resenas - dialnet · 2015. 11. 3. · la subjetividad, con su cielo íntimo y el heraldo de las...

5
- RESENAS

Upload: others

Post on 18-Aug-2021

3 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: RESENAS - Dialnet · 2015. 11. 3. · la subjetividad, con su cielo íntimo y el heraldo de las armas, a un paisaje deshecho, contaminado y envejecido. En una poética involuntaria

-RESENAS

Page 2: RESENAS - Dialnet · 2015. 11. 3. · la subjetividad, con su cielo íntimo y el heraldo de las armas, a un paisaje deshecho, contaminado y envejecido. En una poética involuntaria

Henry Luque Muñoz* (Pontificia Universidad Javeriana)

Prólogo, a Memorias de la Sabana'

Memorias de la Sabana, responde a una vocación literaria asumida fervorosamentepor Roberto Urdaneta Gómez. Ha sido un acto de humildad y de voluntad artística elhecho de que el autor resolviera, en los últimos años, a una edad adulta, sentarse enlos bancos universitarios, para rescatar la inteligencia compartida que es una de lasformas más intensas y más altas de la juventud. En mi condición de amigo y profesor,entiendo esa paciente entrega al pizarrón y a los libros, como un acto de inconformi-dad, como una prolongación de la milenaria lucha que ha emprendido el hombre, entrelas tinieblas de la ceguera y la luz del conocimiento y de una noble sensibilizaciónhacia el mundo.

Entiendo, la escritura de este libro como una prolongación de aquel fervor univer-sitario y al mismo tiempo, el volumen, como ese pizarrón íntimo, privado, en que elestudiante, Roberto, le cuenta al papel, como al interlocutor más leal, el balance de susmemorias, la lectura de su nerviosidad más secreta, el patrimonio de sus nostalgias yel dibujo de sus acontecimientos pasados, una memoria de reconstruir las ruinas y losmonumentos particulares de ayer. Negar críticamente el pasado es una manera deredimensionar el presente con utensilios de una nueva visión, afecta al cambio y a larenovación. Por semejante camino el estudiante, Roberto, se convierte en maestro desí mismo, no sin auxilio de lecturas vehementes y de paradigmas literarios inevitables.Escribir es el arte de aprovechar las influencias, de saquear sabiamente a los mode-los. La originalidad es entonces el arte de copiar, como los amanuenses antiguos quemientras transcribían pergaminos, con frecuencia, mejoraba a sus maestros.

174 Cuadernos de Literatura, Bogotá (Colombia), 9 (l8): enero-junio de 2005

* Profesor del Departamento de Literatura de la Pontificia Universidad Javeriana y de la UniversidadExternado de Colombia. Traductor de literatura rusa y antologísta de poesía colombiana. Sociólogo de laUniversidad Nacional de Colombia y Magíster en Literatura de la Universidad Javeriana. Urdaneta Gómez,Roberto (2002). Memorias de la Sabana. Bogotá: Plaza y Janés

Page 3: RESENAS - Dialnet · 2015. 11. 3. · la subjetividad, con su cielo íntimo y el heraldo de las armas, a un paisaje deshecho, contaminado y envejecido. En una poética involuntaria

RESEÑAS

Memorias de la Sabana, ya en su título delata, en pequeño, la contextura generaldel volumen. Las memorias remiten a una preocupación por los hechos que rodearony marcaron el narrador y a sus personajes. Las memorias acogen, asimismo, un acen-to biográfico en que se deja sentir el voltaje de una subjetividad, una herencia, sinduda, romántica que busca afirmar el yo y sus contenidos, la conciencia del pasado,desde una mirada actual. Trazar la memoria es amasar con la fuerza de la tinta laestatura de una individualidad, exitosa o fracasada. La segunda parte del título, lasabana, nos remite a una cartografía espacial, a un paisaje que es extensión del propiohogar, a un intento por tomarle las medidas a una geografía y a sus tropiezos másdeterminantes.

Me parece que en la interacción entre el paisaje y el hombre se desenvuelvebásicamente este libro, dotado de personajes reales que le confieren significación yardor a una atmósfera de tierra fría. Una inquietud inevitable que se formularía ellector radica en preguntarse por qué no es Memorias de la Sabana, una novela. Sinduda, pertenece al género de las memorias -como su título lo indica- porque el re-cuerdo de lo vivido es más importante que la creación ficticia de personajes y lasubordinación a estructuras narrativas complejas, a una dicción experimental. Es de-cir la memoria y no la imaginación está en el centro de la escritura. Si en la novela lospersonajes suelen ser ficticios aquí responde, en cambio, a identidades reales y quiendesee seguir el rastro de personajes conocidos en Serrezuela -así como los terriblesinversionistas-, hallará aquí un censo seguro. Salvo en el caso de Mariana, seudóni-mos precisos. Roberto ha preferido no arriesgar, ha elegido apostarle a la certezamovediza de la evocación puntual, no al desbordamiento y a la desmesura. La des-cripción de personajes reales, en su exterioridad, y no la exploración de caracterescon sus patologías, también aleja estas páginas de la novela. Sin embargo, sobre todoen la última parte, hay una tensión sostenida que a la sombra de una realidad katkianay al amparo de una resuelta y furiosa denuncia, se asemeja a la intensidad que recla-ma una obra de creación.

El eje de sus intenciones narrativa ha sido reunir las cartas perdidas de una historiapersonal, en la baraja, siempre incompleta, de un inventario novelado. Así, el lenguajese subordinó a la memoria. Para terminar esta primera parte, señalamos que las me-morias y la autobiografía, lo mismo que la crónica tienden a pensar en el lector, lanovela, en cambio, no, porque está ocupada en la ficción y en el lenguaje para expresada.Hay, en nuestros días, autores que han logrado romper la distancia entre crónica ynovela, como el formidable Riszard Kapuscinski, que en libros como Ébano, nos re-descubre a África, con tal minuciosidad y realismo como si nunca hubiéramos sabidonada de ella.

En Memorias de la Sabana, el abuelo pareciera ser el narrador secreto, al menosen las primeras 173 páginas, durante las cuales él es el punto de referencia, especie dejefe de la tribu, enamorado de la cacería, cuya generosidad premoderna se niega aactualizarse. La cacería podríamos entended a, aquí, no sólo como una práctica privi-

Cuadernos de Literatura, Bogotá (Colombia), 9 (l8): enero-junio de 2005 175

Page 4: RESENAS - Dialnet · 2015. 11. 3. · la subjetividad, con su cielo íntimo y el heraldo de las armas, a un paisaje deshecho, contaminado y envejecido. En una poética involuntaria

HENRY LUQUE MUÑOZ

legiada, que requiere armas sofisticadas, tiempo libre y perros de compañía, sino comouna manera de apropiarse de la naturaleza. El libro aporta un censo progresivo deaves habituales en el altiplano, algunas de ellas hoy desaparecidas. En esta primeraparte, la historia vivida que se cuenta, pareciera decimos, que lo terrestre se subordinaa lo aéreo, es decir, la contemplación romántica de las aves en vuelo y su caída, comoblancos móviles del cazador, colma de tal manera la atención de los personajes que eldestino de la tierra pasa a un segundo plano. Tal ves el sentido visual gobierna el libroy el sentido del tacto es legible en él intenso frío sabanero que hace tiritar el volumenen no pocas de sus páginas. La presión descriptiva, la pintura narrativa de aves, ros-tros, parcelas, desechos, deterioros, nos sitúa ante una especie de realismo naturalista,en que el autor quisiera mostramos la realidad tal como existe, de una manera natural.

Así las memorias ejecutan la transición de esa especie de paleolítico de las aves,con su pintor cazador, el abuelo, pintor en el lienzo de su corazón de los sucesos de lavida cotidiana a una especie de neolítico contemporáneo, en que se sale de la casa dela subjetividad, con su cielo íntimo y el heraldo de las armas, a un paisaje deshecho,contaminado y envejecido. En una poética involuntaria del libro, me parece que loszancudos y la mosca negra presagian, simbólicamente, el arribo de la destrucción, lamuerte de la tierra y el desencanto radical de su narrador. En una lectura de contenidoel volumen expresa una dimensión de la historia de la sabana, en que la atmósferabucólica apta para una gozosa contemplación se ve desvertebrada por el empujecaótico del altiplano y de la capital. Así, hay un enfrentamiento entre la premodernidadpatriarcal y la embestida de una modernidad que es una mezcla de caos y racionali-dad, de oportunismo y desarrollismo, invade tierras, liquida paisajes y contamina par-celas.

Este libro, cuyo espesor delata a primera vista el afán de rescatar la memoria y elansia de contar, se apoya en autores y páginas como las de Eugenio Díaz, en aquelloque tiene de costumbrista y, por supuesto, de Tomás Rueda Vargas, autores especial-mente registrados en el volumen. El costumbrismo fue una derivación romántica queperseguía la afirmación de lo local, por la vía de la reconstrucción de la vida cotidiana,con sus lenguajes y sus hábitos, con su idealismo y sus limitaciones. En este marco seinscribió, hacia la mitad del siglo XIX, la tertulia del El Mosaico. Como si se interesaraen seguir el ejemplo de aquel costumbrismo de antaño, pero actualizado. Memoriasde la Sabana acoge un cruce de la oralidad, con el vocabulario típico no exento depalabras de argot y un lenguaje narrativo que quiere ceñirse a la corrección idiomática.También como parte de aquel costumbrismo el autor el autor nos informa repetida-mente sobre la flora sabanera y sobre su grave designo frente al empuje atropelladodel progreso.

En el narrador hay una pugna entre afán de objetividad y crispación frente a loshechos que le resultan condenables. El mayor acercamiento al deseo de objetividadestá dado con la inclusión de una tabla estadística internacional, en la página 130,sobre los 7 millones de aves a las que se han anillado hasta ahora para lograr identifi-

176 Cuadernos de Literatura, Bogotá (Colombia), 9 (l8): enero-junio de 2005

Page 5: RESENAS - Dialnet · 2015. 11. 3. · la subjetividad, con su cielo íntimo y el heraldo de las armas, a un paisaje deshecho, contaminado y envejecido. En una poética involuntaria

RESEÑAS

carlas y estudiarías en el futuro. O cuando refiere alguna página de la historia deEspaña en la página 310 Y la descripción de la carrera 15 de Bogotá. Y entre losmayores énfasis de una subjetividad que se siente agredida, es palpable el repudio a lainvasión de tierras, a la politiquería, a las trabas burocráticas y a la mala administra-ción de los gobiernos de turno. Y, por supuesto, como un patrimonio de la subjetividad,está el despliegue amoroso.

Finalmente, señalaré que Memorias de la Sabana tiene evidentes conexionescon la crónica. En este sentido al autor le ha sido necesario organizar los datos ,de unamemoria escrita, acudiendo en la forma a la claridad y en la intención a la sinceridad.Tomás Eloy Martínez ha dicho recientemente que «La crónica es un desahogo parael que necesita comunicar algo». Por su lealtad a lo real, a este libro, como decía-mos, le ha estado casi vedada la fabulación. El autor hizo de periodista, al congregarsea entrevistar el pasado. Podríamos suponer que hay tres historias sucesivas que aveces se cruzan: la del abuelo, la de la tierra y la muy personal, presidida por Mariana.Por último, es seguro que Memorias de la Sabana está lejos de haber sido escritapara competir con la nueva o la vieja narrativa, pues ha sido ejecutado como una cartapersonal. Podemos tomarlo como un diario que se extiende y que hoy, gracias a lapublicación, está a la orden de ustedes.

Cuadernos de Literatura, Bogotá (Colombia), 9 (J 8): enero-junio de 2005 177