reseña 2do capitulo michael maffesoli

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1 Universidad Central Paloma Botero Facultad de Comunicación Lynn Castaño Razón Sensible Diana Cruz Lola Muñoz Lorena Rodríguez Michel Maffesoli en el segundo capítulo de su libro Elogio de la Razón Sensible nos plantea la modernidad como un programa cultural, social, económico y político impulsado y patrocinado por la burguesía, quien estableció el racionalismo como una doctrina de carácter dogmatico, sustentada en el dinero, una doctrina incapaz de comprender al hombre en todo el despliegue de su talento creativo, en toda su razón social, en toda su pluridimensionalidad. El racionalismo surge en el escenario de innovación científica, se impone, organiza todo cuanto quiere y supone que todo debe estar encasillado, debe encajar dentro de un molde establecido (a priori) desde la razón, así la naturaleza del objeto sea de carácter irracional. Es entonces como se convierte en un obstáculo para comprender la vida en su totalidad dado que es incapaz de entender las diversas variantes y situaciones que componen el entorno vital. Por su parte su capacidad de abtracción es absolutamente miope e incapaz de comprender a profundidad todos los pormenores de los fenómenos sociales, de la vida

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Page 1: Reseña 2do capitulo michael maffesoli

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Universidad Central Paloma BoteroFacultad de Comunicación Lynn CastañoRazón Sensible Diana Cruz Lola Muñoz Lorena Rodríguez

Michel Maffesoli en el segundo capítulo de su libro Elogio de la Razón Sensible

nos plantea la modernidad como un programa cultural, social, económico y político

impulsado y patrocinado por la burguesía, quien estableció el racionalismo como una

doctrina de carácter dogmatico, sustentada en el dinero, una doctrina incapaz de

comprender al hombre en todo el despliegue de su talento creativo, en toda su razón

social, en toda su pluridimensionalidad.

El racionalismo surge en el escenario de innovación científica, se impone,

organiza todo cuanto quiere y supone que todo debe estar encasillado, debe encajar

dentro de un molde establecido (a priori) desde la razón, así la naturaleza del objeto sea

de carácter irracional. Es entonces como se convierte en un obstáculo para comprender

la vida en su totalidad dado que es incapaz de entender las diversas variantes y

situaciones que componen el entorno vital. Por su parte su capacidad de abtracción es

absolutamente miope e incapaz de comprender a profundidad todos los pormenores de

los fenómenos sociales, de la vida cotidiana, de la realidad psicosocial, en una sociedad

diversa.

En la fabricación de este hombre perfecto, racional, medible, calculable creó a la

bestia, “Quien quiere hacer al ángel hace a la bestia”1 fue víctima de su propio invento

creando a un hombre- máquina, deshumanizado, olvidado de su entorno, lejano,

esquivo, asustadizo que huía a esconderse de su monstruosidad, de su capacidad para

destruir, en la barbarie de su naturaleza, en la negación de su ser. Fue así como el

programa más ambicioso de la historia occidental cayó ante nuestros ojos, ante nuestras

miradas perplejas.

Las razones divididas según Maffesoli llevan al caos total ya que las dos deben

estar en igualdad de condiciones porque son igualmente importantes, es en ese sentido

que deberían liderar las dos, sin discriminación, sin embargo nos encontramos en un

1 Maffesoli, Michel, Elogio de la razón sensible, Ediciones paidós ibérica S.A, Impreso en España, 1997, pág. 35

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mundo aún demasiado moderno y en consecuencia racional en un afán desbocado por

darle nombre a todo, por darle orden y corregir lo que aparentemente está errado, sin

dejar lugar a la duda, a la creatividad, al sentir propio del ser humana, a la naturalidad

de las cosas y manifestarlas sin conceptualizarlas. No todo tiene una utilidad, ni debe

tener un valor o uso .

Es en la caída de la modernidad y con ella el imperio de la razón cuando

empieza a edificarse la posmodernidad como un nuevo comienzo ante la decadencia

mundial. La posmodernidad se plantea desde la premisa de que no hay verdades fijas o

absolutas, desde el reconocimiento de la irracionalidad como un componente importante

y sobre todo desde la necesidad de desmitificar la razón como el centro del pensamiento

occidental. Entonces se encuentran la razón y la irracionalidad a través de la

coincidencia opositoria, la cual, hace posible que los opuestos puedan unirse, que la

razón y la pasión ya no pertenezcan a mundos separados, extraños e incluso sórdidos,

dando así como resultado el nacimiento de la postmodernidad en el marco de un hombre

que se encuentra en concordancia con sí mismo y con el universo.

Es este hombre pluridimensional, multicultural quien protagoniza el capítulo de

la posmodernidad. Un hombre desprovisto de caminos trazados o ideas fijas e

inalterables, un hombre concentrado en la búsqueda de un pensamiento trascendente

capaz de superar el racionalismo moderno y aventurarse en nuevas exploraciones de su

humanidad. Un hombre capaz de aceptarse a sí mismo como un ser pasional y además

entender la barbarie como un elemento del conjunto en vez de negarla y ocultarla

entrando nuevamente en un sinsentido.

La posmodernidad nos hace una invitación a reorientar nuestro pensamiento en

la búsqueda de comprender un mundo cambiante y complejo en el que han muerto las

certidumbres y es necesario construirlo desde la interdependencia, la interacción, los

procesos de mestizaje y la interculturalidad.