que viven otros trabajadores europeos: salarios bajos, escasa sindicalización, diferencias entre obreros cualificados y no cualificados ..., pero tienen unas condiciones de vida más penosas. Hasta 1898 no hay un movimiento reivindicativo obrero y hasta 1903 no aparecen las huelgas, que se irán haciendo más frecuentes y numerosas conforme nos acerquemos a 1905. En principio realizarán demandas sindicales o económicas (todas ilegales, como mejores condiciones de trabajo, mejoras salariales ...) pero pronto pasarán a las políticas (legalización del movimiento sindical, derecho de huelga, etc). En un principio, estarán poco influidos por los SR y los SD y más vinculados a los liberales, a los que se adhieren en 1905 pidiendo libertades, un Asamblea constituyente, sufragio universal ...

La aparición de los partidos políticos es bastante tardía: hasta 1883 no se creará el primer partido político, "Emancipación del Trabajo", dirigido por Plejánov desde Ginebra. Desde un primer momento la fuerza va a estar en manos de los liberales, grupo que controlará la acción política desde la

3 Línea férrea que unía Moscú con Vladivostok (más de 5.000 km. de vía), que permite abrir espacios económicos y la colonización de aquellas zonas por las que discurre el Transiberiano.

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década de los noventa a 1907, formado por individuos de una intelligentsia enraizada (frente a la maximalista) y que cuentan con dos apoyos sociales: la antigua nobleza y miembros de profesiones liberales. El hambre, el nuevo reinado del zar Nicolás II y su negativa a otorgar una Constitución ni una Asamblea representativa así como la política de Witte están en el origen de la movilización de los liberales en los zemstvos y su conversión en un partido de masas que engloba a una parte de la población urbana, una parte de la rural escolarizada y a la nobleza. En crean la Unión de liberación (radical, antecedente del KD), que al llegar 1905 reivindica en su programa la constitución de una Asamblea Constituyente, la alianza de los partido revolucionarios en pro de derrocar a la autocracia y la aplicación de amplias reformas sociales (seguridad social para los obreros, reforma agraria y compensaciones para la nobleza). Hay otros partidos de tendencia socialista: en 1895 se funda por Lenin la "Unión de Lucha para la Liberación de la Clase Obrera", en San Petersburgo; tres años después, aparece el "Partido Socialdemócrata Ruso", en Minsk, que desde 1904 se va a dividir en dos grupos, bolcheviques y mencheviques4. Los dirigentes de estas organizaciones forman parte de la intelligentsia, de la élite intelectual, y realizarán una serie de demandas al gobierno que van desde las reformas (liberales y moderados) a la revolución (socialdemocratas de izquierdas y socialrevolucionarios).

Por último, me gustaría hacer mención al grupo de los estudiantes, formado por universitarios y alumnos de grado medio, herederos de la intelligentsia (algunos son herederos de la tradición terrorista), que desde los años noventa constituyen un grupo numeroso y hostil al régimen.

LA REVOLUCIÓN DE 1905Sin duda alguna, la revolución de 1917 tiene un claro antecedente en la revolución de 1905. Los

detonantes que provocan el estallido son similares a los que preceden a la de 1917: por un lado, la crisis económica de 1901-1904, cíclica y de carácter internacional, a la que una Rusia embrionaria no puede hacer frente y que se viene a sumar al hundimiento del Transiberiano y las malas cosechas de 1900 y 1901; a corto plazo, el detonante es la guerra ruso-japonesa (1904-1905) y las derrotas rusas en la misma, que demuestran la incompetencia e incapacidad del régimen. Es una revolución predominantemente obrera, cuyos protagonistas van a ser los liberales, los socialrevolucionarios (SR) en el campo y un poco en las ciudades y los marxistas independientes, y en un segundo plano los socialdemócratas (SD), que pedirán el establecimiento de una Asamblea constituyente y la formación de un nuevo Estado. Habría que citar unos precedentes de esta insurrección como serían la agitación de los liberales (1900-1903), la estudiantil (1901), la del campesinado (1902) y las huelgas obreras (1903).

A finales de 1904, ante la debilidad del gobierno, los liberales exigen de éste el establecimiento de una Asamblea. Los obreros se unen al movimiento y el 22 de enero ("Domingo Sangriento") en San Petersburgo, alrededor de 100.000 ciudadanos, acaudillados por el pope Gapón y con el apoyo de los liberales, se lanzan a las calles y marchan hacia el Palacio de Invierno, residencia del zar, para pedir reformas constitucionales. Sin embargo, la jornada se convirtió en una cruenta masacre al ser fuertemente reprimida por las autoridades. La represión no motivó sino la expansión a otras zonas del

4 Bocheviques viene de la palabra rusa bolshinstvo que significa 'mayoría' y mencheviques viene de la palabra menshinstvo, que significa 'minoría'.

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conflicto y a partir de entonces, y en los días sucesivos, se producirán huelgas sucesivas de estudiantes, ferroviarios, tipógrafos, panaderos ..., y motines y levantamientos parciales en las fuerzas armadas hasta que se llega a la huelga general del 10 de octubre, que forzó al gobierno a ceder y hacer algunas promesas (Asamblea, Constitución, sufragio, libertades). Son los liberales los que organizan las actuaciones de las masas mientras que los socialistas, por su parte, sólo se habían unido al movimiento pero no lo dirigían ni imponían su consignas. Las promesas del gobierno marcan dos fases dentro de la revolución: hasta finales de octubre, hay una tácita alianza entre burguesía liberal y el movimiento obrero; a partir de entonces, como consecuencia de la derrota definitiva de Rusia en la guerra ruso-japonesa y tras la promesa del gobierno de convocar una Asamblea y una Constitución (Manifiesto de Octubre) que sólo aceptan los liberales moderados, el movimiento se radicaliza y el proletariado queda sólo alrededor de los Soviets5, adquiriendo una mayor importancia los elementos de la burguesía radical. El punto inicial de esta nueva fase son, a fines de octubre, los motines de marineros del Kronstadt (acorazado Potiomkin) y, en el mes siguiente, los motines del ejército. Sin embargo, desde mediados de noviembre las huelgas se paralizarán, el Soviet de San Petersburgo será disuelto (22 de noviembre) y a principios de enero de 1906 el movimiento insurreccional habrá concluido. El fracaso de la tentativa se debe, sin duda, a que el ejército se mantuvo al margen y a que el régimen imperial no llegó a perder el control.

En el campo también se vivió con intensidad en movimiento. Trostki distingue cuatro tipos de acciones distintas en el campo: ocupación de tierras pertenecientes a grandes propietarios; secuestro de granos y ganado para paliar el hambre; huelgas y boicots; la negativa a la recluta y el impago de impuestos y deudas. No se llegó al boom pues sólo se trató de una campaña amenazadora para obligarles a huir y para lograr un reparto de tierras, que debía ser aprobado por la futura Asamblea a través de la reforma agraria. El movimiento campesino no tuvo nada que ver con el socialismo, ni con la lucha de clases en el campo, sino que más bien se basaba en un sentimiento solidario contra la nobleza y las gentes de la ciudad.

La represión por parte de las autoridades fue muy dura y como consecuencia de ella el movimiento obrero quedará seriamente tocado aunque seguirá actuando en los años siguientes gracias a la legalización de sindicatos (1906). Además, se amplió la libertad de prensa, aunque sigue habiendo censura, y se convocó una Duma o Parlamento para abril de 1906. La figura del zar quedó deteriorada tras 1905 y comienzará a caer la figura del "Padre Zar". El análisis bolchevique revela que la revolución fracasó como consecuencia de la retirada de la burguesía, el papel ambiguo del ejército, la actitud pasiva del campesinado y la ausencia de unidad de acción en un movimiento común. Ante la incapacidad de la burguesía para llevar a cabo una revolución, el proletariado deberá transformar la revolución burguesa en socialista, para cuyo triunfo era imprescindible la alianza entre éste y el campesinado. La revolución de 1905 habría que enmarcarla en un movimiento más amplio: de 1903 a 1907 se daría una revolución liberal que fracasa porque no se producen reformas serias y no cae la autocracia y porque las medidas otorgadas fueron consideradas por los sectores liberales y revolucionarios como insuficientes, y de esta insuficiencia derivan las crisis que se desarrollan desde 1906 a 1914.

5 Los soviets son consejos que se establecen desde octubre de 1905 y serán centrales en la organización revolucionaria.

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LAS CRISIS DE 1906 A 1914Entre 1906 y 1914, la situación política se presenta clara: son años de frustración parlamentaria,

de debilitamiento de la figura del zar y de auge de las camarillas palatinas. Desde finales de 1905 hasta abril de 1906 el ministerio de Witte se prepara para dar marcha atrás a todas las concesiones revolucionarias. Sin embargo, el soberano no supo darse cuenta de la valía política de Witte y cuando Nicolás se siente protegido gracias a las reformas de aquél, le retira la confianza. Era patente la oposición del zar a cualquier reforma a pesar de lo prometido y las Dumas se convirtieron en asambleas títeres del gobierno: la primera Duma de 1906 fue disuelta a los pocos meses (julio); lo mismo le ocurrió a la segunda de 1907, dado que los KD son ahora mucho más débiles; la tercera, conservadora, no cuestiona la autocracia y acabará su mandato. A Witte le sucede Stolypin (julio de 1906-1911) que intenta acabar definitivamente con los desórdenes e introducir la reforma agraria (noviembre de 1906 y junio de 1910): con ella, pretende la estabilidad política en el campo, ampliar el número de propietarios y una mayor racionalización de la economía agraria que favorezca el crecimiento industrial y que permita consolidar el mercado nacional. Sin embargo, las medidas tomadas fueron un fracaso puesto que favorecieron a los campesinos acomodados (kulaki) a quienes fueron a parar las tierras de muchos pequeños campesinos, con lo que se aceleró el proceso de concentración y proletarización del campesinado ruso. Stolypin, en general, llevará a cabo una práctica política contradictoria, a la vez de concesión y represión, ya que querrá potenciar la industrialización, a costa del sacrificio del campesinado, pero al mismo tiempo querrá mejorar las condiciones de vida del campesinado; legalizará los sindicatos obreros pero al mismo tiempo los perseguirá, como a los partidos políticos, para evitar desórdenes.

La crisis ministerial de 1911, que tiene en su origen un intento de acabar con las escasas reformas "constitucionales" que aún quedaban pie, tuvo como consecuencias la pérdida de confianza de los liberales conservadores en la autocracia y en el Primer Ministro y la pérdida de confianza de Nicolás en Stolypin. Así en el periodo que va de 1905 a 1914 nos encontramos con el fracaso tanto de la actividad liberal en Rusia como de la solución prusiana de las reformas desde arriba, así que sólo quedan las opciones más radicales. Los liberales han estado en el poder aun sin ejercerlo y han estado lo suficiente como para desprestigiarse y no conseguir cambios. Desde 1912 la clase obrera se radicalizará, abandonará a los liberales y se orientará hacia los SR y SD, lo que explica en buena medida el fracaso de las posiciones moderadas en la revolución de 1917. Desde ese mismo año aumentan las huelgas y tensiones entre los proletarios y los campesinos, que se verán incrementadas por la guerra. Así, pues, llegamos a 1914: el imperio vive todavía una autocracia con nula vocación reformista e integradora del Estado; el yugo de una nobleza dominante, aunque en declive, centrada en torno a los zemtsvos; el de la burguesía capitalista ansiosa de ganancias, que permanece adicta al Estado para optar a concesiones o empresas exteriores (Persia, Balcanes ...); sólo la intelligentsia puede incorporarse al ejercicio de poder a través de Dumas, que estaban totalmente controlados por la burocracia zarista. Campesinos y obreros siguen estando oprimidos por todos los grupos. El régimen se mantendrá sobre únicamente cuatro pilares: la policía, que intenta evitar cualquier conato de agitación social, la Iglesia ortodoxa, que tiene

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mucho poder en el medio rural, la burocracia estatal y el ejército. En 1914, los problemas siguen sin resolverse y justo en ese momento comienza la Primera Guerra Mundial. El gobierno se cierra en sí mismo y la camarilla de palacio, en un mundo de intrigas y complots, en medio de la inoperancia general del sistema.

LA PRIMERA GUERRA MUNDIALLa Primera Guerra Mundial puso de manifiesto que Rusia había dejado de ser la gran potencia

militar del siglo XIX. Como aliada de Francia y Gran Bretaña, jugó un papel determinante que favoreció el que el Estado francés no cayera en manos de los alemanes; sin embargo, el coste que tuvo que pagar por las acciones bélicas fue muy elevado. Tras la victoria de Gumbinnen y las derrotas en Tannenberg (31 de agosto de 1914) y en los Lagos Masurianos, los ejércitos rusos no levantarán cabeza durante la contienda. Las noticias del frente son desoladoras: derrotas y bajas y más bajas, por lo que no tardará mucho en surgir rebeliones y multiplicarse las protestas, tanto en el frente como en la retaguardia, ante tan penosa situación. La mayor parte de la población se pone en contra de la guerra y del gobierno zarista, sobre todo el campesinado, quién más sufre la guerra, pues de aquí salen soldados, alimentos y materias primas para abastecer a la población y al frente. La burguesía no se muestra contraria a la guerra pero si es contraria a la guerra mal hecha por la burocracia dominante. Por otro lado aparecen algunos individuos que se manifiestan a favor de la guerra pero como fórmula catalizadora de la acción revolucionaria: en este sentido destacan Lenin (en el exilio) y Trostki, que ponen de manifiesto que la guerra debe usarse como catalizador para hacer estallar la revolución, no sólo en Rusia, sino en toda Europa. Ante un gobierno que ha perdido toda su credibilidad, las masas necesitan un partido que las lleve a su destino, que no es otro que el socialismo (Lenin).

Con el inicio de la guerra, y con la excusa patriotista y de la urgencia nacional, el zar disuelve la Duma para volver a un régimen de autoridad y dureza. El propio Nicolás II asume el mando de supremo de las fuerzas armadas justo cuando sobreviene la derrota nacional, lo que ponía a la monarquía en jaque. Los liberales quedan paralizados por el temor a las masas y se entra en un momento de impasse, pues la agitación obrera se reduce como consecuencia de la aparición del sentimiento nacionalista y de la acción represiva del gobierno (como sucede en Europa, donde se deshace la IIª Internacional). Desde 1915, el país va a vivir una situación de crisis generalizada: se vive la disminución de la producción agrícola y una crisis de abastecimiento; se desorganiza la producción industrial como consecuencia del bloqueo al que es sometida Rusia y la falta de control estatal fuera de la industria militar; además hay que citar el aumento de los gastos militares, la progresiva devaluación del rublo, el alza de precios (inflación) ... Todo ello degenera en el caos de 1916-1917, momento en el que se incrementan las levas, el acaparamiento de cereales y el atesoramiento del papel moneda produce escasez y hambre y se elevan los precios incluso en un 600 % con relación al índice de preguerra. El régimen imperial es incapaz de solucionar la crisis. Desde inicios de 1917 se producen huelgas y alteraciones en las fábricas y el hambre lanzará a la calle a la población de Petrogrado en manifestaciones que están en el origen de la revolución de febrero.

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PARTIDOS POLÍTICOS, ORGANIZACIONES Y PERSONALIDADES DE LA REVOLUCIÓN RUSA

Son muy numerosos los grupos políticos, personalidades y organizaciones que confluyen en la revolución por lo que sería necesario, antes de comenzar la explicación, hacer una clasificación sucinta de los mismos para ir conociendo los partidos y organizaciones protagonistas del movimiento.

Los partidos o tendencias políticas más importantes serían:• monárquicos : antes poderosos, ahora van a trabajar en la sombra o bien se van a unir a los kadetes.

Hay diversos grupos: octubristas (Gutchkov), de extrema derecha (Purichkevitch, Shulgin).• kadetes (KD) : liberales reformistas que forman el Partido Demócrata Constitucional. Formaron en

1917 el primer gobierno provisional tras el estallido revolucionario. A medida que ésta avanzó tomaron posiciones más conservadoras casi monárquicas (Miliukov, Nekrasov, Konovalov, Vinaver, Chastki).

• trudovikes (Partido del Trabajo): numéricamente débil, el partido se compone de intelectuales, jefes de sociedades cooperativas y campesinos conservadores. Defendían los intereses de la pequeña burguesía y eran nacionalistas (Kerenski, Alex, Piechejonov).

• socialdemócratas, SD (Partido Socialdemócrata Ruso): Desde 1903 están divididos en: - mencheviques, socialistas marxistas que creen en una evolución hacia el socialismo. Podían ser nacionalistas (Dan, Lieber, Tseretelli) o internacionalistas, que se oponen a la dictadura del proletariado pero se acercan a los bolcheviques (Martov, Sujanov, Martinov y Trotski, hasta julio de 1917).- bolcheviques, en minoría desde 1905, conforman el Partido Comunista. Preconizan la revolución y la puesta en marcha del socialismo. Representan a los obreros, soldados y a una mínima parte de los campesinos (Lenin, Stalin, Trostki, Zinoviev, Kámenev).- internacionalistas unificados: grupo de intelectuales, con apoyo obrero y con un programa muy similar al de mencheviques internacionalistas (Gorki, Avilov, Kramanov).- iedinstvo: muy reducido, patriota, formado por Plejánov y sus seguidores, se hundió en octubre.

• socialrevolucionarios, SR (Partido Socialrevolucionario Ruso): Tiene su origen en los populistas y terroristas (intelligentsia maximalista). No es marxista y creció mucho tras la revolución de febrero. Se escindió en tres grupos:- SR de izquierda: compartían con los bolcheviques el programa de la dictadura del proletariado. Fue el gran partido campesino (María Spiridonova, Kamkov, Karelin).- centro-internacionalista (Chernov).- SR de derecha: actuaron de forma similar a los mencheviques y colaboraron con ellos en el gobierno. Representaban a intelectuales, campesinos acomodados y poblaciones sin educación política (Avxentiev, Gotz, Kerenski, Brechkovkaia).- maximalistas: socialistas a ultranza, resultaron ser sólo un grupo reducido de campesinos anarquistas.

• anarquistas : internacionalistas (Volin, Makhno) o patriota-defensivos (Kropotkin).

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Los SD, SR y trudovikes participan en las elecciones de los soviets y de la asamblea constituyente; kadetes y monárquicos sólo participan en la asamblea.

Entre las organizaciones debemos destacar:• Batallones de la Muerte : organizados por Kerenski durante el verano de 1917, tenían como misión

reforzar la disciplina y el ardor combativo del ejército.• comités del ejército : se forman en el frente para combatir a los reaccionarios. El hundimiento del

organismo militar dejó a éstos el mando de las tropas. También poseía una versión de comités la flota.

• comités de fábrica : organizados espontáneamente por los obreros, tienen la misión de apoderarse de las fábricas por la acción revolucionaria y asegurar su funcionamiento.

• cooperativas : campesinas y obreras, fueron fundadas por liberales y socialistas moderados. Tras la revolución de febrero se desarrollan bajo la influencia de socialistas populares, mencheviques y SR más conservadores.

• dumas (parlamentos): persisten hasta septiembre de 1917. Hay también dumas municipales.• Guardias blancas : voluntarios burgueses o antibolcheviques que aparecen en las últimas fases de la

revolución para defender la propiedad privada frente a los bolcheviques, sobre todo durante la guerra civil. Son la base de los posteriores Ejércitos Blancos y contrarrevolucionarios.

• Guardias rojas : obreros en armas. Aparecerán en 1905 y desde febrero en momentos de crisis, armadas, por las calles. De ellas, junto con el ejército, saldrá el Ejército Rojo.

• sindicatos : agrupan a obreros de una misma fábrica no de un oficio. En octubre contaban con 3 o 4 millones de miembros y hasta entonces estarán representados en los soviets. Destaca, por su importancia, el Comité Central del Sindicato de Ferroviarios (Vikjel).

• soviets (consejos): son asambleas obreras, campesinas o de soldados, que eligen a los representantes de los partidos políticos. Hay soviets de ciudad, regionales, provinciales; tras la revolución de febrero los soviets de soldados y obreros se unieron y tras la de octubre, harán lo propio los campesinos. Los obreros y de soldados poseían un comité central ejecutivo denominado TSIK.

• zemstvos : organizaciones sociopolíticas creadas en 1864 por Alejandro II sobre la base de distritos locales, con poderes limitados y dirigidas por intelectuales liberales propietarios. Su función era la educación de los campesinos y la mejora de su condición social; el abastecimiento del ejército. Tras la revolución de febrero se democratizaron pero no pudieron mantenerse al lado de los soviets.

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LAS REVOLUCIONES DE 1917

LA REVOLUCIÓN DE FEBREROA finales de febrero de 1917 (marzo en el calendario occidental)6 va a estallar en Rusia la

revolución más violenta de todos los tiempos, según nos dice Marc Ferro, y tal va a ser el cariz que tome la misma que incluso algunos bolcheviques, uno de los sectores más radicales, harán llamamientos a la calma. El gran artífice de la revolución va a ser el pueblo que, movido por el hambre y las dificultades socioeconómicas, se lanza a la calle en manifestaciones pidiendo "paz y pan" y "abajo la autocracia". El 23 de febrero cientos de mujeres se echan a las calles de San Pertersburgo como consecuencia del hambre, a las que se unen los obreros en paro. A partir de entonces, se multiplican las protestas, a las que el zar apenas da importancia, y se suceden una serie de huelgas que desembocan en una huelga general el día 25, duramente reprimida por las autoridades, con víctimas entre la población, a pesar de que los soldados se muestran reacios a disparar; son los oficiales los que ejecutan las órdenes. Dos días después se van a unir al movimiento los soldados, tras haber detenido a sus oficiales en la noche del 26 al 27, lo que va a garantizar la progresión de la revolución.

En estos días, en el domicilio de Kerenski se reúnen militares de todas las tendencias para comentar los acontecimientos y discutir qué hacer. El día 27 (12 de marzo), Kerenski y otros se van a unir a la manifestación que se dirige a la Duma, portando banderas rojas y cantando la Marsellesa, dotará de un primigenia organización al movimiento y mandará detener a los ministros, ocupar y controlar Correos, la centralita telefónica, estaciones y otros centros oficiales. Paralelamente, un grupo de manifestantes, dirigido por mencheviques, SR y algunos miembros sindicales y de cooperativas tomarán la iniciativa de formar un Soviet, propuesta a la que no se unen los bolcheviques, grupo minoritario que ansiaban formar un gobierno revolucionario pero al que no le queda más remedio que sumarse a la iniciativa. Ese mismo día 27, a través del diario Izvetsia, el Soviet hace un llamamiento a todas las Rusias que proclama el inicio de la revolución. El estallido espontáneo de las masas sorprende a las autoridades zaristas pero también a los partidos revolucionarios que no saben como actuar. Y es que el éxito de la revolución fue tan inesperado como su estallido, pero no nos debe sorprender que ante el vacío de poder creado por el gobierno zarista, los socialistas moderados tomen el poder.

Desde un primer momento, se va a establecer un doble poder paralelo: el gobierno provisional, apoyado por los socialistas moderados y presidido por Rodzianko y después por Lvov, con poder pero sin autoridad, que poco a poco va a perder la confianza de la población; y el Soviet, con autoridad pero sin poder, que va a ser el centro popular por excelencia. Dentro del Soviet se van a manifestar, desde casi un primer momento, las discusiones entre las distintas corrientes del movimiento. Los mencheviques y social revolucionarios creían que la revolución que había estallado era burguesa y que había que dejar a la Duma actuar; una mayoría rechazaba este punto de vista y preconizaba una revolución socialista así como el apoyo al gobierno en la medida en que este fuera democrático (SR de izquierda); la extrema izquierda, bolcheviques y anarquistas, pensaban que el poder tenía que tomarlo las 6 El cómputo de los días en la Rusia imperial llevaba un retraso de tiempo de 12 ó 13 días con respecto a nuestro calendario occidental. Emplearé, como hacen la mayor parte de las fuentes consultadas, el calendario ortodoxo pero entre paréntesis insertaré el día y mes correspondiente en el calendario romano de aquellas fechas que resultan más importantes.

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masas. Se impuso la segunda fórmula al tiempo que se propuso un programa, donde se recogía la constitución de una Asamblea constituyente, amnistía, un régimen de libertades ..., al Gobierno provisional del príncipe Lvov (aunque el hombre fuerte del mismo el kadete Miliukov, encargado de los asuntos exteriores), que decide tomar tres decisiones: convocar una Asamblea constituyente, sin fecha, conceder una amnistía y continuar la guerra.

El antiguo gobierno se había evaporado, las tropas se habían puesto del lado de la insurrección y la ciudad estaba en manos de la revolución. El zar Nicolás, tras enterarse de los sucesos, ordenó al general Ivanov que pusiera fin a los disturbios de la capital pero no pudo hacer nada ya que sus tropas se pusieron del lado revolucionario. El zar, que permanecía en Pskov, abandonado por todos, no tuvo más remedio que abdicar en el gran duque Miguel (15 de marzo/ 28 de marzo), quien renuncia al trono a la expectativa de lo que decida la Asamblea constituyente7. El Imperio se deshace completamente. La caída del zarismo motivó que los ciudadanos enviaran al Gobierno provisional y al Soviet de Petrogrado miles de peticiones, auténticos "cuadernos de quejas", proponiendo planes de gobierno y aspiraciones que se pretendía fueran colmadas. Los obreros pedían jornadas de ocho horas, mejoras sanitarias, seguridad laboral, formación de comités de fábrica, aumento de salarios; los campesinos demandaban repartos tierras, el fin de la autocracia a todos los niveles y paz; los soldados querían paz, el control del ejército, acabar con la disciplina inhumana, elección de oficiales por soldados; los pueblos alógenos piden la autonomía o la instalación de un régimen federal; en general, predominan las solicitudes son de tipo socioeconómico siendo las políticas más escasas pero, sobre todo, se pide la paz. Sin embargo, el gobierno burgués que se había instalado no parecía estar en condiciones de atender estas reivindicaciones, que iban más allá del programa bolchevique (el más radical) en estos momentos hostil al reparto de tierras, la gestión de fábricas por los obreros y la elección de oficiales por los soldados, y mucho más todavía del resto de partidos. Algunas de estas medidas se estaban llevando a cabo por campesinos (repartos) y obreros (jornada de ocho horas) sin intervención del gobierno, que argüía que era demasiado pronto para dar satisfacción a todas las peticiones porque la crisis económica y el estado de guerra lo impedían. De ahí que, ante tal inactividad, la población empezase a ver al Gobierno provisional y a los socialistas moderados, como continuadores de un orden social que se pretendía suprimir. Hostiles a esa política de conciliación y espera, las masas, coordinadas por comités y soviets independientes, se pusieron en movimiento: ocuparon fábricas y confiscaron tierras, llevando a cabo una auténtica revolución social, que se completaría en los meses siguientes.

LAS CRISIS HASTA OCTUBRE

7 La familia real fue hecha prisionera en el palacio de Tsarkoie-Selo, donde reside con aparente normalidad, incluso con su servicio. Los intentos del zar por marchar a Inglaterra no van a dar sus frutos y la calma que disfrutan va a durar poco. En agosto, el Gobierno provisional decide trasladar a la familia a Tobolsk para garantizar su seguridad. Tras el estallido de octubre y la guerra civil, los bolcheviques les trasladan a Ekaterinburgo, donde conviven con sus carceleros y sin comodidades. Ante el peligro "blanco", el comisario encargado de custodiarles recibe órdenes precisas. La noche del 16-17 de julio de 1918, la familia zarista recibe órdenes de bajar a la bodega para ponerse a salvo de un tiroteo callejero; allí son asesinados. Después sus cuerpos son quemados y arrojados a una mina cercana. No sobrevivió ningún miembro de la familia.

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La prosecución de la guerra se va a convertir en lo único que permitirá al Gobierno provisional seguir adelante: por un lado, frena los impulsos revolucionarios radicales ya que se enviaba al frente a aquellos elementos indisciplinados; por otro, permite mantener las estructuras del ejército y, sobre todo, mantener la confianza de los aliados. Pero la opinión generalizada no era favorable a la contienda: en los soviets se consideraba necesaria la paz pero había discusiones sobre cómo debía ser esa paz. La situación era muy compleja y de difícil solución conciliadora puesto que firmar una paz separada parecía una vergüenza para unos y un error para otros, mientras que otros sectores creían necesaria la paz a toda costa, sin anexiones ni contribuciones (p. e. los bolcheviques). A los ojos de los trabajadores y de los soldados, los ministros socialistas se tornaban en ministros burgueses como los zaristas ante la política similar que habían tomado de no concesiones. El descontento era generalizado: huelgas, motines, levanatmientos, actos de desobediencia colectiva ... Todo ello agradaba a los contrarrevolucionaros por el giro que estaban tomando los acontecimientos. Los incidentes del Konstadt y Villa Durnovo motivaron una violenta campaña de prensa en la que se criticó duramente a los sectores más radicales, bolcheviques y anarquistas, que se pensaba estaban detrás de ellos. El anuncio de una nueva ofensiva militar, que significaba enviar más hombres al frente, tras la campaña de Kerenski, ministro de la guerra, en favor de reanudar las operaciones militares activas, alzó las protestas de la opinión pública, máxime ante la pérdida de Riga, la amenaza alemana sobre San Petersburgo y el fracaso final de la ofensiva lanzada. Todo ello determinó que cada vez se viera como más necesario un cambio de gobierno para conseguir la paz y las reformas.

De febrero a octubre se van a producir una serie de crisis políticas que tienen relación con las jornadas populares de los meses de abril, julio, agosto y octubre, y que tienen en su origen la incapacidad del Gobierno provisional y como catalizador la guerra. A esto habría que añadir el conflicto entre los partidos políticos burgueses (kadetes, monárquicos) y demócratas (moderados y radicales). Las posturas entre unos y otros partidos diferían de raíz: los kadetes defendían que con la caída del zarismo la revolución había sido completada y que ahora sólo quedaba ganar la guerra y desarrollar un régimen liberal, una república democrática; en el otro extermo, los bolcheviques afirmaban que en febrero la revolución no había hecho sino comenzar y que era el punto de partida en el camino al socialismo que daría satisfacción a las peticiones del pueblo. El 3 abril (16) llega a San Petersburgo Vladimir Ilich Ulianov, Lenin, líder del partido bolchevique, que aglutinará las distintas tendencias internas, atrayéndose a su campo personalidades tan contrarias como Kámenev o Stalin, y que, apoyándose en el descontento popular, reconfigurará el partido y dotará de un nuevo impulso a la revolución bajo la doctrina de las "Tesis de Abril" (vid. infra). En una postura intermedia, encontramos a los mencheviques y SR, que desde el Soviet de Petrogrado desempeñan un papel de contrapoder frente al Gobierno provisional, donde también participan con Tseretelli (menchevique) y Tchernov (SR). Desde abril se muestran contrarios a la guerra aunque no con una postura definida sobre la paz. Es interesante destacar la postura de Alexandr Kerenski, que es también la que sostiene el Gobierno provisional, que defiende la guerra defensiva, el control económico estatal y el socialismo democrático. Pero ni él ni el Gobierno pueden controlar el flujo ni el contraflujo: ni la revolución ni la contrarrevolución militar.

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La crisis de abril viene dada por la difusión de la nota de Miliukov sobre los objetivos de la guerra. Los bolcheviques y anarquistas organizan una protesta en la que se repiten las consignas de Lenin en sus "Tesis de Abril": todo el poder para los soviets, abajo la política de agresión y abajo el Gobierno provisional. Los moderados (mencheviques y SR) negociaron la partida de Miliukov, que abandonó su cargo, y entraron a formar parte del gobierno pero no cambiaron las cosas: la guerra continuó e, incluso, Kerenski anunció una nueva ofensiva sobre Galitzia, a la que se opuso la mayor parte de la población y que motivó la sublevación de las tropas que debían marchar al frente desde San Petersburgo. Los soldados ya no se dirigieron al Gobierno provisional sino al Soviet, pues aquel ya había dejado de tener autoridad para ellos. La experiencia sirvió para reforzar al partido bolchevique que, si bien en febrero no había tenido la fuerza suficiente como para atraerse a las masas y hacerse con el poder, lo que permitió que tampoco se desgastara como otros sectores en el poder, ahora, con su líder a la cabeza, van a organizarse y denunciar la política de colaboración del Soviet con el gobierno, todo con el fin de ganar adeptos entre aquellos que, desilusionados o contrariados, rechazaban el Gobierno provisional. Sus criterios se impusieron sin ser mayoría y Lenin llega a preconizar, en estos momentos, la ruptura con el Soviet y la necesidad de una insurrección armada. No obstante, era todavía muy pronto para llevar a cabo una nueva revolución y de ahí que se llamara a la calma.

En el mes de julio, se va a producir en Petrogrado una insurrección popular que tiene en su origen el fracaso de la ofensiva sobre Galitzia. Las noticias que llegan del frente originan tumultuosas manifestaciones el día 2 (15), durante las cuales los bolcheviques llaman a la calma, y que estallan en un auténtico motín dos días después. Una multitud de soldados aparece escandalizada tras tener conocimiento de un informe del ministro de justicia que acusaba a los bolcheviques de haber mantenido contactos con los alemanes, de haber percibido dinero alemán y de que existían pruebas de que Lenin estaba organizando una insurrección coordinada con una contraofensiva del Káiser en el frente SO. La veracidad o no de estas acusaciones han dado mucho que hablar. Lo cierto, es que pudo haber ayudas alemanas al partido bolchevique para lograr, tras el triunfo del mismo, que Rusia firmase la paz pero no podemos dejar de pensar en la mala fe del ministro Perevertsev. La información desacreditó al partido de Lenin entre la opinión pública; aunque lo que cambió el rumbo de las cosas fue la marcha de las unidades del frente sobre la capital en apoyo del Soviet para acabar con traidores y perturbadores. Kerenski mandó poner fin a las manifestaciones y detener y juzgar a los líderes de las mismas (Lenin, que consigue huir, Zinoviev, Kámenev, Lunatcharki ...). Los obreros se sintieron indignados al descubrir que el gobierno y el Soviet les trataba de traidores. Detrás de todo parecía dislumbrarse un nombre, el del general zarista Kornilov, pese a que los moderados hicieron caer la responsabilidad de todo lo ocurrido a los bolcheviques, convertidos desde ese momento en blanco de todos los ataques.

El día 4 de julio el gabinete en pleno presentó la dimisión y, a finales de mes, el 27 (9 de agosto), Kerenski sustituye a Lvov como Primer Ministro. Kerenski, a pesar de sus fracasos políticos, se encontraba intacto como autoridad, era un personaje elocuente y no había caído en el antibolchevismo. Su postura política se encontraba a medio camino entre los partidos burgueses y los demócratas socialistas puesto que buscaba una república parlamentaria que cuidase el orden y el bien público. Ahora bien, su mandato va a ser desde un principio muy complicado: pronto se pone de manifiesto que el

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Gobierno provisional está sólo, que los soviets son los únicos que poseen un apoyo popular y que una vez solventado el peligro de la revolución por la izquierda iba a venir el de la contrarrevolución por la derecha.

En agosto, con los bolcheviques en la clandestinidad, la derecha y los militares manifestaron su impaciencia porque los desórdenes debían cesar. Kornilov, jefe de los ejércitos rusos, y Savinkov, ministro de guerra, pretendían instaurar una república patriótica con unos presupuestos de militarización muy similares a los va a definir el fascismo italiano: reacción de defensa contra la revolución social, papel del gran capital, apoyo en el ejército y en la Iglesia, culto al jefe, uso de la violencia, subversión del Estado, antisemitismo ... Kornilov pensaba usar a Kerenski para llevar a cabo sus pretensiones que pasaban por restringir las libertades dadas por la revolución, instaurar la pena de muerte, suprimir los comisarios del Ejército y los comités de regimiento, disolver los agrarios, militarizar todo tipo de trabajo8 ... El general, que contaba con el apoyo de los kadetes, de la derecha y de los embajadores occidentales, lanza el 25 de agosto (7 de septiembre) un ultimátum sobre Petrogrado, proclama la ley marcial y exige la formación de un gobierno bajo su dirección. La población se subleva, todos los sectores que están a favor de la revolución se unen y los soldados se muestran contrarios a apoyar a Kornilov, en buena medida porque entre sus filas la propaganda revolucionaria ha hecho mella. Kerenski, consciente del peligro que representaban la amenaza del general para el nuevo régimen y conociendo la marcha de sus tropas sobre la capital, lo destituye como generalísimo de los ejércitos (día 27 agosto) y ordena que sea detenido y encarcelado. La intentona de Kornilov fracasó porque el primer ministro supo reaccionar a tiempo, pero los militares quedaban ahora desacreditados por lo que el gobierno no podían disponer ahora de fuerzas con las que combatir a los bolcheviques. Ahora se planteaban nuevas discusiones pues ya no había como tal autoridades civiles y la sociedad del Antiguo Régimen se descomponía sin remedio en las distintas nacionalidades, en el campo y en las ciudades.

LAS NACIONALIDADES, EL CAMPO Y LAS CIUDADES En las distintas nacionalidades que componían el Imperio ruso, el estallido revolucionario

sirvió para que manifestaran diferentes actitudes en relación al gobierno de Petrogrado:• aceptar el marco de emancipación impuesto por los revolucionarios ruso (Ucrania, Letonia).• rehusar admitir la soberanía de la Asamblea constituyente rusa (Finlandia, Lituania, Georgia).• no aceptar el diálogo con los representantes de la revolución a menos que se tomasen ciertas

posiciones políticas, bien internacionalistas (Ucrania, Letonia) o bien contrarrevolucionarias (cosacos).

• ignorar un gobierno que ignora a las nacionalidades y llevar a cabo una política separatista (Turkestán).

• armenios, judíos, griegos de Crimea y algunos SD y SR de otras nacionalidades manifestaron su adhesión al nuevo régimen.

8 En cierto sentido, algunos de los postulados de Kornilov, como la militarización del trabajo, serán puestos en práctica con el comunismo de guerra y, posteriormente, con Stalin en el poder tomarán vigencia de nuevo (violencia, culto al jefe, antisemitismo, pene de muerte, militarización del trabajo) lo que demuestra que el totalitarismo estalinista se acerca a otros fascistas, dictatoriales o de extrema derecha.

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Sin embargo, todos pretendían conseguir una autonomía interna, nacional, cultural, extraterritorial (judíos) o la constitución de una federación de repúblicas con algunas atribuciones de autonomía, el derecho de autodeterminación, el derecho lingüístico y la constitución de unidades militares separadas. Desde febrero a octubre se va a extender el movimiento de las nacionalidades, incluso hasta puntos en los que los revolucionarios no imaginaban ser susceptibles de tener una personalidad colectiva (bielorrusos, moldavos, los marí ...).

La actitud de los socialistas moderados, ahora en el poder, ante las reivindicaciones de las nacionalidades fue tan intransigente como la mostrada con obreros, campesinos y soldados rusos, actuando como anteriormente lo habían hecho las autoridades zaristas. No tuvieron en cuenta el derecho de las nacionalidades al retomar el planteamiento universal de las grandes revoluciones de 1789, 1848 y 1905, donde no había diferenciación nacional y de ahí, que no distinguiesen entre rusos y no rusos. Muchos confiaron que con la llegada de los bolcheviques al poder obtendrían la emancipación puesto que Lenin había declarado que una de las primeras actuaciones sería reconocer el derecho de los pueblos a la autodeterminación y, por ello, se les apoyo en algunas regiones.

En el campo, la mayor parte de los pequeños agricultores se dedicaron a la expropiación de tierras, pues el Gobierno provisional no sólo no había hecho caso a sus demandas sino que además autorizó que Kornilov usase a los cosacos para que vigilase la aplicación de un prikaz que devolvía las tierras sustraídas a sus antiguos propietarios. Se produjeron numerosos levantamientos campesinos que originaron incidentes graves (asesinatos, quema de propiedades ...) cuya superestructura ideológica no hay que buscarla en el bolchevismo, el marxismo o en la Revolución francesa sino en la anteriormente citada Pugatchëvchtchina, el desorden general, nihilista y destructor, incapaz de generar una nueva sociedad. De este modo, cuando en octubre se pronuncie el decreto sobre la distribución de tierras por el nuevo gobierno bolchevique, no se estará sino legitimando una situación que ya se estaba dado desde los inicios del movimiento.

En las ciudades la revolución se vivió de forma más intensa que en el campo y vino a paralizar la producción fabril por cuanto las huelgas, el desorden, los mítines y la formación de comités motivaban retrasos en el proceso productivo. A pesar de todo, los patronos no tomaron la revolución como algo negativo pues encontraron en ella dos ventajas: la dirección de una parte de la economía y el poder económico. Consideraron los desórdenes obreros como algo transitorio, pasajero, pero al prolongarse en tiempo, en tanto las reformas reclamadas por el proletariado no llegaban, se produjeron lock-outs y situaciones violentas. Los obreros, por su parte, querían establecer un control de las fábricas e indirectamente de la economía y para ello organizaron comités que se vieron apoyados por los bolcheviques. Sin embargo, pronto llegaron las protestas de los sindicatos, pues consideraban que se les estaba privando de una labor que les correspondía y que esta nueva gestión lo único que provocaba era la desunión de los trabajadores. Los bolcheviques se sumaron a este planteamiento e adoctaron la idea de que sólo el paso a del poder a los soviets daría a los trabajadores mayores garantías, especialmente ante el debilitamiento del capitalismo y la incapacidad del gobierno.

LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE

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En el mes de septiembre, el Gobierno provisional había perdido toda autoridad y sólo poseía un poder nominal. Es entonces cuando el partido bolchevique, a través de los soviets, pone en marcha toda su maquinaria para conquistar el poder y poner las bases para la implantación del socialismo. Sobre las ruinas del viejo Estado se alzaría el nuevo Estado proletario, con poder y autoridad, que impondría un nuevo modelo de sociedad igualitaria, pues ya la revolución habría disuelto las relaciones socioeconómicas del Estado. Los soviets eran los encargados de ejecutar la destrucción del Estado y de la sociedad capitalista y de llevar a cabo la construcción del socialismo. Lo que ocurre es que en el momento que los miembros de los soviets dirijan el Estado, éstos perderán su capacidad de decidir y actuar en el campo y las fábricas, lo que hacía necesario remodelarlos. La ofensiva de Kornilov pone de manifiesto la necesidad de un cambio político y las consignas de las "Tesis de Abril" ("todo el poder para el soviet", paz inmediata y supresión del Estado y la sociedad capitalista) fueron ganando adeptos entre los soviets de obreros y soldados de Petrogrado y Moscú. Así pues, la bolchevización no vino de una adhesión al partido bolchevique sino de una adhesión a las consignas de las instituciones revolucionarias (comités de fábrica, Guardia roja ...) que se van a organizar y adoctrinar antes de insertarse en el partido bolchevique.

Para hacer frente a la ofensiva del general zarista, el Gobierno había requerido todas las fuerzas populares posibles, bolcheviques incluidos, que salieron de la clandestinidad. Éstos habían alentado la lucha entre la población e incitado la deserción a su favor entre las filas contrarrevolucionarias; también habían constituido la Guardia Roja, dominaban la prensa política en las grandes ciudades y, lo que es más importante, habían organizado el partido hasta hacerlo de los más importantes (con 50.000 militantes), dotándolo de una estructura que comenzaba desde los órganos directorios, el Politburó, compuesto por Trotski, Stalin, Zinoviev, Kámenev y el ausente Lenin, y el Comité central. El líder bolchevique, disfrazado, había huido a Finlandia como consecuencia de la crisis bolchevique de julio y, desde allí, comprendió el cambio que se había operado en su ausencia por lo que presionó, desde los primeros días de octubre, al Comité central del partido para que tomara el poder, pues entonces ya poseían la mayoría en los soviets de Petrogrado y Moscú. Kámenev, dirigente ahora del grupo, ante la falta de Lenin, entendía mal esta premura ya que para el 25 de octubre, cuando se celebrara el II Congreso de los Soviets, los bolcheviques serían mayoría y podrían proclamar el poder los soviets, lo que les daría en consecuencia el poder político. El día 10, Lenin regresó a la capital y en el instituto Smolny, sede del Soviet y del comité central bolchevique, gracias a su elocuencia y retórica volvió a su favor al Comité Central y en la votación se decidió la insurrección armada, con los únicos votos en contra de Kámenev y Zinoviev, que la consideraban demasiado prematura.

A partir de entonces se corrió la voz de la insurrección bolchevique pero el gobierno no podía hacer nada para detenerla. De todos modos, resultaba necesario realizar un llamamiento desde el Soviet a la población para que el movimiento pudiera efectuarse. Por ello, se constituyó un Comité militar revolucionario provisional (PVRK), cuya dirección se dio a un SR de izquierda para desviar la atención, al cual se van a adherir los guardias rojos y los marineros del Kronstadt, a pesar de la posición contraria del mando militar. Durante los días siguientes se va a plantear toda la estrategia a seguir para llevar a cabo la toma de poder por los soviets, fijándose la fecha del 24 de octubre como punto de inicio del

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movimiento. Esa noche, con el relevo en la guardia de los puentes de Petrogrado se inicia la insurrección, la Guardia Roja y los miembros del PVRK hacen saltar el precintado del periódico Soldado (Soldat) y ocupan correos, estaciones, puentes, edificios oficiales y otros puntos estratégicos de la ciudad, sin mayores problemas ni resistencia. Trotski, que en el mes de julio había pasado a formar parte de las filas bolcheviques procedente de las independientes, ejecutó las directrices marcadas por Lenin de forma impecable. Justo cuando se reúne el II Congreso de los Soviets, la revuelta está en marcha. Parecía que ésta venía de dos acciones: un golpe de Estado dirigido desde el Soviet y una insurrección proletaria organizada por el partido bolchevique; pero en realidad ambos eran uno y estaban dirigidos desde el Smolny por el Comité Bolchevique. El Gobierno provisional, un títere inoperante, no puede hacer nada: no hay oposición contra la sublevación y las tropas de refuerzo o no llegan o no cumplen las órdenes y se suman a la revuelta. Lenin hacer intervenir a los marinos del buque Aurora y en la noche del 24 toda la ciudad queda en manos de los insurgentes. Sólo queda el Palacio de Invierno, antigua residencia del zar y ahora sede del Gobierno provisional, único lugar que resiste y último lugar a tomar según lo proyectado por los bolcheviques. Kerenski, que había salido en busca de refuerzos, al enterarse de los sucesos, se ve obligado a huir. El 25 de octubre (7 de noviembre), el PVRK publica un boletín anunciando la victoria y los insurrectos toman el Palacio de Invierno sin apenas resistencia de los Batallones de la Muerte, compuestos en gran parte por mujeres ante la falta de otras tropas de apoyo. La antigua mayoría del Soviet, reunida en el II Congreso de los Soviets, condena el golpe de fuerza y decide abandonar la sala dejando, así, a los bolcheviques como dueños absolutos de Congreso y prácticamente del poder.

Se ha discutido si la revolución de octubre fue un golpe de Estado de un partido, una insurrección proletaria o una auténtica revolución. Es difícil dar una respuesta satisfactoria a esta cuestión pues hay argumentos favorables para cada una de las alternativas. No vamos a tratar aquí en esa cuestión porque nos llevaría mucho tiempo, pero si que es necesario hacer algunas consideraciones. En primer lugar, la insurrección de octubre fue un golpe de Estado porque ante el vacío de poder creado por la inactividad del Gobierno provisional, los bolcheviques no tienen sino que dar una vuelta de tuerca y hacerse con el poder. Esta toma del poder se legitima totalmente por los soviéticos alegando que constituye una fase más del desarrollo de la sociedad rusa, que se corresponde perfectamente con el modelo marxista que conduce inevitablemente a la victoria del proletariado. Las diversas tendencias dentro del partido son limadas por la disciplina y, sobre todo, por la personalidad de Lenin, que da unidad a los diversos planteamientos convitiéndose en el auténtico artífice de la victoria. La insurrección fue una prueba de fuerza entre un estado sin Gobierno (soviets) y un Gobierno sin Estado (Kerenski). El partido bolchevique, y no los soviets, proyectó y tomó la responsabilidad de derribar el Gobierno provisional, por lo que el movimiento fue reducido en cuanto a organización; pero en cuanto a intervención fue un movimiento de masas pues, si bien habría que excluir a los que se opusieron (kadetes, mencheviques, SR, anarquistas ...), éstos representaban a una parte de los ciudadanos y no a la mayoría, aquellos que participaban en las unidades militares, fábricas, soviets de barrio, comités ... que se adhieren a la doctrina de "todo el poder para los soviets". Así, la insurrección resultó ser reducida en cuanto a organización pero mayoritaria en cuanto a participación y objetivos.

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EL NUEVO RÉGIMEN SOVIÉTICO I

En los días siguientes al estallido revolucionario bolchevique, y dentro del II Congreso de los Soviets, se constituirá un organismo de gobierno, con carácter provisional denominado "Consejo de los Comisarios del Pueblo", con Lenin como presidente del gobierno, y en que aparece, entre otros, Trotski (Asuntos Exteriores y Guerra), Rikov (Interior), Lunatcharki (Educación Nacional) y Stalin (Comisariado de las Nacionalidades). Las primeras medidas que se toman por el nuevo gobierno son una declaración de derechos del hombre, un decreto sobre la tierra, derecho de autodeterminación para los pueblos alógenos ... Además, se abrirán negociaciones con el enemigo para conseguir la tan ansiada paz y dar fin a la guerra exterior; sin embargo, este final no fue sino el arranque de la guerra civil. El nuevo poder bolchevique no podía ser tomado en serio pues parecía imposible que un partido minoritario pudiese asumir el poder contando con no demasiados apoyos entre la población y porque las desavenencias en el seno de este grupo eran casi endémicas. La auténtica revolución no había hecho sino empezar y a los bolcheviques les quedaba mucho trabajo por hacer y muchas situaciones formidables y complejas que afrontar.

Se tendría que esperar ahora al establecimiento de una Asamblea Constituyente que instaurara una república soviética democrática. Las elecciones a tal Asamblea, que habían sido convocadas por el Gobierno provisional, dieron la mayoría a los SR (16.500.000 de votos) y mencheviques, mientras que los bolcheviques (con 9.000.000 de votos) resultaron casi derrotados, y "casi" porque la escisión de los SR de izquierda y su unión a los bolcheviques les salvó de un fracaso. De todas formas, Lenin siempre consideró que la Asamblea representaba un modelo de estado burgués y en plena revolución no era sino una institución contrarrevolucionaria; era un fracaso frente al poder de los soviets, un poder verdaderamente democrático. La sesión inaugural de la Constituyente resultó ser la primera y la última: el dirigente bolchevique Sverdlov irrumpió en la tribuna, leyó una declaración de derechos del pueblo y pidió que se votase un texto que reconocía el poder de los soviets; la Asamblea se negó a aceptar tales imposiciones y eligió como presidente a Tchernov, un antibolchevique, que, con Tseretelli, se dedicó a condenar el golpe de Estado de octubre y a anular todas las disposiciones dadas por los bolcheviques. No hubo segunda sesión: se evacuó la sala y la secretaría del II Congreso de los Soviets ordenó la disolución de una Asamblea por considerar que pretendía derrocar el poder de los soviets. Los guardias rojos fueron los encargados de llevar a cabo estas acciones que sorprendieron a los demócratas moderados, sindicatos y militantes pero no a la opinión pública. Con ello se termina la experiencia democrática en Rusia. A partir de entonces se gestará el nuevo régimen, el bolchevique, un régimen cada vez más "absolutista", dictatorial, y que tomará cuerpo durante 1918. De ahí que se tienda a considerar ese año como el período en el que se da una auténtica revolución, sin precedentes en la historia universal, y como un tiempo decisivo en la instalación de las bases del socialismo.

En enero de 1918 el III Congreso Panruso de los Soviets, se declara heredero de la Asamblea y se abre con una Declaración de los Derechos del Pueblo Trabajador y Explotado. En él se proclama que los soviets constituyen una nueva forma de Estado y se aprueba la constitución de un régimen federal de repúblicas autónomas dada la multiplicidad étnica y nacional del territorio ruso. También se ponen de

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manifiesto las expectativas de una revolución mundial sin la cual parecía imposible que perdurara el régimen de los soviets en Rusia. En marzo, el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso pasa a llamarse Partido Comunista Ruso, algo sin mayor trascendencia y que no supone ningún cambio en la política del Partido pues ya antes era comunista.

Ni siquiera a los bolcheviques, en los instantes posteriores a la toma del poder, pensaban que su partido iba a ejercer la totalidad del poder, pero la disolución de la Asamblea y la ruptura de los SR de izquierda manifestaba la voluntad de aquellos de tomar las riendas del poder en solitario y muy sintomático de esto era el que el poder legislativo y el ejecutivo no se hubieran separado. Por otro lado, el poder había pasado a los bolcheviques pero no a los soviets: era el gobierno bolchevique el que controlaba los soviets, el que depuraba a aquellos elementos no bolcheviques o, en un principio, no adictos al nuevo régimen, puesto que la existencia de soviets con mayoría no bolchevique era un palo en la rueda del nuevo régimen y también porque era necesario que la mayoría local y regional se correspondiera con la nacional. Se recurrirá a la iniciativa popular para justificar esta política y a los medios violentos para llevar adelante la depuración: la incautación de periódicos y al arresto de dirigentes; las actuaciones de una nueva policía, la Cheka, creada seis semanas después del estallido revolucionario para combatir la contrarrevolución y el sabotaje y cuyos poderes se ampliaron paulatinamente para que actuase con más libertad y eficacia; también se recurre a las actuaciones directas del partido; a partir de enero de 1918 se establecieron tribunales encargados de juzgar crímenes de prensa; toda crítica al partido fue considerada como contrarevolucionaria ...

El primer partido afectado por tales medidas fue el de los SR de izquierda, a pesar de que se habían convertido en "aliados" de los bolcheviques. Quedaron sin periódicos y sus miembros dirigentes tuvieron que exiliarse aunque algunos no tuvieron tanta suerte y fueron fusilados. Los SR se sublevaron y pidieron ayuda los prisioneros checos, que también se habían sublevado, y desde Samara ambos lucharon tanto contra los blancos contrarrevolucionarios de Kolchak como contra los rojos de Lenin, quienes los derrotaron. Los mencheviques fueron expulsados de los soviets pero siguieron actuando como oposición en el estricto marco de la legalidad soviética, sobre todo, dentro de los sindicatos, bastante antibolcheviques, donde fueron muy escuchados; posteriormente, fueron hechos proscritos y acabaron sus días de forma muy similar a los otros grupos políticos (arrestos, ejecuciones y emigraciones de los miembros) en los primeros momentos de la NEP. Los anarquistas, compañeros de viaje de los bolcheviques en julio y octubre, se enfrentaron al nuevo estado en cuanto éste comenzó a tomar las primeras medidas de gobierno. No recibieron ataques directos y la prensa anarquista permaneció hasta las insurrecciones de Makhno9 y Kronstadt. Se calcula que el número de arrestos durante el período rondó los dos millones, aunque las fuentes son poco claras. Todo este proceso de depuración política externa se concluirá en 1921, en los primeros meses de la NEP; a partir de entonces, comenzará la depuración política interna, en el seno del partido bolchevique.

9 Makhno fue un ucraniano internacionalista cuyo levantamiento, con sus partidarios campesinos, contribuyó al fracaso de los blancos. En el territorio que llegó a controlar (Ekaterinoslav, Azoc, Berdiansk) anunció la instalación de un régimen anarquista, de libertades políticas, aunque siguiendo la forma institucional de los soviets (sin Estado). Makhno criticó los abusos bolcheviques lo que le costó que Trotski le retirara el mando su ejército pese a que Makhno siguió combatiendo. Una vez derrotados los blanco, el Ejército Rojo se enfrentó al líder anarquista que, sin excesivos problemas, fue derrotado en agosto de 1921.

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LA GUERRA CIVIL Y EL COMUNISMO DE GUERRA

LA PAZ DE BREST-LITOVSK Y LA GUERRA CIVILLa cuestión primordial a tratar por el gobierno bolchevique era la referente a la paz. Todos las

partes combatientes ansiaban la paz tras casi cuatro años de lucha continua. Sin embargo, los aliados rehusaban una paz sin victoria por lo que a los bolcheviques, cuya situación era la más desesperante, no les quedaba otra solución que llevar a cabo una paz separada, con la que no conseguían sino reforzar el imperialismo alemán y debilitar la posibilidades de una revolución socialista en Alemania, punto de partida para el inicio de una revolución mundial y que era indispensable para el consolidación y éxito del régimen socialista de los soviets en Rusia. No era esa la única duda que se plantea en el seno del partido bolchevique y que origina distintas tendencias internas con respecto a la cuestiones como hasta dónde era lícito negociar la paz. Parecía que había dos posturas claras: la de llegar a una paz a cualquier precio por la situación tan desesperante (Lenin); y la que propugnaba la continuación de la guerra para que, así, prendiera la llama revolucionaria entre los soldados alemanes, apoyados por grupos socialistas germanos, y para que tuviera lugar una revolución en Alemania que sería la antesala de una revolución europea. El principal representante de esta tendencia era Trotski. Además, habría que hacer mención a otras tendencias, dentro y fuera del partido, que estaban a favor de la continuación de una guerra cuya victoria daría prestigio a la nueva Rusia (dentro del partido, estaría Kámenev y Zinoviev).

Desde febrero de 1918 se inician las conversaciones de paz en la ciudad polaca de Brest-Litovsk, aunque ya en los meses anteriores había habido contactos entre alemanes y rusos. En el mes de marzo se acuerda una paz que sigue la fórmula de Lenin, es decir, paz a cualquier precio, y que significó para Rusia la pérdida de importante porciones territoriales, como los Países Bálticos, Kars, Batum y Ucrania, que directa o indirectamente pasaron a ser controladas por el Reich, pero que esencialmente significó la pérdida de las zonas agrícolas más ricas y las regiones industriales más productivas del antiguo Imperio ruso. Por fortuna, la derrota alemana en la guerra convertiría estas renuncias en letra muerta. Una cláusula del tratado, que quedó convenientemente ocultada por los bolcheviques, suponía que éstos debían abstenerse de realizar propaganda revolucionaria en Alemania y Austria. Todo ello significaba que la revolución europea debía sacrificarse o, al menos, aplazarse en pro de salvar al régimen de los soviets en Rusia. Con todas las diferencias entre una y otra situación y con una coyuntura distinta, la paz en estos términos suponía un antecedente de la fórmula estalinista del socialismo en un sólo país.

Esta paz, vergonzosa para algunos y un error para otros, trajo duras consecuencias para el futuro soviético. La rebeldía de los SR de izquierdas, entre otros grupos que se opusieron siempre a una paz negativa para Rusia, fue lo que dio origen al establecimiento de una guerra civil. En principio, hay que dejar claro dos puntos: en primer lugar, que el fenómeno contrarrevolucionario había estallado en mismo momento en el que triunfa la revolución en febrero, e incluso antes si tenemos en cuenta la revolución de 1905, lo que ocurre es que en 1917 no tiene casi fuerza para frenar la revolución; por otro lado, que no hay que entender esta contienda como un fenómeno contrarrevolucionario sensu estricto, pues los blancos forman un grupo muy heterogéneo, donde podemos encontrar desde sectores monárquicos contrarrevolucionarios hasta SR de izquierdas radicales pasando por grupos moderados, que se

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manifiestan no contra de la revolución sino de lo que consideran una usurpación del poder por parte de los rojos10. Desde todos los puntos del antiguo Imperio surgieron grupos de oposición al gobierno bolchevique, quedando reducida el área de control territorial de éste a un espacio similar al del antiguo Gran Ducado de Moscú. Los peligros que se les presentaron a los bolcheviques eran varios: los blancos se situaron en aquellas zonas del Rusia que no dominaban los rojos, las tropas alemanas se estacionaron en Ucrania y las tropas occidentales en Murmansk (marzo), Vladivostok (abril) y Arkangel (julio).

Los primeros en alzarse fueron los cosacos del Kubán, en noviembre de 1917, dirigidos por Kalendin; sin embargo las primeras acciones bélicas de envergadura no se producirán hasta enero de 1918. Se sumarán los grupos antibolcheviques de Finlandia y Ucrania, zonas que se autodeclararon independientes. Paralelamente, un "Ejército de Voluntarios", compuesto únicamente por oficiales del antiguo ejército zarista y organizado por Kornilov, Alexeiev y Denikin, estableció su control en la Rusia meridional y avanzó hacia el norte siendo detenido a 400 km. de Moscú; el almirante zarista Kolchak se situó en el este al mando de un ejército blanco y comenzó a avanzar por la Rusia europea; y en el norte, en los Estados bálticos, Yudenich formó otro ejército antibolchevique para atacar Petrogrado. A estas fuerzas habría que unir las de Krasnov y los soldados checos, que formaron la Legión Checa, cuyo objetivo fundamental era llegar a Vladivostok para allí embarcarse con destino a Francia, desde donde pensaban combatir a los austríacos. Además habría que añadir los regímenes antibolcheviques que se asociaron con grupos clandestinos (antiguos SR con vocación terrorista, como Savinkov en Iaroslav) y que combatieron a los rojos. El apoyo de los occidentales a los blancos viene determinado más por el peligro o el miedo a una revolución internacional que porque el gobierno bolchevique no estimulara simpatías entre los aliados. Este apoyo se manifestó de tres formas: mediante la intervención real, el apoyo material (armas y suministros) y el bloqueo al que fue sometido el gobierno bolchevique. De esta forma la guerra se convirtió en una auténtica "cruzada antibolchevique", en un auténtico "todos contra la radicalización bolchevique". Sin embargo, los rojos a pesar de tener todo en su contra, no se hundieron y sacaron la contienda adelante a su favor. Trotski ocupó Kazán, donde realizó un intensa labor de gestión y organización de la contienda; Stalin hizo retroceder el "Ejercito de Voluntarios" de Denikin y el ejército blanco de Siberia; se expulsó de Kiev a Petliura y a todas las fuerzas occidentales (franceses, ingleses, japoneses, canadienses ...) que apoyaban a los blancos.

La victoria bolchevique se debió a tres razones fundamentales:• porque los bolcheviques controlaron un territorio en el que se concentraba la mejor infraestructura

ferroviaria de Rusia, lo cual les permitió desplazar hombres de forma más rápida que sus enemigos.• porque frente al potencial aparente de los blancos, éstos se encontraban desorganizados y mal

coordinados y nunca llegaron a establecer un mando único dada su heterogeneidad como grupo, al que sólo le unía su antibolchevismo. Además, los occidentales no llegaron a un acuerdo acerca de la política de intervención a adoptar y no presentaron un ejército en toda regla que, seguro, hubiera

10 La denominación proviene del Ejército Rojo, creado el 23 de febrero de 1918 con un carácter internacional y revolucionario. Dirigido por Trotski, surge como una evolución de las llamadas Guardias Rojas, que tuvieron tan importante papel en la Revolución de Octubre. En vísperas del inicio de la guerra civil, el Ejército Rojo cuenta con más de 5 millones de miembros, aunque la deserción de sus tropas hizo que esta cifra se redujera a la mitad o incluso más.

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derrotado a los rojos. Sólo la armada británica contribuyó en el Báltico a la independencia de los estados de esa zona.

• porque los bolcheviques, además de estar mejor organizados, lucharon convencidos de sus posibilidades y con una ilusión que no tuvieron sus enemigos.

En las zonas "liberadas", como Samara, Omsk, Siberia occidental, los blancos impusieron gobiernos de carácter provisional que tendieron a eliminar los sindicatos y los partidos socialistas radicales (excepto en aquellas zonas de control SR), dado el peligro que estos representaban como focos revolucionarios, así como a abolir los decretos de octubre que permitían el control obrero de las industrias, el reparto de tierras entre los campesinos, etc., lo que permitió volver a lo que se denominaba los "buenos tiempos". Fueron responsables de muchos excesos y de ahí que se hable de un "terror blanco" paralelo al más conocido "terror rojo", que actuó por medio de la Cheka en las ciudades y los Comités de Pobres en el campo llevando a cabo muchos crímenes en nombre del socialismo.

EL COMUNISMO DE GUERRAEn octubre de 1917, y en los meses siguientes, la economía rusa está completamente en ruinas

como consecuencia de la guerra y los "efectos secundarios" de la revolución. Al mismo tiempo, las regiones más ricas agrícola e industrialmente hablando (Ucrania, el bajo Volga o Siberia Occidental) van a caer en manos de alemanes o de los enemigos del régimen. Las primeras medidas de control adoptadas por el gobierno bolchevique no sirven de mucho pues reinará la anarquía y la organización siempre a pequeña escala. Las masas comienzan a organizarse sin que haya una llamada y control estatal: los campesinos ocuparán tierras y los obreros iniciarán la gestión de sus industrias (tras lo cual vendrán los decretos del gobierno que justificarán susu acciones). No obstante, estas acciones tendrán unos resultados calamitosos pues la producción cayó de forma considerable y los campesinos tendieron a adoptar posturas conservadoras una vez obtenidas propiedades. Este fracaso llevó a sindicalistas y bolcheviques a descartar un modo de producción que se oponía a sus ideas centralistas y planificadoras y que, sobre todo, se manifestaba ineficaz para sacar adelante al país e impedía la victoria en la guerra civil. De ahí que el gobierno se manifestara a favor de un sistema que permitiera controlar la economía del país, de tal forma que todos los medios de producción (minas, banca, ferrocarriles, grandes empresas, industria ...) así como el comercio interior pasaran a manos del Estado. Este sistema ideado es lo que se conoce como comunismo de guerra, fórmula brutal de comunismo, que se desarrollará desde el verano de 1918 a marzo de 1921 y que, esquemáticamente, podíamos definir en los siguientes puntos:• el Estado va controlar la actividad económica, los medios de producción y el trabajo, y sólo deja a la

iniciativa privada una parte de la economía muy limitada.• las prioridades que se establecen son alimentar a la población y el abastecimiento del Ejército Rojo,

para lo cual los campesinos debían entregar periódicamente grano. • se tiende claramente a la autarquía, al autoabastecimiento.• se establece una centralización "a la alemana", desde el Estado. Para ello, se crea un Consejo

Económico (Glavki) con representantes de los sindicatos, soviets, cooperativas y comités de fábrica.

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• el Estado es el único productor y distribuidor. Como consecuencia de ello, se impone el racionamiento siendo los ciudadanos divididos en cuatro categorías de consumidores.

• se suprime el dinero (rublo) como medio de intercambio y, por ello, se vuelve al trueque de productos y se genera un comercio ilícito.

• en las fábricas se impone el taylorismo, el trabajo a destajo y las medidas draconianas. Los sindicatos pasaron a manos del estado y de ellos dependió la elevación de la producción, mejorar la disciplina laboral, regular los salarios y prevenir huelgas.

• en el campo se instalan granjas colectivas (koljozi) y granjas soviéticas (sovjozi), aunque fueron siempre insuficientes, bastante inoperantes y e impopulares entre los campesinos.

• se introduce el servicio militar obligatorio (abril de 1919) y se implantan campos de trabajo para delincuentes condenados.

• en resumen, el comunismo de guerra pretendía la centralización y la planificación económica.El comunismo de guerra está considerado por la mayoría de los autores como un fracaso: en el

campo motivó la vuelta a una economía de subsistencia, la desaparición de los Comités de campesinos pobres y el ascenso de los medios, provocó la caída de la productividad, el cese de los cultivos industriales, la subalimentación de la población y la propagación de enfermedades epidémicas (tifus, cólera ...); en las ciudades los problemas de abastecimiento fueron los más importantes, pues hubo dificultades para la distribución de productos, no se pudieron establecer precios fijos, ni racionamientos por la falta de suministros y la ausencia de administración, y escasearon las materias primas, los transportes y la mano de obra. La situación llegó a ser tan desesperante que en el campo, en el año decisivo de la guerra civil, se llegó al método coercitivo del requisamiento, que significó un agravio a los campesinos que, si bien ya producían poco, se vieron obligados, por las buenas o por las malas, a entregar a las autoridades una parte de sus cosechas con destino a los centros urbanos y fabriles o al aprovisionamiento del Ejército Rojo. Uno de los principales artífices del comunismo de guerra fue Trotski que intentó militarizar toda la sociedad y la producción, creando auténticos cuerpos de trabajo. Sólo consiguió llevar a término este sistema en aquellas zonas que controló directamente durante la guerra civil (p. e. Kazán), con unos resultados que han sido considerados como detestables porque hundió aún más la que era por sí baja producción. Las medidas autoritarias trotskistas fueron muy criticadas y generaron discusiones entre los líderes del partido sobre qué medidas tomar para resarcirse del desastre económico.

Así pues, el comunismo de guerra supuso un serio revés para la economía soviética y no cumplió los objetivos para los que había sido proyectado, la recuperación económica, por varios motivos: la guerra civil, el bloqueo exterior, los errores del sistema y como consecuencia de la lamentable situación económica con la que arrancó el comunismo y que no hizo sino acrecentar más la ruina. Por ello, se crearan desde enero de 1920 "ejércitos revolucionarios de trabajo" formados por individuos que habían luchado en las unidades militares durante la guerra civil. Los años de 1919 a 1920 son, posiblemente, los más duros de la historia del régimen soviético y fue el único período, conjuntamente al de la invasión alemana durante la Segunda Guerra Mundial, en el que el régimen estuvo realmente a punto de caer. En

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la primavera de 1921 se marca el punto y final al comunismo de guerra justo en el momento en el que se pone en marcha un nuevo procedimiento para recuperar la economía, la NEP.

No obstante, es el episodio de la rebelión del Kronstadt (marzo de 1921) el que marca el punto y final a este sistema. En 1921 la guerra había terminado y el régimen bolchevique victorioso estaba más o menos asentado, pero el país se encontraba en la más absoluta ruina y la población temerosa ante el futuro incierto que se presentaba o desilusionada y cansada del Terror y las discusiones generadas en el seno del partido. Este malestar bastante generalizado explica sucesos como la rebelión en la zona del Kronstadt, provocada por la difusión de la noticia de que el gobierno de Petrogrado había dado órdenes de disparar contra los obreros que pedían la eliminación del trabajo forzado. Los habitantes del Kronstadt formaron un Comité revolucionario provisional que reclamará libertades, abolición de los comités de requisa, elecciones libres, la amnistía para los presos políticos ... Los dirigentes bolcheviques afirmaron que el movimiento se trataba de una conspiración y emprendieron medidas para erradicarlo. En ese momento la situación es muy delicada para el gobierno central pues la rebelión podía extinguirse a todo el país y sus primeros síntomas fueron las huelgas de San Petersburgo, los llamamientos a una tercera revolución y el que un regimiento de la capital prometiera su adhesión a los revolucionarios de la isla. El levantamiento no tuvo nada que ver con los KD, mencheviques, SR, ni ningún grupo de los llamados blancos, sino que fue consecuencia de la exasperación de la población que se rebeló contra el autoritarismo del poder central. El general rojo Tujachevski dirigió el asalto contra Kronstadt y en quince días el Ejército Rojo conquistó la ciudad (17-3-1921), iniciándose tras ello una durísima represión. El levantamiento puso de manifiesto la necesidad de dar una nueva orientación al régimen y lograr de la recuperación económica para poder poner en marcha el socialismo, y de ahí nació la NEP.

¿REVOLUCIÓN RUSA O REVOLUCIÓN MUNDIAL?Según pensaban los bolcheviques, el socialismo no podría instaurarse en Rusia si no lo hacía

antes o al mismo tiempo en toda Europa y especialmente en Alemania. En dos ocasiones se estuvo a punto de lograr este objetivo: a fines de 1919 tras la derrota de Denikin y en abril de 1920 cuando fracasó la invasión de los polacos en Ucrania, contenidos por Ejército Rojo (al mando de Trotski), que comenzó entonces un avance fulminante por territorio polaco hasta alcanzar Varsovia. Incluso se constituyó un Comité revolucionario en Byalistok. Sin embargo los polacos nunca aceptaron al enemigo opresor, el ruso, y con la ayuda de franceses y un exacerbado sentimiento patriótico, su líder, Pilsudski, consiguió expulsar a los rojos de territorio polaco y penetran de nuevo en Ucrania. El enfrentamiento alcanzó al poco tiempo un punto muerto y el 12 de octubre de 1920 se llegó al status quo en la Paz de Riga, que señalaba la "línea Curzon" con marca divisoria de la frontera soviético-polaca.

Consiguientemente, fracasada la vía de la acción militar como medio de extender el la revolución socialista por el mundo ante el choque con el sentimiento nacionalista, era necesario continuar otra vía de acción para lograr este propósito. Se buscó entonces el camino de una organización política con carácter internacional mediante la cual lograr la cohesión entre los grupos comunistas de los diferentes países del mundo. Con ese fin se funda la Komintern, la Internacional Comunista (IC) en el mes de marzo de 1919, justo en un momento delicado para la existencia del régimen bolchevique, en plena

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guerra civil, y justo cuando fracasa la revolución alemana en la que se habían puesto todas las esperanzas. Lenin improvisó la creación de la Komintern a través de un manifiesto y la creación de un Comité ejecutivo (IKKI) presidido por Zinoviev y cuyo secretario fue Radek; la IC llegó a tener 35 delegaciones en varios países pero que resultó ser un instrumento títere del gobierno soviético, que dividió a un movimiento obrero ya en crisis, y cuyo poder estuvo siempre en manos de bolcheviques rusos, ucranianos, letones y sus testaferros. Además, sus planteamientos radicales de no colaboración con los gobiernos occidentales, lucha de clases e inminente insurrección revolucionaria, se fueron suavizando y en el II Congreso de la Komintern (julio de 1920) se permitió a los comunistas trabajar y participar en sindicatos y parlamentos burgueses. Se pretendió, entonces, que la Komintern se convirtiera en un partido único, homogéneo y disciplinado del proletariado internacional. Pero siempre dependerá de una Unión Soviética que quedó aislada por medio de un "cordón sanitario" de países independientes (Estonia, Letonia, Lituania, Polonia y Rumanía) que separó a Europa del comunismo. La revolución húngara animó el anhelo de los soviéticos pues vieron en ésta un nuevo punto de partida de una revolución más amplia; pero también fracasó. La URSS quedaba definitivamente separada y sólo va a contar en el exterior con el apoyo de los partidos comunistas, creados desde el verano de 1920 por la Komintern.

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LA NEP Y EL NUEVO RÉGIMEN SOVIÉTICO II

LA NUEVA POLÍTICA ECONÓMICA (NEP)El comunismo de guerra había significado la concentración de la autoridad y del poder

económico en manos del Estado y un abandono de las fórmulas comerciales y monetarias de distribución; a su vez pretendía el suministro de productos básicos de forma gratuita o a bajo precio, el racionamiento de la economía, los pagos en especie y el uso directo de la producción. La oposición de los campesinos a la política de requisas se agudizó cuando esta actuación prosiguió, a veces con mayor dureza, en las épocas de mayor escasez. La situación era insostenible pues el comunismo de guerra había afectado muy negativamente al campo en favor de la industria. Durante el invierno de 1920-1921 se preparó un cambio para llevar a cabo una recuperación económica definitiva que permitiera en el futuro poner el marcha el socialismo. Pero esto no era posible si no se resucitaba el comercio privado a través de cooperativas y se establecía una moneda estable. La cuestión se plantea y discute en el X Congreso del Partido donde, en marzo de 1921, se decide poner fin al comunismo de guerra y da luz verde a la NEP, la "Nueva Política Económica".

El final de la guerra civil, el fracaso del comunismo de guerra, la desilusión de la población, las malas cosechas y, sobre todo, la rebelión de los marineros del Kronstadt marcan la inclinación del gobierno a adoptar la NEP e, indirectamente, marcan una tendencia a inculcar una mayor disciplina entre todos los sectores para así evitar disidencias y sediciones. Como consecuencia del debate sobre la NEP se plantearon dos tendencias que prácticamente van a mantenerse durante los años veinte hasta que Stalin se haga con todo el poder. Un sector era la derecha moderada, encabezada por Bujarin, y el otro la izquierda radical, encabezada por Trotski, que había sido uno de los principales inspiradores y defensores de los principios revolucionarios. En el centro se situaron Lenin y Stalin, que se decidieron por la primera postura reconociendo la necesidad de imprimir un ritmo más lento a la construcción del comunismo y la necesidad de implantar una etapa transitoria, la NEP, en este duro camino. La NEP fue aceptada por unanimidad con reticencias por parte de algunas de las personalidades más importantes del partido (Trotski). Hubo, además, discusiones sobre algunas cuestiones secundarias de las cuales la que más controversia produjo fue la cuestión de si los sindicatos debían pasar a control estatal o debían estar controlados por los obreros. Sobre este punto al final se llegó a una solución de consenso: los sindicatos no pasarían a formar parte de la maquinaria estatal pero tendrían que preocuparse de la productividad, la disciplina laboral y combatir el absentismo, con lo que se hacían responsables de la producción del país. Como consecuencia de todas las discusiones surgidas sobre la NEP, tras su aprobación, se prohibió el fraccionalismo en el seno del partido, de tal forma que una vez aprobado un asunto por el pleno no podía echarse atrás ningún miembro. Tras el X Congreso vino una primera purga en el partido con la que se reforzó aún más el autoritarismo de la línea oficial del partido, que intenta impedir cualquier tipo de disidencia, y que sienta las bases de la transformación que se llevará en los años veinte que lo convertirán en una maquinaria estatal burocrática. A la par se completó el proceso de eliminación de la oposición política de socialistas moderados, SR y mencheviques, tras unos años de persecuciones y prohibiciones temporales.

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La NEP suponía, aún dentro del régimen de los soviets, realizar una serie de concesiones a la iniciativa privada y al libre mercado: significaba dejar de lado el colectivismo económico y recuperar la "fórmula del capitalismo de Estado", la imposición de tasas en metálico, la libertad de salarios, la libre disposición de las tierra por los campesinos, rescatar el libre comercio interior, la inversión extranjera, etc., todo ello con el fin de estimular la producción. El Estado seguiría manteniendo bajo su control el comercio externo, la gran industria y la construcción mientras que las pequeñas industrias, de menos de veinte obreros, iban a ser desnacionalizadas; desde marzo de 1922 se permitirá formar sociedades mixtas, con capital extranjero. Las medidas de la NEP llegaron bastante tarde pues los primeros meses en los que se puso en marcha, hubo sequías, mal tiempo y hambrunas, y no será hasta 1923, año en el que hubo buenas cosechas, cuando comenzará a dar sus frutos. A raíz de la puesta en marcha de la NEP reaparecerán los kulaki, desaparecidos en los años anteriores, se autorizarán los arrendamientos y el empleo de asalariados en el campo. Una de las características más importantes de la nueva política económica impuesta por el gobierno es que, en contra de lo ocurrido con el comunismo de guerra, benefició más al mundo rural que al sector industrial, y en la base de este desequilibrio están las llamadas crisis de las tijeras.

En el momento en el que se produce la mejora de las cosechas, los síntomas de recuperación no tardarán en pasar a otras ramas de la economía11 pero al mismo tiempo también parecerán alejarse las expectativas de socialismo, por más que los líderes bolcheviques remarcasen que sólo era una fase provisional aunque indispensable para alcanzar ese objetivo. La euforia inicial se vino abajo con una crisis industrial que obligó al gobierno a detener la nacionalización, a descentralizar buena parte de la industria, abrir más caminos a la empresa privada y organizar la industria en trusts, aunque los sectores más importantes no dejaron nunca de estar bajo control oficial. Como consecuencia de esta crisis se desató el reproche de los "incondicionales" del partido (trotskistas), que criticaron la aparición de grandes empresarios comerciales (hombres NEP) que acabaron controlando el comercio no sólo al por mayor sino también el minorista. La crisis afectó a los precios industriales que se deprimieron de forma alarmante y el paro aumentó. Se impusieron en las industrial los administradores rojos, dirigentes de fábricas que alcanzaron cierto poder en la administración y la política industrial y que usaron métodos brutales y dictatoriales con los trabajadores. Junto a la crisis industrial se desarrolló la financiera, a pesar de las reformas que venían introduciendo desde otoño de 1921: se ajustó el rublo al valor de preguerra, se cambio el patrón de valor al "rublo-oro", se creó el Banco del Estado, se emitieron nuevos billetes, los chervoneti (1 chervonet = 10 rublos-oro), aunque su difusión fue bastante restringida.

De todas formas, la crisis más importante fue la de verano-otoño de 1923, conocida como primera crisis de las tijeras12. Los precios industriales habían crecido en el último año a un ritmo muy superior a los agrícolas lo que motivó un fuerte desequilibrio y, en consecuencia, la crisis que afectó de forma negativa no sólo al sector industrial sino también al campo, que no podía proveerse de productos industriales. El gobierno intentó apoyar a los campesinos financiando las cosechas pero la medida no sirvió de nada. Entonces, el Comité Central nombró a un Comité de las tijeras para que resolviese la 11 Véase en el apéndice "GRÁFICAS Y DATOS ESTADÍSTICOS"12 El nombre proviene de la forma que adquieren en las gráficas las líneas que marcan los precios agrícolas e industriales y que, dado el crecimiento acelerado de estos últimos, simulan la forma de unas tijeras abiertas.

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situación pero ante sus disensiones y la demora de sus proposiciones, Trotski, líder de la oposición de izquierdas y baluarte de los principios revolucionarios, denunció los errores de la NEP, su falta de planificación y de racionalización. Cuando por fin el Comité de las tijeras emitió su informe en diciembre de 1923, en el que se especificaba el establecimiento de un control de precios al por mayor y al por menor, la situación resultaba mucho más favorable y la crisis estaba remitiendo, los precios industriales habían descendido y la situación económica estaba en franca mejoría. A raíz de la primera crisis de las tijeras vino la crisis política y la campaña contra Trotski y sus partidarios, que querían abandonar la NEP y planificar, industrializar y colectivizar el campo, conflicto que está en la base de la posterior caída del héroe de la revolución y el ascenso hacia el poder total de Stalin. No faltaba parte de razón al análisis trotskista cuando señalaba que la NEP motivó que prosperara la industria ligera y de consumo pero no así la industria pesada, considerada prioritaria y básico su desarrollo para el progreso de la URSS pero no se actuó en consecuencia para llevarla a primer término. Sin embargo, el objetivo más importante a corto plazo era la recuperación económica del país, algo que parecía imposible al sector oficial del partido si se industrializaba masivamente y en detrimento del campo.

En la primavera y verano de 1924 siguen dándose signos claros de mejoría: en marzo se completa la reforma monetaria (chervonet basado en el patrón oro); aumentan la producción agrícola e industrial; las exportaciones de productos agrícolas e importaciones de industriales... En los meses siguientes sigue dándose la racha positiva y así llegamos a 1927, año en el que se alcanzan los niveles de producción de la época de preguerra (1913). Se duplica la producción de trigo y petróleo, se triplica la de carbón y se septuplica la producción de acero13. Desaparece el hambre del campo y las ciudades y se reduce el paro; aumentan los salarios y se moderniza la industria gracias a la contratación de técnicos extranjeros. En definitiva, se cumplen los objetivos previstos por el gobierno.

Al mismo tiempo que la vida económica paulatinamente se rehace, la vida cultural y artística se beneficia de una relativa libertad de expresión. Estos son los años de oro del cine soviético, con directores como Eisenstein, Kuleshov, Pudovkin, Vertov o Dovjenko, en cuyos filmes se exaltan los ideales revolucionarios a través de numerosos aportes técnicos y estéticos que marcan una auténtica revolución en el mundo del cine. También habría que citar el auge de la literatura vanguardista, con el polifacético poeta Maiakovski a la cabeza; de la pintura, con Malevitch y Kandinski (sólo permanece en la Rusia revolucionaria unos meses); de la escultura, que pasa desapercibida a la hora de tratar la revolución pero que tiene un fin propagandístico esencial, aunque también bastante efímero (recordemos el Monumento al Obrero Metalúgico Rojo o las numerosas estatuas de Marx, Engels, Lenin y de líderes revolucionarios ...), donde destacan N. A. Andreiev y I. D. Schadr; y, por último, de la arquitectura, quizá donde mejor se aprecia la evolución de la cultura bolchevique durante los años veinte, más en un plano teórico que en la práctica arquitectónica (ésta no se desarrolla hasta los inicios de la década siguiente), y que deja translucir el racionalismo constructivista soviético. El arte oficial soviético no pretende crear un arte nuevo sino incorporar al viejo motivos y figuras que habían sido excluidas o sólo abordadas por el costumbrismo y el naturalismo europeo. De todas formas, llama la atención que, en sus gustos artísticos, los dirigentes soviéticos fuesen bastante tradicionales y conservadores (como le ocurría

13 Ver datos de apéndice

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a Lenin, al que el cine le aburría). Aun así supieron valorar la importancia de los medios de comunicación de masas, especialmente el cine, para difundir la propaganda y doctrinas revolucionarias. Por ello, se usará con profusión la cartelística, la gráfica, el grabado, el diseño, la caricatura y el fotomontaje con unos niveles de originalidad e inventiva muy elevados. Todo este desarrollo cultural se verá interrumpido en el momento en el que se produzca el viraje económico estalinista. Así, a partir de los años treinta comenzará una etapa de esterilidad creativa artística dominante.

La NEP fue una vuelta atrás, un viraje radical, aunque los dirigentes bolcheviques siempre insistieron en que se trataba de una fase transitoria y excepcional y que las concesiones no afectaban a sectores básicos de la economía, como los medios de transporte, los bancos, el comercio exterior, que quedaron en manos del estado, por lo que no había que temer una resurgimiento de capitalismo. Era algo necesario para resolver los errores del comunismo de guerra, salir de la escasez y recuperar la maltrecha economía soviética.

EL NUEVO RÉGIMEN SOVIÉTICO IIEl nuevo Estado surgido de la revolución resultaba ser menos extenso que el Imperio tras la

independencia de varios estados como Polonia, Estonia, Letonia, Lituania, Finlandia. La NEP va a fortalecer la autoridad del partido y del aparato estatal, dando forma a la estructura federal de la URSS y marcando las líneas a seguir en sus relaciones con el resto del mundo. La urgencia de la restauración material retrasará el proceso de edificación política. Aún así, ya en julio de 1918 se constituye la República Socialista Federativa Soviética de Rusia (RSFSR), se confiere la autoridad suprema al Congreso Panruso de los Soviets, compuesto por delegados elegidos por los trabajadores, campesinos y soldados, y se establece una tabla de derechos y obligaciones. Se elige un Comité Ejecutivo Central Panruso (VTsIK) que, a su vez, será el encargado de designar al Consejo de Comisarios del Pueblo (Sovnarkom). Durante los meses siguientes se concluyen tratados con otras repúblicas soviéticas como Azerbaiyán, Bielorrusia y Ucrania (1920), Armenia y Georgia (1921), que conjuntamente con Azerbaiyán se integraron en la República Socialista Federativa Transcaucásica (1922). En diciembre de 1922 se celebró el I Congreso de los Soviets de la URSS14 al que asistieron representantes de las cuatro repúblicas; en julio del año siguiente se aprobó por el comité la Constitución la Unión Soviética que también fue corroborada en el II Congreso de los Soviets de la URSS en enero de 1924. El Congreso, asimismo, eligió un Comité Ejecutivo Central (TsIK) y un Consejo de Comisarios del Pueblo (Sovnarkom) para la URSS. Los asuntos exteriores, el comercio exterior, planificación, asistencia social, las cuestiones militares y la policía, la antigua Checa, ahora OGPU (Administración Política Unificada del Estado), quedaban en manos de la Unión, de forma centralizada; los asuntos económicos quedaban para tratarse en común; la administración interna, agricultura, sanidad, educación y otros aspectos quedaban bajo las gestión de las repúblicas, sin contrapartida en el Estado central. Toda la organización general tendrá su paralelo en cada una de las repúblicas: así, por ejemplo, cada república poseerá su policía GPU, dependiente de la OGPU de la Unión.

14 CCCP, Soyuz Sovietskij Socialisticheskij Respublik.

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Dentro de la Unión Soviética, Rusia, con el 90 % de la población y el 75 % de la superficie, va a seguir detentando el papel hegemónico que anteriormente había desempeñado en el Imperio, aunque ahora el resto de repúblicas obtendrán bastante autonomía en lo que se refiere a asuntos internos. Para acallar las voces nacionalistas que afirmaban que la URSS no era sino la amplición del poder de Rusia, el TsIK se dividió en dos cámaras: el Consejo de la Unión, cuyos delegados se elegían en relación al tamaño de las repúblicas (la preponderancia era para la República Rusa), y el Consejo de las Nacionalidades, donde había plena igualdad en la elección. De todas manera, estos consejos fueron meramente representativos, siguieron en todo momento la línea oficial del partido y sus principales funciones fueron instruir, persuadir y votar pero tomar las decisiones políticas importantes. Por otra parte, Asia central será reorganizada en 1924, justo cuando Uzbekistán y Turkmenistán fueron incorporadas como 5ª y 6ª repúblicas, y en 1929, con motivo de la incorporación de la república soviética de Tadyikistán. Paralelamente, nos vamos a encontrar con una serie de territorios menores dentro de la federación como son la Repúblicas autónomas y los territorios autónomos15.

En resumen, se constituye un Estado con estructura federal, sufragio indirecto y en el que los soviets sustituyen a los partidos. Tres órganos regulan la vida del Estado soviético: el Congreso de los Soviets, que se reúne anualmente, el Comité Ejecutivo Central (TsIK) o Soviet Supremo, dividido en el Consejo de la Unión y en el Consejo de las Nacionalidades, y el Consejo de los Comisarios del Pueblo o Presidium, que equivale a un gobierno. Es, en realidad, el partido el que controla todos los resorte de poder. Esta estructura se mantendrá hasta la Constitución de 1936 que introducirá algunas modificaciones: la URSS se define como un Estado federal integrado por 11 repúblicas (Rusia, Ucrania, Bielorrusia, Georgia, Armenia, Azerbaiyán, Kazán, Kirgistan, Uzbekistán, Turkmenistán y Tadyikistán), a las que se reconoce el derecho a separarse de la Unión; se refuerza el federalismo estatal al igualar las atribuciones de las dos cámaras del Soviet Supremo; las elecciones de base se realizan por sufragio universal; se sanciona la colectivización de los campos; y se potencia el carácter del partido único, que dispondrá de todos los resortes de poder y se convertirá en el auténtico motor del Estado. La Unión toma decisiones sobre la guerra y la paz, asume la defensa y las relaciones externas, dirige la economía, las comunicaciones y transportes. El órgano central de gobierno sigue siendo el Soviet Supremo (Consejo de la Unión y Consejo de las Nacionalidades) que elige el Presidium, cuyo presidente ejerce las funciones de jefe de Estado, el Consejo de Comisarios del Pueblo (consejo de ministros), la Corte Suprema de Justicia (cada 5 años) y nombra al Procurador General (cada 7 años). La Constitución recoge una enumeración de derechos y deberes (igualdad ante la ley, seguridad, libertad de expresión, obligación a trabajar ...), y garantiza el cumplimiento de los mismos siempre que se ajusten a los intereses del proletariado, intereses que van a estar dictados por el partido. En la prácica no hay división de poderes. La formula está en contradicción con los postulados marxistas pues en lugar de hacer desaparecer el Estado, no sólo lo mantiene sino que lo refuerza en sus mecanismos de decisión y coacción. Los soviets se convierten en órganos centrales de la política soviética: sus candidatos, designados por el partido y sus organizaciones, son elegidos cada cuatro años mediante sufragio secreto y directo por los ciudadanos mayores de 17 años.

15 Para más información consúltese el mapa de la URSS en 1929.

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El partido se convierte en el organismo que controlará toda la maquinaria estatal y se inclinará, cada vez con más fuerza hacia un poder autoritario. En el VIII Congreso del Partido (marzo de 1919) se había nombrado un Comité Central, compuesto por 19 miembros, que a su vez nombró un Politburó de cinco miembros, ampliado a siete y luego a nueve miembros, que sería el encargado de tomar las decisiones políticas, y un Orgburó, encargado de las cuestiones de partido. Se nombraron tres secretarios permanentes, provenientes del Comité Central, y se dispuso de una plantilla de cientos de funcionarios, divididos en secciones, que se encargarían de la gestión del partido. Toda esta poderosa maquinaria de partido, que controlará además el aparato estatal, proporcionará a Stalin un instrumento eficaz para llevar a cabo su dictadura. Hasta 1925 se celebrarán con regularidad congresos del partido pero a partir de entonces cesarán en número y periodicidad, siendo mayor el número de conferencias y reuniones de grupos más pequeños (el Politburó se convirtió en el órgano supremo de toma de decisiones de la URSS).

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EL ASCENSO DE STALIN AL PODER

LOS ÚLTIMOS MESES DE LENIN Y EL DILEMA DE LA SUCESIÓNEl proceso de recuperación económica que se había iniciado con la puesta en marcha de la NEP,

paralelamente a la puesta en marcha del régimen de los soviets, por el que muchos no daban nada, creó un sentimiento de optimismo que, sin embargo, pronto se vio ensombrecido por la enfermedad que afectó a Lenin y que le llevó a la muerte. En mayo de 1922 el líder bolchevique sufrió el primero de una serie de ataques16 que progresivamente le irían incapacitando política y vitalmente, a pesar de sus recuperaciones, algunas auténticamente milagrosas, y de que conservó la lucidez mental hasta los últimos instantes de su vida. Parece ser que Lenin contrajo una enfermedad degenerativa que se manifestaba a través de la alternancia de ataques puntuales y momentos de cierta recuperación, pero que le produjo una hemiplejia progresiva y fatal. Ante la incapacidad que la dolencia provocaba al líder y que le impedía desempeñar con normalidad sus funciones como jefe político, dadas sus condiciones físicas, se planteará un arduo debate en el seno del partido, en el que intervendrá el propio Lenin, con objeto de desentrañar su sucesión y el futuro del sistema soviético. Como consecuencia de todo ello, y a raíz de la muerte de Ulianov, que no dejó un claro sucesor señalado, se va originar una crisis política y una lucha por el poder entre dos bandos fundamentales: por un lado, Trotski y la llamada oposición de izquierdas y, por otro, Stalin y la línea oficial de partido, que cuenta también con el apoyo de los sectores más moderados (derecha).

El 4 de abril de 1922 se anunció que Stalin había sido nombrado Secretario General del partido, quedando de esta forma como número dos dentro del escalafón político. Stalin pertenecía al Politburó desde su formación, había sido nombrado, por su condición de georgiano, como Comisario de las Nacionalidades, pero, sobre todo, era un miembro destacado del partido y una persona con una trayectoria política y revolucionaria dilatada. Se le consideraba como un hombre trabajador, eficiente y leal. Esta elección se vio como una señal de quién sería el sucesor de Lenin al frente de gobierno, máxime con el comienzo de la enfermedad del líder que pareció confirmar esta idea. Sin embargo, Stalin comenzó a imponer su poder y destacarse como figura dirigente dentro del partido y desde los cargos que detentaba, perdiendo en buena medida la camaradería revolucionaria, y esto no gustó nada a Lenin. Es verdad que éste quedó impresionado cuando conoció al georgiano en una reunión de delegados del partido que se celebró en Finlandia a fines de 1905, por su talento político, su impresionante pragmatismo y su capacidad organizativa, que hacían de él una persona muy eficaz para la práctica gubernativa. Pese a esa capacidad, Lenin pronto conoció otras facetas, negativas, de Stalin que no le gustaron nada: sus métodos de trabajo rudos, duros y, a veces, brutales; sus deseos de burocratización, su "chovinismo granruso", su vanidad y ambición de poder, poco fraternizadora, a pesar de que Stalin siempre pretendiera dar una imagen contraria, de modestia y sumisión. La confianza que en un principio depositó Ulianov se fue desvaneciendo en la medida en que fue descubriendo la verdadera personalidad del camarada Djugasvili. Sirva como ejemplo el que Lenin quedó sorprendido y aterrorizado al mismo 16 El segundo ataque se produjo en diciembre de 1922 y éste le produjo la paralización del lado derecho de su cuerpo; el tercero, en marzo de 1923, le privó del habla y fue el que ya no le permitió trabajar. Fue el definitivo pues tras este ataque se desvanecieron las esperanzas de una posible recuperación.

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tiempo al ver las formas brutales que el georgiano empleaba con sus compatriotas del Cáucaso, de su falta de sensibilidad o pasión revolucionaria, todo lo contrario a Trotski. Incluso, previó un enfrentamiento entre éste último y Stalin por la disparidad de personalidades, ideas y planteamientos y el antagonismo creado entre ambos líderes como se recoge en su problemático testamento, redactado entre diciembre de 1922 y enero de 1923, y donde también se recogía la necesidad de desplazar a Stalin de la secretaria general. Cuando Lenin quiso relegarlo del secretariado ya era tarde pues estaba ya muy enfermo (había sufrido el tercer ataque) y moriría sin poder cumplir este deseo. Su mujer Krupskaia, que apoyó en todo momento a su marido, no pudo tampoco hacer nada por revocar el puesto y el poder de Stalin.

Cuando Lenin se vio totalmente incapacitado para acudir al Congreso del partido (abril) como líder y buscó un sustituto, pero la cuestión se le planteó más difícil de lo que en principio preveía. Trotski no le convencía no por su incapacidad, pues poseía una personalidad arrolladora, un historial revolucionario impresionante y una oratoria arrolladora, sino por su impulsividad y la falta de apoyo que poseía en la cumbre del partido (no así entre las bases). Tampoco convencía el triunvirato, que ya por entonces se estaba formando, entre Kámenev, Zinoviev y Stalin: el primero por su falta de carácter y los otros dos por su ambición. Durante el la primavera-verano de 1923 las enemistades dentro del partido se disparan y es entonces cuando el triunvirato se prepara para acabar con Trotski con el pretexto de las críticas que este había realizado al partido y la política que éste llevaba a cabo: al burocratización y la jerarquización, a la imposición de la "dictadura dentro del partido". Trotski cayó entonces enfermo lo que le condenó a una posición pasiva que aprovechó el triunvirato para mejorar su posición haciéndole una serie de concesiones (como dejar entrar en el partido miembros del proletariado industrial) para ganar adeptos y para luego deshacerse de Trotski con más facilidad. Éste no quedó tranquilo, a pesar de la "aquiescencia" que se había tomado hacia su persona, y siguió condenando la NEP y a determinados miembros del partido por la política que estaban llevando a cabo, en diversas cartas publicadas en el Pravda. El triunvirato, que al principio no le dio apenas importancia a los ataques, terminó contestando a las críticas e increpaciones del ucraniano en otras misivas que tiene su punto de arranque en el artículo de 15 de diciembre de Stalin, en el que criticó duramente a la oposición, y que será seguido por otros de Zinoviev, Kámenev, Bujarin ... La oposición no pudo hacer más uso del Pravda, el proceso de denigración personal de Trotski ganó fuerza y, a mediados de enero, una conferencia del partido condenó a la oposición.

Lenin muere el 21 de enero de 1924, aunque políticamente ya lo había hecho en marzo del año anterior, y fallece sin dejar fijado un sucesor concreto aunque todas la miradas se centraban en Zinoviev como el hombre más indicado. Sin embargo, Stalin se encargó de que no quedara la más mínima duda de quien debía ser el auténtico sucesor organizando una campaña en la que casi se divinizó al Lenin.

LA LUCHA POR EL PODEREn el Congreso de los Soviets de la URSS (26 de enero de 1924), se honró la memoria de Lenin,

se decidió rebautizar la ciudad de Petrogrado con el nombre de Leningrado y también se determinó el reforzamiento del partido mediante la incorporación de nuevos miembros obreros (alistamiento Lenin).

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Esta última acción no es más que un paso más en el cambio de la concepción del partido que se estaba desarrollando desde el X Congreso de Partido: se estaba convirtiendo en un instrumento de y para el Estado de tal forma que ya no se podía disociar Estado y partido. El principal responsable de la transformación es Stalin pero no es él quien la proyecta sino Lenin. En el X Congreso de 1921 se había llevado a cabo un primera purga que redujo el partido de 600.000 ó 700.000 miembros a 350.000 en los inicios de 1924; el alistamiento Lenin, que se realizó paralelamente a una nueva purga, incorporó a 240.000 nuevos miembros adictos a la ortodoxia oficial. La purga y el reclutamiento significaron un cambio en la orientación de partido, de la que sí que se encargo Stalin, para que toda la maquinaria estatal se alineara a su favor. El partido de élites de Lenin, que tras la revolución y la toma de poder se había convertido en un anacronismo, se va a transformar en el partido de masas de Stalin.

Stalin también se preocupó de que se difundiera el leninismo como doctrina oficial del partido, dando un nuevo paso para convertirse en el principal baluarte de la doctrina frente a Trotski, quien también escribió algunos artículos en defensa del leninismo y de su papel en la revolución. Stalin dio una serie de conferencias en la Universidad de Moscú que, con el título Fundamentos del leninismo, se definían por ser muy claras, esquemáticas y convencionales. Se ha aducido que todo esto viene dado por el conocimiento del testamento de Lenin que, al parecer, no era muy favorable al líder georgiano por lo que no fue hecho público. Pero la cuestión que va a tomar más importancia en el XIII Congreso del partido es el problema de la oposición. Se estableció una batalla política de escritos, de una y otra parte, en defensa del pensamiento de Lenin y que dio origen a una serie réplicas y contrarréplicas, en las que Stalin no se inmiscuyó demasiado, limitándose a mantener una posición pseudomoderadora, escritos que acabaron por se claramente difamatorias por ambas partes. En enero de 1925 se celebró una sesión del Comité Central del partido en la que se discutió qué hacer con la oposición trotskista y que, finalmente, destituyó a Trotski como presidente del Consejo Militar Revolucionario y como Comisario del Pueblo para la Guerra. La amplia discusión teórica que se había originado anteriormente permitió descubrir a sus adversarios un punto por el que poder atacar a Trotski: la defensa de la revolución permanente, que en el caso ruso presentaba un estadio intermedio de revolución burguesa antifeudal (1905) y desde la cual se pasaría a la revolución socialista anticapitalista que se extendería a todos los países. El principal crítico de esta teoría fue Bujarin, cuyo análisis sirvió de base para que Stalin planteara, frente a la revolución permanente, su doctrina del socialismo en un sólo país, una extraña mezcla de socialismo y nacionalismo, con la que se señalaba, por un lado, la preeminencia de Rusia dentro de la URSS y, por otro, destacaba el patriotismo nacional frente a los ideales internacionalistas de la revolución. En una conferencia de partido en abril de 1925, se impuso la doctrina del socialismo en un sólo país como oficial. Stalin estaba avanzando hacia una concepción muy diferente de una Rusia autosuficiente, transformada y económicamente independiente, gracias a una industria y agricultura modernizadas, algo que venía mediatizado por la recuperación económica que se estaba dando. El estallido de la segunda crisis de las tijeras dio de nuevo alas a las críticas de la oposición.

Entre diciembre de 1924 y mayo de 1925 tiene lugar la segunda crisis de las tijeras, que no tuvo unas consecuencias tan negativas como la primera y que se presenta de forma inversa puesto que son ahora los precios agrícolas los que suben considerablemente, con lo que los campesinos medios y ricos,

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sobre todo los kulaki, van a salir beneficiados. Por otro lado, en 1925 la recuperación industrial había sido enorme y se estaban alcanzándo los niveles de producción de preguerra. Sin embargo, pronto se alcanzaría el tope la producción y las nuevas necesidades (industrializar) imponían un mayor número de inversiones. Se generó una nueva discusión en el seno del partido que ponía en duda el sistema de la NEP y que planteaba qué era lo más conveniente para asegurar a la economía frente a nuevas crisis. Se cuestiona si primar definitivamente a la industria, para lo que era necesario planificar y colectivizar el campo, o mantener la indulgencia con el campesinado, que beneficiaba a los kulaki y no permitía el desarrollo económico de la URSS. Al final, venció la opción del campesinado al que además se le otorgaron algunos privilegios, como la reducción del impuesto agrícola, los arriendos y la contratación de asalariados. La expectativa de un desarrollo industrial no se dejó de lado pero ésta requería grandes inversiones de capital, la renovación del equipamiento y la creación de nuevas industrias algo que no era posible realizar sino había antes un recuperación económica y se obtenían los capitales necesarios del campo. No obstante, los campesinos no parecían estar dispuestos a contribuir a la causa porque estaban preocupados por almacenar grano (lo que dificultaba el abastecimiento) y por venderlo al precio más alto, por lo que se evaporaron las esperanzas de su exportación o de ganancias de la cosecha para financiar la industria pesada. Todos estos hechos fueron el telón de fondo de la lucha entre los partidarios de la industrialización y planificación, en definitiva, de la puesta en marcha del comunismo y entre los defensores de una NEP que beneficiaba al campesinado en detrimento del desarrollo industrial.

El año 1925 fue el de la derrota de Trotski: tras la derrota y desplazamiento de enero, la troika no tuvo ningún problema para deshacerse del héroe revolucionario. En julio el Politburó le hizo firmar una larga retractación en la que, entre otras cosas, Trotski negaba la existencia de un testamento oculto de Lenin. Durante el resto del año Trotski permaneció sin desafiar a la política del partido. El triunvirato había vencido pero la victoria fue fundamental para Stalin que de esta forma daba un paso de gigante en su carrera hacia el poder. Sobre cuatro puntos se apoyarán Stalin y la línea oficial para derrotar a Trotski: • en la doctrina del socialismo en un sólo país frente a la teoría de la revolución permanente trotskista. • en lo acordado en el X Congreso del partido en 1921 que impedía el fraccionalismo interno y la

difusión de opiniones disidentes.• en la defensa de los campesinos y la recuperación económica antes del inicio del comunismo

(planificación = industrialización + colectivización).• en la estrategia que sigue Stalin para acabar con sus adversarios, y que usará en posteriores

enfrentamientos, de simular mantener una postura arbitraria o conciliadora entre las dos partes enfrentadas, inmiscuyéndose poco en las discusiones para no desgastarse e intentando no llegar a la difamación o al ataque personal, que sí usaron sus adversarios políticos con lo que acabaron desprestigiándose. Siempre sabrá aprovecharse de los ataques para derrotar a sus adversarios.

Además, habría que citar el creciente poder del partido, la falta de un programa alternativo, que fuese conocido a nivel popular, el temor al desempleo y la debilidad en número y falta de tradición en la clase obrera rusa como causantes del descalabro político de Trotski y la oposición.

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Una vez derrotado el enemigo común, la troika ya no tenía razón de ser puesto que había sido una especie de "matrimonio de conveniencia" que se rompe una vez logrado su objetivo. La troika no había supuesto en ningún momento una sólida alianza pues eran más que evidentes las diferencias entre sus miembros (Stalin y los otros dos miembros, Zinoviev y Kámenev) e, incluso, hubo algunos roces antes de derrotar a Trotski por diferencias de concepción político-económica. Tras algunas disputas preliminares, estalló la crisis en el seno del triunvirato: Zinoviev y Kámenev en una serie de artículos criticaron abiertamente la postura de apoyo oficial al campesinado y la NEP, justamente lo que antes habían defendido, e indirectamente lanzaron una serie de críticas contra el principal defensor de esta política, Bujarin. Se manifestaron a favor del inicio de la industrialización por considerar que la NEP no podía dar más de sí, que era exactamente lo que antes se había criticado; pero también se arrojaron críticas a la doctrina del socialismo en un sólo país lo que significaba la guerra contra Stalin. Ante estas acusaciones surge una pregunta, ¿ a qué se debe este cambio de actitud tan repentino de Zinoviev y Kámenev ?. La respuesta tiene su lógica: porque era inevitable un enfrentamiento entre Zinoviev, que controlaba la organización del partido en Leningrado, la ciudad más industrializada de la URSS, y Stalin, que dirigía la organización central del partido en Moscú. Se predenta la lucha entre dos ciudades. Kámenev, jefe del soviet de Moscú, tan apenas tenía autoridad y fue pronto desplazado. El campo de batalla fue el XIV Congreso del partido (diciembre de 1925), en el que Zinoviev y Kámenev expusieron la urgencia de iniciar la industrialización y el peligro que suponían para el régimen los kulaki, proposición que acabó admitiendo el congreso. Pese a todo, la victoria fue para Bujarin y Stalin, que apoyó al primero usando su estrategia de conciliación y desgaste de adversarios, lo cuales no hicieron sino lanzarse continuos ataques. Zinoviev y sus partidarios sufrieron los medios de presión que anteriormente se habían aplicado a Trotski y sus seguidores. Bujarin se convirtió en el principal orador en Leningrado, donde se llevó a cabo una purga en la que se eliminaron los elementos no oficialistas y se introdujeron en los órganos de la antigua capital seguidores leales del Comité Central (Molotov, Rikov, Kirov, Kanilin ...). Zinoviev, tras retractarse de sus afirmaciones, conservó su puesto como miembro del Politburó y presidente de la Komintern pero fue expulsado de su base en Leningrado y quedó sin un poder efectivo. Stalin había dado otro paso de gigante en su ascenso político y su autoridad ahora no podía ser impugnada.

LA DERROTA DE LA OPOSICIÓN Y LA VICTORIA DE STALINUna vez derrotados, Zinoviev y Kámenev decidieron formar con Trotski, que durante buena

parte de 1925 había permanecido sin realizar ningún ataque, la llamada "oposición unificada" (verano de 1926), que desde un principio parecía predestinada al fracaso pues no contaban con muchos partidarios activos, a pesar de las simpatías que levantaban; no poseían cargos importantes (Zinoviev y Trotski fueron expulsados del Politburó y Kámenev perdió sus cargos gubernamentales); pero, fundamentalmente, no había apenas cohesión y confianza entre los miembros, no poseían un programa concreto de acción puesto que toda su base radicaba en la denuncia de los dirigentes del partido. Los puntos más claros de esta denuncia de la oposición aparecen expuestos en la "Declaración de los 83", que Trotski presentó en la primavera de 1927, y en los que, básicamente, se ponía de manifiesto los

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puntos de vista de la oposición: se denunciaba la política agrícola vigente pues beneficiaba al kulak y perjudicaba a los campesinos más pobres, al desarrollo industrial y al obrero; también se censura la implantación de la teoría burguesa del socialismo en un sólo país como una desviación de los principios revolucionarios. Tras esta dura crítica, Trotski y Zinoviev fueron amenazados por el Comité Central con ser expulsados del partido a menos que se retractaran; ambos líderes se reconciliaron con la ortodoxia pero el arrepentimiento sólo supuso una tregua. Se prohibió a la oposición escribir en la prensa y siguió siendo constante la persecución: se organizaron mítines masivos para denunciar a la oposición y pedir la expulsión de sus miembros.

En septiembre Trotski fue expulsado del Comité Ejecutivo de la IC y al mes siguiente Stalin propuso su expulsión y la de Zinoviev del Comité Central del Partido y así sucedió: a mediados de noviembre fueron expulsados del partido y Kámenev y otros miembros separados del Comité Central. Los opositores, en todos lo organismos, fueron sustituidos por miembros leales a la línea oficial y exiliados. Zinoviev y Kámenev fueron desterrados a Kaluga; Trotski a Alma Ata, en los confines de Asia central, donde permaneció hasta que fue expulsado de la URSS al año siguiente, aunque todavía mantuvo una intensa correspondencia con los miembros de la oposición dispersos en Siberia. El final de la oposición unificada significó la victoria total de Stalin que, como antes he citado, se apoyó en la doctrina del socialismo en un sólo país, en su estrategia política y su paciencia y en la prohibición del fraccionalismo y la difusión de opiniones cismáticas, que había aprobado el partido en 1921, para acabar con los disidentes. Sin embargo esta última medida se confeccionó para mantener la unidad y la lealtad de sus miembros pero siempre con respecto al partido no al Estado; Stalin la aplicó también al Estado: todos los miembros del partido en organismos gubernativos tenían que seguir las pautas de aquél. Hacia 1927 no hay distinción entre Estado y partido por lo que cualquier crítica política podía ser considerada contraría a la línea oficial del partido. La eliminación de la oposición no supuso sino una parte de un proceso más amplio que concentró y centralizó la autoridad conjunta del partido y el Estado, haciéndola absoluta. A partir de aquí se inicia la dictadura del partido, la burocracia ideocrática absoluta del partido, representada en la figura del líder. A partir de entonces la libertad de expresión se verá recortada hasta la imposición del control editorial estatal (diciembre de 1928); se impondrá una centralización, sobre todo en el campo del derecho, que ampliará los poderes de la policía y las medidas de represión (p. e., creación, desde marzo de 1928 de campos de concentración para delincuentes políticos).

Todo este esfuerzo era necesario para llevar a cabo la construcción del comunismo ya que en 1927 la NEP había hecho aguas y se había logrado la recuperación económica. Es ahora cuando empieza la gran obra estalinista: la planificación económica, la industrialización y colectivización del campo, que desde hacía unos meses estaba siendo revisada para su puesta en práctica.

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LA FIGURA DE STALIN

ALGUNOS DATOS BIOGRÁFICOSJosif Visarionovich Dzugasvili, verdadero nombre de Stalin, nace en 1879 en Gori, aldea de

Tiflis en Georgia, en el seno de una familia pobre. Hijo de un zapatero, fue su madre quién impulsó al joven Josif a ingresar en el Seminario de Tiflis con sólo trece años de edad. De aquí fue expulsado en 1899 por sus actitudes sospechosas puesto que fue militante del Partido Socialdemócrata Obrero Ruso. Su talante inquieto motivó que, desde muy joven, adoctara el marxismo y se impregnara de las ideas revolucionarias, a lo que habría que añadir el espíritu rebelde y en pro de la libertad propio de la zona del Cáucaso, que sufría el yugo zarista y ruso en toda su extensión, y que también impactó en el joven georgiano. Todas estas influencias determinaron el espíritu rebelde y revolucionario de Stalin que le impelió a organizar acciones subversivas en la zona cuando era todavía no había cumplido los veinte años. En 1899 fue fichado por la policía zarista y al año siguiente preparó una gran huelga en la región de Baku, en la que hubo disturbios y choques con los cosacos. También en ese año pasa a formar parte del Comité Central del partido socialdemócrata en la zona y adopta el apodo de Koba (el elegido) que hace referencia a un antiguo héroe bandolero georgiano. Este no será sino uno de los numerosos apodos que recibirá a lo largo de su vida aunque por el que pasará a la historia es por el de Stalin ( hombre de acero), que le vino a la medida de la actuación política que posteriormente desarrollará. Entre 1901 y 1907, actúa como un activo organizador revolucionario en la región del Cáucaso, donde lleva la lucha no sólo contra el poder imperial sino también contra otros grupos revolucionarios (como los anarcosindicalistas). Participa activamente en los sucesos revolucionarios de 1905 y a fines de ese año es elegido delegado del partido y acude a Finlandia donde conoce y traba amistad con Lenin, el líder de la fracción bolchevique. Stalin destacaría por su labor periodística y editora y escribirá artículos en periódicos y varias obras sobre el tema de la revolución. En 1909 será expulsado del Comité Central Revolucionario del Cáucaso por ser hombre de acción y defender la tendencia socialista e internacionalista. Durante estos años, y hasta el estallido de la Revolución de febrero, pasará buena parte del tiempo en la cárcel y desterrado. En 1911 lo encontramos en Petrogrado donde forma parte del partido y donde comenzará a editar el diario Pravda (1912). En ese mismo año pasará a formar parte del Comité Central del partido bolchevique. Viajará por toda Rusia organizando células revolucionarias, fundando periódicos (Izvetsia) hasta que es detenido y deportado a Tomsk por tales actividades; aunque conseguirá huir será deportado a Kureika (Turujansk) en 1913. La amnistía de Kerenski, tras el estallido de febrero, le permite salir del aislamiento y regresar a la capital, reanudando la actividad revolucionaria dentro del partido bolchevique. Se encarga de las labores de prensa, con un papel muy destacado como organizador que le valdrá para ser nombrado, tras la Revolución de octubre, como Comisario de las Nacionalidades, convirtiéndose en íntimo colaborador de Lenin, su más fiel discípulo y en el número dos del partido, relegando a su enemigo Trotski.

LA FIGURA DE STALIN EN CONTRAPOSICIÓN CON LENIN Y TROTSKI

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Stalin no fue un teórico brillante, prolífico y fecundo como lo fue Lenin, Trotski, Zinoviev o Bujarin, pero si que tuvo una cualidad que éstos no poseían: el pragmatismo. El que no fuera un excelente teórico marxista no quiere decir que fuese un ignorante semianalfableto ansioso de poder, como argumentaron sus enemigos, pues fue una persona muy lúcida y que interpretó el marxismo de una forma peculiar y ajustada a las características de Rusia y a las circunstancias coyunturales del momento.

Desde el momento en el que conoció a Lenin, el georgiano va a estar muy influido por su figura y siempre va apoyar su política, declarándose a su muerte como continuador de la obra revolucionaria. Sin embargo, ambos líderes diferían de raíz en planteamiento, carisma y carácter. En primer lugar, discrepaban en sus planteamientos políticos pues Lenin concedía una importancia trascendental a las masas mientras que Stalin delegaba esta importancia al partido. Además, Lenin concebía un partido reducido, de revolucionarios profesionales, regido por la teoría marxista, centralizado y disciplinado pero no burocratizado y rígidamente jerarquizado, que fue precisamente lo que realizó Stalin durante la enfermedad de Lenin. Por otro lado, éste era claramente internacionalista, pues confió que la guerra mundial sería la base para el desarrollo de una revolución mundial, a pesar de que tuviera que renunciar a este ideal por la adversa coyuntura que se dio desde 1919 (fracaso de la revolución alemana, el bloqueo, el fracaso de la ofensiva en Polonia, final de la guerra civil ...). Stalin era nacionalista pero no georgiano sino ruso, nacionalismo que paulatinamente degeneró en el "chovinismo panruso" y de ahí que se convirtiera en el máximo representante de la doctrina del socialismo en un sólo país y en protagonista del resurgimiento del sentimiento nacional ruso durante la guerra mundial. Por otro lado, ambos líderes diferían también en carisma: el de Lenin resultaba indiscutible ya que su oratoria y su capacidad de conexión con las masas hacían de él un líder indiscutible. Stalin no poseía ninguno de estos rasgos y no tendrá el carisma de su predecesor; parecía una figura monolítica, impersonal y enigmática, pero sin ningún atractivo a primera vista. Para ver los sentimientos del pueblo hacia su persona, no hay más que tener en cuenta las duras condiciones que se impusieron a la población con motivo de la planificación y que generaron los más profundos sentimientos de odio y rechazo. Sólo en los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial, Stalin adquiere el carisma que le otorga ser el verdadero artífice de la victoria a los ojos del pueblo. A partir de entonces, se inicia un proceso de pseudodivinización de su figura que recuerda en suma a la que representaron los zares como "Padres" del pueblo ruso, algo que jamás Lenin hubiese osado representar, pese a que Stalin honró su efigie tras su muerte.

Lenin vendría a representar al máximo teórico y dirigente de la Revolución de octubre y del posterior desarrollo del régimen de los soviets, mientras que Stalin representaría al hombre que puso en marcha el sistema socialista soviético pero también el que enterró los ideales de Octubre imponiendo una dictadura totalitaria que convertiría a la URSS en una potencia mundial. Todo ello se ha simplificado diciendo que Lenin representaría la teoría y Stalin la praxis del comunismo, algo que no es del todo cierto. Tanto uno como otro, y también Trotski, son marxistas y han urdido su pensamiento político en el marxismo adaptándolo a la idiosincrasia rusa y a la coyuntura del momento. Pero Stalin dará un paso más al convertir el rebautizado marxismo-leninismo en la doctrina oficial del régimen, legitimadora de la dictadura personal y del partido, y que degenerará en el estalinismo. La ideología política estalinista se caracterizará por una mezcla de marxismo-leninismo, de tergiversación del

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pensamiento de Lenin y algunos conceptos nuevos: el socialismo en una sólo país; la construcción del socialismo agudiza la lucha de clases; el Estado, en contraposición a lo afirmado por Marx e incluso Lenin, no debía desaparecer sino fortalecerse; la unidad del partido tenía que ser monolítica ...

El ascenso político de Stalin vino marcado por sus habilidades especiales en la intriga política, otro rasgo que lo diferencia de Lenin. En numerosas ocasiones se sirvió del engaño, de su astucia, de la manipulación, el silencio y de su talento político, fuera de lo común, para deshacerse de sus enemigos. Estas "tácticas" políticas supo emplearlas a la perfección y con sutileza para derrotar a la oposición y a todos aquellos que se le opusieron en el camino al poder o que representaron alguna disidencia dentro del partido. Fue una persona muy paciente que supo aguantar las embestidas de sus enemigos para darles en el momento dado el zarpazo definitivo. Según Trotski, su principal adversario político y personal, las cualidades de Stalin eran la perseverancia, el sentido práctico, la voluntad, la falta de imaginación, el simplismo y, sobre todo, la mediocridad: para Trotski, Stalin era un mediocre en el sentido literal del término. Esta presunta mediocridad fue lo que motivó que el líder georgiano fuese subestimado por sus rivales; pero la habilidad manipulativa estalinista estuvo en política muy por encima de la brillantez teórica trotskista y sus adversarios. En realidad, fue esta infravaloración de Stalin como teórico y el desarrollo de toda una estrategia política lo que le permitió acabar con sus enemigos y alcanzar al poder.

Trotski resulta ser uno de los personajes más singulares de la historia contemporánea. Su incorporación al partido bolchevique fue tardía (julio de 1917), justo en uno de los momentos más difíciles de la historia del partido. Hasta entonces Trotski había mantenido una postura independiente de bolcheviques y mencheviques. Compartirá con los primeros la necesidad de la revolución socialista, no burguesa, aunque liderada, y en esto difería de Lenin y Stalin, por los obreros sin los campesinos. Con los mencheviques compartía una concepción democrática del partido pero se oponía a unos y otros con respecto a la concepción teórica de la revolución rusa. Tras el triunfo bolchevique, Trotski se convertirá en el personaje más importante del gobierno y el partido por debajo de Lenin. Fue un teórico marxista excepcional, gran orador y escritor, internacionalista y, al igual que Lenin, muy familiarizado con la cultura occidental. Además fue siempre un defensor de los principios revolucionarios puros y de la revolución permanente, la revolución mundial necesaria para salvar el régimen de los soviets de la URSS. Stalin resultaba ser totalmente contrario a él: práctico, con escasa formación teórica, encerrado en la cultura rusa, nacionalista y receloso de la intelligentsia. Trotski había tenido sus diferencias con Lenin antes de la Revolución de octubre y en los últimos instantes de la guerra civil como consecuencia de su defensa del comunismo de guerra, pero eso no le impidió convertirse en el número dos del partido y el Estado. El papel de Stalin dentro del partido había sido menos importante pero siempre había destacado por su capacidad organizativa. Tras ser nombrado Secretario General del partido (abril de 1922), Stalin se hizo con control del aparato adquiriendo un inmenso poder e inevitablemente chocó con Trostki. En el enfrentamiento que se estableció entre ambos personajes, Trotski se erigió en defensor de la revolución permanente, del comunismo frente a la NEP, de la democracia dentro del partido frente a los métodos burocráticos y autoritarios y la teoría del socialismo en un sólo país de Stalin. Una vez derrotado Trotski, a finales de los años veinte, cuando la NEP se mostró inviable, Stalin no sólo se apoderará de los planteamientos de Trotski relativos a la industrialización sino que los llevará todo lo

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lejos que le fue posible mediante la colectivización del campesinado y planificación a través de objetivos desorbitados.

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PLANIFICACIÓN ECONÓMICA Y COLECTIVIZACIÓN DEL CAMPO

LA PLANIFICACIÓN ECONÓMICA: INDUSTIALIZACIÓN MAGNIS ITINERIBUSLa planificación económica está profundamente arraiga en el pensamiento marxista aunque no es

exclusivamente propia de los regímenes socialistas (también lo encontramos, p. e., en los planes de desarrollo de los países capitalistas), pero si que en ellos alcanza su máxima expresión convirtiéndose en el principio regulador de la vida económica y, prácticamente, de todos los campos del país. La planificación es además una de las premisas básicas para la consolidación del socialismo y el desarrollo económico del país y conlleva una política de industrialización masiva así como la colectivización del campo, de donde se obtienen los capitales para la esa industrialización. Desde el triunfo bolchevique, en el programa del partido se recogía la idea de los planes económicos como elementales en la construcción del comunismo. Sin embargo, la guerra civil, la negativa coyuntura económica que atraviesa Rusia durante ese periodo y el fracaso del comunismo de guerra, que recogía muchos principios fundamentales de la planificación, obligó a posponer esta política económica para dar luz a la NEP, una etapa de transición mediante la cual se pretendía recuperar económicamente al país para, después, iniciar la industrialización. Los primeros proyectos son tempranos: en 1920 se crea la Comisión para la electrificación de Rusia (Goelro), el primer plan para una industria en particular, y en 1921 se había creado una Comisión de Planificación General del Estado (Gosplan) aunque su función quedó confinada durante los años de la NEP a simples ejercicios sobre planificación global y a un control de cifras productivas que se fue perfeccionado con el transcurso de los años. Durante este tiempo se van a ir poniendo las bases, presupuestos y objetivos de la planificación, cuyas características básicas se pueden resumir en los siguientes puntos:• pretende una acelerada industrialización a gran escala para conseguir un aumento en la producción.• se apoya en la riqueza de recursos que presenta el país: gran número de establecimientos industriales,

enorme extensión de la red ferroviaria, recursos humanos y el subsuelo rico en recursos naturales.• la planificación se basa en el centralismo y dirigismo estatal, oponiéndose a la economía de mercado,

donde domina la libre empresa, aunque no son totalmente incompatibles como se ha podido comprobar en aquellos países capitalistas que ante las crisis han tomado medidas de control económico estatal17.

• se prima la industria pesada (bienes de equipo) y la militar por encima de la industria de consumo que, si bien requiere grandes inversiones de capital socializado, son también la llave del desarrollo.

• se requiere la socialización de la economía por lo que es necesario desarrollar de forma paralela la colectivización del campo, donde se obtendrán grandes capitales que financien a la industria. El mayor perjudicado el campesinado que tendrá que aumentar su rendimiento y recibirá menos beneficios.

• con la planificación se pretende la autosuficiencia económica (autarquía) de la URSS y, a la vez, que ésta se convierta en un país moderno e industrial capaz de competir con el occidente capitalista.

17 Por ejemplo, las medidas del New Deal de Roosevelt tras la crisis de 1929 tienen un importante componente de dirigismo estatal.

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• se aspira a elevar los niveles de consumo de la población, algo que convertirá en una auténtica utopía hasta la muerte de Stalin.

• otros objetivos: la alfabetización completa, la expansión de las oportunidades en educación, la preparación de personal cualificado, la mejora de los servicios sanitarios y sociales ...

La crisis de las tijeras de 1923, que puso de manifiesto las insuficiencias de la NEP, marca el primer paso a la planificación global pues desde ese momento se establecerán controles de precios que cada vez se van a ir haciendo más exhaustivos. Parecía posible que para 1925 se pudiera poner en marcha el primer plan, al menos parcial y orientativamente, pues el Gosplan había presentado en ese año sus Cifras de control de la economía nacional (muy optimistas), pero las dificultades para la recuadación de grano desbarataron el plan. En el XIV Congreso del partido, celebrado en diciembre de 1925, Stalin, una vez deshecha la troika y derrotados Zinoviev y Kámenev, expuso sus deseos de llevar a cabo el desarrollo económico del país mediante la planificación económica y la modernización tecnológica. A partir de entonces adquiere fuerza el Gosplan, cuya efectividad se había puesto hasta entonces en entredicho, y el ideal de planificación global. Las gestiones se van a acelerar desde ese momento pero ahora se plantea cómo industrializar dadas las carencias infraestructurales que presentaba el país (se necesitaban nuevas construcciones y nuevos equipamientos tecnológicos).

En marzo de 1926 se celebrará el primer congreso sobre la planificación en el que el Gosplan eligió como fórmula más adecuada el plan quinquenal ya que el anual se movía en lapso de tiempo muy breve y el general se abortó porque resultaba muy amplio y porque al final quedaba reducido a valoraciones anuales (planes anuales). El control de cifras se mejoró enormemente entre 1926 y 1927. También hubo divisiones en el seno del Gosplan por cuanto dos "escuelas" se opusieron en lo que se refiere a la concepción del plan: por un lado, encontramos a la escuela genética, formada en su mayor parte por economistas no pertenecientes al partido que determinan que el plan tendría que guiarse por las "tendencias objetivas" inherentes a la situación económica; por otro, la escuela teleológica, formada por miembros del partido y economistas fieles a la línea oficial que exponen que el factor decisivo es el objetivo previsto y las directrices marcadas para su consecución. De esta forma, se transformaba la base económica del plan, que no se asentaba en la predicción sino en las pautas a seguir, con lo que el plan tomaba un claro matiz político frente al original económico. Esta tendencia será la que se imponga con lo que en los planes llegará a confundirse política y economía: los objetivos económicos eran a la vez políticos y viceversa.

Todo esto se va a dar justo cuando Stalin y Bujarin están luchando contra la oposición unificada de Trotski y Zinoviev y cuando éstos también abogan por las mismas ideas de planificación e industrialización. La diferencia fundamental entre la línea oficial del partido y la oposición es que aquella pensaba que esta política podría ser llevada a cabo sin grandes tensiones en la economía y, en particular, sobre el campesinado, aspecto que si percibió la oposición y también Bujarin. Aun con todo, cada vez ganarán más adeptos las tendencias planificadoras oficiales, no sólo porque éstas se presentaban como un medio de lograr la implantación de tan ansiado comunismo sino también porque eran el medio más adecuado de lograr que la Unión Soviética se convirtiese en un país desarrollado, autosuficiente y capaz de competir con el mundo capitalista. Para ello se necesitaban grandes

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inversiones en industria pesada, que no reportaba beneficios al consumidor, la modernización tecnológica, la mecanización industrial, la racionalización de la producción, el ahorro y un sobreesfuerzo para aumentar la productividad, lo que suponía conseguir un trabajo eficiente y disciplinado por parte de obreros y la explotación del campesinado.

A lo largo de 1927 la tendencia favorable a la industrialización progresa a marchas forzadas. Sin embargo, todo este esfuerzo no se podía llevar a término si no había suministro de grano por parte de los campesinos a las ciudades y las fábricas y que permitieran obtener grandes capitales de inversión. Era necesario ahora forzar el ritmo de producción agrícola por todos los medios posibles, aunque fuesen coercitivos. Pero se encontraron con la oposición del Narkomfin (Comisariado del Pueblo para las Finanzas) y el Narkomzem (Comisariado del Pueblo para la Agricultura) que desde un primer momento se mostraron contrarios a una planificación que castigaría al campesinado de forma brutal. Esta oposición no fue escollo para superar las dificultades y llevar adelante el proyecto porque no hubo ningún problema para sustituir, desde la primavera de 1928, a los funcionarios y expertos ajenos a la línea oficial del partido de ambos organismos por otros adictos. Junto a esto, se planteaba otra dificultad, mucho más compleja, derivada de cómo lograr el aumento de producción agrícola pues, en principio, era necesario que la colectivización introdujese maquinaria (tractores, cosechadoras ...) en el campo; pero para que hubiese máquinas suficientes como para lograr los objetivos marcados, era necesaria una industrialización a gran escala que las proporcionase y esto no se podía llevar a cabo sin el aporte de grano a los centros urbanos e industriales y que generara capitales para industrializar, con lo cual entramos en un círculo vicioso de difícil arreglo. El partido decide tomar una solución salomónica: industrialización y colectivización tendrían que ir de la mano y realizarse de un modo paralelo. De esta relación va a salir muy perjudicado el campo, pues el ritmo vertiginoso de industrialización no podrá ser ni paralelo ni soportado por el sector primario a menos que los campesinos quedaran confinados a una nueva servidumbre, como así ocurrió.

Desde un primer momento se va a seguir una estrategia industrial con lo que, aparte de la formación de capitales socializados a través de la colectivización, la gestión industrial será sometida a una presión insistente: primeramente, se adquiere tecnología occidental y se emplean especialistas extranjeros, cosa bastante normal en la Rusia zarista e incluso revolucionaria, al no haber técnicos e ingenieros soviéticos. Paralelamente, se elaborarán y serán puestos en marcha programas de educación y de preparación del personal cualificado dirigidos a una potencial fuerza laboral proveniente en masa del éxodo rural. Para resolver la cuestión del trabajo, Stalin se valió de la improvisación y desarrolla toda una política de terror: se impuso que la productividad de los trabajadores debía crecer por encima de sus salarios lo que significaba una mayor intensidad de trabajo, y de ahí, que se impusiera el adoctrinamiento, la instrucción intensiva, el trabajo a destajo, se condenara la ebriedad (uno de los mayores problemas de Rusia y de la Unión Soviética), el absentismo, el simular estar enfermo ... De nuevo se volvían a las medidas draconianas y tayloristas del comunismo de guerra y de nuevo surgieron las críticas desde distintos sectores. Se instauró un sistema de propaganda y otro de premios para aquellos trabajadores más eficientes y productivos; se creó el título de "Héroe del Trabajo", concedido a trabajadores meritorios, y se instauraron los "sábados comunistas", horas extras sin paga; todo ello para

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aumentar la productividad. Incluso en muchas fábricas, sobre todo textiles, se instauraron varios turnos de trabajo. En la práctica, los salarios quedaron determinados por dos fórmulas distintas: en primer lugar, estaba el procedimiento según el cual la autoridad fijaba el fondo salarial total para el año siguiente; por otro lado, menos extendido, estaba la conclusión de contratos colectivos. Lo cierto es que, de una manera o de otra, los salarios una vez fijados no se podían subir o bajar sino por la autoridad, aunque sí que se podían negociar las condiciones de trabajo o producción. Los sindicatos pasaron a estar controlados por el Estado y se les hizo responsables del mantenimiento de la productividad, de la disciplina y de la mediación en los conflictos laborales. Un punto mucho más conflictivo fue el del control de precios: si bien el control al por mayor fue efectivo, no fue así hubo tanta efectividad en el control de los precios al por menor.

Todas estas medidas inherentes al desarrollo planificado industrial llevaron consigo un descenso del nivel de vida de la población, esencialmente por cuatro razones relacionadas entre sí:

1º porque la sociedad se vio sometida a las duras presiones de la industrialización y de la economía planificada y por la absorción de todos los recursos disponibles para tales actividades.2º porque se producían medios de producción pero no bienes de consumo, que eran los que más repercutían en la mejora de la calidad de vida de la población.3º porque desde 1927-28 los salarios obreros descendieron paulatinamente y no se ajustaron con los precios de los productos al por menor.4º porque la agricultura, aunque se había recuperado plenamente de los descalabros de las guerras, el comunismo de guerra y los años de malas cosechas (sólo los campesinos medios y ricos; no los pobres), no podía seguir la cadencia impuesta por el ritmo frenético de la industrialización. A largo plazo era más útil dejar prosperar a los campesinos en sus propiedades individuales y vender su producto en un mercado libre.

Estos argumentos y otros fueron esgrimidos por la llamada oposición "de la derecha" del Politburó, formado en julio de 1928 por el propio Bujarin, el principal defensor del campesinado dentro del partido, Rikov y Tomski, que se manifestaron a favor de reducir o no acelerar más el ritmo de industrialización impuesto. En definitiva, suponía una declaración a favor de la NEP. Sin embargo, una vez puesta en marcha la política de industrialización ya no se podía echar marcha atrás y el deseo de Stalin y la mayor parte de los miembros directores del partido era el desarrollo económico e industrial. De esta forma, no le costará mucho a Stalin deshacerse de la oposición que, sin el líder que antes les había respaldado, apenas contaban con apoyos de importancia dentro del partido. Bujarin fue derrotado (noviembre de 1928), destituido de sus cargos, condenada su política y obligado a retractarse y reconciliarse con la ortodoxia del partido. La victoria de la nueva política económica se verá sellada con la conclusión y presentación del Primer Plan Quinquenal en mayo de 1929.

EL PRIMER PLAN QUINQUENAL (1928-1932)Los objetivos de este primer plan fueron tan concretos como optimistas: se pretende la

autosuficienca económica de la Unión Soviética, la reconstrucción de la economía sobre la base de una tecnología nueva y avanzada y el desarrollo de los medios de producción. Hubo, desde marzo de 1926,

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diversos borradores sobre el que debía ser el primer plan quinquenal que fueron perfeccionado y precisando los objetivos y las formalidades para lograrlos. El primer borrador fue rechazado por considerarse más un ejercicio teórico y demasiado quimérico. Con el segundo, de 1927, se manifestaron una serie de enfrentamientos entre el Gosplan y el Narkomzem y Narkomfin, por considerarlos éstos organismos como fantasiosos, y entre el Gosplan y el Consejo Supremo de Economía Nacional (Vesenja), que los considera tímidos respecto a los objetivos a conseguir. Desde ese momento la presión para elevar los objetivos se intensificó. En el tercero de los proyectos, de octubre de 1927, se presentaron ya unas cifras máximas y básicas, más adecuadas y perfeccionadas, aunque de nuevo surgieron las desavenencias entre Gosplan y Vesenja, que presentó un proyecto mucho más ambicioso que acabó siendo aceptado como plan. Éste con pequeñas modificaciones sería el definitivo, si bien todavía resultaba muy optimista y bastante utópico. A partir de entonces, la fuerza impulsora de los planes vendría del Politburó y de Stalin y las revisiones de las estimaciones se realizarían siempre al alza, haciendo los objetivos cada vez más específicos y teleológicos (los fines económicos se confunden con los políticos).

El plan fue finalmente redactado en marzo de 1929, a pesar de que se había puesto en marcha a finales del año anterior, con una serie de estimaciones básicas y óptimas; en mayo se aprobó sobre la variante óptima. La tasa de incremento anual se fijó en un 21,4 % para el primer año que ascendería progresivamente hasta situarse en el 23,8 para el quinto año; la inversión industrial se fijó en 1.650 millones de rublos para el primer año que debía pasar a casi el doble (estimación básica) o más del doble (óptima) para el quinto año; el aumento de la producción industrial se fijó en un 18 % anual, el de la producción agrícola en un 55 % y el del consumo en un 70 % ... Estas cifras resultaron ser muy optimistas, incluso en su vertiente básica, pero eso no impidió elevar sus objetivos al año siguiente y que el plan se convirtiera en el eje de la economía y prácticamente de toda la sociedad. También se contempló en este primer plan la construcción de nuevas fábricas e industrias, ciudades y de una gran presa y una central hidroeléctrica en el Dnieper (Dnieprostoi), proyecto que fijó las líneas a seguir para construcciones posteriores. Destaca la potenciación de la producción de hierro y acero; de automóviles, tractores y maquinaria agrícola, para la promoción de la producción agrícola; de la industria militar (armas, aviones, tanques ... con más fuerza en sucesivos planes); la construcción de nuevos trazados férreos, como el Turksib, que unió Asia Central con Siberia Occidental; y la modernización de muchas fábricas existentes.

De todos modos, los problemas que conllevó la puesta en marcha de este primer plan quinquenal fueron muy importantes. Los mayores se dieron en el campo de la localización industrial (por las rivalidades locales), en la agricultura, que luego veremos concretamente, y las dificultades con las finanzas estatales que tuvieron que adaptarse a las necesidades que la planificación imponía (moneda, crédito y financiación). La NEP no fue oficialmente abrogada pero sí que se vio reducida a un papel mínimo. En realidad, a finales de 1927 había hecho agua y durante 1928 comenzó a extinguirse para casi desaparecer en el año 1932. El primer plan quinquenal marcará un hito en la historia soviética y su prestigio a nivel mundial se verá reforzado al galvanizar a la URSS de la crisis económica de los primeros años treinta.

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LA COLECTIVIZACIÓN DEL CAMPESINADOLa agricultura había salido beneficiada con la implantación de la NEP: en 1926 alcanzaron los

niveles de producción de preguerra, habían reaparecido los kulaki y el campo, en buena medida, se había recuperado de los efectos desastrosos de las guerras y el comunismo de guerra. Sin embargo, no se había conseguido aumentar la producción de forma definitiva y había muchos problemas para llevar el producto al mercado y abastecer a los centros urbanos. La cosecha de 1926 fue copiosa y marca un período de optimismo, pero la euforia de la planificación motivó que no se le prestase demasiada atención a la agricultura. En 1927 asciende la inflación de forma alarmante y ante el riesgo que suponía la venta de grano y la inestabilidad internacional, la reserva de cereal aparecía como las más segura garantía para hacer frente a las adversidades venideras o como medida para épocas mejores, con lo cual la buena parte de la cosecha no salió al mercado y las ciudades y centros fabriles quedaron sin abastecimiento. Además, este almacenaje impedía la puesta en marcha de la industria a gran escala, que por entonces se empezaba a poner en práctica, por lo que se hacía necesario tomar medidas de urgencia contra los kulaki, que eran los que fundamentalmente habían acaparado el grano. Se decidió lanzar una ofensiva contra éstos: en principio, se pensó realizar una fuerte subida de los impuestos pero se determinó llevar a cabo el método más drástico de la requisa de grano, ante la carencia en ciudades y fábricas. Este sistema, muy impopular, ya se había puesto en marcha en la época del comunismo de guerra con unos resultados, en general, bastante negativos. Ahora la requisa iba a estar dirigida por la cúpula del partido y de ella se encargarían, personamente, los miembros más destacados del partido (el mismo Stalin participó). Se aplicaron una serie de medidas extraordinarias como la confiscación de toda la cosecha por ocultación de una parte o de toda la producción y los requisamientos por las buenas o por la malas. Esta fórmula de decomiso duro y brutal ha sido considerado como una auténtica ofensiva por parte de Stalin al mundo rural que tendría su continuación con la colectivización. La primera batalla la había ganado el gobierno pero la guerra no había terminado y la carestía, que había remitido, volverá a aparecer. Además, estas acciones producirían una división en el seno del partido entre los que estaban a favor de que continuase el apoyo al campesinado (Bujarin) y los que estaban a favor de la industrialización (Stalin, el sector mayoritario), sector que acabaría triunfando. Entre enero y marzo de 1928, por medio de este sistema, se obtuvieron cantidades copiosas de grano.

Para la nueva recaudación de gano, en otoño de 1928, se creó un organismo especial, el Soiusleb, mediante el cual se pretendía llevar a cabo una recaudación más efectiva. Además, se implantó una mayor descentralización en el decomiso y se usaron métodos más coercitivos. Pero la cantidad acopiada resultó ser inferior a la obtenida en otros años: 8,3 millones de toneladas frente a las 10,3 de 1927-28. Los campesinos supieron prepararse mejor y esconder mejor el grano por lo que la escasez vino de nuevo a las ciudades y reapareció el mercado negro. La escasez se presentaba ahora como algo crónico que impediría desarrollar los planes industriales, y se veía claramente como el sistema de requisamiento no podía mantenerse por más tiempo. Era necesario llegar más lejos, terminar con la NEP y llevar a cabo una reforma agraria que se ajustara al régimen socialista y terminara definitivamente con la estructura tradicional del campo ruso: las pequeñas propiedades divididas en parcelas diseminadas en las que se

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practicaba la rotación trienal, muy poco rentables. La URSS seguía siendo un un país fundamentalmente agrícola, donde la más pequeña unidad de producción era la familiar (el dvor), que tras la revolución había visto aumentarse en su número pero reducirse en tamaño. También conservaba mucha autoridad el mir18 (comunidad de la tierra), toda una institución de la época zarista que perpetuaba las tradiciones del pasado y que la revolución no había podido erradicar, en buena medida como consecuencia de la desatención por parte del Estado hacia los problemas del campo. La colectivización iba a terminar con el mir y con la mayor parte de las tradiciones que esta institución representaba.

La colectivización pretendía aumentar el rendimiento del campo, la producción de grano y facilitar su distribución a ciudades y fábricas. Suponía la imposición de nuevo sistema de recaudación y del sistema de granjas colectivas (koljozi) y granjas soviéticas (sovjozi19) que, si bien ya se había puesto en práctica con el comunismo de guerra, había decaído con la NEP. A mediados de 1927 la superficie colectivizada no representaba ni el 1 % de las tierras cultivadas en la URSS; además, recibían muy poco apoyo del gobierno y resultaban bastante ineficaces. Las crisis de recaudación de grano las reavivaron y, a consecuencia de ella, la política oficial comenzó a orientarse hacia el renacimiento de los koljozi. Ya en 1926 se crea el Koljoztsentr que empezará a trabajar para crear y poner en marcha nuevos koljozi. Por su parte, los sovjozi no renacen hasta 1927. De todas formas, la implantación masiva de koljozi y sovjozi no se realizará, con muchos problemas, hasta la década de los treinta. Asímismo, la colectivización también requería una modernización tecnológica del campo, la introducción de máquinas (esencialmente tractores) y herramientas nuevas y modernas, cuya penetración en muchos casos vendrá con la puesta en marcha de nuevos sovjozi.

La fórmula de recaudación de cuotas que se había puesto en marcha en 1927-28 fue efectivo pero violento y no se pudo extender la lucha de clases al campo soviético. Mediante el sistema de cooperativas se pretendía culminar la tarea pero para ponerlo en marcha era la clave la introducción en masa de tractores. Por ello, se creó el Traktortsentr (junio de 1929) para organizar y controlar una red estatal de estaciones de tractores (en un primer momento no gustaron a los campesinos, que los consideraban como un invento infernal). En principio, los koljozi eran pequeños pero desde 1928 empezaron a aumentar su tamaño; los sovjozi, concebidas como fábricas mecanizadas de grano, aumentaron en número y tamaño (hasta 41.000 has) y se tendieron a localizar en el norte del Cáucaso, el Volga, los Urales y Siberia. Aun con todo cuando se potenció más la colectivización, los sovjozi decayeron pero se crearon koljozi gigantes (hasta de más de 80.000 has, "gigantomanía"). En principio, se pretendió efectuar una colectivización voluntaria y lenta, pero las adversas condiciones determinaron una colectivización forzosa, inmediata y paralela al fuerte ritmo industrial impuesto, que no tuvo en 18 El Mir, que existía en época prerrevolucionaria, representaba a la comunidad campesina cuyas tierras se poseían y labraban en común. La tierra se dividía en parcelas que se asignaban a cada familia en función de su tamaño. Éstas pagaban una tasación pero retenían después el resto de beneficios. El mir era responsable del pago de impuestos al gobierno y estaban controlados por el Selski Starosta ("anciano de la aldea"), elegido por los cabezas de familia. No se conoce su origen, salvo que en 1724 pasó a ser un sistema redistributivo; en 1861, tras la emancipación de los siervos, se mantuvo por motivos fiscales y administrativos; las reformas agrícolas de Stoypin (1906-1911) abolieron su carácter obligatorio pero se mantuvo hasta después de la Revolución.19 Los Koljozi eran cooperativas formalmente gestionadas por los propios campesinos pero en la práctica dirigidas por los funcionarios estatales; los Sovjozi eran empresas agrarias estatales, administrada por asalariados del Estado, que siempre tuvieron una extensión menor, en número y tamaño, que los koljozi. A la muerte de Stalin, había 250.000 agricultores colectivos y 4.000 sovjozi.

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cuenta las carencias y los problemas del campo soviético. Se denunció al kulak, el campesino rico, que se oponía a la política agraria soviética y se organizó una auténtica ofensiva contra él: se le prohibió entrar en los koljozi a menos que sus medios de producción pasaran a formar parte de los mismos; poco después (enero de 1930) se decide, por orden directa de Stalin, la sustitución de la gran producción de los kulaki por la producción del gran koljoz. Era la deskulakización que suponía la eliminación de los kulaki como clase. Decenas de miles de kulaki, y gentes acusadas de esa condición, con sus familias fueron expulsados de sus propiedades y viviendas, que pasaron a formar parte del koljozi. También se concretó que la colectivización de las principales zonas productoras de grano debería haberse completado a finales de 1930 ó principios de 1931, y de las demás regiones entre finales de ese año y principios del siguiente.

Este objetivo era demasiado optimista, máxime si tenemos en cuenta que pronto aparecen dos obstáculos que impiderán la extensión del cooperativismo: su impopularidad, que motivaba que los campesinos no se incorporaran voluntariamente, y la insuficiente oferta de tractores y maquinaria agrícola así como la escasa presencia de funcionarios estatales (agrónomos, veterinarios, mecánicos) que tuvieran un contacto con los campesinos. Para contentar a los campesinos, en muchas zonas la colectivización no fue total puesto que se dejó que éstos poseyeran pequeñas propiedades y animales. El mir fue abolido en aquellas zonas de colectivización total (decreto de junio de 1930). De este modo, por las buenas o por las malas, a mediados de 1931, la mitad de las propiedades en las zonas más ricas por lo que se refiere a la producción de grano, habían sido incorporadas al sistema de koljozi y el resto se incorporará en los años siguientes, extendiéndose aún más en los años siguientes.

El coste que tendría que pagar la Unión Soviética por la colectivización iba a ser muy caro: se produjo la ruptura del viejo orden campesino, la producción agrícola quedó desorganizada y cayó (la producción ganadera descendió aun más considerablemente), los productores eficientes fueron expulsados sin contrapartidas, no hubo maquinaria suficientes para todos, la población campesina pasó escasez y hambre (murieron alrededor de diez millones de personas a consecuencia de la colectivización) y la distribución y el transporte de grano fue deficiente. Sólo la recaudación funcionó bien y sin escrúpulos. El campesino fue víctima de lo que consideró como una abierta agresión, una guerra civil, y a la agricultura le iba a costar mucho recuperarse: hasta finales de los años treinta no se recuperaría la producción de grano; hasta después de la Segunda Guerra Mundial no ocurriría lo propio con la de animales.

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LA CONSTRUCCIÓN DEL SOCIALISMO SOVIÉTICO

Entre los años 1929 y 1936 se produce una auténtica revolución en la URSS, impuesta desde arriba, que se conoce como la revolución estalinista, que tiene su base en la planificación económica y la colectivización del campo y que suponía recuperar algunos presupuestos del comunismo de guerra pero ahora perfeccionados. Esta revolución, para algunos autores la tercera después de Febrero y Octubre, es la que da origen a la aparición del comunismo y la auténtica sociedad soviética. Esta nueva sociedad, en algunos casos, conseguirá igualar la tasa de crecimiento de los países capitalistas desarrollados pero no así el bienestar social conseguido en estos últimos. Desde 1934 no habrá ninguna crisis de importancia como para echar marcha atrás al sistema, mientras que el crecimiento sostenido que se ha logrado mantener en la Unión Soviética durante muchos años es lo que ha permitido la supervivencia del régimen.

Todo es obra de Stalin pero con un gran aliciente de improvisación. Stalin consigue triunfar y poner en marcha sus proyectos porque entre 1921 y 1929 se perfecciona todo el aparato del partido y el estatal. Esta obra la inicia Lenin pero tendrá en Stalin su principal autor, pues si bien la primera purga del partido fue obra de Lenin (1921), será el georgiano el que, en los años siguientes, depure el partido de todos aquellos miembros corruptos o que no son adictos a la ortodoxia que él mismo impone. A la par realizará reclutamientos selectivos (alistamiento Lenin) de individuos que son adoctrinados en la ideología de una forma novedosa, por medio de obras como ABC del comunismo de Bujarin o Fundamentos de leninismo de Stalin y también a través de las obras clásicas de Marx, Engels y Lenin, aunque dándoles una interpretación estalinista, favorable a los intereses del dictador y legitimadora de las estructuras y el funcionamiento del nuevo sistema sociopolítico basado en la dictadura totalitaria del Partido-Estado. De esta manera, el partido en 1929 poserá un millón de miembros seleccionados, escogidos, adoctrinados y depurados, en suma, fieles a la línea oficial marcada por Stalin. Para entonces, también ha sido borrada toda oposición que podía suponer un peligro para su poder. El partido y la sociedad se ha convertido en una burocracia ideocrática absoluta, centralizada y fuertemente jerarquizada, ya que, por lógica interna, el sistema lleva al establecimiento de un poder ejecutivo/legislativo fuerte, hacia un poder autoritario y dictatorial que Stalin encarna a la perfección.

La sociedad soviética no alcanza su forma arquetípica hasta la puesta en marcha de la segunda fase de colectivización y el Segundo Plan Quinquenal (1933-1937). En el campo, para aumentar la superficie colectivizada y reducir la impopularidad de los koljozi, se llega a un acuerdo tácito entre los campesinos y el Estado, de tal forma que aquellos se les permite conservar una parcela y unas cuantas cabezas de ganado propias, que determinará una bipolarización en los sistemas de cultivo de las tierras: se va a dar una agricultura extensiva en las granjas estatales y una intensiva en las pequeñas parcelas privadas. Por otro lado, para resolver los problemas motivados por la carencia de maquinaria agrícola, se crean las Estaciones de Máquinas y Tractores (MTS), que albergarán maquinaria de la que podrán disponer los campesinos para su trabajo, pero que, a la vez, se convertirán en organismos de control productivo y que asegurarán cuotas fijas y gratuitas de grano para el Estado. Aun con todo, la producción y el consumo personal seguirá disminuyendo y es que la agricultura soviética se presenta

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como uno de los mayores fracasos económicos del siglo XX. Sólo tras la muerte de Stalin, y ya con Jruchev, se conseguirá elevar la producción agrícola y los niveles de consumo personal.

La rápida transformación técnica y estructural que se lleva a cabo con los dos primeros planes quinquenales, provocó modificaciones drásticas en los costos relativos de producción. El Segundo Plan Quinquenal, por su parte, resultó ser menos riguroso que el anterior e incluso los años 1934 y 1935 fueron de relativa calma. Se siguió primando la industria pesada y de bienes de equipo en detrimento de los bienes de consumo y se mantuvo un ritmo de crecimiento sostenido. El plan tuvo siempre un efecto psicológico pues gracias a él se mantuvieron las ilusiones de la gente: la población creía que gracias al plan se podría lograr el socialismo, una sociedad nueva donde podrían ser felices y donde iban a vivir mejor; los sufrimientos que ahora se estaban pasado se verían recompensados en un futuro no lejano gracias al comunismo. Además, el posible descontento de los trabajadores iba a resolverse por medios policiales: las MTS en el campo, el estajanovismo20 en las fábricas y a través de los funcionarios del partido en ambos medios. Las cifras sobre el crecimiento económico soviético bailan según las fuentes que consultemos, pero todas muestran el salto adelante habido en la URSS. Como consecuencia de todas estas medidas el producto nacional bruto soviético no paró de crecer y la tasa media de crecimiento anual, para el periodo de 1928-1937, se situó en el 8 % y así se mantuvo entre 1937 y 1950, aunque no de forma uniforme. La industria multiplicó su producción por 17 ó 20 (con una tasa media anual del 9-9,5 %); la producción de acero lo hizo por 24 (10 %). Las inversiones de capital se multiplicaron por 30; el trabajo total por hombre-año se incrementó por encima del 100 %. La población urbana aumentó de forma considerable: en 1928 ésta suponía un 19 % de la población; en 1957, tres años después de la muerte de Stalin, la población urbana representaba el 55 % de la población. Pero, en general, la población creció muy poco (1,5) como consecuencia de la colectivización en la década de los treinta, las purgas, la guerra mundial y sus secuelas: entre 55 y 60 millones de personas pudieron morir como consecuencia de estos acontecimientos (más de la tercera parte de la población soviética en 1928 y la cuarta parte en 1941)21.

La construcción de la sociedad final perfecta, el comunismo, necesitaba la base de la adquisición de un nivel de abundancia económico que sólo se podía conseguir mediante la industrialización, lo que exigía una tecnología industrial elevada, la perfección del hombre como ser social y un aparato Estatal superdesarrollado. Justamente, lo que se pondrá en marcha en la Unión Soviética, entre finales de los años veinte y durante los años treinta, es una economía de planificación autoritaria en la que la política domina sobre la economía y la sociedad y donde se confunde Estado y partido. Es una burocracia ideocrática absoluta donde todo, incluyendo la cultura, queda sometido al mismo molde que impone el Estado. Cabe preguntarse si se ha alcanzado definitivamente el socialismo durante esos años. En

20 El estajanovismo toma su nombre de Stajanov, un minero de la cuenca del Donbass que en 1935, en seis horas, consiguió extraer, aplicando un nuevo método ideado por él, 102 tn de carbón; un mes después consiguió batir su propio récord al extraer 227 tn. A partir de entonces el estajanovismo se convertirá en doctrina oficial y Stajanov, que fue captado por las autoridades, se dedicó a recorrer la URSS exponiendo su sistema a los obreros. De esta forma, aparecieron los estajanovistas, trabajadores que estaban dispuestos a superarse a sí mismos y que se convertirán en una élite privilegiada, estableciéndose una división entre los obreros y los estajanovistas, como obreros cualificados y directores. La sociedad sin explotadores y sin explotados no iba por tanto a desaparecer; es más, la mayoría de la población quedara bajo un sistema de explotación controlado por el partido. 21 Para más información consúltese el apéndice "GRÁFICAS Y DATOS ESTADÍSTICOS".

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principio, no parece haberse alcanzado pues más bien lo que se ha vivido en esos años es un proceso destructor que ha hecho pedazos la sociedad capitalista y que ha sido posible ejecutarse por medio de la industrialización y la colectivización del campo. Esta destrucción de la sociedad de clases y con ello de la lucha de clases, según el pensamiento marxista, era uno de los pasos necesarios para lograr el establecimiento del socialismo. Pero lo que se instala en la URSS no es el socialismo sino un sistema de esclavitud estatalizada y universal, que se conoce como estalinismo, donde una gran mayoría aparece explotada por una minoría dominante (la nomenklatura) y que pretende hacerse con el título de superpotencia. Pese a lo postulado por los principios socialistas igualitarios, aparecen las desigualdades sociales que están más determinadas por las diferencias de acceso al poder que por las desigualdades por cuanto a ingresos. Las estructuras de consumo, tanto rurales como urbanas, experimentan un cambio trascendental: hay un enorme incremento en la oferta de artículos más modernos (servicios educativos, médicos y culturales) mientras que la oferta de artículos de consumo creció de forma escasa o moderada y bastante irregular (caso de la alimentación o viviendas). Se eleva el nivel cultural y material de la población pero la cultura aparece degradada por la dictadura y las condiciones de vida de las masas aún son mediocres y penosas. Todo ello se debe fundamentalmente a la elección del camino del poderío industrial frente al de los valores igualitarios socialistas, que determinaron que la sociedad se amoldara a ese proceso, pero también el estrangulamiento crónico de la producción debido a la insuficiencia de infraestructuras de tipo productivo, por ejemplo ferrocarriles. Y es que fue característico de la industrialización soviética avanzar sin desarrollar las infraestructuras de forma paralela.

Hasta el periodo de las grandes purgas (1936-1938) no tendrá lugar el giro hacia el auténtico estalinismo, con el que se instaura el culto a la personalidad, la mixtificación de la historia del partido y la revolución y la construcción de una historia oficial, que recuperaba en parte los elementos del zarismo y el nacionalismo ruso. En el aspecto artístico la rica cultura proletaria dejaba ahora paso al mediocre realismo socialista, que hallaba en el hombre nuevo y en la edificación socialista sus principios básicos y que venían a legitimar la realidad política y social soviética. La innovación había muerto y el conservadurismo invadió no sólo todos los aspectos culturales y artísticos sino también todas las parcelas de la vida misma que no fuesen las relacionadas con la tecnología y la industria. Para entonces, ya se ha logrado el verdadero socialismo, donde las falsedades ideológicas jugarán un papel muy importante y que ha planteado la cuestión de si el sistema establecido supuso una degeneración de los principios revolucionarios o si realmente fue una puesta en práctica, tal y como se había proyectado, de la dictadura del proletariado. La solución a la pregunta es mucho más compleja de lo que en principio podría parecer y se relacionaría directamente con la cuestión de si Stalin había acabado con la revolución o fue un continuador de la obra de Lenin.

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LA POLÍTICA ESTALINISTA: LAS GRANDES PURGAS

Unos de los fenómenos sobre el que más han fijado la atención a los especialistas y que más atención ha despertado, ha sido el de las grandes purgas que se desarrollan en los años treinta. En principio hay que dejar claras dos premisas: en primer lugar, hay que dejar claro que las purgas venían siendo habituales en el seno partido desde los inicios de la década de los veinte (recordemos la purga del X Congreso de partido en 1921); en segundo lugar, que las purgas eran procesos por los cuales determinados miembros del partido podían ser apartados de sus cargos, expulsados del partido, encarcelados, deportados o condenados a muerte (dependiendo de la falta que presuntamente se cometiera), pero que no eran necesariamente condenas a muerte y deportaciones en masa. Lo que ocurre es que con las grandes purgas de 1936 a 1938, además de que fueron sometidos a proceso varios millones de soviéticos, la cuantía de las personas que fueron condenadas a muerte y deportadas al Gulag22 fue realmente sorprendente y alcanzaron una crueldad como hasta entonces no se había visto.

Las causas que motivaron las grandes purgas nos son desconocidas y por ello no vemos obligados a movernos en el terreno de las hipótesis. Se han planteado diversas teorías sobre las motivaciones que pudieron llevar a Stalin a emprender tan bárbara acción. Encontramos desde los testimonios sin cifras sobre el horror, como los diversos discursos de Jruschev; también relatos de algunas de las víctimas, como los de Ivanov-Razumnik, del profesor Swianiewicz, los testimonios de Alexandr Soljenitsin, de Koelster, Kravchenko, Krivitski, Ciliga o el más interesante desde el punto de vista histórico de Boris Suvarine. Ha habido algunos especialistas de la historia soviética o del periodo estalinista que también ha analizado las cifras de la represión con teorías bastante interesantes pero que no resultan definitivas. Isaac Deutscher nos presenta las purgas con la alegoría de "Saturno que devora a sus hijos", es decir, que la Revolución termina con los que fueron sus artífices; cree que era necesario que se impusiera un líder indiscutible para una nación atrasada y amenazada por la Alemania nazi. Trotski y otros nos presentan las purgas como el Thermidor francés; algunos autores, como Conquest, se limitan a narrar los hechos y dar cifras pero no se aventuran a dar ninguna hipótesis concreta sobre lo que las motivaron; por último, una serie de investigadores norteamericanos (Ulam, Tucker ...) que partiendo de la sociología y la psicología han llegado en sus estudios a conclusiones que aducen a los trastornos psicológicos que pudiera padecer Stalin, similares a las que planteó en su día Jruchev. Dentro de esta última línea, quizás uno de los estudios más interesantes es el de M. Lewin que opina que el sistema soviético en 1934 estaba maduro para una despersonalización del poder, es decir para llevar a cabo proceso de vaciado similar al sufrido por la autocracia zarista de los últimos años, que hubiese hecho de Stalin uno más dentro del sistema. Por ello, temiendo esta evolución, su personalidad paranioca le llevó a implantar el terror para conservar el poder absoluto. Pese a todas las distintas interpretaciones sobre el fenómeno, todos los autores parecen estar de acuerdo en que el origen de las purgas estalinistas se encontraría en la política del gran viraje (industrialización y colectivización) realizado entre 1929 y 1936, que encontró muchas discrepancias dentro del partido, y que éstas son una exigencia intrínseca del afianzamiento de la dictadura estalinista

22 GULAG: Glarnoie Upraviene Lagerei, sistema de campos de internamiento.

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Sin plantear ninguna hipótesis por mi parte, parece ser que lo que da origen a las purgas son las intrigas que se suceden a finales de 1932 sobre una posible sucesión de Stalin que recaería, con toda seguridad, en Kirov y el asesinato de éste (1-12-1932). Sobre todo este tema no hay nada que pueda ser justificado con rotundidad y nos movemos en el terreno de las conjeturas. Es posible que el asesinato de Kirov fuese obra de Stalin, dado que su puesto al frente de la URSS podía serle arrebatado por su pupilo, lo que se daría origen a las purgas de los años treinta, pero al ser amigo personal y protegido de Stalin parece más plausible considerar la tesis de Ulam que alude a la tremenda desconfianza adquirida por el líder soviético a ser objeto de un atentado, máxime desde la muerte de Kirov. El temor a un asesinato, real o político, llegó a convertirse en una verdadera obsesión para Stalin, sobre todo si tenemos en cuenta que él era el responsable de todo un sistema de terror impuesto desde arriba y que había miles de personas, dentro y fuera del partido, dispuestas a terminar con su vida. Stalin con las purgas pretende dos objetivos: primero, pretende un ajuste de cuentas con todos los que alguna vez se habían opuesto a su política; y segundo, dar una lección a todos aquellos Nikolaiev, detenido como presunto asesino de Kirov, para que no se repitiese el hecho.

Las purgas se vieron precedidas de una serie de edictos draconianos en los meses anteriores (se cortó cualquier resquicio de libertad de expresión) y acompañadas de la entrada en el estalinismo maduro. Se van a desarrollar en diferentes etapas, afectando a distintas instituciones y personal de la Unión Soviética. Nos encontramos un total de siete purgas:• 1ª purga: afectó a los más altos dirigentes bolcheviques, que fueron sometidos a juicio, entre los

cuales estaban los mejores cuadros dirigentes que había sobrevivido a Octubre y a la guerra civil. En agosto de 1936, Zinoviev, Kaménev, Smírnov y otros trece ("Proceso de los 16") son sometidos a juicio; todos reconocen las acusaciones del fiscal y admiten ser culpables de traición al partido, al Estado y de colaborar con la Gestapo alemana. Por testimonios posteriores de los sobrevivientes, todos fueron al parecer sometidos a torturas físicas y psicológicas. En enero de 1937 los procesos se extienden: Piatákov y dieciséis más ("Proceso de los 17"). La extinción de la vieja guardia se completaría en marzo de 1938, cuando le toque el turno al sector derechista (Bujarin, cuyo proceso fue el más vergonzoso de todos, Rikov ...).

• 2ª purga: desde el mes de junio de 1937, se ejerció contra el Ejército Rojo, afectando a altos oficiales (como al mariscal Tujachevski, héroe de la guerra civil), aunque el mayor número de procesos se llevó a cabo en los rangos de coronel hacia abajo. Los almirantes y casi todos los mariscales fueron ejecutados y miles de oficiales pasaron al Gulag. El Ejército Rojo quedó en ruinas y así se explica el fracaso de Finlandia (1939) o el de las primeras fases de la guerra mundial.

• 3ª purga: afectó a la intelligentsia cultural y científica, dirigentes de empresas estatales, ingenieros, investigadores de ramas diversas ... Todo explica la paralización económica y cultural de 1937.

• 4ª purga: se dio contra jefes de partido y dirigentes en las repúblicas alógenas de la URSS, acusados de "traición" o de ser "nacionalistas burgueses".

• 5ª purga: afectó a jefes de policía secreta (NKVD), que había sido y sería la artífice práctica del terror.

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• 6ª purga: se dirigió contra diplomáticos, representantes comerciales, agentes de inteligencia y líderes comunistas residentes en Rusia.

• 7º purga, afectó a familiares, amigos, colegas y subordinados de los que ya habían sido sometidos a proceso, bajo la acusación de colaboración. Las purgas tendrían su punto y final con la muerte de Trotski, asesinado en Méjico en 1940 por un agente estalinista.

Las cifras sobre las purgas varían en el número de personas que fueron detenidas y sometidas a proceso, así como en el de encarceladas, deportadas o asesinadas. El partido paso de tener en 1934 entre 1.300.000 y 1.600.000 miembros a tener 700.000 en 1939, siendo que de éstos, unos 400.000 eran nuevos y adictos a la línea oficial, por lo que más de un millón de afiliados fueron sometidos, cuanto menos, a su expulsión del partido; sólo el 3 % para esa fecha habían estado presentes en la Revolución de 1917. El número de detenidos oscila entre los 7 y los 9 millones de personas; el de encarcelados entre 5 y 9 millones; en el número de muertos es donde más variación hay: desde unos cientos de miles hasta varios millones. Robert Conquest en su estudio estima en 7 millones las detenciones, 5 millones el número de encarcelados y un millón de ejecutados, a los que habría que añadir dos millones más de muertos en campos de concentración. Estos datos unicamente se refieren al de tres años (1936-1938) pero aun habría que añadir las víctimas de la colectivización, de nuevos procesos y de la guerra, que sumarían varias decenas de millones de personas. Consultando censos posteriores se ha podido percibir que las purgas afectaron mucho más a los hombres que a las mujeres. También se ha podido comprobar, en otro oden de cosas, que estas purgas se dirigieron a la cumbre, a los mandos, los judíos, la intelligentsia pero no contra el pueblo llano, que bastante tenía por su parte con el sistema de terror implantado.

Quizás fuera más importante que las cifras de afectados, encarcelados y ejecutados, la crueldad, la falta de piedad y el terror implantado por Stalin con su práctica política. En Occidente el fenómeno produjo una gran confusión pero no se conocieron las dimensiones del terror hasta muchos años después. Las purgas supusieron una auténtica revolución social, en la que dominó un nacionalcomunismo o una comunismo nacional a ultranza que le servirán a Stalin para trabar su monolitismo absoluto y los mitos sobre su persona entre el pueblo, proceso que se completará durante la Segunda Guerra Mundial.

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LA URSS Y EL MUNDO (1917-1930)

Desde el estallido revolucionario de 1917, las relaciones de la URSS con el resto del mundo fueron, en general, prudentes y distantes. La paz separada de Brest-Litovsk (marzo de 1918), que ponía punto y final a la participación rusa en la guerra, fue considerada por los aliados como una traición urdida por los bolcheviques en relación con sus enemigos alemanes, y de ahí que las relaciones entre Rusia y Occidente se enfriaran y también la participación de tropas occidentales en la guerra civil contra los bolcheviques. Tras el final de la guerra con Polonia (1920), las conexiones se van a desarrollar, sobre todo con el mundo occidental y así se explica la firma del tratado comercial con Gran Bretaña, la cuna del capitalismo, en marzo de 1921. También, a partir de entonces, podemos ver el acercamiento a un país que hasta hacía muy poco había sido el principal enemigo ruso: Alemania. Este aproximación viene motivada por la posición de ambas naciones al tratado de Versalles y por la antipatía común hacia Polonia. Alemania y la Unión Soviética acercaron sus posturas y concretaron un tratado secreto en septiembre de 1921, según el cual se permitía la fabricación de armas en la URSS por empresas alemanas, ante la prohibición de desarrollar una industria armamentística en Alemania impuesta por los aliados, armas que se suministrarían tanto al Reichswehr como al Ejército Rojo. Por estas fechas la URSS también firmará una serie de tratados con algunos países fronterizos orientales como son Afganistán y Persia (febrero de 1921) y Turquía (marzo de 1921), país que permitirá el paso de barcos soviéticos por los estrechos del Bósforo y Dardanelos, aunque esta decisión no se ratificaría definitivamente hasta el año siguiente.

La URSS y Alemania fueron invitadas a la conferencia internacional de Génova celebrada en abril de 1922, con motivo de acercar postura entre los diversos países, fundamentalmente entre vencedores y vencidos. La conferencia fue un fracaso y sólo sirvió para que alemanes y soviéticos acercaran de nuevo posturas y firmaran un nuevo tratado secreto en Rapallo (16 de abril). Atrás parecían quedar los deseos de los bolcheviques de que se produjese una revolución socialista en Alemania, contra la monarquía o contra la recién surgida república, pues ya había habido numerosos intentos en años anteriores que habían terminado en rotundos fracasos y además las relaciones entre los gobiernos de Weimar y del Kremlin parecían mejorar con el tiempo. El año 1923 no se puede decir que fuera bueno por lo que se refiere a las relaciones internacionales para la URSS. Si bien los contactos con Alemania siguieron siendo fluidos, el resto de países occidentales rechazaban los contactos con el gigante del este, cuyo régimen, en la mayor parte de los casos, ni siquiera habían reconocido. Hasta febrero de 1924 no vendrá el reconocimiento británico del gobierno soviético; posteriormente vino el sorprendente del fascismo italiano y en octubre el francés. La entrada del gobierno laborista, que en su seno albergaba el Partido Comunista de Gran Bretaña, favoreció el acercamiento inglés a la URSS, a pesar de que la entrada del gobierno conservador al año siguiente deshizo todo el camino recorrido y mantuvo las distancias entre ambos países durante todo 1925.

El año 1924 marca la reconciliación de vencedores y vencidos a través del Plan Dawes y Locarno, pese a que la Unión Soviética se ve un tanto apartada de todo ello. A raíz de la entrada en la Sociedad de Naciones de Alemania, también se van a enfriar las relaciones entre ésta y la URSS, aunque

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seguirá dándose la colaboración en el plano económico y militar. El gobierno soviético, casi completamente aislado por los gobiernos occidentales y ante la amenaza de una intervención de las potencias lideradas por Gran Bretaña, intentó buscar un compromiso mutuo de cada parte para no participar en acciones hostiles frente a la otra y para que permanecieran neutrales en caso de conflicto. Así se concluyen nuevos tratados con Turquía (diciembre de 1925) y Alemania (abril de 1926). Los partidos comunistas que la Komintern había creado en distintos países eran considerados como simples secciones de la IC que, a su vez, se identificaba con el Partido Comunista Ruso, como se puso de manifiesto en el V Congreso de la organización (junio de 1924). La Komintern, ante el ambiente tan optimista que se vivía en Europa tras 1925, tomó un papel más moderado. También tienen mucha efervescencia en esta época los llamados "frentes" de apoyo a la Komintern, como la Liga contra el Imperialismo (formada en 1927) o la organización sindical comunista, la Profintern o Internacional Sindical Roja (creada en 1921), que pretendía ganarse la confianza de buena parte del movimiento obrero y que no era sino un instrumento más soviético. En este sentido, tuvo mucha importancia la influencia soviética en los sindicatos británicos, y si bien las relaciones con los dirigentes sindicales británicos se hicieron tan poco amistosas que se llegó a una ruptura, no ocurrirá lo mismo con los trabajadores sindicales con los que mantendrán contactos. Y tanto fue así que el apoyo a los huelguistas británicos costó la ruptura de relaciones diplomáticas de Reino Unido con la URSS (mayo de 1927). Los Estados Unidos se negaron a reconocer el gobierno soviético y a tener relaciones con el desde un primer momento. Sólo afloraron algunos contactos comerciales mínimos y temporales aunque si que es reconocida la compra de tractores norteamericanos por parte de los soviéticos en los años veinte.

Con relación al mundo subdesarrollado y colonizado, especiamente en el ámbito oriental, Lenin fue el primer teórico que se preocupó por analizar la cuestión del imperialismo en el libro Imperialismo, estadio superior del capitalismo. Sin embargo, parece ser que su análisis siempre estuvo más preocupado por los países imperialistas que por los colonizados. En el II Congreso de la Komintern, en junio de 1920, se intentó trazar un línea política a seguir en los países colonizados mediante el apoyo a los movimientos de liberación. Hubo, además, números congresos sobre la cuestión como el Congreso de los pueblos de Oriente en Baku o el Congreso de los pueblos del Lejano Oriente en Moscú, pero ambos fueron un fracaso puesto que la ideas comunistas no tuvieron relevancia en los países orientales salvo en China. Y es que el gigante asiático parecía ser el único lugar apropiado para desarrollar la propaganda comunista y de ahí, que la diplomacia soviética comenzara a actuar en China desde comienzos de los años veinte. En noviembre de 1921, las tropas rojas, tras expulsar a un ejército blanco de la zona, proclamaron la República Popular de Mongolia, bajo patronazgo y control soviético. Parecía que de aquí a conseguir instaurar el comunismo en China sólo había un paso, sin embargo pronto se llegó a la conclusión de que en China no se podía instaurar el comunismo ni el sovietismo dada la coyuntura internacional, aunque sí que se podría seguir apoyando al gigante asiático para conseguir su unidad e independencia nacional y, por ello, se enviarán suministros militares y asesores a la zona. Este apoyo sirvió para que se fundara en 1921 el Partido Comunista Chino por Mao Tse-Tung, que se integrará en el partido nacional Kuomintang, con el que muy a menudo va a mostrar sus diferencias. El interés soviético en China no se reducía únicamente a un apoyo al movimiento nacional revolucionario

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sino que también venía determinado por los intereses de la URSS en el norte de China (Mongolia exterior y el Ferrocarril Oriental Chino). Con Chiang Kai-Shek se fue quebrantando la política y el prestigio soviéticos en China, dada la oposición de aquél al partido y sindicatos comunistas chinos. La matanza de comunistas en Shanghai (12-4-1927) y la incursión china en la embajada soviética de Pekín, motivaron la ruptura de las relaciones diplomáticas. En el verano de 1927 los últimos asesores militares y miembros de misiones soviéticas partieron de China. Hubo intentos de extender la propaganda e influencia comunistas por el área del Pacífico pero fracasaron también. Especialmente, no fueron buenas las relaciones con el Japón por las cuestiones referentes a derechos de pesca, la competencia por el ferrocarril de Manchuria, en manos japonesas, y las continuas y mutuas sospechas. Mejores y más fluidos fueron los contactos con la India y el Congreso Nacional Indio mientras que en el Oriente Medio la diplomacia soviética tuvo menos oportunidades para la infiltración de propaganda comunista.

El ascenso al poder de Stalin fue acogido con satisfacción por otros gobiernos, al considerarse un dirigente moderado y cauto. Pero desde 1927 la diplomacia soviética va a permanecer casi estancada a consecuencia del cierre que se empieza a operar en la URSS con motivo del la planificación económica. La iniciativa más importante tomada fue la participación en las actividades internacionales desarrolladas en Ginebra. Sorprendió que en la Conferencia de Desarme de 1934, la delegación rusa propusiera la abolición total de todo armamento militar, naval y aéreo, dado que la URSS era un país que se estaba militarizando. La propuesta quedó aplazada y la conferencia fue un fracaso. Desde verano de 1928, hay un nuevo paso en las relaciones, justo cuando el diplomático norteamericano Kellogg propuso un pacto de renuncia a la guerra. La URSS acogió la propuesta positivamente y se apresuró a firmar en febrero de 1929 un pacto subsidiario con todos los países fronterizos (Pacto Oriental de Moscú). Posteriormente, y ante el avance de los fascismos anticomunistas en Europa firmará pactos de no agresión (desde 1932). Ante la pérdida del mercado soviético, los contactos con Inglaterra decayeron pero tras ganar los laboristas en las elecciones, se reanudaron aunque siempre de forma bastante epidérmica. Con Estados Unidos mejoraron pero fueron las justas en plano diplomático, pero en el económico pues la importación de productos industriales y de técnicos norteamericanos superó en algunos momentos a los alemanes. El gigante americano se proponía como modelo a seguir en la URSS.

El "frente único" pregonado por la Komintern fue abandonado durante este periodo y así se prohibió la colaboración de los partidos comunistas con otros grupos de izquierda, imponiéndose una dura disciplina en el seno de los mismos. La Komintern decidió entonces atacar a la socialdemocracia e incluso metió a ésta y al fascismo en el mismo saco. Esta actitud vino motivada por el acercamiento de Alemania a occidente en la segunda mitad de los años veinte que generó la hostilidad del gobierno soviético y la IC, al tiempo que se cerraban filas al exterior. De esta forma, a finales de los años veinte y principios de los treinta el movimiento comunista declinó en número e influencia en Occidente. Con China, una vez rotas las relaciones, se generaron tensiones bélicas como consecuencia de los ataques en la primavera de 1929 contra la línea del Ferrocarril Oriental Chino (FOCh), y la ocupación de las instalaciones del ferrocarril (10 de julio). A las protestas soviéticas siguió la intervención del Ejército Rojo en el mes de noviembre. Ante la amenaza de guerra, los chinos no tuvieron más remedio que negociar con los soviéticos a los que devolvieron el control del FOCh, llegando de nuevo el status quo.

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LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL Y LA POSGUERRA

LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL Unos de los principios de la planificación económica era el desarrollo de la industria militar

como presupuesto base para hacer de la URSS una potencia en todos los aspectos, también en el bélico. Desde 1934 se estaba desarrollando ese poderío militar que será terrestre y defensivo hasta 1942 y terrestre, aéreo, marítimo y ofensivo a partir de entonces y, sobre todo, tras la guerra mundial. Es precisamente la victoria en la contienda lo que va a consolidar definitivamente el sistema, no tanto porque no estuviese asentado sino porque no había tenido una prueba de fuego que demostrase su valía y porque tampoco había recibido hasta entonces el apoyo en masa de la población.

Desde la llegada al poder de Hitler en Alemania, en 1933, parecía para todos inevitable un enfrentamiento entre la Alemania nazi y la Unión Soviética. Stalin deseaba evitar la guerra a cualquier precio por varias razones: en primer lugar, porque la URSS, un país retrasado y en buena medida todavía agrícola por lo que no tenía muchas posibilidades de éxito frente a una Alemania desarrollada y ampliamente industrializada; por otro lado, no confiaba en las posibilidades del régimen que él mismo había impuesto y tampoco en que la población se uniese a la lucha contra los alemanes; en tercer lugar, temía una guerra frontal con todo el grueso de la tropas alemanas y quedar sin el apoyo de los occidentales (sólo Alemania versus URSS). De ahí que Stalin, para evitar a toda costa la contienda o al menos para retrasarla en el tiempo todo lo posible, decidiera seguir dos políticas: una de seguridad colectiva, que explica la participación de la URSS en la Conferencia sobre Desarme en Ginebra en 1933, la entrada de la Unión Soviética en la Sociedad de Naciones (1934), o los pactos con Francia y Checoslovaquia (1935). La otra política seguida es la del apoyo a los Frentes Populares en la Europa Occidental, a partir de 1935, especialmente en Francia y en la Guerra Civil Española para evitar el avance de los fascismos y las dictaduras de derechas. Estas dos políticas no sirvieron de nada ante el avance espectacular de Hitler, tanto en el frente interno alemán como en el externo que pretendía la constitución de la Gran Alemania.

Ante la política imperialista del Führer y, sobre todo, ante la pasividad de los aliados occidentales que siguen la política marcada por Gran Bretaña del apeacement con respecto al expansionismo alemán, a Stalin no le queda otra alternativa que negociar con el enemigo y así se firma el pacto germano-soviético de 23 agosto de 1939, que recogía un acuerdo de no agresión entre ambas partes y, en un protocolo secreto, la cuestión de la invasión y reparto de Polonia mientras que el Báltico se dejaba bajo control soviético. Fue un pacto contranatura entre dos regímenes antagónicos (a pesar de sus múltiples coincidencias como totalitarismos) y se podía sospechar que no iba a tener mucha vigencia. Con él, tanto Hitler como Stalin, pretendían ganar tiempo: Hitler, que no quería desarrollar una guerra en dos frentes, necesitaba tiempo para conquistar el oeste de Europa, incluida Gran Bretaña; el líder soviético ansiaba ganar al menos tres años para prepararse ante un ataque alemán que veía como inevitable. Sin embargo, el Führer se le adelantó y, sin dar fin a la batalla de Inglaterra, que ya se le ponía cuesta arriba, lanzó una tremenda ofensiva sobre la URSS (Operación Barbaroja, con más de 3.000.000 de hombres y abundante material bélico) en junio de 1941. El resultado de este ataque fue

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desastroso para el Ejército Rojo y los alemanes en pocas semanas destrozaron toda oposición y defensas soviéticas impuestas, avanzando de forma inexorable hacia el interior del país. La responsabilidad de este desastre debe atribuirse únicamente a Stalin puesto que él siempre confió que Hitler no atacaría la URSS antes de tomar Inglaterra e incluso dudaba si se iba a producir la agresión alemana y cuando iba a tener lugar. Además, confió demasiado en la capacidad del Ejército Rojo, que estaba mejor preparado para la ofensiva que para las labores defensivas y que había quedado mermado de mandos experimentados tras los procesos de los años treinta. Stalin no preparó a conciencia la defensa del país entre 1939 y 1941 y de ahí el descalabro, que ya había tenido su anticipo en la desastrosa guerra contra Finlandia (1939).

Durante los seis primeros meses de guerra, los alemanes consiguieron recuperar todo lo que habían obtenido en la paz de Brest-Litovsk en 1918, así como el 60 % de la industria soviética y las tierras más ricas de la Unión, las de Ucrania, donde se cosechaba el 40 % de la producción cerealística. Además consiguieron hacerse con una cifra impresionante de prisioneros (3.500.000), dado que los soldados soviéticos no luchaban con ganas al no sentirse atraídos por un régimen que había sido el causante de muchas desgracias. La URSS estuvo a punto de caer pero Stalin y sus mariscales supieron reaccionar a tiempo, elaborar una estrategia defensiva y detener la ofensiva alemana. A esto también contribuyeron los numerosos errores que cometió Hitler y que le privaron de lo que hubiese sido con toda probabilidad una victoria segura. En primer lugar, hay que señalar la tardanza del ataque puesto que Hitler se entretuvo demasiado en la conquista de Yugoslavia; por otro lado, el empeño del líder nazi de atacar en un frente desde Leningrado hasta el Mar Negro, cuando sus mariscales le señalaban una ofensiva directa a Moscú, resultó ser un acto suicida; el exceso de confianza del Führer le llevó a pensar que en la URSS iba a obtener resultados tan satisfactorios como los obtenidos en el frente occidental pero se demostró que, lejos de sus bases de aprovisionamiento, la capacidad ofensiva alemana mermaba mucho; por otro lado, otro error de Hitler estuvo en el tratamiento de los habitantes de las zonas ocupadas pues no supo o no quiso jugar la carta campesina o nacionalista que hubiera provocado un levantamiento de la población a su favor. Se limitó a conservar el sistema de koljozi y sovjozi para aprovisionar Alemania, pensando en un posterior dominio directo de las zonas ocupadas dada su riqueza agrícola.

Entre los más de 3 millones de prisioneros soviéticos que capturaron los alemanes en estos meses de guerra había muchos que estaban dispuestos a luchar contra Stalin para derribarlo del poder, pues era tal el odio que se había generado contra su persona que muchos soviéticos no contemplaron que iban a combatir a sus compatriotas sino a derribar a un tirano. Es curioso que no este fenómeno no se diese entre las filas enemigas, es decir, que no hubiese entre los alemanes, prisioneros o no de los soviéticos, grupos dispuestos a luchar contra Hitler o que formaran unidades dentro del Ejército Rojo (probablemente Stalin tampoco lo hubiera permitido). Fueron numerosas las tentativas de crear destacamentos soviéticos dispuestos a luchar junto a los alemanes contra las tropas de Stalin. La más conocida de todas es la tentativa del general Vlasov que al final de la guerra se propuso organizar un ejército de prisioneros rusos (unos 500.000) para combatir a la URSS. Su acción no sólo fue repudiada por los dirigentes soviéticos sino también por los aliados occidentales que, sin tener el más mínimo

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conocimiento de la sistema de terror estalinista, criticaron duramente la actitud del general ruso. Finlandia, que fue aliada de los nazis durante la guerra, no recibió ninguna crítica por su actitud. Stalin era consciente de este rechazo y de los odios que había generado pero para él en la guerra no existían prisioneros sino únicamente traidores y patriotas. Todos los que se entregaban a los alemanes, por la causa que fuera, no eran prisioneros sino traidores a la Unión Soviética.

Cuando acabó la guerra en Alemania y Polonia había unos 2.500.000 de prisioneros rusos: la mayoría no volvieron a la URSS; otros, ante la presión, se suicidaron en el camino; la mayor parte acabaron en el Gulag o fueron fusilados por ser considerados traidores. Incluso muchos de los que volvieron sin haber caído en manos enemigas sufrieron también los mismos procesos. Por otro lado, Stalin nunca aceptó el intercambio de prisioneros, fuesen del grado que fuesen, pues incluso se negó al trueque del mariscal Von Paulus por su propio hijo, que había sido retenido por los nazis. Con su actitud venía a decir que no le importaba que le fusilasen porque entre los suyos no había prisioneros sino patriotas o desertores. Este es un buen ejemplo de la crueldad de Stalin, que ya había demostrado con el proceso de colectivización y con las purgas de los treinta, pero no es el único que se dio durante la guerra: durante los primeros meses de la contienda surgió una organización, la Smiertch (muerte, en ruso), formada por batallones especiales que marchaban tras las unidades especiales del Ejército Rojo ametrallando a todos aquellos soldados que retrocedían o huían ante el avance de las unidades Panzer alemanas. De esta forma a los soldados soviéticos sólo les quedaba un doble solución: morir, bien aplastados por los nazis o bien ametrallados por sus compatriotas. Todo esto se lo podía permitir Stalin dado la amplitud de recursos humanos y materiales y el amplio espacio que poseía: no le importaba perder muchos hombres en combate porque tenía reservas suficientes como para renovarlos. La disciplina que se empezó a aplicar tanto al Ejército Rojo como a la población civil fue durísima, lo mismo que las condiciones de vida. Eran muy importantes las carencias logísticas y de abastecimiento que tuvo el ejército o en la escasez de equipos básicos en las unidades, como armas, municiones, uniformes, radios, máscaras antigás, cascos ... Además era frecuente la ruptura de las comunicaciones entre el frente y el alto mando en Moscú. Gran parte de estas carestías se fueron solucionando con el transcurrir de la guerra, sobre todo desde el momento en el que ésta cambio de signo y se hizo favorable al bando soviético. Se planteó la defensa como un nuevo 1812, es decir, no dejar nada al enemigo y formar grupos guerrilleros en los territorios ocupados que se dedicaran a sabotear las acciones de los alemanes. La contraofensiva soviética se inicia a principios de diciembre de 1941 (a -30º C) y consigue que los alemanes se retiren a más de 150 km de distancia del frente. Se había logrado un respiro. Stalin tuvo siempre en cuenta las indicaciones de sus mariscales y reconoció sus errores (cosas que no hizo Hitler). Fue un estupendo logista y estratega por lo que se puede considerar como un gran jefe militar.

La batalla de Stalingrado (noviembre de 1942-enero de 1943), que se saldó con la victoria soviética, marca el punto de inflexión en la guerra. Precisamente, gracias a esta victoria, la población de la Unión Soviética acabó adhiriéndose al sistema estalinista, pero también porque se dieron cuenta de que los nazis eran iguales o peores que Stalin y los suyos. Aquí entró en liza el sentimiento nacionalista panruso, el paneslavismo, y la xenofobia que tendió a considerar a los niémetsi (los alemanes, en ruso) como "bestias extranjeras" que querían conquistar Rusia, tal como ya intentaron en el siglo XIII los

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caballeros teutones que fracasaron al ser derrotados por Alexandr Nevski y el pueblo ruso. Así pues, Stalin supo apoyarse en este sentimiento patriotista-nacionalista (incluso en el antisemitismo) de la población para ganar la guerra y actuó en consecuencia con él: en 1943 funde la Internacional Comunista, que desde hacía algunos años era un organismo inoperante; rescatará a la olvidada Iglesia Ortodoxa rusa, con el reconocimiento del Pope moscovita; y hará un llamamiento al tradicional heroísmo del pueblo ruso convirtiendo, de este modo, la contienda en una gesta patriótica y rememorando algunas de las hazañas y personajes más gloriosos de la historia de Rusia (Nevski, Iván el Terrible, Pedro I, la derrota napoleónica de 1812, con la que se compara el fracaso alemán ...). Entonces aparece el estalinismo nacional, una mezcla explosiva de nacionalismo chovinista panruso y de socialismo en su vertiente más dura, que marca un desprecio absoluto con respecto a todas las nacionalidades no rusas que se integran en la URSS.

Durante la guerra va a ver una distensión ideológica con motivo de aminorar el sufrimiento de la población civil. En buena medida, hubo una retroceso en el socialismo y se atenúa el sistema estalinista implantado. Como consecuencia del estallido de la guerra hubo que abandonar el plan quinquenal y adoptar medidas de emergencia, que quizás llegaron un poco tarde. Se disolvieron algunos koljozi, aumentó el número y tamaño de propiedades individuales y se permitió la empresa privada a un pequeño nivel, todo ello para salir adelante frente a las dificultades planteadas por la contienda. Asimismo, en los seis primeros meses de conflicto, se consiguió evacuar hacia el Volga y los Urales, con una rapidez tremenda, gran parte de la industria y de los obreros de las zonas que iban a ser ocupadas por los alemanes por lo que la producción industrial no cayó de forma importante en ningún momento. Es más, desde 1942 la producción de material bélico creció a un ritmo vertiginoso de tal forma que la producción de tanques y aviones llegó a alcanzar en algún momento a la alemana.

A partir de 1943 se inicia la gran ofensiva de la URSS hacia el oeste. Para entonces la guerra ya estaba casi decidida: se demuestra en la batalla de Kurks, la mayor batalla de carros de combate de la historia, y la puesta en marcha de la primera de diez tremendas ofensivas del Ejército Rojo que tendrán como objetivo la toma de Berlín. El patriotismo a partir de estos momentos se acrecienta y se centra en la figura y el culto de Stalin, considerado por el pueblo como el auténtico artífice de la victoria. Ahora el líder soviético deja de exhibiese con la típica blusa bolchevique que había ataviado durante tantos años para vestirse con el uniforme de mariscal, como un auténtico caudillo militar. Es cierto que desde mediados de la década de los treinta había podido notarse en el jefe soviético cierta tendencia comportarse e incluso a vestir como un dictador militar pero es ahora, con la guerra, cuando adquiere una mayor significación. Stalin se convierte en un nuevo "Padre de Rusia", como en sus días lo habían sido los zares desde Iván el Terrible, y su régimen va a lograr la estabilidad con la victoria en la contienda. Su papel vendrá reforzado porque en las conferencias de Yalta y Postdam apareció como el único interlocutor capaz de competir con los Estados Unidos. Desde esos momentos se podía prever un enfrentamiento entre la URSS y los EE.UU. que, cuanto menos, iba a ser ideológico. De hecho, sus años en el poder hasta su muerte marcan la etapa más dura de la "guerra fría".

La victoria en la Segunda Guerra Mundial de la Unión Soviética fue posible gracias al "espacio", puesto que Stalin podía permitirse perder buena parte del territorio soviético sin que esto afectara

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seriamente su potencial. También fue posible como consecuencia de los muchos y amplios errores de Hitler, más graves que los que cometió al principio de la guerra, y gracias al reagrupamiento de la nación bajo la bandera de la Unión Soviética.

LA POSGUERRA: RECONSTRUCCIÓN DEL SOCIALISMOLa posguerra se presenta como un período de reconstrucción en la URSS, tras los desastres de la

guerra (más de 20 millones de muertos y un país en ruinas) pero es también el tiempo en el que se produce el verdadero arraigo popular del régimen. En 1945 la URSS se convierte en una potencia mundial que, como consecuencia de su avance hacia Alemania liberando la mayor parte de los países del este de Europa y de su victoria en la guerra, va a dominar la mitad este del viejo continente y a ejercer, desde entonces, una influencia decisiva en el Tercer Mundo. Pero lo más importante es que se convierte en una de la dos superpotencias mundiales (la otra es los Estados Unidos) que van a disputar el dominio sobre el mundo. Toda esta proyección exterior se debe a que el régimen no puede resolver sus contradicciones externas, derivadas en gran parte del viraje de los años treinta y de la guerra mundial, por lo tiene que proyectarlas hacia el exterior, hacia la empresa externa. Es otro momento en el que en el que la URSS estuvo cerca conseguir la extensión del comunismo por el mundo; pero esta "extensión" se plantea más bien como una "dominación" de la Unión Soviética que una extensión de los principios revolucionarios por todo el mundo, que parecían haberse marchitado con la muerte de Trotski.

De 1945 a 1953, fecha de la muerte de Stalin, se va a dar una época de auténtica reconstrucción en todos los niveles que pretende una vuelta a 1941, aunque es una recuperación con algunas modificaciones:• reconstrucción industrial. La industria había quedado seriamente dañada como consecuencia de la

guerra aunque no sea hasta 1946 cuando se note la inflexión; pero en 1949 ó 1950 ya se han recuperado los niveles de preguerra. Se pone en marcha el IV Plan Quinquenal (1946-50), que pretende la reparación de los daños causados por la guerra, el desarrollo de la industria y la restablecimiento de las regiones industriales occidentales del país, ahora con más fábricas y con una mayor producción, de tal forma que en 1953 nos encontramos de nuevo con una economía basada en la industria pesada, cuando ésta ha dejado de ser la base del desarrollo industrial, y en el inmenso poderío militar, que priva a la población del bienestar propio que genera la industria de bienes de consumo. En el V Plan (1951-1955) se potencian las obras hidraúlicas en el Volga y el Dniéper, con motivo de aumentar las áreas de regadío y la producción de energía eléctrica. A esto hay que añadir novedades como la carrera armamentística (misiles), la espacial, la investigación nuclear, la tecnología punta, con un derroche de medios humanos y materiales que para nada repercuten en la mejora de la calidad de vida.

• reconstrucción agrícola. Tras la distensión del sistema durante los años de la contienda, se reinstaura el sistema de koljozi, ahora con granjas más grandes (100.000 has) y reduciendo algunas concesiones, con lo que se sella el empobrecimiento definitivo del campesinado. Hay una mayor mecanización y ampliación de las áreas de cultivo. No se resuelven los problemas de abastecimiento a las ciudades.

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• reconstrucción ideológica. Va a ser draconiana y se va a dar en dos etapas:- de 1945 a 1948: cuyo máximo inspirador es Janov, auténtico zar de la cultura soviética,

antioccidentalista, inspirador de la guerra fría y heredero junto con Malenkov del legado de Stalin, orienta la política cultural hacia el culto de la persona de Stalin, el patritismo soviético y el realismo socialista. La Constitución de 1946 reorganiza el gobierno, dejando al líder soviético como primer ministro, ministro de defensa (aunque desde 1947 es Bulganin) y primer secretario del Comité Central, de tal forma que controlará más directamente el Partido, el Estado y el Ejécito. Además va a mantener a dos grupos enfrentados, los de Beria y Malenkov (como en los viejos tiempos) actuando como árbitro en tales enfrentamientos. Ahora ya nadie pone en duda su liderazgo, pues su figura casi es divina; ahora se lucha por la sucesión.

- de 1948 a 1953: el inicio de esta etapa viene marcada por la muerte de Janov (1948). Se corta toda la influencia de Occidente para readoctrinar a las masas ya que el 40 % de la población soviética había vivido bajo ocupación extranjera y estaba, por tanto, desovietizada; también porque muchos soldados habían conectado con el mundo occidental y se habían dado cuenta de que allí se vivía mejor, aun en tiempos de guerra; y porque era necesario adoctrinar en el socialismo a los pobladores de los países del este de Europa que habían caído en la esfera soviética.

La reconstrución va unida a un incremento del control burocrático y policiaco. El Gulag, el sistema de campos de concentración, durante los últimos años de Stalin funciona a pleno rendimiento de tal forma que cuando el dictador muere hay entre 6 y 8 millones de personas encarceladas en él, la mayor parte personal del ejército, miembros del partido o de la intelligentsia. Poco antes morir, el líder soviético convoca un nuevo Congreso del partido (XIX), presumiblemente para realizar una nueva purga con la que pretendía renovar a la plana mayor del partido y dejar el camino libre a su único heredero, Malenkov. Se emplean ahora los argumentos propios de la coyuntura internacional, es decir los de la primera guerra fría, como son el arma de la amenaza imperialista de los norteamericanos y del sionismo judío, todo ello para llevar a cabo esta nueva purga que ya no respondía sino al componente paranoico o de demencia senil de Stalin.

En estas circunstancias, muere el dictador (5 de marzo de 1953) lo que deja un vacío enorme y el temor entre la población de que todo el sistema que se había montado en torno a su persona se venga abajo. Tal cosa no ocurrirá. Su cadaver fue expuesto junto al de Lenin en el mausoleo de la plaza Roja de Moscú hasta que en 1961 sus restos fueron trasladados a un panteón del Kremlin, con otros líderes revolucionarios. No se cumplirá su última voluntad política: Nikita Jruchev, un hombre que había ocupado un papel secundario dentro del gobierno estalinista y que representaba una corriente de renovación, se convierte en el nuevo Secretario General del partido y en el nuevo dirigente soviético; Beria, uno de los que luchaba por ese puesto, queda como ministro de interior (poco después cae en desgracia y es condenado a muerte) y Malenkov, que parecía iba a ser el heredero del legado estalinista y que representaba a la corriente más fiel al dictador, queda en un segundo plano como primer ministro. Jruchev dará nuevos aires al partido y a la URSS: comenzará la desestalinización del régimen, iniciará el deshielo en la relaciones con los EE.UU. e intentará dotar al país y a su población de una mayor calidad de vida.

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CONCLUSIÓN Y VALORACIONES

A lo largo de las páginas anteriores hemos visto, de forma resumida, la historia de un país durante casi medio siglo, fijándonos en aquellos aspectos más significativos de esa trayectoria. Pero también hemos podido ver la puesta en marcha de una teoría que para muchos era una utopía irrealizable: nos estamos refiriendo al comunismo (otra cosa muy distinta es que teoría y práctica no coincidieran). La Revolución Rusa ha supuesto uno de los mayores logros de la contemporaneidad puesto que ha permitido el desarrollo de un país politica, social y económicamente retrasado, pese a presentarse ilusoriamente como potencia militar, y en pleno proceso de industrialización y de reformas políticas, hasta convertirse en una de las dos superpotencias mundiales y todo ello en treinta años. El coste humano y material de esa transformación ha sido muy cuantioso: muchos mártires se ha cobrado la Revolución y la puesta en marcha del socialismo. Tres han sido los principales artífices de ese cambio: en primer lugar, Lenin, el líder indiscutible de la Revolución y uno de los hombres con más carisma de la historia del siglo XX; por otro lado, Stalin, artífice de la puesta en marcha del socialismo; y el pueblo soviético, agente y paciente, activo y pasivo, sujeto y objeto de la convulsión y de los posteriores abarates, cuya historia se convierte en la tragedia de un éxito.

Si en todas la revoluciones, sean del tipo que se sean, se han desarrollado dramas, el que se ha vivido en Rusia y los territorios alógenos se ha convertido en una auténtica tragedia, mayor que ninguna de las sufridas anteriormente. El yugo de los zares primero, después una guerra mundial, una revolución que pretendía la ruptura con el pasado, una guerra civil, los efectos de la industrialización y de la colectivización, las prácticas estalinistas y una nueva guerra mundial, todavía más implacable, repercutieron entre la población provocaando una verdadera tragedia pero han demostrado la capacidad de sufrimiento de un pueblo que ha luchado, y lucha, por conseguir un mundo mejor y mejorar sus condiciones de vida. Parecía que esto se iba a conseguir con la Revolución de 1917, cuando las gentes marcharon bajo los acordes de la Internacional exigiendo la paz inmediata; sin embargo, cuando esta llegó no fue sino el punto de partida para una nueva guerra, en este caso civil, y para vivir la toda la dureza del comunismo en su vertiente más cruenta (1918-1921); sólo vinieron años de cierto respiro, sobre todo para los campesinos, con la NEP (1921-1929). Pero debemos constatar que desde 1921 se estaba produciendo un recambio único en la historia europea, y hasta en la historia mundial, en el que un Partido-Estado, una burocracia ideocrática absoluta, sustituye gradualmente a la anterior sociedad civil en un proceso que se completará a principios de los años treinta, a través de una glorificación del poderío nacional (socialismo en un sólo país) y de la militarización de la economía (planificación), alcanzado un éxito mayor que el que los zares podían esperar. Esto es precisamente el socialismo, un mesianismo con tendencias universalistas que quedó relegado a un país ante la ausencia de una revolución en Occidente y por la imposición del ideal de desarrollo económico autárquico y cerrado al exterior. El precio de este avance es muy alto: la llamada a la "igualdad" que se había realizado durante la revolución se tornaba después en una concentración de poder en manos de la dictadura del Partido Comunista; la "libertad" se conviertía en opresión y coerción; la entrega de tierras a los agricultores se

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transformaba en la puesta en marcha de la colectivización, iniciándose una nueva servidumbre para los campesinos.

El promotor del sistema es Stalin, un hombre inteligente, práctico pero terriblemente cruel y vengativo, que es el verdadero artífice de la sociedad soviética y quien sacó a Rusia de la barbarie por métodos bárbaros. Lleva a cabo en la URSS, desde los años treinta, los que se denomina como el gran viraje, la construcción de lo que será el prototipo soviético de planificación centralizada, basada en el mando, la obligación y las directivas, que permiten alcanzar un nivel de desarrollo industrial tal que convertirá a la Unión en una superpotencia mundial. Ahora bien, el crecimiento económico soviético dependió esencialmente de la expansión de la oferta de factores de producción, es decir, de un crecimiento extensivo de la producción. Aunque no se pueden negar los éxitos, basicamente económicos, alcanzados por la URSS, tampoco podemos olvidar sus reveses. Una buena parte de la ineficacia de este sistema económico descansa en su supercentralización, la separación de la producción y demanda, el dirigismo económico y también en la burocratización general, que provocaron importantes pérdidas y la inmplantación del conservadurismo tecnológico. Los planes quinquenales no fueron tan fijos como se marcaron en un principio por lo que no hay que exagerar su función instrumental y operativa: a menudo se vieron modificados o fueron anulados (el tercero se anula en 1941 como consecuencia de la guerra). Se empleó la coerción y la fuerza sobre los trabajadores y el campesinado, lo que, a corto plazo, fue desastroso para la producción agrícola, mientras que las condiciones económicas del campesinado cayeron y se mantuvieron muy bajas. Todo es consecuencia del precio que tuvo que pagar la Unión Soviética para mantener una economía cerrada y autosuficiente.

De todas formas no todo fueron fracasos: para la posteridad quedan los logros de los primeros años revolucionarios, sobre todo de la NEP, y las cotas culturales, artísticas y científicas alcanzadas; también hay que citar los adelantos en alfabetización, en educación, servicios sanitarios ... En otro orden de cosas, los soviéticos conseguirán crear numerosas técnicas individuales y sociales para fomentar el desarrollo industrial (en sí el desarrollo de una nación) que, en mayor o menor medida, han sido tomados por otros países, comunistas o no, subdesarrollados o desarrollados, como en el caso de aquellos que han marcado planes de desarrollo o que han impuesto en alguna ocasión un dirigismo económico estatal.

La sociedad soviética se vio regida por la economía y ésta por la política, siendo la interconexión de los tres factores tal que se hará imposible llegar a distinguirlos claramente. Los políticos y económicos son creadores de un nuevo orden social provisto de una fuerza inmóvil para su propia perpetuación. Así, al régimen soviético, rígido, jerarquizado y autoritario, basado en la fuerza del partido, escasamente afectado por lo que ocurre fuera de sus fronteras y seguro gracias a su potentísimo armamento, le quedará un escaso potencial para cambios evolutivos tras la muerte de Stalin. Jruchev lo intentará iniciando una política de apertura en todos los sentidos y conseguirá resultados positivos, pero no modificará en suma los fundamentos del sistema.

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APÉNDICE

Gráficas, datos estadísticos y mapas

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GRÁFICAS Y DATOS ESTADÍSTICOS23

1 .E v o lu c ió n d e la p o b la c ió n s o v ié t ic a

(e n m i l lo n e s d e h a b i t a n t e s )

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5 0

1 0 0

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1 9 1 4 1 9 1 9 1 9 2 9 1 9 3 9 1 9 4 9 1 9 5 9

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2 . E v o lu c ió n e n la s c a p ita le s

(e n m i le s d e h a b i t a n t e s )

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1 9 1 0 / 1 1 * 1 9 1 9 / 2 1 * 1 9 2 9 / 3 1 1 9 3 9 / 4 1

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* L e n in g ra d o e s P e t ro g ra d o

L e n in g ra d o M o s c ú

POBLACIÓN RUSO/SOVIÉTICA (en millones de habitantes):

HABITANTES DE LAS CAPITALES (en millones de habitantes):

23 Los datos estadísticos y gráficas que a continuación se presentan pertenecen a la obra de C. Cipolla ed., Historia económica de Europa. Economías contemporáneas **, Barcelona, Ariel, 1982 (gráficas y datos 1, 2, 3, 4, 7, 8, 9, 10 y13), y al número 10, La URSS, de Lenin a Stalin, de la colección SIGLO XX de Historia 16, temas de hoy (5, 6, 11y 12).

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3 . E v o lu c ió n d e la p r o d u c c ió n a g r íc o la

(e n t o n e la d a s )

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1 9 1 0 -1 4 1 9 2 0 -2 4 1 9 2 5 -2 9 1 9 3 0 -3 4 1 9 3 5 -3 9 1 9 4 0 -4 4 1 9 5 0 -5 4

t

n

C e re a l P a t a t a

4 . E v o lu c ió n d e la g a n a d e r ía

(e n m i le s d e c a b e z a s )

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1 9 1 0 1 9 2 0 1 9 3 0 1 9 3 9 1 9 4 9

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C a b a l la r V a c u n o

O vin o P o rc in o

PRODUCCIÓN AGRÍCOLA (en toneladas) Y GANADERA (en miles de cabezas):

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5 . L a c o le c t iv iz a c ió n d e l c a m p o

(e n % )

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1 9 2 7 1 9 2 8 1 9 2 9 1 9 3 0 1 9 3 1 1 9 3 2 1 9 3 7

e x p . c o le c t iviz a d a s t ie rra s c u l t iva d a s

6 . E v o lu c ió n d e l n º d e k o l jo z i

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5 0 0 0 0

1 0 0 0 0 0

1 5 0 0 0 0

2 0 0 0 0 0

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1 9 2 7 1 9 2 8 1 9 2 9 1 9 3 0 1 9 3 2 1 9 3 7

LA COLECTIVIZACIÓN DEL CAMPO:

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7 . P r o d u c c ió n in d u s tr ia l I

(e n m i l lo n e s d e t o n e la d a s )

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1 0

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3 0

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1 9 1 0 -1 4 1 9 1 5 -1 9 1 9 2 0 -2 4 1 9 2 5 -2 9 1 9 3 0 -3 4 1 9 3 5 -3 9 1 9 4 5 -4 9 1 9 5 0 -5 4

P e t ró le o H ie rro

A c e ro G a s

8 . P r o d u c c ió n in d u s tr ia l II

(e n m i l lo n e s ; * e n m i le s )

0

1 0 0

2 0 0

3 0 0

4 0 0

1 9 1 0 -1 4 1 9 1 5 -1 9 1 9 2 0 -2 4 1 9 2 5 -2 9 1 9 3 0 -3 4 1 9 3 5 -3 9 1 9 4 5 -4 9 1 9 5 0 -5 3

C a rb ó n ( t n ) E le c t r ic id a d (K W / h ) A u t o m ó vi le s *

PRODUCCIÓN INDUSTRIAL:

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9 . Ín d ic e s d e p r o d u c c ió n in d u s tr ia l

(1 9 3 7 = 1 0 0 )

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1 3 1 7 2 1 2 4 2 5 2 6 2 7 2 8 2 9 3 0 3 1 3 2 3 3 3 4 3 5 3 6 3 7 3 8 3 9 4 0 4 4 4 5 4 6 4 7 4 8 4 9 5 0 5 1 5 2 5 3

e n a ñ o s , 1 9 . .

O fic ia l M o o rs t e e n -P o w e l l

ÍNDICES DE PRODUCCIÓN INDUSTRIAL (1937 = 100):

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1 0 . D is t r ib u c ió n s e c to r ia l

(e n m i le s )

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P rim a rio In d . y C o n s . C o m e rc io y o t ro s

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1 9 2 6 1 9 5 9

1 1 . S o c ia liz a c ió n d e la e c o n o m ía

(% )

0

2 0

4 0

6 0

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1 0 0

1 9 2 4 1 9 2 8 1 9 3 7

%

re n t a n a c io n a l p ro d . in d u s t r ia l

p ro d u c c ió n a g ríc o la n e g o c io s m in o r is t a s

DISTRIBUCIÓN SECTORIAL DE LA POBLACIÓN ACTIVA (en miles):

EVOLUCIÓN DEL PORCENTAJE DE LA ECONOMÍA SOCIALIZADA:

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1 2 .C o m p o n e n t e s d e la r e n t a n a c io n a l

( e n m i l lo n e s d e ru b lo s )

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1 0 0 0 0

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3 0 0 0 0

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1 9 2 7 -2 8 1 9 3 2

In d u s t r ia A g r ic u l t u ra C o n s t ru c c ió n

T ra n s p o r t e C o m e rc io y a l im e n t a

1 3 . E s c o la r iz a c ió n

(e n m i le s )

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5 0 0 0

1 0 0 0 0

1 5 0 0 0

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1 9 1 3 1 9 2 0 1 9 2 9 1 9 3 9 1 9 4 9

m

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s

P rim a ria S e c u n d a r ia U n ive rs i t a r ia

COMPONENTES DE LA RENTA NACIONAL (en millones de rublos):

EVOLUCIÓN DE LA ESCOLARIZACIÓN (en miles):

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PARTIDOS POLÍTICOS

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MAPAS

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