restaurando el progreso por el arq. carlos sánchez saravia/ nanda machado

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paginas 121 a 140 N° 6 año II abril 2013 año II abril 2013 tapa Clorindo Testa Arquitecto y Artista Plástico (Nápoles, 10 de diciembre de 1923 – Buenos Aires, 11 de abril de 2013) Restaurando El Progreso por el Arq. Carlos Sánchez Saravia Como una metáfora de una sociedad que necesita restaurar sus lugares de encuentro, el edificio del Club El Progreso espera poder restaurarse para recuperar el esplendor de principios del siglo XX. Todavía hay magia en Buenos Aires por Nanda Machado Del restorán del Club del Progreso no se puede hablar sin ubicarlo en tiempo y espacio. Lo que allí se sirve, cómo se prepara y el ambiente en que se lo consume son partes importantes en la fórmula mágica de un espacio que sobrevive en nuestra cada vez más caótica ciudad.

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Como una metáfora de una sociedad que necesita restaurar sus lugares de encuentro, el edificio del Club El Progreso espera poder restaurarse para recuperar el esplendor de principios del siglo XX.

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Page 1: Restaurando el Progreso por el arq. Carlos Sánchez Saravia/ Nanda Machado

paginas 121 a 140

N° 6

año II abril 2013año II abril 2013

tapa

Clorindo TestaArquitecto y Artista Plástico(Nápoles, 10 de diciembre de 1923 – Buenos Aires, 11 de abril de 2013)

Restaurando El Progresopor el Arq. Carlos Sánchez Saravia

Como una metáfora de una sociedad que necesita restaurar sus lugares de encuentro, el edificio del Club El Progreso espera poder restaurarse para recuperar el esplendor de principios del siglo XX.

Todavía hay magia en Buenos Airespor Nanda Machado

Del restorán del Club del Progreso no se puede hablar sin ubicarlo en tiempo y espacio. Lo que allí se sirve, cómo se prepara y el ambiente en que se lo consume son partes importantes en la fórmula mágica de un espacio que sobrevive en nuestra cada vez más caótica ciudad.

Page 2: Restaurando el Progreso por el arq. Carlos Sánchez Saravia/ Nanda Machado

Diego de Alvear, luego de la batalla de Caseros convocó a cincuenta y seis vecinos notables de la ciudad de , a la moda y usanza de la de entonces, y les propuso fundar Buenos Aires Europaun cuyos objetivos fueron: reunir a un grupo de ciudadanos de diferentes ideas, clubuniformando en lo posible las posiciones políticas por medio de la discusión deliberada y mancomunar los esfuerzos de todos hacia el progreso moral y material del país.Con estos objetivos, el 1° de mayo de se fundó el Club del Progreso, en la 1852 Ciudad de Buenos Aires.Según una carta del fundador del Club publicada en el diario “La Tribuna”, en , no 1853interesaban a los socios tan solo los aspectos políticos sino terminar “con la división y la desconfianza recíproca en que vivíamos”.El club se fundó un año antes de la sanción de la y a lo largo de sus Constitución Argentinaprimeros cien años pasó la vida del país.El Club del Progreso logró su finalidad a través de diversas actividades sociales, principalmente , , , donde se encontraban las más importantes bailes tertulias conciertospersonalidades del momento. El , el y los juegos de cartas fueron complementos billar ajedrezde sus actividades. Este fue el carácter que mantuvo el club durante largo tiempo asimilando las nuevas costumbres de la ciudad e incorporando el como otra de sus actividades.deporte

Restaurando El Progresopor el Arq. Carlos Sánchez Saravia

Como una metáfora de una sociedad que necesita restaurar sus lugares de encuentro, el edificio del Club El Progreso espera poder restaurarse para recuperar el esplendor de principios del siglo XX.

Page 3: Restaurando el Progreso por el arq. Carlos Sánchez Saravia/ Nanda Machado

Diego de Alvear, luego de la batalla de Caseros convocó a cincuenta y seis vecinos notables de la ciudad de , a la moda y usanza de la de entonces, y les propuso fundar Buenos Aires Europaun cuyos objetivos fueron: reunir a un grupo de ciudadanos de diferentes ideas, clubuniformando en lo posible las posiciones políticas por medio de la discusión deliberada y mancomunar los esfuerzos de todos hacia el progreso moral y material del país.Con estos objetivos, el 1° de mayo de se fundó el Club del Progreso, en la 1852 Ciudad de Buenos Aires.Según una carta del fundador del Club publicada en el diario “La Tribuna”, en , no 1853interesaban a los socios tan solo los aspectos políticos sino terminar “con la división y la desconfianza recíproca en que vivíamos”.El club se fundó un año antes de la sanción de la y a lo largo de sus Constitución Argentinaprimeros cien años pasó la vida del país.El Club del Progreso logró su finalidad a través de diversas actividades sociales, principalmente , , , donde se encontraban las más importantes bailes tertulias conciertospersonalidades del momento. El , el y los juegos de cartas fueron complementos billar ajedrezde sus actividades. Este fue el carácter que mantuvo el club durante largo tiempo asimilando las nuevas costumbres de la ciudad e incorporando el como otra de sus actividades.deporte

Restaurando El Progresopor el Arq. Carlos Sánchez Saravia

Como una metáfora de una sociedad que necesita restaurar sus lugares de encuentro, el edificio del Club El Progreso espera poder restaurarse para recuperar el esplendor de principios del siglo XX.

Page 4: Restaurando el Progreso por el arq. Carlos Sánchez Saravia/ Nanda Machado

Desde su fundación en 1852 el Club del Progreso ha tenido cuatro sedes.La primera de ellas se encontraba ubicada en la calle Perú 135.Luego, en 1857, el Club se trasladó al Palacio Muñoa en la calle Perú esquina Victoria (actual Hipólito Yrigoyen). Esta propiedad, uno de los primeros "palazzos" de estilo italianizante de una Buenos Aires en expansión, fue construida por el ingeniero Edward Taylor para los hermanos Marcos y Miguel Muñoa, comerciantes vascos- donde se mantuvo hasta 1900. La tercera sede, inaugurada en 1900, se situó en la Avenida de Mayo 633, ubicación que marcó el apogeo del Club que era frecuentado por lo más granado de la política, la cultura y la sociedad porteña y cuando comenzó a rivalizar con el Jockey Club. Esta espléndida sede, de estilo francés, fue construida por José C. Paz. Allí se mantuvo hasta 1941.

Su actual sede, desde 1941, en la calle Sarmiento 1334, antigua residencia privada de un miembro de la familia Duhau construida por los arquitectos Eduardo Pablo Lanús (1875-1940 Buenos Aires) y Pablo Hary (1875-1956 Goeulzin Francia).

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Desde su fundación en 1852 el Club del Progreso ha tenido cuatro sedes.La primera de ellas se encontraba ubicada en la calle Perú 135.Luego, en 1857, el Club se trasladó al Palacio Muñoa en la calle Perú esquina Victoria (actual Hipólito Yrigoyen). Esta propiedad, uno de los primeros "palazzos" de estilo italianizante de una Buenos Aires en expansión, fue construida por el ingeniero Edward Taylor para los hermanos Marcos y Miguel Muñoa, comerciantes vascos- donde se mantuvo hasta 1900. La tercera sede, inaugurada en 1900, se situó en la Avenida de Mayo 633, ubicación que marcó el apogeo del Club que era frecuentado por lo más granado de la política, la cultura y la sociedad porteña y cuando comenzó a rivalizar con el Jockey Club. Esta espléndida sede, de estilo francés, fue construida por José C. Paz. Allí se mantuvo hasta 1941.

Su actual sede, desde 1941, en la calle Sarmiento 1334, antigua residencia privada de un miembro de la familia Duhau construida por los arquitectos Eduardo Pablo Lanús (1875-1940 Buenos Aires) y Pablo Hary (1875-1956 Goeulzin Francia).

Page 6: Restaurando el Progreso por el arq. Carlos Sánchez Saravia/ Nanda Machado

A fines del siglo XIX, principios del XX, Buenos Aires crecía y se transformaba, la clase media alta encargaba a arquitectos extranjeros y locales una nueva tipología de construcción los “Petit hôtels”, tomando la forma del “grand hôtel particulier” parisino, comenzó a ocupar terrenos más chicos que los que usaban las familias más económicamente importantes que construían sus palacios en las mejores zonas de la ciudad y en sus alrededores.Los Arquitectos Lanus y Hary, construyeron varias de estas residencias particulares, dandole importancia a la composición de su fachada y en la imagen espacial y decorativa del vestíbulo elevado y el arranque de la escalera principal. Desde ese corazón ceremonial de la casa, el “piano nobile” desplegaba los salones de recibo y el comedor, mientras que en el piso alto se disponían los dormitorios y los

baños, éstos últimos cada vez más cercanos y mejor equipados.Esta casa, su entrada actual, originalmente fue la entrada de carruajes, adaptada a su nuevo uso, tiene en el techo de su espacio central una gran lucarna vidriada que ilumina su importante escalera central, con una trabajada baranda de hierro con pasamanos de bronce, enmarcada por columnas apareadas.El centro de este magnifico espacio, es iluminado artificialmente por una importante araña de caireles suspendida desde el techo que es acompañada por importantes apliques de pared.

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A fines del siglo XIX, principios del XX, Buenos Aires crecía y se transformaba, la clase media alta encargaba a arquitectos extranjeros y locales una nueva tipología de construcción los “Petit hôtels”, tomando la forma del “grand hôtel particulier” parisino, comenzó a ocupar terrenos más chicos que los que usaban las familias más económicamente importantes que construían sus palacios en las mejores zonas de la ciudad y en sus alrededores.Los Arquitectos Lanus y Hary, construyeron varias de estas residencias particulares, dandole importancia a la composición de su fachada y en la imagen espacial y decorativa del vestíbulo elevado y el arranque de la escalera principal. Desde ese corazón ceremonial de la casa, el “piano nobile” desplegaba los salones de recibo y el comedor, mientras que en el piso alto se disponían los dormitorios y los

baños, éstos últimos cada vez más cercanos y mejor equipados.Esta casa, su entrada actual, originalmente fue la entrada de carruajes, adaptada a su nuevo uso, tiene en el techo de su espacio central una gran lucarna vidriada que ilumina su importante escalera central, con una trabajada baranda de hierro con pasamanos de bronce, enmarcada por columnas apareadas.El centro de este magnifico espacio, es iluminado artificialmente por una importante araña de caireles suspendida desde el techo que es acompañada por importantes apliques de pared.

Page 8: Restaurando el Progreso por el arq. Carlos Sánchez Saravia/ Nanda Machado

Un suceso trágico vive el 1 de julio de 1896. Leandro N. Alem, sube a un coche y ordena:”¡Al club del Progreso!”. Como tarda en descender, el cochero alarmado abre la puerta, y se desploma el cuerpo inerte del tribuno. Se había suicidado. En su bolsillo se encontró una nota que finalizaba con estas palabras, transformadas luego en consigna de la Unión Cívica Radical: “¡Que se rompa pero que no se doble! ¡Adelante los que quedan! Como una reliquia se conserva la mesa en la que fue depositado su cadáver ante la consternación de los presentes.

El Club del Progreso fue, desde su creación y hasta mediados del siglo XX, una entidad por la que pasó gran parte de la historia política de Argentina.Diecisiete presidentes de la República fueron sus socios cuadros de varios de ellos y de otros destacados miembros pueblan las paredes del espacio central y las principales salas del club.

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Un suceso trágico vive el 1 de julio de 1896. Leandro N. Alem, sube a un coche y ordena:”¡Al club del Progreso!”. Como tarda en descender, el cochero alarmado abre la puerta, y se desploma el cuerpo inerte del tribuno. Se había suicidado. En su bolsillo se encontró una nota que finalizaba con estas palabras, transformadas luego en consigna de la Unión Cívica Radical: “¡Que se rompa pero que no se doble! ¡Adelante los que quedan! Como una reliquia se conserva la mesa en la que fue depositado su cadáver ante la consternación de los presentes.

El Club del Progreso fue, desde su creación y hasta mediados del siglo XX, una entidad por la que pasó gran parte de la historia política de Argentina.Diecisiete presidentes de la República fueron sus socios cuadros de varios de ellos y de otros destacados miembros pueblan las paredes del espacio central y las principales salas del club.

Page 10: Restaurando el Progreso por el arq. Carlos Sánchez Saravia/ Nanda Machado

La sala de reuniones conserva los mejores libros de la antigua biblioteca, entre ellos la colección completa de Caras y Caretas y uno de sus escritorios de lectura sirve de mesa de reuniones de su actual Comisión Directiva.

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La sala de reuniones conserva los mejores libros de la antigua biblioteca, entre ellos la colección completa de Caras y Caretas y uno de sus escritorios de lectura sirve de mesa de reuniones de su actual Comisión Directiva.

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Todavía hay magia en Buenos Airespor Nanda Machado

Del restorán del Club del Progreso no se puede hablar sin ubicarlo en tiempo y espacio. Lo que allí se sirve, cómo se prepara y el ambiente en que se lo consume son partes importantes en la fórmula mágica de un espacio que sobrevive en nuestra cada vez más caótica ciudad.

Hagamos un ejercicio de imaginación. Pensémonos caminando por el centro porteño antiguo, con sus edificios bajos en estado original o en proceso de remodelación, entreverados con otros, más actuales, altos, y por lo común dedicados a la actividad profesional y comercial.Veredas angostas, gente apurada, autos que nos rozan, bocinas que sobresaltan. Entonces, entramos. El hall de ingreso, amplio y con altura de techo “a la antigua”, nos produce inmediatamente un efecto reparador. Como si hubiéramos accedido a una máquina del tiempo, el espacio nos retrotrae, invocando escenas del pasado y mostrando en ambientes noblemente construidos, lamentablemente deslucidos pero igualmente valiosos y testimoniales, cómo era vivir en la antigua capital porteña a mediados del 1800.

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Todavía hay magia en Buenos Airespor Nanda Machado

Del restorán del Club del Progreso no se puede hablar sin ubicarlo en tiempo y espacio. Lo que allí se sirve, cómo se prepara y el ambiente en que se lo consume son partes importantes en la fórmula mágica de un espacio que sobrevive en nuestra cada vez más caótica ciudad.

Hagamos un ejercicio de imaginación. Pensémonos caminando por el centro porteño antiguo, con sus edificios bajos en estado original o en proceso de remodelación, entreverados con otros, más actuales, altos, y por lo común dedicados a la actividad profesional y comercial.Veredas angostas, gente apurada, autos que nos rozan, bocinas que sobresaltan. Entonces, entramos. El hall de ingreso, amplio y con altura de techo “a la antigua”, nos produce inmediatamente un efecto reparador. Como si hubiéramos accedido a una máquina del tiempo, el espacio nos retrotrae, invocando escenas del pasado y mostrando en ambientes noblemente construidos, lamentablemente deslucidos pero igualmente valiosos y testimoniales, cómo era vivir en la antigua capital porteña a mediados del 1800.

Page 14: Restaurando el Progreso por el arq. Carlos Sánchez Saravia/ Nanda Machado

A pocas cuadras del Obelisco y otras tantas del palacio de Tribunales, exactamente en Sarmiento 1334, el Club del Progreso, con su restaurante abierto al público es un lugar para conocer hoy. No dejarlo para mañana porque la velocidad de reciclado en la ciudad es rápida y lugares como éste necesitan de una enorme inversión para mantenerse. Mejor entremos hoy: una puerta vidriada de varias hojas separa el palier de ingreso del hall de planta baja, con paredes muy trabajadas, antiguos retratos y una soberbia escalera circular, la manera más utilizada de llegar a las plantas superiores, aunque también está disponible un pequeño ascensor.

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A pocas cuadras del Obelisco y otras tantas del palacio de Tribunales, exactamente en Sarmiento 1334, el Club del Progreso, con su restaurante abierto al público es un lugar para conocer hoy. No dejarlo para mañana porque la velocidad de reciclado en la ciudad es rápida y lugares como éste necesitan de una enorme inversión para mantenerse. Mejor entremos hoy: una puerta vidriada de varias hojas separa el palier de ingreso del hall de planta baja, con paredes muy trabajadas, antiguos retratos y una soberbia escalera circular, la manera más utilizada de llegar a las plantas superiores, aunque también está disponible un pequeño ascensor.

Page 16: Restaurando el Progreso por el arq. Carlos Sánchez Saravia/ Nanda Machado

Profundizando el ingreso en la planta baja, un salón con piso de listones de madera, de época, destinado al restaurante, que se alarga en un patio con baldosas en damero y un jardín arbolado, corazón de manzana, lugar de pájaros impensable en el lugar de la ciudad donde nos encontramos, y donde también se instalan mesas para comer cuando la temperatura lo permite.Los salones destinados al comedor continúan en la segunda planta, con posibilidades de disponerlos para algún festejo privado, o simplemente sentarnos donde más nos guste para disfrutar de una comida que puede entrar en el catálogo de las antológicas para los parámetros actuales.

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Profundizando el ingreso en la planta baja, un salón con piso de listones de madera, de época, destinado al restaurante, que se alarga en un patio con baldosas en damero y un jardín arbolado, corazón de manzana, lugar de pájaros impensable en el lugar de la ciudad donde nos encontramos, y donde también se instalan mesas para comer cuando la temperatura lo permite.Los salones destinados al comedor continúan en la segunda planta, con posibilidades de disponerlos para algún festejo privado, o simplemente sentarnos donde más nos guste para disfrutar de una comida que puede entrar en el catálogo de las antológicas para los parámetros actuales.

Page 18: Restaurando el Progreso por el arq. Carlos Sánchez Saravia/ Nanda Machado

Esa increíble huerta aérea que descubrimos en la terraza del club cuando, piso a piso, subíamos los cuatro que componen el edificio completo, curioseando entre espectaculares bibliotecas y oficinas cerradas.Ocupa una importante porción de la terraza una construcción vidriada con forma de pirámide, que cubre, protegiéndolo, el techo de vidrio que “cose” las cuatro plantas en altura, derramando luz a todo el edificio. A los lados de la pirámide de vidrio, la huerta. Con grandes vigas de hierro para soportar el peso, se instalaron pallets reciclados, tubos de plásticos reutilizables y tanques desechables, para que en ellos crezca la huerta orgánica y vertical.Frutillas, menta, albahaca, calabaza, lechugas de varias clases, limones, quinotos, cebolla de verdeo, pimientos, entre muchos otros, crecen y son utilizados en los platos, condimentos, ensaladas y postres que preparan en la cocina del club. “Para nosotros producir parte de los insumos que utilizamos es un concepto de cómo pensamos, actuamos y cocinamos. No solamente son productos naturales, orgánicos y saludables sino que también tienen una mejor textura, aroma y sabor” dijo Yanina Andreani -directora gastronómica del restorán-, y agregó “aprovechar un espacio muchas veces desperdiciado en el centro de la ciudad y hacer la huerta sobre una estructura tan compleja ha sido un desafío, pero es algo que hoy nos enorgullece”.

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Esa increíble huerta aérea que descubrimos en la terraza del club cuando, piso a piso, subíamos los cuatro que componen el edificio completo, curioseando entre espectaculares bibliotecas y oficinas cerradas.Ocupa una importante porción de la terraza una construcción vidriada con forma de pirámide, que cubre, protegiéndolo, el techo de vidrio que “cose” las cuatro plantas en altura, derramando luz a todo el edificio. A los lados de la pirámide de vidrio, la huerta. Con grandes vigas de hierro para soportar el peso, se instalaron pallets reciclados, tubos de plásticos reutilizables y tanques desechables, para que en ellos crezca la huerta orgánica y vertical.Frutillas, menta, albahaca, calabaza, lechugas de varias clases, limones, quinotos, cebolla de verdeo, pimientos, entre muchos otros, crecen y son utilizados en los platos, condimentos, ensaladas y postres que preparan en la cocina del club. “Para nosotros producir parte de los insumos que utilizamos es un concepto de cómo pensamos, actuamos y cocinamos. No solamente son productos naturales, orgánicos y saludables sino que también tienen una mejor textura, aroma y sabor” dijo Yanina Andreani -directora gastronómica del restorán-, y agregó “aprovechar un espacio muchas veces desperdiciado en el centro de la ciudad y hacer la huerta sobre una estructura tan compleja ha sido un desafío, pero es algo que hoy nos enorgullece”.

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Page 20: Restaurando el Progreso por el arq. Carlos Sánchez Saravia/ Nanda Machado

El próximo 25 de Mayo el restorán del Club del Progreso deleitará a sus comensales con un tradicional y típico menú para el día patrio.Empanadas, humita, locro, y ambrosia para el postre, seguramente tendrán un sabor especial al ser degustados en salones en los que transcurrió parte de la historia argentina.

Para quienes deseen ampliar la información del restorán: www.restorandelprogreso.com.ar

Page 21: Restaurando el Progreso por el arq. Carlos Sánchez Saravia/ Nanda Machado

El próximo 25 de Mayo el restorán del Club del Progreso deleitará a sus comensales con un tradicional y típico menú para el día patrio.Empanadas, humita, locro, y ambrosia para el postre, seguramente tendrán un sabor especial al ser degustados en salones en los que transcurrió parte de la historia argentina.

Para quienes deseen ampliar la información del restorán: www.restorandelprogreso.com.ar

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año 2 - numero 6 - abril de 2013