reseña babelia todo fluye, vasili grossman

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Todo fluye Vasili Grossman Traducción de Marta Rebón Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores Barcelona, 2008 288 páginas. 20 euros Por Luis Fernando Moreno Claros EL ESCRITOR Y periodista ruso Vasili Gross- man (1905-1964), conocido en España por su extraordinaria novela Vida y destino —“la Guerra y paz del siglo XX” (Galaxia-Círcu- lo)—, fue cronista de guerra en la batalla de Stalingrado y el primer periodista en infor- mar al mundo de la existencia de los cam- pos de exterminio alemanes. Las horribles experiencias de la II Guerra Mundial, el sufri- miento de combatientes y civiles así como los crímenes de Stalin abrieron los ojos a Grossman, que dejó de creer en los ideales comunistas y, en la medida de lo posible, se atrevió a criticar los absurdos de un régimen político cada vez más inhumano. Su actitud terminó por condenarlo al ostracismo, e in- cluso tras la muerte de Stalin, Jruschov pro- hibió la publicación de Vida y destino, que sólo aparecería en 1980 fuera de Rusia, gra- cias a que un amigo del autor sacó el manus- crito microfilmado. Todo fluye es una hermana menor de aquélla, aunque participa de la misma pa- sión por desvelar la verdad de hechos irrefu- tables: los crímenes y la esclavitud del pue- blo ruso bajo el leninismo y el estalinismo. Grossman recuerda a Chéjov por la minucio- sidad con la que transmite la psicología de los personajes con mínimos detalles; es cla- ro y dice lo que tiene que decir, de ahí el placer de leerlo. Pero esta “novela” sin ac- ción sólo merece este nombre en parte, pues se trata más bien de un lúcido ensayo con personajes, de un veraz informe de de- nuncia. La sencilla historia argumental da pie a múltiples reflexiones sobre la tragedia política que asoló Rusia tras la revolución roja de 1917 y determinó el trágico destino de millones de personas; los primeros atis- bos de “libertad” duraron apenas unos me- ses y se extinguieron para siempre. El personaje central, Iván Grigórievich, pasó treinta años en campos de trabajo sibe- rianos. Encanecido ya, regresa a los lugares de su juventud, Moscú y Leningrado, y en- cuentra que cuantos se plegaron al régimen o tuvieron la suerte de que sus vecinos no les denunciasen como a elementos sospe- chosos de “traición a la patria” viven con cierta opulencia y ostentan cargos de rele- vancia. Ver a Iván les da que pensar, pues ninguno tiene la conciencia tranquila. Sin embargo, la reflexión del narrador los exime en parte de su culpa, pues “todos son vícti- mas: acusados y jueces”. El mayor logro del terror imperante en la “patria de los trabaja- dores y los obreros” fue generar millones de no culpables que se hacían la vida imposi- ble entre sí. El grado de brutal represión imperante en la Unión Soviética y lo absurdo del régi- men eran tales que Grossman apelaba a ra- zones obvias para combatirlo, y que hoy nos parecen de sentido común: “La libertad es el derecho a sembrar lo que uno quiera, a con- feccionar zapatos y abrigos, a hacer pan con el grano que uno ha sembrado y a venderlo o no venderlo, lo que uno quiera”. Es esa libertad, desconocida en Rusia “desde hace mil años”, la que obsesiona al narrador: “Li- bertad es vida; el estalinismo mataba la liber- tad y mataba la vida”. Ninguna justificación histórica cabe para un régimen así: “No to- do lo real es racional, todo lo que es inhumano es absurdo e inútil”. La historia de Rusia que el lector va conociendo a través de las reflexiones del excarcelado es absurda y espeluznante. Terri- bles son las páginas sobre el ase- sinato en masa de los kulaks o campesinos “ricos”, acusados por los estalinistas de sabotear la aberrante nueva economía de los koljós. Stalin condenó a cien- tos de miles de personas a morir de inanición al requisarles el gra- no y prohibir sus cosechas. A ello se añadieron las deportacio- nes obligatorias de calmucos, chechenos y otras etnias minori- tarias condenadas por decreto a la extinción; y los incontables crí- menes políticos, las delaciones por naderías que conllevaban ajusticiamientos e internamien- tos durante décadas en campos de trabajo. “Todo fluye, todo mu- ta”, este pánta rei que enunció Heráclito significa para Gross- man que el mal en Rusia nunca dejó de transformarse para ad- quirir nuevas formas de someter y torturar. En suma, Todo fluye da una lección ab- sorbente de negra historia, esa que es nece- sario conocer a fin de que sea más difícil repetirla. Quienes leyeron con admiración Vida y destino comprenderán Todo fluye, es- crita con más desesperación y a modo de testamento por alguien que ya ni siquiera esperaba ser leído. La excelente versión de la gran traductora Marta Rebón confiere al lenguaje de Grossman eficacia y solidez. Einstein. Su vida y su universo Walter Isaacson Traducción de Francisco J. Ramos Debate. Madrid, 2008 734 páginas. 28,90 euros Por José Manuel Sánchez Ron DESDE HACE YA bastantes años, siempre que se publica una nueva biografía de Eins- tein pienso indefectiblemente, con un sen- timiento que no sabría si calificar como producto de la sorpresa o del aburrimien- to: ¡otra más! E inmediatamente me pre- gunto, incrédulo: ¿aportará algo nuevo? Por supuesto, ésta es la misma cues- tión que me he planteado ante la biogra- fía de Walter Isaacson, de quien tuve noti- cia por primera vez en 1999, al leer el magnífico número que la revista Time, de la que él era entonces editor, dedicó el 31 de diciembre a, precisamente, Einstein, al que designó “personaje del siglo”. Las lí- neas de aquel número de Time firmadas por Isaacson me parecieron sensatas e in- formadas, lo mismo que la biografía que ahora ha escrito. Cualquiera que la lea se dará cuenta de que su autor ha trabajado su tema con ahínco, aunque esto no impi- de que continuemos preguntándonos si aporta algo nuevo. Expresado brevemente, hay que decir que no faltan datos nuevos sobre deta- lles biográficos, surgidos de la investiga- ción que Isaacson ha efectuado en, en- tre otros lugares, los Archivos Einstein de la Universidad Hebrea de Jerusalén, a la que Einstein legó sus documentos y derechos literarios. No son, sin embar- go, tantas las novedades como el lector que se fíe de las referencias a las que remite Isaacson puede pensar. Por un lado, no siempre se hace referencia a los volúmenes de los Collected Papers of Al- bert Einstein que Princeton University Press está publicando desde 1987, aun- que es fácil identificar las deudas con esta obra, si tenemos en cuenta que el último volumen en aparecer, en 2006, cubre el periodo que va de mayo a no- viembre de 1920. Se podría pensar, por consiguiente, que las numerosas referen- cias a documentos einsteinianos que sean posteriores a noviembre de 1920 constituyen novedades aportadas por Isaacson, salvo que éste indique lo con- trario. No es el caso, en al menos algu- nos casos. Y éstos pueden ser importan- tes; por ejemplo, dos cartas de 1932 que intercambió con su amigo Michelle Bes- so, que tratan de la relación que Einstein mantuvo con su hijo Eduard, que pade- cía esquizofrenia. Isaacson se limita a dar la referencia a su localización en los archivos de Jerusalén, obviando infor- mar de que tales cartas están publicadas desde 1972. Purismos aparte, que probablemente interesarán más al especialista que al lec- tor común, hay que reconocer que Isaac- son ha hecho bastante bien su trabajo, componiendo una obra que ofrece una magnífica visión general de la biografía de Einstein. Es, en mi opinión, la mejor que existe, junto a las de Ronald Clark, Eins- tein: The Life and Times (1971), y Albert Fölsing, Albert Einstein: Eine Biographie (1993), de las que, de hecho, se nutre abundantemente. Eso sí, es mucho más completa en lo que se refiere a las activida- des sociales e ideas políticas o religiosas de Einstein que en lo relativo a su ciencia, aunque ésta no sea, por supuesto, margi- nada. En lo que a reconstruir y explicar la física einsteiniana, no se puede comparar con el, aún no superado, libro de Abra- ham Pais El Señor es sutil… La ciencia y la vida de Albert Einstein (1982), que publicó en España Ariel, con, creo, no demasiado éxito (recuerdo haberlo visto saldado en unos grandes almacenes; acaso el destino inevitable para todo aquello que conten- ga “demasiada” ciencia). Lo “social” prima, por consiguiente, so- bre lo científico. Por supuesto, pocos se sorprenderán de semejante hecho, aun- que constatarlo no deje de suscitar sensa- ciones dolorosas, al menos a quien escri- be estas líneas. Recordemos, en este senti- do, aquellas frases que Einstein incluyó en sus espléndidas Notas autobiográficas (1949): “Lo fundamental en la existencia de un hombre de mi especie estriba en qué piensa y en cómo piensa, y no en lo que haga o sufra”. Claro que, ¿habría ter- minado considerándolo la sociedad uno de sus grandes héroes, o designándole la persona más sobresaliente del siglo XX si la prensa no hubiese difundido algo de lo que hizo o sufrió, si no fuese el hombre público que terminó siendo? Muy proba- blemente no. Y de hecho Einstein contri- buyó a este fenómeno: su biografía, en efecto, proporciona sobrados elementos para nutrir la curiosidad extracientífica. Aunque argumentaba con frecuencia que lo que deseaba era la soledad, vivir en un faro alejado del mundo, entregarse al arte y a la ciencia para “huir de la vida diaria, con su dolorosa crudeza y monotonía”, lo cierto es que disfrutó con la fama que alcanzó, una fama que él también propi- ció y utilizó, como bien muestra Isaacson. En realidad, “nada de lo humano le fue ajeno”, aunque a veces ello fuese así sin que él lo pretendiese. Vivió, recordemos, en un tiempo histórico desgraciado, el de las dos guerras mundiales, el de una Euro- pa en la que el antisemitismo —y él era de origen judío— se palpaba casi en cada esquina. Tuvo, es cierto, más suerte que muchos otros; encontró un nuevo hogar —y una nueva nacionalidad a añadir a su ya nutrido currículo de alemán, apátrida y suizo— en Estados Unidos, aunque tam- poco halló allí la paz que ansiaba: era el país de demócratas como el presidente Roosevelt y su esposa Eleanor, pero tam- bién el de J. Edgar Hoover, el siniestro director del FBI, y del senador McCarthy, quienes vieron en el sabio profesor que llegaba del otro lado del Atlántico un serio peligro para la nación que ellos deseaban. No, ciertamente no pudo, ni quiso, huir de la vida diaria, con su dolorosa crudeza. Y está bien tener un nuevo libro que nos lo recuerde. Anhelos de libertad Einstein: nada de lo humano le fue ajeno Albert Einstein visto por Loredano. Vasili Grossman (1905-1964), en Svatovo en 1943. EL PAÍS BABELIA 06.12.08 17

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Reseña de Luis Fernando Moreno Claros de la novela Todo Fluye de Vasili Grossman, editado por Galaxia Gutenberg.

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Page 1: Reseña Babelia Todo fluye, Vasili Grossman

Todo fluyeVasili GrossmanTraducción de Marta RebónGalaxia Gutenberg / Círculo de LectoresBarcelona, 2008288 páginas. 20 euros

Por Luis Fernando Moreno Claros

EL ESCRITOR Y periodista ruso Vasili Gross-man (1905-1964), conocido en España porsu extraordinaria novela Vida y destino —“laGuerra y paz del siglo XX” (Galaxia-Círcu-lo)—, fue cronista de guerra en la batalla deStalingrado y el primer periodista en infor-mar al mundo de la existencia de los cam-pos de exterminio alemanes. Las horriblesexperiencias de la II Guerra Mundial, el sufri-miento de combatientes y civiles así comolos crímenes de Stalin abrieron los ojos aGrossman, que dejó de creer en los idealescomunistas y, en la medida de lo posible, seatrevió a criticar los absurdos de un régimenpolítico cada vez más inhumano. Su actitudterminó por condenarlo al ostracismo, e in-cluso tras la muerte de Stalin, Jruschov pro-hibió la publicación de Vida y destino, quesólo aparecería en 1980 fuera de Rusia, gra-cias a que un amigo del autor sacó el manus-crito microfilmado.

Todo fluye es una hermana menor deaquélla, aunque participa de la misma pa-sión por desvelar la verdad de hechos irrefu-tables: los crímenes y la esclavitud del pue-blo ruso bajo el leninismo y el estalinismo.

Grossman recuerda a Chéjov por la minucio-sidad con la que transmite la psicología delos personajes con mínimos detalles; es cla-ro y dice lo que tiene que decir, de ahí elplacer de leerlo. Pero esta “novela” sin ac-ción sólo merece este nombre en parte,pues se trata más bien de un lúcido ensayocon personajes, de un veraz informe de de-nuncia. La sencilla historia argumental dapie a múltiples reflexiones sobre la tragediapolítica que asoló Rusia tras la revoluciónroja de 1917 y determinó el trágico destinode millones de personas; los primeros atis-bos de “libertad” duraron apenas unos me-ses y se extinguieron para siempre.

El personaje central, Iván Grigórievich,pasó treinta años en campos de trabajo sibe-rianos. Encanecido ya, regresa a los lugaresde su juventud, Moscú y Leningrado, y en-cuentra que cuantos se plegaron al régimeno tuvieron la suerte de que sus vecinos noles denunciasen como a elementos sospe-chosos de “traición a la patria” viven concierta opulencia y ostentan cargos de rele-vancia. Ver a Iván les da que pensar, puesninguno tiene la conciencia tranquila. Sinembargo, la reflexión del narrador los eximeen parte de su culpa, pues “todos son vícti-mas: acusados y jueces”. El mayor logro delterror imperante en la “patria de los trabaja-dores y los obreros” fue generar millones deno culpables que se hacían la vida imposi-ble entre sí.

El grado de brutal represión imperanteen la Unión Soviética y lo absurdo del régi-men eran tales que Grossman apelaba a ra-

zones obvias para combatirlo, y que hoy nosparecen de sentido común: “La libertad es elderecho a sembrar lo que uno quiera, a con-feccionar zapatos y abrigos, a hacer pan conel grano que uno ha sembrado y a venderloo no venderlo, lo que uno quiera”. Es esalibertad, desconocida en Rusia “desde hacemil años”, la que obsesiona al narrador: “Li-bertad es vida; el estalinismo mataba la liber-tad y mataba la vida”. Ninguna justificaciónhistórica cabe para un régimen así: “No to-

do lo real es racional, todo loque es inhumano es absurdo einútil”.

La historia de Rusia que ellector va conociendo a través delas reflexiones del excarceladoes absurda y espeluznante. Terri-bles son las páginas sobre el ase-sinato en masa de los kulaks ocampesinos “ricos”, acusadospor los estalinistas de sabotearla aberrante nueva economía delos koljós. Stalin condenó a cien-tos de miles de personas a morirde inanición al requisarles el gra-no y prohibir sus cosechas. Aello se añadieron las deportacio-nes obligatorias de calmucos,chechenos y otras etnias minori-tarias condenadas por decreto ala extinción; y los incontables crí-menes políticos, las delacionespor naderías que conllevabanajusticiamientos e internamien-tos durante décadas en camposde trabajo. “Todo fluye, todo mu-ta”, este pánta rei que enuncióHeráclito significa para Gross-man que el mal en Rusia nuncadejó de transformarse para ad-

quirir nuevas formas de someter y torturar.En suma, Todo fluye da una lección ab-

sorbente de negra historia, esa que es nece-sario conocer a fin de que sea más difícilrepetirla. Quienes leyeron con admiraciónVida y destino comprenderán Todo fluye, es-crita con más desesperación y a modo detestamento por alguien que ya ni siquieraesperaba ser leído. La excelente versión dela gran traductora Marta Rebón confiere allenguaje de Grossman eficacia y solidez. !

Einstein. Su vida y su universoWalter IsaacsonTraducción de Francisco J. RamosDebate. Madrid, 2008734 páginas. 28,90 euros

Por José Manuel Sánchez Ron

DESDE HACE YA bastantes años, siempreque se publica una nueva biografía de Eins-tein pienso indefectiblemente, con un sen-timiento que no sabría si calificar comoproducto de la sorpresa o del aburrimien-to: ¡otra más! E inmediatamente me pre-gunto, incrédulo: ¿aportará algo nuevo?

Por supuesto, ésta es la misma cues-tión que me he planteado ante la biogra-fía de Walter Isaacson, de quien tuve noti-cia por primera vez en 1999, al leer elmagnífico número que la revista Time, dela que él era entonces editor, dedicó el 31de diciembre a, precisamente, Einstein, alque designó “personaje del siglo”. Las lí-neas de aquel número de Time firmadaspor Isaacson me parecieron sensatas e in-formadas, lo mismo que la biografía queahora ha escrito. Cualquiera que la lea sedará cuenta de que su autor ha trabajadosu tema con ahínco, aunque esto no impi-de que continuemos preguntándonos siaporta algo nuevo.

Expresado brevemente, hay que decirque no faltan datos nuevos sobre deta-lles biográficos, surgidos de la investiga-ción que Isaacson ha efectuado en, en-tre otros lugares, los Archivos Einsteinde la Universidad Hebrea de Jerusalén, ala que Einstein legó sus documentos yderechos literarios. No son, sin embar-go, tantas las novedades como el lectorque se fíe de las referencias a las queremite Isaacson puede pensar. Por unlado, no siempre se hace referencia a losvolúmenes de los Collected Papers of Al-bert Einstein que Princeton UniversityPress está publicando desde 1987, aun-que es fácil identificar las deudas conesta obra, si tenemos en cuenta que el

último volumen en aparecer, en 2006,cubre el periodo que va de mayo a no-viembre de 1920. Se podría pensar, porconsiguiente, que las numerosas referen-cias a documentos einsteinianos quesean posteriores a noviembre de 1920constituyen novedades aportadas porIsaacson, salvo que éste indique lo con-trario. No es el caso, en al menos algu-nos casos. Y éstos pueden ser importan-

tes; por ejemplo, dos cartas de 1932 queintercambió con su amigo Michelle Bes-so, que tratan de la relación que Einsteinmantuvo con su hijo Eduard, que pade-cía esquizofrenia. Isaacson se limita adar la referencia a su localización en losarchivos de Jerusalén, obviando infor-

mar de que tales cartas están publicadasdesde 1972.

Purismos aparte, que probablementeinteresarán más al especialista que al lec-tor común, hay que reconocer que Isaac-son ha hecho bastante bien su trabajo,componiendo una obra que ofrece unamagnífica visión general de la biografía deEinstein. Es, en mi opinión, la mejor queexiste, junto a las de Ronald Clark, Eins-tein: The Life and Times (1971), y AlbertFölsing, Albert Einstein: Eine Biographie(1993), de las que, de hecho, se nutreabundantemente. Eso sí, es mucho máscompleta en lo que se refiere a las activida-des sociales e ideas políticas o religiosasde Einstein que en lo relativo a su ciencia,aunque ésta no sea, por supuesto, margi-

nada. En lo que a reconstruir y explicar lafísica einsteiniana, no se puede compararcon el, aún no superado, libro de Abra-ham Pais El Señor es sutil… La ciencia y lavida de Albert Einstein (1982), que publicóen España Ariel, con, creo, no demasiadoéxito (recuerdo haberlo visto saldado en

unos grandes almacenes; acaso el destinoinevitable para todo aquello que conten-ga “demasiada” ciencia).

Lo “social” prima, por consiguiente, so-bre lo científico. Por supuesto, pocos sesorprenderán de semejante hecho, aun-que constatarlo no deje de suscitar sensa-ciones dolorosas, al menos a quien escri-be estas líneas. Recordemos, en este senti-do, aquellas frases que Einstein incluyóen sus espléndidas Notas autobiográficas(1949): “Lo fundamental en la existenciade un hombre de mi especie estriba enqué piensa y en cómo piensa, y no en loque haga o sufra”. Claro que, ¿habría ter-minado considerándolo la sociedad unode sus grandes héroes, o designándole lapersona más sobresaliente del siglo XX sila prensa no hubiese difundido algo de loque hizo o sufrió, si no fuese el hombrepúblico que terminó siendo? Muy proba-blemente no. Y de hecho Einstein contri-buyó a este fenómeno: su biografía, enefecto, proporciona sobrados elementospara nutrir la curiosidad extracientífica.Aunque argumentaba con frecuencia quelo que deseaba era la soledad, vivir en unfaro alejado del mundo, entregarse al artey a la ciencia para “huir de la vida diaria,con su dolorosa crudeza y monotonía”, locierto es que disfrutó con la fama quealcanzó, una fama que él también propi-ció y utilizó, como bien muestra Isaacson.En realidad, “nada de lo humano le fueajeno”, aunque a veces ello fuese así sinque él lo pretendiese. Vivió, recordemos,en un tiempo histórico desgraciado, el delas dos guerras mundiales, el de una Euro-pa en la que el antisemitismo —y él era deorigen judío— se palpaba casi en cadaesquina. Tuvo, es cierto, más suerte quemuchos otros; encontró un nuevo hogar—y una nueva nacionalidad a añadir a suya nutrido currículo de alemán, apátrida ysuizo— en Estados Unidos, aunque tam-poco halló allí la paz que ansiaba: era elpaís de demócratas como el presidenteRoosevelt y su esposa Eleanor, pero tam-bién el de J. Edgar Hoover, el siniestrodirector del FBI, y del senador McCarthy,quienes vieron en el sabio profesor quellegaba del otro lado del Atlántico un seriopeligro para la nación que ellos deseaban.

No, ciertamente no pudo, ni quiso,huir de la vida diaria, con su dolorosacrudeza. Y está bien tener un nuevo libroque nos lo recuerde. !

Anhelos de libertad

Einstein: nada de lohumano le fue ajeno

Albert Einstein visto por Loredano.

Vasili Grossman (1905-1964), en Svatovo en 1943.

EL PAÍS BABELIA 06.12.08 17

No tinc paraulesArnal BallesterMedia Vaca. Valencia, 2008120 páginas. 15 euros

EL HISTORIADOR Y DIBUJANTE Arnal Balles-ter (Barcelona, 1955) bautizó con el títu-lo No tinc paraules (No tengo palabras)uno de los libros con el que más premiosha obtenido desde 1998, en el que se

aprecia su creatividad. El título no podíaser más explícito. Ballester demuestraque no es necesario escribir ni una solafrase para contar una historia de más decien páginas, para ceder parte de la tra-ma a la imaginación del lector. El autorsólo otorga espacio a tres potentes colo-res —negro, rojo y blanco— en unos di-bujos que, en su opinión, no se valorancomo se debiera. La sociedad, piensa,

no entiende que la ilustración es un ejer-cicio intelectual, un hecho al que el Mi-nisterio de Cultura pretende encontrarel remedio. Por eso el Premio a las Mejo-res Ilustraciones de Libros Infantiles yJuveniles —ganado por Ballester en1993— es desde este año el Premio Na-cional de Ilustración, y este autor se haconvertido en su primer ganador graciasa sus historias mudas. E. Silió !

¡No es tan fácil ser niño!Pilar Lozano CarbayoIlustraciones de Montse TobellaEdebé. Barcelona, 2008130 páginas. 7,50 euros

A PARTIR DE 10 AÑOS. Novela ganadora delPremio Edebé Infantil 2007, es un interesan-te relato sobre el acoso escolar, en el que laautora expone los aspectos del problema:sus causas, sus posibles soluciones, el sufri-miento de las víctimas, la psicología de losacosadores, las actitudes de padres y profe-sores… Un texto asequible, narrado en pri-mera persona por el protagonista —un niñocon orejas de soplillo—, y con medidos to-ques de humor, que aseguran una lecturamuy amena pese a la gravedad del tema.

Barro de MedellínAlfredo Gómez CerdáEdelvives. Zaragoza, 2008150 páginas. 7,90 euros

A PARTIR DE 12 AÑOS. Dos niños de Medellín(Colombia), amigos inseparables, vivenprácticamente en la calle, huyendo de unasituación familiar difícil. No van a la escuela,vagabundean, cometen pequeños hurtos,sobre todo para comer, e incluso duermen ala intemperie. Un día deciden entrar, porcuriosidad, en la gran biblioteca que acabande inaugurar en el barrio. Y eso cambiará suvida. Una novela sobre “los niños de la calle”y sobre la función humanizadora de la cultu-ra, ganadora del Premio Ala Delta 2008.

El secreto de IfAna Alonso y Javier PelegrínIlustraciones de Marcelo PérezSM. Madrid, 2008264 páginas. 14,90 euros

A PARTIR DE 12 AÑOS. Premio El Barco deVapor de este año, El secreto de If es una

entretenida novela de aventuras en laque se combinan elementos del fantasycon la estructura y el estilo de los cuen-tos maravillosos tradicionales. Una his-toria muy intrigante, con atractivos per-sonajes —príncipes y princesas, hadas ymagos— que luchan valientemente porsu libertad, en la que nada es lo que

parece, y en la que el misterio y la magiadesempeñan un papel principal.

Lo único que queda es el amorAgustín Fernández PazIlustraciones de Pablo AuladellTraducción de Isabel SotoAnaya. Madrid, 2007176 páginas. 14 euros

O único que queda é o amorAgustín Fernández PazXerais. Vigo, 2007178 páginas. 13,75 euros

A PARTIR DE 14 AÑOS. Volumen de relatos, delgallego Agustín Fernández Paz, galardona-do con el último Premio Nacional de Litera-tura Infantil y Juvenil del Ministerio de Cul-tura. Se trata de 10 relatos sobre el amor y suausencia, protagonizados por personajes de

distinta edad y condición que se enamorany descubren el poder de un sentimiento “ca-paz de transformarnos más profundamenteque ningún otro”, en palabras del autor. Delprimer amor al amor que perdura más alláde la muerte, pasando por los amores impo-sibles o frustrados, en unos relatos espléndi-dos y conmovedores. V. Fernández

Las fábulas de La FontaineJean de La FontaineTraducción de Teodoro LlorenteIlustraciones de Gustave DoréEdhasa. Barcelona, 2008446 páginas. 35,50 euros

A PARTIR DE 6 AÑOS. Las conocidas fábulasde La Fontaine La cigarra y la hormiga oEl zorro y las uvas, tantas veces contadasa los niños, se recogen en un extenso—más de 400 páginas, divididas en ocholibros— y lujoso volumen ilustrado porGustavo Doré. E. S.

Historia de la resurreccióndel papagayoEduardo GaleanoIlustraciones de Antonio SantosLibros del Zorro Rojo. Barcelona, 200824 páginas. 12,50 euros

A PARTIR DE 8 AÑOS. La muerte accidentalde un papagayo, por asomarse impru-dentemente a una olla que humeaba,llena de desolación a todos. Entre llan-tos y penas, llega la esperanza, de lamano de un hábil alfarero que consiguedevolver la vida al papagayo. Magníficocuento de Eduardo Galeano (inspiradoen una leyenda brasileña), que impresio-na por su emotividad, en una preciosaedición ilustrada con imágenes de lasesculturas en madera creadas para laocasión por Antonio Santos. V. F.

El cuento del gallo de oroAlexander PushkinTraducción de Olga KorovenkoIlustraciones de Ivan BilibinGadir. Madrid, 200837 páginas. 15 euros

A PARTIR DE 10 AÑOS. La editorial Gadir se hapropuesto con la colección El Bosque Viejo

rescatar pequeños y delicados cuentos decélebres autores —Chéjov, Woolf, Pirande-llo o Wilde— e iluminarlos con cuidadísi-mas ilustraciones. Así El cuento del gallo deoro, de Alexander Pushkin, que bebe de unaleyenda popular rusa, se acompaña con di-bujos de Ivan Bilibin, el gran promotor delfolclore del país en el siglo XX. E. S.

La OdiseaHomeroAdaptación de Rafael MammosIlustraciones de Pep MontserratCombel. Barcelona, 2008196 páginas. 19,50 euros

A PARTIR DE 12 AÑOS. El largo y azaroso viajede vuelta a casa de Ulises, rey de Ítaca, don-de le espera su fiel esposa Penélope, en unanueva adaptación que, sin traicionar el origi-nal, pone al alcance de los jóvenes lectoresde hoy ese maravilloso “libro de aventuras”que es La Odisea, de Homero. La edición,muy cuidada, cuenta con unas espléndidasilustraciones de Pep Montserrat, que am-bientan y recrean muy convincentementelos distintos episodios del relato. V. F.

ZaragozaBenito Pérez GaldósAdaptación de Luis SuñénIlustraciones de Pablo AuladellEdelvives. Zaragoza, 200874 páginas. 17,90 euros

A PARTIR DE 12 AÑOS. Estupenda adapta-ción de Luis Suñén de uno de los famososEpisodios Nacionales que Pérez Galdós es-cribió alrededor de 1870, y que, como sutítulo indica, está dedicado al asedio deZaragoza por las tropas napoleónicas en1808. La edición, en álbum de gran forma-to, incluye unas impresionantes y muygoyescas láminas de Pablo Auladell. V. F.

Por Victoria Fernández

DE SHAKESPEARE A CERVANTES, y de C. S.Lewis a Selma Lagerlöf, pasando por Ver-ne, Kipling, Rubén Darío o Benito PérezGaldós, los clásicos siguen nutriendo laedición infantil-juvenil a través de atracti-vas ediciones ilustradas, que buscan ha-cer de puente entre la gran literatura uni-versal y los nuevos lectores. En algunoscasos se trata de acercamientos pura-mente visuales, como el volumen dedica-do a Las crónicas de Narnia, con la espec-tacular arquitectura en papel de RobertSabuda (Destino), un libro-objeto pensa-do no tanto para leer como para incenti-var el interés por la saga entre los lecto-res más pequeños que, por edad, todavíano han podido leerla, pero sí saben deella gracias, por ejemplo, al cine.

El elemento visual es fundamentaltambién en casos como Margarita, deRubén Darío (Ekaré), o Carta a un hijo,de Rudyard Kipling (Edelvives), álbumesque “ponen en imágenes” textos, princi-palmente poemas, que adquieren unnuevo relieve gracias al trabajo de exce-lentes ilustradores y a la calidad de unasediciones, en general muy cuidadas y degran formato, dirigidas a lectores de 6 a 8años en adelante. Por otra parte estántambién las adaptaciones de textos litera-rios, como Novelas ejemplares de Miguelde Cervantes contadas a los niños (Ede-bé), La vuelta al mundo en 80 días (Lu-men) o Cuentos de Shakespeare (Juven-tud), que consiguen trasladar, con admi-rable sencillez, las historias y el espíritude otras épocas a los lectores de hoy (de10 años en adelante), apoyadas tambiénen atractivas ilustraciones.

Mención aparte merecen las recupera-ciones de títulos agotados, como la esplén-dida edición del gran clásico de la literatu-ra infantil El maravilloso viaje de Nils Hol-gersson, de la premio Nobel sueca SelmaLagerlöf, que acaba de editar Anaya.

Además, de mantener viva la tradi-ción popular se encargan los reperto-

rios de cuentos que, en ediciones ilustra-das pensadas para los pequeños (Cuen-tos clásicos para siempre y Todo el mun-do cuenta, en RBA/Molino), o en las clá-sicas de Siruela para todas las edades(Cuentos populares irlandeses, Cuentoschinos del Río Amarillo), siguen siendouna de las fuentes inagotables de la edi-ción española. !

Las crónicas de Narnia. C. S. Lewis. Ingenieríade papel de Robert Sabuda. Destino. Barcelo-na, 2008. 24,95 euros.Margarita. Rubén Darío. Ilustraciones de Mo-nika Doppert. Ekaré. Caracas, 2008. 48 pági-nas.Carta a un hijo. Rudyard Kipling. Ilustracio-nes de Mauro Evangelista. Traducción de JoséManuel Gómez Luque. Edelvives. Zaragoza,2008. 28 páginas. 18,60 euros.Novelas ejemplares de Miguel de Cervantescontadas a los niños. Rosa Navarro Duran.Ilustraciones de Francesc Rovira. Edebé. Bar-celona, 2008. 210 páginas. 19 euros.La vuelta al mundo en 80 días. Jules Verne.Adaptación de Lewis York. Ilustraciones deIan Casalucci. Lumen. Barcelona, 2008. 30 pá-ginas. 13,95 euros.Cuentos de Shakespeare. Adaptación de An-drew Matthews. Ilustraciones de Angela Ba-rrett. Traducción de Carlos Mayor. Juventud.Barcelona, 2008. 124 páginas. 28 euros.Cuentos clásicos para siempre. Adaptación deVarda Fiszbein. Ilustraciones de Marta Chico-te. Molino/RBA. Barcelona, 2008. 92 páginas.18 euros.Todo el mundo cuenta. J. M. Hernández Ripolly Aro Sáinz de la Maza. Ilustraciones de Da-niel Montero Galán. Molino/RBA. Barcelona,2008. 448 páginas. 29 euros.El maravilloso viaje de Nils Holgersson. SelmaLagerlöf. Ilustraciones de Thomas Docherty.Traducción de Matilde Goulard de Westberg.Anaya. Madrid, 2008. 534 páginas. 21,75 euros.Cuentos populares irlandeses. Varios autores.Edición de José Manuel de Prada-Samper. Si-ruela. Madrid, 2008. 344 páginas. 23,90 euros.Cuentos chinos del Río Amarillo. Edición deImelda HuangWang y Enrique P. Gatón. Sirue-la. Madrid, 2008. 208 páginas. 19,90 euros.

Historias mudas

Vuelta a los clásicosIlustración de Mauro Evangelista, en Carta a un hijo, de Rudyard Kipling (Edelvives).

Dibujos de Arnal Ballester de su libro No tinc paraules (Media Vaca).

EN PORTADA / Infantil y juvenil

8 EL PAÍS BABELIA 06.12.08