resentimiento cartes mandela mercosur maduro

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Mercosur, Mandela y el Viraje de Cartes hacia Maduro No creo que haya mucho para decir a favor de ellos, y es fácil subscribir cualquier epíteto o calificativo de gorila o payaso bolivariano al finado Pte. Chavez asi como a su payasesco sucesor Pte. Maduro quien pretendió patotear nuestro país. Tampoco hay justificación –aunque si tiene explicación- para el salto olímpico entre lo dicho y lo hecho por el Pte. Cartes respecto a las condiciones de retorno de Py al MERCOSUR. Dicho esto, afirmo que la opinión publicada paraguaya (no se si es la opinión pública) obra movida por el resentimiento y muy poco de asertividad y pragmatismo. El resentimiento es un auto-envenenamiento psicológico que tiene causas y efectos bien determinados. Es una disposición psicológica, de cierta permanencia, que a través de una represión sistemática libera determinadas emociones y algunos sentimientos de sí mismo que son normales e inherentes a los fundamentos de la naturaleza humana y tiende a provocar una deformación más o menos permanente del sentido de los valores y de la facultad de juicio. Entre las emociones y sentimientos a tener en cuenta, se ubican en primer lugar el rencor y el deseo de vengarse, el odio, la maldad, los celos, la envidia y la malicia. Max Scheler, El resentimiento es la emoción del esclavo, no porque el esclavo sea resentido, sino porque quien vive en el resentimiento, vive en la esclavitud.” F. W. Nietszche Resentimiento cúmulo de rencor de un pasado de desilusión, de decepción, de coraje, de abandono y de dolor. Suplicio emocional de tortura al alma, evocando dolor, enfermando el corazón y la razón con estúpidos pensamientos en nuestro actuar, proyectando odio y miedo hacia lo que nos hizo daño y hacia lo que creemos que nos hará daño, lastimando y lastimándonos, no logrando el perdón y la redención de nuestro rencor” Rheenen Pero, ¿en qué consiste el resentimiento? "es un odio triste que invade el organismo afectivo de una persona más allá de su causa. El resentimiento nace de un agravio o una ofensa y acaba creando una mala imagen de uno mismo… Son un tipo de sentimiento memorioso, reiterativo, que mantiene vivo el recuerdo de un hecho pasado, sin dejarlo caer en el olvido. Quienes lo experimentan están anclados en un pasado que no pueden olvidar y que, de alguna manera, determina su vida… pero que a diferencia del odio… encierra una dosis de impotencia, por no haber podido vengar la ofensa, por no poder perdonarla, por no poder olvidarla…Es una intoxicación sentimental". La historia de la humanidad es una historia de guerras, invasiones, latrocinios, exterminios, de ataques y contraataques, crueldad, de injusticias y de egoísmo, de afán de riquezas y de poder a costa del más débil. Y este es el esquema sobre el que se sustenta el resentimiento, algo o alguien que nos ha causado un daño que consideramos no se puede reparar y que no nos merecemos, por lo que el causante merece que le castiguemos.

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Los pueblos que han reconocido sus errores han establecido relaciones sin resentimientos con sus antiguas victimas

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Mercosur, Mandela y el Viraje de Cartes hacia Maduro

No creo que haya mucho para decir a favor de ellos, y es fácil subscribir cualquier epíteto o calificativo de gorila o payaso bolivariano al finado Pte. Chavez asi como a su payasesco sucesor Pte. Maduro quien pretendió patotear nuestro país.

Tampoco hay justificación –aunque si tiene explicación- para el salto olímpico entre lo dicho y lo hecho por el Pte. Cartes respecto a las condiciones de retorno de Py al MERCOSUR. Dicho esto, afirmo que la opinión publicada paraguaya (no se si es la opinión pública) obra movida por el resentimiento y muy poco de asertividad y pragmatismo. El resentimiento es un auto-envenenamiento psicológico que tiene causas y efectos bien determinados. Es una disposición psicológica, de cierta permanencia, que a través de una represión sistemática libera determinadas emociones y algunos sentimientos de sí mismo que son normales e inherentes a los fundamentos de la naturaleza humana y tiende a provocar una deformación más o menos permanente del sentido de los valores y de la facultad de juicio. Entre las emociones y sentimientos a tener en cuenta, se ubican en primer lugar el rencor y el deseo de vengarse, el odio, la maldad, los celos, la envidia y la malicia. Max Scheler,

El resentimiento es la emoción del esclavo, no porque el esclavo sea resentido, sino porque quien vive en el resentimiento, vive en la esclavitud.” F. W. Nietszche

Resentimiento cúmulo de rencor de un pasado de desilusión, de decepción, de coraje, de abandono y de dolor. Suplicio emocional de tortura al alma, evocando dolor, enfermando el corazón y la razón con estúpidos pensamientos en nuestro actuar, proyectando odio y miedo hacia lo que nos hizo daño y hacia lo que creemos que nos hará daño, lastimando y lastimándonos, no logrando el perdón y la redención de nuestro rencor” Rheenen

Pero, ¿en qué consiste el resentimiento? "es un odio triste que invade el organismo afectivo de una persona más allá de su causa. El resentimiento nace de un agravio o una ofensa y acaba creando una mala imagen de uno mismo… Son un tipo de sentimiento memorioso, reiterativo, que mantiene vivo el recuerdo de un hecho pasado, sin dejarlo caer en el olvido. Quienes lo experimentan están anclados en un pasado que no pueden olvidar y que, de alguna manera, determina su vida… pero que a diferencia del odio… encierra una dosis de impotencia, por no haber podido vengar la ofensa, por no poder perdonarla, por no poder olvidarla…Es una intoxicación sentimental".

La historia de la humanidad es una historia de guerras, invasiones, latrocinios, exterminios, de ataques y contraataques, crueldad, de injusticias y de egoísmo, de afán de riquezas y de poder a costa del más débil. Y este es el esquema sobre el que se sustenta el resentimiento, algo o alguien que nos ha causado un daño que consideramos no se puede reparar y que no nos merecemos, por lo que el causante merece que le castiguemos. Sin embargo en muchísimos casos se ha logrado superarlo. La forma en que se ejerce ese castigo puede ser mostrar hostilidad hacia el causante de nuestro dolor,  y la incapacidad de perdonar y se enquista el resentimiento.

La integración política, tipo Union Europea o MERCOSUR, parece ser un remedio eficaz para los resentimientos colectivos. Tomemos los casos de Francia y Alemania, que han llevado las guerras de resentimiento a un nivel paroxístico. Desde el siglo XVIII, y más precisamente desde la Guerra de los Siete Años (1756-63), el resentimiento entre esos dos países fue generando una serie de guerras, dos de las cuales involucraron al resto del mundo. Veamos: luego de la humillante victoria de Prusia sobre Francia en Rossbach en 1757, los franceses no pensaban sino en una cosa: tomar revancha contra los prusianos. Así lo hicieron en 1806, en la batalla de Iéna, con Napoleón. Esa derrota, humillante para los prusianos, que se enorgullecían de tener el mejor ejército del mundo, dio lugar al nacimiento del nacionalismo alemán y permitió a Prusia, y luego a la nación alemana reunificada, construir su Estado y su ejército moderno. En 1870, los alemanes limpiaron la afronta de 1806 infligiendo un castigo a

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Francia, que perdió Alsacia y Lorena. De 1870 a 1914, los franceses tienen una idea fija: la revancha. Ésa fue una de las principales causas de la Primera Guerra Mundial. Etapa siguiente: en 1919, con el Tratado de Versalles, Alemania, colectivamente humillada por los vencedores de 1918, favoreció el ascenso de Hitler y provocó la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, desde 1945, Europa se reconstruye y una verdadera amistad se establece entre los dos antiguos adversarios que pasan a formar ahora el núcleo duro del proyecto europeo.

No obstante ello, la integración europea no resuelve, ni mucho menos, todos los resentimientos. Tanto en el caso de Irlanda del Norte como de Polonia, del País Vasco o de Córcega, por citar sólo algunos ejemplos, los viejos resentimientos alimentan comunitarismos y tribalismos que a veces derivan en separatismos. ¿Y qué decir entonces de la situación de Bélgica, que es la sede misma de las instituciones europeas? Dentro de ese territorio minúsculo, dos comunidades lingüísticas –francoparlante y holandoparlante– se debaten entre viejos resentimientos, hasta el punto de que el país es difícilmente gestionable y parece listo a implosionar de un momento a otro.

¿Por qué entonces Francia y Alemania lograron dejar atrás dos siglos de guerras entre ellas, cuando otros países parecen incapaces de dejar de lado sus rencores que, por el contrario, siguen creciendo?

Una primera explicación se relaciona tal vez con la naturaleza misma del resentimiento. Francia y Alemania tuvieron conflictos y sus guerras fueron de una violencia extrema, dejando un número de muertos que hasta ahora, y quizás por siempre, ningún otro conflicto ha superado. Pero se trató en todos los casos de guerras clásicas, ya que fueron emprendidas por los Estados, por querellas que concernían principalmente una competencia hegemónica (imponerse como primera potencia continental europea) y territorial. Los pueblos se vieron embarcados en esos conflictos provocados por sus dirigentes, pero no fueron sus motores. El resentimiento fue entonces, de algún modo, artificial, tanto más cuanto que una vez terminada la guerra, cada uno volvía a su patria. Es sintomático que las regiones donde hoy en día persiste un real resentimiento popular sean las regiones que fueron sometidas a la dominación del vencedor, en este caso Alsacia y Lorena.

Pero el resentimiento también es tenaz. El caso de Bélgica es todo lo contrario. Ninguna guerra enfrentó a Valones y Flamencos. Sin embargo, la humillación que sintieron estos últimos cuando los primeros dominaban la economía del país provocó una reacción violenta cuando el equilibrio se inclinó en favor de los flamencos. En la actualidad, el resentimiento es mutuo, y profundo. Es profundo porque la humillación fue (o es) cotidiana. Porque no viene de un Estado o un gobierno extranjero, a través de sus ejércitos, sino de un pueblo, de su propio pueblo. El mismo tipo de mecanismo se observa en Rwanda, donde el resentimiento profundo, a menudo contra sus propios vecinos, a veces contra su propia esposa o marido, provenía de una humillación cotidiana que era totalmente reprimida antes de que las circunstancias le permitieran expresarse de la manera más dramática que hubiera podido ocurrir. El genocidio de Rwanda, contrariamente a los otros grandes genocidios del siglo XX, surgió de las poblaciones antes que de los dirigentes políticos. Su fuerza motora es el resentimiento.

Realpolitik del Pte. Cartes.Haré lo que tenga hacer para romper ese círculo  o nos destruirá. Nelson Rohilahla Mandela

Sólo los llamados “estadistas” son capaces de actuar contra la corriente tomando decisiones de fondo aun a costa de su propia popularidad. Para el estadista, el capital político es esencialmente instrumental y no un fin en sí mismo.

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Por fortuna, el pragmático y poco ideológico Pte. Cartes entendió que la legitimidad con que llegó a la presidencia no era, como en la parábola bíblica de los talentos, para ser improductivamente enterrada bajo la tierra, con el fin de conservarla intacta. Entendió que su capital político debía invertirse y arriesgarse. Hizo bien, pues a los líderes más populares de una sociedad hay que exigirles que arriesguen los votos y la popularidad para llevar a cabo los cambios fundamentales que pocos pueden adelantar. Los  auténticos líderes y estadistas y toman la determinación que consideran correcta o benéfica para interés general, aun arriesgando su capital político. Un líder tiene claro dónde quiere ir y las decisiones que debe tomar, aunque impliquen grandes riesgos para  su futuro

Esta decisión de impulsar la aprobación parlamentaria de la inclusión de Venezuela permite analizar un conflicto de fondo en nuestra praxis política. Para los políticos, en tanto lo son, el capital político -que en una democracia es equivalente al respaldo popular reflejado en votos—es un fin en sí mismo. Y eso es a la vez normal y deseable hasta cierto punto. Sin embargo, la obsesión por la popularidad, cuando se convierte en cobarde vanidad, es a veces un obstáculo inmenso que impide al político tomar las decisiones convenientes y trascendentales que son (usualmente) impopulares. Para proteger su capital electoral, el político suele abstenerse antes dichos retos.   Unos ejemplos ilustrativos los da el  estadista  Nelson Mandela, en los siguientes casos:     Como el pueblo sudafricano de color  odiaba el rugby, deporte favorito de los  blancos, y lo identificaba con el Apartheid, la Autoridad o Junta Nacional Deportiva decidió mediante votación unánime  cambiar el nombre (Springboks) y los colores del equipo de rugby que representa Sudáfrica. Nelson Mandela  se opuso terminantemente a esto  con el argumento: - Es comprensible, pero en este caso la gente está equivocada. Y como su líder electo, es mi trabajo demostrárselo.

Entonces le advirtieron: “estás arriesgando tu capital político y tu futuro como líder”, a lo que respondió: - El día que tema  arriesgar mi capital político, será el dia que crea que ya no sirvo como líder.

Cuando le reprocharon que en el pasado él apoyaba cualquier equipo, de cualquier pais, que jugara contra los springboks, contestó: - Si, pero obviamente, eso ya no es verdad. Apoyo 100 por ciento a nuestros muchachos. ¿Si no puedo cambiar cuando las circunstancias  demanda cambiar,  como puedo esperar que otros lo hagan?   Los paraguayos necesitamos cambiar y abrazar nuevos paradigmas, pacificar los espíritus. Debemos aprender de la historia so pena de repetirlos, pero los males pasados debemos dejarlo a la justicia y enfocar nuestras energías al presente y hacia el porvenir. No  se aprende de los halagos y las lisonjas sino de las críticas que aportan  ideas, que  reprenden con honestidad y sin agravios. Agradezco a dios cualquiera sea. Por mi alma inconquistable. Soy el amo de mi destino. Soy el capitán de mi alma. Poema Invictus.

Guillermo López Flores

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El primero. El esquema sobre el que se sustenta el resentimiento suele ser que algo o alguien nos ha causado un daño que consideramos que no se puede reparar y que juzgamos que no merecemos, por lo que el causante merece que le castiguemos. La forma en que se ejerce ese castigo puede ser mostrar hostilidad hacia el causante de nuestro dolor,  y la incapacidad de perdonar.

Otro aspecto muy importante es que el resentimiento implica algo que está enquistado, no resuelto. Si lo pensamos en términos de tiempo, este sentimiento podría venir de un acontecimiento sucedido hace meses o incluso muchos años. Por lo tanto el resentimiento es un compañero de viaje que nos puede acompañar durante mucho tiempo por lo que puede llegar a tener mucho impacto en nuestras vidas.

También es bueno tener en cuenta que hay ocasiones que no somos capaces de reconocer que estamos resentidos. Puede ser que llevemos tanto tiempo con ello que ya forme parte de lo que nosotros consideremos algo “normal”. Cuando uno lleva una pesada carga durante mucho tiempo muchas veces se olvida que la lleva. ¿Cómo podríamos reconocerla? Mostrarse nervioso o muy sensible ante ciertos hechos o personas, tener una actitud hostil, expresar dificultades para confiar en nuevas relaciones y sentirse menospreciado son algunos indicadores.

l resentimiento es:  Sentir hostilidad contra una persona o un grupo que consideras que te ha tratado mal.  Ira no resuelta sobre un acontecimiento negativo que te ha sucedido. Enfurecimiento, agitación emocional que sientes siempre que se habla de una determinada

persona o acontecimiento. Incapacidad para perdonar, incapacidad de dejar pasar y olvidar. La base de la desconfianza y sospecha que sientes al tratar con personas o 

acontecimientos que te produjeron dolor en el pasado. Dolor emocional no resuelto que sientes cuando no logras aceptar una pérdida. El malestar sentido después de gastar mucho esfuerzo y energía para alcanzar algo que

finalmente pierdes. El resultado de pensar que fuiste una víctima de un trato injusto sin la resolución del

problema. El sufrimiento prolongado y en silencio cuando una expresión abierta de dolor es indeseada. El rencor hacia una persona o grupo que consideras que te han impedido lograr ciertas

cosas. Sentirse ofendido pero guardar silencio cuando crees que una persona o un grupo ha

ignorado o negado tus derechos. En ocasiones da lugar a depresión.  

MORGENTHAU, Hans J. (1986). “Una teoría realista de la política internacional” en Política entre las naciones: la lucha por el poder y la paz, pp.11-26. Grupo Editor Latinoamericano

Un verdadero realismo político tiene en cuenta la totalidad de la realidad, dicta la conducta diplomática-estratégica de estado dictado, no por una política internacional regida por estadistas sabios y éticos, sino por la naturaleza de las pasiones, las locuras, las ideas y las violencias como la que ha sufrido Paraguay.

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El realismo político posee seis principios, los cuales Hans Morgenthau desarrolla en su texto titulado “Política de las Naciones una lucha por el poder y la paz”. Es por éste libro, que al autor se le considera “el padre de la escuela realista en relaciones internacionales”, porque con la exposición de los principios del realismo, logra desarrollar un modelo para entender y así poder determinar desde una visión mucho más cercana a la naturaleza propia del ser humano, el por qué de los acontecimientos en las relaciones internacionales

Para Hans Morgenthau, el padre del realismo político en las relaciones internacionales, es vital la comprensión del concepto de interés definido desde el punto de vista del poder. Según él, el interés es el elemento esencial de la política, el cual no se ve afectado por el tiempo ni el lugar en que se de. Es en virtud del interés que los estadistas actúan como lo hacen, de manera que se torna fundamental comprender este concepto.

El realismo político es una visión, o escuela que existe en las relaciones internaciones y que se diferencia de una visión idealista o utópica del ser humano y las relaciones internacionales. La visión utópica se acerca al ideal de que debería ser el accionar de cada individuo y cada estado, en procura de mantener la armonía del sistema de relaciones, el respeto a los demás y así desarrollar un concepto de paz en las relaciones internacionales.

El pensamiento realista, le confiere un peso importante a la naturaleza humana, la cual busca satisfacer sus necesidades y lograr realizar sus intereses. Para llevar a cabo esto, el individuo busca el poder, para así lograr controlar al resto e imponer sus intereses sobre los demás.

El realismo político no desconoce la existencia de otras formas de pensamiento, pero declara enfáticamente que su esfera está separada de cualquier otra, y que esto es necesario para comprenderla. Sin embargo, no afirma que el hombre sea sólo “hombre político”; al contrario entiende al hombre de una manera pluralista, en su conjunto.

"No se respeta el mérito, no se desprecia el vicio, nadie se indigna sinceramente contra la injusticia, nadie es justo. Los culpables pierden la conciencia de sus faltas, los hombres virtuosos, el pudor; y los partidos, su nobleza. Buenos y malos viven en cada partido en una camaradería hipócrita, sin sinceridad, sin confianza recíproca, sin gratitud, sin generosidad. El interés los divide y los une y reconcilia sucesivamente." Dr. Eligio Ayala...