resumen_serie homogenea y elogio a la verdad

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III ACERCA DEL USO DEL TIEMPO Y DE LA CONCLUSIÓN DEL TRATAMIENTO (2da parte ) La serie homogénea y el acontecimiento Se debe analizar cómo se concibe el estatuto mismo del tiempo y no la medida de la duración. La discusión de si las sesiones y tratamientos deben ser breves o prolongados son una distracción. Todo estándar o medida temporal postula un tiempo homogéneo, cuantitativo y universal. Lo más frecuente es que se conciba al tiempo desde una perspectiva espacial como una línea que fluye a una dirección constituyendo una serie homogénea de puntos iguales que suceden unos a otros. Este tiempo homogéneo es infinito y sólo es cortado por un factor externo, que en este caso es la regla institucional. La serie temporal homogénea es cuantificable y susceptible de medición y división. La sesión es pensada como una hora de trabajo (Arbeitsunde) divisible en minutos que constituyen una serie. El tratamiento también es pensado como una sucesión lineal, cuantificable y homogénea de sesiones. La concepción del tiempo ofrecida está al servicio de la represión de su valor libidinal y por eso Miller habla de una “erótica del tiempo”. Habla de una oposición entre la serie y el acontecimiento. Un acontecimiento es aquello que trastorna la experiencia misma del tiempo y no como mera apreciación subjetiva. Algo que se relaciona al “paso a la acción”. Se habla de fechas que se recuerdan actualmente como huellas de un acontecimiento que pudo haber sido fasto o nefasto y que provocó un cambio en los tiempos políticos y una precipitación. La precipitación es una noción temporal ligada a la conclusión y se entiende que en todo acto hay una precipitación. En la historia nacional se

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IIIACERCA DEL USO DEL TIEMPO Y DE LA CONCLUSIN DEL TRATAMIENTO(2da parte )

La serie homognea y el acontecimientoSe debe analizar cmo se concibe el estatuto mismo del tiempo y no la medida de la duracin. La discusin de si las sesiones y tratamientos deben ser breves o prolongados son una distraccin. Todo estndar o medida temporal postula un tiempo homogneo, cuantitativo y universal. Lo ms frecuente es que se conciba al tiempo desde una perspectiva espacial como una lnea que fluye a una direccin constituyendo una serie homognea de puntos iguales que suceden unos a otros. Este tiempo homogneo es infinito y slo es cortado por un factor externo, que en este caso es la regla institucional. La serie temporal homognea es cuantificable y susceptible de medicin y divisin. La sesin es pensada como una hora de trabajo (Arbeitsunde) divisible en minutos que constituyen una serie. El tratamiento tambin es pensado como una sucesin lineal, cuantificable y homognea de sesiones. La concepcin del tiempo ofrecida est al servicio de la represin de su valor libidinal y por eso Miller habla de una ertica del tiempo. Habla de una oposicin entre la serie y el acontecimiento. Un acontecimiento es aquello que trastorna la experiencia misma del tiempo y no como mera apreciacin subjetiva. Algo que se relaciona al paso a la accin. Se habla de fechas que se recuerdan actualmente como huellas de un acontecimiento que pudo haber sido fasto o nefasto y que provoc un cambio en los tiempos polticos y una precipitacin. La precipitacin es una nocin temporal ligada a la conclusin y se entiende que en todo acto hay una precipitacin. En la historia nacional se incluye posteriormente el acontecimiento como parte de la serie (fechas) donde se queda muerto y domesticado. El acontecimiento es aquello que el mecanismo de la anulacin obsesiva apunta, lo anulado o lo que se quiere anular. La anulacin es el intento de deshacer lo sucedido (Ungeschehen machen) y se relaciona con la nocin directa de acontecimiento. La anulacin es un modo de la represin que se moviliza en contra del acontecimiento, tanto del ya ocurrido (trauma, desencadenante) como del que se teme que vaya a ocurrir y del cual la angustia es una seal inequvoca. La esencia de la represin es un aqu no ha sucedido nada y un nada suceder, como lo muestra la postergacin obsesiva, la evitacin fbica y la insatisfaccin histrica. Actualmente la compulsin a la novedad parece indicar que nos movemos en la cultura del acontecimiento, pero en realidad es una forma ms eficaz de la represin de tratar de convertir lo nuevo en serie, a practicar la sorpresa como hbito en lugar de dejarse tomar por ella. Es la forma en que la represin asume, sobre todo en la histeria, una inclinacin a la sorpresa, contingencia y cambio para que todo siga igual.

Elogio de la verdadLa serie temporal no es homognea porque la seria de los significantes tampoco lo es. El acontecimiento de palabra tiene lugar en el decir verdadero. Se debe diferenciar entre la palabra plena y la palabra vaca, ya que Lacan afirmaba que no toda palabra es un decir, sin lo cual toda palabra sera un acontecimiento. Un decir es el orden del acontecimiento. La palabra plena lo implica y es por s misma un acontecimiento. La ocurrencia de un lapsus, de un acto sintomtico. De un sueo, no llegan necesariamente a cobrar el carcter de un acontecimiento si su valor de verdad no es escuchado por el analista. El sntoma no barra al sujeto mientas evite exitosamente el desarrollo de la angustia. La palabra plena tomo entonces su valor de acontecimiento en el marco de la experiencia analtica y bajo transferencia. El decir que se trata es el de la interpretacin analtica aunque no se haga ms que subrayar o citar los dichos del paciente o el decir que est invertido en esos dichos. Miller seala que la interpretacin es, por el contrario, es esencialmente temporal ya que est formulada en un contexto, en un momento determinado, y aparece bajo el estatuto de la sorpresa. La interpretacin es ms un decir que un dicho porque va acompaada de la sorpresa como modalidad temporal, y esto la convierte en un acontecimiento de palabra. En el caso del acontecimiento de palabra el impacto de la sorpresa tiene un efecto en el discurso del sujeto y en su posicin. Marca un antes y un despus ya que la seria temporal mantiene un homeostasis hasta que la serie se colapsa para despus volver otra vez a una serialidad diferente.Es necesario entonces revalorizar la nocin de verdad ya que no es algo disociado de lo real. No se debe despreciar al valor de la palabra y de las vas de la verdad. Miller recuerda que:1. No es verdadero que la verdad se oponga al sombro. Se cita lo verdadero siempre es nuevo y se dice que el concepto de la verdad incluye el tiempo.2. Esto sigue siendo verdadero incluso si se llega a rebajar la funcin de la verdad a no ser ms que un efecto significante con connotacin de impotencia, slo se torna por ello ms efmera. 3. No es verdadero que la serie signifique regularidad, automatn, aburrimiento. Si la regularidad es necesaria es para favorecer la sorpresa. El automatn es aqu condicin dela tych. Lo verdadero es siempre nuevo porque es algo ligado al origen. La moda olvida que lo originario no debe ser identificado con lo viejo o memorable. El origen es lo autnticamente nuevo que lleva a despertar y no al contrario como la avalancha de novedades que ofrece el mercado que slo llevan al sujeto al deseo de dormir. Miller valoriza la serie como condicin necesaria de la sorpresa. Afirma que los psicoanalistas cometen el error de buscar la sorpresa en lugar de incurrir en ella (Borges, 1993).

El estado neurtico corriente: El sntoma como escritura fuera del tiempo.Hablar de un estado neurtico corriente es tambin poner en juego la dimensin temporal. Lo que subyace a la neurosis es la repeticin, y es por eso que en la posicin habitual del neurtico el tiempo no transcurre. La neurosis no se entera del paso del tiempo porque en el fantasma hay una renegacin de la castracin, lo cual demuestra la equivalencia entre castracin y tiempo.En estado salvaje el inconsciente no habla, no dice nada, no dialoga, razn por la cual Lacan nos avisa que el sntoma, en principio, se basta de s mismo, no se dirige a nadie y no es ms que un modo de gozar al que Freud se refiri tempranamente bajo la nocin de beneficio primario. Estas nociones freudianas, agrupales bajo el tardo trmino de resistencia del ello, muestran la cara real del sntoma que desafa a la clnica del significante.El sntoma como medio de goce no es ni una palabra plena, ni un acontecimiento, ni un decir. Este inconsciente mudo tiene sin embargo un estatuto simblico que es el que corresponde a lo escrito. Lo escrito es silencioso; toda letra es muda mientras nadie la lea. Por eso se trata de una dimensin esencialmente sincrnica: propiamente en un texto no hay sucesin de palabras porque eso ya corresponde a la lectura, a su pasaje al discurso hablado (aunque no se lo diga en voz alta). Por el contrario, a nivel de lo escrito todos los signos son simultneos e iguales en su callada sincrona.Este aspecto del inconsciente se presenta como una continuidad. Corresponde ms bien, siguiendo a Lacan, al sistema del ello, si reconocemos en esa continuidad la gramtica acfala y silenciosa de la pulsin. La resistencia del ello era otro modo, segn Freud, de hablar de la compulsin de repeticin y de la inmutabilidad de la posicin neurtica. Tpico de pacientes a los cuales se alude en la referencia de viscosidad discursiva que se presenta impermeable a todo acontecimiento de palabra, toda intervencin dialctica, es ah fuera de tiempo.

Ejemplo del estado neurtico corriente:Un joven nunca se decide a cambiar sus anteojos por un modelo ms cmodo y estticamente mejor, pese a quejarse continuamente de ellos. Una serie de rituales e ideas obsesivas se organizan en torno a sus lentes como conductas de evitacin social. El aspecto que le dan los anteojos es la coartada que justifica su aislamiento. Rara vez consigue salir de su casa, cuando no se trata de cumplir obligaciones y rutinas. Sostiene que no puede irse de vacaciones por sus escasos recursos. Unos amigos lo invitan a la costa, y entonces alega que se ver ridculo e incmodo en traje de bao y con los anteojos puestos. Argumenta adems que si se va de vacaciones no tendr dinero para cambiar los anteojos, pero despus tampoco lo hace, porque siempre encuentra prioridades. Esto se repite con mltiples situaciones. Dir, ms adelante, que l se queda mirando cmo los otros viajan, o salen a divertirse.En la ltima frase se esboza su posicin en el fantasma y el goce escpico implcito en la defensa. La ventaja primaria de su sntoma reside en satisfacer la pulsin escpica y a la vez evitar la angustia que supone la prdida de ese goce y el acto de ponerse en movimiento abandonando la posicin de espectador. El axioma quedarse viendo cmo los otros salen es lo que no cesa de escribirse. Aqu el tiempo transcurre para los otros, pero no para l que ostenta en sus anteojos la insignia por la que se anuncia su desdicha, pero tambin su narcisismo, su ilusin de inmutabilidad. Nada ha cambiado, ni cambiar para l, que permanece quieto.No por quejarse de todo esto hay una demanda de anlisis, el sntoma no se encuentra constituido como tal; ni lo divide, ni lo interpela, ni lo implica. Tal es la neurosis en estado salvaje. El primer paso de la cura, como dice Lacan, es mostrar que todo eso funciona as: Poner en evidencia el carcter funcional del sntoma Mostrar su la repeticin pasa siempre por el mismo lugar es justamente porque hay un lugar por el que no se quiere pasar.La repeticin es inadvertida por el sujeto, quien las ms de las veces que en diversas escenas de su vida repita la misma posicin.

El sntoma como palabra: la trasferencia y el tiempo. del paciente al sujetoCuando lo escrito pasa a ser ledo, es cuando se producen los equvocos, las interpretaciones, la emergencia del sujeto. El inconsciente se manifiesta como tropiezo, pero ese pasaje supone un decir. La palabra sumerge la escritura en el tiempo y Miller seala que esa es la virtud de la transferencia, por ella se produce la inmersin de ese inconsciente intemporal, continuo, en la historia. El sntoma, bajo transferencia, deja emerger un decir, el cual instituye a paciente como sujeto de la experiencia analtica. Una vez que esto sucede puede que el sntoma persista, pero la posicin del sujeto ya no es la misma, as como tampoco ser la misma la funcin del sntoma.

Los tiempos lgicos y el sofisma del prisioneroEl aplogo comentado por Lacan consiste en el dilema a resolver por tres prisiones sobre si tienen un disco neg o uno blanco en la espalda, dependiendo de ello su salida de la prisin. Hay tres discos blancos y dos negros. Cada uno de los prisioneros puede ver el color de los otros, pero no el propio. Para salir deben declarar su color y justificar lgicamente esa declaracin. Los tres prisioneros llevan discos blancos en la espalda y uno al salir justifica que si l hubiera llevado disco negro entonces los otros prisioneros hubieran salido en seguida, pero como no lo hicieron pudo concluir que l era disco blanco.La breve explicacin de los tres tiempos lgicos se basa en el comentario de Miller,A. Instante de verSe trata de una conclusin forzosa, como si se diera el caso de ver dos discos negros, en ese caso se concluira sin mediacin que se es blanco. Lo primero que hay que decir de este tiempo lgico es que, es propiamente un no-tiempo, carece de duracin y es impersonal. Ese Otro annimo es lo que est sealando en el se del se sabe que. En ese caso no hace falta que los otros se muevan. El instante de la mirada sortea todo riesgo y toda angustia, porque no hay que deliberar ni decidir. De la misma forma, un objetivo teraputico fijado a priori podra funcionar de la misma manera. El instante de ver, as como est excluido en el aplogo, tambin est excluido en el tratamiento institucional. La conclusin-forzosa del instante de ver no es la conclusin-acto que se plantea. Lo que el momento de concluir concluye es lo que Lacan llama el tiempo para comprender.B. Tiempo para comprenderSe trata propiamente de una duracin, de un tiempo que transcurre. En el aplogo sucede como deliberacin interna de cada uno de los prisioneros durante la cual se consideran los movimientos y no movimientos de los otros. El que no suceda nada tambin puede ser un acontecimiento. Es un tiempo subjetivo, diacrnico, en el que los acontecimientos cuentan y se da lugar el antes y despus, a lo que el otro hizo o no. Este tiempo es de elaboracin y espera, transcurre en la indeterminacin subjetiva; es un mientras tanto en el que no se decide si soy negro, blanco, hombre o mujer. Es evidente que no se decide nunca, como lo esperara la posicin neurtica que permanece constante a la interrogacin del Otro investido de autoridad, un saber, del que espera que concluya por uno. El inicio del tiempo analtico es el inicio de un tiempo de comprender, en donde hay un comps de espera, de no accin, no decisin y no precipitacin. La urgencia con riesgo de pasaje al acto.De qu se est pendiente en el acto analtico? Qu se espera que ocurra?, exactamente la ocurrencia, la aparicin de un significante ms. Es propio de este tiempo de compresin el tender a la infinitud, que surja otro dato, otra clave que aumente el saber, que nos aproxime a la conclusin, sin embargo por esta va del saber no se puede llegar a la conclusin sino por un salto. As como el inicio del anlisis abre el tiempo de comprender, es el objetivo confrontar al sujeto con los lmites de este tiempo y de la compresin misma. Este es el verdadero sentido de la experiencia analtica, hacer consiente lo inconsciente no es tomar conciencia de todo, ni ampliar nuestros mapas cognitivos, sino al revs. Es pasar por la experiencia de la imposibilidad de saber, de comprender en totalidad; solo en ese punto se generan las condiciones de un verdadero acto. C. Momento de concluirSe caracteriza por la precipitacin de la accin. En el caso de los prisioneros cada uno sale por la prisa ante el temor que se les adelanten y que ya no sea verdad que hayan salido antes que l, la conclusin tiene en este caso la autorreferencialidad de los performativos Slo ser verdadero que los otros no salieron antes si yo sal primero, con lo cual hay de por medio una auto legitimizacin de la conclusin. El vrtigo de la angustia marca la urgencia que da su sabor a este momento, la accin un modo de la elaboracin de la angustia. Actual es operar una transferencia de angustia, la accin le arrebata a la angustia su certeza. Hay una perentoriedad que empuja a la accin, hay un demasiado pronto que busca evitar un demasiado tarde.El momento de concluir atae al final de la sesin y a la conclusin del tratamiento hospitalario. No se trata solo del tiempo de comprender del paciente sino del practicante. Dado que hay un significante de la conclusin, el cierre estar marcado por cierta precipitacin, puede haber mejora, logro teraputico pero en la mayora de los casos podra ser considerado insuficiente. El analista igualmente debe darle la salida al sujete antes que sea demasiado tarde con respecto al impasse transferencial, agravado por la gratuidad en el contexto institucional, muchas veces por el tratamiento institucional se produce un estancamiento y es contraindicado en esos casos sancionar una conclusin e interpretar. No podemos despedir un paciente en plena tormenta transferencia, hay que esperar reconducir el proceso hacia una nueva elaboracin.

Sancionar la conclusinHay una diferencia importante entre el final del tratamiento institucional y un final de anlisis concebido desde la orientacin lacaniana: En un final de anlisis el analizante es quien concluye, decidiendo su salida. En la institucin, la conclusin s depende de lo que el paciente haya podido determinar pero ser el practicante quien sancione la salida del sujeto del tratamiento.En este ltimo punto ocurre lo mismo que con el cierre de una sesin en todo anlisis de orientacin lacaniana: ah tambin es el analista quien decide el momento de concluir.Existe el riesgo de concluir demasiado pronto, pero es un riesgo menor que el de concluir demasiado tarde.La conclusin se centra en un punto de clausura que pone fin al tiempo de comprender.En el caso del sujeto (anteojos) que se quedaba viendo cmo los dems se iban que no sale (de vacaciones, de la casa, de su trabajo, etc.) porque posterga indefinidamente su decisin: Hay all un modo voyeur (ver) de la defensa que determina el diagnstico de neurosis obsesiva. En dicho caso su tratamiento institucional fue concluido, poda haber proseguido. Se sabe que la neurosis se rearma. Por eso no puede hablarse de fin de anlisis o atravesamiento del fantasma. La conclusin siempre tendr la caracterstica de demasiado prontoOtro caso similar, es el de una joven de 28 aos con diagnstico de histeria: Tiene malestar en su relacin de pareja y una marcada insatisfaccin consigo misma. Reprocha a su novio su falta de compromiso y sostiene discusiones con l. No sabe qu decidir respecto de esa relacin, lo ama pero no puede llevar adelante ningn proyecto con l. Trabaja a tiempo completo cuidando una anciana enferma. Dej de estudiar para contadora. Vive en una pensin cuya duea es una mujer muy estricta con los horarios de entrada y salida. No tena tiempo ni para salir con su novio. Con los otros se senta una nena tonta incapaz de tratar cuestiones adultas. Ligada a una madre enferma, siempre tuvo dificultades para salir del mundo. Las entrevistas pusieron de manifiesto su angustia ante lo que le esperaba afuera en el mundo de los hombres.

Ese tratamiento dur poco ms de una ao. Durante el mismo cambi de trabajo y retom sus estudios. La relacin con el novio prosigui sin cambios aparentes. Preguntarse si el tiempo transcurrido fue mucho o poco no tiene mucho sentido prctico.Un anlisis requiere mucho trabajo, pero es imposible establecer a priori una traduccin de ese trabajo en una cifra temporal.No importa la duracin del tiempo para que en el sujeto ocurra una modificacin de su posicin.

En el caso de la Joven: Fue concluido el tratamiento poco despus de que la paciente mostrara el fantasma de seduccin como defensa ante la angustia provocada por situaciones que la comprometan como mujer.Se trataba aqu de salir, ponindose en juego una instancia de separacin.En el curso del tratamiento se fue demostrando que el motor de la consulta no era tanto el tema de la separacin del novio como otra separacin.La joven s tuvo un cambio de posicin.Salir de una relacin de pareja, de la casa de los padres, de un trabajo, de una casa, no es una garanta del xito del tratamiento analtico.Que un paciente haga lo que no poda hacer, tiene importancia, pero no asegura que el sujeto haya modificado su posicin fantasmtica, que es de lo que verdaderamente tiene que separarse.A la hora de decidir la conclusin, es importante: Tener en cuenta el factor de la transferencia (respuesta del sujeto a la experiencia) Y el esbozo o muestra de su posicin fantasmtica.

Explosin del fantasmaLa mayora teraputica podra deberse a una ampliacin de los lmites del fantasma, este reparo no aminora el valor de los cambios operados en las relaciones del sujeto con su realidad. El develamiento de la posicin fantasmtica nos sirve para ensear el ncleo de la cuestin, el punto de la angustia del cual ese fantasma es la defensa, es entonces en este punto toda elaboracin significante llega a su fin y donde el sujeto debe separarse de las vas del saber cmo lo sealo Lacan en su seminario del acto la cura analtica no es un conocerte a ti mismo sino una experiencia de los lmites de ese conocerte a ti mismo

Para concluir: Hacer consciente lo inconscienteLa exposicin del fantasma es con lo que hemos llegado a la emergencia de la verdad aunque la verdad fantasmtica sea una mentira ya que es una construccin ficcional que encubre algo real. Aunque es una construccin ficcional que encubre algo real. El develamiento de la posicin fantasmtica sirve para sealar el ncleo, el punto de la angustia del cual ese fantasma es defensa. La cura analtica, segn Lacan, seala los lmites de ese concete a ti mismo. Hacer consciente lo inconsciente. Seala el resumen de toda la tica del psicoanlisis. Hacer de los pensamiento involuntarios a voluntarios. Y esto constituye el yo autnomo o el sujeto liberalismo.