RETIRO FEBRERO:

JESÚS ES BUENA NOTICIA ENTREGANDO SU VIDA

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Hoy vamos a contemplar cómo Jesús es Buena Noticia entregando su vida. Y esta entrega de la vida se llena de densidad al contemplar el Misterio Pascual. Una vida entregada en cada relación, en cada gesto, en cada palabra. Toda la vida de Jesús es entrega. Cuando se da, se da a sí mismo del todo, se parte y se reparte como alimento para todos aquellos hambrientos de ternura, de justicia, de dignidad; se derrama para aliviar la sed de los que esperan un futuro mejor, una esperanza nueva, un aliento de vida. Toda la vida de Jesús es Buena Noticia para quien se acerca a él.

> Al comenzar este día de retiro dedicamos un tiempo a hacer silencio, a hacernos conscientes de cómo estamos, de cómo nos presentamos ante Jesús, de lo que traemos en nuestro pensamiento y en nuestro corazón. Pedimos que sea su Espíritu el que ore en nosotras… que nos disponga para acoger y ser conducidas hasta dónde Él quiera llevarnos. Cuando Jesús sea alzado en una cruz y aparezca crucificado, podremos conocer el amor insondable de Dios, descubriremos que Dios es amor y solo amor hacia todo ser humano. Pero para ello necesitamos centrar nuestra mirada interior en Jesús y dejarnos conmover al descubrir en esa crucifixión el gesto final de una vida entregada día a día por un mundo más humano para todos. Pedimos que abra y renueve nuestros sentidos internos para hacernos receptivas y sensibles al misterio que vamos a contemplar. La propuesta de este día (o días de celebración del Misterio Pascual) es la contemplación, el

permanecer con Jesús, acompañarlo, estar. Poner a Jesús en el centro… dejarnos afectar, tocar e impactar por lo que contemplamos, sin prisas, con cuidado y atención. Como nos dice Teresa: “No os pido ahora que penséis en El ni que saquéis muchos conceptos ni que hagáis grandes y delicadas consideraciones con vuestro entendimiento; no os pido más de que le miréis. (…) Si estáis con trabajos o triste, miradle camino del huerto: ¡qué aflicción tan grande llevaba en su alma, pues con ser el mismo sufrimiento la dice y se queja de ella! O miradle atado a la columna, lleno de dolores, todas sus carnes hechas pedazos por lo mucho que os ama; tanto padecer, perseguido de unos, escupido de otros, negado de sus amigos, desamparado de ellos, sin nadie que vuelva por El, helado de frío, puesto en tanta soledad, que el uno con el otro os podéis consolar. O miradle cargado con la cruz, que aún no le dejaban hartar de huelgo. Miraros ha El con unos ojos tan hermosos y piadosos, llenos de lágrimas, y olvidará sus dolores por consolar los vuestros, sólo porque os vayáis vos con El a consolar y volváis la cabeza a mirarle.” (Cp 26, 3, 5)

RECORDAR LA ENTREGA COTIDIANA

La entrega de Jesús en la Cruz es un paso más de la entrega que se ha ido consumando

desde el inicio de su vida: en Belén, indefenso, pequeño y pobre… En la entrega silenciosa y desapercibida de Nazaret o en los caminos de Galilea dejándose afectar y tocar por el sufrimiento, por las miradas que buscan esperanza para sus vidas… Jesús es entregado y Jesús se entrega desde la decisión de hacer la voluntad del Padre.

> Al pie de la Cruz, como las mujeres que acompañaron a Jesús por los caminos y que ahora lo acompañan en su entrega total, puedes volver a evocar algún momento de su vida por los caminos de Galilea, algún encuentro que para ti ha sido significativo con Él. Permanece ahí,

contempla, agradece esa entrega que es la entrega de hoy en la Cruz. Ahí, Jesús se hizo y se hace Buena Noticia.

“DICHOSOS SERÉIS SI LO CUMPLÍS” Jn 13,1-17

En el capítulo 13 de Juan empieza la Pasión de Jesús. Al final del relato del Lavatorio de los pies, Jesús proclama una de las bienaventuranzas que aparecen en el evangelio de Juan. Después de este gesto cargado de densidad y de sentido, Jesús les dice a los discípulos “Dichosos seréis si lo cumplís”. Una invitación que nos hace a cada una, como discípulas a los pies del Maestro, fijos los ojos en Él, para participar con y como Él, en el banquete del Reino, implicándonos compasivamente.

Es un momento importante porque Juan lo narra con mucho detalle, no quiere que cada gesto de Jesús quede desapercibido. En esta escena Jesús hace al menos cinco cosas que nos invita a hacer a cada una: 1.- Jesús concreta el amor extremo en un gesto muy sencillo, concreto y cotidiano.

Lavar los pies a sus discípulos. El amor extremo se concreta en lo concreto de cada día. Y ese es el desafío del amor: en lo concreto y lo cotidiano, no en ensoñaciones, en lo de cada día, con los de cada día. Cuanto más grande es un amor, más capaz de encarnación y concreción, porque los sentidos se afinan para captar los detalles que hacen al otro más feliz. 2.-Jesús se abaja y se pone a los pies. El Señor coge el gesto del esclavo, del criado. “Me llamáis Maestro y Señor” pero me abajo y me pongo a los pies. No es posible lavar los pies, si aquel que lo hace no se abaja, no se arrodilla para lavar los pies, hay que tomar postura de esclavo, quitarse el manto y ceñirse la toalla. Esta es la dinámica de abajamiento de Jesús, la tendencia hacia debajo de Jesús. Siempre, en la dinámica de su vida, esa ha sido y es su tendencia, el abajamiento. Ponerse a los pies, no por encima… y eso es el seguimiento a Jesús. Si nos abajamos nos encontramos con Jesús, si vamos por arriba, no. Cuántas acciones de servicio a los demás las hacemos de pie o sentados, pero solo el amor nos pone a los pies de los otros. Es a los pies de la gente donde nos encontramos con Jesús (“Cuando se lo hicisteis a uno de estos mis pequeños…” Mt 25, 40 ss).

3.- Jesús sostiene el amor en la incomprensión. Jesús no abandona el gesto aunque no se entienda. Sostener el amor en la incomprensión. Cuántas veces nuestro amor, nuestra entrega, nuestro servicio es mal interpretado, no valorado…Esa en la invitación, permanecer, sostener en la incomprensión, en el desprecio el amor.

4.- Jesús lava los pies de sus discípulos, hasta los de Judas. Jesús es consciente que Judas lo va a traicionar, pero se abaja y le lava los pies. Lavar los pies a Judas ¿Qué siente Jesús en esta escena? ¿Qué siente Judas? Por parte de Jesús es el último intento, porque también el amor fracasa y es impotente e inútil. 5.- Jesús hace eucaristía y se hace eucaristía. El pan es su cuerpo y el vino su sangre. Jesús se parte y se reparte. “Dichosos vosotros si hacéis lo mismo”, si os hacéis eucaristía. No hace ceremonia sino sacramento. Sólo entonces cuando nos partimos y repartimos damos VIDA, somos BUENA NOTICIA.

RETIRO FEBRERO:

JESÚS ES BUENA NOTICIA ENTREGANDO SU VIDA

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> Haz una contemplación sosegada y tranquila del texto, que sea una contemplación de lo que Jesús hace en cada gesto. Serenamente, sin prisas… Permanece con Jesús. Deja que te cuente qué hay detrás de cada gesto para comprender que ahí se hace y se fragua la Buena Noticia, el Reino.

ENTREGÓ SU ESPÍRITU (Jn 19, 30)

Al contemplar la Pasión de Jesús, contemplamos el momento que sintetiza la entrega de Jesús a los largo de su vida. Jesús padece en el contexto del padecimiento de la humanidad, como ser plenamente humano que ha querido ser. La pasión y la cruz son consecuencias últimas del movimiento identificador de la encarnación, y del modo concreto escogido por Dios para la redención. Jesús carga con la condición humana y asume su destino, por eso sufre y muere. Jesús se toma en serio su humanidad, no juega a ser hombre; tampoco quiere privilegios. “Quiere” padecer porque quiere identificarse con todo el ser humano y con todo ser humano. La contemplación de todo ello nos llama a aceptar también nosotros todo el “peso” de nuestra humanidad, sin búsqueda de indultos o privilegios; y a aceptar de modo particular nuestras pasividades y disminuciones. La contemplación se convierte en una llamada al realismo en nuestro camino de seguimiento, a asumir las consecuencias de la manera de entender la vida y de vivir de Jesús. Una llamada a “permanecer” en el camino, y a asumir los costos de la auténtica solidaridad con Jesús y con los pobres, que nunca es nimia o barata. Jesús “quiere padecer” porque está dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias en su apuesta por la humanidad: no quiere bajar de la cruz. La apuesta de Dios por la humanidad, encarnada en la Cruz de Jesús, es apuesta hasta el extremo, no se desdice de sí misma en el momento del sufrimiento, llega hasta el final... Somos llamadas, en la contemplación de esa entrega, antes que nada al agradecimiento: por un amor tan sin límite y sin mesura, tan incondicional, tan inmerecido... Y llamadas también, desde el agradecimiento, a una entrega sin límite y sin reserva y a mantener nuestra apuesta por Dios y por su humanidad, por Jesús y su evangelio, hasta el final: a mantenernos en ella, cuando, por tantas razones, parece una apuesta a fondo perdido.

> Elige uno o dos momentos de la Pasión de Jesús y que tu contemplación se centre en ellos. Contempla a Jesús en la Pasión, no la Pasión de Jesús. El centro es Él, sus sentimientos, sus actitudes y su manera de estar.

ID A GALILEA, ALLI LO VERÉIS, Mc 16, 1-7

Nuestra vida se decide en lo cotidiano. Por lo general no son momentos extraordinarios y

excepcionales los que marcan nuestra existencia. Es más bien esa vida ordinaria de todos los días, con las mismas tareas y obligaciones, en contacto con las mismas personas, las que nos va configurando. La vida cotidiana no es algo que hay que soportar para luego vivir no sé qué. Es en esa vida de cada día donde se decide nuestra calidad humana y cristiana. Ahí se fortalece nuestras decisiones; ahí se purifica nuestro amor a las personas; ahí se configura nuestra manera de pensar y creer. En el día a día de la vida cotidiana hemos de buscar al Resucitado en el amor, no en la letra muerta; en la autenticidad, no en las apariencias; en la verdad, no en los tópicos;

en la creatividad, no en la pasividad y la inercia; en la luz, no en la oscuridad de las segundas intenciones; en el silencio interior, no en la agitación superficial.

“¿Buscáis a Jesús de Nazaret, el crucificado?”. “Él va delante de vosotros a Galilea; allí lo

veréis, tal como os dijo”. ¿Por qué hay que volver a Galilea?1

> En Galilea se escuchó, por vez primera y en toda su pureza, la Buena Noticia de Dios y el proyecto humanizador del Padre. Si no volvemos a escucharlo hoy con corazón sencillo y abierto, nos alimentaremos de tradiciones y doctrinas buenas, pero no conoceremos la alegría del Evangelio, capaz de «resucitar» nuestra vida.

> A orillas del lago de Galilea empezó Jesús a llamar a sus primeros seguidores y seguidoras para enseñarles a vivir con su estilo de vida y a colaborar con él en la gran tarea de hacer la vida más humana.

> Por los caminos de Galilea se fue gestando la primera comunidad de seguidores de Jesús. Junto a él vivieron una experiencia única. Con él fueron aprendiendo a vivir acogiendo, perdonando, aliviando el sufrimiento, curando la vida y despertando la confianza de todos en el amor insondable de Dios.

> Ir a Galilea tras el Resucitado es vivir siempre caminando. No nos podemos detener, no podemos vivir mirando al pasado, pues el Resucitado «va por delante».

SUGERENCIAS PARA LA SEMANA:

La sugerencia durante esta semana en la que vivimos estos días de celebración de

Misterio Pascual es mantener una actitud contemplativa. Que el centro de la contemplación sea Jesús en su Pasión. Contemplar los misterios de la pasión y de la vida.

JUEVES: Fraternidad, compañía, amor, detalles. Procura en este día tener presente el Amor, no la

ñoñería, sino la entrega, la atención, la delicadeza y el cuidado. Agradece con Jesús el amor recibido y el entregado. Y acoge la invitación que recibes de Él de la seguir en la entrega del amor cotidiano en nuestro mundo necesitado.

Puede ayudarnos escuchar la canción de Ixcis: Sigue habiendo. VIERNES: Ponemos los ojos en el crucificado y miramos a Jesús, que nos invita a mirarlo en los

crucificados de la tierra. A no tener miedo a esa mirada, y a ser capaces de situar ahí tanto

sufrimiento, tanto escándalo que no entendemos. Y al mirarlo, recordamos los momentos

gozosos vividos por el Maestro: Recordamos su mirada de perdón y compasión puesta en los

pequeños. Sus palabras diciéndonos “lo que hagáis a uno de estos más pequeños, a mí me lo

hacéis”. Contemplamos sus manos, ofreciendo sanación y perdón: “Coge tu camilla y echa a

andar”. Su costado abierto, lugar donde aprendemos quién es Él y quiénes somos nosotras,

1 Grupos de Jesús. Tomado de www.gruposdejesus.com

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costado que supo acoger a todos los rechazados de la sociedad. Nos fijamos en sus pies,

recorriendo los caminos polvorientos de Galilea y Jerusalén, anunciando el Reino de Dios…

Nos puede ayudar en actitud contemplativa ante la cruz escuchar la canción Jesús de Ain

Karen.

SÁBADO:

Silencio y contemplación.

DOMINGO:

La vuelta a Galilea. ¿A qué me llamas y cómo me llamas en lo cotidiano de cada día?

¿Dónde descubro la Resurrección? Podemos ir leyendo juntas:

*Cuando se da una esperanza total que prevalece sobre todas las demás esperanzas particulares, que

abarca con su suavidad y con su silenciosa promesa todos los crecimientos y todas las caídas... Hay

resurrección

*Cuando se acepta y se lleva libremente una responsabilidad donde no se tienen claras perspectivas de

éxito y de utilidad; cuando una persona conoce y acepta su libertad última, como una fuerza que ninguna

otra fuerza le puede arrebatar…Hay resurrección

*Cuando se acepta con serenidad la caída en las tinieblas como el comienzo de una promesa que no

entendemos; cuando se da como buena la suma de todas las cuentas de la vida que una misma no puede

calcular pero que Otro ha dado por buenas, aunque no se puedan probar... Hay resurrección

*Cuando la experiencia fragmentada del amor, la belleza y la alegría se viven como promesa del amor, la

belleza y la alegría, de Dios mismo que se nos manifiesta en la vida; cuando el vivir diario, tantas veces

marcado por la rutina se vive con serenidad y perseverancia hasta el final, descubriendo una fuerza mayor

que nos impulsa y anima... Hay resurrección

*Cuando se deja que la vida y la gente desenmascaren nuestros empeños por apresar y retener a Dios en la

Ley y la fuerza; cuando "se descontrola" la engañosa necesidad de tenerlo todo bajo control, de sentirnos

en orden y buscar con ansiedad la perfección... Hay resurrección

*Cuando se corre el riesgo de orar en medio del silencio, y a veces de la oscuridad, sabiendo que siempre

somos escuchadas, aunque no percibamos una respuesta que se pueda razonar o disputar... Hay

resurrección

*Cuando se siente la auténtica solidaridad que nos hermana y hace sentir el sufrimiento de quienes son

excluidos, la pobreza extrema que devora la humanidad, la fría injusticia, la violencia... y nos lleva a mirar

la vida desde esa realidad doliente y a comprometernos por construir un mundo de justicia y paz...Hay

resurrección

*Cuando una se entrega sin condiciones, gratuita y libremente desde lo más profundo de su ser... cuando

el caer se convierte en un verdadero estar de pie... Hay resurrección

*Cuando… (Podemos ir diciendo y reconociendo cuándo reconocemos que hay Resurrección)