reunión la cueva 17-5

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REUNIÓN LA CUEVA 17/5 1 «Les aseguro que el que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, sino que salta por otro lado, es un ladrón y un asaltante. 2 El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas. 3 El guardián le abre y las ovejas escuchan su voz. Él llama a las suyas por su nombre y las hace salir. 4 Cuando las ha sacado a todas, va delante de ellas y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz. 5 Nunca seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen su voz». 6 Jesús les hizo esta comparación, pero ellos no comprendieron lo que les quería decir. 7 Entonces Jesús prosiguió: «Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. 8 Todos aquellos que han venido antes de mí son ladrones y asaltantes, pero las ovejas no los han escuchado. 9 Yo soy la puerta. El que entra por mí se salvará; podrá entrar y salir, y encontrará su alimento. 10 El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Pero yo he venido para que las ovejas tengan Vida, y la tengan en abundancia. (Jn 10,1-10) - Nos tomamos cinco minutos para ver qué dice el texto, qué me llama la atención, qué gesto me impresiona del Pastor, de Jesús. Lo compartimos. - Pensemos ahora qué me/nos dice el texto. Desde nuestro lugar en La Cueva, ¿vemos necesarias las actitudes del Pastor? ¿cuáles? ¿estamos viviéndolas? ¿cómo me siento yo como pastor del grupo que me toca? Reflexión El pastor entra por la puerta del corral, no salta por la pared. Entra tocando la puerta, pidiendo permiso, con respeto, no invadiendo por arriba. En el Apocalipsis Jesús le envía una carta a la iglesia de Laodicea, donde, tras pegarle un fuerte reto, le

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Reunión La Cueva 17-5

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Page 1: Reunión La Cueva 17-5

REUNIÓN LA CUEVA 17/5

1 «Les aseguro que el que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, sino que salta por otro lado, es un ladrón y un asaltante. 2 El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas. 3 El guardián le abre y las ovejas escuchan su voz. Él llama a las suyas por su nombre y las hace salir. 4 Cuando las ha sacado a todas, va delante de ellas y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz. 5 Nunca seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen su voz». 6 Jesús les hizo esta comparación, pero ellos no comprendieron lo que les quería decir. 7 Entonces Jesús prosiguió:«Les aseguroque yo soy la puerta de las ovejas.8 Todos aquellos que han venido antes de míson ladrones y asaltantes,pero las ovejas no los han escuchado.9 Yo soy la puerta.El que entra por mí se salvará;podrá entrar y salir,y encontrará su alimento.10 El ladrón no vienesino para robar, matar y destruir.Pero yo he venidopara que las ovejas tengan Vida,y la tengan en abundancia. (Jn 10,1-10)

- Nos tomamos cinco minutos para ver qué dice el texto, qué me llama la atención, qué gesto me impresiona del Pastor, de Jesús. Lo compartimos.

- Pensemos ahora qué me/nos dice el texto. Desde nuestro lugar en La Cueva, ¿vemos necesarias las actitudes del Pastor? ¿cuáles? ¿estamos viviéndolas? ¿cómo me siento yo como pastor del grupo que me toca?

Reflexión

El pastor entra por la puerta del corral, no salta por la pared. Entra tocando la puerta, pidiendo permiso, con respeto, no invadiendo por arriba. En el Apocalipsis Jesús le envía una carta a la iglesia de Laodicea, donde, tras pegarle un fuerte reto, le dice: «Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaremos juntos» (Ap 3,20).

Llama a cada una por su nombre, porque él no mira “en general” sino personalmente, con la historia y la situación particular de cada uno. Luego, las hace salir del corral. Tiene que ver con hacer salir del lugar cerrado, de aquello que oprime, no deja crecer, lo que quita la libertad; salir es salir hacia la libertad, fuera del corral. Muchas veces nos puede pasar de hacer salir, no a la libertad, sino de un corral a otro corral, del cual luego se vuelve difícil salir. Jesús invita a salir a lo desconocido y sin límites, con la única seguridad de que se camina detrás de él, que guía el camino y protege de lo que lo amenaza desde fuera.

Él hace salir a todas, recién después empieza a caminar. Esto quiere decir que para avanzar, tenemos que avanzar todos. Si hay uno que va más lento, lo esperamos; si uno va muy rápido, tiene que frenar y esperar. Pero siempre para avanzar, no para retroceder.

Finalmente, Jesús es la puerta. Lugar de libertad, por él se puede entrar y salir libremente cuantas veces se quiera y, tanto afuera como adentro, se puede encontrar alimento, incluso en lo inseguro y desconocido. Allí Jesús promete vida y Vida en abundancia.